Dossier de lectura para docentes -...

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Dossier de lectura para docentes Colegio Niño Jesús de Praga #4 - Junio- Julio 2016 Las palabras que usamos día a día dan forma a nuestras realidades, nos demos cuenta o no. Las frases que escogemos dejan una profunda impresión en las personas que nos rodean, ya sea a través de conversaciones amables o en intercambios formales. Diferentes situaciones y diferentes compañías requieren diversos niveles de vocabulario y tono, pero hay algunas palabras que tienen poder sin importar la situación: permiso, gracias, podrías, por favor, buenos días, adiós. 2016- Año de la Misericordia.

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Dossier de lectura para docentes Colegio Niño Jesús de Praga #4 - Junio- Julio 2016

Las palabras que usamos día a día dan forma

a nuestras realidades, nos demos cuenta o no.

Las frases que escogemos dejan una profunda impresión

en las personas que nos rodean, ya sea

a través de conversaciones amables

o en intercambios formales.

Diferentes situaciones y diferentes compañías

requieren diversos niveles de vocabulario y tono,

pero hay algunas palabras que tienen poder

sin importar la situación: permiso, gracias, podrías,

por favor, buenos días, adiós.

2016- Año de la Misericordia.

CULTURA COLABORATIVA

Escuelas y Familias.

Cambiando Confrontación por Colaboración. Cristian Parodi

Se habla mucho de promover el trabajo colaborativo entre escuelas y familias para co-

crear procesos de aprendizaje y enseñanza. Una potente idea para revitalizar la escuela, especialmente

la secundaria en donde, a nivel general, más del 60% de los adolescentes que empiezan primer año no terminan sus estudios.

¿Cuáles podrían ser entonces iniciativas que impulsen esa cooperación?

La comunidad de padres tiene un genuino interés en sumarse a ese desafío. Conoce los problemas que enfrenta la escuela y sabe que la burocracia del Sistema (educativo) bloquea propuestas que podrían

ser soluciones para resolverlos. Bueno sería quitar esas ataduras para que prevalezca la colaboración y

cooperación entre escuelas y familias en lugar de la confrontación. “El otro no es el problema sino

parte de la solución” debería ser el lema que guíe a esa comunidad.

Trabajando en equipo Esa complementación, por ejemplo, podría tomar forma a través de la organización de clases de

apoyo o charlas, o jornadas sobre diferentes problemáticas, para que los padres ayuden a los que necesiten levantar notas. Un trabajo coordinado con la dirección y los docentes en función del

rendimiento escolar de cada alumno. Empatía, interés, cercanía e intención concreta de ayudar para que a

todos les vaya bien en el colegio. La idea entonces sería la presencia activa de los padres. La palabra “activa” refiere a la acción de

desplegar conocimientos para compartirlos con los estudiantes, buscando producir un hecho educativo

diferente (los padres también podemos enseñar en el aula). Una idea innovadora para que los chicos no

pierdan días de clase, adquieran otros conocimientos y – fundamentalmente – para demostrarle al sistema que necesitamos sumar nuevos protagonistas con quienes enfrentar los grandes desafíos que tenemos en

educación.

“¿Y qué saben los padres?”, podría alguien preguntarse para validar o rechazar esta idea. Es una buena pregunta que se responde con la siguiente descripción. Dentro de la comunidad de padres

encontraremos contadores, docentes, ingenieros, emprendedores, artistas, empleados, comerciantes,

médicos, amas de casa, electricistas, empresarios, jubilados, encargados de edificio, abogados, programadores, deportistas, diseñadores, músicos, plomeros, economistas, psicólogos, periodistas,

escritores, taxistas, mecánicos, etc. ¿Por qué no aprovechar esa multiplicidad de saberes y

experiencias para complementar los esfuerzos que se hacen en la escuela?. De paso, ¿por qué no

sumamos esas inteligencias para revitalizar la enseñanza en el aula? El campo de acción de la colaboración familias-escuelas se rige por los siguientes

principios generales:”

a) Integración de la comunidad educativa. b) Mejora de los establecimientos escolares.

c) Fomento de prácticas solidarias y de cooperación.

d) Promoción de la igualdad de trato y oportunidades.

e) Promoción de la inclusión educativa.

¿Por qué no animarnos a hacer algo diferente,

inteligente y complementario

a lo que hoy se hace en la escuela?

Tenemos mucho por ganar

y poco que perder.

Innovar también tiene que ver

con nuevas formas de pensar y de hacer:

“Hagamos algo por la educación”

Docentes y alumnos 3.0 - Lic. Emilio Tenti Fanfani. Portal educ.ar

Todos estos cambios y transformaciones que se dan en el contexto extra escolar – que penetra en el mundo de la escuela porque el chico cuando llega a la escuela trae toda su experiencia familiar, cultural, etc., al campo de la escuela – plantea nuevos desafíos, nuevos problemas a los docentes. Nosotros sabemos que todavía no se ha inventado la máquina de enseñar y aprender; y ésta no creo que sea la función de las nuevas tecnologías (TIC). Las nuevas tecnologías no van a sustituir jamás al maestro. Las

TIC, en todo caso, serán una poderosa herramienta en mano de los maestros para mejorar sus capacidades en esta tarea de auxiliar el desarrollo y el aprendizaje de las nuevas generaciones.

Pero evidentemente los maestros de hoy tienen que enfrentar situaciones completamente inéditas, muy diversas, y para los cuales muchas veces ellos no se sienten capaces, no encuentran en su mochila de conocimiento esas herramientas que le permitan lidiar, gestionar las nuevas situaciones con las que se encuentran.

El trabajo docente, a diferencia de otro tipo de trabajo que realizan otros profesionales, es particularmente complejo. Es comparable con el trabajo de los médicos. Los médicos tienen que resolver viejos problemas para los cuales cuentan con nuevas herramientas: nuevas técnicas de diagnóstico, nuevas terapias, nuevos productos medicinales. Pero los problemas siguen siendo los mismos. Los problemas están quietos, y las ventajas que tienen los médicos es que pueden estar cada vez mejor equipados

para enfrentar estos problemas. En cambio a los docentes nos cambian los problemas, entonces es muy difícil acumular tecnologías, soluciones para resolver problemas porque son los mismos problemas que permanentemente cambian.

Que el docente perciba que en determinados campos de la actividad (el uso de las TIC) él sabe menos que sus alumnos, reconocer a sus alumnos que él, en este caso, es un aprendiz, me parece que es un acto que refuerza su autoridad porque los jóvenes saben valorar la autenticidad, es decir la verdad, la sinceridad. Uno no es todo el tiempo profesor y el otro no es todo tiempo alumno: el que enseña también está aprendiendo. Y reconocer que el que enseña aprende y que el que aprende también puede enseñar me parece que es muy saludable. Y esto lejos de estar afectando lo que pueda ser el reconocimiento, el respeto del alumno hacia el profesor, al contrario, yo creo que puede engrandecer la figura del profesor. Demostrar al alumno que uno es

humano, que también aprende, no es el que se la sabe todas, que puede aprender de sus alumnos, creo que es una actitud, es un gesto que puede generarle incluso un rendimiento en términos de reconocimiento y respecto que es tan importante para poder ejercer la tarea de docente.

Los mitos tienen una razón de ser. Cuando tienen éxito, se difunden y si permanecen es porque hay un anclaje en la realidad. Hay niños, por ejemplo, que nacen en un mundo en donde hay teclados táctiles. Los de mi generación tuvimos que aprender: tuvimos que pasar de la máquina de escribir, que había que golpearla con los dedos, a un teclado electrónico moderno. Pasamos de la pantalla que no se tocaba a la pantalla que se toca. Nosotros tenemos un cierto temor en tocar esa pantalla pero el que nació en ese mundo tiene obviamente una ventaja. Las tecnologías – una vez que se difunden – se transforman en una especie de objeto

que está natural, que pareciera ser que siempre estuvo ahí. Incluso nosotros, que no somos nativos digitales, ya nos parece natural que exista Internet, que exista la comunicación a través de Gmail o Facebook, etc. Incluso nosotros, que somos inmigrantes digitales, después naturalizamos lo que apenas tiene poco años, más o menos 20 años de existencia. Uno podría decir que esta distinción nativo- inmigrante digital tuvo una razón de ser, pero en la medida que pase el tiempo obviamente va a dejar de tener sentido ya que todo el mundo será nativo digital.

Pero no nos olvidemos que las tecnologías evolucionan: siempre habrá unos que llegan primero y otros que llegan después porque en el aprendizaje, el primer aprendizaje, siempre es estratégico, es fundamental. No es lo mismo haber aprendido inglés a los 20 años que haber aprendido en la cuna. En ese sentido uno es nativo en inglés, el otro lo tuvo que aprender. Con todos los

conocimientos sucede lo mismo: mientras más temprano es el aprendizaje, más poderoso es su incorporación. Siempre sucederá con las tecnologías unos que llegan antes y otros después.

Otro mito muy difundido tiene que ver con los alumnos. Y estos mitos son generalmente los mitos que tenemos los adultos – padres, psicólogos, pediatras, docentes – acerca de la juventud de hoy. Uno de estos mitos consiste en decir que a los jóvenes de hoy no se interesan por nada, no están dispuestos a hacer el esfuerzo del aprendizaje. Son todos mitos que suponen una visión extremadamente negativa de lo que son las nuevas generaciones. Alguien podría decir “bueno, pero eso es una cuestión estructural en todas las sociedades”. Siempre lo viejos ven a los jóvenes, a las nuevas generaciones, como que amenazan sus propias posiciones en la sociedad. Hay una especie de lucha de edades. No existe solamente una lucha de clases entre propietario-no propietario y los rico y los pobres sino también entre los viejos y lo jóvenes, entre los hombres y las mujeres. Obviamente que

con esta aceleración de cambios esto se acentúa. Las nuevas generaciones son usuarios intensivos de las nuevas tecnologías entonces esto a nosotros los adultos, que nos

sentimos en desventaja con respecto a los jóvenes, nos hiere. Es como decir “los que sabemos somos nosotros pero ahora tenemos que reconocer que hay ciertas cosas que los chicos conocen mejor que nosotros” y muchas veces debemos acudir a ellos para resolver una serie de problemas que tenemos nosotros. Esto hiere nuestro narcisismo. Entonces estos mitos son un tanto críticos, tan negativos con respecto a los jóvenes son fáciles de desmontar. Por ejemplo, decir que a un chico no le interesa nada realmente es una frase que no se sostiene cinco minutos. Si uno invita a reflexionar a ese docente que dice esta cosa y le dice “pero mira, ¿tú crees que alguien pueda creer que exista un ser vivo al que no le interese nada?”. Decir que a un chico no le

interesa nada es algo que decimos sin pensar. En realidad lo que estamos diciendo y queremos decir es que a estos chicos no les interesa nada de lo que yo tengo que contarles. Quizás a un chico no le interesa nada de la clase de historia antigua, de los griegos, de las guerras del Peloponeso pero esto no quiere decir que no les interesa nada en la vida. Hay que tener cuidado con estas presuposiciones, en este desconocimiento de los intereses de los jóvenes porque los chicos tienen pasiones.

Un chico se pasa todo el día en los videos juegos, o utilizando su computadora, su netbook, su celular, obviamente está interesado. Diría que está más que interesado; más que intereses tiene pasiones. Hay chicos apasionados. Hay gente apasionada por el fútbol, hay gente que está apasionada por los juegos, hay gente que está apasionada por muchas cosas.

Las pasiones están en la base de estos esfuerzos porque hay que estar pegados a una pantalla durante horas. Se requiere de un

gasto de energía importante que si los chicos lo realizan es porque obviamente tienen un interés detrás, e incluso una pasión.

Entonces el desconocimiento de estos intereses, de estas pasiones, creo que están en el origen de una serie de efectos negativos en la práctica escolar básicamente dos cosas. Una, que no logramos conectar los intereses de los chicos con el contenido escolar. Si nosotros estamos convencidos que la regla de tres simple o el concepto de proporción y porcentaje es importante para ser alguien en la vida, para ser feliz en la vida, para resolver problemas cotidianos y que es importante para el desarrollo de la sociedad, y estoy convencido que estos chicos tienen el derecho a aprender – aunque ellos en ese momento no perciban el interés – mi primera tarea como profesor democrático sería, primero, conocer los intereses de los chicos y tratar de conectar el tema (en mi ejemplo el porcentaje) con los intereses de los chicos.

Para generar el interés en el contenido escolar hay que basarse de alguna manera en los intereses de los chicos . Lo cual

supone también que los docentes de hoy, además de ser expertos en matemática, de ser expertos en didáctica de la matemática, también tenemos que incorporar un tercer paquete de conocimientos en la mochila del maestro y que tiene que ver con los conocimientos que tenemos que tener los adultos que trabajamos con chicos en relación con lo que ellos son desde el punto de vista social como consumidores de cultura, conocer sus intereses, sus pasiones, sus miedos.

Si a los chicos les interesa la música tenemos que conocer cuáles son sus consumos musicales. Tengo que ser, quizás, más experto que ellos en temas de cumbia. De esa manera me voy a ganar, en primer lugar, su respeto y reconocimiento. No despreciar sus intereses, reconocerlos y demostrarles que conozco de cumbia más que ellos, porque se cómo está estructurado el mercado de la cumbia, que no es lo mismo el cuarteto cordobés que la cumbia del Gran Buenos Aires. Y conocer la historia de

este género, los grupos, el negocio que hay detrás. Es decir, si demuestro que conozco sobre culturas juveniles – que al chico le interesa y apasiona – voy a ganar su respeto y reconocimiento. Voy a ganar en término de autoridad sin la cual no hay acción pedagógica posible, y voy a ganar en términos del interés por el conocimiento. No se trata de hacer demagogia y decirle “a vos te interesa la cumbia, quédate con la cumbia”. Se trata simplemente de partir de la cumbia y, a partir de ese tema, ampliar su campo de interés.

Este mito tan negativo y crítico acerca de la juventud de hoy está teniendo

efectos devastadores en términos de producción del orden, de autoridad y de

interés por el conocimiento.

La biblioteca te recuerda:

10 razones para trabajar en equipo. Por qué crear una cultura de colaboración

es la mejor estrategia para alcanzar los objetivos. Lic. BELÉN GÓMEZ PEREIRA

Los grandes triunfos no los consigue un sólo jugador; sino un equipo. “El talento gana partidos, pero la inteligencia y el trabajo en equipo ganan campeonatos”. Y la frase del gran basquetbolista Michael Jordan es completamente cierta.

¿Trabajas en equipo? ¿Confías en tus colaboradores y compañeros para lograr las metas? ¿Todos están en la misma página y trabajan por un mismo objetivo? Si aún no adoptas una verdadera cultura de colaboración, mira por qué debes hacerlo hoy mismo:

1. Porque se complementan las habilidades y los talentos. Cuando tienes un equipo de trabajo diverso y bien enfocado, se pueden disminuir las debilidades y potenciar las fortalezas. Busca gente distinta que esté dispuesta a cooperar y trabajar por un mismo propósito.

2. Porque se completan más rápido las tareas. Si todos trabajan en un mismo proyecto, apoyándose mutuamente, el tiempo invertido en una tarea es mucho menor. El trabajo en equipo es clave para la productividad.

3. Porque confías y te vuelves confiable. La confianza es el ingrediente básico del trabajo en equipo. Si confías en tus compañeros y ellos en ti, es mucho más fácil alcanzar las metas y resolver problemas.

4. Porque aumenta el sentido de pertenencia. Si una persona se siente parte de un equipo, es más probable que sea leal a la institución. Esto aumenta la motivación.

5. Porque es gratificante para todos. Nada se siente mejor que un abrazo de celebración cuando se cumple una meta o un proyecto es exitoso. Estos sentimientos compartidos son imprescindibles para que una persona se sienta feliz profesional y personalmente.

6. Porque no estarás solo. Cuando tienes un equipo en el que confías, nunca te acecha la soledad. Puedes compartir con ellos tus ideas, alegrías y tristezas.

7. Porque únicamente así se alcanzan las metas. Muchas cosas no las podrías lograr si no tuvieras el apoyo de un equipo. Por eso, es esencial que desde el principio elijas a las personas correctas que aporten a tus proyectos.

8. Porque de esa manera aprendes más de ti. El trabajo en equipo ofrece un importante aprendizaje individual. Cuando realmente todos colaboran, cada miembro sabe para qué es bueno y en qué áreas necesita ayuda.

9. Porque puedes resolver mejor los conflictos y encontrar nuevas ideas. “Dos cabezas piensan mejor que una”… ¿y cómo pensarán 5, 10 o 15? Para encontrar soluciones a tus problemas nada mejor que compartirlos con los demás miembros de tu equipo y pedir que aporten ideas.

10. Porque es mucho más divertido. Por último, pero no menos importante, está el factor de disfrutar lo que haces. Procura que en tu equipo haya buena comunicación y sana convivencia; ayudará a hacer más fácil y disfrutable cada proyecto.