Dile Sí al Capulí

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  • 7/29/2019 Dile S al Capul

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    DILE S AL CAPUL

    Jorge Pereyra

    El capul es, junto con el eucalipto, el pino, el mutuy y el molle, uno de los rboles que ms

    distinguen y engalanan a la campia cajamarquina. Aunque, de un tiempo a esta parte,debido a las exigencias de las unshas carnavaleras, haba estado amenazado por laextincin.

    Es un rbol enhiesto, de frutos dulces, y orgulloso de s mismo. Tiene un rpidocrecimiento pues alcanza una altura de 3 metros en slo un ao y unos 10 metros en su

    etapa de madurez.

    Algunos afirman que se origin en el Per, en la zona andina, en tanto que otros sealan

    que es oriundo de Mxico. Aunque su nombre cientfico esPhysalis peruviana.

    Tambin es el nombre de una cultura precolombina que se desarroll en las regiones

    montaosas de lo que hoy son Ecuador y Colombia. Igualmente, es parte del nombre de unfestival de literatura y cultura en que tiene lugar anualmente en Santiago de Chuco, la

    ciudad natal del poeta Csar Vallejo (Qu estar haciendo a esta hora / mi andina y dulce

    Rita / de junco y capul).

    De igual modo, un vals de la Guardia Vieja, llamado El Capul, hace referencia a l: Dime

    mujer si tu amor / ha de ser el verdadero / para entregarte primero/ una flor del capul

    El capul, qu duda cabe, ha estado presente asimismo en la historia cajamarquina. A

    mediados del mes de abril de 1824, Simn Bolvar lleg a Cajabamba y bail una

    zamacueca con doa Chepita Ramrez. Pero, antes de iniciar la danza, el libertador sedespoj de su mtica espada y la colg en la rama de un esbelto capul, rbol que aunque

    aejo an subsiste como un recuerdo del paso del prcer venezolano por esa ciudad.

    LA CEREZA CAJACHA

    En Cajamarca, hasta hace algunos aos, el capul viva con nosotros en la misma casa. Era

    lo que se dice un arbolito de cama adentro. Y haba sido adoptado como una agradablepresencia vegetal en nuestro huerto, corral o patio trasero.

    Recuerdo que, de chiquillos, nos trepbamos hasta lo ms alto de su frondosa copa para

    bajar luego con los bolsillos llenos de ese tesoro dulzn. Y el arbolito sonrea dejndoseordear mansamente por nuestros infantiles apremios. An tengo el luminoso recuerdo

    del dulce sabor de esa poca.

    La fruta del capul crece abundantemente en manojos, casi como las uvas. Y es similar en

    aspecto a la cereza europea, con una piel morada oscura, una carne verde y jugosa, y un

    sabor que inunda con su dulcedumbre a nuestro agradecido paladar.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Santiago_de_Chucohttp://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9sar_Vallejohttp://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9sar_Vallejohttp://es.wikipedia.org/wiki/Santiago_de_Chuco
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    Se come fresca y apresuradamente en puados generosos, como si el mundo se fuera a

    acabar. Tambin se preserva y se convierte en jaleas y vinos.

    Del capul se hace un jarabe para aliviar los problemas respiratorios y una coccin de sushojas se utiliza como febrfugo y para aliviar la diarrea. Asimismo, se aplica como crema

    para aliviar las inflamaciones, y las infusiones de las hojas se utilizan como sedantes enclicos y neuralgias.

    Nuestro capul es un emblema de la cajamarquinidad. Hace unos aos, sus frutos se vendan

    por latas y canastas. Y debido a su copiosa presencia, su precio era razonable durante losmeses de diciembre enero y febrero, poca en que las calles se atosigaban con el azucarado

    olor de este fruto guinda.

    LA AGONA DEL CAPUL

    Pero qu dao nos ha causado este arbolito para que causemos su casi total extincin?

    La agona del Capul empez hace dcadas y de nosotros depende revertir este problema.En nuestras manos est la solucin para que nuestros hijos y nietos, tal como lo hicimos

    nosotros, sigan saboreando este dulce fruto.

    Actualmente, la Municipalidad Provincial de Cajamarca ha establecido una onerosa multa

    para aquellos que sean sorprendidos talando rboles de capul a fin de usarlos en unshas.

    Creemos que esta civilizada medida debera ser imitada por otras municipalidades de laregin, y no slo con los rboles de capul.

    Hoy que nuestro planeta agoniza, agobiado por la contaminacin ambiental y el

    calentamiento global, talar un rbol es un crimen que no podemos permitir. Y menos anpara un baile salvaje, en el que se le rinde pleitesa a la borrachera y el desenfreno.

    LA PARADOJA DEL CARNAVAL

    Mientras algunas personas, ebrias de alegra y alcohol, evocando nuestro origen primitivo,

    danzan alrededor de la unsha con un hacha o machete, para cercenar un tronco que ya ha

    sido previamente cortado, los frutos del capul derraman amargas lgrimas de dolor ante laafrenta sufrida.

    En cada Carnaval que pasa, crucificamos un rbol de capul. Y cuando eso sucede, me

    parece escuchar en el viento -como un susurro- la voz lastimera de este Cristo vegetal:Padre, perdnalos porque no saben lo que hacen