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319 [1] Bases para una etnozoología del tejón (Meles meles L.) con especial referencia en el ámbito cultural vasco JABI ZABALA ALBIZUA MARTA SALOÑA BORDAS INTRODUCCIÓN L a etnozoología es una rama de la ciencia de moderna aparición que está despertando un interés creciente tanto a legos como a profesionales. Es- tudia las relaciones tradicionales entre las culturas y los animales de su en- torno; tanto la utilización de los seres vivos con fines medicinales, culturales, rituales y mágicos, como las creencias míticas y supersticiones que rodean a los mismos. Además, estudia el posible origen de cada creencia y sus seme- janzas y relaciones entre culturas. Es, por tanto, una ciencia de marcado ca- rácter interdisciplinario, que atrae a expertos de diversos campos, así como a gran cantidad de particulares dada su relación con la cultura popular. Los usos y creencias que rodean a muchos seres vivos, son característicos de de- terminadas culturas, y nos dan una idea de la originalidad y concepción del mundo de la misma. Por otro lado, presenta una vertiente importante rela- cionada con la gestión y conservación de estas especies, dado que su interés aplicado puede ser un argumento de peso para defender su estricta protec- ción frente al acoso de multinacionales o particulares que puedan encontrar en determinadas –especies vulnerables o en peligro de extinción– un “valor añadido”, poniendo en riesgo tanto la conservación de la especie en cuestión como la de la cultura que tradicionalmente ha gestionado su aplicación (Co- perías 1989, Chavasassus-au-Louis 2000).

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    Bases para una etnozoologadel tejn (Meles meles L.)

    con especial referencia en elmbito cultural vasco

    JABI ZABALA ALBIZUAMARTA SALOA BORDAS

    INTRODUCCIN

    La etnozoologa es una rama de la ciencia de moderna aparicin que estdespertando un inters creciente tanto a legos como a profesionales. Es-tudia las relaciones tradicionales entre las culturas y los animales de su en-torno; tanto la utilizacin de los seres vivos con fines medicinales, culturales,rituales y mgicos, como las creencias mticas y supersticiones que rodean alos mismos. Adems, estudia el posible origen de cada creencia y sus seme-janzas y relaciones entre culturas. Es, por tanto, una ciencia de marcado ca-rcter interdisciplinario, que atrae a expertos de diversos campos, as como agran cantidad de particulares dada su relacin con la cultura popular. Losusos y creencias que rodean a muchos seres vivos, son caractersticos de de-terminadas culturas, y nos dan una idea de la originalidad y concepcin delmundo de la misma. Por otro lado, presenta una vertiente importante rela-cionada con la gestin y conservacin de estas especies, dado que su intersaplicado puede ser un argumento de peso para defender su estricta protec-cin frente al acoso de multinacionales o particulares que puedan encontraren determinadas especies vulnerables o en peligro de extincin un valoraadido, poniendo en riesgo tanto la conservacin de la especie en cuestincomo la de la cultura que tradicionalmente ha gestionado su aplicacin (Co-peras 1989, Chavasassus-au-Louis 2000).

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    Si bien existe gran cantidad de estudios sobre etnografa y mitologa vas-cas, la mayora de ellos son meras recolecciones de datos, sin ulterior discu-sin ni sistematizacin de los mismos. En el presente trabajo iniciamos unarecopilacin de datos centrndonos en los aspectos relacionados con el tejn.

    El tejn (Meles meles) es un carnvoro mustlido de tamao medio am-pliamente distribuido en el palertico y zonas circunmediterrneas. Est pre-sente de forma generalizada en Europa y Asia, desde la Pennsula Ibrica has-ta el archipilago japons y desde Noruega hasta algunas de las islas del Me-diterrneo (Neal & Cheeseman 1996). En la Comunidad Autnoma del Pa-s Vasco es una especie comn y ampliamente distribuida (Castin & Men-diola 1985). Aunque carecemos de datos para Navarra e Iparralde suponemosque all tambin lo es, ya que el hbitat es adecuado, exceptuando las zonasms ridas del sur de Navarra; si bien es muy probable que ocupe los sotosdel Ebro y otros hbitats propicios, como se ha visto en La Rioja (Torres &Zuberogoitia 1997).

    Dado el carcter marcadamente nocturno de este animal (Zabala et al.2002a), el conocimiento del mismo por la poblacin rural se debe a escasosavistamientos ocasionales y, principalmente, a las huellas e indicios que elanimal deja a su paso o al alimentarse de maz u otros productos de cultivo(Zabala et al. 2002b). A pesar de este conocimiento actualmente escaso e in-directo de la especie, sta ha sido objeto de una serie de creencias y usos me-dicinales y mgicos en el folklore vasco y europeo que a continuacin co-mentamos.

    REA DE ESTUDIO, MATERIALES Y MTODOS

    El presente estudio se centra en el rea cultural vasca, esto es, en las pro-vincias de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, as como en Navarra, especialmente enel norte de sta, y en Iparralde. Para llevar a cabo la recoleccin de datos seha procedido a una revisin bibliogrfica de materiales etnogrficos, etnol-gicos y folclricos.

    RESULTADOS

    En el rea de estudio se han encontrado los siguientes nombres aplica-dos a la especie. En Euskera el tejn es denominado: azkonarra, azkon, az-koi, azkenarro y tambin hemos encontrado escritas la variante ortogrficaasconarra y la inarticulada azkonar. Por otra parte, en Castellano dentro delrea de estudio hemos encontrado los siguientes trminos: tejo, tajn, taju-bo, tajudo, tijugo, tachubo, tachugo, tachn, tasugo, cerdo tasugo, tasn, tesu-go, taxugo, tafudo, tafugo, tafubo, taf, meln, careto, azquenarro y azcona-rro. Dado que el tejn es un animal omnvoro, en ocasiones puede causardaos a cultivos, especialmente en los de maz (Wilson 1993, Ayesta 1997,Zabala et al. 2002b). Por ello era objeto de caza en varios lugares, por me-dios diferentes. En Sara (Laburdi), por ejemplo, se usaban cepos y venenos,mientras que en otras zonas se utilizaban grandes cajas que se situaban enla entrada de la tejonera o cado y atrapaban al animal con vida (Barandia-rn 1972-1981). Aquel que matase un tejn estaba, segn la zona, autori-

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    zado a realizar una cuestacin y se desplazaba de aldea en aldea mostrandola pieza y recibiendo a cambio algo de dinero, huevos... (Barandiarn 1972-1981). Adems, se recurra tambin a otros mtodos para espantarlo de losmaizales, tales como encender grandes fuegos durante la noche, pues secree que el fuego y el humo los espantan, as como hacer ruido con la gua-daa o instrumentos de hierro o tocar la turruta o cuerno o atar perros du-rante la noche en los maizales (Barandiarn 1972-1981, Ayesta 1997). Otroinstrumento utilizado para hacer ruido era el eltzaoor, especie de zambom-ba hecha de tronco hueco con un extremo cubierto por una piel tensada.Curiosamente, se considera que la mejor piel es la de tejn, llevando atra-vesada una cuerda que al tirar de ella produce un ruido caracterstico (Ba-randiarn 1972-1981).

    Por otra parte, en cuanto a usos y creencia se refiere, en gran parte del te-rritorio era costumbre colocar a los nios una garra de tejn colgada del pe-cho como preventivo contra el mal de ojo (Azkue 1989). Ejemplo de ello esuna obra de teatro, escrita por un escribano de Mondragn en el siglo XVIII,en la que aparece la siguiente estrofa:

    Azkonarraren atzapartxoaekarriko dot menditi,begizkorik estegizuenbulartxorean isegi(Traer del monte una garrita de tejn, (te la) colgar delcuello para que no te hagan el mal de ojo) (Azkue 1989).

    Seguramente relacionado con ello est la garra de tejn con empuadurade plata que Lapuente Martnez (1976) encontr en una casa de Amezkoa yde la que nadie saba darle razn, excepto posiblemente la abuela que no qui-so hablar al respecto (Lapuente Martnez 1971, 1972, 1976). Consultando elautor a Barandiarn, este le inform que los nios las llevaban (las garras detejn) colgando del cuello para protegerse de los malos espritus, especialmente delaojamiento, ya que: al tejn se le suponan virtudes para proteger de los espritusque producan el mal de ojo (Lapuente Martnez 1971, Barandiarn 1972-1981).

    Por otra parte, los boyeros solan cubrir sus animales con piel de tejn, yen zonas de Bizkaia y Gipuzkoa se consideraba gran lujo poner en los arreosde boda pieles de tejn sobre el yugo para cubrir las campanillas (Barandia-rn 1972-1981, Azkue 1989). Aunque el ltimo autor seala que para 1930 suuso estaba decayendo, utilizndose pieles de oveja o perro por motivos eco-nmicos (Azkue 1989). Este uso parece tener una finalidad profilctica puessegn le informaron a Azkue en Amezketa, para evitar que el lupus (lupe, lu-pu, lipu) ataque al ganado vacuno basta con extender piel de tejn a las va-cas sobre el yugo, y no se les pega el lupus (Azkue 1989). Recuerdo de esto esposiblemente la prctica de Amezkoa descrita por Lapuente Martnez (1971),donde por San Antn los animales eran llevados a bendecir adornados conpieles de tajugo, entre otras cosas.

    Por ltimo, la manteca de tejn, adems de excelente para mantener elcuero de las botas (Ayesta 1997), se consideraba til para combatir el reuma,como recoge Barandiarn (1989) en una receta de Sara segn la cual para elreuma frotar con manteca de tejn (azkenarro-urina).

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    DISCUSIN

    Al observar los nombres en euskera resulta obvio que todos ellos estn re-lacionados y tiene un origen comn, pero ste y su posible significado se nosescapan. Por otra parte, los nombres en castellano se pueden dividir en variosgrupos. As, tejo, tajn, tajubo, tajudo, tijugo, tachubo, tachugo, tachn, tasugo,cerdo tasugo, tasn, tesugo, taxugo, tafudo, tafugo, tafubo y taf, derivan todosellos del termino taxus utilizado en Latn tardo y proveniente del germnicopara designar al tejn (Sambls Serrano & Virgs 1997), trmino que por otraparte tambin designaba el tejo (Taxus baccata L.) tanto en latn clsico comotardo (Gmez de La Cortina et al. 1867). La inclusin del termino cerdo enel caso de cerdo tasugo posiblemente haga referencia al tamao y forma delanimal, es corriente, adems, en otros idiomas como el ingls llamar boar ysow respectivamente al macho y la hembra (Kruuk 1989). Tambin en italia-no, en dialecto Luinese diferencia dos variedades de tejn: el tass canin y el tasspurscel que podramos traducir como tejn perruno y tejn porcino. La dife-rencia estriba en el estado de acumulacin de grasa del animal, siendo el pe-rruno el animal sin apenas grasa y pelo largo, y el porcino el animal con in-gentes reservas de grasa de cara al invierno y pelo no tan largo (Biancardi &Rinetti 1995). Tambin en Len existe, o exista, una diferenciacin similarentre el teixo y el porco teixo, ste ltimo se coma y se utilizaba para hacer en-tre otras cosas una sabrosa cecina (Revilla pers. com.). La misma distincin si-gue vigente en Catalua basndose en la forma del morro, ms achatado en elporcino que a su vez es el que se come (Bonet pers. com.). Por otra parte el ter-mino meln, de donde deriva el termino meloncillo para Herpestes ichneumonL., deriva del meles de los latinos, o melis o melles segn Plinio, que es el ter-mino utilizado en latn clsico para designar a este animal (Gmez de la Cor-tina et al. 1867, Plinio 2002). Este trmino, ms antiguo por tanto, est rela-cionado con otros que aparecen en la Pennsula como melandru o melandroen Astur-Leons (Sambls Serrano & Virgos 1997), y en otras zonas como me-logna (en Italiano del Abruzzo y la Campania, Biancardi pers. com.). Careto esun nombre claramente descriptivo del antifaz facial de esta especie, y, por l-timo, tanto azquenarro como azconarro son formas castellanizadas de losnombre eskaros azkonarra y azkenarro. Sorprendentemente este ltimonombre parece ser utilizado tambin en Teruel (Sambls & Virgs 1997).

    Respecto a la utilizacin de las garras de tejn como amuleto, segn Az-kue (1989) este uso era tambin comn entre los anglosajones, quienes asi-mismo utilizaban dientes tallados y decorados del mismo animal como amu-letos. Tambin nos informa de su utilizacin en Florencia, y basndose enunos textos alemanes le supone un origen romano a esta prctica (Azkue1989), aunque este ltimo punto resulta dudoso pues Cayo Segundo Plinio,gran colector de prcticas mdicas, mgicas y supersticiosas no se hace eco deella (Plinio 2002). Por otro lado, la utilizacin de zarpas de tejn como amu-leto es una prctica an viva, por lo menos en Bolivia (cf. El Nuevo Da2002). El hecho de que Azkue mencione una obra de teatro en euskera dn-de se destaca el uso de la pata de tejn para prevenir del mal de ojo nos dauna idea de la difusin y popularidad que en un da tuvo la prctica. Tam-bin parece haber sido moda en la Espaa de los Austrias, aunque este pun-to est sin confirmar (Callejo 2000).

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    Sobre la utilizacin de pieles de tejn con fines profilcticos no hemos ha-llado ninguna referencia fuera del rea de estudio, aunque es posible que estose deba ms a la escasez de informacin en estos temas y a su escasa difusinque a la originalidad de la prctica. Una posible excepcin se encuentra descri-ta en xodo, 35:23 donde se describe la construccin del tabernculo en el quereza: Cuantos tenan jacinto, prpura, carmes, lino, pelo de cabra y pieles de car-nero teidas de rojo y pieles de tejn las trajeron. Todos los productos citados sonartculos de lujo, pues en el mundo antiguo el colorante rojo, carmes y espe-cialmente la prpura eran atributo de reyes, de elevadsimo precio y objeto decomercio internacional (Fernndez Uriel 1996). Por tanto, la mencin de laspieles de tejn indicara que se consideraba un artculo de gran lujo o tal vezceremonial. De todos modos, hay quien duda de la correcta interpretacin deltermino tahash como tejn. Segn Robert Graves, el tejn no era un animal sa-grado en ninguna zona del Mediterrneo y propone una interpretacin de ta-hash como foca sagrada (tuhas en rabe) cuya piel se supona prevena del ra-yo y era utilizada para cubrir altares y lugares sagrados (Graves 1994). Una po-sible explicacin a estas creencias est en el carcter telrico de la especie. Enlas religiones primitivas la tierra y los reinos y genios subterrneos son referen-cia constante e importantsima, como por ejemplo en la mitologa vasca (Ba-randiarn 1972-1981). Por tanto, animales que excavan madrigueras (conduc-tos al interior de la tierra) y nacen y pasan la mayor parte de sus vidas en c-maras subterrneas como los tejones son susceptibles de ser considerados esp-ritus terrestres en las religiones antiguas (Alinei 1986).

    Por ltimo, en lo que al uso de manteca de tejn para combatir el reumaatae, hay varias citas. Biancardi & Rinetti (1997) recogen este uso en Italia,donde a principios de siglo XX se cazaban tejones cuya grasa se llevaba a las far-macias para hacer ungentos contra el reumatismo; la piel tambin se venda yla carne restante era aprovechada como alimento, al igual que en Len, Jan oEuskadi, donde hasta fecha reciente el tejn ha servido de alimento (Revillapers. com., Sambls pers. com.). Tambin en el Reino Unido se ha credo que lagrasa de tejn tuviese poderes curativos, especialmente contra el reumatismo ylas torceduras (Neal & Cheeseman 1996). La susodicha grasa tiene un gran po-der de penetracin, pero un anlisis de la misma no encontr ninguna sustan-cia especial con posibles propiedades curativas, remarcando tan slo que la ma-yor parte de la grasa de tejn deriva de grasas de lombriz, que es el principalalimento del animal en la zona (Neal & Cheeseman 1996). Los mismos auto-res refieren una historia acaecida en Somerset cuya protagonista, una ancianade un pueblecillo cercano, tena la cadera hinchada, un colocador de huesosle dijo que la nica cura posible era la grasa de tejn pues su afeccin vena deantiguo. Tratando de localizar grasa de tejn se puso en contacto con uno delos citados autores, quien no disponiendo de ninguna muestra fresca le sumi-nistr un trozo de grasa con ms de tres aos, completamente rancio y de uncolor ya anaranjado. De cualquier modo, unos quince das despus la ancianallam por telfono para comunicar que estaba completamente curada (Neal &Cheeseman 1996). Los autores dudaban si atribuir la curacin a la fe o a la ac-cin de alguna sustancia presente en la grasa rancia como consecuencia de unaposible accin bactericida. De cualquier modo, segn informan estos autoresbasndose en anlisis mdicos, la manteca de tejn carece de propiedades cu-rativas demostradas. Por otra parte, este uso tampoco parece tener origen ro-

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    mano ni griego, pues ni Plinio ni Dioscrides dicen nada al respecto (cf. Fe-rrndiz Madrigal 2001, Plinio 2002), aunque s es antiguo y en un tiempo de-bi de ser comn. En La Celestina, Parmeno nos dice al hablar de ella que:y los vntos y mantecas, que tena, es hasto de dezir: de vaca, de osso, de cauallos yde camellos, de culebra y de conejo, de vallena, de gara y de alcaraun y de gamoy de gato monts y de texn, de harda, de herizo, de nutria. Un poco ms tardeda ms datos de la botica aadiendo, y en otro apartado tena para remediaramores y para se querer bien. Tena huessos de coran de cieruo, lengua de buora,cabeas de codornizes, sesos de asno, tela de cauallo, mantillo de nio, haua moris-ca, guija marina, soga de ahorcado, flor de yedra, espina de erizo, pie de tex, gra-nos de helecho, la piedra del nido del guila y otras mill cosas (Rojas, 1970). Qui-zs este pie de tejn que cita pueda esta relacionado con la garra de tejn quehemos visto utilizar como amuleto, aunque en estos casos su finalidad es biendistinta. Otra creencia curiosa respecto a las patas de los tejones exista en Le-n, donde se pensaba que las patas del lado izquierdo eran ms largas que lasdel derecho para poder as huir ms rpido por los caminos. Por ello era fcilverlos correr de noche delante de los carros sin salirse del camino, pues lleva-ban las patas izquierdas, ms largas, metidas en las rodadas de los carros (Revi-lla pers. com.).

    A parte de lo ya comentado, hemos encontrado escasas referencia a usoso creencias relativas al tejn. Plinio (2002) nos dice que un recurso distintoes el de los tejones cuando tienen miedo: con la distensin de haber inflado lapiel previenen los golpes de los hombres y las mordeduras de los perros. La pieldel tejn es de hecho muy dura y suelta, lo que le protege de mordiscos yotros ataques. Aunque esto no lo hace a voluntad, como Plinio cree, sinoque es una caracterstica del animal que puede estar relacionada con la de-fensa y el hecho de experimentar el tejn grandes cambios de peso debidoa la acumulacin de grasas durante el periodo favorable y su posterior con-sumo durante el invierno (Neal & Cheeseman 1996). Tambin Plinio(2002) nos dice que los excrementos de tejn cocidos y bebidos son buenospara las heridas causadas por la mordedura de un perro rabioso, y el hga-do de tejn con agua muy bueno para las amgdalas, pero en estas dos re-cetas probablemente subyace el pensamiento mgico. Otra receta de carc-ter mgico es el afrodisaco de Marcelo Emprico, quien en su De medica-mentis libri, publicado por primera vez en 1536 recomendaba testculos detejn como afrodisaco en una tpica interpretacin de de lo que se comese cra dice as: Qui in venerem infirmior erit, testiculos milonis ex aquafontana, quae perennis est, cum melle decoctos edat ieiunus per triduum; sta-tim remediabitur. (Garci-Gomez 1981).

    AGRADECIMIENTOS

    Este estudio ha sido financiado por una beca de la BBK. Queremos mos-trar nuestro agradecimiento a ITURRALDE, J. por su colaboracin el la reco-pilacin de datos y la redaccin. Y a ALBIZUA, A.; BIANCARDI, C. M.; REVI-LLA, E.; BONET, V y SAMBLS, P. por la informacin facilitada.

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    Amuleto de garra de tejn

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    RESUMEN

    En el presente estudio se presenta una recoleccin de datos extrados de pu-blicaciones etnogrficas referentes al tejn. Se han encontrado principalmen-te tres usos o creencias relativas a esta especie en la tradicin vasca. Las garrasde tejn se han utilizado a modo de amuleto para preservar a los nios delmal de ojo, y su piel para proteger a los bueyes y vacunos de enfermedadescomo el lupus. Por otra parte la manteca de tejn se ha utilizado para tratarel reuma. Aunque no se ha encontrado mencin a estas prcticas en los clsi-cos, si se han encontrado semejanzas en un contexto europeo. Se comentanadems algunas creencias y usos encontradas en los clsicos.

    Palabras Clave: Tejn, Meles meles, Etnozoologa, Folclore, Medicina Popular,Euskadi.

    LABURPENA

    Ikerketa honetan hainbat argitalpen etnografikotan azkonarraren inguruanagertutako datuak bildu dira. Hiru erabilpen nagusi aurkitu ditugu. Batetik,beraien atxaparrak begizkoaren aurkako kutunak egiteko erabiliak izan dira,eta larruak idiak eta beste abelgorri batzuk gaixotasunetatik babesteko. Azke-nik, azkonarraren gurina erreumaren kontra erabili da. Begiratutako farma-

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    kopea klasikoak, Plinio eta Dioskoride alegia, ez du ezer esaten praktikahauen inguruan. Halere, antzeko erabilpenak aurkitu dira europako beste he-rrialde batzutan. Bestalde, kalsikoek bildutako beste erabilpen eta sinismenakaipatzen dira.Gako Berbak: Azkonarra, Meles meles, Etnozoologia, Folklore, Herri medi-kuntza, Euskal Herria.

    ABSTRACT

    We report data from ethnographical publications on traditional basque be-liefs and uses of badgers. We found three different uses in the basque tradi-tion; badger paws were used as amulet in order to protect children from evileye, badger skins were used to protect bullocks and dairy cattle from illnes-ses, and badger fat was used for the cure of rheumatism. None of these useshas been found recorded in ancient literature (Plinius or Dioscorides) but wefound similar uses in Europe. In addition, we comment some uses describedin ancient literature. Key Words: Badger, Meles meles, Ethnozoology, Folklore, Folk-medicine, Bas-que.

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