Dios y el antisustancialismo_Curso.Libre

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Propuesta de Curso Libre Dios y alma desde la perspectiva del antisustancialismo Estoicismo, spinozismo y darwinismo Profesor: Dr. Rodrigo Sebastián Braicovich Área Temática: Filosófico-específicas. Fundamentación ¿Es Dios algo distinto del mundo, independiente de él y trascendente, o no es, por el contrario, otra cosa que la suma de las entidades que componen el universo en su devenir? ¿Es el alma algo distinto de la suma de nuestros deseos, opiniones, emociones y creencias? ¿Es el alma algo independiente de nuestra historia psíquica y trascendente a la misma? ¿O es el alma meramente un término que designa una de las posibles perspectivas desde la cuales podemos analizar y dar sentido al conjunto de nuestra vida mental? Ante la hegemonía histórica de la alternativa de la trascendencia, es decir, de la concepción de la sustancia como substrato ontológicamente independiente de sus afecciones, el estoicismo inaugura -probablemente en forma inconsciente- una línea alternativa de pensamiento que subsiste espaciadamente a lo largo de toda la historia de la filosofía occidental. El núcleo central de dicha crítica se puede resumir en la idea de que Dios y el alma, las dos entidades privilegiadas que ocupan a la reflexión filosófica, no constituyen instancias trascendentes y ontológicamente distintas de la naturaleza (en el caso de Dios) y de los juicios y pasiones (en el caso del alma); en otras palabras, que no existe distinción ontológica alguna entre Dios y la naturaleza (aspecto cósmico), por un lado, y el alma y sus afecciones, por otro (aspecto psíquico). El panteísmo estoico representa, en la historia de la filosofía occidental, el primer modelo panteísta (sistemático) de explicación del devenir cósmico, y ofrece con ello, asimismo, el primer intento por comprender la naturaleza mediante la metodología de la inmanencia, esto es, sin suponer la existencia de entidades trascendentes a la naturaleza misma que le otorguen orden y sentido. En el plano psicológico, el modelo anímico monista y cognitivista defendido por el estoicismo (fundamentalmente como respuesta a la concepción platónico-aristotélica del alma) conduce al primer esbozo de explicación del alma humana en

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Propuesta de Curso Libre

Dios y alma desde la perspectiva del antisustancialismoEstoicismo, spinozismo y darwinismo

Profesor: Dr. Rodrigo Sebastián Braicovich

Área Temática: Filosófico-específicas.

Fundamentación

¿Es Dios algo distinto del mundo, independiente de él y trascendente, o no es, por el contrario,

otra cosa que la suma de las entidades que componen el universo en su devenir? ¿Es el alma algo distinto

de la suma de nuestros deseos, opiniones, emociones y creencias? ¿Es el alma algo independiente de

nuestra historia psíquica y trascendente a la misma? ¿O es el alma meramente un término que designa una

de las posibles perspectivas desde la cuales podemos analizar y dar sentido al conjunto de nuestra vida

mental? Ante la hegemonía histórica de la alternativa de la trascendencia, es decir, de la concepción de la

sustancia como substrato ontológicamente independiente de sus afecciones, el estoicismo inaugura

-probablemente en forma inconsciente- una línea alternativa de pensamiento que subsiste espaciadamente

a lo largo de toda la historia de la filosofía occidental. El núcleo central de dicha crítica se puede resumir en

la idea de que Dios y el alma, las dos entidades privilegiadas que ocupan a la reflexión filosófica, no

constituyen instancias trascendentes y ontológicamente distintas de la naturaleza (en el caso de Dios) y de

los juicios y pasiones (en el caso del alma); en otras palabras, que no existe distinción ontológica alguna

entre Dios y la naturaleza (aspecto cósmico), por un lado, y el alma y sus afecciones, por otro (aspecto

psíquico).

El panteísmo estoico representa, en la historia de la filosofía occidental, el primer modelo panteísta

(sistemático) de explicación del devenir cósmico, y ofrece con ello, asimismo, el primer intento por

comprender la naturaleza mediante la metodología de la inmanencia, esto es, sin suponer la existencia de

entidades trascendentes a la naturaleza misma que le otorguen orden y sentido. En el plano psicológico, el

modelo anímico monista y cognitivista defendido por el estoicismo (fundamentalmente como respuesta a la

concepción platónico-aristotélica del alma) conduce al primer esbozo de explicación del alma humana en

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términos no sustancialistas: el alma es, a cada momento, nada más que los juicios que sostiene y las

pasiones que experimenta, y no es en absoluto necesario suponer que exista algo más allá de dichas

manifestaciones, algo que sea independiente de la historia psíquica del individuo y que se encuentre

causalmente indeterminada por la misma.

Aun cuando ciertos presupuestos de fondo difieran por completo y aun cuando se rijan por

principios metodológicos y epistemológicos completamente divergentes, Spinoza y Darwin continúan (en

una tradición en la que cabe incluir, entre otros, a Hume y Nietzsche1) la línea alternativa establecida por el

estoicismo. En el caso de la ontología spinozista, el problema cósmico se ve redefinido en términos de

sustancia, atributos y modos, y deviene decisiva la siguiente pregunta: ¿es la sustancia algo más que la

suma de los atributos mediante los cuales aquella se expresa? En el plano psicológico, la relación central es

aquella que debemos establecer entre el alma (mens-anima) y sus afecciones, o entre el alma y sus ideas,

dado que Spinoza permanece cartesiano en su clasificación de todas las modificaciones del alma como

modi cogitandi. La pregunta es, en tal caso: ¿es el alma algo más que una colección de ideas?2

Las reflexiones de Charles Darwin en torno al problema cósmico parecen expresar a primer vista

un viraje decisivo -tanto desde el punto de vista epistemológico como conceptual- en relación a la ontología

spinozista: donde Spinoza analizaba la relación entre la sustancia infinita y sus infinitos atributos, Darwin

analiza el problema de la especiación en términos de descendencia, herencia y gradualismo. Las

conclusiones a las que arriba a partir de dichas reflexiones, no obstante, reiteran la convicción estoico-

spinozista en cuanto a la inexistencia de una instancia trascendente a la naturaleza que rija desde la

exterioridad el devenir cósmico. En términos del propio Darwin, la complejidad que observamos en la

naturaleza puede ser explicada (contra lo sostenido paradigmáticamente por su maestro William Paley) en

términos de pura inmanencia, es decir, sin necesidad de recurrir a la noción de un creador, de una divinidad

que crea la naturaleza siguiendo un plan eterno: la conjunción de modificaciones (genotípicas) azarosas y

1 Cabe señalar, a fin de sostener la continuidad de esta línea, la decisiva influencia de los tratados de Hume sobre la concepción del alma defendida por Darwin y el descubrimiento de Spinoza por parte de Nietzsche en la época de redacción de La Gaya Ciencia y Así habló Zaratustra.

2 Como se hace evidente, tales interrogantes no tienen por objetivo poner en cuestión la coherencia lógica del concepto de sustancia como sustrato, sino cuestionar la pretensión de que dicho concepto pueda ser aplicado coherentemente a Dios y al alma.

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del mecanismo ciego (pero no azaroso) de la selección natural es suficiente para dar cuenta del devenir

natural en toda su complejidad y particularidad. En el plano psíquico, allí donde Spinoza se preguntaba

acerca de la posible relación de identidad entre el alma y sus afecciones, Darwin se pregunta si existe un

salto de grado entre el cerebro humano y el cerebro del resto de los primates, o si las diferencias de

conducta entre ellos deben ser explicadas simplemente en términos de complejidad. La conclusión a la que

arriba Darwin (en buena medida a causa de la célebre disputa con Alfred Russell Wallace en torno al papel

divino en relación al surgimiento de la raza humana) consiste en afirmar en forma rotunda que el alma no

constituye una entidad metafísica independiente de sus afecciones sino que la misma no es otra cosa que la

suma de instintos, emociones y disposiciones adquiridas por el hombre a lo largo del proceso histórico de la

evolución humana. Proyectándonos en el siglo siguiente, esta conclusión constituirá la piedra de toque de

buena parte de los desarrollos teóricos contemporáneos realizados en torno a la filosofía de la mente en el

mundo anglosajón. En particular, tanto la psicología evolucionista surgida a finales de la década de 1970

como las neurociencias contemporáneas (fuertemente evolucionistas en su enfoque teórico) han

emprendido la tarea de ofrecer una explicación coherente y sistemática de las intuiciones de Darwin

respecto de la idea de alma, con el objetivo de construir una explicación netamente naturalista del hombre3.

Más allá de la posible coherencia interna que las posiciones defendidas por el estoicismo, Spinoza

y Darwin puedan demostrar, la crítica a la concepción de la sustancia como sustrato priva a la reflexión

filosófica de una herramienta conceptual decisiva, lo cual plantea serios problemas de carácter teórico. En el

plano cósmico, la negación de la trascendencia divina suscita inevitablemente el interrogante acerca del

sentido del devenir natural y de la teodicea: ¿está direccionada la historia del universo hacia un fin último y

preestablecido por un orden previo a dicho devenir? ¿Posee cada uno de los acontecimientos que tienen

lugar en el universo una justificación en la dinámica del orden cósmico? En el plano psicológico, la negación

del carácter sustancial del alma da lugar a una serie de interrogantes cruciales. En primer lugar, ¿es tal

posición teóricamente sostenible? Es decir: ¿es posible prescindir por completo de una instancia

trascendente al momento de explicar no sólo las acciones humanas sino la totalidad del devenir natural? De

3 Una concepción naturalista del mundo supone, cuanto menos, la negación de la dualidad entre un orden moral (humano) y uno natural y la consecuente negación de que las acciones humanas deban ser evaluadas desde una perspectiva distinta a aquella desde la cual analizamos y evaluamos la naturaleza.

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modo complementario: ¿es sostenible una posición de este tipo desde un punto de vista práctico? ¿Tendría

la negación del concepto tradicional de sustancia (en sus diversas manifestaciones culturales) alguna

consecuencia concreta (ya sea deseable o indeseable) en cuanto a nuestras relaciones intersubjetivas y a

nuestra comprensión de nosotros mismos como sujetos actuantes? Por último: ¿qué repercusiones tendría

la adopción de una concepción no sustancialista del alma humana sobre las reflexiones éticas y jurídicas?

¿Es el determinismo defendido por el estoicismo, Spinoza y Darwin la única conclusión posible al problema

de la libertad humana si se accede con ellos a rechazar la sustancialidad del alma?

Desde ya, las respuestas que los autores analizados ofrecieron a tales interrogantes distan de ser

homogéneas: así, a modo de ejemplo, mientras que el estoicismo elude el problema de la pregunta por el

sentido de la acción (y de la vida en general) gracias a una concepción teleológica providencialista (Dios es

inmanente a la naturaleza y, en cuanto tal, garantiza la perfección del devenir cósmico), el darwinismo

enfrenta en tal problemática su mayor dificultad teórica, a saber, la dificultad de sostener que las acciones

humanas posean sentido aun cuando el devenir natural no lo posea. En el plano psicológico, la concepción

fuertemente cognitivista del alma defendida por Spinoza contrasta con el carácter modularista de la mente

defendido por buena parte de la psicología evolutiva contemporánea.

El objetivo primario del presente Curso Libre consistirá, precisamente, en introducir a los alumnos

en la pluralidad de perspectivas desde las cuales se proyectó históricamente la línea desarrollada por estos

autores como alternativa al concepto de sustancia como sustrato en relación al Dios y el alma. El desarrollo

histórico que analizaremos estará dividido en tres unidades. Luego de una introducción histórica y

conceptual al problema del concepto de sustancia como substrato y de sus múltiples expresiones, la primera

unidad ofrecerá una aproximación al panteísmo estoico y al monismo y materialismo que caracterizan a la

concepción del alma defendida por dicha escuela. En la segunda unidad se abordará el libro Primero de la

Ética demostrada según el orden geométrico de Baruch Spinoza, a fin de traer a la luz la problemática de la

relación entre los conceptos de sustancia y atributos, y los libros Segundo, Tercero y Cuarto a fin de analizar

la complejidad de la concepción anti-sustancialista del alma defendida por Spinoza. La última unidad tendrá

por objetivo ofrecer una introducción al evolucionismo darwinista, concentrándonos en el análisis del

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concepto de selección natural como principio de explicación de la complejidad del devenir histórico y de la

complejidad de la mente humana. Las últimas dos clases estarán destinadas a evaluar el impacto en la

filosofía contemporánea de la línea crítica analizada, con el objetivo de relevar sus posibles alcances y

dificultades como herramienta conceptual filosófica.

Contenidos

Unidad 1: Estoicismo

-Introducción al problema. Conceptos y doctrinas.

-La psicología estoica: el alma como materia/cuerpo; el alma como configuración específica del pneuma distribuido en la naturaleza. Consecuencias éticas de la concepción naturalista y materialista del alma en el estoicismo. Determinismo y compatibilismo.

-El panteísmo estoico: el pneuma como principio activo. ¿Dios es el mundo o está en el mundo? El lógos divino como legalidad cósmica. Dificultades hermenéuticas. El estoicismo romano y la exacerbación del panteísmo. La reacción de los Padres de la Iglesia.

Unidad 2: Spinoza

-El alma como modo finito del atributo del pensamiento. Ideas, afectos y afecciones. Relación alma-cuerpo. El alma como colección de ideas en la Ética. Cuerpos simples y compuestos. Principios de organización y composición.

-Relación sustancia–atributos: ¿Es la sustancia algo más que la suma de los atributos? La fórmula Deus sive natura y el concepto de inmanencia. El problema de la legalidad en la expresión de la sustancia y la interpretación de la escuela deleuziana. Críticas al antropomorfismo: impugnación de los conceptos de orden, belleza y perfección.

Unidad 3: Darwin

-El problema de las especies y la crítica al pensamiento teleológico. Creación sin creador: el mecanismo de la selección natural como principio organizador del devenir biológico. William Paley y el “relojero ciego”: azar y necesidad en el devenir natural.

-El problema de la complejidad del alma humana y la disputa con Alfred Russel Wallace. La psicología transformacionista de Darwin en la explicación del origen del hombre. La desaparición del sujeto en el neodarwinismo contemporáneo: las concepciones modularistas y computacionales de la mente. El problema del alma/mente en la psicología evolucionista contemporánea.

Objetivos

-Ofrecer a los alumnos una aproximación a la problemática del concepto de sustancia como sustrato y a la

línea crítica que se desarrolló respecto de dicho concepto desde el estoicismo hasta el evolucionismo de

Charles Darwin.

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-Proveer a los alumnos las herramientas hermenéuticas necesarias para evaluar la pertinencia y adecuación

de las líneas interpretativas más importantes que se han desarrollado sobre esta problemática.

-Impulsar una evaluación crítica de las alternativas ofrecidas por el estoicismo, Spinoza y Darwin en relación

a la problemática de la negación del carácter sustancial del alma y en relación a una explicación no

sustancialista del devenir natural.

-Promover la discusión de las consecuencias éticas y jurídicas que se siguen de los planteos analizados.

Metodología

Clases teórico-prácticas articuladas sobre la exposición de los contenidos consignados y sobre la lectura

guiada y discusión de los textos-fuente.

Formas de Regularización-Aprobación

El Curso Libre se aprobará mediante la asistencia a un 75% de las clases y la aprobación de un trabajo

escrito breve sobre un tema previamente acordado con el docente.

Bibliografía

Unidad 1

Bibliografía Obligatoria4

Cappelletti, Angel J. (ed.), Los estoicos antiguos, introducción, traducción y notas de Ángel J. Cappelletti, Madrid, Gredos, 1996.

Colomina Almiñana, Juan José, “La cosmología estoica”, Eikasia. Revista de Filosofía (2007), vol. 3, nº 14, pp. 43-60.

Frede, Michael, “La doctrina estoica de los afectos del alma”, en Malcolm Schofield; Gisela Striker (comps.), Las normas de la naturaleza. Estudios de ética helenística, Buenos Aires, Manantial, 1993, pp. 100-119.

Juliá, Victoria; Marcelo Boeri; Laura Corso, Las exposiciones antiguas de ética estoica, Buenos Aires, EUDEBA, 1998.

Long, Anthony A., “Soul and body in Stoicism”, en Stoic Studies, Berkeley, University of California Press, 1996, pp. 224-249.

Long, Anthony A., La filosofía helenística. Estoicos, epicúreos, escépticos, Madrid, Alianza, 1984.

Bibliografía de Consulta

Annas, Julia, Hellenistic philosophy of mind, Berkeley, University of California Press, 1992.Baltzly, Dirk, “Stoic Pantheism”, Sophia (2003), vol. 42, nº 2, pp. 3-33.Besnier, Bernard, “La conception stoïcienne de la matière ”, Revue de Métaphysique et de Morale (2003), vol. 37, nº

1, pp. 51-64 .Bobzien, Susanne, Determinism and freedom in Stoic philosophy, Oxford, Clarendon Press, 1998.Brennan, Tad, “Stoic Moral Psychology”, en Brad Inwood (ed.), The Cambridge Companion to the Stoics, Cambridge,

4 Para la totalidad de la Bibliografía Obligatoria indicada en cada unidad se trabajará en base a una selección de capítulos realizada por el docente.

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Cambridge University Press, pp. 257-294.Frede, Dorothea, “Theodicy and Providential Care in Stoicism”, en Dorothea Frede; André Laks. (eds.), Traditions of

theology. Studies in Hellenistic theology: its background and aftermath , Leiden, Brill, 2002, pp. 85-118.Hahm, David, The Origins of Stoic Cosmology. Columbia, Ohio State University Press, 1977.Long, Anthony A., “The Stoic Concept of Evil”, The Philosophical Quarterly (1968), vol. 18, nº 73, pp. 329-343.Long, Anthony; David Sedley, The Hellenistic Philosophers, Cambridge, Cambridge University Press, 1987, 2 vols.Salles, Ricardo (ed.), God and the Cosmon in Stoicism , Oxford, Oxford University Press , 2009.Sedley, David, “The Origins of Stoic God”, en Dorothea Frede; André Laks. (eds.), Traditions of theology. Studies in

Hellenistic theology: its background and aftermath , Leiden, Brill, 2002, pp. 41-84.

Unidad 2

Bibliografía Obligatoria

Bennet, John, Un estudio de la «Ética» de Spinoza, México, Fondo de Cultura Económica, 1984. Bernardini, Amalia, “Spinoza: Dios como sustancia y causa sui”, Revista de Filosofía de la Universidad de Costa

Rica (1975), vol. 16, nº 42, pp. 363–370.Deleuze, Gilles, Spinoza y el problema de la expresión, traducción de Horst Vogel, Barcelona, Muchnik, 1996. García Peña, Vidal, El materialismo de Spinoza. Ensayo sobre la Ontología spinozista, Madrid, Revista de

Occidente, 1974. Spinoza, Baruch, Epistolario, introducción de Carl Gebhardt, traducción y prologo de Oscar Cohan, Buenos Aires,

Sociedad Hebraica Argentina, 1950. ________, Ética demostrada según el orden geométrico, traducción, introducción y notas de Vidal Peña, Buenos

Aires, Orbis, 1984. ________, Tratado de la reforma del entendimiento, prólogo de Diego Tatián, introducción de Carl Gebhardt,

traducción de Oscar Cohan, Buenos Aires, Cactus, 2006.

Bibliografía de Consulta

Bennett, Jonathan , “Spinoza's Mind-Body Identity Thesis ”, The Journal of Philosophy (1981), vol. 78. nº 10, pp. 573-584 .

Carriero, John, "Monism in Spinoza", en John Biro; Olli Koistinen (eds.), Spinoza: metaphysical themes, Oxford, Oxford University Press, 2002, pp. 38-59.

Dalton, Peter, "Mirroring Spinoza's Mind", en John Biro; Olli Koistinen (eds.), Spinoza: metaphysical themes, Oxford, Oxford University Press, 2002, pp. 113-126.

Della Rocca, Michael, "Spinoza's Substance Monism", en John Biro; Olli Koistinen (eds.), Spinoza: metaphysical themes, Oxford, Oxford University Press, 2002, pp. 11-37.

________, “Spinoza’s metaphysical psychology”, en Don Garrett (ed.), The Cambridge Companion to Spinoza, Cambridge, Cambridge University Press, 2004, pp. 192-266.

________, Representation and the Mind-Body Problem in Spinoza, Oxford, Oxford University Press, 1996.Forsyth, T. M., “Spinoza's Doctrine of God in Relation to His Conception of Causality”, Philosophy (1948), vol. 23, nº

87, pp. 291-301.González, Horacio (comp.), Cóncavo y Convexo. Escritos sobre Spinoza, Buenos Aires, Altamira, 1999.Hampshire, Stuart, Spinoza, Madrid, Alianza, 1982.Israel, Jonathan I., “Spinozism: A Reworking of Greek Stoicism?”, en Enlightenment Contested. Philosophy,

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Kashap, S. Paul, Spinoza and Moral Freedom, Nueva York, State University of New York Press, 1987.Koistinen, Olli (ed.), The Cambridge companion to Spinoza’s Ethics, Cambridge, Cambridge University Press , 2009.Lloyd, Genevieve, Routledge Philosophy GuideBook to Spinoza and the Ethics, Londres, Routledge, 2002. Long, Anthony A., “Stoicism in the philosophical tradition: Spinoza, Lipsius, Butler”, en Brad Inwood (ed.), The

Cambridge Companion to the Stoics, Cambridge, Cambridge University Press, 2004, pp. 365–393.Séverac, Pascal, “Le devenir actif du corps affectif”, Astérion (2005), nº3, pp. 53–78. Spinoza, Baruch, Opera, Heidelberg, Carl Winters Universitats Buchhandlung, 1925.

Unidad 3

Bibliografía Obligatoria

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Ayala, Francisco José, Darwin y el diseño inteligente: Creacionismo, cristianismo y evolución, Madrid, Alianza, 2007.Darwin, Charles, El origen de las especies por medio de la selección natural, traducción de Antonio de Zulueta,

Madrid, Alianza, 2009. _______, El origen del hombre y la selección en relación al sexo, traducción de Julián Aguirre, Madrid, Edaf, 1982. _______, La expresión de las emociones en los animales y en el hombre, traducción de Ramón Fernández

Rodríguez, Madrid, Alianza , 1998. Dennett, Daniel, La peligrosa idea de Darwin: evolución y significados de la vida, Barcelona, Galaxia Gutenberg,

1999. Dupré, John, El legado de Darwin: qué significa la evolución hoy, Buenos Aires, Katz, 2006. Rosas López, Alejandro (ed.), Filosofía, darwinismo y evolución, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2007 .

Bibliografía de Consulta

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Barkow, Jerome H.; Cosmides, Leda; Tooby, John (eds.), The adapted mind. Evolutionary psychology and the generation of culture, Nueva York, Oxford University Press, 1995.

Barrett, Paul H.; Broke Freeman, Richard (eds.), The Works of Charles Darwin, Nueva York, New York University Press, 1987-89.

Buss, David M. (ed.), The Handbook of Evolutionary Psychology, Nueva Jersey, John Wiley & Sons, 2005.Fodor, Jerry, The modularity of Mind, Cambridge, The MIT Press, 2003.Huntley, William B., "David Hume and Charles Darwin", Journal of the History of Ideas (1972), vol. 33, pp. 457-470.LeDoux, Joseph, The Emotional Brain. The Mysterious Underpinnings of Emotional Life, Londres, Phoenix, 1988.Pinker, Steven, How the Mind Works, Nueva York, Norton, 1999.Richards, Robert J., "Darwin on Mind, Morals, and Emotions", en J. Hodge; G. Radick (eds.), The Cambridge

Companion to Darwin, Cambridge, Cambridge University Press, 2003, pp. 92-115._________, "Darwin's Metaphysics of Mind", en Vittorior Hoesle; Christian Illies (eds.), Darwin and Philosophy, Notre

Dame, Notre Dame University Press, 2005.Sheldon Davies, Paul, Subjects of the World. Darwin’s Rhetoric and the Study of Agency in Nature, Chicago, The

University of Chicago Press, 2009.Stewart-Williams, Steve, Darwin, God and the Meaning of Life. How evolutionary theory undermines everything you

thought you knew, Cambridge, Cambridge Universiuty Press, 2010.