Dominar Las Emociones

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  • 7/26/2019 Dominar Las Emociones

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    DOMINAR LAS

    EMOCIONESTexto IreneOrce, coach

    Tenemos que aprender a reconocer y definir loque sentimos para ser dueosde nuestra salud emocional. Por eso es importante preguntarnos qu emocionessentimos con mayor frecuencia y cmo nos relacionamos con los dems

    ENFAMILIA37

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    ES-17 DE JULIO DEL 2010

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    dej en segundo plano mi ira, y pude vercon cla-ridadel monstruoen el queme convertacada vequeme enfadaba, recuerda.No cabe duda dequla furia desatadapuedellegar a destruir aquelloquetantoenfado nosproduce, pero nosdestruyea nosotros mismosen el proceso. Sinembargo,puede prevenirsee incluso trascenderse. Desdeaquel da, empeca respirar para distanciarme dela situacinque me desagradaba y poderas verla

    con ms perspectiva, revela Santiago. Tambinutiliz grandes dosisde deporte paracanalizarsuexcesode energa,algo de autoobservacinysentido delhumor. Intentaba verme a m mismoen tercera persona,lo queme haca compren-derlo ridculo queera enfadarme. Y concluye:Entendque dejarme llevarpor la irano slo nocambiaba lascosasque me llevaban a encolerizarme,sinoque lasempeoraba.

    Lacrcel delmiedo Cuntasveces hemos dejadode hacer algopor miedo? Cuntasdecisioneshemos tomado guiados porel temor? Probable-mente, demasiadas. Noen vano,el miedoes unode los mayoresobstculos con los que topamosen nuestravida. La parlisis fsica y mentalque causa estaemocinnos impide desarrollarnuestro verdaderopotencial. El temor impo-ne lmites a nuestras aspiraciones, a nuestras

    aparece el rencor, quepocoa poco vamutandoen resentimiento, el primerpaso hacia el odio.As,pasamosde unaemocinprimaria a unsentimiento txicoy destructivo,lo queponedemanifiesto nuestra incompetenciaemocional.

    Tiempoatrs, la irafue unode mispeores ene-

    migos,afirma el realizadoraudiovisual SantiagoVilaseca, de 23 aos. En mi caso, esta emocinera consecuenciade mi elevada autoexigencia, mirgidosentidode la moral y mi incapacidad paraaceptarpuntos de vista distintos delmo,asegu-ra.Estascaractersticasle predisponan a vivir enun estadode extremasusceptibilidad,en el quecualquier excusa bastaba paradejarse arrastrarporel enfado.

    Como a muchasotras personas,la irainvadaaSantiago cuandola realidadno se adaptaba a susdeseos, necesidadesy expectativas; es decir, alo quecreaque deberade ser. Enesas ocasio-nes, eraincapazde verla realidad talcomo era:inofensiva,dice.Erayo quien,con mi forma deinterpretarla, creaba motivos que justificasenmi

    enfado, relata.

    Mediante estoscolricos arrebatos,desahogabatodosu malestar. La ira deterior gravemente larelacin conmis padres, repercuti en misamigose hizo quehiriese lossentimientosde la personaquems amaba, afirma Vilaseca.Cuando estabairascible, le era imposible comunicarsecon losdems,puesen esos momentos eraincapazderazonar. Tan slo sentauna bola defuegoqueiba creciendo en mi estmago,describe.

    Un da, tras unadiscusin, golpecon la manounade lasparedes de su habitacin. El impactorompiel anilloque llevaba, de gran valorsen-timental para l.Al observar cmo lospedazosrotos caan al suelo, su enfadose detuvopor unsegundo, centrndose en el destrozo que acababade crear. Ese pequeo espacio de consciencia

    Alegra, miedo, ira, tristeza...Las emociones sonunaparte fundamental de la vida detodo serhu-mano.No en vano,se esconden detrsde la ma-yora de lasacciones, decisionesy actitudesquellenan nuestro daa da. Sinembargo, nadie nosenseaa identificar y canalizar deformacons-tructiva todo aquelloque sentimos. Y noaprender

    a regular nuestras emociones puede ocasionarnosimportantes carencias, quese reflejan en la rela-cin quemantenemos connosotros mismosy connuestro entorno.

    Si aspiramosa convertirnos en dueosde nuestrasaludemocional,tendremos que aprender areconocery definirlo quesentimos, y para esoesnecesario estarconectadoscon nosotros mismosy contarcon el lenguaje apropiado.En este proce-so resulta fundamentalcrear un espacio internoquenos permita darcabida a cualquieremocin,sea cual sea. Es importantepermitirnos sentir,pero esos, siendoconscientes deque nosomosla emocin. Msque nada porquese trata deunestado pasajero.

    Aunque solemos catalogarlascomo buenas omalas, la realidades queno existetal diferencia.Lasemocionesson datos,una fuentede informa-cin til quedetermina nuestro gradode compe-tenciaen el arte de vivir. De ahla importancia depreguntarnos qu emociones sentimos con mayorfrecuencia, y qudicende nosotros y decmo nosrelacionamos con los dems.

    Elvenenodela iraLairaes una emocin queacompaa cada daa millones desereshumanos.Se desencadena como reaccin ante un estmuloqueescapa a nuestro control, y quecreemos quepodraser unafuente de peligro o de dolor. Noseducanbajo la premisa deque es unaemocinmala, y poreso tendemos a reprimirla. Peroaunquela sepultemos en lo mshondo de nuestroser, nodesaparece,sinoque se transforma. Lairamaceradase convierteen rabia.Trasla rabia,

    ELRETODELAIRA

    NOSOTROSNOSOMOSLAEMOCIN,SETRATADEUNESTADOPASAJERO

    LAIRASECONVIERTEENRABIA,LUEGORENCORYPORLTIMOODIO

    Elmalhumorseha instalado

    enel corazndenuestra

    sociedad.La negatividadyel conflictoprotagonizan

    muchasde nuestrasrelacio-nesconlos dems.As, se

    sucedenennuestravida laspalabrasacaloradasy losenfrentamientosencarniza-

    dos,dosisdeadrenalinapuraa ritmodetaquicardia.Pero

    estanecesidadde reafir-

    marnose imponernuestrocriteriosinatendera razones

    tieneconsecuencias. Aunque

    enun primermomentonos

    cuestever y reconocer, cada

    vezquenosenfadamosescomosinos tomramosuna

    dosisde cianuro.Secuentaque unnioestaba

    siempremalhumoradoycadadasepeleabaenelcolegiocon suscompaeros.

    Cuandose enfadaba, seabandonabaalairaydecay

    haca cosasque herana los

    demsnios.Conscientedelasituacin,undasu padre

    lediounabolsadeclavosy

    lepropusoque, cadavezque

    discutierao sepelearacon

    algncompaero,clavaseunclavoenlapuertadesu

    habitacin.Elprimerda clav treintay

    tres.Terminagotado,ypocoapocofuedescubriendoquele erams fcil controlar

    suiraqueclavarclavosen

    aquellapuerta.Cadavez queibaa enfadarse seacordaba

    delo muchoquele costaraclavarotro clavo,y enel

    transcursode lassemanas

    siguientes,el nmerode

    clavosfue disminuyendo.

    Finalmente,llegunda enqueno entrenconflictocon

    ningncompaero.Habalogradoapaciguarsu

    actitudy suconducta.Muycontentopor suhazaa,fuecorriendoadecrseloa su

    padre,quien sabiamentelesugiriquecadadaqueno

    seenojasedesclavaseunode

    losclavos dela puerta.Mesesmstarde,el nio

    volvicorriendoa losbrazos

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    relaciones y a nuestracapacidadde vivir libreyautnticamente.

    Asle sucedi a VctorGay Zaragoza,de 28aos,consultor especializadoen cambiode culturaorganizacional.El leitmotiv de su existencia eransusmiedos: Temor a fracasar en losestudios, te-

    mor a perdera mis amigos, temora nocontentaramis jefes y no ser reconocidoprofesionalmente....Vctor explica que este enfoque le lleva tomaralgunas decisionesque iban en contrade susvalores, posponiendo aquello que verdaderamen-te sentaque querahacer. Elmiedoa no poderganarme el pansi estudiaba lo queme gustaba mehizodecantarmepor la licenciaturade ComercioInternacional, relata.

    Cuandovivimos bajo la tirana delmiedo,solemos vendernuestralibertada cambiodeseguridad.Sin embargo, mientras insistamos enllenarnuestra existencia de certezas, seguiremossiendomarionetas en manosde nuestrostemo-res.Aunque nos cuestereconocerlo,la existenciase asienta sobre la incertidumbre,el cambio

    constantey la falta de control sobre nuestrascircunstancias. Y slo cuando somoscapaces deaceptar todaesta inseguridadpodemosreconec-tarcon la verdaderalibertad, queva de la manode la responsabilidadpersonal.Comprender quela seguridades unailusin psicolgica fueunatremenda liberacin param, porque viva cons-tantemente preocupado por lo que poda pasar,explica Vctor.

    El miedomanipulanuestra mentepara proyec-tarse en el futuro, jugando conla especulacinpsicolgica.Es un maestro utilizandola frmuladel y si?,cuyas infinitas posibilidades puedenllegara convertirse en un doloroso tormentomental. As, estasilusiones conceptualesnosalejandel momento presente y nosllevan a viviren un escenario imaginarioque acabadistorsio-nandonuestraverdadera realidad.

    Enmi afn porliberarme demis miedos,medediqu a analizarlos, explica. Fuiobservandocmo aparecanen mi mente,modificandomispensamientos y alterando mi estado de nimo.Asfue como comprendi queviva atrapadoenla crcelde supropia mente.Tras unrigurosoproceso de autoconocimiento, fue dejando atrs

    susinseguridades y temores, lo quele permititomar decisiones impulsadas por la valenta yla confianza.De este modo se atrevi a cambiarsu orientacinprofesional y a especializarse enaquello quele apasiona:la psicologa y la filoso-fa.Ahora, cada vezque me asaltael temor, mepregunto:quharasi notuviera miedo?. Ases como se dirigeal fondode su corazn, dondesiempre encuentra la respuesta adecuada parapoder vivir la vida, explica, instantea instante,conectadocon lo msprofundode m mismo yguiadopor la valenta y la confianza deser yomismo.

    El abismode la tristezaAunque lossereshuma-nos hemosevolucionado mucholas ltimasdos dcadas tecnolgicamente hablando,las

    estadsticas revelan quela depresin, el estrsy laansiedad han aumentadoexponencialmente enestemismoperiodode tiempo. La tristeza es eldenominador comnde las enfermedades del si-gloXXI,y aunquetendemosa sepultarla, se tratade unaemocinque nosaporta unamuy valiosainformacin.

    Surgeante incontablescausas, como las prdidasmateriales y afectivas,la soledad y el abandono,las inseguridades, el dolor Incluso hay vecesqueun paisaje o el recuerdode unperfume puedendespertarnos estahonda emocin. Sin embargo,la tristeza fundamentalnos invade cuando vi-vimos desconectados de nuestra realidad inte-rior, buscando continuamente la aprobacin, elrespeto y la valoracin de losdems. Y noes paramenos.Noshan enseadoa buscaren el exteriortodo aquelloque slo podemos hallardentro de

    EN FAMILIA

    desu padre paradecirlequeya habasacadotodoslosclavos.Le habacostadoun granesfuerzo.El padrelollevante lapuertade lahabitacin.Te felicito, le

    dijo. Pero miralosagujerosquehanquedadoenlapuerta. Cuando entrasenconflicto conlosdems y tedejasllevar porla ira,laspa-labrasdejan cicatrices comoestas.Aunqueen un primermomentono puedas verlas,lasheridasverbalespueden

    sertan dolorosascomolasfsicas.No loolvides nunca:laira dejaseales ennuestrocorazn.Comolesucedealniodelcuento,tardeo temprano

    nosdamoscuentade quelairaconsume y arrasa todoloqueencuentra ensu camino.Corrosivacomoel cido,terminapor destruirnuestrasrelaciones y aniquilanuestracapacidadde razonar. Noenvano,nutrelas muchasguerrasque selibranen el

    mundo, incluidala que,enmuchas ocasiones,mantene-moscon nosotrosmismos.Ydenada sirve reprimirla,puesterminasiempre por reapare-cercon otrade susmil caras.

    La clave esten comprenderquecada vezque permitimosquenos invada,estamosenvenenndonosa nosotrosmismos.En vezde canalizarnuestraira conlosdems,po-demos darnos espacioparaasumir queestamosenfada-dos.Y preguntarnos:qu

    nosotros mismos, afirmala psicloga clnicaMartaRomero, de 53 aos. Deah quetendamosa compararnos continuamente, con el propsitodeencontrarnuestrositio, de saber lo quesomosa travsde losotros. Ese querergustar nosaprisionay noshace vivir en la tristeza de nosersuficiente,de nodar la talla,de noser msguapo

    o ms inteligente,sostiene Romero.En estasocasiones, podemos aprender del denominadoefectoespejo:Lo quenos gustara quelos demsnosdiesen es precisamentelo queno nosestamodando a nosotros mismos.

    Deesta forma,podremos tomarconsciencia dequenadie ni nada puedehacernostantodaocomonuestros propios pensamientos, reconoceesta psicloga. Noen vano,somos co-creadoresco-responsables de nuestras experiencias. Nuestronicoproblema es queno sabemos cmofuncionamosni qu necesitamosverdaderamen-te paragestionarnuestrasemociones de formaconsciente y equilibrada.

    Este proceso requiere grandes dosisde honesti-

    dad, humildady coraje. Elsecreto est en lograrunbuen trabajo en equipoentre nuestra menteemocional y nuestra menteracional,apunta Ro-mero.De este modo,dejaremos deluchar contralo externo y trataremosde aprovechar nuestrascircunstancias paramadurary evolucionar,dejando deser vctimas delo quesentimos. Sloas podremos comenzar a desarrollar nuestracompetenciaemocional,un arte que requieretodauna vidade aprendizaje.s

    ha provocado estareaccinennuestrointerior?Quganamosdejandoque lairatomeel control? Silogramosresponderhonestamente aestaspreguntas, estaremos

    un pasomscercade superarnuestraclera y conquistarnuestraserenidad. Tenemoslaoportunidadde canalizarlatremendaenerga queprodu-ceel enfadopara crear,en vezde utilizarlapara destruir. Esees,en realidad,elgran retoquenos proponela ira.

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