Discurso honoris causa Albaladejo

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UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS

LECCIÓN INAUGURAL DEL CURSO ACADÉMICO 2009-2010

E INVESTIDURA COMO DOCTORES

«HONORIS CAUSA»DE LOS EXCMOS. SRES.

D. Manuel Albaladejo GarcíaD. Vicente Palacio Atard

MÓSTOLES2009

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Edita: Universidad Rey Juan Carlos

Imprime: Taravilla, S.L.Mesón de Paños, 628013 [email protected]

Depósito Legal: M-39.230-2009

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ÍNDICE

LECCIÓN INAUGURAL DEL CURSO ACADÉMICO 2009-210, A CARGO

DEL PROF. DR. D. ENRIQUE OTERO HUERTA, CATEDRÁTICO

DE CIENCIA DE MATERIALES E INGENIERÍA METALÚRGICA 7

LAUDATIO DEL PROFESOR DR. D. JOSÉ PÉREZ DE VARGAS MUÑOZ

EN LA INVESTIDURA COMO DOCTOR HONORIS CAUSA DEL

PROFESOR DR. D. MANUEL ALBALADEJO GARCÍA XX

LAUDATIO DEL PROFESOR DR. D. LUIS PALACIOS BAÑUELOS

EN LA INVESTIDURA COMO DOCTOR HONORIS CAUSA DEL

PROFESOR DR. D. VICENTE PALACIO ATARD XX

PALABRAS PRONUNCIADAS POR D. MANUEL ALBALADEJO ABARCA CON

MOTIVO DE LA INVESTIDURA DEL DR. D. MANUEL ALBALADEJO

GARCÍA COMO DOCTOR HONORIS CAUSA XX

PALABRAS PRONUNCIADAS POR EL PROFESOR DR.

D. VICENTE PALACIO ATARD EN SU INVESTIDURA

COMO DOCTOR HONORIS CAUSA XX

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LECCIÓN INAUGURALDEL CURSO ACADÉMICO 2009-2010

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DISEÑO DE MATERIALES.DEL MICRÓMETRO AL NANÓMETRO

Profesor Dr. Don Enrique Otero HuertaCatedrático de Ciencia de Materiales

e Ingeniería Metalúrgica

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Los Neandertales, nuestros parientes prehistóricos más cercanos, dominaronEurasia; al sur por la costa del Mediterráneo, desde Gibraltar hasta Grecia e Irak, has-ta Rusia por el norte y de este a oeste de Mongolia a Gran Bretaña, a lo largo de casi200.000 años. Hace 43.000 años, como muestran los restos fósiles descubiertos en 1994en la cueva de «El Sidrón», en Asturias, todavía sobrevivían, a pesar de las dificulta-des impuestas por un clima hostil, pero 15.000 años después, desaparecían para siem-pre. ¿Qué sucedió en esas fechas, hace entre 45.000 y 30.000 años?

El suceso fundamental, según los especialistas, tiene que ver con la llegada ycolonización de esas tierras, por el conocido como hombre moderno, que inició sumigración desde África 15.000 años antes, más inteligente, más avanzado, en definiti-va, más humano, que acabó exterminándolos. La siguiente pregunta sería: ¿Cómo sa-ben los antropólogos que el hombre moderno era más avanzado? La respuesta es: porlos materiales que utilizaban.

Efectivamente, hace unos 40.000 años se produce en Europa un gran salto ade-lante en el desarrollo de la humanidad, cuando la estancada industria musteriense delos Neandertales es sustituida por una variada serie de utensilios de piedra y hueso mássofisticados, que permiten a los humanos provenientes de África cazar mejor y gue-rrear con mayor eficacia. También aparecen entonces, ornamentos corporales y otrossignos de expresión simbólica que denotan su mayor desarrollo intelectual.

Así ha sido siempre. El desarrollo de la humanidad está ligado, desde épocasancestrales, al desarrollo de los materiales, de manera que, a medida que los humanosmejoran su inteligencia cognitiva, emplean materiales más sofisticados para asentar suevolución. El hombre primitivo, tuvo acceso a un número muy limitado de materiales:piedra, madera, arcilla, cuero y poco más, y los utilizaba tal y como la naturaleza selos ofrecía, sin ninguna modificación. Estamos en la Edad del material piedra. Poco apoco, con el transcurso del tiempo, va descubriendo técnicas para modificar estosmateriales primigenios, para combinarlos y, mucho más adelante, para sintetizarlos,logrando propiedades que les hacen más útiles, y facilitando así su desarrollo.

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Durante muchos años, las modificaciones de los materiales que ofrecía la natu-raleza, para alcanzar nuevas y mejores propiedades, se lleva a cabo sin una idea pre-concebida, sin diseño previo, simplemente por casualidad. Así ocurre en el caso de losmetales, que, salvo muy escasas excepciones, y por razones puramente termodinámi-cas, nos son ofrecidos por la naturaleza de manera combinada, formando óxidos, sulfuroso carbonatos, fundamentalmente.

Así, por ejemplo, el hombre primitivo debió quedar fascinado cuando encontróminerales como la malaquita o la azurita, carbonatos de cobre de color verde esmeralda yazul cielo respectivamente. Seguramente los utilizó, por su belleza, como amuleto o, sim-plemente, con fines ornamentales, pero un día, unos 5.000 años a.C, probablemente, situóestos minerales cerca del fuego y de residuos de plantas carbonizadas, oxidando el carbo-nato a óxido y reduciendo, posteriormente, éste para obtener cobre metálico. A menudo,el mineral de cobre contiene también mineral de estaño, lo que conducía a la reducciónsimultanea de ambos, y a su obtención, mezclados en fase líquida, pues la temperatura defusión del cobre disminuye cuando se combina con el estaño y, por tanto, es más fácil fundirla mezcla que el cobre puro. Así comienza la Edad del material bronce.

Está verificado el empleo del «ocre», palabra genérica que designa una mezclade óxidos de hierro, desde hace 300.000 años, en la decoración del cuerpo. La reduc-ción de estos óxidos para obtener hierro, se logra por primera vez unos 3.000 añosa.C. en Egipto. Haciendo uso de la imaginación, se puede pensar que aquellos hom-bres suponían que el resultado con aquellas piedras de color ocre, debía ser el mismoque con los minerales de cobre, de manera que, calentando mezclas de ocre y carbónvegetal, obtendrían otro material duro y brillante, de alguna forma parecido al bronce.Así consiguieron un material sólido, pues no alcanzaban temperatura suficiente para lafusión del hierro, conocido como «pella», formada por mezcla de hierro y escoria su-perficial, que eliminaban por golpeo. La pella de hierro era relativamente blanda, puesprácticamente no incorporaba carbono, y, por tanto, fácil de dar forma para confeccio-nar recipientes y puntas de flecha. Entramos en la Edad del material hierro.

Se estima que casi 2.000 años después, en alguna zona del este de África, lo-graron temperatura suficiente, y mantuvieron funcionando aquel horno rudimentario eltiempo suficiente, para conseguir incorporar algo de carbono, formando solución sóli-da con el hierro. Acababan de preparar, por supuesto sin saberlo, el material estructu-ral que, con mejoras posteriores, más ha contribuido al desarrollo tecnológico de lahumanidad en los últimos 3.000 años: el acero.

Fue necesario esperar al siglo XV de nuestra era, para que, también por casua-lidad, se produjera una nueva sorpresa. Tal vez un herrero que andaba con prisa porterminar el tajo y volver con su familia, en vez de dejar que la pieza de acero salidadel horno perdiera calor lentamente en contacto con el aire, decidió enfriarla rápida-mente, introduciéndola en agua, o, tal vez, sencillamente, porque, por accidente, se lecalló a un charco cercano; el caso es que ese acero, ahora «templado», presentabaextraordinarias propiedades de dureza. Sin embargo, el material así tratado, era frágily resistía mal los impactos.

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Algún descendiente de ese herrero, no muchas generaciones después, completóel trabajo, percatándose de que un calentamiento suave, posterior al temple, hoy co-nocido como «revenido», concedía al material la tenacidad requerida, entendiendo portal, una adecuada combinación de las propiedades de dureza y plasticidad. Todas es-tas sutiles técnicas y habilidades, diferentes a las que habían adquirido los fundido-res de cobre o bronce, fue demandando la especialización en el arte, ya milenario, delos metales, hasta tal punto, que estos herreros especialistas, se ganaron el prestigio yel favor de los poderosos, pues eran considerados tan artistas como pintores o escul-tores.

Desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, la mayoría de los países europeosemplearon la llamada «Farga Catalana», en la que se calentaban, conjuntamente, enun horno de arcilla, mineral de hierro y carbón vegetal a temperaturas de hasta 1.200ºC, para obtener ese acero, de bajo contenido en carbono. A partir de entonces, la fargaes sustituida por el horno alto y el carbón vegetal, por el coque, un combustible fósil,lo que permitió lograr temperaturas superiores, cercanas a los 1.500 ºC, y preparar, yacon fusión, en grandes cantidades, el acero, más o menos, como hoy lo conocemos.

Pero, sorprendentemente, hace tan solo una centuria que la humanidad da un saltocualitativo en el conocimiento y desarrollo de los materiales, pues terminan entonceslos procedimientos empíricos y las casualidades, comenzando lo que hoy se conocecomo «Ciencia e Ingeniería de los Materiales». Hasta entonces, se disponía de algu-nos de estos sólidos útiles, de naturaleza pétrea, metálica o cerámica, y se elegía, en-tre ese reducido muestrario, cual podía resultar más idóneo para una aplicación deter-minada. Tampoco se conocía la razón por la cual, cambiando la composición delmaterial (el contenido en carbono del acero, por ejemplo), o aplicándole diferentes tra-tamientos térmicos, como el temple o el revenido, cambiaban sus propiedades.

Ese salto, transcendental para el desarrollo, se produce a través del conocimien-to de la ordenación de los átomos en el espacio, mediante técnicas de difracción derayos X y de lo que se conoce como microestructura y, sobre todo, cuando se lograestablecer la relación entre esa microestructura y las propiedades que, en función deella, tendrá un material determinado. Esta circunstancia supone un cambio revolucio-nario en la evolución tecnológica de la humanidad, pues a partir de entonces, el mate-rial se diseña buscando y alcanzando la microestructura adecuada, en función de laspropiedades requeridas para una aplicación determinada, de manera que se puedansatisfacer las necesidades impuestas por el desarrollo de los distintos sectores de nues-tra compleja sociedad. Veamos un ejemplo:

Las aleaciones de titanio constan de dos fases conocidas como alfa y beta. Si laaleación se obtiene por tratamiento térmico y posterior enfriamiento, los cristales defase alfa adquieren forma lenticular. Sin embargo, cuando el material se conforma encaliente y luego se trata térmicamente los cristales de esa fase adoptan morfologíaesférica. La morfología lenticular aporta a la aleación mayor resistencia a la fluencia,pero la esférica suministra mejor comportamiento a la fatiga. Los investigadores handesarrollado tratamientos capaces de generar, simultáneamente, cristales de fase alfa

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de ambas morfologías, logrando así una buena combinación de propiedades cuando laaleación de titanio debe trabajar a alta temperatura.

Había tenido lugar lo que yo, personalmente, llamo «la Revolución Micromé-trica», porque para la observación de lo que llamamos microestructura, es decir, la formatamaño y distribución de las fases presentes en un material determinado, era necesariopoderlo observar con una resolución de una milésima de milímetro, lo que conocemoscomo micrómetro. Más adelante, hace solo cincuenta años, se inicia una segunda re-volución, de la que también hablaremos en esta lección inaugural: «La RevoluciónNanométrica», que se sustenta en dimensiones mucho más pequeñas, del orden de lamillonésima de milímetro, distancia definida como nanómetro.

Las propiedades más importantes que buscamos en estos «sólidos útiles», comose define a los materiales, se agrupan en seis tipos: mecánicas, químicas, térmicas,eléctricas, magnéticas y ópticas. Las mecánicas, relacionadas con la resistencia a es-fuerzos, y las químicas, relacionadas con su reactividad frente al medio circundante(comportamiento a corrosión), están vinculadas, fundamentalmente, a los materialesestructurales, empleados en ingeniería civil, arquitectura e instalaciones industriales,mientras que las otras, se relacionan con alguna función que debe desempeñar el ma-terial (conductividad eléctrica o térmica, permeabilidad magnética o índice de refrac-ción, por ejemplo) y son propias de los materiales denominados funcionales.

El acero del que hemos hablado, presenta propiedades interesantes relacionadas,fundamentalmente, con aplicaciones estructurales. Tres son sus virtudes principales quejustifican su empleo masivo: abundancia, bajo precio y buena resistencia mecánica; ytres sus defectos más llamativos: baja resistencia a la corrosión, mal comportamientoa alta temperatura y elevada densidad. Estas tres limitaciones han marcado el caminodel desarrollo de nuevos materiales estructurales para mejorar determinadas prestaciones.

Por lo que respecta a la mejora en el comportamiento a la corrosión, el hechomás significativo se produce a comienzos del siglo XX, cuando se puso de manifiestoque la adición, como elemento aleante, de un 12% en peso de cromo, aportaba al ace-ro resistencia prácticamente total a la corrosión, cuando el material se sitúa en contac-to con la atmosfera, gracias a la formación de una capa de oxido de cromo protectora.A partir de entonces, aparecen en el mercado las aleaciones, sin duda, más representa-tivas de ese siglo: los aceros inoxidables.

La necesidad de poder trabajar con garantía por encima de los 700-800 ºC, tem-peraturas hasta las cuales determinados tipos de aceros calificados como refractarios,aportan buenas prestaciones, surge, fundamentalmente, como consecuencia de los re-querimientos de la industria de la energía. El rendimiento de la transformación de unaforma de energía en otra, térmica en mecánica, por ejemplo, cuando el vapor genera-do en una caldera mueve una turbina, aumenta a medida que esa transformación selleva a cabo a mayor temperatura. Por tanto, encontrar materiales con buena resisten-cia mecánica y a la corrosión en esas condiciones de elevada temperatura, para lograrun mayor rendimiento en la operación, lleva al desarrollo de las conocidas como

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superaleaciones, cuyo metal base es el níquel o el cobalto, en sustitución del hierro,que llegan al mercado hacia 1960.

Una buena alternativa para la alta temperatura está también en los materialescerámicos, con gran inercia química, pero limitados en su uso por su fragilidad carac-terística. Esta circunstancia propicia, en los últimos treinta años, la investigación parael desarrollo de los conocidos como «cerámicos tenaces», en los que se han introduci-do características microestructurales que dificultan el avance de las grietas, confirien-do al material ciertas propiedades pseudoplásticas. En el campo de los materiales es-tructurales, su empleo se centra, fundamentalmente, como barreras térmicas, localizadossobre la superficie de las superaleaciones, para mejorar, aun más, su comportamientoa la corrosión a alta temperatura, a la fricción y al desgaste.

También son útiles los materiales cerámicos para conformar materiales compues-tos con matriz y refuerzo cerámico o intermetálico, que se emplean, básicamente, enaplicaciones a temperatura aún más elevada de la que soportan, con solvencia, lassuperaleaciones, constituyendo, en este momento, el límite en cuanto a resistencia alcalor, y para los que se prevé un desarrollo importante en las próximas décadas.

En este sentido, recientemente se ha logrado obtener una capa de material com-puesto de matriz cerámica tenaz, por deposición química simultánea, a partir de fasevapor, de una matriz de carburo de silicio y una fase dispersa de disiliciuro de titanio.Controlando la microestructura y la cantidad de fase dispersa, se puede ajustar el co-eficiente de dilatación del recubrimiento, para hacerlo similar al del substrato, con elfin de evitar el agrietamiento o levantamiento de la capa cerámica protectora duranteel ciclo térmico

El desarrollo de estos materiales especialmente resistentes a alta temperatura,tanto desde el punto de vista mecánico como de resistencia a la corrosión, ha sidofundamental a la hora de abordar uno de los proyectos científico-técnicos de mayorenvergadura de los últimos años: el Reactor Termonuclear Experimental Internacional(ITER).

El ITER es un consorcio internacional formado en 1986, para demostrar la via-bilidad científica y tecnológica de la fusión nuclear, se construirá en Cadarache (Fran-cia) y costará 10.300 millones de euros, lo que le convierte en el segundo proyectotecnológico más caro de la historia, después de la Estación Espacial Internacional. Elreactor se basa en la fusión nuclear (energía que se genera en el Sol), y se perfila comouna de las tecnologías para generar energía renovable, limpia y barata. Empezará afuncionar en 2018, como estaba previsto, pero no estará plenamente operativo hastaocho años más tarde, en 2026.

Para que ese produzca la fusión, la mezcla de gases (deuterio y tritio) tiene queestar en un estado fase especial llamado «plasma». Esta fase se consigue a temperatu-ras muy elevadas (millones de grados). El plasma es una fase de la materia especial,pero no es en absoluto rara. De hecho en el universo se puede decir que es casi el

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estado habitual de gran parte de la materia conocida. Para cambiar la fase o el estadode la materia se necesita, además de la temperatura, presión.

El confinamiento del plasma en la tierra es un gran reto tecnológico. En el Sol,que es el reactor de fusión más a mano que conocemos, esto se consigue por efectode la inmensa fuerza de gravedad que ejerce, al ser enorme su masa. A esto se le lla-ma confinamiento inercial. Pero aquí, en la tierra, no tenemos en principio, esa opcióny debemos utilizar otro sistema. Este sistema consiste en crear un intenso campo mag-nético en el que las partículas se vean atrapadas (confinamiento magnético). Así puesnecesitamos unas condiciones determinadas de temperatura y presión y el mantenimientodel confinamiento magnético para conseguir una reacción sostenida de fusión, que pro-duzca más energía de la que se aporta. De manera cuantificada, lo que se necesita estener una temperatura superior a 100 millones de grados, con una densidad de 1020 ionespor metro cúbico durante un tiempo superior a 1,5 segundos.

Una de las grandes incógnitas que subsiste antes de que un reactor de fusiónnuclear se pueda realizar a escala industrial, es el comportamiento de los materialesque constituyan su recinto de contención. Dichos materiales están sometidos a condi-ciones extremas debido a la temperatura y a la irradiación de la fusión. Dentro de lostrabajos de ITER se probarán los materiales en contacto directo con el plasma, así comolos mantos tritígenos. Dichos mantos estarán situados en torno al reactor y estaránbombardeados por el flujo de neutrones altamente energéticos que salga del recinto.Contendrán litio a partir del cual se producirá el tritio radiactivo destinado a alimentarel reactor.

Pero el ITER es sólo eso, un reactor experimental. Se prevé que la fase de ex-plotación tenga una duración de 20 años, hasta su desmantelamiento alrededor del año2040. A partir de ahí, la realización de «Demo», prototipo de reactor de fusión queproduzca electricidad, será el próximo desafío tecnológico que espera la comunidadcientífica internacional. El control de la energía solar por los hombres sigue siendodifícil de conseguir, como el sueño de Prometeo, pero ITER (cuyo nombre significa,también en latín, «la vía») podría ser uno de los caminos posibles.

Desde el punto de vista del desarrollo de materiales funcionales de última gene-ración, es preciso hacer referencia a determinadas familias de materiales cerámicos,como los óxidos de cobre con estructura de perovsquita, que presentan una propiedadabsolutamente sorprendente, la superconductividad (resistencia prácticamente cero alpaso de corriente) a temperaturas críticas superiores a unos 90 K, lo que ha permitidola fabricación de los electroimanes más potentes hasta ahora conocidos, o el funciona-miento de los trenes «Maglev», que se desplazan levitando sobre un monocarril.

No obstante, los avances en el conocimiento del fenómeno de la superconduc-tividad, nacen en 1911, unos cincuenta años antes del descubrimiento de estasperovsquitas, cuando un estudiante de doctorado, Holst descubre que un metal singu-lar, el mercurio, a temperaturas del orden de los -269 ºC presenta resistencia eléctricanula. Desafortunadamente Holst tenía un director de tesis de ética discutible, el Prof.

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Onnes, que se presentó ante la Academia de Ciencias de Holanda como único des-cubridor de tan interesante fenómeno, por el que recibió el premio Nobel de Físicaen 1913.

Metales conocidos como «tierras raras» por su escasez, como el neodimio, elpraseodimio o el samario son objeto de pugna, en este momento, entre los EEUU, Chinay Japón por su gran capacidad magnética y la consiguiente posibilidad de fabricar, apartir de ellos, estos superconductores de alta temperatura o magnetos de elevado ren-dimiento, para la generación de energía limpia en vehículos eléctricos y en turbinas degeneradores eólicos.

La tercera gran limitación del acero, su elevada densidad (un cubo de un metrode lado pesa 7.850 kg), hace prácticamente inviable su uso en determinadas aplicacio-nes, como la industria aeronáutica, por ejemplo, lo que propicia el desarrollo de nue-vos materiales metálicos, algunos todavía de base hierro, como los aceros de alta re-sistencia, muy utilizados en los últimos quince años en la industria de automoción y,fundamentalmente, los conocidos como aleaciones ligeras, cuyos representantes másimportantes son el aluminio (el mismo cubo de un metro de lado pesa 2.700 kg) y susaleaciones, el titanio y sus aleaciones y, en los últimos diez años, el magnesio, conuna densidad de 1.740 kg/m3, sorprendente para un material metálico, casi un 80%inferior a la del acero y similar a la de algunos polímeros, y considerado como uno delos materiales metálicos con más futuro.

El magnesio es un metal abundante pero con poca resistencia mecánica y plas-ticidad debido a que sus átomos se disponen en una red hexagonal con sólo un planode deslizamiento, el basal, lo que obliga a utilizarlo, en usos estructurales, aleado yendurecido por tratamiento térmico, alcanzando así una magnífica relación resistencia-peso y buen comportamiento a la fatiga. La otra gran limitación de este metal es subaja resistencia a la corrosión, como consecuencia de su elevada electroactividad. Paramejorar su comportamiento se recurre a alearle, a reducir al mínimo el contenido enimpurezas, fundamentalmente en lo que se refiere a hierro, níquel y cobre, y a prote-gerlo mediante recubrimientos de metales también ligeros y de mayor resistencia a lacorrosión, como el aluminio.

La reducción de peso, para un volumen determinado de material (densidad), es,también, una de las circunstancias más relevantes, que justifica la incorporación masi-va al mercado de los materiales poliméricos, conocidos popularmente como plásticos,a partir de 1950. Estos materiales, aparte de su empleo para la fabricación de artículosde consumo, han logrado propiedades que les hacen aptos para aplicaciones estructu-rales, aunque limitadas, debido a su escasa resistencia mecánica, y han sido capacesde sustituir, por ejemplo, determinadas piezas, tradicionalmente metálicas, en la indus-tria de automoción, precisamente para lograr el objetivo de reducir el peso y, en con-secuencia, el consumo de combustible.

Para mejorar el comportamiento mecánico de los polímeros, se han desarrolladomateriales compuestos en los que la matriz polimérica se refuerza con alguna fase dis-

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persa, como la fibra de vidrio o de carbono. Una parte importante de elementos es-tructurales de los aviones de última generación se fabrica con este tipo de materiales,para cuya preparación nuestro país dispone de la tecnología más avanzada.

Desde el punto de vista funcional, el empleo de los polímeros se ha basado,fundamentalmente, en su carácter aislante de la corriente eléctrica. Sin embargo, estosmateriales nos depararon recientemente una importante sorpresa. En 1974, MacDiarmid,vinculado a la Universidad de Pensilvania, fue invitado a pronunciar una conferenciaen la universidad de Tsukuba en Kioto. En un descanso, mientras tomaban un té, elquímico H. Sihirakawa, le muestra un pequeño experimento en el que se observa comoun plástico conduce la corriente eléctrica. MacDiarmid quedo entusiasmado e, inme-diatamente, invitó al profesor japonés a una estancia como visitante en Pensilvania, paraprofundizar en la naturaleza y posibilidades de esos nuevos materiales, los hoy cono-cidos como polímeros conductores. Veintiséis años después, ambos científicos, juntocon A. J. Heeger, recibían el Nobel de Química por el desarrollo del poliacetilenodopado con yodo como polímero conductor.

Entre las ventajas de estos «metales sintéticos», como se los conoce popular-mente, cabe destacar, además de su reducida densidad, el bajo precio de la materia primay de su procesado, así como su flexibilidad y elasticidad; y su desarrollo futuro sesustenta en combinar adecuadamente en estos polímeros conjugados buenas propieda-des mecánicas y eléctricas.

Antes de entrar en el universo de lo muy pequeño es preciso hacer referencia aun fenómeno sumamente curioso que se da en algunos materiales metálicos y cerámicos,me refiero a lo que se conoce como «efecto de memoria de forma». Un material conesta característica presenta, a temperatura ambiente, una determinada forma, la de unmuelle, por ejemplo, y una microestructura que, mediante enfriamiento, pueda experi-mentar una transformación de fase en estado sólido que llamamos «martensítica». Sidespués del enfriamiento lo deformamos, estirándolo por ejemplo, al volver a la tem-peratura inicial, la martensita transforma de nuevo a la fase original, y el material tomala forma primitiva, en este caso, el enrollamiento propio del muelle.

El año 2008 se utilizó la aleación más característica con esta propiedad, el Nitinolconstituida por níquel y titanio, descubierta en 1963 y utilizada industrialmente porprimera vez en 1991, en un cierre craneal, lo que tuvo cierta relevancia mediática. Laaleación con forma de muelle se enfrió a -20 ºC, se estiró y se dispuso de manera quesujetaba el trozo de hueso, que previamente se había retirado para acceder al cerebro,al resto del cráneo. Al entrar en contacto con el cuerpo, se calienta y recupera la for-ma de muelle original, ejerciendo la fuerza adecuada para fijar la pieza al resto delhueso de la cabeza.

La idea de avanzar y profundizar en el conocimiento de lo pequeño, nace conel desarrollo de materiales funcionales útiles en el campo de la electrónica, y se ini-cia, seguramente, cuando Bardeen, Brattain y Shockley llevan a cabo el descubrimien-to científico-técnico que, probablemente, más cambió la vida cotidiana de los ciudada-

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nos del siglo XX: los dispositivos semiconductores conocidos como transistores. Al-gunas empresas emprendedoras, como Sony, fueron capaces de apreciar pronto la im-portancia relevante del descubrimiento, compraron a los laboratorios Bell la patente, ylanzaron al mercado el primer aparato de radio sustituyendo las válvulas por transisto-res. Merece, quizás, la pena destacar, que países como EEUU y Japón, que fueronpioneros en la integración de estos nuevos materiales y, gracias a ello, prácticamentehan monopolizado el desarrollo de la microelectrónica, son los que han logrado mayornivel de desarrollo tecnológico en los últimos años.

A partir de 1959, con la llegada al mercado del primer circuito integrado, y enmuy poco tiempo, el número de transistores que pudieron comprimirse sobre la super-ficie de una oblea de silicio de, aproximadamente, cuarenta milímetros cuadrados (chip)pasó de uno (1959) a ciento ochenta (1968), ciento treinta y dos mil (1985) y variosmillones en la actualidad y, lo que es muy significativo, sin cambios importantes en elprecio, con lo que las prestaciones de estos circuitos integrados se multiplicó por unfactor superior a 10.000.

En este momento, con los conocidos como microcircuitos GSI, que logran laintegración de mil millones de transistores, se considera que, por limitaciones físicas,se ha llegado al límite en cuanto a densidad de empaquetamiento. Se podría estable-cer, a la vista de lo expuesto, que la industria electrónica, y de ordenadores y los cir-cuitos integrados comparten un destino inverso: estas industrias crecen y se desarro-llan, a medida que los circuitos integrados encogen.

Una alternativa para la reducción de tamaño, se basa en lo que se conoce comodispositivos mecano-cuánticos. Estos dispositivos se basan en llevar la tecnología delos semiconductores hasta el dominio de la física, en el cual, las partículas se compor-tan también como ondas, atravesando barreras antes impenetrables. Algunas estructu-ras de estos dispositivos mecano-cuánticos se han producido ya, utilizando los mate-riales tradicionales como silicio, arseniuro de galio o arseniuro de galio y aluminio, ysu tamaño es unas cien veces menor que los convencionales, lo que exige y exigirá enmayor medida en el futuro, desarrollar nuevos métodos de interconexión y arquitectu-ra para superar la reducción de tamaño, pero con ellos lograremos abaratar el coste delos equipos hasta 10.000 veces y lograr tiempos de respuesta mucho menores que losactuales, de por si ya sorprendentes, pues se sitúan en potencias de procesado muy porencima de los cien millones de instrucciones por segundo.

También en 1959, parece que esta es una fecha clave en el desarrollo de lopequeño, el Premio Nobel Richard Feynman fue invitado a pronunciar una conferen-cia en un prestigioso centro tecnológico de California. Lo previsible es que aquello nohubiera pasado de ser una charla que un científico de prestigio impartía a un auditoriode especialistas. Aquella intervención, sin embargo, se ha convertido en histórica.«Desde mi punto de vista —dijo Feynman—, los principios de la física no niegan laposibilidad de manipular la materia átomo por átomo. Gran parte de los problemasactuales de la química y la biología podrían evitarse si desarrollamos nuestra habili-dad para hacer cosas a nivel atómico». Por primera vez se hacía pública la posibilidad

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de intervenir a nivel nanométrico, es decir, manipulando partículas como los átomos,con dimensiones del orden de la millonésima de milímetro. Este párrafo ha sido cita-do miles de veces a lo largo y ancho de Internet entre los científicos y ciudadanos, engeneral, más comprometidos con el desarrollo futuro de la humanidad.

Feynman sostenía que era posible escribir los 24 tomos de la edición de 1959de la enciclopedia Británica sobre la cabeza de un alfiler. Analicemos que haría falta—explicaba Feynman—: «La cabeza de un alfiler mide, aproximadamente un milíme-tro y medio de diámetro. Si aumentamos su diámetro 25.000 veces, el área de la cabe-za del alfiler será la misma que la de todas las páginas de la Enciclopedia Británica(24 tomos de 820 páginas cada uno, en aquel momento). Por tanto, para lograr nuestrameta, bastaría con hacer lo contrario, es decir, reducir en un factor de 25.000 las di-mensiones de las letras de la enciclopedia». ¿Se puede hacer esto?

Veamos: Cada uno de los puntos que unidos forman las letras y las ilustracio-nes de la enciclopedia mide un quinto de milímetro. Cuando cada uno de esos puntosse reduce 25.000 veces, su diámetro sería de 80 Angstrom, que es el tamaño de unos32 átomos, de un metal ordinario, de manera que una letra requeriría de unos mil áto-mos. En otras palabras, manipulando los átomos uno por uno, podríamos escribir laenciclopedia en un espacio incluso inferior a la cabeza del alfiler. Para acabar de com-pletar la perplejidad de la audiencia, Feynman calculó que el total de los libros delmundo podría compararse, entonces, con un millón de Enciclopedias Británicas y que,por tanto, serian necesarias un millón de cabezas de alfiler para imprimir todos los librosdel mundo. Esa superficie equivale a un cuaderno de unas 35 páginas. «Toda la infor-mación que el ser humano ha generado a lo largo de su historia podría llevarse en lamano». Concluyó. Unos años después, a modo de homenaje, aquella conferencia deFeynman se escribió en la cabeza de un alfiler.

Hasta ahora nos hemos contentado con remover la tierra para encontrar minera-les que, tras ser sometidos a procesos físico-químicos macroscópicos, como hemosanalizado en el caso del hierro y el acero, nos permita obtener sustancias con un cier-to grado de pureza y unas propiedades determinadas, pero, a partir de ahora, no debe-mos conformarnos con estos materiales que presentan una disposición atómica concre-ta, aquella que nos facilita la naturaleza. Si fuéramos capaces de manipular los átomos,para disponerlos de manera diferente, seguramente podríamos lograr nuevos materialescon nuevas y mejores propiedades previamente establecidas.

Fíjense que, en definitiva, seguiríamos imitando a la naturaleza, pero aumenta-ríamos de manera gigantesca nuestra capacidad creativa. El grafito de la punta de unlápiz y un diamante están formados, en ambos casos, por átomos de carbono, peroordenados de distinta manera, lo que concede a ambos materiales propiedades absolu-tamente diferentes. La composición de una célula sana y una cancerígena es la misma,pero la disposición de los aminoácidos y proteínas, en definitiva, de sus átomos, no, yel resultado es dramático.

Manipulando los átomos que forman los elementos esenciales de nuestro plane-ta, como el aire, la tierra o el agua, estamos hablando básicamente de carbono, hidró-

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geno, oxígeno y nitrógeno, se podría obtener una manzana, por ejemplo. Todo esto eslo que se conoce como Nanotecnología, es, como les anticipé, la «revoluciónnanométrica», que permite la manipulación de partículas de tamaños del orden de lamillonésima de milímetro, y no se trata de ciencia ficción, la revolución ya está enmarcha. Jonhn Mamin, por ejemplo, científico de los laboratorios de IBM en California,dibujó un mapa de América manipulando y colocando adecuadamente átomos de oro.Con su técnica, ya contrastada, sería posible almacenar toda la obra de Shakespeareen una superficie de 0,2 mm2, esto supone una densidad de información muy superiora la correspondiente al mejor disquete de ordenador comercializado en la actualidad.Movernos en este rango, nos permitiría integraciones de un billón de bits por centíme-tro cuadrado, memoria equivalente a la correspondiente a doscientos ordenadores ac-tuales juntos.

El desarrollo de la nanotecnología en el campo de los materiales, permitirá al-canzar nuevas aplicaciones en áreas como la salud, la biotecnología, la química, laenergía y el procesado, almacenamiento y comunicación de datos. Entre los más inmi-nentes cabe citar: la preparación de materiales densos, empleando polvos metálicosnanométricos para el almacenamiento de gases de tamaño molecular pequeño, como elhidrógeno, para muchos la base de la energía del futuro; el empleo de clusters metáli-cos nanoestructurados en la fabricación de nuevos catalizadores heterogéneos con mejoractividad, selectividad y vida media, para mejorar la cinética de reacción en determi-nados procesos de la industria química, y en electrocatálisis, o aumentando el rendi-miento de las actuales pilas de combustible.

Merecen especial atención por su relevancia científico-técnica y previsibles apli-caciones los «nanotubos de carbono», que representan, hasta este momento, probable-mente, el más importante producto de estos nuevos nanomateriales. Los nanotubos decarbono fueron descubiertos en 1991 por el ingeniero y físico japonés Sumio Iijima,premio Príncipe de Asturias a la Investigación Científica y Técnica en 2008.

Los nanotubos se componen de una o varias láminas de grafito (el mismo materialcon el que fabrica la mina de un lápiz) enrolladas sobre sí mismas. Existen nanotubosmonocapa (un sólo tubo) y multicapa (varios tubos metidos uno dentro de otro, al estilode las famosas muñecas rusas). Los nanotubos tienen un diámetro de unos nanometros y,sin embargo, su longitud puede ser de hasta un milímetro, por lo que dispone de una re-lación longitud-anchura tremendamente alta y hasta ahora sin precedentes.

La investigación sobre nanotubos de carbono es tan apasionante (por sus múltiplesaplicaciones y posibilidades) como compleja. Los nanotubos son objeto de intenso estu-dio debido a sus propiedades eléctricas, térmicas y mecánicas. Eléctricamente presentancaracterísticas de semiconductores así como de superconductores dependiendo de la orien-tación de los hexágonos en los que se ordenan los átomos de carbono que componen elnanotubo. Mecánicamente, los nanotubos son sorprendentemente resistentes (un solonanotubo perfecto es de 10 a 100 veces más resistente que el acero) tanto que se ha teo-rizado su uso para la construcción de un ascensor espacial y, sin embargo, frente a fuer-zas de deformación, los nanotubos presentan alto nivel de elasticidad.

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Térmicamente, los nanotubos son muy estables, soportando temperaturas de hasta2.800 ºC en el vacío y transmitiendo el calor en forma eficiente; esta propiedad hapermitido considerar el uso de los nanotubos para almacenar hidrógeno, vital en laconstrucción de células de combustible basadas en este elemento.

Eléctricamente, los nanotubos de carbono se caracterizan por poseer una com-plejidad electrónica única y una serie de propiedades que han sido definidas por mu-chos de sorprendentes. Dependiendo de su diámetro y helicidad pueden ser semiconduc-tores o metálicos con una conductividad, estos últimos, 6 órdenes de magnitud mayorque la del cobre (algo así como un millón de veces más). La impresionante conducti-vidad de los nanotubos de carbono les convierte en materiales prometedores para unaamplia variedad de aplicaciones electrónicas, pero encontrar técnicas para fijar losnanotubos individuales a los contactos de metal ha demostrado ser un desafío. Inves-tigadores del Instituto Politécnico Rensselaer (EEUU), han desarrollado recientementeun nuevo método que permite precisamente esto, ofreciendo una solución práctica alproblema del empleo de los nanotubos de carbono como dispositivos de interconexióny en los chips de ordenador. La unión entre un nanotubo de carbono y un nanocablede oro (los nanocables de oro también tienen propiedades ópticas y eléctricas muyinteresantes y son compatibles con las aplicaciones biológicas), permite la obtenciónde una nueva generación de nanomateriales híbridos. Esta estrategia es un buen méto-do para sumar las ventajas de ambos materiales.

Para terminar, les voy a hablar de una de las aplicaciones más recientes y másextraordinarias de la nanotecnología. Se trata de los conocidos como «metamateriales»o «materiales invisibles». La investigación sobre este tipo de materiales se inicia en1999, y en 2006 un grupo de científicos norteamericanos y británicos de la Universi-dad de Duke, en Carolina del Norte (EEUU), logra los primeros resultados ya cerca-nos a la ciencia ficción.

En su experimento, recubrieron un cilindro de cobre con una capa capaz dedesviar las microondas, de manera que estas se desvían sin interactuar con él, lo bor-dean y luego se restauran detrás del mismo como si hubieran atravesado un espaciovacío. La capa contiene diez anillos de fibra de vidrio cubiertos con elementos de cobre,es decir, se trata de un material compuesto artificial que puede ser manipulado paraproducir un cambio en la dirección de las ondas electromagnéticas, igual que el agua,por ejemplo, se desvía en torno a una roca, evitando chocar con el objeto para volvera recuperar su camino después y, lógicamente, haciendo desapercibida su existencia.«Hemos abierto la puerta del jardín secreto», afirmó a la BBC John Pendry coautordel experimento.

Este metamaterial desvía, por tanto, las ondas electromagnéticas, por lo que el ci-lindro de cobre, no sería detectado por un radar, por ejemplo, como no lo sería un avióno un carro de combate. Para lograr este objetivo, la estructura del metamaterial debe sermás pequeña que la longitud de onda de la radiación. En el caso de las ondas de radaresa longitud de onda es de 3 cm, de manera que es fácil desarrollar un metamaterial quetenga una estructura de menor tamaño, es decir, de algunos milímetros de ancho.

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Sin embargo, explico el Profesor Schuring, otro coautor del experimento, paraencubrir objetos a la luz visible y, por tanto, al ojo humano, se necesitarían estructu-ras de metamateriales mucho más pequeñas, puesto que la longitud de onda de la luzvisible es de un micrómetro y, en consecuencia, la estructura del metamaterial deberíatener solo algunas decenas de nanómetros. Y continúo diciendo: «Quizás en cinco odiez años el desarrollo de la nanotecnología nos permita conseguir esto, pero no estáclaro que lleguemos a lograrlo, la invisibilidad al estilo de la capa de Harry Potter es,de momento, una quimera».

No ha sido necesario esperar tanto y, desde luego, no era una quimera. Hacesolo unos meses las revistas Nature y Science informaban de que en la Universidad deBerkeley se había desarrollado un nanomaterial tridimensional constituido por una redde distintas capas de diminutos cables metálicos logrando un metamaterial que, entreotras propiedades, presenta índice de refracción negativo, logrando que la luz, cuandoincide, no interaccione con el objeto, reflejándose y/o refractándose, como es habitual,sino que lo rodea, de manera que, como el objeto no absorbe ni refleja luz, resultainvisible. «Hemos demostrado que se puede doblegar la luz a nuestra voluntad», hacomentado el profesor J. Valentine, responsable del descubrimiento junto con el pro-fesor X. Zahan.

Como ven ustedes, el diseño de materiales, como otros muchos aspectos de laciencia, tiene algo, o quizás mucho, de actividad artística. De la misma manera que unpintor manipula colores para crear una obra de arte, o el escritor mezcla imaginacióny palabras para fabricar literatura, nosotros mezclamos, con audacia, elementos delsistema periódico que, después, calentamos y enfriamos, de manera controlada, paralograr fases con una forma, tamaño y distribución que nos proporcionen las propieda-des buscadas, o llevamos a cabo singulares transformaciones de fase en determinadasaleaciones, que permiten al material recordar su forma cuando retornamos a la faseoriginal o sintetizamos un polímero que reforzamos con fibra de carbono para aumen-tar la resistencia mecánica de estructuras que pesen poco, o dopamos ese polímero parahacerlo conductor, o preparamos partículas de tamaño nanométrico que nos proporcio-nen estructuras de alta compacidad o preparamos tubos de carbono de tamañonanométrico, con resistencia mecánica hasta cien veces superior a la del acero o fabri-camos nanoestructuras artificiales con índice de refracción negativo, capaces de lograrque los objetos sean invisibles al ojo humano y, con toda seguridad, en el futuro próxi-mo, manipularemos los átomos, con el fin de crear nuevos materiales útiles, descono-cidos hoy, que contribuyan al desarrollo de la humanidad.

«La ciencia y el arte se encuentran entre las más elevadas manifestaciones de laactividad humana. Entre la audacia de la investigación científica y la aventura inago-table de la creación artística, existen misteriosos vasos comunicantes. Ambas discurrenpor el camino del enaltecimiento del género humano». La reflexión es de una granartista, maestra de la danza clásica y muy ligada a nuestra universidad, Dña AliciaAlonso.

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LAUDATIO PRONUNCIADA POR EL PROF. DR. D.

JOSÉ PÉREZ DE VARGAS MUÑOZ

EN LA INVESTIDURA COMO DOCTOR HONORIS CAUSAPOR LA UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS DEL

PROFESOR DOCTOR D. MANUEL ALBALADEJO GARCÍA

UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS

Móstoles, 30 de septiembre de 2009

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Excmo. Sr. Rector Magnífico de la Universidad Rey Juan CarlosExcmas. e Ilmas. autoridadesDistinguidos miembros de la Comunidad universitaria.Señoras y Señores:

Supone para mí un motivo de honda satisfacción y de muy sinceraalegría pronunciar la laudatio correspondiente al nombramiento de D.Manuel Albaladejo García como Doctor Honoris causa por esta Universi-dad, quien no sólo es un gran Maestro del Derecho Civil, sino tambiénuna magnífica persona que ha entregado lo mejor de su vida a la Univer-sidad española.

La concesión de esta alta distinción académica al profesor Albaladejocomenzó con la propuesta que, a petición del área de Derecho Civil, adoptópor unanimidad el Departamento de Derecho Privado de la Universidad ReyJuan Carlos en su reunión del día 14 de diciembre de 2007.

Aunque exponer la alabanza de los muchos méritos y distinciones queconcurren en la persona del profesor Albaladejo debería ser algo pocoproblemático, lo cierto es que no me ha resultado cometido fácil, dada laabundancia y diversidad de aquéllos y el escaso tiempo de que dispongo(me han sugerido amablemente que no sobrepase los diez minutos), sien-do así que además se trata de una persona que ha consagrado su existen-cia al estudio, la investigación y enseñanza del Derecho Civil español,materia en la que es Maestro de maestros y, sin duda, uno de los más emi-nentes civilistas españoles del Siglo XX. Pero su producción científicacontinúa a lo largo del presente siglo, como puede verse en el libreto don-de se ha insertado su curriculum vitae oficial, que se ha entregado en este

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acto. En él destacan cuatro importantísimas monografías: «La Mejora»(2003), «La Prescripción Extintiva» (2004), «La Usucapión» (2005) y «LaDonación» (2006). Este mismo año 2009 ha publicado un artículo sobre«El laudo arbitral es anulable por infringir el Derecho aplicable».

Conocí personalmente al profesor Albaladejo allá por el año 1976,cuando ya era un reconocido Maestro del Derecho Civil, cuyo Manualestudié en algunos cursos de la Licenciatura, con ocasión de una entrevis-ta que hube de solicitarle en relación con la dirección de mi Tesis Doc-toral.

Como nunca antes le había tratado, y los catedráticos de entoncessolían responder al estereotipo de personas adustas y distantes, me forméla idea de que el profesor Albaladejo sería uno más de aquéllos. Nada másalejado de la realidad. De aquel encuentro primero salí con algunas ideasclaras, posteriormente corroboradas a lo largo de los años. La principal deellas, que Don Manuel Albaladejo era una persona cercana, cálida, senci-lla y, además, muy agradable y simpática. A estas notas de su personali-dad he de agregar su bonhomía, su gran honestidad, su alegría vital y suprofundo sentido de la amistad.

D. Manuel Albaladejo nació en Cartagena (Murcia) el 24 de octubrede 1920. Se licenció en Derecho por la Universidad de Granada con lasmáximas calificaciones. Posteriormente, inició su específica formación enel ámbito del Derecho civil de la mano de ese insigne civilista que fue elprofesor OSSORIO MORALES, también en la Universidad de Granada.Se doctoró por la Universidad de Madrid. Completó su formación jurídicaen Alemania con una beca de la Fundación «Humboldt», y en Italia pen-sionado por el Gobierno italiano, y, posteriormente, como becario del RealColegio de San Clemente de los Españoles en Bolonia, en cuya Universi-dad alcanzó también el grado de Doctor con una magnífica Tesis sobre«La sucesión iure transmissionis», dirigida por ese gran maestro del Dere-cho civil que fue D. Antonio CICU. Esta Tesis obtuvo también la máximacalificación y el premio «San Clemente» del Colegio de España.

El Profesor Albaladejo fue colaborador del «Instituto Francisco deVitoria», del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, del InstitutoNacional de Estudios Jurídicos, Profesor auxiliar de Derecho Civil, y, mástarde, Profesor Adjunto desde la creación de este cuerpo (1947).

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En el año 1953, obtuvo por oposición la Cátedra de Derecho Civilde la Universidad de Oviedo, en cuya Facultad de Derecho ejerció funcio-nes de Vicedecano, Decano y Director del Seminario «Manuel MiguelTraviesas». En 1956, se trasladó mediante concurso de méritos a la Uni-versidad de Barcelona, en la que desempeñó los cargos de Vicedecano,Decano, Director de la Cátedra «Durán i Bas» de Derecho Civil catalán,Rector (1968) y Rector Honorario vitalicio.

Tras su fecunda etapa en la Ciudad Condal, pasó a la UniversidadComplutense, en cuya Facultad de Derecho ha sido Director del Departamentode Derecho Civil, desde 1974 hasta su jubilación en 1987. Acaecida ésta, fuenombrado Director Honorario de ese Departamento y Profesor Emérito.

Dentro del Ministerio de Educación, el profesor Albaladejo ejerciólos cargos de Subdirector General de Ordenación Universitaria (1971) yde Subdirector General de Personal Docente de Universidades (1972).También ha sido Presidente de la Asociación de Profesores de DerechoCivil de España, desde 1991 a 1998, año este último en el que fue nom-brado Presidente Honorario de esta Asociación.

El profesor Albaladejo ha sido Director de la Revista de DerechoPrivado (1974) y Presidente de su Consejo de Redacción (1994). Desde1986 es también Consejero de Redacción de la revista «Actualidad Civil».

En el apartado de honores y distinciones, hemos de citar su nombra-miento, en 1966, como Académico de Número de la Academia de Juris-prudencia y Legislación de Cataluña. En el año 1975, fue nombrado Vo-cal Permanente de la Comisión General de Codificación y elegidoAcadémico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Veinteaños después, el profesor Albaladejo alcanzó la Vicepresidencia de estadocta corporación, de la que fue elegido Presidente en 1999. En la actua-lidad ostenta su Presidencia de Honor.

Como consecuencia de su fuerte vinculación a Granada, es tambiénAcadémico de Honor de su Academia. Esta condición de Académico deHonor la ostenta también respecto de las Academias de Chile, Córdoba(Argentina), Lisboa y Costa Rica. En esta última república iberoamerica-na, fue también nombrado Abogado de Honor de su Colegio de Aboga-dos. Estos datos evidencian la proyección internacional de la figura delprofesor Albaladejo.

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Desde 1967 está en posesión del título de Comendador de la Ordende Alfonso X El Sabio, y, desde 1970, es Caballero y Gran Cruz de estamisma Orden. En 1998, fue nombrado hijo Adoptivo de Granada y reci-bió la Medalla de Oro de la Región de Murcia. Además, en el año 2000,fue distinguido con el título de Hijo Predilecto de la Ciudad de Cartagena.

En su haber cuenta también con varios Doctorados Honoris causa;concretamente, el de las Universidades de Córdoba (1988), Granada (1991),Oviedo (1997), Alicante (2000), Cartagena (2005) y Murcia (2009).

En el año 2004, D. Manuel recibió uno de los premios jurídicos másimportantes, el X «Premio «Pelayo» para Juristas de Reconocido Presti-gio»; y en 2007, la Facultad de Derecho de la Universidad Complutensele concedió el Premio «Toda una vida dedicada al Derecho».

Innumerables son igualmente los congresos, reuniones, jornadas ycoloquios en que ha participado, siempre de forma destacada, D. ManuelAlbaladejo, tanto en España como en el extranjero. Lo mismo puede de-cirse de su actividad como conferenciante, que ha sido prácticamente in-cesante a lo largo de su vida. En este último aspecto, ha sido requeridodesde muchísimas instancias por la claridad, brillantez, profundidad yamenidad de los temas que exponía.

Me ocuparé ahora brevemente de la obra científica del profesorAlbaladejo, que aparece recogida en muchísimos libros (cincuenta y dos),monografías, estudios y artículos de revista. Se trata de una obra muy am-plia, densa y variada, que abarca todas las materias propias del DerechoCivil, desde la Parte General hasta el Derecho de Sucesiones. El profesorAlbaladejo es autor de más de trescientas publicaciones, que sobrepasan lastreinta mil páginas. Ha escrito, por tanto, mucho y, además, bueno; y afir-mo esto porque muchas de sus aportaciones jurídicas han sido tan extraor-dinariamente originales e interesantes, que han obligado en ocasiones anuestro Tribunal Supremo y a nuestra doctrina a cambiar de criterio.

Como ha dicho el profesor GONZÁLEZ PORRAS, probablemente eldiscípulo más cercano y conocedor del profesor Albaladejo, en todos lostrabajos de éste «hay otra forma de ver y enjuiciar los temas». Efectiva-mente, si examinamos la relación de obras de las que es autor D. Manuel,comprobaremos que siempre ha estudiado materias problemáticas. No quierodejar de referirme a algunos de sus principales trabajos, como el de «La

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mora en las obligaciones recíprocas» (art. 1100, párrafo último, del Códi-go civil), o el relativo a la usucapión del derecho de prenda, o el que tratade la resolubilidad del contrato de renta vitalicia, donde, en contra de laliteralidad del artículo 1805 del Código civil, llega a demostrar que la rentavitalicia impagada autoriza al perceptor, sin necesidad de pacto, a resolverel contrato, si aún no le fue pagado ningún vencimiento. Lo mismo cabríadecir de su planteamiento sobre el valor del título anulable en materia deusucapión, o sobre la sucesión «iure trasmissionis». Magnífica también esla interpretación que hace del artículo 983 del Código civil, cuando llegaa la conclusión de que, a pesar de la letra de este precepto, el acrecimien-to entre coherederos sólo queda excluido cuando el testador haya realiza-do un llamamiento a «un cuerpo de bienes separado», pero no cuando hayahabido una fijación numérica de la cuota. Clásicos (en el sentido propiodel término) son sus trabajos sobre el reconocimiento de la filiación natu-ral, sobre el albaceazgo, o sobre la interrupción de la prescripción extintivaproducida por acto de conciliación no seguida de demanda en los dos mesessiguientes. Lo mismo podríamos decir de sus publicaciones sobre revoca-ción de donaciones, sobre las arras, o sobre la mejora. No quiero exten-derme más sobre este aspecto, aunque la obra del profesor Albaladejo mepermitiría referirme a muchísimos más temas que ha tratado con inigualablemaestría y profundidad.

En toda su obra es patente la huida del estéril conceptualismo, que anada conduce, o de los excesos dogmáticos que encorsetan el discursojurídico. Ha sido, en cambio, un decidido defensor de la jurisprudencia deintereses. No creo exagerar si digo que el profesor Albaladejo ha sido unode los principales introductores en España del denominado «método pro-blemático». En este sentido, le he oído contar que, en cierta ocasión, cuandoestaba charlando sobre una cuestión jurídica con ese Maestro de todos queha sido D. Federico DE CASTRO, éste le dijo: «Albaladejo, tiene Vd. másimaginación que un moro ciego». Pero —como dijo el profesor GONZÁ-LEZ PORRAS, en la investidura de D. Manuel como Doctor Honoris causapor la Universidad de Córdoba— esa imaginación a la que aludía el pro-fesor DE CASTRO no se refiere a la aprehensión falsa de una cosa caren-te de fundamento o que no existe en la realidad, sino a esa facultad quesiempre ha tenido D. Manuel de presumir o «sospechar» las cosas realestal y como son. Ha sido, por tanto, un gran renovador de la metodologíapara el estudio de nuestro Derecho Civil, al que siempre ha procuradoconectar con la vida real y efectiva. Lo ha afirmado este mismo año elprofesor REVERTE NAVARRO, quien ha dejado escrito que el profesor

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Albaladejo «ha transmitido también una manera de pensar y razonar a lahora de afrontar desde el Derecho los múltiples problemas y conflictos quese plantean en la vida de las personas, de la sociedad y de los negocios,pues al conocimiento de la realidad que contiene el caso concreto de lajurisprudencia y de la realidad del tiempo presente en que deban inter-pretarse y aplicarse las normas jurídicas, se une el dominio de los concep-tos generales, de las categorías jurídicas y los arquetipos del pensar jurídi-co. Muchos quisiéramos tener en nuestro acervo científico ese dual carácterdel conocimiento».

Pero el profesor Albaladejo no es sólo un agudo y prestigioso inves-tigador. Es también un magnífico profesor, capaz de llevar al alumno acomprender los problemas más complejos de la institución jurídica que encada momento esté explicando. Para verificar lo que digo, basta con exa-minar sus Manuales, que recogen con gran claridad y profundidad los re-sultados de sus investigaciones y explicaciones de Cátedra, desde aquellas«Instituciones de Derecho Civil», publicadas en 1960, hasta las últimasediciones de su «Derecho Civil», o de su «Curso de Derecho Civil». Al-gunas de estas obras han superado las dieciocho ediciones. No debe extra-ñar, por tanto, que D. Manuel Albaladejo haya sido un personaje extraor-dinariamente importante en la formación de muchísimos juristas españoles,que hemos utilizado sus Manuales y Tratados. Pero su magisterio ha so-brepasado el específico ámbito de las Facultades de Derecho, porque sufamoso «Compendio de Derecho Civil» ha sido también profusamente uti-lizado en las Facultades de Ciencias Económicas, Empresariales, Políticasy Sociología. No exagero, pues, si afirmo que han sido varias decenas demiles de alumnos los que han aprendido Derecho Civil en el «Albaladejo»,forma familiar y abreviada con que el alumnado conoce el Manual del quees autor D. Manuel, cuyo apellido ha transcendido el título de la obra,fenómeno que sólo se produce en contadísimas ocasiones, y siempre enrelación con textos que han alcanzado gran éxito editorial.

Pero quizás la obra mejor concebida y ejecutada por el profesor Alba-ladejo, de la que es codirectora la profesora Silvia DÍAZ ALABART, hansido los «Comentarios al Código Civil y a las Compilaciones Forales», obracolectiva que presenta una extensión de más de cien volúmenes, de los cua-les el profesor Albaladejo ha escrito personalmente casi una veintena de ellos.

Otro apartado especial en la vida de D. Manuel Albaladejo ha sidosu actividad magisterial. Efectivamente, D. Manuel ha dirigido más de

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ciento setenta y cinco Tesis Doctorales, tanto de alumnos españoles comoextranjeros. Ello le ha convertido en Maestro de muchos Catedráticos yProfesores Titulares de Derecho Civil que actualmente ejercen su activi-dad docente e investigadora en numerosas universidades españolas y enalgunas sudamericanas. A todos nos ha ido inculcando el rigor y la honra-dez en el manejo de las fuentes de conocimiento (siempre debían ser con-sultadas «de primera mano») y el análisis sosegado, pero profundamentecrítico, de la jurisprudencia. En relación con esta última, he de manifestarque el profesor Albaladejo es autor de un fichero jurisprudencial que haido elaborando personalmente a lo largo de los años, tras leerse todas ycada una de las sentencias elaboradas por la Sala 1ª del Tribunal Supre-mo. Este singular manejo de la jurisprudencia civil española se trasluce entodas las publicaciones de D. Manuel. Por esta razón, en cierta ocasión,cuando caminaba hacia la Sala de Profesores de la Facultad de Derechode la Universidad Complutense, precediéndonos a mí y al profesor SERRA-NO CARVAJAL, éste me dijo: «Mira, ahí va tu Maestro. Es la Jurispru-dencia Andante». En relación con esta actividad magisterial del profesorAlbaladejo, quiero referir una anécdota que viví en primera persona allápor el año 1978, que es reveladora de la defensa que ha hecho de sus dis-cípulos y del buen humor que siempre le ha caracterizado. Se celebraronentonces unas oposiciones a tres plazas de Profesores Agregados en laFacultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense. El Tribu-nal, que constaba de siete miembros, tenía una clara mayoría de cuatro pocopropicios a los intereses de D. Manuel; los otros tres le eran más favora-bles. El profesor Albaladejo no formaba parte del Tribunal, pero con sushabilidades logró romper esa mayoría de cuatro, que se presumía pétrea, ysacar a dos discípulos suyos. Al finalizar la oposición, todo el mundo sepreguntaba qué había hecho Albaladejo para lograr dar la vuelta a unasituación que parecía muy negativa para sus intereses. En aquellos momen-tos, D. Manuel tenía una pierna escayolada como consecuencia de un ac-cidente que había sufrido. Cuando me disponía a llevarle a su casa, le tras-ladé lo que la gente que había asistido a la oposición comentaba sobre loinesperado de un resultado tan favorable para sus discípulos. Entonces, D.Manuel me dijo: «He sacado solamente a dos, pero porque sólo tengo dis-ponible una pierna, porque si hubiera tenido bien las dos, habría conse-guido las tres plazas».

Por otra parte, lo atinado de sus juicios ha hecho que la opinión deD. Manuel Albaladejo sea enormemente respetada y tenida siempre encuenta por el resto de la doctrina. Se comprende por tanto fácilmente que

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a todos los que hemos estado cerca de él nos haya influido profundamen-te, pero no sólo en el plano académico, sino también en el humano. Eneste sentido, he de dar gracias a Dios por otorgarme el privilegio de habertenido un Maestro de la categoría científica, pero sobre todo moral, de ladel profesor Albaladejo. Su bonhomía, su sencillez, su alegría vital —y laque ha sabido transmitirnos a quienes hemos estado con él— contrasta conla acidez y antipatía que destilan algunos que no han tenido la suerte detener un Maestro de las características humanas que adornan a D. Manuel,porque —como decía Françoise MAURIAC— un verdadero Maestro esaquel que sabe abrir surcos en el alma de sus discípulos; y en este senti-do, Albaladejo ha sido siempre un magnífico labrador. Muchas veces hecomentado este aspecto con el profesor GONZÁLEZ-PORRAS.

No debe extrañar, por tanto, que D. Manuel haya ido dejando unahuella muy profunda y entrañable por todas las Universidades y centrosen los que ha ido desarrollando su labor. Lo pone de manifiesto el hecho-perfectamente comprobable, tras haber leído las anteriores páginas- de quecuando ha ido dejando los diversos cargos a los que ha sido llamado,normalmente los ha mantenido después con carácter honorario y vitalicio.También lo revela el merecido reconocimiento que tuvo por parte de susmuchos compañeros de profesión y discípulos, que, en el año 2005, parti-ciparon masivamente en su Libro Homenaje, que abarca tres tomos y másde seis mil páginas.

Creo que no debo decir más sobre la obra y la personalidad de D.Manuel Albaladejo. Prefiero seguir el consejo de GRACIÁN: «Hase dehablar como en testamento que, a menos palabras, menos pleitos». Puesbien, entiendo que de lo que he venido exponiendo se deduce claramenteque D. Manuel Albaladejo es uno de los grandes juristas de nuestro tiem-po. Es un hombre que, por haber dedicado su vida al estudio, la enseñan-za y la investigación del Derecho Civil, materia en la que ha formado aun ingente número de juristas españoles, ha dado mucho a la sociedad es-pañola. Por eso, considero que constituye un verdadero acto de justicia,en su más pura expresión del «sum cuique tribuere» (dar a cada uno losuyo), que la sociedad española, a través de la Universidad Rey Juan Car-los, le reconozca todos sus méritos y esfuerzos, concediéndole el Doctora-do Honoris causa, que no sólo es la más alta distinción académica denuestra Universidad, sino también —como afirmó JOVELLANOS cuandola Universidad de Oviedo le confirió el Doctorado Honoris causa en Le-yes— «la más grata distinción que pudo hacerse a un hombre».

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En la consecución de una gran parte de los méritos y distincionesque ha cosechado el profesor Albaladejo a lo largo de los últimos dece-nios ha jugado un papel primordial su esposa Silvia DÍAZ ALABART,Catedrática de Derecho Civil, y su familia. Creo de justicia reconocer eneste acto la labor que la profesora DÍAZ ALABART ha desarrollado enlos años de vida en común con D. Manuel, que pasan ya de la treintena,con la que además me une una profunda amistad desde nuestra época deAyudantes en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense.Además, siempre ha estado disponible cuando hemos solicitado su concursoy presencia en esta joven Universidad.

Por todo lo expuesto, solicito que se proceda a investir al Excmo.Sr. D. Manuel Albaladejo García del grado de Doctor Honoris causa porla Universidad Rey Juan Carlos.

Muchas gracias.

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LAUDATIO PRONUNCIADA POR EL PROF. DR. D.

LUIS PALACIOS BAÑUELOS

EN LA INVESTIDURA COMO DOCTOR HONORIS CAUSAPOR LA UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS DEL

PROFESOR DOCTOR D. VICENTE PALACIO ATARD

UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS

Móstoles, 30 de septiembre de 2009

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MAGFCO. Y EXCMO. SR. RECTOR;

EXCMOS. E ILMOS. SEÑORES;

SEÑORES CLAUSTRALES;

SEÑORAS Y SEÑORES:

Don Quijote, con su reconocida sabiduría, dice que « Entre los pe-cados mayores que los hombres cometen, aunque algunos dicen que es lasoberbia, yo digo que es el desagradecimiento...//.Este pecado, en cuantome ha sido posible, he procurado yo huir,...y si no puedo pagar las bue-nas obras que me hacen con otras...las publico». Quiero aplicarme estaspalabras porque hoy y aquí debo agradecer a la noble generosidad de miUniversidad, expresada por su Rector, por permitirme pronunciar esta«laudatio» del profesor Palacio Atard, mi querido y admirado maestro, yporque este hecho coincida, en este nuevo curso que comenzamos, con lapuesta en marcha en nuestra Universidad del Grado de Historia y del Gra-do de Historia y Periodismo.

Como tarjeta de presentación, comenzaré esta petición de grado deDoctor Honoris Causa recogiendo las palabras con las que, hace más dedos décadas, la Real Academia de la Historia recibía a nuestro protagonis-ta: «La Real Academia de Historia ha incorporado a su seno a uno de loshistoriadores de mayor prestigio de la España actual, respaldado por unaobra de investigación fecunda en cuanto a frutos y logros, varia por latemática, acrisolada por la calidad. Palacio Atard disfruta hoy de autén-tico renombre dentro y fuera de nuestra patria. La medalla académica,otorgada con unánime asenso, viene a recompensar unos méritos excep-cionales y a reconocer la valía de un hombre en quien se aúnan inteli-

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gencia, voluntad y vocación»1. Hoy debo resumir ante ustedes en unospocos folios la rica personalidad de D. Vicente —su trayectoria vital, aca-démica y cursus honorum— sorteando al mismo tiempo la emoción y lossentimientos que en estos momentos me invaden.

I. TRAYECTORIA ACADEMICA

D. Vicente Palacio Atard nació en Bilbao en 1920, dentro de unafamilia que por línea paterna echa sus raíces en el valle de Gordejuela, ypor el lado materno enlaza con el Mediterráneo, desde Valencia. Me acer-caré a su perfil biográfico diciendo que él se considera «mestizo de vizcaí-no de tierra adentro y de mediterráneo volcado sobre el mar». Que susescenarios vitales son Bilbao, Valladolid y Madrid. Que su vocación hasido siempre la historia. Que su realización personal ha sido la de un his-toriador que ve la historia como lugar de encuentro y concordia y no comocampo de batalla. Que es un español en el sentido pleno de la palabra quese define así: «me siento español, porque me siento y reconozco vasco».

A) Palacio Atard, profesor (1942-1986)

Tras cursar los estudios de Licenciatura en Filosofía y Letras, Sec-ción de Historia, en la Universidad de Madrid se inició en a docencia el 1de octubre de 1942 como Ayudante en la cátedra de Historia Moderna dedicha Facultad de la mano de Don Cayetano Alcázar. Obtuvo el grado deDoctor, con Sobresaliente y Premio Extraordinario, el 22 de junio de 1944y tres años después confirmaría su plaza en un concurso-oposición comoProfesor Adjunto. Y e n esta misma Universidad se jubila, por imperati-vos legales, con 66 años, el 30 de setiembre de 1986. En total, más decuatro décadas dedicadas íntegramente a la docencia e investigación en lasque otras tanta generaciones de estudiantes —incluido el rey Juan Carlos2—se beneficiaron de su magisterio en las aulas universitarias y otro elevadí-simo número de personas fuera de la enseñanza reglada a través de confe-rencias, seminarios y, sobre todo, de sus libros.

1 Palabras pronunciadas en la toma de posesión como miembro de la Real Academiade la Historia de Don Vicente Palacio Atard. Véase: Antonio Rumeu de Armas: «Contesta-ción» Juan Carlos l y el Advenimiento de la Democracia. Madrid, Real Academia de laHistoria, MCMLXXXVIII, p. 139.

2 Fue profesor de Historia del Príncipe de Asturias, don Juan Carlos, en el año 1961(curso privado) y el curso académico 1961-1962 en la Universidad.

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a) Fugaz etapa catalana.Tras brillante oposición gana, con 28 años, la cátedra de Historia de

España Moderna y Contemporánea de la Universidad de Barcelona el 22de abril de 1948. Meses más tarde —18 de junio del mismo año—, porconcurso de traslado, pasa a la de Valladolid. De esta etapa, Don Vicenteguarda como recuerdo importante los vínculos de amistad que establececon el gran historiador catalán Jaime Vicens Vives.

b) Etapa vallisoletana.A Valladolid acude atraído también por el Archivo de Simancas donde

llevará a cabo gran parte de su investigación. Es el curso 1948-49 y en lacapital castellana permanecerá, como catedrático de Historia UniversalModerna y Contemporánea, hasta el 29 de mayo de 1957. Es la primeradécada de un catedrático joven cuya actividad queda reflejada en muchasrealizaciones. Es Director del Seminario «Simancas» de Historia Moder-na, resucitada de alguna manera a partir de 1979, bajo la denominación de«Investigaciones Históricas». Crea la colección, publicando sus trece pri-meros números, de «Estudios y Documentos», colección que sigue viva.Reúne y consolida a toda una serie de profesores, que son la base de laEscuela Vallisoletana de Historia Moderna y Contemporánea.

Allí continúa con la temática que le ocupó en su tesis doctoral, de-fendida en 1944, sobre «El Tercer Pacto de Familia». El siglo XVIII seráel escenario preferente de sus investigaciones como puede verse en las tesisdoctorales que dirige en esa Universidad. Nuevos planteamientos metodoló-gicos innovadores y nuevos campos de investigación, como su interés porla prensa, caracterizan esta etapa.

Pero si esta etapa vallisoletana es importante en el ámbito científicolo es mucho más en el ámbito privado. Porque en estos años precisamenteconoce y se casa con Dolores Domínguez Moncada —Lola para los ami-gos— compañera, consejera y amiga y madre de sus tres hijos, tambiénvallisoletanos.

c) Etapa madrileñaEn 1957, el Dr. Vicente Palacio Atard vuelve por concurso de tras-

lado a la que verdaderamente ha sido «su Universidad» como Catedráticode Historia de España Contemporánea y allí se reencuentra con sus maes-tros Cayetano Alcázar y Jesús Pabón. En Madrid, desempeñará su magis-terio hasta su forzada jubilación oficial en 1986.

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Docencia, investigación, orientación como maestro, autor de librosimportantes... es su actividad, la propia de un profesor universitario. Aménde Director del Departamento de Historia Contemporánea (1969-1982);Consejero Nacional de Educación —nombrado a propuesta de los Recto-res de la Universidad— durante el quinquenio 1963-67; Secretario de laEscuela de Historia Moderna del Instituto «Jerónimo Zurita» del C.S.I.C.(1950-63) y Director de la misma (1963-75); Director de la colección«Historia de España en el Mundo Moderno» (publicada por la Escuela deHistoria Moderna del C.S.I.C.); Consejero de número del C.S.I.C. (Patro-nato Menéndez Pelayo), etc.

Su merecida coronación académica tiene lugar en marzo de 1987 enque es elegido Académico de Número de la Real Academia de la Historiapara ocupar el sillón que anteriormente había correspondido a Don RamónCarande, personaje muy querido en esta Universidad Rey Juan Carlos.

B) Palacio Atard, investigador

Tratar de sintetizar aquí las más de ciento cincuenta publicacionescientíficas propias (libros y artículos), la labor de dirección de tesis docto-rales y de tesinas, amén de prólogos, artículos de divulgación, cursos, con-ferencias, etc. es una labor a todas luces imposible. Intentaré, sin embar-go, hacer un repaso temático de su producción científica por etapashistóricas.

1. Estudio del siglo XVII, una centuria de decadencia para EspañaComo catedrático de Hª Moderna de España que es, Palacio Atard

centra inicialmente sus investigaciones históricas en el siglo XVII. En 1949aparece su interesante libro, cuyo título ha venido a calificar a todo un siglo:«Derrota, agotamiento y decadencia de la España del siglo XVII»3. Libroreeditado en varias ocasiones (1956, 1966 y 1987), que nos ofrece unamagnífica síntesis, máxime por la época de su elaboración, sobre esta con-trovertida centuria. Otros muchos trabajos se enmarcan en aspectos con-cretos dentro del mismo campo cronológico4.

3 Publicado en Rialp, Madrid, 1949. Y con segunda edición en 1956 y tercera edi-ción en 1966.

4 Pueden verse, por ejemplo, «Westfalia ante los españoles de 1648 y de 1948»(Arbor, 9, 1948), «Razón de España en el mundo moderno» (Arbor, 15, 1949) y «El pro-blema de España y la Historia» (Cuadernos Hispano-americanos, 16, 1950).

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2. Siglo XVIII español e hispanoamericanoEl estudio del siglo XVIII es, sin duda, uno de los temas preferidos

de nuestro historiador. Y no deja de ser curioso que su primer libro y elúltimo hasta estos momentos —«Carlos III, el rey de los ilustrados» pu-blicado por Ariel en 2006— se refieran a la misma etapa histórica.

Desde su citada tesis doctoral sobre El Tercer Pacto de Familia5,defendida en 1944, el Prof. Palacio no cesa de publicar trabajos sobre estacenturia que le convierten en pionero y en uno de los historiadores quepuso los cimientos para el conocimiento de este periodo. Para valorar comose merecen estos trabajos conviene recordar que se realizan en unos añosen los que lo que prima en España es aquello que el régimen más valoray potencia: el conocimiento de la España imperial. El Dr. Palacio centrasu investigación en el siglo XVIII sin que le importara si era «política-mente correcto» o no.

Aborda el estudio del siglo XVIII desde los ámbitos más diversoscon libros y artículos que se han convertido en clásicos6. La vida política.La economía, con investigaciones sobre el comercio de Castilla y el puer-to de Santander, las nuevas poblaciones de Sierra Morena, los estableci-mientos industriales, etc. Particular atención dedica al estudio del abaste-cimiento y alimentación del Madrid del XVIII, que luego destacadosdiscípulos suyos continuarán. Del estudio de la sociedad se ocupa median-

5 Publicado por el CSIC, Madrid, 1945.6 Entre otros pueden citarse: «Primeras negociaciones entre España y Marruecos en

1765». (Hispania, 11, 1951); Prólogo al libro de A. BETHENCOURT, Patiño en la políticainternacional de Felipe V, Valladolid, Est. y Doc., 1954. «Hombres y actitudes ante la Ilus-tración española», Prólogo al libro de L.M. ENCISO, Nipho y el periodismo español del s.XVIII. Valladolid, Universidad, 1956. «Dos palabras sobre un catálogo y sobre Tanucci».Prólogo al libro de R. MAGDALENO, Catálogo de Simancas. Reino de las Dos Sicilias, s.XVIII. Valladolid, 1956. «El factor ilusión en el Descubrimiento de América», (HistoriaParaguaya, 1959). «Feijoo y los americanos». (Estudios Americanos, 13, 1957). «La castay la cátedra». Prólogo al libro de LUIS SALA BALUST, Visita y reforma de los colegiosMayores de Salamanca en el reinado Carlos III. Valladolid, Universidad, 1958. El comer-cio de Castilla y el puerto de Santander en el s. XVIII. Madrid, CSIC, 1960. «La reformadel Estado en el pensamiento de Floridablanca». (Primera Semana de Estudios Murcianos,Murcia, 1961). «La dimensión Demográfica de la Historia». Prólog al libro de M. MAULEON,La población de Bilbao en el siglo XVIII. Valladolid, Universidad, 1961. «Los alemanesen las Nuevas Poblaciones de Andalucía» (Spanische Forschungen, Goerresgesellschaft,1961). «Notas sobre la historia de la alimentación española». (Folia Humanística, núm.homenaje a Menéndez Pidal, jul-agost. 1964. «Spanish Enlightened Despotism», en TheBourbon Reformrs, Heath and Co., Hoston, Mass., USA, 1966. El abastecimiento de Ma-drid en la segunda mitad del s. XVIII. Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1966.

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te trabajos de demografía, de mentalidades y de comportamientos socia-les. Dedica su atención al análisis de la cultura en general, tan importanteen la etapa del reformismo de Carlos III, descendiendo al estudio de laprensa y la opinión pública. Sin olvidar la América Hispana.

En este apartado, una obra brilla con luz propia: Los españoles de laIlustración7. Libro espléndido que, escrito con un estilo elegante, con unaprosa rica pero asequible, mereció en 1964 el Premio Nacional de Litera-tura de Estudios Históricos.

3. El siglo XIX español en su complejidadCon su llegada a Madrid, Palacio Atard amplió su horizonte de inte-

rés temático abordando el estudio del siglo XIX, siglo muy desconocido,poco y mal estudiado hasta entonces en las universidades españolas. Seinteresó por la vida política, por el estudio de las mentalidades, por elconocimiento del abastecimiento de Madrid, por el reformismo social, porlos problemas educativos desde una perspectiva histórica, por las Cajas deahorros, y tantos y tantos temas que dieron pie a investigaciones para te-sis doctorales y tesinas de sus discípulos8.

7 Publicado por Ed. Guadarrama, Madrid, en 1964 y publicado con el título «Las«Nuevas Poblaciones» andaluzas de Carlos III. Los españoles de la Ilustración» por Cajasuren Córdoba en 1989.

8 Son algunas de estas publicaciones: «Una reforma de España por la educación».Prólogo al libro de M. D. GÓMEZ MOLLEDA, Los reformadores de la España contemporá-nea, CSIC. Madrid, 1965. «La alimentación en el Madrid Romántico». Prólogo al libro deANTONIO FERNÁNDEZ GARCÍA: Abastecimiento de Madrid en el reinado de Isabel II. Ma-drid, Instituto de Estudios Madrileñas, 1971. «De la sociedad estamental a la sociedad declases». Publicado en !a obra miscelánea: Historia social de España en el s. XIX, Guadianade Ediciones, Madrid 1972. «Los caminos de la Ilustración». Prólogo al libro de M.A.LARREA: Caminos de Vizcaya en la segunda mitad del s. XVIII. Bilbao, Ed. de la GranEnciclopedia Vasca, 1974. «La Restauración a un siglo de distancia». Prólogo al libro deM. ESPADAS BURGOS: Alfonso XII y los orígenes de la Restauración. Madrid, CSIC, 1975.«La Iglesia y la Monarquía de Sagunto». Prólogo al libro de M. F. NÚÑEZ: La Iglesia y laRestauración (1875-1881). Santa Cruz de Tenerife, 1976. «Schon wieder eine Revolutionin Spanien». Prólogo al libro de LUIS ÁLVAREZ: La Revolución española de 1868 ante laopinión pública alemana. Madrid, 1976: «Bilbao bajo las bombas carlistas». Prólogo al li-bro de ESTÍBALIZ RUIZ DE AZÚA: El sitio de Bilbao de 1874. Comportamiento social deuna ciudad sitiada. Bilbao, Ed. Gran Enciclopedia Vasca, 1977. «Instrucción y formaciónclerical a principios del siglo XIX». Prólogo al libro de L. HIGUERUELA: El clero de Toledode 1800 a 1823. Madrid, Fundación Universitaria Española, 1979. Prólogo al libro de LUIS

PALACIOS BAÑUELOS: Elecciones en Burgos durante la Segunda República. El Partido Na-cionalista Español. Madrid, 1982. «Tormentas y barricadas». Prólogo al libro de SONSOLES

CABEZA Y SÁNCHEZ-ALBORNOZ: Los sucesos de 1848 en España, Madrid, Fundación uni-versitaria Española, 1982. «Datos para la historia socioeconómica de Andalucía en el sigloXIX», prólogo al libro de LUIS PALACIOS BAÑUELOS: «Sociedad y economía andaluzas enel siglo XIX», 2 V. Córdoba, 1977; 2ª ed. 1985.

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De sus muchas publicaciones debo aquí reseñar por su importanciala magnífica síntesis: La España del siglo XIX (1808-1898)9 . Se trata deun libro lleno de ciencia escrito con una extraordinaria prosa y claridadexpositiva que combina el rigor científico con la amenidad. Obra de ma-durez, de culminación de toda una vida entregada al conocimiento de lahistoria de España que ha logrado gran éxito editorial y que mereció elPremio Nacional de Historia de España en 1978.

4. La España del siglo XXPero si el siglo XIX se conocía poco y mal lo que seguía, especial-

mente la Segunda República y la Guerra civil, eran temas quasi olvidadosa nivel científico si bien abundaban libros desde posiciones partidistas. Poreso, el nuevo catedrático de Hª de España contemporánea decidió prontoabordar el conocimiento de la guerra civil —en aquellos momentos debíadecirse guerra de España— dejando de lado «los dramas y las pasiones»inherentes a tan trágico período. Y comenzó por el principio, por dondehabía que comenzar: por el conocimiento y la crítica rigurosa e indepen-diente de las fuentes. No era labor fácil en pleno franquismo tratar decomprender y no juzgar en temas tan vivos (quien esto escribe debió dejaruna tesis sobre la guerra civil tras año y medio de investigación, y ya enlos años setenta). La decisión de trabajar a fondo estos temas no era algo,una vez más y en lenguaje actual, «políticamente correcto». Con rigor, conautoridad, con honestidad, el Dr. Vicente Palacio comenzó una labor deordenación y crítica de fuentes para el estudio de la Guerra civil española.Con un equipo de colaboradores llevaría a cabo a mediados de los sesentaesta ingente labor que se tradujo en media docena de volúmenes y dosanexos titulados Cuadernos Bibliográficos sobre la Guerra de España quehoy son de consulta obligada para cuantos quieran acercarse con seriedadal estudio de la guerra10.

Sobre este período escribió otros muchos trabajos11 si bien continuópublicando otros de temáticas diversas.

9 Publicado por Espasa-Calpe en 1978, 2ª edición en 1980 y tercera edición, 1990.10 Cuadernos Bibliográficos de la guerra de España, 1936-1939. Vol. I (Folletos, 1).

Estudio preliminar: La guerra de folletos. Madrid, Universidad, 1966. Vol. II (Periódicos, 1).Estudio preliminar: Los periódicos de la guerra. Madrid, Universidad, 1967. Vol. III (Me-morias 1). Estudio preliminar: Las Memorias en la historiografía de la guerra. Madrid, Uni-versidad, 1967. Vol. IV. (Folletos, 2). Vol. V. (Memorias, 2). Vol. VI. (Memorias 3).

11 Pueden citarse, por ejemplo: Consideraciones sobre la investigación actual de nues-tra historia contemporánea. (Discurso de apertura del año académico 1969-1970, Univer-

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5. La historia de la España actualCon frecuencia el historiador Palacio Atard habla de «historia viva».

Ninguna historia más viva que aquella dedicada a los tiempos que nos hatocado vivir. Sus colaboraciones en la prensa, sus artículos y libros nosacercan a la realidad actual. Especial importancia tiene en este apartado sudiscurso de ingreso en la Real Academia de la Historia en 1988, que seríaeditado como libro por Espasa en 1989 con el título de Juan Carlos l y eladvenimiento de la democracia. Se trata de un análisis novedoso y escla-recedor sobre este período clave de la España actual. La dificultad y cer-canía del tema se resuelve con un análisis exhaustivo de fuentes poniendode relieve el papel insustituible de «la Corona como institución capacitadapara promover el cambio, y el Rey, por su voluntad de llevarlo a efec-to»12. Y destacando que la transición española se ha convertido en unmodelo en el paso de un régimen dictatorial a otro democrático de maneragradual y pacífica. De este periodo es también otro libro, Democracia yeuropeísmo, que, elaborado con documentos de primera mano, sintetiza lahistoria de la España democrática hasta 199213.

II. CURSUS HONORUM

Las más de cuatro décadas al servicio de la Universidad ofrecen uncursus honorum denso. Don Vicente Palacio es Doctor «honoris causa» porlas Universidades San Pablo CEU de Madrid (2008), por la Universidadde Valladolid (1993), por la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza,Argentina) (1981) y por la Universidad Santo Tomás de Aquino deTucumán (1985), y profesor honorario de la Universidad de Mendoza(1985). Académico correspondiente de todas las Academias de Historia delas Repúblicas Hispano-Americanas. Miembro de muchas otras Academiasy centros diversos. Y Académico de Mérito de la Academia Portuguesade Historia.

sidad de Madrid). Aproximación histórica a la guerra española 1936-1939. Anejo núm. 1de «Cuadernos Bibliográficos de la guerra de España». Con la colaboración de R. LA CIERVA

y R. SALAS. Universidad de Madrid, 1970. Ensayos de Historia contemporánea. Madrid,Bitácora-Biblioteca del Estudiante, 1970. Cinco historias de la República y de la guerra.Madrid, Editora Nacional, 1973. «Dos Españas frente a frente». (Hispania, t. XXXV, 1975).

12 Vicente Palacio Atard: Juan Carlos 1. Ob. cit. p. 134.13 Libro escrito en colaboración con Luis Palacios y J.F.Forniés y editado por Océa-

no, Barcelona, 1993, V. 15 de la Historia de España del Instituto Gallach.

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Ha dictado cursos y conferencias en numerosas universidades y cen-tros culturales de Europa e Hispanoamérica, como Bonn, Colonia, FreiburgBrisgau, Munich, Maguncia, París, Niza, Burdeos, Roma, Buenos Aires,Mar del Plata, Córdoba (Argentina), Tucumán, Mendoza, Santiago de Chile,Concepción, Valparaíso, Lima, Quito, Bogotá, Rio Piedras (Puerto Rico),Río de Janeiro, Sao Paulo, Porto Alegre y otras.

Ha colaborada en las principales revistas históricas españolas:—Hispania, Revista de Indias, Anuario de Historia del Derecho español,Cuadernos Hispanoamericanos, Revistas de Archivos, Bibliotecas y Mu-seos—, y también en numerosas revistas extranjeras.

Es vocal del Comité Español de Ciencias Históricas y Miembro fun-dador del Comité español para la Historia de la Segunda Guerra Mundial.Miembro de número del Instituto de Estudios Madrileños y de la RealSociedad Bascongada de Amigos del País y de otras entidades españolasdedicadas a estudios históricos y literarios. Miembro asimismo del Deutsch-Spanisches Forschungsinstitut des Goerres-Gesellschaft, de la Sociétéd’Histoire Moderne (Sorbona), y de otras asociaciones o academias extran-jeras. También ha sido profesor-consultor del Museo de Arte de SantaBárbara (California).

Ha sido Consejero de número del Consejo Superior de Investigacio-nes Científicas y Consejero también del Consejo Nacional de Educación,a propuesta de los Rectores de las Universidades españolas.

En marzo de 1987 fue elegido Académico de Número de la RealAcademia de la Historia. Es miembro del Instituto de España, del que hasido Vicepresidente primero y Vicecanciller y del Colegio Libre deEméritos.

Está en posesión de la Gran Cruz de la Orden de Cisneros y de laEncomienda con Placa de la Orden de Alfonso X el Sabio.

Es Premio Nacional de Literatura de Estudios Históricos (1964) y deHistoria de España (1978).

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III. LA VISION DE LA HISTORIA DE ESPAÑA DE UN MAESTRODE HISTORIADORES

«He pasado toda mi vida, en Valladolid y en Madrid, pretendiendoestudiar y enseñar Historia». Con estas palabras sintetiza el Dr. Palacio Atardsu rico curriculum cuyo mejor resumen es este: maestro de la historia ymaestro de historiadores. El forma parte de esa saga de maestros, maestroshumanistas, tan escasa en nuestros días y, como ha escrito uno de sus discí-pulos, «pertenece a una estirpe profesional a punto de extinción. No es ungrito de alarma; la complejidad del conocimiento exige el paso del sabio alespecialista, la prioridad de los saberes pragmáticos sobre el saber, en sin-gular, del humanista. Es indudable que en nuestra época la informática hadesplazado al latín. Seguramente no hay motivos para lamentarlo, pero elresultado es la sustitución de maestros cultos por especialistas hábiles»14.

Maestro de historiadoresMaestro de historiadores que ha sabido orientar, sugerir, exigir y, en

definitiva, formar a futuros historiadores. Entre los autores de las sesentay cuatro tesis doctorales y más de ciento cincuenta memorias de Licencia-tura que ha dirigido, se encuentran ilustres Catedráticos de la Universidad,sabios Investigadores y prestigiosos Catedráticos de Instituto de Enseñan-za Media. Se trata de investigaciones con una temática diversa pero conun denominador común: «hacer de la historia un instrumento de concordiay no de discordia», explicar la historia, penetrar en sus entrañas —com-prenderla— no utilizarla como arma arrojadiza y descalificadora que nadaaporta a la ciencia y sí mucho a la discordia y el enfrentamiento15.

La misión del maestro se reduce según el Dr. Palacio Atard a tresenseñanzas: los límites de nuestros conocimientos, el respeto a los hom-bres y la independencia de criterio. Cuando el historiador, tras el estudiominucioso del documento y tras la reflexión rigurosa, escribe sus tesis hade tener en cuenta hacerlo con humildad, intentando comprender sine iraet studio, para no trasponer a sus planteamiento la propia pasión. Ha veni-do repitiendo y practicando que la historia como ciencia se justifica preci-samente por la capacidad de comprensión.

14 Antonio Fernández García: «Presentación». Estudios Históricos. Homenajea losprofesores José M.a Jover Zamora y Vicente Palacio Atard, Madrid, Universidad Complu-tense, 1990, vol, 5, p. 12.

15 Dolores Gómez Molleda: «Páginas de Homenaje». Perspectivas de la España Con-temporánea. Estudios de homenaje al Profesor V. Palacio Atard. Madrid, 1986, p. 10.

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Al historiador le dice que no debe nunca caer en la tentación de es-pecular con la historia para fines extraños a la misma y al lector de histo-ria le recuerda que «las interpretaciones están condicionadas por cálculopolítico, si no lo son por mero afán polémico». Insiste en la necesaria ob-jetividad, cuidando extraordinariamente la revisión crítica de las fuentes, laubicación adecuada de la historia de España en el contexto europeo y uni-versal huyendo de chauvinismos y localismos fáciles —tan frecuentes en lamúltiples historias locales nacidas con las autonomías españolas—. Pero porencima de todo anima a buscar una historia fruto del trabajo riguroso, dela reflexión serena y libre teniendo en cuenta la advertencia de Goethe cuan-do decía que «nada hay más terrible que una ignorancia activa».

Maestro de la historiaMaestro de la historia puesto que, desde la docencia continuada du-

rante más de cuatro décadas siempre concibió esta enseñanza como lugarde conocimiento, de encuentro, que es tanto como tratar de «apaciguar yconciliar a los hombres». Palacio pertenece a la promoción de estudiantesuniversitarios que empezaron su carrera inmediatamente después de laguerra civil. Tal vez por ello, su primera enseñanza en las aulas y en suslibros es que hay que superar los enfrentamientos ideológicos en la histo-ria y hacer de ella un instrumento de concordia y no de discordia. Sepa-rando claramente lo que es historia de lo que es política, lo que es cienciade lo que es opinión y huyendo de la manipulación maniquea. Ya a prin-cipios de los cincuenta y en plena etapa de la polémica de las dos Españasescribía estas palabras: «Nada tiene que ver la polémica política con laciencia histórica... La ciencia es el conocimiento de la realidad y por tan-to la ciencia histórica consistirá en el conocimiento de la realidad histó-rica, no en la provisión de argumentos a los propagandistas de tenden-cias políticas. Lo que todavía no está resuelto de manera absolutamentesatisfactoria es el método adecuado para alcanzar una perfecta aproxi-mación a esa realidad... Un primer acercamiento científico puede intentarseal tomar en cuenta el mayor número posible de los diversos factores coin-cidentes en un tiempo dado... La Historia de España moderna ha sidotratada casi en todo momento con ánimo polémico. El interés científico seha colocado siempre en segundo lugar. El resultado salta a la vista: cadaparte de españoles maldice de una parte de su historia. La historia seconvierte en un instrumento, no para orientarnos sobre las posibilidadesdel presente, sino para justificar nuestra conducta actual, para encubrir aveces (os actos injustificables, para dar solemnidad —una solemnidad gro-tesca en cuanto se descubre el truco— a nuestras maldiciones o a nues-

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tras bendiciones. (...) Si los historiadores españoles tratan a su historia,libres de toda preocupación polémica; si perfeccionan el instrumento detrabajo... es probable que estén escribiendo historia para todos los espa-ñoles, y no historia al servicio de una parcialidad»16.

Este podría ser un resumen de su pensamiento: «Debemos tener elvalor de aceptar que la historia es consecuencia de la libertad del hom-bre, de su capacidad de optar entre posibilidades distintas y de decidirasí su destino. Porque de este modo es como el hombre crea la historia yse hace responsable de su propia obra. Por eso la historia es escuela delibertad. Cuando se quiere aprehender la historia en el marco de cual-quier determinismo se acaba negándola. Pero en la medida que nos ense-ña, la historia es cierto que nos hace ver que nada hay nuevo bajo el sol.Y nos educa por eso en la fugacidad del éxito y del fracaso, estimulandola integridad del hombre ante la adversidad o el triunfo, estos dos impos-tores a los que aludió Rudyard Kipling en su famoso poema “If”»17.

Su visión de la Historia de EspañaTodo lo dicho cobra forma y sentido en la historia de España que el

Dr. Palacio ha escrito y publicado. Yo diría que su gran aportación es suvisión de la historia de España que se pone de manifiesto en toda su pro-ducción y muy especialmente en su libro «Nosotros, los españoles», edita-do por Planeta y en «De Hispania a España», editado por la Real Acade-mia de la Historia y el ilustre Colegio Libre de Eméritos18.

Ve la historia de España como resultado histórico y como proyectode futuro: «Somos lo que somos por una herencia secular, y seremos loque seamos según elijamos nuestro destino y nos encaminemos hacia él»19.Es decir, fuera esencialismos, fuera todo determinismo dogmático pues noexiste un único sentido de la historia y bien al contrario la historia es fru-to de la libertad porque el hombre puede elegir diferentes posibilidades encada momento. «España ha llegado a ser lo que hoy es a través de un

16 «Historia sin polémica» artículo del 22 de abril de 1952 publicado en «Ateneo», nº 7.17 Discurso de ingreso del Dr. Vicente Palacio Atard como Doctor Honoris Causa en

la Universidad San Pablo, CEU18 El libro «De Hispania a España» se publica en 2005 recoge las ponencias de die-

ciocho ilustres historiadores, Eméritos y Académicos, pronunciadas en el ciclo dedicado alconcepto de España a través de su historia, dirigido por Vicente Palacio en 2004, en el VCentenario de la muerte de Isabel la Católica.

19 PALACIO ATARD, V. Nosotros, los españoles, Barcelona, Planeta, 1991, p. 9.

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proceso secular en el que han decidido la voluntad de las generacionespretéritas, su comportamiento ante las posibilidades que se les ofrecierona ellas, la capacidad de proyectar su futuro»20.

Toma como punto de partida que España es una realidad históricaque se asienta sobre una realidad geográfica y que a lo largo de siglos hallegado a ser lo que es a través de lo que denomina fundaciones; a travésde seis fundaciones.

La primera fundación de España fue obra de los romanos que daríansu nombre, Hispania, y crearían una nueva entidad social, política, admi-nistrativa y cultural. La segunda fundación de España llega tras la inva-sión musulmana y su respuesta, la Reconquista. Sería una segunda funda-ción inacabada como recuerdan las crónicas medievales al hablar de «lapérdida de España», una España que, en consecuencia había que recobraren una empresa que duró ocho siglos. La tercera y decisiva fundación deEspaña se realiza durante el largo reinado de los Reyes Católicos. Seríageneradora de la unidad territorial y política en la corona pero sólo de unaimperfecta «unidad nacional». En ella se afirma el prestigio de la monar-quía como factor de seguridad y justicia. Con ella nace el Estado moder-no como factor de organización en torno a la corona. Además, entoncestiene lugar el «gran salto» de la nueva monarquía en el mundo, en dosdirecciones: el descubrimiento de America y la proyección de la políticaeuropea. La consecuencia inmediata de esta última fue el advenimiento dela Casa de Austria al trono. La cuarta fundación tiene lugar con losBorbones y coincide con el espíritu crítico del siglo XVIII. Se consolidadefinitivamente el dualismo ibérico. La quinta fundación llega con lasCortes de Cádiz y se lleva a cabo a lo largo de todo el siglo XIX, bajo elliberalismo. Y, finalmente, la sexta fundación tiene lugar con la transicióndemocrática y con la llegada de la democracia y tiene en la Constituciónde 1978 su texto fundacional.

Apunta el Dr. Palacio Atard que el quehacer historiográfico en la Es-paña actual ofrece dos desafíos importantes. El primero tiene que ver conla España de las autonomías. Las Comunidades Autónomas han provocadoun mayor estudio de la historia, o mejor, de su historia para subrayar cadauna su propia identidad. Pero esto, insiste, no debería producirse en detri-mento de los vínculos de solidaridad y unión que constituyen el sustrato

20 Idem.

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histórico de la identidad española. El otro gran desafío de nuestro tiempoviene dado por la construcción de Europa. Hoy buscamos las líneas de unaidentidad europea que sirva de soporte social y cultural a todo el conjuntode pueblos que integran la gran creación de la Europa unida. Para Don Vi-cente Palacio, no se trata de inventar un arquetipo europeo. Los múltiples ydispares legados que forman su sustrato histórico y los seculares intercam-bios producidos entre ellos son factores que cuentan insoslayablemente ennuestra identidad como europeos. Europa es un proceso in fieri, cuyo resul-tado final tampoco es previsible. Por eso tiene sentido que preguntemos ala historia por el entramado multisecular del tejer y destejer Europa21. Lasolución para Palacio viene dada buscando la conciliación y el consenso. «Sise piensa en unas señas de identidad que puedan ser reconocidas por todos,habrá que conciliar, sin suprimir, la variedad de piezas que surgen del mo-saico de nuestros pueblos y culturas. En ningún caso oponer a la identidadnacional una identidad transnacional europea. Yo me siento y me reconoz-co europeo porque me siento y me reconozco español. Del mismo modo queme siento español porque me siento y me reconozco vasco».22

Este sería su mejor resumen: «Hacer Europa y pensar en España.Profundizar en el estudio de las raíces locales para conocer y comprendermejor el árbol frondoso de la común historia de España. He ahí dospremisas que se ofrecen, a mi modo de ver, en la demanda social paranuestro estudio de la historia en la hora presente. Un estudio que se justi-fica en todo caso si se propone procurar la concordia y no la discordiaentre los hombres y entre los pueblos, conociéndonos mejor a nosotrosmismos y conociendo mejor a los demás, para ampliar de este modo elhorizonte de inteligente comprensión y de pacífica y próspera conviven-cia. Parodiando unas palabras que Tucídides pone en boca de Pericles, enlas que propone el ejemplo de Atenas a los demás griegos, podremos deeste modo decir nosotros que la historia de nuestros respectivos puebloses una «lección viva» para todos los europeos23.

El basamento en un mundo de valoresSi es cierto, como decía Marañón, que «el hombre es el que hace la

historia», interesa calar en el sustrato que cimienta la vida y obra de Vi-cente Palacio. Por su carácter de maestro es preciso adentrarnos en el per-

21 Discurso de ingreso del Dr. Palacio Atard como Doctor Honoris Causa en la Uni-versidad San Pablo CEU.

22 Idem.23 Idem.

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sonaje. Y lo primero que quiero destacar es que él nos enseña a tener comobasamento de la vida —y de la historia— un mundo de valores. A los yacitados, añadiré los más importantes.

La libertad como el más preciado don; vivir con libertad interior,tomando las riendas del propio destino, responsabilizándose del propiodesarrollo personal a sabiendas que, como diría Séneca, «no hay esclavi-tud más vergonzosa que la voluntaria». Las palabras que Cervantes poneen boca del Hidalgo son oportunas: « La libertad, Sancho, es uno de losmás preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella nopueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre... ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quedeobligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!»24.

Libertad que no está reñida con la responsabilidad (de respondere=responder) y con la aceptación de normas que lleva a respetar y tolerar alos otros pues ya decía Voltaire que el «respeto recíproco es la primeraley de la naturaleza y panacea de la humanidad»25.

Trabajo o, mejor, laboriosidad —que procede de labor = trabajo— queimplica coraje, valentía, ánimo, entusiasmo. Trabajo que no solo facilitabienes sino que permite poner en forma cualidades indispensables paranuestro desarrollo personal como la tenacidad, la superación de obstáculos,la imaginación; trabajo que nos permite llevar una vida creativa y triunfar.Y justicia, que implica honradez, rectitud, probidad. Fidelidad que procedede fides y está emparentada con fidere (fiar) de donde deriva confiar, con-fianza. Y autenticidad que procede del griego auténtikos = el que tieneautoridad que a su vez procede de authentes = dueño absoluto. Etimológica-mente es auténtico el que tiene las riendas de su vida y es coherente.

Pues esto y mucho más es lo que ha hecho realidad esta vida plenade este historiador y maestro de historiadores. En ella se hacen veraces laspalabras que tomo del Criterio de Balmes: «Conciencia tranquila, desig-nio premeditado, voluntad firme; he aquí las condiciones para llevar a cabolas empresas. Esto exige sacrificios, es verdad; esto demanda que el hom-bre se venza a sí mismo, es cierto; esto supone mucho trabajo interior, nocabe duda; pero en lo intelectual, como en lo moral, como en lo físico,

24 Tomado de El Quijote, Parte II, p. 58.25 VOLTAIRE, Diccionario filosófico, Madrid, Temas de Hoy, 1995, p. 587.

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en lo temporal como en lo eterno, está ordenado que no alcanza la coro-na quien no arrostra la lucha»26.

No puedo cerrar este apartado sin hacer referencia a algo que vengoconstatando desde que, desde hace ya muchos años, he tenido la suerte dedisfrutar del consejo y amistad del Dr. Palacio. Y es a una cualidad que leadorna especialmente. Se trata de la bondad —«único símbolo de superiori-dad que conozco», decía Beethoven—. La bondad (de bonitas, derivado debonus) que supone no sólo una inclinación a hacer el bien sino también afa-bilidad, comprensión y amabilidad. Lo que significa hacer el bien de formatranquila, acogedora, serena, creando un ámbito de paz que genera confian-za. He dicho afable que procede de fari = hablar y que hace referencia a unapersona con la que es fácil hablar por ser accesible, sencilla, comunicativa.

Hay una cita de Francis Bacon apreciada por los historiadores puesdesearíamos vernos en ella reflejados. Dice que «la historia hace a loshombres sabios». Pues bien, Vicente Palacio Atard es hoy un sabio. Queha triunfado en su vida y está alegre pues «la alegría anuncia siempre quela vida ha triunfado»27.

¿Puede existir mejor enseñanza de maestro que estos valores? Bien losquerría yo para mi y mucho me gustaría que yo fuera capaz también de in-culcarlos en mis discípulos de esta magnífica Universidad Rey Juan Carlos.

Un proverbio alemán dice que «el habla es plata y el silencio es oro».Me toca terminar y lo haré como empecé, dando las gracias. Gracias DonVicente por su magisterio que es referente para mi y para esta Universi-dad que hoy le incluye en su cuadro de excelencia. Gracias a mi Univer-sidad y gracias, de verdad, a mi Rector, Dr. Pedro González-Trevijano, porhaber hecho realidad un sueño que tuve cuando llegué a esta UniversidadRey Juan Carlos hace ahora doce años.

ASI PUES, EXPUESTOS TODOS ESTOS MÉRITOS, SOLICITOCON TODA CONSIDERACIÓN Y ENCARECIDAMENTE RUEGO QUESE OTORGUE Y CONFIERA AL PROFESOR D. VICENTE PALACIOATARD, EL SUPREMO GRADO DE DOCTOR «HONORIS CAUSA»POR LA UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS.

26 BALMES, J. El criterio, Madrid, BAC, 1974, p. 294.27 BERGSON, H. L’énergie spirituelle, PUF, Paris, 1944, p. 23.

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PALABRAS PRONUNCIADAS POR D.

MANUEL ALBALADEJO ABARCA

CON MOTIVO DE LA INVESTIDURA DEL DR. D. MANUELALBALADEJO GARCÍA COMO DOCTOR HONORIS CAUSA

UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS

Móstoles, 30 de septiembre de 2009

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Llamo raro al legado del que voy a ocuparme, en primer lugar, por-que es escaso, es decir, se hace poco, y en segundo lugar porque a dife-rencia del legado usual, que se hace en testamento a favor de un sucesor,heredero o legatario, el legado raro ni se hace en testamento ni a favor deun sucesor.

El artículo 668, párrafo primero, del Código civil dice que: «E1testador puede disponer de sus bienes a título de herencia o de legado».De ello deduce la mayor parte de los autores1, que como la herencia, ellegado es disposición que ha de hacer quien testa, «el testador», luego queha de hacerse en testamento.

Ahora bien, además de quienes simplemente exponen que el legadose otorga en testamento gravando con él a un heredero o a un legatario,hay otros autores que excluyen de ser legados ciertas figuras, entre ellasla de que me ocupo. Así, dice LACRUZ2 que parece «que con arreglo alartículo 858, el causante no podrá gravar con un legado a cualquiera que

EL LEGADO RARO

porMANUEL ALBALADEJO GARCÍA

1 Por ejemplo, DÍAZ CRUZ, Los Legados, 1951, pp. 7; VALVERDE, Derecho civil, De-recho sucesiones, 4ª ed., 1939, pp. 313 y ss.; DE DIEGO, Instituciones de Derecho Civil,III, 1959. pp. 504; DÍEZ-PICAZO Y GULLÓN, Sistema de Derecho Civil, Tomo IV, 4ª ed.,1988. pp. 390, VV. AA, coord: Bercovitz, Manual de Derecho Civil: Sucesiones, 2008, pp.179 y 180; O’CALLAGHAN, Compendio de Derecho Civil: Derecho de sucesiones, 6ª ed.,2007, pp. 28 y 177; BONET, Compendio de Derecho Civil, V, 1965. pp. 407 y ss.; SÁNCHEZ

CALERO, Javier, en VV. AA. Curso de Derecho Civil. Derecho de Familia y Sucesiones, 3ªed., 2004, pp. 396; LASARTE, Principios de Derecho Civil, Tomo VII, 1998, pp. 36 y ss ypp. 182 y ss., PUIS PEÑA, Compendio, IV, 2°, 1966, pp. 1606 y 1667 ss., ESPÍN CÁNOVAS,Manual. Sucesiones, V, 5ª ed., 1978, pp. 16 y ss, LACRUZ-RAMS, Elementos de DerechoCivil, V, Sucesiones, 2004, pp. 16, VV. AA. Comentarios al Código Civil, coordinados porBERCOVITZ, 2ª Ed., 2006, pp. 840.

2 Derecho de Sucesiones, I, 1976, pp. 358.

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venga a obtener una ventaja patrimonial de la herencia, sino concretamen-te al heredero —testamentario, abintestato, fiduciario, etc.— o legatario,también al donatario mortis causa, si se admite la existencia autónoma deesta categoría». Como se ve, no toca específicamente el caso de gravarseal no sucesor, pero tácitamente lo excluye.

También, en especial, excluye Miguel TRAVIESAS3 que pueda serconsiderado como gravado con un legado cualquiera que por la muerte deltestador o beneficiado por voluntad del mismo venga a obtener o a con-servar una ventaja patrimonial. Según Miguel TRAVIESAS legatarios ogravados con legados son quienes señala el art. 858. Fuera de esos casos,los supuestos de que se trate no son de verdaderos legados.

SCAEVOLA4, por su parte, aunque no al ocuparse de los legados,sino de la donación en la que el donante se reserve «la facultad de dispo-ner de algunos de los bienes donados, o de alguna cantidad con cargo aellos» (art. 639 C.c.), entiende que cabe que aquél pueda usar tal facultaden su testamento legando algo respecto a lo que se reservó la facultad encuestión. Luego entiende también que el legado se haga en testamento.

Contrariamente, ROCA SASTRE5 cree que «Hay que admitir comocosa posible que se grave con un legado al tercero que al tiempo de falle-cer el causante ha de adquirir lo que para tal tiempo éste estipuló con otroa favor de dicho tercero, siempre que dicho causante se hubiere reservadola facultad de determinar la persona del referido tercero o de cambiar lapersona del tercero designada en la estipulación sin necesidad de asentiréste. Piénsese en el beneficiario de un seguro de vida. Como tal beneficia-rio de la estipulación, no reúne la cualidad ni de heredero ni de legatario,parece que esto constituye un obstáculo para poder gravarle con legados,ya que el artículo 858 del Código civil sólo alude al heredero o legatariocomo persona susceptible de ser gravada con legados; pero, sin embargo,este obstáculo desaparece si se tiene en cuenta que dicho artículo 858 nose produce en sentido limitativo. O sea, no expresa que únicamente elheredero y el legatario podrán ser gravados con legados, y, además, no hayque olvidar que es criterio del Derecho romano (Digesto 32, 1, 6) permitir

3 Legados, en R.D.P. 1931, pp. 102 y 103.4 Código civil, XI, vol. 2, 5ª edición, 1943, p. 841.5 En Anotaciones a la traducción española del Derecho de sucesiones, de KIPP, I, 2ª

ed., 1976, pp. 535.

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imponer cargas a todo aquel a quien ha de corresponder alguna cosa a lamuerte del testador, bien dándosela, bien no quitándosela. Lo que ocurrees que el tal legado no queda sujeto a la reducción posible por insuficien-cia de activo hereditario, ya que recae sobre un valor en cierto modoextrahereditario, lo que atribuye a dicho legado una notable particularidad».

Al opinar así ROCA SASTRE, no hace sino seguir para el Derechoespañol igual opinión que adopta KIPP6 para el alemán, en el que, sinembargo, como en nuestro artículo 858.1º, su parágrafo 2.147 no habla sinode que pueden ser gravados los herederos o los legatarios.

Y hasta interesa señalar que hoy la ley 241 del Fuero Nuevo navarroha venido a decir que los legados «se imponen a cualquier persona que atítulo lucrativo reciba bienes del disponente, por voluntad del mismo o dela ley». Y que el Código de Sucesiones catalán dice en su artículo 259.1°que: «Podrá gravarse con legados a los herederos testamentarios o abin-testato, a los legatarios y fideicomisarios, a los donatarios por donaciónpor causa de muerte y, en general, a cualquier persona que por causa demuerte y por voluntad del testador obtenga algún beneficio con estipula-ción que con otra persona haya celebrado el testador en contemplación asu fallecimiento y reservándose la libre disposición y cambio del benefi-ciario».

Defensor máximo de que el gravado pueda no ser ni heredero ni le-gatario es GANGI7, para quien: «Gravado es ordinariamente el heredero oun legatario, pero puede serlo, en general, cualquiera que por la muertedel testador y por voluntad del mismo llegue a conseguir o a conservaruna ventaja patrimonial. Es verdad que nuestro Código, a semejanza dealgunos otros (por ejemplo, Código prusiano, Código austríaco, Códigosuizo), prevé solamente la hipótesis que el gravado sea el heredero o ellegatario (arts. 868 y 838)8, pero no es menos cierto que no dispone enmodo alguno que puedan ser gravados solamente estas personas, y que nose puede, por tanto, pensar fundadamente que se haya abandonado la máxi-ma romana, vigente primero sólo para los fideicomisos y desde Justiniano

6 Según el que (pág. 533): «Aunque la ley no lo diga, se puede en definitiva afirmarque puede ser gravado con un legado el que ha sido favorecido por un contrato a beneficiode tercero, en forma que adquiere el derecho a la prestación al producirse la muerte delpromisorio».

7 I legati, 2ª ed. 1933, p. 83 y ss.8 Hoy el artículo 662 del Código de 1942.

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extendida a todos los legados: sciendum est autem eorum fidei committerequem posse, ad quos aliquid perventurum est morte eius, vel dum eis datur,vel dum eis non admitir (D. 32, 1, 6). Y tanto más se debe pensar que elCódigo haya previsto solamente la hipótesis de que el gravado sea el he-redero o el legatario sólo porque es ésta la hipótesis que más frecuente-mente se produce en la práctica, en cuanto que también bajo el imperiodel Código austríaco que, como ya se ha dicho, prevé igualmente esta solahipótesis, se admite la misma regla del derecho romano justinianeo, reglaque fue también admitida bajo el imperio del reciente Código germánico,no obstante que este código sancione explícitamente (parágrafo 2.147) quecon legado se puede gravar al heredero o a un legatario».

Yo, por mi parte, a la vista de que lo mismo que esos otros Códigoshasta ahora indicados, también el nuestro en el articulo 858.1°, sólo dice,como hemos visto, que gravados por el legado pueden serlo herederos olegatarios, pienso que, por igual razón que en ellos, cabe admitir asimis-mo en el nuestro que pueda ser gravado con el legado un no sucesor, puessi bien el texto legal no lo dice expresamente, tampoco lo excluye, y nocabe duda de que no se le violenta, como para sus Derechos han señaladolos autores extranjeros recogidos, y entre nosotros, especialmente ROCASASTRE, si se estima que se ha referido únicamente a aquéllos por ser elcaso normal, pero que pueden ser otros, ya que ni es absurdo ni se hallaprohibido.

Pienso que podría gravarse con un legado a la persona que inter vi-vos hubiese recibido una liberalidad ordenada por el testador o a favor dela que por virtud de la voluntad de éste le resultase a su muerte debida unaprestación sin contrapartida a cambio siempre que en el caso que sea, eltestador conservase la facultad de hasta el último momento de su vida eincluso por testamento poder privar al interesado del beneficio en cuestión.

Los supuestos más claros serían los de la donación hecha con reser-va de la facultad de disponer de algunos de los bienes donados o de algu-na cantidad con cargo a ellos (art. 639 C.c), y del seguro de vida concer-tado por el testador a favor del beneficiario, supuestos en los que cabiendoejercitar aquella facultad hasta en testamento9 y cabiendo también hasta en

9 Así SCAEVOLA, loc. Cit., en la nota 5; RODRÍGUEZ ADRADOS, «Donaciones conreserva de facultad de disponer», en A. A. M. N., XVI, 1968, pág. 448; CRISTÓBAL MON-TES, La donación con reserva de disponer, 1971, pág. 182; BARRAL, La reserva de la fa-cultad de disponer en la donación, 1996, págs. 195 y 196.

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testamento cambiar la designación del beneficiario del seguro (Ley deSeguros de 8 de octubre de 1980, art. 84), con lo que se privaría al dona-tario de lo que ya tiene (o parte), y al beneficiario de lo que espera reci-bir, no se ve por qué no podría el testador, en vez de privarles de nada,mantenerlos en su situación, pero imponiéndoles a cargo de lo que no lesquita, un legado a favor de otra persona. ¿Cómo puede negarse, por ejem-plo, que sea legado, de alimentos, la disposición testamentaria en que elcausante, que carece de otros bienes y que confía más en el beneficiariode su seguro de vida que en el propio alimentista, al que podría nombrarbeneficiario del seguro, pero no lo hace porque no confía en él, ordena albeneficiario, a quien no cambia, que con cargo a lo que perciba por elseguro proporcione mientras viva alimentos a cierto pariente inútil y nece-sitado?

No se niegue que los supuestos vistos por lo menos se pueden cons-truir como legados. Yo creo que es la construcción más acertada. Aquí, decualquier modo, con lo dicho basta, pues no cabe entrar a examinar lasrazones por las que deba de rechazarse que se les construya de otra forma.

Ciertamente serían legados para los que, por no gravar a un sucesor,no valdrían ciertos preceptos aplicables al legado normal por recibir en élel gravado bienes hereditarios. Así la reductibilidad por dañar la legítimano es aplicable a esos legados. A ese respecto el Código de sucesionescatalán especifica que el legado a cargo de no sucesor «no será reduciblepor razón de legítima (art. 259.1°, in fine).

Esta particularidad, de no ser reductible por daño de legítima, el le-gado que no grava a un sucesor ha hecho decir a JAVIER SÁNCHEZCALERO que ella muestra que no se trata de verdadero legado. Juicio quea mí me parece erróneo, porque, de por sí, la existencia de dicha particu-laridad, no justifica que la figura que la reúne sea excluida de los legados,sino que justifica sólo que sea un caso de legado con cierta especialidad.

Sostiene SÁNCHEZ CALERO10 que no hay verdadero legado. Yagrega que «ROCA SASTRE, aun siendo favorable a admitir la posibili-dad de que se grave con un legado a un no sucesor, se ve obligado a re-conocer que «lo que ocurre es que el tal legado no queda sujeto a la re-

10 Comentarios al Código Civil, Ministerio de Justicia, 1, 1991, pag. 2098.

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ducción posible por insuficiencia del activo hereditario, ya que recae so-bre un valor en cierto modo extrahereditario, lo que atribuye a dicho lega-do una notable particularidad». Y concluye SANCHEZ CALERO dicien-do que, en efecto, la atribución patrimonial del donatario o del beneficiarioderiva, como antes quedó dicho, del contrato, no del testamento. Lo quede por sí es suficiente para excluir la posibilidad de que aquéllos seangravados con un legado, siempre que se parta de la idea de que todo lega-do ha de ser impuesto con cargo a la herencia11, pues es la única forma deentender que el legatario es sucesor del causante, incluso cuando la atri-bución que reciba no tenga por objeto bienes de éste.

Más la verdad es que el razonamiento de SÁNCHEZ CALERO depor no ser reducible por daño de legítima, excluir de ser legado a la figu-ra en cuestión, no sólo tropieza con el argumento de lógica que expuseanteriormente, lo que ya es fuerte, sino que tropieza con algo tan absolu-tamente insalvable como el que un Derecho positivo, así el Código desucesiones catalán, admita tal legado y a la vez su irreductibilidad.

La conclusión de todo lo expresado es:

Primero.—Que puede haber un legado que no se haga en testamentocayendo fuera del art. 858.1º que, como sabernos dice que: «El testadorpodrá gravar con mandas y legados no sólo a sus herederos sino tambiéna los legatarios»; en el legado aquí estudiado el legado no se hace testando.

Segundo.—Que por no gravar a un sucesor, el legado de que me heocupado no se le aplica la reducción del mismo por dañar la legítima.

11 Pero digo yo, que si lo que se está discutiendo es si se puede gravar con un lega-do a un no sucesor, luego lo que se pone en cuestión es si el legado ha de gravitar nece-sariamente sobre bienes hereditarios, o si puede gravitar, además de sobre ellos, sobre otros(como, por ejemplo, sobre lo que se donó al gravado con el legado o lo que se cobró porel seguro de vida del causante su beneficiario), decir, como hace SÁNCHEZ CALERO, que—para resolver la cuestión— vale lo que él argumenta, «siempre que se parta de la idea deque todo legado ha de ser impuesto con cargo a la herencia», es como decir que en ladiscusión de sobre qué puede gravar el legado, hay que entender que sólo sobre la heren-cia, si se parte de la idea de que sólo puede gravar ésta, lo que ciertamente es una obviedad.

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I. PRINCIPALES HITOS BIOGRÁFICOS DEL PROFESOR ALBA-LADEJO GARCÍA

11. Becario de la Fundación «Alexander von Humboldt» para ampliar es-tudios en Alemania.

12. Becario del Gobierno italiano para ampliar estudios en Italia.13. Becario del Real Colegio Mayor Albornociano de San Clemente de

los Españoles para doctorarse en la Universidad de Bolonia.14. Doctor en Derecho para la Universidad de Madrid.15. Doctor en Derecho para la Universidad de Bolonia.16. Encargado de la Cátedra de Derecho romano (1946-47 y 1947-48) en

la Universidad de Granada.17. Profesor Auxiliar de Derecho civil y Filosofía del Derecho (1942).18. Profesor Adjunto de Derecho civil, desde la creación del profesorado

adjunto (1947).19. Premio San Clemente por el Colegio Mayor de San Clemente de los

Españoles.10. Colaborador honorario del CSIC «Instituto Francisco de Vitoria»

(1943).11. Colaborador del Instituto Nacional de Estudios Jurídicos (1953).12. Catedrático de Derecho civil de la Universidad de Oviedo (1953), de

la de Barcelona (1956) y de la Complutense de Madrid (1969).13. Vicedecano de la Facultad de Derecho de Oviedo en 1954 y Vice-

decano de la de Barcelona por dos períodos 1959 y 1961.14. Decano de la Facultad de Derecho de Barcelona por dos períodos 1964

y 1967.15. Académico numerario de la de Jurisprudencia y Legislación de Cata-

luña (1966).

CURRÍCULUM VITAE

del Prof. Dr. D.MANUEL ALBALADEJO GARCÍA

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16. Director de la Cátedra «Durán i Bas» de Derecho civil catalán en laFacultad de Derecho de la Universidad de Barcelona (1966) y delSeminario Manuel Miguel Traviesas en la de Oviedo 1954).

17. Comendador con placa de la Orden de Alfonso X «el Sabio» (1967).18. Rector de la Universidad de Barcelona (1968).19. Rector Honorario Vitalicio de la Universidad de Barcelona (1970).20. Caballero Gran Cruz de la Orden de Alfonso X «el Sabio» (1970).21. Subdirector General de Ordenación Universitaria en 1971.22. Subdirector General de Personal Docente de Universidades (1972).23. Director de la Revista de Derecho Privado desde 1974.24. Académico numerario de la Real de Jurisprudencia y Legislación

(1975).25. Vocal permanente de la Comisión General de Codificación (1975).26. Director de los monumentales «Comentarios al Código civil y Compila-

ciones forales» de Edersa, obra en 101 volúmenes.27. Director de Departamento de Derecho civil de la Universidad Complu-

tense de Madrid desde 1974 hasta 1987, fecha de su jubilación.28. Miembro de la comisión de diputados y expertos para formular un

anteproyecto de Ley sobre Técnicas de reproducción asistida, (1987).29. Director honorario del Departamento de Derecho civil de la Universi-

dad Complutense de Madrid.30. Profesor emérito de la Universidad Complutense de Madrid (1987).31. Profesor emérito de la Universidad San Pablo-CEU (1997).32. Abogado del Ilustre Colegio de Madrid.33. Doctor honoris causa por la Universidad de Córdoba (1988).34. Doctor honoris causa por la Universidad de Granada (1991).35. Doctor honoris causa por la Universidad de Oviedo (1997).36. Doctor honoris causa por la Universidad de Alicante (2000).37. Doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Cartagena

(2005).38. Doctor honoris causa por la Universidad de Murcia (2009).39. Presidente de la Asociación española de Profesores de Derecho civil

(1991 a 1998).40. Presidente honorario vitalicio de la Asociación de Profesores de De-

recho civil (1998).41. Director de la Revista de Derecho Privado (1974).42. Presidente del Consejo de redacción de la Revista de Derecho Priva-

do (1994).43. Consejero de La Universidad Complutense con categoría de vicerrector

(1995).

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44. Consejero de redacción de Revista Actualidad civil (1986).45. Vicepresidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación

(1995).46. Académico de honor de la Academia de Jurisprudencia y Legislación

de Granada (1992).47. Académico de honor de la Academia de Jurisprudencia de Chile.48. Académico de honor de la Academia de Jurisprudencia de Córdoba

(Argentina).49. Abogado de honor del Colegio de Abogados de Costa Rica (1997).50. Académico de honor de la Academia de Jurisprudencia y Legislación

de Costa Rica (1997).51. Académico correspondiente extranjero de la Academia de Lisboa

(1997).52. Presidente de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia (1999).53. Presidente de Honor de la Real Academia de Jurisprudencia y Legis-

lación. Al cesar en diciembre de 2003 como Presiente de dicha Aca-demia por cumplimiento del plazo reglamentario.

54. Hijo adoptivo de Granada (1998).55. Medalla de oro de la Región de Murcia (1998).56. Miembro honorífico do Claustro de Profesores da Facultade de Dereito

da Universidade de Vigo (1998).57. Hijo predilecto de Cartagena (2000).58. Consejero de Estado (1999).59. Profesor invitado de la Universidad de la Habana.60. Premio Pelayo para juristas de reconocido prestigio (2004).61. Premio «Toda una vida dedicada al Derecho (Fac. Derecho U:C:M.).62. Director de más de ciento cincuenta tesis de Derecho civil.63. Participante en numerosos congresos, reuniones, coloquios, etc., sobre

temas de su especialidad en España y en el extranjero.64. Haber sido árbitro en bastantes arbitrajes y emitido numerosos dictá-

menes, entre ellos en casos muy conocidos (ej. Rumasa, Sogecable,...).65. Conferenciante sobre temas de su especialidad gran número de veces

en diversas Universidades españolas y extranjeras, Facultades de De-recho, Colegios de Abogados, Colegios Notariales, etc.

66. Autor de las publicaciones que se detallan mas adelante que totalizantreinta mil páginas impresas, y algunas están en la decimosexta edi-ción, consistiendo en cerca de cincuenta libros y de mas de doscien-tas cincuenta artículos de revista, comentarios a artículos del Códigocivil y otras leyes y comentarios a SS.T.S.

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II. PRINCIPALES PUBLICACIONES DEL PROFESORALBALADEJO GARCÍA

A) LIBROS— El reconocimiento de la filiación natural, Bosch, Barcelona 1954, un

volumen de 248 páginas.— Estudios de Derecho Civil, Bosch, Barcelona 1955, un volumen de 488

páginas. Sustituciones hereditarias, un volumen de 256 páginas, Summa,Oviedo, 1956.

— El Negocio jurídico, traducción de la obra de Cariota Ferrara «Il negoziogiuridico», un volumen de 617 páginas con extensas concordancias conel Derecho español, Aguilar, Madrid 1956.

— El Negocio jurídico, un volumen de 488 páginas, Librería Bosch, Bar-celona 1958.

— Anotaciones a la obra de Cicu «Sucesiones por causa de muerte. ParteGeneral». Librería Bosch. Barcelona 1964, un volumen de 1066 pági-nas, de ellas 400 de anotaciones.

— Derecho Civil para las Facultades de Económicas, segunda edición to-talmente reelaborada, librería Bosch, Barcelona 1965, 778 páginas.

— El Albaceazgo en el Derecho común y en el catalán. Tecnos, Madrid1969, un volumen de 740 páginas.

— Manual de Derecho de Familia y Sucesiones, un volumen de 243 pági-nas. Librería Bosch, Barcelona 1974.

— Instituciones de Derecho Civil, segunda edición: Tomo I, 776 páginas.Librería Bosch, Barcelona 1972. Tomo H, 698 páginas. Librería Bosch,Barcelona 1975.

— La institución de heredero bajo condición. Discurso de ingreso en la RealAcademia de Jurisprudencia y Legislación. Madrid 1983, 173 páginas.

— La responsabilidad por culpa extracontractual levísima, Discurso inau-gural del Curso de la Academia 2000-2001 de la Real Academia deJurisprudencia y Legislación. Madrid 2000, 48 páginas.

— Los daños indemnizables en la responsabilidad contractual y en laextracontractual. Discurso inaugural del Curso Académico 2001-2002de la real Academia de Legislación y Jurisprudencia.

— La revocación de la donación mejora. Discurso inaugural del curso Aca-démico 2002-2003 de la Real Academia de Legislación y Jurispruden-cia, 43 págs.

— La presunción de culpa en la responsabilidad extracontractual. Discur-so inaugural del Curso Académico 2001-2002 de la Real Academia deLegislación y Jurisprudencia, 42 págs.

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67

— DERECHO CIVIL:Tomo I, vol. 1°,16ª edic.Tomo I, vol. 2°, 552 págs. La última edición, 18ª, de los dos tomos an-

teriores en un solo volumen, 965 págs, 2007.Tomo II, vol. 1º, 515 págs.Tomo II, vol. 2°, 525 págs. La última edición, 13ª, de los dos tomos

anteriores en un solo volumen, 1014 págs, 2004.Tomo III, vol. 1º, 503 págs.Tomo III, vol. 2°, 487 págs. La última edición, 10ª, de los dos tomos

anteriores en un solo volumen de 970 págs, 2004.Tomo V, vol. 1°, 467 págs. Edición de 1979En cada uno de los tomos, más ediciones hasta 2008.

— CURSO DE DERECHO CIVIL:Tomo I, volumen de 591 págs. Última edición 1989.Tomo II, volumen de 592 págs. Última edición 1989.Tomo III, volumen de 612 págs. Última edición 1989.Tomo IV, volumen de 327 págs. Última, 11ª, edición 2006.Tomo V, volumen de 422 págs. Última, 9ª, edición 2004.

— COMPENDIO DE DERECHO CIVIL: volumen de 692 págs., 13ª edición.— Las arras en la jurisprudencia del TS, volumen de 121 págs. Última

edición 1997.— Desde el instante en que nace todo niño es persona e inscribible en el

Registro, 105 págs. 1996.— Sobre si vale o no, según la jurisprudencia del TS la forma escrituraría

pública de la venta simulada, para cubrir la forma de la donación deinmueble disimulada, 1998, 98 págs.

— La Mejora, 510 págs., 2003— La Prescripción extintiva, 356 págs., 2004.— La Usucapión, 295 págs., 2005.— La Donación, 998 págs., 2006.— En la obra que dirige, COMENTARIOS AL CÓDIGO CIVIL Y

COMPILACIONES FORALES, ha escrito lo siguiente:En el tomo I, 1978, el comentario a los arts. 40 y 41, 22 págs.En el tomo VII, vol. 1°, 1980, comentario al art. 488, 16 págs.En el tomo VIII, vol. 1º, 1987, comentario al art. 609, 21 Págs.En el tomo VIII, vol. 2º, 1986, 516 págs. casi en su totalidad.En el torno IX, vol. 1°, A, 1990, 550 págs., sobre la mitad.En el tomo IX, vol. 2°, 1983, 456 págs. en casi su totalidad, parte en

colaboración.En el tomo X, vol.1°, 1987, 443 págs., en su mayor parte.

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68

En el tomo X, vol. 2º, 1984, 554 págs. en su casi totalidad.En el tomo XII, vol.1°, 2ª ed 1997, 521 pág., en su totalidad.En el tomo XII, vol. 2°, 1979, 371 págs., en su totalidad.En el tomo XIII, vol. 2°, 2a ed. 1998, 135 págs., comentario a los arts.

982 a 987.En el tomo XIV, vol. 2°, 1989, comentario al art. 1057, en colabora-

ción, 145 págs.En el tomo XV, vol. 1°, 1989, comentario a los arts. 1100, 1111, 1112,

64 págs.En el tomo XV, vol. 2°, 1983, 95 págs., comentario a los arts. 1131 y

1152 a 1155.En el tomo XX, vol. 1°, 1993, el comentario a los arts. 1935 y 1940 a

1960, 167 págs.En el tomo XXV, vol. 2°, 1993, comentario a los arts. 1962, 1963, 1968

y 1969, 78 págs.En el tomo XXIX, vol. 3°, 1986, el comentario a los arts. 265 a 268,

37 págs.

B) ARTÍCULOS DE REVISTA.— La obligación de transmitir la propiedad en la compraventa, en R.G.L.J.,

abril 1947.— La prohibición o improcedencia de compensación en los casos de de-

pósito y comodato, en R.D.P., abril 1947.— El error en las disposiciones testamentarias, en R.D.P., mayo de 1948.— Dos aspectos de la partición hecha por el testador, en A.D.C., 1948.— La hipoteca unilateral, en A.D.C., 1950.— Los sujetos en el reconocimiento de la filiación natural, en A.D.C., 1951.— La sucesión «iure transmissionis», en A.D.C., 1952.— Contenido, naturaleza y caracteres del reconocimiento de la filiación

natural, en R.D.N. 1953.— Forma y efectos del reconocimiento de la filiación natural, R.F.D. de

Oviedo.— Invalidez e ineficacia del reconocimiento, en A.D.C., 1953.— La poseibilidad del derecho de prenda, en R.F.D., de Oviedo 1.954.— De nuevo sobre el error, en A.D.C., 1954.— Sólo el testador puede partir su herencia, en R.F.D., de Oviedo 1954.— Usucapión del derecho de prenda, en R.D.N., 1954.— La sustitución vulgar, en R.D.N., 1955.— La adquisición de la herencia, en A.D.C., 1955.— El hecho jurídico, ed. Idag, Oviedo.

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69

— Invalidez de la declaración de voluntad, en A.D.C., 1957.— El acceso al cargo de albacea, en R.D.N., 1956.— Problemas del albaceazgo, en R.F.D. de Oviedo, 1956.— Condición, término y modo, en R.D.N., 1957.— La representación, en A.D.C., 1958.— La forma y la interpretación del negocio jurídico, en R.F.D., de Oviedo,

1958.— La causa, en R.D.P., 1958.— La posesión: concepto, estructura y clases, en R.D.P., 1962.— Adquisición y pérdida de la posesión, en R.D.P., 1963.— Protección y efectos de la posesión, en R.D.P., 1963.— Cuestiones en materia de revocación de testamentos, en A.A.M.N., 1961.— Extinción del albaceazgo, en Libro Centenario de la Ley Notarial, Ma-

drid 1962.— Sobre la solidaridad o mancomunidad de los obligados por acto ilícito

común, en A.D.C., 1963.— Compensación de desperfectos con mejoras en el usufructo, en A.D.C.

1963.— El título anulable en la usucapión, en Revista jurídica de la Universi-

dad de Puerto Rico, 1965.— La prescripción de los intereses, en R.C.D.I., 1966.— Nulidad de la disposición y nulidad del testamento abierto cuando es

instituido un testigo o ciertos de sus familiares, en R.D.P., 1957.— Solidaridad de los herederos del deudor, por obligaciones de éste, an-

tes de la partición, en A.D.C. 1967.— Para una interpretación del art. 814 C.c., en R.D.P. 1967.— Interrupción de la prescripción por acto de conciliación no seguido de

demanda, en R.G.L.J., 1967.— La mora en las obligaciones recíprocas, en R.C.D.I., 1968.— Alcance del art. 321 del C.c., en R.D.P. 1968.— Responsabilidad del albacea, en Estudios en honor del Profesor Castán

Tobeñas, Pamplona 1969.— La jurisprudencia, en R.D.P., 1970.— La rendición de cuentas, en R.C.D.I., 1968.— El derecho de acrecer en caso de institución en partes desiguales, en

R.D.P., 1975.— La delación solidaria, en R.J.C. 1975.— La doble venta, en R.D.P., 1976.— Estudio sintético de la rescisión por lesión en los Derechos catalán y

navarro, en R.D.P., 1976.

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70

— La jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre la voluntad unilateralcomo fuente de obligaciones, en R.D.P., 1977.

— Comentario al art. 1973 del C.c., en R.D.P., 1977.— En el nuevo Título preliminar la costumbre supletoria de la ley sigue

siendo únicamente la que se practique en el lugar donde ha de apli-carse, en el volumen «Título preliminar del Código civil», publicado porla Academia Matritense del Notariado, 1977.

— Resolubilidad del contrato de renta vitalicia si el obligado al pago dela pensión ni siquiera comienza a abonarla, en Revista jurídica de laUniversidad de Puerto Rico, 1978.

— La enajenación de la herencia en el Derecho español, en R.D.P., 1978.— Sucesor universal o heredero y sucesor particular o legatario, en R.D.P.,

1978.— Las sustituciones fideicomisarias puras, a término y condicionales, en

R.D.P., 1979.— El art. 869 del C.c., en R.D.P., 1980.— Destino de las acciones nuevas suscritas con viejas fideicomitidas, en

R.D.P., 1982.— Un estudio de Derecho sucesorio, en Revista Jurídica de la Universi-

dad de Puerto Rico, 1984— La revocación de donaciones por incumplimiento de cargas, en R.D.P.,

1984.— La reducción de donaciones por inoficiosidad, en Actualidad civil, 1985.— Lo que se puede donar, en Actualidad civil, 1986.— Comentarios de jurisprudencia, en Cuadernos Civitas de Jurisprudencia

Civil, 1987.— De nuevo sobre la mora, en Estudios Vallet, 1988.— Comentario de jurisprudencia, en C.C.J.C., 1988.— Duda sobre si el testador quiso un representante o un sustituto vulgar

del sustituido, en Actualidad civil, 1988.— La ley que regula la sucesión en la adopción, en A.D.C., 1988.— La prohibición de casarse entre sí los hermanos adoptivos, Córdoba

1988.— La nulidad de la donación con cláusula de reversión nula por infor-

mal, en Estudios Roca Juan 1989.— El impedimento matrimonial de adopción del C.c. a hoy, en Libro Cen-

tenario del Código civil 1990.— El sedicente arbitraje de personas jurídicas, en Actualidad civil 1990.— El arbitraje testamentario, en Actualidad civil 1990.— El art. 8 de la nueva Ley de Arbitraje, en Actualidad civil 1990.

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71

— La forma en el contrato de arbitraje y el llamado arbitraje informal,en Actualidad civil 1990.

— Otros extremos de la Ley de Arbitraje, en Actualidad civil 1990.— La ominosa tentativa de hacer irrecurrible el laudo de Derecho que in-

frinja las normas debidas aplicar, en R.D.P. 1990.— Valor de la nada propiedad donada, en R.F.D.U.C.M. 1990.— Prescripción de la acción reivindicatoria, en A.D.C. 1980.— El plazo de la acción para recobrar la posesión ¿es de prescripción o

caducidad?, en R.D.P.— Comentario de jurisprudencia, en C.C.J.C. 1990.— El acrecimiento en la mejora, en R.D.P. 1990.— Comentario a los arts. 618-644, 647, 654-656, 774-789 del C.c., en

Comentarios al C.c. del Ministerio de Justicia, 1991.— Contenido civil de la Ley de 15 de octubre de 1990, Granada 1991.— El tercio de herencia gravado por el usufructo del viudo cuando los

legitimarios son los hijos del causante, en Estudios Lacruz, 1991.— Comentario a los arts. 15 y 16 de la Ley de Propiedad Intelectual, en

colaboración con Rodrigo Bercovitz, en Comentario a la Ley de Pro-piedad Intelectual, 1989.

— La supresión como causa de desheredación del adulterio con el cónyu-ge del causante, en Actualidad civil 1992.

— Algunos extremos de la regulación de los testamentos modificados porla reciente Ley de 20 de diciembre de 1991, en Actualidad civil 1992.

— La inscripción en el registro como justo título a efectos de usucapión,en A.D.C. 1992.

— Cambios introducidos en el art. 665 por la Ley de modificación del C.c.en materia de testamentos, en R.D.P. 1992.

— De la antigua, y que se incumplía, expresión de voluntad del testadoral Notario y los testigos, a la supresión de éstos, en R.D.P. 1992.

— Comentario de jurisprudencia en C.C.J.C. 1992.— Comentario de jurisprudencia en C.C.J.C. 1993.— El llamado negocio fiduciario es simplemente un negocio simulado re-

lativamente, en A.C. 1993.— Sobre si está sometido o no a la reserva del art. 968 lo que el viudo

reciba en conmutación de su usufructo legal, en R.D.P. 1994.— Sobre si el contador partidor puede rectificar ajustándolas a la ley y

las disposiciones testamentarias que la violen, en A.D.C. 1993.— ¿Cuándo y entre quiénes parte el contador?, en Homenaje Iglesias

Cubria I, 1994.— La resolubilidad del contrato de mutuo por falta de pago de intereses,

en Libro-Homenaje a Chico Ortiz, 1995.

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72

— La llamada aceptación de la herencia «entendida» a beneficio de in-ventario, en Actualidad civil, 1995.

— La repudiación de la herencia, en Actualidad civil, 1994.— Comentario de jurisprudencia, en C.C.J.C., 1994.— La sustitución preventiva de residuo en Cataluña, en R.J.C., 1995.— El artículo 1910 del Código civil, en Iniuria, 1994.— Da lo mismo que el acto anulable se estime inicialmente válido que in-

válido, en R.F.D.U.C.M., 1995.— La nulidad de los préstamos usuarios, en A.D.C., 1995.— La distinción entre comunidad y sociedad, en Actualidad Civil, 1995.— La precedencia entre arras confirmatorias y de desistimiento en la ju-

risprudencia del Tribunal Supremo, en Anuario Real Academia de Ju-risprudencia y Legislación, 1995.

— Las arras penales, en Anuario Real Academia de Jurisprudencia y Le-gislación, 1995.

— La responsabilidad por daños causados por ruina de los inmuebles pordefecto de construcción, Iniuria, 1995.

— Breve apunte sobre la transexualidad, en Actualidad y Derecho, 1995.— Si la reclamación extrajudicial interrumpe la prescripción desde que se

hace o cuando la recibe el prescribiente, en R.D.P., 1996.— La pretendida legitimación del presidente de la comunidad de propie-

tarios de casas por pisos relativamente a los elementos privativos, enR.D.P., 1996.

— La precedencia entre arras confirmatorias y desistimiento en la juris-prudencia, R.D.P. , 1996.

— Los bienes inmuebles por destino, en R.D.P., 1996.— Arras de desistimiento y arras penales, en R.D.P., 1996.— La dispensa de colación y su revocación, en R.D.P., 1996.— De nuevo sobre las arras, en R.D.P., 1996.— La mejora presunta, en R.D.P., 1997.— La naturaleza real o no real del contrato de préstamo, en R.D.P., 1997.— Donación mortis causa, tercero hipotecario y alcance y utilidad del art.

1473, en R.D.P., 1997.— Error en el nombre y apellidos de los instituidos herederos, en R.D.P.,

1997.— La ilación en pago, en Poder Judicial, 1997.— La mejora del nieto, en A.C., 1997.— Desde el instante en que nace todo niño es persona e inscribible en el

Registro, en Anales de la Real Academia de Jurisprudencia y Legisla-ción, 1997.

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— El cambio de jurisprudencia, en Universidad de Oviedo, 1998.— Estudio de la jurisprudencia sobre si la escritura pública de venta si-

mulada sirve o no para cubrir la forma de la donación disimulada deinmuebles, en A.C. 1998.

— Las cargas duraderas en la legislación de fundaciones, R.D.P. mayo1998.

— El derecho de sobreelevación del art. 16.2 del R. Hipotecario. En Ana-les de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, 2000.

— La donación remuneratoria y los preceptos de la donación ordinariaque le son o no aplicables, RDP, enero 2002.

— La anulación de la transacción por falsedad de documentos anterioreso descubrimiento de nuevos, R.D.P., junio 2002.

— La sucesión del descendiente ulterior del causante en lugar del descen-diente intermedio no preterido, Actualidad civil, nº 28, 2003.

— Comentario a la STS (Sala 1ª) de 7 de marzo de 1998, R.D.P. septiem-bre 1998.

— Comentario ala STS (Sala 1ª) de 9 de febrero de 1998, R.D.P. julio-agosto 1999.

— Comentario a la STS de 17 de abril de 1998, R.D.P. enero 1999.— Comentario a la STS de 6 de noviembre de 1998, R.D.P. diciembre 1999.— Comentario a la STS de 9 de marzo de 1999, R.D.P. julio-agosto 2000.— Comentario ala STS de 10 de mayo de 1999, R.D.P. mayo 2000.— Comentario ala STS de 14 de marzo de 2003, en RDP 2003.— El cambio del viejo al nuevo artículo 1045 del C.c. y su derecho tran-

sitorio, en A.C. abril 2002.— Comentario a la STS de 14 de marzo de 2003 sobre solidaridad im-

propia. Revista de Derecho Privado, 2003.— El gravamen con una sustitución fideicomisaria a favor del descendiente

incapacitado de la legitima estricta de los demás, Ponencia en la RealAcademia de Jurisprudencia y Legislación, 2004.

— La protección del derecho a la igualdad en la aplicación de la ley, enRev. Poder Judicial, 2003.

— La donación por méritos, en RDP 2004.— Los daños indemnizables en la responsabilidad contractual y en la

extracontractual, en Libro Homenaje a Díez-Picazo, 2004.— Si la moderación del art 1103 del C.c. es aplicable a la responsabili-

dad extracontractual. Actualidad civil 2004.— El otorgamiento de la facultad de mejorar a otra persona, R.D.P. 2005.— Si la moderación del artículo 1103 C.c. es aplicable a la responsabili-

dad extracontractual, en A.C 2005.

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— Jurisprudencia y casación, en Libro Homenaje a Puig Ferriol, 2005.— El laudo arbitral es anulable por infringir el Derecho aplicable», Mur-

cia, 2009.

Aparte de todos las publicaciones anteriores, el Prof. Albaladejo estambién autor de otros escritos menores, como ponencias, comunicaciones,prólogos, notas bibliográficas o legislativas, críticas a publicaciones,recensiones, reseñas y notas de actualidad.

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PALABRAS PRONUNCIADAS POR EL PROF. DR. D.

VICENTE PALACIO ATARD

EN SU INVESTIDURA COMO DOCTOR HONORIS CAUSA

UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS

Móstoles, 30 de septiembre de 2009

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Excmo y Magnifico Sr. RectorSeñores ClaustralesSeñoras y Señores

Quisiera despojar a mis palabras en este instante de la fría retóricaenvoltura de todos los convencionalismos, para que expresaran tan sólo losvivos sentimientos de mi corazón al dar las gracias a esta Universidad ReyJuan Carlos, a su Rector Magnífico, al Departamento de Ciencias Históri-co Jurídicas y Humanísticas y al cuerpo docente de la misma por el altohonor que me han hecho al designarme Doctor honoris causa de ella, enel Instituto de Humanidades, del que es Director el Prof. Dr. Luis Pala-cios Bañuelos, a quien debo agradecer además la» laudatio» que habéisescuchado, y que brota en él ex abundantia cordis más que de mis pro-pios merecimientos. Nada hay más grato para un viejo profesor que en-contrar el recuerdo afectuoso de quienes escucharon en las aulas sus ense-ñanzas y las desarrollaron luego en sus trabajos y en el cursus honorumde una carrera universitaria en la cátedra y en el desempeño de las tareasdocentes y de gobierno.

Durante más de sesenta años, yo me he dedicado, desde que accedía la cátedra en 1948, al estudio y a la enseñanza de la Historia. Primera-mente, tras un fugaz episodio en la Universidad de Barcelona, impartí laenseñanza durante nueve años en la Universidad de Valladolid, de la queconservo mis mejores recuerdos. Allí conocí a la que iba a ser mi mujer yque me ha acompañado desde entonces toda la vida y, gracias a Dios, mesigue acompañando. Recuerdo también a aquellos alumnos y alumnas, al-gunos de los cuales han honrado la profesión docente, y hoy siento lasatisfacción de verles presentes en este acto. Asimismo, quiero mencionar

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el nombre de uno de ellos, Julio Valdeón, un eminente medievalista y quedurante algunos años ha sido colega mío como académico de número enla Real Academia de la Historia, cuyo nombre pronuncio hoy con hondapena, porque hace muy pocas semanas ha fallecido en Valladolid.

En la Universidad de Madrid impartí la docencia durante treinta años.Allí había tenido yo mis mejores maestros, Don Cayetano Alcázar y DonJesús Pabón.

Yo he querido transmitir a mis alumnos el testigo que recibí de ellosy de otro gran maestro de los historiadores de mi generación que nos en-seño a amar apasionadamente a España en la Historia, Don Claudio SánchezAlbornoz. Siempre que releo el largo epistolario suyo que conservo, revi-vo la emoción que sentí cuando me pidió que escribiera el prólogo de suúltimo libro publicado por Espasa Calpe.

En 1986, quiso el ministro Maravall que disfrutara anticipadamentedel júbilo de la jubilación, pero luego he podido continuar con esos estu-dios de Historia hasta ahora, en el Colegio Libre de Eméritos y en la RealAcademia de la Historia, en la que recibí la medalla que hasta su muerteostentó aquel insigne historiador que fue don Ramón Carande, cuya me-moria se venera en esta Universidad. Por eso no me he mantenido alejadode la Universidad y de los trabajos que en muchas de ellas llevan a cabomis mejores antiguos alumnos. Yo mismo hace pocos meses, en el Insti-tuto de Humanidades de esta Universidad, he tenido el honor y la satis-facción de presidir el tribunal, del que formaba parte el director de la RealAcademia de la Historia, don Gonzalo Anes, que ha juzgado una brillan-tísima tesis doctoral dirigida por el Prof. Palacios Bañuelos, y que alcanzóla suma cum laude de la máxima calificación, sobre un tema especialmen-te oportuno en este año 2009, porque se trataba del último Virrey españoldel Perú, en este año en que algunas Repúblicas hispanoamericanas comien-zan las celebraciones del bicentenario de su independencia.

Mi mayor satisfacción al viajar por España y por América es encon-trarme con antiguos alumnos que me recuerdan con afecto y no han olvi-dado mis enseñanzas, de que la Historia no escapa a la manipulación cuan-do pretende adoctrinarnos. Un buen antídoto contra los dogmatismos es eldoble referente de la lectura de los clásicos y el estudio de la Historia. Losclásicos, porque ayudan a comprender la naturaleza humana, la Historiaporque coloca en una cierta perspectiva los problemas del presente. Ahora

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que nos encontramos en un Instituto de Humanidades, parece oportuno estedoble referente. La Historia es creadora de la libertad del hombre y decidesu destino, ya aquél gran maestro que fue Javier Zubiri nos enseñó que elpasado no pervive como realidad sino que pervive en nosotros en formade posibilidad. Cuando se quiere aprender la Historia en el marco de cual-quier determinismo se acaba negándola. La enseñanza de la Historia noshace ver que no hay nada nuevo bajo el sol y la fugacidad del éxito y delfracaso, que son los dos impostores que destruyen la integridad del hom-bre.

Son muchos los antiguos alumnos de los que guardo un grato recuer-do. Pero hace casi cincuenta años, tuve en las aulas a un alumno extraor-dinario y de cuyo recuerdo he guardado durante tanto tiempo absoluto si-lencio, pero encontrándome hoy en la Universidad que lleva su nombre,voy a romper ese silencio para contar una parte de la Historia de nuestrotiempo, de la «pequeña Historia», pero por la que se alcanza también lagran Historia de la que él ha sido protagonista.

Al terminar sus estudios militares en la Academia General de Zara-goza el entonces Príncipe de Asturias, en Enero de 1960, quienes dirigíansus estudios, acordaron que completara su formación recibiendo algunasenseñanzas civiles en las Facultades de Filosofía y Letras, Derecho, Cien-cias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid, la única queexistía entonces en la capital de España y que hoy llamamos Complutense.Pero entre el mes de Enero y el comienzo del curso siguiente en Octubrehabía un largo plazo que no debía convertirse en un prolongado períodovacacional. Por eso los representantes del padre del Príncipe, el conde deBarcelona, y los del gobierno convinieron en que don Juan Carlos recibie-ra privadamente una especie de repaso a la literatura y a la Historia, y quesería impartido por dos catedráticos de la Universidad en la residencia quele habían asignado en el pabellón de caza situado en el Real Sitio de ElEscorial. Así es como Martín de Riquer y yo fuimos encargados de des-empeñar estas clases, que yo prefiero llamar «conversaciones académicas»,que impartiríamos en días alternos hasta el mes de Junio.

Fueron unas jornadas tranquilas, aquellas conversaciones mano amano, los dos solos en su saloncito de la residencia escurialense del Prín-cipe que no llamaron la atención de la prensa, únicamente recuerdo un díaque llegaron unos reporteros gráficos de la revista francesa «París-Macht»con intención de hacer algún reportaje.

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Así llegó el mes de Junio. Yo había comprobado lo mucho que sa-bía el Príncipe de la historia familiar de la Casa de Borbón, sobre tododesde el advenimiento al trono de España. Comprobé también que era unalumno muy disciplinado con una excelente memoria y que cumplía lostrabajos y lecturas que le recomendábamos sus profesores. Me despedí deél sin pensar que en el mes de Octubre le tendría en clase en la Facultadcomo alumno ordinario.

Al empezar el nuevo curso en Octubre me llevé una sorpresa. ElDecano de la Facultad de Filosofía y Letras, don José Camón Aznar, meentregó la lista de los alumnos matriculados en mi clase y me advirtió quedebía incorporarse a la misma el Príncipe de Asturias para que realizaraun curso con el programa ordinario de la asignatura, pero que yo debíaformar un grupo selecto de unos veinte alumnos que siguieran los estu-dios separados de la masa de la clase. Le pregunté al Decano con quécriterio podría yo seleccionar unos alumnos del total de la lista y me res-pondió que no había ninguna norma ni criterio para tal selección, que corríaexclusivamente a mi cargo. Imagínense la sorpresa que me acompañó alentrar en el aula y encontrarme con los sesenta o setenta alumnos que habíaen ella, en su mayoría chicas, y les dije:…»se va a incorporar a este cursoel Príncipe de Asturias como un alumno más, pero debo reunir una veintenade Ustedes que quieran formar con él un grupo especial para cursar laasignatura físicamente separados, tendrán el mismo programa, los mismosestudios y similares exámenes, los que deseen formar parte de este grupodíganmelo ahora». Se produjo un leve silencio salpicado por algunas pre-guntas cautelosas sobre el alcance de aquella separación, hasta que unachica levantó su mano pidiéndome que la anotara en el grupo especial. Casiseguidamente otras manos femeninas se alzaron con la misma petición. Conalguna pregunta adicional empezaron a levantar la mano algunos varones.Aquel día a la hora de comer llegué a casa muy preocupado por la difi-cultad de hacer una selección de alumnos para formar el grupo del Prín-cipe.

Tomé la determinación de hablar por teléfono con Torcuato FernándezMiranda, quien como director de Enseñanza Universitaria, era la autoridadcompetente entonces. Le expliqué que los alumnos de mi clase no teníaninconveniente alguno y que todos querían estudiar con el Príncipe. Torcuatome preguntó si yo respondía del orden de los sesenta o setenta alumnos yle contesté que respondía lo mismo de veinte que de sesenta, pero que miimpresión era que en aquella clase no se produciría ningún desorden.

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Torcuato se decidió y me autorizó a que el Príncipe entrara en clase nor-malmente con todos los alumnos. Cuando al día siguiente les dije: «….ma-ñana se incorpora con todos Ustedes un alumno nuevo», aplaudieron consatisfacción. Aquél fue un curso muy satisfactorio para todos y todos in-cluido el Príncipe guardaron un buen recuerdo.

Un año después, el Príncipe contraía matrimonio en Atenas y nosinvitaba, en representación de los antiguos profesores de la Universidad, aMartín de Riquer y a mí con nuestras respectivas esposas y ocupamos unlugar preferente dentro de la catedral de San Dionisio de Atenas. Tambiéninvitó a su boda de Atenas a dos estudiantes en representación de los an-tiguos compañeros de clase en la Facultad.

Este alumno extraordinario de la Universidad Complutense llegaría aser, trece años más tarde, proclamado Rey de todos los españoles y seconstituyó en el capitán que condujo el navío del Estado al puerto de laDemocracia. Los españoles hemos desembarcado así en un tiempo de pazy de concordia. Bueno será recordar la sentencia de un clásico historiadorlatino: «concordia parva rescrescunt, discordia maxima delabuntur», porla concordia crecen las cosas pequeñas, por la discordia se destruyen lasmás grandes.

Muchas gracias a todos por su atención.

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I. PRINCIPALES HITOS BIOGRÁFICOS

A) CARRERA DOCENTE

• Cursó los estudios de Licenciatura en Filosofía y Letras, Sección deHistoria, en la Universidad de Madrid, en la que obtuvo también el gra-do de Doctor el 22 de Junio de 1944, con la calificación de Sobresalien-te y Premio Extraordinario (Título expedido el 23 de Febrero de 1945).

• Profesor Ayudante de la Cátedra de Historia de España Moderna, en lamisma Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, el 1de Octubre de 1942.

• Profesor Adjunto de Historia de España Moderna de la misma Facultad,por concurso-oposición. Nombrado el 24 de Julio de 1947.

• Catedrático de Historia de España Moderna y Contem-poránea de laUniversidad de Barcelona, por oposición. Nombrado el 22 de Abril de1948.

• Catedrático de Historia Universal Moderna y Contem-poránea de laUniversidad de Valladolid, por concurso de traslado. Nombrado el 18 deJunio de 1948.

• Catedrático de Historia de España Contemporánea de la Universidad deMadrid desde el 29 de Mayo de 1957 hasta su jubilación forzosa antici-pada el 30 de Septiembre de 1986.

• Secretario y Vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Uni-versidad de Valladolid.

• Director del Seminario «Simancas» de Historia Moderna en la Universi-dad de Valladolid.

• Director del Departa-mento de Historia Contemporánea en la Facultadde Geografía e Historia de la Universidad Complutense (1969-1982).

CURRÍCULUM VITAE

del Prof. Dr. D.VICENTE PALACIO ATARD

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• Consejero Nacional de Educación, nombrado a propuesta de los Rectores deUniversidad el 25 de Septiembre de 1963, hasta el 17 de Febrero de 1967.

• Ha dirigido más de 160 Memorias de Licenciatura y 58 Tesis de Docto-rado, la mayor parte de ellas están publicadas, y cuyos autores son casitodos actualmente catedráticos o profesores de diversas Universidadesespañolas e hispano-americanas.

• Profesor Emérito en la Universidad Complutense (1986-1988).• Durante su docencia en Valladolid puso en marcha en aquella Universi-

dad los estudios sobre el siglo XVIII. Fundó allí la Colección «Estudiosy Documentos», que por aquellos años publicó sus primeros 13 volúme-nes y que luego ha continuado publicándose.

B) PROYECCION CIENTIFICA Y PROFESIONAL

• Secretario de la Escuela de Historia Moderna (Instituto Jerónimo Zurita)del CSIC, desde 1950 a 1963.

• Director de dicha Escuela desde esa fecha hasta 4.12.1975.• Director de la Colección «Historia de España en el Mundo Moderno»

publicada por dicha Escuela.• Profesor de Historia del Príncipe de Asturias, don Juan Carlos, en el año

1961 (curso privado)• Profesor de Hª Contemporánea de España del Príncipe de Asturias, don

Juan Carlos, durante el curso académico 1961-1962 en la UniversidadComplutense.

• Consejero de número del CSIC (Patronato Menéndez Pelayo) nombradoel 27 Julio 1964.

• Doctor «honoris causa» por la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza,Argentina), investido el 1 Octubre de 1981.

• Doctor «honoris causa» por la Universidad Santo Tomás de Aquino deTucumán, investido 11 Octubre 1985.

• Profesor honorario de la Universidad de Mendoza, nombrado el 4 Octu-bre 1985.

• Doctor «honoris causa» por la Universidad de Valladolid, investido el22 Enero 1993.

• Doctor «honoris causa» por la Universidad San Pablo CEU, junio 2008.• Miembro del Deutsch-Spanisches Forgschungsinstitut des

Goerresgesellschaft.• Socio de la Societé d’Histoire Moderne y de la Asociation International

d’Histoire Contemporaine de l’Europe (Ginebra).

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• Miembro fundador del Comité español para la Historia de la SegundaGuerra Mundial.

• Tesorero del Comité Español de Ciencias Históricas desde 1961 a 1971,y desde entonces vocal del mismo.

• Miembro del Instituto de Estudios Madrileños.• Miembro de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País.• Premio Nacional de Literatura de Estudios Históricos 1964 al libro «Los

españoles de la Ilustración».• Premio de Historia de España 1978 al libro «La España del siglo XIX».• En Marzo de 1987 fue elegido Académico de Número de la Real Aca-

demia de la Historia. Su Discurso de ingreso, leído en Enero de 1988versó sobre «Juan Carlos I y el advenimiento de la democracia», que hasido reeditado en la Colección Austral, Espasa-Calpe, 1989.

• Desde 1988 es también miembro del Colegio Libre de Eméritos.• Es Académico correspondiente de todas las Acade-mias de la Historia

de las repúblicas hispano-americanas.• Está en posesión de la Gran Cruz de la Orden de Cisneros y de la En-

comienda con Placa de la Orden desde Alfonso X, el Sabio.

II. PRINCIPALES PUBLICACIONES

11. «Política italiana de Carlos III. La cuestión del Placentino». Hispania,4, (1944).

12. «Los vascongados y la pesca en Terranova. Las gestiones del marquésde Monteleón en Londres 1717-1718». Anuario Estudios Americanos,vol. I, (1944).

13. «El asiento de la mina de Huancavelica en 1779». Rev. de Indias, 5,(1944).

14. El Tercer Pacto de Familia. Madrid, CSIC, 1945.15. «La incorporación del Banco de Rescates de Potosí a la Corona».

Anuario Estudios Americanos, II, (1945).16. «Areche y Guirior. Observaciones sobre el fracaso de una visita al

Perú». Anuario estudios Americanos, III (1946).17. «Un escrito político de 1714». Anuario Historia Derecho, 18, (1947).18. «El despotismo ilustrado español». Arbor, 8, (1947).19. «Westfalia ante los españoles de 1648 y de 1948». Arbor, 9, (1948).10. «Una polémica sobre el destino histórico de España». Arbor, 10, (1948).11. «Actitud de revancha y actitud de superación en el pensamiento tradi-

cional». Arbor, 14, (1949).

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12. «El equilibrio de América en la diplomacia española del s. XVIII»,Estudios Americanos, 1, (1949).

13. Derrota, agotamiento, decadencia en la España del s. XVII, Madrid,Rialp, 1949. (2a ed., 1956, 3ª ed. 1966).

14. «Razón de España en el mundo moderno». Arbor, 15, (1949).15. «El problema de España y la Historia». Cuadernos Hispano-america-

nos, 16, (1950).16. «Las embajadas de Abreu y Fuentes en Londres, 1754-1761 «.

Simancas, I, (1950).17. «Primeras negociaciones entre España y Marruecos en 1765». Hispania,

11, (1951),18. Fin de la Sociedad Estamental del Antiguo Régimen. Madrid, Ateneo,

1952.19. Razón de la Inquisición, Madrid, Editora Nacional, 1954.20. Prólogo al libro de A. Bethencourt, Patiño en la política internacio-

nal de Felipe V, Valladolid, Est. y Doc., 1954.21. «Tribunales británicos y presas de barcos españoles durante la guerra

de Siete Años». Rev. Archivos, Bibl. y Museos, 60, (1954).22. «Menéndez Pelayo historiador actual». Arbor, 34, (1956).23. Menéndez Pelayo y la historia de España. Valladolid, Est. y Doc. 1956.24. «El nacionalismo en Menéndez Pelayo». Rev. Archivos, Bibl. y Mu-

seos, 62, (1956).25. «Hombres y actitudes ante la Ilustración española». Prólogo al libro

de L. M. Enciso, Nipho y el periodismo español del s. XVIII. Valla-dolid, Universidad, 1956.

26. «Dos palabras sobre un catálogo y sobre Tanucci». Prólogo al librode R. Magdaleno, Catálogo de Simancas. Reino de las Dos Sicilias,s. XVIII. Valladolid, 1956.

27. «Universalismo español y nacionalismo europeo». Tesis, 2, (1956),28. «El factor ilusión en el Descubrimiento de América», Historia Para-

guaya, (1959).29. «Menéndez Pelayo. Anotaciones en la conmemoración de su Cente-

nario». Anales de la Universidad de Chile, 114, (1956).30. «Feijoó y los americanos». Estudios Americanos, 13, (1957).31. «Obreros protestantes en Cataluña en 1779». Hispania, 18, (1958).32. «Reprimendas y dineros. Carlos V en 1552». Homenaje de la Univer-

sidad de Granada, 1958.33. «La casta y la cátedra». Prólogo al libro de L. Sala Balust, Visita y

reforma de los colegios Mayores de Salamanca en el reinado CarlosIII. Valladolid, Universidad, 1958.

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34. «Ha muerto D. Cayetano Alcázar». Arbor, 41, (1958).35. «Primeras refinerías de azúcar en España». Hispania, 20, (1960).36. «España y el espíritu europeo». Prólogo al libro de Burley y Dance,

¿Unas historia de Europa? Leyden, Consejo de Europa, 1960.37. «Olavide, el afrancesado-tipo». Hispania, 20, (1960).38. El comercio de Castilla y el puerto de Santander en el s. XVIII. Ma-

drid, CSIC, 1960.39. Manual de Historia Universal, Vol. III, Edad Moderna, Vol. IV, Edad

Contemporánea. Madrid, Espasa-Calpe, 1960. (2a ed., 1970, 3a ed. 1981).40. «El Tratado de los Pirineos». Madrid, Dirección General de Enseñan-

za Media, 1960.41. «La reforma del Estado en el pensamiento de Floridablanca». Prime-

ra Semana de Estudios Murcianos, Murcia, (1961).42. «Juan VI y la mudanza de confesor de Fernando VI». Rev. Portugue-

sa de Historia, (1961).43. Sociedad estamental y monarquía absolutista. Madrid, Ateneo, 1961.44. «La dimensión demográfica de la Historia». Prólogo al libro de M.

Mauleón, La población de Bilbao en el siglo XVIII. Valladolid, Uni-versidad, 1961.

45. «Los alemanes en las Nuevas Poblaciones de Andalucía» SpanischeForschungen, Goerresgesellschaft, (1961).

46. «La enseñanza de la historia y la comprensión internacional». VidaEscolar, (1962-63).

47. «El atractivo nobiliario sobre la burguesía española del Antiguo Régi-men». Homenaje a Johannes Vincke, (1962).

48. Prólogo al libro de R. Rodríguez Raso, Maximiliano de Austria go-bernador de Carlos V en España, Madrid, CSIC, 1963.

49. «Notas sobre la historia de la alimentación española». Folia Humanís-tica, núm. homenaje a Menéndez Pidal, (jul-agost. 1964).

50. Los españoles de la Ilustración. Madrid, Ed. Guadarrama, 1964.51. «Lo español y lo europeo en América». Cuadernos Hispano-america-

nos, 174, (1964).52. «Ideología y política en el siglo XVI». Prólogo al libro de M.

Fernández Álvarez, Política mundial de Carlos V y de Felipe II.Madrid, CSIC, 1965.

53. «Una reforma de España por la educación». Prólogo al libro de M. D.Gómez Molleda, Los reformadores de la España contemporánea.Madrid, CSIC, 1965.

54. Cuadernos Bibliográficos de la guerra de España, 1936-1939. Vol. I(Folletos, 1). Estudio preliminar: La guerra de folletos. Madrid, Uni-versidad, 1966.

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55. «La influencia del P. Feijoó en América». Actas del Simposium de laUniversidad de Oviedo, 1966.

56. «Spanish Enlightened Despotism», en The Bourbon Reformrs, Heathand Co., Hoston, Mass., USA, (1966).

57. «La frustrada Compañía del Coral». Jahrbuch für Geschichte von Stadt,Wirtschaft und Gesellschaft Latinamerikas, 4, (1967).

58. «Las relaciones hispano-alemanas a través de la Historia». Presenta-ción de la Embajada de Alemania en Madrid, 1966.

59. El abastecimiento de Madrid en la segunda mitad del s. XVIII. Ma-drid, Instituto de Estudios Madrileños, 1966.

60. Cuadernos Bibliográficos de la Guerra de España. Vol. II (Periódi-cos, 1). Estudio preliminar: «Los periódicos de la guerra». Madrid, Uni-versidad, 1967.

61. Cuadernos Bibliográficos de la Guerra de España. Vol. III (Memo-rias, 1). Estudio preliminar: «Las Memorias en la historiografía de laguerra». Madrid, Universidad, 1967.

62. «La bibliografía y la historia de la guerra de España». Tercer Progra-ma, 6, (1967).

63. «Alfonso XIII en diez estampas». Anales del Inst. de Est. Madrileños,t. III, (1968).

64. Cuadernos Bibliográficos de la guerra de España. Vol. IV. (Folle-tos, 2).

65. Cuadernos Bibliográficos de la guerra de España. Vol. V. (Memo-rias, 2).

66. «Abastecimiento de Madrid hacia 1800». Colloque d’histoire de Villes,Universidad de Niza. Annales de la Faculté de Lettres et SeiencesHumaines de Nice, (Oct.-Dic. 1969).

67. «La cuestión de las islas Carolinas. Un conflicto entre España y laAlemania bismarckiana». Homenaje a Jaime Eyzaguirre, Historia, núm.8, Santiago de Chile, (1969).

68. Cuadernos Bibliográficos de la guerra de España, Vol. VI. (Memo-rias 3).

69. Consideraciones sobre la investigación actual de nuestra historia con-temporánea. Discurso de apertura del año académico 1969-1970, Uni-versidad de Madrid.

70. Aproximación histórica a la guerra española 1936-1939. Anejo núm.1 de «Cuadernos Bibliográficos de la guerra de España». Con la cola-boración de R. la Cierva y R. Salas. Universidad de Madrid, 1970.

71. Ensayos de Historia contemporánea. Bitácora-Biblioteca del Estudiante,Madrid, 1970.

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72. «Un planteamiento renovado de la historia del carlismo». Prólogo allibro de J. Arostegui, El carlismo alavés en la guerra de 1872-1876.Vitoria, Diputació Foral, 1970.

73. «Las ‘Nuevas Poblaciones’ de la Ilustración». Prólogo al libro de M.Capel, La Carolina, capital de las Nuevas Poblaciones. Jaén, Estudios Gienenses, (1970).

74. «Algo más sobre el abastecimiento de Madrid en el s. XVIII». Analesdel Instituto de Estudios Madrileños, VI, (1970).

75. «El Conde-Duque de Olivares». Colaboración en el t. III de «Lesgrands hommes d’Etat», publicado bajo la dirección del prof. VICTORTAPIE, del Institut de France, por Editions Mazénod, Paris, 1970.

76. «Pescadores vascos en Terranova en el siglo XVIII». Comunicación ala I Semana de Antropología Vasca, Bilbao, 1970.

77. A modo de prólogo. A la edición de «Los despachos del conde deRosenberg 1759-1761», t. I de los «Berichte der DiplamatischenVertreter des Wiener Hofes aus Spanien in der Regierungszeit KarlsIII (1759-1788), publicados por el Deutsch-Spanisches Forschungs-institut der Goerres-Geseilschaft, Madrid, 1970.

78. El Arco de Triunfo de la Ciudad Universitaria. Madrid, Instituto deEstudios Madrileños, 1971.

79. «La alimentación en el Madrid Romántico». Prólogo al libro de A,Fernández García, Abastecimiento de Madrid en el reinado de IsabelII. Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1971.

80. «De la sociedad estamental a la sociedad de clases». Publicado en laobra miscelánea: Historia social de España en el s. XIX, Guadiana deEdiciones, Madrid 1972.

81. Cinco historias de la República y de la guerra. Madrid, Editora Na-cional, 1973.

82. «Los caminos de la Ilustración». Prólogo al libro de M. A. Larrea:Caminos de Vizcaya en la segunda mitad del s. XVIII. Bilbao, Ed. dela Gran Enciclopedia Vasca, 1974.

83. Estudios sobre la España liberal, 1808-1848. Cuadernos de Historia.Anejos de «Hispania», núm. 4, 1974.

84. «Un estudio fundamental sobre la guerra española de 1936». Hispania,t. XXXIV, (1974).

85. «Guerra y paz en la España romántica». Publicado en la obra misce-lánea: Estudios románticos. Valladolid, 1975.

86. «La Restauración a un siglo de distancia». Prólogo al libro de M. Es-padas Burgos, Alfonso XII y los orígenes de la Restauración. Madrid,CSIC, 1975.

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187. «La imagen de España en Europa a comienzos del s. XIX». La gue-rra de la Independencia y la Constitución de Cádiz. Congreso His-pano-luso de la Asociación para el Progreso de las Ciencias. Cádiz,Instituto de Estudios Gaditanos, 1975.

188. «Dos Españas frente a frente». Hispania, t. XXXV, (1975).189. Estudios de Historia Contemporánea. Vol. I. Consejo Superior de In-

vestigaciones Científicas, Madrid 1976.190. «La Iglesia y la Monarquía de Sagunto». Prólogo al libro de M. F.

Núñez: La Iglesia y la Restauración (1875-1881). Santa Cruz deTenerife, 1976.

191. «Schon wieder cine Revolution in Spanien». Prólogo al libro de L.Álvarez, La Revolución española de 1868 ante la opinión públicaalemana. Madrid, 1976.

192. «La crisis del poder personal: un modelo histórico». Publicado en ellibro misceláneo: España, su Monarquía y el cambio social. Madrid,Club Siglo XXI, 1976.

193. «Datos para la historia socioeconómica de Andalucía en el sigloXIX», prólogo al libro de Luis Palacios Bañuelos: «Sociedad y eco-nomía andaluzas en el siglo XIX», 2 V. Córdoba, 1977; 2ª ed. 1985.

194. «Bilbao bajo las bombas carlistas». Prólogo al libro de E. Ruiz deAzua, El sitio de Bilbao de 1874. Comportamiento social de una ciu-dad sitiada. Bilbao, Ed. Gran Enciclopedia Vasca, 1977.

195. «La neutralidad constructiva y vigilante». Hispania, núm. 132, (1977).196. La España del siglo XVIII. El siglo de las Reformas, Madrid,

U.N.E.D., 1978.197. «Intentos de penetración en el mercado musulmán del Mediterráneo:

los gorros morunos de Paterna, 1795-1806». Homenaje al prof. Je-sús Pabón. Universidad Complutense, vol. I, 1978.

198. Las Cortes de Madrid en el s. XVIII. Madrid, Instituto de EstudiosMadrileños, 1979.

199. Estudios sobre el siglo XVIII. Coordinados por V. Palacio, con la co-laboración M. Espadas. Anexos de «Hispania», núm. 9, (1979).

100. El mundo contemporáneo. En colaboración con L. Álvarez, EditorialLuis Vives, 1979.

101. «Instrucción y formación clerical a principios del siglo XIX». Prólo-go al libro de L. Higueruela, El clero de Toledo de 1800 a 1823.Madrid, Fundación Universitaria Española, 1979.

102. «Fuentes orales para la historia del siglo XX». Comunicación al Co-loquio sobre fuentes históricas del s. XX. Madrid, Noviembre 1980(Dirección General de Archivos y Bibliotecas) .

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103. La España del siglo XIX, 1808-1898. Espasa-Calpe, 1 a ed. 1978, 2a

ed. 1980.104. «La prensa periódica durante la guerra civil». Colaboración al Catá-

logo de la Exposición organizada por la Dirección General del Patri-monio Artístico. Madrid 1980.

105. «La política de los Pactos de Familia». Paris, Bibliothéque Espagnole,1981.

106. «La construcción del Canal de Isabel II y la política de su tiempo».Ciclo de conferencias sobre el abastecimiento de agua de Madrid,Canal de Isabel II, 1981.

107. Historia y sociedad en el mundo actual. Disertación doctoral de in-vestidura «honoris causa» en la Universidad Nacional de Cuyo,Mendoza, 1981.

108. Sombras y luces en Madrid hacia 1850. Instituto de Estudios Madri-leños, 1982.

109. Prólogo al libro de L. Palacios Bañuelos, Elecciones en Burgos du-rante la Segunda República. Madrid, 1982.

110. La piedad mariana en la historia de España, Madrid, CETE, 1982.111. «Tormentas y barricadas». Prólogo al libro de S. Cabeza y Sánchez-

Albornoz, Los sucesos de 1848 en España, Madrid, Fundación Uni-versitaria Española, 1982.

112. Prólogo al libro de E. Martínez Ruiz, La delincuencia contemporá-nea. Introducción a la delincuencia isabelina. Universidad de Gra-nada, 1982.

113. Prólogo al libro de don C. Sánchez Albornoz, Dípticos históricos.Espasa-Calpe, 1982.

114. «El Debate o la mentalidad nueva de la derecha española histórica».Prólogo al libro de J. M. García Escudero, El pensamiento del «ElDebate», DAC, 1983.

115. «El servicio militar en la España contemporánea». Comunicación alas II Jornadas Universitarias-Fuerzas Armadas, Madrid, 1983.

116. Historia del mundo contemporáneo COU, Edelvives, 1983.117. «Un embajador español en Rusia desconocido». Comunicación al II

Coloquio Hispano-soviético de historiadores. Madrid, Noviembre1984.

118. «La Monarquía del Escorial». Zaragoza. Boletín del Instituto MuseoRamón Aznar, 1984.

119. «El entorno histórico de las ‘Reflexiones Militares’ del Marqués deSanta Cruz de Marcenado». Ponencia al Simposio Conmemorativo delII Centenario. Madrid, CESEDEN, Diciembre 1984.

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120. «Madrid 1885. Conmemoración del Centenario de la Diócesismatritense». Seminario Diocesano de Madrid, 1985.

121. «La Monarquía Reformadora». Introducción al tomo XXIX de la«Historia de España» fundada por D. Ramón Menéndez Pidal,Espasa-Calpe, 1985.

122. «La viña y el vino en la Historia de España».123. «Canalejas y el proyecto del Instituto del Trabajo en 1902». Ponen-

cia al Congreso sobre la Comisión de Reformas Sociales organizadopor el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba que se cele-bró en Madrid, 16-18 Abril 1985.

124. Historias a contrapelo. Colección Austral, Espasa-Calpe.125. «Razón de la Historia y mundo actual». C.E.P.A. de Mendoza (Ar-

gentina).126. Un desafío histórico: el V Centenario del Descubrimiento. Diserta-

ción de investidura como Doctor «honoris causa» en la Universidadde Tucumán «Sto. Tomás de Aquino», 11 de octubre 1985.

127. «El desencadenante de 1762 en la Historia de América», dir. por D.Ramos. Ed. Nájera, 1986.

128. «Las Fuerzas Armadas en la Sociedad española», en Saber/Leer, nº 8,Madrid (1987).

129. «La Revolución de 1934 en León». Fascículo 6 de la Historia de laGuerra Civil en León, editada por el Diario de León y la Junta deCastilla-León, 1986.

130. España en el siglo XVII. Reedición de «Derrota, agotamiento, deca-dencia en la España del s. XVII», con un prólogo: España en la horade Europa, Madrid, Rialp, 1987.

131. La alimentación madrileña en tiempos de Carlos III. Madrid, Insti-tuto de Estudios Madrileños, 1988 .

132. «El reinado de Carlos III en los despachos de los embajadores impe-riales», en el Boletín de. la Real Academia de la Historia, tomoCLXXXV, Madrid (1988).

133. «Ángel Herrera, un hombre para la historia», en Saber/Leer, n2 19,Noviembre (1988).

134. «Estímulos de ayer, proyectos de mañana». Ponencia en nombre dela Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Congreso deReales Sociedades de Amigos del País. Las Palmas-La Laguna(Tenerife), Diciembre 1988.

135. Juan Carlos I y el advenimiento de la democracia. Discurso de in-greso en la Real Academia de la Historia, 24 de Enero de 1988. Nue-va edición, Colección Austral, Espasa-Calpe, 1989.

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136. Las «Nuevas Poblaciones» andaluzas de Carlos III. Los españolesde la Ilustración. Córdoba, Cajasur, 1989.

137. España y el mar en el siglo de Carlos III. Madrid, Marinvest, 1989.138. Prólogo al libro de Mons. J. A. Infantes Florido, Tavira, ¿una alter-

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162. Memoria académica del siglo XX, Instituto de España, Madrid, 2002.163. «Juan Carlos I, ‘columna vertebral’ de la democracia española», en

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164. De Hispania a España: el nombre y el concepto a través de los si-glos, Temas de Hoy, Madrid, 2005.

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