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1Corintios 12: 7-10b Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. 8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía;….

Introducción 1. ¿Qué es la profecía? 2. El llamado a profetizar 3. La profecía no es adivinación 4. El profeta cumple misiones 5. Los propósitos de la profecía.

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A los niños se les pregunta: ¿Qué quieren ser cuando sean grande? Unos dicen: Bombero, otros policía, doctor, abogado, enfermera, etc. Y la respuesta de los mayores cuando se les pregunta: ¿Qué oficio tienen? ¿Qué profesión sabe hacer? Unos dicen: soy cocinero, carpintero, electricista, etc. Al hablar del don de profecía hay que entender que se deriva de una de las profesiones que Dios prometió al pueblo de Israel y estoy hablando del profetismo, que para adquirirla es totalmente diferente a las mencionadas. Cuando hablo del término “profetismo” me estoy refiriendo a la persona de oficio “profeta”. El profeta es la persona que desempeña, se desenvuelve, trabaja, o diríamos que su especialidad es la palabra profética, o mejor explicado: Es un “profeta”.

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En los tiempos antiguos en la mayoría de las culturas había profetas, pero nunca sobresalieron como los profetas de Israel. Los profetas de Israel ocuparon una posición única dentro de todo el Medio Oriente en los tiempos del Antiguo Testamento, y mediante sus escritos, impactaron a todo el mundo. Los únicos profetas que dejaron huellas en esta tierra fueron los profetas de Israel, los demás desaparecieron a si como vinieron sin que nadie se diera cuenta. Aun dentro del pueblo de Israel se levantaron muchos profetas que pasaron a la historia sin ser reconocidos, porque no eran profeta de Dios, sino que eran profetas falsos. Fueron falsos por el simple hecho de no haber sido llamados por Dios y lo que profetizaron fue mentira. Jeremía desenmascaro algunos falsos profetas:

Jeremías 14: 14 Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa,

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adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan.

Hay algo mas, Jeremías le dijo a Hananías en su propia cara que era un profeta falso. Jeremías 28: 15 Jehová no te envió, y tú has hecho confiar a este pueblo en una mentira”. Los profetas de Israel eran hombres de coraje, guías positivos, líderes que se mantenían en lo que Dios anunciaba aunque estuvieran sus vidas en peligros de muerte a causa de su mensaje. Fueron hombres que corregían a un pueblo que continuamente se descarriaba de la ley de su Dios. Miqueas 3:8 Mas yo estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado. No hay mucha diferencia en estos tiempos en la iglesia cristiana, se necesitan de hombres y mujeres que continuamente le este enseñando a este pueblo que se aparta de los preceptos de Dios con gran

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facilidad por causa de los deleites de este mundo. Necesitamos realmente oír a hombres y mujeres que digan: “Así dice el Señor”, pero que no sean sentimientos personales, si no el deseo de Dios para su iglesia, o la persuasión a un peligro. Hay un profeta que se menciona en el libro de Hechos que le profetiza al apóstol Pablo lo que le sucederá en Jerusalén. Un profeta que profetiza en ese nivel es verdaderamente un profeta. Hechos 21: 10,11 y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, 11 quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.

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Segunda parte:

El llamamiento a profetizar

Un profeta no entraba al profetismo por herencia. El profeta regularmente no había nacido dentro de una tribu o de una familia marcada por el profetismo. El hecho de ser hijo de profeta no garantizaba automáticamente a una persona el don de la profecía. Cada profeta era escogido personalmente por Dios y llamado por él a una obra que el mismo Dios le encomendaría. Analicemos lo que dijo el profeta Jeremías de su llamamiento:

Jeremías 1: 5 “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifique, te di por profeta a las naciones”.

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El escogimiento del profeta no era en base a su familia, ni las cualidades o apellido de ella. En otras palabras, el llegar a ser un profeta no era por honores familiares, sino por la bondad y la misericordia de Dios. En ese aspecto mencionado, los profetas de Israel se

diferenciaban de los sacerdotes de Israel. El sacerdote recibía su oficio por herencia. Si una persona era descendiente de Leví el hijo de Jacob, era constituido automáticamente levita; y si, además de eso, era descendiente de Aarón, estaba destinado al sacerdocio. El sacerdote no tenía que escoger el oficio de levita o de sacerdote, no tenía que recibir un llamamiento personal para tales oficios, recibía uno de ellos o ambos a la vez, por nacimiento. Por el contrario, los profetas eran hombres escogidos, seleccionados de entre los demás de una manera muy especial.

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Es digno de notar que el llamamiento profético fue conferido a menudo en conexión con una experiencia extraordinaria que ayudo al profeta a percatarse de la autenticidad de dicho llamamiento. Tales incidentes dieron cuerpo y sustancia a la realidad del llamamiento e incrementaron su efectividad como una base firme para la futura obra profética. Veamos el llamamiento de algunos profetas. El profeta Amos: Se refiere a su llamamiento con las siguientes palabras: “No soy profeta, no soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y cultivador de sicómoros. Y Jehová me tomo de detrás del ganado, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel” (Amos 7: 14,15). Él explicaba que no venía de una familia que tuviese el don de profecía, es más él dice cual es realmente su especialidad, y es: Un campesino que se dedica a criar bueyes y cultivar la tierra con árboles de sicómoro. Más Dios en su gran amor lo escogió para que trajera al pueblo de Israel palabras proféticas. Cuando Dios escoge a alguien para una misión profética, no interesa cual es su especialidad en esta

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tierra, no interesa cual es su carrera, desde abogado hasta amas de casas son igual delante de Dios, y si él los escoge para una misión profética lo único que tienen que hacer es dejarse usar. Usted no puede presentarle a Dios todo su currículo para que él lo escoja, no depende de eso; sino de la entrega y el amor que tenga hacia él. Moisés: Fue llamado mientras contemplaba una zarza que ardía milagrosamente sin consumirse, es una escena vivida y espectacular que había de recordar por largo tiempo, corroborando día tras día la realidad de su llamamiento. (Ex. 3: 4). En el llamado de Moisés se hace hincapié en la frase "apacentando Moisés las ovejas" en el idioma hebreo indica que éste era el oficio de Moisés; era pastor de ovejas. Estaba viviendo tranquilamente en el exilio, lejos del puesto de príncipe que tuvo en Egipto. Más Dios le hizo un llamado para convertirlo del oficio de pastor de ovejas, al oficio de profeta de Dios. La gente a menudo juzga las cualidades de los demás según su inteligencia, habilidades, y

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capacidad para tomar decisiones. Las normas que Dios usa son diferentes. Moisés, un hombre que mató a un egipcio y huyó al desierto, no califica dentro de las normas humanas para una tarea especial. Pero Dios vio en Moisés lo que el hombre no puede ver. En las normas humanas usted no califica, pero no se preocupe, ya que en las normas de Dios sí. Los medios y los eventos que Dios utiliza para llamar a sus siervos escogidos son tan diversos como la gente a quien Él llama. Lo importante de la zarza ardiente es que esto era un evento nuevo y extraordinario en la vida de Moisés. Marcó un nuevo período de inicio entre Dios y Moisés. La vida de pastor para Moisés había terminado; la nueva vida de profeta de Dios había comenzado. Isaías: Fue llamado por medio de la visión que contempló al Dios Todopoderoso en medio de su gloria, sentado en el templo sobre un trono alto y sublime (Is. 6: 1). Sus labios fueron purificados con

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un carbón encendido, recién tomado del altar del templo. Isaías era un hombre de elevada educación, pero eso no le aseguraba el llamado de profeta. El llamado dependía de lo que Dios vio en la personalidad de Isaías. Ezequiel: Recibió este llamado cuando se hallaba entre los deportados junto al rio Quebar en Babilonia, donde vio una gran visión de los Querubines que están en la presencia de Dios (Ez. 1: 1 - 2:3). Ezequiel, recibió la orden de comerse un rollo; se nos dice que lo comió y que fue en su boca dulce como la miel (Ez.3:3). Después de comerse el rollo, se sintió lleno simbólicamente de la palabra de Dios a fin de proclamarla con poder.

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Tercera parte: Profecía no es adivinación

1Corintios 12: 7-10b Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. 8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía;….

Estoy en la serie de los dones del Espíritu, ya estudiamos varios dones, se los enumero en orden:

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1. Don de sabiduría. 2. Don de ciencia. 3. Don de fe. 4. Don de sanidad. 5. Don de milagros. 6. Ahora estoy en el don de Profecía.

Dentro del don de profecía e predicado en dos ocasiones, los temas que e cubierto son: A) Introducción al don de profecía. B) El llamamiento a profetizar. C) Profecía no es adivinación.

Deuteronomio 18: 15- 22 Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis; 16 conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. 17 Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. 18 Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como

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tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. 19 Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta. 20 El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. 21 Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado? 22 si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él. Uno de los problemas que muchas iglesias tienen internamente es que muchos de sus miembros, buscan un reconocimiento, y cuando no lo tienen tienden a abandonar a la iglesia. Pero por el contrario si el ministerio que desempeñan es reconocido entre los miembros,

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aparece en los boletines, y le dan grandes honores; hasta lo hacen con más fuerza. Creo que el don de profecía nos enseña mucho. El profeta que era usado en profecía nunca buscaba un reconocimiento, y en muchas de las ocasiones era pasado desapercibido, pero a pesar de ello, él siempre hacia el trabajo que Dios le encomendaba. En la Biblia encontramos que el sacerdote era más reconocido que un profeta. Las funciones de los sacerdotes fueron establecidas por Dios cuando entrego a Israel sus leyes en el monte Sinaí. En ellas se habla de la forma de conducta y vestuario de un sacerdote.

Sin embargo, no sucedía lo mismo en el caso de los profetas. La ley no describía su oficio ni sus deberes, ni siquiera su existencia era realmente establecida.

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El reconocimiento de los profetas se viene a realizar hasta en el libro de Deuteronomio, para ser más específico, en el pasaje anteriormente leído, (Dt. 18: 9–22). Hay razones por las cuales Dios comienza a mencionar a los profetas sin dar muchos detalles. Una de las razones es: Israel se aproxima a vivir muy cerca de muchas naciones paganas, y éstas tienden a recurrir a la adivinación como medio de acercamiento a una divinidad. Dios quería que Israel no se confundiera al entrar en contacto con estas naciones; razón por la cual Dios levantó hombres que fueron usados en profecita a los cuales se les dio el nombre de profetas.

I. Dios prohíbe la adivinación La adivinación es la predicción de cosas futuras u ocultas, sin el verdadero recurso a Dios.

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a. Egipto, encontramos que el Faraón tenía

a los magos. b. Grecia, tenía sacerdotes de Apolo. c. Roma, dependía de las supersticiones.

Los sacerdotes Israelitas tenían mucha similitud en la forma de consultar a Dios con los medios usados por adivinos paganos, y por lo tanto Dios no quería que Israel se confundiera y se envolviera en las costumbres de esos pueblos. Dios nunca estuvo interesado en que Israel se pareciera a las naciones paganas, por el contrario Dios quería que Israel hiciera la diferencia. Dios prohíbe estrictamente en su Palabra el recurrir a la adivinación, ya que es parte del ocultismo y contamina.

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Levíticos 19: 31 “No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos.” Moisés advirtió al pueblo que habiendo entrado en Canaán no traten de comunicarse con Dios mediante ninguna forma de adivinación, porque tal práctica era una abominación a Jehová; sino que Dios mismo se comunicaría con ellos mediante un profeta. Y aun que Israel había recibido esa prohibición, en varias ocasiones encontramos que sus líderes, recurrieron a la adivinación, para saber cómo sería su futuro. El rey Saúl fue a consultar a la pitonisa (hechicera, adivinadora, en su época). 1 Samuel 28: 7 Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le

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respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de adivinación. El espíritu de adivinación está unido al espíritu de rebelión. 1Samuel 15: 23 “Porque como pecado de adivinación es la rebelión…”. El hombre, llevado por la soberbia o la ignorancia, quiere tenerlo todo bajo su control sin poner su confianza en Dios. Es por eso que busca conocimiento ilícito por caminos que están fuera de la revelación divina y fuera de los medios naturales que son lícitos. Va así en búsqueda de la adivinación. La adivinación es una puerta para el demonio y quien la practica le da acceso a su alma. Hay también quienes hacen directamente un pacto con el mismo demonio.

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Hoy en día hay supuestos adivinos que utilizan el nombre de Dios, lo cual confunde a personas incautas. Usted nunca se le ocurra consultar a uno de ellos, ya que son personas que tienen el mal espíritu del demonio de la adivinación. No se preocupe en saber cómo será su futuro, donde va a vivir; lo importante es que usted está en las manos de Dios, aquí y donde quiera que viva. Preocúpese por el hoy, el próximo mes no sabemos si estaremos en la tierra o en misma presencia de Dios. Lo importante es vivir a lo máximo el hoy. Todo aquel que consulte la adivinación se está metiendo en terreno de Satanás, hay clasificaciones, ejemplo:

a. magia, (sea negra o blanca es del diablo) b. telepatía, c. clarividencia, d. la acción de la mente sobre la materia

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Todo ello son obras del diablo que usa la adivinación para engañar a los transeúntes. Deuteronomio 4: 15 “Guardad, pues, mucho vuestras almas;…” Todas las formas de adivinación deben rechazarse. La adivinación encierra una voluntad falsa de poder sobre el tiempo y la historia y logran confundir a los hombres, haciéndolos esclavos de la protección de poderes ocultos, opuestos a Dios. Están en contradicción con el honor, servicio y respeto que debemos solamente a Dios, porque Él es el dueño del tiempo, del pasado, presente y de todo el porvenir, al igual que sobre todo lo creado visible e invisible.

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II. La forma de consultar a Dios. Dios le dijo a Su pueblo que acudiesen a los profetas en busca de revelaciones divinas, y no a las formas de adivinación que estaban en uso en las naciones circundantes. Y hoy las vemos en su gran apogeo, no han cambiado. Hoy el ser humano sigue invocando al espíritu de adivinación:

a) Invocan al espíritu de los muertos, b) Usan oráculos para descubrir cosas

ocultas, c) Consultan los horóscopos, y la astrología, d) Consultan la quiromancia (lectura de

manos), e) Buscan la interpretación de presagios

como de suertes, f) Recurren a los "médiums", cartas de tarot,

la guija, el libro rojo, negro etc.

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Muchos recurren a la adivinación en momentos de crisis para buscar una solución a un grave problema. Otros creen que solo es una broma, una curiosidad o lo hacen por la presión de un grupo de amigos, amigas. Debemos recordar que en la adivinación está en juego nuestra fidelidad a Dios. El enemigo está como león rugiente buscando a quién devorar. Dios dijo en los labios del profeta Isaías que todas las predicciones de los supuestos adivinos quedaran en nada. Isaías 44: 24-25 Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo; 25 que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y desvanezco su sabiduría.

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En la profecía los hombres no toman la iniciativa, sino que es Dios quien les llama y les da un mensaje que deben comunicar. Números 12: 6 Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.

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Cuarta parte: El profeta cumple misiones

Estoy en la serie de los dones del Espíritu, ya estudiamos varios dones, se los enumero en orden:

7. Don de sabiduría. 8. Don de ciencia. 9. Don de fe. 10. Don de sanidad. 11. Don de milagros. 12. Ahora estoy en el don de Profecía.

Dentro del don de profecía e predicado en tres ocasiones, los temas que he cubierto son:

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D) Introducción al don de profecía. E) El llamamiento a profetizar. F) Profecía no es adivinación. G) El profeta cumple misiones

Jeremías 1: 17-18 Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos. 18 Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra. 19 Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte. En el lugar que viví mi infancia, una tienda estaba a gran distancia, había que pasar mucho terreno lleno de maleza para llegar hasta esa mini tienda. Mi madre daba la orden y había que

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cumplirla, aunque que quería que mandara a unos de mis hermanos, una vez dada la orden no había retroceso. En un ejército se le enseña al soldado a obedecer órdenes. En ellos se forma la idea que son capases de cumplir órdenes. Un centurión vino delante de Jesús para que sanara a su criado, y éste hablo de la forma como cumplir órdenes: Mateo 8:7-9 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. 9 Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. A un profeta se le asignaba órdenes y estas no venían de hombre terrenal sino del Dios celestial.

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Si a un hombre terrenal se cumplen sus órdenes; cuanto más las misiones del Dios eterno. Ahora vamos a entender las palabras que Dios le dijo al profeta Jeremías: “ciñe tus lomos, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos”. Esto es prepararse para llevar una carga pesada, si queremos ser usados con el don de profecía es necesario que nos preparemos para llevar una carga pesada, si no estamos listo para ello, es mejor que sigamos esperando… Ahora hemos encontrado una razón por cual la herencia no es conveniente para el oficio del profeta. El profeta es una clase de persona muy especial, ya que las misiones que se le asignaban era muy peligrosas y para poder cumplirlas se necesitaba de dos cosas: “coraje y valor”.

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El profetizar no es un ministerio que cualquiera puede desempeñar. El oficio sacerdotal no requería de tantas cualidades especiales. Un hijo de sacerdote débil podía todavía llevar adelante el oficio con holgada facilidad, pues se trataba de funciones enteramente rutinarias; así podía esperarse que algunos sacerdotes fuesen mediocres ya que desempeñaban su oficio simplemente por el hecho de haber llegado al sacerdocio por la ley de la herencia. El profeta, en cambio, no actuaba por patrones establecidos. Muy a menudo, tenía que cambiar su programa, nunca hacia algo rutinario, siempre tenía nuevas misiones, y su curso de acción podía cambiar drástica e inesperadamente.

a) En algunas ocasiones el profeta tenía la misión de ungir a un rey; pero, después tenía que llevarle palabras de reprensión.

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b) Unas veces el profeta debía de suministrar alegría y otras veces motivos de pesadumbre.

c) Su llamamiento podía conducir a graves peligro o a honores elevados.

d) Debía estar preparado para el sufrimiento y la injusticia,

e) Debía estar preparado para la comodidad y aplausos. No había lugar para la mediocridad.

I. Analicemos el coraje de tres profetas

El profeta Samuel. El primer acto de Samuel, como recién llamado por Dios para el oficio profético, fue declarar, nada menos que al sumo sacerdote, Elí, que su casa había sido rechazada por Jehová (1 Samuel 3: 4-18). Esta era una tarea desafiante para Samuel ya que para esa época era un niño.

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En una ocasión Samuel fue comisionado por Dios par ungir a Saúl como rey de Israel (1 Samuel 9:15-21; 10:1-8); pero, posteriormente tuvo que informar a Saúl que había sido rechazado por Dios a causa de su rebeldía (1Samuel 13: 11-14). Otra de la misiones de Samuel fue ungir a David como el siguiente rey de Israel, el que reemplazaría a Saúl (1 Samuel 16: 1- 13). El profeta Natán Este profeta recibió la misión de reprender a David por su pecado con Betsabé (2 Samuel 12: 1-12). Era una prueba muy fuerte tener que dar esta clase de mensaje al rey más grande de su tiempo, pero Natán lo hizo. El profeta Ahías Este profeta tuvo primero que prometer a Jeroboam la nueva nación de Israel (1 Reyes 11:

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29-39), y después decirle que sería barrido con su descendencia (1 Reyes 14: 6-16). Todo esto quiere decir que, para estar capacitado debidamente para el oficio profético, un individuo necesitaba poseer una personalidad sobresaliente, sanamente independiente. Los profetas debían ser personas de carácter fuerte, brillante inteligencia y ánimo corajudo. Así llegaron a ser los gigantes espirituales de Israel, los formadores de la opinión pública, los líderes del pueblo a través de días de oscuridad, personas notoriamente distintas de todas las demás que vivían en su entorno, tanto de Israel como de otras naciones de su tiempo.

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II. El trabajo del profeta. 1 Corintios 15: 57-58 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. Jesús dijo: cualquiera que se avergüence de mi yo también me avergonzare de él cuando venga con mi reino. Pablo dijo: No me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios. (Romanos 1: 16) El trabajo de un profeta es doble:

A) Recibir el mensaje de Dios mediante una revelación.

B) Declarar al pueblo el mensaje de Dios.

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Los sacerdotes enseñaban al pueblo, y el tema era la ley que Dios había dado en el monte Sinaí; los profetas por su parte, exhortaban al pueblo a obedecer la ley de Dios. Los sacerdotes se dirigían básicamente a la mente de sus oyentes, dándole información acerca de lo que debían conocer, mientras que los profetas se dirigían a las emociones y a la voluntad, urgiendo al pueblo a poner por obra lo que habían aprendido.

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El propósito de la profecía 1Corintios 12: 7-10b Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. 8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía;….

Estoy en la serie de los dones del Espíritu, ya estudiamos varios dones, se los enumero en orden:

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1. Don de sabiduría. 2. Don de ciencia. 3. Don de fe. 4. Don de sanidad. 5. Don de milagros. 6. Ahora estoy en el don de Profecía.

Dentro del don de profecía e predicado en tres ocasiones, los temas que he cubierto son: 1. ¿Qué es la profecía? 2. El llamamiento a profetizar. 3. Profecía no es adivinación. 4. El profeta cumple misiones 5. El propósito de la profecía

El don de la profecía es un don maravilloso que posee el cuerpo de Cristo. ¿Qué es el don de la profecía? Es un don sobrenatural que Dios da a la iglesia para recibir divinamente un mensaje del

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mismo corazón de Dios, para las cosas distantes o futuras. Es un don que Dios ha elegido para bendecir a su pueblo. La palabra profética puede ser personal, grupal o algo más masivo como a una congregación. ¿Para qué es traída la profecía? Hay tres cosas del porque la profecía es traída:

a. Edificar, b. Exhortar c. Consolar.

Edificar: es construir buenos cimientos en la vida de una persona o congregación, infundir buenas actitudes, es formar a la persona o a la iglesia a la medida, estatura y plenitud de Cristo. Es construir. Es un término que se puede usar para edificar nuestro ser en el Señor. Una palabra de profecía edificará a alguien, no lo hará pedazos.

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Exhortar: Es estimular. Es como el discurso del entrenador en los vestidores, reuniendo al equipo para salir y llevar a cabo tal y como fueron entrenados para hacerlo. Una palabra de profecía animará a alguien, no lo desanimará. Sabemos que el exhortar es corregir cuando nos estamos desviando del plan de Dios, para nuestras vidas. Pero, siempre la palabra tiene que ser dada con amor y nunca si es personal delante de otras personas, no se trata de humillar a la persona ni mucho menos herirla, es únicamente con el fin de traer corrección, luz a la persona para que su vida crezca y sea de bendición para otros. Consolar: Tiene la idea de fortalecer. No solo llora con los que sufren, pone sus brazos alrededor de ellos y los fortalece para llevar la carga. Una palabra de profecía fortalecerá, no debilitará a alguien.

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Es verdad que la profecía suena a veces algo misterioso, no debemos tener temor a una palabra profética, ni tampoco tomarla a la ligera. 1Tesalonicenses 5: 19-21 No apaguéis al Espíritu. 20 No menospreciéis las profecías. 21 Examinadlo todo; retened lo bueno.

I. La profecía es para instruir Dentro de la profecía encontramos palabra de instrucción, en Hechos 9: 10-18 vemos a un discípulo llamado Ananías, que recibe una visión de parte de Dios con instrucciones específicas, para que pusiera sus manos sobre Saulo y orara para que este recobrara la vista. Recordemos que en ese momento Saulo no era Pablo, era un hombre que perseguía y encerraba a los cristianos en la cárcel. Pero Dios uso a Ananías con palabras proféticas, las cuales se cumplieron en la vida de Pablo, fue profecía de instrucción

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En 1Samuel 15: 3 encontramos que Samuel da instrucciones específicas al rey Saúl, diciéndole: Destruye Amalec y todo lo que él tiene hombre, mujer, niño, vacas, ovejas, etc. Luego vemos él versículo 9, como Saúl desobedece la palabra dada de parte de Dios. Notamos claramente que por medio de la profecía Dios da instrucción, y dos claros ejemplos de obedecer o no a lo que Dios les estaba mandando a hacer. La palabra profética dada en estos casos es para cómo hacer la obra de Dios, resta de nosotros que deseemos hacerlo o no.

II. La profecía es para comisionar También la profecía es traída para comisionar a una persona aun trabajo determinado en el Señor o para un ministerio como fue el caso de Bernabé y Saulo.

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Hechos 13: 1-3 Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. 2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. 3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. Antes de que Bernabé y Saulo pudiera hacer algo importante para Dios, primero tenían que ser apartados para Él. Si tú eres apartado para Dios, significa que debes separarte de algunas otras cosas. No puedes dar un verdadero “sí” a Dios en tu vida, hasta que puedas decir “no” a las cosas que te alejen de ese llamado. Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra: Es significativo que los dos hombres llamados al

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servicio misionero eran, hasta donde sabemos, los dos hombres más dotados y capaces de la congregación. Fueron comisionados por medio de la profecía. Me atrevo a decir que ellos ya lo venían sintiendo. La profecía confirmo lo que ellos sentían. El llamado que Dios tenía para la vida de Pablo ya había sido declarada en Hechos 9: 15 El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; Esto no era un sentimiento o sensación de llamado del tipo “sentí bonito”, éste era un llamado serio para un ministerio serio.

III. La profecía es para frutos Filipenses 3:17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.

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Jesús dijo en Mateo 7: 20 Así que, por sus frutos los conoceréis. Los frutos son las muestras, los ejemplos, lo que está a la vista, lo que se ve, lo palpable, etc. Cuando recibimos una palabra profética tenemos que tener en cuenta varios puntos importantes en la vida de la persona que nos trajo la palabra profética.

a. La persona de quien se recibe la palabra profética debe ser de buen testimonio.

b. Debe tener frutos en su vida. c. Es necesario que viva lo que dice. d. Tiene que tener una vida de adoración. e. Es requisito que viva en obediencia y

sujeción a un pastor e iglesia

IV. La profecía es para evidencia 1Corintios 14: 22 Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero

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la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes. La primera parte de este verso bíblico no es en el tiempo de este mensaje el explicarlo, hoy es apegarnos a la segunda parte: La profecía no es señal a los incrédulos sino a los creyentes. La profecía es signo de bendición y del progreso del conocimiento de Dios en los creyentes. La restauración de la profecía es señal de visitación divina, Hechos 3: 19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. La expresión profética es además el medio escogido por Dios como señal para este tiempo postrero de que El cumplirá su Eterno Propósito de bendecir, de refrescar y de dar descanso a Su Pueblo

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1Corintios 14: 29-31 Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. 30 Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero. 31 Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados. Conclusión Dios nos da la palabra profética, nos capacita, nos provee las herramientas, nos da el poder de su Espíritu Santo, nos promete sostenernos en los momentos difíciles, y nos asegura el éxito, el resto todo depende de nosotros. Por eso abracemos la palabra profética, llevemos una vida de obediencia, santidad, fe y oración. Entonces Dios cumplirá su propósito en ti y en mí.