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Dossier tematico ASAMBLEA CONSTITUYENTE Última actualización Octubre 2004 CEDIB

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Dossier tematico

ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Última actualización Octubre 2004

CEDIB

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Coordinación y Contenidos:

Huberth Vargas Camacho

Apoyo Coordinación y Contenidos:

Estela Herbas Baeny

Diseño y Diagramación:

Lucia Gonzales C.

Estela Herbas Baeny

Transcripción y digitalización:

Gaby Alvarez

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Presentación.

A continuación presentamos el dossier “Asamblea Constituyente y Políticas nacionales,

demandas y propuestas de las organizaciones indígenas y campesinas en el marco de esta”.

Dossier que se lo esquematizó en siete capítulos:

El primero reúne diferentes conceptualizaciones y comentarios en general que se vertieron sobre el Poder Constituyente y la Asamblea Constituyente. Además diferentes publicaciones y análisis de las leyes que modificaron parcial o totalmente la Constitución Política del Estado presentando las diferentes interrogantes y cuestionamientos de dichas leyes, para que de esta manera se pueda determinar qué es esta Asamblea Constituyente y cuales son las diferentes posibilidades para refundar el país. Esta sección se denomina “Nociones jurídico históricas Previas”

El segundo contiene diferentes comparaciones y/o propuestas sobre la forma de elección de los asambleístas. Esta sección se denomina “La elección de los Asambleístas”.

El tercero rescata la variedad de planteamientos o políticas que se vienen vertiendo en torno al gobierno como poder ejecutivo y los diferentes partidos políticos como el poder legislativo u oposición. Esta sección se denomina “Políticas Gubernamentales”

El cuarto presenta las diferentes demandas y propuestas que se vienen planteando en el marco de las organizaciones indígena-campesinas de tierras altas y bajas y las que se pudieron presentar en conjunto, pero previamente antecedentes jurídico-histórico de lo que pudiera ser el inicio de dichas demandas que es

la Asamblea de Nacionalidades. Esta sección se denomina “Demandas y Propuestas indígeno-campesinas”.

El quinto abarca las propuestas y demandas de las diferentes instituciones y organizaciones nacionales y regionales que emanaron en torna a las Asamblea Constituyente.

En el penúltimo capítulo podemos presentar diferentes pronunciamientos que se vertieron en torno al tema estos, como todo, son a favor o en contra de la realización de la Asamblea Constituyente. Esta sección se denomina “Pronunciamientos a favor o en contra de la Asamblea Constituyente”.

El último y no el menos importante contiene diversos aportes y puntos de vistas que se vertieron a nivel internacional.

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Este dossier tiene por objetivo, presentar un panorama, lo mas completo posible, de la situación de la Asamblea Constituyente relacionada principalmente con la problemática del territorio de las comunidades indígenas y campesinas. Por lo tanto la información dispuesta en este documento esta directamente relacionada al objeto de investigación, para realizar pesquisas complementaria a este y otros temas favor consultar la biblioteca de CEDIB.

Por otro lado, agradecemos a todas las organizaciones, instituciones y investigadores cuyos aportes incluimos en este Dossier, por su incansable colaboración para aclarar y facilitar aportes para la elaboración de este Dossier. De igual manera agradecemos al equipo del Cedib que con su incansable labor ayudaron en la conclusión de este Dossier.

CEDIB

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Indice general.

Introducción al Capítulo I -------------------------------------------------------------------------------------------------------------9

CAPITULO 1 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------1

1.1 El Poder constituyente original ---------------------------------------------------------------------------------------------1 Poder constituyente 1 Poder Constituyente 3 El poder constituyente : LA CONSTITUCIÓN, CAUSANTE DE LA POBREZA... 6 El control de la reforma constitucional 8

1.2 Reformas constitucionales---------------------------------------------------------------------------------------------------9 1.2.1 Las leyes Modificatorias de la CPE y sus cambios más importantes -----------------------------------9

Las asambleas Constituyentes en la historia 9 La Asamblea del futuro……………………………………………………. 14 Información Histórica General 15 Ley de Reforma de la Constitución Política del Estado. 16 Secuelas de la Nueva Constitución 24

1.2.2 Interrogantes y cuestionamientos ante las leyes modificatorias de la CPE ------------------------- 31 El Proyecto de Ley Interpretativa 34 Declaración Constitucional No.011 34 2001 Juicio crítico sobre las reformas constitucio 37 nales Los Temas abordados en la Última Reforma 41

1.3 Qué es la Asamblea Constituyente-------------------------------------------------------------------------------------- 43 Qué es la Asamblea Constituyente 43 La Asamblea Constituyente 48 La Asamblea Nacional Constitu 50 yente: Diferencia de fondo Asamblea Constituyente en cuatros actos 51 ¿Qué es la Asamblea Constituyente? 55 Asamblea Constituyente 56 Doctrina de la Asamblea Co 58 nstituyente.

1.4 Qué ------------------------------------------------------------------- es ésta asamblea constituyente ---------------- 61 Asamblea Constituyente en Bolivia: Algunas bases de reflexión... 61 La Asamblea Constituyente en Bolivia 64 Asamblea Constituyente Democracia P 68 articipativa en acción. Asamblea Constituyente como democracia gobernante 70 ¿Por qué la Constituyente? 72 Asamblea Constituyente: es 73 cenario de reencuentro Constituyente, más allá de la consigna 74 Procedimientos legales para convocar a 76 la Asamblea Constitucional. La Asamblea Constituyente viabilizará Bolivia: Los “analistas sistémico

distraer y marear 77 s” comenzaron a

La Constituyente puede cambiar todo, pero no resolverá la crisis 79

1.5 Con ----------------------------------stituyente Soberana (para la refundación del país) --------------------------- 81 Los ocho pasos para tener una nueva Constitución. 81 Preguntas y respuestas sobre Constituyente: Para una constituyente soberana 83 La Alternativa del Poder Constituyente 92 El poder Constituyente: ¿En quién reside la soberanía? 01 1 Impulsan asamblea constituyente: Movimientos sociales convocan a movilizaciones por

cambios estructurales 103 La refundación del país encabeza los pedidos, para construir un nuevo Estado y acabar

con la exclusión. 106 El Congreso debe cesar para elegir Asamblea Constituyente. 108 nstituyente sin manipulación viabilizará Bolivia Una Asamblea Co 109

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Introducció a -------------------------------------

CAPITULO 2 ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 110

n l Capítulo II-------------------------------------------------------------------- ----3

2.1 La elección de los asambleistas---------------------------------------------------------------------------------------- 110 2.1.1 Delegaciones corporativas vs. elección por voto universal -------------------------------------------- 110

La elección de los asambleístas 110 Asamblea Constituyente: ¿representación ciudadana o representación corporativa? 112 Cipca propone 136 representantes para la Asamblea Constituyente 136

2.1.2 delegados por departamento ------------------------------------ Delegados por circunscripción y/o 118 Municipios Tarijeños proponen la elección de 131 Asambleistas para la consulta

ciudadana hacia la Asamblea Constituyente 118 2.1.3 Posibilidad de voto cruzado ----------------------------------------------------------------------------------- 119

Posibilidad de voto cruzado ¿Cuota mínima por género y etnia?------------------------------------------------------------------------- 120

119 2.1.4

La Asamblea Constituyente y las mujeres 120 a su lugar en Asamblea Constituyente. La equidad de género reclam 121 Ahora, las mujeres del país buscan ser “constituyentes” 123 Cuadro comparativo de las propuestas para la Ley de Convocatoria a la Asamblea

Constituyente: Matriz de Propuesta legislativas y Proyectos de lay deAsamblea Constituyente 126

Convocatoria a la

Introducció ----4

CAPITULO 3 -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

n al Capítulo III --------------------------------------------------------------------------------------------------------

168

3.1 Gobierno (Poder Ejecutivo)---------------------------------------------------------------------------------------------- 168 La Constituyente no resolverá los problemas concretos del país 168 El Palacio acelera su labor y prevé campañas electorales 170 Recogen opiniones en los nueve departamentos del país 172 Mesa desafía a las FFAA abrirse a las autonomías 173 Encuesta ayudará a darle forma a la Asamblea Constituyente 175

3.2 Par s ------------------------------------------tido políticos (Parlamento)----------------------------------------------- 177 Comisión inicia trabajo sobre elaboración de convoc 177 atoria Las aspiraciones y algunas propuestas de seis partidos polític

Constituyente. 179 os y movimientos hacia la

Los partidos en carrera contra el tiempo 182 Los partidos miran la Constituyente y dejan las municipales 185 para la gente

3.3 El p r

Introducció a ----------------------

4.1 Antecedentes jurídico-históricos ---------------------------------------------------------------------------------------- 192

elig o de una asamblea domesticada----------------------------------------------------------------------------- 187

n l Capítulo IV -------------------------------------- ----2 -------------------------------------------

CAPITULO 4 ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 192

4.1.1 La Asamblea de Nacionalidades ----------------------------------------------------------------------------- 192 Asamblea de Nacionalidades 192

4.1.2 Pertinencia de la Organización de la Asamblea de Nacionalidades -------------------------------- 194 Identidades colectivas y fundamentalismo indigenista en la era del pluralismo evolutivo

boliviano 194 4.1.3 mposición y Tareas. ------------------------------------------------- Asamblea de Nacionalidades: Co 206

Asamblea de Nacionalidades: Composición y Tareas 206 4.1.4 207 Caminando hacia la constituyente ---------------------------------------------------------------------------

Camino a la Asamblea Constituyente 207 Texto del Acuerdo Nacional entre la sociedad política y las organizaciones indígenas. 209 Cómo nace la idea de una Asamblea Constituyente 212

4.2 4.2.1Organizaciones indígena-campesinas de las tierras altas-------------------------------------------------------- 214

Organizaciones Indígena-Campesinas --------------------------------------------------------------------- 214 Los Indígenas y la Asamblea Constituyente 214

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Comunicado Segundo mandato de Conamaq 235 4.2.2 Demandas Sectoriales en torno de la Asamblea Constituyente y Tierra-territorio--------------- 236

Constituyente ¿paz para los ayllus?: Los cambios después de octubre 236

4.3 Organiz ajas ------------------------------------------------------4.3.1 ----------------------------------------------------------

aciones indígena-campesinas de las tierras b 240 . Organizaciones Indígeno Campesinas ----------- 240

Los Sin Tierra apuntan a la Asamblea Constituyente 240 Bolivia: Los indígenas del oriente y la Asamblea Constituyente 244 Indígenas del “Bloque Oriente” iniciarán protesta a fin de mes 247 Comunicado de organizaciones populares: Las razones de la lucha campesina e

indígena en Bolivia 248 4.3.1 erra-territorio--------------- Demandas Sectoriales en torno de la Asamblea Constituyente y Ti 251

Chaqueños quieren crear un décimo departamento: Lo integrarían cuatro provincias: lvo y Hernando Siles de

251 Cordillera de Santa Cruz, Gran Chaco de Tarija, y Luis CaChuquisaca

apuntan a la Asamblea Constituyente Los chuquisaqueños 252 Cívicos y concejales quieren a Santa Cruz para la Constituyente 254 La Cidob quiere 34 constituyentes

tas y demandas comunes------------------------------------------------------------------------------------- 257

255

4.4 Propues Indígenas quieren papel protagónico para eliminar marginac 257 ión y desprecio Proyecto de Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyen 259 te Hacia una Asamblea Constituyente Soberana y Participativa 270 Manifiesto al país sobre la Asamblea Co 275 nstituyente Documento Conclusiones de la Cumbre Social Nacional 276 Cumbre Social: Asamblea Constituyente Popular 278

Introducció a -----------------------------------

CAPITULO -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

5. Prop nacionales, regionales y otras--------------

n l Capítulo V ------------------------------------------------------------------ ----2 ---

5 282

uestas y demandas de instituciones y organizaciones 282 Manifesto de los trabajadores del arte y la cultura 282 La Constituyente redefinirá el rol de la cultura 284 Proyectos para convocar a la Constituyente buscan diversidad 287 Simulacro de Constituyente apoya las autonomías 289 Presentan proyecto para Asamblea Constituyente Nacional 292 Estado Mayor del Pueblo: EL ESTADO PARA TODOS 293 Ansiedad de Cambios 295

Introducció a -----------------------------------

CAPITULO -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

6.1. Pron

n l Capítulo VI -------------------------------------------------------------------- ----2

6 298

unciamientos a favor de la As 298 amblea Constituyente -------------------------------------------------------- Después de los trágicos d 298 ías de octubre, la Asamblea Constituyente Asamblea Constituyente y los partidos políticos 300 La Asamblea Constituyente: el tiempo de la sociedad civil 301 Plantean que la nueva Bolivia tenga estructura autonómica 303 Oriente y occidente están divididos 308 Hemos llegado a la Asamblea Constituyente 309 Asamblea Constituyente y el diamante de la reforma política 310 La Asamblea Constituyente: Una oportunidad y u 313 n reto El inconsciente Proceso de la Asamblea Constituyente 315 Hacia la Asamblea Constituyente 318 Asamblea Constituyente para salvar 319 al Estado Constituyente en Bolivia: la piel indomestica 320 Los límites de la Asamblea Constituyente 322 La Asamblea Constituyente como necesidad histórica 323 ¿Por qué se justifica ahora en el país una Asamblea Co 324 nstituyente?

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Asamblea constituyente / más allá 326 de la consigna Asamblea constituyente solo con apego a la ley 328

6.2 Pronunc yente ----------------------------------------------------iamientos en contra de la Asamblea Constitu 332 Asamblea Constituyente: rompiendo mitos 332 Asamblea Constituyente ¡no! 333 Sobre la Asamblea Constituyente 335 Asamblea Constituyente, ¿punto de encuentro o sa 336 lto al vacío? Asamblea Constituyente y autonomías 339 Asamblea Constituyente: ¿Lo político por encima de lo jurídico? 341 de gobierno o de poder? La Asamblea Constituyente ¿nuevo órgano 343 Asamblea Constituyente: ¿órg 345 ano de gobierno? Enjuiciando a la Asamblea Constitu 346 yente

Introducció a ----------------------------------

CAPITULO -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

7.1 Aportes ----------------------------

n l Capítulo VII--------------------------------------------------------------------- ----4

7 348

y puntos de vista Internacional------------------------- 348 -------------------------- Japón coopera a Bolivia con más de $us u 348 n millón para la Constituyente Acerca del concepto de Asamblea Constitu 349 yente Departamental Constituyente puede diluir el Congreso 351 Las fórmulas andinas para elegir a l@s constituyentes 353 Bolivia avanza con “inteligencia” hacia la Asamblea Constituyente 354 Posibilidades reales de una Asamblea Constituyente: no resuelve los problemas pero

abre las vías para su solución 356 Convenio sobre pueblos indígenas y tribales, 1989 360

7.2 Aná mbleas Constituyentes -----------------------------------------------

lisis comparativo de las Fórmulas y Procesosen América latina------------------------------- 370

contemporaneos de Asa-------------------

Analisis comparativo de las formulas de eleccion de la Asamblea Constituyente en o Colombia, Ecuador, Peru y Venezuela. Pistas para el caso bolivian 370

Cuadro comparativo de la Experiancia Andina en la Convocatoria a la Asamblea Constituyente 387

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Capítulo Nº 1

Nociones Jurídicas Históricas previas

“No podemos esperar a que alguien haga por nosotros, lo que nos corresponde hacer por nuestro propio bienestar”.

Martin Luther King

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Introducción al Capítulo I

Si bien es importante determinar la definición de Asamblea Constituyente, se torna

imprescindible la definición del Poder Constituyente en el cual se desenvolverá dicha Asamblea

y además con que clase de poder constituyente se llevará a cabo.

Existen diferentes posturas al respecto, la del gobierno que plantea que el poder constituyente

debe ser derivado y que funcionará paralelamente a los poderes ya constituidos (legislativo,

ejecutivo y judicial) y su única función será la de elaborar la nueva carta magna.

Por otro lado existe la postura de las Diferentes organizaciones del país que por lo contrario a

la postura del gobierno platean que el poder constituyente sea originario para refundar el país y

conformar una Asamblea Soberana.

Todas estas afirmaciones son válidas, desde el punto de vista doctrinario, pero por las

circunstancias socio-políticas por las cuales se planteo la necesidad de llevar a cabo la

Asamblea Constituyente dan a afirmar que lo más necesario será conformar la Constituyente

con un Poder Originario con las siguientes características:

Directo porque proviene directamente de la voluntad del pueblo.

Supremo, porque se coloca encima de los demás poderes que va a constituir.

Originario, porque no hay otro poder anterior a éste.

Soberano, porque a través de esta potestad el pueblo puede establecer lo que más le

convenga.

Incondicionado, porque establece su ordenamiento jurídico de la manera que el pueblo quiera.

Que no tenga limitaciones. Si es originario, puede establecer la clase de Estado que quiera el

pueblo.

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CAPITULO 1

1.1 El Poder constituyente original

Poder constituyente Ermo Quisbert Huanta

El Poder constituyente es la potestad originaria, soberana suprema y directa que tiene un pueblo, para constituir un Estado

dándole una personalidad al mismo y darse la organización jurídica y política que mas le convenga.

CONCEPTO Y DEFINICIÓNES

El poder constituyente puede ser delegado a una asamblea por mediante la soberanía que tiene el pueblo. La Soberanía es la voluntad política del pueblo para determinarse y manifestarse.

Carl Schmitt: “El Poder Constituyente es la voluntad política cuya fuerza o autoridad es capaz de adoptar la concreta decisión de conjunto, sobre el modo y forma de la propia existencia política”. De las decisiones de esa propia voluntad se deriva la validez de toda regulación legal Constitucional.

Carlos Sanchez Viamonte: “El Poder Constituyente es la soberanía originaria, extraordinaria, suprema y directa en cuyo

ejercicio la sociedad política se identifica con el Estado para dar nacimiento y personalidad, y para crear sus órganos de expresión necesarias”. Es decir la voluntad jurídica creadora que se convierte en voluntad política al dictar la Constitución y mediante ella el gobierno y el ordenamiento jurídico de la sociedad.

Linares “El poder Constitucional es la facultad inherente a toa comunidad soberana a darse su ordenamiento jurídico y político fundamental originario por medio de una Constitución y a reformar a ésta total o parcialmente cuando sea necesario.”

CARACTERISTICAS

Es extraordinario porque es único. Solo se presenta en circunstancias muy especiales, como en las revoluciones, y solo ocurre una sola vez.

Es directo porque proviene directamente de la voluntad del pueblo.

Es supremo, porque se coloca encima de los demás poderes que va a constituir.

Es originario, porque no hay otro poder anterior a éste.

Es soberano, porque a través de esta potestad el pueblo puede establecer lo que mas le convenga.

Es incondicionado, porque establece su ordenamiento jurídico de la manera que el pueblo quiera.

No tiene limitaciones. Si es originario, puede establecer la clase de Estado que quiera el pueblo.

FORMAS DE PODER CONSTITUYENTE

Originario(Absoluto o Político).- Es el verdadero Poder Constituyente, que se da

luego de una revolución, su carácter principal es que destruye todas las instituciones preexistentes y crea nuevas instituciones,

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Estados, etc. Ej. Bolivia en 1825 destruye la forma de organización anterior y adopta una nueva organización de un nuevo Estado.

Derivado o Jurídico.- Hacemos referencia a la creación de una nueva organización a través de una norma, es la voluntad política que se convierte en voluntad jurídica.

LÍMITES DEL PODER CONSTITUYENTE

No tiene restricciones porque su carácter es extraordinario, originario, supremo y directo, algunos autores establecen que las únicas limitaciones podrán ser algunos derechos naturales y ético. Ej. el Derecho a la vida. Otros dicen que es la base y no una limitación.

En el caso del Poder Constituyente derivado, sus limitantes son la normativa que le dio nacimiento; se puede decir que el Poder Constituyente derivado ya es limitado desde su origen.

http://www.geocities.com/derechoconstitucional2001/poderconstituyente.htm

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Poder Constituyente SAMUEL S. RUIZ T.

1. Concepto de Poder Constituyente

Es la voluntad que configura la forma de organización política de una nación. Establece las bases del pacto político y su expresión en

la distribución de las ramas del poder publico y sus relaciones con el ciudadano.

2. La Titularidad del Poder Constituyente

En el pueblo se localiza la única titularidad del poder constituyente. El sujeto del poder constituyente es el pueblo, su único titular,

con base en la fuente de la legitimidad ampliamente predominante en nuestros días, la legitimidad democrática sustentada en el principio de la soberanía popular.

3. Caracteres del Poder Constituyente

Es un poder originario:pues pertenece sólo al pueblo quien lo ejerce directamente o por medio de representantes elegidos.

Es unitario e indivisible: ya es la base que abarca todos los otros poderes y división de poderes.

Es permanente:porque su actividad no se agota con la construcción de los poderes constituidos en la Constitución, normalmente latente, se hace manifiesto cuando las circunstancias políticas reclaman su emergencia.

Es inalienable:consecuente con su origen en la soberanía popular.

4. Poder constituyente y Poderes Constituidos

De los caracteres del poder constituyente se deriva su distinción de los poderes constituidos. El poder constituyente es la base, la raíz de los poderes constituidos, que no pueden ni limitarlo ni dotarle de una determinada configuración.

En el poder constituyente descansan todas las facultades y competencias constituidas y

acomodadas en la Constitución. Pero el mismo no puede constituirse nunca con arreglo de la Constitución. El pueblo, la nación sigue siendo el basamento de todo el acontecer político, la fuente de toda la fuerza, que se manifiesta en formas siempre nuevas, que nunca saca de sí nuevas formas y organizaciones, no subordinando nunca, sin embargo, su existencia política a una formulación definitiva.

5. Poder Constituyente Originario y Poder Constituyente Constituido o Derivado

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El poder constituyente originario antecede a la Constitución, parte de un vacío constitucional, al quebrantarse a través de un golpe de Estado o una revolución, un determinado orden constitucional. Su misión es construir sobre nuevas bases el sistema político, y en consecuencia, elaborar una nueva Constitución.

El poder constituyente constituido se encuentra, en una situación intermedia

entre el poder constituyente originario y el poder legislativo. El mismo está prescrito en la Constitución, como mecanismo de reforma constitucional que evita el rompimiento del hilo constitucional. Es un poder constituyente encausado dentro del Estado de Derecho, aunque por sus efectos pueda implicar, al igual que el poder constituyente originario, la aprobación de una nueva Constitución.

6. Los Límites del Poder Constituyente

Según Sieyes, constituía un hecho evidente que la idea del Derecho Natural esta fuera del ámbito del poder constituyente, por la sencilla razón de que los derechos fundamentales del hombre valen como anteriores y superiores al Estado.

Otra limitación que las ideas iluministas aportaron a la teoría del poder constituyente lo que fue el principio de la división de poderes, asumido como dogma por el constitucionalismo liberal.

Duverger ha rechazado el carácter absoluto del poder constituyente en función de la teoría de la soberanía de la cual surge su poder, en definitiva, de la idea de la legitimidad que le imprime su sentido.

La idea de democracia se interpreta como un dato inmanente al poder constituyente. Se trata de una condición de naturaleza estrictamente lógica: el pueblo ha de tener alguna intervención, aunque sea indirecta o representativa, y el objeto ha de ser una Constitución que instaure, sostenga o refuerce la democracia, su objeto ha de ser una Constitución que lo sea realmente y no un disfraz de autocracia.

Para Maritain el Estado se concibe como una parte del cuerpo político que se especializa en los intereses del todo.

La alteración, menoscabo o fractura de las condiciones existenciales del Estado, como lo son la población, el territorio y el poder soberano, no conforman el ámbito de actividad del poder constituyente.

7. Formas de Manifestación del Poder Constituyente

La forma de manifestación más expresiva del poder constituyente lo es la democracia directa como asamblea de todos los ciudadanos que decide el destino de la comunidad.

La consulta popular a través del referéndum constituye el sucedáneo moderno de la Ecclesia de la democracia ateniense. Gracias a un si o un no fundamental, decide un pueblo su destino constitucional. La aprobación de una nueva constitución se considera incompleta si no es ratificada

gracias a este mecanismo de legitimación democrática.

La asamblea constituyente como cuerpo representativo de ciudadanos elegidos por el pueblo para configurar la forma de su organización política, y en definitiva sancionar una Constitución. la asamblea constituyente es un organismo frecuentemente utilizado para, a partir de una situación de hecho, golpe de Estado o revolución, construir o reconstruir un orden polí-tico. Usualmente se combina con el

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referéndum, sea en su fase previa, al decidir sobre la convocatoria de una asamblea constituyente, sea en su fase posterior, al ratificar la Constitución.

La primera forma moderna de manifestación del poder constituyente lo fue la convención americana que redactó la Constitución de 1787, y que ha originado el denominado sistema de convención, peculiar a los estados federales.

El fórmula de aclamación, normalmente ligada a la personalidad carismática, o en

todo caso preponderante, que está detrás de la Consti-tución, también llamada democracia plebiscitaria, constituye una manifes-tación discutida, pero que se ha mostrado eficaz, del poder constituyente.

El poder constituyente principalmente el constituido o derivado, caracte-rístico de los sistemas políticos estables y con una institucionalidad reco-nocida y legitimada tiende a manifestarse a través de una diversidad, no un único mecanismo.

http://www.monografias.com/trabajos13/laconsty/laconsty.shtml

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El poder constituyente : LA CONSTITUCIÓN, CAUSANTE DE LA POBREZA...

Luis Fernando Valle Q.

Bolivia debe reordenar su legislación a realidades específicas. Lo contrario es intentar gobernar un país con una normatividad ajena al conjunto de la nacionalidad. Es el pueblo, como titular de la soberanía y del poder constituyente, quien puede ejercerlo cuando comprueba que la razón de su pobreza y atraso está en una Constitución obsoleta en su mayor parte.

Buscar el cambio político es una acción libre y democrática que tiende a sacar al país de la crisis de valores en que se encuentra, una vez que mundialmente se ha comprobado el "agotamiento de las ideologías del pasado, cuya inercia favorecía a la búsqueda de explicaciones exógenas, todo ello para preparar un renacer de la capacidad política de los actores sociales y de las instituciones políticas". (Alain Touraine - La Razón 16/11/00).

La posibilidad de un cambio radical es atractiva para la mayoría ciudadana. Más aun si la actual administración demostró sus

falencias en todos los ámbitos de la acción gubernamental; cambio que exigen las nuevas condiciones socioeconómicas y políticas que afloraron recientemente, y todo esto sin dividir al país entre los que queremos sustituir el estado de cosas vigente y aquellos que ven en esta situación la fórmula de su bienestar personal.

La política es el arte de lo posible y, ciertamente, sólo lo posible es válido en política. Es por ello que los intelectuales y filósofos siempre han sido considerados como malos políticos, porque tienden permanentemente a confundir lo deseable con lo posible. O como decía Ortega y Gasset, "hay que decidirse por una de estas dos tareas incompatibles: o se viene al mundo para hacer política o se viene para hacer definiciones".

CUESTIÓN DE PRIORIDADES.

El pueblo, como prioridad para lograr su bienestar, no puede estar sujeto a inmodificables marcos legales, precisamente por ser el depositario de la soberanía, que no es otra cosa que la voluntad mayoritaria o la plenitud lograda por la voluntad política del pueblo para determinarse y para manifestarse. (Sánchez Viamonte). El notable constitucionalista boliviano Ciro Félix Trigo, comentando al autor antes citado, que sostiene también que el "Poder Constituyente es la suprema capacidad de dominio del pueblo sobre sí mismo, al darse por su propia voluntad una organización política y un ordenamiento jurídico", expresa: "Consecuentemente, el Poder

Constituyente, cuyo objeto es la nación, se caracteriza por ser superior, creador, originario y pre-existente con referencia a los poderes constituidos". Para continuar señalando: "Todo lo que organiza, limita y regula normativamente la acción y el funcionamiento de los poderes constituidos, es función constituyente y pertenece al Poder Constituyente".

El poder constituyente reside en el pueblo que es su único titular y no es delegable ni prescriptible, es por ello que el pueblo en base a este derecho originario es quien debe decidir sobre su organización política.

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El Estado como tal no puede ser algo estático que una vez originalmente constituido, deba permanecer inmutable; por el contrario, el Estado es dinámico.

Bolivia, como una nación multiétnica y pluricultural, debe reordenar su legislación a realidades específicas. Lo contrario es intentar gobernar un país con una normatividad ajena al conjunto de la nacionalidad. Consecuentemente, es necesario reconocer que la Constitución es susceptible de demostrar sus insuficiencias a través del tiempo. Por eso, es el pueblo, como titular de la soberanía y del poder constituyente, quien puede ejercerlo cuando comprueba que la razón de su pobreza y atraso está en una Constitución obsoleta en

su mayor parte impuesta por normas coloniales o de las dictaduras militares pasadas.

Si a este análisis doctrinal añadimos al poder constituyente considerado como la voluntad política, cuya fuerza y autoridad es capaz de adoptar la decisión correcta, sobre el modo y la forma de la existencia política de la nación, se puede afirmar que la convocatoria a una Asamblea Constituyente es posible doctrinalmente y válida políticamente.

LUIS FERNANDO VALLE Q. FUE DIPUTADO NAL. POR EL MNR, EX MINISTRO DE ESTADO Y EMBAJADOR DE LA REPÚBLICA.

http://ea.gmcsa.net/2000/11-Noviembre/20001129/cuerpoc/portada.htm

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El control de la reforma constitucional

Este es un tema que no es novedoso en el Derecho comparado, pero no por ello sin importancia y trascendencia. La Constitución es condición de validez y unidad del ordenamiento jurídico positivo y su creación se realiza por parte del poder constituyente originario y la reforma, comúnmente, se le asigna al poder constituyente derivado, lo que no excluye que el originario también pueda ejercer el poder de reforma constitucional.

El poder constituyente derivado ha sido asignado en el Ecuador al Congreso Nacional, a diferencia de otros sistemas que también lo entregan a asambleas reformadoras, a pesar de sus denominaciones de convención o asamblea constituyente, como en los casos de Argentina y Colombia. A diferencia del originario, el poder constituyente derivado tiene la característica simultánea de supraordenación y subordinación: supraordenación en el sentido que al reformar la Constitución se abroga la norma anterior por parte de la reformatoria, pero también es un poder subordinado a la misma Constitución, pues el poder constituyente derivado obtiene sus facultades del mismo texto constitucional que pretende modificar, razón por la cual se somete formal y materialmente a la Carta Primera.

El poder constituyente originario tiene limitaciones, si bien éste no es un tema pacífico en la doctrina constitucional, las mismas que son de carácter material exclusivamente, pues el ejercicio de este poder no nace de la Constitución que se cambia al ser ilimitado en un sentido positivo.

Estas limitaciones materiales al ejercicio del poder constituyente derivado se denominan limitaciones implícitas, pues no se establecen por el Derecho positivo sino que se refieren a valores y principios desarrollados por el

Derecho en general y el constitucionalismo en particular y que provienen del Derecho Natural. En términos de Humberto Nogueira, "una Constitución emanada democráticamente, pero que no establezca un Estado de derecho democrático, nunca será legítimamente democrática, aunque pueda haberse concretado por un procedimiento democrático su validez", pues ello, en palabras de Alexis de Tocqueville, nos haría caer en la "tiranía de la mayoría". En definitiva, la Constitución no puede conformar un régimen totalitario o tiránico, pues el telos del constitucionalismo radica en la limitación del poder, y el poder constituyente no podría romper las barreras de la juridicidad. De este modo, limitaciones implícitas al poder constituyente originario son, por ejemplo, el respecto al principio de soberanía popular, o principio democrático, la separación de poderes, la declaración de derechos y la dignidad de la persona humana. Una Carta Fundamental elaborada en vulneración de las limitaciones señaladas no hace más que conformar un Estado de Derecho aparente, texto constitucional que regirá por la fuerza de los hechos y no por la fuerza del Derecho, al ser, en esencia, antijurídica.

A estas mismas limitaciones implícitas se someterá el poder constituyente derivado en la práctica de la reforma constitucional, a las que se agregan otras restricciones formales, que no las tiene el poder constituyente originario, y que provienen del mismo texto constitucional. Entre las más comunes limitaciones formales encontramos el establecimiento de un quórum mayor para la aprobación de la reforma constitucional, que en el Ecuador, como se conoce, es de dos tercios del total de integrantes del órgano legislativo, un mayor número de debates y la aprobación mediante legislaturas sucesivas.

http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/judicial/paginas/T.Constitucional.53.html

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1.2 Reformas constitucionales

1.2.1 Las leyes Modificatorias de la CPE y sus cambios más importantes

Las asambleas Constituyentes en la historia Miguel E. Gómez Balboa

Desde el acto fundacional de la República hasta ahora hubo 19 modificaciones a la Constitución Po-lítica del Estado. No todas las asambleas fueron propiamente constituyentes. En la mayoría de ellas apenas se hizo cambios menores. Las más impor-tantes fueron las de 1826, 1938 y 1967. La pró-xima Asamblea Constituyente, a diferencia de las anteriores, puede ser verdaderamente revolucionaria.

Los riesgos separatistas y de división de Bolivia están latentes en el debate de las autonomías de la Asamblea Constituyente”, fue la última declaración del presidente Carlos Mesa en alusión a su siguiente meta: la instalación de la Asamblea Constituyente (AC), planificada para el 25 de mayo de 2005. La apreciación del Jefe de Estado no es gratuita. Los presagios previos a la convocatoria de esta institución son poco positivos. Incluso, la población —dicen los analistas—, yerra al suponer que este mecanismo solucionará como “por arte de magia” los problemas que la ahogan. Una

percepción que puede llevar a desvirtuar su objetivo primordial: refundar un país mediante la redacción de una nueva Constitución. Por ello, los estudiosos aconsejan que ella debe ser “desmitificada socialmente” (ya que no genera empleos, no reduce la pobreza, no eleva los índices de crecimiento...”), al no ser una “garantía” de arreglo para las taras estructurales y sociales del Estado. Una tarea que parece haber emprendido el Presidente, con su reflexión del 27 de julio.

La Asamblea Constituyente ya fue protagonista en otros momentos de nuestra historia. Ya sea bajo este nombre u otros. Algunas marcaron hitos, como la AC que dio origen a la República en 1826. O las convocadas en 1871 y 1899, que dirimieron un tema crítico de nuestros días: las ansias de mayor descentralización. Sin embargo, la mayoría no cumplió su principal función, y se dedicó, simplemente, a parchar el ordenamiento constitucional del Estado. Demos un paseo por la historia boliviana, “para aprender de ella y saber que no hay por qué tenerle miedo a una Asamblea Constituyente”, como dice el historiador y jurista José Luis Roca.

Entre doctrinas y guarismos

Se establece la existencia de dos escuelas constitucionales: la tradición anglosajona de Inglaterra y Estados Unidos, que no concibe este mecanismo en su ordenamiento jurídico. Y, por otra parte, la doctrina francesa, encargada de acuñar el término Asamblea Constituyente en 1791, con la promulgación simultánea de su primera Constitución

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Republicana. Entre ambas, Bolivia sigue la segunda línea. Pero las opiniones divergen al quererse determinar históricamente cuántas Constituyentes tuvo el país.

Una posición es dada por el constitucionalista José Gutiérrez Sardán, quien postula que Bolivia sólo tuvo dos Asambleas Constituyentes. Para ello, este jurisconsulto se rige en la concepción que establece que este mecanismo es el encargado de dar nacimiento a una nueva Constitución o Estado, reformarla por completo o, por lo menos, hacerlo en sus pilares fundamentales. Un requisito cumplido por el Congreso General Constituyente que permitió el nacimiento y la organización de la República en 1826, y la AC convocada por René Barrientos el 2 de febrero de 1967, que sentó las bases de la Carta Magna actual. Incluso, dice Gutiérrez, puede aceptarse una tercera: la realizada en el gobierno de Germán Busch, en 1938, por ser la antecesora ideológica de la Constitución de 1967. Todas ellas recibirían la denominación de Asambleas Constituyentes originarias.

Otra perspectiva es brindada por Alcides Alvarado en su libro Del constitucionalismo liberal al Constitucionalismo social. Él establece una segunda clasificación: el Poder Constituyente Derivado que, bajo diferentes denominaciones (ya sea Asamblea, Convención, Congreso Constituyente u otra), adopta modificaciones parciales a la Constitución del Poder Constituido (órganos del Estado), presentándolas en conjunto

como un nuevo texto. Aplicando esto, se habría convocado a 19 constituyentes en el transcurso histórico del país —el mismo número de las reformas hechas a la Carta Magna (ver cuadro adjunto).

Bajo esta bandera, la AC de 2005 también vendría a ser “derivada”, sostiene el coordinador gubernamental Ricardo Paz, porque “va a tomar lo bueno de la institucionalidad constitucional creada hasta ahora y, simplemente, cambiará lo que sea necesario (...) Una apuesta que rechaza a los defensores que exigieron una AC originaria en el país para levantar de la nada una nueva República”. Una oportunidad para subsanar el baño de descrédito histórico que sufrió la AC. “A lo largo de la historia —declara Roca—, se ha dado el nombre de AC a convocatorias realizadas por los ‘usurpadores del poder’, como los caudillos militares (Melgarejo, Morales...), dictadores que las emplearon en busca de legitimidad y no así para modificar el país. Por ello, ésta perdió legitimidad y arrastró ello hasta el gobierno de Gualberto Villarroel (1943-1946)”.

Por esto, Gutiérrez, sugiere que hay que tomar en cuenta que la Asamblea Constituyente Originaria simplemente se puede dar en tres situaciones. Una guerra de independencia; cuando se produce la escisión de un Estado y el “nuevo” adopta otra Constitución; y la que nace de un proceso revolucionario, por el cual se refunda un país en lo económico, político y social.

¿La primera o la única?

El 9 de febrero de 1825, a dos días del arribo a La Paz del Mariscal de Ayacucho, éste dictó un decreto por el cual convoca a las provincias del Alto Perú para que en Asamblea Deliberante se reúnan para discutir los aires de independencia altoperuana. El resultado se produjo el 6 de agosto en Chuquisaca, con el nacimiento de una nueva República regida bajo el postulado de que “la soberanía reside en el pueblo”, adoptando un “sistema de gobierno basado en la representatividad indirecta...”. Este hecho histórico, incluso, ya implicaría el primer caso

de AC en la historia boliviana para Gutiérrrez Sardán.

“La República nació con dos Poderes Constituyentes. La primera fue la Asamblea Deliberante de 1825, con representantes de los cinco departamentos. Allí por votación unánime se declaró la independencia de la República, a pesar de la oposición de dos representantes de La Paz y el descontento de Simón Bolívar, quien deseaba la anexión al Virreinato del Río de la Plata. Pero, nadie estaba de acuerdo con su postura”, rememora Roca.

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Luego, sostiene Roca, vendría, en 1826, el Congreso General Constituyente que ya contó con la anuencia del Libertador y fue el escenario donde éste presentó su famosa “Constitución Vitalicia”. Una norma no sólo vigente en Bolivia sino en todos los países que libertó (Venezuela, Colombia, Perú...). “Esa Asamblea Constituyente aprobó la ley pero ésta nunca se puso en práctica. Y en 1828, se la desechó —como ocurrió en las demás naciones—, lo cual tomó legalidad con la Asamblea General Constituyente de 1931. Ésta fue una de las causas del fracaso político de Bolívar”, explica el historiador.

Posteriormente, se convocaría a dos Asambleas Generales Constituyentes en 1831 y 1834, en el gobierno del Mariscal Andrés de Santa Cruz. La primera dio lugar a la “Constitución Política de la República Boliviana”, que estableció el sistema bicamaral (cámaras de Representantes y de Senadores) y, sobre todo, eliminó la presidencia vitalicia instaurada por la Constitución de Bolívar, lo que posibilitó el mandato presidencial por cuatro años. Además, determinó que el Poder Ejecutivo reside en el Presidente y tres ministros de Estado. En cambio, la de 1934 simplemente posibilitó que el Primer Mandatario forme “federaciones” con el consentimiento del Cuerpo Legislativo. Esto para viabilizar el sueño del Mariscal de Zepita: la conformación de la Confederación Perú–Boliviana.

En 1839, el Congreso General Constituyente llamado por José Miguel de Velasco eliminó la

posibilidad de las “federaciones”. Pero, lo más importante radicó en instituir el antecedente que legitima el “estado de sitio” y, por vez primera, el Régimen Municipal a través del nacimiento de los concejos municipales.

En desmedro, las siguientes Asambleas Constituyentes, en su mayoría, simplemente barajaron la aprobación o desaprobación de determinaciones anteriores. Así, los Consejos Municipales fueron suprimidos por la Convención Nacional de 1843, cuando el gobierno de José Ballivián elevó a ocho años el mandato presidencial. Esto, a su vez, sufrió un recorte de tres años con la Convención Nacional de 1851, en la gestión de Manuel Isidoro Belzu. Y, el tiempo de gestión presidencial se achicó aún más, a tres años, mediante la Asamblea Nacional Constituyente de 1861, cuando José María Achá restituyó el Congreso unicamaral. Las seguiría la Asamblea Nacional Constituyente de 1868, bajo el gobierno de un presidente reacio a la Carta Magna: Mariano Melgarejo, quien una vez predicó: “Aquí no hay Constitución que valga, el que monta manda y cartuchera al cañón”. Paradójicamente, fue en su presidencia cuando se hicieron los cambios más importantes a la Constitución en esa época —gracias a las eminentes personalidades que conformaron la Asamblea—, especialmente en cuanto al respeto de derechos y garantías. Asimismo, se restableció, una vez más, el sistema bicamaral y se aprobó en cuatro años la gestión del gobernante.

El debate autonómico de 1871

Si hay un asunto “seguro” para ser discutido en la Asamblea Constituyente del 2005, éste es el de las autonomías regionales. Una experiencia de ello ya se vivió con la AC convocada por el gobierno de Agustín Morales, en 1871.

En este encuentro, en la ciudad de La Paz, el debate entre federalismo y unitarismo fue el motor de la discordia, con un país recientemente librado de la dictadura de Melgarejo. “Se presentó un proyecto de Constitución Federal respaldado por dos departamentos: Cochabamba, representado por Lucas Mendoza de la Tapia, y Oruro, con

Francisco Velasco. La oposición vino de La Paz, mediante Evaristo Valle. Las razones para una determinación de este tipo buscaban sustentarse en el campo administrativo, pero en el fondo había intereses regionales. Una propuesta temida por los paceños, que iba en detrimento de su hegemonía”.

El relato de Roca establece que los postulados cochabambinos y orureños fracasaron pero no por méritos de los opositores sino, ante todo, por la apatía del presidente Agustín Morales hacia el “federalismo”, al ser un caudillo que buscaba

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ostentar el mayor poder posible. Por ello, Morales, en medio de amenazas de renuncia, desarticuló la Asamblea al meter una banda de música a la sesión y evitó así su deliberación. Al final, todo condujo al voto en contra de la “Constitución Federal”. Sin embargo, secuelas de esta discusión departamental se rearticularon en la llamada “guerra federal” de 1898, una vez aprobada la Ley de Radicatoria que postuló que la capital de la República fuese permanentemente Sucre, para evitar el “nomadismo” gubernamental entre La Paz y esta ciudad. “Allí se desató la rebelión paceña, pero ahora enarbolando el federalismo, con el apoyo de la masa

indígena (Zárate Villca). Todo desembocó en la victoria de La Paz y la exigencia de este departamento para aplicar la ‘federalización’. Problema que fue puesto sobre el tapete de una Asamblea Constituyente, en 1899, que por el voto dirimidor del paceño Lucio Pérez Velasco dejó aún vigente el centralismo estatal”, señala Roca, quien establece que estos ejemplos históricos sirven para rechazar cualquier posición en contra de una Asamblea Constituyente, ante el miedo que se produzca una disgregación regional. En 1871 y 1899 todo se resolvió por simple mayoría.

De Busch a Barrientos

Se desarrollarían otras Convenciones y Asambleas (1878, 1880, 1921), pero las más importante se produjo en 1938, con la instauración de la Convención Nacional, bajo el mandato de Germán Busch. Según Gutiérrez Sardán, esta Asamblea Constituyente derivada marcó precedente para la vida constitucional de la República al insertar el “carácter social” en el Estado boliviano. Un cambio de fondo que dejó de lado las simples alteraciones formales que se habían desarrollado en las asambleas anteriores.

La Constitución de 1938 recogió la euforia social de la revolución mexicana de 1910 y su Constitución de 1917. Por ello, limitó el derecho “sagrado” a la propiedad privada —pilar del liberalismo—, para implementar la propiedad como “derecho social”, amparada bajo el “intervencionismo estatal”. En su contenido, la norma incluyó cinco nuevas secciones con la introducción de los derechos y deberes del Estado, las denominaciones del régimen económico, el cual “debe responder al principio de justicia social tendiente a asegurar para todos los habitantes una existencia digna del ser humano”. Un cambio complementado por la puesta en vigencia de

los regímenes financiero, social, de familia, cultural y del campesinado.

“Esta Asamblea también sería ‘fundacional’, ya que incorporó el Constitucionalismo Social. Un nuevo Estado fruto de la Guerra del Chaco. Luego se produjo un retroceso, a pesar de las convenciones de 1945 y 1947 y el Congreso Constituyente de 1947. Empero, la Revolución Nacional de 1952 consolidó esta visión con la aprobación del voto universal, la Reforma Agraria, la nacionalización de las minas.Todo un proceso que se plasmó en el Congreso Nacional convocado por Víctor Paz Estenssoro en 1961. Pero, que se consolidó y sistematizó positivamente en 1967, con la Asamblea Constituyente del gobierno de René Barrientos. De ella emergió una norma constitucional que aún está vigente en sus pilares fundamentales y que es la base ‘refundacional’ de lo que ahora es Bolivia”, postula Gutiérrez Sardán.

La tendencia “social”, iniciada en 1938, aún continúa su curso. Se profundizó con los cambios de la Constitución vía Congreso Nacional de 1994 y 2004. En este último se definió, por primera vez, al Estado boliviano como un “Estado Social y Democrático de Derecho”.

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Constituciones y Reformas Constitucionales 1826-2004

Año Fecha Órgano que la sancionó Presidente Tipo de gobierno

1826 19 nov. Congreso General Constituyente Sucre Constitucional

1831 14 ago. Asamblea General Constituyente Santa Cruz Constitucional

Año Fecha Órgano que la sancionó Presidente Constitucional

1834 20 oct. Asamblea General Constituyente Santa Cruz Constitucional

1839 20 oct. Congreso General Constituyente Velasco De facto

1843 17 jun. Convención Nacional Ballivián Constitucional*

1851 21 sep. Convención Nacional Belzu Constitucional*

1861 5 ago. Asamblea Nacional Constituyente Achá Constitucional*

1868 1 oct. Asamblea Nacional Constituyente Melgarejo Constitucional*

1871 18 oct. Asamblea Constituyente Morales Constitucional*

1878 15 feb. Asamblea Nacional Constituyente Daza Constitucional*

1880 28 oct. Convención Nacional Campero Constitucional

1921 24 ene. Convención Nacional Saavedra De facto

1931 23 feb. Referéndum Blanco Galindo De facto

1938 30 oct. Convención Nacional Busch Constitucional*

1945 2 nov. Convención Nacional Villarroel Constitucional*

1947 28 nov. Congreso Constituyente Hertzog Constitucional

1961 4 ago. Congreso Nacional Paz Estensoro Constitucional

1967 2 feb. Asamblea Constituyente Barrientos Constitucional

1994 12 ago. Congreso Nacional Sánchez de Lozada Constitucional

2004 20 feb. Congreso Nacional Mesa Constitucional

*El Presidente llegó al gobierno por la vía del golpe de Estado y desarrolló modificaciones jurídicas a su mandato.

Fuente: “Presidentes de Bolivia, entre urnas y fusiles”, Carlos D. Mesa Gisbert, Editorial Gisbert y Cia. S.A., La Paz, 2003.

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La Asamblea del futuro…………………………………………………….

En criterio de Paz, la AC del 2005 marcará el inicio de un nuevo ciclo en la historia boliviana. Para él, el país primero vivió el ciclo “republicano”, que empezó con el primer grito libertario en 1809, se estabilizó el 6 de agosto de 1825 con el nacimiento de la República y murió en 1880. El segundo, es el liberal, que decayó en 1932 con la Guerra del Chaco. Posteriormente surgió el paradigma del “nacionalismo revolucionario”, que se impuso en 1952 haciendo aguas en 1985. “Ese año, aparentemente, nació el modelo neoliberalista, pero resultó que no había sido tal. Entonces, el nuevo paradigma debió surgir de los acontecimientos de febrero y octubre de 2003. Pero, como lo ‘nuevo’ no ha terminado de nacer ni de construirse, por ello la necesidad de una Constituyente: un espacio de deliberación donde los bolivianos nos vamos a encontrar para definir nuestro futuro”, recalca Paz.

Los desafíos de este mecanismo son muchos. Y para Gutiérrez Sardán el principal se centrará en su capacidad de “herir profundamente un Estado corrupto e injusto para sustituirlo por uno equitativo, justo e incluyente”. Esto significaría la conformación de una Asamblea Constituyente Originaria. Un proceso en el cual el Congreso no debe inmiscuirse por su alta crisis de representatividad y su cuestionada actuación.

“En la medida que este mecanismo sea capaz, por su composición, de reconocer la heterogeneidad y realizar cambios profundos, estaremos frente a una AC originaria constituida en una revolución pacífica. Lo contrario puede derivar en una revolución”, sostiene.

Asimismo, este jurista manifiesta que al ser la AC de 2005 un mecanismo que, por primera vez desde el nacimiento de la República, active el Poder Constituyente del soberano (el pueblo), no da lugar a que el Poder Constituido (órganos del Estado) le marque la agenda, lo cual puede crear un conflicto de poderes. En respuesta, Ricardo Paz invoca lo contrario.

“Es necesario plantear una agenda para los Constituyentes, porque luego ellos tal vez no sepan qué hacer. La experiencia de su realización en otros países nos muestra que es mejor establecer bases conceptuales sobre las cuales ellos debatan”, establece el coordinador de la Asamblea Constituyente 2005.

Lo llamativo también está en que, como nunca sucedió en la historia boliviana, estamos ante la posibilidad de una AC librada de “clasismos”. “Esta Asamblea, si el país se reencauza, va a ser en serio. Puede promover el acceso de todos los sectores excluidos en las anteriores: indígenas, mujeres, jóvenes, ni siquiera participaron aquellos que no pertenecían a partidos poderosos. La Ley de Agrupaciones Ciudadanas es un sustento para lograrlo, por ello, hay un buen ambiente para hacer una AC que aplique la teoría del Poder Constituyente Originario, donde el pueblo decide deliberar para hacer cambios”, dice Roca.

¿Va la Constituyente el 25 de mayo de 2005? Paz prefiere no dar plazos y supone que, si todo sale bien, ésta durará un año y se llevará a cabo desde el 6 de agosto del próximo año. Así, la emergencia de la nueva Constitución estaría programada para el segundo semestre de 2006.

¿La agenda a seguir? “Habrán cuatro áreas pilares de discusión: la naturaleza territorial del Estado (unitarismo, federalismo, autonomías); tierra–territorio (propiedad del suelo por parte del Estado o de los pueblos indígenas...); el sistema electoral y político (elección directa del Presidente, Alcalde, de concejales...), y los regímenes especiales (Fuerzas Armadas, Policía, pero principalmente economía)”, explica Paz, quien no encuentra otra salida para la actual crisis orgánica, estructural y social del Estado, “sino vamos terminar en una guerra civil”.

http://166.114.28.115/domingo/20040808/domingo1.htm

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Información Histórica General

La primera Constitución de Bolivia, conocida como la “Constitución Bolivariana” fue sancionada el 6 de noviembre de 1826 y promulgada el 19 del mismo mes.

Desde entonces fue reformulada parcialmente, de acuerdo al procedimiento establecido en la propia Constitución en 18 ocasiones en: 1831, 1834, 1839, 1843, 1851, 1861, 1868, 1871, 1878, 1890, 1938, 1945, 1947, 1961, 1967, 1994 y 2004.

Los especialistas consideran que la mayoría de esas modificaciones no implicaron cambios trascendentales, sino que al igual que en otros países de América Latina, se los hicieron para adaptar la norma a las necesidades de los gobernantes.

Sin embargo reconocen que en cuatro ocasiones –antes del 2004- se operaron cambios en profundidad. El Dr. José Antonio Rivera los identifica así:

a) La de 1831, durante el gobierno del Mariscal Andrés de Santa Cruz. Cambió la estructura de poderes, suprimiendo el Cuarto, el Poder Electoral; en el Poder Legislativo se suprimió la Tercera Cámara, de los Censores; se suprimió la Presidencia vitalicia y se la sustituyó por el período presidencial de cuatro años y se creó el Consejo de Estado, encargado del control de la constitucionalidad.

b) La de 1938, durante el mandato de Germán Busch, por la cual se expli-citaron los “derechos humanos de segunda generación”, es decir los dere-chos económicos, sociales y culturales. El citado autor especifíca que con los derechos económicos se buscaba garantizar una existencia digna para todos los bolivianos, al mismo tiempo que se definían claramente los regímenes social, familiar, cultural y del campesinado.

c) La de 1961, bajo el gobierno de Víctor Paz Estensoro, por el cual se adaptada el régimen legal al modelo de Estado implantado en 1952, es decir, de acumulación de capital del Estado, al mismo tiempo que se “constitucionalizaban” la nacionalización de las minas, la redistribución de la tierra mediante la reforma agraria, la reforma educativa y la implantación del régimen de seguridad social.

d) La de 1994, en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, por la cual se adapta nuevamente la estructura del Estado al cambio de modelo económico operado en el país en 1985, con la adopción del modelo de mercado, en un mundo globalizado y unipolar y en el que se reconoce también por primera vez, el carácter multiétnico y pluricultural de la Nación Boliviana.

http://www.constituyente.bo/bolivia/bolivia1.htm

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Ley de Reforma de la Constitución Política del Estado.

Cumplidos los pasos constitucionales para la reforma del texto constitucional, el Congreso luego del procedimiento legislativo de formación de la Ley, sancionó la Ley de Reforma de la Constitución Política del Estado, el 19 de febrero de 2004, remitiendo dicha Ley al Poder Ejecutivo para la respectiva promulgación por parte del Presidente de la República, hecho ocurrido el 20 de febrero del año 2004, permitiendo a partir de la publicación en la Gaceta Oficial de Bolivia la vigencia de un nuevo texto de la

Constitución Política del Estado, que marca diferencia con el anterior.

Y es así, que por Ley No. 2650 de 13 de abril de 2004, se incorpora al texto de la Constitución Política del Estado, los artículos de la Ley 2631 de 20 de febrero de 2004, de "Reformas a la Constitución Política del Estado" quedando derogadas por esta misma ley, todas las disposiciones transitorias de la Ley 1615 de 6 de febrero de 1995, quedando las modificaciones de acuerdo al cuadro comparativo siguiente:

CONSTITUCION ANTERIOR

CONSTITUCION ACTUAL COMENTARIO

Art. 1.- Bolivia, libre, independiente, soberana, multiétnica y pluricultural, constituida en República unitaria, adopta para su gobierno la forma demo-crática representa-tiva, fundada en la unión y la solidaridad de todos los bolivianos.

Art. 1.- Bolivia, libre, independiente, soberana, multi-étnica y pluricultural, constituida en república unitaria, adopta para su gobierno la forma democrática representativa y participativa, fundada en la unión y solidaridad de todos los bolivianos. Es un Estado Social v Democrático de Derecho que sostiene como valore s superiores de su ordena-miento jurídico, la libertad, la igualdad v la íusticia

Incorpora la definición del Estado Boliviano, como SOCIAL, DEMOCRÁTICO y de DERECHO, por que sirve a la colectividad en su conjunto y no al individuo en particular, ni a grupos de interés; por que éste es el resultado de la decisión del conjunto de los ciudadanos, que busca la participación igualitaria y por que define al Estado como el Gobierno de la Leyes.

Art. 4.- El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus repre-sentantes y de las autori-dades creadas por ley.

Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya la soberanía del pueblo comete delito de sedición

Art. 4.- El pueblo delibera v ,gobierna por medio de sus representantes v mediante la Asamblea Constituyente, laIniciativa Legislativa Ciudadana v el Referéndum, establecidos por esta Constitución y normados por Ley.

Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya la soberanía del pueblo comete delito de sedición

Incorpora y reconoce la deliberación y gobierno del pueblo por medio de sus representantes, reconoce a la Asamblea Constituyente, al Referéndum y a la Iniciativa Legislativa Ciudadana como mecanis-mos de participación del soberano, en la Reforma de la Constitución, en la consulta de actos consti-tucionales y de gobierno y en la formación de las Leyes.

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CONSTITUCION ANTERIOR

CONSTITUCION ACTUAL COMENTARIO

Art. 23 .- Jamás se aplicara la confiscación como castigo político.

Art. 23.

l. Toda persona que creyere estarindebida o ilegalmente impedida de conocer, objetar u obtener la eliminación o rectificación de los datos registrados por cualquier medio físico, electrónico, magnético, informático en archivos o bancos de datos públicos o privados que afecten su derecho fundamental a la intimidad v privacidad personal y fami-liar, a su imagen honra v reputación reconocidos en esta Constitución, podrá interponer el recurso de Habeas Data ante la Corte Superior del Distrito o ante cualquier Juez de Partido a elección suya

Il. Si el tribunal o juez competente declara proce-dente el recursoordenará la revelación eliminación o rectificación de los datos personales cuyo registrofue impugnado.

lll. La decisión que se pronunciese elevará en revisión, de oficio ante el Tribunal Constitucional, en el plazo de veinticuatro horas, sin que por ello se suspenda la ejecución del fallo.

IV. El recurso de habeas data noprocederá para levantar el secreto en materia de prensa.

V. El recurso de Habeas Data setramitará conforme al proce-dimiento establecido para el recurso de amparo consti-tucional, previsto en el artículo 19 de esta Constitución.

Incorpora el Habeas Data como una garantía constitu-cional, orientada a preservar la intimidad y privacidad, personal y familiar, la imagen, honra y reputación reconocidas por la Constitución.

Art. 38.- La mujer boliviana casada con - extranjero no pierde su nacionalidad. La mujer extranjera casada con bo-liviano adquiere la nacio-nalidad de su marido, siempre que resida en el país y manifieste su con-formidad, y no la pierde aún en los casos de viudez y de divorcio.

Art. 38.- Los bolivianos, hombresy mujeres, casados con extranjeros, no pierden su nacionalidad. Los extranjeros, hombres y mujeres, casados con bolivianos adquieren la nacionalidad boliviana siempre que residan en el país y manifiesten su conformidad y no la pierden aún en los casos de viudez o de divorcio

Repara una discriminación hacia la mujer incorporando la igualdad de género en el texto constitucional, con referencia a la nacionalidad.

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CONSTITUCION ANTERIOR

CONSTITUCION ACTUAL COMENTARIO

Art. 39.- La nacionalidad boliviana se pierde por adquirir nacionalidad extranjera, bastando para recobrarla domiciliarse en Bolivia Excel tuando a quienes se acojan al ré-gimen de nacionalidad plural en virtud de con-venios que a este res-pecto se firmen

Art. 39.- La nacionalidad bolivianano se pierde por adquirir nacionalidad extranjera. Quien adquiera nacionalidad boliviana no será obligado a renunciar a su nacionalidad de origen

Garantiza la nacionalidad boliviana, para todos aque-llos que adquieran una distinta y respeta la extranjera para aquellos que adquieran la nacionalidad boliviana.

Art. 52.- Ningún Senador o Diputado, desde el día de su elección hasta la finalización de su man-dato, sin discontinuidad, podrá ser acusado, perseguido o arrestado en ninguna materia, si la Cámara a la que pertenece no da licencia por dos tercios de votos. En materia civil no podrá ser demandado ni arraigado desde sesenta días antes de la reunión del Congreso hasta el término de la distancia para que se restituya a su domicilio.

Art. 52.- NingúnSenador o Diputado, desde el día de su elección hasta la finalización de su mandato, sin discontinuidad, podrá ser acusado y procesado en materia penal, ni privado de su libertad, sin previa autorización de la Corte Suprema de Justicia por dos tercios de votos de sus miembros, a requerimiento del Fiscal General de la República, salvo el caso de delito flagrante.

Disminuye la inmunidad parlamentaria reduciéndola únicamente a materia penal, permitiendo de esa forma que Diputados y Senadores puedan responder durante su mandato en procesos en materia civil, familiar y fundamentalmente administrativa

Art. 61.- Para ser Diputado se requiere:

1. Ser boliviano de origen y haber cumplido los deberes

Art. 61.- Para ser Diputado se requiere:

1. Ser boliviano de origen y haber cumplido los deberes militares en el caso de hombres.

2. Tener veinticinco años de edad cumplidos el día de la elección.

3. Estar inscrito en el Registro Electoral.

4. Ser postulado por un partid político o directamente o aqrupaciones ciudadanas y/ pueblos indígenas en la forma determinada por esta Constitución y las Leves.

5. No haber sido condenado a pena corporal, salvo rehabi-litación concedida por el senado; ni tener pliego de cargo o auto de culpa ejecutoriados; no estar comprendidos en los casos de exclusión y de incompatibilidad establecidos por la ley.

Desmonopoliza la interme-diación de los partidos políticos en la formación del poder público, reconociendo en esta labor a agrupa-ciones ciudadanas y pueblos indígenas.

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CONSTITUCION ANTERIOR CONSTITUCION ACTUAL COMENTARIO

Art. 71.

I.-Las leyes exceptuando los casos previstos por las atribu-ciones 2da, 3ra, 4ta, 5ta y 14va. del artículo 59, pueden tener origen en el Senado o en la Cámara de Diputados, a proposición de uno o más de sus miembros, del Vicepresidente de la República o por mensaje del Poder Ejecutivo a condición, en este caso, de que el proyecto sea sostenido en los debates por el Ministro del respectivo despacho.

II.- La Corte Suprema podrá presentar proyectos de ley en materia judicial y reforma de los códigos mediante mensaje dirigido al Poder Legislativo.

III.- Los ciudadanos podrán presentar directamente al Poder Legislativo proyectos de ley en cualquier materia, La ley determinará los requisitos y procedimiento para su consideración obliga-toria por el órgano corres-pondiente

Art. 95.- El Presidente de la república no podrá ausentarse del territorio nacional por más de cinco días, sin permiso del Congreso. A su retorno rendirá informe al Congreso.

1.- En única instancia, los asuntos de puro derecho sobre la inconstitucionalidad de leyes, decretos y cualquier género de resoluciones no judiciales. Si la acción es de carácter abstracto y remedia¡, sólo podrán inter-ponerla el Presidente de la República, o cualquier Senador o Diputado. El fiscal general de la República o el Defensor del Pueblo.

2. Tener veinticinco años de edad cumplidos el día de la elección.

3. Estar inscrito en el Registro Electoral.

4. Ser postulado por un partido político o por agrupaciones, cívi-cas representativas de las fuerzas vivas del país, con personería jurídica reconocida, formando bloques o frentes con los partidos políticos. 5. No haber sido condenado a pena corporal, salvo rehabilitación concedida por el senado; ni tener pliego de cargo o auto de culpa ejecutoriados; no estar comprendidos en los casos de exclusión y de incompatibilidad establecidos por la ley.

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CONSTITUCION ANTERIOR CONSTITUCION ACTUAL COMENTARIO

Art. 71.

1. Las leyes excep-tuando los casos previstos por las atribuciones 2da, 3ra, 4ta, 5ta y 14va. del artículo 59, pueden tener origen en el Senado o en la Cámara de Diputados, a proposición de uno o más de sus miembros, del Vicepresidente de la República o por mensaje del Poder Ejecutivo a condición, en este caso, de que el proyecto sea sostenido en los debates por el Ministro del res-pectivo despacho.

2. La Corte Suprema podrá presentar proyectos de ley en materia judicial y reforma de los códi-gos mediante mensaje dirigido al Poder Legisla-tivo.

Reconoce y garantiza la Iniciativa Legislativa ciuda-dana permitiendo a lo ciudadanos la presentación de proyectos de Ley el cualquier materia.

Art. 95.- El Presidente de la república no podrá ausentarse del territorio nacional sin permiso del Congreso.

Permite al Presidente de la República ausentarse del país por un tiempo máximo de cinco días sin permiso del Congreso, debiendo a su retorno rendir informe ante el mismo.

Art. 222.- Los ciudadanos tienen el derecho deroga-nizarse en partidos políticos con arreglo a la presente Constitución y la Ley Electoral.

Art. 222 La representación popular se ejerce a través de los partidos políticos, las agrupaciones ciudadanas y los pueblos indígenas, con arreglo a la presente Constitución y las leyes.

Reconoce la organización de la ciudadanía para la representación popular en partidos políticos, agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas.

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CONSTITUCION ANTERIOR CONSTITUCION ACTUAL

COMENTARIO

Art. 232.

1. Las Cámaras delibe-rarán y votarán la reforma ajustándola a las dispo-siciones que determine la ley de declaratoria de aquella.

II. La reforma sancionada pasará al Ejecutivo para su promulgación, sin . que el Presidente de la Repú-blica pueda observarla.

Art.232.- La Reforma Total de la Constitución Política del estado es potestad privativa de la Asamblea Constituyente, que será convocada por Ley Especial de Convocatoria, la misma que

Señalará las formas y modalidades de elección de los constituyentes, será sancionada por dos tercios de voto de los miembros presentes del H. Congreso Nacional y no podrá ser vetada por el Presidente de la República.

Incorpora la reforma total de la Constitución Política del Estado, mediante la Asamblea Constituyente, convoca-da mediante Ley Especial, señalando las formas y modalidades de elección de los Constituyentes.

Art. 223.- La represen-tación popular se ejerce por medio de los partidos políticos o de los frentes o coaliciones formadas por éstos. Las agrupaciones cívicas representativas de las fuerzas vivas del país con personalidad recono-cida, podrán formar parte de dichos frentes o coaliciones de partidos y presentar sus candidatos a Presidente y Vicepre-sidente de la República, Senadores,

Diputados y Concejales

Art. 223.

l. Lospartidos políticos, las agrupaciones ciudadanas y los pueblos indígenas que concurran

a la formación de la voluntad popular son personas jurí-dicas de Derecho Público.

ll. Su programa, organiza-ción y funcionamiento deberán ser democráticos y ajustarse a los principios, derechos y garantías reco-nocidos por esta Cons-titución.

IIL Se registrarán y harán conocersu personería ente la Corte Nacional Electoral.

IV .Rendirán cuenta pública de losrecursos financieros que reciban delEstado y estarán sujetos al Control Fiscal.

Establece el carácter de personas jurídicas de dere-cho público, de los partidos políticos, agrupaciones ciu-dadanas y pueblos indígenas

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CONSTITUCION ANTERIOR CONSTITUCION ACTUAL COMENTARIO

Art. 224.- Los partidos políticos se registrarán y harán conocer su perso-nalidad por la Corte Nacional Electoral.

Art. 224.- Los partidos políticosy/o las agrupa-ciones ciudadanas y/o los pueblos indígenas, podrán postular directamente can-didatos a Presidente, Vice-presidente, Senadores, Diputados, CONSTITUYENTES, Concejales, Alcaldes y Agen-tes Municipales, en igualdad de condiciones ante la Ley, cumpliendo los requisitos establecidos por ella.

Reconoce el derecho de partidos políticos agrupa-ciones ciudadanas y pueblos, indígenas para postular candidatos a Presidente, Vicepresidente, Senadores, Diputados, Constituyentes, Concejales, Alcaldes y Agentes Municipales.

Art. 120.- Son atribuciones del Tribunal Constitucional conocer y resolver:

1.En única instancia, los asuntos de puro derecho sobre la inconstitucio-nalidad de leyes, decretos y cualquier género de resoluciones no judiciales. Si la acción es de carácter abstracto y remedial, sólo podrán interponerla el agrupaciones ciudada-nas pueblos indígenas.

Presidente de la República oCualquier Senador c Diputado. El Fiscal general df la República o el Defensor de Pueblo.

2. Los conflictos de competencias y contro-versia: entre los Poderes Públicos La Corte Nacional Electoral los Departa-mentos y lo: municipios.

3.Las impugnaciones de Poder Ejecutivo a las resoluciones camarales, prefecturales y municipales.

4.Los recursos contra tributos, impuestos, ta-sas, patentes, derechos o contribuciones creados, modificados o suprimidos en contravención a lo dispuesto en esta Cons-titución.

5.Los recursos contra resoluciones del Poder

Art. 120.- Son atribuciones del Tribunal Constitucional conocer y resolver:

1. En única instancia, los asuntos de puro derecho sobre la inconstitucionalidad de leyes, decretos y cualquier género de resoluciones no judiciales. Si la acción es de carácter abstracto y remedial, sólo podrán interponerla el agrupaciones ciudadanas pueblos indígenas.

Cualquier Senador o Diputado. El Fiscal general de la República o el Defensor del Pueblo.

2.Los conflictos de competencias y controversias entre los Poderes Públicos, La Corte Nacional Electoral, los Departamentos y los municipios.

3.Las impugnaciones del Poder Ejecutivo a las resoluciones camarales, prefecturales y municipales.

4.Los recursos contra tributos, impuestos, tasas, patentes, derechos o contribuciones creados,

modificados o suprimidos en contravención a lo dispuesto en esta Constitución.

5.Los recursos contra

Reconoce la atribución del Tribunal Constitucional, para la revisión del recurso de Habeas Data.

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Legislativo o una de sus

cámaras, cuando tales resoluciones afecten a uno o más derechos o garantías concretas, cualesquiera sean las personas afectadas.

6. Los recursos directos de nulidad interpuestos en resguardo del artículo 31 de esta Constitución.

7. La revisión de los recursos de amparo cons-titucional y "Habeas Corpus";

8. Absolver las consultas del Presidente de la república, el Presidente del Honorable Congreso Nacional y el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, sobre la consti-tucionalidad de proyectos de ley, decretos o reso-luciones, o de leyes, decretos o resoluciones aplicables a un caso concreto. La opinión del Tribunal Constitucional es obligatoria para el órgano que efectúa la consulta;

9. La constitucionalidad de tratados o convenios con gobiernos extranjeros u organismos internacio-nales;

10. Las demandas res-pecto a procedimientos en la reforma de la Consti-tución.

resolucio-nes del Poder Legislativo o una de sus cámaras, cuando tales resoluciones

afecten a uno o más derechos o garantías concretas, cuales-quiera sean las personas afectadas.

6. Los recursos directos de nulidad interpuestos en res-guardo del artículo 31 de esta Constitución.

7. La revisión de los recursos de amparo constitucional y "Habeas Corpus" y Habeas Data.

8. Absolver las consultas del Presidente de la república, el Presidente del Honorable Con-greso Nacional y el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, sobre la constitucionalidad de proyectos de ley, decretos o resoluciones, o de leyes, de-cretos o resoluciones aplicables a un caso concreto. La opinión del Tribunal Constitucional es obligatoria para el órgano que efectúa la consulta;

9. La constitucionalidad de tra-tados o convenios con gobiernos extranjeros u organismos internacionales;

10. Las demandas respecto a procedimientos en la reforma de la Constitución.

¿Qué representa entonces esta reforma que el Congreso sancionó el día de ayer, y que he promulgado hoy día?, significa que el país asume ese proceso de transición histórica y este texto constitucional reformado es parte de un proceso de transmisión. No es en consecuencia el final del camino, sino el tránsito de ese camino hacia el objetivo de la Asamblea Constituyente. Era indispensable llevarlo adelante porque los bolivianos decidimos, que aún en los momentos más difíciles estamos dispuestos a caminar dentro del marco

de nuestra democracia y dentro del marco de nuestro actual pacto social.

Esa decisión es una demostración de madurez aún en los momentos más difíciles y aún en el trance más crítico, no renunciamos a nuestra ley, a nuestro pacto social, a nuestro texto constitucional. La aprobación de los 15 artículos de esta Reforma, son una afirmación de la voluntad democrática y de voluntad de mantenernos en el marco de la Ley": (Mensaje del señor Presidente Constitucional de la República Lic. Carlos D. Mesa Gisberth, 20 de febrero de 2004)

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Secuelas de la Nueva Constitución Gómez Balboa, Miguel E.

La aprobación de la nueva Carta Magna fue poco analizada por la prensa (aquí se subsana esta falencia) ν La nueva Constitución ha dado inicio a varias polémicas de gran importancia, que este artículo describe exhaustivamente ν Por ejemplo: ¿qué distingue a las agrupaciones ciudadanas de los partidos políticos? ν Los debates actuales son "secuelas" de la reforma ν Resolverlos para llevar las intenciones a la práctica parece una tarea titánica.ν Además, una explicación detallada (por primera vez) de conceptos como el "Estado Social, Democrático y de Derecho", el tipo de Estado que Bolivia ha decidido ser...

El viernes 20 de febrero Bolivia daba inicio a una nueva era constitucional. La Ley 2631 modificó 15 artículos de la Constitución Política del Estado, que apuntan a una concepción diferente del país y su democracia. Con un mes de vigencia, la versión 18 de la Constitución es vista con esperanza, críticas y nuevas interrogantes. Las secuelas de una reforma catalogada como "revolucionaria" podrían ser enormes, si no se toman los recaudos debidos. ¿Cuáles son estas modificaciones constitucionales y cuál es su importancia? ¿Qué se espera de el-las? ¿Cuáles son o pueden ser sus repercusiones? Estas interrogantes son respondidas desde varios puntos de vista.

EL SIGNO DEL CAMBIO

¿Qué signo tienen las modificaciones a la Constitución Política del Estado, iniciadas con la Ley de Necesidad de Reforma, en 2002? En criterio del politólogo Ricardo Paz, la re-forma cumplió con lo proyectado: busca la participación ciudadana, nace "de las entrañas de la gen-te". En cambio, para otro politólogo, ex vocal de la Corte Nacional Electoral, Jorge Lazarte, los conflictos de octubre y la crisis política cambiaron el sentido de la reforma, lo que ocasionó que "una idea extravagante del pasado", como la Asamblea Constituyente, termine siendo la medida más importante.Desde otra perspectiva, el ex diputado Roger Cortés ve en la reforma "la culminación de un proceso social, complejo y doloroso, para suprimir limitaciones discriminatorias y excluyentes. Este reclamo no se acompañó con una producción intelectual que señale las líneas básicas del cambio, pero la reforma nos da instrumentos para avanzar en ese proceso".

LOS NUEVOS RUMBOSLa Carta Magna no cuenta con un preámbulo que defina el carácter del Estado boliviano, lo cual pretende ser suplido con sus primeros artículos (del 1 al 4), que señalan lo que Bolivia es (libre, independiente, soberana,

multiétnica y pluricultural...), y norman su forma de gobierno, la libertad de culto, la división de poderes.La reforma introdujo dos cambios en el artículo 1. Primero, asigna un papel activo a la ciudadanía, con la adopción de un gobierno basado en la forma democrática representativa y "participativa" (término que estaba ausente en las anteriores normas).El parágrafo siguiente define por primera vez al Estado como un "Estado Social y Democrático de Derecho", basado en los valores supremos de la libertad, la igualdad y la justicia. Para el constitucionalista José Gutiérrez Sardán, esta conceptualización del Estado proviene de la Ley Fundamental Alemana (artículo 20) y de la visión de la democracia como "el gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo", postulada por Abraham Lincoln.Un "Estado Social" implica la superación del "Estado Liberal", aunque sin negarlo, y su misión es garantizar el equilibrio de libertades y la armonización de derechos. Por esta razón, "normas ajenas a esta visión, como el decreto 21060, que atropella libertades, deberían ser cambiadas", dice Gutiérrez Sardán.En segundo lugar, Bolivia es un "Estado Democrático", lo que quiere decir que se funda en la soberanía, la consulta y la

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deliberación del pueblo. Y, finalmente, es un "Estado de Derecho", lo que significa la adhesión a las leyes y sobre todo a la Constitución. Ninguna norma puede contradecir a la Carta Magna, ni los poderes del Estado pueden alegar no estar enterados de su supremacía. "Esto conducirá a que muchas leyes inconstitucionales sean abrogadas", explica Gutiérrez Sardán.El líder del MAS, Evo Morales, califica de "utópico" el Estado postulado en el artículo I. "Hay un Estado Social excluyente; un Estado de Derecho que da cárcel a quienes no responden al modelo; y un Estado Democrático sólo formal. Cambiar esto será difícil", sostiene.Gutiérrez Sardán acepta que este tipo de Estado no se aplica en algunos países que lo proclaman. "Va a ser un proceso; los bolivianos debemos medir los avances. Un Estado Social significa que el pueblo está protegido por la Constitución, por lo que, conociendo este derecho, puede apropiarse de él y exigir su cumplimiento".

EL "GOBIERNO DEL PUEBLO"Un segundo cambio se produjo en el artículo 4 de la Constitución, que ahora establece que el pueblo delibera y gobierna no sólo por medio de sus representantes, sino también

mediante la Asamblea Constituyente, el referéndum y la Iniciativa Legislativa Ciudadana.Las críticas a la redacción de este artículo han sido constantes. Así lo recuerda Ricardo Paz. "Primero se dijo que, con esta redacción, la Constituyente sería un órgano de gobierno.

Esto es falso. El pueblo sólo delibera por medio de la Constituyente y, en cambio, gobierna por medio de la Iniciativa Legislativa Ciudadana, el referéndum y sus representantes. Segundo, se planteó que la inclusión de la Constituyente y el referéndum era inconstitucional porque estos mecanismos no estaban contemplados en la Ley de Necesidad de Reforma (de 2002). Pero la reforma constitucional de 1994 hizo cambios de contenido y forma a la Ley de Necesidad de Reforma de 1993 muchos mayores, y no por eso se la objetó. Además, la Constitución dice que el procedimiento de reforma se 'ajustará' a lo que determine la Ley de Necesidad, no dice que se 'ceñirá".Para Gutiérrez Sardán, la segunda razón podría convertir la Asamblea Constituyente en inconstitucional, pero duda que así sea, porque "es fruto de la exigencia del pueblo, que tiene el poder soberano".

LA POLÉMICA SIN FIN

La Asamblea Constituyente es un mecanismo para reformular completamente la Constitución Política. Exige un nuevo "pacto social" en base a la participación de representantes ciudadanos, llamados "constituyentes" o "asambleístas". Un "cronograma tentativo" del gobierno indica que debería arrancar el 25 de mayo de 2005 (ver cuadro adjunto).El cronómetro ha empezado a marcar el tiempo, pero nadie puede correr mientras no se promulgue una ley de convocatoria a la Asamblea Constituyente que, según Ricardo Paz, debe especificar la modalidad de la elección de los constituyentes, cuántos deben ser éstos y el lugar de las sesiones. La redacción de esta ley está siendo asesorada por un Concejo Colegiado Constituyente, pero, sobre todo, recibirá sugerencia de los ciudadanos a través de "consultas".En criterio de Cortés, esto es un error. "No se debió encargar la forma de convocar a la Constituyente a una

ley especial. Se dejó abierta una polémica dolorosa y que podía resolverse democráticamente (durante la discusión de la reforma constitucional) respetando el artículo 219 de la Constitución, que reza que la constitución de los poderes públicos y el sistema democrático se basan en el sufragio directo, universal y secreto de los ciudadanos".El punto de vista de Cortés no es gratuito. Hoy es notoria la falta de consenso sobre la ley de convocatoria. Incluso en asuntos denominados "menores" hay puntos discordantes: la sede de la Constituyente es solicitada por varios departamentos; se quiere que los constituyentes sesionen máximo hasta por un año, pero eso dependerá de ellos; no se sabe si los asambleístas cobrarán un sueldo y si lo hacen a cuánto ascenderá. Este gasto ascenderá según sea el número de constituyentes y el tiempo de las sesiones.

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¿CÓMO ELEGIR?

¿Cómo elegir a los asambleístas? ¿De dónde deben provenir éstos? ¿Cuántos deben ser? Según Ricardo Paz, las propuestas pueden agruparse en dos: las electivas, que buscan aplicar el artículo 219 de la Constitución y postulan el sufragio como base del régimen democrático. Y las que quieren combinar el sufragio con mecanismos de designación —no de elección— corporativos, comunitarios y étnico-culturales. Cómo conjugar a ambas tendencias y respetar el artículo 219 es el desafío de Paz, delegado presidencial encargado de coordinar la realización de la Constituyente. Se supone que habrá un total de 68 asambleístas, es decir, uno por cada circunscripción del país.Para el matemático y escritor sobre temas sociológicos Alvaro García Linera, los constituyentes elegidos por sufragio no bastan, sino que deben ir acompañados por una representación comunitaria igual, elegida según "usos y costumbres". Propone "68 representantes uninominales, más 10 nacionales, ambos

elegidos por voto universal. Es-tos últimos no tendrán la mirada regional de los primeros. Además, 78 constituyentes elegidos por normas comunitarias, donde lo regional no es un problema".Un "Estado Social" implica la superación del "Estado Liberal", aunque sin negarlo, y su misión es garantizar el equilibrio de libertades y la armonización de derechos,En el otro frente está Jorge Lazarte, que no acepta la representación corporativa. "Si queremos construir un Estado moderno la elección debe regirse sobre la base de la ciudadanía. Cualquier forma de representación corporativa es un retroceso al pasado y viola la Constitución, que sólo admite que los ciudadanos elijan y sean elegidos. Además, la representación corporativa propuesta es poco viable. Puede derivar en la elección de cientos de representantes, cada uno de los cuales querrá hacer valer sus intereses, sin velar por el país, lo que puede acrecentar el fraccionamiento nacional".

LA PROPUESTA DEL MAS.

El partido de Evo Morales tiene una propuesta clara: los constituyentes deben ser mayoritariamente indígenas porque el censo de 2001 estableció que el 62 por ciento de la población lo es, lo que llegaría al 80 por ciento "si se suma a los desclasados". "De cada circunscripción deben salir tres representantes: uno indígena, el segundo mujer y el tercero, dependiendo de la región, indígena, blancoide o empresario", dice el líder del MAS.Este nombramiento étnico es rechazado por Roger Cortés, para quien en esta elección debería primar lo moral e intelectual. "No pienso en una Asamblea de

eruditos, sino de gente que sea capaz de aceptar que tiene limitaciones y esté dispuesta a resolver los problemas adquiriendo conocimiento. Y que sea, en lo moral, capaz de escuchar, negociar y llegar a compromisos".Por su parte, las mujeres exigen el 50 por ciento de los asambleístas. "Es su derecho, pero éste implica un proceso de conquista. Ellas deben ganar, antes que cuotas, una capacidad de organización, de articulación de las demandas femeninas.deben ganarse en los hechos su representación, al igual que lo hicieron los indígenas responde García Linera.

¿CAMBIO RADICAL 0 PARCHES?

La instalación de la Asamblea Constituyente implica la reforma completa de la Constitución Política del Estado, según Ricardo Paz. El asegura que se revisarán todos los artículos de la actual norma fundamental, y que las últimas 15 modificaciones a ésta serán el núcleo ordenador del debate.Pero, ¿es esto posible?

Para Gutiérrez Sardán, no. "Estamos haciendo una Asamblea Constituyente en un Estado constituido que funciona como tal, no estamos en un proceso de ruptura total del sistema, en el origen de un nuevo Estado. Por eso debe debatirse hasta dónde la Asamblea será Constituyente y hasta dónde Reformante, dando sólo lugar a enmiendas",

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dice.Lazarte acepta esta opinión. "La actual Constitución no permite la reforma total yen los hechos ésta no va a ocurrir: varios de los artículos actuales van a volver a figurar. Sin

embargo, hay gente que quiere cambiar los fundamentos básicos de la organización del Estado, la reforma total".

LUEGO DE LA CONVOCATORIA.

¿Qué asuntos tratará la Asamblea? Para Ricardo Paz habrán cuatro áreas de discusión: la naturaleza territorial del Estado (federalismo, unitarismo, autonomías...); tierra territorio (propiedad del suelo por parte del Estado o de los pueblos indígenas...); el sistema electoral y político (elección directa del Presidente, de alcalde, de concejales...); y los regímenes especiales (Fuerzas Armadas, Policía, economía, etc.)Por su parte, Lazarte arguye que debe "desmitificarse" a la Asamblea, que algunos

ven como generadora de empleos o el espacio de solución de todos los problemas."No soy partidario —dice Roger Cortés— de que se entregue a los asambleístas la gran responsabilidad de elaborar una Constitución definitiva. Esta debe ser refrendada por el pueblo soberano a través de un referéndum posterior". Una opinión de gran aceptación entre los entrevistados.

EL APREMIANTE REFERÉNDUM

El referéndum es la segunda medida de una democracia semidirecta. A través de éste los gobernantes podrán consultar a la ciudadanía las decisiones importantes para el país. Pero su modus operandi y su alcance deben ser definidos mediante una ley del referéndum, otro asunto pendiente.El referéndum es clave para el gobierno, porque el primero que se haga se usará para determinar la política energética. ¿Qué debe preguntarse? ¿Debe ir una o pueden ir varias preguntas en las papeletas? Según el presidente Carlos Mesa, "¿exportar o no el gas?" es el dilema. Para otros sectores políticos, como el MAS, las preguntas deben referirse a la recuperación de los recursos hidrocarburíferos, la industrialización y el puerto de exportación (por Chile o Perú). Además, hay parlamentarios que preferirían consultar la nueva ley de hidrocarburos". El tema es complicado. Por desconfianza los parlamentarios quieren que se trate la ley de hidrocarburos antes del referéndum. Tienen miedo de que en el referéndum se legitime algo que vaya en contra del país y eso se incorpore en la ley de hidrocarburos. Creo que el Presidente se va a ver obligado a realizar simultáneamente ambos debates y a poner ciertos aspectos conflictivos de la ley energética a consulta ante la sociedad", señala García LineraActualmente, el

Parlamento discute el tipo de ley que normará el referéndum ¿Será una "ley marco" para todos los referéndums o una "ley específica" para el referéndum sobre el gas? Tres proyectos están sobre la mesa. El gobierno apunta, dice Paz, a la aprobación de "una ley específica para la política energética, basada en dos criterios: una 'ley marco' tendrá problemas de consenso y antes de la Constituyente sólo va a producirse un referéndum. La Constituyente determinará las líneas para una ley general". Sin embargo, el Parlamento parece inclinarse por la "ley marco". Hay dos versiones de ella: la de la Comisión de Constitución de la Cámara Baja y la del diputa do mirista Raúl Aráoz.Detrás de esta discusión asoma otra más profunda. El diputado Willman Cardozo sostiene que debe analizarse si conviene convocar a referéndums regionales ponderados, y no nacionales, a fin de impedir que el occidente defina la política hidrocarburífera del país. El gobierno opina que la mitad más uno de los bolivianos, agrupados en una circunscripción nacional, debe definir la política consultada."La ley del referéndum debe establecer que una comisión pluralista del Parlamento y las organizaciones sociales deban formular las preguntas que se hará. Estas no pueden ser hechas por un ministro, un delegado o un

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partido.Sólo así se podrá hacer un referéndum con un apoyo suficiente para garantizar el respeto de los resultados", alega García Linera.Por los tiempos de preparación que requiere la Corte Electoral y la llegada de las elecciones municipales en diciembre, el 30 de junio es la fecha tope para la realización el referéndum—ya pospuesto desde el 28 de marzo—. Para llegar, la ley reglamentaria debería ser aprobada hasta finales de marzo. Y la postergación del referéndum puede re-percutir en la pérdida del mercado de gas en

Argentina y México.Como dice Lazarte, sin leyes reglamentarias "nunca vamos a tener ni Constituyente, ni referéndum, ni Iniciativa Legislativa Ciudadana (derecho de un ciudadano a presentar una ley para su consideración por el Congreso de la República)"."No soy partidario de que se entregue a los asambleístas la gran responsabilidad de elaborar una Constitución definitiva. Ésta debe ser refrendada por el pueblo soberano a través de un referéndum posterior" (Róger Cortez)

EL FIN DEL MONOPOLIO

El "diamante de la reforma". Así llama el gobierno a la desmonopolización de la representación política, que permite la postulación de candidatos de "agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas", además de aquellos que pertenecen a los partidos políticos. Pero tampoco en esto las cosas son simples.Primero, ¿cuál es la diferencia entre agrupación ciudadana y pueblo indígena? Para Ricardo Paz, el pueblo indígena debería entenderse como una agrupación ciudadana del área rural; pero García Linera ve esta diferencia "ambigua" y considera la modificación constitucional un reconocimiento simbólico de la importancia de la presencia indígena en la constitución de los poderes públicos.Segundo, ¿qué requisitos debe reunir una agrupación ciudadana o un pueblo indígena para distinguirse de un partido político? Róger Cortéz dice que las agrupaciones deben cumplir dos requisitos básicos para participar electoralmente: compromiso con la democracia y el orden constitucional y la acreditación de firmas. "A diferencia de los partidos, deben ser 'temporales' y extinguirse automáticamente luego de una elección concreta. Por esto no recibirían financiamiento estatal, por ser agrupaciones que participan electoralmente por la voluntad y el compromiso de sus miembros”, señala.

Para Evo Morales, esta reforma tiene un problema: la posible proliferación de candidatos. "Esto debe evitarse con una ley; de lo contrario, todas las organizaciones, sindicatos, cooperativas.postularán a su candidato".Ricardo Paz es, en cambio, optimista. "Los requisitos que se exigirán a las agrupaciones ciudadanas y pueblos

indígenas serán proporcionales a la población del lugar donde deseen participar. Deberán juntar las firmas, por ejemplo, del dos por ciento de los electores de la circunscripción local o nacional. Esto es difícil, lo que impedirá que todo el que quiera sea candidato; la Corte va a depurar los registros. Además, no es necesario que estas agrupaciones y pueblos indígenas sean temporales. Aunque sean continuas no se convertirán en partidos porque no serán nacionales", dice.El historiador José Luís Roca ha señalado, en un artículo en La Razón, que si las agrupaciones ciudadanas tuvieran que recolectar firmas para habilitarse ante la Corte Electoral, entonces los requisitos de entrada al sistema electoral de los ciudadanos y de los partidos no se diferenciarían. Su conclusión es que el país no se ha beneficiado de ningún cambio en esta área, en especial porque la Corte Electoral seguirá siendo funcional al monopolio de los partidos grandes, como, en su opinión, ha sido durante toda su historia.Jorge Lazarte hace una observación en el mismo se do. Dice que las agrupaciones ciudadnas y los pueblos indígenas son normados por la nueva Constitución en un título destinado exclusivamente a los partidos políticos (artículos 222 al 224). "Con esto se postula que deben tener programa, organización, ordenamiento democrático y ajustarse a lo exigido por la Constitución. Segundo, las agrupaciones deben ser reconocidas por la Corte Nacional Electoral y tramitar su personería jurídica, lo cual es un absurdo. Y tercero, deben rendir cuentas de los recursos que reciban del Estado, o sea que van a tener subvención. Esto lleva a que

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se conviertan en una especie de protopartidos políticos", sostiene Lazarte.Ricardo Paz afirma que ésta fue la única manera de romper con el monopolio partidario. "El artículo 222 decía que la representación popular se ejerce por los partidos. Si no incorporábamos ahí a las agrupaciones, no había manera. Y esto no deberla llevar a confusiones".García Linera habla de repercusiones positivas y negativas. Las primeras pueden ser: la ampliación de la competencia democrática y que los partidos se esfuercen más para conservar su legitimidad, representatividad y contacto con la gente. En partidos como el MAS y el MIP, que canalizan la actividad de organizaciones ciudadanas, se abriría la posibilidad de que éstas se desprendan, lo que exigiría un mayor esfuerzo de estos dos partidos para mantener su apoyo social. "¿Las complicaciones? Primero, la fragmentación del voto y la representación, ya que cada región y grupo puede apostar por su región, zona.y no tanto por una representación colectiva nacional. Segundo, no habrá igualdad de condiciones en la competencia electoral, porque los partidos tienen más recursos. Tercero, el poner restricciones al re-conocimiento de las agrupaciones, que pueden reemplazar la exigencia de los principios ideológicos que se hace a los partidos. Se debe normar así pero poniendo algunos filtros, como la obligación de tener un determinado número de afiliados”, sostiene. LOS CAMBIOS PARA LOS INDÍGENASJorge Lazarte dice que la reforma, pese a sus buenas intenciones, puede tener graves consecuencias para los pueblos indígenas "Primero, porque se induce a entrar en política a organizaciones que no lo son El

presentar candidatos implica realizar campañas electorales y al hacerlo los pueblos ingresan al campo político, por lo que dejarán de ser instituciones civiles en los hechos. Segundo, si su candidato gana las elecciones, es-to implica entrar en el campo del poder. Con ello se perdería una de las conquistas de la modernidad política: separar lo político de lo social, para que cada ámbito cumpla funciones distintas. La institución civil perdería su función de fiscalización, porque para cumplirla debe estar fuera del poder. Tercero, al inducira estos grupos a entrar en la política se los arriesga a que terminen debilitados interiormente, por razones electorales y políticas, porque la política separa, es conflicto. Me apoyo en ejemplos de muchísimos países donde los sindicatos que ingresaron al campo político terminaron divididos".García Linera tiene otra perspectiva. "En los hechos, los pueblos indígenas están reclamando poder, hay una insurgencia indígena urbana y rural, y más le valdría al Estado dar pasos concretos hacia su multiculturización. El dar formas de auto representación sería un gran paso en la democracia. No es peligroso, sino que es el paso más democrático en estos tiempos de crisis".Para posibilitar la desmonopolización es necesario hacer cambios en la Ley Electoral, de Partidos Políticos, de Municipalidades y de Participación Popular Hay pocos proyectos para ello El Congreso estima que el tratamiento de reformas a estas leyes puede esperar hasta julio; sin embargo, las agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas pueden ver peligrar su oportuna acreditación en las elecciones municipales de diciembre.

UNA REFORMA INCONCLUSA

Para finalizar, digamos que Róger Cortéz considera imperdonable que en la actual reforma no se haya reconocido el derecho a la honra, la privacidad y la imagen, más aún en un clima donde la intrusión agresiva de los medios de comunicación es cada día más grave. Para Evo Morales, los aspectos pendientes son hidrocarburos y el conflicto tierra-territorio. "Hay muchos temas pendientes y por eso es necesaria una Asamblea", dice Ricardo Paz.Por el momento,

algo es notorio, la actual Constitución parece tener sus días contados. Y como dijo el presidente Carlos Mesa, ésta es una transición histórica a un nuevo pacto social entre los bolivianos, hacia la Constituyente. Una transición llena de escollos. "Las agrupaciones deben ser reconocidas por la Corte Electoral, tramitar su personería jurídica y rendir cuentas delos recursos que reciban del Estado. Así se convierten enuna

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especie de protopartidos políticos" (Jorge Lazarte)

Otras reformas menos discutidasSe han producido otras reformas de la Constitución que terminaron opacadas por la importancia coyuntural de las ya explicadas. "Dada la existencia de la Asamblea Constituyente seguramente van a tener un valor puramente simbólico", arguye el politólogo Jorge Lazarte. ¿Cuáles son éstas?El Habeas Data, una garantía de última generación, y que junto al Amparo Constitucional y el Hábeas Corpus conforman una trilogía presente en casi en todas las constituciones modernas. Este recurso posibilita a todo ciudadano a exigir que se borre sus datos personales de bases de datos que lo perjudiquen en su actividad personal o profesional pública o privada. "El caso típico son las centrales de riesgos. Cuando uno se olvida de pagar una cuota al banco, su nombre queda registrado para bloquear cualquier nuevo préstamo, pero no desaparece nunca más. Con la nueva Constitución, el ciudadano tiene derecho de borrar estos datos, una vez cumplida su obligación. El caso más extremo: las personas que pierden libertad y que son

rechazados luego de cumplir su condena porque los datos lo califican de ex presidiario", explica el responsable de coordinar la Asamblea Constitucional, Ricardo Paz.Otra reforma poco conocidas es la restricción de la inmunidad parlamentaria, que ahora sólo es aceptable en el campo penal, pero no respecto de otras obligaciones judiciales, como las civiles, familiares, comerciales, etc. Además, será la Corte Suprema de justicia la que definirá si se prosa penalmente a un parlamentario, no el propio Congreso. Para Ricardo Paz, "esta restricción de-vuelve la inmunidad parlamentaria a su propósito original, que era proteger el trabajo del parlamentario opositor" Por su parte, el abogado Gutiérrez Sardán sostiene que este cambio implica un avance aún insuficiente. "Se debe acabar con los privilegios, aún en materia penal; todos los fueros son mecanismos de impunidad", sostiene.Otras de estas reformas importan a grupos de ciudadanos, como la doble nacionalidad, en beneficio de los bolivianos que se casan con extranjeros y que ahora ya no pierden su origen boliviano.

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1.2.2 Interrogantes y cuestionamientos ante las leyes modificatorias de la CPE

El Proyecto de Ley Interpretativa

Con el objetivo de aportar a la consolidación de una salida estructural legal y legítima a la Asamblea Constituyente, Gabriel Peláez, César Tito Meleán y Germán Gutiérrez

Gantier proponen un proyecto de ley interpretativa de los artículos 231 numeral I y 232 numeral I de la Constitución Política del Estado.

CONSIDERANDO:

Que, la redacción utilizada por el texto constitucional en cuanto al contenido de los artículos 231, numeral I y 232, numeral I de la Constitución Política del Estado, en virtud de sus imprecisiones y del mal uso de términos, puede dar lugar a interpretaciones diversas que entraban la aplicación de la metodología de reforma de la propia Constitución.

Que, estando justificada la necesidad de dictar una ley interpretativa de los textos

constitucionales citados, se impone señalar cuál deberá ser en adelante, la única interpretación con plena validez jurídica que corresponda a aquellos.

Que, la presente ley es dictada en virtud de la atribución conferida con Congreso Nacional, por el artículo 234 de la Constitución Política del Estado, para dictar leyes del texto constitucional.

POR TANTO:

El Honorable Congreso Nacional, en uso de sus atribuciones,

DECRETA:

Art. 1°.- En cuanto se refiere al texto del artículo 231 numeral I de la Constitución Política del Estado, que dice: "En las primeras sesiones de la legislatura de un nuevo período constitucional, se considerará el asunto por la Cámara que proyectó la reforma y si esta fuera aprobada por dos tercios de votos, se pasará a la otra para su revisión, la que también requerirá dos tercios", se interpretará en sentido de que las PRIMERAS SESIONES, sean cualquiera de aquellas, comprendidas dentro de la primera mitad del NUEVO PERIODO CONSTITUCIONAL.

Si la Ley de Declaratoria de Necesidad de la Reforma Constitucional supera el plazo establecido a la mitad del nuevo período constitucional, el Congreso Nacional emitirá la ley de rechazo de la misma en su totalidad.

Art. 2°.- En cuanto se refiere al texto del artículo 232 numeral I de la Constitución Política del Estado, que dice: "Las Cámaras deliberarán y votarán la reforma ajustándola a las disposiciones que determine la ley de declaratoria de aquella", se interpretará en sentido de que el texto de la Ley de Declaratoria de Necesidad de Reforma Constitucional no es limitativa, sino más bien

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indicativa, por lo que en la elaboración de la Ley de Reforma propiamente dicha se podrán añadir artículos en el contenido de ésta sólo cuando se trate de temas que se refieran a la estructura orgánica fundamental del Estado, a la metodología de la reforma de la Constitución, aún cuando éstos sean distintos a los actualmente previstos y, cuando aquellas inclusiones se hagan imprescindibles en resguardo de la soberanía y/o la seguridad del Estado Democrático de Derecho y la coherencia del texto aprobado.

En los demás casos no comprendidos anteriormente, las cámaras y el Congreso Nacional sólo no podrán añadir al texto de la Ley Declaratoria de Necesidad de la Reforma modificaciones de forma o, en su caso, proceder al rechazo del articulado propuesto, en parte o en su totalidad.

Es dado en la Sala de Sesiones del H. Congreso Nacional, a los .días del mes de noviembre de dos mil tres años.

INELUDIBLE

Peláez insiste en que el asunto de la interpretación de estos dos artículos constitucionales se constituye en un punto ineludible, si se pretende consolidar una Constituyente legítima.

Asegura que, en este momento, es muy difícil que alguien en Bolivia crea que después de 15 meses de vigencia del nuevo período legislativo se continúen viviendo las primeras sesiones a las que hace mención el artículo

231 de la CPE. "No se trata ni siquiera de un problema jurídico, se trata de la más elemental lógica", explica.

AI referirse al artículo 232, opina que se trata de un texto bastante vago, sobre todo cuando establece que las cámaras deliberarán y votarán la reforma constitucional “ajustándola” a las disposiciones que determine la Ley Declaratoria de aquella.

PASOS DEL PROYECTO

LOS PASOS NECESARIOS DEL PROCESO

1.- Salvar los obstáculos legales y encontrar la fórmula jurídica que le dé sustento legal a la Asamblea, sin romper el hilo constitucional ni democrático.

2.- Aprobar una ley del Congreso en el que se convoque a la Asamblea Constituyen-te, que establezca la forma de elección de los asambleístas y señale los pilares, parámetros

y objetivos sobre los cuales deben desarrollar sus funciones.

3.- La instalación de la Asamblea Constituyente para la consiguiente elaboración del nuevo texto constitucional que, en el mejor de los casos, debería entrar en vigencia desde el momento mismo de su aprobación.

PASOS PROPUESTOS PARA EL TRATAMIENTO DEL ASUNTO

Primer paso.- Iniciar el tratamiento de la ley interpretativa propuesta antes del trata-miento de la Ley de Reforma Constitucional

Segundo paso.- Una vez promulgada la ley interpretativa de los artículos 231 y 232 de la Constitución, iniciar recién el tratamiento de

la Ley de Reforma, sobre la base de la Ley de Necesidad de Reforma promulgada por el Ejecutivo.

Tercer paso.- Incorporar en el tratamiento de la Ley de Reforma Constitucional, luego de la interpretación pertinente, el tratamiento de la

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reforma del artículo 230 de la CPE, con la permisión de la convocatoria a la Asamblea Constituyente como un hecho excepcional.

Cuarto paso.- Otorgar en la Ley de Reforma Constitucional un plazo de 60 días al Poder Ejecutivo para la elaboración del proyecto de ley que dispone la convocatoria a la

Asamblea Constituyente y las normas a las cuales se regirá.

Quinto paso.- Sancionada la Ley de Reforma Constitucional, iniciar el debate sobre el qué debe contener la "nueva" Constitución y quiénes deben ser los que asuman ésta tarea.

PROBABLE AGENDA DE LA CONSTITUYENTE

1- Forma de Estado: Sólo hay dos, el unitario y el federal.

2.- Forma de gobierno: Actualmente rige una democracia representativa.

3.- Sistema de gobierno: Actualmente rige el sistema presidencialista.

4.- Sistema de Partidos Políticos

5.- Sistema de Justicia

a).- Acceso a la justicia.

b).- Seguridad jurídica.

c).- Definición de competencias.

d).- Justicia comunitaria.

6.- Regímenes Económico e Interno

7.- Procesos de integración regional

a) El valor de los tratados y su tratamiento.

b) Readecuación del concepto de soberanía

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Declaración Constitucional No.0112001

Expediente: No. 00-01837-04-CCP

Materia: Consulta sobre constitucionalidad de Proyectos de Ley, Decretos o Resoluciones

Consultante: Jorge Quiroga Ramírez, Presidente Nato del Congreso Nacional

Distrito: La Paz

Lugar y fecha: Sucre, 17 de enero de 2001

Magistrado Relator: Dr. Hugo de la Rocha Navarro

VISTOS: La Consulta sobre la constitucionalidad del Proyecto de Ley de Convocatoria a Asamblea Constituyente, sus antecedentes.

CONSIDERANDO I

Que, mediante, memorial de Consulta cursante de fs. 13 a 14 de obrados, el Presidente del Congreso, luego de acreditar su personería expone:

I. 1. Que , en cumplimiento a la R. N' 037/00-01 de 18 de octubre del 2000, aprobada por la Cámara de Senadores y de acuerdo a lo establecido en la atribución 8 del art. 120 de la Constitución Política del Estado, atribución 9 del art. 7 y parágrafo II del art. 105 de la Ley NI 1836; eleva en Consulta el de Ley de Convocatoria a Asamblea Constituyente que en su art. 1 dice : "Declárese de necesidad nacional, el convocar a "Asamblea Constituyente para la Reforma de la Constitución Política del Estado" y en su articulo 2 establece- "Los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial implementarán la Asamblea Constituyente en el plazo máximo de 180 días a partir de la publicación de la presente Ley".

I.2. Que la última reforma constitucional introdujo nuevas normas, acordes con un determinado periodo histórico, pero quedaron pendientes de modificación, aspectos de capital importancia que demandan los desafíos de la modernidad.

I.3. Que, existen aspectos que requieren, ser modificados, pues el clamor de algunos

bolivianos", permitió a los legisladores pensar en la necesidad de “otorgarle a Bolivia una nueva imagen constitucionalista”, acorde con los países vecinos, que permita a la ciudadanía expresar su interés jurídico-político, dado que se vive un mundo globalizado, donde todos desean encontrar Bienestar y paz social.

I.4. Que la parte Orgánica de la Constitución Política del Estado debe contener un fuerte proceso de reforma, con amplio debate en el conjunto social, para que las instituciones y órganos del Estado respondan legítimamente al clamor y soberanía popular, teniendo una clara visión de lo que expresa la parte dogmática.

I.5. Que, al momento de absolver la Consulta, el Tribunal Constitucional debe manifestarse sobre la legitimidad y legalidad de las Asambleas constituyentes que se realizaron en Perú y Venezuela, esto con la finalidad de tener mayores elementos de juicio que conllevarán a un mejor entendimiento sobre aspectos jurídicos.

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CONSIDERANDO II

II.1. Que, la Consulta Constitucional del Proyecto de Ley de Convocatoria a Asamblea Constituyente, es admitida mediante Auto Constitucional No. 239/2000-CA en 14 dé noviembre de 2000, conforme a 1os artículos

30 (en lo pertinente) y 105 de la Ley No 1836, estableciéndose que de acuerdo al artículo 106 de la citada Ley, queda en suspenso el trámite de aprobación del proyecto consultado.

CONSIDERANDO III

Que, del análisis del derecho del referido proyecto puesto en consulta, se concluye:

III.1. Que, el Proyecto de Ley de Convocatoria a Asamblea Constituyente consta de 2 artículos, estableciéndose en el artículo 1, lo siguiente: "Declárese de necesidad nacional, el convocar a Asamblea Constituyente para la Reforma de la Constitución Política del Estado", prescripción. de la cual se infiere que el legislador toma como requisito sine quanon el

llamar a una Asamblea Constituyente para la Reforma de la Constitución Política del Estado.

III.2. Que, del artículo 2 del Proyecto de Ley en Consulta que establece que: "Los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial implementarán 14 Asamblea Constituyente en el plazo máximo de 180 días, a partir de la publicación de la presente Ley", se colige que los Poderes constituidos se atribuyen el llamado a una Asamblea Constituyente.

CONSIDERANDO IV

IV.1. Que, nuestra Constitución Política del Estado, en su artículo 230 establece:

"I. Esta Constitución puede ser parcialmente reformada, previa declaración de la necesidad de la reforma, la que se determinará con precisión en una ley aprobada por dos tercios de los miembros presentes en cada una de las Cámaras. II. Esta ley puede ser iniciada en cualquiera de las Cámaras, en la forma establecida por esta Constitución...".

IV.2. Que, del citado precepto se infiere claramente que, además de resultar inconstitucional, es innecesario declarar de necesidad nacional el convocar tira Asamblea Constituyente para reformar la Constitución, pues para proceder a ello, simple y llanamente se requiere de una Ley ordinaria, que declare la necesidad de la reforma; y dicha norma puede tener su origen en cualquiera de las Cámaras. Precepto e interpretación que se ajusta plenamente a los

artículos 1, 2 y 4-1 de la Ley Fundamental, pues nuestra República ha adoptado para su gobierno la forma democráticas representativa la cual implica que la soberanía por mandato del pueblo es ejercida por los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, lo que impide jurídicamente que el pueblo delibere por sí mismo; conforme lo prevé el art. 4 de la Constitución Política del Estado.

IV.3. Que de aquellas disposiciones constitucionales: también se colige que nuestra Constitución Política del Estado, prevé como Poder Constituyente derivado, al Poder Legislativo, cuya capacidad, procedimiento, ejercicio y eficacia regulado por la propia Ley Fundamental, imponiéndole límites y sustanciales, refiriéndose los primeros al procedimiento que éste debe observar y los segundos a los de contenido IV.4. Que el Pode Constituyente derivado no puede sobrepasar los limites que le ha

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impuesto el Poder Constituyente originario mediante la Constitución Política del Estado, consiguientemente, la validez del ejercicio del poder derivado, depende del cumplimiento de las condiciones y del procedimiento impuesto por el ordenamiento constitucional, Por ello, el Poder Legislativo no puede sino adecuarse estrictamente a lo dispuesto por los artículos 230 y siguientes de la Constitución Política del Estado, no pudiendo apartarse de lo establecido en tales mandatos constitucionales, porque cualquier infracción a estos, importaría un vicio o defecto de invalidez,

IV.5. Que, al disponer el Provecto de Ley de Convocatoria a Asamblea Constituyente que "Los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, implementarán la Asamblea Constituyente...", los Poderes Constituidos, exceden las atribuciones que les confiere la Constitución Política del Estado, en sus artículos 59, 96, 118, 120 y 122, pues en ninguna de ellas se les faculta que por medio de una Ley, puedan implementar una

Asamblea Constituyente, de actuarse así se quebrantaría el ordenamiento jurídico constitucional, que tiene preeminencia sobre cualquier otra norma jurídica, por expreso mandato del artículo 228 de la Constitución Política del Estado, que prescribe: "La Constitución Política del Estado es la Ley suprema del ordenamiento jurídico nacional. Los Tribunales, Jueces y autoridades la aplicarán con preferencia a las Leyes, y éstas con preferencia a cualesquiera otras resoluciones; por tanto, ya sea el Poder Constituyente Derivado o los Poderes Constituidos deben ejercer cada una de sus atribuciones dentro de los parámetros que establece la norma fundamental y no fuera de ellos.

IV.6. Que, no corresponde a éste Tribunal pronunciarse sobre la legitimidad y, de las Asambleas Constituyentes en Perú y Venezuela, porque aquello excede sus atribuciones, enmarcadas en el orden jurídico interno del país.

CONSIDERANDO V

V.1. Que, uno de los fines del Tribunal Constitucional, por mandato expreso de 1ª Constitución Política del Estado, es ejercer el control de constitucionalidad y garantizar la primacía de la Constitución.

POR TANTO: E1 Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción que le confieren los

artículos 120-8 de la Constitución Política del Estado, 7 -9 y,108 y siguientes de la Ley No. 1836, absuelve la Consulta formulada por el' Presidente del Congreso, Nacional y Vicepresidente Constitucional de la República y DECLARA la INCONSTITUCIONALIDAD del Proyecto de Ley de Convocatoria a Asamblea Constituyente que motiva la Consulta.

FIRMAN:

Dr. Pablo Dermizaky Peredo

PRESIDENTE

Dr. Hugo de la Rocha Navarro

DECANO

Dr. René Valdivieso Guzmán

MAGISTRADO

Dr. Willman Durán Ribera

MAGISTRADO

Dra. Elizabeth I. De Salinas

MAGISTRADA

http://www.uc3m.es/uc3m/inst/MGP/JCI/04-noticias-bo-constituyente.htm.

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Juicio crítico sobre las reformas constitucionales Pereira, Ernesto David

Las quince reformas introducidas a la Constitución Política del Estado, son inconstitucionales.

La Constitución que también refleja la cara y el alma del pueblo, exige rigurosidad en la forma y en el fondo de su redacción, en la que el legislador debe extremar su capacidad y cuidado.

La Constitución Política del Estado, siendo como es la Ley Suprema del País, es, para el Estado, lo que la oxigenación para el cerebro que le da vitalidad, al que además lo robustece dándole una filosofía de la que penden los derechos y las garantías del hombre; es la que determina sistemáticamente su organización política y administrativa haciendo que de ella parta el andamiaje normativo que rige la vida humana estructurada en sociedad. Por esta razón, la Constitución que también refleja la cara y el alma del pueblo, exige rigurosidad en la forma y en el fondo de su redacción, en la que el legislador debe extremar su capacidad y cuidado, con mayor razón si ella lleva una permanencia estable en el sistema legal nacional para no exponerse a los cambios frecuentes que caracterizan a las normas de menor jerarquía. Por ello, la regulación constitucional se refiere a los cambios parciales y no totales de la Carta Fundamental y, aún ellos, sometidos a procedimientos más dilatorios que los de una Ley ordinaria, para posibilitar una mayor maduración del pensamiento legislador respecto de las normas que se pretenda sustituir y para proyectar la imagen de estabilidad social tan necesaria dentro y fuera del País.

Veamos si las reformas aprobadas últimamente responden a la exigencia constitucional de la Nación. El presidente Mesa, en su discurso de posesión en el Parlamento, aseguró que incorporaría, de inmediato, a la Constitución Política del Estado, como conquistas logradas por el pueblo, el Referéndum y la Asamblea

Constituyente, cuyos proyectos no habían seguido el procedimiento constitucional. Tal compromiso nos pareció contradictorio con el que, en el mismo acto, dijo que respetaría la Constitución y el sistema legal del País.

En una actuación posterior fue más claro y enfático al afirmar que la incorporación de ambas instituciones a dicho Cuerpo Constitucional seguiría el camino previsto por la Carta Magna, que no era otro que el vigente en los Arts. 230, 231 y 232 de la misma Constitución. Sin embargo, grande fue nuestra sorpresa cuando éstas y otras reformas aparecieron en una Constitución reformada al margen de las menciona-das previsiones legales, puesto que, así fuesen dilatorios los procedimientos, debía habérselos respeta-do; por lo que comienzo afirmando que, a mi juicio, las quince reformas introducidas a la Constitución Política del Estado, escogidas de más de sesenta que comprende la Ley No. 2410, de 01 de agosto del 2002, entre las que se hallan mencionadas el Referéndum y la Asamblea Constituyente, son inconstitucionales; inconstitucionalidad con la que está directamente compro-metido el presidente Mesa, quien promulgó una Ley contraria a la Constitución Política del Estado que juró respetarla y hacerla respetar, con mayor razón si él supo que el procedimiento que se siguió fue ilegal. No olvidemos que fue el mismo Presidente quien alimentó en el Parlamento la sanción de esas reformas, por un compromiso que tuvo de corte populista. La obligación del Presidente de la República de promulgar la Ley reformadora, sin ningún reparo, como manda el Art. 230-III, se refiere a que esa ley se halle tramitada dentro de los lineamientos procesales constitucionales, los cuales, en las reformas que nos ocupa, están ausentes.

Sin embargo, me detendré a analizar algunas de esas reformas, aclarando que los artículos a citarse deben entenderse que están dirigidos a ellas.

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El Art. 1-II nos habla de un "Estado Social" y "Democrático de Derecho", cuando dice que Bolivia "Es un Estado Social y Democrático de Derecho que sostiene como valores superiores de su ordenamiento la libertad, etc..."

Parecería que la incorporación del adjetivo "social" a la denominación del Estado tendría por finalidad darle a éste una fisonomía de servicio social y mostrar a la comunidad un importante avance en las reformas aprobadas, pretendiendo satisfacer así a los sectores que mecánicamente plantearon la necesidad de una "refundación de la República", sin saber explicar, ellos mismos, cómo concebían semejante hazaña. El Estado, en esencia, es uno solo y está referido a la sociedad, aunque el sistema y forma de Gobierno varíen. Adicionar el adjetivo "social" al nombre no le da más contenido que el que intrínsecamente tiene ni le identifica en su origen humano, puesto que el término Estado conlleva su creación por el hombre para que sirva al hombre social. El carácter social del Estado es una función de éste y, por tanto, si se deseaba enfatizar en este aspecto, debía haberse incorporado una declaración expresa, independiente al nombre, que identifique esa función. La redacción actual es impropia para un enunciado constitucional, porque no dice nada o simplemente dice incoherencias.

Somos proclives a copiar lo ajeno sin detenernos a meditar sobre sus alcances. En este caso, sin averiguar cuáles pudieron haber sido las razones por las que alguna legislación foránea adoptó esa denominación que no es compatible con el concepto genérico de Estado usado por la generalidad de otras Constituciones. Nuestros legisladores, lo único bueno que a mi juicio han hecho en este orden es el trabajo de copiar ad litteram la Constitución Española, sin equivocarse.

Por otra parte, en el mismo enunciado criticado se habla de un "Estado Democrático de Derecho".

El Derecho es a la Democracia como es la luz al sol. No existen Estado moderno ni Democracia sin Derecho. Es claro el desconocimiento conceptual que nuestros legisladores tienen del Estado. El concepto de Estado conlleva el de Derecho porque aquél

es el que genera el súmmum de la normatividad sobre la que se sustenta él mismo y es ésta a la que se debe la sociedad que lo ha creado. Hablar de un "Estado de Derecho" como caracterización de este ente en un instrumento legal de la jerarquía de una Constitución Política del Estado, nos llevaría a admitir que hay Estados sin Derecho o que están al margen del Derecho.

El Estado boliviano anterior a la reforma constitucional que nos ocupa, ¿no era un Estado sustentado en el Derecho? ¿Ahora, en virtud de las indicadas reformas, es más Estado porque se dice en el texto de la Ley que es de Derecho? Con defectos o no en su normatividad el Estado se hallaba basado en el Derecho sin necesidad de redundar en él.

El énfasis que se pone en ciertas caracterizaciones nos lleva a presumir ya existe desconocimiento de la esencia del ente al que nos referimos, ya que por mucho subrayar su identificación incurrimos en repeticiones que en instrumentos legales como una Constitución Política del Estado resta imagen de seriedad doctrinal y dice de la ligereza con que han procedido los legisladores.

El Art. 4-I comienza diciendo que "El pueblo delibera y gobierna por medio de sus representantes y mediante la Asamblea Constituyente, la iniciativa Legislativa Ciudadana y el Referéndum...", cuando, a mi juicio, debería decir: "El pueblo delibera por medio de sus representantes, de la Asamblea Constituyente, la iniciativa Legislativa Ciudadana y el Referéndum, y gobierna por medio de los órganos de poder creados con arreglo a esta Constitución y a las leyes" y no mezclar deliberación" y "Gobierno".

Los representantes, la Asamblea Constituyente y el Referéndum no gobiernan. Otra cosa es que ellos son los instrumentos por medio de los cuales el pueblo expresa su opinión. En otros términos, es por esos conductos que el pueblo dice lo que quiere que hagan quienes ejercen el Gobierno. Encontramos más coherencia en la redacción del Art. 223 cuando nos habla de los "partidos políticos, las agrupaciones ciudadanas y los pueblos indígenas que concurren a la formación de la voluntad popular...", para que los mandatarios - órganos del Estado - actúen en su función de gobernar con arreglo a la voluntad de sus mandantes, el pueblo.

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Por otra parte, de acuerdo al Art. 2 constitucional los órganos del Estado que obedeciendo el mandato del Poder Constituyente ejercen el Gobierno, son el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, los cuales no están dentro del ámbito de las modificaciones. Y ejercer el Gobierno y gobernar no es deliberar, es ejecución del mandato recibido, es administración integral de un país mediante instituciones bien estructuradas que funcionan permanentemente y no del modo circunstancial como lo harían la Constituyente y otras instituciones recientemente creadas.

Pero, hay más. El "Referéndum" y la Asamblea Constituyente no han sido incorporados a la Constitución como instituciones jurídicas encargadas de cumplir los roles que se desea asignarles, como era lo propio. Se habla de ellas como si ya hubiesen existido y, lo que se hace es, simplemente, mencionarlas en sus funciones. La alusión al "Referéndum" en la Ley de Necesidad de la Reforma está dada con el nombre de "Referéndum Constitucional". Y la irregularidad no termina ahi, sino que la Asamblea Constituyente no está inserta en la Ley de Declaración de Necesidad de la Reforma y, si, lo está en el Art. 232, a la que se le da la potestad privativa de considerar la reforma total de la Constitución, reforma total que tampoco forma parte de la Ley de Necesidad de Reformas y, por tanto, es contraria al Art. 232 constitucional que se pretende cambiar.

El numeral III del Art. 4 se refiere a que "Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya la soberanía del pueblo comete delito de sedición". ¿Será suficiente atribuirse la soberanía del pueblo para cometer el delito de sedición?

La ley constitucional debe ser clara y no dar lugar a interpretaciones caprichosas, sobre todo, en países incidentistas como el nuestro, en el que por la vía de la interpretación de la Constitución se llegó a reformarla para ungir ilegalmente a un Presidente de la República. Por tanto, a esa redacción, que es la misma que reza en la Constitución Reformada, debía habérsele agregado la acción para que el delito de sedición sea tal, y decir: "Toda fuerza armada que se atribuya la soberanía

del pueblo y actúe pretendiendo imponerla comete delito, etc..." La ley, como está redactada deja un va-cío subjetivo de difícil probanza.

Al ocuparse del recurso del Hábeas Data, el Art. 23 debería simplificar la primera parte de su redacción y decir solamente: "Toda persona interesada en conocer, objetar u obtener la eliminación o rectificación de los datos registrados en cualquier medio físico, etc...", en lugar de decir: "Toda persona que creyere estar indebida o ilegalmente impedida de conocer, objetar u obtener la eliminación.., etc." Creo que de ese modo la norma pudo haber sido más comprensible.

En el Art. 52, por razón de mejorar la redacción, la última parte debería ser interpolada a la primera así: ".ningún senador o diputado.podrá ser acusado o procesado.ni priva-do de su libertad, salvo el caso de delito in fraganti, sin previa autorización de la Corte Suprema de Justicia.., etc."

"La modificación total de la Constitución Política del Estado, como está redactada el Art. 232 será más sencilla que la parcial prevista en el articulo precedente a éste, puesto que mientras la reforma parcial se halla sujeta a un procedimiento más dilatorio - un periodo constitucional a otro - aquélla, o sea, la reforma total, cobrará vida por la simple voluntad de la Asamblea Constituyente convocada por una Ley especial. Y nos preguntamos, como ya lo hicimos anteriormente, ¿esa Asamblea Constituyente será más idónea que el Parlamento Ordinario o será tan ordinaria o más que éste? Cambiar íntegramente la Constitución Política del Estado es cambiar la estructura total del Estado y, encomendar semejante función a un puñado de individuos elegidos dentro de los lineamientos políticos a que estamos acostumbrados importa, a mi juicio, correr el riesgo de entregar una "navaja al mono".

Esperemos el segundo tomo de "Historia de Bolivia", del historiador don Carlos Mesa Quisbert, en el que su autor, con seguridad,

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se referirá a este accidente jurídico que empaña la vida institucional del País. Contexto de la Última Reforma Constitucional

Los autores consultados coinciden en señalar que la inestabilidad política que vivió Bolivia en los siglos XIX y XX, no permitió que se aplicara plenamente la Constitución y que no fue hasta 1982, cuando realmente se la puso a prueba.

La plena vigencia del régimen democrático instaurado a partir del gobierno del Dr. Hernán Siles Zuazo, a juicio de los analistas, puso en evidencia las serias limitaciones de las que adolecía la Constitución de 1967. Por ejemplo, ya en 1979, con el empantamiento producido en la elección presidencial en el Congreso, se había hecho evidente para todos, que el texto constitucional era impreciso en cuanto al procedimiento, dando lugar a las maniobras que se registraron.

Entre las principales limitaciones que se identifican en la Constitución de 1967, el Dr. Rivera detalla las siguientes:

Carece de una declaración expresa sobre los valores supremos y los principios fundamentales del sistema constitucional.

Los derechos y garantías fundamentales eran muy limitados.

No se adecuaba a los principios del Derecho Internacional ni a los Tratados Internacionales de los que el país era signatario.

Mantenía un Estado unitario excesivamente centralizado que provocaba inequidad regional y social.

Desconocía la naturaleza multiétnica y pluricultural de la Nación, generando la exclusión de los pueblos originarios.

El sistema político se basaba en una democracia representativa formal excluyente.

La estructura de organización de los poderes era deficiente: en el Ejecutivo debía corregirse la forma de segunda vuelta congresal para la elección del Presidente y el Vicepresidente; en el Legislativo, se hacían serios cuestionamientos a la elección mediante lista completa y el Judicial dependía excesivamente del Legislativo y concentraba todas las funciones de administración de justicia en la Corte Suprema.

El sistema electoral no estaba estructurado orgánicamente de una manera apropiada.

Este autor considera que cuando estos importantes asuntos debían entrar en debate por efecto de los acuerdos políticos de julio de 1992, que viabilizaron la aprobación de una Ley de Necesidad de Reforma y el subsecuente tratamiento del tema, lamentablemente no se lo hizo, pues la discusión se centró en el procedimiento y no en el contenido.

http://www.constituyente.bo/bolivia/bolivia2.htm

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Los Temas abordados en la Última Reforma

La Ley 1585 de Reforma Constitucional, promulgada el 12 de agosto de 1994 modificó 35 artículos de la CPE, los cuales el Dr. Rivera agrupa de la siguiente manera:

1. Inserción de los pueblos originarios y comunidades indígenas en la estructura del Estado, reconocimiento a sus derechos económicos, sociales y culturales, especialmente los referidos a sus TCOs, al uso y aprovechamiento de sus recursos naturales y al reconocimiento de sus autoridades originarias así como a sus usos y costumbres.

2. Modificaciones al sistema electoral, habilitando a los ciudadanos de 18 años para el ejercicio del voto y eliminando toda restricción para ser elegible por razones de instrucción.

3. Fortalecimiento del poder Legislativo, modificando la estructuración de la Cámara de Diputados para hacerla más representativa, mediante la creación de las circunscripciones uninominales y la elección de sus titulares por simple mayoría. Introdujo también la obligatoriedad de que los ministros renuncien a sus cargos en caso de ser censurados, fortaleciendo así la capacidad de fiscalización del Legislativo.

4. Establecimiento de reglas claras para la elección del Presidente y Vicepresidente en la segunda ronda congresal, para gantizar estabilidad y gobernabilidad.

5. Ampliación del período de mandato del Presidente y Vicepresidente a cinco años.

6. Reestructuración y fortalecimiento del Poder Judicial mediante la creación del Tribunal Constitucional y del Consejo de la Judicatura, asignando al primero la facultad de interpretación jurisdiccional de la Constitución y al segundo, como organismo administrativo y disciplinario de este poder del Estado. Asimismo se buscó darle mayor independencia creando la carrera judicial, estableciendo la inamovilidad de jueces y

magistrados y la no destitución sin sentencia ejecutoriada.

7. Plena vigencia y respeto de los derechos humanos, mediante la creación del Defensor del Pueblo, como instancia encargada de velar por la plena observancia de los derechos y garantías ciudadanas de parte de los funcionarios públicos y de la divulgación de los derechos humanos en el país.

8. Fortalecimiento de los gobiernos locales como las instancias básicas del desarrollo sostenible, mediante el ejercicio de la planificación participativa y el control social. A este propósito se modificó la forma de elección de alcaldes y concejales, se amplió el período de su mandato de 2 a 5 años y se estableció el voto constructivo de censura.

Pero así como reconoce la validez de esos cambios, señala también categóricamente que la Reforma de 1994 fue insuficiente. Sustenta esta afirmación en las siguientes apreciaciones:

El sistema constitucional no se adecuó a la nueva realidad ni respondió a las demandas populares.

No adoptó como sistema político la democracia participativa e inclusiva sustentada en la participación popular y el control social.

No hizo cambios de fondo en el sistema político, para darle mayor representatividad y legitimidad, eliminando por ejemplo, el monopolio de los partidos.

No restringió los fueros constitucionales.

No adecuó la estructura del Estado al nuevo escenario internacional, para su integración en mejores condiciones.

- Con esas limitaciones, la nueva Constitución Política del Estado, Ley 1615, fue sancionada por el Congreso el 30 de enero de 1995 y promulgada por el Presidente el 6 de febrero de ese mismo año. Constaba de 235 artículos y 5 disposiciones transitorias.

• Título Preliminar, Disposiciones Generales. • Parte Primera: La Persona como miembro del Estado.

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o Título Primero: Derechos y Deberes fundamentales de la Persona.

o Título Segundo: Garantías de la Persona.

o Título Tercero: Nacionalidad y Ciudadanía.

o Capítulo I: Nacionalidad.

o Capítulo II: Ciudadanía.

o Título Cuarto: Funcionarios Públicos.

o Parte Segunda: El Estado Boliviano.

o Título Primero: Poder Legislativo.

o Capítulo I: Disposiciones Generales.

o Capítulo II: Cámara de Diputados.

o Capítulo III: Cámara de Senadores.

o Capítulo IV: el Congreso.

o Capítulo V: Procedimiento Legislativo.

o Capítulo VI: Comisión de Congreso.

o Título Segundo: Poder Ejecutivo.

o Capítulo I: Presidente de la República.

o Capítulo II: Ministros de Estado.

o Capítulo III: Régimen Interior.

o Capítulo IV: Conservación del Orden Público.

o Título III: Poder Judicial.

o Capítulo I: Disposiciones Generales.

o Capítulo II: Corte Suprema de Justicia.

o Capítulo III: Tribunal Constitucional.

o Capítulo IV: Consejo de la Judicatura.

o Título Cuarto: Defensa de la Sociedad.

o Capítulo I: Ministerio Público.

o Capítulo II: Defensor del Pueblo.

o Parte Tercera: Regímenes Especiales.

o Título I: Régimen Económico y Financiero.

o Capítulo I: Disposiciones Generales.

o Capítulo II: Bienes Nacionales.

o Capítulo III: Política Económica del Estado.

o Capítulo IV: Rentas y Presupuestos.

o Capítulo V: Contraloría general.

o Título Segundo: Régimen Social.

o Título Tercero: Régimen Agrario Campesino.

o Título Cuarto: Régimen Cultural.

o Título Quinto: Régimen Familiar.

o Título Sexto: Régimen Municipal.

o Título Séptimo: Régimen de las Fuerzas Armadas.

o Título Octavo: Régimen de la Policía Nacional.

o Título Noveno: Régimen Electoral.

o Capítulo I: El Sufragio.

o Capítulo II: Los Partidos Políticos.

o Capítulo III: Los Organos Electorales.

o Parte Cuarta: Primacía Y Reforma de la Constitución.

o Título I: Primacía de la Constitución.

o Título II: Reforma de la Constitución.

o Disposiciones Transitorias.

http://www.constituyente.bo/bolivia/bolivia3.htm

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1.3 Qué es la Asamblea Constituyente

Qué es la Asamblea Constituyente Ramiro Javier Triveño Camacho.

Licenciado en Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales

LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DESDE LA DOCTRINA Y LA HISTORIA

El presente artículo tiene por objeto establecer con la mayor precisión posible la naturaleza jurídico-política, de lo que es la “Asamblea Constituyente” desde el punto de vista del derecho constitucional y de la ciencia política y/o derecho político.

El tema de la Asamblea Constituyente en nuestro país ha sido discrecional-mente manejado, tanto por profesionales conocedores del tema, como por los ciudadanos en general, generando una verdadera confusión en la población sobre su verdadera concepción, por ello la importancia de aportar con este artículo que ayude a clarificar el panorama sobre el tema. El presente análisis parte del sentido semántico e histórico del término de Asamblea Constituyente, independientemente del

nombre que en la actualidad podría darse a esto que en realidad es un sentimiento social de la población boliviana, de buscar un instrumento que le permita mayor participación y decisión sobre su destino.

Para llegar a un mejor entendimiento; partamos de los antecedentes, que a juicio del Autor del presente artículo son los más acertados, para concebir el fenómeno llamado “Asamblea Constituyente.

Estos antecedentes lo encontramos en DOS acontecimientos históricos bien definidos: - Participación del Pueblo

- Creación o Recreación del Estado (estado concebido como una unidad jurídica y política).

Participación del Pueblo

En los primeros tiempos, se limitaba a las decisiones del Jefe, el conglomerado humano se constreñía a su cumplimiento.

En la Antigüedad, fueron los Romanos con el plebiscito y los Griegos con la democracia directa, quienes demostraron a las sociedades de esos tiempos, mecanismos de convivencia humana.

En la Edad Media, el poder feudal concentro la atención de la sociedad en la formación de pequeñas organizaciones gremiales (gremios), corporaciones de carácter económico, etc. No se manifiesta la participación de la sociedad sobre su propia organización.

En la Edad Moderna, los poderes absolutistas proscribieron cualquier forma de participación social. Los poderes monárquicos, los reyes, príncipes se arrogaban todas las facultades, sus poderes eran omnipotentes y omnicomprensivos; por lo tanto en este tiempo la sociedad tampoco decide sobre su organización. En la Edad Contemporánea, gracias a los levantamientos sociales de las mas grandes sociedades del mundo y posteriormente el desarrollo del derecho constitucional, aparecen el Referéndum, Plebiscito, iniciativa Popular, que conceden a los pueblos formas de participación.

Creación o Recreación del Estado

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En los primeros tiempos, los grupos humanos se caracterizaban por su organización incipiente, (tribus, Ordás, clanes, gens, etc.). En este tiempo no existen los Estados como ahora se los concibe.

En la Antigüedad, fueron la Civitas Romanas y las Ciudades-Estados Griegos (polis) que expresaron los modelos de una organización jurídico-política en esos tiempos. En la Edad Media, los poderes se atomizan en reinados, señoríos, condados, municipios, dentro de estos poderes feudales no existe unidad entre el Territorio, Población y Poder, que de una verdadera organización político y jurídico.

En la Edad Moderna, se desarrolla el concepto de Estado, es Maquiavelo quien le da el sentido de una estructura jurídico y político.

En la Edad Contemporánea, la evolución de la Ciencia Política y derecho constitucional da paso a la teoría del Poder Constituyente y la formación de estados con esa unidad entre territorio, población y poder.

Es importante establecer que el concepto de Asamblea Constituyente, no es independiente desde el punto de vista teórico-doctrinal e histórico del concepto y doctrina del Poder Constituyente; es decir que existe una correlación entre estos dos conceptos, pues una es consecuencia de la otra, considerando su origen jerarquía vinculante y funcional.

Para facilitar nuestra comprensión, vayamos haciendo algunas interrogantes:

¿Que es el Poder constituyente y Poderes constituidos?

Poder Constituyente

Es el Francés Abate Sieyés, el creador de la doctrina del Poder Constituyente durante la revolución Francesa, en su célebre libro ¿qué es el tercer Estado? publicado en 1788.

El poder constituyente, es concebido como la voluntad suprema, originaria, extraordinaria y directa de la población para darse su propia normativa y regulación institucional en un momento dado de su historia; nace del pueblo y todo lo dictado por este, es legal y legítimo. El objeto de su formación es crear o recrear un Estado, a través de un instrumento jurídico, llamada constitución política del estado.

No existe poder anterior a este, no esta regulado por norma alguna, es que antes de este fenómeno no existe Constitución Política del Estado, ni regla alguna que la norme, es decir que no responde ni rinde cuentas a ningún precepto constitucional ni legal.

El poder constituyente, crea los poderes constituidos, (ejecutivo, legislativo, judicial);

a través de la constitución política del estado. Este poder en esencia es ejercido por el pueblo, es quien la instituye.

En la doctrina hay mucha divergencia en sentido que sus poderes son ilimitados, el articulista se inclina por la corriente que señala que los limites del poder constituyente se encuentran en los valores ético-jurídicos, respeto a los derechos naturales y aquellos motivos fundamentales que impulsaron al pueblo a levantarse en armas y decidir su destino (libertad, bienestar, alimentación, etc.).

EL poder Constituyente es un fenómeno eminentemente político; ya que nace de la voluntad y necesidad suprema del pueblo y la sociedad, para autonormarse y autoregirse. Este fenómeno esta generalmente ligado a una revolución triunfante que busca el cambio radical de su estructura hasta ese momento vigente.

El Poder Constituyente tiene como objetivo diseñar o rediseñar el marco institucional del Estado, es decir que, el poder constituyente puede darse en dos momentos de la vida histórica de los pueblos, para crear

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(momento de primigeniedad) o recrear el Estado (momento de continuidad).

Una de las características importantes del poder constituyente es que tiene una duración temporal, hasta cumplir con su fin supremo, el de crear o recrear un Estado. Por ejemplo el poder constituyente que dio origen a la republica de Bolivia, esta se disolvió una vez cumplida su fin, que fue la de crear al estado.

Ilustraremos el contenido de estos dos conceptos con algunos ejemplos históricos: Este fenómeno se dio el año de 1776 en EE.UU. de América donde el poder constituyente dio origen a un nuevo Estado, en este caso se diseño el Estado, puesto que, hasta ese momento no existía los EE. UU. Como país. En 1789 se rediseño el Estado francés, ya que Francia vigente bajo una Monarquía absolutista decidió por medio de una revolución reestructurar su Estado, convirtiéndose en un Estado liberal.

En 1917 en Rusia, a través de una revolución se rediseño el Estado ruso, instaurándose un régimen comunista.

En 1959 se produjo la famosa Revolución Cubana, que también reestructuro el Estado hasta ese momento vigente, imponiéndose el régimen socialista.

En 1825 en Bolivia (se diseño el Estado boliviano) a través del poder constituyente después de una revolución que duró cerca de 16 años.

Como se podrá advertir, la formación de un poder constituyente en la vida de un pueblo da origen a su nacimiento como estado o en su caso a su nuevo nacimiento, cuando el régimen vigente es cambiado a través de una revolución, este cambio debe darse básicamente en TRES aspectos: forma de Estado, forma de gobierno y régimen político.

HASTA AQUÍ NO HEMOS HECHO MENCION EXPRESA DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE, ES QUE ESTE ES UN INSTRUMENTO DE EJECUCION DEL PODER CONSTITUYENTE COMO VEREMOS MAS ADELANTE.

Poderes Constituidos

Los poderes constituidos son: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Son creados por el poder constituyente cuando estos se establecen, a través de la constitución, su accionar esta reglamentado y normado a un orden jurídico, que es la constitución política del estado y las leyes de un Estado.

Lo ejercen los representantes elegidos, es en esencia un resultado jurídico; porque es la ley, que la instituye.

Los poderes constituidos se subordinan al poder constituyente; porque aquellos provienen de estos.

A diferencia del poder constituyente, su duración tiene carácter permanente. Por ejemplo los poderes instituidos en la constitución de 1825 en Bolivia, siguen vigentes en la actualidad (ejecutivo, legislativo y judicial)

¿Que es la Asamblea Constituyente?

De la exposición hasta aquí hecha, surge una pregunta ¿en que momento surge la Asamblea Constituyente? La respuesta es muy simple; a través de esta el poder

constituyente se desarrolla, ¿sino a través de que instrumento ese poder puede decidir el nacimiento del estado? Sino es precisamente a través de una asamblea.

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Ahora bien, a criterio del autor del artículo, en la actualidad podríamos hablar de DOS tipos de asambleas constituyentes; pero como resultados de la emergencia social que motiva a los pueblos a tratar de encontrar algún mecanismo que facilite la ejecución de sus máximas aspiraciones y no así resultado de principios doctrinarios establecidos. Estos son:

Asamblea constituyente NO institucionalizada

Asamblea constituyente institucionalizada

Asamblea Constituyente no Institucionalizada.

Como se ha expuesto precedentemente es la que lleva adelante y es el instrumento de ejecución del poder constituyente originario o derivado, crea o recrea el Estado. Por ejemplo, la asamblea constituyente que se realizó en 1825 que definió la independencia y dio origen a la república de Bolivia. A esa asamblea junto con el poder constituyente nadie las regulo, normo, etc. Estas nacieron de la voluntad del pueblo.

Asamblea Constituyente Institucionalizada.

Tiene relación con las reformas a la constitución, se sustrae de la Naturaleza Política de la Asamblea Constituyente NO institucionalizada antes referida. Esta ya esta regulada y normada por una ley y la Constitución.

La Asamblea Constituyente Institucionalizada, es una organización temporal, electiva, representativa, democrática, pluralista, facultado solamente para reformar el texto constitucional, pero no en sus estructuras básicas, lo contrario significaría llevar adelante una revolución y motivar la formación de una Asamblea Constituyente NO institucionalizada y con ella el Poder Constituyente.

Según las posturas, su composición difiere en número y sus deliberaciones no deben sobrepasar de un año. Es la reunión de representantes natos de los diferentes sectores de la sociedad de un país.

Haciendo una comparación entre las constituciones de América del Sur, los países, a fin de no caer en contradicciones doctrinarias, al referirse a las virtudes de la asamblea constituyente han preferido emplear otros términos para hacer mas o menos referencia a las virtudes de este fenómeno político por ejemplo: Convención

Constituyente (Argentina), Convención Nacional Constituyente (Uruguay), Convención Nacional Constituyente (Paraguay), que en definitiva no es una asamblea constituyente genuina; pues sus características y funcionamiento difieren de la Asamblea Constituyente vinculado al Poder Constituyente. La lógica constitucional permite establecer que si, es la CPE. la que crea a los poderes constituidos, no pueden ser estas las que reformen aquella, (el hijo no puede crear al padre). Otros casos por ejemplo, Chile en caso de discenso para la reforma constitucional emplea el Plebiscito y Ecuador la Consulta Popular.

A PROPOSITO DE ESTE PUNTO SURGE LA GRAN INTERROGANTE ¿SERA QUE LA REALIZACION DE UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE ESTAS CARACTERISTICAS PODRA SER LA SOLUCION PARA LOS PROBLEMAS NACIONALES?.

Lo que sucede en realidad, es que la población siente la necesidad de tener mecanismos más legítimos que les permitan tener una participación efectiva en las decisiones que conduzcan a nuestro país por senderos mas promisorios; ya que en la actualidad la democracia representativa resulta ser una incongruencia en un estado que se arroga ser democrático.

La Asamblea Constituyente como mecanismo de reforma a la Constitución

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La constitución política de cada país prevé su reforma, a través del órgano legislativo ordinario, u otro órgano que cumpla esa misión. La instancia empleada depende de la concepción jurídica-política que adopta cada país.

Haciendo abstracción del sentido doctrinal de la Asamblea Constituyente NO institucionalizada, se puede llevar adelante una reforma a la constitución siempre y cuando sea prevista en la constitución, de lo contrario su aplicación resulta ser inconstitucional.

Es importante reiterar que una asamblea constituyente institucionalizada, se sustrae de la naturaleza genuina de la asamblea

constituyente NO institucionalizada que da origen a un Estado.

Emplear la asamblea constituyente como medio de reforma existiendo otro mecanismo constitucional, como es el caso de Bolivia (procedimiento legislativo), es inconstitucional.

Se podría plantear mecanismo de participación popular que vendrían a satisfacer las legítimas aspiraciones de la sociedad boliviana que pueden ser más factibles de ser introducidas en las reformas constitucionales y que en definitiva proporcionarían a los ciudadanos mayores mecanismos de control.

Formas de Participación Popular

El derecho constitucional contemporáneo ha introducido en las constituciones de varios países del mundo instituciones jurídicas que permiten a los pueblos tener el grado de decisión en el futuro de los pueblos. Estos son por ejemplo:

Referéndum Forma mas democrática de participación que tiene el pueblo en un Estado democrático, mediante este instrumento los ciudadanos son convocados para decidir si se formula o sanciona una Ley. El referéndum puede ser obligatorio (cuando la constitución expresamente señala consultar al pueblo mediante referéndum) o también puede ser facultativo, cuando la misma norma jurídica faculta a los poderes constituidos a convocar la constitución de un referéndum. El referéndum, por su esencia, puede ser

consultivo (consulta antes de elaborarse la ley) o deliberante (consulta después de elaborarse la ley).

Plebiscito Son también convocatorias, para resolver asuntos de Estado, especialmente temas que revisten mayor trascendencia, como ser: declaratorias de guerra, anexiones territoriales, etc.

Iniciativa Popular

Esta permite al pueblo elaborar proyecto de leyes para su consideración en el parlamento, para que esta delibere en función a la soberanía del pueblo.

http://bolivia.indymedia.org/es/2003/10/3961.shtml

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La Asamblea Constituyente SAMUEL S. RUIZ T.

La Asamblea Constituyente y el Poder Constituyente

La asamblea constituyente es una forma de manifestación del poder constituyente. Normalmente surge para juridificar una situación de hecho, de acuerdo con el espíritu de las ideas de la revolución o golpe de Estado triunfante, que se plasma en el nuevo texto constitucional.

Este tipo de asamblea es originaria en la medida que surge del rompimiento de un orden, sea constitucional o no, en todo caso tiene como supuesto un rompimiento del sistema político.

La asamblea constituyente es derivada cuando la institución está prescrita en el texto constitucional, su viabilidad jurídica se realiza dentro de los cauces

constitucionales y por ello no implica el rompimiento de orden constitucional, se preserva el hilo constitucional.

Si bien sus orígenes son distintos, sus efectos son similares. La diferencia radica en que la asamblea originaria parte de un rompimiento del Estado de Derecho, se asienta en una legitimidad con vocación de legalidad que obliga a prescribir expresamente que áreas del orden jurídico decide mantener vigente; mientras que la asamblea derivada, dado que no rompe con el Estado de Derecho, sin necesidad de declararlo, mantiene la plena vigencia de la normativa estatal, salvo aquellos estatutos jurídicos y principios estatales que decide expresamente derogar.

La Asamblea Constituyente y los Poderes Constituidos

Los únicos límites de la asamblea constituyente son los límites del poder constituyente. Fuera de estos límites expresos, la asamblea tiene amplias facultades de decisión como:

Aprobar una nueva Constitución, y de acuerdo al principio de la legitimidad democrática debe someter su texto a la ratificación por parte del constituyente primario, el pueblo, por intermedio del referéndum.

Someter los poderes constituidos a sus dictados. Ella misma puede decidir asumir todos los poderes directamente, el sistema de gobierno es entonces de asamblea. Los poderes constituidos pasan a ser delegatarios que rinden cuenta de sus actos a la asamblea, y ella puede, cuando libremente así lo considere, removerlos.

La asamblea constituyente puede decidir asumir la ratificación de los actos de la rama ejecutiva del Estado, sin destituir al jefe de Estado ni al jefe de gobierno.

La asamblea constituyente puede asumir la función legislativa directamente, lo cual conlleva la disolución del Parlamento, o decide convivir con él.

La asamblea constituyente puede decidir la reorganización total o parcial de la rama judicial del Estado.

La asamblea constituyente, como asamblea nacional, puede decidir la disolución de los poderes constituidos regionales o locales, o en todo caso, su reorganización, mientras aprueba la configuración definitiva de la forma de Estado de acuerdo a la nueva Constitución.

La Convocatoria de la Asamblea Constituyente

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La iniciativa de convocatoria es diferente según se trate de una asamblea originaria o derivada.

Si es originaria, la iniciativa corresponde usualmente al detentador efectivo del poder, sea la jefatura del estamento militar, sea la jefatura civil del gobierno, sean los comandantes y jefes de la revolución triunfante. Como la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente de 1946 que fue realizada por la Junta Revolucionaria de Gobierno, surgida del golpe de Estado del

18 de octubre de 1945 y presidida por Rómulo Betancourt.

Si es derivada se dan los siguientes supuestos:

El jefe de Estado.

Una mayoría calificada del Parlamento.

La iniciativa popular.

El referéndum popular como decisor fundamental en materia constitucional.

La Integración de la Asamblea Constituyente

La asamblea constituyente es una asamblea nacional, es decir, representativa de la nación como un todo, y no de fracciones particulares de ella. Se desea que la asamblea sea la mejor expresión de la participación popular.

La metodología democrática y la necesaria y conveniente integración limitada de la asamblea, abren diversas posibilidades, algunas de ellas son:

El sistema uninominal: en función del establecimiento de un determinado número

de circunscripciones electorales uninominales en el territorio nacional. No se representan a las minorías en la asamblea.

El sistema de representación: proporcional de las minorías por listas estadales o nacionales, tomando en cuenta el cociente electoral y residuo. Pueden quedar diversos estados de la federación sin representación.

Un sistema mixto: que combine las ventajas del sistema uninominal sin quebrantar la representación de las minorías.

Cronología y Agenda de la Asamblea Constituyente

Según la urgencia y la importancia de la labor de la asamblea nacional constituyente han planteado sus proponentes un período de duración que va generalmente de seis meses a un año. El período de duración de la asamblea no es vinculante para ella. En uso de sus atribuciones, como cuerpo constituyente puede modificarlo. También tiene plena libertad en la aprobación de sus reglamentos internos, y puede dotar a sus

representantes de prerrogativas parlamentarias.

La agenda de la asamblea también es determinada unilateralmente por ella, quien ratifica o no la agenda propuesta en la convocatoria. Los limites no son jurídicos sino políticos, es decir, los pactos y acuerdos de los actores fundamentales en la asamblea, sean previos, sean concomitantes a su desenvolvimiento.

La Asamblea Constituyente como Instrumento de Participación

El pueblo debe estar suficientemente informado sobre el por qué y para qué de una asamblea constituyente. Para ello los medios

de comunicación social deben estar abiertos, sine exclusiones, al debate constituyente.

El sistema electoral deberá garantizar una igualdad fundamental de oportu-nidades de

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los candidatos o representantes a la asamblea en la competencia electoral por el voto popular.

Los partidos, movimientos y grupos que postulan candidatos deben señalar, con claridad y sencillez, los puntos prioritarios de su plataforma política en vinculación con la agenda de la asamblea y su correspondiente argumentación.

La asamblea debe crear mecanismos fluidos y eficaces que garanticen la participación permanente del pueblo, y la correspondiente canalización de sus puntos de vista.

El debate en la asamblea debe ser transmitido sin interrupciones por los medios y su cobertura debe ser nacional.

http://www.monografias.com/trabajos13/laconsty/laconsty.shtml

La Asamblea Nacional Constituyente: Diferencia de fondo Dr. Hernán Rivadeneira Játiva

DIRECTOR DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE PICHINCHA

No es lo mismo una Asamblea Constitucional que una Asamblea Constituyente:

La Asamblea Constitucional tiene por objeto una nueva Constitución política, como única función, y puede organizarse y actuar paralelamente al Congreso Nacional, a semejanza de lo que sucedió hace pocos años en Colombia.

En cambio, la Asamblea Nacional Constituyente, se conforma para convertirse en la instancia institucional que asume todos los poderes. En este caso, puede designar legítimamente un " Presidente de la República Interino " y sustituye al Congreso en todas sus funciones, incluyendo aquella de aprobar una nueva Constitución. No se trata, por tanto, de una diferencia semántica o de forma, sino de fondo, conceptual.

http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/judicial/paginas/D.Constitucional.30.htm

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Asamblea Constituyente en cuatros actos Gray Molina, George

Kant y Hegel escribieron, a medio siglo de diferencia, un libro del mismo título, Filosofía de la Historia, con contenidos radicalmente distintos. Para Kant, el desarrollo histórico se medía por el "sometimiento de la Sociedad Civil al derecho de gentes" y por el grado de apego al deber formal. Para Hegel, en cambio, la "expansión de la libertad" tomaba formas diferentes en diferentes momentos y lugares: la libertad de los antiguos era apropiada a la sociedad esclavista y la libertad de los modernos a la democracia liberal. A pesar de sus diferencias, ambos pensadores fijaron su mente en momentos constitutivos, de quiebre y gran cambio. Acuñaron la noción de "progreso" en función de la sucesión de momentos constitutivos, nada raro para filósofos contemporáneos de la Revolución Francesa de 1789.

Vivimos hoy un momento constitutivo?

Todo pareciera indicar que sí. Paradójicamente, los momentos constitutivos de la política y la economía no se encuentran del todo. Y no sólo que no empalman, sino que tienden a ir en contra flecha. El tiempo acelerado de la liquidación del viejo orden político en la Asamblea Constituyente se estrella contra el tiempo aletargado del nuevo orden económico que no se sabe ni gasífero ni productor. Quizá es más fácil apreciar esta paradoja mirando al pasado, describiendo las experiencias de otros momentos constitutivos relatados sin la cercanía de la coyuntura y la familiaridad histórica. Se proponen, a continuación, cuatro casos estilizados de un pasado no tan lejano.

ACTO I: CUANDO UN GOBIERNO NO PAGA SUELDOS, 1787

Los Artículos de la Confederación Americana que rigieron en las trece colonias luego de la Revolución de 1776, dispusieron de una amplia autonomía fiscal para los Estados que componían la Unión. Cada Estado podía imponer impuestos, cobrar tasas y proveer servicios según demanda y necesidad local. A diez años de la promulgación de los Artículos de la Confederación, sin embargo, emergió un problema crónico. George Washington, General del Ejército Continental, escribió a Thomas Jefferson, Embajador en París, la siguiente misiva, estilizada, en noviembre de 1786: "Estimado Thomas, Delaware y Rhode Island ya no pueden pagar los sueldos de sus reservistas. Virginia y New York se cansaron de hacer transferencias a soldados que no son suyos. ¡Podemos venderle a los franceses algún territorio del sur —v.g., Louisiana?

Thomas Jefferson nunca contestó al General, pero el Secretario Privado de Washington, James Madison, sí tomó cartas en el asunto. En diciembre de 1786 convocó a las trece colonias a un Congreso Continental, mediante una ley interpretativa redactada de manera

apresurada para tratar la crisis fiscal. En mayo de 1776 llegaron 55 Constituyentes de doce Estados, con la ausencia de Rhode Island, cuyos representantes dedujeron, correctamente, que la nueva Constitución restituiría poder fiscal en manos de la Unión. Para septiembre, emergió una nueva carta magna, la primera de la era moderna. Benjamín Franklin, octogenario padre de la patria, y constituyente por Pennsylvania, dio un discurso inolvidable a la Asamblea antes de iniciar el proceso de ratificación: "Señores, aprobemos esto porque, sinceramente, no creo que mejore mucho más...".

Durante el proceso de ratificación en los trece Estados, los centralistas tomaron el nombre de "federalistas" y tildaron a los defensores de las regiones "anti-federalistas". En enero de 1888, George Washington fue inaugurado Presidente de los Estados Unidos de América, por voto colegiado de los electores de cada Estado. En su primer acto, creó un Banco Central que financió empresas que estaban en quiebra —empresas que financiaron el Ejército Continental durante los primeros diez

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años de la Unión. Jefferson hizo traducir copias de la nueva Constitución a la lengua

francesa, que llegaron a manos de Luís XVI en 1788.

ACTO II: CUANDO LOS ARISTÓCRATAS RECHAZAN UN IMPUESTO, 1791

Los historiadores franceses sitúan el inicio de la Revolución Francesa en la Revolución Aristocrática de 1788, al final de la Guerra con los Estados Unidos. Calonne, Ministro de Tesoro de la monarquía, dio pie a la Revolución con una carta dirigida a Luís XVI llamando a la atención por la crisis fiscal originada en la Guerra Americana: "Su Excelencia: El año pasado ingresaron 503 millones de libras al Tesoro, pero se gastaron 629 millones. El déficit, de 20%, fue financiado con préstamos de nuestros amigos del sur, a los cuales debemos 318 millones por servicio a la deuda. Recomiendo un inmediato impuesto directo a los terratenientes. Sustituiremos los impuestos indirectos al comercio por una subvención agraria única que equilibrará las finanzas en tres meses...."

En los próximos meses no solo que no se cobraron los impuestos directos, sino que fue

degollado Calonne y sustituido por el Arzobispo Lomenie de Brienne, quien negoció un acuerdo inédito de cinco años con los acreedores. Al cabo de doce meses, sin embargo, Brienne se encontró en el mismo dilema de Calonne. El Tesoro estaba vacío. Decidió reducir el monto de las pensiones y cofinanció la invasión Prusiana de Holanda. En septiembre de 1788, los tres Poderes llamaron a una Asamblea General para discutir el futuro de la nación. En meses, sucedieron tanto la Revolución de 1789, como la convocatoria a la Asamblea Constituyente de 1791, que acabó tanto con la Revolución Aristocrática de 1787-1788, como con la Revolución Burguesa de 1789-90. Thomas Paine, panfletista inglés y admirador de la revolución Francesa, reflexionó que lo único incierto del nuevo régimen era "coma sustituir a Napoleón sin afectar las rentas nacionales destinadas al gasto público..."

ACTO III: CUANTO LA ASAMBLEA RESTITUYE UN TRIBUTO INDÍGENA, 1826

El 26 de julio de 1326, a la espera de la ratificación de la Constitución enviada por el Libertador Simón Bolívar desde Lima, el Mariscal Antonio José de Sucre envió la siguiente carta al plenario del Congreso Constituyente reunida en Charcas, titulada Comentario a la Ley de Contribuciones Directas: "Señores Secretarios del Soberano Congreso Constituyente: Calculada la población en un millón doscientos mil habitantes, puede asegurarse que el máximo de los contribuyentes será 200.000, y mucho menos si se exceptúan los de Mojos, Chiquitos, Cordillera y Caupolicán, como parece justo; por consiguiente no excederán los 150.000 sobre quienes pesa efectivamente la contribución, y que a tres pesos hacen 450.000 pesos.Entre los empleados de la lista civil y eclesiásticos se cobrarán otros 450.000. Supóngase, además que las Aduanas den 300.000 y el banco y la

moneda otros 300.000....y vendrá a suceder que todos los ingresos del erario serán 1.500.000. El presupuesto formado sobre la economía más estricta asciende a 2000.000; más habitantes que por sus ciencias, artes o industrias deben contribuir al estado en razón de los productos de ella...Los dueños de cafés, billares y tambos pagarán como los boticarios y los de chichería como los pulperos. El Mariscal sufriría el amotinamiento de Voltíjeros ", la invasión de Gamarra y la balacera de Granaderos antes de escribir su carta de renuncia al Congreso, el 2 de agosto de 1828, en la que evaluaba el impacto de sus medidas: "La hacienda pública no ha recibido mejoras en el cambio del sistema de impuestos. Los directos, que sustituyen a los indirectos del régimen anterior, han producido descontento, y dejan comparativamente un considerable déficit..." Cerró esta carta con el elegante "aún pediré

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otro permiso a la nación” que queda entre los fragmentos discursivos más destacados de nuestra corta historia republicana. Sucre anticipó que el precio de la libertad y soberanía boliviana pasaban por el logro de

cierta autonomía fiscal, financiera y económica, todas ellas privadas a la naciente república hasta el periodo liberal de principios de siglo XX.

ACTO IV: CUANDO UN PUEBLO TRIBUTA MAS QUE OTRO, 1899

En la sesión de emergencia del Congreso en noviembre de 1898 celebrado en la ciudad de Sucre, el diputado paceño Claudio Quintín Barrios afirmó los motivos por los cuales se debía desestimar la Ley de Radicatoria exigida por el bloque parlamentario chuquisaqueño: "La Paz, afirmaba el diputado Barrios, había contribuido 532.717 bolivianos al erario nacional, pero había recibido solo 131.683."iv Esto, ciertamente era una inequidad histórica, que requería de acción firme para reponer el esfuerzo paceño al resto de la nación. Le si-guió el diputado Abel Iturralde, quien recordó que el anhelo de los departamentos ricos era compartir su riqueza en un esquema federado: "La Paz no desea tener para nada el gobierno. La Paz quiere la federación. Cochabamba anhela la federación. Oruro, poderoso en sus ingresos, también quiere la federación. Potosí, que está en segundo lugar como contribuyente al erario nacional, también quiere la federación. Los departamentos pobres —Santa Cruz, Beni, Chuquisaca y Tarija — no tienen de qué alarmar-se. Téngase a la Argentina como ejemplo, donde el tesoro central subvenciona a las regiones menos favorecidas..."

La respuesta del Gobierno del Presidente Severo Alonso no se dejó esperar, en las

palabras del diputado Urdininea: "Será preciso que las puntas de acero borren las letras de oro que nombran al progenitor de la patria, será preciso pasar sobre el testamento de Sucre antes que desconocer los mandatos del Gran Mariscal de Ayacucho..." Entre los preparativos de la Guerra que se avecinaba, el prefecto de La Paz instruyó a los subprefectos cobrar el Tributo Indígena para pagar un contingente de 2,000 armas -1,500 Hannlichers y 500 Winchesters que defendieron el honor paceño. En plenas acciones de guerra, Zarate Willka recibió una carta de su lugarteniente Juan Lero desde Chayanta: "Señor Gobernador de Tapacarí en Peñas: En contestación a su oficio del 25 de marzo, digo a vd. que todas nuestras parcialidades están listas para levantar el ferrocarril y pelear contra Alonzo

Sírvase vd. comunicarnos el día que debemos hacer esto para que todos bajemos...firmado, Los Segundos de Chayanta." Los liberales; victoriosos, despojados de Zárate, ignoraron la consigna histórica de la primera declaración de independencia americana: tributación con representación.

EPÍLOGO

Keynes decía que "lejos de gozar de libertad irrestricta, el ciudadano moderno, particularmente el pragmático y cosmopolita, es es-clavo de algún economista difunto". El desfase entre el cambio político y económico actual es, en esta perspectiva, doblemente desafortunado. Primero, por-que nos priva como país del espejismo de la refundación histórica. Segundo, porque pone en riesgo cualquier cambio político sustentado en

arenas movedizas fiscales, financieras o económicas. En los próximos meses tendremos, sin embargo, la oportunidad ciudadana de equilibrar parcialmente este desfase: el Diálogo Nacional que se celebrará en plazas y asambleas públicas proveerá un escenario masivo para discutir los alcances de una economía exportadora de largo alcance. Entre ambos escenarios, emergerán acuerdos y desencuentros, pero, a diferencia

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de Madison o Calonne, Sucre o Alonso, tendremos la ventaja de la historia a nuestro lado. Podremos alinear nuestra visión política a la realidad económica a mano y,

finalmente, visualizar un país que actúa de manera autónoma desde su riqueza más preciada: su propia historia.

NOTAS

1 Catherine Drinker Bowen, 1966, Miracle at Philadelphia: The Story of the Constitutional Convention, May to September 1787, Boston: Back Bay Books, pp. 16-32.

2 George Lefebure, 1962, La reuolución francesa, Nueva York. Columbia University Press.

Vicente Lacuna, 1975, Documentos referentes a la creación de Boliuia, Tomo II, Caracas: Gobierno de Venezuela, pp. 225.

James Dunkerley, 2003, Orígenes del poder militar: Bolivia 1879-1935, La Paz, Plural, pp. 92.

Ramiro Velasco Romero, 2003, La sangre de todos, La Paz: Plural, pp. 45.

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¿Qué es la Asamblea Constituyente?

Está especialmente llamada a ejercer el poder constituyente, formada por diputados que han sido elegidos por el pueblo para el cumplimiento especial de una labor constituyente. No tiene más función que la de efectuar la revisión para la que fue convocada pues debe disolverse inmediatamente después de cumplida esta misión. Raymond Carré de Malberg

Es un organismo pluripersonal o colegiado, representativo, unicameral, extraer-dinario, temporal que tiene la misión de redactar la Constitución de un Estado

ES PLURIPERSONAL O COLEGIADO porque se trata de un organismo integrado por más de dos personas

ES REPRESENTATIVO porque lo integran personas elegidas por el pueblo al cual representa

UNICAMERAL porque es una asamblea general, no se divide en cámaras

EXTRAORDINARIO porque se reúne sólo durante el proceso constituyente y con el único objetivo de redactar una Constitución

TEMPORAL porque tiene una duración limitada al tiempo estrictamente necesario para elaborar la Constitución, una vez cumplida esa misión se disuelve. Está acompañada de un pre y post referéndum

**La elaboración de una constitución es un rito pacificador que acaba con las revoluciones y pacifica los tumultos para los pueblos que se someten a ella. También es símbolo de independencia

La constitución se produce cuando nace un estado o cuando los cambios necesarios son de tal profundidad que se requiere un texto (basamento legal) y la relegitimación de los poderes públicos.

** La constitución y la democracia se basan en la soberanía del pueblo y no a la inversa. Cuando aquella soberanía no respalda fehacientemente a la constitución y no otorga su adhesión al sistema político que esa constitución encarna, ellos pierden su legitimidad. Acallar o ignorar entonces aquella soberanía es por esto sumamente peligroso

http://olympia.fortunecity.com/hill/234/PRINCIPA/PREGUNTA/Pregunta.htm#ASAMBLEA

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Asamblea Constituyente

La Asamblea Constituyente es un órgano representativo, extraordinario y temporal, que está investido de la tarea de elaborar la constitución del Estado, de establecer las reglas fundamentales del ordenamiento jurídico estatal1.

Esta Asamblea expresa el Poder Constituyente cuya existencia radica en una voluntad primaria, en el sentido de que sólo de sí misma y nunca de otra fuente deduce su limitación y la norma de su acción 2.

De un modo más preciso, el Poder Constituyente es la voluntad que configura la forma de organización política en la distribución de las ramas del poder público y sus relaciones con el ciudadano. La titularidad de dicho poder se localiza únicamente en el pueblo, desde la perspectiva democrática que sostiene que el poder soberano radica, precisamente, en el pueblo 3.

Dicho poder es originario, pues pertenece sólo al pueblo quien lo ejerce directamente o por medio de representantes elegidos. Es unitario e indivisible, ya que es la base que abarca a todos los otros poderes y división de poderes. Es permanente, porque su actividad no se agota con la construcción de los poderes constituidos cuyo ámbito y funciones están establecidas en la Constitución Política, y se hace manifiesto cuando las circunstancias políticas reclaman su emergencia. Finalmente, es inalienable, pues, no delega su soberanía en el proceso de sus deliberaciones4.

Ahora bien, al descansar en el poder constituyente todas las facultades y competencias para la formulación de una Constitución formal o la reforma de la institucionalidad del Estado, no tiene competencias. Puede delegar atribuciones ejecutivas, legislativas o judiciales a órganos concretos que tendrían, por ello mismo, un carácter provisional hasta el momento que el nuevo ordenamiento constitucional sea ratificado por el pueblo y entre en vigencia. También es posible que dicho poder

constituyente determine ejercer por sí mismo y de manera directa, todas esas atribuciones.

Naturalmente, la Asamblea Constituyente no puede normar sobre ámbitos de derecho que están fuera de su alcance y que pertenecen a lo que pensadores políticos contractualistas convinieron en denominar derechos naturales, anteriores al Estado y a cualquier organización social. Esos derechos son básicamente a la vida, a la propiedad y a disfrutar de un conjunto de libertades que otorgan sentido a la existencia humana.

¿Quién convoca al Poder Constituyente? Esta es una pregunta que tiene dos respuestas. En primer lugar, existe un poder constituyente originario que antecede a la Constitución Política, parte de un vacío constitucional cuando no existe todavía un Estado o se ha quebrantado el mismo por un golpe o un proceso revolucionario; en este caso, la Asamblea Constituyente funda el Estado a través del establecimiento de un ordenamiento jurídico constitucional. En segundo lugar, es posible encontrarnos también con un poder constituyente convocado por un poder constituido, en situaciones coyunturales donde se precisa la reforma integral del Estado y la concepción de un nuevo pacto social que modifique, por ejemplo, los parámetros sobre los cuales se hace política o aquellos que determinan la redistribución de la riqueza social, elaborando una nueva Constitución Política. Este caso es precisamente el que caracteriza a nuestro país hoy día.

Por lo tanto, la Asamblea Constituyente que se convocará será de tipo derivado, pues su institución está contemplada en el actual texto constitucional (Art. 4 y 232 de la Constitución Política del Estado Boliviano

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reformada por Ley 2631 de 20 de Febrero de 2004).

La asamblea derivada no rompe con el Estado de Derecho; lo mantiene en plena vigencia, salvo en aquellos estatutos jurídicos y principios de organización estatal que decide expresamente reformular. En este sentido, su

función principal (aunque puede asumir otras, en el entendido que representa al poder soberano constituyente) es la redactar un nuevo texto constitucional que debe ser ratificado, ad referéndum, por el pueblo boliviano.

1. Cfr. Bobbio, Norberto y Nicola Matteucci: Diccionario de Política: Siglo XXI editores; Quinta Edición; México, 1998; (p. 114).

2. Cfr. Bobbio, Norberto y Nicola Matteucci: Diccionario...; Ob. Cit.: (p. 114).

3. Cfr. htlp://www.Iaconsty/laconsty.sthml; documento elaborado por Samuel S. Ruiz t

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Doctrina de la Asamblea Constituyente. Triveño Camacho, Ramiro Javier

Un jurista plantea interrogantes sobre temas todavía poco explorados. ¿La Asamblea Constituyente que se convocará próximamente será equiparable a la Asamblea Deliberante de 1825? Y si no es así, cómo afectará su existencia a la lógica del Derecho nacional?

El presente artículo tiene por objeto de establecer con la mayor precisión posible la naturaleza jurídico-política de lo que es la Asamblea Constituyente desde el punto de vista del derecho constitucional y de la ciencia política, o derecho político.

El tema de la Asamblea Constituyente en nuestro país ha sido discrecionalmente manejado, tanto por profesionales conocedores del tema, como por los ciudadanos en general, generando una verdadera confusión en la población sobre su verdadera concepción; por ello la importancia de clarificar este tema.

El concepto de Asamblea Constituyente no es independiente desde el punto de vista teórico-doctrinal e histórico del concepto y la doctrina del poder constituyente: una es consecuencia del otro.

EL PODER CONSTITUYENTE

El francés Abate Sieyés es el creador de la doctrina del poder constituyente, en su célebre libro ¿Qué es el tercer Estado?, publicado en 1788.

El poder constituyente es concebido como la voluntad suprema, originaria, extraordinaria y directa de la población para darse su propia normativa y regulación institucional en un momento dado de su historia; nace del pueblo, y todo lo dictado por éste es legal y legítimo. El objeto de su formación es crear o recrear un Estado, a través de un instrumento jurídico, la Constitución Política del Estado.

No existe poder anterior a éste, el cual no está regulado por norma alguna. Y es que antes de él no existe la Constitución y ninguna otra regla; es decir, que el poder constituyente no responde ni rinde cuentas ante nadie.

En la doctrina hay mucha divergencia sobre el alcance de sus poderes. Nosotros nos inclinamos por la corriente que señala que los límites del poder constituyente se encuentran en los valores ético-jurídicos, el respeto a los derechos naturales yen los objetivos que impulsaron al pueblo a levantarse en armas

para decidir su destino: libertad, bienestar, alimentación, etc.

El poder constituyente es un fenómeno eminentemente político; ya que nace de la voluntad y la necesidad suprema del pueblo para autonormarse y autorregirse. Este fenómeno está generalmente ligado a una revolución triunfante que busca el cambio radical de la estructura vigente.

El poder constituyente tiene como objetivo diseñar o rediseñar el marco institucional del Estado. Puede darse en dos momentos de la vida histórica de los pueblos, para crear (momento de continuidad)

Una de las características importantes del poder constituyente es que tiene una duración temporal, hasta cumplir con su fin. Por ejemplo el poder constituyente que dio origen a la República de Bolivia se disolvió una vez cumplido su fin, que era el de crear nuestro Estado.

Cuando el régimen vigente es cambiado a través de una revolución, este cambio debe darse básicamente en tres aspectos: forma del Estado, forma del gobierno y régimen político.

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Hasta aquí no hemos hecho mención de la Asamblea Constituyente, que, como veremos más adelante, es un instrumento de ejecución del poder constituyente.

El poder constituyente crea los poderes constituidos (Ejecutivo, Legislativo, judicial) a través de la Constitución.

Los poderes constituidos se subordinan al poder constituyente, porque provienen de éste.

A diferencia del poder constituyen-te, su duración tiene carácter permanente. Por ejemplo los poderes instituidos en la Constitución de 1825 en Bolivia siguen vigentes en la actualidad (la excepción es el Poder Electoral, de reciente creación).

¿QUÉ ES LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE?

De la exposición hasta aquí hecha, surge la pregunta: ¿en qué momento surge la Asamblea Constituyente? La res-puesta es muy simple: es a través de el-la que el poder constituyente se desarrolla, sino ¿a través de qué instrumento este poder podría decidir el nacimiento del Estado?.

Ahora bien actualmente podríamos hablar de dos tipos de asambleas constituyentes (como resultado de la emergencia social que hace necesario encontrar algún mecanismo que facilite la ejecución de las máximas aspiraciones del pueblo, y no porque así lo señalen los principios doctrinarios establecidos). Estas son la "Asamblea Constituyente no institucionalizada" y la "Asamblea Constituyente institucionalizada".

La primera, como se ha expuesto precedentemente, es el instrumento de ejecución del poder constituyente originario o derivado, crea o recrea el Estado. Por ejemplo, la Asamblea Constituyente que se realizó en 1825, que definió la independencia y dio origen a la República de Bolivia. A esa Constituyente nadie la reguló, normó, etc. .

La Asamblea Constituyente "institucionalizada" tiene relación con las reformas a la Constitución y está regulada y normada por una ley y por la Constitución. Es una organización temporal, electiva, representativa, democrática, pluralista, facultada solamente para reformar el texto constitucional, pero no en sus estructuras básicas (lo contrario significarla llevar adelante una revolución que motive la

formación de una Asamblea Constituyente "no institucionalizada").

Su composición difiere según las posturas; sus deliberaciones no deben sobrepasar de un año. Es la reunión de representantes natos de los diferentes sectores de la sociedad.

Por esta distinción entre dos tipos de asambleas constituyentes, y a fin de no caer en contradicciones doctrinarias, varios países han preferido emplear otros términos para hacer referencia a la asamblea institucionalizada Convención Constituyente (Argentina), Convención Nacional Constituyente (Uruguay), Convención Nacional Constituyente (Paraguay).

Éstas no son en definitiva asambleas constituyentes genuinas; pues sus características y funcionamiento difieren de la Asamblea Constituyente que está vinculada al poder constituyente. La lógica constitucional establece que si es la Constitución la que crea a los poderes constituidos, no pueden ser éstos los que la reformen (el hijo no puede crear al padre).

Surge entonces la gran interrogante: ¿La realización de una Asamblea Constituyente de estas características será la solución de los problemas nacionales?

"La Asamblea Constituyente como medio de reforma de la Constitución, existiendo otro mecanismo (como, en el caso de Bolivia, el procedimiento legislativo ordinario), resulta insostenible constitucionalmente hablando".

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ASAMBLEA Y REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN

La Constitución de cada país prevé su reforma, a través del órgano legislativo ordinario, u otro órgano que cumpla esta misión. La instancia empleada depende de la concepción jurídica-política que adopta cada país.

Se puede llevar adelante una reforma a la Constitución por medio de una Asamblea Constituyente institucionalizada, siempre y cuando ésta haya sido prevista en la Carta Magna; de lo contrario, su aplicación resulta inconstitucional.

Emplearla Asamblea Constituyente como medio de reforma, existiendo otro mecanismo (como, en el caso de Bolivia, el procedimiento legislativo ordinario), resulta insostenible constitucionalmente hablando.

Se pueden plantear mecanismos de participación popular más factibles, que vendrían a satisfacer las legítimas aspiraciones de participación de la sociedad boliviana, tales como el referéndum, que puede ser obligatorio (cuando la Constitución expresamente señala la necesidad consultar al pueblo mediante referéndum) o también puede ser facultativo. El referéndum también puede ser consultivo (antes de elaborar una

ley) o deliberante (después de que la ley ha sido elaborada). Otro mecanismo es el plebiscito, una convocatoria a la ciudadanía para resolver asuntos de Estado, especial-mente temas que revisten la mayor trascendencia, como declaratorias de guerra, anexiones territoriales, etc. O la "Iniciativa Popular", que permite al pueblo elaborar proyectos de leyes para su consideración en el Parlamento.

Para concluir, queremos hacer varias interrogantes fundamentales:

¿Instituir la Asamblea Constituyente como mecanismo de reforma de nuestro texto constitucional será la solución que espera el pueblo de Bolivia?

¿Los constituyentes elegidos representarán verdaderamente las máximas aspiraciones de la sociedad?

¿De qué forma se elegirá a los constituyentes y en qué tiempo deberán cumplir su mandato? ¿El pueblo de Bolivia habrá llegado a la madurez política para llevar a cabo este proceso?

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1.4 Qué es ésta asamblea constituyente

Asamblea Constituyente en Bolivia: Algunas bases de reflexión...

Dr. Carlos Terrazas Orellana - Doctor en historia (Universidad Paris VII)

La Nación entera exige un referéndum, que es la expresión máxima de la democracia, no solamente por el problema del gas natural, los impuestos excesivos que están asfixiando a las familias bolivianas de modestos recursos, sino y ante todo, pide un referéndum para adoptar una nueva Constitución Política del Estado, elaborada en una Asamblea constituyente representativa del país. El pueblo no quiere una constitución elaborada por los partidos políticos, sectarios que defienden únicamente sus intereses. El pueblo boliviano exige una constitución que le garantice su soberanía, sus derechos, sus riquezas, su prosperidad y su futuro.

La nueva Constitución Política del Estado tiene que ser preparada, debatida e incluso redactada en su forma inicial en cabildos abiertos, foros, asambleas y tribunas populares, como la del « Encuentro Social Alternativo » que se realizó paralelamente a la XIII Cumbre Presidencial de Iberoamericana en Santa Cruz.

El pueblo boliviano afirmó, en los días más sombríos de octubre, su derecho de asentar sus propias bases constitucionales. Los partidos políticos y las supuestas élites económicas, sociales, culturales, jurídicas y otros llamados especialistas o tecnócratas, no tiene más el monopolio de preparar ni redactar la Constitución de Bolivia, como en tiempos pasados.

La nueva Constitución Política del Estado, no podrá en ningún caso ser una « constitución bis », sin cambiar nada de fondo, como estarían planificando juristas y políticos de toda índole, En otras palabras « guardar la misma filosofía y los mismos privilegios para los partidos políticos y para las clases

dominantes con algunos remiendos adormecedores para el pueblo ».

Desde su independencia, en 1825, es la primera vez que el pueblo boliviano tiene la posibilidad de definir su propia constitución, con bases sólidas democráticas y modernas, digna de los países socialmente más avanzados del Mundo. Es el momento histórico que tiene el pueblo boliviano ante la expectativa iberoamericana y mundial, que escudriñan con un ojo muy atento lo que va ha pasar en la Asamblea constituyente en Bolivia.

Una asamblea constituyente debería normalmente estar formado por representantes dignos y elegidos por el Pueblo para este cometido. La actual Mayoría Parlamentaria, con sus bancadas sectarias, muy desacreditadas por cierto, ante la Nación y ante el Mundo entero, no responde a esta noble y digna misión, que es la de dar una nueva Constitución a Bolivia. Las Leyes, como la de Hidrocarburos, que ha legislado la Mayoría Parlamentaria, así como el nombramiento de un agente foráneo, a la cabeza del país, teniendo pleno conocimiento sobre sus intenciones y prácticas despóticas en contra de la soberanía nacional, los desacredita y los descalifica automáticamente ha esos parlamentarios indignos de representar la Nación.

Sin embargo, pese a estos inconvenientes, el pueblo boliviano quiere dotarse de una nueva Constitución. Por lo tanto, los ciudadanos deben manifestar sus opiniones, sugerencias, ideas, afín de evitar que una pequeña minoría imponga sus propias decisiones o las de una potencia foránea e imperialista.

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Entre algunas ideas que pueden servir de base a discusiones, encuentros, debates, cabildos para preparar la Asamblea Constituyente podemos sugerir de una manera breve los siguientes puntos.

Que la nueva Constitución Política del Estado, que ya empezó a escribirse con la sangre de los hermanos que dieron su salud y hasta sus vidas defendiendo los principios universales de la democracia que dice : « Que la soberanía nacional pertenece al pueblo y cuando un gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y de los deberes que tiene el pueblo».

Es así que el pueblo boliviano ha manifestado, abiertamente ante el Mundo entero, su deseo de dotarse de una nueva Constitución Política del Estado que le garantice su soberanía, sus derechos y no solamente sus obligaciones.

La nueva Constitución deberá darnos las bases filosóficas, jurídicas, geopolíticas, sociales… que garanticen los principios fundamentales de la sociedad boliviana. En cuanto a las normas y al funcionamiento administrativo de las instituciones del Estado, no tienen nada que hacer en la Constitución, puesto que estos puntos pueden ser tratados en reglamentos internos de la administración sin necesidad de amparo constitucional.

Efectivamente, la actual Constitución Política de Estado de Bolivia, compuesta de 235 artículos y 5 disposiciones transitorias (la Constitución de los USA tiene 7 artículos y 27 enmiendas, la de Francia, 89 artículos…), tiene la forma de Código « político », administrativo y civil, con la única finalidad de confiscar la soberanía del Pueblo en favor de los partidos políticos « tradicionales».

La separación y la limitación de los tres Poderes del Estado deberán ser la base fundamental de la democracia dentro de la nueva Constitución de Bolivia. No existe verdadera democracia sin separación y limitación de poderes, sin respeto de los

Derechos del Hombre. Las funciones de un miembro del Gobierno son totalmente incompatibles y antidemocráticas con el ejercicio de cualquier tipo de mandato parlamentario, inclusive la función del Vicepresidente de la República que ejerce también la de Presidente nato del Senado.

Nuestro actual régimen parlamentario o más exactamente « régimen de partidos» se adueña de la soberanía del Pueblo y de su democracia directa. Un presidente electo por este sistema político no puede gozar de la legitimidad de una democracia moderna. Puesto que resulta ser un presidente de partido, sectario que galardona únicamente los colores de su bancada y que gobierna el país como si se tratará de administrar su partido o sus empresas privadas, distribuyendo cargos y riquezas que no le pertenecen, enajenando los bienes y las aspiraciones del país.

El presidente de la República deberá ser elegido por la mayoría absoluta de los votos emitidos en la primera vuelta. Caso contrario, una segunda vuelta deberá ser prevista para la elección del presidente entre los dos candidatos que hayan obtenido los porcentajes más altos del sufragio. Es la única manera democrática que garantiza la soberanía del pueblo y la legitimidad del mandato presidencial. En una palabra, el presidente de la República deberá ser el presidente de todos los bolivianos, y no solo de su partido o de una asociación de partidos políticos.

La Constitución deberá prever claramente, las obligaciones que debe tener el pueblo, así como también los deberes y la responsabilidad del Estado y de sus instituciones hacia el pueblo.

Para la preparación y la redacción de la nueva Constitución deberíamos inspirarnos tanto de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, así como la del niño y de la mujer… pero también de la sabiduría milenaria, de la organización comunaria de nuestros pueblos autóctonos. El sistema del « El Ayllu » deberá guiarnos y estar presente en la nueva Constitución.

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Por ejemplo, la asistencia y la toma a cargo por la comunidad a los niños huérfanos, abandonados, a los enfermos, y a los ancianos. Esta manera de vida secular de los pueblos nativos, que representan más del 50 % del país, deberá servir de ejemplo a la Nación entera. El Estado tiene la responsabilidad de velar que se cumpla este avance social.

La medicina tradicional (y las plantas medicinales), por intermedio de sus « Kallawayas », que hoy en día ganó su título de nobleza, al ser declarada por la UNESCO como patrimonio oral de la Humanidad, deberá ocupar un buen lugar en la Constitución, principalmente cuando se trate el tema de la seguridad social y la asistencia médica para todos los bolivianos.

El respeto y la protección de la naturaleza y de sus riquezas naturales, que durante milenios los pobladores de estas tierras practicaron y que nos legaron tierras vírgenes, fecundas sin contaminaciones y que hoy en día representan nuestras riquezas naturales. Por medio de la Constitución

debemos asegurar su protección, puesto que científicamente ya ha sido demostrado, que la protección ecológica es una necesidad vital para el Planeta. Esto nos sitúa, en el contexto mundial, como un país altamente ecológico con la mayor cantidad de ecosistemas y bioesfera del Planeta.

Lo propio resultaría con la utilización del gas natural en nuestro país. El gas para muchos países es la energía del mañana, para el nuestro, es la energía del presente. La voluntad que el pueblo ha manifestado durante los días de octubre en defensa de la soberanía y de la riqueza nacional, deberá figurar claramente en la nueva Constitución de Bolivia y de esta manera se pondrá fin a todos los negociados, concesiones, dilapidaciones, enajenaciones anticonstitucionales de los gobiernos anteriores. Todas las concesiones otorgadas a nacionales, multitacionales, hombres de paja, extranjeros, deberán volver al patrimonio nacional. Lo propio deberá realizarse con los latifundios y megafundios que se han creado por diferentes medios y que hasta la fecha son anticonstitucionales.

LA CONTROVERSIA DE LA CONSTITUYENTE

Expertos nacionales e internacionales en plena controversia sobre la próxima Asamblea Constituyente hacen caso omiso a la voluntad del pueblo boliviano que ha manifestado en los días más sombríos de octubre su inquebrantable deseo de asentar las bases de su propia Constitución.

Las propuestas de estos grandes expertos « constitucionalistas », como es el caso de la invitada constitucionalista italiana Sra. Claudia Santorini, que : «planteo la necesidad de llamar a un plebiscito o referendo para comprobar si la mayoría de los bolivianos quiere la Constituyente».

Al parecer, las víctimas de octubre, no bastan para « comprobar » la voluntad del pueblo boliviano. Este tipo de controversia absurda y

sin lógica alguna, aparte de demostrar la ignorancia absoluta de estos llamados expertos sobre los últimos acontecimientos históricos que ocurrieron en Bolivia, nos alejan de nuestras verdaderas preocupaciones, que son las de asentar nuestras bases constitucionales. En todo caso, la última palabra la tiene el pueblo boliviano, quien adoptará, por medio de un referendo su próxima Constitución. Si la nueva Constitución estaría mal elaborada o no conforme con la voluntad y con los intereses del pueblo. La respuesta será “NO”.

La soberanía del pueblo deberá ser protegida por la propia Constitución, puesto que ninguna modificación podrá realizarse sin su previo consentimiento mediante referendo.

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La Asamblea Constituyente en Bolivia VERDESOTO, Luis

De nuevo ocupándose del tema constitucional en PULSO, el autor, que reside alternadamente en Bolivia y en su país, el Ecuador, en funciones de consultoría en temas referidos al diseño y administración del Estado, hace aquí una reseña de la prevista Asamblea Constituyente en Bolivia, con lo pendiente en su organización así como sus perspectivas, proyecciones y riesgos.

¿Qué caracterizó a Bolivia hasta 2002? ¿Se ha superado el enfrentamiento entre el sindicalismo y la Fuerzas Armadas? ¿Rige un procesamiento político electoral de la legitimidad? ¿Se volverá a producir un desborde de la sociedad civil sobre el Estado o han entrado en vigencia los canales institucionales para procesar las diferencias?

¿Qué evidencias presenta el enfrentamiento de febrero/2003? Fundamentalmente, debilidades de la seguridad estatal y la gobernabilidad. La consecuencia más visible fue la pérdida de las legitimidades del sistema político.

¿Qué características tuvo el enfrentamiento de octubre/2003? En su inicio fue un conflicto focalizado social y regionalmente. Posteriormente se expandió al país con exclusión del oriente.

¿Qué mostró el conflicto? Fundamentalmente, escasa interacción entre agrupamientos sociales y bajo nivel de compromiso entre ellos; alta desconfianza mutua entre elites; fractura del pacto territorial; y, déficit de representatividad de las regiones

¿Cómo fue la dinámica del conflicto? La "calle" se erigió en la respuesta frente a los débiles canales para procesar la reivindicación popular. Se pasó de la anomia "enfrentamiento de todos contra todos" que pudo generalizarse en su inicio, hacia la autoregulación y la "sucesión constitucional", forma con la que culminó.

¿Qué síntomas políticos se evidenciaron en el conflicto? La movilización social sepultó a los acuerdos interpartidarios (ineficaces sustentos sociales de la gestión pública) y a la forma del régimen (semiparlamentarismo). También desestructuró a las débiles bases del capital social.

¿Qué consecuencias se derivan del conflicto? La necesidad de emprender la re-estructuración del estado en su ámbito funcional ("poderes" y representación) y en su ámbito "relacional" (Estado/sociedad; Estado/economía; Estado/territorio). También la urgencia de lograr la modernización del sistema político entendido básicamente como renovación del sistema de partidos (democracia deliberativa y tolerancia política).

¿Cuál es la agenda política de la transición? Referéndum cuyo significado es apelación a la soberanía popular y Asamblea Constituyente cuya resultado esperado es la renovación del acuerdo político entre los bolivianos.

¿Cuál es el problema fundamental a resolver? La desconexión entre una sociedad civil que ha conformado poder en las calles, desautorizando al sistema político, y una sociedad política cuyos partidos no encuentran la agenda para vincularse con la sociedad que dicen representar.

¿Es este período una oportunidad para los partidos políticos? En general, la política organizada es imprescindible para la democracia. El problema a resolver es entre una sociedad civil con poder en las calles versus una sociedad política sin agenda para la sociedad. La estrategia tendrá que fijarse en que los partidos siempre han demostrado escasa capacidad para autocriticarse, reformarse y relegitimarse. Por ello, ¿es difícil que los partidos sean una parte legítima de la Asamblea constituyente?

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¿Qué es una Constitución? Es un diseño institucional que contiene un (nuevo) equilibrio entre funciones estatales y sociales, las que deben estimular a la corresponsabilidad como expresión del grado de acuerdo político de una sociedad. La Constitución es un compromiso de respetar un (nuevo) intercambio entre el reconocimiento de derechos y la aceptación de mecanismos de gobernabilidad. La Constitución no debe ser espacio para la expresión del "subjetivismo jurídico" (v.g. prohibir a los bolivianos ser pobres) ya que, en ningún caso, una Constitución es una respuesta de desarrollo. Los contenidos mínimos en Bolivia hoy son la definición de los derechos colectivos, el diseño del régimen una vez que la realidad ha pulverizado al llamado "régimen semi-parlamentario" y el diseño de las atribuciones y representación de los gobiernos subnacionales. Los efectos esperados de la nueva ingeniería institucional son institucionalización de la diversidad social; relegitimación de la política y del servicio publico en base a la transparencia; y, gobernabilidad entendida como estabilidad institucional que permite la distribución adecuada de recursos.

¿Qué sentido tiene convocar a una Asamblea Constituyente? Responder a las expectativas de la "gente", las que no van a corresponder con las tareas generales de una Asamblea Constituyente. Estas tareas son el registro de los acuerdos existentes y posibles en el país acerca del Estado. Es decir, la Asamblea Constituyente debe "medir" hasta dónde el país y los actores han avanzado y pueden avanzar en la formulación de un pacto político.

¿Qué tareas propiamente políticas tiene la Asamblea Constituyente? Fundamentalmente, reformar al sistema de partidos de modo armónico con las instituciones que se diseñen para todo el sistema. En especial, tratar el tema de las "autonomías departamentales" como alcance de los gobiernos subnacionales, que incluyen a la representación política nacional y local.

¿Qué símil se puede utilizar para explicar los alcances de la Asamblea Constituyente y su

producto una Constitución? Una metáfora utilizada en la literatura mundial especializada es la "casa política". En Bolivia, octubre movió los supuestos institucionales (el piso). Ahora es preciso reconstruir los supuestos mínimos de la casa en la que todos habitamos. La Asamblea Constituyente, mínimamente, debe dejar parados los cimientos, las columnas y el techo. Si el país acuerda hacer una Asamblea Constituyente, ésta, la Asamblea, debe terminar formulando una nueva Constitución. El país no puede vivir en una casa a medio construir. En una casa precisamos una adecuada distribución de espacios (donde habita cada una de las identidades económicas, sociales y políticas bolivianas), formas de producción (cómo tener abastecida a la cocina) y redistribución (con qué reglas se accede al comedor). También debemos establecer, qué queda fuera y qué queda dentro de la casa (derechos) y bajo qué normas / instituciones /autoridades se garantiza el cumplimiento de las actividades autorizadas en la casa. Si se logra un diseño adecuado, los resultados de mediano plazo deben ser rediseños institucionales, que soporten decisiones legítimas de los actores (no se puede esperar resultados de corto plazo de las instituciones). En el largo plazo, se debe esperar el mejoramiento de la eficiencia del sistema político y de la calidad de la democracia. La Asamblea puede tener resultados políticos de corto plazo en la estabilización del país.

¿Cuál es la relación entre instituciones y desarrollo socio-económico? Impedir que la crisis institucional debilite el proceso económico; evitar los desajustes entre modernización económica y modernización política, los que permiten una acumulación de demandas; y, producir un modelo normativo y de rutinas para los comportamientos de los actores, que acompañe y facilite la transición de modelo de desarrollo.

¿Qué símil ayuda a comprender la relación planteada? Puede ser la metáfora del efecto "saco roto" (la personalidad no formada en adolescentes no permite que los derechos que se les puedan otorgar, se sostenga en un esquema adecuado y maduro de responsabilidades). Asimismo, la ausencia de

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una estructura institucional impide que se acumulen los efectos positivos de la estabilización económica y de los logros sociales de largo plazo. Sólo desde un modelo institucional coherente se podrá sustentar un "compromiso nacional contra la pobreza". "Buenas" instituciones permitirán que adecuadas decisiones acerquen a Bolivia a la solución de sus problemas de desarrollo; "malas" instituciones sólo permitirán desperdiciar el "capital social". La energía desplegada por el pueblo boliviano en octubre puede irse por las alcantarillas si no dispone de instituciones bien diseñadas, o bien puede ser canalizada para lograr avances institucionales.

¿Es una falsa disyuntiva pensar a la Asamblea Constituyente como un acto de "refundación" estatal o es solamente un proceso de "reformas" acotadas? Ciertamente existen significaciones encontradas. El ciclo democrático de América Latina reubica a las falsas disyuntivas. Se trata de producir una nueva Constitución. Para reformarla -en todo o en parte- las Constituciones suelen tener a disposición los mecanismos necesarios. La producción de una nueva Constitución -tarea única de la Asamblea Constituyente puede hacerse sin necesidad de "reconstituir" a todos los poderes, por lo cual pueden convivir (si no entran en competencia) el Congreso Nacional (dedicado más bien a tareas de fiscalización) y la Asamblea Constituyente (dedicada a pensar y rediseñar el Estado).

¿Cuáles son los momentos de la Asamblea Constituyente? Información sobre la Asamblea Constituyente; preparación de posiciones de los actores; acuerdos previos de los actores y entre los actores; elecciones de Constituyentes; diseño de la Asamblea Constituyente, en especial de los proyectos de Estatuto; apoyo técnico; y, reglamentaciones complementarias. Al finalizar la Asamblea Constituyente, el Congreso Nacional deberá procesar proyectos de Leyes orgánicas (ejecutivo, legislativo, descentralización/autonomías, elecciones/partidos) que permitan al siguiente gobierno ejercer sus funciones dentro de la nueva Constitución.

¿Qué acciones se puede sugerir? Preparar a la opinión pública para que adecúe sus pretensiones, administre expectativas y valide al proceso! facilitar a los actores para que expliciten sus posiciones institucionales sobre todo el diseño del Estado; interactuar y lograr acuerdos políticos e institucionales; evaluar, diseñar y diagnosticar la viabilidad de las instituciones; y generar técnica y políticamente disyuntivas jurídicas.

¿Existe un sistema adecuado para elegir a los Constituyentes? Como es conocido existen muchos sistemas electorales en el mundo. Se trata de optar por un sistema electoral cuando se hayan aclarado los objetivos que se persigue en cada caso. En Bolivia es importante recuperar un sentido nacional para la representación (hasta ahora sólo el presidente es elegido en común por todo el país), buscar una adecuada representatividad de las mayorías/minorías de diverso tipo (mujeres, indígenas, jóvenes, regiones, sectores, funciones, etc), respetar el principio democrático de un sólo universo desde donde emane la representación (cada ciudadano debe tener igualdad de representación), evitar una mayor polarización en las circunscripciones que se decidan; y, fundamentalmente, respetar a la tradición electoral de un sistema mixto, que ha probado ser adecuado equilibrio entre representatividad y participación (aunque de baja eficiencia en la gestión parlamentaria).

¿Qué se debe evitar en la opción de un sistema electoral? Fundamentalmente la maniobra. Se discute acerca de muchos sistemas y se propone una infinidad de "soluciones" inspirados en cálculos electorales particulares antes que en el interés de toda la nación. Estos debates han antepuesto la carreta a los bueyes. Hay que poner las cosas en su sitio, esto es, discutir los objetivos que se persiguen antes que el sistema electoral y las maniobras.

¿Es posible sugerir un sistema? Mantener el sistema mixto con correcciones para aproximarse al logro de objetivos tales como la representación nacional (los Constituyentes nacionales deben tener conceptos y hábitos de reflexión sobre la nación y el Estado), un

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adecuado nivel de participación (logrado a través de los uninominales), recoger las representaciones emergentes (con Constituyentes de origen departamental). Las organizaciones sociales, por esta sola vez en este nivel, deben tener opción de presentación de candidaturas en cada ámbito subnacional (en el futuro debe diseñarse un sistema de igualdad de oportunidades entre organizaciones oferentes de candidatos), mayoritario/participación (dimensiones y corporaciones). La Asamblea podría estar compuesta por 136 Constituyentes, siendo 68 uninominales, 27 departamentales y 41 nacionales. El número -con referencia a las circunscripciones uninominales- es alto y atenta contra la eficiencia, pero debe ser corregido por las reglas de funcionamiento.

¿Cambia algo la Asamblea Constituyente? Es como el matrimonio. Cuando los novios entran a la Iglesia, su expectativa es que al salir de la capilla, el cielo sea rosado y todos los problemas hayan terminado. No es así. Lo

que cambia no son los problemas sino la actitud con que los nuevos "esposos" afrontan los problemas, luego de haber adoptado un compromiso acerca de las reglas de convivencia.

¿Qué peligros existen con la Asamblea Constituyente? Debilitar aun más a la conformación de la autoridad (alejar a la estabilidad económica y política); incrementar la conflictividad sin implantar un modelo institucional coherente; y, dejar inconclusa la transición institucional, lo que significa desacreditar aun más a la política.

¿Cuáles son las "recomendaciones" para la Asamblea Constituyente? Lograr coherencia institucional; evitar la reproducción del Parlamento; producir una "carta política" en su estricto sentido; invitar por la vía electoral a Constituyentes con criterio de nación y Estado; y concluir el proceso una vez abierto.

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Asamblea Constituyente Democracia Participativa en acción. Antonio Peredo Leigue

El viernes 20 de febrero, el presidente Carlos Mesa promulgó la reforma de la Constitución Política del Estado, que incorpora las figuras del referendum (ya sea vinculante o consultivo, sobre temas de decisión nacional) y de la Asamblea Constituyente, que tendrá la misión de redactar una nueva Constitución.

La gran movilización de octubre pasado se inició en demanda de dos grandes temas: la

reversión de los hidrocarburos como patrimonio del estado boliviano y la convocatoria a la Asamblea Constituyente. La tozudez del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, respondió el reclamo con una sangrienta represión que sólo concluyó cuando éste renunció y fugó del país.

El porqué de la Asamblea Constituyente

La exigencia de que se convocase a esta Asamblea, comenzó a gestarse en las movilizaciones del año 2000, cuando gobernaba Hugo Banzer. De los sectores populares surgió esta reclamación, como respuesta a la aplicación del modelo neoliberal que había agravado la miseria del país, por la entrega de los recursos naturales y del aparato productivo y de servicios a las transnacionales. Los sectores que enarbolaban esta reivindicación reclamaban el cambio total de la Carta Magna, con el objetivo de establecer una nueva estructura del Estado, que garantice la solución de las necesidades del pueblo.

La demanda de que se convoque a una Asamblea Constituyente sensibilizó a tantos sectores que, en julio de 2002 –poco antes de que concluyese la gestión de Jorge Quiroga, quien sucedió a Banzer durante el último año de ese gobierno–, una marcha indígena que recorrió el país desde Santa Cruz hasta La Paz, tuvo como única consigna la Asamblea. Faltando apenas unos días para que concluyese su mandato, los partidos oficialistas firmaron un compromiso con los

marchistas, para incluir la Asamblea Constituyente en la Ley de Necesidad de Reforma de la Constitución. Sin embargo, como tantas veces lo habían hecho, faltaron a su compromiso y aprobaron esa ley sin incluir la figura de la Constituyente.

Tal incumplimiento tuvo el efecto de sensibilizar a sectores de la clase media. Cuando Sánchez de Lozada asumió el gobierno, el tema se había convertido en uno de los dos temas más exigidos por todos. Ya en enero siguiente, Goni –como gusta que lo nombren–, enfrentó una movilización que se centró en los sectores campesinos que no reclamaban por sus intereses particulares sino por los de la nación: reversión de los recursos naturales y convocatoria a la Constituyente.

Las sangrientas jornadas de febrero y de octubre, hicieron imposible que se negase ambas reclamaciones. Goni y sus principales colaboradores huyeron del país y el nuevo presidente anunció, en su discurso de posesión, que cumpliría con el mandato popular.

La Constituyente es un proceso

Incorporada a la CPE, la Asamblea Constituyente puede ser convocada en el futuro inmediato. El texto constitucional dice que será convocada mediante ley aprobada

por el Congreso Nacional y que el presidente no puede vetar.

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La ley de convocatoria establecerá el número de constituyentes, la forma en que serán elegidos y, talvez, el tiempo que durarán en funciones. En el ejercicio de una democracia participativa que así se iniciará, se redactará esa ley como conclusión de un proceso de seminarios, talleres, consultas y encuestas que deben realizarse en todo el país.

Hay muchas propuestas, principalmente sobre la forma de elección. Van desde una designación corporativa, hasta la elección de un número igual de representantes en cada uno de los 9 departamentos, sin importar la población que tengan. Lo más probable, sin embargo, es que se proceda a una elección que garantice una representación adecuada a

los diferentes sectores de la sociedad y a las distintas regiones del país. Con ese propósito, la reforma constitucional ha suprimido el monopolio de los partidos políticos para que, agrupaciones ciudadanas y pueblos originarios, puedan presentar candidatos.

En cuanto al número de asambleístas, unos postulan el mínimo posible, argumentando que, de ese modo, se conformará una asamblea con una adecuada eficiencia. Otros, en cambio, prefieren una representación muy numerosa que garantice la presencia de todos los sectores. Tendrá que darse un término tal que, posibilitando una representación social y regional suficiente, no llegue a ser masiva.

Refundar el país

Convocar una Asamblea Constituyente para ampliar los derechos ciudadanos y perfeccionar el aparato estatal, sería una exageración. Para eso, es suficiente la reforma parcial de la Constitución Política del Estado. La Constituyente tendrá la misión de dar una nueva Carta Magna al país.

La actual Constitución tiene un claro perfil liberal: derechos y deberes de las personas, estructura clásica del Estado, garantía de la propiedad privada, etc. Los procesos vividos en los últimos setenta años agregaron algunas conquistas sociales: derechos sindicales, protección de la parcela campesina y, en años muy recientes, reconocimiento del carácter pluricultural y multilingüe de nuestra sociedad.

La implantación del modelo neoliberal desde 1985, hizo que estas conquistas sociales fuesen transgredidas por los gobiernos que se sucedieron desde entonces. Así, los recursos naturales fueron entregados a empresas transnacionales. Los sindicatos son desconocidos por los empresarios. Las huelgas son automáticamente declaradas ilegales por el Ministerio del Trabajo. La

parcela campesina no tiene ninguna protección. Hasta los derechos esenciales de la persona, como el derecho al trabajo, han quedado suprimidos en los hechos. Pero, como dijimos, no se trata solamente de restituir y consolidar esos derechos.

La nueva Constitución Política del Estado debe incorporar, por primera vez en la historia de Bolivia, las concepciones, los usos y costumbres, la cultura misma de los pueblos originarios que conforman la mayoría de nuestra sociedad. Y, el primer elemento de esas concepciones, es la recuperación de la estructura productiva del país, destruida para dar paso al modelo colonial.

El Estado debe constituirse en promotor de la producción nacional, con un gobierno organizado de forma tal que todos sus mecanismos contribuyan a ese propósito. La legislación deberá elaborarse en una Asamblea Legislativa ágil, representativa de la sociedad y sometida a su control. La justicia tendrá que impartirse por tribunales que sean responsables ante la sociedad.

De esa dimensión es la tarea que se espera de la Asamblea Constituyente.

http://www.espacioautogestionario.com/asamblea_constituyente.htm

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Asamblea Constituyente como democracia gobernante GAMBOA, FRANCO

La participación que promoverá la Constituyente -dice el autor-, en sí misma, no es ninguna garantía, pues se necesitará una visión de largo plazo para el control sobre las instituciones públicas, y, por lo tanto, la profundización de una reforma institucional para mejorar la gestión pública del Estado, prefecturas y municipios, es otra exigencia en función de alcanzar con éxito una honesta reforma de la política.

La realización futura de la Asamblea Constituyente exige una verdadera reforma de la política. En este sentido, los esfuerzos de reconciliación entre diferentes etnias, actores sociales y políticos serán fundamentales para generar acuerdos de larga duración, junto a la posibilidad de producir también ilusiones ambiciosas que rebasen el curso rutinario de las acciones políticas en el terreno de lo real.

¿Qué se busca con la Constituyente: una auténtica refundación estatal o simplemente el reacomodo que las élites políticas necesitan para reconstruir su legitimidad, afectada profundamente por los hechos de violencia entre el 12 y 13 de febrero y, posteriormente, por la semana luctuosa del 10 al 17 de octubre de 2003, que terminó con la caída estrepitosa de Gonzalo Sánchez de Lozada?

Las principales amenazas que deben superarse en el proceso de organización y ejecución misma de la Asamblea Constituyente son, precisamente, todos aquellos arreglos políticos por detrás de las cortinas. Los foros públicos de acercamiento democrático muestran la necesidad imperativa de una transformación profunda de toda práctica y concepción del poder que degeneró en envilecimiento.

Ejes ideológicos

Entre los elementos más destacables de una reforma política, durante la Asamblea Constituyente, están los ejes ideológicos que en Bolivia parecen girar en torno a lo siguiente:

Primero, asegurar las garantías para el ejercicio de nuestros derechos. Este perfil ideológico rescata lo más importante para una consolidación democrática, porque una Asamblea Constituyente que no refuerce las garantías del Estado de derecho caería fácilmente en un escenario de intolerancia.

Segundo, reconocer autonomías étnicas como parte de una sociedad más igualitaria. La posibilidad de responder adecuadamente a una refundación estatal en Bolivia, está estrechamente ligada a la reparación histórica que debemos hacer a los pueblos indígenas originarios que han soportado siglos de exclusión del desarrollo y discriminación racial. Sin embargo, el desafío para la Asamblea Constituyente es evitar que la ideología de las autonomías étnicas genere

posiciones políticas de suma cero, donde el sectarismo etnocéntrico termine por desintegrar los más mínimos esfuerzos de reconciliación.

Tercero, reconocer autonomías regionales y municipales como directriz de una refundación estatal. En conformidad con los diez años de experiencia de la Participación Popular desde 1993, el otorgar mayores ventajas políticas y capacidad de poder desde los ámbitos regionales y municipales, profundizará realmente la democratización de las decisiones en escalas locales accesibles y efectivamente cercanas a las necesidades de los ciudadanos, no solamente para proseguir con la descentralización, sino también para reconstruir un conjunto de capacidades estatales a partir del ejercicio pleno del poder y las responsabilidades desde las regiones.

Sin embargo, lo que importa visualizar es el fin último que vamos a buscar en la Constituyente: ¿está claro hacia dónde se llegará? Entre los posibles escenarios parecen esbozarse los siguientes:

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Logros o resultados inmediatos

Nueva Constitución

Reestructuración estatal

Reestructuración del poder

Derecho a tener derechos junto con el mundo de la experiencia multiétnica

Refundación estatal para la incorporación de identidades étnicas

Fin último buscado como país

1. Garantía de libertades

2. Reordenamiento en la composición de los poderes del Estado

3. Introducción de mecanismos que pongan más y mejores límites al poder y a la voluntad del pueblo

4.

5. de ciudadanía más allá de modelos occidentales

6. Presencia de nuevas identidades políticas con la posibilidad de construir su propio sistema de poder, pero que también sea capaz de aceptar la unidad superior de una nación boliviana

Democracia Gobernante

Una de las posibles finalidades últimas de la Constituyente puede ser el logro de una Democracia Gobernante donde se sancione una nueva Constitución, entendida como garantía y técnica de la libertad. Este sería el eje para la consecución y reproducción de múltiples derechos que aseguren la lucha contra la desigualdad y el cultivo de nuevos patrones políticos de responsabilidad. La Constitución debe profundizar también el equilibrio entre el ejercicio del poder y el control sobre éste para someterlo al derecho.

En síntesis, la Democracia Gobernante es aquella voluntad de la mayoría de los actores políticos y sociales, que se impone en el accionar del Estado como participación y antídoto para combatir la desigualdad.

De cualquier manera, esta proposición ideal de fin último de la Asamblea Constituyente no está libre de dilemas y obstáculos. Resta responder todavía a preguntas políticas concretas: ¿cuál será el papel de la Constituyente dentro del sistema político? ¿Cuál será la eficacia y el papel de una Constituyente para el ejercicio de varias aristas del poder desde lo nacional, regional y municipal, donde además se otorguen garantías responsables que protejan a la democracia gobernante? Finalmente, ¿puede

decirse que el sancionar una nueva Constitución, para reformar la política y refundar Bolivia, contribuye a reforzar -en qué medida- el desempeño deseado de quienes van a ejercer el poder?

¿La Constituyente nos beneficiará, en el mediano y largo plazo, con un Estado más eficiente y un Parlamento más profesional? Se necesita trabajar, paralelamente, para el mejoramiento, disposición y construcción de una estructura institucional acorde con las exigencias de la nueva Constitución.

La participación que promoverá la Constituyente, en sí misma, no es ninguna garantía, pues se necesitará una visión de largo plazo para el control sobre las instituciones públicas, en función de perseguir intereses colectivos y no intereses privados ilegítimos. Por lo tanto, la profundización de una reforma institucional para mejorar la gestión pública del Estado, prefecturas y municipios, es otra exigencia en función de alcanzar con éxito una honesta reforma de la política.

Franco Gamboa es magíster en políticas públicas, representante en Bolivia de enter for lnternational Development.

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¿Por qué la Constituyente? René Bellot Crooker

Publicado: enviado a eforobolivia en agosto de 2002

¿Por qué hablamos de constituyente? La respuesta es que estamos buscando un gran cambio. Inmediatamente surge otra pregunta, ¿Qué tipo o dimensión cualitativa de cambio pretendemos?

Se debe establecer si la nación se encuentra en situación de digna prosperidad en sentido amplio, o en estado de mero desarrollo estrangulado, o en una situación de crisis, la cual puede oscilar desde una crisis interna, hasta una situación de guerra interna o externa, e inclusive con riesgo de desaparecer como estado.

Surgen frases, Bolivia se nos muere, Bolivia para los bolivianos, Bolivia en busca de un cambio positivo, Bolivia hacia el socialismo, pena de muerte como propuesta, etc.

Se suman realidades, globalización de la pobreza y la gran riqueza excluyente de unos pocos, un neoliberalismo intervencionista, capitalización altamente especulativa, crisis económicas severas seguidas de una recesión inédita y tratados internacionales de pseudo libre comercio. Gas boliviano por Chile, el gato cuidará el queso, país que nunca aceptó conversar sobre las causas y consecuencias de una guerra injusta que nos privó de una salida soberana al pacifico, país que minó su frontera territorial con Bolivia, y que hoy se arma como nunca lo estuvo en el pasado, con más de 840 unidades de combate con tecnología de punta, y la compra de 10 aviones f16, submarinos y fragatas misileras (El Nuevo Día 28/07/02 A21/) Un vecino cuyo gobierno hoy se molesta porque su homólogo boliviano alimenta la alternativa de un puerto peruano, como opción para el paso del gas boliviano. Ante esta realidad nacional de malos presagios, la Constitución define un pueblo que no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes, no contempla el

ejercicio de una actividad de gobierno del pueblo por sí mismo. No hay cabida constitucional, a ningún tipo de participación popular como Poder Constituyente Originario, llamado así, cuando se ejerce de forma primigenia o fundacional, un referéndum, plebiscito, iniciativa popular, veto popular, etc. Según la C.P.E. no existe, ni puede haber representación popular directa, y todo ello avalado por el contenido pétreo del artículo 230 de la C.P.E.

Actualmente casi todos los sectores sociales bolivianos plantean limitaciones al ejercicio del poder constituyente derivado, llamese poder legislativo, muy cuestio-nado a la fecha. La clase política pseoduconstucionalista se resiste a entender que sus mandantes (el pueblo) les están revocando dicho poder, y que quiere retomarlo para si y ejercerlo nuevamente sin importar que esto implique refundar el país.

Si se planteara una Asamblea Constituyente en un país, cuyas realidades sociales, económicas, político democráticas, reflejan estabilidad, tradición, seguridad jurí-dica, igualdad, fraternidad, ausencia de corrupción, riqueza, éxito, indudablemente, sería absolutamente innecesaria. Pero en un país cuyas realidades son totalmente opuestas y que se encuentra mundialmente ubicado entre los países con mayores índices de corrupción, pobreza e inestabilidad económica, social, política, jurídica, con falta absoluta de soberanía, sin poder de autodeterminación y ausencia de fuerzas armadas. Por muy rígidos e inamovibles que sean los mecanismos de modificación de los contenidos de la Constitución, por muy artículo candado el 230, están a punto de convertirse en historia, y dar paso a una nueva naturaleza humana boliviana para encarar una búsqueda, en pos de una Bolivia mucho mejor. Esa anhelada y única patria que aún la mayoría añora.

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http://www.eforobolivia.org/leerArticuloEspecifico.php?id=1807

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Asamblea Constituyente: escenario de reencuentro Brockmann Quiroga, Erika

El pasado 16 de diciembre la Cámara de Diputados inauguró el debate y consideración de los mecanismos que viabilicen la Asamblea Constituyente; ocasión en la que tuvimos que lamentar no sólo la ausencia de la prensa sino también ratificar la falta de entusiasmo y desinformación de varios colegas parlamentarios habituados al estereotipado y superficial uso y abuso del tema. Como quiera que llegó la hora de trascender el frívolo discurso cotidiano y las infladas expectativas generadas, me referiré, preliminarmente, a algunas premisas que deberían sustentar la discusión de tan importante y complejo asunto de interés nacional.

Si bien las encuestas ubican a la Constituyente lejos de las prioridades e incluso de la comprensión cabal de la gente, partamos aceptando que la Constituyente es una demanda resultante de la ruptura del Pacto social y político que legitima la institucionalidad del Estado boliviano; de manera tal que, con la previa disculpa de la comunidad de abogados, no corresponde, a estas alturas, sumergirse en las consideraciones conceptuales de orden legal y procedimental sobre la validez de la Asamblea Constituyente.

Por tanto, coincidiendo con el planteamiento presidencial y el de algunos constitucionalistas, queda claro que la mejor opción es destrabar el tema, vía Ley de Reforma a la Constitución aprobada la pasada gestión. No sería justo ni prudente postergar reformas ahí incorporadas tales como los nuevos derechos ciudadanos, el Habeas Data, la iniciativa legislativa ciudadana, la doble nacionalidad y ante todo la apertura del sistema de partidos políticos para acceder a cargos de representación; condición, esta última, imprescindible para posibilitar la participación de organizaciones no

partidarias, y cerrar el paso al entusiasmo corporativo de aquellos dirigentes que reclaman participar de la Constituyente a partir del asambleísmo cívico–sindical cuyos votos resolutivos no siempre expresan virtudes democráticas.

En consecuencia, la tercera premisa irrenunciable es que los constituyentes, a quienes encomendemos la tarea de redactar la Carta Magna, deberán ser elegidos mediante el voto directo y universal de la ciudadanía y, a partir del diseño inteligente de un Sistema Electoral que haga que los asambleístas electos, sean representativos y expresen a sectores históricamente excluidos en nuestra democracia; un modelo de elección que asegure una composición de la Asamblea que equilibre las visiones nacionales unitarias con aquellas emergentes de representantes de circunscripciones territoriales departamentales y/o locales. Pienso en algunos representantes electos nacionalmente.

Finalmente, no es posible encarar semejante desafío subestimando las amenazas derivadas del contexto de crisis y vulnerabilidad económica, ni la incertidumbre producida por la sensación de estar viviendo en un “Estado Provisional”.

Por tanto, el proceso de reforma estatal, mediante una Asamblea Constituyente, deberá garantizar la continuidad del orden institucional y democrático vigente hasta el año 2007, entendiéndose el proceso como el histórico momento de construir el escenario generoso de reencuentro de los bolivianos y de la renovación del pacto social y político que proyecte la Bolivia de los próximos 50 años, legitimando así al Estado que ha demostrado no interpretar ni contener a la diversidad de expresiones de la Nación.

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Constituyente, más allá de la consigna Entrevista. Reinicke

Defensor del Pueblo Chapareño

El voto del Congreso jugará un papel preponderante para la inserción de la Asamblea Constituyente en nuestro ordenamiento jurídico.

La legalidad y la legitimidad son dos condiciones indispensables para la implementación de la Asamblea Constituyente. Tres analistas jurídicos y políticos establecen cómo concebirla, convocarla y echarla a andar.

Sucre / CORREO DEL SUR

Ahora que la Asamblea Constituyente ha dejado de ser la consigna de algunos partidos políticos y la reivindicación de muchos sectores sociales, y ha pasado a convertirse en una de las principales metas del actual gobierno de Carlos Mesa, apenas comienza un largo debate sobre cómo concebirla, convocarla y echarla a andar, dotándola de dos elementos indispensables: legitimidad y legalidad.

Con el objetivo de aterrizar en el concepto de Asamblea Constituyente, Correo del Sur invitó a tres analistas jurídicos y políticos, Gabriel Peláez Gantier, César Tito Meleán y Germán Gutiérrez Gantier, quienes coincidieron en afirmar que, por una correcta lectura de la coyuntura de crisis estructural y sobre la base de las lecciones de febrero y octubre negros, la necesidad de una Constituyente (que no es otra cosa que la reunión de un grupo de personas para reformar o elaborar una Constitución Política del Estado) ya no está en duda.

Ahora, y en criterio de los analistas consultados, los pasos a seguir son básicamente tres: El primero, salvar los obstáculos legales y encontrar la fórmula jurídica que le dé sustento legal a la

Asamblea, sin romper el hilo constitucional ni democrático; el segundo, aprobar una Ley del Congreso convocando a la Asamblea Constituyente, que establezca la forma de elección de los asambleístas y señale los pilares, parámetros y objetivos sobre los cuales deben desarrollar sus funciones; y el tercero, la instalación de la Asamblea Constituyente para la consiguiente elaboración del nuevo texto constitucional que, en el mejor de los casos, debería entrar en vigencia desde el momento mismo de su aprobación.

Todo este proceso, si goza de la mayor celeridad posible y no tropieza con obstáculos ni sobresaltos, podría demorar mínimamente un año, si no más.

Algo, sin embargo, debe quedar claro. La Asamblea Constituyente no debe interpretarse como una solución a la crisis estructural por la que atraviesa el país, sino solamente como un medio para reparar una parte de esa crisis: la que toca al funcionamiento orgánico e institucional del Estado.

A decir de Germán Gutiérrez, la Asamblea Constituyente se sustenta “en un escenario no tanto jurídico como político y social”, y se justifica, según Gabriel Peláez, por la obsolescencia de las estructuras del Estado y la total pérdida de credibilidad del Congreso para reformarlo.

Por esas razones, sería un grave error pretender que las reformas sean aisladas y no estructurales, o pensar en cambios aislados de artículos para llenar con parches unos cuantos vacíos y satisfacer otras tantas reivindicaciones.

“La Asamblea Constituyente debe dar respuestas íntegras para no desperdiciar la que parece ser la última de las oportunidades antes del abismo”, señala Tito Meleán.

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Preguntas sin respuestas

Quedan abiertos, sin embargo, muchos interrogantes que deberán encontrar respuestas durante este proceso, para evitar que la Asamblea Constituyente se convierta en un factor de desfragmentación y no, como se supone que debería ser, en un elemento de cohesión nacional.

El más complejo de ellos, quizás, sea el procedimiento de elección y distribución territorial de los representantes a la Asamblea Constituyente.

¿Se los elegirá por votación directa? Actualmente, hay una corriente para que la Asamblea tenga un representante por cada circunscripción uninominal (en Bolivia hay 68). En ese caso, se produce la amenaza de un conflicto de carácter regional, porque solo los departamentos del eje -La Paz, Cochabamba y Santa Cruz- tendrían 32 asambleístas, que equivalen a más de la mitad del total.

¿Cómo se logrará conciliar visiones y confluir las actuales demandas, tan distintas una de la otra, de autodeterminación, soberanía de los pueblos originarios, descentralización,

desconcentración, federalización o autonomía?

¿La Asamblea Constituyente empezará a deliberar sobre alguna propuesta de reforma? Y si no es así, ¿no se corre el riesgo de un apresuramiento, por la presión social, de elaborar una nueva Constitución que no responda a las necesidades de la realidad nacional e internacional actuales?

¿El nuevo texto constitucional, nacido de la Asamblea, necesitará un referéndum que lo apruebe? ¿Las reformas entrarán en vigencia desde el momento en que sean aprobadas? Si es así, ¿el Gobierno y los poderes del Estado, con sus actores actuales, tendrán que rehacerse a la medida de la nueva Constitución? ¿O, más bien, se deberá aguardar hasta el año 2007, que es cuando concluye el actual período constitucional?

Y quedan, todavía, muchas dudas más sobre una Asamblea Constituyente de la cual dependerá, en gran medida, la suerte que corra Bolivia en el inmediato y mediano plazo.

http://www.laprensa.com.bo/domingo/20031102/domingo2.htm

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Procedimientos legales para convocar a la Asamblea Constitucional.

* Para Peláez y sus colegas la Ley Interpretativa permite encarar la necesidad de cumplir la norma actual, las cual impide que el Parlamento introduzca cambios a la Constitución no considerados en la Ley de Necesidad de Reforma aprobada el año pasado. Se trata de una respuesta a Roger Cortés y Ricardo Paz, que propusieron introducir directamente la Asamblea Constitucional en la Constitución, aunque esto no haya sido incluido en la Ley de Necesidad de Reforma. Para ellos sería suficiente la jurisprudencia creada por la anterior reforma constitucional (1995), que aprobó cambios que no estaban propuestos con anterioridad, a pesar de lo que establece la ley. Pero Peláez y sus colegas señalan que ahora, a diferencia de 1995, hay un Tribunal Constitucional que podría anular todo el proceso. Para San Martín y NFR, la Ley Interpretativa permitiría saltarse la aprobación de la reforma constitucional e ir directamente a la convocatoria de la Asamblea Constitucional. Pero no está claro cómo una ley interpretativa podría hacer esto.

** Roger Cortés ha hecho dos propuestas de procedimiento. Roger Cortés (a) propuso, antes de octubre, que la Ley de Convocatoria de la Asamblea sea realizada por el

Parlamento en cumplimiento de una de las modificaciones constitucionales que introduciría la aprobación de la Ley de Necesidad de Reforma, es decir, la Iniciativa Ciudadana Legislativa, que permite que una propuesta de ley con las suficientes firmas de respaldo sea considerada en un referéndum.

Roger Cortés (b), después de octubre, cree posible obviar la recolección de firmas, pero no el referéndum, el cual debería resolver si se elabora o no una ley de convocatoria de la Asamblea Constituyente. Este trámite le daría respaldo popular a la Asamblea y educaría al pueblo sobre sus implicaciones.

*** Según todos los analistas mencionados, los asambleístas deben elegirse por voto. 136 constitucionales (dos por cada una de las 68 circunscripciones). Podrán participar los ciudadanos sin partido, si logran reunir un porcentaje de firmas de su circunscripción. También es posible prohibir la publicidad masiva y cambiar los límites de las circunscripciones para asegurar la presencia de los pobres y las minorías.

En cambio, según Alvaro García Linera, el 50% y, según la Cumbre Social, el 100% de los asambleístas debe ser elegido por las organizaciones corporativas, mediante el cumplimiento de tres pasos:

Saneamiento de las organizaciones, de modo que no haya varias reclamando la misma representación.

Elección interna directa, supervisada por la Corte Nacional Electoral, según los estatutos de cada organización.

Definición del número de representantes por organización mediante un acuerdo de las grandes corporaciones: CSUTCB, COB, CONALJUVE, CSTCB, CICOB-CEPES.

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La Asamblea Constituyente viabilizará Bolivia: Los “analistas sistémicos” comenzaron a distraer y marear

Edgar Ramos Andrade(*)

Pese a los intentos de la clase política sistémica de frenarla o torcerla, la Asamblea Constituyente (AC) debe viabilizar finalmente Bolivia, porque será el instrumento para transformar de veras el país, a partir de la horizontalidad de decisiones sociales y no de la verticalidad decisoria de cúpulas que no quieren perder privilegios ganados injustamente, durante decenas de decenios.

¿Cuáles son esos intentos de frenarla o torcerla? Por ahora existen dos:

a) Quienes debaten abiertamente este tema en los “medios de des-comunicación” (1) son

los “analistas de siempre” y de conocidos apellidos como Cortés (Roger), Paz (Ricardo) u otros que dicen tener “buenas ideas” aunque ellos saben que están ligados al decadente poder (económico y político).

b) Esos mismos analistas nos tienen enredados en cuestiones procedimentales de la AC cuando el problema es qué tipo de país queremos y el contenido del debate de la AC.

Por ello, es necesario comenzar a debatir desde la misma sociedad; desde abajo, desde el barrio, la comunidad, para no dejarse marear. Entonces, hay mucho por hacer.

¿QUÉ ES LA ASAMBLEA CONSTUYENTE?

Es la reunión de un grupo de personas (asambleístas) elegidas específicamente para analizar y resolver la forma de organización (o reorganización) de un Estado, entendiendo a éste como la sumatoria entre un territorio donde vive un grupo de ciudadanos, los que están sujetos al mando de poderes constituidos, legales y legítimos.

Esta reunión es transitoria, se reunirá solo para cumplir su objetivo: Aprobar una nueva Constitución del Estado boliviano y durante el tiempo que los mismos asambleístas lo dispongan. Además, su poder estará por

encima de los actuales poderes constituidos (gobierno, Parlamento, jueces y otros) porque su función será precisamente crear y aprobar nuevas reglas para todos los ciudadanos bolivianos.

Los motivos para que la reunión de la AC en Bolivia sea inminente son varios pero los principales son la gradual pérdida de legitimidad de los poderes constituidos, ejercidos por personas descalificadas, en la mayoría de los casos, sumados a decenas de exclusión social.

LO URGENTE: LA CUESTION PROCEDIMENTAL

Para el funcionamiento de la AC, hay cuatro aspectos a ser tomados en cuenta: Primero, los enredos de la convocatoria pueden (tienen que) resolverse con voluntad política (tiene que haberla) y, en última instancia,

sujetándonos al artículo 35 de la actual Constitución que no niega derechos sociales que no están escritos en la actual Carta Magna. La gente, vía pedido formal, marcha (como la indígena de marzo de 2002) o

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revuelta (octubre de 2003) se ganó ese derecho.

Segundo, La convocatoria podría ser mixta, es decir a cargo de movimientos sociales y, sumados a ello, los partidos políticos. Es suicida que los partidos hayan conformado monopólicas comisiones parlamentarias o gubernativas, sabiendo que perdieron legitimidad, por lo que las decisiones de dicha comisión serán cuasi nulas como las de aquel “Consejo Ciudadano” presidido y manejado por militantes de partidos excluyentes.

Tercero, la representación para los asambleístas constituyentes debiera ser por circunscripción uninominal y cada uno de ellos debiera ser elegidos por voto directo de los ciudadanos. Cuarto, mientras sesione y asuma decisiones la AC, los poderes constituidos deben mantenerse en status quo, es decir, están en funciones pero sabiendo que una vez que se dicte la nueva Constitución, cesarán automáticamente en sus cargos. Cualquier futura elección debiera sujetarse a las decisiones de la AC.

LO IMPORTANTE: EL CONTENIDO

Todavía no hemos comenzado a debatir qué tipo de país queremos y qué cosas debe discutir la AC. Los hechos socio-políticos (violentos o no) han tomado la delantera; los debates se quedaron rezagados y es necesario retomar la reflexión.

A continuación, algunos temas que, creemos, debieran ser debatidos desde ahora:

1. Régimen Económico. Está de buen tamaño eso de que una cosa dice la Constitución y otra es la que se hace. Por ello, la cuestión económica (obviamente no el actual sistema) debe ser parte fundamental de los debates y debe quedar escrita, con cada punto sobre cada inciso.

2. Recursos Naturales. Está comprobado que la principal lucha social en el Estado boliviano es por el domino de los recursos naturales. Por ello, la propiedad, explotación y resguardo del agua, petróleo, tierra, gas, reservas forestales, minerales y otros deben ser parte de la explícita protección estatal y estar claramente escrita en la nueva Constitución.

3. Educación. Hasta ahora, el poder político-económico hizo lo que quiso -y nadie hizo lo suficiente- porque simplemente nos tomó

por ignorantes, a nivel macro (país) y a nivel micro (Departamentos, Municipios); urge entonces no una reforma sino una revolución, una transformación de la educación, con métodos y contenidos coherentes a la nueva realidad nacional.

4. Derechos y Obligaciones. Los ciudadanos parecen discapacitados socio-políticos. La mayoría de ellos fueron (son) excluidos y discriminados, por decenas de años. Es urgente dotarles de capacidad político-ciudadana con derechos como el acceso a la información, que no está contemplado por ahora.

5. Poderes. Hay que frenar ese extralimitado e incontrolable poder con que cuentan los poderes constituidos (gobierno, parlamento, justicia), mediante los cuales nos engañaron por años y, al contrario, darle más decisiones, formas de control y coacción a instituciones como el Defensor del Pueblo, a la hora de defender al ciudadano.

Hay otros temas que se pueden argumentar para justificar el delicado contenido de las discusiones de la AC. Lo importante es comenzar el debate y no dejarnos engatusar por presuntos expertos, cuyo mensaje es amplificado por la “gran prensa” controlada por el poder.

(1) Medios de Des-comunicación, aquellas redes de radio, televisión y de periódicos que están al servicio de los sistemas de poder político-económico y que utilizan la distracción y falta a la verdad como mensaje principal.

(*) Edgar Ramos Andrade. Comunicador UNLP. Investigador y activista social. Analista de medios.

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La Constituyente puede cambiar todo, pero no resolverá la crisis

Si los asambleístas elegidos por voto directo lo deciden, pueden cambiar hasta el nombre del país. En el imaginario de la gente, la Asamblea simboliza la resolución de todos sus problemas, sin embargo, no será así. Saldrá una nueva Constitución.

La Asamblea Constituyente puede cambiarlo todo, incluso el nombre de Bolivia, como sucedió en Venezuela; sin embargo, no resolverá la crisis.

Los resultados de una Asamblea Constituyente tienen dos niveles: Uno tiene que ver con la simple reforma constitucional y el otro con la generación de un nuevo pacto social entre los ciudadanos de un país.

El coordinador para la Constituyente, Ricardo Paz, propone que la Asamblea que se desarrollará en Bolivia debe provocar una profunda reforma constitucional y, a la vez, debe renovar el pacto social entre los bolivianos.

El diputado Hugo San Martín, ex presidente de la Comisión de Constitución de Diputados, quien hizo un trabajo de comparación entre las constituyentes más recientes de la región, estableció que en la mayoría de los casos —Venezuela, Perú y Ecuador—, el proceso se quedó en una reforma constitucional. Sólo en Colombia y en Guatemala, dice, se avanzó más allá.

En el caso de Colombia, la nueva Constitución se convirtió en un tratado de paz entre los diferentes grupos de la sociedad, incluidos los grupos insurgentes.

Sea como fuere en Bolivia, es decir, así sea una simple reforma constitucional o la renovación del pacto social, el caso es que la

Asamblea Constituyente no resolverá la crisis económica.

Un documento elaborado por Ricardo Paz establece que "para el imaginario social, la Asamblea Constituyente viene a simbolizar un mecanismo que automáticamente resolverá todos los problemas. Su valor real, como peso político, resulta de su fuerza como consigna y no del contenido conceptual que tiene".

La idea de convocar a una Asamblea Constituyente tomó fuerza en la etapa preelectoral del año 2002, agarró más impulso tras los hechos sangrientos de febrero del 2003 y se consolidó como una necesidad luego de los sucesos de octubre, tras la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada, el presidente que nunca creyó en la Asamblea Constituyente.

El debate actual sobre la Constituyente está centrado en la forma de legalizarla. El Gobierno propone su inclusión en reforma constitucional hasta finales de febrero. En esa reforma, según Ricardo Paz, es preciso que los partidos, además de introducir la Constituyente, incluyan el referendo, la desmonopolización de la representación política y la ampliación del concepto de ciudadanía. Esos tres aspectos son fundamentales para empezar la preparación del referendo y de la Asamblea Constituyente.

La desmonopolización se refiere a la apertura a organizaciones civiles o personas para que puedan participar en elecciones municipales, generales o para la elección de los asambleístas.

La ampliación del concepto de ciudadanía tiene que ver con el derecho a elegir, a ser elegido, pero además, de participar en la gestión de los asuntos públicos.

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El ABC de la Asamblea Constituyente

1 ¿Qué es una Asamblea Constituyente? Es un poder originario, es decir, da nacimiento a una República. Desde un punto de vista ortodoxo se produce sólo una vez, como la sucedida el 6 de agosto de 1825. Desde un punto de vista más flexible, es un mecanismo que permite renovar el pacto social y hacer una reforma profunda, estructural y radical de la Constitución. Sucede en momentos de crisis y se posiciona en el imaginario colectivo como una refundación.

2 ¿Cómo y cuánto tiempo delibera? La Asamblea Constituyente delibera como un Congreso y su tiempo de duración podría ser de un año o, incluso, menos; el tiempo que tome redactar la nueva Constitución. Entre tanto, los poderes derivados —Ejecutivo, Legislativo y Judicial— continúan funcionando. Si la Asamblea asume la legislación, esa función queda suspensa para el Congreso. El poder de la Constituyente se ejerce después.

3 ¿Cuáles son los pasos previos a su realización? En primer lugar, la Asamblea Constituyente debe ser incorporada en la economía jurídica del país. El Gobierno propone que se apruebe la reforma constitucional hasta finales de febrero, para que luego se apruebe una Ley de la Asamblea Constituyente y se modifiquen otras como la Ley de Partidos, la Ley de Municipalidades o el Código Electoral. Evo Morales sugiere obviar la reforma constitucional y hacer una ley interpretativa.

4 ¿Cuáles son los temas que abordará? Todos los temas de la Constitución pueden ser abordados y cambiados en la Asamblea. Ricardo Paz prevé que los grandes temas de la Constituyente serán las autonomías, el federalismo, el carácter del Estado, la reforma política, la duración de la Presidencia, la segunda vuelta, los uninominales, la tierra, la propiedad de los recursos naturales y los regímenes. En base a esos temas, los candidatos a asambleístas harán sus campañas.

5 ¿Quiénes la integran? El Gobierno diseñó cuatro alternativas. La primera habla de 136 asambleístas elegidos por voto directo, dos por cada circunscripción. La Corte Electoral tendría que organizar el proceso electoral. La segunda se refiere a la representación corporativa, la tercera a las etnias y culturas y la cuarta apunta a una combinación. Hugo San Martín habla de 68 elegidos directamente y unos siete representantes corporativos.

6 ¿Qué pasará después de la Asamblea? Una vez concluidas las deliberaciones, se deberá convocar a un referendo para que el pueblo, de manera soberana, apruebe o rechace el proyecto de Constitución elaborado en la Asamblea Constituyente. Si es que salieran dos proyectos, la gente tendrá que votar por uno o por otro. Luego, entrarán en vigencia los cambios y, para el efecto, ameritará la modificación de una infinidad de leyes de la República.

http://ea.gmcsa.net/2004/01-Enero/20040112/politica/Enero/pol040111a.html

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1.5 Constituyente Soberana (para la refundación del país)

Los ocho pasos para tener una nueva Constitución.

1.- Inclusión de la Asamblea Constituyente en la Constitución

El 20 de febrero de 2004, la nueva Constitución Política del Estado fue promulgada un día después de que el -Congreso la aprobara. Fueron reformulados 15 artículos. Se incluyó figura de la Asamblea Constituyente como uno de los tres

mecanismos con los que contaría la ciudadanía con los que contaría la ciudadanía para poder participar en las decisiones del país. Los otros dos son la iniciativa legislativa ciudadana y el referéndum.

2.- Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas

El 7 de ,julio de este año fue promulgada la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas, luego de haber sido aprobada por los parlamentarios con la condición de revisarla después. Esa ley abre la puerta del- poder a los candidatos de las agrupaciones

ciudadanas y pueblos indígenas, con registro en la Corte Nacional Electoral para que se postulen a concejales, diputados, senadores, vicepresidente y presidente del país. Así acaba la exclusividad de los partidos políticos para conducir el timón de Bolivia.

3.- El referéndum

El 18 de julio de 2004 se realizó e forma exitosa la consulta ciudadana que permitió tomarle el pulso al país, a fin de tener una idea e cómo actuará antes y durante la forma

constitucional. Los bolivianos aprobaron las cinco preguntas del Ejecutivo en un domingo de absoluta normalidad.

4.- Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente

Está establecido en el artículo 232 de la Constitución Política del Estado que la convocatoria a la Asamblea "Constituyente se haga con una ley especial que le corresponde aprobar al Congreso. En ésta se responderán a preguntas como: ¿Qué fórmula se utilizará

para elegir a los constituyentes?, ¿cuántos constituyentes habrá?, ¿cuántos días sesionará la Asamblea Constituyente?.Tanto la consulta como la elaboración de esa ley han sido fijadas para este segundo semestre de 2004.

5.- Elecciones municipales

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Aunque los comicios del 5 de diciembre no son un requisito previo para la Constituyente, por primera vez participarán candidatos de

agrupaciones ciudadanas e indígenas que darán lugar a otro tipo de escenario político en el país.

6.- Instalación de la Asamblea Constituyente

Está pensada para el primer semestre del próximo año y no necesariamente tendría que efectuarse en La Paz, puesto que también se ha venido mencionando a Sucre como posible sede, entre otras ciudades. Ese

día, los asambleístas,` cuyo número será determinado en la Ley Especial de Convocatoria a la Constituyente, empezarán a discutir las reformas a la Constitución boliviana.

7.- Funcionamiento de la Asamblea Constituyente

Los constituyentes podrían deliberar sobre los cambios en la Constitución durante el segundo semestre de 2005 y el primer semestre de 2006, de acuerdo al cronograma tentativo que existe. A pesar de que al respecto se habla de diferente número de

sesiones, lo cierto es que todo dependerá de lo especificado en la Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente y de cuan rápido los representantes del pueblo puedan ponerse de acuerdo en la reforma de la nueva Carta Magna.

8.- Aprobación de la Nueva Constitución

De acuerdo a lo programado, se terminarla la redacción de la nueva Constitución y se la aprobaría en el transcurso del segundo semestre del año 2006. Nuevamente, estamos frente a fechas que dependerán de

la Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente y de cuán rápido puedan los constituyentes ponerse de acuerdo.

Fuentes: Cronograma tentativo de la Constituyente levantado por el Gobierno y Apostamos por Bolivia.

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Preguntas y respuestas sobre Constituyente: Para una constituyente soberana

Abraham Delgado Mansilla

"Un pueblo tiene siempre el derecho a revisar, reformar y cambiar su Constitución.

Una generación no puede someter a sus leyes a las generaciones futuras"(Const. Francesa).

Bajo estas frases, en este trabajo le presentamos preguntas y respuesta sobre la Asamblea Constituyente, sin antes tocar algunos conceptos primordiales para su mejor comprensión y así hacer prevalecer

una Asamblea de verdad sin partidos políticos neoliberales, ni con los organismos internacionales como OEA, ONU y otros que están al servicio de los gringos chupasangres y asesinos. Estos no pueden intrometerse en nuestro país para salvar a sus lacayos sirvientes. Además, sin las maniobras políticas de los oportunistas de siempre, el pueblo si tiene que realizar la Asamblea Constituyente, tiene que hacerlo solo el pueblo y todo bajo su mando y nada fuera de ella.

CONSTITUCION

1.- ¿Qué significa constitución? (M.A.B.)*

Constitución significa status, orden, conformación, estructura de un ente o de un organismo en general.

2.- ¿Qué es una Constitución? *

Una Constitución es, ante todo, la ley fundamental, la ley suprema de un país. En ella se establecen las normas que sirven de base para el gobierno del Estado, que regulan las relaciones entre gobernantes y gobernados, así como la de los gobernados entre sí.

O sea que, la Constitución es el mecanismo de control del poder y el mecanismo de organización de las competencias y atribuciones de los órganos del Estado. La Constitución es, al mismo tiempo, el derecho constitucional de la libertad y del poder.

3.- ¿Cómo se originó el término técnico Constitución?

El término Constitución, como conjunto de principios fundamentales de una sociedad, encuentra sus orígenes en el documento de Virginia, de junio de 1776, cuando a pocos días de la Declaración de Independencia de las Colonias Inglesas de América, los habitantes de dicha Colonia eligieron una Asamblea que preparó y aprobó una Constitución.

4.- ¿Cómo se clasifican las Constituciones?*

Las Constituciones se pueden clasificar de diversas formas. La clasificación más extendida es según el método que se emplea para enmendarlas o reformarlas. Se habla entonces de Constituciones rígidas y Constituciones flexibles.

5.- ¿A qué se llama Constituciones rígidas y flexibles?*

Se llama Constitución rígida a aquella cuya enmienda o reforma requiere o exige un procedimiento especial (es el caso de nuestro país), y Constitución flexible a la que no

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requiere un procedimiento especial para ser reformada. Pero, para muchos autores "acaso sea más prudente utilizar los términos flexible y rígido para distinguir las Constituciones no según si para su enmienda requieren un procedimiento especial que exigen las leyes ordinarias, sino según sean en la práctica y bajo el peso de las circunstancias, fácil y frecuentemente modificadas o no

6.- ¿Cuántas partes tiene una Constitución?*

Toda Constitución consta por lo general de un preámbulo (cuyo valor normativo varía de uno a otro Estado), la parte dogmática (que contiene los principios fundamentales), una parte orgánica (que establece el ordenamiento jurídico social) y la cláusula de reforma (que establece como se puede y debe reformar).

CONSTITUYENTE

7.- ¿Qué una Constituyente?

Constituyente es, la conformación de un hecho trascendental en un determinado pueblo para constituir un nuevo estado bajo las normas que de ella surgirán para regir la vida de este país.

8.- ¿Dónde y cuándo se origina el termino constituyente?

El término Constituyente tiene su origen del francés "constituant" y fue utilizado por primera vez durante la Revolución francesa de 1789. Se le atribuye al abate Emmanuel Sieyès la popularización del término en su obra "¿Qué es el Tercer Estado?, publicada en 1788.

9.- ¿Quién hace una Constituyente? *

La Constituyente la hace solo el pueblo, quien como Poder Constituyente Originario es el verdadero titular de la soberanía nacional y el único que posee la facultad soberana de crear o hacer una nueva Constitución, así como también reformar una Constitución existente.

"El poder constituyente- dice Durán Abarca- como expresión de la soberanía nacional está investido para: derogar o emitir cualquier ley; para disolver u organizar cualquier órgano u órganos del Estado, o sea del poder político; para tomar medidas transitorias o definitivas para la mejor organización política,

económica, social, laboral de toda la sociedad; puede disponer la elección de todo el gobierno, entendiendo por gobierno no solo la función o rama del Ejecutivo sino también el legislativo y el judicial, precisando fechas y modalidades. Solo así podríamos estar ante una Constituyente en sentido y composición realmente democrática, soberana, nacional, no discriminatoria como hasta ahora".

10.- ¿A qué se llama Poder Constituyente?*

Se trata del poder absoluto y total ejercido por todo el pueblo, en el momento de crear, reformar o estructurar el Estado como convenga a sus intereses, discutiendo, procurándose o reformando una Constitución. En palabras de Sièyes: "El poder constituyente todo lo puede&No se encuentra de antemano sometido a ninguna Constitución&Por ello, para ejercer su función, ha de verse libre de toda forma y de todo control, salvo los que a él mismo le pudieran adoptar".

11.- ¿Qué significa el Poder Constituyente como poder absoluto y total? *

El Poder Constituyente como poder absoluto y total, es decir, como poder soberano, significa que el pueblo, como titular de la soberanía nacional, tiene y ejerce sus facultades para darse su propio ordenamiento jurídico y político fundamental a través de una Constitución política.

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El Poder Constituyente se justifica por sí mismo por ser el orígen del acto que realiza un pueblo para organizarse. La Constitución es el producto del Poder Constituyente. Sánchez Viamonte establece que la separación entre el Poder Constituyente y los poderes constituídos es la mayor creación jurídica de los tiempos primigenios.

12.- ¿Cómo surge el Poder Constituyente?

El Poder Constituyente surge del principio democrático de soberanía popular y de la idea de limitación del poder gobernante, como poder constituído en el marco de la democracia representativa.

En palabras de Sieyes: "Es imposible crear un cuerpo para un fin, sin darle una organización, unas formas y unas leyes propias para el cumplimiento de las funciones a las que ha sido destinado. Es lo que se denomina la constitución de dicho cuerpo. Es evidente que no puede vivir sin ella. Es también evidente que todo gobierno debe tener su constitución; y lo que es válido para el gobierno en general, lo es también para las partes que lo componen. Así el cuerpo de los representantes, al que es confiado el poder legislativo o el ejercicio de la voluntad común, solo existe bajo la forma que la nación ha querido darle; éste no es nada sin sus formas constitutivas, sólo actúa, dirige, gobierna a través de ellas."

13.- ¿Cómo se interpreta lo anterior en nuestros días?

En nuestros días es necesario, desde un punto de vista de participación directa, hacer valer la suprema autoridad del pueblo frente a la autoridad del gobernante. Para ello no existe ninguna otra alternativa que la de que el propio pueblo-único sujeto del poder constituyente- sea quien establezca una Constitución que obligue por igual a gobernantes y gobernados.

14.- ¿Por qué le corresponde al pueblo la titularidad del Poder Constituyente? *

Porque el pueblo, es soberano eso dice la Constitución Política del Estado en su art. 2º, pero más adelante tiene vicios malintencionados. Desde este punto de vista, el pueblo tiene gran mérito de establecer este derecho soberano.

El pensador político Juan Jacobo Rousseau, autor del Contrato Social, en sus obras defendió los postulados de la soberanía popular o sea el poder del pueblo para decidir de su propio destino.

Rousseau escribió: "Por la misma razón que la soberanía es inalienable, es indivisible, pues la voluntad es general o no lo es; es la del cuerpo del pueblo o solamente la de una parte. En el primer caso, esa voluntad declarada es un acto de soberanía y hace ley. En el segundo, no es más que una voluntad particular, o un acto de magistratura; es a lo sumo un decreto"

Durante la Revolución Francesa de 1789 la soberanía popular se transformó en la soberanía nacional, retomando la tesis sostenida por Sièyes que considera la Nación y/o el pueblo como conjunto de individuos, el titular de la soberanía.

15.- ¿Entonces, el pueblo es dueño del Poder Constituyente?.

La soberanía tiene como características fundamentales ser absoluta, indivisible, permanente, excluyente, inalienable, e imprescriptible. En la Constitución Política del Estado como declaración de principios se establece que "toda soberanía reside esencialmente en el pueblo. Y lo que diga mas adelante es simplemente una contradicción a sí misma. De acuerdo a las corrientes modernas del constitucio-nalismo se puede afirmar que la soberanía del pueblo es el titular y dueño del poder constituyente y viceversa, dado que el poder constituyente pertenece a la comunidad nacional íntegra o sea al pueblo.

También estableció Rousseau: "Afirmó, pues que como la soberanía no es otra cosa que el ejercicio de la voluntad general, no puede ser enajenada, y que el soberano, que no es más

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que un ser colectivo, no puede estar representado más por él mismo: el poder puede muy bien transmitirse, pero no la voluntad".

16.- ¿Puede algún otro poder estar por encima del Poder Constituyente?

Ningún otro poder puede estar por encima del poder constituyente porque el poder constituyente está al origen de todos los poderes en su carácter de expresión máxima de la soberanía popular o nacional. Tampoco puede ningún órgano del Estado, aún cuando sea el resultado de una elección mediante voto popular, estar por encima o substituirse parcial o totalmente al poder constituyente.

El constitucionalista peruano Washington Durán Abarca señala en su obra "Plebiscito de Nuevo Tipo y Constituyente" que "El poder constituyente se configura en cuanto ese acto está premunido de las máximas potestades, fuerza, coacción; es decir, al más alto nivel o rango que el establecido en la Constitución para el poder constituído u ordinario o derivado del poder constituyente, pues la sola presencia de los constituyentes como representantes de su titular (todo el pueblo) nada significaría si no se manifestara en decisiones propias e imperativas.

17.- ¿Existe entonces un Poder Constituyente Originario? *

Sí existe un Poder Constituyente Originario, el cual radica en el pueblo como titular que es de la soberanía nacional. En carácter de tal entonces, es el detentador del poder soberano del cual deberán emanar todos los demás poderes.

El Poder Constituyente Originario es permanente aunque de ejercicio discontinuo pero, su carácter extraordinario radica en que procede a actuar cuando se producen situaciones muy especiales en la vida de los pueblos.

El Poder Constituyente Originario, además de unitario e indivisible, es la expresión de la máxima voluntad política y, como tal, escapa a cualquier delimitación que pretenda imponerle el orden jurídico anterior.

Sanchez Viamonte indica que: "El concepto de poder constituyente nace de la idea del pueblo; es un poder que comprende al pueblo y solo cobra sentido como expresión de voluntad popular. Fue creado para el pueblo, como el concepto de soberanía había sido creado para el Rey".

Por su parte, Carl Schmitt nos subraya que: " En el poder consituyente descansan todas las facultades y competencias constituidas y acomodadas a la Constitución. Pero el mismo no puede constituirse nunca con arreglo a la Constitución. El pueblo, la nación sigue siendo el basamento de todo el acontecer político, la fuente de toda la fuerza, que se manifiesta en formas siempre nuevas, que siempre saca de sí nuevas formas y organizaciones no subordinando nunca, sin embargo, su existencia política a una formulación definitiva."

18.- ¿Puede el Poder Legislativo sustituir al Poder Constituyente Originario?

Ni la Asamblea ni ningún otro Órgano del Estado puede sustituirse en todo o en parte al Poder Constituyente Originario que es el pueblo soberano.

Para Burdeau: "Desde el punto de vista del Estado, el poder constituyente originario es un poder primario, incondicionado y completamente dueño de las formas sobre las que actúa"

En su obra "Introducción al Estudio de Derecho" el filósofo Luis Recasens Siches expresa que:

"El Poder Constituyente es por esencia unitario e indivisible y los poderes constituídos derivan su título de la unidad del poder soberano. Es superior y previo a toda norma establecida; como no procede de ninguna ley positiva no puede ser regulado en sus trámites y en su ejercicio por normas constitucionales anteriores.

La actuación del poder constituyente implica una formación originaria del Estado y, por

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ende, no puede estar regulada por ningún orden jurídico preexistente. Como quiera que el poder constituyente es la condición para que después pueda haber derecho constitucional, no se encuentra condicionado por ninguna norma positiva. El acto

constituyente aparece como el acto primordial y originario de soberanía, superior y anterior a los actos de soberanía ordinaria, cuya futura regulación él mismo habrá de establecer".

ASAMBLEA CONSTITUYENTE

19.- ¿Qué es una Asamblea Constituyente?

Una Asamblea Constituyente, es el procedimiento democrático que establece la expresión soberana del pueblo elegido con la finalidad de proceder a la deliberación, elaboración y aprobación de una Constitución totalmente nueva o de las reformas a la Constitución existente.

La dinámica que suscita la convocatoria de una Asamblea Constituyente permite afianzar el "sentimiento constitucional" que hará que la Constitución sea realmente sentida por el pueblo y respetada como "símbolo político que tiene sentido por su función integradora ".

Para Carlos Bolívar Pedreschi, la Asamblea Constituyente es "el conjunto de personas físicas en quienes se ha ubicado la responsabilidad de redactar y expedir una Constitución, previas las deliberaciones que fueran pertinentes".

20.- ¿Por qué se llama Asamblea Constituyente?

Adquiere el denominativo de la Asamblea Constituyente, porque es el conjunto de varias personas reunidas en una Asamblea de las diferentes organizaciones sociales de un Estado con poder de decisión.

21.- ¿Quién elige a las personas encargadas de trabajar en una Asamblea Constituyente? *

El pueblo, que es quién realmente convoca, es el único que puede y debe elegir libre y directamente a las personas encargadas de trabajar en una Constituyente. Nadie puede

ni debe sustituirse a él en esa tarea, para la cual debe gozar de plena libertad de postulación y elección a través de mecanismos verdaderamente participativos, representativos y democráticos, sin imposiciones.

22.- ¿Quiénes formarán parte de la Asamblea Constituyente?*

Formarán parte de la Asamblea Constituyente quienes resulten elegidos de manera libre, democrática y representativa, de todas las organizaciones sociales del país sean estos: gremiales, cívicos, comunales, religiosos, culturales, económicos, profesionales, empresariales, obreros, campesinos, indígenas, sindicales, estudiantiles, étnicos, ecológicos y todo sector que represente intereses nacionales e institucionales; con el propósito de elaborar una nueva Constitución.

23.- ¿Qué preparación se le debe exigir a esas personas? *

Se trata de una Asamblea que busca consolidar una democracia que sea realmente representativa y participativa, por ello no se puede ni debe establecer como requisito el poseer una preparación determinada. De lo que se trata es que el pueblo pueda escoger, libre y directamente a quien desee, y hacer respetar su voluntad, cualquiera que ella sea.

24.- ¿Quién autoriza la convocatoria de una Asamblea Constituyente?*

La convocatoria de una Asamblea Constituyente la autoriza el pueblo en

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ejercicio de su derecho de petición y da el visto bueno a los convocantes de la Asamblea Constituyente a quién le corresponde la función de hacer ejecutar la voluntad general.

25.- ¿Cuál debe ser el objetivo primordial de una Asamblea Constituyente? *

El objetivo primordial de una Asamblea Constituyente es el de lograr la democratización de las estructuras imperantes en una sociedad dada, a un momento dado. La casi totalidad de los Estados modernos que han conocido un régimen dictatorial o autoritario, uno de sus primeros pasos al acabar con el mismo e iniciar los mecanismos de democratización, ha sido el de convocar a una Asamblea Constituyente. Podemos citar como ejemplos, en los últimos 25 años, los casos de España, Perú, Brasil, Honduras, Nicaragua, Ecuador, Guatemala, Rumania, Colombia, Paraguay. El más reciente es el de Venezuela. Y de Bolivia será determinante, inclusive para los países vecinos.

26.- ¿El pueblo boliviano está preparado para que se realice en nuestro país, una Asamblea Constituyente?

El pueblo boliviano está preparado para que se realice en nuestro país Asamblea Constituyente, lo que sucede es que no se le ha brindado la oportunidad de demostrarlo por parte de quiénes nos gobernaron durante toda la vida republicana, y ni qué decir de los últimos años donde gobernaron MNR, MIR, ADN ,UCS, NFR, MBL y otros partidos extintos mintiendo y saqueando al pueblo sus recursos naturales renovables y no renovables, porque ellos quieren seguir en el poder a costa del pueblo.

27.- ¿Por qué la Asamblea Constituyente es un procedimiento más democrático para hacer una nueva Constitución?

La Asamblea Constituyente es un procedimiento más democrático, para hacer una nueva Constitución, en la medida en que

en ella participan y se pueden expresar, en forma mucho más amplia y con mayor diversidad, todos los sectores y tendencias que integran la sociedad nacional para lograr un consenso que sirva de mínimo común denominador en favor de los intereses de la nación entera. Es decir, es la democracia directa.

28.- ¿Cómo podríamos avocarnos a una Asamblea Constituyente si la actual Constitución no lo señala en primera instancia?

Para realizar una Asamblea Constituyente no es necesario que la misma venga señalada en el texto constitucional vigente. Al ser la Asamblea Constituyente la expresión más acabada del ejercicio del Poder Constituyente Originario y del poder soberano de los ciudadanos, es a ellos a quienes les corresponde decidir el momento que consideren más apropiado para la realización de la Asamblea Constituyente, electa democráticamente. Además, nuestra Constitución menciona sobre la soberanía del pueblo y eso es suficiente.

29. - ¿Cuál es el procedimiento para la elección de una Asamblea Constituyente? *

El procedimiento a seguir para la elección de una Asamblea Constituyente tiene que ser, ante todo, mediante asambleas barriales, zonales, comunales, etc., mediante la elección directa, además de democrático, para que el pueblo pueda escoger y elegir libremente a quienes los van a representar.

El pueblo, más concretamente, todos los ciudadanos, como únicos detentados del Poder Constituyente Originario, es a quien le corresponde elegir al Órgano Constituyente para que con el poder representativo que se le otorga, redacte una nueva Constitución que sea verdadero reflejo de la voluntad, en uso de las facultades que le confiere la Constitución y en aras de un fortalecimiento real y verdadero de la democracia participativa, convocar a la elección democrática participativa de una Asamblea Nacional Constituyente con el propósito de dotar al país de una nueva Constitución.

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Dicha convocatoria puede perfectamente establecer que la Asamblea Nacional Constituyente sea selecta con el fin de elaborar una nueva Constitución que deberá entregar en un plazo de 180 días después de instalada.

Nada impide que, de considerarse necesario, la nueva Constitución sea llevada también a Referéndum para que sea ratificada por la ciudadanía y establecer así, un mayor vínculo de los ciudadanos con su Constitución.

30.- ¿Cuántos miembros integrarían la Asamblea Constituyente y como sé elegirían?

Al igual que muchos otros aspectos sobre los mecanismos mismos del procedimiento de la Asamblea Nacional Constituyente, este tema es uno de los cuales que se requiere el acuerdo de todas las partes. En mi opinión se puede integrar una Constituyente con 150 integrantes, a razón de los 9 departamentos, sobre la base del sistema de representación proporcional. Por ejemplo Colombia, con una población de más de 32 millones de habitantes, integró su Asamblea Constituyente con un total de 74 constituyentes sigue ahora teniendo problemas tal vez por muy restringido que ha sido esta Asamblea.

Este y otros aspectos, hacen de la convocatoria a la Constituyente un procedimiento participativo y de discusión puesto que, y no esta de más recordarlo, toda una serie de mecanismos y procedimientos requieren, necesariamente, acuerdos de todos los sectores de la población y sus organizaciones.

31.- ¿Los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente tendrían suplentes?

La tendencia actual en materia de suplentes es la de eliminar la existencia de los mismos por lo oneroso e innecesario, aparte de que es mucho más democrático, en caso de vacancia absoluta del principal de algún cargo de elección, que la misma sea ocupada por el candidato no elegido en la misma lista en orden de inscripción sucesivo y descendente.

Este criterio podría utilizarse para lo referente a los miembros de la Asamblea Constituyente y podría servir de aplicación posterior de decidirlo o aprobarlo así la ciudadanía.

Claro esta que este tema debe ser objeto de discusión y llegar a un acuerdo o decisión al respecto.

32. ¿Cuál sería el salario de los Constituyentes?

Nada hay más escandaloso en la actualidad en Bolivia por los salarios, dietas, viáticos, gastos de representación, gastos reservados y las exoneraciones y privilegios que disfrutan los actuales legisladores. Los cuales reciben en total 101 mil bolivianos en un país tan pobre como la nuestra.

Además, sus suplentes también ganan miles de bolivianos sin hacer nada (igual que los titulares).

Por tanto, en el caso del salario de los integrantes de una Asamblea Nacional Constituyente, considero que se debe dar sobre la base de una licencia con sueldo de su lugar de trabajo por el tiempo que dure el período de sesiones de la Constituyente (máximo seis meses) y recibir un máximo de mil bolivianos mensuales para gastos.

33.- ¿Cómo podría el pueblo intervenir en la creación de una nueva Constitución? *

El pueblo debe intervenir en todas las fases que lleven a la cristalización de una Asamblea Constituyente, como plena demostración del ejercicio de su soberanía, de su Poder Constituyente Originario.

La participación del pueblo se debe dar en la lucha por la convocatoria de una Constituyente, en los diálogos, debates, conversaciones, discusiones, etc., que se originen antes, durante y después de la elección de la Constituyente. De lo que se trata es que la participación de todos los ciudadanos contribuya a consolidar la validez de la Constituyente y de la Constitución que de ella emane, por todos los integrantes de nuestra sociedad. Si no hay participación, representación y aceptación general en todas

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las fases de una Asamblea Constituyente, se desnaturalizaría su poder.

34.- ¿Qué tiempo aproximado, tarda elaborar una nueva Constitución?

Se puede proponer que la Asamblea Constituyente presente el nuevo texto constitucional en un lapso no mayor de noventa (90) días, contados a partir de la fecha de su instalación. Partimos de la base que los foros y debates, así como los diálogos y discusiones que se deben dar en todo el territorio nacional, una vez que se convoque para una Asamblea Constituyente, contribuirán enormemente para dar a conocer el sentir y la opinión nacional del contenido de la nueva Constitución.

35.- ¿Qué nos asegura que la nueva Constitución será más respetada que la actual?*

La Constitución nunca fue respetadasobre todo por los gobernantes de turno. Su cumplimiento es formal en función de su conveniencia.

La nueva Constitución sería más respetada que la actual, en la medida en que la misma sea el resultado de la participación de todos los sectores que integran la sociedad boliviana y que se logre establecer la consolidación del vínculo moral que debe unir a los asociados entre sí y a la relación con sus instituciones. Cada ciudadano al saberse partícipe de la misma deberá ser un celoso centinela y custodio de todos los derechos y libertades que la futura Constitución consagrará.

36.- ¿Quién le da el carácter democrático a una Constitución?*

El carácter democrático de una Constitución, como ya hemos visto con anterioridad, emana del Poder Constituyente Originario, el cual radica exclusivamente en el pueblo. Ese no es el caso de la Constitución nuestra porque el pueblo nunca participó en la elaboración de la Constitución actual, por eso

insistimos que está viciada desde sus orígenes. En ningún momento el pueblo boliviano pudo participar ni siquiera indirectamente en los orígenes de la Constitución de 1825.

37. Pero, ¿No es el Poder Constituyente Constituido o derivado el competente para una nueva Constitución y que en este caso sería la actual Poder Legislativo?

De ninguna manera el poder legislativo puede atribuirse el derecho del pueblo que es la Asamblea Constituyente.

38.- ¿Quiénes tienen derecho a participar de una Asamblea Constituyente?

Hay que diferenciar quiénes forman parte y tienen derecho a participar de la Asamblea Constituyente.

En este sentido, los que tienen derecho a participar de ella son todo los ciudadanos bolivianos sin discriminación alguna y tiene el derecho a elegir y ser elegido.

Para la integración de una Constituyente, a todo ciudadano boliviano debe garantizársele el derecho a elegir y ser elegido, lo contrario sería violatorio a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, entre otros.

Deberán buscarse los mecanismos democráticos que permitan que la Asamblea Constituyente está integrada por todas las organizaciones sociales del país y grupos cívicos, gremiales, obreros, patronales, profesionales, estudiantiles, campesinos, indígenas religiosas, culturales, etc. Lo que se quiere es no escatimar esfuerzo por una democracia representativa y que todo el país está representado.

Los únicos requisitos para ser candidato a Constituyente serían ser Boliviano de nacimiento y tener la edad requerida que se ha de definir en los próximos meses, se cambian la edad establecida en la Constitución, que es a partir de los 18 años que se contempla como mayor de edad.

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39.- ¿Qué debe hacer esta Asamblea Constituyente?

Debe definir sobre el futuro de nuestro país: el tipo del Estado la forma de Gobierno, la elección de los gobernantes (quién elige y quien tiene derecho a revocar el mandato de los gobernantes), definir que hacer con sus recurso naturales renovables y no renovables. Es decir, esta Asamblea Constituyente debe definir que tipo de país queremos los bolivianos.

40.- ¿La Asamblea Constituyente puede abrogar (anular) leyes, decretos y reglamentos?

Tiene todo el poder de anular las leyes que están al margen de los intereses del pueblo boliviano.

Por ejemplo, en el caso de las leyes de hidrocarburos, Capitalización, etc., que van

en contra del pueblo. Esta Asamblea Constituyente, puede anularlas.

41.- ¿Por qué pide el pueblo la Asamblea Constituyente?

Por que definitivamente la Constitución actual, no es integrador de la voluntad popular, debido a sus vicios que tiene.

Por otro lado, el pueblo se siente sometido con una ley que es ajena a sus derechos y reivindicaciones, Por que nunca participó en la elaboración de la Constitución Política del Estado; además, los gobernantes nunca permitieron las demandas de todos los sectores sociales sobre los cambios profundos que estos exigían y exigen. En consecuencia, esto a producido una tremenda crisis estructural del Estado boliviano, por eso el pueblo pide esta Asamblea Constituyente para poder encontrar Justicia, del cual hasta ahora ha sido negado y así acabar definitivamente con este modelo neoliberal.

Producciones: REBELION - E.A. - B

El Alto Bolivia, Noviembre de 2003

POR: Abraham Delgado Mansilla

MAYORES INFORMACIONES: E- mail: [email protected]

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La Alternativa del Poder Constituyente Raul Prada

Poder Constituyente y Estado

Nos encontramos ante la posibilidad de una Asamblea Constituyente, el problema al respecto no es tanto la convocatoria a la Asamblea Constituyente ni tampoco la elección de los constituyentes sino lo que se va a tratar en la Asamblea misma. Se ha hablado mucho de transformar el país, de refundar la nación, también de constituir las bases que reconozca los plenos derechos de las poblaciones nativas. Algunos ideólogos del movimiento indígena expresan la intención de indianizar la constitución.

Otros más moderados proponen como solución la incorporación de las autonomías en la constitución. Estas autonomías son diseñadas tanto desde su substrato cultural, como de su espacio territorial, así como desde su recorte geográfico regional. Todos estos bocetos son todavía vagas generalidades, están lejos de ser propuestas teórico-políticas acabadas, susceptibles de convertirse en procedimientos operativos. El peligro está pues en discutir generalidades, aunque estas puedan ser sugerentes, marcadas por sus diferencias. Esta discusión no escaparía a su redundancia ideológica. Lo que importa para el caso, la posibilidad de una Asamblea Constituyente, es no sólo debatir propuestas elaboradas, elucidadas en su propia coherencia y sistematicidad, sino en comprender su correlación dinámica con el campo de fuerzas, con los intereses de las clases sociales, pueblos, naciones, etnias encontradas.

Lo que interesa es desentrañar el valor histórico político de lo que está en concurrencia. El dilema de la Asamblea Constituyente se encuentra marcado por la diferencia que hay en tratar de resolver el conflicto social, dilema que se da al reconocer los poderes prácticos. En esta perspectiva la Asamblea Constituyente trata de lograr un acuerdo, un gran pacto inicial, un consenso social que dirima sobre la diferencia, buscando limitar y compensar los poderes de unos sectores y de otros. Esta Asamblea

Constituyente caería en el eclecticismo, que por su misma obsesión por el equilibrio, terminaría estática y se derrumbaría en su propia inoperancia, a no ser que una fuerza social gravitante se aproveche de los instrumentos constitucionales y los use para ejercer hegemonía. Siguiendo el contraste, otra posibilidad de la Asamblea Constituyente es que esta se conforme como poder constituyente, es decir, que la instancia de la asamblea sea supeditada a la fuerza creativa del poder constituyente. Esta Asamblea Constituyente supeditada al poder constituyente de la multitud, no sólo estaría conformada por las fuerzas vivas de la sociedad sino que expresaría discursivamente los anhelos transformadores del poder constituyente. Entre ambas posibilidades, la de una Asamblea Constituyente constitucionalista y la de una Asamblea Constituyente constitutiva, aunque también en el contexto que definen estas emergencias, tenemos una variedad de viabilidades que deben tomarse en cuenta, dependiendo de los efectos que causaría en el campo político. Entre las más preocupantes de estas posibilidades se encontraría la circunstancia que nos lleve a una Asamblea Constituyente que reproduzca la estructura constitucional de la Constitución anterior, introduciendo algunas modificaciones, algunos cambios, que pueden ser más retóricos que fundamentales. Entre las variaciones de los estilos de la Asamblea Constituyente también se encuentra la posibilidad de que la sumatoria de los cambios terminen legitimando el poder de grupos privilegiados. Con todo esto se habría vivido una experiencia frustrante en la que el poder constituyente de la multitud terminaría expropiada por una ingeniería constitucional, que no haría otra cosa que limitar el poder de la multitud, restringir las consecuencias transformadoras de su fuerza, logrando reiterar políticamente las condiciones impuestas por las estructuras de poder vigentes.

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¿Cómo escapar a este desenlace político?

¿Cómo lograr mantener la fuerza creativa del poder constituyente? ¿Cómo hacerla duradera en el trascurrir histórico? ¿Cómo evitar que el poder constituyente sea expropiado por el aparato constitucional?

Quizás la solución democrática tenga que ver con las relaciones que establece la Asamblea Constituyente con la multitud. Se trata entonces de convertir a la Asamblea

Constituyente en el lugar donde confluyen las voluntades de la multitud, donde llegan las elaboraciones colectivas del intelecto general, donde se traslada la multiplicidad y pluralidad de asambleas desplegadas en la matriz social. Hay que supeditar pues la Asamblea Constituyente al control social de las asambleas permanentes conformadas en el cuerpo social. La democracia no puede ser sino el producto constante de la participación de todos.

Poder Constituyente, Asamblea Constituyente y Constitución

Condorcet aconseja que cada generación construya su propia constitución. En este sentido la constitución revolucionaria de 1793 establecía que: Un pueblo siempre tiene el derecho de revisar, reformar y cambiar su Constitución. Una generación no puede someter a sus leyes a generaciones futuras . Se supone que son distintos horizontes históricos los que le competen vivir a las generaciones y que la constitución debe transformarse adecuándose a las condiciones

sociopolíticas de los distintos contextos. Esta certeza puede conservarse en su generalidad, empero de lo que se trata es de comprender el proceso constructivo de la constitución, describir el mapa de fuerzas que le dio lugar. En otras palabras es indispensable entender la relación histórica que se da entre poder constituyente y constitución. Esto es precisamente lo que vamos a tratar de mostrar en este ensayo.

Condiciones de posibilidad histórica de la Asamblea Constituyente

La Asamblea Constituyente es una consigna democrática. La Asamblea Constituyente se mueve en el tiempo y en el espacio social. Recoge mas bien en su seno las modificaciones estructurales vividas en los periodos anteriores. El acto de fundación que es la Asamblea Constituyente se propone corregir las falencias y desigualdades estructurales que atentan contra las condiciones de desenvolvimiento abierto y expansivo de la praxis democrática. La fundamentación de la Asamblea Constituyente no puede ser otra que el desenvolvimiento pleno de la democracia, considerando el nuevo contexto histórico en el que se mueven las fuerzas y las instituciones. La Asamblea Constituyente está íntimamente ligada al poder constituyente de la multitud. Esta fuerza social se expresa creativamente como poder constituyente, este poder usa la asamblea como escenario deliberativo y resolutivo para constituir en ley las demandas sociales, las pasiones y deseos de la gente, para armonizar fuerza y

discurso, estructura y superestructura. Por eso la Asamblea Constituyente debe corregir el mapa de desigualdades, debe destruir las bases donde se genera la corrupción, que atenta contra el ejercicio de la democracia. Estas bases tienen que ver con el monopolio de la violencia, el monopolio de tierras, el monopolio del capital, la privatización de los recursos naturales, el monopolio de las representaciones, el monopolio de la voz y de las imágenes. Se requiere entonces democratizar estos lugares distribuyendo equitativamente estos recursos sociales, culturales, políticos, comunicativos y naturales.

En el horizonte histórico que vivimos, relativo a la globalización, que también puede caracterizarse económicamente como postfordista, caracterización que tiene que ver con la virtualización del trabajo y la informatización de la producción, que en sus dimensiones regionales y locales, bolivianas y latinoamericanas, puede definirse como

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periodo neoliberal, de ajustes estructurales privatizadores, la mayor distorsión que atenta al desenvolvimiento democrático es la autonomización de lo económico y de lo político respecto de lo social. Es más, el problema se desarrolla como perversión cuando lo social es subsumido a lo económico y lo económico invade lo político en su expansión maquínica desenfrenada. En estas condiciones la sociedad se encuentra supeditada al capital, La democracia se halla restringida a la simulación política, al teatro de las representaciones, que enmascaran la

corrupción generalizada en los aparatos que atraviesan al Estado y las instituciones que generan la economía.

En este horizonte, una necesaria corrección fundamental de la asamblea constituyente es la recuperación del ámbito de lo social. Esta esfera debe no sólo recuperar su autonomía sino debe subordinar a su propia praxis y demanda a las otras esferas, la política y la económica.

La Asamblea Constituyente debe situarse en la temporalidad de la subversión social.

El Poder Constituyente y la Crisis Estatal

El poder constituyente es la fuerza inmanente del acontecimiento social, acontecimiento entendido como el flujo de múltiples singularidades históricas, singularidades que realizan la expansión efectiva de la existencia. Se puede decir que el poder constituyente es la voluntad de poder, en tanto que esta es la fuerza estética afirmativa de la caosmosis . Esta recurrencia comparativa de la tesis de Antonio Negri con la crítica estética de Friedrich Nietzsche no es improvisada. Negri logra conectar la crítica de la economía política con la crítica de la filosofía que despliega Nietzsche, retomando las corrientes críticas postnietzscheanas, desarrolladas por Foucault, Deleuze, Derrida y Lyotard. Esta conexión tiene mucho que ver con el concepto de poder constituyente, fuerza efectiva de la historicidad que no puede ser sintetizada dialécticamente. El poder constituyente es la indeterminación histórica. Como dice Negri, hablar de poder constituyente es hablar de democracia . Es hablar de la historia de la democracia, del constante nacimiento y renacimiento de la democracia, a partir de la potencia y las posibilidades desplegadas por la fuerza social. La democracia entendida como conflicto social, como lucha contra las desigualdades desde la base del prejuicio social de la igualdad. Negri dice que:

La democracia es en efecto, teoría del gobierno absoluto, mientras que el constitucionalismo es teoría del gobierno limitado. Luego práctica de la limitación de la democracia

Hay pues una contradicción, una tensión inestable, entre el poder constituyente y el poder constituido. Entre democracia como acción de masas y constitucionalismo. El concepto de poder constituyente expresas en definitiva el desenvolvimiento de la crisis estatal.

Desde la perspectiva de la ciencia jurídica el poder constituyente es la fuente de producción de las normas constitucionales. Se trata del poder de instaurar un nuevo ordenamiento jurídico, de regular las relaciones jurídicas en el seno de una nueva comunidad . Sin embargo, la ciencia jurídica no nos dice de donde sale el poder constituyente, lo concibe como salido de la nada, cuya existencia es extraordinaria, de corta duración, limitado al tiempo que tarda su impulso creativo. La ciencia jurídica concibe de manera paradójica al poder constituyente, como fuerza omnipotente en cuanto nace de la nada y crea instituciones, pero extraordinario y limitado; en cuanto estas instituciones se ponen a funcionar el poder constituyente debe someterse al poder constituido. Sin embargo, el poder constituyente no sólo es omnipotente, sino también expansivo en el tiempo y en el espacio. Su expansión no se da en el mapa institucional sino en el espesor del tiempo inmanente de la historia efectiva, devenir que nace y recorre los cuerpos sociales. Pero este proceso interno, esta praxis creativa, es limitado por los dispositivos jurídicos políticos o, en su caso, subsumido e integrado a la máquina constitucional. En el balance que

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hace Negri sobre el concepto jurídico del poder constituyente, encuentra tres corrientes.

Tres son entonces las soluciones propuestas, según unos, el poder constituyente es trascendente respecto al sistema del poder constituído; su dinámica viene impuesta al sistema desde el exterior; según otro grupo de juristas, aquel poder es por el contrario inmanente, su presencia es íntima, su acción es la de un fundamento; un tercer grupo de juristas, finalmente, considera la fuente de poder constituyente ni trascendente ni inmanente, sino integrada, coextensiva, sincrónica del sistema constitucional positivo.

El poder constituyente no puede reducirse a los límites impuestos por la ingeniería constitucional, ya desemboque ésta en una delimitación trascendental, ya sea subsumido el poder constituyente como fundamento, en el caso de la interpretación jurídica inmanente, ya sea que se conciba su incorporación a la maquinaria constitucional de manera integral. El poder constituyente es irreducible. Tampoco una interpretación sociológica, al estilo de Max Weber, puede atrapar al poder constituyente. De acuerdo a la interpretación weberiana el poder constituyente se encontraría en intervalo sociopolítico definido por el modo carismático y el modo racional de los estilos de resolución representativa y en el ejercicio de la práctica política. El poder constituyente no es un acontecimiento jurídico político, forma parte mas bien de la historia efectiva de las sociedades; se trata de acontecimiento histórico político.

Lo histórico y lo político, dos ámbitos que genera el poder constituyente, dos dimensiones en las que el poder constituyente adquiere temporalidad y corporalidad, el poder constituyente se hace recurrente y adquiere forma. Pero, lo que importa aquí no es tanto la historicidad del poder constituyente, tampoco la forma o las formas que adquiere, en coyunturas o periodos determinados, sino la propia recurrencia del poder constituyente como potencia histórica y como contrapoder. Para deconstruir el concepto de poder

constituyente es menester desandar el recorrido de su formación histórica, de sus irrupciones violentas, de sus metamorfosis, de sus discontinuidades y saltos, de sus victorias, pero también de sus derrotas, de sus supeditaciones, pero también transgresiones. Nada mejor para hacer esto que comentar al texto de Antonio Negri, intitulado precisamente el Poder Constituyente. Un estudio erudito, histórico y teórico del poder constituyente. Podemos hablar de una arqueología y de una genealogía del poder constituyente.

El libro de Negri comienza con el análisis del concepto de poder constituyente como crisis. La primera parte del capítulo se desarrolla como crítica de la razón jurídica, racionalidad encargada de construir armazones normativos para atrapar la fuerza constituyente de lo social. Sigue con la elucidación de la contradicción inherente al poder constituyente y poder constituido, contradicción develada como conflicto entre constitución y revolución. Finaliza esta capitulo con la puesta en escena de la constitución de las subjetividades, substrato deseante y pasional de la historia de la lucha de clases. El capítulo segundo interpreta ingeniosamente el paradigma maquiavélico. Descubre las tensiones contenidas en la narratividad del filósofo político renacentista. La temporalidad política se encuentra atrapada en las indecisiones de El Príncipe. Maquiavelo logra concebir la democracia como gobierno absoluto en un campo alternativo de reformas en el Renacimiento. Según Negri todo esto nos traslada a una ontología crítica del principio constituyente. En el capítulo tercero se trata sobre el modelo atlántico como teoría del contra poder. El referente es la guerra civil inglesa y la emergencia de las prácticas discursivas republicanas. La primera parte trabaja la versión inglesa de la renovación de la crisis renacentista. La segunda parte se detiene en la interpretación erudita de la teoría de James Harrington que construye el concepto de poder constituyente como contrapoder. La tercera parte concluye la evaluación del paradigma atlántico con una ponderación teórica de los límites del motor constituyente, entendiendo estos límites como obstáculos constitucionalistas. El capítulo cuarto analiza las consecuencias políticas de la guerra de la

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independencia norteamericana; se evalúa la emancipación política en la constitución americana. La concepción americana del poder constituyente es espacial. La primera parte trabaja esta espacialidad constituyente y su frontera, como frontera de libertad. La segunda parte analiza las discusiones en torno al The Federalist, que tiene un tiraje de varios números. Entre sus autores notables se cuenta con los escritos de James Madison y Alexander Hamilton. Es importante la configuración del homo politicus y el desarrollo de la máquina republicana. La tercera parte vuelve a trabajar la crisis en el contexto americano como crisis del acontecimiento. El capítulo quinto tiene como referente la revolución francesa; de la constitución espacial se pasa a la constitución temporal de lo político como movimiento revolucionario y constitución del trabajo. Este capítulo comienza con el enigma rousseauniano y el tiempo social que desprenden los cuerpos de los sansculottes. La segunda parte se detiene sobre las formas de la constitución del trabajo. La última parte del capitulo concluye con el análisis del periodo del Termidor, la voluntad, la acción y el proyecto político de terminar con la revolución, la misma que aparece como figura permanente; se trata de la tarea reaccionaria de ponerle límite a la revolución. El capítulo sexto trabaja las versiones marxistas del poder constituyente. También aquí se encuentra la manifestación de la crisis y de las contradicciones inherentes al antagonismo entre poder constituyente e institución. Este capítulo sugerentemente se intitula El deseo comunista y la dialéctica restauradora. La primera parte repasa el concepto de poder constituyente en el materialismo revolucionario. Se trata de una brillante hermenéutica de los escritos de Karl Marx. La segunda parte trata sobre el papel de Lenin en el contexto de la revolución bolchevique, su relación con el soviet y la paradójica restauración institucional. La última parte corresponde al análisis crítico de Negri de la concepción empresarial del socialismo. El último capítulo, séptimo, es un capítulo conclusivo, reflexiona sobre la genealogía expuesta del poder constituyente. La primera parte evalúa los conceptos spinozianos de multitudo y potentia. La segunda parte trabaja alternativas a la crisis de la modernidad, se propone comprender la

desutopia constitutiva como praxis emergente. La última parte, tercera, avizora un horizonte: más allá de lo moderno.

La aplicación en Bolivia de esta genealogía del poder constituyente debe considerar la especificidad histórica y territorial, las temporalidades propias y las especialidades concretas, de la formación social. La primera pregunta que se nos viene a la cabeza es: ¿Cuándo, en qué momento se puede aplicar el paradigma maquiavélico al mapa de fuerzas y la geografía institucional de esta formación histórica específica? Comenzando por una de las figuras del modelo maquiavélico, la relativa a la mutación, podríamos empezar a preguntarnos: ¿Cuándo se experimenta socialmente una mutación trascendente que disloca el mapa institucional y de las costumbres? ¿Tenemos que remontarnos a la conquista (1532)? ¿No es este acontecimiento más que una mutación, un quiebre, una ruptura histórica que interrumpe el proceso de mutación vivido en el mapa social y cultural precolombino? ¿No tendríamos que hablar mas bien de otro acontecimiento que incide preponderantemente la historia social y política durante la Colonia y la República? Quizás sea más conveniente hacer esto, optar por un concepto más fuerte que el de mutación, que nos permite comprender esta violencia inicial, este momento de quiebre que inaugura los periodos coloniales; sin embargo, hacer esto no implica abandonar el concepto de mutación, pues las instituciones precolombinas no dejan de transformarse, como tampoco esto deja de ocurrir con las instituciones coloniales. La ruptura provocada por la conquista da lugar a un nuevo contexto de mutaciones. La percepción de la mutación llevó a Maquiavelo a concebir el tiempo social en su valoración política. A propósito dice Negri del concepto de mutación lo siguiente:

El tiempo es pues la materia de la que están constituidas las relaciones sociales. El tiempo es la sustancia del poder. El tiempo es el ritmo sobre el que se escanden y se ordenan todas las acciones constitutivas del poder.

La mutación es tiempo que transforma las instituciones. Es estructura y tiempo que irrumpe en la composición de las instituciones, corroyendo su estado de cosas y modificando su organización. En cambio, tendríamos que decir que la ruptura resuelve

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el trastrocamiento de un mapa institucional dado de una manera violenta, quebrando precisamente una mutación e imponiendo otra en otro contexto histórico. La ruptura no es tiempo y estructura, como es posible concebir la mutación, sino destrucción y alteración profunda de una temporalidad, destrucción y alteración que nos hace ingresar a otros niveles, a otros ámbitos de experiencias, dramáticas y hasta incomprensibles desde la percepción social acostumbrada hasta el momento de la ruptura. Tampoco se puede suponer que esta comprensión se da lugar desde la perspectiva del conquistador. Aunque se encuentre en una situación dominante, tampoco puede comprender lo que sucede, aunque la justifique civilizatoriamente y religiosamente. Tiene que pasar mucho tiempo para que puedan ser congruentes dicotómicas estructuras institucionales; porque de todas maneras, las nuevas estructuras institucionales se asientan sobre las ruinas de las estructuras anteriores. Se produce entonces una yuxtaposición. El tiempo político aquí se manifiesta como alteración, forzamiento, violencia en la adecuación de un mapa de fuerzas sobre otro. Al respecto, había que hacerse la pregunta: ¿Sobre esta hibridez, sobre esta yuxtaposición es posible la República?

La respuesta parece ser negativa, mientras la mezcla de ambos diagramas de poder no logren una nueva composición armónica. Se podría decir, con cierta discreción y reparo, hasta que no logren una síntesis . La República supone una unidad no imaginaria, sino una unificación democrática. En tanto y en cuanto no se produjo una relación horizontal entre ambos mapas institucionales, el indígena y el colonial, no pudieron crearse las condiciones de posibilidad histórica de la República en las Indias occidentales. La subordinación colonial buscó mas bien colonizar los territorios y los cuerpos, vinculados a otros diagramas, a otras cartografías, a otras subjetividades. La democracia requiere en las Indias occidentales una irrupción simbiótica de lo indígena en todos los niveles. De lo contrario sólo se podría instituir una democracia imaginada y una República imaginaria, sin sustento material ni histórico. Este comienzo fatal se proyecto a lo largo de la historia colonial y republicana, la recurrencia de este

comienzo en sus distintas formas, derivó en un mapa de cicatrices, de fisuras, de hendiduras, hoy podríamos decir de bloqueos, que hacen insostenible la democracia y la República.

Respondiendo al libro de Marie-Danielle Demélas diremos mas bien que en el continente se hace imposible la política. ¿Qué es entonces lo que aparece en vez de la política? La violencia, todas las formas de la violencia, la metamorfosis y mutación de la violencia. Las formas prácticas, las formas simbólicas y las formas imaginarias de la violencia inicial. El clientelismo, la corrupción, los pactos espurios, forzados, violentados. Las formas grotescas de la simulación política, de la imitación democrática, de la mimesis de la República criolla. Por eso asistimos desde entonces a una permanente crisis de Estado, a una permanente crisis de las formas de poder. Diremos, en otras palabras, figurativamente, a un constante movimiento de las placas tectónicas de las malformaciones sociales.

Habría que también traer a colación otras figuras del paradigma maquiavélico: La virtud y la fortuna, la superación del gobierno mixto de Polibio en El Príncipe, es decir, la voluntad colectiva unificada, en otras palabras, el pueblo, la democracia, el poder constituyente. La ética y la suerte podríamos decir. La virtud y la ética tienen que ver con la conformación de un sujeto emergente, impulsado por la voluntad de poder. Entendamos subjetividad como cavidad de deseos, pasiones y afectos, como devenir de intensidades y de flujos sensuales, como corriente de significados y sentidos, como trazos de horizontes de visibilidad y umbrales de decibilidad; esto es la subjetividad es potencia histórica y estética de la multitud. La virtud y la fortuna aparecieron de forma condicionada y contradictoria en la guerra anticolonial y en la guerra de la independencia. Podríamos decir que aparecen de forma circunscrita e intermitente. Se trata de momentos de intensidad, de convocatoria y de disponibilidad de fuerza, se trata de periodos de rebelión, experiencias guerrilleras y de campañas militares. Este aspecto es rico en cuanto respecta a la entrega y al sacrificio; sin embargo, este derroche se encuentra condicionado por las perspectivas interpretativas de los actores y protagonistas. Las expresiones no superan los delirios

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liberales de la periferia. La ideología adquiere ribetes provinciales. Lo contradictorio de estas expresiones aparece en las limitaciones mezquinas impuestas a la ideología por los intereses locales, regionales, de clase. Delimitaciones históricas de las oligarquías terratenientes, de la movilidad social mestiza, ataviada por las propias incertidumbres de la crisis del imperio desgajado. Las repúblicas venideras forman parte de la metamorfosis dramática de este desgajamiento político. La res-publica no va lograr constituirse en su amplia expansión, ni como red, ni como ámbito público, ni como campo comunicante de las voluntades singulares generalizables por los discursos. Ni el pueblo ni la multitud terminan de emerger de las raíces mismas de la crisis, de los substratos profundos de los sedimentos sociales yuxtapuestos por la colonia. La república y el Estado no llegaran a

realizarse como praxis, no serán más que artefactos diseñados en el delirio mismo de la guerra, ensoñaciones a las que se va renunciar pronto, una vez que se disuelvan las cenizas de las batallas. El contenido social, cultural, étnico del pueblo emergente, de la multitud que recorre su propia memoria para hacerse presente, ha de ser exiliado a la sombra. Las élites van a apostar por una república de minorías. La virtud popular va ser reducida por un prolongado procedimiento de descalificación, en cambio la fortuna llegara raudamente a las manos de las oligarquías, las que no tendrán escrúpulos en expropiar tierras comunitarias para enriquecerse. Tampoco tendrán reparos en usar la mano de obra indígena ni dejar de recurrir al tributo indigenal para salvar los baches de su propio déficit estatal.

República Indígena-Mestiza

Para los efectos de la realización democrática debemos hablar del poder constituyente indígena, emergente intermitentemente, constante en su latencia y perdurabilidad histórica, intensivo cuando irrumpe dislocando la continuidad colonial, actualizando en el presente antiguas luchas. La genealogía indígena es la que plantea de modo específico la historicidad concreta del poder constituyente en las sociedades postcoloniales andinas. Este poder constituyente originario ha sido conculcado repetidamente por los aparatos del poder constituyente, tanto en lo que se refiere a los dispositivos y agenciamientos coloniales como a los republicanos. La rebelión indígena del siglo XVIII fue acallada y su composición social perseguida, lo mismo sucedió con las rebeliones indígenas en el siglo XIX, fueron reprimidas, arrinconadas y exiliadas en su propio territorio. Es más durante la República no sólo se continua con las prácticas colonialistas, sino que al no asumir democráticamente la cuestión indígena, al mantener su problemática en las estructuras mismas del Estado, se desata la espiral de una contradicción existencial inherente a una nación imaginada. La participación indígena en la Guerra Federal define la correlación de fuerzas entre el ejército unitario y el ejército liberal, a favor del último, empero la propia

Guerra Federal se convierte en una guerra indígena contra la República. Las fuerzas en conflicto resuelven rápidamente y acordadamente sus diferendos para enfrentar la colosal rebelión indígena, el anterior aliado de los liberales, Pablo Zarate Willka es traicionado, aprisionado y ajusticiado. El naciente periodo liberal comienza su gobierno de manera espuria. La República, después de la Guerra Federal, sigue siendo una república sin indios.

A más de medio siglo de la Guerra Federal y como consecuencias sociopolíticas de la Guerra del Chaco, estalla primero la Guerra Civil de 1949 y después la insurrección popular de abril de 1952. El paso del ciclo de la minería de la plata al ciclo de la minería del estaño, en el contexto mundial del ciclo del capitalismo inglés al ciclo del capitalismo norteamericano, ha de modificar el mapa de las estructuras y de las certificaciones sociales en el campo social de la formación histórica boliviana. De las contradicciones incontestable ente indígenas, por un lado, y mestizos-criollos, por otro – a pesar de las breves alianzas entre indígenas y mestizo, incluso breves alianzas entre indígenas y criollos, como en el caso de la Guerra Federal -, se pasa a la contradicción notoria entre

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indígenas, mestizos, proletarios, por un lado, y oligarquías latifundistas y burguesías mineras, por otro. Esta transformación de las contradicciones, inherentes a las modificaciones de la formación social, ha de repercutir en las formas de la crisis del Estado y por lo tanto también en la forma de su resolución. El enfrentamiento se desarrolla en las minas y en las ciudades, con repercusiones en el campo. En este contexto, el poder constituyente adquiere evocaciones nacional-populares. En el discurso del nacionalismo revolucionario se expresa como antagonismo entre nación y coloniaje, entendido esta vez como manifestación del imperialismo capitalista. Aunque en la forma discursiva obrerista, la contradicción es enunciada como lucha de clases entre la oligarquía minero feudal y la alianza obrero campesina. Se trata de dos maneras de significar el antagonismo entre el poder constituyente y el poder constituido en el periodo prerrevolucionario. De las dos formas discursivas, la práctica ideológica que se va convertir en hegemónica es la del nacionalismo revolucionario. La memoria larga del poder constituyente, es decir, la vertiente indígena, ha de ser subordinada a la memoria corta, a la vertiente nacional-popular, durante una periodización que atraviesa el lapso de tiempo que dura desde 1935 hasta el 2000. Desde la finalización de la conflagración bélica hasta el bloqueo de caminos de septiembre del 2000. En esta cronología debemos observar la remembranza indígena anticipada, reminiscencia que se efectúa durante la década de los setenta con la conformación de los movimientos kataristas, después de la masacre de Tolata y Epizana, la llamada masacre del valle, desatada como represalia por parte de la dictadura del General Banzer. Esta anticipación del indianismo del nuevo milenio, a comienzos del siglo XXI, expresa la compleja dinámica entre las dos vertientes, la indianista y la nacional-popular. El katarismo de los setenta se incorpora al frente nacional de la Unidad Democrática y Popular (UDP). El indianismo del nuevo milenio mantiene su perfil propio, autónomo, desde septiembre del 2000 hasta septiembre del 2003, cuando el bloqueo de caminos del altiplano norte incorpora en las demandas aymaras la consigna nacional de la defensa del gas y la recuperación de los hidrocarburos. La

consigna de la defensa del gas adquiere connotaciones multitudinarias en la ciudad de El Alto, cuando en octubre se lanza a una Huelga General Indefinida. En octubre se cruzan dialécticamente la vertiente indígena y la vertiente nacional-popular, la memoria larga y la memoria corta, potenciándose mutuamente. Quizás la razón de su fuerza histórica se deba a esta combinación explosiva de temporalidades.

Las jornadas de movilización social de septiembre-octubre del 2003, que se desplegaron tanto en una geografía rural como en una geografía urbana, cuyos epicentros fueron el Altiplano norte, en un caso, y la ciudad de El Alto, con su consecuente irradiación en la ciudad de La Paz, sede de gobierno, en el otro caso, pueden ser muy bien comprendidas a partir de la complementariedad de las dos vertientes de la rebelión y la subversión, la indígena y la nacional-popular, que también pueden comprenderse a partir del juego histórico de la memoria larga y la memoria corta. Desde nuestra lectura, podemos decir que se trata de las dos formas del poder constituyente que atraviesan la formación social boliviana, dos formas de poder constituyente que sufren también su propia mutación, su devenir, dualidad entre continuidad y discontinuidad, su transformación y transfiguración en la temporalidad política y en el espacio social. La fuerza social no sólo de una rebelión, sino también de una insurrección pacífica, de una movilización general, gestada como huelga indefinida, radicaría en este caso en la actualización histórica de antiguas luchas y sus recorridos, de luchas recientes y sus trayectorias, de sedimentaciones geológicas de la memoria y de estratificaciones arquitectónicas de memorias recientes. La doble significación, la doble interpretación y el doble desplazamiento en espiral convergen en una complementariedad explosiva, en un presente extremadamente denso, atravesado por magnificas intensidades pasionales. Las jornadas de septiembre-octubre más que ser una síntesis, son más bien una doble hermenéutica, que corresponde a una doble estratificación complementaria. Dobles espacios y espesores, atravesados y tejidos por recorridos simultáneos, espacios, espesores y temporalidades que mantienen

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sus propias autonomías relativas. Este hacerse presentes, como aconteció en septiembre-octubre, acaece en un momento de exacerbada intensidad, recogiendo y replegando sobre su propio acontecimiento la acumulación ampliada de experiencias dobles, de doble veta, de dobles lógicas sociales. Los acontecimientos de septiembre-octubre se pueden avaluar tanto desde la perspectiva indígena como desde la perspectiva nacional-popular, pero quedaría la evaluación limitada si es que no se alternan simultáneamente las dos perspectivas, enriqueciéndose, influenciándose, irradiándose, hasta entrando en contradicciones en determinados periodos, pero siempre desplazándose mutuamente. La modernidad y el capitalismo han incorporado a su horizonte a la formación social, como periferia, pero también como umbral de ruptura. Esta afectación, este atravesamiento de lo global y mundial en lo nacional, regional y local, termina generando nuevas contradicciones, reestructurando el propio colonialismo, rediseñado como funcional a la acumulación capitalista. Las luchas anticoloniales son también luchas anticapitalistas y no dejan de ser, desde determinada perspectiva, luchas de liberación nacional. La problemática indígena es hoy una problemática social, política y cultural, tanto en el contexto nacional como en el contexto mundial. La resemantización de lo indígena en el contexto nacional es propia de la inserción de las formaciones autóctonas en el barroco de las formaciones abigarradas. Hay que también tener en cuenta que estas formaciones sociales sufren mutaciones debido a las condicionantes externas, de los mercados mundiales, de los intercambios internacionales, de las invasiones de capital y las transferencias del excedente de la

periferia a los centros de concentración de capital. Es en esta variabilidad, durabilidad y transformabilidad que hay que leer el sentido histórico de las movilizaciones sociales. Con esto decimos que no se puede retener la mirada en lo local, menos en la descripción cronológica y secuencial de los eventos. Es menester abarcar los distintos desplazamientos. Por eso es menester una deconstrucción de la gramática de los movimientos sociales, deconstrucción que marcha paralela a un juego alterno de descontextuamiento-contextuamiento de los mismos. Hay que dejar que se configure y se transfigure el acontecimiento mismo a partir de sus múltiples niveles, sedimentaciones, estratificaciones, niveles y temporalidades.

La república indígena-mestiza asoma en el campo de posibilidades del momento. Esta republica aplazada por los mismos proyectos liberales desde 1825, resurge retomando una duración mayor, la memoria larga del ayllu en el Altiplano, la cordillera, las caídas subtropicales y los valles andinos, de las territorialidades acuáticas nómadas de la Amazonia, de los recorridos itinerantes del Chaco Boreal, también de los cabildos y capitanías, misionales y postmisionales, de las parcialidades, de las comunidades y ferias coloniales. Emerge esta república peleando contra el olvido largo y corto. El olvido corto tiene que ver con la historia reciente de las luchas populares, cuyo magma imaginario radicaliza lo múltiple de los territorios y las condiciones de posibilidad históricas en la convergencia de representaciones colectivas de la morada, de la patria compartida, de la republica contenida por los aparatos ideológicos y políticos de un Estado que no deja de colonizar los cuerpos.

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El poder Constituyente: ¿En quién reside la soberanía?

Hablar de un poder constituyente es hablar de la soberanía, pero entonces nos preguntaríamos ¿En quién reside la Soberanía? Es decir quien puede mandar al pueblo en su totalidad y para contestar a esto un jurisconsulto llamado Berriat St. Prix hizo una encuesta haciéndoles esta misma pregunta que nosotros nos formulamos y las personas entrevistadas en su mayoría contestaron que "únicamente la Nación es dueña de determinar la forma de su gobierno".

Ahora vamos hablar de un poco acerca de la forma de pensar que tenía Rousseau, pues él era una persona muy exigente en cuanto a lo que respecta de la elaboración de leyes constitucionales. Él quería la unanimidad de los asociados en los votos al momento de la creación de una ley. Rousseau afirma "No existe sino una ley que por su propia naturaleza, exige un consentimiento unánime, el pacto social". Para poder entender mejor esto, él lo que buscaba era principalmente la unanimidad para la creación de cuerpos políticos y para la creación de leyes.

Así podemos afirmar que a diferencia de Rousseau ahora, en la actualidad, en el derecho moderno, un poder constituyente reside en la nación misma que expresa su voluntad por medio de un Congreso organizado que discute y expide las leyes constitucionales y también en la actualidad se toma a la Soberanía como "la facultad de dictar leyes y establecer la forma de gobierno que más convenga a los intereses de la sociedad, esto es para un mejor entendimiento el que la soberanía reside únicamente en el pueblo pues es el único que puede establecer la forma en que se quiere ser gobernado; pero su representación y ejercicio lo ejercen diputados elegidos por los ciudadanos bajo la forma que perciba la constitución”.

Pero aun así hablando de que el pueblo escoge su propia forma de gobierno podemos preguntarnos también lo que es el pueblo, y como respuesta podemos deducir que el pueblo es el conjunto de ciudadanos o personas con derecho a votar y ser votadas en las elecciones y como toda esa totalidad de ciudadanos que no puede llegar a un consentimiento unánime al formar una ley, ya que esta se hace con el consentimiento de una mayoría.

Para poder concluir sobre lo que es el poder constituyente, debemos recalcar que este reside en la totalidad de los ciudadanos que se organizan jurídicamente para darse una constitución pero la mayoría de ellos es la que tiene la ultima palabra.

A pesar de haber dicho todo esto se sigue diciendo que los pueblos se organizan políticamente y no al margen de exigencias doctrinarias ni de principio teóricos y también la forma de creación de las constituciones, aunque no sean de América han sido creadas después de las revoluciones o actos de violencia, y aunque de esta manera han surgido no solo constituciones existe algo muy cierto; y es que el hombre no puede solo vivir de hechos consumados sino que tiene tantas ideas que prefiere alimentarlas de ilusiones mentirosas a aceptar una triste realidad.

Continuando con lo relativo al poder constituyente, hasta ahora se conocen dos teo-rías acerca de la forma de actuar de dicho poder.

Una de estas es la de Sieyés que se expone en un folleto llamado ¿Qué es el tercer Estado? En pocas palabras él decía que la soberanía de que goza la nación la faculta para determinar su voluntad en la forma que ella quiera; como punto de vista podemos decir que es suficiente que la voluntad soberana se manifieste y que existan

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determinados requisitos que se deban cumplir, y no porque exista cierta voluntad contraria no se vayan a llevar a cabo.

El problema que tiene ahora el derecho constitucional es el falso supuesto de una voluntad nacional que no existe, ya sea que se organice la tiranía de un solo hombre o de un grupo de audaces; esto es precisamente

que la voluntad nacional difícilmente se cristaliza, y de hecho no existen puntos esencialmente establecidos en la constitución. Mirabeau sostiene la misma doctrina de Rousseau, diciendo que: "al pueblo se le debe dar un medio legal de reformar en sus partes y aun de cambiar en su totalidad la constitución, que ha jurado tal es el verdadero origen de la ley que nos ocupa".

http://www.monografias.com/trabajos7/queco/queco.shtml

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Impulsan asamblea constituyente: Movimientos sociales convocan a movilizaciones por cambios estructurales

Alex Contreras Baspineiro

Jefe Sudamericano de Narco News -10 de abril de 2004

COCHABAMBA-BOLIVIA, 9 DE ABRIL.

La Asamblea Constituyente antes que las elecciones municipales de diciembre próximo es la prioridad para solucionar los problemas políticos, económicos y sociales en forma estructural y por la vía pacífica en Bolivia, según la principal determinación de la asamblea de los movimientos sociales realizada en Cochabamba.

La Asamblea Constituyente Popular está entendida como una instancia de organización política de la sociedad civil, a través de la cual los hombres y mujeres del campo y la ciudad, recu-peran su capacidad de participar, discutir y decidir sobre los asuntos colectivos.

Los representantes ciuda-danos deben ser elegidos por sus organizaciones, sin intro-misión política-parti-daria ni menos del gobierno.

Entre el 2 y 3 de abril, representantes de diferentes organizaciones que corresponden a los movimientos sociales, del campo y la ciudad, se reunieron en esta ciudad, para delinear estrategias conjuntas hacia el futuro.

En el importante evento que puede marcar un hito en las luchas sociales de este país y de otros del continente, el dirigente fabril y portavoz de la Coordinadora del Gas y los Recursos Naturales, Oscar Olivera, remarcó que la Asamblea Constituyente debe tener como base la participación de la gente para decidir el país en el que queremos vivir.

Participaron como expositores la dirigente indígena Marisol Solano, el investigador Alejandro Almaraz, el analista político Roger Cortez y el responsable de coordinación del gobierno para la constituyente Ricardo Paz.

Cortez y Paz fueron cuestionados por su pasado y por su presente; antes eran militantes de izquierda y del movimiento popular, hoy son defensores del neoliberalismo.

El representante de las organizaciones populares de El Alto (La Paz), René Alarcón, afirmó que aunque en la actual coyuntura existen incluso rumores de un Golpe de Estado, la mayoría de los pobladores de los sectores empobrecidos ya perdieron el miedo y están decididos a conseguir sus objetivos.

Uno de los mensajes de la “Guerra del Gas” de octubre del año pasado, en que los bolivianos y bolivianas derrocaron a un tirano que llevaba el sobrenombre gringo de “Goni” –Gonzalo Sánchez de Lozada– fue también la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

Según Ricardo Paz, el representante del gobierno, este instrumento debe ser instalado cuando la gente esté informada y capacitada sobre este mecanismo de deliberación pacífico y democrático; es decir, no en este año.

En Bolivia, se tiene marcada en la agenda tres consultas populares: el referéndum sobre el gas, las elecciones municipales y la constituyente.

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La determinación del gobierno es realizar el referéndum sobre el gas a mediados de año, las municipales a finales y la constituyente quizás el próximo, quizás.

Sin embargo, es bueno considerar que para los partidos políticos tradicionales, las transnacionales y la propia embajada de Estados Unidos no es prioridad ni las elecciones municipales por el ascenso del

Movimiento al Socialismo (MAS), tampoco la Ley de Hidrocarburos que recupere los recursos naturales para los bolivianos, ni menos la Asamblea Constituyente.

Estos sectores que virtualmente fueron aplastados por el movimiento popular en la “Guerra del Gas” trabajan en forma silenciosa para tratar de frenar avances en la constitución boliviana.

Sin exclusión social

El analista Roger Cortez dijo que la constituyente se convierte en la única forma de arreglo pacífico y democrático a los problemas por los que atraviesa Bolivia; advirtió que si este proceso no prospera “la violencia más grande volverá a aparecer con características verdaderamente cataclísmicas”.

Varios de los representantes de organizaciones populares afirmaron que si el gobierno no escucha las demandas de la población a través del diálogo, se lo hará mediante medidas de presión.

Es bueno recordar que el 17 de octubre de 2003, el presidente electo Carlos Mesa, prometió en su discurso viabilizar la Asamblea Constituyente. Esta instancia debe estar formada por representantes de todos los sectores sociales de este país multicultural y multilingüe y tendrá la potestad de “refundar” Bolivia derogando y formulando leyes, decretos y reformas basadas en la constitución.

Aunque aún no se ha definido quiénes y cómo se elegirán ni tampoco cuántos ni de dónde serán los “constituyentes”, los movimientos sociales pretenden tener una participación activa y definitiva. La dirigente indígena del oriente del país, Marisol Solano, dijo que la Asamblea Nacional Constituyente debe eliminar la exclusión social.

Explicó que la posición de los pueblos indígenas está referida a la participación directa, activa y unitaria de los diferentes

sectores sociales sin la mediación de los partidos políticos.

“Lo que pretendemos los indígenas es una Bolivia independiente, soberana, multilingüe y pluricultural, porque aunque actualmente la Constitución Política del Estado establece estos preceptos, no se los lleva a la práctica”, subrayó.

Se estima que en el oriente, chaco y amazonía de este país existen 37 nacionalidades o pueblos indígenas como los guarayos, guaraníes, chácobos, matacos, yukis, yuracarés, sirionós, trinitarios, chimanes, matacos y otros; en el altiplano y valles están ubicados mayoritariamente los aymaras y quechuas, aunque también existen los urus, muratos y otros pueblos.

Los representantes de esos pueblos indígenas reclaman participar directamente en la constituyente, así también como el resto de organizaciones de la sociedad civil.

La demanda de la Asamblea Constituyente no es nueva. Producto de la “Guerra del Agua” en el 2000, los bolivianos y bolivianas, demandaron cambios urgentes y, sobretodo, participación activa en las decisiones de este país. En esa histórica página de la historia boliviana, no sólo se expulsó a una transnacional como Bechtel-Aguas del Tunari ni se perforó el modelo neoliberal, sino que se empezó a unificar banderas de movilizaciones populares, desde abajo.

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Desde abajo

Para evitar conflictos en el futuro pero sin grandes reformas, el gobierno apoyado en los empresarios privados, las transnacionales y la denominada clase política y presionada por la embajada norteamericana intenta consolidar un pacto social; los movimientos sociales negaron su participación.

El gobierno de Carlos Mesa que es consecuencia de la “Guerra del Gas” impulsa un pacto social sin grandes cambios; los movimientos sociales demandan salidas estructurales que además de la constituyente debe enmarcar la Ley de Hidrocarburos (recuperación de los recursos naturales hoy en manos de las transnacionales), la derogatoria de la Ley de Pensiones (referida a la jubilación de ex trabajadores) y la modificación del artículo 55 del Decreto Supremo 21060 (referida a la libre contratación).

El pacto social es sinónimo de Asamblea Constituyente para los representantes de los sectores populares.

Hace un par de semanas atrás, una reunión en la Embajada Norteamericana con dirigentes de los partidos políticos tradicionales como el MNR, MIR, UCS, NFR y ADN, obligó a los mismos a apoyar la gestión gubernamental de Mesa, cuyas medidas no benefician a las mayorías nacionales sino que sigue los pasos del ex presidente Sánchez de Lozada.

Ante esa política demagógica y el intento de exportar el gas boliviano a Chile, vía Argentina, los movimientos sociales en las últimas horas se declararon en estado de emergencia: la Coordinadora de Defensa del Gas y los Recursos Naturales convocó a una movilización a nivel nacional para el 15 de abril y la Central Obrera Boliviana (COB) a

una huelga general e indefinida desde el primero de mayo con bloqueo de caminos.

El dirigente de la Coordinadora de Juntas Vecinales de Oruro, Fredy Huayta, dijo que las elecciones municipales no resolverán los problemas estructurales del país sino que profundizarán la crisis económica en que nos debatimos. “La única solución es la constituyente”.

Explicó que la constituyente necesariamente debe nacer desde abajo y no desde la clase política corrupta ni tampoco desde el actual gobierno que sólo escucha los designios de la embajada norteamericana.

Los sectores sociales bolivianos reconocen que se encuentran en el proceso de concientización y difusión para que este mecanismo no sea apropiado por los sectores que circunstancialmente controlan este país con el respaldo de los medios de comunicación comerciales, sino por el verdadero pueblo.

Para este efecto, conformaron el Comité Impulsor de la Asamblea Constituyente en base a tres comisiones de propuestas, difusión y organización con el único objetivo de realizar encuentros y de socializar toda la información hacia las bases.

Estos sectores, como otros del país ubicado en el corazón del continente americano, tienen muy claro el panorama de Bolivia: este año a través de la concertación o las medidas de presión se deben resolver problemas estructurales.

http://www.narconews.com/Issue32/articulo940.html

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La refundación del país encabeza los pedidos, para construir un nuevo Estado y acabar con la exclusión.

En el encuentro se vio que la coordinadora podría servir para informar, capacitar, analizar, debatir y organizar procesos de concertación en busca de la unidad entre todas las organizaciones del país. La coordinación se la podría hacer hacia arriba (autoridades campesinas e indígenas) y hacia abajo (las bases) y el diálogo sería con todos, incluso instituciones y autoridades.

Pero no pudo ser, a pesar de que su intención de unirse no sólo es verbal, sino escrita, tal el caso del tercero punto del documento de Vinto: "La unidad entre nosotros no debe ser

sólo una consigna, sino una práctica. Divididos y peleando por intereses mezquinos no podremos avanzar en nuestro proyecto".

¿Qué opina Román Loayza sobre estos desencuentros? El asegura que "siempre habrá descontentos y roces entre las organizaciones que estamos aglutinándonos, pero con el transcurso del tiempo los supe-raremos, porque hasta ahora aún estamos domesticados, adoctrinados desde el colonia-lismo occidental. Ahora debemos descolonizamos".

UNA NUEVA CASA

La refundación del país encabeza sus reivindicaciones. ¿Qué entiende por refundar el país?, le preguntamos a Vicente Flores. "Significa que las decisiones sean del pueblo. Hasta aquí nos han conducido como si fuéramos rebaño. Nos sentimos mal. El Estado parece un mundo aparte y la sociedad civil, otro. Ambos deben unirse".

¿Y para usted?, se consultó a Loayza. 'No sólo ahora se habla de refundar el país, lo hacemos desde la protesta durante los 500 años que se recordaron por la invasión española. Entonces ya se habló de hacer un nuevo Estado. Ya hemos madurado y con la guerra del gas abrimos la posibilidad de que se reforme la Constitución. Esto no quiere decir que entraremos al modelo económico neoliberal y a la ideología occidental europea. No. Nosotros haremos lo nuestro. El nuevo Estado no significará someterse a un aymara o quechua. Tiene que ser horizontal. Por eso no hablamos de justicia y libertad, sino de

reciprocidad, redistribución y complementariedad".

La refundación para los dirigentes de estas organizacionesde base viene forzosamente de la mano de un cambio total de la Constitución del país y, por ello, hablan de derribar toda la casa para construir otra porque la que existe está mal edificada desde sus cimientos, los que obedecen a intereses de quienes nunca los tomaron en cuenta e hicieron las leyes a la medida de unos cuantos, las que ni siquiera las cumplen.

Escribir otra Constitución con una nueva forma de concebir el Estado boliviano a partir de una política y economía propias basadas en la reciprocidad y el bienestar para todos es una de sus metas. Pero no la única porque otros temas como la tierra y territorio también son motivo de análisis y debate.

Que hablen los protagonistas

Los pueblos originarios ya no quieren que otras personas hablen por ellos. Tampoco

están de acuerdo en darle alas al que con su palabra divida y no construya. No buscan la

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exclusión entre pueblos rurales y urbanos. Participarán con las reglas de juego de

cualquier boliviano para que el proceso sea legal y constitucional.

Los temas de la Constituyente

Los pueblos originarios tienen en mente: cambiar el nombre del país por uno que incluya a todos; modificar la estructura y organización del Estado; analizar la im-plementación de otro tipo de economía y qué tipo de FFAA y Policía deben existir; discutir sobre tierra, territorio, descentralización, recursos naturales y educación.

Cuando plantean la recuperación del suelo, subsuelo y aire, pueden ocasionar más de una reacción porque en el subsuelo están riquezas que pertenecen a todos los bolivianos. Sin embargo, Flores, Loayza y Apaza aclaran que los campesinos e indígenas no piensan en el derecho propietario al estilo de los occidentales. "No pretendemos -aseguró Loayza- ser propietarios individualistas. La comunidad íntegra a nivel territorial -sea municipio,

provincia o departamento- será la dueña y no para apropiamos, sino para que el país disfrute. En Bolivia no puede haber pobres ni ricos. Todos debemos vivir complemen-tándonos. Seria jodido fomentar otra vez ser dueños. No queremos eso".

¿Y qué lugar ocuparían en todos estos planes las personas que viven en las ciudades? Aseguraron que forman parte, porque "son nuestros descendientes". Los únicos que no tendrán jamás cabida serán los corruptos, sentenciaron.

Por el momento, campesinos e indígenas están abocados a informarse lo más que pueden sobre las características de la Asamblea Constituyente

La elección de los constituyentes

Hay más de una opción, pero una de las más planteadas es la elección de un indígena, una mujer y una tercera persona "de otras culturas". Hay quienes creen que con esta fórmula se asegurarían por lo menos un

tercio de los asambleístas. No quieren la elección de constituyentes por organización porque podría fomentar y aumentar la división.

Los constituyentes, un espejo del país

Los pueblos originarios no quieren escuchar hablar de partidos políticos porque sienten que los traicionaron, mintieron y usaron más de una vez. Por ello, plantean que los asambleístas representen a la ciudadanía,

entendida como el conjunto de los sectores sociales de las regiones porque Bolivia no sólo es Qullasuyu, sino llanos, Chaco y Amazonia.

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“El Congreso debe cesar para elegir Asamblea Constituyente”. * Bolivia no necesita reformas, sino cambios profundos para la refundación del país

LA PATRIA

El Congreso Nacional debería cesar en sus funciones, para elegir a la Asamblea Constituyente, que se encargue no sólo de hacer reformas, sino de una transformación profunda de la Constitución Política del Estado, afirmó el ex ejecutivo del magisterio urbano de Oruro, Eduardo García Morales.

“Si va a haber una Asamblea Constituyente, tiene que cesar el Congreso Nacional. La Asamblea sería un instrumento válido, una instancia válida para ver los problemas nacionales y emitir una ley de leyes que es lo más importante”, dijo.

Bolivia realizó 16 reformas a la Constitución Política del Estado, desde 1825, cuando se fundó la República. La creación de la Constitución data de 1826, que es la originaria y bolivariana; en 1880 se transformó el Estado con una Constitución de orientación liberal; en 1938 se convirtió en socialista y en 1967 se incorporaron las conquistas de la revolución de 1952.

La reforma del 12 de agosto de 1994, durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, se convirtió en liberal, aunque se incorporaron otros matices para tratar de garantizar los derechos de la ciudadanía, con el Defensor del Pueblo, el Tribunal Constitucional y el Consejo de la Judicatura, pero ninguna de las reformas hechas logró resolver los problemas del pueblo boliviano.

“Para reformular simplemente la Constitución, no se estuviese llegando a las raíces de un profundo cambio, pero si nos planteamos una refundación, estaríamos hablando de cómo se pueden resolver los problemas de los bolivianos, tomando en cuenta los orígenes del pueblo”, dijo Eduardo García.

“Estaríamos hablando de una nueva patria, de una nueva refundación del país, porque si

estamos hablando de darle sólo un maquillaje, para reformular algunos artículos de la Constitución Política del Estado, no se estaría tocando el fondo del problema del país”, advirtió.

García, docente y abogado, dijo que mucho dependerá del concepto político que pueda tener cada uno de los asambleistas, porque incluso “se puede llegar a consolidar la misma Constitución o tal vez mejorarla, pero en el sentido de la clase dominante; si la Asamblea Constituyente va a estar conformada por quienes gobiernan o por quienes se encuentran en el aparato Estatal o en la clase dominante, sólo habrá una simple reforma”.

Consideró, por lo tanto, que el tema es sumamente delicado y de mucho análisis.

Consideró que el pueblo de Bolivia, los trabajadores, en fin todo ciudadano, debe preguntarse: ÀQué quiere para su Patria? ÀQué Ley quiere para su Patria? y de acuerdo a eso tener un enfoque político cabal, de acuerdo a nuestras necesidades y nuestras aspiraciones como pueblo boliviano.

- ¿Se podría elegir a través del voto?

Si. Cada uno de los sectores, dentro de la democracia directa, tendrían que elegir a ciudadanos que pueden representarlos en sus aspiraciones y sus derechos. Debe ser una elección directa, por cada uno de los sectores, de manera transparente, democrática, sin la manipulación que en muchos casos hay ejercicio de presión política e inclusive de corrupción, económica.

El ejercicio mejor es la democracia directa, para formar una Asamblea Constituyente veraz que pueda garantizar una elección libre de los asambleistas.

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Una Asamblea Constituyente sin manipulación viabilizará Bolivia

La Asamblea Constituyente, aquélla reunión permanente de representantes sociales bolivianos cuya tarea será redactar las nuevas bases de funcionamiento del país, se convierte en una esperanza de viabilizar el país ante la real inviabilidad demostrada en el descontento de la mayoría frente ala tozudez de una minoría, representada en Gonzalo Sánchez de Lozada que, de Presidente pasó s ser un ciudadano fugado de Bolivia.

Pero para que esta Asamblea Constituyente tenga los frutos esperados, deben cumplirse algunas condiciones, a saber:

Los actuales políticos, participarán seguramente de esta discusión (casi imposible excluirlos de golpe) pero esta participación real debe ser mínima.

Los medios de comunicación tradicionales, que demostraron estar al servicio del poder mediante censura y manipulación de contenidos, no son los adecuados para la discusión de la AC.

La discusión debe ser callejera y social, es decir, la gente debe debatir en sus zonas, barrios, comunidades. Las asambleas han demostrado ser efectivas en las ciudades y el área rural.

La clase media boliviana, esa que supo inteligentemente sumarse a la protesta social de octubre reciente -especialmente en la zona sur de La Paz- debe sumarse ahora a esa discusión y despojarse de prejuicios para aportar realmente a la viabilización del país.

Hay que “masificar” los medios alternativos de comunicación: Debates de base comunitarios (en barrios y comunidades), uso de la internet, distribución masiva de fotocopias sobre tema de debate: Gas, ALCA, AC; boletines callejeros anónimos que están muy de moda en plazas públicas como “la Pérez Velasco” de La Paz o “La Ceja” de El Alto, donde diariamente boletines en tamaño medio oficio y 12 páginas se venden a Un Boliviano.

http://www.elalto.galeon.com/consituyente.htm

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Capítulo Nº 2

La elección de los asambleístas

“La experiencia no es lo que pasa a un hombre, sino lo que ese hombre hace con lo que le pasa”.

Aldos Huxley

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Introducción al Capítulo II

Otro de los puntos de discrepancia es la elección de los asambleístas, es decir, si se elegirán

por delegaciones corporativas o será una elección por voto universal. Todo no queda ahí,

porque surge otra propuesta a raíz de ello que los delegados sean electos por circunscripción

y/o delegados por departamento. No se puede olvidar también que por la diversidad de

culturas y etnias que tiene el país ellos también piden un espacio dentro de la constituyente, es

así que hay que determinar la cuota mínima por etnia y obviamente por género.

Al existir diversidad de necesidades también surgen varias propuestas entre ellas podemos

mencionar:

El sistema uninominal: en función del establecimiento de un determinado número de

circunscripciones electorales uninominales en el territorio nacional. No se representan a las

minorías en la asamblea.

El sistema de representación: proporcional de las minorías por listas estadales o nacionales,

tomando en cuenta el cociente electoral y residuo. Pueden quedar diversos sectores sin

representación.

Un sistema mixto: que combine las ventajas del sistema uninominal sin quebrantar la

representación de las minorías.

Es imprescindible determinar que la Asamblea Constituyente se tiene que llevar a cabo con la

mayor democracia y representatividad posible, es por tal razón que el planteamiento más

objetivo y participativo realizado es el de elegir a los constituyentes por voto universal con la

opción de voto cruzado donde debe existir representante hombre, mujer y indígena, donde

todos tendrán la opción de participar, partidos políticos, organizaciones ciudadanas e indígenas.

Entonces la Asamblea tiene que ser representativa de la nación como un todo, y no de

fracciones particulares de ella. Se desea que la asamblea sea la mejor expresión de la

participación popular.

CEDIB

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CAPITULO 2

2.1 La elección de los asambleistas

2.1.1 Delegaciones corporativas vs. elección por voto universal

La elección de los asambleístas

Aún no están claras las posiciones sobre la fórmula a elegir. Dos analistas advierten que deberá ser democrática.

Uno de tos primeros acuerdos que tendrá que construir para que la Constituyente vaya por buen camino será sobre la forma de elección de las personas que integrarán la Asamblea que redactará la nueva Constitución. El encargado del Gobierno para apoyar este proceso, Ricardo Paz, cuenta que tiene sobre su mesa muchas propuestas.

Entre los planteamientos están, por ejemplo; tres que son parecidos porque se efectúan mediante votación: elegir a un representante por cada una de las 68 circunscripciones uninominales que tiene el país, votar por dos (un hombre y una mujer) o por tres (un varón, una mujer y un campesino o indígena). Otros plantean que las organizaciones designen a su representante. Y están los que quieren mezclar ambos caminos: el democrático y el corporativo (designación dentro de una agrupación y no por el voto de todo el pueblo boliviano).

Sin embargo, más allá de las formulas, lo que preocupa especialistas como Benjamín Miguel y Jorge Lazarte es que la elección sea democrática, es decir, mediante votación como una elección presidencial o municipal,

lo que no sucedería si lar organizaciones designan a sus representantes.

Miguel, encargado del equipo de trabajo sobre las reformas constitucionales en la Carrera de Derecho de la universidad Mayor de San Andrés, opina que si se hace una selección antidemocrática.

Saben que la historia del país es la historia de su exclusión. Vicente Flores Romero, jiliri apumallku del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasúyu (Conamaq), pone comoantecedente lo sucedido cuando nació la primera Carta Magna boliviana. "En 1826, los pueblos originarios no fuimos consultados para aprobar la primera Constitución y, desde entonces, data la exclusión de nuestro pueblo. Ahora queremos participar en la elaboración de las nuevas reglas que favorezcan a las mayorías. El mismo Gobierno dice que el 64 por ciento de la gente es pobre".

La Central ObreraBoliviana, representada por su máximo ejecutivo Jaime Solares, no ha definido la fórmula que propondrá. "Todavía no tenemos ningún criterio al respecto".

En el ampliado nacional de la máxima organización de los trabajadores realizado el 7 de abril en Huanuni, efectivamente el tema estuvo ausente de los discursos de los dirigentes.

CAMINO DEMOCRÁTICO

El Movimiento al Socialismo (MAS), partido que tiene un importante número de votos en

el Parlamento y está vinculado a los cocaleros del Chapare, tampoco ha definido algo al

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respecto. Pero, el diputado Antonio Peredo Leigue ya tiene una posición:. "Mi criterio es que acudamos a lo que tenemos en este momento: las circunscripciones como base de la elección de los miembros de la Asamblea, y establecer en ellas modos de elección que garanticen la presencia de pueblos originarios y la equidad de sexo. Una nueva forma de elección crearía dificultades".

El MAS apoyaría el camino democrático, la CSUTCB propone la vía corporativa y la COB no sabe qué apoyará.

Para Benjamín Miguel, ésta es una de las posiciones más aceptables. "Estaríamos hablando de 68 candidatos de acuerdo a las circunscripciones, elegidos democráticamen-te. Lo malo o riesgoso sería que los can-didatos -después de su elección- no colmen las expectativas o se vayan a inclinar por algún partido político".

A pesar de que Nemecia Achacollo, secretaria ejecutiva de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia Bartolina Sisa, explica que su sector definirá el 2, 3 y 4 de julio, en un ampliado nacional a realizarse en

Chuquisaca, cuál será la posición exacta que asumirá, tiene claro que cualquiera sea la fórmula, exigirá que la participación de las mujeres sea en la misma proporción que la de los hombres.

Consultada si esto significaría que su federación podría adscribirse, en ese caso, a la propuesta de que por cada circunscripción se elija a un hombre y una mujer, ella contestó que sí y que también está en consideración la fórmula en la que se proponen tres candidatos por cada circunscripción: un hombre, una mujer y un campesino o indígena.

Miguel reconoce que las mujeres campesinas no sólo conocen y viven el problema de la crisis y la realidad bolivianas, sino que saben muy bien cuán importante es su participación en las decisiones del país; sin embargo, cree que el problema no sólo pasa por la equidad de género, sino por un componente téc-nico."Sobrepasar los 80 asambleístas sería dispersar la discusión y favorecer a un sector u otro y sería antidemocrático".

FÓRMULA CORPORATIVA

Felipe Quispe, líder de una fracción de la Confederación Sindical única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), cree que la elección de los asambleístas amerita un análisis cuidadoso y sabio, porque sus delegados tendrán la misión de proponer la reconstitución de la República del Qullasuyu. Por ello, los representantes deberían ser elegidos a través del voto de los sindicatos agrarios, subcentrales, centrales, provinciales y departamentales. "Y propondremos que por

la CSUTCBvayan delegados entendidos en la materia como jóvenes que hayan cursado la Carrera de Derecho, para que puedan hablar de igual a igual". Miguel aclara que esta propuesta (corporativa), estaría desconociendo el derecho a elegir de los ciudadanos que no pertenecen a ningún sector; por tanto, es antidemocrática. Lo rescatable, para él, es la idea de que los candidatos sean entendidos en temas legales.

LISTAS COMBINADAS

Vicente Flores Romero, líder del Conamaq, plantea que el 50 por ciento de los asambleístas sea elegido de forma cor-porativa (en cabildos) y el, otro 50 por ciento mediante el sufragio de todos losbolivianos.

Así se asegurarían la representación que les corresponde, "tomando en cuenta que no fuimos consultados en la primera Asamblea Constituyente". Y se están preparando.

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Asamblea Constituyente: ¿representación ciudadana o representación corporativa?

LAZARTE R., JORGE

La semana pasada, el autor planteó ya serias observaciones a la recién aprobada, aunque transitoria, nueva Constitución que dará paso a la Asamblea Constituyente. Como ex vocal de la Corte Nacional Electoral y politólogo, Lazarte advierte que el proceso constituyente no puede ser mirado sólo con complacencia sino de manera crítica, y así considera que sería funesto, por ejemplo, determinar la representación en dicha asamblea mediante mecanismos corporativos.

La Asamblea Constituyente (AC) ahora forma parte de la Constitución Política del Estado (CPE). Una ley posterior debe aprobar sus reglas de funcionamiento. Esta AC puede ser una oportunidad para el país o constituirse en una amenaza para su preservación. La alternativa dependerá en gran parte de quienes formen parte de la AC y de la manera cómo sean elegidos los constituyentes.

Incidentalmente debemos señalar que, si se trata de elegir a` los miembros de la AC, eso quiere decir que se elegirá a "representantes" en el marco de una "democracia representativa" y no de una democracia directa, que no es viable sino en microsociedades. Por ello, proponer la idea de que se trata de pasar de una democracia representativa a otra participativa es simplemente una insensatez o un engaño.

La AC ha reactivado los viejos y nuevos particularismos y corporatismos en el país (sindicatos, juntas vecinales, comités cívicos y parcialidades de todo tipo) que exigen una representación propia y directa en la Constituyente. Esta forma de representación no sería posible sino mediante un sistema de cuotas, que es lo que queremos discutir en este artículo, señalando su incongruencia con los fines de la AC, con los principios de la democracia ylos altos riesgos para el país.

La incongruencia de la representación corporativa

La representación corporativa no es congruente con los fines de la AC de debatir y aprobar los principios y reglas generales del funcionamiento de las instituciones y del poder, la forma de relacionamiento entre éstos y la sociedad civil, y regular las relaciones entre ciudadanos y entre éstos y el Estado. Es decir, se trata de definir el perfil institucional de un país para todos y no a la medida de cada uno. Una Constitución es siempre normativa, por tanto, se refiere más a lo que debe ser el país que a lo que es. La nueva CPE debe fijar los grandes valores que orienten la construcción del país por largos años. Por ello mismo el nivel del debate debe ser en términos de país y no en términos corporativos, particularistas y egoístas. En las demandas de representación corporativa, de cualquier clase que fuera, existe una visión corporativa por la cual cada sector particular cree que es el país y que

habla en su nombre, y que, por ello mismo, espera que la AC resuelva sus problemas. Aquí existe un profundo malentendido que opera por sustitución de lo general por lo particular y que está en la base de la confusión entre lo que puede y debe hacer una AC y las expectativas de la mayor parte de la población, alentada por la ilusión de que basta una nueva CPE para que el país sea distinto. Sólo profundas frustraciones históricas colectivas y la necesidad muy humana de inventar esperanzas, así sean particularistas, en sintonía con la situación del país, pueden explicar este hecho. Todo este sentimiento ignora que si el país que se tiene es distinto del país que se quiere, no es porque la Constitución haya sido el obstáculo, sino porque fallaron quienes tuvieron en sus manos las decisiones del país. Seguramente el país sería otro si los principios constitucionales efectivamente hubieran

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funcionado en lugar de ser violados o ignorados.

Si la misión de la AC no es definir intereses "corporativos" ; entonces la representación corporativa no es su correlato. Una cosa no va con la otra. Si lo que debe definirse son principios generales, entonces la representación debe ser del mismo nivel y no particular. Lo deseable sería que nadie represente a ningún grupo constituido o

existente, ni ningún grupo esté representado directamente.

De otro lado, la representación corporativa es un retroceso respecto a la idea de la representación ciudadana moderna y a la propia CPE actual, que no reconoce privilegios o fueros de ninguna: naturaleza. No se organiza un país marcando primeramente las diferencias, cuya forma de existencia debe garantizarse en otro nivel.

El potencial centrífugo de la representación corporativa

La demanda por cuotas corporativas puede viabilizarse de dos formas. En un caso, reservando a una parcialidad o corporación la exclusividad de las candidaturas. Si fuera así, aunque se vote ya no sería propiamente una elección pues se habrían eliminado otras alternativas, lo que contradice el principio de la libre elección y de libre presentación de candidaturas.

La cuota puede también viabilizarse mediante la designación o elección directa de los constituyentes por parte de los afiliados o componentes de la corporación o parcialidad. Aquí también se elimina el derecho a elegir, con lo que nuevamente se viola un principio democrático universal y los principios de la CPE.

Por su propio carácter, la representación corporativa puede alentar los intereses localistas y egoístas, que fragmenten aún más al país ya en proceso de fragmentación interna. En lugar de unir al país puede provocar su fractura interna en distintas direcciones: regional, étnico, departamental, provincial, socio profesional, militar-policial, etc. En el mejor de los casos, se podrían negociar intereses distintos o contrapuestos, pero esto no es compatible con una CPE que debe tener coherencia interna, y ello no puede lograrse negociando. Se negocian los intereses y no los principios constitucionales. Lo que puede salir de una negociación es una CPE contrahecha y contradictoria como traje de arlequín.

La representación corporativa puede dar lugar a presiones externas muy fuertes sobre la AC en consonancia con la idea de mandato imperativo, tan ajeno a la representación

moderna ciudadana. Aprobar una AC por presiones es como querer realizar una operación de alta cirugía en pleno terremoto. A la AC hay que darle condiciones de plena deliberación democrática, que no se podrá lograr mediante la presión o la fuerza física que reemplace la fuerza de la argumentación. La condición de igualdad de los asambleístas se romperá por la presión corporativa y ganarán los altavoces y no necesariamente los que tengan razón. La experiencia parlamentaria de los últimos años tiene ejemplos de votos por conminatoria. Esto puede ser todo menos democracia.

De otro lado, esta representación corporativa no debe ser fuente de legitimación de la AC, pues en este caso se reconocerá derecho a veto corporativo, derivado del reconocimiento del derecho de representación corporativa. Cada sector que crea que no ha sido "escuchado"; se otorgará este derecho de ser fuente de legitimidad, y como todos podrán hacerlo, el resultado será un conflicto generalizado de legitimidad corporativa, imposible de manejar. El déficit de legitimidad existente será agravado por legitimidades corporativas incompatibles.

Finalmente, la idea corporativa además tiende a romper con el principio de las mediaciones sin el cual no funciona la democracia moderna. Reconocer que las organizaciones sociales puedan ser sus propios mediadores entre ellas y el poder, no sólo es una contradicción en los términos, sino es acabar con la distinción entre Estado y sociedad civil, otro principio de la democracia moderna.

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Las candidaturas deben expresar la diversidad del país

Cuestión distinta es que la diversidad del país pueda y deba expresarse en las candidaturas. Una elección democrática sólo tiene sentido si es posible optar entre varias alternativas. Las reformas constitucionales recientes, al dar fin al monopolio partidario de las candidaturas, han abierto la posibilidad de que agrupaciones ciudadanas no partidarias

postulen candidaturas, ampliando con ello el espectro de las opciones, que seguramente serán más ricas y diversas, que expresen mejor al país real. Pero una cosa es presentar candidatos y otra cosa es definir a los elegidos mediante la cuota, por encima del principio del voto ciudadano.

La representación ciudadana como fuente de legitimidad

La AC que funcionará en Bolivia será lo que los constitucionalistas llaman "derivada"; pues su origen legal deriva de normas y poderes constituidos previos, y no "originaria" producto de una "revolución" que eche abajo todo el ordenamiento institucional. Por tanto, la AC deberá respetar la actual CPE por lo menos hasta redactar una nueva Constitución.

Todo ello quiere decir que los constituyentes deben ser ciudadanos elegidos por otros ciudadanos, y todos en condiciones de igualdad, lo que no rima con una "elección" por cuotas, que establece desigualdades en favor de ciertos grupos. Este es un punto crucial y forma parte de la visión de país que se tenga. ¿El Estado debe fundarse o refundarse sobre la idea de ciudadanía o

sobre intereses corporativos? En este último caso, ¿qué es lo que uniría al país, que sea distinto de sus componentes? La alternativa es entre un país moderno, fundado sobre la idea de ciudadanía, o un país fundado en parcialidades, no que no tengan nada de común, excepto sus diferencias. La representación ciudadana convierte al principio de ciudadanía en principio universal compartido y en fórmula de unidad frente a la representación corporativa, potencialmente segregadora.

De todo ello se deduce que la legitimidad de la AC debe provenir, en última instancia, del voto ciudadano expresado libremente en las urnas, a través de un referéndum ratificatorio de la nueva constitución.

Los Constituyentes

Un tema particularmente complejo que se deberá resolver en el futuro inmediato, es el relativo al número y a la forma de elección de los constituyentes. Se tienen que responder las siguientes preguntas: ¿cuántos representantes debe tener, como máximo la Asamblea? y ¿cómo se procederá a su elección?

Sobre la cantidad de constituyentes no existe un parámetro definido. El sentido común indica que la Asamblea no debería, en ningún caso, exceder el número de representantes de los que actualmente tiene el Congreso Nacional. Estamos hablando de 157 miembros (o menos).

Se ha mencionado que podría tomarse como base las 68 circunscripciones uninominales establecidas por ley, y convocar en cada una de dichas circunscripciones a la elección de dos constituyentes por mayoría simple. Esto es, se incorporan a la Asamblea los dos candidatos más votados.

Sin embargo, la distribución de circunscripciones uninominales no refleja la actual composición demográfica del país. Así, por ejemplo, el Departamento de La Paz tiene 16 circunscripciones y Santa Cruz, solamente 11, siendo que este último Departamento, por el acelerado crecimiento de la ciudad capital, tiene una población total que se aproxima a la de La Paz.

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Probablemente sea más sensato partir de las circunscripciones Plurinominales (una por cada Departamento del país), y fijar un número máximo de constituyentes alrededor de la cifra de 157 miembros, y asignar a cada circunscripción (Departamento) una cantidad de escaños proporcional a su población; tanto en el área urbana como rural.

El número de constituyentes está relacionado con la forma de su elección y es aquí donde radican la mayor cantidad de problemas. Se ha sugerido que la Asamblea incorpore a representantes de los movimientos sociales, aunque por lo que se sabe dichos movimientos no son sujetos políticos estables y surgen del conflicto social. Otros creen que cada sector social, sindicatos, empresarios, campesinos, pueblos indígenas, mujeres, cívicos, etc., tengan cabida en la Constituyente, planteamiento inviable por muchas razones.

Como se sabe, el representante puede actuar como fiduciario o como delegado del representado. En este último caso, la representación se hace por mandamiento expreso; el elegido es mero portavoz o compromisario del elector, de quien recibe un mandato imperativo y por quien puede ser revocado si no ejerce dicho mandato cumplidamente. En el primer caso, la representación se hace por otorgamiento de confianza (fiducia): el elegido es un libre intérprete del elector, al que realmente no está vinculado por ningún mandato y por quién no puede ser sustituido hasta una nueva elección general de representantes. La primera equivale a una representación orgánica en la que viene a exigirse que los elegidos sean socialmente lo más parecidos posible a sus electores. La segunda es una representación específicamente política en la que no tienen por qué coincidir las condiciones sociales de los electores y elegidos: más aún, éstos asumen la condición diferencial de profesionales de la política'.

Sin embargo, de una u otra forma, el representante tiene que ejercer algún grado de autonomía con respecto a sus representados para contribuir

al interés general. Se llega entonces a un dilema: sacrificar la responsabilidad a la representatividad, o bien sacrificar la representatividad a la responsabilidad. Pero esto requiere un análisis más atento de la

noción de responsabilidad que tiene dos caras: a) la responsabilidad personal hacia alguien, es decir, la obligación del representante de responder al titular de la relación y b) la responsabilidad funcional, o técnica, de alcanzar un nivel adecuado de prestación en términos de capacidad y eficiencia. La primera es una responsabilidad dependiente; la segunda es una responsabilidad independiente, En el primer sentido, el representante hace las veces de otro; en el segundo sentido se pretende del representante una conducta responsable, lo que equivale a decir que su comportamiento se confía, en último término, a la propia conciencia y competencia. Por esto, la distinción entre la responsabilidad dependiente y la responsabilidad independiente se convierte, en política, en una distinción crucial, pues en función a ella cambia sustancialmente el carácter de un sistema representativo. Así, sobre la base de una responsabilidad funcional un gobierno tiene derecho a subordinar los intereses sectoriales en la búsqueda de los intereses colectivos. Por el contrario, en el momento en que la responsabilidad funcional cede paso a la responsabilidad dependiente, es probable que el interés general se sacrifique a los intereses parciales, con frecuencia contingentes y contradictorios6.

Si hay que defender los intereses generales del representado, la fórmula más razonable, por operativa, al menos, es la del representante fiduciario. En la práctica, la democracia representativa ha tenido y tiene que enfrentarse a sociedades complejas y de gran tamaño, con divisiones de clase y demandas sociales cada vez mayores y más variadas. Lo que se ha traducido, de hecho, en la representación preferente de los intereses más generales de los ciudadanos y en la adopción, conforme a esto, de la figura del representante fiduciario, es decir, sin mandato imperativo ni carácter revocable'.

No olvidemos, sin embargo, que la Asamblea Constituyente es un órgano representativo extraordinario. Existe, efectivamente, un mandato imperativo que se ubica en torno a la exigencia de crear una nueva

Constitución, una institucionalidad estatal más acorde con las necesidades políticas, económicas y sociales de la población. De todos modos, y a pesar de estas

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características especiales, la función de los constituyentes tiene una relación directa con el interés general, por lo que sería inconveniente para los fines del órgano deliberante, un tipo de relación de dependencia con los electores.

Unos constituyentes atados a una representación sectorial o corporativa, no podrían adoptar acuerdos sobre temas que, eventualmente, sean complejos y generen desacuerdos insalvables entre los sectores a los que representan.

En este sentido, la propuesta de establecer una papeleta que incorpore tres franjas para otorgar iguales posibilidades de elección a candidatos de partidos políticos, a quienes fueran promovidos por asociaciones ciudadanas de tipo independiente y a los que

serían postulados por organizaciones sociales no es afín con el carácter de la representación que debería asignarse a la Asamblea.

La idea original fue de limitar la influencia de los partidos en la elección, algo que por supuesto será muy difícil de realizar. Los partidos políticos tienen el derecho, en el marco del pluralismo democrático, de promover a candidatos independientes que comulguen con su línea.

Los esfuerzos deberían orientarse a intentar una representación de tipo fiduciario con independencia de responsabilidad, de tal modo que se garantice la redacción de una nueva Constitución Política, sintonizada con el país real.

La Agenda de la Asamblea Constituyente

Si el tema de la forma de elección de los constituyentes y el carácter de su representación es un tema complejo, la

cuestión de la agenda a tratarse en este órgano deliberante es definitivamente una cuestión difícil.

S. Urioste, Juan Cristóbal: Constitución Política del Estado: Historia y Reformas; Ed. Fundacion

Milenio; La Paz - Bolivia, 2003.

5. Bilbeny, Norbert: Política sin Estado; Editorial Ariel, S.A.; Barcelona, 1998; (p. 174 - 175).

6. Sartori, Giovanni: Elementos de Teoría Política; Alianza Editorial; Madrid, 1992; (p. 234 - 235). 7. Bilbeny, Norbert: Política sin...; Ob. Cit.; (p. 175).

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Cipca propone 136 representantes para la Asamblea Constituyente

El Congreso habría consultado al menos a 200 instituciones de la sociedad civil antes de elaborar la Ley que convoca a la Asamblea

Cipca propone 136 representantes para la Asamblea Constituyente que sean elegidos por voto directo

Que los representantes sean elegidos por voto y que haya alternancia de género propone el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca) para la creación de una ley de convocatoria a la Asamblea Constituyente.

El Cipca propone que la AC tenga 136 constituyentes, un hombre y una mujer por cada circunscripción uninominal, representando a partidos, agrupaciones ciudadanas (AC) o pueblos indígenas (PI).

El voto para la elección de los constituyentes debía ser directo, universal y secreto por jurisdicción uninominal. Así, cada lista de partido, AC o PI debería presentar una lista de dos personas (un hombre y una mujer), indicando cuál de ellos es primero.

"Creemos que es la mejor forma de elección porque estamos hablando de democracia participativa, donde cada persona tiene valor por sí misma y que debería existir la alternancia de género. Los elegidos deben saber que tienen representación nacional y entender de que su misión es pensar en el

conjunto del país, no únicamente en sus circunscripciones", señaló Juan Carlos Rojas, responsable de la Unidad de Acción política (UAP) del Cipca.

Se propone la ciudad de Sucre como sede de la Asamblea con un tiempo de funcionamiento máximo de seis meses, "lo que supone que debe haber un trabajo previo necesario para la construcción de propuestas, discusión de las mismas y promoción de consensos para llegar a la Asamblea con material útil", opina Rojas.

El foro de intereses ciudadanos organizado por la Comisión Mixta de Constitución del Congreso tenía la misión de pedir el criterio de la sociedad para elaborar el proyecto de ley que convoca a la Asamblea. Participaron 200 instituciones en todo el país y las propuestas fueron recogidas por la Comisión que acaba de presentar el proyecto de Ley al Parlamento.

Una vez aprobada la ley, se prevé que los asambleístas comiencen a trabajar en mayo de 2005. Su único y exclusivo objetivo es la redacción de una nueva Constitución Política del Estado. Se estima que hasta el 6 de agosto del próximo año entrará en vigencia la nueva norma.

El jefe del MAS, Evo Morales, señaló que los quechuas y los aymaras deben conformar la Constituyente porque son más del 62% de la población boliviana.

http://www.bolpress.com/politica.php?Cod=2002082165

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2.1.2 Delegados por circunscripción y/o delegados por departamento

Municipios Tarijeños proponen la elección de 131 Asambleistas para la consulta ciudadana hacia la Asamblea Constituyente

La Asociación de municipios del Departamento de Tarija presento su propuesta institucional en el Foro de Intereses Ciudadanos, camino hacia la Asamblea Constituyente, buscando de esta manera contribuir a la constitución de una Bolivia mejor.

El evento organizado por la Comisión Mixta de Constitución del Congreso Nacional, con el apoyo de la Brigada Departamental, se desarrollo el 18 de junio del 2004 en el Salón Rojo de la Prefectura del Departamento de Tarija y contó con la participación de las organizaciones e instituciones más representativas de Tarija.

Carlos Oña Director Ejecutivo de la AMT a nombre del presidente de la Institución fue el encargado de presentar la propuesta que gira en torno a los ejes temáticos establecidos por la Comisión Mixta de Constitución del Congreso Nacional.

La iniciativa giró en torno a las preguntas de la consulta nacional que tienen que ver con las formas y modalidades de elección y número de los futuros Constituyentes, así como el lugar de funcionamiento y tiempo de duración de la Asamblea Constituyente. Esta es la propuesta:

Elección de 131 asambleístas, de los cuales 68 deben ser elegidos y representar a las circunscripciones uninominales y 63 deberán estar distribuidos de manera equitativa 7 por departamento. Además para la elección de los asambleístas debe utilizarse el sistema de distrito electoral departamental y el sistema de circunscripción electoral uninominal. Por otra parte, la Asamblea debe funcionar en la Ciudad de Sucre por ser la Capital histórica del Pais. El último punto contempla que la Asamblea debe sesionar por un tiempo de 6 meses.

La AMT, considera que la realización de la Asamblea Constituyente va ha ser un hecho de trascendental importancia histórica, social, política y jurídica para nuestros asociados y para colmar las expectativas de la ciudadanía es necesario que los diferentes sectores, líderes, dirigentes, autoridades municipales y población en su conjunto conozcan la naturaleza, alcance, funciones, importancia y los cambios que se deben encarar a través de la Asamblea Constituyente, como otros aspectos y conceptos que son fundamentales conocerlos en el proceso constituyente.

http://amt.enlared.org.bo/cg01registro.asp?cg=80

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2.1.3 Posibilidad de voto cruzado

Posibilidad de voto cruzado Huberth Vargas Camacho

Investigador CEDIB

Si bien la propuesta de que exista la posibilidad de voto cruzado para la elección de asambleístas no se ha realizado explícitamente por las diferentes organizaciones nacionales y regionales, esta no deja de ser la propuesta más democrática, para dicho cometido.

Dentro del mar de propuestas y sugerencias que se vienen planteando para la elección de los asambleístas podemos rescatar la plateada por Cipca que propone que la AC tenga 136 constituyentes, un hombre y una mujer por cada circunscripción uninominal, representando a partidos, agrupaciones ciudadanas (AC) o pueblos indígenas (PI). El voto para la elección de los constituyentes debía ser directo, universal y secreto por jurisdicción uninominal. Así, cada lista de partido, AC o PI debería presentar una lista de dos personas (un hombre y una mujer), indicando cuál de ellos es primero.

También podemos rescatar la propuesta de la Asociación de municipios del Departamento de Tarija que presentó su propuesta institucional de 131 asambleístas, de los cuales 68 deben ser elegidos y representar a las circunscripciones uninominales y 63

deberán estar distribuidos de manera equitativa 7 por departamento. Además para la elección de los asambleístas debe utilizarse el sistema de distrito electoral depar-tamental y el sistema de circunscripción electoral uninominal.

Y sin hondar en mucho detalle se tiene también la propuesta de La Con-federación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) que plantea la elección de 170 cons-tituyentes, de los cuales propone que 34 representen a las tierras bajas.

Todas las anteriores propuestas y las que se vienen planteando se encuentran de acorde para la realización de un voto cruzado, es decir:

Esta forma de elección tiende a ser la mejor porque estamos hablan-do de democracia parti-cipativa, donde cada persona tiene valor por sí misma y que debería existir la alternancia de género. Los elegidos deben saber que tienen representación nacional y entender de que su misión es pensar en el conjunto del país, no únicamente en sus circunscripciones.

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2.1.4 ¿Cuota mínima por género y etnia?

La Asamblea Constituyente y las mujeres Böhrt I., Carlos

El lunes se recordó el Día Internacional de la Mujer. Motivado por ello y adhiriéndose a los actos que suelen realizarse en este tipo de fechas, el Presidente de la República reunió en el Palacio Quemado a un importante grupo de mujeres para resaltar la importancia de la fecha.

En su discurso de circunstancia, don Carlos Mesa, después de una explicación poco convincente de por qué no existen mujeres en su gabinete, expresó sus fervientes deseos de que el sexo femenino acumule una adecuada representación en la próxima Asamblea Constituyente. “Ojalá con el 50 por ciento de la representación total”, se atrevió a decir —más o menos con esas palabras— el Primer Mandatario, reconociendo implícitamente que el sexo femenino aglutina a más del 50 por ciento de la población.

Estimuladas por los “buenos” deseos presidenciales, surgen impetuosamente dos interrogantes: ¿cómo podría el Presidente garantizar que las mujeres ocupen el 50 por ciento de los curules constituyentes? E inmediatamente: ¿será ése su deseo real? ¿O quizás sólo se entusiasmó con el tema al calor del evento palaciego? Intentemos responder la primera cuestión.

Recojamos para ello la experiencia de la llamada Ley de Cuotas, con la que se obligó a los partidos políticos a inscribir en sus listas a un 30 por ciento al menos de candidatas mujeres. ¿Cuál fue el resultado práctico de la ley? ¿Acaso el 30 por ciento de diputados, senadores y concejales son hoy en día mujeres? La respuesta es ¡no! La presencia femenina en los órganos gubernamentales

electos no pasa del 20 por ciento, en el mejor de los casos. La diferencia entre la cuota obligatoria y los resultados prácticos se explica porque una cosa es ser candidata y otra cosa distinta es ganar la elección. El acceder a las listas —una conquista per se— no garantiza de ningún modo ganar la justa electoral. Para que los deseos del Presidente se hagan realidad, por tanto, no será suficiente aumentar la cuota al 50 por ciento. ¿Qué hacer entonces?.

Al parecer sólo queda un camino. Carlos Mesa ha propuesto que la Asamblea esté integrada por 116 constituyentes, eligiendo dos en cada una de las 58 circunscripciones uninominales. Pues bien, si elegimos un hombre y una mujer, en cada circunscripción, de listas separadas por sexo, presentadas por los partidos y/o agrupaciones ciudadanas, se garantiza que ambos sexos ocupen el 50 por ciento de la Asamblea. Alguien dirá que este procedimiento implica corporativizar el voto, lo que debe evitarse. Nuestra respuesta es que si todos los electores, sin distinción de sexo, sufragamos dos veces, una para elegir a nuestro representante de un sexo y la otra para el constituyente del sexo opuesto, evitamos la temida corporativización del voto. Ciertamente esto es viable y sencillo.

Cambiemos ahora el vector de las preguntas. ¿Señor Presidente, está usted dispuesto a asumir acciones concretas para convertir su deseo en realidad? Si usted adopta la vía aquí expuesta, puede ciertamente garantizar que el 50 por ciento de la Asamblea Constituyente sean mujeres. ¿Señor Presidente, está usted en condiciones de demostrarle al país la diferencia entre el deseo sincero y la demagogia? Tiene usted la palabra.

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La equidad de género reclama su lugar en Asamblea Constituyente.

Seminario: los participantes reivindicaron los derechos de las mujeres del país y reclamaron mayores espacios

La equidad de género se abre paso en el debate sobre la Asamblea Constituyente y, en ese camino, ayer se analizaron dos propuestas en la Cámara de Senadores; la primera plantea la creación de una plataforma nacional que aglutine a todas las organizaciones de mujeres y la otra apunta a lograr el 50 por ciento de representación como asambleístas.

Estas propuestas surgieron durante el seminario Ciclo Informativo-Asamblea Constituyente con Equidad de Género, organizado por la Comisión de Trabajo de la Cámara Alta y la Unidad de Coordinación de la Asamblea Constituyente, que contó con una masiva participación de mujeres.

Durante su exposición, el sociólogo Álvaro García Linera hizo hincapié en la crisis y la falta deun movimiento de mujeres en Bolivia. Reclamó el hecho de que el sector femenino no tenga un movimiento único que las aglutine, que trascienda clases, etnias y

culturas. “Esto pone en desventaja a las mujeres (...) En el debate de la Asamblea Constituyente, las mujeres están entrando de subalternas”, manifestó el sociólogo.

García Linera considera que se debe comenzar a trabajar en estas limitaciones, diseñar una estrategia que permita a todas las organizaciones activistas femeninas encontrar puntos de acuerdo y así conformar una plataforma nacional que reúna a estas instituciones.

Además, propone incorporar el debate de los derechos de las mujeres a los ayllus y comunidades, y hacer una propuesta de Estado desde la perspectiva femenina y salir del lobby político hacia una agenda política más amplia y nacional.

La diputada Gina Méndez (UCS) mostró su acuerdo con esta propuesta y que es en esa línea en la que se debe trabajar. “Éste es nuestro tiempo, como es el tiempo de todos los sectores vulnerables y de todos los que han sido excluidos, discriminados e invisibilizados en nuestra sociedad”, manifestó.

La equidad sin tapujos

Contrario a la posición de García Linera, el responsable de la Unidad de Coordinacion de la Asamblea Constituyente, Ricardo Paz Ballivián, propuso la necesidad de pensar el asunto de la equidad entre hombres y mujeres en lo que será su participación y representación en esa instancia supraconstitucional. El representante del gobierno dijo que este proceso debe reflejar y representar de manera legítima al conjunto de la ciudadananía, reconociendo que el 50 por ciento de la población es de sexo femenino.

Para hacer efectiva esta cuota de participación, Paz Ballivián considera que debería introducirse un artículo en la Ley de la Asamblea Constituyente o establecer otros mecanismos de participación que sean concertados con los diferentes sectores de la sociedad civil.

Entre ellos mencionó la posibilidad de que la elección se haga entre las 68 circunscripciones uninominales, con dos representantes por cada una de ellas, y donde el varón y la mujer más votados sean

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electos asambleístas. Otra propuesta es que a ese número se agregue una lista de 68 asambleístas plurinominales, en la que de cada dos candidatos una sea mujer. “En cualquiera de estos escenarios tendremos una composición muy cercana al 50 por ciento”, manifestó. La presidenta de la Comisión de Trabajo de la Cámara Alta, senadora Alicia Muñoz, organizadora del evento, aseguró que la “consigna y el desafío” del sector femenino consiste en tener una participación del 50 por ciento de los miembros de la Asamblea Constituyente.

Por su parte, el senador Filemón Escóbar, que también participó en este evento, sentenció: “Si en la Constituyente la visión de la sociedad boliviana, de América Latina, del mundo y del universo no es dominada vía la ideología femenina, este mundo está jodido”.

Explicó que el matriarcado expresa la solidez de la sociedad humana, sobre todo en las áreas rurales altiplánicas, valles y llanos de Bolivia. “El hombre emigra a las ciudades, la mujer no. Ellas han mantenido el ayllu, la economía de reciprocidad”, complementó el senador masista.

Alicia Muñoz: “Se abrió el paraguas”

La senadora Alicia Muñoz (MAS), presidenta de la Comisión de Trabajo y Género de la Cámara Alta, señaló que con este primer ciclo informativo se “abrió el paraguas” para recoger las “mayores demandas de la sociedad civil” en lo que significa el desafío de participación dentro de la Asamblea Constituyente.

“Estamos marcando un nuevo hito”, manifestó la parlamentaria masista. Expresó que en esta primera experiencia se mostraron tendencias y corrientes de cómo, por qué y para qué las mujeres participarán en este proceso que reformará la Constitución Política del Estado.

“Este ciclo informativo, a parte de las fabulosas exposiciones, ha mostrado la expectativa de dos centenares de mujeres, desde las autoridades originarias, representantes de la COR de El Alto, concejalas, mujeres parlamentarias”, resaltó.

Consideró que en adelante el proceso, más allá de realizar foros y seminarios, debe “bajar a la sociedad civil para romper los esquemas tradiciones, en los que el tema de género es tratado por cierta élite intelectual y hay que cambiar la modalidad”. Explicó que las propuestas y demandas sobre la incorporación de las mujeres en la Constituyente deben venir desde abajo.

http://www.laprensa.com.bo/20040304/politica/politica06.htm

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Ahora, las mujeres del país buscan ser “constituyentes”

Censo 2001: en Bolivia, de 8.274.325 habitantes, 4.150.475 son mujeres

La idea de participación de mujeres en la Asamblea Constituyente es compartida por varios sectores femeninos. Sin embargo, la

forma de elección de dichas representantes comienza a generar polémica. En el Día Internacional de la Mujer, que se celebra hoy, el asunto es imperante.

Como en anteriores foros, cuando exigían el 30 por ciento de participación en la representación pública, ahora varios sectores de mujeres organizadas, al influjo de la legislada Asamblea Constituyente, coinciden en su interés de participar en el instrumento decisivo, aunque aún bajo distintos criterios sobre su composición y la elección de sus miembros.

Los análisis y los debates emergieron inmediatamente después de que el presidente Carlos Mesa Gisbert promulgara, el 20 de febrero, la reformada Constitución Política del Estado (CPE), que incorpora, además de la figura de la Asamblea Constituyente, el referéndum.

El miércoles de la semana pasada, la Comisión de Trabajo de la Cámara de Senadores y la Unidad de Coordinación de la Asamblea Constituyente organizaron el seminario Ciclo Informativo Asamblea Constituyente con Equidad de Género,

que, entre los principales criterios, recogió el de que la participación de las mujeres en la Asamblea debe ser del 50 por ciento, sugerida por el responsable de la Unidad de Coordinación de la Asamblea Constituyente, Ricardo Paz Ballivián, y la creación de una plataforma que junte a todas las organizaciones de mujeres, como planteó el sociólogo Álvaro García Linera.

En las circunscripciones

Para efectivizar esta cuota de participación, Paz Ballivián propuso que la elección se haga en las 68 circunscripciones uninominales con dos representantes por cada una de ellas y que el varón y la mujer más votados sean electos. Otra propuesta consiste en que a ese número se agregue una lista de 68 asambleístas plurinominales en la que de cada dos candidatos uno sea mujer. Respecto del debate, Elizabeth Salgueiro, miembro de la Articulación de Mujeres por la Equidad e Igualdad (Amupei), dijo a La Prensa que la Constituyente abre la posibilidad de “desmonopolizar” el poder de los partidos políticos para permitir que las asociaciones ciudadanas se organicen y participen en las decisiones nacionales sin ser necesariamente de un partido. Admitió que, de ambas propuestas, la más adecuada es la que plantea la participación igualitaria.

Salgueiro comentó que el normado 30 por

ciento de participación femenina en las cuotas de poder ha resultado insuficiente, porque —consideró— “las organizaciones y partidos políticos machistas se han dado mañas y no han permitido que las mujeres ejerzan su derecho de participación política”.

Según Salgueiro, dichas actuaciones han sido más evidentes en los municipios donde muchas mujeres que habiendo llegado a ser alcaldesas o concejales titulares fueron sustituidas por varones luego de acoso político e incluso violencia psicológica y física.

María Galindo, de Mujeres Creando, señaló, por su parte, que el problema de participación no se reduce a los porcentajes. Dijo que la presencia de la mujer no tiene que estar basada en su condición biológica. “El hecho de que se alcance el 20, 30 ó 40 por ciento de representatividad femenina no necesariamente cambia las cosas de cara a

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las necesidades de las mujeres, y menos de las más pobres”.

La activista anunció que su movimiento presentará en tres semanas una propuesta para la Asamblea Constituyente al presidente de la República, Carlos Mesa. Adelantó que el documento plantea una representación directa, y de manera autónoma, de las mujeres.

Galindo aclaró que de ninguna manera esta representación puede ser ocupada por un grupo de mujeres “cernidas” por los partidos políticos de derecha o izquierda con criterios patriarcales. Por el contrario, dijo, ellas deben ser elegidas del conjunto de mujeres bajo compromisos directos con sus sectores. “Si tú das 50 por ciento de representación en la Asamblea a una organización indigenista, el 50 por ciento de mujeres que va a tener son mujeres nulas, acríticas y funcionales al caudillo. Eso es lo que se ha visto con Felipe Quispe, Jaime Solares y Evo Morales, y lo mismo ocurre en la derecha”, lamentó.

Entretanto, la viceministra interina de la

Mujer, Roxana Sélum, admitió que ese despacho aún no tiene una posición ni una estrategia para la Asamblea. El asunto será tratado el 16 de abril en una reunión de la Unión de Mujeres Parlamentarías y otras organizaciones sociales, adelantó.

Sin embargo, Sélum coincidió con García Linera en la idea de la creación de la plataforma. “En la conformación de la Asamblea deben promoverse ciudadanas probas que no pertenezcan a partidos políticos, u hombres sensibles al género”, comentó.

La diputada del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) Érika Brockmann también se declaró afín al criterio de creación de una plataforma. “Esto es importante, independientemente de que se aplique o no la cuota de poder. La red de mujeres debe acompañar el proceso movilizadamente, generando la base de sustentación de todas las propuestas que puedan llevar todas las mujeres electas”.

Elección territorial cuestionada

La representante de Mujeres Creando María Galindo expresó su oposición al modelo de la elección territorial planteado por el responsable de la unidad de Coordinación de la Asamblea Constituyente, Ricardo Paz Ballivián, es decir, en que la elección de los asambleístas se realice entre los representantes de 68 circunscripciones uninominales. “Para nosotros, la elección por circunscripciones no ayudará a lograr un debate más profundo y amplio en la Asamblea Constituyente”, dijo.

Por el contrario, Galindo sugirió que se combine la representación territorial con la extraterritorial (representación que no se deriva de un origen territorial determinado). Dijo que la representación territorial es subordinada a la circunscripción, a las organizaciones machistas y patriarcales, con

mujeres absolutamente funcionales y que no responderán a las problemáticas del sector.

Este criterio es compartido por la diputada mirista Érika Brockmann, quien señaló que en la elección de asambleístas deben participar representantes de algunas circunscripciones, pero también del ámbito nacional, para que los problemas no se conviertan en locales, regionales o municipales.

Mujeres Creando también plantea que los y las elegidas como “constituyentes” sean hombres y mujeres con un compromiso de participar en la Asamblea Constituyente y que esto les excluya de cualquier participación política como candidatos o candidatas durante un determinado período. “Esto evitará que esta instancia se convierta en una palestra política”, justificó Galindo.

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Plataforma sin partidos políticos

Galindo adelantó que se constituirá una plataforma conformada por sectores de mujeres (deudoras, campesinas, jóvenes, desempleadas y profesionales) que excluirá a mujeres que pertenecen a partidos políticos.

De esta plataforma también serán excluidas las mujeres de las organizaciones no gubernamentales (ONG), porque —dijo— éstas negociaron la cuota de participación femenina del 30 por ciento en el gobierno de Gonzalo Sánchez del Lozada y porque su relación con el movimiento de mujeres es

utilitaria, al legitimar financiamientos a través de sus participaciones.

“Lo que queremos es tener una representación de asambleístas que no esté conformada por el hecho de que son mujeres, sino (porque) son mujeres con propuestas para las mujeres, es decir, con capacidad de representar los intereses en la sociedad”, dijo.

Aunque Brockmann reconoció que las mujeres en los partidos políticos continúan débiles, dijo que la posición de Galindo es demasiado radical.

http://www.laprensa.com.bo/20040308/ciudad/ciudad03.htm

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Cuadro comparativo de las propuestas para la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente

www.apostamosxbolivia.org

Matriz de Propuesta legislativas y Proyectos de lay

de Convocatoria a la Asamblea Constituyente.

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Capítulo Nº 3

Políticas Gubernamentales

“¿Por qué no tener confianza en la justicia del pueblo? ¿Hay en el mundo esperanza mejor o que pueda igualarla?”.

Abraham Lincoln

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Introducción al Capítulo III

La constituyente, después de la realización del referéndum, se contempla como una de las

necesidades del gobierno en la actualidad, pero solo se llega a observar como política

gubernamental la diversidad de foros y consultas para que de esta manera se elabore la ley de

convocatoria, esta política, sostiene, que tiene dos "objetivos centrales": iniciar un proceso de

relacionamiento político directo entre el Congreso y la sociedad civil, por un lado, y articular y

consensuar propuestas regionales emergentes de la diversidad social, cultural, económica y

política.

Desde que el gobierno confirmó la realización de la Asamblea y la promulgación de

convocatoria a la Constituyente para octubre de 2004, el poder legislativo mediante el artículo

232 de la Constitución Política del Estado faculta al Congreso Nacional la consideración y

sanción de una Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, en la que se

determine las formas, modalidades de elección, además del lugar y tiempo de trabajo de los

futuros constituyentes.

Pero, la afirmación del poder ejecutivo de promulgar la Ley especial de Convocatoria a la

Constituyente se está viendo dilatada y en la actualidad se afirma que en enero de 2005 estará

concluida la Ley especial de Convocatoria a la Constituyente. Se estima que hasta abril de ese

año se elegirán a los asambleístas en número y modalidad que deberá establecer el Poder

Legislativo a través de una ley especial. Hasta mayo de 2005 se deberán iniciar su trabajo los

asambleístas elegidos.

Y como se mencionaba anteriormente la POLÍTICA PRIMORDIAL DEL GOBIERNO es que los

asambleístas tendrán como único y exclusivo objetivo la redacción de una nueva Constitución

Política del Estado, es decir, se regirán mediante un poder derivado. Se estima que hasta el 6

de agosto del próximo año entrará en vigencia la nueva norma.

CEDIB

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CAPITULO 3

3.1 Gobierno (Poder Ejecutivo)

La Constituyente no resolverá los problemas concretos del país

Ricardo Paz Ballivián es el responsable de la Unidad de Coordinación para la Asamblea Constituyente

Ricardo Paz Ballivián fue invitado por el presidente Carlos Mesa a encabezar el equipo técnico que acompañará, desde el Ejecutivo,

el establecimiento de la Asamblea Constituyente. En su criterio, este proceso no resolverá los problemas del país, pero sí sentará las bases para encarar políticas concretas en beneficio de la población.

¿Por qué aceptó la invitación del presidente Carlos Mesa?

—Estoy en el tema de reforma consittucional desde 1993. En aquella ocasión yo era diputado nacional y parte de la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados y coproyectista de la Ley de Necesidad de Reforma, y posteriormente de la Ley de Reforma

Constitucional. Trabajé desde entonces, fui integrante de ese equipo que dio lugar a la reforma constitucional del proceso del 93, 94 y 95 en Bolivia.

Luego trabajé como coordinador de la asesoría técnica de los consultores de la Asamblea Constituyente en Ecuador, en 1998, y los últimos años, desde 2002, trabajé dirigiendo, coordinando reformas constitucionales en nuestro país con el Consejo Ciudadano, en lo que se denominó la reforma constitucional para la participación ciudadana, que dio lugar a la Ley 2410, que actualmente está en tratamiento en la Cámara de Diputados.

Como estoy tanto tiempo, soy un apasionado en el tema de reforma constitucional. Entonces, ha sido para mí un honor que el Presidente me haya pedido, me haya invitado a constituir el equipo de trabajo. El puesto concreto se llama responsable de la Unidad de Coordinación para la Asamblea

Constituyente, dependiente del Ministerio de la Presidencia; ése es mi puesto y yo estoy precisamente encargado de elaborar los términos de una asistencia técnica, de buscar toda la cooperación posible para acompañar el proceso de realización de la Asamblea Constituyente en Bolivia. ¿Cuántas personas lo acompañarán en este equipo?

—Al principio muy pocas; lo que pasa es que nosotros primero tenemos que lograr que exista la figura legal de la Asamblea Constituyente en nuestra economía jurídica. Actualmente no existe esta figura, y eso debe incorporarse en la Constitución y, como es de conocimiento público, el planteamiento es que podamos hacerlo ahora, aprovechando la Ley de Reforma.

Lo primero es la constitución, dar forma a la Asamblea, establecer sus atribuciones. De ahí probablemente necesitemos una asesoría, mientras tanto, el equipo es muy reducido, simplemente es mi coordinación con apoyo administrativo. Si fuera necesario un apoyo de consultoría, lo tendremos que considerar y evaluar. —Usted habla de buscar el apoyo que se pueda, ¿implica ayuda económica? —Si fuera necesario, en algún momento, ahora no nos hemos planteado. Seguramente una vez que este proceso arranque, una vez

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que tengamos la figura legal de la Constituyente y emprendamos el proceso propiamente de la Asamblea, tenemos que recurrir a experiencias de otros países, recurrir a dotar de asistencia técnica al Congreso, a la gente encargada de redactar la ley reglamentaria de la Asamblea Constituyente y a todos los intrumentos jurídicos que van a surgir y que tienen que adecuarse.

Por ejemplo, un tema crucial es la desmonopolización de la representación política por parte de los partidos, eso va a requerir modificar la Ley Electoral, la Ley de Partidos, para que las asociaciones ciudadanas, la gente que no está afiliada necesariamente a los partidos, pueda participar en las elecciones. Eso va a requerir de muchos instrumentos políticos y ahí vamos a requerir gente que trabaje y apoye en eso.

—Una vez que se logre la figura legal, ¿cuáles serán los siguientes pasos? —Hay que hacer una Ley de Asamblea Constituyente, con todos los detalles procedimentales, reglamentarios, y luego la convocatoria a una Asamblea de acuerdo con lo que se haya concertado. Luego ver cómo se van a elegir los constituyentes, el número, su composición. Entonces se lanzará la convocatoria, se hará una elección y, finalmente, después de que la Asamblea Constituyente funcione, después de un tiempo, que también tendrá que estar determinado legalmente, sancionar una nueva Constitución.

—En 2001, cuando usted era miembro del Consejo Ciudadano, se opuso a que se incorpore la Asamblea Constituyente en las reformas de entonces.

—Yo era el secretario técnico del Consejo Ciudadano y, por lo tanto, no tenía capacidad de ese tipo de opiniones; lo que yo hacía es lo que voy a hacer ahora también, brindar un apoyo técnico, organizar el grupo de apoyo técnico, en este caso al Congreso.

Mi trabajo en ese entonces, como lo es ahora, es eminentemente de apoyo técnico.

Las definiciones políticas las tienen que tomar los actores políticos. Damos asistencia técnica, lo que hacemos es poner los escenarios, las posibilidades, y quienes toman las decisiones políticas son quienes tienen las responsabilidades.

¿Usted siempre ha estado de acuerdo con una Asamblea Constituyente?

—Yo estoy de acuerdo con que exista la posibilidad legal de un procedimiento de reforma constitucional estrucutural global de la Constitución. Eso normalmente se hace por vía de una Asamblea Constitucional, Asamblea Constituyente o como se llame; el nombre más correcto es de Asamblea Constitucional, pero Asamblea Constituyente se usa en Venezuela, Ecuador y Colombia.

Es bueno que un país tenga un mecanismo de reforma parcial, cuando tiene que reformar uno dos o tres artículos, y que también tenga un mecanismo de reforma estructural y más global cuando tiene necesidad de cambios estructurales, profundos, como por ejemplo el caso de Bolivia hoy en día.

¿La Constituyente va a resolver los problemas del país?

—La Asamblea Constituyente no es para resolver los problemas del país, es un mecanismo de reforma constitucional que permite refundar, recomponer el contrato social para vivir juntos en comunidad.

El objetivo de la Asamblea Constituyente es elaborar una nueva Constitución. No es para resolver los problemas específicos, concretos, para eso están las políticas concretas de estrategias de desarrollo en salud, educación. La refundación del pacto social es para encarar los problemas.

¿La percepción de la población es que se solucionarán todos los problemas?

—Al resolver el marco legal global se crean las condiciones para que, con políticas específicas, se puedan resolver los problemas concretos, en ese aspecto es la percepción de la población.

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El Palacio acelera su labor y prevé campañas electorales

RESPONSABLE • Ricardo Paz está encargado de coordinar la Asamblea Constituyente.

APRESTOS • El Gobierno espera similar participación que en el referéndum del gas. Promete ayuda técnica al Congreso.

Tras el referéndum del gas, el Gobierno ha decidido pisar el acelerador de los preparativos hacia la Asamblea Constituyente, según informó el coordinador designado por el Poder Ejecutivo para este proceso, Ricardo Paz.

Dijo que el Gobierno aguardará que durante el primer semestre del siguiente año, tras la aprobación de la ley para la Asamblea, comiencen las “campañas electorales” de los aspirantes y postulantes a ocupar una silla en la Constituyente.

“Estoy seguro que la respuesta a la Constituyente va a ser la misma que al referéndum, es decir, una gran mayoría de la gente va a participar”, pronosticó Paz.

De acuerdo a las previsiones del Poder Ejecutivo, las campañas de los candidatos para ser asambleístas deberán terminar hasta el primer semestre del 2005 para que el segundo semestre ya comience a funcionar la Asamblea Constituyente.

Tras la aprobación de la reforma constitucional, que legaliza la Asamblea, el Ejecutivo inició la etapa de movilización social y de deliberación ciudadana. En breve intensificará la explicación de la Constituyente y las discusiones sobre las áreas temáticas.

Entre los temas de discusión —según señaló Ricardo Paz— estarán las autonomías, el federalismo, el unitarismo, tierra y territorio, reformas políticas, derechos civiles y régimen económico, además de otros asuntos de interés nacional.

Dijo que estos temas servirán como un marco para “canalizar la demanda social hacia el Congreso y permitir la elaboración de una ley de convocatoria para la Asamblea Constituyente, donde se determinará quiénes pueden ser asambleístas, cuántos asambleístas pueden ser, cómo se los va a elegir, dónde van a sesionar y por cuánto tiempo”.

El Gobierno prevé intensificar los trabajos conjuntos y el apoyo técnico a las audiencias públicas que alista el Congreso.

Los pasos hacia la refundación

Fase 1 • La primera fase, que se concretó entre el 17 de octubre de 2003 y el 20 de febrero de este año, fue deno-minada por el Poder Ejecutivo como la de “constitucionalización” de la Asamblea Constituyente, es decir, la incorporación de la figura legal de la Asamblea Constituyente dentro de la economía jurídica del país y dentro de las reformas a la Carta Magna que fueron promulgadas por el presidente Carlos Mesa, en las cuales también se introdujeron las figuras legales del referéndum y la participación de ciudadanos e indígenas en los procesos electorales nacionales y municipales.

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Fase 2 • Esta fase, denominada de movilización social y de deliberación ciudadana, está en marcha. Se extenderá aproximadamente hasta el primer semestre de 2005 y consiste en promover una estrategia de información y comunicación ciudadana, para que la población esté enterada de qué es la Constituyente y para qué sirve. Se trata de educación cívica y de impulsar un proceso de deliberación ciudadana, en el que el Gobierno prevé discusiones con la población en su conjunto sobre temas de contenido y la ley de convocatoria a la Asamblea Constituyente.

Fase 3 • Consiste en la elección de los asambleístas. Esto conlleva una campaña electoral y debería producirse el 2005.

Fase 4 • Consiste en la instalación y el funcionamiento de la Asamblea Constituyente durante un año.

Fase 5 • La última etapa prevé la aprobación de una nueva Constitución Política del Estado. El Gobierno estima que esto ocurrirá hasta el segundo semestre del año 2006.

http://www.la-razon.com/Informe/Agosto/inf040808b.html / (08/08/2004)

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Recogen opiniones en los nueve departamentos del país

Comenzaron a redactar el proyecto de ley para la Asamblea Constituyente

La Comisión Mixta de Constitución del Congreso Nacional inició la redacción del anteproyecto de Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente. El presidente de la Comisión, Morgan López (MIR), explicó que a través de una serie de Foros de Intereses Ciudadanos y Audiencias Públicas se recogió el criterio de la sociedad civil en relación a las formas y modalidades de elección y el número de los futuros constituyentes.

Con dos foros que se celebraron ayer en La Paz, uno en la sede de gobierno y otro en El Alto, se culminó la realización de esos eventos que antes ya se llevaron adelante en Sucre, Cobija, Santa Cruz, Trinidad, Tarija, Oruro, Potosí y Cochabamba. Más de 200 instituciones y organizaciones civiles presentaron a la comisión sus propuestas e inquietudes sobre la futura reforma constitucional.

El artículo 232 de la Constitución Política del Estado faculta al Congreso Nacional la consideración y sanción de una Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, en la que se determine las formas, modalidades de elección, además del lugar y tiempo de trabajo de los futuros constituyentes.

López indicó que dos "objetivos centrales" guiaron el trabajo de los foros y las

audiencias: iniciar un proceso de relacionamiento político directo entre el Congreso y la sociedad civil, por un lado, y articular y consensuar propuestas regionales emergentes de la diversidad social, cultural, económica y política.

Se prevé que hasta enero de 2005 estará concluida la Ley especial de Convocatoria a la Constituyente. Se estima que hasta abril de ese año se elegirán a los asambleístas en número y modalidad que deberá establecer el Poder Legislativo a través de una ley especial. Hasta mayo de 2005 se deberán iniciar su trabajo los asambleístas elegidos. Estos tendrán como único y exclusivo objetivo la redacción de una nueva Constitución Política del Estado. Se estima que hasta el 6 de agosto del próximo año entrará en vigencia la nueva norma.

La Asamblea Constituyente es el órgano que surge como consecuencia de la convocatoria al pueblo para que éste, a través de sus representantes, establezca el pacto político que fijará las reglas de convivencia del Estado y la sociedad, en el marco del sistema público republicano y un sistema de gobierno democrático, en el cual se deben respetar los derechos fundamentales de las personas.

http://www.bolpress.com/index.php?Cod=2002082043

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Mesa desafía a las FFAA abrirse a las autonomías El Deber y ANF. La Paz

Reformas. “No debemos cerrarnos al debate”, dijo el Presidente en la Escuela de Altos Estudios Nacionales de la institución castrense. Reflexionó sobre la forma cómo solucionar los conflictos del paí.

Autonomías y Asamblea Constituyente, fueron los dos temas centrales en la disertación de ayer del presidente Carlos Mesa ante los jefes militares y oficiales de las Fuerzas Armadas de la Nación.

En uno de los ejes, Carlos Mesa, pidió a los miembros de las Fuerzas Armadas no cerrar el debate sobre las autonomías regionales, "porque es hora de preguntarse si esta propuesta, no es la mejor forma de garantizar la unidad nacional, tarea fundamental de esta institución".

"Puede ser que la respuesta sea sí o no; lo que no puede ser es que cerremos nuestra cabeza al debate. Yo creo que las autonomías son una respuesta que Bolivia necesita, pero también estoy plenamente dispuesto a escuchar a quien diga no, esto es riesgo", sostuvo.

El presidente Mesa ofreció una conferencia magistral sobre Sociedad boliviana y dignidad", evento organizado por la Escuela de Altos Estudios Nacionales de las Fuerzas Armadas. En esta oportunidad habló sobre una serie de temas, como la Asamblea Constituyente.

En la actualidad algunas regiones han demandado autonomía de forma inmediata. El Comité pro Santa Cruz tiene previsto para diciembre llevar a cabo un referéndum sobre las autonomías para que la gente se pronuncie si quiere o no una nueva forma de gobierno.

Mesa indicó hace algunos días que la elite dirigencial cruceña debe empezar a pensar como país y ya no sólo como región y que el debate de la autonomía tiene que ser nacional, no meramente regional.

En el caso de la Asamblea Constituyente en la que se encaminaron los bolivianos se va a definir un nuevo pacto social entre Estado y

sociedad. Este mecanismo de la democracia, permitirá la discusión de una serie de temas como el pedido de autonomías regionales, planteado por organizaciones cívicas del oriente, dijo Mesa.

De acuerdo al análisis del Presidente, el tema de autonomía regional es un aspecto sensible para la institución castrense, teniendo en cuenta el criterio de algunos sectores de que este proceso podría implicar un "grave riesgo" de división o separación y considerando que "una de las tareas fundamentales de las Fuerzas Armadas es preservar la unidad nacional".

"Tenemos que ser capaces de reelaborar el razonamiento", dijo a tiempo de expresar que la unidad nacional es una premisa en la que coincide con la institución castrense y el resto de los bolivianos.

"Sería la peor de las desgracias y el peor de los fracasos que una gestión determinada llevara a la fragmentación de Bolivia", sostuvo. Sin embargo consideró importante trabajar de forma responsable en este tema en el marco de la Asamblea Constituyente.

En criterio del jefe de Estado, el tema de las autonomías no puede ser debatido y menos decidido en un ámbito exclusivamente regional, sino que debe involucrar a todo el país.

"Seamos capaces de debatirlo libremente, abiertamente y no solamente una región. Sería una locura -en mi opinión- que una región defina en un referéndum que quiere autonomías o no, porque las autonomías funcionan cuando todos han tomado una decisión en torno a ellas", reflexionó.

Ahora queda la responsabilidad de que quienes sean elegidos asambleistas lleguen a representarnos genuinamente y tengan la capacidad de conducirnos con racionalidad al buen camino. No será nada fácil, pero éste es un desafío que debemos encarar, sostuvo.

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“La Asamblea Constituyente es un camino inexcusable e inescapable”, dijo ante los alumnos de la Escuela de Altos Estudios

Nacionales, quienes lo distinguieron con el Emblema de Oro de esta institución.

Militares elaborarán una estrategia

Sobre el principio de unidad y solidaridad entre todos los bolivianos, las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa comenzaron a trabajar en una posición de la Asamblea Constituyente, anunció ayer el comandante de la institución castrense, Luis Alberto Aranda.

Afirmó que como Fuerzas Armadas, esa institución siempre estará a favor de la unidad nacional y, que la forma en la que sea encarado ese objetivo, por el poder político, será respetada.

Dijo que cuando el país pueda reunirse en una Asamblea única en la que se discutan todos los problemas de Bolivia, ésa será la Constituyente. Precisó que la institución castrense a través del Ejército, Fuerza Aérea y Fuerza Naval, además del Ministerio de Defensa trabajan en esquemas concretos, sobre cuál será la posición de este sector que está por la unidad.

De acuerdo con Aranda, este esquema se hará conocer en todos los niveles y ámbitos del Estado para que aquellos representantes que puedan discutir este tema, tengan que analizar los criterios de las Fuerzas Armadas.

En criterio de la autoridad, será un estudio más complejo que del gas, ya que es muy amplio para lo que también trabaja el Ministerio de Defensa.

Ven riesgos en la Asamblea Constituyente

Los temores empiezan a aflorar y el debate sobre la Asamblea Constituyente ya se calienta, por cuanto son varios puntos que merecen respuestas inmediatas, como la forma de elección de los asambleístas, la cantidad de los integrantes y los plazos. En ese marco de incertidumbres, ayer el presidente Mesa, admitió por primera vez que la Constituyente encierra riesgos vinculados con la unidad de la nación.

El mandatario hizo una evaluación histórica de la vida contemporánea del país y de ese modo perfilar los nuevos desafíos de Bolivia en función de la Asamblea Constituyente.

Aseguró que en esa instancia se debatirá sobre temas que hacen al interés nacional como el futuro de los recursos naturales, las autonomías y la unidad nacional sobre la base de un mayor protagonismo del Estado.

"La Asamblea Constituyente es un riesgo, sí, muy grande, sí; pero peor riesgo es no encararlo, porque las cosas han llegado a un punto en que hay dos tipos de solución: o lo solucionamos civilizadamente o lo solucionamos las patadas y a los tiros.

Es obvio que el 90% de los bolivianos quiere la solución civilizada”.

http://www.eldeber.com.bo/20040728/nacional_10.html

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Encuesta ayudará a darle forma a la Asamblea Constituyente

El gobierno prevé realizar ese estudio la primera semana de abril, aún no se definió si lo hará el INE o una empresa privada.

El gobierno tiene previsto realizar, la primera semana de abril, una encuesta “madre” de carácter nacional para conocer qué opina la población sobre la Asamblea Constituyente y defina la forma en que debe realizarse, informó el responsable de la Unidad de Coordinación de este proceso por parte del Ejecutivo, Ricardo Paz Ballivián.

“Se va a consultar a todos los bolivianos y bolivianas sobre estos temas: qué piensa de la Asamblea Constituyente, qué espera de este proceso, cómo cree que debería componerse la Asamblea Constituyente, cómo debería elegirse a los asambleístas, cuántos asambleístas deberían ser, cuánto tiempo deberían durar sus sesiones”, anticipó en referencia a algunas de las razones de este estudio.

Explicó que su despacho aún está elaborando la boleta de preguntas para que la población exprese su criterio.

Una vez que las cuestionantes estén listas, se consultará al Instituto Nacional de Estadística (INE) si puede hacer esa tarea con recursos propios o, de lo contrario, recurrirán a la cooperación internacional para contratar a una empresa nacional especializada en este tipo de trabajo.

La consulta será levantada en todo el territorio nacional. Paz Ballivián explicó que para diseñar la muestra se hará una disgregación a nivel departamental, de circunscripciones, de ciudades, pueblos y alcaldías, a fin de que el estudio sea equilibrado. Dijo también que todos los elementos que vayan a surgir de este estudio serán transmitidos al Congreso Nacional para que

sean tomados en cuenta al momento de redactar la nueva ley reglamentaria de la Asamblea Constituyente.

“Esos insumos serán canalizados al Parlamento, que es el que en definitiva tiene la responsabilidad de elaborar las leyes reglamentarias que hagan posible la Asamblea Constituyente”, explicó.

De ser necesario, la Unidad de Coordinación realizará otras encuestas posteriores. El responsable de esa oficina considera que, con la finalidad de recolectar mayor información de la población y a la vez transmitir conceptos de lo que es la Constituyente, será necesaria la realización de sondeos de opinión, campañas de información y educación cívica, conformación de grupos focales, foros debates y seminarios.

En lo inmediato, a parte de la encuesta, se programó la realización de varios seminarios en La Paz y en el interior del país.

Se tiene previsto también invitar a expertos internacionales que hayan participado de este tipo de procesos en otros países para que comenten su experiencia y así encaminar la que Bolivia vivirá a partir de mayo de 2005.

Las organizaciones e instituciones de la sociedad civil de todo el país pueden solicitar la realización de foros o seminarios.

Todas las actividades forman parte de la segunda fase del proceso rumbo a la reforma total de la Carta Magna. Esta etapa tiene como principal tarea aprobar por dos tercios la ley reglamentaria que convoca a la Asamblea Constituyente.

A partir de ello, la Corte Nacional Electoral deberá diseñar un calendario para la elección de los asambleístas.

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En principio hubo planteamientos de que los asambleístas sean elegidos durante los comicios municipales.

Se espera el apoyo de los organismos internacionales

El responsable de la Unidad de Coordinación para la Asamblea Constituyente, Ricardo Paz Ballivián, informó que su despacho elaboró un “inventario de necesidades” para encaminar la redacción de la ley que reforma la Carta Magna, el cual será presentado la segunda quincena de marzo a la cooperación internacioal a fin de que puedan colaborar con algunas de estas actividades.

“La cooperación dirá hasta dónde podrá colaborarnos y cuánto tenemos que hacer de esfuerzo propio”, manifestó el representante del Poder Ejecutivo.

La lista de necesidades está encabezada por la encuesta que se realizará en abril en todo el país, las campañas de información y de educación ciudadana, los seminarios, foros debate con expertos internacionales, entre otras actividades.

Para el encuentro se invitó a los organismos multilarales como el Banco Mundial, Banco

Interamericano de Desarrollo (BID), Corporación Andina de Fomento (CAF), Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Organización de Estados Americanos.

Para la reunión de marzo también fueron convocados la cooperación española, además de la británica, holandesa, danesa, sueca, canadiense, Jica de Japón, GTZ de Alemania y USAID de Estados Unidos.

Planificación

Paz Ballivián explicó que en este momento está planificando las actividades que se realizarán hasta diciembre, que no será un cronograma cerrado, sino que se irá amoldando a las necesidades y demandas de la población.

“No vamos a hacer una planificación de aquí hasta diciembre sobre tales seminarios, tales actividades, porque es tan grande la demanda, tan grande la necesidad, que vamos a ir acompañando todo este proceso de manera continua”, remarcó.

El responsable del proceso reiteró que la planificación será dinámica, continua y en coordinación con el Congreso Nacional.

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3.2 Partidos políticos (Parlamento)

Comisión inicia trabajo sobre elaboración de convocatoria

La elaboración de la convocatoria para la Asamblea Constituyente que se realizará en el país comenzará a ser trabajada en la Comisión Mixta de Constitución del Congreso nacional a partir de hoy.

La información fue proporcionada por el presidente de esta instancia legislativa, Morgan López Baspineiro, quien mencionó que el trabajo estará centrado en una serie de consultas ciudadanas en todo el país.

“Vamos a trabajar en todo el territorio nacional y las consultas la realizaremos a través de las organizaciones sociales, llegando de esa forma a los distintos estratos. Las respuestas que resulte del trabajo las traduciremos en un proyecto de

ley de convocatoria que luego será sometido a consideración del Congreso Nacional”, explicó.

Señaló que existe el firme compromiso de los miembros que conforman la comisión que preside, de poner todo de su parte para que labor que se les encomendó sea concretada de la mejor manera.

“Tenemos que definir en consulta con la ciudadanía cómo y en qué consistirá la ley de convocatoria para la Asamblea Constituyente y eso lo vamos a lograr con una buena consulta y correcta interpretación de lo que proponga el pueblo mediante sus organizaciones”, sostuvo.

COMITÉ CONSULTIVO

El presidente de la Comisión Mixta de Constitución, Morgan López, confirmó también que se formará un Comité Consultivo en donde estarán inmersos entre seis a ocho destacados profesionales en el campo de las reformas constitucionales y con experiencias en temas como la Asamblea Constituyente.

Explicó que el trabajo a realizarse es de largo aliento, lo que significa que llevará un periodo no menor a cinco meses que será destinado de manera directa a las consultas ciudadanas en todo el país.

Asimismo, dijo que la comisión realizará un trabajo sobre la base del reglamento, lo que quiere decir que se convocará a consultas ciudadanas dando paso con ello a la participación de las organizaciones sociales de diverso nivel en el país.

La idea según López Baspineiro, es tener concluida la ley de convocatoria hasta finales del mes de diciembre del 2004, esta situación permitirá tener la Asamblea Constituyente funcionando para el mes de mayo del próximo año.

CRONOGRAMA

Aunque en principio se tenía previsto concluir el cronograma de trabajo esta semana y presentarlo este miércoles, debido a la apretada agenda esto recién será concretado en el transcurso de los próximos días y presentado por el presidente del Congreso Nacional, Hormando Vaca Díez, los primeros días de la próxima semana.

La Asamblea Constituyente ya está introducida en la Constitución Política del Estado (CPE) como mecanismo legal y según las autoridades legislativas lo que queda por hacer es legitimizarla.

“Será un trabajo arduo y duro pero el recorrer el país nos permitirá conocer el criterio de las regiones, los diferentes

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sectores, lo que piensa la gente y de ese modo concretaremos la convocatoria que en suma será la base firme para la constitución de la Asamblea Constituyente”, sostuvo Morgan López.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, Óscar Arrien, dijo que el hecho de que los parlamentarios recorran el país sin duda alguna demandará gastos, situación que no es de temer porque el Poder Legislativo cuenta con el apoyo económico de la cooperación internacional.

“El apoyo que recibimos permitirá al grupo de parlamentarios que integran la comisión mixta de Constitución recorrer todo el territorio nacional, de manera que en una serie de encuentros recojan el criterio de los comités cívicos, gremios, sectores campesinos, pueblos originarios e indígenas, trabajadores públicos, instituciones, empresarios privados, entre otros”, mencionó.

Desacuerdos sobre ley del Referéndum

La comisión de Constitución de la Cámara de Diputados tiene en manos el proyecto de ley para el Referéndum en el país, que fue

remitido por el Poder Ejecutivo, sin embargo antes de su consideración ya surgieron desacuerdos sobre la propuesta gubernamental.

En criterio del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR), la comisión de Constitución debe optar por la elaboración de un nuevo proyecto de ley para la convocatoria al Referéndum.

El sub jefe de la bancada de diputados del MIR, Wilman Cardozo, declaró su partido político propondrá en el transcurso de las próximas horas la elaboración de una ley que enmarque de manera general lo que será el Referéndum en el país.

“No podemos aprobar el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo porque netamente tiene que ver con un tema específico y no está dirigido a otros mecanismos de interés para la ciudadanía”, mencionó.

Dijo que el Referéndum no sólo tiene que servir para un tema específico sino al estar ya en la Constitución Política del Estado (CPE), su aplicación permita establecer otros cambios importantes que la ciudadanía” está esperando.

TIEMPO

El presidente de la comisión de Constitución de la Cámara Baja, Gerardo Rosado Pérez, declaró que son varios los partidos políticos que están planteando la elaboración de una nueva norma.

Sin embargo aclaró que su criterio es dar curso al proyecto enviado por el Poder Ejecutivo porque de por medio está el factor tiempo y la exigencia por parte de la ciudadanía boliviana.

“Los criterios están divididos en torno a como debe ser la ley del Referéndum en el país,

hay quienes quieren que la norma tenga un carácter general y otros prefieren dar curso a la propuesta del Poder Ejecutivo y de esa manera agilizar la realización de este mecanismo”, sostuvo.

El parlamentario explicó que los desacuerdos son claros pero en reunión de comisión se buscará el consenso sobre el mecanismo a seguir, dejando de lado posiciones intransigentes de algunos partidos políticos.

CNE

El Congreso Nacional debía designar a tres miembros de la Corte Nacional Electoral (CNE) o en su defecto sólo nombrar a un Vocal e inmediatamente proceder a la modificación del Código Electoral, sin embargo esta situación no pudo ser concretada y como van las cosas está lejos de ser realidad.

Para el presidente de la CNE, Óscar Hassenteufel la situación esta clara si no se da la posibilidad de designar a los vocales para completar la Sala Plena del máximo órgano rector de los comicios electorales.

“Existe capacidad para concretar el Referéndum con sólo cuatro vocales, esa

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situación no es lo más ideal, lo mejor es que se pueda completar el número de vocales en

la CNE, la falta de miembros no deja de ser un perjuicio”, sostuvo.

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Las aspiraciones y algunas propuestas de seis partidos políticos y movimientos hacia la Constituyente.

Cuadro Resumen

Los miristas ya mencionan a Jaime Paz como un posible asambleísta

La NFR defiende el “derecho” de Reyes Villa para estar en el evento

En el MIR las actividades preparatorias para la Asamblea Constituyente comenzarán en el Chaco, después del 23 de ag osto, con una serie de debates y foros sobre la importancia de este proceso y las propuestas que el MIR llevaría al encuentro. Estos debates se realizarán en diversos puntos del país.

Tras estos eventos, y paralelamente al diseño de la ley de la Asamblea, el MIR prevé nominar algunos postulantes. Uno de ellos podría ser el actual jefe de ese partido, Jaime Paz Zamora, según admitió el diputado Willman Cardozo.

“La elección de los constituyentes será por voto popular y directo; Jaime Paz tiene todo el derecho de postularse y si se postula en Tarija tendría todo el apoyo”, señaló, al precisar que la decisión final será tomada por el jefe de su partido.

En cambio, para las elecciones municipales de diciembre de este año, los miristas han puesto los ojos en candidatos ciudadanos que tengan ciertos méritos ante la población, dejando de lado el marketing político, según sostuvo el senador Hugo Carvajal. Antes que protagonista, en las municipales el MIR aspira a ser una especie de articulador de las agrupaciones ciudadanas.

El jefe de Nueva Fuerza Republicana, Manfred Reyes Villa, “tiene todo el derecho” de ser habilitado como un posible miembro de la Asamblea Constituyente, sostuvo el congresal Hans Sholtz, quien diseñó varias propuestas partidarias para la metodología del referéndum.

El parlamentario eneferista recordó que todos los bolivianos tienen derecho de postularse como constituyentes y dijo que él tiene información de que Jaime Paz también ha pensado en llegar a esa instancia de “refundación del país”.

Sin embargo, señaló que la NFR considera que más importantes que las personas son las propuestas y, en ese sentido, comenzó a esbozar algunas ideas centrales que serán planteadas en la Asamblea.

Entre ellas se encuentra la importancia del desarrollo sostenible y sustentable, los asentamientos humanos, el equilibrio entre mercado y Estado y el desarrollo de las autonomías como un paso previo a la federalización del país.

Además, según las ideas iniciales que aún faltan ser afinadas, NFR discute la posibilidad de proponer la participación de las FFAA y la Policía en la Asamblea y la presencia de la Iglesia Católica en calidad de observadora.

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El MAS apunta al poder local para luego acceder a la Constituyente

El MNR ve una plataforma política a la que llegará por voto corporativo

El MAS tiene definida su estrategia: primero trabajará para acceder al poder local y, mediante éste, ganar presencia e influencia en la Constituyente.

Ya tiene una propuesta para que sean 205 los asambleístas que surjan de cada circunscripción, donde sugiere elegir a tres representantes: una mujer, un indígena y una persona no indígena.

“Así se garantizará la pluralidad y la multiculturalidad en la refundación del país”, razona el diputado Iván Morales Nava. Sobre las propuestas, el congresista señaló que ya existen ideas iniciales, como la necesidad de incluir las democracias y formas de organización comunitarias, campesinas e indígenas en la Constitución. “Por ejemplo, en el campo los consejos de vigilancia no tienen mucho reconocimiento pero sí los consejos de mallkus. Entonces, la Constitución deberá reconocer su vigencia”.

Sobre los candidatos, explicó que éstos serán designados por las organizaciones sociales “y no se descarta que vaya Evo Morales” u otros parlamentarios.

Para los municipales, los masistas han determinado que se elegirán candidatos representativos de las organizaciones sociales antes que partidarias.

Los movimientistas saben que quienes lleguen a la Asamblea Constituyente acudirán a una plataforma política y, por ello, dejan abierta la posibilidad de que algunos de sus dirigentes puedan ser instados para participar en este proceso, señaló la diputada Roxana Sandóval, candidata a la Alcaldía de Santa Cruz.

Por ello, dijo que su partido maneja la propuesta de que se elijan representantes corporativos para que participen en la Asamblea Constituyente.

En este marco, explicó que los partidos políticos deberían tener a sus representantes, al igual que los pueblos indígenas y las agrupaciones ciudadanas.

De igual forma, dijo que los comités cívicos, por ejemplo, deberían realizar asambleas para designar a sus representantes.

Sobre las propuestas que el MNR pretende plantear en la Constituyente, señaló que una de ellas se refiere a las “autonomías con unidad”, además de la reducción de las dos cámaras legislativas a una sola instancia y la segunda vuelta electoral.

Para las municipales, el MNR comenzó a esbozar una estrategia que pretende encontrar candidatos más allá de sus listas partidarias.

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En UN se elegirá por voto y ya piensa en Samuel Doria Medina

Si Juan del Granado no busca su reelección podrá ser constituyente

La Asamblea Constituyente debe estar conformada por 136 miembros, dos representantes por cada circunscripción. La composición debe ser binominal, respetando la igualdad de género, es decir que por cada circunscripción se debe elegir una mujer y un hombre, propone Unidad Nacional, el partido del empresario Samuel Doria Medina

Para participar, sus representantes serán elegidos democráticamente, como señala su Estatuto Orgánico. Según fuentes de UN, no está descartado que Doria Medina —vía voto democrático— pueda asistir a la Constituyente.

Para el empresario, “es importante tener absolutamente claro que la Asamblea Constituyente es un instrumento, es un medio para poder organizarnos mejor en el país y para resolver los problemas que tenemos, pero de ninguna manera es por sí sola la solución y el fin en sí misma”, señaló durante un discurso que pronunció en la UCB.

Entonces, propuso reconocer “que somos un país con una mayoría indígena y que debe cambiar la democracia pactada, abriéndose los pactos a sectores sociales y productivos”. También planteó mayor protagonismo estatal.

El Movimiento Sin Miedo (MSM) está en una disyuntiva: apoyar la candidatura a la reelección de Juan del Granado como Alcalde de La Paz o impulsar su participación en la Asamblea Constituyente.

Si decide ser candidato a la Alcaldía no será aspirante a la Constituyente, pero si no va a la reelección municipal “por supuesto que puede ser candidato”, señaló el secretario ejecutivo nacional de ese movimiento, Javier Bejarano.

Para el MSM, la participación de su jefe en el denominado “proceso de refundación del país” es fundamental, como lo es su candidatura municipal, ya que no cuentan con otro militante con su perfil.

Sin embargo, según Bejarano, tienen decidido participar en la Asamblea, con o sin Juan del Granado, para lo cual próximamente comenzará un proceso de consulta para elaborar propuestas.

Una de ellas tiene que ver con la creación de una “federación boliviana de municipios y comunidades autónomas”, que no se estructure en base a los más de 314 municipios existentes en el país, sino bajo el eje de la “mancomunidad”, como hecho de planificación de presupuesto y vinculaciones geográficas y culturales.

http://www.la-razon.com/Informe/Agosto/inf040808b.html

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Los partidos en carrera contra el tiempo

Los partidos están en una carrera contra el tiempo. Las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina y también la elección de los asambleístas para la Constituyente.

Pero no sólo son esos actos electorales los que configuran un complejo y complicado escenario para las organizaciones políticas, particularmente a las acostumbradas al ejercicio directo del poder, sino, sobre todo, la actitud de una sociedad civil que ha dejado de creer en ellas como mediadoras con el Estado.

La crisis de representatividad del sistema político se traduce en la ausencia de ideas articuladoras y propuestas renovadoras que seduzcan a una sociedad jerarquizada, que en el pasado inmediato las asumía, con sus aciertos y errores, como instrumentos válidos en su relación con la institucionalidad estatal.

Las jornadas de octubre pusieron al desnudo que los partidos ya no constituyen factores simbólicos de la deteriorada constitucionalidad democrática para las clases y grupos sociales con visiones distintas, incluso contrapuestas, de la economía, la política, el orden estatal y hasta la propia cultura. Los partidos, que hasta principios del nuevo siglo representaban orgánicamente intereses empresariales y externos, han dejado de ser vehículos de garantía para la preservación del orden

establecido. La “democracia de pactos”, que entre 1985 y 1997 facilitó la conformación de esquemas gubernamentales, se ha debilitado sustancialmente, como en su momento advirtió la analista Jimena Costa.

Pero los partidos llamados asistémicos, particularmente de composición obrera y de clases medias, tampoco han estado exentos de la crisis, aunque también en menor medida los de naturaleza indígena-campesina se han visto contagiados por el déficit de representatividad y por la ausencia de un proyecto contra-hegemónico.

En suma, tomando las reflexiones del politólogo Luis Tapia, los partidos, como instrumentos de mediación entre la sociedad civil y la sociedad política en democracia, no están cumpliendo con el papel para el cual fueron constituidos.

Ni los partidos tradicionales de las diversas fracciones de las élites políticas y empresariales del país están pudiendo desempeñar el papel de amortiguación de la profunda crisis de Estado, ni los partidos populares y de izquierda alcanzan a ofrecerle al país un derrotero distinto al seguido en los últimos 21 años de democracia representativa.

Las municipales

Es probable que en Bolivia no se haya llegado a una situación de “punto cero” o “punto de no retorno” de varias organizaciones políticas, como sucedió en el Perú y años después en Venezuela y que dio lugar a fenómenos políticos como Fujimori y Chávez, aunque, claro está, con proyectos y resultados distintos: el primero fugó de su país, corrompió las estructuras estatales, reprimió la protesta social y no cambio el

modelo neoliberal. El segundo goza de un alto grado de legitimidad, ha ganado ocho elecciones en cinco años, incluyendo el referéndum revocatorio, y va implementando un proyecto de abandono progresivo del modelo.

Sin embargo, las elecciones municipales de diciembre serán una verdadera prueba de

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fuego para los partidos y no hay duda de que esa crisis de representatividad –sumada al ingreso en escena de agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas– determinará la demolición de muchas siglas, un mejor posicionamiento de muy pocas y quizá la aparición de unas cuantas.

De lo que vaya a pasar en las municipales dependerá mucho, aunque no de manera

mecánica, la direccionalidad de la Asamblea Constituyente.

En ese escenario adverso para los partidos es que se desarrolla el actual proceso político en Bolivia y en el cual, si quieren sobrevivir, están obligados a encarar grandes desafíos.

Nuevas ideas articuladoras

Un primer reto de los partidos es su redefinición de las ideas, valores y principios que le han venido planteando al país. El derrumbe del sistema de creencias, como dice Alvaro García Linera, pone en entredicho todo cuanto se ha tenido como certezas hasta ahora. La idea partido como sinónimo de transparencia, propuesta y alternativa se ha resquebrajado.

El desafío de proponer nuevas ideas capaces de seducir a la población la tienen aquellos partidos que se han esforzado por persuadir de que el modelo económico, impuesto por factores externos de poder, tiene problemas superables con el sólo ajuste de políticas y medidas, y siendo menos tolerantes con los altos grados de corrupción encubados en su propio seno. El nepotismo es un efecto y no una causa de su falta de ideas y de ética.

Pero el reto también es para los que se oponen al actual modelo. Su discurso y práctica se han desarrollado en el ámbito de la mera resistencia, que si bien es necesaria, a la vez es insuficiente como para construir en el imaginario colectivo la certeza de que sí es posible caminar por otra dirección.

Es decir, tanto los partidarios de que las cosas sigan como están, como los que aspiran cambiar ese orden realmente existente, no han superado su papel de fabricantes de “ilusiones ideológicas”. Ya esas viejas ideas “no enamoran a la gente”, diría la escritora colombiana Laura Restrepo, o “no seducen a nadie”, afirmaría el analista político Jorge Lazarte.

Aproximación a la sociedad civil

La construcción de nuevas formas de aproximación a los grupos sociales y a los ciudadanos es otro de los desafíos de los partidos políticos. La ampliación de la democracia con mecanismos como el referéndum y la Asamblea Constituyente será insuficiente si las organizaciones políticas no son capaces de ampliar nuevas modalidades de participación social a través de ellos.

Para lograr esa aproximación o “reencuentro” con la población, como señala el senador mirista Hugo Carvajal, las estructuras partidarias, enquistadas en un “mirar desde

arriba”, están obligadas a poner en marcha estilos comunicativos distintos a los empleados hasta ahora en esa su lucha por conquistar “las mentes y los corazones” de la población.

Los partidos, sostiene Lazarte, deben seducir a la población “para demostrar que son necesarios” y de que no se pueda hablar de democracia si no se cuenta con ellos. Esta reaproximación a la sociedad quizá exija privilegiar una interacción con los ciudadanos antes que continuar con campañas

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mediáticas en épocas electorales que ni dicen ni logran mucho.

Democracia interna

No cabe la menor duda de que uno de los males, no todos, que aquejan a los partidos políticos es la falta o insuficiencia de democracia interna: dirigentes medios impuestos por su relación familiar o de amistad con el jefe y candidatos designados por su “lealtad” con la máxima dirección o por su aporte económico a la campaña electoral. Las organizaciones políticas, como en su momento subrayó el analista Jorge Lazarte, para ser creíbles de su compromiso con la democracia deben, previamente, demostrar una práctica democrática dentro de sus propias estructuras.

Miles de personas han abandonado su

militancia o simpatía por algún partido al percibir que el debate ideológico-político ha sido sustituido por gigantescas camarillas conformadas por su grado de incondicionalidad a los deseos de los jefes internos. Con eso los partidos perdieron cualidad y sólo se quedaron con quienes conciben la política como un medio de subsistencia o enriquecimiento acelerado, pero también como un puente de ascenso social.

Democracia interna, lo dijo hace poco Lazarte, significa no sólo estatutos que garanticen elección democrática de dirigentes altos y medios, o de candidatos, sino también tolerancia en el debate interno.

Servicio a la sociedad

Como una derivación de lo anterior, la desprofesionalización de la política se impone como una necesidad, tal como no se cansa de insistir el ex diputado y analista Róger Cortez.

En términos teóricos, la razón de ser de los partidos es el ejercicio del poder en provecho de la población, aún en sociedades jerarquizadas como la boliviana e independientemente de los intereses más cercanos que expresen y defiendan. Por el contrario, los partidos, según dice Lazarte, se han mostrado a la población como instrumentos de asalto del botín estatal y como fabricantes de empleo. Ese tipo de organizaciones han construido un “lucratismo político” sin el cual no pueden concebir la

práctica política, afirma críticamente Carvajal.

Los partidos, siguiendo esa línea de reflexión, deben abandonar la idea de que sólo se hace política y ejerce poder a través de la administración de la cosa pública y más bien demostrar que también se puede trabajar por la sociedad desde fuera del aparato estatal.

La política, según el ex parlamentario socialista, no sólo que debe ser desmonopolizada, lo cual ya se ha logrado con la apertura a las agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas, sino que también deben ser desprofesionalizada y desburocratizada (HMM).

http://www.la-epoca.com/verporseccion.php?CIDSUPLEMENTO=2

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Los partidos miran la Constituyente y dejan las municipales para la gente

En NFR y en el MIR barajan los nombres de sus líderes nacionales para la Asamblea.

La postulación de Evo Morales está desechada. Juan del Granado tomará definiciones.

Los partidos buscan la fórmula de los candidatos ciudadanos para las municipales.

CAMINO A LA ASAMBLEA • Después del referéndum, el próximo gran paso será la Asamblea Constituyente. Los bolivianos ya comenzaron a prepararse.

Los partidos no quieren estar ausentes del acuerdo social, de la Constituyente. Por ello, preparan sus mejores cuadros para influir en el diseño de la Bolivia para los siguientes 20 años. Hasta se encuentran dispuestos a resignar su protagonismo en las elecciones municipales en favor de las agrupaciones ciudadanas, a las que ahora buscan acercarse.

Una muestra de esa tendencia es que los nombres de Jaime Paz, Manfred Reyes Villa, Evo Morales, Juan del Granado, Samuel Doria Medina y de algunos dirigentes del MNR, ya son señalados en sus propios partidos como posibles aspirantes a ocupar una silla en la Asamblea, donde se decidirá cómo será el país en el futuro. En cambio, para las elecciones municipales, los partidos buscarán candidatos entre la población civil.

Después de los enfrentamientos de octubre del año pasado y luego de la aprobación de la reforma a la Constitución, la Constituyente

fue legalizada. Ahora, el Poder Ejecutivo pisa el acelerador para impulsar este proceso y se espera, para el siguiente año, que el Congreso apruebe una ley de convocatoria a la Asamblea.

Esa norma definirá quiénes podrán asistir, de qué manera serán elegidos y dónde funcionará la Asamblea. Aparentemente será uno de los primeros escollos.

El MNR, por ejemplo, pide voto corporativo para elegir delegados y el MAS sugiere voto universal, por circunscripciones.

El rol del Parlamento, las autonomías, la división política del país, la segunda vuelta electoral y el desarrollo sostenible, son temas que ya generan debate con miras a tratarse en la Asamblea.

Los partidos saben que la Constituyente refundará el país, esta vez con participación de todos los sectores. Por ello ven a las municipales casi en un segundo lugar y se alistan a promover candidatos ciudadanos para los comicios de diciembre. Por ejemplo, el MSM dice que si Juan del Granado no va a la reelección, sí irá a la Constituyente.

Qué esperar de la Constituyente

1 ¿Para qué sirve la Constituyente? • Según el constitucionalista Luis Verdesoto, frente a las preguntas sobre el desarrollo, la Constituyente no las responde. De la Constitución no sacaremos soluciones a la pobreza o a la crisis. De la Constituyente no sacaremos soluciones a la falta de recursos del país.

2 ¿Qué se sacará de la Constituyente? • Lo que sacaremos son reglas para que los bolivianos se pongan de acuerdo sobre cómo resolverán sus problemas, que todos tengan claro cómo y cuándo se sentarán en la mesa para solucionar sus problemas. La Constituyente no da respuesta al desarrollo, pero da un escenario y da unas reglas del juego, mediante las cuales todos y todas

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podemos ponernos de acuerdo, según el constitucionalista.

3 ¿Qué es la Constituyente? • Es un pacto político de todos: ciudadanos, ciudadanas, indígenas, obreros, campesinos, profesionales, partidos, organizaciones sociales, que se juntan en una mesa, durante un periodo de tiempo, y resuelven cómo quieren que sea su país, cómo piensan su país y cómo hacen para que funcione de modo armónico; esto nos permite estar seguros que nuestras propuestas están siendo respetadas, pero en interacción con otras. Toda constitución es una interacción entre todos y todas.

4 Acuerdo con los otros • La Constituyente recoge el grado de acuerdo social al que se ha llegado en una comunidad, aspecto importante que permite que cada actor y actora desarrolle sus intereses, pero se deben desarrollar las visiones que se tienen de los otros, del conjunto, subrayar el modo de relacionarse con los otros.

5 Lo importante es partir de los intereses de la nación, del conjunto de la comunidad y no de los intereses particulares o sectoriales. La constitución no es la suma de intereses, es un cuerpo.

http://www.la-razon.com/Informe/Agosto/inf040808a.html

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3.3 El peligro de una asamblea domesticada

Existe disyuntiva en torno a convocar a la Asamblea Constituyente y a elecciones municipales en el mismo año.

La CPE establece que los comicios electorales no pueden suspenderse, por lo que la Constituyente podría postergarse hasta una nueva gestión

Existe disyuntiva en torno a convocar a la Asamblea Constituyente y a elecciones municipales en el mismo año

(Bolpress.com).- El gobierno y distintos partidos políticos no creen que sea posible convocar a la Asamblea Constituyente y a elecciones municipales en un mismo año, ebido a la complejidad de ambos temas y el tiempo que se requiere para su organización.

Entre las principales tareas que debe desarrollar el Congreso Nacional en coordinación con el poder Ejecutivo, en este nuevo año, se encuentra la convocatoria a la Asamblea Constituyente, con el fin de "refundar el país", producto de la demanda social expresada durante las jornadas de octubre de 2003; sin embargo, también está previsto el proceso electoral municipal para diciembre próximo.

Esta situación creó una disyuntiva en el ámbito político y gubernamental.

El ministro de Desarrollo Sostenible, Jorge Cortez, dijo que para el Gobierno "será muy difícil juntar temas tan importantes en la agenda de un mismo año", con lo que dejó abierta la posibilidad de que la Asamblea Constituyente se postergue hasta una nueva gestión, ya que, según la Constitución Política del Estado (CPE), los comicios electorales no pueden suspenderse, según se informa hoy en La Razón.

Mientras tanto los parlamentarios de las cuatro fuerzas políticas con mayor

representación en el Congreso, MNR, MIR, MAS y NFR, coincidieron que el tema debe ser objeto de un análisis más profundo.

Dante Pino, diputado de NFR, considera que ambos temas no se pueden realizar en una misma gestión por su complejidad y por el tiempo que se les debe dedicar a su organización y ejecución.

Para el MAS, el principal problema para la convocatoria de ambos procesos es la falta de claridad en los tiempos de la agenda del presidente Carlos Mesa. Según el senador del MAS, Carlos Sandy, el Primer Mandatario debe clarificar su agenda y establecer plazos para la realización de los principales temas nacionales y así orientar en sus prioridades a los demás sectores y poderes del país.

Para la diputada del MIR, Erika Brockmann, el tema es complejo y delicado y amerita un cuidadoso análisis.

Según el diputado movimientista Hugo San Martín, si bien se debe analizar la compatibilidad de ambos temas, la Asamblea Constituyente se puede ir desarrollando durante el 2004, aunque no necesariamente termine en esa gestión.

“No creo que las elecciones municipales sean impedimento para elegir a los constituyentes (representantes del pueblo), y que a su vez éstos empiecen a trabajar en la metodología y mecanismo para su futura realización”, dijo el diputado.

Señaló que para aclarar el panorama se debe analizar las experiencias de otros países vecinos como Colombia, Ecuador o Venezuela.

Los pasos y el calendario hacia la Asamblea

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PROPUESTA • Legalización, elección de asambleístas, sesiones y referendo de consulta. Hasta finales de febrero, la Constituyente debe estar incluida en la Constitución, según la previsión del Gobierno, para que luego se aprueben o modifiquen otras leyes que tienen que ver con la representación política, como las leyes de la Constituyente, de Partidos, de Municipalidades y el Código Electoral.

Se da por descontado que en la reforma constitucional de febrero, los partidos romperán el monopolio de la representación política para que en las elecciones municipales de diciembre ya puedan participar ciudadanos u organizaciones sin partido, según Ricardo Paz.

Luego viene la elección de los asambleístas, la instalación de la Asamblea Constituyente, la producción del proyecto de nueva Constitución y la convocatoria a un referendo para su aprobación o rechazo por parte de la población. Eso durará hasta el 2006.

El diputado Hugo San Martín, tras los hechos de febrero del año pasado, propuso siete pasos: La introducción de la Constituyente en la Carta Magna, la solicitud de firmas de adhesión según los inscritos en el padrón electoral, la convocatoria a un referendo para saber si la gente estaba de acuerdo con la convocatoria, la elección de asambleístas, sesiones de la Asamblea para la elaboración de la nueva Constitución y, finalmente, la convocatoria a un referendo para aprobar o rechazar la propuesta de la Asamblea.

San Martín señala que ahora se pueden obviar la recolección de firmas y el referendo previo porque la convocatoria a la Asamblea ya es un hecho. En los próximos días, San Martín presentará un libro con la experiencia comparada de las constituyentes de la región. El adelanto de ese trabajo se encuentra en el cuadro de lado.

De las cuatro asambleas analizadas se puede establecer que en tres dejó de funcionar el Congreso y sólo en una fue paralelo.

Cuatro experiencias en la región

Venezuela Ecuador

1999 • Hubo 131 asambleístas. La gran mayoría elegidos entre los partidos por voto directo y una mínima parte de sectores. Hubo supremacía de los partidarios de Hugo Chávez. Las deliberaciones duraron cuatro meses. La Asamblea cambió el nombre al país. Ahora se llama República Bolivariana de Venezuela; ahonda el federalismo, elimina el Senado y dispone la reelección del Presidente. En medio camino, se diluye el Parlamento. No genera un nuevo pacto social, sólo una reforma.

1998 • Fueron 70 asambleístas, en su gran mayoría elegidos entre los partidos por voto directo y muy pocos en representación de organizaciones como los indígenas. Su composición fue plural. Duró seis meses. La Asamblea instituye nuevos derechos fundamentales, legaliza el Defensor del Pueblo, da autonomía al Tribunal Constitucional y establece nuevas normas para la reforma constitucional. Sigue funcionando el Parlamento. No genera un nuevo pacto social, sólo una reforma.

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Perú Colombia

1993 • Deliberaron 80 asambleístas por el lapso de seis meses. Entre los elegidos, que salieron de los partidos por voto directo y, en menor grado, de la representación de sectores, había supremacía del partido de Alberto Fujimori, que había protagonizado un autogolpe con el consiguiente cierre del Parlamento. Estableció el referendo, amplió los derechos a la iniciativa popular y estableció que el fuero militar es irrevisable por el Poder Judicial. Salió una reforma y no así un nuevo pacto social.

1991 • Los asambleístas eran 79, uno por cada 417 mil habitantes. Fueron elegidos a través de los partidos por voto directo y con escasa representación de sectores. Deliberaron cinco meses. A diferencia de las anteriores, sí genera un nuevo pacto social y se convierte en un tratado de paz en medio de la violencia. Redefine el Estado, establece el referendo y la revocatoria de mandato. Instituye nuevos derechos fundamentales y el Defensor. Diluye el Parlamento.

http://ea.gmcsa.net/2004/01-Enero/20040112/politica/Enero/pol040111b.html

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Capítulo Nº 4 Demandas y Propuestas indígeno-

campesinas

“El único Estado estable es aquel en que todos los ciudadanos son iguales ante la ley”

Aristóteles

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Introducción al Capítulo IV

El pasado nos puede revelar que las organizaciones indígeno-campesinas de las tierras bajas ya

en un estado de alerta y viendo que sus demandas nunca fueron atendidas, marcharon a la

ciudad de La Paz pidiendo se cumplan todas sus demandas y principalmente la implementación

de una Asamblea Constituyente para la refundación del país. Si bien ya con anterioridad se

tocaba el punto de la Asamblea Constituyente nunca fue con tanta fuerza e impacto social

como en aquella oportunidad, donde además se le sumaron varias organizaciones de las tierras

altas, que ya en una reacción de desaliento proclamaban:

“Estamos acostumbrados a caminar la historia por los senderos de la clandestinidad forzada,

somos aquellos que fueron y somos aún los de siempre, los siempre jodidos y siempre

vencidos, somos la gente cuya participación no cuenta en los libros de historia, libros con los

cuales se borra la memoria política de nuestros hijos e hijas...

Eso se acabó, los indígenas escriben la historia en las calles, en la noche tormentosa, en el

amanecer sangriento, en la tarde de los entierros y visita a los enfermos en casas, postas y

hospitales.

Siglo XXI, noticias cercanas y lejanas anuncian que los indios de siempre, hoy, se levantan en

todas partes, en las ciudades y el campo, en las fábricas y los talleres industriales, el reclamo

central: devolución del Territorio como parte de la deuda histórica, deuda cuyo costo es

inconmensurable en los anales de la convivencia entre unos y otros”

Es por tal razón entonces y por el hecho que las cifras indican que las comunidades campesinas

aymaras, quechuas, guaraníes y las diferentes etnias del país, cubren alrededor del 60% de la

población boliviana, la constituyente debe llevarse a cabo con la mayor representatividad de

dichas organizaciones y comunidades.

Todas las demandas y propuestas que se viene elaborando llegan a un fin común:

Asamblea Constituyente con poder originario. Soberano, autónomo, incluyente.

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Refundación del país

Representatividad igualitaria en la elección de los asambleístas

CONAMAQ CSUTCB

CSCB – FNMCB BS

BLOQUE ORIENTE

MST

NACIONAL

¿Qué tipo de Asamblea Constituyente queremos?

•3 Soberana

•4 Autónoma

•5 Originaria

•6 Fundacional

•7 Fundacional

•8 originaria

¿Qué pasará con los poderes constituidos mientras dure la Asamblea Constituyente?

•9 Deben suspenderse las principales atribuciones de los poderes constituidos durante el tiempo que dure la constituyente

•10 Los poderes constituidos quedan subordinados al poder constituyente

Se restringen atribuciones del Parlamento y del Ejecutivo:

•1 No pueden dictar, abrogar, derogar leyes.

•2 No pueden contratar empréstitos

•3 No pueden suscribir tratados internacionales

•4 No pueden reformar la Actual CPE

•5 No pueden crear nuevos departamentos, provincias ni municipios

•6 No pueden decretar amnistías ni conceder indúltos.

SE limitan las atribuciones de los poderes constituidos:

•1 Poder ejecutivo, no puede aprobar decretos sobre recursos naturales, ordenamiento territorial, tratados internacionales.

•2 Poder legislativo. Solo puede fiscalizar.

¿Cuántos deben conformar la Asamblea Constituyente?

272 204 252 190

¿Qué circunscripciones

Uninominal 2x68 Uninominales Uninominal 3x68 Uninominal

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proponen? Departamental 3x9

Especiales(para pueblos indígenas de tierras bajas, Urus, Afrobolivianos) 7

Participación directa por usos y costumbres 66

(32 tierras altas 34 tierras bajas)

3x68

1 varón

1mujer

1 indígena –originario- campesino (mujer o varon)

Urbano Rural.

Departamental 2x9

Nacional 20

Especial 10

2x68

Departamental 1x9

Nacional 27

¿Qué sistema de elección?

1 parte por voto universal directo

1 parte por usos y costumbres en forma directa

Selección de Candidatos indígenas – originarios por Usos y Costumbres

Ratificación por Voto universal y directo

Voto universal y directo

Voto universal y directo

¿Dónde debe sesionar la asamblea Constituyente?

La Paz

Sucre

Cochabamba

Sucre

Puede haber seciones en Dptos. Con mayor índice de pobreza (Pando, Potosí, Oruro, Tarija, Beni)

Cochabamba Sucre

Cochabamba

¿Cuánto tiempo debe durar la Constituyente?

Mínimo 6 meses, máximo 1 año

No menos de seis meses, ni más de doce

8 meses

¿Qué estrategias de movilización se plantea para controlar la constituyente?

Kawiltus

Tantachawis

Asambleas Sociales Territoriales

Asambleas Territoriales

Movilización

Consolidar alianzas de tierras altas y tierras bajas

¿Cuándo debe aprobarse la Ley de Convocatoria?

Antes de las Elecciones municipales

CEDIB

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CAPITULO 4

4.1 Antecedentes jurídico-históricos

4.1.1 La Asamblea de Nacionalidades

Asamblea de Nacionalidades Elizabeth Salguero Carrillo

Si bien la historia de las luchas por superar un Estado excluyente, discriminador y colonial se remontan a más de dos siglos en Bolivia, encontré un antecedente importante en los documentos resultantes del Congreso de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia, realizado en 1988. Entonces campesinos y comunidades originarias ya se planteaban, a través de una Asamblea de Nacionalidades, “la recuperación de su Estado, sus tierras y territorios y su identidad cultural”.

Hoy resurge con fuerza la demanda por superar la opresión que sufren los pueblos originarios, por medio de una Asamblea Constituyente. Cabe preguntarse si esta necesidad recupera lo planteado hace 12 años por aimaras, quechuas, guaraníes y otras nacionalidades.

Como mecanismo de presión se realiza la marcha de los pueblos indígenas hacia la sede de gobierno. Otras tres marchas se suman con diferentes reivindicaciones, en medio de un contexto preelectoral y una crisis generalizada, donde la intervención del sistema político, más que dar respuesta a las demandas, se aboca a la carrera proselitista. En cuanto a las demandas de diversos sectores de la población, el Gobierno responde sistemáticamente con una innumerable cantidad de compromisos que luego de ser firmados se quedan en el olvido.

Hoy como ayer existe la necesidad de superar la desigualdad económica, social y cultural que afecta a la mayoría del pueblo, resultante de la explotación y racismo ejercidos por sectores dominantes y avalados por un tipo de Estado que a pesar de los intentos por modificarlo, a través de un proceso “participativo” de Reformas a la Constitución Política del Estado (CPE), no fue posible por los intereses sectarios de los partidos.

Marcial Fabricano, presidente de la Cidob, expresó que el planteamiento central de los/las marchistas indígenas consiste en que el Gobierno convoque a un Congreso Extraordinario donde se introduzca en el artículo 230 la posibilidad de modificar la CPE por medio de una Asamblea Constituyente. Ante la pregunta de cómo procedería y quiénes participarían, explicó que se trata de que las diferentes manifestaciones de la sociedad civil organizada y las “nacionalidades” se inscriban ante la Corte Nacional Electoral con similares requisitos que los partidos políticos, y luego en la próxima gestión gubernamental se inicie un proceso de construcción conjunta de un nuevo Estado, en una especie de superación de la “nación clandestina” de la que hablaba el cineasta Jorge Sanjinés.

Para ello, es necesario que las minorías privilegiadas posibiliten el ejercicio de los derechos de etnias, pueblos y culturas que lejos de querer ser homogeneizadas,

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requieren de un Estado multinacional. El desafío para que q’aras, indios/as y mestizos/as puedan establecer un pacto social para la convivencia y desarrollo en igualdad de oportunidades está planteado, y todos/as somos responsables de pensar en serio en la construcción de una Bolivia donde nos respetemos en la diversidad y nadie se sienta extranjero/a o de segunda categoría

en su país. Los partidos de siempre deberían respetar y abstenerse de seguir manipulando este proceso.

La Razón - La Paz, 11/6/2002

http://www.latinoamerica-online.it/archiviopaesi/bolivia1.html#asamblea

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4.1.2 Pertinencia de la Organización de la Asamblea de Nacionalidades

Identidades colectivas y fundamentalismo indigenista en la era del pluralismo evolutivo boliviano

H.C.F. Mansilla

En el área andina y en el seno de sus comunidades aborígenes ha surgido un indigenismo políticocultural alimentado por un fundamentalismo atenuado. Uno de sus rasgos centrales es el esfuerzo por renovar algunas cualidades reputadas como la esencia inalterable de las etnias originarias. Este renacimiento de una civilización que fue abruptamente interrumpida por la conquista y la colonia españolas abarca también una indagación del pasado, preocupación que podría redundar en un "futuro más rico en opciones" que la trayectoria presuntamente única hacia el "universo eurocéntrico" que persiguen los Estados nacionales de la región.

Esta interrogación de épocas pretéritas _que debido a la falta de fuentes comprobables y auténticas se asemeja a una especulación esotérica_ quiere sacar a luz la substancia identificatoria incontaminada de las etnias aborígenes, que desde el siglo XVI ha estado amenazada por la civilización iberocatólica y en el actualidad por la modernidad consumista del Norte.

En Bolivia el fundamentalismo indianista, aunque muy disminuido, tiene aun presencia en la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), en los partidos políticos de inspiración socialista radical (después del hundimiento del socialismo proletario clásico) y en pequeños grupos organizados de la etnia aymara. Tomaron parte en las elecciones presidenciales y parlamentarias de 1997 conformando el llamado Eje Pachakuti; pese a que la adhesión obtenida fue extremadamente baja, es conveniente referirse a algunos de sus planteamientos centrales. Esta posición rechaza tajantemente cualquier tipo de capitalismo ("hasta con

posibles reformas"), se proclama socialista y autogestionario y propugna un "nuevo Estado democrático, plurinacional y socialista", basado en una asamblea de nacionalidades originarias (es decir: casi exclusivamente campesinas) y en un socialismo comunitario, que se reduce, en el fondo, a postular el renacimiento de las comunidades agrarias (ayllus) prehispánicos y premodernos.

El programa es completamente vago en cuanto a proposiciones concretas y reformas específicas, pero muy rico en asociaciones emotivas: el rechazo del individualismo europeo, la lucha frontal contra el "sistema" y la denigración de la organización estatal actual ("Bolivia es un Estado sin nación") son los temas recurrentes . Otros grupos afines, más intelectuales y menos políticos, exigen también la "dinamización" de los factores "lengua, historia y organización" . Se trata en ambos casos de una propuesta que privilegia el mundo rural, los grupos étnicos allí predominantes y sus formas de vida y que, simultáneamente, no considera adecuadamente la esfera urbana, los amplios sectores de mestizos y estratos medios y los procesos de modernización que caracterizan Bolivia por lo menos desde 1952.

Factores adicionales dificultan este designio de recuperar y revitalizar las identidades aborígenes del Nuevo Mundo. Es muy probable, por ejemplo, que las identidades colectivas premodernas _como lo son hasta hoy las nacionalidades originarias en Bolivia y en toda el área andina_ hayan tenido un carácter cambiante según las circunstancias y los intereses de los involucrados. Puede ser, por ende, que conceptos tales como identidad, etnia y tribu posean una índole reduccionista, consagrada a clasificar

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fenómenos variables, incoherentes y, en todo caso, muy complejos como si fueran fenómenos estables y delimitables. Muchas veces son factores totalmente externos los que deciden si alguien pertenece o no a una comunidad determinada: la mirada del otro determina a menudo la identidad de uno. En estos tiempos modernos la autopercepción y el factor subjetivo se han transformado en mecanismos sumamente importantes para precisar la pertenencia a una comunidad. Las fronteras étnicoculturales dependen también de las circunstancias exteriores y de factores enteramente profanomateriales, como el acceso a recursos vitales. Al debilitarse este último, la definición étnica puede entrar en crisis.

No hay duda, por una parte, que existen los llamados vínculos primarios (los aspectos "dados") que constituyen el fundamento de toda identidad sociocultural: los nexos de la sangre y el parentesco, el lenguaje cotidiano, la religión practicada, la vecindad inmediata, la comunidad de costumbres, usos y cosmovisiones, nexos arrastrados por siglos y por ello convertidos en algo cercano a lo sagrado; pero, por otra parte, hay que considerar que estos vínculos primordiales mantienen su poder identificatorio y, por ende, su relevancia cultural y política sólo si los involucrados los aceptan como tales. Es decir: las etnias dejan de ser las unidades esenciales de la identificación social si sus miembros dejan de adherirse a ellas. Si el control social de las comunidades primarias se relaja, si el prestigio de su religión y sus hábitos decae y si su cosmovisión queda opacada por cualquier producto ideológico del mundo moderno, entonces las etnias, las tribus y toda comunidad premoderna pierden la capacidad de congregar y guiar a sus individuos . Parece, por lo tanto, que la posición más sensata es una intermedia entre la esencialista y la relativista: "nación", "pueblo" y "etnia" no son, por supuesto, manifestaciones totalmente objetivas de realidades empíricas, que permanecen en lo fundamental incólumes a través del desenvolvimiento histórico y social, pero tampoco representan únicamente creaciones intelectuales, imágenes populares y atractivas, o reconstrucciones fictivas del pasado, elaboradas ex professo por pensadores y políticos con posterioridad a la

prosaica realidad. En cuanto construcciones más o menos artificiales son ciertamente importantes para reavivar sentimientos y movimientos nacionalistas, pero en la mayoría de los casos los fenómenos étnicoculturales poseen un substrato real, conformado por una lengua, un territorio, instituciones y tradiciones comunes.

Otro factor importante es el problema territorial, muy complejo en Bolivia . La constitución y las leyes reconocen individuos y sus derechos, pero no pueblos (naciones, etnias) y menos territorios autónomos o con cierta soberanía. Puesto que desde la reforma constitucional de 1994 el Estado boliviano se autoproclama como "multicultural" y "plurilingüe", algunos grupos étnicopolíticos tratan de conseguir que estos postulados teóricos sean implementados en la praxis, por ejemplo mediante el reconocimiento estatal de derechos colectivos, como serían territorios autónomos, leyes propias y específicas para ciertas comunidades y el uso oficial de las lenguas aborígenes en el aparato estatal . Hasta ahora no ha sucedido nada relevante en el campo de la realidad sociopolítica; en este terreno concreto la reforma constitucional sigue siendo mera retórica.

La situación se complica en el Occidente boliviano, densamente poblado y donde habita la inmensa mayoría de la población indígena del país, porque las etnias mayores (aymaras y quechuas) viven en los mismos ámbitos que los blancos y mestizos, lo que es particulamente patente en las grandes ciudades bolivianas. (Hay que distinguir entre etnias de un Estado que pueblan un territorio más o menos compacto y continuo, sobre el cual tienen derechos "históricos", por un lado, y grupos étnicos que están dispersos por todo el territorio nacional y que provienen de migraciones individuales, por otro.) Es sintomático que estas etnias no hayan elevado la demanda de un territorio propio en el Occidente boliviano. Estos indígenas de tierras altas son mayoritariamente campesinos, y en cuanto tales, como afirmó Volkmar Blum, se sienten parte de una comunidad sectorial inmersa en una sociedad mayor. "No conocen la relativa autonomía de sociedades tribales" .

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Una porción considerable del excedente demográfico campesino de las tierras altas se convierte en obreros, artesanos y comerciantes minoristas del medio urbano, signado por la presencia de blancos y mestizos, lo que contribuye a diluir extensas comunidades étnicas cerradas. Este fenómeno impide una vinculación sólida de los factores etnia y territorio, lo que quita virulencia _y un carácter propio y exclusivo_ a las exigencias políticas de los indios de tierras altas. Pese a la considerable magnitud poblacional y al mayor nivel de politización, la conformación de una identidad colectiva estable (y distinta a la de los otros grupos étnicoculturales circundantes) entre los indígenas de tierras altas ha demostrado ser relativamente débil, conflictiva y ardua. Este sentimiento es más fuerte a escala local, algo más flojo a nivel regional y provincial y muy flaco en el marco nacional. La historia de este territorio es desde antes de la colonización española una crónica de fragmentación y disolución de identidades colectivas; la mayoría de los indígenas aymaras no conoce, por ejemplo, datos fundamentales del pasado de su pueblo y tiende a confundirlo con el de la etnia quechua de origen incásico, aunque los Incas oprimieron brutalmente a los aymaras después de conquistar su territorio por las armas. La actual identidad aymara está asentada en elementos quechuaincásicos , mejor dicho en una concepción idealizada y embellecida del pasado, de los logros históricopolíticos y de las instituciones incásicas.

La concesión de territorios colectivos a las etnias indígenas parece más factible en las llanuras amazónicas y del Chaco (Oriente boliviano), donde la densidad poblacional es relativamente baja, donde no se sobreponen demandas territoriales de varios grupos poblaciones, donde las concepciones de identidad étnicocultural están menos contaminadas por el desarrollo general de la sociedad boliviana y por elaboraciones posteriores de intelectuales y donde las etnias habitan en exclusividad territorios más o menos delimitados, pero estas etnias originarias sólo suman el 2,4% de la población total del país, y, por consiguiente, su poder de influir y negociar a nivel estatal es muy reducido.

Actualmente se puede aseverar que en la región andina y en Bolivia se dan dos fenómenos al mismo tiempo. Por un lado el proceso de modernización, por más modesto que sea, ha socavado en forma lenta pero segura la autoridad, el prestigio y las funciones que eran inherentes a las colectividades indígenas definidas según criterios étnicoculturales. La mayor autoconsciencia individual, la construcción de la personalidad de acuerdo a parámetros urbanos, racionales y universales y las imágenes omnipotentes de la "industria cultural" moderna contribuyen a debilitar todo nexo identificatorio tradicional. Por otro lado, la misma acción modernizadora provoca una fuerte reacción autodefensiva de las comunidades aborígenes, que intentan preservar sus valores y normas y el control sobre sus miembros precisamente con más ahínco cuando se saben amenazadas de muerte. La función divulgadora de los medios contemporáneos de comunicación social y el carácter tolerante y pluralista de los regímenes políticos del presente favorecen también un cierto renacimiento de los mencionados vínculos primarios. Entre esta dialéctica se mueve hoy en día el movimiento indigenista e indianista en Bolivia.

En la actualidad las tendencias indigenistas e indianistas hacen evidente el ya mencionado aspecto fundamentalista sobre todo:

(A) en el anhelo de reconstruir lo propio diferenciándose de lo ajeno, lo extranjero, moderno y occidental; y

(B) en el rechazo del "imperialismo cultural" de Europa y los Estados Unidos, rechazo que engloba creaciones civilizatorias de índole universalista como los derechos humanos y ciudadanos, algunas pautas contemporáneas de comportamiento sociopolítico (como la democracia representativa liberal) y algunos valores actuales de orientación (por ejemplo el principio de rendimiento, el individualismo y la tolerancia pluralista).

La impugnación del universalismo a causa de su presunto carácter eurocéntrico o su

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talante "avasallador" se conjuga con la búsqueda de una identidad cultural primigenia, que estaría en peligro de desaparecer ante el avance de la moderna cultura occidental de cuño globalizador. Esta búsqueda, a veces dramática y a menudo dolorosa para las comunidades afectadas, intenta desvelar y reconstruir una esencia étnica y cultural que confiera características indelebles y, al mismo tiempo, totalmente originales a los grupos étnicos que se sienten amenazados por la exitosa civilización moderna.

Este esfuerzo puede ser calificado de traumatizante y de inútil: los ingredientes aparentemente más sólidos y los factores más sagrados del acervo cultural e histórico del actual espacio andino resultan ser una mixtura deleznable y contingente de elementos que provienen de otras tradiciones nacionales o que tienen una procedencia común con los más diversos procesos civilizatorios. La quinta esencia identificatoria nacional o grupal, estimada como algo primordial, básico e inalterable, sólo puede ser definida y comprendida con respecto a lo complejo, múltiple y cambiante que está encarnado en lo Otro, es decir en los elementos determinantes de las culturas ajenas y hasta hostiles. Este ejercicio de la búsqueda por lo auténtico y propio tiene efectos traumáticos porque pone de relieve el hecho de que el núcleo cultural que puede ser considerado efectivamente como la identidad nacional incontaminada constituye un fenómeno de importancia y extensión decrecientes. La inmensa mayoría de los estados existentes actualmente no poseían consciencia nacional hace escasamente doscientos años . Este es el caso boliviano. Pero la preocupación por la identidad nacional es al mismo tiempo una ocupación que goza del favor popular (a) porque los fenómenos étnicoculturales se basan _como ya se mencionó_ en un substrato real, configurado por una lengua, instituciones y tradiciones comunes, ahora en peligro de desaparecer por la acción avasalladora y nivelizadora de la modernización, y (b) porque en las capas más profundas de la consciencia colectiva se halla el propósito perseverante de aprehender y consolidar algo estable que de sentido a las otras actividades humanas y que pueda ser percibido como el alma

inmutable y positiva de la comunidad donde se vive y se sufre .

En Bolivia la búsqueda de lo propio y auténtico que se reduce al mundo indígena puede revelarse como fuera de lugar a causa de los intensos y prolongados procesos de mestizaje y aculturación que han sucedido desde el siglo XVI: el ámbito de la cultura india constituye uno entre varios espacios civilizatorios en territorio boliviano, y no hay criterios únanimemente aceptados para privilegiar esta cultura al punto de discriminar a las otras, máxime si los propios indígenas no apoyan mayoritariamente corrientes indianistas ni modelos de pureza étnicocultural y propugnan más bien, en el marco de soluciones eclécticas, la adopción de importantes fragmentos de civilizaciones foráneas. Ni siquiera una enorme simpatía ética por la causa indígena, nutrida de las desventuras y la explotación inhumana que ésta última ha sufrido a lo largo de los siglos, unida a una posición política radical y a una ideología fundamentalista, puede pasar por alto la realidad boliviana, signada en el presente por el pluralismo étnicocultural, político y económico, por la coexistencia relativamente pacífica de razas y nacionalidades y por un impetuoso proceso de modernización y urbanización. Es altamente probable, por ejemplo, que los indígenas bolivianos se sientan cada día menos motivados a identificarse con su "indianidad", pues ser indio significa, ante todo, ser campesino pobre y casi siervo, y que tiendan, por ende, a percibirse vagamente como miembros de una nación mestiza, como es el caso en el Perú . Encuestas de opinión pública de cobertura nacional realizadas en 1996 indican que entre el 60,6% y el 66,8% de la población se percibe a sí misma como mestiza y sólo entre el 15,4% y el 16% como indígena, cuando en realidad más de la mitad de la población total boliviana es de origen índigena relativamente puro .

La historia del área andina puede ser vista como una serie de fenómenos de mestizaje y aculturación; además de las innumerables mezclas étnicas, se ha dado igual cantidad de procesos mediante los cuales la sociedad ha recibido la influencia de la cultura

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metropolitana occidental, que ha sido percibida como militar, técnica y organizativamente superior a la aborigen, siendo la consecuencia una simbiosis entre los elementos tradicionales y los tomados de la civilización triunfante. Cultura significa también cambio, contacto con lo foráneo, comprensión de lo extraño. El mestizaje puede ser obviamente traumático , pero también enriquecedor. El tratar de volver a una identidad previa a toda transculturación es, por lo tanto, un esfuerzo vano, anacrónico y hasta irracional: se puede pasar rápidamente de las reivindicaciones antiimperialistas a las obsesiones nacionalistas y a las limpiezas étnicas.

En el área andina estos decursos evolutivos han exhibido una enorme complejidad . Desde un comienzo se han dado diversas opciones para enfrentar el fenómeno de la presencia del conquistador exitoso aunado al inevitable proceso de aculturación. Entre ellas se encuentran las siguientes estrategias: (A) permanecer dentro de lo predeterminado por los agentes externos y el propio destino de frustración; (B) rebelarse inútilmente asediado por las obsesiones de un retorno a la identidad primigenia; y (C) intentar un camino que combine el legado de los mayores con los avances civilizatorios de las sociedades exitosas del momento. Esta última posibilidad es la habitual en suelo boliviano: el resultado puede ser descrito como una senda de desarrollo sincretista que preserva algunos fragmentos del legado nacionalparticularista y adopta algunos elementos de la civilización moderna de índole universalista. Se vislumbra en Bolivia una interesante amalgama entre una defensa parcial de la propia tradición cultural y una apropiación de los elementos técnicoeconómicos de la civilización industrial de Occidente. No se trata de una síntesis inferior y de bajo rango: después de todo, las sociedades que han sufrido variados procesos de aculturación son aquéllas que han adquirido una notable flexibilidad y que, por lo tanto, pueden soportar mejor las presiones de naciones materialmente exitosas que las comunidades aisladas, rígidas y demasiado signadas por la propia tradición .

En el ámbito andino y especialmente en Bolivia, país donde el proceso de urbanización, aunque muy avanzado, no ha tomado aun las dimensiones gigantescas de otras regiones, ha pervivido todavía un fuerte espíritu de búsqueda de una identidad colectiva propia, apoyada en la cultura indígena y, por ende, rural, antimoderna y no occidental. En Bolivia las migraciones internas y los cambios sociales, vinculados hoy en día a la peculiar modernización imitativa y apresurada del Tercer Mundo, no han conllevado hasta ahora una amplia desarticulación del sector campesino y tampoco una desestructuración irremediable de las matrices culturales premodernas. Es allí donde se da una amplia gama de corrientes indigenistas e indianistas , y donde la cuestión de una identidad social propia, diferente y opuesta a la encarnada por la modernidad occidental e individualista, tiene una cierta raigambre en dilatados segmentos campesinos y en grupos políticos populistas (aunque probablemente se trate mayoritariamente de una inquietud típica de intelectuales citadinos).

Esta preocupación por "identidades cerradas" y pretendidamente autóctonas exhibe en el campo institucional una inclinación por modelos de una democracia directa y participativa y un rechazo de la democracia representativa y pluralista. Los propagandistas del fundamentalismo indianista en Bolivia (el katarismo: con variantes importantes) han sostenido que las formas organizativas de las comunidades indígenas agrarias podrían convertirse en un "código hegemómico de lo nacionalpopular reemplazando así a la clase obrera y a sus 'partidosvanguardia'." Pero al mismo tiempo es imprescindible señalar que las corrientes mayoritarias del katarismo boliviano no se adhieren a posturas racistas y están, por el contrario, abiertas a pactos con otras tendencias ideológicas y otros grupos éticoculturales , como lo demuestra su alianza y estrecha colaboración con el gobierno neoliberal a partir de 1993; el indianismo puro y etnicista resultó ser políticamente una minoría irrelevante. Además, como en muchos otros ámbitos geográficos y socioculturales con características similares, las tendencias indianistas e indigenistas se han

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transformado paulatina pero seguramente en movimientos neopopulistas, cuyo imaginario se nutre de difusas normativas provenientes de los medios masivos de comunicación y cuyas directrices para las políticas públicas no se alejan del neoliberalismo al uso del día.

La búsqueda de arquetipos del pasado conduce, como escribió René Antonio Mayorga, a una "visión mítica, restauradora y defensiva" de la problemática boliviana actual, pero no a respuestas practicables para los dilemas del presente. Por una parte, estos ejercicios de retórica fundamentalista no han podido establecer fehacientemente en qué consiste la substancia imborrable, única e inconfundible de las identidades indígenas en territorio boliviano: todos las características que se les pueden atribuir son comunes a sociedades de otras épocas y latitudes, incluyendo el idioma. Por otra parte, el fundamentalismo katarista deja de lado premeditadamente la profunda transformación que ha sufrido la población agraria e indígena del país, especialmente en la esfera de los valores de orientación: estos sectores, cada vez más urbanizados y sometidos a la influencia de la escuela, el mercado y los medios masivos de comunicación, quieren tener un acceso pronto e irrestricto a la modernidad occidental y mantener sus antiguas normativas sólo en terrenos secundarios, como la cultura (en sentido estricto) y la familia .

Al margen hay que señalar que hasta productos intelectuales altamente elaborados de la tendencia katarista se distinguen por su abstrusidad conceptual y por su ambigüedad en cuanto a las metas del desarrollo histórico. No sólo no queda clara la postulada diferencia entre indianismo e indigenismo, sino que la definición de la esencia de la indianidad permanece en una curiosa obscuridad. En el indianismo "lo regresivo puede ser progresivo" y lo progresivo puede ser "retroprogresivo"; las condiciones de la "liberación india" son vistas como el "desorden en el orden y orden en el desorden" . Hasta se puede comprender que dentro de la lógica aymara haya que mirar "el futuro de manera retrospectiva", y que "la construcción de la nueva sociedad es posible

a partir de una visión hacia atrás", pero la reinstauración de formas políticoinstitucionales prehispánicas en la actualidad (la "retroprogresión del doble modelo de representación previo a 1492") como si fuesen la genuina "democracia campesina" es ciertamente un proyecto de la mera fantasía que no considera ni la compleja evolución socioeconómica de las etnias aborígenes en la actualidad ni sus objetivos modernizantes.

En el ámbito andino se puede constatar aun hoy prima facie una cierta tendencia en el estamento intelectual y entre las etnias indígenas a rechazar lo Otro (en este caso: la influencia occidental) y a localizar el factor identificatorio central, normativo e indeleble en el campesinado del país respectivo, es decir en aquel segmento social que no ha sido contaminado por los decursos evolutivos de la modernización y la urbanización. Para los grupos de blancos y mestizos y para la población urbana lo Otro es, en cambio, la cultura aborigen, especialmente la andina de proveniencia aymara y quechua. En todo caso, teorías que subrayan el valor propio, el derecho histórico y los aspectos positivos de la alteridad pueden contribuir a comprender mejor las "otras" comunidades étnicoculturales y a convivir con ellas .

El proceso boliviano de democratización a partir de 1982, el cosmopolitismo que permea ahora los medios masivos de comunicación, los resultados lentos pero seguros de una mejor educación básica y también la creciente autoconsciencia de los pueblos aborígenes _que se manifiesta, por lo general, en una forma pacífica y conciliante_ han "popularizado" en la Bolivia contemporánea una actitud más tolerante hacia otras comunidades étnicoculturales y han reducido las actitudes de racismo abierto, que durante siglos determinaron las relaciones intergrupales en Bolivia. Aunque este desenvolvimiento es aun incipiente, no cabe duda de que hay una mayor apertura hacia la coexistencia más o menos civilizada de etnias que hasta hace poco se observaban con desconfianza y temor, como si cada una fuera para la otra la encarnación del adversario irreductible y amenazador: el Otro por excelencia. A este desarrollo ha

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coadvuyado eficazmente la obra perseverante de la Iglesia Católica, que en Bolivia desde la década de 1960 denota una clara inclinación progresista, que alcanza asimismo al ámbito político. No sólo la influencia de las teorías sociales contemporáneas de la Iglesia postconciliar, sino una tradición más antigua de ayuda efectiva y silenciosa a las capas pobres de la población (compuestas mayormente por indígenas), han motivado un acercamiento remarcable entre la Iglesia Católica y la población india boliviana y han engendrado una cosmovisión sin tantas discriminaciones socioétnicas, a lo cual ha contribuido el ascendiente aun poderoso de la Iglesia Católica sobre los medios de comunicación, las escuelas y universidades. En este ambiente espiritual y social se inscribe y expande la concepción de que el Otro es el prójimo: "El indio, siendo diferente, ya no es sólo un indio: es un hermano" . Esta idea, de vieja raigambre filosófica y religiosa, presupone que la liberación del oprimido libera también al opresor.

Precisamente las peculiaridades de la evolución boliviana parecen alejarse de la opción estrictamente indigenista y acercarse a un modelo que, como ya se mencionó, combina lo propio con una razonable adopción de lo ajeno. En Bolivia los grupos étnicos discriminados prima facie por la modernización universalista occidental comienzan a darse cuenta de las ventajas que, en el fondo, conlleva esta corriente para defender sus intereses y acrecentar su participación en los usualmente magros frutos del crecimiento económicotécnico. Es por eso que los movimientos indigenistas han tomado paulatinamente un giro pragmático y conciliador.

El relativo éxito del régimen democráticorepresentativo , restaurado en Bolivia en 1982, ha significado una seria declinación de la concepción indigenista de una democracia directa, participativa y comunitaria, basada aparentemente en viejas tradiciones sociopolíticas de las etnias originarias . La tendencia katarista modernizante, representada por Víctor Hugo Cárdenas, quien fue vicepresidente de la república de 1993 a 1997 _que ha desplazado exitosamente a la

fundamentalista_, lucha por integrar el mundo rural y urbano aymara dentro del proceso de modernización y democratización iniciado en 1985: mediante la educación pluricultural, el ensanchamiento de posibilidades reales de participación de los estamentos campesinos y una política pragmática de alianzas con otros sectores de la población y otros partidos políticos no dedicados a la problemática étnicocultural, este katarismo moderado quiere evitar justamente el aislamiento sociocultural de las etnias indígenas y su segmentación políticoinstitucional. Apelando también a un elemento tradicional de la civilización prehispánica (la complementaridad de los opuestos), ha dejado a un lado la reivindicación de la democracia participativa inmediata y ha aceptado la democracia liberal y representativa dentro de la unidad estatal boliviana, insistiendo ante todo en reforzar el carácter multicultural y plurilingüista del país .

Con respecto a la cuestión de la alteridad no es superfluo mencionar otras connotaciones. Como escribió Fernando Mires, parece que las concepciones de la historia que se pueden atribuir a las culturas precolombinas y a los indios actuales privilegian una concepción circularrecurrente y no una linealascendente de la evolución de los hombres y las cosas, la que permite pensar decursos evolutivos simultáneos y diversos y la autonomía del desarrollo andino con respecto al europeo . Esto significa también que no hay un único paradigma de desenvolvimiento histórico que sirva para medir y juzgar a los demás; lo Otro __ en sentido de las diferencias culturales, sociales y étnicas __ dispone así de mayores posibilidades de un florecimiento exento de trabas y reglas. De similar contenido resulta ser una historiografía que no descubra ni prescriba leyes inexorables del desenvolvimiento histórico: existirían culturas, etnias y sociedades distintas, pero no superiores ni inferiores.

Esto se aviene adecuadamente con un concepto procesual y no substancialista de etnia: en lugar de definir a las comunidades aborígenes buscando una esencia identificatoria indeleble e impermeable al paso del tiempo, se debería comprenderlas

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en cuanto fenómenos históricos y, por lo tanto, pasajeros, como lo sugirió Guillermo Bonfil Batalla . "Tolerarse y respetarse, aun sin entenderse" , es decir reconociendo la diversidad de identidades y abandonando todo proyecto unificador y homogeneizador _tanto en la variante indigenista como en la modernizante de estilo occidental_, parecería ser el modo de alcanzar mejores nexos humanos en un país con pluralidad de culturas.

Estas concepciones, opuestas a la historiografía convencional eurocéntrica del desarrollo linealascendente, permiten percibir lo positivo y rescatable que está inmerso en modos de vida y proyectos civilizatorios practicados por algunas comunidades indias en América Latina y Bolivia, que ahora, bajo la influencia normativa de la modernidad metropolitana, gozan de la reputación pertenecer a la esfera del atraso socioeconómico y la regresión civilizatoria. El estricto respeto a los ecosistemas naturales, la organización social de acuerdo a principios mitológicoreligiosos y la economía informal y la de subsistencia conforman modos de vida que no admiten cuantificaciones convencionales y que no tienen como objetivo esencial el crecimiento económico, el progreso material y el dominio de la naturaleza. Pero parecen encarnar, aunque en escala reducida y difícilmente imitable, algunos valores de orientación, cuya bondad ha sido resaltada precisamente por los espíritus lúcidos y críticos de las naciones altamente industrializadas. Como afirmó acertadamente Fernando Mires, en América Latina los problemas de la indianidad y la ecología han sido descubiertos casi simultáneamente: ambos pueden ser interpretados como una cierta resistencia a las devastaciones industrialistas, una oposición, aun difusa, contra las manifestaciones más destructivas de la modernidad. Las fuerzas productivas, al desplegar su potencial económico y tecnológico, hicieron notorio su poder de aniquilamiento sobre el paisaje natural, el bosque y sus habitantes originales, y chocaron contra la economía de subsistencia y las tradiciones de las etnias amazónicas. Al defender la selva, los ecologistas defienden también a los que viven en y de ella.

Finalmente hay que mencionar que el proceso de modernización, por más modesto que resulte, conlleva la multiplicación de roles y funciones; esta diversidad diluye la fuerza de las identidades simples _como la étnica_ y hace aparecer como obsoleta la adscripción identificatoria de los ciudadanos a comunidades basadas exclusivamente en la tierra, la sangre y la lengua. La variedad de roles e identidades, que, aunque en forma incipiente, puede ser observada en la Bolivia contemporánea y precisamente en el seno de las colectividades rurales e indígenas, conduce a amortiguar la fuerza de las pasiones derivadas de las identidades elementales y, por ende, a ver con otros ojos, más pragmáticos, instituciones como el Estado y la administración pública, que fueron creadas por la colonización española y perfeccionadas por blancos y mestizos, pero que, a la larga, pueden también servir a los intereses de las etnias originarias.

Finalmente hay que mencionar la probabilidad de que gran parte del discurso indigenista e indianista sea una ideología en sentido clásico, es decir: un intento de justificar y legitimar intereses materiales y mundanos mediante argumentos históricos, sociológicos y hasta humanistas que pretenden hacer pasar estos intereses particulares de grupos (que empiezan a organizarse exitosamente) como si fuesen intereses generales de la nación india. Las "reivindicaciones históricas" de los pueblos indios son, por lo menos parcialmente, ensayos normales y corrientes para dar verosilimitud al designio de controlar recursos naturales y financieros _como es el caso de la tierra_ de parte de sectores poblacionales que han advertido las ventajas de la organización colectiva. Nociones claves como autodeterminación de los pueblos, devolución de territorios y autonomía cultural y social resultan ser, en muchos casos, instrumentos políticos habituales en la lucha por recursos cada vez más escasos .

Juan de la Cruz Villca rechaza el sistema individualista [entrevista al candidato vicepresidencial Juan de la Cruz Villca], en: PRESENCIA (La Paz) del 10 de mayo de 1997, suplemento CAMPAÑA ELECTORAL, p. 4 sq.; Jaime E. Buitrago, El Eje quiere un

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Estado comunitario, en: ibid. Sobre esta problemática en general cf. el importante texto de Héctor DíazPolanco, Autonomía regional. La autodeterminación de los pueblos indios, México: Siglo XXI 1991, passim

El testimonio más conocido e importante de ese fundamentalismo indianista atenuado es la obra colectiva Por una Bolivia diferente. Aportes para un proyecto histórico popular, La Paz: CIPCA 1991, p. 20, 63 et passim; obra que se distingue por una estructuración confusa y una redacción enrevesada. Otros textos de esta tendencia: II Congreso Indígena Interamericano de Recursos Naturales y Medio Ambiente, Documento de conclusiones, San Ignacio de Moxos, diciembre de 1991; Félix Cárdenas, Utopía andina. El proyecto comunero andino, Oruro: Serie 500 1990; Silvia Rivera Cusicanqui, Oprimidos pero no vencidos. Luchas del campesinado aymara y quechua de Bolivia 19001980, La Paz: HISBOL 1984; Diego Cuadros (comp.), La revuelta de las nacionalidades, La Paz: UNITAS 1991; Javier Hurtado, El katarismo, La Paz: HISBOL 1986. Cf. la crítica de Javier Medina, ¿Por una Bolivia diferente?, en: Mario Miranda Pacheco (comp.), Bolivia en la hora de su modernización, México: UNAM 1993, pp. 303308

Cf. los estudios clásicos: Eric Hobsbawm / Terence Ranger, The Invention of Tradition, Cambridge: Cambridge U.P. 1987; Greg Urban / Joel Sherzer (comps.), NationStates and Indians in Latin America, Austin: Texas U.P. 1991; Clifford Geertz, The Interpretation of Cultures, New York: Basic Books 1973, p. 259 sqq.; Fredrik Barth (comp.), Ethnic Groups and Boundaries. The Social Organization of Cultural Difference, Oslo: Universitetsforlaget 1976; Terence Ranger, Kolonialismus in Ost und Zentralafrika (Colonialismo en Africa Oriental y Central), en: JanHeeren Grevemeyer (comp.), Traditionale Gesellschaften und europäischer Kolonialismus (Sociedades tradicionales y colonialismo europeo), Frankfurt: Syndikat 1981, pp. 1646

Esta posición intermedia es la sustentada por Peter Waldmann, Ethnoregionalismus, eine

Herausforderung für den Nationalstaat (Etnorregionalismo: un reto para el Estado nacional), en: Wolfgang Reinhard (comp.), Die fundamentalistische Revolution. Partikularistische Bewegungen der Gegenwart und ihr Umgang mit der Geschichte (La revolución fundamentalista. Movimientos particularistas del presente y su tratamiento de la historia), Friburgo (B): Rombach 1995, p. 275; cf. también Georg Elwert, Nationalismus, Ethnizität und Nativismus über die Bildung von WirGruppen (Nacionalismo, etnicidad y nativismo sobre la conformación de grupos colectivos), en: Georg Elwert / Peter Waldmann (comps.), Ethnizität im Wandel (Etnicidad en cambio), Saarbrücken: Breitenbach 1989, pp. 2160

Sobre esta temática cf. el confuso ensayo de Sarela Paz Patiño, Los territorios indígenas como reivindicación y práctica discursiva, en: NUEVA SOCIEDAD (Caracas), Nº 153, enero/febero de 1998, pp. 120129. Cf. también Kitula Libermann / Armando Godínez (comps.), Territorio y dignidad. Pueblos indígenas y medio ambiente en Bolivia, Caracas: Nueva Sociedad/ILDIS 1992 (con especial énfasis en las etnias del Oriente amazónico y del Chaco; sobre las demandas generales de los pueblos indígenas en Bolivia cf. p. 61 sqq.; sobre la proyectada "Ley Indígena" cf. p. 65 sqq.); Ramiro Calasich, Hasta saciar la sed de tierra, en: PRESENCIA del 21 de agosto de 1994, suplemento REPORTAJES, p. 2; cf. también los otros artículos de este suplemento monográfico, dedicado al tema "La interminable marcha indígena".

Alcides Vadillo Carrillo, Los territorios indígenas en Bolivia: deseos y realidades, en: PRESENCIA del 5 de julio de 1993; cf. el interesante ensayo de carácter general: Mireya Maritza Peña Guzmán, Algunos aspectos de la cuestión indígena desde una perspectiva internacional, en: NUEVA SOCIEDAD, Nº 153, enero/febrero de 1998, pp. 130140; N.S. Rouland et al., Droits de minorites et des peuples autochtones, París: PUF 1996

Cf. el importante ensayo de Volkmar Blum, Rezente Indianerbewegungen und neue

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Identitäten in Lateinamerika (Movimientos indígenas recientes y nuevas identidades en América Latina), en: Wolfgang Reinhard (comp.), op. cit. (nota 4), p. 266

Ibid., p. 262

Raúl Arango Ochoa, Derechos indígenas sobre el territorio, en: Libermann / Godínez (comps.), op. cit. (nota 5), p. 121

Sobre la diferencia entre indianismo (tendencia de los propios indios a la autonomía política e independencia cultural) e indigenismo (corriente proveniente de fuera de los indios y favorable a la mejora de los mismos mediante la aculturación y la imitación de modelos foráneos), cf. José Alcina Franch, El indianismo de Fray Bartolomé de Las Casas, en: Alcina Franch (comp.), Indianismo e indigenismo en América, Madrid: Alianza 1990, p. 38

Sobre las ficciones que fundan y sustentan los nacionalismos cf. el interesante ensayo de HolmDetlev Köhler, El nacionalismo: un pasado ambiguo y un futuro sangriento, en: REVISTA DE ESTUDIOS POLITICOS (Madrid), Nº 98, octubre/diciembre de 1997, pp. 172175; William Pfaff, La ira de las naciones, Santiago de Chile: Andrés Bello 1994

Sobre los muchos aspectos del indigenismo, su intento de revitalizar el pasado (una utopía arcaizante), sus frutos literarios y sus magras perspectivas actuales, cf. el hermoso libro de Mario Vargas Llosa, La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo, México: FCE 1996; cf. también Eduardo Devés Valdés, El pensamiento indigenista en América Latina 19151930, en: UNIVERSUM. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE TALCA, vol. 12, 1997, pp. 3756

Para el caso peruano cf. los brillantes estudios de Carlos Iván Degregori, Identidad étnica, movimientos sociales y participación política en el Perú, en: Alberto Adrianzén et al., Democracia, etnicidad y violencia política en los países andinos, Lima: IFEA/IEP 1993, p. 120; Fernando Fuenzalida et al., El indio y el poder en el Perú, Lima: IEP 1970, passim

Las cifras más bajas corresponden a la encuesta realizada por la Secretaría Nacional de Participación Popular (SNPP): Gonzalo Rojas Ortuste / Luis Verdesoto Custode, La Participación Popular como reforma de la política. Evidencias de una cultura democrática boliviana, La Paz: Ministerio de Desarrollo Humano / SNPP 1997, pp. 6769. Las cifras más altas corresponden a la encuesta realizada por la Vicepresidencia de la República con la colaboración de instituciones especializadas: Fernando Calderón / Carlos F. Toranzo Roca, La seguridad humana en Bolivia. Percepciones políticas, sociales y económicas de los bolivianos de hoy, La Paz: PRONAGOB/PNUD/ILDIS 1996, p. 2, 164

Sobre el proceso de mestizaje cf. la obra fundamental de Arturo Uslar Pietri, La invención de América mestiza, Madrid: FCE 1997. Cf. también: Roger Bastide, El prójimo y el extraño. El encuentro de las civilizaciones, Buenos Aires: Amorrortu 1973; Julio Cotler, Clase, Estado y nación en el Perú, Lima: IEP 1992; Alberto Flores Galindo, Buscando un inca: identidad y utopía en los Andes, Lima: Instituto de Apoyo Agrario 1987; Tzvetan Todorov, La conquête de l'Amérique. La question de l'autre, París: Seuil 1982; Nathan Wachtel, Los indios del Perú frente a la conquista española, Madrid: Alianza 1976

Cf. Ricardo Calla Ortega, Hallu hayllisa huri. Identificación étnica y procesos políticos en Bolivia (19731991), en: Alberto Adrianzén et al., op. cit. (nota 13), pp. 5781; Tristan Platt, Entre ch'axwa y musa: para una historia del pensamiento político aymara, en: Thérèse BouysseCassagne et al., Tres reflexiones sobre el pensamiento andino, La Paz: HISBOL 1987, p. 125; Xavier Albó / Josep M. Barnadas, La cara india y campesina de nuestra historia, La Paz: CIPCA/UNITAS 1990; Xavier Albó et al., Para comprender las culturas rurales en Bolivia, La Paz: CIPCA/UNICEF 1990; Xavier Albó (comp.), Raíces de América: mundo aymara, Madrid: Alianza 1988; William Torres Armas, El tema étnico en el debate actual, en: H.C.F. Mansilla / María Teresa Zegada (comps.), Política, cultura e identidad en Bolivia. Fenómenos de colonialismo interno, La Paz: CEBEM 1996,

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pp. 4974 Cf. Urs Bitterli, Die "Wilden" und die "Zivilisierten". Grundzüge einer Geistes und Kulturgeschichte der europäischüberseeischen Begegnung (Los "salvajes" y los "civilizados". Rasgos básicos de una historia cultural del encuentro entre Europa y Ultramar), Munich: Beck 1991, p. 163; Die Wilden und die Barbarei (Los salvajes y la barbarie), número monográfico de LATEINAMERIKA ANALYSEN UND BERICHTE (Münster/Hamburgo), vol. 16, 1992

Sobre las diferencias y los matices de ambas corrientes cf. Oscar Arze Quintanilla, Del indigenismo a la indianidad: cincuenta años de indigenismo continental, en: José Alcina Franch (comp.), op. cit. (nota 10), pp. 1833; Fernando Cámara Barbachano, Identidad y etnicidad indígena histórica, en: ibid., pp. 69101; Claudio EstevaFabregat, Indígenas, memorias étnicas y sociedades abiertas. Perspectivas comparadas, en: ibid., pp. 102131; cf. también: Sergio Ricco, Lo étnico / nacional boliviano. Breves reflexiones, en: Mario Miranda Pacheco (comp.), op. cit. (nota 2), pp . 179191; Mario Arrieta Abdalla, Del Estadonación al Estado multinacional. Diagnóstico y estrategias, en: ibid. (Miranda Pacheco), pp. 193199 René Antonio Mayorga, Antipolítica y neopopulismo, La Paz: CEBEM 1995, p. 133 R.A. Mayorga, op. cit. (nota 19), p. 133

Cf. entre otros: Xavier Albó, El sinuoso camino de la historia y de la consciencia hacia la identidad nacional aymara, en: Segundo Moreno / Frank Salomón (comps.), Reproducción y transformación de las sociedades andinas, Quito: Abya Yala 1991, pp. 137171; Esteban Ticona / Gonzalo Rojas / Xavier Albó, Votos y wiphalas. Campesinos y pueblos originarios en democracia, La Paz: Milenio/CIPCA 1995. No es superfluo señalar que a partir de 1993 varios de los propagandistas más radicales de la tendencia katarista se dedicaron a servir al gobierno neoliberal y capitalista (obviamente en altos cargos públicos) con verdadero fervor y sin problemas de consciencia. Cf. un temprano ensayo justificativo: Xavier Albó, ¿...Y de kataristas a MNRistas? La sorprendente y audaz alianza entre aymaras y neoliberales

en Bolivia, La Paz: CIPCA/CEDOIN 1993; y una crítica muy benevolente de la alianza entre el partido gubernamental neoliberal (Movimiento Nacionalista Revolucionario = MNR) y la tendencia katarista moderada: Fernando Mayorga, Discurso y política en Bolivia, La Paz: ILDIS/CERES 1993, pp. 219229, donde el autor afirma que así el MNR adquirió un rostro social y el katarismo un programa realista y modernizador.

Isabel Bastos, El indigenismo en la transición hacia el imaginario populista, en: ESTUDIOS BOLIVIANOS (La Paz), Nº 2, vol. 1996, pp. 1947 Mayorga, ibid. (nota 19), p. 133

Hasta los pensadores más lúcidos del katarismo no pueden explicar en que consistiría el "comunalismo étnico" que ellos propugnan como alternativa real al "individualismo posesivo" del modelo neoliberal encarnado presuntamente en las capas blancomestizas de Bolivia; el comunalismo es descrito en términos esencialistas y metafísicos y, sobre todo, en cuanto anhelo y esperanza de grupos intelectuales, pero no como realidad cotidiana del país. Cf. Ricardo Calla Ortega, op. cit. (nota 16), p. 81

Cf. la obra basada en materiales empíricos: Rolando Sánchez Serrano, Comunidades rurales ante el cambio y la modernización. Desarrollo interno y participación comunitaria frente a la evolución actual, La Paz: CEBEM 1994, p. 41 sqq., 58 sqq., 93 sq.

Diego Pacheco, El indianismo y los indios contemporáneos en Bolivia, La Paz: HISBOL/MUSEF 1992, p. 17

Ibid., p. 331. Otros ejemplos de un estilo barroco, confuso y ecléctico, que mezcla astutamente el recuerdo de las tradiciones organizativas de etnias bolivianas (ahora en proceso de rápida extinción) con modestas reformas institucionales, con el resultado de hacer pasar la expansión de las municipalidades a todo el territorio nacional como una recuperación modernizante del

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pasado ancestral: Javier Medina, La participación popular como fruto de las luchas sociales, en: República de Bolivia / Ministerio de Desarrollo Humano (comp.), El pulso de la democracia. Participación ciudadana y descentralización en Bolivia, Caracas: Nueva Sociedad 1997, pp. 74107; Gonzalo Rojas Ortuste, El diseño del Estado (y la sociedad) pluralista. La construcción boliviana de la democracia, en: ibid., pp. 211238

Cf. entre otros: Dominique Perrot / Roy Preiswerk, Etnocentrismo e historia. América indígena, Africa y Asia en la visión distorsionada de la cultura occidental, México: Nueva Imagen 1979; Tzvetan Todorov, Les morales de l'histoire, París: GrassetFasquelle 1991; Hugo Achugar, Historias paralelas. Historias ejemplares. La historia y la voz del otro, en: REVISTA DE CRITICA LITERARIA LATINOAMERICANA (Lima), vol. XVIII (1992), Nº 36, pp. 4971

Fernando Mires, El discurso de la indianidad. La cuestión indígena en América Latina, San José: DEI 1991, p. 74. La idea fue formulada ya en el siglo XVI por Fray Bartolomé de Las Casas.

Sobre la evolución bastante exitosa del régimen democráticorepresentativo en Bolivia cf. entre otros: Roberto Laserna (comp.), Crisis, democracia y conflicto social, Cochabamba: CERES 1985; René Antonio Mayorga (comp.), Democracia a la deriva. Dilemas de la participación y concertación social en Bolivia, La Paz: CLACSO/CERES 1987; Mayorga, ¿De la anomia política al régimen democrático?, La Paz: CEBEM 1991

Cf. la apología más conocida de la democracia directa de las comunidades campesinas aymaras: Silvia Rivera Cusicanqui, Democracia liberal y democracia de "ayllu", en: Mario Miranda Pacheco (comp.), op. cit. (nota 2), pp. 217255; cf. también los estudios críticos: Franco Gamboa Rocabado, Colonialismo interno: entre la visión crítica y el fatalismo político, en: H.C.F. Mansilla / María Teresa Zegada (comps.), op. cit. (nota 16), pp. 3548; Carlos F. Toranzo

Roca (comp.), El difícil camino hacia la democracia, La Paz: ILDIS 1990 René Antonio Mayorga, Antipolítica..., op. cit. (nota 19), pp. 132136, 141143 Mires, op. cit. (nota 29), p. 78

Guillermo Bonfil Batalla, Utopía y revolución. El pensamiento político contemporáneo de los indios en América Latina, México 1981, p. 24. Se trata de una obra que ha tenido una gran influencia en los medios indigenistas e indianistas de Bolivia. Cf. también: H. Díaz Polanco, Etnia, nación y política, México 1987; Günter Maihold, Identitätssuche in Lateinamerika. Das indigenistische Denken in Mexiko (La búsqueda de la identidad en América Latina. El pensamiento indigenista en México), Saarbrücken/Fort Lauderdale: Breitenbach 1986

Jorge Vergara Estévez / Jorge I. Vergara del Solar, La identidad cultural latinoamericana. Un análisis crítico de las principales tesis y sus interpretaciones, en: PERSONA Y SOCIEDAD (Santiago de Chile), vol. X (1996), Nº 1, p. 93; cf. también Daniel Mato (comp.), Teoría y política de la construcción de identidades y diferencias en América Latina y el Caribe, Caracas: Nueva Sociedad/UNESCO 1994; José Ignacio Vásquez, Diversidad cultural e identidad en Hispanoamérica, en: POLITICA (Santiago de Chile), Nº 30, diciembre de 1992

Mires, op. cit. (nota 29), p. 36

Cf. Carlos Iván Degregori, op. cit. (nota 13), p. 129

Cf. el importante estudio de Gerardo Zúñiga Navarro, Los procesos de constitución de territorios indígenas en América Latina, en: NUEVA SOCIEDAD, Nº 153, enero/febrero de 1998, p. 142 sq., 153, estudio que analiza la instrumentalización de las reivindicaciones indígenas y el carácter demasiado generalizante y englobante del discurso indigenista.

http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/debate/paginas/debate101.htm

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4.1.3 Asamblea de Nacionalidades: Composición y Tareas.

Asamblea de Nacionalidades: Composición y Tareas Ricardo Calla, Jose Enrique Pinedo, Miguel Urioste

Luego de haber intentado desarrollar Ias ideas anteriores, quiero, ahora, intentar diseñar los siguientes planteamientos:

1. ¿Quién convoca a la Asamblea?

El mandato es concreto. Fue el Congreso de Potosí el que encomendó a la CSUTCB la convocatoria y la concresión de la primera Asamblea.

Digo primera, pues se trata de organizar el 89 la primera, el 90 la segunda y así sucesivamente, como parte del desarrollo de los tres procesos.

Tengo la impresión que cl primero (recuperación de la memoria-conciencia colectiva) y el segundo, son procesos que tienen que ir desarrollándose simultáneamente y a la vez profundizando y consolidándose. Y creo que el resultado es el tercer proceso (movimiento multinacional). Ahora, creo también que este resultado (en la medida que avancemos sin titubeos) ya puede constatarse desde la concresión de la segunda de las Asambleas.

Por ello, la primera convocatoria está en manos de la CSUTCB. Luego, es la propia Asamblea la que desarróllará su dinámica independiente.

2. ¿Quiénes participan?

a. Las autoridades originarias de los pueblos que habitan en este territorio.

b. Las autoridades sindicales obreras y campesinas. En este caso, se trata de lograr la presencia de la COB, de la FSTMB, etc.

c. Las autoridades urbano-populares. Me refiero a la necesidad de identificar a quienes en los "barrios" pueden ser los elementos más representativos y que expresen la organización de estos sectores.

d. Las organizaciones políticas comprometidas con la historia de nuestro pueblo.

e. La iglesia progresista.

f. Personalidades independientes comprometidas con la historia de nuestras luchas.

Se trata entonces de lo siguiente:

1. Es en el taller donde nos ponemos de acuerdo en la convocatoria y en la fecha de la misma.

2. Y es en este taller también donde nos ponemos de acuerdo en la organización de las siguientes comisiones:

a. Comisión de organización.

b. Comisión política.

c. Comisión jurídica.

d. Comisión de historia.

e. Comisión de alternativa programática.

¿QUIENES COMPONEN LAS COMISIONES?

Quienes después del taller se comprometan a trabajar por la concresión de este espacio de unidad.

FUENTE: CSUTCB: Debate sobre documentos políticos y asamblea de nacionalidades (CEDLA)

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4.1.4 Caminando hacia la constituyente

Camino a la Asamblea Constituyente Wigberto Rivero,

Antropólogo y catedrático de la UMSA.

Los bolivianos hemos apostado a la Constituyente como una esperanza ante la crítica situación económica, social y política en que nos encontramos; pensamos de buena fe, que ella puede ser el mecanismo para ir resolviendo nuestros problemas, heredados de la aplicación de modelos económicos liberales y de sistemas centralistas de administración del Estado. Por eso nos embarcamos en un proyecto, que sabemos dónde empieza, pero ignoramos dónde puede acabar, pues en momentos cuando los sectores sociales exigen cambios profundos en la política económica y las regiones emplazan al centralismo por plena autonomía, estamos en un escenario complicado y de imprevisibles consecuencias.

La primera gran discusión será de quiénes y cuántos serán los que nos representarán en la Asamblea Constituyente; los sectores sociales ya han hecho conocer que quieren sus propios representantes y elegidos por ellos mismos, los sectores corporativos también exigen participación directa y los departamentos discuten en cuánto aumentará su representación. Se habla también del equilibrio regional en la pertenencia de los futuros asambleístas y de las formas cómo se deben elegir. Por ello, de una cosa sí debemos estar seguros y es que todos los asambleístas deben ser elegidos por voto universal y directo de los bolivianos. No pueden existir representantes que hayan sido designados por una cúpula gremial o asociativa y menos por intereses corporativos de sectores sociales y económicos; la Asamblea Constituyente tiene que emerger de la voluntad del pueblo, porque de lo contrario se pondría en duda su legitimidad.

Sobre el número de representantes que integrarán la Constituyente debemos ser serios, modestos y coherentes; tomemos por lo menos el ejemplo de nuestros vecinos, cuyas asambleas que se han realizados recientemente (Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela) no han pasado de una centena de miembros. Bolivia no debe caer en la tentación de creer que con mayor cantidad habrá más participación y eficiencia, como ya lo han adelantado algunos dirigentes políticos y líderes sociales; tenemos que partir de nuestro propio mapa electoral, que aunque discutido, es el único instrumento que nos ofrece viabilidad inmediata para la elección de los representantes que redactarán la nueva Carta Magna. De acuerdo con la legislación vigente en el país existen cuatro circunscripciones electorales: la nacional que elige Presidente y Vicepresidente de la República, la departamental que elige senadores y diputados plurinominales, la uninominal que elige diputados uninominales, y la sección de provincia que elige concejales municipales. Para la elección de los miembros de nuestra Constituyente es importante tomar como base las variables de población y región, para ello lo más acertado y menos traumático sería elegir 68 representantes poblacionales (uno por cada circunscripción uninominal) y 27 representantes territoriales (tres por cada uno de los nueve departamentos, igual a senadores) haciendo un total de 95 asambleístas.

En la elección de los 68 representantes uninominales se expresará el equilibrio poblacional del país, mientras que los 27 representantes departamentales deberán ser exponentes de intereses regionales y de los sectores transversales como los indígenas y las mujeres. Para esto último, la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente

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tendrá que definir la inclusión en las listas de los partidos y agrupaciones sociales, de un representante indígena y de otra representante de las mujeres en la franja de seguridad de la circunscripción departamental.

Implementar la Constituyente no es tarea fácil, se necesitará diálogo y concertación a nivel de los partidos y los sectores sociales.

Lo primero será organizarnos para garantizar su viabilidad, pero lo principal es saber hacia donde avanzamos como país. Una nueva Constitución por más moderna y revolucionaria que sea, de por sí no traerá soluciones a nuestros problemas, se necesitará ante todo la unidad de los bolivianos para superar la pobreza, la crisis económica y la exclusión social.

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Texto del Acuerdo Nacional entre la sociedad política y las organizaciones indígenas.

La movilización consigue un acuerdo parcial con el gobierno, mientras este mantiene una actitud de provocación.

REFORMA CONSTITUCIONAL CON ASAMBLEA CONSTITUYENTE

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA La Paz, 22 de junio de 2002

Las organizaciones, pueblos y comunidades indígenas y originarias de tierras bajas y tierras altas, campesinos, colonizadores, mujeres campesinas y campesinos sin tierra, que realizamos la Marcha Multisectorial que partió de Santa Cruz el 13 de mayo, y la de los Ayllus, Markas y Suyos dirigida por CONAMAQ que partió desde Sucre y Potosí el 22 de mayo, unidas en nuestra plataforma central por la Asamblea Constituyente y los derechos de los pueblos indígenas y originarios, informamos a la opinión pública lo siguiente:

1. Bordeando la media noche del día de ayer (viernes 21 de junio), hemos suscrito el ACUERDO NACIONAL ENTRE LA SOCIEDAD POLÍTICA Y NUESTRAS ORGANIZACIONES, por el cual las bancadas parlamentarias se comprometen a que el Congreso Extraordinario que se instalará la primera semana de julio sancionará la Ley de Necesidad de Reformas a la Constitución "que solo modifique los artículos 230 al 233, para incluir la Asamblea Nacional Constituyente como un mecanismo participativo de reforma total de la Carta Magna". Se acordó también que una comisión presidida por el Ministro de Justicia, conformada por delegados de los partidos políticos con representación parlamentaria y nuestras organizaciones, iniciará trabajo inmediatamente para "consensuar y concertar el texto de la Ley de Necesidad de Reforma a la Constitución Política".

2. El acuerdo firmado la noche de ayer es sustancialmente diferente al que fue suscrito el pasado 13 de junio por algunos dirigentes que no representaban a nuestra MARCHA, en

el cual se compromete la aprobación de la ley "que introduzca un nuevo mecanismo de reforma total de la C.P.E. con participación ciudadana" sin que se especifique la Asamblea Constituyente. Este acuerdo daba paso a la propuesta de un partido político para que el próximo parlamento asuma el poder constituyente, como claramente lo expuso el Presidente de la Cámara de Diputados en el periódico La Razón el pasado 16 de Junio de 2002. El mecanismo de la Asamblea Constituyente solo se menciona en el acuerdo para considerar su incorporación en una "Ley a ser aprobada por el próximo Congreso Nacional" y la comisión de trabajo se crea para "consensuar las propuestas de las organizaciones indígenas y otras organizaciones sociales sobre el contenido de la L.N.R.C." sin que se comprometan a consensuar el texto del proyecto de Ley, como en el acuerdo suscrito la noche de ayer.

3. Las demandas de tierras de nuestra Plataforma no han sido resueltas por el Gobierno Nacional, el cual, representando intereses ilegales de madereros y empresarios, insiste en la aprobación de la Ley de Apoyo al Desarrollo Sostenible, o emitir sus disposiciones por vía de Decreto Supremo, que implican el mantenimiento de las concesiones forestales que no han pagado la patente, disminuye esta patente a un 50% de su valor actual y, por otro lado, elimina la responsabilidad penal por los daños ambientales que causen las explotaciones de recursos naturales renovables y no renovables. El tratamiento preferencial al sector maderero queda explícito al negarse el Gobierno, en cumplimiento de la Ley, a revertir las concesiones que no han pagado la

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patente forestal, para dotar esas tierras a indígenas y campesinos. Igualmente se niega el Gobierno a destinar una parte de las 3.8 millones de has. que en el primer semestre del año 2000 fueron declaradas como tierras fiscales disponibles para concesiones, las cuáles desde ese mismo año están comprometidas para dotación a las comunidades sin que hasta la fecha se haya dotado un solo metro de las mismas. El Gobierno ni siquiera ha aceptado destinar para dotación a nuestras comunidades escasas 400.000 has. fiscales identificadas durante más de 5 años del proceso de saneamiento, negando con ello nuestro más fundamental derecho constitucional de acceder a la propiedad agraria.

4. El Gobierno asumió una actitud permanente de provocación, desconociendo en cada sesión de diálogo los acuerdos parciales logrados en sesiones anteriores y usando el hostigamiento de la policía contra nuestros representantes y asesores, porque nos negamos a renunciar a nuestra exigencia de que se investigue la ilegalidad del nombramiento del señor René Salomón como Director Nacional del INRA, quien es el responsable de las mayores y constantes violaciones a nuestros derechos fundamentales a la tierra y territorio. El

chantaje del Gobierno Nacional, ha impedido hasta ahora que se concreten nuestras más sentidas y legítimas demandas de tierras y de protección a nuestros derechos fundamentales establecidos en la Constitución Política vigente y en el Convenio 169 de la OIT. No aceptamos el chantaje porque preferimos irnos sin nada, como siempre hemos estado, antes que encubrir la ilegalidad y la corrupción a cambio de los derechos que como pueblos, comunidades y ciudadanos tenemos reconocidos. Denunciamos que el Gobierno Nacional está encubriendo no solo la ilegalidad de la designación del Director del INRA, sino también graves irregularidades en su gestión y casos escandalosos de corrupción.

5. Nuestras MARCHAS POR LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE Y POR LA SOBERANÍA POPULAR, EL TERRITORIO Y LOS RECURSOS NATURALES, han concedido un plazo perentorio al Gobierno Nacional hasta el próximo 27 de julio para solucionar nuestras legítimas demandas de tierras y protección a nuestros derechos fundamentales, y si en ese lapso no se dan soluciones concretas comenzaremos un bloqueo nacional de caminos.

FIRMAN

BLOQUE SOCIAL POR UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE CON PARTICIPACIÓN DE TODOS LOS SECTORES SOCIALES

COMITÉ DE COORDINACIÓN MARCHA DE AYLLUS, MARKAS Y SUYOS - CONSEJO NACIONAL DE AYLLUS Y MARKAS DEL QULLASUYO (CONAMAQ)

Faustino Zegarra, Apumallku Conamaq; Fermin Beltrán, Apumallku Conamaq; Efrain Mancilla, Mallku de Caop; Calixto Parina, Mallku de Jatunkillakas

COMITÉ DE COORDINACIÓN MARCHA POR LA SOBERANÌA POPULAR EL TERRITORIO Y LOS RECURSOS NATURALES

Integrantes del Bloque Social por una Asamblea Constituyen con Participación de todos los sectores sociales.

Comité de Coordinación:Marisol Solano Ch. - Bienvenido Sacu - Luis Alberto Rojas - Manuel Cuadiay - Sixto Bejarano - Miguel Peña - Carlos Cuasace - Diego Marquina - Miguel Calisaya - Limer Paz - Carlos Chipunavi - Florencio Orko - Nemesia Achacollo - Nivardo Rivera - Ana Florez - Hernán Dorado

Organizaciones adherentes:Secretaría de Tierra y Territorio (CIDOB); Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia

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Bartolina Sisa; Movimiento Sin Tierra de Bolivia; Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas de Bolivia (CIOEC); Confederación de Colonizadores de Bolivia; Coordinadora de Pueblos Etnicos de Santa Cruz (CPESC); Central Indígena de la Región Amazónica de Bolivia (CIRABO); Central Indígena de Pueblos Originarios Amazónicos de Pando (CIPOAP); Coordinadora de Pueblos Indígenas Mojeños (COPIM); Organización Indígena Chiquitana (OICH); Central Indígena de Comunidades de Lomerío (CICOL); Central Indígena de Comunidades de Concepción (CICC); Central Indígena Paikoneka de San Javier (CIP-SJ); Central Indígena de Comunidades Chiquitanas de Pailón (CICHIPA); Central Indígena de Bajo Paraguá (CIBAPA); Central Indígena Chiquitana de San Rafael; Central Ayorea Nativa del Oriente Boliviano (CANOB); Subcentral de la Etnia Indígena Canichana (BENI); Central Indígena del Pueblo Tacana (CIPTA); Central Indígena de Pueblos Yuracarés y Trinitarios; Territorio Indigena Mojeño Ignaciano (TIMI-BENI); Territorio Indígena Multiétnico (TIM-BENI); Comunidades Ayoreodes Puesto Paz, Zapocó y Urukú; Central del Pueblo Indígena Yuqui; Federación Sindical Unica de Trabajadores

Campesinos de Santa Cruz; Federación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Pando; Federación Unica de Trabajadores Campesinos de Cochabamba; Federación Departamental de Mujeres Campesinas de Cochabamba; Federación Departamental de Mujeres Campesinas de Santa Cruz; Central Unica de Trabajadores Campesinos del Norte de Santa Rosa del Sara (Santa Cruz); Federación Unica de Trabajadores Campesinos de Vaca Diez (BENI); Central Guayaramerín de Trabajadores Campesinos (BENI); Federación Campesina De Madre De Dios (PANDO); Movimiento Sin Tierra de Santa Cruz; Central de Trabajadores Asalariados del Campo, Federación Especial de Trabajadores Campesinos y Federación Única de Trabajadores Campesinos de las 4 Provincias del Norte de Santa Cruz; Asociación de Pequeños Prestatarios; Federación de Colonizadores de Yapacaní; Federación de Colonizadores de Ichilo; Movimiento Sin Tierra de Cochabamba; Federación de Trabajadores Colonizadores de Mamoré (COCHABAMBA); Federación Única de Trabajadores Campesinos de Chuquisaca; Federación Única de Trabajadores Campesinos de Potosí.

http://www.derechos.org/nizkor/bolivia/doc/indig10.html

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Cómo nace la idea de una Asamblea Constituyente Arce Zaconeta, Héctor Enrique

Los masivos movimientos sociales registrados en el país a partir del año 2000 y particularmente los movimientos sociales insurreccionales de febrero y octubre del año 2003, han puesto de manifiesto profundas contradicciones no resueltas a lo largo de toda nuestra vida republicana.

Los movimientos sociales que siempre comienzan como movimientos aislados, regionales o sectoriales, pronto tienden a unirse, fortalecerse y expandirse a nivel nacional. Fácilmente pasan del campo a las ciudades y viceversa. Estos movimientos que se dan en el país más por la toma de conciencia colectiva del pueblo boliviano, que por la guía de sus dirigencias, se deben sin duda y son reflejo claro de la profunda crisis económica, social y política que viene afrontando el país, a causa del neoliberalismo, la corrupción y la incapacidad de los partidos políticos tradicionales, que a su turno no solucionaron en absoluto las grandes desigualdades sociales, que marginan y discriminan a las mayorías nacionales.

En el ánimo de estas movilizaciones fue evidente que los pedidos de los sectores en conflicto ya no eran simples reivindicaciones rutinarias, sino más bien expresión del descontento popular en contra del sistema mismo de gobierno y los mecanismos de representación vigentes.

Al actuar desconociendo, y peor aún en contra de la voluntad popular de la cual emana su mandato, los representantes nacionales, pertenecientes a los partidos políticos, han sometido al pueblo boliviano a grandes penurias, a masacres indiscriminadas como la última que vivimos en Bolivia en el mes de octubre y casi sumergen al país en un baño de sangre, que sin duda hubiera tenido consecuencias funestas e impredecibles.

Ante estos conflictos sociales y el clamor popular por verdaderos cambios, surgió cada vez con más fuerza, la propuesta de una Asamblea Nacional Constituyente como una alternativa lógica y viable para la refundación del país. Esta Asamblea, respetando lo bueno, sano y rescatable de nuestra actual Constitución, deberá cumplir la difícil misión de transformar la estructura misma del Estado, cambiando fundamentalmente la organización del sistema representativo de gobierno, el sistema económico y las estructuras, políticas sociales y jurídicas de la Nación; todo esto en busca de una real y efectiva superación del hombre boliviano, que es en última instancia la razón misma de existencia del Estado.

En este sentido es pertinente clarificar que la Asamblea Constituyente es un mecanismo que tiene el pueblo soberano, para dotarse de una nueva estructura política, económica, social y jurídica, cuando este mismo pueblo consigue este derecho.

La Asamblea Constituyente es un órgano de representación del pueblo, formado por representantes legítimos, denominados constituyentes, quienes en directa relación con sus electores se reúnen, debaten y finalmente proponen una nueva Constitución. Dependiendo de la aprobación de la ciudadanía, esa nueva Constitución entra en vigencia, creando un nuevo Estado y reflejando una nueva realidad.

Alguna idea sobre lo que es la “Constituyente” nos da el significado de esta palabra que quiere decir constituir, construir, crear, dar vida a una nueva sociedad jurídica y políticamente organizada, en otras palabras un nuevo Estado.

La Asamblea Constituyente, más que un hecho jurídico, es preeminentemente un hecho social y político, que genera consecuencias jurídicas, genera una nueva

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Constitución y con ella un nuevo ordenamiento jurídico.

Sin embargo, para respetar el Estado de Derecho, y para respetar la Democracia y sus instituciones, la Asamblea, que deberá ser ilimitada en sus poderes y atribuciones, deberá ser convocada sobre la base de la Constitución Política del Estado y sobre la base de la normativa vigente.

En este sentido, es de trascendental importancia que el Congreso nacional, en la actual coyuntura que vive el país, en un gesto que lo enaltecerá, y le devolverá algo

de credibilidad, apruebe de manera oportuna la Reforma Constitucional, legalizando la Asamblea Constituyente y el Referéndum.

Nuestros legisladores con un criterio amplio y conciencial deben comprender que la Asamblea Nacional Constituyente no sólo es una aspiración legítima del pueblo, sino que se constituye en la máxima expresión de su soberanía, por lo tanto no es ilegal, no es ilegítima, no es antidemocrática y se constituye en una gran esperanza para el pueblo boliviano.

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4.2 Organizaciones indígena-campesinas de las tierras altas

4.2.1 Organizaciones Indígena-Campesinas

Los Indígenas y la Asamblea Constituyente Idon Moisés Chivi Vargas

Este es un trabajo que pretende enfrentar la palabreria que utiliza un no indio, como es Alvaro Garacia Linera, nosotros los indígenas tenemos una memoria politica y una experiencia contemporanea que nos permite saber y decidir sobre la Constitución Política y la Asamblea Constituyente.

ABC - ORURO

CONTENIDO:

Indígenas y asamblea constituyente

Reflexiones y propuestas políticas

Desde la memoria política de los antiguos habitantes de estas tierras

Estamos acostumbrados a caminar la historia por los senderos de la clandestinidad forzada, somos aquellos que fueron y somos aún los de siempre, los siempre jodidos y siempre vencidos, somos la gente cuya participación no cuenta en los libros de historia, libros con los cuales se borra la memoria política de nuestros hijos e hijas.

Eso se acabó, los indígenas escriben la historia en las calles, en la noche tormentosa, en el amanecer sangriento, en la tarde de los

entierros y visita a los enfermos en casas, postas y hospitales.

Siglo XXI, noticias cercanas y lejanas anuncian que los indios de siempre, hoy, se levantan en todas partes, en las ciudades y el campo, en las fábricas y los talleres industriales, el reclamo central: devolución del Territorio como parte de la deuda histórica, deuda cuyo costo es inconmensurable en los anales de la convivencia entre unos y otros.

Uru - Uru Marka, 2004

Introducción.

En estos tiempos críticos, pero de incesante reflexión, tiempos de masacre, pero a la vez de nacimientos anunciados, los indígenas tenemos un papel dentro de la historia, un papel que no podemos dejar de lado,

estamos enfrentando la primera posibilidad de contraer un Contrato Social para la refundación del país, estamos en las puertas de hacer una Asamblea Constituyente.

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Los muertos de febrero y octubre del 2003, son aymaras y quechuas con sus hijos, mineros e hijos de mineros, citadinos y residentes, son la mayoría pobre que tiene dos cobros pendientes: La Asamblea Constituyente como estrategia general para construir un nuevo País, y la recuperación de la propiedad sobre los recursos naturales hidrocarburiferos como táctica nacional de soberanía. Lo principal, lo central, lo que no podemos dejar de lado es el asunto de la Asamblea Constituyente, esto no es un capricho mas de los indios, ni tema de doctorcitos, ni competencia de abogados para hacer más y mejores leyes, se trata de la primera vez en la historia de Bolivia donde nosotros los indios podemos hacer explotar el colonialismo jurídico de este país, es decir, podemos hacer explotar el fondo mismo de su matriz como Estado y como Nación: la Constitución Política del Estado y su herencia colonial.

El presente trabajo muestra los resultados de un proceso de reflexión que se ha ido acumulando a lo largo de estos mas de diez años dentro del movimiento de Autoridades Originarias.

Las líneas que siguen a continuación sintetizan los siguientes procesos de análisis, primero realizamos un balance político entre octubre de 2003 y enero de 2004 porque representan la síntesis de un momento político especial en la historia republicana y que son la línea de inflexión estatal en la

aplicación de un modelo de neocolonialismo económico y político inaugurado en 1985.

En un segundo momento planteamos la reflexión teórica de lo que es una Constitución Política desde una perspectiva histórico critica indígena, y revisamos su sentido real dentro de la acción política.

Tercero, realizamos una breve reflexión sobre la Constitución Política en nuestro País y su imposición liberal en 1825 mostrando el carácter anti-indio de la norma principal del Estado Boliviano, su fondo cultural, su espíritu colonial y neocolonial. En el cuarto punto hacemos una breve revisión de la presencia Indígena en el debate constitucional de los Bolivianos, es decir respondemos a la pregunta de ¿cuál fue el impacto de las movilizaciones indígenas en las elites intelectuales criollas y su debate constitucional?

El quinto punto nos muestra un resultado final de reflexiones y diálogos con las Autoridades Originarias, pero especialmente el Taller realizado en Oruro el mes de diciembre, y donde se trata de modo específico la Asamblea Constituyente y una eventual Agenda Temática inicial, donde la cuestión del Territorio es lo esencial si queremos hablar de un nuevo contrato social, en estos tiempos donde la homogeneidad nacional ha cedido dramáticamente su paso a la plurinacionalidad, a la construcción política de nuevas formas de nación, entonces podemos decir con serenidad, el silencio esta roto.

7.

Balance Político de Coyuntura: 2003-2004

8.

Es cierto que después de la asunción de Carlos Mesa en reemplazo de Gonzalo Sánchez de Lozada, se tenía la impresión de que la estrategia Estatal cambiaría en un rumbo popular, eso ya es idea del pasado, lo que vemos en el presente concreto es que la crisis tomo un nuevo rumbo pero como crisis sigue siendo problema real, es decir como hecho material que divide la vida política del país en dos bandos, los que creen todavía en esta democracia o aquellos que quieren un nuevo modelo democrático, nosotros -los indios- no estamos en ninguno de los dos bandos, estamos con la necesidad de

contraer un primer Pacto Social con este pedazo de planeta denominado incorrectamente “Bolivia”, ex- república DE Bolívar.

En el presente año existieron dos momentos clave del nuevo gobierno, el primero fue a principios de enero y el segundo al inicio de febrero, en ambos momentos los mensajes presidenciales dieron elementos bases para comprender la propuesta política (Asamblea Constituyente y Referéndum) y la propuesta económica (Impuestos, Salarios y precio de los hidrocarburos) de esta gestión.

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En el primer mensaje Carlos Mesa fue contundente al señalar que antes de la Asamblea Constituyente había que aprobar la Ley de Necesidad de Reforma Constitucional, donde se introdujera las figuras constitucionales de Asamblea Constituyente y Referéndum, solo mediante ese procedimiento el Referéndum sobre el Gas y la convocatoria a Asamblea Constituyente eran jurídicamente aceptables y que no corren el riesgo de ser calificadas como Inconstitucionales.

Sin embargo -este primer mensaje-, nos pone una trampa de doble filo: Primero nos convence que debemos continuar trabajando sobre la Ley de Necesidad de Reforma Constitucional, pero esa Ley ¡ya existe! y fue aprobada en el gobierno de Tuto Quiroga (Julio 2002) en esa Ley se introduce -en el articulo 72 modificatorio- nuestra aceptación de los “Instrumentos Multilaterales” (convenios comerciales) es decir estamos aceptando constitucionalmente el ALCA, veamos:

ARTICULO 72º

I. Las Leyes Orgánicas regularán: el desarrollo de los derechos y deberes fundamentales consagrados en esta Constitución y los Instrumentos Multilaterales suscritos por el Estado; la organización y funcionamiento de los órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial, así como el Tribunal Constitucional; el sistema electoral y la organización y funcionamiento de los Gobiernos Municipales.

II. Las Leyes Orgánicas serán aprobadas, modificadas, derogadas o abrogadas por mayoría absoluta de votos del total de miembros de las respectivas Cámaras. IV. Las Leyes Orgánicas se aplicarán con primacía sobre las Leyes Ordinarias. Una pequeña muestra de la afirmación anterior es la recontratación de Ricardo Paz Ballivian como parte del equipo de revisión de la Ley de Necesidad aprobada el 2002, este intelectual fue consultor del “Programa de Reformas Constitucionales” dirigido por el PRONAGOB y que hacía de coordinación entre el Estado y el Consejo Ciudadano, en ese

tiempo incluso contaban con una página web, que hoy esta fuera de circulación.

Pero en ese tiempo (Nov del 2001) sucede algo realmente llamativo, en el documento del Consejo Ciudadano no figuraba un capitulo de “Política Exterior” por lo menos en el informe final presentado al Congreso Nacional; pero, a la semana siguiente aparece subrepticiamente en la edición de la Prensa bajo el titulo de “Política Internacional”, ninguno de los consultores se encargo de explicar esa “mágica aparición” constitucional, y es en este capitulo donde entra de contrabando la aceptación constitucional al ALCA, ¿que cosas no?, este “antecedente” es trasladado al art. 72 modificatorio que hoy tenemos en la Ley de Necesidad de Reforma a la Constitución aprobada el 1 de agosto de 2002 como Ley Nº 2410.

A nuestros legisladores les tomaron el pelo, y les siguen tomando el pelo, ¿será pura casualidad?.

La segunda parte del mensaje presidencial de enero nos convence que una Asamblea Constituyente es una etapa de debate democrático y que debe estar inmersa en la Constitución Política del Estado, esto es una verdad a medias, pues una verdadera Asamblea Constituyente es el resultado de la lucha entre diversas fuerzas sociales, con diversas posiciones políticas y obviamente con formas diferentes de ver el programa de país.

Dicho de otro modo, el modelo de Asamblea Constituyente en la mente de Carlos Mesa es contar con una sociedad sin conflictos, sin control social y con la menor posibilidad de que los indios pongamos el sable en la espalda de los “asambleístas”, este modelo es ideal, es democrático, pero para cualquier constitucionalista serio, la Asamblea Constituyente es el resultado de profundos conflictos entre fuerzas sociales. Es la expresión final de un modelo de gobierno, muestra su propio agotamiento y que su sistema político ya no representa las aspiraciones de la sociedad civil, por ello el

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modelo Mesa de Asamblea Constituyente es un modelo que trata de convencernos de pacificar el país, con ese proceso de pacificación la Oligarquía esta preparando su retorno triunfal al poder, no en vano Mesa convive con los que legalizaban lo ilegal (MNR-MIR-UCS-ADN-MBL), con aquellos que guardaron silencio en Febrero y Octubre, convive con aquellos que dictaron la famosa Ley del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana donde se penaliza la protesta social, la toma y “control de territorios”, por eso el Gobierno de Mesa es trágico, además de hipócrita porque se hace y es un prisionero de su propia clase social, de la intelectualidad burguesa y proemenerrista, es prisionero de los asesinos que él cobijó en su lenguaje periodístico durante las gestiones de Goni, dime con quien andas y te diré quien eres dice el refrán, que en esta oportunidad es mas pertinente que nunca.

Ese parlamento con el cual convive Mesa y que guarda una aparente independencia frente al Poder Ejecutivo, es el lugar donde se encuentra el verdadero enemigo político. No en vano la gente en el Alto de La Paz ha dicho su sentencia: “Cierre del Parlamento”.

La vía correcta para la realización de una Asamblea Constituyente profundamente indígena y democráticamente popular es controlarla por todos los lados, es con un poder social movilizado, con nosotros los

indios en las carreteras, con los obreros en la fábrica, con todos en las calles.

Este es el escenario donde nosotros los originarios nos movemos, es el escenario político que no podemos evadir, porque estamos inmersos dentro de él, estamos en su vientre y somos su parto, su nacimiento que se viene encima.

Pero para hacer esa famosa Asamblea tenemos que saber de antemano varias cositas, así que vámonos a la primera sesión de historia política.o sea historia de lo que hace el poder cuando tiene la sartén por el mango..., tenemos que saber como nace y que quiere su principal instrumento jurídico: La Constitución Política del Estado.

Porqué pues todos los gobiernos, y especialmente don Carlos Mesa, nos dicen a cada rato, a cada ratito: “respeten La Constitución”, “estamos con la Constitución en la mano”, “debemos obedecer las Leyes”.

Será casualidad o es un programa que ellos -los de arriba- tienen de memoria y lo repiten, para no sorprenderse como en Febrero o como les ocurrió en Octubre.los indios de este tiempo tienen un potencial subversivo enorme, eso los saben los Q’aras, criollo o mestizos desclazados, pero también lo sabemos nosotros.

9.

¿Qué es una Constitución Política del Estado?.

10.

Mucho se habla sobre ese tema, pero ¿de qué se habla?, todos dicen que la Constitución Política es la máxima ley, Jach’a Ley, pero será así, ¿quién ha ordenado que la Constitución es la Ley de los indios?, ¿será que los indios no tenemos leyes? ¿quién y cómo nos han hecho creer en la cabeza que la Constitución Política es la norma suprema del Estado Boliviano?, ¿y este Estado Boliviano lo hemos fundado nosotros? ¿quién es el culpable que haya Bolivia?

Si todas las naciones tienen un Constitución ¿Qué es la Constitución Política del Estado?

¿Carta Magna?

¿Ley de Leyes?

¿Norma Suprema?

Todos creemos saber lo que es la Constitución Política del Estado, pero ¿estamos seguros de lo que sabemos?

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Si tenemos que hacer una Asamblea Constituyente, nosotros los indios tenemos que saber con exactitud lo que es una Constitución Política del Estado, de lo contrario corremos el riesgo de cometer errores de grueso calibre en su discusión, como se dice en otro trabajo, “la Asamblea Constituyente no es cuestión de cambiar solamente Leyes eso puede ser competencia de Abogados”

No podemos entrar al debate sin tener clarito como agua, lo que es la Constitución Política del Estado. Entonces nos clarificaremos.

Antes de la invasión de los españoles, los originarios en la letra del Inca teníamos solo un principio gubernativo esencial que dicho en Quechua es: Ama Sua, Ama Llulla, Ama Q’ella, y nuestro gobierno estaba en manos del Mallku, tal como lo testimonian los trabajos de Waman Puma de Ayala escrito en 1612.

Con la invasión de los Españoles las Leyes dominantes eran las Leyes de Indias que se escribían en España pero que eran destinadas a los indios de los Imperios Azteca, Maya, Inca y el Qullasuyu, en la Audiencia de Charcas Francisco de Toledo redacta las Ordenanzas para los indios, estas leyes no podían apartarse de las Leyes de Indias, esas eran las leyes de la Corona de España escrito para los indios mitayos.

Con la Guerra de la Independencia, los criollos -hijos de españoles- que no querían pagar impuestos a la Corona por la explotación de la Plata y el Oro, se copian de la Revolución Norteamericana en 1776 y la Revolución Francesa en 1879 un modelo de “Constitución Política”.

¡Ah!, entonces las Constituciones no existieron siempre, sino que son un producto político de dos revoluciones claramente burguesas, la Constitución legaliza el poder de la burguesía en Francia y quita a los “soberanos” Reyes y Príncipes todo el Poder que tenían en sus manos, el Rey era Juez y Verdugo, hacia leyes y ejecutaba esas leyes.

La noción de Soberano = Rey viene de esa experiencia histórica, pero unos intelectuales pagados por la burguesía cuestionan esa forma de manejar el Poder, y plantean que la “Soberanía” debe pasar al pueblo (campesinos, artesanos, gremios y burguesía) y que el poder debe dividirse en tres: Legislativo (para hacer leyes), Ejecutivo (para ejecutar las leyes que hace el legislativo) y Judicial (para impedir que el Ejecutivo y el Legislativo hagan uso arbitrario de su poder de ejecutar y hacer leyes).

Eso es lo que J.J. Rousseau denomino Contrato Social, una especie de alianza entre campesinos libres, siervos de la gleba, artesanos, gremios y burguesía, para expulsar al Rey y sustituirlo por los tres poderes del Estado, y -aquí la trampa- una clase dirigente que maneja todo: La Burguesía y sus empleados intelectuales, ya hasta ahoritita en Europa y Norteamérica la historia sigue siendo así. Entonces, qué es la Constitución Política del Estado?

a) Un producto histórico de las Revoluciones burguesas en los siglos XVIII y XIX

b) Son normas jurídicas que legalizan tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial

c) Son normas diseñadas para que los

burgueses -como clase social- administren esos tres poderes.

d) Son normas que excluyen a los campesinos, artesanos, mujeres, y otras fracciones empobrecidas de la sociedad europea de esos tiempos.

e) La Constitución legaliza la propiedad privada, el modelo capitalista de economía y la explotación de una clase social sobre las otras, hablamos de la burguesía

f) Finalmente la Constitución Política es un librito divinizado, es como Dios en la Tierra de los hombres, sin Constitución Política es

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imposible pensar un País, una Nación y todos y todas pensamos lo mismo, ¿cómo se ha logrado eso? mediante procesos de ideologización, es como la religión, en estos procesos de ideologización estamos metidos todos, desde niños se nos enseña que la Constitución aquí, que la Constitución allá.que la Constitución manda y nosotros creemos eso, eso se llama colonialismo jurídico.

Pero el tiempo pasa, y la Constitución Política se ha convertido en la forma jurídica dominante en todo el planeta tierra, sin embargo con el correr de los años se ha ido introduciendo una serie de principios que son producto de conflictos sociales y conflictos políticos, de conflictos económicos y conflictos culturales, que se dieron y que se dan en todos los países.

En las modernas Constituciones se tienen principios de Derechos Humanos, Derechos Laborales con rango Constitucional, Derechos de la Familia, Derechos de los Pueblos Indígenas, etc., o sea se tienen Constituciones con mas, con menos, pero con derechos, no siempre fue así, en la primera Constitución boliviana de 1826 se hace mención a los “Derechos del Ciudadano”, eso que actualmente se denomina derechos fundamentales de la persona, en esos tiempos los indios no eran ciudadanos, para ser ciudadanos teníamos que saber leer, tener una renta u oficio, y contar con un salario mensual, ¿los indios qué éramos?.¿y qué somos hoy?

Otro tema que no podemos dejar de lado es el de la Soberanía, este concepto significa que los recursos naturales son propiedad del Soberano (el Rey), pero con la Revolución Francesa y su Constitución Política pasa a manos del Estado o sea de los Burgueses.

Eso también ocurrió en estas tierras, por eso preguntamos de cómo el Estado Boliviano es dueño, así nomás y sin que nadie lo sepa, de

los Recursos Naturales que nos pertenecen por derecho histórico a los primeros habitantes de estas tierras.

De cómo el Oro, la Plata, el Estaño y ahora el Gas son del Estado Boliviano ¿quién les ha dado ese derecho?, ¿cómo ha ocurrido eso?, la respuesta la encontramos en ese Pacto Social fundacional entre criollos, entre ellos se han dado ese derecho, ¡se han repartido la riqueza del país!, por eso hasta el presente se resisten a dejar el Palacio de Gobierno, ministerios, embajadas, superintendencias, o sea no quieren irse de la casa donde se enriquecen a costa de nuestra miseria, ¿será que el MAS está en ese mismo camino? En ese tema los indios no tenemos nada que ver.por eso tenemos que ir a la Asamblea Constituyente.y refundar de la cabeza a los pies.

Como señalamos líneas arriba en la guerra de la independencia los criollos -hijos de españoles- se copian el modelito de Constitución, Simón Bolívar que se había educado en Europa tenía en su mente que las Constituciones servían para reemplazar el dominio del Rey de España en estas tierras, si nos damos cuenta, Simón Bolívar tenía en su conciencia que la burguesía o sea Él, debía tomar el poder, pero.¿era un verdadero burgués? o ¿era un militar que representaba a los criollos e ingleses?, son preguntas que nadie quiere responder. porque no conviene que los indios sepan esas cosas.

Lo demás, lo que nos enseñan en la escuela y el colegio, es cuento chino.o cuento del tío.

Todos los pueblos indígenas tuvieron que ser parte de naciones que no nos convocaron a su fundación, ¿acaso nuestros abuelos votaron para que Bolivia exista?, ¿acaso votaron para que los recursos naturales sean del Estado o sea de los criollos?, ¿cuando, en que momento los indios hemos entregado soberanía al Estado y los criollos gobernantes?

La Primera Constitución Política de Bolivia: Una mirada indígena.

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¿Quiénes hicieron la primera Constitución Política del Estado? es una pregunta obligatoria para entender cuál es nuestro lugar en este debate, y cuál es nuestro lugar en la Asamblea Constituyente de este tiempo

Pero antes veremos un pedazo del Acta de la Independencia, ese papel firmado el 6 de Agosto de 1825, y por el cual nace este país:

DECLARACIÓN:

“La representación soberana de las provincias del Alto Perú, declara solemnemente á nombre y absoluto poder de sus dignos representados. Que ha llegado el venturoso día (de romper con la Corona) .no asociarse a ninguna de las repúblicas vecinas, se erige en un estado soberano e independiente (...) los departamentos del Alto Perú (...) protestan a la faz de la tierra entera que su voluntad irrevocable es gobernarse por si mismos y ser regidos por la CONSTITUCIÓN, leyes y autoridades que ellos propios se diesen y creyesen mas conducentes á su futura felicidad en clase de nación y el sostén inalterable de su santa religión Católica y de los sacrosantos derechos de honor, vida, libertad, igualdad, propiedad y seguridad”

Si leemos nuevamente, con calma y viendo solo los pedazos mas importantes el documento de arriba, podemos hallar los siguientes datos:

“La representación soberana de las provincias del Alto Perú”, dice en el papel, esto significa que le han quitado el poder de representación al Rey de España y los nuevos representantes son los Asambleístas de 1825, algo así como diputados por provincia.

“se erige en un Estado soberano e independiente” esto significa que el Rey ha cedido su soberanía al ESTADO.primera vez que se habla de Estado

“su voluntad irrevocable es gobernarse por si mismos y regidos por la Constitución leyes y autoridades que ellos propios se diesen y creyesen mas conducentes á su futura

felicidad en clase de nación” esto significa que las Leyes de Indias dejan de tener validez y que ya pueden darse una Constitución Política puesto que se convierten en “Nación” y ya no son “Colonia Española”, primera vez que se habla de Constitución Política del Estado.

“los sacrosantos derechos de honor, vida, libertad, igualdad, propiedad y seguridad” esto significa que ser “propietario” -tener propiedad privada- es ser “libre”, y las leyes dan “seguridad” a los propietarios, y solo ellos tienen “honor” y derecho a la “vida”, y por tanto son “iguales”.

Los indios no tienen propiedad “privada” entonces no son iguales, los ayllus son propiedades colectivas, por eso Simón Bolívar busca de inicio la parcelación de la tierra de ayllus en propiedades individuales, y desconoce de entrada a las Autoridades Originarias, se choca contra la realidad y se choca de cabeza...

Los demás los que no son propietarios están fuera del acta de la “independencia”. Bueno la historia no se detiene ahí, tenemos que ir mas lejos todavía. Constitución Política Bolivariana de 1826:

Art. 11.- 1º Son Bolivianos todos los nacidos en el territorio de la República.

Art. 14.- Para ser CIUDADANO es necesario: 1º Ser Boliviano. 2º Ser casado o mayor de veintiún años. 3º Saber leer y escribir, bien que esta calidad solo se exigirá desde el año de mil ochocientos treinta y seis. 4º Tener algún empleo o industria, o profesar alguna ciencia o arte, sin sujeción a otro en calidad de sirviente doméstico

Preguntas que nos damos de inmediato:

Si todos los nacidos en el territorio son Bolivianos, ¿porqué todos los textos de ese tiempo no hablan de Bolivianos sino de Indios/indígenas/salvajes/caribes?

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La respuesta esta en el otro artículo, el 11 de la Constitución Bolivariana, repasemos los requisitos para ser ciudadano:

“Ser Boliviano”, por tanto los “indios” son “indios” y no Bolivianos

“Ser casado o mayor de veintiún años”, los indios eran considerados menores de edad permanentes por que su inteligencia era supuestamente inferior, además no eran cristianos para casarse

“Saber leer y escribir”, este hecho nos muestra con claridad lo que ocurría en ese tiempo, lo que nuestros abuelos tuvieron que sufrir, en esos tiempos no había escuelas en el ayllu, las escuelas eran para la gente que tenía riqueza, entonces nuestros abuelos ya no eran ciudadanos, eran solo “indios”

“Tener algún empleo o industria, o profesar alguna ciencia o arte, sin sujeción a otro en calidad de sirviente doméstico” si revisamos con calma encontramos que nuestros mayores no tenían empleo, no eran profesores ni artistas, pero lo peor -si hubieran sido profesores o artistas-, es que no tenían que ser sirvientes de otro es decir no tenían que ser “pongos”, los que tenían algún oficio eran lo que en ese tiempo y en este, se llaman todavía “mestizos”

Por eso se dice que cuando este país nace, se hace contra los indios, contra los descendientes rebeldes de Tupac Amaru y Tupac Katari, contra los indios que sitiaron la ciudad de Oruro en 1871 e hicieron mascar coca y vestir ropa de bayeta incluso a los propios curas y españoles.

Ese odio congénito de los blancos, criollos e incluso mestizos contra los indios tiene su

propia historia, que nace con los grandes levantamientos en 1871 desde ese momento los españoles y sus hijos criollos establecen una separación racial entre ellos y nosotros ese momentos fundacional muestra a los blancos y criollos, que los indios no están dispuestos a continuar sometidos a un vasallaje social, económico y político, y que, por el contrario queremos recuperar nuestra dignidad.

La Constitución Política de 1826 nos hace una pregunta que no podemos dejar de lado: ¿si en Europa fueron los burgueses los que conquistaron el poder para expulsar al Rey, en el Alto Perú había burgueses igual que en Europa? ¡claro que no!, hasta este momento no tenemos burguesía nacional, lo mas que tenemos es una “oligarquía birlocha” con mentalidad señorial racista, por eso el problema de la tierra sigue siendo la tragedia de todo gobierno, por eso los empresarios en Bolivia, mendigan del Estado, piden prestamos para no pagar.

Ese es el origen colonial y colonizante de la Constitución Política del Estado Los arquitectos criollos de la independencia, solo quedaron como oligarquía birlocha, hicieron una Constitución sin nosotros y contra nosotros y eso sucedió en toda América Latina, en Perú, Ecuador, Chile y Argentina, si revisamos la historia incluso en los Estado Unidos los ingleses hicieron una Constitución contra los indígenas. Los indígenas norteamericanos fueron expulsados de su tierra para que los pioneros colonizaran, explotaran sus recursos naturales, ese es el tamaño del drama, es el tamaño de una tragedia que con la nueva Constitución tenemos que discutir en este tiempo.

Revisión histórica de la presencia indígena en el debate constitucional de los bolivianos.

Estamos viviendo el siglo XXI, si hemos visto que en el año de 1825 se redacta el Acta de la Independencia donde se borra al indio de

un plumazo, y la Constitución Política de 1826 legaliza ese borrón histórico,

¿todo habrá quedado así...?

¿nuestros mayores no habrán hecho nada?,

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bueno entremos en la tercera sesión de historia política, o sea historia del poder que tenemos nosotros, los antiguos habitantes de estas tierras.

Desde 1825 la historia de Bolivia esta llena de juicios contra el Estado, en el primer momento los indígenas confundían la palabra de “ciudadano” con la de “cristiano”, cuando Simón Bolívar elabora un decreto eliminando a las Autoridades Originarias, la propiedad de Ayllus y las costumbres en la sucesión de bienes, se enfrenta con sendos juicios, donde los originarios hacen conocer su reclamo por el respeto a sus costumbres, su propiedad y su forma de gobierno, es decir Simón Bolívar se había chocado de cabeza contra la realidad indígena, contra la comunidad.

Aparentemente las cosas están en calma gran parte del siglo XIX, pero no todo es color de rosa, lo que pasa es que la historia oficial no cuenta la historia de la presencia indígena, estudios recientes demuestran que las redes de autoridades originarias tenían vinculación con el Gobierno de Isidoro Belzu, el Tata Belzu y que los sucesivos gobiernos mantenían alianzas menos visibles pero alianzas al fin, con las Autoridades Originarias, especialmente en La Paz, Oruro y Potosí.

Pero algo que impresiona a los historiadores, es la presencia política de Paulo Zarate Willca, el líder indígena nacido en Qellqata de Oruro (actualmente provincia T. Barrón), este Tata Hilakata que ya aparece en los registros de la Prefectura de La Paz en 1880, tuvo en sus manos la rebelión mas importante hecha por los indígenas, uno de sus mejores aliados, el Tata Mallku Juan Lero llego incluso a establecer el primer gobierno indígena en Peñas de Oruro, entre el 9 y 11 de abril de 1899, fines del siglo XIX,

En la Proclama de Caracollo dictado a principios de abril de 1899 Paulo Zarate Willca establece seis mandatos y que son a la vez las demandas que nos hacen ver lo que ahora -nosotros los indígenas-, estamos planteando para la Asamblea Constituyente, veamos:

Peticiones de Paulo Zarate Willca”:

La restitución de las tierras de origen y convertir las fincas en comunidades

El sometimiento de las castas dominantes a las nacionalidades de origen

La constitución de un gobierno de indígenas.

El desconocimiento del mando de Pando y los jefes revolucionarios

Acatamiento y vasallaje a Zarate Willca.

La imposición universal del traje de bayeta.

Cada punto tiene un sentido propio pero podemos sintetizar, el primero hace directa referencia al territorio y su reconocimiento frente a la agresión de la hacienda y la parcelación de los Ayllus era urgente su reconstitución, lo que hoy conocemos como Reconstitución y Restitución de Ayllus, Markas y Suyus (es lo que ahora llamamos Territorio Indígena).

El segundo punto establece el sometimiento de todas las demás castas eso por demás lógico se encuentran en un momento de guerra, no era juego era Guerra. El tercer punto establece con claridad el tema de la constitución de un gobierno de indígenas y el debate de las nacionalidades, o sea naciones de origen, (eso es lo que ahora llamamos “Estado Pluri-Nacional”).

El cuarto punto es el final de una alianza entre Paulo Zarate Willca y el liberal José Manuel Pando, pues este criollo desde marzo de ese año traicionó el Pacto firmado con el Hilakata Zarate Willca en sentido de restituir las tierras de Ayllu fracturadas por la hacienda.

El quinto punto demuestra que Zarate Willca estaba convencido de la victoria y que la red de Autoridades Originarias recuperaría su territorio y constituiría su propio gobierno del Qullasuyu, solo la traición de Pando pudo evitar ese desenlace, son cosas de la historia.y de la astucia criolla y mestiza (eso

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es lo que tenemos que impedir con la Asamblea Constituyente).

El sexto punto era solo el comienzo de una nueva era, aunque esa actitud ya se presenta con los indígenas que tomaron Oruro, en el año de 1781 bajo el mando de Jacinto Rodríguez, en plena rebelión liderizada por Tupac Amaru, eso se denominaba en ese tiempo como “mutación de dominio” (A eso se llama Nuevo Programa de País, o sea Nueva Constitución Política del Estado mediante Asamblea Constituyente es la mutación de una forma de dominio constitucional hacia una forma de convivencia constitucional entre unos y otros)

La repercusión mas directa en ese tiempo se sintetiza en una frase dicha por el diputado P. Zainz en ocasión de celebrarse la Convención Nacional de 1899 que discutía en Oruro, el asunto de federalizar o no el país, estito decía el caballero.haciendo referencia a la rebelión de Paulo Zarate Willca

Sesión matinal del día 12 de Diciembre de 1899

Sr. Pastor Sainz

Desgraciadas de las razas el día que los indígenas lleguen a comprender su fuerza, este es otro problema como puso en peligro la vida nacional como ha habido un momento en que el jefe de las fuerzas revolucionarias trato de unirse con las de Alonzo, y les decía dominemos esa raza, el día que llegue á armarse ha de ser terrible (...) Es preciso pues prepararla educarla por consiguiente en esa raza no hay para que consultar mayorías ni minorías (p. 659)

El temor a los indios impidió que la federalización se plasmara, escuchemos lo que dice otro “honorable” de la Convención:

Sesión matinal del 14 de diciembre de 1899

Sr. Urcullo.

Bolivia aunque es triste decirlo, no tiene todavía la instrucción indispensable, ni las virtudes cívicas precisas para el gobierno del pueblo, por si mismo; pues la inmensa mayoría de su población es absolutamente

ignorante, y por lo mismo comprendo que no es tiempo de implantar la federación, así como considero que no hay necesidad ni urgencia para que precisamente esta Convención la sancione.

No provoquemos perturbaciones intestinas ni demos margen a desmenbraciones territoriales, con reformas imprudentes. (p. 730)

Podemos establecer con claridad lo siguiente, Bolivia sigue siendo UNITARIA por temor a que los indios les arrebaten el poder, ese fue el impacto en los criollos lilberales de 1899, no se animaron a federalizar Bolivia, por que los indios son mayoría y sería terrible para ellos que son minoría.

Otro dato es que la rebelión indígena de 1899 sintetiza con extremado cuidado las bases de Agenda Temática que hoy podemos discutir en una Asamblea Constituyente a la vez que nos alerta de los peligros que entraña confiar en los que siempre quieren manejar el poder como un derecho de herencia. Si eso ocurrió a fines del siglo XIX, veamos ahora lo datos del siglo XX.

En la década de los años veinte. Leandro Nina Quispe funda la Sociedad República del Qullasuyu, los Caciques Apoderados emprenden una nueva forma de lucha, entonces aparece Santos Marka T’ula como líder que continua un largo proceso de recuperación de los títulos coloniales de tierras compradas a la corona de España y con esos títulos reconstituir el Ayllu es decir el Territorio Indígena, un dato interesante es que en México, Emiliano Zapata recorría los caminos de su insurgencia con los Titulos Coloniales con los cuales hacía valer el derecho de los indios a la tierra, tierra que había sido comprada con Oro y Plata a los Españoles y que el Estado Méxicano -los criollos mexicanos- desconocían intencionalmente para apropiarse de las tierras indígenas.

German Busch y Gualberto Villarroel introducen en sus respectivas reformas constitucionales la cuestión indígena y

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agraria, debido a las fuertes movilizaciones indígenas en contra del sistema de hacienda, Gualberto Villarroel realiza el Primer Congreso Indigenal para paliar los ánimos y tratar de salvar su gobierno y con él a los emenerristas, los emenerristas imponen el nombre de campesino a los indígenas, y sustituyen a las Autoridades Originarias por Sindicatos Agrarios.

Víctor Paz define un Capitulo de Régimen Agrario en la Constitución Política de 1961 dando reconocimiento legal solo a los sindicatos agrarios, es decir a los sindicatos del MNR, se establece el voto campesino, el pongo político, Barrientos en 1967 perfecciona algunas figuras y elaborar el pacto militar campesino.

En 1991 se ratifica la Convención sobre Derechos de los Pueblos Indígenas y Tribales en países independientes de la Organización Internacional del Trabajo, ley Nº 1257 con rango de Ley de la República, producto de la incesantes movilizaciones de indígenas del Oriente.

En 1994 se introduce palabras bonitas: Pluricultural y Multietnico así como se reconoce la justicia comunitaria.

En esta misma década renacen esperanzas, el sindicato llega a su agotamiento, las antiguas autoridades levantan su voz, con paciencia que los siglos enseñan, pero con la fuerza que este tiempo exige.

En el 2002 las Autoridades Originarias del Occidente en alianza con indígenas del Oriente imponen en la Agenda Política del Estado, la Asamblea Constituyente, este primer paso marca hasta ahora el debate, ¿cuanto habremos avanzado los indígenas de la Consigna a la Propuesta Concreta?

Todos hablan de Asamblea Constituyente, nadie se acuerda de la marcha de los Originarios en mayo y junio de 2002, cuando casi se frustra una Elección Nacional y los partidos tuvieron que firmar un documento y luego borrar con el codo, en un típica actitud criolla, recordando siempre su herencia colonial.

La esperanza esta en el Ayllu: Propuestas de transformación Política en Bolivia hacia la reconstitución del Qullasuyu.

En este ultimo punto rescatamos ideas escritas y defendidas por Autoridades Originarias, y wawaqallus de las comunidades y que se han dado en el marco del “Primer Encuentro para la Refundación del País, por los senderos de Paulo Zarate Willca” realizado en Diciembre de 2003, donde participaron Autoridades Originarias de Potosí, Oruro, La Paz, intelectuales indígenas y wawaqallus de diversas comunidades.

Sin embargo como parte ineludible de la propuesta partimos de nuestra propia memoria política, que es en el fondo la memoria testimonial expresada en la Proclama de Caracollo, abril de 1899, el punto mas alto de rebelión indígena en las tierras altas de Bolivia o sea el Qullasuyu liderizado por Paulo Zarate Willca y llevada a su extremo por Juan Lero en Peñas, la constitución del Primer Gobierno Indígena, ¿cuando enseñarán en la escuela y el colegio esa historia de nosotros...?

Estamos seguros, que a momento pensamos igual, que tenemos las mismas intenciones, eso nos ha hecho reflexionar, en la posibilidad de construir colectivamente una Agenda Temática para una Asamblea Constituyente, es decir que entre todos podemos elaborar una Propuesta Política para la Asamblea Constituyente.

Se trata, como dijimos, de refundar el país, de descolonizarlo de quitarle su existencia colonial, colonizado y colonizante, eso significa dar vuelta la torta, pero esto no puede el resultado de una mente iluminada, de consultores bien pagados, sino la expresión de la propia comunidad, de su historia y urgencia política. Refundar el país no es buscar venganzas justicieras, ni ponerse en el lloriqueo de la historia pasada, refundar el país significa establecer el tipo de Pacto Social Primario,

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rescatar el mensaje de los mayores y de los hijos en este presente.

El tipo de Contrato Social que nosotros los indios planteamos al resto de la sociedad, no son la búsqueda de más participación política, de más “derechos”, ni que el regimen Agrario y Campesino sea mas extenso, sino de establecer un verdadero Pacto de Convivencia Nacional, un pacto de todos.

Una verdadera sociedad democrática se basa en el respeto mutuo entre nosotros que somos y estamos aquí como descendientes de los primeros habitantes de estas tierras, y aquellos que descienden de padres venidos de otras tierras, pero que hoy por hoy estamos ocupando el mismo espacio, aunque en diferentes lugares de la diversidad social.

Una verdadera sociedad democràtica se basa en el reconocimiento por parte de unos y de otros que la historia pasada necesita despojarse del colonialismo interno y aprender otras formas de convivencia política, social, economica y cultural, que ya fueron expresadas por los antiguos habitantes de estas tierras en más de un momento de la historia colonial y republicana y que hoy se expresan con mayor nitidez que nunca, no podemos ser sordos y ciegos ante los reclamos de antes y los de hoy,

Una verdadera sociedad democrática necesita recuperar formas gubernativas clandestinas, que funcionan contra toda adversidad y que son reconocidas como légitimas en el territorio donde se desenvuelven.

Finalmente, una Bolivia profundamente democratica necesita establecer un Nuevo Pacto Fundacional donde los antiguos habitantes de estas tierras encuentren reconocimiento a su Territorio, su Gobierno, y la construcción de su Soberanía, solo de este modo podemos ingresar a una nueva etapa en la historia de Bolivia.

Antes de ingresar en la propuesta Constitucional revisaremos los resultados del Encuentro es decir de los papelografos como pensamiento colectivo, y las columnas donde se encuentran dos preguntas como pensamiento individual, este hecho se debe a que creemos necesario darle fidelidad a la expresión colectiva e individual de nuestros invitados en esa ocasión, creemos que la discusión colectiva nos permite eso que llamamos dialogo de saberes, y que la expresión individual permite resaltar elementos que no fueron discutidos en las sesiones de grupo, estos son los antecedentes de los papelografos y de las tarjetas individuales:

¿COMO DEBE SER LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE?

papelografo Nº º1

Realizar de nuevo toda a Constitución de acuerdo a usos y costumbres de nuestras Comunidades y Ayllus.

Bajo los principios de Ama Suwa, Ama Llulla y Ama Kella. ¿QUIEN DEBE ORGANIZARLA?

Deben organizarla todos los sectores sociales como ser:

Organizaciones originarias con un 50% total de representación ya que son la mayoría.

- Otros sectores:

- Fabriles

- Mineros

- Comerciantes

- Maestros

- Empresarios y otros.

¿QUE TIPO DE GOBIERNO QUEREMOS EN LA NUEVA CONSTITUCIÓN POLÍTICA?

papelografo Nº 2

Que represente a las mayorías culturales, respetando los derechos entre los habitantes.

Autónomo. Que respete los usos y costumbres. Personas dignas y elegidas por su pueblo, que haya tenido convivencia y ejercido un cargo en su marca.

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Rotatorio a nivel de: Suyos, Marcas y Ayllus.

Que proteja los recursos naturales.

Que proteja los productos naturales.

Que sus obligaciones sean claras y que el pueblo accione los deberes del Estado.

Que vele con toda responsabilidad todo deber social.

¿QUE DERECHOS QUEREMOS EN LA NUEVA CONSTITUCIÓN POLÍTICA?

papelografo Nº 3

Declarar como principios básicos de la nación del Qullasuyo el: AMA SUA, AMA LLULLA, AMA KELLA.

Derecho a la educación única, fiscal, gratuita, multicultural y multilingüe, con un modelo educativo de acuerdo a la realidad de cada región.

Derecho al Seguro Social y Salud para todos los habitantes del Qullasuyo, sean éstos asalariados o no asalariados, respetando sus tradiciones, costumbres y conocimiento de cada pueblo y cultura.

Derecho a la propiedad de la tierra y del territorio y a decidir sobre los destinos de los recursos naturales.

Derecho a la libertad de expresión y pensamiento, sin discriminación a las diferentes culturas.

Derecho a que el Estado respete, valore y apoye la tecnología agropecuaria y artesanal propia de cada región y cultura.

¿QUE DERECHOS QUEREMOS EN LA NUEVA CONSTITUCIÓN POLÍTICA?

papelografo Nº 4

El derecho al reconocimiento como Naciones Originarias.

El derecho a nuestra identidad cultural.

El derecho a nuestra propiedad de la tierra, territorio y sus recursos naturales renovables y no renovables y su respectiva administración.

El derecho a la elección de nuestras autoridades de acuerdo a sus usos y costumbres.

El derecho a un modelo educativo de acuerdo a nuestra realidad y costumbre.

El derecho a la salud gratuita y recuperación de nuestra medicina tradicional.

El derecho a una fuente de trabajo y distribución equitativa de los recursos económicos.

NO QUEREMOS SER RECONOCIDOS SINO SER PARTE TOTAL.

Preguntas individuales sobre la acción presidencial.

¿Qué es lo Ud., haría si fuera presidente?.

¿Qué es lo que Ud. no haría si fuera gobierno?

Realizar constantes Cabildos, reuniones, seminarios para: que la mujer originaria tenga participación activa en toda institución,

en el gobierno con el 50% o mucho más del 50% y no exista así el machismo que sigue existiendo.

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Leyes a reformar en favor de los niños abandonados etc.

Que se industrialice el gas en Bolivia. Yo como gobierno puedo querer que mi pueblo sea libre de los políticos

Que mi gobierno mejore el sistema educativo.

Que el gobierno reconozca nuestras tierras y que somos dueños desde nuestros abuelos.

Cambiar el sistema educativo con programas nuestros no copiados de EE.UU.

Incentivar a que nuestro hijos traten de llevar nuestra vestimenta, nuestro dialecto y no olvidarnos de nuestro usos y costumbres.

Tratar de conseguir que nuestros alimentos, recursos naturales y no los pertenecen a los gringos y que ellos se lo llevan todo.

Hacer desaparecer los retratos de Simón Bolívar y demás masacradores que eliminaron el Kollasuyo.

Hacer retratos de nuestros verdaderos héroes y defensores como Tupac-Katari.

Si fuera presidente bajaría mi suelto y también el de los padres de la patria.

Apoyaría a las mayorías nacionales.- Apoyaría primero la educación y salud.-

Protegería los recursos naturales.

Industrializar nuestro recursos naturales.

Gobierno del Kollasuyo. Siendo el gobierno Kollasuyo Ser representado de MIO y conocemos las necesidades de los suyos, marcas y ayllus.

Respetar los usos y costumbres.

Mas sacar de esta pobreza esta manipulación de las transnacionales las ideas de los yanquis

Autonomía propia auto administración, que las autoridades sean elegidos directo.Segundo:

Que exista una distribución económica equitativa en todo

Cumplir con la atención a todas las áreas rurales para que el sector rural y popular sean mejoradas nuestros productos agrícolas, ganaderías.

Atención inmediata a la educación fiscal gratuita y creación de facultades en comunidades

Nacionalización de nuestras empresas nacionales.

Respeto a la ley de ama suwa, ama kella y ama lluncu

Que la medicina natural se implemente mediante leyes y que empiecen a practicar en todos los hospitales y centros de salud.Ósea que contraten médicos naturales.

Invertir mucho más que ahora en la educación primaria, secundaria y universitaria y en la salud gratuita para todos en general.

Industrializar todas nuestras materias primas y comercializar con valor agregado.

Mejorar la educación formal con un enfoque participativo, un enfoque cultural en el de responsabilidad y democrático.

Formar hombres capaces con conciencia digan.También es importante trabajar en la educación informal con una educación sobre la realidad nacional, tanto en escuelas, colegios, universidad y otros grupos sociales.

Rescatar nuestra identidad para fortalecer nuestro país, en base a nuestros valores y cultura, buscando una unidad de todas las clases sociales.Para realizar otras actividades como en lo social y en lo económico y crear fuentes, soluciones a los conflictos del país, que necesitan el aporte de cada habitante del país.

Ser amplio en captar las opiniones de todos

Para crear trabajo para el campesino hacer un preste del banco con poco interés después de la venta del producto se devolverá el interés y su capital

Ver por todas las necesidades de mi comunidad.

Evitar de que el pueblo crezca en el desarrollo de mejoramiento en todas sus funciones y necesidades que nuestro pueblo tenga.

Dar tiempo integro a las necesidades del pueblo

Primero: debo hacer una Constitución Política Participativa, en el fondo de esta ley debe primar el respeto y reconocimiento de los derechos universales de los originarios o naciones.

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Proteger todos los recursos naturales existentes dentro del estado, bajo pena se sanción.

Eliminar de la C.P.E. anterior todo lo negativo para el Estado. Capitalización y otros.4.- dotación de tierras y territorio a las naciones originarias

Crear los miembros de la Asamblea constituyente con todos los actores sociales en la actualidad.

Una vez creado la Asamblea constituyente, crear la nueva Constitución política del Estado de acuerdo a nuestros ancestros, ósea tomando en cuenta la nación originaria del Kollasuyo y esto dentro su derecho consuetudinario.

Presentar en la nueva C.P.E. la trilogía: ama sua, ama kella, ana llulla, esta trilogía debe ser coercitiva y con esto se daría toda seguridad jurídica para todos los habitantes del gran kollasuyo.

Gobernar con la proposición del pueblo.

Tener un programa de gobierno con políticos de estado bien claros.- Reconocer y aplicar las leyes, derecho consuetudinario.

Tener buena administración

Determinar niveles salariales “equitativos” y “justos”, eliminando por ejemplo, la diferencia abismal que existe entre el salario mínimo nacional de un obrero (Bs. 450) con el salario de un diputado (más de Bs. 20000). Es decir que se debe tener una “distribución equitativa de la riqueza nacional” (corto plazo).

Nacionalización de las Empresas Estatales Capitalizadas (corto Plazo).

Haría que la sociedad civil tenga trabajo, educación, salud, pero para llegar a que todos estemos de acuerdo y que la gente no muera de hambre mandaría a que se hagan fábricas de materias primas que tenemos en nuestro país mejoraría la producción tecnificando, mejorando la ganadería, que todo se consuma en el país y no vender a barato a otro país.

Realizar un consejo de autoridades o un consejo de ancianos para que las ideas salgan de ahí, para que pueda gobernar de acuerdo a la realidad o necesidad de los gobernados.

Mejorar los servicios de educación y salud, dotando a todos los sectores sociales y regiones con infraestructura, personal profesional necesario, equipamiento y permanente asesoramiento técnico profesional.

Planificar nuestro trabajos de gestión a gestión para cumplir como Kollasuyo.

Gobierno incluyente y democrático, participativo con identidad.

Plantear políticas amplias y diverso, tomando en cuenta la diversidad de culturas en Kollasuyo.

Medida Inicial: D.S. No 001“Nacionalizar a Bolivia”Social, económico, político y recursos naturales.

Trabajaría honradamente sin engañar al Kollasuyo, Marca Ayllu.

Yo no engañaría jamás a mi pueblo con mentiras y engaños, como lo hacen los o algunos actuales del gobierno.

No elegir a los corruptos como gobierno

No gastar los recursos que nos mandan los países como ayuda y generar recursos como los gobiernos anteriores.

No elegir a los representante o compadrerio con el nombre de democracia por eso es dedocracia.

No copiar cosas del viejo mundo sus mañuderios como lo ha sido Cristóbal Colón un flojo y ratero en su país.

No creer ser héroe y defensor como Eduardo Avaróa, porque el no defendió las tierras nuestras sino sus tierras porque era un terrateniente, como Evo Morales defiende el sector cocaGobierno indígena no saqueas, y no robas a manera de nuestros Leyes ama suwa, ama kella, ama llulla

Respetando nuestros patrimonios culturales, no ofrecer horas faenas a países transnacionales

Siendo el gobierno que nosotros como 10 ya no aliamos los gringos mintiras que hacen los leyes sin consultar al pueblo. Crean sus propias empresas. Saquean nuestro recursos naturales en los países como EE.UU., dejar pobre al Kollasuyo. y no siendo gobierno más aplicar y exigir la Asamblea Constituyente

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No hacer división de territorio.Que nadie gane más que otros.Que no exista explotados ni explotadores.

No mal gastar el recurso económico caso contrario deberá cumplir con pliego de cargo.

No crear leyes ni decretos a su favor caso contrario será penado al Chonchocoro.

No debe cumplir las leyes del neoliberalismo porque no son nuestros.

No permitiría que la dieta de los parlamentarios sean tal elevados, porque hay es donde la mayor parte de nuestros recursos se gastanNo robaría ni un sólo centavo del pueblo boliviano ni desviar fondosNi les mandaría represiones militares, a las movilizaciones que puede existir.No le haría matar ni una sola persona

No apoderarme de los recursos naturales como los minerales, fauna a conveniencia propia lo que no es mío.No matar al pueblo a conveniencia de un grupo minoritario.

No regalar los recursos naturales a otros países como el gas

Lo que no debía de realizarse es excluir a los sectores sociales, cualesquiera que sean, las actividades, sus opiniones de la administración de gobierno

En campañas prometió crear fuentes de trabajo, sin embargo, descentraliza y las empresas y los trabajadores quedan sin trabajo así nos engañan los partidos políticos

No trataría de tener y interés personal.

No trataría de ser un gobierno dictatorial.

No malversaría los bienes públicos

No utilizaría la fuerza en contra del pueblo (masacre).

No entregaría los recursos naturales a los estados Transnacionales.

No permitir que las embajadas extranjeras tengan mucha intromisión en los asuntos internos.

No hacer a la discriminación.

No al monopolio de los políticos con los cargos.

No provocar el enfrentamiento para causar la muerte de las clase oprimidas.

No monopolizar con las riquezas naturales, renovables y los no renovables

No al privilegio de los individualistas.

Cortar el monopolio de los partidos políticos.

No a la corrupción

Es que mi pueblo o país muera de hambre teniendo tanto material, no puedo matar a tanta gente, no vendería lo que es del pueblo, no privatizaría, no dejaría que otras persona de otros países tengan empresas en Bolivia, que no solamente los que tienen plata suban al poder

No robaría, no sería flojo, no mentiría, mis principios estarían encima de todo el ama suwa, ama kella, ama llulla

No ejecutaría proyectos y leyes que no gocen del consenso de los sectores sociales

Comprometerse a los pueblos de Bolivia todos los proyectos, obras en todos lados y no puede al final ni cualquiera porque todo el pueblo pide por eso hay corrupción

No continuar el actual modelo o sistema occidental excluyente.

No tomar decisiones personales según a mi interés

No vender a la Nación a las transnacionales

No masacraría a mi gente.

No enajenaría los recursos naturales.

No discriminaría a la gente.

Agenda Temática de cambios en la Constitución Política del Estado.

Esta propuesta es la síntesis jurídica de los resultados que tenemos en los papelografos y las ideas individuales, si vemos las respuestas con la calma que exige la reflexión nos daremos cuenta que

encontramos ideas políticas que se remontan a edades de rebelión, pero que expresan las necesidades políticas primordiales de este nuevo tiempo, tiempo de viejas mañas y viejos discursos, pero que en el fondo ya no

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pueden detener la historia, el camino emprendido.

Por nuestra parte realizamos una ultima comparación con algunas constituciones latinoamericanas, donde encontramos lugares esenciales en nuestra herencia y nuestra preparación de futuros posibles.

Nuestra Constitución Política no tiene un “preámbulo”, en toda Constitución Política el

Preámbulo es el sustento filosófico de un Estado, incluso Cuba tiene su preámbulo, donde se expresa los orígenes revolucionarios de su nacimiento como Republica verdaderamente independiente y su proyección como país socialista, pero veamos el preámbulo de las Constituciones Colombiana de 1991 y la del Ecuador que son el resultado de Asambleas Nacionales Constituyentes en la década de los noventa en el siglo XX:

Preámbulo El pueblo de Colombia

En ejercicio de su poder soberano, representado por delegatarios a la Asamblea Nacional Constituyente, invocando la protección de Dios, y con el fin de fortalecer la unidad de la Nación, y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la

libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un ordén público, económico y social justo, y comprometido a impulsar la integración latinoamericana, decreta, sanciona y promulga la siguiente Constitución Política de Colombia

La asamblea nacional constituyente expide la presente constitución política de la república del ecuador

EL PUEBLO DEL ECUADOR inspirado en su historia milenaria, en el recuerdo de sus héroes y el trabajo de hombres y mujeres que con su sacrificio, forjaron la patria, fiel a los ideales de libertad, igualdad, justicia, progreso, solidaridad, equidad y paz que han guiado sus pasos desde la albores de la vida republicana, proclama su voluntad de consolidar la unidad de la nación ecuatoriana en el reconocimiento de la diversidad de sus regiones, pueblos, etnias y culturas, invoca la protección de Dios, y en ejercicio de su Soberanía establece en esta Constitución las

normas fundamentales que amparan los derechos y li bertades, organizan el Estado y las instituciones democráticas e impulsan el desarrollo económico y social

La Constitución Boliviana requiere contar con un Preámbulo para establecer las bases de su Soberanía, su historia propia y la orientación política hacia la construcción de un nuevo país, en ese sentido la propuesta sería la siguiente:

Preámbulo: El pueblo de Bolivia

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Constituida en el territorio de los primeros habitantes de estas tierras, emergente de un largo proceso insurreccional contra el colonialismo impuesto por la Corona de España, bajo la inspiración de la libertad, igualdad, justicia, equidad, progreso y solidaridad de sus ciudadanos.

Declara al mundo su voluntad de consolidar la unidad de la Nación Boliviana en el reconocimiento de la diversidad de nacionalidades indígenas, declara también su compromiso para impulsar la integración latinoamericana para el progreso y desarrollo nacional

Decreta, Sanciona y Promulga la siguiente Constitución Política de Bolivia Pasamos el primer punto, ahora viene el resultado que establecemos como agenda temática, con esos elementos realizaremos algunas reflexiones de orden constitucional que atraviesan la enseñanza oficial del Derecho Constitucional. Cómo planteamos los indígenas una Constitución Política? eso puede merecer varias respuestas, por un lado están quienes quieren hacer todo de nuevo, como si eso fuera cuestión de buenas voluntades y deseos propios, por el otro están quienes tratan de incorporar mas y mas derechos, ninguna de las dos vías es correcta. Nosotros vemos que los resultados del Encuentro nos dan un mandato, los diversos Congresos de Autoridades Originarias nos dan un mandato, y los diversos momentos

políticos de las movilizaciones indígenas nos dan un mandato, al cual no podemos evadir, y ese mandato se traduce en el reconocimiento de las nacionalidades indígenas, este hecho es central, es el primer mandato principal del cual derivan todas las demás propuestas, sin esta comprensión, estaríamos entrampados en una suerte de caja oscura, todo punto de Luz sería un derecho más, no se trata de eso, para hacer eso podemos hacer una competencia de abogados y nos darían lindos sueños.

Pero aquí en este momento es urgente e importante que el Pacto Fundacional parte del reconocimiento de la diversidad no solo como “culturas diferentes” sino como nacionalidades de origen, cuyas memorias tienen territorio y gobierno, en eso se funda el mandato de las movilizaciones indígenas. Que eso no es posible?, que significaría destrozar Bolivia?, que estaríamos desmembrando el país?, son argumentos de fantasmas que caen por su propio peso, pues Bolivia ya ha enfrentado ese debate en 1899, y en la actualidad se esta discutiendo el tema de las Autonomías, entonces tenemos que ser serios, discutir autonomías es también discutir Nacionalidades Indígenas y No Indígenas, en el fondo estamos discutiendo la posibilidad de profundizar la descentralización administrativa y política del País, eso nomás es.y sino lo creen podemos ver después la Constitución Política de España.

La fórmula Constitucional sería la siguiente:

Art. 1.- (Modificatorio)

Bolivia constituida en Estado Social y democrático de Derecho, libre, independiente. y soberana, fundada en la solidaridad, la unión y el reconocimiento a las nacionalidades indígenas, adopta para su gobierno la democracia representativa, participativa y descentralizada.

Esta es una fórmula constitucional que recoge los mandatos de las movilizaciones indígenas, pero tenemos que caminar mas trayecto todavía, si la idea es desconolonizar la Constitución Política del Estado, debemos

partir por el reconocimiento Constitucional de las Nacionalidades de Origen, eso de pluricultural y multiétnico son puro discurso, ¿acaso somos solo culturas?, ¿etnias?, Bolivia como Ecuador y Perú tiene “Naciones” es decir cuenta con demarcaciones territoriales anteriores al régimen del dominio Español, en ese “territorio” (Ayllu, Marka y Suyu) mantiene un sistema de gobierno mas legítimo que el representante del Estado y que viene también desde antes del periodo colonial (Mallkus, Kurakas, Hilakatas, etc., etc.), lo único que falta es el reconocimiento del Estado del caracter que tenemos como Naciones, ese hecho nos puede permitir transitar otras propuestas como una nueva

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demarcación territorial por ejemplo, pero antes veamos lo que dicen la Constitución Política de España:

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE ESPAÑA:

Articulo 2.

La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles. y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

Otra idea que sale de los aportes realizados por los participantes del Encuentro es la necesidad de incorporar los tres principios básicos en la Ley del Ayllu: Ama Sua, Ama Llulla y ama Q’ella, en la búsqueda nos enteramos que la Constitución Política del Ecuador incorpora estos mandatos como deberes del ciudadano, entonces que significa ese hecho?.

Hemos señalado que la Constitución Política del Estado tiene una herencia colonial, pero esa herencia no es solo el racismo, sino también la corrupción, de entradita nuestra Constitución legaliza la corrupción: “se acata pero no se cumple” dice el refrán criollo, esito ha entrado en la Constitución.

Este hecho colonial ha sido detectado por los Asambleistas de la Constituyente Ecuatoriana por ello tienen en su Constitución lo siguiente:

Art. 97. todos los ciudadanos tendrán los siguientes deberes y responsabilidades, sin perjuicio de otros previstos en esta Constitución y la Ley: Ama quilla, Ama llulla, Ama shua. No ser ocioso, no mentir, no robar

En Bolivia podemos incorporar estos principios, no como copia de los

Ecuatorianos, sino como experiencia histórica de los indígenas en los Andes, no debemos olvidar que Ecuador era parte del Tahuantinsuyo, uno de los cuatro Suyus del Imperio Inca y que por lo tanto compartimos una historia común, si hacemos ingresar esta noción uno puede preguntarse ¿esto es para todos?, claro es para todos, incluidos los que manejan el Estado, ellos son ciudadanos en calidad de servidores públicos, nada mas que eso, no porque estén manejando el estado, pueden hacer lo que les da la gana, son ciudadanos tan iguales como nosotros, pero que se encuentran temporalmente como servidores públicos.

Dicho eso, nuestra fórmula Constitucional se estructura del siguiente modo:

Art. 8. (inclusivo)

Toda persona tiene los siguientes deberes fundamentales:

i) De cumplir en todo momento los principios de: Ama Sua, Ama Llulla, Ama Q’ella. No seas ladrón, no seas mentiroso, no seas ocioso.

Como puede verse no estamos inventando nada nuevo, lo que estamos haciendo es recuperar las propuestas del presente pero que vienen desde el tiempo de nuestros mayores.

Si hasta aquí tenemos dos ideas esenciales, pasemos a recoger la cuestión de los Derechos de las nacionalidades indígenas, es decir Derechos que todos sentimos necesidad en nuestras comunidades pero que de alguna manera se encuentran en los convenios internacionales y la legislación comparada, así que hagamos todo una lista de “Derechos” que pueden ser incluidos como un Capitulo especial, debemos tomar en cuenta que una Constitución deben conocerla todas las nacionalidades, los indígenas, las mujeres, etc., para ello tiene que tener un lenguaje claro y comprensible.

DERECHOS DE LAS NACIONALIDADES INDÍGENAS

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Mantener, Desarrollar y fortalecer la identidad política, económica social y cultural de las Nacionalidades Indígenas.

Participar en el uso y usfructo, administración y conservación de los recursos naturales renovables y no renovables que se encuentran en sus territorios.

A ser consultados en la exploración, prospección y explotación de recursos no renovables que se hallen en sus territorios

Recibir indemnizaciones por los perjuicios ambientales que puedan causar las empresas que se encuentren en territorios indígenas

Conservar y mantener prácticas ecoambientales en la protección de la biodiversidad.

Ejercer formas tradicionales de Autoridad, Gobierno y Justicia en los territorios de su jurisdicción

A la propiedad intelectual colectiva sobre los conocimientos ancestrales.

Administrar, mantener y desarrollar su patrimonio histórico y cultural

A practicar su propia medicina y farmacopea tradicional

A proteger los lugares sagrados para los ciudadanos de los territorios indígenas

A usar símbolos de mando que los identifiquen como Autoridades Originarias

A formular planes de desarrollo de los Territorios Indígenas y un adecuado financiamiento del Estado

A participar en la Gestión y Administración de los recursos económicos asignados a los territorios indígenas por el Estado.

A practicar formas económicas tradicionales colectivas e individuales.

Qué más puede entrar en la Constitución para que consolidemos el Nuevo Pacto Fundacional?, veamos, en nuestras fronteras tenemos familiares que son o chilenos o peruanos, o brasileños, pero estamos divididos por líneas que no lo hemos puesto nosotros los indios, pero tenemos que vivir con eso.

En el caso de Ecuador y Perú, los indios fueron convertidos en carne de cañón para ambos bandos en una guerra por territorios, en la guerra del Chaco los guaranís de Bolivia y Paraguay se mataban entre hermanos, por ello se ha desarrollado en la legislación comparada la doble nacionalidad, esto significa que a través de un convenio entre nuestros países podemos pertenecer a dos países, por que convivimos en fronteras y somos hermanos descendientes de las raíces anteriores al proceso de colonización. La formula constitucional sería la siguiente:

Art. 37 (Inclusivo)

Son Bolivianos por naturalización

Los habitantes de territorio extranjero en las zonas de frontera que acrediten pertenencia étnica colindante y hermana de las nacionalidades indígenas en Bolivia y que se expresen voluntariamente su naturalización.

Ingresemos ahora al tema espinoso y que se convierte en el asunto principal que debemos discutir en la Nueva Constitución y su Pacto Fundacional, el tema de la división del Territorio.

Diversos constitucionalistas han afirmado que nuestra división del Espacio no responde a la realidad, se choca con la realidad, pero esta sentencia es visible apenas tocamos los espacios reales en los que viven las

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nacionalidades indígenas y los que fueron impuestos en el periodo colonial y republicano, veamos:

El articulo 108 de la actual Constitución Política señala que la División Política y Administrativa de Bolivia es en Departamentos, Provincias y Cantones, recientemente se quiere introducir a las Secciones de Provincia.

Nosotros necesitamos que nuestro territorio indígena tenga pleno reconocimiento, que nuestra forma de manejar y administrar el espacio tenga reconocimiento Constitucional

este es un punto neurálgico, es un problema principal que no podemos dejar de lado.

La formula Constitucional sería la siguiente:

Artículo 108 (modificatorio)

El territorio de la republica se divide políticamente en Departamentos, Provincias, Secciones de Provincia, Cantones y los Territorios Indígenas

Esta formulación Constitucional acompaña todas las demás jurídicas, hemos llegado pues a entablar un Pacto Fundacional.

http://www.bolivia.indymedia.org/ay/2004/02/6784.shtml

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Comunicado Segundo mandato de Conamaq Consejo de gobierno de CONAMAQ,

"Ante la masacre del gobierno"

El Consejo de Gobierno de CONAMAQ , condena el genocidio ejecutado por este gobierno que esta en manos de familias que han gobernado en tiempos de las dictaduras y que ahora a nombre de la democracia , disponen todos los poderes , se reparten los cargos del Estado, negocian nuestros Recursos Naturales como el Gas ,y viven a costa de la pobreza de las mayorías.

El Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu , junto a nuestros hermanos de tierras bajas , manifestamos que los problemas que todos los sectores enfrentamos , se dan gracias a que el modelo económico neoliberal ha fracasado y el sistema se ha agotado.

Por esta razón , por un cambio total , marchamos por la Asamblea Constituyente ya el 2002, propuesta que fue aceptada por el gobierno y varios partidos políticos , pero que ha sido incumplida .

Las Autoridades Originarias del CONAMAQ y las Naciones Originarias de Karankas, Killakas, Charkas, Qhara Qhara, Soras, Ayllus de Cochabamba, Pakajis, Consaq, Kallawayas y otros, ante la MASACRE y la terquedad del Gobierno;

DECRETA.-

PRIMERO.- Levantamos el cuarto intermedio de la Marcha del mes de mayo y junio del año 2002, declarando la movilización general de los comunarios , comunarias desde sus Ayllus y Markas, desde el día lunes 13 de octubre , para la concentración de todas las Naciones Originarias, en la ciudad de Oruro, el jueves 16 del presente mes.

SEGUNDO.-Llamamos a la unidad de todos los sectores sociales : comerciantes, transportistas, maestros, estudiantes, mineros, policias, militares, artesanos, cívicos, constructores, empleados, obreros, a

todos los aymaras , quechuas, originarios a sumarse a la Gran Marcha, desde la Marka de los Urus: ciudad de ORURO, rumbo a Chukiyawu Marka: ciudad de La Paz, para que se instale la Asamblea Nacional Constituyente.

TERCERO.- El CONAMAQ llama en el marco de la Unidad de las Naciones Originarias de tierras altas y tierras bajas y los sectores sociales , A CONFORMAR UNA COMISION NACIONAL PARA INSTALAR LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE, por la Reconstitución de nuestros territorios, el cambio del modelo económico , los poderes del Estado corrupto y masacrador y además por el rechazo a la venta de nuestros Recursos Naturales como es el Gas, y tener seguridad y soberanía alimentarias.

CUARTO.-Frente al genocidio , masacre de aymaras, quechuas en los Ayllus de Pakajis ( Warisata, Sorata ), y en El Alto, por parte del Estado colonial y asesino, INSTRUIMOS asimismo, EL CONTROL TOTAL DE LOS TERRITORIOS DE LOS AYLLUS Y MARKAS DEL QULLASUYU, hasta lograr las determinaciones tomadas en Ururu Marka, la ciudad de Oruro los días 11 y 12 de octubre de 2003.

POR LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Consejo de gobierno de CONAMAQ

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4.2.2 Demandas Sectoriales en torno de la Asamblea Constituyente y Tierra-territorio

Constituyente ¿paz para los ayllus?: Los cambios después de octubre

Carrasco, Mauricio

Sur de Oruro/ Norte de Potosí

Tres ayllus estuvieron enfrentados en una guerra privada durante 175 años. Están en paz desde 2000, pero las causas del conflicto no han sido superadas y el enfrentamiento se mantiene latente. Hoy ha aparecido una esperanza; la Asamblea Constituyente, que se ha convertido en su objetivo común.

El viento sopla en la estepa altiplánica y golpea el rostro pétreo de cientos de campesinos aymaras que, en silencio marchan a la guerra.

Como lo hicieron sus ancestros, desde hace mas de siglo y medio repiten el ritual como si en estas soledades el tiempo se hubiera detenido.

Los más jóvenes se cubren las cabezas con monteras de cuero de oveja que tienen la exacta forma del casco del conquistador español; mientras los viejos prefieren el ch'ullo, un gorro tejido en lana de alpaca.

Sobre los hombros cuelgan sus chuspas que se mecen suavemente alcompás de la caminata y donde cargan la hoja de coca, amarros de cigarrillos caseros y el cocaul, alimento preparado por sus mujeres.

Las popas armas que tienen que sus abuelos utilizaron en la Guerra del Chaco y las que el gobierno entregó a los campesinospara Imponer la Reforma Agraria de 1952— brillan con los primeros rayos del sol. En un orden perfecto en masas compactas, marchan de a uno en una línea de batalla de un casi un kilómetro de extensión.

Llegan a su objetivo atravesando la árida estepa en el crepúsculo del día segundo del año nuevo aymára. Quienes no cuentan con armas cargan palos. piedras y hondas para librar la última gran batalla después de 178 anos de lucha (la misma edad de la República).

LISTOS PARA EL ATAQUE

Su enemigo quechua está en una aldea llamada Pisajtapa, cruzando la invisible línea fronteriza que los divide separa y enfrenta y que esta rodeada de altas montañas y de una arcilla arenosa las mujeres usan para lavar

La pelea no se improvisa Los más jóvenes que comandan el ataque, aplican las estrategias que aprendieron en los cuarteles. Apelan a una táctica de encubrimiento y crean cortinas de humo quemando la paja brava y dejando corredores expeditos para la

huida. Todas estas técnicas las aprendieron durante su Instrucción militar, y las aplican en cada una de sus Incursiones.

De acuerdo con fuentes militares, los hombres que vienen de esta parte del altiplano son los melones soldados.

Los escuadrones están conformados por entre 12 a 15 comunarios y su misión dentro del campo de batalla es específica. Los grupos de choque, que son los primeros en Ingresar a la batalla, están armados.

LA TRAGEDIA

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En la comunidad laymi, un disparo derriba a un comunario que se disponía a llevar a pastar a sus ovejas en los albores de esa ex-traña jornada.

Los viejos mauser escupen su mortal veneno y provocan las primeras balas entre los habitantes de la pequeña aldea. Exhausto un contingente de guerra qaqachaka, Ingresa otro en el campo de batalla y el combate cuerpo a cuerpo se torna interminable.

Después de seis horas de re-friega. la incursión concluye con 22 muertos, 87 heridos y una aldea de pequeñas casas de adobe y techo de pala Incendiada. Los vencedores se llevan mujeres y ganado y dejan atrás un campo de desolación y muerte.

Un niño laymi (llora junto al cuerpo de su padre, muerto en el Inicio del combate; su

gente no lo oye. Funcionarlos del Ministerio de Justicia llegaron días después a la aldea y trataron de encontrar un hogar para el niño, un huérfano más de la guerra de ayllus más pobres del país. Sin embargo, cuando se halló una familia dispuesta a acogerlo, la comunidad hizo conocer su sentencia: "Si hu-biera sido niña, la entregábamos, pero como es hombre, tiene que quedarse para vengar a sus padres".

Fue siempre así. Este ataque de junio de 2000 repite una larga historia de enfrentamientos en la línea fronteriza entre los ayllus quechuas del norte de Potosí (laymis y jukumanis) y los aymaras del sur de Oruro (qaqachakas) en una guerra donde no existen los héroes y sólo puede hablarse de sobrevivientes.

INTERPRETACIÓN DE LA GUERRA

Esa guerra silenciosa de ayllus, donde el Estado rara vez Interviene para imponerla paz, es entendida por los estudiosos como la práctica del ch'axwa, una práctica guerrera para aniquilar al adversario mediante instrumentos y métodos ancestrales o modernos y cuyos orígenes se Incuban con la creación y la consolidación de la República, en 1825.

Con la fundación se crearon divisiones políticas que atentaron contra los dominios jurisdiccionales de los ayllus, que controlaban y utilizaban territorios discontinuos entre las altas tierras de pastoreo y los valles de las cordilleras Interandinas.

Según un estudio militar, los combates entre qaqachakas y laymis datan desde 1830,

cuando se enfrentaron por primera vez. Desde entonces utilizan estrategias de alianza inter-ayllus con el fin de potenciarse numéricamente, ejercer una efectiva presión sobre el enemigo y recuperar el que consideran su territorio.

Yen el tiempo —recuerda el ex ministro de justicia Luís Vásquez— el conflicto fue alimentado por la falta de la delimitación de tierras, por la pobreza y por los deseos de venganza.

Las batallas duran semanas, sin tregua ni perdón. Se despedazan por vengar agravioso disputando pedacitos de tierra estéril. en estas altas soledades adonde fueron reducidos desde tiempos antiguos.

GUERREROS ANCESTRALES

Durante el periodo incaico esas naciones aymaras y quechuas formaron parte del ejército profesional del Inca y, comprobada su habilidad guerrera, participaron activamente en la conquista de los pueblos chiriguanos en el Chaco boliviano.

Los conquistadores españoles intentaron someterlos para obligarlos a trabajar en las minas de Potosí, pero tragaron el polvo de la derrota.

En el siglo XX, el 80 por ciento de los combatientes que pelearon en la Guerra del Chaco eran oriundos de Oruro, Potosí y La

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Paz. Los pueblos laymis. jukumanis y qaqachakas acudieron masivamente al llamado del Ejército.

Desde la desmovilización de las tropas bolivianas, las comunidades obligan a sus jóvenes a prestar servicio militar como condición para aceptarlos plenamente.

Según estudios castrenses, los laymis y jukumanis prestan su servicio en Uncía, en el Batallón de Infantería Andina XXI, dependiente de la Tercera División de Ejército con asiento en Potosí. Los qaqachakas lo hacen en el Regimiento Rangers de Challapata. dependiente de la Segunda

División Andina del Ejército, que está acantonada en Oruro.

Es en los cuarteles donde es-tos pueblos perfeccionan sus tácticas militares para aplicarlas en su guerra privada, en una zona donde la mortalidad infantil es la más alta del continente, al igual que el analfabetismo.

La tasa de mortalidad infantil latinoamericana es de 36 por cada mil nacidos vivos y la nacional es de 66. Pero en Caripuyo, que se encuentra en medio del territorio en conflicto, la tasa es de 177 muertes por cada mil naci-dos vivos.-el analfabetismo ronda el 90 por ciento y la expectativa de vida es de 50 años.

TECNICAS GUERRERAS

' En los últimos años se advirtió un avance en el conocimiento de la guerra y el perfeccionamiento en las tácticas que utilizan los ayllus en su contienda.

El armamento que poseen está disperso en todo el territorio de operaciones. La mayor parte son fusiles máuser de la Guerra del Chaco (1932-1935) que los campesinos no entregaron terminado el conflicto. En su servicio militar los jóvenes "tienen la

obligación de robar" munición de los fusiles FAL para adaptarlos a los viejos máuser.

En el último ataque del que se tiene noticia, que hemos narrado al comienzo, y que se produjo contra la población de Pisajtapa, el año 2000, muchas de las víctimas fueron torturadas y mutiladas antes de ser asesinadas.

EL LARGO TIEMPO PARA LLEGAR A LA UNIDAD

En el II encuentro sobre la Constituyente se debía crear una coordinadora. Pero, ésta tardará un poco más en nacer.

Sentados codo a codo, 250 líderes campesinos del país hablan sobre la Asamblea Constituyente en el Teatro Gran Mariscal de Sucre de la capital de la República. Saben que deben permanecer así, unidos; y lo dicen. Pero la verdad es que llegado el momento de actuar, les cuesta caminar juntos porque los escollos ideológicos, políticos, de poder y hasta personales bloquean la posibilidad de avanzar más rápido hacia la conformación de una co-ordinadora para la Constituyente.

Esto sucedió en el "II Encuentro sobre Asamblea Constituyente Participativa desde

las Bases" que se realizó del 6 al 8 de julio en Sucre, con el auspicio de Apostamos por Bolivia y la presencia de expositores invitados como Luís Fernando Verdesoto, ecuatoriano experto en constituyentes, y Ramiro Guerrero, de la Fundación Tierra-Chuquisaca.

En el escenario del antiguo teatro, el jiliri apumallku del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), Vicente Flores; el secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Román Loayza; la secretaria ejecutiva de la Federación Nacional de Mujeres "Bartolina Sisa"

EL PASADO, EL PRESENTE Y EL FUTURO

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Los pueblos originarios quieren mirar el pasado para saber de dónde vienen y observar el presente para poder construir el futuro sabiendo hacia dónde van. Esto

significa participar en la Asamblea Constitu-yente desde su identidad. Hoy buscan un nombre que pueda incluir a todos los pueblos en lugar de dividirlos.

LA UNIDAD, NO SÓLO UNA CONSIGNA

La unidad no debe ser sólo una consigna, sino una práctica. Saben que divididos y peleando por intereses mezquinos no podrán avanzar en su proyecto. Cuando las ini-ciativas vienen de afuera del movimiento indígena, los proyectos propios fracasan. Otra amenaza viene de quienes compran dirigentes para sembrar la división.

(FNMCB "BS"), Nemecia Achacollo; y el secretario general de la Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia (CSCB), Alejandro Apaza, llevaron adelante el encuentro cuya meta era conformar una coordinadora para la Asamblea Constituyente y consensuar un documento que fijara su posición sobre ese importante proceso de reforma constitucional, tomando como base otro aprobado en su primer encuentro na-cional en Vinto (Cochabamba). Por el

momento, ambos objetivos continúan esperando sobre la mesa del consenso.

El segundo día y cuando todo hacía suponer que se conformaría la coordinadora, ésta no nació porque Conamaq explicó que no podía firmar un acuerdo en ese momento. Primero debía consultara la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), debido a que con ésta ya había creado el 17 de febrero de este año la Comisión Nacional de la Asamblea Constituyente. Algunos de los líderes de las otras organizaciones subieron al escenario, con el fin de convencer a Conamaq sobre la urgencia de crear de una vez una coordinadora. El consejo de ayllus y markas insistió en que no podía borrar con el codo lo firmado ¿on la mano. Pero, eso no significa que no pretenda firmar.

SOBERANÍA CULTURAL, ECONÓMICA Y POLÍTICA

La pobreza es resultado del saqueo de los recursos naturales. Por eso, quieren soberanía económica, política y cultural y también en la forma en que se relacionan con

las iglesias, ONG y, en general, con la comunidad internacional. En ese sentido, creen que, por ejemplo, las iglesias deberían ser más liberadoras que evangelizadoras.

UN MODELO ECONÓMICO SOLIDARIO

Se exige un modelo económico similar al de los ayllus, diferente al occidental porque es solidario complementario e integral, mientras el otro es explotador, depredador y excluyente. Esto en función de una distribución equitativa y de la defensa y unión

con la Pachamama. Los pueblos originarios no dejarán de luchar por la tierra y territorio,

Tres momentos del II encuentro sobre la Constituyen realizado en el Teatro Gran Mariscal de Sucre.

SOBERANÍA CULTURAL, ECONÓMICA Y POLÍTICA

La pobreza es resultado del saqueo de los recursos naturales. Por eso, quieren soberanía económica, política y cultural y también en la forma en que se relacionan con las iglesias, ONG y, en general, con la

comunidad internacional. En ese sentido, creen que, por ejemplo, las iglesias deberían ser más liberadoras que evangelizadoras.

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4.3 Organizaciones indígena-campesinas de las tierras bajas

4.3.1. Organizaciones Indígeno Campesinas

Los Sin Tierra apuntan a la Asamblea Constituyente Jacqueline Montes, enviada especial de La Razón a Yacuiba

El congreso orgánico del Movimiento Sin Tierra, realizado en Yacuiba, fue más allá de la definición del método que les permitirá a sus miembros acceder a propiedades agrícolas, como se anunció a principios de semana. En el sur del país, la organización empezó a constituir un bloque político que apunta a la Asamblea Constituyente y amplía su agenda política.

El Movimiento Sin Tierra, que hasta el miércoles era sólo dirigido por ángel Durán, sumó fuerzas con la confederación de campesinos de Felipe Quispe y la Central Obrera Regional de El Alto, para oponerse a la venta de gas por Chile y rechazar la vigencia del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Vladimir Machicao, dirigente Sin Tierra de Yungas, informó que el congreso del sector definió que el referendo del gas ya no tiene sentido, porque las movilizaciones sociales ya manifestaron su decisión en octubre del 2003, razón por la cual "directamente hay que pasar a la Asamblea Constituyente".

En suma, el evento de los Sin Tierra ratificó el bloqueo que empezó a gestarse en el cabildo abierto realizado a principios de mes en Collana, La Paz.

Además, el congreso, en el que participaron más de 500 dirigentes regionales, departamentales y nacionales, conformó un cuerpo colegiado, a diferencia de una

estructura vertical, lo que quiere decir que todos los dirigentes tienen la misma capacidad de decisión para lograr la distribución de tierras. Pero eso no quiere decir que cada uno tome definiciones al margen del congreso nacional.

Quienes ignoren las decisiones colegiadas serán sancionados incluso con la expulsión, dijo el dirigente Machicao.

En ese marco, se decidió aceptar el plan de ángel Durán para dar prioridad al diálogo como mecanismo para obtener tierras, en lugar de la ocupación ilegal. Por otro lado, Durán —ahora un dirigente colegiado— indicó que los Sin Tierra del país esperan que el Gobierno agilice el proceso de saneamiento de tierras, pero que no cederán en su posición de que la Ley INRA sea modificada para agilizar el proceso de distribución de tierras, evitar el latifundio y erradicar la burocracia en el proceso.

"Las últimas propiedades ocupadas, la Posada del Inca, en la provincia Omasuyos, y la hacienda de Hugo Carvajal, en el Chaco, serán desocupadas en cuanto los dirigentes comuniquen las decisiones a sus bases", dijo Durán.

También se creó el brazo económico del MST. Todos los miembros del Movimiento deberán pagar Bs 10 para sostener a la organización, pero además se creará la Asociación de

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Productores de Bolivia, la que tendrá como miembros a los que dejan de ser Sin Tierra.

El brazo económico tiene el objetivo de evitar que el Movimiento Sin Tierra sucumba a la ayuda del Gobierno.

El dirigente Durán informó también que el Movimiento Sin Tierra de Brasil trabajará con sus similares de Bolivia, como efecto de un primer acuerdo que surgió en el Encuentro Social realizado en la ciudad de Santa Cruz, en noviembre de 2003.

Continuamos la marcha por la tierra, los hidrocarburos y la asamblea constituyente.

Los indígenas, campesinos, colonizadores, los trabajadores asalariados del campo y los sin tierra, unidos en el Bloque Oriente, efectuamos la marcha en defensa de nuestros derechos y de los intereses nacionales. Durante seis meses esperamos que el nuevo gobierno de Carlos Mesa reencauce el proceso agrario distorsionado a favor de los terratenientes e impulse de esta forma una verdadera reforma agraria, y que se nos tome en cuenta en los temas nacionales como la nueva Ley de Hidrocarburos, el Referéndum Vinculante y la Asamblea Constituyente.

Nunca nos negamos a dialogar con este gobierno. Planteamos propuestas sobre todos estos temas en varias instancias de negociación departamental y nacional. Asistimos a esos diálogos con la esperanza de encontrar allí, soluciones pacíficas y legales a los problemas. Pero esto no fue correspondido por el gobierno que, justamente cuando estábamos reunidos en la Comisión Agraria Departamental de Santa Cruz, negociaba a puertas cerradas un acuerdo con los terratenientes representados por la CAO, firmando el 5 de abril pasado un convenio que es atentatorio a la legalidad agraria.

Hoy el INRA en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija sigue cuoteado, la judicatura agraria sigue fallando inconstitucionalmente a favor de los terratenientes, siguen vigentes varias disposiciones favorables a los latifundistas aprobadas en el gobierno de Sánchez de Lozada, el proyecto gubernamental de nueva ley de hidrocarburos no recupera efectivamente la propiedad de esos recursos para los bolivianos, tampoco incluye los derechos indígenas y campesinos, la Asamblea Constituyente y el referéndum están amenazados de postergarse o no realizarse.

El país debe saber que no hemos sido nosotros los que causamos el conflicto, la opinión pública debe saber que los culpables son los que acaparan tierras y poder, manipulando a un gobierno para que actúe injustamente.

Nuestra marcha pide:

1.- TIERRA Y TERRITORIO

Desalojando inmediatamente a los que han sido declarados ilegales en el proceso de saneamiento y que persisten en despojarnos de nuestras tierras.

Titulando nuestras tierras y territorios en toda su extensión sin recortes, y frenando el tráfico ilegal de tierras a favor de extranjeros.

Anulando el convenio suscrito entre el gobierno y la CAO el 5 de abril que atenta contra la legalidad vigente.

Anulando los Decretos Supremos 27024 y 27145, así como exigiendo al parlamento la derogación de la Disposición Adicional Segunda de la Ley 2493, por ser todas esas normas, anticonstitucionales y favorables a madereros y acaparadores de tierras, al exonerar del pago de patentes en la totalidad de la superficie de la concesión forestal, reprogramando deudas en plazos exagerados y substituyendo el trabajo, como fundamento de la propiedad agraria por promesas de

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trabajar la tierra (Plan de Ordenamiento Predial, POP)

Comprometiendose el gobierno a no aprobar nuevos decretos que atenten contra nuestros derechos.

Erradicando la corrupción y el tráfico de influencias del INRA y del Tribunal Agrario Nacional, reestructurando estas instituciones

y sancionando a tollos los que están parcializados con los acaparadores de tierras.

Atendiendo las demandas justas de acceso y titulación para quienes no tenemos tierras y revirtiendo las tierras ilegalmente adquiridas.

Aprobando el Decreto Supremo que reglamenta el "Trabajo Asalariado del Campo", postergado desde el año 1999.

2.- RECUPERACION DE LOS HIDROCARBUROS PARA LOS BOLIVIANOS

Garantizando la restitución de la propiedad estatal de los hidrocarburos al patrimonio nacional, pues el Gas y el Petróleo deben servir para nuestro desarrollo del país y no para enriquecer a poderosas transnacionales.

Incorporando en la Ley de Hidrocarburos, los derechos colectivos indígenas y originarios reconocidos en el Convenio 169 de la OIT, ratificado mediante la Ley 1257. También la nueva norma debe garantizar la protección del medio ambiente.

3.- REFERENDUM VINCULANTE SOBRE LA POLITICA ENERGETICA

Garantizando que las preguntas deben estar orientadas a: El régimen de propiedad y control efectivo de los hidrocarburos por el Estado boliviano y la relación con la inversión privada,

El rol de YPFB como empresa estratégica nacional en toda la cadena productiva de los hidrocarburos.

4.- ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Concertando con la sociedad civil y organizaciones sociales de base los contenidos de la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente; Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas como instancias de representación popular y Ley de Iniciativa Legislativa Ciudadana.

Manifestando su voluntad política para otorgar documentos de identidad para los indígenas y campesinos, pues sin ellos no podremos participar en el Referéndum Vinculante ni en la elección de los constituyentes.

5.- DESARROLLO PRODUCTIVO

Creando un fondo de incentivo a la producción indígena campesina y abriendo mercados a nuestros productos, pues los pueblos indígenas y originarios. así como

las comunidades campesinas somos parte de este país y estamos cansados que los apoyos, financiamientos e incentivos sigan siendo sólo para los grandes empresarios.

El gobierno hasta ahora no ha respondido a estas demandas. Pareciera que sólo tiene oídos para escuchar a la CAO, a la CAINCO o

a la llamada "media luna". Ellos no son el Oriente, el Oriente somos nosotros, a los que

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nunca esa dirigencia elitista nos ha consultado para hablar a nuestro nombre.

Seguimos con la convicción de que es necesario continuar con nuestra marcha y

con las medidas que sean necesarias en adelante, con todas sus consecuencias que serán de responsabilidad del poder ejecutivo.

Nueva Belén, 5 de mayo de 2004

FIRMAN:

Pueblos Indígenas de Santa Cruz:

Organización Indígena Chiquitana y sus Centrales Intercomunales

CICC, CIPSJ, CICOL. CIBAPA, CICHIPA. CIRPAS. CICHGB; CCISM, ACISARV; la CANOB (Central Ayorea Nativa del Oriente Boliviano): la Central Inter- Étnica de Ascensión de Guarayos (CIEA), la Central Comunal de Urubichá (CECU), la Central Indígena de Mujeres Guarayas (CMIG Ascensión) y el Consejo de Pueblos Yuracaré Mojeños (CPIM), todos miembros de la Coordinadora de Pueblos Étnicos de Santa Cruz (CPESC);

Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Santa Cruz de la Sierra (FSUTC SC)

Movimiento Sin Tierra de Santa Cruz y del Gran Chaco,

Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa de Santa Cruz,

Federación Departamental de Colonizadores de Santa Cruz,

Federación Especial de Colonizadores San Julián,

Central Departamental de Trabajadores Asalariados del Campo

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Bolivia: Los indígenas del oriente y la Asamblea Constituyente

Edgar Ramos Andrade

Ante el cómplice el silencio de la "gran prensa nacional" y la apropiación indebida del debate mediático pro Constituyente por parte del caduco sistema de partidos que llevaron al país al estado de cosas actual, los indígenas del oriente boliviano discuten en "debates hormiga" y de base la nueva configuración del Estado boliviano, incluyente e inter-cultural.

CONCEPCIÓN, Santa Cruz (29-03-2004).- Los indígenas de Bolivia comenzaron a discutir los procedimientos y el contenido de lo que debatirá la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) pese a que la "gran prensa nacional" conoce y difunde muy poco (casi nada) de estas discusiones.

Pero la discusión no es reciente. Hace 14 años, los movimientos indígenas de las tierras bajas bolivianas (Amazonía, Oriente y Chaco) comenzaron una serie de movilizaciones nacionales que fueron acompañadas por sus pares del occidente, los quechuas y aymaras.

Y no fueron pocas esas movilizaciones. Hubo cuatro marchas entre oriente y occidente, atravesando selva, monte, ríos y caminos de herradura además de montañas de más 5.000 metros de altura para llegar a La Paz, donde los "ilustres colegios de abogados" alegaban que el pedido de los indígenas, de convocar a una Asamblea Constituyente, era ilegal e inconstitucional (¿?) como recuerda el diputado chiquitano José Bailaba, ex presidente de la Central Indígena de Comunidades de Concepción (CICC) en la provincia Ñuflo de Chávez.

Aquí en Concepción --donde las calles son de tierra colorada pero que no levanta polvo y las veredas son de pasto-- los chiquitanos de la CICC recuerdan que los indígenas fueron marginados desde siempre. "Nuestros padres y abuelos estaban prohibidos de hablar nuestra lengua, el besïro en las escuelas; si lo hacían recibían buenas palizas. Ahora la queremos recuperar pero este proceso es dificultoso", señala Juan Pinto, presidente del CICC-Concepción.

Pero ¿cuándo se realizaron esas marchas pro-Constituyente? ¿Qué resultados tuvieron?

CUATRO MARCHAS INDÍGENAS

La primera fue en 1990, recuerda un tríptico de la Coordinadora de Pueblos Étnicos de Santa Cruz (CPESC). La denominada "Marcha por el Territorio y la Dignidad" comenzó por iniciativa del pueblo Mojeño, en Trinidad, llegó a La Paz para sorpresa de mucha gente, aunque el recibimiento del poder político y el gobierno -- por entonces conducido por el Acuerdo Patriótico (MIR-ADN)-- fue poco menos que demagógico.

El logro de esa marcha fue, según el CPESC la aprobación de un Decreto Supremo que reconocía la existencia de los primeros

territorios indígenas y el reconocimiento nacional e internacional de la existencia de los pueblos indígenas de las tierras bajas. La segunda, en 1996 fue la "Marcha por el Territorio, el Desarrollo y la Participación Política de los Pueblos Indígenas" una caminata indígena-campesina de todos los pueblos miembros de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB) y comenzó en Samaipata (provincia Florida, Santa Cruz) tuvo dos logros: a) Promulgación de la Ley INRA y el reconocimiento de 33 Tierras Comunitarias de Origen (TCOs).

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El año 2000 se dio la tercera, denominada "Marcha por la Tierra, el Territorio y los Recursos Naturales" que, protagonizada por la CPESC, el pueblo mojeño del Beni y otros pueblos de la amazonía, comenzó en Montero (provincia Obispo Santiestevan, Santa Cruz) tuvo como resultado inmediato la modificación de la Ley INRA y un Decreto que reconocía oficialmente las lenguas de los pueblos indígenas de las tierras bajas.

Finalmente, en mayo de 2002 la "Marcha por la Soberanía Popular, el Territorio y los Recursos Naturales" fue una kilométrica

caminata en la que se combinaron los movimientos campesino e indígena con más de 50 organizaciones sociales; partió de Santa Cruz y llegó hasta La Paz.

La culminación de esta marcha fue un convenio con el gobierno y los partidos políticos con representación parlamentaria, que comprometieron la viabilidad de la Asamblea Nacional Constituyente, como mecanismo de reforma a la Constitución Política del Estado pero a la vez, el archivo definitivo de la "Ley de Apoyo al desarrollo Sostenible".

RESULTADOS Y PERSPECTIVAS

Que se recuerde, las cuatro marchas que interpelaron a los poderes públicos fueron pacíficas. No hubo enfrentamientos aunque sí una inmensa movilización social de base porque fueron comunarios chiquitanos, ayoreos, mojeños, guarayos, guaraníes y otros a los que se sumaron los quechuas y aymaras los que protagonizaron esas kilométricas caminatas que comenzaron a acuñar un término nuevo: Tierra Comunitaria de Origen (TCO) que luego derivó en una retardada serie de trámites de legalización de derecho propietario de tierras, que hasta hoy no concluyen en la mayoría de los casos.

Sin embargo, el obsoleto sistema político instalado por entonces en el poder (1990, primera marcha) no escuchó ni captó el mensaje de los indígenas, como no escucha a los sectores sociales mayoritarios del país: Jubilados, pequeños prestatarios y otros. Ese conjunto de partidos que se rotan en el poder, hasta hoy, han demostrado estar al servicio de otro grupo de interés económico muy fuertes en una combinación entre capitales nacionales pero mayoritariamente extranjeros.

Pero también se demostró que el pacifismo solo no pudo abrir el cerrojo de la sordera de los poderes públicos. Cuatro marchas y 13 años de pedidos continuos no fueron tomados en cuenta y tuvo que ser, otra vez la tragedia la que se interpusiera y obligara al poder a ceder. Eso ocurrió en octubre de 2003, cuando los indígenas aymaras y quechuas, sumados a los mineros y los degradados ciudadanos alteños obligaron (genocidio de por medio) a fugar del país al entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR). Sin octubre, no estaríamos hoy discutiendo la Constituyente.

Peor aún, ese sistema caduco de partidos y sus mentores y ejecutores que no escuchó a los indígenas, se apropió de todo el mecanismo de preparación mediática de la Asamblea Constituyente: Delegados presidenciales, comisiones gubernamentales o parlamentarias apoyadas por mucho dinero de la cooperación internacional y de las organizaciones no gubernamentales internacionales (ONGIs).

¿QUÉ HACER?

Mientras se da esa actitud pirática de apropiación casi indebida del debate mediático pro-Constituyente, los indígenas

discuten lo que será la Asamblea en medio de dos grandes carencias: 1) Falta de mayor capacitación de líderes indígenas

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especialmente de base en los casi 40 pueblos indígenas del país que representan al 62 por ciento de la población del país, según el Censo de Población de 2001. 2) No se cuenta con recursos financieros para la parte logística que involucra el traslado de miles de dirigentes desde comunidades lejanas y que deben atravesar selva, ríos, caminos de herradura o simples sendas para llegar a los lugares de debate.

Pero la discusión está planteada. Los indígenas orientales, aglutinados en la CIDOB están bastante adelantados en este debate de base. Chiquitanos (OICH), guaraníes (APG), mojeños benianos (CPIB), tacanas y

otros paceños (CPILAP), pandinos (CIPOAP), matacos (ORCAWETA), indígenas cruceños (CPESC) y los del trópico cochabambino (CPITCO) tienen cronogramado una serie de debates que culminarán en mayo de este año.

El debate es silencioso para la prensa nacional pero muy nutrido y rico para los dirigentes de base y los mismos comunarios. De esos debates saldrá la nueva configuración del Estado Boliviano, Inter.-cultural y que incluya --179 años después de la fundación de la "República"-- a indígenas, originarios y campesinos.

http://www.rebelion.org/internacional/040416andrade.htm

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Indígenas del “Bloque Oriente” iniciarán protesta a fin de mes Santa Cruz.- Los campesinos agrupados en el llamado Bloque Oriente se declararon en estado de emergencia y anunciaron que realizarán movilizaciones de protesta desde el 30 de agosto, por incumplimiento gubernamental sobre lo establecido en el acuerdo firmado el 5 de mayo en la capital cruceña.

Los trabajadores del agro sostuvieron que protestarán también con la toma de pozos petroleros y el bloqueo de caminos para rechazar al anteproyecto de la Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente que se pretende aprobar en el Parlamento Nacional.

“Rechazamos la norma porque no garantiza una directa y efectiva participación de los pueblos indígenas, originarios y campesinos en la Asamblea Constituyente. Las modalidades de elección de los asambleistas propuestas vía circunscripciones departamentales y uninominales no responden a la realidad multiétnica y pluricultural del país, por lo que no se respeta el artículo 1 de la Constitución Política del Estado”, aseveró el dirigente Benigno Vargas.

El representante de los campesinos mencionó que entre las demandas del sector están la inmediata titulación de las Tierras Comunitarias de Origen (TCO), luego de que sean concluidas todas las etapas del saneamiento y los procesos de terceros ante el Tribunal Agrario Nacional.

Asimismo, dijo que los campesinos piden la entrega de terrenos para las comunidades campesinas sin tierras de la provincia Gran

Chaco, con la emisión de las resoluciones de dotación respectivas.

Los comunarios exigen, además, que sea emitida la resolución administrativa de la Superintendencia Forestal para la caducidad de las concesiones forestales que no hayan cumplido con el pago de patentes en los plazos y condiciones establecidas por la ley.

Por otra parte, Vargas sostuvo que el sector demanda también la Institucionalización del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), las direcciones departamentales y la Judicatura Agraria, así como la creación de un mecanismo de control y fiscalización social con poder de decisiones.

Asimismo, los trabajadores del agro solicitan la creación de un fondo de incentivo a la producción de indígenas, campesinos y originarios con un monto de arranque de 100 millones de dólares.

“Pedimos la entrega de los informes definitivos de la Evaluación Técnico Jurídico del predio ‘La Luna’ , en los que se dispone la improcedencia de la titulación y el desalojo inmediato de su actual detentor”, añadió.

El representante mencionó que los campesinos demandan, asimismo, la incorporación en la Ley de Hidrocarburos de un capítulo que establezca los derechos de los pueblos indígenas a la participación, consulta y compensación por los impactos ambientales y sociales de la explotación de las industrias extractivas en las tierras originarias.

http://eldiario.net/noticias/nt040826/5_01nal.html

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Comunicado de organizaciones populares: Las razones de la lucha campesina e indígena en Bolivia

28 de enero del 2003

Rebelión

En momentos en que el país se debate en una ambiente de violencia por la decisión gubernamental de acallar por la fuerza los reclamos de la población, las organizaciones indígenas y campesinas de Santa Cruz y tierras bajas, luego de una profunda reflexión conjunta, expresamos al Gobierno y a la opinión pública general nuestras conclusiones.

Las acciones de hecho en que sucesivamente incurrimos los sectores sociales rurales son determinadas por la actitud intransigente y excluyente de los gobiernos de turno, en dirección a garantizar los privilegios de unas cuantas familias dominantes y repartirse las riquezas que nos pertenecen a todos los bolivianos. Las instituciones estatales, cuoteadas siempre entre los partidos de gobierno, niegan en la práctica los derechos establecidos para campesinos, indígenas y originarios.

El reconocimiento de nuestros derechos nunca ha sido producto de un diálogo espontáneo ni de una política de Estado, pues siempre hemos tenido que recurrir a medidas de presión. Los campesinos y originarios del altiplano y los valles tuvieron que levantarse en la Revolución de 1952 para acabar la servidumbre, conquistar su derecho a la tierra y revertir el latifundio. Pero mientras esto se hacía en las tierras altas, las tierras bajas fueron repartidas a las familias y amigos de las sucesivas dictaduras y gobiernos. La alta concentración de tierras y el origen corrupto de los latifundios tuvieron que ser reconocidos recientemente por el propio INRA, pero en los 6 años de vigencia de la Ley que ordena revertirlos, esta institución y los poderes del Estado han hecho todo lo posible para que no sean revertidos: Convenios con los empresarios, normas técnicas, proyectos de Ley, decretos supremos y fallos judiciales. Y a nuestra demanda de reinstitucionalizar el INRA para que se pongan límites a su actuación prebendaria y corrupta, la respuesta que hoy

estamos recibiendo es el traspaso de todos los cargos al partido de Gobierno.

Las marchas indígenas del 90 y del 96 obligaron al reconocimiento de las Tierras Comunitarias de Origen, pero hasta ahora sólo se ha titulado una mínima parte de las mismas, a pesar de los millones de dólares donados por la Cooperación Internacional para este fin, y a los campesinos no se les ha titulado nada. Y cuando indígenas y campesinos reclamamos las tierras a que tenemos derecho, la respuesta es la violencia de manos de los terratenientes o de la represión oficial. Así, además de la extrema pobreza y la falta de tierras, cargamos con las muertes, las amenazas, las torturas y las detenciones arbitrarias, mientras para los asesinos y traficantes de tierras no hay Gobierno ni poder judicial que los detenga, como se ha visto con la masacre de Pananty.

Nuestras manifestaciones pacíficas como las marchas del 2000 y 2002 y muchas otras movilizaciones sociales reclamando participación y la vigencia de derechos, no son atendidas porque los partidos políticos que alternativamente ocupan el poder, se niegan a cualquier reclamación que pueda afectar sus intereses o permitir una verdadera democracia. La demanda de una inmensa mayoría para que se incorpore la participación social en una Asamblea Constituyente no sujeta al monopolio de los partidos políticos, es un buen ejemplo: A tan sólo un mes de que los partidos suscribieran un acuerdo con nuestras organizaciones para acordar el proyecto de reforma constitucional, a instancias del actual Gobierno, se aprobó una Ley de Necesidad que constitucionaliza la exclusión, esta vez de los representantes sociales en el Parlamento. A más de 35 parlamentarios indígenas, campesinos y originarios elegidos por el voto popular se les deja por fuera de las decisiones con el rodillo de los partidos de Gobierno, que ni siquiera escuchan sus propuestas.

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En esta democracia no se dialoga con los sectores sociales si no es bajo medidas de presión. La propia marcha de los ancianos jubilados fue primero reprimida y tuvo que correr la sangre de 9 de ellos en el accidente de tránsito a que los sometió el Gobierno, para que éste escuchara sus demandas. Igual pasó hace dos años con la reclamación por el agua de sectores rurales y urbanos de Cochabamba. En esta democracia la tierra, el gas, los bosques y hasta las aguas, que nos pertenecen a todos, los reparten y negocian

unos cuantos a espaldas del país, dejando a la mayoría de la población en el desamparo.

Es por eso que una vez más nos vemos obligados a salir a las calles, caminos y carreteras a recordarle al Gobierno y al país entero que las movilizaciones no son por siglas político partidarias ni por el capricho de convulsionar el país, sino para que se resuelvan nuestros problemas más esenciales. Para esto nos movilizamos y para exigir que paren la represión, las balas, las detenciones arbitrarias y la exclusión.

Las organizaciones abajo firmantes, proponemos:

1. GRAN DEBATE NACIONAL. Previa concertación de las condiciones debe realizarse un debate nacional, abierto y transparente, televisado en directo, sobre GAS e HIDROCARBUROS, CAPITALIZACIÓN y ALCA. Todos los bolivianos tenemos derecho a conocer y opinar sobre lo que ha pasado y se proyecta para el futuro con las riquezas que nos pertenecen a todos los bolivianos. Las decisiones sobre los recursos estratégicos no pueden seguir siendo adoptadas por unos cuantos políticos que sin importarles las condiciones de pobreza y marginación en que nos encontramos la inmensa mayoría, se lucran con grandes negociados vaciando nuestras riquezas. El país tiene que conocer también las condiciones del posible ingreso al Tratado de Libre Comercio, y las repercusiones que esto traería para la economía y la soberanía nacional antes de que se tome cualquier decisión.

2. MESA DE CONCERTACIÓN NACIONAL. Bajo la mediación de la Iglesia, instalar una Mesa de Concertación para llegar a acuerdos sobre los siguientes temas:

a. ASAMBLEA CONSTITUYENTE. No solo no se ha atendido el reclamo de la masiva movilización de mayo y junio pasados y el acuerdo suscrito, sino que la Ley de Necesidad aprobada consolida la exclusión de los sectores indígenas, campesinos y originarios que en diferentes partidos lograron ingresar al escenario político.

b. TIERRA Y TERRITORIO: Es necesario resolver de una vez la reversión de los latifundios y la dotación de tierras a indígenas y campesinos, antes de consolidar concesiones y repartir más tierras a los

traficantes, madereros y barraqueros por vía de normas técnicas y resoluciones administrativas. La despolitización del INRA es urgente para que pueda sanearse la corrupción que ha acompañado durante los últimos 50 años la distribución de tierras. También tiene que empezarse a aplicar el derecho que tenemos a la consulta, participación y concertación de las decisiones que nos afectan, de acuerdo con el Convenio 169 de la OIT.

c. POLÍTICAS ECONÓMICAS Y SOCIALES. Las medidas que dice tener el Gobierno para la reactivación económica deben ser concertadas con todos porque a todos nos afectan y deben incorporar la promoción del desarrollo productivo y la economía campesina. También debemos hablar sobre la Estrategia de Reducción de la Pobreza porque no puede ser que mientras ésta se ejecuta con gran publicidad, la pobreza siga creciendo en cifras alarmantes, como lo demuestra el informe de Naciones Unidas.

d. JUSTICIA. No puede ser que la justicia sólo opere para servir a los partidos y sectores dominantes y para garantizar la impunidad de las injusticias que se comenten contra nuestros pueblos, comunidades y ciudadanos. El Poder Judicial tiene que ser despolitizado para garantizar su independencia, eliminar la corrupción y lograr un mínimo de imparcialidad.

e. COCA. El problema de los cocaleros, aunque el Gobierno quiera ocultarlo bajo argumentos de lucha política o de narcotráfico, es un problema real de los sectores campesinos y del país, y como tal

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debe ser resuelto en un diálogo abierto, bajo criterios de dignidad y soberanía nacional.

f. ERRADICACIÓN DE LACORRUPCIÓN. La corrupción es el peor mal que afecta a nuestro país y se vive en todas las instancias del Estado, en la definición de las políticas y

de las normas. Una real estrategia contra la corrupción debe partir de la despolitización de las instituciones del Estado y no de su ocupación por el partido de Gobierno, lo que justamente está sucediendo ahora con el INRA.

ANUNCIAMOS QUE EN LOS PRÓXIMOS DÍAS INICIAMOS MOVILIZACIONES DESDE NUESTRAS COMUNIDADES Y REGIONES

EXIGIMOS RESPETO POR LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y LAS GARANTÍAS CONSTITUCIONALES DE TODOS LOS CIUDADANOS, Y QUE CESE LA REPRESIÓN

Santa Cruz de la Sierra, 24 de enero de 2003

COORDINADORA DE PUEBLOS ETNICOS DE SANTA CRUZ (CPESC),

CENTRAL DE PUEBLOS ETNICOS MOJEÑOS (CPEM-BENI),

FEDERACIÓN DE MUJERES CAMPESINAS - BARTOLINA SISA - SANTA CRUZ,

FEDERACIÓN SINDICAL UNICA DE TRABAJADORES CAMPESINOS DE SANTA CRUZ;

CENTRAL DEPARTAMENTAL DE TRABAJADORES ASALARIADOS DEL CAMPO - SANTA CRUZ,

FEDERACIÓN SINDICAL UNICA DE TRABAJADORES CAMPESINOS DE PANDO;

FEDERACIÓN DE TRABAJADORES CAMPESINOS DE LAS CUATRO PROVINCIAS DEL NORTE DE SANTA CRUZ, MOVIMIENTO SIN TIERRA - SANTA CRUZ,

CENTRAL INDÍGENA DE LA REGIÓN AMAZÓNICA DE BOLIVIA.

http://www.angelfire.com/rnb/17m/Bolivia/razones.html

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4.3.1 Demandas Sectoriales en torno de la Asamblea Constituyente y Tierra-territorio

Chaqueños quieren crear un décimo departamento: Lo integrarían cuatro provincias: Cordillera de Santa Cruz, Gran Chaco de Tarija, y Luis Calvo y Hernando Siles de Chuquisaca

Tarija/Nuevo Sur

Las instituciones cívicas del Chaco boliviano determinaron plantear en la Asamblea Constituyente la conformación de un décimo Departamento integrado por las provincias Cordillera de Santa Cruz, Luis Calvo y Hernando Siles de Chuquisaca y el Gran Chaco de Tarija.

Esta determinación es parte de los tres puntos concluidos en la reunión de las instituciones que fue sostenida este sábado en Yacuiba y que tuvo como principio reavivar el Pacto del Quebracho.

El criterio es que las provincias que integran el Chaco boliviano están cansados del centralismo de las capitales de los tres departamentos, dijo el diputado por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) Willman Cardozo, minutos después de concluido el encuentro.

Este criterio fue compartido por el presidente del Comité Cívico de Yacuiba, Eduardo Alfaro, quien sin embargo prefirió hablar de la necesidad de lograr una mayor autonomía como región para el manejo de sus recursos en busca de su propio desarrollo. "No estoy contradiciendo lo manifestado por el diputado Cardozo", dijo el cívico. No obstante, dejó entrever que se trató de un planteamiento que nació de los representantes cívicos asistentes.

En esta oportunidad se conformó el Directorio del Pacto del Quebracho y, de acuerdo con el diputado Cardozo, en la Presidencia está el Comité Cívico de Yacuiba. Luego le siguen en la vicepresidencia Camiri y terminan de integrar la directiva los entes cívicos de Monteagudo, Caraparí, Cuevos, Macharetí y Gutiérrez.

CENTRALISMO DE CAPITALES

El Diputado mirista comentó que el centralismo de las capitales es un problema histórico que data de hace 20 años y se convirtió en la limitante del desarrollo de estas regiones.

Además, aseguran querer casi las mismas cosas que el diputado y dirigente campesino Felipe Quispe, quien planteó retornar al Tahuantisuyo.

Cardozo aseguró que la acción no significa ser oportunistas por ser la región que cuenta con las mayores reservas de gas del país, sino que no evidenciaron avances desde 1983.

"No hay que asustarse y no se debe tomar el planteamiento como una decisión extrema", remarcó Alfaro, pero reconoció que quieren

llamar la atención del Gobierno nacional para acceder al desarrollo.

Para Alfaro, la actual coyuntura es propicia para profundizar la descentralización y saber si se puede lograr una verdadera autonomía pensando en la construcción de una nueva Bolivia.

Respecto a los dos puntos restantes, las instituciones chaqueñas decidieron convocar al ministro de Minas e Hidrocarburos, Álvaro Ríos, para dentro de dos semanas invitarlo a trabajar en Camiri, Villamontes y Yacuiba con la explicación del referéndum. Una vez recibida la información necesaria, recién decidirán si participan de esta consulta nacional.

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El tercer punto acordado se refiere a la refundación de YPFB y a la recuperación de

los hidrocarburos para manos bolivianas.

Los chuquisaqueños apuntan a la Asamblea Constituyente

Sucre / CORREO DEL SUR

Asamblea de la Chuquisaqueñidad determinó lanzar un manifiesto al país, que reafirmará la defensa de la Constitución Política del Estado

Después de casi tres horas de intenso debate, la Asamblea de la Chuquisaqueñidad optó por definir una estrategia de cara a la materialización de la Asamblea Constituyente en Sucre, dejando de lado la polémica generada por los movimientos paceños de rechazo a la Resolución Congresal que autoriza al Parlamento a sesionar en la capital o en cualquier otra ciudad, en caso de que La Paz no garantice las condiciones necesarias para el efecto.

Para este propósito se conformó un Comité Interinstitucional que, además, será el encargado de propugnar el respeto a la Constitución Política del Estado en lo referente a la condición de capital de la República que ostenta esta ciudad y su

derecho de ser sede de los poderes Legislativo y Ejecutivo.

Un ambiente explicativo y reflexivo sobre el verdadero alcance de la Resolución Congresal 021/03-04 ocupó gran parte del debate que concluyó al promediar las 22:00 en la Federación de Choferes, tras la participación de varios sectores representativos de la población chuquisaqueña.

La intervención de diferentes oradores coincidió en señalar que algunos medios de comunicación paceños y autoridades de esa ciudad, entre las que se nombró al alcalde Juan del Granado, sólo agravaron la polémica generada en torno al traslado ocasional del Congreso a Sucre o a cualquier otra ciudad.

Por otra parte, la precipitada decisión del Comité Cívico de Chuquisaca durante la mañana, de pedir el apersonamiento del Presidente de la República en sus oficinas en un plazo de tres días, recibió sendas críticas por su carácter irreverente e inoportuno.

MANIFIESTO AL PAÍS

Para hoy se tiene previsto emitir un manifiesto al país que, de acuerdo con el debate desarrollado anoche, incluirá aspectos como la reafirmación de una vocación cívico patriótica de continuar defendiendo principios irrenunciables como la unidad nacional, la democracia, la justicia y la defensa intransigente de la Constitución Política del Estado, como instrumento supremo del ordenamiento jurídico de los bolivianos.

En el documento, que será difundido en todo el país, se demandará el reconocimiento de la legitimidad histórica de Sucre como Capital de la República, dejando como constancia el reconocimiento de cientos de miles de bolivianos que, con su rúbrica, en la cruzada nacional de firmas, reconocieron a la ciudad y también exigieron el traslado de los poderes

Ejecutivo y Legislativo a su sede constitucional.

También se incorporará en el manifiesto la decisión de ratificar a Sucre —donde se creó la Patria— como sede indiscutible de la Asamblea Constituyente, a ser convocada por el Congreso Nacional una vez que se apruebe la ley de dicha convocatoria. Finalmente, se pretende declarar abiertamente "que así como somos respetuosos con lo establecido en el proceso democrático también seremos enérgicos cuando nuestros derechos sean avasallados injustificablemente", informó el presidente del Comité Cívico de Intereses de Chuquisaca (CODEINCA), Moisés Torres Chivé, a la conclusión de la asamblea.

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Se prevé que este manifiesto sea presentado al presidente de la República, Carlos Mesa,

por la comisión conformada anoche.

COMISIÓN

La comisión constituida por autoridades cívicas e institucionales tiene el reto de trabajar inmediatamente en la elaboración de una estrategia regional que defina qué tipo

de país quieren los chuquisaqueños y qué acciones pretenden incorporar en la Constituyente.

DEMANDA A MESA

CODEINCA también decidió utilizar el documento denominado "Compromiso por Chuquisaca" que suscribió el presidente Mesa, en febrero de 2002, en el que se compromete "a luchar desde la posición, política, social o económica en la que me encuentre...en favor del retorno del Congreso

Nacional y el Poder Ejecutivo a la ciudad de Sucre, Capital de la República de Bolivia...".

Por la mañana, el movimiento cívico dio un plazo de tres días a Mesa para que realice en Sucre el reconocimiento de firmas de dicho documento.

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Cívicos y concejales quieren a Santa Cruz para la Constituyente

Georgina Ballivián M.

Taller. Egberto Tabo, presidente de la Cidob, muestra parte del material que se está traduciendo en otros idiomas

El Comité pro Santa Cruz y el Concejo Municipal quieren que la capital cruceña sea la sede para que se lleve a cabo la Asamblea Constituyente prevista para el próximo año.

La propuesta oficial de estas instituciones será planteada hoy en el Foro de Intereses Ciudadanos organizado por el Congreso Nacional con el objetivo de intercambiar experiencias y conocer propuestas de los diferentes sectores del departamento para la elaboración de la Ley de Convocatoria de la Constituyente.

Para la Central Obrera Departamental (COD) de Santa Cruz, Pando es el lugar adecuado para llevar adelante este proceso, considerando que en esa región no se suscitan conflictos sociales y se encuentra alejado del eje central.

Mientras que la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) propondrá que se instale en Sucre, Santa Cruz o La Paz.

El número de asambleístas es otro de los factores que interesa a los representantes cruceños. En ese sentido, la COD considera que si La Paz es el departamento con mayor cantidad de provincias (20), entonces cada departamento debe tener 20 miembros, lo que significaría un total de 180 participantes.

Según los concejales, debe haber un máximo de 130 personas y que el número sea estrictamente proporcional a los habitantes del país. La sugerencia de la Cidob pasa por elegir a 42 delegados por pueblo indígena más 136 por circunscripciones electorales, lo que hace un total de 178. Para los cívicos cruceños deben ser 10 por departamento. La aprobación de las autonomías departamentales es el punto central que interesa al Comité pro Santa Cruz y a la Cámara de Industria y Comercio (Cainco).

Las propuestas indígenas hacen referencia a que la forma del Gobierno debe pasar a ser de democracia semidirecta, que se elimine la Cámara Alta, que la Baja tenga representación multiétnica y pluricultural y que desaparezca el monopolio de los partidos políticos entre otros.

Cidob explica preguntas del Referéndum a 34 pueblos

La Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) está trabajando con cuatro grupos de técnicos y abogados en la explicación de las cinco preguntas del Referéndum del gas.

Egberto Tabo, presidente de la Cidob, aseguró que si bien hasta ahora solamente se reunieron con los pueblos de Yaminahua, Machineri, Chacobó y Pacahuara, tienen el objetivo de llegar hasta los 34 pueblos indígenas para aclarar sus dudas sobre la consulta popular.

Para el 13, 14 y 15 de este mes está planificada una Asamblea Consultiva Nacional

de los Pueblos Indígenas en Santa Cruz donde participarán cerca de 300 personas que darán a conocer su posición sobre el Referéndum convocado por el presidente Carlos Mesa.

Actualmente son siete organizaciones regionales que están interpretando las preguntas, además de preparar material escrito y audiovisual en las diferentes lenguas.

http://www.eldeber.com.bo/20040604/nacional_6.html

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La Cidob quiere 34 constituyentes

La fórmula tiene como base a 68 circuns-cripciones urbanas y 68 rurales. También ha delineado: los cambios en la Carta Magna.

La Confederaciónde Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) madrugó a casi todos. Ya tie-ne su propuesta para la Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, en la que plantea la elección de 170 constituyen-tes, de los cuales propone que 34 repre-senten a las tierras bajas (ver cuadro).

Esta organización que realizó la Marcha indígena por el Territorio, la Vida y la Dignidad el año 1990- también tiene delineados los cambios que busca en la Constitución Política del Estado.

Plantea una democracia semidirecta con la incorporación del plebiscito, la revocatoria popular y el veto popular, además de las formas ya incluidas en la Constitución aprobada el 20 de febrero. Cree que en el Legislativo debe existir sólo la Cámara de Diputados y no la de Senadores y con una representación multiétnica y pluricultural. Los diputados suplentes no deben percibir dieta.

• Busca el reconocimiento de las Tierras Comunitarias de Origen como una nueva división político-administrativa del país y de su autonomía en la gestión tanto política como financiera.

• Propone que los indígenas participen en la gestión pública y en la definición de políticas que los afecten. Solicitan el control de la salud y la educación.

• El servicio militar deberá ser voluntario y los cuarteles, centros de capacitación orientados al desarrollo humano.

• Para el medio ambiente, plantea la creación de un régimen en la Constitución porque considera necesario declarar deber del Estado, de los bolivianos y de los extranjeros residentes la conservación de los recursos naturales y del medio ambiente, puesto que ningún tipo de concesión justifica el exterminio de especies y poblaciones.

Todos los bolivianos tienen derecho a vivir en un ambiente sano y a la propiedad privada, individual y colectiva siempre que sea compatible con el equilibrio ecológico. Tienen derecho a la consulta previa cuando los intereses y derechos colectivos sean afectados por acciones, sean estas públicas o privadas.

La Cidob también quiere que en Bolivia se implemente un sistema económico equitativo, productivo y soberano, con el dominio originario sobre el suelo, subsuelo y el llamado vuelo.

La propuesta de la Cidob

Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente

Número de constituyentes

170

Fórmula de elección 68 constituyentes urbanos y 68 rurales, elegidos en circunscripciones rurales y urbanas

Cuotas étnicas 34 escaños para delegados de tierras bajas

En tierras altas dirían cuántos escaños quieren

Cuotas de género -------------

Duración de la Asamblea Constituyente

180 días calendario

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Sede de la Asamblea Constituyente

1) Sucre

2) Santa Cruz

3) La Paz

1990: Marcha indígena de la Cidob

La marcha por el Territorio, la Vida y la Dignidad de 1990 de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia tuvo como antecedente la presentación de una pro-

puesta de la Ley Indígena ante el Congreso con 100 mil firmas de respaldo que fue rechazada. Pero, la marcha logró que los políticos tomen en cuenta a la Cidob.

1996: Por una participación política

Dos años después, la Cidob llevó a cabo una marcha por territorio y participación política. Eran tiempos en que también se promulgó la polémica Ley INRA.

El año 1994 se reformó la Constitución Política del Estado y se incorporó en los artículos 1 y 171 el reconocimiento de la existencia y derechos de los pueblas indígenas.

2000: Nace la propuesta de la Constituyente

Ese año, la Cidob propuso que se realice en Bolivia una Asamblea Constituyente y un nuevo pacto social para rediseñar el país, a fin de evitar enfrentamientos. Un año después, pidió reunirse con el Consejo

Ciudadano. Luego habló con Ricardo Paz y, según la Cidob, él no aceptó su planteamiento, con el argumento de que era inconstitucional.

2002: Los partidos incumplen su promesa

El año 2002, la Cidob firmó un convenio con los poderes Ejecutivo y Legislativo y algunos partidos para que el Congreso Extraordinario sea convocado, con el fin de tratar la Ley de Necesidad de Reforma de la Constitución e

incorporar a la Asamblea Constituyente. Se aprobó esa ley, pero no se incluyó a la Constituyente, lo que recién sucedió en 2004.

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4.4 Propuestas y demandas comunes

Indígenas quieren papel protagónico para eliminar marginación y desprecio

Los indígenas del país manifestaron ayer que quieren ser los principales protagonistas de la realización de la Asamblea Constituyente, porque con ello podrán eliminar la marginación y el desprecio a los que están sometidos por casi dos siglos.

El pedido surgió en la inauguración del foro internacional “Asamblea Constituyente y Participación Indígena” en la ciudad de La Paz, que fue instalado con la presencia de delegados de Ecuador, Perú, Colombia y Bolivia, y con un ritual andino de “buen augurio” ejecutado con incienso y hojas secas de coca.

El evento se constituye en la continuación de talleres similares efectuados anteriormente en Llallagua, Potosí, y Camiri, Santa Cruz, con la masiva participación de los pueblos originarios.

“Después de 16 reformas constitucionales y 180 años de historia republicana en que se nos ignoró, marginó y despreció, ahora somos actores importantes en este momento histórico”, dijo el ministro de Asuntos Indígenas y Pueblos Originarios, Justo Seoane, representante del pueblo chiquitano, en la ceremonia de apertura.

Por su lado, el ministro de Relaciones Exteriores, Juan Ignacio Siles, pidió a nombre del Presidente de la República que no se creen falsas expectativas con respecto a lo que se debería lograr con la realización de la Asamblea Constituyente.

La autoridad gubernamental sostuvo que el pueblo boliviano no puede esperar que el mecanismo resuelva los problemas de la pobreza, la falta de recursos económicos y la carencia de productividad y competitividad, por citar algunos ejemplos.

“La Asamblea Constituyente tiene que sentar las bases para resolver la discriminación y la intolerancia, además de establecer un nuevo marco que amplíe el sentido de pertenencia a una nación, donde los indígenas, las naciones

originarias, las poblaciones urbanas y periféricas se vean representadas”, mencionó.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 62 por ciento de la población boliviana, algo más de cinco millones de habitantes, pertenece a los pueblos campesinos, indígenas y originarios que viven en la exclusión social y esperan tener días mejores con la ejecución de la Constituyente.

El foro internacional completa el círculo de discusión “indígena” de preparación para la Asamblea Constituyente en Bolivia. Los pueblos originarios del occidente realizaron un evento similar en diciembre pasado y los del oriente lo hicieron en enero. Ambos eventos tuvieron una multitudinaria presencia de personas.

En diciembre, la localidad de Llallagua, que acoge en su seno a una de las minas más famosas del siglo XX, recibió a varios pueblos originarios andinos, entre ellos los temibles laymes, qaqachakas y jukumanis, cuyos representantes, con ejércitos enteros tras sus espaldas, debatieron y dieron su opinión sobre qué características debería tener la Asamblea Constituyente.

El debate, uno de los más importantes en la agenda política boliviana desde 1825, no fue casual. La población altiplánica fue cuna del primer bastión del sindicalismo minero y en ella se echaron a rodar los dados de la suerte económica del país hace casi un siglo.

Allí, los ayllus de cinco departamentos se reunieron para hablar del tema desde la perspectiva indígena originaria y llegaron a exigir una “participación autónoma activa en el proceso, sin la mediación de los representantes municipales”.

Los ayllus guerreros y los más pobres del país decidieron construir “piedra sobre piedra su futuro y ver que las riquezas sean

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distribuidas entre los hambrientos de su tierra”.

Por otra parte, más de seis mil dirigentes indígenas del oriente boliviano se reunieron la última semana de enero en la pequeña ciudad de Camiri, para dar su posición sobre el tema.

El encuentro coincidió con la conmemoración de la última Batalla del Kuruyuki, realizada en 1982, cuando el ejército republicano aplastó

al pueblo guaraní, después de que frenó por casi cuatro siglos la constante presión para ser conquistado y civilizado por quienes codiciaban su territorio.

Además del debate sobre la Asamblea Constituyente, los representantes originarios y campesinos conformaron mesas de trabajo y analizaron la gestión presidencial, el papel del Ministerio de Asuntos Indígenas y el tema del Referéndum.

Indígenas y campesinos con propuestas para una Asamblea Constituyente

Organizaciones Indígenas y Campesinas del país se reunieron en el Encuentro Social Alternativo, en el foro sobre Asamblea Nacional Constituyente.

Luego de las exposiciones de Luis Verdesoto, experto ecuatoriano que participó en el diseño de Asamblea Constituyente de Venezuela; de José Luis Gutiérrez Sardán, constitucionalista boliviano y Ana María Romero de Campero, ex–defensora del pueblo, dirigentes de las organizaciones indígenas del Oriente, del Altiplano y campesinos de todo el territorio nacional, en especial del Norte Amazónico e incluso de la comunidad Afro-boliviana, recordaron la Marcha indígena-campesina del 2002 que llegó hasta La Paz tenía como principal demanda La Asamblea Constituyente como mecanismo participativo para reformar la Constitución Política del Estado.

Al mismo tiempo plantearon sus propuestas que abordaban como eje principal romper el monopolio de los partidos políticos en la toma de decisiones directa de los destinos del país, exigen que se implemente en la presente gestión gubernamental y que no se espere hasta el 2007 y que se diseñe de tal manera que los asambleístas sean elegidos mediante voto directo y por circunscripciones y sectores, para que ninguno se quede sin representación real y legítima. "Solo así profundizaremos la democracia y podremos rediseñar la Bolivia que queremos, más equitativa, donde los desfavorecidos tengan la misma oportunidad de plantear y proponer

que los demás, en especial las organizaciones indígenas y campesinas siempre postergadas" indicaron los representantes indígenas y campesinos.

El evento que congregó a más de 500 personas, entre ellos invitados representantes del MST de Brasil, del CONACAMI de Perú y de ECUARUNARI del Ecuador, soportó el calor durante casi 4 horas activamente, pues muchos de ellos hicieron uso de la palabra demostrando así que hablar sobre Asamblea Constituyente no es nuevo para líderes campesinos e indígenas tanto del Oriente como del Altiplano y Valles de Bolivia. En todo caso se cerró el foro con la determinación de extender la información a niveles de base a fin de que la población esté bien enterada y pueda hacer el seguimiento apropiado a la implementación de la Asamblea Constituyente que haga el nuevo gobierno. El foro fue organizado por la Coordinadora de Pueblo Étnicos de Santa Cruz (CPESC), la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Santa Cruz (FSUTCSC), la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa (FDMCBS), el Movimiento Sin Tierra (MST) y la Federación Departamental de Colonizadores (FDC); contó con el apoyo del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), la Fundación TIERRA, el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS) y Asesoría Legal y Asistencia Social (ALAS).

http://alainet.org/active/show_text.php3?key=4985

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Proyecto de Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente

CONFEDERACIÓN SINDICAL ÚNICA DE TRABAJADORES CAMPESINOS DE BOLIVIA, CSUTCB

CONSEJO NACIONAL DE AYLLUS Y MARKAS DEL QULLASUYU, CONAMAQ

CONFEDERACIÓN SINDICAL DE COLONIZADORES DE BOLIVIA, CSCB

FEDERACIÓN DE MUJERES CAMPESINAS DE BOLIVIA “BARTOLINA SINA”, FNMCB-BS

COORDINADORA DE PUEBLOS ÉTNICOS DE SANTA CRUZ, CPESC

CENTRAL DE PUEBLOS ÉTNICOS MOJEÑOS DEL BENI, CPEMB

ASAMBLEA DEL PUEBLO GUARANÍ, APG

MOVIMIENTO SIN TIERRA BOLIVIA, MST- B

BLOQUE DE ORGANIZACIONES CAMPESINAS E INDÍGENAS DEL NORTE AMAZÓNICO DE BOLIVIA, BOCINAB

CENTRAL DEPARTAMENTAL TRABAJADORES ASALARIADOS DEL CAMPO, CDTAC

PROYECTO DE LEY DE CONVOCATORIA A LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Exposición de Motivos

La Ley Nº 1430 de 11 de febrero de 1993 puso en vigencia el Pacto de San José de Costa Rica, que en el artículo 23 Numeral 1, inciso a), señala el derecho que tienen los ciudadanos a participar directamente en la decisión de los asuntos públicos.

El Pacto de San José de Costa Rica en su artículo 2 obliga a los Estados a adoptar medidas legislativas o de otro carácter para hacer efectivo el ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos.

El Convenio 169 “Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes” de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ratificado por el Estado boliviano mediante Ley Nº 1257 de 11 de julio de 1991, en su artículo 2 determina que los gobiernos deberán asumir la responsabilidad de desarrollar, con la participación de los pueblos interesados, una acción coordinada y sistemática con miras a proteger los derechos de esos pueblos y a garantizar el respeto de su integridad, lo cual debe incluir medidas que aseguren a los miembros de dichos pueblos a gozar, en pie de igualdad, de los derechos y oportunidades que la legislación nacional otorga.

El artículo 6 del mencionado Convenio establece que los gobiernos deberán consultar a los pueblos interesados, mediante

procedimientos apropiados y en particular a través de sus propias instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente. El mismo artículo manda que los gobiernos deberán establecer los medios a través de los cuales los pueblos interesados puedan participar libremente, por lo menos en la misma medida que otros sectores de la población, y a todos los niveles en la adopción de decisiones en instituciones electivas y organismos administrativos y de otra índole responsables de políticas y programas que les conciernan.

El artículo 7 del Convenio 169 de la OIT establece que los pueblos interesados deberán participar en la formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de afectarles directamente.

La Constitución Política del Estado boliviano, ha sido reformada el 13 de abril de 2004, mediante Ley Nº 2650 que en su artículo 4 incorpora la participación ciudadana directa en la decisión de los asuntos públicos, determinando que el pueblo delibera y gobierna por medio de sus representantes y mediante la Asamblea Constituyente.

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Los artículos 222 y 224 de la Constitución Política del Estado establecen que la representación popular se ejerce a través de los partidos políticos, agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas y que los mismos podrán postular directamente candidatos a constituyentes.

Estos artículos coinciden con el precepto constitucional del artículo 1 que declara a Bolivia libre, independiente, soberana, multiétnica y pluricultural constituida en república unitaria que adopta para su gobierno la forma democrática representativa y participativa.

Con este precepto se reconoce la existencia de los pueblos indígenas y originarios tanto en las áreas rurales como en las urbanas de Bolivia, que según los resultados oficiales del último Censo de Población y Vivienda efectuado el año 2001, son la mayoría de la población en el país.

Siendo mayoritaria la población indígena y originaria en el conjunto de la población boliviana urbana y rural, esa mayoría debiera estar representada como tal en la Asamblea Constituyente.

Ahora bien, de la totalidad de los pueblos indígenas que existen en Bolivia muchos viven en las tierras bajas del país, dispersos entre las regiones del Chaco de los departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija, en los llanos orientales ubicados en los departamento de Santa Cruz y Beni y en la Amazonía norte y sur de los departamentos de Beni y Pando. En esos lugares -a diferencia de la región andina y subandina del país- los pueblos indígenas no son la mayoría demográfica pero forman parte de la gran diversidad étnica y cultural de nuestro país.

Dada esta desventaja demográfica y su dispersión poblacional en la amplia superficie territorial que habitan, se deben aprobar los mecanismos legislativos y electorales que sean necesarios a fin de garantizar su participación en la Asamblea Constituyente.

También debieran estar representados los otros sectores urbanos, entre los que podemos mencionar a gremialistas, artesanos, transportistas, profesionales, universitarios. Sólo de esta manera el Poder Constituyente será una instancia democrática, incluyente y participativa, que recogerá las aspiraciones y expectivas de todo el país.

La Asamblea Constituyente al ser el espacio deliberativo, propositivo y la máxima instancia de representación del pueblo, tiene carácter soberano y su atribución fundamental es la elaboración de la nueva Constitución Política del Estado.

El artículo 232 de la Constitución Política del Estado, establece que la reforma total de la Constitución Política del Estado es potestad privativa de la Asamblea Constituyente, que será convocada por Ley Especial de convocatoria, la misma que señalará las formas y modalidades de elección de los constituyentes, será sancionada por dos tercios de voto de los miembros presentes del H. Congreso Nacional y no podrá ser vetada por el Presidente de la República.

A su vez, el Código Electoral reformado el 23 de agosto de 2004, mediante Ley Nº 2802, dispone que la convocatoria, elección, fecha y el material electoral para la a elección de constituyentes se establecerá en la Ley de Convocatoria.

Por lo tanto:

El Honorable Congreso Nacional,

DECRETA:

LEY DE CONVOCATORIA A LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

CAPITULO I

DISPOSICIONES GENERALES

ARTÍCULO 1.- (OBJETO DE LA LEY)

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La presente Ley tiene por objeto convocar a la Asamblea Constituyente, definir su naturaleza jurídica, establecer las circunscripciones, sistema de elección y formas de elección de los constituyentes, la habilitación, inhabilitación, incompatibilidades

y requisitos para la postulación de candidatos a constituyentes, la sede de funcionamiento, la duración de las sesiones de la Asamblea y el financiamiento para la Asamblea Constituyente.

ARTICULO 2.- (NATURALEZA JURÍDICA)

La Asamblea Constituyente tiene carácter Soberano, porque es la máxima expresión y depositaria de la voluntad popular; es Incluyente, porque está abierta a la participación de todos los sectores sociales, pueblos indígenas, naciones originarias y regiones del país; es Autónoma, porque no

depende ni está sometida a ninguno de los Poderes Constituidos del Estado; es Fundacional, porque tiene la potestad de redactar una nueva Constitución Política del Estado que refunde total e integralmente el Estado Boliviano.

ARTICULO 3.- (DEFINICIONES)

Para efectos de interpretación y aplicación de la presente ley se tomarán en cuenta las siguientes definiciones:

Asamblea Constituyente. Es la máxima expresión democrática donde el Soberano constituye una nueva estructura política, jurídica, social y económica del Estado.

Poder constituyente. Es la potestad suprema, directa y única del pueblo en el que reside la Soberanía.

Poder constituido. Es el que surge y emana del poder constituyente, expresando la nueva estructura jurídica, política, económica, social y cultural del país.

Circunscripción Electoral. Es la división del territorio nacional con fines electorales, con base en criterios geográficos, poblacionales y socioculturales, que tendrá validez para las elecciones de constituyentes.

Circunscripciones Electorales Locales. Se denominarán Circunscripciones Electorales Locales aquellas definidas como Circunscripciones Uninominales en el artículo 89 del Código Electoral en vigencia.

Circunscripciones Electorales Departamentales. Son aquellas que corresponden a cada uno de los 9 departamentos del país, y en las cuales se elegirán constituyentes.

Circunscripciones Electorales Especiales Etnicas. Son los espacios geográficos continuos o discontinuos, en los que existe población indígena, y en los cuales se elegirán constituyentes que representarán a los Pueblos Indígenas de las tierras bajas, en las regiones del Chaco, Chiquitanía, Amazonía Norte y Amazonía Sur de Bolivia.

Usos y costumbres. Normas y sistemas de adopción de decisiones y resolución de conflictos comunitariamente construidas y aplicadas, tanto en poblaciones indígenas como en las comunidades campesinas originarias. Están basados en las prácticas sociales y son transmitidas por herencia social mayormente no escrita.

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CAPITULO II

CONVOCATORIA, COMPOSICION Y SISTEMA ELECTORAL DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

ARTICULO 4.- (CONVOCATORIA, FECHA DE ELECCIÓN, SEDE Y DURACIÓN)

En concordancia con el Artículo 232 de la Constitución Política del Estado, y los artículos 84 y 85 del Código Electoral reformado, se convoca a la Asamblea Constituyente de la República de Bolivia en los siguientes términos:

a) La elección de constituyentes se realizará el domingo 26 de junio de 2005.

b) La instalación de la Asamblea Constituyente se realizará el día sábado 6 de agosto de 2005.

c) El período de sesiones de la Asamblea Constituyente no podrá ser menor a ocho meses ni mayor a un año calendario.

d) La sede de la Asamblea Constituyente será la ciudad de Cochabamba.

ARTÍCULO 5.- (COMPOSICIÓN DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE)

La Asamblea Constituyente debe reflejar la diversidad regional, social, pluricultural y multiétnica del país, además de garantizar la equidad de género y la participación de la población joven.

Para garantizar que sea una instancia democrática incluyente y participativa, la Asamblea Constituyente estará integrada por una sola Cámara con un total 248 constituyentes en igual nivel de jerarquía, cada uno de los cuales tendrá su respectivo suplente.

La elección de los constituyentes suplentes se efectuará simultáneamente a la elección de los constituyentes titulares.

En caso de ausencia definitiva del constituyente titular por enfermedad, inhabilitación o muerte, el suplente respectivo será habilitado por la Corte Nacional Electoral. El suplente respectivo solo percibirá remuneración cuando asuma la titularidad.

ARTÍCULO 6.- (ELECCIÓN DE LOS CONSTITUYENTES)

Los(as) 248 constituyentes serán elegidos combinando dos sistemas:

a) En circunscripciones electorales a través de sufragio universal

b) Por representación directa a través de usos y costumbres

ARTÍCULO 7.- (CIRCUNSCRIPCIONES ELECTORALES PARA LA ELECCIÓN DE CONSTITUYENTES)

Las formas y modalidades de elección de los(as) Constituyentes en circunscripciones electorales serán los siguientes:

c) Circunscripciones Electorales Locales.- En cada una de las 68

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Circunscripciones Electorales Locales (uninominales) existentes serán elegidos los(as) 3 ciudadanos(as) más votados(as), haciendo un total de 204 constituyentes.

d) Circunscripciones Electorales Departamentales.- En cada una de las 9 Circunscripciones Electorales Departamentales existentes serán elegidos(as) los(as) 2 ciudadanos(as) más votados(as), haciendo un total de 18 constituyentes.

e) Circunscripciones Electorales Especiales Étnicas.- Las Circunscripciones Electorales Especiales Étnicas serán cuatro (4). Estas circunscripciones serán definidas por la Corte Nacional Electoral identificándose los asientos electorales con mayor concentración indígena en las siguientes regiones:

1) Región Chaco: Provincia Cordillera del departamento de Santa Cruz, provincias Hernando Siles y Luis Calvo del

departamento de Chuquisaca y provincias Gran Chaco y O’connor del departamento de Tarija.

2) Región Chiquitanía: Provincias Ñuflo Chávez, Velasco, Obispo Santiesteban, Chiquitos, Guarayos, Angel Sandoval y Germán Busch en el departamento de Santa Cruz.

3) Región Amazonía Sur: Provincias Cercado, Moxos, Ballivián y Yacuma en el departamento del Beni.

4) Región Amazonía Norte: Provincias Vaca Díez, Marbán, Iténez, Mamoré del departamento de Beni, provincias Manuripi y Nicolás Suárez del departamento de Pando, provincias Iturralde y Franz Tamayo del departamento de La Paz.

En las tres primeras circunscripciones especiales se elegirán 3 (tres) constituyentes, y en la cuarta 1 (uno) constituyente. Serán elegidos(as) constituyentes los candidatos indígenas más votados por los que se habiliten en el padrón electoral respectivo en cada circunscripción especial.

ARTÍCULO 8.- (REPRESENTACIÓN DIRECTA POR USOS Y COSTUMBRES)

Sobre la base de los usos y costumbres reconocidos en el artículo 171 de la Constitución Política del Estado, se establece, con carácter de excepción, la participación directa en calidad de constituyentes de dieciséis (16) representantes de los pueblos indígenas originarios en proceso de reconstitución territorial de acuerdo al siguiente detalle:

a. Nación originaria de los Jach'a Karangas: Provincia Sajama, Litoral, Atahuallpa, Tomas Barron, Sur Carangas, Nor Carangas, Totora, Mejillones del departamento de Oruro.

b. Nación originaria de los Jatun Killakas Asanajaqis – Aransaya: Qaqachacas, K'ultas, Condos, Quillacas y Challapata de la provincia Eduardo Avaroa del departamento de Oruro.

c. Nación originaria de los Jatun Killakas Asanajaqis – Urinsaya: Aullagas

Uruquillas, Salinas, Aroma, Ucumasi de la provincia Ladislao Cabrera y Huari de la provincia Sebastian pagador del departamento de Oruro.

d. Nación originaria de los Urus: Muratos, Chipayas, Iruitus en territorio discontinuo: Provincia Poopo, Cercado sur, Saucari este, sur Carangas nor este, Avaroa oeste y Sebastián Pagador oeste del departamento de Oruro.

e. Nación originaria de los Chichas: Provincia Nor Chichas, Sur Chichas, Omiste del departamento de Potosí.

f. Nación originaria de los Lípez: Provincias Nor Lípez y Sud Lípez, Enrique Valdivieso, Daniel Campos del departamento de Ptotsi.

g. Nación originaria de los Killakas, Karangas, Qhara Qhara: Provincia de Antonio Quijarro, Tomas frías, Linares, Cornelio Saavedra del departamento de Potosí.

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h. Nación originaria de los de Charcas: Provincia Charcas, Rafael Bustillo, Alonso de Ibáñez y Bilbao Rioja del departamento de Potosí.

i. Nación originaria de los de Qhara Qhara - Aransaya: Provincia Chayanta del departamento de Potosí.

j. Nación originaria de los Qhara Qhara - Urinsaya: Provincia Yampara, Zudañez y Tomina del departamento de Chuquisaca.

k. Nación originaria de los Killakas, Qhara Qhara (Liquina): Provincia Oropeza, Nor Cinti, Azurduy del Departamento de Chuquisaca.

l. Nación originaria de los Soras - Aransaya: Provincia Saucarí, Cercado, Poopó y Dalence del Departamento de Oruro.

m. Nación originaria de los Soras - Urinsaya: Provincia Bolívar, Arque, Tapacarí, Ayopaya y Quillacollo del departamento de Cochabamba.

n. Nación originaria de los Pakajaqis - Aransaya: Provincia Pacajes, G. Villarroel, J. M. Pando, Ingavi, Aroma, Inquisivi y Loayza del departamento de La Paz.

o. Nación originaria de los Pakajaqis - Urinsaya: Provincia Omasuyus, Los Andes, Murillo, Camacho y Manco Kapac del departamento de La Paz.

p. Nación originaria de los Kallawaya: Provincia Bautista Saavedra, Muñecas, Franz Tamayo y el norte de Camacho del departamento de La Paz.

ARTICULO 9.- (SISTEMA ELECTORAL)

Para la elección de Constituyentes se aplicará un sistema electoral de mayorías simples, tanto en las Circunscripciones Locales, Especiales Étnicas y Departamentales. Se elegirán Constituyentes por voto preferencial, el elector podrá votar al mismo tiempo por lista completa de candidatos o por los candidatos de su preferencia en distintas listas.

En el caso de la representación directa por Usos y Costumbres, el procedimiento será definido en reglamento.

CAPITULO III

REQUISITOS, HABILITACION, INHABILITACION E IMCOMPATIBILIDADES DE LOS CONSTITUYENTES

ARTÍCULO 10.- (REQUISITOS PARA SER POSTULADO Y ELEGIDO COMO CONSTITUYENTE)

Para ser constituyente se requiere:

a) Ser boliviano o boliviana de origen

b) Tener 18 años de edad cumplidos al día de la elección.

c) Estar habilitado por el Órgano Electoral.

d) Ser postulado por un partido político, por una agrupación ciudadana, por un pueblo indígena o por las alianzas formadas entre ellos.

e) No haber sido condenado a pena corporal, salvo rehabilitación concedida por el Senado, ni tener pliego de cargo o auto de culpa

ejecutoriados, ni estar comprendido en los casos de exclusión y de incompatibilidad establecidos por la ley.

f) Los(as) candidatos(as) a constituyentes por las Circunscripciones Locales y Departamentales, deberán estar registrados en el Padrón de la circunscripción.

g) Los(as) candidatos(as) a constituyentes en la Circunscripción Especial Étnica, deberán ser acreditados por una organización indígena que represente a un pueblo indígena sobre la base de una elección primaria de acuerdo a sus usos y costumbres.

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Los requisitos para los constituyentes por representación directa por usos y costumbres serán definidos en reglamento.

ARTÍCULO 11.- (INHABILITACIÓN)

Están inhabilitados para ser postulados y elegidos constituyentes:

1º El Presidente de la República, Ministros y Viceministros de Estado, Parlamentarios, Magistrados del Tribunal Constitucional y Tribunal Agrario, Ministros de la Corte Suprema de Justicia, Vocales de las Cortes Superiores de Distrito y Consejeros de la Judicatura, Superintendentes, Contralor General de la República, Fiscal General y Defensor del Pueblo, Alcaldes, Concejales, Consejeros Departamentales, Prefectos, Vocales de las Cortes de Distrito, Vocales Electorales y otros funcionarios y empleados civiles, militares y policías en servicio activo así como los eclesiásticos con jurisdicción. En este último caso siempre que no renuncien y cesen en sus funciones y empleos, por lo

menos sesenta días antes del acto electoral para la Asamblea Constituyente.

2º Los contratistas de obras y servicios públicos; los administradores gerentes y directores mandatarios y representantes de sociedades o establecimientos en que tiene participación pecuniaria en el Fisco y los de empresas subvencionadas por el Estado; los administradores y recaudadores de fondos públicos mientras no finiquiten sus contratos y cuentas. No se considera dentro de esta disposición a los catedráticos universitarios.

3º Ninguna persona extranjera que viva en el país en forma eventual o permanente.

Las inhabilitaciones para constituyentes por representación directa por usos y costumbres se establecerán en reglamento.

ARTÍCULO 12.- (INCOMPATIBILIDAD)

El cargo de constituyente es incompatible con el ejercicio de cualquier otra actividad laboral pública o privada, a excepción de la docencia universitaria, la representación sindical o el ejercicio de cargos de dirigencia indígena o autoridades originarias.

1º Los constituyentes no podrán adjudicarse ningún bien público como tampoco podrán hacerlo sus familiares hasta el tercer grado de consanguinidad y segundo de afinidad, ni

hacerse cargo de contratos con o a nombre del Estado boliviano, ni obtener del mismo concesiones u otra clase de ventajas personales.

2º Incurrir en cualquiera de estas situaciones implicará la suspensión del mandato popular.

Las incompatibilidades para constituyentes por representación directa por usos y

costumbres, se establecerán en reglamento.

ARTÍCULO 13.- (INMUNIDAD)

Los constituyentes desde el momento de su elección hasta la finalización de su mandato,

sin discontinuidad, tendrán inmunidad en el ejercicio de sus funciones y son inviolables por la opiniones que emitan.

CAPITULO IV

DE LA INSCRIPCIÓN DE CANDIDATOS A CONSTITUYENTES

ARTÍCULO 14.- (REGISTRO DE LISTAS)

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El registro de las listas con candidaturas en las Circunscripciones Locales, Departamentales y Especiales Étnicas, deberá

ser realizado al menos sesenta días antes de la fecha de las elecciones a Constituyentes.

ARTÍCULO 15.- (PARIDAD Y ALTERNANCIA)

Los partidos políticos, agrupaciones ciudadanas, pueblos indígenas y las alianzas conformadas entre ellos, establecerán una cuota no menor al cincuenta por ciento (50%) para las mujeres en las listas para Constituyentes que presenten en las Circunscripciones Locales, Especiales Étnicas

y Departamentales. La postulación de candidatos deberán guardar la debida alternancia, si el primer titular es hombre la segunda titular necesariamente tiene que ser mujer o viceversa. Bajo el mismo criterio de alternancia, si el primer titular es varón la primera suplente será mujer, o viceversa.

ARTÍCULO 16.- (CANDIDATOS INDÍGENAS)

Las Circunscripciones Especiales Étnicas tendrán por única y excepcional finalidad garantizar el carácter multiétnico y pluricultural del país en la Asamblea Constituyente. La habilitación de candidatos indígenas en estas Circunscripciones Especiales Étnicas no limitará su participación, como electores y elegibles, en la Circunscripción Departamental.

Los requisitos para la postulación de candidatos indígenas serán:

a) Hablar su respectivo idioma indígena.

b) Haber ejercido un cargo de autoridad tradicional o de representación sindical de su comunidad de origen

c) Haber realizado acciones en beneficio de los pueblos y comunidades indígenas y campesinas

d) Pertenecer a una organización indígena, campesina, de colonizadores o sin tierra legalmente constituida.

ARTÍCULO 17.- (REQUISITOS PARA EL REGISTRO DE CANDIDATURAS)

Los partidos políticos que estén habilitados por el Órgano Electoral y que cuenten con su respectiva personería jurídica, y que deseen registrar sus postulaciones a constituyentes deberán:

e) Presentar ante la Corte Nacional Electoral y las respectivas Cortes Departamentales Electorales sus listas de candidatos

f) Acogerse a los procedimientos establecidos en los artículos 111, 112 y 113 del Código Electoral en vigencia

g) Presentar su propuesta o proyecto de Constitución Política del Estado

En el caso de agrupaciones ciudadanas que cuenten con sus respectivas personerías

jurídicas para obtener su registro electoral en elección a constituyentes, deberán:

a) Acreditar como mínimo el registro de firmas equivalentes al dos por ciento (2%) del total de votos válidos de la última elección nacional correspondiente al padrón departamental cuando se trate de candidaturas en circunscripción departamental.

b) Acreditar como mínimo el registro de firmas equivalentes al dos por ciento (2%) del total de votos válidos de la última elección nacional correspondiente al padrón de la circunscripción uninominal, cuando se trate de candidaturas en circunscripción local.

c) Presentar su propuesta o proyecto de Constitución Política del Estado.

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En el caso de pueblos indígenas y originarios deberán:

a) Contar con personería jurídica como Asociación Civil o como Organización Territorial de Base (OTB).

b) Presentar su acreditación electoral otorgada por el Organo Electoral que

corresponda, sobre la única base de la Personería Jurídica de la respectiva organización representativa del pueblo indígena.

c) Presentar su propuesta o proyecto de Constitución Política del Estado.

ARTICULO 18.- (ALIANZAS)

Los partidos políticos, agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas podrán establecer alianzas para la postulación de candidatos a constituyentes sin ninguna restricción. Las alianzas así conformadas

deben ser acreditadas ante el órgano electoral respectivo cumpliendo el procedimiento previsto en la Ley de Partidos Políticos y en la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas.

ARTICULO 19.- (DOBLE POSTULACIÓN)

Los partidos políticos, agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas y alianzas que se conformen entre ellos, no podrán postular a un mismo candidato a más de una

circunscripción electoral. Si este extremo se confirma el Organo Electoral Competente aceptará sólo una postulación.

ARTÍCULO 20.- (PAPELETA DE SUFRAGIO)

La papeleta de sufragio será multicolor y multisigno

Contendrá franjas de igual dimensión para cada partido, agrupación ciudadana y pueblo indígena o alianza que participe en la elección. Llevarán los colores, símbolos partidarios y el nombre del partido político, agrupación ciudadana, pueblo indígena o alianza.

Las Cortes Departamentales Electorales convocarán, en acto público, a un único sorteo para la asignación del orden de ubicación de los partidos políticos,

agrupaciones ciudadanas, pueblos indígenas o alianzas en la papeleta de sufragio. Cada circunscripción electoral tendrá su propia papeleta de sufragio según los partidos políticos, agrupaciones ciudadanas, pueblos indígenas o alianzas que participen en los comicios.

La Corte Nacional Electoral, aprobará el modelo de la papeleta de sufragio por lo menos sesenta días antes de la elección de constituyentes.

CAPITULO V

REGIMEN ELECTORAL

ARTÍCULO 21.- (SUFRAGIO)

El sufragio constituye la base del régimen democrático representativo y se funda en el voto universal, directo e igual, individual y

secreto, libre y obligatorio, en el escrutinio público y en el sistema de representación proporcional.

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ARTÍCULO 22.- (ELECTORES)

Son electores todos los bolivianos mayores de dieciocho años de edad, cualquiera sea su grado de instrucción y ocupación, sin más requisito que su inscripción en el Registro

Electoral a cargo de la Corte Nacional Electoral y las Cortes Departamentales Electorales.

ARTÍCULO 23.- (ÓRGANO ELECTORAL)

La Corte Nacional Electoral y las Cortes Departamentales Electorales, son el Órgano Electoral encargado de ejecutar y hacer cumplir los procedimientos electorales, para viabilizar y garantizar el proceso electoral de constituyentes. En el proceso electoral de constituyentes, tienen jurisdicción en todo el territorio de la República, desde su convocatoria hasta su conclusión, y para resolver sobre los deberes, derechos y

prerrogativas reconocidas por la Constitución Política del Estado y las leyes al electorado, a los partidos políticos, a las agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas y a los candidatos.

También el Organo Electoral acreditará a los constituyentes por representación directa por usos y costumbres de acuerdo a procedimiento establecido en el reglamento.

ARTÍCULO 24.-( PADRÓN ELECTORAL)

La Corte Nacional Electoral, de acuerdo a los procedimientos establecidos en el Código Electoral, organizará, actualizará y administrará el Padrón Electoral Nacional para las elecciones a constituyentes.

Para el caso de las Circunscripciones Electorales Especiales Étnicas, se habilitará un Padrón específico de votantes, sobre la base de los asientos electorales identificados en las regiones indicadas en el artículo 6, inciso c) de la presente Ley, como parte del

proceso regular de inscripción y reinscripción de electores.

En estas regiones, la Corte Nacional Electoral, previamente a la apertura del registro de ciudadanos en el Padrón Electoral, realizará una campaña pública informativa, tanto en medios urbanos como rurales, para poner en conocimiento de la población indígena cuáles serán los asientos electorales que correspondan a las Circunscripciones Especiales Étnicas.

ARTÍCULO 25.- (COMISIONES DE DOCUMENTACIÓN)

El gobierno nacional, en coordinación con la Corte Nacional Electoral, con carácter obligatorio habilitará Comisiones en las zonas rurales y urbanas que tengan bajo nivel de registro, para documentar a la población en general sin límite de edad. Para la otorgación de los certificados de nacimiento, de no existir toda la documentación de prueba, se

lo podrá hacer con la simple presencia de dos testigos ante las oficialías de registro civil. Las comisiones de documentación se encargarán también de la dotación de la Cédula de Identidad a quienes no la tengan.

CAPITULO VI

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS

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ARTÍCULO 26.- (NORMAS DE FUNCIONAMIENTO)

La Asamblea Constituyente una vez instalada elegirá su Directorio y Comisiones, y dictará su propio Reglamento de Funcionamiento y

Debates, que establecerá todas sus normas internas y las disposiciones de nombramiento del personal auxiliar y técnico necesario.

ARTICULO 27.- (INFORMACIÓN Y CONSULTA A LA CIUDADANÍA)

Los (as) constituyentes como parte de sus funciones, tendrán la obligación de informar y consultar a la ciudadanía acerca de los contenidos de la nueva Constitución Política del Estado. Este proceso de información y

consulta deberá efectuarse a través de Asambleas en sus respectivas circunscripciones electorales por lo menos cada tres meses.

ARTÍCULO 28.- (REMUNERACIÓN A LOS CONSTITUYENTES)

La remuneración de los Constituyentes será el equivalente al 50% de la dieta que perciben actualmente los Diputados.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

PRIMERA: Se aplicarán las normas del Código Electoral, la Ley de Partidos, la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas y otras leyes, en todo lo que no contradiga a la presente Ley.

SEGUNDA: El Poder Ejecutivo garantizará el financiamiento para el funcionamiento de la asamblea constituyente, a través de la consignación en el Presupuesto General de la Nación del año 2005, una partida destinada a la elección de los Constituyentes. El Órgano Electoral elaborará el presupuesto que será presentado al Ministerio de Hacienda.

TERCERA: La Corte Nacional Electoral establecerá las condiciones técnicas para la habilitación y adecuación de las

circunscripciones especiales étnicas, integrada al proceso de actualización del Padrón Electoral, previsto en el artículo 76 del Código Electoral en vigencia.

CUARTA: La participación por usos y costumbres se establecerá mediante reglamento especial.

Remítase al Poder Ejecutivo, para fines constitucionales.

Es dada en la Sala de Sesiones del H. Congreso Nacional, a los ..días del mes de ................de 2004 años.

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Hacia una Asamblea Constituyente Soberana y Participativa

Durante tres días de septiembre, año 2004, chiquitanos, ayoreos, guaraníes y mojeños, reunidos en una misma mesa con aymaras y quechuas en Santa Cruz, comenzaron a andar la ruta hacia la fundación de un nuevo país.

Juntos, tejiendo un abanico que une a Oriente y Occidente -y mirando al país de trabajadores, gremialistas, transportistas, vecinos, maestros y jóvenes, mujeres y hombres-, más de 300 representantes de organizaciones campesinas, indígenas y originarias, comenzaron la forja de una Asamblea Constituyente verdaderamente soberana, participativa y plural.

Hay más de una década de historia y caminos recorridos en el trasfondo del Encuentro de Santa Cruz. Los tres días de diálogo -8, 9 y 10 de septiembre de 2004-, resumen tres hechos que en el pasado anticiparon el "Pacto de Unidad Programático" suscrito por campesinos, indígenas y originarios en la capital oriental.

En 1990, los hasta entonces ignorados indígenas de tierras bajas, liderados por el Pueblo Mojeño, le abrieron los ojos al país y le arrancaron al Estado el reconocimiento de sus derechos. Dos años después, en octubre de 1992, y a propósito de la recordación de los 500 años de la guerra española de conquista, los pueblos indígenas de tierras altas instalaron en La Paz la primera Asamblea de Nacionalidades indígenas.

Diez años después, en mayo y junio de 2002, campesinos, indígenas y originarios de tierras altas y bajas, en una marcha iniciada en Oriente, le escribieron la agenda al país político de entonces: Asamblea Constituyente, desmonopolización de la representación política, derechos sobre la tierra y el territorio, recuperación de nuestros re-cursos naturales y mayor participación en las decisiones políticas nacionales. El sistema político, apenas enterado de la fuerza incontestable de lo que en ese tiempo era sólo una consigna de movilización popular -la Asamblea Constituyente-, intentó

esconderla con las envejecidas artimañas políticas de su precariedad, hasta que llegó octubre, año 2003.

Hoy, cuando el calendario está a punto de devolvernos la memoria viva de octubre, y cuando el sistema político sobreviviente intenta arrancar la Asamblea Constituyente de manos de sus forjadores, las organizaciones campesinas, indígenas y originarias del país, reunidas en Santa Cruz, han decidido retomar la palabra y la acción política.

Hoy, cuando la Asamblea Constituyente ha obrado más milagros que ningún otro artefacto político -los que antes la negaban tres veces al día son ahora sus portavoces; los que aborrecían su olor a pueblo proclaman hoy su perfume; y los que la creían una torre de Babel transpiran ingeniando nuevas versiones de lo "plurimulti"-, las organizaciones nacionales campesinas y los pueblos indígenas y originarios han decidido conformar la mayor plataforma social dispuesta a devolverle al país el rostro de una Asamblea Constituyente soberana, incluyente, autónoma y fundacional.

A los simuladores de hoy, hay que recordarles que la Asamblea Constituyente no ha nacido en Palacio de Gobierno ni en los escritorios de burócratas y consultores; la Asamblea Constituyente ha nacido en las marchas indígenas, en las movilizaciones rurales y urbanas de abril y septiembre de 2000, de febrero y octubre de 2003. Desde Santa Cruz, el "Encuentro Nacional de Organizaciones Indígenas, Campesinas y Originarias" le propone al país una Asamblea Constituyente que invierta el sentido histórico de la exclusión: "LOS EXCLUIDOS NO VAMOS A EXCLUIR A LOS EXCLUYENTES"

En base a esta premisa, las organizaciones que suscriben este documento elaboraron un "Proyecto de Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente" y la entregaron al Parlamento la anterior semana.

En estas páginas se presenta un resumen del proyecto de ley.

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PROPUESTA

El rostro de la Constituyente debe ser el rostro de una Bolivia de a pie, cotidiana; debe contener pluralidad de un microbús camino de alguna provincia, lleno de mujeres, jóvenes, indígenas, campesinos, trabajadores, gremiales, vecinos, estudiantes, maestros, transportistas, los auténticos "constituyentes" del día a día: "Una Constituyente de todos, con todos y para todos".

Las conclusiones consensuadas en el Encuentro de Santa Cruz proponen una Constituyente de dos apellidos: SOBERANA Y PARTICIPATIVA. La Asamblea Constituyente tiene que ser SOBERANA porque es depositaria de la voluntad popular; debe ser autónoma respecto a los poderes constituidos y debe actuar libremente, sin subordinaciones ni condicionantes, como el máximo poder del Estado. Para no desvirtuar este principio fundamental, mientras la Asamblea Constituyente se instale y sesione, las atribuciones y facultades ejecutivas y parlamentarias deben ser restringidas.

La Asamblea Constituyente tiene que ser PARTICIPATIVA porque sólo la participación social garantiza una Asamblea útil, fecunda, integradora en su mirada de país, y capaz de reflejar la realidad nacional; debe ser incluyente porque está abierta a todos los sectores sociales, pueblos indígenas, naciones originarías y regiones del país.

La sociedad debe apropiarse -en primera persona e indelegablemente- de la Asamblea Constituyente para que ésta sea un espejo de los deseos, esperanzas y convicciones de todos los bolivianos.

La llave para una Constituyente Soberana y Participativa es el sistema de Elección. Al respecto, el "Proyecto de Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente" de las organizaciones propone una Asamblea Constituyente compuesta por 248 constituyentes elegidos a partir de la combinación de dos sistemas:

En Circunscripciones Electorales a través del sufragio universal;

Por Representación Directa a través de usos y costumbres.

La elección de constituyentes a través del sufragio universal en circunscripciones electorales deberá sujetarse a las siguientes modalidades:

• Tres (3) constituyentes por cada Circunscripción Electoral Local: Al elevar a tres los representantes de las actuales 68 circunscripciones uninominales (convertidas, bajo la propuesta, en 68 circunscripciones locales), la propuesta apunta a preservar el criterio de pluralidad, de tal forma que lo urbano y lo rural pueda estar representado sin limitaciones, permitiendo la combinación de postulaciones entre trabajadores e indígenas, vecinos y gremiales, profesionales y maestros rurales, transportistas y colonizadores.

Esta fórmula permite que agrupaciones ciudadanas, pueblos indígenas y partidos políticos puedan enriquecer la base de las candidaturas de acuerdo a una división geográfica (68 circunscripciones) que abarca, desde las particularidades locales, todo el territorio nacional.

• Dos (2) constituyentes por cada Circunscripción Electoral Departamental: Con esta participación, la propuesta pretende equilibrar el peso de las regiones. Los representantes departamentales deben ser capaces de combinar las aspiraciones regionales de las que son portavoces con una visión y una perspectiva nacional. Se trata de articular la visión de país desde lo departamental.

• Diez (10) constituyentes por Circunscripciones Especiales Étnicas en tierras bajas: Los indígenas de tierras bajas -chiquitanos, guaraníes, ayoreos, mojeños, trinitarios, tacanas, movimas, itonamas- son minorías poblacionales excluidas de las decisiones nacionales e incluso víctimas de intentos de exterminio durante la República. Bolivia se ha constituido ignorando a los pueblos indígenas del Oriente y de la Amazonía. Hoy la Constituyente representa una oportunidad para reconocer el espacio que les corresponde. Esto puede lograrse habilitando circunscripciones especiales en 4 regiones: Chaco, Chiquitanía, Amazona Sur y Amazona

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Norte. Además se, debe asignar un representante a la Comunidad Afrodescendiente.

La elección de constituyentes por representación directa a través de usos y costumbres se sujetará a la siguiente modalidad:

• Dieciseis (16) Constituyentes directamente elegidos por usos y costumbres

comunitarios: La propuesta acoge la demanda de las nacionalidades originarias en proceso de reconstitución territorial en la región andina de Bolivia, cuyos usos y costumbres y el derecho a sus Tierras Comunitarias de Origen están reconocidos en el artículo 171 de la Constitución Política del Estado.

¿Dónde debe fundarse el nuevo país?

Después de 15 años de guerra independentista, Bolivia nació en Sucre, la indiscutible Capital de la República. 75 años más tarde, La Paz se convirtió en la capital política del país. Cien años después, en Cochabamba, Bolivia comenzó a transitar una nueva fase del período democrático con la movilización urbano-popular por la defensa del agua. El Encuentro de Santa Cruz propone a Cochabamba como sede de la Asamblea Constituyente porque allí está el centro del país, la tierra que une las luchas sociales y nuestra historia.

Mujeres y jóvenes en la Asamblea Constituyente

Un nuevo país debe fundarse sobre la base de la equidad de género y el protagonismo de los jóvenes. El Encuentro de Santa Cruz propone que los partidos políticos, agrupaciones ciudadanas, pueblos indígenas y alianzas conformadas entre ellos, establezcan una cuota no menor al 50% para las mujeres en sus listas de candidatos a constituyentes. En ese mismo sentido, campesinos, indígenas y originarios consideran que debe garantizarse la candidatura de constituyentes a partir de los 18 años de edad.

Tiempo de duración de la Asamblea y obligación de informar

Los constituyentes deben sesionar durante un periodo no menor a ocho meses ni mayor a un año calendario. El país no puede darse el lujo de seguir esperando por las soluciones. La Asamblea Constituyente puede y debe delinear las bases de una nueva estructura

política, jurídica, social y económica del Estado en el menor tiempo posible.

Los constituyentes, a su vez, como parte de sus funciones y mientras dure la Asamblea, tendrán la obligación de informar y consultar a sus mandantes sobre los contenidos de la nueva Constitución Política del Estado a través de asambleas territoriales en sus respectivas circunscripciones electorales.

La Ley de Convocatoria debe aprobarse antes de diciembre

Una de las conclusiones más importantes suscrita por los representantes indígenas y campesinos reunidos en Santa Cruz es que la "Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente" debe ser aprobada por el Parlamento y promulgada antes de las elecciones municipales de diciembre de 2004.

Si dicha ley no se aprueba hasta diciembre se corre el riesgo -como dice el pronunciamiento de Santa Cruz- de que "la Constituyente se postergue indefinidamente quedando sometida al capricho de los parlamentarios, de los partidos tradicionales y del sistema político en su conjunto".

La población boliviana se reconoce como mayoritariamente indígena. Según el último Censo Nacional (INE, 2001), el 62 por ciento de los bolivianos de 15 o más años se identifica con algún pueblo originario. Desglosando las cifras, el 31 por ciento se considera quechua, el 23 por ciento aymara y el seis por ciento se identifica con otras etnias. Esto debe ser considerado y respetado decidir sistema de elección de los constituyentes.

Resumen del Proyecto de Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente

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• Elección de constituyentes: 26 de junio, 2005

• Fecha de instalación: 6 de agosto, 2005

• Duración: 8 a 12 meses

• Sede: Cochabamba

• Carácter: Soberana, Participativa, Incluyente, Autónoma y Fundacional.

• Composición: Plural, que respete la equidad de género y las mayorías indígenas; que garantice la participación de jóvenes y sectores populares urbanos.

• Edad mínima para ser candidato a Constituyente: 18 años

• Fecha límite de aprobación de la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente:

Antes de las elecciones municipales de diciembre de 2005.

Sistema de elección de los constituyentes

• 3 Constituyentes por cada Circunscripción Local: 3 x 68 : 204

• 2 Constituyentes por cada Circunscripción Departamental: 2 x 9 : 18

• 10 Constituyentes por Circunscripciones Especiales Étnicas en tierras bajas:

• 16 Constituyentes por representación directa en tierras altas: 16

Número total de Constituyentes: 248

AGENDA

Mas de 20 años de democracia no han pasado en vano porque así como la defensa del gas ha logrado unificar a amplios sectores de la población, la defensa de la tierra y las propuestas de transformación democrática unifican hoy a las organizaciones nacionales campesinas, indígenas y originarias.

Los bolivianos no necesitamos apelar a expertos y consultores extranjeros para imaginar y diseñar un nuevo país. Nuestra Asamblea Constituyente será un ejemplo a seguir para otros países en la región por su autenticidad, profundidad y creatividad. Tal como señala el pronunciamiento de Santa Cruz -"No queremos una Constituyente sólo para hacerle parches al sistema"-, la Asamblea Constituyente no debe ser un simulacro en el que se aborden simples "ajustes" al sistema político vigente: segunda vuelta presidencial, elección por voto de los prefectos o las autonomías departamentales.

Las organizaciones campesinas, indígenas y originarias proponen una agenda de profundas reformas democráticas estructurales:

1. El nuevo carácter incluyente y plurinacional del Estado, que permita la construcción de un país compartido

2. Las reformas de los poderes públicos, la relación y la efectiva independencia entre ellos, para garantizar que actúen con transparencia y que haya controles, efectivos a la corrupción.

3. La recuperación de la independencia y soberanía nacionales, para que las decisiones que nos afectan a todos no las sigan tomando organismos multilaterales y gobiernos extranjeros.

4. La profundización de la democracia participativa, la democracia comunitaria y el respeto al sistema de las naciones originarias.

5. La recuperación de la Justicia Comunitaria y los usos y costumbres, estableciendo en Bolivia el pluralismo jurídico.

6. La profundización y plena vigencia de los derechos humanos individuales y colectivos, incluyendo los derechos indígenas.

7. El reordenamiento territorial, que reconozca las autonomías territoriales indígenas y departamentales.

8. El nuevo modelo económico que reemplazará al que todavía se aplica en Bolivia con nefastas consecuencias.

9. El nuevo modelo de gestión de los recursos naturales renovables y no renovables, que garantice el control soberano y el uso sustentable de ellos.

10. La cuestión de la tierra y el territorio, para resolver con justicia su distribución y titulación.

El Proyecto de Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente fue presentado por

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el "Pacto de Unidad" suscrito en Santa Cruz entre las siguientes organizaciones:

Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia Coordinadora de Pueblos Étnicos de Santa Cruz Federación de Mujeres Campesinas de Bolivia "Bartolina Sisa" Central de Pueblos

Étnicos Mojeños del Beni Asamblea del Pueblo Guarani Movimiento Sin Tierra

Esta confluencia de organizaciones -cuyo alcance nacional podemos observar en el mapa- conformó la mayor plataforma social dispuesta a devolverle al país el rostro de una Asamblea Constituyente que debe fundar un nuevo país.

FIRMAN:

Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia-CSUTCB

Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu-CONAMAQ

Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia -CSCB

Coordinadora de Pueblos Étnicos de Santa Cruz-CPESC

Federación de Mujeres Campesinas de Bolivia "Bartolina Sisa"-FNMCB-BS

Central de Pueblos Étnicos Mojeños del Beni-CPEMB

Asamblea del Pueblo Guarani-APG

Movimiento Sin Tierra-MST

Bloque de Organizaciones Campesinas e Indígenas del Norte Amazónico de Bolivia- BOCINAB

Departamental de Trabajadores Asalariados del Campo- CDTAC

SEPARADA DE DISTRIBUCION NACIONAL

Santa Cruz, 13 de noviembre de 2003

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Manifiesto al país sobre la Asamblea Constituyente Bolpress, Santa Cruz, 14 de Noviembre de 2003

Las organizaciones de pueblos indígenas, campesinos, colonizadores, mujeres campesinas y trabajadores sin tierra, nos hemos reunido en la ciudad de Santa Cruz y arribamos a las siguientes conclusiones.

El pueblo boliviano ha demandado una Asamblea Constituyente en la que participen todos los sectores sociales y las naciones originarias. El presidente de la república, Carlos Mesa, se ha comprometido a respetar esa demanda, por lo que la legitimidad del clamor popular ya no puede ser discutida ni postergada. Debe organizarse, convocarse y realizarse la asamblea constituyente para el año 2004 indefectiblemente.

La legalidad debe adecuarse a la legitimidad del clamor popular. El Parlamento debe allanar rápidamente el camino a la Asamblea Constituyente mediante la aprobación de una Ley que viabilice su convocatoria. El pueblo, que no olvida a sus muertos, no tolerará chicanas jurídicas o recursos dilatorios presentados ante un Tribunal Constitucional manchado por el cuoteo partidario

Deben participar en la Asamblea Constituyente los sectores sociales populares, las agrupaciones ciudadanas y las naciones originarias, cuyos representantes deberán ser elegidos democráticamente a nivel local, departamental y nacional. Para esto en la convocatoria se debe eliminar el monopolio de la representación política de los partidos políticos, porque el pueblo no va a aceptar una Asamblea Constituyente manejada por los partidos tradicionales que están hundidos en la corrupción y la prebenda.

La Asamblea Constituyente debe encarar un programa de transformaciones sobre las siguientes bases mínimas: 1) un nuevo modelo económico, social, cultural y medioambiental que beneficie a pueblos, comunidades y a todos los ciudadanos 2) un

nuevo modelo de gestión social y democrática de nuestros recursos naturales, 3) un nuevo modelo de democracia participativa, para que todos los pueblos, comunidades y ciudadanos participemos en las decisiones nacionales que nos afectan, 4) la recuperación de la independencia y soberanías nacionales para que no sigamos siendo un país que dependa de las decisiones adoptadas por organismos multilaterales y poderes extranjeros, 5) la independencia de los poderes públicos para que hayan controles efectivos a la corrupción, 6) la incorporación y protección de los derechos económicos, sociales, culturales, individuales y colectivos del pueblo, 7) un nuevo modelo de Estado en el que la composición multiétnica y pluricultural no sea solamente una declaración lírica.

A todas las organizaciones sociales populares planteamos realizar una Cumbre de Movimientos Sociales para impulsar la Asamblea Constituyente, dialogando y concertando a lo largo y ancho del país sin exclusiones. La Asamblea Constituyente es un proceso de transformación nacional en el que no caben regionalismos ni racismos, fomentados desde comités cívicos elitistas y patronales que se atreven a hablar a nombre de las regiones pretendiendo acallar la voz de los pueblos.

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Documento Conclusiones de la Cumbre Social Nacional

CSUTCB, CSCB, FNMCB, BS, MST, CEPEM-B, CEPIM

Resumen de Conclusiones

Luego de la participación de 3155 delegados en nueve Cumbres Departamentales y de la finalización de la Cumbre Nacional en la que participaron 700 delegados de todo el país y de organizaciones nacionales, la Movilización por la Vida ha logrado uno de sus objetivos centrales; el del fortalecimiento de la Sociedad Civil que ha demostrado que es capaz de articularse en todo el territorio nacional y de ofrecer propuestas para salir de la crisis de Estado que sufre el país.

Propuestas básicas: MESA POLÍTICA

- La cumbre se constituye en promotora de lo Asamblea Constituyente, en coordinación con las organizaciones de lo sociedad civil, puesto que el movimiento social es fundamental paro asegurar la gobernabilidad.

- Constituir una comisión nacional redactora de la constitución representantes de las organizaciones del Estado de la sociedad civil.

- Lograr la autonomía del Poder Judicial.

- Exigir cumplimiento de garantías constitucionales, de los Comités de Vigilancia y Mecanismo de Control Social en el Ejercicio de sus funciones.

- Fortalecer y mejorar la Ley del Dialogo 2000.

MESA ECONÓMICA

- Economía mixta que recupere la soberanía del Estado, fomente el control social, sea auto sostenible y la dirección estatal.

- La eliminación de la pobreza, mediante la inclusión de la variable productiva en la estrategia boliviana de reducción de la pobreza.

- Potenciamiento productivo con énfasis en los pequeños productores y MYPE5.

- Potenciamiento del Estado como agregador económico y social.

- Apoyo y potencíamiento nacional, con énfasis en las unidades económicas de pequeña escala: medianos, pequeños y microempresas y artesanía.

- Políticas de Estado incluyentes para la Índustralización de todas las materias primas y, en especial del gas natural.

- Políticas de Estado para el desarrollo de pequeños productores.

- La Ley de contratación de! Estado deberá favorecer a los pequeños productores: cooperativos mineras MYPE5, organizaciones económicas campesinos y artesanos.

MESA TIERRA Y TERRITORIO

- Establecer un nuevo régimen agrario que incorpore integralmente tierra - territorio y desarrollo rural integral de acuerdo o nuestra cosmovisión indígena y originaria y clasista, para fines productivos y de habitat.

- Reversión de latifundios improductivos, que no cumplen la función económica y social (de los barraqueros, ganaderos, empresas agrícolas).

- Agilizar el saneamiento de oficio y la titulación tierras.

- Exigir que se destine recursos para el saneamiento interno de comunidades, sindicatos y colonias

MESA COCA

- Esta cumbre expresa su posición de absoluta condena al narcotráfico y de defensa de la hoja de coca.

- Defender la hoja de coca en base a los principios de soberanía nacional, integridad, identidad y cultural.

- Declarar como patrimonio nocional o la HOJA DE COCA, por poseer propiedades medicinales que ayudan a la salud de todos los seres humanos.

MESA SOCIAL

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- Educación fiscal gratuita obligatoria como responsabilidad del Estado.

- Segundo Congreso Nacional de Educación con participación directa de la Sociedad Civil.

- Institucionalizar todos los cargos de la educación con profesionales del área.

- Derecho a la Salud gratuita y no a la privatización de la salud.

- Estructuración de un sistema integral único de la salud sin exclusiones como política de Estado.

- Institucionalizar los cargos del sector salud a través de profesionales del sector. Derecho a la vivienda digno.

- Las políticas de construcción de viviendas deberán de incluir" la participación de mypes y grupos sociales para generar empleos del lugar.

- Acceso a tierras con valor catastral.

- Reglamentar que toda la construcción de vivienda debe de contemplar aspectos de saneamiento y contar con servicios básicos.

RECURSOS NATURALES

- Respeto a los usos y costumbres y de propiedad de los recursos hÍdricos en todo el territorio nacional.

- Generar políticas de Estado sobre el tema "Agua para los Bolivianos" eliminando la política de privatización.

MESA ALCA

- Impulsar la organización de los pequeños productores y artesanos en las ciudades y comunidades originarias para promover la exportación con cantidad y calidad.

- Apoyo efectivo del Estado o los productores agropecuarios, para abastecer el mercado interno y la exportación.

- Formar redes latinoamericanas de "comercio justo," para comercializar el producto a asociaciones de consumidores, facilitando la apertura de mercados con precios equitativos.

MESA CAPITALIZACIÓN

- Socializar la información seleccionada acerca de los danos que ha causado la capitalización,

- Exigir referéndum para definir la política de gas.

- Exigir al Parlamento la aprobación de una Ley de Hidrocarburos que restituya la propiedad de este recurso natural a dominio del Estado (Art.139 de la CPE).

ACTIVIDADES FUTURAS

- Campana de difusión e información sobre los resultados de la Cumbre en todos los sectores sociales.

- Campaña de recuperación de firmas en apoyo q lo5 resultados de la Movilización por la Vida.

- Poner en conocimiento del Sistema Político, del Congreso y de la Iglesia los resultados de la Cumbre.

La Paz 14 de agosto de 2003

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Cumbre Social: Asamblea Constituyente Popular Cecilia Arana

LP; así es (15/08/2003 10:29)

Con más de 400 delegados y delegadas de varias organizaciones sociales, se ha realizado en La Paz la Cumbre Social Nacional, los días 12, 13 y 14 de febrero. La conclusión más importante fue la necesidad de una Asamblea Popular Constituyente para refundar el país con una democracia directa. Pese al intento de silenciar la Cumbre, por parte del gobierno y los medios de comunicación, cada sector expresó su pensamiento y sus propuestas en largas horas de debate, donde se votó por ninguna resolución, sino se construyeron acuerdos comunes. El desafío en adelante es ver si las organizaciones de los 9 departamentos de Bolivia llevan las conclusiones a las bases e inician un proceso de movilización que efectivamente culmine con la Asamblea Constituyente. Hasta que llegue ese momento, queda una certeza: la gente quiere participar en la política y lo hace a su modo. Aquí algunas entrevistas a los participantes.

Con más de 400 delegados y delegadas de varias organizaciones sociales, se ha realizado en La Paz la Cumbre Social Nacional, los días 12, 13 y 14 de febrero. La conclusión más importante fue la necesidad de una Asamblea Popular Constituyente para refundar el país con una democracia directa. Pese al intento de silenciar la Cumbre, por parte del gobierno y los medios de comunicación, cada sector expresó su pensamiento y sus propuestas en largas horas de debate, donde se votó por ninguna resolución, sino se construyeron acuerdos comunes.

El desafío en adelante es ver si las organizaciones de los 9 departamentos de Bolivia llevan las conclusiones a las bases e inician un proceso de movilización que efectivamente culmine con la Asamblea Constituyente. Hasta que llegue ese momento, queda una certeza: la gente quiere participar en la política y lo hace a su modo.

Aquí algunas entrevistas a los participantes.

Lola Veliz: "Los aymaras aportan desde la estructura de los Ayllus"

Organización Jacha Carangas de todos los Ayllus de Oruro

Lola Véliz es autoridad originaria. Fue delegada para asistir a la Cumbre Departamental de Oruro donde también fue elegida a la Cumbre Social Nacional. Llegó a La Paz y se incorporó a la Mesa de Crisis Económica en la que como moderadora organizó el debate durante tres días entre unas 50 personas de todos los departamentos.

La primera coincidencia entre todos y todas fue que el modelo neoliberal causó la desestructuración del aparato productivo en el campo y en la ciudad. La mayor concentración de riqueza en pocas manos provocó el desempleo y la desintegración familiar, de ahí que pasando por una serie de temas y sectores, la Mesa concluyó que el cambio del modelo de desarrollo vigente es la tarea número uno de la Asamblea Constituyente.

En este proceso al que se introduce la Cumbre Social, Lola Veliz aportó con la orientación originaria. Estas son sus consideraciones.

"Estoy presente para cooperar en la discusión de los temas económicos porque el sector aymara organizado conoce sobre la decadencia del modelo económico".

"Es hora de que los gobernantes acepten esta decadencia porque no pueden hacer mas. Gobierno tras gobierno ha tratado de resolver la crisis económica y política, sin resultados. Ahora los aymaras de diferentes partes quieren dar su aporte desde las estructuras de los Ayllus".

"No es como unos científicos tratan de decir que el Ayllu es sólo una estructura territorial. El ayllu es una estructura completa en lo económico, político, social y cultural que engloba la administración de los recursos".

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"Por eso estoy aquí. Para que la Cumbre Nacional tenga la orientación de los originarios porque sabemos que el pueblo quiere un cambio estructural y violento".

"En la parte política tiene que tomarse en cuenta a todos los actores de la sociedad y no como hasta ahora que hemos visto una política excluyente y 'marginante' en la que unos cuantos deciden el destino del pueblo de una gran Nación".

"Hemos venido para coadyuvar a una gran unidad con el fin de que la Cumbre aterrice y desemboque en una consulta nacional que llegue a todos los rincones del país".

"Esto se va a ir construyendo poco a poco, porque estos cambios no se hacen de la noche a la mañana. Los aymaras estaremos pendientes de cómo avanza este proceso hacia la Asamblea Constituyente que es lo principal para todo lo demás".

"Sabemos que no va a ser fácil introducir el plan de los Ayllus en todo el ámbito popular. Ha de ser con calma, pero estaremos ahí".

"Este es un jalón de orejas a los que dicen ser representantes"

Vicente Muñoz es constructor tarijeño. Ha organizado cumbres provinciales en el departamento para llegar a la Cumbre Nacional como delegado elegido democráticamente. …l considera que la información es un tema clave para que la gente "decida sobre el futuro de nuestros hijos". La propuesta concreta es "cambiar el sistema totalmente a través de una Asamblea Constituyente conducida por los sectores populares". Aquí su visión del proceso de cambio.

Por qué decidió participar en la Cumbre Social?

Porque existe un vacío tremendo de la democracia representativa en nuestro país. De forma permanente se viola el derecho a la participación, a la libre expresión, al trabajo, a las diferencias y al acceso de los recursos naturales. Como sectores populares, estamos preocupadísimos al ver que en vez de soluciones sigue cundiendo ese juego de arruinar nuestros derechos en diferentes niveles. Por eso decidimos estar en esta movilización.

Uno de los temas ligados a Tarija es el gas. Cuál ha sido la posición en las cumbres

sobre la posible exportación a mercados extranjeros?

Primero se ha visto que las organizaciones no conocían cómo el Estado está manejando ese recurso natural. Hubo mucha información y en el debate hubo un calor totalmente contrario a lo que plantean ha nombre de Tarija las autoridades departamentales. Nos dimos cuenta que el gas ya no es de los bolivianos porque fue vendido por Gonzalo Sánchez en su anterior gobierno! Entonces debatimos y concluimos que antes de hablar de exportar el gas, tenemos que recuperarlo como patrimonio nacional e industrializarlo para los bolivianos.

En lo político, qué significa la Asamblea Constituyente y por qué se la propone?

La propuesta nace debido a la desesperación y a la crisis de información que crean los gobiernos engañándonos y aprobando una serie de leyes que no son consultadas. Eso ha hecho que analicemos la estructura legal del país para concluir en que no nos beneficia y por eso tenemos que cambiar desde la CPE para tener instrumentos creados y administrados por nosotros mismos, sin esperar que alguien lo haga. Esa es la única garantía de que las leyes nos van a servir

Qué papel juegan los partidos políticos de oposición en este proceso?

Los vamos a convocar para ver si es que la representación legal que tienen del sector popular es real, pero en hechos y no en dichos.

Usted cree que esta Cumbre tiene la representatividad de la sociedad que no ha tenido voz en democracia?

Según veo es un jalón de orejas a todos los dirigentes que dicen ser representantes y que conocen la realidad. Una buena parte de la sociedad está presente y tiene la misión de informar todo lo que se ha discutido a quienes no han participado. Claro que no hay una totalidad, pero quienes están, han trabajado con esa responsabilidad.

Cómo anticipa el proceso de la Constituyente a través de las movilizaciones o por vías legales únicamente?

No queremos violencia ni sufrimiento de nuestros hermanos. Justamente para que no haya mas maltrato y para que no nos digan

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ese maldicho de provocadores, es que estamos en la Cumbre construyendo el camino de la Constituyente que es el camino de nuestra libertad. Ahora, no podemos decir que no van a haber movilizaciones, dependerá de cómo toman nuestras propuestas.

***

"Vamos a quebrar la dictadura del gobierno con responsabilidad"

Patricia Tellería vino a la Cumbre Social elegida por los artesanos (pequeños productores) de Santa Cruz, sector al que pertenece por ser panificadora. De padre aymara y madre vallegrandina, migró muy joven a la capital cruceña.

En Santa Cruz, la voz de la autonomía regional es cada vez más fuerte. Pero esa tendencia responde sólo a los sectores empresariales, porque afirma Patricia las mayorías que componen el 80 por ciento de la fuerza laboral con gran participación migrante, buscan otro camino para salir de la crisis.

"Lo que pasa es que con la autonomía habría una desconcentración del poder económico hacia las mismas manos del poder de la región, pero eso no resolvería el problema de los servicios básicos, de la educación y el trabajo para el resto de la población que habita mas allá del tercer anillo en condiciones precarias".

"No puede ser que un campesino pague por electricidad mas que un poderoso del primer añillo Esas diferencias hemos discutido para plantear la necesidad de una Asamblea Constituyente, para que se democratice la economía y la política".

Patricia explica además que para su sector es esencial democratizar el crédito financiero, porque en Santa Cruz se concentra el mayor porcentaje de mora de la banca, sin embargo, a los pequeños productores no se les ha facilitado capital de inversión.

Otro de los grandes problemas es la tierra. Ella dice conocer bien a los campesinos que deambulan en los mercados porque no tienen tierras para producir. "Ese derecho tiene que contemplarse en la Constituyente para terminar de una vez con los latifundios que son propiedad de los mismos grupos de poder económico y político".

"Eso ha sucedido en Santa Rosa del Sara. Varias comunidades han sido arrinconadas porque se ha titulado a un personaje político con nuevas tierras en donde ya no se podía hacerlo". Según la dirigenta, esa verdad no se ha contado en los medios de comunicación.

La tierra, la tributación, los recursos naturales y la distribución de la riqueza componen la agenda que la delegación cruceña ha discutido en la Cumbre Social.

"Hace 18 años asumimos entrar al modelo neoliberal. Lo hemos cargado en los hombros, pero no hemos recibido ningún miserable incentivo ni cambio. Hoy decimos basta. Los partidos se han aplazado y hasta quieren meternos al ALCA, quieren vender los últimos recursos que quedan Entonces, basta. Vamos a transitar a la política de manera directa y con los nuevos movimientos sociales. No queremos otro febrero, ahora estamos organizados".

***

La APDHB cambia su razón de ser

De "bomberos" a actores políticos La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia estaba reunida cuando todavía se oían los disparos del 13 de febrero pasado. Fue ahí que, ante la impotencia de poder frenar la violencia, decidió cambiar de rol y asumir un compromiso político con el país.

"En medio de una crisis estructural ya no se puede estar como bomberos, apagando incendios", sostiene Sacha Llorentti, vicepresidente de la APDHB.

Para atacar las causas estructurales de la crisis, analizaron los defensores de derechos humanos, es imprescindible dar protagonismo a la sociedad civil a través de la participación directa en la toma de decisiones

Así empezó a engendrarse la primera Cumbre Social.

Cómo llegan a optar por la sociedad civil cuando su rol ha sido la mediación entre los sectores sociales y la clase política?

Sacha Llorentti: La experiencia de la facilitación en los conflictos nos ha dejado un saldo negativo de decenas de convenios firmados que no han resuelto nada. Nuestro análisis ha concluido que lamentablemente el

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ejercicio de la democracia representativa se limita al sufragio cada cinco años, lo que a estas alturas es absolutamente insuficiente. Si no atacamos el agotamiento del modelo económico, el colapso del sistema político y la resolución del destino de los recursos naturales, terminaremos como actores funcionales del sistema y cómplices de la crisis.

Este salto de la Asamblea puede entenderse como un protagonismo político que antes no tenía de forma tan clara

Es un salto cualitativo que abre una cuarta etapa en la trayectoria histórica de la Asamblea. Desde un principio la idea fue fortalecer al movimiento popular convocándolo para ponernos de acuerdo en temas fundamentales reconociendo además la crisis social por la que estamos pasando en la que se ve la atomización de los movimientos sociales, de obreros, campesinos e indígenas.

El cambio de rol implica una ruptura con la Iglesia Católica que se ha alineado con los sectores de poder? Esperemos que se pueda extender un puente con la Iglesia para que se puedan conciliar las propuestas en el llamado Reencuentro Nacional. Las puertas nunca han estado cerradas aunque las dos iniciativas son independientes y con diferentes protagonistas, ellos con la clase política

Y en relación al gobierno? Parece haber un rechazo mutuo

Cuando fuimos facilitadores en los conflictos no fue por pedido de los gobiernos, sino las organizaciones eran las que nos convocaban. Muchas veces hemos asistido incómodos a las mediaciones Lo que siempre ha sido bien claro es nuestro compromiso con lo que hoy se llama sociedad civil y antes se llamaba pueblo

Una de las criticas fuertes de la Asamblea es la democracia representativa, sin embargo, para llegar a la Cumbre Nacional también se

aplicó un modelo de representatividad similar al que se critica

Primero quiero explicar que se había previsto trabajar con 300 organizaciones, pero llegaron a participar mas de mil. Esa demanda de participación de la gente, nos hizo cambiar el plan de organización de la Cumbre. Fue ahí que pasamos a enfatizar en las propuestas corporativas y no en las individuales. Lo interesante es que a partir de la presencia masiva de organizaciones se produjo una elección democrática de los delegados a la Cumbre Nacional. En el camino vimos que en una reunión así tiene que haber un nivel de representatividad y que no había por qué desesperarse, la Cumbre no es el fin, sino el comienzo del cambio.

Pese al grado de representatividad en la Cumbre, se ha sentido la ausencia de algunos sectores importantes como los productores de coca y los aymaras de La Paz. Esto tiene que ver con el vínculo partidario del MAS y el MIP?

La idea es que todos los sectores se vayan involucrando en el proceso, pero obviamente las coyunturas partidarias han impedido su participación.

En todo caso, se puede afirmar que haya existido equilibrio entre delegados urbanos y rurales? Depende del departamento. Tarija y Santa Cruz ha contado con mayor participación rural que La Paz y Cochabamba. Pero más allá de la participación geográfica y sindical, hay que destacar la asistencia de indígenas a partir de una concepción territorial, de mujeres, trabajadoras sexuales, jóvenes y discapacitados, medioambientalistas, profesionales e incluso empresarios.

Cuándo usted habla del comienzo del cambio, quiere decir que se prevé otras cumbres? SÌ. La segunda Cumbre Social ya se ha planteado

http://bolivia.indymedia.org/es/2003/08/2249.shtml

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Capítulo Nº 5 Propuestas y demandas de instituciones y organizaciones nacionales, regionales

y otras

“Es evidente que todos los fines no son fines perfectos. Pero el bien supremo constituye, de alguna manera, un fin perfecto”

Aristóteles

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Introducción al Capítulo V

Como se expresa que la Asamblea Constituyente tiene que ser lo más representativa posible y

que es un espacio político, social y popular de máxima expresión de la soberanía, la libertad, la

dignidad y la justicia comunitaria, no está demás tomar en cuenta las diferentes propuestas

que se vierten al entorno de las instituciones y organizaciones nacionales y regionales del país

para que con este criterio se pueda conformar un verdadero documento de información.

Podemos basarnos en que la crisis en la cual se encuentra sumergida Bolivia no solo afecta a

las organizaciones indígena-campesinas, sino de todos y cada uno de nosotros que vivimos y

dependemos de ella.

Por tal razón en importante rescatar todas las propuestas que puedan surgir en torno a la

Asamblea Constituyente.

CEDIB

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CAPITULO 5

5. Propuestas y demandas de instituciones y organizaciones nacionales, regionales y otras

Manifesto de los trabajadores del arte y la cultura

Los sucesos que vivimos en estos días son una siniestra repetición de las prácticas de exclusión y autoritarismo de los gobernantes, que han convertido a la democracia en un espacio de prebenda, corrupción y represión. Debemos recordarle al gobierno del MNR que el porcentaje de aceptación por el que llegaron al poder, los descalifica moralmente para tomar decisiones sin consultar a las mayorías. Es obvio que este gobierno está sustentado solamente por la política guerrerista de la embajada Norteamericana. Así mismo, el concurso de sus socios del MIR, UCS y NFR en estas decisiones los convierte también en responsables directos de este genocidio.

Los vecinos de la ciudad del El Alto, armados de coraje y piedras ante tanques, helicópteros, regimientos de ejército, combaten de manera desigual por causas comunes a los bolivianos: no enajenar el gas y mejorar las condiciones de vida a la que tenemos derecho. Existe descontento en varios sectores de las Fuerzas Armadas y la policía pese al Bono de Fidelidad que instrumentó Sánchez Berzaín, estos bolivianos dignos no están de acuerdo en utilizar las armas que compra el pueblo boliviano para volcarlos contra ellos.

Los escritores y artistas del país exigimos al gobierno que abra diálogo sin condiciones, la derogatoria de la Ley de hidrocarburos, la convocatoria a la Asamblea Constituyente y que sea un referéndum el que decida la suerte de nuestros recursos naturales. Su resistencia a tratar el tema nos hace pensar que efectivamente existieron negociaciones a

espaldas del pueblo boliviano. Además debe ordenar a las fuerzas represoras que vuelvan inmediatamente a sus cuarteles para que cese la masacre.

No se puede eludir la responsabilidad que tenemos, como trabajadores del arte y la cultura, en esta contienda desigual entre el poder y los oprimidos, entre el bastón del mando (que ahora se ha convertido en un fusil de mando) y los explotados.

El poder ha profanado la vida, el derecho a la disidencia, el derecho a la protesta con balas y autoritarismo.

A los que consienten con su silencio esta masacre, a los que padecen el mal de la indiferencia les decimos: los muertos claman por este crimen disfrazado y nuestras conciencias no abran cumplido su papel, si es que no decimos nuestra palabra en esta hora aciaga.

¡ALTO A ESTA CRUZADA BESTIAL!

¡MORIR ANTE S QUE HAMBRIENTOS VIVIR!

¡MUERA EL MAR GOBIERNO!

Marcela Gutiérrez- escritora

Norma Merlo- actriz

Alejandro Salazar- artista plástico

Edgar Arandia- artista plástico

Roberto Echazú- poeta

Jaime Nisthauz- escritor

Jesús Urzagasti- escritor

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David Arequipa- familia Galán

Virginia Ayllón- escritora

Antonio Toro- artista plástico

Juan Bustillos- escultor

Cergio Prudencio- músico compositor

Rodolfo Ortiz- poeta

Jorge Campero- Poeta

Marcelo Villena- escritor

David Barrientos- arquitecto

Gustavo Cardozo- editor

Mario Conde- artista plástico

Quilco Paz- músico grupo Atajo

Sergio Mendieta- músico grupo Scoria

Humberto Quino- poeta

Esteban Ticona - antropólogo

Eduardo Espinoza- artista plástico

Benjamín Chávez- poeta.

David Mondaca- actor.

Manuel Vargas- escritor.

Blanca Wietuchter- escritora.

Jhony Quevedo- escultor.

Martín García- escritor.

Raúl Beltrán- actor.

Wilma Tapia- escritora.

Ana Maria Condori- actriz.

Jacqueline Calatayud- escritora.

Ernesto Duran- músico grupo Scoria.

Silvia Peñaloza- artista plástica.

Zulma Montero- artista plástica y poeta.

Elizabeth Machicao- fotógrafa.

Corina Barrero- poeta.

Rubén Vargas- escritor.

Jenny Cárdenas- cantautora.

Guido Arze- escritor.

Giovanna Rivero-escritora.

Omar Rocha- escritor.

Oscar Vega- editor.

Max Aruquipa- artista plástico.

Martín Céspedes- actor.

Edgar Mendieta- músico grupo Scoria.

Alberto Medina- pintor.

Ramiro Mendieta- pintor.

Maria Domínguez- música.

Isabel Domínguez- bailarina.

Raquel Romero- videasta.

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La Constituyente redefinirá el rol de la cultura (La Paz - La Razón)

Organizaciones civiles y estatales preparan propuestas para que el tema se integre al debate de la Asamblea Constituyente, pues la Cultura es más que bellas artes. La Cultura es mucho más que un simple sinónimo de las bellas artes. “Es la vida misma, la manera de vivir de los pueblos y un elemento de cohesión social”. Así piensa Fernando Cajías, viceministro de Cultura. quien sostiene que la actual Constitución Política del Estado no define, en su real dimensión, los roles y la importancia de la Cultura, esa “que es transversal a todos los aspectos de la vida de un país, tanto en su desarrollo como en su integración como nación”.

En ese sentido, varias instituciones y organizaciones culturales públicas y estatales del país están elaborando proyectos que serán presentados en la Asamblea Constituyente (que busca rediseñar la estructura del Estado y la forma de organización nacional, a través de la elaboración de una nueva Constitución). El objetivo es lograr que, desde el Estado, se reconozca a la Cultura un rol protagónico en el desarrollo social y económico del país, a través del respeto a las culturas originarias, para así impulsarla como un factor primordial en la consolidación de la unidad nacional.

Para Cajías, esa consolidación se debe basar en primer lugar en el reconocimiento y el respeto a la diversidad cultural, misma que debe ser reflejada desde el primer artículo de la Constitución, que define a Bolivia como un país multiétnico y pluricultural. “En este artículo debe añadirse el concepto y la acción de la interculturalidad, ya que no basta con reconocer que somos diversos, sino que hay que recalcar que para consolidarnos como Estado es necesario fomentar la relación, el diálogo y la complementariedad entre los bolivianos”.

Coincide con ese criterio el oficial mayor de Culturas de La Paz, Pedro Susz, quien sostiene que la Cultura no sólo es la forma en que los pueblos se relacionan con su entorno

físico, sino también cómo conviven con su entorno social, “a través de su cosmovisión histórica y de sus tradiciones que se traducen en formas de comportamientos y escalas de valores”.

Por eso, la autoridad municipal sostiene que el tema de las culturas debe ser prioritario en el tratamiento de la nueva Constitución, “ya que la misma Asamblea Constituyente es el resultado de las demandas de grupos culturalmente

excluidos que no se sienten representados en esta forma estatal y que exigen un nivel de participación que rompa con el régimen que ha estado vigente en Bolivia desde los principios de la República”. Susz añade que la nueva Carta Magna debe reconocer los derechos culturales colectivos, porque “erróneamente, la visión occidental considera que son los individuos los que detentan los derechos constitucionales y no se reconocen los derechos colectivos. Los derechos culturales se expresan de manera colectiva”.

Un Comité Organizador de Gestores Culturales, del que es miembro el ex director nacional de Patrimonio, Paz Padilla Osinaga, se reunirá el viernes en Sucre. Allí comenzará la elaboración de una propuesta cultural para la Asamblea Constituyente. “La discriminación debería ser penada y fomentar el encuentro entre diversos pueblos”. Padilla añade que la Constituyente debe reconocer a la Cultura como una forma de desarrollo humano y como factor de inclusión social, partiendo de la premisa de que cada pueblo tiene su propia forma de entender la vida.

Para el Viceministro de Cultura, el debate en la Asamblea Constituyente también deberá centrarse en un capítulo de régimen cultural, que introduzca las definiciones de patrimonio tangible e intangible. “Se deben adecuar a los nuevos conceptos de patrimonio cultural que, además de los monumentos y sitios arqueológicos, incluye el patrimonio como la manera de vivir de los pueblos”, señala Cajías.

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Además del patrimonio intangible y tangible, Pedro Susz, quien es integrante del movimiento “Para seguir sembrando, para seguir soñando”, que prepara una propuesta de cara a la Constituyente, habla de la protección del patrimonio natural, y menciona como prioridad el reconocimiento a la propiedad intelectual de los pueblos originarios en materia de medicina tradicional. “Este extraordinario acervo, no solamente las prácticas de los kallawayas sino también de otros pueblos del oriente boliviano, ha sido saqueado sistemáticamente a través del sistema de patentes por las grandes corporaciones transnacionales de productos farmacéuticos”, asegura el también crítico de cine. Él afirma que la Constitución debe crear mecanismos para establecer un plano de absoluta igualdad de oportunidades y posibilidades para el desarrollo de las culturas a través de sus rituales, religiones y lenguas.

En ese sentido, la autoridad municipal cree que un adecuado entendimiento del rol que puede cumplir la Cultura en el crecimiento del país es fundamental para el futuro. “Los planes de desarrollo que han fracasado sistemáticamente, han fallado precisamente porque se diseñan desde escritorios, sin el conocimiento de las culturas. Solamente a partir del reconocimiento de las identidades culturales se deben comenzar a diseñar planes de desarrollo económico, social y educativo”.

Complementa el criterio Paz Padilla, y señala que el concepto de Cultura para el Desarrollo debe ser parte de la nueva Constitución, bajo la premisa de “cambiar la mentalidad del boliviano para que sea un hombre productivo desde su propio entorno y cosmovisión”.

Para ello, Paz Padilla sostiene que se debe cambiar la función y la estructura cultural del país. “Que el Viceministerio de Cultura se preocupe de diseñar políticas macro y de

conseguir recursos económicos, y que no sólo se encargue de restaurar cuadros en algunas iglesias”.

La Cultura también es una preocupación de la sociedad civil

Carlos Rosso, director del Departamento de Cultura y Arte de la Universidad Católica Boliviana, sostiene que la nueva legislación deberá brindar especial atención al trabajo de las universidades del país. “Es importantísimo si éstas asumen su papel de generadoras de cultura, de nuevos saberes, de nuevas respuestas a una sociedad en crisis. Pero esto será imposible si las universidades siguen dedicadas a 'fabricar' especialistas al estilo eficientista y empresarial, olvidando su papel eminentemente humanístico de formar ciudadanos capaces de reflexionar acerca del sentido de la existencia”.

María Galindo, representante de Mujeres Creando, organización que ha comenzado a elaborar propuestas para la Asamblea Constituyente, cree que el debate cultural debe incluir temas más amplios y que abarquen las preocupaciones cotidianas de la sociedad. “Por ejemplo el servicio militar no debe ser obligatorio, que sea voluntario, o en el mejor de los casos, debe desaparecer”.

Para Galindo, la despenalización del aborto y el hecho de que “los hijos sean inscritos a nombre de sus madres”, son temas que deben resolverse desde un debate cultural más que político.

Por último, Pedro Susz señala que se debe crear un fondo de apoyo a iniciativas culturales

de la sociedad civil y un Consejo Nacional de las Culturas que establezca políticas para el ramo y mecanismos para la descentralización de la gestión cultural.

ESTUDIO La Cultura hablará de tú a tú con la economía mundial

Autoridades de América Latina y el Caribe se comprometieron a desarrollar indicadores comunes para saber cuánta riqueza produce la cultura, lo que dará armas para defenderla en las negociaciones comerciales y servirá para potenciar proyectos para su impulso.

Con los indicadores “hablaremos de tú a tú con los economistas” y se demostrará que la cultura es de vital importancia en el desarrollo y no puede ser marginada, dijo Federico Hernández, presidente del Consejo

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Nacional para la Cultura y el Arte de El Salvador.

Hernández participó en la Segunda Reunión Interamericana de Ministros y Máximas Autoridades de Cultura, realizada en México a finales de agosto, la que acordó dar vida al Observatorio Interamericano de Políticas Culturales, instancia regional encargada de los estudios sobre el valor económico de la cultura.

“El Observatorio ayudará a superar la posición marginal de la cultura en las políticas públicas, al aportar evidencias de su impacto político y social”, explicó Sofía Leticia Morales, directora de la Unidad de Desarrollo Social, Educación y Cultura de la Organización de Estados Americanos (OEA), convocante del encuentro.

El funcionamiento del Observatorio requiere 60.000 dólares que deben conseguirse. Otro de sus cometidos será proveer a los países envueltos en negociaciones comerciales de información para adoptar medidas

coordinadas y fortalecer vínculos entre investigación, políticas y prácticas culturales, dijo Morales.

La investigación (que varios países desean realizar) considera que la industria cultural tiene como “materia prima” las creaciones protegidas por derechos de autor.

Aunque los gobiernos no consideran a la cultura como una mercancía, reconocen que parte de su futuro se juega en las negociaciones comerciales.

Uno de los capítulos clave en el proceso de liberalización comercial global es el referido a derechos de propiedad intelectual, patentes de invenciones y conocimiento tradicional. Estos temas están sujetos a debate en la Organización Mundial del Comercio y reaparecen continuamente en las negociaciones de acuerdos de libre comercio.

[email protected]

http://www.bolivia.com/noticias/AutoNoticias/DetalleNoticia22537.asp

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Proyectos para convocar a la Constituyente buscan diversidad

Hasta ahora son siete. Uno de ellos, el de Hugo San Martín, busca limitar la participación partidaria. Un experto destaca la importancia de que el proceso de refundación no sea manipulado por las tiendas políticas.

Uno de los principales riesgos de la Asamblea Constituyente es su contaminación elitista o político-partidaria. En países donde ha ocurrido aquello -según el experto español Rubén Martínez Dalmau- el proceso fue "un virtual fracaso".

La única llave para garantizar que esto no ocurra es la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, trabajo que está en manos de la Comisión Mixta de Constitución del Congreso y que, hasta la fecha, ha recibido siete proyectos para analizar. De todos ellos, sólo uno incluye una propuesta de restricción para los políticos y los demás presentan distintos mecanismos de garantía para la elección de constituyentes que reflejen la diversidad del país.

"La Constituyente debe reproducir la pluralidad del país, no la composición partidaria del Congreso", señaló Dalmau.

En el país, justamente los dirigentes políticos son los que mayor interés han expresado en participar en la Constituyente, entre ellos Jaime Paz (MIR), Manfred Reyes Villa (NFR) y Evo Morales (MAS).

Los siete proyectos de ley que analiza la Comisión de Constitución fueron enviados por la Universidad Católica, la Confederación Indígena y del Oriente Boliviano (CIDOB) y los legisladores Ada Barriga, Helen Hayes, Evo Morales y Hugo San Martín.

Entre estas propuestas de ley -la elaborada por el diputado San Martín- es la única que plantea poner limitaciones para la participación de los políticos en la Asamblea Constituyente.

La restricción se encuentra en la primera disposición transitoria y dice que con el "fin de garantizar la imparcialidad y transparencia

de la Asamblea Constituyente (...) sus integrantes no podrán participar en la elección general siguiente", aunque aclara que esto sólo rige para los candidatos al Legislativo.

San Martín explica que es necesario evitar este ingreso porque "quienes establecen principios que van a implicar profundos cambios no podrían estar fabricando sus propias reglas del juego para facilitar su elección futura".

El presidente de la Comisión, Carlos Sandy, aseguró que buscarán que el país esté "representado en su conjunto y en su diversidad, incluida la élite".

"El éxito radica en la elección de los constituyentes, de tal manera que no se repita la estructura del Congreso. Será muy importante definir quiénes no deben formar parte del proceso y vamos a poner todas las restricciones para que no haya gente observada", señaló.

Cronograma tentativo

Octubre 2004 • El anteproyecto de ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente estará listo para presentarlo a la sociedad civil y debatirlo con las organizaciones representativas.

Noviembre 2004 • Se agregarán todas las correcciones que los representantes de la sociedad civil hayan hecho al proyecto original presentado por la Comisión Mixta de Constitución. Así emergerá el proyecto de ley final.

Diciembre 2004 • La Comisión Mixta de Constitución presentará la Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente al pleno del Congreso, para que sea aprobada y dé inicio al proceso.

Mayo 2005 • Se realizará la elección de los asambleístas para que empiecen a sesionar en agosto de 2005, durante aproximadamente un año, para elaborar la nueva Constitución Política del Estado.

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Algunas de las similitudes de las siete propuestas de ley presentadas a la Comisión de Constitución

La sede de la Constituyente •

Los siete proyectos de ley con los que trabaja la Comisión Mixta de Constitución establecen que la Capital de la República, la ciudad de Sucre, deberá ser la sede de la Asamblea Constituyente. Los proyectistas del equipo técnico de la Comisión, de la UCB, los parlamentarios Ada Barriga, Hugo San Martín, Evo Morales y Helen Hayes concuerdan en ello.

La fecha de la posible elección •

Seis de los siete proyectos de ley están de acuerdo en que se debe convocar a la elección de asambleístas para junio del 2005, aunque el equipo técnico de la Comisión cree que debe ser el último domingo de ese mes, mientras que la UCB propone que sea el 5 de junio. Sólo la senadora Helen Hayes considera que debe realizarse en diciembre del 2005.

El tiempo de las sesiones •

El equipo técnico de la Comisión, la UCB, los parlamentarios Barriga y Hayes y Evo

Morales coinciden en que la Asamblea Constituyente deberá durar un plazo máximo de un año, aunque el diputado del MAS pone como plazo mínimo 120 días. Los proyectistas del Cidob consideran que los constituyentes deberán elaborar la Carta Magna en 180 días como máximo.

Candidatos que se postularán •

También las siete propuestas señalan que los candidatos que quieran ser constituyentes deberán ser propuestos por partidos políticos, agrupaciones ciudadanas o pueblos indígenas. Sólo la senadora Helen Hayes estableció la necesidad de que se respeten las postulaciones mixtas, preservando el 30 por ciento de participación femenina.

Requisitos para candidatos •

Todos los proyectos establecen que los requisitos para ser candidato a la Asamblea Constituyente son los que dispone la CPE para los candidatos al Poder Legislativo, entre los que están: ser boliviano de origen, estar inscrito en el registro electoral y no haber sido condenado a pena corporal ni tener pliego de cargo o sentencia ejecutoriada.

http://www.boliviahoy.com/modules/news/article.php?storyid=8109&sb=y

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Simulacro de Constituyente apoya las autonomías (La Paz - La Razón)

Autonomías con unidad, mayor presencia del mundo indígena en las decisiones de gobierno y la anulación de la Vicepresidencia de la República, son algunos de los acuerdos a los que se arribó en una inédita simulación de la Asamblea Constituyente.

Este ejercicio académico —que fue organizado por la Unidad de Maestrías para el Desarrollo de la Universidad Católica Boliviana— se realizó cuando el país se alista para el diseño de la Ley de la Asamblea Constituyente, y antes de la elección de los asambleístas, que tendrán el trabajo de forjar un nuevo pacto social traducido en una futura Constitución Política del Estado.

La simulación, que fue clausurada simbólicamente anoche por el presidente Carlos Mesa, contó con la participación de 36 representantes de la sociedad civil, partidos políticos, organizaciones ciudadanas y representantes de pueblos indígenas. Comenzó el 16 de agosto y concluirá mañana.

Su propósito fue constituir una experiencia pedagógica en el proceso real de conformación de la Asamblea Constituyente, obtener herramientas para la toma de decisiones, identificar los problemas potenciales y conflictos que eventualmente podrían poner en riesgo la viabilidad de la Constituyente y fortalecer la democracia en el país.

Entre las conclusiones del evento —las cuales están en proceso de redacción— destaca la de respeto al tipo de Estado unitario. Los 36 constituyentes aprobaron un texto con una tendencia autonomista, pero que reafirma la unidad de la República y su diversidad cultural.

Sobre el Poder Judicial, aprobaron su carácter independiente, la necesidad de institucionalizarlo en todos sus niveles y de regular los sistemas de derecho comunitario. En cuanto a derechos fundamentales, concluyeron en definir un nuevo Régimen Indígena por el que se garantiza que se

respetan y protegen en el marco de la ley los derechos sociales, económicos y culturales de los pueblos indígenas, en iguales condiciones entre hombres y mujeres que habitan en el territorio nacional, especialmente los relativos a sus tierras y territorios comunitarios de origen, garantizando el uso y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales renovables y no renovables, su identidad, valores, lenguas y costumbres.

Sofía Céspedes, delegada chiquitana, habló con vehemencia y dijo que “nos reconocen en uno o dos artículos, como originarios o indígenas, pero la minoría nos

maneja y nosotros somos más del 60% de la población de este país, y si nosotros queremos podemos gobernarnos”.

Sobre el Poder Ejecutivo, los constituyentes resolvieron eliminar la Vicepresidencia de la República y, en su lugar, dieron luz verde a la segunda vuelta para la elección del Presidente de la República.

Gonzalo Chávez y Andrés Tórrez, de la Maestría para el Desarrollo de la UCB, informaron que el proceso previo a la Asamblea Constituyente es uno de los factores fundamentales para garantizar el éxito de su implementación. La vocación esencial del ensayo es fortalecer de manera pedagógica el proceso en marcha y el debate, dijeron.

El simulacro será utilizado como referencia para la organización de la verdadera Asamblea Constituyente.

Configuración Participantes • La tarea de configuración de la Asamblea simulada fue orientada por el principio de inclusión, basado a su vez en criterios de representación territorial y poblacional, además de criterios demográficos de edad y género. La diversidad y multiplicidad de intereses económicos, socio-culturales y políticos fueron agrupadas en: partidos políticos, agrupaciones ciudadanas, pueblos indígenas y organizaciones corporativistas.

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Algunos temas y los participantes

El ejercicio de la Asamblea Constituyente comenzó el 16 de agosto de 2004. Se prevé la redacción de la nueva CPE hasta el fin de semana.

Peligros • A juicio de la mayoría de los delegados que debatieron el artículo 171 del Título III, del Régimen Agrario y Campesino, de la Constitución Política del Estado, si la futura constituyente no logra consensos respecto a los derechos plenos de los pueblos indígenas, se ciernen peligros para la pervivencia de la República de Bolivia. Poder Judicial • Coincidieron en la necesidad de que la nueva Carta Magna establezca la urgencia de su institucionalización de este poder, así como la regulación del derecho comunitario.

Recursos naturales • Aprobaron el uso racional y el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales renovables y no renovables (como el gas natural) existentes en todo el país.

Conformación • La Asamblea Constituyente simulada estuvo conformada por 36 constituyentes escogidos en base al principio de inclusión, representación territorial y poblacional, además de criterios demográficos de edad y género, según los organizadores. Afrobolivianos • A los delegados que ensayaron la Constituyente, se sumó la Comunidad Afroboliviana a través de Natividad Arrascaita.

Entidades representadas • C. Cívico de Chuquisaca, Fejuve de El Alto, Foro Político de Mujeres, DDHH, Sin Tierra, Coordinadora del Gas, Asociación de Productores de Cbba., C. Cívico de Tarija, C. Cívico de Potosí, Nación Camba, CEPB, COB, Cainco, CSUTCB, colonizadores, cocaleros, gremiales LPZ, Pequeña Industria, CIOEC, ganaderos, Conamaq, Quechua Cbba., CAOB-Quechua Cbba., CSUTCB–Aymara La Paz, CSUTCB–Afro Aymara La Paz, CIDOB Moxeño, APG Chaqueño, CIDOB- chiquitano, Qharaqhara Potosí, APG Guaraní, CIDOB Pando.

Partidos políticos • ADN, MNR, MIR, MAS, NFR, MBL, MIP, UCS, PS y MSM. (Fuente UCB)

Mesa urge cambiar la CPE para que represente a todos

El Mandatario reiteró su respaldo a este proceso, siempre y cuando sea decidido mediante la Asamblea Constituyente.

“La sociedad ya no se siente plenamente representada por la actual Constitución Política del Estado”, dijo ayer el presidente Carlos Mesa durante el acto de clausura simbólica del simulacro sobre la Asamblea Constituyente, que se realiza desde hace 12 días en la Universidad Católica.

Frente a los constituyentes, que desde el 17 de agosto debaten sobre las reformas constitucionales que deberían ejecutarse mediante la verdadera Asamblea, que debería comenzar a sesionar en un año, reconoció que de principio no apoyaba este mecanismo, pero que los acontecimientos sociales que derivaron en la revuelta del 17 de octubre del año pasado cambiaron su posición y ahora lo impulsa por mandato popular, al igual que lo hizo con el referéndum del gas.

“Es un compromiso que llevaré hasta las últimas consecuencias”, dijo el Jefe de Estado. Después de felicitar a los organizadores por la iniciativa y a los asistentes por el compromiso con que trabajaron en estas dos semanas, señaló que coincidía con una de las conclusiones centrales a las que arribaron los asambleístas: el impulso de las autonomías preservando la unidad nacional.

“Creo en las autonomías”, dijo Mesa y reflexionó, sin embargo, sobre la necesidad de que este proceso sea decidido en el marco de la Asamblea Constituyente y no en otro foro, como plantearon los cívicos del país solicitando al Gobierno la realización de un referéndum para las autonomías el 5 de diciembre, conjuntamente la votación para las elecciones municipales.

“No se puede aplicar la Constituyente en un solo departamento”, insistió. Posteriormente, dijo que tenía la certeza de que la Asamblea Constituyente, al igual que se hizo en el ejercicio académico, estará conformada por representantes de toda la sociedad, ya que las tendencias hegemonistas terminaron desde octubre del año pasado.

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Además, señaló que el objetivo de la Constituyente es “construir juntos un nuevo país, tratando de sobreponernos a los intereses particulares”.

Reconoció que este proceso no será fácil, pero dijo estar seguro de que será exitoso por la madurez que ha demostrado la población en otras circunstancias, como el referéndum. El Presidente recibirá una copia de las conclusiones del encuentro, las mismas que comenzarán a redactarse a partir de mañana, cuando concluyan oficialmente las 12 sesiones de la Asamblea Constituyente promovida por la Unidad de Maestrías para el Desarrollo de la Universidad Católica Boliviana.

Entrevista

“Este ejercicio asegura que la Constituyente es viable”

Andrés Tórrez, coordinador del simulacro de la Asamblea Constituyente.

¿Qué resultados se consiguió?

Hemos contribuido a incorporar a la agenda pública la preocupación y reflexión sobre la Constituyente. Observamos el comportamiento de los delegados (y sus

organizaciones). Detectamos las tendencias y alianzas probables en temas concretos. Conocimos sus demandas de asesoramiento técnico, sin dejar de lado su identidad propia.

¿Los resultados son representativos?

Son de nuestra realidad y en la medida en que la selección de asambleístas ha consultado a las organizaciones, el método es lo más cercano a la Constituyente.

¿Debilidades y fortalezas que se encontró?

Posiblemente se ha dado un sesgo regional, (otra) es el énfasis que hemos puesto en la representación por regiones en desmedro de la representación de los grupos de interés, políticos y económicos.

Las fortalezas: se advierte sobre temas de interés público y aclara las tendencias; alerta sobre los conflictos latentes más agudos; avisa sobre los territorios de consensos amplios y casi seguros; revela qué instituciones y qué temas son de interés común, guía a los agentes de decisión del Estado y alerta sobre las posibilidades de manipulación de los asambleístas. Este ejercicio disminuye la incertidumbre, asegura que la Constituyente es viable, es posible, se va a llevar a cabo.

http://www.bolivia.com/noticias/AutoNoticias/DetalleNoticia22273.asp

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Presentan proyecto para Asamblea Constituyente Nacional

La saliente Comisión Mixta de Constitución entregó este miércoles a la directiva del Congreso Nacional el proyecto de Ley de Convocatoria de la Asamblea Constituyente, instancia que tendrá a su cargo la reforma total de la Constitución Política del Estado.

El ex presidente de la Comisión, Morgan López, explicó que en el documento se establece que la Constituyente sesionará en Sucre, por un plazo máximo de un año calendario a partir de la fecha de su instalación.

El Congreso Nacional durante el tiempo que sesionen los asambleístas no podrá, "excepcionalmente", reformar la Constitución, precisó López.

De acuerdo con el documento, la representación popular en la elección de los constituyentes se ejercerá a través de los partidos políticos, agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas que cuenten con el reconocimiento de su personalidad jurídica por la Corte Nacional Electoral (CNE)

Quienes postulen a constituyentes, deberán cumplir con una serie de requisitos como comunicar 90 días antes de la fecha de la elección su intención de participar en ese proceso a la CNE; presentar una propuesta o

proyecto de reforma constitucional y en el caso de agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas deberán cumplir con una cantidad mínima de firmas.

En la circunscripción departamental deberán acreditar como mínimo el registro de formas equivalentes al 1% del total de votos de la última elección nacional, mientras que para la circunscripción uninominal la cifra será del 2%.

Se estableció que el registro de libros e inscripciones se regirá bajo la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Originarios.

De acuerdo a criterios de igualdad, equidad y división política se estableció que la Asamblea Constituyente debería estar conformada por "181 ó 172 miembros". Según López, de ese número de asambleístas, 90 serán elegidos por departamento en forma igualitaria y 68 por circunscripción uninominal y no habrá postulación para suplentes. El documento fue entregado formalmente a la presidencia del Congreso Nacional y la cámara de origen para su tratamiento será la del Senado.

http://www.elmundo.com.bo/Secundaria.asp?edicion=12/08/2004&Tipo=Nacional&Cod=1682

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Estado Mayor del Pueblo: EL ESTADO PARA TODOS Conclusiones de la reunión de Sucre del 30 de mayo al 2 de junio

COMISIÒN POLÍTICA

El Estado Mayor del pueblo ha decidido construir un Estado multinacional pluricultural socialista comunitario democrático con dignidad participativa, respeto mutuo entre naciones originarias, obreros, trabajadores

por cuenta propia, clase media y pueblos mestizos.

Estamos seguros que “No existe política social sin la participación activa de los movimientos sociales, menos si estos no están organizados y unificados”.

COMISIÓN ECONÓMICA

Planteamos una política con base en la cosmovisión andina que nos permita generar una economía de reciprocidad y redistribución, permitiendo por vez primera la soberanía alimentaría, para lo cual se hace

imprescindible la recuperación de nuestro territorio y sus recursos naturales como el gas, petróleo, bosques, agua, etc y tener un control vertical y transversal de nuestros pisos ecológicos.

TIERRA TERRITORIO

Propuesta estratégica

Debemos construir una propuesta unitaria de “Ley de Tierra y Territorio”. Recuperar el concepto integral del territorio: suelo - subsuelo y sobresuelo. El territorio implica el derecho propietario colectivo sobre la tierra y los recursos naturales renovables.

El territorio implica también el control sobre los recursos naturales no renovables compartido entre el nuevo Estado y las comunidades locales. Eliminación del régimen de concesiones sobre los recursos naturales

por ser una forma de enajenación y privatización.

Eliminación del sistema de Superintendencias, especialmente las de recursos naturales. Inmediata reversión de latifundios improductivos y anulación de títulos fraudulentos de grandes propiedades.

Los territorios indígenas y originarios deben constituir la base para un nuevo ordenamiento territorial del país.

Construir un nuevo Estado Multinacional que reconozca las autonomías indígenas

LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Se define que la Asamblea Constituyente: Es un espacio político, social y popular de máxima expresión de la soberanía, la libertad, la dignidad y la justicia comunitaria. Emerge de la voluntad popular convertida en expresión de “poder”. Es la Asamblea de Representantes del Pueblo elegidos

democráticamente por Regiones, Naciones y Organizaciones Sociales. Funciona como expresión natural del Pueblo organizado y triunfante por lo que adquiere el Poder extraordinario para construir una sociedad en un Nuevo Estado Popular y Democrático.

¿POR QUÉ SE JUSTIFICA?

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Por la profunda crisis de representación política antiética y por la constante corrupción practicada por el Sistema Político tradicional.

Por el inhumano y desbastador modelo económico aplicado en el país desde el año 1985, cuyas nefastas consecuencias afectan y

comprometen la soberanía, independencia y futuro de la sociedad nacional.

Por la exclusión y discriminación sostenida en contra de las Naciones Originarias del Estado boliviano durante toda nuestra historia y vida republicana.

¿PARA QUÉ LA CONSTITUYENTE?

Para construir un Estado Multinacional respetando y reconociendo la Multiculturalidad.

Para que tengan legítima representación y expresión cultural todos los marginados social y políticamente.

Para crear un Nuevo País con Justicia Social que además incorpore los valores de reciprocidad y redistribución económica.

Para construir una sociedad con pleno acceso a la justicia y de pleno respeto a los derechos humanos.

Para construir una conciencia política cuya base esté sustentada en el servicio a los demás y no en servirse de los demás, generando también una mayor participación directa del Pueblo en la nueva vida política.

http://www.masbolivia.org/publicaciones/bolinformativo4p2.htm

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Ansiedad de Cambios

Molina, Fernando

Después de los sucesos de octubre, las páginas de los periódicos se han visto inundadas de propuestas de cambios legales, económicos y políticos. Pero, ¿son realmente estas transformaciones las que la sociedad demanda? Un experto en opinión pública nos da una inquietante respuesta Además, le presentamos una guía para orientarse en el laberinto de las sugerencias.

Las evaluaciones sobre los sucesos de octubre coinciden en diagnosticar que la sociedad boliviana está harta de las instituciones políticas actuales, furiosa por el modelo económico, en especial en lo que respecta al manejo de los recursos naturales, y ansiosa de cambios, todo lo cual explicaría la profusión de conflictos y la caída del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. El presidente Carlos Mesa ha enfrentado esta

situación estableciendo una agenda de trabajo que podría conducir a una serie de cambios drásticos, como la sustitución de la Ley de Hidrocarburos de 1996, el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre el Estado y la economía, y la transformación completa, en la Asamblea Constitucional, de la organización de Bolivia. En consonancia, intelectuales de diferentes orientaciones han salido a la palestra periodística en las últimas semanas, para proponer todo tipo de reformas legales, políticas y económicas. Vivimos lo que el teórico Orrin Klapp llamaba una periodo de "apertura" a las innovaciones, un tiempo en el que las sociedades pierden el miedo a lo nuevo y se inclinan por salidas e ideas que en el pasado hubieran sonado exóticas e imposibles.

¿QUÉ CAMBIOS?

Sin embargo, los cambios que demanda la sociedad no necesariamente son los que creen los intelectuales. El sociólogo Julio Córdova, que desde hace años monitorea las pulsaciones de la opinión pública en la empresa Diagnosis, dirige regularmente grupos focales en El Alto y otros lugares del país. El considera que si bien la gente tiene una indudable "demanda de cambio", ésta no se refiere a las estructuras económicas y sociales, como suponen los intelectuales. "Lo que la gente busca es el cambio de los valores y de las personas", explica Córdova.

Parece que los ciudadanos no se apasionan por las discusiones sobre procedimientos y tributos en la que ahora están enzarzados los columnistas del país. Y que tampoco se interesan excesivamente en las formas en que se elabora las políticas nacionales, porque lo que de veras cuenta para ellos es quiénes elaboran esas políticas. Y ahí es donde desean aplicar el cambio. Quieren nuevas personas, una nueva generación de dirigentes y líderes del país.

Esta es la razón por la cual la gente, según Córdova, no se orienta a las salidas revolucionarias, como ya han detectado varias encuestas. La mayoría no ve con esperanza a los movimientos sociales que han conmocionado al país por la sencilla razón de que no confía en sus dirigentes, a los que considera otros políticos igual que los tradicionales, aquejados de la misma crisis de valores (falta de honestidad y transparencia) que consume a todos los bolivianos (y no sólo a los políticos).

"Para la gente no hay héroes y villanos", dice Córdova, y por eso es difícil que se incline a pensar que la insurrección y la toma del poder por parte de los movimientos sociales serán una panacea. La población más bien las verá como una amplificación de los conflictos sociales, frente a los cuales mantiene una relación dual: por un lado, los rechaza por el perjuicio que implican; por otro lado, está dispuesta a embarcarse en ellos, siempre y cuando le permitan obtener algún beneficio grupal o personal.

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QUÉ HACE DEL CAMBIO ALGO REAL?

Esta lectura tiene implicaciones muy importantes. Por un lado, significa que la causa de la caída de Sánchez de Lozada no fueron las políticas que el ex presidente quería ejecutar, sino la aversión a su figura y a lo que ésta personificaba para el pueblo: toda una generación de políticos decadentes. Personificación que se hizo insoportable cuando a ella se añadió la idea del "asesinato". Esta última asociación es la que transformó la sensación de frustración que embargaba a los habitantes de La Paz en una furia decidida a todo.

Otra consecuencia de la interpretación de Córdova es que, puesto que el problema es la falta de ética de los hombres, el cambio que cuenta para la gente es, en la perspectiva histórica, el cambio del hombre (por fuerza un proyecto de largo plazo, que debe realizarse en la escuela y en el hogar). En la perspectiva cotidiana, lo que cuenta para las multitudes es lo concreto, la mejoría tangible de las condiciones de vida.

Por ninguno de ambos conceptos la sustitución de Presidente, hace un mes, representó un cambio real para el ciudadano de a pie. Tampoco serán cambios reales una

nueva ley de hidrocarburos, o una nueva Constitución, ni siquiera un gobierno indígena, si al mismo tiempo éstos no se traducen en: a) nuevos líderes honestos y responsables y/o b) una mayor calidad de vida. Los cambios de las estructuras políticas y económicas deberían verse como la preparación de las condiciones que permitirán la satisfacción de las necesidades reales de la gente, antes que como la solución de estas necesidades.

Ansiedad —o, con más precisión, demanda— de cambio hay, pero no del cambio que muchos creen. Lo que nos conduce a identificar la causa que ha producido este período de "apertura a las innovaciones" en el país. Se trata, dice Córdova, de la frustración. La gente siente que hace ya mucho que está estancada, que no puede avanzar en la vida. Y se desespera, porque entiende que las cosas siempre serán iguales, y que tampoco le será posible encontrar compensaciones en su futuro o en el de sus hijos. Y es justamente la gente desesperada ("desesperanzada") la que, en ciertas condiciones, puede estar dispuesta a matar y a morir.

Posibilidades de organización del país

Régimen unitario

Centralismo actual Descentralización Régimen federal*

Elección parcial** de poderes nacionales

Elecciones municipales

Impuestos nacionales

Impuestos municipales

Elección plena** de poderes nacionales

Elecciones de prefectos

Elecciones municipales

Impuestos nacionales

Impuestos departamentales

Elección plena** de poderes nacionales

Elecciones de prefectos Elecciones de diputados regionales

Elecciones municipales

Impuestos nacionales Impuestos regionales Impuestos municipales

Page 277: Dossier Ac

Leyes nacionales

Servicios nacionales

Servicios municipales

FFAA. nacionales

Policía nacional

Recursos naturales: del Estado nal. y la región

Educación nacional con la infraestructura administrada por los municipios

Idioma y cultura nacionales con aceptación de otros

Impuestos municipales

Leyes nacionales

Servicios nacionales

Servicios departamentales

Servicios municipales

FF.AA. nacionales

Policía nacional

Policía departamental

Policía municipal

Recursos naturales: del Estado nal. y la región

Educación nacional, con administración plena del departamento o municipio

Idioma y cultura nacionales con aceptación de otros

Leyes nacionales Leyes regionales

Servicios nacionales

Servicios regionales

Servicios municipales

FFAA. nacionales

Policía nacional Policía regional Policía municipal

Recursos naturales: de la región y del Estado nal.

Educación nacional Educación regional con administración municipal

Idioma y cultura nacionales Idiomas y culturas regionales

* Régimen federal: Si las delimitaciones regionales de basan en etnia y cultura = república autonómica Si las delimitaciones regionales de basan en política y economía = república federal

** Elecciones parciales de los poderes nacionales = diputados plurinominales sin renovación de cámaras y con cuotas en los otros poderes

Elecciones plenas de los poderes nacionales = diputados uninominales con renovación de cámaras y sin cuotas en los otros poderes.

Posible temario de la Asamblea Constitucional

Gabriel Peláez César Tito Melean Germán Gutiérrez

Roger Cortés Álvaro García Linera

Forma del Estado (unitario o federal)

Descentralización (autonomías)

Régimen de propiedad de los recursos naturales y

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Forma del gobierno (representativo o participativo)

Sistema de gobierno (presidencialista o parlamentarista)

Régimen económico Partidos políticos

Otros

Tierra y territorios

Control de los recursos naturales

Reforma política de los tres poderes, los partidos, las FF.AA y la Policía

otros

Organización del Estado (órganos de gobierno)

Instituciones del Estado (procedimientos de gobierno)

Fuente: Publicaciones de prensa - Elaboración propia

Fuente: Publicaciones de prensa - Elaboración propia

Page 279: Dossier Ac

Capítulo Nº 6 Pronunciamientos a favor o en contra de

la asamblea constituyente

"No existen países pequeños. La grandeza de un pueblo no se mide por el número de sus componentes, como no se mide por su estatura

la grandeza de un hombre"

Victor Hugo

Page 280: Dossier Ac

Introducción al Capítulo VI

Siendo que Bolivia es un Estado donde se practica la Democracia, en el presente Dossier es

necesario tomar los puntos que de alguna u otra manera se encuentran a favor o en contra de

que se lleve a cabo la Asamblea Constituyente.

Dentro de los pronunciamientos a favor existe la expresión de que ha comenzado el proceso

hacia la Asamblea Constituyente pensada como el espacio abierto, participativo y democrático

para transformar al Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el

funcionamiento efectivo de una democracia participativa en el país.

Pero, por el lado de los que se encuentran en contra afirmar que como la Constituyente es la

voluntad política cuya fuerza o autoridad es capaz de adoptar la concreta decisión de conjunto

sobre el modo y forma de la propia existencia política, determinando así la unidad política del

Estado (Karl Schmidt). No podemos delegar ingenuamente esta obligación a unos cuantos

representantes.

La fundamentación de todos los pronunciamientos pueden ser afirmativas, desde el punto de

vista doctrinario o conceptual, pero la realidad que expresa Bolivia y la actual coyuntura ve la

imperiosa necesidad de que se lleve a cabo la Asamblea Constituyente mediante un poder

originario y soberano.

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CAPITULO 6

6.1. Pronunciamientos a favor de la Asamblea Constituyente

Después de los trágicos días de octubre, la Asamblea Constituyente

GRADUADOS GPP - MPD - UCB

El siguiente es un esbozo de las preocupaciones del grupo de graduados de Maestrías para el Desarrollo de la Universidad Católica sobre los últimos acontecimientos políticos en el país y sus derivaciones, en particular lo que atañe a la prevista Asamblea Constituyente. Como lo anuncia, el grupo está elaborando subsiguientes artículos.

Los trágicos acontecimientos del pasado octubre han sacudido las débiles estructuras de una democracia con apenas dos décadas de vigencia. El gobierno que terminó no supo dar respuestas a problemas como la marginalidad y exclusión de las grandes mayorías que, aunque suene irónico, se supone constituyen la base fundamental del andamiaje democrático. La denominada democracia pactada recibe un duro golpe que es el producto, por una parte, de su accionar traducido en cuoteo prebendal del aparato estatal, corrupción e impunidad y, por otra, del desempleo y pobreza extrema.

Hoy nos preguntamos ¿cómo atender estos problemas?, ¿cómo resolverlos cuando el modelo económico, que se aplica con una disciplina ortodoxa desde 1985, ha originado una progresiva contracción del aparato productivo?, ¿qué modelo económico es el más aconsejable para cerrar la brecha de inequidad entre ricos y pobres? Los fatídicos días de octubre han puesto en la mesa del debate aspectos que pueden definir la viabilidad de nuestro país. Como nunca antes, se han exacerbado sentimientos latentes de carácter económico, cultural,

regional y étnico, que amenazan seriamente la integridad de nuestra nación.

Escenarios

Como consecuencia de esta difícil situación, consideramos posibles los siguientes escenarios:

Podemos imaginar una Bolivia renovada, fortalecida y más soberana, donde la ley se cumple, es productiva, con tierra para todos y con un futuro cierto y esperanzador para sus nuevas generaciones. Una República que encara su porvenir decidiendo libremente sobre el uso de sus recursos naturales, con una nueva ley de leyes y con mayor inclusión social, reconociendo las mismas oportunidades para las diferentes etnias y culturas que la componen. Con un Estado que avanza firmemente hacia una descentralización plena, pero que ratifica la existencia de una Nación Boliviana basada en intereses fundamentales en común.

Por otra parte, podríamos enfrentar un proceso de desintegración social y territorial. Esto puede que de rive en la creación de republiquetas, que obviamente atraerían la atención y el interés de países vecinos predispuestos a anexarse nuevos territorios; o puede ser que los intereses en juego y los eventuales efectos de desestabilización en la región, hagan posible una intervención extranjera para pacificar el país y restaurar el orden. Esta intervención podría terminar en la instauración de un gobierno militar, avalado por aquellos intereses

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transnacionales. Entonces, proponemos trabajar por un país en continuidad democrática, con nuevas oportunidades de desarrollo que enfrenta sus problemas con decisión. Creemos que gobernantes y gobernados debemos buscar juntos soluciones que, por más difíciles que parezcan, nos permitan transitar el camino de la refundación de un país que garantice la integridad nacional en la diversidad. Con un proceso de empoderamiento y participación directa de la población y las regiones, que, hoy por hoy, se sienten excluidas y marginadas, para lograr la legitimación de la autoridad. Con poderes democráticos caracterizados por la acción de servicio público a favor de la ciudadanía. Con una revolución moral que recupere los valores de los bolivianos, hombres y mujeres, tan venidos a menos en estos últimos cincuenta años de vida republicana.

La agenda nacional de esta coyuntura es muy amplia, temas importantes y urgentes, grandes y pequeños, se mezclan y sobreponen; pero consideramos que nuestro avance hacia el futuro se resume en las tareas necesarias para llevar adelante la Asamblea Constituyente, donde tendremos la oportunidad de pensar y definir el tipo de sociedad y país que queremos empezar a construir, las características del nuevo gobierno descentralizado, la forma en que utilizaremos nuestros recursos humanos y naturales para nuestro desarrollo, las reglas que regirán tanto las relaciones entre los habitantes de Bolivia cuanto las relaciones del país con la comunidad internacional. Muchos temas, muchos intereses, muchas expectativas.

Gran Acuerdo Nacional

Enfoquemos nuestro esfuerzo en hacer posible y participar de la Asamblea Constituyente. Para ello, no queda otro camino que el de la concertación, la suscripción de un Gran Acuerdo Nacional que incluya una agenda mínima de consenso, a la que todos nos comprometamos, aceptando y cumpliendo las políticas y medidas que sean

necesarias. El Gran Acuerdo Nacional debería incluir un pacto fiscal que garantice los recursos económicos necesarios; un pacto social que logre el apoyo de todos los actores y sectores de la sociedad boliviana y un pacto político que garantice la gobernabilidad y cumplimiento del periódo constitucional hasta agosto del año 2007. La cuestión de los hidrocarburos, como una de nuestras principales riquezas, estará presente como uno de los temas transversales. Enfrentamos un tiempo de incertidumbre debido a que, para llegar a una salida razonable de la coyuntura, es necesario que una variedad de hechos ocurran en el orden y momento adecuados, y nuestra capacidad como sociedad para enfrentar un reto de semejante magnitud estará a prueba. Debemos embarcarnos en una labor propositiva que coadyuve al cumplimiento de las condiciones mínimas que permitan al país avanzar hacia el futuro. Un proceso que tendrá como primer gran resultado la suscripción de un nuevo Contrato Social entre los bolivianos.

Una oportunidad

Tener un norte claro es una oportunidad que debemos aprovechar. La realización de la Asamblea Constituyente puede ser el evento que inicie finalmente nuestra marcha hacia un destino nuevo prometedor, pero este acontecimiento depende de las acciones y de las esperanzas de todos, a esas acciones y a esas esperanzas debemos sumarnos.

- Los criterios expresados en este documento no comprometen la opinión de la Dirección de Maestrías para el Desarrollo, ni el de las Autoridades de la Universidad Católica Boliviana.

* GRADUADOS EN GESTIÓN Y POLITICAS PÚBLICAS, MAESTRIAS PARA EL DESARROLLO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA BOLIVIANA.

© DICIEMBRE DE 2003 [email protected] - GRADUADOS [email protected]

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Asamblea Constituyente y los partidos políticos

Sánchez, Prudencio

Los partidos políticos vigentes hoy se arrogan la única representación social y política de qué hacer sobre la problemática del Estado y por lo tanto del Gobierno y de sus instituciones.

La primera Asamblea Constituyente y siguientes reformas constitucionales han obedecido a intereses de grupos sociales dominantes y agrupaciones político partidarias que representaban y representan esos intereses. Se observa así el alejamiento institucional y normativo para con los intereses del pueblo en su conjunto y muy particularmente de las clases sociales marginadas, tanto de obreros, campesinos, de comunidades indígenas, y otros sectores sociales que no se sienten representados por este sistema de gobierno y de la forma del tipo de Estado vigente.

El Estado boliviano desde su fundación como República independiente, libre y soberana de acuerdo con la primera Constitución de 1826, surgida precisamente de esa Asamblea Constituyente, asume una tendencia profundamente liberal, en lo político-ideológico como en lo económico.

Tanto la base económica como la superestructura política-jurídica respondían precisamente a los intereses de grupos privilegiados muy pequeños y selectos, expresados en liberales y conservadores, quienes se dedicaron a una política gubernamental de carácter entreguista, enajenador y ya transnacional, a pesar de la prohibición patrimonial de carácter personal o familiar de la república establecida en los artículos 2º y 1º de la primera y segunda (1831) Constitución.

Y a lo largo de nuestra historia nacional, Bolivia como Estado ha sido objeto de la administración política y económica de forma patrimonial, de carácter personal y de familias expresadas en el sistema de partidos

políticos, contradiciendo así los mandatos constitucionales; después del rescate de la democracia de manos de la dictadura militar y de los intereses de grupo, la democracia formal con los partidos políticos, que son los responsables de conducir el destino de nuestra sociedad hacia el objetivo del bienestar poblacional, fue incumplida, entonces ¿será el sistema de partidos políticos una necesidad ineludible?

Ahora bien, la crisis político-partidista ocurrida en octubre del 2003 plantea la reorientación o el fin de los partidos en su práctica política; con este propósito, es reformada la CPE mediante Ley 2631 del 20 de febrero de 2004, y sancionada por Ley 2650 del 13 de abril de 2004, por lo que el carácter y naturaleza del Estado boliviano debe buscar una dirección Representativa-Participativa y de un Estado Social-Democrático de Derecho. En ese sentido, la conducta privilegiada de los partidos políticos debe cambiar.

Pero cuando todos plantean la organización de una nueva forma de Estado, sin duda todavía existe una vaga idea de la participación real en esta democracia formal, ya que el Estado nacional boliviano actual debe ser sustituido por un Nuevo Estado Multinacional de Nueva Democracia real, modificándose en este sentido la CPE, donde la representatividad y la soberanía residan verdadera y legítimamente en el pueblo a través de un Mandato Imperativo. La misma al ser incumplida por el mandatario, que sea sujeta a la revocatoria de ese mandato imperativo. Finalmente, como se ve, no hay la necesidad del fraccionamiento o de la desintegración territorial formulados por los intereses de grupos regionales como por el sistema de partidos tradicionales, ya que la unidad se encuentra en el Estado Multinacionalitario.

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La Asamblea Constituyente: el tiempo de la sociedad civil GARCÍA ORELLANA, ALBERTO

Es importante pensar la AC como un espacio público real de encuentros y desencuentros entre lo social y lo estatal que permita un "nuevo pacto" sobre la institucionalidad necesaria. Pero más allá de este principio de reconciliación, la AC tiene que ser entendida como una forma de organizar el conflicto que a través de la política hace posible la escenificación posiciones disímiles

Indudablemente la política boliviana se caracteriza por la paradoja de las consecuencias. SI hace años atrás los partidos políticos eran fervientes opositores de abrir el sistema político, ahora, a marchas forzadas y como resultado de las movilizaciones sociales iniciadas a partir del año 2000, acabaron siendo los "artífices" de profundizar la apertura de la representación y la participación política. La "desmonopolización" de la representación partidaria, la Asamblea Constituyente, el Referéndum, entre otros, incorporados en la reciente promulgación de la Constitución Política del Estado, introducen nuevos contenidos en el entendimiento de la democracia y de lo político.

Dentro las discusiones que se van entretejiendo sobre la Asamblea Constituyente (AC), la corriente institucionalista es la que viene cobrando mayor fuerza en la interpretación y análisis sobre el tema. En esta línea desde diferentes frentes (gubernamentales, organismos políticos, cívicos, intelectuales, etc.), todavía de manera inicial, se vienen ensayando variadas conjeturas respecto a las características de la AC: los mecanismos jurídicos, la organización, la representación, el número y forma de elección de los constituyentes, la agenda de temas a tratarse, etc. Asimismo, vienen sacándose a la luz los temores existentes sobre la "inmadurez" de la sociedad civil para ser participe de un proceso trascendental, un espacio privilegiado de políticos ilustrados y, que por tanto, podría llevar a la corporativización, la fragmentación y el desvanecimiento de la unidad nacional.

A pesar del desconcierto, ciertamente ya existe esclarecimiento sobre el hecho de que la AC es un órgano colegiado, representativo y extraordinario con el objeto de elaborar la nueva Constitución Política del Estado. Sin duda un paso vital para encontrar la luz al final del túnel. En rigor, hasta aquí, la AC sigue siendo un problema de perfeccionar la ingeniería institucional encajonado en al ámbito del Estado que compete a los gobernantes y de manera secundaria a los gobernados.

Más allá de éste enfoque, sin duda importante, la AC es también una representación colectiva que la sociedad ha ido construyendo para que su vigencia, ahora formalizada en la Constitución, adquiera la validez real y necesaria como resultado de la disputa de la pluralidad política que colectivamente los actores sociales presentan en el espacio público. Las movilizaciones sociales de abril y septiembre del 2000, y de febrero y octubre del 2003, han generado en el imaginario colectivo la certeza de que la democracia no es una realidad alejada o extraña a lo social, y que la política no es un ámbito diferenciado de la sociedad sino que emerge de ella.

Por ello, la AC tendría que posibilitar avanzar, por una parte, en la desestatización de la política es decir, en la expropiación de la política a una elite de políticos y su recuperación por parte de la sociedad civil y; por otra, en la politización de diferentes asuntos en la esfera pública, antes privilegio de unos cuantos y circunscrito a la maniobra y la discrecionalidad. No se trata con ello de desterrar a estos del poder político, sino de comprender que el poder político es un espacio vacío que circunstancialmente es llenado por los diferentes actores políticos y sociales, como resultado de una constante lucha discursiva y de hegemonía.

Bajo este matiz, la AC representa un espacio de confrontación y consenso, esto es un momento de bastante intensidad política que permite configurar un espacio común que compartimos todos los bolivianos para definir

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las bases de un nuevo ordenamiento jurídico, pero que sólo es posible a través de la confrontación abierta respecto a las maneras o formas de organizar ese Estado (democrático, liberal, multiétnico, federal, etc).

De este modo, no se puede anular anticipadamente la validez o no de las distintas demandas o posiciones que diferentes organizaciones sociales, cívicas y políticas vienen expresando sobre la futura organización del Estado y la democracia. Será la discusión pública y la solidez de las posturas las que irán definiendo el establecimiento de acuerdos y consensos futuros.

Por ello, es importante pensar la AC como un espacio público real de encuentros y desencuentros entre lo social y lo estatal que permita un "nuevo pacto" sobre la institucionalidad necesaria. Pero más allá de este principio de reconciliación, la AC tiene que ser entendida como una forma de organizar el conflicto que a través de la política hace posible la escenificación posiciones disímiles y, consiguientemente, su estabilización en consenso de reglas y escenarios institucionales como nueva Constitución Política del Estado.

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Plantean que la nueva Bolivia tenga estructura autonómica Guísela López R.

Debate. Comenzó la discusión sobre cómo debe ser configurado el nuevo país a partir de los cambios emergentes de la Constituyente. EL DEBER identificó cuatro proyectos e hizo debatir a sus autores.

Aporte ciudadano. Álvaro García Linera (der.), Juan del Granado, Juan Carlos Urenda y Sergio Antelo, explicaron y debatieron sus proyectos de cómo debe ser el nuevo país para los próximos 100 años

Todos los males del Estado boliviano, que pasan por la ineficiencia, burocracia, corrupción, exclusión, etc., tienen como origen la forma centralista en que fue estructurado desde su creación como república. Y, con la apertura constitucional para la creación de la Asamblea Constituyente, está llegando el histórico momento de cambiarlo.

¿Cómo será la nueva Bolivia? ¿Cómo será el nuevo proyecto de país para los próximos cien años? Hasta hoy, la Constitución Política del Estado (CPE) reza que está constituida en república unitaria y, en toda su historia, ha tenido un solo gobierno centralizado.

El cambio fundamental está dirigido a crear e implantar una nueva estructura que descentralice el país. EL DEBER identificó cuatro planteamientos concretos sobre cómo debería organizarse el nuevo Estado boliviano; tres de ellos coinciden, con diferencias de fondo y forma, en la creación de autonomías, en tanto que el cuarto planteamiento se restringe a la creación de un modelo de Gobierno para una sola región de cinco departamentos (Santa Cruz, Tarija, Chuquisaca, Beni y Pando). Dos de las ponencias corresponden a pensadores cruceños y las otras dos son de autores cochabambinos que radican en La Paz.

El sociólogo y analista político Álvaro García Linera plantea la creación de “Autonomías Indígenas”; el constitucionalista Juan Carlos Urenda Díaz, propone la conformación de “Autonomías Regionales”; el abogado y alcalde La Paz, Juan del Granado, sugiere la creación de la “Federación Boliviana de Municipios y Comunidades Originarias”; y, el

arquitecto Sergio Antelo Gutiérrez propone que cinco departamentos (los que conforman la denominada media luna) formen un “Estado asociado con Bolivia”.

En EL DEBER, los cuatro proyectistas, con visiones críticas similares sobre el pasado y presente de la forma en que se administró el país, lanzaron sus propuestas para la transformación de Bolivia.

Frente a frente, los exponentes hicieron relucir las tendencias que tienen, unos por defender el respeto a las regiones y otros por defender el respeto a las culturas originarias del país.

García Linera hizo hincapié en la necesidad de terminar con la exclusión social e incorporar a las culturas originarias en la nueva estructura del Estado, argumentando que se trata del sector mayoritario de la población nacional (62% según el último censo).

En esa defensa de las mayorías étnicas, García Linera y Del Granado coincidieron, anque tienen propuestas muy distintas. Los dos calificaron el actual Estado boliviano como racista y excluyente y creen que las reformas estructurales deben orientarse hacia una representación étnica y cultural acorde con la presencia indígena (sólo quechuas y aimaras suman el 55% de la población boliviana). Las propuestas de Juan Carlos Urenda y García Linera, basadas en la creación de autonomías, aunque la primera (de Urenda) pretende que sean regionales o departamentales y la otra (de García Linera) que sean indígenas, podrían armonizarse. Los mismos autores lo reconocen y no dudan en la posibilidad de unirlas. “Es posible encontrar una ingeniería que combine, o una forma para que las autonomías departamentales incluyan a las autonomías culturales”, señaló García Linera. Urenda tampoco vaciló en respaldar ese criterio. “Considero que es posible que ambas propuesta coexistan y se pueda estructurar un diseño con base en las dos (propuestas de autonomías), señaló el constitucionalista, pero aclaró que es prematuro pretender

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consensos cuando recién empieza el proceso de debate sobre el futuro país.

Tres de los cuatro proyectistas (excepto Sergio Antelo) encontraron cuatro coincidencias en el diagnóstico que marcará el punto de partida para el trabajo, que ellos mismos denominaron, de “ingeniería o arquitectura constitucional para la futura Bolivia”: El Estado es exageradamente centralista, es imprescindible reformarlo, es excluyente y la solución pasa por implantar procesos de autonomías. El debate se enriqueció en el momento en que comenzaron a cuestionarse entre ellos los detalles de las ponencias. García Linera se mostró más concertador y analítico en sus críticas. En tanto que Sergio Antelo, radical protector del territorio cruceño de la presencia de emigrantes occidentales, defendió a ultranza su tesis de que Santa Cruz es una nación y que tiene el derecho de libre determinación. Juan Carlos Urenda, que tiene proyectado hasta los detalles de cómo deben crearse las autonomías, hizo eco de sus conocimientos sobre las experiencias de países europeos y latinoamericanos que han tenido proceso exitosos de transformación hacia las autonomías.

Del Granado comenzó aclarando que su plan de creación de la Federación Boliviana de Municipios y Comunidades Originarias, no es un programa empaquetado y definido, sino una propuesta para que la sociedad civil la discuta. “Queremos que sea un elemento de discusión ciudadana”, apuntó.

Antelo no dudó en ironizar la tendencia, de dos de los exponentes, indentificada con la población indígena boliviana. Cuestionó a las Organizaciones No Gubernamen-tales que trabajan en la defensa de los derechos territoriales de las comunidades originarias, acusándolas de estar financiadas por Estados Unidos. “Declaro y estoy de acuerdo de que los indígenas tengan tierras en cantidad suficiente, pero que no se los use como instrumento o con la finalidad de preservar parcelas importantes de bosque amazónico en beneficio de los países imperiales y a costo cero”, criticó y no dudó en afirmar que en Santa Cruz existen falsos grupos de aborígenes que fueron creados por instituciones estatales. “Hay un montón de tribus cruceñas inventadas, que no corresponden ni siquiera a sus poblaciones

reales. Por ejemplo, los guarayos, que ya no son indígenas porque tienen karaoke. Esa población no pasa de 500 familias y tienen 20.000 km2”, denunció y admitió haber sido autor de asentamientos similares. “Cuando yo era jefe en Cordecruz, instalé tribus en el Norte, eran chocos, lo juro por mi sagrada madre”, declaró. García Linera le dio la razón en cuanto al fenómeno de inventar etnias para distribuir tierras, pero defendió la presencia indígena en Santa Cruz, citando el censo de 2001 (del INE) que identificó el 20% de la población cruceña como originaria.

Antelo retrucó las cifras y dijo que calcula un 5% de población indígena en Santa Cruz. “El 95% de nuestra población es mestiza, incluso los chiriguanos”, insistió.

Autonomías departamentales

El abogado constitucionalista parte de un hecho histórico para proponer la creación de las autonomías departamentales; rememora que los departamentos del país, con excepción de Beni, Pando y Oruro, son anteriores a la república y esos 180 años no se pueden desconocer.

Según su análisis, el boliviano tiene un arraigado sentimiento de pertenencia a la tierra y exige el respeto a los límites fronterizos que dividen el territorio nacional. “Las autonomías deben tener el ingrediente de profundizar la democracia y de incluir aquellos sectores que han estado, históricamente, postergados en el estado republicano boliviano”, apuntó.

Considera que la creación de gobiernos departamentales garantizará eficiencia en la administración pública, legitimidad de la representación porque serán elegidos mediante voto directo (prefectos y miembros de las asambleas departamentales) y mayor participación ciudadana.

Urenda incluye principios fundamentales para el funcionamiento de las autonomías regionales. El de voluntariedad está referido a la libertad que tienen los departamentos de volverse autónomos; aquellos que quieran seguir siendo unitarios están libres de asumir esa determinación.

Para no tener problemas de gobernabilidad con los municipios, incluye el principio de subsidiaridad, que le permitirá al regimen

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municipal la mayor cantidad de competencias.

PROPUESTA

Estructura. Crear los gobiernos departamentales a partir de la modificación de la Constitución. Elegir por voto directo a los prefectos y miembros de la asamblea departamental. Dotar a los gobiernos departamentales y a las asambleas departamentales de competencias definidas para su organización y desarrollo departamental y territorial.

Principios. Voluntariedad, subsidiaridad, solidaridad, eficiencia y control, integral e incluyente y democrático.

Objetivos. Eficiencia, legitimidad de representación, control de recursos y participación eficiente.

competencias. Los gobiernos y las asambleas departamentales serán responsables de organizar sus instituciones de autogobierno, ordenar su territorio, obras públicas de interés departamental, políticas de educación y salud en concurrencia con los municipios, agricultura y ganadería de acuerdo con la ordenación de la economía, etc.

Juan del Granado Abogado cochabambino. Siendo diputado impulsó el juicio contra Luis García Meza. Es alcalde de La Paz

Federación de municipios

Partiendo de que su propuesta de estructura del país forma parte de un proyecto para la refundación de Bolivia desde los municipios, Juan del Granado quiere que desde la Asamblea Constituyente se cree la Federación Boliviana de Municipios y Comunidades Originarias.

Se trata de un proyecto político y partidario, del Movimiento Sin Miedo (MSM) que lidera el alcalde paceño.

Argumenta que el espacio local debe servir como punto de partida para diseñar la nueva Bolivia. “Es en los municipios donde se pueden identificar, de manera más precisa, las identidades étnico-culturales y regionales. Ahí se pueden ejercer mejor los mecanismos de autodeterminación ciudadana y donde se pueden desplegar las iniciativas de la comunidad”, detalló el político.

A diferencia de las otras tres propuestas, Del Granado sugiere cambios estructurales de tipo político y económico para el nuevo país. Argumenta que el centralismo secante y el modelo económico neoliberal son autores del deterioro social, económico y político de la nación. El aspecto económico fue motivo de cuestionamientos por parte de otro expositor que considera que las políticas económicas son definidas por cada gobierno.

Sustenta que la creación de un nuevo modelo económico debe estar fundado en la autogestión productiva que se base en la recuperación de la propiedad estatal imprescriptible e inalienable de los recursos naturales, además de la revalorización de la empresa pública cogestionaria.

Las propuestas

Estructura. La Federación Boliviana de Municipio y Comunidades Originarias deberá articular dos niveles de gobierno: El nacional (bajo su cargo las FFAA, los grandes lineamientos económicos, relaciones internacionales y otras). La instancia municipal, donde los actores son locales, con especial participación de las comunidades originarias.

Principios. Dos principios fundamentales: La autodeterminación ciudadana y la soberanía popular no delegada; y la autogestión económica y productiva junto a una renovada eficiencia estatal. Los principios deberán estar guiados por el trato igualitario a todas las personas y grupos de la sociedad.

Reformas. Reformas constitutivas para modelar el nuevo Estado, crear un nuevo modelo económico y establecer la planificación estratégica del Estado. Reformas estructurales para cambios profundos, y reformar orgánicas para un Estado eficiente y eficaz.

Sergio Antelo Es arquitecto cruceño. Desempeñó funciones jerárquicas en la ex Cordecruz. Es impulsor de la Nación Camba - Estado asociado con Bolivia

El proyectista parte del principio de que Santa Cruz es una nación y que tiene el derecho de libre determinación. Además, su propuesta está diseñada para Santa Cruz, Tarija, Chuquisaca, Beni y Pando.

El modelo de Estado que plantea “es autonómico de plataforma federal, múltiple y

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asimétrico”. Antelo dijo que su plan tiene por objetivo establecer negociaciones igualitarias con el Estado boliviano, con el propósito de crear un Estado asociado con Bolivia.

Argumentó que federalismo asimétrico significa la unión de dos estados independientes que se asocian federativamente para construir una sola unidad estatal, pero sólo en aquellos aspectos que les son afines.

Antelo explicó que se podría formar un Estado independiente, que defina su propia estructura de gobierno y que goce de soberanía plena sobre sus asuntos internos. Además, que participe en igualdad de condiciones con el Estado con el cual se asocie, mediante un pacto para el logro de fines comunes.

Según el autor, la ventaja de su propuesta es que puede ser planteada abierta y públicamente en la Asamblea Constituyente y que se puede expresar mediante un referendo. Sin embargo, Antelo expresó escepticismo sobre la realización de una Constituyente en el país, argumentando que “no es conveniente para los cruceños ir a una Asamblea Constituyente porque es una minoría diferenciada”.

Propuesta

Estructura. Un poder legislativo formado por una asamblea nacional federal (provincias, departamentos o regiones). Una asamblea de los productores (con los factores de producción). Y una asamblea de las nacionalidades (con chiquitanos, guaraníes, quechuas, etc.). Un poder ejecutivo compuesto por un consejo federal. Un poder judicial con su asamblea.

Municipios. Que los gobiernos municipales gocen de amplia autonomía sin dependencia del poder central. Asuman competencias optativas de acuerdo a su capacidad de gestión. Cada uno elaborará su propia carta orgánica.

Economía. Los recursos de explotación de recursos naturales, previo descuento de costos operativos, se distribuirá el 30% para el departamento productor y el saldo para toda la república. Los recursos provenientes de rentas y aduana deben distribuirse en

similar porcentaje para el departamento y la república.

Alvaro García Linera Sociólogo y matemático cochabambino. Es docente universitario, conferencista y analista político en medios de prensa

Autonomías indígenas

El sociólogo plantea la creación de autonomías indígenas como un estado multinacional y multicivilizatorio para reivindicar a la población mayoritaria boliviana que, por más de un centenario, ha vivido al margen de las decisiones políticas. Para García Linera, el Estado boliviano es monocultural y ha estado dominado por la civilización “castellana-hablante mestiza”.

Además que a esa característica se sumó una segunda falla estructural del Estado que quiso ser liberal, con una estructura económica que también chocó con las culturas.

En su análisis previo, observa tres salidas a lo que él denomina un “desencuentro entre la vida estatal y composición socioeconómica del país”. La primera opción es seguir con la Bolivia vigente. Para García Linera eso significa negar o simular un reconocimiento de la diversidad étnica, cultural y lingüística, pero trazando políticas de extinción, ya sea vía la exclusión coercitiva de esas identidades o por medio de su devaluación simbólica que empujen a estrategias de autonegación étnica. La otra opción es el potenciamiento de proyectos de autonomía nacional indígena que den lugar a la formación de nuevos ejemplos de composición mayoritaria indígena.

La tercera alternativa, que la considera carente de traumatismos culturales, es la de diseñar una nueva estructura estatal o la construcción de un estado multinacional y multicivilizatorio.

Propuestas

Características. La creación de autonomías indígenas puede variar según la extensión territorial de la identidad cultural, la densidad demográfica y los grados de politización étnica y nacionalitaria que han atravesado las distintas colectividades. Las más grandes. Para las dos grandes comunidades lingüísticas (aimara y quechua) se requiere de una modificación sustancial de la

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estructura organizativa general del Estado, que pase por el reconocimiento, por ejemplo, al derecho de la nacionalidad aimara, a la autonomía política como parte del Estado boliviano. las más pequeñas. En el caso de la identidades étnicas reducidas, una capacidad mínima de autogobierno regional, capaz de garantizar el desarrollo de la cultura, la ciudadanía multicultural y el ejercicio democrático de los derechos políticos diferenciados susceptibles de quebrar la exclusión actual.

¿Las autonomías en el referendo del gas?

La propuesta de crear autonomías departamentales o regionales en el país, de Juan Carlos Urenda, tiene un componente adicional. El abogado pretende que en el próximo referendo, en el que se le consultará a la población boliviana sobre el destino para

el gas, se incluya la consulta con respecto a las autonomías “Un referendo cuesta tanto como un proceso electoral, por lo tanto hay que aprovecharlo. ¿Por qué no preguntarle a la población si quiere que su departamento se vuelva autonómico?”, comentó el jurisconsulto y anunció que pretende que el gobierno de Carlos Mesa incluya, en el referendo vinculante, dicha consulta. El también abogado y alcalde de La Paz, Juan del Granado, cuestionó la propuesta. “No puede haber un referendo previo a la Asamblea Constituyente para reformar la Constitución”, apuntó, argumentando que la crisis de la estructura del Estado no requiere de reformas parciales.

Urenda retrucó la observación y justificó la desconfianza que tiene de que la Asamblea Constituyente apruebe la creación de autonomías en la nueva Carta Magna.

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Oriente y occidente están divididos Guísela López R.

Las posiciones regionales vuelven a denotar antagonismo entre oriente y occidente. Esta vez la divergencia es acerca del tipo de modelo de administración del Estado que se pretende adoptar a partir de los cambios que se introduzcan en la Asamblea Constituyente en el país.

La dirigencia sindical habla idiomas distintos en las dos regiones. En la Central Obrera Boliviana, cuya sede es La Paz, no quieren oír de autonomías, porque consideran que es un tipo de estructura que fragmentará al país. Mientras que la Central Obrera Departamental está plenamente identificada con la propuesta cívica cruceña de impulsar las autonomías. La dirigencia nacional laboral considera que la nación debe seguir siendo centralista.

Los campesinos liderizados por el también diputado Felipe Quispe, tampoco están de acuerdo con el modelo de descentralización propuesto por los cívicos. En el Movimiento Sin Tierra sostienen que la propuesta autonomista está impulsada por un grupo de élite de la sociedad, sin representación social.

En tanto que la dirigencia empresarial, cívica y laboral cruceña está unida en un mismo discurso: Autonomías departamentales, como un modelo de descentralización radical.

Este es otro aspecto más que divide criterios en el empresariado nacional. Mientras que los cruceños impulsan el proceso autonomista, los paceños se oponen, plantean que el país siga siendo centralista y que solamente se impulse el proceso de descentralización iniciado en los 90.

La propuesta cruceña es avanzar sobre la base del proceso de descentralización (en salud y educación) iniciado en la década pasada. El objetivo es crear gobiernos

intermedios a través de la descentralización política y administrativa de los departamentos, es decir, autonomizarlos.

Las autonomías no deben tener enfoque regional

A partir de modificaciones en la Constitución Política del Estado, a viabilizarse a través de la Asamblea Constituyente, el ministro de Participación Popular, Roberto Barbery, pretende impulsar la profundización de la Participación Popular en el país. La autoridad está convencida de la necesidad de la creación de gobiernos departamentales que se manejen bajo un regimen autonómico, con prefectos y consejeros elegidos democráticamente.

Sin embargo, Barbery no está de acuerdo la creación de autonomías departamentales o de descentralización impulsadas o promovidas por algunas regiones del país. “Es un error plantear el debate desde una perspectiva regional. El enfoque debe ser universal para que todas las regiones tengan las mismas posibilidades de prosperar”, apuntó.

Según el ministro, es necesario demostrar a todos los ciudadanos que las autonomías y la descentralización son aspiraciones comunes a todas las personas que participan de un regimen democrático. Esa forma de estructura de un Estado, es más democrática y permitirá que las autoridades logren mayor legitimidad (serán elegidas directamente) y medios para atender las necesidades de sus habitantes. Barbery anunció que desde el Ministerio de Participación Popular, promoverá un proceso de concertación de propuestas, considerando que hay distintas posiciones respecto de cómo debe ser la estructura del país.

http://www.eldeber.com.bo/20040307/santacruz_4.html

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Hemos llegado a la Asamblea Constituyente Vesna Marinkovic U.

Ha comenzado el proceso hacia la Asamblea Constituyente pensada como el espacio abierto, participativo y democrático para transformar al Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento efectivo de una democracia participativa en el país. Hemos llegado a la Constituyente como consecuencia de un proceso de agonía del sistema de democracia representativa y después de un proceso violento como lo fue octubre demandando la ruptura con el orden instituido. Por ello no cabe que la Asamblea sea el espacio para terminar "los pendientes" del modelo neoliberal.

Sin embargo, en este proceso de instauración de la Asamblea Constituyente, ya hay varios buitres afilando las uñas para adueñarse de ella y hacerla funcional a sus intereses: la Embajada Americana, políticos de viejo cuño y hasta rutilantes intelectuales de seño fruncido han comenzado a utilizar la Constituyente como el espacio generador o regenerador de poder junto a un grupo importante de excluidos convencidos de sus derechos y agobiados de tanta exclusión.

El problema esta, ahora, en la aprobación de una Ley de convocatoria a la Asamblea Constituyente que sea realmente incluyente de las grandes mayorías y resulte, en la practica, funcional a sus demandas de participación y equidad. Que sea propositiva y generadora de un cambio de la institucionalidad del Estado pero también de las relaciones de este con la sociedad civil. Por el momento y por la cantidad de instituciones que han comenzado a apropiarse de la Asamblea Constituyente, podemos pensar que hay demasiadas manos metidas en un solo plato como para producir buenos resultados. Por otro lado, tanta preocupación sobre el tema, hasta produce susceptibilidades acerca de las oscuras

intenciones de aquellos que inicialmente rechazaron la Constituyente y hoy la asumen como bandera de lucha política. También hay desconfianza sobre aquellos que, a partir de un discurso casi fundamentalista, sobre el Imperio y sus secuaces, aspiren a posicionarse en los espacios de la Constituyente para terminar utilizando al objeto de sus discursos, es decir, a los pobres y excluidos con fines personales, de liderazgo, de estrategia política y paradójicamente, de obediencia al Imperio fomentada desde una postura aparentemente"extremista" pero sin plantear algo contundente sobre la naturaleza de la Asamblea, su composición o el sistema de elección de los constituyentes. Los hay también aquellos que se mueven en el esquema de "inteligencia y contrainteligencia", llevando y trayendo información favorable a las estructuras de poder y posibilitando que la Asamblea Constituyente se convierta en un espacio a fin para un nuevo "espectáculo de participación" como lo fue el Referéndum, boicoteándolo desde el fondo. El tema es que no creo que esta vez un nuevo espectáculo democrático pueda ser tan inmobilizador como lo fueron los resultados del Referéndum. Esta vez es probable que el pueblo no acepte un nuevo engaño y asuma medidas extremas. Por ello es que deberíamos exigir un manejo realmente transparente de la Asamblea Constituyente, sin exponernos a nuevas mentiras y a nuevas violencias. Ahí estamos todos, todos con la responsabilidad que nos toca en este proceso de construcción de rutas. El problema es que hace falta consensos, consensos también a nivel mundial para optar por aquella ruta que sea, finalmente, el camino hacia cambios de verdad. Por el momento siento que continuamos transitando los insondables caminos del fraude y la mentira.

http://www.bolpress.com/asoliz.php?Cod=2002082642

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Asamblea Constituyente y el diamante de la reforma política

CORTÉS HURTADO, RÓGER

Como asiduo contribuyente al tema aquí tratado, el autor, que lo viene discutiendo desde hace tiempo, destaca la contradicción del MAS al oponerse ahora a la des monopolización de los partidos políticos para inscribirse en una línea política que se suponía no era la suya.

La constitucionalización, la preparación y el funcionamiento son tres marcas decisivas para que la demanda social de Asamblea Constituyente y el compromiso gubernamental de atenderla puedan realizarse. Apenas una semana atrás, este momento parecía prácticamente resuelto, pero ahora más bien semeja un espejismo casi inalcanzable

La constitucionalización

La liebre saltó por donde menos se esperaba y ha sido el MAS el que ha decidido aparecer como máximo representante de los partidos para negarle a los bolivianos un derecho largamente madurado y proclamado, que es el de contar con mecanismos de representación política que no se limiten a los partidos políticos. La única manera en que la Asamblea Constituyente puede funcionar apropiadamente y encontrar la representatividad necesaria es abriendo las puertas para que los candidatos a asambleístas puedan surgir de cualquier grupo o sector y no obligatoriamente de los partidos, como impone actualmente la Constitución vigente. Esto lo sabe y dijo entenderlo el MAS, cuando con los demás partidos aprobó por unanimidad en la Comisión de Constitución un proyecto de reforma constitucional que introduce la Asamblea Constituyente y rescata unas catorce reformas de la Ley 2410 (ley de necesidad de Reforma), entre las que se encuentran la desmonopolización y otros derechos y garantías, además de la limitación a la inmunidad parlamentaria. Ahora, que retrocede y se presta de vocero a las tendencias más conservadoras del Parlamento, reconoce que ha cambiado de actitud porque la desmonopolización podría

afectar sus planes electorales. Teme que si los electores pueden escoger entre candidaturas partidarias y no partidarias se inclinen por las últimas. ¿ Qué derecho tiene el MAS o cualquiera de los otros partidos de privar a los bolivianos de la más amplia posibilidad de elección de representantes? ¿ En qué momento el MAS se asimiló a la tradición vertical, autoritaria y excluyente de la partidocracia que dice combatir? ¿Cuándo dejó atrás su compromiso con los movimientos sociales, para ampliar la vida democrática y superar el formalismo de sus prácticas actuales?

Como el MAS es consciente de que si continúa sustentando esta posición, habrá roto radicalmente con los principios que le dieron vida, intenta hacer creer que es posible aprobar una ley interpretativa que excepcionalmente desmonopolice la representación para la elección de asambleístas. Este razonamiento es falso y algunos dirigentes del MAS que habían planteado antes esa posibilidad lo saben, porque ya lo han discutido y analizado anteriormente. Concretamente, en el caso del proyecto de ley interpretativa que presentaron, con su artículo 6, donde señalan que "los partidos no tendrán incidencia en la Asamblea" se les ha hecho notar que además de los graves problemas de redacción de ese artículo, en el hipotético caso que se aprobara, carecería de valor jurídico, porque ninguna ley - ni siquiera una ley interpretativa- puede sobreponerse a la Constitución vigente que en sus artículos 222 y 223 obliga a que la representación popular se ejerza exclusivamente a través de los partidos. La única manera de cambiar esa situación es reformando esos artículos de la Constitución. Ninguna ley interpretativa puede cambiar eso y, si de alguna manera funcionara uno de los famosos "acuerdos políticos" tradicionales para conseguirlo, el Tribunal Constitucional se vería obligado a observar y anular cualquier ley que viole la Constitución.

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El diamante

Esta es la expresión, el diamante, empleada por el viceministro de justicia para calificar a la desmonopolización, aprobada en la ley de necesidad de Reforma; es decir, aprobada por la partidocracia que tanto condena el MAS y a la cual prometió combatir y no imitar. La calificación de diamante no es excesiva porque, realmente, es el cambio más promisorio al sistema político boliviano y una de las opciones ciertas para impulsar que el sistema de partidos y, en general, de representación adquiera alguna capacidad de reforma. Hasta ahora, todas las promesas de cambio, elecciones internas, democratización y otros cambios ofrecidos por los partidos terminaron en tristes parodias debido, entre otras cosas, a que el ordenamiento legal les garantiza que los electores están obligados a recurrir al menú que ellos ofrecen, aunque nos cause nauseas.

La desmonopolización abre las puertas a que aparezcan candidaturas de agrupaciones ciudadanas, e inclusive candidaturas personales que, cumpliendo con el requisito de contar con un determinado apoyo ciudadano expresado en firmas, puedan competir con los partidos por cualquier cargo electivo. Esta disposición existe en la Constitución de otros países y no garantiza, en absoluto, que existan y se presenten estas candidaturas independientes, como lo ha mostrado la práctica, cuando más reivindica el derecho de cada ciudadano a poder terciar, sin las mediaciones de un sistema partidario enormemente debilitado, en la constitución de los poderes públicos. En los hechos no significa atentado alguno contra los partidos y, más bien, puede estimular y facilitar cambios internos entre ellos que favorezcan, higienicen y fortalezcan el sistema de representación.

Algunos representantes del MAS han expresado su pleno acuerdo con la desmonopolización y han hecho saber que no se identifican con la posición "oficial" que está tratando de escamotear 4a modificación constitucional más significativa de los últimos años. Si estos representantes son congruentes con su posición, el MAS tiene ante sí uno de los desafíos más importantes, que significa el de cumplir compromisos, inclusive si suponen la posibilidad de que afecte a su propia organización. Las

organizaciones son medios, no son fines, y el fin de una organización política popular es ampliar y profundizar la democracia, no restringirla, no mezquinarla, no retacearla.

Desmonopolización vs. corporativismo

Además del valor democrático de la desmonopolización, su necesidad es imperiosa para la Asamblea Constituyente, porque ha sido la monopolización vigente la que impelió a movimientos sociales y laborales a plantear la habilitación de representaciones corporativas, al no estar dispuestos a escoger a sus asambleístas de listas partidarias. La desmonopolización es la única vía cierta para que todos los sectores puedan ponerse de acuerdo en que la elección secreta, directa y universal es el mecanismo más apropiado para constituir la Asamblea.

La elección no se contrapone a los mecanismos corporativos, o comunitarios, porque, como lo hemos visto reiteradamente en nuestra historia, las comunidades o corporaciones pueden recurrir a sus propios usos y costumbres para designar (este es el tema de fondo: designación vs. elección) a sus candidatos, pero para habilitarlos o inscribirlos como candidatos válidos para todos, necesitarán respaldarlos con un cierto porcentaje de firmas, y para convertirlos en asambleístas necesitarán, igual que cualquier otro, contar con los votos necesarios. Esta es una verdadera forma combinada (primer paso, designación interna de acuerdo a usos y costumbres, segundo paso, habilitación legal y elección que no atenta contra ninguna identidad) que permite equilibrar las demandas y expectativas. Con la desmonopolización puede llegarse a un acuerdo para. también superar las demandas de cuotas que han planteado algunas agrupaciones para diferentes sectores. Las cuotas nos llevarían a un auténtico e infernal laberinto del que resultará imposible salir, cuando la preparación de la Asamblea nos exige que fortalezcamos las tendencias de acuerdo y convergencia y no los particularismos. Si todos los candidatos se habilitan con un sólo método y todos se eligen uniformemente, lo que cada sector debe buscar es calidad en su representación y entrenamiento de su capacidad para lograr acuerdos y alianzas con otros grupos. No podemos olvidar el magnífico ejemplo de los

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indígenas del oriente de nuestro país, que pese a ser una de las minorías numéricamente más pequeñas del país, ha conseguido resultados tan importantes en la anterior reforma constitucional y en la elaboración de leyes, inclusive cuando no contaban con ningún representante propio en los poderes estatales. Esa experiencia puede y debe recrearse, no para restarle representantes a nadie - porque la Asamblea

debe ser lo más ampliamente representativa-, sino para que entrenemos nuestro talento y capacidad para llevar adelante una Constituyente que no sea el inicio o la continuación de mayores enfrentamientos, o inclusive de una guerra, sino el punto de base de un renacimiento que nos aproxime verdaderamente y nos permita construir un país que vaya dejando atrás la exclusión, el racismo, la intolerancia y la injusticia.

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La Asamblea Constituyente: Una oportunidad y un reto Juvenal Quispe OMI, Teologo

En estos 178 años de vida Republicana, los bolivianos nunca hemos tenido una oportunidad real, como ahora, de reconocernos como iguales entre nosotros para pactar un verdadero Contrato Social que exprese la voluntad y los intereses de todos los bolivianos.

La historia oficial nos dice que tuvimos el primer Contrato Social, es decir, la primera Constitución Política del Estado boliviano, en 1826. Claro, dicho contrato fue copiado de la hermana República del Perú, y aprobado por una Asamblea Constituyente que más del 95% de los bolivianos desconocían.

También cuenta la historia que, en estos 178 años, se realizaron alrededor de una veintena de reformas a la Constitución Política Boliviana, reformas que legitimaron las prepotencias de los gobiernos de factos y los intereses de la diminuta oligarquía boliviana. Pero jamás las grandes mayorías participaron en dichas reformas, mucho menos, dichas reformas, expresaron la voluntad de todo el pueblo boliviano. Es más, las grandes mayorías ni siquiera sabían de la existencia de un Contrato Social Boliviano. Producto de esta lógica política excluyente, podemos decir que en Bolivia jamás hemos tenido un verdadero Contrato Social legítimo que exprese la voluntad general de todos los bolivianos. Las constituciones políticas, al igual que las demás leyes internas, nunca pasaron de ser la expresión de la voluntad de la clase dominante impuesta de forma obligatoria a todos los bolivianos bajo el argumento del Estado de Derecho. De aquí, también, se puede concluir que el Estado boliviano jamás expresó la voluntad política de todos los bolivianos. El Estado sólo vivió para garantizar el bienestar de un minúsculo grupo de poder y mantener en la clandestinidad y/o en la miseria a las grandes mayorías. En la actualidad, producto de la presión de los movimientos sociales y de la emergencia de los nuevos sujetos políticos en la sociedad civil, nos hemos convencido que estamos muy mal organizados política, social, cultural y económicamente. Esta realidad, a fuerza de mucha sangre, tuvo que ser aceptada, de forma resignada, por la miope y

corrupta clase política. Después de todo lo que hemos vivido, con esperanza podemos decir que la Asamblea Constituyente, para la redacción de un legítimo Contrato Social entre todos los bolivianos, es un hecho, por más que esto sea una amenaza para la comodidad e inmoralidad de la inepta clase politiquera del país.

Como ciudadanos tenemos una responsabilidad con la Asamblea Constituyente y con la redacción y la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado. Es un imperativo ético inexcusable para todos los bolivianos.

¿Qué debemos hacer? Tenemos tres momentos claves para participar y decidir. Primero, elegir, mediante voto directo o cabildeo, a unos ciudadanos idóneos quienes nos representarán en la Asamblea Constituyente. La propuesta parece ser un representante por circunscripción (68 asambleístas en total). Si tenemos otras alternativas más viables debemos proponerlos ya. Segundo, una vez realizada la elección y conformada la Asamblea Constituyente, todos los bolivianos estamos en la obligación moral de hacer llegar a la Asamblea Constituyente nuestras demandas, necesidades y propuestas para que sean debatidas e incorporadas en la nueva Constitución Política del Estado. Debemos expresar todos, y sin miedos, cómo queremos organizarnos como país y como Estado. Aquí ya no hay doctrinas ni intelectuales que nos digan cómo debemos organizarnos. Sólo es cuestión de la voluntad soberana de todo el pueblo. Tercero, una vez que la Asamblea Constituyente (en un periodo aproximado de un año) haya redactado el texto de la nueva Constitución, en base a las demandas populares, se consultará al pueblo, mediante Referéndum, si está o no de acuerdo con los contenidos del nuevo Contrato Social. Si el voto mayoritario es por el Sí, entonces, la nueva Constitución será promulgado por el Presidente de la República y entrará en vigencia, y la Asamblea Constituyente se disolverá automáticamente. Se convocará a nuevas elecciones nacionales bajo las reglas de la

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nueva Constitución. Si la mayoría de los votos en el Referéndum es por el No, entonces, la Asamblea Constituyente deberá realizar las modificaciones demandadas por el pueblo hasta su aprobación. Con la aprobación de la nueva Constitución Política habremos firmado todos un legítimo Contrato Social al que libremente nos obligaremos someternos. Este Contrato Social tiene que ser una garantía suficiente para la convivencia pacífica entre todos los bolivianos, y una adecuada orientación para el ansiado desarrollo sostenible. Con este documento no habremos solucionado todos los problemas del país, pero sí habremos sentado las bases para organizarnos y solucionar nuestros conflictos de forma democrática.

La Asamblea Constituyente y la elaboración de una nueva Constitución Política, es una oportunidad para garantizar la convivencia pacífica y el desarrollo equitativo para todos los bolivianos. Pero también es un reto nacional, porque del grado de nuestra participación y de nuestra madurez ciudadana depende la elaboración de un legítimo Contrato Social, expresión de la voluntad general, o la imposición de un supuesto contrato social que encarne los intereses de la clase dominante. Y, entonces, habremos perdido una única oportunidad histórica y condenado a Bolivia a otros cientos de años de exclusión, miseria y corrupción. La decisión es nuestra: o participamos y decidimos, o dejamos que los mismos de siempre decidan por nosotros.

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El inconsciente Proceso de la Asamblea Constituyente

Chavez Zamorano, Omar

Según el autor, puesto que la Asamblea Constituyente es la negación de la Constitución, tratar de "meterla dentro de la Constitución" es un despropósito teórico y jurídico

La declaración del analista político Jorge Lazarte publicada en este periódico (La Prensa, 25/1/2004), las respuestas de algunos parlamentarios a la misma y el trabajo de la Comisión Mixta de Constitución del Congreso ponen en evidencia la monumental confusión que existe en torno a la "constitucionalización de la Asamblea Constituyente" o, lo que es lo mismo, el intento de "meter la Constituyente en la Constitución Política", que han anunciado y llevan adelante diputados y senadores.

Se trata de una confusión general que afecta a los propios analistas que al parecer es la primera vez que se aproximan al asunto de la Asamblea, el poder y el proceso constituyentes, cuestiones que en los ámbitos académicos de países vecinos no revisten las dificultades de inteligibilidad que aquí tienen.

No hay duda de que estamos viviendo inconscientemente el proceso de preparación de la Asamblea Constituyente, donde los legisladores están violando y deformando la Constitución porque están haciendo "ingeniería constitucional" a espaldas de la teoría constitucional, mientras el Tribunal Constitucional observa desde el palco una dinámica que podría culminar en su propia desaparición.

¿Dos ÓRGANOS DE REFORMA Y DE REPRESENTACIÓN?

El señor Lazarte dice que la inclusión de la Asamblea Constituyente en el artículo 4 de la Constitución Política podría implicar o interpretarse como la creación de un nuevo órgano de gobierno

(La Prensa, 25 y 26 de enero). En criterio de este destacado profesor de sociología política, la Asamblea Constituyente debiera estar incluida en la parte de la Constitución dedicada a la reforma constitucional.

"En todas partes donde existe una CAE, la Constituyente figura allí donde tiene que figurar, en la parte que corresponde a las reformas constitucionales" (La Prensa, 25 de enero); con ello, Lazarte dice que la Constituyente es un órgano de reforma constitucional. De seguir el consejo de Lazarte, nuestra Constitución establecería dos mecanismos de reforma, con sus respectivos procedimientos y órganos: el Congreso y la Asamblea Constituyente.

La sugerencia de Lazarte es cuestionable teóricamente y su referencia al lugar que la Asamblea ocupa en los textos constitucionales que la han incorporado no está acompañada por una visión de conjunto que el asunto exige o que un analista debiera brindar a fin de evitar más confusión de la que ya existe. Esto es un signo de las visiones parciales sobre la Asamblea que dominan en el debate nacional sobre este aspecto.

Pero lo más grave es que los legisladores sí han incluido la Asamblea Constituyente en la parte de la reforma constitucional. En efecto, de acuerdo con el proyecto de la Comisión Mixta de Constitución, la Asamblea ha sido incorporada en el artículo 232 de la Constitución.

Así, nuestra Constitución muestra una estructura sui generis que podría desconcertar a cualquier persona medianamente formada en teoría constitucional: tiene un cuerpo con dos órganos de reforma constitucional: el Congreso que realiza la reforma parcial y la Asamblea encargada de la reforma total.

Esto implica no sólo una deformación del cuerpo constitucional, sino también una violación de la Constitución, porque el Congreso delegaría su función de reforma a otro órgano, la Asamblea, algo que la Constitución no permite.

Pero, además, con esa operación se crearía un nuevo órgano de representación nacional, la Asamblea, lo que a su vez, generaría el problema de la legitimidad. De plasmarse en

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hechos lo diseñado por la Comisión Mixta, el 2005, cuando se instale la Asamblea, nuestros geniales legisladores estarán frente a los siguientes problemas ¿cuál de los dos órganos de representación tiene mayor poder y jerarquía, el Congreso o la Asamblea Constituyente? ¿Cuál sería la suerte de nuestros actuales honorables representantes, cuestionados por los plus y otras indecencias?

La sugerencia de Lazarte de incluir la Asamblea en la parte de la reforma constitucional plantea estos problemas, que no pueden ser resueltos si es que no tenemos una visión de conjunto de la problemática de la Asamblea Constituyente.

REFORMA Y CAMBIO DE LA CONSTITUCIÓN

La inclusión de la Constituyente en el artículo 4 de la Constitución no implica la creación de un nuevo órgano de gobierno (más exactamente debiéramos decir una sección del Estado), porque según la estructura de nuestra Constitución, los "órganos de gobierno" figuran en la llamada "parte orgánica", es decir, allí donde se describe la organización del Estado, en la segunda parte de la Constitución que señala con precisión cuáles son los "órganos de gobierno" y sus respectivas atribuciones y formas de constitución.

Por eso, la crítica de Lazarte no tiene fundamentos. Pero esto no es lo más importante. Lo esencial es que al parecer Lazarte no tiene una idea clara de lo que implica una Asamblea Constituyente, al igual que todos los legisladores que están tratando de "meter la Constituyente en la Constitución".

Desde el punto de vista de la teoría y de la experiencia histórica, la "función" de la Asamblea Constituyente no es reformarla Constitución, como señala Lazarte (La Prensa, 25 de enero). Siguiendo el uso preciso de conceptos que nos enseñó en la universidad el profesor Lazarte, debemos decir que la idea de función es propia del derecho-constitucional y de los órganos o pode-res constitucionales.

De acuerdo con la teoría, la Asamblea Constituyente no desarrolla funciones constitucionales porque es legibus solutus, es decir, no está sujeta a norma jurídica. Por

eso, no es ni puede ser un "órgano de gobierno" constitucional. Es un instrumento del poder constituyente, esto es, una fuerza o potencia política a-jurídica e incluso antijurídica. Su "función" o, más bien, su potestad, su capacidad es crear una Constitución y un Estado, por primera vez, o recrear y refundar una Constitución y Estado cuestionados o en crisis o extinguidos.

Por eso, "una cosa es la reforma, incluso completa de la Constitución, y otra la convocatoria a una Asamblea Constituyente. De llegarse a producir esa convocatoria estaríamos asistiendo a la ruptura del orden constitucional. Al invitar a la ciudadanía a votar en ese sentido se estaría auspiciando el desconocimiento de la Constitución y la invalidación del Congreso constitucionalmente elegido".

Brevemente: la Asamblea Constituyente no puede ser un órgano constitucional ni un mecanismo para la reforma, aunque sea total, de la Constitución. La Asamblea es un "poder legislativo" de la nación, diferente al Poder Legislativo del Estado. Su ámbito de acogida no es la Constitución o la constitucionalidad, sino, la fuerza o potencia social y política de la nación.

La Asamblea Constituyente no puede ser un órgano constitucional ni un mecanismo para la reforma, aunque sea total, de la Constitución. La Asamblea es un 'poder legislativo' de la nación, diferente al Poder Legislativo del Estado."

"METER LA CONSTITUYENTE EN LA CONSTITUCIÓN"

A los legisladores se les ha ocurrido algo inaudito desde el punto de vista de la teoría constitucional y de la teoría política: "meterla Constituyente en la Constitución". Este planteamiento es como pretender incorporar un segundo sexo en una persona heterosexual.

En algunos países de América Latina, la Asamblea Constituyente ha sido incorporada en la Constitución bajo el concepto de poder constituyente, pero esta operación atípica ha sido realizada cambiando las premisas teóricas y formulando nuevos enfoques sobre la Asamblea y la Constitución. Por eso, si a los legisladores se les ha ocurrido "me-ter la Constituyente en la Constitución", como ha dicho uno de ellos, también tienen que

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cambiar los supuestos del constitucionalismo liberal y las bases de nuestro modelo constitucional.

Sólo a la luz de una nueva teoría del poder constituyente y de un nuevo modelo constitucional es posible realizar esa operación sin causar esas aberrantes

deformaciones de la Constitución que se están haciendo en las Cámaras Legislativas a vista y paciencia del Tribunal Constitucional, el vigía de la constitucionalidad

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Hacia la Asamblea Constituyente Julio Ballivián R., Politólogo.

Uno de los compromisos adquiridos por el presidente Carlos Mesa, como respuesta a las demandas de las jornadas de octubre del 2003 —y que se ha convertido en propuesta política de todos los partidos con representación parlamentaria sin exclusión—, es la Asamblea Constituyente, cosa muy diferente a una Reforma a la Constitución.

Toda Asamblea Constituyente es un momento constitutivo de un pueblo o una nación, o, en este caso, reconstitutivo de lo que hasta ahora conocemos como Bolivia.

Por ello, no debe extrañar que la Constituyente determine que la capital de la nueva República sea Siglo XX, Catavi o Quechisla (sobrados méritos ostentan para ello), o que la sede de gobierno sea Santa Cruz, por el papel estratégico que juega en el desarrollo económico actual. O que sea una República Federativa o una Asociación de 314 municipios; que delimite nuevas fronteras entre Beni y Cochabamba (a fin de salvar una vieja disputa territorial), que proponga una diferenciación entre potosinos, tarijeños y tupiceños, o replantee los linderos entre laimes, jukumanis y qaqachacas. O que establezca la universalización tributaria, o la liberación de obligaciones ciudadanas a determinado porcentaje de la población. En fin, que determine la creación de dos o más repúblicas.

El otro aspecto que debe ser definido es la composición de la Constituyente, es decir quiénes serán los asambleístas que representen al conjunto de la población y de qué forma se los va a elegir. Puesto que todo el pueblo no puede debatir en un hemiciclo, habrá que observar la forma de seleccionar a los representantes de tan importante Asamblea de Constitución.

Si bien es difícil determinar quiénes deberían tener el alto honor de ser los asambleístas, es fácil, obvio y lógico saber quiénes no pueden ser, es decir los actuales congresistas

(diputados y senadores), puesto que ellos, al momento de asumir su representación, juraron defender la Constitución que la Asamblea Constituyente tiene que eliminar. Por un mínimo de ética, no pueden ser parte del proceso sustitutivo de la que juraron defender.

Tal vez lo aconsejable sea una elección de representantes sobre la base de la distribución de circunscripciones vigente en el código electoral, dos representantes uninominales por circunscripción, para mantener un número dialogable de constituyentes demostrado en la práctica parlamentaria. Tal vez una representación más directa del pueblo sería utilizar la distritación municipal vigente en la estructura de la Participación Popular. Tal vez una representación corporativa, gremial, funcional, económica, ideológica, confesional.

De todas maneras, sea cual fuese la representación, es recomendable establecer una Constitución que no determine el régimen económico que nos va a regir. Lo contrario implicaría que un cambio de tendencia económica regional o global obligue a establecer otra Constitución.

Tampoco debemos engañarnos al exigir que los partidos y los políticos dejen de ser organizaciones y actores distribuidores de cargos y monopolizadores del poder, siempre lo han sido, no sólo en Bolivia, pues la historia nos ha mostrado que el hacer política es una profesión que, como tal, crea obligaciones y da réditos por su ejercicio.

La Asamblea Constituyente que se hará entre el 2005 y el 2006 no es, de ninguna manera, la inauguración de una nueva forma de hacer política en Bolivia, por el contrario sigue siendo la acción política de sujetos y partidos en su lucha por conquistar o incluir en el poder.

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Asamblea Constituyente para salvar al Estado

El Estado boliviano se encuentra en peligro: para unos el peligro proviene de la audacia de quienes quieren cambios sustanciales en las normas sociales, económicas y políticas. Para otros el peligro está en la pasividad, en el conformismo y la complicidad en la manipulación de viejas normas de las que se han apropiado estructuras políticas y económicas para sus propios intereses.

Como la discusión es antigua y las esferas de poder se dan formas para montar cortinas de humo, pasó lo que tenía que pasar en febrero y octubre: el pueblo se desesperó ante las artes, alianzas políticas y malas artes y le lanzó un severo mensaje a las esferas de poder y a la clase política: o las estructuras se cambian o alguien está sobran-do. Y los que están sobrando son aquéllos que, con legalismo perverso y falsos apegos a la ley, no quieren que cambie nada o quieren ganar tiempo para seguir medrando del poder.

El precio ha sido muy alto, la lección muy dura, pero, por lo que se ve, parece que la clase política no ha aprendido o no quiere aprender:

- De hecho, el cambio en el más alto nivel del Ejecutivo ha roto la legalidad. Y en apego estricto a las normas, lo que implica es una alteración democrática, por mucho que se pretenda justificar una sucesión forzada.

Y eso es lo que se gritó y se pidió en las calles; por eso se ofrendaron muchas vidas.

- El cambio debe también alcanzar a los otros poderes: Legislativo y Judicial y a las instituciones fundamentales como las Fuerzas Armadas y la Policía. Y tómese en cuenta que los propios militares han reconocido que su papel en un Estado de derecho y democracia no puede, siquiera, parecerse al de los regímenes de fuerza.

Para completar las tareas pendientes de octubre, estamos obligados a detener nuestra mirada en los otros poderes y las vías son sólo dos; o aquélla que se empleó para descabezar el Ejecutivo o las normas previstas en la Constitución o las nuevas iniciativas que se podrían tejer en el Congreso. Esta segunda opción es la que se ha constituido en un gran desafío para la

clase política: o abre los ojos a la realidad, a una realidad en la que hay desesperación y desasosiego, o sigue enredándose en prácticas que son las que han desacreditado y descalificado a los políticos.

Aun en el caso de que se sigan normas teóricamente legales, la normalidad democrática tendrá que ser alterada. No hay otra opción.

Porque de lo que se está hablando es de acomodar la Constitución Política del Estado a los nuevos tiempos: refundar el país y esa noble y alta tarea, precisa de los mejores valores, de los más calificados intelectuales.

La experiencia, y no sólo en nuestro país, y en nuestro continente sino en el mundo, dice que esa fue la vía que eligieron las naciones: primero para fundar los estados y luego para adecuarlos a los tiempos. Y lo saben los políticos, y por eso se están dando maneras para ganar o perder el tiempo.

Los ensayos que se han realizado hasta ahora para adecuar algunas normas y crear otras instancias de control del poder, por ejemplo, han resultado disposiciones y acciones muy tímidas. Nada trascendente como para sostener que la democracia realmente se está haciendo horizontal y está llegando a sus verdaderos protagonistas como sostienen los principios filosóficos de este sistema.

La Asamblea Constituyente, y lo han dicho los periodistas en una reciente conferencia que realizaron en La Paz, ya debería estar en marcha. Y han dicho algo más que no puede pasar por alto: "no vemos como candidatos para la Constituyen-te a los actuales parlamentarios".

El país sigue en una paciente espera, con una sabia tranquilidad, contrariamente a lo que algunos fundamentalistas sostienen: los políticos tienen que responder a esa confianza: ni desesperados que quieran revolverlo todo ni cómplices de una formalidad y legalismo retórico que ha postergado y posterga a las mayorías nacionales.

(http://www.penti.com.bo/)

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Constituyente en Bolivia: la piel indomestica

Andrés Soliz Rada

La anunciada Asamblea Constituyente, a realizarse el próximo año, ha desatado expresiones que enfatizan lo que divide a los bolivianos. Como la elección de delegados se hará, probablemente, por circunscripciones territoriales, nada mejor que hablar mal de los demás para conseguir el apoyo lugareño y culpar a "los otros" de nuestros males. Las campañas proselitistas se harán en momentos en que el Estado nacional, que nunca llegó a consolidarse, ha agudizado su debilidad debido a que las políticas neoliberales han exacerbado los conflictos interétnicos y regionales de vieja data.

El escenario se torna aún más preocupante por la existencia de importantes reservas de gas natural, controladas por transnacionales, a las que la existencia de Bolivia les importa menos que un alfeñique. En consecuencia, habría llegado el momento de hipertrofiar los legítimos derechos de nacionalidades y pueblos originarios, víctimas del colonialismo interno, Se olvida, sin embargo, que ninguna cultura es estática y que en los 500 años transcurridos desde la conquista hispana se ha producido un extenso mestizaje, que, sin anular potencialidades culturales e idiomáticas de enorme valor, como las de aymaras, quechuas o guaraníes, ha generado también un común proyecto inconcluso.

Es verdad que el mestizaje ha sido un pretexto para encubrir abusos centenarios a pongos y mitayos, pero es cierto, asimismo, que lo indomestizo, esa combinación inescrutable en la que no se sabe donde comienzan y terminan los genes de unos y de otros, ha tejido un abigarrado entramado, al que llamamos Patria. La punta de ese ovillo está en la migración quechuaymara extendida a todos los confines de la República, la que, mezclada con vigorosas culturas regionales, ha diseñado un común denominador que nos identifica como pueblo y nos diferencia como país. Lo mestizo se ha nutrido del concurso indígena en la guerra de la independencia, en la Junta Tuitiva de la Revolución paceña, en la sangre del Mariscal Andrés de Santa Cruz y Calahumana, el

mayor estadista de nuestra historia, y en el gobierno heroico de Belzu. La piel de la República, nacida con la falla geológica de la opresión indígena, no resistió las invasiones foráneas al Litoral y al Acre, pero comenzó a demostrar consistencia en la Guerra del Chaco.

En ese enfrentamiento fratricida con Paraguay, salió a luz ese silencioso contacto entre campesinos y citadinos, pueblos originarios, mineros, soldados, curas, monjas, pastores evangélicos, estudiantes, campesinos y maestros que fue forjando una comunidad que impidió, en la dramática batalla de Villamontes, que Bolivia fuera fagocitada por sus vecinos. La contienda chaqueña oficializó el nacimiento de lo indomestizo, cuya fuerza social impulsó los procesos de Toro, Busch, Villarroel y, sobre todo, la gesta de abril de 1952. En la perspectiva histórica, la carretera Cochabamba – Santa Cruz, fue el fruto más consistente de la Revolución de abril, al quebrar la visión occidentalista y altiplánica de la República e impulsar el desarrollo del oriente boliviano, estructurado con el esfuerzo de sus propios hijos, al que se sumaron los brazos quechuaymaras.

El centralismo, estructurado por la oligarquía minero feudal, ha caducado. El país enfrenta enormes desafíos que serán encarados por la Constituyente. Allí se debatirán temas tan trascendentes como el nuevo país que queremos, el problema de la tierra, la forma de preservar nuestras culturas y de explotar racionalmente los recursos naturales. Se discutirá, asimismo, desde la conveniencia o no de mantener la división política de la República, hasta el bilingüismo y las bases de la identidad nacional.

Sabemos, asimismo, que no podemos parcelar la política exterior, las Fuerzas Armadas, la seguridad nacional, la política monetaria y la planificación económica global. Nuestra diversidad nos obliga a tener planes educativos regionalizados, pero articulados transversalmente por el común anhelo de construir una Patria que nos cobije a todos,

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en el marco bolivariano impulsado por el presidente Hugo Chávez.

Frente a modelos mecánicos que nos incitan a calcar los cantones suizos o las regiones autonómicas de España, pasando por el federalismo argentino o el unitarismo francés, sólo una verdad es evidente.

Bolivia, como todo país, es diferente a los demás y su fortalecimiento dependerá de la capacidad de sus hijos para encontrar respuestas propias a sus inéditos desafíos. La consistencia de la piel indomestica, respetuosa de su propia diversidad, es la fuerza aglutinadora que resistirá a quienes quieren convertirnos en los palestinos del cono sur latinoamericano.

http://www.bolpress.com/asoliz.php?Cod=2002082601

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Los límites de la Asamblea Constituyente

Triveño Camacho, Ramiro Javier

En un artículo publicado en La Prensa el 28–12–2003 hicimos referencia a la concepción jurídica y política de la Asamblea Constituyente (AC), desde la historia y la doctrina. De lo expuesto se establece claramente que la Constituyente presenta características bien definidas:

La AC se presenta en dos momentos históricos de la vida de los pueblos: creación del Estado (primigeneidad) y recreación del Estado (continuidad). La AC es la consecuencia de una revolución triunfante, movimiento social que decide cambiar la estructura jurídica política del Estado hasta ese momento vigente. También se ha establecido que la AC está vinculada al poder constituyente, por lo tanto no existe poder superior alguno que norme o regule su actuación y desarrollo. Adecuando estos principios al caso boliviano, una constituyente en nuestro país sería distinta en su concepción jurídico–política, por el hecho de que estaría conformando una AC institucionalizada, normada y regulada. En primera instancia por la Constitución Política del Estado y en segunda por una ley que la regule. Ahora bien, el punto que marca la diferencia está en el hecho de definir un aspecto

fundamental: los límites de la Asamblea Constituyente.

No establecer limites a la AC sencillamente es conducir al país a un caos. Las razones son varias, puesto que si los constituyentes deliberan sin restricción alguna podrán proponer cambios radicales que la nación entera no estaría preparada para asumir. Por ejemplo, que los asambleístas decidan convertir al país de un Estado unitario a un Estado federal, seguramente más de uno saldría a las calles a generar conflicto y confrontación; que los constituyentes planteen la desaparición o cierre del Poder Legislativo, seguramente no sólo generaría conflicto, sino atentaría contra el régimen democrático vigente; que los constituyentes planteen la extinción de las FFAA o la Policía, y así sucesivamente.

Sería importante establecer algunos límites a la AC; podrían ser: no modificar la forma de Estado y de gobierno, la existencia y funcionamiento de instituciones fundamentales como el Parlamento, Poder Judicial, FFAA, Policía, etc. Precisamente estos límites hacen la diferencia entre la AC institucionalizada o normada y la AC que da origen o recrea un Estado, vía revolución.

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La Asamblea Constituyente como necesidad histórica

Arce Zaconeta, Héctor Enrique

En nuestro país desde la Constitución Bolivariana, que fuera puesta en vigencia el 26 de noviembre de 1826, hasta la fecha, hemos tenido 16 constituciones y una última reforma parcial, en 1995. Empero durante toda nuestra vida republicana, parte del pueblo ha tenido sólo dos oportunidades reales y efectivas de manifestarse sobre la organización misma del Estado:

El Poder Constituyente, que se formó después de la Guerra de la Independencia, en 1825, estableció las bases del Estado, enarbolando fundamentalmente el espíritu libertario. Y con el Referéndum Popular del 11 de enero de 1931 se introdujo importantes reformas, como la creación del Habeas Corpus como garantía de libertad personal, la creación de la Contraloría General de la República, la inserción de la Autonomía Universitaria en el texto constituccional, y otras reformas importantes.

Sin dejar de considerar que en 1931 no votaban todos, sino sólo una minoría, estando el derecho democrático restringido para los sectores populares mayoritarios y las naciones originarias.

En general el pueblo boliviano no ha ejercido su soberanía, ni su facultad de autogobernarse; han sido determinados grupos políticos oportunistas los que, por la vía supuestamente democrática o la vía impositiva dictatorial, en muchas ocasiones han redactado constituciones a su gusto. Incluso durante el Siglo XIX, cada Gobierno promulgaba una Constitución afín a sus intereses, para legitimarse de alguna manera y contrariar a sus opositores.

Es pues pertinente que en la situación actual, marcada por el subdesarrollo y la miseria y a 178 años de vida republicana, sea el pueblo mismo quien en una Asamblea Nacional Constituyente defina el futuro de la patria.

En este sentido, si bien una Asamblea Constituyente no está expresamente prevista por el texto constitucional vigente, tampoco

está prohibida. Nuestra actual Constitución no limita los derechos y garantías proclamados por ésta (sólo a los enunciados expresamente en su texto), sino que reconoce otros derechos que emergen de la soberanía del pueblo y de la forma republicana de Gobierno. Esta situación está establecida en el Artículo 35 de Ley Fundamental.

Hay que considerar también que la Constituyente se impone en el país porque las condiciones reales de la sociedad boliviana así lo exigen, ya que es evidente que la actual estructura del país no es viable ni aceptable y es imperativo su cambio.

Otro aspecto que es necesario recalcar es la razón misma para la existencia de la ley que, en última instancia, tiene que ser expresión de la voluntad soberana del pueblo y jamás debe estar sobre o en contra de su soberanía. Esto implica que la ley, por esencia y naturaleza, debe subordinarse a la realidad, no al revés. Más aún, las leyes son los instrumentos que permiten la convivencia social, no son la camisa de fuerza que impide a la sociedad definir su rumbo y solucionar sus problemas.

Finalmente nuestra actual Constitución al establecer, en su Artículo Segundo, que la Soberanía reside en el pueblo, es inalienable e imprescriptible, está reconociendo el derecho del pueblo a gobernarse a sí mismo. Y por las características esenciales de la soberanía, este pueblo puede elegir la mejor manera de autogobernarse y autodefinirse, por supuesto también a través de una Asamblea Constituyente.

Estas consideraciones hacen concluir que la convocatoria a una Asamblea Constituyente es el acto y la respuesta más legítima de la sociedad frente a la crisis actual y por lo tanto, todos los bolivianos, gobernantes y gobernados, debemos unirnos en pro de esta monumental obra que hoy se impone como una necesidad histórica para la continuidad y superación de la patria.

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¿Por qué se justifica ahora en el país una Asamblea Constituyente?

Arce Zaconeta, Héctor Enrique

Indiscutiblemente los acontecimientos sociales que se están dando en el país reflejan no sólo una crisis de gobierno, sino una profunda crisis de Estado y con seguridad son muchas las razones para que se haya llegado a estos extremos. Sin embargo, entre la compleja problemática de nuestro país creemos que tres son las razones que justifican una Asamblea Constituyente inmediata en el país.

La crisis económica

A partir de la puesta en vigencia del Decreto Supremo 21.060, el 29 de agosto de 1985, el país entró en una dinámica política, económica y social, conocida como neoliberalismo, sustentada en la sobrevaloración del capital transnacional, el mercado y el endeudamiento externo que cada vez nos hace más dependientes y devalúa el trabajo de bolivianos y bolivianas.

Hoy a ningún boliviano le queda duda alguna de que desde 1985 a la fecha nos han venido estafando, cuando frente a la hiperinflación exigieron del pueblo sacrificios enormes a cambio de estabilidad económica. Nos engañaron en las políticas de ajuste, porque después de casi 20 años de relocalización, de desmantelamiento estatal, de privatizaciones y capitalizaciones, la vida cotidiana del boliviano está cada vez peor.

No hay reactivación económica y ni siquiera existe estabilidad. La miseria, el desempleo, el comercio informal y las carencias básicas son el cuadro cotidiano de inseguridad que castiga a la mayoría de los hogares bolivianos. El hambre, la miseria, la desesperación, han proliferado. Saquearon el patrimonio nacional, comprometieron seriamente nuestros recursos naturales. El sistema de seguridad social mutiló la solidaridad entre bolivianos, dejaron en la calle a los jubilados, ex combatientes y

rentistas. En fin, el sistema económico dominante concentra la riqueza en pocas manos que cada vez son más pudientes, en desmedro de las grandes mayorías nacionales que cada vez se encuentran más marginadas y sumergidas en la más profunda e inaceptable pobreza.

En lo jurídico la implantación de las medidas de ajuste estructural significó grandes violaciones a la Constitución Política del Estado, echando por tierra gran parte de su contenido social. Si bien el modelo aún no implantó reformas constitucionales afines a sus intereses, porque el pueblo no se lo permitió, en la práctica se hizo común la aplicación de normas jurídicas inferiores, por sobre y en contra de la norma fundamental. Esta situación creó en el país una divergencia abismal entre la realidad objetiva del derecho y lo formal de la Constitución.

La crisis política

A partir de 1982, cuando el país, gracias al sacrificio popular, regresó a la democracia, el accionar de los partidos políticos tradicionales no estuvo a la altura de ese pueblo que en muchos casos había ofrendado vidas por la democracia. Los partidos políticos no cumplieron su rol de ser los mediadores, entre el pueblo y el Estado, no cumplieron su rol de defender, de proteger y de canalizar las aspiraciones del pueblo al cual se deben.

Los representantes nacionales han demostrado en reiteradas ocasiones que no sólo actúan con desconocimiento de la voluntad popular de la cual emana su mandato, sino que actúan en contra de esa voluntad suprema. Los gobiernos formados a partir de componendas prebendales y corruptas, que olvidando el pasado cruzaron ríos de sangre, sólo sirvieron para el enriquecimiento de unos cuantos que, a título de democracia, satisficieron sus apetitos e intereses mezquinos, ruines y sectarios, a costa del hambre y la miseria del pueblo.

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Los partidos políticos tradicionales en los hechos actuaron como defensores y protectores de los intereses externos en contra de los intereses nacionales, nos entregaron a los bolivianos atados de pies y manos a la voracidad extranjera, desconociendo que su función más bien era defender los intereses del pueblo frente a las ambiciones imperialistas y transnacionales. Este hecho ha generado que el pueblo busque su defensa y su representación a través de otros mecanismos y otras instancias, que lógicamente han adquirido un poder real y fáctico, por sobre el poder formal, que como ya dijimos no representa al pueblo.

Naciones Orig

Por el bien de la democracia y la vigencia del Estado de Derecho, esta situación no puede continuar y extenderse por mucho tiempo, y la única respuesta dable es la reformulación del sistema político erradicando los males hasta ahora concebidos. Esta es una tarea que solamente podrá ser cumplida por una Asamblea Constituyente.

La marginalidad de las naciones originarias

Cuando se funda el Estado boliviano, en 1825, después del proceso libertario, el poder constituyente conseguido por el pueblo en la lucha fue de alguna manera arrebatado, usurpado, por quienes en la etapa colonial habían generado los mecanismos de explotación, en contra del pueblo. Este hecho generó que pese a haberse formado en teoría un país libre, soberano e independiente, con igualdad de todos sus habitantes, en la práctica y en los hechos, las grandes mayorías nacionales formadas en las

Naciones Originarias continuaron siendo explotadas y marginadas, sin que su situación haya cambiado desde el proceso colonial. Por esta razón, con justicia se habla de 500 años de explotación. Y es que para las

inarias, cuando se funda el Estado hace mas de 178 años, su condición de personas explotadas y marginadas no cambia y se mantiene hasta nuestros días.

Para estas grandes mayorías nacionales, que conforman actualmente el 62 por ciento de la población nacional (25% de aymaras, 32% de quechuas y 5% de indígenas de tierras bajas), el Estado no existe en sentido positivo, es decir el Estado nada les da, no los ampara, no los defiende, y es más, ni siquiera los reconoce en términos reales. En la práctica jamás este sector poblacional ha podido participar en la vida política del país. Si bien en 1952 se conquistó el voto universal, hasta ahora las Naciones Originarias activamente, como elegidos, no han tenido participación alguna.

Sin embargo, este mismo Estado continuamente los constriñe, los reprime y lo que es peor, legitima los sistemas de explotación sobre el pueblo. Las Naciones Originarias que han tenido la capacidad de mantener firme su cultura y sus tradiciones durante cinco siglos, han tomado conciencia clara de que las cosas no pueden continuar como están y se hace imperiosa una re fundación del Estado boliviano, reconociendo a estos sectores mayoritarios, en lo político, en lo social, en lo cultural y también en lo económico. Quizá esta es la razón fundamental que justifica de manera irrefutable la conformación de una Asamblea Nacional Constituyente en Bolivia.

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Asamblea constituyente / más allá de la consigna CONSTITUYENTE: COMO HACERLA LEGAL Y LEGÍTIMA

El Congreso tendrá la última palabra. El debate y la aprobación de la Asamblea Constituyente será una de las premisas del gobierno de Mesa

No sería saludable y menos beneficioso creer que esta figura es una solución a la crisis estructural por la que atraviesa el país. Se trata, en todo caso, de un medio para reparar parte de la crisis: la que toca al funcionamiento orgánico e institucional del Estado boliviano. Incluso desde el Legislativo quieren forzar su inclusión a la Ley de Necesidad de Reformas

Sucre / Correo Del Sur

Una vez que la discusión con respecto a la pertinencia o no de llevar adelante una Asamblea Constituyente en Bolivia ha sido superada por el pronunciamiento de varios sectores de la sociedad y del mismo presidente Carlos Mesa, que demuestran su necesidad y urgencia, resulta indispensable encontrar el mecanismo ideal para brindarle legalidad y legitimidad a ésta.

Luego de un acercamiento conceptual general planteado hace dos semanas, Correo del Sur ofrece un detalle de los pasos que se deben asumir a objeto de evitar que la Asamblea Constituyente salga a la vida institucional democrática del país con defectos formales y legales, toda vez que surgen incluso desde el Poder Legislativo planteamientos que pretenden forzar su incorporación al texto de la Ley Declaratoria de Necesidad de Reformas a la Constitución de agosto de 2002, en el que no fue ni siquiera mencionada.

Para acceder a esta proposición, nuevamente este medio invitó a Gabriel Peláez Gantier, César Tito Meleán y Germán Gutiérrez Gantier, tres analistas jurídicos y políticos, quienes justifican procedimentalmente la pertinencia de avanzar por el camino que abre la Carta Magna, labor que debe iniciarse con la dictación y la puesta en vigencia de una ley interpretativa, en base a lo que establece el artículo 234 de la CPE, que a la letra dice: “Es facultad del Congreso dictar leyes interpretativas de la Constitución. Estas leyes requieren dos tercios de votos para su aprobación y no pueden ser vetadas por el Presidente de la República”. Con este paso, a criterio de los analistas, se estaría comenzando a salvar los obstáculos legales y se encuentra la figura jurídica que le dé sustento legal a la Asamblea, sin romper el hilo constitucional ni democrático y buscando una solución estructural al asunto, para evitar los cambios mínimos o parches propios del accionar legislativo del último tiempo en Bolivia.

A decir de Gabriel Peláez, lo que se pretende con la propuesta que plantea —junto con César Tito Meleán y Germán Gutiérrez Gantier— es evitar el caer en la irresponsabilidad de introducir la Asamblea Constituyente en una ley de reforma, sin el previo allanamiento que implica la vigencia de esta ley interpretativa de la propia Constitución Política del Estado.

En este contexto, uno de los primeros inconvenientes legales a sortear es justamente ése: resolver qué hacer con la Ley Declaratoria de la Reforma de agosto de 2002, norma aprobada por el anterior período legislativo y enviada, solamente enviada, al Congreso actual, que aún no inició su tratamiento debido al entuerto jurídico y político, reconocido por los mismos parlamentarios.

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Las circunstancias actuales, producto innegable de los acontecimientos de febrero y octubre, han acelerado la necesidad de una Asamblea Constituyente. “Se ha convertido en un asunto de vida o muerte, una de las grandes banderas de las organizaciones populares que han participado en la insurrección”, comenta Peláez. El Poder Legislativo, a través del presidente de la Cámara de Senadores, Hormando Vaca Díez, ya envió, la semana pasada, un mensaje claro sobre el carácter “inevitable” de la Asamblea Constituyente en el país, en el que se suma a la corriente de incorporarla a la Ley de Necesidad con un nuevo artículo sobre el 230 de la Constitución. “Eso es ni más ni menos que tener la Asamblea Constituyente de contrabando dentro de la Ley Declaratoria, incluso en contra de lo que dice la misma Constitución”, explica Germán Gutiérrez.

Los juristas aclaran que, en el tratamiento de las reformas a la Constitución, necesarias para incorporar la Asamblea Constituyente, los miembros del Congreso Nacional no pueden argumentar la existencia la supuesta “jurisprudencia” sentada por el proceso de reformas de 1994, oportunidad en la que se incorporaron artículos y asuntos que nunca

habían sido ni citados en la Ley Declaratoria de Necesidad de Reformas a la Constitución de 1993.

Tito Meleán explica que en aquella época no había Tribunal Constitucional, además de una demanda específica contra la metodología para reformar la CPE, pero que ahora sí existe.

“Mañana puede haber una demanda que cuestione el haber metido de contrabando a la Asamblea Constituyente en la ley final que invalide todo el proceso”, advirtió. Por su parte, Germán Gutiérrez justifica el anteproyecto con el argumento de que sería posible aplicarlo porque recién pasó un año y tres meses del inicio del período legislativo y, en la propuesta, se habla de la mitad del período constitucional, es decir, hasta diciembre de 2004.

Asegura que, salvados esos pasos y problemas, es imposible presentar una demanda de inconstitucionalidad contra dicha ley interpretativa. “Es imposible demandar la inconstitucionalidad ni siquiera de forma, porque el Congreso es plenamente competente para dictar leyes interpretativas”, comenta Peláez.

http://www.laprensa.com.bo/domingo/20031116/domingo3.htm

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Asamblea constituyente solo con apego a la ley PEREYRA, ERNESTO DAVID

Estar fuera de los problemas del Estado y no detenerse a meditar acerca de los alcances de los juicios que hemos de emitir sobre ellos nos lleva a cometer despropósitos y a engañar al pueblo.

Con mucha ligereza se ha venido opinando acerca de la convocatoria a una asamblea constituyente, dándola por hecha con el simple argumento de que se trata de hacer prevalecer la voluntad del pueblo que ya se habría pronunciado en los movimientos sociales de octubre pasado, razón por la que se invocó el Art. 2 de la Constitución Politica del Estado para decir que es la voz soberana del pueblo la que obligó a la renuncia de un Presidente para viabilizar esa convocatoria. Hay quienes actúan creyendo que estarían interpretando correctamente esta norma y, otros, que lo hacen obedeciendo intereses subalternos.

Antes de entrar en el tema deseo subrayar que no es posible manejar una disciplina como la del Derecho Constitucional sin tener una base cultural media sobre la materia y, cuando menos, si no nos informamos con auxilio de los que saben. Lamentablemente, en algunos niveles estos temas, que necesitan de orientación doctrinal, son tratados solamente de acuerdo al "real saber y entender" de algunos atrevidos acostumbrados a manejarse en política con la filosofía de su bolsillo, que es la única que los estimula. Por lo demás, no se preocupan por superarse para actuar en el quehacer político que han tomado como profesión. Por ello, muchos políticos, si acaso no son los más -parafraseando a un prestigioso intelectual columnista de este periódico-- diremos que "tienen como único objetivo apropiarse del aparato estatal para controlar la sociedad y el poder, a como dé lugar".

Comencemos por comprender que la citada norma ( Art 2) no está hecha para transgredir la Constitución. Me explíco del modo más sencillo:, esa norma no puede ser invocada por cualquier grupo humano que se arrogue el mandato del pueblo por el solo hecho de haberse alzado en tumulto. Sus alcances están dirigidos al respeto que

debemos guardar a la voluntad del "poder constituyente" expresada en el mismo mandato constitucional hasta que éste no sea modificado dentro de las reglas impuestas por esa suprema autoridad de que está investido ese "poder constituyente", que no es otro que aquél en virtud del cual el pueblo dio vida al Estado, en nuestro caso, boliviano, mediante un conjunto de normas que se llaman Constitución Política del Estado, a partir de las cuales la voluntad soberana de ese pueblo se expresa en los tres órganos que conforman el "poder constituido". Adosar nuestros actos a esa estructura jurídica y regirnos por ella es ser consecuentes al mandato constitucional, que está dado en unidad normativa, cuyas partes dialogan entre sí para ser aplicadas. Escucharlas y comprenderlas nos da el camino para su cabal asimílación. De otro modo, simplemente las tragaríamos y en lugar de ideas exhalaríamos, eructos mentales.

La comprensión de la doctrina constitucional, que es la lupa que nos ayuda a leer y comprender el texto constitucional, no permite fragmentar ese conjunto normativo fundamental ni nos permite entender la norma a nuestro antojo. Usar, como ya se hizo en otra oportunidad, la atribución 1º del Art. 59 de la Constitución Política del Estado para moditicar su estructura a título interpretatívo sería una forma fraudulenta de manejarla e introducir cambios, con mayor razón si quienes propugnan esos cambios, no saben lo que quieren ni lo que dicen querer como aquello de la "refundacíón de la República". La misma Constitución indica un procedimiento claro, preciso, para su modificación parcial, y sí no nos mentimos a nosotros mismos cuando decimos que la respetamos, tenemos que sujetarnos al procedimiento que el "poder constituyente", como "poder supremo", previó en sus Arts. 230 y sig.

Ya lo dijimos en otras oportunidades y hoy repetimos: hasta tanto haya un solo enunciado de la actual Constitución que se mantenga en el nuevo texto, la reforma que se haga será siempre parcial y, por tanto, arreatada al procedimiento indicado, aunque

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sus trámites sean dilatorios, que se los explica por la necesidad de poner el texto constitucional a salvo del manoseo de los reformadores de trasnoche.

En este orden, el último mensaje presidencial es coherente en el manejo del Art. 230 y siguientes cuando expresa que se convocará a asamblea constituyente dentro de las normas constitucionales vigentes, postura con la que tranquiliza a quienes criticamos su discurso de posesión, en el que, a priori y sin condición alguna, ofreció convocarla escuchando solamente el "clamor popular". A esta altura del ejercicio de su mandato, las cosas cambian y las aplaudo en este orden, porque, además, la nueva posición presidencial parece haber encontrado asidero en el nivel parlamentario. Si esto fuese cierto, "otra cosa será con guitarra".

¿Cómo legalizar la Asamblea Constituyente?

La propuesta Asamblea Constituyente recibe aquí otro aporte para su análisis y discusión, ahora de un lector de PULSO, a su vez abogado, que plantea observaciones como la de señalar que, dada la complejidad del tema, no siempre lo más sencillo es lo legalmente correcto, y la palabra final la tendrá el Tribunal Constitucional, que es el competente para determinar si existe o no infracción al procedimiento de reforma.

¿Cómo legalizar la Asamblea Constituyente?

Primero lo primero, y esto es introducir a la Asamblea Constituyente en la legalidad constitucional boliviana.

Una Constitución es la base de la legalidad de un Estado al que le sea cabal la denominación de "Estado de Derecho"; esto es, aquél en el que gobierne la ley. Si las leyes son tales lo son porque sustentan su validez en la de una Constitución. Siendo una Constitución el cimiento de toda la legalidad, no puede ser ésta producto de lo contrario ya que todo el sistema caería con ella. Las leyes serían tan cuestionables como una Constitución ilegal que reglamentan.

Y es que hoy por hoy realizar una Asamblea Constituyente riñe contra las normas. Alguien

dirá que existen precedentes (que sí los existen, en efecto) y que, acudiendo al célebre libro de un autor del Derecho, la fuerza legitima (efectivamente legitimó) al Derecho; dicho de otro modo: "hagamos la constituyente porque una vez que ésta se dé y se cambie la Constitución, no puede haber ilegalidad, pues habremos creado una nueva legalidad".

Pero, legalizar no es disimular la ilegalidad. Legalización sí, pero legalización de a de veras, que es la única. Con respecto a la propuesta de una ley "interpretativa" de la Constitución con la que quede admitida la Asamblea Constituyente, ello no es posible. Interpretar es buscar el verdadero sentido de algo que no resulte claro, no tergiversar lo que está claro y hacerle fraude. La Constitución vigente dispone el modo como puede ser modificada y lo detalla (una Ley de Necesidad aprobada por 2/3 del Congreso y, en la siguiente legislatura del nuevo periodo constitucional, otra Ley de Reforma aprobada por 2/3 del Congreso); todo esto regulado bajo el epígrafe de Reforma de la Constitución. ¿Acaso hace falta que expresamente prohíba otros modos de mutar la Constitución?, ¿no es esto obvio? Si la propia Constitución establece un medio para su modificación, no hace falta que ella misma niegue otros caminos.

El asunto, al margen de la lógica, pasa por tomar conciencia de unas premisas legales con base a las cuales trabajar: la Constitución no admite a la Asamblea Constituyente, es perfectamente válido que no admita ese medio de reforma y tiene el poder de frenarlo inclusive. La cuestión es diferenciar al poder constituyente del poder constituido, entendiendo que es común que ambos estén limitados. Me explico.

Poder constituyente y poder constituido son cosas distintas. El poder constituyente es el que ha dado vida al Estado y lo ha moldeado del modo como es hoy en día (dividido en tres poderes independientes, democrático, republicano, municipalista, con fuerzas armadas, etc.), su origen se extiende a la fundación estadual, pero se manifiesta también en todas las Constituciones bolivianas. Todo lo demás, esto es, un presidente, ministros, superintendentes, directores generales, diputados, senadores y jueces de toda jerarquía, si es que tienen

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autoridad la tienen como poder constituido; dicho de otro modo, son un efecto del poder constituyente y, como tales, están limitados por este. Está la explicación del sometimiento de las autoridades primero a la Constitución, después a las leyes.

En tiempos fundacionales o revolucionarios el poder constituyente tiene libertades irrestrictas que podrían pasar, por ejemplo, en unir al Poder Ejecutivo, Legislativo y judicial en uno solo, girar hacia un régimen parlamentarista y reemplazar al presidente por un primer ministro, establecer jueces por periodos vitalicios, etc. Pero en tanto que este poder constituyente fundacional o revolucionario (llamado originario) no reconoce fronteras, el poder constituyente común llamado derivado, está limitado por el poder constituyente ejercido previamente y debe moverse dentro de los cercos que éste le ha dado. El poder constituyente escrito en la Constitución de 1967, modificado parcialmente en 1994, limita al futuro poder constituyente sobre el que ahora se debate, y lo encierra de tal modo que, si no lo acata respecto del modo de modificación de la Constitución, se cae en la ilegalidad más profunda: la que riñe contra la propia Constitución. Esto es lo que da lógica a que la Constitución y sólo ella diga _cómo se da su modificación; ninguna ley ordinaria, menos normas inferiores, podrían hacerlo. Por esto es que querer "interpretar" la Constitución haciéndola decir que admite la Asamblea Constituyente, es un eufemismo para denominar su violación.

No prohibido, permitido

Hay quienes, defendiendo esta "interpretación", acuden al auxilio de aquél principio que la misma Constitución reconoce y que dice que "lo que no está prohibido está permitido". A ellos habrá que decirles, en primer lugar, que no toman en cuenta que existen disposiciones que regulan el modo como está permitida la modificación de la Carta Magna y que implican un NO a otros. Y, en segundo término, que se les escapa que el principio mentado sólo funciona respecto de los derechos y obligaciones de los particulares, no así para el Estado, que se rige cabalmente por lo opuesto: sólo lo establecido como atribución está permitido. ¿O no dice la misma Constitución que son nulos los actos realizados sin competencia?,

¿o acaso la competencia no nace de la Constitución y las leyes? Lo cierto es que el Poder Legislativo, en tanto poder constituido, no tiene competencia para realizar una "interpretación modificatoria" de la Constitución a través de una ley.

Un solo camino

El único modo que puede calificarse como legal para introducir la Asamblea Constituyente pasa ineludible mente por acatar las normas de la Carta Magna sobre su modificación e incluir así a la Asamblea Constituyente como modo alterno o quizá de reemplazo respecto del Congreso Constituyente (que es en lo que se transforma un poder constituido como el Legislativo cuando toca asuntos de reforma constitucional). No es que las reglas de la Constitución no puedan cambiarse, sino que primero deben cambiarse para después hacer nacer una Asamblea Constituyente legalmente constitucional, si se excusa el pleonasmo. Esto significa que el Congreso modifique las normas sobre reforma de la Constitución, adicionando el articulado legal que se refiera a la Asamblea Constituyente (asambleístas, tiempos, votaciones, etc.) mediante la dictación de una Ley de Necesidad y una Ley de Reforma; todo bajo el control del Tribunal Constitucional en su calidad de guardián del respeto a la Carta Magna.

En un sendero similar parece encaminarse la segunda propuesta sobre la que se trabaja para legalizar la Asamblea Constituyente, habida cuenta que, según se sabe, se piensa "aprovechar" la Ley de Necesidad No 2410 de lo de agosto de 2002, que tiene que tratar el Legislativo convertido en Congreso Constituyente para incluir la Asamblea Constituyente; es decir, usar el único medio actual de reforma para viabilizar la legalidad de otro medio de reforma futura.

El problema radica en que, si bien la Ley de Necesidad citada (la "aprovechable") toca a una buena parte del articulado sobre reforma constitucional (3 de los 6 artículos), la Ley de Necesidad ni por ventura refiere a la Asamblea Constituyente y, lo más importante, no declaró la "necesidad" de mutar el Art. 230 de la Carta Magna, que es la piedra angular del tema ya que dispone que la Constitución se modifica por el Congreso a través de las leyes de Necesidad

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y Reforma. Entonces, ¿es realmente "aprovechable" la Ley No 2410 para legalizar la Asamblea Constituyente? En mi criterio no puede utilizarse la Ley de Necesidad No 2410, pues ésta no incluyó al artículo constitucional número 230. ¿0 pensarán en improvisar una solución creando uno (s) nuevo (s) texto (s) que digan algo así como "sin perjuicio del artículo 230 para querer sortear el obstáculo con notoria precariedad? Sostengo que debiera finalizarse

adecuadamente esta reforma, y encaminarse un nuevo procedimiento (otra Ley de Necesidad) para actuar con arreglo a la legalidad. Que toma tiempo, que existe presión social, que existen inconvenientes políticos, puede ser. Pero no siempre lo más sencillo es lo legalmente correcto, y la palabra final la tendrá el Tribunal Constitucional, que es el competente para determinar si existe o no infracción al procedimiento de reforma.

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6.2 Pronunciamientos en contra de la Asamblea Constituyente

Asamblea Constituyente: rompiendo mitos BROCKMANN QUIROGA, ERIKA

Embarcados como estamos en hacer realidad la Convocatoria a una Asamblea Constituyente, parto marcando la diferencia de un debate que ha centrado la discusión en el Cómo llegamos a una Reforma de la Carta Magna en perjuicio de las propuestas relativas a Qué cambios de fondo queremos impulsar a partir de una Constituyente, cuya virtud principal será convertirse en el escenario de encuentro nacional propiciador del Nuevo Pacto Social y Político entre los bolivianos.

Lamento que las promesas de cambio asociadas a la acción de la Asamblea Constituyente hayan sembrado en el imaginario colectivo la idea de que ésta es la vía regia para que los bolivianos conquistemos la felicidad celestial. ¡Rompamos los mitos sin mentirnos! Digámosle a la gente que una reforma constitucional por radical que sea, no es condición necesaria para darle sepultura a las políticas neoliberales. Es más: digámosle que el cambio de modelo económico no depende de la Reforma de nuestra Constitución; que en ningún caso esta reforma significará una respuesta inmediata al desarrollo del país y menos un instrumento virtuoso para combatir la pobreza y garantizar la prosperidad.

Me permito anticipar que tampoco los Constituyentes que emprendan tan delicada tarea serán hombres y mujeres superdotados o excepcionalmente mejores al conjunto de congresistas hoy en funciones en un parlamento lamentablemente desacreditado. Sin duda, contarán con el renovado respaldo de la gente, esperando no sean solo favorecidas personalidades "populares" sino ante todo ciudadanos representativos y capacitados política y conceptualmente para asumir su mandato. Por más asesoramiento que exista detrás de bambalinas, no servirán asambleístas que no sepan que optar por la segunda vuelta presidencial significa apostar

por un sistema presidencialista que obligará a realizar ajustes a las funciones actuales del Poder Legislativo; tampoco aportarán aquellos que no estén advertidos de que el sistema parlamentario requiere de un Sistema de Partidos y organizaciones políticas legítimo y vigoroso.

La ciudadanía tendrá que diferenciar entre la misión encomendada a un Constituyente de aquellas cualidades exigidas a alcaldes y concejales a quienes deberá elegir durante las elecciones municipales conforme a la agenda propuesta por el Presidente. Ello supone la necesidad de administrar adecuadamente los tiempos políticos y operativos de los sucesivos procesos electorales y consultivos previstos en el futuro próximo. ¡Cuidado con la fatiga electoral de la ciudadanía! No sobrestimemos el entusiasmo y demanda por Referéndums ya que en tiempos de crisis el escepticismo y abstención pueden marcar la actitud dominante de la gente.

¿Qué esperar entonces de la Asamblea Constituyente y de una Constitución Reformada? Recurro a la analogía del "Hardware y del Software" utilizada por el analista Gonzalo Chavez; la Constitución seria comparable al sistema estructural o Hardware, en cuyo marco se articulan reglas del juego e instituciones reconocidas y respetadas por la ciudadanía. Mientras que la eficiencia, funcionamiento y gestión institucional se relacionaría con el Software y calidad de los programas operativos, es decir a las Políticas de Estado y de Gobierno derivadas del marco constitucional y cuyos resultados dependerán no solo de la capacidad y visión de gobernantes de carne y hueso, sino también de las condiciones impuestas por coyunturas, más o menos, criticas las que, sin duda, pondrán a prueba la solidez y legitimidad del nuevo Estado que hoy demandamos y prometemos refundar.

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Asamblea Constituyente ¡no!

José Roberto Castro P.

Dirigente nacional del PDC

El movimiento popular desarmado de octubre último dejó sentada, una vez más y claramente, la presencia determinante y soberana del pueblo boliviano en la construcción de su sociedad política. Este movimiento consiguió fracturar el sistema de partidos vigente hasta entonces. Y es precisamente en este punto donde el pueblo detuvo abruptamente su marcha, no porque se sintió amenazado por las fuerzas coercitivas del Estado, a las cuales está acostumbrado a combatir, sino porque encontró providencialmente, en el entonces Vicepresidente de la República, un símbolo institucional democrático exento de compromiso partidario. Además que éste, fuera de todo cálculo político, había mostrado solidaridad con el pueblo boliviano en momentos en que el gobierno de Sánchez de Lozada aún se mostraba soberbio y parecía invulnerable.

Este enfriamiento brusco del clima político posibilitó la estructuración inmediata de un sistema político sui generis, representado por cuatro actores principales:

Los partidos políticos oficialistas que, mediante su presencia intacta en el Parlamento y con una celeridad desconocida en este poder del Estado, intentan consolidar a la Asamblea Constituyente como el medio legítimo de diseño del nuevo Estado y a la cual esperan ellos también integrar para gravitar con su presencia partidaria mayoritaria, hasta conseguir que el nuevo Estado preserve los privilegios que hasta octubre habían gozado.

Los partidos opositores que, a pesar de ellos, son parte del sistema anterior que quedó intacto, y que han aceptado legitimar la Constituyente sin percatarse que es parte y copia del sistema representativo que el pueblo fracturó en octubre.

El Poder Ejecutivo, ya aparentemente despartidizado, que espera de la Constituyente, sobre todo, una resolución

política que tenga la virtud de traer paz duradera al país para poder gobernar sin mayores sobresaltos.

El pueblo, que observa desconfiado este simulacro de democracia y que, sin embargo, espera de ella una resolución político-sistémica que otorgue al ciudadano mecanismos de control, si no de participación política, para finalizar con este régimen autocrático revestido de formalidades democráticas.

En este contexto, es admirable observar el poder catalítico que hasta el momento ha tenido la Asamblea Constituyente Representativa al apaciguar todas las fuerzas políticas y conseguir que se sometan dócilmente a su presencia ideológica. Hasta ahora, nadie se ha molestado en cuestionar la naturaleza misma de la Asamblea. Todos ven en ella la panacea de los problemas que enfrenta Bolivia, y en parte tienen razón, porque al diseñar un nuevo Estado se determinan, principalmente, las nuevas formas de convivencia de una sociedad. Sin embargo: ¿es la Constituyente Representativa el medio para discurrir libremente este problema, o es más bien un medio que no ofrece mucho espacio de debate y que al contrario predetermina el Estado a construir?

Una Asamblea Constituyente es un órgano de representantes dotados de poder constituyente que es: la voluntad política cuya fuerza o autoridad es capaz de adoptar la concreta decisión de conjunto sobre el modo y forma de la propia existencia política, determinando así la unidad política del Estado (Karl Schmidt).

Entonces, querer delegar estas facultades a través de la Asamblea Constituyente en manos de algunos seudo-representantes, es insensato, porque ello significaría depositar deliberada e ingenuamente toda nuestra confianza y soberanía en manos de los asambleístas. Alienar procedimentalmente lo

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que naturalmente es inalienable. Sería automarginarse de esta decisión política fundamental y aceptar la reedición del sistema político recientemente cuestionado. Sería finalmente la capitulación ideológica del movimiento popular de octubre; porque los asambleístas proveídos de este poder constituyente estarían en condiciones de promulgar arbitrariamente una nueva Constitución Política del Estado y al pueblo sólo le quedaría someterse.

Y digo seudo-representantes, porque si fuese posible la figura de una genuina representación democrática, ésta tendría que ser mayoritaria, universal, interrelacionada, fiel y dependiente. Es decir que el representante debe ser una imagen de la voluntad mayoritaria de sus representados, su mandato debe provenir de un acto electoral que haya otorgado a todos los ciudadanos los mismos derechos de elegir y de ser elegidos, debe existir un mecanismo de relación permanente que posibilite una fidelidad en todo el proceso entre el representante y el representado; y aun esto sería insuficiente. Además y fundamentalmente debe estar la decisión del

representante subordinado a la soberanía del pueblo.

Caso contrario, el representante sería el nuevo soberano del poder político; ¿y este representante a quién representaría? A él mismo, en el mejor de los casos; y en el peor, a sus jefes políticos o a la presión externa que influye determinantemente sobre el sistema; y en esta posición, sería ingenuo suponer que los asambleístas deliberadamente se automarginen del poder reconociendo institucionalmente la soberanía del pueblo boliviano. Simultáneamente, los grupos dominantes han de intentar influir en la resolución jurídico-política del Estado, y para este propósito los representantes soberanos son los que se adecuan mejor a las tácticas de estos grupos de presión: cabildeo, soborno, amenazas, etc.; porque, éste es el momento de capital importancia para conseguir restablecer y consolidar definitivamente un Estado que preserve sus intereses. “En estas democracias de escenografía —afirma Duverger—, son los grupos de presión los que se llevan la tajada del león”.

* José Roberto Castro P., es dirigente nacional del PDC, Sucre

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Sobre la Asamblea Constituyente Millares Reyes, Edgar

Sabemos que la Asamblea Constituyente tendrá el objetivo de modificar la Constitución Política del Estado. ¿Se hará ese cambio parcial o totalmente? Lo primero parece racional, porque una buena parte de los preceptos constitucionales son imperecederos y apenas serán objeto de algunos arreglos.

También se podrá escuchar las voces de los que pretenden la federalización, y de otros que hablan insistentemente de “autonomías”, cuyo contenido no es muy claro, sabiendo que hay descentralización, municipalización y participación popular. En fin, los temas propiamente de la Asamblea son muchos en el sentido estrictamente constitucional.

Para otros, será una Asamblea de quejas y de publicidad. Lo conveniente sería escoger a especialistas para que participen en esa Asamblea. Pero hasta donde se sabe se quiere la participación de corrientes políticas, étnicas, geográficas, etc., lo que puede dispersar el contenido esencial que debe primar para la formulación de una Constitución Política del Estado.

Se entiende que un equipo del Gobierno trabaja sobre el tema y que debe entregar algún proyecto o, por lo menos, ideas sustantivas que no permitan la dispersión de un asunto tan vital para la República.

Hay temor de que sea desvirtuada la que debe ser una Asamblea Constituyente y,

entonces, ingresemos al detalle de lo insustancial. Desde ya para la formulación de una Constitución Política del Estado se requiere “constitucionalistas”, conocedores de una ciencia del Derecho que debe primar, esencialmente para la interdisciplinariedad que conlleva una Carta Magna. Desde otro ángulo, hay una técnica de la formulación que es preciso cuidar. Una Constitución no es emitida para cada gobierno o para períodos cortos. Suele pervivir a las vicisitudes de todo orden que pudieran presentarse.

¿Cómo se hace, desde ahora, una pedagogía constitucional? Es decir, ¿cómo hacer entender a los diversos actores que para dotar a la República de una Constitución Política hay que centrarse en la veracidad y sustancialidad de la misma? Creemos que una tarea de esta naturaleza debe ya comenzar, para evitar que los que creen que es un Parlamento simple, puedan desanimarse de participar, aunque los “temerarios” nunca faltan.

No vemos con claridad que ello suceda en este contexto y entonces vale la pena comenzar a mentalizar a la población sobre la esencia que se busca para el bien del país. En otras palabras, a la Asamblea Constituyente deben arribar personas que entiendan la cuestión, de tal manera que sus resultados sean los esperados, en vista de la envergadura de dicha tarea.

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Asamblea Constituyente, ¿punto de encuentro o salto al vacío?

LAZARTE, JORGE

Como politólogo y ex vocal de la Corte Nacional Electoral, el autor señala muchas y oportunas reservas sobre la nueva Constitución, promulgada la semana pasada con el principal fin de hacer posible la Asamblea Constituyente dentro de nuestros mecanismos deliberativos y electorales.

La razón política contra la razón jurídica

Finalmente fue aprobada con fórceps la Asamblea Constituyente (AC) y el país se apresta a dar un salto histórico, que esperemos no sea en el vacío. Ello dependerá de las respuestas a las distintas preguntas acerca de las reglas de funcionamiento y composición futura de la AC. Por el momento quizá no sea del todo inútil insistir sobre la forma cómo fue aprobada y los riesgos implícitos en varios de los artículos relacionados con el tema.

La AC es un excelente ejemplo de una situación de crisis que cambia los parámetros de lo que puede considerarse posible. Sin la crisis generalizada en el país, más el fuerte sentimiento colectivo contra los partidos, no habría sido posible la transmutación de una propuesta, en principio extravagante y solitaria, en una demanda nacional incontenible. Sin febrero y sin el terremoto de octubre del pasado año, varios partidos no habrían actuado contra sí mismos viabilizándola en el parlamento. El problema es que para ello tuvieron que violar la Constitución Política del Estado (CPE), en contradicción con el carácter de AC "derivada" de normas y poderes institucionales preexistentes.

Es oportuno recordar que varios de estos partidos, presionados por la marcha de los pueblos del oriente en el mes de junio de 2002, habían asumido el compromiso de "viabilizar" la AC en el anterior periodo constitucional, pero lo incumplieron al no incluir esta figura en la Ley de Necesidad de agosto de 2002.

Esos mismos partidos, que ya no podían impedir la AC después de la crisis de octubre, tuvieron que enfrentar el dilema entre la

necesidad política y la obligación jurídica. Como se sabe, la CPE establece que cualquier reforma de la Constitución debe figurar previamente, y con "precisión"' en una Ley de Necesidad aprobada en un periodo constitucional y luego ser ratificada en otro periodo constitucional. Al no haber sido incluida en la Ley de Necesidad de 2002, la AC debía entenderse como una nueva reforma que requería de una nueva ley, lo que implicaba que su eventual funcionamiento debía esperar hasta después de 2007.

Pero esos partidos, que sabían que políticamente no podían apostar a estos plazos, optaron por imponer una decisión anticonstitucional, confiando en que si lo hacían rápidamente, dejando un margen sólo de 24 horas para cualquier demanda de inconstitucionalidad (facultad sólo reconocida al Presidente de la República, Vicepresidente, senadores, diputados, Defensor del Pueblo), se constitucionalizaría la violación. Y esto es lo que efectivamente sucedió. A los que aún dudaban en el parlamento, se los convenció alegando que el Congreso en 1994 había procedido del mismo modo, alterando libremente lo que se había aprobado en la Ley de Necesidad previa, y que, por tanto, había establecido "jurisprudencia" A todas luces este último argumento es político y no tiene ningún valor jurídico, pues una violación legal, aunque sea por consenso, no establece "jurisprudencia".

"Jurisprudencia" quiere decir que se ha actuado conforme a derecho. La razón política venció, como tantas veces en el pasado, a la razón jurídica. Esto es todo menos Estado de Derecho, sin el cual no hay democracia. Existían otras vías menos tortuosas y más constitucionales, que no fueron aceptadas por razones de cálculo político. Ahora la AC está en la Constitución y es la reforma política más importante de las últimas décadas, que pone al país frente a su propio futuro.

El riesgo de una fragmentación política incontrolable

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Fue un error de principio que el parlamento haya insistido en que la AC aparezca en un lugar que no le corresponde, convirtiéndola en órgano de gobierno, como puede leerse en el artículo 4 aprobado, que dice ahora, y nosotros subrayamos: " El pueblo delibera y gobierna por medio de sus representantes y mediante la Asamblea Constituyente, la iniciativa legislativa ciudadana y el referéndum..." Si de todos modos la AC debía formar parte de un artículo cuya finalidad es definir la forma de gobierno, pudo haberse salvado la insensatez, cambiando la estructura de la redacción.

Si bien igualmente era inevitable, por la presión social, terminar con el "monopolio" de la representación política de los partidos, sin embargo, la forma de la viabilización entraña riesgos muy grandes. Según la reforma aprobada, no sólo los partidos sino también las agrupaciones de ciudadanos y los pueblos indígenas podrán proponer candidatos a los distintos cargos electivos. Quizá el propósito era saldar una enorme deuda con los pueblos indígenas por siglos de discriminación, abuso y desprecio a que fueron sometidos por quienes mandaron en este país. Pero en política cuentan más los resultados previsibles, que pueden ser contrarios a los fines proclamados.

En primer lugar, no se sabe cuántos pueblos indígenas existen y ello puede presentar conflictos políticos por su reconocimiento y ser objeto de manipulación desde todos los lados.

Esta reforma induce a estos pueblos a entrar en el campo político no de manera congruente con la naturaleza de instituciones de la sociedad que representan identidades sociales. Una de las dimensiones de la modernidad política es la separación entre Estado y sociedad civil, entre lo político y lo social, cada uno con sus propias esferas de acción. Las organizaciones civiles deben ser fiscalizadoras pero no se puede durablemente fiscalizar y pedir cuentas al poder, formando parte de los juegos del poder político.

De otro lado, como se sabe, la política inherentemente es conflicto y es división. Estos pueblos pueden sufrir los efectos de la lucha política, debilitarse interiormente y hasta dividirse por entrar en el campo político o ser objetos de manipulación partidaria. Aquí los medios escogidos son inapropiados

para los fines buscados. Desde el punto de vista democrático, lo que debería impulsarse es una mayor participación "ciudadana'; y no corporativa o por parcialidades que estimulen aún más las tendencias centrífugas del país.

Finalmente, puede esperarse la multiplicación de candidaturas sociales en los 320 municipios, desencadenando un proceso de fragmentación política incontrolable y que no resuelva problemas de representación política. En estas reformas hay una dosis de buena voluntad y bastante de ilusión participacionista.

El alto riesgo para los pueblos indígenas

Estos problemas van a agravarse y amplificarse con la reforma del artículo 223, que formaba parte de un capítulo de la CPE que se refería exclusivamente a los partidos políticos. En el nuevo artículo 223 se mezclan partidos, que son estructuras permanentes, con agrupaciones ciudadanas, que son efímeras, y pueblos indígenas, que no son partidos. A todos ellos se los somete a las mismas condiciones. Así estas agrupaciones ciudadanas y los pueblos indígenas estarán obligados a tener "programa" político y de gobierno; a probar que su "organización" funciona "democráticamente" y a registrarse ante la Corte Electoral. Además, podrán recibir recursos financieros del Estado y rendir cuentas por su uso. Estos requisitos siempre han sido para los partidos, pero a partir de ahora se impondrá también a los "pueblos indígenas" que participen en las elecciones. O estas reformas son un saludo a la bandera y los pueblos indígenas no podrán asumirlas, o pagarán un alto precio por funcionar como "partidos" o "protopartidos". Esta no es la vía para hacer avanzar la causa de estos pueblos. Las leyes especiales que deben aprobarse pueden limitar los riesgos pero no podrán decir lo que no dice la CPE o contradecirla.

¿Punto de encuentro o salto en el vacío?

La AC es una decisión que va a marcar la historia del país, cualesquiera que sean sus resultados. La apuesta es demasiado grande como grandes parecen ser las expectativas de la población.

A los ojos de mucha gente, la AC representa la nueva esperanza inventada por necesidad, después de tantas frustraciones. Lo que no se pudo lograr de los sucesivos gobiernos,

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piensa la gente que podrá obtenerlo en la AC. De ahí el empeño de organizaciones civiles por estar representadas en la AC, como si se tratara de una carrera para obtener las mayores ventajas posibles. En todo caso, si no se explica con claridad qué es lo que se puede y no se puede hacer con la AC, la experiencia puede convertirse en una nueva frustración, pero esta vez con efectos más demoledores.

La AC puede ser un salto al vacío y una caja de pandora que despierte los viejos

"demonios" del país; o una oportunidad histórica en la que el país se encuentre a sí mismo. La historia no es destino sino cuando ya ha pasado, mientras tanto son los hombres los que definen su propio futuro, pero para ello tienen que avanzar construyendo una voluntad común. ¿Podremos hacerlo? Los romanos solían decir, jacta esta hecho está, ya no se puede volver atrás, y hay que hacer lo mejor posible con lo que existe.

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Asamblea Constituyente y autonomías Cayo Salinas

Lo rescatable del caos jurídico al que nos han sometido los gobernantes, es que con autonomías podremos trabajar a herida abierta, esto es, siendo autores, partícipes y ejecutores de nuestro propio crecimiento, sin tapujos, sin medias tintas. Sería bueno, entonces, debatir sobre la forma de encarar este proceso legalmente y hacerlo sin forzar la ley, menos buscando interpretarla cuando no corresponde

La legalidad o ilegalidad de la convocatoria a una Asamblea Constituyente bajo el marco de la actual Constitución Política del Estado ha pasado a un segundo plano después del ultimátum dado por el Presidente de la República al Congreso Nacional para que éste Órgano sancione la norma que viabilice su realización. Pareciera que poco importa si al adoptarse este mecanismo de reforma, se afrenta la Carta Fundamental y el procedimiento dispuesto por ella; lo que está en discusión en el seno de la Comisión Mixta de Constitución, Justicia y Policía Judicial es establecer si procede una ley interpretativa o si corresponde que la ley de declaratoria de necesidad merezca el aditamento necesario para viabilizar la estructuración de la asamblea. En ambos casos, varias veces manifesté mi oposición al establecimiento de esta figura tal como pretende imponérsela y menos forzar una ley interpretativa de normas constitucionales que son claras y que no precisan interpretación alguna. Más allá de los argumentos que esgrimen quienes justifican los movimientos sociales de octubre plasmados en la "soberanía popular" para dar legitimidad a la Asamblea Constituyente, ésta como mecanismo de reforma, viola la Constitución.

Una cosa es cuidar el respeto a la normativa, en este caso particular, el privilegio constitucional respecto al procedimiento de reforma que la ley de leyes sabiamente ha dispuesto y, otra, hacer uso de figuras interpretativas legales, sociales y políticas, para forzar la legalidad de una asamblea de la cual, aún hoy, existe más sombras que luces.

Frente al comportamiento demostrado por diversos sectores sociales, que aún ahora no entienden cómo una Asamblea Constituyente les cambiará su forma de vida y solucionará sus problemas de acceso a la salud, educación, servicios públicos básicos y empleo, no son pocos los políticos que están aprovechando esta coyuntura para clamar unidad en torno a aquella.

Como están las cosas, dudo que la Asamblea Constituyente solucione los problemas del país y de los bolivianos, y que fruto de ella, nazca una nueva Nación, aquella que bajo la pluma del abate Emanuel Sieyés en 1789, trajo la República y la declaración de los derechos del hombre. Sin una base y estructura jurídica sólida, se pretende dar luz a una figura no prevista en la Carta Magna, forzando el cuerpo normativo más importante del país y colocando el espíritu reformador en tela de juicio.

Pues bien, como son pocos los que se animan a cuestionar lo que sucede en torno a la Asamblea Constituyente y su convocatoria, ha sido propicia la oportunidad para que algunas regiones planteen la "refundación del país" a la luz de los movimientos sociales de octubre y del comportamiento de grupos radicales dedicados al bloqueo de caminos y a la organización de grupos extremistas que alientan desde las calles y el parlamento, la toma del poder utilizando la violencia.

Surge aquí el pedido de autonomía planteado con justificada vehemencia por Santa Cruz y, en menor medida, por Tarija.

Si de algo servirá la Asamblea Constituyente, será para redimensionar el peso específico de los nueve departamentos y para rescatar la presencia de la sociedad civil en términos de ser parte de la solución, o del problema.

Creo en las autonomías y pienso que éstas deben darse bajo el legítimo derecho que tienen las regiones de ser arquitectos de su propio destino. Bajo los principios autonómicos, que de ninguna manera importan resquebrajamiento de la unidad nacional, no sólo lograremos el fortalecimiento de las regiones, también, la toma de conciencia respecto a la necesidad

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de luchar y preservar lo que tenemos en términos de ser contestatarios de aquellos grupos que buscan la destrucción del país. Autonomía no quiere decir desconocer al estado y menos al poder central, aquél que deberá tener potestad única en temas como la moneda, las relaciones internacionales, la lucha contra el narcotráfico, la defensa y control fronterizo, etc. Hace bien Santa Cruz en exigir que las autonomías partan por permitir a las regiones administrarse y

disponer de sus recursos como consideren más justo. Lo rescatable del caos jurídico al que nos han sometido los gobernantes, es que con autonomías podremos trabajar a herida abierta, esto es, siendo autores, partícipes y ejecutores de nuestro propio crecimiento, sin tapujos, sin medias tintas. Sería bueno, entonces, debatir sobre la forma de encarar este proceso legalmente y hacerlo sin forzar la ley, menos buscando interpretarla cuando no corresponde.

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Asamblea Constituyente: ¿Lo político por encima de lo jurídico?

Peláez Gantier, Gabriel

Es cierto que aún existen voces adversas, no a la metodología, sino afirmando que la Asamblea Constituyente es ajena al texto de la Constitución y jamás debería insertarse en aquél. Uno de esos criterios, lo sostiene uno de los articulistas de un semanario de La Paz, que lanzando críticas contra todo y contra todos muestra su espanto porque la inclusión de la Asamblea entre las reformas de la Constitución, equivale a extender el certificado de defunción de esta última. No ha percibido que justamente, de eso se trata. De dotar al país de una Constitución absolutamente renovada a través de una Asamblea Constituyente. Algo parecido acabamos de escuchar en el último Congreso Nacional de Colegios de Abogados efectuado en la ciudad de Sucre.

Pero en aquel Congreso, hemos escuchado además otras dos posturas. Una, que el tema es de "fácil" solución, porque basta dictar una Ley convocando ya nomás a la Asamblea, apoyándose en el texto del Art. 35 de la Constitución. Sus proponentes no quieren acordarse de que el año 2001, absolviendo una consulta, el Tribunal Constitucional, declaró la inconstitucionalidad de un proyecto de ley, entre otras cosas, porque la figura de la Asamblea no forma parte del texto de la Constitución y éste detalle no puede suplirse mediante una ley.

Aclaramos, no es como dice el articulista de marras de ese semanario de La Paz, ni como algunos lo han sostenido en el citado congreso Nacional de Colegios de Abogados, o sea, que la Asamblea Constituyente, es inconstitucional "per–se". Lo es porque esa figura, no forma parte del texto constitucional. En este momento, para no entraparnos en el mismo dilema. Se trata finalmente de resolver el dilema de cómo se hace para conseguir es incorporación, cumpliendo obviamente una condición: la de no violar el texto constitucional. Pero hay más, cuando se debatía la propuesta referida a la dictación previa de una Ley Interpretativa, han surgido voces para comenzar destacando que cualquier salida

pasa por admitir la gravedad de la crisis por la que atraviesa el país.

Inicialmente, el Coordinador Nacional para las reformas constitucionales, en su exposición, admitió ante aquel Congreso, que la Ley interpretativa previa, era un camino correcto e irrebatible jurídicamente hablando, pero que no podía ser aceptado porque en este momento, existían "por encima", razones socio–políticas que relacionadas con esa crisis del país, obligaban a decisiones diferentes. Es sabido que por su parte, el informe de la Comisión Mixta de Constitución del Congreso ha sido producto de un consenso partidista previo y es probable que el camino escogido por aquella, se siga hasta el final en el Congreso. O sea, es ésta otra decisión política. Pero volviendo al Congreso nacional de Colegios de Abogados, particularmente los delegados de La Paz, acabaron sosteniendo el mismo criterio expuesto por el representante de la Presidencia. En síntesis, que en estos momentos, Todo vale y algo más: que las razones políticas, están por encima de los razonamientos jurídicos. En suma, que puede ser cierto que la Cámara de Diputados, en este momento, esté conculcando los preceptos constitucionales pero ello no importa porque tales normas están por debajo de argumentos sociopolíticos. Tal "conclusión" no puede menos que espantarnos porque se la pronuncia nada más ni nada menos, que en un Congreso Nacional de Abogados. La consigna es por tanto, pasar por encima del ordenamiento jurídico, porque esta postura "se justifica" en razón de que el país está convulsionado y otros "ados" e "idos". Pero hubo más, quienes sostuvieron esos "argumentos", dejaron entrever en forma sutil pero muy clara, que todos los que sostengan una postura contraria y afirmen que lo que está haciendo el Congreso es inconstitucional, deben ser calificados como "desestabilizadores" y "conspiradores". O sea, se utiliza un recurso que en nuestro país, en temas como el que abordamos, se ha vuelto muy repetido; lanzar adjetivos descalificadores, cuando ya no se encuentran

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razones valederas para sustentar una determinada postura.

O sea, así como en el Congreso pensamos que la metodología ya está "cocinada", en el Congreso nacional de abogados, ocurrió algo parecido. Curiosa coincidencia. Por lo expuesto, queda claro que se acaba de poner en práctica un nuevo sistema: Cuando Ud. ya no sepa qué va a hacer al no encontrar salidas acordes con la Constitución y/o las leyes, ¡métale con martillo!, ¡rompa con todo! Y olvídese de los textos legales. O al final, quede muy fino, afirmando que sí hay salidas legales, pero para qué sirven, si se pueden utilizar métodos "más expeditivos". Saque el pañuelo, para limpiar las lágrimas producto de la crisis, pero al final, imponga consignas y slogans, no razone, lance adjetivos. Es mucho más fácil.

Queremos en forma concreta, hacer referencia a un tema específico que también es de espanto. Tras el singular informe de la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, se anexa al mismo un Proyecto de Ley (¿!) Asómbrese, un Proyecto de Ley

Declaratoria de la Reforma Constitucional, no previsto en la Constitución, pero peor, se lo plantea para sustituir la ley de declaratoria del primero de febrero de 2002, que obviamente dejó de ser un mero proyecto y es una ley sancionada y promulgada, que ahora una comisión la está derogando, puesto que se descarta 30 de los 45 artículos de la original. Nos preguntamos: ¿Diputados va a considerar la Ley Declaratoria o el Proyecto de esta nueva ley? Si debate y aprueba una nueva ley declaratoria, esta deberá quedar para el 2007.

Seguramente, las razones socio–políticas han de volver a imponerse. Se ha de justificar lo injustificable. Se ha de seguir haciendo abandono de toda racionalidad. Los gurús de la política nacional, han concretado otro de los consabidos "amarres" y punto. No nos asombra, porque todo lo sucedido hasta hoy, sólo reitera viejas prácticas arraigadas en el país. Si un debate tan desprovisto de toda sindéresis se podría considerar como un preludio de la futura Asamblea Constituyente, sólo podríamos exclamar. ¡Dios nos ampare!

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La Asamblea Constituyente ¿nuevo órgano de gobierno o de poder?

Lazarte R., Jorge

La demanda por la Asamblea Constituyente (AC) ha crecido tanto en el país que, luego de la crisis de octubre, se ha hecho políticamente inevitable. La promesa presidencial y parlamentaria es convocarla en el actual período constitucional. El problema es su viabilidad jurídica y constitucional. Es decir, estamos ante un conflicto entre la necesidad política de hacer una constituyente y la necesidad jurídica de respetar las reglas constitucionales.

Como se sabe, la AC no figura en la Constitución Política del Estado (CPE). Por tanto se requiere una reforma constitucional previa para “constitucionalizarla”. Esta dificultad ha sido señalada con mucha claridad por el Tribunal Constitucional, en enero de 2001, al declarar la “inconstitucionalidad” de un Proyecto de Ley de Convocatoria a una AC. Según el Tribunal, tal convocatoria “quebrantaría el ordenamiento jurídico constitucional” del país, pues se necesitaba previamente de una “ley ordinaria, que declare la necesidad de la reforma”. Además el Tribunal advertía que el “poder constituyente derivado (...) debe ejercerse dentro de los parámetros que establece la norma constitucional”.

La Ley de Necesidad de Reformas a la CPE, de 1 de agosto de 2002, aprobada por el Congreso Nacional, no incluye la AC, y al no estar mencionada con “precisión”, como dice la norma constitucional, no sería muy constitucional incluirla ahora. Para sortear este problema, la Comisión Mixta del Congreso decidió que había que aprovechar la Ley de Necesidad, que , entre otras reformas, aprobó incorporar la “iniciativa legislativa ciudadana y el referéndum constitucional” en el Art. 4 de la CPE. La Comisión Mixta resolvió ampliar el artículo modificatorio con la inclusión de la AC pero con ello el problema se ha agravado.

Según la propuesta de la Comisión Mixta, el texto de la actual CPE, que dice: “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y de las autoridades creadas por ley”, se convertiría en el siguiente: “El pueblo delibera y gobierna por

medio de sus representantes y mediante la Asamblea Constituyente, la iniciativa legislativa y el referéndum constitucional, establecidos por esta Constitución”. Es decir, y esto es lo grave, en el nuevo texto se convierte a la AC en órgano de gobierno, al decir que el “pueblo (...) gobierna mediante la AC”.

En primer lugar no es pertinente incluir la AC en un lugar donde no corresponde, pues el Art. 4 se refiere al gobierno del país, mientras que el fin de la AC es redactar una Constitución y no gobernar. Su lugar, por tanto, debe ser la parte destinada a la Reforma Constitucional.

En segundo lugar, reconocer que el “pueblo (...) gobierna mediante la AC” es ponerse en contradicción con toda la Constitución, que define cuales son los órganos de gobierno.

Pero, además es un peligro político inédito al abrir la posibilidad de que la AC, ya instalada bajo esos términos, pueda declararse constitucionalmente “gobierno” del país, con todas las consecuencias catastróficas que no son difíciles de prever. La AC heterogénea podría convertirse en un caos interno al intentar ser gobierno, provocando, al mismo tiempo, un caos político e institucional en el país.

La Comisión Mixta ha optado por el peor camino para resolver la viabilidad constitucional de la AC.

Entonces, ¿nada ya se puede hacer? Quizá haya una salida menos escabrosa y más apegada a la CPE. Lo primero que puede hacerse es incluir el referéndum en la CPE que ya forma parte de la Ley de Necesidad previa (complementando que puede ser consultativo y/o vinculante) y especificar que el referéndum vinculante tendrá efectos jurídicos inmediatos, luego de una resolución ratificatoria del Congreso Nacional. Luego, apoyándose en este instrumento constitucional del referéndum vinculante, convocar al país para que se pronuncie sobre si apoya o no la convocatoria a la AC y su inclusión en la CPE. Si el apoyo es

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mayoritario, y teniendo en cuenta que el referéndum es vinculante, entonces estaría abierto el camino constitucional para su convocatoria y su incorporación en la CPE sin violar ninguna norma. Quizá de este modo se podría evitar probables demandas y resoluciones de inconstitucionalidad y riesgos políticos previsibles y de magnitud por reconocerle indebidamente a la AC la condición de órgano de gobierno.

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Asamblea Constituyente: ¿órgano de gobierno? Böhrt I., Carlos

ex embajador y ex parlamentario

A partir de la opinión vertida por un analista político, en los últimos días ha surgido un cuestionamiento “novedoso” en contra de la propuesta de introducir la Asamblea Constituyente en la legislación constitucional boliviana, particularmente en contra de utilizar el artículo 4 de la Constitución para ese cometido, arguyendo que tal hecho entraña un “grave error” jurídico porque implicaría la creación de un nuevo órgano de gobierno que le disputaría sus atribuciones al Poder Ejecutivo.

Frente a semejante cuestionamiento rápidamente deben esclarecerse tres temas:

Primero: no es cierto que el artículo 4 de la Constitución se encuentre referido al sistema de gobierno.

Ese artículo forma parte del Título Preliminar y de las disposiciones generales que dejan plantados cuatro pilares de la organización política del país: la definición del tipo de Estado y de la forma de gobierno (Art. 1); la identificación de la sede de la soberanía y su delegación a los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial (Art. 2); el reconocimiento de la religión católica como culto oficial (Art. 3) y el señalamiento de que el pueblo, definido como el titular de la soberanía, la ejerce a través de sus representantes y mediante la Asamblea Constituyente, la iniciativa legislativa ciudadana y el referéndum. Si fuera cierto que introducir la Asamblea Constituyente en el artículo 4 implicaría la creación de un órgano de gobierno paralelo al Poder Ejecutivo, con el mismo argumento deberían quedar invalidados el referéndum y la iniciativa legislativa ciudadana. Nótese que la consulta popular, cualquiera que fuese su modalidad, sí traslada y en forma directa, la responsabilidad de la toma de decisiones, incluidas las administrativas, a los electores.

Pero, lo evidente es que ni el referéndum, ni mucho menos la Asamblea Constituyente podrían generar mecanismos de gobierno paralelos a los del Ejecutivo.

Segundo: la Asamblea Constituyente desde ningún punto de vista puede ser entendida como órgano de gobierno. La Asamblea es un órgano de ejercicio de la soberanía popular y es, además, un órgano representativo. Concentra en sus manos el máximo poder legislativo: modificar la Constitución Política del Estado y, a través de ese mecanismo, transformar las modalidades de funcionamiento del estado.

Y tercero: la idea de reformar el artículo 4 no es una iniciativa de la actual Comisión de Constitución del Congreso, sino del llamado Consejo Ciudadano para la Reforma Constitucional encargado de redactar el anteproyecto de ley de necesidad de la reforma constitucional, cuyo texto fue entregado al finalizar el año 2001.

Resulta sugerente, por todo ello, que el analista en cuestión se haya percatado recién ahora, a última hora, del “grave error” que implicaría la incorporación de la Asamblea Constituyente (y del referéndum, habría que añadir) en el artículo 4 de la Constitución. Hay que decirlo con claridad: la incorporación de la Asamblea Constituyente en el artículo 4 de la Constitución Política del Estado, ni desde el punto de vista teórico constitucional, ni desde el punto de vista político, implica atentado alguno en contra de la Constitución.

Por tanto, la propuesta de la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados es válida y viable, la que, ciertamente, podría ser mejorada y precisada, pero en ningún caso desechada. En los próximos días, por lo demás, se podrán identificar cuál la fuente y el destino reales del “novedoso” cuestionamiento a la Asamblea Constitucional. La gran mayoría del pueblo boliviano espera que el largo y tortuoso camino recorrido por la reforma constitucional concluya entre esta y la próxima semana.

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Enjuiciando a la Asamblea Constituyente

Loza Calderón, Ramiro

Entre las reformas de la Constitución Política del Estado sancionadas y promulgadas de inmediato, casi todas satisfacen expectativas largamente acariciadas por la colectividad nacional, pero no se puede decir lo mismo de la incorporación de la Asamblea Constituyente al Artículo 4º de la norma jerárquica, pese a las alabanzas que el Gobierno, los partidos políticos y la prensa le han dedicado.

El señalado Artículo 4º dispone al presente que “el pueblo delibera y GOBIERNA por medio de sus representantes y mediante la Asamblea Constituyente, la Iniciativa Legislativa Ciudadana y el Referéndum establecidos por esta Constitución y normados por ley”. El término “gobierna” no es propio para ninguna asamblea legislativa desde que existe la división de poderes, con facultades bien definidas para cada uno. Sabemos que el Referéndum y las modalidades de iniciativa que puedan existir, no están dotadas de las facultades todopoderosas de una asamblea constituyente, por lo que atribuirle nada menos que el “gobierno” es un exceso por donde se lo vea. Digamos de paso que la atribución “gobierno” debía haber sido sustituida por la de “legisla”, que es lo que en realidad hacen los órganos deliberantes.

Pero yendo al fondo, es necesario detenerse en el procedimiento ilegal seguido al respecto. Si bien el Referéndum estaba incluido en la Ley Declaratoria de Necesidad de Reforma Constitucional -de la cual es necesario partir-, aunque limitado a consultas constitucionales, en cambio la Asamblea Constituyente no fue contemplada como parte de la reforma constitucional, y es que la Carta Magna dispone que en la siguiente legislatura de un nuevo período constitucional -disposición también incumplida- “las cámaras deliberarán y votarán la reforma ajustándola a las disposiciones que determine la Ley de Declaratoria de aquélla” (Art. 232 CPE). En consecuencia, no es preciso mucho análisis para advertir que se ha empezado por violar de modo flagrante la Constitución, introduciendo una institución no prevista por la ley que inició el proceso de reforma.

Ahora bien, si se ha de ir al Referéndum vinculante para decidir el tema del gas, nada mejor y sencillo que utilizarlo para una consulta tan o más importante que el motivo que origina el Referéndum, a fin de que la ciudadanía acepte o rechace soberamente la Asamblea Constituyente. Cualquiera que sea la respuesta popular, se la tendrá que aceptar con la certidumbre de que “la voz del pueblo, es la voz de Dios”.

La aprobación tan simplista que acabamos de ver, en un tema que es quizá el más crucial de la ciencia constitucional del Estado, nos desconcierta por la falta de análisis de nuestros legisladores o, por lo menos, la ausencia de juristas versados en temas constitucionales, lo cual se nos antoja insólito en una asamblea legislativa. Se hace evidente que se ha prescindido de toda consulta a la legislación comparada, de suerte tal que de un plumazo el país resulta exhibiendo no sólo el sistema de reforma constitucional más elástico, sino también de mayor peligro institucional y de tremenda inseguridad jurídica que conllevan imprevisibles consecuencias políticas.

Que una ley trate de normar aspectos asumidos de modo tan rotundo por el indicado Artículo 4º de la Constitución, traerá consigo nuevos conflictos y controversias de proyecciones sociales. Las raras constituciones que incorporan a su texto la Asamblea Constituyente, la supeditan a que la solicite un apreciable porcentaje del registro electoral. En Colombia, por ejemplo, se exige una tercera parte del censo electoral y que el contenido de las reformas sea sometido por un plebiscito expreso. Ante la ausencia de norma expresa que autorice la tantas veces nombrada Asamblea, el camino justo no era otro que el Congreso convoque a un referéndum consultivo y si la respuesta popular fuere positiva, proceder a la elección de los constituyentes previa otra ley reglamentaria, debiendo someterse las conclusiones votadas por dicha Constituyente a otra consulta de conformidad o rechazo.

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La “espada de Damocles” de tanta inseguridad e inestabilidad no sería tal si se hubiera optado por el camino sugerido, aprovechando el Referéndum sobre el gas. A fin de abrir paso a una Constituyente responsable, se podía haber previsto en la Carta Magna un mecanismo similar al expuesto, con la garantía de preservarlo de los vaivenes e intereses que puedan predominar circunstancialmente al calor de pasiones políticas o regionales y de los desenfrenos sociales, como los que precisamente estamos espectando al presente.

Dicen que es inconstitucional la Asamblea Constituyente

La Asamblea Constituyente, la Iniciativa Legislativa Ciudadana y el referéndum son las nuevas figuras de la democracia directa que el Parlamento pretende crear a través del artículo 4 de la Ley de Necesidad de Reforma de la Constitución Política del Estado (CPE), pero este artículo fue observado ayer como inconstitucional por el Colegio de Abogados de Cochabamba.

El diputado Hugo San Martín (MNR), integrante de la Comisión Mixta de Constitución, aseguró que las nuevas figuras constitucionales tienen las siguientes características: "La Asamblea Constituyente es un colectivo de personas que se reúnen para deliberar los temas referidos a la CPE. Hay dos tipos, la Asamblea Constituyente originaria, que es la que da nacimiento a un, país o Estado, y la Asamblea Constituyente derivada. Ambos son órganos constituidos del Poder Legislativo, que se encarga de llevar adelante la reforma de la CPE", señaló San Martín. Explicó que el poder que alcanza es supraconstitucional y que está encima de las leyes. "En teoría modifica la CPE de manera total y según los textos no tiene muchos límites", dijo.

En cuanto al referéndum, señaló que se trata de una consulta popular que se realiza a la ciudadanía para determinar ciertos aspectos nacionales. "Da la oportunidad a los electores decidir directamente sobre un asunto en particular. Hay diferentes clases de referéndums, desde los que se realizan para la aprobación de leyes, hasta los que aprueban las reformas a una Constitución. También puede interpretarse como un plebiscito", dijo San Martín. El parlamentario aseguró que la Iniciativa Legislativa Ciudadana, reconocida como un derecho público subjetivo, otorga a los ciudadanos la posibilidad de proponer proyectos de ley en cualquier materia.

"El Congreso debe tratar estas propuestas en un término establecido. Generalmente debe estar respaldado por firmas. Varía el número de firmas, incluso los términos de consideración de estos proyectos".

¿INCONSTITUCIONAL?

La Asamblea Constituyente, el referéndum y la iniciativa Ciudadana fueron incluidos en el artículo 4 de la CPE, lo que generó el debate sobre la constitucionalidad de esta reforma.

El presidente del Colegio de Abogados de Cochabamba, Eddy Fernández, señaló que su institución analizó la propuesta presentada por la Comisión de Constitución, en la que se propone incluir la Asamblea Constituyente en el artículo 4 de la CPE, y que encontraron inconstitucional esta modificación. También observaron el que se proponga analizar sólo 15 artículos de la Ley de Necesidad y no los 45 aprobados durante la gestión legislativa pasada.

Según el Colegio, la propuesta va en contra del parágrafo primero del artículo 230 de la CPE de "declaración de necesidad de la reforma, la que se determinaría con precisión en una ley ordinaria".

Un segundo aspecto es que el trabajo legislativo se contrapone a lo dispuesto en el artículo 231 de la CPE, donde se señala que las modificaciones se realizarán durante las "primeras sesiones de la legislatura de un nuevo periodo constitucional", y en este caso ya transcurrió año y medio de la legislatura. El Colegio de Abogados de Cochabamba sugiere que el pueblo decida, vía referéndum, si se puede proceder a la elaboración de una nueva Constitución a través de la Asamblea Constituyente.

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Capítulo Nº 7

Aportes y puntos de vista Internacional

" Si alguien hay que pueda tener el privilegio de mentir, a los gobernantes del Estado debe corresponder dicho privilegio "

Platón

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Introducción al Capítulo VII

Bolivia ya es uno más de los países que entra en la carrera de la democracia participativa,

junto con Venezuela, Perú, Ecuador, Colombia y Guatemala, y obviamente es de ellos de

donde tenemos que aprender todas las experiencias positivas y negativas del proceso

denominado para nuestro Bolivia “Refundación del País”

Actualmente, se encuentra en mesa de discusión el número de asambleístas, su forma de

elección, el tiempo de cesión, entre otros temas. La experiencia de estos países indican que

muchos asambleístas solo llegaron a retrazar el proceso de discusión y aprobación de la Nueva

Carta Magna.

Es por tal razón que la expresión “Bolivia marcha inteligentemente hacia la Asamblea

Constituyente, porque sigue un proceso gradual por el que incorpora mecanismos de

participación popular y de fortalecimiento democrático” del ex presidente del Perú, representa

el aprendizaje significativo de un verdadero proceso.

CEDIB

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CAPITULO 7

7.1 Aportes y puntos de vista Internacional

Japón coopera a Bolivia con más de $us un millón para la Constituyente

La Paz, 29 (Jatha - Penti) - El gobierno del Japón cooperará a Bolivia con 1.109.146 dólares para articular la Asamblea Constituyente con el Diálogo Nacional, acuerdo suscrito con la administración de Carlos Mesa en instalaciones de Palacio Quemado.

El documento fue suscrito en instalaciones del Salón de los Retratos de Palacio Ejecutivo en presencia del presidente Carlos Mesa, por el embajador del Japón en Bolivia, Mitsunori Shirakawa y el ministro de Relaciones Exteriores, Juan Ignacio Siles.

El acuerdo establece que 225 mil dólares serán destinados para el Diálogo Nacional “Bolivia Productiva” dinero que financiará el Pre Diálogo de las organizaciones en sus procesos de consulta, deliberación y generación de propuestas de formulación de Estrategias Productivas Sectoriales.

Y 584 mil dólares para que se promueva el proceso informado de deliberación de la Asamblea Constituyente.

El diplomático japonés, Mitsunori Shirakawa, en la oportunidad expresó la decisión de su gobierno de participar activamente de los esfuerzos que realiza el presidente Carlos Mesa para ofrecer a los bolivianos un futuro mejor.

“Actualmente Bolivia se encuentra en una coyuntura crucial desafiada, además de verse en la impostergable necesidad de superar la

difícil situación económica financiera en la histórica tarea de perseguir las reformas estructurales del país. Mi gobierno esta consiente de los enormes esfuerzos que el presidente Carlos Mesa está desplegando con perseverancia para sacar adelante al país en las direcciones orientadas hacía una democracia mas justa y vigorosa”, precisó Shirakawa. El ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Juan Ignacio Siles, a tiempo de agradecer el respaldo del gobierno del Japón explicó más de la mitad de la cooperación será destinado al proyecto de Construyendo Procesos de Construcción Hacia la Asamblea Constituyente que tiene el objetivo de promover un proceso de deliberación sobre los aspectos más relevantes de la Asamblea Constituyente. Y la otra mitad estará destinada a la ejecución del Diálogo Nacional Bolivia Productiva que tiene el propósito de que las organizaciones de la sociedad civil elaboren sus propios estrategias productivas integrales a través de talleres debates y otros.

“Es importante recordar que desde 1977 al 2004 el monto destinado a Bolivia a superado la cifra de los mil millones de dólares americanos tanto en cooperación técnica como asistencia no financiera no reembolsable. Es pertinente recordar la condonación de la deuda que recientemente el gobierno japonés otorgó a Bolivia por un monto de 505 millones de dólares”, manifestó el Canciller.

http://noticias.lapatriaenlinea.com/2004/06/30/nacional/japon-coopera-a-bolivia.htm

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Acerca del concepto de Asamblea Constituyente Departamental

Por: Álvaro González Uribe

Consultor PNUD para el Plan Congruente de Paz de Antioquia

El concepto de “asamblea” no ofrece discusiones. En el sentido común de la palabra es tenido como un grupo de personas que se reúnen para deliberar y, por lo general, tomar decisiones por mayorías o consenso que afectan a sus integrantes y a quienes representan sus miembros.

La palabra “constituyente” sí necesita aclaración. En un sentido estricto jurídico se refiere a aquella reunión de personas legítimamente seleccionadas que se reúnen con el objeto de deliberar para elaborar o reformar una Constitución Política de una Nación.

Es claro que el tipo de asambleas constituyentes que se han celebrado en Colombia, iniciadas por las asambleas constituyentes de Mogotes y Tarso, tienen un concepto más amplio, es decir, no se conforman para elaborar o reformar una constitución política (ley de leyes de un país o nación en Estado de Derecho), sino que tienen como objetivo constituir participativa e incluyentemente un pacto colectivo nuevo, un ordenamiento “obligatorio”, en un principio informal, que regule las reglas de juego, los compromisos y los propósitos de un conglomerado habitante de un territorio.

“Constituir”, en un sentido amplio, literal y común, según el diccionario (que también menciona la acepción jurídica) es “formar”, “componer”. “Ser parte o elemento esencial de algo”. “Fundar, establecer, ordenar”. En cuanto al concepto “constituyente” el diccionario comienza significando ”constitutivo” y termina refiriéndose a “dícese de la asamblea cuya finalidad es establecer o reformar una constitución”. Como se observa, el segundo concepto es netamente jurídico, y no es el que nos ocupará en la idea que queremos desarrollar, por cuanto, al menos en el caso de Colombia, la Constitución es nacional, del país entero, y no municipal,

provincial, regional o departamental. Esto, en un sentido jurídico estricto, se reitera.

Sin embargo, nada se opone a que se utilice el término amplio, no estrictamente jurídico, para nuestro ordenamiento, como de hecho se ha utilizado en municipios como Mogotes o Tarso o en departamentos como el Tolima y otros.

Delimitado así el campo de acción del concepto, tenemos pues que la asamblea constituyente a que nos queremos referir (en oposición, por ejemplo, a una asamblea constitucional o constituyente como la que funcionó en Colombia en 1991), diremos que nuestra Asamblea Constituyente Departamental de Antioquia es una reunión de ciudadanos, legítimamente (lo “legítimo” no es siempre lo legalmente formal, pero tampoco es ilegal) seleccionados en forma participativa e incluyente, con el objeto de formar, componer, fundar, establecer y ordenar entre todos los sectores y subregiones unas nuevas reglas de juego ciudadanas, unos objetivos, unos propósitos y unos compromisos que permitan una convivencia pacífica y un mejoramiento de la calidad de vida integral de la población antioqueña.

En cierto sentido si se quiere, esta Asamblea, responde a la crisis del sistema político y legal vigente (sin que se pretenda desconocerlo), el cual, por los pobres resultados que arroja hasta la fecha, ha perdido legitimidad entre los ciudadanos, muchos de los cuales no se sienten representados total o parcialmente por quienes los dirigen, debido al mismo sistema de elección imperante o a la incapacidad demostrada por algunos, no todos, de esos elegidos. Se hace énfasis en que no se califica todo el sistema y toda la clase política, pero que si miramos algunos indicadores sociales y económicos del país, es lógico que algo no funciona bien en su aparato rector.

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Así las cosas, se hace necesaria una especie de “refundación” del orden legal vigente, comenzando de una manera informal pero no ilegal, apelando sólo a la buena voluntad, a la buena fe, al propósito colectivo de una sociedad civil ampliamente representada cuantitativa y cualitativamente, si excluir jamás a la misma clase política, que al fin y al cabo es producto de las escogencias u omisiones de la misma sociedad civil. Esto, porque no se trata de juzgar a nadie, sino de ser propositivos y constructivos, de crear un nuevo orden sin que nadie, incluso quienes hoy lo dirigen, se quede por fuera.

Se trata también de darle forma a la denominada “sociedad civil”, para que tenga una vocería legítima y haga valer su poder, que, entre otras cosas, la misma Constitución Política de Colombia no desconoce al prescribir que “la soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público...”.

Si existe un descontento más que comprobado por la manera como se está manejando el país y se está comportando la sociedad en los últimos 20, 30, 40 o hasta muchos más años, es apenas de sentido común que queramos ocasionar una ruptura para que todos los ciudadanos, que sufren ese mal manejo y comportamiento social, sean quienes decidan y propongan cuál es la forma para que las cosas cambien y cómo ellos mismos pueden comprometerse a poner algo de sí para ello. Es un nuevo contrato social, un pacto colectivo para refundar el orden social.

Hasta hoy, refundar un nuevo orden social, tiene varios caminos. Uno de ellos es por medio de las armas consiguiendo el poder, lo cual no compartimos porque no creemos ni apoyamos la violencia de ningún tipo, además de su probada ineficacia; y el otro es por medio del sistema democrático vigente, que por conocidas razones ya comentadas, sufre grandes deficiencias en desmedro de la gobernabilidad, la legitimidad y el desarrollo.

Entonces, queda el camino del pueblo mismo (con todos sus estamentos y sectores) reuniéndose, pactando y comprometiéndose a respetar unas reglas de juego construidas por él mismo. El respaldo del cumplimiento en un principio no será el aparato coercitivo del Estado lógicamente, sino la legitimidad que da el hecho de que esas reglas de juego son construidas en forma participativa, representativa e incluyente por las mismas personas que constituyen el objeto de la existencia del Estado y de la clase dirigente, o sea, de los dirigidos, que en este momento se tornan “dirigentes” para buscar una salida eficaz y sostenible a la penosa situación que tiene al país al borde del abismo o en el mismo fondo.

Se reitera, no se trata de subvertir el orden, pues es perfectamente legítimo según la normatividad vigente que el pueblo sin exclusiones se reúna, haga sus reglas de juego y pacte compromisos en una forma pacífica y democrática. Esas reglas de juego no serán por supuesto leyes ni normas jurídicas, pero sí tienen el propósito de que algún día lo sean por los medios formales, y ya en un ámbito nacional a medida que vayan teniendo aceptación y mostrando su bondad y justicia. Incluso, la misma Constitución Política vigente, y el actual Proyecto de Plan Nacional de Desarrollo 2002-2006, le dan viabilidad y apoyo e este tipo de mecanismos.

La eficacia estará en su legitimidad, es decir, en que en dicha Asamblea esté representado el mayor número de sectores sociales y territoriales posible, incluyendo autoridades y sector político tradicional. Se puede pensar incluso, respetando las directrices de orden público nacionales y las leyes, que de alguna manera por medio de un mecanismo práctico y legal definido, en ella participen también los grupos armados al margen de la ley. Con ello daríamos un paso fundamental para la paz total de Colombia, que debe ser uno de los propósitos esenciales de la Asamblea.

http://www.colombia-noviolencia.gov.co/aca/introacda.html

Constituyente puede diluir el Congreso Prensa

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Las asambleas constituyentes en Venezuela y Colombia diluyeron los congresos en ambas naciones por el desprestigio que tenía el poder político, sostuvo el constitucionalista peruano Francisco Eguiguren, en el encuentro ciudadano Hacia una Asamblea Constituyente.

En un momento en que Bolivia abre tímidamente sus puertas para dar paso a una Asamblea Constituyente que iniciará sus deliberaciones el segundo semestre del próximo año, el especialista explicó que cuanto más diversidad haya en una instancia que cambiará el destino de un país, es probable que provoque la disolución del Congreso correspondiente a la nación.

El responsable de la Unidad para la Asamblea Constituyente del Ejecutivo de Bolivia, Ricardo Paz, dijo que el gobierno tomó recaudos para evitar que se diluyan los poderes estatales.

En ese contexto, Eguiguren hizo una rememoración y crítica de los procesos constituyentes que tuvieron lugar en la pasada década no sólo en Colombia y Venezuela, sino también en Perú, donde las características políticas eran diferentes. En los dos primeros países, el Estado y los gobiernos se vieron forzados a llamar a la Asamblea Constituyente por el clamor popular y porque el poder de los partidos políticos había sufrido un agotamiento y desgaste por varios factores, entre ellos la corrupción y las restricciones para una directa participación ciudadana. Ambas asambleas fueron aprobadas vía referéndum. En Perú se la convocó bajo la dictadura de Alberto Fujimori.

En Colombia, según Eguiguren, “el mayor conflicto” con la Constituyente se generó cuando se planteó” la posible revocatoria del mandato parlamentario. Ello obedecía a una necesidad de renovación política por temor a que el Congreso desconociera o neutralizara las reformas...”.

Tuvo su peso el desprestigio político del Congreso, cuya composición no reflejaba la correlación de fuerzas políticas, y la aparente contradicción que podía suponer realizar el cambio institucional, que se anunciaba como fundamental y, al mismo tiempo, mantener vigente un Parlamento surgido de las nuevas

instituciones. Manifestó que el Congreso se diluyó con la recomendación de revocatoria del Ejecutivo, y aprobada por la Asamblea que convocó a una inmediata elección parlamentaria. La nueva Constitución fue proclamada el 4 de julio de 1991. A partir de ese día inició sus funciones la Comisión Especial, conocida como “congresito”, hasta que se pudiera reunir el próximo Congreso. La Comisión estaba conformada por miembros designados por la misma Asamblea.

En Venezuela, según explicó el estudioso, la Constituyente se atribuyó el carácter “originario” y soberano, dejando de lado los parámetros que se le impusieron en la convocatoria e incluso algunas decisiones de la Suprema.

“El carácter supraconstitucional que se asignó a las normas aprobadas por la Asamblea respecto al funcionamiento de los órganos del Estado, sus competencias y composición, le confirieron un poder ilimitado, que culminó con la exclusión y desaparición del Congreso y otras instituciones”, dijo Eguiguren.

La Constituyente venezolana se había declarado “originaria” con la intención de legitimar medidas de aplicación inmediata para la reorganización de todos los órganos del poder público bajo consideraciones de emergencia nacional. Con ese objetivo, en su estatuto estableció la subordinación a la Asamblea de los organismos del poder público. Finalmente, el 15 de diciembre de 1999, el proyecto del texto constitucional realizado por los asambleístas fue aprobado en un referéndum.

En Bolivia

Si bien en Colombia y Venezuela las constituyentes se convirtieron en suprapoderes, el responsable de la Unidad para la Asamblea Constituyente del Ejecutivo, Ricardo Paz, descartó que en Bolivia se diluya el Congreso Nacional, porque se tomaron los recaudos necesarios.

“Lo que sucede es que, en Venezuela y en Colombia, la Asamblea Constituyente no estaba en la Constitución. Todo fue muy forzado. En el caso nuestro, hemos tomado el cuidado de incorporarla dentro de la Constitución, y eso cambia mucho la perspectiva”, sostuvo Paz.

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En Bolivia, según el funcionario, se ejercerá el poder constituyente derivado, vale decir dentro de la democracia, con respeto al poder

constituido, y no a través del “originario”, que sucede cuando hay vacío de institucionalidad

http://www.reformapenal.gov.bo/mostraresumen.php?valor=214

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Las fórmulas andinas para elegir a l@s constituyentes

CUADRO COMPARATIVO DE CUATRO PAISES LATINOAMERCANOS

País Venezuela Perú Colombia Ecuador

Año 1999 1992-1993 1991 1998

Condiciones de elegibilidad

Ser venezolano de nacimiento tener 21 años cumplidos. Exclusiones: principales autoridades de los tres poderes; de los gobiernos federales; de los gobiernos municipales y otras importantes como, por ejemplo, Contralor, salvo renuncia previa.

Se excluyó a principales autoridades del Estado y miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía en servicio activo, a menos que renunciaran con 75 días de anticipación. También fueron impedidos de ser candidatos los trabajadores y funcionarios de los poderes públicos, salvo que renunciaran con 30 días de anticipación. Tampoco podían participar servidores y funcionarios que hubieran sido cesados o destituidos como consecuencia de procesos administrativos o disciplinarios.Los miembros elegidos no podían presentarse en la siguiente elección para el Poder Legislativo

Colombiano de nacimiento, ciudadano en ejercicio, haber desempeñado algún cargo público del más alto nivel o haber sido profesor universitario durante tres años como mínimo o haber ejercido durante cinco años, por lo menos, una profesión con título universitario. Quedaron exentos de los requisitos profesionales y de cargos públicos los estudiantes de pregrado e indígenas. Se prohibió la postulación de ciudadan@s que estuvieran siendo enjuiciados o cumpliendo condena por cualquier delito o se hubiese solicitado su extradición. Tampoco podían participar miembros de un grupo guerrillero activo

Ecuatoriano de nacimiento y ciudadano en ejercicio. Se excluyó a principales autoridades del Estado, a menos que renunciaran con anticipación al cargo. No podían ser elegidas aquellas personas que tuvieran contratos con el Estado, tampoco las que siendo deudoras hubieran sido declaradas en mora por la entidad correspondiente. También estaban inhabilitadas las que tuvieran reclamos administrativos, juicios contenciosos administrativos o tributarios por deudas con el fisco.

Incompatibilidades

Cualquier otro cargo público o privado

Otras funciones, salvo la docencia

Todo tipo de cargo público o actividad privada, salvo la docencia

No indica la legislación

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Posibilidad de candida-tear en más de una lista

No No No No

FUENTE: SEGUNDA PARTE DEL ESTUDIO COMPARATIVO SOBRE LAS FORMAS DE ELECCIÓN DE CONSTITUYENTES EN PAÍSES ANDINOS. APOSTAMOS POR BOLIVIA. JULIO DE 2004. LA PRIMERA PARTE FUE PUBLICADA EN EL NÚMERO 4 DE ESTA REVISTA LA ULTIMA PARTE ESTARÁ EN EL PRÓXIMO NÚMERO.

NOTA DEL EDITOR: Ver página 387 de este Dossier.

Bolivia avanza con “inteligencia” hacia la Asamblea Constituyente

El ex presidente de Perú, Valentín Paniagua, dijo ayer que Bolivia marcha inteligentemente hacia la Asamblea Constituyente, porque sigue un proceso gradual por el que incorpora mecanismos de participación popular y de fortalecimiento democrático.

La ex autoridad del vecino país hizo la declaración como expositor principal de un ciclo de seminarios regionales que fue inaugurado en la ciudad de El Alto y que proseguirá en Cochabamba y Santa Cruz, bajo el auspicio de la Corte Nacional Electoral (CNE) en coordinación con la Fundación Boliviana para la Democracia Multipartidaria (FBDM), el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI) y el Instituto Republicano Internacional (IRI).

El evento fue inaugurado por el presidente de la CNE, Óscar Hassenteufel, quien dijo que el país tiene tareas pendientes relacionadas con la realización del Referéndum, la participación política de agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas en las elecciones y la instalación de la Asamblea Constituyente.

“Es necesario crear espacios de información y deliberación para que la población participe de manera comprometida en los procesos de consulta”, manifestó.

Posteriormente, el dirigente del Movimiento Sin Miedo (MSN), Javier Bejarano, tomó la palabra y dijo que su partido propondrá en breve tiempo que se cree una “Federación Boliviana de Municipios Autónomos y Pueblos Originarios”.

El representante político sostuvo que es necesario realizar un cambio radical con la Asamblea Constituyente y que se tome en cuenta que el nuevo pacto social no podrá ser suscrito por ciudadanos libres e iguales, por lo que se tiene que contar con una línea central y hegemónica.

“La Asamblea Constituyente debe redefinir el territorio, base material del Estado, creando un sistema federativo de mancomunidades municipales”, manifestó.

Por su lado, el secretario ejecutivo de la Central Obrera Regional de El Alto, Juan Melendres, sostuvo que es necesario refundar el país, con la participación de los pueblos originarios que han sido excluidos por las constituciones políticas “hechas a imagen y semejanza de las minorías gobernantes”.

El dirigente sindical dijo también que se debería elegir a tres representantes constituyentes por cada una de las 68 circunscripciones del territorio nacional, entre los que tendrían que estar un hombre, una mujer y un delegado del grupo étnico mayoritario.

Por su parte, el diputado del Movimiento Indígena Pachakuti (MIP) y dirigente campesino, Felipe Quispe, fue enfático al manifestar que la Asamblea Constituyente no servirá de nada, si sólo propone “parches y no un cambio total”.

El parlamentario dijo que el proceso debe nacer de los ayllus y recurrir al sistema comunitario, por lo que será preciso hablar

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de territorio y de poder en determinado momento.

“Es imposible hablar de Bolivia como un país unitario. Las naciones originarias hemos sido bolivianizadas a la fuerza. Por eso, para nosotros es imposible cantar un himno que dice que este suelo es libre y que ya cesó nuestra servil condición”, dijo.

El representante nacional afirmó que las revueltas campesinas de los últimos años pretendieron devolver la dignidad a las naciones oprimidas, cuya lucha persistirá con o sin la Asamblea Constituyente.

A su turno, la secretaria ejecutiva de la Federación de Mujeres de El Alto, Rosario Panoso, dijo que los partidos políticos tradicionales son los responsables de la crisis por la que atraviesa el país, por lo que deben quedar excluidos del control de la consulta nacional.

Parlamento Andino:

Problema marítimo debe interesar a varios organismos subregionales El presidente del Parlamento Andino, Enrique Urquidi, dijo que las organizaciones subregionales latinoamericanas deberían interesarse por la solución del problema marítimo, porque se constituye en una traba para el fortalecimiento del proceso de integración entre países.

La autoridad legislativa visitó ayer al presidente de la República, Carlos Mesa, a quien informó sobre lo sucedido en el denominado “Encuentro Parlamentario Europa - América Latina”, que se realizó en la ciudad de Puebla, México.

“La intervención boliviana en ese encuentro hizo referencia al reclamo marítimo, porque se considera que el enclaustramiento nacional es un perjuicio para la integración de América Latina”, dijo Urquidi, luego de su encuentro con el Primer Mandatario de la Nación.

El legislador sostuvo que la entidad a su cargo considera que el problema debe ser

tratado de manera bilateral y en apego a lo establecido en los tratados internacionales, aunque tiene también otras connotaciones que perjudican la integración plena de los pueblos sudamericanos.

Ante tal extremo, Urquidi dijo que el Parlamento Andino pidió a los gobiernos de Chile y Perú que busquen la forma para que los bolivianos tengan una salida soberana y útil a las costas del Océano Pacífico.

Por otro lado, la autoridad legislativa sostuvo que en el evento internacional instalado en Puebla se aprobó un documento base para la Cumbre Intercontinental de Guadalajara, México, en la que se tratará de mejorar las relaciones entre la Unión Europea y América Latina.

El senador informó, además, que los presidentes de los congresos de América Latina se reunirán entre el 27 y 28 de mayo en la ciudad colombiana de Bogotá para hablar sobre los temas del terrorismo y el narcotráfico.

“Bolivia, Perú y Colombia tienen problemas por el tráfico de drogas. Nuestro país comenzó recientemente a lamentar el accionar de terroristas, como pasó con el caso de la fiscal Mónica von Borries en Santa Cruz”, recordó.

El parlamentario dijo que el evento servirá para que se analice las políticas comunes que serán empleadas para la próxima suscripción de los tratados de libre comercio entre Estados Unidos, Colombia y Perú.

Finalmente, Urquidi adelantó que el Parlamento Andino sesionará del 23 al 25 de junio en la ciudad de Santa Cruz, para tratar temas relacionados con el accionar de ese organismo de integración regional junto a los miembros de la Comisión Parlamentaria Conjunta del Mercado Común del Sur (Mercosur).

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Posibilidades reales de una Asamblea Constituyente: no resuelve los problemas pero abre las vías para su solución

Morales V. Freddy

El experto ecuatoriano Luís Verdesoto, detalla las potencialidades de la Asamblea Constituyente para los Estados y sus habitantes. En toda el área andina de América Latina se han realizado asambleas constituyentes en los últimos diez años. Esta dinámica demuestra, en cierta medida, cómo las élites han gobernado mirándose a sí mismas e ignorado a los pueblos a los que debían representar.

Está abierto el debate sobre la Asamblea Constituyente. El gobierno de Carlos Mesa tiene comprometido ejecutar esta modalidad de cambio radical de las reglas de juego políticas. El experto ecuatoriano Luís Verdesoto, diplomático de carrera, sociólogo y activo actor en los procesos de asambleas constituyentes en varios países del área, re-vela para Opinión detalles y alcances sobre cómo hacerlo y con qué perspectivas y expectativas:

"Es un mecanismo de reforma total de la Constitución que está reinventándose en América Latina.

En el sentido más pleno y conceptual original la Constituyente implica constituir todo el poder. El poder constituyente implica rediseñar todas las funciones del Estado, rediseñar todas las instituciones que forman el pacto político de un país y poner en curso una nueva relación entre estas instituciones.

Se han hecho pocas actividades constituyentes en América Latina en los últimos años. Más bien lo que se tiende hacer ahora son instituciones que rediseñan el conjunto de la Constitución pero sin constituir todo el poder. Esto es, no afectan la duración del Ejecutivo, no afectan las funciones parlamentarias, llegan a un acuerdo de compartir funciones con el Parlamento y básicamente se dedican a la tarea de rediseño de la carta fundamental.

Todos los países del área andina han pasado por procesos constituyentes muy diversos. Venezuela pasó por un proceso constituyente más clásico. Colombia fue el primero que ingresó en esta oleada de constituyente en el

área andina hace más de 10 años. Ecuador tuvo un proceso constituyente el año 99, Perú ha tenido dos momentos de reforma, uno de Fujimori con perfiles de constituyente y el segundo el proceso total de reforma de la Constitución que está operando en este momento con el Parlamento.

Y ahora Bolivia que ha sido el país más conservador en la modalidad de reformar su Constitución. Esta forma conservadora no necesariamente ha sido negativa, este candado constitucional que tenían ustedes para evitar reformas fáciles ha sido positivo para evitar que la reforma fuese poco representativa.

Pero por la fuerza de los acontecimientos se debe proceder a una reforma radical de la Constitución, a una constatación de dónde está el acuerdo político de los bolivianos hoy. Una constituyente no es nada más que eso. Que constatemos todos el grado de acuerdo político de una comunidad para construir los cimientos de la casa en la cual se vive e ir, progresivamente, reconstituyendo las paredes de esa casa.

Opinión: ¿Estaban muy equivocadas las constituciones, divorciadas de la realidad del Estado? Luís Verdesoto: Varias cosas han ocurrido en América Latina. Ha habido un cambio radical del modelo de desarrollo, desde relaciones de Estado-economía donde el Estado desempeñaba un rol central, hacia nuevas modalidades más liberales de relación Estado-economía.

Ha habido nuevas oleadas de reconocimiento a derechos tanto individuales como colectivos, tanto precisos como difusos, el tema del medio ambiente, etc. Ha habido la necesidad de readecuar las relaciones entre los ejecutivos y los legislativos, todos los países de América Latina han pasado por cambios de sus sistemas electorales, incluyendo Bolivia.

Todo esto ha habido necesidad de cambiarlo. Lo que está pasando en América andina es que hay nuevos pactos territoriales. Las regiones quieren involucrarse en las

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comunidades territoriales a las cuales pertenecen de un modo diferente, lo que se ha dado en llamar autonomías, que aún está por definirse, obliga a que se hagan cambios.

Las constituciones, después de las brasileñas todas han tendido a tener más artículos lo que nos habla de la necesidad de detallar más, porque las formas del acuerdo, las modalidades de control social son bajas.

O: ¿La ley está alejada del pueblo o los políticos marcan esa división?

L.V.: Las dos cosas. Cuando en América Latina uno interroga a los pueblos sobre la inadecuación de la ley en general se responde en general que la ley es justa. Lo que es in-justo es la aplicación: Me refiero a la justicia en general la gente piensa que tenemos una legislación que es justa.

Si uno ve las constituciones que son más legítimas en América Latina están las ligadas a la Iglesia lo que nos habla de una visión más conceptual de la relación de las comunidades políticas ligadas a la religión, menos operativa. La parte más instrumental siempre está cuestionada por todo el mundo y encuentra que en la aplicación es donde se pierde el sentido de justicia de la ley o de las decisiones públicas.

Nuestras constituciones, muy consecuentes con la ola ciudadana de inicios del siglo pasado, la ola liberal ciudadana, generaron un conjunto de derechos ciudadanos pero no reconocieron los derechos colectivos de grandes conglomerados humanos como son los grupos indígenas, los componentes étnicos, los temas ecológicos.

Las constituciones no se habían preocupado en el lado de los derechos.

O: ¿Cómo es que los políticos se olvidaron de la gente al legislar?

L.V.: El caso boliviano fue mirado en América Latina como un caso llamativo de la capacidad de llegar a acuerdos políticos. La democracia pactada boliviana fue vista siempre como ejemplo de alta tolerancia de la élite política. Pero la realidad ha sido que esta élite fue tolerante entre sí pero intolerante respecto a los signos que le emitía el pueblo, la sociedad, sobre las nuevas necesidades que tienen que ser resueltas y garantizadas por el Estado y por la relación entre Estado y economía.

Creo que la primera forma de perder contacto con la gente ha sido entender que el servidor público no está al servicio de la gente sino que el aparato público está al servicio de sí mismo.

Los sistemas partidarios no ofrecen alternativas de renovación de élite. Bolivia es un país con muy escasa renovación de su élite partidaria que se constituyen en un oligopolio. El sistema partidario boliviano fue el más cerrado, el que menos se renovó, el que más influyó entre los tres partidos grandes.

Esto genera falta de oportunidades a otros actores políticos para que actores sociales se conviertan en actores políticos.

Hay veces en que se pone demasiado a una Constituyente, que debe resolver los problemas de la pobreza y eso es falso. No va a hacerle La Constituyente lo único que hace es crear las condiciones institucionales para que esos problemas sea tratados.

A veces la Constituyente es un acto simbólico en el que es preciso preceder, no es que el cielo se vuele azul o verde cuando uno se casa. El cielo sigue siendo del mismo color que siempre es, antes y después de casarse. Pero el rito matrimonial o un rito que adecua las conductas d los sujetos, del esposo y la esposa. Lo mismo pasa en las sociedades tenemos que volver a casarnos políticamente y hay que hacer el esfuerzo ritual y aunque el cielo no va ser ni verde ni blanco ni azul al día siguiente va a ser bueno porque va haber nuevas acciones conductuales de todos los actores.

O: ¿Eso demuestra que las élite u oligarquías gobiernan para mismas, se olvidan de la gente?

L.V.: Todas las constituciones y instituciones tienden a permanecer en el tiempo pero también se que ven viejas. Lo que ha pasado es que hay formas viejas de nuestras con instituciones que tienen que ser renovadas.

Un caso muy al día es la organización de la administración territorial boliviana del Estado. La visión territorial administrativa del esta boliviano es vista como un régimen especial. En toda constitución mundo esto es un régimen ordinario, lo más elemental, como se forman los niveles subnacionales para

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administrar los procesos que operan en las regiones y territorios de los países.

Que Santa Cruz, Tarija o Potosí o Pando tengan capacidades de articularse directamente con el mundo exterior tiene que ser recogido por los procesos constitucionales que les den más capacidad para que esos procesos puedan desarrollarse de forma más eficiente.

O: ¿En alguno de los países andinos donde se hizo constituyente fue a la buena? Porque en Bolivia se habla de hacerlo después de 80 muertos.

L.V.: No ha sido a las buenas. El proceso venezolano, hace cuatro años, fue un proceso mediado por la caída del sistema de partidos políticos venezolanos.

El proceso colombiano que, es el más antiguo del área andina, surgió de los jóvenes, que junto a un Referéndum impusieron la pregunta sobre la necesidad de una Constituyente. La Constituyente tuvo un significado de paz. La idea era que podría lograrse un desarrollo institucional.

La Constituyente no está prevista en las constituciones, no puede estar prevista porque es un proceso excepcional, es un proceso que ocurre para constituir todo el poder. Cuando está prevista en las constituciones es otro proceso, es la asamblea revisora de la constitución que es otra cosa. Es un congreso especial que revisa toda la Constitución, eso no es la Constituyente, puede ser que allá termine el caso boliviano.

Los congresos han tenido siempre conflictos con las constituyentes. Debemos prever esos conflictos, la mayor cantidad de problemas que ha habido en las constituyentes ha sido en las post constituyente. No basta con instituir un derecho sino que inmediatamente hay que reglamentarlo para que el próximo Gobierno tenga posibilidad de ejecutarla.

O: Dónde se hizo Constituyente, ¿La gente vive mejor?

L.V.: De un proceso constituyente que dé resultado una Constitución no podemos sacar como resultado que se acabe la crisis económica de un país, que se mejore el ingreso de los habitantes o el equipamiento rural o urbano ni mejoras de desarrollo.

Pedirle a la Constitución resultados en ese plano es matarla desde su inicio.

La Constitución no puede tener ese tipo de resultados. La población tiene que sacarle la raíz cuadrada a sus expectativas y saber que en ese plano no va a sacar nada.

¿Qué va a sacar de una Constitución? Instituciones que en el tiempo pueden reflejar condiciones para resolver estos problemas de crisis, de pobreza. Las instituciones no resuelven los problemas de desarrollo, canalizan de mejor modo o no, soluciones que tienen origen en la política económica, en las relaciones internacionales o los procesos políticos.

La Constitución es una suerte de gran intercambio, Se intercambian intereses de muchos actores sociales, políticos, garantías, gobernabilidad.

Es concreto, si reconozco, como comunidad que las mujeres deben tener mejores derechos, los ecologistas, los niños, los indígenas, este conjunto de derechos reconocidos que deben estar garantizados por instituciones del Estado deben intercambiarse con una facilidad que los actores deben dar para que mecanismos de gobernabilidad que se diseñen entren en ejercicio.

Para decirlo en términos vulgares, yo te intercambio el mejor reconocimiento de tus derechos pero tú reconoces la posibilidad de mejor gobernar este país, con precisión esos derechos y estas formas de convivencia en conjunto. El que no quiere convivir se va. Así es de duro el proceso de una familia y de un país.

O: ¿Es evidente que hay varias formas de Constituyente?

L.V.: Hay que debatirlo. Lo primero que se debería reconocer es que las constituyentes se hacen respetando en algún grado las tradiciones de los sistemas electorales de los países. Si tengo un sistema proporcional no elijo una Constituyente totalmente mayoritaria porque el sistema mayoritario representa las puntas de las circunscripciones y el sistema proporcional trata de ser representativo.

La segunda cosa es saber para qué elegimos. El acto de creación constitucional no es un acto sencillo, no es igual que un Congreso

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donde los uninominales pueden ser bastante representativos y los diputados partidarios son participativos, pero es un Congreso absolutamente ineficiente.

Para una Constituyente se requiere cargar la mano un poquito más a lo representativo, quitarle a lo participativo, porque no se trata de tener movilizaciones a la puerta de la Constituyente diciendo pongamos mi derecho. La Constitución no es la suma corporativa de tus intereses, los míos y los del vecino. Así no hay Constitución, eso es un Frankenstein, las constituciones se miden por su coherencia.

La Constitución no es más de izquierda o de derecha sino la coherencia que ha logrado entre sus instituciones.

Si uno lleva a un diputado de La Paz y lo suelta en Santa Cruz se pierde porque nunca ha entendido la problemática de Santa Cruz por desconfianza, porque no representa y porque es un representante más territorial que nacional. Esta es una cosa que hay que solucionar.

O: ¿Cómo encontrar a las personas que redacten la nueva Constitución?

L.V.: Una constituyente exclusiva-mente corporativa no es la más idónea. No es un procedimiento democrático, el país no es una corporación, es una democracia.

Tampoco se puede aceptar, por la crisis que ha vivido Bolivia, una Constituyente exclusivamente partidaria.

El aporte de las corporaciones, partidos e identidades emergentes debe ser cristalizados en el mejor de los diseños posibles de un sistema electoral.

O: ¿En cuánto tiempo se hace una Constitución?

L.V.: Lo de los plazos está dado por la realidad. El plazo más largo que tenemos es la eventualidad que el presidente Carlos Mesa permanezca hasta agosto del 2007.

Se debe tener un mínimo de reglamentos a la constitución, de por lo menos 6 leyes orgánicas que tienen que hacerse antes de que empiece a funcionar el nuevo régimen. Hay que tener un periodo de funcionamiento del Congreso para que reglamente, hay que tener un periodo de funcionamiento de la Constituyente que puede tener alrededor de un año, hay que tener un periodo en el cual se vota y otro en el que se convoca.

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Convenio sobre pueblos indígenas y tribales, 1989

PREAMBULO

La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo:

Convocada en Ginebra por el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo, y congregada en dicha ciudad el 7 junio 1989, en su septuagésima sexta reunión;

Observando las normas internacionales enunciadas en el Convenio y en la Recomendación sobre poblaciones indígenas y tribales, 1957;

Recordando los términos de la Declaración Universal de Derechos Humanos, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y de los numerosos instrumentos internacionales sobre la prevención de la discriminación;

Considerando que la evolución del derecho internacional desde 1957 y los cambios sobrevenidos en la situación de los pueblos indígenas y tribales en todas las regiones del mundo hacen aconsejable adoptar nuevas normas internacionales en la materia, a fin de eliminar la orientación hacia la asimilación de las normas anteriores;

Reconociendo las aspiraciones de esos pueblos a asumir el control de sus propias instituciones y formas de vida y de su desarrollo económico y a mantener y fortalecer sus identidades, lenguas y religiones, dentro del marco de los Estados en que viven;

Observando que en muchas partes del mundo esos pueblos no pueden gozar de los derechos humanos fundamentales en el

mismo grado que el resto de la población de los Estados en que viven y que sus leyes, valores, costumbres y perspectivas han sufrido a menudo una erosión;

Recordando la particular contribución de los pueblos indígenas y tribales a la diversidad cultural, a la armonía social y ecológica de la humanidad y a la cooperación y comprensión internacionales;

Observando que las disposiciones que siguen han sido establecidas con la colaboración de las Naciones Unidas, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y de la Organización Mundial de la Salud, así como del Instituto Indigenista Interamericano, a los niveles apropiados y en sus esferas respectivas, y que se tiene el propósito de continuar esa colaboración a fin de promover y asegurar la aplicación de estas disposiciones;

Después de haber decidido adoptar diversas proposiciones sobre la revisión parcial del Convenio sobre poblaciones indígenas y tribuales, 1957 (núm. 107), cuestión que constituye el cuarto punto del orden del día de la reunión, y

Después de haber decidido que dichas proposiciones revistan la forma de un convenio internacional que revise el Convenio sobre poblaciones indígenas y tribales, 1957,

adopta, con fecha veintisiete de junio de mil novecientos ochenta y nueve, el siguiente Convenio, que podrá ser citado como el Convenio sobre pueblos indígenas y tribales, 1989:

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TEXTO

Parte I. Política General

Artículo 1

1. El presente Convenio se aplica:

a) a los pueblos tribales en países independientes, cuyas condiciones sociales, culturales y económicas les distingan de otros sectores de la colectividad nacional, y que estén regidos total o parcialmente por sus propias costumbres o tradiciones o por una legislación especial;

b) a los pueblos en países independientes, considerados indígenas por el hecho de descender de poblaciones que habitaban en el país o en una región geográfica a la que pertenece el país en la época de la conquista o la colonización o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y que, cualquiera que sea su situación jurídica, conservan todas sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas.

2. La conciencia de su identidad indígena o tribal deberá considerarse un criterio fundamental para determinar los grupos a los que se aplican las disposiciones del presente Convenio.

3. La utilización del término [ pueblos ] en este Convenio no deberá interpretarse en el sentido de que tenga implicación alguna en lo que atañe a los derechos que pueda conferirse a dicho término en el derecho internacional.

Artículo 2

1. Los gobiernos deberán asumir la responsabilidad de desarrollar, con la participación de los pueblos interesados, una acción coordinada y sistemática con miras a proteger los derechos de esos pueblos y a garantizar el respeto de su integridad.

2. Esta acción deberá incluir medidas:

a) que aseguren a los miembros de dichos pueblos gozar, en pie de igualdad, de los derechos y oportunidades que la legislación nacional otorga a los demás miembros de la población;

b) que promuevan la plena efectividad de los derechos sociales, económicos y culturales de

esos pueblos, respetando su identidad social y cultural, sus costumbres y tradiciones, y sus instituciones;

c) que ayuden a los miembros de los pueblos interesados a eliminar las diferencias socioeconómicas que puedan existir entre los miembros indígenas y los demás miembros de la comunidad nacional, de una manera compatible con sus aspiraciones y formas de vida.

Artículo 3

1. Los pueblos indígenas y tribales deberán gozar plenamente de los derechos humanos y libertades fundamentales, sin obstáculos ni discriminación. Las disposiciones de este Convenio se aplicarán sin discriminación a los hombres y mujeres de esos pueblos.

2. No deberá emplearse ninguna forma de fuerza o de coerción que viole los derechos humanos y las libertades fundamentales de los pueblos interesados, incluidos los derechos contenidos en el presente Convenio.

Artículo 4

1. Deberán adoptarse las medidas especiales que se precisen para salvaguardar las personas, las instituciones, los bienes, el trabajo, las culturas y el medio ambiente de los pueblos interesados.

2. Tales medidas especiales no deberán ser contrarias a los deseos expresados libremente por los pueblos interesados.

3. El goce sin discriminación de los derechos generales de ciudadanía no deberá sufrir menoscabo alguno como consecuencia de tales medidas especiales.

Artículo 5

Al aplicar las disposiciones del presente Convenio:

a) deberán reconocerse y protegerse los valores y prácticas sociales, culturales, religiosos y espirituales propios de dichos pueblos y deberá tomarse debidamente en consideración la índole de los problemas que se les plantean tanto colectiva como individualmente;

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b) deberá respetarse la integridad de los valores, prácticas e instituciones de esos pueblos;

c) deberán adoptarse, con la participación y cooperación de los pueblos interesados, medidas encaminadas a allanar las dificultades que experimenten dichos pueblos al afrontar nuevas condiciones de vida y de trabajo.

Artículo 6

1. Al aplicar las disposiciones del presente Convenio, los gobiernos deberán:

a) consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados y en particular a través de sus instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente;

b) establecer los medios a través de los cuales los pueblos interesados puedan participar libremente, por lo menos en la misma medida que otros sectores de la población, y a todos los niveles en la adopción de decisiones en instituciones electivas y organismos administrativos y de otra índole responsables de políticas y programas que les conciernan;

c) establecer los medios para el pleno desarrollo de las instituciones e iniciativas de esos pueblos, y en los casos apropiados proporcionar los recursos necesarios para este fin.

2. Las consultas llevadas a cabo en aplicación de este Convenio deberán efectuarse de buena fe y de una manera apropiada a las circunstancias, con la finalidad de llegar a un acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las medidas propuestas.

Artículo 7

1. Los pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural. Además, dichos pueblos deberán participar en la formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de afectarles directamente.

2. El mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo y del nivel de salud y educación de los pueblos interesados, con su participación y cooperación, deberá ser prioritario en los planes de desarrollo económico global de las regiones donde habitan. Los proyectos especiales de desarrollo para estas regiones deberán también elaborarse de modo que promuevan dicho mejoramiento.

3. Los gobiernos deberán velar por que, siempre que haya lugar, se efectúen estudios, en cooperación con los pueblos interesados, a fin de evaluar la incidencia social, espiritual y cultural y sobre el medio ambiente que las actividades de desarrollo previstas puedan tener sobre esos pueblos. Los resultados de estos estudios deberán ser considerados como criterios fundamentales para la ejecución de las actividades mencionadas.

4. Los gobiernos deberán tomar medidas, en cooperación con los pueblos interesados, para proteger y preservar el medio ambiente de los territorios que habitan.

Artículo 8

1. Al aplicar la legislación nacional a los pueblos interesados deberán tomarse debidamente en consideración sus costumbres o su derecho consuetudinario.

2. Dichos pueblos deberán tener el derecho de conservar sus costumbres e instituciones propias, siempre que éstas no sean incompatibles con los derechos fundamentales definidos por el sistema jurídico nacional ni con los derechos humanos internacionalmente reconocidos. Siempre que sea necesario, deberán establecerse procedimientos para solucionar los conflictos que puedan surgir en la aplicación de este principio.

3. La aplicación de los párrafos 1 y 2 de este artículo no deberá impedir a los miembros de dichos pueblos ejercer los derechos reconocidos a todos los ciudadanos del país y asumir las obligaciones correspondientes.

Artículo 9

1. En la medida en que ello sea compatible con el sistema jurídico nacional y con los derechos humanos internacionalmente reconocidos, deberán respetarse los métodos a los que los pueblos interesados recurren

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tradicionalmente para la represión de los delitos cometidos por sus miembros.

2. Las autoridades y los tribunales llamados a pronunciarse sobre cuestiones penales deberán tener en cuenta las costumbres de dichos pueblos en la materia.

Artículo 10

1. Cuando se impongan sanciones penales previstas por la legislación general a miembros de dichos pueblos deberán tenerse en cuenta sus características económicas, sociales y culturales.

2. Deberá darse la preferencia a tipos de sanción distintos del encarcelamiento.

Artículo 11

La ley deberá prohibir y sancionar la imposición a miembros de los pueblos

interesados de servicios personales obligatorios de cualquier índole, remunerados o no, excepto en los casos previstos por la ley para todos los ciudadanos.

Artículo 12

Los pueblos interesados deberán tener protección contra la violación de sus derechos, y poder iniciar procedimientos legales, sea personalmente o bien por conducto de sus organismos representativos, para asegurar el respeto efectivo de tales derechos. Deberán tomarse medidas para garantizar que los miembros de dichos pueblos puedan comprender y hacerse comprender en procedimientos legales, facilitándoles, si fuere necesario, intérpretes u otros medios eficaces.

Parte II. Tierras

Artículo 13

1. Al aplicar las disposiciones de esta parte del Convenio, los gobiernos deberán respetar la importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste su relación con las tierras o territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna otra manera, y en particular los aspectos colectivos de esa relación.

2. La utilización del término [ tierras ] en los artículos 15 y 16 deberá incluir el concepto de territorios, lo que cubre la totalidad del hábitat de las regiones que los pueblos interesados ocupan o utilizan de alguna otra manera.

Artículo 14

1. Deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan. Además, en los casos apropiados, deberán tomarse medidas para salvaguardar el derecho de los pueblos interesados a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus actividades tradicionales y de subsistencia. A este respecto, deberá prestarse particular atención a la situación de

los pueblos nómadas y de los agricultores itinerantes.

2. Los gobiernos deberán tomar las medidas que sean necesarias para determinar las tierras que los pueblos interesados ocupan tradicionalmente y garantizar la protección efectiva de sus derechos de propiedad y posesión.

3. Deberán instituirse procedimientos adecuados en el marco del sistema jurídico nacional para solucionar las reivindicaciones de tierras formuladas por los pueblos interesados.

Artículo 15

1. Los derechos de los pueblos interesados a los recursos naturales existentes en sus tierras deberán protegerse especialmente. Estos derechos comprenden el derecho de esos pueblos a participar en la utilización, administración y conservación de dichos recursos.

2. En caso de que pertenezca al Estado la propiedad de los minerales o de los recursos del subsuelo, o tenga derechos sobre otros recursos existentes en las tierras, los gobiernos deberán establecer o mantener procedimientos con miras a consultar a los pueblos interesados, a fin de determinar si los intereses de esos pueblos serían perjudicados, y en qué medida, antes de

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emprender o autorizar cualquier programa de prospección o explotación de los recursos existentes en sus tierras. Los pueblos interesados deberán participar siempre que sea posible en los beneficios que reporten tales actividades, y percibir una indemnización equitativa por cualquier daño que puedan sufrir como resultado de esas actividades.

Artículo 16

1. A reserva de lo dispuesto en los párrafos siguientes de este artículo, los pueblos interesados no deberán ser trasladados de las tierras que ocupan.

2. Cuando excepcionalmente el traslado y la reubicación de esos pueblos se consideren necesarios, sólo deberán efectuarse con su consentimiento, dado libremente y con pleno conocimiento de causa. Cuando no pueda obtenerse su consentimiento, el traslado y la reubicación sólo deberá tener lugar al término de procedimientos adecuados establecidos por la legislación nacional, incluidas encuestas públicas, cuando haya lugar, en que los pueblos interesados tengan la posibilidad de estar efectivamente representados.

3. Siempre que sea posible, estos pueblos deberán tener el derecho de regresar a sus tierras tradicionales en cuanto dejen de existir la causas que motivaron su traslado y reubicación.

4. Cuando el retorno no sea posible, tal como se determine por acuerdo o, en ausencia de tales acuerdos, por medio de procedimientos adecuados, dichos pueblos deberán recibir, en todos los casos posibles, tierras cuya calidad y cuyo estatuto jurídico sean por lo menos iguales a los de las tierras que ocupaban anteriormente, y que les permitan subvenir a sus necesidades y garantizar su desarrollo futuro. Cuando los pueblos interesados prefieran recibir una indemnización en dinero o en especie, deberá concedérseles dicha indemnización, con las garantías apropiadas.

5. Deberá indemnizarse plenamente a las personas trasladadas y reubicadas por cualquier pérdida o daño que hayan sufrido como consecuencia de su desplazamiento.

Artículo 17

1. Deberán respetarse las modalidades de transmisión de los derechos sobre la tierra entre los miembros de los pueblos interesados establecidas por dichos pueblos.

2. Deberá consultarse a los pueblos interesados siempre que se considere su capacidad de enajenar sus tierras o de transmitir de otra forma sus derechos sobre estas tierras fuera de su comunidad.

3. Deberá impedirse que personas extrañas a esos pueblos puedan aprovecharse de las costumbres de esos pueblos o de su desconocimiento de las leyes por parte de sus miembros para arrogarse la propiedad, la posesión o el uso de las tierras pertenecientes a ellos.

Artículo 18

La ley deberá prever sanciones apropiadas contra toda intrusión no autorizada en las tierras de los pueblos interesados o todo uso no autorizado de las mismas por personas ajenas a ellos, y los gobiernos deberán tomar medidas para impedir tales infracciones.

Artículo 19

Los programas agrarios nacionales deberán garantizar a los pueblos interesados condiciones equivalentes a las que disfruten otros sectores de la población, a los efectos de:

a) la asignación de tierras adicionales a dichos pueblos cuando las tierras de que dispongan sean insuficientes para garantizarles los elementos de una existencia normal o para hacer frente a su posible crecimiento numérico;

b) el otorgamiento de los medios necesarios para el desarrollo de las tierras que dichos pueblos ya poseen.

Parte III. Contratación y Condiciones de Empleo

Artículo 20 1. Los gobiernos deberán adoptar, en el marco de su legislación nacional y en

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cooperación con los pueblos interesados, medidas especiales para garantizar a los trabajadores pertenecientes a esos pueblos una protección eficaz en materia de contratación y condiciones de empleo, en la medida en que no estén protegidos eficazmente por la legislación aplicable a los trabajadores en general.

2. Los gobiernos deberán hacer cuanto esté en su poder por evitar cualquier discriminación entre los trabajadores pertenecientes a los pueblos interesados y los demás trabajadores, especialmente en lo relativo a:

a) acceso al empleo, incluidos los empleos calificados y las medidas de promoción y de ascenso;

b) remuneración igual por trabajo de igual valor;

c) asistencia médica y social, seguridad e higiene en el trabajo, todas las prestaciones de seguridad social y demás prestaciones derivadas del empleo, así como la vivienda;

d) derecho de asociación, derecho a dedicarse libremente a todas las actividades sindicales para fines lícitos, y derecho a concluir convenios colectivos con empleadores o con organizaciones de empleadores.

3. Las medidas adoptadas deberán en particular garantizar que:

a) los trabajadores pertenecientes a los pueblos interesados, incluidos los

trabajadores estacionales, eventuales y migrantes empleados en la agricultura o en otras actividades, así como los empleados por contratistas de mano de obra, gocen de la protección que confieren la legislación y la práctica nacionales a otros trabajadores de estas categorías en los mismos sectores, y sean plenamente informados de sus derechos con arreglo a la legislación laboral y de los recursos de que disponen;

b) los trabajadores pertenecientes a estos pueblos no estén sometidos a condiciones de trabajo peligrosas para su salud, en particular como consecuencia de su exposición a plaguicidas o a otras sustancias tóxicas;

c) los trabajadores pertenecientes a estos pueblos no estén sujetos a sistemas de contratación coercitivos, incluidas todas las formas de servidumbre por deudas;

d) los trabajadores pertenecientes a estos pueblos gocen de igualdad de oportunidades y de trato para hombres y mujeres en el empleo y de protección contra el hostigamiento sexual.

4. Deberá prestarse especial atención a la creación de servicios adecuados de inspección del trabajo en las regiones donde ejerzan actividades asalariadas trabajadores pertenecientes a los pueblos interesados, a fin de garantizar el cumplimiento de las disposiciones de esta parte del presente Convenio.

Parte IV. Formación Profesional, Artesanía e Industrias Rurales

Artículo 21

Los miembros de los pueblos interesados deberán poder disponer de medios de formación profesional por lo menos iguales a los de los demás ciudadanos.

Artículo 22

1. Deberán tomarse medidas para promover la participación voluntaria de miembros de los pueblos interesados en programas de formación profesional de aplicación general.

2. Cuando los programas de formación profesional de aplicación general existentes no respondan a las necesidades especiales de los pueblos interesados, los gobiernos

deberán asegurar, con la participación de dichos pueblos, que se pongan a su disposición programas y medios especiales de formación.

3. Estos programas especiales de formación deberán basarse en el entorno económico, las condiciones sociales y culturales y las necesidades concretas de los pueblos interesados. Todo estudio a este respecto deberá realizarse en cooperación con esos pueblos, los cuales deberán ser consultados sobre la organización y el funcionamiento de tales programas. Cuando sea posible, esos pueblos deberán asumir progresivamente la responsabilidad de la organización y el

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funcionamiento de tales programas especiales de formación, si así lo deciden.

Artículo 23

1. La artesanía, las industrias rurales y comunitarias y las actividades tradicionales y relacionadas con la economía de subsistencia de los pueblos interesados, como la caza, la pesca, la caza con trampas y la recolección, deberán reconocerse como factores importantes del mantenimiento de su cultura y de su autosuficiencia y desarrollo

económicos. Con la participación de esos pueblos, y siempre que haya lugar, los gobiernos deberán velar por que se fortalezcan y fomenten dichas actividades.

2. A petición de los pueblos interesados, deberá facilitárseles, cuando sea posible, una asistencia técnica y financiera apropiada que tenga en cuenta las técnicas tradicionales y las características culturales de esos pueblos y la importancia de un desarrollo sostenido y equitativo.

Parte V. Seguridad Social y Salud

Artículo 24

Los regímenes de seguridad social deberán extenderse progresivamente a los pueblos interesados y aplicárseles sin discriminación alguna.

Artículo 25

1. Los gobiernos deberán velar por que se pongan a disposición de los pueblos interesados servicios de salud adecuados o proporcionar a dichos pueblos los medios que les permitan organizar y prestar tales servicios bajo su propia responsabilidad y control, a fin de que puedan gozar del máximo nivel posible de salud física y mental.

2. Los servicios de salud deberán organizarse, en la medida de lo posible, a nivel comunitario. Estos servicios deberán

planearse y administrarse en cooperación con los pueblos interesados y tener en cuenta sus condiciones económicas, geográficas, sociales y culturales, así como sus métodos de prevención, prácticas curativas y medicamentos tradicionales.

3. El sistema de asistencia sanitaria deberá dar la preferencia a la formación y al empleo de personal sanitario de la comunidad local y centrarse en los cuidados primarios de salud, manteniendo al mismo tiempo estrechos vínculos con los demás niveles de asistencia sanitaria.

4. La prestación de tales servicios de salud deberá coordinarse con las demás medidas sociales, económicas y culturales que se tomen en el país.

Parte VI. Educación y Medios de Comunicación

Artículo 26

Deberán adoptarse medidas para garantizar a los miembros de los pueblos interesados la posibilidad de adquirir una educación a todos los niveles, por lo menos en pie de igualdad con el resto de la comunidad nacional.

Artículo 27

1. Los programas y los servicios de educación destinados a los pueblos interesados deberán desarrollarse y aplicarse en cooperación con éstos a fin de responder a sus necesidades particulares, y deberán abarcar su historia, sus conocimientos y técnicas, sus sistemas de valores y todas sus demás aspiraciones sociales, económicas y culturales.

2. La autoridad competente deberá asegurar la formación de miembros de estos pueblos y su participación en la formulación y ejecución de programas de educación, con miras a transferir progresivamente a dichos pueblos la responsabilidad de la realización de esos programas, cuando haya lugar.

3. Además, los gobiernos deberán reconocer el derecho de esos pueblos a crear sus propias instituciones y medios de educación, siempre que tales instituciones satisfagan las normas mínimas establecidas por la autoridad competente en consulta con esos pueblos. Deberán facilitárseles recursos apropiados con tal fin.

Artículo 28

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1. Siempre que sea viable, deberá enseñarse a los niños de los pueblos interesados a leer y a escribir en su propia lengua indígena o en la lengua que más comúnmente se hable en el grupo a que pertenezcan. Cuando ello no sea viable, las autoridades competentes deberán celebrar consultas con esos pueblos con miras a la adopción de medidas que permitan alcanzar este objetivo.

2. Deberán tomarse medidas adecuadas para asegurar que esos pueblos tengan la oportunidad de llegar a dominar la lengua nacional o una de las lenguas oficiales del país.

3. Deberán adoptarse disposiciones para preservar las lenguas indígenas de los pueblos interesados y promover el desarrollo y la práctica de las mismas.

Artículo 29

Un objetivo de la educación de los niños de los pueblos interesados deberá ser impartirles conocimientos generales y aptitudes que les ayuden a participar plenamente y en pie de igualdad en la vida de su propia comunidad y en la de la comunidad nacional.

Artículo 30

1. Los gobiernos deberán adoptar medidas acordes a las tradiciones y culturas de los pueblos interesados, a fin de darles a conocer sus derechos y obligaciones, especialmente en lo que atañe al trabajo, a las posibilidades económicas, a las cuestiones de educación y salud, a los servicios sociales y a los derechos dimanantes del presente Convenio.

2. A tal fin, deberá recurrirse, si fuere necesario, a traducciones escritas y a la utilización de los medios de comunicación de masas en las lenguas de dichos pueblos.

Artículo 31

Deberán adoptarse medidas de carácter educativo en todos los sectores de la comunidad nacional, y especialmente en los que estén en contacto más directo con los pueblos interesados, con objeto de eliminar los prejuicios que pudieran tener con respecto a esos pueblos. A tal fin, deberán hacerse esfuerzos por asegurar que los libros de historia y demás material didáctico ofrezcan una descripción equitativa, exacta e instructiva de las sociedades y culturas de los pueblos interesados.

Parte VII. Contactos y Cooperación a Través de las Fronteras

Artículo 32

Los gobiernos deberán tomar medidas apropiadas, incluso por medio de acuerdos internacionales, para facilitar los contactos y

la cooperación entre pueblos indígenas y tribales a través de las fronteras, incluidas las actividades en las esferas económica, social, cultural, espiritual y del medio ambiente.

Parte VIII. Administración

Artículo 33

1. La autoridad gubernamental responsable de las cuestiones que abarca el presente Convenio deberá asegurarse de que existen instituciones u otros mecanismos apropiados para administrar los programas que afecten a los pueblos interesados, y de que tales instituciones o mecanismos disponen de los medios necesarios para el cabal desempeño de sus funciones.

2. Tales programas deberán incluir:

a) la planificación, coordinación, ejecución y evaluación, en cooperación con los pueblos interesados, de las medidas previstas en el presente Convenio;

b) la proposición de medidas legislativas y de otra índole a las autoridades competentes y el control de la aplicación de las medidas adoptadas en cooperación con los pueblos interesados.

Parte IX. Disposiciones Generales

Artículo 34 La naturaleza y el alcance de las medidas que se adopten para dar efecto al presente Convenio deberán determinarse con

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flexibilidad, teniendo en cuenta las condiciones propias de cada país.

Artículo 35

La aplicación de las disposiciones del presente Convenio no deberá menoscabar los

derechos y las ventajas garantizados a los pueblos interesados en virtud de otros convenios y recomendaciones, instrumentos internacionales, tratados, o leyes, laudos, costumbres o acuerdos nacionales.

Parte X. Disposiciones Finales

Artículo 36

Este Convenio revisa el Convenio sobre poblaciones indígenas y tribales, 1957.

Artículo 37

Las ratificaciones formales del presente Convenio serán comunicadas, para su registro, al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo.

Artículo 38

1. Este Convenio obligará únicamente a aquellos Miembros de la Organización Internacional del Trabajo cuyas ratificaciones haya registrado el Director General.

2. Entrará en vigor doce meses después de la fecha en que las ratificaciones de dos Miembros hayan sido registradas por el Director General.

3. Desde dicho momento, este Convenio entrará en vigor, para cada Miembro, doce meses después de la fecha en que haya sido registrada su ratificación.

Artículo 39

1. Todo Miembro que haya ratificado este Convenio podrá denunciarlo a la expiración de un período de diez años, a partir de la fecha en que se haya puesto inicialmente en vigor, mediante un acta comunicada, para su registro, al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo. La denuncia no surtirá efecto hasta un año después de la fecha en que se haya registrado.

2. Todo Miembro que haya ratificado este Convenio y que, en el plazo de un año después de la expiración del período de diez años mencionado en el párrafo precedente, no haga uso del derecho de denuncia previsto en este artículo quedará obligado durante un nuevo período de diez años, y en lo sucesivo podrá denunciar este Convenio a la expiración de cada período de diez años, en las condiciones previstas en este artículo.

Artículo 40

1. El Director General de la Oficina Internacional del Trabajo notificará a todos los Miembros de la Organización Internacional del Trabajo el registro de cuantas ratificaciones, declaraciones y denuncias le comuniquen los Miembros de la Organización.

2. Al notificar a los Miembros de la Organización el registro de la segunda ratificación que le haya sido comunicada, el Director General llamará la atención de los Miembros de la Organización sobre la fecha en que entrará en vigor el presente Convenio.

Artículo 41

El Director General de la Oficina Internacional del Trabajo comunicará al Secretario General de las Naciones Unidas, a los efectos del registro y de conformidad con el artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas, una información completa sobre todas las ratificaciones, declaraciones y actas de denuncia que haya registrado de acuerdo con los artículos precedentes.

Artículo 42

Cada vez que lo estime necesario, el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo presentará a la Conferencia una memoria sobre la aplicación del Convenio, y considerará la conveniencia de incluir en el orden del día de la Conferencia la cuestión de su revisión total o parcial.

Artículo 43

1. En caso de que la Conferencia adopte un nuevo convenio que implique una revisión total o parcial del presente, y a menos que el nuevo convenio contenga disposiciones en contrario:

a) la ratificación, por un Miembro, del nuevo convenio revisor implicará, ipso jure, la denuncia inmediata de este Convenio, no

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obstante las disposiciones contenidas en el artículo 39, siempre que el nuevo convenio revisor haya entrado en vigor;

b) a partir de la fecha en que entre en vigor el nuevo convenio revisor, el presente Convenio cesará de estar abierto a la ratificación por los Miembros.

2. Este Convenio continuará en vigor en todo caso, en su forma y contenido actuales, para los Miembros que lo hayan ratificado y no ratifiquen el convenio revisor.

Artículo 44

Las versiones inglesa y francesa del texto de este Convenio son igualmente auténticas.

http://www.ezln.org/san_andres/convenio.169.htm

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Análisis comparativo de los procesos contemporaneos de Constituyentes en América latina

Analisis comparativo de las formulas de eleccion de la Asamblea Constituyente en Colombia, Ecuador, Peru y Venezuela. Pistas para el caso boliviano

Consultoria encargada por "Apostamos por Bolivia".

CIPCA – ACLO – Fundacion TIERRA – Centro Gregoria apaza