Derecho Penal Par Gral M Polaino N0001

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Derecho penal Parte general Tomo I Fundamentos cientificos del Derecho penal 6: edici6n actualizada, completamente renovada y puesta al dia con la colaboraci6n de

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Derecho penalParte general

Tomo IFundamentos cientificos del Derecho penal

6: edici6n actualizada, completamente renovada ypuesta al dia con la colaboraci6n de

Es propiedad,© 2008, Miguel Polaino Navarrete

Para la presente edicion© 2008, Editorial Bosch, S.A.

Comte d'Urgell, 51 bis. 08011 Barcelonahttp://www.bosch.es

[ BN: 978-84-9790-459-9Deposito legal: B. 47.452-2008

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ESTE LIBRO ""is UN BmftPUBJ::ico INAD~E~nENEDERECHOA I

SUBRAYARLO r~} A / 1 iO ~A.RLO I.~-~-----~-~. ~-J

INDICE

SECCION LaEL CONCEPTO DE DERECHO PENAL

§ 1. Configuraci6n cientffica del modemo Derecho penal: hacia unateona funcionalista y normativista del Derecho penal.............................. 21I. Teoria general del Derecho y Derecho penaL........................................... 21

1.1. ~Que es el Derecho? iQue es el Derecho penal? 211.2. Contenido cientifico del Derecho penal.................................................. 231.3. Denominacion tecnica de la asignatura :J............................... 24

2. Las dimensiones basicas del Derecho: de la teoria tridimensional a lateoria pluridimensional del Derecho 272.1. Dimension social................................................................................ 282.2. Dimension normativa 292.3. Dimension valorativa... 292.4. Dimension temporal........................................................................... 312.5. Dimension personal...... 322.6. Otras (posibles) dimensiones 32

:l. El sistemanormativo-funcionalistadel Derecho penal.............................. 333.1. £1 Derecho penal como subsistema social............................................... 333.2. £1 renacimiento del concepto de persona en la teorla de Jakobs: persona

versus individuo 353.3. Articulacion de los conceptos de norma, persona y sociedad enJakobs 40

1. Objeto de conocimiento: el Derecho penal positivo .2. Conocimiento del objeto: la Dogmaticajuridico-penal .3. Metodo del conocimiento del objeto: la Ciencia del Derecho penal .4. Utili dad del objeto de conocimiento: la Politica criminal .

4.1. Concepto, origen, naturaleza .4.2. PoUticacriminal y Derecho penal .4.3. ~Integracionde la Dogmatica penal en la Polhim criminal? .

§ 3. Concepto dogmatico de Derecho penal (I): delito y pena .1. Concepto dogmatico de Derecho penal: formulaci6n y elementos .2. Binomio esencial: Delito y pena .3. Fundamento de la pena: la necesidad de la sanci6n penal .4. Naturaleza y esencia de la pena .5. Teorias de la pena .

5.1. Teonas absolutas (0 de la retribucion) .5.2. Teonas relativas (0 de la prevencion) .

5.2.1. Prevencion especial (Von Liszt) .5.2.2. Prevenciongeneral .

A) Prevenciongeneral negativa (Feuerbach) .B) Prevenciongeneral positiva (Hegel, ]akobs) .

5.3. Teonas mixtas (de la union 0 de la unidad) .5.3.1. Teona mixta retributivo-preventiva (Nowakowski) .5.3.2. Teona diferenciadora(Schmidhauser) .5.3.3. Teona unificadora 0 dialectica(Roxin) .5.3.4. Teona modificada de la union (Gossel) .

6. Resumen y toma de postura: la funci6n de 1apena .6.1. Prevencion especial .6.2. Prevenciongeneral .

§ 4. Concepto dogmatico de Derecho penal (II): delito y medidade seguridad. Reparaci6n a la victima .1. El binomio peligrosidad criminal y medidas de seguridad .2. Clases de medidas de seguridad .

2.1. Medida de seguridad originaria0 reemplazante .2.2. Medida de seguridad complementaria 0 suplementaria de la pena .2.3. Medida de seguridad sustitutiva 0 vicariaL .2.4. ~Medida de seguridad inocuizadora? .

3. Compatibilidad de pena y medida de seguridad .3.1. Los sistemas tradicionales:monismo y dualismo .3.2. El sistema vicarial .

4. La reparaci6n a la victima como tercera via de soluci6n de los conflictospenales .

4.1. Nacimiento y auge de la idea de la reparacion .4.2. Concepto y naturalezajundica de la reparacionala vlctima .

SECCION 2.a

LEGITIMACION, FUN ClONES Y LiMITES DEL DERECHO PENAL

§ 5. Legitimaci6n del sistema punitivo del Estado .I . Ius poen~e y ius puniendi: perspectivas dimensionales del Derecho pe~~

La dlscuuda naturaleza del ius puniendi .2.1. El ius puniendi como atributo de la soberanla del Estado .....2.2. El ius punimdi como derechoa exigir obedienciajundica:::::::::::::::::::::::::2.3. El ius puniendi comopretension punitivafrente al delincuente .2.4. Naturaleza del ius puniendi en los momentos de la vida de la norma

3. Titularidad del ius puniendi......................................... . .3.1. El Estado como titular del ius puniendi ::::::::::::::::::::::::::::::3.2. Lo Union Europea como titular de ius puniendi .3.3. ~Son las Comunidades Autonomas titulares de ius puniendi? .3.4. r:: problemMica de los delitos «privados» y «semiprivadoSl>.lUna excep-

aon a la tltulandad estatal del ius puniendi? .4. Relaciones entre ius poenale y ius puniendi .

4.1. Difinicion del Derechopenal como ius puniendi ::::4.2.. Difinicion del Derechopenal como ius poenale .

5. Legltimaci6n material del Derecho penal .5.1. Posturas legitimadoras de lapotestad punitiva estatal .5.2. Posturas deslegitimadoras 0 limitadoras de la potestad punitiva estatal: el

movimiento abolicionista(). Presente y futuro del Derecl;;·~~~~;··;~·i~~~i~~·~i6ri·~~~~..I·~;·~~~~~~·f~~

n6menos expansivos .6.1. Perspectivasdel Derechopenal deseado:Derechopenal mlnimo .6.2. Perspectivasdel Derechopenal actual .

6.2.1. Posturas neocriminalizadoras6.2.2. Derechopenal del enemigo.... :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

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§ 6. Las [unciones del Derecho penal en el Estado social y demo-cratico de DerechoI . Protecci6n de bie~~~'j~;idi~~~"(; '~~~~~'~~i6~"d~'i~'~'ri~;~ilid~di'::::::::::::::2. Protecci6n de 1avigenCla de la nomla .3. ~Funci6n de control social?4. ~Funci6n etico-social (tutei~ 'd~i''(:~ci~~''~~'i~~;:)?'::::::::::::::::::::::::::::::::::::5. ~Funci6n promocional? .6. ~FunCl6n sunb6hca? .... ..............................................................................

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7. Recapitulaci6n y toma de postura: sobre la compatibiJizaci6nde la tutelade bienesjuriclicos y la protecci6n de la vigencia de la nOn1U 145

§ 7. Limites del sistema punitivo del Estado: prindpios constitu-donales del Derecho penal.........................................................................1471. Primacia de la Constituci6n y limites del ius puniendi del Estado............. 1472. Limites constitucionales en sentido estricto 148

2.1. Principio de legalidad.......................................................................... 1482.2. Principio de igualdad 1482.3. Plincipio de humanidad 0 respeto a la dignidad personal......................... 1492.4. Principio de proporcionalidad 0 prohibicion de exceso............................... 1522.5. Plincipio ne bis in idem 153

3. Limites constitucionalesobjetivo-funcionales............................................ 1553.1. Principio del acto 1553.2. Principio de culpabilidad normativa persona!.......................................... 1563.3. Plincipio de proteccion de bienesjuridicos 1563.4. Principio de prevel1cion... 1573.5. Principio de resocializacion 1583.6. Otros principios penales 158

4.1. Funcion de regulacion de la vida social.................................................. 1814.2. Funcion de valoracion y Juncion de detenninacion................................... 1824.3. ,Funcion de motivacion de la norma a los ciudadanos?............................ 185

5. Recapitulaci6n y toma de postura: la norma juridico-penal en dinamicafuncional 1885.1. El agotamiento del debate entre «imperativismo» y «valorativismo» en la

estructura de la nonna......................................................................... 1885.2. Estructura dinamica y esenciafuncional de la nonnajuridico-penal........... 189

5.2.1. La posibilidad de infraccion de la norma juridica como elementoconstitutivo de la misma 189

5.2.2. La norma juridica como medio orientador de conductas 1905.3.3. La norma juridica como asegurador de expectativas sociales......... 190

SECCION 3.-CARACTERES ESENCIALES DEL DERECHO PENAL

§ 10. Caracteres publico, coactivo, fragmentario y subsidiario delI)erecho Penal... 193I. Caracter publico 193

1.1. Derecho publico versus Derecho privado................................................. 1931.2. ,Es el Derecho penal una rama del Derecho privado? 194

1.2.1. Algumentos historico) competencial y pedagogico: analisis y cr{-tica 194

1.2.2. La «inolganicidad» del Derecho penal: postulados y critica......... 1961.3. El Derecho penal como Derecho publico:Jundamentos 198Caracter coactivo....................................................................................... 200

\. Caracter fragmentario. 202I. Caracter subsicliario 203

4.1. Ultima ratio del Ordenamiento juridico................................................. 203·1.2. Critica al «principio de inteYllencionpenal m{nima» .....:........................... 204

§ 8. Derecho penal de acto versus Derecho penal de autor 0 de lavoluntad 1631. La espiritualizaci6ndel sistemapunitivo.................................................... 163

1.1. El Derecho penal de autor................................................................... 1631.2. El Derecho penal de la voluntad 0 del animo......................................... 168

2. Postulados esencialesdel Derecho penal de acto 1712.1. La necesidad de una accion humana (<principiodel acto») 1712.2. Imputacion subjetivafrente a responsabilidad objetiva.............................. 172

SECCION 4.aTEom DE LAS FUENTES DEL DERECHO PENAL

§ 9. Caracter normativo del Derecho penal: la norma juridico-penal 1751. El Derecho penal como ordenamiento nonnativo.................................... 1752. Estructura lingiiisticade 1anOn1ujuridica................................................. 1753. Naturaleza de la normajuridica................................................................. 177

3.1. Teor{as imperativistas 1783.2. Teor{as antiimperativistas 1803.3. Teorfas eclecticas............... 181

4. Funciones de la normajuridica y Ordenamiento penaL........................... 181

II. Doctrina general de las fuentes del Derecho penal.................... 209I'l:illteamientogeneral de las [uentes del Derecho: clasesde fuentes.......... 209,Il..ige en el Derecho penalla teoria general de las [uentes del Derecho?I :IS fuentes de creaci6n del Derecho penal................................................ 2122. I. Ley.................................................................................................. 2131._. ,La costumbre comoJuente del Derecho penal?....................................... 214l ..i. ,Principiosgenerales del Derecho? 220l.·I. Jurisprudencia? 222l.5. 2 Tratados Internacionales?.................................................................. 223

§ 12. El principio de legalidad penal (nullum crimen, nulla poenasine lege) 2271. El principio de legalidad como principio fundamental del Estado de De-

recho .2. Evoluci6n hist6rica: antecedentes, formulaci6n y vicisitudes .3. Contenido del principio de legalidad penal: su programa dogmatico y

politico-criminal .3.1. Principio de taxatividad (nullum crimen, nulla poena sine lege certa) .3.2. Principio de prohibicion de analogia (nullum crimen, nulla poena sine lege

stricta) .3.3. Principio de prohibicion de retroactividad (nullum crimen, nulla poena sine

legepraevia) .3.4. Principio de prohibicion de Derecho consuetudinario (nullum crimen, nulla

poena sine lege scripta) .3.5. Otros principios procesales .

4. Plasmaci6n positiva del principio de legalidad .4.1. Prevision constitucional y penal. .4.2. Reserva de Ley Olganica: concepto y caracteres .4.3. ~Reserva de Ley Olganica en Derecho penal? .

§ 13. Integracion e interpretacion de la ley penaL .1. Fases de la vida del Derecho y principio de legalidad .2. Integraci6n e interpretaci6n de las leyes penales .

2.1. Trascendencia de la interpretacion del Derecho: c:in claris non fit interpre-tatio? .

2.2. Vision general de la integracion y de la interpretacion: diferencias y seme-janzas .

3. Las llamadas fuentes de integraci6n de los tipos penales .3.1. Ambito material de la integracion: estructura de los tipos legales .

3. 1. 1. Caracteristicasdescriptivas del tipo .3.1.2. Conceptos juridicos indeterminados .3.1.3. Leyes penales en blanco .3.1.4. Lagunas juridicas .

3.2. Medios de integracion de los tipos legales .3.2.1. La analogia en Derecho penal. .3.2.2. Interpretacion analogica .

4. Las llamadas fuentes de interpretaci6n de las leyes penales .4.1. Concepto y grado de interpretacion .4.2. Tecnicas de interpretacion .

SECCION 5.aVALIDEZ ESPACIAL, TEMPORAL Y PERSONAL DE LA LEY PENAL

227228

§ 14. La ley penal en el espacio (I): principio territoriaL .I . Coordenadas condicionantes de la validez de la ley penal: espacio, tiem-

po y persona .2. Principio territorial .

2.1. Origenes y Jormulacion del principio de territorialidad .2.2. Fundamentos del principio territorial .2.3. Prevision legal .2.4. Ambito de relevancia: el concepto normativo de «territorio» .

2.4.1. Territorio terrestre .2.4.2. Territoriopluvial (aguas interiores y mar territorial) .2.4.3. Territorio aereo .2.4.4. Espacio ultraterritorial .

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§ 15. La ley penal en el espacio (II): Principios personal, estatal yII Iii versal .I . Principio personaL .

1.1. SignificadoJundamentos y limites .1.2. Modalidades del principio personal .1.3. El principio personal en la legislacionpenal espanola .I)rincipio nacional-estatal .

2. 'I. Significado y Jundamento .2.2. Regulacion positiva en la legislacion espanola .

\, I'ri ncipio universaL ..J. '1. Bienesjuridicos de la comunidad mundial ..1.2. El principio deJusticia universal en la legislacionespanola ..1.3. La intemacionalizacion de laJusticia penal: la Corte Penal Intemacional..

3.3.1. La adopcion del Estatuto de Roma .3.3.2. Competencia de la CPI .3.3.3. Principios inJormadoresde la CPl .

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~ 1(,. La ley penal en el tiempo (I). Validez temporal de la ley pe-IHlI: SlI irretroactividad .I, I,illlites crono16gicos de vigencia de la ley penal .

1.2. iVlomentos de la vida de la ley penal.. .1.1. Modificacion y extincion de la ley penal .Irn:troactividad de la ley penal .2. I. Proclamacionpositiva .2.2. Pundamentos materiales de la irretroactividadpenal .

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§ 17. La ley penal en el tiempo (ll): Retroactividad de la ley penalfavorable .1. La retroactividad de 1a ley penal favorable como principio general: pro-

clamaci6n legal, fundamentos y alcance .2. Supuestos basicos de sucesi6n de leyes penales .

2.1. Ley 1 (impune) - Ley 2 (criminalizadora) .2.2. Sucesion de leyespenales de igualgravedad .2.3. Sucesion cronologicade una ley penal pOl'otra menos grave .2.4. Sucesion cronologicade una ley penal pOl'otra mas grave .

3. Supuestos complejos de sucesi6n de leyes penales: Ley penal intermedia ..4. Ley penal temporal .

§ 18. Vigencia personal de la ley penal .1. El principio de igualdad y sus excepciones .2. Indemnidades 0 inviolabilidades .

2.1. Inviolabilidad delJife del Estado .2.2. Inviolabilidad parlamental'ia .2.3. [,1Violabilidaddel Difensol' del Pueblo .2.4. Inviolabilidad de los Magistrados del Tribunal Constitucional.. .

3. Exenciones .4. Inmunidades .

4.1. Inmunidad parlamentaria .4.2. Inmunidad del Difensor del Pueblo .4.3. Inmunidad judicial .

5. 2Son constitucionalmente aceptables las prelTogativas personales? .

313

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Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales (Ministerio deJusticia, Madrid)Actualidad penalArchiv Jur Rechts- und SozialphilosophieAuflage (Edici6n)Band (tomo)C6digo civilCuadernos de DerechoJudicialCuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal (Vilella Editor,Buenos Aires)Constituci6n espanola de 1978confr6nteseConsejo General del Poder JudicialC6digo penalCompiladorCuadernos de PoHtica Criminal, 2.a epoca: Centro de EstudiosSuperiores de Especialidades Juridicas, S.L., (Cesej, Madrid)Doctrina Penal (Editorial Depalma, Buenos Aires)Estatuto de la Corte Penal InternacionalEstudios Penales y Criminol6gicos (Universidad de Santiago deCompos tela)editor / edici6n

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Fundaci6n Cuadernos de la Catedra. Revista de Ciencias Penafe.s(Mave, Mario A. Viera editor, Corrientes, Argentina) ~

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s.c.SANSTC

Goltdammer's Archiv fur Streifrecht, Herausgegeben van Paul-Giinter PotzCanstitucion alemana (Grundgesetz)Juristische Schulung, Zeitschrift fur Studium und Ausbildung(Verlag C.H. Beck, Miinchen und Frankfurt)

JuristenzeitungKainer Zeitschrift fur Soziologie und Sozialpsyschologie, West-deutscher Verlag, Opladenlugar ultimamente citadanumero marginalNeue Zeitschrift fur Streifrecht (C.H. Beck'sche Verlagsbuch-handlung, Miinchen - Frankfurt)abra ultimamente citadapar ejemplaPoderJudicial (Consejo General del Pader Judicial, Madrid)Pena y Estado. Revista HispanolatinoamericanaRevista de Ciencias Penales (Revista de la Asociacion Espanolade Ciencias penales, Santiago de Campastela)Revista de Derecho (Facultad de Ciencias Juridicas y Saciales,Universidad Catolica de la Santisima Concepcion. Chile)Revista de Derecho Penal (Editorial Lex Nova, Valladolid)Revista de Derecho Penal y Criminolog£a (Universidad Nacionalde Educacion a Distancia, Madrid)Rechtstheorie, Zeitschrift fur Logik, Methodenlehre, Kybernetikund Soziologie des Rechts, Duncker & Humblot, BerlinRevista Espanola de Derecho ConstitucionalRevista de la Facultad de Derecho de Mexico, Universidad Na-cional Autonoma de Mexico (UNAM)Revista General de Derecho (Valencia)Revista General de Legislacion y JurisprudenciaRevue Internationale de Droit PenalRepertorio de Jurisprudencia AranzadiRevista Jundica de CatalunaRevista Penal (Universidad de Huelva, Editorial Praxis)Revista Peruana de Doctrina y Jurisprudencia Penal (InstitutoPeruana de Ciencia penales, Editorial juridica Grijley, Lima)scilicetSentencia de la Audiencia NacionalSentencia del Tribunal Constitucional espanal

S'I'SSICBI, / ts.I'id.vol. / vols./'./lkDR/'.f(P

Sentencia del Tribunal Supremo espanolCodiga penal aleman (Streifgesetzbuch)tomo / tOlnasVideturvalumen / valumenesZeitschrift der Akademie fur deutsches RechtZeitschrift fur Rechtspolitik (C.H. Beck'sche Verlagsbuchhan-dlung, Miinchen - Frankfurt)Zeitschrift fur die gesamte Streifrechtswissenscheift(Walter de Gru-yter, Berlin New York)

EL CONCEPTO DEDERECHO PENAL

(;onfiguracion cientifica del moderno Derecho penal:hacia una teoria funcionalista y normativista del

Derecho penal

Prcsupuesto del estudio del Concepto de Derecho penal es el anaIisis delIlIliI\'llido del Concepto de Derecho, que delimita la Teona general del Dere-I III) y fija el marco normativo en el que se integra el Derecho penal. La pre-Itlllll.l h:lsica de todo investigador que se enfrenta al estudio del ordena-11111'1110punitivo reza: iQue es el Derecho penal?, cuesti6n cuyo presupuestoIlIfl,11() l'S el interrogante: iQue es el Derecho?, que se han fommlado reitera-Ii 11111"1Le j uristas y fi16sofos a 10 largo de 13 Historia sin poder dar una res-IIIII".I., gc neralmente aceptada, 10 cual explica la diversidad de tendencias enII I ,'prIll general del Derecho 1.

L:I literatura sobre las dificultades de una definicion unitaria del Derecho es inabar-,dd, I 'id.. trlodernamente, en la doctrina espaiiola, Antonio-Enrique PEREZ LUNO, Teoria1./ I ),'1", II". Una concepcion de La experiencia juridica, con la colaboracion de Carlos ALARCONI 111111(/\,l<-aGel GONZALEZ-TABLAS y Antonio RUIZ DE LA CUESTA, Tecuos, Madrid,1'1'1/,1'1" _7 y 55.; ID., «Concepto del Derecho y experienciajuridica», en Lecciones de Filoso-II" 1/' I I kr,.dlO. Presupuestos para una Filosofla de La Experiencia ]uridica, 6.a ed., Mergablum.Iii 11111 Y l'OlllLll1icacion, Sevilla, 1998, pp. 43 Y 5S.; en la literatura alemana, Arthur

I III ~1i\NN. Rechtsphilosophie, 2a ed., C.H. Beck, Mi.inchen, 1997, pp. 134 Y ss. (Filosofia del11"IIIt", I' :tdllccion de Luis Villar Borda y Ana Maria Montoya, Universidad Externado deI 1IIIIIIIIlI,l. Ilogota, 1999, pp. 261 Y ss.; La ed. alemana bajo el titulo GrundprobLeme del'I Idl/l"/"I"'''I,llie. Eine Eirifiihrung in das rechtsphilosophische Denken, Miinchen, 1994, pp. 121 Y

) 1 1'1,1 ,I<\:JChilll LAMPE, «Die vier Dimensionen des Rechts. Materialien zur Bestinunung

Ya Kant resumio laconica y acertadamente la dificultad de definir elDerecho: «Todavia buscan los juristas una definicion de su concepto deDerecho» 2. Este autor puso de manifiesto la dificultad de conceptuar elDerecho (quid ius?), pOl"que no debe limitarse el jurista a decir 10 que esDerecho en un momenta concreto (quid sit iuris?), esto es, 10 que las leyesdigan que es Derecho, sino que ha de encontrar un principio delirnitadorde 10justo y 10 injusto, a efectos de conocer si 10 dispuesto por las leyes es 0no acorde con 1a idea de la Justicia: para ello, abogaba Kant por acudir auna valoracion fundamentada en la raz6n y no en criterios meramente em-p£ricos: «Una Teoria del Derecho meramente empirica -de cia Kant- es,como la cabeza de madera en la fabula de Fedro, una cabeza que puede serhermosa, solo que jlastima! no tiene seso» 3.

Modernamente, Herbert Hart -en un paradigmatico libro titulado TheConcept if Law 4_ resalto que pocas cuestiones concernientes a la Sociedadhumana han sido planteadas con tanta persistencia y respondidas por tantossolventes pensadores como la relativa a ique es el Derecho? La amplia litera-tura dedicada a esta pregunta contrasta -segun el citado autor- con la muyescasa dedicada alas cuestiones ique es la Qu£mica? 0 ique es la Medicina?, 0cua1 denota una profusion en la discusion juridica, a menu do de esterilesresultados y con medios de inusitada violencia.

Las rnismas dificultades de definicion surgen en el ambito penal: el inte-rrogante ique es el Derecho penal? no tiene ficil -ni unica- respuesta, debido ala diversidad de significados que se confieren a los terrninos 'Derecho' y 'penal' 5.

Ninguna definicion es completamente satisfactoria, porque en ciertosentidolod:1slas definiciones pecan por ornision (no hay ninguna que abarque abso-1111:1e irrefutablemente todos los elementos de 10 definido). Par ella, mas queIlvlinir el concepto de Derecho penal, debe intentar ofrecerse una explicacionII) 1 nas precisa posible del objeto de conocimiento, y con ello alcanzar unaiI/JI'oxil11aci6nestricta a dicho concepto, que analice tanto su contorno como sutlilliomo ", esto es, su contenido intrfnseco y su delil11itaci6nexterior.

I':" tradicional1a division del Derecho penal en una Parte general y en una/ ',"'11' especial. La Parte general del Derecho penal se ocupa del analisis de 10s111I1CL:ptoSe instituciones generales del Derecho penal (delito, pena, ley111'11:11).La Parte especial se dedica al estudio y sistematizacion de 1asfiguras de"1·1110en particular (homicidio, asesinato, lesiones, violacion, hurto, robo,I II .) '. Esta division tiene un valor didictico y pedagogico, esto es, encuen-IIIi 'li reflejo tanto en 10s planes de estudio como en los Codigos penales deIlldo -, mundo. Si embargo, ambos sectores del Derecho penal no se hallan"I'i('ollectados entre S1,sino que se exigen mutuamente: no es imaginable e111111)sin el otro.

II Illq;llIlt3 ~que es el Derecho?, presupuesto de la que aqui importa: ~que es el DerechoI" II,d!. Se puede responder en muy distintos sentidos»; Eugenio Raul ZAFFARONI,Tratado deI I'I",It" II/'nal, Parte general, I, Ediar, Buenos Aires, 1987, pp. 13 Y 5S.;Luis RODRIGUEZII \1>11 \.." Compendio de Derecho penal (Parte general), 3.' ed., Trivium, Madrid, 1986, pp. 10 y

1(111 L'IIse detiene en el anilisis del sustantivo 'Derecho' como genera proximo y del1",,111'1>'penal' como diferencia especifica.

r,. Vid. Jose ORTEGA Y GASSET, Obras Campletas, Revista de Occidente, Madrid,I'll' I. 1'\\1.II, pp. 497 Y ss. Y vol. VII, p. 120, citado por Antonio-Enrique PEREZ LUNO,I "1/"1/,,, ill"Filosofia del Derecho, op. cit., pp. 54 Y ss.

I, Vid., al respecto, en la doctrina espanola, Francisco Javier ALVAREZGARCiA,I', i,,, "'lles entre la Parte general y la Parte especial del Derecho penal», ADPCP, Madrid,1'111 \, i'I'. 1009 Y ss.; Jose ORTEGO COSTALES,Ensayo sobre la Parte especial del Derecho penal,111I1\'1'''ld:leide La Laguna, 1959; ID., Teoria de la Parte especial del Derecho penal, Dykinson,

Ild"d. I'iHS; en lengua alemana, de interes, Martin FINCKE,Das Verhdltnis des Allgemeinerl11/1/1I",,>I/,{l'I'cl/ Teil des Strcifrechts,J. Schweitzer Verlag, Berlin, 1975, pp. 1 Y ss.; tambien,,dll'"III);NAUCKE,,rDer Aufbau des § 330c StGB. Zum Verhaltnis zwischen Allgemeinem

I\lId 11t'\()\ldcrem Teil des Strafrechts», en Festschrift fur Hans Welzel zum 70 Geburtstag,dill II<- (;ruyter, Berlin - New York, 1974, pp. 761 Y ss.; Klaus TIEDEMANN,«Zum

I dl,lllillS V\\1l AJIgemeinem und Be50nderem Teil des Strafrechts», en Festschrift fur }14rgen1I11/11'i1I1I1~1I1I1 7U. Geburtstag, Verlag Ernst und Werner Gieseking, 1992, pp. 7 Y ss.

des Rechtsbegriffs», Rechtstheorie, t. 22, Duncker & Humblot, Berlin, 1991, pp. 221 Y ss.;Bernd ROTHERS, Rechtstheorie, C.H. Beck, Munchen, 1999, pp. 34 Y ss., 46 y ss.; RainerZACZYK, «Uber Begri.indung im Recht\), en rD. / Michael KOHLER / Michael KAHLO(comp.), Festschriftf14rE. A. Wo!ff zum 70. Geburtstag am 1.10.1998, Springer-Verlag, Berlin- Heidelberg, 1998, pp. 509 Y ss.

2. Vid. Immanuel KANT, Critik der reinen Vernunft, 2a ed., Riga, Johann FriedrichHartknoch, 1787, A 732, B 759.

3. Immanuel KANT, Die Metaphysik der Sitlen in zwei Teilen, Konigsberg bey Frie-drich Nicolovius, 1797, «Erster Theil: Metaphysische Anfangsgrunde der Rechtslehre»,«Einleitung in die Rechtslehre», § B, «Was ist Recht?» (rD., La Metafisica de las Costumbres,Estudio preliminar de Adela CORTINA ORTS, traduccion y notas de Adela CORTINA ORTSy Jesus CONILLSANCHO,Editorial Tecuos SA, Madrid, 1989, p. 38).

4. Vid. H. 1. A. HART, The Concept if Law, Clarendon Press, Oxford, 1961, pp. 1 Yss. (second edition, with a Postscript edited by Penelope A. BULLOCHand Joseph RAz,Clarendon Press, Oxford, 1994).

5. Vid. Santiago MIR PUIG, Introduccion a las bases del Derecho penal, Bosch Casa Edi-torial SA, Barcelona, 1976, pp. 11 y ss., quien senala que «aun limitada al Derecho positivo,

Dentro de la Parte general del Derecho penal, que ahora nos ocupa, a suvez, suele hacerse una subdivision en tres secciones,a saber:

a) Fundamentos cimtijicos (dogmaticos) del Derecho pmal, que constituyeuna introducci6n cientifica a la asignatura, deteniendose en el estudio de tresmaterias: Concepto, Metodologia y Fuentes de Derecho penal.

b) Teona jundica del delito, que estudia sistemiticamente los elementosesenciales del delito (accion, tipicidad, antijuricidad, culpabilidad y punibilidad),donde muestra una especial relevancia la doctrina de la imputaciol1 objetiva ysubjetiva del acto a su autor.

c) Teona de las consecuenciasjundicas del delito, que se ocupa del estudiode los instrumentos legales para la sanci6n juridica y la prevenci6n de lacriminalidad: las penas y las medidas de seguridad.

II' Ley de Enjuiciamiento Criminal. Pronto se impuso en nuestro pais laI presion 'Derecho penal': todos los Codigos penales espaiioles decimono-llii os (de 1822, 1848, 1850 y 1870) son intitulados Codigos penales y noI odi~os criminales. Tambien las principales obras cientificas (Manuales y

lilll~ntarios) de la epoca emplean la expresion 'Derecho penal' 11, consa-,'i ,llIdo esta denominacion que ya habia sido utilizada en la Edad Media 12

1111.1evolucion parecida se vivio en Alemania, Italia y Francia. En la ac-111.i1l(bd, 'Derecho criminal ( unicamente se emplea en el ambito anglosaj6n:I '/11l/illal Law.

I\lglll1 autor ha defendido el uso de la expresion 'Derecho criminal' por-Ijlll' .llude al presupuesto (crimen) y no ala consecuencia (pena) del fenomenoill Iii livo 13. Sin embargo, con el termino 'crimen' no se alude correctamenteIi III 'supuesto delictivo: el crimen parece unicamente referirse alas infrac-Illill\'S de mayor gravedad, dejando fuera a las mas leves (faltas) 14. Unaii, Illllllinacion que atendiera mas correctamente al presupuesto seria, porI 1l'lllplo, 'Derecho delictual' 0 'Derecho de la infraccion penal', pero. no11111.Idquirido predicamento alguno. Si 10 ha hecho, sin embargo, la mtltu-III 1\)11que alude a la consecuencia juridica mas definitoria de la disciplina:

Hasta ahora, al referirnos a nuestra disciplina, hemos empleado la usualexpresion 'Derecho penal'. Hoy dia se trata de la expresion mas generalizadaen nuestro entorno juridico: en Alemania se emplea el termino 'Strafrecht',en Italia 'Diritto penale', en Francia 'Droit penal'.

En epocas pasadas impero la expresion 'Derecho criminal', cuyo uso enEspana fue mas bien esporadico y no excesivamente prolongado. La em-plearon sobre todo los practicos de los siglos XVI, XVII Y XVIII 8 Y -mas 0

menos generalizadamente- la doctrina y legislacion hasta principios delsiglo XIX: por ejemplo, el Plan de C6digo Criminal elaborado en 1787 9,

otros proyectos del trienio liberal 10 y aun incluso la -todavia hoy vigen-

I I Joaquin Francisco PACHECO, Estudios de Derecho penal. Leaiones pronunciadas en elII, /11 " tI,· i\ladrid en 1839 y 1840, en Obras jundicas, t. II, 2: ed., Madrid, 1854; Luis SILVELA,

/ I II, "·tI,, I Penal estudiado en principios y en la legis/aci6n vigente en Espana, 2' ed., parte I, Ma-1,1.1 1'1113;Alejandro GROIZARDy GOMEZDELASERNA,E/ C6digo penal de 1870, concordado

, H'I/It I/f,,,I,,, t. I, lmprenta de D. Timoteo Amaiz, Burgos, 1870; Vicente HERNANDEZDELAIII' \ ('"rsli"/Ies selectas de Derecho penal vigente, lmprenta que fue de Operarios, a cargo de D.I I' .Il'i Castillo, Madrid, 1853; Salvador VIADAY VILASECA,C6digo penal njormado deI /I, "'I/lill'dado )' comentado, 4.' ed., Madrid, 1890. . . .

I ' I'~radigmatica es, en este sentido, la conocida obra De potestate legis poenalts,. libnhill .1(' i\1I'lI1soDE CASTRO (1495-1558), publicada en Salamanca, 1550, que -a JUICIOde"1111111".'Illures- da principio ala modema Ciencia espanola del Derecho penal, al constituir11"1""" 'I'r:ltado sistematico de la asignatura. .,

I \ lIid., en este sentido, Reinhart MAURACH, Tratado de Derecho penal, traducclOn y",II .I" Ikn:cho espanol pOI'Juan CORDOBARODA, prologo de Octavio PEREZ-VITORIA

~ II lit I N\ I, t. I, Ediciones Ariel, Barcelona, 1962, pp. 3 y ss,I I I',Itermino 'infraccion criminal' [ue propuesto en la doctrina espanola pOI'Quinti-

Ii111'1',1\1III\NI\, Comentarios cientifiw-pYrictiws al C6digo penal de 1870, vol. I, Tratado I, Infra~-111/)' II"""I/silhilidad, Reus, Madrid, 1920, p. 2 A este respecto, se ha apllntado que es mas'111'III ,·1IC'nnino 'infraccion penal' que el de 'infraccion criminal', par ser mas acorde a la

111111ti, ',I de bs f:1lt~Se incluso los delitos de escasa entidad. Vid. Jose CEREZO MIR, CursoII, "tI", "mill cspai'i"I. Parte general, II, Teona jundica del delito, 6.' ed., Tecnos, Madrid,

I I III I' 17.

8. Vid. Emilio OCTAVIa DE TOLEDO Y UBIETO, Sobre el concepto del Derecho penal,Universidad de Madrid, Facultad de Derecho, Seccion de Publicaciones, Madrid, 1981, pp.40 y ss. (notas 57 y 58).

9. Vid. Jose Ramon CASABa RUIZ, «Los origenes de la codificacion penal en Espa-na: el Plan de Codigo criminal de 1787», ADPCP, 1969, pp. 313 y ss.

10. Entre elios, los proyectos de Codigo criminal de 1830, 1831 y 1834, estudiadoscon singular interes y precision por Jose Ramon CASABa RUIZ: EI proyecto de C6digocriminal de 1830, estudio preliminar y edicion pOI'Jose Ramon CASABa RUIZ, Secretaria-do de Publicaciones e Intercambio Cientifico, Universidad de Murcia, 1978; El proyecto deC6digo criminal de 1831, estudio preliminar y edicion por Jose Ramon CASABa RUIZ,Secretariado de Publicaciones e Intercambio Cientifico, Universidad de Murcia, 1978; EIproyecto de C6digo criminal de 1834, estudio preliminar y edicion pOI'Jose Ramon CASABaRUIZ, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Cientifico, Universidad de Murcia,1978.

'Derecho penal' 15. Es evidente que esta denominacion tampoco se libra decnticas: alude, sl, a la pena, como principal instrumento de lucha contra ladelincuencia, pero deja fuera a la medida de seguridad, que habra que en-tender, al menos de lege lata, incluida en el ambito juridico-penal 16.

Ocasionalmente se han propuesto algunas otras denominaciones, que -por10 general- no han alcanzado mayor trascendencia: se trata de «ocurrenciasindividuales» 17, que no tienen mas in teres que el meramente historico.Entre elias, destaca la de Derecho protector de los criminales, empleada por elilustre penalista Pedro Dorado Montero 18. Con esa expresion, que -a sujuicio- imperaria en el hlturO, pretendla aludir a la pena como una formade tutela del delincuente, que no es condenado por puro retrihucionismo,sino con fines preventivos. La denominacion de Dorado Montero, pioneraen su momenta en el pensamiento juridico-penal europeo, no se ha im-puesto en la actualidad, pero sl el esplritu que la animaba: la concepcionrelativa -no absoluta- de la pena, esto es, la legitimacion del Derecho penalcon fines preventivos (prevencion general y especial), y no de retribu-

. , 19Clon .

15. Jose ANTON ONECA, Derecho penal, t. I, Parte general, Grafica administrativa, Ma-drid, 1949, pp. 5 y ss.

16. Gerardo LANDROVEDiAz, «Sobre la denorninacion y naturaleza del Derecho pe-nal»,.en Estudios penales, r, Cursos y Congresos de la Universidad de Santiago de Compostela,Servlclo de PubIicaciones de la Universidad, Santiago de Compostela, 1977, pp. 249 y ss.,esp. 262, considera que, mejor que retocar los temLinos y supervalorar !as fonnas extemas esmantener !a denominacion tradicional de Derecho penal, pero refonnando su contenido ensentido actualizador.

17. Vid. Eugenio Raul ZAFFARONl, Tratado de Derecho penal, Parte general, r, Ediar,Buenos Aires, 1987, p. 26.

18. Vid. Pedro DORADo, El Derecho protector de los criminales, nueva edicion muy au-mentada y rehecha de los Estudios de Derecho penal preventivo, 2 tomos, Libreria General deVictoriano Suarez, Madrid, 1915. Esta denorninacion es calificada de «exacta» y considerada«la verdadera escuela espanola de moderna factura', y «el verdadero Positivismo critico espa-noh, por Luis JIMENEZDEASUA, Tratado de Derecho penal, t. r, Concepto del Derecho penal y dela Criminologia, Histaria y Legislacion penal comparada, 3: ed. actualizada, Editorial Losada,Buenos Aires, 1964, p. 31, y t. II, Fi!osifla y Ley Penal, 4.' ed. actuaIizada, Editorial Losada,Buenos Aires, 1964, pp. 28, 136 y ss.

. 19. No en vano afiml0 JIMENEZDEASUA (Tratado, op. cit., t. II, p. 138) que «10quehizo DORADO es construir el autentico tratarniento protector del porvenir». Por otra parte, aDORADO MONTERO se Ie ha considerado un precursor de la teoria del labeling approach (eneste sentldo, Manuel COBO DELROSAL / Enrique BACIGALUPO,«Desarrollo historico de laC~rninolo,gia en ~spana», CPC, llum. 11, Madrid, 1980, pp. 31 y ss.) y de la «crirninologiacntlca» (asl, Joaqum CUELLOCONTRERAS,«La definicion de criminaIidad», CPC, num. 15,

Ejemplos de otras denorrunaciones de menor alcance son: Derecho represi-vo (Puglia), Derecho de lucha contra el crimen 0 el deUto 20 (Thomsen), Derechorestaurador y Derecho sancionador (Valdes Rubio), Derecho determinador (Labor-de), Derecho transgresional, Derecho de difensa social (Antolisei, Ancel) y Derechode difensa individual y, sobre todo, la aludida de Derecho punitivo, que es in-distintamente empleada en relacion a las propias designaciones de Derechocriminal y Derecho penal 21 •

Las dimensiones basicas del Derecho: de la teorlatridimensional a la teona pluridimensional del Derecho

1':1lel ambito de la Teoria general del Derecho se ha desarroliado una11111 II illa, conocida como Teona tridimensional del Derecho 22, que cuenta conIIIIII1TOSOSseguidores en diferentes paises 23, Y que pone de relieve las tres.lflllt·lI~iones esenciales de la experiencia juridica, a saber: sociedad, norma y,,1111'. Posteriormente, algunos partidarios de esta doctrina han defendido laIIII I'~idad de incorporar una nueva dimension mas, igualmente util para elI IlIlllCilIliento del Derecho: el tiempo (mensurado a 10 largo de la Historia),dll"lldicndose de esta manera una teona tetradimensional del Derecho. En11111 "t I,I opinion, aun debe ampliarse mas ese cupo de dimensiones juridicas

I IIII.lks: por ejemplo, con el concepto de persona. Se impone, pues, una" 111111 tJ/llridimensional, abierta y compleja, acorde con la Sociedad modema.

Illillilluacion analizaremos brevemente cada una de estas dimensionesI III 1:11 'So

III 1111I. 11)lfl, p. 435; ID., El Derecho penal espanol. Parte general. Nociones introductorias. TeonaI, 1,1./lIfI, ,I:' cd., Dykinson, Madrid, 2002, p. 337).

'II 1,1 tennino en aleman es <Nerbrechensbekampfungsrecht». Cft. THOMSEN, Grun-1,1/1 ,1/'1 dl'l/Isrhen Verbrechensbekiimpfungsrechts, AllgemeineI' Tei!, Berlin, 1905; rD., Besonderer'"I 1I,'il"" 1906.

•I (Jr. Jose M.' RODRIGUEZDEVESA/ Alfonso SERRANOGOMEZ, Derecho penal es-"",/ I ',/II]' g('//cral, 18.' ed., Dykinson, Madrid, 1995, pp. 5 y sS., 10 Y sS.;Luis JIMENEZDEI " II.'., pp. 30 y ss.

, , Sliele citarse como paradigrnatica una obra del jurista brasileno Miguel REALEti-1111.1 I I ;'"riil tridimensional do Diritto publicada en 1940 (version espanola: Teona tridimensional/ 1/1.11" I",. tr:lduccion de J. A. Sardina-Paramo, Edeval, Valparaiso, 1978).

, \ (}i'. I~;lmon SORJANO, Compendio de Teona general del Derecho, 2.' ed., corregida y11111' 111,,,1.,, Arid Derecho, Madrid, 1993, pp. 15 Yss.

La primera dimension del Derecho reside en que toda experiencia juridicaconstituye un hecho social, es decir, un hecho con relevancia, significado 0 pro-yeccion social 24. Es obvio que cuando una persona comete un homicidio,una defraudacion a la Hacienda publica 0 un atentado contra la autoridad,etc., realiza actos antijuridicos que implican necesariamente una proyec-cion social. El Derecho surge, ante todo, para intentar conseguir y garan-tizar un orden social determinado 25. Y por ello se habla del Derecho comoun instrumento de control social: el Derecho se integra en la Sociedad, de modoque entre Sociedad y Derecho existe una redproca interrelacion, una mutuainterdependencia.

El Derecho penal, como sector del Ordenamiento juridico, tiene igual-mente una proyeccion social ineludible: impone una sancion penal (pena 0

medida de seguridad) a los responsables de un delito 0 Jalta precisamenteporque tales acciones lesionan 0 ponen en peligro un bien juridico imp res-cindible para la convivencia social (vida, integridad llsica, libertad sexual,honor, patrimonio, etc.): todo delito implica la lesion 0 puesta en peligrode un bien juridico ajeno. Esta ajenidad del bien lesionado 0 puesto en peli-gro indica la proyeccion social del delito, porque la accion delictiva trasciende lasbarreras del individuo, lesionando ilegitimamente la eifera de otra persona, demanera que la sociedad considera dicha accion como intolerable y merece-dora de conminacion penal.

Esta dimension social es irrenunciable en todo Ordenamiento juridicodemocratico y en toda experiencia juridica. Algunas excepciones a esta di-mension social se hallan en los regimenes totalitarios: por ejemplo, en laAlemania nazi se pretendio instaurar un Derecho de autor 0 de la voluntadque no exigi a la manifestacion de la «voluntad criminal» al exterior (esto es:al mundo social), sino que bastaba que se acreditara la existencia de una«predisposicion al crimen» en la psique del autor para que este (normalmen-te de una raza 0 de unas condiciones personales determinadas) pudiera sersancionado.

. 24. Cft· Karl OUVECRONA,Law as afaet, London, 1939, esp. pp. 80 y ss. (second edi-tIon, Stevens & Sons, London, 1971), quien -liel a un empirisnlO radical- pretende explicarel Derecho como un puro acto.

25. Angel LATORRE, Introdueci6n al Dereeho, Ariel, Barcelona, 1972, p. 27: «El Dere-cho es ante todo un mecanismo para imponer y garantizar un orden social».

La segunda dimension esencial del Derecho es la normativa: todo Ordena-Illicnto juridico es un complejo de normas que son positivadas por un organoIq~;timo de poder (poder legislativo) y recogidas en leyes u otras disposicio-Ill'S legales. El conjunto de normas juridicas escritas constituye -en oposi-11(\11 al Derecho natural- el Derecho <positivo» 26 (de 'positum': 10 que elIq;islador «pone» 0 «establece» como Derecho en la nom1ajuridica).

L:l norma juridica constituye un instrumento primario de interpretacionjlll"idicay un elemento esencial del propio concepto de Derecho: la con-'1I'("llciondel orden social solamente puede alcanzarse mediante la articula-I 1("11 de determinadas normas juridicas 27, que conforman un complejoIII dcnado y sistematico: el Derecho es un sistema de normas, ordenado, unitario)llol/l!rente.

Esta unidad y coherencia del Ordenamiento no obsta para que, en oca-siones, puedan producirse lagunas legales, que habran de ser integradas 0

colmadas en la medida de 10 posible, con los medios legales disponibles alefecto (v.gr. analogia, interpretacion analogica, etc.). Sobre este tema trata-remos al estudiar la ley penal y su interpretacion.

l J 11 tercer aspecto esencial del Derecho es la dimension valorativa 0 axio16-I'll d. 1,:1 valoracion de los bienes es imprescindible para que el Derecho persigaII" lillI'S de justicia, aseguramiento de las libertades, bien comun, proteccion

'I,. En contra de esta expresi6n, Karl OUVECRONA, O.u.c., pp. 77 Y ss., por conside-11I111,llIlnI6gica.

'I, Vid. Eberhard SCHMIDHAuSER,Strafreeht. Allgemeiner Teil, Lehrbueh, lC.B. Mohr11'lld ,'ichcck), Tlibingen, 1970, p. 4; Enrique GIMBERNATORDEIG, Concepto y metoda de laI lill,ld del Dereeho penal, Editorial Tecuos, Madrid, 1999, p. 36; Eugenio Raul ZAFFARONI/

I, ',1I1<1mALAGIA/ Alejandro SLOKAR,Dereeho penal, Parte general, Ediar, Buenos Aires,'111111,1'. Yi: «La legislaci6n penal es el material basico de interpretaci6n del derecho penal".I II , ',111l'lllbargo, Tomas Salvador VIVESANTON, «Dos problemas del positivismo jundico»,III / ,,,i,,,,, I)('nales, Universidad de Valencia, 1979, pp. 341 y ss., esp. 352, quien sostiene queII I'T,1.1SI'ositivas rel11iten fuera de sl l11isl11as,y la "teona" del derecho no puede elaborarseIII 1'"""IHlcstOS "metateoreticos". Y, en consecuencia, no cabe efectuar una separaci6n

I II1111,·('lIlre el derecho positivo y el derecho ideal al que este remite como fundamento1'llftllll,HI,,!",.

JUAN CARLOS
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de bienes, prevenClon de la criminalidad, etc. El proceso de valoracionnormativa presenta las siguientes caracteristicas:

a) Ante todo, se trata de un proceso selectivo: el Derecho penal no puedeprestar proteccion a todos los bienes por igual, sino que ha de limitarse a laproteccion de los bienes juddicos 0 valores fundamentales de la persona 0 de lasociedad (vida, libertad, libertad sexual, etc.) y, ademas, unicamente frente alas agresiones mas graves.

b) Ademas, se rige por criterios valorativos de proporcionalidad. Una vezseleccionados los bienes 0 valores dignos, merecedores y necesitados deproteccion penal (v.gr. vida, libertad, intimidad, patrimonio, etc.), elDerecho penal no puede protegerlos por igual, con indiscriminada einequitativa arbitrariedad, esto es, imponiendo a todas las distintas ac-ciones que los lesionen la misma pena, sino valorando singularizada-mente la entidad del ataque y la relevancia del bien juddico lesionado 0

puesto en peligro.

Ejemplo: EI hecho de que el asesinato (art. 139 CP) merezca pena masgravosa que la injuria (arts. 208 y s. CP) se explica porque la entidad de laacci6n lesiva y la importancia del bien juridico (vida y honor, respectiva-mente) son valoradas, en cada caso, de manera diversa por el ordenamientojuridico: en el primer caso, un ataque irreparable contra un valor esenciali-simo de la convivencia humana; en el segundo supuesto, una lesi6n repara-ble de un bien esencial, pew de menor entidad (el honor).

c) Par 10 demas, la valoracion ha de plasmarse expresamente en la normapenal. Es decir, no toda lesion a un bien juridico fundamental es punible:unicamente 10 sera si se halla tipificado en la norma penal como delito 0 fahay no amparada por causa de justificacion alguna.

Ejemplo: el homicidio cometido en legitima defensa, aunque sea objeti-vamente una lesi6n contra un bien juridico fundamental (como es el bien.«vida»),no constituye un injusto punible, sino que -como colof6n del pro-ceso desvalorativo- queda penalmente justificado.

En resumen: la ciencia penal, quiza mas que ninguna otra ciencia juridi-ca, posee un marc ado caracter social) normativo y valorativo. Ellegislador valaralos bienes dignos de proteccion, y Ie otorga una tutela que queda plasmadaen las normas juridicas: sanciona los comportamientos humanos socialmente

III:IS desvaliosos, conminandolos con las sanciones juridicas de mayor grave-11.1( I de cuantas dispone el Ordenamiento juridico en el Estado de Derecho,IHI!"exigencias dejusticia y con finalidades de prevencion.

I~sn1.erito de la teoda tridimensional del Derecho haber destacado dos as-Ill'nos esenciales: en primer lugar, que en toda experiencia juridica con£lu-YI'II las tres aludidas dimensiones (hecho social) norma y valor); y, en segundo1l'llllino, que tales facetas no se muestran aisladas sino que, antes bien, seIl'iorionan mutuamente. Ahara bien, como se ha puesto de manifiesto (yai1I'sdc la «teoria de la relatividad» de Einstein) 28, esas tres dimensiones delI h'1'l"cho a la postre no son suficientes para estudiar el fenomeno juridico enII l'\lIljunto: se requiere una cuarta dimension, el factor tiempo, esto es, la His-

111110, Se produce, de este modo, un transito del tridimensionalismo al tetradi-. I' . 'd' 29IIII'I/I'/o/'lalSmo JUrt lCO .

I~stc transito incide de lleno en la gnoseologla jurldica (teoria y crlticaill I I'ollocimiento): la cuarta dimension permite temporalizar las otras tresi1llllvllsiones, permitiendo aproximarse al Derecho vivo) palpitante) en accion)III t'('l:ltJcctiva historica. Esto es, no se estudia el Derecho penal de formaI,I,'filli (como una «[ana en formol» 0 «en una mesa de operaciones») 30,

I111I de forma dinamica) en su contexto historico 0 temporal, esto es, va-1IIIdiido su evoluci6n anterior y relacionandola con la venidera. De esta

'H. Tambien par la «teona de los sistemas soeiales» (ifr. Niklas LUHMANN, SozialeI' 111111'. (:nm,drij3 einer allgemeinen Theorie, Suhrkamp Verlag, Frankfurt am Main, 1987, pp.II \ '".) Y por diferentes juristas (p.ej. Karl LARENZ, «Aufgabe und Eigenart der ]urispm-

II. II ", rllJllristische Schulung 9,1971, p. 449: «Las nomus penales no eaen del eielo», sino que1I,III"'''''lan para una soeiedad eonereta en un momenta hist6rieo detemunado; Gerhart

1111','01I I, /{echt und Zeit. Fun! rechtsphilosophische Essays, Vittorio Klostermann, Frankfurt am11111,I ')~S, pp. 7 Y ss. Vid. Karl ENGISCH, Vom Weltbild desJuristen, Carl Winter Universi-

III \I iI.'1'" Ilcidelberg, 1950, pp. 67 y ss. Lorenz SCHULZ, «De la aceleraci6n de las condicio-111 .II' vid:l. R.eflexiones sobre la reacei6n adecuada al Derecho penal», traducci6n de Ra-1111111I ''1',lIes i Valles, en Instituto de Ciencias Crinunales de Frankfurt (ed.), Area de11I11 I 1,11 I'cll:]1 de la Universidad Pompeu Fabra (ed. espanola), La insostenible situacion del, I", "'II /"'I/<I!, Editorial Comares, Granada, 2000, pp. 447 Y ss.).

1'1 /\lItonio-Enrique PEREZ LUNO, o.U.C., p. 40.\11 h 'genio Ratl] ZAFFARONI, Teorla del delito, Ediar, Buenos Aires, 1973, pp. 256 Y\11', Y ss.; Ill., Manual de Derecho penal, Parte general, Ediar, Sociedad An6nima Editora,

I 111111I\ I,d, IIldustrial y Financiera, Buenos Aires, 1977, pp. 337 Y sS., y 355 Y sS.; ID., TratadoI. lit II''/I{I 111'/111/, Partegeneral, III, Ediar, Buenos Aires, 1981, pp. 361 y 5S.

JUAN CARLOS
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JUAN CARLOS
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suerte, el jurista se aproxima al conocimiento del Derecho no de un mo-do puramente teorico 0 metodologico (sincr6nico), sino real y concreto(d' ") 31zacrOnlCO .

La versatilidad y riqueza de matices de las Sociedades postmodernas de-terminan-que'l; Ciencia del Derecho no pueda explic~rse mediante 'un-a-teoria tridi~ensional, ni siquiera con su version modificada, la teoria tetradi-mensional dei be;~chC;'.·Se requiere una doctrina mas abierta y flexible, unateorla-midtidimensional, que--=-junto alas citadas cuatra dimensiones- de en-trada a ;t;as dime~~iones 0 elementos utiles para el conocimiento del Dere-cho en general y del Derecho penal enparticular.-

Una de esas dimensiones que no deben obviarse para el conocimientodel Derecho es el concepto de 'persona', elemento basico en el devenir dela reflexion filosofica que ha experimentado un reciente renacimiento en laDqgriultica penal fitncionalista de Jakobs, que veremos en este mismo capi-tulo.

Probablemente las dimensiones citadas (sociedad, norma, valor, tiempo,persona) no sean las unicas que pueden ayudar a la descripcion (esto es, alconocimiento) del sistema juridico. Hay otras perspectivas, igualmentevaIidas, para describir el Derecho. Por esta razon quiza sea mas convenientehablar, como hemos afirmado, de una teorla pluridimensional del sistema social,y, por tanto, del sistema jurldico.

La teoria .. de IOJ_.-.2istemassociales 32, encabezada por el sociologo aleman'--'- . 33 ..- -. ,

Niklas Luhmann , ha puesto de relieve que la Sociedad es un sistema

31. Antonio-Enrique PEREZ LUNO, l.u.c.32. Sobre la relaci6n de esa teona con el Derecho penal, pueden verse los cliversos

trabajos (especialmente los debidos a MDsSIG, PENARANDA, PINA, PRIETO, GOMEZ-JARA yFEU00) compilados en ellibro colectaneo: Carlos GOMEZ-JARA DiEZ (ed.), Teoria de sistemasy Derecho penal. Fundamentos y posibilidades de aplicacion, Ara Eclitores, Lima, 2007. Asimismo:Maria Eloisa QUINTERO, «Acci6n, comunicaci6n e injusto penal», en Eduardo MON-TEALEGRE LYNETT (coord.), Derecho penal y sociedad. Estudios sobre las obms de Giinther Jakobs yClaus Roxin, y sobre las estructuras modernas de la imputacion, t. I, Centro de Investigaciones enFilosofia y Derecho, Universidad Externado de Colombia, Bogota, Colombia, 2007, pp. 147Y ss., con espeeifica referencia a LUHMANN y a HABERMAS.

IIIIII/Jlejo integrado por una multitud de subsistemas que se interrelacionan111111uamente. Esta teoria pretende una vision global de la Sociedad como1/1(1'/1/(/ general, y de los sistemas integrados en el sistema social (v.gr. Dere-I Iill, Economia, Religion, Arte, Ciencia, etc.). Para Luhmann, la Socied;l~I Iliistituye un sistema autorriferenie y autopoietico que se integra de EP.resio,ne0il,' '('I/fido, de comunicaciones: la comunicaci6n es-la operacion especifica queill'lllle los ef~entos del 'sistema social: «No es el hombre quien puede co-1lIllIlicar, solo la comunicacion comunica» 34. Del mismo modo que la co-1I11111icaciones la operacion autopoietica definidora de los sistemas sociales,Ii I ~istemas personales 0 psiquicos (las personas) tienen como operacion1IIIIlpoietica la conciencia, y «los sistemas de conciencia tambien son siste-111,1',operacionalmente cerrados. No pueden tener contacto vnos con otras.I J II l' Xiste la comunicacion de conciencia a conciencia, ni entre el indivi-dlill y la Sociedad» 35. Por ello, para Luhmann, la Sociedad no se componedl il/dilliduos 0 seres humanos aisladamente considerados, sino precisamente"I I',I'lm'siones de sentido, de comunicaciones.

1,:1 Illoderno sistema funcionalista de la Dogmatica penal, del que es ma-111/11 1 ('presentante Gunther Jakobs, no solo no prescinde de las dimensio-

III ,lIllniores (sobre la base del Derecho como hecho social) 36 sino que 10

I \ Vir!. NikIas LUHMANN, Soziale Systeme. Grundnj3 einer allgemeinen Theorie, Suh-I 11I'l' V('J'!:J;;, Frankfurt am Main, 1987, pp. 45 y ss.; Claudio BARALDI / Giancarlo CORSI /

, 1'"1 hl'( )SITO, Glu. Glossar zu Niklas L1.fhmanns Theone sozialer Systeme, Suhrkamp, Fran-filii 1111 M:Jin, 1997, pp. 93 Y ss.

I I NiklasLuHMANN, Soziale Systeme, l.u.c.I I NiklasLuHMANN, Soziale Systeme, l.u.c.II, (:ir:lI1do a su maestro WELZEL, dice JAKOBS que el Derecho penal debe proteger

,,," ,/"tI "tlriales, argumentando que «asi hay que comenzar si no se quieren entender losI I III .11'1 I Jerccho penal-al igual que el invierno y el verano- como sucesos de la naturale-

11111 ,,I if!;ual que el enunciado y la respuesta- como hechos sociales». Vid. Gi.inther1'1/1'" ' 'l'd/in·li/. Allgemeiner Tei!. Die Grul1dlagen und die Zurechnungslehre. Lehrbuch, 2.' ed.,

11/1 I .I,. (:I'llytcr, Berlin - New Yok, 1991 (Derechopenal. Parte general. Fundamentos y teoria1,/ 1III/I/lId, i,I/I, tr:lc!ucci6n: Joaquin Cuello Contreras y Jose Luis Serrano Gonzalez de Muri-

~ I1I1 ",I I'OIlS, EdicionesJundicas, SA, Madrid, 1995, p. IX).

JUAN CARLOS
Resaltado
JUAN CARLOS
Resaltado

acoge como centro del sistema jucidico: «Lo que ha de ser resuelto es siem-pre un problema del sistema social» 37.

Sobre la base de las aportaciones de la teorla de los sistemas sociales, perotambien de una larga tradicion filosofica y sociologica-jucidica de rancioabolengo, Jakobs concibe el Derecho co~o parte integrante de la sociedad:como sistema social, 0 subsistema de la sociedad. Grmcamente ha escritoJakobs 38: «La solucion de un problema social a traves del Derecho penaltiene lugar en todo caso por medio del sistema jucidico en cuanto sistemasocial parcial, y esto significa que tiene lugar dentro de la sociedad. Por 10tanto, es impo~ib.le desgajaraL..D.e.redlo=penflJ de_La•.•Socie,dad;, el Derecho penalconstituy"e'\li-;'a tarjeta de presentaci6n de la Sociedad altamente expresiva, aligual que sobre la base de otras partes de la Sociedad cabe derivar conclu-siones bastante fiables sobre el Derecho penal. Por ejemplo, que la maximapena se imponga par brujecia, por contar chistes sobre el Fahrer 0 por asesi-nato, caracteriza a ambos, al Derecho penal y a la Sociedad».

Los conceptos esenciales del sistema funcionalista son norma, persona ySociedad 39. Sobre esta base, el funcionalismo jUrldico-penal es definido porJakobs como «aquella teocia segCmla cual el Derecho penal esta orientado agarantizar la identidad normativa, la constitucion y la Sociedad» 40. Esa So-ciedad se integra par personas, que se caracterizan por ernitir expresiones desentido, esto es, comunicaciones.

37. Gunther ]AKOBS, «Das Strafiecht zwischen Funktionalismus und"alteuropaischem" Prinzipiendenken. Oder Verabschiedung des "alteuropaischen" Stra-frechts?,), ZStW 107 (1995), pp. 843 y ss. (Sociedad, norma y persona en una teona de un Derechopenal funcional, traducci6n de Manuel Cancio Melia y Bernardo Feij60 Sanchez, EditorialCivitas, SA, Madrid, 1996, p. 20).

38. Gunther]AKOBS, o.u.c., pp. 21 y ss.39. Asi, el titulo de uno de sus ultimos y mas sugerentes libras: Gunther ]AKOBS,

Norm, Person, Gesellsehcift. Voriiberlegungen zu einer Rechtsphilosophie, Duncker & Humblot,Berlin, 1997 (3.' ed., 2008). Recensiones criticas de Walter KARGL, «Das Recht der Ge-sellschaft oder das Recht der Subjekte? Anmerkungen zu den "RechtsphilosophischenVoriiberlegungen" von Gunther ]akobs», GA, 1999, pp. 53 y ss.; Norbert HOERSTER,«Buchbesprechung: Norm, Person, Gesellschcift»,ZRP, Heft 5, 1999, p. 215.

40. Vid. Gunther ]AKOBS,ZStW 107 (1995), pp. 843 y ss. (Sociedad, norma y persona enuna teona de un Derecho penalfuncional, op. cit., p. 15).

1,2. El renacimiento del concepto de persona en la teorla deJakobs: persona versusindividuo

I':steplanteamiento funcionalista se aleja, en sus plantearnientos, tanto deII Iflilciencia individual (que habia sido el tradicional punto de partida de la'ii, ),\ol1a, enraizada en Descartes y desarrollada desde Hobbes hasta Kant)1111110 de la tradicional concepcion europea del Estado, iniciada por Aristo-II h, de manera que en la doctrina de Jakobs se produce un renacimiento deI" /lI'rsona como ser social, como sujeto portador de un 1'01 e integrante de la Socie-,Itlt! l'1I ya conducta «contiene el esbozo de un mundo» 41.

El interi':s por el concepto de 'persona', desde una perspectiva iusfJ.1osofi-ca, no es, desde luego, reciente. Numerosos autores, desde la antigiiedad cla-sica hasta la Filosofla contemporanea, han dedicado sus esfuerzos a intentardcsentranar que se esconde detras de un concepto tan -aparentemente- ac-rcsible y ambiguo al tiempo como el de persona.

En el Derecho Romano, por ejemplo, el propio Ordenamiento juridicoS' Iegitimaba por la satisfaccion de tres principios, que mucho tenian queVl'l' con el respeto al propio concepto de persona: honestae vivere, suum cuique/ri!'lIere y alterum non laedere (vivir honestamente, dar a cada uno 10 suyo y nod:lI-IJra nadie) 42. Esta idea del respeto a los demas (su consideracion como"1'l'J'sonas») se ha repetido muchas veces a 10 largo de la Historia. El filosofo,d ':dista aleman Hegel resumia su opinion al respecto con la famosa senten-I ;" «se persona y respeta a los demas como personas» 43, que encierra todo un pro-1'.r:llllafilosofico y sociologico: unprograma intercomunicativo.

Modemamente (acaso desde mediados del siglo xx) hemos asistido a un'l/('//(/(imiento» del concepto de persona, concediendosele una importancia in-I I"so -a nuestro juicio- desmesurada, y ya no solo desde el punto de vista de1.1I:ilosofia del Derecho, sino incluso directamente desde el Derecho penal 44.

II I ';'/,Gunther ]AKOBS,La imputaci6n objetiva en Derecho penal, traducci6n de Ma-I I 111111'Melia, Estudio preliminar de Carlos SuAREz GONzALEZ / Manuel CANCIO

III hlll("'i~1Civitas, SA, Madrid, 1996, p. 11 (<<Pr6logo»).I I ( :lIl'sti6n aparte es que en el prapio Derecho Romano se cumpliera a rajatabla 10

I III 1111,'II c'sl" tria iuris praecepta, y -sobre todo-las personas eonsideradas dignas de recibir, 11111111'111<)de tales.

I \ I 'iil, ( :eorg Wilhelm Friedrich HEGEL,Grundlinien del'PhilosophiedesRechts, 1821, § 36.II I 'if/ .• Peter STRASSER/ Edgar STARZ (comp.), Personen aus bioethischer Sieht.II I 11,llkrlll>Nr. 73, Franz Steiner Verlag Stuttgart, 1997.

JUAN CARLOS
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Jakobs distingue nitidamente entre persona e individuo, ,?inomio que co-rresponde con el de Sociedad (sistema) y ambiente (entorno) 4', que constituye-segun Luhmann 46_ «el punto de partida de todo anilisis sistemico-te6rico».

- El individuo representa el estado natural y pertenece al entorno, al am-biente 47. No es integrante de la Sociedad, sino que queda al margen de ella:y no 10 es porque no expresa sentido comunicativamente relevante, porqueno desempefia 1'01 alguno en la Sociedad, porque no es persona en Derecho:quedaria -a estos solos efectos- excluido del Derecho penal 48.

Ejemplo: un menor de edad no dispone del derecho de sufragio. En esesentido, para el Derecho electoral, no es persona, sino individuo. Carece detal derecho, y -com.o contrapartida- no Ie competen obligaciones: no pue-de ser responsabilizado, por ejemplo, por fraude electoral. Del mismo mo-do, los menores de edad no son persona en Derecho pmal, sino individuos; entanto no son imputables, no son capaces de responsabilidad penal. Ello nosignifica que no gocen de derechos ni de obligaciones desde el punto devista constitucional (son victimas potenciales de delitos), sino que {mica-

45. GuntherJAKOnS, Norm, Person, Gesellschaft, op. cit., pp. 44 Y ss.46. Vid. Niklas LUHMANN, Soziale Systeme. GrundrifJ einer allgemeinen Theorie, Suh-

rkamp Verlag, Frankfurt am Main, 1987, p. 35 (primer capitulo: Sociedad y sistema: la ambici6nde la teoria, trad. de Santiago Lopez Petit y Dorothee Schmitz, Introduccion de IgnacioIZUZQUIZA,Ediciones Paidos, Universidad Autonoma de Barcelona, Barcelona - BuenosAires - Mexico, La ed. 1990, 1.' reimpr. 1997, p. 50).

47. GuntherJAKOnS, O.U.c., pp. 9 y ss., y 125.48. Vid. Gunther JAKOBS, "Personalitat und Exklusion im Strafrecht», en Nestor

COURAKIS(comp.)., Die Strafrechtswissenschaften im 21. jahrhundert. Festschriftfiir Proftssor Dr.Dionysios Spinellis, Universitat Athen, Ant. N. Sakkoulas Verlag, 2001, pp. 447 Y ss., quien-sobre la base de las aportaciones de LUHMANN«<Exklusion und Inklusion», en 10., Soziologis-che Al.ifkliinmg, t. 6: Die Soziologie und der MCl1sch,Westdeutscher Verlag, Kaln und Opladen,1995, pp. 237 Y sS.; 10., Die Gesellschaft der Gesellschaft, t. 2, Suhrkamp Verlag, Frankfurt amMain, 1998, pp. 618 Y ss.)- distingue entre personas en sentido juridico (destinatarios dederechos y deberes: persona es quien es capaz de Derecho), personas parcialmente excluidas(quien resulta excluido de concretos derechos y deberes) y personas excluidas (quien nodisfruta de ninglm derecho y no puede ser portador de ninglm deber); tambien, 10., «ZumBegriff des Delikts gegen die Person», en Klaus BERNSMANN / Klaus ULSENHEIMER(comp.), Bochumer Beitriige zu aktuellen Strtifrechtsth:men. Vortriige anliisslich des Symposions zum70. Geburtstag VO/l Gerd Geilen am 12/13.10.2001;Carl Heymanns, Koln, etc., 2003, pp. 64y ss. «<Sobre el concepto del delito contra la persona», traduccion de Bernardo Feijoo San-chez, Revista del Poderjudicial, num. 70, Madrid, 2003, pp. 117 Y ss.).

Illcnte no pueden ser penalrnente responsables:la distinci6n entre persona eIlldividuo implica, pues, una garantia.

1':1) cambio, la persona confonna la Sociedad, pues expresa sentido co-Illlllll('.llivamente relevante (Sociedad es comunicaci6n interpersonal) 49. LaI" I 1111.1 es, por tanto, aquel sujeto que desempefia un 1'01 social (esto es,Itlllll IVI -desde el punto de vista de la Economia- en la productividad

II "II ''', cumpliendo su rol de ciudadano) y, ademas, se define por su jideli-I",/,I! f)crecho (esto es, por su integraci6n en el sistema social y su someti-II II Illll :11 modelo constitucional de Estado de Derecho). Por ello, la perso-III I '" para Jakobs, aquel sujeto social que se compromete a no lesionar a nadie

I ',II vez, tiene la garant£a cognitiva de que no va a ser lesionado ;'. Este con-1111) Sl' Jsemeja al concepto hegeliano, aludido mas arriba.I ,I Iloci6n funcionalista de persona abandona la concepcion tradicional de

1" I 1111.1 en sentido natural, naturalistico, prejuridico u ontol6gico. Por el11I111.lrio, constituye un concepto eminentemente normativo, cuya esencia no

I'i cp,., criticamente, Ingeborg PUPPE, <,Strafrecht als Kommunikation. Leistungen'lid I ,"'.II,rc/1 eines neuen Paradigmas in der Strafrechtsdogmatib, en Erich SAMSONet al.

lllll'}. /:('stschrijtfur Gerald Grunwald zum siebzigsten Geburtstag, Nomos, Baden-Baden,I 11'1, 1'1'.·109Y ss.; Winfried HASSEMER,«Das Symbolische am symbolischen Strafrechb>,enII 111.1('IIUNEMANNet al (comp.), Festschriftfiir Claus Roxin ZUI1170. Geburtstag, Walter deI 111\'1",.Ikrlin - New York, 2001, pp. 1001 Y ss., esp. 1012 y ss.

III GiintherJAKOBS, o.u.c., pp. 115 Y ss. Tambien rD., «Zur Genese von Rechtsver-111101111Ilkc'it»,en Gerhard HOVER (comp.), Verbindlichkeit unter den Bedingungen der Pluralitiit,

,1111',I )1'. Kovac, Hamburg, 1999, esp. pp. 38 y ss. (La genesis de la obligaci611juridica,111,(1111"'11' de Manuel Cancio Melia, Universidad Extemado de Colombia, Centro deIII , I '1'..1•.itll1de Derecho penal y Filosona del Derecho, Bogota, 1999, pp. esp. 43 y ss.); 10.,I 1( It'II•.;a del Derecho penal ante las exigencias del presente», traduccion de Teresa Manso

1111111, h/lldios de Derechojudicial, num. 20, EscuelaJudicial, CGPJ; Xunta de Galicia, EscuelaI. '1.11'0del PoderJudicial, Galicia, 1999, pp. 119 y ss., en concreto 133 y ss. (tan,bien enI 1111'1\IlIad Externado de Colombia, Bogota, 2000, pp. 24 Y ss.), quien destaca el predomi-"I ,I, I., Economia en las modernas sociedades, y analiza su influjo en el Derecho penal,. Ii I II, '" 'llismo texto en 10., «~Que protege el Derecho penal: bienes juridicos 0 la vigenciaI I, 1l0llIlJ?, en Gunther JAKOBS/ Manuel CANCIOMEllA, EI sistemafunciol1alista del Dere-1101 1'IlIo/f. Crijley, Lima, 2000, pp. 43 Y ss., en concreto pp. 54 y ss. (tambien en RPDjP,111111I. l.imJ, 2000, pp. 151 Y ss., esp. 164 y 55.). Cfr., en general, Niklas LUHMANN,Okolo-r .I,. ""I/I/I/unikation. Kann die moderne Gesellschaft sich auf okologische Gefiihrdung einstellen?,

I "d"llischer Verlag, Opladen, 1986, esp. 101 y sS.; 10., Die Wirtschaft der Gesellschaft, 2.'I "llllrk:imp, Frankfurt am Main, 1989,yassim, esp. pp. 43 Y sS.;sobre el anatisis economi-1.1,I I>Crecho penal, Jesus-Maria SILVA~ANCHEZ,«Eficiencia y Derecho Penal», ADPCP,

I 1'\. 1;lsc.r, enero-abril de 1996, pp. 93 Y ss.•I CiintherJAKOBS, Norm, Person, Gesellschaft, op. cit., pp. 112 Y ss.

proviene de una idea individual de la dignidad humana sino del reconoci-rniento social de ciertas expectativas normativamente protegibles 52. Por ello, lanoci6n funcionalista de persona (<<personaen Derecho»: Rechtsperson) s6lopuede explicarse con referencia a la norma jurfdica: el sujeto que respeta a losdemas sujetos como personas en Derecho es aquel que adecua su comporta-rniento personal, par principio, a la norma jurfdica, es decir: aquel que prin-cipalmente se orienta por la norma y, por tanto, aquel que satisface Ias expecta-tivas sociales cumpliendo su rol personals3

Para Jakobs, «persona es a quien se Ie adscribe el rol de un ciudadano res-petuoso con el Derecho» 54, y por ello «es persona real aquel cuyo compor-tarniento resulta adecuado a la norma» 55. Se requieren dos condiciones: «elcomportarniento debe estar regido por las normas -ningun animal (entendidocomo parte del medio ambiente) puede ser una persona-, y debe resultaradecuado a la norma -ninguna persona asesina-» 56. Si se vulneran estas con-diciones, el sltieto no se comporta como persona (integrante del sistemasocial), sino como individuo (entomo del sistema): es decir, no es respetuosocon la norma, actuando como naturaleza, como medio ambiente. 0 10 quees 10 rnismo: cuando un sujeto infringe una norma (por ejempIo, cometeun asesinato), realiza una «comunicacion difectuosa» 57, Y actua formalmente comopersona, pero sustancialmente como individuo.

De todas maneras, este autor reconoce la dificultad de definir y con-ceptuar la infracci6n de la norma. Acabamos de citar una frase de Jakobs:«ninguna persona asesina». ~C6mo puede fundamentarse tal opini6n? 0 sea,cuando un sujeto mata ~c6mo actua: como persona 0 como individuo?Jakobs responde:

52. Cfr., empero, Percy GARciA CAVERO, Derecho penal econ6mico. Parte general, t. I,2.' ed., Editorajuridica Grijley, Lima, 2007, pp. 34 y ss.

53. Fundamental al respecto: Juan Ignacio PINA ROCHEFORT, Rol social y sistema deimputaci6n. Una aproximaci6n sociol6gicaa lafunci6n del Derecho penal, J. M. Bosch Editor, Bar-celona, 2005 (tambien en Ara Editores, Lima, 2008). .

54. Gunther jAKOBS,«Zm Gegenwartigen Straftheorie», op. cit., l.u.c. (<<Sobrela teoriade la pena», op. cit., l.u.c.).

55. GUnther jAKOBS, Norm, Person, Gesellschcift, op. cit., p. 99; tambien en ID., «ZurGegenwartigen Straftheorie», op. cit., l.u.c. ((Sobre la teoria de la pena», op. cit., l.u.c.).

56. GUnther ]AKOBS,Norm, Person, Gesellschcift, op. cit., p. 99; sin los ejemplos en ID.,«Zm Gegenwartigen Straftheorie», op. cit., l.u.c. «<Sobrela teoria de la pena», op. cit., l.u.c.).

57. Vid. GUnther jAKOBS,57. Vid. GUnther jAKOBS,ZStW 107 (1995), pp. 843 y ss. (Sociedad, norma y persona en

una teoria de un Derecho penal funcional, op. cit., p. 18).

«No es sencillamente un error de una persona, pues la persona se define atraves de su motivacion para una conducta correcta. Pero tampoco puede de-finirse como medio ambiente de la sociedad, como naturaleza, pues la natura-Iczano delinque, sino que, en todo caso, produce desgracias. Se trata mas biende una conducta que en su determinacion -yen este sentido- es formalmentellcrsonal, pero que en su contenido es una conducta que sucede en el medio am-hicnte de la sociedad real. Dicho a modo de ejemplo respecto de esta personali-drldformal que implica naturaleza material: un parlamentario sube a la tribuna deoradores y canta una cancion obscena. Ello es desde el punto de vista formal1111 acto parlamentario (una manifestacion hecha en esas condiciones esci de-l-rminada a ser una contribucion parlamentaria), pero materialmente es medio.Ilnbiente parlamentario (un ruido perturbador sin sentido parlamentario). Adirerencia de 10 que sucederia en el caso, por ejemplo, de un ujier que pordcspiste entra en la sala canturreando, la cuestion no se soluciona ubicando larucnte y cegandola (en relacion con la nonnativa de los parlamentarios; en lasrcglas de los ujieres, el cantar durante el servicio en la sala es un error de unap -rsona, no un mero suceso del medio ambiente), puesto que el medio por\"Illplearen ese proceder (cualquier medida instrumental) es indicio de que se\"st~tratando con el medio ambiente, mientras que el conflicto (el mutuo en-Il'lldimiento normativo esci en peligro) solo puede ser descrito en el ambitopersonal, esto es, intrasocial, en este caso: en el ambito parlamentario» 58.

t '11/;11/: Esta explicaci6n de la infracci6n de la norma es, a nuestro juicio,I II 1111 '11 te sugerente, pero cuestionable: sobre la base de la distinci6n entre «in-II ,,"/JII' Y «persona»,Jakobs deriva dos postulados esenciales: 1) la Naturaleza (indi-I "II') 110 delinque (porque no ernite expresiones de sentido comunicativamenteII lilt 's) Y 2) la persona se define por su fidelidad al Derecho. Ante este cuadro

I"l Ill.iIico, surge de inmediato la duda al tratar de explicar y de fundamentaroIlll,1111icade infracci6n de la norma. Jakobs cree resolver el problema extra-IIlhl 1111concepto, en cierto modo intermedio (que contradice el tertium non

""' IIllcial), que compendia la iformalidad» de la persona can la «materialidad»I I Illlllviduo: cuando alguien infringe la norma actUa formalmente comoI I 1111,1PCI'O materialmente como individuo. Bien, pero esta explicaci6n no

\IIill ~.IlisGcer plenamente al momenta de imponer la pena:

II ( ;lillther jAKOBS,Norm, Person, Gesellschaft, op. cit., pp. 99 y ss.; tambien en ID.,III 1'1 1',I'llw;irtigenStraftheOl~e», op. cit., pp. 32 Y ss. «<Sobrela teoria de la pena», traduc-II Iii ,IlHld Cancio Melia, op. cit., pp. 151 y ss., cuya version espanola seguimos). Cursi-

1111111.1.1\.

1) Por un lade, contradice los dos postulados de los que parte: a) lanaturaleza -el individuo- es incapaz de comunicacion, de expresar sentido,de infringir una norma y -pm tanto- de sufrir una pena; y b) la persona esel fiel al Derecho. La conjuncion de ambos conceptos, extrayendo de cadauno de ellos un aspecto concreto, echa por la borda esos postulados, porquea la postre -y al menos en parte- ninguno de ellos es cierto en su totalidad:al final, formalmente la persona no es fiel al Derecho, y materialmente el individuoinfringe la norma. Ahi la distincion entre individuo y persona resulta impro-ductiva a la hora de explicar la defraudacion de una expectativa, la dinamicade la infraccion de la norma. En resumen: esa distincion es una -posible-descripci6n de la estructura de la Sociedad, pero de esa descripcion no pue-den extraerse consecuencias dogmaticas: una descripcion no puede funda-mentar ni legitimar el poder estatal de imponer una pena.

2) La cuestion no es tampoco clara en otro aspecto: la persona ~esquien tiene «capacidad» de ser fiel al Derecho 0 quien «ejercita» la fidelidad alDerecho? La distincion entre «capacidad» y «ejercicio» de la fidelidad a la nor-ma no esta muy claramente delirnitada, y acaso fuera uti! en este contexto.

3) Por otro lado, subyace el problema de la pena: con independenciade la cuestion de a quien se impone la pena (a la persona 0 al individuo),surge la cuestion de cuando y por que corresponde la imposicion de lapena. En principio, para Jakobs la pena (que es violencia legitima estatal) seimpone no solo porque el sujeto ha infringido la norma mediante una co-municacion defectuosa (esto es, ha defraudado las expectativas sociales),sino porque ha configurado un mundo. La pena ha de contrarrestar no soloesa expresion de sentido (comunicativamente defectuosa), sino esa confi-guracion del mundo que realiza el infractor. Y por ello, como veremos masdetenidamente en el Capitulo 3 de esta obra, la pena confirma la vigenciade la norma y restablece la estructura social quebrantada.

~Que posicion representan la norma y la sociedad es este esquema jakobsia-no? ~Como se articulan los conceptos de norma, persona y sociedad? A juiciode Jakobs, la sociedad, cuya constitucion «tiene lugar a traves de normas» 59,

es un «conjunto de personas sometidas a una ordenaciom. «Solo la ordena-

59. GuntherJAKOBS, ZStW 107 (1995), pp. 843 Y ss. (Sociedad, norma y persona en unateoria de un Derecho penalfuncional, op. cit., p. 25).

I, II \ I . personas -dice Jakobs 60_ construye una sociedad, entendida como unlilli/iiiI' I/orrnativo que no resulta de la mera suma 0 reunion de todos los1I111111!()S individuales», sino que es una realidad mas compleja, por cuantoIIIIj III( .1 b comunicacion entre una pluralidad de personas, ademas de un

111IIII) Ilormativo ordenador: «la sociedad es entendimiento 0 acuerdo normati-I" " I 'or ella, «1asociedad se concibe como realidad de la norma. Lo que es

Ii I 'ill 1 ser sociedad, construye el medio de la sociedad, al que pertenece"I" ·1.'lIl1bitode la comunicacion instrumental» 62.

1'01' otra parte, seglin ]akobs 63, el acuerdo, 0 sea, la fijaci6n 0 determina-II{III de la comunicaci6n 00 que una norma tolera 0 pennite, un asegura-IlIil'lltO), no se refiere s610 a normas, sino tambien al mundo cognitivo. La 1'101'-

II/II l'S el marco en el que se desarrollan las relaciones de grupo. Este marcolion lIativo ha de ser independiente de las voluntades individuales y repre-'.('lIl:1 la estabilidad del grupo en cuyas relaciones se integran los sujetos indi-Vldu:J1cs 61.

I II \111(esis,para Jakobs «existe Sociedad cuando y en la medida en queI ",1111/11.1' reales, es decir, cuando y en la medida en que el discurso de la

111111111 .lCi6n se deterrnina en atencion alas normas. Esta comunicaci6n noIii 1111',,11' entre individuos que se rigen conforme a un esquema de satis-

I, I lilll / illsatisfaccion, y que en ese contexte posiblemente obedezcan al,I" ,I" (II) senor, sino que es la conducta de personas que quedan definidas, ,I Ill'\' h0 de que siguen normas» 65.

II ( :iilllilcr jAKOBS, Norm, Person, Gesellschcift, op. cit., pp. 38 y ss. y 125 (cursivasI Ii I )

I ( :iilllhcrjAKOBS, O.U.c., p. 62 (cursivas lTlias).(:lllllllcrjAI<OBS, O.U.c., p. 98.(:lIl1lllcrjAKOBS, O.U.C., pp. 98 Y ss. (cursivas nlias).( :lIl1lllcrjAIZOBS, O.U.C., pp. 28 Y sS., 35 y sS., 38 y ss.(:""lllcrjAKOBS, NOIm, Person, Gesellschaft, op. cit., p. 99; ID., "Zur Gegenwarti-

Ii 1111,,"" i,·". ,,/,. cit., l.u.c. (<<Sobre la teoria de la pena», op. cit., l.u.c., cuya traducci6n1\ I)

Conocimiento y Objeto de conocimientoen Derecho penal

1\1concepto de Derecho penal es un tanto equivoco, pues puede aludir, por1111Lido, a la disciplina juridica que se ocupa del delito y de las penas, y, porIi1II, :1 la propia ciencia 0 metodo cientfjico que estudia dicha disciplina. A suI • cst:1 disciplina tiene un amplio contenido cientifico que ha ido am-

1,llllldosc en las ultimas decadas, formando varios sectores especificos (De-li I III) penal internacional, de menores, medico, economico, del medioIII litH" ltc, del trabajo, etc.).

lilli' otra parte, algunas de las materias que tradicionalmente pertenecianII I klccho penal se han independizado conformando disciplinas con plena11I111I1I)ll1lacientifica (caso de la Criminologia, la Victimologia, la Politica11111111.11,etc.). Todas ellas en su conjunto, ademas de otras materias rela-1IIII.III.Is(como la Antropologia criminal, la Psicologia criminal, la Sociolo-I I I I1111inal, la Criminalistica, la Psi quia tria forense, la Medicina legal, etc.),IIlitIII1 1:1I11aCiencia global del Derecho penal (al decir de Franz von Liszt) ola

I ",(t/iI/I('{I;a de Ciencias penales (en expresion de Jimenez de Asua).I 111',icamente en esta obra nos ocupamos unicamente de la disciplina que

I II 1II I\() r objeto de conocimiento al Derecho penal en sentido estricto. En el se1111 1',1,111las disciplinas relacionadas con el conocimiento de ese objeto, conII IIII 'ceder cientifico y con su utilidad. En esquema: el Derecho positivo (el

loll 11,1I11ientopositivo objeto de conocimiento) es el fundamento en queIIIIIY:lnla Dogmatica penal (conocimiento sistematico del objeto), la Cien-

I ,It'! I )necho penal (proceder cientifico para el conocimiento del objeto) y/'1'/1;('(/ criminal (utilidad del objeto de conocimiento). A estas disciplinas

III I IIIOSreferencia en este capitulo.

El Derecho penal en sentido estricto -es decir, el Ordenamiento puniti-vo- constituye el objeto del conocimiento de la Ciencia penal, y esta integradopor el con junto de normas jurfdicas (Derecho positivo) " esto es, el Derechopuesto 0 Derecho establecido -positum- en la ley por los 6rganos legitimosdel Estado (Poder legislativo).

Como ya hemos indicado, este conjunto de disposiciones juridicas pre-senta unas caracteristicas determinadas: no todo complejo de normas forma unordenamiento ni un sistema, aunque todo ordenamiento es un complejo (ordenado) denormas. Un con junto de normas, para ser ordenamiento, requiere estarrevestido de las caracteristicas de sistematizaci6n, unidad y coherencia: elDerecho penal es un sistema ordenado, unitario y coherente de normas.

Las normas juridico-penales regulan, por una parte, los elementos ge-nerales de los conceptos de delito y de pena (Parte general del Derecho pena0y, por otra, describen las concretas figuras de delito y faha (homicidio, vio-laci6n, lesiones, injuria, defraudaciones, estafas, deli to fiscal, etc.) asocian-doles una correspondiente pena (Parte especial del Derecho pena0, proporcio-nada a su gravedad.

Ambas partes del sistema punitivo se recogen esencialmente en el C6digopenal (que constituye el cuerpo normativo por antonomasia) y en Leyespenales especiales (que incriminan determinadas conductas como delictivasextramuros del C6digo penal), asi como en la Ley Organica General Peniten-ciaria y, parcialmente, en otra normativa de rango inferior (como Regla-mentos de desarrollo de Ley Organica, Reales Decretos, etc.).

El C6digo penal vigente en Espana data de 1995, y fue eufemistica-mente presentado en sociedad como el «C6digo penal de la Democracia».El C6digo penal anterior, texto reformado de 1973, procedia, en suestructura y composici6n, esencialmente del C6digo de 1848, segundo

1. Cft., al respecto, Ram6n SORIANO, Compendio de Teona general del Derecho, 2.a ed.,corregida y aumentada, Ariel Derecho, Madrid, 1993, pp. 18 Y ss. Sobre el Derecho positivoy su funci6n social, Werner KRAWIETZ, Das positive Recht und seine Funktion. Kategoriale undmethodische Uberlegungen zu einerfunktionalen Rechtstheorie, Duncker & Humblot, Berlin, 1967,esp. pp. 64 y ss. Cfr., sobre las barreras del positivismo juridico, Ernst-Joachim LAMPE,Grenzen der Rechtspositivismus. Eine rechtsanthropologische Untersuchung, 1988, esp. pp. 17 Y ss.,56 y ss.; Michael PAWLIK, «Das positive Recht und seine Grenzen. Zur rechtstheoretischenund rechtsphilosophischen Problematik der "Mauerschiitzenprozesse"l), en Kurt SEELMANN(comp.), Aktue/le Fragen der Rechtsphilosophie, Peter Lang, Frankfurt am Main et aI., 2000, pp.28 Y ss.

ii,' los textos punitivos espanoles en nuestra historia legislativa (Ie habia1111'("cdidoel primero de nuestros C6digos penales, el de 1822, que en11"110 modo vino a representar la versi6n espanola del C6digo penal"qllli '6nica de 1810).

La reinstauraci6n de la Democracia, en 1975, y la promulgaci6n de la

Constituci6n Espanola de 1978, deterrninaron la necesidad de aprobar un

C6digo penal de nueva planta, acorde a los nuevos aires politicos y sociales.

1;1C6digo penal de 1995 naci6, al decir generalizado de los estudiosos,I VWi;ldo de claudicantes condiciones de vigencia: sus incorrecciones,1I1111.ldicciones, insuficiencias legislativas, desmesuras y desproporciones

"IIII,llon aun antes de su entrada en vigor. Y ello porque, por mas que1III1wjonalmenfe fuere presentado a la opini6n publica como un texto

It 1111"1110,Y de criterios punitivos progresistas, la realidad era muy otra: porIIIt, I.lc()Ilica y brillantemente denunci6 Enrique Gimbemat: «Teniamos unI'" ( '(llligo penal; ahora es cuando 10 sabemos» 2.

I '"I insuficiencias han propiciado numerosas refonnas del CP de 1995I III \II entrada en vigor -en mayo de 1996- hasta el presente: una veinte-'II, I 'I(xmas penales, alguna de gran alcance, en una decada 3. Tantas1111111.1I 'gislativas en tan poco tiempo no son el mejor aval para la uni-""/11.111d ' nuestro sistema punitivo.

1~"riqLle GIMBERNAT ORDEIG, "Pr610go a la segunda edici6n del nuevo C6digoI' t)5), Editorial Tecnos, Madrid, 1996. Vid. asim.ismo Enrique GIMBERNAT

"lit, 'd'llllogo a la tercera edici6n», Editorial Tecnos, Madrid, 1997, donde remacha:"'" ,,,,,\t'clIcncia de esta actitud sectaria, de la que se podrian exponer muchos otros

1111,1" ",' 11.1dcsperdiciado -y dilapidado- en un ano 10 que el esfuerzo de toda la ciencia y/.1 II I'" "1"'lIdcncia nacionales habia aportado a 10 largo de dieciseis anos al proceso de" I 1"1'.111.1no se mere cia este C6digo Penal».

l I" .1I1;ilisiscritico de !as refOlmas penales habidas en Espana desde la aprobaci6nI ,,1'1'" I'l''':11 de 1995 hasta 2002 puede hallarse en Miguel POLAINO NAVARRETE,I 1111111'I'".des (desde el C6digo de 1995 a 2002)>>, en Cronica lundica Hispalense (Revista

I llilllllil iI,' /)"/who), Universidad de Sevilla, num. 1, Editorial Tirant 10 Blanch, Valen-1111 \ I'l' .!·IJ Y ss.; [D., «Reformas Penales (de 1995 a 2002)>>, en Jacobo LOPEZ BARJAIi 'II" 11,11Y .JIlSC Miguel ZUGALDiA ESPINAR (coords.), Dogmatica y Ley penal. Libro

II' II I lIIi'I"" 1l{l((fZalupo,Pr610go de Jesus SANCHEZ LAMBAS, Instituto Universitario de, II I"" ()lIl':" y Gasset, Marcial Pons, Ediciones Juridicas y Sociales, SA, Madrid-I III. '1111 I, 1'1'. 645-691. Especificamente sobre las reformas del ano 2003, vease Mi-I ., "" I NIIVIIIWETE, La reforma penal espanola de 2003: una valoracion aftica, Tecnos,

I '11111

En to do caso, las normas penales vigentes (integrantes del Derecho positi-vo) constituyen el objeto de interpretacion y conocimiento primario del Derechopenal 4. El interprete, el aplicador y el critico del Derecho han de averiguarel sentido de la norma, con base en su tenor literal y con empleo de lalogica juridica: esto es, para conocer el objeto (norma juridico-penal) ha del1evarse a efecto una labor de Dogmatica jur£dico-penal, en la que nos centra-remos a continuacion.

Las nomlas penales son punto de partida de la reflexion juridico-penal,pero no el punto de llegada. Si asi fuera, la Ciencia penal no conoceria avanceni progreso: las normas positivas serian pricticamente elementos inmutables.Este deformado entendimiento inmovilista significo el fracaso del positivismotradicional 5, cuyas limitaciones fueron pronto puestas de relieve: decia gra-fica y icidamente Von Kirchmann que «la ley positiva es rigida; el Derecho,progresivo» 6 (entiendase «progresista» 0 -mejor- «dinamico») y que «por

4. Vid., por ejemplo, Enrique GIMBERNAT ORDEIG, Concepto y metodo de la Cienciadel Derecho penal, Editorial Tecnos, SA, Madrid, 1999, p. 36; Eduardo LOPEZ BETANCOURT,Introduccion al Derecho Penal, 7.a ed., corregida y aumentada, Editorial Porrlia, Mexico DF,1999, p. 77, quien define la «Ciencia del Derecho penah> como el «conjunto de principiosreferentes al delito, delincuente, penas y medidas de seguridad», y sostiene que eso tIes 10 que'se conoce con el nombre de Dogmatica Juridico-Penal y su objeto es el Derecho PenalPunitivo vigente»; Eugenio Raul ZAFFARONI / Alejandro ALAGIA / Alejandro SLOKAR,Derecho penal, Parte general, Ediar, Buenos Aires, 2000, p. 35: «La legislacion penal es el mate-rial basico de interpretacion del derecho penal»; Massimo DONINI, «Metodo democratico emetodo scientifico nel rapporto fra diritto penale e politica», RiDPP, fase. I, enero-marzo de2001, pp. 27 Y ss., dice (p. 28) que «considerando el derecho, unitariamente, como nomla,decision e institucion, podemos decir que el objeto de la ciencia penal es doble: a) el derechopenal (como norma, decision e institucion); b) el objeto del derecho penal: la crirninalidad ylas singulares materias de referencia (campos de disciplina: bien juridico y sus estatutos juridi-cos; p.ej., Estado, Administracion publica, derecho del hombre, econornia, empresa, bancos,circulacion vial, ambiente, ete.). Objeto, pues, de primer y de segundo grado».

5. Vid. Tomas Salvador VIVES ANTON, «Dos problemas del positivismo juridico», enEscritos penales, Universidad de Valencia, 1979, pp. 341 Y ss., esp. 352, quien sostiene que <;lasreglas positivas rerniten fuera de si rnismas, y la "teoria" del derecho no puede elaborarse sinpresupuestos "metateoreticos". Y, en consecuencia, no cabe efectuar una separacion tajanteentre el derecho positivo y el derecho ideal al que este rernite como fundamento legitima-dor».

6. VON KIRCHMANN, Julius Hermann, Die Wertlosigkeit der jurisprudenz als Wissens-chqft, Berlin, 1847, nueva edicion de G. Neese, Kohlhammer Verlag, Stuttgart, 1938, passim(La jurisprudencia no es Ciencia, traduccion castellana y escrito preliminar de Antonio TRUYOLY SERRA, Instituto de Estudios Politicos, Madrid, 1949, p. 51).

obra de la ley positiva, los juristas se han convertido en gusanos que solo vi-ven de la madera podrida» 7.

i'lltras el Derecho positivo (con junto de normas juridico-penales)I ill' 1II1Iyeel objeto de conocimiento de la Ciencia penal, la Dogmatica penal

II ,I 'lividad cientifica encaminada al conocimiento sistematico de ese objeto 8, aII I 1lllSlruccion de una estmctura organica de todos los datos, criterios yl'illilipios susceptibles de percepcion y formulacion en esta area de cono-II'1II'ili(). El estudio dogmatico consiste en la exegesis, el anaIisis, la sintesis,

II I 1('1I1:ltizacion, la interpretacion y la critica de las normas juridico-I" II iii'S ".

Una misma norma puede ser objeto de interpretaciones diversas, todasIgll:tlrnente fundadas. Por el10 -ha seiialado acertadamente el Profesor To-lip "'- <daDogmatica no es una ciencia en cuanto reflexion exacta, sinoI Iliistitutivamente inexacta, imprecisa, flexible y abierta, referida a fines y av.tlmes. Esto explica los cambios sincronicos y diacronicos del pensamientoIIIIidico».

I V()N [(IRCHMANN,]. H., O.u.c., p. 55.II ""11;[111 GIMBERNAT ORDEIG (o.u.c., p. 13), la Dogmatica penal es «la actividad que

I 1'111 lll~icto el conocimiento de las normas juridico-penales». Vid., tambien, Eduardo" III I i\NCOURT (o.u.c., pp. 77 Y ss.), para quien <da finalidad de la dogmaticajuridico-Ii ,\ I III11lltrar la finalidad de la ley», y resalta que «el metodo de la dogmatic a juridica es1 11111111,· cI jllridico, que consiste en procedirnientos logicos y cuenta de varios mo-,I I IIIIl' tll·ben ser respetados: el anilisis y la sintesis; la induccion y la deduccion; la'1111IlllIll', construccion y sistematizacion».

I 1'.11'" Il,.OXIN la Dogmaticajuridico-penal «es la disciplina que se ocupa de la inter-I It II, ""'\'IlIJtizacion y elaboracion y desarrollo de las disposiciones legales y opiniones

1111 11111.' cicntifica en el campo del Derecho penal»: Claus ROXIN, Strafrecht, AllgemeineI'I 111111 I, (:r////r1lagen. Del' Aujbau der Verbrechenslehre, 3.' ed., C.H. Beck'sche Verlagsbu-

,"1111111'" Mi.inchen, 1997, § 7, I, 1 (Derecho Penal, Parte General, t. I, Fundamentos. LalIf,' .I,' I" (('"ria del delita, trad. esp. de la 2.a ed. alemana pOl' Diego-Manuel LUZON PENA

I III I I ili\!. y GARCiA-CONLLEDO / Javier de VICENTE REMESAL, Editorial Civitas SA,"I" jIJIJ/, ".192).III I 'frl. Allgd TOKIO LOPEZ, «Racionalidad y relatividad en las teorias juridicas del

III II )/)(,'1', t. XLII, fase. II, Madrid, mayo-agosto, 1989, pp. 409 Y sS.

Si la norma es obra del legislador (poder legislativo), la Dogmatica esllevada a cabo por todos aquellos juristas (interpretes y aplicadores de lasnonnas penales) que se ocupen del conocimiento del Derecho positivo. Entodo caso, Ordenamiento positivo (obra dellegislador) y Dogmatica penal(obra de los juristas) van inseparablemente unidos: la Dogmcltica presupone elOrdenamiento, 0 10 que es 10 mismo, la Dogmatica es el conocimiento sistema-tico del objeto de conocimiento de la Ciencia penal.

Entre lasJunciones de la Dogmatica pueden resaltarse las siguientes II:

- La interpretacion y critica de las leyes penales.- La ordenacion y sistematizacion de toda la materia judicial en el orden

criminal.- La estabilizacion y cumplimiento de los principios juridico-penales.- La elaboracion de proposiciones doctrinales ante los problemas dog-

maticos.- La seguridad juridica en una aplicacion uniforme y annonica del De-

recho positivo.- El perfeccionamiento del Derecho punitivo en cuanto ordenamiento

regulador de conflictos criminales.

La importancia de la Dogmatica juridico-penal es manifiesta. Como seiialoZaffaroni 12, la Dogmatica proporciona un sistema de proposiciones, ideas 0

criterios jurfdicos que pennite resolver de forma logica y no arbitraria losconflictos penales, precisando los limites de prohibicion de las conductas enaras de la salvaguarda de los objetos de tutela juridico-penal.

En suma, la Dogmatica juridico-penal establece limites y construye con-ceptos, y posibilita -como enseiia Gimbemat 13_ una aplicaci6n del Derecho

11. Vid. Bernd ROTHERs, Rechtstheorie, C.H. Beck, Miinchen, 1999, pp. 182 y ss.12. Vid. Eugenio Raul ZAFFARONI, O.U.c., 1973, p. 28.13. Vid. Enrique GIMBERNAT ORDEIG, «Hat die Sttafrechtsdogmatik eine Zukunft?»,

ZStW, 28 (1970), p. 405, Y en castellano «~Tiene un futuro la dogmatica juridico-penal?», enProblemas actuales de las Ciencias penales )' la Filosifia del Derecho. En homenaje al Profesor LuisJimenez de Asua, Ediciones Pannedille, Buenos Aires (Argentina), 1970, pp. 518 y ss. (tam-bien en Problemas actuales de Derecho penal)' procesal, Salamanca 1971, y recogido luego en sulibro Estudios de Derecho penal, Editorial Tecnos, 3.' ed. Madrid, 1990, p. 158). SegUnGIMBERNAT, «Ia dogmatica "nos debe enseiiar 10 que es debido en base al Derecho"(ENGISCH), debe averiguar que es 10 que dice el Derecho. La dogmaticajur:idico-penal, pues,averigua el contenido del Derecho penal, cuiles son los presupuestos que han de darse paraque entre en juego W1 tipo penal, que es 10 que distingue un tipo de otto, donde acaba el

,," /l'/lliI V previsible, permitiendo sustraer al ordenamiento punitivo de la irracio-I,""d, r/" Iii I/rbitrariedady de la improvisaci6n 14.

l'lodu del conocimiento del objeto: la Ciencia del DerechoIHllti

1 I 1h'l ('cho -en concreto, el Derecho penal- ~es 0 no una Ciencia? EstaI IIIill \' ,Igriamente discutida desde antiguo. La tradicional postura doc-"" II Inpondia afirmativamente. Ya desde el Derecho romano la juris-II, /lIf,' \'1.1 considerada la «Ciencia de 10 justo y de 10 injusto» 15. Sin embargo,, !,III 1.1 ,iI 'Inan, Julius Hermann von Kirchmann, en una famosa confe-II II 1"llllllllciada en 1847 ante la SociedadJuridica de Berlin, postulo con1\1 1111 III 1,1 critica la «ausencia de valor de lajurisprudencia como Ciencia» 16.

jllll III dc Kirchmann, el Derecho como tal no puede ser aprehendidoIII III .11 11l'lItC,razon por la dicho autor dedico acidas criticas, casi corrosi-

1111111,1 ·1Derecho positivo (objeto de conocimiento): «La ley positivaill tll, ('I Ikrecho, progresivo» 17, «por obra de la ley positiva, los juristas11111 , llllV Ttido en gusanos que solo viven de la madera podrida» 18, «tres

11II" I 11'( I ificadoras dellegislador convierten bibliotecas enteras en basu-11 ,d,l I 'y positiva se parece a un sastre obstinado que solo usara tres

11"'1111111""") illlpune y donde empieza el punible. Hace posible, por consiguiente, ali111 111111'" y ddinir conceptos, una aplicacion segura y calculable del Derecbo penal,

Ill' 1111,' ',"'Ir:lerle a la irracionalidad, a la arbitrariedad y a la improvisacion».I I I 1111,1'Il' I3ACIGALUPO, Prineipios de Derecho penal, Parte general, 4: ed., Akal, Ma-

I I"" I I' 27, sostiene que <<ladogmatica procura una aplicacion altarnente objetiva delItll 11',1 'II,·", :Il1nque reconoce que <<110puede lograr una objetividad total: la exclusion

11111.1, 1'"l1lllS de vista del interprete no es posible».'01, l'>(prcsamente, la definicion que de Jurisprudencia' daba el celebre jurista

I' tllll'/ll'I/dClltia est divinarul1l atque humanarum renlln notitia, iusti atque iniuti scientim>:1111I" ,It Ii'," i., es cl conocimiento de las cosas divinas y humanas, la Ciencia de 10 justo y

1111"111"

lit IIIIIIIS Ilcrmann VaN KIRCHMANN, Die Wertlosigkeit del'Jurisprudenz als Wissens-11,11111, IH'17, neue Auflage von G. Neese, KoWhammer Verlag, Stuttgart, 1938, passim

l/lf 1,",tll'l/li(/ "" /'s Ciel1cia, traduccion castellana y eSClito preliminar de Antonio TRUYOLI II , 1II'.I111110de Estudios Politicos, Madrid, 1949). Cft. Antonio GARciA-PABLOS DE

1111 f )""''//'' IWI/a!. Introduccion, 2.' ed., Servicio de Publicaciones de la Facultad de1111.1, I" Jllivcrsidad Complutense, Madrid, 2000, pp. 414 y ss.

I 11I1,,1S Ilcrrnann VaN KIRCHMANN, LaJurisprudencia no es Ciencia, op. eit., p. 51.I 11I1,,1SIlcrmann VaN KIRCHMANN, o.u.c., p. 55.I I 1111111\Ilcnnann VaN KIRCHMANN, l.u,c.

medidas para todos sus clientes. La Ciencia es el ama bondadosa que vedonde el traje no ajusta y donde afea, pero el respeto por su senor no Iepennite mas que hacer subrepticiamente algun que otro retoque» 20.

A pesar de las implacables criticas dirigidas, desde temprano, a la provo-cadora tesis de Kirchmann, es evidente que la misma acierta al menos endestacar, bien que vehementemente, la dualidad entre Ley positiva (objeto deconocimiento) y jurisprudencia (en el sentido Ciencia del Derecho 0 Dogmati-cajuridica: conocimiento del objeto).

A mi juicio, el Derecho penal no es en sentido estricto propiamente unaCiencia, sino un objeto de conocimiento. Un objeto de conocimiento cientifico(es decir, un conjunto de normas) -como tal, per se- no puede ser una Ciencia.5i es una Ciencia (la Ciencia penal), en cambio, el metodo que estudia eseobjeto de conocimiento (Derecho penal).

Sucede que la Ciencia que se ocupa del anilisis del Derecho penal notiene un nombre especificamente detemunado. Se la podria denominar«Iuspenologia» 0 algun otro termino similar, pero no se ha acunado estatem1inologia. Genericamente se la llama «Ciencia del Derecho penal». Ellocontribuye acaso a fomentar la confusion en tomo a la «cientificidad» delobjeto de conocimiento 0, por el contrario, del conocimiento del objeto; 0

sea, resumiendo: la Ciencia es el metodo que estudia el Derecho penal; no el De-recho penal mismo (que es su objeto de conocimiento).

Un aspecto esencial de la Ciencia del Derecho penal es, precisamente, laPolitica criminal. Al igual que el Estado, conforme alas necesidades 0 exigen-cias sociales, construye hospitales (politica sanitaria) 0 carreteras (politica defomento), elabora normas juridicas conforme alas necesidades sociales y acriterios y parametros concretos (politica legislativa), y, dentro de ellas,configura las leyes penales que incriminan detenninadas acciones humanas,a las que reputa delictivas y conmina con una detenninada sancion juridica:pena 0 medida de seguridad penal (Politica crimina0.

El ternuno «Politica criminal» (Kriminalpolitik) fue acuiiado, a fines del~iglo XVIII, par los juristas alemanes Kleinschrod y Feuerbach. Estos auto res('()llcebian ya la Politica criminal como una especie del «arte de legislar»,t1islinguiendose del Derecho penal como disciplina general.

I .I ('ollformacion de la Politica criminal como disciplina cientffica relati-1I111'IIIL' :I11tonoma no se alcanzo sino hasta muy avanzado el siglo XIX, de

II III III() del eximio penalista aleman Franz von Liszt, quien en este sentidoII, III1\ l'ollsiderado como «el padre de la (modema) Politica Criminal». AI 11111 d' su famoso Programa de Marburgo 21 (1882), la Politica criminal ob-III III Illrlli de naturaleza, configurandose como una disciplina de contenido

I '/"'111/111 V resocializador.

IJ:lPolitica Criminal -dice von Liszt- «esta condicionada por el pensa-Illlc'llto de la capacidad de mejora del ser humano, del individuo y de la so-I 1('Ii:Jd» ".

I I 1lIIIIIroieza de la Politica criminal es cuestion sometida a debate 23: lnien-II dIJ,11110S alltores mantienen que es una disciplina juridica, otros senalanI'" I I'~ 'Ilcialmente una materia politica 24, y finalmente otros se decantan

I 11 1IIIIsideracion como Ciencia sociol6gica 25.

I 'it!, FranzVONLrSZT,«DerZweckgedankeim Strafrecht(MarburgerProgramm,I I II ,,'rtllicchtliche Aufsiitze und Vortriige, tomo I (1875 bis 1891), J. Guttentag Verlags-

Itllllltlll"I!~,l3erlin,1905, pp. 126 Y5S.,esp. 166 y ss. (La idea defin en el Derecho penal,111'Iltlil Ik Enrique Aimone Gibson, pr6logo de Manuel DERrVACOBAY RIVACOBA,

I II V,dl'.lr:llso,1984; La idea del fin en el Derecho penal, Programa de la Universidad deII/"'t', f 882, Introducci6n y nota biograficadeJose Miguel ZUGALDIAESPINAR,traduc-I ,I, I ,I,II)sI'erezdelValle,EditorialComares, Granada,1995).

h ,III~ VONLrszT, «Die Zukunft des Strafrechts (1892)>>, en Strafrechtliche Aufsiit-",,1 I ,'ill'~~", t0l110II, J. Guttentag Verlagsbuchhandlung,Berlin, 1905, pp. 1 Yss., esp.

\ I 'it!, I)avid BAIGUN,«Politicacriminaly Derecho penal»,RIDP, 1978, pp. 31 Y11110 11 1i'"i1I" b faltade coincidenciadoctrinal acercade la naturalezay limitesde Politica'Iii Ii \"ii,d"l1dolasprincipalesconcepcionesal respecto,que conciben la Politica criminal

IJ l 1l'lIei" aut6noma; 2) acumulaci6nde variasciencias;3) parte integrantedel Dere-I II Ii /) ( :icilciasocialque pretende el perfeccionamientodel Derecho penal; 5) Politi-III I11ill'l I:,st"doreferidaal Derecho penal.I 1\,'11('0 I3RJCOLA,«Politicacriminaly Derecho penal»,RIDP, 1978, pp, 105 YsS.,

1111 ,lill'III:"S entre Politica penal (Ciencia politica que tiene como unico instmmentoI, ,I 11i'11'\'II\1penal)y Politica criminal (Cienciapolitica que confiere al Derecho penal

11'11"Ilk extrema ratio respectoala Politicasocial).

A nuestro juicio, no puede conceptuarse de manera unica la naturalezade la Politica criminal: se trata, seglin nuestro parecer, de una disciplinaubicada en la encrucijada del Derecho, la Politica y la Sociologia: es, en suinterdisciplinaria estructura, una Ciencia juridica, pol£tica y sociologica. No sepuede, segun nuestro parecer, prescindir de ninguno de estos aspectos sinhacer decaer la integra significaci6n de esta disciplina.

Cuesti6n problematica desde antiguo es la delimitacion entre Pol£tica crimi-nal y Derecho penal, esto es, la autonomia cientifica de ambas disciplinas 26. La

La distinci6n entre "Politica crimina!» y «Politica penal» es tambien realizada por otrosautores, aunque en diferente sentido al de BRICOLA. Vid., por ejemplo, Eugenio RaUlZAFFARONI,Tratado de Derecho penal. Parte general, t. I, Ediar, Buenos Aires, 1987, p. 150,para quien la Politica criminal es la "politic a referente al fenomeno delictivo y, como tal, noes mas que un capitulo de la politica penal»; en el mismo sentido, Eduardo LOPEZ BE-TANCOURT,Introducci6n al Derecho Penal, 7.' ed., corregida y aumentada, Editorial Pom:ia,Mexico DF, 1999, p. 79.

Esta distinci6n no es, a nuestro juicio, convincente (si la politic a criminal se refiere al fe-n6meno delictivo, no se vislumbra con nitidez cual puede ser el contenido de la politicapenal) ni quiza correcta (denominar criminal a toda infraccion penal es, cuando menos, un i

abuso temlino16gico que no se compadece adecuadamente con el contenido escasamentelesivo de las faltas, las infracciones de bagatela, etc.).

25. Enrique BACIGALUPO,«Significado y perspectiva de la oposici6n "Derecho pe-nal-Politica crimina!»», RIDP, 1978, pp. 15 Y ss., quien sostiene que la supresi6n de laantinomia conceptual y cientifica entre Derecho penal (Ciencia juridical y Politica crimi-nal (Ciencia social) exige 1) el examen y la configuraci6n de los caracteres del delito desdeun punto de vista politico-criminal, y no desde el punto de vista de la culpabilidad; 2) laconformaci6n de todas las categorias basicas del sistema penal desde la perspectiva politicocriminal; 3) la ordenaci6n de los problemas del delito en dos categoria fundamentales:hecho socialmente danoso (que abarca la tipicidad y la antijuricidad) y autor necesitado detratamiento (que suplanta a la culpabilidad y a la punibilidad); y 4) la aceptaci6n de loscriterios de politica criminal de resocializaci6n (exigencias de prevenci6n general y deprevenci6n especial).

26. Vid. Jose ANTON ONECA, Derecho penal, t. I, Parte general, Grafica administrativa,Madrid, 1949, pp. 11 Y ss. Vid., sobre las internas conexiones entre el Derecho penal y laPolitica criminal, Gallus Aloys KLEINSCHROD,Systematische Entwicklung der Grundbegriffe undGrundwahrheiten des peinlichen Rechts nach der Natur der Sache und der positiven Gesetzgebung, III.und letzter Teil, Von Strafen imbesondere und einigen damit verwandtert Lehren, 3: ed., JohannJakob Palm, Erlangen, 1805, p. 254; sobre las relaciones entre Politica criminal, Dogmaticapenal y Criminologia, Heinz ZIPF, Kriminalpolitik. Eine Einfiihrung in die Grundlagen, VerlagC.F. Muller, Karlsruhe, 1973, pp. 3 YsS.,6 y ss.

postura tradicional defendia su nitida delimitaci6n: «EI Derecho penal es la/'"rrrrairifranqueable de la Pol£tica criminal», decia Franz van Liszt en una cona-I ill;\ Praseque resumia el pensamiento, entonces dominante, de que el De-/("(//(,penal termina alli donde comienza la Pol£tica criminal, y viceversa.

Prontamente surgieron voces discordantes, que entrelazan Politica cri-II\ill~1y Derecho penal. Asi, para Van Hippel 27, la Politica criminal es laI olltcmplaci6n de la eficacia del Derecho penal bajo el prisma a punta deVISI:I de su finalidad: en definitiva, no hay Derecho penal sin Pol£tica criminal ni/Ip//I/((/ criminal sin Derecho penal.

1.:1 discusi6n actual sigue girando en tomo al lugar donde cabe situar la1'(lIlliel criminal en el sistema del Derecho penal. Seglin Silva Sanchez 28, la1'1Ilil iCl criminal es la riferencia del sistema dogmatico, de modo que situa la1I111iliC:lcriminal en el seno mismo de la Dogmatica. Asi, asevera que «aun-lilli' 1.1Politica criminal se configure en terminos mas amplios, todo el Dere-IIIiI I'I"IJII/ .Ieintegra en la Pol£tica criminal» 29.

f\ Iluestro juicio, este sugerente planteamiento doctrinal sabre la es-IIIIIIlllxi6n dogmatica de la Politica Criminal no es plenamente convin-111111":

1':11 primer lugar, potencia superlativamente el papel de la Politica cri-111111,11li'l'llte ala Dogmatica penal.

, I, Cli. Robert VON HIPPEL, Deutsches Strafrecht, t. I, Allgemeine Grundlagert, Verlag1111 1"1,"\ .'il'ringer, Berlin, 1925 (reimpr., Scientia Verlag Aalen, 1971), p. 534.

'II 1 'id., sobre la Politica criminal como referencia del Sistema dogmatico, Jeslls-I III I 'II V/I SANCHEZ, «Politica criminal en la Dogmatica: algunas cuestiones sobre su

'''1111 II Ii I" )' lilllites», en]esiis Maria SILVASANCHEZ(ed.), Polftica Criminal y nuevo DerechoI'. II," I ,/,/(, Ililmenaje a Claus Roxin, Jose Maria Bosch Editor, Barcelona, 1997, pp. 357 Y

(I II 1d/«("II roillpilado en su libro Estudios de Derecho Penal, Biblioteca de Autores extran-1,111' '" ( :, '.ilc)', Lima, 2000, pp. 197 Y ss.). Cft., sobre la «relaci6n tormentosa y neur6tica»I 11111 I., ( '1("IICi;1 penal y la politica, Massimo DONINI, «Metodo democratico e metodo

, ,111111i <I /(L·I rapporto fra diritto penaJe e politica», RIDPP, fasc. I, enero-marzo de 2001,1'1' 'I I' "',

"I I 'id. JCSLls-MariaSILVASANCHEZ,«Reflexiones sobre las bases de la Politica crimi-1111 I II Imi' O:.llEZO MIR / Rodrigo F. SuAREz MONTES / Antonio BERISTAINAPINA/I ,,111\ M ' I(OMEO CASABONA,El nuevo C6digo Penal: presupuesto5 y fundamentos. Libro/1,'11""1//1' ill 1'1'4 Dr. D. Angel Torio LOpez, Comares, Granada, 1999, pp. 209 Y ss., esp. 213II 111'/'''' d,' I)/'f'l'ih" Penal, op. cit., pp. 185 Yss., concretamente 190). Cursivas anadidas.

- En segundo termino, lleva a la confusion entre Derecho penal (objetode conocimiento) con la Politica criminal (utilidad de tal objeto), integran-do al primero en la segunda. Pero este planteamiento no es correcto, puesno cabe situar el objeto (Derecho penal) en un predicado del objeto (politi-ca criminal), sino -en todo caso- a la inversa.

- En tercer lugar, la hiperbolica concepcion que asume a la postre fusio-na Politica criminal (utilidad del objeto de conocimiento) y Dogmaticapenal (conocimiento del objeto), siendo asi que ambas Ciencias, conformea su naturaleza, operan en pIanos distintos: la Dogm(ltica es el conoeimiento delobjeto, y la Polftica eriminalla delimitacion de la utilidad del objeto de conocimiento.Es decir, la Dogmatica es una disciplina sustantiva, teoriea 0 doctrinal, mientrasque la Politica criminal es, eminentemente, una disciplina adjetiva, social-

Juneionalista 0 practica.

Tan parad6jica -a nuestro juicio- situaci6n intenta ser salvada por Sil-va 30 mediante el recurso a una categ6rica separaci6n -en palabras suyas-entre una Politica criminal de la praxis y una Politica criminal teorica:«Laprimera se integra del conjunto de actividades -empiricas- organizadas yordenadas a la protecci6n de individuos y sociedad en la evitaci6n del deli-to. La segunda aparece constituida por un conjunto de principios te6ricosque habrian de dotar de una base racionala la referida praxis de lucha contrael delito; en donde la clave radica precisamente en determinar que significa"racional" y cualespueden ser los criterios de racionalidad»31.

Segun nuestro parecer, estas construcciones doctrinales no encuentran, amenudo, un firme fundamento incontrovertible, por 10 que -a la postre-resultan inexactas e imprecisas. No puede establecerse una nitida ni catego-rica escision entre «Dogmatica penal» y «Politica criminal», y aun men osentre una pretendida «Politica criminal practica» y una ilusoria «Politica cri-minal teorica».

30. Jesus-Maria SILVASA CHEZ, l.u.c.31. Cft. Ernst SEELIG, Tratado de CriminologEa, traducci6n espanola de Jose M.' Rodri-

guez Devesa, Instituto de Estudios Politicos, Madrid, 1958, pp. 26 Y ss., quien ya resalt6 laconveniencia de distinguir entre una Politica criminal que se ocupa de los problemas utilita-rios, que presenta la reaIidad de la lucha contra la criminaIidad, y la comprensi6n de la Politi-ca criminal como construcci6n cientifica encaminada al reconocimiento de las solucioneslegislativas mas adecuadas a una detenninada situaci6n concreta. En tanto la primera seintegraria en la Criminologia, la segunda es inseparable del Derecho penal.

'I', 11\lllderadamente, sefialo Anton Oneca 32 que Dogmaticajuridico-II t! \ I'plitica criminal se superponen y complementan, siendo no discipli-

I I 11,11.llI:tS,sino mas bien zonas 0 aspectos de la Ciencia del Derecholit!

§3

Concepto dogmfltico de Derecho penal (1):delito y pena

( ;Ollccpto dogmatico de Derecho penal: formulaci6n y1,1~'lIlcntos

I it' 11Illlio conciso, condensando en el enunciado de la definicion su•1I111'111t!Oescncial, podemos definir el Derecho penal en los terminos si-

11III Iill'\: (((:onjunto de normas juridicas del Estado que, como ultima ratioI II lHIr'l.lIl1iento junmco yante la insuficiencia de otros medio"Silonna'ti-

1 111\'11(1\dr:tsticos de tutela de 105 bienes juridicos de mayor relevancia soc.ial'1,"11 ,1,(1 I 'sion 0 puesta en peligro), describen como delitos y faltas deter-

111111111.1\,II ('jones hum~na~, y las conminan con- ~~a -pena (si el autor de laIiill II I 11'\11P '11:11 es culpable), 0 una medida de segurid,ad (si el autor del in- 0

111111l'IlIlll 'S criminalmente peligroso pero no imputable), 0 una pena y\111II lI'<lu 1.1de seguridad (si el sujeto es culpable y peligroso), con el fin de

111//1 Iii I(il/lisi,)n de futuros delitos y de confirmar la vigencia quebrantada ie la11111/"

I II 1.1,1111('1jor definicion se mencionan:

I 1\\ ,11'II/('/Ilosbasicos del Derech() p_enal, a saber: las infracciones penales11111\ I i11.1\)Y las consecuencias juridicas (penas y medidas -s'e-seguriaad),

I I', 111//1101/('S csenciales del Derecho Ren~: la protecci6n de bien~ jurf.dicos y~I" 1'1 1/1/1111 ,f" rlclilos. -- . ., -

I II', /11/1'\ (,~I'I/(i(/Iesdel Derecho penal: la confirmaci6n de la vigencia de la'III" ' 1.1 ""/;//IIt1ri()/1del ordenamiento quebrantado~ -- -

111'1"111(Ip,1I'S ms~<zosdtftnitorios de la modema Ciencia puni~iva: ,ca-1'1 Ii 111'1('(Illl penal de acto (exigencia de plasmacion de la volunrar

criminal en una acci6n), car~~~IC::UIQ!1.11QtiVoy juridico-publico (conjunto denormas juridicas del Estado), coactivo (coercitividad de las conminacionespenales),J~$}!le.~~~.~~1.~!!~!i,~i;q,,~o(&rimo medio juridico aplicable).

El binomio esencial del Derecho penal son el ddito y la pena, dos concep-t,os clntag6nicos pero correlativos. El deli to es la infracci'6;;:-penal por antonO'ITia-sia, y opera como presupuesto y jund~;n~nt£ deJa segunda. L,a p~~~ ~o es'1auni§a, I;ero S1la ll:is grave de cuantas ~.~nciones puede im£on.~.r el 0-1:<1;11<1-fiiiento jllJ:.i.~~~():existen otras sanciones juridicas en el ambito penal y encada sector del ordenamiento juridico, pero todas ellas son menos drasticasque la pena '.

Ejemplo de sanciones penales y otras sanciones jundicas: la medida de seguri-dad y la reparaci6n (en Derecho penal); 1a nulidad 0 rescisi6n de un con-trato (en Derecho privado); la anulaci6n de un acto administrativo y las san-ciones administrativas en ejercicio del poder sancionatorio del Estado (enDerecho administrativo). Estas otras medidas de caracter no penal pued~nser restrictivas de derechos, pero ninguna puede ser privativa de libertad: lapena de prisi6n es exclusiva del Derecho penal.

1. Vid., al respecto, Antonio GAH..ciA-PABLOSDEMOLINA,Derecho penal. Introduc-cion, 2.' ed., Servicio de Publicaciones de la Facultadde Derecho de la Universidad Com-plutense, Madrid, 2000, pp. 56 y ss., quien destaca que <<jur£dicammte,la pena es el armamas poderosa y devastadoradel ius puniendi, el instrumento por excelencia de este, del queel Derecho Penal recibe su nombre», destacando la diversidad de sanciones de que dispo-nen las diferentes ramas del Ordenamiento juridico, y delirnitando el concepto de penaconforme a criterios formales:«existen sanciones (civilesy administrativas)que, desde unpunto de vista material, no se diferencian de las sanciones penales, de las penas genuinas(por ejemplo, sancionespecuniarias, como la multa, y sanciones restrictivasde derechos).Por ello, el concepto de pena debe formularse con criteriosformales que pemIiten la claradiferencia entre unas y otras consecuencias juridicas». Este autor maneja cuatro criteriosformalesque permiten distinguir la pena de otrassancionesjuridicas: a) las sanciones que elC6digo penal declara-bajo tal nomen iuris- como pena; b) las que tienen como presupuestoexclusivoy obligado la comisi6n culpable de un hecho previsto como delito 0 falta; c) laspenas se imponen por losJueces y Tribunales de 10 criminal; d) y laspenas se cumplen y ejecuta/'Ien la «fomla prevista por la Ley y Reglamentos» y «bajo el control de los Tribunalescompetentes».

I"I rlclilo. (acci6n t1pica, antijuridica, culpable y punibleL!J}L..~Ly.!l"Jh'c.cso""'"Ilil, ~i110 la expre§(6n dS UIJ...sJ:'nfi4o,.w.edi.q.,nte.et.cval.un.5ujeto.plenarnente""'I/lI'I~J!(':1firn:a~.~.u_di~.c:9.n.(~E!2:i21si~~nuna ,norrnaj,:uqclis.a Y P9niendo_ ep.1IIII'III('ho su vlgenCla: esto es, dqrauda una expectativa normativa, lesionando, I" IIill'lldo eii"peligro un bien juridico. Ante esta manifestaci6n op~~yecto

IlIdlllllll:1I por paifedeErnrac£oi~cre'Ia norma, el QrdexJ.anllento..jurldiw.1laI II ,I(('jonar imponiendo al, s~!pa~Jc: ~nap'?,na, c~uy~ significado es el si-1111111('; de un raao; afirm;'qu'e ia norma quebrada sigu~ ~'anteniendo s~,1Jig~n-" I" J ·110,habl6 Hegel de la igualdad especifica entre delito y pena; de otro

I" III, , 01111rl11al~ rI.S;~~.sidadde protecci6n del bien juridico. 19sion.ado _Q"pJ;cestv;nIflIIII,oIfin de preveniruri';i]utuyinesI6n'del mismo.

I I 1'1'111/ cOITe~po~d~-;i1lmp~t~ble (capaz de responsabilidad penal) que in-I IIIj 1 101 IIOl'lna: la p.:.r:~l::..~ ..!'!1P_uta~~subjetivame!:!t§ P9E el O~cJep~~l1~el}t9.'En el1 1111 111('C:1pituloveremos que si erautor no juera imputable -por ser incapaz de

II II111"1( I T la antijuricidad de su acci6n: p.ej. por ser menor de edad, enfermo, III ii, () 1i:t1larseen estado pleno de embriaguez- podra imponhsele, si seI .1111'.1111c1igrosidadcriminal, una medida de seguridad, pero nunca una pena.

1:'jnlJplo: a un enfermo mental que, llevado por su locura, comete tresI (",III:ltosen una noche, no se Ie puede imponer una pena (prisi6n de varios111m), porque tal sujeto no puede comprender la antijuricidad de su acci6n,1 Jillr tanto- no se Ie puede imputar subjetivamente su infracci6n normati-

'<I 1\1 tratarse de un sujeto peligroso, se Ie puede -y debe- imponer unaIIII'd1":1de seguridad adecuada a su situaci6n de especial peligrosidad: el in-II 1II,1I11icntoen un establecimiento psiquiatrico.

I I 11/'///1 ~. reserva para el autor plenamente imputable. Existe, pues, una"" Iii II" illlcrrelaCi6iinormativa, esto' es, una ~sriexlonl6gica 3 entre deli to yI ,II I,iI IllJnera que a toda infracci6n delictiva culpable ha de seguir,

"" II d('11I'lltC, una consecuencia juridica en forma de pena: sin deli to noI'//d, 1'/'1'0 sicrnpre que hay delito ha de seguir la pena, porque -como de cia

I I 1.1It-y penal constituye un «imperativo categ6rico».

I ,d. (;l'()J'g Wilhelm FriedrichHEGEL,Grundlinien del' Philosophie des Rechts, 1821,I 1/IIIId"II/I'/lIIIS de fa Filoscifla del Derecho, edici6n: K.H. ILTING,traducci6n de CarlosI II"IIIII,"/ 1'rodhufi, Madrid, 1993, pp. 352 y ss.,esp. 358).

I ,,I I':,list-JoachimLAMPE,StrcifPhilosophie,Heymanns,Koln ete., 1999, p. 23.11,1 Irrllrr:lIll1eJKANT,Die Metaphysik del' Sitten in zwei Teilm, Konigsbergbey

I, 1Iii"1,,viIlS, 1797, «DerRechtslehre. Zweiter Theil: Das offentlicheRecht,),Erster

Excepcionalmente, el autor imputable puede ser sancionado con la impo-sicion de una pena y ademas, de manera conjunta, con la de una medida deseguridad.

Ejemplo: el delito de conducci6n bajo la influencia de drogas t6xicas 0

bebidas alcoh6licas es sancionado con las penas de prisi6n 0 multa, trabajoen beneficio de la comunidad y privaci6n del derecho a conducir; si seapreciara eximente incompleta, al autor se aplicara ademas la medida de se-guridad de intemamiento en centro de deshabituaci6n.

La pena se rige por el principio de culpabilidad (fundamento y limite de lapena), esto es, se impone al autor imputable de un delito. La medida de seguridad10 hace por el principio de peliif"o~idadZrimi~Ty se impone al suJ~to querealiza una accion antijuridica"no culpable.

En resumen, puede conclui;;;Io'siguiente:

a) Un delito (accion tipica, antijuridica, culpable y punible) es sanciona-~o siempre con una pena], en ocasiones, con una pena y una medida 4e ~egl-!~-dad conjuntamente.

b) Si el ~lj~!.o no es imputable s6lo puede ser sancionado, a 10 sumo, conuna medida de seguridad: nUrzcacon una pena.

La pena se legitima por sus fines (preventivos y tutelares) y se Jundamentaen sunecesidad. Como dijera Maurach, «una comunidad que renunciara -;;uimperio penal renunciaria a si misma». Ningun Estado, ninguna Sociedad,puede prescindir de su poder coercitivo (que nunca es un poder ilimitado),pues este es, sin duda, un medio licito y necesario para la consecucion deun fin general: la seguridad jurfdica '.

Abschnitt «Das Staatsrecht», § E, <Nom Straf- und Begnadigungsrecht,> (La Metafisica de lasCostumbres, Estudio preliminar de Adela CORTINA ORTS, traduccion y notas de AdelaCORTINAORTSyJesLlsCONILLSANCHO,Editorial Tecnos SA, Madrid, 1989, p. 166).

5. Vid. Eugenio Raul ZAFFAR.ONI,Tratado de Derecho Penal. Parte General, t. I, Ediar,Buenos Aires, 1987, p. 71 y ss.; de manera excesival11ente laxa, Alfonso SERRANOMAILLO,Emayo sobre el Derecho Penal como Ciencia. Acerca de su construcci6n, Dykinson, Madrid, 1999,pp. 121 Y ss., esp. 126 y ss. En general, Antonio-Enrique PEREZ LUNo, La seguridad juridica,2.' ed. revisada y puesta al dia, Editorial Ariel, Barcelona, 1994, esp. pp. 71 y ss.; Josef

L:I necesidad de la sancion enal es, a la vez, fundamento y limite de la111'111:se iinpone unape~a en la memda en que la-S-ociedad nec~sit~comoI 1IIIdicion de la vida comunitaria, tutelar bienes, prevenir Juturos delitos, contri-11//11iI la consecuci6n de un orden de seguridad jurfdica, ·ete.: s6lo la pena «necesaria»

, 61\ 1//11/ pena <<justall.

I\demas de la necesidad social, se han propuesto doctrinahnente otros posibles1lllIrI'"I1Cllfosen los que apoyar la p~estad punitiva del Estado. Asi, entre ellos:

""Illdamento hico (0 hico-social) de la pena: «Tocla accion del Estado, en1111111Ljercicio de poder, requiere e una fundamentacion erica, en mayor1111',11<1:1aun que la accion del individuo» 7. Esta fundamentacion etica no1IIII't1· prescindir de la idea de necesidad social 8: «La pena no se fundamentaI II 11I!.1pura pretension Illoral, sino en una neces/dad social. Hasta tanto laI" 11,1 'S necesaria para -el mantenimiento del orden social, por si misma no

11111111,sino un medio para la realizacion de un ordenjusto ... » 9.

EJ fundamento etico de la pena es escasamente clarificador, por su ambi-!-il"Il:dady relatividad, y porque -en ultima instancia- no es privativo de laS:lllci6n penal sino compartido con otras sancionesjuridicas 10.

\ I r ,',I I , I )i/S Gl'lmdrecht auf Sicherheit. Zu den Schutzpjlichten des fteiheitlichen Veifassungsstaatcs,i1111.I,. (;ruyter, Berlin-New York, 1983, passim.

f, I/id. Franz VONLISZT,StrqfrechtlicheA"!fsiitze und Vortriige,Band I, 1905, pp. 126 y SS.,

I,d I'vlodl"l'11amente,Georg FREUND, «Zur Legitimationsfunktion des Zweckgedankens im111,1111Sli:lfi'cchtssystel11»,en Jiirgen WOLTER / Georg FREUND,Streiftat, Strqfzumcssung und

""//"," I'/i il/l gcsalllten Strqfi'echtssystem. Streiftatbegriff- Strciftatzureclmung - Strqfrecl1tszweck - Stra-",Jill//1 Stmfk/agverziclll, CF. MUller Verlag, Heidelberg, 1996, pp. 43 y SS., esp. 55 y sS.;1111111I\AIIiMANN,«Uber die gerechte Strafe. Ein rechtsphilosophische EssaY'>,en lD., Ober

',,/III1,/,,'il. Carl Heymanns Verlag KG, K6ln - Berlin - Bonn - Miinchen, 1993, pp. 39 y ss.I I ·it!. Peter NOLL, Die ethische Begriindung der Streife, Recht und Staat in Geschichte

1111I 1'1J',l'lIlV:lrt,nLIl11.244, ].CB. Mohr (paul Siebeck), Tiibingen, 1964, pp. 3 y ss. Cft.1101, II, II h'cihelT Ostmann yon der LEYE, Vom Wesen der Strafe. Studien zur Rechtsethik,

i110""1011Vcrlag, Bonn, 1959, esp. 159 y ss.; Hennarm BIANCHI, Ethik des Strafens,III 111,11,,11,.1. 1966, pp. 7 y ss.

I (:01110sellala Antonio GARCiA-PABLOSDEMOLINA,Derecho penal. Introducci6n, 2."I 'Of "" 10 dc Pllblicaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense,I101110I. '111111,p. 121, el fundamento de necesidad social de la pena no ha sido desechado ni

1\, III" I"" los alltores que, como NOLL, propugnan un fundamento etico de la pena.'J 1'l'lcrNoLL,O.U.C.,pp.20yss.iii I ·i,l.. cn cste sentido, Eugenio Raul ZAFFARONI,Tratado de Derecho penal, Partege-

," I, 1'.11.11.l>lIC110SAires, 1987, pp. 79 y ss., quien sefiala que, si bien «Iapena expresa un

- Fund~'!'Iento..!!EU!EJi.o(de oportunidad 0 practico): Otras autores creeLJ. J)

contrar-er-ftindaInento de la .£~a",no en cuestiones eticas 0 morales, siOlO <':11

motivos utili~deop·ortunidad 0 practicos II, Esta concepcion hundoe SII

raices'enla-Pibsofia de lailustraoon, en'ccmcreto, en la conc~pci.onJ!!k (fica del utilitarismo de John Stuart Mill (1806-1873), y fue desaJ!5~ll~~ '1\

erDerecho por la llamada Jurisprudencia de intereses, Conforme a esta •COIlcepcion, en una ponderacion de costes y beniftaos, la pen a evita mas incdJrt1 ('nientes de los que acarrea 12, y persigt!e la mayor utilidiirsocTal posi6le13

:' GJPe.l,1deViene necesaria como instrumento de la «Econom{a del bienesta»> 14,

desvalor etico-social, creemos que en modo alguno esto es una caracteristica diferencial d> I.,misma, porque hay acciones que no estan conminadas penalmente y cuyo desvalor hil' I

social se expresa juridicamente a traves de sanciones no penales», por 10 que no «p:>u I,decirse que la pena sea un desvalor etico-social publico, porque es s610 la consecuenc~ia cll'ese ValOD>;tambien critico, Santiago MIR PUIG, Funci6n de la pena y teona del delito en el F3st(ll11lsocial y democratico de Derecho, Bosch Casa Editorial, Barcelona, 1979 (2," ed., 1982; tarr:'bi "II

en ID" El Derecho penal en el Estado social J' demomitico de Derecho, Editorial Ariel SA, Bar.ce1ona, 1994, pp. 36 y ss" 44), quien ---sobrela base de la trilogia «Estado social y democratiCo I,Derecho»- extrae la funci6n preventiva del Derecho penal, con el sometimiento a las prill 'j

pios esenciales del Estado y con respeto alas garantias constitucionales; Francisco J; avi "ALVAREz GARCiA, Consideraciones sobre los Jines de la pena en el Ordenamiento constitUc:iolll/lespanol, Comares, Granada, 2001, passim.

1L Winfried HASSEMER,Einfiihrung in die Grundlagen des Streifrechts, 2." ed" C.I IBeck, Mi.inchen, 1990, pp. 206 Y ss., 242 y sS.; ID., «Antes de comentario a § 1», en P:<OIlI

mental' zum Strafgesetzbuch, tomo 1, §§ 1-21, Hennann Luchterhand Verlag, Neuwied, 1 990/pp. 19 y ss., esp, 115 y ss. Cft. Peter KOLLER, «Probleme der utilitarischen Strafrech£ercigung», ZStW, 1979, pp. 45 Y ss.; ademas, sobre la pena como mecanismo de control conductual y de motivaci6n coactiva, desde una perspectiva empirico-teoretica, Walter [email protected] ,

Die Funktion des Strcifreehts in reehtstheoretiseher Sieht. Sehluj3folgerungen aus dem Milg'ral/IExperiment, C.F. Miiller Juristischer-Verlag, Heidelberg, 1995, pp. 1 y ss. Cft. Jen-CI;;j1udl'WOLF, Verhiitung odeI' Vergeltung? Einfiihrung in die ethisehe Straflheorien, Verlag Karl AJ.bcr,Freiburg / Mi.inchen, pp. 38 y ss.

12, Norbert HOERSTER, «Zur Begriindung staatlichen Strafens», Theorie del' Nort'1'leII.Festgabefiir Ota Weinberger zum 65. Gebuytstag, Duncker & Humblot, Berlin, 1984, pp. 2:;;25ss., esp. 230. '

13. Vid., ampliamente, Jose Cm MOLINE, ,fPenajusta 0 pena util? El debate contempOY(,'neo en la doetrinapenal espanola, Centro de Estudios Judiciales, Ministerio de Justicia, Mac:flrid,1994, pp. 31 Y ss., 133 y ss., 189 y sS., y passim, quien realiza una brillante exposici6n dt:lestado de la cuesti6n en Espana en los ultimos decenios, y se decanta por una fundameJJlta-ci6n puran1.ente utilirarista de la pena, con una s6lida y sugerente fundamentaci6n doe I:,filosofia de la Ilustraci6n y del Liberalismo (pp, 284 Y ss.), tras rechazar los modelos retrib-uti-vo y mixto.

14. AI respecto, F. SCHERNIKAU,Zur Verbindung von Ethik und Okonomie am BeiS'5picidel' Wohlfizhrtstheorie. Bin dogmengesehichtlicherAbrij3 von Adam Smith bis in die Gegenwart u:l1t('l'

Este fundamento tampoco aporta mucho a la dinamica de la pena: esta1\() se impone ni se justifica porque abstractamente «es util» 0 «sirve pa:a al-1;0», sino persiguiendo unos fines determinados y concretos que habra quevcrificar IS

h Ios jimdamerLtos posibles del Derecho penal del Estado, ~~e en ocasio-'II'~ lUll sido doctrinalmente aducidos, son: elfunda'!1.~n!,gyoM!CO Oa pena esIII Ii Hit () del poder p~litico Ael Estaflo) y el !U1~dc;~en!Osocio-cri1!"inol6gicoll~.

\11'11,1 n:iste porql;le es ..el unic:o y mas ~Jicaz remedio de luc?a contra la

1IIIIIIII.liidad).

Ambos eventuales fundamentos, en rigor, tampoco sirven para justificar.Iishdamente la pena, en tanto descuidan algunos aspectos esenciales del or-

llcnamiento punitivo.

I ,I pena consiste siempre en una privac!qn 0 restricci6n -~eg{!~!:".~0 le~iti-IlIild" de hienes juddjcos, No se trata, en ninglin caso, de cuaIqUler pnv;-111111, sino de una privacion co!!!rolada legalmente: y revestld~ de ¥ar3.n~as/II//,,/n )' procesales: ha de ser expresamente prevista:n la ley (esto es: so~e-Ild,1 .J! l!I'il/cipio de legalidad); constituye una pnvaclOn ~poral) .~o~tlf!!1~ta~a1/1 /11'1/)('(1/(1, Y -menos- irreversib,le; y ha de ser Impuesta por un organo )u,:,!s-IIIlllill1,1I(ompetente,

Ejemplos: Cuando un sujeto comete un delito de homicidio, ha de ser('olldenado a una pena de prisi6n de varios alios (de 10 a 15 alios). Con ello,~c Ie priva irremediablemente de un bien juridico personal: su libertad am-hulatoria. Pero esta privaci6n no puede durar toda la vida, smo excluslVa-Illente el tiempo previsto en la ley. Y l6gicamente no puede consistir ~nlllla privaci6n equivalente a la que el sujeto in£1igi6, a saber: la destrucClon

IOtal de la vida.

I" ,'11,(1'11'1 Hel'lieksiehtigung von kardinaler Maflbarkeit und interpersoneller Vergleiehbarkeit, PeterI 11'1'" h,lllkfllrt a. M. 1992; sobre la politica penal en el Estado de blenestar, Hans HA-II" 1Mil' (comp.), Del' Wohlfahrtsstaat und seine Politik des Strafem, Westdeurscher Verlag,I 'ld,I,I1'II, 1990.

I' .r'ambien cntico, Ernst-Joachim LAMPE,O.U.c., pp. 5 y ss.

La 2~n.~,- eru..amo_PBvaci6n de utl_ ~~~, constituye conceptualmente unn:al, un.~c9~!igo.16:en palabra~ H~gO 'Grocio ,17,«la pena es uri-m--a-L--0-'u-n-'d-i-cp)que se imp one al mal (inju:sto) del delito». Pero el hecho de que la pena, enesencia, entrane un mal, no significa que su funci6n sea perseguir e1 mal nie1 castigo: 1a pena puede consistir en un m~ 0 en un castigo, pero no persi-gue el mal ni el ca;[Igo (fin-;;~rib~'u;os), sin~(k>-ables) finespreventi-vos, y por ello no es identificab1e a b venganza 18. 0 10 que es 10 ·ill.ismo: 1ap~a no se define como un mal que sigue a otro mal, sino de manera positiva: porsu funci6n de estabilizaci6n de 1a oorma, de protecci6n de blenes y ~prevenci6n de delitos futuros 19- ~-----.

16. Vid., en este sentido, Santiago MIJ1..PUIC, Introduccion a las bases del Derecho penal,Bosch Casa Editorial SA, Barcelona, 1976, p. 61, quien acertadamente senala -siguiendo aEberhard SCHMIDHAUSER,JosE M: RODRiGUEZ DEVESAY AI[ Ross- que conviene «dis-tinguir laJuncion de la pena del concepto de peJ1a (... ) Segun 5Uconcepto la pena e5 un mal quese impone par causa de la comision de U/l de/ita: conceptualmente, la pena es un castigo. Peroadmitir esto no implica, como consecuencia inevitable, que la jimcion -esto es: fin esencial-de Ja pena sea la retribucion»; Eugenio RaUl ZAFFARONI, o.u.c., pp. 80 Y 55.; AntonioGARCiA-PABLOSDEMOLINA,o.u.c., pp. 122 Y 5S.:quien con precision apunta que «concep-tualmente la pena es privacion 0 restlicci6n de blenes juridicos establecida por la ley e im-puesta par el organa jurisdiccional al que ha cametido un delito (.. ,) la pena es un "mal" denaturaleza retributiva. De aqui se desprende la necesidad de una reJacion de proparcion~ntre]a gravedad del hecho cometido y la gravedad del castigo».

17. Hugo GROTIUS, De iure belli acpads, Paris, 1625, liber II, caput XX, De poenis:poena est malum passion is, quod injligit/./rpropter actionis.

18. Cft· Sebastian SCHEERER.,«Kritik der strafenden Vernunft», Ethik und Sozia-lwissenschafterl. Streiiforum.fUr Enlliigungskultur, 1212001, pp. 69 y ss., quien identifica concep-tualmente la pena y la venganza desde una perspectiva; tambien, especiaLllente, la certeracotica al citado articulo par parte de Eberhard SCHMIDHAUSER,«Aufruf Zll intellektuellerRedlichkeit», O.u.c., pp. 115 y ss.

19. Cft· Gunther JAKOBS,Strqfrecht. Allgemeiner Tei/. Die Cnmd/agen U/ld die Zurech-nungs/ehre, Lehrbuch, 2.' ed., Walter de Gruyter, Berlin, 1991, 1/3 (Derecho penal. Parte general.Fundal1lentos y teorfa de la imputacion, traducci6n espailola por Joaquin Cuello Contreras I JoseLuis Serrano Gonzalez de Murillo, Marcial pons, Ediciones Juridica5, SA, Madrid, 1995, p.9): «EI injusto es un mal y el deber de cargar con Ios costes tal11bien es un mal, (... ) no cabedefinir la pena como infligir un mal a causa de un mal col11etido: 5eria absurdo "querer unmal porque ya se ha dado otro mal", y este segtlir un mal a otro describe a la pena solo seglinsu "caracter superficial" (HEGEL).La pena hay que definirla positillal1lente: es una muestra deIa Iligencia de la norma a costa de un re5ponsable. De ahi 5urge un mal, pero la pena no hacumplido ya su cometido con tal efecto sino s610con la estabilizacion de la n0I1141lesiona-da». '

I ,:IS teodas de la pena son, en realidad, teorias de 10s fines de 1a pena 20, estoI ~, Il'orias de 1a legitimidad del Derecho penal. He aqui un triangu10 trascen-,1I'lll.d: pena, fines de la pena, legitimaci6n del Derecho penal. La pena persigue11111'\ L'stabilizadores, tutelares y preventivos, 10s cuales legitiman e1 Derechol'lll.d.

( :OlnO es 16gico, en cada momenta hist6rico se ha justificado el ius pu-11/t'I/t/i del Estado de manera diferente. En todo caso, el sistema punitivo (la,1l1lt':,>aa brutalidad del sistema de incriminaci6n de delitos y del sistema deIII II.IS) es un preciso bar6metro del grado de tolerancia de la propia Socie-Ii Iii: I/hi societas, ibi ius (y viceversa).

Ejemplos: en epocas arcaicas era usual la dureza de las penas, pues el sis-Wl11ase basaba en la venganza privada 21; en los sistemas totalitarios se usa (y:ibusa), por 10 general, de penas infamantes, cadena perpetua y pena delIluerte: el unico fin de la pena es retributivo, no preventivo. As!, en laAlemania nazi se preveian medidas de seguridad irracionales, como la castra-cion del violador habitual, para justificar la necesidad de defensa de la Socie-cbd.

I ,IS teorias de 1a pena se dividen en absolutas (0 de la retribuci6n) y relativasI I " ) 2'(I I It' :1 prevenclOl1 -.

>11. Algunos autores distinguen «fin» (<<paraque sirve la pena» en el plano del deberI I) \ «Illllcion de la pena» (anaJisisempirico-social en eI plano del ser sobre los «efectos de laI" III ,'II b sociedaci»). Vid. Luigi FERR.AJOLl,«EI Derecho penal minima», Poder y Control,1111111II, Prellencion y teorfa de fa pena: presel1te y alternativas, Barcelona, 1986, pp. 25 y ss., esp.\' \ ".: )1)., Derecho y Razon. Teorfa del garmltismo jundico, Trotta, Madtid, 1995, pp. 210 y

1,\\<' R. SERRANO-PIEDECASASFERNANDEZ, Conocil'lliento cientifico y fimdamentos del/1",.1", pCllal, Grafica Horizonte, Lima, Perll, 1999, pp. 56 y ss. Cft., en sentido 5emejante,1111,1IO:lchimLAMPE,O.U.c., pp. 1 Yss.

, I , Vid. un completo y sugerente recorrido par los mas significativos hitos de ]a ven-I 111/,1I'riv:lda en MYliam HERRERAMORENO, La Hora de la Victima. Compendio de Victimo-/"1'1,',I:,dcrsa, Madrid, 1996, pp. 23 Y 55.,36 Y ss., donde analiza con profundidad fenomenos11111101.1«victimizacion tribah>,la <<Venganzade sangre», el «airado», el «riepto», la «inimicitia»,.1,

> , Esta clasificacion proviene de Anton BAUER. Vir!, precisas exposiciones de las di-" "III'" lCOt~aSde la pena en Carlos David Augusto RODER, Las doctrinas Jundamentales,. 11/,1/11,'\sollfe el de/ito y la pena en sus interiores contradicciol'1es,traduccion del aleman par Fran-I I '" (;1I1CI',3.' ed., Libreoa de Victoriano Suarez, Madtid, 1877, pp. 41 Y ss. Y en Luis

JUAN CARLOS
Resaltado

Las teonas absolutas 0 de 1a retribucion 23 conciben 1a pena como retribuciono castigo por el mal delictivo realizado y se expresan mediante 1a Ley del'['alion: «Ojo por ojo, diente por diente, sangre por sangre». Unicamentebuscan infligir al delincuente un mal semejante 0 equiparab1e al que come-ijo: no persiguen otra funcion (preventiva 0 social) ulterior (<<abso1uto»:del 1atinqbsolutus = «desvinculado», «independiente» de su efecto social).

Los antecedentes de las teorias absolutas 0 retributivas de la pena hundensus rakes en la Antigiiedad clasica.Pueden hallarse en los textos biblicos y enlos £1losofosgriegos.

Para los pitagoricos, la pena consiste en el «talion moral», y para Platon lapena es la «medicina de la perversidad» y un «medio de puri£1car»el ah1la delmal de la injusticia.

El Derecho romano y el Derecho germ;inico usaron (y, en ocasiones,abusaron) del principio del Talion y la venganza de sangre.

Posteriormente, principios de esta indole serian representados por los £1-losofos y teologos cristianos, como Santo Tomas de Aquino y Alfonso deCastro.

Especial referencia, por su influjo en el ambito penal, merece la doctrinade Kant.

£1 fil6sofo Immanuel Kant (1724-1804) alumbr6, en su Metqfisica de lasCOstumbres24, una de las mas conocidas teorias retributivas puras de la pena 25,

J1lvlENEZDEASUA,Tratado de Derecho penal, r. I, Filosofta y Ley penal, 3.' ed. acrualizada,EditorialLosada,Buenos Aires, 1964, pp. 31 Yss.

23. Cft. Karl Heinz G6SSEL,«Esenciay fundamentacion de las sancionesjundico-P~nales»,traduccion de Miguel Polaino Navarrete, en ID. (comp.), Estudios juridicos sobre laRiforma penal, Instituto de Criminologia de la UniversidadComplutense, Seccion Delegadad~ la Universidad de Cordoba, Estudios Crirninologicos,serie: Minor, num. 5, Servicio deP\jblicaciones,Universidadde Cordoba, 1987, pp. 47 y ss. esp. 68 y ss. quien -apartandosed~la interpretacion habitual- sostienesugerentementeque las teonas de la «retribucion,,>debenset encuadradasen las teonas «relativas», y no en las teonas absoluras.Vid., dandole la razon,H('iko Hartmut LESCH,La funcion de la pena, traduccion de Javier Sanchez-VeraGomez-Ttelles,Cuadernos «LuisJimenez de Asuanum. 4», Dykinson, Madrid, 1999, p. 7, nota 17.

24. Vid. ImmanuelKANT,Die Metaphysik der Sitten in zwei Teilen, op. Lit. (ID.,La Me-'cif[sicade las Costumbres, op. Lit., p. 166).

25. Vid. WolfgangNAUCKE,Kant und die psychologische Zwangstheorie Feuerbachs, Han-as<:herGildenverlag,Joachim Heitmann & Co., Hamburg, 1962, pp. 12 y ss. Vid. una

II 1 1111~iderarque la pena retribuye el comportamiento delictivo, y no de-I Illp 'iia ninguna mision social. KANT distingue entre pena judicial (poena

1111' IIli,) Y pena natural (poena naturalis). La primera «no puede nunea servirIlIlpl 'Illente como medio para fomentar otro bien, sea para el delincuente

11111110~ea para la sociedad civil, sino que ha de imponersele solo porque ha,I,/II'I"ido; porque el hombre nunca puede ser manej;d~-~o;;~ medio paraIII 1'lop6sitos de otro ni confundido entre los objetos del derecno real».1'11,1(jut: plleda imponerse la pena a un sujeto-, Kant exige gue sea «digno de

I "~P)l, Y sabre esta-b;s~-faley-pe~:J ~; i~placabf;'-;;L;-l~y- p-~~~i~s-~1'1'/II'I"li,/()categoricQ»: solo imponiendose la pena en su justa medida (0 sea:'1',11'\ 1:1Ley del Talion) se puede alcanzar la Justicia: «Si perece la ]usticia,

I 1'1 t' dc valor que vivan hombres sobre la tierra» (fiat iustitia pereat mun-11/ )

I>araapoyar su idea de la ley como «imperativo categorico», Kant pro-j)0lll: el conocido ejemplo de la isla 26: en una isla viven varios supervivientes;l'lltn; ellos se encuentra un condenado a mllerte. Aunque se tuviera la certe-~.I:Ibsoluta se que el sujeto no volveria a delinquir (con 10 que decaeria toda'Il'u;sidad de pena, si esta se fundamentara en la prevencion), la pena habriaIk- illlponerse antes de la destruccion social: si no, no se alcanzaria la justicia.

I ,I Il'orias absolutas de la pena son insostenibles en la actualidad, porque'1/111II tin I ('I medio con elfin (la retribuci6n no es nunca un fin de la pena, sinoII II Ii III C:l~Oun ineludible componente de la misma) y, ademas, porque justifi-III 1.1l'l'll:1 de manera aislada de la sociedad, siendo asi que la pena es un

III 1ll'llll'lltO estatal de un subsistema social al servicio del bienestar general.

I' 11.1I.I~(codas relativas 0 de la prevencion el fin de la pena no se agota en la1'"11111,1 ll'tribuci6n del delito cometido, sino que se despliega 0 proyecta

1'" I' '1111"revisioncriticade lasteonas absolutasen Angel TORio LOPEZ,,<Elsustratoantro-11/, 1111 <Ivl:istconaspenales»,Estudios de Derecho penal en homenaje al Profesor Luis Jimenez de

I I,' 1,"'I'i"" de 1(/Fawltad de Derecho de la Universidad COl11plutensede Madrid, num. mono-I "I I, M:Jdrid,1986, esp.pp. 673 y sS.

'I, 11I11I1~I1L1elKANT,I.u.c. Cft., ademas,WilfriedKOPER,Immanuel Kant und das BrettI ,111"'''.1 •.,. J)(/S zweideutige Notrecht in Kants Rechtslehre, C.F. Muller Verlag, Heidelberg,I'

socialmente con un efecto preventivo de nuevos delitos: como decia CesareBonnesana, Marques de Beccaria, «es mejor prevenir los delitos que punir-los» 27. En funcion de que los efectos se proyecten sobre el propio delincuente,o bien sobre la Sociedad en su conjunto, se distingue entre prevencion especial yprevencion general.

Para la teona de la prevencion especial la pena cumple un fin de preven-cion que va dirigido al propio autor del delito: la pena se impone al autor deun delito con el fin de que ese mismo sujeto no vuelva a delinguir, procu-rando -pues- la resocializacion social de ese delincuente.

Significativos antecedentes de esta teoria se encuentran, igualmente, en los

fi16sofos clasicos. Seneca, evocando a Protagoras y a Plat6n, afirm6: «Pues,

como dice Plat6n, ningun hombre sensato castiga porque se ha pecado, sino

para que no sc pcquc». Paulo, en el Digcsto justinianco (D. 48, 19, 20), sostiene

que «poena constituitur in enmendationen hominum».

En la doctrina penal clasica, el mas significativo representante de la teOl-la de laprevencion especial fue Franz von Liszt (1851-1919), quien -en su conoci-do Programa de Marburgo 28_ sostuvo que la pena desempeiia tres cometidosesenciales de prevenci6n especial 29, segun la clase de delincuente de que setrate:

27. Cesare BECCARIA, Tratado de 105 deUtos )' de laspenas, 1764.28. Vid. Franz YON LISZT, «Der Zweckgedanke im Strafrecht (Marburger Pro-

gramm, 1882)), Strafrechtliche Aujsiitze und Vortriige, tomo I (1875 bis 1891), J. GuttentagVerlagsbuchhandlung, Berlin, 1905, pp. 126 Y ss., esp. 166 y ss. (La idea defin en el Derechopenal, traduccion de Enrique fuITlOne Gibson, prologo de Manuel DE RIVACOBA YRIVACOBA, Edeval, Valparaiso, 1984; La idea delfin en el Derecho penal. Programa de laUniversidad de Marburgo, "/882, Introduccion y nota biografica de Jose Miguel ZUGALOjAESPINAR., traduccion de Carlos Perez del Valle, Editorial Comares, Granada, 1995, pp. 41Y ss., esp. 83 y ss.). Cfr. Heribert OSTENDOR.F (Herausgeber), Von der Rache zur Zweckstra-fe. "/00 Jahre «Marburger Programm» von Franz von Liszt (992), Alfred Metzner Verlag,Frankfurt am Main, 1982.

29. Algunos autores han resaltado que, para VON LISZT, la prevencion especial es eIfin primordial, pero no el unico de la pena, en tanto que se compatibiliza con otros finespreventivo-generales. Vid., por ejemplo, Manuel DE RIVACOBA Y RIVACOBA, "Prologo» aFranz VON LISZT, O.U.c., p. 12.

Una funci6n de prevencion especial positiva, consistente en la correccion0

1//1'/111"'1 del delincuente capaz y necesitado de correccion, esto es, el delin-I Ill' III~ primerizo 0 principiante de la carreracriminal.

Un cometido de prevencion especial negativa, que se cifra en intimidacion",1 ddincuente no necesitado de correccion: el delincuente ocasional.

Una finalidad de prevencion especial neutralizante, cuyo cometido es la1I111t/I;z(/ciondel delincuente no susceptible de correcci6n, esto es, el delin-1II'IlI. habitual. Contra estos 6ltimos dirige von Liszt palabras dunsimas, alIi'"p.lrarios con un miembro corporal gangrenado que contagia al orga-

III 1110entero, y sostener que «contra los incorregibles debe la sociedad1lIlllv,'"nse (... ) Y como no queremos decapitar ni ahorcar, y no podemosIi, JlorL:lr, s6lo queda la cadena perpetua (0 por tiempo indeterrninado)).

1':11L1 rnoderna doctrina la teona de la prevenci6n especial es defendida porIIIOS:lutores 30 y se identifica con el pensamiento de la reeducacion 0 reinser-

11111 \(1(;(// del delincuente, idea que se recoge en las Constituciones de mu-IIII~p:lises: asi, el art. 25.2 CE dispone que «las penas privativas de libertadII" 111~didasde seguridad estaran orientadas hacia la reeducaci6n y reinser-IIIl ~()cial. .. ».

I (ISdefensores de la teona unilateral de la prevencion especial conside-I III que la resocializaci6n constituye el unico fundamento legitimante de laI" 11,11:1 pena ha de servir unicamente a quien se impone, no a la Sociedad

I 1',"11Tal. De este modo, se considera inconstitucional que se persigan finesI" \'l'lllivo-generales 31: estos autores consideran una vulneracion de la digni-

III Vid. Enrique BACIGALUPO, «Significado y perspectiva de la oposicion «Derecho1III 110litica criminal»», RIDP, 1978, pp. 15 Y ss. Cft. 10., Pril1cipiosde Derecho penal. Parte1111111,.\." cd., Akal, Madrid, 1997, pp. 7 Y ss.; Manuel JAEN VALLEJO, «El titulo preliminar

I II ".Ilgo penal espanol de 1995», en EI Derecho penal espanol defil1 de siglo )' el Derecho penal111I111'"IWli,.",/().Estudios en hommaje a Enrique Bacigalupo, edicion a cargo de Antonio Jose

Iii INl I, Ediciones Juridicas Gustavo Ibanez, Santa Fe de Bogota. Colombia, 1999, pp. 57""1:1 'I. Implicitamente, tambien, Juan Carlos CARBONELL MATEU, Derecho penal:

1111/'11' I' Jlrillcipios cOl1stitucionales,2.' ed., Tirant 10 Blanch, Valencia, 1996, pp. 38 y ss.I ", IIIIP I ':USE13I, «Dibattiti sulle teorie delia pena e "mediazione"», RIDPP, fasc. 3, lugl.-

\I 11)117,pp. 811 y ss., quien concluye (p. 836) que debe subrayarse la opinion de que «IaI ''''I'.I''C:ltiva constituya]a unica referencia que da segura relevancia, en la discusion sobre

I I" 11.1, ,,I dcstino del hombre que delinque, imponiendo que estos continuen siendo consi-I '1.111. "" solo fomlalmente, miembros de la sociedad».

\ I Vid., en este sentido, Klaus LOoERSSEN, «Freiheitsstrafe ohne Funktion», en Joa-111111 ',I IllIl I. / Thomas VORMBAUM (comp.), Festschriftfur Gunter Bemmann zum 70. Ge-III I'll! ""I J.1. Dezember "/997, Nomos Verlagsgesellschaft, Baden-Baden, 1997, p. 49, quicn

JUAN CARLOS
Resaltado

dad del penado el hecho de que la pena sirva como ejemplo para los demassujetos 0 para la Sociedad en su con junto 32.

La limitaci6n de la funci6n de la pena al ambito del propio penado (pre-vencion especial) es insostenible 33, por varios motivos:

- Es falso y tendencioso el argumento de que los fines preventivo-generales vulneran 1a dignidad del penado. El respeto a la dignidad humanadepende del contenido de 1a sancion penal (aspecto sustancia0, de 1aforma deaplicaci6n de 1a pena (aspecto forma0 y de la finalidad perseguida con dichaimposicion (aspecto teleoI6gico).

- Ademas, 1a pena es una sancion j~riS#ca publica, que impone el Estadoa un sujeto, miembro de 1a Sociedad, que ha infringido gravemente las

considera «bastante indiscutida» la inconstitucionalidad de la prevenci6n general. Ademas, dellllismo autor, en relaci6n a los amculos 1 y 19, 2° parrafo de la Ley Fundamental de Bonn,«R..esozialisieLUngund MenschenwLirde», en Cornelius PRITTWITZ (comp.), Menschenwiirde"nd Strtifrecht, Nomos Verlagsgesellschaft, Baden-Baden, 1997; ID., Die Krise des iffentlichenStrtifanspruchs, Alfred Metzner Verlag, 1989, pp. 7 Y ss.; ID., «Alternativen zum Strafen», enFrigof HAFT / Winfried HASSEMER/ Ulfi-id NEUMANN / Wolfgang SCHILD / UlrichSCHROTH(comp.), Strafgpechtigkeit. Festschrift fiir Arthur Kmifmann zum 70. Geburtstag, C.F.t>.1iillerJuristischer Verlag, Heidelberg, 1993, pp. 487 Y ss., esp. 490 y ss.; WinfriedliASSEMER/ Klaus LODERSSEN/ Wolfgang NAUCKE, Hauptprobleme der Generalprdllention,I\lfred Metzner Verlag GmbH, Frankfurt am Main, 1979.

32. Manuel JAEN VALLEJO,I. U.c.: «La dignidad de la persona, fundamento del ordenPolitico y de la paz social, impide, p.ej., que puedan tomarse en cuenta en la individualiza-ci6n de la pena los fines de prevenci6n general: ino se puede utilizar a una persona comoejemplo para los demas!».

33. Vid. Diego-Manuel LUZON PENA, Medici6n de la pena l' sustitutillos penales, Institutode Criminologia de la Universidad Complutense, Madrid, 1979, pp. 47 Y ss., quien acertada-n1.enteseiiala que «el art. 25.2 CE no dice que las penas privativas de libertad tengan como fine>cclusivamen.teesos aspectos de la prevenci6n especial, tampoco dice a que fin 0 fines estaran0tientadas las restantes penas no privativas de libeltad, por 10 que ni seria inconstitucional unahipotetica disposici6n del C6digo penal que mencionara a la prevenci6n general como fin de laP~na, ni 10 son las (... ) regulaciones legales basadas en la prevenci6n general»; Emilio OCTAVIODJ:;: TOLEDO, Sobre el concepto del Derecho penal, Universidad de Madrid, Facultad de Derecho,S~cci6n de Publicaciones, Madrid, 1981, p. 266, quien sostiene que «Ia asignaci6n de esta0tientaci6n resocializadora a tales penas no quiere decir que la funci6n unica y en todo mo-lliento de las mismas (menos atm, obviamente, de las que no suponen privaci6n de libertad) seala indicada resocializaci6n». Cft., en el mismo sentido, Francisco Javier ALVAREZGARCiA,«C;onsideraciones sobre la funci6n de la pena en el Ordenamiento constitucional espailoj", en Elnl-{evoC6digo Penal: presupuestos y fundamentos. Libro Homel1aje al Prrif. Dr. D. Angel Torio LOpez,CQmares, Granada, 1999, pp. 3 y ss., esp. 26 y sS.;10., COl1sideraciorlessobre losji'1es de la pena enel Ordenamiento constit,.laonal espanol, Comares, Granada, 2001, passim.

I\( mnas constitutivas de dicha Sociedad. E1 proceso de imposicion de la esta~,lIlcion publica, asi como su finalidad, ha de exceder, logicamente, el um-1\1,i1 del propio penado: parque 1a pena es un instrumento de estabilizaci6n'<IIill/, no una sancion privada. -. -.

- Por -ello~no es cierto -que se manipule 0 utilice 1a persona del penado, 0/110 ejemp10 para 10s demas: 10 que se «utiliza», si es que algo se utilizare,,'\ vi propio significado de la pena, nunca la figura concreta de tal 0 cual pena-II, : 1;) dignidad de este no puede 1esionarse por e1 hecho de que 1a penaIIIIJ lIesta sirva a otros posib1es delincuentes futuros a abstenerse de realizar11\propositos delictivos.

I~Jl definitiva, 1a idea de 1a resocializacion no es tanto un fundamento'/1~l!IIII;lico cuanto un criterio pol£tico-criminal, al que tiende, en 1a medida de 10l'II'ihlc, la ejecucion penal: si, par la razon que fuera, no se consigue 1aII Il.lhilitacion 0 reinsercion del delincuente, 1a pena sigue siendo valida y111\ I'or ello habria de ser declarada inconstitucional.

I~Ileste sentido, como tendencia poHtico-criminal, 1a resocializacion del delin-I IWlll ' es recogida en 1a Constitucion espanola, seglin ha declarado e1 Tribu-IIII ( :ollstitucional, 10 cual ha re1ativizado sensib1emente 1a trascendencia deI' 1.1l'lIcstion, de manera que ya desde 1a decada de 10s 70 del siglo XX se

II Ill' h3blando en Alemania de una crisisde 1a idea de 1a resocializacion 34.

I ,I l 'oria de 1aprevenci6n general presenta dos variantes esenciales: negativa/llllili/ll/. La primera sostiene que 1a pena cump1e 1a mision de disuadir a los

1111",III.IIIOSde que cometan delitos, mediante 1a amenaza de 1a imposicionI" II,d. 1,:1 segunda ve en 1a pena un efecto positivo de confirmaci6n de la vi-, "'/11 de /(1 norma cada vez que se impone una pena.

I ,I Ill(jSconocida formu1acion de 1a doctrina de 1aprevenci6n general nega-Ifl'" ',I' dcbe a Paul Johann Anselm yon Feuerbach (1775-1833), autar del

\ 1 1 kfiende la superfluidad del concepto Theodor LENCKNER,«Der StrafProzeB imIII '" .1('1 (l~c)Sozialisierung>',JuS 5, mayo de 1983, pp. 340 Y ss., para quien la idea de laI III 1 tI'f.ll ;'1I1 podna de nuevo ser erradicada de la modema Politica criminal; en contra, por

III I' 1.11 IS LODERSSEN,I.u.c., quien defiende la resocializaci6n como unico fin constitu-0\11111111'111(' :\dll1jsible.

JUAN CARLOS
Resaltado

primer Tratado sistematico de Derecho penal 35, y en cuanto tal denornina-do por los penalistas alemanes «padre del modemo Derecho penal». Para el,la pena cumple una funci6n de coacci6n psicol6gica: mediante la amenaza depena se produce una suerte de intirnidaci6n 0 atemorizaci6n intema en lapsique de los ciudadanos que pretende desarrollar un ifecto inhibitorio 0 di-suasorio ante la eventualidad de cometer delitos 36.

Criticamente se ha sostenido que esta doctrina adopta una fundamenta-cion utilitarista de la pena: los ciudadanos deben saber que no es rentablecometer delitos (<<crimendoesn't pay»), esto es, que los inconvenientes sonmayores que las ventajas 37.

P.rente a la prevenci6n general negativa, la teoria de la prevenci6n generalpostttva no pefSlgue un efecto disuasorio (negativo) sino un ifecto corifirmante(POSItIVO)en la Sociedad: mediante la imposici6n de la pena se confirrnaque la norma sigue teniendo vigencia, esto es, que sigue siendo un principio rectorCOnstItUtiVOde la Sociedad y, por ello, hay que acatarla 38.

35:. Vid .. Paul Johann Anselm FEUERBACH,Revision del' Grundsiitze und Grundbegr!ffedesposltwenpemllchen Rechts, Erster Theil, Erfurt in der henningsschen Buchhandlung, 1799(relmpr. SClentla Verlag Aalen, 1966), pp. 1 Y ss.; ID., Lehrbuch des gemeinen. in Deutschlandgeltenden. Peinlichen Rechts,. Giessen bey Georg Friedrich Heyer, 1801, pp. 11 Yss. (esp. §§ 12y ss., pp. 13 Y ss.); tambH;:n en la ultima edicion de esta obra: ID., Lehrbuch des gemeinen ill

Deutschland gultlgen Pemllchen Redus, con anotaciones de C.].A. MITTERMAIER, 14.' ed.,Georg Friedrich Heyer's Verlag, Giessen, 1847, §§ 8 y sS., 13 y sS., pp. 36 y ss. (Tratado deDerecho Penal comun vigente en Alemania, traduccion de la 14..' edicion alemana GieBen1847, por Eugenio RaUl Zaffaroni e Inna Hagemeier, presentacion de Manuel de Rivacob~y Rivacoba y Eugenio Raul Zaffaroni, Editorial Hammurabi S.R.L., Buenos Aires, 1989).Cft· Wolfgang NAUCKE, Kant und die psychologische Zwangstheorie Feuerbachs, HansischerGildenverlag, Joachim Heitmann & Co., Hamburg, 1962, pp. 39 Yss. .

,36. r;id., t?mbien, Jesus Maria SILVASANCHEZ,Aproximacian al Derecho penal conteln-poraneo, Jose Mana Bosch Editor SA, Barcelona, 1992, pp. 212 Y ss., quien defiende tambienq~e la pena desempena una funcion intimidante; asimismo, Antonio PAGLIARO,Principi diDzntto penale, Parte generaIe, 6." ed., Dott. A. Giuffi'e Editore, Milano, 1998, pp. 9 Y ss.,defiende que el Derecho penal cumple una funcion de intimidacion y de enmienda.

37. Ernst-Joachil11 LAMPE,o.u.c., p. 8.., 38. Vid .. Mercedes PEREZ MANZANO, Culpabilidad )' prevencian: las teorias de la preven-

aon ~eneral posltwa en la fimdamentacian de la imputacian subjetiva )' de la pena, UniversidadAutonol11a de Madnd, Madrid, 1990, passim; Wilfued BOTTKE, Assoziationspriivention. Zurheutlgen DISkllsslon derStrafzwecke, Duncker & Humblot, Berlin, 1995, pp. 164 Y ss.; Jens

I d IOYillulaci6nmas conocida de la doctrina de la prevenci6n general positiva se10 III .i1 fil6sofo idealista aleman Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-II \ I) y, Inodemamente, ha sido reforrnulada y ampliada con aportaciones1""III.I~ par Jakobs, cuya inspiraci6n en la teoria hegeliana es manifiesta y11111111 \·co!1ocida.

La doctrina mayoritaria incluye la concepcIOn de Hegel entre las teoriasIlhsoflltas de la pena, porque no persigue, aparentemente,fin preventivo alguno:los Ilusmos discipulos de Jakobs aceptan su doctrina como una teoria furuionaltic fa retribuci6n 39. Por ella, ante la amplia difusion de la doctrina de Jakobs,,,' ha hablado de un «renacimiento de las teorias absolutas de la pena» 40.

Sin embargo, nosotros creemos priferible estudiar las formulaciones de He-l~l'ly de Jakobs en el marco de las teorias relativas de la prevencion general

I 111111.111MULLER-TuCKFELD,Integrationspriivention. Studien zu einer Theorie del'gesellschaftli-I II IlIlIkl;OIl des Strafrechts, Frankfurter krirninalwissenschaftliche Studien 61, Peter Lang,I lid IiII I .1111Main, 1998, pp. 19 Yss.

\'1 Vid. Heiko Hartmut LESCH, «Zur Einfuhrung in das Strafrecht: Uber den Sum" I "\l'ck staatlichen Strafens" (2.' parte), JA 12, 1994, pp. 596 y ss. (10., La funcian de la"01 11,,,!I,eeionde Javier Sanchez-Vera Gomez-Trelles, Cuadernos «Luis Jimenez de Asua

11111I". I)ykinson, Madrid, 1999, pp. 45 Y ss.), quien se esfuerza en configurar la «recons-II' , II"I de L1nateoria funcional de la retribuciow', en la que Ia «pena sirve para la estabiliza-

I 1/1 tI. l'xpectativas» (o.u.c., p. 49). Este autor rechaza que la finalidad del Derecho penalIII I III' sentido real-psicologico, demostrable empirical11ente, y ademas tacha de «poco

I 1111111.,.1.1>'Ia denorninacion «prevencion general positiva», pues «no se trata de (... ) finesI' I IIIII'OS,esto es, no se trata de la evitacion futura de detenninadas forn1as de comporta-1111111111'." (O.I/.C., p. 50). Cft., dubitativo, GuntherJAKOBS, «Zur Gegenwartigen Straftheorie»,

" ,ff. 1'1'. 39 y sS.: «La prevencion general positiva, si se quiere emplear este tennino, noI I•• tI"lllIlilinarse prevenciongeneral porque produzca efecto en un gran nUl11erode cabezasI II ItllI.lb, sino porque garantiza 10 generico, 0 -mejor- 10 general, 0 sea, la configuracion

I I" '''"llilicacion; y no se trata de prevencian porque algo -a traves de la pena- deba serI, III "III, sino porque esta, como marginalizacion del significado del hecho, origina laI 'II' 1.1de la nonna». Mas recientemente, califica JAKOBSla doctrina retributiva de HEGEL'111" "II'<,rf" de la resignacian (0 del stifrimiento) penal». Vid. Gunther JAKOBS,<J)er Zweck der'I" Iililig. Eine Untersuchung anhand der Straftheorie Hegels», en Festschriftfur Nikolaos K.

,,,,f','Ii/,,kis, Ant. N. Sakkoulas Verlag, Atenas, 2004, pp. 251 y ss., 259 y ss. Una critica alas0111',I'l'l'ventivas de la pena ell el trabajo de su discipulo Michael PAWLIK,«Kritik der

I I I I IIIII,1lStheoretischen Strafbegriindungem, en Festschrift fur Hal1s-joachim RlIdolphi zllm" I .d'"flslag, herausgegeben yon Klaus ROGALL/ Ingeborg PUPPE/ Ulrich STEIN/ Jiirgen

I II 111(.Luchterhand Wolters Kluwer, Neuwied, 2004, pp. 213 Yss.III Vid. Bernd SCHONEMANN,«Aporien der Straftheorie in Philosophie du Literatur

I" ,I.IIlkcl1ZL1 Imn1anuel Kant und Heinrich yon Kleist», en Cornelius PRITTWITZ et at'11'1'). f:l'SISchriftfur Klaus Ludersen zum 70. Geburtstag am 2 Mai 2002, Nomos Verlagsge-II, h.tli. Ibden-Baden, 2002, p. 327.

positiva 41, porque la retribucion a que se refieren Hegel y Jakobs (confirma-cion de la vigencia quebrada de la norma) es bien distinta al concepto tradi-cional de retribucion.

En su obra cumbre Grundlinien der Philosophie des Rechts 42 (1820), for-mula Hegel una teoria dialectica de la pena 43 que ha ejercido gran influjo en laliteratura penalista clasica hasta nuestros dias: conforme a ella, el delito seconcibe como la negacion general del Derecho, y la pena como la negacion de lanegacion del Derecho, doble negacion que produce la reajirmacion de la normajuridica, esto es, el restablecimiento del ordenamiento juridico quebrado, de maneraque en la presente concepcion doctrinal el objeto de proteccion del Derecho es elpropio Derecho.

Para Hegel, el delito constituye un «juicio negativo-irifinito» por el cual «no solose niega 10 particular (... ), sino a la vez 10 universal» 44: el delincuente, al co-meter un delito, no s6lo expresa su voluntad contraria a esa norma, sino quepone en entredicho el ordenamiento en su conjunto. Se requiere, pues, la penacomo «manifestacion de la nulidad del delito», de manera que, al tiempo, se produ-ce la superacion del delito y la reajirmacionde la vigencia de la norma violada 45.

Aunque la concepcIOn de Hegel presenta cierto componente retrihutivo(afirma que «10 unico que importa es que el delito debe ser superado») 46, 10

41. Vid., en el mismo sentido, apartandose acertadam.ente de la interpretacion domi-nante, Kurt SEELMANN,«Hegels Strafrechtstheorie in seinen "Grundlinien der Philosophiedes Rechts"»,JuS 10, 1979, pp. 687 y ss.; ID., «Wechselseitige Anerkennung und Unrechr.Strafe als Postulat der Gerechtigkeit?», ARSP, 1993, pp. 228 Y ss.; ID., «Differenzen zwischenKant und Hegel bei der Begriindung staatlicher Strafe», en 1D., Anerkennungsverlust undSelbstsubsumtion. Hegels Strajiheorien, Verlag Karl Alber Freiburg/Munchen, 1995, 123 Y ss.

42. Vid. Georg Wilhelm Friedrich HEGEL, Grundlinien del' Philosophie des Rechts, 1820(Fundamentos de la Filosifta del Derecho, edicion: K.H. 1LTING,traduccion de Carlos Diaz,Libertarias / Prodhufi, Madrid, 1993).

43. Vid., sobre la teoria hegeliana de la pena, Ossip K. FLECHTHEIM,Hegels Stra-ftechtstheorie, Duncker & Humblot, Berlin, 2.' ed., 1975 (1.' ed. 1936), esp. pp. 102 y ss.;Ulrich KLUG, «Abschied von Kant und Hegel», l.u.c.; una inteligente revisi6n critica enLuciano EUSEBI,«Dibattiti sulle teorie della pena e "mediazione"», RJDPP, fasc. 3, lugl.-sett., 1997, pp. 811 y ss., esp. 819 y ss.

44. Georg Wilhelm Friedrich HEGEL, Grundlinien, op. cit., § 95 (versi6n espanola, ed.cit., p. 334).

45. Georg Wilhelm Friedrich HEGEL, Grundlinien, op. cit., § 99 (versi6n espanola, ed.eit., p. 342).

46. Georg Wilhelm Friedrich HEGEL, Grundlinien, op. eit., § 99 (version espanola, ed.cit., p. 348).

ricrto es que no se trata de un retribucionismo ciego (infligir un mal porh:lber realizado un mal), sino de una doctrina preventivo-general con unlilJldam.entoy un contenido racionales. Por ello, dice Hegel que la penaI,Ollra al delincuente como ser racional47

, porque se Ie trata como un compo-Ilcnte de la Sociedad que ha de adecuar su comportamiento alas normasjuridicas biisicaspara la convivencia.

I .1 concepcion hegeliana sobre la razon de la pena ha inspirado la formu-111 11111 de la teor£afuncionalista de la pena de Jakobs 48, para quien la mision deI"~111'111' cs la garant£a de la identidad normativa de la Sociedad, 0 sea, el asegura-1///1'1110 de fa vigencia de la norma 49. Con ello, rechaza la tradicional funda-1111 IIl.lcion onto16gica del Derecho penal, adoptando. una fundamentaci6n

1III\ivamente normativista: «la pena -dice Jakobs ,0_ no repara bienes,11111 que confirma la identidad lwrmativa de la Sociedad. Por consiguiente, el

I " 11'( ho penal no puede reaccionar frente a un hecho en cuanto lesion de

1/. Georg Wilhelm Friedrich HEGEL, Grundlinien, op. cit., § 100 (versi6n espanola, ed.II I' .)';0). Cft. Gunther jAKOBS, Streifrecht. AllgemeineI' Teil. Die Grundlagen und die Zure-111I111Il'\II'III"( •. Lehrbuch, 2.' ed., Walter de Gruyter, Berlin, 1991, 17/49 (Derecho penal. Parte1Il/"j I :/Il1damentos y teona de la imputaeion, traducci6n espanola por Joaquin Cuello Contre-

I I' I,,:, Luis Serrano Gonzalez de Murillo, Marcial Pons, Ediciones Juridicas, SA, Madrid,I 1'1., p. 599).

IH. Vid. Gunther jN<'OBS,Strafrecht. AllgemeineI' Teil, op. cit., 1/21 (Derecho penal. ParteIII "d, "I'. cit., pp. 22 Y ss.); ademas, ID., «Das Strafrecht zwischen Funktionahsmus unddl"IIIop:iischem" Prinzipiendenken. Oder Verabschiedung des "alteurop:iischen" Stra-

II' ,I,,,?», ZStW 107 (1995), pp. 843 y ss. (Sociedad, norma y persona en una teorla de un Derecho/,,",11 II/Ilriol'lal, traduccion de Manuel Cancio Melia y Bernardo Feijoo Sanchez, EditorialI 1\ II"" SA, Madrid, 1996, esp. pp. 15 y ss.); 10., Nonn, Person, Gesellschafi· Voriiberlegungen.

1/ ,1/"", Rechtsphilosophie, Duncker & Humblot, Berlin, 1997 (3.' ed., 2008), pp. 51 y ss. Y/ 1 1111: II)., «1mputaci6n juridico-penal, desarrollo del sistema con base en las condiclOnes deII "1',\"lCia de la norma», traduccion de Javier Sanchez-Vera G6mez-Trelles, en RelJista del"",/.., II/dicial, CGPJ, 3.' epoca, num. 49, Madrid, 1998, pp. 297 Y ss.; ID., «Strafrechtliche

III'" 11I1Lll1gund die Bedingungen der Normgeltung», en Verantwortung in Recht Imd Moral,III I, I.lle der Tagung der deutschen Sektion der intemationalen Vereinigung flir Rechts-1lilIioziaiphiiosophie vom 2 bis zum 3. Oktober 1998 in Frankfurt am Main, herausgege-I" II \ Ill' Ulfrid NEUMANNund Lorenz SCHULZ,Franz Steiner Verlag Stuttgart, 2000, pp. 57

I'). Vid., por ejemplo, Gunther JAKOBS,«Sobre la teoria de la pena», traduccion de\ IlIlId Cancio Melia, Revista del Poder Judicial, Consejo General del Poder judicial, 3.'

'I"" ", I1llll1.47, Madrid, 1997, pp. 145 y ss.')1/. Vid. Gunther jAKOBS,Soeiedad, nom"la y persona en una teoria de un Derecho penal

111111'''I/rd, traducci6n de Manuel Cancio Melia y Bernardo Feijoo Sanchez, Editorial Civitas,, M.,drid, 1996, p. 11 (<<Pr6Iogo»).

JUAN CARLOS
Resaltado
JUAN CARLOS
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JUAN CARLOS
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un bien juridico, sino solo £rente a un hecho en cuanto quebrantamiento d(' '"norma. Un quebrantamiento de la norma, a su vez, no es un suceso natLII ,IIentre seres humanos, sino un proceso de comunicaci6n, de expresi6n de senlitlnentre personas».

Siguiendo a Hegel, y sobre la base de una comprensi6n comunicativa dt,ldelito 51, sostiene Jakobs 52 que el delito se entiende «como afirmaci6n que COli

tradice la norma» y la pena «como respuesta que confinna la norma»: «La prestaciollque realiza el Derecho penal consiste en contradecir a su vez la contradicci6n I/"las normas determinantes de la identidad de la Sociedad. El Derecho penn!.por tanto, col'ifirma la identidad social», esto es, «restablece en el plano de 1.1comunicacion la vigencia perturbada de la norma» 53.

Un delito es, para Jakobs, una acto que difrauda una expectativa social (:Isaber: que el autor se comporte como un ciudadano fiel al Derecho) y, :Ila vez, es una expresi6n de sentido: el autor muestra su discol'iformidad con 1:1norma, 0 sea, manifiesta que, de modo general, a el la norma no Ie com-pete, que no rige para el, y por eso presenta un contraproyecto de paut:lnormativa. La pena, que igualmente es una expresi6n de sentido, tiene ]a

mision de «poner las casas» en su sitio jurldico: reafirma la vigencia de 1:1norma, esto es, afirma que la norma quebrada sigue estando vigente, y h~de ser seguida.

Ejemplo: Cuando un sujeto comete un homicidio, defrauda la expectati-va de comportarse como un ciudadano cumplidor de la norma, y a la vezexpresa que la norma «no mataras», constitutiva de la estructura social, norige para eI: en cambio, prop one con su acto un contraproyecto social quereza «esta pemlitido matar». La pena tiene la mision de reafinnar la vigencia

51. Vid., sobre la pena como proceso dialogal (dialogischer Prozl{/3), Rolf-Peter CA-LUESS,Theorie der Streife im demokratischen und sozialen Rechtsstaat. Ein Beitrag zur streifrechtsdog-matischen Grundlagendiskussion, Fischer Taschenbuch Verlag, Frankfurt am Main, 1973, esp.pp. 97 y ss.; Santiago MrR PUIC, Introdua:ion a las bases del Derecho penal, Bosch Casa EditorialSA, Barcelona, 1976, pp. 82 y ss. (sobre la posici6n de CALUESS),88 y ss. (valiosas aportacio-nes person ales).

52. Vid. GiintherJAKOBS, o.u.c., pp. 17 Y ss.53. CJr. Ingeborg PUPPE, «Strafrecht als Komrnunikation. Leistungen und Gefahren

eines neuen Paradigmas in der Strafrechtsdogmatib, en Erich SAMSON / FriedrichDENCKER/ Peter FRISCH/ Helmut FRISTER/ Wolfram REI13(comp.), FestschriftJur GeraldGrUnwald zum siebzigsten Geburtstag, Nomos Verlagsgesellschaft, Baden-Baden, 1999, pp. 469Y ss., quien califica la justificaci6n comunicativa de la pena en la teoria jakobsiana como«absoluta ab ~ffectu».

. .I do el sigru'ficado del acto quebrantador: con la(il' b pnlnera nonna, alS an t1'L"ll~ se expresa que, a pesar del acto aislado del sujeto, la norma «no ma a-

I.'IS»sigue estando vigente en la SOCledad.

Jakobs ha de ser concebida como un instru-

I ,I [1('//(/, en suma, para , ., d 1 .a ia de la norma' esIII' 1IIIl de aseguramiento contrafactico y cogmtlVho e a Vlb~C ta la norma; es

, . di" e contra un hec 0 que que ran'"11,,/''dlm porque se ng .' d 10s ciudadanos la confianza en

'11'l/lIil") porque produce en la COnCl~?Cla eI If'I'lICi~ de la nOlTna quebrantada . .' . . dI .' , d JAKOBS -que tan gran influJo esta eJerClen 0 e~

1,\1.1 sugerente teona e , . al 1 den J'uridico comparado "II 111.11desarrollo de la Dogmatlca pen en e or

---. ectos mas critic ados de la teoria de la prevencion ge-• I I'reClsamente uno de los asp Ii d ctn'nan) a los ciudadanos, ejerCltan-

. I' retende «Inora zar» 0 «a 0 . ,1" I tll'""I,va es que a Imsma p Cfi or e'em 10, Santiago MlR PUIG, «FunclOnI" II , •\I i1t:lIlZJen la n0n11a quebrantada. r., P . ,J P eral positiva» en ADPCP, 1986,

fu ", ill" tadora de la prevenClon gen ,hlll.llllll·III:1doray nCl0n m ,I IE tado social y democratico de Derecho,

(b" 10 El De-ec -w pena en e sII' 1'1\' " ...esp. 57 tam len en ., 1~9 sS., 134); Mercedes PEREZMANZANO, Culp~-1.111"1\,11Anel SA, Barcelona, 1994, pp'., Y I 't' el" lafiundamentacion de la imputaclOn

., I'd I prevenClon genera POSIIva ,/,,/,'/,11/ )' ,,"'lwllclOn: as teonas .e a , d M d'd M drid 1990 pp. 287 Y ss.; JuanI U' rstdad Autonoma e an, a " . I

",,/,'11'11 )' tic a pena, mve I I' to y principios constitucionales, 2.' ed., Tlrant 0I III,". ( :AIU\ONELLMATEU,DereC10 pena . conceP

d· ] aquin CUELLOCONTRERAS,EI. 1996 64 En contra acerta amente, 0 .111111,1"V.tlenCla, , p.. .'. t d ctorl'as Teorfa del de/ita 3.' ed., Dykinson,

I - I P t general NoclOnes Irlro u· '. dII, ", /11' 111'111/ espano. ar e . . " () I revencion general posiuva pre ten aI I 1(1()? 103 Y S' «No es Clerto ... que a p " I

III 1\1,- -, pp. ", . . alizar a la sociedad en unos tenmnos, por 0I . d""d L que 51prop1Cla es nlor",""/, ,".1 In IVI uo. 0 ., d I penales que J'ustifican su concreta

lib d . Lle01t1ma as as n0n11aS1.1111'"\11111:lmente era ores. o' II I . ald d de todos frente al Derecho, e5to es,'I II' I' IIIII posterior, y asegurada con e 0 a Igtl a, 1'111.111.1I:tcohesion SOCIal... ». " I d . "kobsl'ana ha eiercido en el momento

. . I I' illu]o que a octnna p "" IIld., por eJemp 0, ~ 11 d F 00 SANCHEZ(eds) TeorfaJuncional de la penaII IIItI 1VI,1I111e1CANCIOMEllA / Bernar 0 kE1Jb I UAM Pr61~go de Gunther ]AK013S,

. 'd d S .' Gunther}a 0 s en a ,,I, I"~I "1/,,tI,,1I a. emll1ano con .". d' 'B ardo FEIJOOSANCHEZ,«Re-"" M d'd 2008' Asnmsmo e mteres, ern ,

11'''111''''"- ClVltas, an, 'D" P' I contemporaneo. Revista Intemacional, num.. , aeneral» en erec 10 ena . ., III tI'lli IIIII Y prev~nclOn 0 .' 07 87 sS.; ID., Retribucion y prevenclOn genera.'II 1,1','" I\ogota, Julio-sepuembre de 20 ... ' p.P'd I DY ho penal B de F - Edisofer, Buenos

I'd I a }' las fiunClones e erec, ",I ." "fllI/i" s,,/Jre a teona e a pen 't ctl'vl'stade la pena' la retribuClon, J DiEZ (Una teona cons ru .II'" l()( 17:Carlos GOMEZ- ARA , (L /]' Antonio CAROJOHN (eds.), El

. Ed d MONTEALEGRE YNETT ose.1111111111.,IIV:l»,en uar 0 . . ' L'b HOll1enaie al Prolfsor GiintherJakobs en. . I lundo contemporaneo. 1 1'0 ,:1' uliI ,,11'" "mtllllormatlVlsta en e 11 I b" B t' 2008 pp. 105 Y ss.;] 0. . U· 'd d E tern ado de Co om la, ogo a" "" """"'I'rsano, mversl a x D h pellal funcional abielto: conmbu-, L' d la pena en un erec 0I III I(lS COELLO,« a teona e . d Ed ardo MONTEALECIlELYNETT/II"" ,I I., IL'or;ade la prevencion general mtegra ora», en u\" I Illllllio CAROJOHN (eds.), o.u.c., pp. 141 Yss.

JUAN CARLOS
Resaltado
JUAN CARLOS
Resaltado

y que, en to do caso, constituye una concepcion peifectamente democratica ",no puede librarse de algunas consideraciones cnticas:

. - Es verdad que la pena tiene un ifecto reeifirmadordel ordenamiento j L11 I

dico ~uebrantado. Pero tal efecto no constituye el fin inmediato ni el .Ii"excluslVo de la pena, y por el10 no agota la justificacion material del Dere 1111

penal.- El hecho de que las normas sean vaIidas, se apliquen en la realidad \

mantengan su vigencia no es exclusivo del Derecho penal, ni siquiera del Dervcho (es comun al Derecho civil, al Derecho administrativo, a la Mor:II,etc.): todo sistema normativo exige la eficacia de sus normas esto es 1.1protecci6n de un statu quo. ' ,

- Es discutible que se trate de un <jin» perseguido por la propia nOm111,porque de ~ste modo la vigencia de norma seria el propio fin de la norma, 0 I( Ique e,s10 rmsmo, el objeto de proteccion del Derecho seria el propio Derecho, siendo aSl que la proteccion del ordenamiento juridico es mas una consecuenriade la aplicaci6n de la nomla que el fin de esta.

-:-Ademas, se descuidan algunos aspectos: la prevencion de delitos 0 lo~poslbles efectos de la pena sobre el propio penado (prevencion especia0.

5.3. Teorias mixtas (de la union 0 de la unidad)

11111 1"1111 TJ teoria mixta es la retributivo-preventiva, que defiende que la, 1IIIIpi ' ~dmismo tiempo la funcion de castigar y de prevenir, esto es,

"d,,,,, vi delito y de evitar la comision de futuros delitos. Esta teoria,IIld,1 IHlr varios auto res 58, ejercio gran influjo en la jurisprudencia"dl dlvcrsos paises, y todavia hoy continua siendo punto de referen-I dl I 'I I il inadas concepciones en cuanto a la justificacion material de

"

56. No puedo, par ello, compartir la critica mencionada por VILLAVICENCIOen clsenudo de que «la eliminacion de los limites del ius puniendi tanto en su aspecto formal commatenal. conduce a la legitimacion y desarrollo de politica criminal carente· de legitimaciondemocratIca», pues en la obra de ]AKOBSno consta tal ausencia de legitimacion democratic~smo exactamente 10 contrario. Vid. Felipe A. VILLAVICENCIOTERREROS, Derecho penal.Parte general, Editora]uridica Grijley, Lima, 2006, p. 61, nota 109.

57. . Cfr. un~ critica alas teorias de la union (mixtas: retributivo-preventivas, y a lapreventIv~) en Gunther ]AKOBS,«Zurgegenwartigen Straftheorie», en Strafe muss sein! MussStrafe sem. ~h,zosophen - Junsten -Padagogen 1m Gesprach, herausgegeben yon Klaus-M.KODALLE,K~rngshausen & Neumann, Wiirzburg, 1998, pp. 29 Y ss. (Sobre La teoria de lapena, traducclOn de Manuel Cancio Melia, Universidad del Extemado de Colombia, Centrode InvestigaCIones de Derecho Penal y Filosofia del Derecho, Bogota, 1999, pp. 9 Y ss.),

, 'II d" ., 1I11CStrojuicio con argumentos poco solidos- que «la teoria de la union viveII 11111de que las legitimaciones y los fines de la pena pueden combinarse -al nl.enos a

I I I 1'.1" Illediante adicion, es decir, (... ) que pueden ururse» (suposicion de armoma"dill ,'I"IIIClitoSque es rechazada par ]AKOBS)y que «las suposiciones de armonia noI" III' .1 1:1teona, sino tambien a la praxis, y muestran su caricter quebradizo a esteI , ,I, 'I \(,do especial (aunque no solo aqui) en el intento de unir la retribllcion de

,1'111,1,Ii y I:iprevencion especial» (version espat'iola: pp. 12 Yss.). De este modo, rechazaII II 1,'prl.lsde la union, sosteniendo que «Iasteorias de la pena orientadas a la retribu-

I II IIIl'vencion no pueden unirse en una teoria: la retribucion de culpabilidad deslegi-II 1,,,'vl'lIrion» (o.u.c., p. 33) e, incluso, que «las teorias de la prevencion en Sll com-I III I1,t1111lI:1ltoman como punto de referencia la intensidad de los estimulos deII11111IIldividuales, y no, pOI'10 tanto, el peso de la perturbacion social, Y pOI' ello son

1IIIIIIIhh"["Oil el principio del hecho" (o.u.c., p. 34).I I /If,. par ejemplo, Friedrich NOWAKOWSKI, «Freiheit, Schuld, Vergeltung>',

1,,(/1 I,Ii '1'Il('odorRittler, 1957, pp. 55 Y ss., 86 Y ss., quien concibe la retribucion comoIi I ,I, 1.1prc;vencion general, que se consigue a traves del poder de confiml.aci6n del

111111.111\WELZEL,Das deutsche Strafrecht. Eine systematische Darstellung, 11: ed., WalterII I, I ,,\ Co., Berlin, 1969, quien, sobre sostener que el «cometido general del Derecho

II I I" 111'gcr 10s valores elementales de la vida en sociedad,) (p. 1), opina que «Ia penaIII11111.,,1.,como retribuci6n segUn la medida de la culpabilidad» (p. 238); AnninI I IIN. "J)ie Aufgabe des Strafrechts,), Strafrechtsdogmatik zwischen Sein und Wert. Ge-

1/1 "1 II//(iil~l' und Vortriige, Carl Heymanns Verlag KG, Kaln Berlin Bonn Miinchen,• 1'1' '('.' y 55., esp. 269 y ss., quien resalta el papellegitimador de la pena que ejerce la

11111'11111,110obstante rechazar una retribucion pura carente de prevencion.'I I 'id. Juan Carlos CARBONELLMATEU, Derecho penal: concepto y principios constitucio-

I " ,d , Tirant 10 Blanch, Valencia, 1996, pp. 72 Y 55., sostiene que la retribucion es el1,11111111111Y lim.ite de la intervencion penal» y la prevencion la finalidad de la misma;

I "11111'1\(:1IAIl-O, Principi di Diritto penale, Parte generale, 6: ed., Dott. A. Giuffre Editore,14iII1II)I)K.p. 13, concibe la retribucion «como proporci6n entre el hecho cometido y la

II III \'I'II,Ii»y la considera no un limite, sino el fundamento mismo de la pena (vid. tarn-

II I'll I,ll Y ss.).

En un punto intermedio entre las teorias absolutas y las relativas se situan lasteo~a.s mixtas, de la union 0 de la unidad: se trata de un conjunto de doctrinase~lectlc~;,que conJugan varios _~spectos 0 componentes diversos para la legi-tmlaClOn del Derecho penal ' . Pueden destacarse varias fonnulaciones dl'estas teorias.

Eberhard Schmidhauser fonnulo una teOl1apenal diferenciadora 60 que de-fiende que la pena desempeiia, al mismo tiempo, funciones de prevenciongeneral y especial. Para ello, distingue este autor un sentido objetivo-general y unsentido subjetivo-individual de la pena:

a) El sentido objetivo-general se refleja en la Sociedad en su conjunto: 13pena confimu la vigencia de la norma, generando un efecto preventivo,sociopedagogico y de lucha contra la criminalidad.

b) El sentido subjetivo-individual de la pena sera diverso, seg6n el desti-natario de que se trate:

- Para el legislador la pena adquiere el sentido de prohibir las lesionesintolerables para la vida en Sociedad.

- Los organos de persecucion penal (policia y fiscalia) deberan esclarecer 10scasos de criminalidad y procurar reducir la cifra de criminalidad, con el fillde mantener la paz juridica.

- Eljuez penal ha de realizar la idea de la]usticia, en funcion de su recti«conciencia del fin».

- Los Juncionarios de instituciones penitenciarias habran de humanizar Inejecucion de la pena y evitar la desocializacion del reo (prevencion espe-cial) .

- Para el propio penado la pena sup one la liberacion de su culpa 0 la re-conciliacion con el mundo lesionado.

- Por ultimo, la Sociedad ha de readmitir al penado en su medio trascumplir la condena, praduciendose una reconciliacion con el mismo.

Desde mediados de 10s aiios 60 del siglo pasado ha venido reiterada-mente defendiendo Claus Roxin una teorEaunificadora 0 dialectica de la pena,que conjuga aspectos exclusivamente preventivos, rechazando la retribucioll

60. Eberhard SCHMIDHAuSER,Von Sinn del' Strafe, 2.' ed., Vandenhoeck & Ruprechtin Gottingen, 1971, pp. 76 Y55.;10., Strafrecht, AllgemeineI' Teil, Lehrhuch, lC.B. Mohr (PalllSiebeck), 2.' ed., 1975, 3/21 Y55.,pp. 58 y 55.AI re5pecto,Miguel POLAIO-ORTS,«Nota,50brela vida y la obra cientificadel profe50rEberhard Schmidhau5er(1920-2002)>>,en CPC,n6m. 81, Madrid, 2003, pp. 687 y 55.

1111111lin de la pena 61. Para este autor, la pena desempeiia, simultaneamen-I IIII('Sde prevencion general y de prevencion especial: «Puesto que 10s hechosI 1IIIIvos pueden ser evitados tanto a traves de la influencia sobre el parti-Iii II (01110 sobre la colectividad, ambos medios -dice Roxin- se subordi-

'I III .iI lin llltimo al que se extienden y son igualmente legitimos» 62.

IIIhos fines de prevencion han de armonizarse cuidadosamente. En el, II lion l1al no habra colision entre ambos componentes. Alia donde entrenII 111111r:ldiccion, podra situarse un fin por delante del otra. La culpabilidad

, I 11111ite de la pena, de manera que la pena no podra rebasar nunca la", ,lld.1 tic la culpabilidad, pera si podra reducirse si asi 10 aconsejan 10sIII' 1111111"Cventivo-especiales (resocializacion del delincuente, ete.) 63.

1'111\11parte, Karl-Heinz Gossel formula una teoria modificada de la union, "I Ill'lIt1e que la pena persiga cualquier tipo de prevencion que sea correctoI 1'111.ldo a la idea de justicia 64. Seg6n este autor, la retribucion es un

I 11111110illilegable de las sanciones penales, pera no el fin de las mismas: esIII I, III1'11(0 porque la sancion penal (pena 0 medida de seguridad) se co-

t 'oIl'llll1rc a la comision de un hecho antijuridico 65. De ese modo, el,1111111110de la pena se situa en la culpabilidad del autor, que marca elII. I I. 1.1gravedad de la pena. Ese fundamento tradicional se ve modifi-1 , , II II)s supuestos en que la accion no sea culpable, viendose sustituida, 1111 1lIlld:llnento adicional: la peligrosidad criminal. En estos casos, corres-II I, 1.1ililposicion de una medida de seguridad, igualmente acorde a laII 1llld,ld criminal del sujeto.

I I ,,{ (:1:t1l5RoxIN, «Sinnund Grenzen 5taatlicherStrafe»,juS, 1966; 10., Strafrecht.I ""' / ,'d, tOlllOI, Gnmdlagen. Del' Aujbau del' Verbrechenslehre, 3,' ed., C.H. Beck'5che!lIl1ldl.llldltlllg,Mi.inchen,1997, § 3/44 y 55.(Derecho Penal. Parte General, t. I, Fun-

/ " .'\f/l/I/I/m de fa teorfa del delito, traducci6n e5panOlade la 2.' edici6n a]emanapor1111111,1I lIz{lI1P6ia, Miguel Diaz y Garcia-Conlledo,Javier de Vicente Reme5al,

1111I 1111.1\Sf\. Madrid, 1997, pp. 57 y 55.)., 1111\1 OXIN,Strafrecht, op. cit., 3/36 (Derecho penal, op. cit., p. 95).• 1,,1\1 OXIN,Stl'afrecht, op, cit., 3/46 (Derecho penal, op. cit., pp. 99 Y55.).I ,,/ I' ,11'1Ilcinz G6SSEL,o.u.c., pp. 68 y 55.I III 1killz C(')SSEL,O,/H., p. 79.

Despues de la exposicion de las diferentes teorias de la pena (0, por mejoldecir, de las teOl-laSde los fines de la pena), a modo de conclusion, procedtmos a hacer unas consideraciones sobre los fines y los efectos de la pena.

Segiln nuestro parecer, pueden distinguirse respecto de la sancion punitiva basica, al menos conceptualmente, diferentes junciones, as! como un filly una consecuencia directa de la pena, que pueden resumirse conforme al iguiente esquema:

Funci6n de prevencion especial negativa: evita-cion de futuros delitos cometidos por el propiodelincuente

Fin de prevencion especial positiva: resocializa-cion del delincuente

Funci6n de prevenClon general negativa: evita-cion de futuros delitos en la sociedad

Consecuencia inmediata de prevencion generalpositiva: confirmacion de la vigencia de lanorma (identidad normativa de la Sociedad)

a) A nuestro juicio, propiamente, las junciones que la pena desempeiiason de prevenci6n especial y general negativa: evitacion de futuros delitos, estoes, proteccion de bienes juridicos. Esta fimcion tiene como campo de ac-cion dos concretos sistemas: el propio delincuente (en la prevencion especialnegativa) y la Sociedad (en la prevencion general negativa).

b) Los efectos preventivo-generales y preventivo-especiales de signapositivo no son, propiamente, junciones de la pena, sino una finalidad a la que

I III 11,1 11:1 de tender (resocializacion del ~e~ncue~te), en el caso d~ la pre-III 111I1 especial positiva, y una consecuenCla mmedIata (la confirm~Clon de la

I 1IIId.l.I 0 la validez de la norma), como efecto de prevenClon general

1111\'.1. ., .I) Ik esta concepcion se deduce 10 siguiente: la funClon preventlva

\ 'I I I.d Y general) de evitacion de futuros de~ito,s,y -por tanto- de salva-II II d,1 Y prevencion de detemlinados blenes JundIcos £rente a determma-I I 1I'\IOIlCS 0 puestas en peligro (por parte de1proplO delincuente,o de la

" 11'\l.ld en su conjunto) es compatible con la Idea de la protecclOn ~e la(, IIlld.l.1 normativa de la Sociedad, porque esta es una consecuenCla de\111,11.1.

Concepto dogmatico de Derecho penal (II):delito y medida de seguridad.

Reparaci6n a la victim a

/1111Lo a la pena como basica sancian del sistema punitivo, existe un se-IIIIII() il/strumento de reaccian penal: la medida de seguridad, cuyo funda-

1111Illp Y limite es lapeligrosidad criminal del autor.1':'1.1 sancian de la medida de seguridad penal se preve, como vimos, para

I" II/ill/putables (sujetos incapaces de culpabilidad: menores de edad, enfer-11111'0Illcntales, etc.) 0 semi-imputables (sujetos con capacidad de culpabilidadt11.1ll1lluida 0 incompleta) que realicen un injusto tipico (acci6n tipica y1I1111'lridica)y que revelen una especial peligrosidad criminal; excepcional-1111IIll" la medida de seguridad penal puede imponerse tambien, junto a unI" 11.1,:1 sL~etos imputables y culpables que sean criminalmente peligrosos y re-'1"1('1.1" el tratamiento de una medida especificamente adaptadas alas exi-I' III I.ISde su personalidad.

Las medidas de seguridad fueron introducidas en la Ciencia penal de la ma-110 del jurista suizo Carl Stooss, autor del Anteproyecto de C6digo penalsuizo de 1893, en el que preveia por primera vez este tipo de medidas I.

I . Schweizerisches Strafgesetzbuch. Vorentwuif mit Motiven ii'll m.iftrage des schweizerischen/I", ,,/]'\rl/I("s ausgearbeitet van Carl STOOSS und franzosische Ubersetzung van AlfredI, \IIIII·.R, Verlag van Georg & Co., Basel und Genf, 1894 (concretamente a las penas y"" .1"1.,, de seguridad se dedican 10s arts. 18 a 34). cft. Jose Ramon SERRANO-PIEDECASAS1111 NIINI)EZ, Conocimiento cientifico y fundamentos del Derecho penal, Presentacion y anotaciones

, En Espana no tuvieron reflejo, en nuestra legislaci6n positiva, hasta elCOdlgO penal de 1928, muy influido por el «Proyecto Ferri» 2 de 1921, an-tecedente del C6digo penal italiano de 1930.

Asi pues, ~a incorporacion de las me~idas de seguridad al Sistema juridico-penal es relatwamente nueva: m de leJos se acerca a la dilatada evolucionhistorica de la pena. En cualquier caso, desde entonces, la medida de segu-ndad ha vemdo slendo conslderada un elemento esencial en la definicion deDerecho penal 3, aunque algunos autores alemanes tienden a extraer delDerecho penall~s medidas de seguridad, y ubicarlas en otros ambitos juridi-cos ~e prevenClon (Derecho de policia 0 Derecho administrativo sanciona-dor) .

AI igual que la pena, la medida de seguridad es una sancion punitiva, cuyocontemdo conslste en una privacion leg{tima de bienes jurfdicos 5, que se deter-

de Derecho penal peruano por Dino Carlos Caro Coria, Gcifica Horizonte Lima Peru1999, p. 50, ~ota 166, quien sostiene que «lasmedidas, como consecuencia dife'renciada de I~pena,?se preven por vez pnmera e~ el Proyecto de C6digo penal noruego de 1902".

_. Vld. Angel SANZMORAN, «Lasmedldas de seguridad y de correcci6n en el C6di-go penal», RDP, Editonal Lex Nova, Valladolid, 2000, pp. 29 Yss.

3. Vid., sobre la medida de seguridad, su evoluci6n hist6rica y su trascendencia ac-nlal,_exhaustivamente, Agustin JORGEBARREIRO, Las medidas de seguridad en el Derecho penalespanol. Un est~dto de la Ley de Pebgrosl.dad y Rehabilitacion Social de 1970, y de la doc/rina de laSala de apelacton de pehgros/dad, Editorial Civitas SA, Madrid, 1976, pp. 23 Y sS.; 10., «Lasmedldas de segundad en la reforrna penal espanola", en Manuel COBO DELROSAL (0 )P I't' .. I ,r, c Inp.,o I Ica CYlI1llnay r00Yll1apenal. Libro Homenaje al Prof Dr. Juan del Rosal Edersa Madrid1993, pp. 72~ y sS.; 10., "EI sistema de sanciones en el C6digo penal esp~nol de 1995», e~Juan~LU1s GOMEZ COLOMER/ Jose-Luis GONzALEZ CUSSAC(coords.), La Reforma de laJu:tlCla Penal (Estudtos en home/lQ)e al Prrf. Klaus Tiedemann), CoHecci6 «Estudis juridics»,num. 2, ~mvefSltat Ja~me I, Diputaci6 de Castell6, Castell6n, 1997, pp. 77 Y ss., esp. 101 y.ss',Tamblen, mo_nograficamente, M.' Valle SIERRALOPEZ, Las medidas de seguridad en elCodlgo penal espanol, Tlrant 10 Blanch, Valencia, 1997, passim; Antonio GARciA-PABLOSDEMOLINA, Derecho penal. Introduccion, 2.' ed., Servicio de Publicaciones de la Facultad deDerecho de I~ UmvefSldad ~omplutense, Madrid, 2000, pp. 60 y sS., 190 y ss.

4. ASI,JAKOBSYKOHLER. Vid. Michael KOHLER, Straftecht. Allgemeiner Teil, Sprin-ger-Verlag~ Berlin - HeIdelberg, 1997, pp. 55 y ss.: dichas medidas se fundamentan en lalabor policlal de seguridad.

. ~. Cfr. Francisco Felipe OLESAMUr\1I00, Las medidas de seguridad, Pr610go de Octa-VIOPEREZ-VITORIA,Bosch Casa Editorial, Barcelona, 1951, p. 142, quien en relaci6n alasmedldas de segundad predelictuales afirrna que su imposici6n «no supone una violaci6n de~osderechos del mdl.':lduo, antes por el contrario es una tutela no s610 de la Sociedad sino deeste £rente a la reaCClOnSOCIal,necesaria pero casi biol6gica, que aplica al sujeto peligroso nodelincuente medios coercltlvos que gozan como maximo de la garantia administrativa del

111111./ 'n razon de la peligrosidad criminal, se adapta alas exigencias peJlll" ill" del autor y se impone en evitacion de futuros delitos. La ~<:d.id.ac'1',1\1idJd procura la aplicacion del tratamiento individualizado que_..::esul~e1:11

llil\ \1:ldoa·rapei~5?E~~sLskJ_gIjeto: SlLf3.raaece.s, pues, prevalentemen:I 111,11 ivo, terapeutico, e.dll-<;ativo,asistencial y socialmente int$.gr<is1or.

I .IS medidas de seguridad se preven en el art. 6.! del Codigo penal cIIjIj y se regulan en 10s arts. 9.5_a. 108 A.s~lmlsmo' texto. Estos preceplffi1IIIIIl'Ilen un regimen nOMativo de 10s requisitos basicos de las medidas~

11',111 idJd penales:

Sc trata siempre de medidas postdelictuales, que exclusivamente se iJn.1"111\"11 rlespues de la comision de un hecho descrito como delito, en ningOO, 1,( I illites de 1a ejecucion de un injusto tipico.

Hist6ricamente, 1alegislaci6n anterior (Ley de Peligrosidad Criminal~1970) preveia, en cambio, medidas de seguridad predelictualcs, cuya canstiN'cionalidad era mas que discutible, por cuanto imponian una sanci6n amsujeto que, aun siendo peligroso, no habia realizado una conducta tipicrIllente antijuridica; con ello, infringian el principia del hecha, que proclarruurcsponsabilidad por el acto (no por 1aforma de ser del sujeto) y que es co.·

sustancial al m.oderno Derecho penal.

FI fundamento y Umite de 1as medidas de seguridad es la peligrosidad I~

I/I/,,"t del sujeto, que ha ser, conforme al principio del hecho, e2Cterioriza~1 II 1.1 rcalizacion de una accion tipica y antijuridica (injusto t{pico).

\Ia de respetar escrupulosamente el principio de proporcionalidad: la m·.11.1,1 \)0 puede ser mas gravosa ni de mas duracion que la pena que corref1"1I1 kria al autor caso de ser imputable, y -en to do caso- solo puede iJn.I" III\"rsc una medida de seguridad privativa de libertad si la pena q~I 1III\"spondiera imponer fuese tambien privativa de libertad 6.

I .1111" 0 de sus comunidades inferiores». Cft. Eberhard SCHMlDHAUSER,Strafrecht, Allgelill"" li'il, LehrbucIJ, 2.' ed., J. C. B. Mohr (paul Siebeck), Tiibingen, 1975, p. 819; J~I I" I1.0 MIR, Curso de Derecho penal espano/. Parte general, I, Introduccion, 6..' ed., Tec1ll\

\ I,I"d, 2004, p. 40.ft, SANZMORAN, Angel, O.rH., pp. 37 y SS.:«EI nuevo C6digo penal concibe l1

1111 ,111I.\S privativas de libertad como ultima ratio: s610 vienen en consideraci6n si la pflJ

1'1' 1'1\1.' para el hecho delictivo que origina su imposici6n es tambien privativa de libertil1111 I) •. 2) y, en cualquier caso, siempre que no sea sufiClente con el recurso a meclidasm1"11'.'lIV;IS de libertad.>,;en el mismo sentido, Agustin JORGE BARREIRO, «EI sistema&

En funci6n del supuesto en que se aplican, pueden distinguirse las si-guientes clases de medidas de seguridad 7; a) originarias 0 reemplazantes de bsanci6n juridica de la pena; b) complementarias 0 suplementarias de la pena; c)sustitutivas 0 vicariales de la sanci6n penal; y d) inocuizadoras 0 anuladoras de Jacapacidad criminal del sujeto. Indiquemos ya que estas ultimas (neutralizan-tes 0 desvirtuadoras del sujeto peligroso) son, segun nuestro parecer, in-constitucionales (porque inciden en la propia personalidad del sujeto y nen su peligrosidad criminal).

Constituyen el supuesto mas comun de medida de seguridad. Se imponecomo sandon (mica al sujeto inimputable 0 semi-imputable que realiza un

sanciones en el Codigo penal espanol de 1995», op. cit., p. 108. Cft. Jose CEREZO Mm.,O.u.C., p. 43, quien considera en·oneo condicionar <<1aposibilidad de aplicar meclidas deseguridad privativas de libertad a que el delito cometido este sancionado con una pena priva-tiva de libertad», porque «Iasmedidas de seguridad, a diferencia de las penas, no tienen queser necesariamente proporcionadas a la gravedad de los delitos cometidos, sino lll1icamente a Japeligrosidad del delincuente». Este criterio no es convincente ni coherente con la propiaopinion del autor citado. En efecto, CEREZO (o.u.c., p. 40) considera un acielto «que en eInuevo Cocligo penal se incluyan unical11ente l11eclidasde seguridad postdelictuales y se exijaque la realizacion del hecho previsto como delito revele la peligrosidad criminal del sujeto(arts. 6.1 y 95)). Pero su propuesta de no necesidad de proporcionalidad entre meclida yhecho cometido (que contradice el acierto en que, a su juicio, ha incurrido el legislador)supone, de alglin modo, validar meclidas de seguridad predelictuales, porque las meclidas notendrian como presllpuesto ni fundamento un hecho ya cometido, sino por cometer (0 sea,un acto incierto, probable y futuro). Vid., en ell11ismo sentido apuntado por CEREZO, LuisGRACIA MARTIN, «Culpabilidad y prevencion en la moderna refonna penal espanola»,Actualidad Penal, nllln. 2, Madrid, 1993, pp. 567 y ss.; en contra, Joaquin CUELLOCONTRERAS,El Derecho Penal espanol. Parte general. Nociones introductorias. Teona del delito, 3."ed., Dykinson, Madrid, 2002, p. 142: «La "peligrosidad" que se considera a efectos de lamedida es la rnisma que se considera a los efectos de la pena: la que cabe extraer del anteriordelito cometido y no la que pueda tener su origen en una suerte de anaclido asociado a lapersonalidad anonnal del autor 0 a sus circunstancias sociales».

7. Vid. Gunther JAKOBS, Strcifrecht. Allgemeiner Tei!. Die Grundlagen und die Zure-chl1lmgslehre. Lehrbuch, 2." ed., Walter de Gruyter, Berlin, 1991, § 1/55 y ss. (Derecho penal.Partegeneral. Fundamentos y teona de la imputaci6n, trad. esp. por Joaquin CUELLOCONTRERAS/ Jose Luis SERRANO GONZALEZDE MURILLO, Marcial Pons, Ediciones Juriclicas, SA,Madrid, 1995, pp. 40 y ss.).

Iillll'l() tipico no culpable (0 no plenamente culpable), y -por consiguien-II 11(\ punible 8

Ejemplo: un demente en pleno sindrome psic6tico ~ata con repetidosdisparos a su vecino, no siendo posible imputarle tal aCClOn, por la ausenCiacapacidad de culpabilidad (situaci6n de Immputabilidad que padece) en .~I-cho sujeto. Por ello, no se podra imponer al rrusmo mnguna pena (sanCionque presupone imputabilidad y culpabilidad del autor), por e]emplo de pn-si6n sino s610 una medida de seguridad (v.gr. mtemarruento en un centropSiq~liatrico, una medida de seguridad privativa ,de libertad, prevista en elart. 96.1.2.1." CP de 1995, que atiende la SltuaclOn de peligrosldad cnnunaldel sujeto y a la necesidad de tratamiento del mismo seglin las condICiones

pato16gicas de su personalidad).

I L'ciben el nombre de originaria porque constituyen la unica sanci6n j~-Ildl\ Il-penal que ex origine corresponde imponer al caso concreto. Tan1bIenIIII 11:llnadas, un tanto impropiamente, med1das reemplazantes, en tanto1111I.d('\ricamente reemplazan ala pena que cabria imponer SI el sUJeto fuera1111J1l11:lble,ocupando ellugar de tal sanci6n penal.

" I\!/edida de seguridad complementaria 0 suplementaria de la pena

( '1ll1stituye un supuesto excepcional de medida de seguridad, que se im-1"1111' jl/I/to a la pcna, esto es, al mismo ti.e~po que ella, produClendo de este1111H III LI n supuesto juridico de doble pU11lcwn.EI sUJeto a qUlen se Imp one haIIi ',n plenamente culpable, para que se Ie pueda imponer la pena, pero en la

H. Gunther JAKOBS,O.u.c., 1/56 (Derecho penal. Parte general, op. cit., pp.40 Y ss.),1"

11II 'l'iiala ademas Ia autonomia de este tipo de meclidas: «Una meclida de segundad sus~-

Ililll'., dl' Ia pena no tiene una mera funcion auxihar, smo que consotuye una fonna eI .' y refin'e'ndose a la funcion de la nUSl11a-sosoene que «como el conflicto se

"", "'" plOpla», - . . db."'III""l' solo cognoscitivamente y no nornlativamente, la medlda de segundad e e tener

• "" I.Il11biencognoscitival11ente: la meta es -frente a 10 que ocurre en~a medlda de segun-1111 ,\ "llplementaria- no la autoridad de la nornla, smo la elinunaclon de peligros~}.En

11111 ',1'.1 opinion, esta clistincion que pretende fimdamentar ]AKOBSno es convmcente: ~I,a S1;1"1' II', 1.1l1leclidasustitutiva tiene autonomia respecto de la pena, no se ve _claropor que, en;111"""'0 de la medida complementaria a la pena tal medida desempena una funclon Ie1l11l'lllbdde la nOlma», y, sin embargo, en el caso de la meclida de segundad susotutlva a

11111\ ""1 L'S relevada par la de «elirninacion de peligros», l11axime cuando el proplO JAKOBS( 1/"5 P 40) sostiene que «tambien las meclidas de segundad eJercen el efecto secun-I' 1/ •• ~}) •

,j III" dl' lipo preventivo general (reafinnador de la nomla)>>.

determinacion de la sancion juridico-penal se valora tambien de modopartIcular la peligrosidad criminal del autor, a efectos de la sumision del mismoa una medida de seguridad adecuada a su personalidad.

. Ejemplo: el delito de conduccion de vehiculo de motor 0 ciclomotOIba]o Ia mfluencia de bebidas alcoholicas, drogas, ete., tipificado en el art.3~9 CP 1995, es sancionado siempre con una pena y una medida de seguridad III

mlsmo ttempo: el citado precepto dispone que se impondra altemativamentl'la pena de prision de 3 a 6 meses 0 multa de 6 a 12 meses (pero, en todocaso, una de las dos penas posibles), y ademas la medida de seguridad consis-tente, en la retlrada de camet de conducir entre 1 y 4 arros; de lege ferendllpodna arbitrarse un sIstema punitivo mas avanzado, en el que la retirada d Ipemuso de conducir fuera acomparrada de un tratamiento desintoxicador ellsu caso. 0 de ,un programa formativo 0 de reciclaje de su capacitacion paraconduClr veruculos de motor.

El principal inconveniente que plantea este tipo de medidas es el de suconsutuClonalldad: es discutible su adecuaci6n alprincipJ.QJl.f.biJ itlJdfm, quImpIde enJUlClar y sanClOnar dos veces un mismo .hecho, en caso de identi-dad de elementos: sujetos, hecho y fundamento 9, aunque si la naturalezadel hecho es bifronte, de modo que junto a la culpabilidad concurre lapeli~osldad cnmmal del autor, puede ser indicado preyer una unitariasanClOn penal (noTeduplicada), en la que una parte se configure como penay otra como medida.

Las medidas de seguridad sustitutivas 10 se imponen en lugar de la pena alautor culpab~e de un deli to, par razones politico-criminales de prevencion(r~soClallZaclOn, empatia, conciliacion, razones humanitarias, etc.) 0 dog-maucas (preferenCla de anteponer la valoracion de la peligrosidad criminalen el caso concreto, sobre la culpabilidad del autor del acto delictivo). '

9. . ~id., seiialadamente, LaSTC 2/1981, de 30 de enero, que seiiala que, aunque laConStItuClon no prescnbe expresanlente el principio ne bis in idem, el mismo puede infelirsedel pnnclplO de legalldad y de tIplCldad de las infracciones (art 25 de la CE) y d ' 'alI . .. .... ., a emas sen aque e pnnClplO ne bls m Idem reqmere «que no recaiga duplicidad de sanciones () Ic os I . I 'd ... en osas en os que se apreCle a 1 entidad del sujeto, hecho y fundamento»

10. Gi.intherJAKOBS,o.u.c., 1/58 (Derecho penal. Parte general, op. ~it., pp. 41 Yss.).

lilistituyen en la realidad norrnativa casos singulares de medidas de sr111111,111, que vienen a subrogarse en el lugar de la pena, conforme a as

I" III i,ISde un sistema llamado vicarial 0 sustitutivo, al considerar el jt.1ez

0

111,1111.11 scntenciador que la medida de seguridad resultaria, en el caso con-I III, III~Sadecuada a los fines de prevencion especial y general.

. l' 1 ., 1" il'ldoleNuestra vlgente egis aClon no contemp a aun proptamente esta .'ll d' ofeslvad . Illedidas, que sin embargo estan ama as a expenmentar una pro",

d· 1 vanto

I'l'oyeccion en el pla~o. de lege ferel1da en ~l or enanllento pena, e~1C enal,tr:ltcn de linlltar al nul1lmo poslble el caracter PUl1ltlVOde la sanClon f' .

. .' d d d 1 ' fr Al' ausbo,\'11 benefiClo de un tratanllento mas a ecua 0 e III actor. gun', . fi' d 1 . .' a esta.Iunque ciertamente impreClso e msu Clente, e a ratIO que msplra .'lierte de medidas puede verse en la institucion de la suspension de eJe

eu-

ri()11 de pena privativa de duracion no superior ados arros (art. 80 CP) Yen1.1 expulsion del territorio nacional del extranjero no residente legalmetlte ,enI~sparra sancionado a penas privativas de libertad inferiores a seis anos

(.Irt. 89 CPl·

J I i I\!ledida de seguridad inocuizadora?

1lll.dmente, varios ordenarnientos (par ejemplo, en los EE.UU· de, d' I I' 'd d ( d li t..:tentes

1111'1 ic:\) preven, en supuestos e espeCla, pe 19rosl a v.gr:, e nc ete.)I 11.1 ks peligrosos incolTegtbles, autores remCldentes IlTesoClalizables? d 1

11 fi al'd d l' . .on eII Ilild:IS de seguridad inocuizadoras , cuya n I a es a In.OCUlzaa r.Ii 1IIIllIcnte (hacer inofensivo al autar), es decir, la neutralizaci6n del pe Igro.I, I ',lI.1cto(desvirtuar la capacidad criminal del mismo).

" , d'da' . d extre-Ejemplos: en la Alemal1la naZl se prevelan me 1 s mocmza oras

Illas, como la castracion del violador habitual para inocuizar el peligt'° p~r-sistente. Actualmente se discute en Alemania, desde la aprobacion de la re-

'IP a-G1US,

11. Vid" mas ampliamente, Miguel POLAINONAVARRETEI Mlgue OLAIN abre su1\"'.I ,,\:is de segmidad "inocuizadoras" para delmcuentes pehgrosos? Re/lexlOnes ~..1 d

did d 'va »,enII 1 ,,'Id'\ constitucionalidad Y sobre el fundamentos Y clases de las me as e segun ,. ,oc/nna YII' M.ldrid, Semana, del 17 al 24 de octubre de 2001 (yen Revlsta PeruQ/1a ~e D Grijley,

/IIIII/'''ft/mew penal, num, 2, lnst!tuto Peruano de ClenClas Penales" Edltora Jundica- j:. i-/ellas

1I11I1001 pp 481 a 521)' Myriam HERRERA MORENO, Publtadad y control soa(/-_ ,,1~J •. ..... ",' , . ,. v ~ Itll.E r:.

, ""f'Xi".' illocuizadoras en la post.modermdad penal, Prologo de Miguel POLAINO~'AV'r <"

I dllp,.1 Juridica Glijley, Lima, 2002, passim. ~

ciente «Ley de combate de los delitos sexuales y otros delitos violentos», cll'26 de enero de 1998, sobre la llamada custodia de seguridad 12.

En Espana se discute otro tipo de medidas: sometimiento a vigilanci.1por parte de fuerzas y cuerpos de seguridad, publicaci6n en listas publicas tholos hombres condenados por malos tratos 13, as! como la prohibici6n de reoidir y acudir a determinados lugares donde residan las victimas 0 que sea fj'l'cuentados por ellas (art. 48.1), prohibici6n de aproximaci6n a la victiml,familiares u otras personas que el juez detemune (art. 48.2) y prohibici6n cll'comunicaci6n con la victima, familiares u otras personas (art. 48.3) 14

Este tipo de medidas de seguridad inocuizadoras 0 neutralizadoras del sujeto criminah11ente peligroso plante an numerosos problemas juridicos, qUl'determinan su posible inconstitucionalidad 15:

- Se trata de medidas predelictuales, pues no son respuesta a un hechoanterior ya sancionado penalmente, sino que se imponen en prevenci6n de

12. Vid., sobre la naturaleza de estas medidas, pOl' ejemplo, Friedrich SCHAFFSTEIN/Wemer BEULKE,Jugendstrafrecht, 13.' ed., KoWhammer, Stuttgart, 1998, pp. 78 Y SS.;WaltelGROPP, Strafrecht. Allgemei/ler Teil, Springer-Verlag, Berlin - Heidelberg, 1998,2/53, p. 60,quien critica eJ abusivo e incorrecto empleo lingiiistico de la expresion 'medida educativa',pues en la practica no se distingue de la privacion de libertad, siendo materialmente unapena; criticamente, Axel DESSECKER,«Hat die strafrechtliche Unterblingung in einer Ent-ziehungsanstalt eine Zukunft», NStZ, cuademo 7, 1995, pp. 318 y ss.

13. Esta propuesta fue realizada pOI' el Presidente de la Comunidad Autonoma deCastilla-La Mancha en octubre de 2000 y aprobada finalmente a mediados de 2001. Cfr.,contundentemente, Enrique GIMDERNATORDEIG, «Picota medieval», El Mundo, Domingo15 de octubre de 2000, quien apunta dos motivos para rechazar una tal propuesta: «Unoformal, ya que el maltrato constituye en nuestro Derecho un delito, y la publicacion de estaslistas, vinculada a la comision de un hecho punible, ha de ser considerada como una pen a"adicional" -que recuerda a la de "reprension publica", desaparecida ya de nuestro Derecho-, matelia esta sobre la cual no pueden dictar nom1a alguna las Comunidades Autonomas,pues, como establece el articulo 149.6.a) de la Constitucion Espanola (CE), el Estado tiene la"competencia exclusiva" sobre la "Iegislacion penal". EI segundo motivo (... ) es de fondo.SegllJ1 el articulo 25 de la CE, las penas han de estar orientadas hacia la "reeducacion y lareinsercion social", 10 que es incompatible con una "pena degradante" (articulo 15 de la CE)-con aroma de "picota medieval" 0 de "orejas de burro"- que solo persigue humillar yavergonzar al infracto[l); tambien, al11pliay criticamente, sobre la especial publicidad inocui-zadora, Myrial11HERRERAMORENO, l.u.c.

14. Intrc>ducidas pOl' LO 14/1999, de 14 de junio, y ampliadas porIa reciente LO1512003, de LO 1512003, de 25 de noviel11bre. Cfr., al respecto, Miguel POLAINONAVARRETE,La riforma penal espanola de 2003: una valoracioll cntica, Tecnos, Madrid, 2004.

15. En el mismo sentido, amplial11ente, Myriam HERRERAMORENO, l.u.c.

, dOli acumulativa ante la persisten-Iii 1111'0d ,Iitos, esto es, se preven .como S~' 'an cOlnetido un acto descritoII iii I 1lL'ligro del autor, pero sm que a)

11\\11dvlito 1(,. 1 fi d to se halla en el delito ya an-No puede argumentarse qu~ e :n h:l:~~ condenado _y ha eumplido

1111111IL'IIte cometldo, pues el sUJeto y '0' n acumulativa 0 adicionald li S e m1pone una sallCl,,\.11 11.\ por ese e to .. 1 S ., .. ' e his in idem, que proscribe

'II li,,,- ' ell ese delito, se mfnngtna el pmlOp'O n

• lI'Ii111idad sancionatoria. , un Derecho penal de autor 01'( II' ello estas medldas responden mas a . 1 h mbre porlo

, h al d d' no castlgan a 0I II l'ltil/l/tad que a un Derec ~ pen e a o'es por tener predisposici6n alIII' IIIIll, sino por 10 que podna hacer, esto ,

Iii III II, , ., d . lidad (previsto expresamenteIll'! l1as, quiebran el prln~~~) ,/ propor~o~;chopeligroso ya cometido y

II I I ,III. 6.2 CP espanol de 1 . entre e que algunos autores consi-I I"Iii \1,1Illedida de s~gundad que lmponel,. a~~medida y el peligro que se, I III lJlIL' la proporClon debe predlcarse entre

. 18II I ill' L'Vltar .

-- . t PredatorsAct (1990) en eI Estado deII, S,)bre eI antecedente de la Sexually VlOlcJI los anos siguientes, afirma SILVA:

.d E t d s norteam.encanosen <I 111111',1(\11.acogI 0 pOl' otros sa 0 I' 'ellto de la pena se Ie il11pone una

. dr· so tras el CUl11pII1UI I ,klllll'UI'nte es estllna 0 pe 19IO .' . ., No se trata de Ia imposicion de una

Iltll ,Ic- seglllidad acumulauva de mocUlzaCloln. sino de su imposicion despues de ladid d d d" en luaar de a pma, . .Ilill'"I1I\>lldeme a esegun a b., d hbitualidado almenos,unaremcl-. nstate una sltuaClOn e a <'. . IIII I I,\ l'S lIecesano que se co .. . d 1autor de un dehto sexual VIOen-,. . t s son que se tJale e .' .11'11'1.-1'.lsado.Los UlUCOSlequlSl 0 , . e existaun pronostico de remCldenCla

'I"' Il.Iy.1:lfectado, al menos, a. dos vlctlma~; y qu de Ja inocuizaciOn. EI caso de las1111I I 'ill. Jeslls-Maria SILVASANCHEZ, liE retoro.~alesviolentos», en Estwlios de Dere-

. 'd' I fi· nte a los delincuentes sexu d 1 l' .",11111\"Ilin lCo-pena es re " delDerecho penal. Aspectos. ea po lllea... . 2000 243 10 La expall5JilrlI 1',",11, (;nJley, Lalla, .' p'. '," . d ampliada,Civitas, Madrid, 2001, pp.1111,11 ," III"' ",ociedades postll'/dustrlales, 2. ed. reVlsa ay

I II _ d 1995dispone que «lasmedidas de seguri-1:,1:lIt. 6.2 del Codigo penal espanol e d racion que la pena abstractamente

I I . as QTavosas111de mayor u . Ii'd dI I I'" 1>lIl'1en resu tar ru m . I> , . d 1 necesaliopara preverur la pe gIOSIalilt tI >I, ,Ii hecho con1.etido, 111exceder ellinute e 0

I 1111.1\" . .. etarabsolutamente tal proporcionalidad,1 I (:ji·., previendo la pos'b~dad de no resp lizacion»,op. cit., pp. 244 Y 55., quien,

Ii 1\\" ,,\ SILVASANCHEZ,{lEIretorno de Ia moo blesel principio de peligrosidad eVl-III .11'",'lIer que, si bien «en eI caso de los lrumputa que «su limitacion pOl' un principio

, . . I ., n de derechosll opma d 1I Ill' 111\1111'" IcgItlma a restncClO :d 610aparente» Ypreve -evocan 0 aI'd d bIt on eI hecho cometl oess '. 'd' II 1'1"I" >1\ 1l)l1:1 I a a so u a c .' , . . 'lales sobre el proyecto de Co .Igo pma. M R C 1SlderaclOltespoilllCo-enilUl 99311111"11.II' juse CEREZO I, 01 ,. 93-1994Universidad de Zaragoza, 1 ,

/'1'1 '. 1I'I'ci{l!linaugural del curso acadenuco 19 '

- No puede fundamentarse la imposicion de este tipo de medidas can elargu~l~nto de que,. a~n ~abiendo cumplido la condena, el su·eta no se hCl

resoClaltzado, y contmua slendo peligroso' la falta d . r ~ .,todo caso, un fi.·acasodel sistema . e reSOClaIzaClon es, enunilateralmente al delincuente. ' que no puede ser Imputado exclusiva y

Compatibilidad de pena y medida de seguridad

Los sistemas tradicionales: monismo y dualismo

. Pueden distinguirse dos sistemas diferentes sabre las sanciones enales' estste,ma mOn/sta (0 sIstema de una via) y el sistema dualista (0 de ~oble ~ia/segun acepten una sola sancion penal (0 pena 0 medida de se uridad 'bIen dos sanClOnespenales diferentes (pena y medida de seguridaJ). ), a

a) EI sistema monista tradicional defendia la inclusion en el D hpenal de una sola sancion punitiva (una via) como nledl'o de ere~, acant I' b' I reaCClonI r~.~ c~men: .Ien a pena (monismo de penas a monismo penal) biena me I a e seguYldad (monismo de medidas de seguridad a mo~is

aseguratlVo): mo

-. EI monismo de penas se basaba en el monopolio de la pena como UlllCOmedlO de castlgo del delito. La pena, se consideraba entonces, era el unico

pp. 37 Y ss.- «la regulacion de medidas de se ridad - I .puesto entre nosotros CEREZO MIR gu h bcomo as que relteradamente ha pro-

. - para sUJetos a Ituales 0 li d dsLuetasa un principio absoluto de pro . al'd d pe grosos, es e luego noporClon I a con el hecho .d Iantes de empezar pero tampoco absol t . d' cometl 0, que as anula

, < U alnente III etemllnad '" . .la -discutible- reversion del pronostico de peligrosidad». En r:~: ~liUlera condlclOnadas a(o.u.c., pp. 245 Y ss.) es modificar el criterio legal (art 62 CP a , 0 que propone SILVAotros parametros en los que la proporcional'd d " I ide la proporclOnahdad, y crearpeligros entre la sociedad y el propio sujeto ~~~i~:ntel~be., a;dea del reparto de riesgos 0

por un Cl~teriode proporcionalidad que detemune ~~~« a Ila e tratarse de medidas regIdasnesgo de reincidencia pasa a ser asunudo 1 . oratlvamente- el momenta en que elnable que tenga lugar e~ el marco de un ~~~a~oc~rlj~nto ~e la sociedad, como parece razo-equilibrada de caras entre individuo . d de. derec

0 que drsponga una drstribuciony SOClea » ana Iendo q I b ' d d . .valorativos de distribucion razOllables t' di 'd . ue« a usque a e cntenos, -en re III VI uo y sOCledd dId' .habna de ser el criterio rector de la reiC U iC • a - e a carga e msegundad

. tOmla. na retOIma que porta t d 'qUler concepcion radical de l' '. , . ,. n 0, escartana cual-peJjuicio del penado». < a mocUlzaclOn, como drstribucion desequilibrada de cargas en

1,lstigo que puede retribuir el delito. A todo delincuente, pues, ha de im-IHlllersele una pena, con independencia de que fuera a no imputable: eld,liio producido es el mismo.

Este sistema se defendia hasta el siglo XIX, antes de preverse la m.edida deseguridad en el anteproyecto de CP suizo de 1893, redactado pOl' Stooss.

Incluso en la actualidad, alglin ordenamiento penal (como el japones 19,

que margina de su Codigo penal el Derecho penal de la peligrosidad y, enconsecuencia, no preve medidas de seguridad de naturaleza penal) 2() y algu-nos autores en la doctrina espanola 21 defienden este monismo a la antiguausanza, rechazando de plano las medidas de seguridad, por razon del fracasode los tratamientos terapeuticos.

- El monismo de medidas, defendido por algun sector doctrinal minorita-I io, propugna la plena sustitucion de las penas por otras medidas asegurativas,

19. Cft. Jesus-Maria SILVASANCHEZ,«La regulacion de las medidas de seguridad», enII I.• Elnuevo Codigo penal: cinco cuestionesfundamentales, Jose Maria Bosch, Barcelona, 1997, p.

I, \. nota 29.20. Recientemente se ha aprobado en Japan la Ley num. 110, de 16 de Julio de 2003,

",1m' el tratamiento medico y la observacion de autores que, en estado de inimputabilidad, cometan",-Ii/os graves. Esta ley especial, almargen del Codigo penal, preve una suerte de medidas de"l'gll[idad unicamente de tratamiento medico para inimputables. Muy discutida es, en el pais'"pOIl, la naturaleza juridica de tales medidas, a caballo entre el Derecho adnunistrativo y elI>crecho penal (agradezco la infomucion a nu colega Hirokazu KAWAGUCHI,Catedratico de1.1 Uluversidad Kansai de Osaka). Precisa infonnacion en: Yuri YAMANAKA,«Das Gesetz zurMedizinischen Beobachtung - Eine neue Ma13nahme gegeniiber psychisch kranken TatemIIIJapan», enJbrg-MartinJEHLE / Volker LIPP / Keiichi YAMANAKA(comp.), Rezeption undl<c(imll im japanischen und deutschen Recht, Universitatsverlag Gbttingen, 2008, pp. 237 Y ss.

21. Vid. Jose M." RODRiGUEZ DEVESA,«Alegato contra las medidas de seguridad en"'lItido estricto», ADPCP, fase. I, 1978, pp. 5 Y ss.;Jose Maria RODRIGUEZDEVESA/ Al-IOllso SERRANOGOMEZ, Derecho Penal espanol, Parte General, 18.' ed., Dykinson, Madrid,I()')5, pp. 987 Y ss.; Emilio OCTAVIO DE TOLEDOY UBIETO, Sobre el concepto del Derecho

IWI/al, Universidad de Madrid, Facultad de Derecho, Seccion de Publicaciones, Madrid,I')Hl, pp. 55 Y ss., qui en prop one la desaparici6n de las medidas de seguridad predelictuales,"peW no solo del Derecho penal para trasladarse a otra disciplina juridica, sino totalmente»,.1 jl;ldiendo que «IU siquiera estimo imprescindibJes las medidas de seguridad postdelictuales,,'Oll excepcion de Jas aplicables a las personas juridicas en funcion de la accion sintomaticaICllizada por quien actlla en su nombre y en ciertos casos de personas inimputables»; CarlosM." ROMEO CASABONA,Peligrosidad y Derecho penal preventivo, Bosch Casa Editorial, Barce-IOlla, 1986, pp. 85 y ss., esp. 95 y ss., que exceptua las aplicables a inimputables y semiimpu-I.lbles.

debido al fracaso de 1a pena -de toda pena- como medio idoneo para al-canzar 10s fines tutelares y preventivos propios del Derecho penal 22.

b) E1 sistema dualista tradicional (0 de doble via) conjugaba la existen-cia de penas y medidas de seguridad en el ordenamiento punitivo, comomedios diferentes (es decir, dotados de distinto contenido y destinados adesempefiar una distinta finalidad) de reaccion frente a1 delito. Este sis-tema fue el mayoritariamente aceptado. La mayoria de 1a doctrina y de 10sordenamientos de todos 10s paises dan acogida, en sus Codigos pena1es,a 1as

23dos categorias de sanciones pena1es: penas y medidas de seguri-

dad ,aunque no faltan autores que defienden que, pese a 1as diferentesdenominaciones, penas y medidas de seguridad en el fondo son sustan-cia1mente identicas.

~er:nils actuales d~ sanciones reconocen, c;n su maYQrja, tantQl~pe-na como 1a m~di,~a3.1:f.. ~guri~q¢ cSlmo instrument2.s v~Jid9.s de reaccion pu-nitiva: son, pues, sistemas de doble via. Ahora bien, el debate entre monismoy dualismo no se puede considerar al dia de hoy zanjado: 1amoderna CfiScu-sion gira en tome a 1a cuestion de si deben considerarse equivalentes ambas

22. Uno de los mas duros ataques a ]a pena en la moderna dogmatica juridico-penales el de Klaus LODERSSEN,«Alternativen zum Strafen», en Friljof HAFT et al (COlUp.),Stralrzerechtigkeit. Festschrift fiir Arthur Kaufmann zum 70. Geb14rtstag, C.F. Mi.iller, Heidel-berg, 1993, pp. 487 y sS.: «Penar es inefectivo e inhumano),; ID., «Freiheitsstrafe ohneFunktion», en Joachim SCHULZ I Thomas VORMBAUM (comp.), Festschrift fur GunterBemman zum 70. Geburtstag, Nomos VerJagsgesellschaft, Baden-Baden, 1997, pp. 47 Y ss.,quien -en relaci6n a ]a pena privativa de libertad, pero con pretensiones de generalidad-sostiene aue «per dtifinitionem la pena es un mal, en tanto que inhumano e inefectivo»,resaltando que «la pena (... ) lesiona derechos fundamentales», hablando del «desastre de losfines de la pen a».

23. La doctrina mayoritaria, no s610 de legeferenda sino tambien de lege lata, defiendela naturaleza penal de las medidas de seguridad. Por todos, Juan BUSTOS RAMIREZ IHernan HORMAZAuALMALAREE,Lecciones de Derecho Penal, vol. 1, Fundamentos del sistemapenal, esquema de la teoria del delito y del 5ujeto respol1sable y teoria de la determinacion de la pena,Editorial Trotta, Madrid, 1997, pp. 212 Y ss.; Manuel JAEN VALLEJO,«EI titulo preliminardel C6digo penal espanol de 1995», en El Derecho penal espaFiol de fin de siglo y el Derechopenal latinoamericano. Estudios en homenaje a Enriql4e Bacigalupo, edici6n a cargo de AntonioJose CANCINO, Ediciones Juridicas Gustavo Ibanez, Santa Fe de Bogota, Colombia, 1999,pp. 60 y ss.

",stitu~i~s 0, por el contrario, si son instituciones diversas, dotadas de unI olltenido y de una funcion diferentes 24.

Con' tocIO,-d sistema imperante es el llamado sistema vicarial 0 sustitutivo,,.q2;Lm el cual1a medida podia sustituir a 1apena confonne al principio de opor-(I/;,irfad: en funcion de I;~on~reta sancion que sea mas conveniente juridi-I .1 Iller;te y mas acorde a la personalidad del sujeto.

La aplicacion de sanciones pena1es a tenor d~ este sistema punitivo s~11.1("(; de unanl;-nera noacumulativa (p~na mas medida), 10 que puede resu1tarIlicompatible -con el principio ne bis in idem, sino precisamente de forma/'ili/lial: esto es, 1a m~4id.Lde.ss:guriflad se comp!1:taen 1a penalidad total pre-I'ISL;tpo..rlaJey_y e2'cluye el tanto cOlTespondiente de pena a que se ha hechoII reedor el autor de 1aaccion delictiya.

Entre 10s principales objetivos de este sistema punitivo se ha de consignarque elmismo ofrece cau'ces mas eficaces y adecuados para la consecuci6n delos fines de las sanciones juridico-penales, como son la reinserci6n social delcon:d;~;do (prevenci6n especia0 y la prevenci6n de futuros comportamientosdelictiyos (prevenci6n genera 0.

,I. La reparadon a la victima como tercera via de soludon de losconflictos penales

1,:1 modelo dual 0 sistema de 1a doble via, que comprende 1apena y la medi-.I,I r!(' seguridad como medios alternativos de reaccion £rente al crimen, ha

24. Cfr. Eugenio Rat]1 ZAFFARONII Alejandro ALAGIAI Alejandro SLOKAR.,Derecho1"1/1/1, Parte general, Ediar, Buenos Aires, 2000, pp. 3 Yss., para quienes «las llamadas medidas,I"'\(' ,I todos 10seshlerzos realizados por diferenciarlas, no pasan de ser una particular catego-III I Ie- penas (con menores garantias y limites que las otras) 0, cuando menos, una expresi6n,1.'1.1 dc poder punitivo». Cft" en este sentido, por ejemplo, Ignacio MUNAGORRJLAGuiA,',,/I/,i"1/ penal y po{[tica criminal, Editorial Reus, Madrid, 1977, pp. y ss,; Gonzalo QUINTER.OI lIIVi\ltES, «Reflexiones sobre el monismo ante el Proyecto de C6digo Penah, en La Rifor-'If,1 I'l'IIal y Penitenciaria, Universidad de Santiago de Compostela, 1980, pp, 571 y ss.; JuanlIlt" I,)S RAMiREZ I Hernan HORMAZABALMALAREE, I.u.c.; Jose Miguel ZUGALDiAI ',I'INi\lt, Fundamentos de Derecho penal. Parte general. Las teodas de la pena y de la ley penal(Il/flI1dl/cd()nteorico-practieaa sus problemas basicos), 3.' ed., Tirant 10Blanch, Valencia, 1993, pp.1 1'1 Y ss.

sido el dominante a 10 largo del siglo xx. Sin embargo, en las ultimas deca-das se ha desarrollado, especialmente en la dogmatica alemana, la idea de laaceptar la reparacion del dano a la victima como una tercera via de solucion de10s conflictos penales 25.

El avance de esta figura encontro su maxima cristalizacion con la adop-cion de un Proyecto alternativo de la reparacion (Alternativ Entwuif Wieder-gutmachung) 26, publicado en la Republica Federal de Alemania en 1992, yen cuya preparacion intervinieron profesores alemanes, austriacos y suizos.Uno de los mas significativos defensores de la reparacion a la victima e.Claus Roxin 27, para quien los fines preventivos de la pena (fines de preven-cion general y de prevencion especial) pueden, en algunos casos, alcanzarse

25. Cft., entre la amplia literatura, Kurt SEELMANN,«Strafrwecke und Wiedergutma-chung», Zeitsehrift .fi:irevangelisehe Ethik, 1981, pp. 44 Y ss.; Detlev FR.EHSEE,Sehadenswieder-gutmaehung als Instrument strafteehtlieher Sozialkrontol/e, 1987; Claus ROXIN, «Die Wieder-gutmachung im System del' Strafzwecke», en SCHOCH (comp.), Wiedergutmadmng undStrafreeht. Neue kriminologisehe Studien, Bd. 4, 1987, pp. 37 Y ss. (ID., Strafreeht. AllgemeineI' Teil,t. I, Gnmdlagen. Del' Aujbau del' Verbreehenslehre, 3. ed., C.H. Beck'sche Verlagsbuchhandlung,Miinchen, 1997, § 3, 63-65; Dereeho Penal. Parte General, t. I, Emdamentos. La estructura de 1t,teoria del delito, trad. esp. de la 2.' ed. pOl' Diego-Manuel LUZON PENA, Miguel DiAZ V

GARciA-CONLLEDO,Javier de VICENTEREM.ESAL,Editorial Civitas SA, Madrid, 1997, pp.108 Y ss.); ROSSNER, «Tater-Opfer-Ausgleich und Kriminalitatsverhiitung», en FRANK /HARRER (comp.), Del' Saehverstiindige im Strafreeht / Kriminalitiitsverhiitung, Forensia-Jahrbuch,t. 1, 1990, pp. 164 Y ss.; AJbin ESER / Giinther KAISER/ Kurt MADLENER(comp.), NeIll'

Wege del' Wiedergutmaehung im Strqfreeht, 1990; Hans-Joachim HIRSCH, «Wiedergutmachungdes Schadens im Rahmen des materiellen Strafrechts», ZStW, 102 (1990), pp. 534 Y ss.;Ernst-Joachim LAMPE,«Wiedergl.ltrnachung als "dritte Spur" des Strafrechts?», GA, 1993,pp. 486 Y ss. Vid. un preciso resumen sobre la situacion alemana en Hans-Jiirgen KERNER,«Conciliacion victima-ofensor y reparaci6n de daiios en el Derecho penal aleman. Considcraciones sobre la nueva situaci6n juridica y las experiencias de aplicaci6n practica», tradue-ci6n de Miguel Polaino Navarrete, CPC, num. 62, Madrid, 1997, pp. 367 Y ss. En la doctri.na espaI'iola, Josep Maria T AMARITSUMALLA,La reparacion a la vietima en Dereeho perll/l,Barcelona, 1994; Guadalupe PEREZ SANZBERRO,Reparacion y coneiliacion en el sistema pe//III,Comares, Granada, 1999; M. Carnlen ALASTUEYDOBON, La reparacion a la vietima en el marr"de las sanciones penales, Tirant 10Blanch, Valencia, 2000; Gonzalo QUINTERO OLIVARES,«Lareparaci6n del dano y la renuncia a la pena», en Estudios penales en memoria del PrqfesorAgusti"Fern/mdez Albor, Universidade de Santiago de Compostela, 1989, pp. 589 Y ss.; Jesus-MarbSILVA SANCHEZ, «Sabre la relevancia juridico-penal de la realizacion de aetos ell'"reparaci6n"», en Estudios de Dereeho Penal, Grijley, Lima, 2000, p. 213 Yss.

26. Vid. Altemativ Entwurf Wiedergutmaehung (AE-WGM), Verlag c.H. Beck, Miinchen, 1992

27. Claus ROXIN, l.u.e. Cft., sabre su opinion (y su polemica con HIRSCH), y la ell'otros autores, exhaustivamente, Guadalupe PEREZ SANZBERRO, l.u.e.; M. Carnl\:11ALASTVEVDOBON, l.u.e.

III:IS faci! a mas satisfactoriamente sin necesidad de recurrir al drastico ins-1111/nento que constituye la pena, sino acudiendo a estos actos de reparacionI 1.1victima.

I.a reparacion constituye una reciente institucion penal en evolucion,II'I(' en efecto hasta la fecha no parece excesivamente desarrollada en suIllopio perfil tecnico. Su historia no puede, logicamente, parangonarse niI listancia a la de la pena, y ni siquiera a la de la medida de seguridad, 10I 11.J1habla en contra de su precisa delimitacion, que se halla requerida de1111riguroso proceso cientifico de elaboracion. A proposito de la repara-I 1l1l1, en verdad, hoy dia se disc ute tanto su naturaleza como sus caracteris-II,(/\ Y sus ifectos.

I :1 reparacion de dano a la v{ctima consiste en la posibilidad de atenuacion deII 11l'1l30, incluso, en la posibilidad de sustitucion de la pena, por una conse-I 1Il'IICi3 juridica diferente, mas acorde a la entidad del deli to cometido yIII,I~ :\decuada al fin preventivo que persigue el Derecho penal. Se trata,\'111' . de una institucion que responde al movimiento politico-criminal de11l11~idcracion de la victima del delito 28.

I 1;\rto discutida es, tambien; la naturaleza juridica de la reparacion: se trata,I, 11113institucion de incierta naturaleza-por as! decir, «a dos bandas)} a «sinI1III i,p>-, que participa cuando menos de caracteristicas propias del DerechoI" /I,ll Y del De/who civil 29. Su origen es netamente iusprivatista, y desde esteI IIIIJ)() ha sido recientemente importada al ambito del Derecho publico, aspi-1111110;)arraigar en el ordenamiento penal.

En orden a su valoracion attica, la propuesta de la adopcion de 1a repara-cion, como una tercera via del sistema de las sanciones penales, presupo-Jliendo una configuracion tecnica mas precisada que la actual, podria contri-IJllir a conseguir mas certeramente los fines de prevencion, en particular los de1:1prevencion especial, en la medida en que se logre que el propio delincuente\L' conciencie de la gravedad de su acto tipico, afronte la realidad del mismo,

"l Vid. Myriam HERRERAMORENO, La Hom de la Vietima. Compendio de Vietimolo-I 1'",1"1-'0 de Miguel Polaino Navarrete, Edersa, Madrid, 1996, pp. 233 Yss., esp. 237 y ss.

"I Vid" a (wor ele la naturaleza estrictamente penal de la reparaci6n, por todos, ClausI I ( Itl, 1.11.(. En contra, por todos, Hans-Joachim HIRSCH, l.u.e. Amplianlente, Guadalupe1'1 I AN/.IIERRO,l.u.c.; M. Carmen ALASTUEVDoBON,l.u.e.

repare el dano causado por el a la victima, y reconozca publicamente la im-portancia de 10slegitimos intereses de las victimas.

SECCI6N

LEGITIMACION, FUNCIONES Y LIMITDEL DERECHO PEN.

En definitiva, a traves de esta via se trataria de aspirar al lagro de un re-encuentro del deLincuente can La Sociedad, cuya norma quebrant6, a traves de laparte Lesionada pOl' el acto delictivo, esto es, la vEctima del delito.

I. Ius poenale y ius puniendi: perspectivas dimension ales delDerecho penal

Un criterio tradicional de definicion distingue entre el Derecho penalI'll sentido objetivo (ius poenale) y el Derecho penal en sentido subjetivo (iusIIl1l1iendi) ':

- El ius poenale es el conjunto de norrnas juridicas publicas (Derecho posi-ti"I') que definen deterrninadas acciones como delitos e imponen las penasI mrespondientes.

Paradigmatica es 1adefinicion ofrecida por el penalista aleman Franz vonLiszt: «Conjunto de reg/as jundicas estab/ecidas por el Estado que asocian a/ crimencomo hecho /a pena como /egitima consecuencia» 2. Esta definicion (formulada a fi-

1. Cft. Luis JIMENEZDEASUA, Tratado de Derecho penal, t. I, COl1ceptodel Derecho pmal)' de la Criminolog£a, Historia y Legislacion pmal comparada, 3." edici6n actualizada, Editoriallosada, Buenos Aires, 1964, pp. 71 y ss.; Vid. August FINGER, Lehrbuch des Deutschen Stra-linhts, t. I, Karl Heymanns Verlag, Berlin, 1904, pp. 1 y ss., 96 y ss., 101 Y ss., 183 y ss.,'I"ien -en referencia especifica a la esencia del Derecho penal- senaJa que este constituye.1'I"ella rama del Derecho a traves de la que el pader del Estado es regulado para penarlkterminadas acciones personales; Marino BARBERO SANTOS, PoWica y Derecho penal mI:spaiia, Tucar Ediciones, Madrid, 1977, pp. 9 y ss.

2. Vid. Franz VON LISZT, Tratado de Derecho pel1al, t. primero, traducido de la 18.'nlici6n alemana y adicionado con la Historia del Derecho Penal en Espana por QuintilianoSALDANA,Hijos de Reus Editores, Madrid, 1914, p. 1.

nes del siglo XIX) peca, en la actualidad, por omision: en ella hay que anadi,otras consecuencias juridicas distintas de la pena, esencialmente las medidasde segutidad y correccion.

-: E~ ius puniendi es la facultad 0 potestad del Estado de imponer sancio-nes ]undico-penales -penas 0 medidas de seguridad- por la comision dedelitos, esto es, la competencia de hacer valer su cometido constitucional deorgano legitimado para solucionar los conflictos criminales desencadenadosen la SocIedad, que confom1e a su escala de valores reconoce y se identificacon un ordenamiento punitivo, cuya unica legitima titularidad es la estatalen el modelo del Estado de Derecho.

2. La discutida naturaleza del ius puniendi

El hecho de la regulacion normativa de la convivencia humana ensOCIedad es tan antiguo como el mismo hombre. Toda cQll1.lillidacLcl.eseFes hum~~~s r<:qtuere de unas reglas 0 norm.as juridicas para regir suC?nVI;,enCIa. Para hacer valer'las normas juridicas se requiere de unasltuaClon de poder, una potestad sancionadora 0 conminatoria para obligar alcun,1phmIento, de tales normas 0 para sancionar al que las incumpla. Enel ~mb~to ]undIco-penal, esa potestad sancionadora constituye el iuspUn/endl del Estado. Bien discutida es en la doctrina penal la naturalezajurfdica del ius puniendi 3.

Algunos autores, fundamentahnente en la doctrina italiana 4, sostuvieronque el ius puniendi constituye un atributo de la soberan{a del Estado, y no unsImple refle]o del Ordenamiento positive: es inherente al concepto de Estado

_ 3. Vid. Jose M.' RODRiGUEZDEVESA/ Alfonso SERRANOGOMEZ, Derecho penal es-pan,ol, Par~egeneral, 18.' ed., Dykinson, Madrid, 1995, pp. 34 y ss. Cft., en sentido analogo,Jose ANTON ONECA, Derecho penal, t. I, Parte general, Gdfica admirristrativa, Madrid, 1949,pp. 6 Y ss.

4. Vid. Vincenzo MANZINI, Trattato di Diritto penale italiano, secondo il Codice del1930, vol. I,. Unione tipografico-editrice tarinese, Torino, 1933, pp. 69, 176; FrancescoMAGRI, Teona del Diritto penale, vol. I, Chiantore, Torino, 1923, p. 98; El1lico FERRI,Prll1C1pldl Dmtto crtl~llnale,Ul1lone tlpografico-edltnce torinese, Torino, 1928, p. 119. Cft.LUlsJIMENEZDEASUA,l.u.c.

II 11111 i~3cion (mas exactamente, el derecho-deber) de imponer penas, 0 sea,Iii I .,. < concibe ningun Estado que no sancione las conductas criminales1111 t1l.lllte penas.

La presente tesis esconde, en realidad, un arma de doble filo, por cuantode ella podrian desprenderse algunas cuestiones claramente inaceptables:

- Por 10pronto, de esta concepcion, llevada a sus 61timas consecuencias,sc podria extraer la idea de que el Derecho penal subjetivo en sentido propio yaut6nomo no existe, en tanto no es conceptualmente separable del conceptode Estado.

- Por otra parte, esta idea, hoy desterrada, concedia al Estado un podercasi ilimitado, al conectar la necesidad de sancionar conductas con el DerechoI/atural, de modo que 10s limites que podian imponerse al ejercicio de talderecho mediante la Ley positiva eran muy reducidos 0 aun inexistentes. Enuna palabra: prevalecia el interes del Estado, frente al reconocimiento y la ga-rantia por el propio Derecho penal de 10s derechos Jundamentales y libertadespublicas, de conformidad con las exigencias constitucionales del Estado deDerecho.

Una sugerente tesis fue formulada, a finales del siglo XIX, por el pe-ILti ista aleman Karl Binding 5. Este autor distingue dos conceptos esen-I 1.1 ks (la norma penal y la ley penaD a los que se asocian dos derechosIIhjt:tivos (el derecho a la obediencia, de una parte, y el derecho a la imposi-

11"'; de la pena, de otra), cuyo ejercicio esta -a su vez- coaccionado res-j!("nivamente por sendas amenazas nomologicas (de cumplimiento y de'/\(I!/lramiento). A continuacion explicamos mas detenidamente esta doc-111113.

s. Vid. Karl BINDING, Handbuch des Strafrechts, t. I, Duncker & Humblot, Leipzig,IXXI), pp. VIII Y sS.; ID., Grundrift des Deutschen Strafre~hts, Allgemeiner Teil, 8: ed., Leipzig,1'11."1, pp. 230 Y sS., 277; ID., Die Normen und ihre Ubertretung. Eine Untersuchung iiber dieII",llIslIIiissigeHandlung und die Arten des Delikts, t. 1 (reimpr. de la 4.' ed. Leipzig 1922),'" Il,,,tia Verlag Aelen, 1965, esp. pp. 3 Y ss., 35 y sS., 237 Y ss. eft. Armin KAUFMANN,f r("./Idiges und Totes in Bindings Normentheorie. Normlogik und modeme Strafrechtsdogmatik,Vnl:lg Otto Schwartz & Co., Gottingen, 1954, p. 11 (Teoria de las normas. Fundal'nentos d~ la,1'~~III;'(icapmal moderna, version castellana de Enrique BACIGALUPOy Ernesto GARZONVIII I >12s, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1977).

Las normas juridicas estab1ecen para garantia del orden de convivenciasocial un conjunto de disposiciones juridicas re1ativas a determinadas con-ductas, v.gr. «jno mataras!».

J) La coaccion de cumplimiento 0 de realizacion: constituye una coaccioll/T,;rn y se refiere a la norma.

2) La coaccion de aseguramiento 0 de garantfa: constituye una coaccion/,,;ro!rigica y se refiere ala pena prevista en la ley penals.

Ejemplo: e1 art. 138 CP prescribe una pena de 10 a 15 arros de prision aquien matare a otro, esto es, a quien irifringe /a norma que prohibe matar aotro, 1a norma que dispone «jno mataras!» r,.

EI derecho a la obediencia de la norma esta coaccionado mediante unaIII'/I(;lllI de cumplimiento. La ley penal resulta coaccionada mediante una coac-1/1111 de (/seguramiento 9. De este modo, si el delincuente desoye la obediencia,II ill iIIgiendo la norma, el primer derecho subjetivo (a la obediencia) se traniforma, /I rI .\(:\flll1do derecho subjetivo (a la pena) 10, es decir, el derecho subjetivo a laIII 11,1l'S un derecho de cumplimiento transformado II.

2) Ley penal = vehiculo de expresion de la norma donde se establecenlas consecuencias de la infraccion penal.

Confom1e a ella, segun Binding el delincuente, al cometer la accion an-tijuridica y ser sancionado, infringe la norma (quebranta el mandato: «j110mataras!»), pero cumple la ley penal (se Ie impone la pena correspondiente porla infraccion de la nonna). A estas dos categorias (nom1a y ley penal) asociaBinding dos clases de derechos subjetivos:

En resumen: abarcando todos 10s aspectos contenidos en esta teoria (sub111'lmero1 y sub numero 2), el esquema de 1a tesis de Binding es e1 siguiente:

1) Norma (no mataras) - derecho a la obediencia (debe cumplirse el man-,1.110 «no matar») - coacci6n de cumplimiento ofisica (no matar).

2) Ley penal (pena de 15 alios para el que mate a otro) - derecho a la pena(" ~l:mata a alguien) - coacci6n psicol6gica 0 psicol6gica (imposicion efectiva de1.1pena para el homicidal.

1) EI derecho a la obediencia: concemiente al contenido de la norma.2) El derecho a la pena: relativo a la imposicion y ejecucion de la san-

cion establecida en la ley penal.

EI sujeto -destinatario de la nomu- tiene el derecho subjetivo ala obe-diencia de la nonna. Si incumple la nom1a, esto es, si realiza el tipo penal,entonces adquiere el derecho a la pena. Ambos derechos estan, de alglinmodo, coaccionados 7, a su vez, mediante dos clases de amenaza, coaccion 0

coercion:

I'll iiI' 'onsiderarse doctrina Il:1.ayoritaria aquella que reconoce el ius pu-,I, I 111110pretension 0 exigencia punitiva £rente al delincuente: esto es, se11111111.1l:xistencia bien de uu poder (0 potestad) 12, bien de unaJacultad

I I I 1II,I ,I imponer penas.I , dill Il'l1cia entre poder y Jat:::ultad estriba en que, mientras la primera

I' '" I pOl1e el enfasis la situac::.:ion de primacia y monopolio del EstadoI Illqlll~icion de penas, la se:gunda (facultad) alude al ius puniendi de

1111 Il1.1tizada, aludiendo -21.un implicitamente- a los limites positivos6. Ademas de la distincion entre norma y ley penal, BINDING clistingue entre delito

(Delikt) y crimen (Verbrechen): segiin este autor, el crimen es el delito plmible. Vid. Karl BINDING,Handbuch des Strafrechts, op. cit., pp. 499 Y sS.,VIII Yss.

7. El propio concepto que utiliza BINDING (Die Normen und ihre Obertretung, t. I, op.cit., p. 424) para aluclir a los dos tipos de amenazas 0 coacciones (Zwang, traducible comoamenaza 0 coaccion, pero tambien como obligacion moral) ya es suficientemente indicativode que el ejercicio de tales derechos (a la obediencia y a la penal es claramente coaccionado. Yla prueba de tal coaccion es que si el sujeto no cumple el derecho a la obecliencia, de modoque infringe la nonna, ese derecho a la obecliencia se transforma en un derecho a la pena: lainfi-accion de la norma par parte de sujeto se hace acreedora a la imposicion de la penaprevista en la ley penal (Strtljgesetz).

I lililiNI liNG, Die Normen un~ ihre Ubertretung, t. I, op. cit., p. 424.I 1IIIIINllING, I.u.c. Cfr. AnniI:n"l KAUFMANN,Lebendiges und Totes in Bindings Nor-

I' 11f, pp. 13 Yss. (version espanola: pp. 17 Y5S.)I 1I1111t'lllINC,I.u.c. Cfr. Anni41 KAUFMANN,o.U.c., pp. 13 Y ss. (version espanola:

,ill \iNllINC, f-landbuch des St~afrechts, op. cit., p. VIII."Id" (hIINTEIl.O OUVARE:..5, Represion punitiva y Estado de Derecho, Barcelona,

de.l ius puniendi 13. Por eso, estimamos que resulta preferible emplear el ter-mmo Jacultad punitiva del Estado 14.

Asi resalt6 Jimenez de Asua IS la importancia basica del ius puniendi, argu-mentando que, aunque no se quiera reconocer con el disico prestigio deant~s. un derecho subjetivo a penar, se puede hablar de la pretensi6n 0 exigenciapunlt/va £rente al delincuente, que se extingue por numerosas causas y quepuede corresponder a la esfera juridica individual (delitos que s610 se persi-guen a mstanCla de parte); y, en 10 que al Estado respecta, es perdurable laclasICa expresi6n ius puniendi, que enlaza con los problemas del fundamentode la penalidad.

. En relacion a la naturaleza juridica del ius puniendi deben separarse conmtIdez dos mome~tos en l.a vida de la norma: el del promulgacion de la ley penal·y el de la pretensIOn pU11ltiva que de ella deriva 16.

- Promulgaci~n de la .ley penal: corresponde con la Juncion legislativa quedescansa en el IUS ImpeYlum del Estado. Esto es, es una emanacion de la so-berania estatal y la lleva a cabo el Poder legislativo conforme a la teoria de laseparacion de po.deres de Montesquieu, aunque no faltan autores que lahacen denvar de Imperativos del Derecho natural 17.

13. Santiago MIR PUIG, Introduccion a las bases del Derecho penal. Conceplo y Metodo,~osch, Barcelona, 1976, p. 113, que equipara los terminos 'derecho' y 'facultad', y resalta suslinutes pOSltIvos. .

14. Asi, ,Lorenzo MORILLASCUEVA, Derecho penal. Parte General. Fundamentos concep-tuales y metodologlco~ del Derecho .Penal. Ley Penal, Dykinson, Madrid, 2004, p. 39.

15. LUIsJIMENEZD,EASUA,o.u.c., p. 75. Cft. la concepcion subjetiva del Derecho pe-nal, conectada a la funClon repreSlVa 0 a la funcion preventiva segUn el sistema subjetivoreconocldo, propuesta por Pletro NUVOLONE, "I fini e i mezzi nella scienza del Dirittopenale», en Trent'armi di Diritto e procedura penale, Studi, vol. I, Cedam, Padova, 1969, pp. 160y ss.. 16. Cfr. Antonio GAR.ciA-PABLOSDEMOLINA, Derecho penal. Introduccion, 2." ed., op.

Clt., pp. 311 Y ss., qUIen estudia la naturaleza del ius puniendi en tres momentos en la vida dela norma, a saber: antes de emanar la norma juridica, una vez dictada y despues de ser infiin-gJda.

17. Vid. Wolgang PREISER, «Das Recht zu strafen», en Karl ENGISCH / ReinhartMAURACH(comp.), Festschriftji4r Edmund Mezger zum 70. Geb~lYtstag, c.H. Beck, MiinchenBerlin, 1954, pp. 71 Y ss., esp. 75 y ss. Cft. Max Ernst MAYER, Der Allgemeine Teil des

_ Pretension punitiva derivada de la ley penal: constituye una exigencia deI1I1f!osiciony ejecucion de las penas. Esta pretension es -segun expresion delIlisprivatista Federico de Castro- «una criatura de la tecnica juridica», estoI'S, un derecho publico subjetivo (una facultad punitiva) que denva de la ley

positiva y de com.ision de un deli to 18.

Es indiscutible que el titular inmediato y directo del ius puniendi es el Esta-dCI, el cual -a traves de sus poderes (ejecutivo, legislativo y judicial)- ejer-

I'LTJ esta potestad punitiva. .La titularidad del ius puniendi del Estado encuentra en nuestro SIstema

Illridico un Jundamento constitucional: el art. 149.1 de la Constitucion esp~-Iiola, al resenar las materias de exclusiva competencia, senala la «AdmmlstraClondl' Justicia» (apartado 5) <<legislacion mercantil, penal y penitenciaria» (apartadoII). Ello significa que la legislacion penal compete al Estado y rige para to do

1'\ territorio del mismo.

Ejemplo: el C6digo penal espanol rige para toda Espana, a diferencia dedeterrninadas nonnas civiles, que tienen en los ten-itorios forales secundariaaplicaci6n. Este es el criterio seguido en los paises de nuestro entomo juridi-co (Alemania, Italia, Francia, Portugal). En Alemania, por ejemplo, existeun i:mico C6digo penal que rige en todos los Under. Por contra, en paises

I )I'lltschen Strafrechts, Carl Winters Universitatsbuchhandlung, Heidelberg, 1915, pp. 33 y sS.,1',lra quien el interes de la sociedad a la proteccion de sus bienes y valores reslde en las l10rmas.I•. (li/tura que reflejan los mandatos y prohibiciones legales; los fundamentos del Derecho delI ':'l:1do a establecer normas penales reguladoras de la sociedad pertenecen alas esferas de laI'ilosofia del Derecho 0 del Derecho politico; sobre la teoda de las 110nnas de cultura, ID.,l~nMsH01TI1f1l und Kulturnolll1e11, Schletter'sche Buchhandlung, Breslau, 1903; AugustI\(l\-ILER.,Deutsches Straji'echt, Aligemeiller Teil, Verlag yon Veit & Co., Leipzig, 1917, p. 24,I llilsidera, en cambio, que no existe ninguna diferencia relativa al fundamento entre elIkrecho penal y la funcion legislativa general del Estado. .

18. Jose M.' RODRIGUEZDEVESA/ Alfonso SERRANOGOMEZ, o.u.c., p. 38. Cft·, en"'Iltido anaIogo, Ludwig von BAR, Gesetz und Schuld im Strafrecht. Frage1'1des geltenden deuts-,111'11Strafrechts lmd seiner Rifonn, t. I: Das Strajgesetz, J. Guttentag Verlagsbuchhandlung,

Ikrlin, 1906, pp. 2 Yss.

como Mexico cada Estado (que guarda cierta equivalencia con nuestrasComunidades Aut6nomas) tiene un C6digo penal propio, diferente al delos demas: existen, pues, 31 C6digos, mas un C6digo Penal Federal y unC6digo deJusticia Militar; en total son 33 C6digos penales de dicho pais.

Aunque la doctrina tradicionalmente sostenga que «en nuestros dias, di-ficilmente puede demostrarse que el ius puniendi tenga un titular distinto delEstado, 0, incluso, que este 10 comparta con otros poderes 0 instituciones»,y -en critica a algunos autores como Garraud- que «el ius puniendi es in-transmisible, indel~gable y no susceptible de ser compartido por una plura-hdad de tltulares» ,10 Clerto es que a la luz de la confonnacion politica dela Union Europea estas opiniones se muestran, cuando menos, discutibles.

En efeeto, un fenomeno de maxima actualidad y en plena evolucionconstituye la europeizacion del Dereeho penal, que esta configurando un Dere-eho penal europeo 0 supranaeional, distinto del Dereeho penal nacional de losdiversos paises miembros 20.

Uno de los primeros y principales hitos en la creacion del Derecho pe-nal europeo fue la adopcion (en Roma, el 17 de julio de 1998) del Estatutode la Corte Penal Internaeional (ECPI), que fue firmado por Espana, junto a .otros paises, al final de la Conferencia Diplomatica de Plenipotenciarios,auspiciada por las Naciones Unidas, el 18 de julio de ese ano, y que entroen vigor el 1 de julio de 2002. Dicho Estatuto instituia la Corte Penal In-ternacional, institucion permanente, con sede en La Haya (Paises Bajos), ycuya funcion es el enjuiciamiento de «personas respecto de los crimenemas graves de trascendencia internacional» (art. 1 ECPI). El mismo Estatutoconcedia a la Corte «caracter complementario de las jurisdiccionales penalesnacionales» (art. 1 ECPI).

19. Vid. Antonio GARciA-PABLOSDEMOLINA, o.u.c., pp. 314 Yss.20. Entre la amplia bibliografia surgida en los ultimos anos, por ejemplo, los diferentes

trabajos contenidos en Ulrich SIEBER(CompJ, Europiiische Einigung und Europiiischcs Streifrech/,Carl Heymanns Verlag KG, Koln - Berlin - Bonn - Mi.inchen, 1993; Helmut SATZGER,Die Europiiisierung des Streifrechts. Eine Untersuchung zum Einjluj3 des europiiischen Gemeins.chajisrechts auf das deutsche Strafrecht, Carl Heymanns, Koln etc., 2001. En Espana, por todos,Jesus-Maria SILVASANCHEZ,«Principios inspiradores de las propuestas de un Derecho pemleuropeo. Una aproximacian critica», RP, num. 13, 2004, pp. 139 y ss.

Posteriorn,ente, se promulgo en nuestro pais la LO 6/2000, de 4 de oe-II/lire,por la que se autoriza la ratifieacion por Espana del Estatuto de la CorteI' 'Ilal Internacional, y mas recientemente la LO 1812003, de 10 de diciem-/1/(', de Cooperaeion con la Corte Penal Internacional. Asimismo, se aproboI \'l'ientemente la Ley 312003, de 14 de marzo, sobre la orden europea de de-Il'IIriony entrega 21.Finalmente, el 18 de junio de 2004 se aprobo la Constitu-Iil\/I Europea, hito de extraordinaria importancia para la unifonnidad politicaVjllridica de la Union Europea.

en todo caso, la Constitucion Espanola establece como requisito normati-I'll de vigeneia, ante la celebracion de Tratados internaeionales, que los mismos" Illcorporen a nuestro ordenamiento interno siendo autorizados medianteI I'Y Organica (art. 93 CE). Una vez refrendados por el Jefe del Estado y1"lhlicados en el Boletin Oficial del Estado (BOE), «1os Tratados interna-I IllIl:i1esvalidamente celebrados (...) formaran parte del ordenamiento in-111110»(art. 96 CE).

l J 11problema mas espinoso es el relativo a la titularidad de ius puniendi1"11 p:lIte de las Comunidades Autonomas. Como hemos visto, el art.I III I,() de la CE considera la legislacion penal entre Lasmaterias de exclusiva,1/1l/1i'/('//ciadel Estado.

( )11'0 argumento que abona la exclusiva competencia del Estado en materia1'1 11,i1L'S la necesidad de que revistan el rango de Leyes Org!mieas «1asrelati-

I ,i1desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades publicas,)III ~uCE).

I k l'sta manera queda vetada ab initio la posibilidad de que otras instanciasI 1III',,1I10Sadministrativos, por ejemplo las Comunidades Autonomas, pue-1111 11l(islarsobre temas penales.

'\111'mbargo, la prop~a CE reconoce, en su art...148.,.un listadg-S!::....n.:~t~-III I 11 l:ls·qi.iel3"s-~munidades Autonomas odran_a~ut;ljr..s.om e:~~cias: a ~t~'~J

III I I ('11:1s,ordenaClon del temtono, urbarusmo y vlvlenda, gestlOn en rx.). cO .

II ill 11,\ de proteccion del medio ambiente, ete. Esta delegaeion normativa suscita t\ ~LLc .I '11I",li(')llde si disponen LasComunidades Autonomas de cierta capacidad ( /')'

'I AI rcspecto, Antonio CUERDARIEZU, De fa extradicion a la «Euro-orden» de deten-I' / II(I/:~d, Ceura, Madrid, 2003; Carlos GOMEZ-JARADiEZ, «Orden de detencian euro-

( '" 1'1 iLucian Europea: reflexiones sobre su fundamento en el principio de reconoci-IIIi1 "'"ltIO", Diario La Ley, Ano XXV, nun'l. 6069, lunes 26 dejulio de 2004, pp. 1 Yss.

y autonornia regulativas en esos ambitos juridicos 22. Esta posibilidad se veabonada por la aceptaci6n de las denominadas «leyes penales en blanco» 23,

tecnica que admite la remisi6n normativa a leyes u otras disposiciones derango inferior.

En cuando a su alcance normativo, el debate sobre la titularidad de ius pu-11iendipor parte de las Comunidades Autonomas no puede desconocer que,en ninglin caso, pueden las Comunidades AutonOlnas incriminar delitos e im-pona sanciones penales. Podran, a 10 sumo, promulgar alguna ley que afecteindirectamente a materias de exclusivas competencia del Estado, pero no re-gular sustantivamente sobre elias. De Inanera que, proprio sensu, las Comuni-dades Autonomas carecen de ius puniendi.

3.4. La problematica de los delitos «privados» y «semiprivados».~Una excepci6n a la titularidad estatal del ius puniendi?

El Derecho penal es un sector del Derecho publico: se ocupa de conflictospublicos, pues publico es el interes del Estado en proteger detenninadosbienes juridicos esenciales para la convivencia social. Por eso, los delitos sonperseguibles generalmente de oficio: cuando se tenga constancia de la comisi6nde un deli to, ha de instarse la persecuci6n del mismo. Existen, sin embargo,detem1inados delitos cuya persecuci6n se hace depender de la querella 0 dela denuncia del agraviado 0 de otro sujeto (representante legal, MinisterioFiscal, ete.). Son los llamados delitos privados y semiprivados.

En los delitos privados se requiere como conditio sine qua non para la perse-cuci6n del delito la previa interposici6n de querella 24 por parte del ofen dido

22. Vid., esencialmente, Jose Ramon CASABO RUIZ, «La capacidad normativa de lasComunidades autonomas en la proteccion penal del medio ambiente», EPC, t. V, Santiagode Compostela, 1982, pp. 235 y ss.; Jesus-Maria SILVA SANCHEZ, «2Competencia «indirecta»de las Comunidades autonomas en materia de Derecho pena!?», La Ley, 1993-1, pp. 964 Y ss.

23. Vid. Jesus-Maria SILVA SANCHEZ, ID., «Legislacion penal socio-economica y re-troactividad de disposiciones favorables: el caso de las «!eyes en blanco»», EPC, XVI, Santia-go de Compostela, 1993, pp. 423 y ss.; Mercedes GARCiA ARAN, «Remisiones nom1ativas,leyes penales en blanco y estructura de la nonlla penal», EPC, XVI, Santiago de Compostela,1993, pp. 65 y ss.; Joaquin CUELLO CONTRERAS, EI Derecho Penal espa/101. Parte general.Nocianes introductorias. Teoda del delito, 3.' ed., Dykinson, Madrid, 2002, pp. 35 Y ss.; Diego-Manuel LUZON PENA, Curso de Derecho penal, Parte general, t. I, Editorial Universitas, SA,Madrid, 1996, pp. 146 Y ss.

24. La querella es un acto de voluntad potestativo (0 sea, un derecho) de un sujeto le-gitimado para convertirse en parte acusadora en un procedimiento.

\lara la punibilidad de la acci6n 0 incoaci6n del procedimiento, de ~1aneraque la querella constituye una condici6n objetiva de punibilidad 2, 0 deprocedibilidad) 26.

Ejemplos de delitos privados constituyen los delitos,de injurias y calumnias:'jel art. 215.1 CP establece que «nadie sera penado por ca1umnia<.)inju;i~ si-"no en virtud de querelia de la persona ofendida por el delito 0 de su repre-sentante legal. Se procedera de oficio cuando la ofensa se dirija contra fun-ClOnano publico, autoridad 0 agente de la nllsma sobre hechosconcemientes a1ejercicio de sus cargos».

En los delitos semiprivados 0 semipublicos se precisa de la den uncia 27 del su-IL'topasivo, 0 en su defecto de los sujetos a que la ley aluda (por 10 general,(.\ Ministerio Fiscal).

25. Las llamadas condiciones abjetivas de punibilidad, que no representan genuinos ele-11I('l1tosdel tipo, sino anexos al propio tipo que son incorporados como tales en el en tantoI\","ltado de la actuacion de otra persona y no como resultado causalmente derivado del, '" I1portamiento tipico del sujeto agente. Como ejemplos de condiciones objetivas de puni-1)( 1I<LId pueden citarse las siguientes: el pronunciamiento de sentencia condenatoria en contra1i,,1 reo, en el delito de falso testimonio (art. 458.2), el imp ago del cheque en descubierto, laII111LTtedel suicida en el auxilio al suicidio, la devolucion del vehiculo a motor en el robo y1,11,III de uso de vehiculos de motor, la sentencia condenatoria en la acusacion y denuncia1.>1,.1.

CIi'. Carlos MAluiNEZ PEREZ, Las condiciones objetivas de punibilidad, Instituto de Crimi-1I\11pgiade la Universidad Complutense, Edersa, Madrid, 1989; BOIja MAPELLI CAFFARENA,I \Ilidio juddico dogmalico sabre las llamadas condiciones objetivas de punibilidad, Centro de Estudiosl'I<lici:des, Madrid, 1990; Juan-Felipe HIGUERA GUIMEM, «Las condiciones objetivas de1"lIlihilidad y la excusas absolu~orias», en EI nuevo Codigo Penal: presupuestos y fundamentos.1,1,,<1 I-Iomenaje al Prof Dr. D. Angel Torio Lopez, Granada, 1999, pp. 387 y ss. En la doctnna11,>l1.1I1J,la literatura al respecto es de considerable amplitud. Vid. Vito MORMANDO,d "cvoluzione storico-dommatica delle condizioni obiettive di punibilita», Rivisla ltaliana di11/1111<1 e Procedura penale, anno XXXIX, fasc. 2-3, Dott. A. Giuffre Editore, Milano, aprile-"II., 1')96, pp. 610 Y ss. Y bibliografia alii citada.

]/>. Las condiciones objetivas de punibilidad se distinguen esencialmente -aunque conII'" 1I("llCiase han confundido- de las condiciones objetivas de procedibilidad 0 perseguibilidad,, II '1"e estas constituyen solo requisitos de persecucion criminal, es decir, meros obstaculosI" ", eSJles para abrir el procedimiento penal que son dejados a la voluntad del of en dido enI,,", ,klitos privados 0 perseguibles a instancia de parte. Ejemplos de condiciones objetivas deI"'" ('dibilidad son la interposicion de querella en los delitos de injuria 0 calumnia, la de,I, 1IIIIIcia en los delitos de violacion 0 agresion sexual, y en general el eJercicio de accionI" 11.>1ell los delitos perseguibles a instancia de parte.

Ejemplos de delitos semiprivados constituyen los delitos de agresiones,acoso y ahuso sexuales: el art. 191.1 CP seiiala que «para proceder por los de-litos de agresiones, acoso 0 abusos sexuales, sera precisa denuncia de la per-sona agraviada, de su representante legal 0 querella del Ministerio Fiscal, queactuara ponderando los legitimos intereses en presencia. Cuando la victimasea menor de edad, incapaz 0 una persona desvalida, bastara la denuncia delMinisterio Fiscal».

La cuestion que nos interesa aqul es la siguiente: en estos delitos priva-dos y semiprivados ~quien es titular del ius puniendi: el Estado 0 ese sujetoconcreto? Piensese que el delito es perseguido, unicamente, si existe de-nuncia 0 querella por parte del agraviado u otro sujeto, de manera que lapersecucion penal se deja al arhitrio de una persona privada, no del interes p14hlico.

Sin embargo, la titularidad del ius puniendi por parte del Estado no secuestiona, en ningun caso, por esa «cesion» en la persecucion delictiva, pueel Estado sigue siendo titular de la facultad de imponer penas 0 medidas deseguridad.

En los indicados delitos solo -como asevera Garcia-Pablos 28_ se condicio-na el ejercicio del ius puniendi a la concurrencia de previos requisitos de pu-nibilidad 0 procedibilidad por parte de determinadas personas, a las que, sibien puede pertenecer la iniciativa punitiva, la sancion final de la acciollcOlTesponde al propio Estado en ejercicio de su ius puniendi.

Los aspectos ohjetivo y suhjetivo del Derecho penal son complementarios:solo la union de elios, el binomio ius poenale / ius puniendi configura elDerecho penal en su conjunto. Cada uno de estos criterios delimitadores

27. A diferencia de la querella, la den uncia no es un acto de voluntad de un sujeto kgitimado que se convierte en parte del procedimiento, sino lmicamente una declaraci6n ell'conocimiento de la existencia de un hecho con apaliencia delictiva (natitia criminis). Mientr:1~que la querella es un derecho, la denuncia es un deber. Y la prueba de ello es que es sancionable penalmente a quien, debiendo denunciar, omita hacerlo: el art. 450.2 del C6digo pen;1lespaiiol de 1995 sanciona al que «pudiendo hacerlo, no acuda a la autoridad 0 a sus agent,·~para que impidan un delito de los previstos en el apartado antelior y de muy pr6xima p

actual comisi6n tenga naticia». Cji-., tambien, arts. 407 y 408 CPo28. Vid. Antonio GARCiA-PABLOSDEMOLINA,a.u.c., p. 315.

I("s:l!taun aspecto concreto del Derecho penal, pero lejos de segmentar elII1IlCepto y excluirse entre sl, se afinnan y reclaman reciprocamente, y por elio,llllbos son imprescindibles para explicar el Derecho penal.

En ocasiones se ha inclinado la balanza con excesiva unilateralidad haciaII tlilliension suhjetiva del Derecho penal, 10 cual conlleva una supraestima-I 11111de la facultad juridica del Estado a reprimir determinadas acciones conII 1l1:1ximassanciones legales.

:01110 ejemplos de definicion subjetiva del Ordenamiento puriitivo,11I11"1ccitarse la paradigmatica concepcion de James Goldschmidt, paraIJlII('11el Derecho penal «no es otra cosa que el concreto derecho de laIII lici:l penal (deljuez penal) ala persecucion -de delitos- por vIa penal, yI II ("special al juicio penal y a la propia ejecucion de la pena» 2".

EI citado autor identifica Derecho penal y Derecho procesal penal: a sujuicio,lo que la teona dominante denomina pretension punitiva debe ser co-rrcctamente denominado Derecho penal. Esta tan unilateral posicion de(;oldschmidt no es aceptahle, por varias razones:

- En primer lugar porque identifica (0 sea, confunde) tres wbitos distin-tos: el Derecho penal y el Derecho procesal (0 la pretension punitiva, 0 ius!,/llIielllfi de accion, etc.), como disciplinasrelacionadas pero autonomas, y el ius!,/I/limdi del Estado, como la facultad de Estado de imponer sanciones juridi-(o-penales. Es verdad que el ius puniendi es un punto de conex.ion entre elIkrccho penal (sustantivo 0 material) y el Derecho procesal (adjetivo 0 for-1II,d),pues la persecucion y punicion de los delitos ha de hacerse inexorable-Illcllte a traves de un proceso penal. Pero logicamente el Derecho penal no es'1\10- ius plmiendi ni tampoco la persecucion de un delito en un proceso pe-

1I.1i Iii la ejecucion de la sancionjundica: tales disciplinas no pueden confun-ii,,,,·, sino que antes bien debieran ser delimitadas can nitidez.

Ademas, esta posicion atiende prevalentemente a 1a aplicacion de la leyIWll.dya la ejecucion efectiva de la sentencia condenatoria (como si eso uni-

"' I 'frl, .JJl11esGOLDSCHMIDT,Materielles Justizrecht (Rechtsschutzanspruch und Stra-II '11",,11'1' i\bdruck aus del' Festgabeftir Dr. Bernhard Hubler, Verlag von Franz Vahlen,

11111 I'll I'>. (·sp. p. 32, y passim; Cft. Max Ernst MAYER, Del' allgemeine Teil des deutschenI iii, , ,'llrllI/rh, Carl Winters Universitatsbuchhandlung, Heidelberg, 1915, pp. 13 y ss.I' I I. Illll.l.10), 32 Yss.

camente fiJese el Derecho penal, como si este fuera solo ejercicio de unapretension punitiva), siendo as! que el estudio de estas materias correspon-deria, a la sumo, al Derecho penitenciario, conectado con el Derecho penal,pero no identificado con eL

- Por Ultimo, el Derecho penal no puede entenderse exclusivamente co-mo un derecho a penal' 3". La evolucion ulterior de la Dogmatica juridico-penal ha demostrado, a nuestro juicio, el error en que se hallabaGoldschmidt al suponer cuanto al respecto suponia.

Por contra, algun autor pretendio definir el Derecho penal solo te-niendo presente la esencia objetiva del Ordenamiento penal 31, a la quepertenecen dos conceptos fundamentales (delito y penal, de 10 cual seadvierte facilmente que antes de la realizacion de la pena es preciso consi-derar la decision valorativa de la norma en virtud de la cual se establece lasancion penal.

Desde esta perspectiva, considero Von Hippel 32 el Derecho penal comoun «sector del Ordenamiento juridico positivo en que detemunadas accio-nes descritas como delitos son conminadas con una pena». A traves de ladescripcion legal de comportanuentos tipicos se establecen nomlaS de De-recho objetivas, sobre las cuales se fundamentan las pretensiones juridicassubjetivas de aplicaci6n de las nUsmas a 10s casos concretos cuya regulaci6nproveen en abstracto.

A juicio de Von Hippel, lasJases de la ejecucion de la pena y aun del pro-ceso perial son reguladasJuera del Derecho penal material en sentido estricto.

A su vez, esta posicion no se libra de criticas, porque en su afan de deli-mitar tan claramente el Derecho penal -objetivo- de otras disciplinas (pro-cesales, aplicacion y ejecucion de las penas, etc.), no establece re/acion algunaentre elias, como si de compartimentos estancos se tratara.

30. Cft. Wolgang PREISER,«DasRecht zu strafen»,op. cit., pp. 71 Yss.,esp. 75 y ss.,quien mantiene una concepcion retributivade ]a pena, hoy totalmente desechada.

31. Vid., supervalorando-a nuestrojuicio- ]a importanciadel Derecho penal objetivoen comparaci6n con el subjetivo, Santiago MIR PUlG,Derecho Penal. Parte general, 2.a ed.,PPU, Barcelona,1985, p. 2

32. Cft. Robert VONHIPPEL,Deutsches Strqfrecht, t. I, Allgemeine Gnmdlagen, VerlagvonJulius Springer,Berlin, 1925 (reimpr., ScientiaVerlagAalen, 1971), pp. 1 y ss.

En resumen: la definicion del Derecho penal s610 como ius poenale 0 solocomo ius puniendi es unilateral e insuficiente: la potenciaci6n excesiva de un.lspecto a costa del otro supone definir parcialmente al Derecho penal, deIllanera que se produce una ruptura del equilibrio entre ius poenale y ius pu-I/;n·tdi.

En la actualidad es doctrina mayoritaria la legitimaci6n del ius puniendi delI:.>;tadopara cumplir concretos fines de protecci6n de bienes y de prevenci6n ded ·Iitos en la Sociedad. Sin embargo, siempre han existido algunos autoreslJIIl' -desde diferentes posiciones extremas- han negado la potestad delI':s(':ldopara perseguir 10s delitos e imponer penas a sus autores.

Es casi lugar comun en la dogmatica actual afinnar que la pena se legi-11111:1por sus fines (preventivos y tutelares) y se fundamenta 0 justifica por suIIl'cl'sidad: se sanciona penalmente para tutelar detemunados bienes, prevenirIi limos delitos, conseguir un orden de seguridad jurfdica, ete.

Sc acepta la pena, pues, como un instmmento ciertamente imprescindible y1 I Ill:lSdrastico dentro del ordenamiento juridico de estabilizaci6n social: laIll'11.1-decia Hans Schultz- es <<Unaamarga necesidad en una sociedad impeifec-t", como es la sociedad que constituyen 10s hombres» 33.

\ \. Altemativ-Entwuif eilles Strafgesetzbuches. AllgemeineI' Tei!, 2.' ed. ampliada,par Jiir-I'" IIAUMANN,Anne-Eva BRAUNECK,Ernst-Walter HANACK,Arthur KAUFMANN,UlrichI 1111 •• Ernst-JoachimLAMPE,Theodor LENCKNER,WernerMAlHOFER,Peter NOLL,ClausJI" IN. rZ.udolfSCHMITT,Hans SCHULTZ,Gi.interSTRATENWERTH,Walter STREE,con lalid dh\r.lCionde Stephan QUENSEL,].eB. Mohr (Paul Siebeck), Ti.ibingen, 1969, p. 29.II" ", '>< :IIULTZ, «KriminalpolitischeBemerkw1genzum Entwurf eines Strafgesetzbuche5,E\'11,'". V, 21. Jahrgang, NWlli11er4,18. Februar 1966, pp. 113 Y5S.,esp. 114; ID., Einfiih-III/II' III rim Allgemeinen Tei! des Strqfrechts, t. I, Die allgemeinen Voraussetzungen der krimi-II,i1,,,/Jl/idll'lI Sanktionen, 2.' ed., VerlagStampfli& Cie AG, Bern, 1974, p. 43.

camente fuese el Derecho penal, como si este fuera solo ejercicio de unapretension punitiva), siendo as! que el estudio de estas materias correspon-deria, a la sumo, al Derecho penitenciario, conectado con el Derecho penal,pero no identificado con eJ.

- Por ultimo, el Derecho penal no puede entenderse exclusivamente co-mo un derecho a penar 30 La evolucion ulterior de la Dogmatica juridico-penal ha demostrado, a nuestro juicio, el error en que se hallabaGoldschmidt al suponer cuanto al respecto suponia.

Por contra, algun autor pretendio definir el Derecho penal solo te-niendo presente la esencia objetiva del Ordenamiento penal 31, a la quepertenecen dos conceptos fundamentales (delito y pena) , de 10 cual seadvierte f:icilmente que antes de la realizacion de la pena es preciso consi-derar la decision valorativa de la norma en virtud de la cual se establece lasancion penal.

Desde esta perspectiva, considero Von Hippel 32el Derecho penal comoun «sector del Ordenamiento juridico positivo en que detenninadas accio-nes descritas como delitos son conminadas con una pena». A traves de ladescripcion legal de comportamientos tipicos se establecen normas de De-recho objetivas, sobre las cuales se fundamentan las pretensiones juridicassubjetivas de aplicacion de las mismas a los casos concretos cuya regulacionproveen en abstracto.

Ajuicio de Von Hippel, lasfases de la ejecuci6n de la pen a y aun del pro-ceso perial son reguladas fitera del Derecho penal material en sentido estricto.

A su vez, esta posicion 110 se libra de criticas, porque en su afan de deli-mitar tan cJaramente el Derecho penal -objetivo- de otras discipJinas (pro-cesales, apJicacion y ejecucion de las perras, etc.), no establece relaci6n algunaentre elJas, como si de compartimentos estancos se tratara.

30. Cfr. Wolgang PREISER,«DasRecht zu strafen»,op. cit., pp. 71 y 55., esp. 75 y 55.,

quien mantiene una concepcion retributivade la pena, hoy totalmente desechada.31. Vid., supervalorando-a nuestrojuicio- la importanciadel Derecho penal objetivo

en comparacion con el subjetivo, Santiago MIR PUIC,Derecho Penal. Parte general, 2." ed.,PPU, Barcelona,1985, p. 2

32. Cfr. Robert VONHIPPEL,Deutsches Strafrecht, t. I, Allgemeine Grundlagen, VerlagvonJulius Springer,Berlin, 1925 (reimpr., ScientiaVerlagAalen, 1971), pp. 1 y 55.

En resumen: la definicion del Derecho penal solo como ius poenale 0 solo(UIllO ius puniendi es unilateral e insuficiente: la potenciacion excesiva de un,I\pecto a costa del otro sup one definir parcialmente al Derecho penal, de1Il.IIlera que se produce una ruptura del equilibrio entre ius poena Ie y ius pu-II/('//ai.

En la actualidad es doctrina mayoritaria la legitimaci6n del ius puniendi delI:"L;]dopara cumplir concretos fines de protecci6n de bienes y de prevenci6n de(klitos en la Sociedad. Sin embargo, siempre han existido algunos autoresIIIll' -desde diferentes posiciones extremas- han negado la potestad delI':SL;]do para perseguir los delitos e imponer penas a sus autares.

Es casi lugar comun en la dogmatica actual afinnar que la pena se legi-11111:\por sus fines (preventivos y tutelares) y se fundamenta 0 justifica por suI'\'ccsidad: se sanciona penalmente para tutelar detenninados bienes, prevenirIi1t 1Iros delitos, conseguir un arden de seguridad juddica, ete.

Se acepta la pena, pues, como un instrumento ciertamente imprescindible y(,1 111:1Sdrastico dentro del ordenamiento juridico de estabilizacion social: la1\1'lla -decia Hans Schultz- es «una amarga necesidad en una sociedad impeifec-'/1, lomo es la sociedad que constituyen los hombres» 33

13. Altemativ-Entwuif eines Strafgesetzbuches. Allgemeiner Teil, 2.a ed. ampliada,por Jlir-"/ " IIAUMANN,Anne-Eva BRAUNECK,Ernst-Walter HANACK,Arthur KAUFMANN,UlrichI_111(;, Ernst-JoachimLAMPE,Theodor LENCKNER,WernerMAlHOFER,Peter NOLL,ClausIII )'.;IN, Rudolf SCHMITT,Hans SCHULTZ,Glinter STRATENWERTH,Walter STREE,con la"d.d)orKion de Stephan QUENSEL,J.C.B. Mohr (Paul Siebeck), Tiibingen, 1969, p. 29.11."" SCHULTZ,«KriminalpolitischeBemerkungen zum Entwurf eines Strafgesetzbuches,E1'11.2",)2,21. Jahrgang, Nununer 4, 18. Februar 1966, pp. 113 y 55., esp. 114; ID., Einfiih-,illig ill den Allgemeinen Teil des Strafrechts, t. I, Die allgemeinen Voraussetzungen der krinli-I/d/mlllliciten Sanktionen, 2.' ed., VerlagStampfli& Cie AG, Bern, 1974, p. 43.

5.2. Posturas deslegitimadoras 0 limitadoras de la potestad punitiva estatal: elmovimiento abolicionista

Las corrientes que niegan la potestad pumtlVa del Estado reciben elnombre de teorias deslegitimadoras, y se incardinan en el -liamado- movi-miento abolicionista 34. Junto a elias, otras posiciones doctrinales, denOlnina-das teorias'limitadoras, no liegan lusta el extremo de negar la existencia delius puniendi del Estado, pero en todo caso ponen en entredicho su legitimi-dad, y tratan de interpretarlo segun criterios limitadares. A continuaci6nveremos someramente algunos de los postulados de las principales teoriasabolicionistas.

El concepto ius puniendi fue tradicionalmente rechazado desde radicalesposiciones anarquistas puras 0 extremas, que en expresion de intolerancianiegan incluso la existencia del propio concepto de Estado, propugnandoun sistema libertario, carente de toda autoridad 0 gobierno, mas alIa de lapropia personalidad y de la solidaridad natural y espontanea 35.

En epocas recientes 0 contemparaneas, la idea de la inexistencia (0 ile-gitimidad) de la facultad punitiva del Estado es defendida por varias teoriasdeslegitimadoras del Derecho penal, alentadas desde diferentes posicionesanarquistas 0 marxistas (v.gr., desde detenninados sectares sociocrimino16gi-cos de la Criminologia critica, del labeling approach, de la teoria del conflicto, de lad I . ) 36e a anomia , etc . _,

34. Vid., al respecto, Elena LARRAUR], «Abolicionismo del Derecho penal: las pro-puestas del movimiento abolicionista», en Poder y Control, num. 3, 1987, pp. 95 Y ss.; Massi-mo PAVARINI, «EI sistema del Derecho penal entre abolicionismo y reduccionismo», enPoder J' Control, 1987, pp. 141 Y ss.; Eduardo DEMETRIOCRESPO, «EI pensanuento abolicio-nista'), en Riflexiones sabre las consecuenciasjuddieas del delito, Madrid, 1995, pp. 35 y ss.; JoseMiguel ZUGALDIAESPINAR,Fundamerltos de Derecho penal. Parte general. Las teodas de la pena yde la ley penal (Introduccioll teorico-pr!lctieaa sus problemas basicos), 3.' ed., Tirant 10 Blanch,Valencia, 1993, pp. 37 y ss.

35. Vid. Luis JIJVlENEZDEASUA, Tratado de Derecho pella I, t. II, Filosrifla J'Ley Penal, 4.'ed. actualizada, Editorial Losada, Buenos Aires, 1964, pp. 16 y ss., que realiza un precisoanilisis sobre las posiciones historic as antiteticas al ius pUllierldi del Estado.

36. Vid., ampliamente, Antonio GARCjA-PABLOSDE MOLINA,Tratado de Crimillologia(Illtroduccioll, modelos teoricos explicativos de la criminalidad. Prevencioll del delito. Sistemas de res-puesta al crimen), 2.' ed., Tirant 10 Blanch, Valencia, 1999, esp. pp. 780 Y ss., 838 y ss.; ID.,Derecho penal. Introduccioll, 2.' ed., Servicio de publicaciones de la Facultad de Derecho de laUniversidad Complutense, Madrid, 2000, pp. 101 Y ss., 54 Y ss.; Elena LARRAURI,La heren-cia de la Crimillologia cdtiea, Siglo XXI Editores, Madrid, 1991; Manuel GROSSO GALVAN,«Nueva Criminologia y Dogmatica juridico-penah>, CPC, Madrid, 1980, pp. 47 Y ss. Vid.,criticamente, Jose Miguel ZUGALDjAESPINAR,O.u.c., pp. 35 Y ss., 61 y ss.

Dentro de las teorias que cuestionan el ius puniendi estatal, cabe destacarL\ de Eugenio Raul Zaffaroni, quien -en los ultimos. aiios-, se ~a presenta-do, desde perspectivas aledaiias a una margmal Cnnunologla cnuca, comolIno de los conspicuos defensores de la liamada «teoria limitadora d: la potest~dlilmitiva del Estado», entendiendo que el Derecho penal desempena, a trav,esie los J'ueces penales una funcion de contenci6n y -en ocaSlOnes- tamblen

l , 37

de reducci6n del poder punitivo del Estado ..

En una valoraci6n aftica de esta tearia, diremos que no resulta convincente, alcarecer de una precisa fundamentaci6n. La pretendida contenci6n y (mas du-dosamente) la reducci6n del poder punitivo del Estado no puede radicar masque en la estricta sujeci6n de los jueces al cumplimiento del principia de legali-dad. Los jueces han de limitarse a desempeiiar su funci6n, aplicando escru-pulosamente las leyes, pero no conteniendolas ni reduciendolas en el alcancede su poder normativo al socaire de su aplicaci6n. Ademas, el respeto de losjueces alas leyes no agota ni la misi6n de los jueces ni la misi6n de las leyes.

o. Presente y futuro del Derecho penal: su legitimacion ante losnuevos fenomenos expansivos

Las Sociedades actuales son expresiones de una Sociedad de riesgo. El De-recho penal no puede per~l~necer inmovil,. ~nmuta~l:, ante l.os c.a,mbiossociales, los avances tecnologIcos (mampulaClon genetlca, distnbuClon m-lernet, pirateria infarmatica). AI ser el Derecho penal parte de la SO~ledad,los cambios en esta operados han de influir necesanamente en aquel. Sml'l11barao el Derecho deseado par la Sociedad no coincide a menu do con el

b , ~ J'

Oerecho realmente existente en la realidad nonnativa. Veamos como senadeseable que fuera el Derecho penal y como es en realidad.

37. Cft. Eugenio Raul ZAFFARONI,Ell busea de las perlas perdidas, Ediar, Buenos Aires,I<)89, passim; Eugenio Raul ZAFFARONI/ Alejandro ALAGIA/ Alejandro SLOKAR,DerechoI,mal, Parte gerleral, Ediar, Buenos Aires, 2000, pp. 4 Y ss.: «EI poder de que disponen losjllcces es de contencion y a veces de reduccion. La funcion l~lasobvla de los Jue:es penales ~del derecho penal (como planeamiento de las deClslOnesde estos) es la co~tenclOn del poderI'linitivo. Sin la contencion juridica Gudicial), el poder pumttvo ~uedana hbrado al puroilllpulso de las agencias ejecutivas y politicas y, por ende, desaparecena el estado de derecho yI" repllblica misma» (con cursivas parciales ell el ongtnal).

El Derecho penal del Antiguo Regimen (hasta el siglo XVIIl) se caracte-rizaba por su crueldad y su represion 38. Desde la epoca de la Ilustracion (tras laRevolucion francesa) ha evolucionado a una progresiva humanizacion y a suracionalizacion.

Aun aS1, existen posturas deslegitimadoras 0 abolicionistas, que alcanzaron suapogeo en las decadas de 10s 70 y 80 del siglo xx, y que propugnan unadesapal;cion del Derecho penal.

Se dice, par ejempl0, que la «Historia del Derecho penal es la Historiade su desapariciom, y que la desaparicion delllamado Derecho penal cLisicoes solo cuestion de tiempo 39. Ya en el primer tercio del siglo XX habi~abogado Enrico Ferri por esa desaparici6n, en su conocida «oracion rune-bre}) por el Derecho penal, y Gustav Radbruch deseaba encontrar «no UllDerecho penal mejar, sino algo mejor que el Derecho penal».

Entre esas carrientes abolicionistas, destaca la que se ha dado en llamar(y, en ocasiones, a enfaticamente autodenominarse) del Derecho penal minirl/Clo minimalista 40, desarrollada en el seno de la llamada Criminologia critic(/,originariamente des de ciertos presupuestos nonnativos extrapenales, e incluso pseudopenales.

Veamos criticamente algunos planteamientos de esta corriente doctrinal:- El movimiento minimalista cues tiona la legitimidad del Derecho penal,

de entrada, como medio id6neo de soluci6n de conflictos sociales. La tesl

38. Ejemplificativamente, Francisco TOMAs Y VALIENTE,EI Derecho Penal de la MOIIIII

qufa absoluta (siglos XVI, XVII J' XVIII), 2.' ed., Editorial Tecnos, Madrid, 199239. Vid. referencias y citas en Antonio GARCIA-PA13LOSDE MOLINA, Derecho pellul

Introduccion, 2.' ed., Servicio de Publicaciones de la Facultad de Derecho de la Universid.1I1Complutense, Madrid, 2000, p. 85; 10., Estudios penales, Bosch Casa Editorial, Barcelollll,1984, pp. 98 y sS., 103 y ss.

40. Entre los nus destacados representantes delllamado «Derecho penal minimo», ('.11"citar a: Luigi FERRAJOU,«EI Derecho penal minima», Poder J' Control, num. 0, Prevellcicl/lIteorEade la perla: presente y alternativas, Barcelona, 1986, pp. 25 y sS.;10., Derecho J' Razon. '7('ullildel garal7tismo jurEdico, traduccion espanola de Pelfecto Andres Ibil1.ez, Antonio Ruiz MigllrlJuan Carlos Bayon Momno, Juan Tenadillos Basoco y Roclo Cantarero Bandres, TrOll'Madrid, 1995; Alessandro BARATTA,«Principios del Derecho penal minimo (para una teorb ,I,los derechos humanos como objeto y limite de la ley penal)>>,Doctrina Penal, n6m. 40, BUl'lIl1Aires, 1987, pp. 623 Y ss. Vid. precisas anotaciones al respecto en Jesus-Maria SILVASANell1La expansion del Derecho penal. Aspectos de la polftica criminal en las sociedades postindustriales, 2." I'll

revisada y ampliada, Civitas, Madrid, 2001, passim, esp. 17 y ss.

basica seria: el Derecho penal es violencia, y la violencia (el crimen) difi-cilmente se puede borrar con violencia (Derecho penal); ergo la legitimi-dad del Derecho penal es, cuando menos, cuestionable. Uno de los ma-ximos representantes de esta corriente, Luigi Ferrajoli, sostiene que «elDerecho penal, aun rodeado de limites y garantias, conserva siempre unaintrinseca brutalidad que hace problematica e incierta su legitimidad moraly politica» 41.

- Sin embargo, Ferrajoli (y, en general, la corriente del Derecho penalminimo) no tiene pOl' menos que reconocer la necesidad de legitimaci6n delDerecho penal, como ordenamiento preventivo de costes individuales y so-ciales ", admitiendo (contra su inicial postural que, si este no existiese, seproduciria un grave retroceso que significaria la vuelta a la venganza priva-da 43,esto es, a la ley del mas fuerte 0 a la guerra de todos contra todos (be-llum omnium contra omnes), siendo asi -segun argumenta Ferrajoli- que elDerecho penal nace precisamente no como desarrollo sino como negaci6n dela vmganza: «La Historia del Derecho penal y de la pena corresponde a lahistoria de una larga lucha contra la venganza» 44,Y pOl' ello «la pena no sirve

II. Vid. Luigi FERRAJOLI,Derecho y Razon. Teoria del garantismo juridico, op. cit., p. 21.'II I .1'" PENACA13R.ERA,Tratado de Derecho Penal. Estudio programtltico de la Parte general, 3.'

01 I IIl1lpletamente conegida y aumentada (1.' reimpresion actualizada), con la cola~oracionI 1.11los ATOCSAGARciA, Jose Antonio CAR.OJOHN, Reiner CHOCANO RODRIGUEZ Y1111I I Al)UIPIZARR.O,Editora Juridica Grijley, Lima (Peru), 1999, pp. 17 Yss. .

I ' Luigi FERRAJOLI,I.u.c., quien destaca que <daley penal tiene el deber de preverurI 1111'.w"ves castes individuales y sociales representados por los efectos leslvos para terceros;

,IIII ',1" rostes pueden justificar el amargo trance de penas y prohibiciones. No se puede ruI, III' Ill'llir mas al Derecho penal».

I \ Vir!. un completo y sugerente recorrido por los mas significativos hitos de la ven-11 I I'"v.lda en Myriam HERRERA MORENO, La Hora de la V{ctima. Compendio de Victimo-I l'IIIIIIhOde Miguel POLAINO NAVARRETE,Edersa, Madlid, 1996, pp. 23 Y ss., 36 Yss.,

I'''' 11I."i~:1con profundidad fenomenos como la victimizaci6n tlibal, la venganza de, " 1·1.Iirado, el riepto, la inimicitia, ete.; en la doctrina clasica, amplian1ente, J.

II I WII ./., Einji:ihrung in die Philosophie des Strajrechfs auf entwicklungsgeschichtlicher Grundla-d 'I'. \'011Ferdinand Enke, Stuttga11, 1906, pp. 214 Yss.

II I lIi~i FERR.AJOLl,O.U.c., p. 333; 10., <lEIDerecho penal minimo)}, op. cit., p. 38:1111111I 1'."0 de esta Historia se da cuando la venganza fue regulada como derecho-deber

I.. 1I1)1'I,II,doa la parte ofendida y a su parentela segUn los principios de la venganza deI II \ 1.1ley del talion. EI segundo paso, mucho mas decisivo, se marcO. cuando seI ' 11111disociaci6n entre eI juez y la parte ofendida, de modo que la Jusocla pnvad~ -, I.. . 1\" Iinchamientos, las ejecuciones sumarias, los ajustes de cuentas- fue no solo

III 1111"1.,.sino tam.bien prohibida. EI Derecho penal nace precisamente en este mo-•• \'.1. rU:lndo la relaci6n bilateral parte ofendida / ofensor es susOtmda por una

unicamente para prevenir los injustos delitos, sino tambien los injustos casti-gos» 45 El Derecho penal es, al fin y al cabo, el medio estatal mas civilizadopara la prevenci6n de delitos: hasta la fecha no se ha ideado uno mejor 46.

- Para que el Derecho penal pueda arribar a resultados positivos, ha dereducirse su brutalidad y violencia, por 10 que su legitimaci6n pasa poraceptar criterios estrictamente garantistas y buscar alternativas legales a la pena,en especial a la de prisi6n, cuya imposici6n en nllmerosos tipos de delitos hademostrado un rotundo fracaso 47.

La corriente del Derecho penal minima tiene el acierto de proponer una inter-vencion limitada y racional del sistema punitivo, pero sus propuestas no pasande ser, en muchos aspectos, una nomina de deseos y buenas intenciones sinmayor concrecion 48: es una aspiraeion idealista, una utopIa mas que una realidad.Los mmbos de la Politica criminal son otros 49: conducen, paradojicamente, aposturas neocriminalizadoras, y -POl' ende- a la expansion del Dereeho penal 50 •

relacion trilateral,que ve en tercera posicion 0 como imparciala una autoridadjudicial. E~por esto que cadavez que un juez aparece animado por sentimientosde venganza,0 parcia-les, 0 de defensasocial,0 bien el Estado deja un espacioa lajusticia sumariade los particula-res, quiere decir que el Derecho penal regresaa un estado salvaje,anterior al nacimiento d~'la civilizacion».

45. LuigiFERRAjOLl,«EIDerecho penalminimo»,op. cit., p. 37.46. Vid. la recension al homonimo libro de FERRAjOLIrealizada por Enriqlll'

GIMUERNATORDEIG,«Derechoy Razon», en el diario El Mundo, Madl~d,13 de mayo d~'1995 (tambien en su libro recopilatorioEnsayos Penales, Editorial Tecnos SA, Madrid, 1999,pp. 18 y ss.).

47. LuigiFERRAjOLJ,o.U.c., pp. 332 y sS.,248 y sS.,y passim.48. Jesus-MariaSILVASANCHEZ,La expansion del Derecho penal. Aspectos de la polllif"

criminal en las sociedades postindustriales, 2.' ed. revisaday ampliada,Civitas,Madrid, 2001, p,18, nota 4.

49. Jesus-MariaSILVASANCHEZ,o.u.c., passim, quien presta especialatencion a la tendenciaala desfOlmalizacion0 despreciopor lasfomus (pp. 74 Yss.).

50. Jesus-MariaSILVASANCHEZ,O.U.C., passim. Criticamente, Luis GRACIAMAn.TiN,Prolegomenos para la lucha poria modemizacion y expansion del Derecho Penal y para la critica dddiscurso de resistencia. A la vez una hipotesis de trabajo sobre el concepto de Derecho penal modemo (",el materialismo historico del orden del discurso de la criminalidad, Tirant 10 Blanch, Valencia,200.1,CarlosPEREZDELVALLE,«Sociedadde riesgosy refoilm penal»,Pj, nunlS.43/44, II, 199t"pp. 61 y ss.

El Derecho penal es un ordenamiento regulador de los Jocos de peligyo. Es110tOriOque, en las modernas sociedades post-industriales, nuevos fen6me-110Scomo la manipulaci6n genetica, la pirateria informatica, la difusion depornografia a traves de internet 0 la criminalidad organizada lesionan 0ponen en peligro bienes juridicos de la comunidad 0 del individuo.

Por ello, alg{m autor propone, en el marco del n1.ovimiento neocrimi-nalizador, una actualizaci6n del Derecho penal que sea acorde a los cambiossociales, esto es, conforme a la cual ha de «responder juridicamente a losproblemas de modernizaci6n con una modemizaci6n del Derecho» mediante un«Derecho de intervenci6n» 51, que suele cifrarse en la incriminaci6n de nuevos deli-tos yen la agravaci6n de Laspenas.

Sin embargo, no todo cambio social ha de provocar inmediatamente un1,llllbio de la legislaci6n penal: el Derecho penal no puede actual' a tenord" impulso emocional de las reivindieaciones sociales, con hat1:a frecuencia,dl'l1tadas al calor de lacerantes casos de la realidad social, pues, de 10 con-II.,rio, la Politica criminal corre el peligro de ser insatisfactoria, insuficiente,III('(jcaz, regresiva 0 directamente contraproducente:

Ejemplo: 2Que sucederia si ellegislador no hiciera caso omiso de la rei-vindicaci6n de irracionales medidas (reinstauraci6n de la pena de muerte,introducci6n cadena perpetua, imposici6n de medidas ejemplarizantes, im-plantaci6n de tecnicas inocuizadoras, etc.), que publica y (mas 0 menos) ge-neralizadamente se solicitan en la sociedad, por impulsos puramente irracio-nales y emocionales, tras cada atentado telTorista 0 cada crimen pasional?

1'm ello, ellegislador penal ha de ser extremadamente cauto, ponderadoIII('visor en su tarea incriminadora de nuevas figuras delictivas. Un excesi-

• I 1111 crvencionismo punitivo puede llegar a acarrear mas dificultades de las'I"' I'rctende resolver, dando abierto acceso a la eventualidad de erroresI, \,/,I"li"os:

Ejemplo: el C6digo penal de 1995 introdujo novedosamente la figura del0(0.'0 sexual. Se trataba de un delito coyuntural 0 circunstancial, reivindicadopOl' la Sociedad, ante casos que saltaron entonces a la luz publica, amplia-

I I Winfi~edHASSEMER,Produktveral'llwortul1g im ,.,.,oden~enStrafrecht, C.F. MiillerJu-I ,111'1 VL'I'bg, Heidelberg, 1994,p. 23.

mente c1ifundidosporIa prensa. Ellegislador se apresuro a su incriminacion,para satisfacer a una emocional demanda social, pero no cayo en la cuentade que la conducta de acoso sexual ya era subsumible en el tipo basico deldelito de amenazas condicionales, sancionado ademas jcon mayor penal, defomla que la introduccion en aquella configuracion tipica del delito deacoso sexual resulto ser la historia de un fi'acaso legal ".

Otro ejemplo: el delito de presentacion de documentos falsos en unjl1icio resulta regulado en dos diferentes preceptos del CP 1995: en elart. 393 (dentro de las falsedades docl1mentales) y en el art. 461.2.° (den-tro de los delitos contra la Administracion de Justicia). Lo mas sorpren-dente de esta doble incriminacion es que, en ambos casas, se preve junapena diferente! Claro ejemplo de incongruencia valorativa y de antino-mia legislativa 53.

Es evidente que las caracteristicas del actual Derecho penal no se agotallen la criminalizacion de nuevos fenomenos delictivos. Hay otros muchosrasgos que 10 defi~:n, aunque aqu! no podemos realizar un anilisis porme-nonzado de ellos . Uno de Ios mas finos analistas del modemo Derechopenal es, precisamente, Jakobs 55. Este autor ha tratado de sintetizar Ios ras-gos princiJ?al_e~~ mode~ sociedad occidental y la actitud del Der-;;!iopenal ante Ia misI)1a: a su juicio, el actual sistema penarp~~enta valias ca

-racteristicas: ~ ------

52. Cfr. Miguel POLAINO-ORTS, «Los delitos sexuales a la luz del C6digo penal d'1995 (especial referencia a la Ley Organica 11/1999, de 30 de abril»>, en CPC, num. 67,Edersa, Madrid, 1999, pp. 173 y ss., 53. Como senal6 Esteban MESTRE DELGADO, «La reforma permanente como (mal.l)

tecmca legtslatrva en Derecho penal», en La Ley Penal. RelJista de Derecho Penal, Procest// )'Penitenciario, ano I, num. 1, Madrid, enero, 2004, pp. 3 y ss.

. 54. Vid., al respecto, con detenimiento, en la doctrina espanola, Jeslls-Maria SILVASANCHEZ, O./H., passim; Antonio GAR.ciA-PAULOS DE MOLINA, Derecho pent/l. Introducciclll,2." ed:, Servicio de Publicacianes de la Facu1tad de Derecho de la Universidad Complutellsl"Madnd, 2000, pp. 103 y ss. Cft. en la literatura alemana 105 trabajas compiJados en KbllLUDERSSEN (comp.), Aiifiek/iirte Kriminalpo/itik odeI' Kampf gegel1 das Bose?, 5 t01110S (esp. (,Ipnmero), Nomos VerJagsgesellschaft, Baden-Baden, 1998.

55. Vid..<:i.inther JAKOllS, «La Ciencia del Derecho penal ante las exigencias del PIIsente», traducclOn de Teresa Manso Porto, Estudios de Derecho judicial, num. 20, ESClll'11Judicial, CGPJ, Xunta de Galicia, Escuela de verano del Poder Judicial, Galicia 1999, PI>122 y ss.

_ Pro resiva anonimidad de los contactos sociales 56, de manera que se di Icultadcte~J railo e responsabili~ad de cada un'o: ello se visI~1.E~ claramen-lC, por ejemplo 57, en el aumento d~ 10s delitos tie peligro abstracto (v.gr. deIitoscontra el medio ambiente: contaminaciones, catastrofes naturales, etc.),donde -por intervenir un gran numero de personas, tambien personas noI:lcilmente reconocibIes: p. ej. personas juridicas) es dificil saber quien esrcsponsable de que.

- U!1ifgrmidf/d de comportamientos en masa: sostiene Jakobs que, si el hechodc conducir en estado de alcoholemia 0 de arrojar un cigarrillo encendido a1111 contenedor de basuras fiferan conductas aisladas, no se pensaria en suplll1icion, pero como sl1c~de.Jl_a di;rlo se ~un;ent~ eLpeligrp __c.Qlec~i.vo,10q1Ic conlieva una familiQriz.aci6/hon el riesg:J'8, esto es, la ubicuidad del riesgo y1.1 i1r1icionde danos.

_ UnifoY1~idad del sistern(l..punitivo, singu~aFmen~e visible en e1 actual pro-\ l'SO de intemaci01~alizacion que experimenta el ~~recho penal: el mejor('Il'l11pIoIoe~contramos en Ia Union Europea, donde hace anos que se inicio1111 l11acro proyecto de creacion de un Corpus Juris europeo, que ha ya had,ldo como frutos la aprobacion del Estatuto de la Corte Penal Jntemacional (elII de julio de 1998), as! como de la Constitucion Europea (el 18 de junio de'11()4), etc.

Con todo, el fenomgLo_ma~ cal,'acJ;..eristico deJ~s..-modemas sociedad~s esII I(Illriencia del rieSgo~59:fenomeno creciente que se muestra acorde a unI ),'1('([,0 penal «de la seguljEad» 0 a un -por JAKOBS denominado-. De~~c!1O11111<,[ riel enemigo 60, "una espeoe de Derecho «de policia», ~ple.!.llentario del

,I,. GuntherJAKOBS, «La Ciencia del Derecho penal ... », op. qt., p. 123.II. GuntherJAKOBS, o.u.c., pp. 125 Y ss., 127 y ss.,x. Gi.intherJAKOBS, o.u.c., pp. 130 Y ss.,'I. GuntherJAKOBs, O.U.C., pp. 135 Y ss.

I,ll. Concepto acunado pOl' JAKOBS, «Kriminalisienmg im Vorfeld einer Rechtsguts-t111/11l1g»,ZStW, 97 (1985), pp. 751 Y ss. «<Criminalizaci6n en el estadio previo a la le5i6n

I, 111111Il"ll juridico», traducci6n de Enrique Penaranda Ram.os, en Gunther JAKOBS, Estudios/, /1,'11",/,<> Penal, traducci6n al castellano y estudio preliminar pOl' Enrique PENARANDAI ~It I, / Carlos]. SuAREz GONzALEZ / Manuel CANCIO MELIA, Ediciones de la Universi-1/11 1I\('110n1.ade Madrid y Editorial Civitas, Madrid, 1997, pp. 293 Y 55., esp. 295 y S5.).lIt! 1,lIl1hien, Gunther JAKOBS, «Zur Gegenwartigen Straftheorie», en KJaus-M. KOOALLE

11I'l') S'rafe muss sein! Muss Strafe sein? Philosopher! - juristen - Piidagogen i/11 Cespriich, K01;i-1111I',tII & Neumann, Wurzburg, 1998, pp. 37 y ss. «<Sobre la teona de la pena», traducClon

I ~ 1/1111("1Cancio Mejia, Revista del Poder judicial, Cansejo General del Poder Judicial, 3:" t 111'1111.47, Madrid, 1997, pp. 145 Y ss., esp. 159 y ss.); 10., «La Ciencia del Derecho

Derecho penal de ciuda4gnos, que somete bajo sospecha al sujeto especial-mente peJlg;oso que muestre un elevado grado de asocialidad normativa.

El concepto de enemigo, en sentido funcionalista, indica el mayor grado deoposicion a la norma juridica. La persona en Derecho es qui en respeta a losdemas como personas en Derecho, esto es, quien por regIa general adecuasu comportamiento a la norma juridica. Como el ser humano no es per-fecto, puede llegar a equivocarse, infii.ngiendo una norma. Esa infraccion esvista, en la mayoria de los casos, como una «metedura de pata». Eso significaque el sujeto infractor no genera una inseguridad cognitiva en la vigencia de lanorma que haga desestabilizar la estructura normativa, sino que su error (su«desliz reparable») puede combatirse con el mecanismo comunicativo usualque es la pena. Pero, en detemunados casos, la conducta del sujeto es tansocialmente perturbadora que es preciso combatir tal situacion con unamedida especialmente asegurativa. En este caso, el ordenamiento juridico yano trata al infractor como un ciudadano que se equivoca, sino como un enemigo quedesestabiliza. En una palabra: el sujeto infractor ha imposibilitado con suconducta que los ciudadanos sigan confiando en la vigen cia de la norma, ycon ello impide que la norma tenga su normal vigencia: impide que lajuridicidadsea completa. De tal manera, el sujeto se comporta frente a 10.demas no como un ciudadano respetuoso (<<sepersona y respeta a los demascomo personas», como diria Hegel), sino como alguien que ya no ofrece la

penal ante las exigencias del presente», op. cit.,. pp. 137 Y ss.; Gunther JAKOBS / ManuelCANcro MELIA, Derecho penal del enell1igo, Thon{son - Civitas, Madrid, 2003.

Raices hist6ricas en Carlos PEREZ DEL VALLE, «Sobre los origenes del <<Derecho penal dt·enemigo». Algunas reflexiones en tomo a Hobbes y Rousseau», CPC, num. 75, Madrid,2001, pp. 597 Y ss. Orras referencias en Jesus-Maria SILVA SANCHEZ, La expansion del DerechiJpenal. Aspectos de la po/{t;ca criminal en las sociedades postindustriales, 2.a ed. revisada y ampliad~,Civitas, Madrid, 2001, pp. 163 Y ss.; criticos: Manuel CANCIO MELIA, «"Derecho penal" d~·1enemigo y delitos de terrorismo. Algunas consideraciones sobre la regulaci6n de las infracciones en materia de telTOlismo en el C6digo penal espanol despues de la LO 712000», ell

Jueces para la Democracia. It!formacion y debate, num. 44, julio de 2002, pp. 19-26; ID., «~"Der~cho penal" del enemigo?», en Gunther JAKOBS / Manuel CANCIO MELIA, Derecho penal dl'lcnemigo, Thomson - Civitas, Madrid, 2003, pp. 57 y ss.; Guillermo PORTILLA CONTRERAS,«EI Derecho penal y procesal del "enemigo". Las viejas y nuevas politicas de seguridad frenll'a los peligros internos-externos», en Dogmatica y Ley penal. Libro Homcnaje a Enrique Bacigalllpo, Jacobo LOPEZ BARJA DE QUIROGA YJose Miguel ZUGALDiA ESPINAR (coords.), Institul(IUniversitario de Investigaci6n Ortega y Gasset, Marcial Pons, Ediciones Juridicas y Sociait's,SA, Madrid-Barcelona, 2004; vease tambien, en la doctrina argentina, Daniel R. PASTOll,«EI Derecho penal del enemigo en el espejo del poder punitivo internacional», en Guillernl\lJorge Y ACOBUCCI (diL), Los desafios del Derecho penal en el siglo XXI. Libro Homenaje al PrcifesiJlDr. Gunther Jakobs, Ara Editores, Lima, 2005, pp. 775 y ss.

minima garantia para que los demas sigan confiando en e1 como sujetoidoneo con quien entab1ar un contacto social y una estabilidad nomlativa.En ese sentido, tal sujeto infractor se depersonaliza frente a la comunidad, au-loexcluycndose parcialmente frente al ordenarniento juridico, que 10 trata comoun enemigo mas que como un ciudadano respetuoso de 10s demas 61.

En ese sentido, la clave de las normas de Derecho penal del enemigo se!lalla en la creacion de &lseguridad cognitiva en layige~cia de 14 norma, esto es, encl impediment~ de ~la juridicidad completa. «No solo la norma -dice ]akobs-Ilreclsa de ti"n cimiento normativo, sino tambien la persona. El que pretende serlratado como persona debe dar a cambio una cierta garant£a de que se va acomportar como persona. Si no existe esa garantia 0, incluso, si es negadaexpresamente, el Derecho penal pasa, de ser una reaccion de la Sociedad antevi hecho de uno de sus miembros, a ser una reaccioncontra un enemigo» 62.

El DerecllO eIlal del enemigo ~cuentra, pues, su.j.us.tificaci6n..np.J1,Eativasoci~J,esp;:[;;rloco-de.4ieligto ~ ..~~~g.@~~L~$to: si.eLdelincueri:te es

111:1S peligroso, _rne:y.oLhade. serJa reac;cion penal. Ello se tras1uce en la le-I',isI,lclon-penal, con medidas tendentes a controlar 0 ~educir tal peligrosi-d.ld. .Entre ellas ]akobs' cita las siguientes: ..

- Adelan!f1.t1.@!!t2-4eJf.!..~p.'it;lil2.ilidad:0 sea, «el 9~b~~ de 1a.persI:~.5:.~;ad~l1t1,,.//() producifjQ_p'p.J.J~q~Lhec~o que ~e va a prodlKtn> (caso de creaClOn deIII ';lI1izaciones terroristas 0 produccion de narcoticos por bandas organiza-d,I~).

- Mantenimiento de pena contundente: a pesar de que se adelanta la barreraIh' proteccion ~a un· rnomento anterior, la pena no. se reQuce considerable-III 'lite sino que s.eJllanJi.~n~en una magnitud.contundsnte.

- CanlPjl?J1( lQs.fines d.d ordenaYJ1ientopenaL de manera que se produce un1l,lll~ito de la legislacion de Derecho penal a la de l,:!chapara combqtirja de!in-1IIl'I1 'ia (organizada, de trmco ilegal, de terrorismo, etc).

(, I. Cfr. Bernardo FElJOO SANCHEZ, «El Derecho penal del enernigo y el Estado de-111111 ':'1 ico de derecho», Derecho Penal ContemporaYleo - RelJ;sta IYlternacional, num. 16, Editorial1'1',1", Ilogot;), 2006, p, 149, para quien la personalidad no es para quien se la gana, sino para""I",, los seres humanos. De esta manera, el autor est;) dando cabida de alguna manera al1IIIIII.disillO en su fundamentaci6n, 10 cual no se compadece con el normativismo que de-III Iii II' ,'11 otros institutos fundamentales del Derecho penal.

I, '. Gi.intherJAKOBS, «La Ciencia del Derecho penal ante las exigencias del presente»,111,1'.138,(, \. Gi.inther JAKOBS, «La Ciencia del Derecho penal ante las exigencias del presente»,

" 111,1'. 138.

En resumen: el Derecho penal de enemigos ~nt~aiia, .£rente al Derec1!o ~-nal Ae ciudadanos, un' endurecimiento de las medidqs penaJ~, de una manera;corde al grado de peligro que el delincuente o£rezca, frente a la Soci~d- - - -~~ ~.... .... G:J--

cuyo ordenamiento no reconoce. «Con este lenguaje -dice Jakobs - elEstado no habla con sus ciudadanos, sino que amenaza a sus enemigos».

~Que Juncion cumple la pena en este Derecho especialmente agravado?La Juncion maniftesta del Derecho penal de enemigos ...5:S,seglin Jakobs 65, elaseguraniiento, esto es, «l;u:1i!ItiJ1afiong!__.t,!:I?J!~gr.O»,mientras que la del Dere-cho penal de ciudadanos es «la contradiccion a la contradiccion de la norma». Yomismo-he cuestion;d~~ de la mano- del In:1Sprof undo estudio ~s~tificadorde esta materia (debido a Polaino-Orts) 66, este planteamiento de]a ob enrelacion a la diversa funcion de la pena. En nuestra opinion, la ena(Jumno solo en el Derecho penal del ciudadano sino tam bien en el Derecho penril?ael

_er;pWgf:l:;.:J.ii:ttfi!uncion de estabilizacion social.. '., . -----. Ello slgmfica que, frente a 10 que estlma Jakobs, la pena es Slempre comu-

nicacion, y -por ello- el comb ate del enemigo no solo comunica a los ciuda-danos estabilidad social sino que racionaliza al enemigo como sujeto en quien elEstado tiene depositado el interes normativo de que regrese al respeto pleno (I

10s derechos de los demas ciudadanos y oriente su comportamiento a la nOI"-

64. GlintherJAK013S, o.u.c., p. 139. ~65. Vid. Gunther JAKOBS,«Derecho penal del enemigo y Derecho penal del ciudada

no», en Glinther JAKOBS/ Manuel CANCIO MELIA, Derecho penal del enemigo, ThomsonCivitas, Madrid, 2003, pp. 22 Yss.

66. Vid. Miguel POLAINO-ORTS, Deredw penal del enemigo. Desmitificacion de un COlicepto, Prologo de Glinther JAKOBS,Editora Juridica Gtijley, Lima, 2006. Recensiones a eSI\libro a cargo de Ciro CANCHOESPINAL,Jose Antonio CAROJOHN, Fernando E. CORCINlIBARRUETA, Edwin A. MALLQUIHER.RERA Y Vladimir SOMOCURCIO QUINONES en (,1num. 7 de la RPDJP, donde se publica tambien una respuesta de POLAINO-ORTS a c:ul.lrecension, b'lio el titulo «Derecho penal del enemigo. Una releetio». Tambien de inter{'\Manuel A13ANTOVASQUEZ,«El llamado "Derecho penal" del enemigo. Especial referen('l.lal Derecho penal economico», en Manuel CANCIO MELlA / Carlos GOMEZ-JARADiJ I(coord.), Delwho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusion, vol. 1, B de F - Ediso~'I,Buenos Aires, 2006, pp. 1 Y ss.; Percy GAH.ciACAVERO,«2Existe Y debe existir un DereelH'penal del enemigo?», en Manuel CANCIO MELIA / Carlos GOMEZ-JARADfEZ (coord, ,O.u.c., pp. 925 y ss.;Julio MAZUELOSCOELLO,«2E1Derecho penal del ene11l.igo:un modclt,para desannar? (las inconsistencias del desacoplamiento estmctural entre Politic a criminal \.Derecho penal)>>,en Eduardo MONTEALEGRELYNETT (coord.), Derecho penal y socied'ldEstudios sobre las obras de Gunther Jakobs y Claus Roxin, y sobre las estrueturas modemas dl' Iii

imputacion, t. II, Centro de Investigaciones en Filosofia y Derecho, Universidad Externado (ItColombia, Bogota / Colombia, 2007, pp. 155 Yss.

ma juridica, que es la maxima muestra de respeto alas expectativas del restode ciudadanos.

Al margen de esta discrepancia digamos metodologica, 10 cierto es qued interesante aporte de Jakobs sobre el Derecho penal de enemigos hasLlscitado novedosas y polemic as cuestiones. A continuacion me quierorcferir criticamente a algunas cuestiones problematicas:

1) Es cierto que la reacci6n punitiva contra determinados focos de pe-ligro ha de seguir una estricta relacion de proporcionalidad: esto es, a mayor peli-.I!ro, mas intensa represion, todo ello dentro de las garant!as propias del Estadotit' Derecho. Tal principio es evidente, y en su virtud se explica que el asesi-11:ltOhaya de ser sancionado con pena mas grave que el hurto

2) Sin embargo, como ya vimos al analizar las llamadas medidas de se-I',uridad irtOcuizadoras, la proporcion ha de predicarse entre gravedad de la/1('//(/ y gravedad del delito ya cometido (retrospectivamente), por exigencias delIllil/ripio del hecho, pero no entre gravedad de la pena y peligrosidad Jutura del"lIjcto (prospectivamente) 67.

3) Ademas, creemos que es incoherente que Jakobs considere que elI )nccho penal de enemigos fom.e parte integrante, junto al Derecho penaltit' (il/dadanos, del concepto de Derecho penal, siendo as! que para el lasIIll'(Iidas de seguridad no forman parte de el, sino del Derecho penal de1"1Iicla:si las medidas de seguridad no confonnan, para este autor, el Dere-I IIII penal (porque persiguen el aseguranuento £rente a un peligro, no laI\l.lhilizacion de la norma), entonces con mayor razon deberia excluirse el1IIIII.IdoDerecho penal de enemigos del Derecho penal e incluirse en ellit-I echo penal de policia.

/) Algunos autores, como Cancio Melia, han sostenido que, del mis-IIIII IIIodo que la expresion 'Derecho penal del ciudadano' es un pleonas-11111. 'I)erecho penal de enemigos' es una contradiccion en sus terminos, pues

111,1 Iionumalmente fomn parte del Derecho penal, siendo disfuncional

r, / c,/i'., empero, Jesus-Maria SILVASANCHEZ,«El retorno de la inocuizacion. El casoI, II', I(·.Iccionesjuridico-penales frente a los delincuentes sexuales violentos», en Estudios deII I"h" /'1'11(//, Biblioteca de Autores extranjeros 5, Grijley, Lima, 2000, pp. 244 Y sS.;Jose

I III I() Mm., Consideraciones politico-criminales sobre el prol'ecto de Codigo penal de 1992, Lec-I III III.lIlguraldel curso academico 1993-1994, Universidad de Zaragoza, 1993, pp. 37 y ss.;

I I f '/11'<' de Derecho penal espanol. Parte general, I, Introduccion, 6.' ed., Tecnos, Madrid, 2004,111- I lIis GRACIA MARTiN, «Culpabilidad y prevencion en la moderna reforma penal

I 111"1.,,,. llctl/alidad Penal, num. 2, Madrid, 1993, pp. 567 y ss.

con los criterios tradicionales 68. Para este autor, el Derecho penal de ene-migos es incompatible con el principio del hecho, en tanto responde a losesquemas de un Derecho penal de autor 69, aunque considera que cumpleuna funcion de demonizacion de los sujetos socialmente excluyentes, queconstituye una forma exacerbada de reproche 70, pero que constituye «uninstrumento idoneo para describir un determinado ambito, de gran relevan-cia, del actual desarrollo de los ordenamientos juridico-penales» 71.

5) Esta critica debe, en mi opinion, rechazarse. Las normas a que sereflere normalmente el Derecho penal del enemigo en los ordenamientospenales democraticos actuales no prescinden por 10 general del principio delhecho. Antes bien, sancionan conductas exteriores creadaras de tal inseguri-dad social que su mantenimiento imposibilitaria que los ciudadanos pudie-ran desarrollar su personalidad dentro de los minimos limites de seguridad yde proteccion penal. Piensese, por ejemplo, en los delitos de pertenencia abanda armada 0 conformacion de una asociacion ilicita (delitos de estatus). Enesos casos se anticipa el momenta en que el Derecho penal entra en accionprecisamente par la extrema peligrosidad de la conducta que compromete,ya, deJacto, la vigencia de la n0n11a, lesionando un bien juridico imprescin-dible para que los ciudadanos disfruten de su normal myel de protecciollpersonal y social.

6) Par 10 demas, como ha seiialado con preclSlon y acierto Polaino-Orts, el Derecho penal del enemigo en los paises autoritarios 0 dictatoriales notiene absolutamente nada que ver con el Derecho pei'l del enemigo en lo~paises demomiticos. En los primeros, todo Derecho (el dil enemigo y el del ciudlldano) es ilegitimo, debido a 10 que el autor llama dificit de democracia estatal. "11

cambio, en los Estados de Derecho el Derecho penal del enemigo tiene lIllpresuncion de legitimidad, tanto formal como material. Esta idea la ha desarrollado Polaino-Orts 72, ami juicio, de manera muy convincente. Su cone p

68. Manuel CANCIOMEllA, «(Derecho penal" del enemigo?», op. cit., pp. 61, 89 Y SS,

69. Manuel CANCIOMELIA,«2"Derecho penal" del enemigo?», op. cit., pp. 100 Y SS.

70. Manuel CANCIOMELIA,«(Derecho penal" del enemigo?", op. cit., p. 98.71. Manuel CANCIOMELIA,«(Derecho penal" del enemigo?», op. cit., p. 61.72. Vid. un desarrollo amplio de tan impecable razonamiento juridico en Miglill

POLAINO-ORTS, Derecho penal del enemigo. Desmitificaci6n de un concepto, op. cit., pp. 55, III

73, 195 Y ss., 202 Y ss., 251 Y ss. Ya anteriomlente, GRACIAMARTIN, critico estudioso dllDerecho penal del enemigo, se habia separado correctamente de la doctrina mayoritaria \1111

a mi juicio, predica de manera err6nea e infundada la ilegitimidad per se del Derecho IWII,Idel enemigo. Y 10 hizo, ademas, con acertadas palabras: «Se puede decir que en realidad 1.ld,la legislaci6n esta prendida por una antorcha de guerra contra enemigos». Vid. Luis GRAII

cion seria: en los Estados autoritarios tambien existe Derecho penal delenemigo. Pero de ahi no puede extraerse la erronea conclusion a la quellega gran parte de la doctrina, en el sentido de que ese Derecho penal delenemigo es, siempre, rechazable por ser incompatible con el Estado deDerecho. Y no puede extraerse esa consecuencia parque en las dictadurastambien las normas de Derecho penal del ciudadano son ilegitimas, de ma-nera que la ilegitimidad de las normas viene condicionada por el «dificit dedemocracia» de los Estados dictatoriales. Si en las dictaduras todas las normas(las de ciudadanos y las enemigos) son ilegitimas per se, en las democraciassucede par principio 10 contrario: que todas las normas (de enemigos y deciudadanos) son legitimas per se, de manera que -y eso es 10 que distingue enCdtima instancia las dictaduras de las democracias- es una instancia jurisdic-cional imparcial y objetiva (el Tribunal Constitucional) el que tiene la ulti-Ilia palabra para refrendar explicita 0 implicitamente la legitimidad de lasIlormas del Estado (entre ellas, las de Derecho penal del enemigo).

7) En todo caso, a mi juicio, el uso del Derecho penal del enemigo enIllS paises democratic os debe ser muy limitado y aplicado de manera excepcio-/1111. Yo he abogado por una racionalizacion restrictiva del Derecho penal delr'IJ{'lnigo73. 0 sea, el mayor problema no es la falta de constitucionalidad de1.1 Ilonna de Derecho penal del enemigo en los Estados democratic os (si noII I CS, la expulsara el TC del ordenamiento juridica, exactamente igual que'I ILlerauna nOn1U de Derecho penal ddciudadano). Pero como digo, laIlllnna no es el problema. En cambio 10 el, el usa que.ellegislador hag~ ~e laIii lnna. Par ello, aunque el Derecho penal del enell1lgo pueda ser legltlmo,II,IIlI"J que racionalizar restrictivamente el ed.pleo indiscriminado -y ayuno deII11 vl"iterio cientiflco de politica criminal? que de eI hacen en ocasiones los11f',isl:ldoresen precipitadas e irre£lexivalreformas penales.

I II IIN, «Consideraciones criticassobre el actualmente denominado «Derecho penal deli111111)',()'''', en RECPC, 07-02 (2005), p. 4 (http://criminet.ugr.es/recpc/07/recpc07-"l'tll)

/ Miguel POLAINONAVARRETE,Lectio Doctoralis: «Quince Minutos de Derecho penal»,1'11111'''' de Investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Huanuco leido el

I 1111'" H de junio de 2007, Laudatio a cargo de Fernando Eduardo Corcino Barrueta, Clau-" I , ,II ~() del Rector Jose Antonio Beraun Barrantes, Universidad de Huanuco - Editora

Ioli, ,I (:rij1ey, Lima (Peru), 2007.