Derecho Parlamentario

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7. Las reglas electorales y la composición del parlamento Las reglas electorales permiten convertir los votos en escaños. El elector, sin tener conocimiento confiable de los candidatos, acata las exigencias del sistema estatal (basado en la premisa de que sin Estado cualquier convivencia es incierta porque no hay seguridad ni orden general sostenible), suspende las exigencias que garantizan la certeza del conocer, y se concede la licencia de elegir, desde la raíz y en medio de la incertidumbre, a alguien en quien transfiere la creencia de que el elegido será un buen representante de lo que él cree y desea. El candidato es electo no por su significado material y sustantivo como persona, sino por la formalidad de su rol en el mantenimiento de la estructura representativa portadora y a la que se endosa el valor de articular el pacto de asociación política. Según como se agreguen las preferencias de cada sujeto electoral se produce un resultado político. Como consecuencia del voto de los electores, por lo tanto, las consecuencias principales en la composición del parlamento son dos. La primera es la definición de la proporción de agrupaciones y la relación entre la mayoría y la oposición, según las fuerzas propias de cada movimiento político o las alianzas realizadas entre ellos. La segunda consecuencia es el tipo de relación de las mayorías y la oposición parlamentarias frente al gobierno. La posición institucional del parlamento frente al gobierno, por lo tanto, depende en último término de los resultados electorales que concentran las preferencias de

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7. Las reglas electorales y la composición del parlamento

Las reglas electorales permiten convertir los votos en escaños. El elector, sin

tener conocimiento confiable de los candidatos, acata las exigencias del

sistema estatal (basado en la premisa de que sin Estado cualquier convivencia

es incierta porque no hay seguridad ni orden general sostenible), suspende las

exigencias que garantizan la certeza del conocer, y se concede la licencia de

elegir, desde la raíz y en medio de la incertidumbre, a alguien en quien

transfiere la creencia de que el elegido será un buen representante de lo que él

cree y desea.

El candidato es electo no por su significado material y sustantivo como

persona, sino por la formalidad de su rol en el mantenimiento de la estructura

representativa portadora y a la que se endosa el valor de articular el pacto de

asociación política. Según como se agreguen las preferencias de cada sujeto

electoral se produce un resultado político. Como consecuencia del voto de los

electores, por lo tanto, las consecuencias principales en la composición del

parlamento son dos. La primera es la definición de la proporción de

agrupaciones y la relación entre la mayoría y la oposición, según las fuerzas

propias de cada movimiento político o las alianzas realizadas entre ellos. La

segunda consecuencia es el tipo de relación de las mayorías y la oposición

parlamentarias frente al gobierno. La posición institucional del parlamento

frente al gobierno, por lo tanto, depende en último término de los resultados

electorales que concentran las preferencias de cada uno de los votantes.

Depende de cada votante que el gobierno tenga o no mayoría en el

parlamento, o que el parlamento sea un órgano opositor al gobierno. Las

consecuencias tan importantes que tiene el voto individual exigen que el

ciudadano esté adecuadamente informado y consciente de los efectos que

tiene su voto en el comportamiento político, económico y público en general de

la república, del país, durante cada período constitucional; es decir, por cinco

años. Las reglas electorales usadas para integrar el parlamento por los

electores son las relativas al tipo de circunscripción, el tipo de lista, la valla

electoral, la cifra repartidora, y las cuotas de género.

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Tipo de circunscripción

En el Perú desde el año 2001 los representantes son elegidos por distrito

múltiple. No por distrito único. Lo fueron antes en el Congreso unicameral del

período 1995-2000. La diferencia consiste en que en el caso de distrito único

son todos los electores los que eligen entre las mismas listas cuáles serán los

representantes de todo el Perú. En el distrito múltiple el Perú es dividido en

circunscripciones electorales. Cada Departamento es considerado una

circunscripción electoral. De este modo, habrá grupos de listas para cada una

de las circunscripciones y los electores de una circunscripción sólo pueden

votar por las listas y candidatos que se presentan dentro de su propia

circunscripción. El territorio nacional, en consecuencia, dividido en

circunscripciones electorales, tendrá un total no superior a 130 congresistas,

que es el que señala el Artículo 90 de la Constitución. Y a cada circunscripción

corresponde un número proporcional de representantes, definida de acuerdo a

la densidad electoral de cada circunscripción. A mayor población en una

circunscripción corresponde una proporción mayor de representantes.

Inversamente, cuanto menos electores estén registrados en una circunscripción

menor será el número de representantes que le corresponda a esa localidad.

Una diferencia notable entre el distrito único o circunscripción nacional, y el

distrito múltiple o de circunscripción departamental, es que mientras que en el

distrito único todos los partidos tienen listas para alcanzar los 130 escaños, en

el distrito múltiple los partidos preparan listas de candidatos para ganar el

número de escaños que le corresponda proporcionalmente a cada

departamento.

Otra diferencia importante es que el tipo de representante elegido en distrito

único tiende a mantener una vinculación más próxima con la problemática del

Estado nacional, mientras que los representantes elegidos en distrito múltiple

tienden a desempeñarse observando mayor proximidad con las problemáticas

locales. El equilibrio en las tendencias entre ambos tipos de desempeño se

facilita en los regímenes bicamerales en los que una Cámara es elegida por

circunscripción múltiple, y la otra por circunscripción nacional.

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Tipo de lista. Voto preferencial

Según nuestro sistema electoral cada votante tiene derecho a votar por una

lista, y dentro de esta lista puede indicar máximo dos candidatos miembros de

la misma lista que merecen su preferencia personal. En el Perú se usa por lo

tanto un tipo de lista conocida como lista cerrada y no bloqueada. En un

sistema de lista cerrada el votante escoge entre todas las agrupaciones sólo

una de las listas. Es decir sólo un partido. Pero, como tiene la opción de

ordenar, según su preferencia y sólo dentro de la lista del partido que escoge,

los dos integrantes de esa lista como representantes ante el Congreso, tiene un

margen de elección mayor al que permiten los sistemas de lista bloqueada. Es

un sistema que se aparta tanto de los llamados «lista bloqueada» como de los

conocidos como «lista abierta». En la «lista bloqueada» no cabe alterar el

orden propuesto por las agrupaciones políticas. En la «lista abierta» es posible

que el votante reordene según su preferencia el orden en que deben salir

elegidos los candidatos de esa misma lista. En nuestro sistema electoral

contamos con una lista cerrada pero no bloqueada, porque no cabe que el

votante presente su preferencia de candidatos sino en una misma lista, pero no

se llega a la amplitud prevista en las listas abiertas que permiten mayor

discrecionalidad en el votante y no lo limitan a presentar sólo dos de sus

preferencias.

A la posibilidad de alterar relativamente el orden de las listas presentadas por

los partidos se la conoce como voto preferencial. En el Perú este sistema se

usó por primera vez en la Asamblea Constituyente de 1979. Luego en las

elecciones generales del año 1985. Desde entonces no ha existido consenso

sobre su utilidad y sus consecuencias.

La valla electoral

La finalidad de la «valla electoral» es concentrar las opciones de agrupaciones

políticas que acceden a participar en la ocupación de escaños. Si la «cifra

repartidora» servirá para determinar el número de representantes que

corresponden a cada grupo, la «valla electoral» es necesaria para conocer

entre qué grupos cabe distribuir los escaños. En principio pueden presentarse

tantas como agrupaciones políticas cumplan con el requisito de adherentes que

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señala la ley electoral. Si un movimiento político no consigue un mínimo de

votos es descalificado en la distribución de escaños y concluye su participación

en el sufragio. La cantidad mínima de votos lo señala la ley electoral según un

porcentaje de electores. No es una cantidad fija. Para el proceso electoral del

año 2006 el porcentaje exigido para postular como agrupación política era el

cuatro por ciento de la población electoral en el período inmediato anterior.

Para el proceso electoral realizado el año 2011 el porcentaje previsto es del

cinco por ciento. Este límite, es necesario tenerlo presente, tendrá

consecuencias más drásticas según la pequeñez de la circunscripción y según

el menor número de listas en la competencia electoral de cada circunscripción.

Cuanto más grande la circunscripción y mayor el número de listas son menores

los efectos de la «valla electoral» en la disminución o concentración de las

agrupaciones entre las que se distribuyen los escaños.

La cifra repartidora

Para determinar el número de representantes en una circunscripción que

corresponde a cada lista se utiliza el sistema denominado «cifra repartidora».

Es un mecanismo que transforma votos en escaños, mediante la definición del

número de candidatos de cada lista que accede al Congreso. Se llama «cifra

repartidora» porque el objetivo es encontrar un común divisor de los votos

correspondientes a todas las listas, el que adjudica tantos escaños o

representantes en el Congreso como correspondan a la cantidad de votos de

cada lista.

La «cifra repartidora» será el criterio que defina cuántos de cada lista acceden

a un escaño, según la cantidad de cocientes que supere cada lista según el

total de votos recibidos por las listas en el sufragio.

Las cuotas de género

Un aspecto adicional importante en la composición del parlamento es el relativo

a las cuotas. Las cuotas son parte de un procedimiento cuya finalidad es

disminuir las brechas de desigualdad. Con ese fin se toman acciones

legislativas para enderezar el comportamiento colectivo forzando el espectro de

las preferencias electorales. La acción se afirma de manera positiva y consta

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en la norma que trata, como una de las primeras experiencias, de minimizar los

niveles discriminatorios entre hombres y mujeres. Las cuotas son definidas

como un mínimo de postulantes a un puesto representativo. Cabría que ese

mismo mínimo no fuera de postulantes sino de representantes, o cabría que la

medida a corregir no fuera la de las desigualdades de género, sino las étnicas,

o etarias. En el Perú la acción afirmativa en materia electoral se concreta a las

cuotas de género. La regla es que toda lista de agrupación política no debe

tener menos del 30 por ciento de candidatos de género distinto al de la mayoría

de la lista.

8. La elección y los requisitos de elegibilidad de los congresistas

Para ser elegible es necesario cumplir algunos requisitos que la Constitución

señala. Es inelegible quien tiene se encuentra en un supuesto de impedimento

respecto del acto de elección. Así como las agrupaciones políticas están

limitadas en su acceso en la composición del Congreso, de igual modo existen

condiciones para el acceso de la población a un puesto como representante.

Las inelegibilidades pueden ser absolutas o relativas.

Son absolutas las inelegibilidades de carácter permanente e

inexceptuable.

Son relativas las que por su carácter tienen una naturaleza provisional y,

por lo mismo, pueden levantarse.

Las condiciones señaladas en los Artículos 30, 31 y 90 son causales de

elegibilidad y carecer de tales condiciones pone al ciudadano en la situación de

inelegibilidad absoluta. Las causales previstas en el Artículo 92 de la

Constitución son causales relativas de inelegibilidad. Las inelegibilidades

relativas son las referidas de manera expresa en el Artículo 91 de la

Constitución. La condición central es que quienes se encuentran en posesión

de un cargo de los señalados en este Artículo deben renunciar al cargo seis

meses antes de la fecha de la elección.