Dios nos habla mediante jeremias
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ˇ ¿C´
omo nos ata˜
nen los escritosde Jerem
´ıas?
ˇ ¿Qu´e lecciones hallamos
en el libro de Jerem´ıas?
DIOS NOS HABLAMEDIANTE
JEREM´IAS
Edici´
on de letra grande
JE
RE
M´IA
S(
LE
TR
AG
RA
ND
E)
jrlp-S
ˇ ¿C´
omo nos ata˜
nen los escritosde Jerem
´ıas?
ˇ ¿Qu´e lecciones hallamos
en el libro de Jerem´ıas?
DIOS NOS HABLAMEDIANTE
JEREM´IAS
Edici´
on de letra grande
JE
RE
M´IA
S(
LE
TR
AG
RA
ND
E)
jrlp-S
� 2010Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
Todos los derechos reservados
Dios nos habla mediante Jeremıas (letra grande)
EDITORESWatchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
Brooklyn, New York, U.S.A.
Impresion de 2010
Esta publicacion se distribuye como partede una obra mundial de educacion bıblica quese sostiene con donativos. Prohibida su venta.
A menos que se indique lo contrario,las citas bıblicas se han tomado de la version
en lenguaje moderno Traduccion del Nuevo Mundode las Santas Escrituras (con referencias).
God’s Word for Us Through Jeremiah—Large PrintSpanish (jrlp-S)
Made in the United States of AmericaImpreso en Estados Unidos de America
1 “He puesto mis palabrasen tu boca” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 5
2 Sirvamos en“la parte final de los d
´ıas” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 18
3 “Tienes que decirlesesta palabra” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 42
4 Evitemos los enga˜
nosde un coraz
´on traicionero � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 55
5 ¿A qui´enes escogemos
como amigos? � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 70
6 “Obedece, por favor,la voz de Jehov
´a” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 87
7 “Saturar´e al alma cansada” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 105
8 ¿Sobreviviremos,como Jerem
´ıas? � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 119
9 ‘No sigas buscandocosas grandes para ti’ � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 134
´INDICE
Cap´ıtulo P
´agina
10 ¿Nos preguntamos a diario“d
´onde est
´a Jehov
´a”? � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 149
11 “Pastores de acuerdocon mi coraz
´on” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 168
12 “¿No era ese un casode conocerme?” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 185
13 “Jehov´a ha hecho
lo que ten´ıa pensado” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 203
14 Beneficios del nuevo pacto � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 222
15 “No puedo quedarme callado” � � � � � � � � � � 241
Cap´ıtulo P
´agina
“EXISTE un amigo m´as apegado que un hermano.”
(Pro. 18:24.) ¿Ha tenido usted un amigo como el que
describe este proverbio inspirado? La palabra de un
amigo verdadero es digna de cr´edito. Si nos dice algo
bueno o nos cuenta lo que va a hacer, le creemos. Y si
nos se˜
nala algo en lo que debemos mejorar, le hace-
mos caso. Ha demostrado a trav´es del tiempo que se
preocupa por nuestro bienestar; por eso, incluso nos
aconseja. Quiere lo mejor para nosotros, y nosotros
queremos lo mejor para´el y que perdure la amistad.
2 En muchos sentidos, esa es la clase de amigos que
encontramos en los hombres que Dios utiliz´
o para es-
cribir los libros de la Biblia. Podemos creer en ellos y
tener la completa certeza de que lo que dicen es para
nuestro bien. As´ı deber
´ıan haber visto los israelitas a
los “hombres [que] hablaron de parte de Dios al ser
llevados por esp´ıritu santo” (2 Ped. 1:20, 21). Para
1, 2. ¿Por qu´e nos inspiran confianza las palabras de la Biblia?
CAP´ITULO 1
“HE PUESTO MIS PALABRASEN TU BOCA”
“He puesto mis palabras en tu boca” 5
redactar el libro prof´etico de mayor extensi
´on, Dios se
vali´
o de Jerem´ıas, quien tambi
´en compuso las Lamen-
taciones y dos libros m´as.
3 Sin embargo, hay lectores que consideran que los
libros de Jerem´ıas y Lamentaciones no son para ellos.
Se imaginan que solo contienen advertencias alarmis-
tas y predicciones sombr´ıas.� ¿Se ci
˜nen tales ideas a la
realidad?4 Es cierto que Jerem
´ıas escribi
´o amonestaciones y
consejos en t´erminos muy francos, ¿pero acaso no es
eso lo que hace un amigo a veces? Hasta Jes´
us corri-
gi´
o abiertamente a sus amigos, los ap´
ostoles, cuando
manifestaron una mala actitud (Mar. 9:33-37). No obs-
tante, el grueso de su mensaje fue positivo, pues mos-
tr´
o c´
omo lograr la aprobaci´
on de Dios y la felicidad
futura (Mat. 5:3-10, 43-45). Algo parecido sucede con
los escritos de Jerem´ıas, los cuales forman parte de
“toda Escritura”, que es´
util para “rectificar las cosas”
� En algunos idiomas existe la expresi´
on jeremiada, que significa “la-mentaci
´on o muestra exagerada de dolor”. El diario The Washington Post
calific´
o un documental sobre el cambio ecol´
ogico y clim´atico de “je-
remiada inconveniente”.
3, 4. ¿Qu´e concepto tienen algunas personas de los libros de Jerem
´ıas y
Lamentaciones, y por qu´e es err
´oneo? D
´e ejemplos.
6 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
(2 Tim. 3:16). Por un lado, exponen claramente el pa-
recer de Dios sobre los que afirmaban servirle pero
merec´ıan cosechar las consecuencias de sus malos
actos; por otro, contienen un mensaje esperanzador y
nos muestran c´
omo gozar de un futuro bendito. Los
libros de Jerem´ıas y Lamentaciones incluyen profec
´ıas
sobre la manera como Dios tratar´ıa a su pueblo, cuyo
cumplimiento nos ata˜
ne directamente hoy d´ıa; ade-
m´as, encierran declaraciones positivas que nos llenan
de´animo (l
´eanse Jerem
´ıas 31:13, 33, 33:10, 11 y Lamen-
taciones 3:22, 23).5 Nuestra felicidad presente como parte del pueblo
de Dios y nuestra esperanza para el futuro est´an
vinculadas a los escritos de Jerem´ıas. Estos, por ejem-
plo, nos ayudan a profundizar los lazos de hermandad
y a seguir el consejo del ap´
ostol Pablo: “Hermanos,
contin´
uen regocij´andose, siendo reajustados, siendo
consolados, pensando de acuerdo, viviendo pac´ıfica-
mente; y el Dios de amor y de paz estar´a con uste-
des” (2 Cor. 13:11). Los escritos de Jerem´ıas guardan
asimismo una relaci´
on directa con el mensaje que
5. ¿Qu´e tenemos que hacer para sacar provecho de los escritos de Jerem
´ıas?
“He puesto mis palabras en tu boca” 7
predicamos: aunque hablamos a la gente acerca de los´
ultimos d´ıas y le advertimos del fin inminente de este
sistema, nuestro mensaje mantiene su car´acter positi-
vo porque ofrece una esperanza s´
olida. Adem´as, exis-
te un estrecho paralelismo entre la vida y mensaje de
Jerem´ıas y nuestra situaci
´on, por lo que sus escritos
nos resultan muy´
utiles. Con el objeto de entenderlo
mejor, conozcamos m´as a fondo los antecedentes y la
misi´
on de este profeta ejemplar a quien Dios dijo: “He
puesto mis palabras en tu boca” (Jer. 1:9).6 Cuando un hombre y una mujer aguardan la llega-
da de un hijo, piensan a menudo en la criatura. ¿C´
omo
ser´a, y qu
´e har
´a en la vida? ¿Cu
´ales ser
´an sus gustos,
su profesi´
on, sus logros? Es muy probable que antes
de que usted naciera, sus padres hayan meditado so-
bre estas cosas, y lo mismo deben de haber hecho los
padres de Jerem´ıas. Pero el caso de
´el era especial. ¿En
qu´e sentido? El Creador del universo estaba particu-
larmente interesado en su vida y actividad (l´
ease Jere-
m´ıas 1:5).7 En efecto, haciendo uso de su presciencia, o cono-
6, 7. ¿C´omo sabemos que Dios se interes
´o en Jerem
´ıas, y en qu
´e ambien-
te naci´o?
8 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
cimiento del futuro, Dios vio que aquel ni˜
no que na-
cer´ıa en el seno de una familia sacerdotal del norte de
Jerusal´en ser
´ıa ideal como profeta. Jerem
´ıas vio la luz
a mediados del siglo VII antes de nuestra era (a.e.c.),
en una´epoca nada feliz para Jud
´a debido al mal go-
bierno de Manas´es (v
´ease la p
´agina 21). Durante la
mayor parte de sus cincuenta y cinco a˜
nos de manda-
to, este rey hizo lo malo a los ojos de Jehov´a, y su hijo
Am´
on sigui´
o la misma l´ınea (2 Rey. 21:1-9, 19-26).
La situaci´
on dio un profundo viraje con la subida al
trono del siguiente monarca, Jos´ıas.
´El s
´ı busc
´o a Jeho-
v´a, y para el decimoctavo a
˜no de su reinado hab
´ıa pu-
rificado la tierra de la idolatr´ıa. Esto debi
´o de haber
complacido mucho a los padres de Jerem´ıas, pues fue
por aquel entonces que su hijo recibi´
o una misi´
on di-
vina (2 Cr´
o. 34:3-8).
¿Por qu´
e deben interesarnos los libros de Jerem´ıas
y Lamentaciones?
DIOS ELIGE UN PORTAVOZ
8 No sabemos cu´antos a
˜nos ten
´ıa Jerem
´ıas cuando
Dios le dijo: “Profeta a las naciones te hice”. Quiz´as
8. ¿Qu´e misi
´on recibi
´o Jerem
´ıas, y cu
´al fue su reacci
´on?
“He puesto mis palabras en tu boca” 9
rondaba los 25, la edad en que los sacerdotes pod´ıan
iniciar sus servicios (N´
um. 8:24). Como sea, repuso:
“¡Ay, oh Se˜
nor Soberano Jehov´a! Mira que realmente
no s´e hablar, pues solo soy un muchacho” (Jer. 1:6).
Jerem´ıas se resisti
´o, tal vez porque se consideraba
muy joven o porque no se sent´ıa apto para asumir tan-
ta responsabilidad y hablar en p´
ublico, como lo exig´ıa
la funci´
on de profeta.9 Jerem
´ıas recibi
´o su cometido durante la campa
˜na
emprendida por el rey Jos´ıas para suprimir el detesta-
ble culto falso y fomentar la adoraci´
on pura. Aunque
no sabemos cu´anta interacci
´on existi
´o entre los dos, el
clima era manifiestamente favorable para un profeta
verdadero. Otros que ejercieron de profetas en Jud´a a
principios del reinado de Jos´ıas fueron Sofon
´ıas y
Nah´
um.� Tambi´en Huld
´a sirvi
´o de profetisa durante el
mandato de Jos´ıas. Esta mujer anunci
´o que vendr
´ıan
tiempos calamitosos... y Jerem´ıas vivi
´o para verlos
� En la parte final de la carrera de Jerem´ıas surgieron otros profetas,
a saber, Habacuc, Abd´ıas, Daniel y Ezequiel. Jerem
´ıas llevaba cerca de
cuarenta a˜
nos ejerciendo su labor cuando la cat´astrofe azot
´o Jerusal
´en
en 607 y vivi´
o otros veinte a˜
nos m´as.
9, 10. ¿En qu´e circunstancias comenz
´o Jerem
´ıas su ministerio, y por qu
´e
result´o tan abrumador despu
´es?
10 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
(2 Rey. 22:14). De hecho, en ocasiones, amigos como´
Ebed-m´elec y Baruc tuvieron que librarlo de la muer-
te o de enemigos vengativos.10 ¿C
´omo se sentir
´ıa usted si Dios le dijera que
ha sido especialmente designado como profeta para
anunciar un en´ergico mensaje? (L
´ease Jerem
´ıas 1:10.)
He aqu´ı un bot
´on de muestra de lo que Jerem
´ıas tuvo
que proclamar. En el a˜
no 609, los ej´ercitos babilonios
avanzaban hacia Jerusal´en. El rey Sedequ
´ıas quer
´ıa
o´ır una palabra favorable de boca de Jerem
´ıas, pero
Dios le ten´ıa reservado algo distinto (l
´ease Jerem
´ıas
21:4-7, 10).
UN HOMBRE DE CARNE Y HUESOCOMO NOSOTROS
11 Imaginemos que nos tocara proclamar denuncia-
ciones y castigos contra reyes imp´ıos, sacerdotes
corruptos y profetas falsos. Eso fue precisamente lo
que tuvo que hacer Jerem´ıas. Ahora bien,
´el cont
´o
con el respaldo divino, y nosotros tambi´en (Jer. 1:
7-9). Dios mostr´
o confianza en el joven profeta y le
infundi´
o valor dici´endole: “He hecho de ti hoy una
11. ¿Por qu´e ser
´ıa dif
´ıcil la misi
´on de Jerem
´ıas, y c
´omo fue fortalecido?
“He puesto mis palabras en tu boca” 11
ciudad fortificada y una columna de hierro y muros
de cobre contra todo el pa´ıs, para con los reyes de
Jud´a, para con sus pr
´ıncipes, para con sus sacerdotes
y para con la gente de la tierra. Y de seguro pelear´an
contra ti, pero no prevalecer´an contra ti, porque: ‘Yo
estoy contigo —es la expresi´
on de Jehov´a— para li-
brarte’ ” (Jer. 1:18, 19).12 Que nadie crea que Jerem
´ıas era un superhombre,
ni mucho menos: era un ser humano de carne y hueso
como nosotros. Y aunque es verdad que vivi´
o en otra´epoca, afront
´o situaciones parecidas a las nuestras. As
´ı
como´el se relacion
´o con los que lo rodeaban, nosotros
tambi´en entramos en contacto con personas muy di-
versas tanto en la vida diaria como en las actividades
de la congregaci´
on. Por lo tanto, podemos aprender
muchas lecciones de Jerem´ıas, quien, al igual que el
profeta El´ıas, fue un “hombre de sentimientos seme-
jantes a los nuestros” (Sant. 5:17). Veamos algunas.13 ¿Qui
´en no ha pasado vicisitudes en la vida? Jere-
m´ıas no fue la excepci
´on. Una vez, un sacerdote pro-
12. ¿Por qu´e podemos identificarnos con Jerem
´ıas?
13, 14. ¿Por qu´e es f
´acil para algunos cristianos comprender la experien-
cia de Jerem´ıas con Pasjur?
12 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
minente llamado Pasjur lo agredi´
o y lo mand´
o poner
en el cepo. Este instrumento de madera sujetaba los
pies, las manos y el cuello de la v´ıctima, oblig
´andola a
adoptar una postura deforme. Jerem´ıas pas
´o varias ho-
ras en este aparato aguantando dolor y siendo segura-
mente el hazmerre´ır de sus adversarios. ¿Soportar
´ıa-
mos nosotros la burla maliciosa o el maltrato f´ısico?
(Jer. 20:1-4.)14 No extra
˜na que en aquellas circunstancias Jere-
m´ıas exclamara: “¡Maldito sea el d
´ıa en que nac
´ı! [...]
¿Por qu´e he salido de la mism
´ısima matriz para ver
duro trabajo y desconsuelo y para que mis d´ıas se aca-
ben en pura verg¨
uenza?” (Jer. 20:14-18). Evidentemen-
te,´el supo lo que era la desesperaci
´on. ¿Nos hemos
sentido alguna vez tan afligidos que hemos dudado de
nuestra propia val´ıa, de nuestros logros o de si vale la
pena seguir adelante? Todo aquel que haya tenido es-
tos sentimientos se beneficiar´a de conocer mejor las
experiencias de Jerem´ıas y los buenos resultados de su
proceder.
¿Qu´
e le impresiona de la misi´
on que Jehov´
a le encarg´
oa Jerem
´ıas? ¿Por qu
´e es f
´acil identificarse con
´el?
“He puesto mis palabras en tu boca” 13
15 Las expresiones de desesperaci´
on recogidas en Je-
rem´ıas 20:14-18 vienen inmediatamente despu
´es de
que el profeta hablara de cantar y alabar a Jehov´a (l
´ea-
se Jerem´ıas 20:12, 13). ¿Experimentamos cambios brus-
cos en nuestro estado de´animo? ¿Tan pronto estamos
alegres como estamos tristes? Sin duda, todos po-
demos sacar partido de las vivencias de Jerem´ıas.
Sus sentimientos fueron los de una persona com´
un y
corriente como nosotros; de ah´ı la utilidad de exami-
nar las acciones y reacciones de este hombre a quien
el Creador emple´
o extraordinariamente como porta-
voz (2 Cr´
o. 36:12, 21, 22; Esd. 1:1).16 Otra raz
´on por la que algunos se identifican con
Jerem´ıas es su estado civil. ¿Cu
´al era? Dios dio a Je-
rem´ıas una orden poco com
´un y quiz
´as dif
´ıcil de obe-
decer: no casarse (l´
ease Jerem´ıas 16:2). ¿Por qu
´e se lo
prohibi´
o Jehov´a, y cu
´ales fueron las repercusiones de
tal mandato? ¿Qu´e hay de llamativo en este pasaje
para los hermanos que est´an solteros, sea por elecci
´on
propia o por sus circunstancias? ¿Contiene dicha or-
15. ¿C´omo nos beneficia saber que Jerem
´ıas sufri
´o cambios en su estado
de´animo?
16. ¿Para qui´enes es motivo de reflexi
´on el estado civil de Jerem
´ıas?
14 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
den un motivo de reflexi´
on para los casados, sea que
tengan hijos o no? ¿C´
omo puede ayudarnos personal-
mente este relato?17 Vale la pena destacar la exhortaci
´on que en cierto
momento dirigi´
o Jerem´ıas al rey de Jud
´a: “Obedece,
por favor, la voz de Jehov´a en lo que te estoy hablan-
do, y te ir´a bien, y tu alma continuar
´a viviendo” (Jer.
38:20). Este pasaje contiene una excelente gu´ıa a la
hora de tratar a los dem´as. Ello incluye a las personas
que a´
un no andan en los caminos de Jehov´a pero a las
que quiz´as podamos ayudar; asimismo, la actitud de
Jerem´ıas hacia los que obedec
´ıan a Dios constituye un
buen modelo que imitar. En efecto, podemos aprender
mucho de este profeta.
¿QU´
E NOS ESPERA?
18 La presente obra nos ayudar´a a examinar los li-
bros de Jerem´ıas y Lamentaciones y a aprender de
ellos. ¿C´
omo? El ap´
ostol Pablo escribi´
o bajo inspira-
ci´
on: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provecho-
sa para ense˜
nar, para censurar, para rectificar las
17. ¿En qu´e nos hacen pensar las palabras de Jerem
´ıas 38:20?
18, 19. ¿Qu´e m
´etodos se pueden seguir para analizar los libros de Jere-
m´ıas y Lamentaciones?
“He puesto mis palabras en tu boca” 15
cosas, para disciplinar en justicia” (2 Tim. 3:16). Esta
“Escritura” incluye los dos libros acabados de mencio-
nar.19 Desde luego, podr
´ıamos hacer un an
´alisis fruct
´ı-
fero de dichos libros siguiendo varios m´etodos. Uno
ser´ıa, por ejemplo, estudiarlos vers
´ıculo a vers
´ıculo,
intentando comprender el trasfondo y valor de cada
uno. Otro consistir´ıa en centrarse en los paralelismos
que fueran pertinentes, comparando o contrastando
personajes y sucesos con sus equivalentes modernos
(comp´arese con Jerem
´ıas 24:6, 7 y 1 Corintios 3:6).
Y otro ser´ıa analizarlos desde el punto de vista hist
´o-
rico (Jer. 39:1-9). De hecho, es preciso conocer hasta
cierto grado tales datos a fin de sacar el m´aximo be-
neficio. Por esa raz´
on, el cap´ıtulo 2, titulado “Sirva-
mos en ‘la parte final de los d´ıas’ ”, ofrece una visi
´on
general del per´ıodo hist
´orico en que vivi
´o Jerem
´ıas y
de c´
omo la mano de Dios gui´
o el curso de los aconte-
cimientos.20 El enfoque principal de esta obra, sin embargo, es
otro. Abordaremos el estudio de los libros de Je-
20. ¿C´omo abordaremos el estudio de los libros de Jerem
´ıas y Lamenta-
ciones?
16 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
rem´ıas y Lamentaciones consider
´andolos regalos de
Dios para el vivir cristiano (Tito 2:12). Comprendere-
mos, m´as que nunca antes, que abundan en informa-
ci´
on “provechosa para ense˜
nar”. Sus pr´acticos conse-
jos y ejemplos nos preparar´an para enfrentarnos con
´exito a los retos de la vida. Solteros, casados, supe-
rintendentes, precursores, empleados, amas de casa,
estudiantes... todos hallaremos en estos dos libros
inspirados instrucci´
on divina para estar “completa-
mente equipado[s]” para toda buena obra (2 Tim.
3:17).21 Al analizar cada cap
´ıtulo, busquemos ideas aplica-
bles a nuestra vida. Los libros de Jerem´ıas y Lamen-
taciones pondr´an de relieve estas palabras del ap
´ostol
Pablo: “Todas las cosas que fueron escritas en tiem-
po pasado fueron escritas para nuestra instrucci´
on,
para que mediante nuestro aguante y mediante el con-
suelo de las Escrituras tengamos esperanza” (Rom.
15:4).
21. ¿Por qu´e anhelamos comenzar el programa de estudio que sigue a con-
tinuaci´on?
¿Qu´
e lecciones para la vida diaria podemos aprenderde los libros de Jerem
´ıas y Lamentaciones?
“He puesto mis palabras en tu boca” 17
“¿QU´
E est´as viendo?”, pregunt
´o Dios a su profeta re-
ci´en comisionado, a lo que este respondi
´o: “Una olla
con boca ancha a la que se sopla es lo que estoy vien-
do, y su boca est´a alejada del norte”. Aquella visi
´on
constituy´
o un primer indicio de la clase de mensajes
que lanzar´ıa el joven Jerem
´ıas (l
´ease Jerem
´ıas 1:13-16).
Se soplaba la olla figurativa, no para enfriarla, sino
para avivar las llamas que la calentaban. Jehov´a pre-
dijo de esta manera que, como un caldo hirviendo,
las dificultades saldr´ıan a borbotones de esta olla y
se esparcir´ıan por la tierra de Jud
´a debido a su con-
tinua infidelidad. ¿Qu´e significaba el hecho de que la
boca de la olla estuviera dirigida hacia el sur? Que la
calamidad vendr´ıa del norte; en otras palabras: Babi-
lonia invadir´ıa Jud
´a desde este punto cardinal. Y as
´ı
fue. Durante su carrera prof´etica, Jerem
´ıas presenci
´o
1, 2. a) ¿Qu´e visi
´on tuvo Jerem
´ıas que marc
´o el tono de sus mensajes pro-
f´eticos? b) ¿Por qu
´e deben interesarnos los mensajes de Jerem
´ıas?
CAP´ITULO 2
SIRVAMOS EN“LA PARTE FINAL DE LOS D
´IAS”
18 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
sucesivos derrames de este caldero hirviente que cul-
minaron en la destrucci´
on de Jerusal´en.
2 Babilonia ya no existe, pero a todos deber´ıan in-
teresarnos los mensajes prof´eticos de Jerem
´ıas. ¿Por
qu´e raz
´on? Porque vivimos en “la parte final de los
d´ıas”, una
´epoca en la que muchas personas profesan
ser cristianas, aunque ni ellas ni sus iglesias cuentan
con el favor de Dios (Jer. 23:20). Por otro lado, al
igual que Jerem´ıas, los testigos de Jehov
´a predicamos
un mensaje no solo de juicio, sino tambi´en de espe-
ranza.3 En vez de poner por escrito los acontecimientos
conforme iban sucediendo, Jerem´ıas dict
´o su relato a
un secretario probablemente al final de su actividad
prof´etica (Jer. 25:1-3; 36:1, 4, 32). La obra no est
´a en
orden cronol´
ogico; m´as bien, muchas de sus partes
est´an agrupadas por temas. Por ello, ser
´a
´util ob-
tener una idea general del trasfondo hist´
orico de
los libros de Jerem´ıas y Lamentaciones y del or-
den en que ocurrieron los sucesos (v´ease la tabla
3. a) ¿C´omo est
´a ordenado el libro de Jerem
´ıas? b) ¿Cu
´al es el objetivo de
este cap´ıtulo?
Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 19
de la p´agina 21). Saber qui
´en era el rey de Jud
´a
en determinado momento y, en algunos casos, qu´e
suced´ıa en Jud
´a y sus alrededores nos permitir
´a
comprender mejor lo que dijo e hizo Jerem´ıas. Ade-
m´as, estaremos m
´as preparados para beneficiarnos
de los mensajes que transmiti´
o el profeta al pueblo
de Dios.
JEREM´IAS Y SU ENTORNO HIST
´ORICO
4 Jerem´ıas profetiz
´o en una
´epoca turbulenta, mar-
cada por la rivalidad entre Asiria, Babilonia y Egip-
to. Unos noventa y tres a˜
nos antes de que iniciara su
labor prof´etica, Asiria hab
´ıa derrotado al reino de Is-
rael (las diez tribus del norte) y hab´ıa deportado a
numerosos israelitas. Fue entonces cuando Jehov´a
defendi´
o del embate asirio a Jerusal´en y a su leal rey
Ezequ´ıas. Cabe recordar que Dios milagrosamente
dio muerte a 185.000 soldados enemigos (2 Rey. 19:
32-36). Uno de los hijos de Ezequ´ıas fue Manas
´es.
Es probable que durante su mandato, de cincuenta y
cinco a˜
nos, naciera Jerem´ıas; en ese tiempo, Jud
´a
4-6. ¿Cu´al era la situaci
´on del pueblo de Dios decenios antes de que Jere-
m´ıas iniciara su labor prof
´etica?
20 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
qued´
o bajo el yugo pol´ı-
tico de Asiria (2 Cr´
o. 33:
10, 11).5 Jerem
´ıas escribi
´o tam-
bi´en los libros de Primero
y Segundo de los Reyes.
En este´
ultimo se lee que
Manas´es reconstruy
´o los
lugares altos que su padre
hab´ıa demolido y erigi
´o al-
tares a Baal y al ej´erci-
to de los cielos, hasta en
el templo de Jehov´a. Ade-
m´as, derram
´o mucha san-
gre inocente y lleg´
o al
punto de entregar a su
propio hijo como ofrenda
quemada a un dios falso.
En resumen, “hizo en gran
escala lo que era malo a
los ojos de Jehov´a”. En vis-
ta de tanta maldad, Dios
˝ Ministerio de Jerem´ıas
660a.e.c.
650
640
630
620
610
600
590
580
Manas´es
Am´
on 661
Jos´ıas 659
Jerem´ıas
es designadoprofeta c. 647
Destrucci´
onde N
´ınive
632
Jehoacaz 628(tres meses)
Jehoiaquim 628
Joaqu´ın 618
(tres meses)
Sedequ´ıas 617
Destrucci´
onde Jerusal
´en
607
decret´
o que la calamidad cayera sobre Jerusal´en y
Jud´a, tal como ya hab
´ıa azotado a Samaria e Israel
(2 Rey. 21:1-6, 12-16). Tras la muerte de Manas´es, su
hijo Am´
on continu´
o con los mismos ritos idol´atricos.
Pero pronto cambiar´ıan las circunstancias. Dos a
˜nos
despu´es, en 659, Am
´on fue asesinado, y Jos
´ıas, su hijo
de ocho a˜
nos, fue coronado rey.6 A lo largo de los treinta y un a
˜nos del reinado de
Jos´ıas, Babilonia fue imponi
´endose a Asiria. El mo-
narca vio en esta situaci´
on una oportunidad para
independizar a Jud´a de la dominaci
´on extranjera.
Al contrario de su padre y su abuelo, sirvi´
o lealmen-
te a Jehov´a e impuls
´o grandes reformas religiosas
(2 Rey. 21:19–22:2). Por ejemplo, en el a˜
no doce de su
mandato limpi´
o el reino de los lugares altos, los
postes sagrados y los´ıdolos y, m
´as adelante, orden
´o
la reparaci´
on del templo de Jehov´a (l
´ease 2 Cr
´o-
nicas 34:1-8). Curiosamente, en el a˜
no trece de Jo-
s´ıas (647), Jerem
´ıas recibi
´o la comisi
´on de ser profe-
ta de Dios.
¿C´
omo se habr´ıa sentido usted si hubiera sido profeta
en los tiempos de Jerem´ıas?
22 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
7 Mientras se restauraba el templo, en el a˜
no die-
ciocho del reinado del piadoso Jos´ıas, el sumo sacer-
dote encontr´
o “el mism´ısimo libro de la ley”. El mo-
narca orden´
o a su secretario que se lo leyera y, en
cuanto escuch´
o su lectura, reconoci´
o los errores del
pueblo; entonces busc´
o la gu´ıa de Jehov
´a mediante
la profetisa Huld´a y exhort
´o a sus s
´ubditos a obede-
cer los mandamientos de Dios. Huld´a inform
´o a Jo-
s´ıas de que Jehov
´a traer
´ıa “calamidad” sobre Jud
´a
por su infidelidad, pero que´el no la ver
´ıa debido a su
buena actitud hacia la adoraci´
on pura (2 Rey. 22:8,
14-20).8 El rey Jos
´ıas redobl
´o sus esfuerzos por erradicar
todo vestigio de idolatr´ıa, lo cual lo llev
´o a internar-
se en el territorio que en su d´ıa hab
´ıa ocupado el
reino de Israel y derribar el lugar alto y el altar de
Betel. Tambi´en mand
´o celebrar una memorable fies-
ta de la Pascua (2 Rey. 23:4-25). ¡Cu´anto debi
´o de
complacer esto a Jerem´ıas! Sin embargo, no result
´o
nada f´acil mover a la gente a hacer cambios. Manas
´es
7, 8. a) ¿En qu´e se diferenci
´o el reinado de Jos
´ıas del de sus predeceso-
res Manas´es y Am
´on? b) ¿Qu
´e clase de persona fue Jos
´ıas? (V
´ease el
recuadro de la p´agina 25.)
Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 23
y Am´
on hab´ıan inducido al pueblo a la degradada ve-
neraci´
on de´ıdolos, por lo que su espiritualidad esta-
ba de capa ca´ıda. A pesar de las reformas de Jos
´ıas,
Dios impuls´
o a Jerem´ıas a se
˜nalar que los dioses de
Jud´a todav
´ıa eran tan numerosos como sus ciudades.
Los compatriotas del profeta bien pod´ıan asemejar-
se a una esposa infiel: hab´ıan abandonado a Jeho-
v´a y se hab
´ıan prostituido con dioses extranjeros.
De ah´ı que Jerem
´ıas declarara: “Son tantos como el
n´
umero de las calles de Jerusal´en los altares que us-
tedes han puesto para la cosa vergonzosa, altares
para hacer humo de sacrificio a Baal” (l´
ease Jerem´ıas
11:1-3, 13).
9 Tal como los mensajes de Jerem´ıas no cambiaron
a los jud´ıos, tampoco impidieron que las naciones ve-
cinas lucharan por la supremac´ıa. En 632, las fuerzas
conjuntas de Babilonia y Media conquistaron N´ıni-
ve, la capital asiria. Tres a˜
nos despu´es, el fara
´on
Nek´
o de Egipto dirigi´
o su ej´ercito hacia el norte para
suministrar refuerzos a los asirios. Por razones que
9. ¿Qu´e acontecimientos internacionales marcaron los
´ultimos a
˜nos del
reinado de Jos´ıas?
24 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 25
Tras la muerte de su padre, Am´
on, Jos´ıas fue
coronado rey de Jud´a con ocho a
˜nos de edad. Te-
n´ıa 15 cuando comenz
´o a buscar a Dios y a “an-
dar en todo el camino de David su antepasado”.A los 19 comenz
´o a eliminar de Jud
´a e Israel los
lugares de culto falso y a reducir a polvo las im´a-
genes esculpidas, y a los 25 inici´
o la reparaci´
ondel templo de Jehov
´a (2 Rey. 21:19–22:2; 2 Cr
´o.
34:2-8).Durante la restauraci
´on del templo se hall
´o el
libro de la Ley, probablemente el que hab´ıa es-
crito Mois´es de su pu
˜no y letra. Tras escuchar su
lectura, Jos´ıas se humill
´o, rasg
´o sus vestiduras y
llor´
o. Mand´
o reunir a los sacerdotes, a los levitasy a todos los s
´ubditos —grandes y peque
˜nos—
para que oyeran las palabras del libro. El monar-ca celebr
´o un pacto y prometi
´o “ir siguiendo a
Jehov´a y [...] guardar sus mandamientos [...] con
todo su coraz´
on y con toda su alma”. Posterior-mente llev
´o a cabo una campa
˜na m
´as amplia
para erradicar la adoraci´
on falsa. Adem´as, ce-
lebr´
o una gran Pascua a Jehov´a, como no se
hab´ıa visto desde los tiempos de Samuel (2 Cr
´o.
34:14 –35:19).
JOS´IAS, EL
´ULTIMO
DE LOS REYES BUENOS DE JUD´
A
no se dan en la Biblia, Jos´ıas trat
´o de frenar el avan-
ce de los egipcios en Meguid´
o, pero fue herido de
muerte en el intento (2 Cr´
o. 35:20-24). ¿Qu´e cam-
bios pol´ıticos y religiosos generar
´ıa en Jud
´a este
infortunio? ¿Y a qu´e dificultades se enfrentar
´ıa Jere-
m´ıas?
CAMBIA EL AMBIENTE RELIGIOSO
10 La tr´agica noticia de la muerte del rey Jos
´ıas en-
tristeci´
o mucho a Jerem´ıas. Invadido por la pena,
compuso endechas en su honor (2 Cr´
o. 35:25). Si esta
ya era de por s´ı una
´epoca turbulenta para Jud
´a,
la inestabilidad internacional a˜
nadi´
o mayor presi´
on.
Las potencias rivales —Egipto, Asiria y Babilonia—
pugnaban por el control de la zona. Adem´as, el
ambiente religioso de Jud´a hab
´ıa dado un vuelco.
La muerte de Jos´ıas supuso el final de un r
´egimen
que favorec´ıa la actividad de Jerem
´ıas y el comienzo
de uno hostil. En la actualidad, infinidad de herma-
nos nuestros han sufrido cambios similares: han pa-
sado de una relativa libertad de culto a ser perse-
10. a) ¿En qu´e se parece la
´epoca que sigui
´o a la muerte de Jos
´ıas a la
nuestra? b) ¿C´omo nos beneficia examinar la conducta de Jerem
´ıas?
26 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
guidos y proscritos. ¡Qui´en sabe cu
´antos de nosotros
pasaremos por lo mismo dentro de poco! Si eso su-
cediera, ¿c´
omo nos afectar´ıa? ¿Qu
´e tendr
´ıamos que
hacer para mantenernos leales? Ante estas perspecti-
vas, nos confortar´a ver c
´omo super
´o Jerem
´ıas las di-
ficultades.11 Los habitantes de Jud
´a tomaron al hijo de Jos
´ıas,
Jehoacaz (tambi´en llamado Salum), y lo proclama-
ron rey en Jerusal´en. Su gobierno solo dur
´o tres
meses. Cuando el fara´
on Nek´
o regres´
o al sur tras
guerrear contra los caldeos, quit´
o al nuevo rey y se
lo llev´
o a Egipto. Jerem´ıas anunci
´o que no regresar
´ıa
(Jer. 22:10-12; 2 Cr´
o. 36:1-4). En su lugar, el fara´
on
puso a Jehoiaquim, otro hijo de Jos´ıas. Jehoiaquim
no imit´
o el buen ejemplo de su padre, sino que aban-
don´
o las reformas religiosas y reinstaur´
o la idolatr´ıa
(l´
ease 2 Reyes 23:36, 37).12 A inicios del reinado de Jehoiaquim, Jehov
´a le
dijo a Jerem´ıas que fuera al templo y condenara ro-
tundamente a los jud´ıos por su maldad. Ellos ve
´ıan
11. ¿Qu´e sucedi
´o en Jud
´a tras la muerte de Jos
´ıas?
12, 13. a) ¿Cu´al era el clima religioso a inicios del reinado de Jehoia-
quim? b) ¿C´omo trataron los l
´ıderes espirituales jud
´ıos a Jerem
´ıas?
Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 27
el templo como un talism´an protector; con todo,
Jehov´a lo abandonar
´ıa si no dejaban sus malos h
´abi-
tos, como “hurtar, asesinar y cometer adulterio y ju-
rar en falso y hacer humo de sacrificio a Baal y an-
dar tras otros dioses”. Har´ıa con el templo y los
hip´
ocritas que adoraban en´el lo mismo que hizo
con el tabern´aculo de Sil
´o en los d
´ıas del sumo
sacerdote El´ı. Como resultado, la tierra de Jud
´a lle-
gar´ıa a “ser solo un lugar devastado” (Jer. 7:1-15, 34;
26:1-6).� ¡Cu´anto valor necesit
´o Jerem
´ıas para divul-
gar este mensaje! Seguramente lo hizo ante nume-
rosas personas, incluso algunas destacadas e influ-
yentes. En nuestros tiempos, muchos de nosotros
tambi´en hemos tenido que armarnos de valor para
predicar en las calles o dirigirnos a hombres adine-
rados e importantes. Pero de algo podemos estar se-
guros: contamos con el respaldo de Dios, tal como
Jerem´ıas (Heb. 10:39; 13:6).
13 Dado el clima pol´ıtico y religioso imperante en
Jud´a, ¿c
´omo reaccionar
´ıan los l
´ıderes espirituales a
� El parecido entre Jerem´ıas 7:1-15 y 26:1-6 ha inducido a algunos ex-
pertos a decir que ambos pasajes aluden al mismo suceso.
28 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
las declaraciones de Jerem´ıas? Seg
´un el relato, “los
sacerdotes y los profetas y todo el pueblo le echaron
mano y dijeron: ‘Positivamente morir´as’ ”. L
´ıvidos de
rabia, dijeron: “A este hombre le corresponde el jui-
cio de muerte” (l´
ease Jerem´ıas 26:8-11). No obstante,
los enemigos de Jerem´ıas no lograron su objetivo;
Jehov´a estuvo con
´el para librarlo. Por otro lado, Je-
rem´ıas no permiti
´o que la cantidad de opositores o
su apariencia amenazante lo intimidaran. Y tampoco
deber´ıamos permitirlo nosotros.
¿Qu´
e diferentes condiciones hubo durante los reinadosde Manas
´es, Am
´on y Jos
´ıas? ¿Qu
´e lecci
´on extraemos
de la manera como afront´
o Jerem´ıas su dif
´ıcil misi
´on?
“TIENES QUE ESCRIBIR [...]TODAS LAS PALABRAS”
14 En el cuarto a˜
no de Jehoiaquim, Jehov´a orden
´o
a Jerem´ıas que pusiera por escrito todas las pala-
bras que le hab´ıa hablado desde los d
´ıas de Jos
´ıas.
De modo que Jerem´ıas le dict
´o a su secretario, Ba-
ruc, todo lo que Dios le hab´ıa dicho durante los
14, 15. a) ¿Qu´e labor comenzaron Jerem
´ıas y su secretario Baruc en el
cuarto a˜
no de Jehoiaquim? b) ¿Qu´e clase de persona fue Jehoiaquim? (V
´ea-
se el recuadro de la p´agina 31.)
Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 29
veintitr´es a
˜nos anteriores, lo que inclu
´ıa mensajes de
juicio dirigidos a unos veinte reyes y reinos. Adem´as,
Jerem´ıas mand
´o a Baruc que leyera este rollo en voz
alta en la casa de Jehov´a. ¿Con qu
´e objetivo? “Quiz
´as
los de la casa de Jud´a escuchen toda la calamidad que
estoy pensando hacerles —dijo Jehov´a—, a fin de que
se vuelvan, cada uno de su camino malo, y de que yo
realmente les perdone su error y su pecado.” (Jer. 25:
1-3; 36:1-3.)15 A medida que un oficial de la corte iba leyendo
el rollo ante Jehoiaquim, este iba cort´andolo a trozos
y quem´andolo. En cuanto termin
´o, orden
´o que le tra-
jeran a Baruc y a Jerem´ıas. “Pero Jehov
´a los mantu-
vo ocultos.” (L´
ease Jerem´ıas 36:21-26.) A causa de
la p´esima actitud del monarca, Dios declar
´o me-
diante su profeta que se le dar´ıa “el entierro de un
asno”; ser´ıa arrastrado “afuera, m
´as all
´a de las puer-
tas de Jerusal´en” (Jer. 22:13-19). ¿Cabr
´ıa pensar que
esta profec´ıa fue tan solo una exageraci
´on de Jere-
m´ıas?16 A Jerem
´ıas se le ha tildado de catastrofista por
16. ¿Qu´e mensaje alentador proclam
´o Jerem
´ıas?
30 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
sus mensajes de juicio; sin embargo, tambi´en procla-
m´
o un mensaje de esperanza. Llegar´ıa el momento en
que Jehov´a liberar
´ıa del cautiverio a un resto de Is-
rael y lo devolver´ıa a su tierra para que morara en se-
guridad. Dios celebrar´ıa con su pueblo “un nuevo
pacto”, uno “de duraci´
on indefinida”, y escribir´ıa Su
ley en sus corazones. Perdonar´ıa y olvidar
´ıa sus peca-
dos. Es m´as, un descendiente de David “ejecutar[
´ıa]
derecho y justicia en la tierra” (Jer. 31:7-9; 32:37-41;
Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 31
Jehoiaquim contaba 25 a˜
nos cuando ascendi´
oal trono de Jud
´a, y rein
´o cerca de once a
˜nos.
El resumen de sus hechos recogido en 2 Cr´
oni-cas 36:5-8 dice que hizo cosas no solo malas, sino“detestables”. Jehoiaquim pas
´o por alto las ad-
vertencias de Jerem´ıas, y su reinado se caracte-
riz´
o por la injusticia, la extorsi´
on y el asesina-to. Cuando el profeta Uriya declar
´o un mensaje
similar al de Jerem´ıas, mand
´o que lo mataran.
Al parecer, el rey muri´
o en el sitio de Jerusal´en a
manos de los babilonios (Jer. 22:17-19; 26:20-23).
JEHOIAQUIM, EL REY QUE MAT´
OA UN PROFETA DE JEHOV
´A
33:15). Estas profec´ıas habr
´ıan de cumplirse a lo lar-
go de los decenios y siglos siguientes, y aun tendr´ıan
un cumplimiento que cambiar´ıa nuestras vidas d
´an-
donos una brillante esperanza. Volviendo al tiempo
de Jerem´ıas, los enemigos de Jud
´a continuaban con
sus luchas por la dominaci´
on territorial (l´
eanse Jere-
m´ıas 31:31, 33, 34, Hebreos 8:7-9 y 10:14-18).
EL ASCENSO DE BABILONIA
17 En 625, los caldeos y los egipcios libraron una ba-
talla decisiva en Carquemis, cerca del´
Eufrates, a
unos 600 kil´
ometros (370 millas) al norte de Jerusa-
l´en. El rey Nabucodonosor derrot
´o a los ej
´ercitos del
fara´
on Nek´
o, poniendo fin a la dominaci´
on egipcia
en la zona (Jer. 46:2). Pas´
o a subyugar a Jud´a y obli-
g´
o a Jehoiaquim a rendirle vasallaje. No obstante, a
los tres a˜
nos, este se rebel´
o (2 Rey. 24:1, 2). Como res-
puesta, Nabucodonosor y sus tropas invadieron Jud´a
en 618 y cercaron Jerusal´en. Imaginemos lo dif
´ıciles
que fueron aquellos tiempos, incluso para Jerem´ıas,
el profeta de Dios. Jehoiaquim muri´
o al parecer du-
17, 18. ¿Qu´e sucesos internacionales marcaron los
´ultimos a
˜nos del go-
bierno de Jehoiaquim y el reinado de Sedequ´ıas?
32 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
rante el sitio de la ciudad,� y su hijo Joaqu´ın se rin-
di´
o a los babilonios despu´es de haber reinado por
solo tres meses. Nabucodonosor saque´
o la ciudad y
se llev´
o al exilio al rey y su familia, a las familias
nobiliarias de Jud´a, a los hombres poderosos y a
sus artesanos. Entre los exiliados figuraron Daniel,
Hanan´ıas, Misael y Azar
´ıas (2 Rey. 24:10-16; Dan. 1:
1-7).18 Nabucodonosor puso en el trono a otro hijo de
Jos´ıas, a Sedequ
´ıas, quien ser
´ıa el
´ultimo rey terres-
tre de la l´ınea de David. Su mandato acab
´o cuando Je-
rusal´en y su templo fueron destruidos en 607 (2 Rey.
24:17). Los once a˜
nos de su reinado se caracteriza-
ron por grandes tensiones sociales y pol´ıticas en
Jud´a. Es evidente que Jerem
´ıas tuvo que confiar ple-
namente en Aquel que lo hab´ıa nombrado profeta.
19 Pong´amonos en la piel de Jerem
´ıas. Desde los
� Daniel 1:1, 2 dice que Jehoiaquim fue dado en manos de Nabucodo-nosor en su tercer a
˜no —obviamente, en su tercer a
˜no de vasallaje—, lo
que indicar´ıa que muri
´o durante el asedio previo a la ca
´ıda de Jerusa-
l´en. Seg
´un Josefo, Nabucodonosor mat
´o a Jehoiaquim y ech
´o su cad
´a-
ver fuera de las murallas de la ciudad, sin ning´
un tipo de enterramien-to, si bien la Biblia no corrobora estos detalles (Jer. 22:18, 19; 36:30).
19. ¿C´omo reaccionaron los contempor
´aneos de Jerem
´ıas a su mensaje, y
por qu´e debe interesarnos esto?
Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 33
tiempos de Jos´ıas hab
´ıa visto trastornos pol
´ıticos y
un progresivo deterioro espiritual en el pueblo de
Dios, y sab´ıa que las circunstancias todav
´ıa iban a
empeorar. La gente de su pueblo natal lo amenaz´
o:
“No debes profetizar en el nombre de Jehov´a, para
que no mueras a mano de nosotros” (Jer. 11:21). Aun
viendo que se cumpl´ıan las profec
´ıas, los jud
´ıos le di-
jeron: “En cuanto a la palabra que nos has hablado
en el nombre de Jehov´a, no te estamos escuchando”
(Jer. 44:16). Pero la vida de muchas personas estaba
en juego, y lo mismo sucede hoy. Nuestro mensaje, al
igual que el de Jerem´ıas, procede de Jehov
´a. Por ello,
haremos bien en reforzar nuestro celo por el minis-
terio examinando c´
omo protegi´
o Jehov´a a su profeta
durante el per´ıodo previo a la ca
´ıda de Jerusal
´en.
¿Qu´
e aprendemos de la actitud de Jerem´ıas durante
el reinado de Jehoiaquim? ¿Qu´
e sobresaliente profec´ıa
que llega hasta nuestro tiempo pronunci´
o Jerem´ıas?
EL OCASO DE UNA DINAST´IA
20 Quiz´as los peores a
˜nos de la vida prof
´etica de
20. ¿Por qu´e result
´o muy dif
´ıcil para Jerem
´ıas el reinado de Sedequ
´ıas?
(V´ease el recuadro de la p
´agina 35.)
34 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 35
Sedequ´ıas fue un gobernante d
´ebil y vacilan-
te, dominado por sus pr´ıncipes y sus propios
miedos. Durante la parte final del sitio de Je-rusal
´en recurri
´o a Jerem
´ıas para buscar la gu
´ıa
de Jehov´a. No obstante, desoy
´o su consejo de
rendirse a los caldeos y, disgustado, lo mand´
oa prisi
´on (Jer. 21:1-9; 32:1-5). Aun as
´ı, el rey si-
gui´
o consult´andolo, pero en secreto a fin de
no molestar a los pr´ıncipes de Jud
´a. Cuando es-
tos trataron de matar al profeta, Sedequ´ıas con-
sinti´
o diciendo: “Est´a en la mano de ustedes.
Porque no hay absolutamente nada en que elrey mismo pueda prevalecer contra ustedes”.Una vez pasada la amenaza de muerte sobre Je-rem
´ıas, volvi
´o a consultar con
´el y confes
´o que
no hab´ıa obedecido a Dios por temor de que el
pueblo lo maltratara (Jer. 37:15-17; 38:4, 5, 14-19, 24-26).
Con todo, Sedequ´ıas “no se humill
´o a causa
de Jerem´ıas el profeta [...]; y sigui
´o poniendo
tiesa su cerviz y endureciendo su coraz´
on parano volverse a Jehov
´a” (2 Cr
´o. 36:12, 13; Eze.
21:25).
SEDEQU´IAS, EL
´ULTIMO REY
TERRESTRE DE JUD´
A
Jerem´ıas transcurrieron durante la dominaci
´on de
Sedequ´ıas. Como muchos de sus predecesores, este
rey “continu´
o haciendo lo que era malo a los ojos de
Jehov´a” (Jer. 52:1, 2). Fue vasallo de los caldeos, y
Nabucodonosor le hizo jurar por Jehov´a que le ser
´ıa
leal. Pese a ello, Sedequ´ıas acab
´o rebel
´andose. Mien-
tras tanto, Jerem´ıas se vio sometido a la fuerte pre-
si´
on de sus enemigos para que se uniera a la rebeli´
on
(2 Cr´
o. 36:13; Eze. 17:12, 13).21 A principios del gobierno de Sedequ
´ıas llegaron
a Jerusal´en mensajeros de los reyes de Edom, Moab,
Amm´
on, Tiro y Sid´
on, al parecer con la intenci´
on de
tramar un alzamiento contra Nabucodonosor. Jere-
m´ıas, en cambio, exhort
´o a Sedequ
´ıas a someterse
a Babilonia. Es m´as, les entreg
´o a los mensajeros
unos yugos para indicarles que sus naciones tambi´en
deb´ıan doblar la rodilla ante los caldeos (Jer. 27:
1-3, 14).� La postura de Jerem´ıas no gust
´o, y su fun-
� La alusi´
on a Jehoiaquim en Jerem´ıas 27:1 quiz
´as sea un error del co-
pista, porque los vers´ıculos 3 y 12 hablan de Sedequ
´ıas.
21-23. a) ¿Qu´e bandos opuestos exist
´ıan en Jud
´a durante el mandato de
Sedequ´ıas? b) ¿Qu
´e trato recibi
´o Jerem
´ıas por su postura, y por qu
´e debe
interesarnos?
36 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
ci´
on como portador de un mensaje impopular resul-
t´
o a´
un m´as dif
´ıcil debido a Hanan
´ıas, un profeta fal-
so que declar´
o p´
ublicamente en nombre de Dios que
el yugo babilonio se quebrar´ıa en pedazos. Sin em-
bargo, Jehov´a declar
´o mediante Jerem
´ıas que en me-
nos de un a˜
no el impostor Hanan´ıas morir
´ıa. Y eso
es exactamente lo que sucedi´
o (Jer. 28:1-3, 16, 17).22 Jud
´a se hallaba dividida en dos bandos: los par-
tidarios de la sumisi´
on a Babilonia y los que incita-
ban a la insurrecci´
on. En 609, Sedequ´ıas se rebel
´o y
busc´
o el apoyo militar de Egipto. Jerem´ıas tuvo que
lidiar con la histeria nacionalista de quienes apoya-
ban la insurrecci´
on (Jer. 52:3; Eze. 17:15). A fin de
aplacar la revuelta, Nabucodonosor y sus ej´ercitos re-
gresaron a Jud´a, conquistaron todas sus ciudades y
volvieron a sitiar Jerusal´en. En estos momentos cr
´ı-
ticos, el mensaje que dirigi´
o Jerem´ıas a Sedequ
´ıas y
a sus s´
ubditos fue que Jerusal´en caer
´ıa ante los cal-
deos y que la muerte esperaba a quienes permanecie-
ran en la ciudad; por el contrario, quienes salieran y
se rindieran, sobrevivir´ıan (l
´eanse Jerem
´ıas 21:8-10 y
52:4).
Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 37
23 Los pr´ıncipes de Jud
´a acusaron a Jerem
´ıas de
traidor y de pasarse a los babilonios. Este lo neg´
o,
pero ellos lo golpearon y lo encerraron en prisi´
on
(Jer. 37:13-15). Aun as´ı, Jerem
´ıas no adulter
´o el men-
saje de Jehov´a, por lo que los pr
´ıncipes persuadieron
a Sedequ´ıas para que le diera muerte. Lo arrojaron a
una cisterna fangosa, que podr´ıa haber sido su tum-
ba de no ser por´
Ebed-m´elec, un siervo et
´ıope del rey
que lo rescat´
o (Jer. 38:4-13). El pueblo de Jehov´a de
nuestros tiempos tambi´en se ha visto en grave peli-
gro en incontables ocasiones por su negativa a invo-
lucrarse en controversias pol´ıticas. Sin duda, las vi-
vencias de Jerem´ıas nos fortalecer
´an para superar las
pruebas que se presenten en el futuro.24 En 607, los babilonios finalmente abrieron bre-
cha en las murallas de Jerusal´en y tomaron la ciudad.
Los soldados quemaron el templo de Jehov´a, demo-
lieron las murallas y ajusticiaron a los nobles de Jud´a.
Sedequ´ıas trat
´o de huir, pero fue capturado y lleva-
do a Nabucodonosor. Con sus propios ojos vio como
degollaban a sus hijos, tras lo cual Nabucodonosor
24. Describa los sucesos del a˜
no 607.
38 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
lo ceg´
o y se lo llev´
o a Babilonia (Jer. 39:1-7). As´ı es,
las palabras de Jerem´ıas tocante a Jud
´a y Jerusal
´en
se hab´ıan cumplido. Pero lejos de alegrarse, el profe-
ta llor´
o con gran pesar el desastre de su pueblo, tal
como se aprecia en el libro de Lamentaciones. La lec-
tura de estos emotivos escritos ciertamente nos con-
mover´a.
UN RESTO SE QUEDA EN JUD´
A
25 ¿Qu´e le sucedi
´o a Jerem
´ıas mientras tanto? Los
pr´ıncipes de Jerusal
´en lo hab
´ıan encarcelado, pero
los babilonios lo trataron bien y lo pusieron en liber-
tad. M´as adelante, lo hallaron entre otros jud
´ıos que
iban al cautiverio y fue liberado nuevamente. Toda-
v´ıa le quedaba mucho que hacer al servicio de Dios
y a favor de los supervivientes. Nabucodonosor nom-
br´
o a Guedal´ıas gobernador del territorio conquista-
do y prometi´
o paz al resto de los jud´ıos si le serv
´ıan
a´el, el rey de Babilonia. No obstante, unos sedicio-
sos asesinaron al gobernador (Jer. 39:13, 14; 40:1-7;
41:2). Jerem´ıas anim
´o a los jud
´ıos que quedaban a
25, 26. a) ¿Qu´e sucedi
´o despu
´es de la ca
´ıda de Jerusal
´en? b) ¿C
´omo reac-
cionaron los contempor´aneos de Jerem
´ıas a su mensaje?
Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 39
que permanecieran en la tierra y no temieran al rey
babilonio. Pero sus l´ıderes lo tildaron de mentiroso y
huyeron a Egipto, llev´andoselo a
´el y a Baruc a la
fuerza. Pese a todo, Jerem´ıas profetiz
´o que Nabuco-
donosor invadir´ıa y subyugar
´ıa incluso aquel pa
´ıs y
que causar´ıa sufrimiento a los refugiados jud
´ıos (Jer.
42:9-11; 43:1-11; 44:11-13).26 Una vez m
´as, la respuesta de los contempor
´aneos
del profeta del Dios verdadero fue no escucharlo.
¿Por qu´e? “Desde el tiempo en que cesamos de hacer
humo de sacrificio a la ‘reina de los cielos’, y de
derramarle libaciones —argumentaron—, nos ha fal-
tado todo, y por la espada y por el hambre hemos
sido acabados.” (Jer. 44:16, 18.) ¡Qu´e estado espiritual
tan lamentable! Por otro lado, nos resulta muy alen-
tador ver que un hombre imperfecto rodeado de per-
sonas infieles se mantuviera leal a Jehov´a.
27 En 580 se fecha el´
ultimo suceso que Jerem´ıas
anot´
o: la liberaci´
on de Joaqu´ın de las manos del su-
cesor de Nabucodonosor, Evil-merodac (Jer. 52:31-
27. ¿Qu´e sabemos de los a
˜nos finales de la carrera prof
´etica de Jere-
m´ıas?
40 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
34). Para aquel entonces, Jerem´ıas deb
´ıa rondar los
90 a˜
nos. No contamos con datos fidedignos sobre su
muerte, pero es probable que viviese hasta el final de
sus d´ıas en Egipto y muriese fiel tras unos sesenta y
siete a˜
nos de servicio especial a Jehov´a. Cumpli
´o con
su labor de profeta tanto en los tiempos en que se fa-
vorec´ıa la adoraci
´on verdadera como cuando impera-
ba el culto ap´
ostata. Hall´
o personas reverentes que
lo escucharon, aunque la mayor´ıa rechaz
´o sus men-
sajes o incluso le manifest´
o su franca hostilidad.
¿Fracas´
o Jerem´ıas en su comisi
´on? ¡Ni mucho menos!
Desde el mismo principio, Jehov´a le hab
´ıa dicho: “De
seguro pelear´an contra ti, pero no prevalecer
´an con-
tra ti, porque: ‘Yo estoy contigo’ ” (Jer. 1:19). Como
testigos de Jehov´a, nuestra comisi
´on actual es seme-
jante a la de Jerem´ıas, de modo que podemos espe-
rar reacciones similares (l´
ease Mateo 10:16-22). Por
consiguiente, ¿qu´e lecciones aprendemos de Jerem
´ıas
y c´
omo debemos acometer nuestro ministerio? Ana-
licemos estas preguntas.
¿Qu´
e les sucedi´
o a Sedequ´ıas y a los jud
´ıos que rechazaron
el mensaje de Jerem´ıas? ¿Qu
´e opina usted de Jerem
´ıas?
Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 41
JESUCRISTO es nuestro modelo principal en la pre-
dicaci´
on del evangelio; ahora bien, es interesante el
hecho de que la gente que lo observ´
o en el siglo I lo
asociara con Jerem´ıas (Mat. 16:13, 14). Al igual que
Jes´
us, Jerem´ıas recibi
´o la misi
´on divina de predicar.
Por ejemplo, en cierta ocasi´
on Dios le mand´
o: “Tie-
nes que decirles esta palabra: ‘Esto es lo que ha dicho
Jehov´a’ ” (Jer. 13:12, 13; Juan 12:49). Adem
´as, el pro-
feta demostr´
o en su ministerio cualidades como las
de Jes´
us.2 Sin embargo, tal vez haya Testigos que digan:
“Nuestra predicaci´
on difiere de la de Jerem´ıas.
´El fue
el portavoz divino ante una naci´
on que estaba dedi-
cada a Dios, mientras que la mayor´ıa de las personas
a las que nosotros predicamos no conocen a Jehov´a”.
1. a) ¿En qu´e se parecen Jes
´us y Jerem
´ıas? b) ¿Por qu
´e debemos imitar a
Jerem´ıas en nuestro ministerio?
2. Al igual que los compatriotas de Jerem´ıas, ¿qu
´e necesita hacer la gen-
te hoy?
CAP´ITULO 3
“TIENES QUE DECIRLESESTA PALABRA”
42 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
Eso es cierto, pero la mayor parte de los compatriotas
de Jerem´ıas se hab
´ıan vuelto ‘imprudentes’, o insensa-
tos, y se hab´ıan alejado del Dios verdadero (l
´ease Je-
rem´ıas 5:20-22). Ten
´ıan que cambiar si quer
´ıan que
´el
aceptara su adoraci´
on. Del mismo modo, hoy la gen-
te —ll´amese cristiana o no— necesita aprender el te-
mor de Jehov´a y practicar la adoraci
´on pura. Veamos
c´
omo podemos servir al Dios verdadero y ayudar al
pr´
ojimo imitando a Jerem´ıas.
‘JEHOV´
A ME TOC´
O LA BOCA’
3 Cuando Jerem´ıas fue llamado al ministerio prof
´e-
tico, oy´
o estas palabras: “A todos aquellos a quienes
te env´ıe, debes ir; y todo lo que yo te mande, debes
hablar. No tengas miedo a causa de sus rostros, por-
que: ‘Yo estoy contigo para librarte’, es la expresi´
on
de Jehov´a” (Jer. 1:7, 8). Acto seguido, Dios hizo un
gesto inesperado: “Jehov´a alarg
´o la mano e hizo que
esta me tocara la boca —refiere Jerem´ıas—. Enton-
ces me dijo Jehov´a: ‘Mira que he puesto mis palabras
en tu boca. Ve, te he comisionado este d´ıa’ ” (Jer.
3. ¿Con qu´e gesto significativo design
´o Dios a Jerem
´ıas como profeta, y
qu´e efecto tuvo en
´el?
“Tienes que decirles esta palabra” 43
1:9, 10). A partir de ese momento, Jerem´ıas supo que
hablar´ıa en nombre del Alt
´ısimo.� Con el total apoyo
divino, su celo por el servicio sagrado aument´
o (Isa.
6:5-8).4 Jehov
´a no toca f
´ısicamente a sus siervos en la ac-
tualidad, pero s´ı les infunde mediante su esp
´ıritu el
vivo deseo de predicar las buenas nuevas. Muchos
irradian un celo extraordinario. Tal es el caso de Ma-
ruja, una espa˜
nola que lleva m´as de cuarenta a
˜nos pa-
ralizada de piernas y brazos. Dado lo dif´ıcil que le
resulta predicar de casa en casa, recurre a otros m´e-
todos para participar en el ministerio, como mandar
cartas. Ella las dicta y su hija las escribe. Durante
una campa˜
na que se realiz´
o cierto mes, Maruja y su
“secretaria” enviaron m´as de ciento cincuenta cartas
acompa˜
nadas de un tratado; as´ı, las buenas nuevas lle-
garon a casi todos los hogares de un pueblo vecino.
“Si hay alguna persona dispuesta de coraz´
on, Jehov´a
nos recompensar´a con un estudiante de la Biblia”, le
� En este y en otros muchos casos, Jehov´a hizo que los
´angeles se pre-
sentaran como si´el mismo hablara (Jue. 13:15, 22; G
´al. 3:19).
4. Relate ejemplos de celo extraordinario en la predicaci´on.
44 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
dijo Maruja a su hija. Un anciano de su congregaci´
on
escribe: “Doy gracias a Jehov´a por tener hermanos
como Maruja, que te ense˜
nan a valorar lo que real-
mente es importante”.
5 En tiempo de Jerem´ıas, los habitantes de Jerusa-
l´en en general ‘no se deleitaban’ en la verdad divina.
¿Dej´
o´el de predicar debido a la apat
´ıa de sus oyen-
tes? Todo lo contrario. “Con la furia de Jehov´a me
he llenado —dijo—. Me he fatigado de contenerme.”
(Jer. 6:10, 11.) ¿C´
omo podemos mantener nosotros un
fervor tan singular? Una manera es meditando sobre
el excepcional privilegio que tenemos de represen-
tar al Dios verdadero. Sabemos que los grandes de
este mundo han deshonrado el nombre divino y que
los gu´ıas religiosos han enga
˜nado descaradamente a
las personas de nuestro territorio, como hicieron los
sacerdotes de la´epoca de Jerem
´ıas (l
´ease Jerem
´ıas 2:
8, 26, 27). En cambio, las buenas nuevas del Reino de
Dios que nosotros proclamamos son una verdadera
5. a) ¿C´omo mantuvo Jerem
´ıas su celo pese a la apat
´ıa de sus oyentes?
b) ¿C´omo podemos mantener hoy el celo por la predicaci
´on de las buenas
nuevas?
“Tienes que decirles esta palabra” 45
manifestaci´
on de la misericordia divina hacia la hu-
manidad (Lam. 3:31, 32). Reflexionar sobre tal verdad
nos impulsar´a a seguir predicando las buenas nuevas
y ayudando a los mansos con ardiente inter´es.
6 Hay que admitir que conservar el celo en el minis-
terio cristiano no siempre es f´acil. Jerem
´ıas tambi
´en
afront´
o serias dificultades en su servicio a Jehov´a, en-
tre ellas las que le causaron los falsos profetas. Halla-
mos un caso concreto en el cap´ıtulo 28 del libro que
lleva su nombre. Casi nadie atendi´
o a su mensaje, y
en ocasiones se sinti´
o solo (Jer. 6:16, 17; 15:17). Apar-
te de esto se enfrent´
o a enemigos que intentaban ma-
tarlo (Jer. 26:11).
6. ¿Qu´e serias dificultades afront
´o Jerem
´ıas?
“ME HAS EMBAUCADO, OH JEHOV´
A”
7 En una etapa de su vida en que fue motivo de bur-
las e insultos d´ıa tras d
´ıa, Jerem
´ıas se desahog
´o con
Dios. Seg´
un Jerem´ıas 20:7, 8 (l
´ease), el fiel profeta fue
7, 8. ¿C´omo “embauc
´o” Dios a Jerem
´ıas para bien?
¿Por qu´
e estamos seguros de que Jehov´
a nos ayudar´
aa vencer las dificultades que encontremos al predicarlas buenas nuevas?
46 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
“embaucado” por Jehov´a. ¿Qu
´e significa que Dios lo
embaucara?8 Jehov
´a de ning
´un modo lo enga
˜n
´o con tretas y ar-
tima˜
nas, sino que lo “embauc´
o” en un sentido posi-
tivo, para bien. Jerem´ıas no se sent
´ıa con fuerzas
para cumplir la misi´
on que Dios le hab´ıa confiado,
pues la oposici´
on de sus adversarios era muy grande;
no obstante, con el respaldo del Alt´ısimo lo consi-
gui´
o. Puede decirse, entonces, que Jehov´a se impuso
sobre Jerem´ıas porque fue m
´as fuerte que
´el y sus
propias inclinaciones. Cuando este hombre piadoso
crey´
o que hab´ıa llegado al l
´ımite y que ya no daba
m´as, Jehov
´a ejerci
´o sobre
´el una fuerza persuasiva de
modo tal que lo “embauc´
o”. Gracias al poder de Jeho-
v´a super
´o sus debilidades y no dej
´o que la apat
´ıa ni el
rechazo ni la violencia le impidieran predicar.9 Jehov
´a estuvo al lado de Jerem
´ıas como “un
terrible poderoso”, ayud´andolo y sosteni
´endolo (Jer.
20:11). Ypuede fortificarnos a nosotros tambi´en para
que sigamos ador´andolo con celo y no nos rindamos
ante las pruebas, por grandes que sean. Pensemos en
9. ¿C´omo nos animan las palabras de Jerem
´ıas 20:11?
“Tienes que decirles esta palabra” 47
Jehov´a como “un poderoso guerrero” que est
´a junto
a nosotros, seg´
un vierte este vers´ıculo La Palabra de
Dios para Todos.
10 El ap´
ostol Pablo recalc´
o la misma idea al animar
a los cristianos que experimentaban la hostilidad de
sus enemigos. Escribi´
o: “P´
ortense de una manera dig-
na de las buenas nuevas acerca del Cristo, a fin de
que [...] oiga [...] que est´an firmes en un mismo esp
´ı-
ritu, esforz´andose lado a lado con una misma alma
por la fe de las buenas nuevas, y en ning´
un sentido
atemorizados por sus contrarios” (Fili. 1:27, 28). Tal
como hicieron Jerem´ıas y los primeros cristianos, no-
sotros podemos y debemos apoyarnos en el Alt´ısimo
al llevar a cabo nuestro ministerio. Cuando seamos
blanco de burlas o ataques, recordemos que Jehov´a
est´a a nuestro lado para llenarnos de poder. Si lo hizo
con Jerem´ıas y lo ha hecho con tantos de nuestros
hermanos, ¿no lo har´a con nosotros? Imploremos su
ayuda confiando en que contestar´a nuestras plega-
rias. Veremos que tambi´en nos “embauca” d
´andonos
10. ¿C´omo vamos a actuar ante la oposici
´on?
48 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
la fuerza para vencer los obst´aculos con valent
´ıa, sin
ning´
un temor. Con su ayuda, lograremos hacer cosas
que jam´as imaginamos (l
´ease Hechos 4:29-31).
11 Leer sobre el servicio de Jerem´ıas nos ayuda de
varias maneras a ser ministros m´as eficaces de las
buenas nuevas. Luego de m´as de veinte a
˜nos de ejer-
cer como profeta de Jehov´a,
´el dijo: “Segu
´ı habl
´ando-
les, madrugando y hablando, pero ustedes no escu-
charon” (Jer. 25:3). Como vemos, Jerem´ıas empezaba
temprano su labor. ¿Qu´e nos ense
˜na su ejemplo?
En muchas congregaciones hay publicadores que ma-
drugan para hablar con la gente en las paradas de au-
tob´
us y en las estaciones de metro. En zonas rurales,
muchos Testigos aprovechan las primeras horas de la
ma˜
nana para visitar a los granjeros y a otras personas
que empiezan su trabajo temprano. ¿De qu´e otras for-
mas podemos imitar este aspecto del fiel ministerio
de Jerem´ıas? ¿Qu
´e tal si nos levantamos temprano a
fin de llegar puntuales a la reuni´
on para el servicio
del campo?
11, 12. ¿C´omo podr
´ıamos llegar a m
´as personas en el ministerio?
“Tienes que decirles esta palabra” 49
12 Por otro lado, la predicaci´
on de casa en casa por
las tardes y al anochecer es muy fruct´ıfera en muchos
lugares. Algunos publicadores incluso predican por
la noche a empleados de gasolineras, restaurantes y
otros establecimientos comerciales que atienden las
veinticuatro horas del d´ıa. ¿Podemos acomodar nues-
tro horario para predicar en horas en que es m´as pro-
bable hallar a la gente en casa o en otros lugares?
¿Qu´
e nos da la seguridad de que Jehov´
a nos respaldaen la predicaci
´on de su mensaje?
13 En ocasiones, Jehov´a orden
´o a Jerem
´ıas que
anunciara mensajes prof´eticos desde las puertas del
templo o las de Jerusal´en (Jer. 7:2; 17:19, 20). As
´ı po-
dr´ıa comunicar la palabra divina a m
´as personas y,
puesto que muchos —como los hombres prominen-
tes de la ciudad y los mercaderes— acostumbraban a
entrar y salir por la misma puerta, podr´ıa hablar con
algunos repetidas veces para ayudarlos a comprender
lo que hab´ıan o
´ıdo antes. ¿No nos ense
˜nan estos pa-
13, 14. a) ¿C´omo se relaciona el ejemplo de Jerem
´ıas con volver a visitar
a los interesados? b) ¿Qu´e acci
´on de Jerem
´ıas ilustra la necesidad de cum-
plir cuando prometemos volver a visitar a alguien?
50 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
sajes que debemos volver a visitar a las personas in-
teresadas?
14 Jerem´ıas era consciente de que muchas vidas de-
pend´ıan de su labor como profeta de Dios. Cierta vez
no pudo cumplir la orden divina de hablar al pueblo;
entonces mand´
o en su lugar a su amigo Baruc (l´
ease
Jerem´ıas 36:5-8). ¿C
´omo podemos copiar este modelo?
Cuando prometemos volver a visitar a alguien, ¿cum-
plimos nuestra palabra? Si no nos es posible acudir a
una cita con una persona interesada o con un estu-
diante de la Biblia, ¿enviamos a alguien en nuestro lu-
gar? Jes´
us dijo: “Signifique su palabra S´ı, S
´ı” (Mat.
5:37). Cumplir nuestros compromisos es de suma im-
portancia, pues representamos al Dios de la verdad y
el orden (1 Cor. 14:33, 40).
15 Jerem´ıas anim
´o a los jud
´ıos que estaban en Babi-
lonia envi´andoles una carta con la “buena palabra” de
que Jehov´a los devolver
´ıa a su patria (Jer. 29:1-4, 10).
De igual modo, nosotros podemos divulgar por carta
15, 16. a) A imitaci´on de Jerem
´ıas, ¿c
´omo han ampliado muchos su par-
ticipaci´on en el ministerio? b) ¿Qu
´e lecci
´on extraemos de la experiencia
proveniente de Chile, relatada en el p´arrafo 16?
“Tienes que decirles esta palabra” 51
o por tel´efono las buenas promesas de Jehov
´a. ¿Por
qu´e no utilizar dichos medios para ayudar a nuestros
parientes u otras personas que viven en zonas apar-
tadas o con las que es dif´ıcil comunicarse?
16 Los publicadores que siguen el ejemplo de Jere-
m´ıas y cumplen bien con su ministerio obtienen bue-
nos resultados. Una Testigo chilena abord´
o a una mu-
jer que sal´ıa de la estaci
´on del metro. Esta qued
´o
encantada con el mensaje b´ıblico y convino en seguir
hablando del tema en su casa otro d´ıa, pero resulta
que la hermana olvid´
o apuntar la direcci´
on. Sabiendo
lo importante que era atender el inter´es de la mujer,
or´
o por ayuda. Al d´ıa siguiente volvi
´o a la estaci
´on a
la misma hora... y all´ı la encontr
´o. Esta vez se asegu-
r´
o de anotar la direcci´
on, y m´as tarde la visit
´o para
ayudarla a entender las Escrituras. El juicio de Dios
contra el mundo de Satan´as es inminente, pero hay
esperanza de salvaci´
on para quienes se arrepientan y
pongan fe en las buenas nuevas (l´
ease Lamentacio-
nes 3:31-33). Demostremos nuestro convencimiento de
ello trabajando a conciencia el territorio.
52 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
“QUIZ´
AS ESCUCHEN Y SE VUELVAN”17 Jehov
´a no quer
´ıa que nadie de su pueblo perdie-
ra la vida. Unos diez a˜
nos antes de la destrucci´
on de
Jerusal´en indic
´o mediante Jerem
´ıas qu
´e esperanza
hab´ıa para los que estaban desterrados en Babilonia.
Leemos: “Fijar´e mi ojo sobre ellos de buena manera,
y de seguro har´e que regresen a esta tierra. Y cierta-
mente los edificar´e, y no demoler
´e; y ciertamente los
plantar´e, y no desarraigar
´e”. Jerem
´ıas pudo decirles:
“Existe una esperanza para tu futuro” (Jer. 24:6; 26:3;
31:17).´
El adopt´
o el punto de vista de Dios sobre la
gente; por eso ejerci´
o su ministerio con aut´entico in-
ter´es y transmiti
´o al pueblo las exhortaciones de Jeho-
v´a: “Vu
´elvanse, por favor, cada uno de su camino
malo, y hagan buenos sus tratos” (Jer. 35:15). ¿Se le
ocurren otras maneras de mostrar genuino inter´es en
las personas de su territorio?18 El intenso amor que sent
´ıa Jerem
´ıas por la
gente nunca se enfri´
o. Despu´es de la destrucci
´on
de Jerusal´en, sigui
´o mostrando compasi
´on (l
´ease
17. ¿C´omo podemos copiar la actitud de Jerem
´ıas en nuestro territorio?
18, 19. a) ¿Qu´e actitud debemos evitar al predicar las buenas nuevas?
b) ¿Qu´e actitud de Jerem
´ıas debemos adoptar?
“Tienes que decirles esta palabra” 53
Lamentaciones 2:11). Aunque los jud´ıos se hab
´ıan
acarreado la tragedia ellos mismos,´el no les dijo: “¡Se
lo advert´ı!”. Al contrario, se sinti
´o muy abatido. Tam-
poco nosotros debemos realizar nuestro ministerio
de un modo mec´anico, movidos
´unicamente por el
sentido del deber. Nuestro empe˜
no por dar testimo-
nio debe probar el amor profundo que sentimos por
nuestro maravilloso Dios y por nuestros semejantes,
creados a imagen suya.19 No hay mayor privilegio en el mundo que ser tes-
tigos del Dios verdadero. As´ı se sinti
´o Jerem
´ıas, quien
escribi´
o: “Fueron halladas tus palabras, y proced´ı a
comerlas; y tu palabra llega a ser para m´ı el alboro-
zo y el regocijo de mi coraz´
on; porque tu nombre ha
sido llamado sobre m´ı, oh Jehov
´a” (Jer. 15:16). Me-
diante la predicaci´
on de las buenas nuevas, muchos
m´as podr
´an llegar a conocer y amar a Aquel a quien
deben su existencia. Sirviendo con celo y amor, como
Jerem´ıas, contribuiremos a tal fin.
Siguiendo el ejemplo de Jerem´ıas, ¿qu
´e otros m
´etodos
podr´ıa usted probar para difundir la “buena palabra”
de Jehov´
a?
54 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
SUPONGA que una ma˜
nana temprano, cuando toda-
v´ıa est
´a en la cama, siente un dolor agudo en el pecho
y le falta el aire. “¿Ser´a un ataque al coraz
´on?”, pien-
sa. Reconoce que restarle importancia a los s´ıntomas
no servir´a de mucho y que convendr
´ıa tomar medidas
urgentes. As´ı que llama una ambulancia para que lo
lleve al hospital. Es posible que el m´edico le haga un
electrocardiograma a fin de establecer un diagn´
osti-
co y administrarle el tratamiento adecuado, pues sabe
que actuar con prontitud puede salvarle la vida.2 ¿C
´omo est
´a nuestro coraz
´on simb
´olico? Tal vez sea
dif´ıcil saberlo. De hecho, la Biblia asegura: “El co-
raz´
on es m´as traicionero que cualquier otra cosa, y
es desesperado. ¿Qui´en puede conocerlo?” (Jer. 17:9).
El coraz´
on puede enga˜
narnos, haci´endonos pensar
que no existe ning´
un problema espiritual aunque los
1, 2. ¿Por qu´e es dif
´ıcil conocer el verdadero estado del coraz
´on simb
´o-
lico?
CAP´ITULO 4
EVITEMOS LOS ENGA˜
NOSDE UN CORAZ
´ON TRAICIONERO
Evitemos los enga˜
nos de un coraz´
on traicionero 55
dem´as s
´ı perciban s
´ıntomas peligrosos y est
´en preocu-
pados. ¿Por qu´e podr
´ıa enga
˜narnos? Porque nuestras
tendencias pecaminosas nos juegan malas pasadas, y
Satan´as y su mundo pretenden enmascarar nuestro
verdadero estado de salud espiritual. Con el objeto de
examinar nuestro coraz´
on, veamos c´
omo actuaron Je-
rem´ıas y sus contempor
´aneos.
3 La mayor´ıa de los jud
´ıos hab
´ıa demostrado que
su coraz´
on espiritual no funcionaba bien. Sin ning´
un
tipo de remordimiento hab´ıan cambiado al
´unico Dios
verdadero por dioses cananeos. Por eso, Jehov´a los
desafi´
o diciendo: “¿D´
onde est´an tus dioses que has
hecho para ti? Que se levanten, si pueden salvarte en
el tiempo de tu calamidad. Porque tantos como el n´
u-
mero de tus ciudades han llegado a ser tus dioses”
(Jer. 2:28). Por supuesto, uno puede estar convencido
de que no adora a dioses falsos. Sin embargo, cierto
diccionario define as´ı la palabra dios: “Persona o cosa
a la que se tributa especial consideraci´
on o venera-
ci´
on”. Para mucha gente, el empleo, la salud, la fami-
lia e incluso su mascota son lo primordial en la vida;
3. ¿Qu´e constituye un dios para muchas personas?
56 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
otros dan especial atenci´
on a los deportes, las celebri-
dades, la tecnolog´ıa, los viajes o las tradiciones. Por
todas estas cosas, infinidad de ellos sacrifican su rela-
ci´
on con el Creador. ¿Podr´ıa influir en nosotros el
ambiente que nos rodea, tal como les sucedi´
o a los ju-
d´ıos?
EL CORAZ´
ON TRAICIONEROPUEDE ENGA
˜NARNOS
4 Cabe destacar el contexto en que Jerem´ıas cali-
fica de desesperado al coraz´
on. Muchos jud´ıos iban di-
ciendo: “¿D´
onde est´a la palabra de Jehov
´a? Que entre,
por favor” (Jer. 17:15). Pero ¿fueron sinceros? Veamos.
Este cap´ıtulo empieza as
´ı: “El pecado de Jud
´a est
´a es-
crito con un estilo de hierro. Con punta de diamante
est´a grabado en la tabla de su coraz
´on”. El problema
fundamental de aquellos jud´ıos era que cifraban su
confianza en el hombre, en su brazo de carne, y aleja-
ban su coraz´
on de Jehov´a. No obstante, hab
´ıa una mi-
nor´ıa que confiaba en Dios y esperaba su gu
´ıa y ben-
dici´
on (Jer. 17:1, 5, 7).
4. ¿Fueron sinceros quienes dijeron: “¿D´onde est
´a la palabra de Jehov
´a?
Que entre, por favor”?
Evitemos los enga˜
nos de un coraz´
on traicionero 57
5 La mayor´ıa de los jud
´ıos dej
´o ver lo que hab
´ıa en
su interior por su reacci´
on a las instrucciones de Dios
(l´
ease Jerem´ıas 17:21, 22). Por ejemplo, el s
´abado les
ofrec´ıa la oportunidad de descansar de las labores co-
tidianas y participar en actividades espirituales; por
eso, no deb´ıan negociar ni hacer ninguna diligencia
durante ese d´ıa. Ahora bien, sus actos revelaron el es-
tado de su coraz´
on. “No escucharon ni inclinaron su
o´ıdo, y procedieron a endurecer su cerviz para no o
´ır
y para no recibir disciplina.” Aunque conoc´ıan la ley
de Dios, la interpretaban a su manera y hac´ıan lo que
les parec´ıa (Jer. 17:23; Isa. 58:13).
6 Hoy no estamos bajo la ley del s´abado, pero la
reacci´
on de los jud´ıos, que indic
´o el estado de su co-
raz´
on, encierra una advertencia (Col. 2:16). Para hacer
la voluntad de Dios, ya hemos dejado a un lado nues-
tros objetivos ego´ıstas o mundanos, pues sabemos lo
in´
util que ser´ıa tratar de servir a Dios seg
´un nues-
tra conveniencia. Yseguramente conocemos a muchos
5. ¿C´omo reaccionaron los jud
´ıos a las instrucciones de Jehov
´a?
6, 7. a) ¿Qu´e pudiera llegar a pensar imprudentemente un cristiano, a pe-
sar de los consejos del esclavo fiel? b) ¿C´omo pudiera resentirse nuestra
asistencia a las reuniones?
58 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
hermanos que han dedicado su vida a hacer la vo-
luntad divina y les ha resultado muy satisfaciente y
agradable. Entonces, ¿c´
omo pudi´eramos dejarnos en-
ga˜
nar?7 Un cristiano podr
´ıa creer err
´oneamente que su co-
raz´
on nunca lo va a traicionar, como les ocurri´
o a mu-
chos contempor´aneos de Jerem
´ıas. Imaginemos que
alguien pensara: “No puedo perder el empleo; ten-
go una familia que mantener”, lo cual es muy com-
prensible. Pero ¿y si ese razonamiento lo llevara a
este otro: “Tengo que ampliar mis conocimientos para
conseguir o mantener un buen trabajo”? Como esta re-
flexi´
on tambi´en parece l
´ogica, podr
´ıa acabar dicien-
do: “Los tiempos han cambiado, y para sobrevivir
necesito un t´ıtulo universitario”. ¿Vemos con qu
´e fa-
cilidad pudiera uno comenzar a restarle importancia
a las sabias recomendaciones del esclavo fiel y dis-
creto sobre la educaci´
on suplementaria y empezar a
perderse reuniones? Algunos cristianos se han dejado
moldear por la forma de pensar del mundo sobre este
asunto (Efe. 2:2, 3). Con raz´
on la Biblia nos exhorta:
“No permit´ais que el mundo a vuestro alrededor os
Evitemos los enga˜
nos de un coraz´
on traicionero 59
meta dentro de su molde” (Romanos 12:2, Comentario
B´ıblico Beacon).�
8 Es cierto que algunos cristianos del siglo primero
eran ricos y hasta prominentes en el mundo. Lo mismo
puede decirse de algunos cristianos actuales. ¿C´
omo
deber´ıan estos ver sus logros, y qu
´e opini
´on deber
´ıa-
mos tener de ellos? Jehov´a nos da la respuesta median-
te Jerem´ıas (l
´ease Jerem
´ıas 9:23, 24). En vez de presu-
mir de sus´exitos, la persona sensata reconoce que el
conocimiento del Soberano Universal es de m´aximo
valor (1 Cor. 1:31). Ahora bien, ¿qu´e significa tener
perspicacia y conocimiento de Jehov´a? La gente del
tiempo de Jerem´ıas sab
´ıa cu
´al era el nombre de Dios
y lo que´el hab
´ıa hecho para salvar a sus antepasados
en el mar Rojo, al entrar en la Tierra Prometida, en el
tiempo de los jueces y durante la dominaci´
on de los
� La NET Bible (2005) traduce este vers´ıculo: “No sean conformados
a este mundo actual”. Una nota a pie de p´agina a
˜nade: “Es significativo
que el proceso de ser ‘conformados’ a este mundo se conciba como pa-sivo, lo que da a entender que tiene lugar, en parte, subconscientemen-te. Al mismo tiempo, [...] puede que el sujeto posea cierta conscienciade lo que est
´e ocurriendo. Lo m
´as probable es que se trate tanto de un
proceso consciente como subconsciente”.
8. a) ¿De qu´e podr
´ıa enorgullecerse un cristiano? b) ¿Por qu
´e no es sufi-
ciente con conocer datos sobre Dios y sus actos?
60 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
reyes fieles. Sin embargo, en realidad no conoc´ıan a
Jehov´a ni ten
´ıan genuina fe en
´el. Aun as
´ı, dec
´ıan: “He
permanecido inocente. De seguro su c´
olera se ha vuel-
to de contra m´ı” (Jer. 2:35).
¿Por qu´
e es importante reconocer que nuestro coraz´
ones traicionero? ¿C
´omo podemos escudri
˜narlo y saber
el diagn´
ostico de Aquel que examina los corazones?
C´
OMO NOS MOLDEA JEHOV´
A
9 Los jud´ıos a quienes Jerem
´ıas dirigi
´o los mensajes
divinos necesitaban un cambio de coraz´
on, o actitud,
algo que era posible, ya que Dios prometi´
o a quienes
volvieran del exilio: “Les dar´e un coraz
´on para que me
conozcan, que yo soy Jehov´a; y tendr
´an que llegar a ser
mi pueblo, y yo mismo llegar´e a ser su Dios, porque se
volver´an a m
´ı” (Jer. 24:7). En la actualidad tambi
´en es
posible un cambio as´ı; es m
´as, la mayor
´ıa de nosotros
puede mejorar su “salud card´ıaca”. Para ello son esen-
ciales tres cosas: estudiar la Palabra de Dios a fondo,
comprender c´
omo obra Dios en nuestra propia vida y
aplicar lo que hemos aprendido sobre´el. A diferencia
9. ¿Por qu´e estamos seguros de que es posible un cambio de coraz
´on, y
qu´e cosas son esenciales para lograrlo?
Evitemos los enga˜
nos de un coraz´
on traicionero 61
de los contempor´aneos del profeta, nosotros debemos
desear que Jehov´a nos sondee el coraz
´on. Tambi
´en
podemos hacer nuestro propio examen vali´endonos de
la Biblia y reflexionando en lo que Jehov´a ha hecho
en nuestro beneficio (Sal. 17:3). ¡As´ı es como debemos
actuar!10 Satan
´as trata de meter a todo el mundo en el
mismo molde; en cambio, Jehov´a nos moldea de ma-
nera individual. El caso de Jerem´ıas lo ejemplifica.
Un d´ıa, Dios le dijo que fuera a la casa de un alfare-
ro. El artesano estaba trabajando en el torno. Cuando
la vasija que estaba en sus manos se estrope´
o, senci-
llamente volvi´
o a empezar y la transform´
o en otra (l´
ea-
se Jerem´ıas 18:1-4). ¿Por qu
´e se le mand
´o a Jerem
´ıas
que fuera all´ı, y qu
´e aprendemos de su experiencia?
11 Jehov´a quiso mostrar a Jerem
´ıas y a Israel que
´El tiene la autoridad para moldear a pueblos y nacio-
nes. ¿C´
omo trabaja Dios el barro? Contrario a los al-
fareros humanos, Jehov´a no comete errores ni des-
truye caprichosamente la obra de sus manos. Es la
10, 11. a) ¿Por qu´e fue Jerem
´ıas a ver a un alfarero? b) ¿Qu
´e determina
lo que Jehov´a hace con las personas?
62 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
respuesta individual lo que determina qu´e hace con
cada quien (l´
ease Jerem´ıas 18:6-10).
12 Entonces, ¿c´
omo nos moldea Dios hoy d´ıa? Ante
todo, mediante la Biblia. El grado al que estemos dis-
puestos a aceptar los consejos de su Palabra revelar´a
la clase de persona que somos y si permitiremos o
no que nos moldee. Tomemos como bot´
on de mues-
tra al rey Jehoiaquim y veamos c´
omo podr´ıan haber
sido moldeados los jud´ıos en asuntos diarios. La ley
decretaba: “No debes defraudar a un jornalero”; sin
embargo, el rey hizo caso omiso y se construy´
o “una
casa espaciosa” aprovech´andose de sus s
´ubditos (Deu.
24:14; Jer. 22:13, 14, 17). Dios envi´
o a sus profetas en
un intento de moldear al rey, pero este sigui´
o la incli-
naci´
on de su coraz´
on enga˜
noso y dijo: “No obedecer´e”.
Continu´
o en el derrotero que hab´ıa emprendido en su
juventud, de modo que Dios sentenci´
o que “con el en-
tierro de un asno ser[´ıa] enterrado” y que ser
´ıa arras-
trado y echado fuera de Jerusal´en (Jer. 22:19, 21). Se-
r´ıa muy insensato que nosotros respondi
´eramos: “¡Yo
12. a) ¿C´omo respondi
´o Jehoiaquim a los intentos de Jehov
´a de moldear-
lo? b) ¿Qu´e lecci
´on se desprende de este relato?
Evitemos los enga˜
nos de un coraz´
on traicionero 63
soy as´ı y no voy a cambiar!”. En la actualidad, Dios
no env´ıa profetas como Jerem
´ıas, pero no nos deja sin
gu´ıa. La clase del esclavo fiel y discreto nos ayuda
a percibir y aplicar los principios b´ıblicos, principios
que quiz´as toquen aspectos cotidianos, como nuestra
manera de arreglarnos o la m´
usica y el baile en las bo-
das y en otras reuniones sociales. La pregunta es: ¿nos
dejaremos moldear por la Palabra de Dios?13 Veamos otro ejemplo. Los babilonios colocaron
en el trono de Jud´a a un rey vasallo: Sedequ
´ıas.
En contra del consejo que Dios le dio por boca de Je-
rem´ıas, este se rebel
´o (Jer. 27:8, 12). As
´ı que los ej
´er-
citos babilonios sitiaron Jerusal´en. El rey y sus pr
´ınci-
pes pensaron que deb´ıan hacer algo para cumplir con
la Ley y congraciarse con Dios. Como sab´ıa que a los
esclavos hebreos hab´ıa que liberarlos al s
´eptimo a
˜no,
Sedequ´ıas pact
´o su liberaci
´on con el pueblo (
´Exo. 21:2;
Jer. 34:14). ¡Qu´e casualidad! De repente pareci
´o reco-
mendable que el pueblo dejara libres a sus esclavos,
justo cuando sus enemigos rodeaban Jerusal´en (l
´ease
Jerem´ıas 34:8-10).
13, 14. a) ¿Por qu´e acept
´o el pueblo liberar a los esclavos hebreos?
b) ¿C´omo se manifest
´o lo que en realidad hab
´ıa en su coraz
´on?
64 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
14 Posteriormente, los ej´ercitos egipcios acudieron
en socorro de la ciudad, lo que hizo que los caldeos se
retiraran (Jer. 37:5). ¿Qu´e hicieron ahora quienes ha-
b´ıan dado libertad a sus esclavos? Los obligaron a vol-
ver a su estado de servidumbre (Jer. 34:11). Es signi-
ficativo que cuando se vieron en peligro, los jud´ıos
obedecieron las leyes divinas, como si eso compensa-
ra su mala conducta anterior; pero cuando el peligro
desapareci´
o, volvieron a las andadas. Aunque fingie-
ron captar el esp´ıritu de la Ley, sus actos revelaron que
no deseaban sujetarse a la Palabra de Dios ni dejarse
moldear.
¿Qu´
e lecci´
on pr´
actica extraemos del relato del alfarero?¿C
´omo nos moldea Jehov
´a hoy?
DEJEMOS QUE JEHOV´
A NOS MOLDEE15 Gracias a la congregaci
´on mundial de Jehov
´a
aprendemos principios b´ıblicos que regulan la conduc-
ta humana. Pongamos un caso. Sabemos c´
omo debe-
mos reaccionar si un hermano nos ofende (Efe. 4:32).
Y admitimos que el consejo b´ıblico es certero y sabio.
No obstante, ¿qu´e tipo de barro demostraremos ser?
15. ¿Hasta qu´e grado queremos que Jehov
´a nos moldee? D
´e un ejemplo.
Evitemos los enga˜
nos de un coraz´
on traicionero 65
¿Nos dejaremos moldear por Jehov´a? Si nuestro cora-
z´
on es maleable, haremos cambios para mejorar; el
Gran Alfarero nos convertir´a en una vasija m
´as apta
para su prop´
osito (l´
eanse Romanos 9:20, 21 y 2 Timoteo
2:20, 21). En vez de manifestar una actitud como la de
Jehoiaquim o la de los due˜
nos de esclavos del tiempo
de Sedequ´ıas, debemos dejar que Jehov
´a nos moldee
para un fin noble.16 Jerem
´ıas tambi
´en fue moldeado por Dios. ¿Cu
´al
fue su actitud?´
El admiti´
o: “No pertenece al hombre
que est´a andando siquiera dirigir su paso”. Adem
´as su-
plic´
o: “Corr´ıgeme, oh Jehov
´a” (Jer. 10:23, 24). Joven,
¿imitar´as a Jerem
´ıas? Probablemente tengas que tomar
muchas decisiones en el futuro. Hay quienes prefieren
dirigir sus propios pasos, pero ¿y t´
u? ¿Buscar´as la gu
´ıa
divina? ¿Admitir´as humildemente, como Jerem
´ıas, que
el ser humano es incapaz de dirigir bien su vida? Re-
cuerda: si te pones en manos de Dios,´el te moldear
´a.
17 Para cumplir bien con su comisi´
on, Jerem´ıas de-
16. ¿De qu´e verdad irrefutable estaba al tanto Jerem
´ıas?
17-19. a) ¿Por qu´e raz
´on recorri
´o Jerem
´ıas el largo camino hasta el
´Eu-
frates? b) ¿C´omo se someti
´o a prueba la obediencia de Jerem
´ıas? c) ¿Qu
´e
se logr´o con la actuaci
´on de Jerem
´ıas?
66 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
b´ıa obedecer las directrices de Dios. Si hubi
´eramos es-
tado en su lugar, ¿las habr´ıamos obedecido nosotros?
En un momento dado, Jehov´a le mand
´o que consi-
guiera un cinto de lino y se lo pusiera. Luego le or-
den´
o viajar hasta el r´ıo
´Eufrates. Si consultamos un
mapa, veremos que hay unos 500 kil´
ometros (300 mi-
llas) de distancia. Una vez all´ı, Jerem
´ıas ten
´ıa que es-
conderlo en la hendidura de un pe˜
nasco y volver a
Jerusal´en. M
´as adelante, Dios le pidi
´o que regresara
por el cinto (l´
ease Jerem´ıas 13:1-9). En total, Jerem
´ıas
recorri´
o casi 2.000 kil´
ometros (1.200 millas). A algu-
nos cr´ıticos b
´ıblicos les parece incre
´ıble que fuera has-
ta tan lejos y caminara durante meses (Esd. 7:9).� Pero
eso fue lo que Dios le mand´
o y eso fue lo que hizo
Jerem´ıas.
18 Imagin´emonos al profeta marchando por las mon-
ta˜
nas de Judea camino del´
Eufrates y luego, depen-
diendo de la ruta que tomara, intern´andose en el de-
sierto. ¡Y todo eso para esconder un cinto de lino!
� Algunos creen que Jerem´ıas no fue al
´Eufrates, sino a una aldea cer-
cana. ¿La raz´
on? “El´
unico objeto de esta cr´ıtica es ahorrarle al profeta
los dos supuestos viajes desde Jerusal´en hasta el
´Eufrates”, responde un
especialista.
Evitemos los enga˜
nos de un coraz´
on traicionero 67
Su larga ausencia debi´
o de despertar la curiosidad de
sus vecinos. A la vuelta, no tra´ıa el cinto. Despu
´es,
Dios le dijo que volviera a hacer el largo viaje y re-
cuperara el cintur´
on, que ahora estaba podrido y ya
‘no serv´ıa para nada’. ¿No habr
´ıa sido razonable pen-
sar que aquello era una p´erdida de tiempo y un esfuer-
zo in´
util? Sin embargo, como Jerem´ıas se hab
´ıa dejado
moldear por Dios, no pens´
o as´ı. En lugar de quejarse,
obedeci´
o sin rechistar.19 No fue sino hasta el segundo viaje que Jeho-
v´a explic
´o a Jerem
´ıas que su actuaci
´on servir
´ıa de
tel´
on de fondo para pregonar un contundente men-
saje: “Esta gente mala, que est´a rehusando obedecer
mis palabras, que est´a andando en la terquedad de
su coraz´
on y que sigue andando tras otros dioses a
fin de servirles e inclinarse ante ellos, tambi´en llega-
r´a a ser justamente como este cinto que no sirve para
nada” (Jer. 13:10). ¡Qu´e manera tan impactante de en-
se˜
nar! La devota obediencia del profeta en algo que
a simple vista parec´ıa trivial fue importante en los
intentos de Jehov´a por llegar al coraz
´on de la gente
(Jer. 13:11).
68 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
20 Los cristianos de la actualidad no tenemos que ca-
minar centenares de kil´
ometros para impartir una lec-
ci´
on divina. Pero ¿puede ser que nuestra forma de vida
llame tanto la atenci´
on a nuestros vecinos o conoci-
dos que hasta nos critiquen? Quiz´as tenga que ver con
la manera de arreglarnos, el tipo de estudios que elegi-
mos, nuestra profesi´
on o hasta la opini´
on que tenemos
sobre las bebidas alcoh´
olicas. ¿Estaremos tan decidi-
dos a seguir las instrucciones divinas como Jerem´ıas?
Si dejamos que Dios moldee nuestro coraz´
on, puede
que se nos presenten ocasiones para dar un buen tes-
timonio. De todos modos, nos beneficiar´a para siem-
pre obedecer las directrices de Jehov´a recogidas en su
Palabra y aceptar la gu´ıa que nos llega mediante el
esclavo fiel. En conclusi´
on, podemos evitar los enga-˜
nos de un coraz´
on traicionero y ser como Jerem´ıas.
Por lo tanto, no dudemos en dejarnos moldear por
Dios; permit´amosle que nos convierta en vasos hono-
rables y nos use para la eternidad.
20. ¿Por qu´e podr
´ıa llamar la atenci
´on de algunos nuestra obediencia, pero
de qu´e podemos estar seguros?
¿Por qu´
e es vital luchar contra las presiones del Diablo,de nuestro coraz
´on imperfecto y del mundo?
Evitemos los enga˜
nos de un coraz´
on traicionero 69
¿QU´
E har´ıamos si nuestros colegas, vecinos o com-
pa˜
neros de clase nos invitaran a una fiesta de Navi-
dad? ¿O si el patr´
on nos pidiera mentir o hacer
algo il´ıcito? ¿O si las autoridades nos ordenaran rea-
lizar actividades que violaran nuestra postura neu-
tral? Probablemente, la conciencia no nos dejar´ıa
hacerlo, aunque ello supusiera aguantar burlas o
maltrato.2 Como veremos enseguida, Jerem
´ıas se hall
´o con
frecuencia en situaciones similares. Por eso nos vie-
ne bien conocer algunos individuos y grupos con los
que se relacion´
o durante sus a˜
nos de servicio. Aun-
que se vio obligado a tener trato cercano con algu-
nos que intentaron desalentarlo para que abandona-
ra su misi´
on, de ning´
un modo los incluy´
o en su
1, 2. a) ¿A qu´e situaciones nos enfrentamos los cristianos en lo relativo a
las compa˜
n´ıas? b) ¿Por qu
´e nos interesa la clase de amigos que escogi
´o Je-
rem´ıas?
CAP´ITULO 5
¿A QUI´
ENES ESCOGEMOSCOMO AMIGOS?
70 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
c´ırculo de amistades. Si nos fijamos, notaremos que´el escogi
´o como amigos a personas que lo apoyaron
y lo animaron a mantenerse fiel, un ejemplo ilustra-
tivo de la importancia de saber elegir nuestras com-
pa˜
n´ıas.
¿CON QUI´
ENES ENTABLAMOS AMISTAD?
3 El rey Sedequ´ıas consult
´o a Jerem
´ıas de forma
reiterada antes de la destrucci´
on de Jerusal´en. ¿Con
qu´e fin? Con la esperanza de recibir un mensaje
alentador sobre el futuro de su reino. Quer´ıa o
´ır de
boca del profeta que Jud´a ser
´ıa librada de sus ene-
migos por la providencia divina. Los emisarios del
rey le dijeron: “Por favor inquiere de Jehov´a [...],
porque Nabucodorosor el rey de Babilonia est´a ha-
ciendo guerra contra nosotros. Tal vez Jehov´a haga
con nosotros conforme a todas sus obras maravillo-
sas, de manera que [Nabucodorosor] se retire” (Jer.
21:2). El monarca se neg´
o a obedecer la orden divi-
na de rendirse a Babilonia. Cierto biblista lo ase-
mej´
o a “un paciente que vuelve una y otra vez al
3. ¿Qu´e buscaba Sedequ
´ıas de Jerem
´ıas, y c
´omo respondi
´o el profeta?
¿A qui´
enes escogemos como amigos? 71
m´edico buscando alivio pero que no se toma el me-
dicamento recetado”. ¿Y Jerem´ıas? Bien pudo haber
conquistado el favor de Sedequ´ıas regal
´andole los
o´ıdos; entonces, ¿por qu
´e no cambi
´o el mensaje,
ahorr´andose as
´ı muchos problemas? Porque Jehov
´a
le hab´ıa mandado anunciar la ca
´ıda de Jerusal
´en
(l´
ease Jerem´ıas 32:1-5).
4 La situaci´
on de Jerem´ıas y la nuestra presentan
puntos en com´
un. No podemos evitar todo trato con
nuestros vecinos, compa˜
neros de trabajo o condisc´ı-
pulos. Pero ¿vamos m´as all
´a y entablamos amistad
con ellos aunque no tengan inter´es en o
´ır o seguir
las normas de Dios? Jerem´ıas no pod
´ıa rehuir todo
contacto con Sedequ´ıas, pues todav
´ıa era el rey aun-
que desoyera los consejos de Dios; sin embargo,
no estaba obligado a aceptar su errada forma de
pensar ni a congraciarse con´el. Es verdad que si se
hubiera plegado a sus deseos, el rey lo habr´ıa col-
mado de regalos y favores; pero Jerem´ıas no cedi
´o
a la presi´
on ni a la tentaci´
on de buscar su compa-
4. ¿A qu´e decisiones nos encaramos en cuanto a hacer amistades, como,
por ejemplo, en el trabajo?
72 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
˜n
´ıa. ¿Por qu
´e? Porque no iba a cambiar la postura
que Jehov´a le hab
´ıa dicho que adoptara. El ejemplo
¿A qui´
enes escogemos como amigos? 73
Al leer acerca de Jerem´ıas y
´Ebed-m
´elec, ¿esta-
mos seguros de que en realidad existieron? El pa-saje del cap
´ıtulo 38 donde se mencionan obtuvo
hace poco el apoyo extra de dos descubrimien-tos realizados en la antigua Ciudad de David.
En 2005, la arque´
ologa Eilat Mazar desenterr´
ouna peque
˜na impresi
´on de un sello de arcilla du-
rante una excavaci´
on supervisada de un estratoque data de la
´epoca en que Jerusal
´en fue des-
truida, en 607 antes de nuestra era. El sello llevael nombre hebreo antiguo de “Yehujal ben Sche-lemy
´ahu”, que significa “Jehucal [o Jucal] hijo
de Selem´ıas”.
Posteriormente, en un estrato similar y a unoscuantos metros de distancia, se desenterr
´o otro
sello con el nombre “Gedalyahu ben Pashhur”, o“Guedal
´ıas hijo de Pasjur”.
Leamos ahora en Jerem´ıas 38:1 los nombres de
dos pr´ıncipes que instaron al rey Sedequ
´ıas
a que matara a Jerem´ıas, plan que frustr
´o´
Ebed-m´elec. En efecto, estos nombres mencio-
nados en el cap´ıtulo 38 de Jerem
´ıas correspon-
den a personas de la vida real.
de Jerem´ıas debe movernos a examinar si los amigos
que elegimos nos estimulan a ser leales a Dios. Des-
de luego, es imposible evitar completamente el tra-
to con quienes no sirven a Jehov´a, sea en el traba-
jo, la escuela o el vecindario (1 Cor. 5:9, 10). Ahora
bien, somos conscientes de que si cultivamos su
amistad, correremos el peligro de perder la amistad
de Dios.
¿AMIGOS DE LOS ESC´
EPTICOS?
5 Sedequ´ıas no fue el
´unico que trat
´o de influir ne-
gativamente en Jerem´ıas. Cierta vez, un sacerdote
llamado Pasjur lo “golpe´
o”, quiz´as ordenando que le
dieran 39 azotes (Jer. 20:2; Deu. 25:3). En otra oca-
si´
on, unos pr´ıncipes tambi
´en lo azotaron y lo hicie-
ron encarcelar en “la casa de los grilletes”, donde
fue a parar a una mazmorra; all´ı pas
´o largos d
´ıas en
condiciones tan deplorables que temi´
o por su vida
(l´
ease Jerem´ıas 37:3, 15, 16). Un tiempo despu
´es de
haber salido de la prisi´
on, otros pr´ıncipes azuza-
ron a Sedequ´ıas para que lo matara acus
´andolo de
5, 6. ¿C´omo intentaron silenciar algunos a Jerem
´ıas?
74 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
desmoralizar a los soldados; como consecuencia, fue
arrojado en una cisterna fangosa para que muriera
(Jer. 38:1-4). Aunque sabemos que el profeta de Dios
se salv´
o de aquella horrible muerte, estos incidentes
ilustran que quienes m´as deber
´ıan haber cre
´ıdo sus
palabras se volvieron esc´epticos y la emprendieron
con´el.
6 Los enemigos de Jerem´ıas no fueron solamente
las autoridades civiles. En una ocasi´
on, los hom-
bres de su ciudad natal, Anatot —en otras palabras,
sus propios paisanos—, amenazaron con matarlo si
no dejaba de profetizar (Jer. 11:21). A pesar de sus
amenazas, Jerem´ıas prefiri
´o la amistad de Jehov
´a a
la de sus conciudadanos. Otros fueron m´as all
´a de
las palabras. Cuando Jerem´ıas se puso en el cuello
un yugo de madera e inst´
o a los jud´ıos a rendirse al
rey de Babilonia como´
unico medio para sobrevivir,
Hanan´ıas, un falso profeta, se lo arranc
´o y lo rom-
pi´
o. Seg´
un´el, Jehov
´a hab
´ıa dicho: “Quebrar
´e el yugo
del rey de Babilonia”. Hanan´ıas muri
´o en aquel mis-
mo a˜
no, y ya sabemos qui´en result
´o ser el pro-
feta verdadero (Jer. 28:1-11, 17). Tras la ruina de
¿A qui´
enes escogemos como amigos? 75
Jerusal´en predicha por Jerem
´ıas, los jefes militares,
junto con Johan´an, se negaron a seguir el mandato
de Dios de permanecer en Jud´a. “Es una falsedad lo
que est´as hablando”, dijeron a Jerem
´ıas. “Nuestro
Dios no te ha enviado, diciendo: ‘No entren en Egip-
to para residir all´ı’ ”. Y como si esta irreverencia fue-
ra poco, los jefes fugitivos se llevaron a Jerem´ıas y
a Baruc a Egipto (Jer. 42:1–43:7).
¿Con qu´
e tipo de personas tuvo que tratar Jerem´ıas?
¿Qu´
e aprendemos de su ejemplo?
7 Por a˜
nos, Jerem´ıas vivi
´o rodeado de esc
´epticos y
rivales. Meditemos un momento sobre su proceder.
F´acilmente pudo haber aceptado con resignaci
´on la
amistad de personas que le ten´ıan poco respeto a
Dios o a Su Palabra, pues estaban en todas partes.
Tambi´en nosotros nos vemos en la necesidad de tra-
tar con individuos as´ı. Ahora bien, sea que se opon-
gan tenazmente a nosotros y a nuestro Dios, o que
parezcan agradables, ¿los elegiremos como amigos?
¿Ser´ıa sensato tener trato social con personas que
7. ¿A qu´e prueba de fidelidad a Jehov
´a nos encaramos?
76 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
no toman en serio las profec´ıas de Dios? Si Jerem
´ıas
estuviera en nuestro lugar, ¿entablar´ıa amistad con
gente que niega la verdad de la Palabra divina por
su estilo de vida o que pone su confianza en los
hombres? (2 Cr´
o. 19:2.) Dios no dej´
o a Jerem´ıas con
dudas sobre las consecuencias de confiar en el hom-
bre y no en´el (l
´ease Jerem
´ıas 17:5, 6). ¿Cu
´al es nues-
tro sentir a este respecto?8 Algunos cristianos se han imaginado que pueden
promocionar su negocio o hacer carrera en su em-
presa agasajando a clientes mundanos. Sin embargo,
¿no los expondr´ıa esto a compa
˜n
´ıas corruptas y a pe-
ligros como el habla vulgar o el exceso en la bebi-
da? Es de entender que muchos hayan preferido
sacrificar posibles ganancias o dejar de adelantar
materialmente antes que andar en malas compa˜
n´ıas.
Por otro lado, puede ocurrir que el patr´
on o los
compa˜
neros de trabajo no tengan ning´
un reparo en
enga˜
nar a los clientes. Los cristianos verdaderos
no debemos dejarnos influir por las personas que
8. ¿A qu´e situaciones dif
´ıciles se enfrentan los hermanos donde usted
vive?
¿A qui´
enes escogemos como amigos? 77
nos rodean, aunque a veces no sea f´acil decidir en
este tipo de situaciones. ¡Cu´anto agradecemos con-
tar con ejemplos como el de Jerem´ıas, quien por su
modo de actuar goz´
o de una conciencia limpia y, lo
que es m´as importante, de una buena relaci
´on con
Dios!9 La posici
´on y convicciones de Jerem
´ıas lo convir-
tieron en el hazmerre´ır de sus contempor
´aneos (Jer.
18:18). Con todo y con eso, estuvo dispuesto a na-
vegar contra la corriente en vez de seguir el “proce-
der popular” (Jer. 8:5, 6). A veces prefiri´
o estar “ab-
solutamente solo” antes que mal acompa˜
nado; evit´
o
la amistad de aquellos que podr´ıan influir en
´el ne-
gativamente (l´
eanse Jerem´ıas 9:4, 5 y 15:17). ¿Lo ha-
cemos nosotros? Hoy prolifera la infidelidad a Dios
tanto como en los d´ıas de Jerem
´ıas. Los siervos
de Jehov´a han tenido que escoger con cuidado sus
amistades desde siempre. Claro, lo anterior no quie-
re decir que el profeta no tuviera allegados, pues
hubo algunos que lo defendieron y lo ayudaron.
¿Qui´enes fueron? Saberlo nos resultar
´a muy
´util.
9. ¿Qu´e peligro conlleva el deseo de ser populares?
78 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
¿A QUI´
ENES ESCOGI´
O JEREM´IAS
COMO AMIGOS?
10 ¿Con qui´enes trabar
´ıa amistad Jerem
´ıas? Por ex-
presa orden de Jehov´a, el profeta conden
´o una y otra
vez a los hombres malvados, falsos, injustos, violen-
tos, indiferentes e inmorales, a los que cambiaron el
culto verdadero por la idolatr´ıa, prostituy
´endose en
sentido espiritual. A sus conciudadanos dirigi´
o esta
exhortaci´
on: “Vu´elvanse, por favor, cada uno de su
camino malo, y hagan buenos sus caminos y sus tra-
tos” (Jer. 18:11). Aun despu´es de la destrucci
´on de
Jerusal´en, Jerem
´ıas ensalz
´o los “hechos de bondad
amorosa” de Dios, as´ı como sus “misericordias” y su
“fidelidad” (Lam. 3:22-24). Los amigos de Jerem´ıas
ser´ıan
´unicamente fieles siervos de Jehov
´a (l
´ease Je-
rem´ıas 17:7).
11 No estamos completamente a oscuras sobre
aquellos a quienes Jerem´ıas escogi
´o como amigos
´ın-
timos. Fueron varios sus aliados incondicionales:´
Ebed-m´elec, Baruc, Seraya y los hijos de Saf
´an. Cabe
10, 11. a) ¿Qu´e principios guiaron a Jerem
´ıas en la selecci
´on de amigos?
b) ¿Qui´enes fueron los amigos de Jerem
´ıas, y qu
´e preguntas surgen acer-
ca de ellos?
¿A qui´
enes escogemos como amigos? 79
preguntarse: “¿C´
omo eran estos hombres? ¿Qu´e re-
laci´
on tuvieron con Jerem´ıas? ¿En qu
´e sentido fue-
ron buenos amigos suyos? ¿Y c´
omo contribuyeron a
su fidelidad?”. Veamos las respuestas al tiempo que
pensamos en nuestra propia situaci´
on.12 Al parecer, el amigo m
´as
´ıntimo de Jerem
´ıas
fue Baruc, hijo de Ner´ıas. El profeta le ten
´ıa tanta
confianza que le dict´
o las declaraciones de Jehov´a
para que las escribiera en un rollo y las leyera, pri-
mero a o´ıdos del pueblo y despu
´es ante los pr
´ıncipes
de Jud´a (Jer. 36:4-8, 14, 15). Baruc compart
´ıa la fe
de Jerem´ıas y su convicci
´on de que las predicciones
divinas se cumplir´ıan. El uno y el otro atravesaron
circunstancias parecidas durante los agitados´
ulti-
mos dieciocho a˜
nos de Jud´a y pasaron mucho tiem-
po juntos en la misi´
on espiritual que ten´ıan en
com´
un. Ambos se enfrentaron con dificultades y tu-
vieron que esconderse de sus enemigos, y los dos re-
cibieron´animo directamente de Jehov
´a. Se cree que
Baruc, llamado en las Escrituras “el secretario”, per-
12. a) ¿Qu´e ten
´ıan en com
´un Jerem
´ıas y Baruc? b) ¿Qui
´en fue Seraya, y
qu´e sabemos de
´el?
80 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
tenec´ıa a una ilustre familia de escribanos de Jud
´a.
Su hermano Seraya fue un importante funcionario
estatal. Al igual que Baruc, Seraya colabor´
o con Je-
rem´ıas m
´as tarde en la transmisi
´on de los mensajes
prof´eticos de Jehov
´a (Jer. 36:32; 51:59-64). La buena
disposici´
on de estos dos hijos de Ner´ıas para traba-
jar con el profeta en aquella´epoca turbulenta debi
´o
de fortalecerlo y estimularlo mucho. Nosotros tam-
bi´en podemos obtener fuerzas y
´animo de los fieles
siervos de Jehov´a con los que trabajamos hombro a
hombro.
¿Qu´
e aprendemos de la elecci´
on de amigosque hizo Jerem
´ıas?
13 Otro importante aliado de Jerem´ıas fue
´Ebed-
m´elec. Cuando los pr
´ıncipes enfurecidos echaron a
Jerem´ıas en una cisterna vac
´ıa para que muriera, el
hombre que tuvo la valent´ıa de salir en su defensa
fue un extranjero:´
Ebed-m´elec el et
´ıope, un eunuco,
u oficial, del palacio. Este pidi´
o en p´
ublico al rey Se-
dequ´ıas, que estaba sentado a la puerta de Benjam
´ın,
13. ¿De qu´e manera demostr
´o
´Ebed-m
´elec ser un buen amigo de Jerem
´ıas?
¿A qui´
enes escogemos como amigos? 81
autorizaci´
on para sacar a Jerem´ıas de la cisterna ce-
nagosa. Entonces tom´
o consigo treinta hombres, tal
vez intuyendo que los enemigos del profeta intenta-
r´ıan impedir el rescate por la fuerza (Jer. 38:7-13).
No sabemos cu´an estrecha fue la relaci
´on entre
´Ebed-m
´elec y Jerem
´ıas, pero bas
´andonos en la amis-
tad de ambos con Jehov´a, es l
´ogico concluir que fue-
ron buenos amigos. Aquel reconoc´ıa a este como el
profeta de Jehov´a; por eso calific
´o de mala la acci
´on
de los pr´ıncipes y arriesg
´o su propia posici
´on para
hacer lo correcto. As´ı es,
´Ebed-m
´elec fue un hombre
de bien, tanto que el mismo Jehov´a le asegur
´o: “De
veras te librar´e en [el d
´ıa de la ruina de Jerusa-
l´en] [...] porque has confiado en m
´ı” (l
´ease Jerem
´ıas 39:
15-18). ¡Qu´e buena carta de recomendaci
´on! ¿No es
esa la clase de amigos que queremos?14 Entre los amigos de Jerem
´ıas tambi
´en se cuen-
tan tres hijos y un nieto de Saf´an, todos miembros
de una familia de alto rango. El propio Saf´an hab
´ıa
sido secretario del rey Jos´ıas. La primera vez que los
14. ¿Qu´e sabemos de la familia de Saf
´an y de su relaci
´on con Jere-
m´ıas?
82 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
enemigos de Jerem´ıas trataron de matarlo, “result
´o
que la mano de Ahiqam hijo de Saf´an estuvo con
Jerem´ıas, para que no fuera dado en la mano del
pueblo” (Jer. 26:24). Ahiqam ten´ıa un hermano lla-
mado Guemar´ıas. Un hijo de este, de nombre Mi-
caya, oy´
o a Baruc leer ante el pueblo los juicios de
Dios y enseguida puso sobre aviso a su padre y a los
pr´ıncipes que estaban con
´el. Preocupados por la
posible reacci´
on del rey Jehoiaquim, estos aconseja-
ron a Jerem´ıas y a Baruc que se escondieran. Y cuan-
do el soberano rechaz´
o el mensaje divino, Guema-
r´ıas estuvo entre los que le rogaron que no quemara
el rollo (Jer. 36:9-25). Elas´a fue otro hijo de Saf
´an,
por cuya mano Jerem´ıas envi
´o una carta prof
´etica a
los jud´ıos que estaban cautivos en Babilonia (Jer. 29:
1-3). Tenemos, pues, a tres hijos y un nieto de Saf´an,
todos los cuales apoyaron al profeta de Dios. ¡Cu´an-
to los habr´a apreciado Jerem
´ıas! No eran amigos
porque tuvieran gustos afines en la comida, la bebi-
da o el entretenimiento. No. Su amistad se cimenta-
ba en algo mucho m´as profundo.
¿A qui´
enes escogemos como amigos? 83
ESCOJAMOS BIEN LAS AMISTADES
15 La manera como Jerem´ıas trat
´o con sus coet
´a-
neos, fueran buenos o malos, es un ejemplo para to-
dos. Aunque se vio presionado por el rey, los pr´ınci-
pes, los falsos profetas y los jefes militares para que
cambiara su mensaje, se mantuvo inflexible. Su pos-
tura no le gan´
o el afecto de aquellos hombres, ni
tampoco´el lo buscaba. Desde el principio, su mejor
amigo fue Jehov´a. Si su fidelidad a Dios conllevaba
soportar la enemistad de ciertos c´ırculos, ese era
un precio que estaba muy dispuesto a pagar (l´
ea-
se Lamentaciones 3:52-59). Adem´as, como ya vimos,
´el no era el
´unico que estaba resuelto a servir a
Jehov´a.
16´
Ebed-m´elec fue un buen amigo porque ten
´ıa fe
y confianza en Jehov´a. Su arrojo y decisi
´on le salva-
ron la vida a Jerem´ıas. Baruc pas
´o por voluntad pro-
pia mucho tiempo al lado del profeta y lo ayud´
o a
comunicar los mensajes de Jehov´a. En el presente,
los buenos amigos que tengamos en la congregaci´
on
15. ¿Qu´e buen ejemplo nos dio Jerem
´ıas en su elecci
´on de amigos?
16, 17. a) ¿Qu´e ayuda podemos esperar de un buen amigo? b) Sea donde
sea que vivamos, ¿d´onde encontramos los mejores amigos?
84 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
pueden ser tan valiosos como lo fueron aquellos
hombres de la antig¨
uedad. Cameron, una precurso-
ra regular de 20 a˜
nos de edad, agradece much´ısimo
la buena influencia que ha ejercido en ella otra pre-
cursora llamada Kara. Dice: “Con su ejemplo y sus
palabras, Kara me ayud´
o a poner a Jehov´a en primer
lugar en la vida”. Aunque viv´ıa lejos, su amiga la lla-
maba o le escrib´ıa con frecuencia para asegurarse de
que estuviera bien y para animarse mutuamente.
“Conoc´ıa bien las circunstancias de mi familia —re-
lata Cameron—. Sab´ıa lo que estaba pasando con mi
hermana y lo que sufr´ı despu
´es cuando se rebel
´o y
abandon´
o la verdad. No me dej´
o sola durante todo
ese trance. No s´e qu
´e hubiera hecho sin su est
´ımu-
lo y ayuda. Ha sido un apoyo extraordinario para
m´ı.”17 En la congregaci
´on cristiana podemos hallar
buenos amigos, sean de nuestra edad o no. Nues-
tros hermanos comparten nuestra fe, nuestros valo-
res, nuestro amor a Jehov´a y nuestras esperanzas.
Tambi´en afrontan pruebas similares. Podemos traba-
jar con ellos en el ministerio; nos animan cuando
¿A qui´
enes escogemos como amigos? 85
atravesamos dificultades, y viceversa; celebran nues-
tros´exitos en el servicio a Jehov
´a, y, adem
´as, son
amistades que perdurar´an por la eternidad (Pro.
17:17; 18:24; 27:9).18 Lo que aprendemos de Jerem
´ıas en cuanto a la
selecci´
on de amistades es obvio. Tengamos siempre
presente esta innegable verdad: no podemos buscar
la compa˜
n´ıa de personas cuyas creencias son contra-
rias a la doctrina b´ıblica y, al mismo tiempo, perma-
necer leales a nuestras convicciones. Actuar en ar-
mon´ıa con este principio es tan importante hoy
como lo fue en tiempo de Jerem´ıas. A fin de llevar a
t´ermino su misi
´on con la bendici
´on de Jehov
´a, Jere-
m´ıas estuvo dispuesto a ser diferente de la mayor
´ıa
de sus contempor´aneos. ¿No lo estamos nosotros
tambi´en?
´El escogi
´o compa
˜neros que compart
´ıan su
fe y que lo asistieron en su comisi´
on. ¡Que todo fiel
cristiano aprenda de Jerem´ıas y elija sabiamente sus
amigos! (Pro. 13:20; 22:17.)
18. ¿Qu´e nos ense
˜na Jerem
´ıas en cuanto a la selecci
´on de amistades?
¿C´
omo imitamos el ejemplo de Jerem´ıas al decidir
qui´
enes ser´
an nuestros amigos y qui´
enes no?
86 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
OBEDECER no est´a de moda. Muchas personas ni si-
quiera se plantean si est´a bien o mal actuar de cierto
modo, sino que hacen lo que les apetece o lo que les
conviene. Esta actitud se ve en los conductores que
cometen infracciones, los inversores que violan las le-
yes financieras y los altos funcionarios que burlan las
leyes que incluso ellos mismos han contribuido a im-
plantar. En los d´ıas de Jerem
´ıas tambi
´en era com
´un
lanzarse al “proceder popular”, a sabiendas de que
era incorrecto y perjudicial (Jer. 8:6).2 Nosotros sabemos que quienes desean obtener el
favor del Todopoderoso no pueden sencillamente se-
guir el “proceder popular”. Es digno de menci´
on que
Jerem´ıas presentase un contraste entre los que no ha-
b´ıan “obedecido la voz de Jehov
´a” y los que procura-
ban hacerlo (Jer. 3:25; 7:28; 26:13; 38:20; 43:4, 7). Cada
1, 2. ¿Qu´e actitud tienen quienes siguen el “proceder popular”, y por qu
´e
debemos ser diferentes?
CAP´ITULO 6
“OBEDECE, POR FAVOR,LA VOZ DE JEHOV
´A”
“Obedece, por favor, la voz de Jehov´
a” 87
uno de nosotros tiene que analizar de qu´e lado est
´a.
¿Por qu´e? Porque las embestidas de Satan
´as contra la
integridad de los siervos de Dios se han vuelto espe-
cialmente virulentas. Podemos asemejar al Diablo a
una serpiente que espera silenciosa a su presa y s´
ubi-
tamente lanza su mort´ıfero ataque. Nuestra determi-
naci´
on de obedecer la voz de Jehov´a nos impulsar
´a a
alejarnos del alcance de sus letales colmillos. Ahora,
¿c´
omo reforzar esta determinaci´
on? Los escritos de
Jerem´ıas nos ayudar
´an.
AQUEL A QUIEN DEBEMOS OBEDIENCIA
3 ¿Por qu´e merece Jehov
´a nuestra total obediencia?
Jerem´ıas aporta una raz
´on llam
´andolo “el Hacedor de
la tierra por su poder, Aquel que firmemente estable-
ci´
o la tierra productiva por su sabidur´ıa” (Jer. 10:12).
En efecto, Jehov´a es el Soberano del universo, y debe-
mos temerle por encima de todos los dem´as gobernan-
tes.´
El posee el derecho absoluto a esperar que cum-
plamos con sus sabios mandamientos, que al fin y al
cabo son para nuestro beneficio (Jer. 10:6, 7).
3. ¿Por qu´e merece Jehov
´a nuestra obediencia?
88 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
4 Jehov´a no es
´unicamente el Gobernante Univer-
sal, sino el Sustentador de la vida, nuestra vida. A los
contempor´aneos de Jerem
´ıas no les qued
´o ninguna
duda al respecto. Mientras que Egipto depend´ıa mu-
ch´ısimo de las aguas del Nilo, la Tierra Prometida de-
pend´ıa en gran manera del agua de las lluvias estacio-
nales, que sus habitantes almacenaban en cisternas
subterr´aneas (Deu. 11:13-17). Solo Jehov
´a era capaz
de hacer llover y empapar el suelo para que pro-
dujera. Por otro lado,´el tambi
´en pod
´ıa retener las
tan ansiadas lluvias. De ah´ı que en los d
´ıas de Jere-
m´ıas, los desobedientes jud
´ıos sufrieran una serie de
sequ´ıas devastadoras que dejaron resecos sus campos,
vi˜
nas, pozos y cisternas (Jer. 3:3; 5:24; 12:4; 14:1-4, 22;
23:10).5 Aunque los jud
´ıos estimaban mucho el agua lite-
ral, rechazaron el “agua viva” que Jehov´a les ofrec
´ıa
en abundancia. Lo demostraron desobedeciendo deli-
beradamente la Ley divina y ali´andose con otras na-
ciones. Llegaron a ser como alguien que durante una
4, 5. a) ¿Qu´e verdad aprendieron los jud
´ıos en tiempos de sequ
´ıa?
b) ¿C´omo desperdiciaron los habitantes de Jud
´a el “agua viva” de Jehov
´a?
c) ¿C´omo podemos beber del “agua viva” que nos regala Dios?
“Obedece, por favor, la voz de Jehov´
a” 89
sequ´ıa guarda la poca agua que tiene en una cisterna
rota, as´ı que sufrieron las consecuencias (l
´eanse Je-
rem´ıas 2:13 y 17:13). Nosotros no tenemos por qu
´e
actuar como ellos y acarrearnos la ruina. Jehov´a con-
tin´
ua regal´andonos abundancia de “agua viva”, es de-
cir, la gu´ıa de su Palabra inspirada; pero solo nos be-
neficiaremos de ella si la estudiamos y procuramos
seguirla.6 A medida que iba acerc
´andose el d
´ıa en que Dios
le ajustar´ıa las cuentas a Jud
´a, la obediencia era cada
vez m´as vital. Si alg
´un jud
´ıo quer
´ıa ganarse el favor
y la protecci´
on de Jehov´a, ten
´ıa que arrepentirse y
obedecerle. El rey Sedequ´ıas, que no se hab
´ıa mostra-
do firme a la hora de hacer lo recto, se encar´
o con
esta decisi´
on. Cuando sus subalternos le dijeron que
quer´ıan matar a Jerem
´ıas, no tuvo las agallas para
oponerse. Como vimos en el cap´ıtulo anterior, el
profeta sobrevivi´
o al intento de asesinato gracias a´
Ebed-m´elec. Luego exhort
´o a Sedequ
´ıas: “Obedece,
por favor, la voz de Jehov´a” (l
´ease Jerem
´ıas 38:4-6, 20).
6. a) ¿Cu´al fue la actitud de Sedequ
´ıas en cuanto a obedecer a Jehov
´a?
b) ¿Por qu´e fue insensato el rey?
90 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
Estaba claro: por su propio bien, el rey ten´ıa que de-
cidirse. ¿Obedecer´ıa a Dios?
¿Por qu´
e fue apropiado que Jerem´ıas repetidamente
exhortara a los jud´ıos a que obedecieran a Dios?
ES URGENTE OBEDECER A JEHOV´
A7 Hoy es tan importante la obediencia a Jehov
´a
como lo fue en la antig¨
uedad. Pregunt´emonos: “¿Es-
toy decidido a obedecerle? Si me topara en Internet
con una p´agina pornogr
´afica, ¿me quedar
´ıa mirando,
o rechazar´ıa la tentaci
´on y la cerrar
´ıa inmediatamen-
te? Y si un no creyente en el trabajo o la escuela qui-
siera salir conmigo, ¿tendr´ıa la entereza para recha-
zarlo? ¿Me atraen, o me repelen los sitios de Internet
y los libros de contenido ap´
ostata?”. Tanto en estas
como en otras situaciones, siempre hay que recordar
lo que dice Jerem´ıas 38:20.
8 Jehov´a se vali
´o de Jerem
´ıas para exhortar reitera-
damente a su pueblo con palabras como estas: “Vu´el-
vanse, por favor, cada uno de su camino malo, y
hagan buenos sus caminos y sus tratos” (Jer. 7:3;
7. ¿En qu´e situaciones podr
´ıa someterse a prueba nuestra obediencia?
8, 9. a) ¿Por qu´e es prudente escuchar a los ancianos cuando tratan de
ayudarnos? b) ¿C´omo debemos ver los reiterados consejos de los ancianos?
“Obedece, por favor, la voz de Jehov´
a” 91
18:11; 25:5; l´
ease Jerem´ıas 35:15). De modo similar, los
ancianos cristianos se esfuerzan por ayudar a sus her-
manos en peligro espiritual. Si en alg´
un momento nos
aconsejan que evitemos cierto proceder err´
oneo o
imprudente, no hagamos o´ıdos sordos. Su objetivo es
el mismo que el de Jerem´ıas.
9 Los ancianos quiz´as repasen alg
´un principio b
´ıbli-
co que ya nos hayan mencionado. Repetir un consejo
nunca es f´acil, pero se hace m
´as dif
´ıcil a
´un si la per-
sona que lo precisa manifiesta una actitud como la de
muchos de los jud´ıos que oyeron a Jerem
´ıas. Veamos
los reiterados esfuerzos de los ancianos por ayudar-
nos como expresiones del amor de Jehov´a. Hay que
reconocer tambi´en que Jerem
´ıas no habr
´ıa tenido la
necesidad de repetir las advertencias si hubiera habi-
do una buena respuesta. As´ı es, para que no nos repi-
tan los consejos, debemos aplicarlos enseguida.
EL PERD´
ON DE JEHOV´
A:GENEROSO, MAS NO AUTOM
´ATICO
10 En este mundo no podemos obedecer a Jehov´a a
la perfecci´
on, por mucho que tratemos; de ah´ı que
10. ¿Por qu´e no perdona Jehov
´a los pecados autom
´aticamente?
92 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
tengamos que agradecerle su disposici´
on a perdonar
nuestros errores. Con todo, su perd´
on no es autom´a-
tico. ¿Por qu´e no? Porque el pecado le repugna (Isa.
59:2). En consecuencia, Jehov´a se asegura de que nos
merezcamos su perd´
on.11 Ya hemos visto que muchos contempor
´aneos de
Jerem´ıas sol
´ıan desobedecer a Dios y as
´ı abusaban de
su paciencia y misericordia. En la actualidad, ¿podr´ıa-
mos adoptar el mismo h´abito? S
´ı, si hacemos caso
omiso de los recordatorios divinos y comenzamos a
practicar el pecado. En algunos casos, esto ha sucedi-
do abiertamente, como cuando una persona entra en
un matrimonio ad´
ultero. Pero incluso si nadie se die-
ra cuenta del pecado, el que desobedece a Jehov´a se
encamina al fracaso. Alguien que llevara una doble
vida podr´ıa pensar que no lo van a descubrir; sin em-
bargo, la realidad es que Dios examina lo que hay en
nuestra mente y coraz´
on y puede ver lo que sucede a
puerta cerrada (l´
ease Jerem´ıas 32:19). ¿Qu
´e debe hacer
uno si, en efecto, ha desobedecido a Dios?12 Muchos jud
´ıos desde
˜naron la ayuda que Jehov
´a les
11. ¿Por qu´e es imposible mantener en secreto los pecados?
12. ¿Qu´e deben hacer a veces los ancianos para proteger al reba
˜no?
“Obedece, por favor, la voz de Jehov´
a” 93
brind´
o una y otra vez mediante Jerem´ıas. De igual
modo, es posible que una persona que ha cometido al-
g´
un pecado grave no se arrepienta y rechace la ayuda
de los ancianos. En tal caso, ellos deben seguir las pau-
tas b´ıblicas pertinentes y expulsar al pecador para pro-
teger a la congregaci´
on (1 Cor. 5:11-13; v´ease el recua-
dro “Vivir sin ley”, de la p´agina 95). ¿Significa esto que
se trata de un caso perdido, que el transgresor nunca
podr´a recuperar el favor de Jehov
´a? No. Los israelitas
hab´ıan sido rebeldes por mucho tiempo, y aun as
´ı, Dios
les dijo: “Vu´elvanse, hijos renegados. Yo sanar
´e su con-
dici´
on de renegados” (Jer. 3:22).� Jehov´a insta a los pe-
cadores a que regresen a´el; es m
´as, les indica el camino.
¿Por qu´
e es sensato buscar el perd´
on de Dios cuando pecamos?
OBEDEZCAN A JEHOV´
A VOLVI´
ENDOSE A´
EL
13 Para volverse a Dios, como indic´
o Jerem´ıas, la
persona ha de pensar: “¿Qu´e he hecho?”. Luego, a la
� Jehov´a se dirigi
´o en esta ocasi
´on a Israel, el reino del norte, com-
puesto de diez tribus, cuyos habitantes ya hab´ıan pasado unos cien a
˜nos
en el exilio para cuando Jerem´ıas transmiti
´o este mensaje. Con sus pa-
labras dej´
o claro que, hasta aquel d´ıa, la naci
´on no se hab
´ıa arrepenti-
do (2 Rey. 17:16-18, 24, 34, 35). Sin embargo, sus integrantes pod´ıan re-
cuperar el favor de Dios e incluso regresar del exilio.
13. ¿Qu´e debe reconocer la persona que desea volver a Jehov
´a?
94 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
“Obedece, por favor, la voz de Jehov´
a” 95
¿C´
omo era la vida despu´es de la destrucci
´on de Je-
rusal´en? Jerem
´ıas nos pinta un breve cuadro en La-
mentaciones 2:9. Las murallas —y posiblemente laspuertas— est
´an derruidas, por lo que la ciudad care-
ce de protecci´
on. Pero, peor a´
un, “no hay ley”. ¿Serefiere Jerem
´ıas a que los supervivientes son una
banda de desaforados? No. Todo apunta, m´as bien, a
la p´erdida de la seguridad y tranquilidad espiritual
de que los jud´ıos gozaban cuando los sacerdotes y
profetas fieles los instru´ıan en la Ley de Dios. Los
falsos profetas que ahora captan su atenci´
on no lesofrecen una ‘visi
´on’, o direcci
´on real de parte de
Jehov´a; sus “visiones” son in
´utiles (Lam. 2:14).
La persona que ha sido expulsada de la congrega-ci
´on quiz
´as se encuentre en una situaci
´on parecida.
Ya no disfruta de la afectuosa amistad de sus herma-nos ni del cuidado atento de los ancianos. Se hallaalejada de la vivificante ense
˜nanza espiritual. Pro-
bablemente siente un gran vac´ıo en el mundo, don-
de “no hay ley” de Jehov´a. Ahora bien, puede recu-
perar su buena relaci´
on con´el y volver a disfrutar
de abundantes bendiciones (2 Cor. 2:6-10). Pero, sinduda, todos concordaremos en que lo mejor es obe-decer a Jehov
´a y nunca llegar a vivir sin ley.
VIVIR SIN LEY
Las palabras b´ıblicas en hebreo y griego vincu-
ladas al arrepentimiento tienen que ver con la ac-titud de la persona y con el cambio de mentalidadque se produce tocante a una conducta del pasa-do o algo que se pretend
´ıa hacer. Tambi
´en aluden
a sus sentimientos, entre ellos el pesar y el con-suelo que siente (2 Sam. 13:39; Job 42:6). La Bibliadeja claro que el verdadero arrepentimiento im-plica acciones movidas por sentimientos fuertes ysinceros. Esta es la clase de contrici
´on que espe-
ra Jehov´a de todos los que claman por el perd
´on de
pecados (Jer. 31:18, 19).
¿QU´
E ES EL ARREPENTIMIENTO?
luz de los principios b´ıblicos, debe responderse con
sinceridad. Los jud´ıos impenitentes del tiempo de Je-
rem´ıas ni siquiera se plantearon esa reflexi
´on. Rehu-
saron admitir el alcance de sus pecados, de modo que
Jehov´a no los perdon
´o; no pudo perdonarlos (l
´ease Je-
rem´ıas 8:6). En cambio, el pecador arrepentido reco-
noce que al desobedecer a Jehov´a, ha manchado el
nombre de Dios y el de la congregaci´
on cristiana. Ade-
m´as, lo apesadumbra profundamente el dolor que
haya podido ocasionar a gente inocente. Debe saber
96 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
que su solicitud de perd´
on solo es v´alida ante Jehov
´a
cuando admite todo el da˜
no causado por sus malos
actos. Pero volverse a Dios implica algo m´as.
14 La persona verdaderamente arrepentida escudri-˜
na sus motivos, deseos y costumbres (l´
ease Lamenta-
ciones 3:40, 41). Examina los aspectos de su vida don-
de hay fisuras, tales como su relaci´
on con el sexo
opuesto, el consumo de bebidas, el tabaco, el uso que
le da a Internet o sus tratos comerciales. As´ı como
una mujer friega hasta los rincones m´as ocultos de su
cocina para mantenerla higi´enicamente limpia, la per-
sona arrepentida ha de esforzarse por purificar sus
pensamientos y sus actos privados. Para ‘volverse a
Jehov´a’, debe cumplir con sus exigencias y ajustarse a
sus normas. Algunos jud´ıos del tiempo de Jerem
´ıas se
volvieron a Jehov´a “falsamente”; es decir, fingieron
sentir remordimiento pero nunca cambiaron su acti-
tud o forma de vivir (Jer. 3:10). A diferencia de ellos,
el que sinceramente solicita perd´
on no trata de enga-˜
nar ni a Jehov´a ni a la congregaci
´on. En vez de solo
querer lavar su reputaci´
on o volver a juntarse con sus
14. ¿C´omo puede alguien ‘volverse a Jehov
´a’? (Incl
´uyase el recuadro
“¿Qu´e es el arrepentimiento?”, de la p
´agina 96.)
“Obedece, por favor, la voz de Jehov´
a” 97
parientes y hermanos de fe, desea dejar en el pasado
los males cometidos y granjearse el perd´
on y el favor
de Dios.15 La oraci
´on forma parte esencial del arrepenti-
miento. En la antig¨
uedad era com´
un que la gente le-
vantara las manos hacia el cielo al orar. Hoy, parafra-
seando a Jerem´ıas, cuando una persona arrepentida
ora, ‘levanta su coraz´
on junto con las palmas de las
manos a Dios’ (Lam. 3:41, 42). El pesar que siente la
impulsa a obrar en consecuencia con sus s´
uplicas,
pues son sinceras y nacen del coraz´
on.16 Es indudable que la persona que reconoce sus
errores ha de tragarse el orgullo. Ahora bien, lo m´as
importante es que Jehov´a desea que los pecadores re-
gresen a´el. Cuando ve un coraz
´on contrito, su propio
coraz´
on reacciona. Sus entra˜
nas ‘se alborotan’, o se
conmueven, porque est´a dispuesto a perdonar a todos
los que se arrepienten, tal como hizo con los israelitas
que regresaron del exilio (Jer. 31:20). ¡Qu´e tranquili-
zador es saber que Dios quiere darles paz y esperan-
za a quienes le obedecen! (Jer. 29:11-14.) Tienen la po-
15. ¿Qu´e tipo de oraciones eleva a Dios una persona arrepentida?
16. ¿Por qu´e es l
´ogico volverse a Dios?
98 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
sibilidad de volver a ocupar un lugar entre los siervos
devotos de Dios.
LA OBEDIENCIA NOS PROTEGE
17 La mejor protecci´
on es la obediencia devota a
Jehov´a, algo que se percibe en el ejemplo de los reca-
bitas del tiempo de Jerem´ıas. M
´as de dos siglos antes,
Jehonadab, su antepasado quenita, que hab´ıa apoya-
do fielmente a Jeh´
u, les hab´ıa impuesto ciertos man-
datos, entre ellos el de no beber vino. Jehonadab lleva-
ba mucho tiempo muerto, pero aun as´ı, los recabitas
segu´ıan obedeci
´endole. A modo de prueba, Jerem
´ıas
los llev´
o a un comedor del templo, les puso vino y los
inst´
o a beber. Ellos le respondieron: “No bebere-
mos vino” (Jer. 35:1-10).18 Si para los recabitas era importante obedecer a
su antepasado muerto, con mayor diligencia a´
un de-
bemos los verdaderos siervos del Dios vivo obede-
cer sus mandamientos. La fidelidad de los recabitas
impresion´
o a Jehov´a, pues era diametralmente opues-
ta a la rebeld´ıa de los jud
´ıos. Por ello,
´el les prome-
ti´
o que los proteger´ıa de la inminente destrucci
´on.
17, 18. a) ¿Qui´enes eran los recabitas? b) ¿Por qu
´e son conocidos?
“Obedece, por favor, la voz de Jehov´
a” 99
Si aplicamos esta lecci´
on hoy d´ıa, ¿no es l
´ogico que a
quienes obedecen sin reservas a Jehov´a tambi
´en se les
asegure protecci´
on durante la gran tribulaci´
on? (L´
ea-
se Jerem´ıas 35:19.)
¿Por qu´
e es un aspecto importante de la obedienciaarrepentirse de un pecado grave? ¿C
´omo puede la
obediencia evitar que uno tenga que arrepentirse?
QUIENES OBEDECEN A JEHOV´
ANO EST
´AN SOLOS
19 El cuidado protector de Dios no debe verse como
cosa del pasado. En la actualidad, Jehov´a tambi
´en es-
cuda de los peligros espirituales a quienes le obede-
cen. Tal como las altas murallas proteg´ıan las ciuda-
des de los ataques enemigos, la ley de Dios resguarda
a quienes la estudian y la aplican consecuentemente
en su vida. ¿Permaneceremos dentro del recinto amu-
rallado de sus normas morales? Podemos estar segu-
ros de que nos ir´a bien si lo hacemos (Jer. 7:23). Hay
muchas experiencias que lo demuestran (v´ease el re-
cuadro “La obediencia a Jehov´a nos protege”, de la p
´a-
gina 101).
19. ¿Qu´e protecci
´on nos da Dios si le obedecemos?
100 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
Un joven Testigo espa˜
nol se ha beneficiado mu-ch
´ısimo de obedecer a Jehov
´a. Nos cuenta: “En
clase, una chica me propuso que sali´eramos jun-
tos. Era muy bonita, pero en mi interior sab´ıa que
salir con alguien que no ama a Jehov´a era peli-
groso.”M
´as o menos por las mismas fechas, mis com-
pa˜
neros me presionaron para que asistiera a unafiesta de fin de curso. Cuando les di las razonesb
´ıblicas por las que no acudir
´ıa, me insultaron
y ridiculizaron. Me sent´ı totalmente rechazado.
Le cont´e lo que me sucedi
´o aun anciano de la con-
gregaci´
on, y´el me pregunt
´o: ‘¿Puede alguien que
no respeta tus decisiones y valores morales ser unaut
´entico amigo?’. Aquellas palabras me fortale-
cieron y me ayudaron a soportar la presi´
on.”¡Me alegro tanto de no haber cedido! En aque-
lla fiesta violaron a una chica. Yesa misma noche,tres de mis compa
˜neros quedaron muy malhe-
ridos en un accidente de tr´afico porque el que
conduc´ıa estaba borracho. Si hubiese ido a la fies-
ta, quiz´as habr
´ıa estado con ellos en el coche.
Le doy gracias a Jehov´a por darme las fuerzas
para obedecerle a pesar de la presi´
on.”
LA OBEDIENCIA A JEHOV´
ANOS PROTEGE
“Obedece, por favor, la voz de Jehov´
a” 101
20 Ya sea que est´en en nuestra familia, en el lugar de
trabajo, en la escuela o entre las autoridades del pa´ıs,
los enemigos nos dificultan el servicio a Dios. Sin em-
bargo, podemos estar seguros de que si obedecemos
estrictamente a Jehov´a,
´el nos apoyar
´a incluso en las
circunstancias m´as penosas. No olvidemos que Dios
prometi´
o sostener a Jerem´ıas a pesar de la feroz opo-
sici´
on, y lo hizo (l´
ease Jerem´ıas 1:17-19). Una de las ve-
ces en que m´as claro se manifest
´o el apoyo divino fue
en los d´ıas del rey Jehoiaquim.
21 Jehoiaquim se opuso a los portavoces de Dios con
una furia pocas veces igualada en Israel. Por ejemplo,
persigui´
o al profeta Uriya, contempor´aneo de Jere-
m´ıas, incluso m
´as all
´a de sus fronteras, lo trajo de
vuelta y lo asesin´
o (Jer. 26:20-23). En el cuarto a˜
no del
rey, Jehov´a mand
´o a Jerem
´ıas que escribiera todas las
palabras que le hab´ıa hablado hasta entonces y las le-
yera en el templo en voz alta. Jehoiaquim consigui´
o
el rollo de Jerem´ıas y orden
´o a un oficial de la corte
que se lo leyese. A medida que avanzaba la lectura, el
20, 21. a) ¿De qu´e podemos estar seguros mientras sirvamos a Jehov
´a?
b) ¿C´omo reaccion
´o el rey Jehoiaquim al mensaje de Dios mediante Jere-
m´ıas?
102 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
rey rasgaba el documento en trozos, que iba echando
al fuego a pesar de que algunos pr´ıncipes le rogaban
que no lo hiciera. Luego mand´
o detener a Jerem´ıas y
a Baruc. ¿Cu´al fue el desenlace? “Jehov
´a los mantuvo
ocultos” y no permiti´
o que Jehoiaquim lastimara a es-
tos dos hombres fieles (Jer. 36:1-6; l´
ease Jerem´ıas 36:
21-26).22 Si Jehov
´a lo ve oportuno, tambi
´en puede proteger
a sus siervos actuales del peligro, aunque las m´as de
las veces les da el valor y la sabidur´ıa para obedecer-
le y seguir predicando las buenas nuevas. Este es el
caso de una mujer sola, madre de cuatro hijos, a quien
llamaremos Gulistan. Por un tiempo fue la´
unica
Testigo de una amplia zona de Asia central, don-
de las autoridades se oponen a la obra del Reino.
La congregaci´
on m´as cercana est
´a a 400 kil
´ometros
(250 millas), por lo que Gulistan apenas disfruta de
la compa˜
n´ıa de cristianos maduros. Pese a la oposi-
ci´
on y otros problemas, predica de casa en casa y halla
muchas personas interesadas. Seg´
un un informe re-
ciente, dirige cursos b´ıblicos con casi veinte personas
22, 23. ¿Qu´e pone de manifiesto sobre el apoyo divino la experiencia de
una Testigo de Asia central?
“Obedece, por favor, la voz de Jehov´
a” 103
y atiende a este grupo cada vez mayor de ovejas de
Jehov´a.
23 Tal como Dios ayud´
o a Jerem´ıas y ha ayudado a
Testigos como Gulistan, tambi´en est
´a dispuesto a ayu-
darnos a nosotros si somos siervos obedientes. Resol-
v´amonos, por tanto, a obedecerle como Gobernante
antes que a los hombres. Veremos que ni la oposici´
on
ni otros obst´aculos nos impedir
´an alabar p
´ublicamen-
te al´
unico Dios verdadero en nuestro territorio (Jer.
15:20, 21).24 La verdadera felicidad en la vida es inalcanzable si
nos independizamos de nuestro Creador (Jer. 10:23).
Tras estudiar lo que Jerem´ıas escribi
´o sobre la obe-
diencia, ¿vemos aspectos en los que podr´ıamos dejar
que Jehov´a dirigiera m
´as plenamente nuestros pasos?
Los preceptos de Jehov´a constituyen la
´unica gu
´ıa
que nos lleva a la felicidad. Por eso,´el nos insta: “Obe-
dezcan mi voz [...] a fin de que les vaya bien” (Jer.
7:23).
24. ¿Qu´e beneficios nos reporta la obediencia ahora?
¿C´
omo podemos utilizar en nuestra relaci´
on con Dioslas lecciones sobre la obediencia extra
´ıdas del libro
de Jerem´ıas?
104 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
“EL NUEVO mundo.” Al o´ır esas palabras, ¿acuden
a nuestra mente im´agenes de las bendiciones mate-
riales predichas en la Biblia? Un cuerpo perfecto,
alimento nutritivo en abundancia, animales mansos,
vivienda segura... Hasta podemos citar pasajes que
respaldan tales expectativas. Sin embargo, no olvide-
mos esta otra bendici´
on: la salud espiritual y emo-
cional. Sin ella, todos los dem´as deleites pronto se
esfumar´ıan.
2 Cuando Dios predijo mediante Jerem´ıas el re-
torno de los jud´ıos cautivos en Babilonia, destac
´o lo
que sentir´ıa su pueblo: “Te engalanar
´as con tus pan-
deretas y realmente saldr´as en la danza de los que es-
t´an ri
´endose” (l
´eanse Jerem
´ıas 30:18, 19 y 31:4, 12-14).
Y a˜
nadi´
o estas motivadoras palabras: “Saturar´e al
1. ¿De qu´e bendici
´on en particular ans
´ıa usted gozar en el nuevo mundo?
2, 3. ¿Qu´e bendici
´on especial nos aguarda, seg
´un los escritos de Jere-
m´ıas?
CAP´ITULO 7
“SATURAR´
EAL ALMA CANSADA”
“Saturar´
e al alma cansada” 105
alma cansada, y ciertamente llenar´e a toda alma que
languidece”. La Nueva Biblia de los Hispanos vierte as´ı
la promesa divina: “Porque Yo he de satisfacer al
alma cansada y he de saciar a toda alma atribulada”
(Jer. 31:25).3 ¡Qu
´e magn
´ıfica esperanza! Jehov
´a dijo que satu-
rar´ıa, o satisfar
´ıa plenamente, a quien estuviera can-
sado y sin fuerzas. Y´el cumple lo que promete. Los
escritos de Jerem´ıas nos dan la confianza de que no-
sotros tambi´en veremos saciadas nuestras necesida-
des. Es m´as, nos muestran c
´omo cobrar
´animo y ver
las cosas con optimismo aun ahora. Tambi´en nos en-
se˜
nan formas pr´acticas de animar a otros, ayud
´ando-
les a satisfacer sus almas cansadas.4 Aquella promesa fue una fuente de
´animo para Je-
rem´ıas, y puede serlo igualmente para nosotros. ¿En
qu´e sentido? Recordemos que en el cap
´ıtulo 1 de esta
obra comentamos que Jerem´ıas, tal como El
´ıas, era
un “hombre de sentimientos semejantes a los nues-
tros” (Sant. 5:17). Siendo esto as´ı, veamos algunas ra-
zones por las que a veces el profeta pudo desalentar-
4. ¿Por qu´e es f
´acil ponerse en el lugar de Jerem
´ıas?
106 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
se o hasta deprimirse un poco. Al mismo tiempo,
pensemos en c´
omo nos hubi´eramos sentido nosotros
y por qu´e ciertas situaciones podr
´ıan deprimirnos
(Rom. 15:4).5 El des
´animo de Jerem
´ıas pudo provenir en parte
de Anatot, ciudad levita que lo vio nacer, situada a
unos cuantos kil´
ometros al noreste de Jerusal´en. All
´ı
tendr´ıa conocidos y hasta parientes. Mas como dijo
Jes´
us, un profeta no tiene honra en su propia tierra,
y ese fue el caso de Jerem´ıas (Juan 4:44). Sus paisa-
nos no solo fueron indiferentes e irrespetuosos con´el, pues Dios dijo que ‘los hombres de Anatot andu-
vieron buscando su alma’. De hecho, dijeron amena-
zantes: “No debes profetizar en el nombre de Jeho-
v´a, para que no mueras a mano de nosotros”. ¡Los
mismos que deb´ıan estar de su lado —sus paisanos y,
posiblemente, sus parientes— tramaban contra su
vida! (Jer. 1:1; 11:21.)6 Si nos hallamos bajo la presi
´on de vecinos,
5. ¿Qu´e situaci
´on pudo haber desanimado a Jerem
´ıas?
6. Cuando nos hallemos bajo presi´on por parte de compa
˜neros de trabajo
u otras personas, ¿de qu´e utilidad nos ser
´a la experiencia de Jerem
´ıas con
“los hombres de Anatot”?
“Saturar´
e al alma cansada” 107
condisc´ıpulos, compa
˜neros de trabajo o hasta fami-
liares, nos animar´a saber qu
´e hizo Jehov
´a a favor de
Jerem´ıas. “Voy a dirigir mi atenci
´on a” los hombres
de Anatot, sentenci´
o (l´
ease Jerem´ıas 11:22, 23). Sin
duda, saber que Dios tomar´ıa cartas en el asunto con-
tribuy´
o a que el profeta superara el des´animo que pu-
diera haberlo invadido. La “atenci´
on” de Dios signifi-
car´ıa que vendr
´ıa una “calamidad sobre los hombres
de Anatot”, y as´ı fue. Nosotros podemos sentirnos
tranquilos sabiendo que Jehov´a presta atenci
´on a to-
das las cosas y act´
ua al debido tiempo (Sal. 11:4;
66:7). Si persistimos en nuestra adhesi´
on a las ense-˜
nanzas de la Biblia y en hacer lo que es correcto, ayu-
daremos incluso a algunos de nuestros enemigos a
que se salven de la calamidad que de otro modo les
sobrevendr´ıa (1 Tim. 4:16).
¿C´
omo indica el libro de Jerem´ıas que Dios se interesa
por los sentimientos de su pueblo, y qu´
e efecto tuvoeste hecho en el profeta?
ACCIONES QUE PODR´IAN DESALENTAR
7 Jerem´ıas no solo soport
´o amenazas de parte de la
7, 8. ¿Qu´e tipo de maltrato soport
´o Jerem
´ıas, y c
´omo lo afect
´o?
108 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
gente de su pueblo. En cierta ocasi´
on, un sacerdote
prominente de Jerusal´en llamado Pasjur� lo oy
´o pro-
nunciar una profec´ıa divina. Acto seguido, “Pasjur
golpe´
o a Jerem´ıas el profeta y lo puso en el cepo”
(Jer. 20:1, 2). Al parecer, no se trat´
o de una bofetada
nada m´as; algunos creen que Pasjur lo hizo flagelar
con hasta 40 azotes (Deu. 25:3). Al tiempo que pade-
c´ıa dolor f
´ısico, la gente lo escarnec
´ıa, lo insultaba y
hasta lo escup´ıa. Pero las cosas no pararon ah
´ı: Pas-
jur lo mand´
o poner en el cepo toda la noche. La pa-
labra hebrea utilizada aqu´ı parece indicar que el
cuerpo del reo quedaba torcido y doblado. En efecto,
Jerem´ıas fue obligado cruelmente a pasar la noche
aprisionado en aquel artefacto de madera.8 ¿C
´omo afect
´o a Jerem
´ıas el maltrato que recibi
´o?
Dijo a Dios: “Vine a ser objeto de risa todo el d´ıa”
(Jer. 20:3-7). Hasta se le pas´
o por la cabeza dejar de
hablar en el nombre divino, pero sabemos que fue
incapaz. El mensaje que se le hab´ıa encargado era
“como un fuego ardiente, encerrado en [sus] huesos”,
� Durante el reinado de Sedequ´ıas hubo otro Pasjur, a quien se nom-
bra entre los pr´ıncipes que instaron al rey a matar a Jerem
´ıas (Jer.
38:1-5).
“Saturar´
e al alma cansada” 109
y tuvo que hablar en representaci´
on de Jehov´a (l
´ease
Jerem´ıas 20:8, 9).
9 Este pasaje puede sernos provechoso cuando
afrontamos la burla humillante de conocidos —como
familiares, vecinos, compa˜
neros de trabajo o condis-
c´ıpulos—, o cuando sufrimos maltrato f
´ısico a causa
de la adoraci´
on verdadera. No nos sorprendamos si
a veces nos desanimamos por esto. Jerem´ıas, como
humano imperfecto que era, no fue inmune a tal
sentimiento. ¿Y acaso no somos nosotros tan huma-
nos como´el? Sin embargo, recordemos que con el
apoyo divino, Jerem´ıas recobr
´o el gozo y la confian-
za. Su des´animo no fue permanente, ni tampoco tie-
ne que serlo en nuestro caso (2 Cor. 4:16-18).10 En ocasiones, el estado de
´animo de Jerem
´ıas
cambi´
o, incluso de manera apreciable. ¿Experimenta-
mos nosotros tambi´en cambios de humor parecidos,
alternando entre el optimismo y el abatimiento? Con
respecto al primer estado, notemos las palabras de Je-
rem´ıas 20:12, 13 (l
´ease). Despu
´es del sufrimiento que
9. ¿Por qu´e es provechoso reflexionar sobre la experiencia de Jerem
´ıas?
10. ¿Qu´e revela la Biblia sobre el estado de
´animo de Jerem
´ıas?
110 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
le caus´
o Pasjur, se regocij´
o de ser como uno de los
pobres a quienes Dios libra “de la mano de los malhe-
chores”. Cuando se nos libra de alg´
un mal o nos
suceden cosas buenas en la vida o en el servicio cris-
tiano, nos sentimos alborozados, deseosos de can-
tar a Jehov´a. Este es un sentimiento muy agradable
(Hech. 16:25, 26).11 Ahora bien, debido a la imperfecci
´on, nuestro es-
tado de´animo puede mudar, como le pas
´o a Jere-
m´ıas. Tras exclamar: “¡Canten a Jehov
´a!”, le entr
´o la
desesperaci´
on y a lo mejor hasta llor´
o (l´
ease Jerem´ıas
20:14-16). Tan profundo era su abatimiento que se pre-
gunt´
o por qu´e hab
´ıa nacido. En medio de su aflicci
´on
dese´
o que el hombre que dio la noticia de su naci-
miento hubiera corrido la tr´agica suerte de Sodoma
y Gomorra. Pero he aqu´ı un elemento clave: ¿Se que-
d´
o sumido en la desesperaci´
on? ¿Se rindi´
o y se entre-
g´
o en brazos del des´animo? No; m
´as bien, combati
´o
el desaliento y se sobrepuso. As´ı lo confirma el rela-
to que´el presenta a continuaci
´on. El rey Sedequ
´ıas
11. Si nuestro estado de´animo muda con frecuencia, ¿qu
´e debemos recor-
dar acerca de Jerem´ıas?
“Saturar´
e al alma cansada” 111
envi´
o al pr´ıncipe Pasjur para que le preguntara a Je-
rem´ıas sobre el asedio de los babilonios a Jerusal
´en.
Jerem´ıas estuvo a la altura de las circunstancias: sin
amilanarse, declar´
o el juicio de Jehov´a y revel
´o en
qu´e terminar
´ıa el sitio (Jer. 21:1-7). Est
´a claro que
continuaba activo en su misi´
on prof´etica.
12 Algunos siervos de Dios experimentan cambios
en su estado de´animo. Dichos cambios pueden obe-
decer a causas f´ısicas, como alteraciones hormonales
o un desequilibrio qu´ımico. En tales casos, ser
´a un
m´edico quien mejor pueda recomendar un tratamien-
to (Luc. 5:31). Pero, por lo general, la euforia o la tris-
teza que a veces nos embarga no es ni extremada
ni anormal. La mayor´ıa de los sentimientos negativos
forman parte de la vida humana imperfecta y pueden
deberse al cansancio, la p´erdida de un ser queri-
do, etc. Al atravesar una situaci´
on as´ı, recordemos
que aunque Jerem´ıas experiment
´o cambios de hu-
mor, conserv´
o el favor divino. Quiz´as sea necesario
alterar la rutina para descansar m´as o darnos tiempo
12, 13. ¿Qu´e podemos hacer si sufrimos de marcados cambios en nuestro
estado de´animo?
112 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
para reponernos de una p´erdida dolorosa. De todos
modos, es de vital importancia que no faltemos a las
reuniones cristianas y que participemos con regulari-
dad en las dem´as actividades teocr
´aticas, dos factores
esenciales para conservar el gozo y el equilibrio en el
servicio a Dios (Mat. 5:3; Rom. 12:10-12).13 La experiencia de Jerem
´ıas es muy consoladora
para todos, sea que el desaliento nos invada de ma-
nera aislada o recurrente. Como vimos, el profeta an-
duvo a veces muy alica´ıdo, mas no por eso se alej
´o
del Dios a quien amaba y serv´ıa fielmente. Cuando
sus rivales le pagaron el bien con el mal, acudi´
o a
Jehov´a y confi
´o en
´el (Jer. 18:19, 20, 23). Resolv
´amo-
nos a imitar a Jerem´ıas (Lam. 3:55-57).
Si a veces nos sentimos deca´ıdos o tristes, ¿c
´omo podemos
aplicar lo que nos ense˜
na el libro de Jerem´ıas?
¿ALENTAREMOS A LAS ALMAS CANSADAS?
14 Hacemos bien en observar de d´
onde obtuvo´ani-
mo Jerem´ıas y c
´omo
´el, a su vez, alent
´o a las ‘al-
mas cansadas’ (Jer. 31:25). El profeta recibi´
o´animo
14. ¿De qui´en, en particular, recibi
´o
´animo Jerem
´ıas?
“Saturar´
e al alma cansada” 113
especialmente de Jehov´a. Imaginemos cu
´anto nos hu-
biera fortalecido o´ır a Jehov
´a dici
´endonos: “En cuan-
to a m´ı, aqu
´ı he hecho de ti hoy una ciudad for-
tificada [...]. Y de seguro pelear´an contra ti, pero
no prevalecer´an contra ti, porque: ‘Yo estoy contigo
—es la expresi´
on de Jehov´a— para librarte’ ” (Jer. 1:
18, 19). Con raz´
on, Jerem´ıas llam
´o a Jehov
´a “mi fuer-
za y mi plaza fuerte, y mi lugar adonde huir en el d´ıa
de angustia” (Jer. 16:19).15 Es digno de menci
´on el hecho de que Jehov
´a dijo
a Jerem´ıas: “Yo estoy contigo”. ¿Nos dan estas pala-
bras una idea de qu´e decir cuando un conocido nues-
tro precisa´animo? Una cosa es saber que un hermano
en la fe o un familiar lo necesita, y otra muy diferen-
te proporcion´arselo de manera efectiva. En muchos
casos, lo mejor es hacer lo que hizo Dios con Jere-
m´ıas: estar al lado del abatido y, en el momento opor-
tuno, decirle algo breve en vez de soltar un torrente
de palabras, pues unas frases bien escogidas sur-
ten mayor efecto. Para confortar y edificar a otros,
15, 16. ¿Qu´e ideas para animar a otros aprendemos de la manera como
Jehov´a anim
´o a Jerem
´ıas?
114 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
no hace falta ser elocuente; basta con unas palabras
sencillas que evidencien inter´es, preocupaci
´on y afec-
to cristiano. Expresiones de este tipo hacen mucho
bien (l´
ease Proverbios 25:11).
16 Jerem´ıas implor
´o: “Oh Jehov
´a, acu
´erdate de m
´ı y
dir´ıgeme tu atenci
´on”. ¿Qu
´e pas
´o despu
´es? El profe-
ta relata: “Fueron halladas tus palabras, y proced´ı a
comerlas; y tu palabra llega a ser para m´ı el alborozo
y el regocijo de mi coraz´
on” (Jer. 15:15, 16). De igual
modo, la persona a quien queremos animar necesita
atenci´
on y cari˜
no. L´
ogicamente, lo que le digamos
no estar´a al nivel de las palabras de Jehov
´a, aunque
s´ı podemos tomar prestadas algunas de ellas. Las ex-
presiones sinceras basadas en la Biblia ciertamente
regocijar´an el coraz
´on del afligido (l
´ease Jerem
´ıas 17:
7, 8).
17 Debe destacarse el hecho de que adem´as de reci-
bir´animo de parte de Dios, Jerem
´ıas anim
´o a otros.
¿De qu´e modo? Una vez, el rey Sedequ
´ıas le manifes-
t´
o su temor a causa de los jud´ıos que se hab
´ıan aliado
17. ¿Qu´e importante lecci
´on extraemos de la manera como Jerem
´ıas tra-
t´o con Sedequ
´ıas y Johan
´an?
“Saturar´
e al alma cansada” 115
con los caldeos. El profeta lo alent´
o con sus palabras
y le asegur´
o que si obedec´ıa a Jehov
´a, le ir
´ıa bien (Jer.
38:19, 20). En otra ocasi´
on, cuando Jerusal´en cay
´o, el
jefe militar Johan´an pens
´o llevarse a Egipto a los po-
cos jud´ıos que quedaron en la tierra, pero consult
´o
primero a Jerem´ıas. El profeta lo escuch
´o y luego or
´o.
Al cabo de varios d´ıas, le transmiti
´o la animadora res-
puesta de Jehov´a de que quienes acataran la orden di-
vina de permanecer en el pa´ıs ser
´ıan protegidos (Jer.
42:1-12). En ambos casos, Jerem´ıas escuch
´o atenta-
mente antes de hablar. Escuchar es fundamental para
animar a otros. Dejemos que el afligido nos abra su
coraz´
on. Prestemos atenci´
on a sus preocupaciones y
temores. Cuando sea pertinente, digamos unas pala-
bras estimulantes. No necesitamos una revelaci´
on di-
vina para animar a quien se siente deca´ıdo. Podemos
incluir pensamientos positivos tomados de la Palabra
de Dios, pensamientos que apunten a lo que nos
aguarda en el futuro (Jer. 31:7-14).18 Ni Sedequ
´ıas ni Johan
´an aceptaron el mensaje
18, 19. ¿C´omo nos sirven de modelo para animar a otros los pasajes so-
bre los recabitas y´
Ebed-m´elec?
116 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
alentador de Jerem´ıas. Tampoco hoy todo el mundo
escucha el nuestro. Pero no dejemos que eso nos de-
saliente. Hubo quienes s´ı se beneficiaron del
´animo
que les dio Jerem´ıas, y seguramente hoy suceder
´a lo
mismo. Pensemos en los recabitas, un grupo de que-
nitas vinculados a los jud´ıos por muchos a
˜nos. Entre
los mandatos que les impuso su padre Jehonadab fi-
guraba el de no beber vino, ya que eran extranjeros.
Cuando los babilonios atacaron Jerusal´en, Jerem
´ıas
meti´
o a los recabitas en uno de los comedores del
templo y puso vino delante de ellos por orden divi-
na. A diferencia de los desobedientes israelitas, ellos
mostraron respeto a su antepasado y, sumisamente,
se negaron a beber (Jer. 35:3-10). Jerem´ıas les expre-
s´
o lo complacido que estaba Jehov´a con ellos y les
comunic´
o Su promesa para el futuro (l´
ease Jerem´ıas
35:14, 17-19). Sigamos este mismo modelo al ofrecer´animo: elogiemos sinceramente a otros siempre que
sea posible.19 Jerem
´ıas actu
´o del mismo modo con
´Ebed-m
´elec,
et´ıope que serv
´ıa como oficial de la corte del rey
Sedequ´ıas. Cuando los pr
´ıncipes jud
´ıos arrojaron
“Saturar´
e al alma cansada” 117
injustamente a Jerem´ıas en una cisterna cenagosa
para que muriera all´ı,
´Ebed-m
´elec intercedi
´o ante el
rey Sedequ´ıas y obtuvo autorizaci
´on para salvarlo.
Este extranjero rescat´
o al profeta a riesgo de encon-
trarse con oposici´
on violenta (Jer. 38:7-13). Sabiendo
que se hab´ıa ganado la antipat
´ıa de los pr
´ıncipes, es
probable que se preocupara por su futuro. Jerem´ıas
no se qued´
o mudo, esperando que´
Ebed-m´elec supe-
rara por s´ı mismo sus temores, sino que lo anim
´o con
la promesa de Jehov´a de que lo bendecir
´ıa m
´as ade-
lante (Jer. 39:15-18).20 Verdaderamente, al leer el libro de Jerem
´ıas ha-
llamos magn´ıficos ejemplos de c
´omo seguir la
exhortaci´
on del ap´
ostol Pablo a sus hermanos de Te-
sal´
onica: “Sigan consol´andose unos a otros y edifi-
c´andose unos a otros [...]. La bondad inmerecida de
nuestro Se˜
nor Jesucristo est´e con ustedes” (1 Tes. 5:
11, 28).
20. ¿Qu´e deber
´ıamos hacer por nuestros hermanos, sean j
´ovenes o mayo-
res?
¿Qu´
e lecciones de Jerem´ıas piensa aprovechar para animar
a las almas cansadas?
118 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
TRAS instar Josu´e a los israelitas a elegir a qui
´en
servir´ıan, les asegur
´o: “En cuanto a m
´ı y a mi casa,
nosotros serviremos a Jehov´a” (Jos. 24:15). Josu
´e es-
taba decidido a ser leal a Dios y confiaba en que los
suyos tambi´en lo ser
´ıan. A
˜nos despu
´es, ante la inmi-
nente destrucci´
on de Jerusal´en, Jerem
´ıas le dijo a Se-
dequ´ıas que si se rend
´ıa a los caldeos, ‘
´el mismo y su
casa seguir´ıan viviendo’ (Jer. 38:17). El rey tom
´o una
mala decisi´
on, la cual repercuti´
o no solo en s´ı mis-
mo, sino tambi´en en sus esposas e hijos. A estos
´ul-
timos los asesinaron ante sus ojos, y´el fue cegado y
llevado cautivo a Babilonia (Jer. 38:18-23; 39:6, 7).2 En ambos ejemplos se menciona tanto a la perso-
na implicada como a su familia. Esto es l´
ogico, por-
que si bien cada adulto era responsable ante Dios, la
mayor´ıa de los israelitas se casaba y formaba una
1, 2. ¿Por qu´e es l
´ogico que nos interesemos tanto en los individuos como
en las familias?
CAP´ITULO 8
¿SOBREVIVIREMOS,COMO JEREM
´IAS?
¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 119
familia. La familia era importante para ellos, y tam-
bi´en lo es para nosotros. As
´ı lo percibimos en nues-
tra lectura b´ıblica y en lo que estudiamos en las reu-
niones sobre el matrimonio, la crianza de los hijos y
el respeto en el hogar (1 Cor. 7:36-39; 1 Tim. 5:8).
UN MANDATO POCO COM´
UN
3 Jerem´ıas fue uno de los supervivientes de la des-
trucci´
on de Jerusal´en, aunque sus circunstancias per-
sonales eran diferentes a las de la mayor´ıa (Jer. 21:9;
40:1-4). Dios le hab´ıa mandado que no se casara ni
tuviera hijos y que se abstuviera de ciertas activida-
des normales de la vida jud´ıa (l
´ease Jerem
´ıas 16:1-4).
4 En la´epoca y cultura del profeta, lo com
´un era
casarse y tener hijos. Y as´ı lo hac
´ıan casi todos los
jud´ıos, con lo que se manten
´ıan las herencias terri-
toriales dentro de la tribu y la familia (Deu. 7:14).�
¿Por qu´e no podr
´ıa hacerlo Jerem
´ıas? En vista de lo
que se avecinaba, Dios le orden´
o que no participara
en las ocasiones de duelo o de alegr´ıa. No hab
´ıa de
� En las Escrituras Hebreas no hay palabra para “soltero”.
3, 4. ¿De qu´e manera difer
´ıa la situaci
´on de la mayor
´ıa de la de Jerem
´ıas,
y c´omo lo benefici
´o?
120 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
consolar a los dolientes ni comer con ellos tras el fu-
neral, ni disfrutar del j´
ubilo de las bodas. Tanto los
festines f´
unebres como los alegres banquetes de bo-
das estaban a punto de terminar para siempre (Jer.
7:33; 16:5-9). Con su conducta, Jerem´ıas respald
´o sus
palabras y destac´
o la gravedad del venidero juicio.
Al tiempo lleg´
o la calamidad. ¿Podemos imaginarnos
c´
omo se sintieron entonces quienes cayeron en el ca-
nibalismo o quienes vieron a sus seres queridos con-
vertirse en simple carro˜
na? (L´
ease Jerem´ıas 14:16;
Lam. 2:20.) As´ı que no hab
´ıa raz
´on para compade-
cerse de Jerem´ıas porque fuera soltero. Aunque los
dieciocho meses de sitio segaron la vida de familias
enteras,´el no tuvo una esposa o hijos que llorar.
5 Ahora bien, ¿es aplicable a los cristianos el pasa-
je de Jerem´ıas 16:5-9? No, pues se nos exhorta a “con-
solar a los que se hallan en cualquier clase de tribu-
laci´
on” y a “regoci[jarnos] con los que se regocijan”
(2 Cor. 1:4; Rom. 12:15). El propio Jes´
us asisti´
o a
una boda y contribuy´
o a la alegr´ıa de la fiesta.
5. ¿Qu´e relaci
´on tienen con los cristianos las instrucciones recogidas en
Jerem´ıas 16:5-9?
¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 121
No obstante, lo que le aguarda a este malvado
mundo es muy grave, y quiz´as los cristianos hasta
pasemos penurias y privaciones. Jes´
us subray´
o la
necesidad de aguantar y mantenerse fieles a toda
costa, como nuestros hermanos del siglo primero
que huyeron de Judea. Por eso, permanecer soltero,
casarse o tener hijos son asuntos que merecen seria
reflexi´
on (l´
ease Mateo 24:17, 18).6 ¿Qu
´e relevancia tiene el mandato que Dios le dio
a Jerem´ıas de no casarse ni tener hijos? En la con-
gregaci´
on hay cristianos fieles que son solteros o que
est´an casados pero no tienen hijos. ¿Qu
´e pueden
aprender de Jerem´ıas? ¿Y por qu
´e deben prestar aten-
ci´
on a este aspecto de la vida del profeta incluso los
matrimonios con hijos?7 Recordemos primero que Jerem
´ıas no hab
´ıa de
engendrar hijos. ¿Y los cristianos? Jes´
us no mand´
o a
sus seguidores que se abstuvieran de criar una fami-
lia; aun as´ı, es notable que pronunciara un “¡ay!” por
las mujeres embarazadas o las que estuvieran ama-
6. ¿Qui´enes pueden beneficiarse de reflexionar en el mandato de Dios a
Jerem´ıas?
7. ¿Por qu´e es motivo de reflexi
´on el que Jerem
´ıas no tuviera hijos?
122 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
mantando cuando llegara la tribulaci´
on sobre Jeru-
sal´en entre los a
˜nos 66 y 70 de nuestra era. Dadas las
circunstancias, ser´ıa una
´epoca especialmente dif
´ıcil
para ellas (Mat. 24:19). Nosotros nos acercamos a
una tribulaci´
on mayor, lo cual deber´ıa hacer pensar
seriamente a las parejas cristianas que dudan entre
tener o no tener hijos. ¿No es cierto que cada vez es
m´as dif
´ıcil bregar con estos tiempos cr
´ıticos? Ade-
m´as, los matrimonios admiten que cuesta mucho
criar a los hijos en el camino de la vida. Aunque cada
pareja debe decidir si tendr´a hijos o no, vale la pena
analizar el caso de Jerem´ıas. Pero ¿y el mandato di-
vino de que ni siquiera se casara?
¿Qu´
e mandato poco com´
un recibi´
o Jerem´ıas,
y qu´
e motivo de reflexi´
on nos proporciona?
APRENDAMOS DE LA SOLTER´IA DE JEREM
´IAS
8 Al pedirle a Jerem´ıas que no se casara, Dios
no estableci´
o una norma para todos sus siervos.
El matrimonio es bueno. Jehov´a mismo lo fund
´o a
fin de poblar la Tierra y como un medio de gran
deleite y satisfacci´
on (Pro. 5:18). Sin embargo, a lo
8. ¿Por qu´e decimos que no es preciso estar casado para agradar a Dios?
¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 123
largo de la historia no todos sus siervos se han casa-
do. En la´epoca de Jerem
´ıas, de seguro hab
´ıa eunu-
cos entre el pueblo de Dios, adem´as de viudas y viu-
dos.� As´ı que el profeta no era el
´unico que no ten
´ıa
c´
onyuge. Desde luego, contaba con razones para
mantenerse soltero, tal como algunos cristianos de
hoy.9 Muchos cristianos contraen matrimonio, pero
no todos. Jes´
us no se cas´
o, y dijo que algunos disc´ı-
pulos tendr´ıan el don de “hacer lugar para” la sol-
ter´ıa en su mente y coraz
´on. Anim
´o a cuantos pudie-
ran a seguir su ejemplo (l´
ease Mateo 19:11, 12). As´ı que
no deber´ıamos bromear con el estado civil de los que
desean quedarse solteros en pro del servicio a Dios,
sino encomiarlos. Por supuesto, algunos permane-
cen solteros temporalmente debido a diversas cir-
cunstancias. Por ejemplo, quiz´as no han encontrado
a un c´
onyuge cristiano adecuado con el cual unirse
� Isa´ıas se dirigi
´o prof
´eticamente a los eunucos literales de su d
´ıa,
quienes ten´ıan una participaci
´on limitada en la adoraci
´on. Profetiz
´o que
mediante su obediencia se ganar´ıan “algo mejor que hijos e hijas”: Dios
les dar´ıa en Su casa “un nombre hasta tiempo indefinido” (Isa. 56:4, 5).
9. ¿Qu´e consejo inspirado sobre el matrimonio deber
´ıamos tomar a pecho?
124 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
en matrimonio y est´an decididos a sostener la norma
divina de casarse “solo en el Se˜
nor”, una decisi´
on
que merece nuestro aplauso (1 Cor. 7:39). Y, claro,
algunos son viudos o viudas, por lo que est´an solos.�
Ninguno de ellos debe olvidar jam´as que Jehov
´a y Je-
s´
us siempre los tienen presentes (Jer. 22:3; l´
ease 1 Co-
rintios 7:8, 9).10 En vista de lo anterior, Jerem
´ıas pod
´ıa recurrir
a Dios mientras se mantuviera soltero. ¿C´
omo? Re-
cordemos que el profeta se deleitaba en la palabra de
Jehov´a, la cual le result
´o una fuente de fortaleza y
consuelo durante los a˜
nos en que desempe˜
n´
o su co-
misi´
on divina. Aparte de eso, hizo lo posible por evi-
tar la compa˜
n´ıa de quienes pudieran ridiculizarlo
por ser soltero; de hecho, prefiri´
o ‘sentarse absoluta-
mente solo’ antes que alternar con aquellos indivi-
duos (l´
ease Jerem´ıas 15:17).
11 Numerosos cristianos solteros, tanto hombres
� Otros puede que vivan solos porque su c´
onyuge, posiblemente unno creyente, se separ
´o u obtuvo un divorcio legal.
10, 11. a) ¿Qu´e ayud
´o a Jerem
´ıas a ser feliz en su solter
´ıa? b) ¿C
´omo
confirman las experiencias de nuestros hermanos que se puede disfrutar deuna vida plena sin estar casado?
¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 125
como mujeres de todas las edades, siguen el modelo
de Jerem´ıas, y sus experiencias demuestran que es
muy´
util estar inmerso en el servicio a Dios, es de-
cir, participar de lleno en las actividades espiritua-
les. Por ejemplo, una Testigo de una congregaci´
on
china se˜
nala: “El precursorado le da rumbo a mi
vida. Ser soltera me permite llevar una vida ocupa-
da y plena, lo cual me ayuda a evitar el sentimiento
de soledad. Al final del d´ıa estoy satisfecha porque
veo que mi ministerio beneficia de verdad a la gen-
te, y eso me hace muy feliz”. Una precursora de
38 a˜
nos opina: “El secreto de la felicidad consiste en
disfrutar de los aspectos positivos de cualquier situa-
ci´
on en que te encuentres”. Y una hermana soltera
del sur de Europa admiti´
o con franqueza: “Tal vez
mi vida no sea exactamente como yo esperaba que
fuera, pero soy feliz y seguir´e si
´endolo”.
12 ¿Es posible que Jerem´ıas pensara que su vida
no era como la hab´ıa planeado? Quiz
´as. Pero puede
que tambi´en viera que lo mismo les sucede a quienes
12, 13. a) ¿Cu´al es un punto de vista realista sobre la solter
´ıa y el matri-
monio? b) ¿Qu´e destacan la vida y consejos de Pablo sobre la solter
´ıa?
126 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
se casan y tienen hijos. Una precursora espa˜
nola ex-
plica: “Conozco matrimonios que son felices y otros
que no lo son. Esta realidad me convence de que mi
felicidad no depende de que me case o no”. Sin duda
alguna, la experiencia de Jerem´ıas —una entre mi-
les— demuestra que los solteros pueden disfrutar de
una vida satisfaciente y feliz. Otro caso que lo corro-
bora es el del ap´
ostol Pablo, quien escribi´
o: “Digo a
los no casados y a las viudas: les es bueno permane-
cer as´ı como yo” (1 Cor. 7:8). Probablemente Pa-
blo era viudo; de cualquier modo, no estaba casado
mientras fue misionero (1 Cor. 9:5). ¿No es l´
ogico
pensar que su estado civil contribuy´
o a que se entre-
gara tan de lleno a su servicio? As´ı es, pudo “atender
constantemente al Se˜
nor sin distracci´
on”, lo que se
tradujo en grandes beneficios (1 Cor. 7:35).
¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 127
“Valoro sobremanera los momentos de sole-dad. Puedo comunicarme con Jehov
´a en oraci
´on
y disfrutar de la meditaci´
on y el estudio personalsin distracciones. [...] La solter
´ıa ha contribuido
mucho a mi gozo.” (Babette)
13 Pablo tambi´en escribi
´o por inspiraci
´on: “Los que
[se casen] tendr´an tribulaci
´on en la carne”. Y luego
a˜
nadi´
o esta profunda verdad: “Si alguno est´a resuel-
to en su coraz´
on [...] [a] guardar su propia virgini-
dad, har´a bien. Por consiguiente, tambi
´en el que da
su virginidad en matrimonio hace bien, pero el que
no la da en matrimonio har´a mejor” (1 Cor. 7:28,
37, 38). Jerem´ıas nunca ley
´o estas palabras, pero lo
que hizo con su vida demuestra que la solter´ıa no es
un estorbo para ser dichoso en el servicio a Dios.
Todo lo contrario: resulta de gran ayuda para llevar
una vida con sentido, centrada en la adoraci´
on pura.
El rey Sedequ´ıas, que era casado, no atendi
´o el con-
sejo del profeta y muri´
o; en cambio, Jerem´ıas, que
era soltero, obr´
o de tal manera que sobrevivi´
o.
¿Qu´
e podemos aprender del hecho de que Jerem´ıas
permaneciera soltero durante muchos a˜
nos?
RECONFORTEMOS Y SEAMOS RECONFORTADOS14 Como ya se ha dicho, la mayor
´ıa de los hombres
y mujeres del tiempo de Jerem´ıas se casaban y for-
maban sus familias. Y lo mismo cabe decir de los
14. ¿Qu´e resalta la relaci
´on de la familia de
´Aquila con Pablo?
128 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
contempor´aneos de Pablo. Es razonable pensar que,
en general, los cristianos con familia no ten´ıan la po-
sibilidad de mudarse al extranjero para participar en
el ministerio como Pablo, pero hab´ıa mucho que ha-
cer en sus localidades, lo que inclu´ıa apoyar a los sol-
teros. Recordemos que cuando Pablo lleg´
o a Corinto,´
Aquila y Priscila lo acogieron en su casa y trabaja-
ron con´el en el mismo oficio. Pero la cosa no qued
´o
ah´ı; la amistad que le brindaron a Pablo seguramen-
te result´
o muy enriquecedora. Imaginemos los bue-
nos ratos que pasar´ıan compartiendo una comida o
las ocasiones en las que pudieron animarse mu-
tuamente. ¿Tuvo Jerem´ıas compa
˜neros as
´ı? Aunque
aprovech´
o su solter´ıa para servir a Dios, no era
un ermita˜
no, ni mucho menos. Es muy probable
que disfrutara de la reconfortante compa˜
n´ıa de las
familias de siervos devotos de Dios, como Baruc y´
Ebed-m´elec (Rom. 16:3; l
´ease Hechos 18:1-3).
15 Los cristianos solteros de la actualidad tambi´en
se benefician de la afectuosa compa˜
n´ıa que les brin-
dan las familias que imitan a la de´
Aquila. Y la
15. ¿C´omo pueden apoyar las familias cristianas a los no casados?
¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 129
nuestra, ¿ofrece ese tipo de compa˜
n´ıa a quienes
no est´an casados? Cierta hermana confes
´o: “He deja-
do el mundo y no quiero volver a´el. Pero sigo nece-
sitando cari˜
no y afecto. Le pido a Jehov´a que nos
d´e a los solteros m
´as alimento espiritual y
´animo.
No somos invisibles, y no todos estamos deseosos
de casarnos. Sin embargo, en cierto sentido parece
que estamos solos. Es verdad que podemos recurrir
a Jehov´a, pero cuando necesitamos calor humano,
¿podemos recurrir a nuestra familia espiritual?”. Mi-
les de solteros pueden responder con un sincero “s´ı”,
pues gozan de buen compa˜
nerismo en la congrega-
ci´
on. Su c´ırculo de amigos no se reduce a Testigos de
su misma edad. Como son muy sociables, disfrutan
de la amistad que les dan tanto los j´
ovenes como los
mayores.16 Si lo planeamos, podemos ser una fuente de
´ani-
mo para los solteros al incluirlos de vez en cuando
en las actividades de la familia, como en la Noche de
Adoraci´
on en Familia. Invitar a un hermano soltero
16. ¿Qu´e cosas sencillas podemos hacer para apoyar a los no casados de
nuestra congregaci´on?
130 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
a comer puede significar mucho m´as que simplemen-
te compartir un plato de buena comida. ¿Y si qued´a-
ramos para salir al ministerio del campo juntos?
O ¿qu´e tal si le pedimos que venga con nosotros a
trabajar en el mantenimiento del Sal´
on del Reino o
incluso de compras alguna vez? Hay familias que han
invitado a un viudo, una viuda o un precursor solte-
ro a que viaje con ellos a la asamblea o a un lugar
de vacaciones. Tal compa˜
nerismo ha sido muy recon-
fortante para todos.17 Otro aspecto que les concierne a los hermanos
solteros es el cuidado de los padres envejecidos.
En los tiempos de Jes´
us, algunos jud´ıos prominentes
evitaban con astucia atender a sus padres. Afirmaban
que los deberes religiosos que ellos mismos se hab´ıan
impuesto ten´ıan prioridad sobre las obligaciones im-
puestas por Dios en cuanto al cuidado de sus proge-
nitores (Mar. 7:9-13). No deber´ıa ser as
´ı en el caso
de las familias cristianas (1 Tim. 5:3-8).18 Pero ¿qu
´e ocurre cuando los padres mayores
17-19. a) ¿Por qu´e se necesita equilibrio al organizar el cuidado de los pa-
dres mayores o enfermos? b) ¿Qu´e nos ense
˜na el hecho de que Jes
´us se
ocupara de su madre?
¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 131
tienen varios hijos cristianos? Si uno de ellos no est´a
casado, ¿se convierte ineludiblemente en su cuidador
principal? Una hermana japonesa escribi´
o: “Me gus-
tar´ıa casarme, pero no puedo porque debo cuidar de
mis padres. Tengo la plena confianza de que Jehov´a
comprende la presi´
on que supone atender a los pa-
dres y el dolor de coraz´
on que sentimos los solteros”.
¿Podr´ıa ser que ella tuviera hermanos y hermanas ca-
sados que hubieran decidido, sin consultarle, que de-
b´ıa encargarse de atender a los padres? En casos
como estos, cabe se˜
nalar que Jerem´ıas tuvo herma-
nos que no lo trataron con justicia (l´
ease Jerem´ıas
12:6).19 Jehov
´a comprende a los solteros y se compade-
ce de los que atraviesan tiempos dif´ıciles (Sal. 103:
11-14). De todas maneras, los padres envejecidos o
enfermos son los progenitores de todos sus hijos,
no solo de los solteros. Puede que algunos est´en ca-
sados y tengan familia; pero esto no rompe los lazos
afectivos naturales con sus padres ni los exime de
cumplir con su deber cristiano de ayudar cuando
hace falta. Pensemos en Jes´
us que, aun cuando esta-
132 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
ba a punto de morir en el madero, reconoci´
o su de-
ber y no se desentendi´
o del cuidado de su madre
(Juan 19:25-27). La Biblia no da normas detalladas
sobre c´
omo organizar la atenci´
on de los padres ma-
yores o enfermos; tampoco dice en ninguna parte
que los hijos no casados sean autom´aticamente m
´as
responsables que los dem´as. En este tema tan delica-
do, los familiares han de llegar a un acuerdo mani-
festando buen juicio y consideraci´
on mutua, sin olvi-
dar el ejemplo que Jes´
us dej´
o al ocuparse de su
madre.20 Bajo inspiraci
´on, Jerem
´ıas predijo que habr
´ıa
compa˜
nerismo y hermandad dentro del pueblo de
Jehov´a (Jer. 31:34). Nosotros ya disfrutamos en la
congregaci´
on de una sobresaliente camarader´ıa que
incluye, por supuesto, a los hermanos y hermanas
no casados. No cabe la menor duda de que todos de-
seamos intercambiar est´ımulo con ellos y ver que
permanecen en el camino de la vida.
20. ¿C´omo se siente al ver la hermandad que reina en la congregaci
´on?
Con relaci´
on a los hermanos no casados, ¿qu´
e otros pasospodr
´ıa dar usted para reconfortar y ser reconfortado?
¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 133
CORR´IA el cuarto a
˜no del reinado del inicuo rey
Jehoiaquim (alrededor del 625 antes de nuestra era),
y Baruc, el fiel secretario de Jerem´ıas, se sent
´ıa can-
sado. Jerem´ıas le mand
´o escribir en un rollo todas las
palabras que Jehov´a le hab
´ıa hablado a
´el contra Je-
rusal´en y Jud
´a durante los veintitr
´es a
˜nos que lleva-
ba de profeta (Jer. 25:1-3; 36:1, 2). Baruc no ley´
o el
contenido del rollo a los jud´ıos de inmediato, sino al
a˜
no siguiente (Jer. 36:9, 10). Pero algo lo aflig´ıa. ¿Qu
´e
era?2 “¡Ay de m
´ı, ahora —se lament
´o Baruc—, porque
Jehov´a ha a
˜nadido desconsuelo a mi dolor! Me he fa-
tigado a causa de mi suspirar.” Tambi´en nosotros he-
mos expresado sentimientos de cansancio alguna vez
en la vida, bien de manera audible, o silenciosamente
en el coraz´
on. Sea como sea que se haya quejado Ba-
1, 2. a) ¿A qu´e conflicto personal se encar
´o Baruc en el cuarto a
˜no de
Jehoiaquim? b) ¿C´omo ayud
´o Jehov
´a a Baruc?
CAP´ITULO 9
‘NO SIGAS BUSCANDO COSASGRANDES PARA TI’
134 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
ruc, Jehov´a estaba oyendo. Aquel que sondea los cora-
zones conoc´ıa el motivo de su desaliento y, vali
´endo-
se de Jerem´ıas, lo corrigi
´o con bondad (l
´ease Jerem
´ıas
45:1-5). ¿A qu´e obedec
´ıa el cansancio de Baruc? ¿Aca-
so era la misi´
on que se le hab´ıa encomendado o las
circunstancias en las que deb´ıa cumplirla? En reali-
dad, su estado emotivo se originaba en el coraz´
on. Ba-
ruc andaba “buscando cosas grandes”. ¿Qu´e cosas?
¿Qu´e le prometi
´o Jehov
´a si aceptaba su consejo y su
gu´ıa? ¿Y qu
´e ense
˜nanza provechosa nos deja su expe-
riencia?
¿QU´
E ERAN LAS “COSAS GRANDES”?
3 Baruc conoc´ıa la naturaleza de las “cosas gran-
des” que persegu´ıa, y sab
´ıa tambi
´en que “los ojos
de [Dios] est´an sobre los caminos del hombre, y to-
dos sus pasos´el ve” (Job 34:21). La raz
´on por la que
no hallaba “descanso” mientras transcrib´ıa los men-
sajes prof´eticos de Jerem
´ıas no era su comisi
´on, sino
su propio concepto de lo que consideraba grande,
lo que hab´ıa en su coraz
´on. Estaba tan absorto bus-
cando “cosas grandes” que hab´ıa perdido de vista las
3. ¿Cu´al era la ra
´ız del problema espiritual de Baruc?
‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 135
cosas m´as importantes: las que tienen que ver con
hacer la voluntad divina (Fili. 1:10). La Traducci´
on
del Nuevo Mundo transmite todo el sabor del verbo
usado aqu´ı al verterlo “sigues buscando”. De modo
que no se trataba de una idea pasajera; Baruc llevaba
tiempo yendo detr´as de “cosas grandes” cuando Jeho-
v´a le advirti
´o que dejara de hacerlo. Aunque el fiel
secretario de Jerem´ıas estaba cumpliendo con la vo-
luntad de Dios, al mismo tiempo ansiaba “cosas gran-
des”.4 Una posibilidad es que a Baruc le preocuparan la
fama y el prestigio. Si bien le serv´ıa de escriba a Jere-
m´ıas, es muy probable que fuera m
´as que un simple
secretario personal del profeta. En Jerem´ıas 36:32 se
lo llama “el secretario”. Las pruebas arqueol´
ogicas
apuntan a que desempe˜
naba un alto cargo en el pa-
lacio real. De hecho, el mismo t´ıtulo se le aplica a
“Elisam´a el secretario”, quien figura en la lista de
los pr´ıncipes de Jud
´a. Esto da a entender que Baruc
tambi´en tuvo acceso al “comedor del secretario” en
4, 5. ¿Por qu´e podemos decir que las “cosas grandes” de Baruc tal vez tu-
vieran que ver con la fama y el prestigio, y por qu´e era pertinente la
advertencia de Jehov´a?
136 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
“la casa del rey” como colega de Elisam´a (Jer. 36:11,
12, 14). De lo anterior se deduce que Baruc debi´
o de
ser un funcionario muy ilustrado del palacio. Su her-
mano Seraya ocupaba el cargo de “comisario ordena-
dor” del rey Sedequ´ıas, a quien acompa
˜n
´o a Babilo-
nia en una importante misi´
on (l´
ease Jerem´ıas 51:59).
Al parecer, Seraya se encargaba de los v´ıveres y el
hospedaje del soberano cuando este sal´ıa de viaje.
Ciertamente un cargo muy importante.5 Es comprensible que alguien que perteneciera a
las altas esferas se cansara de escribir mensajes con-
denatorios contra Jud´a, uno detr
´as de otro. M
´as a
´un,
el apoyo que Baruc le brind´
o al profeta de Dios de
seguro hizo peligrar su posici´
on y su carrera. Ahora,
pensemos en lo que pasar´ıa cuando Jehov
´a demolie-
ra lo que hab´ıa edificado, seg
´un lo anunciado en Je-
rem´ıas 45:4. Cuando llegara esa hora, las “cosas gran-
des” que anhelaba Baruc —ya fuera mayor honra en
la corte o prosperidad material— carecer´ıan de valor.
Si lo que pretend´ıa era asegurarse una posici
´on en el
sistema jud´ıo condenado a muerte, Dios estaba justi-
ficado para corregir su inclinaci´
on.
‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 137
6 Por otro lado, las “cosas grandes” de Baruc quiz´as
incluyeran la prosperidad material. Las naciones ve-
cinas de Jud´a cifraban toda su confianza en las rique-
zas. Moab confiaba en sus ‘obras y tesoros’, igual que
Amm´
on. En cuanto a Babilonia, Jehov´a dijo median-
te Jerem´ıas que ‘abundaba en tesoros’ (Jer. 48:1, 7; 49:
1, 4; 51:1, 13). Pero aquellas naciones fueron condena-
das por Dios.7 Si la aspiraci
´on de Baruc era acumular bienes y
riquezas, entonces se entiende el porqu´e de la ad-
monici´
on divina. Cuando Jehov´a ‘extendiera su mano
contra’ los jud´ıos, sus casas y campos pasar
´ıan a
ser de sus enemigos (Jer. 6:12; 20:5). Supongamos
que hubi´eramos vivido en Jerusal
´en en aquella
´epo-
ca. La mayor´ıa de la gente —con inclusi
´on de los pr
´ın-
cipes, los sacerdotes y el rey mismo— cree que debe
combatir a los invasores babilonios. Pero o´ımos decir
a Jerem´ıas: “Sirvan al rey de Babilonia y sigan vivien-
do” (Jer. 27:12, 17). ¿Nos habr´ıa facilitado acatar la
orden divina el tener muchas posesiones en la ciudad?
¿Nos habr´ıa inclinado el amor a nuestras pertenen-
6, 7. En el caso de que las “cosas grandes” de Baruc fueran los bienes ma-teriales, ¿el ejemplo de qu
´e naciones estar
´ıa copiando?
138 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
cias a actuar conforme a la exhortaci´
on de Jerem´ıas,
o a seguir a la mayor´ıa? Un hecho es innegable: to-
dos los objetos de valor de Jud´a y Jerusal
´en, entre
ellos los que estaban en el templo, fueron saqueados
por los babilonios. As´ı que el af
´an de adquirir y ate-
sorar riquezas habr´ıa sido in
´util (Jer. 27:21, 22). ¿Cap-
tamos la lecci´
on?
¿Con qu´
e consejo bondadoso corrigi´
o Jehov´
a la inclinaci´
onde Baruc a buscar “cosas grandes”? ¿Por qu
´e es sensato
aceptar la correcci´
on divina?
“TE DAR´
E TU ALMA COMO DESPOJO”
8 Reflexionemos ahora sobre este punto en particu-
lar: ¿qu´e obtendr
´ıa Baruc por seguir el consejo de
Dios? ¡Nada menos que su “alma”! Ese ser´ıa su “des-
pojo” (l´
ease Jerem´ıas 45:5). Los jud
´ıos que se salvaron
del desastre fueron relativamente pocos. ¿Qui´enes?
Los que obedecieron la orden divina de rendirse a los
caldeos (Jer. 21:9; 38:2). “¿Fue eso todo lo que reci-
bieron por obedecer?”, quiz´as pregunte alguien.
9 Pues bien, pensemos en el estado en que se hallaba
8, 9. ¿Por qu´e fue relevante el hecho de que Baruc recibiera su alma como
despojo?
‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 139
Jerusal´en durante el sitio babilonio. La ciudad se
abrasaba lentamente en el calor del asedio, a diferen-
cia de Sodoma, que fue calcinada en un instante y
cuya destrucci´
on fue, en cierto modo, m´as soportable
(Lam. 4:6). Baruc escribi´
o la profec´ıa de que los ha-
bitantes de Jerusal´en morir
´ıan por la espada, el ham-
bre y la peste, y tiene que haber sido testigo de su
cumplimiento. La escasez de alimentos toc´
o fondo.
¡Qu´e horror estar en una ciudad donde las madres,
por naturaleza compasivas, cocinaron a sus propios
hijos y se los comieron! (Lam. 2:20; 4:10; Jer. 19:9.)
No obstante, Baruc sobrevivi´
o. En medio de tanto
caos, la vida en s´ı era como un despojo, como el bo-
t´ın que se lleva el vencedor en una batalla. Obviamen-
te, Baruc acept´
o el consejo divino de no buscar “co-
sas grandes” y se granje´
o el favor de Jehov´a, como lo
atestigua el hecho de que sobreviviera (Jer. 43:5-7).
¿BUSCAREMOS “COSAS GRANDES”?
10 Aunque Baruc estaba ocupado haciendo la volun-
tad divina, durante un tiempo luch´
o con el deseo de
10, 11. ¿Qu´e parecidos con nuestros tiempos y con nosotros personalmen-
te hallamos en el relato de Baruc?
140 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
adquirir “cosas grandes”. Jehov´a le avis
´o del peligro,
y´el se libr
´o del desastre espiritual y la muerte f
´ısi-
ca. Como Baruc, ¿podr´ıamos nosotros tambi
´en ver-
nos tentados o hasta confundidos por deseos alojados
en lo rec´
ondito del coraz´
on, aun cuando estuvi´era-
mos sirviendo activamente a Jehov´a?
11 A lo mejor, hacerse un nombre fue para Ba-
ruc una verdadera tentaci´
on. Podemos o´ırlo cavilan-
do: “¿Conservar´e mi puesto de secretario? ¿Podr
´e
mejorar de posici´
on?”. Pregunt´emonos: “¿Tengo aspi-
raciones, quiz´as secretas, de hacer carrera en el mun-
do ahora o en el futuro cercano?”. Algunos j´
ovenes
har´ıan bien en plantearse la siguiente cuesti
´on: “¿Me
dejar´e seducir por la idea de adquirir prestigio y se-
guridad econ´
omica mediante los logros acad´emicos y
buscar´e ‘cosas grandes’?”.
12 Un hermano que actualmente sirve en la sede
mundial ten´ıa 15 a
˜nos cuando le ofrecieron una beca
para que estudiara en la universidad. Ante el asombro
de sus maestros, la rechaz´
o y prefiri´
o seguir la carrera
12. ¿C´omo busc
´o un hermano cosas grandes para Jehov
´a, y qu
´e opina us-
ted de su elecci´on?
‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 141
de precursor. Pero sus ansias de aprender no se apa-
garon. Al llegar como misionero a una isla remota,
tuvo que aprender el idioma, que hablaban poco m´as
de diez mil personas. En vista de que no exist´ıa un
diccionario, se dio a la tarea de confeccionar un glo-
sario. Con el tiempo lleg´
o a dominar el idioma y se le
pidi´
o que tradujera algunas de nuestras publicaciones
cristianas. Posteriormente, el glosario que hab´ıa com-
pilado sirvi´
o de base para elaborar el primer diccio-
nario en aquella lengua. Esto fue lo que dijo ante un
gran auditorio en una asamblea de distrito: “Si hubie-
ra aceptado ir a la universidad, los logros acad´emicos
que hubiera cosechado habr´ıan sido para mi propia
gloria. Pero como ven, no tengo ning´
un t´ıtulo, as
´ı que
no puedo atribuirme el m´erito por lo que he hecho.
Toda la alabanza va a Jehov´a” (Pro. 25:27). Joven,
¿qu´e opinas de la decisi
´on que este hermano tom
´o
a los 15 a˜
nos? A lo largo de su vida,´el ha gozado
de m´
ultiples privilegios en el pueblo de Dios. ¿C´
omo
quieres utilizar t´
u los talentos que posees? En vez de
perseguir la gloria personal, ¿est´as resuelto a utilizar-
los para alabar a Jehov´a?
142 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
13 Existe otro peligro af´ın al que nos ocupa: buscar
“cosas grandes” para los seres que uno ama y sobre
quienes uno influye o buscarlas a trav´es de ellos. Hay
en el mundo padres que se valen de maniobras para
que sus hijos sean en la vida lo que ellos no pudieron
ser o para que se conviertan en personas de las cua-
les jactarse. No es raro o´ırles decir: “No quiero que
mi hijo tenga que trabajar tanto como yo” o “Yo quie-
ro que mi hijo vaya a la universidad para que sal-
ga adelante”. Los padres cristianos pudieran albergar
ideas semejantes. Cierto, alguien quiz´as afirme que
no busca grandes cosas para s´ı; pero ¿pudiera hacer-
lo indirectamente, como, por ejemplo, a trav´es de un
hijo o una hija? Tal como es posible que Baruc se
haya visto tentado a buscar prominencia mediante su
carrera o su posici´
on, un padre podr´ıa desear en el
coraz´
on adquirirla mediante sus hijos. Pero ¿no ver´ıa
esto el “examinador de los corazones”, como lo vio en
el caso de Baruc? (Pro. 17:3.) Por consiguiente, rogue-
mos a Dios que escudri˜
ne nuestros pensamientos m´as
secretos, al igual que hizo David (l´
eanse Salmo 26:2 y
13. ¿Por qu´e conviene que los padres reflexionen sobre la lucha que tuvo
Baruc?
‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 143
Jerem´ıas 17:9, 10). Jehov
´a se sirve de diversos medios,
como el presente an´alisis sobre Baruc, para alertar-
nos sobre el peligro de buscar “cosas grandes”.
¿Cu´
al pudo haber sido una de las “cosas grandes”que buscaba Baruc? ¿Qu
´e lecci
´on extraemos?
LA TRAMPA DE LAS “COSAS VALIOSAS”
14 Consideremos la posibilidad de que las “cosas
grandes” que ansiaba Baruc consistieran en las rique-
zas. Como hemos indicado antes, si´el hubiera estado
especialmente apegado a sus bienes y propiedades en
Jud´a, le habr
´ıa costado mucho obedecer la orden di-
vina de entregarse a los caldeos. El rico suele confiar
en sus “cosas valiosas”, pero la Biblia asegura que la
protecci´
on que ofrecen est´a “en su imaginaci
´on” (Pro.
18:11). A todos los siervos de Jehov´a nos viene bien
recordar el punto de vista equilibrado que nos da
su Palabra sobre las cosas materiales (l´
ease Proverbios
11:4). Llegados a este punto, tal vez alguien se pregun-
te: “¿Y qu´e tiene de malo disfrutar un poco de lo que
el mundo ofrece?”.
14, 15. ¿C´omo pudieran las riquezas convertirse en “cosas grandes” para
nosotros?
144 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
15 El apego a las posesiones puede llevar al cristiano
a ansiar cosas que forman parte de un mundo desti-
nado a la ruina. Eso no les pas´
o a Jerem´ıas y Baruc.
Muchos a˜
nos despu´es, Jes
´us lanz
´o una advertencia a
la gente que viviera cuando “el Hijo del hombre [hu-
biera] de ser revelado”. Dijo: “Acu´erdense de la espo-
sa de Lot”. Igual de v´alida podr
´ıa ser para los cristia-
nos la exhortaci´
on: “Acu´erdense de Jerem
´ıas y Baruc”
(Luc. 17:30-33). Si nos encari˜
namos demasiado con
las cosas materiales, ser´a dif
´ıcil seguir la recomenda-
ci´
on de Jes´
us. Tengamos presente que Baruc puso a
salvo su vida porque se tom´
o muy a pecho el consejo
que Dios le dio.16 Fij
´emonos en la experiencia de los hermanos de
Rumania durante el r´egimen comunista. Cuando los
agentes del gobierno allanaban sus hogares, a veces
les confiscaban sus efectos personales, sobre todo ob-
jetos que pudieran vender (Lam. 5:2). Muchos herma-
nos estuvieron dispuestos a perderlo todo. Algunos
tuvieron que dejar atr´as sus pertenencias y propieda-
des cuando fueron reubicados en otros lugares, y aun
16. Relate una experiencia en la que los siervos de Dios mantuvieron losbienes materiales en su debido lugar.
‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 145
as´ı se mantuvieron fieles a Jehov
´a. Si a nosotros nos
tocara pasar por tal prueba, ¿permitir´ıamos que el
apego a los bienes materiales se interpusiera en nues-
tra lealtad a Dios? (2 Tim. 3:11.)17 Vale la pena destacar que Jerem
´ıas y Baruc reci-
bieron el apoyo de algunos de sus contempor´aneos.
Sofon´ıas profetiz
´o durante el reinado de Jos
´ıas, mien-
tras Jerem´ıas efectuaba su ministerio. ¿Qu
´e habr
´a
pensado Jerem´ıas de las palabras consignadas en So-
fon´ıas 1:18? (L
´ease.) ¿Verdad que no es dif
´ıcil imagi-
narlo comentando con Baruc esta profec´ıa inspirada?
Otro coet´aneo suyo fue Ezequiel, quien fue lleva-
do cautivo a Babilonia en 617. Algunos de sus actos
y mensajes ten´ıan que ver directamente con los ju-
d´ıos que permanecieron en su patria, por lo que es
probable que Jerem´ıas estuviera enterado de lo que
Ezequiel dec´ıa o hac
´ıa, y viceversa. Entre sus decla-
raciones figura la que leemos en Ezequiel 7:19 (l´
ea-
se). De seguro, Jerem´ıas y Baruc sacaron provecho de
aquellas palabras inspiradas, y nosotros tambi´en po-
demos hacerlo. En el d´ıa de Jehov
´a, los hombres in-
17. ¿De qu´e manera pudieron haber sido una fuente de ayuda para Jere-
m´ıas y Baruc algunos de sus contempor
´aneos?
146 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
vocar´an a sus dioses para que los salven, pero ni sus
dioses ni sus riquezas los librar´an del furor divino
(Jer. 2:28).
¿RECIBIREMOSNUESTRA “ALMA COMO DESPOJO”?
18 Recordemos que Jehov´a ha prometido darnos
nuestra “alma” como despojo. Aun si algunos de sus
siervos mueren en la persecuci´
on que pueda desatar-
se durante “la gran tribulaci´
on” cuando los cuernos
pol´ıticos de la bestia salvaje embistan a la religi
´on,
estos fieles en realidad no saldr´an perdiendo. Cuen-
tan con la garant´ıa de que su “alma” volver
´a a vivir y
de que disfrutar´an “de la vida que realmente lo es” en
el nuevo mundo prometido por Dios (Rev. 7:14, 15;
1 Tim. 6:19). No obstante, podemos tener la seguri-
dad de que la mayor´ıa de los cristianos que se manten-
gan fieles sobrevivir´an a la gran tribulaci
´on. Sabemos
a ciencia cierta que cuando Dios traiga la calamidad
sobre las naciones, ninguno de sus fieles se contar´a
entre “los muertos por Jehov´a” (Jer. 25:32, 33).
18. ¿El “alma” de qui´en queremos recibir como despojo, y c
´omo lo logra-
remos?
‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 147
19 A algunos quiz´as les desilusione la idea de que
el´
unico despojo que obtendr´an ser
´a su “alma”, mas
no hay raz´
on para ello. Recordemos que mientras los
habitantes de Jerusal´en mor
´ıan de hambre, Jehov
´a
vel´
o por la vida de Jerem´ıas. ¿C
´omo? El rey Sedequ
´ıas
orden´
o que lo custodiaran en el Patio de la Guardia
y que le dieran todos los d´ıas “un pan redondo de la
calle de los panaderos, hasta que todo el pan de la ciu-
dad se agot´
o” (Jer. 37:21). As´ı fue como sobrevivi
´o Je-
rem´ıas. En efecto, Jehov
´a puede utilizar cualquier me-
dio para conservar vivo a su pueblo. Y que lo har´a, lo
har´a; la esperanza de la vida eterna est
´a garantizada.
Baruc sobrevivi´
o a la destrucci´
on de Jerusal´en porque
no sigui´
o “buscando cosas grandes”. Nosotros tam-
bi´en anhelamos sobrevivir al Armaged
´on para alabar
a Jehov´a con nuestra “alma”, de la cual gozaremos
como despojo por la eternidad.
19. ¿C´omo fortalecen nuestra resoluci
´on de no buscar “cosas grandes”
para nosotros los ejemplos de Jerem´ıas y Baruc?
¿Por qu´
e es sabio no buscar “cosas grandes” ahora,sino esperar anhelantes a que se nos d
´e nuestra “alma”
como despojo?
148 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
JEREM´IAS est
´a sumido en el llanto. Tanto las cir-
cunstancias presentes de su pueblo como las predic-
ciones que ha recibido de Dios para el futuro le des-
garran el coraz´
on. Desea que su cabeza sea como un
manantial y sus ojos como una fuente para no dejar
de llorar. No le faltan razones por las cuales lamen-
tar el estado de la naci´
on (Jer. 9:1-3; l´
ease Jerem´ıas 8:
20, 21). Como el pueblo sigue rechazando la Ley de
Dios y no obedece su voz, le sobrevendr´a la calami-
dad (Jer. 6:19; 9:13).2 A los jud
´ıos, a quienes les gustaba o
´ır de boca de
sus dirigentes religiosos que todo iba bien, no les in-
teresaba en realidad lo que Jehov´a opinaba de su con-
ducta (Jer. 5:31; 6:14). Eran semejantes a un enfer-
mo que solo quiere que el m´edico le diga palabras
tranquilizadoras y pase por alto los s´ıntomas graves.
1, 2. a) ¿Cu´al era el estado espiritual de los contempor
´aneos de Jerem
´ıas?
b) ¿C´omo debieron haber actuado ante su enfermedad?
CAP´ITULO 10
¿NOS PREGUNTAMOS A DIARIO“D
´ONDE EST
´A JEHOV
´A”?
¿Nos preguntamos a diario “d´
onde est´
a Jehov´
a”? 149
Si nosotros estuvi´esemos muy enfermos, ¿no de-
sear´ıamos obtener un diagn
´ostico exacto y recibir el
tratamiento oportuno? Espiritualmente hablando, los
contempor´aneos de Jerem
´ıas debieron haber buscado
una evaluaci´
on honrada de su salud espiritual. Debie-
ron haberse preguntado: “¿D´
onde est´a Jehov
´a?” (Jer.
2:6, 8).3 Preguntarse “d
´onde est
´a Jehov
´a” habr
´ıa supues-
to buscar la gu´ıa divina a la hora de tomar decisio-
nes tanto importantes como triviales. Aquellos jud´ıos
no lo hicieron. Pero despu´es de la desolaci
´on de Jeru-
sal´en y su retorno del exilio en Babilonia, tendr
´ıan
que ‘buscar a Jehov´a’; entonces lo hallar
´ıan y llega-
r´ıan a conocer sus caminos (l
´ease Jerem
´ıas 29:13, 14).
¿C´
omo podr´ıan buscarlo? Una forma ser
´ıa solicitan-
do su gu´ıa mediante oraciones sinceras. As
´ı lo hizo el
rey David, quien rog´
o a Dios: “Hazme conocer tus
propios caminos, oh Jehov´a; ens
´e
˜name tus propias
sendas” (Sal. 25:4). Fij´emonos ahora en la invitaci
´on
que el Oidor de la oraci´
on extendi´
o mediante Jere-
3. a) ¿C´omo pudieron haberse contestado los jud
´ıos la pregunta de “d
´on-
de est´a Jehov
´a”? b) ¿Cu
´al ser
´ıa una forma de buscar a Jehov
´a?
150 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
m´ıas en el d
´ecimo a
˜no de Sedequ
´ıas: “Ll
´amame, y yo
te responder´e y prontamente te informar
´e de cosas
grandes e incomprensibles que no has conocido” (Jer.
33:3). Si el rey y la naci´
on renegada llamaban a Dios,´el les revelar
´ıa cosas “incomprensibles” para ellos: la
destrucci´
on de Jerusal´en y su reconstrucci
´on tras ya-
cer setenta a˜
nos desolada.4 Una segunda forma en que los jud
´ıos podr
´ıan
buscar a Jehov´a ser
´ıa estudiando su manera de tra-
tarlos a lo largo de la historia. De este modo recorda-
r´ıan qu
´e le agradaba y qu
´e provocaba su c
´olera. Po-
se´ıan los escritos de Mois
´es y varios relatos hist
´oricos
inspirados, as´ı como los anales de los reyes de Israel
y Jud´a. Reflexionar en todo ello y escuchar a los pro-
fetas verdaderos les ayudar´ıa a encontrar la respues-
ta a la pregunta: “¿D´
onde est´a Jehov
´a?”.
5 Yen tercer lugar, podr´ıan buscar a Jehov
´a aprove-
chando sus experiencias personales y las de los de-
m´as. No es que tuvieran que aprenderlo todo por el
m´etodo de ensayo y error, pero s
´ı les beneficiar
´ıa ana-
lizar sus propios actos del pasado y lo que pensaba
4, 5. ¿De qu´e otros modos podr
´ıan los jud
´ıos haber buscado a Jehov
´a?
¿Nos preguntamos a diario “d´
onde est´
a Jehov´
a”? 151
Jehov´a al respecto. Siendo observadores, compren-
der´ıan lo que Dios opinaba de su conducta (Pro.
17:10).6 Apliquemos esta lecci
´on a nuestra realidad. ¿Nos
preguntamos constantemente “d´
onde est´a Jehov
´a”
antes de tomar una decisi´
on y elegir una manera de
proceder? Si reconocemos que algunas veces no he-
mos sido tan juiciosos como deber´ıamos, no cedamos
al des´animo. Hasta el fiel patriarca Job tuvo su pro-
pia lucha y, al encontrarse bajo presi´
on, solo pens´
o
en s´ı mismo. De hecho, Elih
´u tuvo que recordarle que
todos tenemos esa misma tendencia: “Nadie ha di-
cho: ‘¿D´
onde est´a Dios mi Magn
´ıfico Hacedor [...]?’”
(Job 35:10). Por ello lo inst´
o diciendo: “Mu´estrate
atento a las maravillosas obras de Dios” (Job 37:14).
Job deb´ıa observar las maravillas de Jehov
´a tanto en
la creaci´
on como en sus tratos con los seres huma-
nos. Por experiencia propia, Job lleg´
o a comprender
los caminos de Dios. Tras superar su prueba y ver
c´
omo hab´ıa manejado Jehov
´a la situaci
´on, dijo: “Ha-
bl´e, pero no entend
´ıa cosas demasiado maravillosas
6. ¿C´omo nos anima el ejemplo de Job?
152 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
para m´ı, las cuales no conozco. De o
´ıdas he sabido de
ti, pero ahora mi propio ojo de veras te ve” (Job 42:
3, 5).7 En cuanto a Jerem
´ıas, sigui
´o buscando a Jehov
´a y
lo encontr´
o. A diferencia de sus paisanos, no dej´
o de
preguntarse durante decenios de servicio fiel “d´
onde
est´a Jehov
´a”. Bas
´andonos en su ejemplo, veremos a
continuaci´
on c´
omo podemos buscar y hallar a Jeho-
v´a mediante la oraci
´on, el estudio y las experiencias
personales (1 Cr´
o. 28:9).
7. ¿Qu´e vamos a estudiar a continuaci
´on?
JEREM´IAS RECURRI
´O A JEHOV
´A EN ORACI
´ON
8 Durante los a˜
nos que sirvi´
o de vocero ante la na-
ci´
on de Jud´a, Jerem
´ıas busc
´o a Jehov
´a con oraciones
sentidas. Recurri´
o a´el por apoyo cuando tuvo que
proclamar mensajes impopulares, cuando crey´
o que
no pod´ıa seguir m
´as y cuando no entendi
´o las razo-
nes por las cuales ocurr´ıan ciertas cosas. Jehov
´a le
8. ¿En qu´e circunstancias or
´o Jerem
´ıas a Dios?
¿Qu´
e implica preguntarse “d´
onde est´
a Jehov´
a”?¿De qu
´e maneras podr
´ıan haberse preguntado esto
los contempor´
aneos de Jerem´ıas?
¿Nos preguntamos a diario “d´
onde est´
a Jehov´
a”? 153
respondi´
o y le dio instrucciones sobre c´
omo proce-
der. Estudiemos algunos ejemplos.9 En una ocasi
´on, cuando Jerem
´ıas tuvo que procla-
mar un mensaje de denunciaci´
on, sinti´
o que todo el
mundo lo estaba maldiciendo. De modo que le pidi´
o
a Dios que se acordase de´el. En su oraci
´on, recogida
en Jerem´ıas 15:15, 16, nos dice qu
´e sentimientos des-
pert´
o en´el la respuesta divina (l
´ease). Jerem
´ıas expre-
s´
o su angustia; sin embargo, cuando hall´
o las palabras
de Dios y las puso en su boca, por as´ı decirlo, se lle-
n´
o de gozo. Jehov´a lo ayud
´o a valorar el privilegio de
portar su nombre y proclamar su mensaje. As´ı, Je-
rem´ıas vio claramente d
´onde estaba Jehov
´a en esta
situaci´
on. ¿Qu´e aprendemos nosotros?
10 En otra ocasi´
on, despu´es que lo golpe
´o el sacer-
dote Pasjur, hijo de Imer, Jerem´ıas dijo que ya
no volver´ıa a hablar en el nombre de Jehov
´a. ¿De
qu´e manera respondi
´o Dios a la vehemente expre-
si´
on de Jerem´ıas? (L
´ease Jerem
´ıas 20:8, 9.) La Biblia
9. a) ¿C´omo se expres
´o el profeta en Jerem
´ıas 15:15, 16, y c
´omo respondi
´o
Jehov´a? b) ¿Por qu
´e es importante expresarle a Dios c
´omo nos sentimos?
10. ¿C´omo respondi
´o Jehov
´a cuando Jerem
´ıas dijo que no volver
´ıa a ha-
blar m´as en su nombre?
154 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
no nos dice que Dios habl´
o con el profeta desde el
cielo. Pero su palabra lleg´
o a ser como un fuego en-
cerrado en los huesos de Jerem´ıas, y este no pudo m
´as
que proclamarla. En realidad, lo que lo impuls´
o a se-
guir con la comisi´
on divina fue expresarse con toda
sinceridad ante Dios y dejarse llevar por lo que sab´ıa
que era Su voluntad.11 A Jerem
´ıas lo desconcertaba ver la prosperidad
de los inicuos, y se lo hizo saber a Jehov´a (l
´ease Jere-
m´ıas 12:1, 3). Aunque no pretend
´ıa cuestionar en ab-
soluto la justicia divina, buscaba una respuesta a su
queja. Su franqueza dej´
o ver el estrecho lazo que los
un´ıa, muy parecido al que une a un ni
˜no con su ama-
do padre. Lo que pasaba era que Jerem´ıas no en-
tend´ıa por qu
´e muchos jud
´ıos triunfaban a pesar de
su maldad. ¿Obtuvo una respuesta satisfactoria? S´ı,
Jehov´a le asegur
´o que desarraigar
´ıa a los malvados
(Jer. 12:14). Ver c´
omo Jehov´a se encargaba de los
asuntos que le planteaba en oraci´
on tuvo que afian-
zar la confianza de Jerem´ıas en la justicia divina.
11, 12. ¿C´omo se le contest
´o a Jerem
´ıas la cuesti
´on que plante
´o sobre la
aparente prosperidad de los inicuos?
¿Nos preguntamos a diario “d´
onde est´
a Jehov´
a”? 155
En consecuencia, es muy probable que las oraciones
a su Dios y Padre fueran cada vez m´as frecuentes y
francas.12 En el ocaso del reinado de Sedequ
´ıas, cuando los
babilonios sitiaron Jerusal´en, Jerem
´ıas dijo que Jeho-
v´a es Aquel “cuyos ojos est
´an abiertos sobre todos los
caminos de los hijos de los hombres, a fin de dar a
cada uno conforme a sus caminos y conforme al fru-
to de sus tratos” (Jer. 32:19). Estas palabras indican
que el profeta entendi´
o cu´al es la postura de Jehov
´a
en materia de justicia: el Alt´ısimo observa lo que hace
cada uno de sus siervos y escucha sus sinceras s´
upli-
cas, y, a su vez, sus siervos ven m´as y m
´as testimo-
nios de que´
El da “a cada uno conforme a sus cami-
nos y conforme al fruto de sus tratos”.13 Probablemente no tengamos ninguna duda sobre
la justicia de Dios y el sabio modo como´el lleva y lle-
var´a a cabo su voluntad. Aun as
´ı, podemos benefi-
ciarnos mucho si reflexionamos en las experiencias de
Jerem´ıas y le contamos a Jehov
´a nuestros temores
o preocupaciones. Expresarnos con la misma fran-
13. ¿Por qu´e confiamos en que Dios llevar
´a a cabo su voluntad?
156 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
queza que el profeta nos ayudar´a a reforzar nuestra
confianza en Dios y en que su voluntad sin falta se
realizar´a. Incluso si de momento no entendemos com-
pletamente el desenvolvimiento de algunos sucesos o
la raz´
on por la que el prop´
osito de Dios se desarrolla
a cierto ritmo, podemos expresarle en oraci´
on nues-
tra total confianza en que nada escapa a su control.
Jehov´a har
´a su voluntad a la manera y al ritmo que
´el considere convenientes. Eso est
´a garantizado, y
no tenemos ning´
un motivo para dudarlo. Continuare-
mos preguntando “d´
onde est´a Jehov
´a”, pues no deja-
remos de orar para comprender su voluntad y ver
testimonios del cumplimiento de su prop´
osito (Job
36:5-7, 26).
A la hora de buscar a Jehov´
a en oraci´
on,¿qu
´e nos garantizan las experiencias de Jerem
´ıas?
JEREM´IAS ALIMENT
´O SU CORAZ
´ON
CON CONOCIMIENTO
14 Jerem´ıas estaba muy al tanto de que necesitaba
el ‘conocimiento de Dios’ para responder a la pregun-
ta: “¿D´
onde est´a Jehov
´a?” (Jer. 9:24). Es claro que
14. ¿C´omo sabemos que Jerem
´ıas investig
´o la historia del pueblo de Dios?
¿Nos preguntamos a diario “d´
onde est´
a Jehov´
a”? 157
investig´
o la historia del pueblo de Dios mientras com-
pon´ıa los libros conocidos como 1 y 2 de Reyes, pues
aludi´
o concretamente a “el libro de los asuntos de
Salom´
on”, “el libro de los asuntos de los d´ıas de
los reyes de Israel” y “el libro de los asuntos de los
d´ıas de los reyes de Jud
´a” (1 Rey. 11:41; 14:19; 15:7).
Por consiguiente, lleg´
o a entender c´
omo hab´ıa mane-
jado Jehov´a varias situaciones, qu
´e le complac
´ıa y
cu´al era su parecer sobre las decisiones del pueblo.
En aquel entonces tambi´en dispon
´ıa de escritos inspi-
rados, como los de Mois´es, Josu
´e, Samuel, David y Sa-
lom´
on. Indudablemente, Jerem´ıas conoc
´ıa bien a los
profetas de anta˜
no y a sus contempor´aneos. ¿C
´omo
lo benefici´
o su estudio?15 Jerem
´ıas escribi
´o el relato acerca de Jezabel, la
malvada consorte del rey Acab de Samaria, en el que
El´ıas profetiz
´o que los perros se la comer
´ıan en la par-
cela de Jezreel (1 Rey. 21:23). Sabemos que, en cum-
plimiento de esta profec´ıa, unos catorce a
˜nos despu
´es
Jezabel fue echada por una ventana, hollada por las
caballer´ıas de Jeh
´u y devorada por los perros (2 Rey.
15. ¿De qu´e le sirvi
´o a Jerem
´ıas estudiar la profec
´ıa de El
´ıas?
158 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
9:31-37). Estudiar la profec´ıa de El
´ıas y los detalles de
su cumplimiento tiene que haber fortalecido la fe de
Jerem´ıas en la palabra de Dios. De hecho, tras su per-
severante labor prof´etica se escond
´ıa una fe alimen-
tada por el estudio de las obras de Jehov´a.
16 Pensemos en otro ejemplo. ¿Qu´e hizo que Jere-
m´ıas —pese a la persecuci
´on— siguiera advirtiendo a
reyes malvados como Jehoiaquim y Sedequ´ıas? Una
raz´
on fundamental fue que Jehov´a lo hizo como “una
ciudad fortificada y una columna de hierro y muros
de cobre” ante los reyes de Jud´a (Jer. 1:18, 19). Pero
no hay que olvidar que Jerem´ıas estudi
´o a fondo los
reinados de los anteriores soberanos de Jud´a e Israel.
Tom´
o buena nota de que Manas´es hab
´ıa edificado “al-
tares a todo el ej´ercito de los cielos en dos patios de
la casa de Jehov´a”, hab
´ıa sacrificado a su propio hijo
en el fuego y hab´ıa derramado much
´ısima sangre ino-
cente (2 Rey. 21:1-7, 16; l´
ease Jerem´ıas 15:4). Adem
´as,
sab´ıa que cuando Manas
´es se humill
´o y sigui
´o oran-
do a Jehov´a, “
´El se dej
´o rogar” y restaur
´o al rey en el
trono (l´
ease 2 Cr´
onicas 33:12, 13).
16, 17. ¿Por qu´e pudo perseverar Jerem
´ıas en su comisi
´on de advertir a
los reyes malvados de su d´ıa?
¿Nos preguntamos a diario “d´
onde est´
a Jehov´
a”? 159
17 En sus escritos, Jerem´ıas no menciona la miseri-
cordia que Jehov´a le demostr
´o a Manas
´es. Pero este
rey hab´ıa muerto solo unos quince a
˜nos antes de su
nombramiento como profeta, por lo que´el debi
´o de
saber qu´e sucedi
´o cuando el monarca se arrepinti
´o de
sus malvados actos anteriores. Conocer la deplorable
conducta de Manas´es y el resultado de su arrepenti-
miento debi´
o de grabar en Jerem´ıas la importancia de
seguir instando a reyes como Sedequ´ıas a buscar la
misericordia y la bondad inmerecida de Jehov´a. Inclu-
so un rey famoso por su idolatr´ıa y derramamiento
de sangre era capaz de arrepentirse y obtener el per-
d´
on. Si hubi´eramos estado en el lugar de Jerem
´ıas,
¿nos habr´ıa animado el caso de Manas
´es a perseverar
en nuestra comisi´
on durante el gobierno de otros re-
yes malvados?
APRENDAMOS DE LA EXPERIENCIA
18 Durante su vida de profeta, Jerem´ıas aprendi
´o
observando c´
omo actuaron sus contempor´aneos en
determinadas situaciones. Uno de ellos fue Uriya. Du-
18. ¿Qu´e pudo aprender Jerem
´ıas de lo que le pas
´o a Uriya, y c
´omo lo sa-
bemos?
160 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
rante el reinado de Jehoiaquim, este profetiz´
o contra
Jerusal´en y Jud
´a; sin embargo, por temor al rey huy
´o
a Egipto. El monarca mand´
o a sus hombres que se lo
trajeran y se le diera muerte (Jer. 26:20-23). ¿Apren-
di´
o Jerem´ıas de lo que le sucedi
´o a Uriya? El hecho
de que siguiera advirtiendo a los jud´ıos de la inminen-
te calamidad —incluso en la zona del templo— de-
muestra que s´ı. Jerem
´ıas no perdi
´o el valor, y Jehov
´a
nunca lo abandon´
o. Dios debi´
o de motivar a Ahiqam,
hijo de Saf´an, para que lo protegiera (Jer. 26:24).
19 Jerem´ıas tambi
´en aprendi
´o de sus vivencias per-
sonales mientras Jehov´a lo us
´o para advertir al pue-
blo. En el cuarto a˜
no de Jehoiaquim, Jehov´a le mand
´o
escribir todas las palabras que le hab´ıa hablado desde
los d´ıas de Jos
´ıas hasta ese momento. ¿Con qu
´e obje-
tivo? Animar a los jud´ıos a que se volvieran de su mal
camino y as´ı pudieran recibir el perd
´on (l
´ease Jere-
m´ıas 36:1-3). Jerem
´ıas, quien madrugaba para procla-
mar los mensajes de Dios, hasta les rog´
o que dejaran
sus pr´acticas detestables (Jer. 44:4). Por experiencia
propia, Jerem´ıas entendi
´o que Dios hab
´ıa enviado a
19. ¿Qu´e aprendi
´o Jerem
´ıas de la persistencia de Jehov
´a en enviar profe-
tas a su pueblo?
¿Nos preguntamos a diario “d´
onde est´
a Jehov´
a”? 161
los profetas movido por la compasi´
on. ¿No habr´a
engendrado esto en´el una compasi
´on semejante?
(2 Cr´
o. 36:15.) Ahora comprendemos por qu´e dijo lo
siguiente al sobrevivir a la destrucci´
on de Jerusal´en:
“Son los hechos de bondad amorosa de Jehov´a el que
no nos hayamos acabado, porque sus misericordias
ciertamente no terminan. Son nuevas cada ma˜
nana”
(Lam. 3:22, 23).
¿C´
omo debi´
o de influir en Jerem´ıas haber estudiado
la relaci´
on de Dios con su pueblo y haber meditadoen sus propias experiencias y en las de otros?¿Qu
´e aprendemos nosotros de ello?
¿NOS PREGUNTAMOS DIARIAMENTE“D
´ONDE EST
´A JEHOV
´A”?
20 Todos los d´ıas tomamos decisiones. ¿Nos esforza-
mos por que encajen con la voluntad de Dios, es de-
cir, nos preguntamos “d´
onde est´a Jehov
´a”? (Jer. 2:
6-8.) Contrario a los jud´ıos de su
´epoca, Jerem
´ıas
siempre recurri´
o al Todopoderoso para saber qu´e ca-
mino tomar. Imitarlo buscando a diario la opini´
on de
Jehov´a es definitivamente la mejor opci
´on a la hora
de decidir.
20. ¿C´omo podemos imitar la forma en que Jerem
´ıas busc
´o a Jehov
´a?
162 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
21 La decisi´
on que uno vaya a tomar no tiene por
qu´e ser crucial ni hist
´orica. Por ejemplo, tal vez se
trate de salir al ministerio del campo el d´ıa que usted
ha elegido. Quiz´as al levantarse vea un cielo encapo-
tado y gris que invita a quedarse en casa; quiz´as el
territorio donde se va a predicar se ha abarcado repe-
tidas veces, o quiz´as recuerde que algunos vecinos lo
han rechazado con fingida cortes´ıa o con evidente ru-
deza. En ese momento, ¿no convendr´ıa buscar a Jeho-
v´a en oraci
´on? Hacerlo le ayudar
´a a reflexionar en la
belleza del mensaje y a sentir m´as profundamente que
la voluntad de Dios es que lo divulgue. Entonces, per-
cibir´a que la palabra de Jehov
´a es una fuente de gozo
y felicidad, como result´
o ser para Jerem´ıas (Jer. 15:
16, 20). Si durante el ministerio encuentra a alguien
que es muy rudo o que incluso lo amenaza, no deje
de expresarle a Dios c´
omo se siente. No olvide que´el
puede concederle esp´ıritu santo para que d
´e una res-
puesta adecuada y para que el deseo de comunicar el
mensaje divino supere cualquier sentimiento negati-
vo (Luc. 12:11, 12).
21. ¿Qu´e tipo de oraci
´on puede ayudarnos en aspectos relacionados con el
ministerio, como cuando alguien nos responde bruscamente?
¿Nos preguntamos a diario “d´
onde est´
a Jehov´
a”? 163
22 No obstante, conviene saber que algunas oracio-
nes pueden ser estorbadas u obstruidas (l´
ease Lamen-
taciones 3:44). Jehov´a no escuch
´o las plegarias de los
jud´ıos rebeldes porque ‘apartaron su o
´ıdo de
´el’ y
persistieron en su proceder desaforado (Pro. 28:9).
La lecci´
on debi´
o de quedarle clara a Jerem´ıas, tal
como deber´ıa quedarnos clara a nosotros: si alguien
no obra en armon´ıa con sus oraciones, desagradar
´a a
Dios y puede que sus oraciones no sean escuchadas.
De m´as est
´a decir que todos queremos evitar esto
cueste lo que cueste.23 Adem
´as de pedir sinceramente la gu
´ıa de Jehov
´a,
tenemos que seguir con nuestro estudio perso-
nal, algo imprescindible para conocer su voluntad.
En esto le llevamos ventaja a Jerem´ıas, ya que conta-
mos con la Biblia completa. Como el profeta, que
hizo una seria investigaci´
on para componer su relato
hist´
orico inspirado, podemos profundizar en la Pala-
bra de Dios y buscar su gu´ıa pregunt
´andonos “d
´on-
de est´a Jehov
´a”. Cuando nos esforzamos por cono-
22. ¿Por qu´e podr
´ıan ser obstruidas algunas oraciones?
23, 24. a) ¿Qu´e es esencial si queremos conocer la voluntad de Jehov
´a?
b) ¿C´omo podemos hacer m
´as beneficioso el estudio personal?
164 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
cer su voluntad, demostramos que confiamos en´el
y, por tanto, ‘llegaremos a ser como´arboles planta-
dos junto a las aguas, que env´ıan sus ra
´ıces al mis-
m´ısimo lado de la corriente de agua’ (l
´ease Jerem
´ıas
17:5-8).24 Durante nuestra lectura meditativa de las Santas
Escrituras, procuremos ver lo que Jehov´a espera de
nosotros en determinadas situaciones. Busquemos los
principios que deseemos recordar y poner en pr´acti-
ca. Si se trata de relatos hist´
oricos, mandamientos y
principios divinos y dichos de sabidur´ıa, pensemos
c´
omo deben influir en nuestras decisiones diarias.
Si buscamos su ayuda, Dios puede mediante su Pala-
bra escrita capacitarnos para manejar incluso situa-
ciones complejas. En efecto, podremos ver con la Bi-
blia “cosas grandes e incomprensibles que no h[emos]
conocido” ni comprendido antes (Jer. 33:3).25 Asimismo, puede sernos
´util reflexionar sobre las
experiencias propias y ajenas. Por ejemplo, ha habido
cristianos que han dejado de confiar en Jehov´a, como
le pas´
o a Uriya (2 Tim. 4:10). Debemos aprender de
25, 26. ¿Por qu´e nos beneficia reflexionar sobre las experiencias?
¿Nos preguntamos a diario “d´
onde est´
a Jehov´
a”? 165
sus errores y evitar su desastroso final. Meditemos a
menudo en la bondad amorosa con que Jehov´a nos
ha tratado, as´ı como Jerem
´ıas agradeci
´o la compasi
´on
y la misericordia divinas. Por desesperada que sea la
situaci´
on, jam´as pensemos que el Alt
´ısimo se ha olvi-
dado de nosotros.´
El siempre nos cuidar´a, como hizo
con Jerem´ıas.
26 Al reflexionar en la manera como ayuda Jehov´a
a sus siervos hoy, nos daremos cuenta de que utiliza
diversos medios para guiarnos todos los d´ıas. Aki,
una hermana joven de Jap´
on, cre´ıa que era indigna de
llamarse cristiana. Un d´ıa, mientras predicaba con la
esposa del superintendente de circuito, le dijo: “Creo
que Jehov´a va a vomitarme de su boca, pero me es-
toy agarrando de sus labios, pidi´endole que me d
´e un
poco m´as de tiempo”. La hermana, mir
´andola a los
ojos, le respondi´
o: “¡Nunca me has parecido una cris-
tiana tibia!”. M´as tarde, Aki reflexion
´o en este comen-
tario alentador. La realidad es que no ten´ıa ninguna
raz´
on para pensar que Jehov´a alguna vez la hab
´ıa con-
siderado tibia. Aki or´
o a Jehov´a: “Env
´ıame adonde
quieras. Har´e lo que t
´u desees que haga”. Poco des-
166 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
pu´es, visit
´o otro pa
´ıs donde hab
´ıa un grupito de her-
manos de lengua japonesa que necesitaba a alguien
que supiera el idioma y pudiera quedarse para apo-
yarlos. Casualmente, Aki hab´ıa nacido en aquel pa
´ıs,
lo que le facilitar´ıa los tr
´amites en caso de trasladar-
se. Pero ¿d´
onde vivir´ıa? Una hermana cuya hija se ha-
b´ıa mudado del hogar le ofreci
´o una habitaci
´on. “Era
como si las piezas de un rompecabezas fueran todas
encajando; Jehov´a me estaba allanando el camino”,
coment´
o Aki.27 Numerosos hermanos pueden mencionar momen-
tos en los que personalmente sintieron la gu´ıa de
Dios, quiz´as mientras le
´ıan la Biblia o realizaban su
estudio personal. Ytal vez a usted le haya pasado algo
semejante. Pues bien, eso debe fortalecer su lazo con
Jehov´a y motivarlo a orarle incluso con mayor fre-
cuencia y fervor. Estamos seguros de que mientras si-
gamos pregunt´andonos “d
´onde est
´a Jehov
´a”,
´el nos
ense˜
nar´a el camino (Isa. 30:21).
27. ¿Por qu´e debemos preguntarnos “d
´onde est
´a Jehov
´a” antes de actuar?
¿Qu´
e implica para usted preguntarse “d´
onde est´
a Jehov´
a”?¿De qu
´e maneras puede buscar la gu
´ıa divina?
¿Nos preguntamos a diario “d´
onde est´
a Jehov´
a”? 167
HIROYASU era un ni˜
no japon´es a quien su mam
´a le
compr´
o un carnero y una oveja. Como la oveja pro-
creaba anualmente dos cr´ıas, el reba
˜no fue aumentan-
do. Para cuando el ni˜
no cumpli´
o 12 a˜
nos, ya hab´ıa
doce o trece animales. “Una ma˜
nana temprano, mien-
tras estaba todav´ıa en la cama, o
´ı balar las ovejas
—recuerda´el—. No sal
´ı enseguida. Cuando por fin
lo hice, vi una jaur´ıa de perros salvajes que hu
´ıan, de-
jando a mis corderitos todos destripados. Desespera-
do, busqu´e a la madre. La encontr
´e en un charco de
sangre todav´ıa respirando. Solo se salv
´o el carnero.
Qued´e con el coraz
´on destrozado. Deb
´ı haber salido
tan pronto como o´ı los balidos. El reba
˜no se hallaba
indefenso ante el ataque de los perros.”2 En tiempos b
´ıblicos, casi todo el mundo estaba fa-
miliarizado con el oficio de pastor. La funci´
on del
1, 2. a) ¿Qu´e puede pasar si se deja desprotegido un reba
˜no? b) ¿En qu
´e
consist´ıa el oficio de pastor en tiempos b
´ıblicos?
CAP´ITULO 11
“PASTORES DE ACUERDOCON MI CORAZ
´ON”
168 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
pastor era apacentar al reba˜
no, asegurarse de que co-
miera bien, protegerlo de los depredadores y buscar
a los extraviados (1 Sam. 17:34-36). Tambi´en llevaba a
la manada a descansar en lugares sosegados, asist´ıa a
las madres en el parto y cuidaba de los corderitos.
Muchos escritores b´ıblicos, entre ellos Jerem
´ıas, em-
plearon metaf´
oricamente la imagen del pastor para
representar al hombre que tiene por misi´
on cuidar de
la gente, o bien como su gobernante, o como su supe-
rintendente espiritual.3 Podr
´ıa ser que uno viera a los ancianos de la con-
gregaci´
on como pastores solo cuando visitan a los
hermanos para ayudarlos y darles´animo. No obstan-
te, Jerem´ıas aplic
´o los t
´erminos pastor y pastorear a
todo aspecto de la relaci´
on entre los dirigentes de
Jud´a y el pueblo. A menudo, Dios conden
´o a los
pr´ıncipes, profetas y sacerdotes por ser malos pasto-
res, pues no procuraban el bienestar de la gente co-
m´
un (Jer. 2:8). Maltrataban, descarriaban y desaten-
d´ıan a las “ovejas” mientras velaban ego
´ıstamente por
sus propios intereses. La espiritualidad del pueblo
3. ¿A qu´e se refiri
´o Jerem
´ıas con los t
´erminos pastor y pastorear?
“Pastores de acuerdo con mi coraz´
on” 169
de Dios se hallaba en un estado deplorable. Jehov´a
anunci´
o males para estos falsos pastores y prometi´
o
dar a su pueblo pastores cari˜
nosos y considerados que
de veras lo protegieran (l´
eanse Jerem´ıas 3:15 y 23:1-4).
4 La promesa divina tuvo un importante cumpli-
miento en el Pastor Principal de las ovejas de Jeho-
v´a, a saber, Jes
´us, quien vino a ser Cabeza de la
congregaci´
on cristiana.´
El se llam´
o a s´ı mismo “el
pastor excelente”, pues mostr´
o genuina compasi´
on
por aquellos que ten´ıa a su cargo (Juan 10:11-15). Ac-
tualmente, Jehov´a cuida de su reba
˜no en la Tierra me-
diante subpastores, tanto hermanos ungidos de la cla-
se del esclavo fiel y discreto como ancianos diligentes
de la “gran muchedumbre” (Rev. 7:9). Todos ellos pro-
curan manifestar el esp´ıritu de entrega de Jesucristo
y, como´el, alimentan y aman a la congregaci
´on. ¡Ay
de cualquiera que descuide a sus hermanos, que sea
tirano o que los trate con dureza o arrogancia! (Mat.
20:25-27; 1 Ped. 5:2, 3.) ¿Qu´e busca Jehov
´a en los pas-
tores cristianos? ¿Qu´e nos ense
˜nan los escritos de Je-
4. ¿Qui´enes tienen a su cargo el reba
˜no de Dios, y con qu
´e actitud llevan
a cabo su labor?
170 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
rem´ıas sobre las actitudes y los motivos con que los
ancianos deben llevar a cabo su labor? Analicemos su
papel de ayudantes y protectores, el de maestros den-
tro y fuera de la congregaci´
on y el de jueces.
CUIDAN Y PROTEGEN
5 El ap´
ostol Pedro llam´
o a Jehov´a el “pastor y
superintendente de [nuestras] almas” (1 Ped. 2:25).
¿C´
omo ve Dios a sus “ovejas”? Hallamos la respues-
ta retrocediendo a la´epoca de Jerem
´ıas. Tras cen-
surar a los malos pastores por haber dispersado y
desatendido al reba˜
no, Jehov´a dijo que juntar
´ıa a sus
ovejas y las har´ıa volver a sus pastos. Tambi
´en pro-
meti´
o levantarles buenos pastores, ‘que realmente las
pastorear´ıan’ y las defender
´ıan de enemigos voraces
(Jer. 23:3, 4). En efecto, las ovejas eran muy valiosas
para Jehov´a, y lo siguen siendo, pues ha pagado un al-
t´ısimo precio por su bienestar eterno (1 Ped. 1:18, 19).
6 Como si de pastores literales se tratara, los supe-
rintendentes no pueden descuidar a la congregaci´
on.
Ancianos, ¿est´an ustedes alerta a cualquier se
˜nal de
5-7. a) ¿Qu´e trato espera Jehov
´a que se d
´e a sus ovejas, y por qu
´e?
b) ¿C´omo demuestran los ancianos verdadero amor por sus hermanos, in-
cluidos los que se han extraviado?
“Pastores de acuerdo con mi coraz´
on” 171
sufrimiento de parte de sus hermanos y est´an listos
para acudir en su auxilio sin demora? El sabio rey
Salom´
on escribi´
o: “Debes conocer positivamente la
apariencia de tu reba˜
no. Fija tu coraz´
on en tus hatos”
(Pro. 27:23). Aunque estas palabras hacen hincapi´e en
la laboriosidad del pastor literal, en principio pue-
den aplicarse al cuidado que los pastores espirituales
dispensan a la congregaci´
on. Es oportuno, pues, que
los ancianos se pregunten: “¿Estoy combatiendo de
manera consciente cualquier tendencia que tenga a
dominar a los dem´as?”. El mismo hecho de que Pe-
dro dijera “ense˜
nore´andose de los que son la heren-
cia de Dios” indica que es perfectamente posible que
un anciano se comporte de esta manera. ¿Qu´e pue-
den hacer, entonces, los ancianos para que “el reba-˜
no se eche”, seg´
un la descripci´
on que se encuentra en
Jerem´ıas 33:12? (L
´ease.) Los padres y las madres sin
c´
onyuge, las viudas, las familias con padrastros o ma-
drastras, los viejos y los j´
ovenes est´an entre quienes
precisan atenci´
on y asistencia especiales.7 Al igual que un pastor va en busca de las ove-
jas extraviadas, el anciano a veces tiene que ir a bus-
172 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
car y ayudar a los que por una u otra raz´
on se han
descarriado del reba˜
no. Para ello necesita vestirse de
un esp´ıritu de sacrificio y humildad. Debe, con pa-
ciencia, dedicar tiempo a atender las necesidades de
los hermanos que tiene a su cargo. Ancianos, preg´
un-
tense con franqueza: “¿Hasta qu´e grado me esfuerzo
yo por animar y fortalecer en lugar de condenar o cri-
ticar? ¿Quiero sinceramente mejorar?”. En ocasiones
se requieren esfuerzos reiterados para ayudar a al-
guien a ver las cosas desde el punto de vista de Dios.
Si un hermano vacila en aceptar un consejo de las
Escrituras (no una mera opini´
on personal), recorde-
mos el ejemplo del Supremo Pastor y Superintenden-
te, Jehov´a, quien ‘sigui
´o hablando’ y tratando de asis-
tir a su pueblo rebelde (Jer. 25:3-6). Hoy, la mayor´ıa
de los siervos de Dios no practican cosas malas; de
todos modos, siempre que sea necesario dar un con-
sejo, los ancianos deben darlo a imitaci´
on de Jehov´a.
8 Mientras a´
un hab´ıa esperanzas de que sus pai-
sanos se volvieran a Jehov´a, Jerem
´ıas or
´o en su
favor. Dijo a Dios: “Acu´erdate de c
´omo estuve de pie
8. ¿C´omo pueden los pastores espirituales imitar a Jerem
´ıas?
“Pastores de acuerdo con mi coraz´
on” 173
delante de ti para hablar lo bueno hasta acerca de
ellos, para volver de contra ellos tu furia” (Jer. 18:20).
De esto se desprende que el profeta buscaba lo bueno
en sus hermanos y no les imputaba malos motivos.
Los superintendentes deben adoptar esa misma acti-
tud hasta que se haga evidente que un hermano se ha
propuesto en su coraz´
on hacer lo que es malo y no va
a cambiar. Un paso positivo es elogiar a los herma-
nos por el bien que est´an logrando y orar por ellos y
con ellos (Mat. 25:21).
¿Qu´
e prometi´
o Jehov´
a mediante Jerem´ıas con relaci
´on a los
pastores espirituales? ¿C´
omo cuidan y protegen al reba˜
nolos superintendentes cristianos?
“ELLOS CIERTAMENTE LOS APACENTAR´
AN”
9 De acuerdo con Jerem´ıas 3:15, los pastores cris-
tianos tienen que ‘apacentar a las ovejas con cono-
cimiento y perspicacia’; en otras palabras, tienen que
saber ense˜
nar (1 Tim. 3:2; 5:17). Jehov´a prometi
´o a su
pueblo que eso, precisamente, es lo que har´ıan los
buenos pastores, e inst´
o a los jud´ıos a aceptar las
9, 10. ¿Por qu´e hay que ser un buen maestro para ser un buen pastor (an-
ciano de congregaci´on)?
174 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
amonestaciones de su profeta Jerem´ıas (l
´ease Jerem
´ıas
6:8). Las ovejas deben alimentarse bien para estar sa-
nas. De modo similar, para gozar de salud espiritual,
el pueblo de Dios necesita nutrirse de las Escrituras
y seguir su gu´ıa.
10 En lo que respecta a su papel de maestros, los an-
cianos tienen un doble deber: tanto ayudar a los que
ya son cristianos verdaderos como ayudar a los
que todav´ıa no lo son. En cuanto al segundo deber,
recordemos que una de las principales razones por las
que existe la congregaci´
on cristiana es la predicaci´
on
de las buenas nuevas del Reino de Dios. Por eso, los
ancianos deben ser evangelizadores celosos (Jer. 1:7-
10). As´ı cumplir
´an con su responsabilidad ante Dios
por un lado, y por otro, les dar´an el ejemplo a los her-
manos. Ancianos, ¿no han notado que predicar a me-
nudo con diferentes hermanos y hermanas les permi-
te ayudarlos a refinar sus m´etodos de ense
˜nanza, al
tiempo que refinan los suyos propios? Adem´as, cuan-
do ustedes se ponen a la cabeza de la predicaci´
on,
imparten a los hermanos el´animo que necesitan, lo
que contribuye al progreso de toda la congregaci´
on.
“Pastores de acuerdo con mi coraz´
on” 175
11 La ense˜
nanza de los ancianos debe fundarse en la
Biblia para que sea alimento espiritual sano. Por tal
motivo, el anciano que desee ser un maestro eficaz ha
de ser un estudiante aplicado de la Palabra de Dios.
Este hecho contrasta con la raz´
on por la cual Jere-
m´ıas tach
´o de ineficaces a los dirigentes de su pue-
blo: “Los pastores se han portado irrazonablemente,
y no han buscado siquiera a Jehov´a. Por eso no han
obrado con perspicacia, y todos sus animales apacen-
tados han sido esparcidos” (Jer. 10:21). Quienes se su-
pon´ıa que fueran maestros no segu
´ıan los principios
de las Escrituras ni buscaban a Dios; por eso, era
imposible que obraran con verdadera sabidur´ıa. Jere-
m´ıas denunci
´o en t
´erminos todav
´ıa m
´as severos a los
supuestos profetas (l´
ease Jerem´ıas 14:14, 15).
12 En contraposici´
on con aquellos falsos pastores,
los superintendentes cristianos estudian y copian el
ejemplo de Jes´
us. Solo as´ı pueden ser pastores sabios.
Tal vez sea dif´ıcil apartar tiempo para estudiar con
regularidad debido a las m´
ultiples obligaciones que
11, 12. ¿A qu´e debe prestar atenci
´on el anciano que quiera ser un buen
pastor?
176 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
absorben su tiempo y atenci´
on. Pero si usted es an-
ciano, preg´
untese: “¿Estoy totalmente convencido de
que mi ense˜
nanza ser´a beneficiosa y veraz y reflejar
´a
conocimiento y perspicacia´
unicamente si se basa en
la Palabra de Dios y la gu´ıa del esclavo fiel y discre-
to?”. Si reconoce que ya no estudia tanto como antes,
¿qu´e piensa hacer para seguir distingui
´endose de los
falsos pastores del tiempo de Jerem´ıas?
13 Un elemento que contribuy´
o a que Jerem´ıas fue-
ra un excelente maestro fue el uso de ejemplos. Claro,
en su caso, el instructor fue Jehov´a. De haber estado
nosotros all´ı, ¡qu
´e dif
´ıcil hubiera sido olvidar la vez
que Jerem´ıas rompi
´o en pedazos una vasija de barro
diciendo que as´ı har
´ıa pedazos Jehov
´a a Jerusal
´en y
sus habitantes! (Jer. 19:1, 10, 11.) En otra ocasi´
on,´el hizo un yugo y se lo puso al cuello para indi-
car que su pueblo sufrir´ıa la cruel opresi
´on de Babi-
lonia (Jerem´ıas, cap
´ıtulos 27 y 28). Dios no manda
hoy a los ancianos que acompa˜
nen su ense˜
nanza con
ilustraciones tan gr´aficas; sin embargo, ¿no es cierto
13. ¿Qu´e hizo que Jerem
´ıas fuera tan buen maestro, y qu
´e pueden apren-
der de´el los pastores cristianos?
“Pastores de acuerdo con mi coraz´
on” 177
que agradecemos cuando entretejen su ense˜
nanza con
ejemplos y experiencias adecuadas? Los ejemplos e
im´agenes bien pensados y oportunos son tanto im-
pactantes como motivadores.14 ¡Cu
´anto valoramos la ense
˜nanza de los pastores
cristianos! Consciente de que su pueblo necesitaba
sanaci´
on espiritual, Jerem´ıas pregunt
´o: “¿No hay b
´al-
samo en Galaad? ¿O no hay sanador all´ı?” (Jer. 8:22).
Por supuesto que hab´ıa b
´alsamo literal en Galaad, re-
gi´
on israelita situada al oriente del Jord´an. Este acei-
te arom´atico de origen vegetal era conocido por sus
virtudes medicinales y sol´ıa aplicarse como remedio
en las llagas o heridas. Lo que no hab´ıa era curaci
´on
espiritual. ¿Por qu´e? Jerem
´ıas observ
´o: “Los profetas
mismos realmente profetizan en falsedad; y en cuan-
to a los sacerdotes, van sojuzgando conforme a sus
poderes. Y mi propio pueblo as´ı lo ha amado” (Jer.
5:31). ¿Cu´al es la situaci
´on actual? ¿Hay “b
´alsamo en
Galaad”? ¡Claro que s´ı! Lo hallamos en nuestras con-
gregaciones. Podemos comparar el b´alsamo vivifica-
14. a) ¿Por qu´e aludi
´o Jerem
´ıas al “b
´alsamo en Galaad”? b) ¿De qu
´e ma-
nera promueven los ancianos la salud espiritual de sus hermanos?
178 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
dor al consuelo que nos brindan los pastores cris-
tianos cuando amorosamente nos se˜
nalan principios
b´ıblicos, nos animan y oran por nosotros y con noso-
tros (Sant. 5:14, 15).
¿Qu´
e aspectos de la ense˜
nanza de los ancianosde su congregaci
´on agradece usted especialmente?
¿Qu´
e hace que la ense˜
nanza de ellos sea eficaz?
“ESTO ES LO QUE HA DICHO JEHOV´
A”
15 Imagine la alegr´ıa del pastor que ve recompensa-
das sus largas jornadas de laborioso trabajo con el
nacimiento de corderos sanos. No obstante,´el sabe
que para que se desarrollen completamente tiene que
atenderlos. Debe proporcionarles alimento nutritivo.
Como los corderos nacen con colas largas que pue-
den arrastrar por el esti´ercol y el barro, se las corta
—con mucho cuidado para no causarles dolor inne-
cesario— y as´ı los mantiene limpios y saludables. Del
mismo modo, los pastores espirituales atienden con
amor a las ovejas, los miembros de su congregaci´
on
(Juan 21:16, 17). A los ancianos tambi´en les da mucho
15, 16. ¿Por qu´e necesitan atenci
´on tanto el reba
˜no literal como el espiri-
tual?
“Pastores de acuerdo con mi coraz´
on” 179
gusto ver que las personas interesadas dan pasos para
hacerse cristianos verdaderos. Su deseo es que todas
las ovejas —tanto j´
ovenes como adultas— est´en salu-
dables, bien nutridas; por eso les prodigan cuidados
constantes y les prestan la ayuda necesaria. Su trabajo
incluye recordarles las cosas “que ha dicho Jehov´a”,
es decir, las ense˜
nanzas de las Escrituras (Jer. 2:2, 5;
7:5-7; 10:2; Tito 1:9).16 Jerem
´ıas tuvo que armarse de valor para anun-
ciar el mensaje de Dios. Los superintendentes tam-
bi´en tienen que ser valientes, sobre todo a la hora de
hablar con los hermanos a fin de protegerlos. Puede
ser, por ejemplo, que un pastor espiritual vea conve-
niente intervenir en una situaci´
on en particular para
evitar que un “corderito reci´en nacido” o una “oveja
adulta” se ensucien con el mundo de Satan´as. Quiz
´as
la persona que corre peligro no est´e buscando conse-
jos; aun as´ı, ¿puede el pastor concienzudo cruzarse de
brazos mientras ve a un miembro de su reba˜
no me-
terse en l´ıos? ¡Por supuesto que no! Tampoco tratar
´a
el asunto con ligereza, pretendiendo que todo est´a
bien, cuando obviamente la realidad es otra y su her-
180 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
mano se arriesga a perder la paz con Jehov´a (Jer.
8:11).17 Si una oveja incauta es inducida a alejarse del
reba˜
no, el pastor vigilante se apresurar´a a encarrilar-
la de nuevo (l´
ease Jerem´ıas 50:6, 7). A veces, el supe-
rintendente tendr´a que razonar con firmeza y amor
con los que se exponen al peligro. Por ejemplo, qui-
z´as observe que una pareja comprometida para ca-
sarse va sin acompa˜
nante a lugares donde la pasi´
on
puede dominarlos. Como pastor amoroso y compren-
sivo que es, los ayudar´a a evitar estas circunstancias
comprometedoras. Guard´andose de lanzar acusacio-
nes, les se˜
nalar´a el riesgo que corren de hacer algo
que Jehov´a odie. Como Jerem
´ıas, los ancianos fieles
condenan lo que Dios condena. En este aspecto son
como Jehov´a, quien inst
´o bondadosamente a su pue-
blo mediante su profeta: “No hagan, por favor, esta
clase de cosa detestable que he odiado” (Jer. 5:7; 25:
4, 5; 35:15; 44:4). ¿Apreciamos de verdad el inter´es por
el reba˜
no que muestran los pastores afectuosos?
17. ¿Cu´ando debe un anciano prestar atenci
´on especial a una oveja en par-
ticular, y c´omo lo har
´a?
“Pastores de acuerdo con mi coraz´
on” 181
18 Desde luego, no todos aquellos a quienes Jere-
m´ıas aconsej
´o lo escucharon; pero hubo algunos que
s´ı. Uno de ellos fue Baruc, su amigo y secretario.
Cuando necesit´
o un consejo firme, Jerem´ıas no se
retuvo de d´arselo (Jer. 45:5). ¿Con qu
´e resultados?
Baruc conserv´
o el favor de Dios y sobrevivi´
o a la des-
trucci´
on de Jerusal´en. Hoy d
´ıa, los esfuerzos que ha-
cen los ancianos por ayudar a sus hermanos tambi´en
tienen un efecto muy positivo. Esto los impulsa a se-
guir ‘aplic´andose a la exhortaci
´on y la ense
˜nanza’ que
llevan a la salvaci´
on (1 Tim. 4:13, 16).
DISCIPLINA AL “GRADO DEBIDO”
19 Otro papel que cumplen los superintendentes es
el de jueces espirituales. En ocasiones excepcionales,
los ancianos tienen que tratar con pecadores obstina-
dos con la esperanza de moverlos al arrepentimien-
to. Jehov´a exhort
´o a los malhechores —con bondad,
pero sin rodeos— a que dejaran sus malos caminos
(Jer. 4:14). Si un miembro de la congregaci´
on reh´
usa
18. ¿Qu´e resultados animadores producen los esfuerzos de los pastores es-
pirituales?19, 20. ¿Qu
´e responsabilidad tienen los ancianos al tratar con los malhe-
chores?
182 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
abandonar su mal proceder, los superintendentes to-
man medidas para proteger al reba˜
no de una posible
influencia corruptora. Siguiendo las normas de las
Escrituras, expulsan al malhechor. Jehov´a espera que
los ancianos defiendan la justicia en tales circunstan-
cias. El buen rey Jos´ıas fue un claro ejemplo al respec-
to, pues “defendi´
o la reclamaci´
on legal del afligido y
del pobre”. Imit´
o el amor de Dios por la justicia. Por
eso, Jehov´a pudo preguntar con respecto a la forma
de obrar de Jos´ıas: “¿No era ese un caso de conocer-
me?”. A Jos´ıas “le fue bien” porque practic
´o el de-
recho y la justicia. ¿No se siente usted m´as seguro
cuando los ancianos imitan el ejemplo de Jos´ıas? (Jer.
22:11, 15, 16.)20 Podemos tener la completa certeza de que Jehov
´a
disciplina a los malhechores al “grado debido” (Jer.
46:28). Por consiguiente, dependiendo de las circuns-
tancias y la actitud del pecador, los ancianos tendr´an
que aconsejarlo, exhortarlo o censurarlo. Y si no se
arrepiente, ser´a necesario expulsarlo. En tal caso, los
ancianos no oran en p´
ublico por la persona expul-
sada que se obstina en el pecado; no sirve de nada
“Pastores de acuerdo con mi coraz´
on” 183
(Jer. 7:9, 16).� Pero s´ı imitar
´an a Dios mostr
´andole
c´
omo recobrar el favor divino (l´
ease Jerem´ıas 33:6-8).
Si bien la expulsi´
on puede ser dolorosa, no nos cabe
duda de que las normas de Dios son rectas y justas, y
los beneficios de aplicarlas son inmejorables (Lam.
1:18).21 Si los pastores cristianos conocen y aplican las
inspiradas normas divinas, el reba˜
no estar´a bien ali-
mentado, saludable y protegido (Sal. 23:1-6). Los
ejemplos de actitudes y motivos (tanto buenos como
malos) que expone Jerem´ıas les ser
´an de gran utili-
dad en el cumplimiento de su importante tarea de
cuidar a las ovejas de Dios. Pregunt´emonos: “¿Segui-
r´e mostrando gratitud por la forma en que Jehov
´a en-
se˜
na, gu´ıa y protege a su pueblo, a saber, mediante
pastores que apacientan al reba˜
no ‘con conocimiento
y perspicacia’?” (Jer. 3:15; 23:4).
� V´ease La Atalaya del 1 de diciembre de 2001, p
´aginas 30 y 31.
21. ¿En qu´e condiciones debe encontrarse el reba
˜no de Dios, y c
´omo po-
demos contribuir a ello?
¿Qu´
e circunstancias exigen que los ancianos act´
uencon valent
´ıa? ¿Qu
´e espera Jehov
´a de los ancianos
que hacen de jueces?
184 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
JEHOIAQUIM estaba construyendo una casa, una
casa grandiosa, con al menos dos plantas, amplias
estancias y grandes ventanales para que corriera la
brisa y entrara el sol a raudales. Ser´ıa un palacio en
el que el rey y su familia se sentir´ıan c
´omodos. Que-
r´ıa forrar las paredes de arom
´atico cedro del L
´ıbano
y darles con bermell´
on —una tintura importada— el
suntuoso tono rojizo tan apreciado por las clases al-
tas de otras civilizaciones (Jer. 22:13, 14).2 El costo de las obras era alto. Y por si fuera
poco, en aquella´epoca la defensa del pa
´ıs y las exi-
gencias tributarias de Egipto hab´ıan dejado vac
´ıas
las arcas del tesoro (2 Rey. 23:33-35). No obstante,
el monarca encontr´
o un modo de sufragar la cons-
trucci´
on de su nuevo hogar: retener los salarios de
los obreros. Jehoiaquim los esclaviz´
o y tom´
o sus
1, 2. ¿Por qu´e no fue prudente que Jehoiaquim emprendiera la construc-
ci´on de un palacio?
CAP´ITULO 12
“¿NO ERA ESE UN CASODE CONOCERME?”
“¿No era ese un caso de conocerme?” 185
sudores como un generoso aporte al sost´en de la mo-
narqu´ıa.
3 Mediante Jerem´ıas, Dios conden
´o a Jehoiaquim
por su ego´ısmo.� Le record
´o que su padre, Jos
´ıas, ha-
b´ıa sido sumamente bueno y dadivoso con los traba-
jadores y los pobres, incluso los hab´ıa defendido en
los tribunales. Dirigiendo la atenci´
on de Jehoiaquim
hacia la consideraci´
on que Jos´ıas tuvo por los me-
nos favorecidos, Jehov´a pregunt
´o: “¿No era ese un
caso de conocerme?” (l´
ease Jerem´ıas 22:15, 16).
4 A medida que la situaci´
on se deteriora en el mun-
do del Diablo, necesitamos la ayuda y protecci´
on
que Jehov´a da a quienes lo conocen
´ıntimamente.
Por tanto, debemos acercarnos cada vez m´as a
´El.
Adem´as, es preciso imitar sus magn
´ıficas cualidades
a fin de tener´exito al predicar las buenas nuevas.
De ah´ı que surja la pregunta: “¿C
´omo pueden los
cristianos conocer a Jehov´a tan bien como el rey Jo-
s´ıas?”.
� Tocante al tr´agico final del rey, v
´ease el cap
´ıtulo 4, p
´arrafo 12, de
este libro.
3. ¿Qu´e contraste hubo entre Jehoiaquim y su padre, y a qu
´e se debi
´o?
4. ¿Por qu´e es importante que conozcamos a Jehov
´a?
186 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
QU´
E SIGNIFICA CONOCER A DIOS
5 Reflexionemos en c´
omo un buen padre influye en
sus hijos. Al verlo compartir lo que tiene con otros
menos favorecidos, es probable que ellos se sientan
impulsados a ser generosos. Observar que trata con
amor y respeto a su esposa los motivar´a a ser consi-
derados con el sexo opuesto. Y saber que es justo y
honrado en cuestiones de dinero, los llevar´a a ser
tambi´en justos y honrados. En efecto, conocer las
cualidades del padre y ver c´
omo act´
ua har´a que los
hijos crezcan con el deseo de imitarlo.
6 De igual modo, el cristiano que conoce a Jehov´a
al mismo grado que Jos´ıas no solo reconoce que es
el Soberano Universal; mediante la lectura de la Bi-
blia percibe c´
omo trata su Padre celestial a sus sier-
vos y siente el deseo de imitarlo. Su amor por´el cre-
ce a medida que en su vida diaria tiene en cuenta lo
que le agrada y lo que le desagrada. Por el con-
trario, la persona que no hace caso de las leyes y
5, 6. a) ¿C´omo influye un buen padre en sus hijos? b) En contraste con el
mal ejemplo de Jehoiaquim, ¿a qu´e nos debe mover el conocimiento de los
caminos de Jehov´a?
“¿No era ese un caso de conocerme?” 187
recordatorios del Dios verdadero y rechaza su in-
fluencia, no llega a conocerlo. Es semejante a Jehoia-
quim, quien arroj´
o al fuego la palabra escrita de
Jehov´a transmitida por Jerem
´ıas (l
´ease Jerem
´ıas 36:
21-24).
7 El´exito de nuestro servicio sagrado y nuestras es-
peranzas de vivir en el nuevo mundo dependen de
que conozcamos de verdad a Jehov´a (Jer. 9:24). Exa-
minemos algunas cualidades de la personalidad de
Dios reveladas en los escritos de Jerem´ıas y, al ha-
cerlo, busquemos maneras de conocerlo e imitarlo
personalmente como hizo Jos´ıas.
7. ¿Por qu´e debemos conocer a Jehov
´a como Jos
´ıas?
“HASTA TIEMPO INDEFINIDOES SU BONDAD AMOROSA”
8 La faceta de la personalidad divina que conoce-
mos como bondad amorosa, o amor leal, es dif´ıcil de
definir en muchos idiomas. Seg´
un un diccionario b´ı-
8. ¿Qu´e es la bondad amorosa?
¿Por qu´
e decimos que el rey Jos´ıas conoc
´ıa a Jehov
´a
´ıntimamente? ¿Qu
´e implica conocer a Jehov
´a
al mismo grado que Jos´ıas?
188 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
blico, el t´ermino hebreo engloba tres significados
que siempre interact´
uan: fuerza, constancia y amor.
La misma obra se˜
nala: “Cualquier traducci´
on del t´er-
mino que no expresa las tres acepciones inevitable-
mente perder´a algo de su riqueza”. As
´ı, la persona
que manifiesta bondad amorosa es m´as que buena;
pone todo su empe˜
no en ayudar a los dem´as a que
satisfagan sus necesidades, sobre todo las espiritua-
les. La raz´
on principal por la que obra de manera tan
desinteresada es su deseo de agradar al Todopode-
roso.9 La mejor manera de captar la esencia de la expre-
si´
on b´ıblica “bondad amorosa” es estudiando c
´omo
trat´
o Dios a sus siervos a lo largo de la historia.
Jehov´a protegi
´o y aliment
´o a los israelitas mientras
vagaron cuarenta a˜
nos por el desierto. En la Tierra
Prometida les proporcion´
o jueces para rescatarlos
de sus enemigos y hacerlos regresar a la adoraci´
on
pura. Dado que Jehov´a estuvo a su lado durante si-
glos, tanto en los buenos como en los malos tiem-
pos, pudo decirle a la naci´
on: “Con un amor hasta
9. ¿Qu´e demostr
´o el trato que Jehov
´a le dio a Israel?
“¿No era ese un caso de conocerme?” 189
tiempo indefinido te he amado. Por eso te he atra´ı-
do con bondad amorosa” (Jer. 31:3).�10 Hoy, Jehov
´a sigue mostrando bondad amorosa
de maneras que benefician directamente a sus sier-
vos. Pensemos en la oraci´
on.´
El oye todas las oracio-
nes sinceras, pero presta especial atenci´
on a las de
sus siervos dedicados. Aunque le hablemos de los
mismos problemas por a˜
nos, no pierde la paciencia
con nosotros ni se cansa de o´ır nuestros ruegos.
En cierta ocasi´
on, Jehov´a le mand
´o a Jerem
´ıas que
entregara un mensaje a un grupo de jud´ıos cautivos
en Babilonia. Estaban a 800 kil´
ometros (500 millas)
del templo, alejados de sus familiares y amigos en
Jud´a. Sin embargo, el hecho de estar tan lejos del
templo no impidi´
o que Jehov´a oyera sus ruegos y
sus expresiones de alabanza. Teniendo presente lo
que sentimos cuando obtenemos respuesta a nues-
tras oraciones sinceras, imagin´emonos el consuelo
� La Palabra de Dios para Todos vierte as´ı las palabras de Jehov
´a:
“Con amor eterno te he amado y por eso te sigo mostrando mi fielamor”.
10. Seg´un lo ejemplifica el caso de los jud
´ıos en Babilonia, ¿c
´omo mani-
fiesta Jehov´a bondad amorosa al escuchar las oraciones?
190 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
que sintieron aquellos jud´ıos al o
´ır las palabras divi-
nas recogidas en Jerem´ıas 29:10-12 (l
´ease).
11 Observamos otra muestra de la bondad amorosa
de Jehov´a en su actitud positiva. Al aproximarse la
ca´ıda de Jerusal
´en y no cesar la rebeli
´on de sus habi-
tantes —lo que en realidad equival´ıa a rebelarse con-
tra Dios—, ¿qu´e les aguardaba a estos en el futuro?
¿Tal vez morir de inanici´
on o a manos de los caldeos?
En el mejor de los casos, un largo exilio y la muerte
en tierras extra˜
nas. Jehov´a, en cambio, ten
´ıa una “bue-
na palabra” para los que se arrepintieran y cambia-
ran. Prometi´
o ‘dirigirles su atenci´
on’ y ‘restaurarlos a
su lugar’, es decir, llevarlos de vuelta a su patria des-
de la lejana Babilonia (Jer. 27:22). Por ello, se les oi-
r´ıa exclamar: “¡Elogien a Jehov
´a de los ej
´ercitos, por-
que Jehov´a es bueno; porque hasta tiempo indefinido
es su bondad amorosa!” (Jer. 33:10, 11).12 Por su bondad amorosa, Jehov
´a es una fuente
de´animo para cuantos se hallan en una situaci
´on
desesperada desde la´
optica humana. Hay quienes en
11, 12. a) ¿Qu´e ten
´ıa pensado Jehov
´a para la gente de Jerusal
´en? b) ¿Con
qu´e ayuda cuenta la persona que ha recibido la disciplina que necesitaba?
“¿No era ese un caso de conocerme?” 191
su d´ıa formaron parte de la congregaci
´on cristiana,
pero recibieron justa y merecida disciplina. A estos
quiz´as los embarguen sentimientos de culpa y duden
en volver al pueblo de Dios. Es posible que se pre-
gunten si alguna vez podr´an alcanzar el perd
´on y el
favor de Jehov´a. Pero el Todopoderoso tiene una
“buena palabra” para ellos: pueden obtener ayuda
amorosa para realizar cualquier cambio necesario
en su manera de pensar y actuar. Lo que le´ımos en
el p´arrafo anterior puede aplic
´arseles por extensi
´on
a ellos, a saber, que Jehov´a ‘los restaurar
´a a su lu-
gar’ dentro de Su pueblo feliz (Jer. 31:18-20).13 Jehov
´a, el Dios de bondad amorosa, tambi
´en
apoya lealmente a sus siervos fieles. En estos´
ultimos
d´ıas del mundo de Satan
´as tenemos razones para
confiar en que sostendr´a y proteger
´a a todos los que
buscan primero el Reino. No olvidemos que duran-
te los´
ultimos d´ıas de Jerusal
´en, Jerem
´ıas dependi
´o
de Jehov´a para protecci
´on y alimento, y
´el nunca le
fall´
o (Jer. 15:15; l´
ease Lamentaciones 3:55-57). Al ha-
llarnos bajo cualquier tipo de presi´
on, nunca dude-
13. ¿Por qu´e nos debe animar el apoyo que Jehov
´a le dio a Jerem
´ıas?
192 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
mos de que Jehov´a recuerda nuestros actos de leal-
tad. Su bondad amorosa lo impulsa a apoyarnos para
que ‘no nos acabemos’ (Lam. 3:22).
¿Qu´
e aspecto de la bondad amorosa de Jehov´
ale resulta m
´as atrayente? ¿Por qu
´e?
“COMO QUE JEHOV´
A VIVE [...] EN JUSTICIA”14 Hay personas que han pasado a
˜nos en la c
´arcel
por cr´ımenes que no cometieron. Incluso ha habido
casos en que un tribunal ha condenado a muerte a
un reo y despu´es de la ejecuci
´on han aparecido prue-
bas de su inocencia. En varios pa´ıses es tanta la po-
breza que hay padres que venden a algunos de sus
hijos como esclavos para alimentar al resto de la fa-
milia. ¿C´
omo se siente usted cuando oye de tama˜
nas
injusticias? ¿C´
omo se sentir´a Jehov
´a? La Biblia se-
˜nala que
´el desea eliminar todas las causas de sufri-
miento, y´el es el
´unico que tiene el poder de hacer-
lo. Por eso, los pobres y los inocentes que sufren
pueden cobrar´animo: Jehov
´a, el Dios de justicia,
est´a tomando las medidas necesarias para librarlos
de sus angustias (Jer. 23:5, 6).
14. ¿Qu´e injusticias se han visto
´ultimamente?
“¿No era ese un caso de conocerme?” 193
15 En el d´ıa de Jerem
´ıas, algunos eran conscientes
de la elevada justicia de Dios. Por ejemplo, el profe-
ta plante´
o la posibilidad de que Israel se arrepintie-
ra de sus pecados y manifestara su cambio de actitud
con una expresi´
on similar a esta: “¡Tan ciertamente
como que Jehov´a vive en verdad, en justicia y en
rectitud!” (Jer. 4:1, 2). Eso es cierto porque la injus-
ticia no tiene cabida en el prop´
osito de Jehov´a. Pero
existen m´as testimonios de que
´el ama la justicia.
16 Innegablemente, Dios cumple su palabra y
no miente. Si bien muchos hombres rompen sus pro-
mesas, Jehov´a nunca lo hace. Incluso las leyes de la
naturaleza, que´el ha implantado y de las que noso-
tros nos beneficiamos, son inquebrantables (Jer. 31:
35, 36). Asimismo, podemos confiar en sus prome-
sas y en sus decisiones judiciales porque siempre son
buenas (l´
ease Lamentaciones 3:37, 38).
17 A la hora de juzgar, Jehov´a nunca se queda sa-
15, 16. a) ¿Qu´e realidad acerca de Jehov
´a destaca Jerem
´ıas? b) ¿Por qu
´e
podemos confiar en las leyes y promesas de Dios?17. a) ¿Qu
´e hace Jehov
´a a la hora de juzgar? b) ¿Por qu
´e podemos confiar
en los ancianos cuando tratan problemas de la congregaci´on? (V
´ease el re-
cuadro “Juzgan para Jehov´a”, de la p
´agina 195.)
194 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
Mediante su Palabra escrita y la congregaci´
on,Jehov
´a ha ense
˜nado a los ancianos a juzgar. Los ha
autorizado para que lo representen al manejar losproblemas de la congregaci
´on. Tales hermanos son
imperfectos y no pueden leer el coraz´
on —comohace Jehov
´a—, pero desean tratar a sus hermanos
en consonancia con el ejemplo que les da el Dios to-dopoderoso. Para ello, le piden su gu
´ıa y procuran
imitarlo aplicando los principios b´ıblicos pertinen-
tes para ‘juzgar con justicia’ (Jer. 11:20). Por tan-to, tenemos buenas razones para confiar en los an-cianos, “porque ellos est
´an velando por” nosotros
“como los que han de rendir cuenta” (Heb. 13:17).
JUZGAN PARA JEHOV´
A
tisfecho con la apariencia de un asunto. Va m´as all
´a:
escudri˜
na el trasfondo para conocer todos los deta-
lles y eval´
ua los motivos de las personas implicadas.
Los m´edicos emplean instrumentos y t
´ecnicas espe-
ciales para observar el coraz´
on mientras late o estu-
diar los ri˜
nones mientras filtran la sangre, lo que les
permite ver cu´al es su estado. Pues bien, Jehov
´a hace
mucho m´as que eso. Examina tanto el coraz
´on como
los ri˜
nones simb´
olicos para evaluar los motivos y los
“¿No era ese un caso de conocerme?” 195
sentimientos m´as profundos de una persona. As
´ı se
asegura de qu´e fue lo que la impuls
´o a actuar de
determinada manera y qu´e opina de tal proceder.
El Todopoderoso puede manejar a la perfecci´
on la
gran cantidad de detalles que revela tal examen. Su-
perando por mucho al juez humano m´as agudo, em-
plea todos estos datos acertada y equilibradamente
a fin de emitir un juicio justo (l´
eanse Jerem´ıas 12:1a
y 20:12).18 Tenemos razones de sobra para confiar en Jeho-
v´a, aunque sintamos de vez en cuando remordimien-
tos de conciencia por errores cometidos. Nunca ol-
videmos que Jehov´a no es un fiscal inflexible que
trata de encontrar un motivo para castigarnos, sino
que es un Juez compasivo que quiere ayudarnos. Si a
alguien le inquieta su conducta pasada o tiene pen-
diente alg´
un asunto con otra persona, que le pida a
Jehov´a que se encargue de “las contiendas”, o sus lu-
chas internas, para que pueda enterrar el asunto.�
� Si un hermano ha participado en conducta que viola claramente laley de Dios, se debe traer el pecado a la atenci
´on de los ancianos para
que lo traten y suministren la ayuda espiritual necesaria (Sant. 5:13-15).
18, 19. ¿Qu´e efecto tiene en nosotros conocer la justicia de Dios?
196 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
Con su ayuda, ver´a la importancia que Dios le otor-
ga a su participaci´
on continua en el servicio sagra-
do (l´
ease Lamentaciones 3:58, 59).19 Como es normal, el Dios de justicia perfecta es-
pera que quienes buscan su aprobaci´
on practiquen
la justicia (Jer. 7:5-7; 22:3). Predicar las buenas nue-
vas sin prejuicio es una importante manera de mani-
festar la justicia divina. Cuando somos concienzudos
haciendo revisitas y dirigiendo estudios b´ıblicos, re-
flejamos de manera muy provechosa la elevada jus-
ticia de Dios, pues´el desea que toda clase de gente
lo conozca y obtenga la salvaci´
on (Lam. 3:25, 26).
¡Qu´e gran privilegio tenemos de colaborar con Dios
y reflejar su justicia en esta obra salvadora!
¿C´
omo nos conforta la justicia de Jehov´
a? ¿C´
omo podemosconfortar a otros imitando la justicia divina?
“NO ME QUEDAR´
E RESENTIDOHASTA TIEMPO INDEFINIDO”
20 Mucha gente considera los libros de Jerem´ıas y
Lamentaciones como simples denunciaciones de la
20. a) ¿Qu´e aspecto del modo de tratar Jehov
´a a su pueblo subray
´o Jere-
m´ıas? b) ¿Qu
´e tiene que ver ‘sentir pesar’ con el perd
´on de Jehov
´a? (V
´ease
el recuadro “¿C´omo ‘siente pesar’ Jehov
´a?”, de la p
´agina 199.)
“¿No era ese un caso de conocerme?” 197
maldad de una naci´
on. Pero tal idea pasa por alto las
afectuosas ofertas de perd´
on que Jehov´a le hace a su
pueblo. Por ejemplo,´el inst
´o a los jud
´ıos: “Vu
´el-
vanse, por favor, cada uno de su camino malo, y
hagan buenos sus caminos y sus tratos”. En otra
ocasi´
on, Jerem´ıas los exhort
´o: “Hagan buenos sus
caminos y sus tratos, y obedezcan la voz de Jehov´a su
Dios, y Jehov´a sentir
´a pesar por la calamidad que ha
hablado contra ustedes” (Jer. 18:11; 26:13). En la ac-
tualidad, Jehov´a sigue perdonando a todos los que
se arrepienten sinceramente y dejan sus malos h´abi-
tos.21 Jehov
´a no solo habla del perd
´on, sino que act
´ua
en consecuencia. A Jerem´ıas le mand
´o que instara al
pueblo: “Vu´elvete, oh renegada Israel [...]. No har
´e
caer mi rostro airadamente sobre ustedes [...]. No me
quedar´e resentido hasta tiempo indefinido” (Jer.
3:12). Dios no guarda rencor ni animosidad contra
ninguno de sus siervos a quienes ha perdonado. Aun-
que se haya cometido un mal, Jehov´a quiere restau-
rar las buenas relaciones. A pesar de los pecados
21. ¿Cu´al es el objetivo de Jehov
´a al perdonar a alguien?
198 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
“¿No era ese un caso de conocerme?” 199
La grandeza del perd´
on de Dios se percibe en la ma-nera como trata a quienes han practicado el pecadopero luego cambian de actitud. Cuando ve que dan ungiro a su vida y le obedecen, ‘siente pesar’ (Jer. 18:8;26:3). ¿En qu
´e sentido?
Dios es perfecto y nunca yerra en sus juicios, demodo que no siente pesar en el sentido de que se arre-piente de haber dado un fallo err
´oneo, como le puede
suceder a un ser humano. M´as bien, siente pesar en el
sentido de que modifica su manera de obrar, de acuer-do con el cambio de actitud que observa.
No se trata simplemente de que Jehov´a anule la con-
dena, sino que cambia sus sentimientos hacia lospecadores arrepentidos. Seg
´un algunos eruditos, el
origen del verbo hebreo que se traduce “sentir pesar”en los vers
´ıculos anteriores alude al acto de “respirar
profundamente”, quiz´as hasta dando un suspiro. Esto
puede dar a entender que cuando Jehov´a ve aut
´entico
remordimiento en el coraz´
on, respira profundamente,por as
´ı decirlo, dando un suspiro de alivio. Ahora pue-
de mostrarle al arrepentido la afectuosa atenci´
on de laque disfrutan quienes tienen su aprobaci
´on. Es verdad
que el pecador quiz´as tenga que afrontar ciertas con-
secuencias, pero a Dios le complace su cambio de ac-titud y amortigua “la calamidad”, o disciplina, que deotro modo merecer
´ıa (Jer. 26:13). ¿Qu
´e juez humano
tiene esa disposici´
on a reconocer el verdadero arre-pentimiento? A Jehov
´a le deleita hacerlo (Jer. 9:24).
¿C´
OMO ‘SIENTE PESAR’ JEHOV´
A?
cometidos, si la persona est´a verdaderamente arre-
pentida y busca el perd´
on, Jehov´a la ‘traer
´a de vuel-
ta’, es decir, le otorgar´a su favor y bendici
´on (Jer.
15:19). Estas palabras deber´ıan animar a regresar al
Dios verdadero a cualquiera que se haya alejado de´el. ¿No es verdad que el perd
´on de Jehov
´a nos acer-
ca a´el? (L
´ease Lamentaciones 5:21.)
22 ¿Imitamos a Dios cuando alguien nos ofende con
palabras y acciones irreflexivas? Tocante a los anti-
guos jud´ıos, Jehov
´a dijo que ‘purificar
´ıa’ a quienes
perdonara (l´
ease Jerem´ıas 33:8).
´El es capaz de puri-
ficar en el sentido de que olvida el error de los que
se arrepienten; hace como reza el dicho: borr´
on y
cuenta nueva. Por supuesto, el que la persona obten-
ga el perd´
on de Dios no significa que se la limpie de
la imperfecci´
on heredada y quede perfecta, sin peca-
do. Con todo, hay algo que podemos aprender de lo
que Dios dijo sobre purificar a los hombres. No-
sotros debemos esforzarnos por borrar el error de
nuestro ofensor, lo que equivale, por decirlo as´ı, a
22, 23. Al imitar a Jehov´a en el tema del perd
´on, ¿cu
´al debe ser nuestra
meta?
200 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
purificar el concepto que albergamos de´el en el co-
raz´
on. ¿C´
omo hacerlo?23 Imaginemos que alguien nos regala un valioso
jarr´
on antiguo. Si se manchase por alguna raz´
on,
¿lo echar´ıamos a la basura autom
´aticamente? No.
Lo m´as seguro es que procur
´aramos limpiarlo con
cuidado a fin de quitarle las manchas, porque lo que
deseamos es que luzca bonito y brillante. De igual
modo, debemos esforzarnos por eliminar cualquier
rencor o animosidad que sintamos hacia un hermano
que nos haya ofendido. Resistamos la tendencia a
dar vueltas y vueltas a las palabras o acciones que
nos dolieron. Cuando logramos borrarlas de la men-
te, purificamos la imagen y los recuerdos del her-
mano al que hemos perdonado. Una vez eliminados
de nuestro coraz´
on los pensamientos negativos, es-
taremos m´as dispuestos a volver a disfrutar de la
estrecha amistad que nos un´ıa.
24 A medida que conocemos mejor a Jehov´a, salen
a la luz sus cualidades y c´
omo las utiliza al tratar con
24, 25. ¿Qu´e beneficios obtendremos si llegamos a conocer a Jehov
´a al
mismo grado que el rey Jos´ıas?
“¿No era ese un caso de conocerme?” 201
su pueblo. Hemos examinado solo algunas, pero he-
mos visto que los beneficios personales de conocer-
lo´ıntimamente son una poderosa motivaci
´on para
adorarlo como´el acepta. Si lo llegamos a conocer al
mismo grado que el rey Jos´ıas, nuestra vida rebosa-
r´a de felicidad, que es otro aspecto de la personali-
dad de Dios.25 Conocer mejor a Jehov
´a enriquecer
´a nuestra re-
laci´
on con el pr´
ojimo. Si nos esforzamos por imitar
a Dios manifestando bondad amorosa, justicia y per-
d´
on, nuestras amistades en la congregaci´
on se pro-
fundizar´an y nos llegar
´an a ser m
´as preciosas. Esta-
remos incluso mejor capacitados para ense˜
nar en las
revisitas y lograr que progresen nuestros estudiantes
de la Biblia. De hecho, las personas interesadas se
sentir´an m
´as c
´omodas con nosotros porque habre-
mos adoptado el modelo de conducta cristiana. Por
tanto, estaremos mejor preparados para ayudarles a
servir a Jehov´a de manera acepta, a seguir “el buen
camino” (Jer. 6:16).
¿Qu´
e mensaje nos transmite Lamentaciones 5:21?
202 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
JERUSAL´
EN yace en ruinas. El humo de los incen-
dios provocados por los conquistadores babilonios
a´
un asciende al cielo. En los o´ıdos de Jerem
´ıas to-
dav´ıa resuenan los espantosos gritos de los ca
´ıdos.
´El sab
´ıa lo que iba a suceder, y todo ocurri
´o tal
como le hab´ıa dicho Dios. “Jehov
´a ha hecho lo que
ten´ıa pensado”, dice entre suspiros el profeta. ¡Qu
´e
fin tan tr´agico! (L
´ease Lamentaciones 2:17.)
2 Jerem´ıas constat
´o el cumplimiento de muchas
profec´ıas transmitidas al pueblo de Dios, entre ellas
algunas muy antiguas. Siglos atr´as, Mois
´es hab
´ıa ex-
puesto a Israel cu´ales ser
´ıan las consecuencias de
obedecer o desobedecer a Dios, a saber, bendicio-
nes o maldiciones. Jehov´a quer
´ıa lo mejor para su
pueblo, es decir, las bendiciones; pero si le deso-
bedec´ıan, sobre ellos caer
´ıan terribles maldiciones.
1. ¿Qu´e dijo Jerem
´ıas sobre las profec
´ıas de Jehov
´a cuando Jerusal
´en fue
destruida?2. ¿Qu
´e profec
´ıa hecha siglos atr
´as vio realizada Jerem
´ıas?
CAP´ITULO 13
“JEHOV´
A HA HECHOLO QUE TEN
´IA PENSADO”
“Jehov´
a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 203
Mois´es advirti
´o —y Jerem
´ıas lo reiter
´o— que quie-
nes no hicieran caso y se opusieran a Jehov´a llegar
´ıan
al extremo de comerse “la carne de sus hijos y la car-
ne de sus hijas” (Deu. 30:19, 20; Jer. 19:9; Lev. 26:29).
“¿Ser´a posible semejante atrocidad?”, preguntar
´ıan
algunos. Bueno, eso fue lo que ocurri´
o cuando esca-
searon los alimentos durante el asedio babilonio.
“Las mism´ısimas manos de mujeres compasivas han
cocido a sus propios hijos —inform´
o Jerem´ıas—. Es-
tos han llegado a ser como pan de consolaci´
on a
alguien durante el quebranto de la hija de mi pue-
blo.” (Lam. 4:10.) ¡Qu´e escena m
´as espantosa!
3 Naturalmente, Jehov´a no comision
´o profetas
como Jerem´ıas con el
´unico fin de anunciar desgra-
cias. Quer´ıa que su pueblo retornara a la senda de
la fidelidad, que los pecadores se arrepintieran. As´ı
lo se˜
nal´
o Esdras: “Jehov´a el Dios de sus antepasa-
dos sigui´
o enviando avisos contra ellos por medio
de sus mensajeros, enviando vez tras vez, porque
sent´ıa compasi
´on por su pueblo y por su morada”
(2 Cr´
o. 36:15; l´
ease Jerem´ıas 26:3, 12, 13).
3. ¿Con qu´e fin envi
´o Dios profetas a su pueblo?
204 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
4 Al igual que Jehov´a, Jerem
´ıas sent
´ıa compasi
´on
por su pueblo, como se deduce de sus palabras an-
tes de la ca´ıda de Jerusal
´en. Lo abat
´ıa profundamen-
te el desastre que se cern´ıa sobre la ciudad, algo que
sus habitantes pod´ıan evitar con tan solo obedecer
sus palabras. Pensemos en lo que sentir´ıa mientras
pregonaba el mensaje de Dios. “¡Oh mis intestinos,
mis intestinos! —exclam´
o—. Estoy con fuertes dolo-
res en las paredes de mi coraz´
on. Mi coraz´
on est´a
alborotado dentro de m´ı. No puedo quedarme calla-
do, porque el sonido del cuerno es lo que mi alma
ha o´ıdo, la se
˜nal de alarma de la guerra.” (Jer. 4:19.)
Era imposible callar ante la inminente calamidad.
¿POR QU´
E TAN SEGURO?
5 ¿Por qu´e estaba seguro Jerem
´ıas de que sus pro-
fec´ıas se har
´ıan realidad? (Jer. 1:17; 7:30; 9:22.)
´El era un hombre de fe que hab
´ıa estudiado las Es-
crituras y sab´ıa que Jehov
´a es el Dios de la profe-
c´ıa veraz. La historia atestiguaba Su poder para
predecir cosas aparentemente imposibles desde el
4. ¿Qu´e sentimientos le produjo a Jerem
´ıas el mensaje que pregonaba?
5. ¿Por qu´e ten
´ıa confianza Jerem
´ıas en el mensaje que predicaba?
“Jehov´
a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 205
punto de vista humano, como la liberaci´
on de Israel
del cautiverio egipcio. Jerem´ıas estaba familiariza-
do con el relato del´exodo y conoc
´ıa las palabras de
un testigo ocular, Josu´e, quien record
´o a los israeli-
tas: “Ustedes bien saben con todo su coraz´
on y con
toda su alma que ni una sola palabra de todas las
buenas palabras que Jehov´a su Dios les ha hablado
ha fallado. Todas se han realizado para ustedes.
Ni una sola palabra de ellas ha fallado” (Jos. 23:14).6 ¿Qu
´e razones tenemos nosotros para seguir pres-
tando atenci´
on a las profec´ıas de Jerem
´ıas? Primero,
su confianza en las palabras de Jehov´a estaba justi-
ficada. Segundo, algunas de las predicciones que
Dios hizo por boca de´el se est
´an verificando aho-
ra, y otras las veremos cumplirse m´as adelante. Ter-
cero, la cantidad de mensajes que pronunci´
o en
nombre de Dios, as´ı como el
´ımpetu con el que aco-
meti´
o su misi´
on, lo distinguieron como un extraor-
dinario siervo de Dios. “Entre todos los profetas,
Jerem´ıas descuella como un gigante”, comenta un
6, 7. a) ¿Por qu´e deben interesarnos las profec
´ıas de Jerem
´ıas? b) ¿Qu
´e
fortalecer´a nuestra confianza en el mensaje que predicamos?
206 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
erudito. Jerem´ıas fue una figura tan notoria en las
relaciones de Dios con Su pueblo que cuando algu-
nos oyeron hablar a Jes´
us, pensaron que era´el
(Mat. 16:13, 14).7 Nosotros tambi
´en vivimos en un tiempo en que
se est´an cumpliendo importantes profec
´ıas b
´ıblicas,
y al igual que Jerem´ıas, necesitamos mantener la
confianza en la veracidad de las promesas divinas
(2 Ped. 3:9-14). ¿C´
omo lo logramos? Afianzando d´ıa
a d´ıa nuestra convicci
´on de que la Palabra prof
´etica
de Dios es absolutamente confiable. Con este obje-
tivo, el presente cap´ıtulo analizar
´a varias profec
´ıas
de Jerem´ıas que se cumplieron en vida suya, otras
que se realizaron despu´es y otras que tienen que ver
directamente con nosotros y nuestro porvenir. Es-
peramos que este examen fortalezca su confianza en
la Palabra prof´etica de Jehov
´a y lo convenza a
´un
m´as de que
´el ‘har
´a lo que tiene pensado’ (Lam.
2:17).
¿Por qu´
e comision´
o Dios a los profetas? ¿Qu´
e nosda confianza en las profec
´ıas acerca de la destrucci
´on
que se avecina?
“Jehov´
a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 207
PROFEC´IAS DE JEREM
´IAS
QUE´
EL VIO CUMPLIDAS
8 Muchas personas intentan pronosticar el futu-
ro: economistas, pol´ıticos, clarividentes, meteor
´olo-
gos... Y todos sabemos lo dif´ıcil que es acertar aun
en cosas sencillas, como lo que acaecer´a al cabo de
unos d´ıas o unas semanas. Sin embargo, una carac-
ter´ıstica distintiva de la Biblia es la exactitud prof
´e-
tica (Isa. 41:26; 42:9). Todas las profec´ıas de Je-
rem´ıas, sea que se refirieran al futuro cercano o
distante, fueron infalibles. Muchas de ellas tuvieron
que ver con individuos y naciones. Veamos algunas
que se cumplieron en vida del profeta.9 ¿Qui
´en puede decir hoy c
´omo ser
´a el mundo en
uno o dos a˜
nos? Por ejemplo, ¿qu´e analista interna-
cional puede prever con certeza si se producir´a un
realineamiento de las grandes potencias del mundo?
Jerem´ıas, en cambio, anunci
´o por inspiraci
´on divina
que Babilonia expandir´ıa su esfera de influencia. Se-
r´ıa la “copa de oro” por medio de la cual Jehov
´a
derramar´ıa su c
´olera contra Jud
´a y las ciudades y
8, 9. ¿Cu´al es una de las caracter
´ısticas distintivas de la Biblia?
208 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
pueblos vecinos, que quedar´ıan sometidos a servi-
dumbre (Jer. 51:7). A Jerem´ıas y sus contempor
´a-
neos les toc´
o asistir a estos hechos (comp´arese con
Jerem´ıas 25:15-29; 27:3-6; 46:13).
10 Jehov´a tambi
´en revel
´o por medio de Jerem
´ıas el
destino de cuatro reyes jud´ıos. Acerca de Jehoacaz
(o Salum), un hijo del rey Jos´ıas, vaticin
´o que ser
´ıa
llevado en cautividad y que nunca m´as volver
´ıa a
Jud´a (Jer. 22:11, 12). Y as
´ı fue (2 Rey. 23:31-34).
De su sucesor, Jehoiaquim, dijo que ser´ıa enterrado
“con el entierro de un asno” (Jer. 22:18, 19; 36:30).
Aunque la Biblia no aclara c´
omo muri´
o o qu´e se
hizo con su cad´aver, s
´ı cuenta que su hijo Joaqu
´ın
lo sucedi´
o durante el asedio. Jerem´ıas predijo que
Joaqu´ın (llamado tambi
´en Con
´ıas y Jecon
´ıas) parti-
r´ıa al exilio en Babilonia y all
´ı morir
´ıa (Jer. 22:24-27;
24:1). Y as´ı sucedi
´o. ¿Qu
´e ser
´ıa del
´ultimo rey, Sede-
qu´ıas? Jerem
´ıas anunci
´o que Jehov
´a lo entregar
´ıa en
manos de sus enemigos, quienes no tendr´ıan compa-
si´
on de´el (Jer. 21:1-10). Efectivamente, los enemigos
lo apresaron, degollaron a sus hijos en su presencia,
10. ¿Qu´e predijo Jehov
´a acerca de cuatro reyes jud
´ıos?
“Jehov´
a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 209
le sacaron los ojos y se lo llevaron a Babilonia, don-
de muri´
o (Jer. 52:8-11). S´ı, todas estas profec
´ıas se
cumplieron al pie de la letra.11 En el cap
´ıtulo 28 de Jerem
´ıas leemos que duran-
te el mandato de Sedequ´ıas, el falso profeta Hana-
n´ıas contradijo lo que Jehov
´a hab
´ıa declarado por
boca de Jerem´ıas, a saber, que Babilonia someter
´ıa
a Jerusal´en. Pasando por alto la palabra divina, afir-
m´
o que el yugo de esclavitud que Nabucodonosor
impondr´ıa a Jud
´a y otras naciones ser
´ıa quebrado.
Por direcci´
on de Jehov´a, Jerem
´ıas expuso la menti-
ra de Hanan´ıas, reiter
´o que muchas naciones ten-
dr´ıan que servir a los babilonios y anunci
´o la muer-
te del falso profeta ese a˜
no. Y fue as´ı (l
´ease Jerem
´ıas
28:10-17).12 Por supuesto, el blanco principal del mensaje
prof´etico de Jerem
´ıas fue la ca
´ıda de Jerusal
´en. Vez
tras vez, el profeta advirti´
o que la ciudad ser´ıa de-
molida si los jud´ıos no se arrepent
´ıan de su idola-
tr´ıa, injusticia y violencia (Jer. 4:1; 16:18; 19:3-5, 15).
11. ¿Qui´en fue Hanan
´ıas, y qu
´e predijo Jehov
´a sobre
´el?
12. ¿C´omo reaccion
´o la mayor
´ıa de los contempor
´aneos de Jerem
´ıas a su
principal mensaje prof´etico?
210 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
Muchos cre´ıan que Jehov
´a jam
´as har
´ıa algo as
´ı.
Su templo estaba all´ı. ¿C
´omo iba a permitir que des-
truyeran aquel lugar sagrado? ¡Ni pensarlo! Pero
Jehov´a no miente. Cumpli
´o lo que ten
´ıa pensado
(Jer. 52:12-14).13 El pueblo de Dios se halla hoy en una situa-
ci´
on parecida a la de los fieles contempor´aneos
de Jerem´ıas. Sabemos que Jehov
´a pronto traer
´a la
ruina sobre los que desoyen sus advertencias; sin
embargo, podemos extraer´animo de sus promesas
prof´eticas, como hicieron aquellos jud
´ıos que apoya-
ron el culto verdadero. Por la fidelidad de los re-
cabitas a Jehov´a y a los mandatos de su padre,
Dios dijo que sobrevivir´ıan a la ca
´ıda de Jerusa-
l´en. Y fue cierto. La posterior menci
´on de “Malkiya
hijo de Recab”, quien colabor´
o en la reconstrucci´
on
de Jerusal´en durante el mandato del gobernador
Nehem´ıas, puede ser prueba de ello (Neh. 3:14; Jer.
35:18, 19). Jehov´a tambi
´en asegur
´o que proteger
´ıa
a´
Ebed-m´elec por haber confiado en
´el y haber
13. a) ¿En qu´e se parecen nuestros tiempos a los de Jerem
´ıas? b) ¿Qu
´e
inter´es tienen para nosotros las promesas que Dios les hizo a algunos con-
tempor´aneos de Jerem
´ıas?
“Jehov´
a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 211
ayudado a Jerem´ıas (Jer. 38:11-13; 39:15-18). Igual-
mente, prometi´
o a Baruc, compa˜
nero de Jerem´ıas,
darle su “alma como despojo” (Jer. 45:1, 5). ¿Qu´e
concluimos de la realizaci´
on de todas estas profe-
c´ıas? ¿Qu
´e har
´a Jehov
´a por nosotros si le somos fie-
les? (L´
ease 2 Pedro 2:9.)
¿C´
omo se beneficiaron´
Ebed-m´
elec, Baruc y los recabitasde la infalibilidad de las profec
´ıas de Dios? ¿Qu
´e emociones
despiertan en usted tales profec´ıas?
PROFEC´IAS QUE SE CUMPLIERON DESPU
´ES
14 Dios predijo que Nabucodonosor no solo con-
quistar´ıa Jud
´a, sino tambi
´en Egipto (Jer. 25:17-19).
Aquello debi´
o de parecer muy improbable, pues
Egipto era entonces una naci´
on poderosa que inclu-
so dominaba Jud´a (2 Rey. 23:29-35). Tras la ca
´ıda de
Jerusal´en, un resto de jud
´ıos se propuso dejar su
tierra y buscar amparo en Egipto. Sus planes con-
trariaban la voluntad divina, pues Jehov´a les hab
´ıa
advertido que no se fueran y les hab´ıa prometido
bendecirlos si se quedaban en Jud´a. Por otro lado,
si hu´ıan a Egipto, la espada que tanto tem
´ıan los al-
14. ¿Qu´e ten
´ıa de extraordinario la profec
´ıa de Dios sobre Babilonia?
212 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
canzar´ıa all
´ı y morir
´ıan (Jer. 42:10-16; 44:30). Los es-
critos de Jerem´ıas no nos dicen si
´el presenci
´o la in-
vasi´
on babilonia de Egipto, pero de lo que no cabe
la menor duda es de que el cumplimiento de las
profec´ıas de Jehov
´a alcanz
´o a los israelitas refu-
giados cuando los caldeos conquistaron Egipto a
principios del siglo VI antes de nuestra era (Jer. 43:8-
13).15 Jerem
´ıas tambi
´en pronostic
´o el fin de la naci
´on
que conquistar´ıa Egipto, la propia Babilonia. Con
un siglo de antelaci´
on predijo certeramente que Ba-
bilonia caer´ıa de manera repentina. ¿C
´omo? Sus
aguas protectoras se ‘secar´ıan’ y sus valientes cesa-
r´ıan de pelear (Jer. 50:38; 51:30). Dichas profec
´ıas se
verificaron hasta el´
ultimo detalle cuando los medos
y los persas desviaron las aguas del´
Eufrates, vadea-
ron la corriente y penetraron en la ciudad, toman-
do a los babilonios por sorpresa. Otro aspecto igual-
mente significativo es que la ciudad se convertir´ıa
en un terreno est´eril o yermo (Jer. 50:39; 51:26).
15, 16. ¿C´omo se llev
´o a cabo la palabra de Dios sobre la liberaci
´on de su
pueblo?
“Jehov´
a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 213
La desolaci´
on en la que hoy se halla la otrora po-
derosa Babilonia testifica la exactitud de la profec´ıa
divina.16 Jehov
´a declar
´o mediante Jerem
´ıas que los jud
´ıos
servir´ıan a los babilonios setenta a
˜nos, despu
´es de
lo cual los har´ıa volver a su pa
´ıs (l
´eanse Jerem
´ıas
25:8-11 y 29:10). Daniel confiaba plenamente en aque-
lla profec´ıa y se vali
´o de ella para calcular cu
´ando
terminar´ıan “las devastaciones de Jerusal
´en” (Dan.
9:2). “Para que se realizara la palabra de Jehov´a pro-
cedente de la boca de Jerem´ıas —dijo Esdras—,
Jehov´a despert
´o el esp
´ıritu de Ciro el rey de Persia”,
conquistador de Babilonia, a fin de devolver a los
jud´ıos a su patria (Esd. 1:1-4). Ahora, los retorna-
dos podr´ıan dar gritos de j
´ubilo por la paz de su
tierra y restaurar la adoraci´
on pura, como predijo
Jerem´ıas (Jer. 30:8-10; 31:3, 11, 12; 32:37).
17 Jerem´ıas tambi
´en puso por escrito profec
´ıas que
se realizar´ıan mucho tiempo despu
´es. Dijo: “Esto es
lo que ha dicho Jehov´a: ‘En Ram
´a se est
´a oyendo
17. Explique c´omo las palabras de Jerem
´ıas sobre el “llanto” en Ram
´a po-
dr´ıan aludir a dos ocasiones distintas.
214 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
una voz, lamentaci´
on y llanto amargo; Raquel que
llora a sus hijos. Ha rehusado ser consolada acerca
de sus hijos, porque ya no son’ ” (Jer. 31:15). Al pa-
recer, los jud´ıos cautivos fueron llevados a la ciu-
dad de Ram´a, a unos ocho kil
´ometros (cinco millas)
al norte de Jerusal´en, despu
´es de la desolaci
´on de la
ciudad santa en 607. Es probable que algunos hasta
fueran ejecutados all´ı. Esto habr
´ıa marcado el cum-
plimiento inicial de la profec´ıa, como si Raquel
llorara la p´erdida de sus “hijos”. Por otro lado, m
´as
de seis siglos despu´es, el rey Herodes mand
´o matar
a los ni˜
nitos que viv´ıan en Bel
´en. El evangelista Ma-
teo explic´
o que las palabras de Jerem´ıas anunciaron
el amargo lamento por aquella matanza (Mat. 2:16-
18).18 Otra profec
´ıa de Jerem
´ıas que se hizo realidad
en el siglo primero fue la de que Edom estar´ıa en-
tre las naciones invadidas por Babilonia (Jer. 25:15-
17, 21; 27:1-7). Pero la palabra divina fue m´as all
´a.
Edom llegar´ıa a ser como Sodoma y Gomorra. Sa-
bemos lo que eso significaba: quedar´ıa desolada
18. ¿De qu´e manera se cumpli
´o la profec
´ıa de Dios sobre Edom?
“Jehov´
a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 215
para siempre, borrada de la existencia (Jer. 49:7-10,
17, 18). Y as´ı fue. ¿D
´onde hallamos el nombre Edom
hoy d´ıa? ¿En los mapas modernos? No. Las palabras
Edom y edomitas aparecen principalmente en los li-
bros de historia antigua o historia b´ıblica, o en los
mapas que representan la´epoca. Seg
´un Flavio Jose-
fo, los edomitas fueron forzados a aceptar el juda´ıs-
mo en el siglo II antes de nuestra era; y cuando
Jerusal´en fue destruida en el a
˜no 70 de nuestra
era, desaparecieron como un pueblo con identidad
propia.19 Como hemos notado, el libro de Jerem
´ıas pre-
senta, cap´ıtulo a cap
´ıtulo, profec
´ıas relativas a indi-
viduos y naciones. La mayor´ıa ya se han verificado.
Esto de por s´ı hace que merezca nuestro estudio y
atenci´
on, pues nos confirma algo sobre nuestro gran
Dios, Jehov´a:
´el hizo lo que ten
´ıa pensado y lo vol-
ver´a a hacer (l
´ease Isa
´ıas 46:9-11). Lo anterior nos re-
fuerza la confianza en las predicciones contenidas
en la Biblia. De hecho, algunas de las profec´ıas de
19. ¿Qu´e revela el libro de Jerem
´ıas sobre el poder de Dios para llevar a
t´ermino sus profec
´ıas?
216 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
Jerem´ıas tienen cumplimientos que nos afectan di-
rectamente a nosotros y a nuestro futuro. Veamos
algunas de ellas en los p´arrafos finales.
Mencione algunas profec´ıas que se cumplieron despu
´es de la
muerte de Jerem´ıas. ¿Qu
´e importancia tienen para usted?
PROFEC´IAS QUE NOS INCUMBEN
20 Las profec´ıas b
´ıblicas pueden tener m
´as de un
cumplimiento. Tomemos como ejemplo la respuesta
de Jes´
us a la pregunta que le hicieron sus disc´ıpu-
los sobre la se˜
nal de su “presencia y de la conclu-
si´
on del sistema de cosas” (Mat. 24:3). Aunque esta
profec´ıa tuvo un cumplimiento entre los a
˜nos 66
y 70, es obvio que en ciertos aspectos se cumplir´a
tambi´en durante la “gran tribulaci
´on” que le sobre-
vendr´a al inicuo orden de cosas actual, tribulaci
´on
“como la cual no ha sucedido una desde el princi-
pio del mundo hasta ahora, no, ni volver´a a suce-
der” (Mat. 24:21). Las profec´ıas de Jerem
´ıas con-
tienen paralelismos similares. Algunas tuvieron un
cumplimiento inicial en 607 antes de nuestra era y
20-22. ¿Por qu´e decimos que las profec
´ıas b
´ıblicas, incluidas algunas de
Jerem´ıas, tienen m
´as de un cumplimiento? D
´e ejemplos.
“Jehov´
a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 217
uno secundario mucho despu´es, como el anuncio
de que ‘Raquel llorar´ıa a sus hijos’ (Jer. 31:15).
De hecho, varias se refieren a nuestros tiempos, y
su cumplimiento nos ata˜
ne personalmente.21 As
´ı se desprende del libro de Revelaci
´on. Bajo
inspiraci´
on, el ap´
ostol Juan aludi´
o a las profec´ıas de
Jerem´ıas sobre el fin de Babilonia en 539. Encontra-
mos en Revelaci´
on paralelismos entre aquel suceso
y lo que est´a por ocurrir a mayor escala. Entre las
profec´ıas de Jerem
´ıas que ya se han cumplido figu-
ra la de la ca´ıda de un gran imperio: el imperio mun-
dial de la religi´
on falsa, “Babilonia la Grande” (Rev.
14:8; 17:1, 2, 5; Jer. 50:2; 51:8). El pueblo de Dios
tendr´ıa que ‘salir de ella’ para no correr su misma
suerte (Rev. 18:2, 4; Jer. 51:6). Las aguas de aquella
ciudad, s´ımbolo de sus devotos, ‘se secar
´ıan’ (Jer.
51:36; Rev. 16:12).22 Todav
´ıa queda por cumplirse en nuestro tiempo
la promesa de que Jehov´a ejecutar
´a venganza sobre
la religi´
on falsa por maltratar a su pueblo, ‘pag´an-
dole conforme a todo lo que ha hecho’ (Jer. 50:29;
51:9; Rev. 18:6). Y las tierras simb´
olicas de la reli-
218 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
gi´
on falsa tienen que quedarse desiertas (Jer. 50:39,
40).23 A estas alturas habremos notado que las profe-
c´ıas de Jerem
´ıas tambi
´en tienen un tono optimista.
´El predijo la restauraci
´on de la adoraci
´on verdade-
ra en la Tierra para nuestros tiempos. La liberaci´
on
de los jud´ıos cautivos de la antigua ciudad de Babi-
lonia corresponde hoy a la liberaci´
on del pueblo de
Dios de la servidumbre a Babilonia la Grande tras
el establecimiento del Reino en el cielo. En sentido
espiritual, Jehov´a restaur
´o la adoraci
´on pura entre
su pueblo, lo que constituye un motivo de inmensa
gratitud y j´
ubilo. Desde entonces, ha bendecido sus
esfuerzos por ayudar a otras personas para que lo
adoren y est´en bien nutridas espiritualmente (l
´ease
Jerem´ıas 30:18, 19). Asimismo, sabemos por experien-
cia propia que Jehov´a ha mantenido su promesa de
levantarle a su pueblo pastores, hombres espiritual-
mente maduros que de verdad cuidan y protegen al
reba˜
no (Jer. 3:15; 23:3, 4).
23. ¿Qu´e restauraci
´on espiritual, predicha por Jerem
´ıas, tuvo lugar en el
siglo XX?
“Jehov´
a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 219
24 Las palabras de Jerem´ıas dirigidas al antiguo
pueblo de Dios equilibraban una promesa de cosas
mejores para los fieles con un aviso de destrucci´
on
para los que descuidaran su relaci´
on con Jehov´a.
Lo mismo sucede hoy d´ıa. Dif
´ıcilmente podemos pa-
sar por alto la urgencia que entra˜
nan estas palabras:
“Los muertos por Jehov´a ciertamente llegar
´an a
estar en aquel d´ıa desde un extremo de la tierra has-
ta el mism´ısimo otro extremo de la tierra. No ser
´an
pla˜
nidos, ni ser´an recogidos ni enterrados. Queda-
r´an como esti
´ercol sobre la superficie del suelo”
(Jer. 25:33).25 Nuestros tiempos son tan dif
´ıciles como los de
Jerem´ıas. Y hoy, como entonces, la reacci
´on de la
gente al mensaje de Jehov´a significa vida o muerte.
Los siervos de Dios no somos profetas ni se nos ha
inspirado para a˜
nadir ni una letra a las palabras
infalibles de Jehov´a consignadas en la Biblia; pero
s´ı hemos sido comisionados para predicar las bue-
nas nuevas del Reino todos los d´ıas hasta la conclu-
24. ¿Qu´e impactantes palabras de Jerem
´ıas tienen todav
´ıa que cumplirse?
25. ¿Qu´e deber tiene hoy el pueblo de Dios?
220 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
si´
on del sistema de cosas (Mat. 28:19, 20). De nin-
g´
un modo queremos ‘hurtar las palabras de Jehov´a’
escondiendo de la gente lo que est´a por suceder
(l´
ease Jerem´ıas 23:30). Por nada del mundo les resta-
remos fuerza y efecto a sus palabras. Muchas profe-
c´ıas que Dios hizo por medio de Jerem
´ıas ya se han
cumplido, por lo que estamos seguros de que las
que faltan por realizarse merecen total confianza.
Tenemos que decir a la gente que ‘lo que Dios tiene
pensado y lo que orden´
o desde los d´ıas de mucho
tiempo atr´as’ se cumplir
´a inexorablemente (Lam.
2:17).26 Cualquier an
´alisis de la actividad y mensaje pro-
f´eticos de Jerem
´ıas quedar
´ıa incompleto si pas
´ara-
mos por alto la magn´ıfica promesa de Jehov
´a de ce-
lebrar “un nuevo pacto” con su pueblo, uno cuyas
leyes´el escribir
´ıa en sus corazones (Jer. 31:31-33).
Esta profec´ıa y su cumplimiento, que nos incumben
directamente, son el tema del siguiente cap´ıtulo.
26. ¿Qu´e profec
´ıa nos queda por analizar?
¿Qu´
e profec´ıas del libro de Jerem
´ıas se han cumplido en
la actualidad? ¿Qu´
e cree de las que faltan por realizarse?
“Jehov´
a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 221
JEHOV´
A le encarg´
o a Jerem´ıas una misi
´on doble que
consist´ıa, por una parte, en ‘desarraigar, demoler, des-
truir y derruir’, y, por otra, en ‘edificar y plantar’.
El profeta acometi´
o la primera parte publicando la
maldad de los soberbios jud´ıos y declarando el juicio
divino contra ellos y contra Babilonia. Por otro lado,
sus profec´ıas tambi
´en llevaron un mensaje de esperan-
za, pues predijeron que Dios edificar´ıa lo que se ha-
b´ıa propuesto edificar y plantar
´ıa lo que se hab
´ıa
propuesto plantar. Por ejemplo, al proclamar la res-
tauraci´
on de los jud´ıos a su tierra natal, estaba cum-
pliendo con la segunda parte de su comisi´
on (Jer. 1:10;
30:17, 18).2 El hecho de que Jerem
´ıas proclamara la restaura-
ci´
on del pueblo jud´ıo no implicaba que Dios iba a
mimarlo o a rebajar sus normas de justicia. De ningu-
1. ¿Qu´e misi
´on doble realiz
´o Jerem
´ıas?
2. ¿Por qu´e castig
´o Jehov
´a a su pueblo, y hasta qu
´e grado?
CAP´ITULO 14
BENEFICIOSDEL NUEVO PACTO
222 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
na manera: Jehov´a ejecutar
´ıa juicio contra los rebel-
des jud´ıos (l
´ease Jerem
´ıas 16:17, 18). En esa
´epoca
no hab´ıa mucha gente en Jerusal
´en que ‘hiciera justi-
cia’ o ‘buscara fidelidad’, lo que hab´ıa agotado la pa-
ciencia divina. “Me he cansado de sentir pesar”, dijo
Jehov´a (Jer. 5:1; 15:6, 7). Aquellos jud
´ıos hab
´ıan “re-
gresado a los errores de sus antepasados, los primeros,
que rehusaron obedecer” las palabras de Jehov´a, y lo
hab´ıan encolerizado por su relaci
´on ad
´ultera con dio-
ses falsos (Jer. 11:10; 34:18). Jehov´a iba a corregir a su
pueblo, a castigarlo “hasta el grado debido”, a ver si
alguien reflexionaba y regresaba a´el (Jer. 30:11; 46:28).
3 Dios utiliz´
o a Jerem´ıas para predecir algo que ten-
dr´ıa beneficios mucho m
´as amplios y duraderos: un
nuevo pacto o alianza. Al estudiar sus escritos prof´e-
ticos, nos damos cuenta de las m´
ultiples razones que
tenemos para prestar atenci´
on a este prometedor ele-
mento. El nuevo pacto iba a sustituir al celebrado con
Israel despu´es del
´exodo de Egipto, cuyo mediador fue
Mois´es (l
´ease Jerem
´ıas 31:31, 32). Nuestro inter
´es au-
menta cuando vemos que Jesucristo hizo referencia a
3. ¿Por qu´e debe interesarnos la profec
´ıa del nuevo pacto?
Beneficios del nuevo pacto 223
este nuevo pacto al instituir la Cena del Se˜
nor (Luc.
22:20). Adem´as, el ap
´ostol Pablo habl
´o de
´el en la
carta a los Hebreos citando del profeta Jerem´ıas y
subray´
o su relevancia (Heb. 8:7-9). Pero ¿qu´e es el
nuevo pacto? ¿Por qu´e fue necesario? ¿Qui
´enes parti-
cipan en´el, y c
´omo nos beneficia personalmente? Vea-
mos.
¿POR QU´
E EL NUEVO PACTO?
4 Para comprender el significado del nuevo pacto,
primero tenemos que entender el prop´
osito del anti-
guo, es decir, del pacto de la Ley. Este brindar´ıa mu-
chas ventajas a la naci´
on que esperaba la Descenden-
cia prometida, quien ser´ıa el medio por el cual se
bendecir´ıan infinidad de personas (G
´en. 22:17, 18).
Al aceptar el pacto de la Ley, los israelitas se convir-
tieron en “propiedad especial” de Dios. Bajo sus t´er-
minos, la tribu de Lev´ı proporcionar
´ıa los sacerdotes.
Cuando Jehov´a sell
´o el pacto nacional con Israel en el
monte Sina´ı, mencion
´o “un reino de sacerdotes y una
naci´
on santa”, pero no defini´
o cu´ando ni por qu
´e me-
dios llegar´ıa a existir (
´Exo. 19:5-8). Mientras tanto,
4. ¿Qu´e logr
´o el pacto de la Ley?
224 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
aquel pacto dej´
o claro que los israelitas no pod´ıan
obedecer todos los aspectos de la Ley, o sea, puso de
manifiesto sus pecados. Por lo tanto, ten´ıan que ofre-
cer sacrificios peri´
odicos para obtener el perd´
on. Era
obvio, pues, que se necesitaba algo mejor: un sacrifi-
cio perfecto que no tuviera que repetirse. Era preciso
que el perd´
on de pecados fuera duradero (G´al. 3:19-
22).5 Ya podemos vislumbrar por qu
´e, incluso estando
en vigor el pacto de la Ley, Dios impuls´
o a Jerem´ıas a
profetizar acerca de otro pacto: el nuevo pacto. Aho-
ra bien, por su amor y bondad, Jehov´a quiso ofrecer
ayuda permanente a m´as de una naci
´on. Mediante Je-
rem´ıas, dijo sobre los que estar
´ıan incluidos en la fu-
tura alianza: “Perdonar´e su error, y no me acordar
´e
m´as de su pecado” (Jer. 31:34). Aunque aquella pro-
mesa se hizo en el pasado, ofrece un maravilloso por-
venir a toda la humanidad. ¿C´
omo?6 A
´un somos imperfectos, y con frecuencia nos da-
mos cuenta de esta cruda realidad. Sirvan de muestra
5. ¿Por qu´e anunci
´o Jehov
´a que habr
´ıa un nuevo pacto?
6, 7. a) ¿C´omo se sienten algunos por sus pecados? b) ¿Por qu
´e nos ani-
mar´a el an
´alisis del nuevo pacto?
Beneficios del nuevo pacto 225
las palabras de un hermano que luchaba contra una
falta seria: “Cuando volv´ıa a caer, me sent
´ıa fatal.
Pensaba que nunca podr´ıa pagar por lo que hab
´ıa
hecho. Me costaba much´ısimo orar. Empezaba dicien-
do: ‘Jehov´a, no s
´e si vas a o
´ır esta oraci
´on, pero...’ ”.
Algunos que han sufrido una reca´ıda o han cometido
un pecado han sentido como si “una masa de nubes”
estuviera obstaculizando sus oraciones (Lam. 3:44).
Otros se han visto acosados por los recuerdos de males
cometidos, incluso a˜
nos despu´es del incidente. Hasta
cristianos ejemplares tal vez digan cosas que luego la-
menten (Sant. 3:5-10).7 Nadie debe pensar que nunca va a caer en un mal
proceder (1 Cor. 10:12). Inclusive el ap´
ostol Pablo
reconoci´
o que comet´ıa errores (l
´ease Romanos 7:21-25).
Es entonces cuando debe venirnos a la mente el nue-
vo pacto. Un aspecto esencial de este ser´ıa que Dios
no recordar´ıa los pecados. ¡Qu
´e beneficio tan singular!
El propio Jerem´ıas debi
´o de sentirse emocionado, y
nosotros tambi´en podemos sentirnos igual si aprende-
mos m´as sobre el nuevo pacto y sus beneficios.
¿Por qu´
e instituy´
o Dios un nuevo pacto?
226 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
¿QU´
E ES EL NUEVO PACTO?8 A medida que conocemos mejor a Jehov
´a, percibi-
mos cada vez m´as lo bueno y misericordioso que es
con la humanidad imperfecta (Sal. 103:13, 14). Con el
anuncio del nuevo pacto, Jerem´ıas destac
´o que Jeho-
v´a ‘perdonar
´ıa el error’ y no recordar
´ıa m
´as el pecado
(Jer. 31:34). “¿C´
omo lo har´a?”, quiz
´as se haya pregun-
tado el profeta. Al o´ır la palabra pacto, Jerem
´ıas pod
´ıa
al menos deducir que Dios establecer´ıa un acuerdo o
contrato con los seres humanos, mediante el cual, de
alguna manera, llevar´ıa a cabo lo que le hab
´ıa inspira-
do a escribir, incluido el perd´
on. Eso s´ı, no se sabr
´ıan
m´as detalles hasta que Jehov
´a hiciera mayores revela-
ciones sobre su prop´
osito y lo que har´ıa el Mes
´ıas.
9 Tal vez hayamos visto a padres que miman a sus
hijos y no los disciplinan. ¿Esperar´ıamos que Jehov
´a
actuara igual? En absoluto. Y eso se ve claro por la
manera como entr´
o en vigor el nuevo pacto. En vez de
borrar los pecados de un plumazo, Dios escrupulosa-
mente se ajust´
o a su norma de justicia y, a pesar del
elevado precio, suministr´
o el fundamento legal para el
8, 9. ¿Cu´al fue el precio que pag
´o Jehov
´a para hacer posible el perd
´on de
los pecados?
Beneficios del nuevo pacto 227
perd´
on de pecados. Lo podemos comprender mejor si
nos fijamos en lo que escribi´
o el ap´
ostol Pablo (l´
ease
Hebreos 9:15, 22, 28).´
El mencion´
o “la liberaci´
on [...] por
rescate” y dijo que “a menos que se derrame sangre
no se efect´
ua ning´
un perd´
on”. En el caso del nuevo
pacto, no se trataba de la sangre de toros o machos ca-
br´ıos que se ofrec
´ıa por mandato de la Ley. El nuevo
pacto se valid´
o con la sangre de Jes´
us. Bas´andose en
este sacrificio perfecto, Jehov´a pod
´ıa ‘perdonar el
error y el pecado’ para siempre (Hech. 2:38; 3:19). Pero
¿qui´enes entrar
´ıan en este nuevo pacto y obtendr
´ıan el
perd´
on? No la naci´
on jud´ıa. Jes
´us dijo que Dios recha-
zar´ıa a los jud
´ıos, que ofrec
´ıan sacrificios animales se-
g´
un la Ley, y pactar´ıa con otra naci
´on (Mat. 21:43;
Hech. 3:13-15). Aquella naci´
on result´
o ser “el Israel de
Dios”, compuesto de cristianos ungidos con esp´ıritu
santo. Sencillamente, el pacto de la Ley implic´
o a Dios
y al Israel natural, mientras que el nuevo pacto se es-
tablece entre Jehov´a y el Israel espiritual, con Jes
´us de
Mediador (G´al. 6:16; Rom. 9:6).
10 Jerem´ıas llam
´o apropiadamente al futuro Mes
´ıas
10. a) ¿Qui´en es el “brote” de David? b) ¿C
´omo nos beneficia lo que hizo
el “brote”?
228 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
el “brote” de David. Mientras Jerem´ıas serv
´ıa de pro-
feta, el´arbol geneal
´ogico de David todav
´ıa estaba cor-
tado; sin embargo, su toc´
on no estaba muerto. Al de-
bido tiempo, Jes´
us nacer´ıa en el seno de una familia
del linaje real de David y se le llamar´ıa “Jehov
´a Es
Nuestra Justicia”, destacando as´ı el profundo inter
´es
de Dios en dicha cualidad (l´
ease Jerem´ıas 23:5, 6). Jeho-
v´a permiti
´o que su Hijo unig
´enito sufriera y muriera
en la Tierra; ahora, en armon´ıa con la justicia, pod
´ıa
aplicar el valor del sacrificio del “brote” de David
como base para el perd´
on (Jer. 33:15). Esto allan´
o el
camino para que algunos seres humanos fueran decla-
rados “justos para vida” y ungidos con esp´ıritu santo
a fin de ser incluidos en el nuevo pacto. Otra prueba
m´as del inter
´es divino en la justicia es que incluso
aquellos que no participan directamente en este pac-
to pueden beneficiarse de´el, como veremos a conti-
nuaci´
on (Rom. 5:18).11 ¿Qu
´e otras caracter
´ısticas distintivas tiene el nue-
vo pacto? Una diferencia fundamental entre este y el
de la Ley mosaica es el material sobre el que fueron
11. a) ¿Sobre qu´e se escribe la ley del nuevo pacto? b) ¿Por qu
´e les inte-
resa a las “otras ovejas” la ley del nuevo pacto?
Beneficios del nuevo pacto 229
escritos (l´
ease Jerem´ıas 31:33). Los Diez Mandamientos
del pacto de la Ley fueron escritos en tablas de piedra,
que finalmente desaparecieron. Por otro lado, Jere-
m´ıas profetiz
´o que la ley del nuevo pacto se escribir
´ıa
en corazones humanos y no tendr´ıa fin. Los cristianos
ungidos, participantes de este nuevo pacto, valoran
much´ısimo esta ley. ¿Y c
´omo la ven quienes no est
´an
directamente implicados en el nuevo pacto, las “otras
ovejas”, que tienen la esperanza de vivir para siempre
en la Tierra? (Juan 10:16.) Estos tambi´en se deleitan
en la ley de Dios. En cierto sentido son como los resi-
dentes forasteros de Israel, quienes aceptaron la Ley
de Mois´es y se beneficiaron de ella (Lev. 24:22; N
´um.
15:15).12 ¿C
´omo responder
´ıamos si se nos preguntara qu
´e
es esta ley inscrita en el coraz´
on de los cristianos un-
gidos? A esta ley tambi´en se la llama “la ley del Cris-
to”, y fue dada primero a los israelitas espirituales, los
que est´an en el nuevo pacto (G
´al. 6:2; Rom. 2:28, 29).
Esta ley se puede sintetizar en una palabra: amor
(Mat. 22:36-39). ¿C´
omo se graba en el coraz´
on de los
12, 13. a) ¿Qu´e es la ley del nuevo pacto? b) Bajo “la ley del Cristo”, ¿por
qu´e no nos sentimos coaccionados para servir a Dios?
230 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
ungidos? Principalmente mediante la oraci´
on y el es-
tudio de la Palabra de Dios. Por lo tanto, estos aspec-
tos de la adoraci´
on verdadera deben ser un h´abito
diario de todos los cristianos, incluso de los que no in-
tervienen en el nuevo pacto pero quieren beneficiarse
de´el.
13 “La ley del Cristo” tambi´en es denominada “la ley
perfecta que pertenece a la libertad” y “la ley de un
pueblo libre” (Sant. 1:25; 2:12). Muchos nacieron bajo
la Ley de Mois´es, pero nadie nace bajo el nuevo pacto
o bajo la ley de Cristo. Quienes se sujetan a la ley de
Cristo no sirven a Dios por coacci´
on; m´as bien, se ale-
gran de saber que la ley de Dios puede ser grabada en
su coraz´
on y que los eternos beneficios del pacto pro-
fetizado por Jerem´ıas est
´an al alcance de toda la hu-
manidad.
¿C´
omo hizo posible Dios el perd´
on mediante el nuevo pacto?¿C
´omo aprendemos sobre la ley que se escribe en los corazones?
BENEFICIARIOS DEL NUEVO PACTO
14 Al saber que los 144.000 son una parte integrante
del nuevo pacto, hay quienes han pensado que ellos
14. ¿Qui´enes, obviamente, se benefician del nuevo pacto?
Beneficios del nuevo pacto 231
son los´
unicos beneficiarios. Tal vez lleguen a esa
conclusi´
on porque son solo los ungidos quienes han
de participar de los emblemas en la Conmemoraci´
on
anual de la muerte de Cristo, donde el vino represen-
ta la “sangre del pacto” (Mar. 14:24). No obstante,
recordemos que quienes entran en el nuevo pacto
son, junto con Jes´
us, la “descendencia” de Abrah´an,
mediante la cual se bendecir´an todas las naciones
(G´al. 3:8, 9, 29; G
´en. 12:3). Con el nuevo pacto, Jeho-
v´a cumplir
´a, de un modo u otro, su promesa de ben-
decir a toda la humanidad mediante la “descendencia”
de Abrah´an.
15 Jesucristo, la parte principal de la descendencia de
Abrah´an, sirve de Sumo Sacerdote y suministra el sa-
crificio perfecto que posibilita el perd´
on de los erro-
res y pecados (l´
ease Hebreos 2:17, 18). Con todo, Dios
hab´ıa predicho tiempo atr
´as la formaci
´on de “un reino
de sacerdotes y una naci´
on santa” (´
Exo. 19:6). En el Is-
rael natural, los sacerdotes pertenec´ıan a una tribu, y
los reyes, a otra. Entonces, ¿c´
omo surgir´ıa esta naci
´on
de reyes y sacerdotes? El ap´
ostol Pedro escribi´
o su
15. ¿Qu´e funci
´on se predijo que desempe
˜nar
´an los ungidos?
232 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
primera carta a quienes hab´ıan sido santificados por
el esp´ıritu (1 Ped. 1:1, 2). Los llam
´o “un sacerdocio
real, una naci´
on santa, un pueblo para posesi´
on espe-
cial” (1 Ped. 2:9). Bajo el nuevo pacto, los cristianos
ungidos servir´an de subsacerdotes. Pensemos en lo
que esto supone. Todos los d´ıas tenemos que luchar
contra la influencia del pecado, que a´
un ‘reina’. Pues
bien, como los subsacerdotes habr´an pasado por cir-
cunstancias semejantes a las nuestras, sabr´an c
´omo se
siente uno cuando comete errores y lo atenaza el sen-
timiento de culpa (Rom. 5:21). As´ı que junto con
Cristo, nos ayudar´an con compasi
´on a superar las ten-
dencias pecaminosas.16 En Revelaci
´on 7:9, 14 se ve a la “gran muchedum-
bre” que va “vestid[a] de largas ropas blancas”, s´ımbo-
lo de una posici´
on limpia ante Dios. Con el objetivo
de sobrevivir a “la gran tribulaci´
on”, esta multitud ya
est´a form
´andose; por lo tanto, sus integrantes obtie-
nen desde ahora cierto grado de justicia ante Jehov´a.
Se les declara justos como sus amigos (Rom. 4:2, 3;
Sant. 2:23). ¡Qu´e enorme beneficio! Si somos parte de
16. ¿Qu´e
´animo puede obtener de Revelaci
´on 7:9, 14 la “gran muchedum-
bre”?
Beneficios del nuevo pacto 233
la gran muchedumbre, tengamos la seguridad de que
Dios nos ayudar´a en la lucha por permanecer limpios
a sus ojos.17 ¿Qu
´e ocurre con los pecados de quienes tienen el
favor de Dios? Como se mencion´
o antes, Jehov´a dijo
por medio de Jerem´ıas: “Perdonar
´e su error, y no me
acordar´e m
´as de su pecado” (Jer. 31:34). Dios hace
esto con los ungidos en virtud del sacrificio de Jes´
us.
Igualmente, puede perdonar los pecados de la gran
muchedumbre gracias a la misma “sangre del pacto”.
El que Jerem´ıas dijera que Dios no ‘se acordar
´ıa’ m
´as
de los pecados no significa que perder´ıa la memoria y
ya no podr´ıa recordarlos. M
´as bien, indica que
´el echa
los pecados tras sus espaldas una vez que ha adminis-
trado la disciplina necesaria y ha perdonado al peca-
dor arrepentido. Pensemos en los pecados que come-
ti´
o el rey David relacionados con Bat-seba y Ur´ıas.
David recibi´
o disciplina y sufri´
o las consecuencias
(2 Sam. 11:4, 15, 27; 12:9-14; Isa. 38:17). Sin embar-
go, Dios no sigui´
o imput´andole sus pecados (l
´ease
2 Cr´
onicas 7:17, 18). Como se se˜
nala en el nuevo pac-
17. ¿En qu´e sentido no ‘se acuerda’ m
´as Jehov
´a de los pecados?
234 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
to, una vez que´el perdona los pecados mediante el sa-
crificio de Jes´
us, ya no los recuerda m´as (Eze. 18:21,
22).18 Por consiguiente, el nuevo pacto subraya una ma-
ravillosa cualidad de Jehov´a en sus tratos con los seres
humanos imperfectos, tanto los ungidos, que entran
en el pacto, como los que tienen una esperanza terres-
tre. Podemos confiar en que una vez que Jehov´a per-
dona nuestros pecados, ya no vuelve a sacarlos a co-
laci´
on. De modo que la promesa de Dios sobre el
nuevo pacto encierra una lecci´
on para cada uno de
nosotros. Debemos preguntarnos: “¿Procuro imitar a
Jehov´a no sacando a relucir los errores de los de-
m´as, ofensas que he dicho que ya he perdonado?”
(Mat. 6:14, 15). Esta ense˜
nanza se hace extensiva tan-
to a ofensas de poca monta como a asuntos muy
importantes, como el caso de que un c´
onyuge cris-
tiano haya cometido adulterio, que es un pecado. Si el
c´
onyuge inocente decide aceptar el arrepentimiento
del culpable, no debe ‘acordarse m´as de su peca-
do’. Quiz´as no sea f
´acil echar los errores ajenos tras
18, 19. ¿Qu´e lecci
´on sobre el perd
´on encierra el nuevo pacto?
Beneficios del nuevo pacto 235
las espaldas, pero esta es una manera de imitar a Jeho-
v´a.�
19 Esta lecci´
on que se desprende del nuevo pacto es
tambi´en aplicable al caso de alguien que estuvo expul-
sado pero que se arrepinti´
o y fue readmitido en la con-
gregaci´
on. ¿C´
omo reaccionar´ıamos si tal persona nos
hubiera defraudado o difamado de alguna manera?
Ahora que vuelve a ser parte de la congregaci´
on,
¿c´
omo influir´a en nuestra manera de pensar y actuar
lo que dice Jerem´ıas 31:34? ¿La perdonaremos y no vol-
veremos a sacar a relucir su falta? (2 Cor. 2:6-8.) Eso
es algo que todos los que apreciamos el valor del nue-
vo pacto debemos poner en pr´actica.
� La disposici´
on de Dios a perdonar se ejemplific´
o en el trato que ledio Oseas a G
´omer. V
´eanse los comentarios sobre Oseas 2:14-16 que apa-
recen en Vivamos muy pendientes del d´ıa de Jehov
´a, p
´aginas 128 a 130.
BENDICIONES PRESENTES Y FUTURASDEL NUEVO PACTO
20 En los d´ıas de Jerem
´ıas, muchos jud
´ıos en reali-
dad dec´ıan: “Jehov
´a no har
´a bien, y no har
´a mal” (Sof.
20. ¿En qu´e se diferencia nuestra actitud de la de muchos jud
´ıos del tiem-
po de Jerem´ıas?
¿C´
omo podemos poner en pr´
actica la lecci´
onsobre el perd
´on que se desprende del nuevo pacto?
236 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
1:12). Aunque pose´ıan ciertos conocimientos de qui
´en
y c´
omo es Jehov´a, pensaban que
´el no iba a actuar y
que tampoco esperaba que ellos vivieran a la altura
de norma alguna. Nosotros, en cambio, sabemos que
nada escapa a los ojos de Dios; le tenemos un temor
reverente y de ning´
un modo queremos hacer nada
malo (Jer. 16:17). Al mismo tiempo, sabemos que
Jehov´a es un Padre benevolente, que ve nuestras bue-
nas obras, sea que otros se percaten de ellas o no
(2 Cr´
o. 16:9).21 Otro aspecto importante del nuevo pacto es el
siguiente: “Pondr´e mi ley dentro de ellos, y en su
coraz´
on la escribir´e. Y ciertamente llegar
´e a ser su
Dios [...]. Y ya no ense˜
nar´an cada uno a su compa
˜ne-
ro y cada uno a su hermano, diciendo: ‘¡Conozcan a
Jehov´a!’, porque todos ellos me conocer
´an” (Jer. 31:33,
34). Los ungidos que hoy viven en la Tierra han demos-
trado que tienen la ley de Dios en su interior. Aman
las verdades contenidas en ella en vez de confiar
en las doctrinas de los hombres y han transmitido
felices el conocimiento b´ıblico a quienes forman la
21, 22. ¿Por qu´e ya no hace falta que alguien nos inste a ‘conocer a Jeho-
v´a’?
Beneficios del nuevo pacto 237
gran muchedumbre. As´ı, estos que tienen la esperan-
za de vivir en la Tierra tambi´en han llegado a conocer
y amar a Jehov´a. Se someten voluntariamente a su di-
recci´
on y conf´ıan en sus promesas. De seguro usted es
uno de ellos, pues conoce bien a Dios y tiene una
relaci´
on personal con´el. ¿No es este otro gran bene-
ficio?22 ¿C
´omo ha fortalecido usted su relaci
´on con Jeho-
v´a? Sin duda, recuerda ocasiones en que vio contesta-
das sus oraciones; como resultado de tales experien-
cias, aument´
o su aprecio por la clase de Dios que es.
O quiz´as percibi
´o su ayuda cuando le vino a la mente
un pasaje b´ıblico que lo anim
´o a luchar contra la ad-
versidad. Pues bien, atesore tales vivencias. Si sigue es-
tudiando su Palabra, conocer´a mejor a Dios, lo cual lo
beneficiar´a indefinidamente.
23 Ligada al nuevo pacto viene, adem´as, otra ventaja
de la que podemos disfrutar ahora. Saber que Jehov´a
perdona seg´
un las reglas del nuevo pacto contribuir´a
a que nos libremos de los persistentes sentimientos de
culpa. Por ejemplo, una mujer que se practic´
o un abor-
23. ¿C´omo nos ayuda a librarnos de sentimientos inquietantes el conocer
a Jehov´a?
238 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
to antes de conocer las normas divinas pudiera sentir-
se abatida porque acab´
o con la vida de un nuevo
ser. Otros se sienten as´ı porque mataron gente en al-
g´
un conflicto b´elico. El sacrificio redentor de Jes
´us
—esencial para el nuevo pacto— suministra la base
para el perd´
on de los que se arrepienten de verdad. As´ı
las cosas, ¿no deber´ıa esto convencernos de que si
Jehov´a nos ha perdonado, considera cerrado el caso?
No tenemos por qu´e seguir pensando en los pecados
que Jehov´a ha perdonado por completo.
24 Contamos con una descripci´
on gr´afica del perd
´on
de Dios en Jerem´ıas 31:20 ( l
´ease). Decenios antes de
nacer Jerem´ıas, Jehov
´a castig
´o a Israel, el reino del
norte —representado por Efra´ın, la m
´as importante
de sus diez tribus—, por su idolatr´ıa. Los israelitas
fueron desterrados; no obstante, Dios estaba muy uni-
do a ellos y les mostr´
o un gran cari˜
no. A´
un los amaba
como si fueran “un ni˜
no acariciado”, o predilecto.
Cuando pensaba en ellos, sus intestinos se ‘alborota-
ban’, en el sentido de que se conmov´ıa profundamen-
te. Este relato, que forma parte del contexto en el que
24. ¿Qu´e
´animo podemos obtener de Jerem
´ıas 31:20?
Beneficios del nuevo pacto 239
se presenta el nuevo pacto, se˜
nala lo magn´animo que
es Jehov´a con aquellos que se arrepienten de su mala
conducta.25 La promesa de Jehov
´a de perdonar los pecados
mediante el nuevo pacto se habr´a cumplido en toda
su extensi´
on al fin del Reinado Milenario de Cristo.
Jesucristo y los 144.000 subsacerdotes habr´an restau-
rado a la perfecci´
on a los seres humanos fieles. Quie-
nes superen la prueba final llegar´an a ser miembros
de pleno derecho de la familia universal de Jehov´a
(l´
ease Romanos 8:19-22). Por siglos, la humanidad se ha
quejado por la aplastante carga del pecado, pero en-
tonces “tendr´a la gloriosa libertad de los hijos de
Dios”, libertad del pecado y la muerte. Por lo tanto,
tenga la certeza de que usted puede obtener mediante
la amorosa disposici´
on del nuevo pacto abundantes
bendiciones presentes y futuras. Gracias al “brote” de
David, podr´a disfrutar de “justicia en la tierra” (Jer.
33:15).
25. ¿Qu´e razones tenemos para estar agradecidos a Jehov
´a por el nuevo
pacto?
¿C´
omo nos beneficia el nuevo pacto ahora y en el futuro?
240 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
“OIGAN la palabra de Jehov´a.” Esta exhortaci
´on re-
son´
o por las calles y plazas de Jerusal´en desde el
a˜
no 647. Y el profeta de Dios no desisti´
o de repe-
tirla ni siquiera cuando la ciudad fue destruida cua-
renta a˜
nos m´as tarde (Jer. 2:4; 42:15). El Alt
´ısimo
envi´
o profetas con el´animo de que los jud
´ıos escu-
charan Sus consejos y se arrepintieran. Como ya
se ha indicado, Jerem´ıas se distingui
´o entre aque-
llos portavoces divinos. El d´ıa que recibi
´o su comi-
si´
on, Dios le dijo: “Tienes que levantarte y hablarles
todo lo que yo mismo te mande. No te sobrecojas de
terror alguno” (Jer. 1:17). La empresa era ardua, y
Jerem´ıas padeci
´o f
´ısica y emocionalmente; con todo
y con eso, se sinti´
o impulsado a cumplir su misi´
on.
“Mi coraz´
on est´a alborotado dentro de m
´ı —expre-
s´
o—. No puedo quedarme callado.” (Jer. 4:19.)
1. ¿Por qu´e no se quedaron callados Jerem
´ıas ni otros profetas de Jehov
´a?
CAP´ITULO 15
“NO PUEDOQUEDARME CALLADO”
“No puedo quedarme callado” 241
2 El modo como Jerem´ıas ejerci
´o su actividad pro-
f´etica fue un ejemplo para los futuros siervos de
Jehov´a (Sant. 5:10). Poco despu
´es del Pentecost
´es
del a˜
no 33 de nuestra era, las autoridades jud´ıas
arrestaron a los ap´
ostoles Pedro y Juan y les orde-
naron que dejaran de predicar. Ya conocemos su res-
puesta: “No podemos dejar de hablar de las cosas
que hemos visto y o´ıdo” (Hech. 4:19, 20). Despu
´es de
amenazarlos m´as severamente, los gobernantes los
soltaron. Y sabemos lo que pas´
o. Aquellos hombres
fieles no dejaron de hablar la palabra de Dios.3 ¿No percibimos ecos del fervor de Jerem
´ıas en
las palabras de Pedro y Juan recogidas en Hechos
4:20? Como ministros de Jehov´a Dios en estos de-
cisivos´
ultimos d´ıas, ¿verdad que compartimos la
misma determinaci´
on y nos resulta imposible ‘que-
darnos callados’? Veamos de qu´e forma podemos
conservar una fortaleza como la de Jerem´ıas para
seguir predicando las buenas nuevas en medio de
circunstancias cada vez m´as dif
´ıciles.
2, 3. a) ¿C´omo imitaron a Jerem
´ıas los disc
´ıpulos de Jes
´us? b) ¿Por qu
´e
debemos copiar nosotros el ejemplo de Jerem´ıas?
242 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
FIRME ANTE LA APAT´IA
4 No nos cabe la menor duda de que la promesa
de Dios de un futuro maravilloso bajo el gobierno
de su Hijo es la mejor noticia que podemos dar al
mundo. Sin embargo, muchas personas responden
igual que aquellos jud´ıos que dijeron a Jerem
´ıas:
“En cuanto a la palabra que nos has hablado en el
nombre de Jehov´a, no te estamos escuchando” (Jer.
29:19; 44:16). ¡Cu´antas veces oy
´o Jerem
´ıas esas pa-
labras! Tambi´en nosotros o
´ımos frecuentemente a
la gente decir: “No me interesa”. La apat´ıa genera-
lizada puede apagar el celo de los publicadores del
Reino. ¿Les ha pasado eso a algunos miembros de
su congregaci´
on, o quiz´as a usted mismo? De ser
as´ı, ¿qu
´e se puede hacer?
5 Examinemos c´
omo actu´
o Jerem´ıas ante la pro-
funda apat´ıa de Jud
´a. Al iniciar su carrera, Jehov
´a
le dej´
o ver un anticipo de Su venidera ira (l´
ease Je-
rem´ıas 4:23-26). El profeta comprendi
´o que la vida
de miles de personas depend´ıa de que oyeran el
4. ¿Qu´e actitud reinaba en la antigua Jerusal
´en?
5. a) ¿C´omo reaccion
´o Jerem
´ıas ante la apat
´ıa de la gente? b) ¿Por qu
´e
corren un grave peligro las personas indiferentes a las buenas nuevas?
“No puedo quedarme callado” 243
mensaje que´el portaba y obraran en consecuencia.
En id´entica situaci
´on se halla la gente hoy, inclui-
dos nuestros vecinos. Hablando del “d´ıa” en que
Dios juzgar´a a este mundo malvado, Jes
´us dijo:
“Vendr´a sobre todos los que moran sobre la haz
de toda la tierra. Mant´enganse despiertos, pues, en
todo tiempo haciendo ruego para que logren esca-
par de todas estas cosas que est´an destinadas a su-
ceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre”
(Luc. 21:34-36). De estas palabras inferimos que
quienes rechazan las buenas nuevas corren un gra-
ve peligro.6 Por otra parte, las personas que se sacudan la
indiferencia y abracen la palabra de Jehov´a que
les llevamos recibir´an beneficios inestimables. Dios
nos ha abierto el camino para que escapemos de la
destrucci´
on y entremos en el nuevo mundo que ha
prometido. Las circunstancias actuales son pareci-
das a aquellas en las que Jerem´ıas ejerci
´o su minis-
terio prof´etico. Los habitantes de Jud
´a pod
´ıan esca-
6. ¿Por qu´e debemos seguir predicando, incluso a quienes muestran poco
inter´es?
244 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
par de la ruina que se cern´ıa sobre ellos (l
´ease Jere-
m´ıas 26:2, 3). Por eso, Jerem
´ıas pas
´o decenios ins-
t´andolos a ‘escuchar y volverse’ al Dios verdadero.
No sabemos cu´antos se arrepintieron y cambiaron
su vida gracias a su predicaci´
on; pero s´ı es cierto
que algunos lo hicieron, como lo han hecho multi-
tudes hoy d´ıa. A menudo o
´ımos de corazones que
en un tiempo fueron ap´aticos y ahora se han ablan-
dado gracias a que seguimos predicando las buenas
nuevas (v´ease el recuadro “La apat
´ıa se torna en in-
ter´es”, de la p
´agina 246). ¿No es esa raz
´on de m
´as
para seguir activos en esta obra de salvaci´
on?
¿Por qu´
e seguiremos predicando las buenas nuevas pesea la apat
´ıa?
LOS ENEMIGOS NO PUEDENHACERNOS DA
˜NO PERMANENTE
7 Un aspecto notable del ministerio de Jerem´ıas
es la frecuencia con que sus enemigos intentaron
acabar con´el y su obra. Los falsos profetas lo con-
tradijeron en p´
ublico (Jer. 14:13-16). Cuando anda-
ba por las calles de Jerusal´en, la gente lo insultaba
7. ¿C´omo intentaron destruir su obra prof
´etica los enemigos de Jerem
´ıas?
“No puedo quedarme callado” 245
246 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
En Nueva Zelanda, unos hermanos tocaron a lapuerta de cierta mujer que nunca hab
´ıa querido o
´ır
a los testigos de Jehov´a, pero ahora estaba interesa-
da en escucharlos. Resulta que esa misma semanahab
´ıa asistido al Sal
´on del Reino al funeral de la es-
posa de un compa˜
nero de trabajo de su marido. All´ı
observ´
o que muchos de los presentes consolaban alviudo; adem
´as, le pareci
´o muy l
´ogica la clara exposi-
ci´
on b´ıblica que oy
´o sobre el tema de la resurrecci
´on.
Su trabajo consist´ıa en capacitar a personal es-
pecializado en la atenci´
on de enfermos termina-les. Motivada por lo que hab
´ıa experimentado en
el funeral, hab´ıa animado a sus estudiantes a asis-
tir a uno cuando tuvieran la oportunidad. ¿Con qu´e
fin? Para que oyeran la explicaci´
on que dan los Tes-tigos sobre el verdadero estado de los muertos y lalinda esperanza que ofrecen para el futuro. Le pare-c
´ıa que los enfermeros podr
´ıan utilizar ambos temas
para animar a sus pacientes.Es obvio que el hecho de que alguien se haya mos-
trado indiferente por mucho tiempo no significaque Jehov
´a no pueda ‘darle un coraz
´on para que lo
conozca’ (Jer. 24:7). A´
un hay esperanza de que lagente ap
´atica de nuestro territorio acepte las buenas
nuevas.
LA APAT´IA SE TORNA EN INTER
´ES
y se re´ıa de
´el (Jer. 15:10). Algunos de sus oponen-
tes tramaron otras maneras de desprestigiarlo (Jer.
18:18). Hubo quienes levantaron una intensa cam-
pa˜
na de murmuraciones para apartar a los jud´ıos
sinceros de las verdades divinas que´el predicaba
(Lam. 3:61, 62). ¿Se rindi´
o por ello? Todo lo contra-
rio: sigui´
o predicando. ¿C´
omo pudo hacerlo?8 La principal arma de Jerem
´ıas contra sus enemi-
gos fue la confianza en Jehov´a. Al comienzo de su
ministerio,´el le prometi
´o sostenerlo y ampararlo
(l´
ease Jerem´ıas 1:18, 19). Jerem
´ıas puso fe en esa pro-
mesa, y Jehov´a no le fall
´o. Cuanto mayor era la opo-
sici´
on y el radicalismo de sus rivales, m´as crec
´ıan
su audacia, su valor y su resistencia. Veamos de qu´e
utilidad le fueron dichas cualidades.9 En cierta ocasi
´on, un grupo de sacerdotes y
profetas rebeldes llev´
o a Jerem´ıas ante los pr
´ınci-
pes de Jud´a para que se le diera muerte. ¿Se ami-
lan´
o´el ante sus amenazas? No. De hecho, rebati
´o
8. ¿C´omo respondi
´o Jerem
´ıas a los redoblados esfuerzos de sus enemigos
por destruirlo?9, 10. ¿Qu
´e incidentes en la vida de Jerem
´ıas pueden infundirnos valor?
“No puedo quedarme callado” 247
tan contundentemente las acusaciones de aquellos
ap´
ostatas que se libr´
o de que lo mataran (l´
ease Je-
rem´ıas 26:11-16; Luc. 21:12-15).
10 He aqu´ı otro incidente. Tras o
´ır el impactante
mensaje del profeta, un oficial del templo llamado
Pasjur lo puso en el cepo. Pensando seguramente
que hab´ıa escarmentado con el castigo y que dejar
´ıa
de hablar, lo solt´
o al d´ıa siguiente. Pero Jerem
´ıas,
aunque muy dolorido por el tormento que hab´ıa
soportado, le anunci´
o a Pasjur el juicio de Jeho-
v´a sin rodeos. ¡Ni siquiera la tortura lo silenci
´o!
(Jer. 20:1-6.) ¿Por qu´e?
´El mismo contesta: “Jeho-
v´a estuvo conmigo como un terrible poderoso. Por
eso los mism´ısimos que me persiguen tropezar
´an y
no prevalecer´an” (Jer. 20:11). Jerem
´ıas no se aco-
bard´
o ni ante sus m´as fieros opositores. Su confian-
za en Jehov´a estaba bien fundada, como puede es-
tarlo la nuestra.11 Hay que tener presente que Jerem
´ıas no era
un fan´atico. Actuaba con sensatez ante sus adver-
11, 12. a) ¿C´omo mostr
´o Jerem
´ıas buen juicio en su encuentro con Ha-
nan´ıas? b) ¿Qu
´e beneficio produce mantenerse “reprimido bajo lo malo”?
248 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
sarios y sab´ıa cu
´ando retirarse. As
´ı lo ilustra su
encuentro con el falso profeta Hanan´ıas. Cuando
este contradijo en p´
ublico la palabra prof´etica de
Jehov´a, Jerem
´ıas lo corrigi
´o y explic
´o las caracter
´ıs-
ticas de un aut´entico profeta. Jerem
´ıas llevaba so-
bre el cuello un yugo de madera para simbolizar
la servidumbre a la que Babilonia someter´ıa a los
jud´ıos. Enfurecido, Hanan
´ıas le quit
´o el yugo y lo
rompi´
o. ¡Qui´en sabe de qu
´e otra cosa hubiera sido
capaz este impostor! ¿Cu´al fue la reacci
´on de Jere-
m´ıas? “El profeta procedi
´o a irse por su camino.”
As´ı es, Jerem
´ıas se march
´o. M
´as tarde, por manda-
to de Jehov´a, regres
´o con un mensaje para Hana-
n´ıas: Dios entregar
´ıa a los jud
´ıos al dominio del rey
de Babilonia y matar´ıa a Hanan
´ıas (Jer. 28:1-17).
12 De este pasaje inspirado se desprende que
cuando predicamos, debemos equilibrar la valent´ıa
y el buen juicio. Si alguien reh´
usa aceptar los ar-
gumentos de las Escrituras y se enfurece, e inclu-
so nos amenaza, podemos excusarnos amablemen-
te y pasar a la siguiente casa. No hay necesidad
“No puedo quedarme callado” 249
de enzarzarse en discusiones acaloradas con nadie.
Manteni´endonos “reprimido[s] bajo lo malo”, deja-
remos la puerta abierta para ayudar a dicho indivi-
duo en un momento m´as propicio (l
´ease 2 Timoteo
2:23-25; Pro. 17:14).
¿Por qu´
e es vital la confianza en Jehov´
a al predicar lasbuenas nuevas? ¿Por qu
´e debemos equilibrar la valent
´ıa
y el buen juicio?
“NO TENGAS MIEDO”
13 Los fieles siervos de Dios se vieron afectados
por las terribles condiciones que reinaron en Jeru-
sal´en antes de su ca
´ıda en 607. Es comprensible,
pues, que Dios le dijera a Jerem´ıas: “No tengas mie-
do” (Jer. 1:8; Lam. 3:57). Tambi´en le mand
´o que
confortara a otros con esas mismas palabras (l´
ease
Jerem´ıas 46:27). ¿Cu
´al es la lecci
´on? A veces pudi
´era-
mos sentir miedo en este peligroso tiempo del fin.
¿Escucharemos en esos momentos a Jehov´a dici
´en-
donos: “No tengas miedo”? En cap´ıtulos anteriores
analizamos c´
omo Dios sostuvo a Jerem´ıas durante
13. ¿Por qu´e dijo Jehov
´a a Jerem
´ıas: “No tengas miedo”, y por qu
´e debe-
mos reflexionar en ello?
250 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
aquel espantoso per´ıodo. Repasemos brevemente lo
que acaeci´
o y extraigamos una ense˜
nanza.14 Cuando los caldeos estrecharon el cerco de Je-
rusal´en, los alimentos escasearon y el hambre azo-
t´
o la ciudad (Jer. 37:21). Para colmo, Jerem´ıas es-
taba atrapado en un lugar que pod´ıa llegar a ser
su tumba. Con el consentimiento del pusil´anime
rey Sedequ´ıas, los pr
´ıncipes de Jud
´a lo hab
´ıan arro-
jado en una cisterna profunda, que no ten´ıa agua,
sino solo fango. El profeta se hund´ıa sin ver una
salida humana a su tragedia. Si hubi´eramos esta-
do en su lugar, ¿no nos habr´ıamos asustado? (Jer.
38:4-6.)15 Aunque Jerem
´ıas era un simple mortal como
nosotros, confiaba en la palabra de Jehov´a de que
nunca lo abandonar´ıa (l
´ease Jerem
´ıas 15:20, 21).
¿Premi´
o Jehov´a su confianza? Sabemos que s
´ı. Im-
pulsado por Dios,´
Ebed-m´elec pas
´o por encima de
la autoridad de los pr´ıncipes y lo rescat
´o. Con la
aprobaci´
on del rey, lo sac´
o de la cisterna y lo salv´
o
14, 15. a) ¿En qu´e situaci
´on peligrosa se vio Jerem
´ıas? b) ¿C
´omo cum-
pli´o Jehov
´a su promesa de protegerlo?
“No puedo quedarme callado” 251
de una muerte segura en aquel pozo de fango (Jer.
38:7-13).16 Pero ni siquiera en tierra firme estaba a salvo
Jerem´ıas. Cuando
´Ebed-m
´elec abog
´o por
´el ante el
rey, le dijo: “Morir´a donde est
´a a causa del hambre.
Porque ya no hay pan en la ciudad” (Jer. 38:9). Era
tal el hambre en Jerusal´en que la gente estaba prac-
ticando el canibalismo; mas Jehov´a volvi
´o a inter-
venir para salvar a su profeta. Y este le transmi-
ti´
o a´
Ebed-m´elec la garant
´ıa de que Jehov
´a tambi
´en
lo proteger´ıa a
´el (Jer. 39:16-18). Jerem
´ıas no ha-
b´ıa olvidado la promesa de Dios: “Yo estoy con-
tigo para librarte” (Jer. 1:8). Mientras el Alt´ısimo
cuidara de estos dos hombres fieles, ni el hambre
ni los enemigos humanos podr´ıan acabar con ellos.
De hecho, escaparon con vida de aquella ciudad
condenada a la ruina. ¿Cu´al es la esencia de este re-
lato? Que Jehov´a ofreci
´o su protecci
´on y cumpli
´o
(Jer. 40:1-4).17 El cumplimiento de la profec
´ıa de Jes
´us sobre
16. ¿De qu´e peligros salv
´o Jehov
´a a sus siervos leales?
17. ¿Por qu´e debemos poner fe en la promesa de Jehov
´a de que proteger
´a
a sus siervos?
252 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
la conclusi´
on del sistema de cosas avanza inexora-
blemente hacia su culminaci´
on. En el futuro cer-
cano se ver´an “se
˜nales en el sol y en la luna y en
las estrellas, y sobre la tierra angustia de naciones,
por no conocer la salida [...], mientras que los hom-
bres desmayan por el temor y la expectaci´
on de
las cosas que vienen sobre la tierra habitada” (Luc.
21:25, 26). Habr´a que esperar para ver qu
´e forma
asumen dichas se˜
nales y c´
omo aterrar´an a muchos.
Pero pase lo que pase, nunca dudemos del poder de
Jehov´a para salvar a su pueblo y su deseo de hacer-
lo. Por otro lado, las consecuencias ser´an muy dife-
rentes para quienes no cuenten con su favor (l´
ean-
se Jerem´ıas 8:20 y 14:9). Aun cuando creamos estar
en una situaci´
on desesperada, como en el fondo h´
u-
medo y oscuro de una cisterna,´el puede rescatar-
nos. Las palabras de Dios a´
Ebed-m´elec son apli-
cables a su pueblo: “ ‘Sin falta te suministrar´e un
escape, y no caer´as a espada; y ciertamente llegar
´as
a tener tu alma como despojo, porque has confia-
do en m´ı’, es la expresi
´on de Jehov
´a” (Jer. 39:18).
“No puedo quedarme callado” 253
PALABRAS ESCRITAS PARA NOSOTROS
18 “A todos aquellos a quienes te env´ıe, debes ir;
y todo lo que yo te mande, debes hablar.” (Jer. 1:7.)
La vida de Jerem´ıas cambi
´o para siempre al o
´ır este
mandato divino. Desde entonces, su inter´es prin-
cipal fue anunciar “la palabra de Jehov´a”, expre-
si´
on esta que se repite por todo el libro que lleva
su nombre. En el´
ultimo cap´ıtulo, el profeta narra
la toma de Jerusal´en y el exilio de su
´ultimo rey,
Sedequ´ıas. En efecto, Jerem
´ıas sigui
´o ense
˜nando y
exhortando al pueblo de Jud´a a obedecer a Jeho-
v´a hasta que fue patente que su labor hab
´ıa tocado
fin.19 Hallamos m
´as de un paralelismo entre la comi-
si´
on de Jerem´ıas y el ministerio p
´ublico de los tes-
tigos de Jehov´a. Como
´el, nosotros servimos al Dios
verdadero en un tiempo de juicio. Aunque hemos
de atender otros deberes que exigen tiempo y ener-
18. a) ¿Qu´e palabras cambiaron la vida de Jerem
´ıas? b) ¿Qu
´e significa
para usted el mandato de Jerem´ıas 1:7?
19, 20. a) ¿Por qu´e es el servicio de Jerem
´ıas un modelo para nosotros?
b) ¿Qu´e relaci
´on hay entre la predicaci
´on y el alborozo y regocijo? c) ¿Qu
´e
efecto ha tenido en usted el estudio de los libros de Jerem´ıas y Lamenta-
ciones?
254 Dios nos habla mediante Jerem´ıas
g´ıas, la predicaci
´on de las buenas nuevas es, por
mucho, la labor m´as importante que podemos reali-
zar en la actualidad. Por medio de ella, ensalzamos
el gran nombre de Dios y aceptamos que´el tiene
derecho y autoridad absolutos por ser el Soberano
Universal (l´
ease Lamentaciones 5:19). Adem´as, ense-
˜nar al pr
´ojimo qui
´en es el verdadero Dios y qu
´e hay
que hacer para obtener la vida es una prueba so-
bresaliente de amor (Jer. 25:3-6).20 Aludiendo a la misi
´on encomendada por Jeho-
v´a, Jerem
´ıas dijo: “Tu palabra llega a ser para m
´ı
el alborozo y el regocijo de mi coraz´
on; porque tu
nombre ha sido llamado sobre m´ı, oh Jehov
´a Dios
de los ej´ercitos” (Jer. 15:16). Tal alborozo y regoci-
jo est´an al alcance de todos aquellos cuyo coraz
´on
los mueva a hablar en favor del Dios verdadero. Por
consiguiente, tenemos buenas razones para seguir
proclamando el mensaje de Jehov´a, como hizo Je-
rem´ıas.
¿C´
omo nos ayudan los ejemplos de Jerem´ıas y
´Ebed-m
´elec
a ser valerosos? ¿Qu´
e cualidad de Jerem´ıas debemos imitar
en la predicaci´
on?
“No puedo quedarme callado” 255