Don Loche N° 3

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1 DoN LoChE Sindicato de Poetas sin Trabajo – Sismo Poético Resistente Chiclayo – Perú / Año II - No. 3 / Verano de 2004 RÓGER TORRES La inocencia entre rejas ENTREVISTA Nixa en el siglo / Guely Villanueva Díaz - POESÍA Juan José Lora / Esquina Siete de Enero y San José Juan Ramírez Ruiz / Solitario Khristian Valiente Uriarte / Poemas indigentes Lourdes Alva Rodríguez / Si alguna vez tu pecho se detiene Mariela Cruzado / Canto bastardo Tengo que morir / Carlos Becerra NARRACIÓN Engrama / Aníbal Lafinur CRÍTICA Entre sueños limítrofes / Luis Heredia Gonzales PUBLICACIONES NOTICIAS Y COMENTARIOS SERIE FICCIÓN Proyecto Olmos (...continuará)

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Revista literaria Don Loche, Año II, N° 3, editada por el Sindicato de Poetas sin Trabajo y el Sismo Poético Resistente, en la ciudad de Chiclayo en el verano de 2004. Director y fundador: Nivardo Córdova Salinas. La edición original -en base a este machote y con un montaje hecho a mano- se editó artesanalmente y se reprodujeron cien ejemplares fotocopiados. Las ilustraciones estuvieron a cargo del artista plástico Juan José Mejía Pisfil y la coordinación a cargo del poeta Carlos Becerra Popuche. Los números 1 y 2 de Don Loche se realizaron con el mismo procedimiento el año 2003. Quienes tengan ejemplares originales por favor escribir a [email protected]

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DoN LoChESindicato de Poetas sin Trabajo – Sismo Poético Resistente

Chiclayo – Perú / Año II - No. 3 / Verano de 2004

RÓGER TORRESLa inocencia entre rejas

ENTREVISTANixa en el siglo / Guely Villanueva Díaz

-POESÍA

Juan José Lora / Esquina Siete de Enero y San JoséJuan Ramírez Ruiz / Solitario

Khristian Valiente Uriarte / Poemas indigentesLourdes Alva Rodríguez / Si alguna vez tu pecho se detiene

Mariela Cruzado / Canto bastardoTengo que morir / Carlos Becerra

NARRACIÓNEngrama / Aníbal Lafinur

CRÍTICAEntre sueños limítrofes / Luis Heredia Gonzales

PUBLICACIONESNOTICIAS Y COMENTARIOS

SERIE FICCIÓNProyecto Olmos (...continuará)

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noticias y comentariosVíctimas del vacíoEl concierto acústico del grupo musical Víctimas del Vacío en el INC, merecería un espacio mayor, ya que el recital se complementó con una instalación conceptual de raíces pre hispánicas realizada por Juan José Mejía Pisfil y Nino Calambroggio (“que no nos vengan con ese floro de los intelectuales, cultos, seudocultos, no sé como se llamen. Primero hay que buscar la armonía i-n-t-e-r-i-o-r”). El brindis shamanero estuvo allí.Los Víctimas del Vacío -Paco Irigoyen, Lalo Castro y Lucho Bocanegra- salieron al escenario para reeditar viejos temas como Celeste, Dime, Cuando te amo de noche, y presentar parte de su nuevo repertorio, con marinera incluida, aunque por unos momentos los percusionistas invitados estaban algo perdidos.Esta vez tocaron sin el apoyo de Micky Gonzales en la primera guitarra –de verdad, así se llama-, y del batero Pepe. Al concierto asistieron el director del INC, escritores, pintores, El personaje de la noche: Luchito Heredia como maestro de ceremonia. Vale resaltar el hecho de que todavía estos chicos herederos de la norteñada chiclayana y el pop sigan juntándose para hacer música, aunque sin plantearse dominar el mercado, la radio y los rankings. Lo de si algún día se decidirán a tocar en serio o seguirán divirtiéndose es todavía un misterio.Admirables, de todos modos, las letras de sus canciones, quejidos hirientes, visiones oníricas, nostalgia, muchas de las cuales –todos componen- han sido escritas por Eduardo Castro Bernal, Lalo. También es un mérito su sólido estilo, personalidad musical e interpretación. No en vano han pasado por la Escuela Regional de Música “Ernesto López Mindreu”. En todo caso Víctimas del Vacío representa vivamente la soledad noctámbula de Chiclayo, donde la noche es el refugio de los desesperados. (El Dr. Loche)

Mara y NixaLa escultora Mara Gonzales realizó en bronce el busto del poeta Nicanor de la Fuente Sifuentes, Nixa, plasmando para la posteridad la efigie del escritor pacasmayino. La obra se yergue en el patio de la Casa de la Cultura de Chiclayo, donde también figuran bustos de otros escritores insignes como Enrique López Albújar. En el acto inaugural estuvo presente el propio Nixa, con más de un siglo de vida, quien agradeció el gesto de Mara e inclusive –en su emotivo mensaje y fiel a su estilo- bromeó con la posibilidad de llegar o no a los 102 años. Esperemos que sí.Al parecer en Chiclayo hay una tendencia a la inauguración de bustos de artistas. En noviembre, se instaló el del poeta modernista chiclayano José Eufemio Lora y Lora (Jelyl) en la puerta de la Biblioteca Municipal que lleva su nombre. Hace un par de años, se colocó el de Max Dextre, en el interior de la casona del INC.

El eterno malestarQuien, por el contrario, no parecía estar muy contento fue el afamado escultor José Rodrigo Avendaño, más conocido como Josefo, quien semanas atrás entró en cólera y rabieta (Canta, oh diosa la cólera del pélida aquileo...) ante un elogioso artículo

periodístico -precisamente sobre su colega Mara Gonzales-publicado en la edición regional de La República, El escrito, firmado por el escritor Bruno Buendía Sialer, destacaba la trayectoria de Mara y enumeraba las obras escultóricas hechas por la artista, entre ellas la del héroe Eloy Ureta, entre otras.Fuentes confiables, aseguran que Josefo armó un berrinche en la Casa de la Cultura, agitando el periódico, asegurando que la escultura de Ureta es de él y no de ella. Ignoramos si finalmente envió su carta aclaratoria a La República.El tema actualiza antiguas disputas sobre la autoría de las obras... Lo cierto de todo es que Mara se ha anotado un buen punto. . Pero la vida continúa, y Josefo está dedicándole todo su empeño y energía a sus talleres de cérámica y escultura.

Luis Rocca Torresal frente del INCY a propósito del Instituto Nacional de Cultura de Lambayeque (INC), la entidad tiene como nuevo director regional al sociólogo Luis Rocca Torres, quien fue seleccionado por méritos propios, pues ostenta una vasta trayectoria académica y científica. Nacido en el Callao, Rocca quedó deslumbrado por el fulgor maravilloso de Zaña, a donde llegó en la década del 70 a realizar una investigación de la cultura afroperuana. Desde entonces, radica en esa ciudad. Su libro “Zaña, la otra historia” es un texto básico de consulta sobre un pueblo que, a la par de una historia legendaria, mantiene viva una intensa tradición cultural.Rocca ha publicado otros trabajos sobre los movimientos sindicales, así como sobre los inmigrantes japoneses en Lambayeque y es cadetrático en la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Además el año pasado puso en marcha su proyecto de Museo Afroperuano en la ciudad de Zaña. Sin duda un profesional a carta cabal. Esperemos que imponga su capacidad y no se vea absorbido por la modorra, la abulia y la burocracia interina del INC, y que pueda gerenciar la entidad, para así cumplir sus roles de defensa del patrimonio cultural (monumental y vivo) así como apoyar difundir la labor de los creadores regionales.

MelopoefantSiempre alerta a lo que sucede en el Perú, nos escribe desde Berlín Alemania el poeta José Pablo Quevedo. El nació en Catacaos en 1945 pero radica Alemania desde hace más de tres décadas, donde ha fundado el movimiento literario Melopoefant-Sismo Poético Resistente, que agrupa a poetas de Europa, América y Asia. Hace algunos meses estuvo en Chiclayo presentando sus libros “Las márgenes ocultas de la lluvia”, “Las voces inaugurales del alba” y “Jojaipagra” (antología edición bilingüe alemán-castellano).Su obra poética la conforman “La noche, un día de espaldas al sol” (1973), Dieve (Berlín, 1980), Torsos y piedras (Trujillo, 1994), Immer ein Enderer (Siempre otro, Berlín, 1996), Der Kontinent der Sonne” (El continente del sol). Además editó “Los deshielos del tiempo”, “Variación de la luz”, “Poemas para un cuerpo encendido” y “Orovela”.Es Doctor en Filosofía y ha enseñado en la Facultad de Ciencias del Arte (Kulturwissenschaften) en la Universidad de Humboldt. Actualmente escribe obras de teatro para niños, y organiza la Cita

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de la Poesía Latinoamérica-Berlín que se realiza en mayo, junio y setiembre.

Max Dextre en el corazónAunque nació en Lima el 13 de abril de 1938 se consideraba lambayecano de corazón por haber vivido en la “Ciudad evocadora” los mejores años de su juventud. Deportista consumado, al mismo tiempo que oficial del ejército, a los dos años de casado deja una prometedora carrera militar para dedicarse a la literatura, ya sea escribiendo su intensa poesía, ejerciendo el periodismo, vendiendo libros y ofreciendo conferencias en todos los rincones del Perú.Tras su fallecimiento el 28 de marzo de 1998, Chiclayo siente la ausencia de uno de sus artistas más representativos. Su obra más representativa, la que escribió y pulió como su joya más preciada,

fue “La nave de orión” (seis ediciones aumentadas desde 1982 hasta 1997), “Fruta de nieve” (1985), “Árbol de brisas”, “Cien haikus” (1996), “Madre, tu dulce habla me acompaña” (1997).En prosa publicó “Poetas representativos de Lambayeque” (estudio y antología). Están inéditas “Pájaro loro”, “Signos de la aurora” y “Mientras oscurece” (poesía).El escritor Carlos Bancayán señaló alguna vez: “El mérito de Max Dextre fue el de un hombre que retó al destino. Pudo haber sido un militar de carrera. Pudo llegar a ser un empresario de éxito, pero cuando entendió que sólo podía enfrentar a ese su gran enemigo, el alcohol, con la condición purificadora de la pobreza, sin vacilar optó por someterse voluntariamente a esta última...”.

PublicacionesPasado Meridiano

Pasado meridiano se titula el primer poemario de Alex Cieza Cotrina (Bagua, 1982), editado con el valioso apoyo de la Alliance Francaise de Chiclayo, especialmente de su director Pascal Tessier, quien esta empeñado en seguir impulsando la cada vez menos incipiente actividad cultural en nuestra ciudad. El volumen - fuera presentado al público el pasado viernes 15 de enero- es una edición bilingüe, en castellano y francés, traducción que ha estado a cargo de Geraldine Tessier, esposa del director de la Alianza.De esta forma, Alex Cieza -estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Pedro Ruiz Gallo- sale de la oscuridad y le dice adiós a la etiqueta autor inédito. Sin embargo esto ya se venía venir desde su anterior plaqueta Refugio Nocturno.Detén tu prisa / juventud / i observa tus manos / palpa tu vientre. / Tu traje de carne / se está deteriorando / te espera un precipicio.(Arréte ta course / jeunesse / observe tes mains / palpe ton ventre. / Ton costume de chair / s´abime / un precipice t´attend)

Mensajeros de la lluviaLos poetas norteños Javier Villegas Fernández y Enrique Solano Rodríguez, han sido incluidos en la antología “Mandadaderos de la lluvia” (Messengers of rain) publicada en Canadá. La antologadora ha sido la escritora colombiana y traductora Claudia M. Lee, quien ha seleccionado a los poemas más representativos dentro de la diversidad que caracteriza a América Latina.Ambos autores son integrantes de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil (APLIJ) y tienen una destacada trayectoria. Villegas nació en el distrito de Chigurip (Chota, Cajamarca) y ha publicado “La luna cantora”, “Rimando la alegría”, “La flauta de agua”, “Repertorio de ternura” y “Poesía para niños”.Por su parte, Solano es natural en Piura y ha editado “Sonajas de paja y otros poemas”, “Poesía para niños”, entre otros.

Ricardo Rivas Martino“Vacío” es el nuevo poemario del poeta lambayecano Ricardo Rivas Martino (Lambayeque, 1935), quien en los últimos años nos entrega una poesía madura y esencial a la vez. Su anterior libro “El

retorno de los pasos”, así como el antepenúltimo “A corazón abierto” –tras salir de una delicada intervención quirúrgica por una afección al corazón-“El retorno de los pasos se siente cada vez más alucinante; partimos en la aurora y llegamos en la noche, con dolor o con alegrías, con éxitos o fracasos, pero llegamos a la cita ineludible”, señala.Rivas ha editado anteriormente “Palabras para el silencio”, “Las estaciones”, “Retorciendo”, “La voz del caracol”, “Palabras que guían” y “Antología poética”.

Hombres sin horizonteY como dejando leer su palabra, Max Dextre escribió –antes de fallecer- el prólogo a la novela “Hombres sin horizonte” del escritor chiclayano Víctor Rodríguez Chimoy, obra presentada hace algunos meses en nuestra ciudad y donde aborda la cruda realidad del mundo delincuencial, los marginados, “los de abajo”.Rodríguez (chiclayano, sanjosefino, ex dirigente vecinal) traza una impactante radiografía social, tomando elementos de la realidad peruana, enmarcado dentro del realismo urbano y rural, demostrando sus condiciones de novelista nato. Como prueba de ello tiene inéditas sus novelas “Crimen en el hotel” y “Conflictos laborales”.Afirma Dextre: “Hombres sin horizontes es el testimonio feroz de un hombre que conoce la realidad de los marginados del Perú. Rodríguez escribe como un preso que habla en voz alta en su celda. Es el testigo de un dolor ajeno y escudriña las causas de un

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orden social que deviene en desorden estratificado. Los pobres son las víctimas (...) Es una denuncia contra la violencia institucional. La violencia histórica. Y una protesta por la falta de comprensión, la estupidez, la ignorancia, la avaricia, el racismo, la impunidad y la prepotencia”.

CactusNotable esfuerzo es el que viene realizando la revista Cactus, dirigida por Jesús Aquino, publicación dedicada a los cultores de la palabra que sufren injusta prisión en los penales de Castro Castro y Santa Mónica (Lima), Huacariz (Cajamarca), Yanamayo (Ayacucho), Llamancaca (Huancayo) y Picsi (Chiclayo). Además de literaria, la de Cactus es una labor de sensibilización de la opinión pública sobre la realidad de las cárceles peruanas.

Lambayecanismos“Lambayecanismos...el lenguaje nuestro de cada día” de Raúl F. Cumpa Pizarro tiene un gran mérito: sin la pretensión de ser un estudio filológico o de lingüística, aborda con buen sentido del humor una gran variedad de términos usados por quienes residimos en Lambayeque.El libro rescata el ingenio de los chiclayanos para renovar el idioma. No es un manual académico aburrido, sino un espacio para el aprender divirtiéndose. Desfilan, en orden alfabético, términos como di, adecuenta, ajinagua, alegrona, apropético, chucaque, corcova, cursiento, desdenantes, espesau, estítico, grajiento, jediondo, joque¸ liso, loche, manatural, marrajo, ñisco, orear, pat´elana, piqueo, fregar la pita, sófero, ñangué, ventiau, verijas, etc.

Soliloquio de las hojasStanley Vega (Puchudén, Cajamarca, 1972) alumbró un nuevo libro, esta vez de carácter conceptual, predominantemente visual, donde cada hoja contiene signos no lingüísticos y otros elementos gráficos a partir de los cuales el lector construye el contenido. En ese sentido, y pese a que en muchos medios poco avisados se pensó que esto era una absoluta novedad en el Perú, hay que decir que Soliloquio de las hojas es heredero directo de Papel, libro del poeta peruano Jorge Eduardo Eielson editado en 1960, osea hace 43 años.Sin que esto sea un demérito, sino más bien una positiva influencia, Stanley viene realizando una buena difusión y márketin de su poemario, habiéndolo presentado en Trujillo y Chiclayo, convirtiéndose en el poeta norteño más popular y conocido, méritos que le sirvieron para asistir al Encuentro Internacional de Poesía El Pario Azul en Cajamarca, organizado por la asociación cultural Antares. Allí también estuvo, representando a Lambayeque, el periodista y escritor Luis Alarcón.

Literatura lambayecanaUna verdadera lástima que este libro de Luis Rivas Rivas, que por su título estaba llamado a convertirse en el “embajador” de nuestras letras, no tenga la amplitud, la objetividad ni el rigor crítico que debiera. Con excepción del extenso y sesudo comentario que le dedica a la poesía de Nixa y José E. Lora y Lora, lo demás es simplemente un paseo genérico, donde caben tirios y troyanos, donde no se separa la paja del trigo.Nos enteramos que Literatura lambayecana ha merecido elogios desde la revista Hybrido de Nueva York, pero vista y leída desde Chiclayo presenta muchos vacíos.Por ejemplo, es escaso –por no decir ridículo- el estudio que Rivas le dedica a Juan Ramírez Ruiz, quien para la crítica nacional es uno de los artífices de la nueva poesía peruana. Menor aún sus referencias a los decimistas como Juan Leyva o la poesía de los noventa, por citar dos casos aislados. Sorpresivamente no habla del poeta Rafael Yamasato. Ignora la poesía popular Luis Abelardo Núñez. Talvez el título le queda demasiado grande. Esto nos pone frente a un tema latente: Chiclayo además carece de una buena antología mínima de su poesía y su prosa.

Tan frágil manjarEl poeta y periodista Luis Eduardo García (Chulucanas) presentó en Chiclayo “Tan frágil manjar. Historias, libros y personajes”, una antología de sus artículos periodísticos publicados a lo largo de las últimas dos décadas. El tema predominante es la literatura, a través de entrevistas, crónicas y comentarios a escritores peruanos y extranjeros, con su estilo personal. De esta forma el autor cumple su cometido de divulgar la obra de innumerables autores, sirviendo como buen guía para el público.En la ceremonia de presentación estuvo la librera y editora trujillana Adriana Doig Mannucci, presidenta de la ATAL, quien además organiza la Feria del Libro de Trujillo.

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la inocencia entre rejas / róger torres velásquez:

“A veces la vida es una rosaarada al fondo del abismo”.

Yo no hablo como político porque soy una hormiga en la mejillaazul del universo, tampoco hablo como religioso, porque aún mi casa es una lágrima explosiva, tampoco hablo como poeta porque mi carne lírica se ha trocado irreconocible en la niebla del pájaro arbitrario.Hablo como un ente vivo, que sufre en el laberinto cómico de las rejas la tuerta demencia de las rosas, el humo cilíndrico de la podredumbre. Mi inocencia es una lejana estrella, amo la vida porque es dura y delicada, amo el fuego humano del arte, me consagré al espíritu creador, llené de faros el pecho de mi pueblo, pero una turba de cruces malhechoras silenciaron mi dignidad, rompieron las alas de mi honor, le pusieron grilletes frígidos a mi nombre, indignaron el desayuno de mi familia, mancharon mi sangre con el lodo enloquecido.Hablo como el hombre que piensa y tiembla de impotencia, que busca saciarse de libertad, de las paz con sus dorados beneficios. Soy víctima de una trampa diabólica, le aterra mi palabra libre. Me acusan de ser la llave de la violencia, que tengo las manos de olor a dinamita, que di de comer a los lobos incendiarios, yo no cielo no piedra en qué sentarme, sólo aspiro a tenerme en el vientre de la vida como un niño con su inocencia a cuestas.

Me duele esta injusta reclusión, el odio que le tienen a la verdad, le dieron veneno a mi cristiano pensamiento. Sólo hice un poco de cultura, amé hasta el cansancio, canté la dulzura de la aurora, armé conciertos de vida y sentimientos. Ellos ignoraban mi vocación de artista, destierran mi canto, estrangulan la bandera de mis sueños. No incineren la paz y la sencillez de la verdad, no escupan la cara de mi juez celestial, déjenme libre siquiera un momento para sensibilizar a los volcanes, para apagar el fuego que arde en sus corazones.Yo no asesiné al crepúsculo, yo no causé terror, yo no ensangrenté el vestido de mi patria. Liberen la humildad de mis ojos, la naturaleza viva de mis ansias, no echen más leña a la hoguera de la injusticia. No hagan del martirio un símbolo del triunfo, de la mentira un galardón grandilocuente, no maten la luz de la inocencia, crean en el hombre que habla con el corazón en la mano, no hagan del dolor una fiesta de grillos, no vivan a costillas del prisionero.¡¡Soy humano, exijo mi libertad!! Porque la vida me necesita seguiré amando.Ahora déjenme dormir tranquilamente en la falda piadosa de mi poesía.

(Róger Torres Velásquez, se encuentra en el pabellón A 4 Penal Miguel Castro Castro, Lima).

otro cantar de cantares / ernesto zumaránA Róger Torres,Otra vez.

Aquí estás, nuevamente frente a ti, discurriendocon esa gravedad que sólo tienen los que sueñanuna espada rota, un muro asediando el cúmulo de la sangre.tus ojos puestos en la sonora reverbación de lo que nacepara enaltecerse en su ceguera,tus manos apretando el gatillo de la barruntada muerteque esconde por ahora sus dones a tu cuerpo que se incendiatras el zarzal donde la noche llega despojada de grilletes.Sí, aquí estás, entero en tu aflicciónsintiendo el paso de los años tal un ardor que se avecinasin su propia fuente,como un cuchillo que ha reconocido su filo ansiosopresto a perder su punto de referencia,agua oculta que escarnece su límite y lo adora.Y el poema aflojando la distancia, perviviendoen el humo que toda nostalgia trae a cuestasen macabra contradanza de lo inútil.Y tú tantas veces triste, desgarrando la tiniebla maternaque en su pared contigua alerta el brazo quebradoy la flor absorta en tu visión equivocada(o quizá vivamente enaltecida como todo desarraigado paraíso),porque tu visión es el hervor que contrasta con esta definición

pensada,con el trazo que el siglo plasma a quemarropa en tu regazo,tú y el mundo cómplices de una virtual transparenciaque deriva en resto de naufragio,elogio inapresable o vituperio donde la belleza ya no es silencio.

El amor sembrado en la profética sombrafue tan sólo un encendido besoque la alianza del dolor ignora.

Sí, nunca has partido. Tu sueñoes el mismo excepto su impía vestidura, su crucialestigma enmascarado.¿Quién ahora te va a hablar del mar y sus naufragios?¿Quién te va a dispensar del brillo del cabello,la plomada de las sienes, la huída ferviente de las manosa la excelsitud de los vértices primogénitos?Ahora te desnudas frente a ti mismo,éste te dices es el mar que desconozcoy lo otro la visión desesperada,y alargas el brazo para tocar el pezón de lo vivido,el franco discurrir de la gente que enardece las penumbrasen tanto tus cabellos se enredanal viejo paso de la muerte,cuya piel te recuerda el grave silencio del manzano.

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réquiem para un poeta marginal / dandy berrúA Róger Torres Velásquez, en su undécima hora

Era a vecesabrigo de fríoluz de la sombrahilacha de fuegoresaca sin mar.Era un tipo comúnpero no corrientesu andar por las calles de la

ciudadllenó los ojos de los jardines

muertosla mano yerta de los mendigoslos grises parques con sus

muñecos de papel.Le decían el poeta¡Qué va!¡Es el poeta!Arrancábale a la vidasus castigos y sus versosfraguados con su almay encendidos con llamade sabiduría callejera(ceniza de pasión enamoradainfecta de poesía).Su pluma inmensadeslizábase raudahasta alcanzar el tintero

inagotabledonde reposan las palabraspara pintarlas llenascon su gemido de los cuatro

vientossu voz se oyó debajo de la urbey luego alzósu brazo sobre ellase hizo grande como conejoinfló su diente

su dedo índice se inflósu zapato vagabundosu ojo izquierdo de borricosu ombligo casto se inflóuna aureola de moscasdibujó una coronasobre su cabezae hicieron prontamenteel amor con impudiciasu cuerpo de estrella rotareposaba en la estaciónde cualquier plazoletay dormía con profunda

indiferencia.Soñaba a viva vozEn la bondad de su paraísoal fin y al cabodurmió y durmió despertaba redondo como

hexaedrocomo un canillitacomo un cleptómanocomo un maestro del Perúcomo un simple ancianocomo un recién nacidocomo una puta descosidacomo un mercader ambulantecomo un activista incendiariocomo un suicida crónicocomo un borracho empedernidoo simplementeo simplemente.Como un humilde signo de

puntuacióndespertaba siempre de esta

manera

¿Quién entiende el duro oficio del poeta?

Exiliado en el tiempoen la vida

en la muerteen el amor

en el espacio de la nadaexcomulgado y vuelto a encarcelarpor cada verso liberadopor cada minuto de plumapor cada gracia celebradapor cada de cadapor cada decir de veras.Así nuestro poeta sigue allídicen unos(los más obtusos)desconocen su poesíani lo han visto aúnsu nombre no figuraen ninguna antologíani tampoco en los tratadosde la poesía puraaunque sigue allí.EnhiestoEncendido

PenitentePuroRevivido

Pero siempre allísolo con ély el hombrenadie más.Son bastantes por ahorapara cada unode sus temas favoritos

róger torrres velásquez: el poeta enjauladoHace más de un año y medio Róger Torres Velásquez fue capturado en Chiclayo por la policía y presentado ante la opinión pública, por el presidente Alejandro Toledo, como autor del atentado terrorista al centro comercial el Polo de Lima, y como tal, traidor a la patria y merecedor de cadena perpetua.Róger permanece detenido, sin que hasta la fecha haya sido sentenciado, en el penal Castro Castro de Lima, en el pabellón A 4.Róger Torres clama su inocencia desde prisión, pero la justicia peruana hace

oídos sordos. Como se recordará fue detenido junto a dos mujeres (una de ellas su pareja sentimental), que según las autoridades tienen antecedentes se subversión.Sin embargo, el poeta Torres se dedicaba más bien a la actividad cultural, editando poemarios, recitando, haciendo teatro, organizando actividades.Así es como se le conocía en Lambayeque y el norte peruano. Incluso existen testimonios que dan fe de esta labor. Esperemos que Dios interponga sus buenos oficios y termine con el

calvario de Róger y de más de mil inocentes que están en las cárcelesperuanas, según cifras de la Comisión Nacional de Indultos que preside el sacerdote Huber Lanssiers. En Chiclayo, meses atrás, Lanssiers declaró que es un escándalo que, teniendo las pruebas de que Róger estaba en Chiclayo el día del atentado, se le tenga encarcelado. Sin embargo el sacerdote afirma que, al no existir una sentencia, la cosa es difícil pero no imposible.

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entrevista a nixa:el hombre de los grandes recuerdos

Nicanor de la Fuente Sifuente, Nixa, es sin duda el único escritor peruano, que a sus 102 años sigue en actividad, publicando su columna A propósito, como verdadero Amauta

Nixa, poeta y periodista, nació en San José de Pacasmayo en 1902, pero ha radicado en Chiclayo desde su juventud, y con justicia ésta ciudad es su segunda patria.En este fragmento de la entrevista realizada por Guely Villanueva, tomado del libro “Nixa en el siglo”, se deslizan numerosos personajes por la memoria del autor de “Anécdotas de Chiclayo”.

- (...) En esos años, aquí en Chiclayo, ¿cómo era la vida intelectual...usted se relacionó con algunos personajes?- Por ejemplo cuando llegó Abraham Valdelomar el mismo año 18 yo tenía 16. (También estuve en la conferencia de Chocano en el Teatro Dos de Mayo. Recuerdo mucho que Chocano no recitaba porque no sabía de memoria sus versos, leía y cuando salieron al patio Abelardo Pita y Armas quiso levantarlo en hombros y él se molestó mucho con eso, no aceptó. En cambio a Valdelomar lo sacaron en hombros del Dos de Mayo, lo llevaron al Royal Hotel, que quedaba a un costado de la Catedral1, y allí habló al pueblo de Chiclayo. (...)- ¿Qué más recuerda de la visita de Abraham Valdelomar a Chiclayo?- Para mí fue algo maravilloso. El Teatro Dos de Mayo vibró desde sus primeras palabras, cuando dijo: “Hermanos en Jesucristo”. Los aplausos lo interrumpieron clamorosamente en muchos pasajes de su larga disertación. El público estaba formado por obreros y estudiantes y al terminar lo llevaron en hombros hasta el Royal Hotel...

Desde el balcón interior habló nuevamente haciendo evocacionesde su infancia, sobre los derechos del obrerismo, la responsabilidad de los gobernantes y muchas otras cosas que conmovieron a la masa. Cuando terminó hubo una pequeña reunión, creo que yo era el único que con Juan José Lora escuchábamos a los mayores y a él que hablaba por encima del silencio. (...)- Parece que por ese tiempo Enrique López Albújar escribe “Calderonadas”, en el cual recogeestampas de Chiclayo.- Sí lo conocí y fui muy amigo de López Albújar y guardo unas cartas de él, porque nos escribíamos. Cuando salió de Chiclayo yo pronuncié el discurso de despedida y de ahí nos fuimos a su casa en la calle de Santo domingo, una calle que era descalza, no tenía “zapatos”, porque era una calle de barro, todo de tierra. Entonces nos invitó un pisco que alguien le había regalado. “No tengo más que invitarles que este pisco”, nos dijo.

- ¿Y ya usaba usted el seudónimo de Nixa? ¿Cuándo comenzó a usar el seudónimo de Nixa?- Yo lo usé en el periódico “La Tarde”que reeditó don Eulogio Arenas, ahí nos dio una página literaria y ahí publiqué mis versos. Yo firmaba Nixanor y un día veo que sale el periódico y ya no decía Nixanor sino simplemente Nixa. Así que fui donde don Eulogio y le digo, “Qué ha pasado”. “No sé”, me responde. “Pregúntale al gerente, él ha hecho eso”; así que fui y le digo “Qué cosa pasa con eso”. “Vea señor, mejor queda Nixa que nor, ¿para qué poner nor, pues?”. Y desde ahí resulté siendo Nixa. Lo curioso del asunto es que cuando fuimos a un congreso de periodistas en Piura, en Marcavelica,

nos dieron un gran almuerzo, fue el prefecto Jorge Checa Eguiguren, y Antonio Olivos que trabajaba en La Crónica y formaba parte de la delegación de Lima, hizo una presentación de los periodistas que habíamos asistido y dijo, “Aquí también está el poeta Nixa, cuyo seudónimo fue tomado de un cacique Mochica de Chiclayo”, ja, ja. (...)- ¿Qué vinculación tuvo usted con José Carlos Mariátegui?- amistad con JCM fue que él había nombrado como agente de Amauta a Carlos Arbulú Miranda y le recomendó que le enviara de aquí artículos y poesías de jóvenes escritores, entre esas cosas fue lo mío, entonces José Carlos me escribió para que le enviara yo directamente mis poesías, pero él ya me conocía seguramente por sus relaciones con Antenor Orrego, quien había prologado mis primeros libros de poesías. De ahí vino una larga correspondencia hasta casi su muerte; muchas cartas que él escribió se han perdido con la persecución y las actividades políticas de esa época, lo mismo que de las mías que yo le escribí sus familiares solamente han encontrado una que han publicado en el libro de Antonio Mills. Las demás se han perdido y es una pena porque era una bonita conversación la que teníamos nosotros. No lo conocí personalmente pero me trató con una familiaridad muy simpática. (...)- ¿Y con Spelucín y Antenor Orrego mantuvo usted una relación?- Con Spelucín y Orrego la amistad viene desde que ellos vinieron a Chiclayo una vez a ofrecer unas conferencias. Ahí nos conocimos íntimamente y después por mis colaboraciones en El Norte de Trujillo.

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- ¿Cómo conoció usted a Juan José Lora?, él se había trasladado a estudiar a Trujillo y después radicó en Lima, retornando al final de la década del 20 a Chiclayo. ¿Qué impresiones guarda de Juan José?- Yo lo conocí a Juan José Lora precisamente en la imprenta de José del Carmen Bracamonte, porque ahí era el centro de todos los intelectuales chiclayanos. Fíjese usted, a las seis de la tarde terminaba el trabajo de la imprenta y entonces comenzaba la con-versación, los comentarios de todos los días. Ahí lo conocí a JJL. Mi padre había sido amigo de su padre, del doctor Juan de Dios Lora y Cordero, cuando el doctor vino como fiscal de la Corte de Lambayeque.- (...) Juan José era retraído o es que...- Juan José tenía días en que era retraído y días en que era muy expansivo, tenía días en que estaba un poco malhumorado y otras veces hasta hacía chistes y se reía y festejaba. Los últimos años de su vida se normalizó más bien en su temperamento. Siempre, a los Lora, por esa inestabilidad que tenían les decían “Locos Lora”. A Juan José lo consideraban como loco. Porque a Juan José de repente lo veían ustedes bien elegante...me acuerdo mucho que llegó a Lima con un vestuario azul, con botones de nácar, muy vistoso... - Pero JJL fue deportado en el año 1934 y la muerte de sus hijos en Chile lo hizo cambiar.- Seguramente pues. Él vino con su señora y sus tres hijos, me parece. Él era muy cariñoso con ellos, ¡claro pues! Y lo veía en Lima cuando yo trabaja en la compañía de seguros Atlas, una vez iba con sombrero ribeteado, bastón, entonces le digo “A dónde vas tan elegante”. “Este sombrerito sólo me le pongo cuando vengo a ver a los senadores”, contestó. Es que él vendía libros y visitaba a Julio Piedra y otros senadores para venderles libros y así

se ponía a tono con ellos. Después usaba una boina para caminar por la ciudad.- Parece que la boina la usaba para cubrirse una cicatriz de la frente- En Trujillo, en la época de César Vallejo, Antenor Orrego, Spelucín, Esquerre, todos ellos usaban peluca ¿no? pero no tan grande como ahora. Entonces lo llamábamos los “pelucones” y Juan José también estaba allí. Pero una vez le comenzó unos dolores de cabeza terribles, entonces en el hospital Belén un médico lo vio y le dijo: “Al fin le voy a cortar el pelo a un pelucón”, y lo operó. Parece que por ese tiempo consumía drogas y un día un amigo lo llevó, pero cuando le faltó se escapó sin que le cerrara la herida, por eso le quedó una fístula ahí. Federico Chávez, en Chile, que también había sido deportado lo operó también allá pero la cicatriz le quedó para toda la vida, por eso usaba la boina ladeada sobre el lado izquierdo.- El libro de Juan “Chiclayo de mis amores” ¿Se extravió cuando el Club Unión y Patriotismo lo iba a publicar?- A ese el libro le cambié de nombre tres veces: “Chiclayo de mis amores”, “Mis amores de Chiclayo”, algo así. Yo tuve los originales. Él me escribió porque quería que el club lo publicara; pero en el club todos éramos empleados, no éramos gente de dinero, no teníamos fondos. Conversando con Agustín Arbulú Neyra le dije: “¿Por qué no hacemos una cosa? Como no tenemos plata hay que publicarlo a mimeógrafo”. Yo le escribí a Juan José y él se molestó y me dijo “Hazme el favor de devolverme mis originales”. Después salió con el título de “Con sabor a mamey”... Con ese nombre lo publicó Juan Mejía Baca. Yo no sabía que había dejado a Mejía Baca el libro ya listo.- Siguiendo con JJ, él escribió dos poemas en torno al hospital. En uno comienza diciendo “Canción de hospital / danza de moscas”, en

el otro dice “Despierta el hospital con sus heridas”. ¿En qué se inspiró Juan José?- Estaba en el hospital de Belén. Ahí sale el primer poema “Canción de hospital”, que es muy buen poema, muy significativo. El otro no es gran cosa al lado del primero.- ¿Y el poema Esquina Siete de Enero y San José?- Se refiere a un poste. Era un poste donde él se recostaba parea esperar a una enamorada que venía por Vicente de la Vega, por la comisaría. Él daba la vuelta y en el poste de Siete de Enero y San José la esperaba para conversar.- Es un buen poema ¿no?- Es muy bonito poema de Chiclayo.- Usted ha tenido una amistad muy fraterna con Juan José desde el año en que le publicó su primer poema de juventud. Ahí él va a hacer una introducción muy admonitiva...- Siempre fuimos muy buenos amigos. Antes de eso, cuando venía a Lima su mamá vivía en la calle de San Isidro y estábamos pues en reuniones, a veces con chicas o con otros intelectuales y yo lo acompañaba a su casa a comer, porque él comía tarde, casi siempre a las nueve de la noche terminaba de comer y salíamos otra vez a pasear.- ¿Ha estado preso con ustedes en alguna ocasión?- Conmigo no ha estado preso nunca. Yo he estado preso indistintamente. Él estuvo preso aquí cuando era prefecto un señor Santa María, pero él había seguido con la campaña que yo había estado haciendo y lo tomaron preso. Ahí se puso mal porque necesitaba droga, entonces esa tarde dispuso que lo llevaran al hospital en donde le pusieronmorfina, pero luego el prefecto ordenó que se fuera a Lima. El prefecto también era adicto y hay pues una hermandad, hasta internacional entre ellos. Esa vez se fue por vapor, pues no había carretera, y llegando al Callao tuvo Juan José la mala suerte de

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tropezarse con Manuel Morante, que había sido subprefecto en Chiclayo y que estaba como subprefecto en El Callao. Lo vio, lo cogió y lo deportó a Chile.- En el año 1934- Sí, pero él de aquí se había llevado una botella para curarse de la droga, que la había comprado en un fumadero de aquí Chiclayo, y que era una composición de yerbas y no sé que cosas que se tomaba por copitas. Él se fue de aquí en plan de curación porque dijo, “Si yo soy político tengo que quitarme eso porque sino es un desprestigio”. Una historia ¿no?- O sea que él era consciente.- Era conciente y comenzó su curación, así con una botella de remedio llegó a Valparaíso. Ahí le terminó la curación Federico Chávez, que era compañero y ya estaba deportado.- ¿Retornó Juan José a Chiclayo solo en 1946?- Ya entonces estaba completamente normal.- Por otra parte, usted que fue tan amigo de Juan José Lora, en 1961 seguramente sintió el impacto cuando falleció

- Sí, yo había estado con él en Lima en dos oportunidades. Él trabajaba vendiendo libros, especialmente entre los diputados y senadores, entre ellos don Julio Piedra y distintas personas. De eso vivió, pero además también hacía unos trabajos muy lindos, unas casitas iluminadas con luz que se vendían muy bien en la casa Oeschle en Lima.- ¿Como artesanía?- Sí, como artesanía. Era muy curioso, tenía, fíjese usted, en su casa, un taller pequeñito con toda clase de herramientas para trabajar.- Alguna vez me contó don Humberto Bergger, gran aprista, que Juan José Lora, estando en El Frontón preso hacía bolsas y utilizaba los picos de alcatraz como agarraderas, ¿o sea que era muy creativo?- ¡Claro!, Hacía casas lindas para navidad y otras miniaturas, con eso vivió pues, hasta que le vino un ataque al corazón y murió. Su familia quedó en Lima, una parte se fue a Chile, la señora con dos hijos, uno creo y una hija se quedó en Lima.- Vale la pena reivindicar a Juan José en estos momentos, publicar, por ejemplo, Con sabor a mamey.

- Sí, claro, vale la pena publicar toda su obra, incluyendo Diánidas, Lydia y Con sabor a mamey, que fue su último libro. (...)- ¿Qué relación tuvo usted con Rafael de la Fuente Benavides, Martín Adán?- Martín Adán nació en Lima, era hijo de Santiago de la Fuente Santolalla, primo hermano de mi papá, así que era mi primo. Con él nos conocimos en 1937 y siempre hemos tenido contacto telefónico porque no quería ver a nadie. Juan Mejía Baca, tan pronto llegaba a su librería de Azángaro, tomaba el fono y le decía: “Oye Martín, aquí está Nixa”. Así que nos poníamos a conversar con él. Esos fueron los últimos contactos que tuve con el autor de la Casa de cartón.(Tomado de Nixa en el siglo. Hombres y hechos en la historia de Chiclayo (Conversaciones), de Guely Villanueva Díaz. Ediciones Acunta, Chiclayo, 1997. También disponible en video cassette. Solicitarlo en Av. Salaverry 955, Chiclayo).

esquina 7 de enero y san josé / juan josé loraEs nuestro poeta emblemático. Autor de Con sabor a mamey, Lydia y Diánidas. La edición de sus obras completas es todavía una deuda pendiente con el vate.

Esquina Siete de Enero y San José Poste de luz, compañero,cuántas cosas por ti sé;y tú me sabes sinceroesquina Siete de Eneroy San José.

Alumbrabas mi sendero¿Y qué pasó?, algo fue.

Pero ¿quién no es pasajeroesquina Siete de Eneroy San José?

Ayer, sobre tu maderomi corazón te grabé;y el tuyo lo llevo enteroen mi cruz; Siete de Enero

y San José.

Poste de luz, compañero,junto a ti mi verso en pie,mientras yo doblo el sendero,esquina Siete de Eneroy San José...

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Retorno ( ... por si Chiclayo desapareciera) Este era el triste caminando alegrepor pueblo sin calles, casa entera.No estaba en el balcón la primaveray él silbaba para que saliera.

Seguía el triste caminando alegre.Puso su pena en linda pajarera,más, chiroque, rebelde a su manera,murió sangrando miel algarrobera.

¿Cómo era el triste caminando alegre?

lo juro, madre, yo no sé como era;pero lo siento como si lo viera;era un fantasma de bendita cera.

¿Ya no es el triste camino alegre?Si lo es: ¡Yo soy! Y me sabrá

quienquiera

baile con su alma, sola y compañera,esta nostalgia que me atondera.

Yo soy el triste, caminando alegre,que canta por Chiclayo en esta

esperauniversal retorno y primavera,por si Chiclayo desapareciera.

solitario / juan ramírez ruízNació en Chiclayo en 1946. Un par de vueltas por la realidad (1971) fue su primer libro. Fundador del Movimiento Hora Zero en la década del 70 junto a otros poetas, ha publicado además Vida perpetua y Las armas molidas. Acaba de retornar de viaje... SolitarioSolitario- en una duna interminableagoté mi cuerpocolocando un poro mío en cada estrella...

Y ahora es remoto el aire-y cercano al estante de los médanos...

Hablo incendios y estallidos...En cada ojo tengo tres tristezas...En cada día nuevas noches...

Estaba yo pensando –y de pronto la tierra se hospedó en mi cuerpo.

canto bastardo / mariela cruzado fernández Mariela Angélica Cruzado Fernández (Trujillo) ganó el primer premio de la categoría juvenil del XVI Concurso Literario Lundero 2003, organizado por el suplemento cultural Lundero del diario La Industria.

Poema tresProsa rojaDesnuda he cruzado la noche, cual vagabunda en busca de Aristófanes. Mamá ha llorado mucho porque pensó que yo era una puta. Y me ha repetido que en Efeso hay un anciano que se baña en el agua de un mismo río desde hace miles de años. Papá sólo se ha ido de casa, sin mirarme, sin entender que jamás he sido hija suya. Yo soy hija del viento, del humo del cigarrillo que fumo, mientras marchito las flores; se lo he dicho tantas veces, pero ese tipo con cara de Sartre simplemente baja la mirada, mordisquea un par de palabras, aclarándome que el ser está repleto de nada, y que no es lo mismo hablar de estar en el mundo, a descubrir que el mundo no está, y mucho menos una como yo, loca hasta el lóbulo de mi oreja izquierda, en donde siete argollas cuelgan hacia la intemperie.

Poema cuatroProsa del silencioSé quien sostenga la hebra azul de todos mis hijos. Sé la Perséfone que es capaz de amamantar a miles bajo la luna iménica. Callada oí al maestro, sin pretender ser erudita, ni recordar la asquerosidad del gran Baco. Pero, de todos modos, resulta que ya estaba muy ebria para sentir, siquiera, su mano arrugada acariciando mi sexo. O su aliento briznado de arsénico, cual marica que se tiñe por centésima vez el pelo. Porque sí, oh, mi buen Platón, se bien que te gustaba que te rascaran la espalda; así que ahora no te puedes venir a hacer el macho, con tu cara de vieja loca y tus dientes enmohecidos.

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si alguna vez tu pecho se detiene / lourdes alva rodríguez

Si alguna vez tu pecho se detiene, si algo deja de andar ardiendo por tus venas; si tu voz en tu boca deja de ser palabra, si tus manos se olvidan de volar y se duermen...Amor deja tus labios entreabiertos porque ese último beso debe durar conmigo, debe quedar inmóvil para siempre en tu boca, para que así también me acompañe en mi muerte...

Lourdes Alva nació en Lima en 1980. Desde hace años escribe un libro. Llegó a Chiclayo para reencontrarse.

poemas indigentes / khristian valiente uriarte

IDesquiciado lugarDonde la alegría llora desconsolada,El dolor se divierte,La tristeza celebra bailando.Desquiciado lugar

Donde la felicidad escribe sus penasSalta de gozo la angustia,Aquí lágrimas sonríen y sonrisa llora,La risa le suplica perdón al llantoPues la pobreza ha venidoCon los mejores trajes y sus adornos más caros

IIMientras todos se marchanCantando sus cardúmenesTú te quedas en el muelle.

Hambriento, tan triste,Esperando que el ocaso muerda la carnadaPara alimentarte de sus vísceras rojas.

Yo trataba de leer tu plumaje misteriosoTe dije adiós pero debí decir hasta siemprePorque tú eres yoViejo pelícano.

Khristian Valiente nació en 1983 en Chiclayo. Está trabajando duro para salir adelante y difundir su trabajo literario.

engrama / aníbal lafinur...Pero aquello a mí nunca me ha importado ¿Comprendes? El

señalamiento tal, el de fumón, es hoy in praescenti, provisionalmente. En cambio, el calificativo de ex fumón es in perpetuum. ¡Qué osadía!

Anda repite tus lecciones implantadas a otra parte, aquí sólo encontrarás orgullo.

Pues bien, mi nombre es Anibal Lafinur, y contrario a mi inicial propósito empezaré dando una explicación. Impaciente quise entrar directamente al asunto, más la siguiente aclaración estimo indispensable anteponer: las líneas a continuación bien pudieran parecer irreales o exageradas, sería ridículo el pretender adivinar, únicamente aseguro su subsistencia en el sótano de mi memoria.La bombilla no alumbra, hay polvo en las superficies, habitan roedores, polillas, cucarachas, y los deleznables hilos entre mis dedos deben ser telas de araña, la señera ventana está perpetuamente empañada, la luz del sol o la luna ciertamente tampoco penetra. Son en suma evanescentes recuerdos –los llamados “años de formación”-, los cuales solamente puedo percibir por la gracia de tres sonidos coordinados armónicamente: los libros, la yerba y Cilia. Mediante estos podría narrar mi andar, ellos son un corto, absoluto y célico acorde pulsado por mis latidos.

De igual modo, sé bien que el ímpetu de mi sangre me sumergirá por un remolido de imágenes alucinógenas y lóbregas; sin embargo, el comienzo y el término de esta historia son dos lejanas orillas que logro recordar claramente, su autenticidad la más recóndita, la que siempre se intenta olvidar, la que está al final del túnel del alma. Atesoro una brújula que otros denominan lucidez, conozco las lejanas orillas y tengo claro cuando pondré el punto final. En mar adentro se sobrevive con vicisitudes pero mientras posea una brújula no te podrás ahogar en la incongruencia, así lo anheles.De una lejana y punzante borrachera, se distingue en mi memoria una conversación. Tenía que ver con la terquedad y la firmeza. “¿Cómo distinguir una de la otra?” recuerdo me formuló un aprendiz de cantautor con quien vagaba. ¿Caminará aún por el mundo aquel nefelibata? Tan fácil me aflora la tristeza al remembrarlo. Un soñador, un transtornado; extrañamente yacía dentro de una órbita desde donde observaba alrededor. Se contaminaba pues veía lo que todos vemos empero el contorno de su círculo interior fue hecho de un material tan consistente que los argumentos más sólidos y visiblemente contundentes no lograban

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siquiera rasparlo. Una tarde quedamos en vernos en el óvalo Santa Victoria, cargaba con una maleta repleta de cosas suyas que conservaba desde hacía varios meses y estimaba oportuna la ocasión para entregárselas. En realidad me las había exigido el hijo de puta. El caso es que jamás llegó a la cita e igualmente no volví a saber nada de él. Unas semanas antes, un martes de agosto para entrar a configurar una escasa precisión, me preguntó entre copas cómo distinguir una de la otra, cómo diferenciar si la más ardiente aspiración es finalmente terquedad o firmeza. ¡Cómo odio a ese hijo de puta...!, a veces; contar que dejó un pequeño rastro sería hiperbólico, indagué perseverantemente. El dueño de la pensión donde dormía me dijo que retornó a Lima sin sus guitarras, botas, libros y discos.“¡Oiga!”, le grité al viejo, “¡Esos objetos me pertenecen!” y el muy pendejo me replicó que él se los había obsequiado. Hasta el día de hoy no me he cruzado con una persona que al menos se lo haya imaginado a mi amigo, aprendiz de cantautor como entonces se describía. Si es terquedad o firmeza nadie más que uno mismo debe respondérselo, y supongo que eso fue lo que hizo. Yo todavía sigo firme, con la mente inflamada de tantos remotos universos, de los muchos alejamientos; con los pulmones cenizos, mis ojos rojos, los dientes nicotinizados, la voz carrasposa y según me cuentan luctuosa, mi rostro maltratado, líquidos tras líquidos fluyendo de mis manos, mi vasta cultura etílica, la clorofila de mi pluma, el tic de genio –o de loco- pues ello se muestran igual, mi cuello de pavo alicaído, los pocos cabellos que me quedan, la tos de tabaco perturbando mi sueño, el conato de panza, el insomnio no aleatorio y Las palabras en cada célula de este infeccioso armazón de consumición, coexistiendo con la abulia... Me dan vida y me la quitan.Hay imágenes en mi cabeza revelándose como una película que hace muchos años se vio y con el discurrir se disipó. Así van dejándose ver unas partes de mi vida al repasarlas en este momento. Son imágenes claras, unas tenues y otras tantas ambiguas que me deslumbran, rodean, hincan y agitan. Para mi todo fue dark, dark, dark, dark, dark, dark. Alborozado y sumamente extrovertido, aún mocoso, circulaba como un perro sin

dueño de calle en calle, de grupo en grupo. Los libros al igual que las prendas de marca y los eufemismos formaron parte de mi básica educación. A modo de torbellinos, con un impetuoso viento... Visitando chicas callejeaba por Chiclayo, e inevitablemente con el transcurrir de las estaciones –salvo Oscar-me fui alejando de mis distintos amigos y si algo es acertado, si me sacrifiqué un período fue por caritas, curvas y miradas, la gente con la que andaba las más de las veces no me entusiasmaba. Además no atiné a concebir una forma de encajar como una palabra en una frase de Nietzsche; el estar complacido consistía un conjunto vacío. Hoy lo entiendo, la hazaña residió en mi congénita capacidad de adaptación, respirando de momentos, emociones, instantes lo suficientemente fugaces y profundos como un énfasis, una mueca, irisaciones, una mirada indagatoria, un tic, entonaciones, pudores, lo singular del reír..., viviendo de sensaciones. (...)La vasta tragicomedia de mi ciudad está conformada por gente de clase media y clase baja, envueltos en una pérdida de tiempo cimentada. Se resaltan los excesivos ignorantes con estabilidad económica e incluso social, y los poetas sedicentes y seudo intelectuales infectando a la población con sus monólogos y manías. Aquí, en esta tierra de parques cortos y entristecidos la venida de la yerba se dio involuntariamente. Cada cual nace en una latitud pese a que los gustos los unen. En mi caso eran: Los Dominados por sus Emociones, Los Noctívagos, Los Soñadores, Los que no Pueden Dejar de Hablar de su Intrincado Universo Interior, Los Subnormales, Los Marcados por la Autodestrucción, Los que Fácilmente se Enamoran, Los Viciosos de la Música, Los Mitómanos, Los que no saben dónde Están ni dónde Van, Los Amantes de Imposibles, Los Buscadores de Cariño, Los Incapaces de Vivir con orden y Disciplina, Los Desconsolados, Los Precoces Bebedores y Fumadores, Los Leales a la Calle, Los Prisioneros de sus Defectos. Simplemente sucedió. ¿Con quién se juntaría un hipersensible como yo? (...)

entre sueños limítrofes: generación literariajuvenil lambayecana / luis heredia gonzales

La década del noventa no sólo dejó para la historia la violencia política de dos décadas atrás, trajo consigo el declive de las pugnas políticas, se manejó la idea del fin de las ideologías y es esta premisa la que funcionó y con la que se mimetizó esta generación.Recalcar que en esta década la poesía juvenil lambayecana fue deslambayecanizada, de evasión, de escaso tiraje y flaco resmaje, aparte de las actitudes de pedantería y engreimiento expresadas en sus tertulias.

En materia literaria abundó la plaquetería causada por la precariedad económica y la falta de un fondo editorial o respaldo institucional para poder publicar. Las plaquetas y folletines no son de mayor gravitación, pues de ello la mayor parte de aquel material quedó en la nada. Por ello tomaré los escritos formalmente publicados como los que a continuación abordaré.No obstante también hubo publicaciones colectivas, justo una de ellas aglutinó a la mayor parte de los creadores literarios a despecho de los tiempos, pues los noventas fueron tiempos para el mayor despliegue de la narrativa. En Chiclayo la mayor parte de

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los exponentes fueron los poetas y escasos los narradores. Recuerdo esas reuniones carentes de temas de fondo. Prevaleció la falta de respeto mutuo en términos intelectuales y también personales, prevaleciendo el chisme, la puya y el discurso banal. Fueron tiempos de neurosis, de actitudes paranoides, de criterios limitados, de argumentos antojadizos, de apreciaciones personales llenos de caprichos.La mayor parte de poetas jóvenes se dedicaron a volcar sus frustraciones, a exponer su neurosis, cundió la pobreza de argumentos, la falta de criterios contextualizados, la intolerancia e incluso la ausencia de actitudes inteligentes.En cuanto a las publicaciones primero abordaremos las individuales, las cuales fueron dos y bastante tardías en su aparición.

Autofobia (Ana Miranda Salazar. Chiclayo, 1997)Recuerdo la presentación de ese poemario pequeño (sólo contiene diez poemas). Se llevó a cabo un febrero de 1998 a cargo de la Cadelpo (Casa del Poeta). Hubo muchos poetas mayores y ningún poeta joven. Yo no fui invitado. Llegué por casualidad, el temor de esta chica también.Y contra dimes y diretes, entre la diletancia lambayecana y broncas propias de personalidades enfermizas, Anita presentó su poemario.Poesía intimista, volitiva, versilibrista y sobre todo sencilla y directa. Existen poemas que por pasajes hablan de una joven promesa en la literatura chiclayana aunque en otros hablen una estudiante del cuarto o quinto grado de educación secundaria.Lo de menor nivel hizo susceptible a crítica de este opus es la diagramación y edición del libro, carece de pie de página, su consiguiente numeración y como está plasmada la carátula. Además de la fotografía, la cual no ha seleccionado bien y ni siquiera como foto es buena. Diría que lo más flaco de este poemario es todo lo referente a la materialización de esta pequeña obra. Acápite merece la observación de que su poesía contiene figuras de versilibrismo, algunas eróticas entrecortadas con términos intelectuales y otros poderosos, aunque la poesía de Anita encarne pesadumbre, cierto nihilismo y sobretodo renuncia a toda posibilidad de fe.

Inútil inventario (Stanley Vega, Chiclayo 2001).Este poemario de fachada azul y de presentación esmerada es un trabajo de toda su trayectoria en este tiempo, conteniendo poemas suyos editados en plaqueta o algún número de Arboleda. La obra fue publicada en mayo del 2001 lo que en conclusión de los poemas el orden y la secuencia en que aparecen los distintos pasajes del contenido y el trabajo de diagramación también luce esmerado y prolijo pese a las limitaciones primordialmente económicas.Pero la poesía de Stanley también es intimista, apátrida, nihilista y donde cunde el pesimismo. No hay diferencias sustanciales entre Stanley Vega y los demás (en cuanto a la temática). Pero se nota sobre todo por sus primeros trabajos que es un escritor constante y disciplinado, por ello es el poeta más difundido en la generación juvenil de los noventa.Antes de estas publicaciones hay toda una historia por construir y contar, tema de lo cual haremos un esbozo.

Antecedentes: 1991-1994Argos.- Es una etapa de inicio y configuración aunque como grupo orgánicamente jamás se constituyó pero sus reuniones y algunas actividades hechas por ellos sirvieron para congregar a un grupo de jóvenes que apostaban por nuevas voces en la literatura lambayecana.Pero si bien Argos no funcionó como grupo, algunos de sus miembros ganaron sendos concursos y arrancaron más de un buen comentario a favor de su poesía.Hubo un grupito de aparición fantasmal, rápida, extremadamente rápida y estrepitosa, “Ubicuos malditos”, los cuales aparecieron como respuesta a la “rancia escena chiclayana”, pero las cosas continuarían igual. Argos terminó en una simbiosis que lo aniquiló y no más se supo incluso de varios integrantes que pasaron de la aventura poética a “personas comunes y corrientes”.En cuanto “Ubicuos malditos” su tiempo de duración marcó un record que hasta donde va mi conocimiento tiene ámbito nacional; tres meses fueron los que pudieron sostener a este trío: Luis Facundo Neyra, Luis Yomona y Nicolás Hidrogo Navarro.

Etapa de aglutinamiento 1994-1998Escritores como Juan C. Flores T., Carlos Becerra y Antonio Noblecilla conocieron a un desconocido joven discapacitado (sólo físicamente). Se trataba de Stanley Vega R. Quien tenía por iniciativa conformar un grupo de personas para editar lo que sería la publicación de mayor revuelo en la década y en la escena literaria. Un proyecto diferente, cuasi vanguardista, pero al final sólo lograron causar algún enojo y nada más entre sus retractados poetas viejos. Fueron sus reuniones una versión neurótica del más asqueroso provincianismo diletante, pero hubo actividad, recitales, conversatorios, congresos, etc., etc. Aunque muchas veces se hacían conversatorios donde muchos poetas jóvenes y sobre todo jovencitas asistían para calentar el asiento.

Arboleda (1994-98)Publicación literaria que aparecía en forma esporádica desde 1994 y 1998. Algunos sostenían que se trataba de alguna agrupación intelectual, otros pensaban que era una cofradía, pero en realidad nunca se constituyó como una organización artístico-cultural. Simplemente fue una publicación sobre la que se reunieron un grupo de jóvenes con iniciativas literarias. Antes de ello existieron iniciativas para trabajos y acciones de carácter colectivo. Sólo vio la luz en 4 números casi un número por año. En cada número había una presentación y en cada presentación un breve recital y luego chismes. Pero la revista era, a pesar de todo y contra viento y marea, un esfuerzo loable, escritos literarios y

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culturales en general. Participaron algunos jóvenes de los que hoy no se conoce paradero alguno, caso Rómulo Gutiérrez, Susana Samaniego, Luis Facundo, etc. como algunos ganadores de concursos, caso Carlos Becerra, Antonio Noblecilla, Laly Pereyra, etc., como algunos carismáticos, el mismo Stanley, Rubén Dávila y también narradores: Dandy Berrú, Rubén Mesías.Pero pese a lo disperso del producto poético se pueden ver poemas de gran factura, para los entendidos sería Antonio Noblecilla el mejor aspectado, del lado de la poética talentosa y un tanto frívola de Carlos Becerra, de lo que se puede resaltar su irreverencia tan original.Nunca hubo un poema de Ana Miranda, ¿será por rencillas, antipatías, o qué?, taras y complejos que en la escena imperaron.

El deslinde aparenteUn grupo de jóvenes optó por crear otro “grupo” después de “acalorados debates”. No se llevó a consolidar un proyecto concreto con Stanley, lo que motivó la formación de otro grupo llamado DKVZA, que logró integrar a la gente que participó en más de una oportunidad en las reuniones de Arboleda.Aunque este grupo se proclamó contestatario, su posición fue un tanto contradictoria, para mostrarse, como lo dirían, ideológicamente unilineal.Pese a que el manifiesto fue de orientación marxista, la obra contenida en su “vocero oficial” el fanzine DKVZA era de carácter netamente intimista, añadiendo la actitud de verticalidad de su línea editorial, que poco tenía que ver con una visión materialista-dialéctica de la realidad. La confrontación llegó de lado de Arboleda que señaló que contra ellos hubo una “conspiración”, la misma que como idea y aún como conjetura cayó por los suelos,

pues Arboleda no volvería a reunirse nunca más. Después de un año DKVZA se desactivó: factores que contribuyeron: las respectivas “purgas” inspiradas en la URSS de los 30, que terminaron con la sutil “expulsión” de algunos de sus miembros, así también la intolerancia, la neurosis y sobre todo la falta de criterio de nivel para interpretar la realidad, terminaron por matar a los DKVZA. Paco Irigoyen y Martín Meléndez no volverían después del tercer número a publicar una sola línea de aquel fanzine.

Etapa de la dispersiónDespués de la presentación de Arboleda que una vez había invitado al talentoso pero infelizmente neurótico David Novoa, orquesta como siempre esas presentaciones originales y pintorescos personajes aquella develada “noche del humo” cerraría su telón para siempre junto con los sueños de algunos y casi todos.¿Qué será de algunos de ellos? Muchos talvez desde sus hogares o centros de labores sólo les queda un recuerdo estrechadamente infeliz e intrascendente.Sólo Stanley se preocupó por registrar este momento que sólo para él fue provechoso, pues en su tesis “Generación literaria juvenil lambayecana de los 90. Marcas estéticas” tuvo la oportunidad de sobre destacar Arboleda, omitiendo esfuerzos silenciosos como Ardiente exilio y un poco frecuente Sub Art, y otras omisiones más merecidas e inmerecidas.Sólo queda destacar el pleito entre Stanley y los coautores como Nicolás Idrogo por la disputa de la autoría de un trabajo de investigación literaria que hasta ahora no termina por convencer.

tengo que morir / carlos becerra popuche

Tengo que morirle digo a mi mami a los amigosa mi familiaa la noche y su locura de estrellaspero no me entiendentengo que morirme digo cada amanecer frente al espejoy no me entiendo

la ilusión de un animalUn hombre se atrevióUna vezA levantar la mirada hacia el cieloY contempló largamente las estrellas

en el terrible infinito“Quiero estar entre ellas”, se dijoPero de pronto sintió un tímido ardor en su corazónEntonces con sus manos se abrió el pechoY vio dentro de sí todas aquellas estrellasQue contemplóLargamente arriba en el infinito“Tengo dentro de mí un espejo”, exclamó.Corrió luego hacia el borde de un precipicioY levantando nuevamente la miradaSe lanzó al vacíoQueriendo alcanzar el cieloCayó boca arriba en lo más profundo del abismoCon el pecho abierto donde las estrellasComenzaban a pagarseUna a una

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El Sutra del Girasol / Jack KerouacCaminé por las orillas del muelle de latas y bananas y me senté bajo la inmensa sombra de una locomotora de la Southern Pacific para observar el ocaso sobre las colinas de casas como cajas de zapatos y llorar. Jack Kerouac estaba sentado junto a mí sobre un poste de hierro, roto y herrumbroso, compañero, pensábamos los mismos pensamientos del alma, desolados y sombríos y con la mirada triste, rodeados por las nudosas raíces de acero de árboles de maquinaria. La aceitosa agua del río reflejaba el cielo enrojecido, el sol se hundía sobre los picos finales de Frisco, no hay peces en ese arroyo, no hay ermitas en esos montes, tan sólo nosotros mismos con ojos legañosos y resaca como viejos vagabundos en la ribera del río cansados y taimados. Fíjate en el Girasol, dijo él, había una sombra gris y muerta recortándose contra el cielo, grande como un hombre, erguida seca en lo alto de una montaña de viejísimo ser –Subí encantado atropelladamente – era mi primer girasol, recordé Blake – mis visiones – Harlem e Infiernos de los ríos del Este, puentes campaneantes Grasientos Sandwiches de Joe, difuntos coches de niño, ruedas negras y sin dibujo olvidadas y sin rencauchar, el poema de la ribera, condones & cacerolas, cuchillos de acero, nada inoxidable, solo el hediondo cieno y los artefactos afilados como cuchillas en tránsito hacia el pasado y el Girasol gris apostado contra el ocaso, resquebrajable desolado y polvoriento con el tizne y la contaminación y el humo de antiguas locomotoras en su ojo – corola de indistintas púas dobladas y rotas como una corona machacada, las semillas caídas de su faz, boca que prontamente estará desdentada de soleado aire, rayos de sol obliterados sobre su peluda cabeza como una reseca tela de araña de alambre, hojas extendidas como brazos saliendo del tallo, gesticulaciones de la raíz de ser?, trozos rotos de yeso caídos de las negras ramitas, una mosca muerta en su oreja, ¿Qué cosa impía y machacada eras, mi Girasol? Oh mi alma, ¡te amé entonces! La mugre no era mugre de hombre alguno sino muerte y humanas locomotoras, todo aquel traje de polvo, aquel velo de oscurecida piel de vía férrea, aquella polución de la mejilla, aquel párpado de negra miseria, aquella enhollinada mano o falo o protuberancia de algo artificial peor que la mugre – industrial – moderno – toda aquella

civilización moteando tu delirante áurea corona – y aquellos desolados pensamientos de muerte y polvorientos ojos sin amor y extremos y raíces resecas debajo, en el amontonamiento -hogar de arena y serrín, billetes de a dólar de goma, pellejas de maquinaria, las tripas y entrañas del sollozante y doliente automóvil, las vacías y solitarias latas con sus oxidadas lenguas ¡ay!, qué más podría yo citar, las ahumadas cenizas de algún cigarro pene, los coches de las carretillas y los lechosos pechos de los automóviles, culos desgastados de sillas & esfínteres de dínamos – todos estos enredados entre tus momificadas raíces – ¿y tú ahí? erguido ante mí en la puesta del sol, toda tu gloria en tu forma! ¡Una perfecta muestra de belleza de girasol! ¡una perfecta excelente adorable existencia de girasol! ¡un dulce ojo natural para la nueva luna enrollada despertó vivo y excitado aferrando en las sombras del ocaso la mensual brisa dorada del amanecer! ¿Cuántas moscas zumbaron a tu alrededor inocentes de tu mugre, mientras maldecías a los cielos del ferrocarril y de tu alma de flor? ¡Pobre flor muerta! ¿cuándo olvidaste que eras una flor? ¿cuándo miraste tu piel y decidiste que eras una sucia y vieja locomotora impotente?, el fantasma de una locomotora, el espectro y la sombra de una otrora poderosa y demente locomotora americana? Jam? fuiste una locomotora, Girasol, ¡fuiste un girasol! Y tú locomotora, tú eres una locomotora, ¡no olvides lo que te digo! De modo que arranqué el girasol delgado como un esqueleto y lo sujeté a mi costado como un cetro, y entono mi sermón frente a mi alma, y también frente a la de Jack, y de la de quienquiera que desee oírlo, – No somos nuestra piel mugrienta, no somos nuestra desolada terrible polvorienta locomotora sin imagen, todos somos hermosísimos girasoles dorados en nuestro interior, estamos benditos por nuestra propia semilla k nuestros dorados y peludos desnudos cuerpos de ogro que crecen para transformarnos en dementes girasoles formales en el ocaso, espiados por nuestros ojos bajo la sombra de la loca locomotora ocaso de ribera en Frisco visión colérica de latas al anochecer sentados. Berkeley, 1955