Dialnet-ValoracionHistoricaDelContextoConstruidoCaliUnaMir-2877307

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Revista científica Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 83 Resumen Recorriendo la ciudad y su arquitectura como escenarios donde se construyen las identidades locales, es un reto explorar los procesos que permitirían que las propuestas arquitectónicas, preocupadas por los signos de su identidad, ofrezcan una respuesta “acertada” a los problemas, a las necesidades históricas, a los aspectos geográficos y del lugar. Este artículo presenta un análisis interpretativo y una reflexión crítica frente al problema de la valoración del contexto en la intervención arquitectónica contemporánea y, en particular, la arquitectura de Cali, que ha contrapuesto las singularidades propias de las realidades locales con la diversidad de los modelos importados de realidades externas. Palabras clave. Cali, arquitectura, identidad, contexto. * Las reflexiones consignadas en este artículo son producto de las indagaciones y los avances conceptuales desarrollados en el marco del proyecto de investigación Valoración del contexto construido para el planteamiento de proyectos de intervención en lugares urbanos, del grupo de investigación Estéticas urbanas y socialidades, y de la investigación de la autora en la Maestría en Historia: Valoración histórica del contexto construido: Cali, 1995-2005, de la Universidad del Valle. Fecha de recepción: Septiembre de 2006. Aceptado para su publicación: Noviembre de 2006. Susana Jiménez Correa Arquitecta, Magíster en Educación. Docente tiempo completo, Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño, USB Cali [email protected] Grupo de investigación Estéticas urbanas y socialidades Universidad de San Buenaventura Cali Valoración histórica del contexto construido * Cali, una mirada local Historic evaluation of the constructed context. Cali, a local look Abstract By observing the city and its architecture as settings where local identities are constructed, it becomes a challenge to explore the processes which would allow those architectural proposals, concerned with the signs of its own identity, to offer an appropriate response to its problems, historical needs, and, aspects of geographical and local concerns. This article presents both an interpretative analysis and a critical reflection of the problem concerning the evaluation of the context in contemporary architectural intervention and, especially, architecture in Cali, which has within it the dichotomy of the singularities of local realities in contrast to the models imported from external realities. Keywords: Cali, architecture, identity, context.

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  • Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 83

    Resumen

    Recorriendo la ciudad y su arquitectura como escenarios donde se construyen las identidades locales, es un reto explorar los procesos que permitiran que las propuestas arquitectnicas, preocupadas por los signos de su identidad, ofrezcan una respuesta acertada a los problemas, a las necesidades histricas, a los aspectos geogrficos y del lugar. Este artculo presenta un anlisis interpretativo y una reflexin crtica frente al problema de la valoracin del contexto en la intervencin arquitectnica contempornea y, en particular, la arquitectura de Cali, que ha contrapuesto las singularidades propias de las realidades locales con la diversidad de los modelos importados de realidades externas.

    Palabras clave. Cali, arquitectura, identidad, contexto.

    * Las reflexiones consignadas en este artculo son producto de las indagaciones y los avances conceptuales desarrollados en el marco del proyecto de investigacin Valoracin del contexto construido para el planteamiento de proyectos de intervencin en lugares urbanos, del grupo de investigacin Estticas urbanas y socialidades, y de la investigacin de la autora en la Maestra en Historia: Valoracin histrica del contexto construido: Cali, 1995-2005, de la Universidad del Valle.

    Fecha de recepcin: Septiembre de 2006. Aceptado para su publicacin: Noviembre de 2006.

    Susana Jimnez CorreaArquitecta, Magster en Educacin.

    Docente tiempo completo, Facultad de Arquitectura, Arte y Diseo, USB [email protected]

    Grupo de investigacin Estticas urbanas y socialidadesUniversidad de San Buenaventura Cali

    Valoracin histricadel contexto construido*

    Cali, una mirada localHistoric evaluation of the constructed context. Cali, a local look

    Abstract

    By observing the city and its architecture as settings where local identities are constructed, it becomes a challenge to explore the processes which would allow those architectural proposals, concerned with the signs of its own identity, to offer an appropriate response to its problems, historical needs, and, aspects of geographical and local concerns. This article presents both an interpretative analysis and a critical reflection of the problem concerning the evaluation of the context in contemporary architectural intervention and, especially, architecture in Cali, which has within it the dichotomy of the singularities of local realities in contrast to the models imported from external realities.

    Keywords: Cali, architecture, identity, context.

  • Susana Jimnez Correa

    84 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    Introduccin

    Hasta la Constitucin de 1886 se generaliz

    en Colombia una perspectiva centralista y

    unitaria en los aspectos polticos y cultura-

    les, siendo reconocida la nacin como

    blanca, catlica y de habla castellana. Entre

    los aos 1940 y 1960 se consolida el valor

    del mestizaje, pero slo hasta los cambios

    constitucionales de 1991 concebidos como

    instrumento poltico para la reconciliacin

    nacional y la modernizacin del Estado,

    se explicita la pluriculturalidad de la nacin

    colombiana y se seala la necesidad de

    proteger esta condicin otorgando derecho

    a la identidad. Quince aos despus de

    proclamada la nueva Constitucin, cabe

    preguntarse si la arquitectura contempor-

    nea, construida en Cali, muestra indicios de

    haber fortalecido identidades incorporando

    la memoria y si, en respuesta a estas circuns-

    tancias, ha contribuido a la configuracin del

    contexto como el lugar para su afirmacin o

    reconocimiento.

    Como efecto de la adquisicin tarda de

    conciencia histrica, surge la preocupacin

    relativamente reciente por la reinvencin y el

    resurgimiento de las singularidades y una re-

    valorizacin de la historia de las localidades,

    en contraposicin a la bsqueda incesante

    de referentes urbanos y arquitectnicos

    externos y de modelos importados de rea-

    lidades fsica, cultural e ideolgicamente

    ajenas. Esta situacin, que ha impedido que

    la arquitectura latinoamericana construya

    la coherencia y la continuidad necesarias

    para forjar una identidad regional, abre un

    amplio campo de estudio de lo local, en el

    cual se inscribe este trabajo, en desarrollo

    del proyecto de investigacin Valoracin

    histrica del contexto construido para el

    planteamiento de proyectos de intervencin

    en lugares urbanos.

    Ante la cada vez ms frecuente llamada

    a la globalidad, la homogeneidad y la

    interculturalidad que es ya un hecho,

    paradjicamente se multiplican las reivin-

    dicaciones de identidad local e historia de

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 85

    las localidades, acaso como una reaccin

    y una apuesta crtica por un presente que

    lucha contra el signo de la uniformidad. Al

    respecto, Francisco Zuluaga afirma: Quiz lo

    que hoy estn buscando las localidades de

    mayor conciencia histrica, sea el reconoci-

    miento del significado de s mismas para s y

    frente a un mundo que procura desdibujarlas

    en la globalidad (Zuluaga, 2006).

    La carencia de valoracin histrica en la

    arquitectura colombiana se ha expresado

    tambin en su historiografa, que ha venido

    limitndose a dos tendencias primarias: la

    descripcin y el anlisis del hecho arquitect-

    nico en una condicin de fotogenia donde

    prima la imagen sobre el contenido y un

    proceso de valoracin de las obras, restringi-

    do a la lectura fsico-espacial individual del

    edificio, donde los proyectos se estudian,

    representan, aprueban y premian como ob-

    jetos exentos del contexto.1

    La necesidad de dar sentido a los espacios

    y lugares en los que se inscriben las rela-

    ciones sociales y la historia, se dificulta por

    las anonimias cada da ms frecuentes en

    espacios limitados a una experiencia emp-

    rica. De all que una aproximacin crtica a

    esta problemtica que afecta la produccin

    arquitectnica y urbanstica latinoamericana,

    y en particular la arquitectura de Cali, deba

    partir del hecho arquitectnico como con-

    formador de lo urbano. La investigacin del

    contexto construido y su historiografa arqui-

    tectnica, se presenta como alternativa para

    una interpretacin histrica y cultural que

    evite el traslado literal y acrtico de lenguajes

    de otros medios culturales al contexto local.

    La aproximacin al lugar, como espacio de

    identificacin, interpreta la valoracin que

    las intervenciones urbano-arquitectnicas

    le deben al lugar, al apropiarse del capital,

    la infraestructura, los usos, la memoria y las

    identidades colectivas acumuladas por las

    generaciones precedentes.

    Partiendo de la base de que toda interven-

    cin en el espacio construido materializa

    una visin del mundo y una ideologa que

    se expresan en la configuracin de los

    hechos arquitectnicos, se formula una pre-

    gunta para guiar la reflexin: cules son los

    ele mentos del contexto que es necesario

    considerar para la formulacin de un enfoque

    conceptual y una metodologa para la inter-

    vencin arquitectnica en lugares urbanos

    consolidados?

    Este interrogante vincula los hechos arqui-

    tectnicos con las formas como se insertan

    en el contexto y la red de relaciones que se

    constituyen, sobre cuya base de estudio es

    posible llegar a las generalizaciones y las pro-

    posiciones. Con el propsito de caracterizar

    el contexto histrico de la arquitectura para

    identificar sus influencias en la arquitectura

    local y estructurar un marco conceptual que

    fundamente el proceso investigativo, este

    artculo presenta una reflexin sobre los si-

    guientes aspectos:

    Caracterizacin conceptual del hecho

    arquitectnico como objeto histrico y

    cultural;

    1. De las ms de cien obras de arquitectura de Cali publicadas en los libros de bienales nacionales, menos de 20 incluyen fotografas de la obra en el contexto y ninguna, la presencia humana.

  • Susana Jimnez Correa

    86 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    Revisin de la trayectoria historiogrfica y

    de las tendencias ideolgicas relevantes

    en la arquitectura occidental como base

    de apropiacin e imposicin de modelos

    en la arquitectura local;

    Identificacin de la problemtica local en

    la consolidacin y el forjado de identida-

    des;

    Algunos antecedentes de estudios loca-

    les de valoracin contextual y de la crtica

    publicada en las bienales nacionales de

    arquitectura.

    El hecho arquitectnico como objeto histrico y cultural

    En contraposicin a la racionalidad instru-

    mental y la tcnica, al clculo econmico y a

    las polticas de planificacin urbana, los he-

    chos arquitectnicos continan ligados con

    la vida que an transcurre en los espacios

    tradicionales de las ciudades modernas. Son

    expresin simblica de valores y memorias

    que articulan diferentes dimensiones de

    la vida cultural y social. Como campo de

    significaciones, el hecho arquitectnico

    es distinto de la obra de arquitectura y del

    objeto arquitectnico, pues representa a

    diferencia de los otros dos, la unin entre lo

    fsico construido, que expresa lo que la obra

    es, y lo interpretado de esa realidad fsica,

    que implica lo que significa para la gente.

    Sobre la base de una unidad dialctica entre

    subjetividad y objetividad, en el hecho arqui-

    tectnico confluyen, de un lado, la ciencia, la

    tcnica y la productividad, que constituyen

    su esencia material y, del otro, la dimensin

    subjetiva del hombre, que con sus errores,

    imperfecciones, arbitrariedades, historia y

    cultura, lo dota de valores y significaciones.

    Estas caractersticas reemplazan la inter-

    pretacin genrica de la arquitectura en su

    condicin material de objeto fsico construi-

    do, utilitario y funcional, por particularidades

    de su realidad subjetiva, con las cuales se

    define como hecho arquitectnico y se liga

    al desarrollo humano.

    En el campo del desarrollo humano, Manfred

    Max Neef concibe las necesidades como un

    sistema interrelacionado y complementario

    que puede subdividirse en dos categoras:

    las existenciales y las axiolgicas. Como

    ne cesidades existenciales, clasifica el ser,

    hacer, tener y estar y como axiolgicas, las

    necesidades de subsistencia, proteccin,

    afecto, entendimiento, participacin, ocio,

    creacin, identidad y libertad. El desarrollo

    humano, por tanto, no se concibe para los

    objetos sino para los sujetos y las posibili-

    dades de suplir sus necesidades. En este

    sentido, no son lo mismo las necesidades

    humanas fundamentales que son iguales

    en todas las culturas, que sus satisfactores,

    los cuales estn culturalmente determinados.

    Esta apreciacin es importante para la com-

    prensin del hecho arquitectnico, si se tiene

    en cuenta que este no es una necesidad sino

    un satisfactor existencial de la necesidad de

    estar; es decir, de habitar, pues provee la

    solucin al albergue geogrfico y a la per-

    manencia espacio-temporal; pero tambin

    es satisfactor axiolgico, pues compromete

    valores de la vida social y es satisfactor de

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    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 87

    las necesidades de subsistencia, participa-

    cin, identidad y, en general, proporciona

    respuesta a cada una de las necesidades

    axiolgicas. En esta dimensin adquiere una

    carga de sentidos y significaciones que lo

    caracterizan culturalmente, constituyndose

    en expresin simblica y lugar de las identi-

    dades particulares y colectivas.

    Aldo Rossi vincula los hechos arquitectnicos

    con los hechos urbanos y en La arquitectura

    de la ciudad, asume su naturaleza como

    un fenmeno complejo y multidimensional,

    donde las palabras latinas urbis y civitas, re-

    presentan una doble dimensin: fsica-cons-

    truida y poltica-social. Para Rossi, existe una

    dialctica entre los hechos arquitectnicos y

    la totalidad, y fundamenta la ciencia urbana a

    partir de la dimensin arquitectnica y artsti-

    ca de la ciudad, valorando la trascendencia

    poltica, econmica y social como variables

    de lo urbano (Rossi, 1971).

    En estas apreciaciones sobre los hechos

    arquitectnicos se ligan tres conceptos

    primarios: cultura, identidad y lugar, con los

    cuales es posible avanzar en su caracteri-

    zacin:

    La cultura, como estructura que engloba

    o integra los miembros de una comuni-

    dad, se comprende ligada al territorio

    fsico y a los objetos sobre los cuales

    se manifiesta. En este sentido Clifford

    Geertz propone la siguiente definicin:

    La cultura denota un esquema histri-

    camente transmitido de significaciones

    representadas en smbolos, un sistema

    de concepciones heredadas y expresa-

    das en formas simblicas, por medios

    con los cuales los hombres comunican,

    perpetan y desarrollan su conocimiento

    y sus actitudes frente a la vida (Geertz,

    1995). En esta interpretacin de la cultura,

    el hecho arquitectnico es un campo

    de manifestacin de las formas simbli-

    cas y, como hecho cultural heredado e

    histricamente transmitido, asume una

    dimensin semitica que, inherente a

    la condicin humana, hace parte de la

    red de significaciones que constituyen

    la subjetividad y el universo de la cultura.

    Cuando Geertz se refiere a la cultura

    como un documento activo que recono-

    ce como pblico y como un conjunto de

    mecanismos de control que gobiernan la

    conducta, define el hecho arquitectnico

    como un hecho cultural, condicin en la

    cual posee tambin un carcter pblico,

    pues impacta a los individuos, la comuni-

    dad y el entorno en el que se implanta.

    La identidad designa el carcter particu-

    lar del individuo que, idntico a s mismo,

    adquiere un valor de afirmacin personal

    y pertenencia que se construye en una

    cultura particular. La identidad se nutre

    de significados, simbolizaciones e ima-

    ginaciones y define la especificidad de

    cada individuo en relacin con la trama

    de relaciones interpersonales, donde

    la historia personal se vincula con los

    aspectos del ambiente, el contexto y la

    cultura particular. Como lo afirma Renato

    Ortiz, la identidad es consecuencia

    de una estructura, de un universo que

    engloba de modo igual a los miembros

    de una comunidad y una construccin

    simblica que se hace en relacin

  • Susana Jimnez Correa

    88 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    con un referente2 (Ortiz, 1998). Como

    construccin simblica, la identidad es

    producto de la historia de los hombres y

    la arquitectura es expresin material de

    esa carga simblica.

    El lugar referencia el espacio fsico que

    conforma el entorno habitable, las vi-

    vencias, los significados y la memoria.

    Como lo firma Nancy Motta, la identidad

    espacial de un ser humano o de los gru-

    pos sociales y tnicos, se fija a la trama

    social, en tanto que el ser est sujeto y

    se identifica con el sitio en que habita

    (Motta, 2006).

    El vnculo entre cultura, identidad y lugar

    determina el concepto de contexto. Al invo-

    lucrarse con la dimensin subjetiva, los he-

    chos arquitectnicos y sus conformaciones

    urbanas apropian tendencias ideolgicas,

    pautas culturales y relaciones histricas.

    Por lo tanto, sus interpretaciones slo son

    posibles ligadas al contexto en el que se

    implantan y no como si se tratase de hechos

    aislados. En este sentido, es pertinente la

    definicin de Juan Pablo Bonta: la obra de

    arquitectura o arte nunca se interpreta indivi-

    dualmente sino dentro del contexto de otras

    obras con las cuales parece relacionarse

    () una arquitectura o arte no significantes

    permaneceran ajenos al campo de la cultura

    y por tanto dejaran de ser arquitectura o arte

    (Bonta, 1977).

    Asimismo, Marina Waisman afirma: parece

    establecida la imposibilidad de comprender

    un hecho arquitectnico separadamente de

    su contexto urbano, al que ha contribuido

    en diversas medidas a definir y el cual, a su

    vez, contribuye permanentemente a calificar

    y a determinar su significado (Waisman,

    1990).

    Ms que una determinante fsica, el contexto

    es un conjunto de relaciones; es el tejido, la

    urdimbre, el hilo de la historia, las circunstan-

    cias y todos los aspectos que afectan y

    determinan el hecho arquitectnico y sobre

    el cual se construyen smbolos y emblemas

    identitarios.

    Como campo de insercin del hecho arqui-

    tectnico y como conjunto de relaciones,

    el contexto pone en juego interacciones

    entre sus variables fundamentales: fsica,

    cultural, social, poltica, econmica, histrica,

    ambiental y tecnolgica, conformando un

    escenario de expresin de valores.

    En cuanto hecho cultural, el conocimiento

    cuantitativo, dimensional y objetivo del es-

    pacio fsico construido, no es la realidad

    arquitectnica fundamental o nica.

    La dimensin cualitativa de la arquitectura,

    como realizacin de lo humano, implica la

    coexistencia de otras dimensiones subjeti-

    vas que, ejerciendo su efecto sobre las

    formas que propone el arquitecto, impide

    que estas puedan ser neutrales. Justamen-

    te, cada quien representa y manifiesta sus

    significaciones de una manera y desde

    esas representaciones y manifestaciones,

    los individuos dan sentido al mundo, recu-

    rriendo al simbolismo para llegar a un len-

    2. El trmino referente habla de relacin, vnculo e interaccin con otras identidades o con otros universos donde se revelan esas relaciones y se producen las construcciones simblicas.

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 89

    guaje formal.3 Como lo afirman Saldarriaga

    y Fonseca en Lenguaje y mtodos en la

    arquitectura, ...el lenguaje arquitectnico es

    un sistema abierto, regulado por influencias

    ambientales y culturales, poseedor de una

    parte totalizadora y de una parte expresiva,

    y dotado de componentes diversos que se

    renen en sistemas de reglas y en modos

    de empleo correspondientes4 (Saldarriaga

    y Fonseca, 1983).

    Cules son esos sistemas de reglas que se

    ponen en juego en la relacin entre edificio

    y entorno?, cmo reconocerlos en contex-

    tos particulares? Podra afirmarse que las

    constantes transformaciones urbanas y las

    realidades sobre las que se ha construido la

    arquitectura colombiana, dificultan la valora-

    cin del contexto construido, como garanta

    de las intervenciones y su consolidacin co-

    mo el lugar de las identidades. La diversidad,

    la discontinuidad y el anacronismo de los

    desarrollos locales, como producto de las

    frecuentes imposiciones dadas por la situa-

    cin de dependencia poltica, econmi ca y

    cultural, adems de imposibilitar el reconoci-

    miento de periodicidades histricas, dificulta

    la coherencia y la continuidad histrica de

    las ideas.

    Aunque esta situacin diferencia profun-

    damente el carcter de la arquitectura lati-

    noamericana de la europea, el paradigma

    de la arquitectura occidental sigue siendo

    hegemnico en la produccin de las ar-

    quitecturas locales. Esta afirmacin, por

    su puesto, precisa el reconocimiento de las

    tendencias ideolgicas de la arquitectura

    occidental, para determinar sus influencias

    en la arquitectura local.

    Trayectoria historiogrfica y tendencias ideolgicas relevantes en la arquitectura occidental

    Para iniciar la reflexin historiogrfica, que

    busca dar una mirada muy esquemtica a

    las caractersticas esenciales que, fundamen-

    tadas en lo ideolgico, particularizan los

    diferentes perodos de la arquitectura como

    paradigma occidental, es necesario iden-

    tificar las diferencias entre la historiografa

    general y la produccin historiogrfica de la

    arquitectura.

    En la historiografa general, el historiador

    recurre a las fuentes y las transforma en do-

    cumento, para luego constituir esos docu-

    mentos y esos hechos histricos en proble-

    ma.5 En esta situacin, los acontecimientos

    y hechos que son el objeto de estudio,

    han desaparecido o dejado de existir en

    el tiempo, y el propsito del historiador es

    la reconstruccin descriptiva o narrativa de

    esos hechos para traerlos al presente. En la

    3. En la comprensin de la arquitectura como smbolo se introducen valoraciones sociales que superan su funcionalidad prctica relacionando aspectos relevantes para la cultura de los individuos o el grupo social.

    4. Este enfoque hace explcita la composicin del lenguaje arquitectnico por: a) la estructura, que define la ocupacin y subdivisin del espacio, de acuerdo con su finalidad, b) la forma, como principio que rige el lmite y el contorno del espacio y c) el significado, como representacin de los valores y condiciones del contexto cultural de una edificacin.

    5. Marc Bloch plantea que la historia es una ciencia, aunque su objeto no pueda ser considerado un dato positivo; la define como una investigacin cuyo objeto no se centra en el pasado sino en el hombre y sus actividades situadas en el tiempo (Bloch, 1993).

  • Susana Jimnez Correa

    90 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    historiografa de la arquitectura la situacin es

    diferente, pues el objeto de estudio referido

    al hecho arquitectnico, existe en el pre-

    sente del historiador y aunque pertenezca

    a otro tiempo, es en s mismo el testimonio

    histrico principal e imprescindible que re-

    ne en s los datos ms significativos para

    su conocimiento (Waisman, 1990). De all

    que la labor historiogrfica de la arquitectura

    busque definir las circunstancias culturales

    e histricas en las que fue materializado el

    hecho arquitectnico, para que teniendo en

    consideracin los mltiples factores que lo

    determinan, sea posible identificar el con-

    texto de la obra, sus significados y valores,

    as como los motivos que han provocado

    sus transformaciones en el tiempo.6

    Las imgenes y la historiografa

    En la historiografa de la arquitectura oc-

    cidental puede evidenciarse la manera

    como la cultura de cada poca ha teido

    las formas de expresin e interpretacin de

    la realidad, que unas veces ha privilegiado

    las indagaciones formales, otras veces ha

    optado por bsquedas racionales centradas

    en lo funcional o lo tecnolgico y otras por

    la valoracin del arte y la bsqueda de la

    belleza.

    En general, las preocupaciones esttico-

    formales, funcionales y tcnicas, poseen

    finalidades simblico-comunicativas y se

    valen de sistemas de representacin que,

    apropiados a sus fines, constituyen una

    forma de documentacin histrica.

    La fuerza de las imgenes y su poder cohe-

    sionante y portador de significaciones,

    ha permitido conservar las estabilidades

    culturales, manteniendo coherencias y

    continuidades como garanta de la supervi-

    vencia humana. Las imgenes construyen

    realidades y las representaciones simblicas

    transmiten significaciones, posibilitando lo

    que Geertz, en su definicin de cultura, de-

    nomina como un esquema histricamente

    transmitido de significaciones representadas

    en smbolos.

    Cobran valor las imgenes como documen-

    tos histricos, pero tambin se hace evidente

    el riesgo de su explotacin equivocada, caso

    frecuente en la historiografa de la arquitectu-

    ra. A esto se refiere Peter Burke cuando afir-

    ma: la buena noticia para los historiadores

    es que el arte puede ofrecer testimonio de

    algunos aspectos de la realidad social que

    los textos pasan por alto () la mala noticia

    es que el arte figurativo a menudo es menos

    realista de lo que parece, y que, ms que

    reflejar la realidad social, la distorsiona, de

    modo que los historiadores que no tengan

    en cuenta la diversidad de las intenciones de

    los pintores o fotgrafos, pueden verse indu-

    cidos a cometer graves equivocaciones ();

    sin embargo, el proceso de distorsin consti-

    tuye un testimonio de ciertos fenmenos que

    muchos historiadores estn deseosos de

    estudiar: de ciertas mentalidades, ideologas

    e identidades (Burke, 2005). Estas aprecia-

    ciones sobre las imgenes, como fuente

    poco fiable y poco objetiva de un tiempo y

    6. En La investigacin histrica: teora y mtodo, Julio Arstegui define la historia en su significacin etimolgica derivada del trmino istorie empleado por Herdoto, que significa investigacin, precisando su referencia a los hechos y eventos. Aunque plantea que con el trmino historiografa se identifica la escritura de la historia y su relato, reconoce que sta se ha venido aceptando con la doble significacin.

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 91

    de un espacio, son vlidas para gran parte

    de la historiografa actual de la arquitectura,

    la cual se ha centrado fundamentalmente

    en la difusin de imgenes fotogrficas sin

    reflexin ni contenido terico, sublimando

    las condiciones de fotogenia por encima

    de las valoraciones analticas y crticas de

    las obras. Particularmente, en el caso de las

    bienales de arquitectura colombiana, los

    jurados seleccionan y premian las obras de

    la mejor arquitectura sin conocerlas, guiados

    por el impacto visual de la documentacin

    fotogrfica suministrada.

    Elementos signifi cativos y tendencias

    El poder de las imgenes en la construc-

    cin de las identidades es connatural a la

    civilizacin. En las sociedades cazadoras y

    recolectoras se dibujaba, como expresin

    de la magia invocadora, ttem y relato de la

    memoria. Desde 2800 a.C. la arquitectura

    egipcia expres, a travs de un sistema

    simblico, el ideario de una civilizacin desa-

    parecida, que con formas simples y una

    estricta organizacin geomtrica, represent

    la abstraccin del orden eterno que busca-

    ba la continuidad de la vida despus de la

    muerte. La organizacin axial de los recintos,

    el orden ortogonal y la abstraccin formal con

    prevalencia de las masas, formalizaron en

    las tumbas y templos funerarios la relacin

    entre hombre y naturaleza, simbolizando el

    camino hacia la eternidad como expresin

    de seguridad en su identidad existencial.

    En el siglo VII a.C y con el desarrollo del

    pensamiento griego, el hombre imita las

    leyes de la naturaleza y actuando en armona

    con ellas, edifica sus ciudades y construye

    su cultura. La ciudad clsica era un lugar de

    encuentro y accin comunicadora, social,

    poltica y artstica, forjadora de ciudadanos e

    intermediaria entre lo colectivo y lo pblico, lo

    poltico y lo tico. Para los griegos, las ciuda-

    des eran centros artsticos y culturales, ejes

    de la formacin comunitaria, y su arquitectura

    con la cual se quera alcanzar la

    perfeccin era la mxima expre-

    sin de su cultura. La bsqueda

    de la belleza, como atributo de los

    dioses, fue un ejercicio religioso

    que forj la construccin de los

    rdenes griegos, cuyas reglas

    ideales garantizaban el equilibrio

    compositivo. La arquitectura grie-

    ga determin el simbolismo de

    los siglos posteriores y la polis,

    que surge como resultado del

    ordenamiento social y cultural,

    alcanza el sentido constructivo de

    relacin y libertad que organiz la

    democracia.Formas cannicas del templo griego. Siglo V a.C.

  • Susana Jimnez Correa

    92 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    El arte y la arquitectura

    ro mana, aunque tienen

    un pasado etrusco, son

    fundamentalmente influen-

    ciados por las imgenes

    griegas. La ciudad romana

    se complejiza como pro-

    ducto del surgimiento de

    nuevas estructuras socia-

    les que, en la grandiosidad

    espacial de las obras,

    monumentos, puertas y

    arcos triunfales, expresan

    la conquista del entorno que lleva a cabo el

    imperio romano.

    La investigacin tecnolgica desarrollada

    por los romanos permiti realizaciones antes

    nunca vistas, plasmando en la arquitectura

    las significaciones propias del apogeo del

    imperio. En el siglo I, Vitruvio inicia la escritura

    de la historia de la arquitectura y asienta en

    sus manuscritos las bases cannicas de la

    tradicin clsica.7

    Vitruvio rechaz las prcticas constructivas

    de su poca y propuso la arquitectura

    como teora y como prctica, concibiendo

    la teora como la habilidad demostrativa de

    los principios de proporcin, y la prctica,

    como el empleo y trabajo manual de estos

    principios.

    Dada la gran extensin del imperio romano,

    las obras son influidas por diversos estilos

    regionales, sin embargo, sobre la impere-

    cedera triada: utilitas, firmitas y venustas,

    en el siglo I, Vitruvio sienta los principios del

    conocimiento arquitectnico que se han

    mantenido a travs de los siglos y propone

    la funcionalidad, la solidez y la belleza como

    una esencia que abarca, desde los aspec-

    tos constructivos hasta las significaciones

    mticas.8

    La construccin en argamasa y la poten-

    cialidad que dieron los romanos a los abo-

    vedados y los arcos, permiti el reemplazo

    estructural de los rdenes griegos, relegando

    su uso a una solucin formalista y decora-

    tiva. Las nuevas posibilidades tcnicas y la

    sistematizacin permitieron la construccin

    de nuevas edificaciones en respuesta a la

    complejidad de la estructura social, la crea-

    cin de nuevas formas simblicas y sistemas

    espaciales ms complejos.

    La centralidad y el podero de Roma imponen

    sistemas y trazados geomtricos unificado-

    7. Vitruvio es un arquitecto e ingeniero romano, nico escritor antiguo de arquitectura cuyo tratado se ha conservado.8. A partir de Vitruvio, en el siglo I, y reconfigurados con Alberti, en el Renacimiento, se establecen los componentes bsicos que

    generan los procesos de aproximacin en la arquitectura: utilitas, firmitas y venustas. Estas premisas vitruvianas plantearon las bsquedas metodolgicas en tres aspectos fundamentales: las utilitas buscan la utilidad de los edificios, en coherencia con los usos para los que se proyectan y el modo de vida de sus usuarios. Las investigaciones basadas en firmitas hacen indagaciones para obtener la estabilidad, firmeza, seguridad estructural y material de los edificios, desarrollando la aplicabilidad tcnica.

    El Panten. Apolodoro de Damasco, Roma. Siglo II.

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 93

    res en las diversas regiones del imperio,

    ge nerando significaciones que se expresan

    en la grandiosidad y complejidad de los

    espacios interiores.

    En la Edad Media los edificios expresan un

    giro ideolgico fundamental, provocado por

    el Cristianismo y los nuevos significados exis-

    tenciales. Aunque la escultura, la pintura y

    la arquitectura son derivadas e influidas por

    Roma, nuevas simbologas estructuran las

    formas arquitectnicas del misticismo oc-

    cidental, surgiendo una reinterpretacin del

    hecho arquitectnico como objeto cultural y

    lugar de identidad cristiana.

    La arquitectura paleocristiana desarroll un

    misticismo que empobreci la apariencia

    formal de los templos, pues sobre la base

    de la espiritualidad cristiana, crtica de la

    materialidad pagana, las obras rechazan la

    expresin desbordante del paganismo y el

    poder romano.9

    El templo paleocristiano se despoja de

    expresiones estructurales complejas y

    costosas, y el espacio interior se dinamiza

    representando el recorrido longitudinal hacia

    el altar como el camino hacia Cristo, siendo

    la cruz el smbolo que configura la planta de

    gran parte de las iglesias. Cuando en el ao

    330, la sede del Cristianismo es trasladada a

    Bizancio, la arquitectura toma un nuevo rum-

    bo sobre las bases del romano anterior.

    Entre los siglos XI y mediados del XII, la arqui-

    tectura romnica, basada en las influencias

    bizantinas a la manera de los romanos de

    donde toma su nombre, surge como pro-

    ducto del fervor religioso y la expansin del

    Cristianismo. El estilo de las pinturas murales

    continu en gran medida las tradiciones del

    arte paleocristiano y bizantino, y la escultura

    en piedra hace monumental la decoracin de

    los templos. Con el nombre de monasterios

    se conforman nuevas comunidades de re-

    ligiosos afines que construyen sus edificios

    en toda la Europa cristiana, constituyndose,

    junto con las iglesias, en las mximas expre-

    siones arquitectnicas de la poca.

    La arquitectura romnica representa nuevas

    aspiraciones existenciales que se expresan

    9. La adecuacin bella y esttica de la obra a los requerimientos del clima, lugar, paisajes, recursos y circunstancias que lo determinan, se fundamenta en la venustas, sobre teoras crticas y de la sensibilidad.

    Paleocristiano. Iglesia Santa Sabina, Roma. Siglo VRomnico. Iglesia San Martn de Frmista. Palencia, Espaa. Siglo XII.

  • Susana Jimnez Correa

    94 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    en la bsqueda de verticalidad y la simbo-

    loga de la torre como fortaleza. Aunque las

    Cruzadas y las peregrinaciones facilitaron la

    difusin de las formas romnicas, el estilo

    evoluciona con grandes diferencias en los di-

    versos pases (Francia, Inglaterra, Alemania,

    Espaa, Italia); las variaciones locales incor-

    poran mltiples experimentaciones plsticas

    y estructurales que dejan ver bvedas de

    crucera, nervios y contrafuertes, articulados

    a una mampostera pesada, construida en

    ladrillo o barro a la vista y con la cual se cierra

    el edificio.

    El romnico articula y da unidad a los ele-

    mentos, produciendo una fusin del edificio

    que simboliza la unin entre lo divino y lo

    humano. La verticalidad de la to rre repre-

    senta la trascendencia existencial, mientras

    que la robustez de las estructuras en piedra

    y los cerramientos que constituyen la forta-

    leza romnica, expresan la necesidad de

    proteccin. El contraste entre la estructura

    maciza y cerrada y la verticalidad de las

    torres, imprime a los edificios un carcter de

    fortaleza que es reforzado por la implantacin

    en lugares altos, exaltando los campanarios

    y las torres.

    En los siglos XII al XIV, el Gtico, que en el

    arte se expresa en la pintura, la escultura,

    la pintura mural y los vitrales, alcanza su

    m xima expresin en la arquitectura. Nace

    como evolucin del romnico y es soporta-

    do en nuevos avances tecnolgicos que

    permiten que la estructura se torne ligera y

    transparente, llevando a su mxima expre-

    sin el simbolismo religioso. Las catedrales,

    smbolo identitario de las ciudades, tardaban

    ms de un siglo en concluir y competan

    por obtener la mxima altura y belleza. En la

    bsqueda simblica de la luz, fundamental

    para el espacio cristiano, se perfecciona el

    sistema de esqueleto, experimentado en el

    romnico, y se separa la estructura del cerra-

    miento, incorporando los vitrales para permitir

    Gtico. Iglesia Notre Dame. Pars. Siglos XI - XIII

    Romnico espaol. Siglo XII.

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 95

    una nueva relacin

    interior-exterior. En

    pos de la verticali-

    dad trascendental

    se desarrollan el

    arco apuntado,

    los arbotantes y

    contrafuertes, y se

    multiplican las b-

    vedas de crucera como mdulo universal

    que logra la magnificencia de las catedrales.

    Los edificios se liberan del rigor racional y la

    pesadez del romnico, y el avance estruc-

    tural posibilita una nueva espontaneidad for-

    mal, cuya expresin simblica se expande

    por Europa, homogeneizando con un nuevo

    lenguaje el repertorio y las tradiciones cons-

    tructivas locales.

    En el Renacimiento, trmino que referencia la

    revitalizacin de los cnones y de las formas

    griegas y romanas, se vuelve al Humanismo,

    que durante la Edad Media haba negado las

    representaciones naturalistas y humanas,

    restringindolas a un austero contenido re-

    ligioso.10

    Los intelectuales del Renacimiento retoman

    los manuscritos de Vitruvio y hacia finales del

    siglo XV, Alberti escribe un nuevo tratado don-

    de expone la doctrina de la armona matem-

    tica y la proporcin en arquitectura. En Diez

    libros de arquitectura, reafirma la teora com-

    positiva y fundamenta sobre los principios

    y mtodos griegos y romanos, una nueva

    teora para su poca.11 La vuelta al pasado,

    que se efecta en el Renacimiento y que con

    los constructores cristianos haba negado los

    cnones antiguos, se nutre de la historia y

    de los referentes, pero no para reproducirlos

    tcnica y estilsticamente, sino para recrear-

    los, estudiando los elementos del lenguaje,

    las relaciones espaciales y la aplicacin

    del mtodo compositivo a los problemas,

    las significaciones y las bsquedas de su

    poca. Los artistas del quattrocento buscan

    en los monumentos antiguos los principios

    de un mtodo perdido, no un repertorio de

    modelos constructivos y distribu tivos que ya

    no les interesan (Benvolo, 1992).

    Con la invencin de la perspectiva se pro-

    duce una revolucin espacial y la imagen

    renacentista se transforma dramticamente.

    Las figuras obtienen en la representacin

    bidimensional la ilusin de su prolon-

    gacin en el espacio, surgiendo

    un nuevo naturalismo y expre-

    sividad antes nunca vistos. Los

    razonamientos matemticos de

    la poca y su apropiacin con

    el manejo perspectvico de la

    imagen, retornan la arquitectura

    a la escala humana, aboliendo

    10 El Renacimiento comenz hacia 1420, en Florencia, iniciado por un grupo de artistas (Brunelleschi, Donatello, Ucello).11. H. W. Kruft. Historia de la teora de la arquitectura. 1: desde la antigedad hasta el siglo XVIII. Madrid: Alianza Editorial, 1990.

    Sistema de esqueleto gti-co. Bveda de crucera.

    Renacimiento. Santa Mara de Fiore (duomo). Filippo brunelleschi. Cpula construida en 1420.

  • Susana Jimnez Correa

    96 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    la inconmensura bilidad gtica y su verticalis-

    mo existencial. Se pasa del xtasis religioso

    del gtico, a un razonamiento matemtico y

    humano que sistematiz mtrica y canni-

    camente el gusto individual de los artistas de

    la poca, fusionando la generalizacin ca-

    nnica de los rdenes arquitectnicos, con

    la individualidad creativa de los arquitectos,

    para producir obras que se caracterizan por

    su perfeccin y belleza.

    A diferencia del pasado arquitectnico me-

    dieval que a travs de las tradiciones haba

    transmitido el rigor constructivo, los simbolis-

    mos y las significaciones, hasta homogenizar

    un lenguaje colectivo, en el Renacimiento

    los hechos arquitectnicos incorporan

    las singularidades y los gustos de

    sus proyectistas.

    Dado que el soporte cientfico

    de la perspectiva permita dilu-

    cidar las formas arquitec tnicas

    previamente a su construccin,

    se explota la bsqueda compo-

    sitiva y, sobre una solidez cor-

    prea y una plstica maciza,

    se universaliza un sistema de

    cnones que proveen una se-

    guridad esttica, que privilegia

    la forma ocultando el material

    y la estructura, para dar origen

    al ornamento y la decoracin.

    La genialidad creativa y la

    libertad en la aplicacin de los

    cnones, genera tendencias y

    bsquedas estilsticas que particularizan las

    obras y las identifican con el sello de artistas

    como Brunelleschi, Alberti o Bramante.12

    Como resultado de la aplicacin de las reglas

    y tratados renacentistas, en el siglo XVI surge

    el Manierismo, donde la maniera significaba

    un procedimiento artstico para trabajar sobre

    los modelos de los maestros, imitndolos

    para alcanzar su perfeccin.

    La bsqueda de la maniera se convierte en

    preceptiva, restringe las posibilidades de

    innovacin y sobre el ideal clsico, el Manie-

    rismo construye un formulario de tratados y

    frmulas para la aplicacin de los cnones,

    12. Alberti impuso la pureza clsica de los rdenes; Brunelleschi impuls las proporciones matemticas y la austeridad formal y Bramante logr la exaltacin del espritu clsico y los ideales de la cristiandad. Posteriormente, Miguel ngel incursiona en las formas aplicando la expresividad propia de sus obras artsticas, variando los cnones clsicos para introducir la monumentalidad que produce el orden gigante y una nueva expresividad que impuls el Barroco.

    Manierismo. Villa Capa (Villa Rotonda). 1566 - 1569. Andrea Palladio. Vicenza, Italia.

    Renacimiento. Plaza de la Repblica. Roma.

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 97

    con los cuales garantizar la belleza composi-

    tiva de las obras (Serlio: 1540, Vignola:1562,

    Palladio 1570). El tratado de Palladio, como

    gua metdica y compositiva, se constituye

    en un canon de los ideales de la arquitectura

    occidental.

    Cultivando hasta el exceso los estilos de los

    maestros y en especial la nueva expresividad

    de Miguel ngel y Rafael, el Manierismo

    acenta los efectos desarrollando composi-

    ciones de mayor movimiento, complejidad

    y contraste entre los elemen tos. Ante la

    carencia de expre siones ideolgicas y de

    nuevas teoras para justificar las bsque-

    das existenciales representadas en formas

    arquitectnicas, las composiciones ponen

    a prueba las reglas clsicas hasta llegar a

    transgredirlas, alcanzando los extremos que

    anticiparon el Barroco.

    En los siglos XVII y XVIII el proyecto Barroco

    se dinami za en la bsqueda de lo comple-

    jo, con una expresividad desconocida an-

    teriormente que, unida a un claro sentido

    escenogrfico, ha ce prevalecer la plasticidad

    y los elementos decorativos frente a los

    constructivos. Dado que la religin Catlica

    se convirti en mecenas y se buscaba

    combatir el Protestantismo, se privilegia

    la propagacin de la fe y, con ello,

    el dramatismo naturalista, la ex-

    presividad emocional y el es-

    piritualismo. El arte propone

    imgenes ca paces de con-

    mover, trabajando ele mentos

    visuales exaltados por el

    claroscuro de los tonos, para

    lograr el dramatismo del dolor

    expresado en los gestos hu-

    manos, las miradas y la tensin del sufrimien-

    to de los cuerpos. La imagen y la expresin

    barroca se magnifican en el detalle decora-

    tivo de la arquitectura, donde el sentido del

    movimiento, la energa y la tensin, adoptan

    contrastes entre cncavos y convexos para

    generar dinamismo y expresividad. Como

    efecto de estas bsquedas innovadoras, la

    heterogeneidad formal provoca el abandono

    Barroco. Iglesia San Carlos de las Cuatros Fuentes. 1635 - 1639. Francesco Borromini. Roma

    Barroco Espaol. Calle de Alcal - Caballero de Gracia. Madrid.

  • Susana Jimnez Correa

    98 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    de los cnones clsicos y la seguridad est-

    tica que ellos proporcionaban, gestndose

    la produccin de nuevos juicios estticos y

    un nuevo concepto de belleza.

    Con la Academia Real de Arquitectura, fun-

    dada en 1671 que como producto de la

    edad de la razn, tiene como objetivo impul-

    sar un conocimiento ms exacto y una teora

    ms correcta, se ubica a la ar quitectura en

    el campo de la ciencia. Con el movimiento

    ilustrado, que inicia en 1690 la primera fase

    de la modernidad, la ciencia se vuelve un

    arma contra la Iglesia y la religin, abrindose

    el camino hacia la bsqueda objetiva que,

    bajo los Principia de Newton, consolida la

    imagen matemtica y mecnica del univer-

    so. La ciencia como movimiento vital de la

    Ilustracin interviene en una transformacin

    fundamental de la historia humana: la meca-

    nizacin del trabajo que, bajo el poder y la

    admiracin por las mquinas, ocultaba un in-

    contenible afn de lucro. El hombre comien-

    za su carrera de dominio de la naturaleza,

    separndose de ella y separando tambin

    ciencia y cotidianidad, ciudad y vida urbana.

    En esta bsqueda racionalista, Descartes

    haba llegado a declarar, en 1637, que las

    viejas plazas medievales eran antiestticas,

    admirando la pureza geomtrica de los po-

    blados holandeses: Descartes prefera las

    ciuda des construidas por un solo arquitecto.

    Sin percatarse de las implicaciones de su

    mensaje sobre el individualismo, el comercio

    y las ciencias aplicadas, tanto Bacon como

    Descartes ayu daron a vincular la ciencia con

    un sistema mercantil e industrial al modo

    capitalista (Apleby y otras, 1994).

    En el Iluminismo (1750-1800) la arquitectura

    adquiere un carcter racional y transmisible

    con Ledoux, Quatremre y Durand. Ledoux

    y Boulle forman parte del grupo de los

    llamados arquitectos visionarios que se

    opusieron al rgido neoclasicismo acadmi-

    co. Ledoux publica, en 1804, su obra

    Larchitecture considre sous le rapport

    de lart, des murs et de la lgislation (La

    arquitectura considerada desde el punto

    de vista del arte, las costumbres y la legis-

    lacin) y Boulle divulga en su manuscrito

    Arquitectura. Ensayo sobre el arte, el valor

    esencialmente artstico de la arquitectura,

    considerndola inspiracin creativa, en

    contraposicin al procedimiento mecnico

    con el cual denomina la construccin. Estos

    arquitectos revolucionarios incursionan en

    las bsquedas formales y las significaciones

    simblicas de los elementos, siendo la obra

    dibujada de Boulle, expresin de su inters

    investigativo por estudiar la configuracin

    formal y los efectos del claroscuro, la cual

    emprende a travs de proyectos de edificios

    fantsticos e irrealizables a causa de sus

    enormes dimensiones.

    Entre 1795 y 1830 Jacques Nicols Du-

    rand, el ms influyente de los discpulos de

    Boulle, publica Compendio de lecciones de

    arquitectura, donde reafirma la composicin

    arquitectnica como un saber esencial y un

    mtodo racional para entender la arquitectura

    y manipular los elementos, los materiales, las

    formas y proporciones. El mtodo se basaba

    en tres aspectos bsicos: la decoracin,

    la distribucin y la construccin, prevale-

    ciendo los principios de funcionalidad y de

    utilidad sobre cualquier otra consideracin

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 99

    13. Si se trataba de un edificio de justicia, el estilo romano; para la administracin, el griego, etc.14. Arquitecto, lder de la Escuela de Chicago, conjunto de obras que conforman el centro administrativo de esta ciudad que en

    la poca se constituye como el mayor centro de intercambio de Estados Unidos, donde el alto costo de la tierra determina el nacimiento de los rascacielos. En los edificios que construye la Escuela de Chicago los valores arquitectnicos y compositivos se subordinan al nuevo concepto de competencia, donde el sistema liberal se aplica a la construccin.

    de estilo o de esttica. La

    propuesta publicada de

    Durand influye en el siglo

    XIX sobre la escuela de

    Bellas Artes de Francia,

    iniciada en Pars, en 1819,

    y que perdura hasta 1968,

    siendo reconocida como

    centro mundial para el

    estudio de la arquitectura.

    Sobre el mtodo lgico

    que estructura la Escuela

    de Bellas Artes, se sientan

    las bases del cientificismo

    acadmico como paradig-

    ma del pensamiento occi-

    dental moderno.

    En el siglo XIX, ya en la cspide de la razn,

    se generaliza una manualstica que introduce

    tipologas y tcnicas de construccin. En

    este marco normativo, la composicin se

    considera sinnimo de creacin y orden, y

    los conceptos que el arquitecto elabora le

    demandan formas sensibles y razonables.

    En el perodo romntico (1795-1840) se de-

    sarrolla el eclecticismo, donde el arquitecto

    selecciona el estilo, de acuerdo con las sig-

    nificaciones que quera imprimir al edificio,

    trabajando con los modelos de la historia

    neoclsicos, neorrenacimientos, neogticos,

    neobarrocos, y lo que ellos significaron.13

    Estos lenguajes estilsticos del historicismo

    eclctico que buscan capturar diferentes

    bellezas produciendo asociaciones hetero-

    gneas, son rechazados con el Art Nouveau

    (1893-1905), que sobre los postulados del

    Arts & Crafts, propone formas complejas de

    lneas curvas y ondulantes. Los latigazos

    decorativos y las formas ondulantes del Art

    Nouveau, cierran el siglo centrndose en

    la tecnologa y la produccin industrial del

    objeto arquitectnico.

    Hacia finales del siglo XIX surge en Estados

    Unidos la denominada Escuela de Chicago,

    cuyos arquitectos inician la bsqueda racio-

    nal que entroniza el funcionalismo y la con-

    cepcin donde la forma sigue a la funcin,

    acuada por Sullivan.14 Influenciado por el

    racionalismo de la Escuela de Chicago, Adolf

    Loos publica su conocido ensayo Ornamen-

    to y delito, en el cual reacciona violentamente

    Historicismo. Revival neogtico. Parlamento ingls. 1840 - 1865. Charles Barry, Augustus Pugin. Londres.

  • Susana Jimnez Correa

    100 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    contra el Art Nouveau y, en general, contra la

    superficialidad de las tendencias historicis-

    tas, influyendo notablemente sobre la nueva

    arquitectura del siglo XX: El hombre de

    nuestro tiempo que, a causa de un impulso

    interior, pintarrajea las paredes con smbolos

    erticos, es un delincuente o un degenera-

    do () El hombre moderno reconocer

    de inmediato en los ornamentos modernos,

    lo torturado, lo penoso y lo enfermizo de los

    mismos (Loos, 1908).

    Al inicio del siglo XX y bajo el alero de la

    modernizacin, la produccin industrial

    desalienta el expresionismo formal de los

    edificios y se generaliza la individualidad

    y la desestimacin de las connotaciones

    ideolgicas del clasicismo. La mquina, y lo

    que ello significaba, se asimila a la belleza

    y la tecnologa es la expresin de un nuevo

    paradigma basado en la objetividad y la

    racionalidad. La ruptura con lo clsico y la

    redefinicin moderna de la belleza provocan

    el abandono de la historia, de la bsqueda

    en los estilos anteriores y su consecuente

    soporte en la seguridad esttica que los

    cnones clsicos haban garantizado por

    siglos. La belleza, cuyo juicio se relativiza

    como efecto de las bsquedas modernas,

    se estereotipa comercialmente en razn al

    mundo del consumo y la nueva razn instru-

    mental busca geometras puras y eficientes,

    demandando mtodos racionales y eficaces

    para maximizar las ganancias de las obras.

    En 1919 se funda La Bauhaus, en Weimar,

    Alemania, como escuela de arquitectura que

    pretenda combinar la Academia de Bellas

    Artes y la Escuela de Artes y Oficios. Gropius

    concibe el edificio como la mxima expresin

    de toda actividad creadora y se defienden

    los principios vanguardistas que relacionan

    el arte, la artesana y la arquitectura con la

    industria. Estos conceptos influyeron en la

    prctica de los ideales de la modernidad en

    el mundo europeo de los aos 20, donde se

    gestaron movimientos como el holands De

    Stijl y el Constructivismo ruso, que proponan

    nuevas y radicales ideas acerca del mundo

    de lo visual y de lo artstico.

    Los nuevos enfoques de La Bauhaus (1919),

    los vchutemas soviticos (1920) y los grupos

    de vanguardia (neoplasticismo, futurismo,

    constructivismo ruso, suprematismo y pu-

    Vanguardia moderna. Racionalismo. Edificio de La Bauhaus. 1923 - 1925. Walter Grupios. Dessau, Ale-mania.

    Escuela de Chicago. Almacenes Causon Pirie Scott. 1899 - 1904. Chicago. Luis Sullivan.

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 101

    rismo), rechazan el academicismo de la

    Escuela de Bellas Artes cuya lgica se ba-

    saba en la objetividad del conocimiento y en

    el dominio instrumental de la arquitectura y

    dan paso a la arquitectura moderna, trans-

    formando los paradigmas asociados con la

    ciencia. Se refuerza lo artstico y lo creativo,

    proponiendo una abstraccin progresiva

    de las formas y las geometras, eliminando

    los elementos accesorios. Los movimientos

    vanguardistas de comienzos del siglo XX afir-

    maban: "El triunfo del presente sobre las cos-

    tumbres arraigadas presupone la negacin

    del pasado, la purificacin de la conciencia.

    Todo lo que an pertenece al pasado, es

    eclctico: la carreta, el arado primitivo, el

    caballo, el trabajo domstico, la pintura de

    paisajes, las estatuas de la libertad, los arcos

    de triunfo y, sobre todo, la arquitectura al

    estilo antiguo".15 "Exigimos la construccin

    de nuestro entorno segn leyes derivadas

    de un principio previamente establecido.

    Estas leyes, ligadas a las de la economa,

    las matemticas, la tcnica, etc., nos llevan

    hacia una nueva unidad plstica".16

    El concepto modernidad se vincula con el

    estilo de vida industrial y urbano, y el Mo-

    dernismo movimiento surgido en las artes

    y la arquitectura, intenta capturar la esencia

    de este nuevo estilo de vida (Apleby y otras,

    1994). Los maestros de la arquitectura del

    movimiento moderno, Gropius, Mies Van

    Der Rohe, Kandinsky y Le Corbusier, entre

    otros, se encuentran conceptualmente en

    principios que unifican el arte y la tcnica. Se

    concibe una nueva ciudad de mquinas para

    habitar,17 en consonancia con la influencia

    conceptual de los avances industriales que

    incorporan los automviles, los grandes trans-

    atlnticos y los modernos aeroplanos. Los

    nuevos materiales: hierro, vidrio, concreto

    armado, permiten el desarrollo de modelos

    y prototipos que modifican radicalmente

    la conformacin urbana y se interrumpe la

    tradicin clsica que haba estructurado las

    ciudades.

    La moderna arquitectura del prototipo y la

    nueva concepcin individualista del hombre,

    hace tbula rasa del pasado y del lugar, de la

    vida comunitaria y del encuentro ciudadano,

    que se haba sido consolidado con el clsico

    anterior.

    El desbocado entusiasmo por lo nuevo

    conlleva al desprecio del pasado y sus ex-

    presiones arquitectnicas, las cuales son

    destruidas y alteradas desde una nueva y

    avasallante concepcin individualista. Los

    15. MALEVICH, Casimir. Manifiesto suprematista Unovis. 1924. Textos de Arquitectura de la modernidad. Pere Hereu, Joseph M. Montaner, Jordi Oliveras. Editorial Nerea. 1994.

    16. VAN DOESBURG, Theo y VAN ESTEREN, Cornelius. Hacia una construccin colectiva. 1923 Textos de Arquitectura de la modernidad. Pere Hereu, Joseph M. Montaner, Jordi Oliveras. Editorial Nerea. 1994.

    17. En la obra de Le Corbusier.

    A. Vanguardia moderna. Neoplasticismo. Caf de Unie. 1925. J.J.P. OUD. Rotterdam, Holanda.

    B. Vanguardia rusa. Constructivismo. Monumento a la Tercera Internacional (proyecto). 1919. Vladimir Tattin. San Petersburgo (Petrogrado).

    A. B.

  • Susana Jimnez Correa

    102 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    cdigos modernos rechazan las significacio-

    nes y precedentes de los estilos antiguos,

    considerando como una falta de creatividad

    sus referencias histricas, en una situacin

    donde la novedad se convierte en una nece-

    sidad. Se inicia la destruccin de la arquitec-

    tura y de la ciudad como objetos culturales

    consolidados histricamente, proliferando

    las imgenes sin identidad, repetibles y

    ad quiribles a travs de frmulas genricas,

    producto del poder poltico y econmico.

    Las condiciones modernas generan des-

    conciertos, cambios de vida, nuevas nece-

    sidades y conceptos liberales de autonoma

    que chocan con las costumbres arraigadas y

    producen un nuevo concepto de desarrollo

    y progreso. Pero hacia la segunda mitad del

    siglo XX, a causa del desencanto y el senti-

    miento generalizado de fracaso y pesimismo

    frente a una modernidad que, incumpliendo

    sus promesas, demostr falta de garantas

    en el mejoramiento del hbitat y de la cali dad

    de vida, se empieza a cuestionar la objetivi-

    dad de la ciencia y de los mtodos cientficos

    aplicados a la arquitectura. La historiografa

    se constituye en dominio de la investigacin

    y los historiadores se comprometen crtica-

    mente. Surgen requerimientos acerca del

    papel social del arquitecto y su participacin

    en la transformacin del medio ambiente,

    desarrollndose nuevas teoras

    en la interpretacin de los hechos

    arquitectnicos y urbanos.

    Desde 1960 los nuevos movi-

    mientos cuestionan y luchan por

    la transformacin social y poltica,

    en contra del modelo heroico de

    la ciencia y la modernidad, y se

    reivindica lo popular principalmente a travs

    del Pop Art. Los arquitectos rechazan las

    bsquedas racionales del Funcionalismo

    y la concepcin donde la forma sigue a la

    funcin, promovida por Sullivan, y surge el

    Postmodernismo, en contra de los postula-

    dos modernos, los movimientos modernistas

    y el funcionalismo pragmtico. El rechazo a la

    eficiencia racional produce el giro hacia una

    concepcin de la arquitectura y la ciudad

    como prcticas colectivas y dialcticas,

    donde se valora la historia y el lugar, las

    ciudadanas diversas y la multiplicidad cul-

    tural. En contraposicin al lema moderno,

    proclamado por Mies van der Rohe: menos

    Racionalismo - Purismo. Villa Savoye. Le Corbusier. Poisy. Francia.

    Postmodernismo. Edificio AT&T. 1984. Philip Johnson. New York.

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 103

    es ms, que buscaba la abstraccin y el

    sintetismo de las formas, Venturi plantea

    como desafo: menos es un aburrimiento,

    reivindicando el enriquecimiento de las for-

    mas y las imgenes. En bsqueda de ele-

    mentos histricos y culturales, la arquitectura

    adquiere un carcter eclctico de mltiples

    estilos, donde se reflejan la pluralidad y las

    referencias culturales dispares.

    La nueva produccin historiogrfica se ve

    enriquecida con el trabajo de importantes

    historiadores: Argan, Zevi, Tafuri, Pevsner,

    Kaufmann, Giedion, Banham, Hitchcock,

    Collins, Framptom. Se generaron fuertes

    movimientos en la arquitectura, que vieron

    la necesidad de recuperar para lo urbano

    las significaciones del lugar, diluidas en la

    modernidad, destacndose la postura de

    Robert Venturi y su texto ms conocido:

    Complejidad y contradiccin en Arquitectura,

    donde seala la capacidad de la arquitectura

    para producir significaciones contradicto-

    rias y mltiples, integradas en una unidad

    arquitectnica relevante para la cultura y el

    lugar. Aldo Rossi publica en 1966 La arqui-

    tectura de la ciudad, proponiendo un slido

    planteamiento terico basado en la historia,

    las tipologas formales y el principio de tipo

    como investigacin urbana, donde vincula

    estrechamente el hecho arquitectnico y la

    ciudad, la cual analiza a partir de su arqui-

    tectura. Rossi propone la razn dialctica

    como soporte de la metodologa; no habla

    de conocimiento sino de lectura de la ciu-

    dad y esta referencia la hace asumiendo

    la naturaleza de los hechos urbanos, su

    dimensin cualitativa y su semejanza con

    las obras de arte.

    El movimiento postmoderno, surgido en el

    campo de la arquitectura en los aos 70, se

    generaliza en casi todas las manifestaciones

    culturales, las artes y las ciencias sociales,

    donde se cuestiona la fragmentacin de la

    identidad personal; en el debate de la nocin

    de individualidad que entron la moderni-

    dad liberal el Postmodernismo se vuelve

    hacia el reconocimiento de la identidad

    cultural y la diversidad.18

    La valoracin del genus loci o genio del lugar,

    es un concepto postmoderno que asocia la

    obra de arquitectura con el contexto urba-

    no, fsico e histrico en el que se inscribe.

    De all que la arquitectura posmodernista,

    contraviniendo los postulados modernos

    de la obra aislada, regresa a la bsqueda

    formal e histrica y a la nocin de lugar y

    contexto. Sin embargo, amparado por el

    triunfo neoliberal del poder econmico, el

    postmodernismo generaliz una explosin

    de bsquedas formales, como medio para

    obtener las imgenes que este poder recla-

    ma en la sistematizacin de los significados.

    Contra la austeridad formal del modernismo y

    bajo la presin de un mercado de consumo,

    proliferan las indagaciones escenogrficas

    que conjugan elementos de la cultura, la

    historia y el lugar, para construir lo que se ha

    denominado como el kish postmoderno, que

    exalta referencias y motivos decorativos de

    los estilos histricos.

    18. Focault proclama la muerte del sujeto y la necesidad de desaparicin de la nocin de individuo. En la filosofa posmodernista sus ms importantes representantes son los franceses Michel Foucault y Jacques Derrida. Tambin en la filosofa se destaca Jean Francois Lyotard, en psicoanlisis Jacques Lacan y en la crtica literaria Roland Barthes.

  • Susana Jimnez Correa

    104 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    Con la preocupacin posImoderna del ge-

    nus loci, a partir de los aos 90 y asociado

    con los procesos de globalizacin, se ge-

    neraliza el trmino no-lugar, que proviene del

    antroplogo francs Marc Aug, quien en su

    obra: Los no lugares. Espacios del anonima-

    to. Una antropologa de la sobremodernidad,

    desarrolla una reflexin sobre la identidad del

    individuo en funcin de su relacin con los

    lugares cotidianos. Aug define el lugar

    como un espacio antropolgico y relacional

    donde se pueden leer la identidad y la his-

    toria, y el no-lugar como el espacio donde

    esta lectura no es posible, pues se caracteri-

    za por ser annimo, neutro, autnomo de las

    inmediaciones contextuales y de la historia.19

    Estos no-lugares que han proliferado funda-

    dos en una supuesta neutralidad simblica,

    contravienen el concepto postmoderno de

    lugar, contexto e identidad, y se presentan

    como formas homogeneizadoras de una

    identidad global, multiplicable, que anula

    las significaciones y la historia, produciendo

    arquitecturas de catlogo, repetibles e im-

    plantables en cualquier lugar.

    En la confrontacin de disensos entre pasa-

    do y presente, clasicismo, modernidad y

    postmodernidad, las propuestas actuales

    son derivaciones surgidas de los diversos

    momentos e ideologas, coexistiendo una

    pluralidad de orientaciones que imposibi-

    litan las periodizaciones basadas en lo

    estilstico. La indefinicin que caracteriza la

    arquitectura contempornea occidental es

    maximizada en los pases latinoamericanos,

    donde la situacin de dependencia poltica

    y cultural produjo la imposicin anacrnica

    de los estilos, sin un trasfondo ideolgico

    para justificarlos. Como lo afirma Saldarria-

    ga en Arquitectura fin de siglo, en el gremio

    profesional de la arquitectura, amparado

    por el triunfo del dinero y bajo las banderas

    del Postmodernismo, se ha establecido un

    festival de gestos, formas y maquillajes,

    ingredientes necesarios para que evidencie

    su poder. De esta celebracin se ha excluido

    la responsabilidad social de la arquitectura

    y la arquitectura se ha puesto al servicio del

    poder (Saldarriaga, 1994).

    Esta mirada panormica sobre los diversos

    perodos de la arquitectura occidental, per-

    miten reconocer los aspectos ideolgicos

    especficos que produjeron en Europa una

    voluntad de cambio permanente. Las trans-

    formaciones, provocadas por las motivacio-

    nes ideolgicas de cada poca, presentan

    un proceso continuo y concatenado, donde

    cada perodo se sustenta en los anteriores

    para desarrollar nuevas soluciones. Contra-

    rio a esta situacin, y como producto de

    rupturas e imposiciones endmicas, en

    Latinoamrica no ha podido construirse la

    continuidad que consolid la arquitectura

    occidental. De all que las nuevas propuestas

    y las bsquedas investigativas reclamen una

    mirada a los desarrollos propios, para vincu-

    lar coherentemente lo global y lo local.

    En esta direccin, es necesario reconocer la

    problemtica que ha gestado la realidad co-

    lombiana y las posibilidades que ofrece una

    19. Para Aug entre los no lugares paradigmticos se cuentan las autopistas, los aeropuertos, las grandes cadenas hoteleras, los parques de recreo, los supermercados, listado que podra complementarse en nuestro medio con todas aquellas obras que importan y copian lenguajes formales sin incorporarles un tamiz cultural.

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 105

    valoracin histrica del contexto construido,

    para la consolidacin de una arquitectura

    con identidad.

    La problemtica localen la consolidacin y el forjado de identidades

    El modelo actual de la ciudad colombiana

    es producto de una relacin histrica con-

    flictiva, moldeada por discontinuidades en la

    ocupacin territorial, intereses econmicos y

    procesos de desarrollo que, al igual que en

    los aspectos fsicos de lo urbano, configuran

    culturalmente una colcha de retazos tejida a

    lo largo de cuatro siglos y medio de existen-

    cia urbana. La conformacin de la ciudad

    cultural no ha sido armnica; al contrario,

    ha sido escenario de luchas perennes por

    la construccin y apropiacin de territorios y

    espacios materiales y simblicos, que a partir

    de la conquista espaola, se han producido

    en extremas condiciones de desigualdad

    entre sus actores.

    Cuando los conquistadores llegaron al te-

    rritorio colombiano, convencidos desde

    su posicin dominante de que llegaban

    a un vaco cultural al que despreciaron por

    brbaro, iniciaron la invasin, depredacin,

    arrasamiento, saqueo y dominio de las cos-

    tas del Golfo de Urab para, posteriormente,

    continuar con la conquista territorial del

    interior. En la tierra de los Embera, Catos y

    Chames, de los Tule y los Zenes, Diego

    de Enciso funda, en 1510, San Sebastin de

    Urab, que fue prontamente evacuada y re-

    fundada en Santa Mara la Antigua del Darin,

    tambin posteriormente abandonada.

    Los requerimientos de puertos de comuni-

    cacin con Espaa propiciaron la fundacin

    de Santa Marta, Cartagena y Riohacha, y la

    necesidad de resolver el transporte por el ro

    Magdalena y el Cauca, produce la fundacin

    de Mompox, Tenerife, Tamalameque, Honda

    y Ocaa.

    La estructura de la ocupacin espaola,

    basada en la explotacin de los recursos y

    la necesidad auspiciada de fundar ciudades

    a cambio de prebendas y ttulos, hace que

    entre 1525 y 1550 prolifere la fundacin de

    ciudades incipientes y precarias que, como

    efecto de las imposiciones espaolas,

    implantan un trazado de damero en torno

    al espacio central de la plaza.20 La nueva

    geometra concibe una ciudad ideal que

    sublima la pureza formal y hace tbula rasa

    de lo geogrfico y lo cultural, donde el cre-

    cimiento de los centros urbanos se produce

    por la adicin de las manzanas como la

    clula bsica que conforma la retcula del

    trazado ortogonal. Las ciudades son conce-

    bidas como implantaciones de Europa,

    independientes del lugar donde se localiza-

    ban, con las dimensiones deseadas por los

    pobladores provenientes de un continente

    saturado y sin espacio, y marcadas por el

    carcter de hecho artificial, acto de cultura

    de una civilizacin, frente a la barbarie (Sala-

    zar, 1997).

    20. El trazado urbano de damero posee una geometra que conforma calles rectas, manzanas cuadradas con una longitud promedio de 80 mts. de lado y conformadas entre cuatro y seis solares y la plaza como centro de poder, sobre la cual se localizaban la iglesia, el cabildo y las casas de los encomenderos.

  • Susana Jimnez Correa

    106 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    El mpetu poblador y la poltica de agrupacin

    de los indgenas en poblaciones urbanas

    como centros de tributacin, catequesis

    y pacificacin, facilitan el aculturamiento y

    el control, generando el traslado, la unin

    de poblaciones y el rediseo de espacios

    urbanos, smbolos y ornatos. Los nuevos

    diseos urbansticos consolidan los oscuros

    antecedentes de una sociedad desarraigada

    y disciplinada en las polticas coloniales,

    orquestando la ruptura de simbolismos y

    formas de vida, as como una nueva clasifi-

    cacin semitica de los espacios, recorridos

    y permanencias. Las nuevas condiciones

    habitacionales y las clasificaciones tnicas,

    inventaron, ms adelante, las categoras de

    mestizaje y su consecuente segregacin

    espacial y urbana.

    Sobre un pasado de expropiaciones, prdi-

    das territoriales comunitarias, implantaciones

    y rupturas, donde los vestigios urbanos de

    las tribus indgenas fueron borrados por los

    conquistadores como smbolos de herejas y

    demonismo, se consolida la ciudad colonial

    y la ciudadana colombiana.21 El violento

    sometimiento e integracin del indgena a

    la produccin colonial, altera sus represen-

    taciones identitarias, siendo considerado

    en una condicin de brbaro e infiel que

    lo identifica como enemigo de la civilizacin

    y del progreso. Vctimas de la satanizacin

    de sus costumbres, los aborgenes se

    catalogan como antropfagos sin justicia,

    desnudos sin vergenza, asnos, abobados,

    alocados e insensatos. Segn Fray Toms

    Ortiz, Nunca cri Dios gente ms cocida en

    vicios y bestialidades (Echeverry, 2006).22

    En el mismo sentido del sometimiento ind-

    gena, la reconquista catlica de los grupos

    afrocolombianos de la regin del Pacfico

    sur, buscaba absolver, condenar y corregir

    las malas costumbres, instaurando un

    sistema de terror que debilit sus formas

    organizativas y produjo fragmentaciones

    y rupturas tanto en sus asentamientos y

    reor denamientos territoriales como en sus

    formas organizativas y culturales. La recon-

    quista signific un ejercicio de coercin

    sobre las prcticas cotidianas de la cultura

    popular negra y, avanzado el tiempo, implic

    el reordenamiento territorial en una lgica

    integracionista que concentr la poblacin

    en las desembocaduras de los ros al mar

    y en las cabeceras municipales (Arboleda,

    2002).

    El proceso de colonizacin fue una empresa

    privada que reprodujo el esquema jerrquico

    de la poca, estratificado en una escala ra-

    cial que era trasladada a la fundacin de las

    ciudades. Las poblaciones, violentamente

    transformadas, segmentadas e insertas en

    formas particulares de lo urbano, generan

    actitudes, sentimientos, discursos, rituales

    de la cotidianidad y la vida domstica y

    social, donde el terrorismo de la exclusin

    redisea escenarios y gesta nuevas cultu-

    ralidades, diversidades e identidades. Estas

    segmentaciones producen dificultades para

    la cohesin poltica, tnica y cultural de los

    territorios y como afirma Catalina Reyes,

    21. Actualmente se conservan algunos centros ceremoniales, entre ellos, los complejos funerarios de San Agustn y Tierradentro, las ciudades taironas de la Sierra Nevada y sus casas ceremoniales.

    22. En la investigacin de las crnicas de Pedro Simn, Noticias historiales, Tomo I.

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 107

    en Soberanas, territorios y conflictos en el

    Caribe colombiano durante la primera rep-

    blica: la Nueva Granada era un reino poco

    cohesionado, con provincias dbiles en las

    que el control territorial y poltico y las iden-

    tidades colectivas estaban diseminados en

    sociedades locales ciudades, villas, parro-

    quias, pueblos de indios dominadas en su

    mayora por los cabildos. Esta conformacin

    dificult el trnsito hacia formas modernas de

    Estado y de nacin (Reyes, 2003).

    El paso de la Colonia a la Repblica repre-

    senta la independencia del dominio espaol

    y desarrolla la instruccin poltica que busca

    la conciencia colectiva del nuevo sistema,

    bajo regulaciones y procesos de integracin

    nacional. Estos procesos ocultan nuevas for-

    mas de homogeneizacin y aculturamiento

    que promueven el desprecio por las identida-

    des locales y las etnias, bajo mecanismos de

    integracin y de mezclas que denigran de las

    existentes: Dentro de cincuenta o sesenta

    aos a lo ms tarde, Colombia ser habitada

    solamente por hombres libres, los indios se

    habrn mezclado con la raza europea y con

    la africana, resultando una tercera que segn

    la experiencia no tiene los defectos de los

    indgenas; finalmente, las castas irn des-

    apareciendo poco a poco de nuestro suelo.

    Esta perspectiva es sin duda halagea y

    muy consoladora23 (Bermdez, 2002).

    No obstante la conformacin de la nacin

    colombiana en medio de las guerras civiles,

    rivalidades polticas, inestabilidad social,

    econmica y pobreza, durante el siglo XIX

    se produce un nuevo auge poblacional en

    muchas regiones colombianas. Los hroes

    que participaron en la conformacin de la

    nacin, gestan la historiografa, cuyo papel

    era educativo, en el propsito de inventar una

    nacin que hasta entonces no exista, pues

    haba sido producto de las segmentaciones

    de la Conquista y la Colonia. Se inicia lo que

    Luis Ervin Prado denomina como la invencin

    de las identidades regionales, donde la his-

    toria patria sirvi a un poder poltico y social:

    la historia se convirti en un dispositivo de

    poder por medio del cual se buscaba erigir

    los mitos fundacionales de la nacin.Para-

    lelamente al nacimiento del Estado y sobre

    mitos regionales, los historiadores se inven-

    taron los sentimientos de identidad, donde

    la historia se utiliz en un sentido pragmtico

    para fundamentar esa invencin, construir

    mitos fundacionales, smbolos y emblemas

    identitarios24... El campo histrico ya estaba

    prefigurado (Prado, 2006).

    En el primer siglo de vida republicana, las

    ciudades se fueron poblando de artesanos,

    tenderos, lavanderas, carpinteros, sastres

    y otros trabajadores que fueron saturando

    los antiguos barrios coloniales sin aumentar

    sustancialmente el rea de las ciudades. La

    nueva realidad urbana de la Repblica man-

    tiene las tradiciones de la Colonia hasta la

    mitad del siglo XIX, a partir de lo cual empieza

    a introducir cambios que reemplazan la ima-

    gen colonial con rasgos neoclsicos, consoli-

    dando una ciudad de barrios policlasistas

    que produce un eclecticismo asociado al

    23. En cita de Hans Joachim Koning, En el camino hacia la Nacin. Nacionalismo en el proceso de formacin del Estado y de la Nacin de la Nueva Granada, 1750-1856. Bogot: Banco de la Repblica, 1988.

    24. Se exaltaban los hechos y las virtudes de los hombres considerados como modelo y ejemplo a seguir.

  • Susana Jimnez Correa

    108 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    progreso, donde ricos, pobres,

    industrias y comercios conviven

    en densas y pequeas reas

    urbanizadas.

    Cali: transformaciones e infl uencia de las imgenes occidentales

    El desarrollo de Cali, fundada en

    1536, se da segn los cdigos

    establecidos por las Leyes de

    Indias, en 1680 y, dado su ba-

    jsimo crecimiento poblacional,

    mantiene por ms de tres siglos

    un carcter de aldea colonial.

    Entre 1536 y 1809, la poblacin

    alcanz slo 7.546 habitantes.

    En este largo perodo, el aisla-

    miento de la ciudad con el resto

    del pas mantuvo las tcnicas

    de construccin tradicionales y

    la arquitectura, aunque import

    las formas y los tipos espao-

    les en la composicin de las

    edificaciones, se adecu al

    clima, al paisaje y a los limitados

    recursos del medio.

    En los siglos XVII y XVIII la in-

    fluencia del arte barroco euro-

    peo llega a Amrica y detrs de

    l se escondi todo un proceso

    evangelizador en manos de la

    Iglesia. La expresividad pro-

    pia de los modelos barrocos

    importados impone la pauta

    para la produccin artstica.

    Sin embargo, tanto en el arte

    como en la arquitectura, estas

    Iglesia y convento La Merced. 1541 - 1678. Cali

    Teatro Municipal. 1917 - 1927.

    Edificio Otero. 1926.

    Palacio Nacional. 1926 - 1933.

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 109

    influencias produjeron copias disminuidas y

    pobres que hicieron deficientes y eclcticas

    apropiaciones del Barroco Europeo. En 1910

    se crea el departamento del Valle, con Cali

    como capital y la ciudad inicia un vertigi-

    noso crecimiento. Con la construccin del

    ferrocarril del Pacfico, en 1925, la pequea

    provincia abandona el aislamiento que haba

    mantenido; se agiliza co mercialmente y para

    1938 ya posea una poblacin de 88.000

    habitantes.

    Con la importacin de nuevos materiales y

    el recurso de arquitectos e ingenieros recin

    graduados en el extranjero, se introducen las

    tendencias europeas y estadounidenses,

    y se construyen los primeros edificios del

    perodo de la Repblica. Estos edificios son

    destinados principalmente al funcionamiento

    de bancos, hoteles y teatros, en los cuales

    se incorpor un eclecticismo neoclsico

    con elementos del neobarroco, neogtico y

    neorrenacentis ta.25 Estas obras eclcticas, a

    las que se ha denominado arquitectura repu-

    blicana, constituyen parte del escaso patri-

    monio ar quitectnico que an se conserva.

    Con el proyecto modernizador del Estado,

    en la primera mitad del siglo XX se produce

    la drstica transicin entre la antigua aldea

    colonial y la ciudad metropolitana actual.

    Cali pasa de 284.186 habitantes en 1951, a

    637.929 en 1964. Sobre la base de las migra-

    ciones rurales que provocan un crecimiento

    urbano desmesurado, se acenta la pobreza

    y el conflicto por el derecho a la ciudad, y se

    generalizan en todo el pas las urbanizacio-

    nes piratas, que por medio de invasiones

    se asientan en las periferias urbanas. La

    modernizacin de la ciudad importada de

    Europa e identificada con el trmino civiliza-

    cin, segmenta el espacio urbano y rompe

    con todo lo anterior, rechazando el pasado

    colonial. Nuevos imaginarios soportados

    sobre la idea de progreso, integran signifi-

    caciones con base en el bienestar social, la

    bsqueda de condiciones de vida digna y el

    reconocimiento de una ciudadana social.

    A mediados del siglo XX las condiciones

    urbansticas tuvieron que responder a los

    fenmenos sociales de la modernidad y a

    la altsima tasa de crecimiento que multipli-

    caba la poblacin urbana. Bajo la influencia

    del estilo internacional determinado por

    las tendencias de la Escuela de Chicago,

    donde el alto costo de la tierra elev la altura

    de los edificios, se inicia la construccin de

    nuevos edificios modernos localizados en

    el centro histrico: Edificio Zaccour (1952),

    Hotel Aristi (1946), Banco de la Repblica,

    Banco Industrial Colombiano, etc., y se

    25. Entre otros, se pueden mencionar el Teatro Municipal (1918), el Edificio Otero (1924-1926), el Palacio Nacional (1926-1933), el Teatro Jorge Isaacs (1931) y el Hotel Alfrez Real (1929-1933).

    Banco Industrial Colombiano 1958 - 1960. Borrero, Zamorano y Giovannelli. Cali.

  • Susana Jimnez Correa

    110 Universidad de San Buenaventura, Cali-Colombia

    pro duce una primera arquitectura

    moderna que incorpora las formas

    del racionalismo y la espacialidad

    modernas y logra una relacin

    explcita con la ciudad, el clima

    y el paisaje, contraponiendo lo

    regional y lo universal con sentido

    de identidad.

    Bajo los principios de la mo-

    dernidad y el afn renovador

    que traen consigo, gran parte

    de estos edificios se construye

    sobre las demoliciones de las

    antiguas casas coloniales del

    centro histrico de Cali. Es el caso

    de las manzanas demolidas por

    el Banco de la Repblica y por la

    antigua FES hoy Centro Cultural

    de Cali y premio nacional de ar-

    quitectura; el Batalln Pichincha,

    que fue reemplazado por los edi-

    ficios del CAM; el Hotel Alfrez Real, donde

    actualmente se ubica la Plaza de los Poetas

    y que por muchos aos fue lote baldo; la

    antigua Gobernacin del Valle; la Biblioteca

    Departamental; el Teatro Colombia; el Cuartel

    de Bomberos; el antiguo Club Colombia; el

    Claustro de Santo Domingo y muchas obras

    ms que ya no hacen parte de la memoria

    colectiva.

    Las bsquedas innovadoras y la generali-

    zacin de los principios de individualidad,

    propios del afn por lo moderno, rompen con

    lo anterior destruyendo la imagen de los luga-

    res consolidados y el patrimonio construido,

    donde el vigor que producen la novedad y

    las modas, se traduce en un grande, des-

    controlado y confuso crecimiento. La idea de

    lo moderno se asoci con lo urbano y con

    nuevas imgenes estticas importadas de

    Europa y Estados Unidos. De esta manera,

    mientras las lites urbanas disponan de los

    recursos para satisfacer no slo sus necesi-

    dades bsicas sino las modas estticas im-

    portadas, los sectores sociales marginados

    se vean estratificados y desplazados cada

    vez ms hacia las periferias. Como lo explica

    Santiago Arboleda: Con el surgimiento y

    consolidacin del Distrito de Aguablanca

    se concreta un gran territorio de legitimidad

    para la reconstruccin y reelaboracin de

    distintos rasgos de la vida cotidiana de estas

    Batalln Pichincha, demolido en 1972*

    * Fotos extraidas del patrimonio fotogrfico y flmico del Valle del Cauca. Gobernacin del Valle y Secretara de Cultura y Turismo.

    Hotel Alfrez Real, demolido en 1972*

  • Valoracin histrica del contexto construido...

    Revista cientfi ca Guillermo de Ockham. Vol. 4, No. 2. Julio-Diciembre de 2006 ISSN: 1794-192X 111

    comunidades, anclados en sus tradiciones y

    recreados con elementos modernos de este

    contexto (Arboleda, 2002).

    En 1971 y con motivo de los Juegos Pana-

    mericanos, se lleva a cabo un cambio radical

    en la imagen urbana. Con la construccin de

    las obras viales que privilegiaron el vehculo

    frente al peatn, se anul la vivencia de lo

    urbano y con la demolicin sistemtica de los