Domingo Jakúlica, el Geólogo de la...

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Petrotecnia octubre, 2003 85 Petrotecnia octubre, 2003 84 E l doctor Domingo Jakúlica (82) desplegó su actividad como geólogo de explora- ción petrolera, especialmente en la selva tropical argentina. De ori- gen europeo, nació en Croacia, en un lugar lleno de afloramien- tos calcáreos en la rocosa costa dálmata del mar Adriático. A los seis años de edad llegó a la Argentina y se radicó con sus familiares en Comodoro Rivadavia, donde su padre tra- bajaba en YPF. De los años de su infancia pasa- dos en el yacimiento, entre tanques, cañerías, gatos de bombeo y torres de perforación, nace su interés por el petróleo y su cariño por YPF. Inició estudios primarios en el Colegio Deán Funes. De la eficiencia en la enseñanza de los salesianos da fe el hecho de que en primer grado aún no conocía el idioma y, al finalizar el tercero, mereció el Primer Premio del Curso. Por traslado de su padre a la Destilería de La Plata, se radicó en Ensenada, cursó el secundario en el Colegio Nacional de La Plata y des- pués ingresó a la universidad para estudiar Geología en la carrera de Doctorado en Ciencias Naturales. Tras una prueba de selección en Mendoza, en el año 1941 (entre estudiantes de Geología de todo el país), resultó becado como alumno geólogo de YPF. Graduado en la Universidad Nacional de La Plata, completó, después, el curso de pos- grado del Instituto del Petróleo en la Universidad de Buenos Aires. A par- tir de ese momento fue destinado por la Gerencia de Exploración de YPF al reconocimiento geológico del norte argentino. Su actividad profesional se inicia en el año 1945 en el norte de la pro- vincia de Salta, integrado a la Comisión Geológica N° 5 a cargo del doctor Alfredo Fernández Carro. En octubre de ese año realizaron traba- jos de relevamiento geológico en los afluentes argentinos del Río Grande de Tarija, al que llegaron después de un largo viaje de traslado con cam- pamento volante y tropa de mulas, bajando la empinada serranía de San Antonio cubierta de vegetación. Acamparon junto al río. Tras recorrer varias quebradas haciendo relevamiento detallado, el sábado 20 de octubre fueron ataca- dos en plena tarea por un jaguar, que mató a los perros del baqueano y puso en peligro la vida de todos. Cuatro días después, el miércoles 24, se vieron obligados a buscar apresurado refugio en una pequeña isleta arenosa del río, cercados por un imponente incendio forestal de proporciones extraordinarias. Ardía crepitando la compacta masa vegetal en ambas márgenes, tanto argentina como boliviana. Y allí conocieron, de golpe y sin pensarlo, toda la fauna silvestre de la región, paraliza- da de terror y retenida por el gigan- tesco incendio. Era increíble ver la variedad de animales salvajes que, buscando protección, se mezclaban dentro del agua con las mulas y los caballos de la Comisión Geológica. “Bautismo de fuego” No se puede negar que para un geólogo principiante su primer con- tacto con la selva fue un verdadero “bautismo de fuego”. De la intensidad y magnitud del incendio y su extensión areal, da fe la información periodística de esos días, que informaba con grandes titulares: “El fuego amenaza Tartagal” y “Peligran los pozos petrolíferos”, que obligaron a frenéticas labores de aisla- miento con hombres y máquinas abriendo picadas perimetrales de pro- tección en muchos kilómetros de monte reseco por una sequía prolon- gada de cinco meses. En el año 1946, fue trasladado a la zona de Metán y allí debió realizar releva- mientos estructurales en Sierra de la Lumbrera y Cerro Colorado. De este último lugar se decía que era “la mayor concentra- ción de víboras de cascabel del mundo”. Al completar su releva- miento se lo llamó “geólogo expedi- cionario al infierno”. Además del calor infernal y la falta absoluta de agua (los peones Ibáñez y Leguina llegaron a tomar su propia orina), la vegetación era casi impenetrable, sobre todo por la preponderancia del “Teatín”, un arbusto espinoso, tenaz y resistente al macheteo, con espinas bífidas (de doble punta) que engan- chan y desgarran siempre, en cual- quier posición. El topógrafo Jakubosky decía que “si al Teatín le tiran una bola de billar, se queda agarrada”. En 1947 pasó a trabajar a Mendoza, donde hizo relevamiento estructural con plancheta, con Mario González Astorquiza y geología del subsuelo, con Alberto Fort y Heriberto Windhausen. “Por la cor- dialidad de esos colegas, Mendoza fue un destino dorado, como para compensar las penurias propias de la selva, pasadas y futuras. Una especie de premio consuelo, con un jefe de lujo, que era un caballero: Abel Herrero Ducloux” recuerda. A mediados de 1948, volvió a Salta para encarar un ambicioso pro- yecto de geología regional: el releva- miento y medición con teodolito de toda la cuenca superior del Río Bermejo, surcada por una extensa red de afluentes. “Era un tema tabú, que YPF mantenía pendiente desde El doctor Domingo Jakúlica –“Yugo”– (82) desplegó su actividad como geólogo de exploración petrolera, especialmente en la selva tropical argentina. En el año 1941 fue becado por YPF como alumno geólogo; su actividad profesional se inicia en 1945, en el norte de la provincia de Salta, integrando la Comisión Geológica N° 5. En 1954, se retira de YPF para dedicarse en lo sucesivo a la agricultura tropical en el norte de Salta, y a la actividad docente en Geología del petróleo para no olvidar su primera vocación. Además, tuvo una intensa actividad no solo acadé- mica y docente, sino también deportiva y pública. De una cultura vastísima que abarca los temas más dispares y de “un carácter extrovertivo, generoso y alegre” como lo presentan en una de las tantas notas periodísticas que le hicieron. La que sigue es una síntesis de los testimonios de este verdadero pionero del Norte que es el “Yugo”. Historias de vida Domingo Jakúlica, el Geólogo de la selva Jakúlica sentado al lado del padre Garnica en el Colegio Salesiano Deán Funes de Comodoro Rivadavia (28 de enero de 1929). Ceremonia inaugural de las Olimpíadas de YPF, en el Campamento Vespucio, donde participaron 280 deportistas de todo el país. Un geólogo de exploración es el abanderado: D. Jakúlica.

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Petrotecnia • octubre, 2003 85Petrotecnia • octubre, 200384

El doctor Domingo Jakúlica(82) desplegó su actividadcomo geólogo de explora-

ción petrolera, especialmente enla selva tropical argentina. De ori-gen europeo, nació en Croacia,en un lugar lleno de afloramien-tos calcáreos en la rocosa costadálmata del mar Adriático. A losseis años de edad llegó a laArgentina y se radicó con susfamiliares en ComodoroRivadavia, donde su padre tra-bajaba en YPF.

De los años de su infancia pasa-dos en el yacimiento, entre tanques,cañerías, gatos de bombeo y torresde perforación, nace su interés por elpetróleo y su cariño por YPF. Inicióestudios primarios en el ColegioDeán Funes. De la eficiencia en laenseñanza de los salesianos da fe elhecho de que en primer grado aúnno conocía el idioma y, al finalizarel tercero, mereció el Primer Premiodel Curso. Por traslado de su padre ala Destilería de La Plata, se radicó enEnsenada, cursó el secundario en elColegio Nacional de La Plata y des-pués ingresó a la universidad paraestudiar Geología en la carrera deDoctorado en Ciencias Naturales.

Tras una prueba de selección enMendoza, en el año 1941 (entreestudiantes de Geología de todo elpaís), resultó becado como alumnogeólogo de YPF. Graduado en laUniversidad Nacional de La Plata,completó, después, el curso de pos-grado del Instituto del Petróleo en laUniversidad de Buenos Aires. A par-tir de ese momento fue destinadopor la Gerencia de Exploración deYPF al reconocimiento geológico delnorte argentino.

Su actividad profesional se iniciaen el año 1945 en el norte de la pro-vincia de Salta, integrado a laComisión Geológica N° 5 a cargo deldoctor Alfredo Fernández Carro. Enoctubre de ese año realizaron traba-jos de relevamiento geológico en losafluentes argentinos del Río Grandede Tarija, al que llegaron después deun largo viaje de traslado con cam-pamento volante y tropa de mulas,bajando la empinada serranía de San

Antonio cubierta de vegetación.Acamparon junto al río.

Tras recorrer varias quebradashaciendo relevamiento detallado, elsábado 20 de octubre fueron ataca-dos en plena tarea por un jaguar,que mató a los perros del baqueanoy puso en peligro la vida de todos.

Cuatro días después, el miércoles24, se vieron obligados a buscarapresurado refugio en una pequeñaisleta arenosa del río, cercados porun imponente incendio forestal deproporciones extraordinarias. Ardíacrepitando la compacta masa vegetalen ambas márgenes, tanto argentinacomo boliviana. Y allí conocieron,de golpe y sin pensarlo, toda lafauna silvestre de la región, paraliza-da de terror y retenida por el gigan-tesco incendio. Era increíble ver lavariedad de animales salvajes que,buscando protección, se mezclabandentro del agua con las mulas y loscaballos de la Comisión Geológica.

“Bautismo de fuego”No se puede negar que para un

geólogo principiante su primer con-tacto con la selva fue un verdadero“bautismo de fuego”.

De la intensidad y magnitud delincendio y su extensión areal, da fe lainformación periodística de esos días,que informaba con grandes titulares:“El fuego amenaza Tartagal” y“Peligran los pozos petrolíferos”, queobligaron a frenéticas labores de aisla-miento con hombres y máquinasabriendo picadas perimetrales de pro-tección en muchos kilómetros demonte reseco por una sequía prolon-

gada de cinco meses.En el año 1946,

fue trasladado a lazona de Metán y allídebió realizar releva-mientos estructurales

en Sierra de la Lumbrera y CerroColorado. De este último lugar sedecía que era “la mayor concentra-ción de víboras de cascabel delmundo”. Al completar su releva-miento se lo llamó “geólogo expedi-cionario al infierno”. Además delcalor infernal y la falta absoluta deagua (los peones Ibáñez y Leguinallegaron a tomar su propia orina), lavegetación era casi impenetrable,sobre todo por la preponderancia del“Teatín”, un arbusto espinoso, tenazy resistente al macheteo, con espinasbífidas (de doble punta) que engan-chan y desgarran siempre, en cual-quier posición. El topógrafoJakubosky decía que “si al Teatín letiran una bola de billar, se quedaagarrada”.

En 1947 pasó a trabajar aMendoza, donde hizo relevamientoestructural con plancheta, con MarioGonzález Astorquiza y geología delsubsuelo, con Alberto Fort yHeriberto Windhausen. “Por la cor-dialidad de esos colegas, Mendozafue un destino dorado, como paracompensar las penurias propias de laselva, pasadas y futuras. Una especiede premio consuelo, con un jefe delujo, que era un caballero: AbelHerrero Ducloux” recuerda.

A mediados de 1948, volvió aSalta para encarar un ambicioso pro-yecto de geología regional: el releva-miento y medición con teodolito detoda la cuenca superior del RíoBermejo, surcada por una extensared de afluentes. “Era un tema tabú,que YPF mantenía pendiente desde

El doctor Domingo Jakúlica –“Yugo”– (82)desplegó su actividad como geólogo deexploración petrolera, especialmente en la selvatropical argentina. En el año 1941 fue becado porYPF como alumno geólogo; su actividadprofesional se inicia en 1945, en el norte de laprovincia de Salta, integrando la ComisiónGeológica N° 5. En 1954, se retira de YPF paradedicarse en lo sucesivo a la agricultura tropicalen el norte de Salta, y a la actividad docente enGeología del petróleo para no olvidar su primeravocación. Además, tuvo una intensa actividad no solo acadé-mica y docente, sino también deportiva y pública.De una cultura vastísima que abarca los temas másdispares y de “un carácter extrovertivo, generoso y

alegre” como lo presentan en una de las tantasnotas periodísticas que le hicieron. La que sigue es una síntesis de los testimonios deeste verdadero pionero del Norte que es el “Yugo”.

Historias de vida

Domingo Jakúlica,el Geólogo de la selva

Jakúlica sentado al lado del padre Garnica en el Colegio Salesiano Deán Funes de Comodoro Rivadavia (28 de enero de 1929).

Ceremonia inaugural de las Olimpíadas de YPF, en el Campamento Vespucio,donde participaron 280 deportistas de todo el país. Un geólogo de exploración es el abanderado: D. Jakúlica.

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varios años atrás, y era un destinomuy resistido por las dificultades dela selva y la posibilidad de contraerpaludismo y amebiasis, de alarmantevirulencia en esos lugares y en esaépoca”.

La tarea fue un verdadero desafío,de difícil ejecución por la cerradavegetación y la accidentada topogra-fía: innumerables saltos, torrentes,barrancas a pique, paredes rocosasverticales imposibles de escalar y lapresencia dominante de ríos cauda-losos con angosturas infranqueablesque solamente podían pasarse anado. No había senderos ni baquea-nos conocedores del lugar. Los pues-teros de las zonas marginales vecinaslo evitan porque consideran a esedespoblado territorio “muy tigroso”,prejuicio confirmado por la abun-dancia de huellas de tigre en él.Tampoco había mapas ni fotografíasaéreas. Se avanzaba midiendo poli-gonales de vinculación y explorandopermanentemente. Perderse era algonormal, una cosa de todos los días.Si se demoraba demasiado el regresomensual de cada expedición, estabaprevista la salida de un avión desdeOrán, para tratar de ubicar señalesde humo en el monte y arrojar bol-sas con víveres en paracaídas deemergencia. Una simple apendicitisen ese aislamiento hubiera sido fatal,lo mismo que las picaduras de víbo-ras y escorpiones, siempre presentesbajo las piedras.

Para el éxito de este emprendi-miento fue decisiva la participacióny el apoyo constante del doctorRodolfo L. Moreno, geólogo salteño,profesional destacado y compañeroexcepcional “de esos que no arrugannunca, por más dura que venga lamano” recordó Jakúlica.

No había estudios anteriores. Lasprimeras referencias de un viaje dereconocimiento geológico a esaregión proceden del geólogo alemánGuillermo Bodebender, en 1906.Relata que tras cabalgar muchos díaspor la selva, intentado en vano ver

afloramientos, “en todo el trayectodesde Orán se manifiestan por pri-mera vez rocas bien descubiertas enla barranca de una quebrada a la quellegamos recién dos semanas des-pués”. Estas palabras de Bodebendery otras observaciones de su viaje sonejemplos llamativos para el efectoque una zona muy boscosa produceen un geólogo acostumbrado a tra-bajar generalmente en terrenosabiertos.

A poco de concluir el relevamien-to y ya como piloto del Aero ClubOrán, le tocó llevar en un sobrevue-lo al geólogo alemán doctor OttoSchlagintweit, quien había hechoantes, a lomo de mula, un reconoci-miento expeditivo por la región. Eldoctor Schlagintweit se mostróadmirado al saber cómo había sidomedida en su totalidad esa área tandifícil, que a él le había parecidoinaccesible y cuya información geo-lógica consideraba esencial para lainterpretación de toda la CuencaNorte.

Top secretEl relevamiento se integró con una

intensa prospección complementariade la región circundante, siguiendo laexploración metódica y sistemática entodos los cursos de agua, ríos, arroyos,quebradas, faldeos, cumbres y filos,totalizando más de trescientos lugaresimportantes reconocidos y medidos.Se logró así una información de base,necesaria para que los estudios poste-riores de detalle permitieran decidir lamejor ubicación para los equipos per-foradores.

Por las especiales condiciones enque se apoyaba, en esa época, lapolítica petrolera del país, a los tra-bajos de exploración se los conside-raba top secret y se extremaban lasmedidas para evitar filtraciones, yaque la empresa YPF tenía que com-petir por los cateos, en igualdad decondiciones con las multinacionalesShell y Esso.

No se permitía publicar ni con-servar copias de los informes, yhasta las libretas de campo eran rete-nidas. En el contrato del geólogohabía una cláusula que lo exigía

expresamente: “El CONTRATADO seobliga a guardar estricta reservasobre las informaciones de quetuviese conocimiento con motivo delas tareas que realiza”.

Las conclusiones logradas des-pués de seis años de ardua laborpasaron a integrar un meduloso tra-bajo profesional titulado: “Líneasfundamentales para el conocimientode las posibilidades petroleras delNorte argentino”. El trabajo incluíala secuencia de las rocas sedimenta-rias de la región, con su litología ysus espesores medidos, y también lasobservaciones que permitierondeterminar el “estilo tectónico” delos plegamientos y su desplazamien-to por las fallas, tanto de corrimien-to como de ajuste, en cada estructu-ra. El trabajo era privativo de laempresa y se mantenía celosamenteguardado.

Hasta que un día, el voluminosoinforme fue sustraído y llevado a un

país vecino, quién lo llevó recibió acambio, un ventajoso contrato comogerente de exploración de la entidadreceptora. “Esto ocurrió hace exacta-mente cincuenta años y demuestraque las debilidades humanas existie-ron siempre” agregó el “Yugo” (comolo llaman sus amigos).

Al respecto cabe recordar unaanécdota previa, de cuando el posee-dor de esa debilidad humana solíapresentar como propias las ideas ylos trabajos de los demás. En unaoportunidad, estando reunidosvarios geólogos en la Gerencia deexploración, llegó el administradorgeneral técnico, doctor OsvaldoBracaccini. Después de tocar diversostemas se enfrentó con Jakúlica y lehizo, a boca de jarro, una preguntasorpresiva y tajante: “¿Es verdad queusted le dijo al doctor ‘Fulano deTal’ que lo iba a cagar a patadas?”.

A sabiendas de que se jugaba elpuesto y que ese podía ser el fin de

su carrera, le contestó de inmediatoy sin titubear: “Sí, doctor, es cierto”.Y entonces, ante el asombro generalllegó la respuesta, que sería recorda-da después como una premonición,“Bueno, el día que usted lo haga...¡yo le regalo tres cajones de vino!”.

Se retira de YPFEl trabajo del Bermejo costó hacer-

se; pero se llevó a cabo gracias al ver-dadero sacrificio y legítimo orgullo desus ejecutores, sustentados por la“mística” de YPF. Al conocer el ingra-to destino final de ese trabajo,Jakúlica decidió renunciar a la explo-ración petrolera y dedicarse a otracosa: la producción agropecuaria parasubsistir y la docencia universitaria enGeología del petróleo para no olvidaresa, su primera vocación.

Presentó su renuncia con fecha 30de diciembre de 1953 pero a pedidode sus superiores, continuó en funcio-nes hasta abril de 1954, en que se reti-

Actividad académicaSu título de Doctor en CienciasNaturales de la Universidad Nacionalde La Plata lo había logrado con unestudio sobre el Cerro LohanMahuida bajo la dirección del doctorJoaquín Frengüelli, considerado hoyuno de los 20 grandes maestros de laGeología argentina. No solo sudirector de tesis, también susprofesores en la facultad están hoyconsiderados entre los grandesgeólogos de todos los tiempos:Walter Schiller, Juan Keidel, PabloGroeber, Enrique Fossa Mancini. Detodos fue, primero, discípulo y luegoamigo dilecto. Lo mismo con lostitulares de las restantes disciplinasde las Ciencias Naturales del Museode La Plata. Mientras exploraba laselva coleccionaba, además de rocasy fósiles, todos los ejemplares de floray fauna que le requerían esosinvestigadores científicos, quienescarecían de medios económicos parallegar por sí mismos a esos lugarestan remotos como inaccesibles. Desde Orán les enviaba material paraestudio y recibía sus notas ypublicaciones y, cada vez más,nuevos pedidos. Ese vínculo decolaboración fue tan grande que, alcelebrarse el centenario del museo,fue especialmente invitado y viajódesde Salta a La Plata. Al llegar a laescalinata de entrada lo recibió sudirector, doctor Mario Teruggi,diciendo al abrazarlo que supresencia resolvía la incógnita de losque dudaban si el festejo se haría“con el Yugo o sin el Yugo”.

Actividad deportivaAdemás de la preparación académicaque da la universidad, para ser eficienteen el trabajo de exploración geológicaes imprescindible contar con unabuena preparación física, con músculosentrenados para llevar a cabo cualquieresfuerzo y resistir a la fatiga para soste-nerse todo el tiempo que sea necesa-rio. Durante la prueba de campañarealizada en Cacheuta (Mendoza) paraacceder a la beca de YPF, se puso énfa-sis en la importancia de la condiciónfísica. En los años de universidad, yacomo alumno-geólogo becado porYPF, debía hacer, en las vacaciones, viajes de práctica,prolongados y exigentes, acompañando comisiones deexploración en sus trabajos de campo. Para estar siem-pre en debida forma, practicó varias disciplinas deporti-vas. En algunas logró destacarse, al punto que sus ami-gos le pidieron que hiciera deporte federado, integran-do equipos de entidades que competían oficialmente.Así hizo básquet, remo, natación y atletismo. En juliode 1946 se llevaron a cabo, en el Yacimiento Norte(Campamento Vespucio), provincia de Salta, los JuegosOlímpicos de YPF. Participaron 280 deportistas de todaslas regiones del país. Jakúlica fue designado abanderadode esa olimpíada.

La importancia de una buena condiciónfísica mereció muchas veces el reconoci-miento de sus colegas. Como ejemplorecuerda una carta personal del ingeniero J.J. Zunino, con fecha 8 de septiembre de1948, comentando un hallazgo de trilobitesen un lugar de difícil acceso: dice: “...sientoque usted no haya estado en estos lugares,su asombrosa agilidad hubiera acelerado laacción porque las capas fosilíferas están enla parte media de una peña casi inaccesible”,y lo decía Zunino, una verdadera autoridad

en la materia.Esa “asombrosa agilidad” no era tan asombrosa, sino lalógica consecuencia de una práctica deportiva constan-te, que cuando se hace en alta competencia, exige hábi-tos de vida sana, frugal y austera, sin probar nunca alco-hol ni tabaco, ni cometer excesos de ninguna índole.Admitiendo que “el deporte es una combustión de dina-mismo excedente”, en este caso, no fue un fin en símismo sino un medio para estar en condiciones deafrontar con éxito las exigencias del trabajo de explora-ción. En la actualidad, como esos hábitos de vida nohan variado, aún sigue practicando básquet a pesar desus 82 años.

Haciendo geología de exploración en la montaña rocosa. El “Yugo” se zambulle desde 25 metros

en una barranca del Río Bermejo. El primer salto fue para un salvataje.

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ró definitivamente para dedicarse enlo sucesivo, a la agricultura tropical enel norte de Salta. Verdaderamente leresultó muy duro separarse de tantosy tan dilectos amigos y colegas, comoBracaccini, Zunino, Catinari, HerreroDucloux, Daniel, Deferrariis, Russo,Pascual Crespo, Bozzolo, Padula,Irigoyen, Mingram y muchos más,que junto con los técnicos y adminis-trativos de “ese querido noveno pisodel edificio de YPF, formaban un ver-dadero mundo afectivo difícil delolvidar. La señora Klimt, eficientesecretaria del Departamento deGeología, viuda de un geólogo caídoen acción, era la única mujer en todoese enorme edificio de catorce pisosde Diagonal Norte 777, en la décadade los años 50”.

En mayo de 1953, tras un cursode capacitación en el InstitutoFototopográfico Argentino (IFTA),(una “joyita” de alta tecnología deSaralegui y Pérez del Cerro), se hizocargo de la interpretación geológicade fotos aéreas, iniciando así laFotogeología en el país. Como yahabía relevamientos aéreos ejecuta-dos en la provincia de Salta y otrosproyectados para Mendoza yNeuquén, la gerencia estimó que“los servicios de un especializadoeran de imprescindible necesidad” ydispuso su traslado a Buenos Aires.Su tarea principal era la supervisióndel Distrito Geológico del Norte y,conjuntamente, la fotointerpreta-ción de zonas en estudio.

Al cesar su actividad de explora-

ción en campaña, decidió tomar unadeterminación largamente posterga-da. Dispuesto a ser siempre “geólogodisponible” para la empresa y actuarcon la máxima dedicación en cual-quier destino que le tocara, procuróser siempre solución y nunca proble-ma, y por eso postergó su intenciónde casarse y formar un hogar hastacumplir los 32 años, poco antes dedar fin a su relación directa con laexigente geología de campo. El 30de octubre de 1953 contrajo enlaceen Orán (Salta) con Blanca Manero,nacida y residente en esa localidad.De esa unión nacieron cuatro hijos:Guillermo, Ricardo, Fernando yAlicia. Ese es actualmente, connueve nietos, su núcleo familiar, ensu mayor parte radicado en Salta.

Actividad docenteFue profesor titular de Geología delPetróleo en la Facultad de CienciasNaturales de la Universidad Nacionalde Tucumán desde 1963 a 1973 y,posteriormente, en la UniversidadNacional de Salta desde 1973 a 1985.Actuó como jurado de concursos ytesis doctorales en la UNT y en laUNSA desde 1963 en adelante y fueprofesor y director de tesis de una

pléyade de geólogos que hoy sereparte a lo largo y ancho del país, eincluso en el extranjero.En 1966 fue designado representantedel Consejo Superior Profesional deGeología de la República Argentinapara participar del 79° Congreso dela Geological Society of America, enSan Francisco, California (USA),único profesional argentino entre3350 geólogos de todo el mundo.

Su actuación públicaEn septiembre de 1969 fue Secretariode Estado de la Producción y, en1970, Ministro de Economía interinode la provincia de Salta. En 1966,Coordinador ad honorem de la luchacontra la rabia Paresiante en Salta,que lo obligaban a realizar vuelosdiarios en helicóptero durante variosmeses.

Posteriormente, como coordinadorpara el desarrollo del Área SelváticaTropical, concretó los primerosensayos y la expansión del cultivodel banano y cafeto, aportando ase-soramiento y dirección técnica paranuevos cultivos y plantaciones. Actualmente es asesor del GobiernoProvincial para la Región Selvática.

Otros trabajosEn el año 1957 fue designado representante ad honorem

de la provincia de Salta en la Comisión Nacional del RíoBermejo para lo cual aportó su conocimiento directo del terreno al Proyecto del Almirante Gregorio Portillo e integrósu equipo técnico para planificar las obras de aprovechamiento integral del río.

En 1985 viajó en misión oficial a Helsinki (Finlandia) y aMoscú (URSS) para conocer la tecnología de explotación derocas fosfáticas y su posible aplicación en yacimientossimilares del norte argentino.

En 1987 viajó a El Salvador para acordar con elpresidente Napoleón Duarte la llegada de inmigrantessalvadoreños para cultivar café en Salta.

En 1988 viajó a Croacia para asesorar al gobiernoyugoslavo sobre las condiciones del Plan Houston para laexplotación petrolera en la Argentina.

En 1989 tuvo reuniones de trabajo con geólogos y geofísicos llegados al país, a los que brindó asesoramientosobre áreas petroleras del Plan Houston y Petroplan.

En 1994 dio asesoramiento en trabajos de campo a laWestern Geophisical de USA, en áreas petrolerassalteñas. Efectuó recorridas paraestablecer en laselva las líneassísmicas y helipuertos deregistro.

Una anécdota: exportando petróleo

“En un lugar del río Bermejo, enla orilla boliviana, vivía un solitariopuestero llamado Jorge Ramírez,aislado en plena selva y sin contactocon ningún otro poblador. Cuandocalculaba que pasarían por allí lasmulas y caballos de nuestra comisióngeológica, nos esperaba junto al río,en un punto obligado de paso. Y allíhacía un pedido aparentementeinsólito. Traía dos botellas vacías de unlitro cada una, unidas entre sí por untiento de cuero y tapadas con buenoscorchos, y pedía que le trajera en ellaspetróleo de una manifestación de

superficie en la orilla opuesta. Yo mequitaba la ropa, me colocaba lasbotellas en los hombros y antes que meacribillaran los mosquitos, cruzabanadando el río caudaloso. En la orillaopuesta llenaba las botellas conpetróleo, ajustaba los corchos yregresaba donde me esperaba feliz elboliviano, que ahora tendríacombustible para sus mecheros pormucho tiempo, hasta nuestra próximallegada.

Era una operación simple y rápida,pero creo que debe haber sido ‘laprimera exportación de petróleoargentino a Bolivia por métodos notradicionales’.”

El que lleva medio siglode andar la selva por dentro;de recorrer sus quebradasen busca de afloramientos;de cabalgar largas sendascon los mulares cargueros;de abrirse paso a macheteen los montes más espesos;de cruzar a nado ríos,correntosos, turbulentos;de trepar filos rocososy bajar despeñaderos,para evaluar por las rocas,su potencial petrolero;

siempre explorando la selva,conociendo sus secretos,ha visto en muchos lugaresel trabajo maderero:arriesgado, fuerte, rudo,pero atractivo en extremo.A tal punto que, admirado,Pensó en hacerse obrajero.

Lo intentó por muchos años,compró monte y elementos,mas nunca pudo lograrlopor algo que es su secreto:¡se enamoró de la selva, porque, en el fondo, es un bohemio!

Y el corazón de la selva,verde por fuera y por dentro,le dijo que son los árbolessus amigos verdaderos.Y un amigo no se cambiapor un poco de dinero.

Por eso, no tiene obraje,pero sí, miles de cedros.Que es decir, miles de amigos,allá arriba, en el faldeo,cuyas ramas extendidas,igual que brazos abiertos,lo reciben, cuando llega,con un abrazo fraterno.

EXPLORANDO LA SELVA. (AUTOBIOGRAFÍA)

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Una de las campañas de exploración a lomo de mula. Jakúlica haciendo un relevamiento con plancheta

La campaña de exploración a lomo de mula durante el cruce del río.

Piloteando un MM monomotor de ala baja para reconocimiento de la región.