Dra. María Noel Lapoujade. Dr. Ernesto Priani Saisó...

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70 AÑOS Homenaje a María Noel Lapoujade Ernesto Priani (Coordinador) de vida ffl unam

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  • El presente libro compila los textos que un grupo de colegas y exalumnos dedicaron a Mara Noel Lapoujade, con motivo de sus 70 aos de vida, en la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM). Voces que representan una celebracin afectiva e intelectual de la vida y obra de una pensadora cuyo trabajo, en los ltimos cuarenta aos, ha abordado temas filosfi-cos, metodologas y formas de aproximacin para una gran variedad de problemas, sin olvidar que en el centro de su hacer, palpita una filosofa original, simple y poderosa que impulsa hacia la vida... digna y libre.

    70 aos de vida. Homenaje a Mara Noel Lapoujade es evidencia de una incansable labor filosfica que ha influido de manera significativa en numerosos filsofos de nuestros das. Finalmente, este libro es tambin un modelo de la libertad de ctedra, de la convivencia y tolerancia entre los docentes e inves-tigadores del Colegio de Filosofa de la Facultad de Filosofa y Letras, representativa de la UNAM.

    Dra. Mara Noel Lapoujade.

    Doctora en Filosofa por la UNAM y por la Universidad de Pars, ha obtenido el Premio Norman Sverdlin, la Medalla Gabino Barreda de la UNAM y ha sido Galardonada en Espaa con la Condecoracin: La Dama de las Hesprides, por el Ateneo de Murcia. Autora de los libros Filosofa de la Imagina-cin, Bacon y Descartes, De la coincidencia de los opuestos y La imaginacin esttica en la mirada de Vermeer. Creadora y fundadora de la Maes-tra en Esttica y Artes de la Facultad de Filosofa y Letras de la Benemrita Universi-dad Autnoma de Puebla en Mxico.

    Sus reas de conocimiento son las Humanida-des, especialmente Filosofa, tica, Religin, Filosofa, Historia y Filosofa de la Ciencia y la Tecnologa y Antropologa Filosfica. A partir de 1975, ha tomado la perspectiva de la Filoso-fa de la imaginacin, que estudia las imgenes e imaginarios en relacin con la razn y la racionalidad, partiendo de la idea de que el humano, como ser csmico, histrico y sociocultural, ha plasmado estos imaginarios en la historia de la filosofa, y en la historia en general.

    Dr. Ernesto Priani Sais.

    Doctor en Filosofa por la UNAM, obtuvo el premio nacional Yelmo de Mambrino a la mejor campaa de difusin sobre el Quijote en pginas electrnicas de CONACULTA, UNAM, Academia Mexicana de la Lengua y otras distinciones como miembro de conse-jos para programas de maestra y doctorado. Ha publicado Los libros del Placer, Magia y hermetismo y De espritus y fantasmas. Vicepre-sidente de la Red de Humanidades Digitales, miembro de la alianza de Organizaciones de Humanidades Digitales, as como del grupo Global Outlook Digital Humanities, de la Renaissance Society of America y el Virtual Humanities Lab, de la Universidad de Brown.

    Su trabajo conjuga el estudio de la filoso-fa del Renacimiento, particularmente el Renacimiento florentino, con la proble-mtica de la historiografa de la historia de la filosofa y la exploracin de la utilizacin de dispositivos tecnolgicos para la investigacin en humanidades.

    70AOSHomenaje a

    MaraNoel

    LapoujadeErnesto Priani

    (Coordinador)

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    fflunam

    I am not poor, I am not rich; nihil est, nihil deest, I have little, I want nothing:

    all my treasure is in Minervas tower..."

    Robert Burton, The Anatomy of Melancholy (ca. 1621)

  • 2 PresentacinEl presente libro compila los textos que un grupo de colegas y exalumnos dedicaron a Mara Noel Lapoujade, con motivo de sus 70 aos de vida, en la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM). Voces que representan una celebracin afectiva e intelectual de la vida y obra de una pensadora cuyo trabajo, en los ltimos cuarenta aos, ha abordado temas filosfi-cos, metodologas y formas de aproximacin para una gran variedad de problemas, sin olvidar que en el centro de su hacer, palpita una filosofa original, simple y poderosa que impulsa hacia la vida... digna y libre.

    70 aos de vida. Homenaje a Mara Noel Lapoujade es evidencia de una incansable labor filosfica que ha influido de manera significativa en numerosos filsofos de nuestros das. Finalmente, este libro es tambin un modelo de la libertad de ctedra, de la convivencia y tolerancia entre los docentes e inves-tigadores del Colegio de Filosofa de la Facultad de Filosofa y Letras, representativa de la UNAM.

    Dra. Mara Noel Lapoujade.

    Doctora en Filosofa por la UNAM y por la Universidad de Pars, ha obtenido el Premio Norman Sverdlin, la Medalla Gabino Barreda de la UNAM y ha sido Galardonada en Espaa con la Condecoracin: La Dama de las Hesprides, por el Ateneo de Murcia. Autora de los libros Filosofa de la Imagina-cin, Bacon y Descartes, De la coincidencia de los opuestos y La imaginacin esttica en la mirada de Vermeer. Creadora y fundadora de la Maes-tra en Esttica y Artes de la Facultad de Filosofa y Letras de la Benemrita Universi-dad Autnoma de Puebla en Mxico.

    Sus reas de conocimiento son las Humanida-des, especialmente Filosofa, tica, Religin, Filosofa, Historia y Filosofa de la Ciencia y la Tecnologa y Antropologa Filosfica. A partir de 1975, ha tomado la perspectiva de la Filoso-fa de la imaginacin, que estudia las imgenes e imaginarios en relacin con la razn y la racionalidad, partiendo de la idea de que el humano, como ser csmico, histrico y sociocultural, ha plasmado estos imaginarios en la historia de la filosofa, y en la historia en general.

    Dr. Ernesto Priani Sais.

    Doctor en Filosofa por la UNAM, obtuvo el premio nacional Yelmo de Mambrino a la mejor campaa de difusin sobre el Quijote en pginas electrnicas de CONACULTA, UNAM, Academia Mexicana de la Lengua y otras distinciones como miembro de conse-jos para programas de maestra y doctorado. Ha publicado Los libros del Placer, Magia y hermetismo y De espritus y fantasmas. Vicepre-sidente de la Red de Humanidades Digitales, miembro de la alianza de Organizaciones de Humanidades Digitales, as como del grupo Global Outlook Digital Humanities, de la Renaissance Society of America y el Virtual Humanities Lab, de la Universidad de Brown.

    Su trabajo conjuga el estudio de la filoso-fa del Renacimiento, particularmente el Renacimiento florentino, con la proble-mtica de la historiografa de la historia de la filosofa y la exploracin de la utilizacin de dispositivos tecnolgicos para la investigacin en humanidades.

    70AOSHomenaje a

    MaraNoel

    LapoujadeErnesto Priani

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    I am not poor, I am not rich; nihil est, nihil deest, I have little, I want nothing:

    all my treasure is in Minervas tower..."

    Robert Burton, The Anatomy of Melancholy (ca. 1621)

  • 70 aos de vida Homenaje a Mara Noel Lapoujade

  • Ernesto Priani Saiscoordinador

    UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICOFACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS

    70 aos de vida Homenaje a Mara Noel Lapoujade

  • Primera edicin: 201829 de enero de 2018

    DR 2018. Universidad nacionalaUtnoma de mxicoAvenida Universidad 3000, coloniaUniversidad Nacional Autnomade Mxico, C.U., Delegacin Coyoacn,C.P. 04510, Ciudad de Mxico

    ISBN 978-607-02-9955-1

    Prohibida la reproduccin total o parcialpor cualquier medio sin autorizacin escritadel titular de los derechos patrimoniales.

    Editado y producido en Mxico

  • Imaginacin y metfora: Kant de otro modo

    Publicado en Homo Imaginans Vol II (Teleconferencia)

    SEKLE Universidad Complutense de Madrid,

    uam, unam 2017

    CONTENIDO AUDIOVISUAL CLICK EN EL CDIGO QR

    O BIEN LEERLO DE FORMA PTICA

    https://youtu.be/NNfMnYOHtaA

    https://youtu.be/NNfMnYOHtaAhttps://youtu.be/NNfMnYOHtaA

  • Contenido interactivo

    Imaginacin y metfora: Kant de otro modo (Teleconferencia)Mara Noel Lapoujade

    PresentacinErnesto Priani Sais . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

    DISCURSOS INAUGURALES

    Mara Noel Lapoujade y su filosofa de la imaginacinJuliana Gonzlez Valenzuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

    En busca del pensamiento filosfico de Mara Noel LapoujadePeggy von Mayer Chaves . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

    Semillas filosficasMara Noel Lapoujade . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49

    SEMILLAS FILOSFICAS

    La imaginacin filosficaElsa Cross . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

  • El ser humano imaginante en el zenRebeca Maldonado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69

    Extremos de la imaginacinJosu Landa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

    El juego de la imaginacinRicardo Horneffer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97

    Lapoujade, Kant y ProustPedro Stepanenko . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103

    Homenaje a Mara Noel LapoujadeLaura Bentez Grobet . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111

    La existencia tico-estticaAlejandra Velzquez Zaragoza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117

    La imaginacin y la interdisciplinariedad Ma . de Lourdes Santiago Martnez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125

    Vas a la sttica de la comuninIgnacio E . Zamarrn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133

    Mara Noel Lapoujade, exploradora de la imaginacinAdriana del Carmen Martnez Beltrn . . . . . . . . . . . . . . . . . 145

    Atisbo sobre Dilogo con Gaston Bachelard acerca de la potica. La luz de ese libro a la historia del arte actual como creacin de narrativas

    Elia Espinosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159

    Metafsica instantnea del poemaIliana Godoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165

    contenido interactivo

  • contenido interactivo

    Setenta veces sieteMara Dolores Almazn Ramos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175

    Una reflexin y una propuesta sobre el pensamiento imaginativo, con Bachelard-Lapoujade

    Celina A . Lrtora Mendoza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183

    TESTIMONIOS E IMPULSOS DE VIDA

    Pars-Londres, Londres-Pars (1995-1998)*Nicole Ooms . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197

    Entramado de instantesNatalia del Moral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209

    Homenaje a Mara Noel LapoujadePedro Joel Reyes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215

    Un poco de luna, un poco de mito y un espejoAlberto Cabaas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221

    HomenajeGiuliana Dal Piaz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227

    Imaginar otra filosofaFrancisco V . Galn Vlez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233

    Homenaje a Mara Noel LapoujadeFrancisco Viesca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243

    Mara Noel y las zanahoriasAmalia Lejavitzer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251

  • Mara Noel Lapoujade: un pequeo tributo para una gran maestra

    Claudia Lucotti . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255

    Cuatro cruces de camino con Mara Noel LapoujadeItala Schmelz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261

    Mara Noel Lapoujade, artista de s mismaRaymundo Morado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265

    Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 279

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    Presentacin

    Ernesto Priani SaisFacultad de Filosofa y Letras, Unam

    Este libro est constituido por los textos con los que un grupo de colegas y exalumnos homenajearon a la doctora Mara Noel Lapou-jade con motivo de sus 70 aos de vida, los das 27 y 28 de agosto de 2012, en la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Na-cional Autnoma de Mxico (Unam).

    Son textos de una celebracin afectiva e intelectual de la vida y el pensamiento de una filsofa cuyo trabajo, en los ltimos cuarenta aos, ha definido lo mismo temas filosficos que metodologas y formas de aproximacin para una gran variedad de problemas. Aun-que es temprano todava para determinar cul es el lugar que le corresponde a Mara Noel Lapoujade en el mbito de la filosofa mexicana y latinoamericana, es indudable y este libro es un reflejo de ello que su labor filosfica ha influido de manera significativa en numerosos filsofos de nuestros das.

    Mara Noel naci en Uruguay, pero desde joven emigr a Mxico, donde obtuvo el doctorado en Filosofa por la Facultad de Filosofa y Letras de la Unam. Ms adelante alcanz el doctorado

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    en Filosofa por la Universidad de Pars. Durante toda su vida pro-fesional fue profesora de carrera en la Facultad de Filosofa y Letras de la Unam. Entre 2003 y 2005 hizo una estancia de investigacin y docencia en el Centre Gaston Bachelard de Recherches sur limaginaire et la rationalit, de Dijon, Francia. A travs de confe-rencias e invitaciones ha impartido cursos y lecciones en numerosos pases de Amrica Latina y universidades francesas, a las que ha lle-vado sus inquietudes e ideas.

    Sus esfuerzos no se han limitado, sin embargo, a la docencia y la investigacin filosfica. Fue coordinadora de Filosofa de la Unam entre 1990 y 1994. Fue creadora en 1997 de la Maestra en Esttica y Artes de la Benemrita Universidad Autnoma de Puebla (bUaP), Mxico, y responsable de la misma durante cinco aos. Adems, inici el Programa interdisciplinario de investiga-cin sobre la Imaginacin, lo Imaginario y la Racionalidad, Proim, Unam, 2008.

    Es autora de numerosos artculos especializados, y de los siguien-tes libros: Filosofa de la imaginacin, en la editorial Siglo xxi, Mxico, 1988. Bacon y Descartes . De la coincidencia de los opuestos, Facultad de Filosofa y Letras de la bUaP, 2002. La imaginacin esttica en la mira-da de Vermeer, editorial Herder, 2007. Dilogo con Gaston Bachelard acerca de la potica, Unam, 2011. Actualmente est en proceso la pu-blicacin de sus obras completas.

    Es tambin compiladora y articulista de tres libros interdiscipli-narios: Espacios imaginarios, Unam, 1999; Imagen, Signo y Smbolo, bUaP, 2000, y Tiempos imaginarios, ritmos y ucronas, bUaP, 2002.

    Para quienes la hemos conocido, el trabajo y el esfuerzo desple-gado por Mara Noel Lapoujade en todas sus dcadas de trabajado, responda a un entusiasmo y una vocacin por la filosofa que, como una fuente inagotable, no cesaba nunca de indagar, describir, construir.

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    Los textos recogidos en este volumen muestran los efectos de esa energa en el dilogo y la formacin filosfica, as como en la vida de quienes han tenido la oportunidad de conocer a Mara Noel. Los hemos organizado en tres secciones: los Discursos inaugurales, Semillas filosficas y Testimonios e impulsos de vida.

    En Discursos inaugurales se recogen las dos intervenciones ini-ciales que enmarcaron el homenaje, una a cargo de Juliana Gonzlez Valenzuela, profesora emrita de la Facultad de Filosofa y Letras de la Unam, y la otra de Peggy von Mayer Chaves, de la Universidad de Costa Rica.

    En su intervencin, Juliana Gonzlez nos invita a reflexionar sobre el lugar que Mara Noel Lapoujade se ha ganado en la tradicin filosfica hispanoamericana. En ese sentido destaca tres cosas: 1) su conocimiento especializado en diversos autores, como Bachelard, Bruno y Kant, con el que nos ha brindado lecturas filosficas inno-vadoras y enriquecedoras; 2) la construccin de un campo de inves-tigacin filosfica, como la filosofa de la imaginacin, que sobresale por el entusiasmo con que la filsofa uruguaya todava puede ver el humanismo que conlleva una razn imaginante, y 3) el modo como, con todo ello, ha logrado construir un nuevo tipo de reflexin tica desde la esttica, una tica solar, refirindose especialmente a sus exploraciones en los temas de una bio-tica-esttica, como es el tema de la enfermedad, as como su estudio constante y riguroso sobre las libertades y transgresiones de la imaginacin.

    Peggy von Mayer escribe sobre la importancia que ha alcan-zado el trabajo filosfico de Mara Noel Lapoujade, destacando su extensa formacin humanstica, fundamental para la construccin de un poderoso dilogo interdisciplinario. Con esta intencin, explora algunos de los juegos dialcticos que ha desarrollado mientras alimentaba su gusto y sus diversos intereses por la msica,

  • 14 Presentacin

    la pintura, la escultura, la mitologa, las msticas orientales y occi-dentales, haciendo comprensible el inters de Mara Noel por los juegos dialcticos de la imaginacin, no slo desde la perspectiva de sus reflexiones ticas o estticas, sino incluso desde la perspectiva de sus anlisis antropolgicos, psicolgicos y cosmolgicos de la dimensin ontolgica de los nexos existentes entre la imaginacin y la fantasa, lo cual le ha permitido entender con optimismo la compleja relacin dialctica entre la razn y la imaginacin, lo mismo que con el arte y la utopa.

    Este apartado lo cierra Mara Noel Lapoujade con unas palabras de agradecimiento que rpidamente se convierten en una declara-cin de las propuestas filosficas que ella ha querido dejar sembradas como semillas a lo largo de una vida compartida, de una vida de enseanzas y todo tipo de aprendizajes. Con este espritu, hace una declaracin a favor de la vida, de la libertad, de las plenitudes cs-micas de la experiencia esttica, de la mirada imaginante, de la salud que traen consigo los impulsos vitales de la imaginacin.

    La segunda seccin del libro, Semillas filosficas, est com-puesta por todas aquellas intervenciones que se refieren al impacto y alcance terico de una obra filosfica como la de Mara Noel Lapoujade. Las diferencias entre los textos son muchas y nos brin-dan lo mismo un horizonte bastante amplio sobre los diversos mo-mentos y los diversos alcances de su pensamiento filosfico. Sin embargo, tambin es valioso ir descubriendo, en las pginas que conforman este apartado, ese comn acuerdo que finalmente existe entre los autores de los textos acerca de lo que hoy resulta ms relevante y significativo de las ideas de Mara Noel y su peculiar manera de construirlas.

    Iniciamos con Elsa Cross y su extraordinario comentario a la lectura de pasajes selectos tomados de La imaginacin esttica en la mi-

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    rada de Vermeer. Adems de algunos recuerdos de su trato con Mara Noel Lapujade, Elsa Cross ofrece una aproximacin a la exposicin de sus mritos mediante la articulacin de algunos de sus temas, analizados a partir de su compleja formacin esttica y artstica, as como de su conocimiento profundo de las tradiciones orientales.

    Rebeca Maldonado, por su parte, se concentra en la lectura directa de diversos textos en los que Mara Noel explora y explica la relacin entre Bachelard y el zen, resaltando la importancia que tiene este entrecruzamiento para abrir sus lneas de investigacin filosfica hacia la creacin de una tica-esttica para la vida, frente a la enfermedad y el sufrimiento, mediante un uso potico y filos-fico del asombro, la incertidumbre, el silencio y la ausencia de im-genes en el pensamiento.

    Josu Landa decide presentar la filosofa de Mara Noel en el marco de un anlisis de los extremos de la imaginacin. Para l, la propuesta de Mara Noel se coloca en los extremos creativos y ut-picos de la imaginacin, de la fuerza generadora y previsora del arte, de las figuraciones histricas con las que intentamos movernos hacia algo mejor, de las perturbaciones y transformaciones del ethos de las personas que puede convertirse, finalmente, en el ethos de una libertad imaginativa con el que se puede alimentar la invencin utpica que demanda nuestra poca.

    Ricardo Horneffer, tras imaginarse cmo pudo haber sido tomar clases con Mara Noel, para exaltar todas las virtudes docentes que ha podido apreciar como colega a lo largo de los aos, en diversos escenarios y contextos, confronta su filosofa de la imaginacin des-de la crtica que le opusieron a la imaginacin los filsofos griegos, especialmente Herclito. Su intencin no es evidenciar alguna de-bilidad conceptual o argumental en el planteamiento, sino destacar cmo es que Mara Noel supera toda dificultad imaginable debido

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    a su elaborada comprensin de todas las inquietudes filosficas que los griegos construyeron en torno de la imaginacin.

    El texto de Pedro Stepanenko, titulado Lapoujade, Kant y Proust, es el espacio de una discusin abierta con Mara Noel en torno de aspectos especficos de la fenomenologa de la experiencia kantiana. Su esfuerzo se centra en problematizar los alcances atribuidos por ella al concepto de imaginacin de Kant, a partir de una lectura de con-traste con el desarrollo literario que Proust hace del tema.

    Laura Bentez elabora un comentario al libro Los sistemas de Bacon y Descartes para hacerle un merecido reconocimiento como historiadora de la filosofa moderna y, en particular, como especia-lista en la obra de Bacon y Descartes. Con ese fin, resalta su meto-dologa de lectura y anlisis, y expone el horizonte terico desde el que cobra relevancia su interpretacin de la filosofa de ambos auto-res, por separado, segn sus semejanzas y diferencias, pero sobre todo siendo muy atinada en lo que se refiere a su continuidad.

    Alejandra Velzquez construye una lectura sobre las preocu-paciones ticas y estticas de Mara Noel, pero a partir de ideas muy concretas sobre la existencia tico-esttica, la enseanza de la filosofa en la universidad y la relacin entre el desarrollo de los quehaceres de la filosofa y la universidad. Para ello utiliza un con-junto de textos que en principio fueron conferencias y luego artculos publicados en revistas o publicados en libros colectivos. Y logra una aproximacin a las lneas generales de una innovadora filosofa de la educacin, de la educacin esttica, con poderosas aplicaciones ticas.

    Mara de Lourdes Santiago ofrece un testimonio sobre la evo-lucin de los proyectos institucionales de investigacin de Mara Noel, y hace una aproximacin terica a sus propuestas filosficas recordando la convocatoria y recepcin que tuvieron algunos de los

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    eventos acadmicos organizados por ella. Destacan dos cosas, la ma-nera como la idea de los imaginarios impulsos de vida inspir algunos trabajos ligados directamente a los estudios clsicos, dando constancia del carcter interdisciplinario del proyecto de Mara Noel, y el recuerdo de la lectura que ella misma hiciera de una obra de Gratio en la que se explican los nexos de la imaginacin con la procuracin mdica a los animales en la antigedad grecorromana.

    Ignacio E. Zamarrn tambin da cuenta de los puentes que Mara Noel ha construido entre la potica de Bachelard y el zen, pero lo hace a travs de un enfoque construido desde el escepticis-mo pirrnico para dejar al descubierto la importancia de una filo-sofa de la imaginacin en el desarrollo de la experiencia esttica de la comunin, la cual trata de explicar como prctica del desprendi-miento del sujeto o del desapego generado por el juicio sobre la bondad o maldad de las cosas. Con este esfuerzo el doctor Zamarrn logra mostrar la filosofa de la imaginacin como una prctica que busca el quebrantamiento de todo dogmatismo.

    Adriana del Carmen Martnez elabora un testimonio de vida que poco a poco se va convirtiendo en una revisin de las relacio-nes que la filosofa de la imaginacin deja al descubierto entre la imaginacin y el conocimiento. Al hacerlo nos muestra el detalle con el que Mara Noel trata este asunto, planteando el modo como la imaginacin participa en la construccin de todo lo que cono-cemos como real y de su conocimiento sensible; tambin sobre el modo como la imaginacin participa en nuestra capacidad para transformar esta realidad; y, finalmente, sobre el modo como la ima-ginacin participa en nuestro conocimiento de otras realidades que desafan nuestra concepcin de los lmites de la realidad.

    Elia Espinosa, a partir de la elaboracin de un comentario al libro Dilogo con Gaston Bachelard acerca de la potica, formula algunos

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    atisbos sobre la importancia que tienen, en la exposicin que realiza Mara Noel sobre la potica bachelardiana, los vnculos entre la voluntad y las imaginaciones de las potencias vitales, del reposo y de la intimidad. Los atisbos terminan de cobrar forma en cuanto Elia Espinosa logra establecer la relacin entre la potica que Lapoujade construye a partir de la de Bachelard y sus propias preocupaciones tericas sobre el papel de la imagen y la imaginacin en el desarrollo de la mayor parte del arte contemporneo, as como en su historia, pues est convencida de que la historia del arte contem-porneo puede ser presentada, mediante la adecuada exposicin de esta relacin, como una potica de la imaginacin.

    Con un espritu semejante, Iliana Godoy construye un acerca-miento a la filosofa de Mara Noel Lapoujade conectando los diversos intereses que sta muestra en su obra por el budismo zen, la potica de Bachelard, con el arte en general y con la poesa en particular. Adems, parte de que no se puede plantear una potica de la poesa, sino del pensamiento potico, ya sea que se trate finalmente de un pensamiento filosfico, de un pensamiento cientfico, un pensamien-to mtico o un pensamiento mgico. Con esto en mente, Iliana Godoy valora el modo como Lapoujade hace de la imagen potica bachelar-diana una herramienta filosfica para transitar entre los sueos y las realidades, entre las realidades actuales y las realidades utpicas, entre las imaginaciones del mundo y las imaginaciones de la intimidad.

    Mara Dolores Almazn, jugando con los contenidos simblicos del nmero siete de la tradicin judeocristiana, hace homenaje a una vida setenta veces plena, llena, satisfecha, suficiente. Y con esto trata de hacer evidente cmo es que la obra de la filsofa, as como su vida, es una herencia para todas las naciones, una profesin de ab-soluta generosidad, el manifiesto filosfico de una vida compartida en sus plenitudes. Para explicar esto, teje una red centrando su com-

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    prensin de la filosofa de la imaginacin en tanto que una filoso-fa del asombro que provoca a los sentidos, a los sentimientos, a las emociones, a las reflexiones y, lo que es ms importante, a la creacin de nuevas imgenes. Tambin enfatiza el carcter ontolgico de la imaginacin y nos explica la manera como Mara Noel reescribe la historia de la filosofa en clave imaginstica para hacer evidente la imbricacin de la epistemologa y la potica.

    Esta seccin la cierra el texto de Celina A. Lrtora Mendoza, quien resalta el carcter epistemolgico de la filosofa de la imagi-nacin y trata de exhibirlo con el mayor apego a la complejidad de la imaginacin que proviene segn la exposicin de la misma Mara Noel del carcter primordial, originario y arquetpico de las imgenes poticas y onricas. Su intencin no slo es identificar todo esto con las ideas de Ren Gunon, Mircea Eliade y Sigmund Freud. Va ms all y trata de esbozar algunas hiptesis acerca de la manera como estas imgenes primordiales, de hecho, han sido determinantes para la construccin de un conocimiento cientfico y as poder explicar la importancia de la filosofa de Bachelard, en primera instancia, y de Lapoujade, en ltima instancia.

    La ltima seccin del libro, Testimonios e impulsos de vida, rene algunos textos breves, pues sus autores, compaeros y amigos entraables de Mara Noel, queran ofrecer un testimonio de vida. Su grandeza e importancia, sin embargo, radica precisamente en el modo como estos amigos logran su cometido, ya que nos ofrecen breves escenas de la mujer y sus pasiones, de sus preocupaciones cotidianas, de sus ms sentidos compromisos acadmicos, dejando claro de este modo en qu consiste la experiencia de compartir una vida y los entusiasmos con una filsofa de tiempo completo.

    Tal es el caso del testimonio de Nicole Ooms compartiendo postales y escenas de una vida compartida, de unos viajes entre escri-

  • 20 Presentacin

    turas y correspondencias, de unos encuentros y desencuentros, de citas y plantones, y deseos de verse o de volverse a encontrar, de no-ticias felices y tristes desconsuelos. Y as, entre relatos inconexos que tejieron una amistad inquebrantable, Nicole Ooms hace el cuento de la vida detrs de los libros, los grados y los proyectos acadmicos.

    Por su parte, Natalia del Moral empieza su texto recordndonos que la filosofa de Mara Noel es en s misma un testimonio de vida para la vida, y que conducir de este modo el pensamiento filosfico es un modo de ponerse en movimiento, de activar el trnsito del pensamiento, la circulacin de las ideas y las imaginaciones.

    En el texto de Pedro Joel Reyes, en medio de ancdotas sobre su trabajo como coordinadora de la Licenciatura en Filosofa, deja al descubierto diversos aspectos de su vida acadmica como pro-fesora frente a la enseanza de la filosofa, frente a los cambios del plan de estudios de la carrera, frente a los cambios del programa de un curso obligatorio en el que se terminara sesgando la lectura de un filsofo importantsimo para ella como Kant. Pero tambin deja al descubierto algo sobre las adversidades que todo profesor univer-sitario tiene que superar para preservar las pasiones de su vida inte-lectual en medio de los asedios cotidianos que suele oponer la vida institucional, con la peculiaridad agregada por Mara Noel de estar permanentemente atravesada en la vida por unas lecturas filosficas que, a su vez, tambin estn atravesadas por su vida, en los pequeos detalles, como mtodo de lectura y de apropiacin.

    De un modo semejante, Alberto Cabaas, a travs de un dilogo epistolar, busca dar constancia de amor y agradecimiento, al tiempo en que construye un importante testimonio sobre la cotidianidad de lo filosfico en la vida de Mara Noel Lapoujade, la profesora universitaria y la maestra de vida, la artfice de mgicas ensoaciones propias y ajenas, poderosa alquimista que transforma todas las natu-

  • ernesto Priani saiso 21

    ralezas que toca con su mano y su voz, mientras intenta resolver las complicaciones en que derivan las lecturas que ella misma entre-teje con singular alegra y esperanza.

    Giuliana dal Piaz elabora su propio testimonio tomando como motivo esta fuerza alqumica que se despliega cuando, con su pasin, Mara Noel poda tocar la vida de otros. Despus de haber convivi-do largos aos con ella como vecinas, compartiendo los quehaceres maternales y las delicias de la vida cotidiana, describi cmo la fi-lsofa no slo lo es como profesora o como autora, sino tambin en todo momento, especialmente por ser capaz de compartir las ideas filosficas como bienes para la vida sin ms mediacin que el propio entusiasmo y el propio encantamiento.

    Francisco Galn habla tambin de esa otra filosofa con la que uno se encuentra al leer o escuchar a Mara Noel; y aunque no nos la presenta como parte de la vida civil, s nos la descubre como una filosofa viva, cotidiana, siempre vital y creadora en la persona y la amiga, en la colega y en la cmplice. Su testimonio, ms que hacer un recuento terico o una valoracin acadmica, busca y encuentra en los diversos recorridos tericos de Mara Noel la filosofa de la imaginacin que nos ha ofrecido como esa otra filosofa que cual-quiera puede encontrar para s para la invencin de s mismo en todo momento.

    Francisco Viesca destaca de otra manera la utilidad y las virtudes de esta otra filosofa, de su profundidad esttica y especialmente musical. La exhibe como un rico conjunto de bienes de vida para enfrentar las crisis personales y las crisis de la humanidad: las humanis-tas y las humanitarias. l encuentra en la filosofa de la imaginacin de su amiga el alimento para desarrollar un poderoso humanismo, un humanismo csmico que adems l entrecruza con algunas reflexio-nes sobre la msica y el lenguaje para exponer la manera como l

  • 22 Presentacin

    se imagina el sentido musical del nexo simblico-afectivo que une el mundo interior con el mundo exterior.

    Amalia Lejavitzer tambin destaca, aunque por otras razones, el sentido musical de Mara Noel, la filsofa, la cocinera, la jardinera, la madre. Su texto, adems de ser toda una declaracin de amor y profunda admiracin, es el ms ntimo testimonio sobre el jardn interior que la filsofa ha creado para poder pensar y habitar el pensamiento. El pequeo cuento de los das, de la casa, de los cui-dados, no deja de ser la historia viva de unas meditaciones filosficas incesantes; de unas lecturas que se desbordan hasta invadir toda la vida y la vida de todos los que la rodean; de unas enseanzas siempre fragundose como una conspiracin amorosa; de unas pasiones ar-tsticas que se renuevan permanentemente, enriqueciendo potica-mente la experiencia esttica y espiritual de la vida.

    Las palabras de Claudia Lucotti ponen en escena cmo fue que ese jardn interior de Mara Noel logr hacerse un jardn universi-tario entre mitos y ancdotas, que lo mismo dan cuenta de la gene-rosidad y amabilidad con que decidi habitar los ms diversos espa-cios universitarios, que de su abundancia imaginaria con la que siempre ha querido habitar la vida y de la cual resulta imposible no terminar avecinndose. Puntualiza con algn detalle la importancia de esos mapas mentales con los que Mara Noel se mueve en la vida y con los que habita y ayuda a habitar las pasiones intelectuales de propios y extraos. Y en ese marco ofrece un agradecimiento por el impulso que la filsofa le ha dado, desde la filosofa de la imagi-nacin, al estudio de las letras y las literaturas modernas.

    Itala Schmelz hace algo semejante, pero como alumna y como curadora. Su testimonio ejemplifica la naturalidad y el rigor con que Mara Noel cumple su trabajo de formacin universitaria mientras construye complicidades con las que ha alimentado el entusiasmo

  • ernesto Priani saiso 23

    de muchos para abrir todo tipo de nuevos derroteros, de brechas por andar, de espacios para ser habitados. Nos aclara cmo es que su m-petu, acompaado siempre de una gran exigencia, se convierte en generosidad desbordante y frtil.

    Y finalmente, el texto de Raymundo Morado nos entrega un hermoso testimonio sobre la manera como Mara Noel Lapuojade se ha convertido en espacio comn, en espacio de integracin y solucin a falsas dicotomas. Sus palabras nos ofrecen un estimulante recorrido entre todas las ponencias que dieron forma al Homenaje, al Convivio, a la Celebracin. Y las atraviesa con esplndidas consi-deraciones sobre la vida, la obra, la enseanza, el amplio y merecido reconocimiento de quienes se dieron encuentro para mostrar el cuerpo vivo de esa gran reunin que es ella misma, mostrando cmo en ello consiste y ha consistido el impulso filosfico e imaginario de una vida. Con cada apartado, Raymundo Morado nos ofrece un perfil de la filsofa y de la comunidad que ella ha ayudado a con-formar y que la constituye.

  • Discursos inaugurales

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    Mara Noel Lapoujade y su filosofa de la imaginacin

    Juliana Gonzlez ValenzuelaFacultad de Filosofa y Letras, Unam

    A lo largo de la obra de Mara Noel, uno se encuentra con un alma habitada por una cantidad enorme de poetas, de pensadores, de al-quimistas y de sabios orientales. Todos ellos son autores integrados a la propia vida de Mara Noel, de modo que los textos de Baude-laire o de Giordano Bruno, entre otros, forman parte de su propio movimiento intelectual y vital. Por eso, tengo que agradecer el gusto de poder esbozar algunas ideas acerca de la obra de Mara Noel en este homenaje a su trayectoria acadmica e intelectual, despus de algunos lustros de conocerla y valorarla en su justa dimensin.

    Comenzar aludiendo al libro Dilogo con Gaston Bachelard acerca de la potica, de Mara Noel Lapoujade, pues en un sentido general esa obra es, a mi juicio, realmente importante y de gran vala dentro de la produccin literaria de nuestro mundo hispano, y con especial nfasis lo son el Prlogo y la Presentacin que Mara Noel hace de Bachelard. Es un hecho que, en nuestra comunidad, Mara Noel se encuentra entre los especialistas y amantes de la obra de este im-portante filsofo, de quien ella sabe muy bien que puede ser tanto

  • 28 mara noel laPoUjade y sU filosofa de la imaginacin

    un verdadero espritu cientfico, racional y defensor de la ciencia, como un defensor de la imaginacin, de la poesa y del arte.

    Cuando Mara Noel escribe este libro se queda con el lado artstico de Bachelard, con aquella rotunda y contundente frase: el mundo es bello antes de ser verdadero, el mundo es admira-do antes de ser verificado,1 que yo creo es el lema de toda la obra y la vida de Mara Noel. Sin embargo, si recordamos a los griegos, yo no estara segura de ese antes que se men-ciona en la frase de Bachelard. Ms bien, considero que habra que pensar en la simultaneidad a partir de una enseanza ms de los griegos: el bello-bueno. A partir de esta enseanza no se puede pensar lo bello sin lo bueno, y en ello est implcito lo verdadero. Es cierto que para nosotros, hijos de un racionalismo que ya lleg a su fin, el mundo es bello antes de ser verdadero, y con mayor nfasis lo es la segunda parte de la cita: el mundo es admirado antes de ser verificado, pues la verificacin le qui-ta el misterio al mundo y su dimensin de profundidad.

    Destaco tambin el libro Filosofa de la imaginacin, cuya lectura no es fcil debido a la complejidad de su estructura y de su desarrollo temtico, pero que, a mi modo de ver, en este caso la conjuncin de forma y contenido ha sido muy bien lograda.

    La imaginacin es para Mara Noel el fenmeno humano esen-cial, la suprema facultad. En este gran tema hace referencia a dife-rentes autores, desde Herclito y Platn. Acaso, tratndose del Ban-quete y el Fedro platnicos, faltara la referencia, a mi modo de ver fundamental, de los extraordinarios significados de los mitos del Banquete y del carruaje alado del Fedro. Con lo cual invitara a Mara

    1 Gaston Bachelard (Lair et les songes . Essai sur limagination du mouvement, p. 216), apud Mara Noel Lapoujade, Dilogo con Gaston Bachelard acerca de la potica, p. 23.

  • jUliana gonzlez valenzUela 29

    Noel a que encontrara en ellos un alimento espiritual ms para enriquecer su visin de la imaginacin.

    Su idea de la imaginacin es contraria a la oscuridad del escp-tico. Contraria a la idea de ver en nuestro mundo, en nuestro tiem-po, la muerte de Dios, refirindome a Nietzsche y a las tenden-cias filosficas que rompen con los formalismos y con toda la grandeza del racionalismo occidental en toda su historia, pero que se quedan en un estado vital de oscuridad y desesperanza. Fren-te a esto, Mara Noel asume la crisis tanto de la metafsica como de los racionalismos y se suma a quienes habrn de asumir los va-lores de la imaginacin. Pero de la imaginacin como una totalidad, es decir, la imaginacin no slo como la facultad para hacer arte, sino como la facultad que se proyecta en todas direcciones, que est en todo y que tiene una importancia decisiva para pensar, para sentir, para creer, para juzgar, para soar, para dormir, para morir, para todo. Lo cual no significa que no siga habiendo en ella una constante preocupacin por la lgica.

    Para Mara Noel, una de las notas distintivas de la imaginacin, que me parece realmente muy bien pensada y lograda, es su capaci-dad dialctica, es decir, la posibilidad de que sea sta la que pueda reunir a los contrarios. En este punto Mara Noel tambin destaca, con acierto, que la capacidad dialctica no slo es armona de con-trarios, que la armona, esencialmente la heraclitiana, nunca implica algo as como la paz de los sepulcros. Harmonia en el contexto de Herclito es lucha y acuerdo, es conflicto y tensin, a la vez que paz y reunin. Por eso remite a la metfora del arco y la lira como aco-ple de tensiones, eso es armona. De ah que ella matice las diversas formas en que los contrarios pueden gestar una armona dialctica, ya sea diacrnica o sincrnica, o bien cuando no cabe la posibilidad de armona.

  • 30 mara noel laPoUjade y sU filosofa de la imaginacin

    En sentido ntimo, la imaginacin es como si desde un centro nico,

    como si desde un centro nico arrojase innmeras lneas hacia la an-

    chura de la circunferencia, saliendo de all como de una raz comn a

    la que como a su raz comn, vuelven. Esto, es decir, el espritu imagi-

    nativo reclama ser el vehculo primero del alma, trmino medio entre

    lo temporal y lo eterno, por el que, sobre todo, vivimos2

    En ese pasaje de Bruno, Mara Noel se afirma a s misma al igual que se confirma en Novalis, cuya idea no s si es cita o es la voz misma de Mara Noel:

    La imaginacin es ese sentido admirable que puede hacer las veces de

    todos los otros sentidos y se pone a la disposicin de nuestra voluntad.

    Cuando nuestros sentidos exteriores parecen estar sometidos com-

    pletamente a leyes mecnicas, la imaginacin, al contrario, no est visi-

    blemente subordinada a la presencia o a la aparicin de excitaciones

    exteriores. El bien ms grande reside en la imaginacin.3

    Ahora bien, hablar de imaginacin es hablar de libertad. Por eso la cuestin se acerca a la relacin de la tica con la esttica. Dnde termina la tica y dnde empieza la esttica? Dnde se acab la esttica? Mara Noel en este punto se atreve a usar un lenguaje hei-deggeriano conjugando Bos: la bio-tico-esttica, manejando el tema desde la biotica y el tema de la salud. Pienso que en muchos sentidos la visin tica de Mara Noel cumple con el adjetivo de solar, luminosa. Aunque tambin encuentro interesante que, en

    2 Giordano Bruno (De Imaginum, cap. xiv), apud M.N. Lapoujade, Filosofa de la imaginacin, p. 41.

    3 Novalis (Cuadernos de Freiberg, pp. 63-64), apud M.N. Lapoujade, Filosofa de la imaginacin, p. 196.

  • jUliana gonzlez valenzUela 31

    otros momentos, Mara Noel considera la tica por el lado de la transgresin, como la facultad imaginativa de transgredir. Para Ma-ra Noel la transgresin est en todas las facultades de la imagina-cin, slo que no llega a precisar qu es lo que se transgrede real-mente en tica. A mi modo de ver, la primera transgresin en tica es la que se hace al pasar del ego-centrismo a la facultad de ver al otro y ver por el otro. Este es el verdadero salto de la tica, porque el altruismo no es una moral, no es una norma, sino un episodio del crecimiento humano, de la capacidad que podemos tener de transgredirnos a nosotros mismos, es decir, de salir de la cpsula cerrada del ego propio para poder ver al otro, sin que ello signifique la prdida del yo. En este salto es justo cuando se produce la dialc-tica del yo y el t.

    La hermenutica que hace de Kant, en este punto, me parece crucial, pues realiza una especie de conversin del filsofo alemn, dejando atrs al filsofo formalista, de la razn pura, y lo trae al mundo real. Sobre este tema se confronta con Victoria Camps y su Imaginacin tica, donde ella da una visin en cierta forma pesimista, o escptica. De cualquier forma, a m me parece sugerente la inter-pretacin original que ella propone de un Kant encarnado, ha-ciendo una lectura original del imperativo categrico, del ver al otro en su propia humanidad como un fin en s mismo. Mara Noel muestra otra manera de ver a Kant que es importante, vale la pena leerlo con sus ojos.

    Por otro lado, est tambin la vuelta a una referencia de Eco respecto del zen budismo:

    En el lenguaje contemporneo han hecho aparicin nuevas categoras:

    ambigedad, inseguridad, posibilidad, probabilidad [] todos estos ele-

    mentos de la cultura contempornea estn unificados por un estado de

  • 32 mara noel laPoUjade y sU filosofa de la imaginacin

    nimo fundamental: la conciencia que el universo ordenado e inmuta-

    ble de un tiempo, en el mundo contemporneo representa a lo sumo

    una nostalgia, pero no ya el nuestro [] De pronto, alguien ha encon-

    trado el Zen [] esta doctrina vena a ensear que el universo, el todo,

    es mutable, indefinible, fugaz, paradjico: que el orden de los aconteci-

    mientos es una ilusin de nuestra inteligencia esclerotizante, que todo

    intento de definirlo y fijarlo en leyes est abocado al fracaso Pero que

    precisamente en la plena conciencia y en la aceptacin gozosa de esta

    condicin est la mxima sabidura, la iluminacin definitiva; y que la

    crisis eterna del hombre no surge porque ste debe definir el mundo y

    no lo logra, sino porque quiere definirlo cuando no debe hacerlo.4

    Y para terminar, quisiera citar a la propia Mara Noel, quien dice:

    es hora ya de recuperar la filosofa de las herejas, las heterodoxias,

    y recordar que tambin se puede salir al mundo, no slo por la filosofa

    pura, sino por la magia (Bruno); no slo por el ensayo, sino por la uto-

    pa (Platn, Campanela, Moro, Bacon) [...] no slo por el pensamien-

    to discursivo, sino por la irona o el humor, no slo por la razn seca

    (como le gustaba decir a Bacon), sino por el sentimiento desbordado

    (Novalis, Hlderlin) [...] no slo por la conciencia, sino por lo incons-

    ciente (Freud); no slo por la vigilia, sino por el sueo (Bretn, entre

    otros ms), o por el ensueo (Bachelard); no slo por la frigidez morte-

    cina de la lgica, sino por la opulencia instintiva, avasallante (Nietzsche)

    [] no slo por la razn transparente, sino por la imaginacin turbia;

    no slo por la simplicidad unvoca de la idea clara y distinta, sino por

    4 Umberto Eco (Obra abierta, p. 254), apud M.N. Lapoujade, Filosofa de la ima-ginacin, p. 105.

  • jUliana gonzlez valenzUela 33

    la complejidad, la hbil, polivalente y ambigua de la imagen [] La

    historia diurna de la filosofa debe salvar su noche. Es tiempo de soltar

    las amarras a la imaginacin.5

    Mara Noel Lapoujade sabe vivir la plenitud de la noche, el goce de la noche, pero no deja de ser ante todo un ser diurno. Leerla nos da luces.

    5 M.N. Lapoujade, Filosofa de la imaginacin, pp. 255-256.

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    En busca del pensamiento filosfico de Mara Noel Lapoujade

    Peggy von Mayer ChavesUniversidad de Costa Rica

    Agradezco profundamente al doctor Ernesto Priani Sais, Secreta-rio Acadmico, al maestro Jos David Becerra Islas, Secretario de Extensin Acadmica, y al doctor Gerardo de la Fuente Lora, Coor-dinador del Colegio de Filosofa, por haberme hecho el gran honor de invitarme a participar en este magno evento acadmico, como es el merecido homenaje a mi querida amiga, la doctora Mara Noel Lapoujade.

    Una parte esencial de toda universidad la constituye su cuerpo de profesores, quienes son los que marcan la pauta de su excelencia acadmica, de sus logros y alcances, de su proyeccin en la ciencia, la sociedad y la cultura. Puesto que la Unam se caracteriza por con-tar con un prestigioso personal acadmico de primersimo nivel, con altos estndares de excelencia, sobresalir entre tan distinguido grupo de profesores no es tarea sencilla, pues requiere de un nivel de com-petencia acadmica, intelectual y profesional extraordinario, que exige una entrega total a la alma mater. Tal es el caso de Mara Noel Lapoujade. Deseo comenzar mi disertacin con una frase de la

  • 36 en bUsca del Pensamiento filosfico

    doctora Lapoujade: La existencia autntica es aquella que dice s a la vida. Es aquella del gozo pleno, abierto a la inmensidad. La del gozo de estar vivo.1

    Si dijramos que los campos epistemolgicos a los que se ha dedicado la doctora Lapoujade son la esttica, la filosofa kantiana y la filosofa de la imaginacin estaramos diciendo una verdad a medias, pues estaramos dejando de lado su extensa formacin humanstica, que abarca la msica, la pintura, la escultura, la poesa, la mitologa, la mstica oriental y occidental y un largo etctera de cuyo dominio dan fe las abundantes y eruditas acotaciones de sus escritos. De ah que su mbito de intereses resulte en gran medida transdisciplinario, lo cual implica que es necesariamente dialctico. Recorrer la com-plejidad del pensamiento filosfico de Mara Noel Lapoujade requiere de un lector atento y sensible, preferiblemente dispuesto a completar su lectura dejndose llevar por los laberintos intelectuales a los que la pensadora lo conduce, puesto que el despliegue de sus ideas va trazando constantemente nuevos caminos de reflexin, nuevos hori-zontes interpretativos. Dentro de su rigurosidad epistemolgica, su visin multidimensional nos va planteando nuevos juegos concep-tuales, paradigmas sucesivos, universos imaginarios, retricos y est-ticos de gran riqueza hermenutica, con frecuencia conducentes a una necesaria revisin de nuestra propia estructura de pensamiento.

    En 1988 Mara Noel Lapoujade publica una de las contribucio-nes ms oportunas de la filosofa contempornea, la Filosofa de la imaginacin, obra imprescindible para quienes deseen adentrarse en la nocin de imaginacin desde sus inicios. La autora hace un reco-rrido histrico-sistemtico de variadas concepciones filosficas de Occidente que abordan el tema de la imaginacin, haciendo nfasis

    1 M.N. Lapoujade, La imaginacin esttica en la mirada de Vermeer, p. 141.

  • Peggy von mayer chaves 37

    en dos grandes pilares: Platn y Kant, pasando por Aristteles, Santo Toms, Giordano Bruno, Bacon, Descartes, Locke, Hume, Nietzsche y muchos ms.

    Espigando algunos ejemplos, vemos cmo explora uno de los aspectos fundamentales del pensamiento de Platn en lo que res-pecta al papel del ojo y la mirada, la visin en cuanto posibilitadora de figurar, con-figurar, esto es, la capacidad de ver las imgenes de las cosas (eikonos) que se pueden conocer mediante el pensamiento discursivo, pero que expresan una forma (Eidos), lo Real, lo visto, que se aprehende por el proceso de intuicin, nociones que Platn recoge en la Teora de las ideas.

    De Santo Toms, Lapoujade enfatiza la definicin de la imagi-nacin como funcin mediadora entre la sensibilidad y el entendi-miento, una proposicin que la filsofa sostiene explcitamente.

    De Giordano Bruno le interesa la idea de que la imaginacin ejerce vnculos temporales que entretejen la trama de la identidad diversa de la subjetividad, idea que refuerza la proposicin de La-poujade en cuanto considera que la imaginacin es una funcin intencional, sinttica y temporal. Agrega que la imaginacin es tam-bin una funcin utpica que permite trascender el tiempo.

    Interpretando a Bacon, quien seala el papel mediador de la ima-ginacin entre voluntad y razn, y a Kant, Lapoujade formula la siguiente proposicin bsica: La imaginacin desempea un papel mediador entre funciones: percepto-concepto; razn-voluntad. Pero de aqu no ha de inferirse su papel subordinado, sino que en determi-nados momentos su actividad puede ser la dominante del psiquismo.2

    Mediante un anlisis riguroso y puntual del pensamiento de Kant que tan bien conoce, Lapoujade seala cmo define la funcin

    2 M.N. Lapoujade, Filosofa de la imaginacin, p. 50.

  • 38 en bUsca del Pensamiento filosfico

    creadora, mediadora y sinttica de la imaginacin respecto de todo lo pensable, hasta llegar a la imaginacin trascendental.

    El lcido anlisis que la autora hace de los planteamientos de Kant sobre razn e imaginacin, como culminacin del riguroso anlisis diacrnico comparativo, aunado al profundo conocimien-to del pensamiento kantiano, le permiten distinguir tanto las rup-turas y los desgarramientos como las omisiones y los aciertos res-pecto de algunas de sus concepciones. Seala la filosofa crtica de Kant como un momento de crisis de la razn en la filosofa mo-derna, e incluso llega a complementar el pensamiento del maestro a partir del claro entendimiento de su obra, enriquecindolo con sus propias concepciones sobre la filosofa de la imaginacin.

    Sincrnicamente, aborda el tema de la imaginacin desde una perspectiva pre-terica y luego terica a partir de lo real y lo fan-tstico, empleando el mtodo fenomenolgico, con el propsito de describir en qu forma participa la imaginacin en la relacin sujeto-objeto. Despus de examinar entre otros a Sartre, Coleridge y Todo-rov, concluye que sus perspectivas resultan insuficientes, de modo que establece sus propios criterios sobre la relacin imaginacin-fantasa.

    As, en contraste con la relacin del sujeto con el mundo natu-ral-social, en el cual la imaginacin todava trabaja con respecto a una realidad dada, que caleidoscpicamente reordena, re-estructura, re-crea,3 Lapoujade observa que:

    El mundo fantstico ofrece otra alternativa en cuanto es el mundo creado

    por el solo poder humano . En la fantasa dice el hombre puede llegar

    a sentirse todopoderoso, omnisciente, con una voluntad sin lmites, con abso-

    luta libertad: se convierte en el Dios de su mundo fantstico. Y si deja

    3 Ibid ., p. 139.

  • Peggy von mayer chaves 39

    misterios sern misterios voluntarios. El hombre juega a ser dios en ese

    mundo de artificio . De ah el sentimiento de goce esttico que su poder de creacin

    le brinda, porque el mundo fantstico es el mundo como artificio y ello

    no es sino el mundo como obra de arte.4

    As pues, sus reflexiones sobre la imaginacin y la fantasa con-ducen a una nocin ontolgica en tanto afirma que es en los pro-cesos de creacin fantstica ms deliberada en donde el hombre busca plasmar voluntariamente su poder creador ms libre. La bs-queda deliberada de la creacin fantstica expresa un mbito de autoafirmacin del hombre a travs de una imaginacin desbordada.5

    En Horizontes establece los distintos mbitos en que la ima-ginacin interviene como una va de reflexin filosfica. Para esto se sirve del pensamiento de Kant, Fichte, Novalis, Schiller, Hegel, Freud, Marcuse y Lacan. As pues, aborda la herencia ms profunda del pensamiento esttico del idealismo alemn, algunas intuiciones acertadas de la esttica fenomenolgica, aspectos que acercan sus ideas a ciertas tesis de Nietzsche y a las corrientes psicolgicas.

    Entiende la imaginacin como una funcin dialctica, que funge como instrumento para penetrar en la tica, la esttica, la epistemo-loga y la ontologa.

    Desde la perspectiva psicolgica, afirma que la imaginacin con-tribuye a poner los lmites del yo, pero tambin a transgredirlos. En este juego dialctico entre el yo y el no-yo, muestra la autora su ca-pacidad de sntesis y asimilacin, como cuando dice: En condiciones normales, el conocimiento ms seguro y establecido parece ser el del propio yo, que se nos aparece como indubitable (Descartes), condicin

    4 Ibid ., pp. 146-147.5 Ibid ., p. 179.

  • 40 en bUsca del Pensamiento filosfico

    de posibilidad de todo conocimiento de entidades no-yoicas (sujeto trascendental kantiano); independiente (absolutamente puesto: Fichte), unitario, originario, bien demarcado ante todo lo que no es yo.6

    En ese sentido, Freud reconoce la mutabilidad e imposibilidad de lmites del yo con el no-yo, que se extiende en el plano de lo inconsciente o ello.

    Ante la imaginacin como un acto ilgico como lo incons-ciente de Freud o como la ensoacin de Bachelard, Mara Noel propone una concepcin de imaginacin dialctica: por una parte, el posible trabajo ilgico de la imaginacin, pero por otra, una lgi-ca de la imaginacin, puesto que no opera azarosa o arbitrariamente, sino que manifiesta o expresa una lgica interna propia, que le es inherente.

    As como afirma que Kant tuvo ante sus ojos el procedimiento dialctico [] que no supo culminar,7 tambin va ms all de Andr Bretn cuando ste afirma en su anlisis de los sueos que la vigilia es un fenmeno de interferencia del sueo.8 En contraste, Lapoujade considera que los procesos de vigilia estn ms adheridos a la realidad exterior y, en consecuencia, resultan ms limitativos en lo que a la libertad mental del sujeto se refieren,9 en tanto que las imgenes del sueo no guardan un ritmo constante y pueden alterar el contexto espacial y temporal.

    Completa a Lacan, quien afirma que el hombre deviene hu-mano cuando simboliza,10 la doctora Lapoujade aclara: el hombre

    6 Ibid ., p. 168. 7 Ibid ., p. 172. 8 Cf . ibid ., p. 178. 9 Idem .10 J. Lacan (El seminario, vol. I, Zeitlich Entwickelungs-geschichte, p. 235), apud

    M.N. Lapoujade, Filosofa de la imaginacin, p. 193.

  • Peggy von mayer chaves 41

    simboliza cuando y porque imagina,11 y concluye que el hombre de-viene humano cuando imagina.12 De lo cual deduce el trmino homo imaginans, el hombre imaginante, reconociendo as a la imaginacin como un componente de la psique que participa como una cons-tante en la actividad humana.

    Destaca, asimismo, los nexos entre imaginacin y razn, cola-borando en procesos epistmicos. Ms an, como catalizadora de la razn, afirma que: Las relaciones imaginacin-razn admiten desde la subordinacin de la imaginacin a la razn, hasta inversamente la elevacin de la imaginacin a funcin dominante, anticipando as a la razn, que en este caso procede a la reflexin de las propuestas de la imaginacin.13

    En este sentido, me parece que completa y aun desborda las concepciones kantianas sobre la razn y lo sublime, y puede ser una afirmacin absolutamente vlida para explicar los procesos de la imaginacin creadora y, naturalmente, estticos.

    Adems, si tomamos en consideracin que Lapoujade asevera que la imaginacin acta transfigurando y transgrediendo, y que una de sus funciones esenciales consiste en figurar, esto es, crear imgenes, que adems estn regidas por un orden muy variable, que puede ser normal o patolgico, consciente o inconsciente, volunta-rio o no, creativo o redundante; puede colaborar con la invencin y el descubrimiento o proponer ficciones,14 podemos interpretar que en estas tesis se va sustentando tambin una fenomenologa esttica que la autora desarrolla y aplica en sus interpretaciones sobre arte: Si el cogitatum es una imagen, ella es puesta inmediatamente en un

    11 Ibid ., p. 193.12 Idem .13 Ibid ., p. 243.14 Ibid ., p. 246.

  • 42 en bUsca del Pensamiento filosfico

    sentido: en que la imagen emerge de y en el acto intencional imagi-nativo como tal. No requiere un objeto presente, ni actual, ni exis-tente, ni real. La imaginacin en su actividad intencional recorta su referente figurativamente en imagen.15 Y agrega que en la actividad de la imaginacin, el sujeto ejerce su libertad para darse el objeto, que puede estar ms o menos prximo a lo real, reproducirlo, recrearlo o entrar de lleno en la ficcin (mundos ficticios).16

    Como es propio del arte, la imaginacin transgrede lo real, el espacio y el tiempo, lo material, lo biolgico, lo psquico, lo subje-tivo y lo objetivo, y sustituye una cosa por otra.17 Afirma que: La ambigedad se torna ms manifiesta en los procesos complejos de simbolizacin y, entre ellos, aquellos en que el sujeto plasma la ma-yor libertad de creacin posible de smbolos, en que los vnculos y las analogas pueden construirse con mayor arbitrariedad (por ejem-plo, la poesa);18 y, agregaramos, del arte en general.

    Todo ello lo desarrolla Mara Noel en el marco de una estruc-tura categorial de la imaginacin. Cada vez nos va haciendo ms evidente que el mbito de la esttica y del arte no se limita a ser una parte ms de la imaginacin, sino que constituye un componente importante de la misma. Mi impresin es que su teora esttica se halla desperdigada a lo largo de las diversas obras y artculos que componen su extensa produccin, dentro de los cuales cobra sen-tido y significacin, pues desembocan, en ltima instancia, en el do-minio esttico.

    Nos parece conveniente poner de relieve el importante papel que desempea el arte o la creatividad artstica en el conjunto de la

    15 Ibid ., p. 247.16 Ibid ., pp. 249-250.17 Cf . ibid ., p. 251.18 Ibid ., p. 252.

  • Peggy von mayer chaves 43

    obra de Mara Noel Lapoujade, ya que mediante los procesos ima-ginativos nos ofrece una prueba del papel creador que juega el hom-bre en el mundo real. Completamos este punto siguiendo la estruc-tura categorial que presenta la imaginacin en la obra, en la que se establece la estrecha relacin entre la experiencia imaginante y el concepto de lo racional y lo irracional, conciencia e inconsciencia, entendimiento y sentimiento, entre otras. Observamos que la ima-ginacin facilita al espritu la penetracin en un sector de la psique que queda fuera del alcance del pensamiento conceptual discursivo. En otras palabras, la imaginacin permite al ser humano participar en el mbito metafsico.

    Propone una nocin del objeto esttico basada en la categora de posibilidad o como si, con lo que sienta las bases para conectar arte y utopa.

    Destaca la intervencin de la imaginacin como generadora de la creatividad humana, en donde nos presenta a la imaginacin como mediadora entre el ente real y no real o ideal, y al hombre como el nico mediador entre ambos (creo que Jung avalara con entusiasmo las tesis de la doctora Lapoujade sobre la imaginacin).

    Por todo lo anterior, nos atrevemos a afirmar que, adems de una destacada filsofa de la imaginacin, Mara Noel Lapouja-de es una gran esteta, y que este sector de su filosofa ocupa un lugar importante en su obra.

    Considero que Filosofa de la imaginacin es una obra que marca de manera significativa el acontecer reflexivo de nuestro tiempo, en vnculo permanente con las grandes lneas de desarrollo que van des-de la filosofa antigua hasta la contempornea, como son el existencia-lismo, el estructuralismo, el psicoanlisis y la fenomenologa, culminan-do en la estructuracin de una particular manera de comprender la imaginacin como una funcin esencial del ser humano, en quien

  • 44 en bUsca del Pensamiento filosfico

    juega un rol preponderante en la permanente bsqueda del sentido. Una marcada vocacin humanista y ontolgica recorre, sin duda, su obra de principio a fin, sin que por ello queden excluidos otros hori-zontes reflexivos que a primera vista parecen estar un poco ms aleja-dos de su quehacer, como pueden ser la mstica y la metafsica.

    Desde esta obra inicial, Mara Noel Lapoujade ha ido modelan-do un pensamiento abierto a mltiples experiencias, caracterizado por un fecundo dilogo con pensadores modernos y contempor-neos, artistas, fenmenos sociales, atmosfricos, estticos, etctera. Prueba de ello es su libro La imaginacin esttica en la mirada de Vermeer, en el cual pone en prctica importantes principios de la Filosofa de la imaginacin, como se constata en la siguiente cita:

    La imaginacin realiza una suerte de arte combinatoria sin lmites pre-fijados,

    abierta, resultante de procesos de fusin a travs de los que logra borrar lmi-

    tes . La imaginacin propone amalgamas entre objetos, situaciones, procesos o ideas;

    en el lenguaje de Bruno: es una capacidad ilimitada de encontrar vncu-

    los, de trazar nexos, de borrar distancias . Fusionar, amalgamar, vincular, fun-

    dir lo real caracteriza su actividad .19

    Buscando esos nexos, aplicando una nocin de objeto esttico basada en la categora de posibilidad o como si, analizando la funcin de la imaginacin como mediadora entre el ente real y no-real o ideal, Mara Noel Lapoujade hace un anlisis de la pintura de Vermeer que parte, primero que nada, de una nocin muy particu-lar de pintura, que involucra la filosofa y la esttica: La pintura es el derramarse de un misterio en figuras, colores y ritmos, en cuyo tor-bellino arrastra otro misterio a una vivencia que sacude, cuestiona,

    19 Ibid ., p. 165.

  • Peggy von mayer chaves 45

    muestra y oculta otra intimidad, desde ella interpelada.20 Ese miste-rio expectante que es la pintura solo puede revelarse en el encuentro entre el cuadro y un ser sensible, capaz de contemplar, de imaginar y de filosofar para penetrar el sentido.

    Desde sus perspectivas bsicas: la teora de la imaginacin est-tica, la geometra y la ptica, nos recuerda que los principios estruc-turales de la pintura perspectiva, movimiento, proporcin, color, luz, ritmo se construyen en una sucesin de puntos, impresiones y expresiones geomtricas que van constituyendo la lnea y la su-perficie. Pero a la vez, partiendo del anlisis de la definicin eucli-diana de punto: un punto es aquello que no tiene ninguna parte, Lapoujade analiza su estatus de inextenso, indivisible, simple; esto es, sin partes, porque ha dejado atrs su consistencia sensible;21 concluye que la geometra es imaginaria, por lo tanto todas las dems definiciones euclidianas son para ser imaginadas. Filosofando a partir de la fsica cuntica, afirma que el punto es la imagen de un dinamismo instantneo simple,22 el no-lugar en que se intersectan una geometra esttica o dinmica con la matemtica y la fsica; el no-lugar de entrecruzamiento de espacios, tiempos, fuerzas, mvi-les, vectores, magnitudes, figuras que no son sino las traducciones a diversos universos discursivos de esta imagen fundamental a la vida humana.23 (Pitgoras estara feliz con esta descripcin). La pintura hace que ese punto invisible sea visible, lo vuelve un corpsculo de luz.24 As lo expresa la palabra potica del argen-tino Roberto Jurroz (Poesa Vertical, 23-ix):

    20 M.N. Lapoujade, La imaginacin esttica en la mirada de Vermeer, p. 97.21 Ibid ., p. 109.22 Ibid ., p. 127.23 Ibid ., p. 128.24 Idem .

  • 46 en bUsca del Pensamiento filosfico

    Y todo transcurrir no es ms que un punto,

    quiz un punto extensible o el revs de ese punto,

    porque el tiempo es puntual.

    Un punto que a veces se desliza levemente,

    como una gota de asombro de la luz

    o un inesperado corpsculo de sombra,

    tan slo para justificar algo parecido a un nivel

    en el barmetro casi fijo que mide

    la presin imposible de la vida.

    O tal vez simplemente la presin diagonal de lo imposible.

    Esta reflexin filosfica tan profunda acerca de la pintura de Vermeer es aplicacin prctica y terica del aforismo que la filso-fa acua: La filosofa es pintura, dndole vuelta a otro aforismo de Leonardo da Vinci que dice: La pintura es filosofa. Y lo demuestra no slo con ese anlisis cientfico de la geometra euclidiana, sino que va ms all, haciendo nfasis en el primero de sus fundamentos tericos: La tesis sobre la imaginacin esttica tiene por premisa una concepcin del hombre.25

    Haciendo gala de una coherencia conceptual extraordinaria, y con base en el siguiente pargrafo: La imaginacin es paradjica. La imaginacin que es la funcin figurativa por excelencia, que busca sensibilizar lo que alcanza, transformar y exhibir, exponer configu-rativamente sus objetos; no obstante ejerce esa actividad precisamente para expresar lo no sensible, lo inconsciente, lo metafsico, lo sobre-natural, lo surreal, lo invisible, y aun el misterio.26 Mara Noel

    25 Ibid ., p. 89, nota 53.26 M.N. Lapoujade, La filosofa de la imaginain, p. 253.

  • Peggy von mayer chaves 47

    plantea un pensamiento ontolgico maravilloso que me he permi-tido nombrar como metafsica cuntica:

    La humanidad es un destino posible. Una humanidad constituida por

    infinitos puntos de energa, los individuos desparramados por el mundo;

    arranque de vectores infinitos que lo atraviesan, lo impulsan y, aun, se

    gestan a partir de l. Una infinitud de individuos llamada humanidad,

    en una qumica constante de precipitacin; es decir, recrendose ima-

    ginativamente; as es como pueden aspirar a encaminarse hacia los ho-

    rizontes abiertos de esa su humanidad por hacerse, aproximndose

    indefinidamente por los infinitos recorridos de su naturaleza itinerante.27

    En el anlisis de la pintura de Vermeer, Lapoujade desarrolla varias cualidades de la actividad o fuerza diversificada de la imagi-nacin que se configuran vertindose en imgenes, haciendo pa-tente la verdad, la aletheia o desocultamiento del ente de la obra, que muestra lo que es.

    Al respecto, si la esttica es un quehacer que produce estructu-ras de sentido, Lapoujade no slo devela, descubre la esttica del famoso pintor, sino que ella misma se revela como una esteta en cuanto productora de significados, hermeneuta de smbolos.

    Por sus alcances filosficos, estticos, metafsicos y espirituales, La imaginacin esttica en la mirada de Vermeer debera leerse en reco-gimiento espiritual consigo mismo, para alcanzar esa perla de su espritu, que Mara Noel expresa as: Encontrar la perla en la inti-midad, significa alcanzar el centro recndito de uno mismo, oculto a toda mirada.28

    27 M.N. Lapoujade, La imaginacin esttica en la mirada de Vermeer, p. 88.28 Ibid ., p. 278.

  • 48 en bUsca del Pensamiento filosfico

    Estoy consciente de que mis palabras no reflejan, en absoluto, la verdadera dimensin de la distinguida filsofa de la imaginacin, kantiana, esteta, humanista, ni los alcances de su proyecto vital trans-mutado en la difana entrega de su extraordinaria capacidad inte-lectual, llevada por su vocacin de fruto y de semilla. La doctora Lapoujade es un ejemplo de tenacidad y superacin para todo aquel que aspire a paliar los rigores, obstculos y adversidades de las cir-cunstancias y vivir al servicio de los ms altos ideales. Su fecunda energa educadora, producto de un saber conciliado con un juicio claro y veraz, su generosidad sin lmites para transmitir sus conoci-mientos sin escatimarlos, se han manifestado como fuerzas que ac-tan en la vida histrica transformndose en cultura. Maestra de maestras, ha sealado el camino de varias generaciones intelectuales, comprometidas con la tarea de la formacin filosfica, como trans-misora del saber y de la cultura. Con seguridad, Mara Noel seguir iluminando con su luz propia como hiciera a travs de su propio magisterio el camino a travs del cual el pensamiento expresa su voluntad de integracin, entendimiento y acercamiento entre los individuos, el conocimiento que, en palabras de Platn, alimenta el alma, y seguir estimulando con su ejemplo a aquellos que se acerquen a beber en las cristalinas aguas de su sabidura.

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    Semillas filosficas

    Mara Noel LapoujadeFacultad de Filosofa y Letras, Unam

    Ensear es sembrar. Ustedes me han ayudado a recoger. Filosofa es dilogo. Nuestro dilogo apenas ha comenzado. En una sntesis ta-jante de mi perspectiva filosfica, propongo: Asumo como lema las palabras de Schiller: Vive con tu siglo, pero no seas su criatura; haz para tus contemporneos lo que necesiten, no lo que alaben.1

    El sentido y significado ltimo de mi perspectiva, la de la Filo-sofa de la Imaginacin y los Imaginarios, se erige sobre mi concep-cin antropolgica de la especie humana como homo imaginans, hombre imaginante, hombre csmico.

    Mi perspectiva apunta a la Vida. Porque nuestros contemporneos en cualquier geografa, lengua y cultura, necesitan reafirmar la Vida.

    Propongo una filosofa que apuesta a la Vida . A la vida digna, sana y libre .

    1 Friedrich Schiller, ber die sthetische Erziehung des Menschen, Philipp Reclam, Stuttgart, 1991, Neunter Brief.

  • 50 semillas filosficas

    Desde la conciencia aguda de la barbarie del mundo, invoco la Belleza, porque la Belleza es el camino regio a una vida digna, sana y libre, es decir, feliz.

    Sin la Belleza la vida no vale la pena ser vivida, F. Cheng.2

    El cosmos no necesita ser bello, y sin embargo lo es.El rbol florece, la rosa florece.Por qu florece la rosa? La rosa florece sin por qu: Angelus

    Silesius.3

    El pjaro canta sin por qu, la piedra es bella sin por qu.Y lo ms bello de las relaciones humanas son las relaciones sin

    por qu. Son las relaciones estticas con el otro, de gozo esttico sin por qu, en las que queda envuelto pero realizado el ms alto de todos los imperativos ticos, convertido en exigencia moral: tomar al otro como fin y no como medio. El profundsimo imperativo kan-tiano, vlido para todo tiempo y todo lugar, toda cultura y toda lengua: respetar al otro como l sea, en su diferencia, en sus peculia-ridades, respetar su libertad, respetarlo como libre. Lo cual es la manera esttica ms pura de relacionarse con el otro: sin por qu, dejarlo florecer y florecer con l. De libertad a libertad. As se tejen relaciones humanas entre vidas dignas, sanas, libres.4

    2 Franois Cheng, Cinq Mditations sur la beaut, Premire mditation, p. 18.3 Angelus Silesius, Le plerin chrubinique, p. 97.4 La malentendida frmula del imperativo categrico es de una actualidad

    impactante. Es una absoluta necesidad en un mundo en el cual las relaciones huma-nas estn degradadas de manera alarmante. El imperativo categrico clama por el respeto al otro, el respeto a la libertad del otro, tal como el otro sea, con sus peculia-ridades, sus diferencias, siempre que no atente contra la libertad de cualquier otro. Aceptarlo como es, es decir tomarlo siempre como un fin y no como un medio. Tomarlo o aceptarlo como un fin, y no como un medio significa no manipular al otro, no usarlo para mi provecho, mis propsitos egostas. No acercarme a l para ver en qu me puede ser til, cmo lo puedo usar, qu le puedo sacar, para yo subir, escalar a expensas del otro. Es algo tan terrible el humanismo kantiano, su

  • mara noel laPoUjade 51

    En otras palabras, de Oriente ahora, hacer el t y despus partir, dice el zen japons. El sin propsito, sin finalidad. La esencia y el secreto del zen consiste en sentarse, simplemente, sin finalidad alguna, sin espritu de provecho. Ni buscar las cosas en la vida, ni tampoco evadirlas. Todo debe ser natural, sin por qu.5

    Precisamente sostengo que las acciones y los pensamientos hu-manos ms altos son sin finalidad, ni premeditacin, intencin, dupli-cidad, son naturales, es la actitud ms noble, la existencia esttica, que es la actitud del nio pequeo. Ella corresponde a la descripcin del sabio del taosmo, a la tercera metamorfosis nietzscheana del espritu, que culmina en el nio, que acta espontneamente sin por qu, como florece la rosa, canta el pjaro, existe la piedra sabia en su inmutabilidad cambiante, no es contradiccin sino la lgica del oxmoron, respetuosa de todo lo que la rodea, sin invadirlo, sin opri-mirlo, dejando ser todo lo que es.6

    En ltima instancia, esta es la enseanza del cosmos, no de un libro. Esta es la ley humana por excelencia, para decirlo con la sabi-dura china milenaria (I Ching, Lao Ts): es la ley del cielo, esto es, los ritmos csmicos que nos rigen porque estamos poblados por los ritmos del cosmos natural.

    defensa inquebrantable del respeto en libertad, en todos los mbitos, terico, prcti-co, esttico, jurdico, subjetivo, etc.? Es tan abstruso, difcil e inentendible el cuidado kantiano de la convivencia humana en sociedad? Pero ms an si prolongamos la necesidad tica expresada por este generoso, altruista, honesto y limpio imperativo tico, en la conviccin kantiana del carcter desinteresado de las relaciones estticas, en particular la vivencia gozosa de lo bello; entonces podemos crear, lo que yo pien-so que es necesario para el mundo actual: una bio-tico-esttica, que apunte a la vida digna, sana, y libre, que puede alcanzarse por el difcil y largo camino de la be-lleza. En dos palabras esto es la vida digna y libre .

    5 Taisen Deshimaru, La prctica del zen, mushotoku, pp. 22, 121,134, etctera.6 M.N. Lapoujade, Lo imaginario y las piedras, en M.N. Lapoujade (comp.),

    Imagen, signo y smbolo, pp. 95-114.

  • 52 semillas filosficas

    La repeticin infinita de los ciclos, en una diversidad tambin infinita. El mismo rbol renace en cada primavera (repeticin) pero jams dar dos frutos iguales (diferencia).

    Esa ley universal se manifiesta como msica de las esferas, armonas y ritmos.

    La ruptura csmica de los ritmos produce catstrofes.7

    La ruptura humana de los ritmos produce, entre otras, guerras. La ruptura personal de los ritmos es la prdida de la salud: la enfer-medad.8

    El cosmos es rtmico, la vida es rtmica, la respiracin, la circu-lacin, todo es ritmo. Vivir en armona con los ritmos csmicos protege los ritmos propios, la convivencia sin odios, ni discrimina-ciones, ni violencia, ni guerra, ni destruccin. Esto es la salud y la sobrevivencia de la especie. Se trata de promover la sobrevivencia en la salud.

    Para concluir, propongo un viaje vertiginoso desde el homo ima-ginans al hombre csmico.9

    La mirada de la especie imaginante abraza el cosmos desde la ventana de la esttica.

    Quin es la tejedora de esa mirada de tan vastos alcances?La Penlope del psiquismo de la imaginacin.Slo que el tejido es siempre nuevo, siempre otro, sobre la base

    del tejido primordial.Pongamos en prctica nuestro poder de imaginar. As, imagin-

    monos en los orgenes, en la irrupcin de nuestra especie biolgica,

    7 M.N. Lapoujade, De la nature sauvage aux catastrophes, en Symbolon, nm. 6, pp. 69-79.

    8 M.N. Lapoujade, Una esttica de la salud, en Revista Realidad, nm. 119, pp. 169-182.

    9 M.N. Lapoujade, Dilogo con Gaston Bachelard acerca de la potica, pp. 106-108.

  • mara noel laPoUjade 53

    irguindonos de nuestro universo circunscrito a la tierra delante de los ojos, transitando el mundo en cuatro pies.

    Esta especie, sin ms instrumento que sus manos recientemente liberadas y su mirada al horizonte, levanta la cabeza al cielo, y algu-nos elegidos de all reciben la ley, se le revelan el sentido y los indi-cios de comprensin de su hbitat ahora abierto a la inmensidad.

    Esa especie, pedazo de physis, sobrevive gracias a los lazos muy fuertes con el cosmos en que se halla inmerso; constituye un ele-mento ms del paisaje en el cual se integra.

    Ligado a la tierra, el humus, al agua, al aire y al sol. El sol ofrece un don originario, una accin bondadosa por la que incendia algn madero con lo cual le revela a esa especie humana naciente su na-turaleza gnea, y con ella le revela el seoro del fuego creado o robado (Prometeo).

    Ese hombre naciente cuenta con su cuerpo nuevo y con una poderosa imaginacin vvida para aprender a desplazarse y sobrevivir.

    Si, de acuerdo con Bachelard, pretendemos recuperar el hom-bre de las veinticuatro horas, debemos enfocar el hombre cerrado (dormido), entreabierto (ensoacin) y abierto (vigilia).

    Ello posibilita centrarse no slo en la ensoacin, sino en su progenitora: la imaginacin humana.

    Estudiar el hombre en las veinticuatro horas no slo recupera la totalidad de su ser temporal integral, sino tambin de su espacia-lidad planetaria. Sus veinticuatro horas no hacen sino sealar ya su carcter de humus, adherido a la tierra.

    La tierra es su hbitat natural.10

    10 La tierra es su hbitat y no, como nos engaamos desde una mirada confusa, las ciudades enajenantes, ni los centros comerciales, ni los espacios virtuales de inter-net, por esbozar rpido una problemtica de extrema complejidad.

  • 54 semillas filosficas

    Con la tierra gira las 24 horas de un da con su noche, que evocan su ser csmico .

    El hombre no slo est pegado a la tierra y con ella rota y se traslada, sino que forma parte de un mismo cosmos.

    Uno de los hilos invisibles que lo atan al cosmos es el ritmo .Los ritmos csmicos marcan los ritmos humanos.11

    La totalidad de los fenmenos son manifestaciones rtmicas (vi-bratorias) que pueden ser captadas porque el hombre est habitado por una multiplicidad de ritmos entramados.

    El cosmos manifiesta, en una diversidad enorme de formas, los ritmos que lo constituyen, y uno de sus pobladores, el hombre, en cuanto especie, es un animal polirrtmico .

    La vida humana es un tejido enormemente complejo de ritmos de todo tipo unidos a los ritmos csmicos.

    Por complejos que sean los diversos ritmos que regulan su so-brevivencia como especie y su vida a nivel individual, ellos consti-tuyen su armona psicosomtica.

    La armona rtmica total del individuo en cuerpo y espritu, se acopla perfectamente a los ritmos csmicos en su armona.

    Rota la armona rtmica en la especie como tal y en el cosmos, ella corre riesgos de extincin. Rota la armona rtmica del indi-viduo, con la especie y con el cosmos, estamos ante situaciones de enfermedad y muerte. El hombre imaginante, si vive en armona consigo mismo y con el cosmos, es decir sano, imagina tambin rtmicamente.

    La imaginacin manifiesta tambin su carcter rtmico.12

    11 M.N. Lapoujade, Ritmos csmicos y transgresiones imaginarias, en M.N. Lapoujade (comp.), Tiempos imaginarios: ritmos y ucronas . Puebla, Benemrita Uni-versidad Autnoma de Puebla, 2002.

    12 M.N. Lapoujade, La imaginacin esttica en la mirada de Vermeer, pp. 57-64.

  • mara noel laPoUjade 55

    En suma, hoy todava es posible para la especie humana recu-perar sus ritmos vitales sanos, es decir, csmicos.

    Es esta una filosofa de y para la vida feliz.Para aspirar a ella es urgente, pues, amar a la tierra.

    Mxico, Ciudad Universitaria, a 12 de septiembre de 2012.

  • Semillas filosficas

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    La imaginacin filosfica

    Elsa CrossFacultad de Filosofa y Letras, Unam

    Es para m un honor sumarme a este homenaje a Mara Noel Lapoujade. Es un reconocimiento que se le deba desde hace muchos aos, y es motivo de alegra que finalmente se lleve a cabo. Lo que a m no me da ninguna alegra, sin embargo, es que ella deje la fa-cultad, pues ser una gran prdida no tener aqu el conocimiento, la creatividad y la vivacidad de sus clases. Deja al menos en prenda toda su obra, que estar todava en espera de una edicin integral. Publicada casi siempre con retraso, en relacin con la composicin de los libros, o a veces de manera fragmentaria, no ha permitido todava apreciar en su totalidad la importancia que posee y que surge de una cuestin fundamental: no es una obra que se limite al examen crtico de los temas que trata, sino que es un constante ejercicio filosfico original y creativo. Esto se puede constatar con la lectura de las obras; pero yo tuve el privilegio de presenciar, de manera directa, la creacin de uno de sus libros. Me refiero a La imaginacin esttica en la mirada de Vermeer, del cual he hablado en alguna otra ocasin.

  • 60 la imaginacin filosfica

    En 1994 Mara Noel y yo coincidimos en Pars por diversos motivos: ella haca estudios de posdoctorado con Ren Scherer y yo traduca la poesa de Yves Bonnefoy y trataba de escribir unos poe-mas. Cuando descubrimos que las dos estbamos all, comenzamos a encontrarnos con cierta frecuencia para caminar por la ciudad. Creo que la recorrimos toda. Llegbamos desde el Barrio Latino hasta Montmartre o hasta el Champs de Mars; nos detenamos a veces en algn museo o en algn caf, siempre en medio de conver-saciones en las que afloraban tantas ideas que luego nos arrepenta-mos de no haberlas grabado o escrito. No s ahora cules eran. Slo recuerdo la efervescencia del dilogo. Creo que desde entonces no he vuelto a tener un dilogo filosfico as, casi con nadie.

    Un da Mara Noel me dijo que haba empezado a escribir algo sobre Vermeer, y a veces me lea algn fragmento que me pareca muy brillante y del que ella preguntaba con total inocencia: Y crees que tenga algn sentido?. Ella estaba enfrascada en la obra de Vermeer, viaj a Holanda, y lo mismo haca estudios de ptica que de geometra, y lea a Lobatchevsky, a Goethe, o a San Igna-cio de Loyola. Pero el libro pareca salir de un sitio ms profundo. Las ideas estaban a flor de piel y se abran paso en medio de lo que fuera, surgan hasta en el sueo o afloraban en cualquier momento o incluso en las conversaciones mismas que tenamos. Los estudios eso senta yo, sin mengua del rigor, eran meros estmulos, de-tonadores de un proceso casi alqumico en que las ideas y los posibles hilos argumentativos parecan sumergirse en un nivel ms profundo que el del pensamiento, para destilarse despus en una escritura de riqueza extraordinaria.

    El libro sigui creciendo hasta convertirse en una obra notable, que se present como tesis para un segundo doctorado por el que opt Mara Noel, despus de haber obtenido aqu el primero, con

  • elsa cross 61

    mencin honorfica y los premios Sverdlin y Gabino Barreda, y despus de haber hecho otros estudios de posgrado en Heidelberg, Alemania, donde fue alumna directa de Gadamer. Cuando present la tesis sobre Vermeer en la Universidad de Pars, obtuvo algo que se llama Mencin Muy Honorable y Felicitaciones del Jurado. Escrito originalmente en francs, Mara Noel tuvo que traducir el texto al espaol para su publicacin aqu, que lamentablemente su-fri la exclusin de dos captulos: uno sobre Spinoza y otro sobre Kandinsky, que habran vuelto excesiva la extensin del libro.

    Pero volviendo al surgimiento de esta obra, a partir de aquellas lecturas ocasionales que Mara Noel comparta conmigo, o del co-mentario de algunas ideas que surgan, mi impresin fue que el procedimiento del trabajo, ms que a un desarrollo gradual de las ideas, de un curso racional que hubiera llevado a colocar cimientos e ir levantando poco a poco el andamiaje y los ladrillos de la teora, parti primero de altos vuelos de la intuicin, que produca esas criaturas epifnicas suspendidas en el aire, y que fue para alcanzarlas y volverlas inteligibles al lector, que se tendi despus la edificacin de los pisos y las escaleras de un razonamiento. Si no fue as, Mara Noel me puede desmentir ahora. Pero es evidente que este libro no es un manual ni un modelo de las metodologas que se tienen que estudiar en la carrera. Esto no implica que el trabajo carezca de mtodo, ms bien se pueden percibir en l en varios mtodos, as como varias posibilidades de lectura. En este trabajo yo siento el predominio de ese rasgo que con frecuencia comparten las grandes creaciones, sean artsticas, poticas, cientficas o filosficas: vienen de una revelacin.

    Cul es el instrumento de percepcin, el rgano de conoci-miento capaz de captarla, de tocar o mirar directamente ese objeto o esos objetos que se revelan? Pienso en la imaginacin, la imagi-

  • 62 la imaginacin filosfica

    nacin esttica que es uno de los grandes temas de Mara Noel y la imaginacin filosfica. Una imaginacin que es tambin capa-cidad simbolizante de la mente, al igual que intuicin. Y aunque estas facultades de conocimiento trascienden a la razn, en el libro puede encontrarse un razonamiento cuidadoso, con todo y sus ladrillitos. Lo notable es que coexiste con los altos vuelos que el libro alcanza.

    La reflexin y la escritura de Mara Noel parten de una posicin excepcional: la de alguien que tiene una formacin filosfica muy slida y extensa, una mente filosfica muy clara, y decide ejercer una libertad que pocos reclaman: la de mirar de frente la realidad que ocupa su reflexin, sin los filtros opacos de las academias, para cons-truir un pensamiento propio y expresarlo.

    En este libro la autora habla del impulso inicial del arte, pero ella toca el impulso inicial del pensamiento; parte de all, y al hacer-lo conduce al lector a esos instantes primigenios, latentes tambin en l, cuyo descubrimiento deshace las masas de pensamiento petri-ficado, de inercias metodolgicas, de condicionamientos. Este trabajo rene en s tanta energa, surgen de l tantas imgenes, msi-cas, ideas, que contagian al que se acerca a ellas, lo impulsan a par-ticipar de esa creacin.

    La filosofa de Mara Noel Lapoujade en este libro se vuelve una pintura, y sus frases son como pinceladas que recubren la superficie del pensamiento con objetos mentales que va creando de modo pre-ciso, asiduo y al mismo tiempo libre. Rompe con muchos esquemas hechos, sin abandonar un planteamiento amplio y slido, que se da en varios niveles d