Diálogo 46 Nueva Época / De desastre en desastre...¿cuánto hemos aprendido?

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Nueva época, año 5, No. 46 Guatemala, enero 2006 De desastre en desastre... ¿cuánto hemos aprendido? Gisela Gellert* * Geógrafa, especializada en riesgos a desastres y su gestión. Fue investigadora y docente de FLACSO-Guatemala durante más de diez años. Actualmente trabaja como asesora para diversas instancias no gubernamentales. Inundaciones en Santa Ana Mixtán, noviembre 2005. Foto ACT-Guatemala.

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De desastre en desastre... ¿cuánto hemos aprendido? / Publicación mensual de FLACSO-Guatemala

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Nueva época, año 5, No. 46 Guatemala, enero 2006

De desastre en desastre...¿cuánto hemos aprendido?

Gisela Gellert*

* Geógrafa, especializada en riesgos a desastres y su gestión. Fue investigadora y docente de FLACSO-Guatemala durante más de diez años. Actualmentetrabaja como asesora para diversas instancias no gubernamentales.

Inundaciones en Santa Ana Mixtán, noviembre 2005. Foto ACT-Guatemala.

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Secretario general de FLACSOFrancisco Rojas Aravena

San José, Costa RicaCONSEJO ACADÉMICO DE FLACSO-GUATEMALA

Víctor Gálvez Borrell-directorClaudia Dary / Walda Barrios-Klee / Oscar López / Edelberto Torres-Rivas

Publicación mensual de FLACSO-Guatemalay elPeriódico

Edición: Víctor Gálvez Borrell;coordinación y diagramación: Hugo de León P.

PresentaciónHace cinco años publicamos un diálogo titulado A dos años del Mitch, elcompromiso pendiente: la gestión del riesgo ante desastres comopolítica integral (Nos. 10-11, Nov.-Dic.2000). Mencionabamos en esapublicación el interés coyuntural por el tema de los desastres; es decir, quedicho interés se generalizaba después de ocurrir un evento de gran magnitudy, luego, sólo algunos “especialistas” seguían preocupándose por ello. Estosempujes periódicos hacia una mayor “atención de desastres” a raíz degrandes impactos, originaron en el pasado nuevas instituciones, como elComité Nacional de Emergencia (CONE), después de los estragos que causóel huracán Francelia en 1969 o el Comité de Reconstrucción Nacional(CRN) después del terremoto del 4 de febrero de 1976, ambos de cortemilitar.1 No se trató de impulsos que correspondieran a una políticasustentada, pues una vez concluidala fase de emergencia y recupe-ración, se estancaron las iniciativasfrente a otros problemas “más ur-gentes” que atender. Prevalecióasí el concepto según el cual, losdesastres son situaciones excep-cionales, y que como el próximoestá aún lejos, será responsabilidadde futuras autoridades.

Esta actitud de preocupaciónmeramente coyuntural y/o momen-tánea frente al riesgo de desastresya no puede mantenerse más. Yello, tanto por parte de las auto-ridades gubernamentales, como dela sociedad civil, del sector privadoy de la mayoría de la población quevive en riesgo.

Al parecer, andamos última-mente de “desastre en desastre”,tendencia que va en aumentodesde la década pasada, como loconfirman los Informes mundialessobre desastres de la Cruz Roja Internacional y otras publicaciones.Guatemala no es la excepción, todo lo contrario; en efecto, principalmentedesde la segunda mitad de los años noventa, los datos recopilados sobredesastres en el país demuestran un incremento sustancial en su frecuencia eimpacto. Y no sólo se trata de desastres de gran magnitud (como elocasionado por el Mitch y ahora Stan), sino ante todo, de cientos dedesastres locales que ocurren anualmente: las inundaciones y deslizamientosen la época de lluvia y las sequías e incendios forestales en la temporada secase han convertido en manifestaciones de riesgo cotidianas.2

Nos encontramos entonces frente a una situación que el BancoInteramericano de Desarrollo (BID) describe de la siguiente manera: “Elaumento de la frecuencia de los desastres y los daños conexos en la región,forman parte de una tendencia mundial causada por una mayor vulnerabilidadque, posiblemente, refleje también cambios en las condiciones climáticas.Mientras que los riesgos mundiales parecen estar aumentando, la asistenciaglobal para situaciones de emergencia en el mundo continúa disminuyendo,siguiendo la tendencia iniciada en 1992. Debido a estas tendencias, esindispensable que la región salga del círculo vicioso de destrucción yreconstrucción y aborde las causas fundamentales de su vulnerabilidad, envez de limitarse a tratar los síntomas y esperar hasta que se produzca undesastre.”3

Citamos a propósito uno de los organismos internacionales másestrechamente vinculados con el desarrollo de la región, pues si en añosrecientes se han manifestado cambios políticos e institucionales en materia dedesastres, en Guatemala, ello ha obedecido más bien a influencias de tales

organismos que a desas-tres mayores. Así, el cre-ciente interés del BID, delBanco Mundial o de Na-ciones Unidas a la pro-blemática de los desastresy su reducción, se debe alhecho comprobado quelas inversiones en desa-rrollo se pierden cada vezmás a causa de estosfenómenos y que la ayudahumanitaria que se ne-cesita, alcanza nivelesimposibles de cubrir.

Al principio, se pusoénfasis en la “preven-ción” y “mitigación” dedesastres, a través delestudio y control de lasamenazas naturales; másadelante se impuso por lafuerza, el reconocimientoque las causas reales delos desastres se encuen-tran en las características

y procesos sociales (en su sentido más amplio), propios de nuestros países.En Centroamérica, el empuje en esta dirección se lo debemos al huracánMitch (1998). Desde entonces, surgió un nuevo discurso y se presentaronnuevas exigencias. Lo curioso es que la comprensión de las causas socialesde los desastres fue producto del estudio (durante años) de académicos dediferentes países latinoamericanos, no obstante, al parecer se ha necesitadode la intervención de las grandes agencias internacionales para que éstosfueran escuchados.

En este artículo no podemos ni queremos intentar un análisis de loscambios políticos en la problemática, de los compromisos existentes y sucumplimiento, del papel que juegan (o no) los diferentes sectores, o de losdesafíos que se presentan. Sobre estos aspectos existen extensosdocumentos que pueden ser consultados, por ejemplo, los Informes delproceso Mitch+5, la Evaluación del quinquenio 2000-2004 del Plan

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Esta publicación es posible gracias al apoyofinanciero de ASDI/SAREC

30,000 ejemplares

1 El CONE fue sustituido en 1996 por la actual Coordinadora Nacional para la Reducción deDesastres (CONRED) y el CRN fue clausurado en 1994. Más detalles en Gellert “Atención dedesastres en Guatemala”, en: Lavell, A. y E. Franco (eds.), Estado, sociedad y gestión de losdesastres en América Latina, Lima: LA RED; FLACSO; ITDG-Perú, 1996, pp. 171-208.2 Sin embargo, en creciente medida estas amenazas se presentan también fuera de la época. En elcaso de las inundaciones por lluvias inusuales (Prensa Libre, 26 de enero del 2006: Viviendasinundadas por fuertes lluvias en Puerto Barrios). Y respecto de los deslizamientos o derrumbes,sólo el 81% se vincula con la lluvia como factor detonante (Gellert, DesInventar-Guatemala). 3 BID-Gestión de riesgo de desastres:http://www.iadb.org/SDS/ENV/site_2493_s.htm

Deslizamiento tierras del cerro en Panabaj. Foto ACT-Guatemala

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Regional de Reducción de Desastres (PRRD) y las propuestas nacionalespara su actualización, o también el Informe anual que elabora SEGEPLANrespecto de los avances en la Política de desarrollo social y población,que incluye la política en materia de riesgos a desastres. Queremos, eso sí,presentar algunas reflexiones sobre el proceso de reconstrucción post-Stan yla forma como éste se ha realizado hasta el momento. Tampoco queremoshacer una evaluación de las contradicciones que existen entre el discursogubernamental y la práctica, o comentar la ausencia de un compromisopolítico por parte de la sociedad civil organizada frente a la coyuntura quevive el país. Más bien, se trata de relatar la lucha concreta de unaorganización comprometida con su comunidad, que sufrió tremendamente lasmanifestaciones del riesgo en que vive el municipio de Santiago Atitlán, en eldepartamento de Sololá.

Ya se reconocen las causas sociales delos desastres y se promueve la gestión

de riesgos... ¿pero cómo logramosrealmente avanzar?

Es común entre la población, los funcionarios públicos o los medios decomunicación, referirse a los desastres en Guatemala como “naturales”.Calificar por ejemplo, a la tormenta Stan como un desastre natural no sólo esuna cuestión de terminología, implica también una comprensión y posiciónmuy diferente frente a la problemática. Si hablamos de desastre “natural” nosencontramos con la tradicional percepción de que los desastres son sinónimosde eventos extremos de la naturaleza, inevitables, inesperados y que lo únicoque nos queda es prepararnos para situaciones de “emergencia”, para la“atención del desastre”y emprender la posterior recuperación yreconstrucción. Es decir, se transmite la idea de una sociedad “impotente”frente a las “fuerzas extremas de la naturaleza” y, de esta manera, sefomenta una percepción y actitud fatalista. En otras palabras, inculpar a lanaturaleza significa que se percibe al hombre solamente como víctima de losdesastres y no como sujeto responsable en la construcción de los riesgos quepredisponen la ocurrencia de desastres y la magnitud de sus impactos.

Hace más de una década (sobre todo a partir del “Mitch”, finales de1998) que se difundió principalmente entre las instancias y organizacionesvinculadas con la problemática y particularmente con la reconstrucción post-Mitch, primero el lema que: “...los desastres no son naturales”4; luego elconcepto “...ningún desastre puede suceder sin la existencia de una situaciónde riesgo” y que “...los riesgos son construidos socialmente y corresponden aun desarrollo no sostenible”. Su traducción en la práctica corresponde a la asíllamada “Gestión de riesgos”, con énfasis en la gestión local. Este nuevodebate conceptual y práctico sobre el tema fue inspirado y ampliado enAmérica Latina por el trabajo de LA RED desde 19925, y ampliamentedivulgado y aceptado en las postrimerías del Decenio Internacional para laReducción de lo Desastres Naturales de las Naciones Unidas (1990-2000).

Hoy en día, el problema ya no se enfoca tanto en el producto que es eldesastre cuando ocurre, sino principalmente en los procesos sociales quecontribuyen a la construcción de los riesgos. Y en la práctica, el énfasis seencuentra en la reducción y prevención de riesgos, a través de su gestión.6 Eneste sentido, la Resolución aprobada por la Asamblea General de NacionesUnidas en febrero del 2005, respecto a la Estrategia Internacional para laReducción de los Desastres (EIRD), subraya la importancia de“...determinar, evaluar y gestionar los riesgos antes de que seproduzcan los desastres, para lo cual es necesario combinar losesfuerzos a todos los niveles de los organismos de desarrollo, asistenciahumanitaria y protección del medio ambiente y la comunidad científica,

así como la importancia de integrar la reducción de los desastres, segúnproceda, en los planes de desarrollo y los programas de erradicaciónde la pobreza.

Tampoco es propósito de este breve artículo entrar en detallesexplicativos sobre los sustentos de la nueva comprensión social del riesgo dedesastres y su gestión, pues éstos se encuentran en un gran número depublicaciones7; en síntesis, se puede constatar la aceptación de que “...elriesgo es una construcción social, derivado de las formas particulares en queel desarrollo se instrumenta; se expresa social y territorialmente y es elresultado de las formas en que las amenazas y vulnerabilidades interactúanmutuamente. En consecuencia, la gestión del riesgo debe ser vista como underivado de la gestión del desarrollo y, a la vez, como un arma potente en ellogro de la sostenibilidad. Además, por la relación estrecha que existe entredesarrollo (o no desarrollo) y riesgo, los esquemas de gestión exigen laparticipación activa de los actores públicos y privados, de la sociedad civil ylas comunidades.”8

No obstante lo anterior, si lo que queremos es saber hasta dónde hallegado el compromiso de los diferentes actores comprometidos con eldesarrollo sostenible, del cual la gestión de riesgos debe formar parte,encontramos actuaciones muy diferentes.

Cabe destacar que “...desde su aparición, el término Gestión del riesgoha entrado con fuerza en el léxico y semántica de distintos actores socialesen la región. Sin embargo, el uso de estas nociones para fines académicos yprácticos ha sido sumamente diverso perdiendo parte de su integridadconceptual al darse una variedad muy grande de interpretaciones de susignificado y contenido.” 9 Asimismo, “funcionarios, autoridades políticas,medios de comunicación, ONG, etcétera, hacen referencia a la gestión delriesgo, como un cliché, para referirse a la tradicional preparación y atenciónde emergencias.”10

Por otra parte, se resaltan novedosos procesos y actividades que sevinculan claramente con la gestión de riesgos. Así, hay una clara tendencia aque un creciente número de organizaciones internacionales de cooperaciónpresentes en Guatemala, como también ONG nacionales, incluyan en suspolíticas, programas o proyectos el concepto de la gestión de riesgos. Aunquesu aplicación en la práctica todavía encuentra ciertas dificultades, ante todopor falta de recursos humanos experimentados en la nueva comprensión dela problemática, ello denota un proceso de apertura y aprendizaje importante.Para el fortalecimiento de este proceso, surgieron o están en camino desurgir, diversas iniciativas de sensibilización, educación y capacitación en el

4 Andrew Maskrey (comp.), Los desastres no son naturales, Lima: ITDG-LA RED, 1993.5 Ver www.la-red.org y específicamente el artículo de Allan Lavell, La Red de Estudios Socialesen Prevención de Desastres en América Latina, LA RED: antecedentes, formación y contribuciónal desarrollo de los conceptos, estudios y la práctica en el tema de los riesgos y desastres enAmérica Latina: 1980-2004, San José, FLACSO-LA RED, noviembre de 2004.6 Ello no significa que los preparativos para casos de desastres y una eficiente respuesta van aperder su validez, pues siempre se van a manifestar amenazas inevitables todavía y las instanciasresponsables como la CONRED en Guatemala, requieren de un mayor apoyo y fortalecimientoinstitucional para poder cumplir con su mandato.

7 Ver por ejemplo, Gellert y Gamarra, La trama y el drama de los riesgos a desastres: dosestudios a diferente escala sobre la problemática en Guatemala, Guatemala, FLACSO, 2003;Allan Lavell,Los conceptos, estudios y práctica en torno al tema de los riesgos y desastres en AméricaLatina: evolución y cambio, 1980-2004, San José: FLACSO-Secretaría General, 2005 (www.la-red.org);PNUD, CEPREDENAC, La Gestión local del Riesgo: Nociones y precisiones en torno al concepto yla práctica, Programa Regional para la Gestión de Riesgo en Centroamérica, 2005(www.undp.org.pa)8 Cardona, O. D., Lavell, A.; Mansilla, E. y A. Moreno, Avances en las estrategias de desarrolloinstitucional y sostenibilidad financiera de la gestión del riesgo de desastres en América Latinay el Caribe(Informe final de consultoría), Washington, Banco Interamericana de Desarrollo,junio de 2005. (http://www.iadb.org/sds/env/publication_2530_e.htm)9 ECHO, UNDP, “Sistematización y Diseminación de Buenas Prácticas en Preparativos y GestiónLocal del Riesgo en la Región Andina, 2005”.10 Cardona et. al., 2005, Op. cit.

Campamento de albergues temporales, Panabaj. Foto ACT-Guatemala.

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tema, en los ámbitos comunitario, municipal y hasta universitario (maestría,diplomado). Parte de estas actividades surgen también de instanciasgubernamentales, como la CONRED y SEGEPLAN.

A pesar de los logros descritos, el panorama general es poco alentador.Existe el peligro de que la gestión de riesgos de desastres vaya por el mismocamino que la gestión ambiental, con la cual tiene una estrechainterdependencia. La gestión ambiental dispone de una avanzadaconceptualización de la problemática; se han logrado leyes sobre la materiaen Guatemala desde hace veinte años, se creó una Comisión Nacional, unMinisterio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, se elaboranperiódicamente estudios y perfiles ambientales con sus respectivasconclusiones, recomendaciones y propuestas, y existen importantescompromisos regionales e internacionales. No obstante, la degradaciónambiental en el país avanza a pasos realmente agigantados y preocupantes, yes una de las causas más importantes en las manifestaciones de amenazassocioambientales: inundaciones, deslizamientos, sequías y deterioro defuentes de agua.

En resumen, respecto de la construcción social del riesgo de desastres ysu gestión se pueden detectar importantes avances, ante todo en suconceptualización y algunas experiencias que mostraron su validez en lagestión local.11 Pero, por otro parte, no se vislumbra la generalización deestos avances. Para Guatemala es específicamente válido lo que se concluyóen una evaluación reciente respecto del desarrollo institucional en la gestióndel riesgo en América Latina y el Caribe, cuando se dice que “...lasostenibilidad y efectividad de estos avances y buenas prácticas estánseriamente cuestionadas debido a la falta de generalidad y consolidación. Lainstitucionalización y apropiación de la gestión del riesgo no están a la alturade las necesidades y perspectivas futuras, salvo contadas excepciones. Estosignifica que el problema de riesgo está aumentado a un ritmo mayor que elde sus soluciones. Al considerar los nuevos factores de riesgo y entornos quese introducen con la globalización y el cambio ambiental, se concluye que esposible que se esté más atrás de lo que se piensa. Las circunstancias ycomplejidad del riesgo bajo modalidades de desarrollo cambiante en términoseconómicos, sociales, ambientales y territoriales sirven para alejarse aún másde una meta de reducción y control del riesgo y los arreglos institucionales yorganizacionales, y los instrumentos concretos no están al nivel del desafíoque representa la gestión integral del riesgo.”12

Parece que estamos en un punto crítico y se siente frustración frente a lasituación de alto riesgo que se evidenció nuevamente con los estragos quedejó la tormenta Stan en Guatemala y otros países de la región, yespecíficamente en las comunidades más pobres y marginadas.13 Surge la

duda sobre la incidencia de tantas lecciones que ha dejado el proceso post-Mitch y el énfasis que se hizo en la reconstrucción con transformación y lareducción de la vulnerabilidad social y ambiental.14 Es tiempo entonces dehacer un alto en el camino y reflexionar sinceramente sobre los obstáculosque encuentra la gestión de riesgos para ser efectiva, en los contextosnacional y local. Son los escenarios locales los que nos muestran la grancomplejidad de factores que pueden impedir una prevención y reducción deriesgos, pues en lo pequeño reflejan las actitudes, aspectos culturales,relaciones sociales, conflictos de autoridad, problemas de gobernabilidad,derechos ciudadanos o poderes económicos y políticos que tambiéndeterminan el desenvolvimiento nacional.

También es necesario estudiar por qué la gestión de riesgo tuvo éxito endeterminada comunidad y en otras no. Y esto no solamente en el país, sino enel contexto centroamericano e incluso latinoamericano.15 O cabe preguntar,para citar otro ejemplo, por qué en Nicaragua se lograron avances en lagestión municipal de riesgos, y en Guatemala no. Es necesario, además, darseguimiento a los procesos que se iniciaron en forma “exitosa”, y averiguar sien realidad son sostenibles o lograron la reducción de riesgos. Un ejemploilustrativo en este sentido, constituye el caso de Senahú, en Alta Verapaz.Luego de un gran derrumbe en mayo de 2000, con trece personas muertas ydecenas de familias sin hogar, varias instituciones estatales, ONG y agencias decooperación se comprometieron con la reconstrucción y gestión de riesgos enesta comunidad, con el apoyo de la municipalidad y de la población. Estetrabajo fue destacado como un buen ejemplo en varias publicaciones. Sinembargo, en junio de 2005, ocurrió nuevamente un deslizamiento en Senahú,en la misma ladera y sobre el mismo barrio; esta vez se registraron 22muertos. CONRED reportó la siguiente situación: 627 personas evacuadas, 1803personas afectadas, 1000 personas en riesgo, 137 viviendas en riesgo, 245viviendas afectadas y 57 viviendas destruidas.16 En los medios decomunicación se dieron varias explicaciones, como la corrupción enentidades gubernamentales, cambio de autoridades locales, resistencia de lapoblación para dejar sus terrenos, y otros. ¿Pero se hizo un estudio sobre losfactores que propiciaron esta nueva manifestación del riesgo, por parte de lasinstituciones y organizaciones comprometidas con la gestión de riesgos enesta comunidad? Y si así fue, ¿éste se dio a conocer?

Esta falta de criterios sobre factores o contextos que inciden en lapersistencia o construcción de nuevos riesgos, que obstaculizan, impiden otambién propician una real gestión de riesgos de desastres, desde la propiacomunidad hasta el ámbito nacional o global, vislumbran otra gran deficiencia:la ausencia de investigaciones sobre la materia, ante todo por parte de lasciencias sociales y sus diferentes disciplinas. Desde que el tema “se puso demoda”, se encuentra mayor utilidad en consultorías o diagnósticos más bientécnicos y poco analíticos. Queda claro que éstas tienen una funciónimportante, pero si se desatiende la investigación, no solamente lasconsultorías se quedan sin sustento de conocimientos fundados acerca de loscomplejos escenarios de riesgo a encarar, sino que también los programas yproyectos diseñados corren el peligro de ser poco efectivos.17

El municipio de Santiago Atitlán: símbolo dela reconstrucción

A raíz de la gravedad de los daños que sufrieron varias de sus comunidadespor las fuertes lluvias de la tormenta Stan a principio de octubre de 2005,Santiago Atitlán fue nombrado por el Gobierno de la República, símbolo de lareconstrucción.18 Pero, paradójicamente, resultó símbolo de reconstrucciónde una manera que el Gobierno seguramente no tenía previsto. Al principiotodo parecía fácil: se levantaron albergues temporales, el terreno fue donadopor la Iglesia, se elaboró el diseño para las casas permanentes y sólo faltabala licitación de la obra. Sin embargo, no contaban con el hecho, que entre los

11 Una evaluación muy detallada, según el gobierno, la cooperación internacional y la sociedadcivil de lo realizado o no, lecciones aprendidas, desafíos y propuestas para el futuro se encuentraen Alfredo Puac (coord.),Guatemala a cinco años del Mitch, Guatemala: Convergencia Ciudadana para la Gestión delRiesgo (COCIGER), noviembre del 2003.12 Cardona Et. al., 2005, Op. cit.13 Es interesante al respecto, la polémica que surgió en el seno de LA RED, a la cual se puedeacceder a través de su página web www.la-red.org, buscando la columna de opinión “Desastresen Centroamérica, octubre 20052.

14 En realidad se obvió la importancia que tienen, ante todo, los procesos de degradaciónambiental, también en la presencia de las amenazas que se manifestaron con las fuertes lluviasdel huracán Mitch, al igual que ahora con Stan, ante todo en forma de inundaciones ydeslizamientos, y por ello ya se conocen como “amenazas socionaturales” (Lavell, 996).15 Es interesante al respecto el documento muy reciente (octubre de 2005) de ECHO, UNDP“Sistematización y diseminación de buenas prácticas en preparativos y gestión local del riesgoen la región andina”.16 Boletín de prensa, SE-CONRED, 18 de junio de 2005.17 G. Gellert, Riesgo de Desastres y degradación ambiental, Guatemala, ACT Internacional,AIN, 2004.19 “Comunicado del Gobierno de la República”, 21 de noviembre de 2005.

Inundaciones en Nueva concepción, noviembre de 2005. Foto ACT-Guatemala.

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damnificados, superando la acostumbrada actitud de simples “beneficiados”de la reconstrucción, surgió una nueva organización que se hizo escuchardurante el proceso de la misma.

Lo anterior nos lleva a presentar una breve reseña del proceso deorganización y reclamo del derecho a vivir en seguridad y condiciones dignasde la gente del cantón Panabaj en Santiago Atitlán.20 Lo hacemos comoejemplo de participación en la reconstrucción, que se merece el apoyo yseguimiento por parte de todos los sectores comprometidos. Pero lo hacemostambién como reconocimiento a su lucha, para que de esta tragedia colectivanazca una esperanza por un mañana mejor, anhelado por ellos y ellas desdehace demasiado tiempo.

- El desastre

El 5 de octubre de 2005, en el cantón Panabaj, Santiago Atitlán, Guatemala, seprodujo una inundación y un deslave como consecuencia de las fuertes lluviasprovocadas por la tormenta tropical Stan. Alrededor de 150 casas quedaroncompletamente sepultadas por el lodo y las piedras, otras fueron arrastradaspor la riada y muchas más quedaron seriamente dañadas o destruidas.Debido a que la tragedia ocurrió en horas de la madrugada y por lo rápido desu desarrollo, la mayor parte de la población no pudo ser evacuada, quedandoenterrada bajo el lodo o fue arrastrada por la corriente. Entre 4 mil y 5 milpersonas resultaron damnificadas. La cantidad estimada de muertos fue de100 personas, 600 desaparecidas, más de 600 familias trasladadas aalbergues provisionales y viviendas particulares. Muchas familias quedarondesintegradas y afectadas psicológicamente: 25 niños huérfanos de padre ymadre, alrededor de 100 perdieron a uno de los padres y 77 mujeres hanquedado viudas.

- Surge la organización

En los días de la tragedia un grupo de vecinos que estaban ayudando en elrescate de los sobrevivientes y de los cadáveres se constituyó como Comitéde Emergencia para ayudar a la comunidad maya tzutujil. Se censó a lasfamilias damnificadas, se distribuyó comida y se trató de dar respuesta a lasnumerosas preguntas de una población dispersa. Pronto el Comité deEmergencia se dio cuenta que, terminada la etapa de las ayudas humanitariasurgentes, la comunidad debía pensar en proyectos a medio y largo plazo parasu desarrollo sostenible, tomando parte en el proceso de reconstrucción eimpulsando actividades que mejoraran su calidad de vida. Para tal fin senecesitaba una organización más sólida que un comité, una organización quetuviera la fuerza legal suficiente para convertirse en un espacio efectivo quefuera foro de propuesta y discusión para la comunidad. Entonces, con laayuda de la Coordinadora de Campesinos del Altiplano (CCDA), el comitése convirtió en la Asociación de desarrollo comunitario del CantónPanabaj (ADECCAP), una organización sin fines de lucro, cuyo objetivo esimpulsar el desarrollo sostenible del área rural mediante la igualdad de géneroy la organización comunitaria, y velar por el respeto a los derechos humanos.

- Se hacen los planteamientos

ADECCAP, cuyos socios al abrirse la campaña de suscripción alcanzaban ya480 representantes familiares de la población de Panabaj, ha planteado sutrabajo a corto plazo (fase de reconstrucción) mediante la elaboración deproyectos, dentro de cuyas metas se encuentran: el fortalecimientoinstitucional y comunitario, la reactivación económica y social, la seguridadalimentaría, la participación comunitaria, la mejora de los alberguestemporales, el apoyo psicosocial y la localización de los desaparecidos.

Las áreas en que ADECCAP pretende trabajar mediante proyectos a largoplazo (fase de normalización) son: la formación profesional, el derecho al uso

respetuoso de la tierra, la educación, la prevención de riesgo y el cuidado delmedioambiente, la asistencia sanitaria garantizada, la apertura de nuevosespacios para la economía local (artesanías alternativas a las tradicionales,reciclaje artístico y ecoturismo comunitario).

- Se empieza a fomentar la participacióncomunitaria

Para alcanzar los fines se proyectaron y realizaron las siguientes actividades:

– Creación de una comisión de auditoría social que, con la Muni-cipalidad y FONAPAZ, ha elaborado un estudio tripartito para evaluarlas necesidades de la población en el proyecto de construcción decasas temporales y definitivas, y para cuantificar los dañossufridos.

– Creación de un equipo capacitado que evalúa los daños agro-pecuarios y forestales en colaboración con la Fundación Solar.

– Elaboración de un proyecto de estudios comparados relativos a lasposibilidades de riesgo de catástrofe en el nuevo asentamiento(Tzanchaj), en colaboración con un especialista en evaluación deamenazas geológicas.

– Fortalecimiento en Santiago Atitlán del COCODE y el COMUDE, encolaboración con el Alcalde municipal, mediante la reactivación delCOCODE de Panabaj y la creación de una comisión en el COMUDE que seocupe de la reconstrucción de las áreas afectadas, realizandoasambleas extraordinarias con una periodicidad mayor de lohabitual.

– Realización de un foro sobre la reconstrucción en Santiago Atitlán,con el gobierno central, local y las ONG presentes en el área.

– Mejora de los albergues temporales: discusión en foros nacionales einternacionales de las condiciones inadecuadas de los albergues,planteamiento en el COCODE/COMUDE de los problemas, y búsqueda deapoyos para el conseguimiento de materiales que mejoren la calidadde estos albergues y las casas temporales.

- Se realiza el foro “Situación de la reconstrucciónen Santiago Atitlán”

Este foro, organizado con urgencia por la ADECCAP, se llevó a cabo el 13 deenero de 2006 para dar voz a las comunidades, socializar los estudios deriesgo hasta entonces elaborados21, socializar los planes de trabajo de

20 Nos basamos, muchas veces literalmente, en los documentos y relatos que nos proporcionóla misma Asociación de desarrollo comunitario del cantón Panabaj (ADECCAP).

Inundaciones en Nueva concepción, noviembre de 2005. Foto ACT-Guatemala.

21 “Evaluación de áreas de reubicación de población dañada por tormenta Stan”, elaborada porel CIV, la Secretaría de Asuntos Agrarios, la Secretaría de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia,CONRED, UN-HABITAT, PNUD, FOGUAVI en noviembre de 2005; “Caracterización de los flujos delodo y escombros que afectaron la cabecera municipal de Santiago Atitlán (Sololá) en octubre de2005”, elaborado por CONRED en enero de 2006; Dictamen emitido por el ingeniero civil especialistaen evaluación de amenazas geológicas, Juan Pablo Oliva Hernández, en enero de 2006.

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organizaciones gubernamentales y no gubernamentales presentes en el área,y reforzar la participación comunitaria en la toma de decisiones.

El foro consiguió una amplia participación de representantes de lacomunidad, de instancias gubernamentales y de ONG nacionales einternacionales, y luego de las diferentes exposiciones, el debate surgió entorno del riesgo que representa el terreno donado para el traslado. Losproblemas planteados al respecto son los siguientes:

Como propuestas principales se dieron las siguientes:

– Que FONAPAZ suspenda la construcción de las casas formaleshasta tener estudios exhaustivos sobre la seguridad delpredio y las posibles medidas de reducción de riesgos;

– Mientras se espera los resultados de dichos estudios, con elapoyo de la cooperación internacional, se mejore la calidadde las viviendas temporales, con el fin de garantizar la salud yla seguridad de las personas;

– Si los estudios del área de Tzanchaj dan resultado negativo ala urbanización, que el Gobierno abra de nuevo lascontrataciones para la compra de la finca “La Providencia”;

– Que se fortalezca la participación comunitaria por medio dereuniones extraordinarias del COMUDE, para tratar el tema dela reconstrucción, a través de la reactivación de la coor-dinación del COCODE de Panabaj (lo cual fue establecido por elAlcalde en las conclusiones);

– Que haya mayor coordinación de los trabajos entreinstituciones, organizaciones y representantes de lacomunidad.

- Sigue la lucha, pero a la vez, surgen los conflictos

El presidente de ADECCAP, después del foro, hizo el siguiente comentario: “Fuecomo abrir una puerta sobre un tema que hasta ese entonces no se habíatratado de forma pública y comunitaria, han pasado muchas cosas”.

El 17 de enero de 2006, se realizó una reunión organizada por laMunicipalidad con la participación de CONRED, FONAPAZ, el Gober-nador, elAlcalde y representantes de las comunidades afectadas, entre ellos, ADECCAP.En esta reunión CONRED presentó su estudio y recomendaciones, entre las queafirma que es necesario realizar estudios más exhaustivos y obras deminoración de riesgo. ADECCAP pidió que se busque presupuesto o el apoyo dela cooperación internacional para la realización de dichos estudios y, queFONAPAZ, detenga su trabajo hasta que sea más clara la situación de riesgo en

el área de reconstrucción. Por otro parte, el Alcalde de Santiago, con elapoyo del Alcalde auxiliar de Panabaj y del Presidente del Comité delos albergues (ambos hombres, elegidos por él) manifestó que noquieren estudios, sino casas rápidas. El representante de FONAPAZreiteró la importancia de Panabaj en los planes de reconstrucción delGobierno central, pero agregó, que hay muchos otros lugares quenecesitan casas, y que si la gente no quiere, FONAPAZ se puede marcharde Panabaj, llevándose los fondos. En respuesta, ADECCAP pidió unaconsulta popular para el sábado 21 de enero para obtener la opinión delas personas afectadas.

A partir de esta reunión, se vislumbraron los conflictos que puedensurgir en el proceso, entre diferentes grupos de damnificados: aquellosque quieren los estudios de riesgo, a pesar de que significa esperar mástiempo para conseguir una vivienda permanente, y los que desean“casas rápidas”, aunque ello signifique exponerse nuevamente ariesgos mortales.

Como respuesta, el Alcalde auxiliar y el Comité de los alberguesempezaron a recaudar las firmas y números de cédulas de vecindad delas personas damnificadas, diciéndoles que FONAPAZ se iba a ir y que noiban a tener casa si no firmaban el listado.

La consulta popular del sábado 21 de enero se realizó en losalbergues. La Municipalidad organizó la agenda y nombró comomoderador a un síndico de esa corporación. Estuvieron presentes

CONRED, FONAPAZ, OXFAM, COPREDEH, PDH, el Cabecera del Pueblo y sucomisión, y ADECCAP.

Hablaron el Alcalde, el Alcalde auxiliar, el Presidente del Comité de losalbergues: explicaron las razones para construir rápido y presentaron ellistado de las personas que supuestamente piensan igual.

– Habló por ADECCAP su Presidente: expuso las razones pararealizar los estudios y las obras que el mismo Gobierno(CONRED) ha recomendado; pidió que se establezca públi-camente quién se va a encargar de ese proceso; pidió queFONAPAZ coordine su trabajo con la institución responsable deestudios y obras; que ello se haga público, y se consensúe conla comunidad el plan de urbanización.

– La Municipalidad remarcó, que sólo se tenía que discutirsobre cuántas familias querían su casa en ese predio ycuántas no, para el efecto, pidió a la población que seseparara en dos grupos. Los presentes se dividieron en dosgrupos casi iguales.

– El Cabecera del Pueblo (don Pascual Chávez Tzina) recordóque cada uno es libre de decidir y que no hay que sentirseenemigos por tener diferentes opiniones.

Propaganda oficial en el campamento de albergues. Foto ACT-Guatemala.

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La cooperación técnica es una de las líneas estratégicas de mayorimportancia de la Biblioteca y Centro de Documentación “EdelbertoTorres-Rivas de FLACSO-Guatemala. Con ello se contribuye al desarrollode otras bibliotecas y unidades de documentación del país, con especialénfasis en aquellas que pertenecen a las redes locales de información.

Como parte de estas actividades, personal de FLACSO-Guatemalabrindó recientemente apoyo a la Municipalidad capitalina, al proporcionarun curso de capacitación y/o actualización técnica al personal encargadode las bibliotecas municipales de la ciudad capital.

En dicha capacitación se priorizó en la actualización de las técnicasbibliotecarias y en la transición de los procesos manuales hacia laautomatización a través del programa WINISIS.

El curso, bajo la responsabilidad de Marta Peitzner de Cuéllar,coordinadora de la Biblioteca y Centro de Documentación, fue impartidoen las instalaciones de FLACSO-Guatemala del 4 al 30 de noviembre de2005, y tuvo una duración de 32 horas.

En acto público realizado el viernes 25 de enero en la Biblioteca y Centro de Documentación “EdelbertoTorres-Rivas”, de FLACSO-Guatemala, se hizo entrega a las autoridades de dicha Facultad de labiblioteca “Carlos Centeno Cordón”, por parte de sus familiares.

Dicha biblioteca, que viene a enriquecer el ya importante acervo bibliográfico de FLACSO-Guatemala, está compuesta por 2710 monografías y 32 títulos de revistas, y se suma a coleccionesque otros académicos han puesto al servicio de quienes frecuentan este centro de investigación yestudio.

El acto de entrega tuvo lugar a 26 años de la desaparición física de este destacado profesionaluniversitario, quien, aparte de este valioso legado bibliográfico, fue impulsor en los años 70, de variosproyectos que hoy benefician a la comunidad académica de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Cooperación técnica con bibliotecas y centros de documentación

Entrega de la biblioteca “Carlos Centeno Cordón” a FLACSO-Guatemala

Carlos Enrique Centeno Cordón (1935-1981)

Al concluir dicha reunión, ADECCAP pidió que se modificara el acta y semencionara a don Pascual Chávez Tzina como Cabecera del Pueblo (elAlcalde no lo reconoce como tal y ha tratado sin éxito de desautorizarlo). Alno modificarse el acta, el Presidente de ADECCAP abandonó el lugar, seguidopor unas 300 personas.

Como consecuencia de lo actuado, ADECCAP decidió hacer consultasperiódicas con la Asamblea de Damnificados, está censando a las familiasque quieren vivir en el área norte (en dos días se han apuntado 250 familias)y se están creando comisiones de trabajo para planificar el proceso dereconstrucción. La relaciones con la comunidad que vive en el albergue esmuy tensa y muchas familias tienen miedo de acercarse a ADECCAP, porque seles ha dicho que al hacerlo, se van a quedar sin casa.

Mientras tanto, CONRED se ha comprometido a realizar los estudios delpredio de Tzanchaj y ejecutar las obras de minoración de riesgo; por su lado,

FONAPAZ ha manifestado su disposición a trabajar junto a CONRED. Sin embargo,todavía no se sabe si las familias que se quieren mudar al área norteobtendrán algún apoyo del Gobierno.

Esta es la historia hasta el 25 de enero, contada por ADECCAP. Falta ver siSantiago Atitlán se convierte en el “símbolo de la reconstrucción” y si elGobierno cumple los objetivos manifestados respecto de la creación de la“Red de participación y fortalecimiento del tejido social”: Promovermecanismos de comunicación; búsqueda de consensos y coordinacióndel trabajo entre la sociedad y el Gobierno; fomentar la participaciónciudadana para la transparencia, la auditoría social y articular lasdemandas locales con los planes de reconstrucción.22

22 Acción, Año II, No. 57. Guatemala, semana del 14 al 18 de noviembre de 2005.www.guatemala.gob.gt

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