Don y gratuidad en el pensamiento de J. Ratzinger

DON y GRATUIDADen el pensamiento deJ. RATZINGERClaves para la teología moral

CARLOS SÁNCHEZ DE LA CRUZ, CSSR

00_primeras paginas.qxp:primeras paginas 18/5/12 10:35 Página 3

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A mis padres Graci y Gloria,verdaderos maestros de gratuidad.


«Mírame, Señor,yo no soy nada, pero Tú lo eres todo;

yo estoy lleno de miseriasy Tú eres rico para remediarlas necesidades del mundo;

yo soy malo y pecador,pero Tú estás lleno de amor pródigo;

Tú no amas como los hombres,que solo dan su amor

a los que les caen simpáticos;Tú amas también al mendigo

vestido de harapos, al hijo perdido;Tú no amas porque seamos buenos,

sino porque eres bueno Tú»1.

J. Ratzinger

1 J. RATZINGER, «24 de octubre», en Cooperadores de la Verdad. Reflexiones para cada díadel año, Madrid 1991, 408. [Or. 1979]. Prácticamente idéntico en: «Sobre todo, elamor», en Ser cristiano, Salamanca 1967, 44. [Or. 1965].


INTRODUCCIÓN

Hace ahora cinco años que dedicamos no pocos esfuerzos al estu-dio y esclarecimiento de la categoría –no muy conocida ni atendida–de la sobreabundancia 1. La elección de dicha categoría vino determi-nada indudablemente por nuestra pertenencia a la Congregacióndel Santísimo Redentor. En el escudo de dicha Congregación apa-rece la leyenda «Copiosa Apud Eum Redemptio», que forma partede la perícopa del salmo 130,7b-8 y que recoge la formulación de laexperiencia religiosa específicamente redentorista: el sentido de laRedención copiosa en Cristo2. Esa intuición, además, quedó paranosotros completada y superada por un maravilloso texto paulino:«Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia» (Rm 5,20), tancapital para la teología cristiana de todos los tiempos y que tantariqueza ha aportado a la vida de las generaciones de cristianos a lolargo de los siglos. Este texto abrió ante nosotros una perspectivainteresante: ciertamente se da en la historia una abundancia de peca-do, de mal y sufrimiento, pero el cristiano vive en la certeza de que

1 Cf. C. SÁNCHEZ DE LA CRUZ, Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, Universi-dad Pontificia Comillas, Madrid 2008.

2 Cf. F. FERRERO, «Elementos simbólicos del escudo de armas y del sello oficialde la Congregación del Santísimo Redentor»: Spicilegium Historicum 39/2 (1991)299-341; L. ÁLVAREZ VERDES, «Fundamento bíblico del lema “Copiosa ApudEum Redemptio”»: Spicilegium Historicum 39/2 (1991) 343-358.


esta negatividad ha sido superada por la gracia sobreabundante deDios en Cristo, siendo esta la realidad primera y fundante que cons-tituye precisamente la novedad específicamente cristiana, el núcleode la Buena Noticia de Jesucristo.

Así, la dialéctica referida de abundancia de pecado y sobreabun-dancia de gracia nos ayudó a mostrar la negatividad o insuficienciadentro de cada capítulo, para remarcar después una sobreabundan-cia que no sería sino reflejo de la Sobreabundancia que es Dios mis-mo. Así, después de atravesar los distintos tratados teológicos conesta rica perspectiva, pudimos concluir que la sobreabundancia era,en efecto, una categoría apropiada para abordar el conjunto de lateología y que esto, además, encontraba correspondencias en distin-tos autores que, desde diversas ópticas, subrayaban su validez.

Entre estos autores se encontraban Walter Kasper, para quien Dioses sobreabundancia de amor y comunión en sí mismo o, dicho deotra manera, sobreabundancia que se manifiesta allá donde sale anuestro encuentro en su amor y libertad infinitos3; Adolphe Gesché,quien afirma en varias ocasiones que palabras como gracia, salva-ción, don, añadidura o sobreabundancia son palabras propias ysobre todo particularmente pertinentes para calificar o designar las«cosas de la fe»4; o Joseph Ratzinger que, yendo incluso más allá quelos anteriores autores citados, postula una “ley de la sobreabundan-cia”, dado que esta configura toda la historia de Dios con el serhumano y, de hecho, dicha ley debe llegar a convertirse en ley fun-damental del propio ser del hombre.

Pero no solo en el ámbito estrictamente teológico hallamos refe-rencias en torno a la sobreabundancia. También y particularmentelas encontramos en el ámbito filosófico: en Paul Ricoeur, que se refie-re a una «lógica de la sobreabundancia» que se opondría a la lógica

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3 Cf. W. KASPER, El Dios de Jesucristo, Salamanca 19903, 260, 337.4 Cf. A. GESCHÉ, Dios para pensar. Dios. El cosmos, Salamanca 1997, 157, 174.


de la equivalencia característica de nuestra idea más elevada de jus-ticia, designando así una posible suspensión de la ética de la recipro-cidad para hacer sitio a un exceso que pertenece al régimen de ladonación5; en Jean-Luc Marion, que ha desarrollado toda una feno-menología de la donación y que afirma la sobreabundancia de lavoluntad frente a la abundancia de razones propia de la apologéti-ca6; o en Michel Henry, que leería en las afirmaciones de Cristo elrompimiento de las relaciones naturales que conforman el sistemade lo humano y la necesaria apertura a la no-reciprocidad, una nue-va relación fundamental que designa en último término la genera-ción inmanente de nuestra vida finita en la vida infinita de Dios7.Además de los citados, también pudimos entrever esta misma oparecida sensibilidad en la obra de autores como Vladimir Jankélé-vitch 8, Jean-Louis Chrétien 9, Jacques Derrida o Claude Bruaire 10.

Llegados a este punto, la intuición inicial de que la categoría dela sobreabundancia podría contener una gran riqueza teológica,contrastada con el pensamiento teológico y filosófico de los autorescitados, quedó inserta en una perspectiva más amplia. En efecto,todos los textos se referían en último término a un “más”, a unaabundancia que suponía la ruptura o el sobrepasamiento de lo debi-do, a un ir más allá de lo esperado o meramente justo. Todos lostextos apuntaban, en definitiva, a un marco más amplio y funda-mental y, por tanto, de una mayor riqueza de significado: el de la

11INTRODUCCIÓN

5 Cf. P. RICOEUR, «Amor y justicia», en Amor y justicia, Madrid 1993. 6 Cf. J.-L. MARION, Siendo dado. Ensayo para una fenomenología de la donación, Madrid

2008; ID., La evidencia y el deslumbramiento, en ID., Prolegómenos a la Caridad, Madrid1993, 69-86.

7 Cf. M. HENRY, Palabras de Cristo, Salamanca 2004.8 Cf. V. JANKÉLÉVITCH, El perdón, Barcelona 1999.9 Cf. J.-L. CHRÉTIEN, Lo inolvidable y lo inesperado, Salamanca 2002.10 Cf. B. A. GNADA, Le principe don en éthique sociale et théologie morale. Une implication de

la philosophie du don chez Derrida, Marion et Bruaire, Roma 2007.


idea que podríamos denominar gratuidad o don, siendo esta últimauna formulación íntimamente relacionada con aquella y más en usoen las distintas disciplinas abordadas.

Así, fascinados por esta nueva perspectiva, creímos que sería muyinteresante realizar un estudio en torno a este campo semántico for-mado por la categoría de don-gratuidad. Realizado un primer acer-camiento, nos cercioramos de la importancia creciente de esta ideaen diversas disciplinas y de cómo, particularmente en los últimosaños, han aparecido diversos trabajos que aúnan acercamientos yenfoques variados en torno a este tema11.

En este recorrido nos encontramos con dos figuras impresionan-tes: Joseph Ratzinger y Paul Ricoeur. Ya en el estudio referido sobre lasobreabundancia habíamos quedado sorprendidos por las eviden-tes similitudes entre ambos, especialmente en lo que se refiere a loque el teólogo bávaro llama «ley de la sobreabundancia» y lo queel filósofo francés, en una formulación muy similar, denomina «lógi-ca de la sobreabundancia». Ambos se presentaban ante nosotros,además, como personalidades destacadas, cuya relevancia estabafuera de toda duda: Ratzinger –ahora papa Benedicto XVI– se tra-taba de uno de los mayores teólogos vivos, cuyo impacto en la teo-logía católica era ampliamente reconocido; el otro, Paul Ricoeur,seguía siendo, a pesar de su defunción hace unos años, uno de losexponentes de la filosofía actual más distinguidos y citados por elvalor indudable de su reflexión filosófica y por su enorme capaci-dad de síntesis y diálogo, también con la teología. Precisamente estaperspectiva de encuentro y diálogo entre filosofía y teología formaparte de la entraña de nuestra comprensión del quehacer teológicoy contiene la virtud de abrir cauces más que sugerentes.


11 Cf. A. E. KOMTER (ed.), The gift. An Interdisciplinary Perspective, Amsterdam 1996;A. D. SCHRIFT (ed.), The logic of the gift. Toward an Ethic of Generosity, Londres 1997;VV.AA., Gratuidad, justicia y reciprocidad. Dimensiones de una teología del don, BuenosAires 2005.


Al establecer un orden de prioridad en el estudio de dichos auto-res, y comenzando por la obra de Ratzinger, quedamos doblemen-te sorprendidos. Primero, porque la idea del don y la gratuidad enla obra del teólogo bávaro apareció ante nosotros una y otra vez ensus escritos y, además, con una gran continuidad: desde el comien-zo de su producción teológica hasta el día de hoy. Segundo, porquecreímos constatar que no se había atendido suficientemente a estasensibilidad en los numerosos estudios en torno a su obra, ni siquie-ra después de su elección pontificia, cuando los trabajos sobre sufigura, obra y pensamiento se han multiplicado de una maneraexponencial12.

Viéndonos en esta tesitura, y pensando que el diálogo con el filó-sofo francés podría posponerse para mejor ocasión, decidimos dedi-car todo nuestro empeño al estudio del pensamiento de JosephRatzinger. Pero, si era cierto que la idea de don-gratuidad estaba

13INTRODUCCIÓN

12 Las escasas referencias que hemos hallado en estudios generales sobre la teolo-gía de Ratzinger son, a nuestro parecer, muy anecdóticas: en absoluto ponen derelieve que la categoría de don-gratuidad podría constituir una idea fundamen-tal en su pensamiento. Así, a modo de ejemplo: A. NICHOLS, The thought of PopeBenedict XVI. Introduction to the theology of Joseph Ratzinger (new edition), Londres 2007,91; E. DE GAÁL, The Theology of Pope Benedict XVI. The Christocentric Shift, NuevaYork 2010, 246. Respecto a estudios más concretos, los que aluden a esta realidadlo hacen casi únicamente a propósito de alguna de las encíclicas de Ratzingercomo papa, por lo general en Deus caritas est o Caritas in veritate, en las que el teólo-go habla del don y la gratuidad explícitamente. Como en: S. MADRIGAL, Iglesia esCaritas. La eclesiología teológica de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, Santander 2008, 474-475; J. L. MARTÍNEZ MARTÍNEZ, «Deus caritas est: “La verdadera moral del cris-tianismo es el Amor”», en S. MADRIGAL (ed.), El pensamiento de Joseph Ratzinger.Teólogo y papa, Madrid 2009, 134-138; ID., «“Caritas in veritate”: El desarrollohumano integral en tiempo de globalización y de crisis»: Sal Terrae 98 (2010) 91;ID., Moral social y espiritualidad. Una co(i)nspiración necesaria, Santander 2011, 135-136;L. GONZÁLEZ-CARVAJAL, La fuerza del amor inteligente. Un comentario a la encíclica«Caritas in veritate», de Benedicto XVI, Santander 2009, 80-82; o varios de los trabajosrecogidos en J.-R. FLECHA (ed.), Dios es amor. Comentarios a la Encíclica de Benedicto XVI«Deus Caritas Est», Salamanca 2007, 24, 111, 131, 213.



muy presente en su obra y que, además, no había sido tratada sufi-cientemente, entonces se abrían ante nosotros nuevas dificultades:abarcar una obra extensa y variada como la de nuestro teólogo y,además, con la complicación de no contar –ya no solo en su obra,sino tampoco entre los estudios sobre él– con una sistematizacióninspirativa sobre el particular.

Nos pareció insuficiente realizar un estudio sistemático y porme-norizado de la categoría de don-gratuidad en un momento o tra-bajo concreto de su producción. Pensamos, por el contrario, quesería más sugerente sumergirnos en la tarea de manifestar al lector,lo más ampliamente posible, la omnipresencia de dicha idea de don-gratuidad en su extensa obra.

Conviene insistir desde ahora en que para captar la fuerte presen-cia de nuestra categoría en el pensamiento y la obra de Ratzinger,interesa atender no únicamente a aquellos textos en los que apareceexplícitamente la palabra «gratuidad», lo mismo que la palabra «don»,sino también a aquellas otras que contienen un sentido idéntico, simi-lar o que pueden inscribirse, por relación, dentro del mismo camposemántico: regalo, entrega, salida de sí, ser-para, sobreabundancia;también sus contrarios: egoísmo, orgullo, individualismo, concentra-ción en el propio yo, autosuficiencia, moralismo, etc.

Para llevar a cabo nuestra tarea, y dada la variedad y dispersiónde sus trabajos, publicados una y otra vez en distintas recopilacionesy en diferentes momentos, particularmente tras su elección pontificia,tendría una gran importancia tratar con el máximo número de escri-tos, dado que, de esta manera, se haría aún más evidente nuestraintuición de que estamos tratando con algo fundamental en el pensa-miento de este teólogo. Afortunadamente, la mayor parte de los escri-tos de Ratzinger –los más importantes indudablemente y en repetidasocasiones– los encontramos traducidos al castellano.

Desde lo dicho puede entenderse la abundancia de bibliografíausada, lo mismo que nuestro esfuerzo por remitir a los originales,


situándolos en su año de producción13; esto último podría ayudar,además, a detectar –en caso de haberla– una continuidad o evolu-ción en el pensamiento de nuestro teólogo en torno al particular. Deesta misma sensibilidad proviene la abundancia de notas a pie depágina.

En lo que se refiere a la disposición de la multitud de textos halla-dos en la obra de Ratzinger sobre esta categoría con sus términos afi-nes, si bien lo que sigue tiene para nosotros cierto valor secundario,decidimos ordenarlos, insertándolos en los distintos tratados teoló-gicos: teología, antropología, eclesiología, sacramentología, mariolo-gía y escatología. Aunque podría haberse escogido otro criterio y, dehecho, este tiene sus limitaciones, creemos que puede cumplir sufunción de ir presentando, con cierto orden, las distintas referencias.Precisamente esto último, es decir, que los diversos apartados pre-tendan organizar el trabajo y no profundizar o sistematizar cadacuestión, explica la ausencia de mayor número de subapartados. Enningún caso hemos pretendido, por tanto, hacer una síntesis de lateología general del autor, ni siquiera de su teología moral; tampo-co agotar en todos sus aspectos los diversos puntos tratados, sinosolo apuntar aquellos que pudieran tener una relación más directacon el tema.

Por último, el subtítulo de este trabajo –«Claves para la teologíamoral»– se explica desde nuestra especial sensibilidad, formacióny compromiso por la moral. De hecho, si consiguiéramos manifes-tar la importancia, incluso preeminencia, del don en la teología deRatzinger, esto sería de gran interés para nuestra disciplina, ya queentonces toda acción del hombre estaría siempre precedida por la

15INTRODUCCIÓN

13 En las notas a pie, después de citar el artículo en su traducción castellana, apare-cerá entre corchetes el año del artículo original precedido de la abreviatura «Or.»(original); en la «Bibliografía de J. Ratzinger» que se ofrece al final (pp. 181-205)se brindará ya, en ese mismo año, la referencia bibliográfica completa.


realidad del don y se definiría como respuesta a dicho don, que-dando así inserta en un marco que la dotaría de un sentido nuevo.Pero, además, las implicaciones se extenderían más allá de la pro-pia moral, haciendo posible una relación más estrecha de esta conla dogmática, la espiritualidad y la pastoral.

Conviene sumergirse ya en la tarea ardua, pero fascinante y esti-mulante, de rastrear en la obra del teólogo bávaro esta idea de don-gratuidad, que parece haber forjado su pensamiento desde sujuventud y que ha permanecido junto a él, inspirando su obra –ysu magisterio como papa Benedicto XVI– hasta el día de hoy.



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