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    LA ENSEANZA DE PRIMERAS LETRASEN CHIAPAS EN LOS ALBORES DE LAINDEPENDENCIA, EN UN CONTEXTO

    IBEROAMERICANO

    Morelos Torres Aguilar1Universidad Autnoma de Chiapas, Mxico

    Grupo de Investigacin [email protected]

    Recepcin: 30/04/2010Evaluacin: 28/06/2010Aceptacin:21/07/2010Artculo de Reflexin

    RESUMEN

    El artculo es resultado de una investigacin sobre la enseanza de lasprimeras letras en Chiapas, en las postrimeras de la colonia y durante larevolucin de independencia. El trabajo contextualiza y examina el discursoeducativo del rgimen colonial, y lo compara con esfuerzos similares que tuvieronlugar tanto en Espaa como en otros pases de Iberoamrica. A partir de lasfuentes consultadas, se concluye que fracasaron los esfuerzos realizados por lacorona espaola en cuanto a la enseanza de primeras letras dirigida a la poblacinen general.

    Palabras clave:Enseanza,Primeras Letras, Chiapas, RgimenColonial, Independencia.

    1 Doctor en historia por la Universidad Nacional Autnoma de Mxico. Obtuvomencin honorfica y la medalla Alfonso Caso de esta institucin por sus estudios dedoctorado. Es profesor en el Doctorado en Estudios Regionales de la Universidad Autnomade Chiapas, y coordinador regional del Seminario Nacional de Msica de la NuevaEspaa y el Mxico Independiente [MUSICAT, UNAM / CONACYT]. Pertenece al Sistema Nacionalde Investigadores de Mxico.

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    ELEMENTARY EDUCATION AT THE DAWN OFTHE INDEPENDENCE WITHIN AN IBERO-

    AMERICAN CONTEXT

    Morelos Torres AguilarUniversidad Autnoma de Chiapas, Mxico

    HISULA Research [email protected]

    ABSTRACT

    The article is the result of an investigation into the teaching of the firstletters in Chiapas, in the aftermath of the colony and during the revolution ofindependence. The work contextualizes and examines the educational discourseof colonial regime, and compares it to similar efforts that took place in Spainand other countries in Latin America. Of the sources consulted, it concludesthat they failed the efforts made by the Spanish Crown in teaching first lettersaddressed to the population in general.

    Key words: Education, First Letters, Chiapas, Colonial Regime,Independence.

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    La enseanza de primeras letras

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    INTRODUCCIN

    Este trabajo precisa y desarrolla algunas lneas de generacin delconocimientoque fueron propuestas, en aos recientes, en sendas ponencias,como fundamento para una investigacin de largo alcance.2 El asunto centralde estas lneas corresponde a la enseanza de primeras letras en el territorioque corresponde al actual estado de Chiapas, en Mxico, durante las ltimasdcadas del siglo XVIII y las primeras del siglo XIX.

    La enseanza de las primeras letras en Chiapas a fines del rgimen colonialy a comienzos del Mxico independiente es un tema relativamente nuevo dentrode la historiografa que ha sido escrita respecto al perodo. Si bien algunosautores han estudiado aspectos que se relacionan con el tema en forma colateral,no ha sido examinado en forma puntual el proceso mediante el cual fueintroducida y transmitida la lengua castellana en el seno de una poblacinmayoritariamente indgena, en la etapa final del rgimen colonial y a comienzosdel Mxico independiente.

    El primer problema planteado en el protocolo de la investigacin, consisteen conocer cul era la posicin de la corona espaola respecto a la enseanzade primeras letras en distintos territorios iberoamericanos,en particular en laCapitana General de Guatemala, y especficamente en la alejada provincia deChiapas, en los ltimos aos del siglo XVIII y en el primer cuarto del XIX.Elsegundo problema, que guarda una estrecha relacin con el tema, es la existenciade iniciativas, generadas por diversos actores sociales, para transmitir la lenguacastellana a una poblacin predominantemente indgena, pues como se sabe,Chiapas constitua una de las regiones con mayor porcentaje de naturales en elmbito de la Capitana General de Guatemala.

    El tercer problema que se presenta para estudiar el tema, es la relacin quetuvo lugar en aquella poca entre las tareas educativas y el desenvolvimiento de

    2 TORRES AGUILAR, Morelos. (2008): El discurso educativo de la corona espaolaen las postrimeras de la Colonia en Chiapas,en Dilogos. Revista electrnica deHistoria. San Jos. Universidad de Costa Rica Escuela de Historia / InstitutoPanamericano de Geografa e Historia. Nmero especial, IX Congreso Centroamericanode Historia, p. 1150-1162. Se puede consultar en http://historia.fcs.ucr.ac.cr/articulos/2008/especial2008/index.html. TORRES AGUILAR, Morelos. (2008):Losayuntamientos de Chiapas en el primer tramo del Mxico independiente: el informecrtico de 1830. III Coloquio Internacional Migraciones y fronteras, San Cristbal delas Casas, Chiapas, UNICACH-CESMECA / UNESCO / FLACSO Costa Rica. Lainvestigacin de largo alcance, que actualmente se encuentra en proceso, lleva por ttuloAproximaciones a la historia de la educacin en Chiapas: iniciativas pedaggicas en elsiglo XIX.

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    3 Entre las obras que abordan el tema se encuentran: FLORES RUIZ, Eduardo. (1978):La Catedral de San Cristbal de las Casas. 1528-1978. Tuxtla Gutirrez. UniversidadAutnoma de Chiapas rea de Humanidades. CARVALHO, Alma Margarita. (1994):La Ilustracin del Despotismo en Chiapas, 1774-1821. Mxico. Consejo Nacional parala Cultura y las Artes. SANTIAGO CRUZ, Francisco. (1977): Breve historia del Colegiode la Compaa de Jess de Ciudad Real de Chiapas. Mxico. Editorial Tradicin.

    la sociedad; y qu obstculos se opusieron, en forma determinante, al desarrollode las primeras.Por ltimo, el cuarto problema consiste en conocer los resultadosque tuvieron los proyectos de enseanza en la regin a fines del rgimen colonial,y en los primeros aos del Chiapas y del Mxico independientes.

    A partir de los problemas referidos, fueron delineados y planteados lossiguientes objetivos:

    1.Analizar el proyecto educativo ilustrado de la corona espaola a fines delsiglo XVIII y comienzos del XIX, por medio del examen dediversasmanifestaciones que tuvieron lugar en Iberoamrica en este sentido.

    2.Describir algunos ejemplos de enseanza de primeras letras que fuerondesarrollados en la pennsula ibrica en la misma poca.

    3.Describir algunos ejemplos de enseanza de primeras letras que fuerondesarrollados en las colonias americanas en la misma poca.

    4. Describir a grandes rasgos la situacin social en la provincia de Chiapas.5. Mostrar los principales rasgos de la accin educativa desarrollada en

    Chiapas por la Corona a fines del siglo XVIII y a principios del XIX.6. Referir los trabajos desarrollados por la Corona en el campo de la

    enseanza de primeras letras en Chiapas en los ltimos aos del rgimen colonial.7. Sealar los obstculos que lentificaron o impidieron el desarrollo de la

    educacin en Chiapas durante el perodo estudiado.8. En las conclusiones, explicar el resultado que tuvieron las iniciativas de

    enseanza en esta provincia, al finalizar un proceso de alrededor de mediosiglo, y compararlo con los ejemplos iberoamericanos descritos.

    Con el fin de responder en forma adecuada a la problemtica planteada, yde cumplir apropiadamente los objetivos referidos, fue revisada cuidadosamentela escasa bibliografa especfica en que se aborda el tema, la cual permiticontextualizar el proceso educativo, y aport algunos elementos para darrespuesta al cuarto y quinto objetivos.3 Por otra parte, la consulta de un importantenmero de artculos relacionados con el tema permiti establecer un seguimientoadecuado respecto a los tres primeros objetivos.

    Sin embargo, dado que la revisin bibliogrfica resultaba insuficiente paraprofundizar en los objetivosplanteados, se hizo necesario e incluso indispensable

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    4 Se trata del Archivo Histrico Diocesano de San Cristbal de las Casas (AHDSCLC),ubicado en la ciudad del mismo nombre, en el estado de Chiapas, Mxico.5 OROZCO Y JIMNEZ, Francisco. (1999): Documentos Inditos de la Historia dela Iglesia en Chiapas. Tuxtla Gutirrez. Gobierno del Estado de Chiapas / ConsejoEstatal para la Cultura y las Artes de Chiapas. Tomos I y II. TRENS, Manuel B. (1999):Historia de Chiapas. Desde los tiempos ms remotos hasta la cada del SegundoImperio (1867?). Tuxtla Gutirrez, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes deChiapas Libros de Chiapas. Tomos I y II.

    incluir, en el plan de trabajo, la revisin de los documentos que sobre el tema seencuentran en un archivo especializado.4 Cabe sealar aqu que los documentosencontrados permiten obtener una idea de la situacin escolar en esta provinciaen el perodo indicado. La revisin documental aport una importante base dedatos, la cual fue complementada con la informacin recabada en dos librosinsoslayables para entender el proceso educativo de la poca.5 Todos estoselementos permitieron conocer y describir las iniciativas de enseanza elaboradasen la provincia en el perodo sealado, caracterizar el proceso de enseanza deprimeras letras que tuvo lugar en la regin, y comparar ste con distintos procesossimilares que tuvieron lugar en el mbito iberoamericano de la poca.

    Por ltimo, el anlisis y la reflexin sobre los elementos antes sealadospermitieron encontrar un conjunto de obstculos que se opuso al desarrollo delos proyectos educativos del rgimen colonial y de la naciente repblica, y queresult de tal magnitud, que determin el fracaso del proceso educativo enChiapas durante la primera dcada del Mxico independiente.De esta manera,se aplic el mtodo comparativo para el anlisis de las experiencias educativasque tuvieron lugar sobre la materia en distintas regiones de Iberoamrica en elperodo explorado. Y asimismo, se realizaron ejercicios de anlisis de discurso yde anlisis sociohistrico con el fin de encontrar explicaciones a los principalesobstculos que impidieron el cumplimiento de los proyectos educativos descritosa lo largo del trabajo.

    Finalmente, en las conclusiones se realizan una sntesis y una interpretacinde los principales elementos resultantes del anlisis efectuado en cada uno delos objetivos.

    1. Rasgos Ilustrados en el Proyecto Educativo de la Corona Espaola aFines del Siglo XVIII y a Comienzos Del XIX

    En la segunda mitad del siglo XVIII, la educacin en los territoriosdependientes de la Corona espaola tom un impulso notable, a partir de lainiciativa de diversos pensadores de mentalidad reformista, cuyas ideas serelacionaban con el pensamiento ilustrado de la poca, y cuyas relaciones les

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    6 VARELA FERNNDEZ, Julia. (1988): La educacin ilustrada, o cmo fabricarsujetos dciles y tiles, en Revista de Educacin. Madrid. Ministerio de Educacin. No.Extra 1. p. 2617 Ibdem. p. 267.8 Ibdem. p. 266.

    posibilitaban influir en las decisiones gubernamentales. En este sentido, losproyectos de los condes de Campomanes y Cabarrs, as como de GasparMelchor de Jovellanos, proponan lograr una enseanza nacional uniforme paralos distintos niveles, tanto en lo que se refiere a mtodos, libros y disciplina, ascomo fundar nuevos establecimientos, que sustituyeran en parte a la multiplicidadde los ya existentes,a travs de los cuales se habran de propagar los nuevosvalores, y se habran de transmitirconocimientos, habilidades y hbitos acordescon la nueva visin del mundo ilustrada.6

    En cuanto a la enseanza de las primeras letras, los ilustrados espaolesproponan la creacin de unas escuelas patriticas y populares, caracterizadaspor una educacin elemental, de primeros principios y rudimentos, con finesclaramente moralizantes. Ms all de la originalidad de la propuesta, la segundamitad del siglo XIX se caracteriz en la pennsula por una gran variedad deescuelas de enseanza elemental: escuelas caritativas de los hospicios, escuelaspatriticas, escuelas de primeras letras de la Hermandad de San Casiano,escuelas de las Diputaciones de Barrio, colegios de rdenes religiosas yespecialmente de los Hermanos de las Escuelas Pas.7

    Resulta importante mencionar que stos ltimos, los escolapios, fundarondurante los siglos XVII y XVIII numerosas escuelas gratuitas en la pennsula,pues sus constituciones les obligaban a ello. En apego a dicho precepto, lasdos rdenes de la Contrarreforma con ms empuje se repartieron del siguientemodo el terreno: para los escolapios la doctrina y las primeras letras, para losjesuitas los colegios de gramtica, determinados colegios mayores, ciertasuniversidades y los colegios de nobles.8

    El proyecto ilustrado se materializ en las escuelas patriticas, as comoen escuelas de primeras letras y escuelas de oficios, todas ellas fundadas porlas Sociedades Econmicas de Amigos del Pas. En particular, las primerassirvieron como modelo para la educacin de los hijos de los pobres, el cualfue seguido, por ejemplo, por las Diputaciones de Barrio para fundar sus propiosestablecimientos educativos.Es importante resaltar en Espaa, durante la segundamitad del siglo XVIII, el desarrollo de una corriente ilustrada que, como loescriba Manuel Jos Narganes, postulaba la necesidad de secularizar la

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    9 DELGADO CRIADO, Buenaventura (Coord.). (1994): Historia de la educacin enEspaa y Amrica. Volumen 3. La educacin en la Espaa contempornea (1789-1975). Madrid. Ediciones SM / Fundacin Santa Mara. p. 73.1 0 BURGOS RINCN, Javier. (1994): Alfabetizacin y escuela en Catalua en el Siglode las Luces. Una hiptesis interpretativa, en Manuscrits. Revista dHistria Moderna.Barcelona. Universitat Autnoma de Barcelona. No. 12. Gener. pp. 134.1 1 VARELA FERNNDEZ, Julia. p. cit. p. 267.

    enseanza, arrebatando esta importante tarea de manos de la Iglesia, y deobligar a sta a sujetarse a las leyes, pues consideraba que la instruccin pblicaera un asunto que, por derecho y obligacin, ataa al gobierno, el cual porello deba ejercer su direccin, inspeccin y control.9

    En este sentido, en algunas ordenanzas, como la Provisin del 21 de octubrede 1767, en Catalua, se manifiesta la conveniencia de que la enseanzaestuviese en manos de maestros laicos y no de rdenes religiosas; sin embargo,esta idea result inaplicable en muchos casos, debido a que contratar profesoreslaicos resultaba ms costoso para los municipios. Adems, los mentores religiososofrecan varias ventajas sobre ellos, pues no haba que pagarles, ya que disponande sus propias rentas y beneficios; representaban un gasto menor, al no tenerfamilia; mostraban con frecuencia una formacin ms slida que la de los laicos;y adems, por su naturaleza, proporcionaban una educacin moral y religiosaacorde con aquello que la sociedad esperaba de un profesor.10

    Como se sabe, la expulsin de los jesuitas de los dominios de Espaa en1767 constituy un hecho determinante para el destino de la educaciniberoamericana. Por una parte, el hecho ces de manera abrupta la fundacinde nuevos colegios, e impidi el funcionamiento apropiado decentros escolaresde distintos niveles;por otra, la partida de cientos de importantes profesoresjesuitas, con la consiguiente clausura de escuelas, oblig a que la coronareplanteara en forma urgentesu proyecto educativo.

    En el caso de las escuelas de primeras letras de la pennsula, talreorganizacinpropici el fortalecimientolos escolapios, quienes se volvieron muyimportantes para el desempeo de la obra educativa planeada por los monarcasborbones. Dicha orden, fundadora de escuelas pas, presentaba ventajas notablesrespecto a otras que educaban en la misma poca: contaba con un sistemauniforme de enseanza, dispona de un cuerpo de profesores ya formado,haba fijado un solo tipo de letra como base de la enseanza la llamadaescolapia o bastarda-, enseaba el castellano en todas sus clases, y sobretodo, cubra con eficacia las necesidades del gobierno ilustrado.11

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    1 2 VENTAJAS DOTE, Fernando. (2000): La enseanza en Mlaga en tiempos deFernando VI (1746-1759), en Revista Jbega. Mlaga, Centro de Ediciones de laDiputacin de Mlaga. No. 84. p. 27.1 3 Ibdem. P, 45.1 4 BURGOS RINCN, Javier. p. cit. p. 116.1 5 Ibdem, p 67.

    2. La Enseanza de Primeras Letras en la Pennsula Ibrica a fines delSiglo XVIII y a principios del XIX. Algunos ejemplos

    Debemos a Ventajas Dote una clasificacin muy tilpara apreciar lasdistintas modalidades de la instruccin elemental en el siglo XVII en la pennsula.En trminos generales, dice este autor, en la Espaa de mediados del sigloXVIII la enseanza de primeras letras era impartida mediante variasmodalidades: maestros particulares (en su mayora clrigos) que enseaban enlos propios hogares de los alumnos, principalmente de clases acomodadas;escuelas pblicas, abiertas a todos los alumnos, pero no gratuitas; institucionesbenfico-docentes gratuitas, mantenidas por los poderes estatales, municipaleso por la Iglesia; y colegios anejos a los conventos (dependientes de las rdenesreligiosas, donde destacaron los jesuitas, franciscanos, carmelitas, agustinos yescolapios), que estaban libres de todo control regio y en los que la enseanzasola ser gratuita.12

    Pese a la existencia de todas estas posibilidades, evidentemente mayoresen las grandes ciudades que en las zonas rurales, donde muchas veces sereducan a la labor realizada por los prrocos,13 se puede apreciar la falta deinstruccin de la mayor parte de la poblacin espaola, en la cual el grado deanalfabetismo era superior al 90%, con menos de una cuarta parte de los niosescolarizados.

    En este marco puede ser entendidoel caso de Catalua, donde tras laexpulsin de las jesuitas fueron abiertas escuelas gratuitas de primeras letrasen diez conventos, por iniciativa del obispo Josep Climent, en contraposicin ala Real Cdula del 5de marzo, que pretenda impulsar la secularizacin delmagisterio de primeras letras.14 La razn por la cual la Iglesia prosigui alfrente de estos establecimientos era el mal estado de las finanzas locales. Aunquedichas escuelas fueron cerradas en 1771 por recomendacin de la Junta deGobierno, con el argumento de que no ocupaban sus aulas los nios de lasfamilias pobres, reiniciaron sus actividades en la gestin del obispo AsensioSales, sucesor de Climent, debido a que cubran una parte de las necesidadesde escolarizacin sin suponer ningn gasto a las arcas pblicas,15 si bienresultaban insuficientes para atender a los nios en edad escolar, como lo seala

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    1 6 FERNNDEZ, Mara Luisa. (2009) LAlfabetitizaci i ensenyament de primereslletres a Terrassa durant el segle XVIII, en Revista HMiC. Barcelona. UniversitatAutnoma de Barcelona. No. 7. p. 43.1 7 NAVA RODRGUEZ, Teresa. (1995): La mujer en las aulas (siglos XVI-XVIII): unahistoria en construccin, en Cuadernos de Historia Moderna. Madrid. Servicio dePublicaciones UCM. No. 16. pp. 383.1 8 GUTIRREZ BARBA, Alfonso. (2001): Situacin de la enseanza de primerasletras en la comarca de Tentuda entre mediados del siglo XVIII y mediados del XIX, enActas del I Congreso de la Memoria Colectiva de Tentuda. Badajoz. Centro de DesarrolloComarcal de Tentuda. p. 455.1 9 GARRIDO DAZ, Mara del Pilar. (2000): Un mtodo de enseanza a principiosdel siglo XIX en la escuela rural de la Baja Extremadura: contexto y pretexto para suestudio, en Revista de Estudios Extremeos. Badajoz. Vol. 56. No. 3. p. 1113.

    Burgos Rincn.De este modo, en Terrassa, una pequea ciudad cercana aBarcelona, durante la primera mitad del siglo XVIII no exista una escuela deprimeras letras, cuya enseanza slo quedaba en manos del cura de la localidad.Parece que la situacin vari hacia fines del siglo, con la decisin del ayuntamientode elegir un maestro de primeras letras, y ms adelante, en 1800, con la fundacinincluso de un establecimiento po de la enseanza de donzellas omujeres.16 Sobre este mismo particular, destaca Nava Rodrguez queen tiemposde Carlos III, en 1776, funcionaban en Madrid cuatro escuelas gratuitas queconocidas con el nombre de patriticas,y que dirigidas por la SociedadEconmica Matritense, se orientaron pronto a la educacin de nias. En ellasno slo se enseaba a las alumnas a leer, escribir y contar, sino tambin a hilar,tejer y bordar.17

    Por su parte Tentudia, una comarca de Extremadura, muestra a fines delsiglo XVIII serias deficiencias en la enseanza. Gutirrez Barba menciona questa se efectuaba en locales pequeos, en mal estado, insalubres; adems, queera muy escasa la asistencia de los escolares, por razones econmicas, bienpor la necesidad de realizacin de labores agrarias, o bien por la desidia de lospadres. Y si este fenmeno de daba incluso a edades tempranas, en las ltimasedades el absentismo escolar era generalizado. Asimismo los maestros nosolan tener la preparacin adecuada, debido a los bajos salarios que se reciben,por lo que la enseanza queda relegada para ellos a un plano secundario.18

    Garrido Daz seala que a fines del siglo XVIII la realidad extremeaofreca deficiencias en maestros, carencias en escuelas y pobres iniciativas delos municipios. A pesar de que la Real Provisin de 1771 estableca que laenseanza habra de estar a cargo de maestros de primeras letras que cubrieranlos requisitos estipulados en la norma, existe constancia del desempeo deestas funciones por parte de muchas personas que carecan de dicho ttuloclrigos, sacristanes, mdicos, escribanos, oficiales del ejrcito, etc.19 En la

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    2 0 Ibdem. p. 1116.2 1 LASPALAS PREZ, Javier. (2002): La legislacin sobre escuelas de primeras letrasy su administracin en Navarra durante la segunda mitad del siglo XVIII, en EducacinXXI: Revista de la Facultad de Educacin. Madrid. Universidad Nacional de Educacina Distancia-Facultad de Educacin. No. 5. p. 208.2 2 ASENSIO RUBIO, Francisco. (2002): La educacin en Almagro en el siglo XVIII,en Espacio, Tiempo y Forma. Madrid. Universidad Nacional de Educacin a Distancia-Facultad de Geografa e Historia. Serie IV. Historia Moderna. No. 15. p. 274.

    Extremadura de fin de siglo se repiten los problemas existentes en otrasprovincias ibricas: los profesores reciben bajos salarios, los alumnos no asistena las clases, los recursos no alcanzan. En este contexto, resulta sumamentemeritoria la aplicacin en Montemoln -un pueblo de la regin- de un mtodo deenseanza de la lectura que se acostumbraba en las Escuelas Pas de Madrid,20y que obtuvo buenos resultados en unos cuantos aos.

    En cuanto al caso de Navarra, Laspalas seala que en la segunda mitaddel siglo XVIII las escuelas de primeras letras estaban en manos de laadministracin local, y la intervencin del Real Consejo era escasa.21 Es decir,los municipios se hacan cargo de las escuelas, sin que el Estado interviniera demanera determinante en la materia. Slo tras la creacin de la Junta Superiorde Educacin, ya en el siglo XIX, y con la elaboracin del Plan y Reglamentopara las Escuelas de Primeras Letras de Navarra, en 1831, el gobierno centralhabra de controlar la enseanza, mediante la avanzada idea de instruccinpblica.Como en otras provincias, los profesores navarros podan desempearun segundo oficio, por ejemplo el de sacristn, organista, escribano, notario oagrimensor. Sin embargo, lo ms interesante en el caso de Navarra es que laiglesia slo colaboraba de forma indirecta en la enseanza, siendo los municipioslos principales impulsores de la educacin pblica.

    En la provincia de La Mancha la situacin no era distinta. En Villanueva delos Infantes, por ejemplo, uno de los poblados ms importantes, el reglamentoestableca que los maestros no podan dedicarse a otra actividad que laenseanza, ya que se consideraba que el segundo empleo les distraera de sutrabajo docente. Asimismo, mientras que los hijos de los pobres no pagaban porsu instruccin, los hijos de los ms ricos deban pagar 9 reales mensuales. Sinembargo, a veces dicho reglamento no poda ser aplicado, pues la mayora delos nios abandonaban las aulas para realizar trabajos agrcolas de temporal, obien lo hacan cuando faltaban todo el mes de agosto o se enfermaban, y enesas ocasiones los maestros no reciban parte de su salario. Por eso el maestroBenito de Vargas, por ejemplo, termin por redondear sus ingresos con unasegunda profesin, la de tendero.22

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    2 3 Ibdem. p. 279.2 4 Ibdem. p. 287.2 5 VENTAJAS DOTE, Fernando. p. cit. p. 28.2 6 FERNNDEZ, Mara Lluisa. p. cit. p. 42.

    En otras poblaciones de La Mancha la situacin era todava peor; en algunascomo Alcubilla, Fuenllana, Czar, Villahermosa, Montiel, Caamares o Alhambrano haba maestro alguno, y en otras un solo maestro atenda a los hijos de 200,300 o 400 vecinos. En todo caso, los profesores enseaban en un entorno deextrema pobreza. Adems, la calidad de la educacin dejaba mucho que desear,cuando educacin haba. En Almagro, por ejemplo, en la segunda mitad delsiglo XVIII terminaron por incorporarse a la enseanza de las primeras letrasun barbero, un carpintero-retablero y un sastre, quienes slo tuvieron que aprobarun examen ante el ayuntamiento para ejercer la docencia.23 Y aunque fueronpromovidos numerosos juicios y libradas varias rdenes para que los maestrossin ttulo lo obtuvieran, o bien dejaran de impartir clases, la realidad es quetodava en los ltimos aos del siglo algunos profesores seguan ejerciendo ladocencia en forma irregular, e incluso empleaban a sus alumnos en trabajos dealbailera, o para conseguir la comida de los animales de corral.24

    En suma, la enseanza elemental en Espaa en la segunda mitad del sigloXVIII presentaba problemas de difcil solucin: muchas poblaciones no contabancon escuelas, no haba una financiacin adecuada para el ramo educativo porparte del Estado, los maestros reciban un salario insuficiente, o bien la calidadde la enseanza era deficiente.La enseanza de primeras letras constaba delaprendizaje de la lectura, la escritura, el clculo aritmtico elemental y la doctrinacristiana. La edad escolar de los nios sola comenzar entre los seis y los sieteaos; pero en vista de que la asistencia a clases no era obligatoria, los alumnosse ausentaban con frecuencia por razones de trabajo, pobreza o negligenciapaterna, sobre todo en las escuelas pblicas, mxime cuando la actividad laboralde la poblacin no necesitaba de los conocimientos que se adquiran en esenivel educativo.25

    Adems, en la poca estudiada, la profesin de maestro de primeras letrasno resultaba muy atractiva en la pennsula. Por lo general, se exiga que losmentores tuvieran un ttulo profesional, expedido por autoridades en la materia,como la Hermandad de San Casiano;que mostraran un certificado donde seacreditara su buena conducta y una preparacin suficiente en la doctrina cristiana;y que demostraran experiencia docente. Pero la compensacin por estosesfuerzos resultaba poco satisfactoria: se trataba de un oficio mal pagado, yque no ofreca gran prestigio social.26 En ocasiones, los profesores reciban un

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    2 7 GUTIRREZ BARBA, Alfonso. p. cit. p. 450.2 8 LPEZ DOMECH, Ramn. (2000): La viga de Ohanes: algo ms que un conflictoescolar en el siglo XVIII, en Revista Complutense de Educacin. Madrid. UniversidadComplutense. Vol. 11. No. 1. p. 173.

    salario tan reducido, que deban tener al mismo tiempo alguna otra profesin uoficio para completar sus ingresos, con el consiguiente deterioro en la calidadde la enseanza.27

    Aunque, como advierte Lpez Domenech, resulta muy peligroso hacervisiones generales, pues dentro de la misma comarca las diferencias entre lospueblos eran muy grandes, y en muchos casos deban responder a criteriosarbitrarios,28 las caractersticas descritas de la educacin en Espaa permitenestablecer un marco contextual apropiado para comparar la situacin de laenseanza en Chiapas en la misma poca.

    3. La Enseanza de Primeras Letras en Latinoamrica a fines del SigloXVIII y a principios del XIX. Algunos ejemplos

    Resulta sumamente difcil establecer algunas directrices generales para lainstruccin elemental en el enorme mbito de las colonias espaolas en Amrica,en el perodo estudiado. Sin embargo, resulta revelador el estudio de algunosejemplos.

    Silva encuentra en el Virreinato de Nueva Granada, a fines del siglo XVIII,seis formas de alfabetizacin (la cual comprenda la enseanza de la lectura yla escritura). La primera fue emprendida por la Iglesia, quien enseaba yevangelizaba mediante sus escuelas parroquiales y escuelas doctrinales. Dentrode esta forma destaca la tarea alfabetizadora de la Compaa de Jess, la cualtena escuelas para nios en Santaf y Popayn, as como en todos sus colegios,segn se menciona en sus documentos. La segunda, si bien infrecuente, fueposible gracias a las donaciones intervivos y testamentarias, pues algunaspersonas legaron importantes sumas para el sostenimiento de una escuela, esdecir del maestro a cargo de la instruccin elemental.

    La tercera fuente de alfabetizacin la constituan las acciones de las familiasnotables y distinguidas, las cuales se esforzaban para que sus hijos adquirieranla capacidad de leer, de escribir y contar. La cuarta provino de los preceptoresprivados, los cuales se encargaban de ensear lectura y escritura a ladescendencia joven de sus patronos. En quinto lugar se hallaban los talleresartesanales, los cuales supusieron una nueva forma de acceso a la lectura e

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    2 9 SILVA, Renn. (2008): Alfabetizacin, cultura y sociedad. La experiencia del sigloXVIII en el Virreinato de Nueva Granada. Citado como autor invitado en la revistaHistoria Crtica. Colombia. Universidad de los Andes. p. 25.3 0 SILVA, Renn. p. cit. p. 29.3 1 MNDEZ PEREIRA, Octavio. (1999): Historia de la Instruccin Pblica en Panam.Panam. Autoridad del Canal de Panam. p. 272.

    incluso a la escritura, ya que los artesanos se hallaban entre los grupos mscercanos a la cultura escrita. Por ltimo, la sexta forma de alfabetizacin laconstituan los maestros ambulantes, hombres pobres despojados de todapropiedad inmueble, con un nivel cultural mnimo (reducido a la lectura, la escrituray un poco de latn), quienes en su propia vivienda abran escuela con un permisotemporal de los funcionarios locales, o bien sin autorizacin alguna.29

    En Nueva Granada se puede apreciar el intento que hizo la Corona derestablecer e incluso renovar la antigua red de escuelas y colegios que habaquedado hurfana tras la expulsin de los jesuitas. Sin embargo, al parecerentre 1770 y 1790 difcilmente se logr alcanzar siquiera el reducido nmerode escuelas de nios que exista antes de la expulsin. Slo en los ltimos aosdel siglo, las medidas del virrey Jos de Ezpeleta se orientaron a la fundacin,por parte de los municipios, de por lo menos una escuela en cada poblacin.30De cualquier modo, la proliferacin de planes para fundar escuelas a fines delsiglo XVIII constituye un hecho notable en la historia de este virreinato.

    En cuanto al caso panameo en el mismo perodo, escribe Mndez Pereira:

    Fuera de los centros conventuales, hasta los cuales no llegaban las clasesbajas, slo exista una que otra escuela privada, regentada, en lo general,por personas de escassima instruccin: curas de parroquia, religiososlegos o maestros espaoles, que enseaban tambin a domicilio los primerosrudimentos y la doctrina cristiana. Los alumnos no slo deban llevar a laescuela los libros y tiles de estudio, sino tambin el pobre banco o sillaque les serva de asiento en clase y deban pagar al maestro un pequeoemolumento, que vena a aumentar su renta misrrima. Los conocimientoscientficos se limitaban a las cuatro operaciones fundamentales de laaritmtica, y la enseanza misma era puramente mecnica. No se conocanmtodos ni procedimientos pedaggicos, y el sistema de enseanza consistaen el ejercicio continuo de la memoria.31

    Ms al norte, la Nueva Espaa vivi en el siglo XVIII un complejo procesode castellanizacin que debi enfrentar un considerable e histrico rezago en lamateria. Como recuerda Tanck de Estrada, tras la conquista el fin primordialhaba sido instruir a los indgenas en la fe catlica, y para ello la instruccin

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    3 2 TANCK DE ESTRADA, Dorothy. (1996): Enseanza y nacionalismo intelectual alfinal de la colonia, en BAZANT, Milada (Coord.): Ideas, valores y tradiciones. Ensayossobre historia de la educacin en Mxico. Mxico. El Colegio Mexiquense. p. 82.3 3 TANCK DE ESTRADA, Dorothy. p. cit. p. 83.3 4 ALFREDO HERRERA, Sajid. (2007): Primary Education in Bourbon San Salvadorand Sonsonate, 1750-1808, en DYM, Jordana; BELAUBRE, Christophe (Coord.) Politics,economy, and society in Bourbon Central America, 1759-1821. University Press ofColorado. p. 20.

    religiosa fue impartida en los idiomas nativos, generalmente por los frailes criollosy sus ayudantes indgenas. As que, cuando a mediados del siglo XVIII sepromovi el establecimiento de escuelas de castellano en los pueblos de indios,cuyos maestros seran pagados con fondos de los propios indgenas, guardadosen las cajas de comunidad, stos se opusieron a la medida, porque se resistana enviar a sus hijos para aprender una lengua que consideraban extraa ydifcil.32

    A pesar de lo anterior, en algunos aos se fundaron 286 escuelas en 76pueblos de indios, pertenecientes al Arzobispado de Mxico, y por lo menos enuna cuarta parte de ellas se enseaba a leer y escribir. Tras la expulsin de losjesuitas, el arzobispo Lorenzana propuso que no slo se enseara el castellano,sino que tambin se desterraran las lenguas indgenas, con el siguiente argumento:El mantener el idioma de los indios es mantener en el pecho un ascua defuego, un fomento de discordia y una piedra de escndalo, para que se mirencon aversin entre s los vasallos de un mismo soberano. Por ello, basado en lapastoral del arzobispo, Carlos III expidi en 1770 una cdula en la que peda:que de una vez se llegue a conseguir el que se extingan los diferentes idiomasde que se usa en los mismos dominios y slo se hable el castellano.33

    Este mismo proceso fue vivido tambin en Centroamrica, en la CapitanaGeneral de Guatemala, y en particular en las provincias de San Salvador ySonsonate. Al igual que en la Nueva Espaa, en stas, como lo seala AlfredoHerrera, desde el siglo XVI la educacin haba sido instrumentada por las rdenesregulares, que enseaban la doctrina cristiana, a leer y escribir, pero en la lenguade los naturales. La respuesta de la Corona consisti en consentir el trabajo delas rdenes, disponiendo que los indgenas aprendiesen el castellano por su librevoluntad. Sin embargo, en los siglos siguientes, la Corona recibi diversassugerencias y recomendaciones de autoridades civiles y eclesisticas, quedestacaban la necesidad de contar con indios castellanizados, ya que las lenguasnativas eran un obstculo para la comprensin de los misterios de la fe cristiana.As, en la dcada de los 50 del siglo XVIII la Corona inici un proyecto decastellanizacin de los indios, conocido como la secularizacin de las doctrinas.34

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    3 5 ALFREDO HERRERA, Sajid. p. cit. p. 21.3 6 ALFREDO HERRERA, Sajid. p. cit. p. 263 7 SANTIAGO PACHECO, Edgar A.; CMARA GUTIRREZ, Guadalupe; KOECHERT,Andreas. (2005): La educacin en la provincia de Yucatn a fines del siglo XVIII y aprincipios del XIX, en Ketzalcalli. No. 2. p. 122.

    Este proyecto ordenaba poner en manos del clero secular, y ya no en lasrdenes regulares, la educacin de los indios. Sin embargo, el discurso oficial sefue atenuando, sobre todo cuando enfrent la oposicin de los naturales. Deeste modo, en 1754 el rey Fernando VI peda que les fuera enseado el castellanoa stos, pero de manera moderada y suave. Y ms adelante, en 1757, no sloaclaraba que el clero secular ocupara nicamente aquellas plazas de maestroque quedaran vacantes, sino que obligaba a los nuevos profesores a conocerlas lenguas de los indgenas.35

    Con el ascenso al trono de Carlos III, la castellanizacin cobr nuevosmpetus. La Real Cdula de 16 de abril de 1770 ordenaba hacer nico yuniversal el castellano en los territorios coloniales, y las Ordenanzas deintendentes para la Nueva Espaa de 1786, utilizadas en Guatemala, ordenabanque los subdelegados indujeran a los indios a hablar el castellano.36

    En la provincia de Yucatn perteneciente a la Nueva Espaa-, a comienzosdel siglo XIX, las escuelas de primeras letras contaban con un importanteprecedente. A fines del siglo XVII, el obispo Juan Cano de Sandoval habaordenado que en todo el obispado los curas establecieran escuelas parroquialesen beneficio de los jvenes, especialmente de los indios, a quienes deba noslo enserseles la doctrina cristiana, como se vena haciendo, sino tambinlos elementos de lectura y escritura en castellano.37 Sin embargo, a mediadosdel siglo XVIII tales escuelas haban decado por varias causas, entre ellas lasdificultades que tenan los indios para enviar a sus hijos diariamente, y la codiciade los patrones (encomenderos y funcionarios pblicos), quienes por salvaguardarsus ganancias, solan disminuir las horas de que podan disponer los jvenesindgenas para el estudio.

    En apoyo a la castellanizacin, la Real Cdula de 17 de abril de 1789ordenaba el establecimiento de escuelas de idioma castellano en todos lospueblos de indios para que en ellas aprendan a leerle, escribirle y hablarle,prohibindoles usar de su lengua nativa, y sealando para ello maestros. Sinembargo, la orden no tuvo xito. El mismo ao, fray Adrin Aldave describe lapostura de los indgenas yucatecos ante la enseanza: como no reconocensubordinacin, no quieren ni han querido mandar a sus hijos a la escuela por

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    3 8 SANTIAGO PACHECO, Edgar A.; CMARA GUTIRREZ, Guadalupe; KOECHERT,Andreas. p. cit. p. 124.3 9 SANTIAGO PACHECO, Edgar A.; CMARA GUTIRREZ, Guadalupe; KOECHERT,Andreas. p. cit. p. 123.4 0 Ibdem. Por ejemplo, en pueblos como Tekax un solo maestro serva a 500 indiosy 500 vecinos.4 1 POLANCO, Francisco. (1999): Estadstica de Chiapas, 1776, en OROZCO YJIMNEZ, Francisco, p. cit. T. II, p. 67.4 2 SALAZAR, Ramn A. (1988): La Capitana General de Guatemala. Su organizacin,en COLLADO, Carmen; DUTRNIT, Silvia, et al, Centroamrica I. Mxico. Secretarade Educacin Pblica / Instituto Mora / Universidad de Guadalajara.p. 99.

    cuyo motivo no hay maestro de escuela, pues el que haba hizo renuncia por verque no asistan los nios, ni haba quien obligue a los padres a mandarlos.38

    En este mismo sentido, el prroco de Conkal, fray Francisco Snchez yGlvez, expresa en su testimonio que los feligreses indgenas no hablan, perotampoco quieren hablar el castellano; que tampoco quieren que sus hijos vayana la escuela, pues responden que para qu han de aprender sus hijos si siemprehan de ser lo que son, y no dejarn de ser tristes indios, y que los necesitan paraque les ayuden en sus trabajos. Del mismo modo fray Manuel Torres, asignadoa Cenotillo, expresa su fracaso: los indios no saben castellano, y por ms quehe insistido a sus padres los entreguen a las escuelas para aprenderlo, comoaprenden la doctrina cristiana, no he podido obligarlos.39

    En suma, Pacheco, Cmara y Koechert sealan las dificultades que tenanque enfrentar los curas y frailes en Yucatn para establecer y mantener susescuelas: falta de infraestructura fsica, escasez econmica, falta de maestros,y finalmente la negativa de los indgenas a instruirse.40

    4. Ciudad Real en la Capitana General de Guatemala a principios delSiglo XIX

    Hacia fines del siglo XVIII y principios del XIX, Ciudad Real -hoy llamadaSan Cristbal de las Casas- era una de las doce ciudades que se hallaban en laCapitana General de Guatemala. Capital de la intendencia del mismo nombre,que colindaba con el Virreinato de la Nueva Espaa, se caracterizaba tanto porsu aislamiento como por el escaso nmero de sus habitantes. Si segn el censode 1778, en toda la provincia haba 78,596 habitantes, en Ciudad Realslo seasentaban poco ms de seis mil.41

    La Capitana estaba compuesta por quince provincias, que comprendancuatro intendencias, veintinueve subdelegaciones, cuatro distritos poltico-militares, tres corregimientos y siete alcaldas.42 Entre las doce ciudades que

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    4 3 MARTNEZ PELEZ, Severo. (1988): La Capitana General de Guatemala. Latierra, los hombres, las comunicaciones, en COLLADO, Carmen; DUTRNIT, Silvia,et al.p. cit,p. 72.4 4 CORTS Y LARRAZ, Pedro. (1958):Descripcin geogrfico-moral de la dicesisde Goathemala, hecha por su arzobispo, el ilustrsimo seor don Pedro Corts y Larrazdel Consejo de su Majestad. Guatemala. Biblioteca Goathemala / Sociedad de Geografae Historia de Guatemala. Tomo 2.4 5 Consejo formado con la intencin de preservar el poder de Fernando VII an bajo ladominacin napolenica.

    haban sido fundadas en la nacin colonial destacaba, precisamente, Guatemala,sede de la Capitana General y de la Audiencia, que contaba aproximadamentecon 30,000 habitantes. En orden de importancia, le seguan San Salvador -20,000-, Len -20,000-, Granada -10,000- y Cartago -9,000-.43 En este contexto,Ciudad Real era una de las ciudades ms pequeas y con menor nmero dehabitantes de todo el reino.

    En las postrimeras del rgimen colonial, a lo largo y ancho de Guatemalase respiraba una agobiante atmsfera de atraso y decadencia. En 1768 elarzobispo Pedro Corts y Larraz, tras un largo recorrido por las provincias queintegraban Guatemala, elabor una Descripcin geogrfico-moral de ladicesis de Goathemala en donde se describen veredas estrechas, cinegasen que las mulas se hundan hasta las cinchas, ros acrecidos, tierras resbaladizas,maniguas impenetrables, desfiladeros peligrosos, callejones de pea, largasjornadas en que no se vean ni habitantes, ni sembrados, ni ganado, sino solamentebosques, montaas y ros en lo profundo de los barrancos. En particular, elproblema de la ausencia de vas de comunicacin era tan grave que los curasno podan llevar la doctrina a muchos pueblos porque los caminos eranintransitables o simplemente no los haba. Los papeles oficiales [decretos,acuerdos, ordenanzas reales] solan demorarse semanas en llegar de una ciudada otra. Gracias a la Descripcin, nos enteramos de que grandes reas del paspermanecan despobladas hacia el tramo final del siglo XVIII, y que aquellasque no lo estaban se hallaban, en buena medida, aisladas.44

    En la misma lnea de Corts y Larraz, Jos Bustamante y Guerra, quienasumi el cargo de Capitn General de Guatemala el 14 de marzo de 1811,explicaba as en su Oficio al Consejo de Regencia45 la situacin del pas:

    Un rea de 64 mil leguas cuadradas; yermos inmensos donde no se encuentraun solo pueblo. Caminos intransitables an los de comunicacin interiorde un pueblo a otro. Los puertos en el mismo estado en que los form lanaturaleza. La capital, algunas villas y muchos pueblos, situados en puntospoco ventajosos para los progresos del giro [comercial]. La propiedad

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    4 6 BUSTAMANTE Y GUERRA, Jos. (S. F.) Oficio al Consejo de Regencia, enCentroamrica en vsperas de la independencia,MARTNEZ PELEZ,Severo.Guatemala. Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de San Carlosde Guatemala. p. 50.4 7 QUESADA, Flavio J. (1988): El establecimiento de intendencias en la CapitanaGeneral de Guatemala, en COLLADO, Carmen; DUTRNIT, Silvia, et al. p. cit,p.103.4 8 FUERO, Fermn Jos de. (1999): Hospital de San Cristbal L. C., Documento 19,en OROZCO Y JIMNEZ, Francisco. p. cit.T. I.p. 77.

    territorial acumulada en pocas manos. El nmero de propietarios corto;grande proporcionalmente el de jornaleros y mayor el de vagos, ociosos osin ocupacin fija. La poblacin muy mal distribuida. La riqueza estancadaen pocos lugares, y el resto de los pueblos sumido en la mayor miseria. Lasextracciones [transporte] de costo superior al que pueden sufrir los artculosde cultivo. La ciencia econmica ignorada. Los conocimientos tiles pocodifundidos; el sistema educativo ceido a los de menor provecho. Los pueblossin fondos para mejoras, y sus habitantes miserables o con pequeasfacultades para crearlos. Poco extendida la agricultura; obstruido elcomercio; desalentada la industria. As es como he encontrado un reinodistinguido por la naturaleza en su situacin, en la hermosura de suscampos, en la variedad de temperamento, diversidad de frutos y riquezasescondidas en su seno.46

    En cuanto a la intendencia de Ciudad Real que corresponde al actualestado de Chiapas-, se sabe que, conforme a la reordenacin estipulada por lacorona espaola bajo el gobierno ilustrado de los Borbones, fue establecida porReal Cdula del 20 de septiembre de 1786, y que aglutinaba los territorios de lasalcaldas mayores de Tuxtla y Ciudad Real, as como la Gobernacin deSoconusco.47

    Chiapas se caracterizaba por su alto porcentaje de habitantes indgenas, encomparacin al de mestizos o ladinos (en una relacin de 80% contra 20%), porlo que era considerada como la provincia ms indgena de todas las quecomponan Guatemala. Adems de su consustancial pobreza, la poblacin deChiapas sufra peridicamente de terribles epidemias, como una de tia que sedesarroll en 1798 y de la cual se habla incluso hasta 1811-, debido a la cual,afirmaba el Obispo Fermn Jos de Fuero, la religin se va quedando sinproslitos, el Estado sin vasallos, y estos feracsimos campos sin cultivadores, ysin habitantes.48

    Sin embargo, Chiapas, tierra de contrastes, si bien ofreca una cara deenfermedad y pobreza, mostraba tambin otra de abundancia. En una narracin

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    4 9 ANNIMO. (1999): Documento del Fondo Gesutico. 1255-3384, fasc. 30., enOROZCO Y JIMNEZ, Francisco. p. cit.T. II. p. 22.

    annima que Orozco y Jimnez sita en el siglo XVIII, la provincia es descrita delsiguiente modo:

    Tiene noventa y dos pueblos de indios naturales Ciudad Real es ciudadcorta y pobre los frutos de la tierra son trigo, maz, frijoles, algodn,cacao en alguna parte. Tiene muchas haciendas de ganado mayor y elcarnero es muy rico. Ay en dicha provincia minas de plata, que no se trabajanpor falta de caudales; y media legua distante de la ciudad ay una dediamantes Ay varias hierbas medicinales y las que llaman piedrascuadradas, que sirven para varios remedios. Tiene varios ros49

    5. La accin educativa desarrollada por la Corona en Chiapas a finesdel Siglo XVIII y a comienzos del XIX

    A fines del siglo XVIII y a comienzos del XIX, la Corona espaola emprendiuna afanosa empresa educativa en la Capitana General de Guatemala,especficamente en la atrasada intendencia de Ciudad Real de Chiapas, orientadaa fundar establecimientos escolares para ensear las primeras letras, en particularen los pueblos indios, y que se propona beneficiar tambin a los habitantes delos barrios indgenas en la propia Ciudad Real.

    Pese a las dificultades que enfrent el proyecto, en 1785 Ignacio deCoronado, Capitn del Regimiento de Dragones Provinciales de la capital delreino y justicia mayor de la provincia de Ciudad Real, suscribe a nombre delilustrado Carlos III una Instruccin que debern observar todos los maestrosprovedos para la enseanza de la lengua castellana, leer y escribir en los pueblosde esta provincia en donde indica en forma minuciosa el procedimiento quedeban seguir los profesores desde su llegada al pueblo a que haban sidodestinados.

    Una vez acreditados por su respectivo ttulo ante el cura del lugar, losmaestros deban presentarse ante las autoridades para que stas mandaran alos naturales que hicieran venir diariamente a sus hijos, y dems muchachosindios que hayan, desde edad de cuatro o cinco aos para arriba, y an demenos edad si se pudiere, pues la experiencia nos ensea que aquellas cosasque aprendemos de chicos se nos imprimen mejor que cuando grandes. Eldocumento estipula estrictamente que para la escuela no se van a gravar a losnaturales con raciones, salarios ni alimentos del Maestro, a excepcin de las

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    5 0 CORONADO, Ignacio de. (1785): Instruccin que debern observar todos losMaestros proveidos para la enseanza de la lengua castellana, leer y escribir en lospueblos de esta provincia. 25 de mayo. Ramo VII, Educacin.

    cartillas, libros, papel, tinta y plumas que costearn en tiempo debido los padresde los mismos muchachos.

    El lugar destinado para impartir las clases era la propia Casa Real, o bien elCabildo, con un propsito didctico: como all concurren los naturales a susnegocios de Justicia, se logra el que todos oigan hablar lengua castellana, yvean practicar civiles y catlicas costumbres. Los escolares asistiran de sietea once de la maana, y de dos a cinco de la tarde. Las clases deban ofrecersetodos los das del ao, a excepcin de los domingos y das de fiesta; el sbadopor la maana, el maestro deba ensear la doctrina cristiana, y poner a leer alos alumnos avanzados, para corregir la pronunciacin, procurando que no seatanto lo que se lea, cuanto lo que se entienda, y con la advertencia de que,cuando los indios pronunciasen alguna voz castellana, tosca y menos culta, nose ra ni los mofe, porque se avergonzarn y entibiarn en hacerse de lainstruccin a que se aspira. Y aunque se ordenaba a los profesores que noconsintieran en presencia de los alumnos que se pronunciaran palabras torpes,murmuraciones, acciones indecentes, se recomendaba ante todo tratarlos conamor y afabilidad, haciendo amable y no odiosa la enseanza, y por ello mismono se les deba injuriar, maltratar ni castigar en forma alguna. Se recomendabatambin un mtodo interesante y coloquial de aprendizaje: que cuando algunapersona visitara al maestro, estando ste en la escuela, el docente, en lugar dedeshacerse de los alumnos, deba ordenarles que suspendieran cualquier otrotrabajo que estuvieran haciendo, con el fin de que escucharan la conversaciny aprendieran de ella, a la manera de testigos.

    En cuanto al propsito ideolgico o cvico, segn quiera verse- del centroescolar, la Instruccin seala:

    Las intenciones de su Majestad se dirigen a que los indios aprendan lalengua castellana, leer y escribir, para que de esto provenga la buenacrianza, y trato racional de gentes, y el perfecto conocimiento de la Ley, delo que les resultarn muchos bienes, as espirituales como temporalesTodos los das de la semana exercitar el maestro a los muchachos, en leer,y escribir, y con tesn infatigable, la lengua castellana, procurando que lahablen, y entiendan, y que se destruya el idioma que usan. Exortar ypersuadir que el que ellos no tengan la misma estimacin y aprecio quelos espaoles, es por causa de que no hablan la lengua castellana, ni seensean a leer y escribir, y dems costumbres y civilizacin de la gente.50

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    51 EL REY [Carlos IV]. (1792): Real Cdula, en OROZCO Y JIMNEZ, Francisco.p. cit. T. II, p. 219. 1 de enero.52 OLIVARES, Francisco Javier de. (1793): Reglamento, en OROZCO Y JIMNEZ,Francisco. p. cit. T. II, p. 220-221. 5 de enero.53 FUERO, Fermn Jos. (1798): El Ilmo. Seor Dr. Dn. Fermn Joseph Fuero Obispode Chiapa y Soconusco, del Consejo de S. M. Catlica sobre el establecimiento de tresescuelas pblicas, y gratuitas de primeras letras en los Conventos de Santo Domingo, SanFrancisco y La Merced, en OROZCO Y JIMNEZ, Francisco. p. cit. T. II, p. 201.54 Los nios de los barrios no podan asistir a la Escuela del Seminario por la considerabledistancia que tenan que recorrer, y por las copiosas lluvias que caen en la poblacindurante buena parte del ao. FUERO, Fermn Jos. (1799): Carta al Dr. Castaares, enOROZCO Y JIMNEZ, Francisco. p. cit. T. II, 207. 12 de marzo.

    En cumplimiento de la Instruccin, y con el deseo de aliviar la miseria de loshabitantes del pueblo de Teopisca, el obispo Francisco Javier de Olivares y Benitoestableci en la localidad, en 1781, una escuela de enseanza de hilados y tejidos,con sendos telares, dirigida a las jvenes alumnas que previamente haban aprendidoel castellano en la Doctrina. Al parecer la iniciativa tuvo xito, pues acudan hastacuarenta nias indgenas para aprender a tejer, hilar y coser bajo la asesora dedos maestras ladinas (mestizas) y un maestro de telas de la tierra.51

    La fundacin de la escuela no pas entonces desapercibida para el Rey,pues ste mediante Real Cdula felicit y agradeci los esfuerzos fundacionalesdel obispo. Con base en la anterior, el prelado asegur, en un Reglamento quecontena doce artculos,52 que el centro educativo quedaba bajo la proteccin dela propia Corona, y estableca la normatividad necesaria para la operacin delestablecimiento. Segn los artculos, las labores de las alumnas consistan endesmotar algodn, hilar, devanar, hurdir y dems, bajo la direccin de la maestrarespectiva. Tambin asistiran hasta cuatro muchachos ladinos, a aprender adevanar, hurdir y tejer manta y nagua, bajo la direccin de un maestro. La Escuelarecibi asimismo de la Corona un total de doscientos cinco pesos para la comprade materia prima, es decir algodones, y para el pago de los profesores. El obisposupona que una vez que los alumnos hubieran adquirido cierta destreza, lasutilidades por la venta de telas permitiran que la Escuela subsistiera con suspropios medios.

    Siete aos ms tarde, en 1798, el obispo Fermn Jos Fuero dirigi una cartaal Vicario General de la Orden de Predicadores, donde ponderaba lo necesarioque son en la Repblica Cristiana las Escuelas de primeras letras,53 explicandoque en la propia Ciudad Real no haba sido abiertos estos centros educativosdesde 1767, ao de expatriacin de los jesuitas, con excepcin de uno que habaen el Colegio Seminario, pero que resultaba insuficiente, pues si bien podan asistira l los nios que vivan en el centro de la ciudad, no podan hacerlo los quehabitaban en los barrios.54 Por este motivo, propona crear una Escuela deDoctrina Cristiana en cada uno de los conventos de la poblacin.

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    55 Al parecer en La Merced no pudo abrirse una escuela debido a la escasez de personal delos mercedarios. FLORES RUIZ, Eduardo. (1978): La Catedral de San Cristbal de lasCasas. 1528-1978. Tuxtla Gutirrez. Universidad Autnoma de Chiapas rea deHumanidades. p. 109.56 FUERO, Fermn Jos. (1798): Edicto, en OROZCO Y JIMNEZ, Francisco. p.cit. T. II, 204. 24 de diciembre.57 FUERO, Fermn Jos. (1799): Carta al Dr. Castaares, en OROZCO Y JIMNEZ,Francisco. p. cit. T. II, p. 207. 12 de marzo.58 EL REY [Carlos IV]. (1799): Carta. Ramo VII, Educacin. 20 de diciembre.

    Fuero logr convencer e incluso entusiasmar con su idea a los provincialesde Santo Domingo, San Francisco y la Merced.55 La favorable acogida quetuvo la iniciativa entre las rdenes religiosas que laboraban en Ciudad Realllev al obispo a publicar un Edicto en donde anunciaba la apertura de trescasas de enseanza en los Conventos de Santo Domingo, San Francisco y laMerced, a partir del 2 de enero de 1799. El Edicto invita a los padres y madresa que tengis sumo cuidado de que vuestros hijos entren a disfrutar, sin prdidade tiempo, el singular beneficio de una buena educacin.56

    Para llevar a cabo su propsito, el obispo Fuero se dirigi a Jos AntonioCaballero, Ministro de Estado, y del Despacho de Gracia y Justicia, en unacarta en la que solicitaba la proteccin especial del Estado, para asegurar deeste modo la duracin de las escuelas de primeras letras ya referidas, que deotra suerte escribe el Obispo- deba temerse que espirasen con mi muerte, ocon mi ausencia.57 Aunque el ilustre religioso falleci el 14 de junio de 1800,antes de morir recibi un manuscrito firmado por el propio Rey, en donde steaprobaba el establecimiento de las escuelas pblicas ya referidas, y en el cualinclusose felicitaban sus esfuerzos:

    Visto en mi Consejo de Indias he resuelto manifestaros la gratitud queme ha merecido este establecimiento en consecuencia mando que en miReal nombre se d a entender a los tres mencionados Prelados, lo satisfechoque quedo por su celo; encargando el Presidente de Guatemala, y alGobernador Intendente de esa provincia, estn a la mira de que los religiososque se destinen para estos ministerios sean aptos y de arregladascostumbres disponiendo que persuadan a los Padres de los nios a quelos enven a las Escuelas58

    6. La enseanza de primeras letras Chiapas en los albores de laIndependencia

    Durante la revolucin de Independencia, a pesar de las vicisitudes y losenormes gastos a los que deba hacer frente la Corona espaola, el gobiernoreal sigui interesado en la fundacin de escuelas de primeras letras. Cabe

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    59 RODRGUEZ, Mario. (1984): El experimento de Cdiz en Centroamrica, 1808-1826.Mxico: Fondo de Cultura Econmica. p. 116.60 Ibdem, p. 170.61 EL REY [Fernando VII]. (1817): Decreto. Ramo VII, Educacin. 20 de octubre.

    recordar que en 1813, en el marco de las Cortes de Cdiz, que haban sidoconvocadas por la Junta Suprema Central en Espaa, se discutieron los temasde la educacin y de los indgenas. En cuanto al primer punto, se decidi quetodos los pueblos deban tener escuelas donde los nios aprendieran a leer,escribir y contar, y estudiaran el catecismo de la religin catlica, el cual incluauna breve exposicin de las obligaciones civiles.59 Respecto a los indgenas, losdiputados coincidieron en que stos eran americanos olvidados, y que lascondiciones miserables en que haban vivido siempre deban ser mejoradas,dado que la Corona los haba conservado en el atraso y la ignorancia.

    Cuando en 1814 Fernando VII retom las riendas del gobierno espaol ydeclar nulos y de ningn valor ni efecto la Constitucin de 1812 y los decretosemanados de las Cortes, sigui empleando empero a un buen nmero depensadores que haban participado en ellas.60 De esta manera, el rey espaolmantuvo durante algunos aos una visin ms abierta y menos conservadorade lo que comnmente se cree, influenciada por ejemplo, en el terreno educativo,por ideas de pensadores tan notables como Benito Jernimo Feijoo. En estecontexto se ubican los esfuerzos de la Corona por fundar escuelas de primerasletras, incluso durante los ltimos aos del rgimen colonial. En 1817, por ejemplo,el Rey explica en un Decreto que el Cardenal Patriarca de las Indias ha pedidoa la Santa Sede que conceda a los Arzobispos, Obispos, y otros Prelados desus reinos, que tienen jurisdiccin sobre los monasterios de monjas, las facultadesoportunas para que puedan establecer escuelas para nias en todos los lugaresy monasterios.61

    En opinin del Rey, la formacin de escuelas caritativas de primeraeducacin constitua el medio ms adecuado para evitar que desde tempranaedad, los nios se aficionaran a la vida ociosa y vagamunda, y para que, porel contrario, formaran parte de la clase de sbditos trabajadores y tiles alEstado. En cuanto a la propuesta, y debido a que el Real Erario se hallaba endificultades, instrua a los Conventos de todas las rdenes religiosas a abrir losnuevos centros educativos, cuya obligacin sera propagar el conocimiento dela religin y la enmienda de las costumbres.

    La respuesta que da al obispo Samartn el Provincial de la Orden dePredicadores, Matas de Crdova, en 1817, respecto a la iniciativa del Rey, es

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    62 CRDOVA, Fr. Matas de. (1817): Manuscrito. Ramo VII, Educacin. 7 deseptiembre.63 SAMARTN, Salvador. (1818): Carta dirigida a Sor Mara de la Merced Domnguez.Ramo VII, Educacin. 6 de agosto.64 MERCED DOMNGUEZ, Sor Mara de la. (s. f.): Carta a Dn. Salvador Samartn.Ramo VII, Educacin.65 SAMARTN, Salvador. (1819): Carta. Ramo VII, Educacin. 13 de agosto.

    entusiasta, aunque al mismo tiempo no deja de ser realista. Explica, por ejemplo,que tanto en el Convento de Ciudad Real como en el de Comitn ya se hallanabiertas escuelas de Doctrina Cristiana y primeras letras; sin embargo, aadeque en los Conventos de Chiapa y Tecpatn aquellas no han podido establecerse,porque habindose arruinado los conventos, no hay pieza para que asistan losnios, y es menester aguardar a la reedificacin de uno y otro convento, que seemprender luego que cesen las aguas.62

    Pese a las dificultades a las que hace mencin Matas de Crdova, elObispo Samartn trata de cumplir con la encomienda real. Por eso le pide alProvincial de la Orden de Predicadores que comunique la orden a los padrespriores de los Conventos de su orden fundados en los pueblos de Comitn,Chiapa y Tecpatln, y al de la propia Ciudad Real, a efecto de que a la mayorposible brevedad, procedan a entablar las Escuelas de primera educacin, dondese debern instruir en la Doctrina Cristiana, en las buenas costumbres y en lasprimeras letras, principalmente a los hijos de los pobres, hasta la edad de diez odoce aos.63 A su vez, Sor Mara de la Merced Domnguez, Abadesa delConvento de Monjas de Nuestra Seora de la Encarnacin, pide al ObispoSamartn que, en acatamiento de la Real Cdula, dispense la clausura delestablecimiento religioso, con el fin de que las nias puedan entrar y salir deste cuando concurran a instruirse.

    A pesar de que somos tan pocas escribe-, pues todo el nmero dereligiosas slo llega a diez y seis, de las cuales estn imposibilitadas algunas porsu edad avanzada queda todo dispuesto para que se d principio a la escuelael da que V. S. Yltma. Lo disponga.64 El mismo entusiasmo conduce inclusoal Obispado, en 1919, a la adquisicin de una casa, que se ha destinar a laereccin de una Escuela Pblica de primera educacin para nias, cuyo profesorproviene de la capital de Guatemala.65

    Sin embargo, en contraste con la iniciativa real y las buenas intenciones delos religiosos, la situacin de los profesores por lo general debi ser angustiosa,como se puede ver en la comunicacin que dirige a las autoridades en 1820Francisco Paniagua, profesor de la Escuela de primeras letras de Ciudad Real,

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    66 PANIAGUA, Francisco. (1820): Carta al Provisor y Vicario General. Ramo VII,Educacin. 18 de agosto.67 Informes de los prrocos del Estado al Gobierno del mismo, sobre la situacin de lospueblos, dados en cumplimiento de la orden circular de 23 de junio de 1830. (1830), enOROZCO Y JIMNEZ, Francisco. p. cit. T. II, p. 106.

    para pedir un aumento de salario. Hace algunos aos escribe- que sirvo a laEscuela con el diminuto salario de diez pesos cada mes teniendo que solicitarmi sustentacin por distinto camino a causa de la escasa contribucin ni sepuede de otra suerte servir siendo tan crecido el nmero de nios que asistenen estos tiempos, son ms de ciento.66

    Es muy probable que la gran mayora de los profesores asignados a lasescuelas de primeras letras sufrieran la misma situacin desesperada, consistenteen bajos sueldos, numerosos alumnos y grandes trabajos.

    7. El fracaso de la enseanza de primeras letras en Chiapas en los alboresde la Independencia

    En buena medida, los esfuerzos de la Iglesia de fundar y hacer funcionarescuelas de primeras letras en Chiapas en las postrimeras del rgimen colonialfueron estriles. Durante los primeros aos del Mxico independiente, la crnicafalta de recursos, el desorden de los municipios, la incapacidad de las autoridadespara hacer cumplir las leyes, as como los acendrados usos y costumbres de lospobladores de la provincia, impidieron la realizacin del proyecto educativo dela Corona y de la Iglesia.En los Informes de los prrocos del Estado al Gobiernodel mismo, sobre la situacin de los pueblos, dados en cumplimiento de unaorden Circular de fecha 23 de junio de 1830, veintin prrocos a cargo de otrostantos curatos, parroquias y vicaras de Chiapas expresan, generalmente congran desaliento, las dificultades a que se han visto enfrentados para proporcionarinstruccin a los nios y los jvenes habitantes de los pueblos y villas en los quedesarrollan su labor pastoral y educativa.67

    Los ejes principales sobre los que se conduce la visin crtica de los religiososen sus respectivos informes, son tres: la parlisis de los ayuntamientos y laimposibilidad de aplicar las leyes; los usos y costumbres pero sobre todo losvicios- de los pobladores; y finalmente, el mal estado de la instruccin y laeducacin en los pueblos y ciudades de la provincia. Cabe destacar que uno delos factores ms importantes para entender el considerable atraso de la sociedadchiapaneca en el siglo XIX, es el alcoholismo que haca presa de buen nmerode habitantes de la provincia. El abuso en el consumo del aguardiente constituaun pesado lastre para la poblacin.

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    Sobre el tema especfico de la educacin, los religiosos manifestabanen losInformes que hasta esa fecha, muchos indgenas sencillamente no entendan elcastellano, y que apenas unos pocos de ellos asistan a la enseanza de ladoctrina cristiana; o bien, que los naturales carecan de todo principio deenseanza, es decir, de toda instruccin. Los prrocos explicaban tambin queen la mayor parte de las poblaciones se careca de escuela, sin que elayuntamiento hubiera podido construirla, por carecer de fondos; y que los pocoshabitantes que podan proporcionar instruccin, no lo hacan. El problema delanalfabetismo era tan grave, que fray Eugenio de Crdova, cura deZocoltenango, refiere en el documento, por ejemplo, que en todo el pueblo nohay ocho individuos de catorce a diez y seis aos que sepan leer.

    En general, el principal problema que exhiben los informes es la carenciade escuelas de primeras letras en los pueblos referidos. La nica educacinque se proporcionaba a los indgenas consista en algunas lecciones de dogma ymoral, a las que la inmensa mayora de los nios y jvenes no acuda. Y si a estose suma la indiferencia con que los indgenas miraban la enseanza, se tendruna idea del desalentador estado en que se encontraba la educacin de primerasletras en los albores de la independencia en Chiapas.

    CONCLUSIONES

    Como se puede ver mediante los ejemplos presentados, en el mbito de laNueva Espaa o el de la Capitana General de Guatemala, la enseanza deprimeras letras sigui un derrotero menos progresista que los casos observadosen la pennsula ibrica. Si bien fueron fundadas en las dos vastas coloniasescuelas de primeras letras, como ya se ha visto, stas no fueron instauradaspor los escolapios -y por tanto no fue posible aprovechar en ellas toda laexperiencia acumulada por stos durante cerca de dos siglos, ni fueron productode agrupaciones ilustradas como las Sociedades de Amigos del Pas.

    Por otra parte, muchos de los problemas que impidieron el desarrollo cabalde las escuelas de primeras letras a lo largo de los dilatados dominios de laCorona eran los mismos, trascendan las regiones a finales del siglo XVIII y aprincipios del XIX. Tanto en Navarra como en Murcia, tanto en Almera comoen Catalua, tanto en Yucatn como en Chiapas, escaseaban los maestros, o silos haba, posiblemente no tenan la preparacin adecuada; no haba suficientesescuelas para responder a las necesidades de la poblacin estudiantil, y si lashaba, solan carecer de la infraestructura fsica adecuada para la imparticinde clases; los salarios que reciban los docentes eran tan raquticos, que obligabana que stos redondearan sus ingresos con el ejercicio de una segunda profesin

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    u oficio; finalmente, a todo lo largo de los dominios de Espaa el Estado nofinanciaba en forma adecuada el ramo educativo.

    Tanto en Espaa como en Amrica, segn los ejemplos mostrados, losalumnos de primeras letras solan faltar a clases debido a que trabajaban en laslabores del campo, o bien por la negligencia de los padres, a quienes no lesinteresaba que los hijos se instruyeran, pues la poblacin sola considerar quelos conocimientos adquiridos en una escuela de este nivel no eran necesarios, opor lo menos, que no resultaban indispensables.

    Ahora bien, la mayor diferencia entre las escuelas de primeras letrasestablecidas a una y otra orillas del Atlntico reside en un hecho fundamental.En Espaa, las escuelas enseaban a los alumnos una lengua que ya conocan,pues estaba compuesta de las palabras que se pronunciaban en sus casas. Encambio, en provincias como Yucatn o precisamente Chiapas, donde la mayorparte de los alumnos eran indgenas, stos no se identificaban con la lenguacastellana, porque no era el lenguaje en que se comunicaban sus hermanos ysus padres. Sencillamente, no era el lenguaje que acostumbraban, siendo lacostumbre uno de los factores ms importantes para la existencia de los nativos.

    Este factor represent en buena medida un problema insalvable. Losindgenas vean en el idioma castellano un instrumento extrao, ajeno, y muchasveces innecesario. Tampoco pensaban que su aprendizaje sirviera para mejorarsu condicin social. De este modo, las escuelas de primeras letras estabancondenadas de antemano al fracaso, por el desinters de los futuros alumnos yla indiferencia o hasta la aversin de los padres de familia, incluso antes de queel maestro impartiera en ellas su primera clase.

    Se puede aventurar para explicar este hecho una explicacin de carcterhistrico. Durante los dos primeros siglos de la colonia, en provincias comoChiapas, los religiosos haban concentrado sus esfuerzos en evangelizar a losnaturales; para ello haban aprendido las lenguas nativas, y se haban servido deellas con el fin de ensear la doctrina en la propia lengua de los indgenas. Deesta manera, cuando en el siglo XVIII la Corona decidi castellanizar a sussbditos en Chiapas, el rezago que estos pueblos haban acumulado en elaprendizaje del idioma era palpable. Durante ms de doscientos aos, no se leshaba enseado a los pueblos originarios el idioma de los espaoles en formasistemtica; ahora era demasiado tarde para retomar la ardua tarea.

    En suma, en los albores de la etapa independiente, la intendencia de CiudadReal de Chiapas presentaba un panorama desalentador en el mbito educativo. A

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    diferencia de lo que ocurra en Espaa, no haba otra institucin ms que la Iglesiaque llevara a cabo el propsito de castellanizar, siquiera en forma rudimentaria, alos pobladores. Y aunque la enseanza de primeras letras en la entidad se podaequiparar a la de alguna zona rural de la pennsula ibrica, la extrema pobreza desus habitantes, y la ineficacia de las autoridades, difcilmente poda ser igualada.En este contexto, el discurso educativo de los ilustrados no pudo penetrar, en laaislada provincia centroamericana, la dura coraza de la ignorancia, hecho quepreserv la desigualdad, an superada la larga etapa colonial.

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