Documento Final de la Junta Militar sobre la guerra … derrotas su ridas en los grandes...

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Transcript of Documento Final de la Junta Militar sobre la guerra … derrotas su ridas en los grandes...

l. INTRODUCCION

la Junta M li1ar presenta a la ciudadanla un cuadro del desa­rrollo de la agresión erroris a a lo largo de e si dos décadas y, por su Intermedio, l'as Fuerzas Armadas asomen la cuota de responsabilidad hl órtca que 1 s compete frente a fa Nación en eJ pJaneamiento y ejecución de la acc1ones. en las que no se agotan las responsabiHd des que frente a 1ta República pudieran corresponder a otros estarnentos, actores e instituciones.

Esta sínte is histórica de un doloroso p sado todavra cer­cano qule�e ser un mensa;e de fe y reconocimiento a fa lucha po la libertad, por la justicia y por el derecho a l'n vida.

Ha llegado el momento de que e caremos el futuro; será necesario mitigar fas heridas q e toda gu rra produce, afrontar con esp[ritu cristiano ra etapa que se Inicia y mirar hacia el ma­

ana con sincera humildad.

Su destinatario primero somos nosotros, el pueblo de la Na­ción. vfctima de una agresaón qu nunca mereció y partfcipe in· vatorable y decidido de 1 suporac16n final. Su segundo destina­tario es er mundo de los ho1nbres libres a que p rtenece y seguirá perteneciendo la Repúbrtca, f,el a su destfno histórico.

Se somo te a la reflexión deJ pueblo argentlno del mundo una experiencf�a qua fa ación jamás deberá repetir, anhelando q e, con t·a misma gracia de Dios, los hermanos de nuestra Amé­ica y ros pueblos de otros continentes la rec�ojan, la comprendan

y Ja evi en.

JI. LOS HECHOS

La República Argentina, a pa�rtir de mediados de la década del 60, comenzó a sufrir la agresión del terrorismo que, mediante el emp:eo de la violoncaaJ intentaba hacer efectivo un proyecto polftlco destinado a subvertir los vafores moral�es y éticos com­partidos por la inmensa mayorfa de res argentinos.

Pro e raba modificar Ja concepción que del hombre y d 1 Estado tiene nue tra comunidad, conquistando el podar por me­dio de la violencia.

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Empleando el terror corno un medio para tomar et pode•. se propon fa llegar a la desapar·¡ción de la Rap ú bite conto estado democrático, jurldlca y poUticamente organizado, en una acción a nivel nacion 1 y continental.

Lo agr sió . tomó iniclaln1onte la fo�ma de guerril a rural, paro sus intentos fracasaron.

Su derrota en un pafs limltrote. marcó, a escala continental. un cambio de estrategia en la que, progresivamente, la Argentina pasaba a constituirse en uno de los objetivos prioritarios de la acción del tertonsmo internacional.

En este contexto, adquirió mayor g�avitaci6n 1 accionar del terrorismo urb no.

R bos de armas, asattos a bancos y otras insti1uciones se­cu stro , extorsiones y asesinatos en escal da creciente, hicieron que In opinión pública tomara conclencla de la acción delictiva de tas tres agrupaciones terroristas más poderosas: "Fuerzas Ar­madas Revolucionarias

... "Ejército Revolucionarlo del Pu bto" Y

"Montoneros''.

. EJ acci.onor da las mismas, dirigido a para!lzar a la pobla-ción, estuvo signado por una permanente indiscriminada vio­lación d los más fundamentales derechos humanos: asesinatos, torturas y prolon·gados secuestros, son pruebas indisc�tibles de sus ao os y propósitos criminales.

Sus víctimas abarcaron todos tos estratos sociales: obreros, sacerdotes, intelec uales, hofnbres de empresa, periodista • fun­cionarios públicos. jueces, militares, agentes dEll orden, dirigentes polfticos. sindicales y has·ta niños.

La escalada del terror fue acompañada por un captaclón ideo­tógtca que indujo muchos a aceptar ra violencia criminal como un modo de acción polftica.

• Las bandas terroristas continuaron su organización y Ueg -

ron en su apogeo, a reclu ar miles de personas, a las que instru­yeron en el manejo de la rmas. a mayorfa de etlas las poselan y utilizaban efectivamente, constituyendo, de hecho, un ejército clandestino: mercenario de la violencia.

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La Infiltración en el aparato del Estado abrió e1 camino para. que,

· a partir del 25 da Mayo de 1973. con la asunción del go-

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bierno constitucional, lo grupos terroristas abandonaran la clan­destinidad y, sumados a los que obtuvieron su libertad, inlciarart el ataque al poder.

Miambro _ activos y simpatizantes decididos de las organiza­clones terronst s ocuparon posiciones relevantes en el Gabinete Nacional y en los Gobiernos Provinciales. en el Congreso Nacio­n 1, en las Legislaturas Provlnclale y e1n el Poder J udici l. Ni la o,rganlzaciones religiosas, ni las fuerzas legales, estuvieron

cubierto de esta ln1iltracl6n. 1

La Nación estaba en guerra: una prueba de ello fueron lQS enfrentamientos entre gr pos antagónicos registrados en la lo­calidad de Ezeiza, el 20 de Junio de 1973, qu g neraron una verdadera masacre con un saldo lamentable de muertos y he­ridos, cuya identidad y número total, el gobierno de entonces nunca pudo llegar a determinar ni esclarecer.

Posteriormente, lo9 etemento terroristas intentaron, nfruc­tuosaMente, copar el Cornando de Sanidad del Ejércl1o, 1 06 de septiernbre de 1973 y la Guarnición Militar de Azul, una de las más poderosas de pals, el 19 de enero de 1974. •

En cnedlo de ese generalizado clima de Inseguridad y con­sión, el acceso del General Parón a 1 primera magistratura,

cori el apoyo de una �unplia n1ayorra del electorado, parecfa per­filar en 1 horizonte poli co nacjonal una alternatava viabJe de

a_ y orden. Sin embargo. el ,errortsmo no redujo su accionar duran e ef Gobierno Constiluclonal; por el contrario, la naturaleza criminosa de sus fines y s s métodos quedaron definit vamente en evidencia.

Los funcionarios y los dirigen es que comprendieron la mag­nitud de este problema, aún con peligro de us p optas vidas, ·ntentaron daten r el copamiento terrorista del aparato del Es1ado y de ras organizaciones intermedias. a dlrtgencla empresaria y. gremial as claro ejemplo y dot�oroso te timonio del riesgo que afrontaron quienes se les opusteron .

. En los actos de Plaz de Mayo, celebratorios del ora del Trabajo en el año 1974, el Presidente de Ja Nación denunció a Jos elementos montoneros como mercenarios e infiltrados y los reP.udió públicamente.

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· Las bandás terroristas continuaron perfeccionando sus es-·

tructuras: montaron Imprentas donde falsificaban documentos de

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identidad y fábricas donde, clandestinamente, elabor ban armas y explosivos, apoyados por un sólido respaldo financiero, pr�o­ducto de sus actos delictivos.

So insidio o accionar produjo la desviación de mile de jó­venes. Muchos de ellos aún adolescentes, !ncorporados a bandas mediante cualquier técnica de captacl6n o, simplemente. s través del miedo. uchos murieron enfrentando a las fuerzas del orden: otros se suic daron para evitar su captura: algunos des rtaron. debiendo ncultarse de las autoridades y de sus propias bandas.

Los denominados "Códigos de Justicia Penal Revolucíon ... rjos' • �ancionaron con la muerte quienes pr tendieron d jar 'as lilas terroristas y liberarse del engaño en que hablan cardo.

La segurld d y el orden no existfan. A la etap _ de los ase­sinatos selectivos sigul6 la fase d 1 terrorismo indi criminado. produciendo vfc1im s en todos 1os sectores de la sociedad ar­gantlna.

A principios de 1975. como último r-curso para preservar los valore en eligro, el Gobierno Constitucional impuso el estado de sitio en todo el pars y ordenó el empleo de las Fuerzas Arma­das para neutra U .. ar y 1 o aniquilar el foco rrorista que Actuaba y se extendía d ·sde la Provincia de Tucumán.

L r sponsabflidad de ese gobierno ara Insoslayable, y el desafio inédito para las Fuerzas Armadas, ya que la doctrin or-, gánlca, la estructura y el despliegue de óstas respondran a pre-visiones de Jucha clásica.

Imperfecciones a imprecis,iones en las etapas f nichtles de una lucha no convencional, fueron superadas gradualmente, apro­vechando ra expenenc1a adqui�ida en et desarrollo de las o era ..

• ceones.

Doblegadas en el monte tucumano, las bandas terroristas re­forzaron y acentuaron su accionar en las grandes concentr clo­nes urbanas.

Las operaciones de sus elementos armados, por eu magnitud, recursos y procedimientos, iban adquiriendo nivel similar al de fas fuerzas regulares. El año 1975 ldgistra los más ambiciosos intentos de copamlento de unidades mllttares: el BatAllón de Ar­senares de San Lorenzo, el 19 de abril; e1 Regimiento de, Monte 29 de Formosa, el 05 de octubre; el BatAUón de Arsenales de Monte Ch ngolo. el 23 de diciembre, siendo ésta la mayor ope­ración del terrorlsm" urbano que recuerda la histo�ia. •

Las derrotas su ridas en los grandes enfrentamientos mos­traron R los dirigentes terrorist s la necesidad de volver a las tácticas origin rlas, basadas en la acción celular e individual. Una secuela interminable de muertest secuestros y a entados afectaron durante tres largos años 1 paz de la República y la seguridad de sus habitantes.

Los ataques terroristas se xtendieron a toda la comunidad. Los atentados contra la vida y los bienes públicos y privados. fueron hechos cotidianos. Los periódicos de la época documentan que e e cuadro era parte de la vida diaria del pafs y todos sus habitantes, que vivleron y sufrieron esa expene cia. son testigos de orlo.

Ea la lucha contra el terroris.mo. fas fuerzas lega!es detecta­ron innumerables celdas secret s, denominadas por las bandas tarroristas u cárceles del pueblo". Ellas, ademés de haber alojado a ciudadanos de todos los niveles, en oportun dades niH mismo asesinados. fueron tamblén usadas para castigar y "ejecutar�� a integrantes da las propias bandas .

• Para tener una clara Idea d la magnitud del accionar terro-

rista por medio de las cifras, merece de tacarse qu en el año 197 4 ·se r gistraron 21 intentos de copa miento de unidades de ras Fuerzas Legetos; 466 atentados con artefactos explosivos y 16 ro­bos da sumas importantes a e dinero: 117 personns fueron secuas· tradas y 110 fueron asesinadas.

El a"o 976 marcaba la máxima e calada e la violencia.

os secuestros llegaron a 600 y los asesinatos a 646. con un promedio de dos vlctimas diarias del terrorismo .

Sa registraron 4.150 accionas terroristas entre copamiento de localidades, acciones de propaganda armada. intimjdac onas x­torsivas y atentados con exp,osivos.

·' lJn examen de la crónJca periodlstica correspondlen e a los años· 1973/79 informa que en es lapso, en 742 enfrentamientos resultaron muertas 2.050 personas. cifra que no incluye los baj s sufridas por las Fuerzas Legales . •

- Entre 1969 y 1979 se registraron 21.642 hechos ter oristas.

Esta cifra guarda rela-ción con la magnitud de la estr ctura subversiva que llego a contar en su apogeo con 25.000 subversi-

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vos, de los cuales 15.000 fueron combatientes. es decir individuo · técnfcam nte capacitados e id ofógicamente fanatizados para matar. •

La naturateza y caracterfs,ticas propi s de esta orma de ata­que sorpresivo, sistemático y permanente, obligaron adoptar procedimtentos inéditos en fa guerra afrontada: debió imponerse el más estricto secreto sobre la ·inforrnación relacionada con las acciones m Hitares, sus logros, las operaciones an desarrollo y ros descubrimientos realizados.

Se tornaba lmpresclndibfe no alertar al adversario. No des­cubrir ras propias in enctones, recup rando la Iniciativa y sor­pres en las acc\ones, hasta ese momento en manos del opo­nente.

Durante todas estas operaciones, fue prácticament�e Imposi­ble establecer con precisión las bajas totales sufridas por las bandas d delincuentes terrori. tas y la identidad d us com­ponentes.

Incluso cuando sus cadáveres quedaron en el lugar da los episodios, dado aue actuaban bajo nombres falsos y con apodos conocidos como "Nombres de Guerran y· porque su estr 1otura e fular, modo de operar y compartimentación da sus accion s

-imposibilitaron disponer do un panorama más com leto de los acontecimientos.

Los esfuerzos realizados por las Fuerzas Armadas. de Segu­ridad y Pof iciales para restablecer la paz y el orden arrojaron resultados progresivos. La agresión terrorista fue cediendo y la sociedad argentina comenzó a recuperar el espacio perdido. en

.cuanto a paz y seguridad. -

Lo� jefes de las bandas terroristas y varios de sus seguido-res comenzaron a da ar el territorio nacional al vislumbrar su derrota. Abandonando en el pafs a muchos de sus integrantes y protegiendo, en otros casos. su huida a la clandestinidad.

Fue culminando asf una dolorosa y dura etapa, en la que la yictoria finalmente alcanzada posee un contenido coincld�rito con e; pfopro signif¡cado de la derrota d los violentos. EIIQ fu� a i porquo ta sociedad arg.entina se mantuvo fiet a sus radlciones, leal a su conciencia y Hrme en su decisión. Para cada uno de tos sectores sociales, ta subversión el boró y puso en. r:nnrcha diversas metodofogfas. todas eUas convergentes a1 fin común de destruir tos. dominarros o paralizarlos. Pero también fracasó, al herir en su� valores más firmes a un pueblo pncrtico y Ubre.•

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JIL OS PRINCIPIOS L - PROCEDIMIENTOS

....... pres _ clón y el rn nt n mi n o f� ctlvo del aoce de lo derecho y s g r nUas que 1 Co tuclón reconoce ·oda lo habiten da la nación. Es d e r, 1- alvaguardla de o d -

chos hu anos constituy la final d d sustancial d la rli-da a un Esta o Oemocr too, como lo _ s la Repúhllc Ar n-i por su trad·clón t � órlc • po!llic y ]urldlc

Este conc pto e uridad 'ncluye ta . b 1) el re gu rdo e lla i v·olabJIId d da su ·ritorio co r ame oxtern

e ínter _ , y la con ol dacion de un funcio mi nto licia te da u obi rno n 1 n1 reo de la 1 y.

o· sti uclón acion r conoc 1 dopción e ecanl--t o que penden ransitor _m n los derechos y gar tJa n�

d vfdua e .uando s tu e o es o ti as de peflgro cr� r s-o gr ves par 1 bien común y - 1 segurida d la ci6n.

las co icton- d excepcionar ad que ivl . 1 p , s du­r nte el p rlodo de la --.�r siOn terrori ta, hlc ron que los 1 meo-·-� esanceal s 1 tado u ran af e do n r iv _fes que d • icult n su lvencia.

El )orclcto de los D racho t tu m nos q ó a mero d de 1 ol nc1a lactlva o 1n In d . lmpue ta por 1 coion r

roriot , traducido en lo , cue tros "Ju e o Revolu· �e onar"o •, salidas obJ 1 ars y con ribucio. e mpul-

vas.

E exten _ zona del t r(lorio r os subv r vos e u ban desemboza ament · con la mayor im un1d d, mi ntr 1 e fronte-r s nacion 1 er raspuestas mbo tidos por t rroris-

s r enlin y x ranjero • mun do ocum n ación f o que ludf n lo pu � os de control habl dos.

La e p cidad de -e u r del gobi m o s · f seriamo ! com-P om lida por fa nfiUr e de 1 subver:;io y �el vaclo polll co e u do por la mu te presidente Parón.

la ·anal n, por d . Congreso de 1 ci , · 1 yes qu penan . · n en orn1 pecrflca y con m yor ra ,ed d las conducta ubv r iv s y lo ctos rorlstas. y 1 . aclaración del est e sitio. o fuero sufic e p r conjurar ituación.

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En esa crucial momento histórico, las Fuerzas Armad. s fuo­on convoc dos por el gobierno constitucional par an1rentar a la subversión. Esta convocatoria se materializó en dos resolu­ciones·

- D .. ecreto núnlero 261 del 5 a Febrero de 1975. que ordena ''Ejecutar las Operaciones Militares que sean nocesarlas a efectos de neutralizar y/o anlqui!ar ol accionar da tos ele­mentos subversivos qua ctúan en la provincia do Tuct mán ...

- Oocreto número 2772 del 6 de oc ubre de 197� que ordena ''Ejecutar Jas Operaciones MUltares y de Seguridad qu sean n cesarias a efectos de aniquilar ol accionar de tos �lemen­tos subversivos en todo el territono del pars"'.

1 Gobterno Nactonaf, en procura del bien común. por vJa do osta mandato legal y por intermedio do las uerzas Ar­madast imponfa el logro del restablecimiento de los dar chos de todos los habitantes y de la� condiciones esenciales que de­ben garantizar la inviolabilidad del territorio y la convivencia socra•. y asl facilitar fa capacidad de funcionamiento del gobierno.

La naturalez y características propias det accionar 1errorista, cuyos elementos se organizaban en sisten1a celutar y com ar­Ument ción de acciones, obligaron a adoptar procedimiento inéditos.

El eventual · eterioro de la dimensión ética del stado y fa necesidad de sa,vaguardarfa, an1e el rlesgo de imputación de ads­cripción a teorras to lltarias no compartidas sobre la seguridad, estuvieron también presentes en la adopcaón d las declsione que materializaron el ataque fr;ontaJ, definitivo y Victorioso con­tra la subversión y el terrorismo.

Las Fuerzas Armadas, da Seguridad y Policiales ctuaron on defens de la Comunidad Nacional, cuyo"" derechos es nciales no estaban asegurados. y, a diferencia del accionar subversivo. no uUIIzaron directamente su poder contra terc ros inocentes. aún cuando Indirectamente éstos pudieran haber sufrtdo su con-

. . secuenc1as.

Las acciones asf desarrolladas fueron la consecuencia de apreciaciones que debieron efectuarse en plena lucha. con la cuota d pasión que el combate y la defensa de la propi� vida gen ra, en un ambiente te.,rdo diariamente de sangre inocente, de destrucción y ante una sociedad en la que el pánico reinaba.

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En este marco, ca i apocaUptico, se cometieron errores que. como sucede en todo conflicto bélico, pudi ron traspasar, a veces, los limites del respeto a ros derechos humanos ndamentales. y que quedan sujetos aj Juicio de Dtos en cada concioncla y a la comp ansión de ros hombres.

Fue por ello que, con la ap'robación expresa o tácita de la mayorfa de la población, y muchas veces con una colaboración 'in es· imablo de su parte, operaron contra la acción terrorista or­gánicamente y bajo sus comandos naturales.

En consecuencia, todo lo actuado f e realizado en cumpli­miento de ó�denes propias del Servicio.

No es fácil encontrar en la historia r clonte un antecedente de Jas caracterfsticas que ofreció la situación argentina. Por ello, los calificaUvos do Jnédlta excepclonat y HmJte son cier­tos y .no guardan nlng ún p�opósito ex e u lpatorio.

Aqu llas acciones que como consecuencia del modo de o pe� r. pud eron acllitar la comisión de hechos irregulares y que fueron detectados han s do Juzgados y ancionados por ros con­sejos de guerra.

Las Fuerzas Armadas aspiran a que esta dolorosa exp rienc a Ilumine a nuestro pueb�o, para que todos podamos hallar los ins­trume tos compatibles con Ja ética y con el esofritu democrático de nuestras instiluclone , que permitan aseg rar con indiscuti­ble legitimidad fa defensa contra todo riesgo de disolución por la violencia y el t rror .

IV. . AS SECUELAS DEL CONFLICTO •

Un conflicto que, por su extensió,n ternporal y geogréflca. sa­cudió a toda la República. porque cualquier Jugar de nuestro suelo podla ronsformar e súb tamente en campo de batana y porque cualquier habitante podía verse envuelto 'l caer vfctima de en­frentamientos o atentados, debla inexor bremante d�jar profun­

das secuelas de nsegurfdad, pérdidas umanas. destrucción y dolor.

Muchos argentinos han sufrido y aún hoy padecen. en respe­table silencio, las secuelas de una pérdida irreparable, sabiendo

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1o 'O el afs que no pocos d lo ore mat nal s o i ológieo os a esinatos ncuentr n en 1 exterior, gozando de u

Impunidad y, en al no casos, de un poyo que torna so pe-hose la p cial y, por Jo tanto. \nll st , pr ocupación que e ex­

presa sobr una sol de Jas secual s d _ esta peculfnr ue�r .

or e JI o, es preci1so p Jntu 1 ar cllarament que son muchas .. s herid s no cerradas d 1 soc edad argent a: 1 rgos ños de

rofur d- Inseguridad, free en es mor ento d t rr�or. pórd d d tamil"ares y res quendos que cay ro por obra de un ata e

n in ustiflc do como1 rtero. mutil e on s. largas d�t nclon s y desaparic ón Uslca d · personas.

To a Itas. indivi uales y coloctivas. ffslca y p ituales. so a secu las de n gu rra que os r enU os debemos

uperar.

Ello solo s • posible con . mlldad y sin espíritu de � v n· cha. pero, fun n• ntalmante, sin re tlzaciones qu • · or nj s-as, sOlo rvi r n para qu em r a la supe fici 1 do or de

quienes contri uyendo a la p z 1 República, h n oport do con o toic _ conducta as cueJ de una agra ión que no provoca­ron n m r cieron.

En todo confUcto rmodo resulta ificil dar datos com loto :

En 1 u rr clá ica dond los conto d·ent on d nac o ... id d dist ntas usan unlfo- qu los difer ci n y stán s pa-

� do or Une as perf cta n 1 entif cabl # , ex en numa osos d sa r el dos. En � · n g uerr de caracterfst o s n peculia s como f vivida. do de, el enemigo no u abo uní orm� y sus do­e montos de d ntificación eran póc ifo . 1 n�· mero de rnuertos no ide iflcado � lncr; ment i f e t vamente .

L Fu rzas Armad • fi 11 s _ la finalid de r sta .. ar las rida dej as por la fue y deseosas de _el rar s situacio-

d d da que pudter n x s ir, ponen i poslclón para con-JI n ef inisl rlo d J lnt rior. la sigu nre nformación:

óm n d os ntegrantes a ' s Orgonizacion _ T rroris s actualmsnt condenados y bajo, proceso por 1 Ju leJa ede­� 1 y or ros Cons _jos d Gu rra, y de,tenido d posición del Pod r Ejecuti o n v ud del Articulo 239 de 1 Constitución

cional. • • t

l • •

,� P dfdo d parad ro (pr u tos des r el dos) re istr o or el . 'inlst r o del lnt rior desde el o 1974 has 1 fech .

,_ Ped do d p r d ro solucion�dos por la Judic a o Adminis­tra iva.

- B J s pfoducidas por 1 acc ón erroris �.

s el tema de lo de parec ido , 1 que con . uerza gol-P tos senum·e los humanitarios legf imos, eJ qua con mayor 1 sldia se empl cara sorpre cJer 1 bu na 1 de qulenes no conocie on 1 viv1eron lo h e -os que no 1 ev ro esa itu e ón Un ite.

En reiter d o ort nid desl 1 obier o caon 1 expresó J co•ni o especlfic s d lo organ s o lnt rnacional s

compe ente clrcunst el de q e, lo listados pre ent do • entre nombr s Incompleto referenc s e nfusas, igurab n r-son s qu nunca e ncon raro en a s tuac 6n. d en dos

obre los cu 'es s utorid des h bínn dado la in o r clón res­ctiva y h st per o as all Idas de m rta natur o, impla­

ente, In xl t ntes.

La x er encía vi Id p 1 ite fir r qu m cha d la de-�c:.�paricfones son u cons cuencl d la manera op rar !os erroristas. llo carnbian s utén cos ombr- y pelhdo , s conocen 1 ntre r por lo" que denotnina • ombre e uarr ' y dispon n d bu danta ocument ción er ona.l fragu a. L s mi rna té vincut on lo q e e d nor 1na como J "p aje

· a el' nde �nidad��; qu er d cid n incorpo r; e , orga •zac1o .. n te rorista lo h cen en fonn � breptlc1 , endonando u m dio fanlrll r, 1 boral y socí l. E el caso m Upioo: lo f _mi-nare d t1uncl _ un de r ción cuya e us no exptl . n o, conoc·e o 1 causa no la quieren expl car.

Asl algunos 'desaparecldo " cuy . a ene a ab a de-nc•ado. ar cloron luego ej e an o accion tarroris . s. En

otros caso , lo terrorist a b ndon ron clan osUna . en . e, a s y ·ven n e t rlór con 1 nticad fal . Otro , después * e -fiar regr saron al pnt con ident1d d r guada: y exl t n . . m­b · n erroris\ .e- ró ugo , aún n lo Rep bU ca o 1 trañjero.

Hay e sos de deser ores e las distintas org nizacione u iven hoy con id ntidad fal p ra proteger u propi v d , an 1

pafs o en 1 e terior. . - .

· )

Much�os de los caldos en enfrentamientos con fas fuerzas leg:ales no tenran ningún tipo de documento o poseran documen­tación falsa y; en muchos casos, con las impresiones digitales borradas. Ante la inminencia de la captura, otros terroristas se suicidaron, normafmente mediante la ingestión de pastillas de cianuro. En estos casos, los cadáveres no fueron reclamados y, Rnte la imposibilidad de identificarlos, fueron sepultados legal­mente como uNN" �

Siempre que les fue posiblet los terrorJstas retiraron los cuerpos de sus muertos del fugar de un enfrentamiento. Los ca­dáveres lo mismo que los heridos que faUecieron como conse­cuencia de la acción. fueron destruidos o enterrados clandesti­namente por ellos.

la lucha por 1 a hegemonía de! tarro r determinó asesinatos y secuestros entrg organizaciones de distinto signo. Et terrorismo, amparándose en un pseudo código revolucionario hizo parodias de juicios y asesi:nó a aquellos de sus integrantes que defecclona­ron o fracasa·ron en las misiones impuestas. ·

Estos. fueron sepultados con identidad falsa o en tu�gares y circunstancias desconocidas.

Las fuerzas legal!es,� durante eJ desarrollo de la lucha, infil­traron hombres en las organizaciones terroristas. o,escubiertos, fueron ultimados, sin que se registrara el lugar de sepultura.

Asimismo, se han presentado casos de personas denuncia­das com�o desaparecidast que luego aparecieron y desarrollaron una vida normal, sin que esta circunstancia hubiera sido puesta en conocimiento de las �utoridades judiciales o admlnis1rativas. competentes.

Finalmente, la nómina de desaparecidos puede ser artfiicial­mento aumentadaJ si se computan los casos no atrlbuibles al fenómeno terrorista, que se registran habitualmente en todos los grandes cen1ros urbanos.

Cabe destacar que los supuestos en que se denuncia la co­misión de un secuestro son materia de investigación judicial; gran número de causas por presuntos delitos de p rivaclón llegHima de 1a libertad han sido iniciadas da oficio por los jueces competentes ..

· la ·posibilidad de que personas consideradas desaparecidas pudieran encontrarse sepultadas como no identificadas, ha sido siempre una de las principales hipótesis aceptadas por eJ gobier-

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no. Coincidió con ese critarto el lnfonne �laborado por la Comi­sión 1 nteramericana de Derechos Humanos que visitó el pars en 1979, ar expresar que, en distintos ceme terios, se podfa variticar la Inhumación de personas no iden ificadas qu habfan f llecido en forma violenta� en su mayorra en enfrentamientos con fuerzas le� ares.

Se habla a mismo de personas ••desaparecidas" quo se en­contrarian dotenida por el gobierno arge ino en los más ignotos rugares del pafs. Todo esto no es sino una falsedad utlllzad con ftnes políticos, ya que en ta Rep\JbHca no exlslen lugares secretos d detención. ni hay en los establecimsentos caroerarios p rso­nas detenidas clandestinamente.

En consecuencia, debe qued r defin·tivamente claro que uienes figuran en nóminas de desaparecidos y que no se en­

cuentran exHados o en Ja clandestinidad. a los efectos jurfdicos y adminlstrativos se consideran muertos, aún cuando no pueda precisarse hasta el momento la causa y oportunidad del f:tVantual deceso ni la ubicación de sus sepulturas. .

V. CONSIOERACIO ES Fl A�ES

No obstante ser el desprecao absoluto de los derechos hu­manos la expresión más trógica del fonómeno subversivo, et te­lirorismo es sólo uno de los procedimientos. La agfesión subver­siva existe en virtud de que anteo y d rante su desarrollo. la ideo .. logra de ta violencia se introdujo y dominó la educación y la cultura. E sector del trabajo, las estructuras de la economra y hasta Hegó a entronizarse en agr pacjones poUticas y en el Apa­rato del Estado.

. la victoria obtenid a tan alto precio, contó con el consenso de la ciudadanra. que comprElJldió er complejo fenómeno da la subvers,ón y exp asó a ravés de sus dirigentes. su repudio a la violencia.

·

-

De esta act tud de la población se desprende con claridad. que el deseo de ra ación toda es poner punto final a un periodo doloroso de nuestra historia. para Iniciar, en unión y libertad, la definitiva Jnstitucionallzacfón constitucional de la RepúbUca.

Para lograr éxito en este camino, es imprescindible que ten .. gamos eJ equtlibrio suficiente pera comprender fo acaecido, sin

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olvid r las circunstancias que nos Uev ron al borde rnismo dP la disgregación, corno asr tampoco las responsabilidades que. por acción u omisión, les co1 respondieron a los distintos sectores d& fa comunidad, a fin de no recorre • otra vez� ese doloroso camino qua no queremo volver a t1 ensilar.

Quienes dieron su vida para combatir el f'ageto terrorista, merecen el eterno homenaje de respeto y agradecimiento.

Quiene supieron sostener ros principios de un estilo de vid sustentado en el respeto a los derechos fundamentales de las personas y en los valores de la libertadt la paz y la democracia, arfiesgando su segurid d personal y la d su familia, cu les fue­fon dirigentes polfticos, sacerdotes, am resarios. sindicalistas, magistrados o simples ciudadanos, merecen el reconocimiento de 'a comunidad.

Quienes han pu sto su inteligencia, buena voluntad. solida­ridad y piedad. ofreciendo todo eJ peso de su entrega al s rvicio de la reconcUiación de la familia argentina, son dl�gnos de recono­cimiento y respeto.

Quienes perdieron Ja vida enrolados en tas or anizaclones terroristas que agr diaron a esa m lsn1 sociedad qu los habra nutrido, más an de las diferencias Ideológicas y unificados por la cond,cfón de hijos de Dios. reciban su perdón.

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:Quienes han �econocido su error y han p n�ado sus cuJpas, morecen ayuda. La ociedad argentina. en su generosidad, está di spuosta a recu p rarlos en su seno.

La reconcrliación es el comienzo dif cll de u a era de madu­rez y da responsabilidad asumidas con rearlsmo por todos. s e catrices son memoria dolorosa� pero tamblén cimiento de una democracia fuerte, de un pueblo unido y Ubre. Un pueblo que aprendió que la subversión y el terrorismo son la muerte 1nexo­t'iable de la tlbertad.

Las Fuerzas Armadas enlr gan a sus conciudadanos esta ln­form ción para que juzguen en comunidad esta luctuosa etapa de nuestra historia que como tal, es un problema que toca a todos los argentinos y que todos los argentinos debemos resol­ver. ·en- común, si queremos asegurar la supervivencia de la Re· pública .

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