Diccionario teológico R
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7/24/2019 Diccionario teolgico R
1/11
Racionalismo.
Se
daria
un
racio-
:nalismo
en teologa
si el
telogo, en
sus afirmaciones,
no
fuera
conscien-
te
de
la
analoga de sus conceptos;
del
carcter
ltimo
de
adoracin
y
alabanza
de
la confesin
cristiana;
de la
referencia
do las afirmaciones
dogmticas,
ms
all
de
s
mismas,
a la
persona
real.
a la
que
quiere
referirso toda
proposicin
dogmti-
ca, a
Dios
y
a
sus
decretos;
de
la
abierta referencia
de
toda
compren-
sin
y
concepcin
a la
adical
toma
de
posesin
de todo
nuestro
saber
y
sentir
por
el
mismo misterio
in-
comprensible.
La
teologa
ha
de
ser
clara
y
exacta.
Como disciplina
cien-
tfica,
no
puede
ser
un
->kerygma
que
alaba inmediatamente
a
Dios
y
conduce
al
hombre.
Sin
embargo,
es
una
ciencia
de
fe.
Por
lo tanto, don-
de hace
parecer
la
religacin
autn-
tica
a la fe
personal
como
auto-
entrega
a la disposicin
libre del
misteio
absoluto,
que
llamamos
Dios,
se
convierte en
chalatanera
inteli-
gente,
que
en
su agudeza
racionals-
tica
de
ingenio
slo
da como resul-
tado la incredulidad.
Razn
y
entendimiento
apenas
se
diferencian on
el
lenguaje
corriente
de
la
Iglesia.
Se refieren
a
la
capa-
cidad cognoscitiva
espiritual
del hom-
bre,
que
est caracterizada
por
su
trascendentalidad
(-)trascendencia,
-+Espritu)
y,
de
esa manera,
por
su inevitable
referencia
a
Dios,
si
bien
esta
riltima
puede
tambin
exis-
tir
a
manera
de
negacin.
Para
que
esta
potencia
venga
a
si
misma
y
ejercite
su trascendencia
necesita apli-
607
R
carse
al
mundo,
a
io
sensiblemen-
te
perceptible, y por
tanto
a la
libertad
de aceptar su
autoco-
municacin
reconciliadora
y
reden-
tora. Tanto
el
contenido
de la
re-
dencin,
es
decir. la vida divina dada
por,
como
y
con
el
perdn
de
la
culpa, as como tambin
su
acepta-
cin, son
dones
libres
de
Dios. Esto
significa
que,
por
parte
de
Dios,
la
redencin no es debida
al hombrE,
La
redencin,
que parto
de la inicia-
tiva
absoluta
del
Padre
(cf.
Eph
l,
3-23), est
totalmente
vinc-ulada a
la
persona
histrica de
-+Jesucristo
y
a su
obra
(Hebr
10,
5-9; Phil 2, 5-11).
La misericordia
de
Dios
no
se hace
realidad
por
el
hecho de
que
Dios
haco desaparecer el
pecado
(y
lrt
provisoriedad
necesitada
de reden-
608
(r
l0
-
7/24/2019 Diccionario teolgico R
2/11
Redencin
cin de
toEspritu
Santo).
FIay
que
tener
en
cuenta
que
Ia
citadr
reconcilia-
cin
ha
quedado
abierta
y
dada por
parte
de
Dios,
vale
para
todos los
hombres
(2
Cor
5, 18s;
cf.
Col
1,
2l
s; Ioh
3,
16)
y precede
a
la
acep-
tacin
personal, en
la
-)[e,
de
esa
reconciliacio
o redencin
(contra
todo
predestinacionismo,
cf.
1 Tim
2. 4ss;
Dz
194
371
536
794
795
BCO
e.p.).
Ya
en Pablo
tiene
'tarnbin
la
for-
ma de la
justicia
divina,
en cuanto
que
Dios
quiso
la
vida humana
ds
str Hijo
como
transferencir, entrega
6ll
sumisa radicalmente
amofosa
en
la
enajenacin
de
la
-+muerte
(Ioh
10,
17
s; Mc
10,
45;
Hebr);
as
dio
a la
humanidad, una
y
solidaria, un
sacrificio
satisfactolio
y
reconcilia-
torio
(Phil
2,5-11).
En esta
medida
puede
y
debe de-
cirso
que
Dios,
redimiendo
al
mun-
do,
perdon
la
culpa,
puesto
que
Cristo,
y
no
nosotros,
satisfizo
en
la
muerte
de
cruz
por
todos nosotros
(Dz
79 794s 799
809;
sobre
todo
2318),
y
puesto
que
Dios
es
el
que
nos
ha
reconciliado.
Sobre
todo
si
no olvidamos
que
incluso
la
acep-
tacin
libre de esta
reconciliacin
por
parte
del
hombre
particular
es
una
vez ms la obra de Dios,
-+jus-
tiflcacin.
Con
respecto
al tratado
teolgico
de la redencin,
-+5ar1s-
riologia.
Regeneracin.
En
la
Escritura
se
llama
con
frecuencia
regeneracin
(Ioh
1, 13ss;
Tit
3,
5,
etc.)
a
la
->justificacin (-+bautismo)
del hom-
bre
pecador,
en
dos
aspectos: a)
Por
cuanto en ella,
por
medio
de
la
->gracia
santificante
habitual,
se
pro-
porciona
al
pecador
la ntima
y
per-
manentc
vitalidad
que
necesita para
realizarse,
de
acuerdo
con
la voluntad
y
santidad
divina,
como
hijo
de Dios
con
vistas
a
la
vida eterna;
es decir,
para
ser
en su
sentido
su-
premo.
) Se
llama
regeneracin
a
la
justificacin
en
cuanto
Dios
da
nuevamente
(:
Ioh
3,
7)
y
de forma
gratuita
esa
vida di-
vina
al
pecador
que
ya
no
posee
la
gracia
del
estado
original
por
razn
del
-+pecado
original, o
que
no
po-
se,e
la
justificacin
por
razn
del
pecado
personal.
Regula fidei. En
un
sentido
muy
general.
significa la
norma autoritati-
va
de la
fe del
cristiano
particular.
Es
decir,
la
)revelacin
divia
en
cuanto
palabra
de la
-+Sagrada
Es-
critura
y
de la
-)tradicin,
inter-
pretada
autnticarnente
por
el
->ma-
gisterio
de
la
-+Iglesia.
En
sentl'do
ms estricto,
significa
los breves com-
pendios
do
Ia
fe
cristiana
ya
exis-
tentes
en la
Iglesia
primitiva
desde
ios
tiempos
apostlicos.
Compendios
que, poco
a
poco,
se
han ido conden-
ando
y
fijando en
los
-+smbolos
de
la fe
hoy
vigentes.
Son
regula
lidel,
sobre
todo,
en
cuanto
que
se
proponan
evitar
las
concepciones
herticas.
Reino
de
Dios
puede
signiflcar
dos
cosas:
a)
La
ttalidez
de
Ia
vo-
luntad
santa
y
salvfica
de Dios
(como
creador, conservador,
legisla-
dor,
donador
de
la
gracia
sobrenatu-
ral) en
la
creacin
entera
y,
sobre
todo, en los
hombres
y
en
los
nge-
les.
) La
vericacin
fctica de esa
voluntad
(-->bosleia).
En
cuanto
que
la
historia contina
su curso
todava
Ia verificacin de
esa voluntad
est a(tn hacindose,
es
decir, el reino
de
Dios
est
toda-
va
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7/24/2019 Diccionario teolgico R
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Relcin
que
Ia doctrina
de
la
lglesia
define
como relacin
el modo
de
ser
de
Ias
tres
personas
divinas
en
la
-+Ti-
nidad.
a
diferencia
del
de la
natu-
raleza
divina nica,
quo
como
tal
es
un ser
absoluto
y
no
relativo
(Dz
2'18
280 281
703). Las
cuatro
rela-
ciones divinas
(paternidad,
filiacin,
activa
y
pasiva)
f
un-
damentan
por
su
oposicin,
siem-
prc que
sta se
d. la
distincin
de
las tes
peruonas.
I-Iacen
por
Io
me-
nos
negativamente
inteligible, en la
medida
en
que
esto
resulta
posible
lratndose de
un
-+misterio
absoluto,
crno
Dios
puede
ser trino
en las
personas
(relativas) y,
con todo, ser
uno
en
la
unidad de una
naturaleza
(absoluta).
Hacen
tambin
ms
com-
prensible
el concepto
de
la
-+peri-
khorcsis. El
principio
de
que
dos
cosas idnticas a
una
tercera
(a.qu,
las
tres
pers,onas
con
la
esencia) tie-
nen
quo
ser
idnticas
entre s.
puede
quedar
circunscrito
a Ios seres
ab-
solutos,
negando
su
validez
para
los
seres meramente
relativos.
De
esta
manera la diflcultad
fundamental
con-
tra
la
Trinidad.
aunque no
pos,itiva-
mente
salvada,
cosa
quo
no
es
icito
esperar,
aparece
por
io
menos como
no decisiva.
Relalivismr.
Doctrina segn
la
cual el
hombre
posee
solamente
ver-
dades
que
son acertadas con
respec-
to a
determinado sistema
finito
(a
saber.
la
totalidad en
cada
momen-
to
diversa de
su
experiencia),
junto
al
cual se
dan otros sistemas
igual-
mente
legtimos.
Este
relativismo,
como
proposicin
universalmente v-
lida,
carece
ya
de sentido
por
la
simple
razn
de que
se destruye a
s misma,
puesto
que
tal
proposi-
cin. ref
erida
a
un sistema
deter-
minado,
puede
ser
rechazada
por
ste como falsa.
En
teologia,
el
re-
lativismo
constituye
un
peligroso
seductor,
pues
en
virtud
de incansa-
615
bles esf
rerzos
(demasiado
incansa-
bles
para que
sea
verdad),
pretende
haber
llegado
a
-
7/24/2019 Diccionario teolgico R
4/11
Religin
mrisica.
conceptualizacin
de la
filo-
sofia
-
y
las
formas
de
vida
social.
La
religin
toma
cuerpo
y
se
hace
presente
en
la
unidad
universal
de
religin
y
cultura,
de
religin
y
so_
berana;
y,
en
esa
unidad"univrsal,
tanto
el
orden
social
como
la
cul-
tura
alcanzan
el
grado
supremo
de
obligatoriedad.
pero
precisamente
en
esta
unin
universal
la
religin
se
Pon:
el
peligro
de perder
su
dife_
rcncractn
esenciaI
con
respecto
a
Ia
soberana
y
a Ia
cultura.
l
torn-
Dro,
en
vez
do
descubrir
en
la
reli-
gin
su
finitud
y
la
necesidad
de
una
,salvacin,
forma
con
ella
un
mundo
infinito
encerrado
.n
.
_ir_
mo.
_En
lugar
de
abrirse
a
lo
santo
en
Ia
veneracin
y
adoracin,
Io
loenttlrca
consigo
mismo
y
con
el
mundo
que
ha
originado;
y
a"
o
manera
dispone
de
Io
santo
mismo.
En,ello.se
h,1ce
patente
la
proximi_
dad.de
la
religin con
respecto
a
Ia
magia.
Esta
ambivalencia
'".
propiu
do
la-religin
como
manifestu";On'j"
Ia-
vida
humana.
y,
por
lo
t"nto,
,"
oa
permanentemente.
Con
todo,
en
la
concretizacin
de
l"
"xist"n"ia
umana
no
existe
una
manifesta._
cin
de
la
religin
tan
corrompida,
que
-no
alimente
en
su
seno
la
ihis_
pa
de
su
esencia
autntica
""t."-i^
enizas
del
error,
y
quo
no
conser-
1e..1
nesa
de
todo,
una
posibilidad
regttlma.
pero
tampoco
se
da
una
mantestacin
de
la
relign
tan
su_
blime
y
luminosa. que en
su
factici_
oad
concreta
pueda
ser
considerada
como
la
forma
de
ta
religiOn
pr
antonomasia.
y
esto
es
vlido
tm_
:l:i.
Y
de
manera
especial
para
el
cnstranrsmo,
si
se
Ie
considera
no
en
su puro
origen,
sino
en
su
vida
concreta
-
a
lo
largo
de
ia
historia.
1un9r:
hay que
tener
en
cuenta
que
el
cristianismo.
como
forma
escato_
rogrca
de
la
religin,
tiene
institu_
cronat
y
profticamente
Ia
capacidad
tmperecedera
(--+magisterio.
_)san_
6t9
tidad
de
Ia -+Iglesia)
de ir
conrra-
distinguiendo
de
su
esencia
todo
lo
que
no
pertenece
a ella.
2.
El
cristianismo
y
las
demtis
religones
(cf
.
-+religiones
no
cris-
tranas).
El
cristianismo,
conforme
a
su
esencia,
es
Ia
libeacin
de la
re_
ligin,
puesto
que
la
.-+rea q,le
en
l
comienza
a hacerse
realidid
no
puede
ya
identificarse
con
ninghn
mundo
.histrico;
o, por
lo
meos,
ta te
cnsUana,
en
virlud
de
su
esen-
cia,
r
deshaciendo
una y
otra
vez
semejantes
identificaciones
a
lo
lar_
go
de la
historia,
El
cristianismo
hace presente
la
provisoriedad
e
toda
piedad
individual
y
do
todas
las
formas
objetivas
dei culto.
l
hacerlo,
pone
en
tela
de
juicio
reite_
radamento
todas
las
tentativas,
in_
cluso
las
normales
para
un cristiano,
de
malentender
Ia
religin
como
autoafirmacin
del
individuo
o
como
mera
garanta
del
orden
social,
Con
todo,
ol
cristianismo
no
es
una
l
beacin
de
manos
de
ta
religi;,
tal
como
lo
ha
pretendido
el
bidis-
mo
en
su
forma
primitiva.
EI
cris_
tianismo
es
religin,
y,
por
lo
tanto.
reconoce
que
todava
no
ha
llegado
el
momento
del
conocimiento
iime_
diato
de
Dios,
de
la
gnosis,
en
alguna manera
la
->ri5sa,
,.
todas
las
formas
de
espiritualism
pretendan
una
anticipacin
de
la
rnmedratez
total.
pues
bien,
la
histo_
ria
del
cristianismo
se
desarrolla
entr.e,esa
anticipacin
y
Ia
recada
temtble
en
la
impotencia
total
con
respecto
a la
salvacin
propia.
carac_
terstica
de
Ia
retigin
pagana.
El
cristianismo
reconoce
el
carc_
ter
absoluto
de
Dios
frente
a
todos
los
aspectos
terrenos
de
la
religin:
reconoce
simultneamente
ese
carc_
ter
absoluto de Dios
(: Ex
3,
14)
testificado en el
AT
y
la encarnacin
del
Hijo de Dios
en este mundo histrico. El cristia-
nismo no
es
simplemente
la
forrna
ms
sublime de religin, en
cuanto
supera
a
las
dems religiones, sino
que
aderns
incluye
toda
tradicin
esencialmente
religiosa
de
la
histo-
ria
de
la
humanidad.
La
historia de
la
religin
queda
definitivamente
su-
perada por
el
cist.ianismo;
y
de tal
manera,
que
reprcrsenta una
-
7/24/2019 Diccionario teolgico R
5/11
Religin
a)
Creencia
en
los
almos..
ideas
acerca
de
un
principio
espiritual
en
el hombre,
que
da
da
al
cuerpo,
que
suscita
los
pensamientos,
de-
seos,
sentimientos
y
sueos.
La
ma-
yor
parte
de las
veces
se
considera
al
alma
como
algo que
tiene una
realidad
doble,
p.ej.,
como
alma del
aliento
y
como alma de las
sombras.
Por
Io
menos
una
de
las
almas es
incorruptiblo
y
sigue
viviendo
en
el
mas all
despus
de
Ia
muerte.
El
animismo
(atribucin
de un
alma
a
todas
las
cosas)
representa
una
am-
pliacin
de
la
fe
en
las
almas.
Con
1
est
emparentado
el animatismo
(creer
que
los
objetos
de la
natura-
leza
tienen
vida).
Se teme
a
las
almas
de los
muertos,
y
de
ah
el
ritual
para
ahuyentarlas,
o
se
Ies
presta
ve-
neracin.
Sobre
esta
base
se
levanta y
desarrolla
el
culto
de los
antepasados.
b)
Cree'ncu
cn
los
cspritus..
ideas
aceca
de
naturalezas
espirituales
so_
brehumanas
preexistentes,
que pue-
den
manifestarse
en formas
corr,reas
o
en
objetos.
Pueden
tambin poblar
Ia
naturaleza
y
el
cosmos,
ser
ami_
gas
o
enemigas
del
hombre.
Las
ac_
ciones
qllticas
o
mgicas
ejercen
su
influjo
sobre
esos
espritus.
A
esta
categora
pertenece
tambin
la
creen-
cia
en
los
fenmenos
mticos
que
se
caracterizan
por
sus
singulares
apti-
tudes.
Tenian
forma
de
animales
o
se
convertan
en
animales
o
en
di-
versos
objetos
de
la
naturaleza.
c)
Personi,f
icacones
de
la
natu-
ralezo:
los
animales,
plantas,
fen_
menos
de
la
naturaleza
y
cuerpos
celestes
son
considerados
como per-
sonas;
frecuentemente
con
facultdes
y
caractersticas
sobrehumanas.
Esta
creencia
puede
dar
origen
al
culto
de la
naturaleza.
d)
A.nmalismo:
es
una
forma
especial
del
animismo
o
de la
creen-
623
cia
en
espritus.
Tributa
un
acta-
miento
cltico
particular
a
los
an-
males,
y
de
manera
especial
a los
que
son
cazados.
El
totemismo y
Ia
creencia
en
el otro
yo
se
apolan
parcialmente
en
este Iundamento.
e) Creencic
en una
fuerza
espe-
cal:
figtracn
o
idea de una
fler-
za
extraordinaria,
misteriosa.
que
acta en
todas
partes.
A veces
es
algo
impersonal
y
mgico:
aunqr e
generalmente
se
le
considera
corno
algo
propio
do
naturalezas
espiritua-
les
superiores.
Puede
concentrarse
de
manera
especial
en
deterrninacios
elementos
do la
naturaleza,
en
obje-
tos
y personas.
Puede
tambin
con-
ferir
aptitudes
especiales,
y
con fre-
cuencia
no
es
sino
la
expresin
de
todo
lo incomprensible
y
santo
en
la
naturaleza
y
en
el
cosmos.
I
Creenc'a
en
un
dios
supretno:
idea
do
un
ser
supremo
espiritual y
personal,
autor
o creador
del
rnun-
do
y
de
los
hombres,
que
est
por
encima
de
todos
los
espiritus
y
fuer-
zas,
sin
principio
ni
fin,
que posee
una
mayor
o
menor
plenitud
de
po_
der.
La
mayor
parte
de
las
veces.
esto
dios
supremo
est
vinculado
al
cielo;
puede
manifestarse
en
los
cuerpos
celestes y
en
los
fenmenos
naturales.
Se le
adjudican
carasteres
antropomrflcos.
Se cree
que
pro-
porciona
la
vida
y
el
alimento,
que
es
el
autor
de
todo
lo
bueno.
puede
tambin
sancionar
la
moralidad,
aun-
que
no carece
de
un
aspecto
terni-
ble.
Un
nombre
muy
extendido
de
este
ser
supremo
es
el de
.
A veces
se
halla
en oposicin
mar-
cada
con
un
adversario,
es
decir,
con
el
principio
del
mal.
I_a
actir"idagracia sobrenatural
y,
por
tanto,
entra siempro tambirr
dentro de
la historia
de
Ia
-)rovc-
6?-()
24
-
7/24/2019 Diccionario teolgico R
6/11
Religiones
no
cristianas
iacin (->rvelacin
originaria).
Por
todo
ello,
siempre
se
cla
-+religin
en
la humanidad y
los momentos
citados
tienen
que
influir
en
y
den-
tro de
las
objetivaciones
sociales
re-
Iigiosas,
aunque
no
puedan
discri-
rninarse
claramente
entre
si. Hay
que
tener
en cuenta
que
la
-+infali-
bilidad de
la
Iglesia en
1o
que
toca
a
su
tgisterio
y
a su santidad
{-+santidad
de
la
Iglesia)
slo
viene
dada
con
Ia
situacin
escatolgica
de la revelacin
clausurada
en
Cristo.
Tampoco
hay que
olvidar
que
el
-;Antiguo
Testamento
obrado
por
Dios,
en cuanto
dimensin
histrico-
salvfica (->alianza),
no
gozaba,
co-
mo
magnitud
institucional,
de auto-
ridad
infalible
que
pudiera
distingr
do
forma
claramente
perceptible
para
cualquiera
entre
lo
dino
y
lo hu-
mano,
que pudiera
discriminar
las
rnanifestaciones
depravadas
de
la
religin
social
e
individual
de
las
religiones
como
tales.
Teniendo
pre-
sente
todo
lo
dicho,
no
os
licito
exi-
gir
de
antemano
una
pureza
moral
y
doctrinal
como
criterio
necesario
de cierta
legitimidad
y
aceptacin
por
la
providencia
divina
de
una re-
ligin extra y paracristiana
como
medio
do salvacin (incluso) positivo.
La
antigua
alianza
estaba
ordena-da,
segn
su
propia
manera de
enten-
derse,
slo al
ptreblo
de
Israel.
Esa
alianza,
contando
desde
Moi-
ss,
representa
incluso
temporalmen-
te un
periodo
insignificante
de la
preparaoin
ms inmediata
en
orden
a
Cristo,
comparado
con los
cientos
de
miles
de aos
de
la historia
de
la salvacin (-+salvacin
[historia
de
ial)
de
la humanidad.
Adems,
el
hombre
corpreo-social
concreto
s-
lo
puede
tener
una
religin
concre-
ta,
una religin
social
e institucio-
nalmento
constituida.
As,
por
todas
estas razones
no
es necesario privar
en
general
y
de antemano
a todas
.627
las religiones
institucionales preclis-
tianas
y
no
biblicas
del
carcter
de
medio
salvfico
positivo
en
ciertos
aspectos.
Con
esto se dice solamen-
te
que
estas religiones
precristianas,
tomadas
una
por
una,
fueron
una
amalgama,
casi o
del todo insepara-
ble,
de
conocimiento
de
Dios
racio-
nal, natural,
->revelacin
ftror
me-
dio
de
la
gracia
y
de
la
-rrevelacin
originaria),
objetivacin
recta
de co-
nocimientos
y
tendencias
religiosas,
mezclados
con la interpretacin
fal-
sa terica
y prctica
y
con la de-
pravacin
ocasionada
por
el
pecado
original,
el
error
y
Ia cu\ra
indivi-
dual y
colectiva. Las
proporciones
de
la
mezcla
son, naturalmentq
di.-
versas
en las
distintas
religiones
y
tiene
asimismo
su
historia
propia.
Con
esto
no
quiere
decirse
que
ha
de
considerarse
legtima
toda
reli-
gin
precristiana.
En
el
momento
en
que
a
una
forma
determinada
do
religin,
desde
fuera
o
desde den-
tro,
por
medio de
un
impulso
refor-
mador, en
su
situacin histrica
con-
creta
para
los
hombros
de
esta si-
tuacin, se
le
enfrenta
otra
forma
de religin
que
s
presenta
a la con-
ciencia
de
esos
hombres
como
-
7/24/2019 Diccionario teolgico R
7/11
Repelicin
1e
en
la
trrrsona
de
un hornbre
con-
sumado
por
la muerte.
) El
hom-
bre
siempro
tiene
que
realizar su
presente
a
base
de
su
pasado,
que
ha
permanecido.
c)
Y,
por
fin,
esa
posibilidad
se funda
tambin
en
que
al
pasado
de
un
hombre
no slo
perteriecen
sus actos anteiores, sino
tambin
la
historia
de Ios
dems
hombres,
en
virtud
de su
existencia
dialgica
y
del
principio
de
solida-
ridad
(-+solidaridad
[principio
de])
de su existencia en una historia co-
mrin
a
todos
los
hombres
(aunque
naturalmente esa
pertenencia
tiene
muy distintos
grados
y
formas).
La vuelta al
pasado que permane-
ce, como al fundamento
de
la
liber-
tad del
presente,
vuelta
por
cuyo
medio
(sobre
todo
pensando,
cele-
brando,
meditando, etc.)
queda
acep-
tado libremente
y
actualizado el ac-
tuar
permanente
de
la
historia,
eso
es la
repeticin
propiamente
dicha.
Esto
concepto
puede
tener aplicacio-
nes
muy
diversas
en
la
teologia: en
la
teologa
del
-)culto,
del
ao li-
trgico,
del
sacriflcio
de la
misa
(-)misa
[sacriflcio
de
1a]),
de
Ia ce'
lebracin
de
das
conmemorativos
individuales,
de la
-)meditacin,
de
los
-)misterios
de
Ia
vida
de
Je-
ss,
etc.
Ropreoenlacin.
La
unidad
obje-
tiva
del
mundo, en cuanto
creado
por
Dios con un
sentido
y
un
fin;
unidad que
se
anucia
por
primera
vez
en la
unidad
general
del
hori-
zonte
del
espritu,
tiene
que
darse
tambin, aunque
a
su manera,
en
el
mbito
personal.
Por
esto en
la sal-
vacin
sobrenatural
no
hay
indivi-
dualismo
absoluto alguno,
aunque la
salvacin
sea el
fruto
de la
decisin
Iibre
indelegable
e
irrepetible.
In-
cluso aqu nos vemos
llevados, in-
fluidos,
por
la
decisin de
los dems
y
por
sus
consecuencias.
Donde
la
decisin
de
un
idividuo,
en virtud
631
de
la
naturaleza del
que
acta
y
de
la naturaleza
de
la decisin
rnisma,
tiene
una importancia
salvfica
es,po-
cial
para
muchos
(o
para
todos los
dems),
puede
hablarse
en
teologa
do representacin. Esa
persona
una
se
halla
entonces verdaderamente
en
lugar de
muchos
o
de todos, los
cuerpo);
y puesto
que
e1
hombre corp,reo s1o
puede
arnar
verdaderamente
al
prjimo
en
la
concretez corprea
del mundo;
y
siendo
este
mundo
el
material
nece-
sario
de
la
obediencia
de
fe
frente
Dios
en
el respeto
a
las
esucturas
(rnticas
de todas
las
realidades
que
explican
su esencia
(-)ley
natural)'
la
relacin
del
hombre
respecto
del
mundo
no
puede limitarse
exclusi-
vamente
a
huir
de
l
(-.)mundo
[hui-
da
dell).
For
el
contrario,
tiene
que
imPli-
car
tambin
tlna
tarea
Para
el
hom-
bre
en
general
Y Para
el
Particular
de
acuerdo
con
su
situacin
Y
stts
aptitudes:
la latea
de
conducir
a
su
desarollo,
en
la
medida
de
lo
Po-
sible.
ta
inmanente
dinmica
evolu-
tiva
del mundo
de
la
naturaleza
Y
del
espritu,
con
una
conducta
acti-
va
y
con
resPonsabilidad
moral
(de
modo
que
el
Pecado
Puede
verse
tambin
en
la
falta de
esta
respon-
sabilidad),
aunque
siemPre
con
la
conciencia
de
que
la
consumacin
verdaderamento
definitiva
del
mundo
sigue siendo
obra
de la
gracia
de
Dios.
y
de
que
ninguna
evolucin
inmanente
llega
a
ningn
trmino
ni
deja
reposar
felizmente
en
si mismo
al mundo;
y
sabiendo
que
el
hom-
bre. en
toda evolucin
inmanente,
sigue
enfrentado
a
la
pregunta
de
la
le.
debido
a
su
caducidad
mortal
que nrpera
sobre
todo.
La
relacin
concreta
entre
responsabilidad
ante
el
mundo
y
huida
del
mundo
no
Pue-
de determinarse
normativamente
de
manera
Per[ecta
Y
tiene
en el
cris-
tianismo
una historia llena
de vicisi-
tudes
(cf.
la
falta
o el
estado
slo
de
ensayo
de
una teologa
seglar,
en
-+seglar
lteologal).
Resurrcccin
tle
Ia carne.
1. El
AT
y
e1
judaismo
tardio
testifican
run
:rparecer
progresivo
de
la
fe en
Ia
restlrreccilr
de la
carne.
cuyo
pri-
mer
testimonio
cierto
se
encuentra
en
Dan
12,
1
ss'
Otros
testimonios
en
2 Mac
7, en
los
aPcrifos
del
AT.
sohre
todo como
Privilegio
de los
631
Rcxurrectir
lc
ll
crlc
justos,
y
ms
tarde
alitrtlttltr
dc
lo-
dos.
tanto
de
los
buertos
()nl()
(lc
los
malos.
En
tiemPo
dc
Jcsts
sc
discuti
la resurreccin
do
la
citt
rtc
especialmente
por
parte de
ltls
slt'
duceos,
ya
que
no
3e
encotltl
ltllll
testificada
en
Moiss.
Jess
conl
rt-
dijo
a
los
saduceos
basndose
ett
lt
Escritura
(Mc
12,
18-27).
La
rustr-
rreccin
de
la
carne
queda afirmada
claramente
en
la
predicacin de
Jc-
ss, en
Act
24, 15,
en
el
evangclio
de
Juan
y
en
el
APoc.
Pablo
la des-
arrolla
teolgicamente
rechazando
de
manera
palmaria
el concePto
hc'
lenstico
de
cuerPo
(cuerPo
:
tm-
ba
o crcel
del
alma).
En el
NT
no
se
presenta nunca
una
felicidad
jun-
to
al Seor
sin
el
-+cuerpo.
El
cuer-
po
resucitado
de
1os
cristianos
lo
concibo
Pablo
pneumticamente
(ya
que toda resurreccin
de
Ia carne
est
determinada
Por
el
')Pneumu)
configurado
a
\a
)doxa
del
cuerPo
do
Jess
(Phil
3,
2l; I
Cor 15,
35
ss)'
si bien
analgicamente
con
respecto
al
cuerpo
glorioso del
Seor,
en
conexin
con 1o
terreno,
aunque
tambin
transformado
(1
Cor
l
-5.
36
ss
y
5l). Pablo
no habla
de
la
resurreccin
de
la
carne
de
los no
cristianos
o
no
justificados;
sin
em-
bargo,
la
supone
en
su
teologia
acer-
s
dsl
->juicio.
2.
La
fe
de
la
cistiandad
en
la
resurreccin
de
la carne
qued du-
rante muchos siglos
obscurecida
por
la
desvalorizacin
griega
del
-+cuer-
po y
por
la unilateral
preocupacin
por
la
salvacin
del alma.
Tambirr
qued
obscurecida
Por
la
conceP-
cin
antigua
del
mundo
con
la
ima-
gen
de
un
->cielo
como
lugar
Prc-
vio
y
exterior
a
1a
historia tlc
lr
salvacin
al
que
se
poda
llegal
clc-
vndose.
Contra
la doctrina
privlttllr
cle
su
predecesor
Juan
xxlr, dclinit
Benedicto
xII
que
la
-visitirl
rlc
Dios
no
ocurre
slo
dcsPtrs
tlc
l:r
6-r2
(r
l,
-
7/24/2019 Diccionario teolgico R
8/11
Resurreccin
de
Ia
carne
resurreccin
de
la carne,
sino
que
tras
la
pasin
y
muerte de
Cristo
Ia
gozan,
inmediatamente despus de
la
rnuerte, todos los
que
mueren
en
gracia.
Teniendo
en
cuenta
que
ya
antos de actualizarse en
su
corpo-
reidad
gloriflcada puede
correspon-
der
al
principio
esencial
del hom-
bre,
y
que
queda incoada
en
esta
vida
(Dz
530).
3. Para llegar a una concepcin
adecuada de la resurreccin
de
la
carne hay
que
tener
en cuenta
que
sarx).
Este hombe
total es,
sin
embargo,
una
entidad
plural
existen-
te
en
diversas dimensiones
(materia-
espiritu,
naturaleza-persona,
accin-
pasin,
etc.).
Esencia
cuya
plenitud
no
tiene
por
qu
acontecer
simul-
tneamente
en
todas
esas dimen-
siones.
As, la
realidad
permanente
del
espiritu
personal
puede
alcanzar
ya
en
la
->muerte
la comunin
inme-
diata con Dios,
aunque a
pesar
de
eso
el
muerto
pueda
permanecer
nculado
con Ia
realidad,
el
destino
y
el
tiempo del
mundo. Sobre
todo,
el
espritu
personal
como
sentido
de
la
realidad
mundana
total,
y
el fin
del rnr.ndo,
que
no
es
el
fln de
la
existencia humana
concreta,
aunque
si lo sea
de su
historia,
deben
ser
considerados
como pafiicipacin
en
la consumacin
del
espritu.
Esta
ple-
nitud
queda
consumada
solamente
con la
inclusin
de
aquella
dimen-
sin
que
pertenece
como
material a
la
concretez
del
espritu
y que
como
consumada
no debe
pensarse
ya
en
un lugar
de
nuestla
espacialidad
fsi-
ca.
Con
respecto
a
la resurreccin
de
la carne,
como hacerse
percepti-
ble
de la historia total
de un
hom-
bre,
cf.
,->juicio;
con respecto
a
la
consumacin
incluso
de
las
socie-
635
dades humanas
en la resureccin
de
la
carne,
cf.
-rcielo.
Las
especula-
ciones
acerca
del
cuerpo
que
ha
de
resucitar
encuentran
sus
lmites
en
la
peculiaridad
de
la
-)escatologa
bblica.
Resurreccin
de Crifo.
1.
En
el
primer
plano del
mensaje pascual neo-
testamentaio (acerca
de
esto,
cf.
2)
no
se
encuentra
una
demostracin
apologtica del
hecho
histrico
de
que
-+Jesucristo,
tras
su muerte real
y
verdadera,
despus de su
descen-
dimiento
de
la
cruz
y
de su
sepelio
legal, resucit
con
su realidad
total,
y
pof
tanto tambin
corrorea,
para
su gloriosa plenitud
e
inmortalidad.
Sin
embargo, a la
vista
de
las
po-
sibles
dificultades de
fe
propias
de
nuestros das, es
muy
importante
empezar
sealando los
fundamentos
do
la
historicidad
del
hecho
mismo
de
la
resurreccin
de Cristo.
Dicha
historicidad se
apoya
en
dos
datos
que
se sus(entan
y
aclaran
recprocamente,
que
resisten
cual-
quier
discusin
seria
por
parte
de
la
exgesis
crtica
y
de
la
investigacin
puramente
histrica.
El
primero
es
el
descubrimiento del
sepulcro va-
co,
cuyo testimonio
ms antiguo
se
encuenlra
en Mc I6. l-8,
pasaje que.
segn
la
exgesis, critica,
no fue
escri-
to
al servicio
de
una
demostracin
apologtica.
Por
una
parte,
el
descu-
brimiento Io
hacen
Ias mujeres
que.
segn
el
derecho
judo, no
eran
testi
gos
vlidos
(: Lc
24,
1l),
y
la narracin
termina
con
un
simple
motivo
de
temor, Mc
16, 8.
Pero, por
otra
parle,
est la
posibili-
dad
de comprobar
la noticia
en Je-
rusaln;
en
la
polmica
anticristiana
de
Jeusaln nadie
discute
que
el
se-
pulcro
se
haliara
vacio.
EI segundo
dato
lo
forman los
mrlltiples
testimo-
nios
que
da
Jess
acerca
de
s
mismo.
El
testimonio
ms
antiguo
se
encuen-
tra
en 1
Cor 15.
3b-5.
Este
pasaje
cs
un
lragmento
de
la
tradicin,
concebido
originariamente
en arameo,
procedente de
los
Pri-
meros aos de
la
comunidad
Primi'
tiva,
y
quo
slo
puede
referrse
a
una
reurreccin
de Cristo
corprea,
conJorme a la
antropologa
juda.
Asi
pues,
el
segundo
dato consiste
en
el
testimonio
mltiple
de
Jess,
dado
anto
testigos elegidos
que
anun-
cian su
fe
apoyados,
no en
el
hecho
del
scpulcro
vaco,
sino
en un con-
vencirniento
basado en
su
propia
per-
cepcin, convencimiento
que
luego,
en
los
evangelios, se
extiende
a
los
dems
gracias
a
la noticia
del
des-
cubrimiento
del
sepulcro
vaco
que
qued
como
indiscutible
e indiscu.
lida
en Jerusaln.
2.
De la misma
manera
que
en
I Cor 15,
3-5,
tambin
los
sermones
de Pedro
(Act"
2,22-4A; 3,
12-16;
5,
29-32
e.p.),
L-uyo
valor ha
sido
re-
descubierto
por
la
exgesis
crtica,
in[oman acerca de
la fe
pascual
de
la comunidad
primitiva
en
la hazaira
del
poder
divino
que
supone
el
de-
volver a Jesrs
la
vida
y
la
corpora-
lidad,
en
virtud de
las
cuales
las
apariciones del
resucitado
quedan
comprobadas
como
sucesos objetivos
(esquema
fundamental
del sermn
de la
pascua:
resurreccin
de
Cris-
to
-
prueba
esciturstica
-
testi-
monio de
los discpulos;
esquema
posterior:
sepulcro
vaco
-
cristo-
fana
-
ascensin).
Por otra
Parte,
esos sefinones de
Pedro testifican
tambin la disputa
entre
judos
Y
cristianos
acerca
de
la resurreccin.
Otro momento
ulterior
esencial al
testimonio
de
las
apariciones
de Je-
ss
1o
constituye
la
comprobacr'n
de Ia
identidad entro
el
crucificado
y
el
resucitado
(p.ej.,
Lc
24:
Ioh
2A);
la comprobacin
de
que
la
testifica-
cin
de
la resurreccin
de
Cristo
correspondo
a los
->apstoles
y,
so-
bre
todo, a Pedro
como misin es-
637
Rcsrrrecciu
dc Cristo
pecial caraclcrizrttla
prrr
trttt
cligrli-
dad
pcculiar
y
tlte
ccilrr"'Lltllt
rltti-
ficacin
exprcsa
crt
Ias
1'ralabras
del
resucitado.
3.
El
contenido
de
Ia
le aPtrstti-
lica
en
la
resurrccciirtt
dc
Cristtr
y
su
declaracin
catcquticlr
y
crltica,
que tiene
lugar
princip:tlrtctttc
cl
cl
->bautismo,
es
por
otra
Partc
nltY
escueta.
La
resurrcccin
dc
(
listtr
es
la
oba
de
poder
suprcma
dcl l'it-
dre,
-+el
testimonio
decisivrt
tle
I
Hijo sobre
si mismo;
la
inatrgtrta-
cin
de
los
{rltimos
tiempos
y
do
Ia
salvacin,
Ia experiencia
de
la
srl-
vacin
en
el
presente.
La
fe cn
lit
resurreccin
de Cristo
es el
conoci-
miento
pleno
de Jess
como
Mc-
sias,
-+ebed
Yahveh,
-+Hijo
dcl
hombre,
segundo
-+Adn
Y
Seor
do
la vida>>, fundamento
y
ejemplar
de
la
nueva
creacin,
hombe csmi-
co
postrero,
-)Seor
que de
manera
gloriosa
est
presente
a
su
comuni-
dad.
De
aqui la
exhortacin
a
mo-
verse
en una
-+vida
nueva, a
ves-
tirse
del
hombre nuevo;
aunque
tal
exhortacin
slo
puede
seguirse
Y
cumplirse
por
la
gracia
del resuci-
tado,
puesto
quo
Ia
nueva
vida
no
es
sino
el
del resucitado
(cl.
Rom
7,6; 9,
9;
14,
17
e.p.),
que
vnelve
a
generar
al
cre}rente
como
imagen
del
Adn ltimo
y
(>
(cf.
I Cor
15,
47
ss).
As
ese
espritu
hace
posible
que
el resuci-
tado
pueda
tomar
lorma
en
el
hom-
bre,
pue
-
7/24/2019 Diccionario teolgico R
9/11
Resurreccin
de
Cristo
.irrevocablements
al mundo
por
la
resureccin
de
Cristo,
del
Hijo
de-
finitivamente
legitmado.
Por
lo tan-
to,
el mundo
queda
admitido
por
Dios
a
la salvacin
de
una
manera
tan
escatolgicamente
deflnitiva, que
el
resto de la
historia
de
Ia
salva-
cin
slo
sera
aplicacin y
des.r,e-
lacin
de
lo
sucedido
en
la
resurrec-
cin
de
Cristo.
Aqr.r
se trata
de
un
misteio
de fe
estricto,
en
cuanto
que
la resurreccin
slo
puede
en-
tendeme
adecuadamente
en
su
esen-
cia
concreta
total
como
plenitud
pe-
culiar
de
Cristo
a
partir
del
misterio
absoluto
de
la
encarnacin.
Por
tan-
to,
teolgicamente,
la resurreccin
de
Cristo
no
es
un
caso
particular
do
una
resurreccin
en
general.
in-
teligible
en si
misma.
sino
el
suceso
irrepetible,
surgido
de
la esencia y
de la
muerte
de
Cristo,
y que
es
el
f
undamento
de
la
resurreccin
de
Ios
redimidos
por
El.
5.
EI
aspeckr
cristolgico
de
la
resurreccin
afirma
e implica
que
Cristo,
en su realidad
total,
por
tan-
to
tambin
corprea,
ha resnrcitado
a
la
plenitud
e
inrortalidad
glorio-
sa (en
contrapr>sicin
a la
devolu-
cin
de la
vida
a un
mucrto).
pues
bien,
esa
plenitud
le
corresponde
a
Cristo
en
virtud
de
su
pasin
y
de
su
muerte,
en cuanto que
ambas
ori_
ginan
la
citada plenitud
con
necesi-
dad
esencial
intrnseca.
Muerte
y
re-
surreccin
de
Cristo
constituyen
un
proceso
finico
de
fases
internas
inse-
parablemente
conexas
(cf.
Lc
24,
26.
46;
Rom 4,
25;
6,
4ss).
Todo
hombre
muere
dcsde
dentro para
entrar
en
su estado
definitivo,
de
manera que
tal
estado
es el
futo
maduro
de su
existencia
concreta
temporal y
libre,
y
no
meramente
un
perodo
subsiguiente
dento
de
una
sucesin
temporal,
en
la que
se
podra
dar
algo
completamente
he-
terogneo
con
respecto
a
Io
prece-
639
dente.
Con todo,
tal
plenitud
viene
dada
tambin
por
Dios,
puesto
que
la
muerte,
desde
cualquier punlo
de
vista,
es
un
abandonarse
a disposi;
cin
del
disponente.
Por 1o
tanto,
en
Cristo
la resurreccin
tiene
que
ser
la
con.sumacin
y
lo
que
consuma
su
muete, y
estos
dos momentos
del
proceso
nico
tienen
que
condicio-
narse
e interpretarse
mutuamente.
Por
eso
no
es una
afirmacin
mtica,
sino
la misma
verdad
objetiva,
Ia
descripcin
que
la
Escritura
y
la
tra-
dicin
hacen de
Ia
resurreccin
de
Cristo,
proponindola
como
la
acep-
tacin
real de
Ia
muerte
sacrificiai
de
Cristo
por parte
del
padre;
acep-
tacin
que
pertenece
a la
esencia
misma
del sacricio.
6.
La
humanidad
corporal
de
Cristo
es
una
porcin
estable
del
mundo
dinmicamente
unitario.
por
lo
tanto,
la
resurreccin
de
Cristo
es soteriolgica
y
objetivamente
el
comienzo
de la
glorificacin
del
mun-
do.
como
suceso
ontolgicamente
conexo
con
esa
gloriflcacin.
Asi
pues,
en
dicho inicio queda
decidida
fundamentalmente
e incluso
iniciada
la
plenitud
del
mundo.
En
otros
res-
pectos,
la resurreccin
rebasa
el
des-
tino
privado
de Cristo;
ella crea
el
analogia
y
como
--rmis-
terio;
como
lo
conocido
{rnicamen-
te en un trascender lo finito
por
va
do
negacin
y
en
una
referencia
mediata; de
ninguna
manera
en vir-
tud
de
una
captacin
directa
dc
l
en
si mismo.
D.) En
cuanto
que
su
relacin
ltima e
inequvoca con
respecto
a la criatura
espiritual
no
puede
llegar
a conocerse,
ya
que
de
esta
manera
sigue
siendo
una
incg-
nita
lo
quo
Dios
quiere
y
puede
ser
para
nmotros:
si,
permaneciendo
lrente
a nosotros silencioso
y
ence-
rrado
en sl mismo,
quiere
ser
infini-
tud
que
nos
distancia en
Duestra
finitud,
o
si
quiere
ser
la
absoluta
cercana
de
la
autocomunicacin ra-
dical;
si
al culpable
que
le
oponemos, va
a responder
con
una
condena o
con
perdn.
Ms all de esta revelacin natu-
ral
(que propiamente
no
es
sino
la
realidad
fctica de
Dios
dada como
pregunta y
no como respuesta)
se da
Ia
revelacin divia en sentido es-
tricto.
Esta no
viene
dada
sencilla-
mente
con
el ser
espiritual
del
hom-
brel
tiene
carcter de
suceso,
y
es
641
Rah-Vorg.2l
Revclacin
de lorma
clialgica;
en ella
Dios
interpela
al hombro
(ttebr
l, l-2),
le
informa
de
lo
Oue
queda
an
obscuro
a
pesar
do
la
rolcrcnci
nc-
cesaria
a Dios
de
16/as
las c(xas
quc
integran
el mundo
lprccisamentc
la
Pregunta
acerca
do
Dios
Y
la
cuqs-
tionabilidad
del hombre
cn
virttrd
dc
ese
misterio);
le
dz
ct>rtocer,
hr
que,
incluso
dando
al
mundo
Por
supuesto,
todava
igora
do
ste
Y
lo
que
ste todava
ignora: ll
ret-
lidad
interna
de Dios
Y
su
conducl;r
personal
y
libro
cofr
repecto a
lit
criatura
espiritual.
'fo
es necesnrit
discuti
si
por
nuestr4
propias
ftrcr-
zas
Podramos
llegaf
a conocer,
()
no,
la
posibilidad
de
que
Dios
pueda
o
no
afirmarse
do
esta
manera,
Pue
Ia irnrpcin
de esta
afirmacin
en
el
mbito
finito
del
conocimiento
acaso
encerrara
a
Ste
en su
finitud
Y,
Por
tanto,
lo
destruira
en
cuan-
to tal.
De
hecho,
Dios se
ha
revelado
de
esta
manera
(Dz
1785),
Y
de
aqu
podemos
deducir,
pof
lo
menos,
Que
somejante
revelacin
es
posible.
Esta
revelacin
tiene
dos
apecto distin-
tos
que
so integmn,
son absoluta-
mente
necesarios
y fnanifiestan
cier-
ta
variabilidad
6r,
5s
relacin
mutua.
Esta
revelacin,
llarlada
revelacin
oral
personal
e
histrica,
afecta
en
primer
lugar
(como
,nomento
del to-
do
y
no como una
fase temPoral-
mcnte anterior
o
cOmO
suceSO
ais-
lado.
cerrado
e
si
gismo)
la
intrin-
secr irrepetibilidad
espiritual
del
hombre: la
revelacin
brinda
a
esta
irrepetibilidad
la
posibilidad
de
es-
cuchar
y
aceptar sgta
automanifes-
tacin
de
Dios;
pues
si
sta
quedara
rebajada
al
plano
e
la criatura en
cuanto
tal nunca
pfra
-
7/24/2019 Diccionario teolgico R
10/11
Rcvolacin
nifestacin
y
autocomunicacin
de
Dios;
esta revelacin
es
la
personal
entrega
que
Dios
hace de s
mismo
al
hombre en
una
cercana
absoluta,
portadora
del
perdn,
de modo
que
Dios ni es lejana
absoluta
y
recha-
zante,
ni
juez
(aunque
bien
podra
ser ambas
cosas)
y
se
ofrece
a
la
experiencia
del
hombre en
esta
cer-
cana
portadora
del
perdn.
Lo
que
acabamos
do describir
por
medio
do
esa
duplicidad
se llama,
en
lcrminologa
cristiana,
-+gracia
san-
tilicanto
y
justificante,
como
eleva-
cin
que
diviniza
(gracia
cread>)
al hombre,
en la
que
Dios
no slo
hace
entrega de
algo
distinto
de
si,
sino
que
tambin
a s
mismo
oe
en-
trega
(gracia
-
7/24/2019 Diccionario teolgico R
11/11
Rcvelacin
tanto,
quizas un
uno
por
ciento
de
ia historia
de
la
humanidad
aproxi-
madamente
(espacial y
temPoral-
mente).
Esta
revelacin
no
tiene
su
cathcter
decisivo
Para
nosotro
en
el
contenido
concreto de
la historia
do
la
antigua
alianza,
puesto
que
o
Ios hombres
pueden
captarlo
(-+mo'
notesmo,
->ley
natural)
o
afecta
a
la
existencia
polltico-terrenal
del
pue-
blo de
la aliaraa
iuntamento
con
los
condicionamientos
histricos
de
la
forma
concreta
de
las relaciones
so-
ciales
y
religroaas
(que
sre
muestran
precisamente
como
voluntad
de
Dios
incluso
en
el
curso '
brcnatural
de
la
posesin
divina
por
nredio
de
la
autocomunicacin
gra-
tuita
del
mismo
Dios.
Por
lo
tanto'
tru,
ou"
admitir
como
siemPre
dado'
"t'..1".i.,
revelacin
(orat)
"rttttrtca
[te-
cha
a
un
hombre
Particular'
que
sc
le
da
sin
Provocar
una
obligaci(rn
directa
de
fe
en
los
dems
Y
srn
quc
huva
.ido
facilitada
por l)ios
al
ml-
risierio
de
la
Iglesia
parr
su
Strlr-
u',,.pro.lu*acin>>'
Tal
revelacirr
,"
mstica
es
Posible'
en
cual-
Irri"i
".o"*o'
en
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a
la
dircc-
"liOn
v
*lur"in
dcl
individuo
(-+ti'
ru
l*i.r"n"iufl.
Su
acatamierrto
puede
ser
obligaciOn
de
fe
para
el intere-
sado.
Pra
Poderla
considerar
co-
mo
autntica,
tiene
que
etar
en
"o]r"o.drt
"iu
con
la
revelacin
ecle-
ri.ti.u,
con
la
revelacin
general
en
i*""tiJt..
Incluso
una
revelacin
pri
vaa
autntica,
iontecida
en
el
fon-
.
"-
r"
coirciencia,
Puede
ser
de-
i.t"rO"
o
mal
interPretada
Por
el
irl*t.".
El
afn
de
lo
fantstico Y
"i
r"atu.i.*" Producen
a
menudo
re-
p.".*iu"ioro
y
manifestacrones
sub-
i;;;;;
sbitas,
surgidas
del
sub-
consciente,
que
equivocadamente
pue-
den
tomarse
como
una
revelacin'
i-as
t"u"t""iones
privadas
autnticas
or"O"n
ionstituir
la
base
de
una
ir-ision
profetica
dcl
particular
en
;;;; ,
ia
Iglesia.
sin
que Por
e:[lo
sea
lcito
reclamar
para
ellas
la
pre-
..*iiru
de
meiorar
Ia
revelacin
de-
ii""ii
".
Criito
ni
siquiera
la
dc
comPletarla;
esto
queda
absoluta-
ni""i"
"*"f"io.
La
revelacin
pri-
,oau
"
nicamente
nuevos
imPulsos
a-
ias
actuaciones
de
la
lglasia
scgltn
iur'"it
"aru.
situaciones'
de
acucrclo
con
el evangelio
urro
y
perm'lncnlc'
6s0
648