DEVOCIONALES 07 DIAS JONAS Enojados con Dios · mos la vida, en desmedro del amor de Dios....

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DEVOCIONALES - 07 DIAS / Caleb Fernandez Pérez2019

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Devocionales07DIAS

El final del capítulo 3 era el final soñado para es-ta historia: «Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hi-zo.» (3:10). Después de mucha resistencia, una gran tempestad y un gran pez, Jonás fue a Níni-ve y predicó. En respuesta, la ciudad se arrepin-tió y en respuesta ese arrepentimiento, Dios tam-

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1 Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.

DIA01 Jonás 4:1

bién se arrepintió del mal que iba a hacerles. El profeta cumplió su misión. La ciudad se salvó. Todo está bien. La historia terminó. ¡Pero, NO! Jonás no estaba de acuerdo con el resultado de su misión. Y ahora en el capítulo 4 lo vemos en su peor faceta como creyente y ser humano.

Lo maravilloso es que no vemos a Dios angus-tiado por el disgusto de Jonás, por el contrario, como un Padre amoroso lo escucha, conversa con él, y establece preguntas que demandarán del profeta, al menos, una autoevaluación.

Una de las cosas más lindas de la relación con nuestro Dios, es que podemos ser nosotros, sin caretas, sin máscaras, sin hipocresías, tan solo nosotros. Por eso, cuando tengamos cuestiona-mientos en relación a la forma en la que Dios ac-túa en nuestra vida, permitámonos reaccionar de-lante de Dios con una reacción más nuestra, más humana, más propia, que hasta no nos sorpren-da reconocer que en otros momentos de nuestra

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vida hemos estado secretamente enojados con Dios.

Preguntas de reflexión:¿Por qué se enojó Jonás, aun cuando el final

del capítulo 3 ya era ideal?¿Qué debemos hacer cuando no estamos de

acuerdo con Dios?

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El problema de Jonás — y podría ser el nuestro también — es el exceso de ideología política, la obsesión ideológica, el nacionalismo, pues, todo esto tenía el poder de cegarlo a tal punto que le impedía amar como Dios ama. No estaba intere-sado en ninguna conversión que no trajera una li-beración sociopolítica.

Para Jonás, Dios era un traidor. Estaba ahora trabajando contra los oprimidos (su pueblo) y es-

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1 Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.

DIA02 Jonás 4:1

tá sirviendo a los poderosos de la tierra (Nínive). Jonás no puede concebir que Dios estaba salvan-do al imperio y el sólo hecho de pensar en un mundo gobernado por los ninivitas, lo llevaba a tener pensamientos suicidas: «prefiero morir».

Y creo que aquí hay un problema muy ad-hoc a nuestra realidad: Cuando cristianos se preocu-pan más por la cuestión ideológica que por el bien y la salvación de los hombres de otras razas y etnias, están pecando como Jonás. Si nuestra identidad está más arraigada en nuestra raza y nacionalidad que en ser pecadores salvados por la gracia e hijos de Dios, estamos en la misma ló-gica que Jonás. Hay un amor legítimo por nues-tros países y nuestra gente, pero cuando se vuel-ve excesivo y demasiado grande, el orgullo racial legítimo puede convertirse en racismo.

Esta fue una de las razones del enojo de Jo-nás, y también puede llegar a ser el nuestro, cuando nuestras ideas políticas y nuestro amor

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por nuestra gente se vuelve el lente por el que ve-mos la vida, en desmedro del amor de Dios.

Preguntas de reflexión:¿Cuál era el problema principal del enojo de

Jonás?¿Qué sucede cuando nos preocupa más la

cuestión ideológica que el bien y la salvación de los hombres de otras razas y etnias?

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Jonás se enojó de tal manera que el texto dice li-teralmente que «se calentó», «se irritó», «se que-mó de ira». No fue cualquier «disgusto», de he-cho, la palabra que se utiliza dos veces aquí en el hebreo es la misma que se usa para «el mal de los Ninivitas» del capítulo 3 y del cual ellos se arrepintieron. El contraste aquí es evidente, mientras Dios también se arrepiente del «mal» que iba a hacerles, Jonás aparece duplicando ese

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1 Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.

DIA03 Jonás 4:1

«mal». No aparece en la versión del español, pe-ro ahí está: ¡doblemente irritado!

Jonás deja la escena en la segunda mitad del capítulo 3 reapareciendo aquí de repente. Y esta es su realidad: no le gustó como Dios actuó, no le gustó el resultado de su predicación, no le gustó la respuesta a su oración. Dios estaba actuando de manera muy diferente a como lo había percibi-do él. Dios y Jonás son diametralmente opues-tos. Mientras Dios se aleja de su ira en consonan-cia con Sus atributos; Jonás «se quema de ira» en consonancia con su carácter pecaminoso. Es-ta percepción de Dios ha creado un profundo abismo que separa al Señor de Jonás.

Esta separación se profundiza cuando nos da-mos cuenta de la santidad de Dios y nuestro peca-do. Dios siempre actuará — puede gustarnos o no — de acuerdo a Su santidad. Sin embargo, nuestros enojos sólo mostrarán tristemente la realidad de nuestra naturaleza y el imperativo de

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buscar en Dios y en Su carácter una respuesta a nuestros cuestionamientos y quejas.

Preguntas de reflexión:¿En qué se muestra que Dios y Jonás son dia-

metralmente opuestos?¿Por qué nuestra percepción de Dios puede

crear un profundo abismo que nos separa del Se-ñor?

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En el devocional anterior vimos que la percepción que el profeta tenía de Dios había creado un pro-fundo abismo que separaba al Señor de Jonás. Y esto, muchas veces, es nuestro problema también. No es lo que Dios es, sino nuestra percepción de Él, nuestra experiencia con Él o nuestra lectura de Él. Jonás se decepcionó de su percepción de Dios y se enojó de tal manera que incluso no conseguía

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1 Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.

DIA04 Jonás 4:1

percibir correctamente la realidad y las personas a su alrededor.

Existe Dios, y existe la manera como pensa-mos en Dios. Dios es, pero nosotros también in-tuimos y construimos en nosotros una percep-ción acerca de Él. Cada uno invoca a Dios con «una experiencia de Dios» y lo trae para su reali-dad personal.

La crisis llega cuando ese Dios percibido es di-ferente al Dios de las Escrituras y ahí se presenta el desafío: tenemos que aprender a conocer a Dios y reinterpretarlo en nuestro camino.

El primer desafío que nos presenta el Señor es que para tener una relación más sincera y ho-nesta con Él, debemos transparentar nuestra per-cepción de Dios y reconocer que no nos estamos peleando con Él, sino con «una percepción en particular». Y en este sentido es que cuando nos enojamos con Dios debemos también reinterpre-tar Su Palabra.

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Preguntas de reflexión:¿Con qué aspecto de Dios nos hemos enoja-

do?¿Cuál es el desafío que nos presenta el Se-

ñor?

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Descaradamente Jonás expone su carácter en contraste con el carácter de Dios. Y esta es una actitud muy repetida del pueblo de Dios. Los Is-raelitas en el desierto utilizaron la misma fórmu-la al quejarse ante Moisés: «¿No es esto lo que te

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2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tie-rra? Por eso [yo] me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y pia-doso, tardo en enojarte, y de grande misericor-dia, y que te arrepientes del mal.

DIA05 Jonás 4:2

hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.» (Éxodo 14:12).

Siempre habrá una resistencia en abandonar una seguridad anterior, «Egipto» en el caso de los israelitas en el desierto, y «mi tierra» den el caso de Jonás; cuando hay un mandato divino de enfrentarse a una situación nueva. Siempre ha-brá una preferencia a la esclavitud de Egipto an-tes que pasar por el desierto con Dios. Y siempre habrá una opinión porfiada antes de reconocer la sabiduría y misericordia de Dios.

Jonás estaba convencido que la forma en la que Dios actuó estaba equivocado. Veía a Dios demasiado clemente y piadoso, no era una ala-banza, más bien era un reproche. Su opinión crí-tica hacia Dios, no le permitía tener una imagen correcta acerca de Dios.

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En definitiva, también es la arrogancia de la reivindicación de nuestra perspectiva: «¿no es es-to lo que yo decía estando aún en mi tierra?». O en otras palabras: «De haber sabido que ven-drían estos sufrimientos a mi vida por causa tu-ya, mejor me hubiera quedado en el lugar, en el ambiente y con las personas de mi pasado». Este es el pensamiento cíclico del pueblo de Dios. Por eso, debemos cuidar nuestro corazón, y filtrar to-do pensamiento humildemente a la luz de la Pala-bra de Dios.

Preguntas de reflexión:¿En que se manifiesta la resistencia reitera-

da del pueblo de Dios? ¿Qué tipo de arrogancia expresaba Jonás?

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En Jonás vemos algo muy particular, su forma ortodoxa hebrea de percibir a Dios no le alcanza-ba para interpretarlo correctamente, ni tampoco para transformar su corazón, sino que — y esto asustador — lo llevaba a interpretar las Escritu-ras de manera diabólica.

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2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tie-rra? Por eso [yo] me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y pia-doso, tardo en enojarte, y de grande misericor-dia, y que te arrepientes del mal.

DIA06 Jonás 4:2

Primero, recurre al nombre «Jehová» — au-sente en capítulo 3 —, y ahora se presenta en for-ma de reproche: «¡Ay, Jehová! Tú has prometido preservar a tu pueblo y ahora muestras miseri-cordia a los enemigos de tu pueblo, ¿cómo puede ser un Dios de justicia y permitir que queden sin castigo?»

Y en esto recuerda el Salmo 103:8 «Misericor-dioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia», y Éxodo 34:6 «¡Jeho-vá! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tar-do para la ira, y grande en misericordia y ver-dad». Sin embargo, y astutamente olvida el versí-culo 7 «que de ningún modo tendrá por inocente al malvado».

¿Qué es lo que está haciendo Jonás? Pone a Dios en contra de Dios. Todo para justificarse, lee la Biblia selectivamente e ignora adrede el ca-rácter completo de Dios. No sólo crea una ima-gen simplista de Dios, sino que la usa para inflar

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su propio ego, y apuntar a los demás con el dedo. ¿Quién más utilizó las Escrituras como una fuen-te de manipulación y de tentación? Satanás (Ma-teo 4: 1-11).

Cualquiera que cite y tuerza la Biblia de esa manera no tendrá alegría, sino que lo llevará al borde de la desesperación. Jonás le pide a Dios que le quite la vida (v.3). Cuando nos enojamos con Dios, debemos revisar nuestra interpreta-ción de Su Palabra, para re-aprender acerca de Su carácter perfecto.

Preguntas de reflexión:¿Para qué le sirvió a Jonás su forma ortodo-

xa hebrea de percibir a Dios?En contraste con Jonás ¿De qué manera de-

bemos leer la Biblia?

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A esta altura, Jonás está intentando manipular a Dios. Es irónico que ahora Jonás quiera morir porque Dios es misericordioso y compasivo; sien-do que cuando se enfrentó a la muerte, él mismo se benefició de estos mismos atributos (2:8), dic-tando cátedra acerca de los que «abandonan la misericordia de Dios siguiendo vanidades iluso-rias».

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3 Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vi-da.

DIA07 Jonás 4:3

Para Jonás aquí en este versículo 4, Dios es demasiado misericordioso, «corazón de abueli-ta», un Dios débil. Para Jonás, perdonar a sus enemigos es un verdadero escándalo. No tolera esta debilidad del amor que se desperdicia en hombres sanguinarios, y de cierta manera, aquí Jonás es la personificación de todos los intoleran-tes e inconsecuentes del mundo.

Pero, esta ira de Jonás, muestra que no esta-ba simplemente perplejo por un tema teológico. El verdadero problema de Jonás estaba en el ni-vel más profundo de su corazón. Todos los pro-blemas teológicos, de hecho, se manifiestan no solo en nuestros intelectos, sino en nuestro cora-zón.

Cuando Jonás dice «Sin eso, no tengo ningún deseo de continuar», quiere decir que ha perdido algo que había reemplazado a Dios como la ale-gría y la razón principal de su vida. Tenía una re-

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lación con Dios, pero había algo que valoraba más.

Cuando nos enojamos con Dios debemos rede-finir nuestra adoración: «No te serviré, Dios, si no me das esto», entonces «esto» es nuestro gran amor, nuestro dios a la medida, un ídolo en lo que más confío y lo que más necesito. Si eso no está, «mejor me es la muerte que la vida.»

Mientras haya algo más importante que Dios en nuestro corazón, seremos, como Jonás. Eso se tornará la base de nuestra felicidad, y si algo lo amenaza, nos sentiremos abrumados por la ira, la ansiedad y la desesperación.

Preguntas de reflexión:¿Por qué para Jonás Dios es demasiado mise-

ricordioso?¿Porqué el verdadero problema de Jonás es-

taba en el nivel más profundo de su corazón?

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© 2019 www.valparaisoipch.cl Caleb Fernández Pérez, Pastor de la 1ra Igle-sia Presbiteriana de Valparaíso y profesor del Se-minario Teológico Presbiteriano.

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