Don Quijote Quijano

8/17/2019 Don Quijote Quijano

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Como citar este documento: Quijano, Aníbal. Don Quijote y los molinos deviento en Ámerica Latina. En publicacion: Revista Pasos, no. 127 . DEI,Departamento Ecuménico de Investigaciones, San osé, Costa !ica: Costa!ica. Septiembre"#ctubre. $%%&Acceso al te'to completo: (ttp:))***.dei"cr.org)mostrar+articulo+pasos.p(pid-/0pasos+nro-/$102ec(a+pasos-Segunda 3poca $%%&. Setiembre "#ctubre0especial-%

!esumen:Descriptores 4ematicos: Construcci5n de Alternativas, Cultura, Contracultura,Colonialidad, 6oder, Identidad, 7odernidad, 8iloso2ía 6olítica, America9atina

er el te'to en (tml Don Quijote y los molinos de viento en Ámerica Latina*

Aníbal Quijano

9o ;ue (o< denominamos América 9atina, se constitu como2undamentos < modos constitutivos del nuevo patr5n de poder. Desde a;uí parti5 el proceso (ist5rico ;ue de2ini5 la dependencia (ist5rico"estructural deAmérica 9atina < dio lugar, en el mismo movimiento, a la constituci5n deEuropa #ccidental como centro mundial de control de este poder. ? en esemismo movimiento, de2ini5 también los nuevos elementos materiales <subjetivos ;ue 2undaron el modo de e'istencia social ;ue recibi5 el nombre demodernidad.

En otros términos, América 9atina 2ue tanto el espacio original como el

tiempo inaugural del período (ist5rico < del mundo ;ue a@n (abitamos. En eseespecí2ico sentido, 2ue la primera entidad)identidad (ist5rica del actualsistema"mundo colonial)moderno < de todo el período de la modernidad. Sinembargo, a la sede < momento originales de este período (ist5rico, a la 2uentesurtidora de los elementos basales de la nueva sociedad mundial, les 2uerondespojados su lugar central, así como los atributos < los 2rutos de lamodernidad. De esa manera, ni todas las nuevas potencialidades (ist5ricasalcanaron su pleno desarrollo en América 9atina, ni el período (ist5rico, ni lanueva e'istencia social en el mundo, llegaron a ser plenamente modernos.

Ambos, en 2in, se de2inieron entonces < se reproducen (o< comocolonial)modernos=$>. B6or ;ué

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1. Don Quijote y los molinos de viento de América Latina

Dice unic(iro 4aniai=>, comparando las (istorias de Europa < de ap5n,;ue los europeos tuvieron la 2ortuna de ;ue su (istoria se desenvolviera enetapas, derivadas cada una de las trans2ormaciones internas de la anterior.7ientras ;ue en ap5n, en particular desde la Segunda uerra 7undial, su(istoria, esto es, el sentido de ella, 2ue alterada desde 2uera por la superioridadmilitar < tecnol5gica FoccidentalG. Esa re2le'i5n admite como vHlida la

perspectiva eurocéntrica < su característica mirada evolucionista,testimoniando así la (egemonía mundial del eurocentrismo como modo de

producci5n < de control de la subjetividad < en especial del conocimiento.6ero en la propia Europa #ccidental, dic(a perspectiva es mHs bien una marcade la tardía (egemonía intelectual de sus regiones del centro"norte, < es poreso ajena < contraria a la (erencia de Don Quijote. En el %% aniversario deese libro 2undador, es tiempo de volver a esa (erencia.

9a 2abulosa escena en la ;ue Don Quijote arremete contra un gigante < esderribado por un molino de viento es, seguramente, la mHs poderosa imagen(ist5rica de todo el período de la primera modernidad: el des)encuentro entre,de un lado, una ideología seJorial, caballeresca Kla ;ue (abita la percepci5n

de Don QuijoteK a la ;ue las prHcticas sociales


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EspaJa de ese momento, es ;ue ninguna de a;uellas perspectivas de sentido puede e'istir, ni con2igurarse, separada < depurada de la otra. A;uellaintersubjetividad no podía no ser, ni dejar de ser, sino una imposible en

principio, pero inevitable en la prHctica, amalgama de pragmatismo mercantil< de visiones caballerescas.

Se trata de un momento de la (istoria en el cual los varios tiempos e (istoriasno se con2iguran en ning@n orden dualista < en ninguna secuencia unilineal <unidireccional de evoluci5n, como el eurocentrismo enseJ5 a pensar desde2ines del siglo NII. Son, por el contrario, complejas, contradictorias,discontinuas, asociaciones entre estructuras 2ragmentarias < cambiantes derelaciones, de sentidos < signi2icados, de m@ltiples procedencias geo(ist5ricas< de simultHneas < entrecruadas acciones, todas, no obstante, partes de unmismo < @nico mundo nuevo en plena constituci5n. Oo por casualidad, el

molino de viento era allí una tecnología procedente de Pagdad, integrada almundo musulmHn"judío del sur de la 6enínsula Ibérica, cuando a;uel todavíaera parte de la (egemonía Hrabe en el 7editerrHneo una sociedad productiva <rica, urbana, cultivada < de so2isticado desarrollo, el centro del trH2ico mundialde mercaderías, ideas < conocimientos 2ilos52icos, cientí2icos < tecnol5gicos.7ientras ;ue la FcaballeríaG, era el modelo de sociedad ;ue los militarmentevictoriosos, aun;ue social < culturalmente atrasados seJores del norte de la6enínsula, trataban de imponer, sin lograrlo del todo, sobre los escombros dela derrotada sociedad musulmano"judía, avasallando < coloniando a lascomunidades aut5nomas de la 6enínsula.

Ese régimen seJorial, dominado él mismo por la Contrarre2orma < por suIn;uisici5n, no tarda en decretar la e'pulsi5n de FmorosG < FjudíosG < aimponerles el 2amoso Fcerti2icado de limpiea de sangreG, la primeraFlimpiea étnicaG de todo el período colonial)moderno. El mismo arcaicomodelo seJorial, 2eudal, de e'istencia social, llevarH asimismo a la Corona acentraliar su dominio político, no precisamente procurando producir contodas las demHs poblaciones una identidad com@n Lnacional, puesM, sinoimponiendo sobre las demHs identidades < nacionalidades de la 6enínsula un

régimen de colonialismo interno, ;ue no (a terminado (asta (o


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de moros < judíos sobre la producci5n material < cultural, no se podríae'plicar por ;ué, nada menos ;ue con los ingentes bene2icios comercialesobtenidos con los minerales < vegetales preciosos producidos desde Américacon el trabajo no pagado de FindiosG siervos < de FnegrosG esclavos, la 2uturaEspaJa estaba ingresando, bajo todas las apariencias contrarias, en un

prolongado curso (ist5rico ;ue la llev5 desde el centro del ma


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modo, lo ;ue permiti5 a estos países elaborar su propia versi5n de lamodernidad < la racionalidad < apropiarse como e'clusividad de la identidad(ist5rico"cultural de F#cidenteG, de la (erencia (ist5rica greco"romana, lacual, no obstante, (abía sido muc(o antes < por muc(o tiempo preservada <trabajada como parte del 7editerrHneo musulmano"judío.

4odo eso ocurri5 K< tal (ec(o no debe ser perdido de vista so pena de perderel sentido mismo de esa (istoriaK en un período en el cual la colonialidad del

poder era todavía, e'clusivamente, un patr5n de relaciones de poder enAmérica < entre América < la emergente FEuropa #ccidentalG. En otrostérminos, cuando tal FEuropa #ccidentalG estaba siendo producida sobre el2undamento de América. Oo (a< modo de no reconocer tales implicaciones(ist5ricas de la instauraci5n de este nuevo patr5n de poder, < de la recíproca

producci5n (ist5rica de América < de Europa #ccidental como sedes de la

dependencia (ist5rico"estructural < del centro del control dentro del nuevo poder.

Es cierto ;ue a(ora las reglas del capitalismo se (an 2inalmente consolidadoen EspaJa, con los recursos < el apo


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de la colonialidad del poder. ? puesto ;ue en este patr5n de poder, el modo(egem5nico de producci5n < de control de conocimiento es el eurocentrismo,encontraremos en esta (istoria amalgamas, contradicciones < des)encuentrosanHlogos a las ;ue el Cide Ramete Penengeli (abía logrado percibir en su

propio espacio)tiempo.

6or su naturalea, la perspectiva eurocentrista distorsiona, cuando no blo;uea,la percepci5n de nuestra e'periencia (ist5rico"social, mientras lleva al mismotiempo a admitirla como verdadera=>. #pera, pues, en el mundo de (o


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literalmente, urgente. 6or;ue mientras este patr5n de poder culmina sutra


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4ercero, de la eliminaci5n deliberada de muc(os de los mHs importantes productores, no @nicamente portadores, de a;uellas e'periencias, susdirigentes, sus intelectuales, sus ingenieros, sus cientí2icos, sus artistas.

Cuarto, de la continuada represi5n material < subjetiva de los sobrevivientes,durante las siguientes centurias, (asta someterlos a la condici5n decampesinos iletrados, e'plotados < culturalmente coloniados < dependientes.Esto es, (asta la desaparici5n de todo patr5n libre < aut5nomo de objetivaci5nde ideas, de imHgenes, de símbolos. En otros términos, de símbolos, deal2abeto, de escritura, de artes visuales, sonoras < audiovisuales.

Tna de las mHs ricas (erencias intelectuales < artísticas de la especie no s5lo;ued5 destruida, sino, sobre todo su parte mHs elaborada, mHs desarrollada <

avanada, ;ued5 inaccesible para los sobrevivientes de ese mundo. Enadelante, < (asta no (ace muc(o, éstos no podrían tener o producir signos <símbolos propios, como no 2uese en las distorsiones de la clandestinidad o enesa peculiar dialéctica entre la imitaci5n < la subversi5n, característica delcon2licto cultural, principalmente en las regiones andino"ama5nica, meso <norteamericanas=&>.

". La producción de un nuevo patrón de poder. #a$a y dominación social

%lobal

Ese laberinto, sin embargo, estaba apenas comenando a ser edi2icado. Entrelos escombros de ese prodigioso mundo en destrucci5n < con sussobrevivientes, 2ueron producidos, en el mismo movimiento (ist5rico, unnuevo sistema de dominaci5n social < un nuevo sistema de e'plotaci5n social.?, con ellos, un nuevo patr5n de con2licto. En 2in, un nuevo e (ist5ricamenteespecí2ico patr5n de poder.

El nuevo sistema de dominaci5n social tuvo como elemento 2undacional laidea de raa. 3sta es la primera categoría social de la modernidad =1>. 6uesto;ue no e'istía con anticipaci5n Kno (a< rastros e2icientes de esa e'istencia

K, no tenía entonces, como tampoco tiene a(ora, nada en com@n con lamaterialidad del universo conocido. 8ue un producto mental < socialespecí2ico de a;uel proceso de destrucci5n de un mundo (ist5rico < deestablecimiento de un nuevo orden, de un nuevo patr5n de poder, < emergi5como un modo de naturaliaci5n de las nuevas relaciones de poder impuestasa los sobrevivientes de ese mundo en destrucci5n: la idea de ;ue los

dominados son lo ;ue son, no como víctimas de un con2licto de poder, sino encuanto in2eriores en su naturalea material


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producci5n (ist5rico"cultural. Esa idea de raa 2ue tan pro2unda <continuamente impuesta en los siglos siguientes < sobre el conjunto de laespecie, ;ue para muc(os, desa2ortunadamente demasiados, (a ;uedadoasociada tanto a la materialidad de las relaciones sociales, como a lamaterialidad de las personas mismas. 9a vasta < plural (istoria de identidades< memorias Lsus nombres mHs 2amosos son de todos conocidos ma


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ellos desde bien entrado el siglo NIII < en el Hrea colonial britHnico"americana. En ésta se produce e instaura la idea de FblancoG, por;ue allí la

principal poblaci5n racialiada < colonialmente integrada, vale decir,dominada, discriminada < e'plotada dentro de la sociedad colonial britano"americana, eran los FnegrosG. En cambio, los FindiosG de esa regi5n no2ormaban parte de esa sociedad < no 2ueron racialiados < coloniados allísino muc(o mHs tarde. Como se sabe, durante el siglo NIN, tras el masivoe'terminio de su poblaci5n, de la destrucci5n de sus sociedades < la con;uistade sus territorios, los sobrevivientes FindiosG serHn arrinconados en FreservasGdentro del nuevo país independiente, los EE. TT., como un sector coloniado,racialiado < segregado=W>.

En torno de la nueva idea de raa, 2ueron rede2iniéndose < recon2igurHndosetodas las previas 2ormas e instancias de dominaci5n, en primer término entre

los se'os. Así, en el modelo de orden social patriarcal, vertical < autoritario,del cual eran portadores los con;uistadores ibéricos, todo var5n era, porde2inici5n, superior a toda mujer. Con todo, a partir de la imposici5n <legitimaci5n de la idea de raa, toda mujer de raa superior se (ioinmediatamente superior, por de2inici5n, a todo var5n de raa in2erior. De esamanera, la colonialidad de las relaciones entre se'os se recon2igur5 endependencia de la colonialidad de las relaciones entre raas. ? eso se asoci5 ala producci5n de nuevas identidades (ist5ricas < geoculturales originales delnuevo patr5n de poder: FblancosG, FindiosG, FnegrosG, FmestiosG.

Así (acía su ingreso en la (istoria (umana el primer sistema de clasi2icaci5nsocial bHsica < universal de los individuos de la especie. En los términos de la

jerga actual, la primera clasi2icaci5n social global de la (istoria. 6roducida enAmérica, 2ue impuesta al conjunto de la poblaci5n mundial en el mismo cursode la e'pansi5n del colonialismo europeo sobre el resto del mundo. Desdeentonces, la idea de raa, el producto mental original < especí2ico de lacon;uista < coloniaci5n de América, 2ue impuesta como el criterio <mecanismo social primordial de clasi2icaci5n social bHsica < universal detodos los miembros de nuestra especie.

En e2ecto, durante la e'pansi5n del colonialismo europeo, nuevas identidades(ist5ricas, sociales < geoculturales serHn producidas sobre los mismos2undamentos. De una parte, a FindiosG, FnegrosG, FblancosG < FmestiosG,serHn aJadidos FamarillosG, FolivHceosGo FaceitunadosG. De otra parte, irHemergiendo una nueva geogra2ía del poder, con su nueva nomenclatura:Europa, Europa #ccidental, América, Asia, U2rica, #ceanía, < de otro modo,#ccidente, #riente, Cercano #riente, E'tremo #riente < sus respectivasFculturasG, FnacionalidadesG < FetnicidadesG.

9a clasi2icaci5n racial, puesto ;ue se 2undaba en un desnudo producto mental,sin nada en com@n con nada en el universo material, no sería si;uiera


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imaginable 2uera de la violencia de la dominaci5n colonial. El colonialismo esuna e'periencia mu< antigua. Sin embargo, @nicamente con la con;uista <coloniaci5n ibero"cristiana de las sociedades < poblaciones de América, en eltramonto del siglo N al NI, 2ue producido el constructo mental de FraaG.Eso da cuenta de ;ue no se trataba de cual;uier colonialismo, sino de uno mu<

particular < especí2ico: ocurría en el conte'to de la victoria militar, política <religioso"cultural de los cristianos de la contrarre2orma sobre los musulmanes< judíos del sur de Iberia < de Europa. ? 2ue ese conte'to lo ;ue produjo laidea de FraaG.

En e2ecto, al mismo tiempo ;ue se con;uistaba < coloniaba América, laCorona de Castilla < de Arag5n,


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recursos, de sus productos: todos los modos (ist5ricamente conocidos decontrol del trabajo o de e'plotaci5n Kesclavitud, servidumbre, pe;ueJa

producci5n mercantil independiente, reciprocidad < capitalK 2ueronasociados, articulados, en un @nico sistema conjunto de producci5n demercaderías para el mercado mundial. 6or el lugar dominante del capital enlas tendencias bHsicas del nuevo sistema, éste tuvo desde la partida, como lotiene (o


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adscribían entre toda la especie las identidades (ist5rico"sociales. En 2in, lasidentidades geoculturales se establecerían, también, en torno de dic(o eje.Emergía, así, el primer sistema global de dominaci5n social (ist5ricamenteconocido: nadie, en ning@n lugar del mundo, podría estar 2uera de él. En elmismo sentido,


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mundial, sino en especial la concentraci5n de mu< ingentes bene2icioscomerciales, < junto con ellos también concentrar en sus propios países lasalariaci5n o mercantiaci5n de la 2uera de trabajo local.

4odo eso implic5 la rHpida e'pansi5n de la acumulaci5n capitalista en esasregiones, e inclusive permiti5 aprovec(ar las innovaciones tecnol5gicas

producidas por los esclavos FnegrosG de las Antillas, para desarrollar laFrevoluci5n industrialG en el Oorte de la 2utura Europa #ccidental =//>.Solamente sobre esa base, la emergente Europa #ccidental podrH después

partir a la coloniaci5n del resto del mundo < al dominio del mercadomundial.

De ese modo, el Capital como relaci5n social de producci5n < de e'plotaci5n pudo ser concentrado en esas regiones < ser su marca virtualmente e'clusiva

por un largo tiempo, mientras en América, como después en el resto delmundo coloniado, eran relaciones de e'plotaci5n no"salariales, esclavitud,servidumbre < reciprocidad)tributaci5n, las ;ue 2ueron mantenidas por laviolencia colonial. Oo (a


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(ist5rica ;ue lleva a la producci5n de América, ;ue se asientan en Europa, deun lado, la idea < e'periencia del cambio, como un modo normal, necesario <deseable de la (istoria. Del otro lado, el abandono del imaginario de una edaddorada en un mítico pasado, en 2avor del imaginario del 2uturo < elFprogresoG. ? sin América, sin contacto ni conocimiento de 2ormas dee'istencia social basadas en la igualdad social, la reciprocidad, la comunidad,la solidaridad social, entre algunas sociedades indígenas pre"coloniales, en

particular en el Hrea andina, no se podría e'plicar las utopías europeas de lossiglos NI, NII < NIII, las cuales, reimaginando, magni2icando eidealiando a;uellas e'periencias indígenas, en contraste con lasdesigualdades del 2eudalismo en el centro"norte de Europa, 2undaron elimaginario de una sociedad constituida en torno de la igualdad social, lalibertad individual < la solidaridad social, como pro.

En otras palabras, del mismo modo ;ue para la centraliaci5n del desarrollodel capital, la centralidad de Europa #ccidental en la producci5n de lamodernidad era una e'presi5n de la colonialidad del poder. ale decir,colonialidad < modernidad)racionalidad 2ueron desde la partida, < no (andejado de serlo (asta (o.

6ara América, < en especial para la actual América 9atina, en el conte'to de lacolonialidad del poder, ese proceso implic5 ;ue a la dominaci5n colonial, laracialiaci5n < la re"identi2icaci5n geocultural, a la e'plotaci5n del trabajogratuito, le 2ue superpuesto el surgimiento de Europa #ccidental como elcentro de control del poder, como el centro de desarrollo del capital < de lamodernidad)racionalidad, como la sede misma del modelo (ist5rico avanadode civiliaci5n. 4odo un mundo privilegiado ;ue se imaginaba, se imaginaa@n, autoproducido < autodiseJado por seres de la raa superior pare'cellence, por de2inici5n los @nicos realmente dotados de la capacidad delograr esas con;uistas. Así, en adelante, la dependencia (ist5rico"estructuralde América 9atina no sería nada mHs una marca de la materialidad de las

relaciones sociales, sino, sobre todo, de sus nuevas relaciones subjetivas eintersubjetivas con la nueva entidad)identidad llamada Europa #ccidental < lade sus descendientes < portadores, donde ;uiera ;ue 2uesen < estuviesen.

-. Los !antasmas de América Latina

Oo debe ser, a esta altura del debate, di2ícil percibir por ;ué < de ;ué modos la

colonialidad del poder (a producido el des)encuentro entre nuestra e'periencia(ist5rica < nuestra perspectiva principal de conocimiento, < (a 2rustrado, en


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consecuencia, los intentos de soluci5n e2ica de nuestros problemas2undamentales.

9a insoluta condici5n de sus problemas 2undamentales, (a ido poblandoAmérica 9atina de 2antasmas (ist5ricos mu< peculiares. Oo es mi prop5sitoesta ve identi2icarlos, muc(o menos e'aminarlos a todos, sino tratar de (acervisibles los mHs densos de ellos.

Empero, los 2antasmas tienen su propio lugar en la (istoria


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nuevos sentidos (ist5ricos.

6or todo eso, dic(os 2antasmas nos (abitan entrelaados entre síine'tricablemente.

? parecen (aberse (ec(o permanentes. 9uego, (an terminado por (acerse2amiliares, en verdad íntimos, < 2orman parte constitutiva de nuestrae'periencia < de nuestras imHgenes. Se podría decir, por eso, ;ue a(ora sonvirtualmente in(erentes a la materialidad < al imaginario de nuestra e'istencia(ist5rica. En ese sentido, 2orman el especí2ico nudo (ist5rico de América9atina =/>.

. Colonialidad, moderninad, identidad =/&>

Oo es sorprendente ;ue América admitiera la ideología eurocéntrica sobre lamodernidad, como una verdad universal, en particular (asta comienos delsiglo NN, si se tiene en cuenta ;ue ;uienes se arrogaban con e'clusividad elderec(o de pensarse < presentarse como representantes de esa América eran,

precisamente, los dominadores coloniales, vale decir, FeuropeosG. ? desde elsiglo NIII, eran ademHs FblancosG e identi2icados con F#ccidenteG, esto escon una imagen mHs e'tendida de FEuropaG, todavía después de asumir lasnuevas identidades FnacionalesG postcoloniales e incluso (asta (o< =/1>.

En otros términos, la colonialidad del poder implicaba entonces, < a@n (o< enlo 2undamental, la invisibilidad sociol5gica de los no"europeos, FindiosG,FnegrosG < sus FmestiosG, o sea, de la abrumadora ma.

Sin embargo, en el mundo del poder a;uello ;ue se arroja por la puerta ingresade todos 2ormas por la ventana. En e2ecto, los invisibiliados eran la


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abrumadora ma


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dominantes, la propuesta de moderniaci5n no (a dejado de ser, no obstantetodo el debate posterior a la Segunda uerra 7undial, e;uivalente aFoccidentaliaci5nG =$/>.

En tercer lugar, lo ;ue resulta de la resistencia de las víctimas de lacolonialidad del poder, ;ue no (a estado ausente durante estos cinco siglos.Durante la primera modernidad, bajo el dominio ibérico, los primerosintelectuales FmestiosG en primer lugar Len el e'tenso irre


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como alternativa. Oiegan la legitimidad te5rica < social de la clasi2icaci5nFracialG < FétnicaG, proponiendo de nuevo la idea de igualdad social. Oieganla pertinencia < legitimidad del Estado"Oaci5n 2undado en la colonialidad del

poder. 6or @ltimo, aun;ue menos clara < e'plícitamente, proponen laa2irmaci5n < reproducci5n de la reciprocidad < de su ética de solidaridadsocial, como opci5n alternativa a las tendencias predatorias del capitalismoactual.

Es pertinente seJalar, contra todo ese tras2ondo (ist5rico < actual, ;ue lacuesti5n de identidad en América 9atina es, mHs ;ue nunca antes, un pro


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un cauce com@n con la publicaci5n conjunta, por ambos autores, deFAmericanit< as a Concept or t(e Americas in t(e 7odern Yorld"S Sobre esta cuesti5n, de Aníbal Quijano e Immanuel Yallerstein, op. cit.

=> Durante esas guerras en el virre Sobre la producci5n de las ideas de FblancoG < FnegroG como


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nomenclatura FracialG en el Hrea colonial britanoamericana, véase principalmente de 4(eodore Allen: 4(e Invention o2 t(e Y(ite !ace. 9ondon,E!S#, /WW, $ vols. ? de 7att(e* 8r Ra comenado, 2inalmente, un activo debate en América 9atina sobre elsigni2icado de la e'pansi5n de bases < otros establecimientos militares de losEE. TT. en territorio latinoamericano, ademHs de las (abituales < viejasarticulaciones entre las 8ueras Armadas de ese país < las de la regi5n, mu< enespecial en el conte'to de las obvias tendencias de re"neocoloniaci5n delmundo, iniciada con la invasi5n < la ocupaci5n de A2ganistHn e Ira. Adelantéalgunas predicciones Kdesa2ortunadamente cumplidas mu< prontoK en una

con2erencia p@blica en la Tniversidad de ainesville, 8lorida, a 2inales de/WW$, titulada Yill 9atin America Survive Se public5 en /WW, en portugués,con el título de BSobrevivera America 9atina, en Sô 6aulo, en 6erspectivaLSEADEM, ol. II, Oo. $, pHgs. &%"&1, /WW, < en Carta L!io de aneiroM Oo./ L/WWM. Re vuelto después sobre este asunto en FEl laberinto de América9atina: BRa< otras salidasG. #riginalmente, en !evista eneolana deCiencias Econ5micas < Sociales LCaracasM ol. &, Oo. $ L$%%M, pHgs. 1"W%.E'iste traducci5n al portugués en 4(eotonio dos Santos Lcoord.M:lobalia_ô. Dimensès e Alternativas. Sô 6aulo, 6ucediciones 9o 6or;ue ning@n ordio (a podido cortarlo a@n < por;ue es probable ;ue


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ning@n latinoamericano ilustre lo (a En esta ocasi5n me limitaré a plantear la cuesti5n de la identidad < susrelaciones con las de la modernidad)racionalidad. 7is propuestas re2erentes alas cuestiones de la democracia < del moderno estado"naci5n < las deldesarrollo < la integraci5n, pueden ser encontradas, respectivamente, en missiguientes te'tos: FColonialité du 6ouvoir e Democratie en Ameri;ue 9atineG,en Ameri;ue 9atine, Democratie et e'clusion. !evue 8uture Anterieur, 6aris,9Rarmattan, /WW, pHgs. W"/%/ FEstado"Oaci5n, ciudadanía < democracia:cuestiones abiertasG, en Relena onHles)Reidul2 Sc(midt Lcomps.M.Democracia para una nueva sociedad. Caracas, Oueva Sociedad, /WW1, pHgs./W"/ FColonialidad del poder, globaliaci5n < democraciaG.

#riginalmente, en Instituto de Altos Estudios Internacionales Led.M:4endencias bHsicas de nuestro tiempo. Caracas, $%%%. Ra< traducci5n al portugués en Oovos !umos LS^o 6auloM, Ano /1, Oo. 1, pHgs. %"$WF6opulismo < 2ujimorismoG, en 8elipe Purbano de 9ara Led.M: El 2antasma del

populismo. 89ACS#"Oueva Sociedad, /WW, pHgs. /1/"$%1 FAmérica 9atinaen la economía mundialG, en 6roblemas del desarrollo L7é'ico, Instituto deInvestigaciones Econ5micas de la TOA7M, ol. NNI, Oo. W Loct"dic.,/WWM FEl 2antasma del desarrolloG. #riginalmente en !evista eneolana deEconomía < Ciencias Sociales LCaracasM Oo $ L$%%%M.

=/1> Oo solamente una parte de la intelligentsia, como, por ejemplo Réctor7urena, importante escritor e intelectual argentino L/W$"1M,


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(ist5ricamente rede2inidos por < en América, dentro de un patr5n de podercon (egemonía FindígenaG. Su derrota abri5 el paso a ;ue la 2uturaIndependencia en esta regi5n se (iciera bajo total control de los dominadorescoloniales, < el pleno < duradero mantenimiento de la colonialidad del poder.De su lado, la revoluci5n (aitiana 2ue la primera gran revoluci5ndescoloniadora triun2ante de todo el período colonial)moderno, en la cual losFnegrosG derrotaron a los FblancosG, los esclavos a los amos, los coloniados alos coloniadores, los (aitianos a los 2ranceses, los no"europeos a loseuropeos. 8ue el entero patr5n de poder colonial)moderno el ;ue 2uesubvertido < destruido.

Ambas revoluciones produjeron, sin duda, una tremenda conmoci5n < une'tendido pHnico entre los dueJos del poder colonial)moderno. 6or eso, larepresi5n sobre los revolucionarios tupacamaristas 2ue un cruel escarmiento.

Como no (a dejado de serlo la continuada intervenci5n colonialista de2ranceses, primero, < de estadounidenses Lo FusonianosG, como proponellamarlos osé Puscaglia"Salgado en Tndoing Empire. !ace and Oation in t(e7ulatto Caribbean. 7inneapolis"9ondon, Tniversit< o2 7inessota 6ress,$%%, pHgs. ss.M repetidamente, durante dos siglos, (asta aplastar larevoluci5n < mantener a Raití en la espelunante (istoria a la ;ue no dejanterminar.

=$%> En los arc(ivos coloniales sudamericanos es posible identi2icar mHs detreinta FcastasG, algunas de ellas con nombres ;ue no (an alcanado, todos, eldesuso. En el 6er@, por ejemplo FamboG, originalmente FmestioGFanegradoG de FindiaG < FnegroG, o FsacalaguaG, originalmente una de lasescalas del FmulatoG. Ro En los días siguientes al linc(amiento del alcalde de Ilave L6uno, 6er@M,ocurrido (ace poco, por una en2urecida poblaci5n ma


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actualidadM. En Ilave, en cambio, actuaban a

Don Quijote Quijano

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