Dialectica y Modernidad

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    Gran Therborn

    Dialcticas de la Modernidad:

    Acerca de la Teora Crtica y el Legado del Marxismo del Siglo XX

    El Concepto De Modernidad En Marx

    Momentos De La Tradicin Crtica

    El Terreno de la Crtica Terica

    Popper Versus Adorno

    El Nuevo Terreno De Habermas

    La Relevancia de la Escuela de Frankfurt Revivida

    El Marxismo Occidental y Otros

    Releyendo el Marxismo Occidental en Retrospectiva

    La Teora Crtica y la Revolucin de Octubre

    El Giro Filosfico

    El Marxismo y las Rutas A Travs de la Modernidad

    El Marxismo Europeo Despus de la Segunda Guerra Mundial

    Un Breve Resurgimiento

    El Marxismo en los Nuevos Mundos

    La Creatividad del Marxismo Norteamericano

    El Futuro de la Dialctica

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    Dialcticas de la Modernidad Gran Therborn

    Revista Encuentro XXI, N 6, primavera del sur 1996 Pg. 2 de 27http://www.geocities.com/~encuentroxxi

    Casilla 246-12, Santiago, Chile tel: (562) 27755555

    Gran Therborn I

    Dialcticas de la Modernidad:

    Acerca de la Teora Crtica y el Legado del Marxismo delSiglo XX1

    Los estudiantes de la historia parlamentaria estn familiarizados con la idea de La LealOposicin A Su Majestad. El Marxismo, como fenmeno histrico social, ha sido laOposicin a Su Moderna Majestad la modernidad.2 Siempre crtico de y luchando contrasus regmenes predominantes, pero nunca cuestionando la legtima majestad de lamodernidad y, cuando menester, explcitamente defendindola. Como muchas oposiciones,el Marxismo tuvo sus pasadas por el poder, pero sus instantes de gobierno han sido brevesen su atractivo y creatividad, ms bien propensos a producir duda y desilusin, y slomediante el ejercicio del pragmatismo del poder han logrado persistir.

    El Marxismo es sin embargo la mayor manifestacin de la dialctica de la modernidad, enun sentido sociolgico as como terico. Como fuerza social, el Marxismo fue undescendiente legtimo del capitalismo moderno y la cultura de la Ilustracin. Para bien opara mal, correcta o errneamente, los partidos, movimientos y corrientes intelectuales

    Marxistas llegaron a ser, por casi cien aos desde el siglo diecinueve tardo al veinte tardo,la forma ms importante de abrazar la naturaleza contradictoria de la modernidad. Afirmsimultneamente los rasgos positivos, progresistas del capitalismo, la industrializacin,urbanizacin, alfabetizacin masiva, el mirar hacia el futuro en lugar del pasado y elmantener el ojo puesto en la tierra del presente, y, de otro lado, denunciar la explotacin, la

    I Este artculo est traducido del New Left Review, nmero 215, Enero-Febrero 1996. Su autor,

    Gran Therborn, Professor, Director Swedish Collegium for Advanced Study in the Social Sciences,

    Gotavagen 4, 752 36 Uppsala, Sweden ha visitado Chile, invitado por la Universidad Academia De

    Humanismo Cristiano. Desde 1996 forma parte del Consejo de Redaccin Internacional de Encuentro XXI.

    1 El presente artculo fue publicado en la Revista Encuentro XXI #6, Primavera del Sur 1996,

    Santiago, Chile.

    2 Una versin ms extensa de este texto forma una contribucin a la prxima coleccin, Bryan

    Turner, ed.,A Companion to Social Theory, Blackwell, Oxford. Textos clsicos no citados, que existen en

    un nmero de ediciones y traducciones, son referidos solamente en el texto con el ao de publicacin de la

    edicin original.

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    alienacin humana, la mercantilizacin y la instrumentalizacin de lo social, la falsaideologa, y el imperialismo inherentes al proceso modernizador.

    El Liberalismo y racionalismo de la Ilustracin, incluyendo, ms recientemente, la socialdemocracia post-Marxista y el conservadurismo post-tradicional, han representado laafirmacin de la modernidad, y no han levantado objeciones a la ciencia, la acumulacin, elcrecimiento y el desarrollo. El conservadurismo tradicional, religioso o secular, se volvicontra la negatividad de la modernidad. La tradicin intelectual Nietzschiana, desde Nietzsemismo hasta Michel Foucault, ha sido francotiradora contra la modernidad, la democraciaCristiana o -en mucho menor medida- Islmica, el fascismo y populismo Tercermundista.Los Marxistas estuvieron, en su conjunto, solos en alabar a la modernidad -y su quebrar lacaparazn de la idiotez rural y airear los humos del opio del pueblo- y al mismo tiempoatacarla. El Marxismo defendi la modernidad con la vista puesta en otra, mscompletamente desarrollada, modernidad.

    El Marxismo fue la teora de esta dialctica de la modernidad, al mismo tiempo que su

    prctica. Su teora se centr en el ascenso del capitalismo, como etapa progresiva deldesarrollo histrico, y en sus contradicciones, en su explotacin de clases, sus tendenciasa la crisis, y su generacin de conflicto de clases. Luego que sus lineamientos principaleshaban sido dibujados a trazos audaces, enEl Manifiesto Comunista , el mtodo dialcticotambin prest atencin a las dimensiones de gnero y nacional de la emancipacinmoderna. El primer antagonismo de clases, escribi Friedrich Engels en su libro ElOrigen de la Familia, Propiedad privada y el Estado es aquella entre el hombre y la mujerla primera sujecin de clases aquella de la mujer al hombre.3 Uno de los libros msampliamente difundidos del movimiento obrero Marxista temprano fue La Mujer Y elSocialismo (1883), de Augusto Bebel.4

    El Concepto De Modernidad En Marx

    Como apasionados analistas polticos, Marx y Engels siguieron de cerca las polticasnacionales de su tiempo, a pesar que la mayor parte de sus escritos acerca del mismo fueronrespuestas a circunstancias particulares. Desde fines de la dcada de 1860 en adelante, sinembargo, si se concentraron en un problema con implicaciones de largo alcance: como laopresin de una nacin sobre otra afectaba el conflicto de clases en cada una de ellas. Elcaso concreto fue Inglaterra, el pas capitalista ms avanzado, donde, Marx y Engelsconcluyeron, la revolucin social era imposible sin el precedente de una revolucin nacionalen Irlanda. Los Marxistas de los imperios multinacionales Austro-Hngaro y Ruso pronto

    3

    Engels, Die Ursprung del Familie, des Privateigentums and des Staats (1884), en Marx- EngelsWerke, vol. 21, Berln 1972, p.69.

    4 Bebel era, por cierto, el lder del principal partido Marxista, los Social-Demcratas Alemanes. El

    movimiento obrero Marxista temprano, particularmente en Europa Central Y Oriental, involucr a un

    nmero de mujeres nico para esa poca en posiciones prominentes, Anglica Balabanoff, Kata Dalstrm,

    Alexandra Kollontai, Ana Kuliscioff, Rosa Luxemburgo, Henritte Roland-Host, Vera Zasulich, Klara

    Zetkin, y algunas otras. La Social-Democracia Marxista fue tambin el primer movimiento poltico

    masculino que demand el derecho de las mujeres a votar.

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    tuvieron que prestar una atencin terica ms sistemtica al concepto de nacin y surelacin con clase. El principal trabajo terico que iba a emerger de este esfuerzo fue LaCuestin de las Nacionalidades Y La Social Democracia, de Otto Bauer (1907). Pero la

    visin estratgica y la prctica poltica que conectaron al Marxismo y el conflicto capital-trabajo con las luchas anticoloniales y otras luchas por la autodeterminacin nacional fuerondesarrolladas plenamente por Vladimir Lenin, en una serie de artculos escritos justo antesde la Primera Guerra Mundial, y luego consolidados en su estudio de tiempos de la guerraImperialismo (1917).5

    Pero ver a Marx y Engels como dialcticos de la modernidad es una lectura de fines delsiglo veinte, una expresin de un perodo en el cual la teora social crtica esta asentando surelativa autonoma de la economa y en el cual, sobre todo, el valor mismo de lamodernidad est siendo cuestionado desde una perspectiva de post- ms que pre-modernidad. Sin embargo, debe ser enfatizado que, aunque dichas lecturas, abordadas enforma pionera por Berman, son recientes, no estn sobrepuestas arbitrariamente. 6 Aunquenunca teorizada ni admitida el canon Marxista clsico, una concepcin de modernidad

    prevaleca en el pensamiento de Marx. En las primeras ocho pginas de la edicin Werkedel Manifiesto Comunista, nos enteramos acerca de la industria moderna (tres veces),moderna sociedad burguesa (dos veces), la moderna burguesa (dos veces),trabajadores modernos (dos veces), y sobre el moderno poder de estado, las modernasfuerzas productivas, y de las modernas relaciones de produccin.7 Y el propsitoltimo de Marx en Capital , como lo pone en su prefacio a la primera edicin, fuedescubrir la ley de movimiento de la sociedad moderna.

    Mantener sujetos ambos cuernos de la modernidad, el emancipador y el explotador ha sidouna tarea intrnsecamente delicada, ms fcilmente asumida por intelectuales que porpolticos prcticos. La tradicin Marxista ha tendido por lo tanto a derivar de unacaracterizacin a otra en su prctica de las dialcticas de la modernidad. En la SegundaInternacional (1889-1914) y en la tradicin social-demcrata posterior, el aspecto negativotendi crecientemente a ser opacado por una concepcin evolucionista de poderescontrapuestos crecientes, de sindicatos obreros y partidos de clase obrera. El Cominterm oTercera Internacional (1919-43) y la subsecuente tradicin comunista, por contraste, seenfoc en lo negativo y su peripecia, denunciando los crecientes males del capitalismo ymanteniendo la esperanza de un sbito revs revolucionario.

    Momentos De La Tradicin Crtica

    La crtica y el criticismo emergieron como empresas intelectuales de importancia en Europaen el siglo diecisiete, enfocadas al escrutinio filolgico de textos antiguos, incluidos textos

    5 Una excelente revisin de los temas involucrados, as como una seleccin concentrada de textos es

    Los Marxismos Y La Cuestin Nacional, 1848-1914 de G. Haupt, M. Lowy, C. Weill, ed., Pars 1974.

    6 M. Berman, Todo Lo Slido Se Desvanece En El Aire, Verso, Londres, 1983.

    7 Marx y Engels, Manifiesto del Partido Comunista(1848), en Marx-Engels Werke, vol. 4, Berln

    1972, pp.462-9.

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    sagrados.8 En el siglo siguiente, el rango se ampli a la crtica de la poltica, la religin y larazn. En Alemania en la dcada de 1840, el criticismo disfrut una nueva expansin,luego de dcadas de reaccin post-revolucionaria, en la forma de crticas filosficas de la

    religin y la poltica. Engels y Marx iniciaron su colaboracin de toda una vida escribiendouna stira de la crtica crtica Hegeliana de Izquierda de Bruno Bauer y Otros, La SagradaFamilia in 1844.

    Sin embargo, la tradicin terica crtica Alemana, que tomada en forma amplia incluye tantoa Kant como a los Hegelianos de Izquierda, fue trasladada hacia el Marxismo. Despus detodo, Marx y Engels se proclamaron herederos de la filosofa Alemana, y el trabajoprincipal de Marx fue subtitulado Crtica de la Economa Poltica. En Alemania o en laliteratura de inspiracin Alemana, la crtica de la economa poltica fue durante muchotiempo sinnimo del Marxismo.

    La ciencia a la cual Marx estaba dedicado inclua as la crtica como un elemento central,y esta crtica se supona deba ser cientfica. Mientras Marx y Engels no vean tensin

    alguna entre ciencia y crtica, en la recepcin acadmica Occidental, principalmenteAnglosajona, posterior a 1968, se traz una distincin entre Marxismo critico ycientfico.9 Dejando de lado la alcurnia y mrito de dicha distincin, los tipos ideales deGouldner claramente implicaban una divisin de estilos cognitivos y estrategias en laacademia marxistizante de aquella poca. An as este recuento dio a la crtica unsignificado ms estrecho que el que tuvo antes.Los Dos Marxismos de Goulder constituyeun momento de la tradicin crtica, ms que la tradicin misma.10

    El Terreno de la Crtica Terica

    Como concepto, la crtica terica fue lanzado en 1937 por Max Horkheimer, el director delexiliado Instituto de Frankfurt de Investigacin Social, escribiendo en Nueva York para el

    peridico en idioma Alemn del Instituto, publicado en Pars. Fue asistido por su asociadoHerbert Marcuse.11 El significado del trmino era una reflexiva concepcin filosficamenteauto-consciente de la dialctica crtica de la economa poltica.12 Una nocin clave delcrculo Horkheimer, que posteriormente iba a ser conocido como la Escuela de Frankfurt,la teora crtica reemplaz al materialismo. El asociado intelectual ms estrecho de

    8 R. Koselleck, Kritik und Krise, Frankfurt 1992 (first ed. 1959), pp. 87ff.

    9 A. Gouldner,Los Dos Marxismos, Londres, 1980.

    10

    Una elaboracin reciente, ms fiel, de la crtica de Marx puede encontrarse en Identidad Poltica,Pensando A Travs De Marx, de R. Meister, Oxford 1990.

    11 H. Marcuse, Philosophie und kritische Theorie (1937), in Kultur und Gesellschaft, vol I,

    Frankfurt, 1965.

    12 M. Horkheimer, Traditionelle und kritische Theorie (1937), in Max Hokheimer Gesammelte

    Schriften , vol. 4, A. Schmidt and G. Schmidt Noerr, eds. Franfurt, 1988, p. 180. Ver tambin Critical

    Theory: Selected Essays, trans. M.J. OConnel, Nueva York 1972.

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    Horkheimer, Theodor W. Adorno, escribi mucho despus, que el cambio de expresin noestaba destinado a hacer aceptable el materialismo sino para hacer conscientes a loshombres acerca de lo que distingua al materialismo. 13 Ello es probable, puesto que la

    posicin de Horkheimer hacia el mundo burgus real era quizs ms intransigente en 1937que lo que lo haba sido en 1932, cuando lleg a ser el primer director y editor del Instituto.

    De otro lado, Horkheimer fue siempre un operador experto y cauteloso. Desde el principio,la crtica terica fue ms bien un cdigo para, ms que una crtica de, el materialismodialctico. Como tal, tena un vnculo especial explcito, aunque no sin problemas, con elproletariado, y asentaba la supremaca de la economa, a trazos gruesos.14 Y cuarenta aosms tarde, Herbert Marcuse, que en los aos treinta era una de las estrellas en ascenso delInstituto, argumentaba de hasta e fin, la teora Marxista misma era [su] fuerzaintegradora.15

    La teora crtica, como opuesta a la teora tradicional, delineada primero en el Discourseon Method de Descartes (1637) y contenida en las disciplinas especiales

    (Fachwissenschaften), rechazaba antes que nada la divisin del trabajo intelectual, y conella todas las concepciones existentes de la teora, en las ciencias sociales al igual que en lasnaturales, empiricistas o no. Es una postura humana [menschliches Verhalten ], escribiHorkheimer, que tiene a la sociedad misma como su objeto. La vocacin del tericocrtico es la lucha, a la cual su espritu pertenece. La teora crtica es un slo y elaboradojuicio existencial.16 Aunque rechazan un rol en la divisin del trabajo existente, los crticostericos no se ubican al margen o encima de las clases. Entre ellos y la clase dirigidaexiste una relacin dinmica, aunque dicha unidad existe slo como conflicto. Mediantela interaccin entre el terico y la clase, el proceso de cambio social puede ser acelerado. Latarea de la teora crtica es contribuir a la transformacin del todo social que slo ocurremediante conflictos sociales cada vez ms agudos. La teora, por lo tanto, no ofrece aliviode corto plazo, ni an mejoramientos materiales graduales ningunos. Sin embargo, la teoracrtica es teora, caracterizada por conceptualizacin formal, lgica deductiva, y referenciaexperimental. Partes individuales de ella pueden operar asimismo en formas tradicionalesde pensamiento, esto es, en anlisis cientficos ordinarios. No es hostil ni desinteresada dela investigacin emprica.17

    13 Adorno,Negative Dialectics, trad. E.B. Ashton, Nueva York 1973, p 197.

    14 M. Horkheimer, Traditionelle und kritische Theorie, p.187ff; y Nachtrag (1937), en Max

    Hokheimer Gesammelte Schriften , vol. 4, p.222.

    15 Ver Habermas, The Theory of Communicative Action, trad. T. McCarthy, Boston 1981, p. 197.

    16 M. Horkheimer, Traditionelle und kritische Theorie, pp.180, 190, 201.

    17 Ibid., pp 192-3, 199-200. El inters muy amplio de los crticos tericos en la investigacin

    emprica aparece en su forma ms clara en los contenidos de laZeitsschrift fr Sozialforschung, el peridico

    del Instituto.

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    El centro de la teora crtica es el concepto Marxiano de intercambio, desde el cual seextender fuera de Europa la sociedad capitalista real, abarcadora del mundo.18 La teoracrtica es en muchos lugares reducida al economicismo, pero ello no significa que lo

    econmico se aprecie como demasiado importante, sino que es tomado en forma muyestrecha. El proceso de formacin social (Vergesellschaftung ), si est teniendo lugar,necesita ser estudiado y analizado no slo en trminos econmicos, sino con atencin alfuncionamiento del estado, y al desarrollo de los momentos esenciales de la democraciareal y asociacin.19 Sera falso, escribi Marcuse, disolver los conceptos econmicos enlos filosficos. Ms bien al contrario,.... objetos filosficos relevantes van a serdesarrollados desde el contexto econmico.20

    Popper Versus Adorno

    En 1961 la Sociedad Alemana de Sociologa confront una profunda un fundamental crticaantagnica cuando invit a Karl Popper a dar una conferencia acerca de la lgica en las

    ciencias sociales, con Adorno como co-referente. El encuentro formal fue educado, pero enAlemania se gener una acalorada controversia que, para ira de Sir Karl, se llam laPositivist musstreitla controversia positivista.21 Popper, que rechaz la etiquetaPositivista, present como criticista, el ncleo del cual forma parte una visin delmtodo cientfico como consistiendo en intentos tentativos de solucin a los problemasabordados, soluciones controladas por el ms agudo criticismo. Popper atacexplcitamente una concepcin inductivista y naturalista de la ciencia, y reconoci el valordel mtodo interpretativo como la lgica de la situacin en las ciencias sociales.22

    Adorno encontr, como dialctico, para su sorpresa, muchas cosas en las cuales concordarcon la posicin criticista de Popper, y su argumentacin fue mas bien una reflexinposterior sobre las tesis de Popper que la presentacin de un conjunto de anttesis. Ello nomell, sin embargo, su filo crtico caracterstico.23 La principal divergencia de Adorno con

    18 Ibid., p.201.

    19 Horkheimer, Nachtrag,pp. 222-3.

    20 Marcuse, Philosophie und kritische Theorie, p.102.

    21 K.R.Popper, The Frankfurt School: An aAutobriographical Note, en J. Marcus y Z. Tar (eds),

    Foundations of the Frankfurt School of Social Research, New Brunswick 1984; Adorno et al., The

    Positivist Dispute in German Sociology, trans. D. Adey and G. Frisby, London 1976.

    22 Popper, Die Logil der Sozialwissenchaften, en H. Maus y F.Firstenberg (eds), Der

    Positivismusseit in der deutschen Sociologie, Neuwied and Berlin 1962, pp.106-7, 120.

    23 Adorno, Zur Logic der Socialwissenschaften, enDer Positivismusseit in der deutschen Sociologie,

    pp.125-128. El contraste entre el elegante cercado de Adorno y la desagradable arrogancia a posteriori de

    Popper se aprecia en la abstinencia de parte de Adorno de ataques personales, en su introduccin de 1969 as

    como en su Korreferat de 1961. Al final de la ltima Adorno se refiri a una correspondencia previa a la

    reunin, en la cual Popper debiera haber dicho que la diferencia entre l y Adorno pudiera ser que l, Popper,

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    Popper concerni al objeto del criticismo o crticael Alemn utiliza la misma palabra paraambos. Para Popper, el blanco del criticismo eran soluciones propuestas para problemascientficos, pero para Adorno la crtica debe extenderse a la totalidad de la sociedad.

    Solamente cuando podamos concebir una sociedad diferente a lo que es, la sociedadpresente deviene en un problema para nosotros: slo por lo que es no se descubrir a simisma como es, y eso, Yo supongo, es lo que deviene en una sociologa, que no, como lamayora de sus proyectos, es verdad, se limita a los propsitos de la administracin pblicay privada.24

    La dialctica de la teora crtica se desarroll ms all de la critica Marxiana de la economapoltica. Durante la guerra, Horkheimer abandon su plan de escribir un tratado mayor dedialctica, y en cambio l y Adorno recopilaron una coleccin de ensayos y fragmentos,Dialctica del Iluminismo (1944). El tema puso el tono de la Escuela de Frankfurt depostguerra, en otras palabras la autodestruccin del iluminismo escrita desde elcompromiso de salvar el iluminismo.25 Esto todava era visto como una extensin delMarxismo, pero la interpretacin de Friedrich Pollock acerca del fascismo como capitalismo

    de estado, del cual el Estalinismo era tambin una variante, tendi a empujar a las categorasclsicas de la economa poltica a un segundo plano, un proceso que es evidente ya entre laversin no publicada de 1944 de Dialctica del Iluminismo y la edicin de Amsterdam de1947. 26 El ltimo trabajo mayor de Horkheimer,El Eclipse de la Razn (1947), se centren la crtica de la razn instrumental, y, despus de la guerra, cuando Adorno se transformen el principal terico crtico, die verwaltete Welt , el timbre trgico de lo que en un inglspoco musical se denomina the administered world [el mundo administrado], setransform en un concepto crtico central. Freud y su crtica cultural fue tambinincorporado a la teora crtica de postguerra, ms elaboradamente enEros y Civilizacin deHerbert Marcuse (1955).

    Sin embargo, el cordn umbilical a la crtica Marxiana de la economa poltica no fuecortado nunca, aunque quedaba poca esperanza de algn resultado dialctico positivo. Estacrtica provea la lnea basal de la crtica de la ideologa de la sociedad industrial de

    crea que viva en el mejor de los mundos pero Adorno pensaba que no. Al mismo tiempo que afirmaba que

    la maldad de las sociedades es difcil de juzgar, y que l era igualmente hostil a una teora de observador,

    Adorno admiti que le era difcil de asumir que no haba existido una mejor poca que aquella que haba

    incluido a Auschwitz. Ver ibid., pp. 141-2. Popper luego dio curso a una tirada de invectivas, que puede ser

    resumida en, Adorno no tiene nada en absoluto que decir; y lo dice en lenguaje Hegeliano. Popper, La

    Escuela de Frankfurt, p.167.

    24 Ibid,. p. 142.

    25 Horkheimer y Adorno, Dialektik der Aufklrung (1944), en Max Horkheimer Gesammelte

    Schriffen , vol. 5, Frankfurt 1987, p.597.

    26 W. Van Reijen y J. Braunsen, Das Verschwinden der Klassengeschichte in der Dialektik der

    Aufklrung : Ein Kommentar zu den Textvarianten der Buschausgabe von 1947 gegen, ber der

    Estverffentlichung von 1944, enMax Horkheimer Gesammelte Schriffen , vol. 5.

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    Marcuse. 27 Estaba presente en la polmica de Adorno con Popper, y estaba eminentementepresente en el ltimo trabajo de Adorno, sus conferencias en la primavera de 1968, unaintroduccin a la sociologa. Aqu llam la atencin de C. Wright Mills por permanecer tan

    atado a las convenciones predominantes de la sociologa que dejaba de lado el anlisis delproceso econmico.28

    El Nuevo Terreno De Habermas

    El asistente y protegido de Adorno y sucesor de Horkheimer al silln de filosofa ysociologa de Frankfurt, Jrgen Habermas, estaba ya ocupado, sin embargo, sacando elproyecto crtico fuera de la economa poltica Marxista. Estos nuevos desarrollos fueronmotivados originalmente por cambios en el capitalismo mismo que generaron nuevos rolesa la poltica, la ciencia y tecnologa. Para los conceptos Marxistas de fuerzas y relaciones deproduccinlos conceptos claves de la teora de Marx acerca de la dialcticasocialHabermas sustituy trabajo, que involucraba tanto accin instrumental como

    eleccin racional, y interaccin simblica mediatizada o accin comunicativa. En unaserie de lecturas y ensayos en el curso de la dcada de 1960, Habermas deline un terrenoterico nuevo, 29 sobre el cual erigira posteriormente sus grandes construcciones tericas,su Teora de la Accin Comunicativa y su teora del derecho.30 Habermas abandon lacontradiccin sistmica analizada por la teora Marxista, reemplazndola primero por unadistincin entre diferentes tipos de accin e intereses del conocimiento, y posteriormentepor un conflicto entre el sistema social y el mundo vital.

    A pesar de algunos reclamos hereditarios bastante legtimos, Habermas no se ha visto nipresentado, ni an permitido que otros lo presenten, como el heredero de la teora crtica, oel continuador del trabajo de la Escuela de Frankfurt. Por otro lado, una crtica socialterica de un tipo ms descabellado es algo que l ha continuado practicando en un modosin reservas, auto correctivo y autocrtico.31 Una defensa crtica de la modernidad ha

    seguido siendo central a esa prctica.32

    Histrica y sociolgicamente, permanece, entonces,

    27 Marcuse, El Hombre Unidimensional: Estudios sobre la ideologa de la Sociedad Industrial

    Avanzada , Boston, 1964.

    28 Adorno,Einleitung in die Soziologie, editado pstumamente por C. Gdde, Frankfurt, 1993, pp.

    237-8.

    29

    Habermas, Technik und Wissenschaft als Ideologie, Frankfurt 1968.

    30 Habermas, Teora de la Accin Comunicativa.

    31 Habermas, Teora Crtica y la Universidad de Frankfurt, en Autonomy and Solidarity, ed. P.

    Dews, Verso, London, 1992, p.212.

    32 Habermas, The Philosophical Discourse of Modernity ; trad. F. Lawrence, Cambridge 1985; y Die

    Moderne - ein unvollendetes Projekt, Leipzig, 1992.

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    a travs de todas las diferencias de teora substancial, una afinidad entre Marx yHabermas.33

    Habermas rompi no slo con la crtica de la economa poltica, sino con el discurso de suspredecesores en otras formas. El abandon su fragmentaria Essistik, por elaboradasconfrontaciones crticas con otros modos de pensamiento. En verdad, la forma deHabermas de desarrollar su trabajo mediante largas presentaciones y discusiones del trabajode otros se parece ms a Marx que a Adorno. Su concepcin de la racionalidadcomunicacional, y de la comunicacin libre de dominacin, constituye un intento deproveer un fundamento normativo a su propia posicin crtica, algo de lo cual Adorno,Horkheimer, y Marcuse, inmersos en la tradicin clsica del idealismo Alemn, nunca sepreocuparon.34

    La teora crtica es una recepcin filosfica, reflexin sobre, y elaboracin de la crtica deMarx de la economa poltica, en el contexto de los traumticos eventos entre 1914 y 1989,de la carnicera de la Primera Guerra Mundial, a travs de la abortada revolucin en el

    Occidente y su nacimiento atrofiado en Rusia, la Depresin, el fascismo y el Holocausto, ala unidimensionalidad de la Guerra fra. Sus textos clsicos fueron escrito a la carrera, enexilio de la maquinaria de aniquilacin, en ediciones restringidas, y crecientemente encdigo. Se mantuvieron ocultas a la vista en los cincuenta y sesenta, no slo por visionesdel mundo competitivas sino tambin por los tericos crticos mismos.35 Cuando sali a lasuperficie fue en el contexto de revueltas anticoloniales prominentes en los medios y elalzamiento de un cuerpo estudiantil masivo, y los textos clsicos fueron publicados porprimera vez para una audiencia amplia.36 La recepcin tuvo su irona especial: el encuentro

    33 Hace un cuarto de siglo, las diferencias de substancia aparecan enormes para alguien que, desde el

    punto de vis ta de un estudiante y joven acadmico Anglo Sajn y Escandinavo, quera establecer la

    legitimidad de la teora Marxista all donde, previo a 1968 ello era denegado institucionalmente. An pienso

    que las distinciones hechas entonces eran correctas en lo relativo al contenido, y an que una defensa del

    Marxismo en aquella poca era una contribucin positiva al pensamiento social, como crtica al igual que

    como ciencia. Sin embargo, el tono crtico displicente utilizado entonces aparece ahora jejune* [SIC]. Ver

    Therborn, Jurgen Habermas, Un Nuevo Eclecticismo, NLR 67, Mayo-Junio 1971, pp. 69-83.

    34 Ver Habermas, Ideologas y Sociedad en el Mundo de Postguerra, en Autonomy and Solidarity,

    p56.

    35 Habermas, que a fines de los cincuenta era el asistente de Adorno, nos ha contado que el Zeitschrift

    fr Sozialforschung, el peridico de los treinta del Instituto, fue mantenido bajo llave en un cofre en el

    subterrneo del Instituto. Hasta 1968, Habermas tambin rehus ofrecimientos de su editor, S. Fischer, pararepublicar sus ensayos de pre-guerra en forma de libro. A pesar de su triunfal retorno a Alemania, como

    Rector de la Universidad Goethe de Frankfurt y ciudadano honorario de la ciudad, Horkheimer insisti y

    logr mantener un pasaporte Estadounidense y una retaguardia del Instituto en Nueva York. Ver Max

    Horkheimer. Die Frankfurter Schule in New York in J. Habermas, Philosophisch-politische Profile,

    Frankfurt 1980, p. 415.

    36 La edicin Fischer en dos volmenes de Kritische Theorie de Max Horkheimer en 1968, y

    Dialektik der Aufklarng de Theodor Adorno y Max Horkheimer en 1969, tambin por Fischer.

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    de Karl Korsch, ambos publicados en 1923, en Alemn. Lukcs era una filsofo y estetaHngaro de educacin Alemana, y Korsch un profesor Alemn de derecho. Ambos eranprominentes comunistas en las abortadas revoluciones en Hungra y Alemania y ambos

    fueron criticados como izquierdistas y desviacionistas filosficos por sus camaradas. YKorsch fue excluido del Partido Comunista Alemn en 1925. Al crear la etiqueta deMarxismo Occidental, Merleau-Ponty lo tom de Korsch quin irnicamente se refera a lacrtica Sovitica de l mismo, Lukcs, y otros dos intelectuales Hngaros, Jozef Revi yBela Fogarasi.41 Merleau-Ponty la aplic principalmente a Lukcs, contrastando su trabajo,fuertemente influenciado por Max Weber, con la tradicin comunista ortodoxa,particularmente Materialismo y Empiriocriticismo, de Lenin (1908). Generalmente seconcuerda que otro miembro distinguido de la primera generacin fue Antonio Gramsci,que se transform en el lder del Partido Comunista italiano en 1924. Quizs su msfamoso artculo trataba con la Revolucin de octubre. Apareci primero el 24 de noviembrede 1917 con el ttulo La Revolucin Contra El Capital : La revolucin de losBolcheviques se ha materializado a partir de la ideologa ms que de los hechos...Esta esuna revolucin contraEl Capital de Karl Marx.42

    El Marxismo Occidental y Otros

    Un socilogo del conocimiento o un historiador ecumnico de las ideas podra definir elMarxismo Occidental como una corriente de pensamiento Marxista polticamente autnomaen los pases capitalistas desarrollados despus de la Revolucin de Octubre. Como tal se lediferencia tanto de los Marxismos de otras partes del mundo, como del prcticamenteinstitucionalizado Marxismo de partidos o grupos polticos. Sin embargo, el MarxismoOccidental es una construccin post hoc, teniendo un significado especial, an en lasversiones menos partisanas y ms eruditas. Empezando por las ltimas, como definicionessignificativas, trataremos ac de situar el fenmeno connotado por el MarxismoOccidental en forma de algn modo diferente, desde un punto de vista ms distante y

    ventajoso.

    Los mejores tratamientos del Marxismo Occidental han tendido a trabajar desde una plyadede individuos. As, Perry Anderson lista, en orden de edad, Georg Lukcs (n. 1885), KarlKorsch, Antonio Gramsci, Walter Benjamin, Max Horkheimer, Galvano Della Volpe,Herbert Marcuse, Henri Lefebvre, Theodor W. Adorno, Jean-Paul Sartre, Lucien

    41 El mismo Korsch no daba ninguna importancia a la etiqueta, a la cual se refiere slo en forma

    oblicua, con comillas irnicas. Ver Marxisme et Philosophie (1923), trans. K. Axelos, Pars 1964, p.40.

    El principal crtico Sovitico de Lukcs y sus discpulos, Abram Deborin (Lukcs und seine Kritik desMarxismus (1924), en Kontroversen ber Dialektischen und mechanistischen Materialismus, ed. O. Negt,

    Frankfurt 1969, p. 192 y passim), no lo utiliza en absoluto. Y a lo que Korsch se refera irnicamente no

    era al Marxismo Occidental sino a los comunistas Occidentales. Puede agregarse, asimismo, que la

    polmica Sovitica con Lukcs, Korsch, Revai, et al tuvo lugar antes del Estalinismo. La obra principal de

    Korsch,Marxismo y Filosofa apareci en dos ediciones en la URSS en 1924.

    42 A. Gramsci, la rivoluzione contro il Capitale (1917), en G. Gerrata y N. Gallo (eds), 2000

    Pagine di Gramsci, vol. I, Miln 1964, p. 265.

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    Goldmann, Louis Althusser, y Luciano Colletti (n. 1924).43 La frontera definicional fue,primeramente, generacional. El Marxismo Occidental consisti en un conjunto de tericosmadurando poltica y tericamente slo despus de la Primera Guerra Mundial, pero cuyas

    posiciones se consolidaron despus de la Segunda Guerra Mundial. Para Anderson, lamarca oculta del Marxismo Occidental es la derrota, una caracterstica que es inteligible slodesde su, de algn modo especial, periodizacin. El Marxismo Occidental tambin secontrasta con el Trotskysmo, del cual Ernst Mandel es connotado como un contemporneotericamente eminente.

    Martin Jay ve el Marxismo Occidental como creado por un crculo relajado que tomo suclave de Lukcs y otros padres fundadores de la era inmediatamente posterior a la PrimeraGuerra Mundial. Antonio Gramsci, Karl Kautsky, y Ernst Bloch. 44 Despus de Adorno,Benjamin, Horkheimer, y Marcuse, l agrega a Leo Lwenthal (tambin de la Escuela deFrankfurt) y a Maurice Merleau-Ponty, y seala que los siguientes fueron frecuentementeadmitidos en sus filas: Berthol Brecht, Wilhelm Reich, Erich Fromm, el Consejo deComunistas en Holanda [Herman Gorter, Anton Pannekoek y otros], el grupo Arguments

    en Francia [en los cincuenta tardos, Kostas Axelos, Edgar Morin y otros], y miembros desegunda generacin de la Escuela de Frankfurt como Jrgen Habermas y Alfred Schmidt.Y an otros como Alfred Sohn-Rethel, Leo Kofler, Franz Jakubowsky, Claude Lefort yCornelius Castoriadis.45 Mientras seala que el Marxismo Occidental haba significadoantes ms bien Marxismo Hegeliano, Jay bsicamente acepta la definicin ms sociolgicade Anderson.

    De estos listados han emergido algunos temas gruesos. Merleau-Ponty quiso recordar a suslectores de la juventud de la revolucin y el Marxismo manifestado por el ensayo vivo yvigoroso de Lukcs, su contraste con una concepcin cientfica del Marxismo, su atencina la superestructura, y su inhabilidad para expresar la inercia de las infraestructuras, de laresistencia de las condiciones econmicas y an naturales, de como las relacionespersonales se enredan [lenlisement] en cosas.46

    Anderson destaca los cambios de estos intelectuales desde el trabajo en poltica, economa einstituciones del movimiento laboral a la academia y la filosofa. Despus de la SegundaGuerra Mundial todos los sobrevivientesGramsci y Benjamin haban, en diferentesformas sido cazados a muerte por los regmenes fascistas47fueron filsofos acadmicos

    43 P. Anderson, Considerations on Western Marxism, Verso, Londres, 1976, pp. 25-6.

    44 M. Jay,El Marxismo y la Totalidad, Berkeley, 1984, p-3.

    45 Los dos ltimos, que adquirieron bastante influencia en Francia despus de 1968, fueron las figuras

    claves de una escisin del T, un grupo y un peridico publicado en 1949-65, llamado Socialisme u Barbarie,

    del cual tambin proviene el posteriormente terico del post-modernismo, Jean Francois Lyotard.

    46 Merleau-Ponty,Las aventuras de la dialctica, pp.80, 88.

    47 La dbil salud de finalmente fue finalmente quebrantada, en 1937, por nueve aos de prisin

    Italiana. Benjamin se suicid mientras hua de los Nazis, en 1940.

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    de rango profesoral, excepto S, que haba abandonado una promisoria carrera acadmicapara transformarse en escritor. De este movimiento, el rasgo singular msimpactante...como es la tradicin comn...quizs es la presin constante e influencia sobre

    l de sucesivos tipos de idealismo Europeo. El trabajo de los Marxistas Occidentales seconcentr principalmente en epistemologa y esttica, mientas haca innovaciones temticasen el discurso Marxista, entre las cuales Adorno remarca el concepto de hegemona deGramsci, la visin de Freud de la liberacin como reconciliacin con, ms que dominacinde, la naturaleza, y el recurso a Freud. Recorriendo todas estas innovaciones hay unrecurrente y latente pesimismo.48

    Releyendo el Marxismo Occidental en Retrospectiva

    Como se le defina, el Marxismo Occidental es una Nachkonstruktion, una construccinposterior, no un grupo auto-reconocido o corriente. Pero sin embargo, una perspectiva dealguna manera ms distanciada que aquellas de Merleau-Ponty, Anderson y Jay, hace

    posible un posicionamiento histrico en parte diferente del Marxismo Occidental, otralectura histrica abierta a la falsificacin emprica.

    Si tomamos a Lukcs como la figura clave e Historia y Conciencia de Clases como la obraclave, lo que parece no controversial, podemos ubicar el origen del Marxismo Occidentalcon alguna exactitud.49 El texto original fue escrito en 1918, antes que Lukcs se uniera alnuevo Partido Comunista Hngaro. Se llama El Bolchevismo como un Problema Moral. .Pone con ejemplar lucidez el tema de su ttulo: acaso la democracia es concebida como unatctica temporal del movimiento socialista, una herramienta til a ser empleada...o si lademocracia es en verdad una parte integral del socialismo. Si lo ltimo es verdad, lademocracia no puede ser suprimida sin considerar las consecuencias morales e ideolgicasque sobrevienen. El Bolchevismo ofrece una fascinante forma en que no llama a uncompromiso. Pero todos aquellos que caen bajo el encanto de su fascinacin pueden no

    estar totalmente conscientes de su decisin...es posible lograr el bien por medioscondenables? Puede la libertad ser lograda por medio de la opresin?50 En dicho artculodej las preguntas sonando, pero el Marxismo Occidental de Lukcs fue una oblicuamanera de responder si a las ltimas dos.

    En 1918 Lukcs no estaba en absoluto ligado al Marxismo Occidental en el sentido de sulibro de 1923 y su posterior recepcinen realidad, sus visiones eran diametralmenteopuestas a ellas. En el pasado, Lukcs escribi en 1918, La filosofa de la historia deMarx ha sido pocas veces suficientemente separada de su sociologa. Como resultado, amenudo se ha pasado por alto que los dos elementos constitutivos de su sistema, lucha declases y socialismo...estn relacionados estrechamente pero de ninguna manera son elproducto de un mismo sistema conceptual. El primero es una constatacin de hecho de la

    48 A, Considerations on Western Marxism, pp. 56, 88, nfasis omitido.

    49 L, Historia y Conciencia de Clases, trad. R. Livingstone, Londres, 1971.

    50 L, Bolshevism as a Moral Problem (1918), trad. J, Marcus, Investigacin Social, num. 44,

    1977, pp. 419, 423.

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    sociologa Marxiana...el Socialismo, de otro lado, es el postulado utpico de la filosofaMarxista de la historia: es el objetivo tico de un orden mundial que vendr.51 Este es unMarxismo filtrado por neo-Kantianismo, muy presente en el crculo de Max Weber en

    Heidelberg del cual Lukcs entonces formaba parte, y engarzado en un Marxismoortodoxo, en parte de ala izquierda, por Max Adler y toda la tendencia del Austro-Marxismo, que se haba desarrollado en Viena en la dcada previa a la Primera GuerraMundial, incluyendo tambin a Otto Bauer , Rudolph Hilferding, Karl Renner y otros.

    El nacimiento del Marxismo Occidental consisti en contrastar o, si se prefiere, trascenderla distincin entre ciencia y tica en una dialctica Hegelinana de conciencia de clase. Suprimer alumbramiento es el primer artculo de Lukcs luego de su retorno a Hungra comocomunista, Tctica y Etica, aunque fue escrito antes de la Repblica Sovitica de corta vida.Aqu la accin moralmente correcta se hace dependiente del conocimiento de la situacinhistrico filosfica en la conciencia de clase. Termina con una nota, ms tarde expandidaparticularmente en el ensayo clave de Historia y Conciencia de Clase, acerca de lareificacin y la conciencia del proletariado: Este llamado a la salvacin de la sociedad es el

    rol histrico-mundial del proletariado y slo a travs de la conciencia de clase delproletariado se puede alcanzar el conocimiento y comprensin de este camino de lahumanidad...52

    El objetivo inmediato en Marxismo y Filosofa, de Karl Kautsky, el segundo textocannico del Marxismo Occidental, es el Austro-Marxismo, ejemplarizado por RudolphHilferding y su Capital Financiero (1919), atacado en nombre de la dialctica Hegeliana,rechazando la disolucin de ste ltimo de la teora unitaria de la revolucin social enestudio cientfico yprises de position polticas.53

    La Teora Crtica y la Revolucin de Octubre

    Sobre la base de este breve esquema, podemos sacar algunas conclusiones. El MarxismoOccidental naci como la respuesta intelectual Europea a la Revolucin de Octubre. Laltima fue interpretada como un exitoso atajo del pensamiento Marxista, contraEl Capital ycontra los hechos de acuerdo a Gramsci, sobreponindose a problemas tanto morales comocientficos segn Lukcs y Korsch. Alabar la Revolucin de Octubre significaba tambin,por supuesto, alabar el liderato de Lenin, a quien Lukcs rindi homenaje en 1919, 54 y dequien Korsch tom el motto de suMarxismo y Filosofa . Unir el Marxismo Occidental con

    51 Ibid., p. 420, nfasis omitido.

    52 L, Taktik und Ethik (1919), trad. M. Leszk y P. Ludz en P. Ludz, ed., Soziologische Texte,

    Nuewied y Nerlin 1967, p. 19.

    53 Korsch,Marxisme et Philosophie, pp. 92ff.

    54 L, Taktik und Ethik, p.19.

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    el movimiento antileninista de este siglo es falsa conciencia de izquierdaEstadounidense.55

    De otro lado, la construccin, difusin y percepciones de un Marxismo Occidental porintelectuales Europeos Occidentales en los tardos cincuentas y sesentas, porEstadounidenses de algn modo despus, siempre implic una demarcacin Oriental. ElOriente, contra el cual el Marxismo Occidental era discretamente contrastado, era visto enmuchas formas, pero claramente inclua el canon del Partido Comunista y las ortodoxiasrivales del post-Estalinismmo, Chino-Estalinismo y Maoismo, y Trotskysmo organizado.La principal funcin del Marxismo Occidental de los sesentas fue abrir un horizonte y uncampo de reflexin, donde los temas tericos e intelectuales podan ser discutidos sin estarcerrados de antemano por polmicas partidarias o lealtades polticas divisivas.

    Aunque es cierto que el prospecto de la revolucin al oeste de Rusia retrocedi despus de1923, Yo no pienso que sea muy iluminador caracterizar el Marxismo Occidental como unateora marcada por la derrota. No slo fue esto obviamente falso en su momento

    fundacional, sino tambin la caracterizacin de Anderson ahora aparece tomar un ngulomuy estrecho o especializado. Ms bien, todos los miembros de su lista se transformaronen Marxistas porque consideraron la Revolucin de Octubre un evento decisivo, histrico-mundial. De los trece nombres de la lista de Anderson, siete fueroncomunistasadherentes de toda la vida, de hecho, aparte de Korsch y Colletti. El crculode Horkheimer, con cuatro miembros en la lista de Anderson, siempre se mantuvieron almargen de conexiones polticas tangibles, pero fueron antes de la Segunda Guerra Mundialclaramente simpatizantes de la URSS, y despus nunca escucharon a las sirenas de lamovilizacin anti-comunista de la Guerra Fra. Adorno y Horkheimer ambos rechazabanlos regmenes autoritarios de Europa Oriental, pero sin denunciarlos pblicamente, yHerbert Marcuse escribi un estudio sobrio y docto acerca del Marxismo Sovitico (1963),que terminaba sealando el aspecto racional, y potencialmente crtico, de la filosofa socialSovitica. Los restantes dos, Goldman y Sartre, tambin se movieron en la rbita de laRevolucin de Octubre, Goldman como un ferviente discpulo del joven Lukcs, Sartrecirculando en torno del Partido Comunista Francs, a variadas distancias, pero en elperodo de postguerra siempre dentro del crculo de la revolucin proletaria.

    Debido a la importancia de la Revolucin de Octubre y de la URSS para las dosgeneraciones clsicas del Marxismo Occidental, yo pienso que hace, y probablementeincluso har, mucho sentido trazar una lnea despus de la muerte de Henri Lefevbre,Mientras hay un nmero de figuras de la generacin del 68que pudieran ser llamadas afilas o que pudieran concurrir a una continuacin de algo que ellos llamaran MarxismoOccidental, ninguno tiene, ni podra tener, la misma relacin a la posibilidad de larevolucin de la clase obrera, ni ninguna mezcla similar de fe y desilusin. La forma en queHabermas, el anteriormente asistente de Adorno, rompi con la tcita ortodoxia de la

    Escuela de Frankfurt hacia nuevos terrenos ejemplifica esto.

    55 S. Aronowitz, The Crisis in Historical Materialism: Class, Politics and Culture in Marxist

    Theory, Nueva York 1981, p.xiii.

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    El Giro Filosfico

    Este recuento no ha tratado con la cuestin de si todos o la mayora de los MarxistasOccidentales fueron filsofos, y, si ellos lo fueron, porque fue este el caso. Aqu las listasde Anderson, Jay, Merleau-Ponty y otros, son a lo sumo tan confiables como el veredictode un comit de nominacin acadmica, quien, como todo acadmico sabe, es un cumplidoalgo calificado. Puede ser que el argumento de Anderson sea circular. Todos sus nombres,con la posible y parcial excepcin de Benjamin y Gramsci, son filsofos, pero comosabemos que individuos otros que filsofos tuvieron una justa oportunidad de integrar lalista? La plyade de Jay tambin est dominada por filsofos.56 La ausencia de cientistassociales e historiadores es virtualmente completa. Sin embargo, dada la construccin posthoc del Marxismo Occidental, lo que vemos aqu Yo sugerira, es la interaccin entre dosfactores: el clima intelectual en Europa al tiempo de la recepcin de la Revolucin deOctubre, y la imagen Europeo Occidental y Estadounidense posterior del MarxismoOccidental. En otras palabras, los filsofos prevalecan en 1917, y los Marxistas del

    ltimo tiempo han querido escuchar a los filsofos.

    Debe ser recordado primeramente que un nmero de caminos y carreras intelectualescontemporneos estaban cerrados a aquellos que se identificaron tempranamente con laRevolucin de Octubre. La ciencia social emprica estaba pocosi en algoestablecida enEuropa. La sociologa permanecida tensionada entre la poltica de las revolucionesburguesas y la economa de la revolucin proletaria, y viva una precaria existenciainstitucional.57 Los departamentos de economa eran usualmente hostiles a la crtica de laeconoma. La ciencia poltica estaba slo empezando a moverse en la direccin del estudiosocial de la poltica. Las facultades de derecho cubran mucho de lo que posteriormente seramificara en disciplinas sociales, pero estaban todava dominadas por la tradicinvenerable. La historiografa era todava abrumadoramente hostil a cualquiera intrusinsocial-cientfica.

    Parece que en el corazn de Europa, la filosofa era la disciplina acadmica ms abierta agente que haba dado la bienvenida al alba de Octubre 1917. La filosofa era relativamenteremota del poder e intereses del da, y era claramente no-paradigmtica, albergando unnmero de escuelas. Fue el medio en el cual los temas ms generales e importantes de lahumanidad fueron discutidosla vida, la historia, el conocimiento, la moral. Pero, como lafilosofa del siglo veinte en forma ms general, los filsofos Marxistas tendieron con eltiempo a moverse en la direccin de la sociologa, aunque usualmente sin abandonar susorgenes acadmicos. Despus de la Segunda Guerra Mundial, este giro sociolgico es

    56 Sohn-Rehtel pudiera ser llamado un historiador econmico, aunque Brecht era un dramaturgo,

    Reich y Fromm eran antes que nada psicoanalistas y, entre el Consejo de Comunistas Daneses, Gorter era

    un poeta y Pannekoek un astrnomo.

    57 Therborn, Cience, Class and Society , Verso, Londres, 1976.

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    claramente discernible en Adorno, Horkheimer y Marcuse, en Henri Lefevbre y sucamarada original Georges Friedmann, y en Sartre.58

    Pero, comoquiera que se le defina, el Marxismo Occidental es, por supuesto, slo unavariante del Marxismo del siglo veinte, entre muchas. Ms an, cualquier perspectiva crticaacerca de las ltimas, debe tomar en cuenta que el Marxismo no es un universoautocontenido de sus propias teoras, prcticas y polmicas. El Marxismo, y con l la teoracrtica, han sido parte de una historia intelectual y sociopoltica, con alternativas, rivales yoponentes. Dentro de tal historia, la ubicacin apropiada de la teora crtica, en el sentidoestrecho, o especfico, puede ser asentada.

    El Marxismo y las Rutas A Travs de la Modernidad

    El Marxismo no es slo un cuerpo terico secuencial. Como perspectiva cognitiva distintivaen el mundo moderno es slo sobrepasado en significacin social -y en cuanto al nmero

    de adherentes- slo por las grandes religiones del mundo. Como un polo de identidadmoderno, es superado slo por el nacionalismo.59 El Marxismo adquiri su muy especialimportancia histrica al llegar a ser, desde la dcada de 1880 hasta la de 1970, 60 laprincipal cultura intelectual de dos de los principales movimientos sociales de las dialcticasde la modernidad: el movimiento obrero y el movimiento anti-colonial. En ninguno de losdos casos dej de tener el Marxismo importantes rivales, ni fue universal su difusin, ancon o sin derrotas. Pero ninguno de sus competidores tuvo un alcance ni persistenciacomparable.

    El Marxismo fue tambin significativo para el feminismo, desde los tiempos de ClaraZetkin y Alexandra Kollontai hasta los de Simone de Beauvoir y posteriormente JulietMitchell, Frigga Haug y Michlle Barret. Pero a pesar de su distintiva posicin pro-feminista entre movimientos dominados por hombres, los partidos y grupos Marxistas

    fueron regularmente sobrepasados por movimientos religiosos y conservadores de otrotipo cuando de atraer el apoyo de la masa de mujeres se trataba.

    58 Adorno y el Instituto de Frankfurt se adentraron en la psicologa social, sociologa industrial y de

    grupo; Henri Lefevbre (1948 [sic]-1961) se embarc en una filosofa sociolgica de la vida cotidiana

    (Critique de la vie quotidienne, 2 vols., Pars, 1948-1961 [sic]). Friedmann lleg a ser, se puede decir, el

    fundador de la sociologa industrial Francesa. Sartre estaba preocupado de demostrar el valor del mtodo

    dialctico para las ciencias del hombre, que inclua un continuo dilogo crtico con la sociologa existente,

    como Sartre lo vea. (Critique de la raison dialectique, Pars, 1960, p. 153.) Maurice Godelier pas de la

    filosofa a la antropologa. En Italia, el Instituto organiz en 1964 un importante simposio acerca delMarxismo y la sociologa.

    59 No existe an un estudio adecuado de este enorme objeto. Pero el mejor que hay, que es excelente

    en muchas de sus contribuciones, particularmente por el editor mismo, es Storia del Marxismo, 4 vols,

    Turn 1978-82, de Eric Hobsbawm et al.

    60 En lo que se refiere al movimiento obrero de la mayora de los pases desarrollados, el terminus ad

    quem es ms bien la dcada de 1960.

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    El Marxismo tuvo su origen en Europa, y su concepcin dialctica de la historia secorresponda mejor con la ruta Europea hacia y a travs de la modernidad, el camino delcambio endgeno mediante conflictos completamente endgenos entre las fuerzas a favor y

    en contra de la modernidad, como quiera que se las conciba. Dentro de la modernidadEuropea, el Marxismo gan en la medida que las fuerzas competidoras por la adhesin de laclase obrera eran dbiles o se haban desacreditado por derrotas. Inmediatamente a suderecha tena al liberalismo o, en los pases latinos, el radicalismo. En Inglaterra era fuertey vigoroso el primero, en Francia y, parcialmente, en la pennsula Ibrica, el segundo. A laderecha estaba tambin la Democracia Cristiana, pero sta empez despus del Marxismo yslo alcanz importancia en pases con iglesias fuertes y autnomas de las burocraciasestatales, lo que significaba la iglesia Catlica de los Pases Bajos, la Regin del Rhin,Alemania del Sur, e Italia, y los Calvinistas militantes (Gereformeerde) de Holanda. A laizquierda del Marxismo estaba el anarquismo, el anarcosindicalismo y el populismo Ruso.Los anarquistas fueron pronto marginalizados en casi todas partes excepto en Andaluca,los anarcosindicalistas fueron mayormente derrotados en Italia y Francia, permaneciendoprincipalmente en Espaa, y los populistas sufrieron derrotas severas en la Rusia de fines

    del siglo diez y nueve. Las plazas fuertes del Marxismo fueron Europa Centralde norte asur desde Escandinavia al norte de Italiay Europa Oriental, donde se estaba formandouna clase obrera sin experiencia ideolgica moderna previa.

    El Marxismo Europeo Despus de la Segunda Guerra Mundial

    La Segunda Guerra Mundial y el perodo inmediatamente posterior cambiaron el paisajeintelectual de Europa. Los nuevos regmenes comunistas abrieron la Europa Oriental a unainstitucionalizacin del Marxismo, pero bajo regmenes polticos que lo continuaron nicomo teora crtica ni como ciencia. Un Marxismo filosfico abstracto y creativo sedesarroll de todas maneras, de Yugoslavia a Polonia, donde tambin logr, en el ocaso delEstalinismo, vincularse a la sociologa y al anlisis de clases, en los trabajos de Julian

    Hochfeld, Stefan Ossowski y otros. En Alemania Oriental el historiador econmico JrgenKuczynski compil un monumental trabajo de historia social y estadsticas, en cuarentavolmenes:Historia de la Condicin de la Clase Obrera bajo el Capitalismo . Pero despusde 1968, la mayor parte del Marxismo creativo en Europa Oriental fue silenciado, exiliado oabandonado.61

    En la Europa Central y del Norte, el perodo posterior a la Segunda Guerra Mundial fue ungiro intelectual hacia Amrica. Este fue el tiempo en que la ciencia social empricaAmericana, particularmente la sociologa, la ciencia poltica y la psicologa social, fueronrecibidas y adoptadas en Europa, estimulada por generosas becas Americanas.62 Las queprendieron ms fcilmente fueron las variantes ms empiricistas y conservadoras de laciencia social Estadounidense. El Marxismo fue marginalizado a la poltica de extrema

    61 Hubieron excepciones, como el perceptivo trabajo sobre la trayectoria de los movimientos

    nacionales, del historiado Checo Miroslav Horch.

    62 Adorno, recin regresado de Amrica, tambin estaba jugando la carta emprica en estos aos y era

    escuchado como alguien que introduca la investigacin emprica de opinin Alemania Occidental. Ver R.

    Wiggershaus, Die Frankfurter Schule , Munich 1986, pp. 501ff..

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    izquierda. En Francia e Italia, por contraste, el Marxismo cosech los frutos de laResistencia, beneficindose tambin de la mayor resistencia de la alta cultura Latina a laAmericanizacin. La filosofa permaneci en su trono intelectual y, entre los intelectuales

    Franceses e Italianos, el Marxismo o un dilogo con el Marxismo, lleg a ser el modo dediscurso dominante. Partidos Comunistas grandes y llenos de recursos lo respaldaban, y elMarxismo era tambin el lenguaje terico hablado en los partidos socialistas. En 1949 sepublicaron los escritos de Antonio Gramsci, agregando un cuerpo de pensamiento originala la tradicin Marxista, a pesar que por largo tiempo slo en Italia. La cultura y losintelectuales fueron ubicados as en el centro del anlisis de la poltica y el poder de clases.El Marxismo gui la historiografa Francesa de postguerra sobre la Revolucin, consagradaacadmicamente por la ocupacin sucesiva por parte de Georges Lefebvre y Albert Soubouldel Silln de La Sorbonne sobre Historia de la Revolucin Francesa. Fue pertinentetambin a la gran escuela de historiadores de losAnnales. 63

    Inglaterra, finalmente, tuvo su s propias tradiciones empricas y no fue arrastrada a laescena intelectual Americana despus de la guerra. Una corriente Marxista significativa

    emergi de la poltica estudiantil comunista de finales de los aos treinta y principios de loscuarenta, precedida de una cohorte de cientistas naturales, historiadores de la ciencia, ehistoriadores de la antigedad.64 La Britnica fue la rama ms importante del Marxismoemprico en Europa despus de la Primera Guerra Mundial. Despus de 1945, su ncleofue el Grupo de los Historiadores del Partido Comunista, que se quebr en 1956. Antes deeso, el grupo haba lanzado un peridico acadmico an apasionante Past and Present. Loshistoriadores Marxistas de postguerra, incluan a Christopher Hill, Eric Hobsbawm, yEdward Thompson, y en este medio se movan Raymond Williams, Maurice Dobb yGeorge Thompson. Mientras Isaac Deutscher tena diferente pasado y poltica, comohistoriador y como bigrafode Trotsky y Stalinencaja bien en el cuadro del MarxismoBritnico.65

    Aunque fue impulsada por ella, la teora social no est sincronizada con la historia poltica ysocial. Los fines de los cincuenta y la primera mitad de los sesenta vieron al Marxismopoltico de EO en una hebra. Los partidos socialdemcratas Austraco, Alemn Occidental ySueco depuraron sus programas de cualquier traza Marxista en los aos 1958-60. Elsocialismo Francs se haba desacreditado en la guerra de Argelia, y con el su Marxismooficial. Los partidos comunistas estaban envejeciendo y aislados. El inesperado boom depostguerra no estaba slo continuando, estaba acelerndose. Sin embargo, algunos de lostrabajos ms influyentes del Marxismo Europeo Occidental aparecieron en este tiempo,Pour Marx y Pour Lire Capital (1965) de Louis Althusser, la triloga de Deutscher sobre

    63

    Uno de los mejores ejemplos de una profunda afinidad con el Marxismo es el ms bien posteriortrabajo de Fernand Braudel, Civilization matrielle, economie et capitalisme. XVe-XVIIIe sicles, 3 vols,

    Paris, 1979.

    64 J.D. Bernal, Gordon Childe J.B.S. Haldane, Joseph Needham and others, inspirados crucialmente

    por la visita de Boris Hessen y una delegacin de historiadores de la ciencia soviticos en 1931.

    65 Ver ms en R. Samuel, British Marxist Historians, 1880-1980: Part One, NLR 120, March-

    April 1980, pp 21-96.

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    Trotsky (1954-63), la Critique de la Raison Dialectique de Jean Paul Sartre (1960), TheMaking of the English Working Class (1963) de Edward Thompson.66 La basada enLondresNew Left Review , que haba de transformarse en el principal peridico Marxista

    del mundo, fue fundada en 1960.67

    Un Breve Resurgimiento

    La situacin poltica entonces cambi dramticamente con la rebelin estudiantil, unresultado de las nuevas universidades de masas y la guerra de Vietnam combinadas,tambin inspirada en la Revolucin Cultural China. Ms o menos al mismo tiempo, el lasequa de los mercados laborales paviment el camino para un resurgimiento del conflictode clases. El tema de la sociologa en rpida expansin proporcion el principal campo debatalla acadmico. El Marxismo devino tanto en el lenguaje poltico y la perspectiva tericapara una generacin de radicales, que encontraron en l la mejor manera para comprender elfenmeno de las guerras coloniales y el subdesarrollo as como el funcionamiento

    domstico socio-econmico de la democracia Occidental. Este neo-marxismo fue una olamucho mayor que el Marxismo Occidental original, pero escasamente produjo nada tanespectacular.

    Una razn para esto es que la poltica y la teora se haban diferenciado mucho ms. Anlos ms brillantes y reflexivos escritos polticos de este perodo son mayormente empricos.Los trabajos tericos y acadmicos, an los de gente polticamente activa, son muyacadmicos. Los mejores entre los primeros son indudablemente los escritos de RgisDebray sobre los trajines revolucionarios en Amrica Latina.68 Seleccionar los trabajos msimpresionantes de teora y academia de la corriente Neo-Marxista en Europa es mucho msdifcil y controversial. Pero los trabajos histricos monumentales de Perry Anderson,Passages from Antiquity to Feudalism yLineages of the Absoltist State (ambos de 1974),Karl Marxs Theory of History de G.A. Cohen (1978), y Political Power and Social

    Classes de Nikos Poulantzas(1968) estarn en las listas cortas de la mayora de la gente.Ellos ilustran mi argumento muy bien.

    66 Ediciones en Ingls de los trabajos citados de Althusser aparecieron en 1969 (For Marx) y 1970

    (Reading Capital), de la Critique de Sartre en 1976.

    67 El ms importante peridico Marxista Italiano, Crtica Marxista, editado por el Partido Comunista,

    empez su publicacin en 1962. Los equivalentes Alemanes Occidentales, Neue Kritik, Das Argument,

    Prokla y otros, salieron todos del movimiento estudiantil En Francia, los levantamientos de 1968 no

    cambiaron el escenario establecido de peridicos serios de izquierda, ninguno de los cuales fue muyconducente a la teora Marxista creativa. Les Tempes Modernes, fundado por Sartre justo despus de la

    guerra, era el peridico intelectual dominante, pero era de un modelo ensaystico literario. Asimismo era el

    catlico de izquierda Sprit. La Pense estaba bajo el estricto control del PC. LHomme et la Socit, con

    races en el comunismo disidente de 1956, fue probablemente el peridico ms abierto al nuevo pensamiento

    Marxista.

    68 R. Debray, Rvolution dans la rvolution?, Pars, 1967, y La critique des armes, Pars, 1974, 2

    vols.

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    El Neo-Marxismo logr la inclusin de Marx en el canon clsico de la sociologa, sevolvieron legtimas aunque minoritarias las perspectivas Marxistas o marxistizantes enla mayora de los departamentos acadmicos de ciencias sociales y humanidades. El

    Marxismo ingres en la antropologa, primariamente a travs de los trabajos de losantropologistas Franceses, Maurice Godelier, Claude Meillassoux, Emmanuel Terray yotros. Y unindose con el trabajo neo-Ricardiano del amigo de Gramsci Piero Sraffa, fuemontado el primer desafo terico inmanentemente serio a la triunfante economamarginalista, disponiendo a Cambridge, Inglaterradel lado de Ricardo y MarxconCambridge, Massachusetts.69 Pero cuando el empuje poltico radical empez a declinar enla segunda mitad de los setenta, el Marxismo poltico se evapor rpidamente. El Marxismoacadmico tambin retrocedi significativamente, algunas veces abandonado por novelesismos tericos, a veces sumergindose en prcticas disciplinarias ecumnicas. Se hasostenido mejor en la sociologa y en la historiografa.

    El Marxismo en los Nuevos Mundos

    En los Nuevos Mundos creados por la conquista moderna temprana y migracin masiva, lalucha terica y prctica por la modernidad fue mayormente externa, contra la Europacolonial y por los extranjeros colonizados contra los colonizadores. Ni el conflicto internode fuerzas histricas ni la formacin de clases de las fuerzas en accin fueron tanimportantes como en Europa.70 Todo el tema de la dialctica de la modernidad, y sudialctica de clases en particular, fue menos significativo en las Amricas y en Oceana.Deberamos esperar entonces que el Marxismo jugase un rol mucho ms modesto en lahistoria moderna de los Nuevos Mundos.

    Los partidos Marxistas de alguna significacin se levantaron slo como raras excepciones,y luego tarde, slo despus de la Segunda Guerra Mundial. Guyana, Chile y tal vez Cubason las principales excepciones. El publicista de Chicago Charles H. Kerr se transform

    alrededor del cambio de siglo en un centro importante, e intercontinental, para ladiseminacin del Marxismo en Ingls, publicando, entre otras cosas, la primera traduccinInglesa del segundo y tercer volumen de El Capital.. Los inmigrantes difundieron elMarxismo en Amrica Latina, donde, por ejemplo, Argentina tuvo una traduccin de ElCapital bastante antes que Suecia y Noruega. Sin embargo, el Marxismo no estableciraces significativas.

    Hubo tambin una significativa carencia de contribuciones individuales creativas. Towardsthe Undertanding of Karl Marx, de Sidney Hook (1933) y la Teora del DesarrolloCapitalista, de Paul Sweezy (1942), fueron exgesis slidas y distinguidas, pero el nicotrabajo creativo original del Marxismo del Nuevo Mundo fueron probablemente los Siete

    69 M. Godelier, Horizons, trajet marxistes en antropologie, Pars, 1973; P. Safra, Production os

    Commodities by Means of Commodities, Cambridge, 1960; G. Hartcourt y N.F. Laing (eds), Capital and

    Growth, Harmondsworth, 1971.

    70 Ver ms en Therborn, The Right To Vote and the Four World Routes to/through Modernity, en

    State Theory and State History, ed R. Torstendahl, Londres 1992, pp.62-92;Routes to/through Modernity

    en Global Modernities, M. Featherstone, S. Lash, R. Robertson, eds, Londres 1995, pp.124-39.

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    Ensayos de Interpretacin de la Realidad Peruana, de Jos Carlos Maritegui (1928), unanotable combinacin de pensamiento radical Europeoincluyendo Pareto y Sorelcon unMarxismo Leninista y vanguardismo cultural Latino Americano aplicado a todo un espectro

    de cuestiones desde la economa a la literatura.71

    La Modernidad en la zona colonial ha sido particularmente traumtica. Probablemente nadieha capturado la violenta traumtica mejor que Francois Fanon, cuyosLos Condenados de laTierra aparecieron primero en 1961, con un prefacio de Sartre. Fue el Cominterm quienhizo posible y propagdesde el Congreso de los Pueblos Oprimidos en Baku enNoviembre de 1920, y la formacin de la Liga Antiimperialista, a la instigacin global departidos comunistas anticolonialistasuna interpretacin Marxista del colonialismo y unaidentificacin del anti-coloniaolismo con el Marxismo. Pero el resultado fueron muchosms nacionalistas que utilizaban un vocabulario Marxista que comunistas.72 El Marxismodevino en el lenguaje de movimientos anti-coloniales y poderes anti-coloniales, en Africaparticularmente, desde el FLN Argelino al ZANU Zimbabwense, pero tambin en formamuy importante en el sub-continente Indioespecialmente en la India secularizaday en

    Indonesia, impulsado muy tempranamente por un extraordinario grupo de izquierdistasHolandeses dirigido por Henricus Sneevliet.

    Vietnam y la Indochina dominada por los Franceses generalmente transformaron unarecepcin del Marxismo, la cultura y educacin poltica comunista Francesa en una variedadde formas originales, desde la filosofa fenomenolgica al literalmente avuncularcomunismo nacional de Ho Chi Minh (El To Ho) o el siniestro delirio de Pol Pot. El giromaosta de la inteligentsia de izquierda francesa de fines de los sesenta quemo la mayorparte de los puentes entre los mandarinatos de Pars y Hanoi.

    Corea tuvo la experiencia nica de convertirse en una colonia no Occidental (Japonesa) tantempranamente como 1910. Aqu, nuevamente, el Marxismo Occidental se transform en elidioma del movimiento anti-colonial que, con asistencia Sovitica, estableci una RepblicaPopular en el Norte. All el Marxismo fue incorporado en un peculiar culto del lder. Lasduras luchas de clases y conflictos acerca de la democracia en el expansivo Sur capitalistahan sido conducivos a fomentar corrientes intelectuales recientes del Marxismo, a menudode inspiracin acadmica Estadounidense, en las ciencias sociales y estudios literarios.

    La cultura Africana Negra, muy distante de la dialctica de la modernidad Marxiana, no hasido (an) capaz de sostener una inteligentsia Marxista significativa. Los ms importantesintelectuales Marxistas de Africa tienden a ser no negros, como Samir Amin, un economistaEgipcio basado en Dakar de fama mundial; los dos analistas de clases Este Africanos de

    71 Maritegui (1895-1930) fue el fundador del Comunismo Peruano, una figura con muchas

    similitudes con Gramsci, y en parte inspirado por el mismo ambiente intelectual a partir de una visita a

    Italia y Europa en 1919-23. Fue en referencia a su Sendero Luminoso que Abmael Guzmn denomin su

    notorio movimiento guerrillero. Ver ms en M. Becker,Maritegui y la Teora Marxista latino Americana,

    Athens, Ohio 1993.

    72 Ver H. Carrrte dEncaussee y S. Schram, eds, Le Marxisme et lAsie 1853-1964, Pars 1965; G.

    Padmore, Pan-Africanism or Communism, Londres 1956; C. Legum, Pan-Africanism , Londres 1962.

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    descendencia poltica y legal India, Mahmood Mamdani e Issa Shivji; y el ncleo dirigentedel polticamente sofisticado Partido Comunista Sudafricanoel think tank del CNAqueson predominantemente blancos.73

    India ha mantenido un significativo y sofisticado Marxismo, originalmente entrado al pasde los Estados Unidos.74 Hay una tradicin India de Marxismo de alto nivel o economamarxistizante, destacada por el hecho que los nicos economistas no Nor-Atlnticosincluidos en la controversia de Cambridge-Cambridge referida ms arriba fueron dositalianos y tres Indios.75 Y, principalmente, una vivaz y extendida tradicin historiogrfica,incluyendo al fallecido formidable polimatemtico y profesor de Matemticas, D.D.Kosambi, y Bipan Chandra, Irfanfan Habib, Harbans Mukhia y otros. En la sociologaIndia, el Marxismo parece haber jugado un rol menor.76

    La Creatividad del Marxismo Norteamericano

    Los levantamientos de fines de los sesentas en la escena acadmica norteamericana parecen,en su conjunto, haber sido intelectualmente ms productivos e innovadores que los eventosparalelos en Europa, y en otras partes. Contribuciones altamente creativas fueron hechassbitamente por una cantidad de Marxistas Norteamericanos, los dos ms exitosos de loscuales son rivales. Uno es el trabajo historiogrfico de Robert Brenner sobre la relevanciade la lucha de clases en el advenimiento de la modernidad. La perspectiva explcita yortodoxamente materialista histrica fue asentada y sostenida en una serie deconfrontaciones con otros historiadores expertos en la importancia del conflicto de clasespara la emergencia de la Europa industrial capitalista, los que fueron reunidos bajo el ttuloThe Brenner Debate.77Ms recientemente, Brenner ha hecho an otra contribucin mayor auna cuestin central del debate historiogrfico, esta vez argumentando de nuevo el carcterde clase de la Guerra Civil Inglesa.78

    El otro es Immanuelle Wallerstein, cuyas credenciales acadmicas de sntesis sociolgicapueden ser ms controversiales que las de Brenner, pero cuya habilidad empresarialacadmica y logros tienen slo un paralelo Marxista comparable, aquel de Max

    73 S. Amin,Laccumulation lchelle mondiale,Dakar/Pars 1970.

    74 G. Haupt y M. Reberioux, eds,La Deuxieme Internationale et lOrient, Pars 1967, p.360.

    75

    Harcourt y Laing, Capital and Growth.

    76 D.D. Kosambi, D.D. Kosambi acerca de Historia y Sociedad, A.J. Syed, ed. Bombay 1985.; y

    Bipan Chandra, Nacionalismo y Colonialismo en la India Moderna, Nueva Delhi 1979, T.K. Oommen y

    P.N. Mukherji, eds.Indian Sociology, Bombay 1986.

    77 T. H. Aston y C.H.E. Pilpin, eds, The Brenner Debate, Cambridge 1985.

    78 R, Brenner,Merchants and Revolution, Cambridge 1993.

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    Horkheimer.79 Alrededor de su proyecto de anlisis del sistema mundial, la mayortotalidad social concebible, lanzado en 1976, Wallerstein ha construido un instituto deinvestigacin, una corriente dentro de la Asociacin Americana de Sociologa, y una red

    mundial de colaboradores. La dialctica de Wallerstein del sistema capitalista mundial fuedirigida explcitamente contra la entonces extendida teora evolucionista de lamodernizacin de sociedades separadas.

    Esta extraordinaria creatividad en el Marxismo Norteamericano tambin incluye algunospenetrantes anlisis del proceso de trabajo, de nuevo en conflicto uno contra otro, deBraverman y Burawoy; el ms ambicioso anlisis de clases, de Przeworski y Sprague yWright; y, aparte del trabajo de Raymond Williams, las ms innovadoras investigacionesculturales, las de Jameson y muchas otras, aqu injusta pero necesariamente omitidas.80 Asla teora crtica ha sido recibida de la manera ms clida por la academia de izquierda enNorteamrica. Sin embargo, su mejor produccin ha sido acerca de, ms que de, teoracrtica.81 En esto, los trabajos de Martin Jay han sido ejemplares.82

    El Futuro de la Dialctica

    Como una interpretacin, una crtica, un anlisis, y, ocasionalmente, un gobierno de lamodernidad, el Marxismo no tiene rival entre las concepciones modernas de la sociedad, apesar que el rcord de los polticos con pretensiones Marxistas es visto hoy en da comolleno de fracasos. En trminos intelectuales, el Marxismo se ha mantenido y desarrolladoprincipalmente como historiografa y, luego como sociologa, como una socialmentemediatizada ms que directamente econmica crtica de la economa poltica. Pero dentro delas bsquedas normales de la academia y la ciencia, todos los ismos estn destinados adesaparecer tarde o temprano. Su obra propiamente filosfica, desde Max Adler a LouisAlthusser y G.A. Cohen, se ha centrado en comprender a Marx y el Marxismo mismo. 83

    79 I. Wallerstein, The Modern World System, 3 vols, Nueva York 1976 en adelante.

    80 H. Braverman,Labor and Monopoly Capital: The Degradation of Work in the Twentieth Century,

    Nueva York 1974; M. Burawoy, Manufacturing Consent, Chicago 1979, y The politics of Production,

    Verso, Londres 1985; A Przeworski y j Spargue, Paper Stones. A History of Electoral Socialism, Chicago

    1986; E.O. Wright, Classes, Verso, Londres 1985; F. Jameson, Postmodernism, or, The Cultural Logic of

    Late Capitalism, Verso, Londres 1991.

    81 Las teoras sociales crticas ms creativas han venido desde afuera de la tradicin Marxista, tales

    como las de Etzioni (The Active Society) . Nueva York 1968 y The Moral Dimension, Nueva York 1988)

    y Unger (Politics: A Work in Constructive Social Theory,3 vols, Cambridge 1987).

    82 Jay, The Dialectical Imagination, Boston 1973, y Marxism and Totality; ver tambin S.E.

    Bronner, Of Critical Theory and its Theorists, Oxford 1994.

    83 Es verdad, apuntaron a problemas epistemolgicos ms generales. Althusser (Pour Marx, Pars

    1965, nuevamente) originalmente present la serie, cuyos primeros temes fueron Por Marx y Para Leer El

    Capital, cuya intencin era definir y explorar el campo de la filosofa concebida como Teora de produccin

    de conocimiento. Pero en los hechos hubo una creciente tendencia a autoreferirse al Marxismo y su

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    Como tal, ha sido una filosofa casera. Alternativamente, con Henri Lefebvre y Jean PaulSartre, la filosofa Marxista ha sido una proto-sociologa.

    La teora crtica es el nico momento Occidental de esta historia global, aunque uno muyimportante, resaltando quizs ms que ningn otra variante, la problemtica del Marxismocomo una dialctica de la modernidad. La controversia convencional del Marxismo comouna ciencia o una crtica a un punto decisivo. Los reclamos cientficos y la auto-confianzade los Marxistas, desde Engels y Kautsky va los Austro-Marxistas hasta Louis Althusser ysus discpulos, descansaban en la confianza que la crtica estaba, por as decirlo, yainherente en la realidad, en el movimiento obrero realmente existente. Fue solamentecuando el ltimo pudo ser descartado, que el momento crucial de la crtica anti-cientficaemergi.

    En esta coyuntura de la historia, luego del agotamiento de la Revolucin de Octubre y ladeclinacin de la clase obrera industrial, la relevancia futura de la dialctica Marxista de lamodernidad debe ser pensada de nuevo. Si hay algo vlido en las ideas acerca de los

    procesos de globalizacin econmica y cultural, separar a la humanidad entre divisiones dehistoria y post-historia no tiene sentido.84 Por el contrario, la interdependencia global y elabismo de miseria y opulencia estn creciendo simultneamente. La polarizacin de lasoportunidades de vida, sino de las potencias rivales, est creciendo en las metrpolisdesarrolladas asimismo. Una comprensin dialctica de esta unidad de opuestos esrequerida hoy, escasamente menos que en el tiempo de Karl Marx. Este es un nuevomomento de crtica, careciendo de la retaguardia cientfica de clase as como de lasapocalipsis de Korsh y Lukcs, y requiriendo un compromiso humano ms all de ladivisin del trabajo acadmico. Pero nuevamente, para Habermas, una crtica de laeconoma prevaleciente parece ser requerida en forma ms urgente que una teora de laaccin comunicativa.

    Desde que ni el capitalismo ni su polarizacin de cursos de vida aparece probable dedesaparecer en el futuro cercano, hay una buena chance que el espectro de Marx continuarpersiguiendo al pensamiento social.85 El camino ms obvio hacia adelante para lateorizacin social inspirada en Marx ser observar que est pasando actualmente con elviejo par de fuerzas y relaciones de produccin en una escala global, y sus conflictivosefectos sobre las relaciones sociales. El Marxismo puede no tener ya solucionespreparadas, pero su filo crtico no est necesariamente mellado.

    Finalmente, con la vuelta del socialismo de ciencia a utopa, existe una buena chance quehombres y mujeres preocupados con el pensamiento social crtico se vuelvan con crecienteinters al gran filsofo-historiador de la esperanza, Ernst Bloch, que apunt que elMarxismo, en todos sus anlisis el ms fro detective, toma el cuento de hadas en serio,

    dialctica, si vamos desde Adler (Kausalitt und Teleologie im Streit um die Wissenchaft,Viena 1904) hasta

    Adorno (Dialctica Negativa),Althusser (Por Marx y Para Leer El Capital), y Cohen (Karl Marxs Theory

    Of History. A Defense), Oxford 1978.

    84 F. Fukuyama,El Fin de la Historia, Nueva York 1992.

    85 Ver J. Derrida, Spectres de Marx, Pars 1993.

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    toma el sueo de una Edad de Oro en forma prctica.86 La sociedad libre sin explotacin nialienacin que los dialcticos crticos esperaban, a veces contra todas las posibilidades, esprobablemente no tanto un fracaso del pasado sino algo que todava no ha pasado.

    Traducido por Manuel Riesco

    Chicago y San Francisco, Abril 1996.

    86 E. Bloch, The Principles of Hope, (1959), trans. N. Plaice, S. Plaice y P. Knight, Oxford 1986,

    vol. 3, p. 1370, nfasis omitido.