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SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 45/16-XI-1996 ¿Dónde está el hombre? Ciencia y ética

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SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 45/16-XI-1996

¿Dónde está el hombre?

Ciencia y ética

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Etapa II - Número 45Edita: Fundación «San Agustín». Arzobispado de Madrid

Asesores religiosos: Alfonso Simón Muñoz, Manuel Mª Bru AlonsoRedacción: Pza. del Conde Barajas, 1 - 28005 Madrid

Télfs: 365 18 13 - 366 78 64 Fax: 365 11 88Director: Miguel Angel Velasco Puente

Redactor Jefe: José Antonio Ullate Fabo - Redactores: Coro Marín Palacios, Jesús Colina (Roma)Producción: Francisco Flores Domínguez - Secretaria de Dirección: Sonsoles de la Vega

Imprime y Distribuye: Prensa Española, S.A. - Depósito legal: M-41.048-1995

ΩA

18-21

16-17

En este númeroSumario

la foto 6

criterios 7

iglesia en madridEl día a día.Mañana, día de la Iglesia diocesana.Usted tiene la palabra.Una parroquia para el 2000.Congreso sobre«Educación en valores»10-13testimonioEscribe la madre de un misionero en África 14

el día del señor 15

la vida 22-23

desde la feCien años de «Quo vadis».Juan Pablo II, el hombre de la verdad y de la libertad.La felicidad no consisteen no tener problemas.Mónica Vitti, Gorbachov y Juan Pablo II.Avance del libro del Papa«Don y misterio» 24-31

contraportada 32

3-5, 8-9

RAÍCES

Mártires en Zaire:Sólo lo explica la fe

EN PORTADA

La ciencia necesitaun sujeto

MUNDO

Cumbre mundial de la alimentación en Roma.La Santa Sede sus-pendelas ayudas a Unicef

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Hay una fecha clave y emblemática: el5 de agosto de 1945, cuando estalló labomba atómica sobre la ciudad de Hi-

roshima. Ese día, la ciencia perdió su hastaentonces (aparente) virginidad. Desde ese día,la ciencia contribuye al terror con armas queninguna otra actividad humana ofrece. Quienlo olvide, olvida algo decisivo en lo que es laactividad científica del hombre.

Tras la caída de los bloques, el peligro ató-mico ha quedado en lontananza. Pero ya nun-ca nos podemos volver atrás, la guerra nu-clear está ahí como posibilidad, pendiente denuestras voluntades comunes.

Aunque esa traza haya marcado –y debamarcar por siempre– nuestra manera de com-prender la ciencia, en mi opinión emerge hoyotra manera decisiva de ligar la ciencia a la

ética. Es ésta la consideración del sujeto de laciencia.

La tradición heredada, y todavía en el po-der dentro de la filosofía de la ciencia, quiereconvencernos de que la ciencia se hace sin su-jeto. De que, efectivamente, son seres huma-nos quienes hacen la ciencia, y ésta es un dis-curso humano, pero que, para constituirsecomo tal, quien «dice» en la ciencia debe ol-vidarse de sí mismo, para constituir un «de-cir» intersubjetivo, basado no en preferenciassubjetivas, sino en datos experimentales y enteorías que, siguiendo procedimientos metó-dicos, nos dan todo lo que necesitamos paraconocer el mundo con objetividad.

Este proceso, largo y complicado, haríaque el discurso científico fuera un discursoque dice la realidad como ella es, por más que

queden todavía problemas muy graves porresolver.

Es hora de decir a todos los vientos quedebemos cuanto antes recusar esa herencia.No se corresponde con lo que la ciencia ha si-do en ningún momento de su historia, ni consu presente, ni con lo que de una manera ra-zonable podemos hoy concebir de su futuro.Es una mera ideología científica que, para no-sotros, aunque tenga valedores mucho másantiguos y muy potentes, nos llega a travésde los descendientes del llamado Círculo deViena.

En esa tradición, que todavía ejerce su fé-rreo poder, la ciencia es neutra. La ciencia de-ja libertad a cada uno de que haga lo que leparezca «en el retrete de su corazón» –poremplear la expresión teresiana–, pero, quede

/3en portadaNº 45/16-XI-1996

El ser humano, protagonista de la ciencia

CIENCIA Y ÉTICA

La ciencia necesita un sujeto¿Todo lo que se puede se debe hacer? El sentido común basta para responder a esta pregunta, si no fuera así,

nos debería bastar la dramática historia de este siglo que termina

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claro, en ese lugar no se construye objetivi-dad ni conocimiento de la realidad. Cabe to-davía, bien es cierto, entrar en aquel recintocon el mismo espíritu científico con que seentra en cualquier otro ámbito de la realidad,es decir, colocar en su lugar de irrealidad alas «realidades» que allí dicen cocerse.

¡Qué duda cabe, en esas cuestiones la tra-dición que nos domina es respetuosa con lascreencias de cada cual! Pero esa pesada tra-dición que hemos heredado ha olvidado alsujeto que hace la ciencia. Ha olvidado, haperdido por el camino, la importancia deci-siva del principio antrópico.

SIN SUJETO HUMANO NO HAY CIENCIA

Sin sujeto humano no hay ciencia, puesella no es obra de «ángeles objetivos», no es elresultado de haber tomado «el punto de vis-ta de Dios» sobre el universo, sino el resul-tado de la acción racional de nuestra razónpráctica; probablemente la que técnicamentesea la más valiosa de entre todas nuestras ac-ciones, pero que jamás deja de ser nuestra ac-ción, acción humana. Sin sujeto humano quedecida cómo, por dónde y con qué límitesvamos a hacer ciencia, no la hay. Valga comoejemplo lo que sigue, con respecto a los lí-mites de la ciencia. Quizá no tenga límitescognoscitivos –lo tendríamos que discutir ás-peramente poniendo cada uno las razonesde su postura, que no es nada evidente–, pe-ro sí tiene límites económicos: ha llegado eldía en que tenemos que emplear de manerarazonable recursos limitados; todo a la vez nose puede hacer, nos faltan recursos. Le im-ponemos límites cuando, por ejemplo, a lasociedad le encanta que la ciencia hable dela teoría cosmológica del big bang, pues esonos engancha al instante con problemas de

sentido, de creación o no creación, del tiem-po, problemas filosóficos que nos apasionandesde lo más hondo; o no repara en gastospara intentar curar –en nuestros países ricos,por supuesto, que son los que cuentan en laciencia– enfermedades como el cáncer o elsida, olvidándose de otros problemas no me-nos graves, pero que nos tocan muy de lejos,como el de la hambruna.

Sin sujeto humano no hay posibilidad decreación de teorías científicas; ¿quién dijo quelas teorías se construyen sobre «hechos»? Pen-sar así es una ingenuidad, una ingenuidadproducida por las ganas que nos dan de quenuestra ideología diga la realidad, aunque,para ello, tenga que suplantarla, y tengamosque negar la plana a la misma realidad.

UN FENÓMENO CURIOSO

Como consecuencia de esa des–sujetiza-ción de la ciencia, estamos viviendo un fenó-meno curioso, que día a día adquiere másfuerza, me refiero al crecimiento imparablede la gnosis. El ámbito de lo religioso, man-tenido tanto tiempo en el encierro al que an-tes me he referido, y al que se le ha privadoabsolutamente de cualquier cauce de racio-nalidad, explota con toda la fuerza de lo irra-cional lo único que se le ha dejado, una vezque se le llevó al convencimiento de que todoél está fuera de la razón.

Así, el sujeto humano, falsamente con-vencido de la exclusiva racionalidad de «esaciencia», filosofía ideológica de una cienciarealmente inexistente, se despersonaliza aho-ra en una pura religión gnóstica, que le permi-te, sin consecuencias para su vida, como nosean las del calor comunitario del cantar losaleluya junto a otros.

4/ en portada Nº 45/16-XI-1996

La intercomunicación, signo de nuestro tiempo

La ciencia, al servicio de la vida

«SIN SUJETO HUMANO QUE DECIDA

CÓMO, POR DÓNDE Y CON QUÉ LÍMITES

VAMOS A HACER CIENCIA, NO LA HAY»

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¿Tendremos que alegrarnos de esa conse-cuencia no querida de la ideología de la cien-cia que aún nos domina, de la vuelta de esanueva (¡tan vieja!) religión gnóstica? Alégre-se quien quiera, pero no antes de saber queasí lo más que se gana es un «sujeto subjeti-vo», pero en ningún caso un sujeto que es per-sona. Sin embargo, es ahí donde nos jugamostodo, en el concepto de persona.

Podríamos ver de qué manera la que hellamado tradición heredada es fruto de un«paradigma creacionista» puesto a punto enel siglo XVII, que se separa del paradigmacreacionista cristiano en un punto esencial:la suplantación del Dios Persona por el DiosGran Matemático. No lo haremos, pues nossaldríamos de estas páginas. Veremos, sim-plemente, de qué manera, arrojando fuera alsujeto, y, como consecuencia, provocando lairrupción de un mero «sujeto pasivo» de lagnosis, lo que se ha quedado en el camino ytiene visos de seguirlo siendo por muchotiempo aún es el sujeto personal.

En mi opinión, es ahí en donde nos juga-mos el futuro del cristianismo, de las relacio-nes entre la fe y la ciencia. Ésa será nuestraparticular lucha de supervivencia. No tanto enla desaparición de la religión, cuanto en laenemistad e inquina proverbial que la reli-gión gnóstica tiene a la religión cristiana, de lacual todo vale excepto considerar a Dios comoPersona y al hombre como persona, pues hasido creado a su imagen y semejanza.

¿Cuestión de puras palabras? No, qué va.El discernimiento ético se juega ahí. La pro-fundidad de lo que vamos siendo se juegaahí. El problema de la verdad se juega ahí. Elfuturo de la Humanidad que queremos sejuega ahí. Ésta es hoy nuestra responsabili-dad como cristianos.

Tales son las graves consecuencias de latradición heredada de la filosofía de la ciencia,de la que, mediante la acción racional de larazón práctica, tenemos que desenredarnos.

Alfonso Pérez de LabordaRector de la Universidad Católica de Ávila

/5en portadaNº 45/16-XI-1996

Denis de Rougemont afirmó acertada-mente que fue el cristianismo el que

hizo posible la Ciencia de la Naturaleza.Y esto por dos razones: primero, porquedesmitologizó la Naturaleza al afirmar quesólo Dios es Dios y que ningún otro ser esdivino, más aún, que la Naturaleza es in-ferior al hombre y que le ha sido dada alhombre para que la someta y la utilice ensu servicio.

Además: el Hijo de Dios se hace car-ne. Luego la materia, la Naturaleza, no esalgo aparencial y despreciable, como en-señaban los pensadores platónicos y losorientales, sino algo positivo y bueno ensí mismo.

Mientras las civilizaciones orientalespermanecieron estancadas en una mo-notonía desesperante porque no se atre-vían o no querían transformar la Natura-leza, y carecían del concepto de personacomo algo superior a la Naturaleza, las ci-vilizaciones cristianas progresaron conti-nua e indefinidamente en su dominio has-ta las maravillas de la técnica actual. Lastraducciones de los libros árabes sobreMedicina, Astronomía, Física y Matemá-ticas se realizaron principalmente en laEscuela de traductores de Toledo instau-rada por el arzobispo Raimundo; de allíse difundieron por toda Europa en copiasrealizadas en los escritorios de los mo-nasterios. Clérigos y laicos las enseñanen las Universidades.

Se acude al caso Galileo para acusar ala Iglesia de oscurantismo y de haberseopuesto al progreso de la Ciencia. Perohay que notar que las pruebas que dabaGalileo no eran convincentes, y el cardenalBelarmino le propuso reiteradamente quepresentase su teoría sólo como una hipó-tesis. Entonces no habría habido conde-nación como no la hubo contra Copérni-

co. Ernst Bloch, filósofo marxista, ha hechonotar, a propósito de Galileo, que segúnel principio de la relatividad el movimientodebe considerarse en función del puntode mira que se tome, «así, en el caso deque la complejidad de los cálculos no lohicieran impracticable, se podría suponerahora como antes la Tierra como fija y elsol como móvil».

Además, lo que querían garantizar losjueces de Galileo era la centralidad histó-rica de la Tierra porque en ella vivía elhombre y era a la Tierra donde había ve-nido el Hijo de Dios. Muchos astrofísicosdefienden hoy el «principio antrópico», queparece demostrar que si la Tierra no es elcentro geográfico del Cosmos –el Cos-mos no tiene centro geográfico– sí es elpunto único, que se sepa, donde ha sidoposible la vida del hombre. Un filósofo ag-nóstico, Feyerabend, escribe: «La Iglesiade la época de Galileo se atuvo más a larazón que el mismo Galileo, y tómo enconsideración las consecuencias éticas ysociales de la doctrina galileana».

Con ocasión de unas palabras recien-tes del Papa, se ha vuelto a recordar laoposición de la Iglesia a la teoría evolu-cionista. Darwin publicó El origen de lasespecies en 1859 y en 1871 El origen delhombre. El evolucionismo no pasaba deser una hipótesis que tardaría muchosaños en ser confirmada. Por otra parte,una vez confirmada la teoría de la evolu-ción, al subrayar que la Biblia no pretendeenseñar Cosmogonía sino la Teología deDios Creador y Señor, la Iglesia admitióla evolución, que no se contrapone en na-da a la creación sino que la completa, co-mo hace más de cuarenta años se explicaen muchas Facultades de la Iglesia.

La Iglesia se opone al evolucionismomaterialista por insuficiente. Cuando apa-rece el hombre, aparece un ser cualitativay esencialmente superior a todo lo material.Dios intervino una primera vez creando lamateria evolutiva. Interviene una segun-da creando el espíritu (no-materia) y dan-do así el ser a la maravilla que es el hom-bre. Interviene una tercera vez introdu-ciéndose Él mismo en el tronco humanopara hacerle ascender hacia un humanis-mo superior. Todo el proceso se consu-mará en un punto final Omega que noso-tros entendemos que no es otro que Je-sucristo resucitado.

La Iglesia, pues, históricamente, ha te-nido sus reservas ante la aparición de cier-tas hipótesis. Cuando se han visto confir-madas las ha admitido sin temor porqueCiencias de la Naturaleza, Ciencias delHombre y Ciencias de Dios no pueden seropuestas sino complementarias.

Carlos Valverde

CONCIENCIA DE LA NATURALEZA Y FE CRISTIANA

Un progreso técnico que no deshumanice

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Usted y yo, ¿qué hacemosfrente a esto?

Nos gustaría no tener que repetir fotografías como ésta, pero, por desgracia, y como era bien previsible, la tragedia de cientos de miles de seres humanos en Zaire no sólo continúa, sino que se agrava. Tímidamente, en clamoroso contraste con la urgencia

de una intervención cuando hay petróleo de por medio, el mundo occidental, empezando por nosotros mismos, comienza a reaccionar; pero han tenido que morir ya cientos, miles de personas, entre ellas heroicos compatriotas nuestros.

El mero hecho de que fotografías como ésta sean habituales en este final de siglo XX habla por sí solo del «avanzado» orden mundial hoy vigente en la tierra. Usted y yo, ¿qué hacemos por transformarlo?

6/ la foto Nº 45/16-XI-1996

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Es verdaderamente admirable el progre-so científico y tecnológico de este finalde milenio. No de año en año, sino que

casi de minuto en minuto se producen nuevosavances en el dominio, por parte del hombre,del mundo creado; avances que, por ejemploen los campos de la comunicación, de la me-dicina, de la industria, resultan asombrosos,y son una ayuda impresionante para la vidade los hombres. Es verdad que nunca hanexistido tantos medios como existen ahorapara que el hombre sea más feliz sobre la tie-rra. ¿Pero lo es? ¿Los hombres somos más fe-lices? ¿Cada vez son más los hombres que sebenefician de la ciencia y de la técnica? Si asífuera, no tendríamos cada día en los periódi-cos las noticias que tenemos.

¿Por qué lo del Zaire, y lo de Oriente Me-dio, y el hambre de las dos terceras partes dela Humanidad...? ¿Por qué tantos suicidios–curiosamente– en el Primer Mundo; y toda la«cultura» de muerte que en buena medida serespira en todos los mundos, y significativa-mente también en gran parte de las «bellas»artes? ¿Por qué la droga... y ese deseo deses-perado de no querer vivir, por un lado, y deno querer pensar en la muerte, por otro, queconstatamos en todas partes? Como acaba dedecir estos días el Papa, en su discurso ante elPleno de la FAO, «por desgracia, este siglopasará a la Historia como el siglo del despre-cio a la vida». Entonces es lícito preguntarse:Avances científicos para qué...

En la portada de este número de Alfa yOmega apuntamos la respuesta con la inter-pelación clave: ¿Dónde está el hombre? Cristo lodijo con claridad meridiana: ¿De qué le sirve alhombre ganar el mundo entero, si se pierde a símismo? Mientras el hombre no esté en el cen-tro de la vida, y por tanto en el centro del in-terés de la ciencia y de la técnica, el mundoserá irrespirable; estará lleno de cosas, perovacío de humanidad. Y seguirá vacío mientraspermanezca de espaldas o al margen de Dios,porque sólo Dios es la respuesta al enigmadel hombre.

El Evangelio nos marca el camino: Buscadel Reino de Dios y su justicia, y lo demás se os da-rá por añadidura. Pretender un mundo a la me-dida del hombre sin buscar en primer lugar elReino de Dios, como tántos —incluidos no po-cos que se dicen cristianos— pretenden hoy,con esfuerzos a veces titánicos, es quedarsecon la añadidura... y perder la vida. Lo que es-

tá claro es que un «Cristo» que no sea la fuen-te y el centro de todo, ni es Cristo ni puedeen absoluto salvarnos. La Historia ha dadoconstante fe de ello. A la ciencia no hay queponerle reparo alguno, salvo el de recordarla necesidad que tiene del luminoso señorío

del hombre, para que éste no sucumba anteuna ciencia «ciega». Este señorío luminoso senos ha dado gratuitamente en Cristo, el Hom-bre nuevo, el Primogénito de una Humani-dad nueva, que toda la ciencia y la técnica delmundo son incapaces de construir.

/7criteriosNº 45/16-XI-1996

Ciencia para qué...

Α Ω

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8/ iglesia en madrid Nº 45/16-XI-1996

El día a día

A NUESTROS LECTORESSi usted quiere ayudar a la Fundación San Agustín en la pu-blicación de Alfa y Omega, y en otros proyectos de la Pro-vincia Eclesiástica de Madrid en medios de comunicación,puede enviar su donativo al Banco Popular Español (Agen-cia nº 52, Plaza de San Miguel nº7) a la Fundación SanAgustín (cuenta nº 0075-0615-57-06001310-97).

El arzobispo, en Roma

Esta semana el arzobispo de Madrid, don Antonio María Rou-co, ha viajado a Roma, junto con sus obispos auxiliares,

con ocasión del Congreso Internacional de Estudios sobre «Laciencia canonística en la segunda mitad del ‘900», organizadopor las universidades romanas de la Sapienza, Tor Vergata yAteneo de la Santa Croce, con el patrocinio de la Facultad de Teología de Lugano. El día 14, el señor arzobispo intervino enuna mesa redonda, en la Universidad Tor Vergata, sobre «Fun-damentos, métodos y perspectivas de la ciencia canonísticaen el pensamiento de D’Avack, Lombardía, Gismondi, Corecco».Asímismo, monseñor Rouco ha sido recibido en audiencia porel Santo Padre, acompañado de los nuevos obispos auxilia-res de Madrid, monseñores Fidel Herráez y César Franco.

La Familia ante el tercer milenio

La Casa de la Familia y los Clubs de Matrimonios han organizadoun ciclo de tres conferencias sobre «La familia ante el tercer mi-

lenio», los próximos lunes; el día 18 de noviembre, Familia enuna sociedad de consumo, a cargo de don Venancio Luis AgudoEzquerra, periodista, exdirector del diario Ya de Madrid y de La Ver-dad de Murcia; el día 25 de noviembre, La familia y medios decomunicación social, a cargo de don Miguel Ángel Velasco Puen-te, director de Alfa y Omega; y el día 2 de diciembre, La familia,transmisora de la fe, a cargo de monseñor César Augusto Fran-co, obispo auxiliar de Madrid. Las conferencias tendrán lugar enla Casa de la Familia, plaza del Conde de Barajas, 1, a las 20 h.

Herrera Oria, hacia los altares

El próximo miércoles, 20 de noviembre, tendrá lugar la aper-tura del Proceso diocesano de beatificación del cardenal Ángel

Herrera Oria. Será en el Auditorio de la Fundación Pablo VI, en elPaseo Juan XXIII nº 3, a las 20 horas. Monseñor Rouco presidi-rá el acto, y don José María García Escudero hará una semblan-za del cardenal.

Desafíos de la pobreza

Con una conferencia de Manuel María Bru sobre «Pobreza y desigualdad: desafíos a nuestra conciencia cristiana», se

abre el próximo 18 de noviembre, a las 20 horas, el curso 96-97de Reflexión «Fe cristiana y cuestiones de hoy» de la Familia Ma-rianista, en el salón de actos de la parroquia de Santa María delPilar (calle Reyes Magos, 3).

Una ayuda para la vida

Los próximos fines de semana 23-24 de noviembre y 30 de no-viembre - 1 de diciembre, María Pilar Paredes Sevilla inicia

su curso de integración personal en el Hotel Habana de Madrid(Paseo de la Habana, 73). Es uno de los pocos cursos que,desde la visión y la experiencia cristianas, ofrece un caminosencillo para superar las tensiones cotidianas y el estrés. Los in-teresados pueden llamar al teléfono 302 31 99.

Vigilia de oración por el Zaire

El arzobispo de Madrid presidirá el martes 26 de noviembrea las 19 h., una Vigilia de Oración por la Paz en los países

africanos en conflicto, organizada por el Consejo Diocesanode Misiones, en la parroquia de Nuestra Señora de la Paz, enla calle Valderribas, 37 (metro Pacífico).

Asimismo, el Consejo Diocesano de Misiones (calle Rodrí-guez Marín, 57) inició el pasado 8 de noviembre su curso del Au-la «Jóvenes para la misión» con una conferencia del misione-ro del IEME don Javier Alaminos Pérez, y con un testimoniode Rosa Porta, misionera de la Compañía del Sagrado Corazón.El próximo 22 de noviembre, el padre Francisco Javier GiraldoVega, de la Fraternidad misionera Verbum Dei, hablará sobre«Jesucristo el hombre nuevo», y el padre Germán Arconadadel Valle dará su testimonio de misionero en Burundi. Las si-guientes convocatorias serán los viernes 13 de diciembre, 10 deenero, 24 de enero y 28 de febrero.Todos los encuentros tienenlugar en la sede del Consejo a las 19,30 h.

Foro de laicos

Experiencias para una presencia significativa del laicado cristianoen la sociedad actual» fue el título de la ponencia que el ar-

zobispo de Madrid, monseñor Rouco, presentó en la IV Asam-blea Ordinaria del Foro de Laicos, celebrada en Los Negrales elpasado fin de semana, y en la que se han concretado las líneas deacción y ha sido elegido el nuevo presidente, Pedro León y Fran-cia, para los próximos cuatro años.

Mercadillo de la Adoración Nocturna

Mañana domingo, día 17 de noviembre, habrá un mercadillo enla calle Desengaño nº 26, de 10 a 20 horas, para ayudar a la

restauración de la iglesia de San Martín, primer Templo Eucarís-tico diocesano de Madrid.

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Mañana es el día de laIglesia diocesana, un díapara recordarnos unos

a otros nuestra peretenencia auna porción concreta del Pueblode Dios, la Iglesia en Madrid.Alentados los católicos madrile-ños a vivir en comunión un im-pulso evangelizador, con la mi-rada puesta en el año 2000, se nospide, no sólo mañana, sino todoslos días, compartir y comunicarlo que somos y tenemos.

Dado que aún muchos cris-tianos son indiferentes al proble-ma de la financiación de la Igle-sia, porque creen que tiene sufi-cientes recursos, o porque nosienten esta pertenencia a la Igle-sia diocesana, o la situación desus parroquias sin problemaseconómicos les hace olvidar lascarencias que padecen todavíaotras zonas y otras comunidades,monseñor Rouco, en una caluro-sa carta enviada a los párrocos yrectores de iglesias en Madrid,les exhorta a educarse y a educara los fieles en la generosidad cris-

tiana: a «sobresalir en la genero-sidad» en palabras de san Pablo;a mirar a la Iglesia de Madrid consu riqueza de dones y carismas,pero también con las necesidadespropias de una Iglesia en conti-nua expansión y cargada de pro-yectos provechosos para el Rei-no de Dios; y a ver en la finan-ciación de la diócesis un deber dejusticia y caridad y un signo desu amor y pertenencia a la Igle-sia de Cristo, para que pueda re-alizar con plena libertad e inde-pendencia su misión en el mun-do.

En Madrid esta financiaciónno consiste en una jornada-co-lecta al año, sino que propone asus fieles una estable y conti-nuada colaboración, como per-manentes son también todas susnecesidades. Para ello ha esta-blecido un programa de trescampañas de concienciación:ahora en noviembre, y despuésen marzo y en junio. Según donAntonio Huete, secretario gene-ral de la Comisión Diocesana deFinanciación, al igual que la gen-te dejo de hacer su comunicaciónde bienes en especies, con los fru-tos de su trabajo, para pasar a la

aportación económica esporádi-ca, ahora hay que hacerse a lascuotas o suscripciones. Los tiem-pos cambian, y con ellos tambiénlas formas de organizarse eco-nómicamente todos. Pero noscuesta por inercia entender asínuestra ayuda a la Iglesia, aun-que nos parezca lo más normalpara una asociación o un club de-portivo».

Con este planteamiento se realizan las tres campañas, en lasque, con la ayuda de buenos pro-fesionales de la comunicación, seofrecerán slogans que hacen con-verger el lenguaje de la concien-cia eclesial con el de la propa-ganda: Tu constancia es vital, Dapor principio, tómalo por costumbre,y Mira a tu alrededor, escucha a tuinterior. No están mal estos men-sajes, al menos nos ahuyentan dela tentación de vivir una fe inti-mista, espiritualista, como tantosquerrían que la viviésemos. Pe-ro la fe se vive dándola, la cari-dad y la esperanza se construyencon sudor y fatiga, y la familiaeclesial se mantiene con el bolsi-llo de todos los de casa.

Manuel María Bru

/9iglesia en madridNº 45/16-XI-1996

LA FINANCIACIÓN DE LA IGLESIA ES COSA DE TODOS

«Sobresalir en generosidad»

Procesión de ofrendas en una Eucaristía presidida por monseñor Rouco

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Libertad religiosa y divorcio

He dejado pasar unos días para considerar,con serenidad y perspectiva, la polémica

suscitada con motivo de la boda de don Fran-cisco Álvarez Cascos. Voy a tratar de procedersistemáticamente:

En primer lugar, no es un problema de li-bertad religiosa. La censura que se le hizo, des-de la Iglesia, no afectaba a la libertad religio-sa; ya que el señor Álvarez Cascos, por estarbautizado en el seno de la Iglesia católica ypor haber contraído matrimonio canónico, yno constar que haya apostatado públicamentede su fe, es un fiel de la Iglesia sometido a ladisciplina canónica y, en concreto, en un tematan fundamental como es todo lo referente ala institución matrimonial.

En segundo lugar, no se trata sólo de unproblema de conciencia interna, en la cual só-lo puede penetrar Dios, sino que, un segundomatrimonio, contraído civilmente, despuésde haberse divorciado también civilmente desu mujer, afecta no sólo a su conciencia, sinoque se trata de un hecho social y, por la formacon que se celebró, de resonancia pública. Esuna institución social y jurídica, regulada,cuando es Sacramento, por el Derecho Canó-nico de la Iglesia, y, cuando es meramente ci-vil, por el Derecho del Estado. No cabe apelara la intimidad de la conciencia para rechazartodo juicio moral que los Pastores de la Igle-sia hayan hecho sobre este acontecimiento.

En tercer lugar, este acontecimiento sí haafectado a las conciencias, porque ha consti-tuido un pecado de escándalo, y el escándaloafecta a las conciencias de los demás porqueles estimula o incita hacia el mal. En este su-puesto, puede contribuir a dar a entender queel divorcio y el nuevo casamiento constituye al-go normal y plenamente aceptable por la con-ciencia moral. Eso es un auténtico escándalopara el pueblo sencillo; y la Iglesia tiene laobligación de defender la conciencia y de ilu-minar la orientación moral de sus fieles.

En cuarto lugar, no se puede olvidar que lainstitución del divorcio va contra toda la tra-dición jurídica del pueblo español, ya que,fuera del paréntesis de la II República, en to-da la legislación española se ha mantenido laindisolubilidad del matrimonio. La ley dematrimonio civil obligatorio de 1870, de sig-no laicista, mantuvo con firmeza la indisolu-bilidad de todo matrimonio. El divorcio esuna institución que atenta contra toda la cons-trucción jurídica de la familia en España, tan-to de la legislación común como de las legis-

laciones forales, fundada en la indisolubili-dad matrimonial, y su introducción repre-senta una cuña que distorsiona toda la cons-trucción jurídica del instituto del matrimo-nio y de la familia.

En quinto lugar, no olvidemos que el Par-tido Popular ha ganado las elecciones, en unaparte muy importante, por los votos de losciudadanos católicos. El acontecimiento quecomentamos no sólo supone un atentado mo-ral y jurídico, sino un grave error político porparte del Gobierno. Este matrimonio civil de-bería haberse celebrado en la mayor intimi-dad y privacidad posible, sin publicidad.

Fernando Guerrero

Resucitaremos

Le escribo para transmitirle mis felicitacio-nes por la buena marcha de la revista y

por su sencillo aunque muy sabroso conteni-do. Me va a permitir que me refiera al artícu-lo de portada del nº 43 de Alfa y Omega, que setitulaba genéricamente La muerte, ese tabú delsiglo XX, escrito magistralmente por Alex Ro-sal, a quien no tengo el gusto de conocer.

Me pareció muy interesante dicho artícu-lo y, sobre todo, pienso que ponía el dedo en

la llaga en todo cuanto decía.Es positivo que las personas jóvenes y

adultas podamos sentarnos a hablar de cier-tos temas con sentido común y sanamente,es decir, sin tirarnos de los pelos, sin gritarnosni insultarnos unos a otros, y sin decir dema-siadas tonterías, como suele suceder en cier-tos foros.

A los creyentes en Jesús no debe darnosvergüenza hablar de Él, por cuanto que exis-te todos los días, es humano, está presente ennuestras vidas de mil maneras, más o menossubliminales, y, sobre todo, porque tendre-mos que sufrir la muerte algún día, en algúnlugar. ¿Por qué engañarse, pues?

Más allá de la podredumbre que se muevebajo las tumbas, más allá del dolor y la sole-dad –naturales– de un huérfano o de una viu-da, más allá de una tarea de albañilería cen-trada en preparar y cerrar un frío nicho, estáel Dios vivo, con amor, con esperanza, dis-puesto a invitarnos a su eterna Pascua celes-tial en el Reino de los Cielos. «Resucitare-mos». Ésta es la idea que tiene que llevar gra-bada en su mente un buen cristiano, al mirarde cerca la dura imagen de la muerte. «Si mo-rimos con Él, también resucitaremos con Élen el último día». Es todo un mensaje, unapromesa de esperanza. La muerte ya está ven-cida por el propio Cristo... ¿Qué creyente sin-cero y bien formado puede entonces temer ala muerte?

Federico Babé Riestra

Libros de texto

Me dirijo a usted para darle las graciaspor su magnífica revista, que me pro-

porciona unas excelentes ocasiones de re-flexión y porque me ha sorprendido la frasede Pilar Cernuda, que aparece en la secciónGentes.

Dado que no se cita su contexto, no puedodirigirme directamente a la autora. Dejan-do de lado su consideración sobre lo que su-fren las familias por no poder comprar loslibros de texto a sus hijos, me quiero referirsolamente a lo que opina sobre los editoresde libros que (cito) se forran vendiendo el mis-mo texto un año y otro, variando solamente las ta-pas. Soy autora de libros de Matemáticas yme parece absolutamente falso lo que dice, ycreo que una afirmación de carácter tan ge-neral no puede hacerse de modo gratuitodesde la ignorancia. Los libros que publicoson el resultado de un duro trabajo de in-vestigación del equipo de autores y edito-res, para mejorar la calidad de la enseñan-za de los alumnos. Si usted me lo permite,

desde aquí emplazo a Pilar Cernuda para quecompare el libro de 7º de E.G.B. con el que lesustituye, para alumnos de la misma edad deprimer curso de Enseñanza Secundaria Obli-gatoria. Verá que cambia mucho más que lastapas.

María Paz Bujanda Jáuregui

Cartasal

Director

10/ usted tiene la palabra Nº 45/16-XI-1996

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/11iglesia en madridNº 45/16-XI-1996

El Día de la Iglesia diocesana nos invita, unavez más, a reavivar nuestra concienciade pertenecer a esta porción del Pueblo de

Dios que es la Iglesia de Madrid. Avivar la con-ciencia de Iglesia diocesana nos exige reconocerque todos somos miembros vivos del Cuerpode Cristo, que se edifica día a día por la fuerzadel Espíritu y con la aportación de cada unode nosotros. Como miembros vivos de esteCuerpo, tomamos conciencia no sólo de los do-nes que recibimos en la Iglesia —la palabra, lossacramentos, la sucesión y el ministerio apos-tólicos, el envío misionero— sino de todo loque estamos llamados a dar para vivivr esa co-municación cristiana de bienes en la que se ha-ce tan perceptible el misterio de comunión queconstituye a la Iglesia. Comunicar y compar-tir lo que somos y tenemos es la verdadera for-ma de expresar nuestra pertenencia a la Igle-sia, Cuerpo de Cristo. Quienes formamos par-te de la Iglesia sabemos muy bien que ayudarlaen sus necesidades forma parte de aquellasconvicciones de fe que van más allá de unasimple norma o un precepto, por importanteque sea. Para justificar su colecta en favor dela Iglesia de Jerusalén, san Pablo exhorta a loscristianos a «sobresalir en generosidad». Tam-bién yo os exhorto a educarnos y a educar anuestros fieles en esta generosidad cristiana.El Día de la Iglesia diocesana nos da pie paralanzar la campaña de financiación en que laIglesia está comprometida para poder realizarcon plena libertad e independencia su misiónen el mundo. Son muchas las necesidades quereclaman nuestra generosidad: los templos ylocales parroquiales, la formación de los semi-naristas y la sustentación del clero y de agentesque se entregan totalmente a la evangelización,

el sostenimiento de centros e instituciones edu-cativas, la ayuda a comunidades cristianas másnecesitadas, la promoción y sostenimiento deobras de caridad...

El esfuerzo de estos últimos años y los lo-gros alcanzados revelan que los cristianos deMadrid somos sensibles a esta necesidad denuestra Iglesia. Por todo ello, damos graciasa Dios. Es mucho, sin embargo, lo que que-da por hacer hasta llegar a la meta. Son mu-chos los cristianos que todavían permanecenindiferentes ante el problema de la financia-ción pensando que la Iglesia tiene suficien-tes recursos; otros no tienen conciencia de lasnecesidades de nuestra comunidad diocesa-na; hay también quienes se contentan con

ayudas esporádicas, sin descubrir la impor-tancia de la aportación estable y continuadaque permita a la Iglesia una necesaria pro-gramación del uso de sus recursos; final-mente, no faltan los que, al no tener proble-mas económicos en su comunidad parroquial,se olvidan de las graves carestías que padecetodavía la Iglesia diocesana en sus sectores yzonas más necesitadas.

Que todos los cristianos de Madrid y todaslas comunidades vean en la financiación denuestra diócesis un deber de justicia y cari-dad y un signo de su amor y pertenencia a laIglesia de Cristo.

+Antonio María Rouco

Mañana se celebra en España el Día de la Iglesia diocesana,y el obispo de Alcalá de Henares invita a que todos sus

diocesanos recordemos dos cosas importantes, pero peliagudas:la primera, reconocer que todos los católicos somos la Iglesia;la segunda, que eso implica «echarse la mano al bolsillo» paraayudar a todos los que se acercan a ella. La primera es la másimportante. Porque todavía quedan «slogans» como el de «Cris-to, sí; Iglesia no», o como aquel otro que decía: «Dios sí, pero sininstituciones». Y es que muchos católicos reducen la Historiade la Iglesia a sus errores. Piensan que la Iglesia no ha hechonunca cosas positivas. Se olvidan de la estela luminosa queatraviesa nuestro mundo gracias a los misioneros que dan lavida por los más pobres. No se enteran de la cantidad de obrasbuenas en lo social, en lo educativo, en lo asistencial, con losmarginados, que promueve la Iglesia en el mundo entero. Yo, co-mo todo hijo de vecino, también percibo sus fallos, pero enros-

carse sólo en sus fallos, como pretenden algunos, ni es justo nies verdadero.

La segunda es la ayuda económica. ¿Alguien podría extra-ñarse de que la Iglesia pida dinero? Porque, que yo sepa, en to-da tierra de garbanzos, los servicios originan gastos y los gastosse pagan con dinero. Es verdad que el amor de Dios es gratuito,pero los medios para hacer llegar ese amor de Dios a los hombrescuestan dinero, y si no que le pregunten a monseñor Ureña las di-ficultades que tiene para sacar adelante su Seminario. Todosqueremos una Iglesia más libre y solidaria con nuestro tiempo, pe-ro eso no será posible si los católicos «no arrimamos la cartera».Yo, como cualquier hijo que se precie, creo que es mucho más loque de ella he recibido que lo que yo pueda devolverle.

Manuel RoblesVicario de Coslada

MAÑANA, DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA

Compartir es ser IglesiaPara esta Jornada el arzobispo de Madrid ha dirigido a los párrocos de la diócesis la siguiente exhortación:

LA IGLESIA Y EL BOLSILLO

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Hace unos años el Ayunta-miento de Pozuelo llevóadelante un proyecto de

edificación de un barrio nuevo enuna zona de población creciente.Para atender las necesidades delos fieles, el cardenal Suquía erigiócanónicamente la parroquia «NªSra. de Caná»; pero el proyectono se hizo realidad hasta el 24 dejunio de 1995, cuando se abrieronlas puertas de un barracón provi-sional que se mantiene hasta hoy.El primer objetivo, cuando fuinombrado párroco, fue el de cons-truir una iglesia desde dentro,crear una comunidad. En la ac-tualidad, y gracias a la ayuda delcoadjutor Antonio Morales, con-tamos con diferentes actividades:catequesis infantil y juvenil, cam-pamentos, grupos de adultos, es-cuela de padres, bolsa de trabajo,etc. Los fieles han estado siempreatentos al desarrollo de la parro-quia y han colaborado con sus su-gerencias».

Nuestra Señora de Caná esuna parroquia para el 2000; ¿cuá-les son los retos que tendrá queafrontar para inaugurar el tercermilenio cristiano?

El reto más importante es elde la comunión. Comunión contoda la Iglesia, con el Papa, con

el obispo de Madrid, con las co-munidades más próximas, co-munión desde el diálogo conaquellos cristianos que se dicen«no practicantes», en definitiva,

con todos aquellos que buscan aDios, con todos los hombres. Otroreto primordial es el de crear con-ciencia sobre la importancia devivir la experiencia cristiana en

medio del mundo, en la familia,en el trabajo, en los lugares deocio...

Usted es un sacerdote joven,¿cómo se siente ante un proyec-to tan ambicioso y difícil?

Soy consciente de que la laborque Dios me pide supera mis po-sibilidades y que no soy capaz desostener una tarea tan complicadacomo la de dar a luz una comu-nidad cristiana, sin embargo hesido testigo de que todo lo haceDios. Veo que cuando uno ponede su parte algo de generosidad yalegría, Dios pone el resto y lagente inmediatamente conecta.

El próximo domingo monse-ñor Antonio Mª Rouco vendráa bendecir la primera piedra delnuevo templo. ¿Cómo describi-ría el significado de su presen-cia?

En la parroquia se han orga-nizado varias catequesis previasa la visita del señor arzobispo. Laverdad es que la gente está dán-dose cuenta de que el pastor dela diócesis no es el director gene-ral de una empresa, sino el pri-mer servidor que hace presentea Cristo-cabeza en nuestra co-munidad.

Javier Alonso

12/ iglesia en madrid Nº 45/16-XI-1996

EL DÍA 17, EL ARZOBISPO BENDECIRÁ LA PRIMERA PIEDRA DE UN NUEVO TEMPLO EN MADRID

Una parroquia para el 2000«He sido testigo, durante este proyecto, de que todo lo hace Dios». Habla para Alfa y Omega don Jesús Higueras, párroco de

«Nuestra Señora de Caná» (Pozuelo). Un barracón prefabricado se convertirá en un templo sólido, situado en uno de losenclaves punteros de la Ampliación de la Casa de Campo. La parroquia atenderá a más de 18.000 habitantes.

La historia de la devoción de los madri-leños a Santa María de La Almudena

podría ser caracterizada como la historiade una de las tradiciones más antiguas yqueridas de su pasado cristiano o, lo quees lo mismo, como la de un amor nuncadesmentido y siempre renovado. En 1939,al final de nuestra guerra, en la cripta de loque habría de ser su nueva y definitiva ca-tedral, usada como cuartel y allanada, seencontraría su imagen intacta, con un car-tel a sus pies que rezaba: «Respetadla».Así había sido.

El clamor de los pobres llega hoy hasta

la cruz de Cristo, hasta el corazón de Ma-ría, Virgen y Madre, hasta el corazón dela Iglesia, con una fuerza singularmentedramática. En África especialmente: la delhambre, la del odio y de las matanzas fra-tricidas. Ayer nos alcanzaba la noticia denuevos martirios de hermanos nuestrosen la frontera del Zaire y Ruanda, en esazona donde se acumulan cientos de mi-les de refugiados, carentes de lo más im-prescindible, Hermanos Maristas españo-les, muy cercanos a nosotros, en Madrid.Su martirio es gracia para la Iglesia y paralos pobres a los que sirven, pero una gra-

vísima llamada a nuestra conciencia. Nodesperdiciemos una vez más el don de susangre derramada por el amor de Cristoy de los hermanos. Entre nosotros, los ciu-dadanos de la Europa opulenta, la pobre-za adopta nuevos y más escandalososrostros: el paro, la drogadicción, el sida,los inmigrantes explotados, las familias ylos matrimonios rotos, los ancianos aban-donados...

(De la homilía de monseñor Rouco en la fiesta de Nuestra Señora

de la Almudena)

El arzobispo, en la fiesta de la Almudena

SIGNOS DEL AMOR DE MADRID A LA VIRGEN

Arriba, el local actual de la parroquia de Nuestra Señora de Caná.Abajo, maqueta del nuevo templo

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En una sociedad cada vez más tecnifica-da, en la que los valores de día en díavan estando más de lado, profesores,

padres y sociedad cristiana en general hanvisto la necesidad de ayudar y cooperar enla construcción de una ética que tenga comopunto de partida el reconocimiento de todapersona humana. Con este propósito se reu-nieron más de 2.000 personas llegadas de to-da España, para poner en común unas pautasde trabajo para formar a personas libres, conactitudes valorativas y críticas, capaces de se-guir aprendiendo, y que no se queden impa-sibles ante situaciones injustas.

La familia juega el papel fundamental, conla estrecha colaboración de la educación enla escuela, a la hora de presentar a los niños yjóvenes una propuesta de valores que densentido a la propia existencia. Muchas cir-cunstancias hacen difícil este objetivo; en uncolegio, por ejemplo, confluyen familias es-tructuradas, desestructuradas, de distinta et-nia, con valores distintos. Pero los colegiosrealizan un esfuerzo magnífico que no persi-gue otra cosa que ofrecer a los alumnos losvalores necesarios para que puedan vivir enuna sociedad mejor.

VALORES Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

La influencia positiva que tienen los me-dios de comunicación social en niños, jóve-nes y adultos es incuestionable, del mismomodo que su impacto negativo cada vez estámás a la orden del día: violencia, sexo, frivo-lidad, etc... Por eso urge formar concienciascríticas y crear ámbitos de reflexión que per-mitan el encuentro con uno mismo como an-tídoto a la influencia negativa de los medios.

Los educadores de hoy se ven como prin-cipales implicados, para guiar a los alumnosy alumnas en el descubrimiento de su ser per-sonal, fruto del amor, que los haga solidariosy corresponsables. Es una llamada a crear unafraternidad abierta al misterio del amor deDios.

DE LA TEORÍA, A LA PRÁCTICA

Hablo con Justina Sánchez, Vicepresiden-ta del Consejo General de Educación Católi-ca:

¿Cúal cree que es el principal problemadel sistema educativo español?

No pienso que venga tanto del sistema co-

mo de la propia cultura y de la sociedad don-de está la escuela. Los problemas y desafíos dela escuela nos vienen de la propia sociedady de la propia cultura. El sistema educativoque propugnamos pretende responder a estosdesafíos, posibilitando un trabajo serio en laeducación de los valores humanos según lainspiración cristiana.

¿Por qué se ha elegido este momento pa-ra realizar este Congreso?

La llegada del año 2000 es una buena ra-zón para ponernos a trabajar en los temaseducativos, pero también porque la propia

Ley de ordenación del sistema educativo lopropicia.

Está claro que el trabajo no acaba aquí.Tras el Congreso, ¿cúales van a ser ahora laspautas de trabajo?

Damos una gran importancia al poscon-greso. Para seguir trabajando proponemosuna línea de actuación que incluye la conti-nuidad en las reuniones de los grupos de tra-bajo, para que las ponencias ofrecidas seanestudiadas al máximo y llevadas a la prácticaconcreta. Para ello, nos comprometemos aofrecer unas guías de trabajo como ayuda alos profesores.

Álvaro de los Ríos

/13iglesia en madridNº 45/16-XI-1996

CONGRESO SOBRE «EDUCACIÓN EN VALORES»

La persona, punto de partidaEn el Congreso sobre «Educación en Valores», organizado por el Consejo General de la Educación Católica, y celebrado el pasado

fin de semana, bajo la presidencia, entre otras personalidades, del cardenal Pio Laghi, Prefecto de la Congregación para laEducación católica, del arzobispo de Madrid y del Nuncio Apostólico en España, se han plasmado las reflexiones y el trabajo de

cientos de personas que han buscado una alternativa actual y rica a los valores predominantes hoy en nuestra sociedad.

Dos imágenes del Congreso

Los educadores cristianos estamos con-

vocados a evangelizar, desde la educa-

ción, las culturas de nuestro tiempo. Es-

tamos convocados a un gran proyecto:

«alcanzar y transformar con la fuerza

del Evangelio los criterios de juicio, los

valores dominantes, los puntos de interés

de las líneas de pensamiento, las fuentes

inspiradoras y los modelos de vida de la

humanidad»

(Evangelii nuntiandi, n 20).

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Creo que una de las mejores cosas quenos da el Señor es la libertad, la liber-tad de los hijos de Dios. Por eso siem-

pre he respetado la de mis hijos, y por eso es-toy tan contenta de tener un hijo con voca-ción de Hermano Marista.

Me gustaría, como madre, tener aquí a mihijo, pero también estoy muy orgullosa deque Eugenio se encuentre en Rwanda entredoscientos cincuenta niños huérfanos a losque puede dar algún consuelo: muchos lecuentan sus problemas y dificultades, y Eu-genio les ayuda, ya que alegrías le puedencontar pocas.

Doy gracias a Dios por la bendita voca-ción marista de mi hijo, educador según elespíritu de Marcelino Champagnat.

Y a las madres de los cuatro hermanosmuertos yo les diría que es muy duro, que eslo peor que les puede pasar; pero que piensenque tenemos cuatro mártires más en el Cielo,y todo eso que ellas sienten ahora, mañaname puede ocurrir a mí, y siempre daré gra-cias a Dios, porque esa sangre de mártiresfructificará, y todos seremos mejores.

Lo que sí pido, por favor, a todos los queleáis esto es una oración, tanto por los Her-

manos maristas que allí permanecen, comopor las personas a las que atienden, especial-mente a los niños.

Genín: tus diez hermanos y yo estamos

muy contentos y muy orgullosos de ti. ¡Ade-lante, hijo mío!

Pilar Sánchez Durán

«Ahora uno es mucho más consciente de la realidad enque estoy metido y a veces aflora a mi conciencia un mie-do sordo, como chispas vivas y fugaces. De todos modos,sé bien de quién me he fiado y voy con alegría al refugio…Este mundo no es el mío, hay demasiada abundancia, y allí,demasiada necesidad, pero el hombre allí es más hom-bre».

Hermano Miguel Ángel Islapoco antes de ser asesinado

14/ testimonio Nº 45/16-XI-1996

SU HIJO, MARISTA, SIGUE EN RUANDA

¡Adelante, hijo mío!

«Se acerca ya el momento de mi nacimiento a la vida nueva. Porfavor, hermanos, no me privéis de esta vida, no queráis que memuera; si lo que yo anhelo es pertenecer a Dios, no me entreguéisal mundo ni me seduzcáis con las cosas materiales; dejad quepueda contemplar la luz pura; entonces seré hombre en plenosentido».

San Ignacio de AntioquíaCarta a los Romanos, camino del martirio,

para que no hicieran nada por impedirlo (comienzos del siglo II)

«Sólo Dios sabe lo que puede ocurrir, pero sabe y calla. A nosotros nos toca creer, esperar y amar siempre y eso es lo que hace-mos montados en la incertidumbre casi como a caballo. Nada más por hoy. Mi recuerdo agradecido ante el Señor y la Madre. Y elagradecimiento de miles de refugiados que viven cada día más miserablemente. Un gran y fuerte abrazo».

(De la última carta autógrafa del Hermano Miguel Ángel Isla)

Niños africanos, junto a los Hermanos maristas

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He sido semejante al siervo malvado, que nada obtuvo del talento que le confiaron;más aún, incluso le he superado, porque he perdido el don de la gracia.

No he hecho duplicar tu talento, ni convertido en cuatro los dos, ni en diez los cinco, por lo cual reino completamentesobre las diez fortalezas de lo sensible.

Por el contrario, he enterrado el único talento, envolviéndolo en el velo de los vicios; no he metido tu dinero en el banco, para poderlo recobrar con los intereses.

No he llevado la palabra del Mandamiento a los oídos del ser pensante,que son el banco espiritual

de la sabiduría del Pan de Vida.

Por eso me correspondeser castigado y echado a las tinieblas, hasta que Tú vengas a reclamar el talento,que me has concedido en la Fuente sagrada.

Pero a Ti, Salvador de mi alma,llorando, quiero dirigir estas palabras: «Puesto que me es posible todavía hacer el bien, dame la gracia de agradarTe por su medio».

Escucharé así la sentencia gozosa: como el siervo fiel: «¡Entra en la casa celeste, en la alegría de tu Señor!»

Nerses Snorhalí (siglo XII)

La parábola de los talentos nosdescribe cuál es la verdadera

tarea de la vida.Para comprender en qué con-

siste es necesario haber recibidouna gran gracia: tener la certezade que la tarea que se nos ha en-comendado es simplemente vi-vir las circunstancias –los talen-tos– que se nos dan (familia, tra-bajo, salud, enfermedad, alegrías,dolores...) como los bienes quenos ofrece Aquel a quien perte-necemos.

Muchas veces nos parecerántareas demasiado grandes, des-proporcionadas para nuestra me-dida; otras muchas, demasiadopequeñas y banales. Pero, ¿porqué afanarnos tanto en decidir lautilidad de lo que hacemos cuan-do es tan sencillo obedecer a loque se nos da? ¿Acaso no nos co-noce y ama Aquel a quien perte-necemos?

El miedo del empleado negli-gente nace de una personalidadque no sabe verdaderamente a

quién pertenece. Es irracional–pues olvida que el Señor no pi-de lo que antes no da–, es inmoral–pues esconde su falta de com-promiso con la realidad en la fal-sa excusa de perder lo dado–, yes estéril –pues nunca da fruto–.En cambio, los trabajadores fie-les son como los niños, pues vi-ven con la certeza de que aque-llo que se les da es lo que necesi-tan para vivir.

Mª Soledad de las Hazas

/15día del señorNº 45/16-XI-1996

Como niñosconfiados

ÉSTAES LAESPERANZACRISTIANA

Evangeliode mañana

XXXIII DOMINGO

DEL TIEMPO ORDINARIO

Mateo 25, 14-30

En aquel tiempo dijoJesús a sus discípu-

los esta parábola: —Un hombre llamó a

sus empleados: a uno ledejó cinco talentos deplata, a otro dos, a otrouno; a cada cual segúnsu capacidad. Luego semarchó. Al cabo de mu-cho tiempo volvió y sepuso a ajustar las cuen-tas con ellos. El que ha-bía recibido cinco talen-tos le presentó otros cin-co, diciendo: «Señor,cinco talentos me dejas-te; mira, he ganado otroscinco». Se acercó luegoel que había recibido dosy dijo: «Señor, dos ta-lentos me dejaste; mira,he ganado otros dos».Su señor les dijo a cadauno: «Muy bien, emple-ado fiel y cumplidor; co-mo has sido fiel en lo po-co, te daré un cargo importante; pasa al ban-quete de tu señor».

Finalmente, se acer-có el que había recibidoun talento y dijo: «Señor,sabía que eras exigente,tuve miedo y fui a es-conder tu talento bajo tie-rra. Aquí tienes lo tuyo».El señor le respondió:«Eres un empleado ne-gligente y holgazán.¿Con que sabías esto?Pues debías haber pues-to mi dinero en el bancopara que al volver yo pu-diera recoger lo mío conlos intereses. Quitadle eltalento y dádselo al quetiene diez. Porque al quetiene se le dará y le so-brará; pero el que no tie-ne, se le quitará hasta loque tiene. Y a ese em-pleado inútil echadlo fue-ra, a las tinieblas; allí se-rá el llanto y el rechinarde dientes».

«Niños con cometa y ciudad». Antonio Pedrero Yéboles

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16/ raíces Nº 45/16-XI-1996

Entonces, usted odiará quele hablemos de la tierradel Zaire, ¿no?», pregun-taba la joven periodista alpadre de uno de los mi-

sioneros asesinados. Y éste, mirán-dole a los ojos, le dijo con la voz car-gada de emoción: «Pero, por Dios,señorita, ¿cómo quiere usted queodie a una tierra que está regada conmi propia sangre».

En la casa provincial de los Her-manos Maristas en Madrid, el pri-mer día de esta semana ya se lo te-mían: también el cuarto Hermanoespañol misionero en el Zaire, JulioRodríguez estaba enterrado en unpozo negro de 12 metros de pro-fundidad. Habían sido asesinadosuna semana antes.

José María Ferré, Vice-provincialde los Hermanos Maristas en Ma-drid, necesita muy pocas palabraspara resumir a Alfa y Omega lo esen-cial: «He pasado 23 años, más de lamitad de mi vida, en Zaire. Aunquenací en España, soy zaireño (y hayen su voz, entre emocionada y doli-da, un impresionante deje de me-lancolía). Si estoy aquí hoy, es porlos misteriosos designios de la Pro-videncia divina, pero quiero decirlesque allá somos los Hermanos. Co-mo otros tienen el carisma de serpastores del pueblo de Dios, noso-tros tenemos el de ser hermanos, yeso es algo muy fuerte: una frater-nidad hasta el extremo de morir porel hermano. Cuando hace unas se-manas le insistían a uno de los Her-manos asesinados que se viniera,respondía sin vacilar: “¿Pero es quetú abandonarías a tus hijos en los

Mártires en Zaire: sólo lo expl

Las raíces, inextinguibles, del testimonio de losHermanos maristas de El Zaire, esos mártirescristianos de nuestro tiempo, nacieron parasiempre cuando, clavado en una cruz, el Hijode Dios dio su Sangre en el Gólgota por to-dos los hombres, como expresión suprema delAmor. Hará pronto 2000 años.

Celebración litúrgica en el Zaire

Una rústica escuela de los Maristas, en el campo de refugiados

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/17raícesNº 45/16-XI-1996

momentos en que precisamente máste necesitan?”»

El Hermano Ferré no necesitamás palabras. La verdad es que no-sotros, prácticamente, tampoco.

Entre estas palabras suyas y lasdel anciano padre del misioneroburgalés, está todo dicho y com-

prendido.

PRESENCIA MISIONERO

Los Hermanos Maristas son hoycasi seis mil y, de ellos, unos mil qui-nientos españoles. Están presentesen 72 países, y su futuro se perfilaen Hispanoamérica y en África.

Hoy se habla mucho de los Ma-ristas en África, pero llevan allí,anunciando el Evangelio, y sin saliren los periódicos, ya más de un si-glo. El año pasado, sin ir más lejos,seis Hermanos nativos dieron su vi-da en Ruanda, como ahora los espa-ñoles en el Zaire.

A este país, los Maristas llegaronen 1911, y hasta la semana pasadahabía allí 48 Hermanos (en la zonade los grandes lagos, 26: 9 de ellosespañoles, y otros 9 zaireños, seisbelgas y dos italianos; en el resto delpaís, 22: 16 zaireños, dos españoles,tres belgas y un italiano).

Hoy, junto con el arzobispo deBukavu, cuatro de ellos han dado susangre por Jesucristo. Su sangre; algomás, mucho más, que la hermosa so-lidaridad humana; por Jesucristo; esdecir: son mártires, testigos de la fe(no basta para definir su vida y sumuerte, por mucho que se empeñenciertos medios de comunicación, lahumanísima palabra «cooperantes»o «bienhechores»).

Ahora los nativos son en Áfricaunos trescientos Hermanos, y cienlos extranjeros, lo que significa unvuelco tremendo en el número devocaciones.

Los nativos son hutus y tutsis, yno sólo conviven, sino que los Her-manos hutus han dado la vida pordefender a Hermanos tutsis, y vice-versa. Eso sólo lo hace posible la feen Jesucristo, al igual que hace po-sible que los Hermanos extranjerosno quieran abandonar, a la hora delsufrimiento, la tortura y la muerte, asus propios hermanos africanos.

Alfa y Omega

lica la fe

El Hermano Servando Mayor en el campo de Bugobe

De derecha a izquierda, Julio Rodríguez, Fernando de la Fuente y Servando Mayor

Niños zaireños aprenden a hacer la Señal de la Cruz

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En una ocasión me encontraba por ca-sualidad en un pueblo «de mala muer-te» de Castilla-León. Al saludar al cura

en la misa del domingo, el anciano sacerdoteme preguntó: «¿Tú crees que este Papa puedeentender la vida de un viejo cura de pueblo?»El pobre y santo sacerdote sólo había ido unavez a Roma con motivo de la proclamacióndel dogma de la Asunción. Desde la soledadde la planicie castellana, al humilde «cura ru-ral» ese Papa «mundial» del que hablan tan-to los periódicos, le parecía un héroe, pero unhéroe lejano, muy lejano.

Juan Pablo II ha querido aprovechar elquincuagésimo aniversario de su sacerdo-cio para recuerdo y agradecimiento de to-dos esos sacerdotes: de los que están enfer-mos o viejos, en el ocaso de una vida de en-trega muchas veces mal agradecida; de losque, recién ordenados, parece que se van acomer el mundo con su ilusión e idealismo;de los párrocos «que son como los “padresde familia” de sus respectivas comunidades–cito palabras textuales del Papa–; de los mi-sioneros que se dejan la vida a cada hora poranunciar a Cristo; de los sacerdotes que du-dan de su vocación o que atraviesan esa «no-che interior»; de los que pasan estrecheces

materiales; de los que están encerrados to-davía en cárceles, o de aquellos que hanabandonado el sacerdocio. Juan Pablo II losquiso recordar explícitamente. Él sabe muybien que cuando la crisis de identidad em-bistió a muchos sacerdotes católicos en Oc-cidente, la renovación que había traído el

Concilio les provocó choques interiores. Col-garon en la percha la ilusión y con ella loshábitos.

UNA FIESTA SIN PRECEDENTES

Era la primera vez que en San Pedro se ce-lebraba algo así. Los cincuenta años sacerdo-tales le han dado la «excusa» para reunir a106 cardenales, a 86 obispos y a 1.500 sacer-dotes que se habían ordenado en el mismoaño que él. Atrás, en la basílica y en la plaza,se podían contar otros 7.000 sacerdotes. Fueun acto histórico de reconocimiento de la fi-gura del sacerdote, tan injustamente tratadaen las tres últimas décadas.

La organización supo encontrar inclusomodos nuevos para transmitir este mensaje:la canción interpretada por tres chicas, re-presentantes de las grandes religiones mo-noteístas: la cristiana Manuela Villa, la hebreaRinat Gabay y la islámica Samira Said; tam-bién la alegre antología musical del conjuntode más de 150 sacerdotes y seminaristas delos «Legionarios de Cristo» que, a ritmo debatería, hicieron feliz al Papa.

La segunda cadena de televisión españolaha podido constatar que el Papa se encontra-ba muy mejorado. En varios países de Euro-pa y América Latina, la misa tuvo un segui-miento inesperado. Sólo en Italia tuvo un sha-re del 33.19%. La gente quería ver de cerca alPapa y la telecámara se lo permitió. TenemosPapa para rato.

Jesús Colina

18/ mundo Nº 45/16-XI-1996

CELEBRACIÓN DEL QUINCUAGÉSIMO ANIVERSARIO DE LA ORDENACIÓN SACERDOTAL DEL PAPA

Diario de un cura mundialJuan Pablo II ha organizado una de las fiestas más íntimas que ha podido organizar un Papa en la historia de la Iglesia:

ha invitado a sus «compañeros de quinta» (unos mil quinientos) y les ha hecho un regalo extraordinario: una estola y su libroautobiográfico. No era la fiesta de Karol Wojtyla; era la fiesta de todos y cada uno de los sacerdotes

Juan Pablo II invitó a Roma a todos losque, como él, fueron ordenados hace

cincuenta años. Los festejos se inaugu-raron con los testimonios de sacerdotesque han permanecido fieles a su voca-ción en medio de mil dificultades. Losque más impresionaron fueron los relatosde sacerdotes del Centro y del Este deEuropa, que han pasado buena parte desu vida en prisiones terribles.

El momento más emotivo fue cuandoel Papa abrazó al padre Luli, un jesuitaalbanés de 86 años, quien, después dehaber pasado 41 años encerrado, recobróla libertad a los 79 años. De modo queante el Pontífice denunció: «Mis carcele-ros me han robado la vida». La narraciónde su experiencia sacerdotal pone la pielde gallina: «Al principio me hicieron per-manecer nueve meses en un retrete, dur-miendo sobre mis propios excrementosendurecidos». Su amor a su vocación re-ligiosa y a su sacerdocio le llevaron aaguantar todo tipo de torturas y a reali-

zar trabajos forzados. Pero él siempre selas apañó para poder celebrar la misa asolas, a veces en el baño.

Otro de los testimonios que más im-presionaron a «los de la quinta del Pa-pa» fue el del padre Ioan Rosca, sacer-dote miembro de la Iglesia greco-católi-ca de Rumanía, proscrita por orden deStalin en 1948, año en el que fueronarrestados los seis obispos de esta Igle-sia, y posteriormente encarcelados losotros seis que habían sido consagradosclandestinamente para sustituirlos. Másde la mitad de los sacerdotes de esa Igle-sia murieron o nunca pudieron salir delas cárceles. El padre Rosca recordó unanoche de su juventud en la que fue tor-turado para que apostatase de la Iglesiacatólica. Extenuado, al final de las pali-zas, se arrodilló en una celda inmunda yfría, para agradecerle a Dios el privilegiode ser perseguido a causa de su Iglesia.

J.C.

COMPAÑEROS DE QUINTA

El Papa, en la celebración de sus bodas de oro sacerdotales

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/19mundoNº 45/16-XI-1996

Aestas alturas resultaríaridículo dudar de la la-

bor de Unicef en el TercerMundo. Es justo reconocer-la. Pero de ahí a lo que seestá diciendo en algunosmedios atacando a la SantaSede, va un abismo.

Pronto van a circular lasfelicitaciones navideñas.Una buena parte con elmarchamo de Unicef: ¿Aca-so han visto ustedes unasola de estas tarjetas si-quiera que haga las más mí-nima referencia al naci-miento de Cristo? Paisajesnevados, rosas y campani-tas... son el mensaje quetransmiten, servido en ban-deja por toda una infraes-tructura que recibe 13 milmillones de pesetas cadaaño. ¿Quién paga estas tar-jetas? En gran medida, ca-tólicos. ¡Qué mejor causaque ayudar a los niños delTercer Mundo para festejarla Navidad!, dirán. Muy bien,¿pero por qué razón, paraayudar a los niños —y utili-zando precisamente la ce-lebración del nacimiento deCristo—, nada se anunciade él? ¿Qué clase de sal-vación pueden traer a los ni-ños, y a los mayores, lascampanitas y las montañasnevadas? Precisamenteporque se trata de ayudar alos niños, no se puede apro-bar tal engaño. Como tam-poco el sarcasmo de verdispensarios del TercerMundo llenos de preserva-tivos y abortivos enviadospor Unicef, mientras care-cen hasta de alcohol y dealgodón. ¿Dónde está la in-congruencia de la SantaSede (o su alejamiento dela realidad del mundo) cuan-do decide, tras diversasamonestaciones no escu-chadas, suspender su ayu-da a Unicef y apoyar lasayudas al Tercer Mundo conmayores garantías? Acusara la Santa Sede, como seha hecho estos días, de fal-ta de prudencia es cierta-mente antológico.

Alfonso Simón

NO NOS

ENGAÑEMOS

El Observador permanentede la Santa Sede ante lasNaciones Unidas, arzobis-

po Renato Martino, ha anuncia-do que «no puede ofrecer ningúndonativo simbólico a Unicef» es-te año. Antes ya había advertidode esta posible decisión.

¿Cuáles son las causas que hanllevado al Vaticano a retirar estaprueba de apoyo a esta agenciade las Naciones Unidas que de-dica su atención a los niños? Eldiplomático vaticano ha sido cla-rísimo. En primer lugar, Unicefno es trasparente. A pesar de queen repetidas ocasiones la SantaSede ha pedido ver el uso que ha-ce de los fondos, siempre ha reci-bido largas. ¿Qué hace la Unicefcon todos esos millones que reci-be de organizaciones privadas ypúblicas?

En segundo lugar, el Vaticanoconstata que Unicef ha participa-do en la publicación de un Ma-nual de las Naciones Unidas que re-comienda la distribución de «an-ticonceptivos postcoitales»abortivos a refugiadas en situa-ciones de emergencia. El manualal que se refiere el representantevaticano fue publicado por el Al-to Comisionado de la ONU paralos Refugiados (Acnur). La filo-sofía del manual es sencilla: unniño no deseado por su madre esmejor que no nazca, pues sólo nosocasionará gastos.

En tercer lugar, el Vaticano de-nuncia los «indicios de la partici-pación de Unicef en el apoyo pa-ra alterar la legislación nacional[de muchos países] relativa alaborto». Unicef forma parte de unlobby internacional que busca im-poner el imperialismo abortivo.Lo prueba el protagonismo queasumió en la Iniciativa por la ma-ternidad segura lanzada en 1987por un grupo de organizacionesentre las que se encontraba tam-

bién el Banco Mundial, el Pro-grama de la ONU para la Pobla-ción, el Programa para el desa-rrollo, la Organización Mundialde la Salud, el Population Council(organización fundada por el an-tinatalista por excelencia, JohnRockefeller) y el International Plan-ned Parethood Federation (la «mul-tinacional» de la anticoncepcióny el aborto). Entre los objetivos deesta «iniciativa», contemplada porel Plan de Acción aprobado porla Conferencia de El Cairo sobrela población y el desarrollo (1994)está precisamente el «aborto se-guro».

Por último, el Vaticano revelaque existen «informes creíbles deque empleados de Unicef en va-rios países distribuyen anticon-ceptivos y aconsejan su uso». Porejemplo en Indonesia, donde Uni-cef, en colaboración con el Go-bierno, ha ofrecido ayuda sanita-ria sólo a los pueblos donde se ha-bían alcanzado los objetivosprefijados de crecimiento demo-

gráfico. Era una manera diplo-mática de decir: «Atenderemos avuestros niños, sólo si tenéis elnúmero de hijos que nosotrosqueremos».

El comunicado de la Santa Se-de recuerda que su contribucióninvitaba a muchos bienhechorescatólicos y no católicos a coope-rar con la agencia de la ONU. Nohay que olvidar que las postalesde Unicef son distribuidas porinstituciones católicas.

Ahora la Santa Sede invita alos católicos examinen «su coo-peración caso por caso, para ase-gurar que la colaboración de Uni-cef con los programas de la Iglesiase concentre en dar prioridad alas necesidades fundamentales delos niños».

El arzobispo Martino ha con-firmado su deseo de seguir dia-logando con la ONU «para bus-car maneras de trabajar por el ver-dadero bien de los niños».

J. C. Roma

LA SANTA SEDE SUSPENDE LAS AYUDAS A UNICEF

El verdadero bien de los niños

El Observador permanente del Vaticano ante la ONU denuncia que la ejecutoria de UNICEFno es trasparente: hasta ahora no ha ofrecido un informe detallado del uso que hace de los

cientos de miles de millones que recibe de instituciones públicas y privadas.

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Más de ochocientos millo-nes de personas pade-cen hambre o malnutri-

ción y, aunque es muy difícil en-contrar soluciones inmediatas aestos problemas tan dramáticos,tenemos la obligación de buscar-las juntos. Estos contrastes entrepobreza y riqueza son insoporta-bles para la Humanidad.

Nada cambiará a nivel mun-dial, si los responsables de las na-ciones no tienen en cuenta loscompromisos expresados envuestro plan de acción, para lle-var a cabo políticas económicasy alimenticias basadas no sola-mente en las ganancias sino en elreparto solidario.

Como vosotros habéis consta-tado, las consideraciones demo-gráficas no explican, por sí solas,la distribución deficiente de losrecursos alimenticios. Hay querenunciar al sofisma que consisteen afirmar que ser numerosos, escondenarse a ser pobres. Una po-blación numerosa puede reve-larse fuente de desarrollo porqueimplica cambios y demanda debienes. Ahora bien, esto no quie-re decir, evidentemente, que elcrecimiento demográfico puedaser ilimitado.

Cada familia tiene en estecampo deberes y responsabilida-des propias. Las políticas demo-gráficas de los Estados deben res-petar la dignidad de la naturale-za humana, así como losderechos fundamentales de laspersonas. Pero sería una ilusióncreer que una estabilización ar-bitraria de la población mundialo, incluso su disminución, podríaresolver directamente el proble-ma del hambre: sin el trabajo delos jóvenes, sin la aportación de lainvestigación científica, sin la so-lidaridad entre los pueblos y en-tre las generaciones, los recursosagrícolas y alimenticios llegaríana ser cada vez más inseguros ylos grupos familiares más pobresde las diversas poblaciones que-darían muy por debajo del límite

de la pobreza y excluidos de lossistemas económicos.

FACTOR DE PAZ

Conviene recor-dar asimismoque las pobla-ciones someti-das a condicio-nes de insegu-ridadalimentaria seencuentran amenudo oprimi-das por situaciones

políticas que les impiden traba-jar y producir con normalidad.Pienso, por ejemplo, en los pue-blos que están siendo devastados

por conflictos de todo tipoo que soportan el peso,

en ocasiones asfixian-te, de la deuda in-ternacional, en losrefugiados obliga-dos a abandonarsus tierras, dejadosmuchas veces a su

propio destino sinasistencia alguna, en

las poblaciones víctimas

de embargos impuestos sin undiscernimiento suficiente.

Entre vuestros compromisosmás importantes a largo plazo,se encuentran los que se refierena las formas de inversión en elsector agrícola y alimentario. Pa-rece obligado comparar estas can-tidades con las sumas destina-das al armamento o a los gastossuperfluos realizados habitual-mente en los países más desarro-llados. La seguridad alimentaria,factor de paz, no consiste sola-mente en reunir importantes re-servas alimenticias, sino, sobretodo, en dar a cada uno y a cadafamilia la posibilidad de dispo-ner en todo momento de una ali-mentación suficiente.

ÉTICA DE SOLIDARIDAD

Todo esto será insuficiente siestas medidas no están acompa-ñadas por un auténtico esfuerzoal servicio de la educación de laspersonas en la justicia, la solida-ridad y el amor a todo hombre,que es un hermano, a través deun intercambio constante, una au-téntica «cultura de donación», quepredisponga a cada país para res-ponder a las necesidades de los másdesfavorecidos. La seguridad ali-mentaria será el fruto de deci-siones inspiradas en una ética dela solidaridad y no sólo el resul-tado de operaciones de mutuaayuda.

En la carta Tertio millennio ad-veniente, escrita para la prepara-ción del Jubileo del año 2000, hepropuesto iniciativas concretasde solidaridad internacional. Meconsideré en el deber de exigiruna notable reducción, si no una to-tal condonación, de la deuda inter-nacional, que grava sobre el destinode muchas naciones. Quiero reno-var mi aliento para que estas ini-ciativas emprendidas sean lle-vadas a término. La Iglesia, estádecidida a continuar sus esfuer-zos. En su reciente documento Elhambre en el mundo. Un reto para

20/ mundo Nº 45/16-XI-1996

JUAN PABLO II ABRE LA CUMBRE MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN, EN ROMA

Urge perdonar la deuda de El hombre es el camino de la Iglesia. Ésta lúcida afirmación de Juan Pablo II ha estado en el centro de su intervención antelos responsables del mundo representados en las delegaciones de 194 países en la Cumbre mundial de la FAO (la Organización

de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Ofrecemos lo más destacado del discurso del Papa:

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todos: el desarrollo solidario el Con-sejo Pontificio Cor Unum ha for-mulado algunas propuestasorientadas a favorecer una dis-tribución más equitativa de losrecursos alimenticios. La buenavoluntad y políticas generosasdeberían estimular la creatividadde los hombres a fin de que lasnecesidades vitales de todos que-den garantizadas.

Vosotros sois perfectamenteconscientes de mi apoyo y del in-terés con que la Santa Sede siguevuestros esfuerzos por eliminardel planeta el espectro del ham-bre. Sabéis muy bien cuantos hi-jos de la Iglesia están presentesen el seno de muchas organiza-ciones locales que trabajan paraque los países pobres mejoren suproducción y descubrir, por ellosmismos, dentro de la fidelidad a supeculiar modo de ser, los medios pa-ra su progreso social y humano.

Recuerdo con gusto que el le-ma de la organización que nosacoge es Fiat panis. Concuerda conla oración preferida de los cristia-nos, la que el mismo Jesús les en-

señó: Danos hoy nuestro pan de cadadía. Trabajemos, todos juntos, sindescanso, para que cada uno, entodo lugar, pueda poner sobre lamesa un pan que compartir.

/21mundoNº 45/16-XI-1996

los países pobres

El drama del Zaire sacude la conciencia de laHumanidad. Por televisión cada día vemos

con miedo y horror el éxodo masivo de refu-giados hambrientos y desesperados que hu-yen de la muerte y escapan de un más que po-sible genocidio. Los cuatro jinetes del Apoca-lipsis cabalgan de nuevo sobre los condenadosde la tierra.

Hacemos un llamamiento a la responsabili-dad de las Naciones y Estados que se preocu-pen por la justicia y los derechos del hombrepara que intervengan en favor de la paz y laestabilidad en esta región ahorrando a sus ha-bitantes el desastre que les amenaza, concluíael comunicado del arzobispo de Bukavu pocosdías antes de ser asesinado, cuando intenta-ba poner paz entre los rebeldes y las tropaszaireñas.

Misioneros católicos, testigos directos de lacatástrofe denuncian el juego de las multina-cionales que, al amparo de la ayuda humani-taria, comercian con el hambre de los deses-perados, mientras aumentan el comercio dearmas y atizan la prolongación del conflicto.Denuncian la guerra sucia de los medios decomunicación que, para reavivar la sensibili-dad humana, avanzan estampas truculentas ynoticias sesgadas, mientras revuelven viejashistorias que no hacen más que reavivar odiosy resentimientos tribales.

Voluntarios sin fronteras denuncian a losprincipales responsables del conflicto y exigenque se abran y garanticen corredores humani-tarios para ayudar a las víctimas. Muchas per-sonas se preguntan qué intereses estratégicosestán en juego. Algunos se preguntan en con-creto qué intereses tiene Estados Unidos enfavorecer a toda costa una supremacía tutsi enla región contra los hutus tradicionalmente apo-yados por Francia. Hay armas de fabricaciónbelga, francesa, árabe y sobre todo norteame-ricanas. En medio de tanta confusión, son yamuchos los hombres de todos los continentesque empiezan a rebelarse contra la hipocresíade los políticos que no matan, pero dejan morir;contra la tiranía del dinero; contra la pornogra-fía de la informática que nos ofrece un mundosin fronteras, pero amenaza con la más ver-gonzosa violación de los cuerpos y de las con-ciencias.

Son ya muchos los españoles que deseanardientemente la paz, la quieren y buscan, con-vencidos de que todavía es posible a pesar detantos miedos, desconfianzas y violencias. Mu-chos creen y saben por experiencia que la li-bertad es más fuerte que la represión, que laverdad es más fuerte que la mentira y que elamor es más fuerte que el odio.

Luciano Pereña

LOS HIPÓCRITAS DE LA PAZ

HABLA EL PAPA

ENRIQUECER

LA DEMOCRACIA

La doctrina social de la Igle-sia condena toda forma de

totalitarismo y, por ello, ex-presa su estima por los siste-mas democráticos, concebidospara asegurar la participaciónde los ciudadanos, según el sa-bio criterio del principio desubsidiaridad, que supone queel sistema político reconoce elpapel esencial de las personas,de las familias y de los dife-rentes grupos que componenla sociedad civil.

Sin embargo, surgen en es-te sentido inquietudes: en mu-chos países, donde la demo-cracia está consolidada desdehace mucho tiempo, o dondeha comenzado recientemente,se puede poner en peligro porunos puntos de vista o unoscomportamientos inspiradospor la indiferencia o el relati-vismo en el campo moral, ig-norando el auténtico valor dela persona humana. Una de-mocracia no fundada en los va-lores propios de la naturalezahumana presenta el riesgo decomprometer la paz y el desa-rrollo de los pueblos.

Ante estas situaciones, loscristianos están llamados areaccionar con la fuerza que lesviene del Evangelio de Jesu-cristo y del patrimonio escla-recedor de la doctrina social dela Iglesia. Compete en particu-lar a los fieles laicos enrique-cer con los valores humanos ycristianos la práctica democrá-tica de los pueblos, medianteuna acción educativa inteli-gente y continua: han de edu-car en la honradez, en la soli-daridad, en la atención a losmás desamparados.

(8-11-96)

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22/ la vida Nº 45/16-XI-1996

Ya era hora. La alta iniciativa para pro-mover la causa de beatificación del

cardenal Ángel Herrera Oria, secunda-da por instituciones beneméritas, de lasque fue fundador, se pone en marcha elpróximo miércoles, día 20. Con toda ra-zón. Ángel Herrera fue en vida, y es en laHistoria ya, una de las grandes figurascimeras de la Iglesia en España y de laentera vida española durante la prime-ra mitad de nuestro, y no solo nuestro,ajetreado siglo XX.

Le recuerdo en la distancia de losaños y en la proximidad inmediata de supresencia no borrada. Y veo en él un mo-delo de fidelidad aleccionadora.

La fidelidad, en el cristiano conse-cuente, parte del núcleo más íntimo de lapersona y se proyecta con dinamismocoherente en todas las direcciones desu acción. Brota de una fuente escondi-da y se depliega externamente en lasobras del apostolado y en las de la ac-ción temporal.

Ángel Herrera vivió, en plenitud cons-tante, del manantial interior y consagrótoda su vida a la acción evangelizado-ra. Como seglar, primero; luego, comosacerdote y, finalmente, como obispo.No hubo hiatos, ni paréntesis en esta tra-yectoria. Discípulo alerto del Maestro in-terior, trabajó como fiel administrador ac-tivo, en los dones recibidos. En las horasde bonanza y en los tiempos, frecuen-tes, de tribulación.

Fiel al depósito recibido, fue fiel tam-bién a la época que vivió. Retuvo sabia-mente lo sustancial, aceptó cordialmen-te lo transeúnte de su hora. Fue, comotantos hombres ejemplares de su épo-ca, hombre de Dios y hombre de su tiem-po. Quienes tuvieron la dicha de cono-cerle en las obras que fundó y dirigió, yatisbaron algo de su tesoro interior, pu-dieron, y aún pueden algunos, compro-

bar la verdad de lo que digo.Asistió a todas las sesiones del Vati-

cano II, pero atenazado por la enferme-dad que anunciaba su próximo paso ala eternidad. Tuvo el consuelo de ver au-torizadas por el Concilio no pocas de lasdirectrices anticipadoras que marcó ensus obras. Asimiló el espíritu conciliar,que no era, ni es, el que algunos propo-nían. Quiso promover las aplicacionesnuevas de la doctrina social del Magis-terio. Pero era ya otra la llamada, queen su alma sentía. Horas de soledad úl-tima y de santos desengaños y de diá-logos secretos con Quien le aguardaba,para decirle las palabras supremas:«siervo fiel y prudente, entra en el gozode tu Señor».

José Luis Gutiérrez García

Siervo fiel y prudenteUna lúcidareflexión

sobre el aborto

Editado por la Fundación MapfreGuanarteme, acaba de ser pre-

sentado en Madrid este libro cuyas150 páginas son las lúcidas y escla-recedoras reflexiones de un creyentecatólico sobre el aborto. El autor, donJosé Luis Rodríguez, es un benemé-rito sacerdote canario que ha auna-do, a lo largo de medio siglo de ex-periencia, la vocación evangélica yministerial por la verdad con la pasiónperiodística y literaria y con la orga-nización de eficaces iniciativas pas-torales y catequéticas.

Este subtítulo del libro es suficien-temente elocuente: «El misterio delhombre sólo se esclarece en el mis-terio del Verbo encarnado». Es unamanera teológica, profunda y sacer-dotal de recordar que, después de laencarnación de Nuestro Señor Jesu-cristo, ningún acontecimiento hay másimportante que el nacimiento de unniño. De ahí la impresionante tras-cendencia de la madre y la necesidadurgente de comprender los insonda-bles riesgos a que lleva irremediable-mente la llamada «cultura de la muer-te», tan frívolamente proclamada, le-galizada, despenalizada comosuicidamente asumida, de nuestra so-ciedad actual.

Las últimas páginas del libro dejanoir la voz de un niño «al que van aquitar de en medio» y que protestadesde el seno de su madre; y una es-peranzada plegaria a la Madre de Je-sucristo, Dios y Hombre verdadero, yMadre nuestra.

Así ha visto eldibujante de

Time al dirigentecomunista FidelCastro ante los en-cuentros con altas per-sonalidades de laIglesia y, sobre todo,ante la cada vez másprobable visita de JuanPablo II a Cuba.

A laespera

del Papa

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/23la vidaNº 45/16-XI-1996

Haced lo que El os diga» es ellema de la Gran Vigilia de la

Inmaculada que este año cumplesu cincuenta aniversario.

Para conmemorar fecha tan se-ñalada, la Vigilia de este año secelebrará en el Palacio de los De-portes de Madrid, y los organiza-dores esperan que el gran aforodel Palacio sea suficiente y per-mita que todas las familias madri-leñas —no sólo los hombres, co-mo es tradicional en esta Vigilia—puedan postrarse a los pies de laVirgen Madre de Dios y Madrenuestra.

Organízate previsoramente contiempo. La Vigilia se celebra, re-cuérdalo, durante el puente festi-vo de la Inmaculada. Ninguna fa-milia cristiana debe faltar en estehomenaje a María.

Próxima vigilia de la Inmaculada

El próximo 26 de noviembre,con motivo del 492 de la

muerte ejemplar de Isabel la Ca-tólica en Medina del Campo, ha-brá un acto conmemorativo en di-cha ciudad, en el que, una vezmás, serán puestas de relieve lasvirtudes de aquella reina católi-ca, promotora de la unidad de Es-paña, cuyo proceso de beatifica-ción, presentado en Roma en1972, sigue su curso con norma-lidad, impulsado calurosamentepor numerosas entidades y aso-ciaciones. Llama poderosamen-te la atención que, por ejemplo,en Estados Unidos exista una ins-titución llamada «Asociación deHijas de Isabel la Católica», cons-tituida por más de cien mil perso-nas.

Día de oración por la paz en el País Vasco

Monseñor Setién, obispo de San Sebastián, ha manifestado su satisfacción porla iniciativa de las comunidades contemplativas de San Sebastián que han es-

tablecido un día al mes para orar por la pacificación del País Vasco. Realizarán en-cuentros o vigilias de oración en todos los monasterios «para pedir a Dios por la pa-cificación en nuestro pueblo».

Un libroimprescindible

La muerte de la prensa católica de-riva de la falta de una ve verdade-

ra, del oportunismo que piensa quese vence cediendo, del miedo y de lainfiltración de intereses extraños».

Así concluye un libro espléndidoque acaba de publicar José Luis Gu-tiérrez García, ex-Director de la Bi-blioteca de Autores Cristianos (BAC),editado por el Estudio Teológico deSan Idelfonso de Toledo.

Mejor dicho, así acaban dos librostitulados ambos Introducción a la doc-trina social de la Iglesia: uno de 139páginas, que reúne con carácter ge-neral, de forma sistemática, los capí-tulos fundamentales del MagisterioSocial de la Iglesia en la época con-temporánea; y otro, de 434 páginas,que aborda la doctrina del Magisteriosobre problemas y realidades con-cretísimas, de palpitante vigencia yactualidad, de cuya acertada viven-cia depende sencillamente el futurode la sociedad y de la Iglesia: matri-monio y familia, en primer lugar, cues-tión clave y primera; la cultura; la co-munidad política; la economía y el tra-bajo; el Derecho y, para concluir—last, but non least— el mundo de lainformación; los católicos y la comu-nicación social.

José Luis Gutiérrez y su esposaMontserrat forman parte del Pontifi-cio Consejo para la Familia. Quiendesee acercarse al umbral de la ver-dadera Esperanza que late en la doc-trina social de la Iglesia no puede, apartir de ahora, precindir de estas pá-ginas lucidísimas, de criterio claro yseguro.

492 aniversario de la muerte de Isabel la Católica

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En 1896, el escritor polaco Henryk Sienkiewicz concluía una de lasnovelas históricas más famosas de todos los tiempos: Quo vadis . Sepodría reprochar a Sienkiewicz el haber presentado un cristianis-

mo idealizado, de nostalgia del tiempo de los primeros cristianos fren-te a los problemas del cristianismo de su época, derivados de las conse-cuencias sociales de la industrialización o de la difusión de una menta-lidad cientifista y positivista. Pero Sienkiewicz arremetía contra esaconcepción de la vida que, en nombre de la verdad, se dedica a mos-trar con todo género de detalles la suciedad, la podredumbre y la fealdad.El resultado sólo puede ser la «bestia humana» de las novelas de Zola, se-gún Sienkiewicz, con total «falta de caridad».

En Quo vadis resalta claramente que la opción por el cristianismo plan-tea exigencias radicales. Ello explica que Marco Vinicio, el protagonista,se resista a hacerse cristiano, al comprender que para los cristianos «nobasta con honrar a Cristo; hay que ajustar la vida a su doctrina». El catoli-cismo polaco de Sienkiewicz está lejos de encerrarse en sí mismo. EnQuo vadis adquiere una dimensión romana, universal, asentada en elconvencimiento de que ninguna tempestad podrá hacer zozobrar la na-ve de la Iglesia. Tampoco la que en 1870 había puesto fin al poder tem-poral del Papado, muy reciente cuando la novela se escribía. De ahí quela fe recia y firme de Sienkiewicz se ponga abiertamente de manifiesto enuno de los párrafos finales de Quo Vadis: «Y pasó Nerón como la tem-pestad, el incendio y la peste, pero en el Monte Vaticano se alza inmen-sa la basílica de San Pedro gobernando a la ciudad y al mundo».

Antonio R. Rubio

Por fin la temporada otoñalha llenado la cartelera de tí-tulos de interés. Ahí están

Ponette, sobre el doliente amor deuna niña hacia su madre muer-ta; Beautiful girls, certera radio-grafía del desconcierto vital detantos jóvenes; El octavo día y Eljorobado de Notre Dame, encendi-das apologías de la dignidad delas personas discapacitadas; Enel nombre del hijo, intensa reflexiónsobre el conflicto de Irlanda delNorte...

Pero quizás la película en car-tel más redonda y sorprendentesea Secretos y mentiras, de MikeLeigh, la Palma de Oro a la me-jor película y a la mejor actriz(Brenda Blethyn), y Premio In-ternacional de la Crítica en el úl-timo Festival de Cannes. Elguión describe los dramas deCynthia y Maurice, dos herma-nos londinenses cuyas vidas es-

tán marcadas por dos hechosvergonzosos que mantienen ensecreto. Ella, madre soltera deescasos recursos, es una mujerneurótica e ingenua que malvivecon una hija rebelde. Él, a pesar

de su buena posición social, estáfrustrado por la infertilidad desu mujer. Los trapos sucios, ycon ellos una solución a esas so-ledades paralelas, saldrán a laluz cuando aparezca Hortense,

una joven negra que resulta serotra hija ilegítima que Cynthiadio en adopción hace muchosaños.

Leigh no deja de mostrar —aveces con cierta crudeza— la con-fusión moral de estos personajes.Pero, a la vez, desde una pers-pectiva optimista —a contraco-rriente del cinismo de otros di-rectores de su generación—, abo-ga decididamente por lasinceridad, el amor, el perdón yla comprensión en las relacionesfamiliares, como condicionesesenciales para poder compartir ysobrellevar los sufrimientos de lavida. Como ha señalado el pro-pio Leigh, «la familia puede ha-cernos sacar lo peor que llevamosdentro, pero al final debemos vol-ver a ella porque aún no hemosinventado nada mejor».

Jerónimo José Martín

24/ desde la fe Nº 45/16-XI-1996

CINE

Cien años de Quo vadis

El poder liberador de la verdad

Una escena de «Secretos y Mentiras»

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/25desde la feNº 45/16-XI-1996

El joven sacerdote Wojtyla,escuchando la grande y di-fícil tradición del pueblo

polaco, no se arredró ante la men-tira. Su pensamiento antropoló-gico nacía del trabajo pastoral. Loenseñaba en la Universidad, enlas iglesias, sobre los lagos, en lasmontañas... El sacerdote Wojtylaconstruía los puentes que unían atantos hombres con el mundo real, liberándolos de las peligro-sas ficciones comunistas. Intro-ducía a los hombres en la luz in-visible que, resplandeciendo so-bre las cosas, nos juzga y portanto nos defiende. Aquellos queeran así juzgados y defendidosya no tenían miedo de cualquierotro juicio, incluso cuando estejuicio comportara la amenaza depoder perder la vida.

Así, el sacerdote y después elobispo Wojtyla, sin hacer políti-ca, sino simplemente conducien-do a los hombres fuera del mun-do ficticio, se convertía en unaamenaza cada vez más grave pa-ra el sistema político que le opri-mía. Nombrado obispo adminis-trador, un día tuvo que hablarcon el primer Secretario del Par-tido Comunista de Cracovia. Des-pués del encuentro, el Secretario,fuertemente impresionado, dijo:«¡Este hombre, incluso siendo

gentil, es terrible! Es peligroso.Te envuelve en su modo de razo-nar y de hablar».

Es significativo el hecho deque el arzobispo de Cracovia noprestó juramento ante las autori-dades comunistas, como estabaprevisto en los acuerdos de 1950entre la Iglesia y el Estado. Diosha custodiado celosamente la li-bertad de este sacerdote...

En aquella inolvidable nochedel 16 de octubre de 1978, vividaen las iglesias y en las plazas, loshombres dejaron de esconder suamor por la verdad. Un año des-pués, el Espíritu Santo, invocadopor Juan Pablo II en la Plaza dela Victoria en Varsovia, para quedescendiese sobre la tierra, «so-bre esta tierra», comenzó a soplaren todos los países del Este. Ba-rrió de las fronteras las alambra-das y las ametralladoras . El Pon-tífice tendió los puentes que unena los hombres con la verdad.

Lo Nuevo se acercaba a gran-des pasos. Los pueblos de casi to-dos los países envueltos en las ti-nieblas del comunismo se reu-nieron en los santuarios y en loslugares de trabajo, reencontraronsu fuerza perdida. Hicieron huel-ga, no para obtener un aumentode salario, sino para poder comersiquiera un solo plato en la ver-

dad. Las misas celebradas en lasfábricas y en los astilleros, losconfesionarios asediados dondese recobraba la tal vez malgasta-da propia identidad, eran signosvisibles del despertar. Por todaspartes estaba el retrato del sacer-dote Juan Pablo II. Su presenciarecordaba a todos que la libertady la justicia se cumplen en elamor debido a la verdad.

En el disparo del 13 de mayode 1981 resuena todavía hoy elgran espanto que las palabras«No tengáis miedo» habían pro-ducido a aquellos cuyo poder es-taba basado en la negación de laverdad.

La luminosidad de la verdaddeslumbra incluso a quienes labuscan. La libertad que de ellaproviene es difícil, porque debe

ser una libertad justa. No permi-te a nadie buscar su propia co-modidad. Los pueblos salidos dela mentira del comunismo, desi-lusionados e impacientes, viven aduras penas el don de la libertad.A veces lo desprecian, aislándolodel don de la verdad que les lla-ma a amarlo laboriosamente. Elsacerdote que es enviado a anun-ciar la Palabra de la Verdad debesaber sufrir. La scientia crucis esinherente al sacerdocio. Con elpasar de los años, se hace cadavez más profunda. El sacerdoteque no tiene miedo de perderlotodo, incluso a sí mismo, inmolasu propia vida para construir lospuentes. El Pontífice Juan Pablo IIsabe algo de esto...

Stanislaw Grygiel

UN SACERDOTE QUE NO TENÍA MIEDO AL COMUNISMO

Juan Pablo II,el hombre

de la verdady de la libertad

Karol Wojtyla fue llamado a servir como sacerdotea un pueblo constreñido por la ideología marxista

a vivir cosas ficticias como si fueran absolutas.Fue llamado a anunciar la verdad a hombres cuya

libertad, fe y amor eran despreciados y mirados consospecha. El vacío de la mentira llevaba al miedo

a perderlo todo, incluso a sí mismos.

El seminarista Karol Wojtyla

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Hemos hablado con él a su vuelta deArgentina y Chile, donde ha clausu-rado un Congreso organizado por el

diario La Prensa y ha hablado sobre Indicado-res de estabilidad conyugal. En Santiago de Chi-le ha impartido siete lecciones sobre Educa-ción sentimental, en la Universidad GabrielaMistral, uno de los centros más importantesde Hispanoamérica.

¿Han tenido buena acogida sus libros enHispanoamérica?

Son temas que están sobre el tapete y enconsecuencia, al tener el mismo idioma, to-do es más fácil. McLuhan habló de la aldeaglobal. La sociedad actual se ha psicologiza-do. Los grandes asuntos siguen sobre el ta-pete.

¿Qué diagnóstico haría de la sociedad ac-tual?

Yo haría un doble diagnóstico sociológi-co: por una parte, se trata de una sociedad

básicamente desorientada: perdida, sin rum-bo, que no sabe a dónde va, indiferente porsaturación de contradicciones, repleta de no-ticias e informaciones no formativas. Por otraparte, con optimismo: vuelve la moral, y lohace porque ella significa el arte de vivir condignidad, de saber hacer el mejor uso de lalibertad.

¿Es la depresión la enfermedad de nues-tro tiempo?

La depresión ha existido siempre, desdelos tiempos más remotos. Hay descripcionesmuy antiguas. Ya Hipócrates en su libro Lasepidemias la nombró como melancolía o bilisnegra. En el Papiro de Ebers y también en el deEdward Smith se recomienda, como trata-

miento, actividades manuales. Hoy sabemosque es endógena, de naturaleza neuroquími-ca, y que sus síntomas principales son la tris-teza, el hundimiento psicológico, la falta de vi-sión de futuro, el insomnio y, en los casos másgraves, ideas y/o tendencias suicidas.

¿Se curan las depresiones?El 90% se curan. El resto son trastornos de

la personalidad que requieren una psicotera-pia precisa, o son enfermedades somáticasasociadas.

¿Cómo ve los medios de comunicaciónhoy, especialmente la labor de la televisión?

Necesitan un revulsivo, sobre todo la te-levisión, cuyo espectáculo es penoso. Hay tres

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ENTREVISTA CON ENRIQUE ROJAS, CATEDRÁTICO DE PSIQUIATRÍA

La felicidad no consiste en Enrique Rojas es catedrático de Psiquiatríaen Madrid. En 1995 fue nombrado Mé-dico Humanista del año en España. Suspublicaciones tienen dos ámbitos distintos,pero complementarios: unos libros cien-tíficos, sobre temas concretos de la Psi-quiatría, entre los que cabe destacar: «Es-tudios sobre el suicidio» (1978), «Psico-patología de la depresión» (1981),«Aspectos clínicos de la depresión» (1982),«La ansiedad» (1988), y ha dirigido conun grupo de psiquiatras y psicólogos su«Enciclopedia de la sexualidad y de la pa-reja» (1990).Otros, de carácter humanístico y de en-sayo, en donde ha logrado algunos éxitosde ediciones muy seguidas. Su libro «Unateoría de la felicidad» está ahora en la 20ªedición y ha sido traducido a diversos idio-mas. «Remedios para el desamor» está enla 16ª y acaba de salir en italiano, portu-gués, y está preparada la edición en ruso.Su último libro «La conquista de la vo-luntad» aborda el tema de cómo educar lavoluntad en estos tiempos en los que elhedonismo y la falta de disciplina campanpor sus respetos.

Enrique Rojas

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temas repetitivos y sin alma: sexo, violencia ydebates, en la gran mayoría de los casos, tru-cados de forma maniquea. Prefiero la radiopor su viveza, fuerza y capacidad para mo-vilizar la imaginación. Y ¿qué decir de losreality shows, donde los dramas de la vida re-al son llevados a la calle por el gancho quetienen de audiencia?

¿Por qué tienen ese gancho?Está basado en el fondo morboso que tie-

ne el ser humano. La televisión tiende a con-vertir en liviano casi todo lo que toca. Peroaquí ocurre al revés: dramatiza vidas ajenas yhace que emerja esa curiosidad malsana. Eltelespectador, sumido en la pasividad, llenasu vacío personal con imágenes de vidas tras-tocadas. Se trata de pasar el rato.

Su libro Remedios para el desamor habladel amor personal: ¿qué significa?

Amar a una persona es desearle lo mejor.No hay felicidad sin amor y no hay amor sinrenuncias. Es fácil enamorarse y bastante másdifícil mantenerse enamorado, porque ahí en-tra la geometría del día a día. No creo en elamor humano eterno, sino en aquel que estáhilvanado, tejido y vertebrado de cosas pe-queñas. El mejor amor se desmorona si no sele cuida.

¿Cuál es su opinión sobre la plaga de rup-turas conyugales que asola Occidente?

Es el resultado de un mundo sin ideales.Hay que tener bien sólidos y afirmados losfundamentos sobre lo que es el hombre. Ydespués, la trascendencia: todo lo que subeconverge. Los amores intrascendentes sonplanos, sin verticalidad y están edificados conmateriales de derribo. Todo está preparadopara la ruptura.

LA FAMILIA, ESA ESCUELA

Nuestro mundo parece obsesionado porel sexo...

La sexualidad es algo natural y está ins-crita en la conducta humana como un ingre-diente más, pero es necesaria una educacióncorrecta, que debe abarcar dos distritos dis-tintos, pero complementarios: la información,que es la mera transmisión de conocimientosy la formación, que nos dice para qué sirvela sexualidad y cómo la convertimos en algohumano, valioso, compartido y ascendente.Muchas veces, cuando se habla de educaciónsexual, se cubre sólo la primera etapa.

Esta moda pasará. Lo importante es apren-der de ella algunas enseñanzas claves. La ido-latría del sexo acaba en un gran vacío y enuna visión plana del amor y de las relaciones

afectivas. Una sociedad obsesionada con elsexo es una sociedad neurótica.

¿Qué importancia tiene la familia paraun psiquiatra?

Yo, como psiquiatra, me asomo a muchasvidas y lo hago con respeto y, a la vez, para es-tudiarla e intentar hacerla más sana en mi ac-tuación médica. La familia debe ser una es-cuela en donde se aprende lo mejor de la vida:el amor, la comprensión, la fe, los valores, eljuego y compartir. Es una tarea de orfebrería,en donde los padres debemos ir por delante,abriendo camino con nuestra vida coheren-te y auténtica. Una de las grandes alegrías dela vida es tener una familia unida. Y hoy, an-te el desprecio olímpico que sufre, se hacemás necesario el esfuerzo.

¿Vuelve el fenómeno religioso?Sin duda. Pero lo hace con formas su-

brepticias y con sucedáneos: el interés por laquiromancia, el ocultismo, la magia y sus di-versas formas. El hombre necesita del miste-rio. La espiritualidad es suma y compendio delo más típico y peculiar del hombre. El hom-bre espiritual tiene más paz interior, es másequilibrado.

¿Qué es para usted la felicidad?Estar contento con uno mismo. Para mi

tiene dos notas: tener un cierto equilibrio de lapersonalidad y haber conseguido un proyec-to de vida con tres pilares: amor, trabajo y cul-tura. La felicidad es el resultado positivo de laexploración de esos cuatro segmentos.

Sobre el papel es fácil...Una de las puertas de entrada al castillo

de la felicidad es la coherencia: que entre la teoría y la práctica exista una estrecha rela-ción. La felicidad no consiste en vivir sin pro-blemas, sino en saber vivir; es el encuentrocon lo mejor de uno mismo, el arte de sacarlea la vida el máximo partido posible.

¿Qué papel tiene la cultura?La cultura es un sistema de referencias y

criterios que hacen el mundo habitable. Esuna educación de la sensibilidad. Nos llevaa convertir cualquier pirueta personal enalgo inteligente. Nos conduce a abrir losojos de par en par, para captar la realidad ydomesticarla. Por eso la cultura es libertad.La ignorancia es el gran enemigo para ser li-bre, independiente, persona difícil de ma-nipular.

¿Dónde deja la voluntad?Aquí soy más cartaginés que fenicio. La

voluntad es la llave maestra que consigue quenuestros sueños se conviertan en realidad.Pero tiene unos ingredientes que no están demoda: orden, constancia, disciplina, alegríaen el esfuerzo, motivación...; con ese equipa-je se puede conseguir casi todo.

Alfa y Omega

/27desde la feNº 45/16-XI-1996

vivir sin problemas

«AMAR A UNA PERSONA ES DESEARLE

LO MEJOR. NO HAY FELICIDAD SIN AMOR

Y NO HAY AMOR SIN RENUNCIAS»

La familia: la mejor escuela de la vida

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Juan Pablo II dice en su Carta a las mujeresque es tiempo de reconocer los errores yadmitir que las mujeres han contribuido

tanto como los hombres a la Historia de laHumanidad y en condiciones más adver-sas. La Carta pide que sealcance de forma urgentela igualdad efectiva, igual-dad de salarios, promo-ciones justas en la carrera,y denuncia la explotaciónsistemática de la sexuali-dad, el machismo agresivoy las violaciones que llevana abortos que, más que res-ponsabilidad de la mujer,son un crimen imputable alhombre.

Karol Wojtyla afirma quemasculinidad y feminidadson complementarios en lo fí-sico, en lo psíquico y en lo on-tológico. Escribe que la eco-nomía sacramental revela queel sacerdocio es cosa de hom-bres, que esa distinción de pa-peles es algo divino interpre-table con los criterios de la so-ciedad humana y no es unadiscriminación.

Karol Wojtyla ha pedido mu-chas veces a la sociedad quepromueva el protagonismo dela mujer y proteja su papel demadre frente a una civilizaciónque ha convertido a las mujeresen objetos de placer, olvidandouna tradición de respeto hacia elmundo femenino, que era hija delasombro ante el misterio de la fe-minidad.

CARTAS DE MUJERES

«Querido Papa:Vimos juntos mi película y noté tu emo-

ción. No prejuzgaste la obra por el hecho deque la autora fuera una mujer; al contrario,me has dado las gracias varias veces por elloy yo te las doy por tu amplitud de criterio.Eres un gran devoto de María, conoces sugran sabiduría, y, por lo tanto, nunca he du-

dado en anunciar tu admiración por las cua-lidades innovadoras de la inteligencia de lamujer e indicar la preciosa y desconocida ri-queza de sus valores. Con

tus palabras hasliberado al mundo de su ignorancia milenaria,esa ignorancia que, durante tanto tiempo, hasido la causa de que a menudo las mujeresfueran objeto de intolerancia, de violencia yde todo tipo de infamias que, sin duda, hanofendido a María.

Con tu nuevo anuncio has comenzado unaobra de valor inmenso para los hombres y lasmujeres de todas las culturas, y si ese anuncioes escuchado, enriquecerá las conciencias y

dará la paz. Gracias Papa, hombre digno deMaría

Liliana Cavanni, directora de cine italiana

«Querido y amadísimo Papa:Su fe, su presencia, su vida han ilu-minado mi trabajo y mis pensamien-tos. Un Papa así, tan lleno de fe y debondad, fiado de la dulzura de María,me hace sentir más fuerte y me da elcoraje para vivir y para trabajar.Gracias. Espero que su bendición mesiga adonde vaya y que la fe me ayu-de. Con todo mi corazón»

Mónica Vitti, actriz de cine

TRÁS DEL TELÓN DE ACERO

«En el Vaticano, una vez termina-dos los discursos y el protocolariointercambio de regalos, la tensióny el nerviosismo inicial habían de-jado paso al entendimien- to, a laestima, me atrevería a decir, a lasimpatía recíproca. Gorbachovdijo una frase que ha hecho bro-tar ríos de tinta y comentarios:“Santidad, soy un ateo no practi-cante”; y le explicó a Juan PabloII que para que su madre, unaanciana y piadosa ortodoxa quevivía en una modesta casa dePrivolnov, pudiera ir a la iglesiacon facilidad, sin sortear la nie-ve y el hielo, había mandadoasfaltar el camino.Al terminar la audiencia, elPapa volvió a acompañar a suilustre huésped hasta la sala

Clementina. Hablaba y sonreía, yun periodista ruso nos dijo que había oído alPresidente decir a Juan Pablo II: “Santidad,me siento feliz de encontrarme ante la auto-ridad más grande del mundo y me siento ade-más orgulloso porque es un eslavo”. A lo queel Papa respondió: “Señor Presidente, somosdos eslavos a quienes la Divina Providenciaha puesto en el camino para que hagamos unmundo más humano, un mundo de paz”».

Paloma Gómez Borrero

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DEL LIBRO DE PALOMA GÓMEZ BORRERO SOBRE EL PAPA

Mónica Vitti, Gorbachov y Juan Pablo II

Juan Pablo, amigo, es el título del libro que acaba de escribir Paloma Gómez Borrero, y del que la editorial Plaza Janés nos autoriza gentilmente a recoger algunos párrafos de dos de sus capítulos: A propósito de las mujeres,

y Viajes tras el telón de acero

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El arzobispo metropolitano de Cracovia, Prín-cipe Adam Stefan Sapieha, visitó la parroquiade Wadowice cuando yo era estudiante en el

Instituto. Mi profesor de religión, el padre EdwardZacher, me encargó darle la bienvenida. Así tuveentonces la primera ocasión de encontrarme frentea aquel hombre tan venerado por todos. Sé que,después de mi dis-curso, el arzobis-po preguntó alprofesor de Reli-gión qué Facultadelegiría yo al ter-minar el Instituto.El prelado comen-tó: “Lástima que nosea Teología”.

En ese períodode mi vida la voca-ción sacerdotal noestaba aún madura,a pesar de que a mialrededor eran mu-chos los que creíanque debía entrar en elSeminario. Y tal vezalguno pudo pensarque, si un joven contan claras inclinacionesreligiosas no entrabaen el Seminario, era se-ñal de que otros amo-res o aspiraciones esta-ban en juego.

En efecto, en la es-cuela tenía muchas com-pañeras y, comprometi-do como estaba en el cír-culo teatral escolar, nofaltaban diversas posibilidades de encuentros conchicos y chicas. Sin embargo, el problema no eraéste. En aquel tiempo estaba fascinado sobre todopor la literatura, en particular por la dramática, ypor el teatro».

LA DECISIÓN DE ENTRAR EN EL SEMINARIO

«En el otoño de 1942 tomé la decisión definitivade entrar en el seminario de Cracovia, que funcio-naba clandestinamente. Me recibió el rector, padreJan Piwowarczyk. El hecho debía quedar en la másabsoluta reserva, incluso para las personas más alle-gadas. Comencé los estudios en la Facultad teoló-gica de la Universidad Jaghellonica, también clan-destina, mientras continuaba trabajando como obre-ro en la Solvay. Durante el período de la ocupación,

el arzobispo metropolitano estableció el Seminario,siempre de modo clandestino, en su residencia. Es-to podía desencadenar en cualquier momento, tan-to para los Superiores como para los alumnos, se-veras represiones por parte de las autoridades ale-manas. Permanecí en este Seminario peculiar, al

lado del amado príncipemetropolitano, desdeseptiembre de 1944, yallí pude estar juntocon mis compañeroshasta el 18 de enero de1945, el día –o, mejordicho, la noche– de laliberación. En efecto, fue duran-te la noche cuando laArmada Roja llegó alos alrededores deCracovia. Los ale-manes, en retirada,hicieron explotar elpuente Debniki.Recuerdo aquellaterrible detona-ción: la onda ex-pansiva rompiótodos los cristalesde las ventanas dela residencia ar-zobispal. Enton-ces nos encontrá-bamos en la ca-pilla para unacelebración en laque participabael arzobispo. Aldía siguiente

nos dimos prisa en reparar los daños».

¡SACERDOTE!

«Mi ordenación tuvo lugar el 1 de noviembre,cuando la liturgia de la Iglesia se dedica totalmen-te a celebrar el misterio de la Comunión de los San-tos y se prepara a conmemorar a los fieles difun-tos. El arzobispo eligió ese día porque yo debía par-tir hacia Roma para proseguir los estudios. Fuiordenado solo, en la capilla privada de los arzobis-pos de Cracovia. Mis compañeros serían ordena-dos el año siguiente, en el Domingo de Ramos.

El día de Todos los Santos me presenté por lamañana en la residencia de los arzobispos de Cra-covia, en la calle Franciszkanska, 3, para recibir la or-denación sacerdotal. Asistió un pequeño grupo deparientes y amigos».

DEL LIBRO «DON Y MISTERIO», DE JUAN PABLO II

Así me hice sacerdote«Estimulado por las preguntas de Gianfranco Sviderscoschi –dice el Papa–, me he abandonado

con libertad a una oleada de recuerdos. Cuanto escribo aquí pertenece a mi experiencia másíntima». Agradecemo a la Biblioteca de Autores Cristianos, editora en castellano de estos

recuerdos del Papa, su autorización para la publicación previa de estos extractos

¿Dios sí, Iglesia no?

No comprendo a quienespasan su vida diciendo yo

creo en Dios, pero no en laIglesia. Los católicos que seexpresan así, caen en unagran contradicción. La Iglesiaacompaña en la fe, y en estacompañía, los cristianos en-cuentran el camino del cono-cimiento y del amor de Dios .

La fe necesita crecer. Nin-gún adulto piensa o habla co-mo cuando tenía seis años.Pero es común descubrir per-sonas que no han cultivadosu relación con Dios desde lainfancia. Creen en Dios demodo tan lejano e imperso-nal, tan infantil, que difícil-mente pueden encontrar enÉl las respuestas que buscan.

En el proceso de madura-ción de la fe, la Iglesia –co-mo Madre– puede hacer mu-cho si la dejamos, si oimos lavoz de su Magisterio. La pa-labra Magisterio puede resul-tar hoy un tanto incomprensi-ble, cuando tantas personasya no necesitan maestros niconsejeros, porque su bri-llante razón les da la exactarespuesta a toda inquietud.Lo siento, señores ilustrados;yo no me fío absolutamentede mis criterios; he tenidomuchas oportunidades decomprobar lo vulnerable y fa-lible de mi razón. Prefiero laauténica visión de la realidadmás allá de mi subjetividad.

Se habla ligeramente delo que es la Iglesia, sin la mí-nima idea de lo que realmen-te es. Los griegos decían quela opinión era el falso caminode la sabiduría; pero muchosdesconocen esto, porque ca-si siempre tienen algo que de-cir sobre cualquier cosa. Amuchos la Iglesia sólo les im-porta como blanco de tiro; ja-más han intentando penetraren su misterio de amor.

Quien quiera conocer a laIglesia no podrá hacerlo porfalsos caminos. Hay que ele-gir el método adecuado. Delo contrario, siempre se de-semboca en la decepción.

Dora Rivas

Punto de Vista

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El libro escrito por el jesuita Carlos Valverde,profesor, investigador y escritor de la Historia

de la Filosofía, y especialista en las ideologías denuestro tiempo, merece leerse, ya que constituyeuna clave para no extraviarse en el laberinto deideas de nuestra sociedad postmoderna y paravislumbrar luces de orientación hacia una salida deamor y de esperanza que nos permita superar elcaos de mensajes contrapuestos que nos en-vuelve. Estudia ese largo proceso que ha venidoexperimentando la Humanidad desde una «cos-movisión cristiana» hasta una «visión racionalis-ta», en la que el hombre ha pretendido colocarseen el puesto de Dios, Señor de la Historia y de lavida. Ese proceso ha desembocado en un fraca-so, que ha quebrado el optimismo dieciochesco dela sociedad «ilustrada» y racionalista, y que seha puesto de manifiesto en las grandes catástro-fes sociales, políticas, económicas y bélicas de

nuestro siglo. Ahora nos encontramos en una fa-se llamada de «postmodernidad», caracterizada,paradójicamente, por el desprecio a la razón, porla difusión de un escepticismo cansado y por laexaltación de lo vital, de lo intuitivo, de lo inma-nente, por la búsqueda ansiosa del bienestar ma-terial y del placer corporal.

El libro, escrito con claridad y con solidez doc-trinal, con un estilo dialogante y abierto a todaslas ideas verdaderas y generosas, con críticaobjetiva de las desviaciones doctrinales y fácti-cas de nuestra sociedad, está al mismo tiempotransido de esperanza cristiana, que confía, apesar de esa proliferación de signos negativos,en la Providencia de Dios-Amor que guía los ca-minos de la Historia.

Supone en los lectores ciertos conocimien-tos previos de Historia de la Filosofía, y una in-formación de las ideologías actuales; pero pue-

LIBROS

GENTESADELA CORTINA, catedrática de Ética y Filosofía Política en la Universidadde Valencia: «Es indispensable dotar a los chicos de un bagaje para ser feli-ces y autónomos, para ser dichosos y personas en el más pleno sentido deltérmino. Ésta es, a fin de cuentas, la tarea de la ética».

MANUEL RIVAS, escritor: «Se da la paradoja de que la incomunicación esmayor en un momento en que la aldea global es ya una realidad. A pesar deestar más en contacto que nunca con nuestros semejantes, somos incapacesde transmitir nuestros sentimientos».

BÁRBARA HENDRICKS, soprano: «Me angustia ver cómo a la comunidad in-ternacional parece faltarle el valor y la voluntad de intervenir en Zaire y es-toy desesperada de hablar con los políticos –por ejemplo, hace poco escribía Clinton sobre el tema– y de comprobar cómo no se deciden a actuar. No essólo cuestión de Estados Unidos, Europa también tiene que participar, y se-ría muy importante asimismo implicar a los países africanos».

Para entender el mundo en que vivimos

Buena parte de las necroló-gicas sobre el arzobispo Ro-

mero de Lema —habría quesalvar la excelente de OlegarioG. de Cardedal— han hecho in-capié en el lado político que tie-ne, inevitablemente, toda laborpastoral. También en posiblesfrustraciones de tipo humano.En las apasionantes Confesio-nes de Tarancón, la figura deRomero de Lema aparece obli-gadamente mezclada con elasunto de la Asamblea Conjun-ta Obispos-Presbíteros, con unproyecto de concordato en laúltima etapa de Franco, y conel asunto de las ejecuciones deoctubre de 1975.

El 29 de octubre, de Madrida Buenos Aires, de La Paz aCiudad de México, se cruzaronavisos sobre su muerte y el do-lor que ésta causaba a muchosintelectuales hispanoamerica-nos, sobre todo a quienes ha-bían sido colegiales del MayorGuadalupe. Lo mismo ocurrióen Madrid a quienes se agru-paron en unas ejemplares Con-versaciones de la calle Pisuer-ga, en las que se ahondaba entorno a la actitud que el católicodebería adoptar ante vivísimosproblemas actuales.

Recuerdo a Romero de Le-ma en una reunión sobre la Teología de la Liberación, don-de se sentaba Boff, pero tambiénmonseñor Quarracino, escu-chando atentísimo en los deba-tes, actuando con caridad exqui-sita como cuando yo tronaba queaquello era un lamentable es-tructuralismo económico mal di-gerido. También le recuerdo ensus consejos, en sus colabora-ciones en Alférez, en su devo-ción al decir Misa. Por supuestoque rozó la política. ¡Cómo no vaa ser eso obligado, en todo tiem-po, para una persona de su tallay de sus cargos! Pero lo hizo conla levedad con que la golondrinaroza el agua, porque su papel,en el fondo, fue otro, mucho másalto e importante.

Juan Velarde Fuertes

EL PADRE

MAXIMINO

CONTRAPUNTO.

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de ser leído con interés y utilidad por per-sonas cultas, aunque no sean especialistasen esta temática.

El padre Valverde describe este proceso,desde lo que llama «el ocaso del espíritumedieval» hasta la «crisis de la moderni-dad», presentada por los filósofos alemanesde la llamada Escuela de Frankfurt, pasandoantes por el Renacimiento y el Humanismo,la revolución galileana, la secularización dela política y de la razón, el nacimiento delpositivismo, la Ilustración y el paroxismo de«lo secular» cuya figura más significativa esla del filósofo alemán Nietzsche.

El lector se queda admirado de la ca-pacidad del autor para recoger lo más sig-nificativo de cada filósofo o pensador, y decada época cultural.

Esperanza del futuro, traza las líneasde pensamiento y de acción que puedenfacilitar la salida de la crisis actual de lacultura y de la sociedad, de ese nihilismo yvacío existencial en el que ha desembo-

cado el proceso secular y secularizador.Las líneas de solución apuntadas por el

autor se abren hacia tres grandes corrien-tes de pensamiento:

- El «evolucionismo cristiano» del pa-dre Teilhard de Chardin.

- El «personalismo» de Mounier, Buber,Maritain, etc...

- La doctrina social de la Iglesia.Caben algunas reservas por parte de

lectores católicos en relación con la bri-llante exposición que hace el padre Val-verde de la cosmovisión evolucionista deTeilhard de Chardin, por no recoger cier-tas críticas serias y fundamentadas que lehan hecho algunos teólogos y filósofos cris-tianos muy significativos, pero tales posi-bles reservas nada quitan al enorme méri-to de este libro que constituye una clavepara poder estender algo de lo que estápasando en el mundo en que vivimos.

Fernando Guerrero

En el teatro Campoamor deOviedo, que cada año con-cita con toda justicia las mi-radas y la atención de todaEspaña en la entrega de lospremios «Príncipe de Astu-rias», iban desgranando esteaño los premiados bellísimasy sabias palabras; pasabanlos minutos y ni Marías, niUmbral, ni Suárez, ni nadiedecía lo que todos los espa-ñoles estaban deseando oir,porque como una bombahabía caído sobre la con-ciencia de los ciudadanos: elasesinato de los tres misio-neros españoles en Zaire;hasta que, por fin, tuvo queser el Príncipe don Felipe

quien, con espontánea y magnífica sensibilidad, dijera las palabrasjustas que hacía falta oir. Y la sala, naturalmente, estalló en un aplau-so incontenible. Tuvo que ser también el Canciller alemán HelmutKhol quien diera a los españoles la lección que nunca deberíamos ol-vidar sobre las raíces verdaderas de Europa, de las que aquí parececomo si nos avergonzáramos. Khol no tuvo el menor remilgo ni re-paro para recordar que la verdadera raigambre de Europa, y portanto su única garantía de futuro auténtico, está en el cristianismo. Enactos como ése mucha gente busca donde no hay, o se pretende quetodo valga igual. Y no es verdad.

Quienes se han pasado media vida recriminando y criticando, aveces no sin razón, determinadas actitudes y exhibiciones de secta-rismo respecto a la guerra civil española, ¿no harían bien en evitar losmismos defectos que critican? ¿Tiene algún sentido y, sobre todo,aporta algo a la reconciliación definitiva, y a la convivencia cívica, la

exhibición de parcialidad y de sectarismo que, a estas alturas, ha te-nido lugar, a bombo y platillo, con ocasión del retorno a España demiembros de las Brigadas Internacionales?

España es el país que más tarjetas navideñas de Unicef vende.Unicef-España obtiene unos beneficios anuales, por la venta de vein-te millones de tarjetas, de cuatro mil doscientos millones de pese-tas, de los trece mil que recauda cada año en todo el mundo. Ante es-tas cifras asombrosas, no parece que la retirada por parte de la San-ta Sede de su modestísima colaboración económica le plantee aUnicef el menor problema, lo cual hace pensar que es muy otro el can-tar: no es el dinero lo que a Unicef le interesa del Vaticano precisa-mente, sino, sobre todo, el aval moral que la Santa Sede tiene, y otrosno. Por tanto, no sólo está fuera de lugar, sino que es pura hipocre-sía el rasgamiento de vestiduras de tanta lumbrera —columnistas, ter-tulianos, portavoces, pseudointelectuales, etc. etc. etc.— que hablande «intolerancia», «incoherencia» y no sé cuantas cosas más.

La fina sensibilidad de Antonio Gala —no sé qué haría yo sin suscomentarios— protesta porque lo que él llama «Vicaría de Dios» de-saconseja a los católicos comprar unas postales navideñas en lasque, por cierto, de Navidad no hay nada; y dice que él, que jamás hafelicitado la Navidad a nadie, y menos con postales, piensa com-prar este año todas las que pueda de Unicef. Por mí, como si quieregastarse en eso toda su fortuna; yo, mire usted por dónde, voy a ha-cer todo lo contrario. Compré algunas otros años intentando ayudar,también de ese modo, a quien lo necesita, pero prefiero que mi apor-tación se convierta en pan, en libros, en vacunas, y no en espermici-das post-coitales, a los que está comprobado que dedica la Unicefuna buena parte de esos recursos, como el Vaticano viene advir-tiendo desde hace algunos años. Así que ya le digo, señor Gala, si us-ted entre el Vaticano y la Unicef no lo duda y se queda con la se-gunda, yo tampoco lo dudo y me quedo con el primero, a la esperade que el sentido común y de responsabilidad de la Unicef no me ha-ga incompatible la opción.

Gonzalo de Berceo

No es verdad

Page 32: ¿Dónde está el hombre? · nalidad, explota con toda la fuerza de lo irra-cional lo único que se le ha dejado, una vez que se le llev ó al convencimiento de que todo él está

Suma de teología plasma-da en piedra, libro de arteconvertido en Escritura, el

Portal del Señor Santiago semantiene desde siempre abier-to a las inteligencias. El Pórticoera y es una invitación a entraren el recuerdo de un mundonuevo y esperado. La leyenda yla crónica, las lecturas plásticasy la predicación encontrabansu eco en el último de los Pór-ticos de la peregrinación. En elPórtico todo tiende a lo que vaa venir, es expectativa, todo lopermanente del pasado. Es re-trospectivo, pero con los ojospuestos en el futuro. Las esce-nas alusivas a lo históricamen-te sucedido trascienden la tem-poralidad. Hoy, como entonces,en el Pórtico la profecía ya esEvangelio. Se entiende que otronombre que no fuese el Pórticode la Gloria no aludiría con tan-to vigor a su significado. Es elPórtico del cumplimiento, de larealidad nueva y definitiva. Lascítaras son símbolo de armonía

y concordia, metáfora de la ins-piración, imagen del mundo.«Los 24 ancianos y los cuatro

seres vivientes que tenían cíta-ras cantaban un cántico nuevo»,leemos en el Apocalipsis. El

Pórtico nos muestra, a travésde la música hecha piedra y ar-quitectura la predicación delAntiguo Testamento unido alNuevo Pueblo cristiano, can-tando un cántico nuevo; a sa-ber: la declaración de los quepúblicamente confiesan su fe.Es nuevo que el Hijo de Dios sehaga hombre; es nuevo el quesea entregado a la muerte porlos hombres; es nueva la resu-rrección al tercer día; es nuevoascender a los cielos con uncuerpo; es nuevo conceder a loshombres el perdón de los peca-dos; nuevo, el sellar a los hom-bres con el Espíritu Santo; nue-vo, el recibir el sacerdocio de laobservancia y esperar el Reinoobjeto de una inmensa prome-sa. Y la cítara, hecha de cuerdastensas sobre una madera, sig-nifica la carne de Cristo unidaal madero de la Pasión.

Eugenio Romero PoseDe El Pórtico de la Gloria.

Música, arte y pensamiento

El Pórtico del cántico nuevoLa celebración, el próximo 22 de noviembre de la fiesta de santa Cecilia, Patrona de la música, nos invita a ofrecer un

sencillo homenaje a esta voz hermosa de la fe, que «duplica el valor de la oración cristiana», en expresión de san Agustín.

Detalle del Pórtico de la Gloria (arriba), de la catedral de Compostela.