DÍA DEL EVANGELIZADOR MARISTA

¿Qué pretende? Ayudar a tomar conciencia de la labor evangelizadora que se realiza en nuestro centro educativo y

que es tarea de todos Promover la identidad y misión de los animadores de pastoral del centro (departamento de

pastoral) Celebrar la memoria de hermanos o laicos que han sido ejemplo en su misión. Para ayudar a tomar conciencia de la labor evangelizadora

1. Motivación al inicio de las clases 2. Ambientación en el centro educativo 3. Hoja de reflexión para personal docente, administrativo y de mantenimiento, padres de familia

Para promover la identidad y misión de loa animadores de pastoral

4. Hoja de reflexión para los miembros del departamento de pastoral 5. Eucaristía de envío o de renovación de la misión

Para celebrar la memoria de hermanos o laicos ejemplares

6. Hoja de reflexión y actividades para estudiantes

MOTIVACIÓN PARA INICIAR LA JORNADA Buenos días a todos, en esta jornada queremos centrar nuestra atención en las personas que desarrollan un papel importante en la vida de nuestro centro educativo: nos referimos a todos aquellos que directa o indirectamente contribuyen con su trabajo y su ejemplo a acercarnos a Jesús y a recordarnos que somos comunidad cristiana en crecimiento. Algunos de ellos trabajan como docentes, otros ofrecen gratuitamente parte de su tiempo en la catequesis, los grupos de amigos en marcha, aventúrate, remar, fraternidades. Cada uno de ellos ha escuchado la voz de Dios que pedía ayuda para transmitir la buena nueva y han respondido: heme aquí señor, envíame. Que a lo largo de este día agradezcamos a Dios el don que descubrimos en ellos y que sigan siendo para nosotros hombres y mujeres de fe, de paciencia y de compasión. En la clase de religión tendremos también la oportunidad de conocer y dejarnos cuestionar por el testimonio de personas que hicieron de la evangelización, el centro de sus vidas.

AMBIENTACIÓN EN EL CENTRO EDUCATIVO Estas son algunas imágenes que podemos utilizar para ambientar. Pueden hacerse en forma de pancarta si se ve la conveniencia.

HOJA DE REFLEXION PARA PERSONAL DOCENTE, ADMINISTRATIVO Y DE MANTENIMIENTO, PADRES DE FAMILIA

Una vocación es una experiencia

personal

Pedro Garcia-Casals, Christopher Columbus High School, Miami,

Florida, Estados Unidos de América Provincia Marista de

Estados Unidos.

Desde 1991 doy clases de lengua y literatura castellana en la

Christopher Columbus High School de Miami, Florida. Soy

Coordinador del Departamento de Lenguas del Mundo,

Delegado de Calidad, y Animador del Proyecto La Valla.

También he prestado mis servicios en la Spanish Honor Society,

la National Honor Society, y he sido miembro de la Comisión

Vocacional del colegio. Una vocación, de manera similar al estilo educativo de Marcelino, es una experiencia

personal, enraizada en la vida real, y práctica. Dios nos llama en nuestro medio para

atender las necesidades del aquí y ahora, y nosotros respondemos con amor a través de

acciones concretas y decididas. Pero la llamada empieza con una amistad. En este sentido,

mi vocación como marista seglar empezó en gran medida por mi amistad con los Hermanos

y así se mantiene, vinculada y enriquecida por mi vida como esposo y padre.

Llevo 16 años enseñando en la Columbus High School. Aquí fue donde obtuve mi primer

trabajo de verdad (es decir, sacando un dinerillo). Fue un empleo de época de vacaciones, y

poco me imaginaba yo, allá en 1975, siendo todavía alumno de secundaria en un centro

público a poca distancia del Columbus, que por designios de Dios pasaría de cortar la hierba

del terreno de fútbol del Columbus a trabajar en campos más nobles y enriqueciéndome

más con ello (y no me refiero al sueldo)

La primera vez que oí hablar de los Hermanos fue escuchando a los más veteranos de mi

familia que guardaban un recuerdo imborrable de sus años con los maristas, allá en Cuba.

Esos relatos se hicieron vida en mí cuando empecé a dar clases en el Columbus y conocí a

varios de los Hermanos que habían vivido el sueño de Marcelino en la tierra de mis

mayores, y que todavía se emocionaban cuando contaban sus experiencias con los ojos

humedecidos por las lágrimas. Picado por la curiosidad y deseoso de saber más sobre la

vida el hombre que había conseguido remover a tanta gente por los cinco continentes, me

aventuré en la lectura de la biografía del padre Champagnat escrita por el H. Juan Bautista.

Debo confesar que, aunque me había formado en las sofisticadas teorías modernas de la

crítica literaria y era escéptico con relación a los textos piadosos del siglo XIX, encontré esta

lectura muy entretenida y altamente reveladora. Este proceso me llevó a adentrarme en

otros documentos del Instituto. Una vez más, siendo cierto que la experiencia profesional en

la literatura me proporciona un marco de referencia y me sirve de camino espiritual de

conocimiento y aprecio del fundador, la realidad es que el testimonio y la amistad de los

Hermanos es lo que me lleva a definir mejor el carisma de Marcelino y mi papel como

educador marista. La traducción que hizo Marcelino del evangelio para incorporarlo a una

vida dedicada a amar a los jóvenes a través de la educación, fue ciertamente tan

revolucionaria para la juventud de su tiempo en la Francia rural, como lo sigue siendo para

mí hoy y aquí en Miami, Florida. El reto puede parecer en estos tiempos algo más complejo,

pero el sueño de educar en el evangelio, reconociendo y respetando la totalidad de la

persona y compartiendo un modo de vida que se fundamenta en Jesucristo, es una realidad

necesaria para contrarrestar tantos problemas de familias rotas y el ambiente materialista y

egocéntrico que existe. En ese sentido, cuando trato de vivir el celo de Marcelino para hacer

de la educación un verdadero acto de amor, entonces creo que soy marista.

Al hacer partícipes de estas convicciones a mis compañeros en encuentros como los retiros

de Compartir la llamada, de Esopus, y las sesiones del Proyecto La Valla en el Columbus he

adquirido un mayor sentido de solidaridad dentro del Instituto. Bien sea en Miami o en New

York, o me atrevo a decir en cualquier parte del mundo, el espíritu de presencia y familia de

los Hermanos, la sencillez y humildad que son la marca de la casa, y su amor por el trabajo,

me mueven a rezar y a esforzarme más para que haya vocaciones de hombres y mujeres

que, como ellos, den testimonio con valentía y con gozo de la presencia amorosa de Dios

entre nosotros. Yo tengo la inmensa fortuna de poder compartir junto con ellos mi vocación

de marista seglar. También tengo conciencia clara de la diferencia que hay entre las

vocaciones maristas, porque el término de laicado distingue nuestros votos distintos y

complementarios. Así como todos nosotros estamos llamados a renovar y sostener la visión

de Marcelino de vivir el evangelio a través de la educación cristiana de los jóvenes,

especialmente los más desatendidos, nuestros estilos de vida distintos definen nuestros

compromisos y la medida en que los referimos a una comunidad. Por la gracia de Dios a

menudo me doy cuenta de cómo mi relación amorosa con mi esposa y mis hijos apoya y

enriquece mi tipo de relación y participación en una comunidad más grande. Por exigente, y

a veces dificultosa, que pueda ser la vida de familia en un mundo que vive con

precipitación, ellos son mi fuente principal de inspiración, crecimiento, alegría verdadera y

delicadeza. Ciertamente me mantienen en forma.

Con el deseo de integrar todo lo que creo que constituye una llamada de Dios para mí, a

veces me dirijo a la capilla del colegio y me siento a rezar con la imagen de nuestro santo.

Con frecuencia he pensado que mis luchas como hombre de familia que quiere ser alguien

especial para los otros a través de la educación, son una experiencia que él también vivió al

reunir a los primeros hermanos en La Valla. Sabemos cómo educaba, nutría y animaba a

aquellos jóvenes discípulos a los que quería como a verdaderos hijos. Y cuando se levantó la

casa del Hermitage, él siguió siendo el Padre Champagnat, vigilante atento y cercano,

afectuoso, guía acogedor y animoso, el hombre que acudía a la Buena Madre en busca de

consejo, intercesión y fuerza cuando las cosas se ponían difíciles, y que alentaba a los

hermanos a confiar en Ella como su ‘recurso ordinario’. Bajo el cuidado de Ella la familia ha

florecido, porque su camino es el camino a Jesús, y ser marista tiene mucho que ver con

tratar de ser como Ella y alabar al Señor por las bendiciones con que colma nuestra vida.

¿A dónde puede conducir este sendero? Sinceramente, no lo sé. Hasta ahora sólo he

experimentado que puedo seguir confiadamente por la senda que Él me traza y reflexiono

en las palabras de Miqueas para acordarme de lo que es esencial: “obrar con justicia, amar

con ternura, y caminar humildemente con tu Dios”. Cada día doy gracias por todas las

bendiciones que he recibido, pero especialmente por el carisma y el sueño de Marcelino que

me ayudan continuamente a dar una respuesta como la de María llevando a Jesús a los

demás.

HOJA DE REFLEXIÓN PARA LOS MIEMBROS DEL DEPARTAMENTO DE PASTORAL

CLAVES QUE ABREN CAMINOS PARA SEGUIR ANUNCIANDO CON ESPERANZA LA BUENA NOTICIA DE JESUCRISTO

1. Hemos sido llamados por el Señor, sin ser los mejores ni los peores, con gratitud y agradecimiento

porque cuenta con nosotros. (Cf. Mc. 1, 16-19; Mc. 8, 34; Cor. 1, 26-31). Es esperanzador y abre camino refrescar la llamada del Señor en nuestra vida, recordando cómo nos llamó e invitó y lo que sentimos, porque se vuelve a experimentar que el Señor me quiere y sigue queriéndome a pesar de mi poca pasión e ilusión por El, “porque he dejado enfriar el amor primero”

2. Hemos tenido la dicha y la suerte de habernos encontrado con el Señor. (Cf. Mc 2,1-12; Lc 18, 35-43;

19,1-10; Hch. 9, 1-18). Es esperanzador y abre camino la experiencia el haber encontrado con el Señor, porque nos ayuda a comprender al que todavía no se ha encontrado y nos da pautas para ayudar a encontrarse.

3. Sentimos la necesidad de compartir con otros lo que el Señor nos ha regalo, porque sabemos que lo que no se da, se pierde. (Cf. Jn. 12,49-50; 1ª Cor. 9, 15; 1 Rom 10,14-15). Es esperanzador y abre camino evangelizar narrando la propia experiencia con pasión e ilusión.

4. Amando este mundo: estando en el mundo, sin ser del mundo. (Cf. Jn 1, 11; 17,14-15.18; 1ª Cor. 9, 19-23). Es esperanzador y abre camino afrontar el momento actual que nos ha tocado vivir, sin mirar al pasado, descubriendo todo lo bueno y positivo que contiene, asumiendo que no siempre vamos a ser comprendidos.

5. Con talante acogedor y asumiendo las debilidades de nuestros destinatarios. (Cf. Lc. 24, 15-19; Mc. 2, 5-11; 1ª Tes. 5, 13-15 ; 1ª Cor. 3, 1-4). Es esperanzador y abre camino cuando somos capaces de tener entrañas de misericordia con los que se sienten en pecado y débiles en la fe.

6. Asumiendo que es un proceso lento con avances y retrocesos, donde no se puede apagar el pábilo vacilante, ni cortar la cizaña antes de tiempo porque se puede cortar el trigo. (Cf. MT. 4, 18-22 ; Mc. 7, 17-23; 8, 27-38; 9, 33-37; 10, 35-45; Cf. Gal, 2, 20; Flp. 3, 12). Es esperanzador y nos abre caminos si aceptamos que la fe es un proceso de crecimiento, en el que las etapas necesitan un tiempo, son lentas, con avances y retrocesos. Proceso que no siempre consigue lo que se propone, y sin olvidar que es Dios quien va haciendo crecer la fe sin comprender muchas veces cómo lo hace y el porqué.

7. Entregados más allá del momento asignado: La evangelización no se reduce a un tiempo semanal, sino que comienza con la preparación personal y en grupo, se prolonga durante la semana orando por ellos, y en ocasiones teniendo alguna excursión, hablando personalmente, y participando y celebrando la misa dominical. (Cf. Mc. 1, 14; Lc. 8, 1; Mc. 9, 33-37; Mc. 13, 1-23; Lc. 9, 28-36). Es esperanzador y abre camino saber que siempre hace más el que quiere que el que puede, pues nuestra identificación con Jesús, impulsa estar más abiertos, entregarnos y darnos más a los demás.

8. Nos sentimos enviados por la Iglesia y el Instituto Marista, a realizar el servicio de evangelización. (Cf. Jn. 12, 49-50 ; MT. 28, 18-20; Jn. 17, 1-8 ; Hch. 15, 36-40; 2ª Cor. 4, 5).

Es esperanzador y muy bueno ir descubriendo, qué servicio es el que mejor podemos desempañar en la Iglesia y en el Instituto Marista, sintiéndose enviados por ellas, en comunidad de fe con otros hermanos y hermanas.

9. Presentamos el mensaje del Reino: como buena noticia, como salvación que libera de lo todo lo que oprime al hombre (especialmente el pecado y el maligno), como respuesta significativa de las grandes preguntas del hombre, como realidad que introduce en la vida de Dios, y construye un mundo distinto. (Cf. Cf.Mc.1, 14; MT. 11, 28-30; Flp. 3, 7-9; Flp. 2,21). Es esperanzador y abre camino experimentar que el evangelio siempre es buena noticia: que nos hace felices, nos libera, nos da sentido a la vida, nos invita a construir un mundo nuevo.

10. La experiencia de Emaús, nos devuelve la esperanza, fortalece nuestra fe para seguir sembrando con esperanza la Buena Noticia de Jesucristo. (Cf. Lc. 24, 13-35). Es esperanzador y abre camino vivir desde la Palabra; celebrar la fe como fortaleza y alimento del camino; sentirse apoyado por una comunidad, un grupo, un departamento de pastoral.

EUCARISTÍA DE ENVÍO O DE RENOVACIÓN DE LA MISIÓN CELEBRACIÓN DE ENVÍO Nota: Este rito está pensado para llevarse a cabo dentro de la Celebración Eucarística o en una Celebración de la Palabra. Puede llevarse a cabo luego de la homilía. Se puede añadir si no es muy pesado, el testimonio de algún agente de pastoral que quiera compartir con la asamblea por qué desarrolla esa misión y qué significa para ella. Las lecturas pueden ser las que señala el ordo litúrgico o bien: Is 53, 10-11; Sal 32; Hb 4, 14-16; Mc 10, 35- 45 Detalles previos:

Tener encendido el Cirio Pascual

Repartir una vela por cada agente evangelizador

Un lector para las moniciones Desarrollo del rito:

a. Monición introductoria A continuación vamos a celebrar el envío de nuestros agentes de pastoral. Todos somos responsables de acoger y anunciar el Evangelio, pero de manera especial, confiamos a algunos de nosotros para que sean garantes de que esta misión se realice de manera organizada y eficaz. Es una bendición de María el que podamos tener personas que, primeramente con su testimonio de vida y con su trabajo nos ayuden a hacer presente el cariño misericordioso de Dios Padre para cada uno de nosotros.

b. Llamamiento El celebrante invita a los agentes a acercarse al altar Estimados agentes de Pastoral, en nombre del Señor Jesús que nos reúne y de la Comunidad Educativa que celebra, los invito a acercarse al Altar, junto al Cirio que representa a Cristo Resucitado.

c. Monición al rito de envío La Provincia Marista de América Central, por medio de sus agentes de pastoral, realiza la misión encargada por Marcelino Champagnat, de dar a conocer a Jesús y hacerlo amar. Al encender nuestras velas del Cirio Pascual comprendemos que adquirimos el compromiso de ser guías de niños, jóvenes y adultos iluminando su camino y ayudándoles a discernir lo que Dios quiere de ellos.

d. Envío o renovación de envío Los agentes se van acercando por grupos de misión pastoral. Uno de ellos (el coordinador o coordinadora) da su vela al celebrante y él la enciende del cirio y la da para que ahí pasen la luz para los demás agentes. El celebrante puede acompañar este gesto diciendo lo que sigue:

- Profesores de Educación en la Fe: enciendan en los niños y jóvenes la luz de la fe en Jesús.

- Catequistas de Primera Comunión: enciendan en los niños y niñas el deseo de recibir a Jesús-Eucaristía.

- Catequistas de Confirmación: enciendan en sus adolescentes la inquietud por confirmar la fe que recibieron de niños.

- Guías de Amigos en Marcha: enciendan en sus niños y niñas la alegría de vivir la amistad con Jesús y con los demás.

- Asesores de Aventúrate: enciendan en sus adolescentes la audacia por crecer y vivir a tope las cualidades que Dios les ha dado.

- Timoneles de Remar: enciendan en los jóvenes la sed de conocer y acoger el don de Reino de Jesús.

- Acompañantes de Comunidades Remar: enciendan en los jóvenes la esperanza de hacer una nueva sociedad

- Encargados de liturgia y semanas especiales: enciendan en la comunidad educativa el amor a escuchar la Palabra de Dios.

- Encargados de las actividades de solidaridad: enciendan en los miembros de esta comunidad el fuego por un mundo más justo y generoso.

- Acompañantes de Fraternidades Maristas: enciendan en las Fraternidades el deseo de vivir el ideal propuesto por Marcelino Champagnat.

- Encargados de Escuela de Padres: enciendan en los padres y madres de familia el ánimo por formarse día a día en la tarea de edificar familias felices.

- Colaboradores de convivencias: enciendan en los niños y jóvenes el deseo de compartir con todos y de vivir los valores del Reino propuestos por Jesús.

- Encargados de Pastoral Vocacional: acrecienten en los niños y jóvenes la llama de la vocación que Dios ha puesto en cada persona para su felicidad y la de los demás.

(Cada dentro adapte las anteriores frases a la realidad que tienen) Al final el celebrante dice lo siguiente: Y Jesús llamándolos les dijo: saben que los que son tenidos por líderes de las naciones, se hacen señores de ellas y ejercen su autoridad. Pues bien, que no sea así entre ustedes, sino que el que quiera ser el más grande y eficiente entre ustedes, que sea primeramente servidor de todos y sepa escuchar a todos. Porque el Hijo de hombre no vivo a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos.

HOJA DE REFLEXIÓN Y ACTIVIDADES PARA ESTUDIANTES DE 7º EN ADELANTE

Hno. Mariano Blanco Castillo: Amar hasta darla vida El hermano Mariano Blanco falleció repentinamente y no en la comunidad de hermanos por vejez ni en el hospital por enfermedad: fue alcanzado por una bala cuando cumplía su labor en medio del conflicto nicaragüense de los años setenta. Mariano nació en San Salvador, el 25 de julio de 1937. Con catorce años sus padres lo llevaron a Santa Tecla a estudiar al Seminario de los Hermanos Maristas. Terminado su bachillerato y alcanzada la mayoría de edad es enviado al Noviciado de Tlalpán, México, y un año después emite sus votos como religioso marista. Termina su formación inicial en Cienfuegos, Cuba, donde cumple los 20 años. Con 22 años regresa a su patria y comienza a dar clases en el Liceo Salvadoreño, donde estará un año. Luego pasará cuatro años en el Liceo San Luis de Santa Ana, tres años en el Instituto Católico de Oriente de San Miguel, dos más en el Liceo San Luis, otros seis en el Liceo Salvadoreño, uno en el Colegio Champagnat de Santa Tecla, uno en el Liceo Guatemala y nuevamente uno en el Liceo San Luis: Como puede verse, no tuvo tiempo de echar raíces en ningún lado, siempre iba ahí donde los superiores lo enviaran. Su último destino fue la ciudad de Estelí, al Instituto San Francisco. Mariano era más bien callado, raramente se alteraba. Sus alumnos decían que era una persona con la que fácilmente se entraba en comunicación. Le gustaba acompañar a sus estudiantes a hacer deporte. Era especialmente sensible ante la gente necesitada. Aprovechaba el tiempo de vacaciones para ir con otros hermanos o jóvenes a aldeas indígenas en el Quiché, en Guatemala. Con cuarenta y dos años los superiores le pidieron ir a trabajar a Nicaragua donde los hermanos apenas llevaban pocos años de haber hecho la fundación del Instituto San Francisco. En 1978 la lucha entre somocistas y sandinistas se había incrementado. La Guardia Nacional hacía cateos en las casas y los hermanos fueron llevados al Comando Militar para ser inspeccionados. El curso escolar de 1979 inició de manera irregular, con una baja asistencia de alumnos. Muchas familias decidieron irse al extranjero o trasladarse a otros lugares pues temían enfrentamientos en la zona. Los hermanos decidieron que las clases siguieran su curso normal. El hno. Mariano asumió la coordinación de los cursos superiores a la vez que impartía clases de religión, estudios sociales, artes plásticas, etc. imprimiendo en todos cierta tranquilidad y seguridad. El 4 de junio el Frente Sandinista inició la ofensiva que provocaría la salida del presidente Somoza del país. En Estelí la victoria sandinista llegó el 16 de julio no sin antes pasar por bombardeos, cortes de energía eléctrica, agua y teléfono, disparos en las calles. Los hermanos pasaron este tiempo dentro de la casa de la comunidad, con pocas provisiones de comida al igual que la gente del entorno. Mariano aprovechaba para corregir cuadernos y preparar materiales para las clases. Hacia el 15 de junio la situación fue empeorando. El cuartel de la Guardia Nacional quedaba a dos cuadras de la casa de los hermanos y se esperaba una ofensiva. El hno. Lucas, superior de la comunidad,

reunió a los hermanos para expresarles su preocupación por la vida de ellos. Lo mejor era salir de Estelí y quizá de Nicaragua. La comunidad oró y se cuestionó el por qué de su presencia entre la gente de aquel lugar. Al final decidieron permanecer ahí. Mariano, como todos, apoyó esa decisión. El 19 de junio la Guardia Nacional comenzó a quemar casas cercanas a la casa de los hermanos. La gente del barrio pidió a los hermanos que salieran de ahí por el peligro que corrían. El hno. Lucas logró que las hermanas del Colegio El Rosario se pusieran de acuerdo para salir juntas las dos comunidades. Mientras tanto una madre de familia llegó a la casa de los hermanos y les pidió que se fueran de la zona. También le dijo al Hno. Mariano que el cónsul de El Salvador en Estelí le ofrecía trasladarlo inmediatamente a Managua en helicóptero para ponerlo a salvo. Mariano inmediatamente respondió: “No me separo de mi comunidad. Donde ustedes vayan, yo iré. No me voy a ir con el cónsul para dejarlos solos”. Luego del almuerzo, el hno. Lucas decidió ir a buscar el vehículo de las hermanas para poder sacar a los hermanos de la casa. Conversó con los sandinistas y le permitieron salir sin dispararle. Salió acompañado del hno. Mariano que sí sabía manejar para traer el vehículo. Caminaron 25 calles en las que fueron encontrando gente de la guardia y de los sandinistas quienes, al ver al hno. Lucas vestido con sotana y bandera blanca, los dejaban pasar. Las hermanas dieron su carro y los hermanos volvieron hacia su casa. Faltando 300 metros de la comunidad, al lado del Instituto, los hermanos de la casa oyeron venir el vehículo e inmediatamente una ráfaga de de metralleta. Se escuchó cómo el carro aceleró y fue a estrellarse contra la valla metálica del Instituto. A los pocos instantes el hno. Lucas abrió la puerta del lado del copiloto y entró en el Instituto llegando a la casa de los hermanos. Ahí, y con la sotana blanca manchada de sangre dijo: “El hermano Mariano está muerto”. Inmediatamente el hno. Lucas decidió ir al cuartel a pedir la autorización para enterrar al hno. Mariano. Media hora después del suceso, los dos hermanos más jóvenes fueron apresuradamente al vehículo y sacaron el cadáver de Mariano. Lo envolvieron en una sábana y lo llevaron a la casa. El vehículo mostraba cinco impactos de bala. Uno de ellos impactó en la cabeza de Mariano provocándole la muerte instantánea. Con la ayuda de una religiosa, se lavó y preparó el cuerpo de Mariano. Como no había posibilidad de salir de la casa por los bombardeos, se decidió cavar una tumba en el jardín al día siguiente. Con la ayuda de un vecino y rápidamente para evitar el bombardeo de los aviones que pasaban entre las seis y las siete de la mañana, se procedió a enterrar al hno. Mariano. Se puso su cuerpo junto a documentos de identificación en un sencillo ataúd hecho con tablas de madera. Al día siguiente los hermanos lograron salir de la casa para refugiarse en la casa de una familia amiga, lejos de Estelí. Testimonios de algunos hermanos “Tuve la oportunidad de compartir con él en San Miguel a finales de los años 60. Mariano era un hombre bastante callado, de apariencia externa muy serena, cumplidor de sus obligaciones comunitaria y sobre todo muy servicial y amigo. Para mí siempre fue una persona agradable y de fácil trato. Los alumnos lo apreciaban mucho”. (Hno. Jorge Muñoz) “Mariano era de un carácter muy tranquilo y reposado; llevaba su trabajo con eficiencia y sin meterse con nadie y eso mismo le propiciaba para que las relaciones con hermanos y alumnos fueran de fácil amistad. Ante su muerte, los hermanos que lo conocimos lo tomamos como algo providencial para él, no

sólo por haber sido escogido por Dios como mártir de la educación marista, que en sí ya encierra muchos méritos; sino que también la consideramos providencial en el sentido que él había vivido una crisis vocacional cercana a su cambio a Estelí. Ciertamente que en el poco tiempo que estuvo en Estelí dio muestras fehacientes de superación de la crisis y se hizo estimar y querer mucho por los hermanos, posiblemente mucho más que en otros lugares donde había estado anteriormente” (Hno. Zósimo Pérez) “Recuerdo al hno. Mariano, allá por el año 1975, no se encontraba muy bien en el Liceo Guatemala, vivía una serie de dificultades. El cambio al Liceo Salvadoreño no fue provechoso. Al proponerle para el año 79 la posibilidad de ir a Estelí, él me respondió que iría con mucho gusto. Ese año vino a San Salvador en mayo para hacer unos trámites. Tuve la oportunidad de hablar con él y le expresé la posibilidad de que ya no volviera a Estelí por la violencia y conflicto que toda Nicaragua estaba viviendo. Ante la propuesta, el hno. Mariano me dijo: “Si yo no vuelvo, los hermanos se quedan solos y en cualquier situación de emergencia el único que sabe manejar soy yo”. Simplemente le pedí que lo pensara y que respetaba su decisión. Y así fue, Mariano volvió a Estelí” (Hno. José Antonio López) “Viví con él un año en comunidad, en la secundaria del Liceo Guatemala, en el año 1974. Tengo muy presente de él su servicio: Mariano era el hermano que siempre estaba dispuesto a servir, a ayudar. A cualquiera que le llegara pedir que lo llevara en carro a cualquier dirección, Mariano le respondía que sí con todo gusto, aunque le tocara ir a una zona lejana. Siempre estaba disponible a servir al hermano que le pidiera ayuda” (Hno. Antonio Alvarenga) Para el trabajo personal y grupal

- Lee reposadamente el texto de la vida del hno. Mariano. - ¿Cuál es la situación que se vive en Estelí? - Menciona tres aspectos de la personalidad de Mariano que te llamen la atención - ¿Por qué el hno. Mariano es un ejemplo de evangelizador marista?

HOJA DE REFLEXIÓN Y ACTIVIDADES PARA ESTUDIANTES DE 4º A 6º

Padre Hurtado

Cuando leemos una historia nos encontramos con personajes que son “de película”. Esto lo decimos porque poseen tantas cualidades, que parece difícil encontrarlas en alguien de verdad. Sin embargo en Chile, vivió un hombre que, sin ser apuesto ni tener poderes especiales, era capaz de llamar la atención y dejar huellas por donde pasaba. Alberto nació en una familia formada por Don Alberto Hurtado y Doña Ana Cruchaga. Fue el hijo mayor y nació un 22 de enero de 1901. Ahí también fue bautizado formando parte de la Iglesia. Luego del Bautismo, volvieron al campo

donde vivían. Su vida en el campo transcurrió apaciblemente gozando del amor de sus padres y el nacimiento de su hermano Miguel. Convivió feliz con los trabajadores y niños del campo. También lloró mucho, pues murió su papá cuando sólo tenía cuatro años de edad. Al quedar solo con su madre y hermano, tuvo que trasladarse a Santiago a casa de unos parientes, porque quedaron en mala situación económica. Ingresó en el colegio San Ignacio de los jesuitas, por

su formación cristiana. Sin ser un alumno sobresaliente, se destacó por su alegría y buen compañerismo. Su espíritu de servicio le hacía destacar frente al grupo. Tenía muchos amigos.

Más adelante estudió en la Universidad Católica. Quería ser abogado para servir a los demás. Mientras estudiaba leyes, trabajaba en una parroquia pobre y atendía a los jóvenes que venían de las provincias. Sentía la llamada de Dios para ser sacerdote, pero debía esperar para sustentar económicamente a su familia. Se registró como abogado y Dios permitió la solución de los problemas económicos de su madre. Entró en la Compañía de Jesús. Iba lleno de felicidad. Finalmente podría prepararse para ser sacerdote. Inició un largo y esforzado período de

estudios tanto en Chile como en Europa, obteniendo doctorados en Teología y pedagogía.

El tiempo de preparación finalizó en 1933. En Lovaina, Bélgica, se ordenó de sacerdote. La Iglesia ahora contaba con este joven que quería servir a Dios y a Cristo presente en el pobre. Estaba lleno de felicidad. Volvió a Chile a servir a Dios, su “Patrón” a quien tanto amaba. Su interés por jóvenes y niños le hacía estar siempre disponible. Una palabra de aliento o una palmada en la espalda podían ser el primer paso para salir adelante. Si había que arremangarse la sotana para jugar fútbol, lo hacía

encantado. ¿De dónde venían sus fuerzas? ¿De dónde sacaba tanto entusiasmo y creatividad para realizar las múltiples actividades? La oración diaria, a las cinco de la mañana, y la celebración de la Eucaristía eran la gasolina que impulsaba este motor llamado Padre Hurtado. Estar conectado con Cristo era lo más fundamental de la tarea de cada día. De ahí provenían sus fuerzas.

Había tanto que hacer… ¿por dónde empezar? Cristo estaba en todas partes, sobre todo en las caras de los niños que necesitaban su ayuda. Para ellos fundó el “Hogar de Cristo”. Los recogía de las calles y puentes, invitándolos a comer una sopa caliente y dormir en una cama abrigada, pero no los obligaba. Ahí se les brindaba cariño que muchos anhelaban y nunca habían experimentado.

La personalidad del P. Hurtado atraía mucha gente, que no se perdía sus cuestionadores retiros y jornadas. Ellos luego se transformaban en los colaboradores de sus obras. Escribió varios libros que removían las conciencias. Entre ellos: “Humanismo social” o “¿Es Chile un país católico?” Cristo lo inspiraba. Quiso paliar tantas injusticias que ocurrían en su país… Junto

con jóvenes y adultos formó grupos de trabajo que dieron origen a una organización de trabajadores que se llamó Asociación Sindical Chilena. A ellos los ayudó a exigir lo que era justo, sin violencia pero con fuerza, y les dio ayuda legal. Otra característica de este hombre santo era la de no discriminar a nadie. Así se preocupó de los pobres, también lo hizo con los ricos, a los cuales siempre integró en sus equipos y les pidió ayuda. Para orientar a dirigentes y

profesionales creó la revista “Mensaje” que continúa hasta hoy. Toda historia tiene final, pero en este caso es sólo el comienzo. Después de una dolorosa enfermedad el día 13 de agosto de 1952, el Señor quiso llevárselo a su lado. Desde los brazos de Jesús, con su corazón generoso y su sonrisa amplia, empieza a regar las semillas que en la tierra había sembrado.

Alberto Hurtado fue reconocido como modelo de evangelizador y beatificado en 1994. En octubre de 2005 fue canonizado. Atrévete tú también a ser santo. Cristo necesita de ti. Descubre tus cualidades personales y hazlas crecer.

Pensamientos y reflexiones del Padre Hurtado: “Una sonrisa no cuesta nada, pero vale mucho” “Hay que dar hasta que duela, hasta que se caigan los brazos de cansancio” “La recompensa de un trabajo hecho consiste en haberlo realizado” “Colócate delante de Jesús, déjate mirar por él y descansa en él” “Mientras no veamos a Cristo en nuestros hermanos, nuestro problema no tiene solución” “La verdadera devoción no consiste solamente en buscar a Dios en el cielo o a Cristo en la Eucaristía, sino también verlo y servirlo en nuestros hermanos” “El amor no es recibir…es dar” Para el trabajo personal y grupal

- Leer detenidamente el texto subrayando las frases que más llamen la atención. - Colorear los dibujos y tratar de relacionarlos con lo que dice la historia que se va narrando. - Comparar la vida del P. Hurtado con la vida del P. Champagnat. ¿encuentras semejanzas? - Buscar en internet datos acerca del P. Hurtado y la obra que aún permanece en Chile.

HOJA DE REFLEXIÓN Y ACTIVIDADES PARA ESTUDIANTES DE K A 3º

Jesús es mensajero de paz Una vez, estaban Jesús y sus discípulos pasando por algunos pueblos cercanos a Jerusalén. Se detuvieron junto al Monte de los Olivos y ahí, Jesús le dijo a dos de sus discípulos:

- Vayan a ese pueblo que se mira desde aquí. Tan pronto entren, van a encontrar un burro. Nadie se ha montado nunca sobre él. Desátenlo y tráiganmelo. S i alguien les pregunta por qué hacen eso, ustedes responderán: “El Señor lo necesita y luego lo devolverá”

Los dos discípulos fueron al pueblo y encontraron al burro atado frente a una puerta, en plena calle. Cuando estaban desatando al burro, unas personas que estaban por allí les preguntaron:

- ¿Por qué están desatando ese burro? Los discípulos respondieron tal y como Jesús les había dicho. Entonces, aquellas personas los dejaron llevarse el burro. Los discípulos regresaron adonde estaba Jesús y pusieron sus mantos sobre el burro para que Jesús se montara sobre él. Y así lo hizo. Muchas personas empezaron a extender sus mantos en el suelo por donde iba a pasar Jesús. Otros cortaron ramas de los árboles y también las pusieron como alfombra en el suelo. Toda la gente que se reunió, tanto adelante como detrás de Jesús, iba gritando:

- “¡Sálvanos, por favor!” “¡Bendito tú que vienes en el nombre de Dios!” “¡Bendito sea nuestro nuevo rey!” “¡Tú que eres descendiente de nuestro antepasado David, por favor sálvanos, Dios altísimo!”

Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén fue al templo y vio cómo estaba todo ahí. Pero como ya era casi de noche, se fue con sus discípulos a Betania.

¡UNA CUCHARADA DE SABIDURÍA! Los judíos esperaban a un rey que entraría a Jerusalén para librar al país de los romanos. Lo esperaban como a un gran guerrero que iba a destruir a los enemigos de Israel. Pero Jesús no llegó para pelear contra ningún país, él trajo un mensaje de paz. Él anunció que vino a salvar a las personas de sus pecados, para enseñarles a amar y a creer en Dios.

BUSCA EL CAMINO QUE JESÚS USÓ PARA ENTRAR EN JERUSALÉN.

¿SABIAS QUE… …en los tiempos de Jesús, los caballos eran símbolo de la fuerza, la guerra y la victoria? Los burros en cambio eran símbolo de la paz, el bienestar y la humildad. Cuando un rey conquistaba una ciudad, entraba a ella montado a caballo. Pero si un rey entraba a la ciudad en forma pacífica, lo demostraba montado en un burro. Jesús entró a Jerusalén como un rey de paz.

¿CÓMO PODRÍAS DEMOSTRAR TÚ A LA GENTE QUE ERES SEGUIDOR DEL MENSAJE DE PAZ DE JESÚS? Colorea los burritos que acompañas las respuestas correctas

Un compañero de escuela te quita tus cuadernos y los rompe. Tú le pegas y le adviertes que nunca lo vuelva a hacer, porque le pegarás más duro. Tu iglesia está recogiendo alimentos y ropa para ayudar a una familia pobre. Tú

decides llevar alimentos para cooperar con esa familia Un compañero tuyo se siente triste. Tú piensas que nadie lo quiere. Tú vas, le ofreces tu amistad y le dices que Dios lo quiere mucho. Sientes envidia de los zapatos nuevos de tu amiga Luisa. Entonces vas y se los

ensucias con lodo. Te gusta mucho ver la televisión por la noche. Pero tus papás te han dicho que vayas a dormir temprano durante la época escolar. Tú obedeces y te vas a acostar.

Ayer, cuando llegaste a la escuela, Carlos te pegó y te robó tu almuerzo. Hoy tú llevas dos almuerzos, buscas a Carlos y le regalas uno. Tú le dices que quieres ser su amigo.

Hay una reunión de personas que quieren prohibir que los niños pobres entren en el parque del vecindario donde tú vives. Tú los apoyas.