Dick, Philip K. - Campaña publicitaria

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CAMPAA PUBLICITARIA

CAMPAA PUBLICITARIALTLibros Tauro

Philip K. Dick

Mientras Ed Morris regresaba a la Tierra, finalizada su dura jornada laboral, las naves domsticas rugan por todas partes. Los carriles Ganmedes-Terra estaban saturados de sombros y agotados ejecutivos. Jpiter se encontraba en oposicin a la Tierra y el viaje duraba dos largas horas. Cada tantos millones de kilmetros, el trfico se paralizaba; los semforos parpadeaban cuando las caravanas de vehculos procedentes de Marte y Saturno desembocaban en las principales arterias.

Seor murmur Morris. El cansancio no tiene lmites?

Desconect el piloto automtico y se apart un momento del tablero de control para encender un cigarrillo. Sus manos temblaban. La cabeza le daba vueltas. Eran las seis pasadas. Sally estara enfurecida; la cena echada a perder. Siempre lo mismo. El trfico incesante, los bocinazos, conductores iracundos que pasaban como una bala junto a su pequea nave, gritando y maldiciendo...

Y los anuncios. Eso era lo peor. Soportaba todo lo dems, excepto los anuncios, que jalonaban el camino desde Ganmedes a la Tierra. Y en la Tierra, las miradas de robots. Era demasiado. Y estaban por todas partes.

Aminor la velocidad para evitar una colisin en cadena de cincuenta naves. Los vehculos de emergencia intentaban despejar de escombros el carril. Su altavoz atron cuando llegaron las naves de la polica. Morris elev su cohete con pericia, pas entre dos transportes comerciales que circulaban a escasa velocidad, se desvi hacia el carril izquierdo que nadie utilizaba y aceler, dejando atrs el accidente. Un furioso coro de bocinas salud su maniobra, pero hizo caso omiso.

Productos Trans-Solar le saluda! retumb una poderosa voz en su odo. Morris gru y se hundi en el asiento. Se estaba acercando a Terra. El trfico se intensificaba por momentos. Su tensin ha sobrepasado los mrgenes de seguridad, por culpa de las frustraciones del da? Necesita una Unidad Id-Persona. Tan pequea que puede llevarse detrs de la oreja, junto al lbulo frontal...

Pas de largo, gracias a Dios. El anuncio desapareci en la distancia, a medida que la nave progresaba. Pero le esperaba otro un poco ms adelante.

Conductores! El trfico interplanetario causa miles de muertes innecesarias al ao. Control Hipno-Motor le proporciona seguridad. Renuncie a su cuerpo y salve la vida! El volumen de la voz aument. Los expertos industriales afirman...

Anuncios auditivos, los ms fciles de pasar por alto, pero ya se estaba formando un anuncio visual. Se encogi y cerr los ojos, pero no sirvi de nada.

Hombres! proclam por todas partes una voz untuosa. Eviten olores internos impresentables para siempre! La sustitucin del tracto intestinal mediante modernos mtodos indoloros les exonerar de la causa ms extendida de rechazo social.

La imagen visual tom forma: una inmensa muchacha desnuda, el cabello rubio desordenado, los ojos azules entornados, la boca entreabierta, la cabeza echada hacia atrs, como en un xtasis inducido por las drogas. Las facciones se agigantaron cuando los labios se acercaron a los suyos. De repente, la expresin voluptuosa de la muchacha fue sustituida por un rictus de asco, y la imagen se desvaneci.

Le ocurre esto a usted? tron la voz. Ofende a su pareja con la aparicin de procesos gstricos durante sus relaciones sexuales...?

La voz enmudeci y pas de largo. Morris, dueo otra vez de su mente, pis con furia el acelerador y la nave salt hacia adelante. La presin aplicada directamente a las regiones audiovisuales de su cerebro haba desaparecido. Gru y mene la cabeza. A su alrededor, los ecos semidefinidos de los anuncios brillaban y parloteaban, como fantasmas de lejanas videoemisoras. Los anuncios acechaban por doquier. Manej la nave con una pericia nacida de la desesperacin animal, pero no pudo esquivarlos todos. Se sinti invadido por la desesperacin. El contorno de un nuevo anuncio audiovisual ya se estaba formando.

Usted, asalariado! grit a los ojos y odos, narices y gargantas de mil trabajadores extenuados. Cansado del mismo trabajo? Circuitos Prodigio, S. A. ha perfeccionado un maravilloso analizador de ondas cerebrales de largo alcance. Sepa lo que dicen y piensan los dems. Aventaje a sus compaeros de trabajo. Averige hechos y datos sobre la vida privada de su jefe. Destruya la incertidumbre!

La desesperacin de Morris aument. Pis el acelerador a fondo. La pequea nave vibr y se sacudi cuando salt del carril a la zona muerta que vena a continuacin. Un chirrido penetrante cuando el guardabarros entr en contacto con la valla protectora..., y el anuncio se desvaneci a su espalda.

Disminuy la velocidad, temblando de afliccin y cansancio. Divis la Tierra. No tardara en llegar a casa. Tal vez gozara de una noche de sueo reparador. Inclin el morro de la nave y se prepar para acoplarse al haz transportador del espaciopuerto de Chicago.

El mejor regulador metablico existente en el mercado grit el robovendedor. Garantizamos que mantienen un perfecto equilibrio glandular, de lo contrario le devolvemos su dinero.

Morris pas de largo y se dirigi hacia el bloque residencial que albergaba su unidad familiar. El robot le sigui unos metros; despus se olvid de l y persigui a otro peatn de rostro malhumorado.

Mantngase constantemente al da le grit una voz metlica. Instlese una videopantalla retinal en el ojo menos cansado. No pierda contacto con el mundo; olvdese de los resmenes desfasados de cada hora.

Aprtate de mi camino mascull Morris.

El robot se hizo a un lado y Morris cruz la calle junto con una multitud de hombres y mujeres encorvados.

Por todas partes haba robovendedores que gesticulaban, suplicaban o chillaban. Uno sali corriendo tras l y aceler el paso. Canturre su lema y trat de atraer su atencin, colina arriba hasta llegar a su unidad familiar. No se rindi hasta que Morris se agach, tom una piedra y se la tir, sin acertar. Entr en la casa y cerr la puerta a su espalda. El robot titube, dio media vuelta y se precipit tras una mujer cargada con paquetes que suba la colina. Intent esquivarlo, sin xito.

Querido! grit Sally. Sali corriendo de la cocina y se sec las manos en el delantal de plstico, los ojos brillantes de entusiasmo. Pobrecito mo! Pareces muy cansado!

Morris se quit el sombrero y la chaqueta. Deposit un rpido beso en el hombro desnudo de su mujer.

Qu hay para cenar?

Sally guard el sombrero y la chaqueta en el ropero.

Faisn salvaje de Urano: tu plato favorito.

A Morris se le hizo agua la boca y una leve oleada de energa estremeci su cuerpo agotado.

No bromeas? Qu celebramos hoy?

Los ojos castaos de su mujer se humedecieron de compasin.

Querido, es tu cumpleaos. Hoy cumples treinta y siete aos. Lo habas olvidado?

S sonri apenas Morris. Ya lo creo.

Entr en la cocina. La mesa estaba dispuesta. El caf humeaba en las tazas y haba mantequilla, pan blanco, pur de patatas y guisantes.

Caramba murmur. Un autntico banquete.

Sally apret los controles del horno y el recipiente de faisn humeante qued depositado sobre la mesa y se abri.

Ve a lavarte las manos y empezaremos a cenar. De prisa, antes que se enfre.

Morris puso sus manos en la abertura de lavado y despus se sent a la mesa. Sally sirvi el tierno y aromtico faisn, y los dos se pusieron a comer.

Sally dijo Morris, cuando su plato estuvo vaco. Se reclin en la silla y bebi lentamente el caf. No puedo seguir as. Debo hacer algo.

Te refieres al trfico? Ojal consiguieras un empleo en Marte, como Bob Young. Si hablaras con la Comisin de Empleo y explicaras lo muy tenso que te pones, tal vez...

No slo es el trfico. Estn ah fuera. En todas partes. Me esperan. Da y noche.

Quines, querido?

Los robots vendedores. En cuanto estaciono la nave. Robots y anuncios audiovisuales. Se meten en la cabeza de la gente, la siguen hasta que muere.

Lo s. Sally palme su mano. Cuando voy de compras, me siguen en manada. Todos hablan a la vez. Es espantoso. Es imposible entender la mitad de lo que dicen.

Debemos escapar.

Escapar? Qu quieres decir?

Debemos huir de ellos. Nos van a destruir.

Morris rebusc en su bolsillo y extrajo con todo cuidado un diminuto fragmento de tela metlica. Lo desenroll con infinitas precauciones y despus lo alis sobre la mesa.

Mira esto. Circul por la oficina, entre los hombres. Me lleg y lo guard.

Qu es? Sally frunci el entrecejo. No creo que lo tengas todo, cario. Falta una parte.

Un nuevo mundo susurr Morris, al que an no han llegado. Est muy lejos, fuera del Sistema Solar. En las estrellas.

Prxima?

Veinte planetas. La mitad habitables. Apenas unos miles de personas. Familias, obreros, cientficos, algunos grupos de investigacin industrial. Tierra gratis para quien la solicita.

Pero eso es... Sally hizo una mueca. No te parece un poco subdesarrollado, querido? Dicen que es como vivir en el siglo veinte: inodoros, baeras, coches de gasolina...

Exacto. Morris enroll el fragmento de metal arrugado, con expresin seria y sombra. Un atraso de cien aos. Nada que ver con esto. Indic la cocina y el mobiliario de la sala de estar. Tendremos que vivir sin ello, acostumbrarnos a una vida ms sencilla, como nuestros antepasados. Intent sonrer, pero su rostro no colabor. No te gustara? Ni anuncios, ni robovendedores, desplazarse a noventa kilmetros por hora en lugar de a noventa millones. Podramos tomar pasaje en uno de los grandes transestelares. Vendera mi nave...

Se produjo un vacilante e incierto silencio.

Ed empez Sally, creo que deberamos reflexionar. Y tu trabajo? Qu haras all?

Encontrara algo.

Pero, qu? No lo has pensado? Un agudo timbre de irritacin se insinu en su voz. Creo que deberamos pensar en ese punto con ms serenidad antes de echarlo todo por la borda y... largarnos.

Si no nos vamos dijo Morris con parsimonia, intentando controlar la voz, acabarn con nosotros. No nos queda mucho tiempo. No s cunto ms podr mantenerles a raya.

Por Dios, Ed! Eso suena muy melodramtico. Si te sientes tan mal, por qu no pides un permiso y te sometes a una cura de inhibicin completa? Vi un videoprograma en el que sala un hombre cuyo sistema psicosomtico estaba mucho peor que el tuyo. Y el hombre era mucho mayor que t.

Se puso en pie de un salto.

Salgamos a celebrar tu cumpleaos, de acuerdo? Sus dedos esbeltos juguetearon con la cremallera de los pantalones. Me pondr mi nueva tnica de plstico, la que nunca me he atrevido a llevar.

Sus ojos brillaron de excitacin cuando se fue corriendo hacia el dormitorio.

Sabes a cul me refiero? Cuando te acercas mucho es transparente, pero a medida que te alejas se va transparentando ms y ms, hasta que...

S cual es dijo Morris, cansado. He visto el anuncio camino del trabajo. Se levant poco a poco y entr en la sala de estar. Se detuvo ante la puerta del dormitorio. Sally...

S?

Morris abri la boca para hablar. Iba a preguntrselo otra vez, hablar de la hoja metlica que con tanto cuidado haba guardado y trado a casa. Iba a hablarle de la frontera, de Prxima Centauri. De marcharse para no volver. Pero no tuvo la oportunidad.

Son el timbre de la puerta.

Ha llamado alguien! grit Sally. Ve a ver quin es, corre!

El robot era una figura silenciosa e inmvil en la oscuridad de la noche. Un viento fro se col en la casa. Morris se estremeci y dio un paso atrs.

Qu quieres? pregunt. Un extrao temor se apoder de l. Qu pasa?

Era el robot ms grande que haba visto. Alto y ancho, de pesadas agarraderas metlicas y lentes oculares alargadas. En lugar del habitual cono, su tronco consista en un tanque cuadrado. Descansaba sobre cuatro ruedas neumticas, en lugar de dos. Dominaba a Morris con su estatura, casi dos metros diez. Macizo y slido.

Buenas noches dijo con calma.

El viento de la noche apag su voz, que se fundi con los ruidos nocturnos, los ecos del trfico y el golpeteo de los letreros callejeros colgantes. Algunas formas vagas se desplazaban con rapidez por la oscuridad. El mundo era negro y hostil.

Buenas noches respondi Morris automticamente. Se dio cuenta que temblaba. Qu vendes?

Me gustara hacerle la demostracin de un anaucad dijo el robot.

La mente de Morris estaba paralizada; se negaba a reaccionar. Qu era un anaucad? Lo que estaba ocurriendo era digno de un sueo, o mejor, de una pesadilla. Luch por coordinar la mente con el cuerpo.

Un qu? grazn.

Un anaucad. El robot no dio ms explicaciones. Le mir sin expresin como si no fuera responsabilidad suya explicar nada ms. Slo tardar un momento.

Yo... empez Morris.

Retrocedi, alejndose del viento. Y el robot, tan inexpresivo como antes, entr en la casa.

Gracias dijo. Se detuvo en medio de la sala de estar. Quiere llamar a su esposa, por favor? Me gustara hacerle tambin a ella la demostracin.

Ven, Sally murmur Morris, impotente.

Sally entr como una exhalacin en la sala de estar. Sus pechos se agitaban a causa de la emocin.

Qu pasa? Oh! Vio al robot y se detuvo, indecisa. Ed, has pedido algo? Vas a comprar algo?

Buenas noches la salud el robot. Voy a hacerles la demostracin del anaucad. Sintense, por favor. En el sof, si les apetece. Los dos juntos.

Sally obedeci expectante, las mejillas coloradas, los ojos brillantes de curiosidad. Ed tom asiento a su lado, aturdido.

Escucha murmur con voz pastosa. Qu demonios es un anaucad? De qu cosa se trata? No quiero comprar nada!

Cmo se llama? pregunt el robot.

Morris. Casi se atragant. Ed Morris.

El robot se volvi hacia Sally.

Seora Morris ejecut una breve inclinacin. Es un gran placer conocerles, seor y seora Morris. Son las primeras personas de su barrio que van a ver el anaucad. sta es la primera demostracin en su zona. Sus fros ojos inspeccionaron la habitacin. Supongo que usted trabaja, seor Morris. Dnde?

Trabaja en Ganmedes respondi Sally con docilidad, como una nia en el colegio. Para Desarrollo de Metales Terranos.

El robot digiri la informacin.

Un anaucad le ser de gran utilidad. Mir a Sally. Qu hace usted?

Soy transcriptora de cintas en Investigaciones Histricas.

Un anaucad no le servir de nada en lo relacionado con su profesin, pero s en casa. Tom una mesa con sus poderosas agarraderas de acero. Por ejemplo, un invitado torpe puede estropear a veces un mueble bonito. El robot aplast la mesa hasta reducirla a un puado de fragmentos de madera y plstico. Se necesita un anaucad.

Morris se puso en pie de un brinco, incapaz de hacer frente a los acontecimientos. Notaba un peso enorme sobre sus hombros. El robot apart los fragmentos de la mesa y escogi una pesada lmpara de pie.

Oh, querido susurr Sally. Es mi lmpara favorita.

Cuando se posee un anaucad, no hay nada que temer. El robot agarr la lmpara y la retorci grotescamente. Rasg la pantalla, destroz las bombillas, y despus tir los restos. Una situacin de este tipo puede darse a causa de una violenta explosin, como la de una bomba H.

Por el amor de Dios murmur Morris. Nosotros...

Es posible que nunca tenga lugar un ataque con bombas H continu el robot, pero en tal circunstancia un anaucad es indispensable.

Se arrodill y extrajo un complicado tubo de su cintura. Apunt al suelo con el tubo e hizo un agujero de metro y medio de dimetro. Se apart del bostezante hueco.

No he abierto un tnel muy profundo, pero ya pueden comprobar que un anaucad salvara sus vidas en caso de un ataque.

La palabra ataque pareci desencadenar una nueva serie de reacciones en su cerebro metlico.

A veces, ladrones o asesinos atacan a las personas por la noche prosigui. Gir en redondo sin previo aviso y descarg el puo contra la pared, convirtiendo una parte en un montoncito de polvo y escombros. Eso dar cuenta del asaltante. El robot se enderez y pase la vista por la sala. Sucede con frecuencia que por las noches est demasiado cansada para manipular los botones de la cocina.

Se dirigi a la cocina y procedi a apretar todos los controles. Inmensas cantidades de comida salieron disparadas en todas direcciones.

Basta! grit Sally. Sal de mi cocina!

Es posible que est demasiado fatigada para llenar de agua la baera. El robot toc los controles de la baera y man agua. O quiz desee acostarse de inmediato. Tir de la cama empotrada y la deposit sobre el suelo. Sally retrocedi aterrorizada cuando el robot avanz hacia ella. Y habr veces, despus de un duro da de trabajo, en que estar demasiado extenuada para desnudarse. En ese caso...

Largo de aqu! chill Morris. Sally, llama a la polica. Este trasto se ha vuelto loco. De prisa!

El anaucad es necesario en todos los hogares modernos continu el robot. Por ejemplo, si un aparato se estropea, el anaucad lo repara al instante. Asi el control automtico de humedad, cort los cables y volvi a colocarlo en la pared. A veces, le gustara no ir a trabajar. La ley autoriza que un anaucad ocupe su lugar durante un perodo consecutivo que no sobrepase los diez das. Si despus de ese perodo...

Santo Dios murmur Morris, comprendiendo por fin. T eres el anaucad.

Exacto confirm el robot. Androide Autorregulado Completamente Automtico (Domstico). Tambin existe el anaucac (Construccin), el anaucag (Gerencial), el anaucas (Soldado) y el anaucab (Burcrata). Yo soy de uso domstico.

T... exclam Sally con voz ahogada. Eres un producto. Te ests ofreciendo a la venta.

Estoy haciendo una autodemostracin contest el anaucad. Sus impasibles ojos metlicos se clavaron en Morris. Estoy seguro, seor Morris, que le gustar ser mi dueo. Mi precio es razonable y estoy garantizado contra todo riesgo. Viene incluido un libro de instrucciones. Me resulta imposible aceptar un no como respuesta.

A las doce y media, Ed Morris segua sentado al pie de la cama, con un zapato puesto y el otro en la mano, la mirada perdida en la lejana, silencioso.

Por el amor de Dios protest Sally, termina de desabrochar el nudo y mtete en la cama. Debes levantarte a las cinco y media de la maana.

Morris juguete con el lazo. Al cabo de un rato, dej caer el zapato y tir del otro. La casa estaba fra y silenciosa. En el exterior, el viento nocturno azotaba los cedros que crecan a lo largo del edificio. Sally yaca acurrucada bajo las lentes calricas, un cigarrillo entre los labios, medio dormida.

El anaucad aguardaba en la sala de estar. No se haba marchado. Segua ah, esperando que Morris lo comprara.

Y bien! se impacient Sally. Qu te pasa? Arregl todo lo que rompi; slo estaba haciendo una demostracin. Suspir. Me asust, desde luego. Pens que se haba averiado. Tuvieron una idea inspirada cuando lo mandaron por ah para que se vendiera a s mismo.

Morris no dijo nada.

Sally rod sobre el estmago y apag el cigarrillo lnguidamente.

No es muy caro, verdad? Diez mil unidades de oro, y si conseguimos que nuestros amigos compren uno, nos llevamos el tres por ciento de comisin. Slo debemos hacer una demostracin. No es como si lo comprramos. l mismo se vende. Lanz una risita. Siempre quisieron un producto que se vendiera solo, verdad?

Morris desat el nudo del zapato. Se lo volvi a calzar y lo at con fuerza.

Qu haces? pregunt Sally, irritada. Ven a la cama! Se incorpor furiosa, cuando Morris sali del dormitorio y se alej por el pasillo. Adnde vas?

Morris entr en la sala de estar, dio la luz y se sent frente al anaucad.

Puedes orme? pregunt.

Por supuesto respondi el robot. Nunca dejo de funcionar. A veces se producen emergencias por la noche: un nio que se pone enfermo o un accidente. Ustedes an no tienen hijos, pero a la larga...

Cierra el pico dijo Morris. No quiero escucharte.

Usted me ha hecho una pregunta. Los androides autorregulados estn conectados con una central de informacin. A veces, una persona desea informacin inmediata; el anaucad siempre est dispuesto a contestar preguntas tericas o prcticas. Cualquier cosa, excepto metafsica.

Morris tom el manual de instrucciones y pas las pginas. El anaucad haca miles de cosas; nunca se averiaba; nunca se equivocaba; no cometa errores. Tir el libro a un lado.

No voy a comprarte anunci. Nunca. Ni en un milln de aos.

Oh, s, ya lo creo le corrigi el robot. Es una oportunidad que no puede desperdiciar. Su voz posea un tono sereno, confiado. Usted no puede rechazarme, seor Morris. Un anaucad es indispensable en los hogares modernos.

Sal de aqu dijo Morris. Sal de mi casa y no vuelvas.

No puede darme rdenes, porque no soy su anaucad. Hasta que me compre por el precio de venta al pblico, slo soy responsable ante Androides Autorregulados, S. A. Sus instrucciones indican lo contrario: me quedar con usted hasta que me compre.

Y si no te compro? pregunt Morris, aunque su corazn se hel mientras enunciaba la pregunta.

Anticip el fro horror de la respuesta que se aproximaba; no exista alternativa.

Continuar con usted, hasta que me compre. Tom unas rosas marchitas del jarro que descansaba sobre la repisa de la chimenea y las arroj por la ranura de los desperdicios. Se encontrar cada vez ms en situaciones que exigen la intervencin de un anaucad. Al final, se preguntar cmo pudo vivir sin uno.

Hay algo que no puedas hacer?

Oh, s, hay muchas cosas que no puedo hacer, pero puedo hacer todo lo que usted hace..., y mucho mejor.

Morris exhal el aire lentamente.

Comprarte sera una locura.

Tiene que comprarme respondi la voz implacable. El anaucad extendi un tubo hueco y empez a aspirar la alfombra. Soy til en toda clase de situaciones. Fjese qu limpia queda esta alfombra.

Retrajo el tubo y extendi otro. Morris tosi y se alej a toda prisa. Nubes de partculas blancas llenaron la sala.

Estoy rociando una sustancia antipolillas.

La nube blanca adquiri un feo tono negro azulado. La sala se sumi en una ominosa oscuridad; el anaucad era una sombra borrosa que se mova metdicamente en el centro. Al cabo de poco rato, la nube se disip y aparecieron los muebles.

He rociado una sustancia antibacterias nocivas.

Pint las paredes de la sala y fabric nuevos muebles a juego. Reforz el techo del cuarto de bao. Aument el nmero de respiraderos del horno. Cambi los cables de la electricidad. Destroz todos los accesorios de la cocina y fabric otros ms modernos. Examin las cuentas de Morris y calcul la declaracin de renta del ao siguiente. Afil todos los lpices. Asi su mueca y diagnostic que su tensin elevada era psicosomtica.

Se sentir mucho mejor despus de haber delegado todas sus responsabilidades en m explic. Tir una sopa que Sally haba guardado. Peligro de botulismo dijo. Su esposa es sexualmente atractiva, pero de escasa inteligencia.

Morris fue al ropero y tom su chaqueta.

Adnde va? pregunt el anaucad.

A la oficina.

A estas horas de la noche?

Morris ech un rpido vistazo al dormitorio. Sally dorma profundamente bajo las lentes calricas. Su cuerpo esbelto era rosado y fuerte, su cara se vea libre de preocupaciones. Cerr la puerta principal y baj los peldaos, hacia la oscuridad. El viento fro le azot mientras se diriga al estacionamiento. Su pequea nave estaba estacionada junto a centenares de otras. Dio un cuarto de dlar al empleado robot, que fue a buscarla.

A los diez minutos se encontraba camino de Ganmedes.

El anaucad subi a la nave cuando se detuvo en Marte para cargar combustible.

Por lo visto, no ha entendido nada dijo el robot. Mis instrucciones consisten en hacerle demostraciones hasta que est satisfecho. Hasta el momento, an no se ha convencido del todo; son necesarias ulteriores demostraciones. Pas una intrincada red sobre los controles de la nave hasta que todos los instrumentos se ajustaron. Tendra que revisarla ms a menudo.

Se encamin a la parte posterior para examinar los motores. Morris hizo una seal al empleado y la nave se solt de los surtidores. Aceler y el pequeo planeta se qued atrs. Jpiter fue creciendo de tamao.

Sus motores se hallan en mal estado dijo el anaucad, volviendo de popa. No me gusta el ruido del freno principal. En cuanto aterricemos, proceder a una puesta a punto exhaustiva.

A tu empresa no le importa que me hagas favores? pregunt Morris con amargo sarcasmo.

La empresa me considera su anaucad. A fin de mes le enviarn la factura. El robot tom un lpiz y un cuaderno de pedidos. Le explicar las cuatro modalidades de facilidades de pago. Diez mil unidades de oro al contado comportan un descuento del tres por ciento. Adems, puede reducir la cantidad total entregando cierto nmero de utensilios caseros, utensilios que no volver a necesitar. Si desea fraccionar el pago en cuatro partes, la primera se abona al instante, y la ltima a noventa das.

Yo siempre pago al contado murmur Morris.

Volvi a fijar las coordenadas de ruta en el tablero de control con el mayor cuidado.

El plan a noventa das carece de recargo. El plan a seis meses sufre un recargo anual del seis por ciento, que asciende a, aproximadamente... Se interrumpi. Hemos cambiado de trayectoria.

Exacto.

Hemos dejado el carril de trfico oficial. El anaucad tir a un lado el lpiz y el cuaderno y corri hacia el tablero de control. Qu est haciendo? Le pondrn una multa de dos unidades.

Morris hizo caso omiso. Aferr los controles con expresin sombra y clav la vista en la pantalla. La nave aceleraba con gran rapidez. Las boyas de advertencia protestaron ruidosamente cuando pas junto a ellas, internndose en la oscuridad del espacio. Al cabo de unos segundos, haban dejado atrs al resto del trfico. Estaban solos, se alejaban de Jpiter, rumbo al espacio profundo.

El anaucad calcul por computadora la trayectoria.

Vamos a salir del Sistema Solar. Nos dirigimos a Centauro.

Lo has adivinado.

No sera mejor que llamara a su esposa?

Morris gru y aument la velocidad. La nave dio una sacudida, oscil y logr enderezarse. Los motores zumbaron ominosamente. Los indicadores demostraron que las turbinas principales empezaban a calentarse. Morris no hizo caso y conect el depsito del combustible de emergencia.

Voy a llamar a la seora Morris dijo el anaucad. No tardaremos en sobrepasar el radio de comunicacin.

No te molestes.

Estar preocupada.

El anaucad volvi a popa y examin los motores. Irrumpi en la cabina lanzando zumbidos de alarma.

Seor Morris, est nave no est preparada para viajes intersistemas. Es un modelo domstico clase D de cuatro ejes y uso casero. No ha sido construido para aguantar esta velocidad.

Para llegar a Prxima necesitaremos esta velocidad replic Morris.

El anaucad conect sus cables en el tablero de control.

Puedo aligerar de cierta tensin la instalacin elctrica, pero si no devuelve la nave a su velocidad normal, no me hago responsable del deterioro de los motores.

Al infierno los motores.

El anaucad guard silencio. Escuchaba con suma atencin el creciente zumbido que se oa bajo sus pies. Toda la nave se estremeci. Algunos fragmentos de pintura se desprendieron. El piso estaba caliente. El pie de Morris no se apart del acelerador. La nave aumentaba la velocidad a medida que el Sol se alejaba. Haban salido de la zona controlada. El Sol disminua de tamao rpidamente.

Es demasiado tarde para videofonar a su mujer dijo el anaucad. Hay tres cohetes de emergencia en la popa; si as lo desea, los disparar con la esperanza de llamar la atencin de algn transporte militar.

Para qu?

Pueden remolcarnos de vuelta al Sistema Solar. Significa una multa de seiscientas unidades de oro, pero dadas las circunstancias me parece la mejor solucin.

Morris dio la espalda al anaucad y aplast el acelerador con todo su peso. El zumbido se haba convertido en un violento rugido. Los instrumentos crujieron y se hicieron pedazos. Los fusibles del tablero de control se quemaron. Las luces parpadearon, se apagaron, y volvieron a encenderse, como de mala gana.

Seor Morris dijo el anaucad, debe prepararse para morir. Las posibilidades estadsticas para que las turbinas estallen son del setenta por ciento. Har lo que est en mi mano, pero hemos sobrepasado el lmite de peligro.

Morris regres a la pantalla. Contempl con avidez durante un rato el punto creciente que eran las estrellas gemelas de Centauro.

Tienen buen aspecto, verdad? Prox es la importante. Veinte planetas. Examin los atormentados instrumentos. Cmo es posible que los motores resistan? La mayora de los instrumentos se han quemado.

El anaucad titube. Quiso decir algo, pero cambi de opinin.

Ir a echarles un vistazo dijo.

Se dirigi a la parte posterior de la nave y desapareci por la corta rampa que conduca al cuarto de motores, sacudido por vibraciones y temblores.

Morris se inclin hacia adelante y apag el cigarrillo. Esper un momento ms, alarg la mano y hundi los controles al mximo.

La explosin parti en dos la nave. Secciones del casco volaron a su alrededor. Sali disparado de la silla como si careciera de peso, y fue a parar contra el tablero de control. Fragmentos de plstico y metal se derrumbaron sobre l. Puntos incandescentes parpadearon, se difuminaron y murieron en silencio, y slo quedaron cenizas fras.

El ruido apagado de las bombas de vaco de emergencia le devolvieron la conciencia. Estaba atrapado bajo los restos del tablero de control. Tena un brazo roto, doblado bajo el cuerpo. Intent mover las piernas, pero no senta nada por debajo de la cintura.

Los restos de su nave proseguan el viaje hacia Centauro. El mecanismo encargado de reparar el casco intentaba en vano taponar las grietas. Los controladores automticos de temperatura y gravedad latan espasmdicamente en el interior de las bateras autnomas. El inmenso bulto flamgero de los soles gemelos creca en la pantalla silenciosa, inexorablemente.

Estaba contento. En el silencio de la nave destrozada yaca sepultado bajo los escombros, y contemplaba con una sensacin de gratitud el punto que creca de tamao. Era una hermosa visin. Haca mucho tiempo que deseaba contemplarla, y se iba acercando a cada momento que pasaba. Al cabo de uno o dos das, la nave se precipitara hacia la masa flamgera y se consumira. De todos modos, poda gozar de este intervalo; nada turbaba su felicidad.

Pens en Sally, dormida como un tronco bajo las lentes calricas. Le habra gustado Prxima? Probablemente no. Hubiera querido regresar a casa lo antes posible. Era un placer que no poda compartir con nadie. Le estaba reservado en exclusiva. Una inmensa paz descendi sobre l. Se quedara quieto, y aquella magnificencia incandescente se ira aproximando ms y ms...

Un ruido. Algo se estaba abriendo paso entre los escombros. Una forma retorcida y mellada, apenas visible gracias al resplandor parpadeante de la pantalla. Morris logr volver la cabeza.

El anaucad se tambale hasta erguirse en una postura precaria. La mayor parte de su tronco haba desaparecido. Se bambole y ech la cara hacia adelante con un chirrido agnico. Avanz poco a poco hacia l y se detuvo a escasos metros de distancia. Los engranajes protestaron ruidosamente. Los rels se abrieron y cerraron. Una vida imprecisa y vaga animaba aquel armatoste destrozado.

Buenas noches grazn su voz metlica y aguda.

Morris chill. Intent mover el cuerpo, pero las vigas cadas lo impidieron. Grit, aull y trat de alejarse. Escupi, solloz y llorique.

Me gustara hacerle la demostracin de un anaucad continu la voz metlica. Quiere llamar a su mujer, por favor? Me gustara hacerle tambin a ella la demostracin.

Vete! chill Morris. Aljate de m!

Buenas noches prosigui el anaucad, como un disco rayado. Buenas noches. Sintese, por favor. Es un placer conocerle. Cmo se llama? Gracias. Es usted la primera persona del barrio que ve un anaucad. Dnde trabaja?

Sus lentes oculares muertas le dirigieron una mirada vaca.

Sintese, por favor repiti. Slo tardar un momento. Slo un momento. La demostracin slo tardar un...

FIN

Ttulo Original: Sales Pitch 1953.

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