DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE...

166
DIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar Mazín Luis Medina Rafael Rojas Mauricio Tenorio Jesús Velasco d COMITÉ EDITORIAL Yuri Afanasiev Universidad de Humanidades, Moscú Carlos Altamirano Editor de la revista Prisma (Argentina) Adolfo Castañón Fondo de Cultura Económica Pierre Chaunu Institut de France Jorge Domínguez Universidad de Harvar d Enrique Florescano CONACULTA Josep Fontana Universidad de Barcelona Manuel Moreno Fraginals Universidad de La Habana Luis González El Colegio de Michoacán Charles Hale Universidad de Iowa Matsuo Kazuyuki Universidad de Sofía, Tokio Alan Knight Universidad de Oxford Seymour Lipset Universidad George Mason Olivier Mongin Editor de Esprit, París Stuart Schwartz Universidad de Yale Rafael Segovia El Colegio de México David Thelen Journal of American Histor y John Womack Jr. Universidad de Harvar d ISTOR es una publicación trimestral de la División de Historia del Centro de Investiga- ción y Docencia Económicas ( CIDE). El objetivo de ISTOR es ofrecer un acercamiento original a los acontecimientos y a los grandes debates de la historia y la actualidad internacional. Las opiniones expresadas en esta revista son responsabilidad de sus autores. La reproduc- ción de los trabajos necesita previa autorización. Los manuscritos deben enviarse a la División de Historia del CIDE. Su presentación debe seguir los atributos que pueden observarse en este número. Todos los artículos son dictaminados. Dirija su correspondencia electrónica a: [email protected] Puede consultar nuestra página en internete www.istor.org.mx Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C., Carretera México- Toluca 3655 (km 16.5), Lomas de Santa Fe, 01210, México, D.F. Certificado de licitud de título: en trámite. Reserva del título otorgado por Indautor: 04-2000-071211550100-102 Certificado de licitud de contenido: en trámite. Diseño: Natalia Rojas Nieto Asistente de redacción: María Fernanda Vázquez Vela Impresión: Impresión y Diseño Suscripciones y ventas: CIDE Coordinación de Distribución de Publicaciones Tel. 57 27 98 00, exts. 2417, 2612 Fax 57 27 98 85 e-mail suscripciones: [email protected] e-mail redacción: josé[email protected] PORTADA: ILUSTRACIÓN DE C. INCHÁUSTEGUI Y M. J. VIVAS, BASADA EN “MNEMOSINE” (DIOSA GRIEGA DE LA MEMORIA Y MADRE DE LA HISTORIA), DE DANTE GABRIEL ROSSETI (1828-1882). I S T O R d AÑO II, NÚMERO 5, VERANO DEL 2001

Transcript of DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE...

Page 1: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

DIRECTORJean Meyer

d

JEFE DE REDACCIÓNJosé Manuel Prieto

d

CONSEJO DE REDACCIÓNJosé Antonio Aguilar Óscar MazínLuis MedinaRafael RojasMauricio TenorioJesús Velasco

d

COMITÉ EDITORIALYuri AfanasievUniversidad de Humanidades,MoscúCarlos AltamiranoEditor de la revista Prisma(Argentina)Adolfo CastañónFondo de Cultura EconómicaPierre ChaunuInstitut de FranceJorge DomínguezUniversidad de HarvardEnrique FlorescanoCONACULTAJosep FontanaUniversidad de BarcelonaManuel MorenoFraginals Universidad de La Habana

Luis GonzálezEl Colegio de MichoacánCharles HaleUniversidad de IowaMatsuo KazuyukiUniversidad de Sofía, TokioAlan KnightUniversidad de OxfordSeymour LipsetUniversidad George MasonOlivier MonginEditor de Esprit, ParísStuart SchwartzUniversidad de YaleRafael SegoviaEl Colegio de MéxicoDavid ThelenJournal of American Histor yJohn Womack Jr.Universidad de Harvard

● ISTOR es una publicación trimestral de la División de Historia del Centro de Investiga-ción y Docencia Económicas ( CIDE). ● El objetivo de ISTOR es ofrecer un acercamiento original a los acontecimientos y a losgrandes debates de la historia y la actualidad internacional.● Las opiniones expresadas en esta revista son responsabilidad de sus autores. La reproduc-ción de los trabajos necesita previa autorización.● Los manuscritos deben enviarse a la División de Historia del CIDE. Su presentacióndebe seguir los atributos que pueden observarse en este número.● Todos los artículos son dictaminados.● Dirija su correspondencia electrónica a: [email protected]● Puede consultar nuestra página en internete www.istor.org.mx

◆ Centro de Investigación y Docencia Económicas,A.C., Carretera México-Toluca 3655 (km 16.5),Lomas de Santa Fe, 01210, México, D.F.◆ Certificado de licitud de título: en trámite. ◆ Reserva del título otorgado por Indautor: 04-2000-071211550100-102◆ Certificado de licitud de contenido: en trámite.◆ Diseño:Natalia Rojas Nieto

◆ Asistente de redacción:María Fernanda Vázquez Ve l a◆ Impresión:Impresión y Diseño◆ Suscripciones y ventas:CIDE Coordinación de Distribución de PublicacionesTel. 57 27 98 00, exts. 2417, 2612Fax 57 27 98 85e-mail suscripciones: [email protected] redacción: josé[email protected]

PORTADA: ILUSTRACIÓN DE C. INCHÁUSTEGUI Y M. J.VIVAS, BASADA EN “MNEMOSINE” (DIOSA GRIEGA

DE LA MEMORIA Y MADRE DE LA HISTORIA),DE DANTE GABRIEL ROSSETI (1828-1882).

I S T O Rd A ÑO I I , NÚMERO 5 , V ERA N O DEL 200 1

0. PRESENTACION 28/6/01 11:04 Page 1

Page 2: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

PRESENTACIÓN

dossier7..... Introducción al nforme de la Comisión de

la Verdad y la Reconciliación de SudáfricaDesmond Mpilo Tutu

25..... Chile: desaparición y olvido como política de EstadoGuillermo Guajardo

41..... Palestina, 1948: los límites de la interpretación históricaHenry Laurens

64..... México necesita su “glasnost” históricaJosé Antonio Crespo

notas y diálogos82..... La condena de la memoria

Antonio Elorza

94..... India. Identidades y memoria cultural en el conflicto comunalistaEva Borreguero

istor, palabra del griego antiguo y más exactamente del jónico. Nombre de agente, istor,“el que sabe”, el experto, el testigo, de donde proviene el verbo istoreo, “tratar de saber,informarse”, y la palabra istoria, búsqueda, averiguación, “historia”. Así, nos colocamos bajo la invocación del primer istor: Heródoto de Halicarnaso.

0. PRESENTACION 28/6/01 11:04 Page 2

Page 3: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

textos recobrados101... Discurso de la historia

Paul Valéry

ventana al mundo111... Las elecciones estadounidenses:

más pérdidas que gananciasLuis Pásara

121... En los armarios de Europa hay fantasmasAdam Michnik

reseñas130... Encuentro y alteridad

Rebeca Inclán

132... El sistema político japonés de los noventa: historia de una fragmentaciónIsami Romero Hoshino

135... La metamorfosis del sufrimientoJuan Espíndola Mata

coincidencias y divergencias139... Del antijudaísmo al genocidio

Jean Meyer

cajón de sastre...149

Bibliografía aleatoria...156

Fe de erratasEn el número anterior en la sección Coincidencias y divergencias (pág. 144), debe

decir Guenifley y no Guenifkey.

0. PRESENTACION 28/6/01 11:04 Page 3

Page 4: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

4

Políticas de la memoriaRafael Rojas

La difusión mundial de la democracia en los últimos años del si-glo XX ha provocado un curioso giro en la relación entre la justi-cia y la historia. Desde la antigüedad, en Occidente fue común laconcesión de indultos y amnistías a criminales de guerra –o depaz– como un gesto que ayudaba a la reconciliación de los acto-res involucrados en algún conflicto. En un estudio reciente, Lacité divisée. L’Oubli dans la mémoire d’Athénes (París, Payot, 1997),Nicole Loraux describe cómo los griegos, después de una guerracivil, aplicaban un decreto de “interdicción”, de claro origen mi-tológico, según el cual, aquel ciudadano que evocara en públicola reciente tragedia sería maldecido por los dioses. La amnesia seconvertía, así, en un cimiento de la democracia antigua.

En su extraña sabiduría, el poeta José Lezama Lima re c o rd a b aque entre los persas la cárcel era conocida como “casa del olvido”:el condenado debía desaparecer de la memoria de los libres por-que era una criatura maldita. A pesar del apotegma bíblico del “ojopor ojo, diente por diente”, la función política del olvido se trans-mitió, a través del Derecho romano, a casi toda Europa, y luego,por España, a la legislación indiana que rigió en Hispanoaméricahasta principios del siglo XIX. Todavía durante las guerras carl i s-tas españolas y las rebeliones separatistas del Caribe, a mediadosde aquella centuria, se aplicaron decretos de “olvido general” conel fin de propiciar la reconciliación de los antiguos adversarios.

La democracia moderna, en cambio, esa que resurge en la se-gunda posguerra y, sobre todo, después de la caída del Muro deBerlín, hace de la memoria el eje moral de sus políticas. Estanueva versión de la dicotomía entre “antiguos y modernos” nosólo tiene que ver con la secularización de una cultura mítica oreligiosa, sino con dos fenómenos propios del siglo XX: la institu-cionalización del genocidio al grado de poner en riesgo a la espe-

0. PRESENTACION 28/6/01 11:04 Page 4

Page 5: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

5

cie humana y el considerable aumento de la transparencia de la vida civil y po-lítica. Después de los fascismos y los comunismos, del holocausto y el terror,de Auschwitz y el Gulag, el olvido se abandona como práctica y discurso de re-conciliación, y el ejercicio de la memoria pública atribuye a la justicia un fuertecarácter retroactivo.

Aunque los juicios de Nuremberg iniciaron seis meses después de la muer-te de Hitler, al cabo de medio siglo las víctimas del holocausto todavía recla-man justicia. Desde aquella sentencia de Theodor Adorno acerca de que lapoesía después de Auschwitz entrañaba el riesgo de una “estetización de la tra-gedia”, muchos intelectuales alemanes (Norbert Elias, Ernst Nolte, GünterGrass, Peter Sloterdijk...) han insistido en la necesidad de salir de la prisión deaquel trauma. Testigos y víctimas del comunismo, como Alexander Solzhenit-zyn y Adam Michnik, también lo han hecho: es preciso dejar atrás la parálisisdel arrepentimiento, la vigilancia de la culpa. Pero todos coinciden en quecualquier superación del luto que implique un debilitamiento de la memoriao una gravitación hacia el olvido, puede convertirse en caldo de cultivo para labarbarie.

Más allá de los extremos del fascismo y del comunismo, la historia mundialde la segunda mitad del siglo XX, por su violencia, intensifica esa simbiosis en-tre memoria y justicia. El conflicto árabe-israelí, la descolonización de África yAsia, las guerrillas y las dictaduras latinoamericanas, los pequeños y terriblescalentamientos de la Guerra Fría en Vietnam, Angola, Etiopía o Afganistán, elapartheid, las tensiones étnicas, religiosas y nacionales en las países postcomu-nistas, la difícil asimilación de inmigrantes en Europa y Estados Unidos... Nohay evento, con algún saldo criminal, en los últimos cincuenta años, que nomovilice el recuerdo colectivo a favor de un esclarecimiento de la verdad en elpasado y de una aplicación de la justicia en el presente. Muchas veces, deacuerdo con la gravedad del crimen, se trata más bien de una justicia simbóli-ca o moral que garantiza el desagravio de las víctimas. Pero aun en su variantemás leve, la fórmula de Adam Michnik es ineludible: “amnistía sin amnesia”.

Hemos querido dedicar el quinto número de Istor a este delicado asunto dela memoria y el olvido, la justicia y la verdad. Debido a la vastedad del tema ya sus múltiples manifestaciones históricas, nos vimos obligados a reseñar sólo

0. PRESENTACION 28/6/01 11:04 Page 5

Page 6: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

6

tres casos: Sudáfrica, Chile y Palestina. El primero es, tal vez, el mejor ejem-plo de una reconciliación nacional exitosa, luego de un régimen secular demarginación y oprobio. El segundo es un proceso en marcha que, en buenamedida, confirmará, o no, la pertinencia de una justicia retroactiva en caso degenocidio político. Y el tercero es un conflicto vivo, cuya solución apenas sevislumbra, en el que se enfrentan dos naciones, dos religiones y dos culturascon una larga historia de sufrimiento y rencor.

0. PRESENTACION 28/6/01 11:04 Page 6

Page 7: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

7

Todas las personas de Sudáfrica saben que en nuestra historia reciente encon-tramos algunos acontecimientos horribles –los asesinatos de Sharpville y deLanga, la revuelta en Soweto, las bombas en Church Street, en el bar de Ma-goo y en el de Amanzimtoti Wimpy, las matanzas en la iglesia de St. James, enBoiopatong y Sebokeng–. También sabemos sobre las muertes bajo custodiapolicial de personas como Steve Biko, Neil Aggett y otras; sobre ahorcamien-tos y sobre la llamada violencia “negro sobre negro” en el Rand Este y en Kwa-Zulu Natal al surgir rivalidades entre el Partido de Libertad Inkatha (IFP) elFrente Democrático Unido (UDF) y después con el Congreso Nacional Africa-no (ANC). Nuestra nación está empapada con la sangre de sus niños de todaslas razas y de todas las convicciones políticas.

Es con esta historia contemporánea –que inició en 1960 con el desastre deSharpville y terminó con la maravillosa toma de posesión de Nelson Mandelacomo el primer presidente de la República de Sudáfrica, electo de manera de-mocrática– con la que tenemos que aprender a vivir. No podemos pretenderque no sucedió. Todos coinciden en que los sudafricanos deben vivir con estahistoria y su legado. El problema es la manera en que lo hacemos –tema dedesacuerdos durante toda la existencia de la Comisión, hasta el momento enque se escribió este informe–. E imagino que podemos asumir que este puntoen particular será un punto polémico durante mucho más tiempo.

Versión abreviada de la Introducción al Informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sud-áfrica, publicado por Macmillan Press en su versión electrónica, con licencia del Gobierno de Sudáfrica.Traducción del inglés: Rebeca Igartúa.

Introducción al Informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de

S u d á f r i c aDesmond Mpilo Tutu

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 7

Page 8: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

8

PREPARAR EL INFORME DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD

Y LA RECONCILIACIÓN

Una de las características únicas de la Comisión Sudafricana ha sido su natura-leza abierta y transparente. Algunas comisiones similares en otras partes delmundo se reúnen a puerta cerrada. La nuestra ha trabajado a la luz de toda lapublicidad. Esto significa que parte de la información contenida en este infor-me ya es del dominio público. No obstante, en las siguientes páginas se inclu-yen algunos discernimientos.

El trabajo de la Comisión Sudafricana también fue más extenso que el deotras comisiones. La cantidad de material que pasó por nuestras manos llenarávarias repisas de los archivos nacionales. Estos elementos serán útiles para es-tudiosos, periodistas y otras personas que analicen nuestra historia en las si-guientes generaciones. Desde el punto de vista de la investigación, éste puedeser el legado más importante de la Comisión [...]

[...] Una visitante holandesa de la Comisión observó que la Comisión de laVerdad y la Reconciliación tiene que fallar. Su tarea es ciertamente muy de-mandante. Con todo, ella afirmó, “aun si fracasa, ya triunfó más allá de cual-quier expectativa razonable”. Citó a Emily Dickinson: “La verdad debe des-lumbrar de manera gradual [...] o todo el mundo estaría ciego”. Sin embargo,la Comisión no está preparada para permitir que la generación actual de sud-africanos crezca dócilmente en la cruel realidad del pasado y muchos de noso-tros lloramos cuando nos confrontamos con sus verdades terribles. Por dolorosaque haya sido la experiencia, todavía estamos convencidos de que no puedehaber curación sin verdad. Mi petición a todos los sudafricanos que lean esteinforme es que no lo usen para atacar a otros. sino que se unan a él para corre-gir y, por último, para participar en el proceso que guiará a la unidad nacionala través de la verdad y la reconciliación.

El pasado, como se ha dicho, es otro país. La manera en que se cuentan sushistorias y la forma como se oyen cambian con los años [...]

[...] Y hemos tratado, de todas las formas posibles, de entretejer en estaverdad sobre nuestro pasado algunas lecciones importantes para el mañana delas personas de esta nación. Porque el futuro también es otro país. Y no pode-

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 8

Page 9: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

9

mos hacer más que dejar a sus pies el poco conocimiento que pudimos reunirde nuestra experiencia presente.

OPCIONES DE TRANSICIÓN

No pudimos emprender el viaje desde un pasado marcado por el conflicto, lainjusticia, la opresión y la explotación hacia una dispensación democrática ca-racterizada por una cultura del respeto a los derechos humanos sin enfrentar-nos cara a cara con nuestra historia reciente. Nadie negó eso. Las diferenciasde opinión fueron acerca de cómo manejar este pasado y de cómo vamos a in-tentar entenderlo.

Hubo algunos que creyeron que debíamos seguir el ejemplo de la posgue-rra y llevar a juicio a los culpables de violaciones graves en contra de los dere-chos humanos, como hicieron los aliados en Nuremberg. Estaba claro que enSudáfrica, donde teníamos un estancamiento militar, eso era una opción impo-sible. Ninguno de los dos bandos en lucha (el Estado o los movimientos de li-beración) había derrotado al otro y por lo tanto nadie estaba en posición de im-poner la llamada justicia del vencedor.

No obstante, había razones aún más apremiantes para evitar la opción de Nu-remberg. No hay duda de que los miembros de la institución encargada de laseguridad habrían arruinado el convenio negociado si hubieran pensado enque iban a sufrir el desprecio general por su implicación en las violaciones pa-sadas. Sin duda, en esas circunstancias no hubiéramos tenido una transiciónpacífica de la represión a la democracia. Debemos tener esto en cuenta cuan-do critiquemos las disposiciones de amnistía del acta de fundación de la Comi-sión. Tuvimos el lujo de poder hacer denuncias, dado que ahora cosechamoslos beneficios de una dispensación democrática estable. Si el milagro del con-venio negociado no hubiera ocurrido, nos habrían abatido con el baño de san-gre que virtualmente todos predijeron como el final inevitable de Sudáfrica.

Otra razón por la que Nure m b e rg no era una opción viable fue que nuestropaís no podía proporcionar los recursos en tiempo, dinero y personal que hu-biera sido necesario invertir en tal operación. A juzgar por lo ocurrido en el jui-cio De Kock y el llamado de Malan, el rumbo de los procesos hubiera llevado

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 9

Page 10: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 0

más allá de límites razonables a un sistema ya de por sí muy presionado. Tam-bién hubiera sido contraproducente dedicar años a oír eventos que, por su na-turaleza, despiertan sentimientos muy fuertes. Hubieran roto la calma de ma-nera masiva y por un largo periodo.

Los juicios Malan y la indagatoria Goniwe también nos mostraron que,dado que estos procedimientos legales se basan en pruebas más allá de la dudarazonable, el sistema penal de justicia no es la mejor manera de llegar a la ver-dad. No hay incentivos para que los perpetradores digan la verdad, y a menudola Corte debe decidir entre la palabra de una víctima contra las pruebas de mu-chos perpetradores. Tales procesos legales son asimismo experiencias desola-doras para las víctimas, a las que invariablemente se somete a contrainterroga-torios extensos.

En la sentencia del caso conducido por AZAPO y otros en contra de la Comi-sión de la Verdad y la Reconciliación, el juez Mahomed, entonces presidentesuplente de la Corte Constitucional y ahora nuestro Jefe de Justicia, citó aljuez Marvin Frankel. En su libro, Out of the Shadows of the Night: The Struggle forInternational Human Rights, el juez Frankel escribió:

La exigencia de castigar a los criminales de los derechos humanos puede presen-

tar problemas complejos y angustiosos que no tienen una sola o sencilla solución.

Mientras aún sigue el debate sobre los juicios de Nuremberg, ese episodio –juicios

de criminales de guerra de una nación vencida– era sencillo en sí mismo en compa-

ración con los temas sutiles y peligrosos que pueden dividir a un país cuando se

compromete a castigar a sus propios violadores.

Una nación dividida durante un régimen represivo no emerge unida de manera re-

pentina cuando termina el periodo de represión. Los violadores de los derechos

humanos son ciudadanos compañeros que viven junto a todos los demás, y pueden

ser muy poderosos y peligrosos. Si el ejército y la policía fueron los organismos del

terror, ellos no se volverán de la noche a la mañana modelos de respeto por los de-

rechos humanos. Su cantidad y su experiencia en el manejo de armas mortales son

todavía factores importantes [...] Los soldados y la policía pueden esperar su opor-

tunidad, aguardar y conspirar para regresar al poder. Pueden buscar o mantener

simpatizantes entre la población sin restricciones. Si se les trata con crueldad –o si

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 10

Page 11: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 1

el castigo es muy extenso– puede haber una reacción violenta que se los facilite.

Pero sus víctimas no pueden sencillamente perdonar y olvidar.

Estos problemas no son sólo generalidades abstractas. Describen realidades peno-

sas en más de una docena de países. Si, como esperamos, más naciones se liberan

de regímenes de terror, surgirán más problemas similares.

Dado que las situaciones son diferentes, la naturaleza de los problemas también es

d i s t i n t a .

Hubo otros que insistían en que el pasado debía ser olvidado –declarabancon desenvoltura que debíamos dejar “el pasado en el pasado”–. Esta opciónfue debidamente rechazada porque tal amnesia sólo lastimaría más a las vícti-mas al negar su terrible experiencia [...]

[...] La otra razón por la que la amnesia no es una solución es porque el pa-sado se rehúsa a permanecer silencioso. Tiene el extraño hábito de hacer apari-ciones. “Aquellos que olviden el pasado están condenados a repetirlo” son laspalabras que decoran la entrada de un museo en lo que fuera el campo de con-centración de Dachau. Son palabras que haríamos bien en tener siempre enmente. Aunque la experiencia haya sido muy dolorosa, no debemos permitirque las heridas del pasado supuren. Es necesario abrirlas. Deben limpiarse.Tenemos que poner bálsamo en ellas para que sanen. Esto no es obsesionarsecon el pasado. Es cuidar que la historia se maneje de manera correcta por la se-guridad del futuro.

En nuestro caso, tratar con el pasado significa conocer lo que sucedió.¿Quién ordenó que esta persona debía morir? ¿Por qué ocurrió esta gran viola-ción a los derechos humanos? También necesitamos entender el pasado parapoder renovar nuestra resolución y compromiso con el fin de que estas trans-gresiones no vuelvan a suceder. Debemos comprender el pasado para estable-cer una cultura de respeto de los derechos humanos. Sólo al responder sobreel pasado podemos hacernos responsables del futuro.

Por todas estas razones, nuestra nación, a través de aquellos que negocianla transición del apartheid a la democracia, eligió la amnistía individual y no ge-neral. Y creemos que esta amnistía individual ha demostrado ser valiosa. Unode los criterios que deben cumplirse antes de poder concederla es la comple-

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 11

Page 12: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 2

ta revelación de la realidad. Se otorgó la libertad a cambio de la verdad. A tra-vés de estos medios fuimos capaces de descubrir mucho de lo que sucedió enel pasado. Conocemos lo ocurrido a Steve Biko, a los Tres PEBCO, a los CuatroCradock. Ahora sabemos quién ordenó el ataque con bomba en Church Streety quién fue el responsable de la masacre en la iglesia de St. James. Pudimosexhumar los restos de cerca de cincuenta activistas que fueron secuestrados,asesinados y enterrados en secreto.

Recuerdo con claridad cómo en una de nuestras audiencias una madre ex-clamó con melancolía: “¿Por favor, no podrían traer al menos uno de los hue-sos de mi hijo para que yo lo pueda enterrar?” Esto es algo que hemos podidohacer por algunas familias y así facilitarles el cierre de la experiencia.

Con frecuencia se descubrieron las mentiras y decepciones que estuvieronen el fondo del apartheid –que en realidad fueron su esencia–. Sabemos quiénbombardeó Khotso House. Recordamos cómo el señor Adriaan Vlok, antiguoministro de la Ley y el Orden, mintió de manera pública y descarada acerca deesto; cómo provocó sin vergüenza alguna la detención de Shirley Gunn y supequeño hijo como la responsable de este acto. Debe decirse a su favor quedurante su solicitud de amnistía el señor Vlok se disculpó con caballerosidadcon la señora Gunn.

Así, caminamos por el sendero exhortando a nuestra gente con el preámbu-lo de nuestra acta de fundación, que apela a “la necesidad de entender, perono de vengar; la necesidad de resarcir, pero no de tomar represalias, la necesi-dad de ubuntu (humanitarismo), pero no de lastimar”.

CRÍTICAS Y RETOS

Hubiera sido en extremo raro si algo tan radical como esta Comisión se hubieraaprobado y aceptado universalmente. Hubiera sido aún más extraño si fuéra-mos infalibles y no cometiéramos errores al emprender la delicada tarea de tra-tar de ayudar a sanar las heridas de personas muy divididas.

Algunas de las críticas en contra de la Comisión fueron legítimas. Sin em-bargo, hubo mucho que fue sólo búsqueda de puntuación política; algunos ig-n o r a ron los hechos para entrar en pugna con nosotros. Hubo quienes decidiero n

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 12

Page 13: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 3

desde el principio, mucho tiempo antes de que la Comisión hubiera empeza-do su trabajo, desacreditarnos al tratar de pintar a la Comisión como una cace-ría de brujas, en especial los a f r i k a n e r s; clamaron que nosotros nos inclinábamosa favor de Congreso Nacional Africano y de no haber podido, al final, avanzaren el curso de la reconciliación. Este último tipo de juicio fue una maniobra in-teligente para intentar, de manera preventiva, desacreditar a la Comisión y porlo tanto a este informe.

Aquellos a los que les interesa el futuro de nuestro país se preocuparon por-que la concesión de amnistía podría, entre otras cosas, alentar la impunidad,pues parecería que se sacrifica la justicia. Creemos que este punto de vista esincorrecto. El solicitante de amnistía debe admitir la responsabilidad del actopor el que se busca la amnistía; de esta manera se trata el tema de la impuni-dad. Más aún, a excepción de las circunstancias extraordinarias, la solicitud semaneja en una audiencia abierta. Así, el solicitante debe reconocer sus actos aplena luz pública. Imaginemos lo que esto significa. A menudo esta es la pri-mera vez en que la familia y la comunidad de un solicitante se enteran de queun hombre en apariencia decente fue, por ejemplo, un torturador insensible oun miembro de un escuadrón de muerte despiadado que asesinó a muchos ad-versarios del régimen anterior. Por lo tanto, sí se paga un precio. La revelaciónante la gente trae como consecuencia la vergüenza pública, y en ocasiones unmatrimonio puede ser una triste víctima también.

Asimismo, nos ha preocupado que muchas personas consideren sólo un as-pecto de la justicia. Es indudable que la amnistía no puede ser vista como jus-ticia si pensamos que la naturaleza de ésta es sólo retributiva y punitiva. Sinembargo, creemos que existe otro tipo de justicia –una que restituye, que noestá tan interesada en el castigo sino en corregir las desproporciones, en restau-rar las relaciones rotas– con curación, armonía y reconciliación. Tal justicia seenfoca en la experiencia de las víctimas; de aquí la importancia de la repa-ración [...]

[...] Nos dijeron que habíamos revelado nuestro aspecto verdadero al otor-gar amnistía a 37 líderes del ANC. Podemos entender esta acusación cuandoviene de aquellos que no están familiarizados con las leyes que hicieron posi-ble la existencia de esta Comisión. Por insistencia del Partido Nacional, se de-

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 13

Page 14: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 4

cidió que el Comité de Amnistía debía ser autónomo por completo en todoslos asuntos relacionados con la concesión o el rechazo de amnistía. De estamanera se impidió que la Comisión interfiriera de cualquier manera en esteproceso. Tal decisión de conceder amnistía a los 37 miembros del ANC fue to-mada por tres jueces a los que no se les podía acusar de ser lacayos de esteCongreso.

No obstante, en la primera junta de la Comisión después de la decisión delComité de Amnistía, nosotros acordamos por unanimidad solicitar a la Supre-ma Corte una revisión judicial de la decisión del Comité, que era la única víaabierta para nosotros. Luego tratamos de persuadir al ANC de llegar a un fallopor consentimiento para ahorrar tiempo y dinero. A pesar de esto, cierto parti-do político, con pleno conocimiento de que el asunto estaba controlado, tratóde derivar capital político para apresurar su propia solicitud. Si nos inclinába-mos a favor del ANC, ¿por qué tomamos esa acción?

Cuando el ANC sugirió que sus miembros no podían solicitar amnistía por-que estaban implicados en una guerra justa, yo amenacé con renunciar a la Co-misión. Afortunadamente, la ANC cambió de opinión, por lo que no me vi obli-gado a hacerlo. Debe observarse que yo no había tomado esa posición acercade la acción de ningún otro partido. ¿Podría imaginarse el alboroto que se ha-bría producido si la Comisión hubiera sometido a un miembro del Partido Na-cional a una audiencia agotadora de nueve días como en la que estuvo la seño-ra Madikizela-Mandela? [...]

[...] Estos ejemplos deberían ser suficientes para dejar establecido que so-mos políticamente independientes y que no nos inclinamos a favor de ningúnpartido o grupo político.

Otra crítica frecuente fue que permitimos a personas como la señora Madi-kizela-Mandela, al señor P. W. Botha y al doctor Wouter Basson, por decirlo dealguna manera, “salirse con la suya con el crimen”. En respuesta a esto seña-lamos que no somos un juzgado. Por ejemplo, la señora Mandela fue interro-gada por un panel de abogados y dio las respuestas que eligió dar. Declaramosque no emitiríamos un veredicto al final de esa reunión, sino que dedujimosnuestros descubrimientos (contenidos en este informe) basados en las pruebasy en nuestra impresión del testigo.

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 14

Page 15: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 5

Tanto en su caso como en el del doctor Basson, uno casi tiene la impresiónde que a la gente le gustaría que forzáramos a los testigos a dar respuestas satis-factorias. Sin embargo, excepto ponerlos en un potro de tormento y torturar-los, no hay nada que alguien pueda hacer en una democracia constitucional,más allá de deducir los descubrimientos. Después de todo, aun en un juzgadono existe nada que el fiscal pueda hacer para forzar al testigo a dar respuestasadecuadas, a excepción de acusarlos de desacato. Tampoco eso hará necesaria-mente que se presenten los hechos.

De igual manera, en el caso del señor Botha, todo lo que pudimos hacer fuepresentar una acusación criminal –lo que hicimos, con renuencia sin embargo–.Aun cuando el caso progresaba en la Corte, seguíamos en busca de una solu-ción aceptable –tanto en beneficio de la reconciliación como porque no deseá-bamos verlo humillado–. Ofrecimos llevar a cabo la audiencia en una sesión se-creta y proporcionarle por anticipado la lista de preguntas que le haríamos.Sólo una persona por completo prejuiciada podría acusarnos de acosar a un an-ciano desafortunado. Al enfrentarnos a su obstinación no tuvimos otra opciónque presentar cargos en su contra. La decisión de enjuiciar la tomó de maneraindependiente el fiscal general. Pero así demostramos que nadie está por enci-ma de la ley.

Otros nos censuraron porque no les pareció adecuado que el Comité deAmnistía se la concediera a algunos perpetradores –como los responsables dela matanza en la iglesia de St. James o del asesinato de Amy Biehl–. Es obvioque estas personas ya olvidaron la razón de ser de la amnistía. Ésta no es parala gente buena. Está dirigida a los violadores. Existen criterios estrictos quehay que cumplir y creemos que el Comité ha seguido esos criterios para deter-minar si se concede o no. La amnistía tiene un costo alto. Sin embargo, es elprecio que los negociadores deben pagar para evitar una “alternativa demasia-do atroz para contemplar”. Desafortunadamente, en casi todos los casos huboalboroto cuando la víctima era blanca y el perpetrador negro. Me pregunto sila gente consideró cómo se sintió la comunidad de la “Trust Feed Farm” cuan-do Brian Mitchell obtuvo amnistía, dado que fueron sus órdenes mal interpre-tadas las que llevaron a la muerte a once personas en esa comunidad. De he-cho, el Comité ha concedido sólo cerca de 150 amnistías de 7 000 solicitudes,

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 15

Page 16: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 6

con 2 000 más para su estudio. Esto con dificultad se podría describir como unaavalancha de decisiones precipitadas.

Me parece que algunas personas tienen la idea equivocada de que nuestroobjetivo eran antiguos miembros de las fuerzas de seguridad, ya que en los me-dios de comunicación se les ha mencionado mucho, así como sus faltas. Estode debe en gran medida a que la mayoría de las violaciones de las que es culpa-ble el movimiento de liberación ya eran del dominio público. La mayor partede los perpetradores ya habían sido arrestados; a menudo condenados y en oca-siones hasta ejecutados –como en el caso de los bombarderos del bar de Ma-goo, del bar Amanzimtoti Wimpy y de los responsables de varios ahorcamien-tos–. La policía de Sudáfrica solía enorgullecerse por sus éxitos en estas ope-raciones. Con respecto a los eventos como los “PEBCO Three” (Tres PEBCO), los“Cradock Four” (Cuatro Cradock) y otros, la policía participó en encubrimien-tos elaborados y efectivos. Ahora que sus atroces actos salen a la luz bajo supropio reconocimiento, la comunidad blanca en especial está consternada aldescubrir que sus “muchachos” no siempre fueron un modelo de virtud, comose presentaban ellos mismos. El desengaño fue frustrante. Pero no es a la Co-misión a la que debe culparse por esto. La verdad siempre ha estado ahí. Sólohabía estado escondida a la mirada del público [...]

[...] Sería muy torpe y autodestructivo para la Comisión subvertir su trabajosi es algo menos que justo e imparcial. Después de todo, esto lo requiere la leyque la creó. Deseamos que nuestro trabajo sea en general aprobado. La discri-minación injusta sería perjudicial para esa aceptación. Algunos de nosotros noshemos caracterizado por una independencia que nos ha llevado a condenar elmal en donde ocurra y quienquiera que sea el criminal, y lo hemos hecho sintemor o apoyo. No podemos cambiar esta independencia crucial cuando tantodepende de ella.

Hemos tratado de llevar a cabo nuestro trabajo lo mejor que hemos podido,sin predilecciones. Sin embargo, no pueden pedirme que sea neutral con res-pecto al apartheid. Es un sistema intrínsecamente perjudicial. Pero soy impar-cial en cuanto a que permitiré a un partidario del apartheid me diga con since-ridad qué cree que lo motivó a él o a ella, y cuáles eran sus discernimientos yperspectivas; y en verdad lo tendré en cuenta al tomar mi decisión. Creo que

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 16

Page 17: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 7

algunos partidarios del apartheid eran genuinos al creer que ofrecía la mejorsolución para las complejidades de una tierra con varias razas, con ciudadanosen niveles de desarrollo económico, social y educativo muy diferentes. Nodudo que algunos simpatizantes del apartheid creyeran que en esas circunstan-cias era la mejor política para preservar su identidad, su lenguaje y su cultura,así como los de otras personas. Pienso en realidad que esas personas no teníanmotivos maliciosos. Muchos creían que Dios los había llamado para ayudar acivilizar a los nativos sumidos en la ignorancia. No cuestiono ni por un solo mo-mento la sinceridad de los que creyeron que defendían a su país y lo que en-tendían como sus valores cristianos occidentales, en contra de la violenta em-bestida del ateísmo comunista. No, no pongo sus motivos en tela de juicio. Sinembargo, sí condeno las políticas que aplicaron.

Una última palabra para los que se propusieron de manera obsesiva desa-creditar y difamar a la Comisión de la Verdad y la Reconciliación [...]

[...] Me esmeré en demostrar la independencia de la Comisión y su falta detendencia porque nos interesa que su trabajo e informe tengan la mayor acep-tación posible. Esto probaría ser un ejercicio inútil si los que piensan que lamejor manera de responder a un informe que sospechan que nos les será favo-rable es expresarlo con ira y atacar con furia a la Comisión de la Verdad y la Re-conciliación, esperando así desacreditarla a ella y a su informe.

Esto sería una aproximación muy poco perspicaz –lo que se llamaría “la op-ción de Esaú”, el buscar una ventaja a corto plazo a costa de un beneficio a lar-go plazo, pero mayor–. Así, cuando la comisión declare que el apartheid es uncrimen en contra de la humanidad, sus críticos más duros dirán: “¿Qué les diji-mos? ¿Qué esperaban de una comisión tan tendenciosa llena de tipos ‘lucha-dores’, determinada a hacer una cacería de brujas en contra de los afrikaners ycon inclinación obvia hacia el Congreso Nacional Africano?”

Misericordiosamente, la comunidad internacional, y no sólo el bloque co-munista, ya declaró que el apartheid es un crimen en contra de la humanidad.En realidad, para la comunidad internacional esto ya no es un tema de debate.La comunidad cristiana del mundo declaró que la justificación teológica delapartheid es una herejía. Más cercano a casa, el “Nederduitse GereformeerdeKerk” dijo que el apartheid es un pecado. Algunos de los jueces más antiguos

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 17

Page 18: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 8

de nuestro país –que no podrían ser calificados por ninguna persona razonablecomo demagogos o lacayos del Congreso Nacional Africano– expresaron queel apartheid era una violación grave a los derechos humanos. Así, la Comisiónde la Verdad y la Reconciliación es un recién llegado en esta área. De hecho,el mundo se sorprendería si la Comisión no hubiera declarado al apartheidcomo un crimen en contra de la humanidad.

Esto significa que no podemos entender la historia del periodo que se re v i s aa menos de que demos al a p a rt h e i d y al racismo su lugar justo como las caracte-rísticas que definen a esa época. La gente se asombraría si alguien que quisie-ra describir o entender la etapa posterior a la Segunda Guerra Mundial ignorarael comunismo soviético o no le diera un lugar central, de hecho esencial, en lageopolítica de ese periodo. Sabemos que las naciones se definen a sí mismas ent é rminos de su relación con el comunismo. Eso es lo que determina la política,la economía y las relaciones exteriores de los diferentes protagonistas en el mo-mento. Es lo que estableció la naturaleza de la etapa de la Guerra Fría. La acti-tud hacia el comunismo definió a nuestros aliados y a nuestros enemigos, quétipo de protección al presupuesto era necesaria y a cuáles estados subro g a d o shabía que apoyar. Se creyó que la amenaza era tan seria que la mayor democra-cia occidental no encontró nada de malo en apoyar a algunas de las peores dicta-duras del mundo –por ejemplo a la de Pinochet en Chile, a otras dictaduras mi-l i t a res en Latinoamérica y a la de Marcos en Filipinas– sólo porque se declara-ban a sí mismas como anticomunistas. Estados Unidos estaba preparado paras u b v e rtir de manera democrática a gobiernos electos mediante el apoyo a disi-dentes internos, en sus esfuerzos por derrocar a los regímenes legítimos –comolos “contras” en Nicaragua y U N I TA en Angola– porque los gobiernos electos te-nían influencia o eran simpatizantes del comunismo. El Occidente no pare c í ai n t e resarse mucho en los re g i s t ros de los derechos humanos de sus subro g a d o s .Lo que queremos subrayar es que para entender este periodo de la Guerra Fríauno tiene que reconocer el papel fundamental del comunismo soviético.

Deseo sugerir que el apartheid y el racismo tuvieron una función similar,determinante en la historia de la etapa que revisamos. La enorme mayoría, sino todas, de las violaciones a los derechos humanos que se perpetraron en esteperiodo fueron cometidas, ya fuera por los que buscaban defender la injusta

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 18

Page 19: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 9

dispensación del apartheid y del racismo o por los que se resistían y querían alfinal derrocar al sistema.

Esto no es lo mismo que decir que el racismo fue introducido en Sudáfricapor los que crearon el apartheid. El racismo entró a Sudáfrica en 1652; desdeentonces había sido parte de los fundamentos de la sociedad sudafricana. Nofueron los partidarios del apartheid los que dieron a este país el Acta de la Tie-rra que aseguraba que los indígenas de Sudáfrica desbastarían la madera y aca-rrearían agua para aquellos extranjeros con armamento superior. En 1948 tansólo se vio el inicio del refinamiento y la intensificación de la represión, de lainjusticia y de la explotación. No fueron los defensores del apartheid los queintrodujeron las violaciones graves a los derechos humanos en esta tierra. Ar-gumentaríamos que lo sucedido cuando 20 000 mujeres y niños murieron enlos campos de concentración durante la guerra anglo-bóer es un gran borrón ennuestro cuaderno. En realidad, si los conceptos básicos de confesión, perdón yreconciliación son fundamentales en el mensaje de este informe, sería maravi-lloso si un día algún representante de la comunidad británica/inglesa les dijeraa los afrikaners: “Les hicimos un grave daño. Les pedimos disculpas”. Y seríagrandioso que la comunidad afrikaner le respondiera: “Sí, los perdonamos –siacaso nos permitiesen narrar nuestra historia, la historia de nuestros antepasa-dos y el dolor que hemos sufrido en la boca del estómago durante tanto tiem-po y que ha sido ignorado por ustedes”–. Como descubrimos, el relato ha sidouna parte importante en el proceso de curación.

Suprimir el racismo y el apartheid no es gozar maliciosamente o humillar ala comunidad afrikaner o blanca. Es intentar decir la verdad en el amor. Es co-nocer el verdadero alcance de la enfermedad que ha afectado a nuestra que-rida patria por mucho tiempo, hacer el diagnóstico correcto y prescribir el me-dicamento adecuado. No deseamos ser castigados como el profeta Jeremíascondenó a los sacerdotes y profetas de su tiempo (Jeremías 6:13-14):

Pues desde el más chico al más grande, todos buscan su propio provecho;y desde el profeta hasta el sacerdote,todos son falsos.

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 19

Page 20: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

2 0

Calman sólo a medias la aflicción de mi pueblo,diciendo “paz, paz”cuando no hay paz.

Es darle esencia a nuestro clamor sincero que pide a los políticos dejar dederrochar nuestro futuro –la mayor tristeza que tuvimos en la Comisión fue larenuencia de los líderes blancos para exhortar a sus seguidores a responder ala extraordinaria generosidad mostrada por las víctimas–. Este rechazo haciala Comisión, fue como escupir en la cara de las víctimas.

RECONCILIACIÓN

A algunos les molestó la sugerencia de que el trabajo de la Comisión de la Ver-dad y la Reconciliación pudo haber enojado más a la gente y que hizo las rela-ciones raciales más difíciles, como lo indicó una encuesta reciente. Sería enextremo ingenuo imaginar que las personas no se asombraran con las atrocesrevelaciones que la Comisión hizo al respecto. Sería extraño que no ocurriera.Lo sorprendente es que mucha gente de este país, aquellos que forman lamayoría de las víctimas de las políticas del pasado, dijeron que la reconciliaciónes posible.

El problema es que hay nociones erróneas acerca de lo que es la reconcilia-ción. No se trata de ser sociable ni de pretender que las cosas fueron diferen-tes. La reconciliación basada en la falsedad, o en no enfrentar la realidad, noes verdadera y no durará. Creemos que proporcionamos lo suficiente de la rea-lidad del pasado para que exista consenso al respecto. Hay acuerdo en que am-bas partes realizaron atrocidades. Sabemos que el Estado usó considerablesrecursos para librar una guerra en contra de algunos de sus ciudadanos. Reco-nocemos que la tortura y la decepción, así como los escuadrones de la muerte,estaban a la orden del día. Entendemos que los movimientos de liberación noeran modelos de virtud y que a menudo fueron responsables de incitar a lagente a comportarse de manera tal que resultaba incontrolable. Creemos quees posible, por la tasa de criminalidad actual, que estemos cosechando lo quesembramos en las campañas para hacer al país ingobernable. Sabemos que la

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 20

Page 21: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

2 1

inmoralidad del apartheid ayudó a crear un clima en el que los estándares mo-rales cayeron de manera desastrosa.

Debemos aceptar que la verdad emergió aunque al principio haya enemis-tado a unos con otros. La verdad puede dividir a menudo. Sin embargo, es sólocon base en la verdad como la reconciliación genuina puede darse. Ésta no esfácil, no es económica. Nos han asombrado algunos ejemplos grandiosos de re-conciliación que se han producido en la Comisión. Los casos abundan en el ca-pítulo sobre la reconciliación. Deseo hacer una súplica sincera a mis compa-triotas sudafricanos blancos. En general ha sido estimulante la magnanimidadde aquellos que por derecho deberían consumirse por la amargura y el anhelo devenganza, y en cambio, repetidas veces mostraron una asombrosa generosidady deseo de perdonar. No es fácil condonar, pero hemos visto que ocurre. Y va-rios de los que lo hicieron son víctimas blancas. No obstante, la mayoría de lasvíctimas fueron negros y me entristeció lo que pareció ser un espíritu mezqui-no en algunos de los líderes de la comunidad blanca. Ellos deberían decir:“Qué afortunados somos de que estas personas no deseen tratarnos como no-sotros lo hicimos. Qué afortunados somos porque las cosas permanecen casiigual para nosotros excepto para los que perdieron algún poder político”.

¿Podríamos imaginar la ira provocada por la divulgación de la existencia delPrograma de Guerra Química y Biológica del gobierno anterior, con proyectosdirigidos al parecer sólo a la gente negra, con los que pretendían envenenar alpresidente Nelson Mandela y reducir la fertilidad de las mujeres negras? ¿Nodebería abatirse nuestra patria por la furia de los negros que condujera a orgíasde venganza, y nos volviera una Bosnia, una Irlanda del Norte o una SriLanka?

Queridos compatriotas sudafricanos, por favor intenten resignarse a respon-der con un poco de generosidad y magnanimidad. Cuando uno se confiesa,sólo reconoce sus propios pecados, no los de otra persona. Si un marido deseareconciliarse con su esposa, no dice: “Perdóname por favor, ¡pero tú tambiénhas hecho esto y esto!” Esta no es la forma de llegar a la reconciliación. Por esoaún espero que haya un líder blanco que diga: “Tuvimos un sistema dañinocon terribles consecuencias. Por favor, perdónennos”. Sin condiciones. Si esosucediera, a todos nos sorprendería la respuesta.

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 21

Page 22: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

2 2

APRECIACIÓN

Fue un distinguido honor y privilegio presidir y participar en el proceso de in-tentar curar a un pueblo lastimado y muy dividido. Deseamos agradecer al pre-sidente, el señor Nelson Mandela, por habernos asignado tan noble tarea. Élha sido un notable ejemplo e inspiración para el trabajo de reconciliar a nues-tra gente enemistada y polarizada.

Tenemos una gran deuda de gratitud con el Ministro de Justicia, el honora-ble señor Dullah Omar, que siempre ha sido muy accesible y un apoyo mara-villoso para todos nosotros en la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.Fue un placer trabajar bajo los auspicios de este departamento. Él y su perso-nal no ahorraron esfuerzos por ayudarnos.

El Departamento de Seguridad y Defensa y los Servicios Policiales de Sud-áfrica proporcionaron seguridad eficaz a nuestros edificios y al personal, asícomo en las diferentes audiencias. Demostraron amistad y eficiencia y fueronun magnífico ejemplo del tipo de transformación que nos gustaría ver. Suamistad con el pueblo es cada vez mayor.

También deseamos expresar nuestro aprecio a otros departamentos del go-bierno a nivel nacional, provincial y local.

Nuestra difícil labor lo hubiera sido aún más sin las contribuciones notablesde diferentes comunidades de fe, organismos no gubernamentales y otros or-ganismos de la sociedad civil; muchos de ellos facilitaron nuestro trabajo en di-ferentes niveles y formas. Nos beneficiamos con la participación de muchosvoluntarios y queremos que sepan que estamos en deuda con ellos por su va-liosa contribución.

Fuimos afortunados porque los medios de comunicación, tanto escrita comoelectrónica, nos ayudaron a llevar a la Comisión y su trabajo a todos los rinco-nes de nuestra patria y a otros países. Agradecemos en particular la labor en ra-dio de la South African Broadcasting Corporation, que comunicó en todosnuestros idiomas oficiales para asegurar que aun los analfabetos tuvieran laoportunidad de informarse. Deseamos mencionar también el programa espe-cial en televisión que se transmitió los domingos en la tarde –con un resumende los eventos realizados en la Comisión la semana anterior y un anticipo de

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 22

Page 23: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

2 3

los de la siguiente–. No es de extrañar que estos programas de radio y televi-sión ganaran premios de prestigio –por los que los felicitamos–. Los medios decomunicación ayudaron a asegurar que el proceso de la Comisión fuera tan in-clusivo y no elitista como fue posible.

Me honra expresar nuestra gratitud a las más de 20 000 personas que sepresentaron a narrarnos sus historias –ya fuera en audiencias públicas o en elComité de Violaciones a los Derechos Humanos o en las declaraciones graba-das por nuestro personal–. Fueron generosos en su disposición para hacersevulnerables, para exponer heridas abiertas que tal vez estaban en proceso decuración, al compartir sus experiencias o las de sus seres queridos, que con fre-cuencia habían sido traumáticas, como víctimas de graves violaciones a los de-rechos humanos. Estamos en deuda con ellos y esperamos que el venir a la Co-misión haya sido de utilidad en el restablecimiento de su dignidad humana ycivil que fue pisoteada duramente en el pasado. Rogamos porque las heridasque se volvieron a abrir en este proceso se hayan purificado para que no se ul-ceren; porque se les haya aplicado algo de bálsamo para que sanen [...]

CONCLUSIÓN

El nuestro es un país extraordinario. Celebremos nuestra diversidad, nuestrasdiferencias. Dios nos ama como somos. Sudáfrica quiere y necesita a los afri -kaners, a los ingleses, a las personas de color, a los indios, a los negros. Somoshermanos y hermanas en una familia –la familia de Dios, la familia humana–.Habiendo visto a la bestia del pasado a los ojos, habiendo pedido y otorgado elperdón y habiendo compensado, cerremos la puerta al pasado –no para olvi-darlo sino para impedirle aprisionarnos–. Movámonos hacia el futuro gloriosode una sociedad nueva en donde la gente importe, no por características bio-lógicas sin relevancia u otros atributos externos, sino por ser personas de valorinfinito creadas a la imagen de Dios. Permitamos que la sociedad sea una nue-va sociedad –más compasiva, más cuidadosa, más amable, más dada a compar-tir– porque dejamos “el pasado de una sociedad muy dividida caracterizadapor la rivalidad, el conflicto, el sufrimiento y la injusticia nunca dichos”, y nosdirigimos hacia un futuro “fundado en el reconocimiento de los valores huma-

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 23

Page 24: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

2 4

nos, la democracia, la coexistencia pacífica y el desarrollo de oportunidadespara todos los sudafricanos, sin tener en cuenta color, raza, clase social, creen-cia o sexo”.

Por último, dirijo una súplica a todos nosotros, negros y blancos unidos,para que cerremos el capítulo de nuestro pasado y luchemos juntos por estabella y bendita nación como las personas arco iris de Dios que somos.

La Comisión contribuyó a promover la unidad y la reconciliación nacional.Su realización depende de cada uno de nosotros.

Es un honor recomendarles este informe.

1. DOSSIER 1 28/6/01 11:04 Page 24

Page 25: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

2 5

INTRODUCCIÓN

Gran parte de los países latinoamericanos, en los últimos treinta años del si-glo XX, generalizaron la tortura y la desaparición forzada de personas, dejandoun amplio legado de violaciones a los derechos humanos, pero también de po-líticas de amnistía que, sin embargo, no logran detener una memoria que añocon año se fortalece con testimonios y procesos judiciales inconclusos. Este fe-nómeno, en un principio, se identificó con una imagen de barbarie e irraciona-lidad, pero al pasar los años y reconstruirse la represión, todo señala que fueuna operación racional de eliminación de personas que, en cierto sentido, pue-de considerarse como la llegada tardía a la región latinoamericana de un tipo demodernización y emulación de la sociedad occidental, consistente en el terroradministrado racionalmente por el Estado.

Un caso de la llegada de esa modernidad del dolor y de la metodología dela “vaporización histórica” es Chile, país que experimentó una radical transfor-mación durante la dictadura militar encabezada por el general Augusto Pino-chet entre 1973 y 1990. Chile vivió situaciones de dolor y de terror al igual quelas sociedades avanzadas en la primera mitad del siglo XX, lo que deja una me-moria histórica muy fuerte que se resiste a ser borrada y que, por tanto, superalos mecanismos tradicionales de la sociedad chilena para enfrentar esas opera-ciones de olvido, lo cual ha llevado al Estado chileno, en la última década, a in-tentar imponer la amnesia, en lugar de promover una salida por el lado de lajusticia.

C h i l e:desaparición y olvido como política de Estado

Guillermo Guajardo

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 25

Page 26: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

2 6

Los materiales que nos sirven para nuestra reflexión son testimonios re-cientes, declaraciones y estudios surgidos en los últimos años, especialmente apartir de la detención en Londres del general Augusto Pinochet, en octubre1998, a petición de la justicia española. La detención del ex dictador hizo saltarparte de los candados de silencio que cuidadosamente habían puesto los mili-tares sobre la suerte de los detenidos y la responsabilidad de los agentes delEstado en ello. Si bien la transición pactada en 1989 bajo la sombra de los mili-tares marcó la tónica en los noventa (Moulián, 1997), la detención de Pinochetabrió un nuevo escenario que puso en evidencia que recién ahí comenzaba laverdadera transición (Valenzuela, 1999, pp. 99-104), e inició un debate sobre elproblema del olvido y de una verdad histórica estatalmente construida, queparece ser más fuerte e importante que una justicia efectiva.

DOLOR, OLVIDO Y VERDAD HISTÓRICA EN CHILE

En Chile los historiadores han ayudado a construir esa verdad, a fin de olvidar“estatalmente” gran parte de los conflictos y el dolor. Así surge una historiainstitucionalmente impecable para crear la imagen de una temprana firmezapolítica, con pocas guerras civiles o golpes castrenses, a diferencia del resto deAmérica Latina. Por ello autores como Art u ro y Samuel Valenzuela, indican quesi bien durante el siglo XIX se dieron actos violentos, “no alteraron el que sepuede ver, a la larga, como un desarrollo esencialmente lineal hacia un mayornivel de competitividad y participación” del sistema político (Moulián, 1995,p. 4; Valenzuela y Valenzuela, 1983, p. 11; Valenzuela, J.S., 1995, p. 79). Esto,además, se confirma con los registros que indican que Chile tuvo un bajo nivelde violencia dentro del Tercer Mundo.

Kowalewski, al estudiar el comportamiento revolucionario de 34 países delTercer Mundo entre 1821 y 1985, en una escala descendente de mayor a me-nor en años de “actividad” revolucionaria, sitúa a Chile en el lugar 25. Pero sise seleccionan los de América Latina y el Caribe –que son 21–, Chile ocupa elnúmero 16 y no los últimos lugares en años con violencia revolucionaria, al te-ner el 11.5 por ciento del periodo entre 1821 y 1985 (Kowalewski, 1991, p. 95),es decir cerca de 18 años de violencia.

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 26

Page 27: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

2 7

Esto indica que el país sí tuvo “violencia mayor”, que en ciertos casos fuede larga duración (1830, 1851, 1859, 1891, 1924-1931, 1973-1990) con periodosde estabilidad institucional acompañada de manipulación y corrupción en lasprácticas electorales hasta mediados del siglo XX, represión de los movimien-tos obreros, intervención creciente de las fuerzas armadas junto con el desarro-llo de órganos de represión especializados en el control de los movimientossociales. Pero esa conflictividad social no derivó en revueltas agrarias ni en re-voluciones burguesas (Moulián, 1995, p. 4).1 Por ello Jocelyn-Holt plantea quedicha estabilidad fue sólo aparente y que el poder del Estado era muy relativo,ya que hasta la década de 1860 fue difícil consolidar el orden y el país estuvocasi la mitad del tiempo bajo regímenes de emergencia, a la vez que estallarondos guerras civiles menores. Más que el poder del Estado, lo que garantizó elcontrol fue la persistencia de un orden social tradicional (Jocelyn-Holt, 1998,pp. 24, 27).

Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XIX las intervencionesmilitares marcaron de un modo muy profundo a la sociedad, siendo decisivaspara remodelar al Estado “con gran eficiencia, de modo que se encuentraninútiles las intervenciones numerosas, y que resulta imposible la permanenciadurable de las fuerzas armadas en el poder”. Esta expresión de Alain Joxe, es-crita en 1970, se refería a las intervenciones que habían tenido lugar hasta1924, y agregaba que “Una intervención militar en Chile equivale a diez en otro spaíses: es perfecta. La tranquilidad política de los militares chilenos provienede la satisfacción durable que proporciona el trabajo bien hecho” (Joxe, 1970,p. 43). Tres años más tarde se confirmaría la tesis de Joxe, pero la intervenciónde 1973-1990 sería muy larga, con un grado de modificación profundo, razónpor la cual la intranquilidad que tuvieron después de 1990 continuó, debido aque abrieron nuevos problemas, o también porque el nuevo modelo requierede mayores dosis de intervención militar “correctiva” que los anteriores.

El régimen militar de Pinochet aplicó su represión sobre dirigentes, secto-res y poblaciones que presentaban altos grados de organización. De un total de

1 Sobre las revoluciones burguesas frustradas y la ausencia de rebeliones campesinas véase Salazar, 1990;DeShazo, 1983; Garcés, 1991; Bengoa, 1988; Moulián, 1997, y Zeitlin, 1984.

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 27

Page 28: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

2 8

2 115 muertos por agentes del Estado entre 1973 y 1990, de los cuales 686 fue-ron obreros y campesinos y 324 estudiantes, siendo los más afectados los jóve-nes entre 21-25 años, con 24 por ciento de las víctimas, y los comprendidos en-tre los 26-30 años con 22 por ciento (en esta cifra se incluyen los muertos poracciones de grupos armados de izquierda). Las poblaciones más castigadas fue-ron la capital, Santiago, y Concepción, ciudad que en ese entonces se caracteri-zaba por ser industrial y universitaria (Comisión Chilena de Derechos Humanos,1991, pp. 50, 56, 92-94). Las acciones represivas fueron ordenadas, planificadasy ejecutadas por organismos y con recursos del Estado, amparados además poruna legislación específica promulgada por la junta militar.2

EL OLVIDO COMO OPERACIÓN ESTATAL

Los efectos que tuvo la última modificación del Estado y la sociedad debieronser enfrentados por el gobierno democrático a partir de 1990, de modo que secreó la Comisión de Verdad y Reconciliación para establecer el número y el pa-radero de las víctimas, aunque no tenía entre sus metas iniciar el procesamien-to judicial de los culpables. Esto ya había quedado resuelto por los mismos mi-litares, que dictaron su propia ley de amnistía en 1978. Pero el asunto no que-dó solucionado y se debió llamar a una nueva operación de cierre histórico conla llamada Mesa de Diálogo, entre 1999 y 2000, impulsada por el entonces mi-nistro de Defensa, Edmundo Pérez Yoma, operación inscrita dentro de la tradi-ción de cerrar “estatalmente” el pasado. A este respecto, en una reflexiónreciente, Brian Loveman y Elizabeth Lira plantean que estas operaciones debúsqueda de reconciliación con base en el olvido no son nuevas en la historiachilena y tienen una continuidad desde la creación misma del Estado nación(Loveman y Lira, 1999).

Sin embargo, creemos que el evento de 1973 a 1990 fue una fuerte rupturacon respecto a lo que venía ocurriendo en una sociedad de tipo tradicional, de-bido a que la intervención militar fue de una magnitud no conocida en la so-

2 Para una síntesis de los argumentos jurídicos sobre las operaciones represivas durante el régimen militarchileno véase Rojas, Espinoza, Urquieta y Soto, 1998.

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 28

Page 29: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

2 9

ciedad chilena. Si bien no era extraña la represión en la historia del país, el gol-pe del 11 de septiembre de 1973 abrió una represión muy prolongada, de per-secución latente, detención, tortura y desaparición forzada de personas clara-mente identificadas. A diferencia de la represión en contra del movimientoobrero de principios del siglo XX, con el encarcelamiento de los dirigentes ychoques con la masa popular de tipo “antiguo”, es decir huelguistas contraejército y policía, que terminaban en descargas de fusilería, desde 1973 el mé-todo fue la individuación de las víctimas, no en reprimir a la “masa”. En unproceso doble y aparentemente contradictorio, se ubicaba a una persona clara-mente identificada en su perfil ideológico, político y social para eliminarla o“vaporizarla”. Pero no bastaba la mera ejecución de tipo tradicional –arresto yparedón–, sino la tortura y la humillación de unos y la eliminación de otros (al-gunos cuerpos se entre g a ron, otros se ocultaron) con base en decisiones tomadaspor los mandos del régimen. El procedimiento lo confirm a ron los sobre v i v i e n t e sy los informes forenses de los restos localizados: en todos los casos se encuen-tran huellas de torturas practicadas antes de la ejecución. Esto queda corrobo-rado por otro dato: como no había antecedentes de este tipo de exterminio,buena parte de las víctimas se entregaron en forma voluntaria en los cuartelespoliciales y militares, obedeciendo los bandos que emitía la junta militar.

El resultado fue un proceso de disciplinamiento mediante el terror, dentrode coordenadas muy claras y racionales: quien supiera manejarse en ese juegopodía sobrevivir. Un proceso de esa intensidad no lo había experimentado lasociedad chilena, gracias a lo cual perdió su inocencia periférica y tradicional alintegrarse a la modernidad del siglo XX. De ahí que el protagonismo del Estadopara establecer una política pública de amnesia haya tenido que ser muy re-levante.

Ejemplo de esta acción se puede encontrar en los esfuerzos hechos por elgobierno de Ricardo Lagos, a principios del 2001, para restringir las investiga-ciones que se llevan a cabo por violaciones a los derechos humanos cometidasdurante la dictadura militar, ante el rompimiento de las ataduras de silencio eimpunidad. Un caso que llevó a esa reacción fueron los testimonios que seña-laron como torturador al comandante en jefe subrogante de la Fuerza Aérea(FACH), Hernán Gabrielli, sobre el cual un ex oficial aseguró que en 1973 el en-

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 29

Page 30: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

3 0

tonces teniente Gabrielli habría torturado a un niño de 14 años, cuyas secue-las le provocaron la muerte (El Mostrador, 2001a). Pero para el ministro delInterior, José Miguel Insulza, no era conveniente para la paz social ni para elbienestar del país una escalada de denuncias ante los tribunales que conduje-ra a investigar las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, sal-vo los que fueran con resultado de muerte (El Mostrador, 2001b). Es decir, noera conveniente juzgar a los agentes del Estado por aplicar tormentos, sino sólopor matar.

Esta actitud del gobierno chileno para no destapar una caja de Pandoracoincidió con las declaraciones que formuló en esas fechas el ex dictador (civil)uruguayo Juan María Bordaberry, quien criticó la labor de la Comisión para laPaz de su país por recabar información sobre los desaparecidos, pues, a su jui-cio, buscar a los detenidos desaparecidos resultaba una agresión, agregandoque “acá pasa lo mismo que en Chile. Los que están en eso son los que estu-vieron en contra de los fundamentos de la nación, que fueron atacados” (ElMostrador, 2001d).

De esa manera, si bien han pasado 27 años del golpe militar, continúa el de-bate sobre el problema de los derechos humanos, pero no tanto para hacer jus-ticia sino para establecer una verdad oficial. Genaro Arraigada señala que lahistoria reciente muestra una tendencia al reconocimiento de las culpas por lospasados abusos contra los derechos humanos y, también, a la petición públicade perdón por parte de los Estados (Arraigada, 2001). Pero en el caso chilenono se trata de hacer lo mismo que en Europa, debido a que el insumo funda-mental para la legitimidad de las instituciones y de la solidez del Estado esquedar libre de culpas. Por ello el juicio a Pinochet, las confesiones y los testi-monios han puesto el problema de hasta dónde y cómo se llevará a cabo eseproceso, punto en el cual aparece una obsesión de los diversos actores en vercómo quedarán ante el juicio de la historia y no de la justicia.

LA VERDAD CONSTRUIDA ESTATALMENTE: LA MESA DE DIÁLOGO

Presionado por el contexto de la detención de Pinochet, el gobierno chilenocreó el 21 de agosto de 1999, bajo el amparo del ministerio de Defensa, la lla-

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 30

Page 31: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

3 1

mada “Mesa de Diálogo” para discutir una salida a los temas pendientes dederechos humanos con posterioridad al 11 de septiembre de 1973. La iniciati-va del entonces ministro Edmundo Pérez Yoma buscaba 1) “construir un am-biente reservado y de confianza”, 2) “generar dinámicas de colaboración conla verdad, justicia, reparación y perdón” y 3) “no poner plazos, condiciones nicircunscribir el trabajo a eventos circunstanciales”. Las motivaciones fueronque el informe elaborado en 1990 no cerró la historia en forma oficial; para elcomandante en jefe del ejército, el general Ricardo Izurieta, se trataba de es-tablecer un mecanismo para solucionar un problema más amplio, como era elno cumplimiento de la transición pactada con los militares. En cambio, para losabogados de derechos humanos el objetivo de la Mesa de Diálogo era generardentro de las fuerzas armadas, con base en la crudeza de los datos de las ejecu-ciones y torturas, un ambiente para que las instituciones castrenses no defen-dieran a los uniformados en retiro y activos (La Tercera, 1999a).

La verdad oficial trazada por la Comisión de Verdad y Reconciliación de1990 determinaba en su marco político que la crisis de 1973 y la intervenciónmilitar obedecieron a una crisis de largo plazo, dada a través del siglo y dentrodel régimen republicano, entre los distintos sectores sociales. El marco de laGuerra Fría desde la década de 1950 polarizó en forma definitiva los interesesdivergentes en el país que, en combinación con el vivo anticomunismo de lasfuerzas armadas y la estrategia de la contrainsurgencia, llevaron a una sistemá-tica violación de los derechos humanos. Si bien la Comisión logró establecer elnúmero y los nombres de gran parte de las víctimas, no condujo a procesosjudiciales apoyados por el Estado (Comisión Chilena de Derechos Humanos,1991). No obstante, desde finales de la década de 1970 se fueron abriendo va-rios casos que en la década de 1990 permitieron el enjuiciamiento de varias de-cenas de militares, hasta llegar al mismo Pinochet.

El acuerdo de la Mesa de Diálogo, en cuya redacción participaron las fuer-zas armadas, a diferencia del informe de la Comisión de Verdad y Reconcilia-ción, se acercaba al señalar algunas de las causas de la polarización que condujoal golpe, aunque dejaba a un lado el marco de la Guerra Fría. Avanzaba al com-prometer a los representantes de las fuerzas armadas y del orden a reconocerla violación a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado:

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 31

Page 32: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

3 2

Hay otros hechos sobre los cuales no cabe otra actitud más legítima que el recha-

zo y la condena, así como la firme decisión de no permitir que se repitan. Nos refe-

rimos a las graves violaciones a los derechos humanos en que incurrieron agentes

de organizaciones del estado durante el gobierno militar. Nos referimos también a

la violencia política cometida por algunos opositores al régimen militar. En espe-

cial nos preocupa hondamente la tragedia, todavía no resuelta, de los detenidos

desparecidos. Es imperativo y urgente contribuir a superar este problema (La

Tercera, 2000b).

Parte de los miembros de la Mesa de Diálogo señalaron a los militares pre-sentes que el problema de los detenidos desaparecidos era una pérdida de me-moria colectiva, y que obedeció a una política planificada. En palabras de laabogada Pamela Pereira, ello consistió en sustraer de la sociedad al enemigo,secuestrarlo, llevarlo a una cárcel clandestina, torturarlo, mantenerlo vivo poralgún tiempo –a veces muy prolongado– y luego desaparecerlo, todo esto sintener que dar cuentas a la misma sociedad (La Tercera, 1999c).

Pero el pensamiento institucional fue expuesto por el general Juan CarlosSalgado, representante del ejército en la Mesa. Para Salgado la justicia puedeobstaculizar la construcción de la verdad, por lo que en sus palabras, la verdad–histórica– era distinta a la justicia, siendo clave la construcción de esa verdadpor un acuerdo político desde el Estado, para salvar el escollo de la justicia. Enese sentido la verdad era un valor superior a la justicia:

Por ello, estimamos que la búsqueda de la justicia absoluta pudiera atentar contra

la paz social y la felicidad del pueblo de Chile, valores que deben estar por sobre

los anteriores, en el marco del bien común.

¡Y la felicidad del pueblo, entendemos, es el fin último al que aspira el Estado! (La

Tercera, 1999d).

Es decir, la felicidad consiste en una verdad construida oficialmente, algodistinto a la justicia. Un deslinde similar hicieron los cuatro representantes dela fuerzas armadas y de carabineros. El general de la fuerza aérea, José IgnacioConcha, subrayó el deslinde entre verdad y justicia, ya que establecer la ver-dad en vez de la justicia era clave para “mantener la necesaria armonía ciuda-

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 32

Page 33: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

3 3

dana a fin de consolidar en paz el indispensable desarrollo nacional” (La Terce -ra, 1999b).

Los resultados de la Mesa fueron el compromiso de entregar informaciónen el plazo de seis meses, para lo cual las personas que recibieran o recabaranla información estarían amparados por el secreto profesional, quedando dereserva la identidad del informante. Es decir, una ligera impunidad. Por esemecanismo se entregó información, aunque parcial, ya que solamente corres-pondió a casos detenidos por el ejército y no aquellos en los que participó elorganismo de represión política denominado Dirección de Inteligencia Nacio-nal (DINA), creada en 1974 y compuesta por militares (La Tercera, 2000b).

EL JUICIO DE LA HISTORIA: “ACUÉRDESE QUE A NOSOTROS TARDE

O TEMPRANO NOS VAN A JUZGAR”

Sin embargo, la verdad en los meses siguientes surgió en forma personalizadapor quienes tuvieron a su cargo responsabilidades en el gobierno militar. Porejemplo, en noviembre del 2000 un ex agente de la disuelta Central Nacionalde Informaciones (CNI) reveló su responsabilidad en el homicidio de docemiembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, una organización armadasurgida en los ochenta y vinculada al Partido Comunista; no obstante, comoese tipo de casos no estaban cubiertos por la amnistía de 1978, en los años si-guientes el proceso judicial siguió un curso lento, hasta que a finales del 2000se decía que estaba casi totalmente aclarado. La sucesión de confesiones pro-vino fundamentalmente de personal subordinado de rangos bajos que ejecutólos asesinatos, haciéndose responsables de todo, y quedando libres de culpa losaltos mandos que decidieron y planearon la represión. Ya no recibían apoyo delejército debido a que se aplicaba una regla no escrita desde que el general Izu-rieta asumió, en 1998, la comandancia del ejército. La llamada “doctrinaIzurieta” en materia de derechos humanos consiste en que la institución sólodebe concentrarse en la Ley de Amnistía de 1978, y que más allá los casos de-ben ser resueltos por la justicia (La Tercera, 2000a).

El caso más emblemático fue el del ex general Joaquín Lagos Osorio, co-mandante de la primera división del ejército en el norte de Chile en 1973,

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 33

Page 34: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

3 4

quien debió enfrentar a finales de ese año a una comisión delegada por Pino-chet, encabezada por el general Sergio Arellano Stark. Dicha comisión fue res-ponsable de torturar y ejecutar a cuarenta detenidos dentro de su jurisdicciónen las ciudades de Antofagasta y Calama, acción a la cual se opuso Lagos Oso-rio. Una vez retirado, en 1986 declaró ante un juez que investigaba el paraderode los detenidos desaparecidos, abriéndose el llamado caso de “La caravana dela muerte”. Su información permitió, junto con otros elementos, re i n t e r p retar laLey de Amnistía en el sentido de que mientras no se encuentre el cuerpo deldetenido el caso no prescribe. También sirv i ó para el procesamiento de Pino-chet, así como para desaforarlo como senador vitalicio en junio del 2000. El tes-timonio de Lagos Osorio es de gran valor, ya que proviene de un oficial de altorango que debía relacionarse directamente con Pinochet y con el alto mando,y que dirigía una de las unidades más importantes del ejército chileno en tro-pas y armamento, encargada del resguardo de una región estratégica en los mo-mentos en que la tensión fronteriza iba en aumento.

En Lagos está presente el problema de cómo pasar a la historia, de estable-cer las responsabilidades institucionales, del imperativo ético de no olvidarcomo una forma de hacer justicia, ya que a diferencia de la línea institucionaltrazada por los altos mandos, Lagos es “un ardiente partidario de la reconcilia-ción, pero no al precio de enterrar la verdad, falsificando la historia y eludiendoresponsabilidades” (El Mostrador , 2001e); es también un testigo del impactoque produjo al interior de las fuerzas armadas la situación abierta con el golpe,en donde las viejas costumbres institucionales dieron paso a métodos no apli-cados en el país. Su percepción del quiebre de los viejos hábitos sociales, de lasnormas y de los procedimientos institucionales se dio después de enterarse delas ejecuciones, en particular del modo en que fueron llevadas a cabo:

En la forma que procedieron me sentí con dolor, con impotencia, con rabia, con

todo lo que usted se imagina ante un hecho de esta naturaleza que hicieron en mi

zona jurisdiccional y a mis espaldas (La Tercera, 2001).

Se unía la metodología del dolor con el rompimiento de los usos y costum-bres jerárquicos:

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 34

Page 35: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

3 5

Pero quedan aún en mi mente las siguientes interrogantes: ¿por qué el general

Arellano hizo todo a mis espaldas?, ¿por qué no se convocó a un Consejo de Gue-

rra, instancia a que tienen derecho todos los inculpados a petición del fiscal orde-

nando las personas que lo integrarían (El Mostrador, 2001f, p. 8).

Por esas razones le propuso a Pinochet retirarse de una institución que yahabía cambiado:

Desde el primer momento, cuando le di cuenta en Antofagasta, al día siguiente de

lo sucedido, le pedí que no quería asumir lo ocurrido. Porque siempre he estado en

un Ejército de limpia trayectoria histórica. [Inmediatamente] le pedí “cúrseme mi

expediente de retiro, porque en este Ejército no quiero seguir” (La Tercera, 2001).

Finalmente, ni Arellano ni Pinochet asumieron la responsabilidad de loshechos, y Lagos, antes de retirarse, en una conversación con Pinochet le dijo:“Acuérdese que a nosotros tarde o temprano nos van a juzgar. Y especialmentea usted, que es el comandante en jefe del Ejército” (La Tercera, 2001).

De lo anterior surge una verdad distinta a la discutida en la Mesa de Diá-logo, y es la del complot de Pinochet dentro del régimen militar, en donde lasacciones represivas sobre personas indefensas, detenidas e incluso juzgadas,derrumban la tesis expuesta en la Comisión de Verdad y Reconciliación y tam-bién en la Mesa de Diálogo, a saber atribuir a la polarización política el marcoexplicativo de las violaciones a los derechos humanos. Por el contrario, el ex-terminio aparece como una clara línea de acción para fortalecer el poder de Pi-nochet. En su testimonio, Lagos indicó que un día antes de la llegada de Are-llano Stark, el entonces ministro del Interior, general Óscar Bonilla –quienluego muriera en un misterioso accidente aéreo no aclarado hasta el día dehoy–, le planteó la posibilidad de que las personas detenidas y sometidas a pro-ceso fueran defendidas por el Colegio de Abogados de Antofagasta, por lo quese reunió con connotados abogados de la ciudad (El Mostrador, 2001f, p. 2). Alotro día, con la llegada de la caravana de la muerte, todo terminaría en ejecu-ciones en las afueras de la ciudad.

Un testimonio más sobre la situación dada en el sur del país por la mismacaravana de la muerte, es el del comandante de regimiento de la ciudad de

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 35

Page 36: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

3 6

Talca, Olagier Benavente, quien indica que Arellano llegó a finales de sep-tiembre a dicha ciudad y le preguntó sobre la situación de su jurisdicción, y élle comunicó que estaba todo en calma y controlado. Aún así, Arellano eligiócuatro prisioneros y los fusiló, por lo que a juicio de Benavente había un men-saje dirigido hacia el ejército: “Arellano quiso dar un golpe de timón para decirque el Ejército tenía un mando” (La Tercera, 1999e).

Es interesante comprobar que torturadores y ejecutores quisieron recrearun imaginario y una estética de guerra que no se había producido. Varios testi-monios señalan un aspecto aparentemente banal pero de gran simbolismo: laropa de guerra. Los grupos de ejecutores gustaban vestir uniforme de guerraen un ambiente y una situación que no era tal. Por ejemplo, Benavente, al re-ferirse a la caravana de la muerte, observó que cuando llegaron “andaban conuniforme de campaña, granadas, pistolas, metralletas”. Un detenido que estu-vo en un recinto de las FACH señala que el personal a cargo los recibió amable-mente, poniéndolos bajo arresto como prisioneros de guerra, de acuerdo con laconvención de Ginebra; sin embargo:

unas horas después –pienso que puede haber sido en la madrugada del 12 al 13 de

septiembre de 1973–, las puertas del casino se abrieron violentamente y vimos

entrar un grupo de la FACH, encabezado por un capitán de nombre León Tuffey, y

un teniente de apellido Gabrielli.

Cuando entró esa gente, más algunos suboficiales y soldados, venían con uniforme

distinto al que tenían los que nos habían recibido en el casino. Éstos estaban con

uniforme de campaña. Se produjo un cambio muy violento, y nos comenzaron a

gritar (El Mostrador, 2001c, p. 3).

La nueva metodología se hacía presente para dejar una huella imborrableen el cuerpo de la sociedad chilena.

CONCLUSIONES: MODERNIDAD DEL DOLOR Y DEL OLVIDO

En Chile el régimen militar entre 1973 y 1990 fue de una magnitud no conoci-da hasta entonces en su historia, ya que rompió las ataduras con lo que había

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 36

Page 37: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

3 7

sido una sociedad tradicional; se asistió a la llegada de un tipo de modernidadgracias a la adquisición de una eficaz metodología de control y modificación so-cial a través del terror. Si bien la represión tenía antecedentes en la historia chi-lena, la que aplicaron los militares desde 1973 fue de un tipo nuevo, que se ba-saba en un extrema racionalidad para la individuación de las víctimas y no enreprimir a la “masa”. Se necesitaba ubicar a una determinada persona, identifi-cada en su perfil ideológico, político y social, para luego destruirla: el procesode des-construcción consistía en la aplicación racionalizada de tormentos y enla desaparición forzada de personas.

Lo anterior negó un proceso que a Chile le había costado una buena partede su historia independiente, consistente en la construcción del individuo ydel ciudadano; en ese sentido, los “huecos” que dejaron en el tejido social fue-ron de una profundidad mayor que las antiguas represiones sobre la masa anó-nima y tradicional. También los antiguos procedimientos de amnistía y amne-sia, en donde los historiadores tenían un papel destacado para establecer elconsenso del olvido, han demostrado ser insuficientes, pues no pueden eludirla necesidad de la justicia, por lo que la política pública mantiene una línea decontinuidad para construir una verdad oficial, que en este caso requiere de sermás oficial y estatal que en los olvidos anteriores.

FUENTES

Amnesty International, Stopping the Torture Trade, London, Amnesty International Publica-

tions, 2001.

Arriagada, Genaro, “Derechos humanos: antídotos para el olvido y la impunidad”, Informe

número 15, 4 de enero de 2001, publicado en el sitio web: asuntospublicos.org

Bengoa, José, El poder y la subordinación. Acerca del origen rural del poder y la subordinación en

Chile, Santiago, Ediciones SUR, 1988.

Comisión Chilena de Derechos Humanos-Centro IDEAS, Síntesis del informe de la Comisión

de Verdad y Reconciliación. Para creer en Chile. Campaña Nacional de Educación por la Ver -

dad y los Derechos Humanos, Santiago, Impresión Tamarcos S.A., 1991.

DeShazo, Peter, Urban Workers and Labour Unions in Chile, 1902-1927, Madison, The Uni-

versity of Wisconsin Press, 1983.

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 37

Page 38: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

3 8

El Mostrador (Santiago de Chile), “Ex oficial FACH. Yo vi a Gabrielli torturar al niño”, 15 de

febrero de 2001a.

–––, “Lo que ha hecho el ministro es inhibir la conducta de las víctimas”, 15 de febrero de

2001b.

–––, “Involucran a jefe de estado mayor de la FACH con torturas en Antofagasta”, 8 de fe-

brero de 2001c.

–––, “Buscar a los desaparecidos es una agresión, según Bordaberry”, 1 de febrero de

2001d.

–––, “General Joaquín Lagos Osorio: decir la verdad no cuesta mucho”, 26 de enero de

2001e.

–––, “Declaración judicial del general Joaquín Lagos Osorio”. Sección Documentos, 26 de

enero de 2001f.

Garcés, Mario, Crisis social y motines populares en el 1900, Santiago, Ediciones Documentas-

ECO, Educación y Comunicaciones, 1991.

Jocelyn-Holt, Alfredo, El peso de la noche. Nuestra frágil fortaleza histórica, Santiago, Planeta-

Ariel, 1998.

Joxe, Alain, Las fuerzas armadas en el sistema político chileno, Santiago, Editorial Universitaria,

1970.

Kowalewski, David, “Periphery Revolutions in World-System Perspective, 1821-1985”,

Comparative Political Studies, 24:1, 1991.

Kurtenbach, Sabine, “Organización estatal y guerra en América Latina. Una comparación

histórica-estructural del desar rollo en Colombia y Chile”, Fuerzas Armadas y Sociedad,

12:3, 1997.

La Tercera (Santiago de Chile), “General Lagos responsabiliza a Pinochet y Arellano. Tes-

tigo clave en el caso salió al paso de las imputaciones en su contra por los delitos de la

Caravana de la Muerte”, 26 de enero de 2001.

–––, “Corbalán y sus hombres confiesan crímenes en caso Albania. Ex líder de la CNI habló

de la Operación Albania”, 6 de noviembre de 2000a.

–––, “El texto completo del acuerdo”, 14 de junio de 2000b.

–––, “¿Qué es la mesa de diálogo”. “¿Qué busca la mesa de diálogo?”, 8 de noviembre de

1999a.

–––, “Intervención del general José Ignacio Concha. Mesa de Diálogo”, 27 de noviembre

de 1999b.

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 38

Page 39: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

3 9

–––, “Intervención de Pamela Pereira, abogada. Mesa de Diálogo”, 8 de noviembre de

1999c.

–––, “Intervención del general Juan Carlos Salgado. Mesa de Diálogo”, 8 de noviembre de

1999d.

–––, “Teniente coronel Olagier Benavente. Ex intendente militar de Talca habla sobre de-

saparecidos”, 25 de junio de 1999e.

Loveman, Brian, y Elizabeth Lira, Las suaves cenizas del olvido. Vía chilena de reconciliación

política 1814-1932, Santiago, LOM Ediciones, 1999.

Moulián, Tomás, Chile actual: anatomía de un mito, Santiago, LOM Ediciones-Universidad

ARCIS, 1997.

–––, “Chile. Las condiciones de la democracia”, Nueva Sociedad, núm. 140, 1995.

Ralston, David, Importing the European Army: The Introduction of European Military Techniques

and Institutions into the Extra-European World, 1600-1914, Chicago, University of Chica-

go Press, 1990.

Rojas, Paz, Víctor Espinoza, Julia Urquieta y Hernán Soto, Tarda pero llega. Pinochet ante la

justicia española, Santiago, LOM Ediciones-Corporación de Promoción y Defensa de los

Derechos del Pueblo, 1998.

Salazar, Gabriel, La violencia política popular en las “Grandes Alamedas”. Santiago de Chile

1947-1987 (Una perspectiva histórico popular) , Santiago, Ediciones SUR, 1990.

Spencer, David, From Vietnam to El Salvador: The Saga of the FMLN Sappers and other Guerri -

lla Special Forces in Latin America , Westport CT, Praeger, 1996.

Stanley, William, The Protection Racket State: Elite Politics, Military Extortion and Civil War in

El Salvador, Philadelphia, PA, Temple University Press, 1996.

Torres-Rivas, Edelberto, “Guatemala: Crisis and Political Violence”, en Stanford Central

America Action Network (editors), Revolution in Central America, Boulder CO, Westview

Press, 1983.

Valenzuela, Arturo, “Judging the General: Pinochet’s Past and Chile’s Future”, Current His -

tory, marzo de 1999.

Valenzuela, J. Samuel, “The Origins and Transformations of the Chilean Party System”.

manuscrito, Kellog Institute, 1995.

Valenzuela, Arturo, y J. Samuel Valenzuela, “Los orígenes de la democracia. Reflexiones

teóricas sobre el caso de Chile”, Estudios Públicos (Santiago), núm. 12, 1983.

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 39

Page 40: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

4 0

Whitehead, Laurence, “State organization in Latin America since 1930”, en Bethell, Leslie

(editora), The Cambridge History of Latin America. vol. VI. Latin America since 1930. Eco -

nomy, Society and Politics, part 2, Politics and Society, Cambridge, Cambridge University

Press, 1994.

Zeitlin, Maurice, The Civil Wars in Chile (on the bourgeois revolutions that never were), Prince-

ton, Princeton University Press, 1984.

2. DOSSIER 2 28/6/01 11:05 Page 40

Page 41: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

4 1

La interpretación de los acontecimientos de 1948 es uno de los temas máscontrovertidos del conflicto árabe-israelí, como si se tratase de un punto departida absoluto. Así es, al menos, como lo plantean los actores. Para los israe-líes, lo ocurrido ese año pertenece a la categoría de los fundamentos de la legi-timidad del Estado hebreo, sometido sin cesar, desde entonces, a las agre s i o n e sde los árabes. Los pesados sacrificios impuestos por la guerra se convirtieronen los motivos de una religión cívica de la conmemoración absolutamente in-dispensable debido a que, a pesar de la larga historia del pueblo judío, su epi-sodio sionista sólo representa la parte más reciente: las víctimas de la historiase constituyeron finalmente en combatientes en la lucha armada por la inde-pendencia. Para los palestinos, tomó el lugar de una escena primordial y se eri-gió como el origen de su drama personal y como el motor de su lucha por su re s-tauración legítima. Entraron en la historia, entonces, en la fila de las víctimas,de ahí la necesidad de convertirse en combatientes para recuperar sus dere c h o s .

Así, desde el punto de vista israelí, el éxodo palestino había sido silenciadoy, en cierto sentido, completamente negado; en el mejor de los casos, los pales-tinos votaron con los pies, y la responsabilidad inicial correspondió a la acciónárabe, en particular a los llamamientos que incitaban a la población a partirpara facilitar la penetración de los ejércitos árabes, los cuales lanzaron la agre-sión después del 15 de mayo. De manera muy deliberada, se resta importan-cia a la secuencia de acontecimientos anteriores a la proclamación del Estado

Palestina, 1948:los límites de la interpretación histórica

Henry Laurens

Texto tomado de Esprit 8-9, agosto-septiembre de 2000, pp. 119-146. Traducción del francés: Mario A. Za-mudio Vega.

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 41

Page 42: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

4 2

judío en provecho de la descripción del David que combate a Goliat. Desde elpunto de vista palestino, la expulsión de los árabes era de capital importanciapara el proyecto sionista y, por ende, ineluctable a partir de la creación de unEstado judío; las circunstancias mismas, consecuentemente, tienen una impor-tancia menor en comparación con la concreción de la voluntad de llevar a caboel programa sionista.

DE LA CUESTIÓN JUDÍA AL PROBLEMA ÁRABE

La radical oposición de las interpretaciones tradicionales marca en realidad elconflicto de la legitimidad: los árabes veían en el proyecto sionista y su pues-ta en práctica bajo la forma del Estado de Israel, una negación de justicia,puesto que sólo se podía llevar a cabo en detrimento de las aspiraciones nacio-nales de los árabes palestinos y, en consecuencia, mediante la eliminación decantidades importantes de seres humanos. Del lado sionista, la idea era que setrataba efectivamente de “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”, loque, en la mejor de las interpretaciones, se comprende no como la afirmaciónde la inexistencia de árabes en Palestina, sino como la de que éstos no forma-ban un pueblo, sino tan sólo un grupo de habitantes y, en el mejor de los casos,una fracción de un pueblo árabe mucho más numeroso.

Tal afirmación debe comprenderse a la vez como la proyección sobre losárabes del proceso unitario judío –así como existía un pueblo judío compuestode fracciones diversas, y no varios pueblos judíos, existía un solo pueblo árabe–y como la condición necesaria para la realización del proyecto sionista en mate-ria de legitimidad: reconocer la legitimidad de la presencia árabe en Palestinaharía imposible la constitución de un Estado, al cual debería dotarse de cuan-do menos una amplia mayoría judía; si no, sólo equivaldría a restaurar en latierra de los antepasados la situación minoritaria de la diáspora.

LOGROS Y LÍMITES DE LA HISTORIA REVISIONISTA

Desde hace algunos años, un importante grupo de historiadores israelíes ha re-visado la versión establecida de los acontecimientos de 1948. Tienen en co-

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 42

Page 43: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

4 3

mún la voluntad de hacer abstracción de la cuestión de la legitimidad y la de-cisión de atenerse a la documentación disponible, compuesta esencialmentede lo que se puede consultar –que, por lo demás, es considerable– en los ar-chivos sionistas, israelíes e internacionales. La fuerza de su argumentacióndescansa en su riguroso apego a las huellas históricas dejadas por los aconteci-mientos, así como en su preocupación por plantear únicamente lo que se pue-de corroborar en la documentación. Tal manera de conducirse tiene como lí-mite el rechazo a una interpretación más o menos generalizadora, lo cual llevaa la dificultad de restituir los hechos en perspectivas más amplias y de inser-tarlos en los diferentes ritmos temporales.

Así, si bien la escuela revisionista constituye una ruptura considerable en elseno de la historiografía israelí, no desemboca en un adelanto metodológico enla materia; por el contrario, sin que ello le reste valor, es un retorno a las prácti-cas positivistas de la historiografía occidental de la primera mitad del siglo XX.

Curiosamente, el debate suscitado por los revisionistas en el mundo judíoparece desarrollarse en posiciones invertidas. Los que sustentan la versión tra-dicional acusan a los “nuevos historiadores” de minar la legitimidad del Estadode Israel inventando un “pecado original” del Estado judío y revelan así supropia inseguridad en relación con dicha legitimidad, mientras que los revisio-nistas afirman que su voluntad de hacer abstracción de la cuestión sólo es laprueba de su confianza en la legitimidad y, más allá de ésta, en la solidez de larealización israelí. Por lo demás, se trata de la paradoja propia al “postsionis-mo”, tan acusado de traición por sus contradictores: proclamar que el proyec-to sionista está terminado y que hay que pasar a otra cosa equivale a afirmarque ya no hay necesidad de volver a la cuestión de la legitimidad, puesto queha perdido todo significado.

LA GUERRA PALESTINO-SIONISTA

De entre los historiadores revisionistas hay que mencionar sobre todo dosnombres: Benny Morris (1987) y Avi Shlaim (1988), de los cuales el primero esel gran historiador del éxodo de los palestinos. Para simplificar sus posicionesse podría decir que, según ellos, en los acontecimientos anteriores al 15 de

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 43

Page 44: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

4 4

mayo de 1948, en particular en lo referente al periodo de finales de marzo amediados de mayo, las primeras grandes olas del éxodo palestino constituyenel subproducto de una voluntad consciente de expulsión de las poblaciones. Enese caso, se trata de una situación específica: la de la guerra palestino-sionista.

A partir del día siguiente a la votación del plan de repartición, la violenciase generalizó entre las dos comunidades. En un primer momento afectó las zo-nas de contacto, tanto urbanas como rurales; después, a principios de 1948, sehizo presente como la voluntad palestina de impedir la constitución del Esta-do judío, prohibiendo las comunidades dentro del archipiélago de lugares queformaban las implantaciones sionistas. Los sionistas, que no poseían sino unaproporción muy reducida del espacio palestino –menos del 10 por ciento–, conun patrimonio territorial constituido por “vacíos” que ya existían en el espacioárabe antes de 1914, y con el objetivo de crear “derechos” instalando coloniaspor razones geoestratégicas y no económicas (fenómeno particularmente claroa partir del decenio de 1930), sólo habían podido dotarse de pequeños espaciosmuy dispersos dentro de conjuntos más vastos de poblaciones árabes.

La gran debilidad de los sionistas residía en esa dispersión, por lo que unaguerra defensiva de las comunidades no podía sino serles desfavorable. Esapráctica se correspondía perfectamente con la lógica de la sociedad árabe. En-tre 1936 y 1939 lo esencial de la fuerza palestina reposaba en los ’isabat, ban-das de campesinos que practicaban espontáneamente la guerrilla y que nuncase alejaban demasiado de sus pueblos de origen. Socialmente, ese tipo deagrupamiento armado reproducía las estructuras familiares y de clan del cam-pesinado y reconstituía el espacio rural de las luchas de facciones campesinasanteriores a la pacificación otomana de la segunda mitad del siglo XIX. En lapráctica, según la expresión consagrada, los ’isabat se sentían como “peces enel agua” en el espacio árabe, especie de mar que rodeaba las islas sionistas.

Mientras la presencia británica siguiera estando asegurada, los sionistas seencontraban obligados a una defensiva de lo más desventajosa, tanto máscuanto que, por ideología, se rehusaban a abandonar la menor posición, a pesardel riesgo de pagar el precio con pérdidas humanas. Las fuerzas inglesas, quemetódicamente llevaban a cabo su retirada, les prohibieron emprender opera-ciones de gran envergadura. En el plano político, la extensión de los proble-

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 44

Page 45: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

4 5

mas en Palestina llevó al Departamento de Estado estadounidense, más o me-nos autorizado por el presidente Truman, a poner en tela de juicio el plan derepartición y a proponer que se pusiera a Palestina bajo tutela, lo que tendía aenviar la constitución del Estado judío a las calendas griegas. Con el propósitode proteger a las familias, los notables árabes enviaron a sus mujeres e hijos alos países árabes vecinos, y después, dado que la violencia se agravaba, fuerona reunírseles, con lo cual pusieron el ejemplo al resto de la población. La preo-cupación natural de la gente, hasta entonces poco expuesta a la violencia, ini-ció un proceso de desestructuración social mucho más marcado en las ciudadesque en los pueblos.

Con la llegada de la primavera, la amplitud de la retirada británica y la pro-ximidad de la fecha límite del 15 de mayo –fecha que determinaba la constitu-ción o no del Estado judío– llevaron a las fuerzas sionistas, mucho más organi-zadas, a tomar la ofensiva. Como en toda contraguerrilla, la única lógica posiblepara luchar contra los “peces en el agua” consistía en “vaciar el agua”. Se trata-ba del plan D, o Dalet. No tenía como finalidad la expulsión de los palestinos,pero su ejecución lo entrañaba. Y, consecuentemente, eso fue lo que ocurrióen las zonas litorales y en Galilea en abril y mayo de 1948. La partida de laspoblaciones, por lo demás, estaba vinculada más a menudo con la violencia delos combates y con la desestructuración de la sociedad que con las medidas deexpulsión propiamente dichas, lo cual no tiene nada de sorprendente: Europaexperimentó ese fenómeno en muchas ocasiones durante la segunda guerramundial, mientras que Francia, en particular, vio a varios millones de sus ciu-dadanos emprender la huida en mayo y junio de 1940 sin que hubiese la me-nor medida de expulsión de parte de los alemanes.

Después del 15 de mayo, las huidas “espontáneas” cesaron progresivamen-te en comparación con las expulsiones, de las cuales la más importante fue laque llevó a cabo el joven Itshak Rabin en Lodd y Ramalá durante la guerra delos diez días de julio de 1948: muchas decenas de miles de habitantes de lasdos ciudades fueron expulsados con toda deliberación, oficialmente, por razo-nes de seguridad (la imposibilidad de dejar tal masa de gente en la retaguardiadel ejército israelí) y de táctica militar (provocar la parálisis del ejército jorda-no, ahogándolo bajo el flujo de los refugiados).

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 45

Page 46: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

4 6

Benny Morris muestra con claridad que en el segundo semestre de 1948 losactos de expulsión fueron numerosos y deliberados, pero afirma que no se pue-de agruparlos como parte de un plan de conjunto. No ocurre lo mismo en elcaso de las medidas adoptadas para impedir el regreso de los refugiados, comola destrucción de las cosechas y, después, de los propios pueblos, mientras seinstalaba a los sobrevivientes de los campos de concentración nazis en las casasde los barrios árabes de las ciudades; oficialmente, por razones de seguridad,las transferencias y expulsiones de la población continuaron hasta principiosdel decenio de 1950. No hay nada más qué decir sobre la perspectiva queadoptó Benny Morris, pero es necesario completarla, pues el historiador per-manece prisionero de una visión propiamente israelí de los acontecimientos:aborda a la sociedad árabe como si fuese un todo homogéneo; sigue siendo el“otro”, al que uno se enfrenta. La pertinencia de su comportamiento, no obs-tante, sólo adquiere todo su sentido en su relación con el movimiento sionista.

El examen de los hechos permite explicar mejor la complejidad del fenó-meno. El éxodo anterior al 15 de mayo se refiere particularmente a las regioneslitorales y a Galilea; ahí fue donde la sociedad árabe se derrumbó casi sin re-sistencia; en cambio, cuando se dirige la vista hacia las regiones del interior, eléxodo de las aldeas se presenta más como el producto directo de la violencia,pues la sociedad estaba claramente menos desestructurada y los combates fue-ron particularmente feroces. Tal fue el caso del corredor que vincula Jerusaléncon el litoral, con lances tristemente célebres, como los de Deir Yassin o Qas-tal; en Jerusalén, la lucha se dio barrio por barrio, casa por casa. La cartografíadel éxodo coincide con la de la historia social y económica de Palestina, en es-pecial con la de las estructuras agrarias: cuanto más se entraba en la esfera delo arcaico, tanto más fuerte fue la resistencia; la que se derrumbó primero fuela Palestina de la modernidad.

LA GUERRA ÁRABE-ISRAELÍ

Si bien la contribución de Benny Morris es indispensable en lo concerniente ala guerra palestino-sionista, la de Shlaim constituye una aportación inaprecia-ble en el caso de la guerra árabe-israelí. Este autor se centra en el personaje

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 46

Page 47: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

4 7

del rey Abdullah para escribir la historia de las antiguas relaciones entre el so-berano hachemita y la dirección sionista. Demuestra, sobre todo, lo mucho quelos británicos alentaron otro plan de repartición de Palestina, esta vez de ma-nera conciliatoria, entre el Estado judío por nacer y Jordania. Asimismo deta-lla las negociaciones secretas y confirma que se trató de acuerdos verbales quedespués del 15 de mayo habrían de tropezar con la cuestión de Jerusalén.

La implicación directa de los Estados árabes no estaba asegurada y única-mente entraron en la guerra después del 15 de mayo debido al éxodo de lospalestinos, y con el propósito de impedir un agrandamiento de Jordania; perodivididos irremediablemente y sin haber hecho preparativos serios, muy pron-to exhibieron su debilidad, y a medida que avanzaba el año de 1948 la relaciónde fuerzas se volcó en favor de los israelíes. En 1949 y 1950 los Estados árabesestaban dispuestos a aceptar una paz de compromiso sobre la base de los “te-rritorios contra la paz”, pero Ben Gurion no les propuso sino la “paz contra lapaz”, esto es, una paz basada en el reconocimiento de los hechos consumados,territoriales y humanos. A partir de entonces, el conflicto árabe-israelí adquiriósu propia dinámica, destinada a mantenerlo durante muchos decenios.

INTENCIONALISMO Y CIRCUNSTANCIALISMO

Aunque los trabajos de Benny Morris suscitaron un gran número de reaccionesen Israel, la comunidad científica los considera hoy en día como logros sólidos.Es cierto que la versión tradicional israelí ya no podía sostenerse: desde princi-pios del decenio de 1960 se había demostrado que la referencia a las radios ára-bes que llamaban al éxodo a los palestinos no era sino mera propaganda sionis-ta y no tenía fundamento alguno; los monitoreos de la radio hechos en la épocano mostraron ninguna huella de tales llamamientos. Después, Walid Jalidi ha-bía descubierto y publicado el plan Dalet, prueba, según él, de la voluntad sis-temática de expulsión de los palestinos.

Yendo más lejos, los historiadores palestinos o pro palestinos habían co-menzado a hacer el inventario de los proyectos de “transferencia” de la pobla-ción árabe para permitir la constitución del Estado judío; según ellos, 1948 noera sino la terminación de un proyecto previsto desde mucho tiempo antes; de

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 47

Page 48: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

4 8

alguna manera, la expulsión de los palestinos formaba parte del “código gené-tico” del sionismo. Se trata, en este caso, de la tesis “intencionalista”. En suobra, por el contrario, Benny Morris insiste en la importancia de las circunstan-cias cada vez que se dispone de una documentación suficientemente abundan-te como para establecerlas, por lo que se puede decir que se trata de una tesis“circunstancialista” (prefiero este término al de funcionalista, que se deriva dela expresión “en función de las circunstancias”).

Los críticos intencionalistas de Morris, que se apoyan más en una lecturapuntillosa de los trabajos del historiador israelí que en nuevos datos, vieron rá-pidamente lo que se sugiere, en efecto, en numerosas ocasiones, en sus escri-tos, esto es el papel casi diabólico de Ben Gurion, verdadera encarnación de la“razón de Estado” que domina los acontecimientos de principio a fin. El jefedel movimiento sionista y después primer ministro del naciente Estado tuvosiempre en mente que la condición misma del surgimiento y, más adelante, laconsolidación del Estado hebreo, pasaba por su homogeneización étnica (y, enotro plano, cultural). Más todavía que para De Gaulle en Francia, el Estado erasu principal preocupación, de ahí su gran determinación por prohibir todo loque pudiera poner en peligro su monopolio de la representación política y mi-litar. En el seno del campo sionista, suprimió rápidamente las fuerzas militaresde origen político, tanto de izquierda (Palmach) como de derecha (Irgún yStern). Su dominio de los acontecimientos era tal que al mismo tiempo que ha-cía frente a las situaciones corrientes se ocupaba ya de la escritura de la histo-ria por venir, seleccionando lo que se debía conservar y lo que debía anularsede la documentación.

En lo que concierne a los palestinos, siempre según Morris, Ben Gurioncomprendió que su margen de acción estaba limitado por la izquierda marxistadel MAPAI, apegada, al menos en el discurso, a la idea binacional. El gobiernoisraelí no podía adoptar decisión colectiva alguna sobre un asunto tan impor-tante. En apariencia, Gurion dejó que los acontecimientos se desarrollaran ydesembocaran en una especie de “sorpresa divina”. En realidad, parece serque utilizó sus facultades en cuanto responsable de los ejércitos para hacer pa-sar sus órdenes de expulsión, sin rastro escrito de ser posible, con el propósitode evitar que la cuestión fuese evocada en el consejo del gabinete. Los respon-

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 48

Page 49: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

4 9

sables del MAPAI se encontraban en una posición tanto más incómoda cuantoque, aunque su doctrina predicaba con claridad el entendimiento con los ára-bes, su base política –las colonias colectivistas– era el principal beneficiario delas “salvajes” transferencias territoriales iniciadas sobre la marcha misma de lapartida de los refugiados y, consecuentemente, se hallaban paralizados.

Se puede demostrar que el realismo de Ben Gurion, a quien parece deber-se la continuación a lo largo de varios decenios del conflicto con los árabes, pa-saba por una detención del avance territorial del sionismo en 1949, a pesar deque se contaba con los medios para apoderarse de la totalidad de Palestina bajomandato, y aún más, puesto que se debía otorgar la prioridad a la consolidaciónde las conquistas, es decir a su “digestión”, mediante la implantación de nue-vos inmigrantes. Una vez concluido ese nuevo poblamiento, la reanudación dela expansión territorial podría tener lugar si se presentaban circunstancias fa-vorables. Tales parecen haber sido sus intenciones con ocasión de la guerra de1956. Así, Ben Gurion pudo combinar un profundo realismo, fundamentado enuna estimación permanente de las relaciones de fuerza, con un sentido del Es-tado que le permitió discernir las prioridades que debía seguir en relación conla expansión territorial y la consolidación de ese Estado.

PALESTINA: UN JUEGO DE SUMA CERO

Finalmente, los intencionalistas hacen una crítica textual en el sentido de la“lógica del discurso”, mientras que los circunstancialistas la hacen en el senti-do de la obstinación documental. Muy curiosamente, ni unos ni otros remitenlo suficiente a los contextos generales que tienden a reducir la parte de la vo-luntad individual en provecho del marco más global en el que evolucionó lacuestión de Palestina desde los comienzos del siglo XX.

No es posible extenderse en este trabajo sobre el hecho de que el sionis-mo original pertenecía a la cultura política de Europa Oriental, con su mezclade nacionalismo exacerbado, historia mitificada y experimentación social. Almismo tiempo que pretendía ser un retorno a los orígenes, era una voluntad deoccidentalización a ultranza. Desde el principio se erigió en re p resentante de lacivilización occidental en un mundo oriental dominado y desvalorizado. En

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 49

Page 50: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

5 0

cuanto liberador de los judíos del Este oprimido, se situó del lado del Occiden-te dominante. Independientemente del proyecto ideológico, no podía ser deotra manera, puesto que antes de 1914 la única posibilidad de entrar a Pales-tina era valiéndose del sistema imperial occidental de las capitulaciones y lasprotecciones consulares y, después de 1918, beneficiándose de un sistema demandatos con el que se pretendía tomar en consideración el retraso de Orientey la perpetuación del sistema de dominio occidental.

La obtención de territorio para el pueblo judío, presentada como la únicasolución al problema judío y, por lo tanto, de respuesta al antisemitismo, erainsuficiente desde el punto de vista del auditorio judío. Los responsables sio-nistas comprendieron rápidamente que tal acción sólo podría ser efectiva si te-nía como objetivo la Tierra Santa. El recurso a la historia santa, aun dándole uncarácter laico, era indispensable para alcanzar el objetivo e interesar en él a losjudíos y a los que no lo eran. La constitución, con un fin humanitario, de unatierra de refugio, no habría desembocado en nada concreto: para la realizacióndel proyecto la dinámica entrañaba el recurso a una sacralidad en la que semezclaban inextricablemente lo religioso y lo nacional.

Durante los primeros diez años del siglo XX parecía imposible poner en telade juicio, durante muchos decenios, incluso siglos, el mundo creado por el im-perialismo. La inmigración judía era demasiado reducida como para que pu-diera amenazar la estabilidad del poblamiento árabe, y si bien los sionistas ha-blaban ya del problema árabe, no les parecía posible que la constitución delEstado judío se llevara a cabo durante su generación. Ni siquiera el joven BenGurion pensaba en tal futuro. Fue necesario el tormento de la primera guerramundial para trastocar esas condiciones. En el contexto del periodo de 1917 a1920, por un momento pareció que el Estado judío podría constituirse inme-diatamente, pero ya a comienzos del decenio de 1920 se impuso la vuelta a larealidad: el movimiento sionista no contaba con los medios humanos ni finan-cieros necesarios para alcanzar tal objetivo. La constitución de un Hogar Na-cional Judío fue la ambición realista de esa época.

Del lado árabe, en cambio, se consideró desde un principio que el proyec-to sionista con el interinato de los británicos presuponía la expulsión de los ára-bes de Palestina. La oposición árabe se organizaba en dos planos: por una par-

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 50

Page 51: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

5 1

te, en el de la supervivencia misma en la tierra de sus antepasados, y por laotra, en el de la frustración de un movimiento nacional en cuyo camino de ac-ceso a la independencia reconocida a los otros pueblos del Cercano Oriente elmayor obstáculo estaba constituido por el Hogar Nacional Judío.

Palestina se puso a funcionar en un juego de suma cero: todo progreso deuno, los sionistas en este caso, sólo se podía hacer en detrimento del otro; y lasuperación del conflicto mediante lo económico sólo era una ilusión en la quese complacían los responsables británicos. Cuando las comisiones de investiga-ción británicas de 1930 y 1931 evocaban el despojo de los campesinos palesti-nos, los sionistas gozaban de todas las facilidades para presentar cifras que sub-estimaban ampliamente el fenómeno. El problema se hallaba en otra parte: elcampesinado árabe estaba sometido a una presión demográfica que el éxodorural, ya activo, no bastaba para atenuar y era vulnerable a la menor modifica-ción climatológica: el inicio del decenio de 1930 estuvo caracterizado por malascosechas que hundieron a un gran número de campesinos en la miseria, a pe-sar de las exenciones de impuestos decididas por las autoridades.

LA IDEA DE LA TRANSFERENCIA

La crisis agrícola árabe, ligada al crecimiento demográfico acelerado, se dio enlas regiones del interior, donde había pocos sionistas. Casos relativamente me-nores de despojo de campesinos árabes en el norte de Palestina adoptaron unvalor simbólico que anunciaba el desastroso futuro que amenazaba al conjun-to del campesinado. Al mismo tiempo, los sionistas habían logrado la adquisi-ción de los últimos “huecos” en el área agrícola árabe, y para hacer nuevascompras volvieron la mirada hacia las regiones de poblamiento denso, dondepor lo general se toparon con el rechazo, como lo demuestra la inexistencia,hasta el final del mandato, de implantaciones sionistas en Cisjordania. Cada in-tento de adquisición se consideraba como una nueva amenaza para los campe-sinos del interior.

Aunque los sionistas disponían de todas las municiones necesarias para ar-gumentar que en nada eran responsables de la crisis rural palestina, no conta-ban con elementos que pudieran demostrar que había tierras disponibles para

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 51

Page 52: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

5 2

un nuevo avance de su colonización. En ese contexto fue que se mencionaronrealmente las primeras ideas de “transferencia”.

Tales ideas se inspiraron en el intercambio de población entre Grecia yTurquía durante el periodo inmediatamente posterior al Tratado de Lausana(1923). Se trataba de financiar la reinstalación en Transjordania de campesinospalestinos que dejarían sus tierras a los colonos judíos. El proyecto, que marcótambién el abandono de la reivindicación sionista sobre las tierras al otro ladodel río Jordán, tuvo de todos modos poca repercusión debido a lo reducido dela inmigración judía a principios del decenio de 1930; sin embargo, fue el re-conocimiento en los hechos de que Palestina era un juego de suma cero.

Todo se trastornó con la llegada de Hitler al poder en enero de 1933. A par-tir de entonces El Hogar Nacional Judío entró en un círculo económico vir-tuoso en el que se conjugaron la llegada de inmigrantes en un buen número,el flujo de capitales abundantes y los frutos de la política de construcción deinfraestructura puesta en marcha desde el inicio del mandato. A mediados deldecenio de 1930 los sionistas ya pudieron concebir una mayoría judía en Pales-tina en un futuro cercano. El tono del discurso se volvió más el del conquista-dor y algunos pudieron incluso prever la toma de posesión de Palestina por lafuerza en caso de que los británicos pusieran obstáculos.

El problema árabe seguía siendo un obstáculo al que se daba la vuelta demanera retórica: los antiguos oprimidos no podían convertirse en opresores. Al-gunos llegaban a proponer, aunque de manera confusa, una transferencia pla-nificada de la población árabe fuera de Palestina. La dirección del movimientono los aprobaba. La única oferta que se hizo fue la integración del futuro Es-tado judío en una federación árabe del Cercano Oriente, lo que permitiría cal-mar las inquietudes de los árabes palestinos. Mediante ese rodeo, lo único quelograron fue implicar a los otros Estados árabes en el expediente, acelerar lasdiscusiones sobre la unidad árabe y hacer de la cuestión palestina una preocu-pación esencial para la opinión pública de todos los países.

Hacía falta un observador exterior para sacar la conclusión de los sucesos encurso: la Comisión Real Británica de 1937, que a consecuencia de la primerafase de la revuelta palestina determinó que el mandato era imposible y la re-partición ineluctable, pero que sólo se podía hacer si iba acompañada de una

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 52

Page 53: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

5 3

transferencia de la población árabe fuera de la parte judía. Aunque tal proyec-to no habría de resistir a la segunda fase de la revuelta palestina (de 1937 a1939), la idea de la transferencia se mantendría.

Algunos aseguran que la acumulación de citas sobre la transferencia permi-te constituir de manera arbitraria un catálogo de afirmaciones que expresan loque habría de ser la naturaleza del sionismo, mientras que en las mismas fuen-tes podría encontrarse la posibilidad de establecer un catálogo que iría riguro-samente en el sentido contrario. Decir que la acumulación de datos históricos,en particular de archivos, que es lo propio del historiador contemporáneo, per-mite probar todo y lo contrario de todo, equivale a rehusar que se dé inteligibi-lidad a los fenómenos históricos del siglo XX en nombre de un ultrapositivismoque niega la jerarquización de los datos, indispensable en todo buen métodohistórico. En ello hay una confusión entre el oficio del historiador y la expre-sión de una tesis filosófica o el alegato del abogado. Mediante un enfoqueidéntico, se podría decir que del Congreso de Basilea al Primer Plan de Repar-tición no se trató verdaderamente de constituir un Estado judío en Pales-tinay que esa idea no fue formulada verdaderamente en primer lugar sino por lapropia Comisión Real de 1937. En la realidad, la idea de la transferencia sur-gió únicamente en el marco de una reflexión sobre el futuro y cuando se tomóen cuenta el hecho de que Palestina constituía un juego de suma cero. Es evi-dente que los constructores del Hogar Nacional Judío tenían en mente la crea-ción de un Estado judío, pero también que se veían acaparados por las realiza-ciones concretas e inmediatas que absorbían lo esencial de sus actividades. Susintenciones no eran hostiles hacia los árabes palestinos, pero estos últimosconstituían un obstáculo que, en la relación de fuerzas del momento, no se po-día desplazar. Moralmente, no podía ser cuestión de desplazarlos, pero el re-conocer la legitimidad histórica de su presencia en el suelo de la tierra de Israelllevaba a invalidar la empresa sionista en su conjunto.

LA CONCILIACIÓN IMPOSIBLE

En cambio, la toma de conciencia fue inmediata entre los actores árabes, quepercibieron los acontecimientos inmediatos en el marco de un futuro que ha-

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 53

Page 54: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

5 4

bría de desembocar en su represión mediante el acantonamiento y la expul-sión. El flujo de inmigrantes judíos correspondía al momento en que el cam-pesinado palestino se encontraba prisionero de sus dificultades estructurales.Ahora bien, desde 1928 la evolución política se había reanudado con enfrenta-mientos fuera de todo contexto económico y con la identificación, tanto entrelos árabes como entre los judíos, del simbolismo nacional con el religioso. Elasunto del Muro de las Lamentaciones, en 1929, desembocó en la constituciónde una nueva oposición, que rebasaba el marco palestino: el mundo musulmáncontra el mundo judío. La exacerbación de las pasiones antecedió a la defini-ción de la crisis económica y Palestina volvió a ser la Tierra Santa, con todo loque ese término contenía de promesas de enfrentamiento.

Con todo, de 1930 a 1936 hubo diferentes intentos de conciliación que per-mitieron a los árabes, tanto palestinos como no palestinos, conocer mejor losproyectos sionistas.

La imposibilidad de llegar a un acuerdo con los palestinos llevó a los res-ponsables sionistas a pensar en una “opción transjordana” con la que se susti-tuyera a los árabes de Palestina. El emir Abdullah, prisionero en su pequeñoemirato a pesar de que desempeñó un importante papel en la revuelta árabede la primera guerra mundial, se mostró interesado desde el principio en unacuerdo con los sionistas en el marco de una política que debía desembocar enel trono de la “Gran Siria” y, eventualmente, en la reconquista de Arabia sobrelos saudíes.

No se trata de detallar los acontecimientos de la revuelta palestina del pe-riodo de 1936 a 1939 ni los de la segunda guerra mundial; sus consecuenciasinevitables fueron un endurecimiento general de las posiciones, a pesar de losintentos de las fracciones binacionales poco representativas en cada campo. Loesencial residía en la imposibilidad de confiar en las seguridades que el otroestaba dispuesto a prodigar; irremediablemente, lo único que cada una de laspartes podía proponer a la otra era una posición de minoría en el momento dela constitución del Estado y todo compromiso pasaba necesariamente por re-nuncias considerables de parte de quien tuviera el control de la tierra: los ára-bes antes de 1948, los israelíes después de esa fecha. El que ocupara la mayorparte del espacio podía, en caso de que fuese estrictamente necesario, aceptar

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 54

Page 55: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

5 5

un acuerdo que le garantizara la perennidad de su posesión, lo cual era inacep-table para el otro, que no tendría más opción que el recurso de la fuerza.

EL CONTEXTO DE 1948

La experiencia hitleriana creó un “pueblo judío” cuyo representante políticoera el sionismo, lo que anteriormente era discutible, como lo demuestra la dis-tribución de las corrientes de migración que desembocaron en una extensiónde la diáspora al conjunto del mundo y no en el reagrupamiento en un solocantón del planeta. La experiencia del judeocidio llevó inevitablemente a lahipótesis de lo peor. Cualquier otro camino habría parecido criminal. La hipó-tesis de lo peor se refería, antes que a una nueva revuelta palestina –el movi-miento sionista disponía de los medios militares para hacerle frente–, a la inter-vención militar de los otros Estados árabes.

Toda la negociación con Abdullah se hizo con base en el equívoco y en lono dicho: Abdullah, rey de Jordania desde 1946, propuso oficialmente hacerdel Hogar Nacional Judío parte de su reino de la Gran Siria, dando a entenderal mismo tiempo que aceptaría un Estado judío si se le dejaba la parte árabedel Plan de Repartición. Jordania, sometida a las presiones de los otros Estadosárabes, endureció públicamente su discurso, al mismo tiempo que lo desmen-tía discretamente ante los responsables sionistas. La Legión Árabe Jordana es-taba comandada por oficiales británicos que serían los responsables de la apli-cación sobre el terreno de un acuerdo jamás redactado y siempre impreciso:¿iría la anexión de la parte árabe del Plan de Repartición hasta el litoral medi-terráneo ya conquistado por los sionistas antes del 15 de mayo?

En esa situación, Ben Gurion aparece, antes que como el genio político quetodo lo domina, como la encarnación de los temores sionistas en su estrategiade la hipótesis de lo peor. La desconfianza hacia las intenciones británicas ha-bía adquirido una dimensión paranoica con el temor permanente al complotbritánico. Tal causalidad diabólica reflejaba la transferencia del amor al odiohacia los antiguos protectores, a menudo comparables, en el discurso, a los na-zis mismos. La estrategia política del Estado de Israel consistió en poner en elmismo plano el riesgo de exterminio y la posibilidad de un revés político ma-

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 55

Page 56: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

5 6

yor, que estaba lejos de ser su equivalente. En esencia, el sionismo es una di-námica, y todo bloqueo se interpreta como una condena a muerte; lo dramáticoes que esa dinámica se alimenta del miedo al exterminio, que se renueva pe-riódicamente. A partir de ese momento se construyó uno de los mitos políticosfundamentales del Estado hebreo: el de la carencia de opción. Ante el riesgodel exterminio no podía existir más opción que la fuerza. Como se verá en elperiodo posterior a 1949, la visión política israelí tiende a jamás tomar en cuen-ta la interacción de sus propios actos con los de las partes árabes interesadas.

A todas luces, el plan Dalet parece haber tenido dos objetivos fundamenta-les: limpiar el terreno antes de la llegada de los ejércitos árabes y crear una si-tuación tal que el poner a Palestina bajo tutela se revelara imposible, mientrasque la estrategia palestina, en la medida en que pudo haber existido y en loque se puede discernir, residía precisamente en la búsqueda de tutela, la cualpodría significar un alto definitivo al avance del sionismo. Ahora bien, Jordaniano quería la tutela, pues podría poner fin a las ambiciones de la Gran Siria deAbdullah. Objetivamente, todo llevaba al monarca hachemita a acercarse a lossionistas, pero el aumento de la violencia y el exacerbamiento de las pasionesdificultaban cada vez más una repartición amistosa. Mientras que en Ammánse tenía la seguridad, con toda razón, del apoyo británico, en Tel-Aviv se podíacreer que la tutela no era sino una nueva estratagema de la Gran Bretaña.

La actitud de los Estados árabes era de lo más fluctuante: desconfiaban delos proyectos jordanos sobre la Gran Siria, pero no querían intervenir directa-mente en el conflicto. La acción que llevaban a cabo desde 1947 había consisti-do en un financiamiento de las actividades palestinas y en el envío de volunta-rios, pero no se habían preparado en absoluto para entrar en guerra. La decisiónde intervenir la adoptaron en el último momento, sin ningún estudio previo delas condiciones del combate y en un clima de desconfianza, temor y divisiónentre los diferentes socios.

En cuanto al choque final entre jordanos e israelíes, demuestra que la ra-cionalidad de los actores se detenía siempre ante la sacralidad religiosa y na-cional que representaba Jerusalén. En sus cálculos previos, Abdullah y BenGurion habían actuado como si la internacionalización de la ciudad santa fueseun hecho y, en consecuencia, se fuera a actuar como si se tratase de un simple

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 56

Page 57: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

5 7

ajuste territorial en beneficio común de ambas partes; sin embargo, la guerrapalestino-sionista había hecho caduca tal perspectiva: contrariamente a suscompromisos anteriores, los dos países iban a ser arrastrados rápidamente a uncombate sangriento por el control de la ciudad santa.

¿DE LAS PROFECÍAS DE REALIZACIÓN AUTOMÁTICA A LA INTENCIONALIDAD?

En un primer análisis, parece bastante claro que el temor fue lo que suscitótanto entre los palestinos como entre los sionistas dos profecías cuya realiza-ción estaba condicionada por el otro.

Los palestinos estaban persuadidos desde un principio de que el objetivode los sionistas era despojarlos, por lo que iban a hacer todo lo posible para im-pedir la constitución del Estado judío, esa negación de justicia para ellos. Porsu parte, los sionistas consideraban la intervención de los Estados árabes comoinevitable, por lo que tenían que limpiar el terreno, procediendo al despojo delos palestinos; de esa manera se encontrarían en una posición tal que podríanoponerse eficazmente al avance de los ejércitos árabes. El plan Dalet permitióadquirir una posición defensiva indispensable. La relación de fuerzas habríasido muy diferente si la situación hubiese sido la que existía todavía en los me-ses de febrero y marzo de 1948; en ese entonces, Tel Aviv estaba rodeada defacto de poblaciones árabes y se habría encontrado en la situación en que ha-bría de encontrarse Jerusalén después del 15 de mayo: en un cerco casi total.

La homogeneización territorial obedecía claramente a una lógica militar: eravital, para que pudiera establecer la superioridad israelí; pero lo que suscitó latan temida intervención de los ejércitos árabes fueron el despojo y la expulsiónde los árabes palestinos. Ese contexto tan preciso permite comprender mejor ladocumentación que analizó Benny Morris. Antes del 15 de mayo, y aun ya enel mes de junio, no podía ser cuestión de que se pensara en otra cosa que enlo inmediato, definido por la hipótesis de lo peor. Realmente no existía entre-lazamiento con el futuro ni referencia a una intención proveniente del pasado.

En cambio, en el momento mismo en que se produjo la divina sorpresa, pa-gada con dolorosas pérdidas humanas, y la relación de fuerzas se estableció de-finitivamente en provecho del naciente Estado israelí (guerra de los diez días,

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 57

Page 58: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

5 8

de julio de 1948), los sionistas se encontraron en una situación completamentediferente: ya se podía abandonar la hipótesis de lo peor y hacer realidad el pro-yecto sionista, y a partir del verano de 1948 se entró en una lógica deliberadade purificación étnica y expansión territorial. Lo que lo permitió fue tanto la vo-luntad de homogeneización de la población del Estado hebreo como la falta delegitimidad atribuida desde el principio a la presencia árabe, considerada comoun obstáculo.

La explicación a través del contexto general y no con base en las circuns-tancias más inmediatas arroja otra luz sobre la documentación reunida porBenny Morris: marca los límites del enfoque positivista, pero, al mismo tiem-po, impide todo recurso a la teoría del complot, aunque hubiese sido alentadopor el propio Ben Gurion. Probablemente este enfoque circunstancialista deotro género no resuelva un problema irresoluble: en un proyecto ideológico,nacionalista y, o, revolucionario, siempre es posible discernir intenciones a lasque posteriormente correspondan los resultados históricamente determinados;y es evidente que tales enfoques se imponen a partir del momento en que sehace el examen de los acontecimientos sin a priori; pero no hay que confundirlas intenciones con la lógica del proyecto. Los actores históricos no tienen ne-cesariamente una conciencia total de las consecuencias de su proyecto; en uncontexto de guerras, revoluciones o luchas nacionales, por lo general sólo tie-nen en mente lo más urgente, o bien, cuando sus acciones no forman parte delorden del día, no buscan prever sus resultados. En consecuencia, las huellasdocumentales se componen más bien de vacilaciones y tergiversaciones quede políticas de largo plazo aplicadas inexorablemente, y las discontinuidadesson numerosas. Los actores se refieren entonces a ellas como la “fuerza de lascosas” o la “sorpresa divina”. A posteriori, los historiadores retoman los térmi-nos del debate, redefiniéndolos como “cultura política”, “cultura de la violen-cia”, “cultura de guerra”, “brutalización de la persona”, “proceso de radicali-zación acumulativa”, etcétera, con lo que buscan superar la antinomia entre “laexplicación mediante el proyecto” –que tiende a convertirse en un discursocerrado sobre sí mismo, incapaz como es de tomar en cuenta el desarrollo tem-poral, remitiendo a un largo plazo paradójico durante el cual pareciera que nopasa nada notable o significativo– y la “explicación mediante el contexto”

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 58

Page 59: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

5 9

–con lo que se corre el riesgo de disolver la unidad de los hechos, el conjuntoque constituyen, en una polvareda de detalles–, lo cual se puede observar muybien en los debates acerca de la Revolución francesa o sobre la historia de laUnión Soviética.

No hay adecuación entre las intenciones, tal como existen en la concienciade los participantes y como la documentación permite reconstituirlas, y lasconsecuencias de su proyecto; baste en este caso ver la pluralidad de los pun-tos de vista sionistas de 1948 sobre la “cuestión árabe” y lo que se puso enpráctica en concreto. Aun aquellos que desde hacía mucho tiempo se habíanhecho los abogados de la transferencia de la población árabe tardaron muchotiempo en comprender las nuevas perspectivas; no habían preparado nada poradelantado e improvisaron en una confusión muy grande la otra transferencia,la de las propiedades árabes a las instituciones judías. Lo mismo ocurrió conlas medidas que fueron adoptadas inmediatamente después para impedir el re-greso de los rechazados: incendio de las cosechas, destrucción de los pueblos.Era necesario hacerlo todo para impedir cualquier resurgimiento de la Palesti-na árabe en el seno del Estado judío, pero nada fue previsto por adelantado.

¿INTENCIONALIDAD O LÓGICA?

En última instancia, la simple yuxtaposición de mapas decenales de la coloni-zación judía en Palestina de 1880 hasta nuestros días nos enseña más sobre laempresa que el análisis completo de los archivos sionistas, después israelíes.Marca el avance ineluctable de la colonización, mostrando que los aconteci-mientos fueron una verdadera contingencia, y expresa la lógica y la dinámicade la empresa; pero no se pueden pasar por alto los acontecimientos sin negarlas situaciones históricas que en cada etapa permiten comprender las condicio-nes efectivas de la realización del proyecto: los acontecimientos tienen su pro-pia determinación, que no necesariamente remite al proyecto inicial. Se veuno llevado entonces a oponer la lógica del proyecto a la lógica de la situación,como si finalmente esos dos órdenes de reflexión existieran en el mismo planoy como si el acontecimiento histórico no estuviese sobredeterminado sino sim-plemente determinado.

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 59

Page 60: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

6 0

Una vez más, la sobredeterminación del campo histórico crea un malestaren relación con la perspectiva de la determinación simple, siempre más estre-chamente judicial, que tenemos en el umbral de un nuevo siglo: ahí donde seespera una definición muy clara del “culpable” o del “inocente”, el historiadorse encuentra en la imposibilidad de determinar la intencionalidad, cuestiónque, cuando se reflexiona en ello, se ve que no es de su competencia: contraria-mente a lo que decía Chateaubriand, ya no está encargado por la Providenciade la venganza de los pueblos. Todo el mérito de los avances metodológicos delos últimos decenios reside precisamente en el abandono de tal perspectiva enprovecho de la búsqueda de los significados de los acontecimientos. Conse-cuentemente, el proceso de judicialización que expresa la “demanda social”de hoy en día y que se convierte en uno de los elementos clave de la conduc-ta de los actores de la cuestión de Palestina al final del siglo XX, tiende a unaregresión mayor de la metodología histórica.

Aunque es muy claro que la complejidad de los acontecimientos hasta elverano de 1948 hace difícil una búsqueda de responsabilidad, sí es necesario,en cambio, considerar que las opciones elegidas por el gobierno israelí a partirde ese momento fueron determinantes para el futuro. Legítimamente, se pue-de considerar que, si se trata de la adopción sistemática de la hipótesis de lopeor y la definición siempre más extensiva de los imperativos de seguridad, sulógica fue en esencia contraproducente: a partir de 1948 el único territorio delmundo en el que los judíos se encuentran en una situación periódica de inse-guridad, incluso de riesgo para su supervivencia, es precisamente el del Estadode Israel, lo cual marca, así, lo que puede ser el fracaso principal del proyectosionista en lo que concierne a la voluntad de normalización.

Es como si el sionismo hubiese perseguido proyectos contradictorios debi-do incluso a la dimensión absoluta de sus orígenes. Es el único movimiento na-cional que ha debido crear a la vez su pueblo, su lengua, su cultura y su territo-rio, de donde la dificultad de trazar límites y el riesgo permanente de las regre-siones, como lo demuestra la oposición que se hace en la actualidad en unIsrael “multicultural”, aun entre “judíos” e “israelíes”. Cada avance de la colo-nización crea una situación de violencia que mantiene una inseguridad gene-ral, tanto más fuerte cuanto que adquiere sentido en una herencia histórica de

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 60

Page 61: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

6 1

persecuciones y exterminaciones. La colonización se encuentra en la dinámi-ca misma del irredentismo original, de ahí lo inconcluso de la normalizacióndel pueblo judío y la regresión paradójica a un estado de temor que el sionis-mo quería hacer desaparecer.

En ese marco actual se debe abordar la obra de los “nuevos historiadores”.Ellos no ponen en tela de juicio la legitimidad israelí, sino que, desmitifican-do la historia, buscan permitir una mejor toma de conciencia de ese “otro”, elcual, siempre definido como “cuestión” o “problema”, es en realidad insepara-ble de la experiencia sionista y, después, israelí. Esta reintroducción del socioárabe no proviene de la utilización de nuevas fuentes documentales –los nue-vos historiadores recurren exactamente a las mismas fuentes documentalessionistas, israelíes y occidentales que sus críticos israelíes y judíos–, pasa muysimplemente por el abandono de la perspectiva centrada en lo interno de unahistoria nacional eventualmente productora de mitologías y por el acceso alplano de una historia general que ya no emita juicios de valor. Este enfoqueaparentemente frío y positivista les ha valido una avalancha de acusaciones detraición y falsificación. La lógica de su manera de proceder los lleva, sin quetengan realmente conciencia de ello, lo hemos visto, a tomar en cuenta interac-ciones permanentes entre las partes en juicio; no obstante, la mayor parte deltiempo permanecen prisioneros de las polémicas que suscitan en el auditoriojudío y tienden a constituirse en “club” de historiadores judíos israelíes, man-teniéndose a distancia de los historiadores árabes, aun de los que son israelíes.En cuanto a la historiografía árabe, aunque se mantuvo centrada en lo interno,cuando pudo expresarse libremente pasó a una crítica razonada pero vehemen-te de las sucesivas direcciones del movimiento nacional palestino.

Si bien es cierto que la metodología de los nuevos historiadores israelíespuede parecer muy tradicional a los historiadores europeos dotados de instru-mentos complejos para abordar asuntos que se han vuelto anodinos, tambiénes cierto que tienen el inmenso valor de abordar aquello que es absolutamentevital y más sensible en su propia sociedad.

Así, el hecho mismo de que el debate se haya centrado inmediatamente en1948 revela una vez más a qué grado ese momento es el meollo de todas lastensiones y todas las pasiones actuales.

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 61

Page 62: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

6 2

El debate sobre 1948 expresa también todas las dificultades de la escriturade la historia del siglo XX en el momento en que este último ha llegado a sufin. El hecho de que se trate de uno de los periodos más violentos y más atro-ces de la humanidad es evidente, como es claro que su tragedia entraña unadenuncia de las ideas de progreso y civilización que siguen constituyendo elmeollo de las grandes doctrinas ideológicas dominantes. Es como si en el últi-mo cuarto de siglo el abandono del paradigma intelectual de la transformacióndel hombre por el hombre y la impugnación de la legitimidad del hecho revo-lucionario, tanto social como nacional, oscurecieran los motivos de los actoresdel periodo anterior. Ha desaparecido un personaje, el del militante y comba-tiente, en provecho de la acción humanitaria únicamente. Ya no vemos sino alas víctimas, lo cual es, evidentemente, saludable. Hoy en día, asimismo, la ex-presión de la violencia parece un anacronismo insoportable, y cuando la vio-lencia tiene su origen en la referencia religiosa, es doblemente anacrónica.

Esta interpretación del presente la proyectamos de manera retrospectivasobre el siglo en su conjunto. Cada vez nos interesamos más en la víctima y yano buscamos comprender, en todo el sentido del término, al militante y com-batiente, que, no obstante, fue el actor principal. Nos encontramos en la situa-ción de la “crisis de conciencia europea” que surgió inmediatamente despuésde las guerras de religión, es decir, en la indispensable incomprensión de losactos de aquellos que nos han precedido, de quienes multiplicamos los proce-sos reales o imaginarios.

La primera consecuencia de esta nueva visión de las cosas es que, en la ac-tualidad, fuera del dominio específicamente científico en el que han queridofortificarse los nuevos historiadores, el debate sobre 1948 se refiere esencial-mente a las víctimas evidentes, los árabes palestinos, y que los defensores dela legitimidad israelí, que consideran que esta última ha sido puesta en tela dejuicio, responden remitiendo al contexto, operación que el proceso de “judi-cialización” tiende a impedir. Su segunda línea de defensa es la de lo trágicode una situación marcada por la falta de opciones de parte de los actores y elaspecto fatídico de sus enfrentamientos sin que se comprometa su responsa-bilidad.

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 62

Page 63: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

6 3

El Estado de Israel es y pretende ser heredero y expresión del pueblo ju-dío, pueblo víctima por excelencia; pero en la actualidad los palestinos se con-ciben como “víctimas de las víctimas”. Toda proporción guardada y sin queello sea comparable en el horror, la expulsión de 1948 funciona como la Shoahen la constitución de su identidad y en la formulación de sus reivindicaciones.Consciente e inconscientemente, tanto por mimetismo como por reproducciónde una situación histórica, el pueblo palestino se erige en pueblo judío desdo-blado. Por lo demás, quizás en ese proceso de desdoblamiento y victimaciónes donde se podría elaborar una solución duradera, si no justa, del conflicto.

El debate sobre 1948 nos instruye al menos tanto sobre los acontecimien-tos evocados como sobre el estado de nuestras interrogantes actuales. Nosmuestra los límites de la metodología histórica contemporánea, sobre todocuando ésta se ve enfrentada a una “demanda social” de judicialización y victi-mación que busca hacerle decir lo que por naturaleza es incapaz de expresar apartir del momento en que acepta los límites epistemológicos que le imponela sobredeterminación histórica.

BIBLIOGRAFIA

Flappan, Simha, The Birth of Israel, Myths and Realities, New York, 1987.

Karsh, Efraim, Fabricating Israeli History: The New Historians, New York, Editorial Frank

Cass, 1997

Morris, Benny, The Birth of the Palestinian Refugee Problem, 1947-1949, Cambridge, Middle

East Library, 1987.

Shlaim, Avi, Collusion across the Jordan, King Abdullah, the Zionist Movement and the Partition

of Palestine, Oxford, 1988.

Segev, Tom, 1949, the First Israelis , New York, 1986.

3. DOSSIER 3 28/6/01 11:06 Page 63

Page 64: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

6 4

Robespierristas, antirrobespierristas: os pedi-mos por piedad que nos digáis, sencillamente,cómo fue Robespierre.

Marc Bloch

Si, como dicen, mientras mejor se conoce a alguien más se le ama, entoncesel amor patrio exige un conocimiento más completo y verídico de la historianacional. Ello es necesario aunque implique enfrentarse con hechos y sucesosque cuestionen nuestras creencias y convicciones acerca de heroicas epopeyaso respetados próceres. El desarrollo democrático de las naciones requiere deun proceso de revisión y transparencia en diversos ámbitos de su vida pública;exige conocer con más claridad los sucesos y las instituciones políticas, expre-sar y discutir con libertad las diversas tesis, cuestionar los más arraigados dog-mas y fundamentos ideológicos sobre los cuales se ha levantado un régimen.Ese proceso es el que vive hoy México, y la historia es un ámbito que tambiénnecesita ser revisado con ojo crítico y auténtico afán de conocer el lado oscurode nuestro pasado.

La autocrítica histórica, decía Octavio Paz, “equivale a una cura moral”. Lahistoria, como ha dicho el ilustre historiador contemporáneo Luis González yGonzález, tiene diversos propósitos, y por ende puede ser elaborada, leída e in-terpretada a través de múltiples ojos. La historia oficial, también llamada “his-toria de bronce”, busca crear imágenes ejemplares de los héroes que infundanla devoción por la patria hasta el sacrificio personal y desarrollen virtudes cívicas

México necesita su“g l a s n o s t” h i s t ó r i c a

José Antonio Crespo

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 64

Page 65: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

6 5

de elevada inspiración. Estos valores, a su vez, buscan la preservación y exal-tación de la nación y su soporte ideológico: el nacionalismo. El célebre Nico-lás Maquiavelo escribió la Historia de Flore n c i a con un propósito de socializacióncívica de los florentinos, pues “si todo ejemplo de república estimula, los quese leen acerca de la propia estimulan mucho más y son muchos más útiles”.

Desde esa perspectiva, la “historia de bronce” resulta positiva para la saludpatriótica de cualquier nación. Pero hay un precio que debe pagarse por ello:la mutilación deliberada de la verdad. En efecto, para destacar el virtuosismoy las hazañas de los héroes patrios, hay que limpiarles la hojarasca propiamentehumana, ocultar defectos y debilidades, vicios y yerros. Por eso se le llama “debronce” a esa historia, pues en ella los héroes trascienden su condición huma-na y son elevados a un pedestal digno de semidioses, transfigurados en mudasy solemnes estatuas de bronce. En un segundo momento es necesario hurgaren su vida real y revivirla en su justa proporción, para así recuperarlos en su di-mensión humana. “Explicar el mito, desentrañar su sentido, es humanizarlo–escribió Paz–. Y al mismo tiempo, aclara el sentido de nuestra historia”.

La tentación de usar políticamente a la historia es grande, y pocos puedenresistirla. Por ejemplo, la imagen que prevalece del cura Miguel Hidalgo comoalguien austero que siempre vestía su levita negra, no corresponde con la des-cripción que hace de él un contemporáneo suyo: “Hidalgo vestía media bota,pantalón morado, banda azul, chaleco encarnado, casaca verde, vuelta y colla-rín negro, pañuelo pajizo al cuello, turbante con plumaje de todos los colores,menos el blanco...”. La idealización de los próceres surge tan pronto la inde-pendencia es alcanzada. Y eso obedece a lo que señala Rafael Segovia:

El héroe es tanto un símbolo de la identificación con la nacionalidad como la ex-

presión de una ideología política. Es el mantenedor o creador de la nacionalidad,

encarna las virtudes cívicas, representa a la nación en lucha contra la adversidad.

Sus virtudes son usadas como guía de los gobiernos del momento y, por ello, se le

convierte en símbolo.

Muchos estudiosos de la historia consideran importante mantener vivos losmitos sobre nuestra historia nacional, como soporte de un espíritu nacionalista

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 65

Page 66: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

6 6

y cívico, pese a que haya una cierta distorsión de los hechos. Napoleón señalóque “el deber de la escuela es enseñar el catolicismo, la fidelidad hacia el Em-perador y producir ciudadanos consagrados a la Iglesia, el Estado y la familia”.Un decreto europeo de 1808 ordenaba: “Las escuelas de la Universidad ten-drán como base de su enseñanza la fidelidad a la monarquía, única depositariadel bienestar de los pueblos”. Por su parte, Hitler proponía en su famoso libroMein Kampf , que en las escuelas debía exaltarse una historia propagandística:“[Los libros de texto] Han de concentrar la atención sobre algunos de nuestroshéroes eminentes, y saber pasar por encima de una presentación objetiva, te-ner como finalidad inflamar el orgullo nacional”.

En México, el politólogo Alfonso Zárate sostiene que los mitos de la histo-ria oficial son cohesivos: “Puede que la historia no sea cierta, pero todos lospaíses tienen sus mitos cohesivos. Y los que han sido tan golpeados como elnuestro los necesitan más que ninguno...”. Estaría de acuerdo con el escritor ydiplomático francés Jean Giraudoux, quien recomendaba ocultar algunos he-chos de la historia, pues “Hay verdades que pueden matar a un país”. La histo-ria oficial cambia según las circunstancias y necesidades de la élite gobernanteen turno. Hay, pues, una intención de control político y de manipulación ideo-lógica en esta expresión de la historia. Y es precisamente la “historia de bron-ce” u oficial la que se enseña de manera obligatoria en los niveles escolaresprimarios en todo el país. Se trata, entonces, de una socialización política orien-tada a generar la lealtad a la nación, lo que puede ser aceptable y aconsejableen ciertas circunstancias, pero de ahí frecuentemente se pasa a inculcar laaceptación incondicional del régimen político vigente, e incluso la sumisiónhacia él. En realidad esto ocurre en todos los países en mayor o menor grado.Así, el historiador norteamericano L. B. Simpson escribe: “Todo movimientocolectivo ha de tener sus símbolos y mitos. En los Estados Unidos hemos de-formado a tal punto la imagen de nuestros grandes hombres que ni sus mismasmadres los reconocerían”. Algunos historiadores tejanos reportan que los suce-sos de El Álamo se convirtieron súbitamente en un mito, sus defensores en se-midioses, y el convento en un santuario histórico al que concurren anualmentemillares de personas en luto total, siendo el tercer sitio histórico más visitadodel país. Reconocen asimismo que todas las representaciones y películas sobre

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 66

Page 67: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

6 7

El Álamo están sumamente alejadas de la realidad, pero que no es fácil impo-ner la verdad histórica a los norteamericanos y desmitificar ese acontecimien-to. Por ejemplo, las memorias de un soldado mexicano que participó en esa ba-talla, José Enrique de la Peña, revelan que el héroe norteamericano DavidCrockett fue torturado y asesinado a bayoneta por órdenes de Santa Anna,cuando había terminado la batalla, desmintiendo así que haya muerto en com-bate. Un historiador norteamericano, Dan Kilgore, recogió y autentificó dichotestimonio, provocando cientos de protestas por parte de sus compatriotas. Al-guien incluso lo acusó de traición: “Este es uno de los planes de los comunistaspara deshonrar a nuestros héroes”, dijo. Otro historiador, Garry Willis, afirmó:“Cuando hablan de El Álamo, los texanos rara vez son cuerdos”. Por su parte,el especialista en “historias oficiales” del mundo, Marc Ferro, ha señalado:“En el Caribe, en donde vive una población desarraigada (negros, chinos, in-dios), la historia que se cuenta a los niños transfigura a los descendientes deantiguos esclavos y coolies, en ciudadanos del mundo que tienen la ventaja,única, de participar en todas las culturas de la humanidad”. Es la forma de con-vertir una desventaja histórica en una virtud cívica, negando una parte de larealidad.

Pocos son los investigadores que acceden a las otras expresiones históricaspara configurar una visión más completa y verídica de lo que realmente suce-dió en cada caso, lo que en verdad somos y hemos sido como nación. En estesentido, Luis González apunta: “Las fallas de los héroes son tan provechosascomo sus grandes aciertos. Lo único indudablemente dañoso es el escamoteode la verdad histórica”. Y el historiador Ivie Cadenhead Jr. advierte al escribirsobre Juárez: “Espero que los elogios no hayan ocasionado la omisión de debi-lidades y errores humanos, pues el aspecto humano de un hombre engrandecemás sus logros”.

Suponer que con ignorar la verdadera historia del país los mexicanos seránmejores ciudadanos, equivale a pensar que los niños harán mejores adultos sijamás se les desengaña sobre la verdadera identidad de los Reyes Magos. Porel contrario, pensaba Cicerón: “No saber lo que ha ocurrido antes de nosotroses como seguir siendo niños”. Luis González tiene razón al afirmar que “No escierto que se desmejore el patriotismo por hablar de las podridas de los héroes.

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 67

Page 68: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

6 8

Es falso que la mentira piadosa sobre los próceres ayude a ser mejor ciudadanode un país”. En eso sigue al educador suizo (pero desenvuelto prof e s i o n a l-mente en México) Enrique Rébsamen, quien recomendaba a los maestros en1890: “No falsifiquéis la historia, ni con la mejor intención, ni siquiera por pa-triotismo”.

De hecho, hay poca congruencia entre la historia de bronce que se enseñaen las aulas y la problemática actualidad mexicana, sofocada por dificultadesde toda índole. Esta última sólo se entiende conociendo la verdadera historiapatria. Véase el absurdo que en diversas épocas ha mostrado la respectiva his-toria oficial, al querer distorsionar ciertos episodios o personajes: cuando los az-tecas empezaron a tomar fuerza como señores del valle de México, sus dirigen-tes decidieron divinizar a uno de sus antiguos héroes, Huitzilopochtli, parainspirar respeto y miedo sobre los pueblos subyugados; al principio, ni el pro-pio pueblo azteca aceptó esa pretensión, pero además había diversos códicestoltecas que contenían una versión más realista acerca de ese personaje. Parahacer creíble el carácter divino de Huitzilopochtli, los aztecas decidieron bo-rrar tales registros históricos. Según el testimonio de un cronista de la época:“Los señores mexicas dijeron que no convenía que toda la gente conociera loscódices [...] Se guardaba la historia, pero entonces fue quemada”. Surgió asíuna “historia oficial” azteca destinada a legitimar su dominación sobre los pue-blos vencidos. Ya después de la independencia, dice Marc Ferro, en los prime-ros textos oficiales las cualidades “caballerescas” de Cortés aparecen “opaca-das por la grandeza indígena”.

Una revisión crítica de la historia patria es necesaria para lograr la madurezcívica, pues las imágenes recibidas durante los años escolares permanecen, dis-torsionando la percepción del propio país y de los otros. Así, Marc Ferro señala:“No nos engañemos; la imagen que tenemos de otros pueblos, y hasta de no-sotros mismos, está asociada a la historia tal y como se nos contó cuando éra-mos niños. Ella deja su huella en nosotros para toda la existencia”. Esta ideacoincide con la del ilustre liberal mexicano José María Luis Mora, quien señalacomo “un fenómeno muy raro el que un hombre se desprenda de lo queaprendió en sus primeros años”. De manera parecida pensaba el filósofo ilus-trado d’Alembert: “La superstición, bien inculcada y arraigada en la infancia,

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 68

Page 69: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

6 9

se somete sin duda a la razón cuando ésta llega a presentarse; mas la razón llegademasiado tarde y ya está ocupado el sitio [por la superstición]”. De ahí la difi-cultad de modificar la percepción de la historia de bronce que se nos enseñóen las aulas. Luis González de Alba escribió:

La infancia es [...] una edad propicia a las infecciones. De algunas nos salvamos;

tosferina, paperas, polio, sarampión. Otras las arrastramos durante toda la vida; Hi-

dalgo, Morelos, Cuauhtémoc, la Gran Derrota de la Conquista, el Gran Triunfo de

la Independencia, el progreso que nos trajo la Revolución...

Por su parte, Francisco Bulnes, clásico historiador crítico de nuestro país,pensaba al respecto:

Yo juzgo del adelanto moral e intelectual por el de nuestra historia, especialmente

de la dedicada a beneficiar el espíritu de la niñez. ¿Se enseñan leyendas, fábulas y

apologías de secta? Me desalienta y preocupa esta historia, forma y fondo del siglo

XIII. ¿Se comienza a enseñar la verdad? Convengo entonces en que cierta y afortu-

nadamente vamos entrando en un digno y sereno periodo de civilización.

Más tarde, José Vasconcelos escribía: “Mientras sigamos borrachos de men-tiras patrióticas vulgares, no asomará en nuestro cielo la esperanza. Una verdadresplandeciente es condición previa de todo resurgimiento”. Recientemente,el político y diplomático Alejandro Sobarzo escribió: “No sólo se deben recor-dar los actos dignos de ser emulados, los gestos edificantes, sino también aque-llos que han generado funestas consecuencias para la patria, precisamente paraprocurar que no se repitan [...] un pueblo que no aprovecha su experiencia his-tórica se convierte en un pueblo más vulnerable”. La transparencia histórica nosólo es un medio para alcanzar la madurez cívica, sino que tiene también uncierto sentido “terapéutico”. Así, por ejemplo, respecto de la Conquista, el re-nombrado indigenista e historiador mexicano Miguel León-Portilla anotó: “Sies cierto que en muchos de nuestros pueblos el trauma de la Conquista ha de-jado honda huella, es verdad que el estudio consciente de ese hecho imposi-ble de suprimir será labor de catarsis y enraizamiento del propio ser”.

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 69

Page 70: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

7 0

La historia crítica tiene el abierto propósito de desenmascarar a la historiaoficial, difundir los hechos históricos ocultados o deformados deliberadamentepor la élite en el poder. Puede llegar a tener incluso un motivo claramente polí-tico: deslegitimar el régimen prevaleciente para sustituirlo por otro; frecuen-temente le basta con difundir aquello que suprimió la historia oficial paracuestionar al régimen político y social en vigor, en la medida en que éste sefundamenta en aquélla. Por ello, nos dice Luis González:

La historia crítica parece medio-hermana de la novela policial; descubre cadáveres

y persigue delincuentes [...] A este tipo de sabiduría histórica que se complace en

lo feo del pasado inmediato se le atribuye una función corrosiva [...] La historia

aguafiestas es un saber de liberación, no de dominio como la de bronce. Denuncia

los recursos de opresión de opulentos y gobernantes; en vez de legitimar la autori-

dad, la socava.

Desde luego, la historia oficial también se nutre de algunos hechos reales,de anécdotas, episodios y hazañas que en verdad tuvieron lugar. Por ello puededecirse con mayor precisión que la historia crítica complementa a la de bronce,agregando lo que se removió y corrigiendo lo que se distorsionó. El resultadode este proceso, cuando se lleva a cabo, es un conocimiento más preciso y fielde la historia de un país. Así lo piensa el historiador Enrique Krauze:

No se requiere declarar la guerra a la historia de bronce. Lo que urge es su refor-

ma, en un sentido democrático [...] Es bueno que los niños aprendan a admirar y

es bueno que al crecer aprendan a discernir y criticar [...] si los volvemos santos [a

los héroes] [...] no estamos haciendo un servicio al país. Las estatuas están ahí para

matar a los héroes, y la única forma de revivirlos es volverlos humanos.

Coincide con esta percepción el historiador Lorenzo Meyer:

Al héroe cívico se le despoja de ambigüedades y de la mayoría de sus debilidades

y defectos –su humanidad– y se le presenta como un ser excepcional, modelo para

aquellos a los que se busca socializar con los valores y actitudes apropiados para

servir al sistema de dominación vigente. Los ciudadanos debemos tomar a los pró-

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 70

Page 71: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

7 1

ceres de los políticos como a los políticos: con escepticismo. Y si realmente esta-

mos interesados en la figura, entonces busquemos a sus historiadores y aceptemos

entrar al mundo de lo imperfecto y contradictorio que es, finalmente, lo humano.

De hecho, el espíritu crítico, la necesidad de revisar la propia historia, al-canza cada vez a más países e instituciones. El régimen soviético había ejerc i d oun férreo control de la historia, al grado de distorsionarla de manera completa.En 1956 Nikita Khruschev exclamó: “Los historiadores son gente peligrosa;son capaces de ponerlo todo de cabeza. Deben ser dirigidos”. Pero más tardese planteó la revisión histórica como uno de los componentes ideológicos de lademocratización soviética, sobre la cual Mikhail Gorbachov señaló que:

Una revisión crítica de nuestra propia experiencia es un signo de fuerza, no de de-

bilidad. La crítica es una medicina amarga, pero los males que infestan a la socie-

dad la hacen necesaria [...] Hay que decir que el pasado constituye una carga para

la conciencia pública y afecta la comprensión de los cambios.

Y el político soviético Alexandr Yakovlev, encargado durante la Perestroikade revisar la historia del stalinismo, afirmó: “Aunque no resulte fácil de acep-tar, es necesario llamar a las cosas por su nombre [...] Mientras no hayamos ex-tirpado de nuestra alma esa malevolencia, no llegaremos a hacer nada de bue-no con nuestra sociedad ni con nosotros mismos” (Jean Meyer, 1994). Pero laautocrítica histórica no es exclusiva de los regímenes autoritarios, también lospaíses democráticos tienen su propia historia de bronce y la defienden comoun bastión de su nacionalismo y forma de vida; por tanto, también ahí han sur-gido corrientes de historia crítica. A principios de siglo un historiador norte-americano, Charles Beard, sugirió que la Constitución estadounidense fue di-señada para fortalecer y preservar los intereses de la élite dominante, a la quepertenecían los próceres constituyentes (Jefferson apuntó incluso que se trata-ba de una reunión de “semidioses”). Ese severo juicio suscitó una ola de indig-nación entre sus compatriotas y un editorial acusatorio de The New York Times.Varias décadas después otro historiador de ese país, Howard Zinn, escribió unahistoria sumamente crítica y tuvo una gran recepción entre el público norte-

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 71

Page 72: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

7 2

americano (se convirtió en best seller), incluyendo una reseña sumamente elo-giosa del propio New York Times. Los tiempos han cambiado, y la sociedad nor-teamericana se abrió también a la crítica de su propia historia. En Japón, alllegar la oposición al poder en 1993, pidió disculpas oficiales a China por loscrímenes de guerra cometidos durante la intervención japonesa en ese país. Yla reina Isabel de Inglaterra rindió homenaje en India a los caídos en la matan-za de Amritsar en 1919, cometida por tropas británicas. Por su parte, el presi-dente francés Jacques Chirac habló de un tema tabú: la colaboración del go-bierno francés de Vichy con los nazis durante la segunda guerra, aceptandoque el país “cometió lo irreparable”. El gobierno democrático de Argentina or-denó que se investigaran los nexos del gobierno peronista con los nazis alema-nes durante y después de la guerra mundial.

La propia Iglesia católica, institución que tiende a la cerrazón ideológica yal dogmatismo, y que pretende ser infalible, ha aceptado hacer una autocríticahistórica: en junio de 1995 el diario The Chicago Tribune informó que el papaJuan Pablo II había exhortado a la Iglesia católica a aprovechar la ocasión “par-ticularmente propicia” del nuevo milenio para reconocer “el lado oscuro de suhistoria”. Más tarde, en 1997, la Iglesia francesa pidió perdón a la comunidadjudía por su pasividad, indiferencia e incluso tolerancia ante la persecución dejudíos durante la ocupación nazi y que causó la muerte de 75 000 de ellos. Yen el año 2000 la Iglesia presentó finalmente un mea culpa a través de un docu-mento titulado “Memoria y reconciliación: la Iglesia y las culpas del pasado”(véase ISTOR núm. 2). En el documento se lee un principio semejante al queanimó la Glasnost soviética: “La verdad reconocida es fuente de reconciliacióny de paz”. En el México contemporáneo, el presidente Vicente Fox parecehaber hecho una oferta en ese mismo sentido. Durante su discurso de toma deposesión advirtió: “La historia se hace viendo siempre hacia al futuro. Peroninguna relación con el pasado es saludable si no está fincada en la verdad. Sinsustituir a las instancias de procuración e impartición de justicia, me propongoabrir lo que ha permanecido cerrado en episodios sensibles de nuestra historiareciente e investigar lo que no ha sido resuelto”.

En México, la trayectoria de nuestros héroes, la historia oficial y otros sím-bolos nacionales –como el propio himno–, han exaltado la violencia como ins-

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 72

Page 73: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

7 3

trumento de cambio social. El himno nacional está pletórico de figuras bélicas;las grandes gestas nacionales se hicieron violentamente, y se preserva el mitode que fueron fructíferas al superar el orden virreinal. La sangre de los márti-res nacionales, se nos enseña de niños, abonó para la libertad y el progreso. Laexaltación patriótica de la violencia empezó a poco de concluida la lucha inde-pendentista; después de la sangría que representó esa guerra, era natural quese buscara su legitimación. Así, en el primer acto conmemorativo del Grito deDolores, celebrado en 1825, el orador oficial exclamaba:

A nadie podemos culpar de los horrores que siguieron al sacrificio de nuestros pri -

meros héroes: todos son conforme a los designios de la alta Providencia que los

permitía en la serenidad de su gloria, para preparar con ellos el mayor bien que po-

díamos desear para el establecimiento de nuestra patria [...] Necesario era que pa-

sáramos por esos caminos sangrientos para renacer después al nuevo rango de ma-

jestad y de gloria que hoy disfrutamos [...]

Mucha sangre se derramó, en efecto, pero sus supuestos frutos de libertade igualdad han sido relativamente reducidos, considerando la continuidadesencial del orden virreinal. Sin embargo, es contradictorio exaltar la violenciafundadora de un Estado y condenar la que surge en contra de ese mismo Es-tado, a menos de que se caiga (como se ha caído) en la absurda dicotomía dedistinguir entre una violencia justa de otra injusta, tal como se enseña en laslecciones de historia patria. Por eso mismo, incluso los positivistas del porfiria-to, que condenaban la vía armada y exaltaban la evolución gradual, llegaron areivindicar la violencia como palanca del progreso nacional. ¿Por qué habría deextrañar que los guerrilleros zapatistas de Chiapas se inspiraran en los héroespatrios para tomar las armas? Uno de ellos explicó que el ser llamados “insur-gentes” era motivo de orgullo: “Yo ya tenía una idea de lo que eran los insurg e n-tes, porque nos habían dado clases de historia y nos habían hablado de VicenteGuerrero y de la independencia de México” (1994).

La congruencia democrática exige más bien condenar toda violencia e in-sistir en que ésta, por más que busque elevados ideales sociales o políticos, nogenera la redención nacional sino el caos, el odio, la inestabilidad y, eventual-

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 73

Page 74: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

7 4

mente, un régimen autoritario, sea cual sea su signo ideológico. El educadorEnrique Rébsamen recomendaba: “Los sucesos que la historia ha escrito conletras de sangre son los que se relacionan con el fanatismo religioso o político.Estos sucesos ofrecen al maestro la mejor oportunidad para predicar la verda-dera tolerancia”. Contrariamente a ello, la educación oficial fomenta la tomade partido por una posición, descalificando por completo a las demás, sin elmenor intento de entenderlas (aunque no justificarlas). Héctor Aguilar Camínapunta que:

Esa historia introduce desde muy temprano la tolerancia y el disimulo frente a las

mentiras, y una actitud ambigua ante los héroes y los logros de la patria [...] Hay

que reverenciar constituciones que no se han cumplido nunca y celebrar guerras,

violencias y sangrías que deberían avergonzarnos.

En lugar de ello, la historia oficial de un régimen democrático debiera enfa-tizar y promover el pluralismo y la tolerancia hacia otras posiciones, además deinsistir en que la violencia no resuelve en realidad los problemas, sino que losagrava. Los hechos mismos de nuestra evolución así lo demuestran. El dogma-tismo y el fanatismo político no están ausentes de la historia oficial. Por tanto,para fomentar una ideología democrática en los niños es esencial destacar enla enseñanza básica algunas conclusiones que surgen de nuestra accidentadatrayectoria histórica, como son:

1) El antiguo orden virreinal, con todas sus injusticias inherentes, no hasido completamente sustituido por un orden más justo, moderno y civilizadoen todos sus planos. Las gestas históricas que pretendieron el cambio práctica-mente fracasaron en el intento. El patrimonialismo, el clasismo, el racismo, elmonopolismo, la pésima distribución del ingreso –“el país de la desigualdad”,nos llamó Humboldt– y el autoritarismo propios del orden virreinal, cambiaronde beneficiarios y adoptaron varios ropajes para disimular su presencia, perosobrevivieron en lo esencial después de la Independencia, la Reforma y la Re-volución. Remover tales vicios es tarea pendiente del nuevo régimen democrá-tico al que aspiramos y cuya mayor oportunidad de desarrollo se presenta ahora.

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 74

Page 75: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

7 5

2) Nada sustancial se ha ganado con la violencia, ya que después de cadarevolución armada ha surgido un nuevo régimen autoritario, el cual ha preser-vado buena parte de los vicios sociales del orden virreinal, en lugar de remo-verlos. La democracia eficaz no es, ni puede ser, resultado de la violencia, sinode la negociación y los acuerdos entre diversas fuerzas políticas y sociales. Laviolencia destruye los equilibrios políticos sin los cuales el funcionamiento deuna democracia es imposible. En lugar de ello genera un monopolio políticode los vencedores de la guerra que, aunque hayan enarbolado la bandera de-mocrática, ejercen el poder de manera autoritaria, pues no hay fuerzas oposito-ras que se los impidan.

3) Resulta casi imposible encontrar gobernantes puros e impecables (inclu-yendo a nuestros héroes), al grado de que no requieran de la vigilancia y la su-p e rvisión institucional propia de la democracia política. Nuestra propia historiaasí lo demuestra. La historia oficial que hoy prevalece, en cambio, fomentaideas poco compatibles con la democracia, al exaltar el paternalismo y el cau-dillismo de presuntos hombres heroicos y gloriosos que supuestamente condu-jeron al país a su salvación, sin importar la forma en que llegaron al poder (pormedio de las armas o del fraude electoral), y sin necesidad de que lo ejercie-ran bajo la supervisión y el contrapeso propios de la democracia política.

4) La historia oficial de un régimen democrático debiera enseñar, por tanto,que más allá de las virtudes y los logros de algunos de nuestros próceres, todoscayeron de una u otra forma en la tentación de abusar del poder, en parte por-que no estuvieron acotados por instituciones democráticas eficaces. Es decir,los gobernantes plenamente confiables no existen; con todo el arrojo, heroís-mo, patriotismo o entrega que pudieron mostrar algunos de nuestros héroes,de cualquier forma fueron humanos, susceptibles por tanto de equivocarse ode comportarse de manera arbitraria. Algunos que fueron aclamados como hé-roes en su momento, terminaron como villanos por no estar sujetos a un con-trol democrático (como Iturbide, Santa Anna o Díaz). Y otros que siguen sien-do considerados como héroes, también incurrieron en abusos, arbitrariedadeso decisiones peligrosas (como Hidalgo, Morelos, Guerrero y Juárez). Pero lahistoria oficial acalla tales excesos y abusos para no ensombrecer su figura.

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 75

Page 76: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

7 6

5) Los grandes rezagos sociales se deben en buena parte al hecho de quejamás ha operado eficazmente la democracia política. Si bien es cierto que éstano puede resolver de un día para otro los graves problemas que arrastramos almenos desde la Conquista, sí podría hacerlo en cierto periodo de tiempo.En todo caso, sin democracia, todos esos problemas tienden a exacerbarse, so-bre todo cuando, como consecuencia de la opresión y el abuso, se recurre a laviolencia como vía para lograr la emancipación nacional.

6) La vecindad con los Estados Unidos, dado el poderío de ese país, ha con-dicionado buena parte de nuestra vida política, y es un hecho que nuestra clasepolítica de todos los tiempos (incluidos, de nuevo, los héroes) ha tenido queceder a las presiones de los gobiernos estadounidenses, en mayor o menor me-dida, para consolidarse internamente. Más vale aceptar ese hecho, encararlo yencauzarlo, que negarlo o disimularlo. Sólo así se podrá preservar, con mayorrealismo y dentro de lo posible, nuestra soberanía nacional.

7) Conviene también separar claramente nuestro ancestral –y explicable–antiyanquismo de nuestra posición hacia la democracia política, pues con fre-cuencia se confunden y traslapan. El hecho de que nuestro modelo de desa-rrollo político haya sido por años el norteamericano, suele confundir el funcio-namiento real de la democracia –con sus inevitables límites y errores– y laspolíticas de expansión y dominación de los gobiernos norteamericanos, por locual es común atacar al sistema norteamericano por doquiera que muestre susfallas, como reivindicación a nuestro nacionalismo. Pero ello arroja frecuente-mente la idea de que en general la democracia no sirve de gran cosa. Así, du-rante el episodio del Watergate, nuestras miradas se enfocaron en el hecho deque también en Estados Unidos había corrupción, soslayando el aspecto másimportante del suceso: que las instituciones democráticas fueron capaces deremover a un poderoso presidente en funciones sin necesidad de recurrir a laviolencia. Más recientemente, ante la controvertida elección presidencial delaño 2000, en que un empate entre los candidatos combinado con las enormescomplejidades y huecos del sistema electoral norteamericano, y su laberínticosistema judicial, nuestra vista se fijó en las pequeñas irregularidades y erroresque complicaron la elección misma, sin dar mayor importancia a la fortaleza desus instituciones políticas, que resistieron como pocas cinco semanas de incer-

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 76

Page 77: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

7 7

tidumbre. Tal dicotomía entre nuestra aspiración democrática y la animadver-sión histórica hacia los Estados Unidos surgió durante la guerra con ese país.Pero la contradicción inherente subyace en nuestra conciencia cívica, entorpe-ciendo nuestro cabal entendimiento de la democracia política, con sus virtudesy sus deficiencias.

En síntesis, es hora de preguntarnos si no conviene desarrollar una historiaoficial que, además de realista y desmitificadora, enaltezca los valores de lapaz, de la legalidad y de la tolerancia como medios para conseguir un orden so-cial más justo y democrático; una historia que concluya que ni la justicia ni lalibertad han surgido cabalmente de las violentas épicas que ha experimentadoel país; que el único camino para aproximarnos a aquellos ideales es la demo-cracia, y que ésta no puede emanar de la confrontación armada, sino sólo deldiálogo y la negociación. En esta complicada pero impostergable faena, quizásun estudio más auténtico y crítico de la historia patria contribuya a socavar lasarraigadas bases ideológicas de ese ancestral e injusto orden social que lleva-mos arrastrando por siglos, pudiendo borrar, finalmente, el pesado estigma quela Conquista imprimió en nuestra trayectoria histórica.

Aquí se ha hecho una crítica a la clase política (incluyendo a los héroes y vi-llanos que la conformaron), por lo que se sugiere como conclusión general que,sin la vigilancia ni la supervisión institucional propias de una democracia, losgobernantes, así sean “heroicos”, tenderán a abusar del poder de una u otraforma, y ello difícilmente se traduce en un bienestar significativo para la socie-dad en general. Buena parte de nuestro ancestral rezago económico y social sedebe a la arbitrariedad y al abuso de autoridades que no conocieron eficacesfrenos institucionales. La endémica y dañina corrupción que nos ahoga es tam-bién un efecto de la falta de controles democráticos, y no porque en la demo-cracia pueda ser erradicada totalmente la corrupción, sino porque en ella lasprobabilidades de detectarla y castigarla son mayores. Una revisión históricaprofunda quizás ayude a levantarnos como una nación que cumpla finalmentecon los ancestrales y hasta ahora frustrados ideales de justicia y democracia.Todos los casos de democratización en el mundo han ido acompañados de unarevisión histórica que sustituye los valores del militarismo, la violencia, el ra-

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 77

Page 78: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

7 8

cismo, la subordinación a la autoridad y el culto a la personalidad, por otros queexaltan la dignidad humana, el pacifismo, el valor de las instituciones demo-cráticas y la supervisión ciudadana al poder.

La revisión histórica en México debe ser crítica y severa, pues de lo contra-rio se hará, una vez más, una modificación superficial y cosmética. Quizá seaposible configurar una historia oficial, crítica y realista que tenga un sustratodemocrático, común a todos los partidos y grupos sociales (por encima de susdiferencias), los cuales voluntaria o forzadamente tendrán que aprender a con-vivir en condiciones democráticas.

En nuestro caso, la instauración de un régimen democrático no exigirá des-conocer, satanizar o renegar de la Revolución mexicana, de la cual surgió el ré-gimen priísta, como hicieron algunos rusos respecto de la revolución bolchevi-que de 1917 y que llevó a la demolición de algunas estatuas de Lenin. Y ellose debe en buena parte al ideario democrático de la propia revolución. Deberecordarse que su primera bandera –la maderista– fue esencialmente la demo-cracia política: sufragio efectivo y no reelección. Es posible, pues, que en algúnmomento del futuro la fecha que simbólicamente inauguró una democraciapolítica palpable –el 2 de julio– será oficialmente reconocida como histórica–incluso con ceremonial de conmemoración–, pero ello no implicará la remo-ción del 20 de noviembre, ni del santoral revolucionario: las figuras de Madero,Zapata, Villa y Carranza seguirán siendo veneradas y recordadas.

De alguna forma se tenderá a considerar al régimen posrevolucionariocomo una desviación del ideario democrático que los revolucionarios abande-raron, y al proceso que llevó a la alternancia del año 2000 como su cabal cum-plimiento. Ello se refleja en el discurso de toma de posesión del presidenteFox, en que resaltó: “Evoco con devota emoción a don Francisco I. Madero.Su sacrificio en pos de la democracia no fue en vano. Hoy, al cierre de una eta-pa histórica marcada por el autoritarismo, su figura se levanta de nuevo comoun hito que marca el rumbo que nunca debió abandonarse”. La evaluación his-tórica del régimen posrevolucionario cambiará en cierto grado, pero integrán-dolo, a un amplio proceso de madurez histórica. En todo caso, tanto la interpre-tación de toda la historia patria, así como su enseñanza y divulgación, debieranapegarse más a las necesidades de difundir y promover los valores propiamen-

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 78

Page 79: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

7 9

te democráticos como vía auxiliar para consolidar ese régimen en el futuro in-mediato.

Desde luego, cada vez que se redefine la historia hay una pugna entre losdiversos partidos y corrientes políticas, para los cuales los héroes y villanos delpanteón histórico adquieren diversos significados ideológicos. Son los vence-dores en cada gesta histórica los que logran imponer una historia oficial a lamedida de sus necesidades de legitimación histórica. Pero al surgir una demo-cracia no está claro quién es el ganador absoluto, cuando dicho orden ha sidoconstruido entre diversos partidos y corrientes políticas. La pluralidad, la neu-tralidad –dentro de lo posible– y los valores comunes debieran ser los ejes so-bre los cuales se diseñe una nueva historia oficial. Pero el hecho de que hayasido el PAN, un partido de “derechas”, el que ganó el gobierno en esta nuevaetapa de nuestra evolución política, provocará fácilmente la sospecha de quedicha historia oficial reflejará las aspiraciones y los intereses de los grupos quese identifican con ese partido. Más aún, la misma revaloración de nuestra his-toria, si es que ha de apegarse más a la realidad, implica la crítica de nuestrosmás caros héroes y cierta reivindicación de algunos de nuestros más aborreci-dos villanos. Y como hasta ahora ha sido la perspectiva liberal la que ha predo-minado en la historia oficial, cualquier revisión podría suscitar la idea de quese quiere imponer una visión conservadora.

El uso de símbolos religiosos durante la toma de posesión del presidenteVicente Fox, y la respuesta del nuevo jefe del gobierno capitalino, Andrés Ma-nuel López Obrador, reivindicando la figura de Juárez –y advirtiendo que“para cada Maximiliano hay un Juárez”– adelanta la pugna por los símboloshistóricos que se puede desatar entre los partidos políticos. Ante ello, diceHéctor Aguilar Camín:

Es imposible un cambio de régimen sin un cambio en los valores del panteón his-

tórico [...] En buena lógica democrática, la nueva presencia del orbe conservador,

su historia y tradiciones, no debería ser vista como un riesgo, sino como un enri-

quecimiento. Pero nuestra idea nacional de la historia, como todas las historias pa-

trias, tiene algo de inviolable y sagrado. No puede alterarse o atacarse sin provocar

grandes efluvios de molestia, litigio o indignación. El pleito por la historia es, al fin,

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 79

Page 80: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

8 0

el pleito por la legitimidad política, el pleito por los valores públicos que han de re-

gir la conciencia ciudadana.

En realidad, el hecho de que sea un gobierno panista el que formalmentehaya dado fin al régimen semiautoritario que encabezó el PRI, no significa queese partido pueda imponer ahora su visión particular de la historia, sino que en-tre todas las fuerzas políticas y sociales se realice una revisión colectiva quefructifique en una nueva historia oficial, basada en valores comunes –naciona-lismo, libertad, democracia, legalidad, justicia social– pero también en un ma-yor apego a la realidad histórica. Lorenzo Meyer dice al respecto que: “En unsistema político plural nadie es vencido ni vencedor absoluto, y habrá tambiénuna pluralidad de héroes”. Quizá sea posible, así, realizar un esfuerzo conjun-to en el cual todos los actores sociales admitan la necesidad de estimular losvalores democráticos, no sólo a través de lecciones de catecismo cívico (gene-ralmente muy poco eficaces) sino a partir de un conocimiento veraz de nues-tra propia evolución histórica.

En síntesis, es hora de pensar en una historia oficial que fomente los valo-res de la democracia, de la legalidad y de la paz, no los de la violencia, la re-volución y el providencialismo caudillista. Ello podría contribuir a que losmexicanos hiciéramos un certero diagnóstico de nuestra problemática actual apartir de lo que realmente hemos sido en el pasado, y así enfrentar los enormesdesafíos que se nos presentan y abonar con éxito un futuro más promisorio.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

Aguilar Camín, Héctor, “Mentiras fundadoras”, en Proceso núm. 1023, 10 de junio de 1996.

“El pleito por la historia”, en Proceso núm. 1258, 10 de diciembre de 2000.

Beltrán del Río, Pascal, “Los texanos rechazan la versión de que su héroe Davy Crockett

no murió peleando en El Álamo”, en Proceso, núm. 1155. Proceso, 20 de diciembre de

1998.

Bulnes, Francisco, Las grandes mentiras de nuestra historia; la nación y el ejército en las guerras

extranjeras, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1991 (Reed.).

Cadenhead, Ivie, “Juárez”, en Genios y líderes de la historia. V. III, México, Promexa.

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 80

Page 81: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

8 1

Ferro, Marc, Cómo se cuenta la historia a los niños en el mundo entero, México, Fondo de Cul-

tura Económica, 1995.

González de Alba, Luis. “Mentiras de mis maestros”, en Nexos, núm. 228, diciembre de

1996.

Gonzalez y Gonzalez, Luis, “De la múltiple utilización de la historia”, en Historia, ¿para

qué?, México, Siglo XXI,1986.

Gorbachov, Mikhail, Memorias, México, Plaza & Janés, 1997.

Krauze, Enrique, Caras de la historia, México, Joaquín Mortiz, 1983.

León-Portilla, Miguel, Visión de los vencidos: relaciones indígenas de la conquista, México,

UNAM, 1997, 14 ed.

Meyer, Jean, “Perestroika y revisión de la historia”, en Historia y Grafía, núm. 3, 1994, pp.

151-176.

Meyer, Lorenzo, “El héroe y el político”, en Reforma, 14 de diciembre de 2000, “La teoría,

la práctica y el resultado”, en Reforma, 19 de marzo de 1998.

Paz, Octavio, El laberinto de la soledad , México, Fondo de Cultura Económica, 1964, 4 ed.

Segovia, Rafael, La politización del niño mexicano , México, El Colegio de México, 1975.

Simpson, L. B., Muchos Méxicos, México, Fondo de Cultura Económica, 4 reimp. 1994.

Sobarzo, Alejandro, Deber y conciencia; Nicolás Trist, el negociador norteamericano en la Guerra

del ‘47, México, Fondo de Cultura Económica, 1996. 2 ed.

Vasconcelos, José, Breve historia de México , México. Ed. Continental, 1956.

Zinn, Howard, A People’s History of the United States (1492-present), New York. Harper,

Perennial, 1995.

Viroli, Mauricio, La sonrisa de Maquiavelo, México, Tusquets, 2000.

4. DOSSIER 4 28/6/01 11:07 Page 81

Page 82: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

8 2

en la misma medida en que los titulares del poder político han intentado de-jar un legado perdurable de su presencia por medio de re p resentaciones de unou otro tipo, sus adversarios victoriosos tendieron a borrar esas huellas de la pre-sencia histórica de los vencidos (y en ocasiones de los odiados). El fenómenose registra desde que la imagen conmemorativa hace su aparición, y en algu-nas ocasiones por simples motivos de aprovechamiento: un faraón puede apro-piarse del monumento de un predecesor simplemente cambiando el nombreen el cartucho de identificación. Rara vez tiene lugar la recuperación del pasa-do, que cabe observar excepcionalmente en el mosaico de Santa Sofía, dondeel emperador Constantino Monomaco y su esposa Zoe se sitúan a ambos ladosde la figura de Cristo; ejecutada la obra en 1030, doce años más tarde la cabezade Constantino fue sustituida por la del primer marido de Zoe, el también ba -sileus Romano. Pero lo que opera con mayor intensidad es la damnatio memo -riae, la voluntad consciente de borrar todo rastro de aquel a quien por una uotra razón se considera adversario del propio poder.

Unas veces es todo el monumento el que sufre la destrucción, otras simple-mente la efigie o el nombre de aquel a quien estuvo dedicado. En algunos po-cos casos, como el de las tumbas de la depuesta dinastía Saadiana en Marra-kech, la condena de la memoria tuvo lugar a final del siglo XVII tapiando el re-cinto mortuorio y haciéndolo inaccesible, por orden del sultán alauita MulayIsmaïl, hasta que ya en nuestro siglo lo descubrieron y abrieron los colonizado-res franceses. Algo parecido les sucede a los Borbones de Nápoles en el idílico

La condena de la memoria

Antonio Elorza

5. NOTAS 1 28/6/01 11:08 Page 82

Page 83: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

8 3

notas y diálogos

convento de Santa Clara de dicha ciudad: una losa cierra el acceso a las tum-bas reales de la dinastía expulsada en 1861. No menos escondidos están, y sinque nadie proporcione allí información, los reyes húngaros enterrados en la ca-tedral de la que fuera su capital, Poszony (Presburgo para los austriacos), incó-modos huéspedes de esa misma ciudad que actualmente se llama Bratislava yes capital de la República de Eslovaquia. Hoy, acordarse allí del pasado hún-garo de la ciudad hasta 1918 equivale a mentar al diablo. Aunque peor suerteaún les ha tocado a los reyes de otra dinastía napolitana vencida, la de Aragónen el siglo XV, cuyos monarcas permanecen embaulados en la sacristía del con-vento de Santo Domingo, en el viejo barrio de Spaccanapoli. El denominadorcomún es en todo caso evidente: la suerte de las dinastías vencidas no es otraque ser forzosamente olvidadas. Resulta excepcional la conducta de GengishKhan, quien al conquistar Bujara en 1220 y arrasar la ciudad no destruyó elmausoleo del fundador de la dinastía local Samanida, del siglo X, tal vez por ha-llarse ya entonces semienterrado el pequeño edificio.

En otras ocasiones, la condena de la memoria deja las huellas de su paso.El ejemplo paradigmático lo constituyen los mosaicos de la gran nave de SanApolinar Nuevo, en Ravenna, cuyo programa iconográfico fue establecido en elreinado de Teodorico, representando de forma esquemática su Palatium, conalgunos personajes, seguramente el propio monarca ostrogodo y su séquito, en-tre los arcos. Al caer la ciudad en poder de los generales de Justiniano, las figu-ras fueron borradas, pero sus siluetas pueden adivinarse por el cambio de colorde las nuevas piezas de mosaico que ocuparon su lugar y sobre todo porque ladificultad técnica de hacer lo mismo en las estrechas columnas del Palatiumtuvo como consecuencia que sobre dichas columnas quedasen las manos de lospersonajes suprimidos. El resultado podría servir de ilustración emblemáticadel problema que nos ocupa.

No obstante, el fracaso de la damnatio memoriae suele deberse más a la re-sistencia de la memoria colectiva que a problemas técnicos como el menciona-do. En el siglo XX tal cosa suele suceder con los cambios en los nombres de lascalles o de las ciudades después de virajes políticos radicales. En las cuatro dé-cadas de franquismo, las grandes calles de Madrid que llevaban nombres susti-tuidos por los de generales o políticos vinculados al levantamiento militar, si-

5. NOTAS 1 28/6/01 11:08 Page 83

Page 84: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

8 4

notas y diálogos

guieron siendo designadas en el lenguaje cotidiano por sus nombres anteriores(ahora en parte recuperados en la democracia): la calle Conde de Peñalver si-guió siendo llamada Torrijos; la adjudicada al general Mola fue siempre Prín-cipe de Vergara, y a la avenida de José Antonio todo el mundo la seguía cono-ciendo como la Gran Vía. Otro tanto sucedió en Barcelona. El franquismohabía efectuado una barrida general de la toponimia que a cualquier nivel re-c o rdase elementos o personajes vinculados con la izquierda –incluso un peque-ño pueblo cuyo nombre coincidía con el del presidente de la República, Aza-ña, fue rebautizado como Numancia de la Sagra, y así sigue–. Pero el granejemplo de persistencia de la memoria nos lo ofrece el callejero de La Habana,donde tal vez por haberse producido un vuelco casi total de las denominacionesal llegar la independencia de la isla, los habitantes decidieron por su cuentamantener las tradicionales, hasta el punto que la doble denominación ha ad-quirido un status cuasioficial y figura incluso en los planos impresos de la ciu-dad. Es una curiosa reliquia de la era colonial, que lleva a seguir hablando dela calle Reina, de la calle Jovellar (nombre de un gobernador general españolde la década de 1870) o de la calle Teniente Rey, en vez de los nombres oficia-les establecidos hace décadas, uno de ellos, el correspondiente a Reina, tani l u s t re como Simón Bolívar. En general, no cabe ver en este tipo de re s i s t e n c i a sal cambio una motivación política, sino la densidad de una sociedad civil queprefiere mantener los usos y las designaciones que afectan su vida cotidiana.

Un campo privilegiado para el ejercicio de la condena de la memoria, don-de las resistencias son mucho más que el efecto de la comodidad, es el de lareligión. Los procesos de conquista han sido seguidos con gran frecuencia porintentos de eliminación de la religión de los sometidos, aun cuando en este te-rreno la variedad de respuestas es múltiple, y si ha predominado casi siempreel propósito de supresión, no han faltado numerosos ejemplos de captación yde sincretismo, siempre sobre el denominador común de que la auténtica su-misión de un pueblo únicamente se logra cuando sus dioses han sido elimina-dos o sometidos. El ejemplo más claro de esta última actitud correspondeprecisamente al imperio azteca: en Tenochtitlan existía un recinto en el cualpermanecían encerrados los dioses de los pueblos conquistados. En un áreacultural bien distante, en Ceilán, portugueses, holandeses y británicos trataron

5. NOTAS 1 28/6/01 11:08 Page 84

Page 85: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

8 5

notas y diálogos

sucesivamente de apoderarse del supuesto diente de Buda que constituía elemblema de la independencia del reino local de Kandy.

No obstante, la tendencia habitual consistió en proceder implacablementea la sustitución, de manera que los templos del vencedor ocupasen el lugarde los derribados, correspondientes a los vencidos. La suplantación del lugar deculto de sus dioses hacía visible la inexorabilidad de la derrota. Ejemplo entremil: la edificación de la catedral de Toledo sobre el solar de la derruida mez-quita mayor de la ciudad. Entre otras religiones, el procedimiento fue habitualen las conquistas islámicas, provocando en alguna ocasión un efecto bumeráninjustificado. Tal ha sido recientemente el caso del movimiento integrista hin-dú que desembocó en 1992 en la demolición, por masas de hindúes fanátic o s ,de la mezquita mughal de Ayodhia, la Babri Masjid, por suponerse que deba-jo de ella se encontraba un templo dedicado a Rama destruido por Babur (untemplo que en realidad nunca existió). Sí ha sobrevivido hasta nuestros días, enc a mbio, la estructura de la mezquita de Quwwat-ul-Islam, “el Poder del Is-lam”, en Delhi, adyacente al Qutb-Minar, el minarete edificado por el conquis-tador Qutb ud-din Aibar hacia el 1200 para celebrar la conquista musulmana,que asimismo inspira la composición de la mezquita a partir de elementos deveintisiete templos hindúes y jainistas. Este principio de integración subordi-nada fue utilizado una y otra vez en la expansión islámica, y la propia designa-ción de Jerusalén como ciudad sagrada musulmana bajo el nombre de al-Qud,por haber emprendido desde ella Mahoma su vuelo hasta las regiones celes-tiales, constituye un excelente ejemplo de cómo apropiarse de un centro reli-gioso hasta entonces capital para judíos y cristianos. Esta actitud de captaciónfue muy temprana en el islam, poniéndose de manifiesto con la integración dela supuesta tumba de San Juan Bautista en el recinto sagrado de la gran mez-quita omeya de Damasco. Allí sigue hoy envuelta en símbolos islámicos.

La suplantación ha sido un medido sumamente eficaz para facilitar elreemplazo de una creencia religiosa por otra. Los múltiples ejemplos que ofre-ce la evangelización de Nueva España son de sobra conocidos, empezando porel más afortunado: la construcción del que será templo-emblema de la cristian-dad mexicana a partir del supuesto milagro operado por la Virgen de Guadalu-pe en Tepeyac, en el mismo lugar que ocupara un templo dedicado a Tonan-

5. NOTAS 1 28/6/01 11:08 Page 85

Page 86: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

8 6

notas y diálogos

tzin, la diosa-madre azteca. La utilización de los elementos o de las preferen-cias religiosas de los mesoamericanos por los conquistadores –así las imágenesque sugerían el sacrificio, como el Sagrado Corazón– el fomento consciente decultos sincréticos, facilitaron notablemente la instalación de la religión católi-ca al mismo tiempo que iban borrándose los cultos tradicionales. A veces lacoexistencia de elementos resulta contradictoria y difícil de explicar, comoocurre en la otra iglesia que funde a las dos madres, la de Santa María Tonan-tzintla, cerca de Puebla: al lado de los ángeles y de los santos, la presencia delsímbolo de Tláloc en la decoración puede indicar nicomedismo –persistenciacríptica del culto– o bien sincretismo deliberado con el objeto de garantizar elpredominio cristiano sin afrontar la ruptura definitiva con el pasado.

En el mundo de la Reconquista cristiana de la península ibérica este tipode fenómenos existen, pero reflejando casi siempre la voluntad de los alarifesmusulmanes de manifestar su disidencia, a favor de la necesidad de los cristia-nos de seguir utilizando sus servicios e incluso la lengua árabe en la decoraciónde las iglesias. Es lo que sucede en la portada del convento de Santa Clara, enTordesillas, donde el constructor árabe incluyó en lugar bien visible la llaveverde de entrada al Paraíso. Éste, el paraíso del Corán, se encuentra represen-tado junto a una resurrección bíblica de los muertos en la iglesia de San Románde Toledo, en un muro con una pequeña ventana con ajimez y lóbulos, envuel-ta en escritura árabe: todo ello es fiel reflejo de la coexistencia de religiones yculturas en Toledo durante los dos siglos que siguieron a la conquista cristianade 1085. Más allá aún, según Chueca Goitia, en dos pequeñas iglesias de laprovincia de Teruel se mantenía, a mediados del siglo XX, la inscripción en ára-be del shahada, la profesión de fe islámica. La memoria en estos casos sobrevi-vió, como en el culto a ídolos prehispánicos que todavía hoy se mantiene en lacomarca de Chichicastenango, en la región guatemalteca del Quiché. El pre-dominio formal es católico, mientras los cultos tradicionales de los santeros in-dígenas ( chuchkajaues) penetran en la iglesia local de Santo Tomás, y a pocosmetros del pueblo se rinde culto permanentemente a un supuesto PascualAbaj, en realidad la piedra de sacrificio del dios maya Huyup Tak’ah. Otro sím-bolo de resistencia a la condena, en la zona del lago Atitlán, es el culto a Maxi-món, personaje de aspecto grotesco cuya efigie en posición sedente y con un

5. NOTAS 1 28/6/01 11:08 Page 86

Page 87: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

8 7

notas y diálogos

puro en la boca puede ser la máscara de aspecto inofensivo para el manteni-miento de la creencia tradicional. Son las excepciones que confirman la reglay que prueban el fracaso relativo de la condena de la memoria cuando la nuevafe, en exceso asociada a la casta dominante colonial, no ha llegado a penetrarsuficientemente en la sociedad indígena. Ésta supo responder al predominiode la Iglesia sirviéndose de las redes asociativas que la misma iglesia le propor-cionaba, las cofradías, y procediendo a fundir la adhesión aparente al catolicis-mo con el mantenimiento, dentro de lo posible, de su propia visión del mundoy de lo sagrado.

En el polo opuesto, la formación de un poder político-religioso de vocacióntotalitaria, en el sentido de ahormar definitivamente a una sociedad según susvalores, intereses y símbolos, da lugar inevitablemente a una ampliación delcampo cubierto por la condena de la memoria. El primer ejemplo histórico deesta pretensión tuvo lugar a finales del siglo III a. C., cuando el primer empera-dor de la China unificada, Che Huang-ti, decidió por medio de su ministro LiSi e l i m i n a r, de acuerdo con las concepciones de los teóricos legistas, toda oposi-c i ó n al carácter absoluto del nuevo poder imperial. Se trataba de fundar un po-der al mismo tiempo nuevo y con vocación de eternidad. Para ello no bastabacon eliminar los símbolos de los soberanos vencidos en el curso de la unificación,constituir un espacio económico cerrado con una gran red de comunicacionesy una sola moneda, suprimir –como luego hará la Revolución francesa–, la di-visión administrativa de los antiguos reinos sustituyéndolos por una especie deprefecturas (chün), y reducir también las distintas escrituras a una sola –la lla-mada “del pequeño sello”– por mandato imperial, sino que resultaba precisoeliminar para siempre el obstáculo que pudiera representar el prestigio de latradición apoyado en los letrados y en su mentalidad confuciana. La soluciónelaborada por Li Si para este campo, con la quema generalizada de libros, laprohibición del recurso al pasado y la ejecución de letrados confucianos, servi-rá muchos siglos después a Mao Zedong para considerarse heredero del primeremperador, incluso con la ventaja de haber llevado más lejos el exterminio delos seguidores de Confucio. Se ha conservado el texto de la propuesta de Li Sidirigida al emperador en el año 213 para contrarrestar las críticas que se hacíande los decretos imperiales:

5. NOTAS 1 28/6/01 11:08 Page 87

Page 88: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

8 8

notas y diálogos

Si semejante licencia no es prohibida, el poder soberano declinará y abajo se for-

marán las facciones [...] Vuestro servidor sugiere que todos los libros, en los archi-

vos imperiales, exceptuadas las “Memorias de Ts’in”, sean quemados. Fuera de la

Academia de los Letrados, aquellos que en el imperio estén en posesión del “Ca-

non de los poemas”, del “Canon de la historia” y de los discursos de los cien filóso-

fos, los llevarán a los gobernadores locales para ser quemados sin discriminación.

Aquellos que se atrevan a hablar entre ellos del “Canon de los poemas” y del “Ca-

non de la historia” serán ejecutados y sus cuerpos expuestos en la plaza del merca-

do. Aquel que refiriéndose al pasado critique el presente, será ejecutado con todos

los miembros de su familia. Los funcionarios que dejen de cumplir su cometido se-

rán culpables del mismo modo. Aquellos que pasados 30 días de la promulgación

de este decreto no hayan destruido sus libros, serán marcados con hierro al rojo y

enviados a construir la Gran Muralla.

Era un diseño omnicomprensivo, dirigido a borrar el pasado desde un po-der político dispuesto a construir un nuevo orden, como quien escribe sobreuna página en blanco. El propósito reaparecerá en el curso de los procesos re-volucionarios de los dos últimos siglos, tanto en la supresión de las formas ide-ológicas del pasado como en el tratamiento de sus portadores.

La Revolución francesa preparó el camino para experiencias posteriores. Laconcepción de la historia como un proceso en que se acumulan las formas deopresión hasta que la razón impone su ley, permite trazar una imagen peyora-tiva de la fase histórica que precede a la revolución, el “feudalismo”, el tiempodel privilegio, y definir en consecuencia el objetivo de eliminar sus símbolos,pretensión que más tarde se ampliará a los de la monarquía de origen divino y,por fin, a la monarquía en cuanto tal. El nuevo hombre revolucionario había dealzarse por encima de las ruinas del Antiguo Régimen y eliminar todo aquelloque sirviera para recordarlo. Es el camino que va de la destrucción de la Basti-lla, el 14 de julio de 1789, a la supresión de todo signo público de la realeza apartir de la jornada del 10 de agosto de 1792. Al mismo tiempo, el protagonis-mo de la nación exige la eliminación de todo lo que evoca la fragmentación ylas identidades políticas del pasado: no otro sentido tiene la división en depar-tamentos, con la sustitución de todo referente tradicional a efectos de denomi-

5. NOTAS 1 28/6/01 11:08 Page 88

Page 89: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

8 9

notas y diálogos

nación, por los elementos geográficos. En suma, desde la escuela al calendarioy a las fiestas, la regeneración que implica el proceso revolucionario requiereacabar con “los vestigios del pasado”. El tiempo histórico se encuentra de estemodo cortado en dos, con el pasado sometido a una permanente estimaciónpeyorativa –de ahí la irónica designación de los privilegiados como ci-devant–,y el presente como punto de arranque de la construcción racional, de la cualemanarán nuevas formas de adhesión a las instituciones fundadas sobre lo queMona Ozouf llamó “una transferencia de sacralidad”. No obstante, esa trayec-toria necesita un punto de arranque, sustitutivo del estado de naturaleza, en elcual pudieran ya descubrirse las formas de racionalidad ahora reinstauradas, alas que ese pasado legitima. Semejante papel es desempeñado por la Repúblicaromana, tal y como la habían descrito Montesquieu y Rousseau. “Seamos todosromanos”, exclamó Saint-Just. La condena del pasado encuentra así sus excep-ciones en un planteamiento racionalista obligado a buscar los propios orígenes.

La formación de los Estados-nación en los siglos XIX y XX sigue el patróntrazado por la Revolución francesa, y en la medida en que cada uno de ellos in-tenta apoyarse en una historia nacional cuyos elementos principales pudieranser asumidos por gran parte de la población a través de la escuela, se hace im-prescindible la supresión de todo elemento cultural, lingüistico o histórico dis-funcional a tales efectos. Con la entrada en juego de la política de masas y loscambios de frontera y la aparición de nuevos Estados entre 1860 y 1918, eseproceso se endurecerá progresivamente. Regiones como Alsacia se ven someti-das a procesos reduccionistas de nacionalización conforme se desarrolla su ads-cripción pendular entre Francia y Alemania. La homogeneización cultural ensentido nacionalista cobra cada vez mayor dureza, pudiendo considerarse para-digmática, incluso por sus buenos resultados, la desgermanización bajo el fas-c i s m o del Tirol del Sur, comarca antes austriaca en la vertiente meridional delos Alpes, adjudicada a Italia desde 1919. Siguiendo el plan del nacionalista ita-liano Ettore Tolomei, su propia denominación es prohibida, reemplazándola lade Alto Adige, las escuelas resultan italianizadas, así como la toponimia (cuan-do eso no es posible mediante la adaptación al italiano del nombre alemán, comoen Bolzano por Bozen, cabe recurrir a las campañas de César, y así Sterzing setransforma en Vipiteno), todo elemento tirolés queda borrado de museos y mo-

5. NOTAS 1 28/6/01 11:08 Page 89

Page 90: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

9 0

notas y diálogos

numentos, incluso en los cementerios, y la propia historia es fundida con la deItalia. “Haremos italiano este territorio –proclamó Mussolini en 1926–, porquees italiano en su desarrollo geográfico e italiano en su desar rollo histórico”. Laautonomía restringida que el Tirol del Sur obtuvo desde 1948 ha permitidosólo una reparación tardía de los efectos de la condena.

Por otro camino, los procesos revolucionarios del siglo XX acentuaron losrasgos ya enunciados en la referencia a la Revolución francesa. La Revoluciónrusa de 1917 proporcionó el modelo que servirá de pauta a las experiencias su-cesivas, y que puede resumirse en los siguientes puntos:

1) La eliminación de los símbolos del pasado zarista. Es un proceso que seinicia con la revolución de febrero de 1917, tal y como reseñan O. Figes y B.Kolonitskii en su reciente libro Interpreting the Russian Revolution. A los acordesde La Marsellesa y alzando la bandera roja, los insurrectos de febrero proce-dieron espontáneamente a la “revolución simbólica” que tuvo como blancopreferido “la caza de las águilas”, por el monograma del águila bicéfala, sím-bolo del poder imperial. Fue el inicio de una proscripción que se convertiríaen obligatoria después de la toma de poder por los bolcheviques en noviem-bre de 1917.

2) Sin embargo, podrá darse una recuperación parcial de la simbología za-rista cuando lo haga aconsejable la coyuntura de política exterior. Es lo quesucede en los prolegómenos y desarrollo de la guerra contra la Alemania nazi,definida como “guerra patriótica”. Entonces volverán a representarse, aunquecon otro título, óperas nacionalistas del tipo La vida por el zar de Glinka (esosí, con título cambiado), del mismo modo que son rehabilitados personajescomo Iván el Terrible o Alexander Nevski.

3) La alternativa a los monumentos zaristas suprimidos consistirá, por or-den directa de Lenin en los primeros momentos del gobierno bolchevique, enla generalización de los monumentos a los grandes revolucionarios. La conde-na del pasado zarista es compensada con la exaltación de los líderes revolucio-narios, según el decreto que Lenin dicta el 14 de agosto de 1918 (“Sobre eldesmantelamiento de los monumentos erigidos en honor de los zares y sobrela formulación de proyectos de monumentos de la Revolución SocialistaRusa”). Había que borrar una memoria y que fijar otra de la que aún están au-

5. NOTAS 1 28/6/01 11:08 Page 90

Page 91: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

9 1

notas y diálogos

sentes los jefes vivos de la revolución. Pero, como recoge V. E. Bonnell enIconography of Power, la condición de indiscutible líder (vozhd’) hará pronto delpropio Lenin el centro de las representaciones, en cuanto forjador genial de lanueva Rusia. La nueva memoria histórica ha de tener como hito fundacionalla Revolución de Octubre: nada mejor que las esculturas de la estación de laPlaza de la Revolución en el metro de Moscú para encarnar esa pretensión.

4) Igual que sucediera en la Revolución francesa, y con intensidad aún ma-yor, tiene lugar una transferencia de sacralidad que afecta al culto de esos lí-deres y a la inmortalización del propio Lenin. Para mostrar la mentira de laincorruptibilidad de los grandes santos de la ortodoxia rusa, como Sergio deRadonezh, los bolcheviques habían desenterrado sus restos; ahora la revolu-ción iba a mostrar su capacidad de eternización convirtiendo en objeto de cultoincorruptible a la momia de Lenin. La ciencia haría lo que la religión no habíalogrado.

5) Finalmente, el comunismo soviético proporcionará una variante radical-mente nueva de condena de la memoria. Las autobiografías de militantes ser-virán desde los años teinta a la Comisión de Cuadros para la selección de diri-gentes, pero muy pronto el procedimiento descubre su virtualidad de cara auna eventual actuación punitiva. La memoria individual, en la URSS de Stalin,en la Checoslovaquia de La confesión de Arthur London, en el infierno de TuolSleng creado por Pol Pot, se convierte en acta de acusación contra el militanteo dirigente, siempre objeto de sospecha. Sea cual sea la perspectiva adoptada,el pasado está sometido a la posibilidad de sanción.

La historia del movimiento comunista registrará variantes menores en Eu-ropa respecto del patrón soviético. Así, en América, las peculiaridades de la re-volución castrista generaron formas específicas de condena de la memoria. Loque aquí interviene es la asociación establecida por Fidel Castro entre su re-volución, como siempre punto cero de la historia para la formación del hombrenuevo, y un pasado revolucionario, el de las insurrecciones por la indepen-dencia del último tercio del siglo XIX, que anticipan los objetivos y sirven deenseñanza para la revolución de los guerrilleros. Antes de ellas y entre 1898 y1958 solamente puede existir una pseudohistoria, al encontrarse el devenir deCuba raptado por la tutela del imperialismo norteamericano. El periodo colo-

5. NOTAS 1 28/6/01 11:08 Page 91

Page 92: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

9 2

notas y diálogos

nial es manipulable, aunque prevalezca la visión negativa; pero si los dólaresdel turismo entran en juego, la estatua del rey español Fernando VII, que du-rante décadas era presentada en los soportales de Capitanía en La Habanacomo muestra de rey tiránico, recupera su pedestal y lugar de honor unos me-tros más allá con la misma leyenda que en el siglo XIX. Para la República de1902-1952 es otra cosa. Es una historia que no debió existir, y que por ello nodebe ser conocida. Las estatuas de los prohombres del periodo fueron derriba-das –de la del primer presidente de la República, Tomás Estrada Palma, que-dan el pedestal y los zapatos– y hasta los libros que sobre ese tiempo tratan nison reeditados ni pueden ser vendidos en el mercado de libros de lance en laPlaza de Armas. Verosímilmente, hubo incluso una brutal eliminación de fon-dos en bibliotecas y hemerotecas. Hay que dejar en blanco el paréntesis paraque Fidel Castro pueda entrar en la historia sin mácula alguna. El futuro dirási esa fabulosa máquina de producción del olvido ha funcionado de manera sa-tisfactoria, dando lugar a la imposición definitiva del adanismo, es decir, de lafalta de memoria histórica para los periodos anteriores a la Revolución.

El desarrollo del comunismo chino fue diferente. La condena del pasadoimperial y de sus formas de organización tuvo como límites la importancia quesiguieron revistiendo para Mao Zedong las pautas de comportamiento, las en-señanzas militares e incluso las formas de resolución de los conflictos que mos-traba la literatura clásica china. Así que Mao se comparó a sí mismo con elprimer emperador y llegó a presentarse como sucesor de los dos últimos em-peradores, precisamente en la ceremonia oficial de reconocimiento al éxito dela reeducación de Pu Yi. Hubo hasta la Revolución Cultural un permanentejuego de analogías que gravitó sobre la política comunista, y sólo entoncesentró en juego la pretensión de destruir a fondo el pasado, tanto en la propiaChina como en Tíbet.

Con la Revolución Cultural china enlaza el ensayo de revolución comunistamás extrema, más costosa en vidas y donde el intento de destruir la memoriaes llevado a límites impensables. El borrón y cuenta nueva debía ser absolutopara la regeneración de la sociedad camboyana inducida por los jemeres rojosa las órdenes de Pol Pot, pagando el precio de dos millones de muertos, uncuarto de la población. El pasado sólo existía en calidad de mito fundacional,

5. NOTAS 1 28/6/01 11:08 Page 92

Page 93: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

9 3

notas y diálogos

con Angkor como prueba aparente de las infinitas cualidades que anidaban enel pueblo camboyano. Ahora todo lo anterior debía ser borrado, comprendidasnaturalmente las creencias en Buda y en los genios, aunque el vocabulario je-mer rojo estuviera plagado de expresiones budistas, aunque las reuniones fue-ran convocadas con el toque de tambor empleado para los genios, y aunque seabandonara un campamento ante la reacción desfavorable del supuesto geniodel río en especial, la propia presentación del partido comunista como Angkar,la organización invisible que lo domina todo y lo ve todo, reproduce la capaci-dad de control asignada a los genios que controlan la comunidad rural. Peromás allá de esas transferencias, los jemeres rojos introducen una supresión dela memoria histórica, no sólo en las creencias proscritas sino en las personas queson sus portadores, la población urbana que ha de ser completamente elimina-da, “el pueblo del 17 de abril”, aunque sea calificada eufemísticamente de“pueblo nuevo”, por contraste con el “pueblo antiguo”, la gente rural ya en-cuadrada por el Angkar. Todo recurso a la memoria, individual o colectiva, con-duce a la muerte. Todos aquellos que han estado en un campo de detenciónde los jemeres rojos deben ser asesinados sin excepción para que nunca nadiepueda dar cuenta de lo sucedido y poner de manifiesto el contraste entre lapromesa de emancipación y una realidad criminal. Lo mismo ocurrirá en elcentro de tortura de Tuol Sleng, en Phnom Penh. “¡Eliminad lo antiguo, reem-plazadlo por lo nuevo!”, era una de las consignas del Angkar. La eliminaciónimplacable de todo residuo del pasado correspondía a lo que Robert Jay Liftondenominó “totalismo”, esto es, la pretensión de un control absoluto desde el po-der de todas las actividades del ser humano. Llevada al extremo, la condena dela memoria desemboca necesariamente en una radical deshumanización.

5. NOTAS 1 28/6/01 11:08 Page 93

Page 94: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

9 4

tras la partición de 1947 surgieron en el subcontinente indio dos Estados: porun lado un Paquistán musulmán, que sería, en palabras de Ramhmat Alí, autordel nombre del nuevo Estado, “la ciudadela más fuerte del Islam en el conti-nente de Dinia (sic) y sus dependencias”, y por otro una India constituidacomo Estado secular en el que la voluntad de no injerencia del Estado en losasuntos religiosos aseguraba la libre coexistencia de las distintas religiones enigualdad de condiciones. Pero la operación quirúrgica de la partición no estu-vo exenta de sangre, muertes y penurias, y sobre la memoria de esta tragediavolvieron a resurgir los conflictos y odios entre hindúes y musulmanes en la In-dia secular del siglo XX. Algo que en Paquistán ocurrió en proporciones muchomenores, ya que apenas quedó población hindú.

A pesar de la partición el conflicto ha seguido vivo en la India durante lospasados cincuenta años, en periodos de mayor o menor intensidad, y a lo largoy ancho de la India, aunque no de forma homogénea. Finalmente, luego detres décadas de hegemonía del Partido del Congreso, la retórica del conflictose incorporó a los cauces del discurso político y desde allí agitó las aguas de lasdiferencias encontradas como no había ocurrido desde 1947. El resultado deesta violencia se recopila en cifras y estadísticas de los miles de muertos quese suceden anualmente.

El debate en torno de la violencia que surge del enfrentamiento entre hin-dúes y musulmanes gira alrededor de dos enfoques principales: el de si este esun conflicto “creado” y alimentado por intereses políticos y económicos defi-

Eva Borreguero

I n d i aIdentidades y memoria cultural

en el conflicto comunalista

6. NOTAS 2 28/6/01 11:09 Page 94

Page 95: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

9 5

notas y diálogos

nidos, o si es un conflicto histórico que hunde sus raíces en ciertas diferenciasirreconociliables entre ambas religiones. Estas dos visiones del conflicto se ca-nalizan en dos corrientes de pensamiento, la de los instrumentalistas y la de losprimordialistas.

Los instrumentalistas, representados principalmente por la intelligentsia deizquierda y los partidarios de un Estado secular, afirman que hindúes y musul-manes forman un entramado social y cultural entremezclado, en el que si bienhan existido diferencias entre ellos, el resultado final ha sido el de una simbio-sis cultural y económica. Por lo tanto, para los instrumentalistas el conflicto esproducto de las manipulaciones de una minoría, generalmente una élite, quelo utiliza para incrementar su cuota de poder. Por su parte, los primordialistas,en cuyas filas se encuentran los nacionalistas hindúes, otorgan una especialimportancia al proceso de revisión de la historia, ya que la identidad culturalproporciona, a través de la memoria, una continuidad que vincula el pasadohistórico y mítico con un presente sometido a los continuos cambios de la mo-dernización. En este sentido, los primordialistas, así como muchos nacionalis-tas hindúes, han puesto el énfasis en aquellos aspectos diferenciales de hin-dúes y musulmanes que dificultan la integración de ambos grupos dentro dela nación india.

Más allá de las diferencias entre unos y otros lo cierto es que no se podríacomprender el conflicto actual sin recurrir a la “memoria” como elemento fun-damental para la perpetuación de éste. La memoria histórica, cultural, colecti-va e individual, cada una funcionando desde su propio contexto, aporta unnuevo eslabón a la cadena de eventos que constituyen los enfrentamientos.Veamos algunos ejemplos.

TILAK Y LA “RECUPERACIÓN” DE LA MEMORIA DE SHIVAJI

Un ejemplo de “revivificación” de la memoria, que si bien inicialmente esta-ba dirigido contra el gobierno colonial británico terminó cimentando la visiónantagónica entre hindúes y musulmanes, fue la recuperación de la figura deShivaji que llevó a cabo el líder nacionalista Bal Gangadhar Tilak a finales delsiglo XIX.

6. NOTAS 2 28/6/01 11:09 Page 95

Page 96: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

9 6

notas y diálogos

Para poder llevar a las masas a un primer plano en el movimiento nacional,Tilak promovió la celebración del festival del héroe marata Shivaji. En 1895Tilak revivió la memoria de Shivaji con la intención de poner en marcha unacampaña de propaganda nacional. Para ello organizó en distintos centros la ce-lebración del nacimiento de Shivaji, el líder marata que asesinó a traición al ge-neral musulmán Afzul Khan.

Shivaji fue el fundador del imperio marato, un intento de reunificar la Indiabajo el mando de la casta guerrera de este pueblo procedente de Maharastra.En 1659 Shivaji, un jefe militar local, se levantó contra el poder musulmán quegobernaba la India, con el que mantenía una relación de vasallaje. Su levanta-miento fue respondido con el envío del general Afzul Khan para que sofocasela rebelión. Shivaji se reunió con él en privado y tras darle un abrazo lo asesinóal clavarle unas garras de metal que llevaba enganchadas en los dedos de lasmanos. Después de este suceso comenzó su expansión por la India, que culmi-narían un siglo después sus descendientes al lograr la soberanía sobre gran par-te del territorio de la India.

Posteriormente Shivaji habría de convertirse en un mito de la lucha nacio-nal que encarnaba los valores de la nación hindú por oposición al dominio ex-tranjero, en este caso en manos del tirano musulmán. Esto es lo que Shivajirepresentaba para Tilak, la encarnación del auténtico espíritu nacional de laIndia, un espíritu activo, guerrero, y una vez más, como es común en el pensa-miento nacionalista hindú, un elemento dinamizante de la sociedad, que ladespierta, que la activa. Los mogoles representaban al “otro”, al enemigo, portres características que con el tiempo llegaron a ser equivalentes en el sentirpopular: habían llegado de fuera, eran extranjeros; ostentaban el poder y loejercían con tiranía, y profesaban la religión del islam. La convergencia de es-tos tres rasgos distintivos, extranjeros de diferente religión que gobernaban laIndia, se daba también en los británicos, por lo que la lucha de Shivaji contralos mogoles pasaba a simbolizar la lucha de los hindúes contra el gobierno colo-nial británico. Con su exaltación de la figura de Shivaji, Tilak no pretendíaemular a éste sino mantener entre los jóvenes de la India el ideal del “espírituque guiaba los actos de Shivaji”. Por eso consideraba que los festivales quepromovía resultaban ser un incentivo para legitimar las ambiciones de un pue-

6. NOTAS 2 28/6/01 11:09 Page 96

Page 97: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

9 7

notas y diálogos

blo con un gran pasado histórico. En este sentido, se puede afirmar que Tilakrentabilizó y utilizó como instrumento de movilización de las masas, estos fes-tivales que por sus características entraban en conflicto con la comunidad mu-sulmana.

ANANDAMATH Y LA “REMODELACIÓN” DEL PASADO HISTÓRICO

La técnica de utilizar una analogía para afectar la identidad de los gobernantesla utilizó también Bankim Chadra Chaterjee en su obra Anandamath, escrita en1882, la novela nacional de la India por excelencia, al elegir a los soberanosmusulmanes de la India como representantes del poder opresor al que sus hé-roes hacen frente. Estos paralelismos que, como si fuesen máscaras, permitíanevadirse de la censura impuesta por los británicos, ayudaron a fomentar la ideade que la población musulmana de la India era “extranjera” y que durante si-glos había dominado y abusado de los hindúes nativos.

La literatura tradicionalmente ofrece un modelo de cristalización de la“memoria” colectiva, así que la novela impresa, hija de la modernidad, ofreceun tejido textual por el que discurre y se encuentra una comunidad, una co-munidad “imaginada” como afirma Anderson, pues todos los lectores que seidentifican con distintos aspectos de la novela forman una comunidad al parti-cipar de las ideas, los sentimientos y las situaciones que se dan en ella. Una co-munidad imaginada, pues no existe más relación entre los lectores que la“comunión” con el texto leído. En Anandamath podemos ver cómo se modelóun arquetipo del musulmán plagado de prejuicios, sobre el cual se construyóuna visión antagónica del “otro” que alimentaría la animadversión hacia losmusulmanes de la India y que posteriormente fue utilizada desde la tribunadel nacionalismo hindú. Anandamath cuenta la historia de una rebelión organi-zada por un grupo de santos ascetas hindúes o sanyasis contra el poder opresorextranjero. La novela se desarrolla en Bengala durante un periodo de sequía yhambruna que cayó como una plaga más sobre un pueblo explotado por laautoridad musulmana local, que seguía cobrando impuestos sin piedad alguna.Escrita en el periodo colonial, el autor eludió hábilmente el control de la cen-sura, que hubiese imposibilitado su publicación, al presentar la revuelta como

6. NOTAS 2 28/6/01 11:09 Page 97

Page 98: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

9 8

notas y diálogos

un conflicto entre el pueblo hindú y los gobernantes musulmanes. Pero estasuplantación de la identidad del poder opresor, de los británicos por los musul-manes, llevaba consigo otro rédito: proyectaba la lucha nacionalista del mo-mento hacia el pasado, y los que fueran gobernantes musulmanes empezarona ser vistos bajo el prisma de la nueva categoría política: extranjeros, opresores,tiranos, enemigos del pueblo hindú.

LA “MEMORIA CULTURAL” Y LA TRANSMISIÓN DEL CONFLICTO

Finalmente, ya en la actualidad y desde una perspectiva científica, la impor-tancia de la memoria en la recreación del conflicto ha sido estudiada por el psi-coanalista indio Sudhir Kakar con su concepto de “memoria cultural”. Para Ka-kar, instrumentalistas y primordialistas reflejan distintas posiciones políticas eideológicas que se ajustan a los distintos momentos históricos según las necesi-dades que se den.

Kakar expone una tercera visión que se estructura en torno del concepto delo que él denomina “memoria cultural”. Memoria cultural es “la base imagina-tiva de un cierto sentido de la identidad cultural”, y es también la “historia deun grupo liberada de sus raíces en el tiempo”. En momentos de conflicto en-tre ambas comunidades los nacionalistas hindúes organizan y activan la memo-ria cultural en una dirección concreta. Cuando se produce un periodo de cier-ta estabilidad muchos de los aspectos de la memoria cultural previa se atenúany aparecen otros que ponen énfasis en la existencia pacífica entre hindúes ymusulmanes.

Un aspecto muy importante para Kakar en la formación de la memoria cul-tural es el de la elaboración de los “rumores” y las “historias” que se cuentanacerca de las atrocidades vividas por ambos grupos en los momentos álgidos delos conflictos, especialmente durante la guerra de la partición. Los relatos na-rrados acerca de ciertas experiencias, que se transmiten de un familiar a otro,de un agio a un vecino y que se extienden a lo largo y ancho de las zonas con-flictivas, terminan siendo modificados, y lo que queda finalmente es más laconstrucción de un arquetipo emocional que una descripción veraz de los su-cesos ocurridos. Cientos de miles de niños por toda la India escucharon los te-

6. NOTAS 2 28/6/01 11:09 Page 98

Page 99: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

9 9

notas y diálogos

rroríficos relatos de las escenas vividas por algún familiar mayor durante la par-tición, así como del odio y la fiereza con que el despiadado enemigo llevaba acabo su particular carnicería. Este es un canal primario por el que las animosi-dades históricas se transmiten de una generación a otra. El niño, incapaz de ra-cionalizar la información recibida, fantasea con la posibilidad de vengar a susseres queridos. Los miedos al exterminio físico y las fantasías de una vengan-za ejemplar, que fueron aprendidas en la infancia, volverán a resurgir en la su-p e rficie de la conciencia cada vez que haya un nuevo conflicto, y en la medidade lo posible se convertirán en acciones concretas durante los enfrentamientoscomunales. La narración de estos relatos produce una cohesión del grupo reli-gioso, un “nosotros” en el que se funde el individuo por medio de la experien-cia narrada compartida. Posteriormente, cuando el niño crezca, la informaciónrecibida en el ambiente familiar se verá corroborada y ampliada por las explica-ciones de los profesores en la escuela, y más tarde, ya como adulto, encontraráeco de estas expresiones en los discursos agitadores de muchos políticos.

Este es un primer nivel en la creación de la memoria cultural. Este proce-so de reestructuración de la memoria en torno de estos dos polos, el sentimien-to del temor a ser aniquilado y el deseo de vengar y restaurar la dignidad heri-da, se seguirá dando en otros planos, siendo el plano político el que tendrámayores consecuencias. En el caso del nacionalismo hindú podemos ver conclaridad cómo se ha activado una memoria cultural que por un lado ha desper-tado los temores a la amenaza del poder musulmán y por otro intentó restau-rar la dignidad dizque humillada destruyendo en 1992 en Ayodhia la mezqui-ta mughal.

La memoria cultural en estas circunstancias, originada a partir de los relatosescuchados en la infancia y desarrollados en distintas etapas de la formación,proporciona un estereotipo del grupo enemigo que gradualmente se va desva-lorizando hasta el punto de llegar a su deshumanización, lo que a su vez permi-te verse libre de cualquier sentimiento de culpa por destruirlo en el próximoenfrentamiento físico.

Los “otros”, los “hindúes” o los “musulmanes”, se convierten verdadera-mente en algo ajeno, objetivable como grupo, no diferenciable en su composi-ción individual. Todo ello, acompañado por los efectos adicionales que pro d u c e n

6. NOTAS 2 28/6/01 11:09 Page 99

Page 100: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 0 0

notas y diálogos

las agrupaciones en masas, que en cierta medida transforman y “trastornan” lapsique del individuo, ayuda a explicar la naturaleza de los enfrentamientosviolentos que tienen lugar en la India entre hindúes y musulmanes desde lacreación del Estado en 1947.

La memoria histórica, la memoria colectiva, la memoria cultural, proporcio-nan a las sociedades y a sus gentes un sentido de continuidad con el pasado,que es necesario, entre otras cosas, para explicar el presente. Esta necesidadde sentir la continuidad con el pasado es mayor conforme las sociedades se so-meten a continuos cambios derivados del proceso de modernización.

Ahora, si bien es cierto que no se puede hacer girar hacia atrás la rueda dela historia para cambiar los hechos acaecidos, también es cierto que sí se puedever bajo una distinta luz la interpretación de los sucesos ocurridos y con ellointentar reajustarse a los cambios sociales que se presentan en los procesos demodernización. En este caso lo que cabe plantearse son las consecuencias re-sultantes en este proceso de redefinición histórica que genera la revisión de lamemoria.

6. NOTAS 2 28/6/01 11:09 Page 100

Page 101: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 0 1

Paul Valéry (1871-1945), a quien es inútil presentar, pronuncióeste discurso en la solemne distribución de premios del Liceo pa-risino Janson-de-Sailly, el 13 de julio de 1932. El texto fue publica-do en el mismo año por las Presses Modernes, y luego reeditadobajo el título de “El hecho histórico”, en 1934, en el tomo D de sus

Obras, Variété, vol. I, pp. 153-165.

dQueridos muchachos:Les contaré primero el recuerdo de un recuerdo: el discurso tan notable y com-pleto que acabamos de oír me ha recordado una pequeña escena que antañome refirió el gran pintor Degas.

Me dijo que un día, siendo muy niño, su madre lo llevó por la calle deTournon a visitar a la Sra. Le Bas, la viuda del famoso convencionista que semató de un balazo el 9 termidor.

Terminada la visita, se retiraban paso a paso, acompañados hasta la puertapor la anciana, cuando la Sra. Degas se detuvo en seco, vivamente conmovida.Soltando la mano de su hijo, señaló los retratos de Robespierre, de Couthon,de Saint-Just, que acababa de reconocer en los muros del vestíbulo, y no pudocontener un grito de horror: “¡Cómo!… ¡¿Todavía guardan aquí las caras de

Traducción del francés: Mario A. Zamudio Vega y Adolfo Castañón.

PA U LVA L É RY

DISCURSO DE LA HISTORIA

7. TEXTOS 28/6/01 11:09 Page 101

Page 102: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 0 2

Ttextos

recobrados

esos monstruos?!” “¡Cállate, Célestine! –replicó ardientemente la Sra. LeBas– ¡Cállate!… ¡Eran unos santos!”

Como ven, queridos muchachos, esto se relaciona tácitamente con lo quenos decía el Sr. Lanson. En pocas palabras, su maestro les ha hecho presentey palpitante el contraste de los sentimientos de algunos historiadores de pri-mera línea respecto de los hombres y de los acontecimientos de la RevoluciónFrancesa. Les ha hecho ver que esos conocedores del Terror se entendían en-tre sí, precisamente como Danton se entendía con Robespierre, aunque conconsecuencias menos rigurosas. No digo que las emociones del alma no seantan absolutas entre los escritores como lo son entre quienes actúan, sino que,en tiempos normales, la guillotina, afortunadamente, no está a disposición delos historiadores.

Con todo, no les voy a ocultar que, si bien el sentido profundo de las quere-llas especulativas y las polémicas, incluidas las literarias, fuese objeto de indig-nación y proseguido en los corazones a través de un análisis lo suficientementeencarnizado, no existe duda alguna de que en la raíz de nuestras opiniones ynuestras tesis preferidas se encontraría quién sabe qué principio que nos im-pulsara a adoptar decisiones implacables, quién sabe qué obscura y ciega vo-luntad de tener razón mediante la exterminación del adversario. Las conviccio-nes son cándida y secretamente asesinas.

Así pues, han visto ustedes mediante la comparación de citas y fórmulasprecisas; de qué forma espíritus diferentes, a partir de los mismos datos, ejer-ciendo sobre los mismos documentos sus virtudes críticas y su talento de orga-nización imaginativa –y, por lo demás, animados (así lo espero) por un deseoidéntico de dar con la verdad–, a pesar de todo, se dividen, se oponen, se re-chazan, casi con tanta violencia como las facciones políticas.

Historiadores o partidarios, hombres de estudio, hombres de acción, llegana ser, a medias concientemente, a medias inconcientemente, incalculable-mente sensibles hacia ciertos hechos o hacia ciertos rasgos –y perfectamenteinsensibles a otros que contrarían o arruinan sus tesis–; y ni siquiera el gradode cultura de esos espíritus ni la solidez o plenitud de su saber, ni aun su leal-tad ni su hondura parecen tener la mínima influencia sobre lo que podría lla-marse su capacidad de disentimiento histórico.

7. TEXTOS 28/6/01 11:09 Page 102

Page 103: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 0 3

Ttextos

recobrados

Ya sea que escuchemos a la Sra. Degas o a la Sra. Le Bas, o al noble, puroy tiernamente severo Joseph de Maistre, o bien al grande y ardiente Michelet,o a Taine o Tocqueville, o al Sr. Aulard o al Sr. Mathiez, otras tantas personas,otras tantas certezas, otras tantas miradas, otras tantas lecturas de los textos, ca-da historiador de la época trágica nos brinda una cabeza cercenada que es elobjeto de sus preferencias.

¿Qué puede haber de más notable que el hecho de que tales desacuerdospersistan, pese a la cantidad y a la calidad del trabajo invertido sobre los mis-mos vestigios del pasado, de que hasta se acusen entre sí, y de que los ánimosse endurezcan cada vez más y se separen unos de otros, gracias al mismo tra-bajo que debería llevarlos al mismo juicio?

Por más que se intente acrecentar el esfuerzo, variar los métodos, ensan-char o restringir el campo de estudio, examinar las cosas desde muy arriba openetrar la estructura secreta de una época, analizar los archivos de los particu-lares, los documentos de familia, las actas privadas, los periódicos de la época,los bandos municipales, esos diversos acontecimientos no convergen, no en-cuentran una idea única como lindero. Cada uno tiene como límite la natura-leza y el carácter de sus autores, y de todo esto sólo se obtiene una evidencia,a saber: la imposibilidad de separar al observador de la cosa observada y a lahistoria del historiador.

Hay, empero, puntos en que conviene todo mundo. Existen en todos los li-bros de historias ciertas proposiciones en torno a las cuales coinciden los acto-res, los testigos, los historiadores y los partidos. Se trata de momentos excep-cionales, de verdaderos accidentes; y el conjunto de esos accidentes, de esasllamativas excepciones, constituye la parte incontestable del conocimiento delpasado. Esos accidentes de la afinidad, esas coincidencias de consenso definenlos “hechos históricos”, pero no los definen integralmente.

Todo el mundo conviene en que Luis XIV murió en 1715. Pero en 1715 su-cedió tal infinidad de otras cosas observables que sería necesaria una infinidadde palabras, de libros y aun de bibliotecas para conservarlas por escrito. Asípues, es preciso elegir, es decir, convenir no solamente en la existencia sino tam-bién en la importancia del hecho; y esta convención resulta capital. Conveniren la existencia significaba que los hombres sólo pueden creer en lo que les pa-

7. TEXTOS 28/6/01 11:09 Page 103

Page 104: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 0 4

Ttextos

recobrados

rece menos aquejado de humanidad, y que consideran su acuerdo como algotan improbable que les permite eliminar su personalidad, su instinto, sus in-tereses, su visión singular: fuentes de error y de falsificación. Pero, como nopodemos retener todo y es necesario trascender del infinito de hechos median-te un juicio sobre su utilidad ulterior relativa, la decisión sobre la importanciai n t roduce en la obra histórica, de nuevo, e inevitablemente, precisamente aque-llo que acabábamos de intentar eliminar. Como dirían los camaradas de Filo-sofía, la importancia es muy subjetiva. La importancia depende de nuestra dis-creción, como está a muestra el valor de los testimonios. Se puede pensarrazonablemente que el descubrimiento de las propiedades de la quinina es másimportante que tal tratado concluido hacia la misma época; y, en efecto, en1932, las consecuencias de tal instrumento diplomático pueden haberse perdi-do completamente y estar como difusas en el caos de los acontecimientos,mientras que la fiebre sigue siendo reconocible, las regiones palúdicas del glo-bo terráqueo son visitadas o explotadas cada vez más y la quinina fue quizásindispensable para la exploración y ocupación de toda la Tierra, lo cual, a misojos, es el hecho dominante de nuestro siglo.

Vean cómo, yo también, establezco mis convenciones de importancia.La historia, por lo demás, exige y entraña muchas otras tomas de partido. Por

ejemplo: entre las reglas de su juego hay una en la que tan fácilmente se creeque es en sí misma significativa, y utilizable sin ninguna precaución, que metocó provocar un escándalo por haber querido, hace algún tiempo, buscar suexpresión exacta.

¿Me atrevería a hablarles a ustedes de la Cronología, antaño cruel reina delos exámenes? ¿Me atrevería a perturbar la joven noción que tienen ustedes de lacausalidad, a recordarles el antiguo sofisma: Post hoc, ergo propter hoc, que des-empeña un hermoso papel en la historia? ¿Voy a decirles que la consecuenciade las milésimas tiene el gran y restringido valor del orden alfabético y que,además, la sucesión de los acontecimientos o su simultaneidad sólo tienen sen-tido en cada caso en particular y en los ámbitos donde esos acontecimientospueden, bajo la mirada de alguien, actuar o repercutir unos sobre otros? Medaría miedo suscitar el asombro, el rechazo, si insinuara ante ustedes que unMicromegas que vagara al azar en el Tiempo y que cayera de la antigua Ale-

7. TEXTOS 28/6/01 11:09 Page 104

Page 105: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 0 5

Ttextos

recobrados

jandría, tomada en el momento de mayor esplendor, en un caserío africano oen alguna aldea de la Francia actual, tendría necesariamente que suponer quela brillante capital de los Ptolomeos es tres o cuatro mil años posterior a la aglo-meración de casuchas o chozas cuyos habitantes son nuestros contemporáneos.

Todas estas convenciones resultan inevitables. Sólo critico la negligenciaque no las hace explícitas, conscientes, sensibles al espíritu. Lamento que nose haya hecho por la historia lo que las ciencias exactas hicieron sobre sí mis-mas, cuando revisaron sus fundamentos, investigaron sus axiomas con el mayorde los escrúpulos, enumeraron sus postulados. Sucede acaso que la historia esante todo musa, y que se prefiere que lo sea. Entonces, nada tengo que decir...Honro a las musas.

Resulta también que el Pasado es algo completamente mental. Solamentees imágenes y creencia. Obsérvese que nos valemos de una suerte de procedi-miento contradictorio para formarnos los diversos rostros de las diferentes épo-cas: de una parte, tenemos necesidad de la libertad de nuestra facultad de fingir,de vivir vidas diferentes a la nuestra; de la otra, nos es imprescindible contrariaresa libertad para poder tomar en cuenta los documentos y nos restringimos aordenar, a organizar lo que fue mediante nuestras fuerzas y nuestras formas depensamiento y atención, que son cosas esencialmente actuales. Observen esto enustedes mismos: cada vez que la historia los conmueve, cada que piensan his-tóricamente, cada que se dejan seducir para revivir la aventura humana de al-guna época pasada, el interés que tienen en ello se apoya por completo en elsentimiento de que las cosas podrían haber sido enteramente distintas, resul-tar de una manera totalmente distinta. A cada momento le suponen otro mo -mento siguiente, diferente al que siguió; en cada presente imaginario en el queustedes se sitúan, conciben otro porvenir diferente al que se hizo realidad.

“¿SI Robespierre hubiese triunfado? ¿SI Grouchy hubiese llegado a tiempo al cam -po de batalla en Waterloo? ¿SI Napoleón hubiese tenido la marina de Luis XVI y algúnSuffren…?” SI… Siempre SI.

Esta pequeña conjunción si está cargada de sentido. Quizás en ella resideel secreto del vínculo más íntimo de nuestra vida con la historia. Comunica alestudio del pasado la ansiedad y la tensa espera que nos definen el presente.Da a la historia la fuerza de las novelas y de los cuentos. Nos hace participar

7. TEXTOS 28/6/01 11:09 Page 105

Page 106: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 0 6

Ttextos

recobrados

de ese suspenso ante lo incierto en que consiste la sensación de las grandes vi-das, la de las naciones durante la batalla en que su destino se juega, la de losambiciosos a la hora en que ven que la hora siguiente será la de la corona o ladel cadalso, la del artista que va a desvelar su mármol o a dar la orden de quitarlos andamios y puntales que todavía sostienen su edificio…

Si se abstrae de la historia ese elemento de tiempo vivo, vemos que su pro-pia sustancia, la historia… pura, la que sólo estará compuesta de hechos, de esoshechos incontestables de los que hablo, sería completamente insignificante,puesto que, por sí mismos, los hechos no tienen significación. A menudo lesdicen a ustedes: Esto es un hecho. Inclínense ante los hechos. Es decir: crean. Crean,pues aquí el hombre no ha intervenido y son las cosas mismas las que hablan.Es un hecho .

Sí, pero, ¿qué hacer con un hecho? Nada se parece más a un hecho que losoráculos de la Pitia o, bien, a esos sueños regios donde los José y los Daniel danexplicaciones, en la Biblia, a los monarcas aterrorizados. En historia, como encualquier otra materia, lo que es positivo es ambiguo. Lo que es real se prestaa una infinidad de interpretaciones.

Por eso son igualmente posibles un de Maistre o un Michelet; y por eso,quizá, cuando ellos especulan sobre el pasado, se asemejan a oráculos, a adivi-nos, a profetas, de cuya talla comparten y cuyo sublime lenguaje toman presta-do, a pesar de que confieren a lo que fue toda la vital profundidad que sólo per-tenece verdaderamente al futuro.

De esta suerte, volver a ver y prever, recobrar el pasado y presentir, se pa-recen mucho dentro de nosotros, que sólo podemos oscilar entre imágenes, ycuyo presente eterno es como un ir y venir entre hipótesis simétricas, una quenos supone el pasado, la otra que nos propone un porvenir.

Ustedes a quienes veo ante mí, queridos muchachos, me llevan igualmentea reflexionar tanto en tiempos que no veré como en tiempos que ya no volveréa ver. Los veo y me vuelvo a ver, en esa edad, y tengo la tentación de prever.

Les he hablado demasiado extensamente sobre la historia, y ya iba a olvi-dar decirles lo esencial, a saber: el mejor método para hacerse una idea del va-lor y el uso de la historia –la mejor manera de aprender a leerla y a usarla– con-siste en tomar como tipo del conocimiento acontecimientos consumados, la

7. TEXTOS 28/6/01 11:09 Page 106

Page 107: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 0 7

Ttextos

recobrados

propia experiencia, y en tomar del presente el modelo de nuestra curiosidadpor el pasado. Lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemosexperimentado en persona, lo que fuimos, lo que hicimos, eso es lo que debeproporcionarnos el cuestionario, deducido de nuestra propia vida, que propon-dremos a la historia que llene y al que ella deberá afanarse por responder cuan-do la interroguemos sobre los tiempos que nosotros no hemos vivido. ¿Cómo sepodía vivir en tal época? Ahí está, en el fondo, toda la cuestión. Todas las abs-tracciones y nociones que pueden encontrar en los libros son vanas si no se lesda a ustedes el medio de reencontrarlas a partir del individuo.

Pero al considerarse a sí mismo, históricamente –subespecie Historiae–, unose ve llevado a cierto problema, de cuya solución va a depender de inmediatonuestro juicio sobre el valor de la Historia. Si la Historia no se reduce a una dis-tracción del espíritu, es que esperamos obtener enseñanzas de ella. Pensamospoder deducir del conocimiento del pasado alguna presciencia del futuro.

Remitamos entonces esta pretensión a la historia de nosotros mismos y, siya hemos vivido algunas decenas de años, intentemos comparar lo que ha pasa-do con lo que podíamos esperar, el acontecimiento con la previsión.

En 1887 estaba en clase de Retórica (desde entonces la Retórica se hatransformado en preparatoria: un gran cambio del que ya podríamos extraeruna reflexión infinita). Y, bien, me pregunto ahora: ¿qué se podía prever en el87 –hace cuarenta y cinco años– de lo que ha ocurrido desde entonces?

Observen que estamos en las mejores condiciones de la experiencia históri-ca. Poseemos una cantidad de datos quizás excesiva: libros, periódicos, foto-grafías, recuerdos personales, testigos todavía muy numerosos. La Historia, engeneral, no se construye con tal lujo de materiales. Entonces, ¿qué se podíaprever? Me limito a plantear el problema.

Únicamente les indicaré ciertos rasgos de la época en que yo cursaba miRetórica. Por esa época había en las calles gran cantidad de animales, que yasolamente se ven apenas en los hipódromos, y ninguna máquina (observemosen este punto que, según ciertos eruditos, el uso del caballo como tractor sóloentra en la práctica hacia el siglo XIII y libera a Europa del porte, sistema queexige esclavos; esta comparación les hace concebir el automóvil como “hechohistórico”).

7. TEXTOS 28/6/01 11:09 Page 107

Page 108: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 0 8

Ttextos

recobrados

En ese mismo 1887 el aire estaba rigurosamente reservado a los verdaderospájaros. La electricidad todavía no había perdido el hilo. Los cuerpos sólidoseran todavía muy sólidos. Los cuerpos opacos eran todavía completamenteopacos. Newton y Galileo reinaban en paz; la física era feliz y sus puntos de re-ferencia absolutos. El Tiempo corría en días apacibles: todas las horas eraniguales ante el Universo. El Espacio gozaba con ser infinito, homogéneo y per-fectamente indiferente a todo lo que sucedía en su augusto seno. La Materiase sentía transportada por tantas leyes justas y buenas y no tenía ni la más mí-nima sospecha de que pudiese cambiar en la extrema pequeñez, hasta perder,en ese abismo de división, la noción misma de ley…

Todo eso es ya sólo sueño y humo. Todo eso se ha transformado como elmapa de Europa, como la superficie política del planeta, como el aspecto denuestras calles, como mis camaradas de liceo, los que todavía viven y que, ha-biendo dejado más o menos bachilleres, los vuelvo a encontrar como senado-res, generales, decanos o presidentes, o miembros del Instituto.

Estas últimas transformaciones se podrían haber previsto, pero, ¿las otras?El sabio más grande, el filósofo más profundo, el político más calculador de1887, ¿hubieran podido siquiera soñar en lo que vemos hoy en día, después decuarenta y cinco miserables años? No se concibe siquiera qué operaciones delespíritu, tratando toda la materia histórica acumulada en el 87, habrían podidodeducir del conocimiento, aun el más sabio, del pasado, una idea, aun grosera-mente aproximativa, de lo que es 1932.

Por eso me abstendré de profetizar. Siento demasiado, y lo he dicho en otrolugar, que entramos en el futuro andando hacia atrás como los cangrejos. Esa es,para mí, la más cierta y más importante lección de la Historia, pues la Historiaes la ciencia de las cosas que no se repiten. Las cosas que se repiten, las expe-riencias que se puede rehacer, las observaciones que se superponen, pertene-cen a la Física y, en cierta medida, a la Biología.

Pero no vayan ustedes a creer que es infructuoso el que meditemos en elpasado en lo que tiene de terminado. Él nos muestra, en particular, el asiduofracaso de las previsiones demasiado precisas; y, en cambio, las grandes venta-jas de una preparación general y constante, que, sin pretender engendrar o de-safiar los acontecimientos –los que son invariablemente sorpresas o, bien, que

7. TEXTOS 28/6/01 11:09 Page 108

Page 109: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 0 9

Ttextos

recobrados

generan consecuencias sorprendentes–, permite al hombre maniobrar cuantoantes contra lo imprevisto.

Van entrando ustedes a la vida, muchachos, y se encuentran enfrascados enuna época muy interesante. Una época interesante es siempre una época enig-mática, que apenas si promete reposo, prosperidad, continuidad, seguridad.Estamos en una edad crítica, es decir, en una edad en la que coexisten muchí-simas cosas incompatibles, de las cuales ni unas ni otras pueden ni desapare-cer ni triunfar. Es tan complejo y tan nuevo este estado de cosas que nadie hoypuede jactarse de comprender nada; lo que no quiere decir que nadie se jactede ello. Todas las nociones que dábamos por sólidas, todos los valores de lavida civilizada, todo lo que mantenía la estabilidad de las relaciones internacio-nales, todo lo que mantenía la regularidad del régimen económico, en una pa-labra, todo lo que limitaba muy afortunadamente la incertidumbre del maña-na, todo lo que daba a las naciones y a los individuos alguna confianza en el díade mañana, todo ello es hoy puesto en duda. He consultado todos los augurios(de todas las clases) que he podido encontrar y sólo he escuchado palabras muyvagas, profecías contradictorias, afirmaciones curiosamente endebles. Jamás lahumanidad ha reunido tanto poder con tanto desasosiego, tanta inquietud ytantos juguetes, tantos conocimientos y tantas incertidumbres. La inquietudy la futilidad se reparten nuestros días.

A ustedes les corresponde ahora, queridos muchachos, abordar la existen-cia y, muy pronto, los negocios. Tarea no falta. En las artes, en las letras, en lasciencias, en las cosas prácticas, en la política, en fin, ustedes pueden, debenconsiderar que es necesario volver a pensar todo y reemprenderlo. Va a ser ne-cesario que confíen en ustedes mismos mucho más de lo que nosotros tuvimosque hacerlo. Tienen, entonces, que armar su espíritu; lo cual no quiere decirque baste con instruirse. De nada sirve poseer lo que ni siquiera se sueña enutilizar, en anexar al pensamiento. Existen tantos conocimientos como pala-bras. Un vocabulario restringido, pero con el que se sabe formar numerosascombinaciones, vale más que treinta mil vocablos que no hacen sino estorbarlos actos del espíritu. No voy a ofrecerles consejos. Sólo hay que dar consejosa las personas muy viejas, de lo cual suele encargarse la juventud. Déjenme,sin embargo, rogarles que escuchen todavía una o dos observaciones.

7. TEXTOS 28/6/01 11:09 Page 109

Page 110: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 1 0

Ttextos

recobrados

La vida moderna tiende a ahorrarnos el esfuerzo intelectual como nos aho-rra el esfuerzo físico. Reemplaza, por ejemplo, la imaginación por las imáge-nes, el razonamiento por los símbolos y los letreros, o bien por mecanismos; y,a menudo, por nada. Nos ofrece todas las facilidades, todos los: los atajos máscortos para llegar a la meta sin haber andado el camino. Y eso es excelente; perotambién es muy peligroso. Se combina con otras causas, que no voy a enume-rar, para reproducir –como yo diría– cierta disminución general de los valoresy los esfuerzos en el orden del espíritu. Quisiera equivocarme, pero, desgracia-damente, mi observación se fortalece con aquellas que hacen otras personas.Al haber disminuido la necesidad del esfuerzo físico gracias a las máquinas, elatletismo ha venido muy afortunadamente a salvar y aun exaltar al ser muscu-lar. Tal vez sería necesario reflexionar en la utilidad de hacer por el espíritu loque se ha hecho por el cuerpo. No me atrevo a decirles que todo lo que no exi-ge ningún esfuerzo no es sino tiempo perdido. Pero hay ciertos átomos de ver-dad en esta fórmula atroz.

Y aquí va, finalmente, mi última palabra: la historia, me temo, casi no nosp e rmite prever; pero asociada a la independencia del espíritu puede ayudarn o sa ver mejor. Observen bien el mundo actual y observen a Francia. Su situaciónes singular: es fuerte y es considerada poco amigablemente. Es importante quesólo cuente consigo misma. Y es aquí donde la historia interviene para ense-ñarnos que nuestras querellas intestinas siempre nos han sido fatales. CuandoFrancia se siente unida, no vale la pena emprender nada contra ella.

7. TEXTOS 28/6/01 11:09 Page 110

Page 111: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 1 1

Las elecciones en EE.UU. tienen un tono de normalidad sorprendente para elobservador latinoamericano. Se realizan en un día entre semana que no es fe-riado, y hombres y mujeres piden un breve permiso laboral para ir a votar, aun-que algunos prefieren hacerlo durante su hora de comida. Usualmente, en lamisma noche de la elección o al día siguiente muy temprano se conoce quié-nes ganaron y empieza la transición hasta la toma de posesión del respectivocargo. Sin embargo, el 6 de noviembre de 2000 las cosas dejaron de tener el ca-rácter tranquilo y ritual que las había caracterizado durante las últimas décadas.

El sistema electoral estadounidense es diferente, en varios rasgos centrales,no sólo a la mayor parte de los sistemas utilizados en países donde tienen lugarelecciones periódicamente, también difiere sustancialmente de las caracterís-ticas usuales de todo proyecto de modernización electoral emprendido en lospaíses subdesarrollados en busca de eficiencia y transparencia; proyectos que,en ocasiones, se realizan bajo patrocinio, financiación y asesoría técnica de en-tidades públicas y privadas de EE.UU.

El primero de esos rasgos corresponde a la autoridad electoral. El modelode las democracias originarias, también adoptado generalmente luego de tran-siciones a la democracia, requiere de una institucionalidad electoral que, a par-tir de diversos mecanismos, está configurada de tal modo que cuenta con elmayor grado de autonomía e independencia posible respecto de los partidospolíticos. En EE.UU., las autoridades electorales provienen directamente de lospartidos. En el primer nivel, el de los distritos (counties), la junta electoral (can -vassing board) es integrada por un grupo de personas cuya proveniencia y filia-

Las elecciones e s t a d o u n i d e n s e s:

más pérdidas que ganancias

Luis Pásara

8. VENTANA-1 28/6/01 11:10 Page 111

Page 112: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 1 2

ción políticas son republicanas o demócratas. En el nivel del estado, el secre-tario de estado –persona elegida para el cargo por un gobernador demócrata orepublicano, usualmente en razón de su lealtad política– es quien cert i f i c a enúltima instancia el resultado electoral. Finalmente, cualquier impugnaciónque se plantee en el terreno judicial es competencia del sistema judicial delestado, la mayoría de cuyos integrantes han sido nombrados teniendo a la vistaalgún criterio partidario. Tal origen partidario de la autoridad es un hecho pú-blico y abierto que la ciudadanía considera parte de la normalidad electoral co-rrespondiente a un sistema bipartidario.

En ese sistema debe subrayarse el carácter local de la administración elec-toral. Las elecciones son asunto de cada uno de los cincuenta estados integran-tes del país, todos los cuales tiene leyes electorales propias.

En la heterogeneidad del conjunto, para los efectos de esta elección, desta-ca la diferencia entre las máquinas usadas para votar. Básicamente, en el estadode Florida se emplearon dos tipos de máquinas. En unas, utilizadas durantemuchas décadas en varios estados, el elector coloca la boleta electoral y va mar-cando sus opciones con un instrumento punzante, sobre la base de la cartillaque le antepone. El conteo de las boletas así producidas se confía a máquinasque leen mecánicamente los hoyos de cada boleta. Un segundo tipo de instru-mento de votación, más moderno, permite marcar materialmente, con un lápizespecialmente provisto, las diversas opciones escritas en la boleta. En estecaso, una máquina efectúa la lectura óptica de las marcas producidas.

La precisión de uno y otro sistema no es la misma. En el caso del estado deFlorida las máquinas de lectura óptica identificaron votos con opción por presi-dente en 99.7 por ciento de los votos emitidos; en cambio, las máquinas de lec-tura mecánica identificaron esa opción en 97 por ciento. Esa diferencia estadís-tica, en un estado donde más de diez millones de votos fueron emitidos conresultados muy parejos, resulta significativa. Pero, sobre todo, los resultadosoficiales fueron afectados en razón de la ubicación de uno y otro sistema. Lossectores pobres y habitados por minorías recibieron para votar principalmenteel mecanismo de boletas en las que se hace una incisión, que es leída luegomecánicamente. En cambio, el mecanismo de marcar que es leído ópticamen-te fue usado por los sectores más prósperos, anglosajones. Dado que el voto

8. VENTANA-1 28/6/01 11:10 Page 112

Page 113: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 1 3

por Gore o Bush se hallaba marcadamente diferenciado según el origen étnicoy la ubicación social y económica, el voto por Gore –de 92 por ciento de los ne-gros, dos tercios de los hispanos y mayoritario entre quienes ganan anualmentemenos de US$ 50 000– fue menos reconocido que el voto por su oponente.

Las máquinas en las que el elector debe efectuar una incisión en su boletad i e ron lugar a discusiones interminables sobre “la intención del elector” –crite-rio adoptado por la ley de Florida– en los casos donde la boleta tenía la casillaparcialmente desprendida (indented chad), o lucía abultada pero no desprendi-da (pregnant chad) o apenas marcada (dimple chad). De allí también la impugna-ción formulada en uno de los distritos del estado respecto de la boleta “mari-posa”, que confundía al elector de Gore al inducirlo a marcar la casilla de otrocandidato (Pat Buchanan), quien recibió en las boletas de ese distrito una pro-porción insólitamente alta de votos.

La tercera característica disonante del sistema es el uso del colegio electo-ral para la elección presidencial, en vez del voto popular o el voto parlamen-tario, que son las dos vías utilizadas en los demás países del mundo donde serealizan elecciones. En EE.UU. subsiste un mecanismo adoptado histórica yconstitucionalmente para que los estados de menor población no vean conver-tida en irrelevante su participación en la elección del presidente. Esta suertede compensación introduce otra heterogeneidad en el sistema: el elector porel que vota un ciudadano –para que aquél vote, a su vez, por uno u otro candi-dato presidencial– no representa un número de ciudadanos equivalente. Enlos estados más pequeños, un elector representa una ciudadanía hasta cuatroveces mayor que la correspondiente en los estados más grandes.

A esta discrepancia del sistema hay que sumar otra: en sólo unos cuantosestados, los electores son asignados en proporción a los votos emitidos; en lamayoría, aun cuando el ganador en el estado obtenga en la votación popular unsolo voto favorable de diferencia, tiene derecho a que todos los electores delestado sean suyos (the winner takes all). Los dos últimos factores han producidoen 2000 la tercera elección en la historia del país en la que el voto popular seinclina por un candidato, mientras que el voto del colegio electoral es ganadopor el otro. Con algo más de 500 000 votos en su favor, Gore perdió la elecciónen el colegio electoral por tres votos.

8. VENTANA-1 28/6/01 11:10 Page 113

Page 114: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 1 4

EL PAPEL DE LAS CORTES

En EE.UU., como en casi todo régimen democrático, cualquier decisión o reso-lución administrativa puede ser impugnada ante un juez. Al día siguiente dela elección apareció en debate la cuestión de cuáles de los problemas surgidosen Florida podían ser llevados ante las cortes.

El 4 de diciembre, el juez Sanders Souls –demócrata muy cercano a promi-nentes republicanos– falló en contra del pedido de Gore para que se efectuaseun recuento manual, en todo el estado de Florida, de aquellas boletas que, se-gún las máquinas, no registraban opción presidencial.

Visto el asunto en apelación por la Corte Suprema de Florida (en adelante,C F) –integrada por seis jueces, de un total de siete, nombrados por gobern a d o re sdemócratas–, ésta decidió proceder judicialmente al recuento sobre la base deque “las leyes electorales buscan facilitar el derecho de sufragio y que [en conse-cuencia] deben ser interpretadas [c o n s t ru c t e d] en favor del derecho de los ciuda-danos a votar”. Para ello estableció un mecanismo no previsto en la ley: or-ganizó al personal judicial necesario y responsabilizó a algunos jueces de sus u p e rvisión. Bush interpuso de inmediato un recurso ante la Corte Suprema (C S) .

La CS había conocido ya un primer recurso de Bush encaminado a bloquearla decisión de la CF. La CS aceptó el recurso, para sorpresa general, pero se limi-tó a solicitar a la CF que precisara si el fundamento de su decisión era consti-tucional o tenía su base en las leyes del estado. Esta postura de la CS resultabaambigua respecto de la competencia federal sobre un asunto electoral y, proba-blemente, expresó una transacción precaria entre sus miembros.

Cuando se planteó el segundo recurso de Bush, hubo decisión provisionalde la CS de suspender, el día 9 de diciembre, el recuento ya iniciado en Floridabajo orden y control judicial. Pero la decisión final, hecha pública en la nochedel 12 de diciembre, resultó desconcertante. De una parte, devolvía a la com-petencia de la CF la organización del recuento de votos, pero le indicaba quedebía establecer criterios uniformes para la interpretación de la voluntad delelector, bajo el derecho constitucional de “protección igual” invocado por losabogados de Bush. De otra, tomaba el mismo 12 de diciembre como fecha finalpara el recuento –dado que, de acuerdo con la ley, ese día debían reunirse los

8. VENTANA-1 28/6/01 11:10 Page 114

Page 115: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 1 5

electores en cada estado para emitir sus votos– y declaraba imposible efectuarel recuento. La primera decisión fue tomada por una mayoría de siete a dos;en cambio, la segunda fue adoptada por cinco de los nueve jueces: los cincojueces nombrados en periodos republicanos.

A la sorpresa inicial siguieron las impugnaciones. El 13 de enero, una pági-na entera de The New York Times publicó la protesta formal de 544 profesoresde 120 facultades de Derecho contra la ruta adoptada por la CS.

El juez Breyer (votante de la minoría) precisó que consideraba la decisiónmayoritaria “no sólo legalmente equivocada sino también desafortunada”, ehizo notar que el problema de tiempo en Florida –que para la mayoría justificóla cancelación de todo recuento– fue, “en una proporción significativa, creadopor la propia Corte [Suprema]”. Breyer añadió:

Sobre todo, en este asunto altamente politizado, la aparición de una decisión divi-

dida corre el riesgo de minar la confianza pública en la Corte misma. Esa confian-

za es un tesoro público. Ha sido construido lentamente en muchos años, algunos

de los cuales fueron marcados por una guerra civil y la tragedia de la segregación.

Es un ingrediente vitalmente necesario de cualquier esfuerzo exitoso para prote-

ger las libertades básicas y, en verdad, el estado de derecho mismo [...] Nos arries-

gamos a una herida por mano propia, una herida que puede dañar no sólo a la Corte

sino a la nación.

George W. Bush es el 43o. presidente de EE.UU. Así lo reconoció, finalm e n-te, el candidato demócrata Al Gore en términos tan claros como cuidadosos:

Ahora la Corte Suprema de Estados Unidos ha hablado. No hay lugar a duda algu-

na. Al tiempo de que discrepo enérgicamente de la decisión de la Corte, la acepto

[...] Es hora de reconocer que aquello que nos une es más grande que lo que nos

divide. Esta es América y nosotros ponemos al país por delante del partido. Perma-

neceremos juntos detrás de nuestro presidente.

¿Estará afectado por una crisis de legitimidad? Repasemos los hechos obje-tivos. En términos oficiales, Bush ganó por un voto en el colegio electoral, algo

8. VENTANA-1 28/6/01 11:10 Page 115

Page 116: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 1 6

que no había ocurrido en 125 años, y ganó la presidencia sin haber ganado elvoto popular, lo que no había ocurrido en 112 años. Según las propias cifras ofi-ciales, los 25 cruciales votos electorales de Florida los ganó por una diferenciade 0.009 por ciento del total de votos emitidos en el estado. Y el comporta-miento republicano durante las cinco semanas aciagas estuvo claramente orien-tado por el deliberado propósito de impedir que se recontaran los votos cues-tionados que, al fin y al cabo, son la única fuente legítima del poder.

¿Hay o no hay un problema? “La ilegitimidad nubla su presidencia”, pro-clamó Jessie Jackson, quien comparó la elección de George W. Bush con vota-ciones organizadas por Slobodan Milosevic en Serbia. “La legitimidad provie-ne del consenso de los gobernados, y él [Bush] carece de ese factor”, concluyó.El reverendo Jackson tuvo un lugar destacado y agresivo entre los impugna-dores de la elección hasta que debió desaparecer de la escena pública, comoconsecuencia de la denuncia que le imputó haber tenido una hija fuera de ma-trimonio, hecho que él admitió posteriormente.

Desde el mundo de los intelectuales, la postura más radical fue la de JohnK. Galbraith. Refiriéndose a la elección como un “crimen del que todos noso-tros somos testigos, con nuestros propios ojos”, Galbraith ha anunciado respec-to de los ganadores:

No me reconciliaré con ellos. Perdieron la elección. Se las arreglaron entonces para

obstruir la cuenta de votos. No merecen estar ahí y eso lo cambia todo. Se han

ganado nuestra falta de respeto cívico y eso es lo que el pueblo debería propinarles.

En términos sociales, la falta de respeto cívico significa que la ilegitimidad de este

gobierno no debe perderse de vista.

Bajo estándares latinoamericanos, Bush sería un presidente cuya legitimi-dad como tal estaría permanentemente en tela de juicio y, en consecuencia, nosólo su capacidad para gobernar resultaría severamente limitada, sino que enla opinión pública saldría a relucir periódicamente la pregunta de “¿cuándo re-nuncia?”. La cultura política estadounidense es muy distinta. Durante la largaespera posterior a la elección, las encuestas revelaron que cuatro de cada cincoentrevistados decían esperar con paciencia el desenlace y estar dispuestos a

8. VENTANA-1 28/6/01 11:10 Page 116

Page 117: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 1 7

aceptarlo. Pese a los miles de manifestantes que perturbaron la toma de pose-sión el 20 de enero –como no ocurría desde los tiempos de la guerra de Viet-nam–, no existe un cuestionamiento frontal a Bush, ni de parte de la opiniónpública ni desde las posiciones de poder bajo control demócrata. Obsérveseque la masiva comunicación de los profesores de derecho responsabiliza a la CS

pero no objeta al nuevo presidente.Puede ser que cuente decisivamente el respeto a la institucionalidad del

sistema, desde el cual se considera este resultado un mal menor frente a unahipotética ruptura. Tal vez en la aceptación haya un componente de pasividade incluso de indiferencia ante la cosa pública, que está en la base de la alta abs-tención electoral. Finalmente, es posible que este tipo de crisis, al resolverseen EE.UU. de un modo distinto al latinoamericano, abone una serie de reformasdel sistema electoral, como sostienen y proponen muchos expertos.

No es sencillo cambiar el sistema electoral. Si bien existe una ComisiónElectoral Federal (Federal Electoral Commission), su campo de acción está su-mamente restringido en cuanto que carece de autoridad para disponer cambiosy debe limitarse a auspiciarlos mediante la entrega de fondos federales. Debi-do a que la cuestión electoral es responsabilidad de cada estado, probablemen-te se introduzcan modificaciones para mejorar y modernizar la maquinaria–hasta Jeff Bush, el hermano gobernador, ha dicho que es necesario hacerlo–,pero resulta muy difícil que los diversos procedimientos existentes vayan haciauna estandarización.

La crisis del sistema electoral probablemente desemboque en algunoscambios de procedimientos. Mientras tanto, si bien Bush no parece enfrentaruna crisis de legitimidad, es posible que –con un origen electoral carente deuna mayoría popular que lo respalde– encuentre, más allá de sus propias limi-taciones, serias restricciones para gobernar. Téngase presente que el Senadoestá dividido en dos mitades partidarias iguales, y que en temas como la refor-ma del sistema de financiación de los partidos –a la que el núcleo alrededor delnuevo presidente se opone tenazmente–, los demócratas coinciden con un sec-tor republicano moderado; en este caso, con el senador John McCain, que enenero anunció que sacará adelante los cambios legales necesarios para que losgrupos de interés influyan menos en la política mediante la financiación de las

8. VENTANA-1 28/6/01 11:10 Page 117

Page 118: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 1 8

campañas de los candidatos. De otra parte, el proceso de confirmación delgabinete propuesto por Bush al Senado muestra tanto la incapacidad del nuevogobierno para procurarse una base bipartidaria como la decisión opositora,mayoritaria entre los demócratas, de concederle no mucho margen de juego alpresidente.

De otra parte, la batalla poselectoral ha mostrado plenamente la importan-cia –en organización, recursos y capacidad de presión– de los sectores ultrade-rechistas. Este es un fenómeno crecientemente desarrollado a lo largo de lasdos últimas décadas y que, debido a sus distintas vertientes, fue poco conside-rado en conjunto hasta la reciente campaña electoral. Probablemente sus orí-genes fueron de inspiración religiosa y su primer motivo fue la liberalizacióndel aborto, permitido en 1973 por una decisión clásica de la Corte Suprema(Roe vs. Wade). En todo el país se instalaron entonces grupos de defensa del de-recho a la vida (pro-life movements) que constituyeron la primera vertiente de laorganización de la extrema derecha. Sus militantes encontraron sucesivamenteotros temas en torno de los cuales más ciudadanos conservadores se agruparon:combate a las cuotas en favor de minorías (affirmative action), reclamo de underecho a rezar en las escuelas públicas –que se prohíbe con base en la separa-ción entre iglesias y Estado–, defensa del inglés como único idioma oficial, am-plia aplicación de la pena de muerte, derecho irrestricto a adquirir y portararmas, reducción del gobierno federal y rebaja de impuestos, entre otros. Alre-dedor de estos diversos temas confluyeron gentes con diferentes motivacio-nes, desde sureños que añoran la confederación derrotada en la Guerra Civilhasta grupos declaradamente racistas que proclaman la “superioridad aria”.

Los métodos utilizados por esta extensa red de organizaciones conservado-ras son muy variados. La gama va desde el lobby tradicional en el Congreso paraproducir reformas legales y la financiación de campañas de candidatos de de-recha radical, hasta la violencia utilizada por grupos extremistas –algunos delos cuales atacan clínicas y asesinan médicos practicantes de abortos–, incluidoel que en abril de 1995 colocó una poderosa bomba en un edificio federal enOklahoma. Una muestra emblemática de su capacidad de movilización, mino-ritaria pero poderosa, fue la acusación constitucional contra el presidenteClinton, derivada del caso Lewinsky.

8. VENTANA-1 28/6/01 11:10 Page 118

Page 119: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 1 9

Estos diferentes grupos buscan tocar las fibras más conservadoras de la di-versidad estadounidense. Sus militantes son, por lo general, blancos, sureños,y viven predominantemente en áreas rurales o en ciudades pequeñas. Consti-tuían aquello que en los años setenta Richard Nixon –en un cuadro en el queeran los grupos de izquierda los que se dejaban oír en el país– dio en llamar “lamayoría silenciosa”.

Resulta claro tanto que no es mayoría como que hoy no es silenciosa. Laacusación constitucional contra Clinton mostró hasta qué punto la organizaciónconservadora había tomado posiciones importantes en el Partido Republicano,de modo que pudo controlar sus decisiones sobre el tema. Las elecciones de2000 trajeron otra muestra privilegiada, en el esfuerzo concertado por desca-balgar de la Casa Blanca a los demócratas liberales –llamados “extremistas deizquierda” por los ideólogos conservadores–. Se produjo entonces una movili-zación más o menos organizada que, con base en un grueso financiamiento,tomó parte activa en la campaña y, luego, en el periodo poselectoral. A las de-mandas demócratas para el recuento de votos, el lenguaje destemplado de losactivistas de Bush respondió con gritos de: “Nos están robando la elección”.

George W. Bush es una figura que diversos sectores de este vasto movi-miento conservador consideran disponible. La similitud con Ronald Reagan–un símbolo ejemplar para los conservadores– resulta inevitable. En el caso deBush, su condición de hijo, con el mismo nombre, de quien fuera presidenterepublicano, le dio una ventaja de partida que fue hábilmente utilizada. Sufalta de contenidos es percibida positivamente por los grupos más conservado-res, que esperan proveerlos y ejercer una dura presión sobre las estructuras in-ternas del partido, y desde fuera de él, para ver realizadas sus exigencias. Ladesignación de John Ashcroft como fiscal general fue una de las primeras.

P.D. ¿QUÉ ESPERAR?

En medio de un cuadro económico recesivo, las tensiones sociales probable-mente se agudicen en EE.UU. durante los próximos cuatro años. El presidenteBush está ahora frente al dilema de llevar a cabo las reformas regresivas queexigen sus bases mejor organizadas –a las que, en cierta medida, debe su nue-

8. VENTANA-1 28/6/01 11:10 Page 119

Page 120: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 2 0

vo empleo– o hacerse cargo de los términos políticos en los que ha llegado a lapresidencia y girar hacia el centro en busca de cierto nivel de consenso. Comosugieren sus designaciones para el gabinete y sus primeras medidas, está in-tentando lo primero; un ejemplo claro está en la propuesta de recorte fiscal.Pero es posible que la realidad política lo lleve luego a lo segundo. Ambas op-ciones tienen precios altos a pagar, en términos de eficacia y de gobern a b i l i d a d .

En cuanto a América Latina, el efecto principal del reciente capítulo elec-toral probablemente consista en una devaluación del rol jugado por EE.UU. enla defensa del sistema democrático. Pese a sus inconsistencias, Washington hadesempeñado en los últimos años un papel decisivo al evitar un golpe de es-tado en Paraguay y al precipitar la caída de una dictadura civil-militar en Perú.Luego de la elección de 2000, la voz estadounidense en la promoción de elec-ciones libres quizá sonará enronquecida y, cuando se oiga, recibirá respuestasirónicas –como han anticipado los titulares burlones de muchos diarios en la re-gión– o simples desplantes.

Internamente, sin embargo, los primeros dos meses de gobierno de GeorgeW. Bush sugieren que su legitimidad no está en cuestión y que, cuando menosde momento, la controversia electoral quedó en el pasado. Es posible que sólosi la presidencia de Bush fuera cuestionada severamente por su gestión, eltema de una elección controvertida volvería a cobrar importancia.

Que la controversia electoral quede atrás no significa que estas eleccionesno dejen huella. Un efecto duradero, y positivo, de las elecciones de 2000 se-guramente será la modernización de los sistemas de votación, que ya está enmarcha. En cambio, el principal costo de ellas tal vez sea pagado en términosde la legitimidad institucional de los tribunales.

8. VENTANA-1 28/6/01 11:10 Page 120

Page 121: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 2 1

En los armarios de Europa

hay fantasmas

El anticomunismo, como el antifascismo, no es suficiente para garantizar lahonestidad de una persona. La vieja mentira sobre la honestidad de los comu-nistas que hicieron el arreglo de cuentas con el fascismo es reemplazada hoypor la nueva mentira de los anticomunistas que hacen el arreglo de cuentas conel comunismo.

Mientras tanto, la vida nos enseña que prever el pasado es tan difícil comopredecir el futuro. Cuando analizamos los debates que se desarrollan en tornode los acontecimientos del pasado que estremecieron a la humanidad tenemosla sensación de que los fantasmas de ayer siguen muy vivos y participan ennuestras controversias de hoy.

La detención de Augusto Pinochet reabrió la polémica en torno a la guerrafría, a los límites de la soberanía, al conflicto que existe entre la lógica de la jus-ticia y la lógica del compromiso.

Las limpiezas étnicas organizadas por el régimen de Slobodan Milosevic enKósovo y, luego, la intervención militar de la Alianza Atlántica reavivaron apa-sionadas polémicas sobre los límites de la soberanía y el derecho a una injeren-cia humanitaria.

La sangrienta guerra de Chechenia, provocada por la irrupción de un grupoarmado de Shamil Basáyev en Daguestán, planteó nuevamente el problema dela existencia de dos raseros diferentes: el que aplica la opinión pública mun-dial a los pequeños y débiles y el que emplea con los grandes y fuertes. Un ra-sero se utilizó en el caso de Serbia, otro se está empleando en el de Rusia.

Adam Michnik

9. VENTANA-2 28/6/01 11:11 Page 121

Page 122: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 2 2

Por último, el escándalo más reciente: la participación en el gobierno deAustria del Partido de la Libertad del populista austriaco Jörg Haider, un polí-tico que utiliza un lenguaje muy parecido al de los nazis.

Los pueblos suelen embellecer su propio pasado y afear el de los enemi-gos. Mucho más cómodo es sentirse víctima que verdugo. Por eso solemos es-conder en los rincones de la memoria las injusticias que cometimos con otros,pero mantenemos siempre a mano el recuerdo de las que cometieron otros connosotros. Esa suele ser precisamente la venganza de los fantasmas que estánguardados en los armarios de Europa.

Por eso es mucho mejor hablar del pasado pensando en el futuro que con-formar el futuro con los ojos puestos en el pasado. El primer esquema propiciala adopción de compromisos, como lo demuestran las relaciones polaco-ucra-nianas. Las alternativas son conflictos tan sangrientos como los de Yugoslaviay el Cáucaso.

La memoria nacional polaca tiene en su armario dos fantasmas: el naciona-lista y el clasista. El primero se relaciona con el antisemitismo, cadáver que si-gue desenterrado porque nunca se consiguió hacer un auténtico y profundoajuste de cuentas con el odio antijudío. Ahora bien, aunque el antisemitismono fue en Polonia un fenómeno marginal sino un importante elemento de lacorriente nacionalista, fuerte en el escenario político de antes de la segundaguerra mundial, jamás fabricó colaboracionistas, como sucedió con los nacio-nalistas franceses durante la ocupación hitleriana. Por el contrario, entre los na-cionalistas polacos hubo muchos heroicos combatientes de la resistencia anti-fascista, que después de la guerra fueron encarcelados, torturados e inclusoasesinados por los comunistas. ¿Cómo arremeter contra aquellos hombres porsu antisemitismo si la dictadura los perseguía y castigaba?

De la dictadura comunista se puede decir que funcionó como una especiede congelador, el cual permitió que se conservasen intactos las ideas y los sen-timientos nacionalistas de antes de la segunda guerra mundial. Cuando se res-tauró la democracia retornaron al escenario político las viejas agrupaciones queveían con buenos ojos el totalitarismo, aunque no el de signo comunista. Lospartidarios de aquellas viejas agrupaciones reaparecieron como adversarios delrégimen comunista, etiqueta que los presentaba como combatientes por la in-

9. VENTANA-2 28/6/01 11:11 Page 122

Page 123: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 2 3

dependencia y la libertad. Podían estar muy cerca de la ideología fascista, perocomo se oponían al comunismo parecían ser buenos. En el pasado fue el comu-nismo el que consiguió la etiqueta de la bondad, pues contribuyó fuertementeal aplastamiento del fascismo. Hoy, al contrario, se considera bueno todo loque es anticomunista. Sin embargo, de la misma manera que ayer la opiniónpública veía en el fascismo el mal absoluto y no quería pensar en el terror y lacrueldad del Gulag, en los millones de víctimas y en la política expansionistade Stalin, hoy se trata como mal absoluto el comunismo, se glorifica todo tipo deanticomunismo, se olvida que Adolfo Hitler también fue un anticomunista sin-gularmente rabioso.

Al segundo cadáver tampoco se le ha dado sepultura, porque aún no se hahecho el arreglo de cuentas definitivo con la dictadura comunista. Sin embarg o ,ha llegado el momento de decir toda la verdad sobre su teoría e historia, sobresu doctrina y su práctica; el momento de los hechos, de los documentos y de lostestimonios de las víctimas. También ha llegado el momento de reflexionar so-b re la utopía comunista que permitía creer en la posibilidad y conveniencia dec o n s t ruir por la fuerza un mundo de igualdad y justicia, libre de conflictos. Porúltimo, ha llegado el momento de decir la verdad sobre la dictadura del pro l e t a-riado y el papel rector del partido, pero también sobre el conformismo colecti-vo que hizo posible que el totalitarismo comunista durase tanto tiempo.

No es fácil eliminar del presente los fantasmas del pasado, porque los resu-cita constantemente la lucha por el poder y por el dominio sobre la memoria.Lo demuestran dos mecanismos: el de la descomunistización y el de la verifica -ción. El verdadero objetivo de quienes proponen la descomunistización es ex-cluir a la gente de la antigua nomenklatura de la vida normal, pero no porquecometieron delitos sino porque fueron miembros del aparato comunista. Ladescomunistización ha de servir, pues, de pretexto para despojar a parte de losciudadanos de sus derechos y libertades, y al conjunto del electorado de la po-sibilidad de decidir libremente cuál ha de ser la composición del parlamento.

El mecanismo de la llamada verificación tiene como fin desenmascarar a losantiguos agentes y confidentes de la policía comunista. El problema consisteen que el mecanismo se basa en los documentos que fabricaron los serviciossecretos comunistas durante años contra los ciudadanos. Hoy, los papeles fabri-

9. VENTANA-2 28/6/01 11:11 Page 123

Page 124: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 2 4

cados por la policía de la dictadura se emplean para valorar el comportamien-to de gente honesta; son los ex policías comunistas con sus declaraciones quie-nes certifican si alguien fue honrado o no. ¿Pudo una mente sana imaginar algomás enfermizo?

Las mentiras siempre generan mentiras. En el último decenio, la ideologíay la práctica comunista fueron sometidas a una crítica despiadada. Pero el co-munismo moribundo pudo reaccionar de dos maneras. La primera era aceptarlas reglas de la democracia y de la economía de mercado y crear nuevas agru-paciones políticas integradas por personas con biografías parecidas y con elmismo temor a la descomunistización. Esas agrupaciones –como sucedió en Po-lonia y Hungría– optaron por un pragmatismo tan marcado que linda con el ci-nismo. A esas agrupaciones les interesan las técnicas del marketing y no las dis-cusiones sobre el pasado, que definen como “tema aburrido e insignificante”.Esa gente respeta las reglas democráticas pero con su actitud priva a la demo-cracia de ese importantísimo contenido que es la reflexión sobre el pasado. Sinla verdad sobre el pasado, la democracia se ve atacada por el virus de la corrup-ción espiritual y material.

Pero el comunismo moribundo pudo buscar refugio también en otra reali-dad, en la nacionalista y populista. El imperialismo ruso promovido por Ziugá-nov y el chovinismo serbio de Milosevic son otras caras del comunismo recon-vertido, su cara imperialista o nacionalista.

Augusto Pinochet volvió a plantear el problema de cómo salir de una dicta-dura. ¿Hay que buscar esa justicia que muchos de sus adversarios definencomo revancha o, por el contrario, hay que tratar de alcanzar la reconciliación,que los críticos consideran muy peligrosa porque impide distinguir entre elbien y el mal? Los primeros dicen que a la gente del régimen anterior hay queeliminarla de la vida política con ayuda del Código Penal. Los segundos creenque esa gente tiene que ser incorporada al sistema democrático. Por eso los pri-meros quieren montar algo parecido al Tribunal de Nuremberg, mientras quelos segundos prefieren el entendimiento y la reconciliación. Los primeros sue-ñan con algo similar a la desnazificación llevada a cabo en Alemania Occidentaldespués de la segunda guerra mundial, mientras que los segundos se sientenfascinados por la transición democrática de España.

9. VENTANA-2 28/6/01 11:11 Page 124

Page 125: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 2 5

Pero la detención de Pinochet puso en un aprieto a unos y otros, porque enlos tiempos de la dictadura comunista la oposición interpretaba la opresión delrégimen de dos maneras: unos condenaban el comunismo porque era un régi-men opresor, mientras que los otros condenaban la opresión porque era comu-nista. Para ellos Pinochet, que derrocó a un gobierno legal con ayuda de ungolpe de estado militar y seguidamente implantó una dictadura sangrienta, esun héroe de la cruzada anticomunista que hay que admirar y adorar, aunquesus actos provocaron miles de muertes.

Los otros decían: “El comunismo es un mal terrible, pero no por el proyec-to filosófico que promueve, sino por el carácter inhumano de los métodos deopresión que utiliza. Rechazamos, pues, el comunismo no por sus leyes dialéc-ticas ni por su materialismo histórico, sino porque torturaba a la gente, y las tor-turas son inadmisibles independientemente de la justificación que se les dé”.Pero si las torturas y los asesinatos son inadmisibles y dignos de la más firmecondena, lo son también cuando se llevan a cabo bajo la bandera de la luchacontra el comunismo. Y es que no hay asesinatos ni torturas de derechas o deizquierdas, progresistas o reaccionarios. Todos los asesinatos y todas las tortu-ras se merecen la más firme y enérgica condena.

Se puede decir, pues, que la polémica en torno de Augusto Pinochet surgióen Polonia ya en el momento en que ese general dio su golpe. Su detención enLondres actualizó una vez más el problema. Sus partidarios afirmaron que suarresto era una venganza de la conspiración del comunismo mundial por su he-roica lucha contra los marxistas. Sus adversarios aseguraban que al fin se habíahecho justicia y el sanguinario dictador sería juzgado por sus crímenes. Es cu-rioso que los partidarios de Pinochet no quisieran oír hablar de la gente tortu-rada y rechazaban su dolor y sufrimientos. Por su parte, los acusadores de Pino-chet no exigían que se encarcelase a Fidel Castro, otro dictador con crímenesy víctimas en su conciencia.

A esa polémica se incorporaron los partidarios de una tercera visión delmundo que consideraban que no había que castigar al verdugo. Los partidariosde esa concepción eran enemigos de toda dictadura, tanto de la comunistacomo de la anticomunista. Eran, no obstante, conscientes de que las razonespolíticas chocaban con los argumentos jurídicos y, con frecuencia, también con

9. VENTANA-2 28/6/01 11:11 Page 125

Page 126: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 2 6

las razones morales. Había que responder a la pregunta de qué era más moral:hacer justicia aunque surgiese el peligro de una nueva guerra civil u optar porla paz social renunciando a la justicia. Los partidarios de esa última concepciónseñalaban que tanto en Chile como en Polonia había que optar por la reconci-liación. Ahora bien, la reconciliación y la amnistía no pueden imponer la amne-sia. El entendimiento basado en el compromiso no tiene que acarrear por fuer-za la falsificación de la historia ni la justificación de los crímenes.

La pregunta principal era entonces: ¿quién justificaba los crímenes? ¿Losque dicen que es mejor aplicarle a Pinochet la amnistía que provocar un nuevoconflicto o aquellos que afirman que el general chileno no fue un criminal sinoun héroe de la cruzada anticomunista?

La experiencia de los Balcanes demuestra que las víctimas se contagiantambién con el odio de los verdugos, con su mentalidad y su comportamiento.Hoy, el histérico nacionalismo albanés es un peligro no solamente para los en-claves serbios en Kósovo que son agredidos, sino también para los albanesesde mente independiente que no quieren someterse a las consignas coreadaspor las multitudes: “Kósovo para los albaneses” y “Fuera los serbios”.

Ahora bien, ¿por qué se emplean dos raseros diferentes? ¿Por qué la comu-nidad internacional castiga a los serbios por actos mucho menos drásticos quelos que comete Rusia en Chechenia? Algunos tratan de justificar la interven-ción indicando que la provocó la agresión de Basáyev a Daguestán, que enChechenia puede repetirse el caso de Afganistán –país que, abandonado porlos rusos, cayó en manos de los musulmanes más fanáticos–, y que en el Cáu-caso se multiplican los actos de terrorismo, los secuestros y los asesinatos. Esosargumentos, así como el espanto que sienten los dirigentes rusos ante el peli-gro de la desintegración de la Federación Rusa, no pueden justificar la masacreque se está llevando a cabo en Chechenia.

Hay que confesar con honestidad que, aunque no es cierto que Occidenteguarda silencio, efectivamente se aplican dos raseros diferentes. La política in-ternacional nunca fue una actividad de moralidad inmaculada, sino la búsque-da de un compromiso entre lo moral y lo posible. Las razones morales justifi-can plenamente la intervención humanitaria en Kósovo, una intervención quela realidad hizo posible. Otro es el caso de Rusia, porque nadie en el mundo se

9. VENTANA-2 28/6/01 11:11 Page 126

Page 127: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 2 7

atrevería a hablarle con el lenguaje que utilizó la OTAN en Kósovo. Así pues,Occidente tiene un problema muy difícil: respaldar la coja y corrupta democra-cia rusa o apoyar a sus enemigos étnicos, que quieren construir no solamenteun Estado chechenio independiente, sino un Estado islámico que sería enemi-go de Rusia.

Para los pueblos de Europa central y del este, la guerra de Chechenia esuna clara advertencia de que hay que hacer todo cuanto sea posible para queRusia no busque en el lenguaje que emplea en Chechenia la solución de losconflictos naturales que pueda tener con sus vecinos, porque ese lenguaje esel de la muerte.

La actitud frente a la política rusa en Chechenia sirvió de argumento en eldebate sobre las sanciones de la Unión Europea (UE) contra Austria. El éxitoelectoral del Partido de la Libertad, de Jörg Haider, fue la piedra que provocóel alud. Austria se siente injustamente castigada. La democracia austriaca, unademocracia opulenta, no se siente amenazada por Haider. ¿Por qué los austria-cos no pueden votar por Haider, si se permite a los franceses que voten por LePen y a los italianos que formen gobiernos con la participación del fascistoidede Fini? ¿Por qué se acepta que los comunistas franceses e italianos participenen las coaliciones gubernamentales en sus países, pero se rechaza que puedahacer lo mismo el partido de Haider? ¿Europa se ha vuelto loca? ¿Por qué estan condescendiente con Rusia y tan dura con Austria?

Esas preguntas son correctas, pero también pueden formularse otras: ¿no esAustria la que se ha vuelto loca? ¿Por qué los austriacos le dieron tantos votosa Haider? ¿Por qué la Democracia Cristiana formó coalición con ese político?

Con esas preguntas entramos en un terreno muy difícil y lleno de trampas.Durante treinta años Austria estuvo gobernada por una coalición rojinegra queera una especie de partido único formado en teoría por dos agrupaciones políti-cas. Las elecciones en Austria eran democráticas, pero los austriacos nada po-dían cambiar. Los votos dados a Haider fueron votos de protesta contra la eter-na coalición, votos a favor del cambio. Haider no es un nazi y no es el anunciode una dictadura nazi. Es un político hábil, un populista y un manipulador.Austria quería el cambio y el partido de Haider resultó ser el único instrumen-to eficaz para conseguirlo. Pero ¿es un buen instrumento?

9. VENTANA-2 28/6/01 11:11 Page 127

Page 128: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 2 8

Hay países que, en ciertas materias, tienen derecho a menos que otros. Porejemplo, Estados Unidos no puede consentir un lenguaje que recuerde la se-gregación racial. En Francia no está permitido burlarse del holocausto. En Po-lonia son inconcebibles las burlas a la religión católica y la utilización del anti-semitismo como arma.

Austria también tiene derecho a menos, porque todos recordamos el escán-dalo que se armó en torno de Kurt Waldheim. Hay que admitir, pues, que Aus-tria no debe tener complejos, pero sí tiene motivos para comportarse con mu-cha prudencia. Que no se olviden en Austria de que en ese país el nazismo nofue un fenómeno importado. Y esa es precisamente la causa primaria de la hi-persensibilidad de los políticos europeos, exagerada e injusta, pero previsible.

Queda la pregunta de por qué Occidente es menos condescendiente conHaider que con los comunistas o postcomunistas. Es cierto que Hitler y Stalinfueron criminales y que sus crímenes fueron comparables, pero no hay que ol-vidar que la Unión Europea nació de una realidad antifascista. Fue la derrotade Hitler la que dio vida a la idea de la integración europea. Nadie puede ne-gar que los partidos comunistas formaron parte del frente antifascista. Además,tras la caída del comunismo soviético y la desintegración de la Unión Soviética,la ideología comunista es un cadáver bien muerto.

El caso de Haider ilustra muy bien los problemas que tiene Europa con suhistoria. Es también un aviso importante para todos los países del continente:los que votan por políticos que, como Haider, utilizan el lenguaje de la xeno-fobia, la demagogia y la condescendencia con el fascismo, condenan a su Esta-do a ser despreciado por otros países democráticos y por las instituciones de laUnión Europea.

La democracia europea nace de dos premisas fundamentales, que son elrespeto de los derechos humanos, basado en el parlamentarismo y en el respe-to de los derechos de todas las minorías, y la aceptación de la economía de mer-cado que genera la clase media, factor que garantiza la estabilidad social. Al-guien dijo que el matrimonio de la democracia con la economía de mercado nonació del amor, sino del sentido común. Esos matrimonios suelen ser muy du-raderos, aunque sin amor; es decir, sin valores axiológicos no pueden ser garan-tizados ni protegidos por el Código Penal.

9. VENTANA-2 28/6/01 11:11 Page 128

Page 129: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 2 9

Hemos comenzado un nuevo milenio liberados de la fe en que hay verda-des absolutas y recetas perfectas. Tenemos fe, no obstante, en el orden demo-crático, aunque inestable y siempre en peligro. Tenemos fe en que podemosdefender el orden democrático. Consideramos que el diálogo tiene más virtu-des que la violencia, aunque esta última se esconda detrás de los argumentosmás nobles.

9. VENTANA-2 28/6/01 11:11 Page 129

Page 130: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 3 0

ENCUENTRO Y ALTERIDAD

Rebeca Inclán

Bokser Liwerant, Judit, y Alicia Gojman de Backal(coords.), Encuentro y alteridad. Vida y cultura ju -

día en América Latina, compilación de Hellen B.Soriano, México, Universidad Nacional Autónomade México, Universidad Hebrea de Jerusalén, Aso-ciación Mexicana de Amigos de la Universidad deTel Av i v, Fondo de Cultura Económica, 1999, 758 p.

La LAJSA (The Latin American JewishAssociation) se fundó en 1982, abocándoseal estudio del judaísmo latinoamericano.Su V I I I C o n f e rencia Internacional de Inves-tigación dio como resultado este libro, quemuestra un amplio panorama de la presen-cia judía a lo largo de la geografía y a travésdel tiempo.

El encuentro y desencuentro con el“otro”, en la reconstrucción histórica de losocial, es el hilo conductor de esta obra, in-tegrada por cerca de cincuenta trabajos quea b o rdan una gran cantidad de temas: Histo-ria Colonial, Inmigración, Segunda GuerraMundial, Identidad, Estudios Sociodemo-gráficos, Literatura, Antisemitismo, etcéte-r a . Variedad que resulta original en investi-gaciones sobre inmigración porque perm i t ela consulta a especialistas, pero que tambiénobliga a una lectura muy cuidadosa debidoa la enorme cantidad de información queofrece y que en una primera revisión pue-de resultar abrumadora.

Las coordinadoras de este trabajo, Ju-dit Bokser Liwerant y Alicia Gojman deBackal, han sido destacadas y constantes

estudiosas de la inmigración judía en Mé-xico, así como de la problemática que deella se deriva, por lo que también han in-corporado en esta obra los resultados de susinvestigaciones sobre el tema.

El estudio del grupo judío desde dife-rentes ángulos y en distintas épocas histó-ricas permitió profundizar el análisis de sucultura, así como el de las sociedades a lasque se integró, a partir de la diversidad y ladiferencia.

En la convivencia social el hombre vivecotidianamente en contacto con lo diferen-te, con lo que le resulta ajeno y extraño, enun proceso que lo confronta y que al mis-mo tiempo lo confirma en lo que es, confi-riéndole identidad. Identidad que, en pala-bras de Braudel, sería la búsqueda de loque somos frente a lo que no somos, tantoen el plano personal como en el étnico ocomunitario. Este proceso se nutre de ideo-logías, mitos y creencias, y está inserto enel marco de un proyecto político de nacióndeterminado. (Fernand Braudel, La identi -dad de Francia, Barcelona, Gedisa, 1993, v.I, p 21).

El principal acierto de esta obra es en-fatizar el proceso de construcción de unaidentidad social a partir de la diversidad,presentándose como un proyecto alternati-vo al de una trayectoria histórica en la quese ha privilegiado la homogeneidad étnicay cultural sobre lo plural y diverso.

La lectura de este trabajo despierta enel estudioso del tema la necesidad de p ro-fundizar no sólo en el conocimiento de lacultura judía, sino en el de la de otros gru-

10. RESEÑAS 28/6/01 11:12 Page 130

Page 131: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 3 1

pos inmigrantes, así como su relación enun ámbito social más amplio.

La historia de los judíos en Latino-américa, concretamente en el virreinato dela Nueva España, se remonta al siglo XVI,cuando fueron expulsados al igual que losjudíos conversos de España y Portugal, de-bido a una política centralizadora que con-sideró a la religión como la razón unifica-dora de Estado. Esta política provocó laasimilación forzosa de los judíos a la cultu-ra mayoritaria, tanto en Europa como en elNuevo Mundo. Sin embargo, cabe señalar,como parte de las excepciones con las quefrecuentemente se enfrenta el historiador,el caso de los judíos de Amsterdam quellegaron a las islas de Martinica y Guada-lupe durante el siglo XVII y no tuvieronque ocultar su religión.

Posteriormente, ya durante el sigloXIX, la presencia judía en América, juntocon la de otros grupos de inmigrantes (chi-nos, libaneses, polacos, rusos, sirios, turc o s ,e t c . ) fue el resultado de un movimientomigratorio que se originó por los cambiospolíticos y económicos que tuvieron lugaren los imperios de Asia, Medio Oriente yEuropa oriental. La mirada de los emigran-tes se dirigió primero a Europa y luego a losEstados Unidos de Norteamérica, lugare sq u e habían alcanzado un importante desa-rrollo industrial y que ofrecían oportunida-des de trabajo. Esta situación no fue per-manente, y en la medida en que se satura-ron las fuentes de trabajo y se estableciero ncuotas de ingreso, los destinos de llegadafueron cambiando.

En México, el proyecto impulsado porDíaz y la élite liberal que permitió la pre-sencia de colonos e inmigrantes extranjero s ,si bien no cumplió cabalmente el objetivoinicial (el mestizaje con grupos indígenas yel desarrollo económico del campo), sí apor-tó nuevos elementos y una mayor comple-jidad al mosaico social existente desde elsiglo XVI. Durante el siglo XIX, en variospaíses latinoamericanos se concibieron pro-yectos nacionales fortalecidos por la inmi-gración extranjera y acordes con el tiempodel liberalismo: paz, progreso y moderni-dad. Varias décadas después no puede ne-garse la existencia de una identidad nacio-nal con múltiples caras y un espacio que seredefinió constantemente y fue más alláde compartir un territorio, una lengua y unpasado glorioso.

Esta obra no sólo trata los temas de in-migración e identidad, sino que ofrece allector la oportunidad de conocer algunosaspectos sobre antisemitismo, literatura,organizaciones e instituciones, historias devida y familia, principalmente en Argenti-na, Brasil y México, sin olvidar el caso dejudíos alemanes y alemanes judíos en Uru-guay, ni el de las industrias judías en LaHabana.

A lo largo del el siglo XX se plantearonnuevas formas de hacer historia; la narr a c i ó ntradicional de acontecimientos fue sustitui-da por una historia más analítica orientadaa un problema determinado. La historia deacontecimientos humanos empezó a pole-mizar con la estrictamente política o econó-mica. Se desarrolló la historia de las ideas,

10. RESEÑAS 28/6/01 11:12 Page 131

Page 132: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 Véase Takabatake, Michitoshi, Lothar Knauth yMichiko Tanaka (comps.), Política y pensamiento po -lítico en Japón 1868-1926, México, El Colegio deMéxico, 1992, y Takabatake, Michitoshi, LotharKnauth y Michiko Tanaka (comps.), Política y pen -samiento político en Japón 1926-1982, México, ElColegio de México, 1987.2 Véase Mita, Munesuke, Psicología social del Japónmoderno, México, El Colegio de México, 1996.

1 3 2

sos textos, que van desde la historia políti -ca, y la economía hasta el feminismo y lapsicología social. Dos traducciones mere-cen un especial reconocimiento, Políticay pensamiento político en Japón 1868-1926 yPolítica y pensamiento político en Japón 1926-1982, porque logran combinar importantesdocumentos políticos junto a una narraciónsobre la historia moderna del país insular.1

Actualmente hay un rezago entre la publi-cación en Japón y su traducción al español;por ejemplo, la obra de Mita Munesuke,Psicología social del Japón moderno,2 publica-da por El Colegio de México en 1996, y es-crita en los sesenta, necesita una actuali-zación.

La obra de Hideo Otake, El eje de con -f rontación en la política japonesa, cumple contodos los requisitos para ser traducida nosólo porque analiza un importante tema, elsistema de partidos, sino también por sumetodología. Los lectores encuentran enesta obra una explicación innovadora sobreel cambio en la política japonesa despuésde la derrota del Partido Liberal Democrá-tico (P L D) ocurrida en 1993. Además, la obraanaliza cómo se fueron realineando las fuer-zas políticas y cuáles han sido las conse-

de la cultura, la historia de las mentalida-des, donde se dio cabida a importantes te-mas hasta ese momento poco estudiados ofrancamente ignorados.

Estudiar la presencia de los judíos enLatinoamérica debe decir mucho más que lahistoria de su inmigración, historia que porcierto ha sido suficientemente estudiada.Lo novedoso de los estudios sobre inmi-gración debe darse en el sentido de aportarelementos a la discusión de problemas ac-tuales, como la construcción de identida-des sociales y nacionales; ¿puede hablarsede una cultura dominante y hegemónica,o de formas culturales particulares?; ¿quépapel juega en la memoria histórica la vidade la mujer y el hombre comunes? Valdríala pena contar viejas historias a la luz denuevas interpretaciones.

EL SISTEMA POLÍTICOJAPONÉS DE LOS NOVENTA:HISTORIA DE UNA FRAGMENTACIÓN

Isami Romero Hoshino

Otake, Hideo, Nihon seiji no tairitsujiku: 93nen

iko no seikai saihen no nakade [El eje de confron-tación en la política japonesa: el realineamientopolítico después de 93], Tokio, Chuo Koron Shin-sho, 1999.

El Centro de Estudios de Asia y África(CEAA), en un intento por promover la in-vestigación hecha por los japoneses, se hadedicado a la ardua tarea de traducir diver-

10. RESEÑAS 28/6/01 11:12 Page 132

Page 133: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 3 3

cuencias. Para lograr su objetivo, el politó-logo japonés de la Universidad de Kiotosepara su obra en dos grandes secciones: laprimera, dedicada al análisis del realinea-miento político; la segunda, a la recesióneconómica japonesa de los noventa, hacien-do énfasis en la administración de RyutaroHashimoto (1996-1998).

En la primera sección, Otake parte delsupuesto de que en cualquier sistema polí-tico existe un eje de confrontación entre lasfuerzas políticas, caracterizado tradicional-mente por un enfrentamiento entre la iz-quierda y la derecha. Para los países desa-rrollados esta confrontación también se hadado como una competencia entre conser-vadores y progresistas, principalmente entorno del tema de la estrategia económica.Sin embargo, en Japón, según Otake, du-rante el sistema político comenzado en1955 –los 38 años del dominio del PLD– eleje de confrontación no fue el área econó-mica, sino la cuestión del rearme japonés.El Partido Socialista Japonés (PSJ), su prin-cipal opositor, se dedicó a proteger la cons-titución pacifista, atrayendo al Part i d oComunista Japonés y a los partidos de cen-tro, como el Partido del Gobierno Limpio,cuya base electoral es el grupo neobudistaSoka Gakkai.

Otake concluye que al volverse el PSJ

un partido filibustero, que sólo mantenía lanegativa hacia el rearme, impidió el surgi-miento de un eje de confrontación sobre eltema económico. Sin embargo, el autor ob-s e rva que en los años sesenta y setenta, trasel surgimiento de nuevas demandas, como

las cuestiones ecológicas y de asistenciapública, se dio un paulatino debilitamien-to de este eje. Tal situación llevó a que enlos ochenta surgiera un movimiento neo-conservador dentro del PLD, cuyo líder fueel entonces primer ministro Ya s u h i roNakasone, lo que condujo el planteamien-to de un “nuevo” eje de confrontación entorno de la estrategia económica.

Ello provocó tres escisiones dentro delPLD que llevaron a la derrota del partidoc o n s e rvador en 1993. Otake argumenta queel realineamiento político no provino de unmovimiento desde los votantes, sino desdeel partido dominante. Así, estos cambiospolíticos deben ser entendidos como lacombinación de: a) un “nuevo” eje basadoen el enfrentamiento entre un modeloneoliberal y uno intervencionista; b) laaparición de un proyecto neoconservador,c) la existencia de movimientos socialesque reclamaban nuevas condiciones econó-micas, y d) la debilidad del tema del rear-me provocada por la decadencia de los so-cialistas.

Esa explicación puede pecar de sim-ple, ya que olvida que una de las grandescausas de la fragmentación del PLD fueronlos casos de corrupción, así como las luchasentre las élites del partido. Sin embargo,esto no le quita mérito, ya que Otake ex-plica cómo los tres partidos neoconserva-dores –el Nuevo Partido Japonés, el Parti-do de la Renovación Japonesa y el PartidoSakigake– centraron sus políticas en el “nue-vo” eje de confrontación. Y el autor lograasí desarro l l a r, de manera simple pero com-

10. RESEÑAS 28/6/01 11:12 Page 133

Page 134: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 3 4

polos basados en dos temas de confronta-ción, el económico y el de la seguridad.

El segundo tema que aborda Otake, lascaracterísticas de la recesión económica ja-ponesa de los noventa, puede resultar me-nos interesante ya que existe una literatu-ra más amplia sobre sus causas. El autoranaliza la evolución del neoliberalismo enJapón y las políticas que se derivaron deeste modelo económico. Asimismo, vincu-la el “nuevo” eje de confrontación y las re-formas políticas del gobierno de Hashimo-to, centradas principalmente en el sistemafinanciero y la burocracia. El politólogo ja-ponés considera que Hashimoto apro v e c h óel nuevo rumbo que tomó el neoliberalis-mo en Japón para lograr las grandes ref o r-mas hechas en su administración; si bienestas estrategias de política no trajeron re-sultados rápidos, ni positivos, la situaciónconfirma la existencia de un “nuevo” ejede confrontación.

Otake concluye que a pesar de la for-mación del “nuevo” eje, éste no ha logradoser tan sólido como el antiguo, centrado enel tema del rearme. Al igual que México ymuchos otros países, Japón enfrenta los re-tos y los costos de reformar su economíasegún el modelo neoliberal. Al parecer, elPLD ha logrado adaptar su agenda política aeste nuevo modelo, y en la medida en que

pleta, una primera historia de estas nuevasfuerzas políticas.3

Dentro de la misma lógica, la obra deOtake es aún más interesante porque explo-ra una primera historia del partido de opo-sición de mayor importancia después de1996, el Partido Demócrata Japonés (PDJ).Este partido, formado por ex socialistas, expeledistas, grupos civiles y ex miembrosdel Partido Sakigake, se ha transformadoen la contraparte del neoliberalismo quepromulga el PLD, partido que ha basado sudiscurso en la nueva izquierda, en una po-sición que recuerda la de diversos paísesdesarrollados, como Inglaterra y Alemania,pero que también ha incorporado la heren-cia de la izquierda japonesa, como su nega-tiva al rearme del país.

Al igual que muchos autores que anali-zan a los nuevos partidos, Otake enfrentagrandes problemas en esta sección, princi-palmente por la cambiante situación delPDJ. A pesar de esto, Otake logra una bue-na descripción del joven partido y llega a laconclusión de que dentro de éste se ha re-producido el viejo eje de confrontación entorno del viejo tema del rearme; los de-mócratas enfrentan problemas de cohesióndebido a la heterogeneidad de sus faccio-nes y dependerá de sus líderes cómo su-perar esto.

La aparición del PDJ, según Otake, hasignificado la formación de dos polos den-tro del eje de confrontación y también antelas reglas institucionales y electorales quedifícultan la creación de un bipartidismo.Puede decirse que actualmente existen dos

3 La versión en inglés de este capítulo está en Ota-ke, Hideo, “Political Realinment and Policy Con-flict”, en Hideo Otake (ed.) Power Shuffles and Po -licy Processes: Coalition Government in Japan in the1990s, Tokio York, The Japan Center for Interna-tional Exchange, 2000, pp. 125-151.

10. RESEÑAS 28/6/01 11:12 Page 134

Page 135: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 3 5

el P D J l o g re consolidarse, pro b a b l e m e n t ellegue a concretarse e l proceso de realinea-miento.

LA METAMORFOSIS DEL SUFRIMIENTO

Juan Espíndola Mata

Escalante Gonzalbo, Fernando, La mirada de Dios.

Estudio sobre la cultura del sufrimiento, México,Paidós, 2000, 350 pp.

La mirada de Dios. Estudios sobre la cul -tura del sufrimiento es una obra de cienciassociales à l’ancienne: lúcida, ingeniosa, sen-sible y culta. Es un libro ambicioso que sepropone una tarea extraordinaria y, acasopor la misma razón, la que más asequiblepareció a Fernando Escalante Gonzalbo:narrar “la metamorfosis cultural del sufri-miento en Occidente en los últimos dos-cientos años” (p. 14). Se trata de desentra-ñar las ideas y creencias que han servidode lente a las sociedades occidentales parainterpretar el sufrimiento, desde Job hastalos más recientes misticismos de envasebudista, pasando por sectas como los dig -g e r s, los r a n t e r s o los marxistas muggletonia-nos o por personajes tan disímbolos comoWilliam James, Sigmund Freud, Joseph deMaistre, Sade, David Hume et al.

Abreviando mal y demasiado, el argu-mento que hila las meditaciones de Fer-nando Escalante es que cualquier cultura,la que sea, “necesita transformar de algunamanera el hecho universal del sufrimiento:el dolor, la enfermedad, la separación, el

abandono, la muerte; necesita darle un sig-nificado para que la vida humana sea so-portable” (p. 14). La operación consiste en“convertir el sufrimiento en una forma desacrificio”, en “asociar la experiencia con-c reta y presente del dolor con una totalidadsuperior, que la trasciende y puede darlesentido, cualquiera que éste sea” (p.14).

Escalante comienza por apuntar quehay dos modos opuestos de interpretar elsufrimiento, ambos de índole religiosa: unotrágico y otro mesiánico. Para la idea trági-ca, de origen griego y de talante estoico, eldolor es inevitable, irreparable, inmereci-do, fortuito y ajeno al esfuerzo humano; noes justo ni moral ni inmoral: pertenece auna necesidad ciega que escapa a la medi-da humana de justicia. Las cosas son comoson, resumiría George Steiner: inexorablesy absurdas. Para la idea mesiánica, de raízcristiana y dominante en Occidente, el do-lor es justo y humanamente inteligible;hay, entonces, un orden moral del mundo,donde el sufrimiento es inseparable de lajusticia. Cuando los inocentes padecen in-justamente, se trata tan sólo de un tormen-to pasajero. “Al final de los tiempos llegaráel Mesías para redimir todos los sufrimien-tos e instaurar la justicia”(pp. 27-28). En laestructura mesiánica, pues, el sufrimientoes siempre castigo o expiación, o bien mé-rito “acreditable” en el más allá.

A partir de esos dos modos de entenderel sufrimiento, Escalante colige con imagi-nación, y me atrevería a decir que con eru-dición, que nuestra cultura del sufrimiento,no obstante su traza “complicada y confu-

10. RESEÑAS 28/6/01 11:12 Page 135

Page 136: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 3 6

eso vivimos nuestro sufrimiento como de-cía Nietzche: entre quejidos y lamentacio-nes, con miedo y según una “moral de re-baño” y una religiosidad decadente, paradolientes: “queremos que alguna vez nohaya ya nada que temer” (pp. 94-95).

La agonía del mesianismo deja su im-pronta en el doble movimiento de la secu-larización del cristianismo: por un lado, enlas iglesias relegan lo sagrado a un segundoplano a la vez que aumenta su preocupa-ción por los problemas del orden terrenal;de ahí que adopten como suya la exigenciade aliviar el sufrimiento (mundanización delas iglesias); por otro lado y en sentidoopuesto, se generaliza un nuevo apreciopor la vida que rechaza la idea misma delpecado original y que deposita sus espe-ranzas en la posibilidad de una felicidadterrenal, sin sufrimientos (sacralización dela humanidad). Una de las expresiones másostensibles de este cambio en la sensibili-dad occidental, que termina por despojaral sufrimiento de cualquier significaciónmoral, por desfondar los mecanismos quepermitían la transformación de dolor en sa-crificio, es el “Poema sobre el desastre deLisboa. Examen del axioma: Todo estábien” de Voltaire. No. No todo está bien:el sufrimiento importa.

En adelante, tras la decadencia delmesianismo eclesiástico, se sucederán nue-vos intentos por generar nuevos mecanis-mos culturales capaces de restaurar la sig-nificación sacrificial del sufrimiento, lomismo durante el siglo XIX, con la “Reli-gión de la Humanidad”, que en el periodo

sa, a veces contradictoria, ambigua” (p. 47)y a pesar de que la forman “fragmentos se-dimentados de varias tradiciones distintas”(p. 76), se inscribe, por su raíz cristiana,d e n t ro de una tradición mesiánica. El men-saje cristiano, dicho sea de paso, oscila en-tre dos polos: el que da por sentado que elsufrimiento es justo por la sencilla razón deque es obra de Dios –el Dios irascible delLibro de Job– y el que supone que “es unmérito [a los ojos de Dios] y debe ser re-compensado [en el más allá]” (p. 125) –elDios bondadoso del Sermón de la Monta-ña–. Lo cierto en cualquiera de los dos ca-sos es que el pecado original disculpa aDios de muchos de los sufrimientos mun-danos y pone límites a su obligación hacialos hombres.

Nuestro modo de entender los sufri-mientos humanos no ha permanecido inal-terado en el curso de la historia; de hecho,a mediados del siglo XVIII se abre una crisisde la cultura occidental del sufrimiento, unatransformación de lo religioso (tanto en elplano de las instituciones, es decir, de lasiglesias, como en el doctrinal) que da altraste con la estructura mesiánica tradicio-nal: aunque no renunciamos culturalmentea ella, la idea mesiánica resulta cada vezmás problemática. El mesianismo comien-za a agonizar, y esa “agonía de la idea deun orden moral del mundo, que no es tannecesaria como inverosímil, es una de lasclaves de la cultura occidental de los últi-mos siglos” (p. 90). Dejamos de confiar,pues, en una totalidad trascendente con lacual asociar la experiencia del dolor. Por

10. RESEÑAS 28/6/01 11:12 Page 136

Page 137: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 3 7

posterior a la Guerra del Catorce, con elfascismo y el comunismo, y aun después,durante la Shoah. Al final del camino, sinembargo, el futuro de la idea mesiánica esincierto: “Vivimos un mesianismo fatigadoy sin fundamento, pero sin alternativa. Ne-cesitamos creer en un orden moral delmundo, en el cual no podemos creer. Ne-cesitamos pensar que el sufrimiento es uncastigo o un mérito: un sacrificio; pero sa-bemos que es una creencia inútil, infunda-da” (pp. 330-331).

Por varias razones, La mirada de Dios esun texto de lectura indispensable. Su tema,para empezar por ahí, me parece excepcio-nal. Reflexionar sobre las formas y el signi-ficado cultural del sentimentalismo –una decuyas partes es precisamente la cultura delsufrimiento–, cuando casi de consuno lacomunidad académica exhibe su devociónpor la elección racional, constituye un actoherético. El autor de La mirada de Dios hacultivado cuidadosamente una de las mási m p o rtantes capacidades culturales quehemos perdido, o por lo menos que ha per-dido mi generación: la memoria (la mne-motecnia, en términos ostentosos). Esca-lante es uno de esos pocos “memoriosos”de los que se cuentan cada día menos. Lamirada de Dios, por otra parte, colinda conla sociología, la filosofía, la historia, la cien-cia política, la antropología, la crítica litera-ria y estética, incluso la teología. Y resultasorprendente la profundidad con que Fer-nando Escalante conoce todas esas disci-plinas. También por esa razón la obra esuna referencia obligada.

Hay entre La mirada de Dios y las obrasanteriores de Fernando Escalante (piensoen La política del terror, en Ciudadanos ima -ginarios, en El Principito, incluso en Unaidea de las Ciencias Sociales) algunas líneasde continuidad: una querella contra el ra-cionalismo –“con alardes de estadística eingenio matemático, no dicen nada muydistinto los sabios de fines del siglo XX” (p.233)–; fuertes dosis de realismo y su con-siguiente pesimismo –cierra Escalante sulibro citando a Isaac Bashevis Singer: “LaMuerte es el Mesías. Esa es la única ver-dad” (p. 331)–; una auténtica pasión por eltema de la moral (passim). Con todo, creoque hay también lugar para una diferenciaentre aquellos textos y este último, así nosea más que de matiz. Me refiero a la cu-riosa afinidad que se abre entre FernandoEscalante en La mirada de Dios y Settem-brini, uno de los personajes de la novela deThomas Mann, La montaña mágica. No esque los dos se hayan propuesto contribuira una Sociología del sufrimiento (“una tareamagnífica y especialmente apropiada paraambos”, habría pensado sin duda HansCastorp). Tampoco que el uno y el otro serefieran, con interés, al Te rremoto deLisboa de 1755 y a la consiguiente protes-ta de Voltaire. La afinidad radica en que enambos hay trazas de humanismo (“¡Ustedes humanista!” le espetaba Hans Castorp aSettembrini, y él reconocía: “Indudable-mente lo soy”) En efecto, La mirada deDios no es el resultado de un análisis “neu-tral y científico”; tampoco se propone tomardistancia y objetividad para desarrollar su

10. RESEÑAS 28/6/01 11:12 Page 137

Page 138: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 3 8

porta “es que el tema sea puesto en rela-ción inmediata con las corrientes elemen-tales del espíritu, con los motivos clásicosde la humana preocupación. Una vez en-tretejido con ellos queda transfigurado,transubstanciado, salvado”.

objeto de estudio. El texto, por el contra-rio, constituye “lo que un humanista delsiglo XVII hubiera denominado ‘salvacio-nes’ ”, como escribió Ortega en su primerlibro.1 Escalante busca, “dado un hecho–un hombre, un libro, un dolor, un cuadro,un paisaje, un error, un dolor–, llevarlo, porel camino más corto, a la plenitud de susignificado” . En la “salvación”, lo que im-

1 José Ortega y Gasset, Meditaciones del Quijote , ed.Julián Marías, Madrid, Catedra, 1984, pp. 46-47.

10. RESEÑAS 28/6/01 11:12 Page 138

Page 139: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 3 9

CRISTIANOS Y JUDÍOS

La historia de las relaciones entre judíos y cristianos ha progresado de manerasingular en los últimos cincuenta años. Creo que la vía fue abierta en 1948 porM. Simon con Verus Israel, que consideraba la cuestión en el imperio romanoentre 135 y 425 A. D. En 1955 León Poliakov publicaba el primer tomo de sufundamental Historia del antisemitismo, dedicado al destino de los ashkenazi, ju-díos residentes en tierra cristiana (distintos de los sefaradí en tierra musulma-na), desde los orígenes hasta el siglo XVIII, época de los hofjuden (judíos de Cor-te) que los monarcas y príncipes de Europa central llaman para salvar susfinanzas. En 1956 Jules Isaac, el director del famoso libro de texto de historiaMalet-Isaac, realizó una brecha conceptual con su Genèse de l’ antisémitisme,prolongado por Jesús et Israel (1959) y L’antisemitisme a-t-il des racines chrétiennes?(1960). Siguiendo a Simon, J. Isaac señalaba la base teológica del antisemitis-mo cristiano y por lo mismo el carácter sistemático que lo volvió tan virulentoy lo distingue del antisemitismo anterior al cristianismo.

En 1960 M. B. Blumenkranz publicó Juifs et Chrétiens dans le Monde Occiden -tal, 430-1096 (Mouton); esa obra importante había sido preparada con su tesisen alemán (Universidad de Basilea, 1946, Die Judenpredigt Agustins), que estu-diaba la predicación antijudaica de San Agustín. Sondeos en la literatura cris-tiana de los siglos IV y V le permitieron destacar dos causas principales de lahostilidad cristiana: un proselitismo judío activo en competencia con el cristia-no; un patriotismo romano entre los cristianos, desde la conversión de Cons-

Del antijudaísmoal genocidio

Jean Meyer

11. COINCIDENCIAS 28/6/01 11:13 Page 139

Page 140: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 4 0

coincidencias y divergencias

tantino, que los llevaba a exaltar las victorias de Roma sobre los rebeldes judíosy a lavar a los romanos de toda responsabilidad en la muerte de Cristo, paraechar toda la culpa sobre los judíos. Blumenkranz empieza en 430, año de lamuerte de Agustín, justo cuando Simon termina su trabajo, y va hasta 1096,cuando inician las Cruzadas. Durante esos siglos la misión judía y la misióncristiana siguen en dura competencia; basta con pensar en la legendaria y realconversión de los khazar; el crecimiento demográfico de las comunidades ju-días no se explica por la sola biología.

Si el problema del antisemitismo se transparenta en las páginas de Blumen-kranz, no afecta la notable serenidad del autor; en el caso de Jules Isaac, quetuve la suerte de conocer en mis años mozos y que me parecía un hombre ani-mado por una misión profética, es precisamente la pasión y la sinceridad lo queimpresiona al lector. Gracias a esa pasión, Jules Isaac, fundador de las Amista-des Judeo-Cristianas, despertó muchas conciencias cristianas y no cristianas yconvenció al papa Juan XXIII de modificar la liturgia católica, especialmente lade Semana Santa, para que el cristianismo dejara de ser “la enseñanza del des-precio”.

Sin judaísmo no hay cristianismo, por eso Isaac concluye con toda razónque “el cristianismo en su esencia excluye al antisemitismo”, a la vez que elantisemitismo tiene unas raíces cristianas; unas, no todas. Los resultados de laobra científica de esos autores acaban de culminar con los mea culpa del papaJuan Pablo II repetidos a lo largo de su pontificado.1

Paul Giniewski, en L’ antijudaisme chrétien: la mutation (Ed. Salvator, París,2000), retomando la génesis del antisemitismo cristiano, sitúa en perspectivael “arrepentimiento” de la Iglesia católica. Giniewski es uno de los observado-res judíos más lúcidos e intransigentes en cuanto a las actitudes cristianas. Tie-ne fama de ser injusto por excesivo, pero no estoy seguro de que la merezca:anuncia quién es y desde dónde habla; su severidad no es amargada y lo en-cuentro en la línea directa de Jules Isaac del mismo modo que Juan Pablo II esdiscípulo de Juan XXIII.

1 Véase Istor números 2 y 3.

11. COINCIDENCIAS 28/6/01 11:13 Page 140

Page 141: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 4 1

coincidencias y divergencias

En la línea de los precursores ya señalados vuelve al tema de la enseñanzadel desprecio por los Padres de la Iglesia, de Orígenes a Agustín y de Tertulia-no al Crisóstomo; casi todos contribuyeron a la “ideología del destronamientode Israel en su elección divina”. Todo lo demás, según él, es consecuencia:gueto, pogrom, persecución, paranoia mitológica (profanación de hostias, roboy sacrificio ritual de niños cristianos, envenenamiento de pozos, propagaciónde las epidemias, todos antecedentes del mito más racionalizado del “complotjudío mundial”).

Giniewski es el fiscal implacable de los crímenes cometidos en nombre dela fe cristiana (contra su espíritu) contra el pueblo elegido; sin embargo, su pro-pósito es la “mutación” que va “de la shoah a la teshuva”, es decir de la ca-tástrofe exterminadora al pedido de perdón y a la conversión. El autor hace lahistoria de los últimos cincuenta años, los que van de los primeros escritos deJules Isaac a las últimas declaraciones pontificales; es la historia del diálogo porfin abierto entre cristianos y judíos desde la conferencia de Seelisberg en 1947.Subraya la novedad radical que significan las declaraciones de las iglesias ale-mana y polaca entre 1994 y 2000 como confesión de la culpabilidad católica.Vigilante siempre, Giniewski protesta contra la distinción que aún intenta hacerla Iglesia católica entre el antijudaísmo cristiano y el antisemitismo moderno,racial y pagano, incluso anticristiano. Tampoco admite la diferenciación entrela culpa de cristianos individuales, históricamente equivocados, y la no respon-sabilidad de una institución colectiva.

Este último punto nos llevaría muy lejos; sólo déjenme mencionar La paro l aebreo, de Roseta Loy, traducida al francés como Madame Della Seta aussi est juive(París, Rivages, 2000), que analiza en detalle el comportamiento del papa PíoXI y el muy diferente de Pío XII. La publicación reciente del expediente de laencíclica hasta entonces inédita Humani Generis Unitas, preparada por Pío XI y“perdida” hasta su muerte, permite entender algo de la personalidad de quienintentó, mal que bien, despertar la conciencia de los católicos italianos y alema-nes a la hora de la persecución antisemita: “católoco significa universal: no haytraducción posible [...] existe sólo una raza humana”. Cuando muere en febre-ro de 1939, Pío X I no ha tenido tiempo para pronunciar su violento discurso con-tra el fascismo y el antisemitismo; su encíclica esperó 56 años para ver la luz.

11. COINCIDENCIAS 28/6/01 11:13 Page 141

Page 142: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 4 2

coincidencias y divergencias

El discurso cambia radicalmente con Pío XII.2 Se debe también mencionarla polémica levantada por la beatificación en el verano de 2000 del papa “abso-lutista” y “antijudío” Pío IX, por más que el papa actual haya al mismo tiempopedido perdón por los errores cometidos durante aquel pontificado de 32 añosque terminó en 1878. Francisco Sosa Wagner publicó un magnífico Pío IX. Elúltimo soberano (Yalde, 1999) que permite entender al enemigo del “mundomoderno” que había llegado al papado con una merecida fama de liberal. Ha-bía abierto las puertas del gueto de Roma, por ejemplo. Sin embargo, unos añosdespués, ya convertido a la reacción, mandó reconstruir los muros del mismogueto y los judíos fueron sometidos a fuertes presiones para que se convirtie-ran al cristianismo. Ese papa, que proclamó la infalibilidad pontifical en ciert o scasos, es conocido entre los judíos por el “caso Mortara”: un niño judío bauti-zado a escondidas por una sirvienta católica a la hora de una grave enfermedady luego secuestrado y educado en la religión católica por instrucciones delpapa. “Para los judíos de todo el mundo el caso Mortara se convirtió en un sím-bolo de la intolerancia cristiana”, dice David I. Kertzer, autor de un libro sobreel asunto.

DEL ANTIJUDAÍSMO AL ANTISEMITISMO Y DEL ANTISEMITISMO AL GENOCIDIO

En 1879 el alemán Wilhelm Marr acuñó la palabra “antisemitismo” para apli-carla al movimiento que surgía en toda Europa contra los judíos y su influen-cia; dos años después un corresponsal alemán mandaba a La Revue du MondeCatholique (París) un artículo sobre las primeras manifestaciones de ese conta-gio en Francia. En aquel entonces nada presagiaba el éxito para ese fenómenosociológico en Francia; no había más de 60 000 judíos, de los cuales muchoseran patriotas franceses que habían abandonado los territorios de Alsacia y Lo-rena, anexados por Alemania. La mayoría (40 000) se encontraba en París y norepresentaba más del 2 por ciento de la población capitalina. Casi todos eranperfectamente asimilados y se sentían protegidos por una tradición de toleran-cia y una legislación positiva que remontaba a Luis XVI.

2 Véase Istor núm. 2, pp. 128-133.

11. COINCIDENCIAS 28/6/01 11:13 Page 142

Page 143: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 4 3

coincidencias y divergencias

Sin embargo, en 1886 el panfleto de Edouard Drumont La France Juivevendió 200 000 ejemplares en unos meses, sobre el tema de la dominación deesa minoría, raza extranjera, dueña de la finanza y del Estado. Luego se armóuna gran campaña apoyada por cierta prensa católica y grandes periódicos pa-risinos; posteriormente vino L’Affaire Dreyfus, el gran cisma que estuvo a puntode acabar con la unión nacional. El asunto es demasiado conocido pero no mequedan claras las causas de esa repentina explosión de odio, no me quedan cla-ros los elementos sociológicos y sicológicos. Un pequeñísimo ejemplo: a la horade la intervención francesa en México y de su fracaso final no se mencionópara nada a los judíos; unos años después, en 1895, el comandante Grandin, ensu Mémoires d’un chef de partisans, despotrica en la primera página contra los ju-díos que chupan “los capitales de la nación francesa. En París dos músicos is-raelitas, Offenbach y Halevy ridiculizan al ejército francés [...] Adrián Marx esel historiógrafo de Napoleón III”. Y acusa a Rothschild de ser uno de los res-ponsables de la intervención francesa en México. En la página 2 cita a LaFrance Juive de Drumont.

Entre 1938 y 1944 el número total de judíos en Europa fue reducido enunas dos terceras partes, de 11 millones a 3 millones, más o menos; de 5 a 6millones fueron exterminados, 2 o 3 millones huyeron del teatro de una em-presa única en su género: el genocidio nazi. La obsesión antisemita es omni-presente en Mein Kampf, el breviario hitleriano. Cuando Hitler llegó al poderel exterminio físico de los judíos no figuraba en el programa del partido, pero lalucha contra ellos sí. Empezó pronto con la prohibición de toda unión conyu-gal o sexual entre “arios” y “judíos”, luego con la organización de “acciones es-pontáneas” contra las sinagogas y las tiendas poseídas por judíos. Después, delas presiones económicas y fiscales se pasó al despojo sistemático, calificado de“recuperación” de bienes “robados o mal adquiridos”. Las puertas no estabanabiertas fácilmente a la emigración para soliviantar la hostilidad de los vecinoscontra el enemigo del pueblo; los países vecinos se hacían de la vista gordacuando no cerraban sus puertas, como Inglaterra. La anexión de Austria en1938 aumentó con mucho el número de la población “no aria” y los jefes nazissoñaron entonces en un “arreglo global” del “problema judío”. Hay que leerlas actas del Consejo de Guerra presidido por Goering a finales de 1938 y sus

11. COINCIDENCIAS 28/6/01 11:13 Page 143

Page 144: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 4 4

coincidencias y divergencias

lucubraciones sobre la transformación de la gran isla de Madagascar en reser-va para todos los judíos. La incorporación al Reich de la mitad de Polonia en1939, luego la ocupación del Báltico, de toda Polonia, Bielorrusia y Ucrania en1941 (operación Barbarossa contra la URSS) aumentó en varios millones el nú-mero de las futuras víctimas. Empezó enseguida –improvisada o no; no vale lapena la polémica entre las tesis de la premeditación y de las circunstancias–la “solución final”: segregación, fusilamientos, muerte por hambre, sobrecargade trabajo, exterminio en forma industrial de la población que no servía parala esclavitud al servicio de la industria alemana. Al principio de 1942, menosde un año después del inicio de la guerra nazi-soviética, el método ya funcio-naba, y su “obra maestra” resultó ser Auschwitz, con sus cámaras de gas “ci-clón B” y sus hornos crematorios capaces de “tratar” a 12 000 víctimas por díaal principio.

¿Cómo se caminó del antijudaísmo cristiano al antisemitismo nacional y fi-nalmente al genocidio? Los historiadores alemanes nos ayudaron con su grancontroversia (Historikerstreit) sobre el tema de la singularidad del genocidioaquel: Rudolf Augstein et al., Historikerstreit: die Dokumentazión der Kontroverseum die Einzigartigkeit der ns. Judenvernichtung, München, Pipper, 1988, traduc-ción al francés, París, Cerf, 1988. De la querella ilimitada sobre el postmoder-nismo (Hayden White) se pasaba a la pregunta de cómo hablar de la Catástrofe(Shoah), palabra que acababa de desplazar a la de Holocausto. Saul Friedländer(ed.), en su Probing the Limits of Representation (Cambridge, Harvard UniversityPress, 1992), retaba a los teóricos del relativismo histórico a enfrentar “el ex-terminio de los judíos europeos, como caso extremo de crímenes de masa”. Eltema corolario de los grandes exterminios bolcheviques y soviéticos fue discu-tido por Francois Furet con Ernst Nolte (México, Fondo de Cultura Econó-mica, 1998 ) Martin Malia, Alain Besançon y Jean Meyer.

Esa importante bifurcación temática no aclaró la génesis del antisemitismogenocida. ¿Cómo elucidar su origen? Un ejemplo: Voltaire no parece habersido muy cristiano que digamos. Desarrolló un antisemitismo virulento quetuvo mucho eco entre los partidarios de la razón y del progreso y entre los ene-migos del “fanatismo”. La Enciclopedia hace de Jesús un “judío oscuro y fa-nático”, y de los judíos los padres abominables de ese desgraciado. J. B. de Mi-

11. COINCIDENCIAS 28/6/01 11:13 Page 144

Page 145: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 4 5

coincidencias y divergencias

raband, secretario de la Academia Francesa, publica en 1769 un compendio,L’ Opinión des Anciens sur les Juifs, cuya tesis es que el “mosaísmo”, como fuentedel cristianismo y del islam, es la más supersticiosa de todas las supersticiones.El filósofo d’Holbach denuncia en el cristianismo una “secta cismática” del ju-daísmo, el cual, practicado por “asiáticos cobardes y degenerados”, “infectópoco a poco todo el imperio”. Voltaire, en 30 de los 118 artículos de su Diccio -nario filosófico, ataca al “pueblo más abominable de la tierra” que bien podríallegar a ser un “peligro mortal” para el género humano.

En el siglo XIX el antisemitismo de izquierda antecede al de derecha. LaCuestión judía de Karl Marx plantea que “la emancipación social de los judíos”empieza por “la emancipación de la sociedad para con el judaísmo”. Las adivi-nanzas del gran polemista anuncian a Drumont, a los antisemitas rusos, aHitler y a Céline: “¿Cuál es el fundamento profano del judaísmo? El interéspersonal, la necesidad práctica. ¿Cuál es el culto profano del judío? El tráfico.¿Cuál es su Dios profano? El dinero”. En el Capital, Marx nos enseña que “pormiserable y malo que sea su olor, todas las mercancías que consideramos serdinero y que lo son de hecho, son interiormente judíos circuncidados”. En sucorrespondencia, el buen Karl se desata contra “el judío de la sonrisa mielosa”,“el maldito judío de Viena”, “ese marrano judío”, “la sinagoga bursátil; Lasa-lle, el judío polaco”. El marxismo, especialmente en su versión soviética, he-redó ese antisemitismo “teórico”, sociológico y económico, y lo modernizó en“antisionismo” Ese delirio correspondía a un anticapitalismo (el judío Roths-child o Pereire) pero también, en la línea genética de Voltaire y sus colegas, ala obsesión antirreligiosa, antimonoteísta, anticristiana. Wilhelm Marr, en elEspejo de los judíos (1862) analiza la “victoria del judaísmo sobre el germanis-mo”, Eugen Dühring denuncia en el cristianismo “la vergüenza milenaria”, unobstáculo al sano antisemitismo y una maquinación oscurantista judaica. BrunoBauer ataca el “cristianismo judío” en su Cristianismo desenmascarado, GeorgeDaumer, otro fanático del ateísmo anticristiano, en sus Secretos del alma cristia -na, hace de Jesús el jefe de una secta judía antropófaga. Los círculos revolu-cionarios, la izquierda hegeliana, Richard Wagner y sus amigos, todos los teóri-cos de la emancipación de la humanidad ven en el judaísmo la matriz, y no locontrario del catolicismo.

11. COINCIDENCIAS 28/6/01 11:13 Page 145

Page 146: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 4 6

coincidencias y divergencias

No abominan del pueblo deicida, sino del pueblo teóforo. Esos socialistasanticipan en eso al nacionalsocialismo, que retomará sin innovar su argumen-tación. Hannah Arendt escribió páginas decisivas sobre el tema y su relacióncon el imperialismo de finales del siglo XIX.

Pierre-André Taguieff (ed.) en l’Antisémitisme de Plume, 1940-1944 (París,Berg, 1999), nos da una antología del odio antisemita francés durante la Segun-da Guerra Mundial, completado por una serie de estudios precisos. Así, LouisFerdinand Céline, escritor genial, autor del espantoso y premonitorio Bagate -lles pour un massacre, escrito unos años antes de la masacre, deja de ser un “deli-rante” irresponsable y aparece como un antisemita típico, convencido, organi-zador y muy activo en la red de sociabilidad pronazi.

Cierto antisemitismo docto ha tomado la forma nueva del “negacionismo”,después de haber empezado con el más modesto revisionismo (Valérie Igou-net, Histoire du négationnisme en France, París, Seuil, 2000). Esa corriente naciómuy temprano, inmediatamente después del proceso de Nuremberg, a la ex-trema derecha, y terminó por negar la existencia de las cámaras de gas y porafirmar que los judíos son los responsables de la segunda guerra mundial. Pocoa poco reapareció la corriente negacionista de ultraizquierda, prolongación ge-nética de Voltaire, Hegel y Marx, que se alió con la extrema derecha en la de-nuncia de Israel y en la defensa de los palestinos.

El “revisionismo” es un fenómeno internacional, como lo demostró en ene-ro-abril de 2000 el proceso del historiador británico David Irving contra PenguinBooks Ltd. y Lipstadt, Deborah Lipstadt (Denying the Holocaust: the Gro w i n gAssault on Truth and Memory, Penguin, 1993) lo había acusado de manipular loshechos, en sus libros sobre la segunda guerra mundial, para negar la realidad delgenocidio nazi y para afirmar que Auschwitz –todo Auschwitz en sus varios cam-pos– no era más que un campo de trabajo brutal. Irving tomó la iniciativa de de-mandarla, a ella y a la editorial, por haber dañado su reputación. Perdió el caso.El asunto se encuentra en The Irving Judgement, publicado por Penguin (Lon-d res, 2000) y la reflexión se prolonga en Denying History de Michael Shermer yAlex Grobman (University of California Press, 2000). “¿Victoria de la justicia his-tórica?” Quién sabe. Si es cierto que el antisemitismo es la convicción clave delos negacionistas, entonces el negacionismo tiene mucho porv e n i r.

11. COINCIDENCIAS 28/6/01 11:13 Page 146

Page 147: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 4 7

¿INDUSTRIA DEL HOLOCAUSTO?

En el año 2000 Norman G. Finkelstein publicó (Londres, Nueva York, Verso)The Holocaust Industry: Reflections on the Explotation of Jewish Suffering, un pan-fleto antisionista que no está lejos de llevar agua al molino de los negacionistas.Finkelstein no es negacionista (casi toda su familia fue exterminada), pero esun hombre enojado que piensa que hoy en día los dirigentes políticos de Israely de la comunidad judía norteamericana utilizan sin vergüenza el tema del ho-locausto para defender sus intereses (como los grupos e individuos que sacandinero de varios gobiernos, bancos, industrias europeos en forma de “repara-ción”) y disimulan la injusticia hecha a los palestinos. Habla de “extortion rack -et”, de palanca ideológica que empezó a funcionar después de la guerra árabe-israelí de 1967. Ese libro terriblemente polémico, sincero y dolido no trata delantisemitismo y del genocidio en sí mismo, sino de su utilización hoy en díapor ciertos grupos. No se puede aceptar así sin más el grito de Norman Fin-kelstein, pero hay que oírlo.

Y volver a leer a los grandes clásicos escritos al día siguiente de la Catástro-fe, como el Estado SS de Eugen Kogon, La destrucción de los judíos europeos deRaúl Hillberg, los escritos de Primo Leví. Entre las publicaciones recientes re-comiendo de Omer Bartov Mirrors of Destruction: War, Genocide and ModernIdentity, Nueva York, Oxford U. P., 2000. El autor es un historiador israelí queintenta captar el sentido de lo ocurrido. Christopher Browning (Nazi Policy,Jewish Labour, German Killers, Cambridge, 2000) es más específico y su libro esesencial. Wolfgang Bentz (The Holocaust: a Short History, Columbia, ProfileBooks, 2000) ofrece una admirable síntesis que es lo mejor que pueden leer losestudiantes.

La Catástrofe subraya una vez más el conflicto que existe entre memoria ehistoria y la distancia que separa el investigador (Istor) del testigo con el cualno comparte “el deber de memoria”. En enero de 2000 eso se vio claramenteen Estocolmo durante el Foro Internacional sobre Enseñanza, Memoria e In-vestigación del Holocausto. Frente al grito de los últimos sobrevivientes, la la-bor histórica parece fría, cínica, profanatoria. Michael Marrus, el autor de Vichyy los judíos (París, Calmann Lévy, 1981), dijo sin embargo que el historiador

coincidencias y divergencias

11. COINCIDENCIAS 28/6/01 11:13 Page 147

Page 148: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 4 8

debe utilizar para la Shoah “los mismos métodos que aplica al Renacimiento,a la Revolución francesa o a la Primera Guerra Mundial”, y que la memoria delos sobrevivientes no puede sustituirse al “trabajo histórico”, objetivo, profe-sional, científico”. En resumen, no se puede confundir conocimiento y com-pasión (Xavier Ternisien, “Shoah: le temps des témoins et celui des histo-riens”, en Le Monde, 9 de febrero de 2000).

coincidencias y divergencias

11. COINCIDENCIAS 28/6/01 11:13 Page 148

Page 149: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 4 9

Fragmento de los primeros artículos de Andréi Platónov (1919-1920)No hay que reírse del pueblo, ni siquiera cuando éste cree ingenuamente ensu Madre de Dios. La idea de que en el cielo reina una bondadosa virgen, máscercana y cálida que una madre, da al corazón del mujik amor y fuerza, y éstesigue durante siglos con su arado, trabaja y vive como un mártir. Si queremosdestruir la religión y somos conscientes de que necesariamente lo hemos dehacer, ya que el comunismo y la religión son incompatibles, entonces hay quedarle al pueblo, en lugar de la religión, algo más que una religión. Entre noso-tros muchos creen que se puede quitar la fe y no dar nada mejor a cambio. Elalma del hombre actual está organizada de tal modo que si le arrancas la fe, todaella se derramará y el pueblo saldrá de su espacio y con horcas y hachas exter-minará las vacías ciudades que han arrancado al pueblo su consuelo, un con-suelo insensato y falso, pero que es su único consuelo.

(“Sobre el amor”, inacabado, sin fecha) d

Confiesa un reo haber disparado contra JFK; Oswald fue “utilizado”Participó Charles “Chuck” Nicoletti en el atentado Chicago, 9 de junio de 1994 (UPI). Un reo convicto por asesinato de policíasaseguró hoy que él y el conocido pistolero de la mafia Charles “Chuck” Nico-letti fueron los responsables de los disparos que le quitaron la vida al presi-dente John F. Kennedy, y que Lee Harvey Oswald solamente fue utilizadopara confundir las investigaciones.

Cajón de sastre

12. CAJON 28/6/01 11:13 Page 149

Page 150: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 5 0

cajón de sastre

James E. Files, en una confesión que será divulgada públicamente esta se-mana, sostiene que trabajó como conductor para Nicoletti y que éste le pidióel mismo día del asesinato que actuara como gatillero de apoyo.

La confesión, obtenida por United Press International el domingo, ha sidorechazada por la Oficina Federal de Investigadores (FBI) como carente de cre-dibilidad.

Files cumple una sentencia de 50 años en prisión por la muerte de un agen-te policial en la ciudad de Joliet, estado de Illinois, y permanece detenido enla prisión estatal de esa ciudad. Sus declaraciones fueron hechas en una entre-vista ofrecida el 22 de marzo de 1994 a socios de un detective privado que ras-treó a Files y que luego ganó su confianza.

Files, quien lucía nervioso durante el interrogatorio, aseguró que Nicolettifue el pistolero principal y que también estaba involucrado Johnny Rosselli,una de las figuras de la mafia de Chicago.

d

El Vaticano devuelve a Granada los “Libros plúmbeos” del siglo XVI

Granada recuperó en junio de 2000, casi 400 años después de que fueran en-viados a Roma y declarados como herejía, los Libros plúmbeos del Sacromonte,un último intento de los moriscos granadinos por salvar su religión, y de pasosus vidas, inventándose una revelación que unía islam y cristianismo. El Vati-cano decidió devolver los libros al lugar en que fueron descubiertos en 1595, yque ahora serán expuestos al público.

Escritos en árabe y con alfabeto salomónico, los Libros plúmbeos tienen unacuriosa historia: cuando en 1588 se derribó el alminar de la mezquita mayor deGranada para construir sobre ella la futura catedral, apareció un cofre con unpergamino, un trozo de un manto de la Virgen y los huesos de un protomártir,San Esteban. El pergamino, fechado en el siglo I pero escrito en castellano delsiglo XVI, anunciaba la inminente aparición de unos libros que, por su carácter,serían una revelación religiosa.

Esos libros aparecieron siete años después en Valparaíso (nombre originariodel Sacromonte granadino), junto a las reliquias y restos de supuestos santos ymártires, como San Cecilio, actual patrón de Granada. Los 21 libros, que son

12. CAJON 28/6/01 11:13 Page 150

Page 151: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 5 1

cajón de sastre

planchas de plomo circulares de unos diez centímetros de diámetro, talladoscon buril, eran tratados religiosos, presuntamente del siglo I, que hacían de losconceptos del islam y el cristianismo una religión sincrética.

El traductor Miguel Hagerty, experto en los libros, señala que los falsifica-dores convirtieron en autores de los libros a San Cecilio y San Tesifón, dos va-rones apostólicos de los que no se sabía nada, y que además eran árabes, en unintento de despertar la simpatía hacia los moriscos. De ese modo, Granada seconvirtió en una ciudad con un santo inventado y con varios falsos mártires.

d

John Elliot reclama una historia global de Europa y América“Existe la necesidad de elaborar una historia verdaderamente atlántica”. Conesta frase inició, el 17 de octubre de 2000, el hispanista británico John Elliot lasesión de apertura de la XIV edición del Coloquio de Historia Canario-Ameri-cana, Las Palmas de Gran Canaria.

En su ponencia inaugural, titulada En busca de la historia atlántica, Elliot re-clamó unir en una sola historia los conocimientos historiográficos recopilados,por separado, por los investigadores de España, Portugal y Gran Bretaña, prin-cipales colonizadores del Nuevo Mundo, ya que, según el historiador, hastaahora los procesos de estudio a este respecto han sido “desalentadores porqueen lugar de acercar a ambos mundos, los minuciosos estudios del último me-dio siglo han tenido el efecto de separarlos aún más”, aseguró.

d

Jacques Ellul (1912 – 1945)Nació en Burdeos y en esa ciudad enseñó casi siempre, en la facultad de dere-cho, como profesor de historia y de sociología de las instituciones; era ademásteólogo protestante; ha sido, con razón, considerado como un pensador impo-sible de catalogar. Militante del partido comunista francés en 1934 – 1935, par-ticipó activamente en la resistencia durante la segunda guerra mundial. Muyapreciado fuera de Francia, especialmente en los Estados Unidos (la Universi-dad de Berkeley ha creado una fundación para reunir todos sus textos), su obrasigue siendo poco conocida en Francia y desconocida en México. Publicó unos

12. CAJON 28/6/01 11:13 Page 151

Page 152: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 5 2

cajón de sastre

cuarenta libros de historia del derecho, una Historia de las Instituciones en cincovolúmenes, muchos libros de sociología y más de diez libros de socioteología.Estudió el creciente papel de la técnica en nuestras sociedades (Le systeme tech -nicien, 1977; Changer de révolution, 1982; Le Bluff technologique, 1988) y fue unode los primeros en desarrollar la tesis del devenir autónomo de la técnica queempuja al hombre al crecimiento permanente. En su obra se encuentran ya lastesis cardinales de cierta ecología política. Cuando acusa a la civilización técni-ca de llevar a la muerte de la vida interior y privada, nos conecta con la vertien-te teológica calvinista de su obra: Ética de la libertad, 1975; La fe al precio de laduda, 1980, La palabra humillada, 1981; Si eres el hijo de Dios, 1991; La razón deser: meditación sobre Eclesiastés, 1987. Su cristianismo revolucionario expresa unafe incandescente y espléndidamente perturbadora.

d

Tocqueville y la “nueva historia”“Estoy convencido de que hasta en las naciones democráticas el genio, los vi-cios o las virtudes de algunos individuos retrasan o aceleran el curso natural deldestino del pueblo; pero esas causas fortuitas y secundarias son mucho más va-riadas, disimuladas, complicadas, menos poderosas y por lo tanto más difícilesde elucidar en los tiempos de igualdad que en los de aristocracia, cuando no setrate sino de analizar la actuación particular de un solo hombre o de algunos.

El historiador se cansa pronto de un trabajo tal; se pierde en ese laberintoy, al no poder percibir claramente y sacar a la luz las influencias individuales,las niega. Prefiere hablarnos de las razas, de la constitución física de un país odel espíritu de una cultura. Eso acorta su labor y, con poco gasto, satisface me-jor al lector. La Fayette dijo en alguna parte de sus Memorias que el sistemaexagerado de las causas generales procura consuelos maravillosos a los hom-bres públicos mediocres. Les da siempre algunas grandes razones que los sa-can prontamente de dificultad y favorecen su debilidad o su pereza mental, ha-ciéndoles sentirse profundos” (De la Demócratie en Amérique, tomo II, primeraparte, capítulo XX).

d

12. CAJON 28/6/01 11:13 Page 152

Page 153: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 5 3

cajón de sastre

El Palimpsesto de ArquímedesEn el museo Walters de Baltimore, un equipo internacional de científicos ehistoriadores ha empezado a estudiar el manuscrito más antiguo entre las co-pias de la obras de Arquímedes. Parece ser la única fuente original de “El mé-todo de los teoremas mecánicos”, base de la física matemática sobre la cualdescansa en buena parte la ciencia moderna. La revista Physics Today RevielNetz, de la Universidad de Stanford, subraya la importancia del estudio en cur-so para entender la forma estrictamente geométrica de pensar de Arquímedes.

El manuscrito fue elaborado en el siglo X en Bizancio; en el siglo XIII, des-pués de la toma y saqueo de Constantinopla por lo cruzados latinos, el libro fuedestrozado, el texto borrado y el pergamino se volvió a utilizar para copiar ora-ciones: se volvió palimpsesto. El texto griego aparece en vertical en las pági-nas del libro ulterior que fue localizado a mediados del siglo XIX en la iglesiadel Santo Sepulcro en Estambul. En 1906 Johan Ludvig Heiberg, danés espe-cialista en matemáticas clásicas, lo identificó y señaló su importancia. Luego ellibro se perdió durante la guerra turco-griega de 1922 en un nuevo saqueo deConstantinopla. Quién sabe cómo llegó a subasta en la casa Christie’s de Nue-va York en 1998. La Iglesia Ortodoxa griega reclamó vanamente. El coleccio-nista anónimo, quien lo compró en dos millones de dólares, lo confió al museoWalters para permitir su estudio.

d

Montesquieu no pierde nada de su actualidad, ni a 257 años de distancia:Es imposible que una nación fundada sobre la industria no decaiga de vez encuando, puesto que la prosperidad misma de la cual ha gozado causa ulterior-mente daño y produce el declino. Así, un comercio floreciente de manufac-turas en un Estado hace que los obreros se vuelvan más caros, causen un gastomayor. La mercancía se vuelve más cara y las otras naciones le pueden dar amejor precio.

- La politique, telle qu’elle est aujourd’hui, vient de l’invention de la poste.

- Cet art de la politique rend-il nos histoires plus belles que celles des Romains

et des Grecs?

12. CAJON 28/6/01 11:14 Page 153

Page 154: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 5 4

cajón de sastre

- Il y a peu de faits dans le Monde qui ne dépendent de tant de circonstances

qu’il faudroit l’éternité du Monde pour qu’ils arrivassent une seconde fois.

- Les politiques ont beau étudier leur Tacite: ils n’y trouveront que des réfle-

xions subtiles sur des faits qui auroient besoin de l’ éternité du Monde pour re-

venir dans les mêmes circonstances.

- Que le hasard est impérieux! Et que les vues des politiques sont courtes!

(Oeuvres, Mes pensées, Puissance des Etats, París, Gallimard, La Pléïade, tomo I: 1421 y 1425)

d

En 1989, cuando Chateaubriand explicaba al papa León XII el error político delclero francés, el viejo patriarca le dijo:

Jesucristo no se ha pronunciado sobre la forma de los gobiernos. Dad al César lo

que es del César no significa más que: obedezcan a las autoridades establecidas. La

religión católica prosperó en medio de las repúblicas como en el seno de las monar-

quías; está progresando de manera inmensa en los Estados Unidos; reina sola en

las Américas españolas.

En el transcurso de la misma conversación el noble anciano comentó:

[...] los católicos irlandeses son bastante ardientes y bastante inconsiderados. Es

necesario que las cosas estén maduras y que Dios concluya, él mismo, su obra. A

los papas no les toca más que esperar.

Les Mémoires d’ Outre-tombe,Gallimard, la Pléïade, Paris, 1990, tomo II : 289-291

d

Abdallah Laroui, nuestro querido colega marroquí, ganó el premio Catalunyaen marzo del año pasado. Profesor en la Universidad Mohamed V de Rabat, esun investigador profundo de la sociedad medieval y moderna de Marruecos.

12. CAJON 28/6/01 11:14 Page 154

Page 155: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 5 5

cajón de sastre

Tiene varios libros en francés, en árabe y seis en español. La editorial Penín-sula publicó El islam árabe y sus problemas, recopilación de artículos.

d

Boris Yeltsin publicó en octubre del año pasado un nuevo volumen de memo-rias, inmediatamente traducido a varios idiomas: Maratón presidencial o Mid -night Diaries (1994-1999).

d

Jeffrey Meyers publicó en el otoño del 2000 Orwell. Wintry Conscience of a Genera -tion (Nueva York, Norton, 380 págs.).

12. CAJON 28/6/01 11:14 Page 155

Page 156: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

COLABORADORES QUEAPARECEN EN ESTE NÚMERO

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p r e s e n t a c i ó n

RAFAEL ROJASdProfesor-investigador de la División de His-toria del Centro de Investigación y Docen-cia Económicas.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .d o s s i e r

D. M. TUTUdArzobispo anglicano en África del Sur. Pre-sidente de la Comisión de la Verdad y la Re-conciliación de Sudáfrica. Premio Nobel dela Paz 1984.

GUILLERMO GUAJARDOdProfesor titular en el Departamento de Es-tudios Internacionales del Instituto Te c n o l ó-gico Autónomo de México (I TA M). Es coord i-nador con Riccardo Forte del libro Consensoy coacción. Estado e instrumentos de control po -lítico y social en México y América Latina SiglosXIX y XX. (Ciudad de México: El Colegio deMéxico-El Colegio Mexiquense, 2000).Además es columnista del periódico El Uni -versal.

HENRY LAURENSdProfesor de la Inalco (París). Su última obrapublicada es L’Orient arabe: arabisme et isla -misme de 1798 à 1945, Armand Colin, París,2000; y está por aparecer Le Moyen-Orient auXXe siècle, Armand Colin, París, 2000.

JOSÉ ANTONIO CRESPOdProfesor-investigador de la División de Es-tudios Políticos del Centro de Investigacióny Docencia Económicas.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .n o t a s y d i á l o g o s

ANTONIO ELORZAdPolitólogo e historiador de la UniversidadComplutense de Madrid; profesor visitanteen el CIDE. Entre sus muchos libros: Ideolo -gía del nacionalismo vasco, 1876-1937 (1978),La religión política (1995), La guerra de Cuba(con E. Hernández, 1998) y Queridos cama -radas, La Internacional Comunista y España(con E. Hernández, 1999).

EVA BORREGUEROdColabora con el Departamento de CienciaPolítica en la Universidad Complutense deMadrid.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .v e n t a n a a l m u n d o

LUIS PÁSARAdInvestigador visitante, University of NotreDame.

ADAM MICHNIKdDirector del diario polaco Gazeta Wyborcza.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .r e s e ñ a s

REBECA INCLÁNdAsistente de la División de Historia en elCIDE. Su última publicación: Migración liba-nesa en México , México, Instituto de Culturade la Ciudad de México, CONACULTA, 1999.

ISAMI ROMERO HOSHINOdProfesor asistente de la División de Estu-dios Internacionales del Centro de Investi-gación y Docencia Económicas.

JUAN ESPÍNDOL MATAdProfesor asistente de la División de Estu-dios Políticos del Centro de Investigación yDocencia Económicas.

14. COLABORADORES 28/6/01 11:16 Page 160

Page 157: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1. Los autores deberán enviar original ycopia (impresas) de sus colaboraciones,además de entregar el texto en soporteelectrónico (disquet), formatoMicrosoft Word.

2. Extensión máxima: 30 cuartillas(notas y bibliografía incluidas), adoble espacio en papel tamaño carta(21.5 x 28 cm). Tipo de letra: TimesNew Roman de 12 puntos. Márgenes:superior, inferior y derecho de 2.5 cm,e izquierdo de 3.5 cm. Numeración enla esquina inferior izquierda.

3. Gráficas, cuadros y tablas deberán serpresentados listos para ser reproducidosy su colocación en el texto se indicaráclaramente.

4. Se debe utilizar el sistema de citadoque inserta dentro del texto la referen-cia entre paréntesis (apellido del autor,año, número de páginas).

5. Cualquier comentario que el autorjuzgue que no debe encontrarse dentrodel texto, puede ser incluido en unanota a pie de página.

6. Si se trata de una cita textual que abar-que como máximo dos líneas, se citaráal autor, se transcribirá entre comillas yenseguida entre paréntesis se apuntaráel año y el número de página(s). Si lacita abarca más líneas, se transcribirá elpárrafo o párrafos con una sangríai z q u i e rda de 1 cm a partir de la configu-ración ya establecida, sin encomillar.

7. La bibliografía debe estar ordenadaalfabéticamente con base en el apellidopaterno de los autores. Cuando hayamás de una obra escrita por el mismoautor, éstas deberán ordenarse

cronológicamente de acuerdo con lafecha de publicación de las mismas, yel nombre del autor, a partir de lasegunda obra, deberá sustituirse poruna línea de subrayado de 5 golpes. Sihay más de una obra escrita por el mismoautor en el mismo año éstas deberándiferenciarse con una letra minúscula(ejemplo: 1995a, 1995b, 1995c).

8. Todas las siglas y referencias queaparezcan mencionadas en el texto sereproducirán en orden alfabético y enla sección SIGLAS Y REFERENCIAS, alfinal del texto.

9. El nombre de los autores, la institucióna la que pertenecen y una breve sem-blanza de su trayectoria y publicaciones,aparecerán inmediatamente despuésdel título de lado derecho.

10. Todos los autores deberán atenerse aestos LINEAMIENTOS.

11. La redacción se reserva el derecho deintroducir correcciones y ajustes altexto siempre que éstos no alteren elsentido del mismo.

12. La redacción acusará el recibo de lascolaboraciones en un plazo de dossemanas a partir de su recepción.

13. La redacción someterá las colaboracionesal dictamen anónimo de dos especialis-tas e informará el resultado a los autore sen un plazo no mayor de un año.

14. No se aceptarán cambios en el textouna vez que éste haya sido aprobadopara su publicación. El objetivo quepersigue esto es reducir los costos deimpresión.

15. La redacción no devolverá a los autoreslos materiales enviados.

LINEAMIENTOS EDITORIALES

FOTOGRAFÍA DE SERGIO SALINAS TOMADA DE THE BOOK OF SIMPLE MEDICINES , ST. PETERSBURGO, NATIONAL LIBRARY OF RUSSIA.

14. COLABORADORES 28/6/01 11:16 Page 161

Page 158: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

MÓDULO I.DE LA REPÚBLICA DE INDIOS A LA REPÚBLICA DE INDIOS

✧ Los senderos de la cristianización✧ El cristianismo y los movimientos sociales✧ La geografía, las estructuras territoriales y las jurisdicciones I✧ La geografía, las estructuras territoriales y las jurisdicciones II✧ Mesa redonda: El cristianismo y los pueblos indígenas

MÓDULO II.LOS ENIGMAS DEL PODER: LA IGLESIA Y LA POLÍTICA

✧ La estructura institucional eclesiástica y las relaciones con la Santa Sede✧ Legislación, constituciones y anti-clericalismo✧ Organizaciones, partidos políticos y la iglesia✧ Teologías y organizaciones diversas al interior de la Iglesia✧ Mesa redonda: Iglesia, Estado y nación: distintas miradas

MÓDULO III.FRAGUA Y FRONTERA: LA IGLESIA Y LA SOCIEDAD

✧ El dilema de las reformas: debilidad y fuerza del cristianismo✧ La iglesia y la educación✧ Devoción, piedad y manifestaciones religiosas✧ Asociaciones y organizaciones laicas✧ Mesa redonda: Vínculos sociales, mundos divididos: feligreses y ciudadanos

MÓDULO IV.LOS RETOS DEL NUEVO MILENIO

✧ Democracia y tolerancia✧ Las otras iglesias y congregaciones cristianas✧ La iglesia ante la pobreza y la marginación✧ Ética y justicia✧ Mesa redonda: Los espejismos de la tradición y la modernidad

FECHAS: EL DIPLOMADOINICIAEL 14 DE AGOSTO DEL 2001 Y TERMINAEL 4 DEDICIEMBREDEL 2001. INCLUYE 32 SESIONES Y 128HORASDECLASE . LASCLASESSEIMPARTENLOSMARTES Y JUEVESDELAS 16 A LAS 20 HORASENLASINSTALACIONESDEL CIDE. INSCRIPCIONESHASTA EL 31 DEJULIODEL 2001.EL DIPLOMADOTIENE VALORCURRICULAR.

COORDINACIÓN ACADÉMICA:Clara García DIVISIÓNDE HISTORIA

DIRECTOR: Jean Meyer DIVISIÓNDEHISTORIA

Centro de Investigación y Docencia EconómicasDivisión de HistoriaCarretera México-Toluca 3655Col. Lomas de Santa Fe 01210 México, D.F.Teléfonos: 5727-98-00 ext. 2126 con Julio Ríos

w w w . c i d e . e d u

w w w

14. COLABORADORES 28/6/01 11:17 Page 162

Page 159: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

istorw w w. i s t o r. o rg . m x

revista de historia i n t e rn a c i o n a l

ahora en intern e t :

14. COLABORADORES 28/6/01 11:17 Page 163

Page 160: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

14. COLABORADORES 28/6/01 11:17 Page 164

Page 161: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

año II, número 5, verano del 2001, se

terminó de imprimir en el mes de

junio del 2001 en los talleres de Im-

presión y Diseño, Ciudad de México.

En su formación se utilizaron tipos

Caslon 540 Roman de 11 y 8 puntos.

La edición consta de mil ejemplares.

D istor d

14. COLABORADORES 28/6/01 11:17 Page 165

Page 162: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

C O N V O C A T O R I AEl Gobierno del Estado de Coahuila de Zaragoza y la Secretaría de EducaciónPública del Estado, a través del Centro Cultural Vito Alessio Robles, convocan

a las instituciones de educación superior del país, centros dedicados a la investigación histórica y organismos culturales en general, a proponer

candidatos para recibir la

PreseaVito Alessio Robles

al Mérito Histórico

consistente en medalla y diploma, instituidacomo reconocimiento a los investigadoresen activo que hayan destacado en el campode la historia regional en México, la cual seentregará por tercera ocasión en octubre de2001, el día que fije el Jurado.

El registro de las candidaturas deberá ha-cerse antes del 1 de septiembre del año encurso, proporcionándose la siguiente infor-mación:

Nombre, domicilio, teléfono y e-mail de lainstitución responsable de la propuesta.Nombre, dirección, teléfono, e-mail, curricu-lum y bibliografía del candidato a recibir lapresea.

El jurado que habrá de decidir el otorga-miento de la presea, lo preside el doctor

Luis González y González y está integradopor cuatro especialistas de renombre na-cional y el director del Centro Cultural VitoAlessio Robles.

Las candidaturas registradas el año anteriorsólo requerirán de la ratificación por escrito–que pudiera ser vía fax o e-mail– de lasInstituciones que las enviaron, para sertomadas en cuenta por el jurado que dis-cernirá la entrega de la Presea Vito AlessioRobles 2001. Las mismas instituciones po-drán, de considerarlo conveniente, registrarnuevos candidatos y actualizar el curricu-lum de los que ya propusieron.

Las propuestas deberán enviarse al domi-cilio del Centro, donde se proporcionará, siasí se requiere, mayor información:

Saltillo, CoahuilaHidalgo y Aldama,

Centro Histórico,CP25000

Tel. (01 8) 4 12 84 58Fax (01 8) 4 12 61 80

E-mail: [email protected]

14. COLABORADORES 28/6/01 11:17 Page 166

Page 163: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 5 6

ÁFRICA DEL SUR

Meredith, Marin, Coming to terms: South Africa Search for Truth, Public Affairs.Pons, Sophie, Apartheid, l’ aveu et le pardon, postface de Desmond Tutu, París, Ba-

yard, 2000.

ALEMANIA

Devant l’ histoire, Les dois de la controverse sur la singularité de l’ extermination desjuifs par le régime nazi, GIF, 1998.

Colectivo, Historikerstreit, Munich, Piper, 1987.“La Memoire d’Auschwitz”, Esprit, septiembre de 1980.“Memoire du nazisme en RFA y RDA”, Esprit, 1987.Rosenbaum, Alan (ed.), Is The Holocaust Unique?: Perspectives in Comparative Ge -

nocide, Boulder y Oxford, Westview Press, 1998.

ARGELIA

Branche, Raphaëlle, L’ armée et la torture pendant la guerre d’ Algérie. Les soldats,leurs chefs et les violences illegales, tesis inédita, Institut d’ Etudes Politiquesde Paris, 2000, 1211 pp.

Yous, Nesroulah, “Qui a tué à Bentalha?”, París, Éditions la Découverte, 2000.

BOSNIA

Hesse, Carla, y Robert Post (eds.), Human Rights in Political Transitions: Gettys -burg to Bosnia, Tone, 344 pp.

Bibliografía a l e a t o r i a

13. BIBLIOGRAFIA 28/6/01 11:14 Page 156

Page 164: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 5 7

bibliografía aleatoria

CHILE

Güell, Pedro, y Norbert Lechner, “Pinochet: un passé qui ne passe pas, a pro-pos de la construction de la mémoire au Chili”, Esprit, noviembre de 1999.

CONO SUR

Jelin, Elizabeth, Memorias de la represión y construcción democrática en el ConoSur, Social Science Research Council, investigación en curso.

CUBA

Cumerlato, Corinne, y Denis Rousseau, L’ île du docteur Castro, París, Stock, 2000.Padilla, Heberto, Fuera del juego, Miami, Ediciones Universal, 1998.

ESPAÑA

Antoñana, Pablo, Extraña visita y otras historias, Pamiela, Pamplona, 1999.G a rcía Delgado, José Luis, Santos Juliá, Juan Pablo Fusi, Edward Malentakis y

Stanley G. Payne, Franquismo, el juicio de la historia, Madrid, Temas de Hoy,1 9 9 9 .

Iglesias, Carmen (coord.), Símbolos de España, España, Centro de Estudios Po-líticos y Constitucionales, 1999, Premio Nacional de Historia 2000.

Jusell, Javier, Historia de España en el s. XX, Madrid, Taurus, 1999.Linz, Juan J., “Church and State in Spain from the Civil War to the Return of

Democracy”, en el Retorno de la Sociedad Civil, Madrid, I. Estudios Econó-micos, 1987, pp. 41-66.

Maurie, Thiery, “La movida ou l’ imposible histoire du franquisme”, Esprit,agosto-septiembre de 2000.

Miret Magdalena, Enrique, Luces y sombras de una larga vida, Madrid, Planeta,2000.

Sisinio Pérez Garzón, Juan, Eduardo Manzano, Ramón López Facal y AuroraRiviére, La gestión de la memoria. La historia de España al servicio del poder,Barcelona, Crítica, 2000.

ESTADOS UNIDOS

Diggins, John Patrick, Abraham Lincoln and the foundation of American History,Yale University Press, 2000.

13. BIBLIOGRAFIA 28/6/01 11:14 Page 157

Page 165: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 5 8

bibliografía aleatoria

FRANCIA

Judt, Tony, The burden of responsability: Blum, Camus, Aron and the 20 th Century,University of Chicago Press, 1998.

Kaplan, Alice, The collaborator. The trial and execution of Robert Brasillach, Uni-versity of Chicago Press, 1999.

May, Ernest R., Strange Victory. Hitlers conquest of France, Hill and Wang, 2000.

HISTORIA Y MEMORIA

Grosser, Alfred, Le Crime et la Mémoire, París, 1989.“Les Historiens et le travail de Mémoire”, Esprit, agosto-septiembre de 2000. Pomian, Krzysztof, Sur l’ Histoire, París, Gallimard, 2000.Ricoeur, Paul, La mémoire, l’histoire, l’oubli, Seuil, París, 2000.

INDIA

Butalia, Urvashi, The Other Side of Silence, Voices from the Partition of India, DukeUP, Durham, 2000.

JAPÓN

Fogel, Joshua A. (ed.), The Nanjing Massacre in History and Historiography,Berkeley: University of California Press, 2000.

Katsuichi, Honda, The Nanjing Massacre; A Japanese Journalista Confronts Ja -pan’s National Shame, M. E. Sharpe, 1999.

Cook, Hakuro y Theodore Cook, Japan at War: An Oral History, New York Ti-mes Review, 1993.

Tanaka, Yuri, Hidden Horrors: Japanese War Crimes in World War II, Boulder, Co-lorado, Westview Press, 1996.

RUANDA

Gourevitch, Philip, Queremos informarle de que mañana seremos asesinados juntocon nuestras familias, Barcelona, Destino, 1999.

Hatzfeld, Jean, Récits des Marais Rwandais, París, 2000.Human Rights Watch, Aucun Temoin ne doit survivre. Le genocide au Rwanda,

París, 1999.

13. BIBLIOGRAFIA 28/6/01 11:14 Page 158

Page 166: DIRECTOR COMITÉ EDITORIAL Luis González Yuri Afanasiev d ... 5.pdfDIRECTOR Jean Meyer d JEFE DE REDACCIÓN José Manuel Prieto d CONSEJO DE REDACCIÓN José Antonio Aguilar Óscar

1 5 9

bibliografía aleatoria

RUSIA

Astigarraga, Isabelle, Tchétchénie. Un peuple sacrifié , L’ Harmattan, París, 2000.Laignel-Lavastine, Alexandra, “Retours sur le communisme”, Debat 107, nor-

dee, 1999, pp. 118-136.Nivat, Anne, Chienne de Guerre, Fayard, París, 2000.Politkovskaia, Anna, Voyage en enfer, Journal de Tchétchénie, París, 2000.

SERBIA

Milosevich, Mira, Los tristes y los héroes. Historias de nacionalistas serbios, Madrid,Espasa Hoy, 2000.

TURQUÍA/ARMENIA

Roy, Olivier; Michel Marián y Olivier Mongin, “Le génocide arménien et leCollége de France”, Esprit, febrero de 1999.

Ternon, Yves, Du Négationnisme. Mémoire et tabou , ed. Desclée de Brouwer.Hovannisan, Richard G. (ed.), Rembenbrance And Denial. The Case Of The Arme -

nian Genocide, Detroit, Wayne State University Press.Dadrian, Vahakn N., Warrant For Genocide. Key Elements of Turko-Armenian Con -

flict, Brunswick, New Jersey, Transaction.

13. BIBLIOGRAFIA 28/6/01 11:14 Page 159