DICIEMBRE/ENERO/FEBRERO La lucha contra las nuevas … · de la Guerra Fría páginas 31-33 La...

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Entrevista con Ted Whiteside páginas 22-23 Nuevos análisis sobre las alianzas de la Guerra Fría páginas 31-33 La lucha contra las nuevas amenazas OTAN OTAN revista de la INVIERNO 2001/2002 La lucha contra las nuevas amenazas DICIEMBRE/ENERO/FEBRERO

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EntrevistaconTed Whitesidepáginas 22-23

Nuevos análisissobre las alianzasde la Guerra Fríapáginas 31-33

La lucha contralas nuevas amenazas

OTANOTANrevista de la

INVIERNO 2001/2002

La lucha contralas nuevas amenazas

organización del tratado del atlántico norte

alemaniabélgicacanadá

dinamarcaespaña

estados unidosfranciagrecia

hungríaislandia

italialuxemburgo

noruegapaíses bajos

poloniaportugal

reino unidorepública checa

turquía

DICIEMBRE/ENERO/FEBRERO

Revista de la OTAN2 Invierno 2001/2002

PORTADA

Manhattan el día 12 de septiembre .

ACTUALIDAD OTAN4Noticias breves sobre la Alianza

LO S N U EVO S RETO S A LA S E G U RI DA D6Ayudar a AméricaChristopher Bennett estudia laayuda de la Alianza a los EstadosUnidos, desde el 11 de septiembre,y su contribución a la campañaantiterrorista.

8Nuevas estrategias de seguridad en el siglo XXIRobert Hall y Carl Fox abogan porla adopción de nuevas estrategiaspara hacer frente a los retos deseguridad del siglo XXI.

12Combatir al terrorismoFrank J. Cilluffo y Daniel Rankinpro p onen la adopción de una estra t e g i aflexible, global y coordinada.

16Frente a la ciberguerraTimothy Shimeall, Phil Williams yCasey Dunlevy estudian la incorporación del mundo virtual ala planificación de la defensa.

ESPECIAL19Hacia una nueva asociaciónestratégicaWi llem Matser analiza las re l a c i on e sentre la OTAN y Rusia a raíz del11 de septiembre.

ENTREVISTA22Ted Whiteside:Director del Centro WMD de la OTAN

O TA NEl objetivo de esta revista, publicada bajola autoridad del Secretario General, escontribuir a una discusión constructivade los problemas atlánticos. Los artícu-los que aquí se publican no re p re s e n t a nnecesariamente la opinión o la políticade los gobiernos miembros de la OTA N .

DIRECTOR: Christopher BennettASISTENTEDEL DIRECTOR: Vicki NielsenASISTENTEDE PRODUCCIÓN: Felicity BreezeMAQUETA: NATO Graphics Studio

Editor: Director de Información y Prensa1110 OTAN Bruselas, Bélgica

Impreso en SERGRAPH, Madrid (España)© NATO

[email protected]@hq.nato.int

Los artículos pueden ser reproducidos tras haber obte-nido la autorización de la Redacción y mencionandosu origen. La reproducción de los artículos firmadosdebe realizarse incluyendo el nombre de su autor.

La Revista de la OTAN se publica periódicamen-te en español, al igual que en Checo, Inglés(NATO Review), Danes (NATO Nyt.), Holandés(NAVO Kroniek), Francés (Revue de l’OTAN),Alemán (NATO Brief), Griego (Deltio NATO),Húngaro (NATO Tükor), Italiano (Rivista dellaNATO), Noruego (NATO Nytt), Polaco (PrzegladNATO), Portugués (Noticias da OTAN), y Turco(NATO Dergisi) . Una vez al año se publica enIslandés ( N ATO Fréttir) y ocasionalmente enucraniano y ruso.

La Revista de la OTAN está también disponible en la página web de la OTAN en la direcciónwww.nato.int/docu/review.htm

Pueden obtenerse de forma gratuita númerosimpresos de la revista en los países citados a con-tinuación en las direcciones que se acompañan:

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Las peticiones desde otros países diferentes a loscitados o para otras publicaciones de la OTANdeben ser enviadas a:

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Cada mención hecha en esta publicación a la anti-gua República Yugoslava de Macedonia está mar-cada por un asterisco (*), con la siguiente nota apie de página:Turquía reconoce a la República de Macedonia porsu nombre constitucional.

O TA Nrevista de la s u m a ri o

Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 3

Los acontecimientos del 11 de septiembre, cuando lost e r ro ristas secuestra ron aviones com e rciales y los estre ll a ronc on t ra el Pe n t á gono y el Wo rld Trade Center, f u e ron detal magnitud que la fe cha ha arraigado ya en la con c i e n c i acolectiva de la humanidad. Po cas de las personas vivas en laactualidad podrán olvidar dónde estaban o qué hacían cuan-do oye ron la noticia. C omo re a c c i ó n , este número de laR evista de la OTAN se centra en las nuevas amenazas con-t ra la seguridad y los modos de com b a t i rl a s . En el pri m e rode los cuatro artículos sobre el tema, a n a l i zo cómo ay u d óla Alianza a los Estados Unidos a raíz de los ataques del11 de septiembre . A con t i n u a c i ó n , R o b e rt Hall y CarlFox sostienen la necesidad de estrategias nuev a s , globales yt ra n s n a c i onales para ocuparse de los retos de seguridad delsiglo XX I . Frank J. C i lluffo y Daniel Ra n k i n , del Centro deEstudios Estratégicos e Intern a c i on a l e s , instan a adoptaruna estrategia flexible, global y coordinada para combatir elt e r ro ri s m o. Ti m o t hy Sh i m e a ll , Phil Wi lliams y CaseyDu n l ev y, del Centro de Análisis CERT de la Unive r s i d a dC a rnegie Mell on de Pittsburg (Pe n s i lv a n i a ) , sostienen quelos planes de defensa deben incorp o rar el mundo virt u a l , afin de reducir los daños materiales en el mundo re a l . Por sup a rt e, Wilen Master, de la Oficina del Asesor Especial de laO TAN para Europa Central y Ori e n t a l ,a n a l i za la ev o l u c i ó nde las re l a c i ones OTA N - Rusia desde el 11 de septiembre, yOsman Ya v a za l p, de la División de Asuntos Políticos de laO TA N , estudia las re l a c i ones de la organización con susSocios del Asia Centra l . En la entrev i s t a ,Ted Wh i t e s i d e, d e lC e n t ro WMD de la OTA N , d e s c ribe el trabajo de suC e n t ro. En el debate, Keith Payn e, del Instituto Na c i on a lp a ra la Po l í t i ca Pública , y Joseph Ciri n c i on e, de laFundación Carnegie para la Paz Intern a c i on a l , d i s c u t e ns o b re cómo encaja la defensa con t ra misiles en las pri o ri d a-des del gasto en defensa a raíz del 11 de septiembre . En elre p o rt a j e, Petr Lu n a k , redactor de re l a c i ones externas en laOficina de Información y Prensa de la OTA N ,a n a l i za cómolos documentos descubiertos en los archivos del Pacto deVa r s ovia están influyendo y cuestionando las interp re t a c i o-nes conve n c i onales sobre las alianzas de la guerra fría.C ompletan este número unas estadísticas sobre terro ri s m oi n t e rn a c i onal y un mapa con las dife rentes nacionalidades delos fallecidos el 11 de septiembre .

Christopher Bennett

Invierno 2001/2002

Vacantes en la OTAN

Los ciudadanos de los países de la OTAN pueden optar a cualquierade los puestos de la plantilla internacional de la OTAN. Los detalles sobre

las vacantes, los procedimientos a seguir y los formularios de solicitudpueden obtenerse en la página web de la OTAN en la dirección:

http://www.nato.int/structur/recruit/index.htm

REPORTAJE24En primera líneaOsman Yavuzalp analiza las relaciones de la OTAN con susSocios del Asia Central.

DEBATE26A raíz de los ataques terroristasdel 11 de septiembre, ¿qué prioridad tiene la defensa antimisiles en los presupuestosde seguridad?KEITH B. PAYNE

“versus” JOSEPH CIRINCIONE

¿Cuáles son las mayores amenazasactuales contra la seguridad? ¿Qué recursos deben dedicarse a la defensa antimisiles?

RESEÑA DE PUBLICACIONES31Nu evos análisis sobre las alianza sen la guerra fríaPetr Lunak estudia las nuevas interpretaciones sobre la OTAN yel Pacto de Varsovia

ESTADÍSTICAS34Terrorismo internacional

KAZAJSTÁN

MarCaspio

UZBEKISTANREPÚBLICA

DE KIRGUIZIA

TAYIKISTAN

AFGANISTÁNIRAN

TURKMENISTAN CHINA

PAKISTAN

Mar deAral

Robertson en Rusia

Durante un viaje a Rusia, del 21 al 23de noviembre, el Secretario General dela OTAN, Lord Robertson, se reunióen Moscú con el Presidente Ruso V l a-dimir Putin, el Ministro de AsuntosExteriores, Igor Ivanov, el Ministro deDefensa, Sergey Ivanov y el Presiden-te del Consejo de Seguridad Nacional,Vladimir Rushaito. Las conversacio-nes se centraron en un conjunto depropuestas para lograr una coopera-ción más eficaz, especialmente en lalucha contra el terrorismo.

Durante los días 20 y 21 de noviembrese celebró en la O TAN la reunión anualde Jefes de Estado Mayor de la De-f e n s a (CHODs). Al acabar las sesiones,los CHODs se reunieron, por separado,con sus homólogos de los países dela Asociación Euroatlántica, Rusia yU c r a n i a .

El General Harald Kujat, de la Fuerz aAérea Alemana, fue designado parasustituir en junio de 2002, por un pe-riodo de tres años, en la Presidenciadel Comité Militar al Almirante G u i d oVe n t u r o n i .

Hacia la normalidadLord Robertson expresó su satisfac-ción por el desarrollo pacífico de laselecciones celebradas en Kosovo p a r auna Asamblea Provisional, el 17 denoviembre, "como un paso importantehacia la normalidad", que daría a todaslas comunidades "la oportunidad deformar una sociedad verdaderamentedemocrática, multiétnica y próspera".

Lord Robertson elogió al Parlamentode la antigua República Yugoslava deMacedonia* por haber aprobado, el 16de noviembre, un total de 15 enmien-das constitucionales que garantizan untrato más equitativo a las minorías.

El 12 de noviembre, como parte de suvisita a países candidatos a la integra-ción en la OTAN, Lord Robertson v i s i t ó

Ljubijana (Eslovenia), donde discutiócon el Presidente Milan Kucan, el Pri-mer Ministro Janez Drnovsek, el Minis-tro de Defensa Antón Grizold y algunosmiembros del Parlamento los progre-sos realizados por su país en el cumpli-miento de los requisitos para el ingreso.

Viaje a los BalcanesComo consecuencia de la reanudaciónde las revueltas populares en la anti-gua República Yugoslava de Macedo-nia*, Lord Robertson se reunió el 7 denoviembre en la capital, Skopje, c o nlíderes del gobierno para apoyar la im-plementación de las reformas internasprometidas. Al día siguiente viajó aPrístina, Kosovo, para reunirse con elRepresentante de las Naciones Uni-das, Hans Haekkerup, y el Coman-dante General de la KFOR, GeneralMarcel Valentin, para discutir los pre-parativos de las elecciones a una nue-va asamblea, previstas para el 17 den o v i e m b r e .

Los días 5 y 6 de noviembre tuvo lu-gar en la OTAN la Conferencia Anualde Directores Nacionales de Arma-mento en la que se discutió el refor-zamiento de las capacidades de defen-sa de la OTAN, las futuras oportunida-des para la cooperación defensiva conpaíses Socios, y el desarrollo del pro-grama de defensa contra misiles deteatro de la OTAN y la Vigilancia Te-rrestre de la Alianza. Por primera vezse invitó a los países Socios a asistir aalgunas sesiones.

Visitas a capitalesEl 5 de noviembre, Lord Robertsoninició su viaje a los nueve países queaspiran a la integración, con una visitaa Bratislava (Eslovaquia). Se reuniócon el Presidente Rudolf Schuster,con el Primer Ministro Mikulas Dzu-r i n d a , con el Ministro de Asuntos Ex-teriores Eduard Kukan, con el Minis-tro de Defensa Jozef Stank y con par-lamentarios eslovacos.

Del 5 al 20 de noviembre, unas 2.500personas, de los 14 países OTAN y 13países Socios, participaron en el ejerc i-cio Allied Effort 2001, en W r o c l a w,Polonia. La finalidad de este ejerc i c i o ,organizado por las F u e r zas Aliadas delNorte, fue entrenar a los cuarteles ge-nerales y mandos integrantes de unasF u e rzas Operativas Combinadas y Con-juntas en el planeamiento y ejecuciónde una operación de apoyo a la paz.

Durante los días 29 y 30 de noviem-bre, fuerzas de la SFOR d e s c u b r i e r o n

dos depósitos ilegales de armas e nHan Pijesak, una ciudad de Bosnia-H e rzegovina bajo control serbio, ques i rvió como cuartel general serbio-bosnio durante la guerra de Bosnia.

En una reunión celebrada en T b i l i s i ,Georgia, el 29 de octubre, el C o m i t éCientífico de la OTAN aprobó el p r o-yecto de Autopista Virtual de la Sedapara proporcionar acceso a Internet,vía satélite, a las comunidades científi-cas y académicas de ocho países deAsia Central y del Cáucaso Meridional.

Nueve países OTAN y 11 países Sociosparticiparon en el ejercicio C o o p e r a t i -ve Determination 2001 en Baku ( A z e r-baiyán) entre los días 5 y 16 de no-viembre. Este ejercicio de puestos demando asistido por ordenador y orga-nizado por las F u e r zas Aliadas del Surde Europa, tenía como finalidad mejo-rar la interoperatividad militar en lasoperaciones de respuesta ante crisis.

Parlamentarios de países de la OTAN ypaíses Socios se reunieron en B u c a-rest, Rumania, del 25 al 27 de octu-bre, en un seminario sobre El papel dela OTAN en la seguridad de la regióndel mar Negro, organizado por laAsamblea Parlamentaria de la OT A Nen colaboración con el Congreso delos Diputados Rumano.

El 26 de octubre se celebró en la s e d ede la OTAN la conferencia Diez añosde Socios y Cooperación, para cele-brar el décimo aniversario de la crea-ción del Consejo de Cooperación delAtlántico Norte.

Información actualizada sobre defensa antimisilesEl 25 de octubre, los Embajadores en laO TA N fueron puestos al corriente de losúltimos planes de los EE.UU. sobre elescudo de defensa antimisiles por diplo-máticos norteamericanos de alto rango,

que informaron sobre las discusionesque el fin de semana anterior mantuvie-ron los Presidentes de Rusia y EE.UU.en Shanghai (China) sobre el Tratado deMisiles antibalísticos de 1972.

El 24 de octubre, el Almirante de losEE.UU. G r e g o ry G. Jonson relevó altambién Almirante norteamericano J a-mes Ellis en el mando de las F u e rz a sAliadas del Sur de Europa, con baseen Nápoles (Italia) y responsable de lasoperaciones de apoyo a la paz llevadasa cabo por la OTAN en los Balcanes.

Lord Robertson visitó Lisboa, Portu-gal, durante los días 24 y 25 de octu-bre, reuniéndose con el Presidenteportugués Jorge Sampaio y con elPrimer Ministro Antonio Guterres,así como con el Ministro de AsuntosExteriores Jaime Gama y el Ministrode Defensa Rui Pena. También pro-nunció una conferencia sobre el futu-ro de las relaciones transatlánticas.

El octavo encuentro entre el C o n s e j odel Atlántico Norte y el Comité Políticoy de Seguridad de la Unión Europea,celebrado en la O TAN el 23 de octubrede 2001, estuvo dedicado a las contri-buciones de la coalición internacionalcontra el terrorismo, el proceso de pazen la antigua República Yugoslava deMacedonia* y los progresos alcanzadosen los acuerdos de cooperación entrela OTAN y la Unión Europea.

El primer ministro y antiguo Rey deBulgaria, Simeon Saxe-Coburg Gotha,se reunió el 22 de octubre con L o r dR o b e r t s o n en la sede de la O TA N .

Revista de la OTAN4 Invierno 2001/2002

ACTUALIDAD OTAN

Entre los días 17 y 23 de octubre serealizó en Borovets, Bulgaria, el ejerc i-cio Cooperative Support 2001, p a r aadiestrar a las fuerzas de la OTAN y lospaíses Socios en los aspectos logísti-cos de las operaciones de apoyo apaz, incluyendo fuerzas marítimas, te-rrestres, aéreas, anfibias y sanitarias.El 22 de octubre, la F u e r za Naval Per-manente del Atlántico abandonó la ba-se naval de Zeebrugge, Bélgica, parareunirse en el Mediterráneo Oriental conla F u e rza Naval Permanente del Medi-terráneo, para apoyar las operacionesantiterroristas según el Artículo 5.El 18 de octubre de 2001, Lord Ro-b e r t s o n y el Comandante SupremoAliado en Europa, General J o s e p hRalston, se unieron a una delegaciónde alto nivel de representantes de laUnión Europea y la Organización parala Seguridad y Cooperación en Europa(OSCE), en la exigencia a los líderesdel gobierno y la oposición de la anti-gua República Yugoslava de Mace-donia* de que reanudasen el procesode reformas internas.

Despliegue de elementosde la OTANPor primera vez en la historia de laO TAN, equipos de la Alianza se desple-garon, el 9 de octubre, en apoyo de lasoperaciones contempladas en el Artí-culo 5. Cinco aviones portando siste-

mas aerotransportados de control ydetección avanzada ( AWACS) f u e r o nenviados a los EE.UU. para liberar a losaviones de dicho país que operan enAfganistán. A la F u e r za Naval Perma-nente del Mediterráneo se le enco-mendó garantizar la presencia de laO TAN en el Mediterráneo Meridional,acortando la duración de un ejerc i c i oanual marítimo, aéreo y anfibio, D e s t i -ned Glory 2001 programado inicial-mente del 5 al 23 de octubre.Del 8 al 10 de octubre, Lord Robert-s o n se reunió con el Primer MinistroCanadiense Jean Chrétien, con elPresidente de Estados Unidos G e o r g eB u s h y otras personalidades, durante

un viaje a Norteamérica. Las discusio-nes se centraron en las actividades an-titerroristas y la colaboración con laOperación Libertad Duradera.

Medidas del Artículo 5El 4 de octubre, los Aliados de la OT A Nacordaron —a petición de Estados Uni-dos— adoptar, individual y colectiva-mente, ocho medidas para aumentarlas opciones disponibles en la campa-ña contra el terrorismo, entre ellas eldespliegue de buques de la Fuerzas Na-vales Permanentes de la Alianza en elMediterráneo Meridional, y el desplaza-miento de aviones AWACS a los EE.UU.

Durante los días 4 y 5 de octubre,Lord Robertson se reunió en S o f í a ,Bulgaria, con los Jefes de Estado d elos países del "Grupo de Vilna" — A l-bania, Bulgaria, Croacia, Estonia, Le-tonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia,Eslovenia y la antigua república Yu-goslava de Macedonia*— las discu-siones se centraron en las nuevasamenazas para la seguridad globalsurgidas tras los atentados terroristascontra los Estados Unidos.

Reunión con PutinCuando el Presidente ruso V l a d i m i rPutin se reunió, el 3 de octubre, enBruselas con Lord Robertson, r e i t e -ró el deseo de su país de contribuir ala campaña general contra el terroris-mo. También analizaron la situaciónen Chechenia, las defensa antimisiles,la situación de las relaciones OTA N -Rusia, y cómo la cooperación actualpodía extenderse a otros aspectos.

El 3 de octubre, el General francésMarcel Valentin, sustituyó al Generalnoruego Thorstein Skiaker en el man-

do de la KFOR. Ocupará el puesto du-rante un año ya que el periodo de rota-ción de seis meses se ha prolongadocomo consecuencia de la reorganiza-ción de esta fuerz a .

El Consejo Atlántico de Eslovenia fueel anfitrión de la Asamblea anual de laAsociación del Tratado Atlántico, c e-lebrada en Bled (Eslovenia) entre losdías 3 y 6 de octubre, donde se deba-tieron Las nuevas tendencias, retos,esperanzas y oportunidades de laO TA N .

Confirmación del Artículo 5El 2 de octubre, Lord Robertson c o n-firmó la invocación del Artículo 5 d e s-pués de que los enviados norteameri-canos informaran a los E m b a j a d o r e sen la OTA N de los resultados de las in-vestigaciones sobre los ataques terro-r i s t a s del 11 de septiembre. Los envia-dos norteamericanos confirmaron quelos ataques habían sido dirigidos des-de el exterior por la red terrorista A l -Qaeda, dirigida por Osama ben Laden.

El Presidente polaco Alexander Kwas-n i e w s k i se reunió con Lord Robertsonen la O TAN, el 2 de octubre. Allí ex-presó la disposición de su país a con-tribuir en la lucha antiterrorista y a in-crementar su presencia en la fuerza depaz en los Balcanes. Las conversacio-nes versaron, también, sobre la refor-ma de la defensa y el plan a seis años,iniciado en 1999, para modernizar lasf u e rzas armadas polacas.El 1 de octubre, Lord Robertson s ereunió en Berlín, Alemania, con el Mi-nistro de Defensa Rudolf Scharping,el Ministro de Asuntos ExterioresJoschka Fischer, y la Presidenta delpartido de la oposición CDU, A n g e l aMerkel. Discutieron el apoyo alemána la campaña contra el terrorismo y elp apel de su país en la F u e r za OperativaAmber Fox en la antigua repúblicaYugoslava de Macedonia*, que seencarga de dar seguridad a los repre-sentantes de la UE y la OSCE.

Unos 2000 soldados de 14 países OTA Nparticiparon, del 1 al 25 de octubre, en ele j e rcicio Exchange Adventure 2001, e nel noroeste de Turquía, destinado a en-trenar a las fuerzas de acción rápida enoperaciones del Artículo 5.

El 28 de septiembre, Lord Robertsonasistió a una ceremonia celebrada en

la Escuela de Defensa de la OTAN, e nRoma para conmemorar su 50 aniver-s a r i o .

Durante los días 28 y 29 de septiem-bre, en el primer seminario patrocina-do por la OTAN en Belgrado, se anali-zó la posibilidad de que la R e p ú b l i c aFederal de Yugoslavia se una a laAsociación para la Paz y a la comuni-dad de seguridad Euro-Atlántica.

Reunión de los Ministrosde DefensaA raíz de los ataques terroristas del 11de septiembre, los Ministros de De-fensa de la OTAN se reunieron en se-sión formal en la O TAN, el 26 de sep-tiembre, y reiteraron su solidaridadcon los Estados Unidos y su compro-miso con los principios contenidos enel Artículo 5. El Subsecretario de De-fensa de EE.UU., Paul Wolfowitz, i n-formó sobr los planes, de amplio al-c a nce y a largo plazo, para la luchacontra el terrorismo. También se de-batió sobre el impacto de los ataquesterroristas en la futura estructura ymisiones de la OTAN, y los compro-misos de la OTAN en los Balcanes.

El 25 de septiembre, el día antes deque acabara Cosecha Esencial, se ini-ció la misión de 30 días para el desar-

me de los rebeldes de etnia albanesaen la antigua República Yugoslava deM a c e d o n i a * Lord Robertson v i s i t óSkopje, en donde se reunió con diri-gentes gubernamentales para discutirsobre los acuerdos para proporcio -nar una seguridad adicional a los su-pervisores internacionales.

Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 5

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ACTUALIDAD OTAN

Revista de la OTAN6 Invierno 2001/2002

terrorismo internacional. A su vez, el 14 de septiembre la Co-misión OTAN-Ucrania condenó los ataques contra los EstadosUnidos y, en una declaración emitida tras la reunión, Ucraniaanunció que estaba dispuesta a prestar todo su apoyo para ase-gurar que los responsables de los ataques fueran conducidosante la justicia.

Tras haber invocado el Artículo 5, los Aliados, a petición deEstados Unidos acordaron la adopción de ocho medidas paraimplementarlo y para incrementar las capacidades disponiblesen la campaña antiterrorista. En concreto, acordaron reforzarla puesta en común de información y la cooperación, tanto bi-lateral como con los organismos de la OTAN sobre las ame-nazas que plantea el terrorismo y a las acciones a tomar con-tra él: proporcionar, de forma individual o colectiva, y confor-me a la capacidad de cada uno, ayuda a los Aliados y a otrosEstados que estén o puedan estar sujetos a un aumento de lasamenazas terroristas por su apoyo a la campaña antiterroristay adoptar las medidas necesarias para aumentar la seguridadde las instalaciones de los Estados Unidos y de otros Aliadosen sus territorios.

Los Aliados decidieron también reemplazar los equipa-mientos de la Alianza necesarios para apoyar operaciones an-titerroristas, proporcionar autorizaciones de vuelo de caráctergeneral para lo aviones de los EEUU y de otros Aliados en ac-ciones antiterroristas y facilitar a los Estados Unidos y a losotros Aliados el acceso a los puertos y aeródromos del territo-rio propio para operaciones antiterroristas. Además, el Conse-jo decidió que la Alianza se preparase para desplegar parte desus fuerzas navales permanentes en el Mediterráneo Orientaly cinco aviones AWACS en los EEUU para apoyar este tipo deoperaciones.

El 8 de octubre, cinco aviones AWACS de la OTAN y susrespectivas tripulaciones – con personal de Alemania, Bélgica,Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Grecia, Holan-da, Italia, Noruega, Portugal, Reino Unido y Turquía – volaronhasta Estados Unidos para prestar apoyo en operaciones anti-terroristas. El despliegue está inicialmente previsto para seismeses, con una primera rotación a las seis semanas. Duranteeste periodo, aviones AWACS franceses han asumido la res-ponsabilidad de las tareas que en circunstancias normales hu-bieran realizado estos aviones, especialmente en Bosnia-Her-zegovina.

La Fuerza Naval Permanente de la OTAN en el Mediterrá-neo, compuesta por ocho fragatas y un navío de apoyo logísti-co, partió el 9 de octubre hacia el Mediterráneo Oriental. Es-tas fuerzas bajo mando británico no se han visto implicadasen combates, pero han demostrado la resolución e implicación

Christopher Bennett es el Director de la Revista de la OTAN.

En los meses trascurridos desde que los terroristas estre-llaron los aviones secuestrados contra el Pentágono y elWorld Trade Center, los Aliados y Socios de la OTAN se

han alineado tras los EEUU en una demostración sin prece-dentes de apoyo y solidaridad. Las acciones de la Alianza, des-de la invocación del Artículo 5 inmediatamente después delos ataques hasta el préstamo a los EEUU de los aviones equi-pados con Sistemas Aerotransportados de Detección y Control(AWACS) y los preparativos preventivos por si fuera necesariooperaciones humanitarias en Afganistán, han demostrado, deforma mucho más elocuente que cualquier discurso, la unidadentre Europa y América ante los retos de seguridad comunes.

La decisión tomada el 12 de septiembre de invocar el Artí-culo 5 del Tratado de Washington, la cláusula principal de lacarta fundacional de la OTAN, que establece que un ataque ar-mado contra uno de los Aliados en Europa o Norteamérica seráconsiderado como un ataque contra todos ellos, sigue siendo lamás profunda muestra de solidaridad de la Alianza. Si al prin-cipio se invocó de forma provisional, esperando a que se de-terminase si los ataques contra los Estados Unidos habían si-do dirigidos desde el exterior, la decisión se vio confirmada el2 de octubre por el Secretario General de la OTAN, Lord Ro-bertson, cuando los enviados estadounidenses informaron alConsejo del Atlántico Norte (NAC) de los resultados de las in-vestigaciones sobre los ataques.

Muy pocos de los padres fundadores de la Alianza habrían lle-gado a imaginar que la primera vez que se invocase el A rtículo 5sería a raíz de un ataque contra los Estados Unidos, y no contraalgún Aliado europeo. Pero seguramente todos ellos se habríans entido impresionados por la rapidez de la respuesta y el gr a d ode unidad que reflejó. Además, la histórica decisión del Conse-jo del Atlántico Norte fue sólo una de las muchas demostracio-nes de apoyo a los EEUU y de condena contra los ataques quese realizaron en la sede de la OTAN tras el 11 de septiembre.

El 12 de septiembre, los 46 miembros del Consejo de Aso-ciación Euroatlántico – 19 Aliados y 27 Socios – condenaronsin paliativos los atentados, calificándolos de atrocidades bru-tales y sin sentido, y de un ataque contra sus valores comunes.Acordaron, también, que no permitirían que los que siguen elcamino de la violencia pusieran en peligro esos valores, y pro-metieron llevar a cabo toda clase de esfuerzos para combatir lalacra terrorista. El Consejo Conjunto Permanente OTAN-Ru-sia condenó el 13 de septiembre los ataques, y coincidió en lanecesidad de la cooperación OTAN-Rusia en la lucha contra el

Ayudar a AméricaChristopher Bennett analiza la ayuda de la Alianza a los Estados Unidos,

desde el 11 de septiembre, y su contribución a la campaña antiterrorista.

de la Alianza en la campaña antiterrorista, le encuentran ade-más disponibles para otras misiones, entre ellas la participa-ción en iniciativas diplomáticas como las realizadas dentro delDiálogo Mediterráneo de la Alianza, el foro de la OTAN parael debate y la cooperación con países en toda la región medi-terránea. A estas unidades se les unió posteriormente la Fuer-za Naval Permanente en el Atlántico.

Los Estados Unidos y el Reino Unido emprendieron el 7 deoctubre las operaciones militares contra la red terrorista AlQaeda y contra el régimen talibán, que la acogía en Afganis-tán. Aunque ésta no sea una operación de la OTAN, todos losmiembros de la Alianza la apoyan, y muchos de ellos han pro-metido tropas de tierra y apoyo logístico para sostener la cam-paña y prestar ayuda humanitaria a la población afgana. Tam-bién han contribuido a la lucha antiterrorista las fuerzas de laOTAN en los Balcanes,arrestando a varios pre-suntos terroristas quemantenían vínculos conla red Al Qaeda, y prosi-guiendo las inve s t i ga-ciones sobre las activi-dades de ciudadanos ex-tranjeros llegados a laregión para luchar comovoluntarios y que se es-tablecieron allí.

Como reacción anteuna posible catástrofe hu-manitaria, el Consejo delA t lántico Norte encargóel 13 de noviembre a lasautoridades militares dela OTAN que preparasenplanes de contingenciapara posibles operacio-nes humanitarias en A f-ganistán y su entorno. LaAlianza tiene ex p e r i e n-cia y conocimientos técnicos en este campo, además de unagran capacidad logística, como quedó demostrado en 1999 du-rante la crisis de Kosovo. Cualquier hipotética participaciónde la OTAN en la crisis actual se produciría a solicitud de lasNaciones Unidas, y en estrecha coordinación con las agenciasde las NU y con otras organizaciones humanitarias. La extra-ordinaria cooperación ente los ejércitos de la OTAN, que con-tribuyó al éxito de la coalición contra Irak hace una década ylas operaciones en curso de apoyo a la paz en Bosnia, podríaresultar sumamente beneficiosa en condiciones difíciles.

A raíz del 11 de septiembre, la Alianza ha aumentado con-siderablemente sus esfuerzos en todos los campos —político,militar y sanitario— contra la amenaza del terrorismo con Ar-mas de Destrucción Masiva (WMD). Los Aliados están inter-cambiando información sobre cuestiones relacionadas con es-te tipo de terrorismo cada vez con más frecuencia y amplitud,y el Centro WMD (ver la entrevista con el Director del Centro

WMD, Ted Whiteside, en páginas 22 y 23) está a su vez con-tribuyendo a mejorar la coordinación de todas las actividadesrelacionadas con las WMD en la Sede de la OTAN.

Los días 25 y 26 de octubre, los directores de planes deemergencia civil de la Alianza y los países Socios se reunieronen la sede de la OTAN para debatir las implicaciones de losataques del 11 de septiembre y acordaron preparar un inventa-rio de capacidades nacionales, como transportes y equipa-mientos médicos y científicos disponibles para proteger a lapoblación civil en caso de un ataque biológico, químico o ra-dioactivo. Si fuese necesario, el Centro Euroatlántico de Co-ordinación de Respuestas ante Desastres, con base en la sedede la OTAN y el personal procedente de varios países de laOTAN y Socios, podría actuar como una especie de cámara decompensación de la ayuda internacional, tal y como lo ha he-

cho ante diversos desas-tres naturales en los últi-mos años.

Desde el 11 de sep-tiembre, la OTAN ha es-tado estrechando sus re-laciones con la UniónEuropea para ayudarle aafrontar la amenaza te-rrorista. En una reuniónentre el NAC y el Comi-té Político y de Seguri-dad de la UE, celebradael 24 de septiembre, losembajadores coincidie-ron en la importancia deestrechas consultas y co-operación entre las dosorganizaciones. El 12 deoctubre, Lord Rob e rt s o ni n f o rmó a los Ministrosde Defensa de la UE so-bre las medidas que ha-bía tomado la OTA N

ante las solicitudes de los EEUU o las recomendaciones delas autoridades militares de la OTA N. La campaña antite-rrorista fue también uno de los primeros puntos de la agen-da de la reunión conjunta de Ministros de Asuntos Exterio-res de la OTAN y la UE, que se celebró el 3 de diciembre enB ru s e l a s .

Los sucesos del 11 de septiembre han dado también un nue-vo impulso a las relaciones entre la OTAN y Rusia (ver el ar-tículo de las página 19). Las respuestas ante los ataques terro-ristas se han convertido en tema habitual en las reuniones delConsejo Conjunto Permanente OTAN-Rusia. Además, LordRobertson se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin, el3 de octubre en Bruselas y el 22 de noviembre en Moscú, paradebatir cómo podían ambas partes aunar sus esfuerzos paracombatir el terrorismo y desarrollar unas relaciones más es-trechas que reflejen la cooperación tanto en esta como en mu-chas otras áreas. ■

LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD

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Despegue: Se han desplegado en los EEUU cinco aviones AWACS de la OTAN comoayuda en las operaciones antiterroristas.

Revista de la OTAN8 Invierno 2001/2002

cunstancias que plantean las nuevas amenazas contra la segu-ridad. A medida que esta incapacidad se va haciendo eviden-te, crece el pesimismo con respecto a los antiguos sistemas. Yel círculo vicioso se perpetúa.

Hasta ahora, el remedio prescrito normalmente se basaba enla mejora en las actividades de inteligencia, realizadas por or-ganizaciones oficiales especializadas además de una mayorcooperación y asociación entre los sectores implicados. Losrecientes acontecimientos han dado un nuevo impulso a esteplanteamiento que, a pesar de los cambios positivos produci-dos en estas áreas, no ha ido lo bastante lejos o rápido para es-tar a la altura. Por ejemplo, las agencias policiales y judicialesllevan, por lo menos, una década de retraso en la adquisicióny uso de la tecnología punta de que disponen los criminales denueva hornada; la actividad policial, por otra parte, no pareceser capaz de capturar más del diez por ciento del tráfico totalde drogas o de emigrantes ilegales que llegan a un país. Co-mo consecuencia de estas deficiencias, el poder está trasla-dándose fuera de los límites de los Estados y de institucionescomo el G8 (el grupo de los siete países más industrializadosy Rusia) y la Organización para la Cooperación y el Desarro-llo Económicos. La magnitud de tales desafíos provoca queesas organizaciones se sientan cada vez más abrumadas, e in-cluso impotentes.

Un planteamiento estratégicoMientras que la actividad política, y el éxito empresarial

se basen en la capacidad de reacción rápida ante los cambiosdel mercado, a menudo se pasará por alto la situación estra-tégica global. Y esto debe cambiar por dos motivos: prime-r o, la naturaleza nociva y global de los nuevos retos de segu-ridad tiene efectos globales; segundo, muchas cuestiones estáninterconectadas, por lo que ya no se puede seguir separandoel terrorismo del blanqueo de dinero, o el crimen orga n i -zado del tráfico de drogas. Igualmente, es imposible hacerla guerra a sólo una de estas actividades, ex c l u yendo a laso t r a s .

La emigración es otro ejemplo en la interrelación de pro-blemas. Los refugiados y solicitantes de asilo no solamenteplantean cuestiones de seguridad interna, sino que, cuando pa-recen amenazados los puestos de trabajo tradicionales, puedenalentar la xenofobia y los conflictos. Al mismo tiempo, losdesplazamientos masivos pueden ocasionar enfermedades in-fecciosas para la población o el ganado. La emigración se vetambién impulsada por la inestabilidad medioambiental debi-da al cambio climático. Un aumento de un metro del nivel delmar —durante el último siglo aumentó treinta centímetros—provocaría el desplazamiento de 300 millones de personas en

Robert Hall, actual director de proyectos del Foro GlobalLE&NS, fue anteriormente analista en el Serviciode Inteligencia Criminal Nacional (NCIS).Carl Fox fue analista senior del NCIS.

El mismo día en el que los terroristas golpearon el cora-zón de los Estados Unidos, se inauguraba en el ReinoUnido una exhibición de material militar modern o .

O bviamente se trató de una casualidad, pero ambos aconteci-mientos parecen simbolizar los cambios esenciales que se hanproducido en el campo de la seguridad internacional. En pri-mer luga r, las amenazas actuales tienen un volumen y unanaturaleza completamente diferentes a las anteriores; y, ensegundo lugar, las respuestas actuales cada vez parecen menosadecuadas. El armamento diseñado para combatir los peligrosde finales del último milenio no va a ser suficiente para los deéste. Más que tecnologías específicas, se necesita una nuevaforma de pensar.

H oy por hoy, resultan imprescindibles nuevos plantea-mientos, pues el terrorismo es apenas un desafio más a la se-g u r i d a d, al igual que los conflictos étnicos y religiosos, elt r á fico de drogas, la emigración masiva, la inestabilidadmedioambiental, la corrupción, el blanqueo de dinero, o lapiratería informática. Estas amenazas – en las que a menudose funden conflictos y actividades criminales – no respetanlas fronteras. Con demasiada frecuencia resulta que no ex i s-ten líderes o ejércitos a los que vigilar o contra los que lan-zar represalias. Además, el volumen de estas activ i d a d e s ,tanto por el número de personas afectadas como de dineroempleado, es tan grande que supera a muchas economíasnacionales. Estas amenazas pueden minar las institucionesnacionales e internacionales, y arruinar tanto a los trabaja-dores como a los patronos.

Al mismo tiempo, también las organizaciones legales quetrabajan sin fronteras están aumentado su poder e influencia,y poseen la capacidad técnica necesaria para adaptarse al nue-vo escenario. Los especuladores de divisas, los comerciantesen materias primas, las multinacionales y los proveedores deservicios de Internet tienen, actualmente, un enorme efecto ennuestra vida diaria. La globalización, junto a la revolución in-formática, ha permitido a estas instituciones privadas tomar ladelantera. Los mecanismos de control los manejan los merca-dos financieros, más que unas estructuras geopolíticas con-cretas, y las crisis se originan del mismo modo. Por eso pro-bablemente no resulta sorprendente que los mecanismos esta-tales tradicionales se vean amenazados. Y, lo que es másimportante, parecen incapaces de ponerse a la altura de las cir-

Cómo replantear la seguridadRobert Hall y Carl Fox sostienen que, para superar los retos de seguridaden el siglo XXI, se necesitan nuevas estrategias globales y transnacionales.

todo el mundo, y en países como Bangla Desh dejaría la mi-tad de las tierras fértiles bajo el nivel del mar. Paradójicamen-te, la mayoría de los países gastan mucho más dinero en ba-rreras materiales contra la inmigración que en fondos paraerradicar las causas de las emigraciones o para combatir lacontaminación medioambiental. Sin embargo, mientras man-tengamos esta mentalidad, nuestras respuestas seguirán siendoreactivas y a remolque —no activas y poco imaginativas— ynos limitaremos a levantar barreras y aplicar parches para in-tentar solucionar los problemas.

La mentalidad estratégica necesaria para vencer a estos de-safíos conexos a la seguridad tiene que ser mucho más ima-ginativa, comenzando por una cooperación aún más estrechaentre las organizaciones de seguridad nacional y las policialesy judiciales. También precisa de una cooperación total por par-te de diversos departamentos gubernamentales, entre ellos losmilitares, actuando def o rma coordinada con elmundo empresarial. Losataques contra los Esta-dos Unidos refuerzan laexigencia de un plantea-miento integral, queaglutine elementos diplo-máticos, militares y eco-nómicos. Este enfoquei n t egrado es un reflejo dela naturaleza y c o m p l e j i-dad de los problemas; lasotras cuestiones intern a-cionales de seguridad noson diferentes. Aunque lacooperación entre orga-nizaciones puede obtenerbuenos resultados en ca-sos concretos, por sí solano puede conseguir de-masiado dado el tamañoy la bu r o c r a t ización delos organismos implica-dos, además de sus cos-tumbres y sus interesesparticulares.

Cuando se pretendecrear un marco estraté-gico eficaz, debe abor-darse la cuestión de una dirección política global, que no pa-rece muy popular en muchos estamentos. Cuanto más tardenen abordar este asunto los políticos, mayor será su pérdida deautoridad y la inestabilidad resultantes, y más dolorosa la tran-sición final. Aunque es normal que cualquier tipo de organis-mo supranacional provoque ciertas reticencias, especialmentesi no ha sido elegido, es difícil obviar la conclusión de que unaestrategia global necesita en última instancia algún tipo de su-pervisión, lo que no es lo mismo que un gobierno global. Enla práctica, la cuestión estriba en darle los recursos, las es-tructuras y, sobre todo, la autoridad para que se pueda enfren-tar con eficacia los nuevos problemas.

Cualquiera que sea el nivel de autoridad o el grado de co-operación, todo planteamiento estratégico necesita un proye c-to orga n i z a t ivo descendente, basado en una buena aceptacióny subordinación por parte de los niveles inferiores. Se preci-sa una gran perspectiva y un plan único, diseñado para alcan-zar un objetivo común con recursos limitados. La implemen-tación detallada de dicho plan puede adaptarse a las circuns-tancias e instituciones, pero dentro de una sola línea; y sue f e c t ividad dependerá de que tenga la autoridad y la superv i-sión debidas.

Un enfoque de estas características no significa que seani rr e l evantes las contribuciones de los niveles inferiores. La in-f o rmación desde la base resulta esencial para no planificar enel vacío. Pero los que trabajan sobre el terreno no pueden ve rla perspectiva completa, y pueden desconocer factores decisi-vos. La estrategia debe plasmarse en una directiva que descri-

ba lo que está ocurr i e n-do y lo que probabl e-mente ocurrirá. A d e m á s ,dada la limitación de re-cursos, esta directiva de-be dar también indicarclaramente el orden deprioridades a seguir portodos. Desgr a c i a d a m e n-te, lo que a menudo ve-mos en los planes estra-tégicos son proye c t o sgenerales y ambiciososque extrapolan la situa-ción actual y marcanobjetivos un tanto inal-c a n z a bles. Los nive l e sinferiores asumen estosobjetivos sin la más mí-nima comprensión delcuadro global.

Uno de los mayo r e sretos a la hora de imple-mentar una estrateg i ae ficaz es el cambio des-de un enfoque centradoen las crisis a corto plazoy en criterios de ren-dimiento anual, a unamentalidad a más larg o

plazo, a un nivel superior y con una perspectiva más abiert a .Las pérdidas a corto plazo pueden ser aceptables para obtenerb e n e ficios a largo plazo. Aunque esto es difícil de aceptar paraunos accionistas, no resulta imposible para los gobiernos, auncuando tengan un mandato de tan solo cinco años. Como ocu-rre con la buena conducción, la clave reside en mantener el ojoen la carretera, sin mirar los pedales. También se trata de saberanticiparse a los acontecimientos, pero conservando la capaci-dad de maniobrar rápidamente ante una sorpresa. En política,la anticipación se basa en el conocimiento y la planifi c a c i ó nestratégicas, y todo esto depende de un buen sistema de inteli-g e n c i a .

LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD

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Los ro s t ros del terrorismo. Ya no se puede seguir separando el terrorismo del blanqueode dinero, o el crimen organizado del tráfico de drogas.

Estructuras de inteligenciaLos buenos resultados dependen también de tener sobre el

t e rreno los servicios de inteligencia adecuados. Hasta ahora,ha existido una cierta tendencia a perpetuar organismos de in-teligencia creados y desarrollados para enfrentarse a los ene-migos tradicionales. Las fronteras oficiales entre potenciasbien asentadas continúan en vigor con toda su fuerza. Loss e rvicios de aduanas, policía, e incluso los mismos de inteli-gencia, los principales departamentos gubernamentales y elejército, tienen todos sus propias divisiones de inteligencia ode análisis, y confían en gran medida en los acuerdos bilate-rales, o a nivel de organizaciones, para intercambiar cierto ti-po de información además de creer que un gran número dereuniones y comités demuestran que existe coordinación yconsenso. Esto quizás funcione la mayor parte de las ve c e s ,pero no es una respuesta adecuada ante los desafios de seg u-ridad actual.

La mejor forma de conseguir una solución sería ir más alláde la coordinación y el consenso e imponer un organismo quecentralice y controle la toma de decisiones. Dicho de otromodo, quizás debamos dar poder ejecutivo a una autoridadconjunta que podría recibir la información colectiva, deter-minar la respuesta conjunta y, después, dirigir a los diferen-tes departamentos para actuar de una de forma específica ycoordinada. La forma de reaccionar de cada departamento su-bordinado se determinaría individualmente, dentro de unplanteamiento estratégico previamente acordado. Se han pro-puesto diferentes modelos para apoyar este proceso, pero nohan tenido ni la base bastante amplia como para recibir laaprobación universal, ni una demanda que garantizase su per-t i n e n c i a .

El concepto de centralización ni se ha utilizado tradicional-mente ni resulta popular para unas instituciones rabiosamenteindependientes. El temor al centralismo provocó el rechazo deuna propuesta presentada por la anterior administración deEEUU para combinar al FBI, a la DEA (Agencia Federal An-tidrogas) y a la Agencia para el control del alcohol, tabaco yarmas de fuego (BATF) en un solo organismo, para enfrentaral crimen actual. También la idea de una agencia de inteligen-cia de la UE, propuesta en 1999 por Alemania y Francia, fuerechazada rápidamente por los demás países. Al mismo tiem-po, se reconoce que tanto la Europol como la Interpol aportanuna valiosa contribución a la lucha contra el crimen, y de ahílos recientes esfuerzos para reforzar la Europol a fin de queparticipe en la lucha antiterrorista. Pero, actualmente, estecuerpo se ve hipotecado por la cantidad y calidad de las parti-cipaciones nacionales, por la dispersión de los parámetros le-gales y por la escasez de recursos. A pesar de todos los inten-tos emprendidos en muchas áreas, los progresos obtenidos enla centralización de la información y de las operaciones hansido o muy lentos o inexistentes.

La inteligencia frente a la evidencia legalSegún se va haciendo más variado y universal el carácter de

las amenazas contra la seguridad, al requerirse la implicaciónde todas las organizaciones acabará planteándose el dilema dela inteligencia frente al desafio de la realidad. Algunas ame-nazas tienden a incrementar los problemas entre las agencias

LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD

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policiales, que tratan de conseguir y preservar pruebas, y lasde seguridad nacional, que persiguen la recogida y análisis dedatos de inteligencia. Como consecuencia de ello, las agenciaspoliciales tienden a ser más abiertas y estar más atentas res-pecto las libertades individuales que sus homólogas de seguri-dad nacional.

Todas estas divisiones y sutilezas jurisdiccionales dificultanla reacción ante determinados ataques, en especial si se des-conoce quien los perpetró. Para un policía, un criminal que in-troduce un virus informático es alguien a quien arrestar, y losdatos recuperados deben utilizarse ante el tribunal. Pero parael experto antiterrorista la primera preocupación consiste endetener el ataque o atenuar sus efectos, mientras que las de-tenciones ocupan un segundo lugar. Desgraciadamente, en ca-sos como el del mundo virtual, no se sabe a qué tipo de situa-ción nos enfrentamos hasta después de haber empezado la in-vestigación. Y sin embargo, la rapidez de reacción puede serdecisiva para evitar el desastre. Estas dos prioridades, a vecesmutuamente exclusivas, solamente pueden resolverse de dosmaneras diferentes: una de ellas consiste en crear una organi-zación con la autoridad de una agencia policial pero con la ca-pacidad combinada de una agencia de seguridad nacional; laotra, es una revisión clara, que permita eliminar las barrerasfuncionales.

Los fallos de inteligencia que permitieron los ataques con-tra los Estados Unidos provocarán con toda seguridad unai m p o rtante reorganización de los departamentos policiales yde seguridad nacional de aquel país. Con unos presupuestosanuales en inteligencia de 30 billones de dólares y que el só-lo coste del fracaso del 11 de septiembre multiplique va r i a sveces esa cantidad, supone un enorme acicate para futurasmejoras. La necesidad de una mejor inteligencia humana se-rá uno de los puntos destacados de cualquier análisis, peroexiste también un filón de inteligencia a explotar entre losperiodistas y el sector privado. Tanto los periodistas como losempresarios trabajan en muchas de las áreas susceptibles ytienen gran abundancia de información que aport a r, ya que,a diario, se ocupan de cuestiones de seguridad. Al enfrentar-se a un problema global, compartir las cargas en el campo dela inteligencia es igual de válido que en otras actividades le-g í t i m a s .

El sector privadoEstá claro que los gobiernos cuando combaten las crecien-

tes amenazas contra la seguridad, se dan cuenta de que la im-plicación del sector privado constituye un factor trascendental.En su nivel más simple, puede verse en los puertos en los quelas compañías de transportes pueden ser multadas si no reali-zan un control adecuado de los movimientos del personal.Otro ejemplo sería la propuesta de que los proveedores de ser-vicios de Internet guarden los históricos de los datos como po-sibles pruebas.

Estos avances hacia la colaboración son comprensibles, pe-ro hasta ahora el impulso ha venido de la visión gubernamen-tal del mundo empresarial como un colaborador prescindible.Hasta la fecha ha habido muy poca comprensión de las nece-sidades de las empresas, pero esto está empezando a cambiardebido al rápido desarrollo del comercio electrónico, a la ne-

cesidad cierta de seguridad informática y, desde el 11 de sep-tiembre, a la evidencia de que el fracaso puede tener gravesconsecuencias para muchas economías.

Las grandes empresas tienen mucho que ofrecer puesto queoperan mas allá de las fronteras nacionales, son comparativa-mente eficaces en la protección de su propiedad intelectual y,normalmente, utilizan las últimas tecnologías. Además, cuen-tan con recursos. Pero deben tener una participación real en unflujo de información bidireccional y en el proceso de planifi-cación estratégica. Las exigencias automáticas de informa-ción, que en algunos casos puede ser sensible para la empresa,no animan precisamente a la participación. La desconfianzaque provoca el compartir información con un organismo poli-cial, que considera su deber perseguir los incumplimientos dela ley en cualquier circunstancia, impedirá que exista transpa-rencia cuando realmente haga falta.

Cuando las grandes empresas y el gobierno se reúnen pa-ra debatir cuestiones que afectan a la seguridad nacional y alordenamiento jurídico, sus intenciones pueden ser malinter-pretadas, especialmente por los sectores más críticos. Po rello, es muy importante dar a conocer los fines de esta cola-boración, y demostrar la vinculación de este intercambio es-tratégico con los beneficios que obtienen las pequeñas co-munidades. A fin de cuentas, las acciones contra los cultiva-dores de coca en Colombia o contra las mafias de inmigr a n t e sen Albania pueden tener más efecto en la seguridad de las ca-lles de una ciudad de provincias que el aumento del nú m e r ode policías locales; defender esta causa es responsabilidad delos políticos.

Para estar a la altura del creciente número de retos de segu-ridad del nuevo milenio, no será suficiente la simple continui-dad de antiguas políticas y viejas prácticas. Los problemas sonya demasiado difíciles de resolver políticamente, están dema-siado interrelacionados y resultan demasiado costosos. Lasbuenas intenciones basadas en una mayor cooperación común– especialmente ante una gran tragedia – no serán suficientesni sostenibles a largo plazo. Se necesita una estrategia sin li-mitaciones, global y transnacional, que oriente su visión másallá de lo inmediato y hacia el futuro. Predecir el futuro serásiempre una actividad que enfrentan, pero eso no es motivopara ignorar las tendencias y evoluciones perceptibles de unmundo que cambia con rapidez, ni se puede seguir intentandoadoptar políticas aislacionistas, esperando que los hechos pa-sen de largo.

Resulta una doble tragedia que hayan tenido que ocurrir lossucesos del 11 de septiembre para movilizar todos los esfuer-zos y hacer frente a un problema que no es nuevo. Todo estoresulta muy demostrativo de los peligros que enfrentan las or-ganizaciones no estatales en la escena actual y de la incapaci-dad de los Estados para defenderse adecuadamente. Cada vezse irá dando más importancia a la vigilancia y la toma de pre-cauciones, en vez de a los tanques y los clarines; esto tendráimportantes implicaciones, y no sólo para el sector tradicionaldel armamento. La seguridad internacional ha entrado en unanueva era. ■

LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD

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El Secretario General de la OTAN, Lord Robertson,fue el principal orador en la primera edición anual delForo Global sobre Seguridad Pública y Seg u r i d a dNacional (LE&NS), que tuvo lugar en junio de 2001 enE d i m bu rgo (Escocia). En un discurso pregr a b a d o ,Lord Robertson describió cómo cada vez se difuminanmás los límites entre la acción policial y la seg u r i d a dmilitar, e instó a la adopción de planteamientos innova-dores ante los retos de seguridad, y a un aumento de losgastos gubernamentales para su financiación.

El Foro Global LE&NS fue fundado con un triplepropósito: conve rtirse en un instrumento para el análisisy debate de las principales cuestiones relativas a las eguridad en los próximos veinte años; actuar comon exo de unión entre los organismos policiales y judicia-les y los responsables de la seguridad nacional de todoel mundo, a fin de perseguir unos objetivos comunescontra unas amenazas que cada vez son más transnacio-nales; y ofrecer una oportunidad para que los sectoresp ú blico y privado puedan compartir ideas y proponersoluciones conjuntas para afrontar los desafíos en cues-tiones de seg u r i d a d .

De esta primera edición del Foro Global LE&NSsalieron cuatro recomendaciones principales: aumentarel conocimiento de las amenazas actuales; resaltar lar e l evancia del análisis estratégico; inve rtir en institucio-nes globales; y desarrollar la cooperación entre los secto-res público y privado, en especial para la puesta encomún de inteligencia. El segundo Foro Global LE&NSse celebrará en junio de 2002 en Londres, y versará sobrela el tema " Política de seguridad para afrontar los nue -vos desafíos: crear asociaciones, encontrar soluciones".

Para más detalles pueden consultarsewww.lensforum.com

El Foro Global LE&NS

Revista de la OTAN12 Invierno 2001/2002

estas nuevas amenazas son cambiantes, dinámicas y amorfas,los esfuerzos para combatirlas deben ser flex i bles, globales ycoordinados.

El terrorismo no proviene de un país o de una religión, ni si-quiera de un grupo, sino de redes que se extienden por todo elglobo, de Este a Oeste y de Norte a Sur, sin respetar las fronte-ras nacionales. Se trata de una amenaza transnacional, y requie-re una respuesta transnacional. Los ataques contra el Pe n t á g o n oy el World Trade Center tuvieron lugar en suelo estadouniden-se, pero sus efectos sigue recorriendo el mundo. ¿Cómo va m o sa responder ahora? ¿Cómo deben actuar los EEUU para prote-gerse a sí mismos, a sus intereses y a sus aliados? ¿Cuáles de-ben ser nuestros objetivos a corto plazo? ¿Y a largo plazo?

La organización, la cooperación y la coordinación constitu-yen las claves para abordar con éxito este problema. En primerlugar, debemos estudiar cómo queremos articular nuestras res-puestas, y centrar nuestros esfuerzos en organizar los recursoscomunes para impulsar una reacción global y unitaria. De he-cho, muchos de estos esfuerzos para poder ser eficaces deben

Frank J. Cilluffo ha presidido re c i e n te m e n te dos Comités sobred efensa del terri t o rio y contra terro rismo en el Centro de Estu d i o sE s tratégicos e Intern acionales (CSIS). Con posteri o ri d ad a lare d acción de este artículo ha sido nombrado ayudante especial delPre s i d e n te Bush para la seg u ri d ad terri t o ri a l .D a n i el Rankin esa n a l i s ta de defensa y seg u ri d ad en el CSIS.

Los acontecimientos del 11 de septiembre han transfor-mado Norteamérica, su forma de pensar y el mundo enel que vivimos. Los Estados Unidos no pueden seg u i r

c o n fiando en la seguridad que le prestaban los dos océanosque en el pasado protegieron al país y a su población. Losataques terroristas evidenciaron el hecho de que a partir delfinal de la guerra fría, las amenazas son más complejas y demayor alcance. En vez de enfrentarnos a una amenaza, predo-minantemente militar, capaz de destruir todo el país (e inclusoel mundo entero), nos hallamos ante una miríada de amenazas,menores y más difíciles de localizar y combatir. Dado que

Combatir al terrorismoFrank J. Cilluffo y Daniel Rankin instan a la adopción de una estrategia

flexible, global y coordinada para combatir el terrorismo.

Alerta frente al ántrax. Los sucesos del 11 de septiembre y los posteriores ataques con ántrax han demostrado que debe prestarse una mayor atención ala amenaza terrorista.

implicar a otras naciones y organizaciones. El compromisocon otras naciones resulta imprescindible para combatir y pre-venir el terrorismo puesto que la cooperación y el entendi-miento mutuos proporcionan la clave del éxito. En los mo-mentos críticos, esta cooperación funciona. Por ejemplo, du-rante las celebraciones del milenio las autoridades jordanasayudaron a salvar a un gran número de vidas americanas, alimpedir los ataques que estaban planeados contra turistas nor-teamericanos y de otros países en Oriente Medio.

A pesar del énfasis que actualmente se pone sobre las orga-nizaciones no estatales, es importante seguir prestando aten-ción a los agentes estatales o patrocinados por Estados, pues-to que todavía suponen una amenaza y pueden compartir in-formación, tecnología y potencial con agentes no estatales. Dehecho, un informe reciente del Consejo Nacional de Inteligen-cia sobre armas biológicas establecía que se sabe de una do-cena de Estados que poseen o intentan conseguir activamentecapacidad ofensiva de tipo biológico. Quizás no resulte sor-prendente que la mayoría de los denominados "Estados delin-cuentes" estén incluidos en esta lista.

Resulta difícil generalizar sobre las intenciones, el desarro-llo y el posible uso o distribución de las Armas de DestrucciónMasiva (WMD) por parte de los Estados, puesto que difierenen cada caso. Aunque es cierto que los agentes estatales tienenmás recursos que los no estatales para desarrollar estas armas,su uso por los primeros se ve bastante limitado por la posibi-lidad de represalias, lo que no suele resultar aplicable para lossegundos.

El terrorismo ha sido tradicionalmente una táctica política,utilizado por quienes lo practican como recurso intimidatorioen la mesa de negociaciones. Ha sido también un método debajo coste y grandes resultados, que ha permitido a pequeñospaíses y grupos nacionales e incluso a particulares burlar lasmanifestaciones convencionales del poder estatal. Sin embar-go, actualmente algunos de esos grupos, movidos por creen-cias radicales, religiosas o nacionalistas, no buscan ya un sitioen la mesa de negociaciones, sino que prefieren hacerla saltarpor los aires y construir en su lugar algo distinto. El mejorejemplo lo constituye Osama Ben Laden y su organización AlQaeda. En realidad, Ben Laden es el director general y res-ponsable financiero de un conjunto de grupos terroristas radi-cales más o menos subsidiarios, que comparten recursos, ma-terial y experiencia, y que pueden reunirse para una operaciónconcreta y dispersarse a continuación. Al Qaeda es solamentela cabeza visible de una hidra.

Con el paso de los años, los terroristas han llegado a ser ex-pertos en hacer uso de armamentos convencionales, como ex-plosivos y armas de fuego, con la máxima eficacia. Éstas hansido y seguirán siendo sus armas preferidas, pues son baratasy fáciles de obtener y usar, no precisan de una gran capacidadcientífica para fabricarlas o emplearlas, pueden pasar inad-vertidas y es difícil defenderse contra ellas. Además, los te-rroristas cada vez son más innovadores en sus métodos para elempleo de estos armamentos, métodos que se han ido hacien-do cada vez más letales.

Los terroristas han demostrado además un creciente interésen conseguir y usar A rmas de Destrucción Masiva (WMD). De

hecho, Ben Laden ha manifestado públicamente que consideraun deber religioso personal obtenerlas. Las armas químicas se-rían devastadoras, pero de efectos limitados, pues aun siendosus efectos inmediatos se puede salvar al menos la vida si seadministran antídotos rápidamente. El uso de armas nuclearespor parte de terroristas es más improbable, ya que el procesode investigación, desarrollo y distribución al que se veríanobligados es tremendamente complejo. La infraestructura ne-cesaria resulta difícil de esconder y desplazar y hay muchasformas de detectar su fabricación con los métodos y tecnolo-gías ya existentes. El peligro en este caso sería que los terro-ristas puedan o bien recibir materiales y armas de un Estadoque les apoye, o robarlas de unas instalaciones mal protegidas,o incluso comprárselas a un funcionario o científico descon-tentos o mal pagados.

Las armas biológicas provocan mayor preocupación, pues-to que presentan una importante diferencia frente a las demás:ante un ataque biológico puede resultar imposible averiguarcuándo, dónde o cómo fue iniciado hasta algún tiempo des-pués de haber sucedido. La complejidad añadida de la ame-naza biológica reside en la naturaleza altamente contagiosa demuchos de sus agentes —como las enfermedades del tipo dela viruela o la peste— que multiplica exponencialmente elefecto inicial si se deja que se propague entre la población. Es-tos asesinos silenciosos no se pueden ver, no se anuncian has-ta que se detectan los síntomas, y su aparición muchas vecesse produce mucho después de la infección inicial. Tal incerti-dumbre, frente a lo visible y definido de la explosión de unabomba, puede causar además de las víctimas un pánico consi -derable. Son estos agentes infecciosos los que mejor demues-tran la importancia de un sistema que no sólo proporcione op-ciones ante una amenaza única, sino también instrumentos pa-ra afrontar una amplia gama de posibilidades. Dado que laamenaza es polifacética también deben serlo las defensas.

Un escenario de pesadilla sería el de una organización te-rrorista que utilizase una combinación de estas armas. Así po-dría ocurrir con la difusión de una toxina en un centro comer-cial, unida a la voladura de una central eléctrica para privar deenergía a la zona y un ataque informático contra el sistema te-lefónico para bloquear las comunicaciones. Una combinaciónde baja y alta tecnología constituye una posibilidad temible,pues al tiempo que Ben Laden pone el dedo en el gatillo de unAK-47, su sobrino podría tener el suyo en el ratón de un or-denador. Este ejemplo, sencillo pero aterrador, muestra la ne-cesidad de asumir un planteamiento integrado y global, en vezde tratar de aislar y hacer frente a una sola amenaza.

Los sucesos del 11 de septiembre y los posteriores ataquescon ántrax han demostrado que, además de seguir vigilandolos frentes tradicionales, debe prestarse una mayor atención ymás recursos a la amenaza terrorista. Antes del 11 de septiem-bre no existía consenso sobre cuál era la principal amenaza pa-ra los Estados Unidos: algunos pensaban en los ataques terro-ristas contra las instalaciones militares de los EEUU en el ex-tranjero, otros creían que lo era el auge de China, otro grupoque sería un ataque norcoreano contra Corea del Sur y, por úl-timo, para otros era la posibilidad de que un Estado disparaseun misil contra los EEUU. Incluso ahora que existe consenso

LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD

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en que la principal amenaza la constituye el terrorismo, siguehabiendo diferencias sobre la forma que podría adoptar. Laopinión pública muestra una enorme preocupación respecto alas armas biológicas, especialmente al ántrax. Precisamente aconsecuencia de esta preocupación pública, y al hecho de quesus empleados fueron objetivo de ataques con ántrax, el Con-greso se ha centrado en los agentes biológicos, mientras que elPentágono está preocupado sobre todo por la protección de supersonal en el extranjero y por un posible ataque con misilesbalísticos intercontinentales. A pesar de estas percepciones di-vergentes, lo importante es no concentrarse solamente en unaspecto del problema en detrimento de los recursos aplicadosa otros, favoreciendo así los ataques en aquellas áreas en lasque estemos menos preparados.

Según vamos avanzando, es importante encontrar las res-puestas a una serie de difíciles preguntas. ¿Son suficientesnuestras actuales instituciones, estructuras y políticas? ¿Quése ha hecho bien, y qué debe mejorarse? Es el momento de lle-var a cabo una detallada evaluación de los planteamientos ac-tuales, para examinar y valorar lo que se ha realizado, lo quequeda por hacer y lo que no se ha abordado de forma adecua-da. Después de haber hecho esto es cuan-do se podrá dar el siguiente paso, dise-ñando una estrategia antiterrorista eficaz.

Mientras que el terrorismo con WMD esun fenómeno horizontal, la orga n i z a c i ó ndel Estado es ve rtical. Está claro que el go-b i e rno debe adaptarse para poder hacerfrente y controlar la ingente cantidad decuestiones que plantea el terrorismo conW M D. Un sistema lineal no va a funcionar.El concepto de organización eficaz no so-lamente se encuentra en el meollo de unae s t r a t egia antiterrorista nacional y de con-junto, sino que también la sustenta desde el comienzo (es decir,con la anticipación de los hechos, y con medidas de preve n c i ó ny preparación) hasta el final (con la gestión de la crisis y susc o n s e c u e ncias, y la reacción ante ellas). Hoy en día se tiende atrazar una frontera art i ficial entre la gestión de las crisis y la desus secuelas, una distinción que ha demostrado ser inmanejabl een la práctica. La gestión de crisis —la reacción inmediata y ladetención de los autores— y la gestión de sus consecuencias—dar tratamiento a las víctimas y restaurar el funcionamientode los servicios esenciales— se producen simultáneamente ydeben ser abordadas también simultáneamente.

Nuestro concepto de la planificación de la seguridad nacio-nal debe ampliarse hasta abarcar el antiterrorismo WMD, y laprotección de infraestructuras esenciales, como telecomunica-ciones, red eléctrica, distribución de combustibles y gas, ban-cos y servicios financieros, transporte, red de agua potable yservicios gubernamentales y de urgencias. Tenemos que dar-nos cuenta de que ninguna agencia federal puede adueñarse ensolitario de esta misión estratégica, y de que la seguridad na-cional no puede seguir siendo la responsabilidad exclusiva delas agencias que tradicionalmente se han ocupado de ella. De-ben participar los nuevos actores, lo que incluye a los servicios

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sanitarios y asistenciales, las autoridades estatales y locales, yel sector privado. Todos los recursos deben estar integrados ydisponibles. Pero en la actualidad, muchas agencias actúan deforma independiente, lo que provoca solapamientos, confu-sión sobre quién tiene la autoridad, duplicación de funciones,sistemas incompatibles, gastos inútiles, y un innecesario au-mento de los riesgos. Muchos gobiernos estatales y locales asícomo agencias federales han realizado progresos en su prepa-rativos para hacer frente a ataques terroristas, pero les falta co-hesión. Tenemos que apoyarnos en los excelentes centros exis-tentes, e incluirlos en una estrategia nacional que sea unitariay global. A este respecto, el encargo del Presidente GeorgeBush al Vicepresidente Dick Cheney, anterior a los aconteci-mientos del 11 de septiembre, de que elaborara un plan nacio-nal y creara un Oficina de Previsión Nacional, resulta verda-deramente ejemplar. Además, este impulso inicial se ha vistoapoyado por la fundación de la Oficina de Seguridad del Te-rritorio Nacional, bajo la dirección del ex Gobernador dePennsylvania, Tom Ridge.

El nuevo proyecto debe incorporar todas las capacidades;las colectivos sanitarios, de salud pública y de servicios asis-

tenciales resultan especialmente impor-tantes para la prevención y reacción antelos ataques bioterroristas. Los síntomasque provocan los agentes biológicos pue-den tardar días, e incluso semanas, en ma-nifestarse. En este caso, el primero en ac-tuar, la verdadera punta de lanza, proba-blemente sea un médico de urgencias, unayudante técnico sanitario, un veterinario,un inspector agrícola, un patólogo o in-cluso un entomólogo. De nuevo nos en-contramos con el contraste entre la necesi-dad de una organización eficaz y el actualestado de cosas. Dicho esto, añadamos

que la respuesta ante los prolongados ataques con ántrax hasido admirable, además de demostrar la necesidad de incluirnuevos interlocutores en la mesa de discusiones, y haber pro-porcionado unas lecciones muy oportunas sobre cómo se pue-den mejorar las reacciones.

El instrumento más importante en la lucha antiterrorista qui-zás sea la información. Una información exacta y oport u n a ,acompañada de los análisis adecuados, constituye el alma de lacampaña antiterrorista. Cada faceta de la campaña, desde lasoperaciones diplomáticas, militares, financieras y políticas,hasta las adve rtencias ante futuros ataques, depende en gr a nmedida de nuestros servicios de inteligencia. La amplitud, pro-fundidad e imprevisibilidad del la amenaza terrorista exige im-p o rtantes inversiones, coordinación y una reorganización delos procedimientos de inteligencia a todos los niveles, en lastres etapas: antes del ataque (adve rtencia), durante el ataque( p r evención) y tras el ataque (inve s t i gación policial). La obten-ción de información multidisciplinar resulta esencial para pro-porcionar indicios sobre un posible ataque – como puede ser lai nve s t i gación de la cultura y mentalidad de las orga n i z a c i o n e st e rroristas – y para señalar los principales puntos vulnerabl e ssobre los cuales actuar y ejercer presión para preve n i r, evitar y

A la vez que BenLaden pone el dedo enel gatillo de un AK-47,su sobrino podría tenerel suyo en el ratón deun ordenador

f rustrar las actividades terroristas. Hasta ahora, la mayor part ede la información antiterrorista operacional suministrada a losr e s p o n s a bles de tomar las decisiones procedía del análisis delas comunicaciones. Aunque es importante disponer de una in-teligencia electrónica realmente poderosa, resulta todavía mási m p o rtante mejorar la inteligencia humana. En este punto, losEstados Unidos necesitan reforzar sus alianzas con los serv i-cios de inteligencia de otros países.

Aunque es imposible negociar directamente con ex t r e m i s t a scomo Ben Laden, la diplomacia desempeña un papel primor-dial en la lucha antiterrorista. La evolución desde un terr o r i s-mo político a otro de base ideológica ha significado que mu-chos más países se han transformado en objetivo directo de loscrecientes actos terroristas, lo que provoca que ahora haya mu-chos más países con un interés propio en estudiar el terr o r i s m o .De hecho, muchos de ellos poseen ya un conocimiento y ex p e-riencia profundos sobre este tema, de los cuales deberían ser-virse los Estados Unidos. La defensa combinada de los intere-ses comunes es una demostración de buena diplomacia, y a me-nudo lleva a la cooperación posterior en otras materias.

Una estrategia antiterrorista global debe incorporar toda unagama de actividades, desde la prevención y disuasión, pasandopor la represalia y persecución, hasta la preparación para la res-puesta a nivel nacional; son elementos que con demasiada fre-cuencia se tratan aisladamente. Una estrategia como ésta debei n c o rporar tanto la organización de los recursos nacionales co-mo la implicación de aliados y recursos internacionales, y re-quiere poder supervisar y medir objetivamente la eficacia de losmuchos programas a través de los cuales se implementa, paraasí poder llegar a normas prácticas y procedimientos comunes.

Una estrategia contra el terrorismo con WMD que sea com-pleta implica tanto impedir que se produzca el ataque —me-diante disuasión, no proliferación, contra-proliferación y pre-vención— como preparar las disponibilidades federales, esta-tales, locales, las del sector privado y las no gubern a m e n t a l e spara poder responder a un ataque real. En resumen, nuestras yo rganizaciones antiterroristas deben reforzarse, optimizarse yc o n s eguir sinergias, pues de este modo una prevención efi c a zfacilitará la preparación a nivel nacional, y viceve r s a .

Al llevar a cabo esta actividad de análisis y evaluación, y alc o n s t ruir una estrategia nacional, deben estudiarse todas las po-sibilidades. No podemos proteg e rnos contra todo, en todas par-tes y todo el tiempo, ni contra cada enemigo y cada modalidadde ataque; tenemos que establecer prioridades, aceptando ques eguirá habiendo áreas vulnerables, que deberemos minimizarsin permitir que estorben nuestros esfuerzos. Lo que ocurr i r á ,sin embargo, es que nos encontraremos con que esta inve r s i ó ntendrá efectos secundarios beneficiosos. La mayor parte de loscambios institucionales que hagamos para mejorar la orga n i z a-ción, la cooperación y la coordinación, serán beneficiosos a to-dos los niveles, y no sólo ante las W M D. Mejorar la capacidadde afrontar sucesos extraordinarios, y especialmente catastrófi-cos, proporciona instrumentos y potenciales que son igualmen-te valiosos cuando se trata de situaciones "normales", como de-sastres naturales. Las medidas preve n t ivas diseñadas para afron-tar escenarios de auténtica pesadilla, ofrecen también susb e n e ficios y utilidades en el día a día.

La lucha antiterrorista exige, también, desarrollar dentrodel gobierno federal unos canales directos de coordinación ycooperación, entre agencias y dentro de cada agencia. Muchasde estas agencias tienen poca experiencia en trabajo conjunto,como ocurre con los servicios de inteligencia y los serviciosde defensa, justicia, salud y asistencia, los departamentos deagricultura y energía y la Agencia Federal de Gestión deEmergencias y el Instituto Nacional de Salud. Por supuesto,tenemos que planear cómo conseguir una buena asociaciónentre la Agencia Federal de Gestión de Emergencias y el Ser-vicio de Salud y el de Asistencia Social, que sea capaz de gal-vanizar el sector sanitario y de salud pública ante el bioterro-rismo. Además, en lo que respecta al sector privado, todavíatiene que aprovecharse de verdad toda la experiencia de lossectores farmacéutico y biotecnológico.

Los Estados Unidos necesitan desarrollar de forma rápida ymasiva capacidades integradas para todo su sistema de salud.Primero tenemos que identificar todos los efectivos existentes,y el modo en que pueden ser movilizados. A continuación, te-nemos que trabajar en la elaboración de estrategias que per-mitan desplegar rápidamente los esfuerzos asistenciales, tantoa nivel regional como nacional. Además, necesitamos recurrira la comunidad sanitaria internacional para coordinar esfuer-zos y conseguir una capacidad global de supervisión y controlepidemiológico con los recursos necesarios para responder in-mediatamente ante una crisis. El control de las epidemiasmundiales ayuda a acumular experiencia e investigación, ypuede proporcionar una alerta temprana ante un ataque biote-rrorista. Éste es, también, un ejemplo de cómo un aumento in-mediato de recursos con la vista puesta en la seguridad nacio-nal e internacional produciría, también efectos secundariosmuy beneficiosos.

Los agentes biológicos demuestran con gran claridad por quéla actividad política resulta de suma importancia. Muchos agen-tes biológicos y químicos se pueden desarrollar clandestinamen-te, haciendo que resulte muy difícil la detección de los progr a-mas de desarrollo o de adquisición de capacidades biológicas oquímicas, como se vio en Irak. Además, dado que la mayor par-te de la inve s t i gación y desarrollo biotecnológicos son de dobl euso, es posible ocultar los esfuerzos para adquirir agentes ofen-s ivos biológicos bajo la cobertura de una inve s t i gación abiert a .Existe también un riesgo considerable de que sean robados al-gunos de estos agentes en Rusia, o de que algunos países com-p a rtan con los terroristas información, tecnologías o materiales.

La tarea es enorme, y precisa de esfuerzos en muchos fren-tes: legal, militar, servicios de inteligencia, financiero, diplo-mático, defensa del territorio y sistema de salud. La actividaddiplomática debe reunir la coalición internacional lo más am-plia posible, y organizar todos los recursos disponibles parahacer frente a este desafío, que no podemos esquivar por mie-do a su magnitud y que podemos, y debemos, ser capaces dederrotarlo. ■

Los análisis del CSIS sobre la amenaza terroristas ylas posibles respuestas, que incluyen los detalles de

un ejercicio de simulación sobre los efectos de un ataquebi o t e rrorista contra los Estados Unidos, pueden consultarseen la dirección: http://www.csis.org

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acabado por contemplarla, simultáneamente, como arma y co-mo objetivo, al igual que ocurre con otros componentes de lasfuerzas armadas. Lo más probable es que las ciberfuerzas, aligual que otros elementos de los ejércitos modernos, se inte-gren dentro de una estrategia bélica global, como parte de unacampaña que combine diferentes armas. Pero, a diferencia deotros materiales militares, la informática de los ejércitos mo-d e rnos es un componente esencial de todos los demás equipos.Desde este punto de vista, es un componente clave del quedependen muchos ejércitos modernos, siendo ex t e n s iva estadependencia a los posibles enemigos.

Todos los países están desarrollando e implementando es-trategias cibernéticas (ciberestrategias), diseñadas para atacarla estructura enemiga de mando y control, de su aparato logís-tico, de transporte y de alerta avanzada, y de otras funcionesmilitares básicas. Además, las diferentes naciones van siendoconscientes de que el uso de ciberestrategias puede ser un im-portante factor multiplicador de fuerzas con efecto de com-pensación. Los países pequeños, incapaces de competir consus vecinos en capacidad militar convencional, pueden desa-rrollar otras capacidades que adecuadamente utilizadas lesproporcionen cierta ventaja estratégica. Como señala en un es-tudio de la RAND Corporation realizado en los 90, los costes

Timothy Shimeall es analista del Centro de Análisis CERT de la Univer s i d ad Carn egie Mellon de Pittsburg (Pe n s i l va n i a ) ,especialista en ciberguerra y ciberterrorismo. Phil Williams,antiguo becario de la OTAN, es profesor de la Universidadde Pittsburg, y científico visitante en el Centro de AnálisisCERT. Casey Dunlevy es un antiguo analista de inteligencia, que dirige el Centro de Análisis CERT.

Am uchas personas, el término ciberg u e rra les trae a lamente imágenes de programas malignos y letales, quep r ovocan la caída de sistemas informáticos y el fallo de

los sistemas de armamento, destru yendo en una conquistai n c ruenta la supuesta capacidad tecnológica del adversario. Esuna visión atractiva - una ciberg u e rra que no forma parte de unconflicto más amplio, se mueve en un escenario totalmentediferente al de la guerra tradicional y representa una altern a t ivai n c ruenta a los peligros y costes de la guerra moderna - pero, ala vez, muy poco realista. Aunque este cuadro no sea totalmenteimaginario, resulta improbable. La ciberg u e rra tendrá, casi contoda seg u r i d a d, unas secuelas materiales muy pesadas.

Al estar cada vez más integrada la tecnología informática enlas organizaciones militares modernas, los planificadores han

Frente a la ciberguerraTimothy Shimeall, Phil Williams y Casey Du n l evy sostienen que la planificación de la

d efensa debe integrar el mundo virtual con el fin de limitar los daños físicos en el mundo re a l .

Virus informáticos: atacar las infraestructuras informáticas constituye una opción atractiva para países sin capacidad para disputar una guerra tradicional.

iniciales asociados al desarrollo de una ciberguerra son tre-mendamente modestos por lo que no resulta sorprendente quepaíses que no tienen esta dependencia tecnológica en su esta-mento militar, la consideren como un potencial "talón deAquiles" para sus enemigos.

Las sociedades y economías avanzadas pos-industriales de-penden completamente de los sistemas informáticos y de co-municaciones; la sofisticación ha acabado convirtiéndose enun punto débil que pueden explotar los adversarios. Atacar lasinfraestructuras civiles constituye una opción atractiva paralos países y organizaciones no estatales que se enfrentan a unconflicto desigual y que carecen de suficiente potencial paradisputarlo mediante una guerra tradicional. De la importanciade las infraestructuras informáticas da fe el hecho de que ca-da vez son más los países que consideran que un ataque con-tra ellas equivaldría a un verdadero ataque armado.

Las fronteras tradicionales entre la guerra y la paz se van di-fuminando en un proceso que ya se adivinaba en la guerra fría,pero que resulta mucho más evidente en la guerra antiterroris-ta a raíz de los ataques del 11 de septiembre contra el WordTrade Center y el Pentágono. Esto nos lleva a pensar que, pro-bablemente, sean los sistemas informáticos de los Estadosmiembros de la OTAN el siguiente objetivo de un enemigo notradicional, cuya finalidad principal será la destrucción físicay la provocación de daños, y que intentará explotar cualquierpunto vulnerable.

A este respecto es conveniente destacar que la ciberguerrano consiste en pintarrajear las páginas web de los movimien-tos políticos, organizaciones o países rivales. Estos ataquescontra páginas web, incluso cuando acompañan a otros con-flictos —como lo hicieron en 1999 durante la campaña aéreade la OTAN en Kosovo— normalmente se consideran por sísolas, como una forma de acoso o gamberrismo, y no comouna ciberguerra. Sin embargo, existen varios grados o nivelesde ciberguerra, de los cuales sobresalen tres: la ciberguerra co-mo un complemento de las operaciones militares, la cibergue-rra restringida y la ciberguerra total.

Cuando los mandos de los ejércitos modernos se ven en-vueltos en un conflicto militar, uno de sus objetivos esencialesconsiste en obtener la superioridad o predominio informativodentro del campo de batalla, lo que requiere suprimir las de-fensas aéreas enemigas, bloquear o destruir sus radares, yotras acciones similares. La meta, utilizando la terminologíade Clausewitz, consiste en aumentar la "niebla de la guerra"para el enemigo, y reducirla para las fuerzas propias. Dichameta puede alcanzarse mediante golpes militares directos, di-señados para inhabilitar los sistemas de comunicaciones y deprocesamiento de la información del enemigo, o atacando es-tos sistemas internamente para conseguir, si no la destruccióndel servicio, si al menos de una parte de sus posibilidades. Enrealidad, esta forma de ciberguerra se centra casi exclusiva-mente en objetivos militares virtuales.

En una ciberguerra restringida, la infraestructura informáti-ca es a la vez el medio, el objetivo y el arma, en un ataque queincluye muy poca o ninguna acción en el mundo "material".En cuanto al medio para el ataque, la infraestructura informá-tica constituye el camino por el que el ataque alcanza el obje-

tivo – a menudo mediante las interconexiones entre el enemi-go y sus aliados, a través de las líneas que usan para compar-tir datos o recursos, o mediante conexiones de redes de áreaglobal. Otra alternativa sería que un agente infiltrado introdu-jera directamente un software dañino en la red enemiga.

Como objetivo de un ataque, la infraestructura constituye unmedio mediante el cual puede reducirse la eficacia enemiga .Las redes de comunicaciones facilitan las misiones complejas,por lo que el deterioro de la capacidad de estas redes impide od e s t ru ye las operaciones que dependen de ellas. Deteriorar sun ivel de servicio obl i garía al enemigo a recurrir a medios de re-s e rva para ciertas operaciones, lo que podría dejar ex p u e s t o sotros puntos vulnerables. Dañar la capacidad de actualizaciónde la información de una red podría incluso obl i gar al enemigoa dudar de la fiabilidad de los datos disponibles para la toma dedecisiones. Como arma para el ataque, la infraestructura infor-mática podría ser manipulada para atacarse a sí misma – seamediante la implantación de varios programas informáticos, omediante acciones tendentes a explotar las debilidades detecta-das. Una ciberg u e rra restringida como la descrita podría serv i rpara ralentizar los preparativos del adversario para una inter-vención militar, como parte de una campaña de guerra econó-mica, o como una de las diversas maniobras que norm a l m e n t eacompañan una crisis o una confrontación entre Estados.

Un asunto más serio, y posiblemente más factible que la ci-berguerra restringida es lo que podría denominarse la ciber-guerra total, una forma de guerra con tres características prin-cipales: primera, es global en su visión y cobertura de objeti-vos, sin distinguir entre blancos civiles y militares, o entre elfrente y la retaguardia; segunda, provoca daños materiales ybajas, que pueden ser la consecuencia de ataques deliberadospara provocar el caos y la destrucción, o el resultado de la de-gradación de lo que puede denominarse mando en materiascomo el control del tráfico aéreo, la gestión de los serviciosde urgencias, de suministro de agua potable o de electricidad;tercera, el impacto social y económico que ocasiona —ademásde la pérdida de vidas humanas— puede llegar a ser impor-tante.

Una campaña de ciberg u e rra total se dirigiría, casi con todas eg u r i d a d, contra las infraestructuras fundamentales del paísatacado: energía, transporte, finanzas, agua potable, comunica-ciones, servicios de urgencia y la propia infraestructura infor-mática. Seguramente no respetaría los límites entre el sectorp r ivado y el público y, caso de ser lo bastante sofisticado y co-ordinado, tendría tanto un efecto inmediato como consecuen-cias a largo plazo. En última instancia, la ciberg u e rra total pro-b a blemente ocasionaría una gran pérdida de vidas, además delc o rrespondiente quebranto económico y social.

Los ataques que dejasen fuera de funcionamiento a determ i-nados servicios tendrían una especial importancia si estos serv i-cios no son tan sólo proveedores de acceso a Internet sino queafectan a infraestructuras nacionales esenciales que no están di-señadas para soportar interrupciones prolongadas. Así, por ejem-plo, una disminución permanente del potencial de generación yr e p a rto del suministro eléctrico tendría un enorme impacto sobrelos servicios de urgencia y sanitarios, sobre las comunicacionesy la capacidad de gestión. Un fallo de los servicios de urg e n c i a

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de las grandes ciudades no sólo provocaría muertes entre los queprecisan de dichos servicios, sino que además causaría una pér-dida de la confianza en la capacidad gubernamental de ga r a n t i-zar la protección y los servicios básicos. Cuando se ev i d e n c i a r aque el ataque afectaba a otras infraestructuras de comunicacio-nes, transporte y suministro de agua potable, el temor y la fa l t ade confianza empezarían a afectar al tejido social básico. Losataques contra las infraestructuras financieras socavarían la ca-pacidad de funcionamiento normal de los negocios, y provo c a r í-an dudas entre la población sobre la seguridad de sus fi n a n z a sp r ivadas, en especial sobre sus pensiones, inversiones y ahorr o s .También se verían afectadas las redes militares que siempre uti-lizan autopistas de comunicaciones comerciales, lo que perjudi-caría sus sistemas tanto de mando y control como log í s t i c o sademás de su nivel de preparación y operatividad. En una ciber-g u e rra total, los ataques virtuales pueden llegar a tener conse-cuencias reales, gr aves y trascendentales.

La gran ironía es que las naciones como los Estados Unidosy sus Aliados, que tienen la máxima capacidad para una ciber-g u e rra como complemento de las operaciones militares —yque pueden obtener el dominio de la información sobre el te-rreno— son también las más vulnerables frente a la ciberg u e-rra total. Sin embargo, existen medidas para reducir esos pun-tos vulnerabl e s .

La ciberguerra no es esencialmente distinta de la guerraconvencional. Cuando se lleva a cabo por un Estado, se inte-gra en una estrategia y doctrina definidas, pasa a formar partede los planes militares y se implementa dentro de unos pará-metros específicos. Por lo tanto está sujeta a análisis y pre-vención de forma muy similar a otras operaciones militares.De hecho, hay varias formas de reducir la vulnerabilidad anteuna ciberguerra, entre ellas la anticipación y la evaluación, lasmedidas de prevención y disuasión, las defensivas y las de re-ducción y reparación de daños.

La noción de Clausewitz de que la guerra es una continua-ción de la política por otros medios proporciona el fundamen-to para el desarrollo de un sistema fiable de alerta ante ciber-ataques. Antes de un ataque, informático o convencional, nor-malmente existe una confrontación política previa. La toma deconciencia ante la escalada de un conflicto político, el recono-cimiento y análisis de capacidades para la ciberguerra, y la de-tección y evaluación de los prolegómenos de un ataque pro-porcionan en su conjunto advertencias suficientes sobre un ci-berataque inminente. Mientras se desarrollan las metodologíaspara crear un sistema de alerta, aquellas pueden combinarsecon sofisticadas estrategias coordinadas de supervivencia pa-ra aumentar la probabilidad de reconocimiento, respuesta y re-cuperación ante un ciberataque.

Las metodologías de detección y alerta constituyen el puntoprincipal, a causa de lo difícil que resulta identificar y eva l u a run ciberataque sofisticado. Diferenciar un ataque contra la redcomo una saturación debida a la demanda de cierta inform a c i ó no de fallos de implementación así como los errores en una par-te del sistema operativo de un servidor que procesa el tráfico dela red no resulta ni fácil ni rápido. Además, incluso cuandoparece evidente que se está produciendo un ataque, el defensordebe relacionar una gran cantidad de informaciones —cada una

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de ellas de dudosa fiabilidad— para conseguir un adecuadacomprensión de las acciones implicadas en el ataque, antes dedecidir cuál es la mejor respuesta. El deterioro del servicio de lared y de la calidad y capacidad de los datos hacen que esto seadifícil, sobre todo si no se puede confiar en la información ex i s-tente en dicha red.

Es difícil establecer medidas de prevención y disuasión enel mundo virtual, en parte por las capacidad de los atacantesde mantenerse en el anonimato pero una ofensiva virtual totalproporcionaría, casi con toda seguridad, suficientes pistas co-mo para identificarla. Una de las cuestiones para que en el fu-turo se tomen decisiones en los países de la OTAN será si, an-te estos ataques debe responderse con represalias virtuales ocon represalias materiales, o con ambas. Los conceptos de es-calada y disuasión, que tan familiares fueron durante la guerrafría, deben ser analizados de nuevo con respecto a estos nue-vos tipos de contingencias. De hecho, podría ocurrir que esasestrategias de disuasión tuvieran efecto en el mundo virtual almenos en las ofensivas totales.

También se pueden desarrollar defensas con cierta probabili-dad de éxito. A corto plazo, los ataques en las redes modern a sfavorecen siempre al agr e s o r, pero a largo plazo esta ve n t a j apuede desplazarse hacia los defensores, al identificar éstos losmedios de ataque y bloquearlos, protegiendo los puntos vulne-r a bles y aislando las conexiones de la red. Además, las redes in-f o rmáticas pueden fortalecerse: pueden aislarse los serv i c i o sesenciales para mantener el potencial, la formación del personaly la seguridad física pueden minimizar la amenaza de la infi l-tración del enemigo. Y se pueden configurar "cort a f u egos" ysistemas de detección de intrusos que proporcionen capacidadde aviso y respuesta para infraestructuras públicas y priva d a s .

Por último, resulta necesario desarrollar una capacidad de re-ducción y reparación de daños. El diseño de redes debe incor-porar los conceptos de fortaleza y superv ivencia (basadas, enp a rte, en la existencia de medios altern a t ivos para las misionesc l aves), a la vez que resultan imprescindibles unos planes decontingencia para la implementación permanente de los siste-mas y misiones esenciales, en condiciones de mucha menor co-n e c t ividad virtual. En este aspecto, las redes locales aisladas quepueden operar de forma segura y eficiente, sin conexiones ex-teriores, ofrecen un campo muy prometedor.

Por supuesto, todo esto es más fácil de decir que de hacer.Son muchos y variados los obstáculos para conseguir una mejorcapacidad de superv ivencia para la red. A menudo, la seg u r i d a des un concepto nacido a posteriori y no una parte integral del di-seño de la red. Los gobiernos y las empresas tienen plantea-mientos diferentes sobre la seguridad y sobre quién debe pro-p o r c i o n a r l a . Frecuentemente ni siquiera se cuestiona la depen-dencia respecto a los sistemas informáticos. Y, a menudo, ladelimitación de responsabilidades resulta borrosa y confusapor la superposición y los conflictos de competencia de juris-dicciones. Pero todas estas dificultades pueden superarse conuna combinación de voluntad política, compromiso organiza-tivo, concienzuda planificación e implementación sistemática.La planificación de la defensa debe integrar el mundo virtualsi queremos tener alguna oportunidad de limitar los daños ma-teriales en el mundo real. ■

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ta. Además, la actividad diplomática, las cumbres y el frenesíde propuestas de los últimos meses han abierto nuevos hori-zontes para una cooperación más estrecha y una relación másprofunda entre la OTAN y Rusia.

Por supuesto que esta no es la primera vez que las relacionesOTAN-Rusia ofrecen grandes ex p e c t a t ivas. En 1997, cuando sefi rmaba el Acta Fundacional OTAN-Rusia sobre RelacionesMutuas, Cooperación y Seg u r i d a d, los jefes de Estado y go-b i e rno de la OTAN y Rusia se comprometieron con "el objeti-vo de superar los vestigios de las confrontación y competenciaanteriores y de reforzar la confianza y cooperación mutuas,marcando así el comienzo de una relación esencialmente reno-vada entre la OTAN y Rusia, y con la intención de desarr o l l a runa asociación fuerte, estable y duradera". Además, el Conse-

Willem Matser trabaja en la Oficina del Asesor Especial de laOTAN para Europa Central y Oriental.

Pocos acontecimientos unen más a la gente que una trage-dia, y pocas tragedias han superado por su intensidad, opor su efecto, a la del 11 de septiembre. Además de los

miles de americanos que perdieron la vida, cerca de 800 ciu-dadanos de otros países de la OTAN y casi 100 rusos murieroncuando se desintegraron las Torres Gemelas, como millones depersonas pudieron ver en directo por televisión. Desde lo quefue una tragedia colectiva, la unidad de criterio de los Aliadosy Rusia frente a la amenaza común ha sido una característicaesencial de la coalición internacional en la guerra antiterroris-

Hacia una nueva asociación estra t é g i caWillem Matser analiza las relaciones entre la OTAN y Rusia a raíz

del 11 de septiembre y las perspectivas de una mejor cooperación.

Reunión en Moscú: el acercamiento de los últimos meses ha permitido poner sobre la mesa propuestas ambiciosas.

jo Conjunto Pe rmanente (PJC) OTAN-Rusia se creó para dis-poner de "un instrumento de consultas, coordinación y, siem-pre que sea posible y se considere adecuado, para la toma dedecisiones y acciones conjuntas".

Desde entonces, las relaciones entre la OTAN y Rusia hanido pasando por casi todos los estadios posibles, en un reco-rrido marcado por las diversas personalidades implicadas enél, además de por los cambios en los arquetipos políticos y losacontecimientos externos, como los conflictos balcánicos, laprimera Guerra chechena, la campaña de la OTAN en Kosovo,la segunda Guerra chechena y la actual coalición internacionalantiterrorista.

Con periodos de optimismo seguidos habitualmente porotros de pesimismo, las relaciones OTAN-Rusia con frecuen-cia han tendido a empeorar. Para reconducirlas por el bu e ncamino, conviene analizar dónde, cuándo y cómo empezarona deteriorarse en el pasado, e intentar extraer enseñanzaspara el futuro. Quizás este análisis debiera haberse realiza-do antes, pero hasta hace muy poco el lastre político quea rrastraban las relaciones OTA N - R u s i aen general, y el funcionamiento del Con-sejo Conjunto en part i c u l a r, tendían aex c l u i r l o .

Para comprender en su plenitud la si-tuación actual y evaluar la naturaleza delas dificultades, la relación OTAN-Rusiadebe contemplarse en su contexto históri-co. Después de todo, hace poco más de undécada que acabó la guerra fría, y las ac-titudes de ese periodo han seguido influ-yendo. Aunque a principios de los 90 al-gunos miembros de las altas esferas rusasestaban deseosos de adoptar una agendaprooccidental, muchos altos funcionariosencontraban difícil aceptar la desapari-ción del Pacto de Varsovia y de la Unión Soviética, y la pérdi-da del papel de superpotencia que conllevaban. En muchoscasos, encontraban humillante seguir tratando con la OTAN,para ellos "el enemigo victorioso de la Guerra Fría". Muchosrusos contemplaban la existencia de la OTAN como una trai-ción. Si habían dejado de existir la Unión Soviética y el Pactode Varsovia —las "amenazas" contra las que se fundó laOTAN— ¿por qué seguía siendo necesaria una alianza militaroccidental?

Mientras Rusia luchaba por integrarse en las institucionesoccidentales, y las dificultades económicas cercenaban lossueños de prosperidad capitalista de los rusos, comenzó a cun-dir el desencanto. A su vez, la OTAN no encontró el tono ade-cuado para sus relaciones con Rusia, y no logró convencer a laburocracia rusa de sus buenas intenciones. Los funcionariosrusos de los ministerios de Asuntos Exteriores y Defensa sesintieron defraudados cuando se vieron tratados igual que sushomólogos de los países del antiguo Pacto de Varsovia y lasotras ex repúblicas soviéticas dentro del Consejo de Coopera-ción del Atlántico Norte, el predecesor del actual Consejo de

ESPECIAL

Revista de la OTAN20 Invierno 2001/2002

Asociación Euroatlántico (EAPC). El anuncio de la Alianza,en 1995, de que había encargado un Estudio sobre la amplia-ción de la OTAN aumentó el sentimiento de desconfianza. Pa-ra los rusos, la OTAN no sólo había sobrevivido a las amena-zas que provocaron su nacimiento, sino que estaba ampliandosu influencia política y militar cada vez más cerca de las fron-teras rusas.

El nombramiento de Primakov como Ministro de AsuntosExteriores en 1998 significó un punto de inflexión y condujoen menos de un año a la firma del Acta Fundacional OTAN-Rusia. Desde que Primakov estuvo al cargo de este ministerio,la política exterior y de seguridad de Rusia se volvió más co-herente y firme. De hecho, uno de los objetivos subyacentesdel Acta Fundacional fue asegurar que Rusia tuviese voz enlas principales instituciones de seguridad euroatlánticas e in-fluencia en la toma de decisiones. Puesto que el Consejo de-bía incluir mecanismos para la toma de decisiones y accionesconjuntas, se contemplaba como el instrumento adecuado pa-ra poder ejercer dicha influencia.

Pese al optimismo inicial, muy pronto fue evidente que elConsejo no funcionaba como se preten-día. Algunas de sus deficiencias puedena t r i buirse a diferencias culturales; laOTAN funciona sobre la base del con-senso, y por eso siempre ha trabajado deabajo a arriba y esto presupone un pro-ceso continuado de consultas inform a l e sentre las Representaciones Pe rm a n e n t e sde los Aliados a fin de allanar el caminohacia el consenso, incluyendo en algunoscasos acuerdos para evitar ciertos puntosde fricción. Pero, pese a su apoyo al Con-sejo, Primakov decidió no establecer unarepresentación permanente en la sede dela OTA N. Esta decisión, resultó decisivapor cuanto limitó seriamente la posibl ep a rticipación de Moscú en el proceso de

creación de consenso.

Todavía resultó un mayor obstáculo la renuencia de ambaspartes a abandonar los estereotipos de la guerra fría. Rusia, di-rigida por las aspiraciones de Primakov de restaurar su papelde gran potencia en un mundo ahora multipolar, se negó aabandonar este enfoque tan poco constru c t ivo, diseñado pararomper la solidaridad aliada. Los Aliados respondieron con laexigencia de que nada se discutiría con Rusia sin haber apro-bado previamente la OTAN una postura oficial. Para los ru-sos, privados de la posibilidad de influir en las políticas de laAlianza antes de la toma de decisiones, el formato "diecinue-ve más uno" se transformó en un "diecinueve contra uno", ylos intercambios entre la OTAN y Rusia a menudo, fueron so-lamente una repetición de posturas ya conocidas. El Consejodejó de reunirse a primeros de 1999 cuando Rusia se salió deél como protesta por la campaña aérea para detener la lim-pieza étnica en Ko s ovo. La congelación de relaciones fue só-lo la plena confi rmación de las dificultades ya existentes enlas relaciones y de los planteamientos dive rgentes respecto alConsejo Conjunto.

Aunque los ataquest e r ro ristas con t ra losEEUU dieron un nuev oimpulso a la re l a c i ó nO TA N - Ru s i a , la mejoraen las re l a c i ones habíac om e n zado antes del 11 de septiembre .

Aunque los ataques terroristas contra los Estados Unidos yel proceso de construcción de una coalición internacional an-titerrorista han dado un nuevo impulso a la relación OTAN-Rusia e imbuido a las discusiones un sentimiento de urgencia,la mejora en las relaciones había comenzado antes del 11 deseptiembre. Ya a principios de 2000, el nombramiento de Vla-dimir Putin como Presidente de Rusia allanó el camino parauna nueva relación más constructiva, y en mayo de ese año sereanudaron las actividades del PJC. Desde entonces, pese a laincomodidad occidental por las operaciones antiterroristas enChechenia, la OTAN y Rusia han ido aumentando el alcance yel número de actividades conjuntas.

En la primavera de 2001, la agenda de trabajo del PJC sehabía ampliado para cubrir un amplio espectro de cuestionesde interés mutuo, como la cooperación y las consultas sobre elmantenimiento de la paz en los Balcanes, las discusiones so-bre doctrina y estrategia, y la colaboración sobre control de ar-mamentos, proliferación, infraestructura militar, cuestionesnucleares y defensa contra misiles de teatro, además del reci-claje profesional del personal militar desmovilizado y la bús-queda y rescate en el mar. El programa era casi tan extenso co-mo el existente a finales de 1998 y, tras un año de negociacio-nes, el Secretario General de la OTAN Lord Robertson, pudoinaugurar en febrero de 2001 una Oficina de Información dela OTAN en Moscú. Dentro de esta atmósfera más amistosa,Lord Robertson y el Presidente ruso Putin acordaron reunirsede nuevo en octubre en Bruselas.

Las reuniones Putin-Robertson en Bruselas (octubre) yMoscú (noviembre), y la Cumbre de noviembre entre EstadosUnidos y Rusia en Crawford (Tejas), han reconducido las re-laciones entre la OTAN y Rusia, y entre Estados Unidos y Ru-sia. De hecho, en su declaración conjunta el Presidente Putiny el Presidente George W. Bush prometieron que sus dos pa-íses "trabajarán, junto con la OTAN y otros países de laOTA N, para mejorar, reforzar y aumentar las relaciones entrela OTAN y Rusia, a fin de desarrollar nuevos mecanismose ficaces para consultas, cooperación, toma conjunta de deci-siones, y acción coordinada y/o conjunta". Además, a raíz dela reunión de Ministros de Asuntos Exteriores del PJC en di-ciembre en la sede de la OTA N, tanto Rusia como la A l i a n z ase comprometieron a "forjar una nueva relación" y encarga-ron a sus embajadores la tarea de buscar "mecanismos efi c a-ces para consultas, cooperación, y acción coordinada y/o con-j u n t a " :

El acercamiento de los últimos meses ha permitido ponersobre la mesa propuestas ambiciosas, como la institucionali-zación de las reuniones OTAN-Rusia en un formato "a vein-te", lo que ha generado grandes expectativas. A pesar de esto,es evidente que sigue habiendo áreas en las que pudieran apa-recer o son de esperar problemas, y deben idearse políticas pa-ra contrarrestarlos. Establecer mecanismos de reuniones conRusia en formato "a veinte", sin posiciones previamente coor-dinadas, no significa que Rusia se asegure un veto sobre lasdecisiones de la Alianza. La OTAN seguirá funcionando "condiecinueve", y manteniendo su libertad de acción y decisiónen cualquier asunto incluido en sus responsabilidades según el

Tratado de Washington. Pero allí donde pueda hallarse un te-rreno común en el que la OTAN y Rusia trabajen juntos, esimportante construir los mecanismos que lo hagan posible.

Muchos analistas occidentales creen que en la actualidad elPresidente Putin va muy por delante de otros miembros de lacomunidad rusa de defensa y seguridad, y según algunos in-cluso se podría estar excediendo, haciéndose así más vulnera-ble. Cualquiera que sea su situación real, ya es bastante fuertela presión sobre el Presidente Putin y sobre la OTAN para queobtengan un éxito, y la necesidad de obtener logros concretosse hará cada vez más acuciante según se aproxime la Cumbrede Praga y la cuestión de la ampliación de la OTAN comiencea agrandarse en el horizonte. Un conjunto de avances visibles,cuidadosamente analizados y coordinados, podría ayudar alPresidente Putin a salvar la brecha que le separa de las altas je-rarquías de seguridad rusas, bastante más conservadoras. Ha-ce falta también una cuidadosa planificación informativa,pues las expectativas y especulaciones de los medios de co-municación podrían provocar una presión excesiva sobre loque ya de por sí será un proceso político complejo.

Las actitudes de muchos agentes institucionales en la rela-ción OTAN-Rusia no han cambiado en lo esencial, con lo cuallos "grandes avances" al más alto nivel, y los enfoques cons-tructivos en las conversaciones informales no siempre se tra-ducen en logros prácticos. Las propuestas y programas con-cretos siguen siendo implementados por los mismos canalesburocráticos y, en algunos casos, a pesar de ellos. Aunque elescenario de cooperación parece apuntar el éxito final, éste noestá asegurado, y las iniciativas de alto nivel pueden acabar re-sultando infructuosas. Quizás sería un planteamiento más rea-lista el persistir en el lento proceso de implementar programas,tanto formales como informales, de menor tamaño y, sin em-bargo, fundamentales.

El principal objetivo de Rusia no ha cambiado. Todavíaquiere, sobre todo, que la traten como una potencia madura einfluyente, tener voz en las principales instituciones de segu-ridad euroatlánticas y en la toma de decisiones sobre defensay seguridad. Si los Aliados no quieren o no pueden satisfacereste propósito, la reacción será grave y duradera. Los nuevosmecanismos de cooperación pueden ayudar a vencer las des-confianzas del pasado y a mejorar nuestra capacidad de reali-zar acciones conjuntas cuando sea conveniente. Pero los nue-vos mecanismos por sí solos no pueden ser la base de una aso-ciación fuerte y duradera entre la OTAN y Rusia. Debe haberuna nueva actitud, especialmente por parte de los rusos.

Cuando los que diseñan las políticas y los líderes gober-nantes quieren aprovechar una oportunidad histórica, debencomprender lo que está en juego. Por un lado, dar los pasos co-rrectos ayudará a crear relación más fuerte y en gran parte di-ferente entre la OTAN y Rusia. Por otro, cada movimiento enfalso puede socavar la buena voluntad mostrada en los últimosmeses. Pero si a pesar de la complejidad y la sensibilidad deesta cuestión, la OTAN y Rusia pueden unirse y forjar unanu eva asociación estratégica, eso constituirá un apropiado tribu t oa las víctimas de tantos países que perdieron la vida el 11 de sep-tiembre. ■

ESPECIAL

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vel sobre Proliferación. Además, el CentroWMD apoya de forma activa al Comité Po l í t i-co de Alto Nivel cuando éste se ocupa de la de-fensa contra misiles de teatro, de la coopera-ción con Rusia y de la respuesta de la A l i a n z aal terrorismo tras los ataques del 11 de sep-tiembre de 2001 contra los Estados Unidos.

RO: ¿De qué modo ha cambiado la agendadel Centro WMD desde el 11 de septiembre?T W: A raíz del 11 de septiembre, ha aumenta-do de forma clara la conciencia sobre el posi-ble uso de armas de destrucción masiva porp a rte de organizaciones no estatales y, como

consecuencia de ello, el Centro ha adaptado su programa de tra-bajo a las demandas de los Comités a los que presta su apoyo .Debo añadir que existe un enorme grado de continuidad en eltrabajo de los Comités como ocurre con el Grupo de Defensade Alto Nivel sobre Proliferación, en el sentido de que lo queha estado haciendo los últimos años ha sido reforzar la prepa-ración militar para operar en un entorno W M D. Muchos de losavances prácticos que han realizado los Aliados en lo relativo ala protección de fuerzas, detección, identificación y contrame-didas sanitarias pueden adaptarse a los riesgos asociados a laposibilidad del uso de armas de destrucción masiva (WMD)por parte de organizaciones o grupos no estatales. Por tanto,pretendemos continuar avanzando a partir de las iniciativas ytrabajos ya existentes. Aunque nuestra agenda no ha cambiadoa p r e c i a blemente, está claro que ahora se pone un énfasis espe-cial en los riesgos asociados a los agentes biológicos. De he-cho, tendremos que aumentar nuestros conocimientos sobre eluso potencial de armas biológicas, químicas o radiológicas porp a rte de organizaciones no estatales, que debemos tener muypresente. Además, tenemos que analizar las mejores formas decolaboración para proteger a la población civil frente a estosr i e s g o s .

RO: A raíz del envío de cartas con ántrax en los Estados Uni-dos los medios de comunicación parecen estar obsesionadoscon el bioterrorismo. ¿Hasta qué punto constituye una amena-za seria esta forma de ataque?

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Revista de la OTAN: ¿Qué es el CentroWMD y para qué se creó?Ted Whiteside: El Centro WMD es un equi-po interdisciplinar dentro de la División deAsuntos Políticos de la OTA N. Se fundó con elo b j e t ivo de ayudar a los Comités y grupos detrabajo relacionados con la proliferación. Sumandato quedó establecido en la Cumbre deWashington de 1999 y en la Iniciativa W M D.Tiene seis grandes objetivos básicos: intensifi-car el debate dentro de la OTAN en pos de unm ayor entendimiento entre los Aliados sobrelos problemas de las WMD y la forma de en-frentarse a ellos; mejorar la cantidad y calidadde la información, tanto pública como clasificada, compart i d apor los Aliados sobre asuntos relacionados con la proliferación;a p oyar el desarrollo de una estrategia de información pública pa-ra aumentar el conocimiento sobre los temas de proliferación ysobre el empeño de los Aliados en apoyar los esfuerzos de noproliferación; aumentar la preparación militar para actuar en une n t o rno WMD y para combatir la amenaza que suponen dichasa rmas; intercambiar información relativa a los programas nacio-nales bilaterales para la colaboración en la destrucción de lasWMD —en especial ayudar a Rusia a destruir sus arsenales dea rmas químicas— y aumentar la capacidad de ayuda mutua en-tre los Aliados para proteger a la población civil de los peligr o sde las W M D. Como se desprende de estos objetivos, la A l i a n z atiene un programa de trabajo intenso en lo que se refiere a losriesgos y amenazas de las W M D, y este Centro es clave en di-chos esfuerzos.

RO: ¿Cómo funciona el Centro WMD? ¿Cuántos miembrosdel personal de la OTAN y expertos nacionales trabajan en él?T W: En total hay tres miembros del Secretariado Internacional ysiete ex p e rtos nacionales. Estos últimos aportan una amplia ex-periencia, dados sus conocimientos sobre armas químicas, agen-tes biológicos, misiles balísticos, protección de fuerzas, inteligen-cia, y aspectos políticos del control de armamentos y de los reg í-menes de no proliferación. Prestamos apoyo a varios comités dela OTA N, entre los cuales destacan el Grupo Político-Militar deAlto Nivel sobre Proliferación, y el Grupo de Defensa de Alto Ni-

Ted Wh i t e s i d e :Director del Centro WMD de la OTA N

Ted Whiteside ha dirigido el Centro de Armas de Destrucción Masiva(WMD) de la OTAN desde su creación, en otoño de 2000. En septiembrede 1999 se incorporó a la División de Asuntos Políticos de la OTAN, comosubdirector de la Sección de Desarme, Control de armamentos y Seguridad

después de haber formado parte de la Delegación canadienseante la OTAN y de la Embajada de Canadá en Bonn.

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ENTREVISTA

T W: La posibilidad de que grupos no estatales utilicen arm a sbiológicas plantea una gr ave cuestión puesto que estos gru p o shan demostrado tener la capacidad de fabricar y usar algunas deesas armas cuyo mayor atractivo para ellos reside en su tox i c i-dad. El uso de estas armas por parte de elementos criminales ot e rroristas podría ser extremadamente peligroso al tratarse dematerial pernicioso, difícil de detectar y que obl i ga al uso dee n o rmes recursos, y hablo tanto de contramedidas sanitarias co-mo legales. Las tecnologías de doble uso y la amplia difusión delos conocimientos técnicos sobre las modernas industrias bioló-gicas no hace sino aumentar las dificultades de combatir este ti-po de proliferación. Pese a que el uso y posesión de armas bio-lógicas está prohibido desde la Convención de 1972 para laProhibición, Desarrollo, Producción y Almacenamiento deA rmas Biológicas y Toxinas, sigue siendo tremendamente difí-cil implementar medidas de ve r i ficación adecuadas, pues si enlos regímenes de control de armamentos convencionales sepueden contar objetos físicos, como tanques y cañones, y esta-blecer normas de ve r i ficación, para los agentes biológicos noexiste todavía nada parecido. Sigue siendo importante conti-nuar los esfuerzos en curso a fin de garantizar que la Conve n-ción de 1972 sea un instrumento eficaz para combatir la ame-naza creciente que suponen las armas biológicas.

RO: ¿Qué otras amenazas le parecen más peligrosas en la ac-tualidad?T W: Están los riesgos procedentes de agentes biológicos y quí-micos, los productos químicos tóxicos de las industrias, y losaparatos dotados de tecnología nuclear. A p a rte de estos, la pro-liferación de misiles balísticos sigue constituyendo un motivode seria preocupación para la Alianza. Dentro de este campo, laAlianza mantiene su fi rme compromiso con el Régimen deControl de Te c n o l ogía de Misiles, el Grupo Australiano y losG rupos Zangger y de Proveedores de Material Nuclear, queconsideramos elementos importantes en nuestra lucha contra laproliferación de armas de destrucción masiva y sus medios del a n z a m i e n t o .

RO: ¿Existe una nueva visión de la Alianza sobre la prolifera-ción? ¿Y sobre la defensa antimisiles?T W: Desde principios de los 90 la Alianza ha reconocido la im-p o rtancia de aumentar los esfuerzos contra la proliferación. Su ob-j e t ivo principal sigue siendo evitar que se produzca la proliferacióno, si se produce, oponerse a ella por medios diplomáticos. Estre-chamente vinculada con este planteamiento está la importante ta-rea de asegurar una preparación defensiva apropiada frente al po-

s i ble uso de armas de destrucción masiva. La disposición defensi-va de la Alianza debe ser capaz de hacer frente de forma adecuaday eficaz a las amenazas que puedan plantear estas armas y sus me-dios de lanzamiento. Resulta crucial el mantener la flexibilidad ye ficacia de las fuerzas de la Alianza a pesar de la presencia, la ame-naza o la utilización de armas nucleares, biológicas y químicas.Dentro de este contexto, la Alianza maneja una combinación de di-ferentes medios para enfrentarse a los retos de la proliferación, en-tre los cuales se encuentran la disuasión y los medios ofensivos yd e f e n s ivos, además de la mejora de la eficacia del control de ar-mamentos, el desarme y la no-proliferación, así como las medidasdiplomáticas y de lucha contra la proliferación

RO: Rusia ha mostrado su interés en cooperar con la OTANen cuestiones de defensa ante misiles tácticos. ¿Cómo podríadesarrollarse esta cuestión?T W: Ya se han desarrollado, en varias ocasiones, consultas es-trechas e intensas con Rusia sobre la defensa contra misiles. Es-tas consultas seguirán produciéndose en el futuro, y seg u r a m e n-te se centrarán en dos o tres temas genéricos. En primer luga r,podemos debatir la naturaleza de la evolución global de los mi-siles balísticos, nuestra percepción del problema, su ámbito y lagama de esfuerzos para contrarrestarlos. En segundo luga r, po-demos debatir conceptos como, por ejemplo, el significado de ladefensa antimisiles, el modo en que puede integrarse en el con-cepto global de Defensa Aérea Avanzada, cómo funciona en lo re-ferente a las comunicaciones y al mando y control, y qué se pre-cisa en lo relativo al entrenamiento. Y podemos también analizarla posible cooperación industrial entre la OTAN y Rusia en lo re-l a t ivo a los sistemas que se están desplegando en la actualidad.

RO: ¿Se tiene la intención de ampliar las actividades del Cen-tro WMD para incluir a los países Socios?TW: Los países Socios ya han mantenido con la Alianza con-sultas sobre proliferación. Ha habido conversaciones bilatera-les, específicas y en profundidad, con Rusia y Ucrania. Tam-bién se han desarrollado debates genéricos dentro del Conse-jo de Asociación Euroatlántico y, al igual que ocurría antes,seguirán celebrándose reuniones de expertos en desarme conlos países Socios. Esperamos que este esfuerzo se vea incre-mentado mediante el trabajo de Comités, de modo que poda-mos abordar cada vez mejor, junto a todos los países Socios,los retos asociados a la proliferación. También han comenza-do los contactos y consultas con los países del Diálogo Medi-terráneo. Están en marcha otros trabajos para reforzar y pro-fundizar todas estas consultas. ■

PROGRAMA CIENTIFICO DE LA OTAN“Uniendo a los científicos para el progreso y la paz”

El Programa Científico de la OTAN apoya proyectos de colaboración entre científicos de países Aliadosy los países Socios. El programa —que no está relacionado con la defensa— aspira a estimular

la cooperación entre científicos de diferentes orígenes, para crear lazos duraderos entre investigadores y ayudar a las comunidades científicas en los países de la Asociación.

Los detalles completos pueden consultarse en la página web de la OTA N : h t t p : / / w w w. n a t o . i n t / s c i e n c e

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roatlántico (EAPC) en su condena incondicional de los ata-ques, comprometiéndose a realizar todos los esfuerzos nece-sarios para combatir la lacra terrorista. Desde entonces han he-cho honor a sus promesas poniendo a disposición de la coali-ción internacional sus territorios e instalaciones. Así, el 24 deseptiembre Kazajstán manifestó su disposición a apoyar a lacoalición liderada por EEUU con todos los medios a su dis-posición. También Kirguizistán, Tayikistán y Turkmenistánhan dejado claro su apoyo a la campaña contra los talibanes, yUzbekistán se ha convertido en una pieza clave de la mismatras anunciar el día 5 de octubre que permitiría el uso de su es-pacio aéreo a los aviones de los EEUU y el aterrizaje en su te-rritorio a misiones de rescate y humanitarias. El apoyo de es-tos países, que tienen una población mayoritariamente musul-mana, demuestra que frente a las pretensiones de Ben Ladenla campaña internacional antiterrorista no es ni una cruzadacontra el Islam, ni un choque de civilizaciones.

Los ataques del 11 de septiembre demostraron la indivisibi-lidad de la seguridad de la zona euroatlántica, puesto que hoyen día todos los países afrontan las mismas amenazas tanto sise hallan en Norteamérica como en Europa o Asia Central.Además, los ataques y la subsiguiente campaña antiterroristahan sacado a la luz la importancia de Asia Central para la se-guridad euroatlántica y la necesidad de una mayor coopera-ción entre la OTAN y los países Socios de esta región, no só-lo dentro del contexto de la crisis actual sino también pensan-do en el futuro.

Asia Central y Europa han tenido una larga historia de rela-ciones. Durante el siglo XIX, la región atrajo la atención delos imperios británico y ruso debido a que pasaba por ella laRuta de la Seda, la mayor ruta comercial que unía Europa conel Lejano Oriente. En la actualidad, las reservas energéticas deAsia Central ofrecen la posibilidad de grandes recursos para eldesarrollo de la zona. Y sin embargo, el interés de la OTANpor la región durante la pasada década no se debió a su histo-ria ni a su potencial económico, sino al deseo de la Alianza defomentar la seguridad en Asia Central como parte de su estra-tegia de impulsar la cooperación con las nacientes democra-cias, enfrentándose a nuevos retos de seguridad y promovien-do la estabilidad en toda el área euroatlántica. Los esfuerzospara estrechar la asociación y la cooperación mediante el pro-grama de la Asociación para la Paz y el EAPC han resultadoser beneficiosos para todos.

La Asociación para la Paz (APP) ofrece un amplio menú deactividades relacionadas con la seguridad, que cubren aspec-tos como los planes de emergencia civil, la gestión de crisis, el

Osman Yavuzalp trabaja en cuestiones relacionadas con laampliación de la OTAN y las relaciones con los países Sociosde la Alianza en Asia Central dentro de la División deAsuntos Políticos de la OTAN.

Cuando se supo que los ataques terroristas del 11 de sep-tiembre contra los Estados Unidos habían sido dirigidospor Osama Ben Laden y su organización Al Qaeda, con

base en A f ganistán, su audacia y crueldad no constituyeron unas o rpresa para los países de Asia Central. Es cierto que la comuni-dad internacional era consciente de la deteriorada situación ex i s-tente en A f ganistán, y había mostrado su preocupación ante lasviolaciones de los derechos humanos, la salvaje destrucción delas estatuas de Buda y la detención de cooperantes intern a c i o n a-les acusados de predicar el cristianismo. Pero tanto Kirg u i z i s t á n ,como Tayikistán, Uzbekistán y, en menor grado, Kazajstán, cono-cían de primera mano el peligro que representaba el régimen tali-bán, tras haber sufrido durante mucho tiempo las consecuenciasdel tráfico de drogas y haber sido víctimas, desde 1998, de lasincursiones de terroristas vinculados a Al Qaeda.

De hecho, los países centroasiáticos fueron de los primerosque reclamaron la atención mundial sobre la situación afgana,cada vez más deteriorada, y sobre el peligro que suponía parala seguridad internacional. Un año antes de los ataques, el 8 deseptiembre de 2000, el Presidente uzbeco Islam Karimov ad-virtió ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (NU)que "Afganistán se había convertido en campo de entrena-miento y vivero del terrorismo internacional", y que "la per-manente guerra de Afganistán constituye una amenaza para laseguridad, no sólo de los Estados de la región de Asia Central,sino del mundo entero".

Conscientes de la necesidad de restaurar la ley y el orden, yde atajar el sufrimiento del pueblo afgano, Tayikistán, Tu r k m e-nistán y Uzbekistán han estado trabajando desde 1997 para con-s eguir una solución pacífica de la crisis afgana dentro del deno-minado "grupo seis más dos", un conjunto de países que inclu-ye a China, Irán y Pakistán, y que está apoyado por Rusia y lasNaciones Unidas. Recientemente, el grupo se reunió el 12 den oviembre en el marco de la A s a m blea General de NacionesUnidas con el Embajador Lakdar Brahimi, enviado especial deNaciones Unidas a la región, y mantuvieron conversaciones so-bre un A f ganistán pos-talibán. Los representantes de los seis pa-íses vecinos expresaron su apoyo a la formación de un gobiern opos-talibán de amplia base, multiétnico y libremente eleg i d o .

Tras el 11 de septiembre, los países de Asia Central se unie-ron de inmediato a sus socios del Consejo de Asociación Eu-

Asia Central, en primera líneaEn un momento en el que los países de Asia Central Socios de la OTAN ocupan

un puesto de primera línea en la coalición internacional contra el terrorismo,Osman Yavuzalp analiza las relaciones de la Alianza con dichos países.

aprendizaje de idiomas, la cooperación científica y la intero-peratividad de las fuerzas armadas, Cual cada país Socio pue-de escoger libremente, según sus propios requisitos y priori-dades. Además, según las normas de la Asociación, los Alia-dos de la OTAN mantendrán consultas con cualquier paísSocio que lo requiera, si ese país percibe una amenaza directacontra su integridad territorial, su independencia política o suseguridad.

Hay dos principios claves que sostienen la Asociación paraa Paz. El primero es que no está dirigida contra los interesesde terceros, por lo que países neutrales como Austria, Irlanda,Moldavia y Suiza pueden también beneficiarse del amplio es-pectro de actividades ofrecidas. El segundo es que no preten-de reemplazar o duplicar, sino complementar, otras iniciativasde cooperación puesto que la OTAN siempre ha respetado losintereses particulares y las circunstancias regionales de susSocios. Así, por ejemplo, en Europa Suroriental los países par-ticipan en paralelo de varias iniciativas multinacionales, ymantienen entre sí relaciones bilaterales específicas, ademásde cooperar con la OTAN. Del mismo modo, la Alianza se

muestra deseosa de apoyar las diversas actividades de coope-ración en las que participan algunos de los Socios de AsiaCentral, como son la Organización de Cooperación de Shan-gai o la Conferencia sobre Medidas para el Fomento de la In-teracción y la Confianza en Asia, además de respetar las rela-ciones ya existentes con Rusia por motivos históricos, geopo-líticos y socioeconómicos.

A partir de este entendimiento, la OTAN y los Socios deAsia Central han podido emprender actividades de coopera-ción en varias áreas. Dentro del marco del EAPC tiene lugarun diálogo planificado entre los países miembros de la Alian-za y los 27 países Socios sobre prácticamente todos los temasde interés común. Gracias a este foro multilateral, los paísesSocios de Asia Central han podido mantener informados a losAliados y a los restantes Socios sobre la evolución regional,desde la aparición del terrorismo patrocinado por los taliba-nes. También se han organizado, bajo los auspicios del EAPC,una serie de Seminarios regionales sobre cooperación en ma-teria de seguridad, que abordaron temas relativos a la seguri-dad en Asia Central celebrados dentro de la región para per-

mitir que los Aliados y los restantes Socios adquirieran sobreel terreno una mejor comprensión de la situación. El primerode estos Seminarios tuvo lugar en octubre de 1999 en Tash-kent, Uzbekistán, y el éxito de la iniciativa condujo a celebrarun segundo en noviembre de 2000 en Bishkek, Kirguizistán, yun tercero en Almaty, Kazajstán, en septiembre de 2001, ape-nas unos días después de los ataques terroristas contra los Es-tados Unidos.

Los planes de emergencia civil constituyen otro aspectoclave para la cooperación. Los países Socios de Asia Centralsufren con frecuencia desastres naturales, como terremotos einundaciones y de ahí su interés en investigar las posibilida-des de protección de las ciudades y poblaciones situadas enzonas de alto riesgo. La planificación ante estas emergenciasciviles y la preparación de la cooperación civil y militar enoperaciones frente a desastres, se ve facilitada por la partici-pación en Seminarios de trabajo y actividades organizadosdentro del marco de la Asociación para la Paz. Con esta fina-lidad se han realizado cursos "a medida" en 1996 en Kirgui-zistán, en 1999 en Uzbekistán y en 2001 en Kazajstán.

La OTAN y sus Socios centroasiáticos sebenefician también de la posibilidad de tra-bajar conjuntamente en la investigación cien-tífica y tecnológica. Se han concedido unas120 becas OTAN de ciencia y tecnología alos cinco países de Asia Central en los ochoaños transcurridos desde que el ProgramaCientífico de la OTAN se abrió a la partici-pación de países Socios. En octubre del pre-sente año, este Programa emprendió un granproyecto, la "Autopista de la Seda Virtual",para proporcionar mediante una red de saté-lites el acceso a Internet a las comunidadescientíficas y académicas de ocho países delAsia Central y del Cáucaso Meridional.Otros proyectos científicos patrocinados porla OTAN en esta región son: un estudio pilo-

to sobre toma de decisiones en asuntos medioambientales pa-ra un desarrollo sostenible, iniciado en febrero de 2001 y enel que participan Kazajstán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbe-kistán; varios proyectos que abordan los problemas de radio-actividad en el antiguo campo de pruebas nucleares de Semi-palatinsk, en la región de Sarzhal, en Kazajstán y las iniciati-vas para combatir la contaminación del mar de Aral.

Asia Central, escenario en su día del "Gran Juego", siguesiendo a principios del siglo XXI una región de una decisivaimportancia estratégica. Pero los juegos malabares del pasadoson ya sólo historia. Los recientes acontecimientos han vueltoa demostrar la sabiduría que encierran los esfuerzos para el fo-mento de la cooperación, la estabilidad y la seguridad en todala zona euroatlántica. Aunque la Alianza no pretende conocerla solución de todos los problemas, sea de esta zona o decualquier otra, cada vez resulta más evidente que la inversióna largo plazo en el fomento de las relaciones mutuas, la mejo-ra de la comprensión y el fortalecimiento de la cooperaciónacaban reforzando la seguridad de todos. ■

REPORTAJE

Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 25

KAZAJSTÁN

MarCaspio

Mar deAral

UZBEKISTANREPÚBLICA DE

KIRGUIZIA

TAYIKISTAN

AFGANISTÁNIRAN

TURKMENISTAN CHINA

PAKISTAN

Debate

A raíz del 11 de septiembre, ¿quéprioridad tiene la defensa antimisiles

dentro del gasto en seguridad?Alta:

Keith B. Payne es presidentedel Instituto Nacional

para la Política Pública,preside el Grupo Consultivo

sobre Disuasión de la Oficina del Secretario de Defensa y

es profesor adjunto de la Universidad de Georgetown.

Baja:Joseph Cirincionees Director delProyecto sobreNo Proliferaciónen la FundaciónCarnegie parala PazInternacional.

Querido Joseph,

El consenso bipartidista en Wa s-hington está a favor de que la defensaantimisiles sea una prioridad en el gas-to en defensa de los EEUU, y la opi-nión pública norteamericana apoya eldespliegue de un sistema antimisiles,como lo ha estado en los últimos años.De hecho, dos tercios de los norteame-ricanos creen que están protegidos yapor una defensa antimisiles. Cuando seles dice la verdad, la mayoría no que-dan muy contentos.

La principal razón para conve rtir enuna prioridad la defensa antimisiles es laamenaza, emergente y polifacética, delos misiles balísticos. El Informe públ i-co de septiembre de 1999 del ConsejoNacional de Inteligencia, la evo l u c i ó nde los misiles extranjeros y la amenazade misiles balísticos contra los EstadosUnidos hasta 2015, predecía que "Du-rante los próximos 15 años los EstadosUnidos prev i s i blemente afrontarán laamenaza de los ICBM [misiles balísti-cos intercontinentales] de Rusia, Chinay Corea del Norte, probablemente deIrán, y posiblemente de Irak". El Infor-me también apuntaba que la prolifera-ción de misiles balísticos de alcance in-

t e rmedio "ha creado una amenaza emer-gente, seria y creciente para los ejérci-tos, los intereses y los aliados de los Es-tados Unidos, y ha alterado de form as i g n i fi c a t iva los equilibrios estratégicosen Oriente Medio y Asia". El que algu-nos de los países que intentan llevar acabo programas de misiles estén desa-rrollando armamentos nucleares, bioló-gicos y químicos (NBC) y apoyen o co-bijen a grupos terroristas, da una nuevap e r s p e c t iva respecto a esta crecientea m e n a z a .

En la proliferación actual general-mente están involucrados misiles demenor alcance que los ICBM, lo que noquiere decir que la defensa contra misi-les de largo alcance deba ser menosprioritaria. Por el contrario, una Comi-sión bipartidista (la Comisión Rums-feld) llegó en 1998 a la conclusión deque las nuevas potencias con misilesbalísticos podrían conseguir sus propiosICBM a los cinco años de decidir desa-rrollarlos sin que fuéramos conscientesde ello durante buena parte de estetiempo. Ya hemos sido sufi c i e n t e m e n t ea d ve rtidos sobre la posibilidad de unarápida aparición de nuevas amenazas deICBMs, y en algunos casos, como el deCorea del Norte, parece que ya ha em-

pezado a correr el reloj y que resultaríai m p rudente dilatar la respuesta.

Incluso si para una amenaza genera-lizada faltan entre 5 y 15 años, a menosque tengamos ahora un programa fuer-te, es poco probable que dispongamosde una defensa desarrollada cuando laamenaza sea clara e inmediata. Esperara que Corea del Norte, Iran o Irak dis-pongan de ICBMs con cabezas NBC(nucleares, biológicas y químicas) paraconvertir la defensa antimisiles en unaprioridad, supone exponernos a un lar-go periodo de una vulnerabilidad sinprecedentes.

Además, el Secretario de DefensaDonald Rumsfeld ha declarado públi-camente que al menos uno de los "Esta-dos delincuentes" ha ensayado un misilbalístico de alcance inferior al conti-nental, disparado desde un navío. Porlo tanto, es un error pretender que laamenaza de misiles contra los EstadosUnidos se limita a los ICBMs.

No podemos consolarnos con el he-cho de que los misiles de esos paísespuedan ser poco sofisticados, pues paraatacar ciudades no hace falta una gr a nprecisión, ni es creible la frecuente afi r-mación de que las posibilidades de unataque de misiles NBC son escasas, pues

Revista de la OTAN26 Invierno 2001/2002

nadie conoce la probabilidad real de queesto ocurra. Lo único que sabemos aho-ra es que un ataque de este tipo podríamatar de una sola vez a cientos de miles,o incluso millones, de ciudadanos deEEUU o de sus Aliados. Aunque no co-nozcamos la probabilidad de un ataquede este tipo, sí sabemos que resultaríac a t a s t r ó fico, así que nuestra prioridaddebe ser afrontar esta nueva amenaza an-tes de que sea tarde.

Por supuesto la respuesta contra estaamenaza no se limita a la defensa anti-misiles, pero ésta constituye su princi-pal ingrediente. Los ataques terr o r i s t a sdel 11 de septiembre ilustran la locuraque supone la afi rmación, tranquiliza-dora y conveniente, de que "no se atre-verán" a acciones de tan alto riesgo. Lahistoria está plagada de intentos fraca-sados de disuasión porque a veces haydirigentes que sí se atreven. Incluso du-rante la guerra fría, los Estados Unidosy la Unión Soviética sobrev ivieron sólop o rque "tuvimos mucha suerte", seg ú nel Secretario de Defensa Robert S. Mc-Namara y en el escenario actual es aúnmenos probable que se den los requisi-tos para una disuasión eficaz. Y no por-que debamos considerar irracionales alos dirigentes de los "Estados delincuen-t e s", sino porque muchas de las condi-ciones previas necesarias para que la di-suasión funcionasen según lo prev i s t o ,y que se asumían durante la guerra fría,ya no pueden darse por sentadas.

Los misiles y las Armas de Destruc-ción Masiva (WMD) son una amenazareal y creciente. Si la disuasión no re-sulta adecuada, sólo dándole prioridadtendremos una defensa antimisiles enun futuro previsible. Afortunadamente,el Presidente, el Congreso y la opiniónpública lo consideran así.

Atentamente,Keith

Querido Keith,

A f o rtunadamente, la feroz guerr apartidista que caracterizó la vida políti-ca de Washington a mediados de los 90

se terminó ya, y todos esperamos queel nuevo espíritu continuará después dela crisis actual. Pero perduran las dife-rencias de principio en asuntos clave, yen especial en la defensa antimisiles.No hay un consenso bipartidista sobreella.

El congresista John Spratt, un im-portante líder demócrata moderado dela Cámara de Representantes, dijo en laFundación Carnegie que tras el 11 deseptiembre los demócratas se contuvie-ron en la cuestión de la defensa contramisiles "porque no queríamos macha-car a la Administración en un momentotan crítico". El Presidente del Comitédel Senado para las Fuerzas Armadas,Carl Levin, escribe "Los que hemossostenido que el despliegue unilateralde un sistema antimisiles podría empe-orar, en vez de mejorar, la seguridad delos Estados Unidos, vemos en la admi-rable reacción multilateral de la Admi-nistración ante los recientes ataques te-rroristas una nueva prueba en nuestroapoyo"

Existe aún una gran división de opi-niones en cuanto a los peligros, factibi-lidad técnica, calendario, coste y con-secuencias estratégicas del desplieguede la defensa antimisiles. Tú ya sabesque existe acuerdo para seguir adelantecon el despliegue de una defensa anti-misiles de corto alcance o de teatro, alhaber una amenaza demostrable y ma-yores posibilidades de conseguir unsistema con cierta capacidad contra losScud —de unos 180 Km. de alcance—y otras variantes de alcance ligeramen-te mayor. Los misiles Patriot no funcio-naron en la Guerra del Golfo, pese a laerrónea impresión inicial y a lo que sedijo luego, pero en 2002 estará operati-va una versión mejorada que deberíatener mayor éxito ante misiles simplesy de corto alcance. Pero la división res-pecto a la defensa contra los de largoalcance persiste, incluso dentro de lospartidos. Muchos funcionarios de losministerios de Defensa y Exterioresmantienen puntos de vista divergentessobre este programa, y sobre la conve-niencia de mantener el Tratado ABM,

mientras que los halcones republicanosde Defensa y de Hacienda en la Cáma-ra que controlan están divididos en eltema de los costes

Un ejemplo de esta división —y delos graves problemas tecnológicos queamenazan el programa— fue la deci-sión de noviembre del Comité de Asig-naciones de la Cámara de Representan-tes de cancelar un sistema de satélitesvital para los sistemas contra misiles delargo alcance. Según este Comité, elSistema de Infrarrojos con Base en elEspacio lleva un retraso de años, y suscostes han pasado de 10 a 23 mil mi-llones de dólares en el último año. Losresponsables del Pentágono aseguranque la defensa antimisiles no puedefuncionar sin estos satélites. Los líde-res republicanos del Comité contestanque el programa está plagado de pro-blemas técnicos y de diseño y que sen-cillamente se ha convertido en algo de-masiado caro.

Este es sólo uno de los numerososproblemas técnicos que los fervientespartidarios de la defensa antimisiles re-chazan con perogrulladas sobre el po-tencial tecnológico de los EEUU. Peronos llevará años saber si algún sistemallegará a funcionar. Como dijo en julioel Secretario de Defensa Rumsfeld:"No tenemos un sistema, ni una arqui-tectura, ni una propuesta de arquitectu-ra. Todo lo que tenemos es un puñadode interesentes programas de investiga-ción, desarrollo y ensayos."

El punto de vista de partidarios yoponentes aparentemente no ha cam-biado desde el 11 de septiembre —tú yyo somos un buen ejemplo— pero sí loha hecho, y profundamente, el escena-rio diplomático, político y financiero.En este Nuevo Mundo, estos progra-mas van a verse afectados. "Nunca máspodrán argumentar los partidarios de ladefensa antimisiles, como hizo el Pre-sidente Bush en mayo, que los misilesbalísticos en poder de “Estados delin-cuentes” constituyen la amenaza másurgente en la actualidad" dice el Sena-dor Levin. "Los misiles balísticos noson un instrumento terrorista ... no es

Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 27

KEITH B. PAYNEfrente a JOSEPH CIRINCIONE

probable que los terroristas obtenganmisiles balísticos para futuros ataques.Cuando el debate sobre defensa antimi-siles se reanude, debe tenerse en consi-deración que cada dólar gastado en laimprobable amenaza de los misiles ba-lísticos supone un dólar menos para laamenaza real: el terrorismo."

Las facturas para la nueva guerra an-titerrorista se acumulan: Correos nece-sita miles de millones sólo en descon-taminación de sus instalaciones; la de-fensa contra el bioterrorismo tendrá uncoste similar, así como la seguridad delos aeropuertos, y la campaña militarpor sí sola se llevará ya la mitad de los40.000 millones de la asignación extra-ordinaria que el Congreso aprobó enseptiembre. La defensa antimisiles ten-drá que competir ahora con nuevas de-mandas, muchas relativas a amenazasque el pueblo americano considera másurgentes, pues no son hipotéticos, sinoalgo real, que ya ocurrió una vez y pue-de repetirse.

La defensa del territorio implica au-mentar la seguridad de las infraestru c t u-ras esenciales como pantanos, centralesnucleares, plantas químicas, puentes, tú-neles y estadios. No consiste sólo encrear reservas de vacunas, como quiereel Presidente, sino financiar los serv i-cios de urgencias para que aumenten elpersonal, el adiestramiento y el material,como quiere el Congreso.

En esta guerra los EEUU están lu-chando en dos frentes – en Afganistány en las oficinas postales de América –y la defensa antimisiles resulta irrele-vante en ambos. Se trata un juego com-pletamente nuevo.

Atentamente,Joseph

Querido Joseph,

Pones en duda mi afirmación de queexiste un consenso político para darprioridad al gasto en defensa antimisi-les, citando declaraciones del Congre-sista John Spratt y el Senador Carl Le-vin. Las citas fuera de contexto a me-nudo muestran un cuadro parcial, perosi lo que quieres es ese tipo de pruebas,tengo que recordarte los siguientes co-mentarios de estos mismos líderes delCongreso.

Contra tu sugerencia de que no hayuna amenaza "demostrable" de misilesde largo alcance, el Congresista Sprattdeclaró: "Creo que la amenaza de unataque con misiles accidental, no auto-rizado o criminal, existe y está crecien-do, y pienso que lo inteligente sería te-ner un sistema antimisiles para hacerlefrente". Y, pese a tu argumento de quesolamente existe un apoyo generaliza-do a la defensa contra misiles de cortoalcance, el Congresista Spratt dijo a fa-vor de la de largo alcance: "Tengo lafirme convicción de que una defensaterrestre, desplegada en dos lugares, esel mejor comienzo posible":

El Senador Levin declaró: "Com-p a rto el objetivo de darle al puebl oamericano una protección eficaz fren-te a la creciente amenaza de los misi-les de largo alcance provenientes deEstados delincuentes". Y en favor demi tesis citaré las palabras de últimocandidato demócrata a la vicepresi-dencia, el Senador Joseph Lieberm a n :"Necesitamos la defensa nacional anti-misiles. Afrontamos una amenaza realy en aumento, que no la podemos com-batir con nuestras fuerzas conve n c i o-nales, ni impedirla con amenaza de re-p r e s a l i a s " .

Además, aseguras que los ataquesdel 11 de septiembre crearon un climapolítico muy poco favorable a la defen-sa antimisiles, pero la prueba más re-ciente y definitiva de lo contrario laconstituyen los documentos legislati-vos recientes. El Informe del Comitéde la Cámara de Representantes paralas Fuerzas Armadas, declaraba justo

antes de ese día: "El Comité apoya elenfoque del Presidente sobre la defen-sa contra misiles balísticos, y se con-gratula de que el programa propuestoincluya la planificación de un sistemade defensa gradual, unas pruebas rea-listas y sopese toda la gama completade tecnologías. Por tanto, este Comitéapoya, con pequeños ajustes, el progra-ma de defensa antimisiles de la Admi-nistración, y recomienda un presupues-to de 8.200 millones de dólares, 2.900millones más que en año fiscal de2001, para la continuidad de una de-fensa contra misiles balísticos." El 25de septiembre de 2001, el pleno delCongreso aprobó por la abrumadora di-ferencia de 398 a 17, la Ley de Autori-zación de la Defensa Nacional para2002, que asigna 7.900 millones de dó-lares, 2.500 más que en 2001 y 1.000millones más de lo inicialmente pedidopara el 2002, a la defensa antimisiles.El presupuesto final asignado depende-rá de los resultados de la reunión con-junta Senado-Cámara de Representan-tes, pues el Senado propuso una rebajaen la financiación. Pero ya está claroque el nivel de gasto aprobado para ladefensa antimisiles será bastante mayorque el de 2001.

El consenso descrito se ha manteni-do, y por una buena razón. El 11 deseptiembre no rompió el consenso po-pular y político sobre la financiaciónde la defensa antimisiles, sino que de-mostró la arrogancia y ceguera de pen-sar que "ellos no se atreverán a atacar-nos", y la creciente amenaza de los mi-siles balísticos. Los Estados Unidos notienen que abandonar la defensa anti-misiles para financiar otros programas,pues no se trata de la elección exclu-yente que pretendes. Como muestran elcreciente presupuesto de la defensa an-timisiles, y los últimos 40 mil millonesde asignación extraordinaria contra elterrorismo, los EEUU podrán financiarcapacidades defensivas contra un am-plio espectro de amenazas, incluyendolos ataques con misiles.

Atentamente,Keith

Revista de la OTAN28 Invierno 2001/2002

KEITH B. PAY N E

Las nuevas potencias conmisiles balísticos podríantener sus propios ICBMs

a los cinco años dedecidir desarrollarlos.

KEITH B. PAYNEfrente a JOSEPH CIRINCIONE

Querido Keith,

Tú y yo, el Congreso de EEUU, laOTAN y Rusia, todos apoyamos la de-fensa antimisiles, en un consenso sóloaparente pues todo depende de cómodefinas la "defensa antimisiles". Lamayoría apoyamos la investigación, lasdefensas contra misiles de corto alcan-ce y el que se examinen todas las op-ciones de defensa. Pero existe una am-plia oposición a denunciar el TratadoABM y emprender una programa dechoque para desplegar interceptoresineficaces.

Es verdad que el presupuesto para ladefensa antimisiles se ha disparado esteaño, pero este puede ser su máximo his-tórico. Las opiniones políticas y edito-riales en EEUU y Europa se inclinana b rumadoramente por mantener el Tr a -tado que ha ayudado a mantener la se-guridad de nuestras naciones durantemás de 50 años y por unos presupuestosr e s p o n s a bles. Así, el diario con más ti-rada del país, “USA To d ay”, sostenía ensu editorial de 22 de octubre que "elp r ograma de defensa antimisiles siguerepresentando el embarazoso reconoci-miento de que los EEUU gastaron du-rante la pasada década una gran canti-dad de tiempo y dinero tratando decombatir la menos probable de las ame-nazas: un Estado delincuente queriendosuicidarse disparando un misil con ca-beza nuclear. Se desechó la mucho másu rgente amenaza de terroristas con po-co presupuesto y mucha imaginación":

Para el año fiscal de 2002, el gobier-no federal ha presupuestado 1.700 mi-llones de dólares para combatir el te-rrorismo con armas de destrucción ma-s iva (WMD), dentro de los 9.700millones para actividades antiterroris-tas en general. Pero vamos a gastar7.900 millones en defensa antimisiles.Tenemos que restablecer el equilibrio.

Si Osama Ben Laden tuviera el armanuclear, es indudable que la usaría. Pe-ro ¿dónde la conseguiría? Lo más pro-bable es que de los enormes y poco vi-gilados arsenales de Rusia y otras repú-blicas ex soviéticas – algunas a menos

de 800 kilómetros de Afganistán. Poreso es tan importante asegurar y elimi-nar las 20.000 cabezas nucleares rusas,y sus 1.100 toneladas de material fisi-ble, y dar trabajo a los miles de cientí-ficos nucleares y especialistas en gue-rra biológica en paro. Debemos tripli-car los 700 millones de dólares anualesque el gobierno de los EEUU gasta enprogramas de cooperación con Rusiapara la reducción de armamentos yconvencer a la Unión Europea para queempiece también a financiarlos en se-rio. Si lo hiciéramos así, podríamos eli-minar la mayoría de las amenazas enmenos de ocho años.

Esta es la tragedia de la reunión enCrawford entre Bush y Putin. Pese a to-do el buen humor y la buena comida, elnuevo marco estratégico quedó conver-tido en un cascarón vacío. Se perdió laoportunidad de fijar reducciones vin-culantes de armamentos por culpa delas posturas que tú y otros habéis apo-yado. Los desacuerdos sobre un siste-ma de defensa antimisiles que sola-mente existe sobre el papel han impe-dido los avances para reducir laverdadera amenaza nuclear.

Incluso cuando la coalición interna-cional haya destrozado Al Qaeda y ex-tirpado sus células americanas y euro-peas, perdurarán otras amenazas terro-ristas. Siempre habrá demanda deWMD por parte de los terroristas, ynuestra mejor defensa es impedir su su-ministro. En eso es en lo que nos dife-renciamos. La defensa antimisiles tieneun papel que desempeñar en la defensaglobal. Para ti, es el papel protagonista,para mí tiene sólo un pequeño papeldentro de un escenario mayor y más ur-gente.

Atentamente,Joseph

Querido Joseph,

Agradezco tu apoyo a la defensa an-timisiles, y que compartas mi punto departida de que hay un consenso políti-co en los EEUU para dar prioridad pre-

supuestaria a la defensa antimisiles. Noexiste ninguna prueba de que se estérompiendo ese consenso. Por ejemplo,las recientes encuestas del Centro deInvestigaciones Pew revelan que desdeel 11 de septiembre había aumentado elya de por sí fuerte apoyo al gasto en de-fensa y en sistemas antimisiles.

Estoy de acuerdo contigo en que ladefensa antimisiles es sólo uno de losdiversos requisitos de seguridad de losEEUU y sus aliados, pero esta defensaes esencial y no se trata de elegir entreella y otras demandas de seguridad, nifinanciera ni operativamente. El Con-greso, como es lógico y correcto, fi-nanciará la defensa antimisiles y otrasnecesidades. Así, la reciente asignaciónextraordinaria de 40.000 millones dedólares para actividades antiterroristasse apoyará en las contramedidas civilesy militares ya existentes.

También coincidimos en la necesi-dad de equilibrio, pero el "desequili-brio" actual se debe a la inexistencia deuna defensa antimisiles, y la total vul-nerabilidad de los EEUU y sus aliadosante una ataque. Ninguna otra vulnera-bilidad se ha aceptado con tanta tran-quilidad. Queremos rectificar ese dese-quilibrio, para que un futuro misil concabeza biológica o nuclear no encuen-tre una América tan poco preparada co-mo lo estuvo el 11 de septiembre. De-sechar la defensa antimisiles ahora,frente una amenaza emergente tan ob-via, resultaría tan negligente como noproseguir las medidas antiterroristas yde no proliferación que con mucha ra-zón sostienes.

Tu descripción de la Cumbre deCrawford resulta curiosa. Está claro

Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 29

JOSEPH CIRINCIONE

La defensa antimisilestendrá que competir ahora

con nuevas demandas,muchas relativas a

amenazas consideradasmás urgentes por

el pueblo americano

KEITH B. PAYNEfrente a JOSEPH CIRINCIONE

que las viejas animosidades se disol-vieron en una atmósfera de plena cor-dialidad: al tiempo que mantenían envigor los límites del START y las me-didas de ve r i ficación, el PresidenteBush anunció reducciones sin prece-dentes de las fuerzas nucleares de losEEUU, y el Presidente ruso VladimirPutin siguió su ejemplo. Este enormeavance sólo podría llevarse a cabo su-perando el estilo ya arcaico de las ne-gociaciones de la guerra fría. Algunoslamentaron el final de los planteamien-tos de la guerra fría, pero éstos se habí-an convertido en un obstáculo paraunas relaciones políticas más amistosasy su correspondientes reducciones nu-cleares. Además, tanto en Crawford co-mo antes de ella, el Presidente Bush habuscado una solución cooperativa parala cuestión del Tratado ABM, y el Pre-sidente Putin mostró una gran flexibili-dad. Esta solución cooperativa pareceser la razón del disgusto de algunos crí-ticos de la defensa antimisiles. LaCumbre de Crawford fue un reflejo dela nueva etapa en las relaciones entreEEUU y Rusia para el bien de todos.

Atentamente,Keith

Querido Keith,

No fue el "arcaico" proceso de con-trol de armas lo que bloqueó las reduc-ciones nucleares, sino el Congreso conm ayoría republicana, que aprobó leye sque impedían al Presidente Clinton ha-cer lo que luego hizo Bush. Los republ i-canos bloquearon los esfuerzos de lospresidentes Clintom y Boris Yeltsin dereducir cada uno entre 2.000 y 2.5000cabezas nucleares. Los EEUU y Rusiaestaban de acuerdo, solo que no consi-guieron que el Congreso les siguiera.

El Presidente Bush adoptó en loesencial el objetivo de Clinton y Yeltsinen el 97, pero sin las medidas de veri-ficación que proporciona un Tratado.Su cifra de entre 1.700 y 2.200 es infe-rior solamente porque no va a seguir in-cluyendo entre las "desplegadas", lascabezas nucleares en submarinos ybombarderos. Al estar siempre en revi-sión uno o dos submarinos, con 192 ca-bezas nucleares cada uno, esta formade contar reduce las cifras sin cambiarel nivel de las fuerzas. Hay menos"enorme avance" de lo que parece aprimera vista.

Los mismo ocurre con la defensaantimisiles. Intentas incluir ese progr a-ma en una especie de consenso unive r-sal y un anhelo público abru m a d o r,que no existen. Superemos este debatede decenios, pues aquí podemos llega ra un acuerdo tú, yo y el resto de laAlianza. Emprendamos un progr a m ade pruebas para defensa antimisilesque no con-sista en simples lanza-mientos de demostración sino en con-diciones reales de combate contrablancos múltiples con señuelos y ve l o-cidades de descenso reales. Si esa de-fensa funciona, podemos elaborar pla-nes para un despliegue cooperativo pa-ra aumentar la seguridad de los EEUU,no para reducirla mediante nuevo sc o n f l i c t o s .

Lo que hace falta son pequeñas mo-dificaciones del Tratado ABM. Los ru-sos están dispuestos a permitir pruebasen Alaska, y pruebas de radares en na-víos equipados con Aegis – los dospuntos en los que las pruebas actualescolisionan con el Tratado. Como acabade decir el Secretario de Estado ColinPowell el diario “The New York Ti-mes”: "No podemos hacer esto a partirde relaciones personales, sino sobre labase de nuestro interés nacional a lolargo del tiempo". Lo que significa, se-gún Powell: "Hay que oficializarlo dealguna manera".

Si superamos la disputa sobre el Tra-tado ABM, la defensa antimisiles seconvierte en otro programa más quecompite por financiación y que sobre-

vivirá en base a sus propios méritos.Mantendremos la coalición internacio-nal y la unidad nacional gracias a losobjetivos que mantenemos ahora. Esonos permitirá trabajar conjuntamentepara reducir la amenazas que ambosconsideramos como la prioridad inter-nacional más urgente.

Atentamente,Joseph

S i n o p s i s : Los dos ex p e rtos estuvie-ron de acuerdo en que los aconteci-mientos del 11 de septiembre habíanresaltado la vulnerabilidad de losEEUU y sus aliados frente un amplioespectro de amenazas de seg u r i d a d,que reclaman atención urgente y au-mento del gasto. Ambos se congr a t u-lan por la aprobación en septiembrepor el Congreso de 40.000 millones dedólares de asignación extraordinaria, ypor el enfoque bipartidista ante la cri-sis actual. Pero se mostraron en desa-cuerdo sobre si destinar 7.900 millo-nes a la defensa antimisiles en 2002suponía darles el mejor uso posibl e .Para Keith B. Payne, resulta clave in-ve rtir ahora para neutralizar, la amena-za de los ICBMs, ya identificada por laComisión Rumsfeld en 1998. A d e m á s ,para él no existe la disyuntiva de fi-nanciar la defensa antimisiles u otrasáreas prioritarias. Por el contrario, pa-ra Joseph el coste, la factibilidad técni-ca, la amenaza y las consecuencias es-tratégicas de la defensa antimisiles lac o nv i e rten en una prioridad menorfrente a áreas como la defensa contrael bioterrorismo, la seguridad aeropor-tuaria, los programas de cooperaciónpara la reducción de amenazas y di-suasión, que necesitan ser abordadosi n m e d i a t a m e n t e .

Revista de la OTAN30 Invierno 2001/2002

KEITH B. PAY N E

La defensa antimisiles es esencial, y no

se trata de elegir entreella y otras demandas

de seguridad

KEITH B. PAYNEfrente a JOSEPH CIRINCIONE

JOSEPH CIRINCIONE

La defensa antimisiles tienesólo un pequeño papel

d e n t ro de un escenario mayo r

Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 31

G u e r ra Fría y la inseg u r i d a ds oviética: los años de Stalin"(Cambridge University Press,1996) llegó a la conclusión deque era Stalin quien temía unataque inminente de Occi-dente en Europa, que en suopinión se produciría a raízde una serie de derrotas occi-dentales en Corea. En conse-cuencia, Mastny sostenía quelo que algunos contemplabancomo un llamamiento parapreparar el ataque contra Oc-

cidente se podría interp r e t a r, en realidad, como un llamamien-to para preparar la defensa de Europa Oriental.

Las nuevas pruebas descubiertas en los archivos del antiguobloque oriental parecen reforzar los argumentos de Mastny; so-bre todo la trascripción descubierta hace poco de la reunión deenero de 1951, que redactó el Ministro rumano de DefensaEmil Bodnaras, que parece confi rmar el carácter defensivo delas intenciones de Stalin, en una interpretación apoyada en elhecho de que no se realizó en aquella época ningún preparati-vo para la invasión de Europa Occidental. En realidad, hastabien entrados los años 50 los ejércitos de la Europa comunistase concentraron en la defensa operativa del territorio. Ahora seha sabido por los archivos checoslovacos que aunque las ma-niobras militares incluían a veces operaciones ofensivas casinunca tuvieron lugar fuera de Checoslovaquia. En las pocasocasiones en que se plantearon incursiones en territorio ex t r a n-jero, fue sólo dentro del marco de un contraataque.

Aunque la evidencia extraída de los archivos checoslovacos escircunstancial, los documentos hallados recientemente en Po l o-nia aportan pruebas más concluyentes sobre el pensamiento de-f e n s ivo del bloque oriental en aquella época. El plan de guerr ade 1951 del ejército polaco, redactado siendo Ministro de De-fensa el mariscal soviético Konstantin Roko s s ovskij, se basabaclaramente en la presunción de que era inev i t a ble una inva s i ó noccidental y se centraba en las acciones defensivas a llevar a ca-bo en el territorio polaco. Obsesionados por el recuerdo de la in-vasión por sorpresa de la Alemania nazi en 1941, los estratega smilitares orientales no podían imaginar en la siguiente guerra, uncomienzo diferente al de un ataque iniciado por Occidente. Pa-radójicamente, cuando los responsables de la toma de decisionesen Occidente se obsesionaban por la amenaza soviética, los es-t r a t egas militares orientales sólo pensaban en contener lo quecreían que iba a ser una inminente invasión de Occidente.

Si las intenciones soviéticas a principios de los 50 parecenahora menos ambiciosas de lo que se creía, ¿da esto la razón a

Pe tr Lunak es un inve s t i gador checo que tra baja como re d ac t o rde rel aciones ex ternas en la Oficina de Inform ación y Prensa dela OTA N , y participa en el proyecto "Hi s t o ria para l ela de laOTAN y el Pacto de Va r s o v i a " .

El periodo transcurridodesde el final de laguerra fría ha resulta-

do especialmente atractivopara los historiadores con-temporáneos. Mientras quen o rmalmente los inve s t i ga-dores tienen que esperar dé-cadas hasta que se publicanlos documentos clasificados,la caída del bloque oriental seha visto seguida por la aper-tura de los archivos de algu-nos de los países del antiguoPacto de Varsovia, proporcionando así oportunidades de estu-dio hasta ahora inimaginables. En 1999 se creó un proyecto in-ternacional titulado Historia paralela de la OTAN y el Pactode Varsovia, que reunía a investigadores del Este y del Oestepara evaluar el historial de las dos alianzas durante la guerrafría. Actualmente se están reexaminando los principales temasde controversia —como la verdadera naturaleza de la amena-za que suponía el Pacto de Varsovia, la importancia real de ladisuasión nuclear y las causas del derrumbamiento del bloqueoriental— a la luz de nuevas pruebas que cuestionan las opi-niones convencionales.

Tradicionalmente se consideraba que el punto álgido de laguerra fría se produjo a principios de los 50, a raíz de la in-vasión de Corea del Sur por los norcoreanos. Como dijo Kon-rad Adenauer en sus memorias: "Stalin planeaba utilizar enAlemania Occidental el mismo procedimiento que había usa-do en Corea". La idea de un inminente avance soviético sobreEuropa Occidental, en los años 50, fue adelantada por muchoshistoriadores, como el emigrado checo Karel Kaplan en "Dansles Archives du Comité Central: Trente ans de secrets du BlocSov i e t i q u e " (Albin Michel, París 1978). A partir de una entrev i s-ta con el ex Ministro de Defensa checo A l exej Cepicka, Kaplana s eguraba que Stalin pidió a los líderes de la Europa comunis-ta, en una reunión celebrada en Moscú en enero de 1951, que sepreparasen para una invasión de Europa Occidental.

Esta interpretación de los hechos ha sido discutida por mu-chos inve s t i gadores, convencidos de que la Unión Soviética nofue nunca un enemigo tan fuerte. Por ejemplo, el historiadoramericano de origen checo Vojtech Mastny en su libro " L a

Nuevos análisis sobre las alianzas en la guerra fríaPetr Lunak analiza la forma en que los documentos descubiertos en los archivos delPacto de Varsovia afectan y cuestionan las interpretaciones convencionales sobre las

alianzas en la guerra fría.

Los combatientes de la guerra fría: el proyecto Historia paralela de la OTAN yel Pacto de Varsovia ha reunido a investigadores del Este y del Oeste.

los que cuestionaron la necesidad de los esfuerzos occidenta-les para prevenir mediante la OTAN lo que se creía iba a serun inminente ataque soviético? Para poder juzgar este asuntoes importante tener en cuenta varios factores adicionales. Enprimer lugar, lo que hoy sabemos no es lo que los líderes oc-cidentales sabían entonces. En segundo lugar, aunque sabe-mos que Stalin no quería repetir en Europa la experiencia deCorea, no está claro si hubiera mantenido la misma actitud sino hubiese existido la OTAN. En realidad, su decisión de darluz verde al ataque contra Corea del Sur, en 1950, se basó, se-guramente, en una interpretación errónea de la probable reac-ción de los EEUU al haber excluido, el entonces Secretario deEstado norteamericano Dean Acheson, la península de Coreade la esfera de seguridad de los EEUU. Cuando los estadouni-denses intervinieron en Corea,Stalin debió quedar casi com-pletamente convencido de queeste país cumpliría con el com-promiso asumido con Europaen el Tratado de Washington.Por tanto, si la existencia de laOTAN no impidió un ataquecomunista contra Corea de to-das formas a partir de dichoataque resultó indispensable co-mo instrumento de la seguridadoccidental.

Irónicamente, el cambio dementalidad defensiva a ofensivadentro del Pacto de Varsovia pa-rece ser que se produjo en el pe-riodo tradicionalmente conside-rado como de mejora en las re-laciones Este-Oeste, tras lamuerte de Stalin. Esta trasfor-mación está estrechamente vin-culada al replanteamiento delpapel del armamento nuclear.Aunque Stalin quería obtenerarmas nucleares, no las consi-deraba un factor estratégicoesencial, entre otras razones porla reducida cantidad de que dis-ponía. A partir de la muerte de Stalin, los estrategas soviéti-cos empezaron a debatir las implicaciones que tendría unaguerra nuclear en una época en la que las armas nuclearesconstituían ya la piedra angular de la doctrina de represaliamasiva de la OTAN. Por ello, las armas nucleares no se vieronincluidas en los planes estratégicos de los ejércitos de Europadel Este hasta mediados los años 50. Este debate y sus con-clusiones están descritos con brillantez por Herbert Dinersteinen su libro "La guerra y la Unión Soviética: las armas nucle -ares y la revolución en el pensamiento militar y político so -viético" (Praeger, 1959), y por Raymond Garthoff en "La es -trategia soviética en la era nuclear" (Praeger, 1958).

Como han señalado estos y otros autores, existían diferen-cias esenciales entre la forma de entender el conflicto nucleary sus posibles consecuencias por parte del Este y del Oeste.

RESEÑA DE PUBLICACIONES

Revista de la OTAN32 Invierno 2001/2002

Según los estrategas militares soviéticos de aquella época, lasarmas nucleares determinarían el ritmo de la guerra, pero nosu carácter y naturaleza. Según ellos, al acortar considerable-mente el armamento nuclear las etapas bélicas, resultaría ne-cesario lograr la iniciativa con un potente ataque preventivo,tanto nuclear como convencional. A diferencia de los planifi-cadores occidentales, que nunca previeron ninguna acciónposterior al masivo choque nuclear inicial —como puede ver-se en la obra de Gregory Pedlow, "Documentos estratégicos dela OTAN: 1949-1969" (NATO, 1997)— los estrategas soviéti-cos pensaban que su ataque masivo allanaría el camino parauna ofensiva terrestre. Al estar persuadidos de la posibilidadde victoria en una guerra nuclear, sus planes de operacionescontemplaban dicho conflicto como un escenario perfecta-

mente posible, con lo que me-nospreciaban el efecto disuaso-rio de Occidente y convertían laguerra en una perspectiva peli-grosamente realista.

Este pensamiento militar casib rutal es similar al de un planque descubrí en los archivos mi-litares de Praga, cuyos detallespueden consultarse en la páginaweb de la Historia paralela de laOTAN y el Pacto de Va rs ov i a yque se analizarán en un próximonúmero del Boletín Intern a c i o n a lde la Historia de la Guerra Fr í a .S egún este documento, de 1964,los planificadores militares che-c o s l ovacos y soviéticos de aquelentonces preveían avanzar a tra-vés de Francia a los pocos díasdel comienzo de las hostilidades,capturando Lyón al noveno día yc o nv i rtiendo Europa Occidentalen un infi e rno nuclear.

El plan de guerra checoslova-co de 1964 no consideraba laposibilidad de una guerra estric-tamente convencional en Euro-pa, asumiendo que el conflicto

empezaría con un ataque nuclear masivo desde Occidente. Re-dactado en el periodo de distensión, tras la conclusión del pri-mer acuerdo de control de armamentos, el Tratado de Prohibi-ción de Pruebas Nucleares de 1963 demuestra que los líderess oviéticos de aquella época seguían aferrados a la idea leninis-ta de un bloque occidental agr e s ivo, un punto de vista que man-tuvieron junto a sus aliados de Europa Oriental hasta bien en-trados los 80. El plan resulta reve l a d o r, puesto que, al parecer,la doctrina de respuesta flex i ble de la OTA N, que pretendía do-tar de más credibilidad a la disuasión al limitar el conflicto a unf o rmato supuestamente manejable, no consiguió desaconsejara los soviéticos de perseverar en su idea de que se podía ga n a runa guerra nuclear. Además, este plan indica que los sov i é t i c o sno se hacían ilusiones sobre que se pudiera llegar a combatir enuna guerra nuclear limitada o puramente conve n c i o n a l .

El plan de guerra checoslovaco de 1964

Aunque la superioridad nuclear de los EEUU no desanimóa los gobernantes soviéticos a acercarse hasta el borde delabismo nuclear durante las dos crisis mayores de la GuerraFría —la de Berlín en 1961 y la de Cuba en 1962— normal-mente se ha dado por sentado el efecto disuasorio del arma-mento nuclear occidental. Sin embargo, según sugiere JohnMueller en su libro "La retirada desde el Apocalipsis: la ob -solescencia de la gran guerra (Basic Books, 1989), la con-fianza occidental en la disuasión nuclear pudiera no haber si-do ni la única forma, y quizás ni siquiera la más segura, de evi-tar el estallido de una Tercera Guerra Mundial. En realidad,según los documentos descubiertos en el curso del proyecto dela Historia paralela, parece ser que durante la última década dela guerra fría los soviéticos estaban cada vez menos interesa-dos por el número exacto de armas nucleares de cada bando,y cada vez más preocupados por estar quedándose atrás en elarmamento convencional —sobre todo en lo que respecta a ar-mamento de última tecnología y alta preci-sión—, en el que hubo un tiempo en el que ha-bían tenido una ventaja indiscutible. Aunqueprosigue todavía el debate sobre el efec-to que la disuasión oc-cidental tuvo sobrelos soviéticos, pare-ce que las armas con-vencionales del Oestey su clara voluntad deusarlas fueron, por lomenos, igual de efecti-vas para la disuasiónque la amenaza del Apo-calipsis nuclear.

¿Sería justo decir queel bloque oriental se des-plomó bajo el peso de suspropios fallos, y que Occi-dente únicamente tuvo unpapel marginal en su caída? ¿O fue Occidente, y en especial laOTAN, un agente esencial para que ocurriese? La respuesta talvez sea más sutil. Como sostiene Mastny en su soberbio tra-bajo de inve s t i gación " A p rendiendo del enemigo: la OTA Ncomo modelo para el Pacto de Va rs ovia" (Zürcher Beiträgezur Sicherheits politik und Konfliktforschung, Nr. 58, 2001),la OTAN no fue solamente un adversario sino, en muchos as-pectos, un modelo de cómo abordar la perpetua crisis del Pa c-to de Va r s ovia. Y sin embargo, según demuestra Mastny, losd iversos intentos de emular a la OTAN acabaron agudizandola crisis.

La diferencia principal entre la OTAN y el Pacto de Varso-via era tan obvia como esencial. La OTAN nació a petición delos gobiernos de Europa Occidental y, a pesar del indiscutidoliderazgo de los Estados Unidos, era una comunidad de igua-les. Por el contrario, el Pacto de Varsovia fue una creación dela Unión Soviética en la que los demás miembros tenían, enprincipio, una influencia mínima. Cuando en 1955 NikitaKruschev creó el Pacto de Varsovia, supuestamente en res-puesta a la entrada de la República Federal Alemana en laOTAN, su decisión fue, ante todo, una jugada táctica. Al pro-

poner la disolución simultánea de las dos alianzas, Kruschevcreía que podía librarse de la OTAN, mientras que él manten-dría un sistema de acuerdos de defensa bilaterales con las na-ciones de Europa Oriental.

No obstante, una vez creado el Pacto de Varsovia, los líde-res soviéticos encontraron cada vez más difícil resistirse a losintentos de los aliados de Europa del Este de convertirlo enuna verdadera alianza, no muy diferente de la OTAN. Cuandolos intentos de reforma iniciales no consiguieron obtener re-sultados tangibles, la incapacidad de los soviéticos para con-ceder a sus aliados un estatuto más igualitario socavaron el en-tusiasmo de éstos hacia la recién creada Alianza. Estos aliadosse sintieron cada vez más encerrados en una situación en laque se les forzaba a compartir los riesgos derivados de las em-presas soviéticas sin que pudieran intervenir en su desarrollo.Ahora se ha sabido que, a raíz de la crisis de los misiles cuba-nos en 1962, Bucarest hizo saber secretamente a Washington

que Rumania tenía la intención de permanecerneutral en el caso de un conflicto nuclear.

Según cuenta Mastny, al mismo tiem-po que los soviéticos

se resistían a con-ceder a sus aliadosde Europa del Estemás voz que la pu-

ramente imprescin-dible, se daban cuen-

ta de la necesidad dedotarles de un senti-

miento de pertenenciay participación, en vis-

ta de la creciente disi-dencia rumana y des-pués de la invasión deChecoslovaquia en el 68.Los resultados de esta re-f o rma fueron dive r s o s .

Aunque intentaba satisfacer la demanda de sus aliados de con-seguir una alianza más equilibrada, se hizo pronto evidenteque los soviéticos no podrían darles lo que de verdad querían:un sistema de consulta similar al que las naciones de la Euro-pa Occidental habían conseguido con la OTAN. Por otra par-te, los soviéticos obtuvieron buenos resultados en la educaciónde una oficialidad leal a Moscú, al forjar una relación de ma-yor igualdad entre los estamentos militares de varios paísesorientales. Esto les evitó, por ejemplo, el tener que invadir Po-lonia a principios de los 80, al resolver provisionalmente la cri-sis más acuciante con el golpe militar del general Wojciech Ja-ruzelski. Pero cuando el último dirigente soviético, Mijail Gor-b a c h ov, trató de insuflar un nuevo aliento al bloque oriental, suintento de formar una alianza entre iguales, al estilo occidental,con un renovado sistema soviético, solamente consiguió agudi-zar la crisis del Pacto de Va r s ovia y acelerar su fi n a l . ■

Los detalles sobre el proyecto Historia paralela de la OTA Ny el Pacto de Varsovia, así como todos los documentos

principales y los resultados de la investigación histórica estándisponibles en Internet en la dirección: www.isn.ethz.ch/php

RESEÑA DE PUBLICACIONES

Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 33

Lecturas reveladoras.

Revista de la OTAN34 Invierno 2001/2002

ESTADÍSTICAS

Terrorismo internacionalPaíses que tuvieron víctimas mortales el 11 de septiembre de 2001

Víctimas internacionales por zonas, 1995-2000

En azul los países con víctimas mortales

Africa Asia Eurasia Latino- Oriente Norte- Europaamérica Medio américa Occidental

Ataques internacionales por zonas, 1995-2000

Africa Asia Eurasia Latino- Oriente Norte- Europaamérica Medio américa Occidental

1995

1996

1997

1998

1999

2000

El mapa y las estadísticas aquí representados provienen de la página web del Departamento de Estado de los EE. UU.: www.state.gov

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La R ev i s ta de la OTA N pasa a formato electr ó n i c o :última edición publicada en papel

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La decisión de pasar a publicar en Internet refleja tanto la revolución en las comunicaciones de losúltimos años como el aumento en el interés por las actividades de la Alianza. El crecimiento masi-vo del uso de Internet —el número de visitas al portal de la OTAN se duplica anualmente— ha pues-to a la Revista de la OTAN a disposición de un número de personas mucho mayor que cuando apa-recía solamente en papel impreso. Al mismo tiempo, los costes de impresión de la revista en 17 idio-mas han llegado a ser tan altos que los países miembros de la OTAN han tenido que reconsiderar lasprioridades en los gastos de la alianza.

La Revista de la OTAN se publicará trimestralmente en los 15 idiomas de OTAN, además del rusoy del ucraniano, y seguirá contribuyendo a un diálogo constructivo sobre las cuestiones atlánticas.De ahora en adelante, los lectores podrán leerla en el portal de la OTAN, en www.nato.int. La edi-ción exclusivamente en Internet de la Revista de la OTAN será una publicación para el siglo XXI,mejor y con un nuevo diseño.

Los lectores que quieran descargar la nueva edición tan pronto estén disponibles las futuras edi-ciones pueden enviar un correo electrónico a N I D S 4 @ h q . n a t o . i n t precisando en qué idioma la desean,y sus direcciones se incluirán automáticamente en una lista de distribución de correo electrónico parainformarles de su publicación.

EntrevistaconTed Whitesidepáginas 22-23

Nuevos análisissobre las alianzasde la Guerra Fríapáginas 31-33

La lucha contralas nuevas amenazas

OTANOTANrevista de la

INVIERNO 2001/2002

La lucha contralas nuevas amenazas

organización del tratado del atlántico norte

alemaniabélgicacanadá

dinamarcaespaña

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noruegapaíses bajos

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DICIEMBRE/ENERO/FEBRERO