Desperdicios

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DESPERDICIOS Hay mucho desperdicio en el mundo, fomentando largas fajas de miseria entre los hombres. Lo que abunda en tu mesa falta en muchos hogares. El exceso en tus manos es escasez en innumerables familias. Lo que sobra y tiras fuera, produce ausencia en otros lugares. El desperdicio es factor expresivo de ruina en la comunidad. El hombre, desando huir de las realidades trascendentes de la vida, se ahoga en la fantasía, engendrando las “industrias de la inutilidad”, abarrotándose con acúmulos, padeciendo sobre el peso constrictor de la irresponsabilidad, en que sucumbe por fin. La vida es simple en sus exigencias casi sobrias (ascéticas). Muchos cristianos distraídos, sin embargo, se adornan (se atavían), complican los deberes, se sobrecargan de lo dispensable, desperdician valores, tiempo y oportunidad edificante para el propio perfeccionamiento. * Desperdician palabras, amontonándolas en verbalismos inútiles con la finalidad de esconder las verdades; desperdician tiempo en reposos y vacaciones demoradas, que anestesian los centros de combate de la acción del alma encarnada, desperdician alimentos en banquetes, recepciones, fiestas extravagantes con que disputan vanidades; desperdician medicamentos en estanterías empolvadas, aguardando en el hogar, enfermedades que no llegarán, o, que presentándose, los encontrarán vencidos; desperdician trajes y abrigos en armarios cerrados, que no volverán a usar;

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DESPERDICIOSHay mucho desperdicio en el mundo, fomentando largas fajas de miseria entre los hombres.Lo que abunda en tu mesa falta en muchos hogares.El exceso en tus manos es escasez en innumerables familias.Lo que sobra y tiras fuera, produce ausencia en otros lugares.El desperdicio es factor expresivo de ruina en la comunidad.El hombre, desando huir de las realidades trascendentes de la vida, se ahoga en la fantasía, engendrando las “industrias de la inutilidad”, abarrotándose con acúmulos, padeciendo sobre el peso constrictor de la irresponsabilidad, en que sucumbe por fin.La vida es simple en sus exigencias casi sobrias (ascéticas).Muchos cristianos distraídos, sin embargo, se adornan (se atavían), complican los deberes, se sobrecargan de lo dispensable, desperdician valores, tiempo y oportunidad edificante para el propio perfeccionamiento.

*Desperdician palabras, amontonándolas en verbalismos inútiles con la finalidad de esconder las verdades;desperdician tiempo en reposos y vacaciones demoradas, que anestesian los centros de combate de la acción del alma encarnada,desperdician alimentos en banquetes, recepciones, fiestas extravagantes con que disputan vanidades;desperdician medicamentos en estanterías empolvadas, aguardando en el hogar, enfermedades que no llegarán, o, que presentándose, los encontrarán vencidos;desperdician trajes y abrigos en armarios cerrados, que no volverán a usar;

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desperdician monedas irrecuperables en juegos y abusos de todo género, sin cualquier recato o celo;desperdician la salud en voluptuosidades del deseo y en inquietudes de posesión con ansiedad;desperdician la inteligencia, la belleza, la cultura, las artes en los espectáculos del absurdo y de la incoherencia, a fin de hacer el viaje de la recuperación de lo que destruyeron, en alucinada correría hacia lugar alguno….No se recupera la oportunidad malgastada.Nadie vuelve al pasado, en la búsqueda de rehacerlo, encaminándolo hacia otro rumbo.El desperdicio alucina al extravagante y consume al necesitado que se le hace víctima.Existe, si, mucho e incomprensible desperdicio en la Tierra.

*Reparte tu abundancia con la escasez de tu prójimo.Divide tus recursos, tus conquistas y habrás de verlos multiplicados en mil manos que se erguirán alabando y bendiciendo tus generosas manos.Pasarás por el mundo quieras o no. Tus hechos quedarán aguardando tu regreso.Como sembrares, así recogerás.Lo que desperdiciares hoy, te faltará mañana, no lo dudes.Sé pródigo sin ser perdulario (descuidado), generoso sin ser desperdiciador y lo que consiguieres será crédito o débito en la contabilidad de tu vida perenne.

Traducción no oficial del Centro Espírita Redención, Área Familia, Infancia y Juventud.Libro “LEIS MORAIS DA VIDA”, capítulo 20 autora Juana de Angelis (Espíritu) Divaldo Pereira Franco (psicografia)