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EL CASO. TARASOFF En 1968 dos estudiantes de la Universidad de California en Berkeley, Tatiana Tarasoffy Prosenjit Poddfar, se conocieron y comenzaron a salir juntos de manera casual. Siri embargo Poddar creyó que esta relación .era más en serio de lo que perisaba Tatiana (él pensó que estaban de novios), y se puso obsesivo con el tema cuando ella rompió la relación. Poddar tuvo, a consecuencia de esta situación, un quiebre emocional. Poddar consultó a un psiquiatra en el hospital de Berkeley. El psiquiatra consideró que Poddar tenía un. 1 c,μ. !idr,Q psicótico, prescribió medicamentos antipsicóticos, y lo refrió al psicólogo Dr. Lawrence Moore para consejería. A pesar del tratamiento Podctar p ,f!rs1stió la ilusión de que Tatiana lo llegaría a amar. Para probar su amor, compró una pistola - para simular una-"si .tuaclóri de alto riesgo 'de la cuai él . fa El Dr. Moore le dijo que probablemente tendría que tomar medidas forzosas para detenerlo, con lo cual Poddar salio indignado de su oficina. El Dr. Moore analizó esta situació!l con sus e infonnó a la policía del campus universitario de que Poddar estaba amenazando con asesinar a una estudiante. Los oficiales lo encontraron pero no lo detuvieron porque lo consideraron racional. Sin embargo la ilusión de Poddar llegó a un punto máximo. Se dirigió a la casa de Tatiana, annado de su pistola y un cuchillo. Ella arrancó, él le disparó y luego la acuchilló 14 veces hasta matarla. Luego se entregó, fue condenado por asesinato en segundo grado y fue liberado después de cumplir cinco años de cárcel. T:iti:l11n Tnmsoff t Los padres de Tatiana demandaron · civilmente a la Universidad de California. En 1974, la de California . consideró que, a pesar del deber de l:Onfidencialidad, existe un psicólogo tiene deber de advertir a ta potencial víctima para evitar un dañq grave por un problema psicológico de un enfenno. ,, . L'Ós pro.fesionales de salud mental . respondieron que esta nonna violaba su · rela9jón profesional "especial" y que . minar'la la confianza de sus pacientes. Además es mÜf, dificil predecir violencia y falsos positivos (adve'rtir a personas que en realidad no están en peligro), con lo cual a la larga sería peor. La Corte emitió una segunda opinión. Mantuvieron el criterio de que los psicólogos tienen deberes con las victimas potenciales, pero sólo deben aplicar un "cuidado razonable" para proteger a las personas. Es decir, el psicólogo puede tener que hospitalizar voluntariamente al paciente para evitar daño a terceros, en lugar de advertir explícitamente a una víctima potencial.

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EL CASO. TARASOFF

En 1968 dos estudiantes de la Universidad de California en Berkeley, Tatiana Tarasoffy Prosenjit Poddfar, se conocieron y comenzaron a salir juntos de manera casual. Siri embargo Poddar creyó que esta relación .era más en serio de lo que perisaba Tatiana (él pensó que estaban de novios), y se puso obsesivo con el tema cuando ella rompió la relación. Poddar tuvo, a consecuencia de esta situación, un ~erio quiebre emocional.

Poddar consultó a un psiquiatra en el hospital de Berkeley. El psiquiatra consideró que Poddar tenía un.

1c,µ.!idr,Q

psicótico, prescribió medicamentos antipsicóticos, y lo refrió al psicólogo Dr. Lawrence Moore para consejería. A pesar del tratamiento Podctar p,f!rs1stió e~ la ilusión de que Tatiana lo llegaría a amar. Para probar su amor, compró una pistola -para simular una-"si.tuaclóri de alto riesgo 'de la cuai él .fa re~cataría. El Dr. Moore le dijo que probablemente tendría que tomar medidas forzosas para detenerlo, con lo cual Poddar salio indignado de su oficina.

El Dr. Moore analizó esta situació!l con sus col~gas e infonnó a la policía del campus universitario de que Poddar estaba amenazando con asesinar a una estudiante. Los oficiales lo encontraron pero no lo detuvieron porque lo consideraron racional. Sin embargo la ilusión de Poddar llegó a un punto máximo. Se dirigió a la casa de Tatiana, annado de su pistola y un cuchillo. Ella arrancó, él le disparó y luego la acuchilló 14 veces hasta matarla. Luego se entregó, fue condenado por asesinato en segundo grado y fue liberado después de cumplir cinco años de cárcel.

T:iti:l11n Tnmsoff

t

Los padres de Tatiana demandaron · civilmente a la Universidad de California.

En 1974, la Corte.~uprema de California . consideró que, a pesar del deber de ~ l:Onfidencialidad, existe un psicólogo tiene deber de advertir a ta potencial víctima para evitar un dañq grave c~usado por un problema psicológico de un enfenno.

,, . L'Ós pro.fesionales de salud mental . respondieron que esta nonna violaba su · rela9jón profesional "especial" y que . minar'la la confianza de sus pacientes. Además es mÜf, dificil predecir violencia y hal;>rí~ m.iicho~ falsos positivos (adve'rtir a personas que en realidad no están en peligro), con lo cual a la larga sería peor.

La Corte emitió una segunda opinión. Mantuvieron el criterio de que los psicólogos tienen deberes con las victimas potenciales, pero sólo deben aplicar un "cuidado razonable" para proteger a las personas. Es decir, el psicólogo puede tener que hospitalizar voluntariamente al paciente para evitar daño a terceros, en lugar de advertir explícitamente a una víctima potencial.

La confidencialidad de la consulta psiquiátrica y el deber de protección a terceros: El caso Tarasoff Tarasoff's case Rodrigo A. Salinas R. 1

Introducción

:; ,

mas relacionar con los aspectos sociales de la en­ferme'claCI, la normalidad, la mortalidad, los esti­tds de' ~ida y la filosofía de Jo viviente, a partir de

E' 1 neologismo que da el ' ~ol11b~'e a esta sec- la coi11~rensiÓn de sus mecanismos Cerebrales sub-ción, Neuroétic«i. es de recie;~te; ~re'ación . De ' yacentes". El' .I nterés llevó. Incluso, á 'la Comisión

acuerdo a la información conte.11\a~"i'en el sitio Préside1'i'cial de Bioética del Gobierno de Estados 1~1eb que Ja Universidad de Pennsylvarila1 ha crea- Unidos, a dedicar un 'á\·ea especial de discusión a do para abordar esta ·niatei-ia (http:l/neuroethics. ' esta materl'a, con ses'lónes dedicadas específica-upenn.edu)' la Neuroética se debe en'tender como ., mente a aBordarla y ~bundante lnfornJadón que "la ética de la neuro.é'rencia", del mismo modo ¡ esta disponible en su sitio web (http://www. como el téi'mlno bioética &'fine a Ja ética de las :;· bioethlcs.gov). El inicio del nuevo milenio fue ciencias biomédicas:· de un! modo . más general. marcado 'por una serie d.e simposios y reuniones Las matérias rjue 'aborda dicen r~laciÓn con la J · ' · ,; que 'debatierort ·extensamente sobre esta nueva inagotilbfe' fuente de · dilema~ éUcos·;que han sur- · '"díseiplina. Muchos ·estimaron que el 'nombre era gido ·con él · desarrollo de la tecnofugia asociada a poco feliz, o que podía resultar excluyente para esta disciplina, así como las pers'¡'.tecti'vas futuras ; ·,' otros . profesionales, pero . lo que parecía quedar de d.es;;irrollo que las ciencias. básicas prometen ·:"Claro· de Ja discusión, según urio de los co-orga-para las ·p1'óximas' décadas. 'Como a menudo ocu- nizadores de una de estas conferencias, era que rre con las palabra's\uando éstas son creadas, en "podemos llamarlo como queramos , pero el tren el proceso de encontrar sü' ·centtó van cambian- de la Neiuroétlca ya dejó la .estación". Corno no do ele sentido y ·conteriido: casi imperceptible- 'nos gusta que nos deje el ·tren -a nadie le gusta-merite. A'la definición original del término. utilí- .hemos dado origen a esta sección con el ambiclo-zada -entre otros- por el pettiodista norteamcri- so propósito de dar cabida a dilemas surgidos de cano William Safire1, que definía a la Neuroética , las más diversas vertientes de nuestras disciplinas como "el campo de la -filosofía que delibera· sobre : profesionales. Desde aquellos que se relacionan lo correcto y lo incorrecto¡ en el tratamiento o en , con: la confldenciallclacl de la información entre-la mejora del ce.rebro humano" se fueron suman-. do otras, entre ellas la del distinguido investiga­dor de la conducta, Dr. Mi~hael Gazzaniga. para quien •esta nueva disciplina va mucho. más allá .. , comprendiendo el examen de, "cómo nos quere-

.: i:,

gada por los pacientes en la consulta psiquiátri­ca, hasta los ,que dicen .relación con el impacto sobi:e la sociedad que puede resultai- de las nue­vas técnicas de intervención farmacológica sobre la mente. El formato de esta sección consta de

' una viñeta que es comentada por dos o má~ ex­pertos en la materia, desde Ja perspectiva legal. ética, o de nuestras profesiones ligadas a las· neurociencias, clínicas o básicas. En este nümcro le damos inicio, recurriendo a uno de los casos m;ís clásicos de la discusión ética en torno a la atención psiquiátrica, el caso de Tatiana TarasolT, que se relata (y comenta) a continuación ..

La muerte de Tatiana Tarasoffl

clenó a este líltímo la -destrucción de sus registros de la terapia, asl como las copias de la carta en­viada a la policía. En octubre siguiente T¡itiana, al regresar de Brasil , continuó siendo acosapa por Poclclar, siendo acuchillada y muerta por éste el 29 de ese mes, al negarse a sus reqÍJ.erimientos.

Moore. en su testimonio judicial. reveló que Poddar había dado a conocer sus intenciones de matar a Tatiana durante las sesiones de terapia. Subsecuentemente, durante l_é)S audiencias, 'sur­gieron serias discr~pancias entre los peritos pre­sentados por las partes ·respecto al exacto diag-

Prnsenjit Poddar'.. nacido en India, llegó a es- nóstico del imputado , terminando en una con-tudiar a California ª'fines de los. sésenta. En ese dena de primera Instancia por homicidio en se-estado conoció, en el otoño de i968, ~ - Tatlana gundo grado. Los recursos presentados a la Cor- · Tarasof'f. durante actividades ~ec1:~ativas de la re- ~e d1/Apelac1ones. y, posteriormente, a la Corte sidenci\l estudiantil donde v'lvía. Iniciaron una re- Sup¡.e!11_a de Callfofi;i,ia, _sin embarg~. termlnar~n !ación que ProserlÚt interpretó c~ii-i'o sei·ia, vi-., por er¡icontrar vicios ele procedimiento· que obli-sión que no era co1~partida pPr Ta llana. Al dar-. ¡. ' gaban 'a recor}diJf_IL ~l julcio, lo .que fue conmü-se cuenta Tatiana .. de la disparidad cJr opln i6nes, '.·, tado por la ~xpuls_ión de Poddar a la _India don-le dijo a ~rosenjit ,que estaba comprornetida con de. de acuerdo algunos autores, se en'cuentra fe-otro hombre y que no deseaba lnlci~r1 una rela- lizm~nte C\l~ado con .~tna abogada. . · :

· ción con éJ. El recha,zo provoc\) en ,el e§tudl1inte ._ '.' fios padi~s de T~'tiana Tarasoff, por su parte, una seria .crisis enw~ional; descui~ó su aparien- . .deci.dieron. querellarse ~~ contra _de la_. Universi-

·cia perso¡Jal y su ánim9 se, tornó fuertemente de- dad .tje California y sus pslcpte.rapeutas. Una de. presivo. - .. (, . ) , la ,quejas c;aiítenidas en Ja demanda ~ra que los

Durante 1969, con posterlo1;Idad .a .un .viaje-de ., ~- pslcoterapeutas no habían dado oportuno ~viso :

Tatian~· a Brastl,>Prosenjlt buscó apoyo profesio- a Tatiana., o a sus _cercanos, de las intenciones' nal,y en agosto de ese año figu~~ba Como pacien- , _gue, tení~ )?1>osenjit ,d~ 1rnatar. a , su pret~ndida. • te externo en el Cowell Memorial Hospital. En -'tanto la Corte del Condado de Alameda, como un comienzo fue visto por -el Dr. Stuart Gold, Ja Corte. de Apelaciones correspondient_e. encon- ., psiquiatra, para .- posteriormen.te -ser derivado al traron que no habfa,,1:azones par,a condenar, agre- ~

cuidado del psicólogo Lawrence Moore. En su gar¡.do esta última cj~e al no existir relación algu-novena sesión con Moore, el 18 de agosto de 1969, na ·entre eli:.psicoterapeuta y )'atiana, o sus pa-el estudiante le confldencló que Iba a niatar a una dres, no existía, por consiguiente, la obligación mujer, claramente Identificable como Tatiana, de infórmar. La Corte Suprema de California, cuando ésta retornase é:le Brasil. Dos días después, sin einbaq_~o, _pensó distinto._ ~n su decisión final M~ore T.!_Otificó a la policía que Poddar sufría de fostuvo, entre otras consideraciones,. la siguien-una reacción esquizofrénica paranoide y que se . · te : " ... los terapeutas no pueden esq1par a su res-encon.traba en riesgo de dañarse a si mismo, o de . ··P.onsabilidad simplemente P.Ol':que.Tatla1Ía no era dañar a otros. La policia del campus. retuvo a " ~. · s~ ·paciente. Cuando un te¡·apeuta tletermina, o Poddar y lo liberó una vez satisfecha que el estu'~ ' •:r ·de acuerdo.a los estándares de su profesióri, de-diante había cambiado de actitud y, aparente- biese determinar, que ~u paciente representa un mente, por la intercesión del Director de Psiquia- serio peligro para otros, le asiste Ja obligación 'de tría del centro asistencial, quien solicitó al Jefe de ejercer cuidados razonables dirigidos a proteger Policía la devolución de. la carta de Moore y o~- a las victill)ás de tal peligro. El cumplimiento de

- ..

este deber puede requerir del terapeuta tomar una o más medidas, dependiendo de la naturale­za ·del caso. Así, puede llevarlo a advertir a la

"• 'posible víctima o a otros que puedan advertir a la víctima del peligro, notificar a la policía o to­mar las medidas que sean razonablemente nece­sarias en esas circunstancias".

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Referencias

l. Farah M. Emerging elhlcal íssues in neuroscience. Nalllre Neuroscience 2002; 5: 1123-9.

2. Buckner F, Flrestone M. Where the Public Perll Beglns: 25 Years after Tarasoff. j Leg Med 2000; 21: 1~7¡-222. .

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Comentarios sobre el caso Tarasoff l. ch~tt1r de bus lnterprovincial que consulta . Dr; Garlos Téllez •T. por depresión, cuenta durante la entrevista

._· Clínica Psiquiátrica Universitaria. que mientras trabaja producto de la desespe-. Universidad dr Chile . · ·' . · · · ranza y angus.l i~ que siente ha pensado tirar .

1 1· :1. ' " el bus por un barram;o. El caso Tarasoff nos plantea pfo~Jem~s éticos: · ..

legales y prácticos.' Los primeros ' tienen que v~F Afort~rladamente el paciente ace~~ó volunta-i. ' .

con el quiebre de ltr conficlencialldaH en relación rlar;i~1ente .~ósRitallzarse, de no haberlo hecho te-a un potencial dañ'ó grave a un tercero, el Códi~ níamos l? .,P~~\bi!idad de una hospitalización no go de Ética del Colegio Médico (art .38 letra d) ' voluhtar(a de urgencia o administrativa. En el explicita que· es lícita la .ruptura del secreto pro:· ' li ' sistema pl;ivado es m~~ <,llfícll proceder a este tipo fesionaLen casos donde hay arrieriazas o poten~ ·f · ,;. ' "de 'hospita'liiación si 'no· hiiY recurso~ . económi­cial riesgo real de daño físico a otrás'personas. A·:. ' '. '·cos. En b~t~ caso huble~e. ¿i~o aceptabl~. después su vez el Códig'o·'Sanitarió en los":álts. 20 y 40 '. ·. ": 'de coriversarlo .con eÍ paclente, Informar a faml-

. establece la obligat6riedad de denunc.la de enfer- · · <·liar de !Ós ·rle~gos exist~ntes y obligar a licencia ; medades tra.smisibles y venéreas. ..,.. . " · ·'rr1antenlend9 estrktos ~ontroles médicos. De no

Los problemas legales que derivan de los ca~· ' haber familiares, después de conversar con el pa-sos "tipo Tarasotf' tienen que ver con las deman~ ' · r; ciente.' habría que hab'eí· llamado a su empresa y das civiles que pudiesen interponei) las victimas o .. , hac~i1"~ér que el paciente no se e.ncuentra en con-sus familias cuando un tercero es dañado por J\, · die.iones de trabajar hasta tener una autorización paciente y su ~erap.éuta, estando al 1tanto del ríes- · del tratante, esto ·cuidarido de entregar el míni-go. optó por callar ·cuidando el sed·et.o profesio- mo de información sufidente a un superior res-nal. Ei'1 el Código Procesal Penal no existen dis- 'ponsable. . posiciones de denunciar un delito que aün no se comete.

Quedan pocas dudas respecto a que el quiebre del secreto profesional es ético an.te el riesgo de grave daño a tercero. Sin embargo, a través . de tres situaciones clínicas reales que podríamos de­nominar "tipo Tarasoff" podremos visualiza1: Ja complejidad del tema y la necesidad de revi.sar cuidadosamente cada caso en particular.

2. Paciente .hospitalizado por un trastorno deli­rante celotípico que expllclta su Idea de matar a su cónyuge en medio de crisis paranoide.

Este caso, obliga a tomar todas las medidas para proteger ·a !a cónyuge. informándola direc­tamente del, problema y de ser necesario avisar a la policía, . .Debe ·procederse a hospitalización ad-

ministrativa explicitando en el Informe a la au­toridad sanitaria de los riesgos a terceros exis­tentes. En esta situación, dado que se trata ·de un cuádro psicóti~o que con el debido tratamiento debería devolver el juicio de realidad a nuestro paciente. éste eventualmente incluso debería agra­decer 'el haberlo protegido a él y su esposa du­rante la crisis.

3. Paciente con una parafilia s.ádica y trastorno de personalidad grave que pide ayuda ya que lo atormentan fantasías recurrentes de tortu~ · rar y matar a mujeres desconocidas, ha inicia­do recientemente conductas sádicas (golpes Y. humillaciói:i) con prostitutas, las que habrían sufrido lesionés hast¡¡ de mediana gravedad. Estas prácticas hasta .ahora se han limitado a prostitutas, ~u esposa no ha notado . nada fue­ra de lo común en el paciente.

profesional ya que por una parte no es efectivo clenllnciar y por otro el quebrar el secreto hace casi invariablemente que estos pacientes pierdan la contlanza y no vuelvan a consultar. con lo que lejos de ayudar incrementa el riesgo de violen-cia. 1.

A modo de cierre se podrla ·declt; que en caso de enfrentar situaciones "tipo Tarasoff" se reco­.mienda1·2:

l. Hacer 'una buena evaluación clínica tratando de dimensionar el riesgo real, conversar abier­tamente primero .con él paciente de los riesgos y de la eventual .obligatoriedad del médico de hacer la denunc\a,- esto a veces tiene valor te­rapéutico. Debe.evitarse que el ¡Jaciehte se vea sorp,rendido con nuestra denu ncia .. ·

.. ,2. , Evaluar muy bien .quien s~rá la persdna o ins­titución que reciba la•denuncla, esto qepende­rá déi r.'i~o de violencia·y su gravedad·. Consi-

Este caso, el más compl~jo, ~nos im"pone varias derar siempre q ue la información entregada dificultades. Pi·imera°, ·tenemos un individuo que debe .• ser la. mfnlry1a suficiente para pre'venir el

... - .,. l • r con b;istante seguridad dañará gravemente a 1,1i- · <;lf;l flP· , . . guna mujer, Segundo, no t~~emos a quien ad- 3., los casos son si~m.pre distintos por lo por lo vertir ya que son miles las pc;>tenciales víctimas. . HUE\ no hatt fórmulas.generales. Tercero, la policía a· fisca1é.s:'1(;. p~drían deten~'r . "» 4. Sielltpre dls,::utir estos casos con colegas, ideal-pero sería inútil y~' qui(segtlr'amente negaría lo . " mente de más experiencia. reportado, a nosotros y · ~d habie~do denuncias. " 5. , DE\jar registro en. da ficha clínica de los hallaz-tendrán que dejárJó en llbeít~.é:l. Cú?.rto, una hqs< ·. °. gRs pslcopatológicos, de la. problemáti~a. de pitalizació'n ·Ció Mluntaria n'o'\iytidaría ya que 'el . las decisiones tomad;is y su argumentació!J. En paciente clejá'ría d~ cooperar y el . trata~iento qu~ ' ' caso de haber discutido el caso hacer resu.men

• ' ' • }\ . d

necesariamente debe ser de muy largo plazo ne;> ' • '. J. ~. . • • ' ·~ · (l.

se cumpliría. Quizás, .lo 't~comendable .sería to,~ · mar positiva merite qµºe· háya si.do el paciente.

· '1 ., '· ·

quien consulta. incentivai· la· confianza en el/la terapeuta e intei\'tar tÚapia psiiót,óg.ica y farma­cológica destinada a ma.nterier ·su problemática a nivel de fantasías y baj~r niveles de imp\llsividad y libido. Con la autorizaC:ióii del paciente con­versar con su pareja e ·1ni~ntar control externo. Este caso pone de relieve el hecho que n~· siempre ~ · en estas situaciones hay que ,quebrar el se<. reto

de las conclusiones.

Referencias

. l.

2.

:Walcott D M, Cerundolo P, Beck J C. Current , ;~nalys!s of the Tai·asoff duty: an evolutlon towards

the limltation of the duty to protect. Behav Sci . Law 2001; .19 (3); 325-,43. ·

Guthell Te:· Mont!Justfflcation for Tarasoff-type

warnlngs and breach of confidentlality: a clinician's perspective. Behav Sel Law 2001; 19 (3): 345-53.

Los variados rostros de la confidencialidad: Legalidad y eticidad Dr. Gustavo Figueroa C. Editor Asociado Psiquiatría

Revista Chilena de Ncuro-Psiquiatría

nóstico que pasó por alto el (probable) cuadro psicótico y éste sólo se hizo patente durante la psicoterapia? ¿O se ·postuló efectuar una psicote­rapia ambulatoria a pesar de la posibilidad de que Poddar sufriera de una "reacción .esquizo­frénica" por los beneficios que podría alcaf\zar?

El caso de Tatiana Tarasoff y Prosenjit Poddar El siguiente dilema, avisar a la policía, encie-se ventiló en los tribunales durante los años que rra dos asuntos distintos. Primero, efectuar una se estaba gestando la bioética americana"y pro- interconsulta al psiquiatra y su supervisor para dujo un i'mpado en la National Commlsslon, con- 'decidir los pasos a seguir. Moore efectivamente vacada por el Congreso ·de los Estados Unidos, acordó, siguien'do a los doctores Gold y Yandell, que redactó el'lnforme Belmont (1978) . Este es el solicitar la reclusión para observar la conducta motivo por el cual analizar bioéticamente el caso · de Poddar. Como en la· situación anterior, pare-es partir de la sentenda legal como dato prime- · ·: ce claro que fue éticamente pertinente revelar in­

. ro, como si ésta tuviera ·prioddad en el orden de ,,. formación a los psiquiatras má:c:ime que pbr lo la mor.alidad y. proceder en a'cuérdo a la bioética, menos uno ya lo conocía con anterioridad, y ade- . es un '.fn'oinento"posterior, que ~e limita a admi- ': . más Poddar estaba al corriente de las reglas usua-tir. modificar· 6'.impugnar Jof argurher1tos judi- les del policlínico· universitario concernientes al ciales. Este sesgo legalista es inheí·ente'á Ía bioética lntercarr~bi~ de opiniones confidenci~les entre americana. 'y esta · confusión 'o p~ejólclo ha de ter- profesionales para todos' Íos paclente.s bajo tra-rnínaélO:a· la del resto de Occidente. aún: en con- tamiento en ' éste. ¿bebieron reevaluarlo previa-tra ele su tradición hipocrática . de "aquello que mente, eh cbrl.Jun.to ¿¿·n el resto del equipo? Aun-"'¡ . . : f) ·1 , . ' ·

·jamáS" deba trascender, lo callaré, teniéndoló por · que ésta es una decisión p~eponderantemente téc-sec'reto". ·contrariamente, Ja Ainerican Medica! níca, p~~~)gJaJ~s . p1otlvq~ también era éticamente Associatiori sei'lala rotui'ldanWhte que el médico justificado discutir su historia! completo con la "deberá sal\laguardar las' fonfidei1cias del paciente ' totalidad del g~~rpo de· salud mental. Aún más, dentro de 'Jos líri'Íites qti'e' éstablezca la ley". debidp ~ ia ·graved'~d del riesgo ,invplu~;·ado era

'.file las rriuchas caras inhére'ntes 'a la confi- 'li~or~lmente' justificado exponer en detalle el de-deri<':'ialidad ·queremos reducirnos a tres: ¿cuánto " sa1'rpllo del p~oceso 'psicoterapéutico a arribos su-sab1a· Lawrence Moore 'dé Poddar?. ¿por qué no- . ~eivlsores'. ' en busca de indicios premonitorios de tiflcó .a la policía del· can1pus para que lo arresta- 'su 'íClea 116íl'iíclda y de posibles errores o proble-rarfl y ¿debió alerta\· a Tatiana Tarasoff? Respec- rnas· cont~Jiransferenclales en Ja conducción del to al ·conocimiento' ;que tenía de Poddar. éste ha- t.ra'~amiento. Segundo, dar a conocer el diagnós-bía sido evaluado por· el psiquiatra Stuart Gold tito· psiqÚi~trico de Podddar, oralmente prime-antes de enviarlo"a ·psifoterapík La ficha clínica t!o ' (a los 'agentes Atkinsony Teel). y Jue.go por (y/o "Ja discusión aél Caso antes 'de iniciar el tra- " esédto al Jer'e' de Policía Wllliam 'Beall, resulta tamiento) es el mar.ería.! indispensable que debe ' altamente controvertible desde la perspectiva cs.tar a disposición del psicoterapeuta. Parece cla- b.ioi\Í:ir.a.:.i ¿Era esta r~veiación absolutamente in-ró que la información completa debió E~star en dispensable paÍ·a justifkar ante la ley su poten-"nanos de Lawrence M?ore, en toda SLI profundi- cial peligrosidad y, por , tanto, su necesidad de ,_,ad y sin existir limitación alguna: aún más .. fue retlusíón? Ei' diagnóstico médico es privado. pro-deber· suyo'el · hatiei'la recabado para 'ejecuta{ me- '!dudo de Ja')rtí:eraq:lón que se ha llevado a cabo jor su asistencia prbfesional. El acceder a la his- . ..; en Ja intit)'lidad de las sesiones ·y. salvo qlJe exista Lor'1a' icomo soporte documentado · es decidida- · '', una causa poderosí~lma, le perténece a!' paciente r~wnte restringido, salvo al psicoterapeuta y su •; y su 1~1édic!6 (o .éq~;lpo) . Lo quii'inte'resaba eran ('quipo ¿No Sl!Cedió así? ¿O fue un error de diag- los pensamientos y conductas objetivas que ha-

-. ~ ~ ' .

cían aconsejable su internación, y no su etiqueta pensación en caso de error? ¿O quedaría en ma-diagnóstica. Su mal .uso, en parte por falta de nos de la justicia velar por ella a continuación? conocimientos técnicos o su mala comprensión, En cualquier caso, era desproporcionada sin ha-fue claro en el caso Poddar puesto que fueron ber aplicado con determinación y firineza las me-finalmente los agentes los que determinaron si elidas anteriores, reevaluación rigurosa por equi-

• tenía o no una psicosis esquizofrénica, en sus pa- po psiquiátrico .. análisis del proceso· psicotera-labras legales, si contaba con la racionalidad péutico y/o hospitalización para:-observación es-como para seguir haciendo su vida corriente. En· .tricta. El trágico desenlace no justifica lo despro-otros términos, se traspasaron los límites de la porcionado, sino nos recuerda h1ás bien lo azac confidencialidad ética, se Ígnoraron (quizás) re- ro~o o imprevisible de r.1uestra pfofesión. glas técnicas con alcances morales y se restringie- ·Alg~nas enseñanzas se desprenden del caso ron a lo judicial (mal aplic~do), dándole U11a pri- , .. !-. Poddar-Tarasoff.: · mada injustificada. . l.. La confidencialidad ha. ido perdiendo vigen-

Por último, el no poner' sobre aviso a Tatiana cia y fuerza en los úlUmos años producto del Tarasoff supuso un fallo al no acudir a una ética , ,¡ - giro legalista qu~ ha inµndado. a la medicina', de . naturaleza consecuencialista puesto que que confunde y subor.dina la.ética al derecho, Poddar representaba un ·peligro pal·a ella. Es no

10, ,. lo buen? 0-malo con .Jo legal o'Uegal:

haber hecho prevalecer al principio de justicia 2., !,.as revelaciones.dél pac,ient\! 1p6se,en un carác-por sobre los otros tres (autonomía, no-malefi- ter .de "Información s~nslble '.' :qµe es conse-cencia, benetkencia). principio que 'a su vez jus- , cuencla de pertenecer a la ln~mldad y vida tificarfa . no respetar la cpnOde.ndalldad. Como ,_-privada ele! sujéto, por lq que rn;cesitan de una siempre. los prindp'ios .. no son 'ab~c:il~tos sino pri- .. protección o blindaje especial poi: parte de los ma facie, esto es, valen inlentras no existan cir- '. ., profesionales: ' _, , cunstancias especlaies qué

3 deterdifr'i'en que ''ótros ·":, ~· · La pslcoterajJla resulta substar;iclalmente dell-

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sean superiores. De ahí que se puede acudir a dls- 1. cada porque, a propósito,·:se.suele .. entrometcr tintos conceptos sustanti'vbs, e~ éÚca como para ' . ' ~ y ~scarbar,en lo más humano y,ocµlto del ser, poder dirim.ir mejor lq' enér'Jcijqda. En el cá!lo'de ,-. .'.~:!sus deseos, Fa:ntasinas, esperanzas, ambiciones. Pc;¡ddar,'. cino 'puéde recur·1'ir a eV~lpar s,I la rnedi- .. perversiones, envi.dias. obsesiones, ,por lo que da de advertir obedece no al par ordinario/ex- ... · no respeÚ1r su estructura especial y, · ~nica de . . ' . . . ' ' , ( '

traordinario (como sucede en pacfentes en coma ,,_, :i:;,.:· "confidencia" puede conducir .n~ sólo a des-p~rm~nente y se plantea la' posibilidad aé' r'éani- " virtuarla :;¡no a ' exterminarla y. d!lr:itro de mación a continuación de un pal·b 'éa,rdía~o). sino poco, dejar de perterecer al conjunto .de he-

. q •'1t''. . a la polaridad proporcionado/desproporciona- _ ,,,, rramientas terapéutica~ a disposición del'rné-

, do ¿era proporcionado o desprop~r~ionado aler- dico salvo como ~imRk apoyo en\pátk.o: tar a Tatiana comó para expli.c~r queb.rar la 4. Las excepciones que. ,necesariamente deben confidenciálidad? Admitiendo que· se des~onocen , limitarla , ~equier~n s,~i:, estúcliadas nuevamen-las circu.nstanci.as clínicas pi:e,c;:isas como para · re. habida cuenta los avances técnicos arrolla-pond.erar bien su peligrosidad (presencia de ocu- ;, , dores que perm,iten~adueñarse de partes deci-rrencias aisladas o !de.as delirantes inconmovibles, · sivas de la Interioridad de.J enferrqo, y el clima historial de conductas agre~lvas, etc); parece histórico de auto-revel'ación sin límites que ro-desproporcionada ~~'nsiderando que hasta' esos de¡¡, impregna y contamina a .la medicina del instantes no se había pensa~o'. Jamás' ·~n . una ' siglp XXI; '' · " esquizofrenia :"severa" ni ~n otr,o trastorno psi- 5. Se deb,e de reconocer.que "la confidencialidad cótico o de personalldact ,¡'grayes". A,d~má~. ¿qué en medicina es un concepto decrépito", como desequilibrio podía provoca1· en, Ta~\ana? ¿Qué ,1 , , se asegurá•desde hace algunos años,,porque es se le iba a offecei- psiqulátri.c;amente ,c;omo com- . ampliamente lgnÓrada y violada :de manera

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REV CHIL NEURO-PSIQUIAT 2007; 45 (1): 68· 75 www.sonepsyn.cl 7 3 . .

sistemática en Ja atención médica rutinaria, como hospitales, consultorios. empresas ase­guradoras. organismos estatales fiscalizadores, .industria de la comunicación, aún en la vida social de médicos y psicólogos que comentan · y discuten sobre sus pacientes sin considera­ción ninguna por el valor que supone el res­P.eto por la interioridad. Res1:1lta ostensible que la declaración de la Asociación Médica Mun­dial no fue sino un anhelo que cada día se aca­ta menos: "Respetaré los secretos que se me

Los aspectos éticos del caso Tarasoff Dr. Fen¡ando Novoa S. Coordinador Comisión de Ética SONEPSYN

El caso presentado tiene el objetivo principal de motivarnos a reflexionar sobre los fundamen­tos que tiene el secreto profesional y cuales son . • sus límites ya que el aspecto central del caso fue el no haber dado a conocer a Tatlana la Infor­mación obtenida por el psicólogo, en el marco de una relación clínica.

confíer:, incluso después de la muerte del pa­ciente": y

6. ¿No ha sucedido esto con Tatiana Tarasof!? ¿No lo estamos haciendo nosotros ahora por­que, como permanecemos atrap~dos en las re­des del derecho, nos referimos a ella por su no1nbre auténtico y no por un pseudónlmo, según era costumbre en la .tradición ética mé­dica? Con el menoscabo de la confidencialidad ¿no estaremos abandonando "Jo propio", lo eigen. según Heidegger?.

que están vinculadas a su paciente. Toda esta in­formación queda incluida en el secreto profesio­nal. Este secreto deriva· de la existencia del dere­cho a Ja int!mláad que tienen todas las personas, y del hecho que el hombre es un ser social.

El hombre enfermo. debido al instinto natu­ral de conservación, acude a consultar a otro hombre mejor preparado, para que le ayude a buscar la curación, el médico. Además entiende que esta ayud¡¡ va a ser más adecuada si confía plenamente en el profesional, y le entrega su inti­

Esta es una materia ele gran Imp9rtancla, por· .. , , midad. Esta es,. en· efecto. la única forma en que ,la manera como se ejerce la MedicÚ-ia en la ac- .se puede . ayudar' al paciente. Desde los ·t.ie1npos ,tualidad. La información relativa a los pacientes · ··,. 11 de Hipócrates se ha reconocido la obligación del . ~anta en clinlcas y hospitales eslá expuesta a un .médico de cautelar11bs secretos del paciente, de-gran número de personas que pudieran hacer un . bido a que para lograr que proporcione toda la uso indebido de e¡ia. Todas esas'pérsonas, no sólo , ,;, información necesaria, es pi·eclso que tenga la se-Ios médicos, incluyendo ·los alumnos de Medici- .. .'· guridad que sus secretos' no serán revelados sin na. deben honrm1 en su conducta 1~ · obligación su consentimiento. Incluso, varios años después de respetar eJ .. secret9 profesional. · ,. .,1 Perclval en 1803 lnsistla "Los pacie.nté debel1 ser

El papel fundamental del profesional s.anita-, -interrogados en un tdno de voz que no .pueda ser rio consiste en curár o atenuar los síntÓmas de Ja oído ni por azar". . · enfermedad. Para cumplir con est6ii o~jetlvos, la " ·e · Además, el secreto profesional tiene fundamen-sociedad otorga al profesional ciertos privilegios. ,_ .. Jos legales. La relaclón médico-paciente origim: como es el acceso a los aspectos más ínlimos d~ la , , , , un contrato tácito "que en el lenguaje jurídico se vid.a del paciente;• tanto· en lo que concierne' a su .. _. . denomina cuasi"cbntrato ya que falta la expre­persona física como psíquica. '[ncluso, dui:ante la . «· sión escrita. Se considera que en esta. situación ·el intervención el profesional puede tener acceso. a ; : deber del secreto profesional tiene éomo objeti-informacíón concerniente a la vicia privada de , vo el bien éomún o de la s9.ciedad, ya que su exis-otras personas que iio le han ~onsultado, pero . tencia crea un ambiente de pública confianza que

facilita la apertura para que los pacientes den la información necesaria y en forma completa, he­cho que facilita la posibilidad· d~ qúé . el méd'ico ayude a su paciente. Por este motivo se estima que el secreto no sólo debe Incluir la Informa-

. ción dire.ctamente aportada ppr el-paciente, sino que también todo .aquello que el médico vea o conozc'a en. el marco de la relación clínica, aún cuando el enfer;no no"llUblese querido que se hu­biera producido ese conocimiento.

Sin emb¡1.rgo, este deber no· es absoluto, y de hecho los códigos P,rohíben al médico la revela­ción de Jos secretos del pacienre "a menos que sea necesario con el fin de proteger la salud ~ ' bienes- '

debe dar cuenta a la autoridad. Además._comu-. . nicarle .. que el) el. caso de que continúe condu-ciendo, el mismo entregará ia información al ni­vel que corresponda.

Como conclusión, se debe considerar una ex­cepcl<;m tener que revelar a terceros la informa­ción que se ha obtenido en la relación médico­paciente. El secreto f~rofesional es una condición necesaria para contar con . toda la información

• requerida que va a permitir poder ayudar efecti­varne,r;te a los pacientes. '

Sin embargo, mantener el secreto no es obll­gato1·1ó en un cierto númern de circunstancias.

''' ·· · En el caso de- Tatiani;l Tarásoff son .tres· las ra-tar del paciente o de la cormmldad". En esta si- zones que .Justitlcan el no haber respetado el se-: tuación es que se enmarca la conducta de Prosenjlt .. c1:eto profesional. La primera es el estado mental Poddar y su pslcólogo:. tratante .Lawrence Moore. 1

· : l de Podd~r 'qt11e significaba un riesgo para Tatiana,

Es 'ampliamente considerado. un delito · man- · ;" por' lo tanto ella debió ser Informada de las in-tener en se.creta una Información que está. vlncu- · tendones d{~u pretendiente. La segunda se derl-lada con la poslblHdaci" de que una perso;iit.esté va de la anterior. Si Tatiana hubiera podido de-

. en Íiiesgo ·de' sufrir un daño. En el caso · que .se · fe~d'éh:e en mejor fonna al estar debidamente in-. · .corneAtá existía la Información concreta de que . · · fórrnada del pe.ligro que, le acechaba, se podría

había una real intencfón de Poddar;te dar.muer- haber'prot;egÍdo.en fom.;~ más efectiva de Poddar, te ·a Ta,tiana. Esto debió haber sido puesto én co- · quieñ' 'quizás tío habría logrado cometer el crl-nocimiento de ella, 'además de la pollera. Se. ha men, lo que le hab,ría favorecido al. no haber sido

· . sostenido que ir\cluso. sitÜiicl~·ne~ menos di.rectas . Imputado 'por se.~1ejan_te delito. . COll\6 la · presentada, el médico que ha guardado Fina'lrnente, eh terc'er.lugar tal como ílgura en

. el ' secreto puede ser demanqado por los afecta- el relato, ' 1a ir,tformación clíni!ca del pacl$!nte tle-\ . dos. Tal s~ría el caso,cu'andó'se tiene conocimiento ne que ser aadá a conocer· durante un proceso

de. que alguien está conduciendo vehículos, es- éomó respuesta a lo requerido por el juez debl-tando ,físicart1ente impedido de hacerl<¡i ., Si Q.O se · . . damente' acreditado. Pero, Incluso en este caso·, da ·la ' información necesaria para Impedirlo y al- d 1Ja ii11forri.1aclon debe ser re~trlngida !!Xactamente

.. gu ien resulta' lesionado, 'el profesional puede ser a. Jo'·indi-spensable para que laj\1sti'cia. pueda cum-. demandado" por l'iegflgencia. Lo que con~esgon- plir eón su labor, sin agregar otros aspectos de ,la de hacer es informar al ·paciente del riesgo que vidí!,. del _paciente.: .no re\~cionados a la materia

¡ . ' existe de conducir vehículos en su estado, y, que del proceso. ' · ·