DOMINGO I DE CUARESMA

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HOMILIA CON MOTIVO DEL DOMINGO I DE CUARESMA D. MARIANO CABEZA PERALTA PARROQUIA EL SALVADOR DE BAEZA

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HOMILIA CON MOTIVO DEL DOMINGO I DE CUARESMA

D. MARIANO CABEZA PERALTA

PARROQUIA EL SALVADOR DE BAEZA

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DOMINGO I DE CUARESMA

“Donde abundó el pecado sobre abundo la gracia de Dios”

Espléndida noticia para el género humano. A nuestro Dios no hay quien le

gane en misericordia, generosidad y amor. Por mucho que peque el

hombre, por mucho que quiera el mal acabar con el proyecto de Dios, ahí

esta la fuerza y omnipotencia divina puesta al servicio del hombre, puesta

al servicio de la salvación.

En la primera lectura del libro del Génesis hemos escuchado la gran

tragedia del género humano que afecta no sólo a él sino a toda la creación.

Una creación que sale buena de las manos de Dios pero que por decisión

libre del hombre se torna en naturaleza herida y caída por el pecado

original.

¿Y en qué consistió el pecado original? En la tentación de siempre,

tentación vieja pero nueva, porque siempre acecha al hombre:

“seréis como Dios”

No conformarse con ser persona y jugar a ser Dios. Estar por encima de

todo y de todos, usar de la libertad sin límite y disponer de la vida y la

muerte, disponer de los demás.

Adán y Eva vieron que la idea era sugerente, apetitosa, y consintieron en la

tentación, pero en vez de cumplirse la falsa promesa y “ser como Dios” lo

que descubrieron fue su limitación, su torpeza, descubrieron que eran barro

y polvo nada mas.

Perdieron a Dios y el favor de Dios, se sintieron terriblemente solos,

desnudos, desprotegidos.

Las consecuencias del mal, de dar la espalda a Dios hicieron presencia

entre nosotros. Dolor, sufrimiento, enfermedad, fatiga, recelos, muerte.

La naturaleza se desequilibró y en vez de complementar todo se tornó en

lucha y rivalidad. El hombre contra la naturaleza y la naturaleza contra el

hombre.

Este horror se propagó por la historia como se extiende una mancha de

aceite, o como se propaga un incendio con viento. Nos decía San Pablo en

la segunda lectura: “por un hombre entró el pecado en el mundo y por el

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pecado la muerte, y la muerte se propagó a todos los hombres, porque

todos pecaron”

¿Todo está perdido? ¿no hay esperanza? En absoluto, cómo Dios iba a

conformarse con una decisión tan irresponsable del hombre, por un engaño

del maligno.

Donde abundó el pecado sobre abundó la gracia.

La respuesta es Jesucristo el Señor. Hijo único de Dios que se hace hombre

para salvar al hombre creado por Dios, caído por el pecado y ahora

redimido y salvado por Jesucristo.

Pero el maligno no descansa. Su misión y su único objetivo es acabar con

la obra de Dios. Y como el mal no tiene respetos ninguno se atrevió con el

mismo Hijo de Dios.

Hemos leído el episodio de las tentaciones. ¿Qué pretendía con esos

desafíos, con esas insinuaciones? Si eres Hijo de Dios….

Si eres Dios para qué quieres a Dios. Si eres Dios usa tu poder y tu fuerza

en tu beneficio.

¿Veis? La vieja tentación que vuelve a salir. El maligno quiere enfrentar al

Hijo de Dios con su Padre. Quiere abortar la misión salvadora del Hijo,

quiere seguir reinando con su cetro tirano de muerte y pecado.

Jesucristo tiene las ideas claras: No solo de pan vive el hombre, no tentarás

al Señor tu Dios, vete Satanás porque sólo a Dios adorarás.

Y el diablo lo dejó, pero volverá en otros momentos cruciales de la vida de

Jesús, volverá con la misma intención, hacer tropezar y caer.

¿Estamos libres nosotros de tentaciones? ¿Estamos libres de querer ser

como Dios, de autosuficiencia, de egoísmo, de poder puesto a nuestro

servicio e intereses? Desde luego que no.

Por eso os invito a clamar con el Salmista: Misericordia Señor hemos

pecado. Os invito a repetir una y mil veces: Vete Satanás, porque al Señor

tu Dios adorarás y a él sólo darás culto.

Os invito a decir: Gracias Señor por tu obediencia y por hacerme justo por

ella.

Os invito a encomendaros a la Virgen María, mujer fiel, mujer obediente,

Madre que intercede por nosotros pecadores.

Os invito a seguir vigilantes y atentos en este tiempo cuaresmal.

Que así sea.