Diccionario de Voces Naturales.pdf

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Vicente García de Diego

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DICCIONARIO DE VOCES NATURALESMlrito singular de eJte Diccfonario u el ser el primero que se publica, solo precedido de cortas finas de voces naturalu publicadu en algunu Revistas. Aventaja en cantidad a bs listas conocidas. Es mrito su pln topolgico con que se mialan lo principales cotos en quo hn de buscarse cst voces, como son los ruidos natuulc del hombre (latido dol corazn, trgo, llanto, cte.), las voces de los ni males (ladrido, voz del cerdo, vo1. de las aves, etc.) y las inco1112blu voces o ruidos de las cons (del blanceo, de los tesones, movimientos del agua, dol 2ire, de los golpes, choques. caldas, rotuta5, cte.). Mrito capii.I es hber de voces natura1cs producid11 por jmitaci6n de una \101. o un ruido no se escinde en variante3 por ramificacin de una forma, .sino que el has se producen por las interprcracioncs allahticas de los distintos oyer~tt.s en el acto 1nismo de 1 1 ;audicin, esto es, que nacen ya variada~ en t:ipos algo .serncjantes. Ersistcm de etirnologla rom:inica de portir de un forma latina par.a laJ Yilr;anles rom:ancc1 c.s correcto en e;t:a etimologa. pero no lo es en hs lcngus indoeuropeas, lu que no tienen como bosc un lengu rcI, y que el supuesto indoeuropeo e '\'\ .lc.r.su~ .ficticio mal concebida, y es, nldt que incorrcr'"' . -. ..,,-do p '':a. do VOC:l"~ natura le (invcncionc1 indi"idualc ..r 30J.s o-:..,~ grup!o lo recrila poniendo en l su sello; :ero, sobre todo, es maravilloso el que. cada puebJ~ inventa a !o :argo de su historia y en el transcurso de cada da, porq_ue es el espejo entero de la mente humana. uniforme y tpica a la ,ez de cada pueblo, y es el ms expresivo rel?,istrO de los actos humanos en relacin con Ja Naturaleza y con todos sus se.res. La lengua natural, ahora y s:empre, no ha tenido la estimacin de los cultos y casi no ha merecido mts que Ja curiosidad etnolgica de algunos eruditos. Esta suerte adversa tieM claras explicaciones, aunque no sea justa. La de.sestimacin -del mundo maravilloso de !as voces naturales nace del orgullo lingstico, que acompaa al orgullo social. fundado en mul

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tSTtJDIO DE t.>.S \;'OCl!S

~ATU11.A_Lgs

chos casos en genealogas falsas o en la incapacidad de superar coa mritos propios Jos mritos heredados. Se ha dicho oue un idioma es historia sucinta de las vicisitudes y alternativas de J cultura de un pueblo; pero el idioma natural es la historia ntima de la Humanidad entera, desde la ,.da primitiva del hombre sume~ido en la Naturaleza y atento a todas sus voces hasta la >1da refinada, donde el humor renueva el mismo sistema inventivo de Ja ms vicfa edad. El lenguaje :iatural es historia o;ha de la Humanidad ; pero, adems, es historia ms grfica y expresiOC'eS creadas. Los magistrales dkcionarios de Webster y Oxford y los de Kluge y Skcat aduotn algunos casos ecoicos o imitativos; pero con tal p_ar simona. que dan idea de una gran pobreza de ellos, cuando la reahaad es que lenguas como el ingls destacan en la gran liberalidad con que Ja literatura y la ciencia incorporan a Ja lengua comn las creaciones d iarias de la lengua narural. En algunos casos es reconocido el origen natural de las voces, pero se supone que la creacin de ellas es propia de las lenguas germnicas y que las formas romnicas concordantes no son formaciones gemelas. sino meros prstamos del germnico. Sainan, 2, 298, dice: "On a octroy au germanique Je monopole des cratioos sponranes." Si Ja Filologa en todos los rdeacs es d eudora primordialmente a la ciencia germnica, en su campo propio y en los aenos, no ser mu cho pedirle, en nombre de su propio honor, que a esta nueva filologa del lenguaje narural Je pr~te sus luces y sus mpetus, explorando Ja inmensa mina que las lenguas germojcas ofrecen.ETIMOLOGA INDOEUROPEA

El xito resonante y en gran parte dcfiniti"o de la etimo!cga ro mnica contribuy al intento de aplicar el mismo sistema comparativo y fontico a la erimologa indoeuropea. La elimologa indoeuropea constituy un triunfo espectacular de Ja ciencia en cuanto seal el parecido de muchas palabras y la seme jan za parda 1 de la fontica y de la morfologa, creando un perodo compararivo de formas ms o menos similares. Esta notable fase comparativa de variao1es similares cre la ilu si6n de una :eduxi6n a !a unjdad. haciendo suponer que las variantes eran formas gemelas re:luctibles a una sola forma original, como haba ocurrido oon !as ro:nnicas y el latn. En esta nueva i2se unitaria, Ja etimologa indoeuro~a ha logrado menores triunfos, porque ha tenido que renunciar a la unidad de las palabras originales, contentndose con una elstica y dudosa unidad de races. El que se consideraba ms prximo al supuesto tro:ico CO mn, el snscrito, tiene una morfologa si.n parecido con esa imagen de lengua comn, de races monosilbicas. . La idea prudente de Brugmann de los prstamos >' de !as com

cidencias fortuicas ya rescaba valor a la idea de la unidad inde>europea. Si esas coincidencias fortuitas se dan en el lxico, en la fontica y en otros as~ctos de las lenguas jams relacionadas, habr que es tructurarlas como ienmeno humano y no histrico. Si esas coincidenc:as entre lenguas jams relacionadas no constituyen una rareza, sino una masa importante, habr que separarlas de los estudios hiscricos indoeuropeos en una lingstica general del hombre de cualquier tiempo y lugar. La idea de la unidad de una lengua euroasitica comn es difcil menee concebible, porque todos los ejemplos conocidos se fundan en una unidad de dominio preponderante, de un imlfrio real y duradero que impone su lengua, fundamentalmente una, y su cultura. La idea de Ja hegemona poltica de un pequeo pueblo que se impone en una nacin o en un imperio conquistado e impone su lengua uniforme la compn..'-eba la historia de Grecia, de Roma, de Arabia, de Inglaterra y de Castilla; pero un imperio semejante euroasitico im1>0 niendo un idioma comn queda al margen de toda imaginacin en -un continente jam;s unido en una perfecta comunicacin. El que aparece como ms calificado defensor de !a unidad indoeuropea, Brugmann, tiene que admitir que el indoeuropeo, dentro de ne>tables parecidos, era un conjunto de lenguas o dialectos, como Jo fue luego el llamado germnico romn: "Estas lenguas comunes son siempre concep1os \'agos y flotantes." La etimologa indoeuropea ha abordado en globo el problema, partiendo de la forma de las voces de cada idioma, hallando o forjando relacio~es semnticas que las coordinen hacia una forma nica indoeuro:ca y hacia un senlido vago en que puedan encajarse los dicrsos sentidos de las voc,es. El sistema ha alcanzado soluciones problemticas, porque la comparacin formal de las voces pocas veces da por resultado la voz indoeuropea que las explique, ni siquiera una raz comn, sino un supuesto embrin de rafa: ba. pa, ka, ta, ra, na, /.a, sa, za, cha, diflcilmente concebible, y que en tiempos pos1eriores se incrementan en tipos c~mplejos con dist'.:icas letras. Este sistema ha logrado importantes esclarecimientos comparativos, pero !a etimologa indoeuropea no a\anzar por este camino. . Un camino de or el supuesto indoeuro:coeo. Nuestra etimologa natural no busca ms que en los te rrenos donde las voces natura.les escn eternamente, como es en !os ruidos y \oces :ns freeuenres de la :S-2turaleza . en !a fuente del ambiente infantil . en las cr-?aciones de nato con otros y con los animales, asf como en las inter jecciones. Si la forma de Ja voz tiene Ja semejanz.1 relafa (olle en un actual ~xperimento onomatopyico se acusa boen) y las varintes geme las se oan en las !enguas ms apartadas y esa forma imitati.-a cuadra bien C:>n el ruido o \'OZ que pudo servir de modelo, la atribucin natural tiene gran probabilidad de acierto, aunque en algn caso esta serie de concordancias sean fortuitas y la historia de la palabra sea distinta de la supues ta. Fre nte a estos posibles fallos, los aciertos segu ros sernrns frl.?Cuentes.

La aicntura es mayor, y J a insegur:dad

tambin~

en la etimologa

tradicional indoeuropea, porque se basa en 3Xiomas inseguros, por dar ~omo cierto que el grupo de letras en que coindden la ma)ora dell

.ELE..\UHTOS DEL DICCJOSARJO E:TlMOl.GJCO OE. VOCES SATUl.Al!S

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ESTI.."'010 Df LAS \'OCt.S SA'fl;~US

las lenguas del grupo es la base indoeuropea, por dar como ~iert~ que todas las ''ariantes hay que reduc11las a una umdad anterior } por aplicar esca ley genealgica ~e. la ~idad hasta a 1~ g.ran masa natural. en que ta unidad no ha exisndo n.1 ha pod1do ex~snr. La aventura llega a mayor grado por no aphcarse, com~ la e~1mologfa natural a una masa concreta de ''o::es, sino a la lotahdad, sin tener eo cuenl~ que las lenguas son terrenos de sedimento forma~~s por zonas de aluvin de las ms varias naturalezas. en que el anh51s es muy difcil. . .Mezcladas las \o:es heredadas y las naturales, evolu:1 onada.s .tas voces en su forma y eo sus sentidos, se pretende hall~~ un prototipo ibico para un gruxi de variantes :or unas leyes fonenca.s Y se P.re tende ballar el prototipo semntico en voces cuyo senbdo ba sufrido tos mayores saltos y desvos. . .. Por desgracia, las soluciones defin1ttvas no llegan. De Fick a nuestros das se ha llegado a algunos resultados co?cordantes ; :ero son muchas Jas discrepancias y son ms los _vac1os o silencios de esta trabajosa etimologa, ql!e opera geo.eal6g1ramente sobre voces sin genealoga, que o~ra. con. le~e.s fonocas generales duales Y 9-ue ~a de sobre voces oue han nacido de fonucas md1,1 concertar buseando Ja afinidad semntica en va.ces cuyo h1stonal se mntico es tan complicado, que cuesta descubrirlo a veces hasta en una mo:ioorafia de algunas de ellas. Saina;, inclinado a la etimologa na.tura!, co~de:i~ ~sra a~rec1~ cin del Dict. gnrai en su prembulo : n faut ~1en 1 'ouer. 1exph cation par onomatope de .te! ou te.l mot n'est qu une, hypoth~se P~~: visoire destine a disparallre un our de"ant una etymologe deflci~~

El error de esre juicio no es tan gra,e en la etimologla romamca. porque se llega a veces a descub~ir el tipo. latino seguro; !"'.ro en la mayora de Jas lenguas sin pro!ohpo conocido hay m~s ~onc1enc1a de seguric!2d en Ja onomatopeya que en los tipos reconsntu1do~.. . Saina.'t, 2 62, se burla de Jos que confunden ~on una bhaci?n lo que es pura ooincidencia onomatop?ica. como la tde". ~: Leo Vtener < 3,-- de dnri ..r oxte fuera 1 del turco oc/1 t, voz de espantar Z 3~ J. ' ' 856, ' de l . 1 al' perro';. la de' ML, creer 'que el fr. b ab'// 1 (!T, .cnar ar' , Y e1 . . . . ingls babble, 'd.', son prstamo uno de otro. Las dificultades con que ha de tropezar el futuro ~1cconano eti molgico de voces naturales son considerab!es, _Porque atectan a la re=:o leccin del material estudiado y a la organizacin del mmenso material 1b por estudiar. 1 Saioan 2 58, dice razonablemente : "El es~d10 ue a.s pa a. .ras 'lspecci6n se im expresivas 'est apenas iniciado. La ms g~de c1~ pone en una materia tan delicada. Todo esta todaV.1a por hacer e~ este domi nio cientficamente inexplorado. Falta, a~te tod, u.n acopio. de vocablo~ comunes a muchos idiomas que designen la misma nocin .

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Cuando se est en posesin de materiales seguros y copiosos, se podr emprender esta invesrigacin, dndole ms extensin y amplirud." Reunidos todos los datos publicados sobre el lenguaje natural, se >Odra contar con una base firme para el grao Diccion2rio que se pre>:ecta; pero aun esta nue\'a recoleccin es difcil, porque estn algunos en ediciones agotadas y estn los estudios hechos repartidos en algunas :e,istas poco al alcance de un solo erudito. Desde los comienzos se plantea a los que emprendan esta empresa la necesidad de una revisin de principios, en la que se estudie basta qu punto pueden mantenerse las normas de la etimologa patrimonial, que contradicen todos los experimentos de la etimologa natural, como son !a de considerar una sola forma como origen de las variantes de su grupa y la de tomar la ms simple como origen de tas complejas. A !as dificultades internas de la formacin del# nuevo Diccionario se aaden las resistencias del ambiente, poco propicio a valorar la im p;>rtancia y el \'Olumen de la etimologa natural, cuando no en abierta hostilidad o desprecio con tcdo inrento de revalorizarlo. No hay que hacerse ilusiones de que re:entin.amente ta etimologa natural vaya a alcanzar la categor(a a que ha llegado la etimologa de las ,etts bereditaas en un siglo de heroicos esfuerzos; pero el con yertir con pruebas en millares los escasos centenares de etimo!ogfas que los diccionarios admiten seria un paso para mostrar la importancia de su estudio, y el demostrar, si ello es demostrable, que en las lenguas actuales y en las antiguas una buena parte de su lxico naci de onomatopeyas, aunque en ellas se perdiese ta conciencia de su ogen. Es modesto lo que en el presente Diccionario ofrecemos, pero con la sola ordenacin de los temas contenidos cabe perfilar las Uneas principales de to que podra ser el amplio cuestionario naluralista que ,islumbramos. los ruidos illfinitos de las cosas de ta Natura!eza v de las hechas por el hombre daran una copiosa contribucin, si se recogiesen con cuestionarios metdicos. Et grao Diccionario tendr que ser ampliamente comparativo, por que los grados de certe23 de un origen natural Jo determinan los grados de amplitud de Ja comparacin y los grados de coincidencia formal )' semntica de cada forma. Para un diccionario fundamental de voces naturales, el ideal ser en cada onomatopeya importante sealar las onomatopeyas gemelas Oas que disorepan slo en Ja vocal y las que ofreDsibles aolicaclones v rermutaciones sensoriales de cada una: acsticas, pticas, tctiles y. hasta emocionales. Desde Platn basta los modernos maestros de la filcloa fundamental se han formulado ya las ms suciles y sagaces ob- servaciones sobre los complicados valores de las letras. Pero este valor expresivo de cada letra incluida en una palabra concreta no ofrece seguridad en !a apreciacin de cada letra aislada, que pudo venir por orros caminos, y la aplicacin ciega del sistema simblico ha conducido a graves errores y al descrdito de! simbolismo, que ho;- parece temerario defender. No podrn darse cuenta los que alegre y locamente han jugado a etimologizar cualquier palabra con la clave del simbolismo de las letras, como los onomaropeyistas temerarios que incluan en sus listas voces de evidente origen latino, el inmenso dao que han trado a estos estudios. En esta obra, sistemrkamcnte y contra el uso comn, separamos como bases distinras las de distintas vocales. Ullmann, 96, las denom ina de este modo: "Otro rasgo interesante de los modelos onomatopyicos es que con frecuencia actan mediante la alternancia de vocales. Sustituyendo una \'OCal por otra cabe expresar ruidos diferentes: snip, .'tijerer~ar ; snap, 'esraJJar'; snif1' ~sorber'; snuf, 'resollar'; flip, 'chasquear' ; flap, 'aletear'; flop, 'golpear'. Ejem

plos similares se encuentran en otras lenguas; en francs: craquer, 'crujir'; croquer, 'rechinar'; silfler, 'silbar'; souffler, 'soplar'. Es inter-..sante saber que el mismo rasgo tambin ha sido observado en algunos idiomas africanos, segn Smithers." Idea que no necesita testimonios de autoridad. porque no se conocGt..

Ast-:

tili ..gase, 'columpiarse'. Frisn : tangeln t.iingeln.

'balancear'.Tl.SMB, TllaMB- Ast.: talombecase, 'columpiarse'; talombeca, "columpio'. Ast. : tarmnbecase, 'columpiarse'; taran:beca y tarmr.hicn. 'columpio'. TL:JN. ASL: atalar.ciase, 'columpia=' TLaNc;. SanL: talir.gar, 'colgar balanceando'; calinguido, ' vaivn'Ast.: tilingase, columpiarse'. Vasc.: talangaka, 'balanceando'; tilinga, 'columpio'. Ame.r.: tilingo, "tambaleante'; tilinguear, tambalearse'. Z a: latino onomatopyico clocca, 'gallina que va a incubar', el casi. llueca se ha hecho inexpresivo, y el pueblo, que siente viva la onomatopeya, forma clueca, culec a, como hibridismo de los dos tipos. . . El lat. upupa, 'abubilla', oreca sentido onomatopyico, que lo per d10 en el case. abubilla; pero casi todas las hablas hispnicas la han rehecho, como el arag. burbut y el cat. puput. El lat. crepare, en que pudo tal ' 'CZ $entirse una onomatopeya, crep, no ofreca ya fcil idea onomatopyica en la base creb de! ;;-ast. crebaro quebrar.

Chapotear es m:s fcilmente sentida como onomatopeya que chapa

El lat. ciconia ta sintieron algunos latinos onomatopeya del casta-

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Z.STUO:O DE L.\S \'OCtS N,\T1,.11t.,LES

L \ O!\"O)ATOP~YA

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eteo de su pico mientras ci ,.alfa ki: pero este ruido original se desvaloriz con ta e continua posterior.ONOMATOPEYAS APARENTES

Una voz heredada de uo tipo no expresivo puede senrirse como expresiva para unos o para la comunidad. Los e timologistas ~en frecuentemente este carcter en voces que no nacieron de onom2topeyas: sino de ,oces anodinas y que por casualidad ofrecen una forma que se presta a ser interpretada como onomatopeya_ En una e.ncuesta de onomato~eyas sentidas algunos hallaban e:; rasgar una tela una \'erdadera onomatopeya, que lo es e:i rasgar !aguitarra. p?ro no en

rasgar una tela, de1 lat. reseccre, resg,cr.

Una v02 deformada, co:no tronar (de trtYnido, del lat- tcnitrus), se apreciaba como onomatopeya ms exacta y expresiva del esta:np:do y rotacin del trueno que tonar; pero esta expresividad es casual y secundaria. Las llamadas onomatopeyas retricas son efectos on:>ma!o>y!cos de la frase por acumulacin de co:isnnantes expresivas pertenec'entes a palabras de cualquier o:ige:i ; pero no son o:iomatopeyas p ropias, que han de ser una sola palabra imitativa en su raz de U11 ruido.YARrEDAD ORIGINARIA DE

vs

o::-:o~IATOPEYAS

Un defecto trascendental en las investigaciones etimolgicas es el falso supuesto de una unidad onomatopEyi1, supuestos porrnguesismos porque all cla-e dio chave) por la razn de que clcp en otras zonas 1 ive para una idea semejante. Tampoco es acertado suponer que una onomatopeya compleja procede de la onomatopeya ms escueta por incrementos posteriores, porque a la vez se oyen e interpretan de un solo ruido onomatopeyas diversas, escuetas y complejas, y los ms elementales e~l'erimentos co:nprueban esta di,crgencia. De la onomatopeya pi, ML 64-74, deriva no slo piare, sino el grupo de pi/, it- pifa; de pir, it. pire, esp. pira, 'voz a las gallinas'. No es acertado explicar la 1 de muchos radicales como aadido gramatical de djminurivo o frecuenta1i,o del radical s in /, porque es un elemento resonante en la misma \ 0z y, por tantoJ la raz c.on l es U11a audicin d is tinta y una distinta onomatopeya : chapl distinta de chatJ. El lngl. shamb/e, 'tambaleo' ; el neerl. schammel, 'columpio'; el italiano cimbolo, 'voltcrera; el vasc. Jimilsta, 'salpicadura', y el colomb]a.no clau1nbulu111, 'onomatopeya de la cada en el agua', no son deri vados gramaticales de c/1am, cl1om, chim, chum, como suele dedrse. sino percepciones de una resonancia que un odo ms agudo recoge. El cat. xampu/lar, ' pisar en el agua'; el nav. champlutar, 'pisar en el agua'; el nav. cl1ompelar, columpiar'; el vasc. txonpeiatu, 'balancear; el prov. jump!, 'balancear', y el oav. chumplarse, 'columpiarse', no son derivaciones ni ampliaciones posteriores a champ, chomp, chump, sino formas atentas al ruido cintico y resonante del balanceo. . En el ingls twangl, onomatopeya de la pulsacin del arpa, no indica la 1 una repeticin de la ms simple tu:ang, s ino la resonancia de las cuerdas. como lo reconooe el Dict. de Oxford.1

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ESnlD IO DE LAS VOCES NA'TVRALl!S

LA OSOMATOPEYA

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AGRUPACIN DE LAS V.\R.IANttS 0NOJ.IATOPh'IC"5

Una de las necesidades ms urgentes de la etimologa es la agrupacin de las vaantes de cada onomatopeya; p. ej., del grupo lab, l3p, l;tg, lak, lad, /at, lam, lan, lamb, land, etc.; glab, glap. g)ag, glak.glat, glam, glamb, g/a11, glang, glar.d, glanz; grab, grap, grag. grak; garb, prp, en un cuadro o catlogo de enorme amplitud. Ya debamos poseer amplios cuadros de raioes gemelas o semejan-

tes agrupadas en una significacin expresiva comn o semejante con solos los ejemplos del presente diccionario, que se multiplicaran si se hiciera una amplia recogida, y se podra formar un considerable nmero de grupos que sirvieran de normas a los dems, nunca agrupados hasta ahora.DESVIACIN SEMNTICA DE LAS ONOMATOPEYAS

,,:tctcra. Tan d ifcil es es=lareccr tantas palabras trasladadas por los siglos a los ms lejanos rincones del significado, que muchas de ellas seguirn como arcanos de la etimologa para siempre, y las otras desvelarn slo su secreto apelando a intentos ms fuertes y agudos que Jos actua!es. ~lere:Ca la pena en la etimologa indoeuropea apurar la investigacin de las palabras que pudieron ser imitativas, aunque hoy aparez.can como propias de accio~es mudas, porque en muchos casos se dar con el hilo que pueda desenvolver la enredada historia de !as palabras uansportadas a in,erosmiles distancias y estados y, p~r lo menos, reducir el nmero de casos hoy insolubles en la investigacin indoeuropea. Se podra seguir las huellas de muchas onomatopeyas luego enmudecidas, oomo el inmenso grupo de kap, que desde 'el ruido de atrapar' pas en los deri"ados a denominar 'recipientes' de los usos y formas ms variados, en que no se sospecha una significacin sonora.AUDICI N E IKTERPRETAC!K 01101.!ATOPtYICA

En el presente Diccionario se limita el estudio a las onomatopeyas en las oue est claro el valor imitativo de un sonido; pero en un amplio mtado o diccionario de voces naturales habr que incluir las vo:es en que no est claro o en que haya desaparecido el valor imitafo por haberse aplicado a signHicados mudos o por haber pa$1dO parte del idioma de los mineros nativos a lejanos campos de aJu,io. Como la mayora de las \'O::es naturales onomatopyicas, o han compartido su valor, usndose a la \'ez como imitativas y c-0mo mudas, o han perdido del todo su valor imitativo al aplicarse a significados mudos, habr que recono~r que queda para nuevas investigaciones la exploracin del ingente material des.-iado semnticamente a los inmensos campos del vocabulario no sentido como imitativo, que constituye Ja masa ms extensa del idioma. En esta extraordinaria masa de voces arrancadas de su lugar y estado natural opera la etimologfa indce~ropea con las dificultades y tropiezos que era de esperar; pues, perdido el carcter imitativo con que nacieron, las conexiones que se estableoen son inseguras y casi siempre violentadas, forzando la aproximacin formal y semntica en la mayora y suponend'? ~na~ fases inexistentes para buscar la unidad de las que antes fueron 1m1tahvas (en las que la unidad original no se da ni en el mismo idioma). Tan oscura queda la oriundez de las voces no expresivas cuando se emplean en los ms alejados se:itidos como quedaran las cosas naturales si se nos presentan transformadas, como la madera o el esparto convertido en papel; el petrleo, en plstico; las diversas materias, en las cosas ms extraas, que seran jeroglficos si no nos explicasen los productores sus transformaciones. Cada ooo~atOJ.>CY empleada en ~n tidos del espritu requiere una complicada h1stona, como cima, amma, que slo puede exolicarse por voces gemelas, como el irl. anal y gtico anan, 'respira~, o el ant. fr. aam ahan, 'afn'; cast. ham, 1 jadeo'.

La audicin de las vo::es naturales es aria, como son las condiciones auditivas de cada oyente, de orden flsico y de experiencia. Aparte de ellas, la audicin depende del grado de atencn. En cualquier experimento, el distinto grado de perfeocin auditiva de los oyentes y el grado de atencin originan variantes interpretativas, desde las que recogen slo un radical escueto a las que recogen ms elementos, reflejados en una onomatopeya ms compleja_ El que O}'e una base solamente, cree traducir suficientemente el ruido con la onomatopeya ms simple, cha; otro oye chas; otro, chap o camp, chap/ o chcpr ; y as las onomatopeyas parecen crecer, haciendo creer que la ms simple ba engendrado luego las dems. En la interpretacin hay un sistema directo y otro indirecto. En la interpretacin directa el oyente procura slo convertir en palabra, con la fidelidad p".)sible, la sensacin fnica del ruido narural. En los ruidos claros !a interpretacin suele ser directa, sin evocacin instinth'a ni deliberada de otta onomatopeya conocida, que el oyente no ve nece$1ria. En la interpretaein refleja, el oyente que vacila en el ruido oscuro y en su oscura sensacin i6nica re:::ucrda una onomatopeya ptxima al ruido y a la sensacin y la utiliza para representarlos. En multitud de casos en que Ja confusin del ruido y de la S-'"llsacin se considera "encible. el oyente vacila entre imitar o emplear una onomatopeya de su repertorio- El primer impulso es el de la imitacin fiel; pero ante la dificultad, el oyente, deliberada o inconscientemente, busca en su memoria la onomatopeya que si~. Ruidos confusos. como el del agua golpeada, que ofreoen una dif-

cil interprt!tacin, se representan fcilmente con onomatopeyas conocidas de otros usos, como clap, chap, etc.

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ALFA36TIZ.\CIN ONOMATQPt\'lCA

El ltimo 1>roceso de la interpreracin directa es la alfabetizacin. La voz humana es capaz de emirir sonidos sin relacin con su lenguaje o oo:i \'ariedades mltiple.s distintas del reducido alfabeto fnico y grfico; pero en el uso del idioma se atiene a su reducido repertorio alfabtico. La onoma:oieya, por ser sta elemento del idioma, rrae la obligacin de utilizar en e lla el alfabeto de cada lengua. Por ser ran d:sti:ttos los allabetos fnicos de Jos anima'.es de !as lel!2s del alfabeto de cada idioma. la onomatopeya, como dic Grammont, 3ii, nunca es una reproduccin exacta, sino una aproximac:n: "Les sons du !ugage onr certs qualits. les bruits de la naru: e en ont d"autres, e t les uns i:e peuvent retouvrir strictement les autres. Un musicien qui voudrait reproduire le bruit du tambour au moyen d'un piano n'arrherait ja:nais qu'a l'imiter, qu'a !aire quelque chose qui en donnerait l'ide; son ocu,re ne serait qu'une adaptarb:> et a pro prement une traducrion. De mme, lorsque nous rendons par une onomatope un son extrieur, nous le traduisons en notre langage. On peut meme dire qu'il y a une double traduction : non seulement nos organes metteurs de sons traduisent A leur maniere les d onnes ra equi\alencia acstica en J as onomatopeyas, porque en ellas todos son corpes, pues no se trata de distinguir dos consonantes cono cidas, sino de elegir una de dos consonantes diferentes que lejana rne:ite se parecen ambas a un ruido. La semejanza de la articulacin se impone ms que e l grado de fuerza o sonor!dad. Las consonantes sordas se usan a eces alternadas iniciales por Ja ind.!cisin frecuente de su audicin y por lo impreciso de la alabe :izac:n. El francs ofrece courlis y Wrlui y en otras \ariaotes alternacias para el 'chorlito', tomadas de su canto, y tiene pinci:er y quinchu, gtapir'; piJ:son y quinscn, 'pjaro pinzn'. Pero aun con distinta articulacin, la imitacin de los soaidos hace dudar muchas ve~s del lugar y modo de ella. En la generalidad de los idiomas no confunde el odo ms torpe la 1 con la k o !a p, y slo se da en muy pocos Ja equivalencia acstica de ellas ; pero en las onomatopeyas un ruido puede al aliabetizarlo ofrecer dudas, y ofrecerse una verdadera equi>'alencia acstica entre estas consonan1es sordas. Se aduce esta confusin como un raro ejemplo de algunas lenguas, como el vasco y otras lenguas alpinas. El cambio de consonantes sordas es ccuente en la final de las onomato;-eyas. En la onomatopeya del ruido de cerrar una portezuela alternan tamp y tank ; en e l crepita r del fuego alternan chisp, chisk y chist ; crik y crit, 'canto del grillo'. Se comprende bien esta incertidumbre acstica y esta incertidumbre de la transcripcin, ve rbal y alfabtica, ,,iendo o ue aun en la escri_t~ra, I~ percepcin del lector se basa principalm~nt~ en una como ad1"1~ac1on de cada palabra por identificacin de las que lee con las que el conoce, al extremo de que los lectores corrientes, por no leer las letras, sino las palabras,dejan de ver bien las erratas de imprenta. que slo un experto corrector descubre. Encre los oyentes de un torrente de agua despeada, los torpes y !os atentos oyen un ruido parecido a cizor o z.orr, chur o zurr, y tienen que. elegir entre estas dos letras, ch o :, para re preS) para traducir con la 1 el golpe, ~-on Ja a la resona~cia abierta y con la p el ruido oclusivo iinai : Y a la vez, tamp (y tampa luego) para representar bien con la n_1 una mayor resonancia o eco, y trap para representar con la r e l rmdo . como de resorte; v :ramp (luego trampa) para recalcar una resonanc;a mayor. Sainn, 2 21, po ndera la relativa uniformidad de la voz de las aves y la gran variedad aun en las que se perciben con ms claridad y fijeza, como el canto del cuc-0 y del gallo.Sl.h"TETIS~IO ONO~L~TOPYICO

La incierta acuidad del o do humano (fuera del tpico del idioma nacional bien apre odido) hace que ca toda creacin verbal resulte s iempre una cierta dis.crepancia entre J os oyentes, a vece.s , con tantas a udiciones distintas como oventes. La variedad de las 'occs de la Naruraleza es incontable y un odo fino necesitara para t raducirlas a voces humanas tal nmero de palabras onomatopyicas, que superara al nmero de palabras de un idioma. Pe ro a su ,.ez el odo normal humano no alcanza a una unormidad de audiciones que pudiera fijar nn tipo imitativo general, y as el nmero incontable de ruidos copiados se multiplicara por el nmero considerable de interpretaciones dadas, que slo se aproximan entre s en parte_ Este desl:ordamiento verbal de c:ualcuier idioma Jo contiene el sistema de economa lingstica de toda lengua aceptando para su cauce normal slo unos pocos tipos creacionales, dejando en el ohido las infinitas variedades individuales. Previamente, otra ley de economa lingfstica individual ha restringido el nmero de '"ariedades, al hacer que no todos los o~entes }ntenten trasladar los ruidos narurales 0011 escrupulosa examt.1!d, smo q ue la mayora se conformen con aplicar alguna onomatopeya en uso que ahorre el e sfuer20 de una ditcil traduccin . . La amoldaoin a ~eces no slo llega a sen u s e de onomatopeyas conocidas_ sino de palabras del lenguaje usual o de frases acaso forzadas hunorsticamente, como: bienru~o, para un pi jaro; cscale y b11em;ar.ay, ' para Ja codorniz'.MORFOLOGA DE LAS ONOMATOP EYAS

Las onomaroDnomaropeya del maravalbas'. El r en forma conrf/ es 'onomato omatopyicos el prov. far{ou/h ~ya simblica de ?.U&gerado', far :r 'onomatopeya Osa el esp. far. Ita ' d.', el fran! ' id.. Por on1' se ha llamado El suizo italiano de farfl, scmefi11fourla se pa-

como exp~esivo el rum. onf 'nasillard". ii?m.o. vananr:n:etereft_ Es 'onomatopeya de la pronunciacin gangosa', gemela de F. Silva. Celesti11a, 35. ofr~e: "Pues ~"'5 Y ~do d Y,, fzmg. Corominas, 3 1063, aduce de varios paises de Amrica vieja, refo11fonear." Fonf es 'onomatopeya e zum '. 1 e6;;;angoso'. y cosas'. S N ogueira,. Est111dos sobre as onomaropeis, Es 'onomatopeya de la pronunciacin oscura y gangosa', j om-fom 'un insecto africano . _ _ , .ce el que refunfua o rewnga, gemela de fti. El DRAE aduce FU!'IF. Parece hacerse fundido con funar en refunfun ar etrevolver pendencias', de germana; fwiador 'pendenciero', de ces mal articuladas', voz gemela de refonfonear. ;; fwiiear 'hacer una labor con torpeza o noera', uifj' .ze :e la persona inhbil, meticuloso, chinche', tambin 'dcese de F :\NFL Es 'onomatopeya simblica de lo ostentoso, sin va.I:ia dbil. tmida o enclenque', re,'!mfuar (voz onomatopyica) oces confusas en seal de enojo'. El cataln conoce funyar emeia de fanf. Sainan, 2 55, aduce como expresivos .el ~t. 1 lelue 'babio!e' v el it. de Como fanfo!a 'sornette'. fan/1ole Car. regaar' (que el Dic. de Alcover junta con funyar 'amasar' re 'heir'). Corominas, Dic., 2 396, aduce el ant. cat. funyr F ANFR. Es ' onomatopeya que imita a w;ia ms.ic,a o babh r, gruir'. sa' El DRAE aduce fanfarria ' baladronada, actincia fanfan ala:roea de algo y en particular de valiente', fa11farreo: ~abiar c Azkue aduce del vasco f ara-fara ' onomatopeya del movigancia echando fanfarronadas'. fanfarronear 'd.'. E1 ~~anodcoiiuave, por e1empl d o, de. v e.wh qu d e sedoonsumen, d? ~ve que 1 fe 'burla'. Corominas, 2 486, considera fanfarr611 voz e ~ perso~a que an a san~,ec a, ? su or que corre , .'arata o ra q e del castellano ha pasado a los dems romanoc.-anaglonoso, presunruoso , (arfar onomatopeya de hoas y ra.:rta pero Ja onomatopeya fa11fr ha actuado indepe se mueven, ruido del fuego de,orador, del viento'. en diversas r""iones. De varias leng Es 'onomatopeya del girar'. Azkue da del ,asco firiri moviorrna es ci _ ; mcnre en' Ou= -,, ,_ fa11{. d e un ob' 1 . 1 .., "'d' El V 0 11 it ~ fcmfaro11e como hispanismos y e1 u. -:.e rotacion eto lanza d o ai aire. 1nn-