Diccionario Del Oráculo

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ORÁCULO 1.- Sobre el nacimiento de Asclepio 50 Arsínoe y Asclepio El tercer relato —a mi entender— en modo alguno es verídico cuando imagina que Asclepio es hijo de Arsínoe, la hija de Leucipo. Pues a Apolófanes de Arcadia, que fue a Delfos y preguntó al dios si Asclepio había nacido de Arsínoe y era ciudadano de Mesenia, le dijo la Pitia por voz del oráculo: «Oh Asclepio, gran motivo de alegría para todos los mortales por tu nacimiento, al que una hija de Flegias, la encantadora Coronis, dio a luz tras haberse mezclado en amor conmigo en la escabrosa Epidauro». Este oráculo muestra antes que nada que Asclepio no es hijo de Arsínoe y que Hesíodo —o alguno de los que han introducido sus poemas en los de Hesíodo— compuso los versos para complacer a los mesenios. Pausanias, II 26, 7 -Cf. Hesíodo – Frg. 50 2.-Sobre Dodona 240 Dodona «De los Selos». Algunos, en tono de aprobación, escriben Helos, sin ese, y consideran que Helopia es Dodona. En efecto, así denomina Hesíodo al país cuando así dice en las Eeas: «Existe una región de Helopia, rica en campos de trigo y de bellas praderas, rica en ovejas y en bueyes de corvas patas. Habitan en ella hombres ricos en corderos, ricos en bueyes, muchos, infinitos, razas de mortales hombres. Allí, en sus confines, ha sido fundada una ciudad, Dodona. Zeus la amó y quiso que su oráculo fuese honrado por los hombres y estuviese situado en el tronco de una encina. De él sacan los mortales todos sus oráculos, todo el que allí llega y pregunta al dios inmortal y el que, portando dones, llega con buenos augurios.» Escolio a Sófocles , Traquinias 1167 -Cf. Hesíodo – Frg. 240

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una recopilacion del oraculo de delfos en homero y hesiodo

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ORÁCULO

1.- Sobre el nacimiento de Asclepio

50

Arsínoe y Asclepio

El tercer relato —a mi entender— en modo alguno es verídico cuando imagina que Asclepio es hijo de Arsínoe, la hija de Leucipo. Pues a Apolófanes de Arcadia, que fue a Delfos y preguntó al dios si Asclepio había nacido de Arsínoe y era ciudadano de Mesenia, le dijo la Pitia por voz del oráculo: «Oh Asclepio, gran motivo de alegría para todos los mortales por tu nacimiento, al que una hija de Flegias, la encantadora Coronis, dio a luz tras haberse mezclado en amor conmigo en la escabrosa Epidauro». Este oráculo muestra antes que nada que Asclepio no es hijo de Arsínoe y que Hesíodo —o alguno de los que han introducido sus poemas en los de Hesíodo— compuso los versos para complacer a los mesenios.

Pausanias, II 26, 7

-Cf. Hesíodo – Frg. 50

2.-Sobre Dodona

240

Dodona

«De los Selos». Algunos, en tono de aprobación, escriben Helos, sin ese, y consideran que Helopia es Dodona. En efecto, así denomina Hesíodo al país cuando así dice en las Eeas: «Existe una región de Helopia, rica en campos de trigo y de bellas praderas, rica en ovejas y en bueyes de corvas patas. Habitan

en ella hombres ricos en corderos, ricos en bueyes, muchos, infinitos, razas de mortales hombres. Allí, en sus confines, ha sido fundada una ciudad, Dodona. Zeus la amó y quiso que su oráculo fuese honrado por los hombres y estuviese situado en el tronco de una encina. De él sacan los mortales todos sus oráculos, todo el que allí llega y pregunta al dios inmortal y el que, portando dones, llega con buenos augurios.»

Escolio a Sófocles , Traquinias 1167

-Cf. Hesíodo – Frg. 240

3.- Sobre Tiresias

275

Transexualidad de Tiresias

Hesíodo, Dicearco, Calímaco y algunos otros cuentan sobre Tiresias lo siguiente. Tiresias, el hijo de Everes, vio en Arcadia, en la montaña de Cilene, dos serpientes que hacían el amor, hirió de muerte a una de ellas y al instante cambió de constitución, pues de hombre se convirtió en mujer y se mezcló en el amor con un hombre. Apolo le dijo por voz del oráculo que si observando hacer el amor a unas serpientes hería de igual modo a una de ellas, sería cual era. Montando guardia Tiresias hizo lo prescrito por el dios y de esa forma recobró su antigua naturaleza. Zeus tuvo una disputa con Hera y sostenía que en los encuentros amorosos las mujeres aventajaban a los hombres en el goce del placer; Hera sostenía lo contrario, por lo que decidieron los dioses mandar a buscar a Tiresias y preguntarle, ya que tenía experiencia de ambos tipos de placer. Éste,

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al ser preguntado, manifestó que, si las partes eran diez, el hombre gozaba una y la mujer las otras nueve. Hera, indignada, le perforó los ojos y le dejó ciego; en tanto que Zeus le dio el don del arte adivinatoria y el de vivir durante siete generaciones.

Flegón, Mirabilia IV 73-74

-Cf. Hesíodo – Frg. 275

4.- Sobre Calcante y Mopso

278

Calcante y Mopso

Se dice que el adivino Calcante, durante el regreso de Troya, llegó a pie aquí (a Colofón), acompañado de Anfíloco el hijo de Anfiarao, y que encontrándose en las proximidades de la ciudad de Claro con un adivino superior a él, con Mopso el hijo de Manto, hija de Tiresias, murió de dolor —Hesíodo, al menos, así dispone el relato en algún lugar—. Calcante, en efecto, propuso a Mopso algo como esto: «Un motivo de admiración me invade el ánimo, la cantidad de higos que esta higuera tiene aunque es pequeña. ¿Puedes decir el número?» Mopso contestó: «Diez mil son en número, y su medida una fanega, pero sobra uno solo que no podrías colocar en ella. Así dijo y verdadero les pareció el número de la medida. Y entonces ya a Calcante cubrió el sueño de la muerte.» Ferécides dice que Calcante le puso el problema de cuántos cerditos tenía una cerda que estaba preñada y que Mopso dijo que «diez, de los cuales uno es hembra». Y como Mopso acertó, Calcante murió de dolor. Otros dicen que Calcante puso el problema de la cerda y Mopso el de la higuera, que éste acertó y aquél no, y

Calcante murió de dolor y conforme a un oráculo.

Estrabón , X IV 1, 27

-Cf. Hesíodo –Frg. 278

5.- Sobre la muerte de Hesíodo

Terminado el certamen, Hesíodo hizo la travesía hacia Delfos para consultar el oráculo y ofrecer al dios las primicias de su victoria. Al entrar en el templo cuentan que la profetisa, transportada en éxtasis, dijo: «Feliz este varón que sirve a mi morada, Hesíodo honrado por las Musas inmortales. Su gloria se propagará ciertamente por donde se extiende la aurora. Pero guárdate del bello recinto de Zeus Ñemeo. En él te está decretado el cumplimiento de tu muerte.»

Oído el oráculo, Hesíodo se mantenía lejos del Peloponeso creyendo que el dios se refería a la Nemea de allí. Y habiendo llegado a Énoe de Lócride se alojó en casa de Anfífanes y Ganíctor, los hijos de Feges, por no haber entendido el oráculo, ya que todo este lugar se llamaba recinto de Zeus Nemeo. Como quiera que su estancia entre los eneos se prolongó, los jóvenes, sospechando que Hesíodo seducía a su hermana, le mataron y luego le tiraron al mar que separa Eubea de Lócride.

-Cf. Hesíodo, Certamen (vv. 215-230)

6.- Sobre la tumba y epigrama de Hesíodo.

Al tercer día, el cadáver fue transportado a tierra por unos delfines mientras se celebraba entre aquéllos una fiesta local en honor de Ariadna. Todos corrieron a la playa

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y al reconocer el cuerpo lo enterraron con gran duelo y buscaron a los asesinos. Éstos, temiendo la cólera de sus conciudadanos, echaron al mar una barca de pesca y pusieron rumbo a Creta; pero a mitad de la travesía Zeus los fulminó con su rayo hundiéndoles en el ponto según afirma Alcidamante en el Museo. Eratóstenes en cambio dice en 29(Texto corrupto. Posiblemente se refiera a una obra de Eratóstenes sobre Hesíodo: Anterinis o Hesíodo.) que habiéndolo matado Clímeno y Antifo los de Ganíctor por la razón ya mencionada, fueron sacrificados a los dioses de la hospitalidad por indicación del adivino Euricles; y en cuanto a la joven, la hermana de los antedichos, que después de su deshonra se ahorcó, pero que fue seducida por un compañero de viaje de Hesíodo llamado Demodes el cual también afirma que murió a manos de aquéllos.

Luego los orcómenos, obedeciendo un oráculo, le cambiaron de lugar y le enterraron entre ellos grabando este epigrama sobre su tumba: «Ascra fue su opulenta patria, pero después de muerto, la tierra de los Minias, domadores de caballos, guarda los huesos de Hesíodo a quien cabe entre los humanos la mayor gloria cuando los hombres son puestos a prueba en el potro de la sabiduría.>

-Cf. Hesíodo, Certamen (vv. 235-250)

7.- Sobre la muerte de Homero

Cuando acabó la fiesta, el poeta se embarcó hacia Ios, a casa de Creófilo, y allí vivía siendo ya viejo. Estaba sentado a la orilla del mar cuando unos jóvenes venían de pescar y, según cuentan, él les preguntó:

«Cazadores de pesca marina, ¿traemos algo?» Y al responder aquéllos: «Cuanto cogimos lo dejamos y cuanto no cogimos lo llevamos encima», no entendiendo la respuesta les preguntaba a qué se referían. Aquéllos le dijeron que en la pesca nada habían logrado, pero que se habían despiojado, y los piojos que cogieron los dejaron y los que no cogieron los traían en sus mantos. Recordando entonces el oráculo (que el fin de su vida se acercaba), hizo el epigrama de su propia tumba. Y cuando regresaba de allí, como estaba oscuro, resbaló y cayó sobre el costado y al tercer día, según cuentan, murió. Fue enterrado en los y éste es el epigrama: «Aquí cubre la tierra al hombre consagrado, ponderador de héroes, al divino Homero.»

-Cf. Hesíodo, Certamen (vv. 325-335)