DIARIO SERVICIO DE LA DEMOCRACIA · tables ocurridos en la retaguardia: «¡Basta de armas en la...

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DIARIO SERVICIO DE LA DEMOCRACIA AñoLVL - Numero 9S.777 Tomada al pie de la letra, la originalidad de la revolución española podría inducir a consi- derarla fruto espontáneo, extravagante, tetatO' lógico, nacido porque sí y ajeno a toda la civi- lización que la rodea, lo cual sería también Qra- ve error. Sin menoscabo de su profunda origi- nalidad, la revolución española está perfecta- mente engastada en la órbita general descrita por el mundo contemporáneo en el proceso de transformación que sufre. Del mismo modo el planeta que habitamos no se parece a los otros planetas, aunque sst* adherido y sujeto a las leyes del mismo sistema solar. No encuentro ejemplo más ilustre. Se necesitan pocas palabras para definir él meollo del proceso de transformación a que se encuentra sometido el mando contemporáneo: social y económico. '.. Todo lo que ocurre en el mundo desde hace veintitantos años no tiene, a mi entender, otra razón, otra causa ni otro fin; todo ocurre —por, para o contra— &n función del proletariado. Las convulsiones sociales de nuestra época —guerras, revoluciones, golpes de Estado, etc.— son al proletariado lo que fenómenos semejan- tes en las postrimerías del siglo KVIll y prin- cipios del XIX fueron a la burguesía. Entonces se trataba de gue la burguesía se incorporara a las funciones directivas del Estado, puesto que las de la Nación ya las ejercían en el comer- cio, en la industria, en la ciencia, en la litera- tura; ahora se trata de lograr esto mismo para el proletariado y por m,otívo$ semejantes. Es un designio histórico que nadie puede rechazar ni torcer, que sigue su curso fatal e inevitable. Los retrocesos en ial ,o cual zona son aparen- tes. Muchas veces, simplemente rodeos para asegurar el triunfo; otras, compás de espera para que el fruto madure mejor. Las conquistas en este terreno tienen la virtud de ser definiti- vas. Es muy discutible el progreso moral del hombre, y la existencia hoy de los facciosos y sus crímenes no contribuye, ciertamente, a disi' par escepticismos, pero, en cambio, es evidente el progreso de la humanidad en el orden social. El ciudadano francés, constituyente del 89, ja- cobino del 9$, que asistiera en 180% a la coro- nación ele Napoleón emperador, lloraría, sin duda, por sus queridos ideales muertos para siempre. Sabido es, sin embargo, que nada fue más fecundo para la difusión por Europa de las ideas democráticas de la Revolución francesa, que las guerras imperialistas napoleónicas, A pesar suyo, el emperador trabajaba por la re- volución universal. ¿Paradoja? No. Ley de la historia que puede más que la voluntad de los hombres, y la utiliza y la burla. Sin la invasión francesa de 1808 no hubiera existido la Constitución española de 181$. ¿Sir- vió para poco? Su valor histórico no ha sido pequeño, y su ejemplo fue prenda que alentó siembre a la corriente liberal —en largas oca- siones tan forzadamente subterránea— que ha discurrido desde entonces en nuestra Patria y la ha salvado de la abyección completa. Nadie ni nada pudo detener el curso ascen- dente de la burguesía, ni nada ni nadie podrá detener el curso ascendente del proletariado. De hecho ha alcanzado ya la categoría máxima. §u posición está en litigio, pero el proletariado es hoy el meridiano único del mundo. Con rela- ción, a él se miden todas las distancias políti- cas ,y él señala la hora del planeta. Los mis- mos intentos para contener su avance se hacen a base de concesiones.. Incluso al hombre suel- to, aislado, encerrado en un Upo de profesión o de preocupación espirituales, ajenas a todo contacto con el exterior, le llega el momento de decidirse dentro y para mismo: ¿por o contra el proletariado? Es el gran problema, la cuestión decisiva que nos alcanza a todos, por- que de ella depende el sentido de nuestra vida y el de la civilización en que hemos nacido. Y el mundo no hallará la paz porque suspira has- ta que no la haya resuelto. Se suele decir que la guerra europea fue cau- sa de la explosión universal de las ansias pro- letarias con la revolución rusa, como expresión más elocuente, estruendosa y fructífera. Sisuien> do el razonamiento se llega a pensar que, sin la guerra europea, no existiría hoy en el mun- do la pugna en torno del proletariado. Yo pien- so de otra manera. Yo creo, por el contrarío, que fue la necesidad histórica de expansión del proletariado la que produjo la guerra europea. Así oomv el hijo no es el efecto del amor de los padres, sino su causa, pues si el hombr¡e y la mujer se aman, es porque hay un hijo en la lejanía que necesita nacer y les obliga a que se amen, del mismo modo la revolución proleta- ria nacida del terrible parto de la guerra euro- pea, fue a la vez su causa anterior. Esa fecha, 1914, señala el principio de una serie de con- vulsiones que los historiadores del año 2.800 ex- plicarán asi; «Las guerras del proletariado co- menzaron en !9U a terminaron en 19...-», No puedo, naiundmente, poner la fecha-del punto final Como un hecho compacto, ligado, sin so- lución de continuidad ideal, vemos hoy los cien años de guerras para las genies de trozos, se^Usñ hechos aislados, inconexos^ que no tenían nada que ver unos son otros, lo mis- mo que no$ ocurre a nosotras con las ( mo$ viviendo. Sin embargo, no ss asi. La guerra y lucían españolas son variantes de la gran lucha emancipación del proletariado que se i año U. E$ una fase del mismo gran proceso mundial. Cierto, pero sin vanidad pa- triótica podemos añadir que son fase y varian- tes máximas del movimiento marcarán por st solas, é\ dejaron una estela de §a la han aparecido sobre el llano ¡usen di arias contra la fábrica « tjua no han conseguido su objetivo. Después se han dirigido a Sabadeil donde han intentad' aviación, que tampoco han conseguido su objetivo. En Qramanet, han destruido dos casas resultando una mujer han bombardeado ia fábrica Cros sin causar •• Solidaridad Obrera, en un cartel a toda pá- gina, excita a la urgente ayuda de Madrid, que por su espartano heroísmo merece el apoyo rá- pido de todos. «La consigna de la hora es Ma- drid. ¡A ganar la guerra salvando Madrid! i En otro artículo afirma que la ayuda a Madrid se va metodizando y los discursos trocándose en especies, y se preeisa que Cataluña no desma- ye y su generoso sacrificio en favor del pueblo hermano, en vez de decaer, se intensifique, pro- porcionando al vecindario de Madrid todo cuan- to en. Barcelona y Cataluña sobre. sEs consola- dor —termina— ver cómo esta idea sa ha in- troducido ya en el espíritu de nuestro pueblo, y cómo comienza a sentirse ©1problema, pero con el sentimiento práctico de dar algo, lo qu@ sea, para, Madrid,» «• Treball, a su vez, sigue con el tema de la ayuda a Madrid en sus comentarios, y en los titulares a ío'da' página dei tenor siguiente: «Madrid exige ayuda de Cataluña. Cataluña en pie de guerra para ayudar a Madrid.» En un manifiesto del P. S. U. de G. a los trabajadores de Cataluña, se dice: «Que nuestra unidad sea fuerte y contra ella se estrellen los que quieran escindir al frente antifascista; les que quieran sabotear la obra de nuestro Gobierno popular. Que ios que eso bagan sean considerados agen- tes del fascismo y aplastados por el peso da nuestra unidad. «• La Hvmanitat, refiriéndose a hechos lamen- tables ocurridos en la retaguardia: «¡Basta de armas en la retaguardia! En una democracia popular no necesitamos las armas para dirimir nuestras cuestiones ni para conciliar criterios- Las necesitamos para cerrar el paso ai fascismo internacional. ¡Depuremos las organizaciones antifascistas! A fondo, y de una manera efecti- va. Es lamentable que por orden gubernamen- tal se haya de proceder a la revisión de los car- nets expedidos por las organizaciones políticas y sindicales posteriormente al 19 da julio, cuan- do ©sta tarea depuradora y seleccionado ra se habría de haber efectuado por propia inicia- tiva y pbr'prop-to decoro.» «•La Publícítát raclama también con urgencia el desarme y la depuración de la retaguardia: «Fuera incomprensible —dice-- que por diver- gencias teóricas o por ©I malhumor de unos pocos inadaptados pudiera producirse el fenó- meno paradójico de unas armas que abandonen el frente de la lucha para tmeárarse contra otros compañeros o contra las fuerzas armadas del Gobierno que nos representa a todos «on la máxima autoridad. Esto, sí se produjera, sería, más que una deserción, una traición^. Espera que el Gobierno de la Generalidad dará a la re- taguardia ía seguridad necesaria para dedicar todos 1 los esfuerzos a ganar Ayer mafiana, ai mes justo del cobarde bom- bardeo por la escuadra pirata, una escuadrilla de aviación pasó sobre Barcelona para traer la ! destrucción y la muerte a lugares pacíficos, apartados da todos los frentes de lucha y para dejar en ellos la triste huella del fascismo. Alrededor de las nueve de la mañane los ser- vicios vigilancia de la Consejería de Defen- sa dieron aviso de que unos aviones facciosos se aproximaban a Barcelona, y rápidamente funcionaron las sirenas de alarma y otros apa- ratos previstos contra los bombardeos aéreos para anunciar a Barcelona el peligro que sobre ella se cernía y nacer cumplir a todos los ciu- dadanos las disposiciones pertinentes dictadas por la autoridad. Rápidamente los barceloneses se trasladaron a sus refugios y la ciudad es- tuv» preparada para contener, en caso necesa- rio, y hacer, desda luego, infructuoso el intento criminal de la aviación enemiga. A pesar de que la hora en que se daba la se- ñal de alarma era la en que Barcelona cobraba su máxima animación, la de entrada en comer- cios y despachos, no so produjo ningún inci- dente por falta de serenidad o de atropella- miento, refugiándose todos en los lugares opor- tunos. En los grupos escolares fueron suspendi- das las clases y los niños trasladados a lugar seguro hasta que las sirenas funcionaron de nuevo para que se restableciera la normalidad. Lo mismo las fuerzas de Orden Público y Guardia urbasa, como la Cruz Roja, montaron sus respectivos servicios durante la alarma, con- tribuyendo con su colaboración a que lo orde- nado por la superioridad fuera cumplido y no se produjera incidente alguno. La alarma duró hasta poco después de las diez de la mañana. En Batialona Los aviones facciosos — que &ran cuatro —, después de haber volado sobre Barcelona mar- charon en escuadrilla sobro el Tibidabo, donde se separaron, marchando siempre a gran altu- ra, dos de ellos hacia Badalona, mientras los dos restantes seguían con rumbo al Valles. Los que se dirigieron a Badalona volaron so- bre aquella ciudad unos minutos, como orien- tándose, j una vez esto logrado dejaron caer su metralla criminal sobre los objetivos que RAES LA OCASIÓN DE HÁC MUCHAS COMPRAS Ai retirarse ios aviones facciosos, tía: encontraba a unos 300 metros d& la costa, no causándole Los aviones facciosos, primero dos, a los cuales se eran trimotores monoplanos que llevaban en el fusilaje la bandera repu&Hcana y en las perseguían y oue, desfle luego, no alcanzaron. La alarma cundió rápidamente -en aquella pa- cífica población, si bien no provocó ningún des- concierto, ya que las ordeños d& la autoridad fueron seguidas esi-ri ciara ente. Se registraron, no obstante, algunas imprudencias, como las de permanecer algunos vecinos en mitad de ca- lles y plazas, ya que en ellos sin duda pudo más ía atracción inconsciente del peligro que el deber de resguardarse. Cayeron bombas en la carretera, frente al Matadero, en el campo de Can Llobera y m. la calle de Tortosa, donde destruyeron dos casas. Las bombas tenían la forma cilindrica, de unos veinte centímetros de longitud y unos cin- co de diámetro, y &u carga principal, según ha podido comprobarse, estaba formada por &2U- Parece ser qus si algún objetivo perseguía la aviación enemiga era la fábrica Crcs, y en •est® caso hay que reconocer que, por fortuna, no lo lograron, ya que fueron recogidas gran nu- mero de bombas sin gue hicieran explosión, y las que la hicieron causaron desperfectos de tan poca importancia que, seguramente, no se» rán valorados en más de cincuenta pesetas. Donde el bombardeo tuvo, desgraciadamente, eficacia fue en la calle de Toríosa, donde una bomba destruyó por completo una casa y otra contigua, de planta baja como agüella, donde estaba instalado un bar. En la primera de las ID endonadas casas se ha- llaba el niño Ruperto López Miralles, de guiñ- ee años d-e edad, guíen sufrió varias nerídas de pronóstico reservado. En la otra casa quedó sepultado entre los es- combros Ramón García Martínez, de sesenta y ocho años de edad, dueño del café instalado&a dicíio edificio. El infortunado García Martines pwmanecié más de veinte minutos completamente cubierto su cuerpo por los cascotes, vigas y muebles des- truidos. En la calle dy Tortosa, ai iniciarse el bom- bardeo, se hallaban varias mujeres y niños, que huyeron despavoridos al derrumbarse las dos casas destruidas por la aviación, resultan- do heridos los siguientes: Francisco Paños Na- varro, á&diez; años, con la pierna fracturada y otras heridas de pronóstico reservado, quien ha pasado al hospital, junto con el niño Ru- perto López; Francisca López Miralles, d& once años de edad, leve; José Baños Rodríguez, de diez años de edad, l&ve, y Catalina Lóp&z Mi- ralles, de seis años, cuyas heridas los médicos del hospital diagnosticaron como de pronóstico reservado. Pocos minutos antes de registrarse él bom- bardeo, acababan de salir de la taberna pro- piedad de Ramón García, que resultó muerto, dos obreros los cuales habían, almorzado en dicho establecimiento. Aun no habían llegado al final de la calle, cuando comenzó el cobarde bombardeo. De las dos casas destruidas por 3a aviación facciosa, apenas si han quedado los muros res- quebrajados, viéndose un montón informe de muebles, ropas, utensilios de cocina, cascotes y vigas de hierro. Como es natural, el cobarda bombardeo ha causado penosa impresión por las víctimas inocentes que ha causado, ajenas a la guerra en absoluto e ignorantes de que pesara la maldición fascista. S« regalarán Toallas rusas, Pañuelos, Paños aseo Se regalarán Servilletas, Mantelerías, Tapetes Se regalarán Piezas opal, Almohadones, caminos Se regalarán Juegos cama, fiubrecamas de seda Incluso se regalarán Mantones de Manila tía un valor muy superior a ia compra SECCIONES BE GÉNEROS DE NOVEDAD OFRECEN COLECCIONES A PRECÍOS MAS REDUCIDOS QUE VÍANSE LOS ESCAPARATES DE «EL BARATO» Mientras uno de los dos aparatos continuaba su obra criminal sobre Badalona, &! otro desvió hacia Gramanet del Besos para lanzar sobre esta población su carga mortífera. Este aparato arrojó varias bombas cayendo una de ellas en el patio que une tres casas, situadas dos en la calle de Prat de la Riba y la otra en la Riera del Escorxador, que han quedado completamente destruidas, resultando gravemente herido Fermín Briz Ellen, de unos cincuenta años de edad, habitante en la calle de Prat áe la Riba, y muerta su ©aposa Ma- ría, de 48 años, aproximadamente. El primero fue trasladado al Hospital Gene- ral ü& Cataluña, después de haber sido aten- dido en &1 Hospital Muncipal de Gramanet del Besos por los doctores Vendrell y Vilaseca, los cuales dictaminaron que presentaba numerosas lesiones an el tórax, rostro, nariz, párpados, región parietal, destrucción d& -parte del crá- neo, con salida de 3a masa encefálica. La In- feliz esposa da e&te herido tenía el cuerno

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DIARIO SERVICIO DE LA DEMOCRACIAAñoLVL - Numero 9S.777

Tomada al pie de la letra, la originalidad dela revolución española podría inducir a consi-derarla fruto espontáneo, extravagante, tetatO'lógico, nacido porque sí y ajeno a toda la civi-lización que la rodea, lo cual sería también Qra-ve error. Sin menoscabo de su profunda origi-nalidad, la revolución española está perfecta-mente engastada en la órbita general descritapor el mundo contemporáneo en el proceso detransformación que sufre. Del mismo modo elplaneta que habitamos no se parece a los otrosplanetas, aunque sst* adherido y sujeto a lasleyes del mismo sistema solar. No encuentroejemplo más ilustre.

Se necesitan pocas palabras para definir élmeollo del proceso de transformación a que seencuentra sometido el mando contemporáneo:

social y económico.'.. Todo lo que ocurre en el mundo desde haceveintitantos años no tiene, a mi entender, otrarazón, otra causa ni otro fin; todo ocurre —por,para o contra— &n función del proletariado.

Las convulsiones sociales de nuestra época—guerras, revoluciones, golpes de Estado, etc.—son al proletariado lo que fenómenos semejan-tes en las postrimerías del siglo KVIll y prin-cipios del XIX fueron a la burguesía. Entoncesse trataba de gue la burguesía se incorporara alas funciones directivas del Estado, puesto quelas de la Nación ya las ejercían en el comer-cio, en la industria, en la ciencia, en la litera-tura; ahora se trata de lograr esto mismo parael proletariado y por m,otívo$ semejantes. Esun designio histórico que nadie puede rechazarni torcer, que sigue su curso fatal e inevitable.Los retrocesos en ial ,o cual zona son aparen-tes. Muchas veces, simplemente rodeos paraasegurar el triunfo; otras, compás de esperapara que el fruto madure mejor. Las conquistasen este terreno tienen la virtud de ser definiti-vas. Es muy discutible el progreso moral delhombre, y la existencia hoy de los facciosos ysus crímenes no contribuye, ciertamente, a disi'par escepticismos, pero, en cambio, es evidenteel progreso de la humanidad en el orden social.El ciudadano francés, constituyente del 89, ja-cobino del 9$, que asistiera en 180% a la coro-nación ele Napoleón emperador, lloraría, sinduda, por sus queridos ideales muertos parasiempre. Sabido es, sin embargo, que nada fuemás fecundo para la difusión por Europa de lasideas democráticas de la Revolución francesa,que las guerras imperialistas napoleónicas, Apesar suyo, el emperador trabajaba por la re-volución universal. ¿Paradoja? No. Ley de lahistoria que puede más que la voluntad de loshombres, y la utiliza y la burla.

Sin la invasión francesa de 1808 no hubieraexistido la Constitución española de 181$. ¿Sir-vió para poco? Su valor histórico no ha sidopequeño, y su ejemplo fue prenda que alentósiembre a la corriente liberal —en largas oca-siones tan forzadamente subterránea— que hadiscurrido desde entonces en nuestra Patria yla ha salvado de la abyección completa.

Nadie ni nada pudo detener el curso ascen-dente de la burguesía, ni nada ni nadie podrádetener el curso ascendente del proletariado. Dehecho ha alcanzado ya la categoría máxima. §uposición está en litigio, pero el proletariado eshoy el meridiano único del mundo. Con rela-ción, a él se miden todas las distancias políti-cas ,y él señala la hora del planeta. Los mis-mos intentos para contener su avance se hacena base de concesiones.. Incluso al hombre suel-to, aislado, encerrado en un Upo de profesióno de preocupación espirituales, ajenas a todocontacto con el exterior, le llega el momentode decidirse dentro y para sí mismo: ¿por ocontra el proletariado? Es el gran problema, lacuestión decisiva que nos alcanza a todos, por-que de ella depende el sentido de nuestra viday el de la civilización en que hemos nacido. Yel mundo no hallará la paz porque suspira has-ta que no la haya resuelto.

Se suele decir que la guerra europea fue cau-sa de la explosión universal de las ansias pro-letarias con la revolución rusa, como expresiónmás elocuente, estruendosa y fructífera. Sisuien>do el razonamiento se llega a pensar que, sinla guerra europea, no existiría hoy en el mun-do la pugna en torno del proletariado. Yo pien-so de otra manera. Yo creo, por el contrarío,que fue la necesidad histórica de expansión delproletariado la que produjo la guerra europea.Así oomv el hijo no es el efecto del amor de lospadres, sino su causa, pues si el hombr¡e y lamujer se aman, es porque hay un hijo en lalejanía que necesita nacer y les obliga a quese amen, del mismo modo la revolución proleta-ria nacida del terrible parto de la guerra euro-pea, fue a la vez su causa anterior. Esa fecha,1914, señala el principio de una serie de con-vulsiones que los historiadores del año 2.800 ex-plicarán asi; «Las guerras del proletariado co-menzaron en !9U a terminaron en 19...-», Nopuedo, naiundmente, poner la fecha-del puntofinal Como un hecho compacto, ligado, sin so-lución de continuidad ideal, vemos hoy los cienaños de guerraspara las genies detrozos, se^Usñ hechos aislados, inconexos^ que

no tenían nada que ver unos son otros, lo mis-mo que no$ ocurre a nosotras con las (mo$ viviendo.

Sin embargo, no ss asi. La guerra ylucían españolas son variantes de la gran lucha

emancipación del proletariado que sei año U. E$ una fase del mismo gran

proceso mundial. Cierto, pero sin vanidad pa-triótica podemos añadir que son fase y varian-tes máximas del movimientomarcarán por st solas, é\

dejaron una estela de §a

la

han aparecido sobre el llano¡usen di arias contra la fábrica «

tjua no han conseguido su objetivo.Después se han dirigido a Sabadeil donde han intentad'

aviación, que tampoco han conseguido su objetivo.En Qramanet, han destruido dos casas resultando una mujer

han bombardeado ia fábrica Cros sin causar• • Solidaridad Obrera, en un cartel a toda pá-gina, excita a la urgente ayuda de Madrid, quepor su espartano heroísmo merece el apoyo rá-pido de todos. «La consigna de la hora es Ma-drid. ¡A ganar la guerra salvando Madrid! i Enotro artículo afirma que la ayuda a Madrid seva metodizando y los discursos trocándose enespecies, y se preeisa que Cataluña no desma-ye y su generoso sacrificio en favor del pueblohermano, en vez de decaer, se intensifique, pro-porcionando al vecindario de Madrid todo cuan-to en. Barcelona y Cataluña sobre. sEs consola-dor —termina— ver cómo esta idea sa ha in-troducido ya en el espíritu de nuestro pueblo,y cómo comienza a sentirse ©1 problema, perocon el sentimiento práctico de dar algo, lo qu@sea, para, Madrid,»«• Treball, a su vez, sigue con el tema de laayuda a Madrid en sus comentarios, y en lostitulares a ío'da' página dei tenor siguiente:«Madrid exige ayuda de Cataluña. Cataluña enpie de guerra para ayudar a Madrid.» En unmanifiesto del P. S. U. de G. a los trabajadoresde Cataluña, se dice: «Que nuestra unidad seafuerte y contra ella se estrellen los que quieranescindir al frente antifascista; les que quieransabotear la obra de nuestro Gobierno popular.Que ios que eso bagan sean considerados agen-tes del fascismo y aplastados por el peso danuestra unidad.«• La Hvmanitat, refiriéndose a hechos lamen-tables ocurridos en la retaguardia: «¡Basta dearmas en la retaguardia! En una democraciapopular no necesitamos las armas para dirimirnuestras cuestiones ni para conciliar criterios-Las necesitamos para cerrar el paso ai fascismointernacional. ¡Depuremos las organizacionesantifascistas! A fondo, y de una manera efecti-va. Es lamentable que por orden gubernamen-tal se haya de proceder a la revisión de los car-nets expedidos por las organizaciones políticasy sindicales posteriormente al 19 da julio, cuan-do ©sta tarea depuradora y seleccionado ra sehabría de haber efectuado por propia inicia-tiva y pbr'prop-to decoro.»«•La Publícítát raclama también con urgenciael desarme y la depuración de la retaguardia:«Fuera incomprensible —dice-- que por diver-gencias teóricas o por ©I malhumor de unospocos inadaptados pudiera producirse el fenó-meno paradójico de unas armas que abandonenel frente de la lucha para tmeárarse contraotros compañeros o contra las fuerzas armadasdel Gobierno que nos representa a todos «on lamáxima autoridad. Esto, sí se produjera, sería,más que una deserción, una traición^. Esperaque el Gobierno de la Generalidad dará a la re-taguardia ía seguridad necesaria para dedicartodos1 los esfuerzos a ganar

Ayer mafiana, ai mes justo del cobarde bom-bardeo por la escuadra pirata, una escuadrillade aviación pasó sobre Barcelona para traer la

! destrucción y la muerte a lugares pacíficos,apartados da todos los frentes de lucha y paradejar en ellos la triste huella del fascismo.

Alrededor de las nueve de la mañane los ser-vicios d© vigilancia de la Consejería de Defen-sa dieron aviso de que unos aviones facciososse aproximaban a Barcelona, y rápidamentefuncionaron las sirenas de alarma y otros apa-ratos previstos contra los bombardeos aéreospara anunciar a Barcelona el peligro que sobreella se cernía y nacer cumplir a todos los ciu-dadanos las disposiciones pertinentes dictadaspor la autoridad. Rápidamente los barcelonesesse trasladaron a sus refugios y la ciudad es-tuv» preparada para contener, en caso necesa-rio, y hacer, desda luego, infructuoso el intentocriminal de la aviación enemiga.

A pesar de que la hora en que se daba la se-ñal de alarma era la en que Barcelona cobrabasu máxima animación, la de entrada en comer-cios y despachos, no so produjo ningún inci-dente por falta de serenidad o de atropella-miento, refugiándose todos en los lugares opor-tunos. En los grupos escolares fueron suspendi-das las clases y los niños trasladados a lugarseguro hasta que las sirenas funcionaron denuevo para que se restableciera la normalidad.

Lo mismo las fuerzas de Orden Público yGuardia urbasa, como la Cruz Roja, montaronsus respectivos servicios durante la alarma, con-tribuyendo con su colaboración a que lo orde-nado por la superioridad fuera cumplido y nose produjera incidente alguno.

La alarma duró hasta poco después de lasdiez de la mañana.

En BatialonaLos aviones facciosos — que &ran cuatro —,

después de haber volado sobre Barcelona mar-charon en escuadrilla sobro el Tibidabo, dondese separaron, marchando siempre a gran altu-ra, dos de ellos hacia Badalona, mientras losdos restantes seguían con rumbo al Valles.

Los que se dirigieron a Badalona volaron so-bre aquella ciudad unos minutos, como orien-tándose, j una vez esto logrado dejaron caersu metralla criminal sobre los objetivos que

RAES LA OCASIÓN DE HÁCMUCHAS COMPRAS

Ai retirarse ios aviones facciosos, tía:encontraba a unos 300 metros d& la costa, no causándole

Los aviones facciosos, primero dos, a los cuales seeran trimotores monoplanos que llevaban en el fusilaje la bandera repu&Hcana y en las

perseguían y oue, desfle luego, no alcanzaron.La alarma cundió rápidamente -en aquella pa-cífica población, si bien no provocó ningún des-concierto, ya que las ordeños d& la autoridadfueron seguidas esi-ri ciara ente. Se registraron,no obstante, algunas imprudencias, como lasde permanecer algunos vecinos en mitad de ca-lles y plazas, ya que en ellos sin duda pudomás ía atracción inconsciente del peligro queel deber de resguardarse.

Cayeron bombas en la carretera, frente alMatadero, en el campo de Can Llobera y m. lacalle de Tortosa, donde destruyeron dos casas.

Las bombas tenían la forma cilindrica, deunos veinte centímetros de longitud y unos cin-co de diámetro, y &u carga principal, según hapodido comprobarse, estaba formada por &2U-

Parece ser qus si algún objetivo perseguía laaviación enemiga era la fábrica Crcs, y en •est®caso hay que reconocer que, por fortuna, nolo lograron, ya que fueron recogidas gran nu-mero de bombas sin gue hicieran explosión, ylas que la hicieron causaron desperfectos detan poca importancia que, seguramente, no se»rán valorados en más de cincuenta pesetas.

Donde el bombardeo tuvo, desgraciadamente,eficacia fue en la calle de Toríosa, donde unabomba destruyó por completo una casa y otracontigua, de planta baja como agüella, dondeestaba instalado un bar.

En la primera de las ID endonadas casas se ha-llaba el niño Ruperto López Miralles, de guiñ-ee años d-e edad, guíen sufrió varias nerídas depronóstico reservado.

En la otra casa quedó sepultado entre los es-combros Ramón García Martínez, de sesenta yocho años de edad, dueño del café instalado &adicíio edificio.

El infortunado García Martines pwmaneciémás de veinte minutos completamente cubiertosu cuerpo por los cascotes, vigas y muebles des-truidos.

En la calle dy Tortosa, ai iniciarse el bom-bardeo, se hallaban varias mujeres y niños,que huyeron despavoridos al derrumbarse lasdos casas destruidas por la aviación, resultan-do heridos los siguientes: Francisco Paños Na-varro, á& diez; años, con la pierna fracturada yotras heridas de pronóstico reservado, quienha pasado al hospital, junto con el niño Ru-perto López; Francisca López Miralles, d& onceaños de edad, leve; José Baños Rodríguez, dediez años de edad, l&ve, y Catalina Lóp&z Mi-ralles, de seis años, cuyas heridas los médicosdel hospital diagnosticaron como de pronósticoreservado.

Pocos minutos antes de registrarse él bom-bardeo, acababan de salir de la taberna pro-piedad de Ramón García, que resultó muerto,dos obreros los cuales habían, almorzado endicho establecimiento. Aun no habían llegadoal final de la calle, cuando comenzó el cobardebombardeo.

De las dos casas destruidas por 3a aviaciónfacciosa, apenas si han quedado los muros res-quebrajados, viéndose un montón informe demuebles, ropas, utensilios de cocina, cascotesy vigas de hierro.

Como es natural, el cobarda bombardeo hacausado penosa impresión por las víctimasinocentes que ha causado, ajenas a la guerraen absoluto e ignorantes de quepesara la maldición fascista.

S« regalarán Toallas rusas, Pañuelos, Paños aseoSe regalarán Servilletas, Mantelerías, TapetesSe regalarán Piezas opal, Almohadones, caminosSe regalarán Juegos cama, fiubrecamas de sedaIncluso se regalarán Mantones de Manila

tía un valor muy superior a ia compraSECCIONES BE GÉNEROS DE NOVEDAD OFRECEN

COLECCIONES A PRECÍOS MAS REDUCIDOS QUEVÍANSE LOS ESCAPARATES DE «EL BARATO»

Mientras uno de los dos aparatos continuabasu obra criminal sobre Badalona, &! otro s©desvió hacia Gramanet del Besos para lanzarsobre esta población su carga mortífera.

Este aparato arrojó varias bombas cayendouna de ellas en el patio que une tres casas,situadas dos en la calle de Prat de la Ribay la otra en la Riera del Escorxador, que hanquedado completamente destruidas, resultandogravemente herido Fermín Briz Ellen, de unoscincuenta años de edad, habitante en la callede Prat áe la Riba, y muerta su ©aposa Ma-ría, de 48 años, aproximadamente.

El primero fue trasladado al Hospital Gene-ral ü& Cataluña, después de haber sido aten-dido en &1 Hospital Muncipal de Gramanet delBesos por los doctores Vendrell y Vilaseca, loscuales dictaminaron que presentaba numerosaslesiones an el tórax, rostro, nariz, párpados,región parietal, destrucción d& -parte del crá-neo, con salida de 3a masa encefálica. La In-feliz esposa da e&te herido tenía el cuerno