Desigualdades y Problemas Educativos CTA-Ana Pagano-octub.

25
1 Secretaría de Formación, Investigación, Proyecto y Estadística Desigualdades y problemas educativos en la Argentina actual Aportes para el debate Ana Pagano Octubre de 2012 Introducción La gravedad de los problemas vinculados con la desigualdad social nos plantea la necesidad de analizar la distribución de los bienes sociales en nuestro país, como también gran parte de sus expresiones más visibles: los cambios desarrollados en las relaciones de clase y en la cuota de poder político y social que poseen los diferentes sectores sociales. En relación con el campo educativo, es sabido que la distribución de los bienes y del poder también se expresa en la dinámica escolar. Es allí donde se concreta el acceso diferencial a los contenidos educativos y donde se perfilan los distintos modos de pensar en el destino social de niños, niñas, jóvenes y adultos. Si bien la ofensiva neoliberal significó una agudización de la desigualdad en nuestro sistema educativo, no es poco lo que han logrado las luchas de los trabajadores y las trabajadoras de diferentes organizaciones sociales en función de garantizar los derechos educativos que fueron amenazados y vulnerados por las reformas educativas de los noventa. Sin embargo, y a pesar del peso que adquirieron estas luchas, las garantías formales y las precarias iniciativas institucionales hoy vigentes resultan insuficientes para revertir la brecha educativa que actualmente alcanza a diferentes sectores sociales. Este trabajo se propone contribuir a los debates del Movimiento Nacional Educativo y Sindical de trabajadores de la educación de la CTA. A partir de un relevamiento de diferentes puntos de vista que abordan la problemática de la desigualdad social, se aportan claves para una lectura compleja del fenómeno, tanto en lo referido al peso como a las características de las actuales asimetrías sociales. De este modo, el trabajo recorre puntos

Transcript of Desigualdades y Problemas Educativos CTA-Ana Pagano-octub.

  • 1

    Secretara de Formacin, Investigacin, Proyecto y Estadstica

    Desigualdades y problemas educativos en la Argentina actual

    Aportes para el debate

    Ana Pagano

    Octubre de 2012

    Introduccin

    La gravedad de los problemas vinculados con la desigualdad social nos plantea la

    necesidad de analizar la distribucin de los bienes sociales en nuestro pas, como tambin

    gran parte de sus expresiones ms visibles: los cambios desarrollados en las relaciones de

    clase y en la cuota de poder poltico y social que poseen los diferentes sectores sociales. En

    relacin con el campo educativo, es sabido que la distribucin de los bienes y del poder

    tambin se expresa en la dinmica escolar. Es all donde se concreta el acceso diferencial a

    los contenidos educativos y donde se perfilan los distintos modos de pensar en el destino

    social de nios, nias, jvenes y adultos. Si bien la ofensiva neoliberal signific una

    agudizacin de la desigualdad en nuestro sistema educativo, no es poco lo que han logrado

    las luchas de los trabajadores y las trabajadoras de diferentes organizaciones sociales en

    funcin de garantizar los derechos educativos que fueron amenazados y vulnerados por las

    reformas educativas de los noventa. Sin embargo, y a pesar del peso que adquirieron estas

    luchas, las garantas formales y las precarias iniciativas institucionales hoy vigentes

    resultan insuficientes para revertir la brecha educativa que actualmente alcanza a

    diferentes sectores sociales.

    Este trabajo se propone contribuir a los debates del Movimiento Nacional Educativo y

    Sindical de trabajadores de la educacin de la CTA. A partir de un relevamiento de

    diferentes puntos de vista que abordan la problemtica de la desigualdad social, se aportan

    claves para una lectura compleja del fenmeno, tanto en lo referido al peso como a las

    caractersticas de las actuales asimetras sociales. De este modo, el trabajo recorre puntos

  • 2

    salientes de las relaciones entre capitalismo/neoliberalismo y desigualdad y, con este teln

    de fondo, traza un panorama sobre las formas que hoy asume la desigualdad en la

    Argentina.

    Para analizar las desigualdades educativas en nuestro pas, se delimitan un conjunto de

    problemas, analizados por diferentes autores, que hacen visible la variedad de formas en

    las que se manifiestan las asimetras educativas en el escenario actual. Con este mapa, y

    para finalizar, se acercan un conjunto de interrogantes y desafos que pretenden contribuir

    al debate desarrollado por el Movimiento Nacional Educativo y Sindical de trabajadores

    de la educacin de la CTA y a sus luchas por la democratizacin del campo educativo.

    I. Sobre la desigualdad

    Es sabido que la desigualdad es una dimensin intrnseca de las sociedades capitalistas.

    Su estructura social supone la presencia de diferentes clases sociales que mantienen un

    acceso diferencial a los recursos y al poder y, en esa dinmica, se combinan tanto procesos

    de apropiacin expropiacin como formas concretas de opresin y sometimiento.

    Paradojalmente, como en los pases capitalistas de occidente se adopta, en lneas

    generales, la forma poltica de las democracias liberales, es en este marco donde a los

    individuos se les garantiza una igualdad poltica o igualdad formal de los derechos

    cvico-polticos. Pero esa igualdad, reconocida en el plano de la vida poltica, convive con

    desigualdades econmicas y sociales. As, bajo la apariencia de un contrato entre iguales,

    la relacin de explotacin entre asalariados y capitalistas queda invisibilizada, como

    tambin quedan naturalizadas las desigualdades reales que all se originan. Bajo la forma

    de garante del inters general, el rol del Estado aparece como neutral, escindido de su

    papel vinculado a la dominacin de clase (Manzano, Novaro, Santilln, Woods, 2004).

    Ahora bien, los consensos logrados durante gran parte del siglo xx sobre la necesidad de

    alcanzar mayores niveles de igualdad social fueron socabados desde mediados de la dcada

    de 1970 con la llegada de las polticas neoliberales. Como su ofensiva signific un proceso

    de reestructuracin general de la sociedad, se expandieron nuevas desigualdades

    (superpuestas a las ya existentes) a partir de las cuales todos los grupos sociales sufrieron

    grandes transformaciones, tanto en lo que concierne a su composicin socio-ocupacional

    como al peso poltico y econmico de cada uno de ellos en el espacio social. Ms simple, lo

  • 3

    que cambi es la distribucin del poder social y, como tal, el modo en que cada uno se

    autorrepresenta, piensa y figura su destino social dentro de la sociedad (Svampa, 2005).

    Con este teln de fondo, a las caractersticas que histricamente le dieron forma a las

    desigualdades en las sociedades capitalistas se le anexaron nuevas asimetras que no slo

    ampliaron las desigualdades estructurales sino que, tambin, generaron un segundo tipo

    de desigualdad, a la que podra calificarse de dinmica, caracterizada por la existencia de

    individuos que enfrentan situaciones de desigualdad en el interior de una misma categora

    social (Fitoussi y Rosanvallon, 1997).

    Durante esta reestructuracin general de la sociedad, se oper un giro decisivo: las

    nociones de igualdad y de desigualdad desaparecieron de discursos, debates y estudios, y

    se sustituyeron por conceptos como equidad, en el caso de la igualdad, y por

    preocupaciones como la pobreza, indigencia, exclusin y vulnerabilidad en el caso de la

    desigualdad. Y es que el neoliberalismo representa una matriz de pensamiento y accin

    profundamente anti-igualitaria, en tanto constituye el primer proyecto de la modernidad

    que directamente reniega de la igualdad (Danani, 2008).

    Desde entonces, al modelo de justicia social impulsado por los colectivos de trabajadores,

    que planteaban la necesidad de generar mayor proximidad entre las diferentes posiciones

    sociales y lograr distribuir la riqueza disponible, se le impuso la idea de igualdad de

    oportunidades. Producto de una trasformacin de las representaciones de la vida social y

    de sus mecanismos, para Franois Dubet la igualdad de oportunidades, propia de los

    cambios operados en las ltimas dcadas, no cuestiona la desigualdad inherente a la

    estructura social, ni sus jerarquas, ni las posiciones de los individuos en ellas. Apunta,

    mas bien, a posibilitar que los individuos puedan aspirar a las posiciones sociales

    existentes y aprovechar las oportunidades que brinda la sociedad mediante la utilizacin

    de diferentes estrategias compensatorias. El socilogo francs sostiene que para la

    igualdad de oportunidades, en el punto de partida, se equilibran las desigualdades;

    despus dado que las desigualdades producidas por el uso de estos recursos dependen slo

    de los individuos y de su libre arbitrio, ya las desigualdades son perfectamente justas

    (Dubet, 2011). Seguramente, este conjunto de razones influyeron en el debilitamiento de

    los reclamos realizados por los trabajadores que, en el pasado, alcanzaron significativos

    niveles de movilizacin en funcin de construir sociedad igualitaria. Ya la explotacin no

    se halla en el centro de la lucha de los asalariados; la lucha es, sin ms, por un lugar: se

    reclama el acceso a puestos de trabajo, a vacantes en las escuelas, a territorios, etc. En

  • 4

    definitiva, bajo el signo de la igualdad de oportunidades se propone un recorrido

    individual para alcanzar las posiciones disponibles y triunfar en esa carrera a partir del

    esfuerzo, la responsabilidad y el emprendimiento personal (Dubet, 2011).

    Las grandes asimetras que estamos caracterizando no hubieran podido concretarse sin la

    presencia de mecanismos de reproduccin y legitimacin social. Por este camino, se

    generaron las condiciones para que sujetos y grupos construyeran formas de experimentar

    y concebir la realidad de acuerdo a la imposicin de determinados parmetros (Grimson,

    2008). Entonces, puede decirse que son los procesos culturales los que configuran

    formas de valoracin, clasificacin, consentimiento, jerarquizacin y justificacin de

    situaciones de desigualdad y, de este modo, propician la subordinacin de unos grupos

    por sobre otros. As, fue clave cmo el neoliberalismo se logr imponer en el plano

    simblico-cultural, construyendo procesos de naturalizacin de las diferencias sociales y

    generando nuevas medidas, umbrales para comprender y valorar la desigualdad.

    Ahora bien, pese a la existencia de este avance de los procesos de naturalizacin de las

    desigualdades sociales, es posible observar confrontaciones sociales que buscan

    transformar la distribucin del actual poder poltico y social. Tanto las acciones que logran

    revertir la actual tendencia econmica y social de disparidad en el acceso a los bienes

    sociales, como la impugnacin a los procesos de distribucin de dichos bienes, expresan

    posibilidades de deslegitimacin y modificacin de la actual configuracin social. Es all

    donde las prcticas polticas generan diversos modos para resistir, disputar, negociar y

    abrir paso a procesos de democratizacin social.

    II. La desigualdad en la Argentina

    La desigualdad en la Argentina actual adquiere un peso relevante, sobre todo si tomamos

    como referencia un conjunto de parmetros que han perfilado a nuestra sociedad durante

    buena parte del siglo xx. Fue desde mediados de la dcada del setenta que se puso en

    marcha una ruptura histrica de proporcin, al desencadenarse un proceso complejo y

    multidimensional cuya densidad trastoc la dinmica de nuestra estructura social, se

    asent en la trama de las instituciones y alter el destino de sujetos y grupos sociales. Y es

    que a partir de 1976 se instala en nuestro pas un nuevo modelo de dominacin bajo el

    signo del neoliberalismo y, desde entonces, se abre una etapa histrica marcada por una

    gran asimetra, visible en la fragmentacin y prdida de poder de los sectores populares y

  • 5

    en la mayor concentracin poltica y econmica en las elites de poder internacionalizado

    (Kessler, Svampa y Gonzlez Bombal; 2010).

    Fue durante este proceso que la ofensiva del capital frente al trabajo y la regresiva

    distribucin del ingreso constituyeron ejes en los que recay la construccin de este nuevo

    modelo dominante. Los cambios en las relaciones de clase y la destruccin de la

    organizacin y el poder de los trabajadores en el pas fueron decisivos para asegurar un

    nuevo patrn de acumulacin del capital y alcanzar, as, el quiebre de las condiciones de

    vida vinculadas con el trabajo asalariado y con las protecciones sociales inscriptas en los

    derechos laborales (Basualdo, 2008; Grassi, 2004). La desindustrializacin, el aumento

    del desempleo y del empleo precario generaron una nueva dinmica en el mundo de las

    clases populares que, en los hechos, derivaron en la puesta en marcha de procesos de

    territorializacin, de redefinicin de marcos sociales y culturales (Svampa y Pereyra, 2003)

    y de nuevas formas de reproduccin de la vida originadas por las modalidades que

    asumieron los programas asistenciales encarados desde el Estado. A travs de la

    implementacin de las polticas sociales focalizadas se deline uno de los mbitos claves

    para prefigurar las trayectorias sociales de los sectores populares, en la medida en que

    stas se constituyeron en portadoras y productoras de una integracin con mayor

    subordinacin y desigualdad social (Danani y Lindenboim, 2003).

    Ciertamente, estas trasformaciones vinieron de la mano del nuevo papel que asumi el

    Estado al reformular sus patrones de interaccin con los diferentes sectores sociales. En

    lneas generales, las reformas estatales pusieron en marcha polticas de ajuste,

    privatizaciones, proteccin hacia los sectores ms concentrados de la economa y polticas

    asistenciales y punitivas implementadas hacia los sectores empobrecidos, provocando

    niveles significativos de desproteccin y de vulneracin de derechos para los sectores

    populares.

    En la etapa poltica inaugurada en el ao 2003, si bien comienzan a registrarse buenos

    ndices macroeconmicos, sin embargo, el crecimiento ha sido muy desigual. Y es que las

    brechas econmicas, sociales abiertas en los aos 1990, y reforzadas luego de la salida

    desordenada de la convertibilidad entre el peso y el dlar, se han consolidado. As, si en

    dcada anterior el 10 % ms rico ganaba 20 veces ms que el 10 % ms pobre, en la

    actualidad, la brecha es 35 % mas grande: supera las 27 veces. Cierto es que la pobreza,

    que al comienzo de la gestin de Kirchner alcanzaba a 57 % , se redujo a 34 %, pero en los

  • 6

    aos 1990 alcanzaba a 24 % de la poblacin total, lo cual hace pensar que la crisis de

    2002 instal un nuevo umbral desde el cual pensar las desigualdades (Kessler, Svampa y

    Gonzlez Bombal; 2010).

    Desde entonces, se advierte la presencia de un Estado que asume funciones de mayor

    regulacin, como tambin la implementacin de polticas pblicas que muestran un

    contenido diferente al desplegado durante los noventa: nuevas legislaciones sobre medios

    de comunicacin y matrimonio civil, cambios en el sistema previsional y en las polticas de

    transferencia de ingreso para nios, nias y adolescentes, reapertura de paritarias y del

    Consejo del Salario, nombramiento de jueces idneos en la Corte Suprema de Justicia,

    anulacin de la leyes de impunidad y reapertura de los juicios a los militares responsables

    de crmenes de lesa humanidad, participacin en un nuevo escenario regional de corte

    latinoamericanista. No obstante, a la forma en la actualmente se ejerce la democracia,

    asentada en la concentracin de poder y el verticalismo, se le acoplan limitaciones

    decisivas en funcin de repensar un nuevo rol del Estado. Lo cierto es que persisten, y en

    algunos casos se agudizan, los problemas vinculados con la focalizacin, el clientelismo y el

    asistencialismo de la ayuda social, la explotacin de la megaminera a cielo abierto junto

    con la profundizacin del modelo extractivo-exportador, las polticas de subsidios a las

    empresas privatizadas, la precariedad laboral (Svampa, 2008), el acaparamiento de tierras

    y el aumento de la represin en el marco de la ley antiterrorista.

    En definitiva, una estructura social que mantiene las brechas sociales consolidadas durante

    los aos noventa y a las que, en la actualidad, se le ensamblan modos de experimentar y

    justificar esta realidad que refuerzan esta situacin. As, no slo se mantiene el umbral

    desde donde se piensan las diferencias sociales, sino que se ha montado una ofensiva

    poltico-cultural a travs de la cual el oficialismo produce un discurso que, acompaado

    por la manipulacin de la cifras del INDEC1, plantea un panorama cuya retrica hace

    hincapi en los beneficios del nuevo modelo que, supuestamente, avanza en la reduccin

    de las desigualdades. Se trata de una prdica que es apoyada por una parte de la poblacin

    que suele legitimar estas argumentaciones perdiendo de vista la existencia de decisiones

    polticas que benefician a los grupos ms poderosos de la sociedad.

    1 Debido a la intervencin sufrida por el Instituto Nacional de Estadsticas y Censos (INDEC) en el ao 2007, no es posible hasta el momento relevar de dicho Organismo registros confiables sobre diferentes dimensiones de la realidad social y econmica de nuestro pas.

  • 7

    III. Desigualdades y problemas educativos en la Argentina

    Es sabido que en los procesos de desigualdad educativa se entrecruzan los problemas

    estructurales del sistema educativo y las formas de experimentar y concebir las trayectorias

    sociales y subjetivas. Es decir, por un lado, es necesario analizar las posibilidades que

    brinda la escuela de acceder, permanecer y egresar del sistema educativo pblico, como

    tambin los cambios que se producen en los procesos sociales y subjetivos a partir de los

    cuales se generan condiciones para modificar expectativas y disputar bienes educativos y

    culturales. En los hechos, si bien la escuela pblica, desde su nacimiento, propuso a todos

    los habitantes de nuestro pas la posibilidad de participar de un espacio educativo comn,

    cierto es que la realidad escolar propia de las sociedades capitalistas ha mostrado, en lneas

    generales, cmo la escuela refuerza/avala las desigualdades de origen.

    III. 1. Polticas e instituciones educativas

    Como hemos dicho, es a partir de mediados de la dcada del setenta que se produce una

    transformacin de magnitud en nuestra sociedad y, tambin, en la escuela pblica. La

    presencia de la hegemona neoliberal signific la entrada y consolidacin de un modelo de

    dominacin poltica que alter profundamente el diseo y la ejecucin de las polticas

    pblicas en diferentes reas y, consecuentemente, trajo consigo cambios estructurales en el

    sistema educativo de nuestro pas. Ya mencionamos que estamos lejos de caracterizar al

    Estado del neoliberalismo como un Estado ausente y que, mas bien, creemos que lo que

    ocurri fue una reorientacin de sus polticas en favor de los sectores ms poderosos de la

    sociedad. As, el campo educativo no constituy una excepcin: all se despleg una

    intensa actividad estatal que reconfigur el papel de las instituciones escolares de nuestro

    pas. Ciertamente, las asimetras educativas han formado parte de la escuela pblica a lo

    largo de su historia, pero las transformaciones ocurridas en los ltimos veinte aos no slo

    han profundizado y diversificado la desigualdad educativa estructural, sino que, adems,

    han conseguido erosionar los principios de igualdad educativa que permearon a nuestro

    sistema educativo durante un siglo.

    El neoliberalismo en educacin tuvo como una de sus expresiones ms salientes a la

    Reforma Educativa puesta en marcha con la sancin, en el ao 1993, de la Ley Federal de

    Educacin (N 24.195). Desde all, se ahondaron los procesos de descentralizacin y

  • 8

    transferencia a las provincias, sin el financiamiento adecuado, lo que deriv en una mayor

    subordinacin entre las jurisdicciones y el gobierno nacional. Por este camino, se

    intensific el deterioro de la infraestructura y el equipamiento escolar, al tiempo que se

    abri paso a nuevas formas de gestin escolar, a la implementacin de polticas

    focalizadas, a la precarizacin del trabajo docente y a la puesta en prctica de procesos que

    promovieron una privatizacin encubierta de las escuelas pblicas como tambin una

    mayor expansin de esta modalidad en el interior del sistema educativo. Fue as que se

    produjeron nuevas desigualdades y se sedimentaron antiguas formas de asimetra

    educativa, dado que se consolid un sistema educativo desarticulado entre s, que agudiza

    la fragmentacin escolar y cuya variedad organizacional pone en riesgo las posibilidades de

    acceder a una experiencia educativa semejante para el conjunto de chicos, chicas y jvenes

    de nuestro pas.

    Pero las intensas luchas de los trabajadores docentes, estudiantes y de la comunidad

    educativa hicieron posible la derogacin de la Ley Federal de Educacin y la sancin de

    nuevas leyes educativas: la Ley de Educacin Nacional N 26.206 (diciembre de 2006) que

    ampli la obligatoriedad escolar a 13 aos, la sancin en el ao 2005 de la Ley N 26.075

    de Financiamiento Educativo y la Ley N 26.058 de Educacin Tcnico Profesional del

    mismo ao. Asimismo, la Ley N 26.061 (promulgada en octubre de 2005) de Proteccin

    Integral de los Derechos de las Nias, Nios y Adolescentes, en lo especficamente

    relacionado con el cumplimiento de la escolaridad, establece el derecho a la educacin

    pblica y gratuita para todos y todas los nios, nias y adolescentes. Si bien estas nuevas

    leyes modifican la retrica de los noventa, desde el momento en que sus enunciados apelan

    a asegurar los derechos educativos de la poblacin, lejos de las nociones de educacin

    como servicio, o como prestacin propias de la Reforma Educativa iniciada en 1993,

    no es menor la existencia en nuestro pas de un proceso de legalidad truncada (

    ODonnell, 2004) orientado a favorecer los intereses que colonizan al estado y a detener

    aquellos procesos volcados a moderar las desigualdades sociales.

    Ciertamente, la actual gestin educativa no slo modific el marco legislativo que regula la

    educacin pblica. Las polticas educativas comenzadas en el ao 2003 han mostrado

    algunos cambios respecto de aqullas implementadas durante los aos noventa: paritarias

    con los gremios docentes, construccin de edificios escolares, polticas de distribucin de

    libro, polticas de distribucin de netbooks a travs del programa Conectar Igualdad, el

    Programa de Mejora para la nueva escuela secundaria.

  • 9

    En los hechos, aunque en la actualidad nos hallemos frente a marcos legales y polticas

    educativas que plantean una mayor expansin y universalizacin de los sistemas

    educativos pblicos, las desigualdades educativas persisten. Y es que estamos frente a un

    tipo de expansin condicionada, es decir, se trata de un proceso mediante el cual los

    sistemas nacionales de educacin han tendido a crecer en el marco de una intensa

    dinmica de segmentacin y diferenciacin institucional, que otorga a los sujetos que

    transitan por los circuitos que constituyen estos sistemas un estatus y un conjunto de

    oportunidades altamente desiguales (Gentili, 2011). As, la desigualdad en el campo

    educativo hace que, si bien aumentan las oportunidades de los ms pobres, y, aunque lo

    hagan, en condiciones tambin de extrema pobreza, tiendan igualmente a aumentar las

    condiciones y las oportunidades de educacin de los ms ricos. Los ricos tambin y, al

    hacerlo en mejores condiciones y con un tambin progresivo aumento de sus

    oportunidades y alternativas educativas, la desigualdad educativa, lejos de disminuir, se

    incrementa o se mantiene constante(Gentili, 2011).

    Dentro de este marco, en nuestro pas, persisten los problemas estructurales del sistema

    educativo: las polticas educativas focalizadas, la tendencia privatizadora de la escuela

    pblica, las formas de gestin en clave de autonoma. Por este camino, se advierte una

    profundizacin del deterioro institucional, una mayor fragmentacin y segregacin escolar

    y una continuidad en el incumplimiento de los derechos educativos de los sectores

    populares. Al tiempo, la informacin estadstica es reveladora de las desigualdades entre

    regiones y sectores sociales y de la tendencia privatizadora que se mantiene en el actual

    sistema educativo.

    A continuacin desarrollaremos, sucintamente, estos diferentes aspectos que forman parte

    de realidad educativa de nuestro pas y cuyo entrecruzamiento permite una aproximacin

    cualitativa y cuantitativa de la desigualdad educativa en el escenario actual y da cuenta de

    un fenmeno multidimensional en el que convergen aspectos normativos, polticas y

    prcticas institucionales, concepciones pedaggicas, dimensiones culturales y condiciones

    materiales de vida.

  • 10

    III. 1. a. La focalizacin

    Durante los noventa, el sistema educativo sufri una de sus quiebres ms significativos: la

    aplicacin de polticas focalizadas en las escuelas. En sintona con la idea de igualdad de

    oportunidades, la presencia de una nueva matriz vinculada con la focalizacin profundiz

    la diferenciacin de los procesos de escolarizacin de nios, nias y adolescentes, y

    abandon los ideales de igualdad, gratuidad y universalidad en los que se basaban las

    acciones del sistema educativo (Montesinos, 2004). Desde entonces, la equidad, la

    discriminacin positiva, el par inclusin exclusin social se convertan en

    organizadores de propuestas y debates tanto polticos como acadmicos, reemplazando a

    las nociones de igualdad-desigualdad social y abriendo paso, as, a la constitucin de

    nuevas identidades individuales y sociales y a una nueva forma de validar los derechos

    sociales (Montesinos, 2004). En los hechos, estas polticas avanzaron a partir de una

    ingeniera institucional que demandaba recortar poblaciones y escuelas segn indicadores

    de carencia, en funcin de constituirse en merecedoras de las intervenciones

    socioeducativas que brindaba el Estado nacional.

    Aunque actualmente se recurra a discursos que se diferencian de aquella retrica

    esgrimida durante la dcada de 1990, persisten los criterios de focalizacin en las polticas

    educativas. As, lo que viene denominndose como intervenciones y polticas

    socioeducativas; se delinea como un condensador de las modalidades por las cuales se

    redefinen las intervenciones educativas focalizadas neoliberales (Montesinos, 2010). En

    clave de trabajo en red, articulacin territorial, participacin comunitaria y con la

    presencia de nuevas y precarias inscripciones laborales (operadores de calle, tutores,

    educadores sociales/comunitarios) se convoca a la nocin de derecho e igualdad, pero

    mantiene su vigencia el par inclusin-exclusin que, ciertamente, enmascara la

    persistencia de la desigualdad social y la profundizacin de la diferenciacin educativa

    (Montesinos, 2010).

    III. 1. b. Deterioro institucional, seudoautonoma en los modelos de

    gestin escolar y prctica docente

    Las escuelas fueron permeadas por el debilitamiento institucional que afect a toda la

    sociedad y que implic mayores niveles de fragilidad para grupos y sujetos. A los procesos

    de desinstitucionalizacin, de preponderancia de la accin personal donde lo que esta en

  • 11

    juego en la sociedad dejan de ser las instituciones y pasan a ser los individuos (Dubet,

    2011), se le acopl la precariedad social (Bayn, 2006; Svampa, 2008) que se instal en

    nuestra sociedad y que intensific las situaciones de desigualdad. Fruto de la

    preponderancia de las modalidades de interaccin propias del capitalismo flexible, la falta

    de regulaciones, la inestabilidad, los escasos controles pblicos, los salarios en negro

    abrieron paso a un deterioro institucional que agrava los procesos de indefensin y deja

    escaso margen para transitar una experiencia social significativa.

    En los hechos, son numerosas las situaciones de precariedad institucional que se han

    naturalizado en las escuelas. Docentes contratados, iniciativas acotadas, poco

    profesionalizadas, propuestas deficitriamente provistas para llevar a cabo intervenciones

    complejas y en las que se depositan en los actores institucionales la responsabilidad de

    compensar las debilidades que plantean las polticas educativas. En el fondo, se trata de

    prcticas realizadas con pocos recursos, con educadores a la deriva, en las que la fragilidad

    propia de estos modos de intervencin no contribuye a revertir los problemas estructurales

    del sistema educativo.

    A este panorama se le acoplan las intensas trasformaciones que sufrieron las instituciones

    desde la Reforma Educativa implementada en los noventa. Bajo un modelo de gestin

    basado en una supuesta autonoma como forma de mayor libertad y poder, se abri

    paso a un conjunto impreciso de posibilidades escolares, ms prximo a un dejar hacer

    que a herramientas concretas o a mayor poder para la accin. As, la retrica que

    acompa el modelo de gestin impulsado desde el Estado, promova ms libertad y

    poder para tomar decisiones en el nivel escolar y cercana con las necesidades reales de

    los actores (Judengloben, 2006). De este modo, se intensific la presencia de una variedad

    de conceptos tales como calidad e innovacin, participacin y democracia.

    Ciertamente, se trata de un modelo de seudo autonoma que invierte las responsabilidades

    en el sistema educativo. Las escuelas deben asumir nuevos roles sin los recursos

    suficientes, apelando al voluntarismo, mientras los niveles de conduccin se des-

    responsabilizan de la implementacin de las polticas educativas (Judengloben, 2006).

    Debe notarse que en este deterioro institucional y en estos nuevos modelos de gestin se

    inscriben los problemas que enfrentan las prcticas docentes. Desde los aos noventa,

    tanto en Argentina como en Amrica Latina, el trabajo docente experiment

    transformaciones que derivaron, en la mayor parte de los casos, en un proceso de

  • 12

    proletarizacin, como producto de los cambios en las condiciones de trabajo y del

    recorrido poltico sindical que llev a gran parte de los docentes a identificarse como parte

    de la clase trabajadora. Mayores responsabilidades y exigencias, formas de contratacin

    temporales, proyectos y programas que demandan ms tiempo, autogestionar recursos,

    bajos salarios, derivan en un creciente aumento del malestar docente que repercute en los

    procesos de enseanza y aprendizaje que los tiene como protagonistas (TEL, Ademys;

    2011).

    III. 1. c. La fragmentacin y la segregacin escolar

    La fragmentacin de la experiencia escolar nos muestra las escisiones entre las diferentes

    clases sociales a la hora de acceder a los procesos de escolarizacin. Y es que persiste y se

    agudiza una consolidacin de circuitos educativos diferenciados en los que se ponen de

    relieve la presencia de pares dicotmicos entre educacin pblica-menor calidad de la

    educacin y educacin privada-mayor calidad; lo que no es otra cosa que establecer una

    relacin directa entre clase y capital cultural a partir del dficit del rol compensador del

    Estado (Kessler, 2002).

    Bajo estas circunstancias, este panorama se despliega en medio de procesos de segregacin

    residencial, que, en buena medida, refuerzan la segregacin escolar: la escuela de la

    periferia, la oferta escolar sera poco diversificada,apenas lo curricular, y los procesos

    de enseanza y aprendizaje -por su debilidad- contribuiran a mantener o incrementar a

    futuro las desigualdades sociales en las trayectorias de vida de los individuos

    (reproduccin del crculo de la pobreza) (lvarez et al., 2008). Un estudio reciente

    sobre la educacin media en la zona de sur de la ciudad de Buenos Aires ilustra lo que

    estamos planteando. El trabajo documenta las existentes relaciones entre las zonas ms

    empobrecidas de la ciudad y los niveles de escolarizacin de la poblacin. La investigacin,

    realizada por el Ministerio Pblico Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires, analiz la

    situacin de la educacin media en la comuna 8 y 9 de la Ciudad. All se destaca la falta de

    establecimientos educativos de nivel medio y la falta de vacantes para los adolescentes de

    la zona. Particularmente, la comuna 8 es la que presenta mayor dficit de cobertura de

    vacantes de nivel medio en la ciudad, lo que representa casi un tercio del total de

    adolescentes de dicha comuna. Asimismo, se da cuenta del aumento en ambas comunas de

    la sobreedad y la repitencia en el nivel, un porcentaje del 50 % no termina la secundaria

    (Ministerio Pblico Tutelar, 2012).

  • 13

    III. 2. El incumplimiento de los derechos educativos de los sectores populares

    Es posible pensar que el entrecruzamiento de los problemas que acabamos de describir

    conspira con la posibilidad de garantizar los derechos educativos de los sectores populares.

    Por un lado, porque es sabido que una parte de los nios, nias y adolescentes de sectores

    populares poseen condiciones de vida que los llevan a alternar la presencia en la escuela

    con la bsqueda del subsidio (econmico, alimentario, etc.), con tareas domsticas, con el

    trabajo remunerado (Barmetro de la Deuda Social de la Infancia, 2011, Ministerio de

    Trabajo, 2006). Por este camino, se traza una frontera difusa entre el adentro y el afuera

    de la escuela que, en los hechos, desemboca en una escolaridad de baja intensidad,

    caracterizada por el desenganche de las actividades escolares (Kessler, 2004). Por otro

    lado, lo cierto es que a los recorridos educativos de los sectores populares no se les ofrece

    otra alternativa sino la de permanecer en un sistema educativo que no garantiza ni crea

    condiciones para el acceso efectivo a una educacin de calidad, al limitar las condiciones

    efectivas de este derecho por la persistencia de condiciones de exclusin y desigualdad que

    se han trasferido hacia el interior del mismo sistema escolar(Gentili, 2011). Se trata de

    una universalizacin sin derechos, es decir de un proceso de acceso a la escuela

    producido en un contexto de empeoramiento de las condiciones necesarias para que la

    permanencia en dicha institucin permita hacer efectivas las dimensiones atribuidas y

    reconocidas al derecho a la educacin desde 1948 (Gentili, 2011).

    A nuestro modo de ver, hacer efectivo el derecho a la educacin para los sectores populares

    significa propiciar trayectorias escolares que se ensamblen con sus condiciones de vida; es

    decir, se trata de generar formas de escolarizacin alternativas en aspectos referidos a las

    organizaciones institucionales, las coordenadas tiempo y espacio, los equipos docentes, los

    grupos de profesionales (Montesinos y Pagano, 2010). Pero estos cambios no bastan si no

    se revierten en las escuelas las prcticas culturales que consideran a la pobreza como una

    marca estigmatizante y vergonzante, culpabilizando a los sujetos de su situacin y

    legitimando las situaciones de discriminacin y desigualdad (Neufeld, 2005).

  • 14

    III. 3. La desigualdad educativa en la informacin estadstica

    Los datos cuantitativos que exhibe el sistema educativo dan cuenta de desigualdades

    persistentes entre sectores sociales y regiones de nuestro pas. La informacin aportada

    por una investigacin realizada recientemente arroja datos sobre el abandono escolar en el

    ao 2007: en la primaria es de 2% de los alumnos, mientras que en la secundaria superior

    (ex Polimodal) es del 18,6 % y trepa al 25, 4 en la finalizacin del nivel (Rivas, 2010).

    Al introducirse en las caractersticas de los niveles de escolarizacin segn quintiles de

    ingreso, la citada investigacin advierte una significativa desigualdad propia de todos los

    pases con amplias brechas sociales. Por ejemplo, slo el 47 % de los nios y nias

    pertenecientes al quintil de menores recursos asiste al nivel inicial, mientras este

    porcentaje aumenta al 79 % en el quintil de mayores ingresos. La brecha entre los 18 y 23

    aos de edad es an mayor entre niveles de ingreso: slo un 30 % sigue en el sistema

    educativo el quintil de menores ingresos mientras un 70 % lo hace en el quintil ms rico de

    la poblacin (Rivas, 2010).

    En la misma direccin, respecto de la poblacin de entre 20 y 29 aos, tambin se pude

    dar cuenta de la relacin entre secundario completo y el quintil de ingresos per cpita del

    hogar. Un estudio 2 muestra que en el primer quintil, el 43% de jvenes de 20 a 29 aos de

    edad finaliz el secundario (57% no termin), mientras que la proporcin se invierte en el

    segundo quintil, en el quinto quintil el 91% termin el secundario y el 9% no lo hizo. El

    43% de jvenes que no finalizaron el secundario pertenece a hogares del primer quintil de

    ingresos per cpita familiar. Slo el 4% de jvenes que no finalizaron el secundario

    pertenece al quinto quintil.

    La desigualdad educativa entre regiones del pas tambin es significativa. Tomando en

    cuenta el promedio del ao 2006, se seala que mientras las provincias patagnicas,

    invierten casi $ 4500 por ao por alumno del sector estatal, las ms pobladas invierten casi

    2 y 3 Ambos estudios fueron realizados por Mirta Judengloben sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares- EPH- (que toma Aglomerados Urbanos) realizada en el 2 Trimestre de 2011 y dependiente del INDEC. Comprenden, tambin, los cuadros estadsticos sobre Nivel educativo y regiones del pas y Jvenes de 20 a 29 aos de edad por Quintil de Ingresos per Cpita Familiares, segn Mximo Nivel Educativo Alcanzado.

  • 15

    la mitad por alumno y las ms pobres incluso menos ($217). Por ejemplo, en Tierra del

    Fuego en el ao 2006 se inverta por 7171$, mientras que en Salta 1497$ (Rivas, 2010).

    Respecto de la finalizacin del secundario, una investigacin de la UNESCO muestra que

    en la Argentina, segn datos del ao 2008, slo el 43% de la poblacin egresa de la escuela

    secundaria. Si apuntamos a las diferentes regiones, y teniendo en cuenta que casi la mitad

    de la poblacin de aglomerados urbanos pertenece a la regin metropolitana, un estudio3

    revela que casi la mitad de la poblacin de 20 a 29 aos que no complet el secundario

    pertenece a esta regin del pas. Por otra parte, el NOA (regin formada por los

    aglomerados del noroeste argentino) y la Patagonia tienen los mayores porcentajes de

    jvenes con secundario incompleto: 36 y 39%, respectivamente. Estos son promedios por

    regin, por eso debe advertirse que al interior de cada regin tambin se reproducen

    desigualdades importantes por nivel socioeconmico.

    El avance de la educacin privada tambin expresa una tendencia que profundiza las

    asimetras educativas: aproximadamente uno de cada cuatro chicos est matriculado en

    una escuela privada. En el perodo que va de 1996 al 2007, la matrcula del sector pas del

    23, 9 % al 25, 8% y se estim en un 28 % para el 2008 (Feldfeber, 2011).

    Los siguientes cuadros ilustran algunos de los aspectos que acabamos de delinear:

  • 16

    Jvenes de 20 a 29 aos de edad por Quintil de Ingresos per Cpita Familiares, segn Mximo Nivel Educativo Alcanzado Total Aglomerados urbanos. 2011. (En porcentajes)

    Mximo Nivel Educativo Alcanzado

    Quintil de IPCF

    Sin instruccin/

    Primario incompleto

    Primario incompleto/ Secundario incompleto

    Secundario completo /

    Superior incompleto

    Superior Completo

    Total

    1 Quintil 6,0 51,1 40,9 2,0 20,6

    2 Quintil 3,2 37,3 54,6 4,9 21,2

    3 Quintil 2,4 25,6 62,1 9,9 20,7

    4 Quintil 0,5 15,6 70,8 13,0 19,9

    5 Quintil 0,4 8,8 62,6 28,3 17,7

    Total 2,8 30,3 56,8 10,1 100,0

    Fuente: Elaboracin sobre la base de INDEC EPH, 2do. trimestre de 2011

  • 17

    Nivel Educativo Alcanzado por la poblacin de 25 aos o ms, segn regiones Total de Aglomerados urbanos. 2011 (En porcentajes)

    Mximo Nivel Educativo Alcanzado por la Poblacin de 25 aos o ms

    Sin instruccin/ Primario

    Incompleto

    Primario Completo / Secundario Incompleto

    Secundario Completo / Superior Incompleto

    Superior Completo Total

    Regin

    % / Regin % / Total % / Regin % / Total % / Regin % / Total % / Regin % / Total % / Regin % / Total

    Ciudad de Buenos Aires 3,8 6,1 22,0 7,8 40,1 16,5 34,1 25,8 100,0 13,9

    Partidos del GBA 9,9 45,3 46,8 47,7 31,1 36,6 12,2 26,4 100,0 39,8

    NOA 9,2 9,4 38,2 8,7 36,3 9,5 16,3 7,8 100,0 8,9

    NEA 12,8 6,8 36,9 4,4 33,0 4,5 17,2 4,3 100,0 4,6

    Cuyo 8,0 5,6 39,4 6,1 34,7 6,2 17,9 5,9 100,0 6,0

    Pampeana 8,7 23,4 36,9 22,2 33,5 23,3 20,9 26,7 100,0 23,5

    Patagnica 9,2 3,4 37,9 3,1 35,5 3,4 17,4 3,1 100,0 3,2

    Total 8,7 100,0 39,1 100,0 33,8 100,0 18,4 100,0 100,0 100,0

    Fuente: Elaboracin sobre la base del INDEC EPH, 2do. trimestre de 2011

  • 18

    IV. Reflexiones finales

    Hemos realizado un breve recorrido que revela algunas de las caractersticas que delinean

    la situacin educativa de nuestro pas y del contexto poltico y social en el que se inscribe.

    Un panorama que presenta problemas estructurales de larga data, hoy ya sedimentados en

    el paisaje diario de nuestras escuelas y en el que se entrecruzan aspectos normativos, de

    diseo de polticas, modelos y prcticas institucionales, concepciones pedaggicas,

    dimensiones culturales y condiciones materiales de vida.

    A nuestro modo de ver, no existen formas de revertir estos procesos educativos y sociales si

    no se interpela a la poltica, a la construccin de poder popular, al aumento de la

    conflictividad entre las clases sociales. La debilidad que presenta la acumulacin de poder

    por parte de los sectores populares no slo se expresa en las relaciones capital/trabajo. Los

    contenidos, las formas que asume el diseo e implementacin de polticas pblicas, los

    modos a partir de los cuales las clases populares piensan su destino social en el campo de

    la educacin son parte de las formas a partir de las cuales el modelo de dominacin

    agudiza las diferencias entre las clases sociales. Al interpelar a la poltica y a la presencia

    de las clases populares en el diseo de las polticas pblicas, se llama, tambin, a la

    necesidad de desarrollar un proceso de produccin de instituciones. Son los arreglos

    institucionales los que deben asegurar la igualdad educativa, sobre la base de propuestas

    pedaggicas consistentes y de condiciones institucionales ensambladas con las formas de

    vida de la mayora de los nios, nias y adolescentes de nuestro pas.

    Frente a estos desafos, los sectores populares deben introducir una agenda para debatir y

    proponer cambios en funcin de democratizar la educacin, a partir de modelos de justicia

    social y de igualdad que reflejen el pensamiento de la clase trabajadora. Un camino posible

    es retomar, profundizar y estudiar los sentidos presentes en las respuestas generadas por

    organizaciones y movimientos sociales para revertir los problemas provocados por la

    dinmica excluyente que adquiri nuestra sociedad, analizando los componentes ms

    significativos de iniciativas como los jardines comunitarios, los bachilleratos populares,

    los centros de apoyo escolar, los talleres para adolescentes, etc.

    Debe notarse que no es posible pensar en posibilidades de producir nuevas polticas

    educativas sin dejar de lado aquellas propuestas puestas en marcha/ delineadas por las

  • 19

    polticas oficiales que ponen el acento, en lneas generales, en la implementacin de

    iniciativas para la inclusin educativa a partir de planes acotados que suelen simplificar y

    fragmentar la realidad y cuyo horizonte no va ms all de la precariedad y el corto plazo.

    Revertir los procesos de desigualdad educativa supone un Estado activo, orientado a

    favorecer a las mayoras populares y con una significativa inversin. Supone entrar en

    dilogo con organizaciones, sindicatos y movimientos sociales en funcin de producir

    nuevas formas de institucionalidad, fundadas sobre bases tericas y metodolgicas que

    permitan abarcar el problema de la desigualdad educativa en su integralidad y

    complejidad. Se trata de avanzar en una revisin y reelaboracin de los contenidos y de los

    modos organizacionales de la escuela, como tambin del trabajo docente y de la

    participacin de los actores educativos/ comunitarios en las instituciones educativas.

    En definitiva, no es posible generar polticas pblicas orientadas a crear mayores niveles de

    democratizacin si no se revisan las formas de participacin polticas vigentes. Producir

    nuevas polticas pblicas exige un debate sobre las formas que adoptaron las actuales

    democracias, requiere discutir su intensidad y su tendencia a concentrar en pocas manos la

    toma de decisiones. Es decir, se trata de poner en cuestin las formas que adquiere el

    actual rgimen poltico, sus formas de representacin, los tipos de participacin ciudadana

    predominantes que, indudablemente, repercuten en la distribucin del poder poltico de

    actores y sectores sociales. Al mero reconocimiento formal de los derechos y a las

    tendencias a consolidar la desigualdad social, se los enfrenta con la poltica, con procesos

    de disputa en los que se plantee un horizonte donde la democratizacin social se inscriba

    en las luchas encaradas por los sectores populares. En otras palabras, y una vez ms, la

    distribucin del poder poltico y social que poseen las diferentes clases sociales se expresa

    en la elaboracin y el diseo de polticas pblicas. De ah que, desde la CTA, necesitamos

    concebir propuestas polticas, tcnicas y metodolgicas para el campo educativo sobre la

    base de una amplia participacin de los actores educativos y jerarquizando el lugar social

    que ocupan los proyectos educativos que ya poseen las organizaciones que expresan y

    representan a los trabajadores, a los sectores populares.

  • 20

    V. Bibliografa

    Ademys, TEL (2011), Salud y Condiciones de trabajo en el sector docente: diagnstico y

    respuestas posibles. Informe final provisorio, marzo de 2011.

    Alvarez, Gabriel, et al. (2008), Segregacin urbana en el Partido de San Martn

    (Provincia de Buenos Aires), manuscrito no publicado, Centro de Estudios Geogrficos,

    Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martn, Provincia de Buenos Aires,

    Argentina.

    Barmetro de la Deuda Social de la Infancia, (2011), El trabajo infantil-adolescente y la

    reproduccin de las desigualdades sociales, Informe de prensa. Observatorio de la Deuda

    Social Argentina- Fundacin ARCOR- Pontificia Universidad Catlica Argentina-UCA.

    Disponible en: http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo81/files/-

    ultimo_Informe_Prensa_Trabajo_Infantil.pdf

    Baraldo, Natalia (2009), Movimientos sociales y educacin en la Argentina: una

    aproximacin a los estudios recientes en Eccos- Revista Cientfica, Volumen 11, N 1,

    enero-junio de 2009, pp. 77-93, Universidad Nove de Julho, Brasil. Disponible en

    http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=71512097005

    Basualdo, Eduardo (2008), La distribucin del ingreso en la Argentina y sus condiciones

    estructurales en Derechos Humanos en Argentina. Informe 2008, Buenos Aires,

    CELS/Siglo XXI Editores.

    Bayn, Mara Cristina (2006), Precariedad social en Mxico y Argentina: tendencias,

    expresiones y trayectorias nacionales, en Revista de la CEPAL N 88, Abril de 2006.

    Disponible en http://www.eclac.org/cgi-bin/get.

    Dubet, Franois (2011), Repensar la Justicia Social. Contra el mito de la igualdad de

    oportunidades, Buenos Aires, Siglo XXI Editores.

  • 21

    Danani, Claudia, (2008), Amrica Latina luego del mito del progreso neoliberal: las

    polticas sociales y el problema de la desigualdad en Cincias Sociais Unisinos,

    janeiro/abril, Unisinos, 2008.

    Danani, Claudia y Lindenboim, Javier (2003), Trabajo, poltica y polticas sociales en los

    90: hay algo particular en el caso argentino? en Lindenboim, Javier y Danani, Claudia,

    (coordinadores) (2003), Entre el trabajo y la poltica. Las reformas de las polticas

    sociales argentinas desde una perspectiva comparada. Buenos Aires, Biblos.

    Feldfeber, Myriam (2011), Es pblica la escuela privada? Notas para pensar en el Estado

    y en la educacin en Perazza, Roxana (compiladora), Mapas y recorridos de la educacin

    de gestin privada en la Argentina, Buenos Aires, Aique grupo editor.

    Finnegan, Florencia y Pagano, Ana (2010), Desigualdades educativas en la Argentina.

    Transformaciones recientes y desafos para las polticas educativas, en Coleccin libros

    FLAPE (Foro Latinoamericano de Polticas Educativas). Disponible en

    Finnegan, Florencia y Pagano, Ana (2007), El derecho a la educacin en Argentina, en

    Coleccin libros FLAPE (Foro Latinoamericano de Polticas Educativas). Disponible en

  • 22

    Judengloben, Mirta (2006), Las polticas compensatorias en la escuela. Una mirada

    sobre las tensiones de la gestin en dos escuelas medias de la Ciudad de Buenos Aires,

    Tesis de Maestra publicada como Material de la Ctedra de Administracin de la

    Educacin en la Facultad de Filosofa y Letras de la UBA - OPFyL.

    Kessler, Gabriel (2004), Trayectorias escolares, en Kessler, Gabriel Sociologa del delito

    amateur. Buenos Aires, Editorial Paids.

    Kessler, Gabriel (2002), La experiencia social fragmentada. Estudiantes y docentes en la

    escuela media en Buenos Aires, Buenos Aires, UNESCO/IIPE-UNESCO.

    Kessler, Gabriel; Svampa, Maristella y Gonzlez Bombal, Ins (2010), Introduccin. Las

    reconfiguraciones del mundo popular, en Kessler, Gabriel; Svampa Maristella y Gonzlez

    Bombal, Ins (coordinadores), Reconfiguraciones del mundo popular. El Conurbano

    Bonaerense en la postconvertibilidad, Buenos Aires, Prometeo Libros, Universidad

    Nacional de General Sarmiento.

    Manzano, Virginia, Novaro Gabriela, Santilln, Laura, Woods, Marcela (2004),

    Introduccin a la problemtica de la desigualdad. Hacia un abordaje antropolgico, en

    Neufeld, Mara Rosa (comp.), Antropologa social y poltica. Desigualdad y accin

    colectiva, Buenos Aires, Oficina de Publicaciones de la Facultad de Filosofa y Letras,

    UBA.

    Ministerio Pblico Tutelar Buenos Aires de la Ciudad de Buenos Aires (2012), Educacin

    Media en la Zona Sur de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires Des-inclusin educativa.

    Un anlisis a nueve aos de la sancin de la Ley 898: Obligatoriedad de la Educacin

    hasta la finalizacin del Nivel Medio, Documento de Trabajo N 14, Buenos Aires, Marzo

    de 2012. Disponible en

    http://asesoria.jusbaires.gob.ar/sites/default/files/DTN14_EducacionMedia.pdf

    Ministerio de Educacin de la Nacin (2011), La educacin en el proyecto nacional 2003-

    2011, Buenos Aires, Ministerio de Educacin de la Nacin.

  • 23

    Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad social/Subsecretara de Programacin Tcnica

    y Estudios Laborales (2006), Actividades econmicas de nios, nias y adolescentes en la

    Argentina, Buenos Aires. Disponible en

    www.trabajo.gov.ar/left/biblioteca/files/estadisticas/02actividadeseconomicas.pdf

    Montesinos, Mara Paula, (2010), Las polticas sociales y el lugar de la educacin. Notas

    para una reflexin sobre continuidades y rupturas en el ciclo 2003-2009. Ponencia

    presentada en el Primer Seminario Taller de Antropologa y Educacin La Antropologa

    de la Educacin en la Argentina. Problemas, Prcticas Y Regulaciones Polticas. Huerta

    Grande, Crdoba, 28, 29 y 30 de Abril de 2010.

    Montesinos, Mara Paula y Ana Pagano (2010), Chicos y chicas en situacin de calle y

    procesos de democratizacin educativa, en Revista Latinoamericana en Ciencias

    Sociales, Niez y Juventud, Volumen 8, Nmero 1, Centro de Estudios Avanzados de Niez

    y Juventud (CINDE) Universidad de Manizales, Colombia. Disponible en:

    http://www.umanizales.edu.co/revistacinde/index.html

    Montesinos, Mara Paula (2004), Construyendo sentidos acerca de los procesos de

    desigualdad sociocultural en las escuelas. Un estudio acerca de los programas educativos

    focalizados. Ponencia presentada en el VII Congreso Argentino de Antropologa Social,

    Oficio antropolgico y compromiso social en las crisis, 25 al 28 de mayo de 2004. Villa

    Giardino, Provincia de Crdoba.

    Neufeld, Mara Rosa (2005), Persistencia o retorno del racismo? Consideraciones desde

    la antropologa de la educacin en Llomovate, Silvia y Kaplan, Carina (coordinadoras),

    Desigualdad educativa. La naturaleza como pretexto, Buenos Aires, Ediciones Noveduc.

    ODonnell, Guillermo (2004), Notas sobre la democracia en Amrica Latina, El debate

    conceptual sobre la democracia, Informe PNUD.

    Oszlak, Oscar (2003), El mito del Estado Mnimo: Una dcada de reforma estatal en la

    Argentina en Revista Desarrollo Econmico, Volumen 42, Nmero 168, enero-marzo

    2003, Buenos Aires, Argentina.

  • 24

    Pagano, Ana (2o12), Desigualdad, organizaciones sociales y prcticas educativas en el

    conurbano bonaerense, IDAES- UNSAM (proyecto de investigacin).

    Plataforma 2012, (2012), La masacre de Once: una trama de corrupcin e impunidad,

    Disponible en: http://plataforma-2012.blogspot.com.ar/

    Rivas, Axel (2010), Radiografa de la educacin argentina, Buenos Aires, CIPPEC,

    Fundacin Arcor, Fundacin Roberto Noble.

    Svampa Maristella y Pereyra, Sebastin, (2003), Las dimensiones del actor colectivo en

    Entre la ruta y el barrio. La experiencia de las organizaciones piqueteras, Buenos Aires,

    Editorial Biblos.

    Svampa, Maristella (2005), Hacia el nuevo orden neoliberal; La nueva configuracin

    social y La transformacin y territorializacin de los sectores populares, en La sociedad

    excluyente. Buenos Aires, Taurus.

    Svampa, Maristella (2008), Movimientos sociales y nuevo escenario regional en Cambio

    de poca. Movimientos sociales y poder poltico, Buenos Aires, Siglo XXI Editores.

    Wortman, Ana, (2007), Relaciones de dominacin social argentina: la desigualdad

    social, en Wortman, Ana, Construccin imaginaria de la desigualdad social, Consejo

    Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires. Disponible en:

    http://www.biblioteca.clacso.edu.ar/

    FUENTES

    Instituto Nacional de Estadsticas y Censos (INDEC)- Encuesta Permanente de Hogares

    (EPH), 2 Trimestre de 2011.

  • 25

    Instituto de Estadsticas de la UNESCO (2011), Compendio Mundial de Educacin 2010.

    Comparacin de las Estadsticas de Educacin en el Mundo, Montreal-Quebec, UNESCO-

    UIS. Disponible: http://unesdoc.unesco.org/images/0019/001912/191218s.pdf