Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

20

Click here to load reader

Transcript of Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

Page 1: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

FOTOGRAFÍA E HISTORIA

 

Boris Kossoy

El advenimiento de la fotografía: un nuevo medio de conocimiento del mundo

La expresión cultural de los pueblos, exteriorizada a través de sus costumbres, habitación, monumentos, mitos y religiones, hechos sociales y políticos, pasó a ser gradualmente documentada por la cámara. El registro de los paisajes urbanos y rurales, la arquitectura de las ciudades, las obras de implantación de las vías del ferrocarril, los conflictos armados y las expediciones científicas, paralelamente a los convencionales retratos de estudio género que provocó la demanda más fuerte que la fotografía conoció desde su aparición y a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XIX-, son algunos de los temas solicitados a los fotógrafos del pasado.

El mundo se tornó en cierta forma «familiar» tras el advenimiento de la fotografía; el hombre pasó a tener un conocimiento más preciso y amplio de otras realidades, que hasta aquel momento le eran transmitidas únicamente por las tradiciones escrita, verbal y pictórica. Con el descubrimiento de la fotografía, y más tarde con el desarrollo de la industria gráfica que posibilitó la multiplicación de la imagen fotográfica en cantidades cada vez mayores a través de la imprenta-, se inició un nuevo proceso de conocimiento del mundo; aunque de un mundo en detalle, puesto que fragmentario en términos visuales y, por lo tanto, contextuales. Era el inicio de un nuevo método de aprendizaje de lo real, en función de la accesibilidad del hombre de los diferentes estratos sociales a la información visual de los hábitos y hechos de los pueblos distantes. Microaspectos del mundo pasaron a ser cada vez más conocidos a través de su representación. Desde los albores del siglo XX, el mundo se vio poco a poco sustituido por su imagen fotográfica. Así, el mundo se tornó portátil e ilustrado.

El descubrimiento de la fotografía propiciaría, por otra parte, una inusitada posibilidad de autoconocimiento y recuerdo, de creación artística (y por lo tanto de ampliación de los horizontes del arte) y también de documentación y denuncia, gracias a su naturaleza testimonial (o mejor dicho: gracias a su condición técnica de registro preciso de lo aparente y de las apariencias). Justamente en función de este último aspecto se constituiría en un arma temible, posible de toda suerte de manipulaciones, ya que los receptores veían en ella «la expresión de la verdad», resultante de la «imparcialidad» del objetivo fotográfico. La historia, aun así, ganaba un nuevo documento: una verdadera revolución estaba en camino.

El documento fotográfico: descuido y prejuicio.

La fotografía es un intrigante documento visual, cuyo contenido es al mismo tiempo revelador de informaciones y detonador de emociones. Segunda vida perenne e inmóvil, preservando la imagen-miniatura de su referente: reflejos de existencias/ocurrencias, conservadas congeladas por el registro fotográfico. Contenidos que despiertan sentimientos profundos de afecto, odio y nostalgia en algunos; y exclusivamente medios

Page 2: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

de conocimiento e información para otros que los observan libres de pasiones, estén próximos o apartados del lugar y de la época en que aquéllas imágenes tuvieron su origen. Desaparecidos los escenarios, los personajes y los monumentos, a veces sobreviven los documentos.

La importancia de las fotografías como artefactos de época, plenos de informaciones sobre arte y técnica, aún no ha sido debidamente percibida: las múltiples informaciones de sus contenidos en tanto que medios de conocimiento han sido tímidamente empleadas en el trabajo histórico. Por otro lado, siguen escaseando las investigaciones de cuño científico acerca de la historia de la fotografía, inserta en el contexto más amplio de la historia de la cultura.

No parece exagerado afirmar que siempre existió un cierto prejuicio en cuanto a la utilización de la fotografía como fuente histórica o como instrumento de investigación. Algunas razones podrían aclarar ese prejuicio; aludiré aquí sólo a un par, pues me parecen fundamentales.

La primera razón es de orden cultural: aunque seamos personajes de una «civilización de la imagen» y en este sentido blancos voluntarios e involuntarios del bombardeo continuo de informaciones visuales de diferentes tipos emitidas por los medios de comunicación-, existe una atadura multisecular a la tradición escrita como forma de transmisión del saber, como bien esclareció Pierre Francastel décadas atrás; nuestra herencia libresca aún predomina como medio de conocimiento científico. En función de esa tradición institucionalizada, la fotografía suele ser vista con restricciones.

La segunda razón deriva de la anterior y se refiere a la expresión. La información registrada visualmente constituye un serio obstáculo tanto para el investigador que trabaja en un museo o en un archivo, como para el investigador usuario que frecuenta esas instituciones. El problema reside justamente en la habitual resistencia a aceptar, analizar e interpretar la información cuando ésta no es transmitida según un sistema codificado de signos en conformidad con los cánones tradicionales de la comunicación escrita.

La «revolución documental» y la nueva posición de la fotografía

Para los estudiosos de la historia social, de la historia de las mentalidades y de los más diferentes géneros de la historia, así como para los investigadores de otras ramas del conocimiento, las imágenes son documentos insustituibles cuyo potencial debe ser aprovechado. Sus contenidos, sin embargo, jamás deberán ser entendidos como meras «ilustraciones al texto». Las fuentes fotográficas son una posibilidad de investigación y descubrimiento, que promete frutos en la medida en que se intente sistematizar sus informaciones, estableciendo metodologías adecuadas de investigación y análisis para descifrar sus contenidos, y consecuentemente la realidad que los originó. Es evidente que las investigaciones históricas de un país en las que son empleadas fuentes fotográficas como medios de información visual para la recuperación de los hechos pasados- no pueden prescindir de los conocimientos provenientes de las historias de la técnica fotográfica y de los fotógrafos, aquí entendidos como los autores de aquellas fuentes que actuaron en el país en los diferentes períodos.

Page 3: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

Toda fotografía tiene su origen en el deseo de un individuo que se vio motivado a congelar en imagen un aspecto dado de lo real, en un lugar y una época determinados...

Tres elementos son esenciales para la realización de una fotografía: el asunto, el fotógrafo y la tecnología. Estos son los elementos constitutivos que le dieron origen a través de un proceso, de un ciclo que se completó en el momento en que el objeto tuvo su imagen cristalizada en la bidimensión del material sensible, en un preciso y definido espacio y tiempo.

El producto final la fotografía- es entonces resultante de la acción del hombre el fotógrafo-, que en determinado espacio y tiempo optó por un asunto en especial y que, para su debido registro, empleó los recursos ofrecidos por la tecnología.

A partir de las consideraciones expuestas más arriba, se puede establecer la siguiente formulación:

Que sería la esencia del fenómeno fotográfico, pues sintetiza el proceso (el ciclo completo) en que una fotografía tiene su origen.

Así, los elementos constitutivos

Asunto tema elegido, el referente fragmento del mundo exterior (natural, social, etc.).

Fotógrafo autor del registro, agente y personaje del proceso.

Tecnología materiales fotosensibles, equipos y técnicas empleados para la obtención del registro, directamente por la acción de la luz.

Las coordenadas de situación

Espacio geográfico, lugar donde ocurrió el registro.

Tiempo cronológico, época, fecha, momento en que ocurrió el registro.

Y el producto final

Page 4: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

Fotografía la imagen, registro visual fijo de un fragmento del mundo exterior, conjunto de los elementos icónicos que componen el contenido y su respectivo soporte.

Estos son los componentes (interrelacionados) a ser detectados en los estudios históricos específicos, pues se mantienen constantes en todos los procesos.

La fotografía: materia y expresión

Un original fotográfico es una fuente primaria. En cambio, en una reproducción (que, por definición, se presupone integral), sea fotográfica, impresa, etc., realizada en períodos posteriores, obviamente serán detectadas otras características, que difieren en su estructura del artefacto original de época. Una reproducción fotográfica cualquiera sea su contenido- remite a un objeto-imagen de segunda generación, aunque sean empleados en su confección procedimientos tecnológicos análogos a los de la época en que la foto fue sacada. Una reproducción es, entonces, una fuente secundaria.

El fotógrafo: un filtro cultural

La elección de un aspecto determinado es decir, seleccionado de lo real, con su respectivo tratamiento estético-, la preocupación por la organización visual de los detalles que componen el asunto, así como el aprovechamiento de los recursos ofrecidos por la tecnología; todos ésos son factores que influyen decisivamente en el resultado final, configurando la actuación del fotógrafo como filtro cultural. El registro visual documenta, por otro lado, la propia actitud del fotógrafo frente a la realidad; su estado de espíritu y su ideología acaban transparentándose en sus imágenes, particularmente en aquellas que él realiza para sí mismo como forma de expresión personal.

El tiempo interrumpido y la segunda realidad

«El mundo exterior nos provee un campo continuo e indiferenciado de fenómenos que animan permanentemente el campo de nuestra retina con imprecisiones cuya característica es ser continuas (...)»

Toda fotografía representa en su contenido una interrupción del tiempo y, por lo tanto, de la vida. El fragmento seleccionado de lo real, a partir del instante en que fue registrado, permanecerá para siempre interrumpido y aislado en la bidimensión de la superficie sensible. Un fotograma de un asunto de lo real, sin otros fotogramas que le den sentido: un único fotograma, sin antes ni después.

Sin antes, ni después; éste es uno de los aspectos más fascinantes en términos del instante continuo recortado de la vida que se confunde con el nacimiento de lo discontinuo del documento.

A partir del momento en que el proceso se completa, la fotografía cargará en sí aquel fragmento congelado de la escena pasada materializado iconográficamente.

«Si es posible recuperar la vida pasada primera realidad- y si tenemos, a través de la fotografía, una nueva prueba de su existencia, hay en la imagen una nueva realidad, pasada, limitada, transpuesta».

Page 5: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

Se inicia, por lo tanto, otra realidad, la del documento: la segunda realidad, autónoma por excelencia. Se inicia otro proceso: el de la vida del documento. Éste no sólo conserva la imagen del pasado, forma parte del mundo:»...él puede inclusive ser fotografiado».trayectoria de la fotografía

Toda fotografía tiene por detrás una historia. Mirar una fotografía del pasado y reflexionar sobre la trayectoria por ella recorrida implica situarla en, al menos, tres etapas bien definidas que marcaron su existencia. En primer lugar, hubo una intención para que ella existiese; ésta puede haber partido del propio fotógrafo que se vio motivado a registrar determinado tema de lo real o de un tercero que le encargó la tarea. Derivada de esta intención tuvo lugar la segunda etapa: el acto del registro que originó la materialización de la fotografía. Finalmente, la tercera etapa: los caminos recorridos por esta fotografía, las vicisitudes por las que pasó, las manos que a ella se dedicaron, los ojos que la vieron, las emociones que despertó, los portarretratos que la enmarcaron, los álbumes que la guardaron, los altillos y sótanos que la enterraron, las manos que la salvaron. En este caso, su contenido se mantuvo: el tiempo paró. Las expresiones aún son las mismas. Tan sólo el artefacto, como un todo, envejeció.

La fotografía, una fuente histórica

Toda fotografía es un residuo del pasado. Un artefacto que contiene en sí un fragmento determinado de la realidad registrado fotográficamente. Si, por un lado, este artefacto nos ofrece indicios con respecto a los elementos constitutivos (asunto, fotógrafo, tecnología) que lo originaron, por otro el registro visual en él contenido reúne un inventario de informaciones acerca de aquel preciso fragmento de espacio/tiempo retratado. El artefacto fotográfico, a través de la materia (que le da cuerpo) y de su expresión (el registro visual en él contenido) constituye una fuente histórica. Este artefacto es caracterizado y percibido, pues, por el conjunto de materiales y técnicas que lo configuran externamente como objeto físico y por la imagen que lo individualiza: el objeto-imagen, partes de un todo indivisible que integran el documento en cuanto tal. Una fuente histórica, en verdad, tanto para el historiador de la fotografía como para los demás historiadores, científicos sociales y otros estudiosos. Así, una misma fotografía puede ser objeto de estudio en diversas áreas específicas de las ciencias y de las artes. Esta concepción se mantiene subyacente a lo largo de este estudio.

La imagen fotográfica: características básicas del contenido

«La fotografía tiene un destino doble...Es hija del mundo de las apariencias, del instante vívido, y como tal siempre conservará algo de documento histórico o científico sobre él; pero es también hija del rectángulo, un producto de las bellas artes, exigiendo que uno llene el espacio agradable o armoniosamente en blanco y negro o en colores. En este sentido, la fotografía siempre tendrá un pie en el campo de las artes gráficas, y jamás podrá escapar de este hecho».

Page 6: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

Testimonio/creación: el binomio indivisible

El testimonio, que es el registro fotográfico del dato exterior, es obtenido/elaborado según la mediación creativa del fotógrafo. Por eso, el testimonio y la creación son los componentes de un binomio indivisible que caracteriza los contenidos de las imágenes fotográficas. Cualquiera sea el asunto registrado en la fotografía, ésta también documentará la visión del mundo del fotógrafo. La fotografía es, entonces, un doble testimonio: por aquello que ella nos muestra de la escena pasada, irreversible, allí congelada fragmentariamente; y por aquello que nos informa acerca de su autor.

Toda fotografía es un testimonio según un filtro cultural, al mismo tiempo que es una creación a partir de un visible fotógrafo. Toda fotografía representa el testimonio de una creación. Por otro lado, ella representará siempre la creación de un testimonio.

Historia de la fotografía e historia a través de la fotografía: diferenciación necesaria

No se puede confundir la historia de la fotografía de un país con la historia de un país a través de la fotografía.

Análisis técnico y análisis iconográfico

Page 7: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

Por otro lado, se debe entender que la imagen fotográfica es un medio de conocimiento por el cual visualizamos microescenarios del pasado; aun así, ella no reúne en sí misma el conocimiento del pasado. El examen de las fuentes fotográficas jamás alcanzará su finalidad si no es alimentado continuamente con informaciones iconográficas (necesarias para los estudios comparativos) y con informaciones escritas de diversas naturalezas, contenidas en los archivos oficiales y particulares, los periódicos de la época, las obras literarias, las crónicas, la historia y las ciencias vecinas. De no ser así, jamás tendremos elementos sólidos de apoyo, ni las pistas necesarias para la correcta identificación de los asuntos representados. En un error pensar que el estudio de la imagen como proceso de conocimiento podrá abdicar del signo escrito. Jean Keim aclara bien este punto, al afirmar:

«Si la fotografía se considera un documento y desea ser presentada como tal, las informaciones escritas son de primordial importancia. Esta verdad elemental, a menudo es olvidada por quienes consideran que la fotografía se basta a sí misma. Pero tales informaciones son indispensables en todos los casos, sea cuando la imagen es utilizada en un trabajo de investigación, sea para fines educativos, sea para denunciar una situación a título informativo.

La evolución de los procesos fotográficos impuso, igualmente, estándares formales típicos al producto fotográfico como un todo. Estos modelos fueron inmediatamente absorbidos por los fotógrafos en todo el mundo, resultando una estética internacionalmente homogénea y peculiar en los diferentes períodos. A través de la identificación de la tecnología empleada, podemos por lo tanto recuperar con relativa aproximación la época en que la fuente fue producida. Se torna fundamental, entonces, -tanto para aquellos que se inician en la historia de la fotografía, como para todos los estudiosos que pretenden utilizar fotografías del siglo XIX en sus investigaciones el reconocimiento de los procesos fotográficos empleados en el pasado.

La determinación de la época en que fue producida una fotografía cuya imagen representa una vista urbana es relativamente fácil, debido a la naturaleza del propio asunto representado. A partir del examen de la tecnología empleada en la producción de la fotografía, se obtiene una idea inicial del período en que ésta fue realizada. Por otra parte, al encontrar alguna referencia acerca del fotógrafo, el autor de la fuente, es posible precisar a través del conocimiento de su obra fotográfica y de la época en que se encontraba en actividad en la región- la fecha de obtención del registro, con razonable proximidad.

Sin embargo, el análisis del contenido es fundamental. Esto implica la verificación de todos los detalles de las imágenes, el examen continuamente alimentado por informaciones dadas a conocer a través de los periódicos de la época, actas oficiales emanadas del poder público, informes de la administración municipal y de las Secretarías de Estado, planos arquitectónicos y crónicas de la ciudad, entre otras fuentes. Esta investigación tiene por objetivo recuperar las fechas:

Page 8: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

a) de construcción o reformas de edificios residenciales, comerciales y públicos (inicio y conclusión de las obras), demoliciones, transformaciones arquitectónicas ocurridas en las iglesias y en otras edificaciones importantes de la ciudad;

b) de implantación de vías para tranvías, iluminación pública, postes telefónicos, pavimentación, paisajismo y demás mejoras urbanas. La comparación de los contenidos de las imágenes en estudio con otras del mismo lugar, cuyas fechas sean reconocidamente correctas, es otra posibilidad que debe ser aprovechada.

Es necesario examinar cuidadosamente las imágenes en busca de informaciones escritas, tales como: nombres de calles; placas comerciales en las fachadas de las tiendas; numeración de los edificios; carteles fijados en las paredes anunciando algún acontecimiento, como por ejemplo el estreno de alguna compañía teatral. Las historias de las ciudades, del teatro, de la música, de las noticias y de los anuncios de los diarios y almanaques constituyen, en este sentido, ricas fuentes de informaciones que no pueden dejar de ser consultadas.

Sólo a través del continuo cruce de las informaciones existentes (implícitas y explícitas) en los caracteres externos e internos del objeto-imagen, se podrán determinar con precisión los componentes del proceso que generó esa fuente histórica. Cualquiera que sea la fotografía sometida al examen técnico-iconográfico, la interrelación entre los caracteres externos e internos debe ser constantemente realizada.

Información (fragmentaria), Interpretación y manipulación

Lo recién aclarado no impide en absoluto la búsqueda, en la aparente inocencia de las imágenes del pasado o del presente-, de sus significados más profundos. En este sentido, cabe considerar que manipulaciones e interpretaciones de diferentes naturalezas ocurren a lo largo de la vida de una fotografía, desde el momento en que fue materializada iconográficamente. Tales manipulaciones-interpretaciones, que muchas veces se confunden en una sola actitud, involucran a diversos actores: el fotógrafo, que registra y crea- el tema; el cliente o comitente, que le confía la misión de retratar o documentar; la casa publicadora (si la imagen fue divulgada, sea en la época de su producción, sea posteriormente en cualquier otra época), que la utiliza según determinada orientación editorial; los diferentes receptores (contemporáneos a su producción o aquellos que tomen contacto con ella posteriormente a su realización), que la ven sea en su forma original o impresa- y reaccionan de formas totalmente diversas con emoción o indiferencia- en la medida en que tengan o no algún tipo de vínculo con el asunto registrado, en la medida en que reconozcan o no aquello que ven ( en función de los repertorios culturales individuales), en la medida en que encaren con o sin prejuicios lo que ven (en función de las posturas ideológicas de cada uno). Se incluyen entre los receptores, naturalmente, aquellos que harán uso de la imagen en sus estudios específicos, quienes a su vez no estarán libres en sus interpretaciones de los eventuales deslices, de las connotaciones apriorísticas, de las omisiones.

La fotografía es indiscutiblemente un medio de conocimiento del pasado, pero no reúne en su contenido un conocimiento definitivo. La imagen fotográfica puede y debe ser utilizada como fuente histórica. Hay que tener en mente, sin embargo, que el asunto registrado muestra apenas un fragmento de la realidad, uno y sólo un enfoque de la

Page 9: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

realidad pasada: un aspecto determinado. Nunca está demás enfatizar que este contenido es el resultado final de una selección de posibilidades de ver, optar y fijar un cierto aspecto de la realidad primera, cuya decisión cabe exclusivamente al fotógrafo, ya sea que esté registrado el mundo para sí mismo o al servicio de un comitente.

En esa selección reside una primera manipulación-interpretación de la realidad; sea consciente o inconsciente, premeditada o ingenua, esté al servicio de una o de otra ideología política (denunciando tensiones sociales o, por el contrario, «testimoniando la normalidad» de una misma situación, tan sólo por elegir un ángulo más conveniente para falsear los hechos).

La selección de un aspecto determinado del mundo natural o social para el respectivo registro fotográfico, a pesar de constituir la cuestión fundamental de la manipulación-interpretación, es apenas el comienzo de una sucesión de actos emparentados.

El alto grado de iconicidad que es característico del registro fotográfico no deja de ser un arma de doble filo. No es inusual que esa semejanza «acentuada» entre la representación y el asunto se torne «incómoda», dependiendo de los fines a que se destina, motivo por el cual suele ser objeto de manipulación, apartándose de la verdadera apariencia física o natural de su referente. Las posibilidades de que el fotógrafo interfiera en la imagen y por lo tanto en la configuración propia del asunto en el contexto de la realidad- existen desde la invención de la fotografía. Dramatizando o valorizando estéticamente los escenarios, deformando la apariencia de sus retratados, alterando el realismo físico de la naturaleza y de las cosas, omitiendo o introduciendo detalles, elaborando la composición o incursionando en el mismo lenguaje del medio, el fotógrafo siempre manipuló sus temas de alguna forma: técnica, estética o ideológicamente. El producto final la fotografía- es el documento que hoy tenemos delante nuestro para estudiar: «interpretado» en el pasado, antes aún del acto de efectuar el registro, y a lo largo de las sucesivas etapas de su materialización (laboratorio, edición y publicación).

Al observar una fotografía, debemos ser conscientes de que nuestra comprensión de lo real será forzosamente influida por una o varias interpretaciones anteriores. Por más libre que sea a la interpretación de los contenidos fotográficos, el pasado será visto siempre según la interpretación primera del fotógrafo que optó por un aspecto determinado, que fue objeto de manipulación desde el momento de la toma del registro y a lo largo de todo el procesamiento hasta la obtención de la imagen final. Entre el asunto y su imagen materializada hubo una sucesión de interferencias a nivel de la expresión, alterando la información primera; tal hecho se observa particularmente en el foto-periodismo impreso, cuyas imágenes -una vez asociadas con el signo escrito- pasan a «orientar» la lectura con objetivos no siempre inocentes.

El documento visual testimonia la actuación del fotógrafo como filtro cultural. Otros filtros se suceden a través de sus comitentes, que hacen un uso determinado de la imagen, redundando en una información alterada del hecho ocurrido.

A pesar de la aparente neutralidad del ojo de la cámara y de todo el verismo iconográfico, la fotografía será siempre una interpretación.

Page 10: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

A pesar del amplio potencial de información contenida en la imagen, ella no sustituye a la realidad tal como se dio en el pasado. Apenas aporta informaciones visuales sobre un fragmento de lo real, seleccionado y organizado estética e ideológicamente.

Una fotografía o un conjunto de fotografías no reconstituyen los hechos pasados. Una fotografía o un conjunto de fotografías apenas congelan, dentro de los límites del plano de la imagen, fragmentos desconectados de un instante de vida de las personas, las cosas, la naturaleza, los paisajes urbanos y rurales. Cabe al intérprete comprender la imagen fotográfica como información discontinua de la vida pasada, en la cual pretende sumergirse.

Durante el esfuerzo de interpretación de las imágenes fijas, acompañadas o no de textos, su lectura se abre como un abanico hacia diferentes interpretaciones, a partir de aquello que el receptor proyecta de sí mismo en función de su repertorio cultural, su situación socioeconómica, sus prejuicios, su ideología. Por tal motivo, las imágenes siempre permitirán una lectura plural. En el esfuerzo de interpretación de las imágenes únicas, habrá siempre un dato intrigante: su ambigüedad.

El significado de las imágenes: más allá de la «verdad iconográfica»

La comunicación no-verbal ilusiona y confunde. Por eso, es necesario «percibir en la imagen lo que está en las entrelíneas, así como lo hacemos en relación con los textos»...

«...ahora debemos aprender a escudriñar las fotografías de manera crítica, indagadora y cuestionadora (...)Lo que una buena fotografía revela al ojo y a la mente apreciadores, no podrá revelar a la mirada apresurada.»

Una imagen que utiliza el realismo fotográfico de la apariencia como testimonio fiel, en tanto que «prueba» que puede llevar al receptor desprevenido a imaginar una situación verdadera que no existe, para crear en el imaginario de los receptores una (pseudo) realidad. Concretamente, lo que tenemos es una trampa seductora, una ficción documental. A partir de esta categoría de imágenes es posible establecer algunas conceptualizaciones:

1. La proximidad que puede existir entre la fotografía documental y la de propaganda.

2. La ideología determina la estética de la representación: los mecanismos de producción y de recepción de la imagen son gobernados por este principio.

Abordajes estetizantes

Aun así, no se trata de enfatizar únicamente el aspecto testimonial de la fotografía, porque es justamente el autor quien, seleccionando culturalmente y organizando estéticamente el fragmento del mundo visible que elige registrar, convierte al testimonio fotográfico en el resultado de un acto creativo e individual. Así, el testimonio obtenido queda marcado por la visión del mundo del autor. El binomio testimonio-creación se encuentra indisolublemente amalgamado en la imagen, y ésta es una condición intrínseca de la representación fotográfica, tal como fue aclarado anteriormente.

Page 11: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

Recuperando la finalidad de la producción de las imágenes

Como es obvio, la representación fotográfica refleja y documenta en su contenido no sólo una estética inherente a su expresión, sino también una estética de vida ideológicamente preponderante en un determinado contexto social y geográfico, en un momento particular de la historia. Estética e ideología son componentes fluidos e indivisibles, implícitos en la representación fotográfica, y es sobre esta perspectiva que será abordado a continuación el tema de los comisionamientos anteriormente mencionados, entre los fotógrafos y sus comitentes hechos de la historia cotidiana del siglo xx, dando nacimiento al foto-periodismo. Muchas veces, sin embargo, lo han hecho moldeando la opinión publica en función de la manipulación de las imágenes/textos, según intereses e ideologías determinados; tal como ocurrió con la explotación de la imagen fotográfica fija al ser vehiculada por el cine y por los noticieros de TV.

Investigación e interpretación históricas: a la luz del contexto sociocultural

La fotografía está definitivamente inmersa en la historia cultural, pues se hace presente como medio de comunicación y expresión en todas las actividades humanas. Por eso, debe ser estudiada bajo esta perspectiva más abarcadora. La fotografía reúne en su contenido informaciones múltiples sobre la realidad seleccionada; ¿es posible abstraerse del mundo visible pasado, una vez representado en la matriz fotográfica? La respuesta conservadora enfatizó los «valores estéticos» de las imágenes, desmereciendo la trama histórica particular que envolvió su respectiva producción.

Las reconstrucciones históricas de este medio no alcanzarán su verdadera significación si se las desvincula de la trama histórica particular, del contexto a que se refieren. Los componentes económicos, sociales, políticos, culturales, estéticos, tecnológicos, influyeron decisivamente para que la fotografía tuviera una evolución determinada en cada espacio, desde su descubrimiento y en sus diferentes manifestaciones. En el caso de las áreas periféricas, compete al historiador lograr que los personajes petrificados en los textos y en las imágenes del pasado salgan de su mudez sepulcral. Con eso, no se pretende transformar el hecho histórico en ficción. Pero es importante recordar que su deber consiste en osar más allá de los documentos, siempre fundamentándose en ellos, y no simplemente recopilarlos y reproducirlos como obras históricas, actitud tradicional de los historiadores de «cola y tijera», como bien observó Collingwood. Por más intenso que sea el esfuerzo de imparcialidad del historiador en busca de la «verdad histórica», siempre subyacerán en su interpretación múltiples componentes que le harán comprender el pasado y el presente según sus propios prejuicios, su ideología, su situación económica y social, su postura como intelectual frente a la vida y a la ciencia. Las reconstrucciones históricas siempre fueron y serán objeto de diferentes versiones. La historia, así como la verdad, tiene múltiples facetas e infinitas imágenes.

Segunda realidad y memoria

Los estudiosos de las Fuentes fotográficas teóricos, historiadores de la fotografía e investigadores de otras áreas que utilizan la iconografía fotográfica del pasado en investigaciones especifícas deberán, tarde o temprano, confrontarse con el hecho de que en el momento en que observan y analizan una determinada fotografía están frente a la segunda realidad: la del documento. Y el sentido de ese documento no reside en el

Page 12: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

hecho de representar únicamente un «objeto estético de época», sino en ser un artefacto que contiene un registro visual, formando un conjunto portador de informaciones multidisciplinarias, inclusive estéticas. Sin embargo, al comparar los contenidos fotográficos del pasado con aquellos de los demás documentos pictóricos o escritos, hay que enfrentar el desconcertante verismo de la informacion visual fotográfica, que diferencia en esencia las fuentes fotográficas de las demás. Porque las fotografías muestran, en sus contenidos, el propio pasado. 0, al menos, aquellas fracciones de lo real visible de otrora que fueron seleccionadas para los debidos registros: los recortes de la primera realidad en la dimension de la vida.

No obstante, aunque la fotografía constituya la misma «memoria cristalizada», su objetividad reside apenas a nivel de las apariencias. Esas imágenes poco o nada informan o emocionan a quienes nada saben sobre el contexto histórico particular en que tales documentos se originaron; les resultará imposible descifrar esos contenidos visuales plenos de incógnitas. Efectivamente, es imposible evaluar la importancia de tales imágenes si no se realiza un esfuerzo tendiente a conocer y comprender el momento histórico salpicado de matices nebulosos en que aquellas imágenes fueron generadas. Por otro lado, tales imágenes poco contribuirán al progreso del conocimiento histórico si de ellas no se extrae el potencial informativo embutido que las caracteriza. Las fotografías no son meras «ilustraciones al texto». La imagen fotográfica informa sobre el mundo y sobre la vida, pero siempre con una expresión y una estética propias.

Imagen y conocimiento

Toda y cualquier fotografía, además de ser un residuo del pasado, es también un testimonio visual donde se pueden detectar tal como ocurre con los documentos escritos mucho más que los elementos constitutivos que le dieron origen desde el punto de vista material. Con respecto a la imagen fotográfica, una serie de datos podrán ser reveladores, ya que jamás han sido mencionados por el lenguaje escrito de la historia. Por otro lado, a pesar de su aparente credibilidad, en ellas también ocurren omisiones intencionales, agregados y manipulaciones de todo tipo. Ya fueron mencionados los desafíos a enfrentar: la cuestión de la manipulación / interpretación de que han sido objeto, en diferentes niveles, así como la intrigante ambigüedad que les es peculiar y que suele confundir.

El valor y el alcance de los documentos, así como su interpretación viable, se revelarán a quien logre formular las preguntas más adecuadas e inteligentes, en función de su bagaje cultural, su sensibilidad y su experiencia tanto humana como profesional.

Por su capacidad de captar la apariencia de parcelas del mundo visible, la fotograffa ha sido compulsivamente utilizada para registrar el entorno de la vasta comunidad mundial de los fotógrafos. Desde las excursiones daguerreanas hasta las primeras tentativas de conquista del espacio sideral: por donde quiera que el hombre se haya aventurado en los últimos ciento sesenta años, la cámara lo ha acompañado, verificando su trayectoria y sus realizaciones. Sea como medio de recordación y documentación de la vida familiar, sea como medio de información y divulgación de los hechos, sea como forma de expresión artística, o inclusive como instrumento de investigación científica, la fotografía ha forrnado parte indisociable de la experiencia humana.

Page 13: Documento 3 - FOTOGRAFÍA E HISTORIA

El fragmento de la realidad grabado en la fotografía representa el congelamiento del gesto y del paisaje, y por lo tanto la perpetuacion de un momento; en otras palabras, de la memoria: memoria del individuo, de la comunidad, de las costumbres, del hecho social, del paisaje urbano, de la naturaleza. La escena registrada en la imagen no se repetirá jamás. El momento vivido, congelado por el registro fotográfico, es irreversible.

La vida continúa, sin embargo, y la fotografía sigue preservando aquel fragmento congelado de la realidad. Los personajes retratados envejecen y mueren, los escenarios se modifican, se transfiguran y también desaparecen. Lo mismo ocurre con los autores fotógrafos y sus equipos. De todo el proceso, solamente la fotografía sobrevive, a veces en su artefacto original, otras veces apenas el registro visual reproducido. Los asuntos registrados en esa imagen atravesaron los tiempos y hoy son observados por ojos extraños en lugares desconocidos: naturaleza, objetos, sombras, rayos de luz, expresiones humanas; a veces niños, hoy más que centenarios, que se mantuvieron niños.

Si desaparece esa segunda realidad, sea por acto voluntario o involuntario, aquellos personajes mueren por segunda vez. Lo visible fotográfico allí registrado se desmaterializa. Se extinguen el documento y la memoria.

La fotografía es memoria y con ella se confunde. Fuente inagotable de información y emoción. Memoria visual del mundo físico y natural, de la vida individual y social. Registro que cristaliza, mientras dura, la imagen elegida y reflejada de una ínfima porción del espacio del mundo exterior. Es también la paralización súbita del innegable avance de las agujas del reloj: es, pues, el documento que retiene la imagen fugitiva de un instante de la vida que fluye sin interrupción.

NOTAS TOMADAS DE: Boris Kossoy. Fotografía e historia, Buenos Aires, Biblioteca de la Mirada, 2001