Dialnet-LosDelitosDeCuelloBlanco-3816236

download Dialnet-LosDelitosDeCuelloBlanco-3816236

of 2

Transcript of Dialnet-LosDelitosDeCuelloBlanco-3816236

  • 7/28/2019 Dialnet-LosDelitosDeCuelloBlanco-3816236

    1/2

    IV TRIMESTRE 2011 28

    DE INTERS PROFESIONAL

    La aparicin del concepto

    El trmino delito de cuello blanco fue acuado porel socilogo norteamericano Edwin H. Suther-land. El 27 de diciembre de 1939 pronuncila conferencia inaugural de la reunin anual dela American Sociology Society, de la que era pre-sidente, dedicndola al White Collar Criminality(1). Diez aos ms tarde, en 1949, el contenidode su discurso fue publicado por la editorial

    Dryden Press de Nueva York, aunque para ellosu autor tuvo que ceder a las exigencias cen-soras que le impusieron tanto la Universidadde Indiana como la propia editorial, no siendohasta 1983 cuando su monografa sali a la luzen su integridad (2).

    Sutherland asociaba el concepto de delito decuello blanco con una doble condicin: la perte-nencia social del sujeto activo (persona respetable de ele-

    vada condicin social)y el mbito en donde se enmarca

    la actividad delictiva (delito que se comete en ejercicio dela profesin de aqul) (1).

    Pone el acento el autor en que no existen dife-rencias entre los delitos de cuello blanco y losdelitos comunes en cuanto a su proceso etio-lgico, pero enfatiza que rara vez alcanzan lasnormas penales a los poderosos por tres razonesfundamentales: a) por su posicin dominante; b)por la ausencia de apoyo de leyes sancionadorasde estas conductas, pues el control de las agenciasde comunicacin pblica est en manos de hombres de

    negocios que violan las leyes, y c) por la tendencia amtodos no punitivos de control social(1).

    Desde esta perspectiva, Sutherland pone derelieve la inadecuacin de las teoras tradiciona-les para explicar las causas del comportamientodelictivo. Las conductas delictivas centradas encuestiones como la pobreza, la desestructuracinsocial o los desrdenes mentales no servan paraexplicar la comisin de delitos econmicos pro-tagonizados por personas que ocupaban posicio-

    nes de poder (3). La explicacin causal del delitoque engloba esta nueva realidad, ameritaba unanueva teora que le diese cobertura. Para ello,el autor elabora la teora de la asociacin dife-

    rencial. Parte Sutherland de la premisa de queel delincuente de cuello blanco no se concibea s mismo como un criminal al no ser tratadoni legal ni socialmente como tal. La asociacindiferencial se produce al vivir inmerso en unmundo, el mundo de los negocios, en donde se pro-duce una desorganizacin social (u organizacinsocial diferencial) regida por unos cdigos decomportamiento enmarcados en la ilegalidad,que son transmitidos por aprendizaje y reforza-

    dos mediante claras tcnicas de neutralizacin(todo el mundo lo hace, el cumplimiento dela ley es imposible, el legislador no comprendeel mundo del business) (1). Esta teora aso-ciacin diferencial defiende que la criminalidadest en funcin de la organizacin social, es la expresin

    de la organizacin social. La organizacin del grupopuede favorecer o estimular la aparicin de uncomportamiento criminal o bien centrarse ensu erradicacin, o puede mantener una posi-cin ambivalente. Se accede al comportamiento

    delictivo por asociacin del individuo con otros,en el seno de un grupo de conocidos en el queprevalece una opinin favorable a la violacin dela ley (2). La teora de la asociacin diferencial, alsustituir el concepto de la desorganizacin socialpor el de organizacin social diferencial abre elcamino al estudio de los valores, las culturas ysubculturas en conflicto (2).

    La concepcin de Sutherland sobre los delitosde cuello blanco fue criticada desde el mbitode la sociologa, entre otros, por Paul Tappan y

    Edwin Lemert. Sin embargo, conviene destacar(ms all de los errores de los que adolece latesis de la asociacin diferencial para explicarla causa del delito, extensible ahora a lossujetos socialmente valorados) su capacidadpara remover conciencias. Es un dato ciertoque el delito no se circunscribe a lo marginal,ni siquiera el de ndole econmica, pero lorelevante es destacar la apata de sus contempo-rneos a reconocer su existencia. La obtencinde un indebido enriquecimiento, en perjuicio

    de terceros, puede aparecer solapado por laausencia de leyes formales tipificadoras deciertas conductas, pero desde el punto de vistamaterial, el desvalor de la accin no difiere de

    Los delitos

    del cuello blanco

    Por Patricio Gonzlez Snchez Abogado | Fiscal Tribunal Superior de Justicia de Madrid [[email protected]]

    El delincuente

    de cuello blan-

    co no se conci-

    be a s mismo

    como un cri-

    minal al no ser

    tratado ni legal

    ni socialmentecomo tal

  • 7/28/2019 Dialnet-LosDelitosDeCuelloBlanco-3816236

    2/2

    29

    DE INTERS PROFESIONAL

    aqul otro que produce iguales consecuenciasy que encuentra reflejo en las normas penales.

    El compromiso social es el principal valor dela obra de Sutherland: entenda que el excesivo

    juridicismo y garantismo en lo que se refiere a los delitos

    de cuello blanco lejos de propiciar un sistema de defensa

    de los derechos de los ciudadanos, como tantas veces se

    afirma, en realidad, lo que crea es una doble balanza

    de la justicia: de un lado la balanza que penaliza sis-

    temticamente los delitos de los pobres y de otro la que

    se muestra complaciente y condescendiente con los delitos

    de los ricos (2).

    Hasta aqu, como se puede observar, los con-tornos de lo que se debe entender como delitos

    de cuello blanco no aparecen suficientementeidentificados: giran en torno a la condicinsocial del sujeto que los realiza y al mbito enel que se materializan. Muchos han sido losintentos por conceptualizar el delito de cuelloblanco, pero como se ver en el epgrafe quesigue, sin mucho xito.

    Aproximacin al concepto

    En su origen, el White-collar crime fue un con-

    cepto ms social que legal. Fue una creacinsociolgica, pero posteriormente trascendi almbito jurdico para designar una serie dedelitos con caractersticas comunes. Pero con-ceptuar jurdicamente un concepto criminol-gico acuado por socilogos ha sido una tareainacabada.

    El debate ms destacado sobre qu se deba deentender por delitos de cuello blanco, fue pro-tagonizado por su creador y sus seguidores (TheSutherland Tradition)y por la escuela que secund

    el punto de vista de Tappan (The Legal tradition)(4).Los estudios de los primeros se orientabana la documentacin de la existencia de actosilcitos perpetrados por las grandes empresasamericanas, reivindicando su sancin penal;los segundos centraron su anlisis en el tipo deofensa ms que en la relevancia de su autor (4).

    Esta diferencia de corrientes revela una distintaconcepcin de poltica criminal: los primerosms beligerantes y los segundos ms conformis-

    tas con la tradicin. En todo caso, ninguno delos dos puntos de vista es apto para acotar eldesvalor de la accin, ni para definir el bien jur-dico merecedor de proteccin penal. Esto es as

    porque la obra de Sutherland denuncia la impu-nidad penal de los poderosos que utilizan comoplataforma de enriquecimiento su privilegiadaposicin socio-laboral. No reclama una tipologanueva de delitos, sino un tratamiento equipa-rable al que reciben los delincuentes comunes.Pone el nfasis en el sistema de inmunidad quese aprovecha de la indefensin, la incapacidad,indiferencia, complicidad o temor hacia aquellosa quienes se dirige la actuacin de control. Latransposicin del concepto social-criminolgicoal mbito jurdico tiene el inconveniente, si sealeja del supuesto de hecho penalmente relevan-te, de convertirse en un Derecho Penal de Autor.Por su parte, la Escuela clsica, al centrarseexclusivamente en el hecho se acoge a un crite-

    rio formalista, evitando, con tal postura, que sedesvelen ciertas conductas crimingenas que seproducen en el entorno del poder.

    Abundar ms en el pretendido concepto jurdicode los delitos de cuello blanco y en la tipologade los que lo conforman se antoja una tareainnecesaria por intil y estril. Exponente clarode esta vacuidad conceptual son, como apuntaRuz Badillo (5), las recomendaciones del Conse-jo de Europa sobre criminalidad econmica, en

    donde se alcanza un elenco de infracciones quedeben ser consideradas delitos de cuello blanco y queestn constituidas por trece definiciones en dondepersisten las indeterminaciones: formacin decrteles; abuso de poder econmico de las multi-nacionales; obtencin fraudulenta de fondos delEstado; infracciones informticas; infraccionesa niveles de empresa (creacin de sociedadesficticias, falsificacin de balances, fraudes sobre elcapital de sociedades); violacin de las normas deseguridad y salud; fraudes en perjuicio de acree-dores; infracciones contra el consumidor o con-

    currencia desleal, publicidad engaosa; infraccio-nes fiscales; infracciones cambiarias; infraccionesde bolsa e infracciones contra el medio ambiente.

    Ms fructfero se antoja proseguir con el estudiode los delitos econmicos y la virtualidad de lacriminalizacin de las personas jurdicas, comoestructura en la que se desenvuelve la actividadeconmica a gran escala. Lo que merece espe-cial atencin, no son tanto los estudios que seorientan a definir jurdicamente los delitos de

    cuello blanco, como a subrayar la posibilidad deexigir responsabilidad penal a las personas jur-dicas o a los directivos u oficiales responsablesde la toma de decisiones.

    Bibliografa:

    1. TLLEZ AGUILERA, A.(2009) Criminologa, Ediso-fer, Madrid, pp. 415-417.

    2. LVAREZ-URA, F.(2003) El delito de cuelloblanco, Nmadas, nm. 1.Universidad Complutense

    de Madrid, pp. 1-40.3. GEIST, G. (2006) El delitode cuello blanco como concep-

    to analtico e ideolgico enhttp://www.uned-illesba-lears.net/esp/material-crim082.pdf. pp. 1-16.

    4. GUTIRREZ ZARZA,M.A. (1997) Investigacin yenjuiciamiento de los delitos de

    cuello blanco en el sistema judi-

    cial norteamericano. ADPCP,Vol. L, pp. 580-595.

    5. RUIZ VADILLO, H.Delincuencia Econmica, enReformas Penales en el mundo

    de Hoy. Universidad Com-plutense. Madrid, p. 27.

    Segn el Con-

    sejo de Europa,

    son delitos de

    cuello blan-co: el abuso

    de poder

    econmico

    de las multi-

    nacionales;

    la obtencin

    fraudulenta

    de fondos del

    Estado; crea-cin de socie-

    dades ficticias,

    falsificacin

    de balances,

    fraudes sobre

    el capital de

    sociedades;

    etc