E N su EL DIA 24 DE FEBRERO DE 181$. -...

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DEL VIERNES TERCERO DE QUARESMA, PREDICADO AI j rey nuestro señor EN su REAL CAPILLA EL DIA 24 DE FEBRERO DE 181 $. POR ZL M. R. P. M tro. F r . JOSEF DEL SALVADOR, Carmelita Descalzo, Ex^Lector de Teología , Escritor de su Orden , Examinador Sinodal del Arzobispado de Toledo y Obispado de Córdoba, Calificador de la Inquisición de Corte; Teólogo Consultor de la Purísima Concepcion de María San-‘ tísima , Misionero Apostólico , y Predicador del Rey nuestro Señor, CON LICENCIA MADRID IMPRENTA DE DON FRANCISCO DE LA PARTE. 1815 . S t hallar en lat Ubrerias de Ram , caUe de la Cruz, y de Dàvila, ealle ieCarretar.

Transcript of E N su EL DIA 24 DE FEBRERO DE 181$. -...

D E L

V IE R N E S T E R C E R O D E Q U A R E S M A ,

P R E D I C A D O

A I j r e y n u e s t r o s e ñ o r

E N su R E A L C A P I L L A

E L D I A 2 4 D E F E B R E R O D E 1 8 1 $ .

P O R

Z L M. R . P. M tro. F r . JO S E F D E L SALVADO R, Carmelita Descalzo, Ex^Lector de Teología , Escritor de su Orden, Examinador Sinodal del Arzobispado de Toledo y Obispado de Córdoba, Calificador de la Inquisición de Corte; Teólogo Consultor de la Purísima Concepcion de María San-‘

tísima , Misionero Apostólico , y Predicador del Rey nuestro Señor,

C O N L I C E N C I A

MADRID I M P R E N T A DE DON FRANCISCO DE LA PART E.

1815 .

S t hallar en lat Ubrerias de Ram , caUe de la Cruz, y de Dàvila, ealle ieCarretar.

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M alos male perdei , et vinectm suam locahit alìis agrholis»*

M A T, CAP. XXI. tue. CAP. XX,

S E N O R .

D i o s no fia á los hom bres la penetración de sus ju i c io s , ni la com prehension de la sentencia consi­guiente á ellos. Por sí mismo los expone quando le p la c e , justifica su c a u s a , dexa sin escusa al pe­c ad o r , y decide i r revocab lem en te sobre la suerte á que lo hace acreedor su buena ó mala conduc ta . E l O rad o r cristiano no es mas que un M inistro, un ins trum ento por donde se com unica á V, M. y al Pueblo su p a l a b r a , y se hace saber el castigo que tiene dec re tad o con tra el hom bre injusto , con­tra los malos adm in is tradores y colonos de aque­lla m isteriosa viña que ju s tam en te ocupa h o y el cam po del E vange lio ; de aquella viña que el m is­mo Sa lvador p lan tó á costa de mil fatigas , que regó con su preciosísima s a n g re , que enriqueció con los Santos S ac ram en to s , que fecundó con su doc tr ina , que puso baxo el am paro de M aría San­tísima , to r re adm irab le de D av id , de donde pen­den mil escudos á nuestro f a v o r ; de aquella viña...

Digámoslo de una v e z , - S e ñ o r ; del R eyno de

las E s p a ñ a s , h e red ad escogida que el g ran Padre de familias ha puesto á vuestro cu idado con tantos prodigios com o vos sabéis , y cuyos frutos deben corresponder á su pa te rna l amor,. La sentencia que se p ronuncia es c o n tra los malos colonos , no con­t r a los buenos : a tem oriza al impío , al paso que consuela al ju s to ; confunde al operario perezoso; pero en V. M. solo debe p roduc ir el efecto de una exqu is i ta , c r is t iana v ig ilancia , qual es m enester pa­r a sn mejor adm inistración.. Jesucris to , Padre de fam ilias , que la ad o p ta , y la Iglesia que hoy nos la p ro p o n e , aspiran á tan to bien... M alos male per­dete e t vineam suam dabit a liis agricolis. N o h a y apelación.. El Señor lo d ice , y lo cum plirá . E l co­lono que no t rab a ja bien la h a c ie n d a ,e l R ey que no adm in is tra con equidad el R e y n o , s e expone á ser despojado de él. ¡T err ib le a n a tem a ! y tan to que al oir los Judíos esta am e n a z a , dice el E v a n ­g e l io , que respond ie ron : \A b s i t \ ¡N o lo perm ita Dios! ¿Pero respecto á nosotros podrá verificarse ta n to m al? N o , no lo espero yo m ediando la re c ­t i tu d de V. M . ,m a s es preciso tem erlo para, que ' no se verifique.-

P o r no- hacerlo a s í , pierde B altasar el Reyno, la v ida y el a lm a , á pesar que tenia un Santo D a­niel á su lado , que le previno con tiem po la ruina de su trono.,Saúl pierde el c e t ro , la v ida y el a lm a p o r su mala ad m in is trac ió n , sin que le valieran las oraciones y mediación de un P rofeta ta n a c re ­d itado com o Samuel. Roboan ve hacerse pedazos su R e y n o , y pasar á d iversas manos en castigo de su c a p r ic h o , y del desprecio con que m iró el

consejo de los ancianos. A cab experim enta seme­ja n te y mas infeliz suerte por su perversa con­d u c t a , de que tan tas veces le avisó el g rande P ro ­fe ta Elias. Los Rom anos pierden las E sp añ as ; lo s G odos las ven pasar á los A g aren o s ; y en nuestros dias la E u ro p a toda....

¿Pero á que me canso? V. M ., Señor, es testigo c o m o d e v i s t a ; es el que mas p róx im am ente ha presenciado es ta respetab le v e r d a d , este testimo­nio de la infalible sen tenc ia que Jesucris to nos p ro ­pone hoy en el Evangelio . Su memoria , su me­ditación asegura vues tra felicidad y la de toda la N ación . E l P adre de familias ve que no podéis asis­t i r personalm ente á todas las partes de esta g rande v iñ a ; ve que po r indispensable necesidad teneis que valeros de operarios p a ra su cu ltivo . Pues si q u e r e i s , Señor, h ace r vues tra felicidad y la nues­t r a ; si quereis ev i ta r el golpe de esta sen tencia , debeis v e l a r , y ap licarla á los colonos á quienes encom endáis el c u l t i v o , quando no cum plen con su obligación... M alos male perdei. E l persuadiros. Señor, esta vigilancia será el asunto de mi oracion. N o puede ser mas digno de vuestro cu idado. Para exponerlo con la u ti lidad que deseo á vues tra g ra n ­de alm a y á toda la N ac ión , necesito de la d iv ina gracia .... A v e M a ría ,

M alos male perdei &c»

S I.

¡Que v iv a ! ¡Que eficaz es la p a lab ra de Díos! ¡S e ñ o r , el Apóstol S. Pab lo pondera d i¿naa ;ea te

quan v iv a y eficaz sea la p a la b ra de Dios!.. V i ”vus es t sermo D e i ̂ e t eftcax. M as p en e tran te que la espada de dos filos; y llega su finura has ta d i­v id ir el a lm a del e s p ír i tu , has ta d escub rir los pen­sam ientos mas ocultos del corazon... D tscretor co^ gitationum cordis. E s ta inefable q u a l id a d , que pue­de considerarse en todas las pa lab ras que Dios d i­rige á sus c r ia tu ra s , conviene m u y p a r t icu la rm en te á la te rr ib le sentencia que hoy se p ronuncia c o n t ra los malos colonos de la viña.... M alos malé per­dei, N ad ie la considera con c u id a d o , que no ex­perim ente los mas saludables efectos. E lla bas ta p a ra re fo rm a r, y h ace r v igilante a l co lono , al ad ­m in is trad o r , al R ey mas d istra ído.

Si dudáis de mi p a l a b r a , o id , Señor, á la g rande Teresa de Jesús mi M ad re , gloria de España y ale­g r ía de la celestial Jerusalen. E ra esta esclarecida V irgen tie rnam ente ad ic ta y aposionada po r el t ro ­no de S. F e rn an d o , que vos d ignam ente ocupáis. Te­nia pa r t icu la r am or y correspondencia con vues­t ro inm orta l abuelo el ju s to , el p ruden te Felipe II. y com padecida de que ce rcad o de tan tos que le a d u la b a n , no tenia un h om bre que le dixese la ver­d a d , como necesitaba en c ie rtas ac tua le s c irc u n s ­tancias , la Santa de term inó d e c í r s e la , porque lo am aba . Se en ternec ía su c o ra z o n , pero d ir ia : mas va le que padezca mi co razo n , que no que se p ie rda mi R ey y mi Reyno. N o podia sub ir á esta c á te ­d ra á p red ica r ; p o rq u e ,a u n q u e era D oc to ra de la Iglesia, lo impedia el ser m uger. Mas com o E m - baxadora del R ey e te rn o . R eg is superni nuntia^ le com unicó en solas dos líneas de una c a r ta quan to

rl lev o d ic h o , f me fa lta que d ec ir en es ta oracion . Tales son sus p a l a b r a s : A cordaos ̂ S c m r ̂ que S a ú l f u é R e y escogido y ungido,

Al leer este papel aquel g ran d e P r ín c ip e , dice la h is to r ia , que se sobrecogió un poco ; que luego conoció le hab lab a Dios por medio de aquella ce­lestial h e ro y n a ; que volvió sobre sí de ciertos des­cuidos que lo ponían en pe lig ro ; que ve ló , y con­siguió en g ran p a r te la felicidad de su R ey n o ; y que se perfeccionó en té rm inos de que á poco tiem ­po la V. Estefan ía de los A pósto les , hija de la San­t a , lo vió salir t r iun fan te del t r ib u n a l de D io s , fa­vorecido de la Virgen Santísim a, á quien habia he­ch o p a r ticu la res servicios.

Y o , S eñ o r , no tengo el fe rvo r d e espíritu de Santa Teresa de Jesús; pero á nadie cedo en el am or y deseo de vuestra felicidad y la del R ey n o , siendo este todo mi Ín teres: vos lo sabéis. Porque os amo, no os adu lo ; os digo c la ram en te la v e rd a d ; os re­p ito con mi Santa A cordaos ^inm ortal F e r ­n a n d o ̂ que S a ú l f u é R ey^ que fu é escogido por Dios^ que f u é ungido por su P ro fe ta , y que a l fin f u é des­echado de D io s , que perdió la v id a , el alma y e l R ey^ no p o m o cumplir con su obligación. Señor, en la sen­tenc ia de la Santa está com o recopilado el E v a n ­gelio , en que h o y se nos dice que el P ad re de fa­milias perderá los malos colonos de la v iñ a , y la d a rá á o tros que la adm in is tren con fruto ... M a'- los malé perdet.

A hora b ie n , ¿no po d ré y o co n ta r con vues tro inocente co razon p a ra iguales ó m a y o re s fru tos que los que p roduxeron estas pa lab ras en el de

avues tro h eroyco abuelo Felipe II? ¡A h! Sí, N o me queda la menor duda. Ya os veo v ig ilante a r ro ­ja n d o de vuestro lado á los que no os am an , ni os eicen la ve rdad . Ya os veo en tresacando de las Ofi- p inas y Secretarías la basura (s i me es perm itido decirlo a s í) que in iquam ente se ha in troduc ido en ellas en los últimos tiempos de confusion. Ya os veo visitando los operarios de la v iña , exám inando su t r a b a jo , y traba jando porque r inda el mas sa­zonado fru to en su tiempo. Si no sucediese a s í , sa­bed , S e ñ o r , que así debe suceder p a ra ser feliz V. M. y su Reyno.

Por e x e m p lo ,h a y en la viña de E spaña ope­ra r io s de H ac ien d a : estos deben tener manos m u y lim pias, intenciones m u y puras y obras m uy c a ­lificadas, p a ra no in teresarse in justam ente po r sí, p o r sus am igos, po r sus parien tes , por sus aliados, p o r los que no tienen m érito a lg u n o , en el uso de los caudales del R ey n o , en el repar t im ien to de los empleos. ¿P ero que sucede? ¡A h Señor! Yo salgo de considera r esta g rande obligación , y encu en ­t ro al Pueblo que v e , que su sp ira , que llora todo lo con tra rio . E n cu en tro que apénas en tra algu­no de estos operarios en un elevado em pleo, q u an - do se levan ta con él to d a .su c a s a , su familia , sus am igos; y esto á la faz de la N a c ió n , olvidados de que los están m irando mil ofendidos y de frauda­dos en su conocido m é r i to ; m i l , que teniendo de­rech o de jus tic ia á un e m p le o , se les n ie g a , y se d a á quien no lo m e re c e , ta l vez en pago de una iniquidad , po r mediación é ínteres de la cóm plice de sus delitos. ¡Q ue h o r r o r , Señor! pero ello suce­

de así. L a viña no fructifica mas que abrojos y ■espinas; esto e s , sen tim ien tos , c lam o res , quejas que no podréis re m e d ia r , sino fu lm in á n d o la sentencia del Padre de fa m i l ia s , y qu itando de enm edio á ta n perversos colonos... M alos malé perdet.

T am bién h a y en la viña de España operarios de la guerra . Los individuos de este ram o com o de­fensores de la P a tr ia tienen derecho á que se haga jus tic ia á su h e ro ísm o ; á que se observe el ó rden debido en la dispensación de grados y de premios; á que se a t ienda con preferencia al m a y o r m érito ; á que jam as se vean pospuestos el va lo r y el t r a ­bajo á la cobard ía y ociosidad. E s te exige g rande­m en te una profesion en que tiene ta n ta p a r te el ho­nor. ¿P e ro sucede así? A h Señor! Miles de m ilita­res de m érito lloran la falta de e q u id a d , el desó r- den escandaloso que c o n tra vues tras ju s ta s in ten ­ciones h a y en esta par te . Miles de hom bres de v a ­lo r ven sa l ta r sobre sus personas á o tros ta n to s , que p o r in trigas y empeños hacen pasar un m érito fi­g u ra d o , y obscurecen el v erdadero para que no sea conocido. Miles de hom bres valientes y fieles á la P a tr ia ven á o tros tan to s tiznados con la infiden­c i a , que cubren con el velo del Ín te re s , y se le­v an ta n con los grados que á o tros se debían de ju s ­tic ia . Miles de héroes llenos de h e r id a s , cosidos á> balazos , acreedores á los m ayores p re m io s , se ha­llan postrados de necesidad , dispersos po r todo el ám bito de la N ación , y ta l vez en una c á r c e l , por­que no tienen quien se com padezca de su desgra­cia , quien saque la c a ra por su justic ia . Estos c la­m a n , levan tan las manos a l C ie lo , y piden d e ju s -

tîc ia á V. M. que ap lique á los malos colonoîs de es­t a clase la sentencia del Padre de familias... M alos malé perdet.

H a y por fin en la viña de España innum erables operarios de jus tic ia repart idos en T ribunales , G o ­biernos , y v ar iedad de d e s t in o s , en que deben ad ­m inis trarla . ¿P ero que de confusion y desorden no se ofrece en es ta clase de operarios? Yo doy una vue l ta de vista por toda la P e n ín su la , exám ino los sentim ientos de sus h a b i ta n te s , oigo sus voces , r e ­flexiono sobre sus q u e ja s , y se me ofrece todo el ám b ito de España com o u q H ospita l semejante al de la piscina de Silve , donde cad a uno llora su des­g rac iada suerte. Unos c lam an porque el poder obs­cu rec e su jus tic ia , po rque el empeño ha inc linado el peso hác ia la p a r te c o n t r a r i a , porque se ha se ­pu ltado su derecho , sin esperanza de que parezca h as ta el fin del m undo. O tro s suspiran la fa lta de d inero para h ace r va le r su derecho y su jus tic ia , sin cu y o auxilio ven perdidos sus traba jos y fa ti­gas. Miles de agrav iados se q u e ja n , porque con el t í tu lo de derechos en el seguimiento de su causa, les han robado quan to tenian , los han dexado pos­t ra d o s en el lecho de la m ise r ia , de que no se le­v a n ta rá n ja m a s , si Jesucris to no baxa á darles la m ano com o al P ara lí t ico del Evatigelio. S eñ o r , es­ta c o n d u c ta de tan malos colonos desconsuela á la N a c ió n , la llena de d o lo r , la lleva al térm ino fa­ta l de una peligrosísima desconfianza, y exige pode­rosam ente que V. M. les aplique la sentencia de P a ­d re de familias... M alos malé perdet,.* &c.

S. I I .

i P ero que , S e ñ o r , hem os de ser tan desgracia­dos , que despues de c a n ta r la v ic to r ia sobre los enemigos extraños , nos pongan en ta n to peligro los domésticos? ¿Será posible que despues de t rab a ja r V . M. en b u sca r hom bres , que con el desempeño exácto de su obligación hagan nues tra felicidad, ha de p roduc ir en lu g a r de f r u to , espinas y ab ro ­jos la viña de nues tra N ac ió n ? ¿Será p o s ib le , que habiendt) tan tos M agis trados y M in is tro s , que tan ­tas p ruebas han dado de fidelidad á V. M . , la Pa­tr ia y Religión has ta sufrir mil t r a b a jo s , y aun ex­poner su v id a , puedan ser omisos ó infieles en el desempeño de su obligación? Sera posible?....

¡A h í Desde aquí me parece estoy oyendo á v a ­rios M inistros que dicen " p o r mí no fa lta la feli­cidad de la Nación : yo no puedo h ace r mas : yo traba jo , y me desvelo p a ra a c e r ta r con lo justo; lo propongo com o co n v ien e ; pero ìnìmìcus homo,,. U na mano ocu lta , un hom bre enemigo siem bra zi- zaña y hacen inútiles todas mis fatigas.’̂ ¡Que des­g rac ia ! Por mí no falta , d ice el o tro M agistrado; y o executo quan to el Rey me m anda y prescriben las L e y e s ; estudio para decidir con a c ie r to ; me in­form o p a ra no perjud icar m las consultas al v^r-í d adero m érito ; pero inimicus homo : el hom bre ene­migo , la m aco ocu l ta desbara ta y echa po r t ie r ra todo mi trabajo.'* ¡Qi)e dolor ! Oigo á los G e n e ra ­les de m érito y an iigüedad en el E xérc ito que con testan : yo p rocu ro en todo la felicidad del sol-

d a d o ; clam o y traba jo porque nada le f a l t e ; soli­c i to la equidad en la d is tribución de grados y de p rem ios ; y por todos cam inos represento por la m e­jo r organización del E x é rc i to ; inimicus homo: el h om bre enemigo fru s tra mis ideas , inutiliza mis p la n e s , y nos pone á todos en los m ayores a p u r ros. A este m o d o . Señor, se explican m uchos ope^ rarios que V. M. tiene destinados al cu ltivo de es­ta g rande viña.

i Pero quien será esta mano o cu lta? ¿Quien será este hom bre en em ig o , que inutiliza las sanísimas in tenciones de V. M. y el traba jo de sus colonos?¡ Ah Señor ! a l e r t a , que no está léjos quien hace ta n to mal. E n t re nosotros anda. Es fácil descubrirlo si lo buscamos con cuidado. Ya lo veo. Voy á decir quien es... Pero no... En este luga r no puede n o m ­b ra r s e el pecador... D aré las señas sin descubrir la persona. Esto bas tará para nuestro remedio. Oídlo.. H o m b re enemigo es el que no quiere la paz ; el que com e y se engruesa con la d isco rd ia ; el que se r e ­c rea m irando á los españoles desunidos y e n c o n tra ­dos ; el que no se m uestra sensible á la sentencia del S a lv a d o r , que asegura la desolación del R eyno d iv id ido en s í ; el que desprecia la oracion del m ism o div ino M a e s t ro , que c lam a al E te rn o P adre p o rque todos seamos una misma cosa po r am or, así com o ío son el P adre y el Hijo por na tura leza ; e l que no pondera el zelo y empeño especial que el Apóstol San Pablo tu v o p a ra c lav a r esta im p o r­tan tís im a v e rd ad en el corazon de los cristianos. E s te p rop iam ente es un A n tic r is to ; una fiera que tiene co razon y o b ras de lo que e s , y que debe ser

arro jado á las selvas y bosques p a ra que v iva con sus semejantes.

H om bre enemigo es tam bién , el que g ritando i voces viva Fernando^ la P a tr ia y Keligion^ se in t ro ­duce en el G obierno , tra s to rn a el ó rden con disimu­lo, h a r ta n d o e n tre ta n to su furiosa ambición con em­pleos , ren tas y honores á costa de la inocente N a ­ción. Esteenem igo es fácil de conocer. O bse rve V. M. á los que se le p r e s e n t e n a u n q u e sea con planes y p royectos de economía á favo r de la P a t r i a ; m í­reles V. M. á las manos quando se re t i ran ; y si l levan ca rne en las u ñ as , e s t o e s , algún empleíto & c. &c. no h a y que d u d a r que son los que busca­mos , los que nos hacen tan to m a l , los que han d a ­do ocasion al nuevo a d a g io , que rep iten has ta los niños por las calles ; á saber v v iva Fernando^ y v a - tnos robando».

H om bre enemigo es por ú l t im o , e l 'que hace in­útiles ó en to rpece las jus tas y sabias de term inacio­nes de V. M . , p r ivando á la m a y o r p a r te de la N a ­ción de los preciosos efectos que po r ellas se le ha- b ian de com unicar.¿Pero que de conseqüencías funes tas no t rae consigo este desorden? ¡A hí Los M inis­tros del A lta r las experim entan ; vuestros M ilitares las lloran , y los enemigos del T rono tom an de ellos ocasion p a ra censurarlo y ba tir lo en quan to a lcanza su maledicencia . E n fin , Señor, este Hombre enemi­go , dice San Agustin , que es el diablo vestido dec a rn e ; pero tan s u t i l , que trab a ja po r m eterse has ta en vuestro mismo G ab ine te á sem brar z iz a ñ a , y se­pa ra ros de esos dos Angeles que Dios puso á vues­tro lado p a ra haceros c o m p a ñ ía , y p ro c u ra r po r

todos caminos vues tro consuelo. Y a en ten d e i s , Se­ñ o r , que hablo de los Señores Infantes. E l fin es bien cono c id o ; es el dexaros solo» sin a rr im o alguno, p a ra que acom etan con mas desem barazo á vues­t r a g rande a lm a el d e m o n io , el m undo y la carne .

A q u í , S eñ o r , deben resp landecer v ues tra v ig i­lancia y jus tic ia , descubriendo y qu itando de en- medio este m onstruo de la especie hum ana. Desde el mom ento que así lo h a g a is , em pezará á florecer y d a r copiosos frutos la preciosa viña que el Padre de familias puso á vuestro cuidado. Al mom ento ve­réis útiles los sudores de m uchos o p e ra r io s , sin n e ­cesidad de fu lm inar con tra ellos la sentencia de des­pojo. Luego se os p resen ta rán racim os mas pingües que los de la t ie rra d-e p rom is ion ; esto e s , no ta­bles ventajas á favor d é l a Religión y de la P a tr ia , dándose á conocer la España por Princesa de todas las Naciones católicas. Luego podréis d a r la mas exácca cuen ta al g ran Padre de fam ilia s , d ic ién- dole con ve rdad y confianza: ” Áquí te n e is . Señor, la viña que encom endasteis á vuestro Siervo. Yo la recib í llena de esp inas , abrojos y o tras mil m a­lezas ; a h í la teneis floreciente y ab u n d an te de sa­zonados frutos. E s d e c i r : Y o , S eñ o r , rec ib í este R eyno sin p a z , sin unión , sin o b ed ien c ia , sin t r a n ­quilidad , d ividido en facciones y p a r t i d o s , hecho un rem edo del in f ie rno ; ah í lo teneis en un ión , en p a z , en t ran q u il id ad , reconciliados los ánim os, su­misos á V o s , á v u es tra Iglesia y á vuestro Siervo. A hí lo teneis.

Pero q u e , ¿ tem e is , Señor , sean vanas mis espe­ra n z a s? No por c ie r to . V uestra p u re z a de vida,

vuestro am or á l a equidad vuestras intenciones r e c ta s , vues tra compasión con el pobre y desvalió d o , los prodigios con que Dios os t rax o al Trono de es ta h e ró y c a N a c ió n , todo nos asegura que el mismo Dios ha de com ple ta r la obra. Suya es la c a u s a , y de su mano vendrá el remedio para todo. E l que hizo h a b i u r al león y al co rde ro en una c h o z a , h a rá que se den los brazos , que com an en ima m e s a , y que duerm an baxo de un techo los españoles mas opuestos y encontrados en sus opiniones. C o o p e ra d , Señor , á esta g rande obra , y veréis sobre V. M. y sobre vuestro R ey n o las bendiciones del Altísimo ( i ) , La m isericordia no perjudica á la ju s t i c ia : uno y o tro a tr ib u to real­zan la M agestad ; y usados con la prudencia y pul­so que exigen las presentes c i rc u n s ta n c ia s , no so­lo sostendréis d ignam ente el t í tu lo de C a tó l ic o , de fiel y laborioso Caloño de la g ran viña de España, sino que tam bién se can ta rá de V. M . po r p a r t ic i­pación el inefable elogio que por esencia se c a n t a del R ey eterno. R e x pacificus magnificatus est^ cu- ju s Viiltum desiderat universa térra.,* Fernando e l

( i ) Qr.ando se e x h o r ta á S. M . á que coopere á la re c o n d l ia c ío n y usioQ d e los E s p a ñ o le s , n o es á bu l to y sin d iscrec ión . Los d e s ­unidos están en t re s clases. L a p r im e ra es d e los m u y m a l o s , incor-- r e g ib le s , y de cons igu ien te i r reconcil iab les . E s to s se d eben q u i ta r de enm ed io . £ o la segunda clase e s tán l&S' que se a p a r t a r o n d e la causa ilel R ey por flaqueza ó 'p o r un cálculo equivocado. Si é s to s se recono­

c en y d an á p a r t id o , es co n v en ien te rec ib ir lo s ; pe ro no á la confian­za ni á la p a r í ic ip ac io n de e m p l e o s , b a s ta que con su c o n d u c t a ,b i e n ob se rv ad a po r el G o b i e r n o , vayan m erec ien d o uno y o t ro . A s í que­da la a u to r id ad en su v i g o r , y. e l -G o b ie rn o con t re sc ien to s e n em i­gos tn én o s , que lo s e r ian o t ro s t an to s p a r ie n te s , am igos y apas i«M >

j u s t o , el pac íf ico , ha e te rn izado su nom bre ; cuyo am able aspecto desean ver todos sus fieles vasallos. T an to bien , S eñor , me prom eto de la vigilancia á que os he exhortado .

¡D ios de mi v id a ! Jesús de mi co raz o n ! Oid nuestras súp licas ; y haced efectivos nuestros de­seos á favor de vuestro siervo , nuestro am ado F er­n a n d o , y de su cató lico Reyno. Vos sabéis que en vano traba ja el que edifica la casa , el que guarda la C iu d a d , si no aplicais la m ano de v u e s t ra ado­ra b le prov idencia para consum ar la obra . P a ra co­o p e ra r á tan to b ien , necesitamos de vues tro p a r t i ­c u la r favor. Necesitam os aquel fuego de ca r idad que trax is te al m u n d o ; aquel espíritu de paz que anunciaron los Angeles á los pas to res , y que ta n ­tas veces recom endasteis á vuestros Discípulos pa­ra que la predicasen y estam pasen en el corazon de los hijos de Adán... P a x vobis... Paccni relhiquo vohis... Pacem meam do vobis... A s í , S e ñ o r , sere­mos un a lm a y un c o ra z o n , com o Vos quereis: se­rem os colonos útiles en la viña de esta ca tó lica N ac ió n ; y en com pañía del mejor R ey que nos d is­te por vues tra misericordia , pasarem os á la C iudad -de paz á gozar de vuestra vista en la G loria . ¡O h- Así sea . Señor... Amen.

dos del reconc il iado . E l R e y n u e s t ro Señor nos h a d ad o un buen e - xe rap lo d e lo que aqu í se exige., a d m i t ie n d o á la reconc il iac ioa y a u n á los e m p leo s , á quien ha sab ido m erecer los despues de se r a d ic ­

t o a l p a r t id o c o n tra r ío . E s t o es m u y ju s to y miTy preciso e n t r e C a ­

tó licos.. . E n ia te rc e ra c lase es tán los débiles y volubles á m odo de

ve le tas 5 d e estos no se h ace c a s o , aunque se vela sobre ellos. ..