Diogenes Los Temas Del Cinismo

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¿Quién fue Diógenes –este crítico de su sociedad, filósofo de la marginación, maestro de la des-herencia, heredero de las sobras, este pordiosero insoportable, inoportuno, fastidioso, este cínico marginado, despreciado, repelido por doquier?

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Juan Rivano

JUANRVANO

DigenesLos temas del Cinismo

FILOSOFIA

O Bravo y Allende Editores, 1991

Inscripcin Nq 79.269 Prohibida su reproduccin total o parcialI.S.B.N. 956-7.003-09-1Se termin de imprimir esta 2d. edicin en los talleres de Impresos Universitaria, S.A. San Francisco 454, Santiago de Chile,

en el mes de diciembre de 1996

Arte y diseo de portada Wenceslao Salazar

Impreso en Chile - Printed in Chile

IN D I C EI

ntroduccin

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Ancdotas, dichos y comentarios

Muerte de DigenesIteferencias

I23125

Introduccin"Cnico!" zumba siempre agresiva. Clava al tiro, como rrguijn; hiere y zahiere infalible: "Cnico!" Todo, por simple locucin, antes de los derumbes dentro de las situaciones en (trre suena. Por etimologa no. "Cnico" se origina de yon, que ls "perro" en griego, y que si va a parar en onomatopeyas del srinscrito es algo que no s. A nosotros, "cnico" no nos sabe a lldrido, ni a gtuido, ni tampoco a mordisco. Recuerdo muy bien \a vez y la persona que me cont el chiste de un rotito que lanz a otro una granizada con todos los lirrabatos a su disposicin. Como el atacado pemaneciera sin rrlterarse, nuestro hombre no hallando con q u seguir le espet: "Arquitecto!" Y ah se arm la grande! Humbeto Giannini, rre entre nosotros se ha ocupado del lenguaje de la ira, trae una lr istoria parecida. No faltan en nuestra lengua largas palabras tadas del lrrtn o el griego que se prestan a estos juegos. Uno de mis prolirsores primarios, recuerdo, ecurra a "Tubrculo cuadrigrrrino" para apostrofar a sus alumnos ms ledos. Tambin Itogumil Jasinowski me cont la historia de una dama inglesar

(fue en una cafetea escuch a unos seores. "Aristotle, the rli.scipleofPlato..." deca uno. La dama se levant, no iba a vali-

rlirl groseras con su presencia. Despus, en un ensayo(

de

ves sobre el insulto, lei la misma histoia. ,Para dnde voy? Para la adquisicin de la semntica de "ur'nico". Entre nosotros, O ente m. Y no muy seguro de llegar rr n inguna parte. Cuando la escuch por primera vez, fue como , sr: "Arquitecto!" No puedo decir quin ni en qu ocasin la dijo. l,)r'i r un nio entonces. "Cnico!" 7,Qu enorrnidad significaba esa expresin lrrrzada como un piedrazo? Uno ve a un hombre manoteando lir'ioso en su asenal verbal. No encuentra con que golpear. l,lcha saliva entre las slabas: "Cnico, cnico!" Qu evidente el rlr'sLrozo y el desconcierto!l

"paria", "insolente", "perdulario',,,.hipcrita,,,,,sicofanta"y tan_ tas otras incorporadas a nuesto lxico como proyectiles que recogemosy nos quedamos miando en una mano mientas con la otra nos sobamos la cabeza), quin puede poner nmero a la cantidad de palabras que adquirimos, ornos y empleamos odi_ nariamente del modo como cuento aqu de la palabra ,,cnico,,? Que quede bien claro: cuando digo ,,odinariamente,'. entiendo genle ordinaria, comn. y pienso que, por lo menos en el respecto en que estoy hablando, todos sin excepcin y casi todo el tiempo somos gente ordinaria. Hago una lista sin detenerme y para ms claridad. Cnico, para empezar, pero asimismo, romntico, idealista, dogmtico, barroco, epicreo, cristiano, formalista, estoico, purista, pesimista, materialista, catlico, escptico, capitalista, burgus, masn, sadista, sensualista... Todas palabras d empleo corriente, de adquisicin a la carrera, de curso fcil en el hablar odinaio. Pero, tambin, todas de significacin huidiza, tornadiza. Las empleamos para hablar como emplea_ mos el suelo para caminar, el aire para respirar, el dinero para pagar. Qu sabemos del suelo, del aire, del dinero? Bastan los expertos puestos a hablar para conceder que no sabemos nada. Del suelo slo esperamos que sea firme; del aire, que sea respirable; del dinero, que tenga curso. De las palab.u", qou ." hagan cargo de lo que queremos decir. ,Lo hacn? po mi-lista. pareciera que sr. Son palabras que corren con facilidad. Aunque, mejor no las detengamos, dejmoslas coner. - "Qu entiende usted por,,sociali sta,,?,, Adis curso fcil de la palabra "socialista"! "Cuando digo ,,barroco,', quiero signi_ ficar..." Ah termin la transaccin cotidiana co., la pala"bra "baroco"! "Me permite usted una obsevacin sobe ei feuda_ lisrno?" Hasta aqu llegamos con la palabra ,.feudal,,! ,,Usted dice "romntico"; y yo le digo que para m...,, Mejor dejamos el

Pero se puede ir tambin ms all, hasta la adqsicin del significado de otras palabras. Siempre, entre nosotios. euitadas las palabras de la ira (como "canalla,,, ,,fulln,', .bellaco,,

rsunto para oto da, cuando no haya narices largas en elt'tf.De muchas palabrasde cursofcil, squevalelo que deca Agustn del tiempo: mientras nadie pregunta uno las sabe; ruro, tan pronto viene alguien a preguntar, ya no las sabe. As es de curso fcil la palabra "cnico". Mirndola ir y vcnir, tan fresca, tan sin tropiezos, por el mercado de las l.ransacciones vebales, ms de un estudioso de las palabras se r'nti asombrado. "Pero", exclamar, "qu tiene que ver? ( )mo es posible una degradacin tan ofensiva? Digenes es el cnico por antonomasia. Pues, qurelacin hay entre Digenes y l.odos estos... cnicos que me rodean? Viven acaso en un tonel? .Van, de da, con un farol buscando un hombre? Rechazan por rrrr poco de sol las ofertas tentadoas de Alejandro Magno? ,1)enuncian la sociedad, la cultura? Viven reducidos al mnimo rkr los mnimos, resisten las durezas del fio, la intemperie, ruorortan con sus huesos los puetazos y puntapies de sus

,'orrgneres?"

Adems, puesto a computar las aplicaciones de la palalrlrr "cnico", nuestro estudioso encontrar que tiene tantas y l.rrrr dispares, que igual dieraque no tuvieraninguna. Puede, enL.rrcea, arartaraa de hombros y renunciar. Un gesto as no pueden permitrselo quienes hacen rliccionaios. No s si computan con minucia, pero tienen que lonrputar. Llegan a la palabra "cnico" y anotan primero que rrula: "uno que pertenece a la escuela cnica, fundada por Arrl,stenes". As se responde a la cuestin que para nuestro r.rl.rrdioso acarreara la gran tarea de "rescatar" la palabra, de l,.volverle su "sentido originario" (si se propusiera algo as). Ah ,,riii, no hay que ir a otra parte. Quiere usted ocuparse del rilrrtido "prstino, originario" de la expresin "cnico"? Pues, r.rrl udie el cinismo. Ahora, quiere usted devolver a la palabra "r'rnico" ese senido "pstino"? Bueno, ese es otro cantar, si 'los ,'r ntan i'lusos. Si le molesta que lo tilden de iluso, muy bien. l,ls usted un hombre sin ilusiones (un cnico, dicho sea al pasar).r

Atienda entonces a lo que ocurre cuando se emplea la palabra "cnico". O, si no quiere darse el trabajo (que es harto trabajo), atienda al diccionario que ya se dio el trabajo por usted. Yyendo a los diccionarios, encontramos casi en todos esa dicotoma: primero, los cnicos de.la escuela cnica; segundo, el resto de los cnicos. Estos ltimos son los que cuentan cuando se trata del empleo fcil. Pero, quines son? El Diccionario de la Academia los define en la tecera y cuarta acepcin de "cnico": impdico, procaz., desaseado, falto de aseo. Rodolfo Oroz, aqu en Chile, no hace caso de dicotomas y pone para "cnico": que desprecia toda regla de conducta; impdico, procaz, canalla. En diccionarios de otas lenguas encuentro siempre la dicotoma; y en la segunda parte de sta, la del empleo fcil, encuentro las acepciones: brutal, inmoral, audaz, insolente, monstruoso, impdico, obsceno. Hay uno en que se agrega misntropo; otro en que se agrega sacstico. Hasta encuentro uno en que se dan: burln, escarnecedor, mordaz, cascanabias. En otro, descarado, fign. Creo haber visto, tambin, hipcrita, pero no recuerdo dnde. Encuento otro que define: ,,cnico, que atribuye motivos bajos y egostas a la conducta humana,,; y en otro; "persona que no cee en los valores morales',. O sea, sobre el empleo fcil de la palabra cnico los diccionaios nos dan tantas facilidades que se nos sale de la boca no ms abrirla. Cnico? Quin no lo es a cada rato? El insolente es cnico. Pues entonces el lugar de trabajo se llena de cnicos. El bus, para qu hablar. Cnicos todos. El inmoral es cnico. As, los confesionarios se llenan de cnicos. Los tribunales, las crceles rebasan. Pero, son tambin cnicos el misntopo, el canalla, el lenguaraz. Dnde no hay cnicos? Las puerLas de los hospitales y los templos atestan de cnicos. Abundan bajo los puentes, en bares, postbulos. porque los desarrapados, los gangrenosos, mendigos, ciosos son tambin desaseados, procaces, desvergonzados, groseros, descarados. Basta mirarlos; por donde se los mire, cnicos. Hay algn pol10

que pueda ser poltico sin ser cnico? Hay algn militar que rro termine poralinear sus caones contra los valores morales? .1Iay alguna ernpesa transnacional que crea en otros motivos rk: la conducta humana que el puro inters y el egosmo? Hay rrlgn comerciante que haga sus negocios con la vista puesta en lrr moral? Mejor no sigamos; vamos a ahogarnos en cinismo.l.rco

Supongamos que nuestro estudioso, despus de "aholr'rrse" as el trabajo, decide seguir con la primera parte de la rlicotoma, es decir, dedicase al estudio del cin'ismo. Esto lo lllvar a ocuparse de hombres como Antstenes, Digenes,

llirin, Onescrates, Mnimo, Crates, Din, Menipo, Crcidas,'l'r.lcs, Zenn, Crisipo, Epicteto, Juliano. Seguramente, esturlirrr tambin los escasos autores que se han ocupado por

lxl.enso del cinismo como von Fritz, Dudley, Sayre, Hdrstad. ,,(lu sacar de ello? Ante todo, que esa profusin de "sinnirrros" que engarza aquy all el empleo fcil de la pal abra "cnico" rro deja de valer; slo que la medida de su valo no es todo el lirrismo. Porque as como valen esas determinaciones, valen lrrnbin como sinnimos de "cnico": asctico, autrquico, vir lrrrso, filntropo, autntico, veraz, crtico, realista, sincero, lrrrmilde, esforzado, valeroso, humanista, libertario, y muchos nris que se encuentran en las antpodas de la vanagloria, la rr rrrlricin de poder,la avidez, el dispendio, el convencionalismo, l;r supersticin, la riqueza, la hipocresa, el fasto y yo no s luiintas cosas ms, todas paridas en el mundo de la poltica, la ,,r'ou oma y la servidumbe.O sea, nuestro estudioso encontra, hablando en figura, la manera fcil, la sola que cuenta en los diccionarios con v rsl,as al empleo de la palabra "cnico", slo se refiere a la mitad rk'l cinismo. La otra mitad se puso de lado, qued en las lrrlrliotecas, se integr en un captulo de historia de la filosofia, ,, lr istoria de las ideas. O, si en verdad perve en la actualidad rl' las doctrinas y las ideas, no lo hace ya con el nombe de,rrr:

r'rrtismo.

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As estn las cosas. Algunos hombres han sentido el impulso grande de investigar las normas de.la da buena',, la da que debirarnos vir. Aqullos cuya opinin vali la pena, siempre tuvieron partidarios y adversarios. As, se desgan lo que pensaron entre el eulogio de unos y el dislogio de otros. Fue el caso de Digenes y el cinismo. Para unos, "cnico" fue unaestella en la fente; para otros, un puntapi en el traseo. Tal como suena. As ocuni en el pasado. Ahora, "cnico,, es palabra que slo se emplea para estigmatizar. Vale pues la pena hablar de Digenes? pienso que s. Al fin de cuentas, "cnico" no es rns que una palabra. Tiene su trabajo ordinario y no creo que se gane gr:an cosa tratando de quitrselo. Otra palabra se encargara. Atendiendo a Digenes, por el contrario, no demoamos en encontrarnos atendiendo a nosotros mismos, que es cosa que cuenta mucho. Tatando de este sabio, se divide lo que ha llegado hasta nosotros en doxografa y ancdotas. No s si terminar nunca la disputa sobre la tradicin cnica; pero, en lo que leo observo la inclinacin a considea con seiedad slo los textos doxogrficos, aqullos en que se expone a manera de tratado la doctrina cnica; en el mismo impulso, la consideracin de los dichos y ancdotas de Digenes, como una etahila inconsistente de chascaros entre chuscos, vulgares, ingeniosos, pretenciosos invenciones casi sin excepcin que comenzaron a colgrsele a Digenes casi al da siguiente de su muerte. En lo que hay tambin algo de extraordinario, porque mientras la doxografa corre entre los acadmicos, son las ancdotas (unas cuantas, solamente) las que conoce, disfruta y hace circular el gran pblico. Por estas ancdotas supe yo de Digenes por primera vez. Las escuch de mis inoldables profesores primarios; tambin de mi padre, rnis hemanos mayores y mis amigos callejeros de la infancia. Despus, encontr que haba muchas ms de estas ancdotas en el libro de Digenes Laercio sobe la da de los filsofos ms ilustes. Y me acostumbr con l a pensar en Digenes, empleando la .iersin espaola de Ortiz y

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Srnz que cay en mis manos. Antigua esy a ratos defectuosa, rt:ro como alumno agradecido, trato de seguirla. Tengo otras a Irr vista y a ratos silabeo en el original. No voy a entraren consideraciones sobre por qu prefiero lrs ancdotas. Creo que mi comentario de las que he separado r,n las pginas que siguen no es mala representacin de mis r'rzones. El mismo Digenes, en respuesta alos argumentos que r, hacan sobre si era o no real el movimiento se levant y se r'ch a caminar. Bueno, eso dicen.

Ancdotas, dichos(1)

I

comentariosencamin a

Llegando

a Atenas, se

Antstenes, y como ste, que a rtadiz admiffa, le repeliese, preualeci su consta.ncin. Y an habindo una vez alzado eI bdculn, pun l Ia cabeza y d,ijo: "Desairgalo, pues no hallards leo tan duro que de ti me apar-te con tal que

ensees algo". Desde entonces qued discipulo suyo.

gan flacuchento y desgreado!Tambin quiere apropiarse de sus sentencias y reacuarlas a su amao? Se abre paso entonces entre la audiencia perpleja con el bculo en alto. "yo te voy a

rituales. Yale tambin ejercitarse as con las historias de Digenes si es cierto como dicen todos que a l mucho le importaba transformarse en un modelo de da, y lograrlo a tavs de sus hechos, no de sus discusos. En un cuadro que muchas veces formo en mi imaginacin con la vista puesta en las prescripciones de Loyola como las entiendo y admiro, Antstenes aparece exponiendo ante sus seguidores en un lugar del Prtico famoso de Atenas (aunque dicen que lo hacia en el Cinosargos, en las afueras de la ciudad). Po entre los concuentes miraAtstenes. Y qu ve?Aese Digenes de Snope ve; a ese exiliado hijo de Hicesius, el monedero falsario, si no falsario l mismo. Y se hace el distrado el muv descaado! Traia de pasar inadvertido tras una columna, torciendo el cuerpo, como si fuera con la atencin puesta en otros asuntos que divaga. Antstenes no resiste ms. Qu se ha credo este

Ancdotas como las que trae Digenes Laecio en su Vida de los Filsofos mds Ilustres se prestan por su parquedad a la aplicacin de esas "reglas de la imaginacin,, que ha estipulado Ignacio de Loyola en sus famosos -Ejerc icios Espi-

ensear!"

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Alguien, pudiente y con veleidades por la filosofa, pudo .ncargar que le pintaran un cuado as. Contata al famoso 'l'iziano, por ejemplo, o a Jernimo Bosch. El Antstenes que rirrLaa Bosch! Hay muchos cuadros de la especie de ste que rrrr sc pint jams, cuadros que ilustan ancdotas clebres: la r,' r,na al centro y en torno un coro humano, un curso viente rl,' rsicologa de la perplejidad, la curiosidad, el escndalo. 'l',sris ante los fariseos es r-n ejemplo, o ante la publicana, ante ll.rodes o Caifs. Digenes se prepara para la que le viene encima. Entre rrc alza el brazo instintivo y baja la cabeza reflexiva. "Bah, que lrr l,o asunto!" se dice por fin el can, "Una paliza por una idea? |rls, ;que venga la paliza!" Los dedos de los pies de Digenes ,,r, Ilvantan y separan, pierde estabilidad, los pelos se le ponen rl,. runta, aprieta las mandbulas. Ahora, se me ocurre que Car rrvrrglio lo pintara mejor que nadie. S, despus de todo, tiene Irrrrrlrin sus cosas este Caravaglio. Aunque, eso s, de ndole rlrvlrsa. Un Digenes de Caravaglio! Se figuran? Pero, all l rr,r o Antstenes con el bastn en alto, la diestra cruzada hacia rrr rilrir, sobre el pecho desnudo! Esa es para pintarla aparte: La lrr';r de Antstenes. "Yo te voy a ensear, monedeo falsario!,' Unos sostienen que el padre de Digenes falsific la lr,,r'rla de Snope; otros sostienen que no, que no la falsific, nro rtue la reacu, que no es lo mismo, porque reacuarla es llr r,r.r la anterior ilegtima y la nueva vlida; otros dicen que ni lllr,ilic ni reacu nada, sino que a golpe de cincel puso fuera ,l, r'r lt:ulacin monedas que los persas echaron a circular por los rrrr.r'l.os del Mar Negro con los sellos de Snope, lo que no parece rrrlrr conjetura, porque se han encontado en nmero imporr r

lrrl(

monedas as invalidadas con los sellos de Snope,

rrlr'nporneas de monedas de losmismos sellos que llevan el ' rr,rr rlrlc de Hicesius, o sea el padre de Digenes. Otros sostienen ,rr ls el mismo Digenes quien se vio en este embrollo. pero rrlrn tambin quienes sostienen que nada de nada, que esto 'l'r r' t)rrro cuento, que seguramente Digenes se inspir en elr

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modelo de su padre banquero para obrar entre los hombres un prodigio grande: reacuarles la moneda, es decir, cambiarles, subvertirles, ponerles fuera de circulacin sus valores ilegtimos. O sea que, as como la madre de Scrates, partera, le inspir la metfora "partero de espritus", as tambin se le ocuni a Digenes que el padre suyo le suministraba otra que nada tena que endiarle al primero: "reacuado de los valores". Bueno, como se dice: Si non d uero, ben trouato, porq.ue as nos parece Digenes muchas veces (la vedad, casi siempre):poniendo las cosas de revs, alegando que se es el derecho, que la moneda que empleamos en nuestros negocios humanos est adulterada y que hay que darle encima con un cincel, ponerla fuea de circulacin y acuar otra. Pero, all viene Antstenes con el bastn en alto! "Yo te

voy a ensear!"Ensear? A palos ensea? Esa es la pedagoga de Atstenes? Claro que no. Aunque, por qu no? Por lo menos, los palos se ven como un deecho de matcula en la escuela Atstenes. Hay quienes cobran por ensear plata sonante. Protgoras cobra en plata de la buena. Hay quienes no cobran por ensear. Scates no cobra. El Estado tampoco cobra. Aunquehabra que pensarlo de nuevo. Hay quin no cobe? En la Academia de Platn cobraban; y cunto! Tambin en el Liceo de Aistteles. Bion deca que hav tres especies de alumnos en paralelo con las tres edades de Hesiodo: los de oro, que aprenden y pagan; los de plata, que pagan y no aprenden;los de bon que aprenden y no pagan. Parece que Digenes no tena al nativa. Antstenes, de todos modos, cobra en palos. No siempre; pero a este Digenes en palos quiee cobrarle. Por fin, ofrece cabeza Digenes. "Pega duro, con tal que ensees algo." Antstenes se detiene con el bastn en vilo. Vean sus escrutadores, perplejos. En punto acaso de dar lugar a ternura adusta. Se contrae y deprime el entrecejo Antstenes. "Pero, quin es por fin ste? No es Digenes

y toda su parenvacilacin rcdaggica. Mejordicho, el lapso pedaggico de vacilacin (o es lrr mismo?). Levemente, afloja el bastn. Digenes alza la rrrirada. Un perro escrutando la veleidad del amo. Comienza a r.rrrlerezar las orejas, a mover la cola. Entonces, puede seguir

llla? Los circunstantes captan el lapso de

l\rnto Euxino, el monedero falso,

1, su padre

r,,y,.ndo los huesos que le caen? Los palos de Antstenes (que no dio estavez ni acaso pudo rrrlrca darlos puesto que es casi seguro que nunca se encontr lorr Digenes) merecen un poco el nombre de "intoduccin a la lltrsofa". Recuerdan lejos, pero recuedan- las mortifica-

-de lrorrcs preliminares de los discpulos de las escuelas orientales. ( lr r rrndo Jess dijo a esejoven que quera ser su discpulo:,.Anda r ( irsa, da todo lo que tienes y sgueme", no eran los dos o tres ,rrIrs de Antstenes lo que amenazaban. Eljoven era muy co.r,t1rrcme." Quin se

,.lil imaginan? "Ve a casa, regala tus millones

de dlares y extraa si el candidato aranca a perderse?

L7

(2)

Habiendo uisto a un ratn que and.aba de una a otrd. parte, sin buscar lecho, sin temer la oscurid.a.d,, ni anhelar ninguna de las cosas a propsto para oiuir regaladamente, haLl eI remed.io a su indigencia.

decir "pobrecitos"! Ensayemos tambin aqu las reglas loyolescas de la representacin. Hacindolo, veo ante m el lecho seco de un arroyo, la orilla pedregosa, los matorrales aplastados bajo el medioda de un veano feroz. No hay detalle de piedad en el paisaje: quemado el pasto, quemadas las races; las cabras famlicas resoplan inmviles sobe el polvo ardiente. Digenes, casi desnudo, est inclinado sobre la baranda destartalada de un puente que cruza un lodazal. Cae el sol quemante sobre las espaldas huesudas del can. De pronto, all abajo, asoma sus naricesy aventura unos pasos entre las piedras el ms raqutico y menudo de los ratoncillos. Digenes mira al ratoncillo, el atoncillo mira a Digenes. Estn por segundos de etemidad mirndose los dos. "Dnde est tu madre, infeliz?" cavila Digenes, "Dnde estn tus hermanos, tus amigos, dnde la amada de tus ojos? En qu rincn construiste tu defensa, tu despensa, tu lecho?" El ratn olfatea hacia el aire, hacia el puente, hacia el lodazal. Levanta la cabeza y otra vez mira a

Esta historia (Dudley dice "curjous anddelightful" ,Heinrich dice "experiencia iluminadora") tendra que ir en prirner lugar. Pero he decidido respetarel orden en que Laercio puso las ancdotas. Primero Antstenes, despus el ratn. Ya mos, se sostiene con hechos (monedas invalidadas a golpe de cincel y que datan de mediados del siglo IVA.C.) que Digenes no pudo encontase con Antstenes; por el contrario, s pudoy es seguro que se encontr con el ratn, puesto que la historia ene de Teofasto que vivi en la poca de Digenes. Sin contar que Antstenes bay uno en tanto que ratones del predicamento aqu descrito no faltan nunca los pobrecitos. Pero, de dnde me sale

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l)rollcnes. Con qu raz ones replicara si supiera no fuera ms ,,,,, rrn poco de griego? Pero, no las est diciendo a su manera? l,r'r,rrnta la pata trasera izquierda y en el mejor estilo penunorr,r'rr su oreja tambin izquierda (porque es difcil que fuera la llr rr). iUf, qu calor! Mejor se mete de nuevo a la sombra.r

rtue.. . ino habr raices que roer all abajo? Uno nunca sabe r lrr rnejor es tantear. Se han perdido ciudades por no tantear. I lr,,lcnes se encuentra, como se dice, absorto. Son lgrimas eso ,,',. lrumedece sus ojos? No es para menos, puestos a reflexiorr,rr .Dnde vio nadie perfeccin semejante, tan completa irrrlrrlclua? Y en el yermo inhspito, por si fuera poco. Podr Arlrsl,cnes ensear de forma tan honda, tan entea? Qu va a r,rrllr'! Pero, dnde est el superAntstenes que ense a este r rr lo rr'/ En ninguna parte!Vuelvete del lado que quieras:no hay rr lrr vista maestro ninguno de tanta fortaleza y tanta resiglr'ror. Digenes no puede creer, no quiere ceder. Debe haber, r,rr rrlguna parte debe estar el maestro de esta criatura. Su rrrr,rrlir va embotada de guijarro en guijarro, de resquicio en l,',r1rricio. Ahora, otea hacia las colinas, hacia el horizonte ,',', rlrr nte bajo elfuego del sol, hacia los cielos. Casi enceguece en lrr lrrli