Despedida y Palabras de Aliento

download Despedida y Palabras de Aliento

of 2

Transcript of Despedida y Palabras de Aliento

  • El lugar de encuentro de los Catlicos en la redwww.es.catholic.net

    Despedida y palabras de alientoAutor: H. Joel Castaeda Ochoa

    Del santo Evangelio segn san Juan 14, 27-31

    Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazn ni se acobarde.Habis odo que os he dicho: 'Me voy y volver a vosotros.' Si me amarais, os alegrarais de que me fuera al Padre,porque el Padre es ms grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creis. Yano hablar muchas cosas con vosotros, porque llega el Prncipe de este mundo. En m no tiene ningn poder; pero hade saber el mundo que amo al Padre y que obro segn el Padre me ha ordenado. Levantaos. Vmonos de aqu.

    Oracin introductoria

    Jesucristo, ahora que voy a iniciar esta meditacin, te quiero pedir la gracia necesaria de experimentar un amor tangrande como el que tuvieron los primeros apstoles, en el cenculo. Concdeme amarte de tal manera que tambin yobusque la voluntad del Padre, para que crea en tus palabras, porque en verdad t obras en unin con el Padre.

    Peticin

    Seor, que cada vez logre escuchar con mayor atencin tu mensaje de paz y que lo viva en lo ms personal e ntimodel corazn!

    Meditacin del Papa Francisco

    Nosotros pensamos siempre en Jess cuando predicaba, cuando sanaba, cuando caminaba, iba por las calles, tambindurante la ltima Cena... Pero no estamos acostumbrados a pensar en Jess sonriente, alegre. Jess estaba lleno dealegra: lleno de alegra. En esa intimidad con su Padre: Exult de alegra en el Espritu y alab al Padre- esprecisamente el misterio interno de Jess, esa relacin con el Padre en el Espritu. Es su alegra interna, su alegrainterior que l nos da.Esta alegra es la verdadera paz: no es una paz esttica, quieta, tranquila. No, la paz cristina es una paz alegre, porquenuestro Seor es alegre. Es alegre cuando habla del Padre: ama tanto al Padre que no puede hablar del Padre sinalegra. Nuestro Dios es alegre. Y Jess ha querido que su esposa, la Iglesia, tambin sea alegre.No se puede pensar en una Iglesia sin alegra y la alegra de la Iglesia es precisamente esta: anunciar el nombre deJess. Decir: 'l es el Seor. Mi esposo es el Seor. Es Dios. l me salva, l camina con nosotros'. Y esta es la alegrade la Iglesia, que en esta alegra de esposa se hace madre. Pablo VI deca: la alegra de la Iglesia es precisamenteevangelizar, ir adelante y hablar de su Esposo. Y tambin transmitir esta alegra a los hijos que ella hace nacer, que ellahace crecer. (Cf. S.S. Francisco, 3 de diciembre de 2013, homila en capilla de Santa Marta). Reflexin

    Cristo viene a traernos un mensaje de paz, pero nos advierte desde el inicio que no es la paz que da el mundo. Enefecto para el mundo la paz se concibe muchas veces en no estar en guerra, en no tener alguien que venga a disturbardentro del ambiente en el que nos encontramos. Cristo en cambio habla de una paz ms profunda, de aquella capaz dedar una tranquilidad profunda. Dice que no nos inquietemos en el corazn porque l ha vencido al mundo; en efecto lapaz surge de la consciencia de que con Cristo nos mantendremos salvos en el alma.

    Y la sabidura de Cristo est en que el mensaje de paz nos lo da antes de anunciarnos la venida del prncipe de estemundo, es decir la del demonio como enemigo del alma y de la verdad. Por lo mismo Jess nos invita a confiar, porqueello implicar algunas persecuciones, algunas crticas por ser seguidores de Cristo. Pero el demonio en s no tieneningn poder sobre Cristo.

    Que hermoso momento para darnos ese mensaje de paz; justo antes de subir al Padre y de enviarnos al consolador.As la paz se convierte en parte de su testamento, porque est a punto de partir al Padre y quiere que estemostranquilos, llenos de confianza en las enseanzas que nos ha dejado a lo largo de su predicacin, pues la vivencia delas mismas sern el origen de la paz, porque en el confronto con la vivencia segn el mundo, tal vez traerndificultades, pero la paz que inunda el corazn es mucho ms profunda que la que pueda ofrecer la mentalidad delmundo, el mundo que es en primer lugar el egosmo que llevamos dentro y no tanto la materialidad que nos rodea.

    2007 Catholic.net Inc. - Todos los derechos reservados Pgina 1/2

  • El lugar de encuentro de los Catlicos en la redwww.es.catholic.net

    Cristo trae la paz para nosotros como seguidores de l, nos da su mensaje en un momento de grande intimidad, pero ala vez tenemos que ser conscientes que si nos da ese regalo es para transmitirlo a los dems, por tanto como cristianosnos convertimos en verdaderos propagadores de la paz. El mundo y quienes nos rodean esperan que nosotroscristianos vivamos de acuerdo a los criterios de nuestro Seor y en la medida en que demos a los dems esa paz sedir entonces como se dijo de los primeros cristianos: 'Mirad cmo se aman y cmo estn dispuestos a dar la vida unospor otros.'

    Propsito

    En el da de hoy buscar transmitir serenidad a quienes me rodean, teniendo presente que Cristo est a mi lado yquiere que de verdad tenga paz en mi corazn.

    Dilogo con Cristo

    Seor Jess, muchas veces me has permitido experimentar la paz del alma, de verdad que no te has dejado ganar engenerosidad. Otras veces me he visto sumido en la angustia y desesperacin por no actuar de cara a ti, por no buscartu voluntad, sino mis propios caprichos y maneras de pensar. Te pido la gracia de tenerte siempre presente, dame la fenecesaria para tenerte siempre a mi lado y para no buscar otra paz distinta a la tuya, por muy buena que parezca.

    La paz en la tierra, suprema aspiracin de toda la humanidad a travs de la historia, es indudable que no puedeestablecerse ni consolidarse si no se respeta fielmente el orden establecido por Dios.Juan XXIII, Pacem in terris, 11 deabril de 1963

    Preguntas o comentarios al autor H. Joel Castaeda Ochoa

    Suscrbase aqupara recibir el Evangelio meditado y otros servicios en su e-mail

    Conoce la Seccin de Aprende a Orar

    Consulta la Biblia en Catholic.net

    2007 Catholic.net Inc. - Todos los derechos reservados Pgina 2/2