Doctrina Policial - GF2013

28
DIVISIÓN DE GENDARMERÍA DOCTRINA POLICIAL Septiembre de 2013

Transcript of Doctrina Policial - GF2013

DOCTRINA POLICIAL

Septiembre de 2013

ÍNDICE

INTRODUCCIÓNEl porqué de una doctrina Importancia de una ética institucionalEl policía federal persona ética y humanista

1. NUESTRAS RAÍCES: LA HISTORIA POLICIAL EN MÉXICOLa época prehispánicaLa Nueva EspañaMéxico independienteLa RevoluciónMéxico pos revolucionarioMéxico hoy

2. SÍMBOLOS, VALORES Y PRINCIPIOS DE LA POLICÍA FEDERALNuestros símbolos

EscudoHimnoEl saludoLas insigniasLa jerarquía

Nuestros valoresEl mando que nos unificaLos principios que nos fundamentanLos atributos de nuestra profesión

3. LA NORMATIVIDAD QUE NOS RIGELa importancia de la normatividadConstitución Política de los Estados Unidos MexicanosLey de la Policía FederalReglamento de la Ley de la Policía FederalLa Premisa: El Modelo PolicialInforme Policial Homologado

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

EL POR QUÉ DE UNA DOCTRINA

El desempeño y la conducta de quienes integramos la Policía Federal y la División de la Gendarmería Nacional se rigen por un conjunto de principios, normas y valores que respetamos, acatamos y aplicamos cotidianamente, en el marco de nuestra vocación por proteger y servir a la comunidad.

Al asumirlos como principios, normas y valores de nuestra propia conducta, fortalecemos las capacidades de nuestra Institución para preservar el orden público, la seguridad de nuestra sociedad, y mejorar la calidad de nuestro vínculo con la comunidad.

La Doctrina de la Policía Federal permite orientar la conducta de sus integrantes por medio de lineamientos éticos, que aspiren siempre al mejor de los comportamientos. Su respeto y aplicación refuerzan el sentido de identidad y pertenencia a la Institución, y fomentan la conciencia sobre la importancia de nuestra labor. De este modo, nuestra Doctrina es una guía para cumplir nuestra misión de la forma más adecuada.

La compleja sociedad en que vivimos requiere de una institución como la nuestra para salvaguardar el orden que debe prevalecer en cualquier comunidad, desde un barrio, un pueblo, una ciudad y hasta el país entero.

Por ello, tenemos un claro compromiso y un papel fundamental por cumplir, pues el desarrollo de nuestra sociedad y de las personas que la conforman depende por completo del respeto a la legalidad, así como del mantenimiento del orden y de la seguridad. Nuestro compromiso es, entonces, con el bien común.

El privilegio de servir a la Patria nos exige tener conciencia plena de que, para vigilar el orden de nuestra sociedad, somos los primeros obligados a respetarlo. Por tanto, en nuestra profesión es de suma importancia apegarse en todo momento a lo lícito, lo correcto y lo justo. Esto nos obliga a asumir las pautas normativas de esta Doctrina dentro de nuestra propia esfera personal, de manera tal que nuestra conducta sea siempre intachable, dentro y fuera de la Institución.

Dicho en otros términos, la honestidad en nuestra forma de conducirnos, tanto en el ámbito institucional como en el personal –que nunca deben separarse– nos otorga autoridad moral y nos legitima ante la sociedad, que puede esperar acciones transparentes, legales y justas de una corporación cuyos integrantes practican en su propia vida una normatividad basada en principios, normas y valores que privilegian la justicia.

A final de cuentas, ser un policía federal/gendarme requiere de una vocación de servicio fuera de toda duda y a prueba de cualquier cosa. En esta condición de verdaderos servidores públicos radica también nuestra realización plena como personas de bien, como ciudadanos ejemplares.

Importancia de una ética institucional

Es verdad que, para llevar a cabo nuestra labor en los mejores términos, resulta imprescindible recibir una instrucción que nos proporcione los conocimientos profesionales y desarrolle las habilidades que nos faculten para hacer frente a la gran gama de situaciones a las que nos podemos enfrentar. Esto conforma una dimensión profesional que nos es necesaria y que se espera de toda la Policía Federal.

1

INTRODUCCIÓN

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

Sin embargo, también es cierto que este rubro no basta para desempeñarnos con total respeto a nuestro cargo e Institución. Igualmente importante es la dimensión ética que rige nuestros actos, palabras y actitudes. La Doctrina de nuestra Institución atiende, justamente, la necesidad de dotarnos de una línea rectora en este sentido.

Pero, ¿qué es la ética y por qué debemos tomarla en cuenta? ¿Cómo afecta nuestra labor cotidiana dentro y fuera de la Institución?

En principio, la palabra ética (del griego éthos) significa carácter, manera de ser, pero como rama de la filosofía es una disciplina que intenta definir el “obrar recto”. Así, puede entenderse que la ética corresponde a la manera de actuar de cada uno de nosotros, según la rectitud, la honestidad y lo que es moralmente sostenible.

Hay, por supuesto, una ética individual y una ética social. La primera se refiere a las obligaciones morales del individuo para consigo mismo; la segunda trata de aquello que es socialmente aceptado y que conforma una norma en el ámbito público.

Ambas pueden entrar en conflicto, ya que los valores personales no siempre coinciden con aquellos vigentes en la sociedad. Sin embargo, una línea ética debe centrarse en establecer qué cosas son dignas de buscarse por ser positivas para todos, y cuáles tendrían que evitarse por repercutir negativamente en nuestra sociedad.

Los policías federales debemos, entonces, conciliar el cumplimiento de nuestro deber como integrantes de la Institución con los valores éticos comprendidos en nuestra Doctrina. En este sentido, nuestro papel significa en realidad una continua reflexión ética sobre las acciones que emprendemos.

Es preciso no sólo conocer nuestra Doctrina Institucional, sino que cada uno de nosotros la comprenda a cabalidad, la asuma, la haga propia, y ella se convierta en referencia obligada de nuestro proceder, en parte esencial de nuestras convicciones.

De otra manera estaremos sujetos a caer en severos conflictos e indecisiones, si tomamos en cuenta que no siempre nos resultará tan clara cuál es la forma correcta de proceder ante alguna situación determinada.

Así, la adhesión a los principios rectores aquí establecidos es lo que da su pleno sentido a la Doctrina de la Policía Federal. Al asumir con responsabilidad esta normatividad, resulta evidente que no existen motivos para justificar o avalar cualquier acción que vaya contra la ética.

La Policía Federal y su Doctrina son continuación de nuestra trayectoria de vida, y nos exigen consolidar nuestra formación como personas de valores. En este sentido, en la Institución podemos y debemos hallar una fuente de enriquecimiento personal y profesional, para refrendar nuestra aportación a la comunidad desde una posición de privilegio para ayudar a las personas.

El policía federal: persona ética y humanista

La Policía Federal es baluarte de la justicia en nuestro país. Para vigilar celosamente la paz y tranquilidad de nuestras familias, necesita de hombres y mujeres que nunca olviden actuar con base en una visión humanitaria y ética, con profundo orgullo por la labor que les toca cumplir.

Nuestra fortaleza es aceptar la misión que nos ha sido encomendada con apego a un Estado de Derecho legítimo, donde se ejerzan todas las acciones que favorezcan el orden y la seguridad. Pero no debemos olvidar nuestra condición esencial de seres humanos racionales, pensantes, conscientes, dignos, que hacen su tarea pensando siempre en la paz y prosperidad de la Patria.

2

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

La visión humanista y ética que debe regir nuestra conducta comienza por conocer nuestros alcances y limitaciones como personas y como miembros de la Institución. En este sentido, son de suma importancia la autovaloración, el respeto y la confianza hacia nosotros mismos.

Sintiéndonos satisfechos de lo que somos como personas, podemos también estarlo de pertenecer a una institución de gran nobleza, dispuesta siempre al sacrificio en aras de preservar los intereses de la República.

En la Policía Federal se forma una identidad de grupo, de unión por los mismos objetivos, de solidaridad entre sus integrantes, cuyo anhelo es ayudar en la conformación de una sociedad más justa para todos.

Ser miembros de esta Institución nos exige obediencia a un código de ética que norme nuestras acciones con una profunda visión humanitaria; esto permitirá que la Nación se sienta orgullosa de su Policía y, al mismo tiempo, debidamente protegida en su integridad y en sus bienes.

Como policías federales, debemos ser siempre eficientes servidores públicos, profesionales de la seguridad y el orden, ciudadanos ejemplares, personas con profundos valores humanos, y seres dotados de una ética transparente.

Únicamente con las actitudes adecuadas y el apego a los valores que ensalzan la vida, la seguridad y el orden, podremos desempeñar nuestras funciones de manera óptima.

Tenemos la oportunidad de hacer algo sumamente valioso en beneficio de nuestro México, para hacernos también dignos de su grandeza y de su historia, construida por sus héroes, sus ciudadanos ejemplares, su pueblo, y también por sus cuerpos de seguridad.

Hoy, como integrantes de la Policía Federal, nos toca hacer algo por nuestra Patria. Ayudar a su crecimiento y progreso, contribuir a su evolución y, en definitiva, salvaguardarla de toda vicisitud. Es nuestro momento y nuestra oportunidad para dejar a las nuevas generaciones una Nación mejor, más segura y protegida.

Esta tarea será siempre más viable en la medida en que afiancemos nuestras acciones y modos de proceder a la línea rectora de la Doctrina Institucional. Comprendiendo su sentido y la naturaleza de nuestra misión, el panorama de lo que es correcto y justo, ético e indicado, legal y humanitario, será más claro y, por lo tanto, menos riesgoso caer en conductas ilícitas que por ningún motivo se pueden esperar de nosotros. Como cualquier persona, podremos equivocarnos, pero nuestra actitud será siempre ética y humana, responsable y respetuosa de la vida.

Hasta aquí hemos descrito la importancia de actuar con los valores que operan en nuestra sociedad y lo valioso de nuestra tarea. En los siguientes capítulos es importante resaltar los tres grandes pilares en los que se asienta nuestra Doctrina: la historia de la que venimos, los principios y valores que identifican a nuestra Institución, y la normatividad que nos rige. Éste es el marco en el que el policía federal debe desempeñarse para cumplir honrosamente con la tarea que la Patria le demanda.

3

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

NUESTRAS RAÍCES: LA HISTORIA POLICIAL EN MÉXICO

Revisar la historia de las instituciones policiales en México nos permite conocer la composición de las agrupaciones que nos antecedieron, la forma en que han respondido en circunstancias especiales, y la relevancia de su labor en cada periodo histórico.

Nos ofrece, pues, un marco que delimita las acciones de cada integrante de la Policía Federal, quien tiene la responsabilidad de continuar una tradición histórica en la cual hemos forjado valores fundamentales de nuestro quehacer, como la solidaridad, la fortaleza, la honestidad y el heroísmo, entre otros. Saber de dónde venimos nos ayuda a definir el camino a seguir en los momentos actuales.

La raíz de la palabra policía proviene de los términos griegos politeia y politeis, que luego derivaron en el término latino politia. Todos estos conceptos se refieren a la preservación del orden en las ciudades y repúblicas con base en el cumplimiento de las leyes.

Desde la antigüedad se tenía plena conciencia de la necesidad de mantener el orden en cualquier sociedad. Así, por ejemplo, entre los griegos el cuerpo de los perípolos, compuesto por jóvenes no mayores de 20 años y extranjeros que buscaban la ciudadanía, formaba una especie de patrulla militar que, en tiempos de paz, se encargaba de localizar y rechazar a los ladrones y los piratas.

En 1789, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano ya hacía referencia a la relación entre la policía y el interés de los individuos y la sociedad, al señalar que para garantizarlos se requiere de una fuerza pública “en beneficio de todos”.

La época prehispánica

En el territorio de lo que hoy es nuestro país, las antiguas culturas también poseían sus cuerpos de vigilancia.

Los aztecas y los mayas valoraban, en gran medida, la disciplina y el orden. Así, por ejemplo, entre los mayas había sanciones tanto para compensar daños como para dar ejemplo y prevenir futuros delitos. De esta manera, además de los delitos más conocidos, se castigaba el adulterio, la traición, la corrupción de doncellas, y las penas iban desde la esclavitud temporal hasta la muerte. En los casos de robo, incluso se le marcaba la cara al ladrón con el símbolo del objeto robado, para que sirviera de escarmiento y ejemplo.

Entre los aztecas el panorama era muy similar, aunque las penas y los criterios para enjuiciar solían ser aún más severos. Por ejemplo, no se distinguía entre autor material e intelectual de un delito: todos eran considerados culpables en la misma proporción.

Como es lógico, para que pudiera impartirse justicia se requería de una fuerza encargada de ejecutar las acciones que hacían posible la seguridad de la gente. Así, los pochtécatl o pochtecas constituían un grupo de viajeros que, además de desplazarse por todo el imperio azteca para comerciar sus productos, desempeñaban ciertas funciones de vigilancia y espionaje, recabando información que podía ser muy útil para la preservación del orden.

Asimismo, se encontraban los comtecpampiquex, quienes -a diferencia de los anteriores- sí tenían funciones abiertamente

4

NUESTRAS RAÍCES: LA HISTORIA POLICIAL EN MÉXICO

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

policiales como hoy las entendemos. Por un lado, se encargaban de guardar el orden y la seguridad de la población, y por otro, de vigilar a las personas con antecedentes criminales o de conducta cuestionable; es decir, a los potenciales delincuentes. Así se trataba de prevenir cualquier tipo de conducta que atentara contra la paz y tranquilidad de la sociedad.

Por último se encontraban los topilli o topiles, los cuales se hacían cargo de perseguir y capturar a quienes habían cometido un delito. La función de este grupo terminaba con la presentación de los detenidos ante un juez civil (Colhuatecutli) o criminal (Cihuacotl) para que les dictara una sentencia.

Los aztecas y los mayas, los dos pueblos más importantes del pasado prehispánico, se caracterizaban, entre otras cosas, por valorar en gran medida la disciplina y el orden.

La Nueva España

Con la llegada de los españoles, los esquemas de operación de los grupos de vigilancia y preservación de la seguridad se modificaron. Junto con la lengua, la religión y la cultura, se implantó la idea de la policía, el delito y el castigo propio de las instituciones europeas.

La primera cárcel se ubicó en 1524 en lo que hoy es la Plaza Mayor de la Ciudad de México. Esto representó un giro importante, pues mientras en Europa la pérdida de la libertad se consideraba como un castigo por sí mismo, para los aztecas la cárcel simplemente permitía retener al delincuente mientras se le dictaba una pena; ésta era el verdadero castigo.

En lo general, en la Nueva España hubo dos tipos de policías. El primero lo conformaban los vigilantes nocturnos, quienes debían cuidar a los ciudadanos y sus bienes; poseían las llaves de las casas y podían detener a sospechosos. Además de éstos se encontraban los alguaciles, quienes dependían de jueces; llevaban a cabo las detenciones de los delincuentes y cumplían la función de presentar a los testigos involucrados en cada caso criminal.

Para dar fundamento a las acciones de estos cuerpos de vigilancia, en 1529 se elaboró un documento oficial en forma de reglamento de policía. Sin embargo, no fue sino hasta 1531 cuando se decretó, en la Cédula Real, la facultad de los alcaldes y alguaciles (los había mayores, menores y tenientes de alguacil) para realizar aprehensiones.

Uno de los momentos más significativos de la historia de los cuerpos de seguridad en la Nueva España se dio dos siglos después, cuando fue creado el primer cuerpo policial efectivo de la colonia.

Ante un territorio tan grande, con extensas zonas despobladas donde los malhechores podían ocultarse sin problemas, a principios del siglo XVIII se volvieron frecuentes los robos y otros crímenes por parte de salteadores de caminos. La respuesta de las autoridades fue el establecimiento, en 1719, del Tribunal de La Acordada, que se mantendría en funciones hasta 1813. Durante mucho tiempo más la gente siguió refiriéndose a los distintos cuerpos de seguridad rural como “los de La Acordada”.

Posteriormente, en 1790, aparecieron los famosos guarda-faroles, también conocidos como serenos. Dado que ese año el gobierno había instalado alumbrado público en la Ciudad de México con 93 faroles, se encargó al mismo número de hombres la tarea de cuidarlos, así como las zonas que los rodeaban.

En realidad se trataba de un grupo de gente del pueblo, en el que cada uno conocía perfectamente el territorio que cuidaba. Al mismo tiempo, cada vecindario conocía a su

5

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

respectivo sereno, por lo cual había una relación cercana entre guardias y guardados. El vigilante era una figura familiar y que, generalmente inspiraba una gran confianza entre la población.

Los serenos tomaron su nombre de la proclama que voceaban cada hora al hacer su rondín de vigilancia. Al principio llevaban velas, luego lámparas de aceite y, finalmente, de petróleo. Había serenos para los pobres –vestidos de manta y con huaraches– y otros que cuidaban los barrios ricos (también llamados donceles), cuya indumentaria consistía en un elegante uniforme.

México independiente

Con la consumación de la Independencia en 1821 hubo necesidad de organizar la vida política, económica, social y cultural del país, proceso durante el cual el bandidaje creció aceleradamente.

A la par de la Nación, los cuerpos de seguridad también evolucionaron y, en 1826, se creó el Cuerpo de Celadores Públicos. Esta agrupación fue la primera en usar una placa con la leyenda ‘SEGURIDAD PÚBLICA’; portaba uniforme y se encargaba de cuidar áreas urbanas.

A lo largo del siglo XIX, las agrupaciones policiales sufrieron continuas reorganizaciones, en parte debidas al conflictivo periodo histórico del país, que vivió la invasión de los Estados Unidos, la pérdida de la mitad del territorio, la intervención francesa, el Segundo Imperio, la Guerra de Reforma y la pugna política entre liberales y conservadores.

De esta manera, durante este periodo destacan en la historia policial de nuestro país la creación –con su estructura militarizada– de la Guardia de Policía y de la Guardia Nacional, ambas por mandato del presidente José Joaquín Herrera; así como la fundación, en 1861 por orden del presidente Benito Juárez, de la Inspección General de Policía y de la Policía Rural poco después, la primera de alcance nacional.

En 1865, el propio Emperador Maximiliano de Habsburgo estableció una Ley sobre la Policía del Imperio, intento de reglamento integral sobre la función policial mexicana.

La Revolución

En la Constitución de 1917, la versión original del artículo 21 se refiere a la Policía Judicial, entendida como un cuerpo de investigación a la orden de un Ministerio Público como representante social.

Hacia 1920, el presidente Álvaro Obregón decretó la Ordenanza General para las agrupaciones de policía, con lo cual se instituyó la gendarmería, con funciones tanto preventivas como judiciales.

México pos revolucionario

Conforme avanzó el siglo XX, quedaba al descubierto una sociedad cada vez más compleja, con un gran crecimiento de las ciudades, especialmente a partir de la mitad del siglo, tanto por el devenir lógico de los centros urbanos como por la constante migración del campo a la ciudad.

Con el crecimiento demográfico y las nuevas condiciones de vida de nuestra sociedad, así como las novedosas conductas criminales y las dificultades que la modernidad generó para el país, cambiaron las necesidades de seguridad de la población.

6

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

En la actualidad, el principal problema de seguridad nacional es el narcotráfico. Sin embargo, éste no es nuevo, ya que en los años setenta del siglo XX se inició la lucha para frenar el contrabando de drogas.

Entre otras cosas, esto requirió especializar a la policía para combatir tales conductas criminales al tiempo de mantener el control social. Ello originó la aparición del Servicio Secreto, de la Dirección Federal de Seguridad y de la División de Investigación para la Prevención de la Delincuencia.

Por tanto, a lo largo de la historia ha persistido la necesidad de contar con una policía científica y profesional; es decir, avanzar más en las diferentes especializaciones y áreas que requieren mayor vigilancia, métodos más seguros y serios para enfrentar de mejor manera la comisión de delitos.

México hoy

Por muy diversas razones, el crimen se ha vuelto una amenaza cada vez mayor para la población en general. Los retos han cambiado para los cuerpos de seguridad.

Así, a fin de lograr mayor eficiencia de las corporaciones policiales, el 4 de enero de 1999 se publicó la ley que dio vida a la Policía Federal Preventiva (PFP). De esta manera, con el lema “Disciplina e Inteligencia contra la Delincuencia” quedó constituida la PFP con las tres funciones que hoy caracterizan a nuestra Institución: prevención, investigación y reacción, para preservar el orden público y combatir los fenómenos delictivos de alto impacto. Con este fin se conformaron las coordinaciones de Seguridad Regional, Investigación para la Prevención y Fuerzas Federales de Apoyo, así como un Estado Mayor a cuyo cargo se encontraban las funciones de inteligencia.

La complejidad del fenómeno delictivo, la proliferación de agencias y la segmentación de responsabilidades, que con frecuencia daba paso a conflictos de competencia entre corporaciones policiales, han planteado la necesidad de consolidar una institución policial capaz de proyectar con profesionalismo su conocimiento y capacidades a todo el país.

Asimismo, factores externos e internos han contribuido a que el crimen organizado cuente con estrategias y capacidades logísticas, tecnología avanzada y armamento, que han logrado infundir temor a la sociedad.

Dada la necesidad de devolver al país la seguridad que demanda su población, en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 se plantearon objetivos y estrategias nacionales en materia de prevención del delito y seguridad pública, con el objetivo de mejorar sustancialmente la seguridad y la capacidad de desarrollo del país, iniciando con la modernización y el fortalecimiento de los cuerpos policiales.

Éstos y otros elementos dieron pie a una nueva reforma policial, materializada en la Ley de la Policía Federal, publicada el primero de junio de 2009, con la cual quedó establecida nuestra Institución, con base en un modelo policial que posee tres objetivos específicos:

1. Salvaguardar la vida, la integridad, la seguridad y los derechos de las personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz públicos.

2. Aplicar y operar la política de seguridad pública en materia de prevención y combate a los delitos.

3. Prevenir e investigar la comisión de delitos bajo la conducción y mando del Ministerio Público de la Federación, en términos de las disposiciones aplicables.

7

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

Así, con el antecedente inmediato de la PFP, la Policía Federal está obligada a mejorar, a superar lo hecho hasta ahora en la historia policial de México y garantizar a toda costa la paz y la seguridad, en uno de los momentos más difíciles en el combate contra el crimen y la delincuencia. Por eso, esta agrupación debe emplear todas las formas de inteligencia para lograr su misión.

Con la Policía Federal se busca consolidar un proyecto a largo plazo. Tal vez por primera ocasión en la historia de la policía en México, se presenta un proyecto cuya solidez hace esperar que se mantenga vigente por mucho tiempo, por lo cual fue esencial su cuidadosa organización en todos los niveles. En este sentido, es muy visible la amplitud de sus posibilidades y la clara delimitación de sus áreas funcionales. La Institución cuenta con seis Divisiones: Inteligencia, Fuerzas Federales, Seguridad Regional, Investigación, Científica y Antidrogas, así como con una Secretaría General.

Actualmente, la Policía Federal está integrada por más de 34 mil elementos. De éstos, más del 20 por ciento son mujeres, una clara muestra de la igualdad de oportunidades que ofrece la Institución, privilegiando los conocimientos, las capacidades, habilidades y actitudes sin distinción alguna de género.

La Policía Federal es la respuesta del Gobierno Federal a la necesidad de contar con una institución profesional, basada en la realización de funciones especializadas, en un marco de modernización, innovación y adelanto tecnológico, con procesos homogéneos y resultados medibles, generando buenas prácticas en el ámbito policial al resto de las instituciones policiales en México.

El país ha generado muchas expectativas en torno a nuestra Institución y a nuestro desempeño. Sin embargo, no podemos esperar que la seguridad ciudadana y el bienestar de nuestras familias se alcancen exclusivamente por la consolidación de un eficiente proyecto de seguridad bien planeado y de firmes fundamentos. Más allá de los elementos logísticos, estratégicos y operativos, está el compromiso real de cada uno de nosotros con nuestra Institución, con nuestro país y con nuestro tiempo.

Hoy tenemos la oportunidad de mirar nuestra historia, tanto la nacional como la institucional, y sabernos capaces de mejorarla, de contribuir para que dentro de muchos años se recuerde nuestra labor y tal vez sea reconocida como esencial para haber legado un futuro mejor para nuestra Patria.

Con nosotros se inician nuevas generaciones de policías, profesionales y altamente capacitados para alcanzar la excelencia en todas y cada una de nuestras áreas de acción. Cada día tenemos algo digno que ofrecer a nuestro país, algo que forje nuestra propia historia y le muestre a la comunidad las razones por la cuales merecemos su confianza y su aprecio por nuestro trabajo. Podemos hacer nuestra historia cada día. Podemos comenzarla hoy.

La Policía Federal reúne un conjunto de elementos que nos unifican como sus integrantes, que nos dan identidad y nos confieren un sentido de pertenencia a la Institución. Corresponden a los símbolos, valores y principios que compartimos, y a una organización jerárquica a la cual respondemos.

Nuestros símbolos

8

SÍMBOLOS, VALORES Y PRINCIPIOS DE LA POLICÍA FEDERAL

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

Los policías federales debemos conocer y honrar los símbolos que nos unen en comunidad y nos proyectan ante la sociedad. Éstos son:

EscudoEl escudo es nuestro emblema. Nos recuerda los valores que nos identifican como miembros de la Policía Federal, valores que espera la sociedad de cada uno de nosotros y de nuestra Institución.

Al portar nuestra placa, llevamos representados en el pecho los valores del sacrificio, la lealtad, la disciplina, la dignidad, la autoridad, la moral y el honor. Cada uno de ellos se encuentra simbolizado por una de las puntas de la estrella.

Al centro del escudo se encuentran las siluetas de un Caballero Jaguar y un Caballero Águila, mirando ambos hacia el exterior y custodiando una balanza, la cual representa la justicia, resguardada por el valor y entrega de los policías federales.

La placa es el símbolo de la fe que se ha depositado en la Institución y de la confianza que debe inspirar ésta en la sociedad.

HimnoCon el Himno de la Policía Federal exaltamos los valores y principios de nuestra Institución, además de honrar a los caídos en el servicio.

Al entonarlo o escucharlo, reafirmamos nuestro compromiso con México, así como nuestro incansable compromiso por un país seguro.

Himno de la Policía Federal1

Para servir y proteger nacimosPara entregarlo todo a nuestra causa

Con la comunidad comprometidosDe sostener con hechos la confianza

En la legalidad con eficienciaDoblegaremos a la delincuencia

Somos auxilio de nuestros hermanosCon su seguridad en nuestras manos

México contigo MéxicoA cada paso en cada reto que debemos enfrentar

México contigo MéxicoPara luchar por la justicia con lealtad y honestidad

México contigo MéxicoPara entregarte día a día un país con libertad

Somos el eco de los que se fueronDe grandes héroes fieles compañeros

Su sacrificio cimbra nuestro pechoCada minuto de nuestro silencio

Nos obliga a triunfarPolicía Federal

Es nuestra estrella emblema del caminoQue alumbra siempre alerta tu destino

Tenemos el valor y la templanza

11 Letra y música: José Cantoral

9

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

Para vestir de gloria a nuestra patria

México contigo MéxicoA cada paso en cada reto que debemos enfrentar

México contigo México

Para luchar por la justicia con lealtad y honestidad

México contigo MéxicoPara entregarte día a día un país con libertad

Policía FederalOficiales de carrera al servicio de la paz

Policía federalInstitución de gran honor

De valor y voluntadPolicía Federal

La nación es nuestra fuerzaJuntos no nos vencerán

Porque tengo el privilegiode servir a nuestro pueblo

Y de serPolicía Federal

Con MéxicoHasta el final

El saludoEl saludo representa la identidad entre iguales, el respeto a los superiores y la consideración para los subordinados. Al saludarnos mostramos cortesía con nuestros compañeros, por lo que la obligación de saludar es mutua, pero debe ser el de menor rango quien salude primero y el de mayor nivel jerárquico debe contestar.

El saludo es distinto cuando un efectivo se encuentra uniformado a cuando se encuentra vestido de civil. En el primer caso, el saludo policial iniciará adoptando la posición de firmes. Como primer tiempo se llevará rápidamente la mano derecha, con los dedos unidos y extendidos hasta que el índice toque el borde de la visera, casco, gorra de cuartel, o bien, arriba de la cola de la ceja del mismo lado. El antebrazo y la mano izquierda quedarán en una misma línea, con la palma vuelta ligeramente hacia abajo y a la izquierda.

En segundo tiempo se bajará la mano rápida y directamente a su costado, regresando a la posición de firmes. En caso de no contar con tocado que le cubra la cabeza, este saludo se realizará con los mismos pasos pero a la altura del pecho tocando el lado izquierdo arriba del corazón.

En el segundo caso, el integrante de grado inferior adopta la posición de firmes y otorga el saludo verbal (por ejemplo, buenos días) al de mayor jerarquía o cargo, quien no responde con ningún ademán. El policía de civil sólo saluda verbalmente, sin ademanes, a un Superior Jerárquico uniformado.

Por último, cuando un superior ingresa a una instalación o recinto policial, el personal de menor grado deberá ponerse de pie en posición de firmes hasta recibir instrucción en contrario.

Las insignias

10

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

Cada cuerpo armado porta sus propias insignias para identificarse de otros grupos de la sociedad. En el caso de la Policía Federal, los distintivos que usamos reconocen y designan lo siguiente:

1. Ubicación en la corporación, es decir, el grado y la especialidad.2. La comisión o servicio que desempeñamos.3. Los premios y condecoraciones como reconocimiento a actos del servicio o por una

trayectoria ejemplar.

Como parte de nuestro uniforme oficial, sólo podemos portar las insignias reconocidas por la Policía Federal, pues al llevarlas mostramos nuestro respeto hacia cada uno de los miembros de nuestra corporación así como el orgullo de pertenecer y haber realizado algún acto de valentía o bien ser un ejemplo del servicio que debemos brindar a la sociedad.

Las insignias confieren una posición especial a quien las porta y son una señal para el reconocimiento de quien las observa.

La jerarquíaEn la Policía Federal tenemos una estructura jerárquica para el logro de nuestros objetivos; por lo tanto cada uno de nosotros tiene que subordinarse a la progresión de grados de la cadena de mando.

La jerarquía de mando otorga autoridad sobre los subordinados para el ejercicio de sus funciones, por lo cual debemos conocer y cumplir cabalmente las normas, técnicas y objetivos institucionales.

Corresponde a los que ostentan mayor grado, mostrar respeto y consideración a sus subordinados, ser justos en las órdenes y poner atención a la mejora de las condiciones de trabajo, al desarrollo personal y profesional de los policías así como el desarrollo de las virtudes propias de la función policial, garantizar la unidad de mando y el espíritu de cuerpo.

Nuestros valores

Los valores deben orientar nuestro comportamiento hacia los propósitos institucionales de la Policía Federal.

Lo que aprecia la sociedad es nuestro comportamiento; es decir, lo que hacemos motivados por nuestros valores. Como policías federales nuestros valores nos dan la base para relacionarnos con las demás personas, sean ciudadanos comunes o presuntos delincuentes. En cualquier caso, nuestros valores no pueden cambiar, pues son principios que se fundamentan en una moral de Institución y de sociedad.

En la Policía Federal nuestro marco de comportamiento está representado en el escudo, cuyas siete puntas representan lo siguiente:

1. SACRIFICIO

El esfuerzo extraordinario que en la búsqueda de se hace para alcanzar un bien mayor para la sociedad, nos lleva a renunciar a nuestros intereses o comodidad. Al mismo tiempo estamos reflejando compromiso, perseverancia, superación.

2. LEALTAD

11

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

Implica un compromiso profundo con nuestra Institución así como con nuestros compañeros. La lealtad más importante para nosotros es la que le debemos a México, nuestro país; es por eso que este valor refiere en nuestra Institución a la Patria, a sus instituciones y a la ley.

3. DISCIPLINA

Es entendida como la capacidad de enfocar nuestros esfuerzos para conseguir un fin posponiendo la gratificación inmediata. La disciplina nos ayuda a modelar nuestro carácter y comportamiento con el fin de lograr la máxima eficiencia en nuestra labor policial.

La disciplina es un entrenamiento que forma buenos hábitos y establece una serie de reglas personales que nos sirven en nuestra labor como policías, para ordenar y jerarquizar nuestras acciones en busca del mejor resultado, acompasando norma, juicio y acción en el diagnóstico y manejo de las distintas situaciones, aplicando el mejor procedimiento y respetando la jerarquía, en el entendido de que de nuestras acciones dependen la unidad y espíritu de cuerpo, y la integridad y credibilidad de la institución, además de que nuestras actuaciones están sujetas a controles legales y administrativos de los poderes públicos y al escrutinio de la sociedad.

Al ser policías federales disciplinados, somos dignos de confianza tanto ante nuestros superiores y compañeros, como ante nuestra familia y la sociedad.

La disciplina está sujeta a un régimen basado en las promociones y estímulos, por una parte, y las sanciones, por la otra, de tal forma que el mérito, calidad y efectividad en la actuación y permanencia del policía federal están siempre bajo observación, control y evaluación de la institución a través de órganos y mecanismos competentes.

4. DIGNIDAD

Se basa en reconocer que somos merecedores de respeto ya que somos capaces de regular nuestro comportamiento, es decir somos libres y como tales decidimos trabajar para salvaguardar la seguridad de nuestra sociedad.

Somos dignos porque decidimos aceptar y respetar las diferencias entre las personas, es decir, su dignidad.

Mostramos dignidad en la excelencia y nobleza al portar el uniforme, y en el compromiso individual, ser íntegro en todos los actos de la vida.

5. AUTORIDAD

Este valor está ligado siempre a la legitimidad, calidad y excelencia de la institución o persona que la sustenta.

La autoridad que representamos está legitimada por el Derecho y se nos otorga porque tenemos la aptitud de hacerlo valer. La autoridad conlleva una responsabilidad relacionada con la equidad y la justicia que deben estar presentes en todos los actos que llevemos a cabo como miembros de la corporación. Nuestra posición de autoridad nos obliga a velar por la seguridad y hacer cumplir la ley.

Sin duda, el concepto de autoridad está íntimamente ligado con el de obediencia; para nosotros la autoridad está representada en el profundo sentido de equidad y justicia.

6. MORAL

El conjunto de normas y creencias que de manera consciente brindan pautas para la valoración del comportamiento en términos de la distinción entre lo correcto y lo incorrecto; en el caso del policía federal ello está en función de su correspondencia con nuestra misión de: Proteger y Servir a la Comunidad. Así, la moral debe imperar como una forma de pensar, ser y actuar.

12

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

7. HONOR

Es la “suprema cualidad moral” del cumplimiento del deber, en el sentido de aplicar al máximo nuestras aptitudes y capacidades en la realización de las misiones que tenemos como miembros de la Policía Federal.

De este modo, además del nombre y reputación de la Institución a la que servimos, el honor incluye el reconocimiento al sacrificio de los caídos en el cumplimiento del deber.

Estos siete valores se deben reflejar en las acciones que diariamente llevamos a cabo como miembros de la Policía Federal, y pueden resumirse de la siguiente forma:

El mando que nos unifica

El Mando es la autoridad ejercida por un superior jerárquico de la Institución, en servicio activo, sobre sus inferiores o iguales en jerarquía, cuando éstos se encuentren subordinados a él en razón de su categoría, de su cargo o comisión.

El Mando es el responsable de determinar la forma en que se llevará a cabo la misión, los integrantes que van a participar, de asegurar su cumplimiento y las mejores condiciones para sus subordinados.

Debemos tener presente que la confianza y el respeto al Mando es vital; ambos se construyen con base en el ejemplo y la calidad de las decisiones que toma, pues en última instancia de la obediencia al mando depende el cumplimiento del objetivo planteado y la protección de nosotros mismos.

Los principios que nos fundamentan

Estos principios se basan en el artículo 21 de la Constitución y son enunciados por el Estatuto Deontológico Policial promueve la integridad en el servicio a la ciudadanía en materia de seguridad pública genera un sentido de pertenencia y profesionalismo en los miembros de nuestra corporación. La deontología, como disciplina y doctrina de los deberes, refiere a un conjunto ordenado de obligaciones morales que tenemos como profesionales en nuestro ámbito de acción.

La actuación de los integrantes de la Policía, invariablemente deberá sujetarse a los principios de legalidad, eficiencia, profesionalismo y honradez, objetividad y respeto a los derechos humanos como un presupuesto indispensable para el correcto ejercicio de las atribuciones que las Leyes y Reglamentos nos confieren. Debemos entender por cada uno de ellos, lo siguiente:

13

1. Sacrificio: hasta con la vida en el cumplimiento del deber.2. Lealtad: a la Patria, a sus instituciones y a la ley.3. Disciplina: en todos los actos del servicio y hasta en los más particulares de

nuestra vida.4. Dignidad: excelencia y nobleza al portar el uniforme, y en el compromiso

individual, ser íntegro en todos los actos de la vida.5. Autoridad: representada con profundo sentido de equidad y justicia.6. Moral: forma de pensar, ser y actuar acordes con nuestra sociedad.7. Honor: del nombre de la Institución a la que servimos y que está labrado con la

sangre de los caídos en el cumplimiento del deber.

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

Legalidad. Este concepto nos refiere al sistema de leyes que debemos cumplir y hacer cumplir para el respeto al Estado de Derecho como fundamento de la vida y la convivencia en sociedad en un marco de libertades democráticas. Nuestro comportamiento como integrantes de la Policía debe estar basado siempre en un profundo conocimiento de las leyes y normas que rigen el ejercicio de nuestras atribuciones, así como en la observancia puntual de éstas.

Eficiencia y eficacia. La eficiencia y la eficacia son conceptos que a menudo confundimos. Eficiencia es utilizar los recursos que nos brindan para realizar nuestro trabajo de la mejor forma posible; la eficacia tiene que ver con el logro de los objetivos planteados, ya sea por nosotros mismos o por nuestros superiores. Los integrantes de la Policía debemos alcanzar permanentemente los mayores y mejores índices de eficiencia y eficacia en el ejercicio de nuestro deber en beneficio de la sociedad y de la paz pública.

Profesionalismo. Las actividades de un integrante de la Policía se basan en el dominio y la actualización permanente en los conceptos, técnicas y herramientas relacionadas con su desempeño y por un respeto profundo por los derechos humanos. Ello supone la existencia de conocimientos y habilidades que son propios de la función policial en sus ámbitos de prevención del delito, la preservación del orden público y la investigación. El profesionalismo supone también el apego riguroso a los procedimientos tanto de orden administrativo como sistemático–operativo, los cuales establecen la forma correcta de hacer las cosas y los requisitos para realizarlas.

Honradez. Se refiere a la rectitud e integridad en nuestros actos, así como al respeto de las normas que rigen a nuestra sociedad. Este principio es especialmente importante para nosotros, ya que tenemos que lograr y mantener la confianza de la sociedad, de nuestros compañeros y de nuestros superiores en que podemos velar por su seguridad. Cualquier integrante de la Policía debe mostrar en su actuar cotidiano rectitud e integridad, absteniéndose de solicitar o aceptar en su caso cualquier compensación o remuneración distinta a la que tiene derecho.

Objetividad. Es el compromiso con la verdad jurídica e histórica de los hechos que atañen a la seguridad, la prevención e investigación de las conductas antijurídicas y los comportamientos antisociales. A nivel del integrante la objetividad se expresa en la imparcialidad del juicio, y la exhaustividad, rigor metodológico y eficacia profesional en las actuaciones, evitando en todo momento que prejuicios y subjetividades limiten el alcance de las actuaciones policiales vulnerando el Estado de Derecho.

Finalmente, el respeto a los derechos humanos hace valer las garantías inviolables de que goza el ciudadano frente al Estado y la acción de los órganos de seguridad.

Los atributos de nuestra profesión

La profesión policial surge en las sociedades para salvaguardar la seguridad de la población, previniendo y combatiendo los delitos. La sociedad espera recibir protección de sus policías, por lo que deposita en nosotros la esperanza de vivir en paz. Ante la sociedad, los policías federales estamos preparados para enfrentar situaciones de riesgo y peligro que el resto de los ciudadanos no sabe, no puede, ni le corresponde resolver. Este hecho hace de la Policía una profesión con un gran valor social y una profesión imprescindible para cualquier país.

14

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

De esta forma, se vuelve esencial en nuestra profesión tener una gran vocación por el servicio a la comunidad, lo cual queda de manifiesto mediante una serie de atributos que dentro de la Institución vamos aprendiendo y fortaleciendo. En la profesión de policía los rasgos o atributos que nos definen como profesionistas de la seguridad son:

Espíritu de cuerpo. Es el ambiente solidario que anima a los integrantes a actuar con base en los mismos propósitos y e intereses comunes. El espíritu de cuerpo se nutre de la lealtad, el orgullo, el entusiasmo que los policías federales sentimos por pertenecer a la Institución, se logra cuando nos identificamos con los valores y objetivos de la corporación y marchamos juntos en la misma dirección, poniendo nuestro mejor esfuerzo para lograr esos objetivos y superar los retos y obstáculos que se nos presentan. El espíritu de cuerpo permite multiplicar las capacidades individuales para conformar un estado de fuerza apto y en orden. El espíritu de cuerpo es también factor de motivación gracias a su capacidad de inspirar entusiasmo, orgullo, coraje, aliento, factores fundamentales para dar ímpetu a la participación y mantener elevada la moral de la fuerza policial.

Ética. Es la instancia que guía el comportamiento del individuo no sólo al identificar las conductas erróneas sino también señalando las pautas para encontrar el camino correcto. En otras palabras, al mismo tiempo que juzga nuestro comportamiento, la ética también formula los principios que deben de orientar nuestra conducta hacia lo que es deseable dentro de la profesión de Policía Federal.

Deber. Se refiere a la situación en la cual los policías federales orientamos nuestra actuación llevando al máximo nuestras capacidades y competencias a partir de los principios de responsabilidad, auto obligación y autolimitación. Ante la libertad que tenemos como personas de actuar correcta o incorrectamente, el Deber nos indica cuál es el comportamiento que se espera de nosotros.

Diligencia. Es el esmero y cuidado que ponemos en nuestras labores, la prontitud de respuesta. Una persona diligente es formal y se esfuerza siempre por lograr sus objetivos de la mejor forma posible; por esta razón la diligencia es uno de los atributos que se espera de los policías federales.

Integridad. Como personas íntegras, los policías federales debemos hacer siempre lo correcto por nosotros y por las demás personas. La consecuencia de este actuar tiene que ver con respetar la dignidad de los demás; esto quiere decir que los policías federales no realizamos actos que vulneren física o psicológicamente a las personas, tales como la tortura o los tratos degradantes. Como personas íntegras somos capaces de controlar nuestros impulsos y sentimientos.

Justicia. Los policías federales hemos sido especialmente designados para cumplir las funciones de prevención y persecución del delito, así como la de salvaguardar la seguridad de la comunidad; por lo tanto se espera de nosotros que seamos imparciales respecto a todos los miembros de la sociedad en torno a las faltas y los conflictos que pudieran aparecer.

Obediencia. Implica la escucha atenta que conduce a la acción. A los policías federales nos caracteriza una forma de obediencia voluntaria: obedecemos porque sabemos que de ello depende la respuesta rápida y oportuna a los conflictos y sobre todo la seguridad de la comunidad y de nosotros mismos.

Responsabilidad. Los policías federales asumimos libremente los valores de la corporación y aceptamos sus principios, por lo que somos responsables de nuestras acciones y aceptamos las consecuencias. La responsabilidad también nos hace conocer y

15

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

respetar los derechos de las personas y perseverar en nuestro objetivo de “proteger y servir a la comunidad”.

16

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

LA IMPORTANCIA DE LA NORMATIVIDAD

Las normas proporcionan las pautas inequívocas de la forma en que los policías federales debemos proceder para alcanzar el mejor resultado y refrendar la importancia de nuestra actuación. El marco jurídico es el fundamento ineludible de la actuación policial; de su observancia y correcta aplicación dependen los resultados de nuestro desempeño. Por ello, conocerlo y respetarlo es una responsabilidad primordial de todos los integrantes de la Institución. Además, es imprescindible no sólo cumplir y hacer cumplir la ley, sino ser ejemplo del comportamiento que nuestras normas nos demandan.

La importancia del marco jurídico, la profesionalización del policía y nuestras obligaciones como miembros de esta Institución quedan condensados en la Misión de la Policía Federal:

Prevenir y combatir la comisión de delitos, en apego al marco jurídico, con personal comprometido y calificado, en coordinación con los tres órdenes de gobierno, que privilegie la participación ciudadana, para salvaguardar la integridad y derechos de las personas e instituciones, mediante programas y acciones desarrollados con esquemas de inteligencia y tecnología de vanguardia, que den confianza y certidumbre a la sociedad.

Con el cumplimento de nuestras leyes le ofrecemos a la sociedad seguridad jurídica; es decir, la garantía que el Estado da al individuo de que su persona, sus bienes y sus derechos no serán violentados o que, si esto último llegara a producirse, la sociedad le asegurará la protección y reparación de los mismos.

Al igual que la historia de la cual venimos como cuerpo policial y los valores que rigen a nuestra sociedad, el marco legal que sustenta nuestra actuación, y en el que se fundamenta nuestra Doctrina, conforma nuestras creencias y principios como policías federales. Ello nos asegura que esta Doctrina se adecúa a las necesidades actuales de nuestra Nación. Así pues, nos impulsa, en lo individual, a ser siempre mejores seres humanos, y en lo colectivo, tal como reza nuestra Visión, nos proyecta a:

Ser una Institución comprometida con la sociedad en la prevención del delito y combate a la delincuencia, que preserve la integridad y el patrimonio de las personas, la paz y el orden públicos, así como el Estado de Derecho, cuya actuación este apegada a los principios de legalidad, eficiencia, profesionalismo y honradez, con pleno respeto a los derechos humanos.

En los últimos años, algunos de los ordenamientos jurídicos que sustentan nuestra función han sufrido reformas cuyo objetivo ha sido consolidar el Modelo Policial. A continuación se describen las más importantes.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

El Artículo 21 Constitucional privilegia la coordinación entre las instituciones encargadas de la seguridad pública en el país. Establece que la función de la seguridad pública comprende la prevención, investigación y persecución de los delitos, la sanción de las infracciones administrativas y la reinserción social de los individuos. En este mismo sentido, obliga a las instituciones policiales de los tres órdenes de gobierno a trabajar coordinadamente con el Ministerio Público para cumplir los fines de la seguridad pública.

17

LA NORMATIVIDAD QUE NOS RIGE

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

La Reforma al Sistema de Justicia Penal, derivada de los cambios constitucionales aprobados por el Congreso de la Unión en junio de 2008, revolucionó los mecanismos de impartición de justicia en nuestro país y otorgó a las policías preventivas facultades para actuar en la investigación de los delitos, bajo la conducción del Ministerio Público, señaladas en el propio Artículo 21 constitucional.

El proceso de transición hacia el Modelo Penal Acusatorio implica un cambio radical en la actuación policial en materia de investigación, pues obligará a los integrantes de las instituciones policiales a dar consistencia al valor probatorio penal de su trabajo.

Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública

El Artículo 21 de la Constitución establece la obligación de conformar un Sistema Nacional de Seguridad Pública para coordinar las acciones de las instituciones encargadas de esta función. En cumplimiento a ese precepto, el 2 de enero de 2009 se publicó la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que norma la integración, organización y funcionamiento del Sistema, distribuye competencias y establece las bases de coordinación entre los tres niveles de gobierno en el tema.

La instancia máxima de coordinación y definición de políticas públicas en materia de seguridad pública es el Consejo Nacional de Seguridad Pública. Las resoluciones emitidas por el Consejo son de observancia obligatoria para todos los integrantes del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Asimismo, la Ley General fortalece las facultades de investigación de las policías y sienta las bases para la implantación del Modelo Policial. Establece las tres funciones básicas que deben desarrollar las instituciones policiales (investigación, prevención y reacción), instaura el Servicio Profesional de Carrera Policial y señala la obligatoriedad de presentar evaluaciones de control de confianza como parte de los mecanismos de ingreso, permanencia y promoción en las instituciones de seguridad pública, entre otras disposiciones.

Ley de la Policía Federal

El 2 de junio de 2009 entró en vigor la Ley de la Policía Federal, que deroga la Ley de la Policía Federal Preventiva. En ella encontramos nuestros objetivos, atribuciones y obligaciones.

Nuestros objetivos son los siguientes: I. Salvaguardar la vida, la integridad, la seguridad y los derechos de las personas, así como

preservar las libertades, el orden y la paz públicos; II. Aplicar y operar la política de seguridad pública en materia de prevención y combate de

delitos; III. Prevenir la comisión de los delitos, y IV. Investigar la comisión de delitos bajo la conducción y mando del Ministerio Público de la

Federación.

De aquí se desprenden las atribuciones y obligaciones de la Institución, entre las que destacan la prevención de delitos que determinen las leyes federales; coadyuvar con las autoridades competentes en la observancia del cumplimiento de las leyes, y realizar las investigaciones para la prevención de los delitos.

Los deberes emanan formalmente de las atribuciones y obligaciones; sin embargo, como se ha señalado en el Capítulo 3, en la práctica se les encuentra a lo largo de todo el marco normativo. Entre otros, destacan los siguientes: prestar auxilio a quienes se encuentren amenazados por algún peligro o hayan sido víctimas de delitos, cuidando siempre de no revelar información que pueda poner en riesgo su integridad o el caso que se esté investigando; actuar con imparcialidad, sin discriminación alguna; evitar los actos de tortura o permitir que otros los

18

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

apliquen; ser respetuosos con todos; evitar toda forma de corrupción –en la medida que la combatamos, la sociedad nos otorgará el lugar y el prestigio que buscamos y merecemos.

La cooperación con otras corporaciones es también parte de nuestros deberes, al igual que preservar las pruebas o indicios de probables hechos delictivos; no disponer de los bienes asegurados; reportar cualquier ilícito de nuestros subordinados o iguales en categorías jerárquicas. En cuanto a la información que recabemos, no podemos ocultarla ni intercambiarla, como tampoco proporcionarla a quien pueda hacer mal uso de ella.

La sociedad nos percibe y evalúa no sólo durante nuestro tiempo de servicio, sino también cuando estamos con nuestra familia y amigos, por lo cual es necesario que nos abstengamos de realizar conductas que desacrediten nuestra persona o la imagen de la Policía Federal.

La permanencia en la Institución exige un compromiso personal de superación que incluye aspectos de mérito, progresión en los grados y profesionalización, de modo que, luego de ingresar, el integrante mantiene un compromiso de formación permanente, se obliga a participar en los concursos de promoción, y mantiene el compromiso con la excelencia en el cumplimiento del deber y la disciplina.

Todo ello se lleva a cabo en el marco de un perfil policial con un ámbito de actuación amplio, que incorpora tareas que exigen rigor científico –como participar en la preservación del lugar de los hechos y/o de los hallazgos– y metodológico –como elaborar y aplicar manuales de operación para alcanzar una actuación policial homologada dentro de la Institución y en los tres órdenes de gobierno.

La Ley de la Policía Federal crea el Consejo Federal de Desarrollo Policial; define su estructura, atribuciones y procedimientos como máximo órgano encargado de los procesos de carrera policial, profesionalización y régimen disciplinario, con la misión de incentivar a sus integrantes a cumplir con excelencia su función, fortalecer su sentido de pertenencia, desarrollarse en igualdad de oportunidades y alcanzar su pleno desarrollo profesional.

El Consejo garantiza que nuestra permanencia en la Institución depende de nuestra conducta, de la observancia de la disciplina, el respeto a las leyes, órdenes y jerarquías así como el alto concepto del honor, de la justicia y la ética.

Reglamento de la Ley de la Policía Federal

Expedido el 17 de mayo de 2010, este ordenamiento establece las relaciones jerárquicas de la Institución, sus estructuras normativas y operativas, su organización territorial, las atribuciones de mando, dirección y disciplina, así como los componentes de su régimen interno, las funciones y atribuciones de las unidades operativas y administrativas.

Mención especial merece el Servicio Profesional de Carrera Policial. Bajo la responsabilidad de la Coordinación del Sistema de Desarrollo Policial, la Carrera configura un sistema de carácter, conforme al cual se establecen los lineamientos que definen los procedimientos de reclutamiento, selección, ingreso, formación, certificación, permanencia, evaluación, promoción y reconocimiento; así como la separación o baja del servicio de los Integrantes de la Institución.

Los fines de la Carrera Policial son: garantizar nuestro desarrollo institucional y asegurar la estabilidad en el empleo, con base en un esquema proporcional y equitativo de remuneraciones y prestaciones; promover en nosotros la responsabilidad, honradez, diligencia, eficiencia y eficacia en las funciones que nos corresponda desempeñar, y en la óptima utilización de los recursos de la Institución.

La Premisa: El Modelo Policial Federal

19

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

El Modelo Policial impulsa una profunda transformación en la organización y dinámica de las instituciones de seguridad pública, a partir de una concepción integral en la cual la prevención y persecución del delito no son procesos aislados, sino interdependientes y coordinados.

El modelo tradicional de policía se basaba en acciones reactivas; es decir, se enfocaba en el combate al delito en flagrancia. Por ello tenía capacidad limitada para identificar los patrones de incidencia delictiva, las estructuras y la logística criminal para combatir de fondo a la delincuencia.

Con el Modelo Policial se transita a una estrategia preventiva y proactiva, basada en el análisis de la información y la adopción de métodos uniformes de actuación para potenciar las capacidades técnicas, operativas y logísticas de las instituciones policiales.

Entre otros elementos básicos, el Modelo comprende: La homologación y modernización de los procedimientos de operación institucionales, El establecimiento de un sistema de operación que, además de la persecución del delito,

incluye también su prevención por medio de la generación de inteligencia policial, La profesionalización de los integrantes de las instituciones policiales, y El uso de tecnologías de la información como herramienta clave para el combate a la

delincuencia.

La estrategia de prevención y combate al delito del Modelo Policial se basa en el Ciclo Básico de Inteligencia, que dirige la investigación de manera precisa para reunir información útil en el combate a la estructura criminal.

El ciclo está conformado por cuatro etapas:

Planeación. Consiste en el diseño de estrategias policiales para prevenir y combatir los delitos, a partir de la definición de objetivos, el análisis de las capacidades técnicas y operativas, y el despliegue policial.

Captación. Contempla diversos mecanismos para recopilar información relevante relacionada con la seguridad pública. Éstos incluyen, por ejemplo, partes policiales, fuentes abiertas o denuncias ciudadanas, así como información sustantiva generada por áreas especializadas de investigación policial.

Análisis. En esta etapa se procesa toda la información primaria y se seleccionan los datos relevantes para integrarlos en redes técnicas, vínculos, cronogramas, mapas o fichas criminales, que pueden servir de base para posteriores investigaciones de campo.

Explotación.Del análisis de la información surgen productos de inteligencia que pueden aprovecharse en esta etapa, por medio de operativos para realizar aseguramientos, detener delincuentes o desarticular redes criminales, así como otras tareas necesarias para garantizar la seguridad y el orden públicos. Esta fase continúa con un proceso cíclico que evoluciona en una espiral ascendente. A medida que se recopilan nuevos datos durante la ejecución de los operativos, aumenta la inteligencia relacionada con el fenómeno delictivo. De esta forma, con cada ciclo mejora la calidad de la información relevante con que se cuenta, lo que permite generar nuevas líneas de investigación.

Informe Policial Homologado

En relación con la implementación del Modelo Policial, sobresale la obligación transversal (diseñada en el marco del Modelo Policial y consignada en la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública) de reportar los hechos presumiblemente constitutivos de delito o falta

20

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA

administrativa en el Informe Policial Homologado (IPH), a fin de garantizar la integridad y oportunidad de la información.

El IPH es una herramienta clave que permite la captura en línea de los informes rendidos por nosotros al tomar conocimiento de algún evento, lo que permite nutrir en tiempo real una base de datos estructurada a nivel nacional, conectada a Plataforma México, con la cual se efectúa de manera cotidiana el cruce de información de personas, armas y vehículos involucrados en un evento o hecho delictivo.

De hecho, la capacidad de contar con bases de datos útiles para registrar y correlacionar volúmenes de información, cuya consulta y análisis faciliten la integración, seguimiento y solución de casos de alto impacto, resuelve la problemática de la proliferación de bases de datos carentes de metodología y que no se integran entre sí.

21

DIVISIÓN DE GENDARMERÍA