Economía El oro y la austeridad en tiempos de crisis al Da... · El tacaño Tio McPato podría...

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Para cancelar la suscripción envie un correo electrónico a [email protected] Diseño y diagramación: Natalia Echeverry Giraldo Positiva Compañía de Seguros S.A. Todos los derechos reservados. Nota Editorial AMÍLKAR HERNÁNDEZ [email protected] El tacaño Tio McPato podría hacer aportes para salir de la crisis económica que vive la economía mundial. No especula, trabaja duro y tiene una mente brillante. Ver más. Economía El oro y la austeridad en tiempos de crisis Una forma más amigable de ver la economía Reciban un cordial saludo de Positiva Compañía de Seguros y un nuevo artículo a través de este medio virtual. En esta oportunidad, el periodista Silverio Gómez, curtido comunicador especializado en el tema económico, nos hace un análisis de la crisis mundial pero esta vez de una manera muy simpática. Los invitamos a disfrutar este artículo y a compartirlo con las personas que considere les puede interesar. Igualmente, esperamos sus comen- tarios sobre el contenido de la presente comunicación. Asesor de Comunicaciones de Positiva Compañía de Seguros S.A. Síganos en SILVERIO GÓMEZ CARMONA [email protected] Analista económico de RCN radio. Ex director de la revista Poder y el diario Portafolio.

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Para cancelar la suscripción envie un correo electrónico a [email protected]ño y diagramación: Natalia Echeverr y GiraldoPositiva Compañía de Seguros S.A. Todos los derechos reser vados.

Nota Editorial

AMÍLKAR HERNÁNDEZ

[email protected] tacaño Tio McPato podría hacer aportes para salir de la crisis económica que vive la economía mundial. No especula, trabaja duro y tiene una mente brillante. Ver más.

Economía

El oro y la austeridad en tiempos de crisis

Una forma más amigable de ver la economía

Reciban un cordial saludo de Positiva Compañía de Seguros y un nuevo artículo a través de este medio virtual.

En esta oportunidad, el periodista Silverio Gómez, curtido comunicador especializado en el tema económico, nos hace un análisis de la crisis mundial pero esta vez de una manera muy simpática.

Los invitamos a disfrutar este artículo y a compartirlo con las personas que considere les puede interesar.

Igualmente, esperamos sus comen-tarios sobre el contenido de la presente comunicación.

Asesor de Comunicaciones de Positiva Compañía de Seguros S.A.

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SILVERIO GÓMEZ CARMONA

[email protected]

Analista económico de RCN radio. Ex director de la revista Poder y el diario Portafolio.

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El oro y la austeridad en tiempos de crisisPor Silverio Gómez Carmona

Un artículo recientemente publicado en el Wall Street Journal, uno de los periódicos más in�uyentes del mundo �nanciero, tiene mucho de jocoso pero también mucho de realidad: si el Tío Rico McPato fuera humano, a sus poco más de 80 años, sería el cuarto hombre más rico del mundo, dentro del ranking que anualmente hace la revista Forbes.Con sus US$33.500 millones de fortuna, solo sería superado por el mexicano Carlos Slim y los norteamericanos Bill Gates y Warren Bu�et. Hay quienes aseguran que las bóvedas en Pato-landia acumulan más US$500.000 millones, lo cual lo haría el más acaudalado del globo.Gran logro de por sí ser el más poderoso del mundo si de dinero se trata, pero el asunto trasciende ese logro: mientras la economía mundial está en recesión y en el último año muchos ricos han perdido parte de su fortuna en sus negocios, la de McPato ha crecido sustancialmente y el último año ha sido espe-cialmente bueno.En inglés Scrooge McDuck, conocido como Rico McPato o Tío Rico en América Latina y Gilito McPato o Tío Gilito en España, es un personaje de �cción de creado por Carl Barks para Walt Disney. Su primera aparición fue en la historia Chistmas on bear mountain, a �nales de 1947.

No a la especulación

¿Y cuál es el secreto o el mérito para que le esté pasando eso? Hay varias razones. Una, quizás entre las más importantes es la estrategia que tiene el Tio McPato: invertir en oro, la considerada por muchos como la única mercancía que no pierde valor. Y como el precio del oro, su mayor inversión, ha aumentado tanto y sube mientras las monedas caen, se ha vuelto cada día más rico, en tanto que los demás ceden en su poder. Y Mc Pato no es un especulador ni está metido en burbujas inmobiliarias.

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Economía

Agosto de 2012

llamada pocas veces exitosa. Después de varios intentos, de escuchar mensajes publicitarios, melodías de todo tipo y disculpas

Y aquí, la paciencia tiene una segunda oportunidad: vienen otra

tan mala suerte que la persona no contesta o es el buzón de voz el que le da la respuesta, permitiéndole dejar un mensaje o comu-

Todo está, ahora, calculado para no lograr comunicación con la operadora de carne y hueso, es decir con el que responde cuando la máquina dice “marque cero para hablar con un asesor”. Cuando se consigue hablar con este personaje, ya la tolerancia se perdió y solo le pedimos que nos conecte con la persona que buscamos. Y aquí, de nuevo, la suerte juega un papel importante porque o uno logra hablar con quien busca o la llamada se pierde, la extensión está ocupada o la operadora digitó mal la extensión, caso en el cual hay que volver a iniciar la titánica operación telefónica.

Para obviar todo este camino, lo preferible es tener el número de la extensión, que tampoco es solución porque por lo general está ocupada, no contestan y también se termina en el odioso buzón de

Total, cuando de conmutadores se trata, lo mejor es dar el número con la extensión respectiva, como para tener una esperanza. Solu-ción que no aplica cuando llama alguien a una empresa que busca información y que no conoce la larga lista de extensiones.

Amigos expertos de las telefónicas del mundo uníos. Hagan algo urgente o nos vamos a volver locos. Claro que algunos ya aseguran, como Bill Gates, que el pbx y el conmutador, gracias a Dios, tienen los días contados porque serán desplazados por los celulares.

Cosa que tampoco pinta muy bien hoy porque si bien ya no tendre

también terminaremos hablando con la máquina porque el aparto está apagado o el usuario no contesta.

Se me acabó la pila

Por poco tiempo, para lograr hablar con una persona y no con una

ción, donde por lo menos uno directamente escucha el tradicional: ¿de parte de quién?

Pero volvamos al ‘celu’, como dicen los jóvenes, donde el tema es inagotable.

Comencemos por el mal parqueado, es decir el que no puede hablar y contesta, y con voz trascendental dice: ahora no lo puedo atender, llame más tarde. Entonces: ¿para qué contestó?

A estos usuarios se suman los toreros de la comunicación, que son los expertos en hacerle el quite a las llamadas que embisten fuerte

cador, no contestan. Y, si por descuido lo hacen y escuchan al interlocutor con quien no quieren hablar, apagan el aparato con la posterior excusa que nadie acepta: se me acabó la batería.

Pero eso no es nada, el celular siempre suena donde no debe. En plena junta directiva, en un sepelio, en un templo y por qué no: durante un minuto de silencio. Cuando timbra donde no debe, el susto es macho. El usuario no encuentra el aparto para apagarlo y si está en una cartera de mujer, la cosa es peor.

Si por ejemplo, suena en una junta directiva, el usuario habla bajito, pone la mano en el aparato para disimular, se agacha al lado de la mesa o se para y habla al lado de la pared. Hace toda clase de movimientos, que lo único que logran es llamar más la atención.

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Agosto de 2012

Una onza de oro valía US$250 en el año 2002 y diez años después está sobre los 1.600 y el pato más rico del mundo lo previó así. Marion Mueller de la Asociación Española de Metales Preciosos lo dijo hace dos años: “Inversores espantados de la construcción y de los vaivenes de la bolsa ven en el oro el valor idóneo para proteger sus pertenencias. En las últimas décadas predominaba el mercado destinado a la joyería, pero, desde el año pasado, es el de la inversión en oro el que manda. El lingote de oro es hoy la divisa más tangible, la única que no puede ser creada ni alterada por los gobiernos. Es la única materia prima que no se consume”. Los bancos centrales del mundo están dejando de vender el oro y países emergentes como China o India no paran de comprar. Es una garantía para sobrevivir a la crisis, lo que no garantiza el papel que se emite, ni el dólar ni el euro.

Si los españoles hubieran puesto cuidado a las recomendaciones de Mueller, que es lo que piensa McPato, a lo mejor no estarían en la situación tan calamitosa de ahora. O al menos, se hubieran ahorrado el 40% que ha caído la �nca raíz en los dos últimos años.

Autodidacta…no tecnócrata A lo mejor McPato no sabe que es una ‘burbuja’, término que usan los economistas para explicar la crisis de hoy. El pato nunca ha recibido una educación formal (abandonó la escuela) como para a�rmar que es un gran �nancista al estilo de los doctores que se mueven en las bolsas de valores de Nueva York y Londres. Puede que sea una falla no tener educación, lo cual sin duda es así, pero en el caso de McPato le ha resultado favorable: es una mente brillante para cazar tesoros. Esto no quiere decir que las decisiones sean irracionales: la caza de tesoros lo ha llevado a ser un buen arqueólogo y un gran lector de leyendas doradas. Esto ha sido determinante en su mayor riqueza. Muchos envidian la biblioteca de McPato, además de sus viajes de negocios y capa-cidad para aprender varios idiomas. O sea que la educación, así no la haya recibido, ha sido determinante en su vida, al igual que su obsesión por buscar permanentes desafíos, que cuando no los tiene entra en una profunda depresión.

Contestar con naturalidad es mucho mejor y pedir ampliar la llamada más adelante, lo deja bien parado.

Y preciso, cuando timbra un celular, todo el mundo saca el suyo y lo mira. Es algo automático. No haga el oso pensando que lo están llamando a usted.

Pero, en este mismo tipo de reuniones cuando se quiere hacer una llamada pasa lo mismo. Usted cree que nolo están viendo o escuchando y saca el celular discre-tamente, marca y se lleva el aparto a la boca, modulan-do despacio y bajito. Eso le molesta a todo el mundo. Si es urgente pida permiso, llame con naturalidad, diga algo breve y punto. No pasa nada y la reunión sigue adelante.

Los que se creen más avispados, para no ser tan eviden-tes, creyendo que la gente no los detecta, se comunican con mensajes de texto. Pero no se coman este cuento, la mirada los delata, todo el mundo se dará cuenta y usted llamará más la atención.

Por otra parte, utilice bien el correo de voz. Deje mensaje si es algo urgente o importante. No llene los buzones con “hola qué tal, cómo vas, qué has hecho, veo que no contestas, no importa solo llame para saludarte y además…” ocupando el espacio para un mensaje necesario. Pero también escuche los mensajes, responda y desocupe su casillero. Y, pilas con programar su celular con esos desesperantes timbres con vallenato incluido.

Sería interminable la enumeración de las maromas y todas las poses que se inventan los colombianos para hablar por celular. Por ahora aprenda a manejar mejor el aparato, no le dé miedo apagarlo cuando es indispensable y no conteste cuando no debe.

llamada pocas veces exitosa. Después de varios intentos, de escuchar mensajes publicitarios, melodías de todo tipo y disculpas

Y aquí, la paciencia tiene una segunda oportunidad: vienen otra

tan mala suerte que la persona no contesta o es el buzón de voz el que le da la respuesta, permitiéndole dejar un mensaje o comu-

Todo está, ahora, calculado para no lograr comunicación con la operadora de carne y hueso, es decir con el que responde cuando la máquina dice “marque cero para hablar con un asesor”. Cuando se consigue hablar con este personaje, ya la tolerancia se perdió y solo le pedimos que nos conecte con la persona que buscamos. Y aquí, de nuevo, la suerte juega un papel importante porque o uno logra hablar con quien busca o la llamada se pierde, la extensión está ocupada o la operadora digitó mal la extensión, caso en el cual hay que volver a iniciar la titánica operación telefónica.

Para obviar todo este camino, lo preferible es tener el número de la extensión, que tampoco es solución porque por lo general está ocupada, no contestan y también se termina en el odioso buzón de

Total, cuando de conmutadores se trata, lo mejor es dar el número con la extensión respectiva, como para tener una esperanza. Solu-ción que no aplica cuando llama alguien a una empresa que busca información y que no conoce la larga lista de extensiones.

Amigos expertos de las telefónicas del mundo uníos. Hagan algo urgente o nos vamos a volver locos. Claro que algunos ya aseguran, como Bill Gates, que el pbx y el conmutador, gracias a Dios, tienen los días contados porque serán desplazados por los celulares.

Cosa que tampoco pinta muy bien hoy porque si bien ya no tendre

también terminaremos hablando con la máquina porque el aparto está apagado o el usuario no contesta.

Se me acabó la pila

Por poco tiempo, para lograr hablar con una persona y no con una

ción, donde por lo menos uno directamente escucha el tradicional: ¿de parte de quién?

Pero volvamos al ‘celu’, como dicen los jóvenes, donde el tema es inagotable.

Comencemos por el mal parqueado, es decir el que no puede hablar y contesta, y con voz trascendental dice: ahora no lo puedo atender, llame más tarde. Entonces: ¿para qué contestó?

A estos usuarios se suman los toreros de la comunicación, que son los expertos en hacerle el quite a las llamadas que embisten fuerte

cador, no contestan. Y, si por descuido lo hacen y escuchan al interlocutor con quien no quieren hablar, apagan el aparato con la posterior excusa que nadie acepta: se me acabó la batería.

Pero eso no es nada, el celular siempre suena donde no debe. En plena junta directiva, en un sepelio, en un templo y por qué no: durante un minuto de silencio. Cuando timbra donde no debe, el susto es macho. El usuario no encuentra el aparto para apagarlo y si está en una cartera de mujer, la cosa es peor.

Si por ejemplo, suena en una junta directiva, el usuario habla bajito, pone la mano en el aparato para disimular, se agacha al lado de la mesa o se para y habla al lado de la pared. Hace toda clase de movimientos, que lo único que logran es llamar más la atención.

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McPato es un convencido sobre la frase 'Conocimiento es poder'. Y es un celoso es la consecución de información veraz, clave en los negocios y en la economía de hoy. Si se hubiera sabido los datos reales de Grecia en materia económica, país que mantuvo una información falseada durante una década, a lo mejor Europa no hubiera caído tan abajo.

Trabajo y austeridad

Como la mayoría de los hombres de negocios, McPato usa tácti-cas no necesariamente sacadas de los manuales de la ética pura. Manipula y ‘engaña’ para el único ánimo que parece moverlo, el lucro. Como no pocos empresarios que se respeten.

Su vestimenta es particular. Una chaqueta roja o azul y galera negra, pequeños lentes sobre su pico y un bastón, aunque camina como cualquier pato. Es cali�cado como un perspicaz hombre de negocios ‘muy tacaño’ pero que trabaja duro para lograr lo que se propone. Tirar las monedas hacia arriba y nadar entre ellas, es una de sus a�ciones baratas. Se dice que la tacañez de McPato viene desde que nació en Escocia y fue de niño lustrabotas. Cuando le pagaron con una moneda de diez cénti-mos, emigró a Estados Unidos para amasar una enorme fortuna. Y lo alcanzó.

La tacañería de McPato es propia de muchos hombres ricos, quienes entre más dinero tienen menos quieren gastar. Cada quién conoce al menos uno. Paul Getty, se negó a pagar el rescate de su nieto no por razones �losó�cas, sino porque según él, con los otros 14 nietos que tenía le bastaba, Finalmente, le prestó dinero a su propio hijo al 4 por ciento para que pagara por el niño.

El sueco Ingvar Kamprad, fundador de Ikea, se aloja en los hoteles más baratos y no cambia su carro hace dos décadas y Hatty Green con 200 millones de dólares en 1916, pre�rió la silla de ruedas a una operación de 150 dólares. ¿Por qué ser tan duro con el pato? La austeridad es un atributo que se pregona en cualquier empresa si quiere salir adelante. Y también los gobier-nos buscan equilibrar sus cuentas y todos pregonan como fórmula la austeridad en el gasto.

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Agosto de 2012

Rico Mc Pato es un capi-talista típico. Con una dosis de cinismo aceptable que compensa con aportes y muestras de humanidad cada vez más frecuentes, en particular ahora que los años le pasan. Como en el capitalismo, para él la moral es un asunto relativo, cuando de lograr objetivos se trata.