Eddy Kuhl Iglesia y Pastores de Jinotega

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    Agosto 2011 No. 40

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    dedicada a la investigacin sobre Nicaragua

    Editor: Jos Meja [email protected]

    Sitio Web:www.temasnicas.netCorreo: [email protected]

    Agosto 2011. Todos los derechos reservados - All rights reserved. Se prohbe la republica-cin del contenido en forma total o parcial. Total or partial republication is prohibited.

    Se autoriza hacer una copia impresa para uso personal - The making of one printed copy forpersonal use is authorized. El editor no es responsable del contenido de los artculos. The

    Editor is not responsible for the articles content..

    Diseo de portada: Flavio Rivera Montealegre

    Autores en esta edicin

    Enrique Alvarado MartnezJorge Eduardo Arellano

    Wilhelm Castro

    Aldo Guerra DuarteEddy Kuhl ArauzMausi Khl

    Jos Meja LacayoFrancisco-Ernesto MartnezFlavio Rivera MontealegreGuillermo Nffal Zepeda

    Claire PaillerIsidro Rodrguez SilvaHugo J. Vlez Astacio

    Carlos Tnnermann BernheimEduardo Zepeda-Henrquez

    [Toms Ayn][George Reinke Heath]

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    mailto:[email protected]://www.temasnicas.net/http://www.temasnicas.net/mailto:[email protected]:[email protected]://www.temasnicas.net/mailto:[email protected]
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    Apuntes sobre Acontecimientos Polticos de Nicaragua (1811-1824) por Tomas Ayn ..131AYON, Toms (1820-1887) por Jorge Eduardo Arellano .................................................151Gral. Zelaya: Tonteras, dictadura es dictadura por Hugo J. Vlez Astacio................... 153Iglesia y Pastores de Jinotega por Eddy Kuhl Arauz ...................................................... 156Cruel Pelea en las Sierritas de Managua por Aldo A. Guerra Duarte ............................. 163

    ECOLOGAPastoreo Racional en Ganadera de Selva Negra por Mausi Khl y Wilhelm Castro..... 166

    DOCUMENTOS

    La Tertulia, peridico de 1877 ......................................................................................... 182BIOGRAFA

    Rubn Daro: Su Vida su Obra por Francisco Contreras, edicin corregida y aumentadapor Flavio Rivera Montealegre ........................................................................................ 183

    GEOGRAFA

    Corn Islands o Islas Mangles ..........................................................................................204

    GENEALOGAEl msico Lisandro Ramrez Velsquez y su descendencia en Masatepe por Francisco-

    Ernesto Martnez ..............................................................................................................211

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    NUESTRA PORTADA

    Los pesos y medidas antiguos

    Crdito por la ilustracin de la portada: El mercado en la plaza principal de Granada,Nicaragua reproducido de La guerra en Nicaragua segn Frank Leslies Illustrated Newspaper, 1855-1857, pgina 103, tomo I, Managua: Fondo de Promocin Cultural Banco de Amrica, 1976

    Tengo aos buscando como utilizar la informacin que he recopilado sobe los pesos y me-didas antiguos. Son tan parte de nuestro pasado como la carreta o los cuentos del cadejo y la cegua.El cuento de Julio y Tomn de Zepeda-Henrquez que publicamos este mes, me ha dado la oportu-

    nidad de disgregar un poco sobre los pesos y medidas.En todos los pases iberoamericanos coexisten las unidades del sistema tradicional espaol

    con las del Sistema Internacional de pesas y medidas (SI) que antes conocamos como sistema mtri-co decimal, y las del sistema tradicional ingls, constituyendo un mosaico complejo y heterogneo,no obstante los intentos para disponer de un nico sistema coherente. A estas debemos agregar lasunidades del sistema tradicional nicaragense.

    Los pesos y las medidas surgen espontneamente, asociadas con las posibilidades de vende-dor y comprador. Los mejores ejemplos los encontramos en los mercados tradicionales de Nicara-gua. Las vivanderas usan un sistema de unidades, en las que por tradicin, han llegado a un acuerdo.

    Est solo una etapa antes de estar estandarizado. Una etapa antes de la estandarizacin, porquetodas las vivanderas venden una tuza de huevos y todos los que compramos sabemos que una tu-za contiene dos huevos. Con una tuza no se pueden manejar ms que dos huevos. Por qu la tradi-cin nos llev a presentar los dos huevos envueltos en una tuza?

    Hay un cachipil de estas autnticas unidades de medida, asociadas todas a las presentacio-nes de los productos en los mercados. Debemos concluir que envolver los productos u organizarlospara llegar al cliente, es una actividad natural. Muchas de estas presentaciones son unidades volum-tricas porque no requieren medidas, solo son un envoltorio adecuado. Aunque hay algunas unidadesasociadas al proceso de transformacin, como la camada de pan.

    As tenemos un atado de dulce de rapadura, una brazada de mecate, una camada de

    pan, un cartucho de nancites, un cucurucho de achiote, una hamaca de yuca, un huacal deatolillo, una masa de tiste, un manojito de manzanilla, un moo de cabuya, una mueca demanila, un peso de cebollas (que son 24 contadas de a 4), una pia de mamones, una pita deseis huevos (envuelta en hoja de piuela), un rollo de hojas de nacatamal (12 hojas), una ristra deajos. La lea se mide por marcas equivalente a una arpilla de una vara de largo por una bordona-

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    da de ancho y de alto. Una tarea de campo equivale a 16 bordonadas por lado y 4 varas de lar-go.1

    Y cuando hay que pesar se recurra a la romana de pana que antes eran fabricadas conun huacal, un palo de madera y mecates, que quizs sea una adaptacin de la antigua stateraromana.

    Hay cierta ingeniera en el diseo,como no existe pesa, se ha agre-gado al extremo de la barra hori-zontal una masa adicional enforma de medio crculo, que sirvede contrapeso al huacal o pana, yque quizs representa el topeque la statera romana tiene. Nohaba una propia definicin deunidad de masa (peso), la vivan-dera pesaba suspendiendo laromana de alguno de los mecatesde la barra, jugando as con elbrazo de la palanca que hace decontrapeso. Luego se sustituy elhuacal por una pana de alumi-nio, y yo ya conoc el artefactocomo balanza de pana.2

    No hay necesidad de quemedie un envoltorio para llegar a

    la unidad de medida. Tomemos elejemplo de la carga de lea.Qu otra cosa puede hacer uncampesino pobre que recoge ma-deras secas en el bosque? Arpi-llarlas en un manojo que se puedatransportar, quizs en una carreta.No es una medida primitiva, esuna medida que llena una necesi-dad. Ahora ha intervenido el go-bierno para definir una unidad que supongo nadie usa porque el campesino no tiene cinta de me-dir. Pero muy orondos, dicen los empleados pblicos que una carga Es una estimacin de volu-

    Entre nosotros usamos los trminos romana,balanza y bscula casi intercambiablemente. Tcnica-mente son diferentes: La balanza y romana miden masas,mientras que las bsculas de resorte miden pesos. Histri-camente son aparatos diferentes. Balanza(del latn bilanx, -cis) es el aparato de dos platillos que hoy casi est reservadaa los laboratorios. La ms caracterstica consiste en una ba-rra sostenida por su punto medio en un eje sobre el quepuede moverse, de los extremos de la cual penden dos plati-

    llos.La romana(del latn[statera] romna) es un aparato

    de un solo platillo. Esta compuesta de una palanca de bra-zos muy desiguales, con el fiel sobre el punto de apoyo. Elcuerpo que se ha de comparar se coloca en el extremo delbrazo menor, y se equilibra con la pesa de correderaconstante que se hace mover sobre el brazo mayor, dondese halla trazada la escala de los pesos.

    La bscula (del francs bascule) es un aparato quesirve para pesar si consta de resortes o de comarar masas si

    es una bscula con contrapeso. Normalmente una bsculatiene una plataforma horizontal sobre la que se coloca elobjeto que se quiere pesar. Dado que, a diferencia de unaromana, no es necesario colgar el objeto a medir de gan-chos ni platos, resulta ms fcil pesar cuerpos grandes y pe-sados encima de la plataforma, lo que hizo posible construirbsculas con una capacidad de peso muy grande, como lasutilizadas para pesar camiones.

    1Mntica, Carlos,El Habla Nicaragense, pginas 72-75, 4ta. Edicin, Managua: Editorial Hispamer, 1994 ytambin en Gulde, Cristina Mara ven der, Vocabulario Nicaragense, pgina 282, ManaguaUCA, 1994

    2Gulde, Cristina Mara ven der, Vocabulario Nicaragense, pgina 282, ManaguaUCA, 1994

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    men utilizada generalmente en el transporte de lea y corresponde a 25 pulgadas de alto por 25 pul-gadas de ancho por 5 varas de largo.3Pobrecitos!

    El tomn es una medida de peso interesante porque nos muestra como nuestros aborgenesasimilaros los conceptos nuevos para los cuales no tenan palabras. Tomn,que en Espaa era un pe-

    so para oro, y una moneda igual a un real (la octava parte de un peso), adquiri y retuvo el significa-do de moneda, efectivo y dinero en abstracto. Como ejemplo citan Karttunen y Lockhart: 4

    Cenpoali omatlactly pesos tomines(1548) = 30 pesos en dinero

    En otros casos, los indios adaptaron una palabra existente a un nuevo significado. AsIchcatl,que en nahuatl es algodn, vino a significar lana para luego designar, por extensin, a la oveja,significado que perdur hasta el siglo pasado en Mxico.

    Los espaoles introdujeron muy temprano algunas medidas de su sistema tradicional, comola fanega de sembradura que ya figura en las tasaciones de 1548, donde todava figura la carguillade sal que era de 5 libras en Len y de 10 libras

    en Granada. Debemos concluir que nuestrosaborgenes no disponan de la romana.

    Mercaderas pintura de Marcos Rivers,1978. Propiedad de Mausi Khl,

    Selva Negra, Matagalpa.

    Los intentos de unificacin de lo que so-lemos llamar espaol antiguo tradicional es real-mente una mezcolanza de pesos y medidas quevariaban segn las regiones. Intentaron unificaresas medidas Alfonso X en 1261, Alfonso XI en1348, Juan II en 1435, Isabel y Fernando en1488, Felipe II en 1568. Al Nuevo Mundo hubomezclas de personas provenientes de las distintas

    regiones de Espaa y con ellas la introduccin desus medidas regionales, causando interminablesmalentendidos, facilitando el abuso y obstaculi-zando la accin de las autoridades.5

    Cuando los espaoles llegaron a Nicara-gua, trajeron las medidas de sus regiones, perotuvieron que aceptar las medidas de los indiosencomendados porque era una necesidad. As enlas tasaciones de 1548 leemos que los indios de-ban pagar el tributo de sal en carguillas, por

    3Gonzlez, Yani y Martn Cuadra Cruz, Estandarizacin de unidades de medida y clculos de volmenes demadera, Instituto Nacional Forestal, Gobierno de Nicaragua, julio 2004

    4Karttunen, Frances E. y James Lockhart, Nahuatl in the middle years: language contact phenomena in textsof the colonial period, pgina 42, University of California Press, 1976

    5Corts I., Ma. Eugenia, y Fco. Pablo Ramrez G., Rescate de medidas antiguas iberoriamericanas, enero de1998

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    http://www.inafor.gob.ni:8080/documentos_tecnicos/pdf/Manuales%20T%C3%A9cnicos/ESTANDARIZACION%20DE%20UNIDADES%20DE%20MEDIDA%20Y%20CALCULOS%20DE%20VOLUMENES%20DE%20MADERA.pdfhttp://www.inafor.gob.ni:8080/documentos_tecnicos/pdf/Manuales%20T%C3%A9cnicos/ESTANDARIZACION%20DE%20UNIDADES%20DE%20MEDIDA%20Y%20CALCULOS%20DE%20VOLUMENES%20DE%20MADERA.pdfhttp://www.smf.mx/boletin/Ene-98/articles/medidas.htmlhttp://www.smf.mx/boletin/Ene-98/articles/medidas.htmlhttp://www.inafor.gob.ni:8080/documentos_tecnicos/pdf/Manuales%20T%C3%A9cnicos/ESTANDARIZACION%20DE%20UNIDADES%20DE%20MEDIDA%20Y%20CALCULOS%20DE%20VOLUMENES%20DE%20MADERA.pdfhttp://www.inafor.gob.ni:8080/documentos_tecnicos/pdf/Manuales%20T%C3%A9cnicos/ESTANDARIZACION%20DE%20UNIDADES%20DE%20MEDIDA%20Y%20CALCULOS%20DE%20VOLUMENES%20DE%20MADERA.pdf
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    ejemplo.

    Unos empleados del Instituto Mexicano del Petrleo publicaron un trabajo sobre el Rescatede medidas antiguas iberoamericanas, que incluye 186 unidades pre-mtricas que se usaron en Mxi-co y en pases iberoamericanos, en Castilla (Espaa) y en los estados de California y Texas (EUA).

    Las 186 unidades se clasificaron en medidas de longitud, superficie, capacidad o volumen y peso omasa presentados en veinticuatro tablas, incluyendo su valor equivalente en el Sistema Internacionalde Unidades. Para exhibir la relacin entre pases, se elaboraron diez rboles genealgicos siendoestos para la vara, el pie, la legua, la milla, la lnea, el cordel, la fanega, la onza, la arroba y la libra.6

    El rbol genealgico de la vara exhibe la transculturacin de la vara espaola en Mxico yen otros pases latinoamericanos, as como en los estados de California y Texas, que pertenecieron aIberoamrica. As mismo se muestra el valor de la vara de Brasil en una lnea paralela a la espaola.

    En Nicaragua, segn Levy, una vara tiene tres pies, y un pie son 28 centmetros; es decir, unavara son 0.84 metros. El pie se divide en 12 pulgadas y cada pulgada en 12 lneas, y una lnea en 12puntos.7

    El siguiente rbol genealgico es el de la legua, el cual seala la relacin entre la legua espa-ola, la mexicana y la de otras naciones hispanoamericanas. Tambin se indica la posible transmisinde la legua (de origen francs) a Espaa o a Hispania, en una poca anterior.

    6Corts I., Ma. Eugenia, y Fco. Pablo Ramrez G., Rescate de medidas antiguas iberoriamericanas, enero de1998

    7Levy, Pablo,Notas geogrficas y econmicas sobre la repblica de Nicaragua, pgina 315, Managua: Fondo de Pro-mocin CulturalBanco de Amrica, 1976

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    http://www.smf.mx/boletin/Ene-98/articles/medidas.htmlhttp://www.smf.mx/boletin/Ene-98/articles/medidas.html
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    Segn Levy, la legua tiene 20,000 pies por decreto y se supone que es el camino que unhombre puede recorrer en una hora. Los 20,000 pies son 6,666 varas y 2 pies. Sin embargo, en nicocamino amojonado en Nicaragua, en tiempos de Levy, era el de Granada a Len que estaba amojo-nado en leguas de 5,000 varas.8

    Una medida derivada de la vara era la caballera que, se dice, representaba la superficie quepoda labrarse con un arado de un solo caballo en un ao y en terreno ordinario. Su superficie era de640,000 varas cuadradas equivalentes a 64 manzanas

    La fanega es ms complicada porque est la fanega para ridos (para granos, decimos noso-tros), y una medida de superficie, y adems puede ser usada como fanega de sembradura Comomedida de superficie, el vocablo fanega proviene del rabe faddn, que hace referencia a lo que unpar de bueyes pueden arar en un da. Es prcticamente equivalente a nuestra manzana. La fanega desembradura bsicamente era la cantidad de terreno necesaria para sembrar una fanega de grano; deesta forma las tierras de mejor calidad necesitaban menos superficie y de ah la diferencia de las fa-

    negas en comarcas diferentes. Pero cuando dos agricultores de sitios diferentes decan que habansembrado 20 fanegas de trigo, saban que su cosecha sera similar. 9

    En las tasaciones de 1548, los indios tributarios pagaban el tributo de maz, frijoles y algodnen fanegas de sembradura. As los tributarios de Chichigalpa, cuyo encomendero era A. Ximnezdeban pagar la cosecha resultante de sembrar 4 fanegas de maz de primera y otras tantas de postre-ra, 1 fanega de frijoles sembrada en primera y postrera cosechas, y 2 fanegas de algodn. Este es elconcepto de fanega de sembradura, las fanegas se refieren a volumen de semillas sembrada.10

    El producto de una fanega de sembradura solo pude darse de manera aproximada. Lo queun agricultor puede esperar de su plantacin depende de muchas circunstancias que varan de lugar a

    lugar: el clima, el terreno, la exposicin, la especie del algodn y los cuidados que se prodiguen. Enlos climas de Amrica se calcula que en una fanega de sembradura de algodn caben 24,750 plantas

    8Levy, Pablo,Notas geogrficas y econmicas sobre la repblica de Nicaragua, pgina 315, Managua: Fondo de Pro-mocin CulturalBanco de Amrica, 1976

    9Fanega, Wikipedia

    10Stanislawski, Dan, The Transformation of Nicaragua: 1519-1548, University of California Press, 1983

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    http://es.wikipedia.org/wiki/Fanegahttp://es.wikipedia.org/wiki/Fanega
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    colocadas a una distancia de 1.39 metros de distancia. Suponiendo que el algodn en rama que pro-duce es de 15 onzas por planta, el total cosechado ser de 371,250 onzas o 23,203 libras.

    El algodn oro (ya desmotado) es de 1,750 libras en Carolina del Sur; en Venezuela son8,000 libras por fanega; en las Antillas, 4,200 libras; en Martinica 700 libras; en Guadalupe 2,400 li-

    bras y en Reunin 3,100 libras.

    11

    Segn Levy, como medida de granos se usa la fanega, que se divide en 12 celemines, cada ce-lemn tiene dos medios y el medio, dos cuartillos. El medio suele ser un recipiente de madera de 2cm de espesor de 25 cm de lado en el cuadrado de la base y de 12.5 cm de altura; o sea 7.81 litros, yla fanega 187.5 litros, o decmetros cbicos (dm3)

    La genealoga de la libra tiene un origen romano, de donde pas a otros pases europeos y alos americanos.

    Cuando se sembraba algodn en Nicaragua, las bsculas de camiones estaban calibradas enlibras espaolas de 460 gramos para recibir el algodn en rama. Sin embargo, el algodn desmotadose exportaba en pacas rotuladas con pesos en libras del sistema tradicional de los Estados Unidos,donde 1 libra equivale a 453.59 gramos. Como entre el algodn en rama y el desmotado hay todo unproceso, la diferencia aparente a favor de la desmotadora de 1.41% realmente no era una estafa alalgodonero, como sera si no mediara un proceso de desmote. Pero se prest ms de una vez a dis-cusiones entre cliente y desmotadora cuando el algodonero venda su cosecha como algodn en ra-

    ma: Me compras en libras espaolas y vendes en libras inglesas, solan decir.El quintal pesa cuatro arrobas de 25 libras cada una; la libra tiene 16 onzas, y una onza 16

    adarmes y el adarme 36 granos. Pero la libra medicinal es de 12 onzas; cada onza tiene 8 dracmas,

    11Boletn de la Sociedad Mexicana de Geografa y Estadstica, pgina 654, Volumen 10, Sociedad Mexicanade Geografa y Estadstica, Instituto Nacional de Geografa y Estadstica de la Repblica Mexicana, Tipografade Andrs Boix, a cargo de Miguel Zornoza, 1863

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    cada dracma 3 escrpulos, y cada escrpulo tiene 24 granos. Esta es la libra de boticario (farmacuti-ca) que en ingls llaman apothecary,que se traduce al espaol como boticario. En algunos pases dehabla inglesa, las farmacias o boticas se suelen llamar todava apothecary.Nosotros hasta hemos per-dido las boticas que hoy pomposamente se llaman farmacias. El amigable boticario de antes, y lapreparacin in situ de la medicina que me recetaba mi doctor cuando era nio, ahora ha sido sustitui-

    da por las presentaciones pre-fabricadas: tabletas, cpsulas, jarabes, ungentos

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    De Nuestros Lectores

    From: Cooperacin con Centroamrica (Coor. Acadmica) [mailto:[email protected]]Sent: Wednesday, June 08, 2011 5:54 AM

    To: [email protected]: Enlaces con Temas Nic...

    En la pgina web (http://pcca.uah.es/joomla/enlaces/43-media.html) hay un enlace con Temas Ni-caragenses, as como en Facebook del Programa de Cooperacin con Centroamrica. Nos intere-san mucho los temas que se presentan en la revista.

    Fernando CerezalCoordinador

    From:patricio domingo guzmn crdenas [mailto:[email protected]]Sent:Saturday, June 25, 2011 5:10 PMTo:[email protected]:Felicitaciones

    Desde Ecuador les escribe un aficionado a las letras, que buscando revistas literarias por Internet metope con la suya.Felicitandoles por la temtica y los artculos en ella expuestos.Espero que por correo me la manden cada mes, que bueno que las distancias geogrficas se aniqui-

    len por la cultura.

    Atentamente Patricio

    Subject: Boletn No. 3 Memoria CentroamericanaDate: Thu, 30 Jun 2011 17:20:10 -0600 (CST)From: Memoria Centroamerica To: memoria

    [Recibimos este mensaje por iniciativa de El Enlace Acadmico: El Boletn No. 3 Junio de2011, desarrollado por FLACSO, IHNCA-UCA con el auspicio de la Fundacin Ford. El nuevoportal memoria centroamericana es hoy de una coleccin de 60 Manuscritos; 1,531 Libros yDocumentos; 11 Mapas; 74 Material Visual; 8 Videos; y 12 Material Auditivo; 1677 documentosen total que han puesto al alcance de todos nosotros. Para entrar al Portal de Memoria Acadmi-ca, debes pulsarse sobre Coleccin Completa. Desde all pulsas sobre Contenido y seleccionasLibros y Documentos: entre ellos estn los 33 primeros nmeros de RTN; las revistas comienzan enel grupo 46-60 y en los que siguen, aunque no consecutivamente. Si prefieres entrar directamente,

    11

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    BOLETN NO. 3, JUNIO 2011

    Coleccin de Mapas.Los accidentes geogrficos como golfos y llanuras se encuentran registra-

    dos en diversos mapas que han realizado los cronistas de Indias, como

    Gonzalo Fernndez de Oviedo, para detallar los territorios coloniales. Lue-

    go, durante el siglo XIX viajeros como Ephraim G. Squier o marineros in-

    gleses como Bedford Pim, recorrieron el istmo centroamericano en nume-

    rosas expediciones en el afn de bsqueda de la ruta canalera ms conve-

    niente.

    12

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    Canal de Panam

    La coleccin sobre el Canal de Panam incluye bibliografa, libros de foto-

    grafa y publicaciones oficiales, que relatan la Historia del istmo panameo

    con un especial nfasis en las relaciones entre Estados Unidosy Panam

    alrededor de la ruta canalera. Temas como la construccin del Canal y el

    ferrocarril, la administracin sanitaria de la Zona del Canal, lasexperien-

    cias de los obreros y la vida cotidiana en las ciudades panameas a inicios

    del siglo XX, son abordados en esta amplia coleccin especializada.

    Coleccin Geogrfica de CentroamricaLa diversidad geogrfica y la riqueza de recursos naturales de la regin

    centroamericana ha sido descrita por numerosos exploradores y estudio-

    sos. Este conjunto de ilustraciones y textos dedicados a la geografa cen-

    troamericana contiene relatos de viajeros, as como textos oficiales publi-

    cados durante el siglo XIX, adems de estudios recientes sobre accidentes

    geogrficos e hidrografa.

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    http://www.facebook.com/pages/Memoria-Centroamericana/206026649438802?sk=infohttp://208.96.135.99/memoria/boletin/junio_final2/[email protected]://mc.enlaceacademico.org/http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=171&tx_ttnews%5Bcat%5D=42&cHash=627e8d4890ce36bcad18f9f574bfd998http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=171&tx_ttnews%5Bcat%5D=42&cHash=627e8d4890ce36bcad18f9f574bfd998http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=171&tx_ttnews%5Bcat%5D=42&cHash=627e8d4890ce36bcad18f9f574bfd998http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=171&tx_ttnews%5Bcat%5D=42&cHash=627e8d4890ce36bcad18f9f574bfd998http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=171&tx_ttnews%5Bcat%5D=42&cHash=627e8d4890ce36bcad18f9f574bfd998http://mc.enlaceacademico.org/http://208.96.135.99/memoria/boletin/junio_final2/[email protected]://www.facebook.com/pages/Memoria-Centroamericana/206026649438802?sk=infohttp://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=171&tx_ttnews%5Bcat%5D=42&cHash=627e8d4890ce36bcad18f9f574bfd998http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=171&tx_ttnews%5Bcat%5D=42&cHash=627e8d4890ce36bcad18f9f574bfd998
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    Memoria Centroamericana 2011

    Desarrollado por: FLACSO, IHNCA-UCA, con el auspicio de Fundacin FORD

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    http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=251&tx_ttnews%5Btt_news%5D=1448&cHash=5baf3302badb3bea095a40a7fba88d11http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=251&tx_ttnews%5Btt_news%5D=1448&cHash=5baf3302badb3bea095a40a7fba88d11http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=251&tx_ttnews%5Btt_news%5D=1696&cHash=c66873e75ce1e9191c734b431fb3c6fehttp://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=251&tx_ttnews%5Btt_news%5D=1286&cHash=b4056d493ccd574a6c458619989a15a3http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=251&tx_ttnews%5Btt_news%5D=1478&cHash=ef541a93a0ad00ac7902feea5f599379http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=251&tx_ttnews%5Btt_news%5D=1709&cHash=9dcaf633bf49d01af45de27b14d8771chttp://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=251&tx_ttnews%5Btt_news%5D=1448&cHash=5baf3302badb3bea095a40a7fba88d11
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    Del Escritorio del Editor

    Pienso que debemos buscar como preservar el esfuerzo de todos nosotros durante ya bas-tantes meses. Algunas universidades y museos han incorporado un enlace a nuestro sitio Web, pero

    eso no es suficiente para preservar todos los nmeros de la revista. Hoy por hoy, la publicacin de larevista y la permanencia del sitio Web dependen del editor, Jos Meja Lacayo. Necesitamos un anfi-trin para el sitio Web ms permanente y un editor ms joven que eventualmente quiera darle conti-nuidad a la revista.

    He solicitado a nuestro colaborador Norman J. Caldera Cardenal para que la Biblioteca Ge-neral Alejandro y Enrique Bolaos Geyermantenga todos los ejemplares de la revista en su bibliote-ca virtual. Tendremos que dar tiempo para que este proyecto fructifique. Enlace Acadmico tom lainiciativa del proyecto Memoria Centroamericana cuyos lineamientos prepar Dora Mara Tllez.No sabemos por cuanto tiempo permanecer disponible en lnea esta Memoria Centroamericanaquees un portal diferente al de Enlace Acadmico. Es importante que en la Memoria se hayan incluidolos primeros 36 nmeros de la revista de Temas Nicaragenses. Y continan actualizando su conte-nido en el portal.

    Ms difcil parece ser la tarea de buscar un futuro editor. No es que Jos Meja Lacayo estpensando en dejar de editar la revista, pero todos somos de la muerte. Tampoco sabemos cual es elrumbo que un nuevo editor quiera darle a la revista, ni quienes sern los futuros colaboradores. Ne-cesitamos una constante renovacin. No basta con incorporar nuevos colaboradores, necesitamoscolaboradores jvenes. Pienso que la idea de una revista conservadora digital es buena y ser me-jor en el futuro, por eso debemos buscar su permanencia.

    Dice Tllez que En Nicaragua, pas con una de las menores coberturas de la regin, a la

    fecha es posible obtener acceso a Internet en 149 de los 154 municipios del pas, lo que en el futuroredundar en un crecimiento considerable de la cantidad de usuarios en las zonas rurales del pas. Yel acceso es por parte de los jvenes. Tllez da los datos de acceso para Centroamrica, donde Nica-ragua queda en penltimo lugar, solo Guatemala est por detrs, y Costa Rica es el lder con 63% deusuarios de Internet ene l grupo de edades entre los 18 y 25 aos. Las cifras para Nicaragua son 18%de usuarios para todos los grupos de edades, el 32% de ellos en el grupo de edad entre 18 y 25 aos.

    Debemos concluir que nuestra Revista de Temas Nicaragenses es para los jvenes, aunqueescrita por viejos. Y mejor an, las nuevas generaciones si escuchan, si somos objetivos y escribimospara exponer los hechos. Ellos decidirn que parte tomar y cual dejar, que reconozcamos, es el dere-cho de las nuevas generaciones.

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    http://bibliotecageneral.enriquebolanos.org/index.cfmhttp://bibliotecageneral.enriquebolanos.org/index.cfmhttp://www.enlaceacademico.org/fileadmin/usuarios/mas_documentos/MESA%20EA/Dora%20Mar%C3%ADa%20T%C3%A9llez.pdfhttp://www.enlaceacademico.org/fileadmin/usuarios/mas_documentos/MESA%20EA/Dora%20Mar%C3%ADa%20T%C3%A9llez.pdfhttp://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=171http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=171http://mc.enlaceacademico.org/index.php?id=171http://www.enlaceacademico.org/fileadmin/usuarios/mas_documentos/MESA%20EA/Dora%20Mar%C3%ADa%20T%C3%A9llez.pdfhttp://bibliotecageneral.enriquebolanos.org/index.cfmhttp://bibliotecageneral.enriquebolanos.org/index.cfm
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    Mara Teresa Snchez: Husped del Olvido

    por Carlos Tnnermann Bernheim

    En las letras nacionales Mara Teresa Snchez (1918-1994)ocupa un lugar muy singular. Cuando Cuadernos Universitarios dela UNAN public, en 1975, una antologa de la poesa escrita pormujeres, en la breve presentacin de Mara Teresa Snchez se dice:Es la pionera de su sexo en la poesa nicaragense. En los aoscuarenta, Luis Alberto Cabrales pudo afirmar, con toda razn, queMara Teresa Snchez comparta entonces la supremaca poticacentroamericana con Claudia Lars y Clementina Surez.

    Daisy Zamora en su libro La mujer nicaragense en la poe-sa la incluye, junto con Carmen Sobalvarro y Mariana Sansn Ar-gello, entre las precursoras y dice de ella: Fue la primera mujernicaragense que, adems de contar con su propia obra, se convirti

    en promotora cultural propiamente dicho.

    Y es que Mara Teresa Snchez fue la gran animadora de la cultura nicaragense en las dca-das de los aos 40 y 50, junto con su recordado esposo, Pablo Steiner. El Crculo de Letras NuevosHorizontes, que ambos fundaron, fue una especie de Ministerio de Cultura no oficial. Con la Edito-rial Nuevos Horizontes y la Revista del mismo nombre, que en su tiempo fueron los vehculos porexcelencia para la divulgacin de los nuevos valores de la literatura nicaragense, llevaron a cabo una

    labor digna de encomio en aquellos aos de tan limitadas perspectivas culturales.El Crculo de Letras Nuevos Horizontes fue el lugar de encuentro por excelencia de los

    escritores e intelectuales de la poca, escenario de animadas tertulias literarias, conferencias, recitales,exposiciones, etc... Muchos valores de nuestras letras, hoy en da consagrados, ofrecieron sus prime-ros recitales y conferencias en este sitio, sostenido gracias a los esfuerzos desinteresados de MaraTeresa Snchez. Cabe recordar, entre otros, a Carlos Martnez Rivas, Ernesto Meja Snchez, Mano-lo Cuadra, Ernesto Cardenal y Pablo Antonio Cuadra. Tambin el Crculo auspici la histrica visitaa Nicaragua del gran poeta republicano espaol Len Felipe.

    Mara Teresa Snchez es, hasta ahora, el nico intelectual que en Nicaragua ha ganado cuatroveces el Premio Nacional Rubn Daro. En 1945, lo hizo con sus poemas Certeza, El Soldado

    del Amor Desconocido y Las Madres de Ellos; el Premio Nacional Rubn Daro de Ensayo logan en 1948, con su obra Poesa Nicaragense - Antologa; el Premio Nacional de Cuentos en1957, con su obra El Hombre Feliz y otros Cuentos; y luego, en 1958, obtuvo el Primer PremioCentroamericano de Poesa Rubn Daro, con Canto Amargo. Finalmente, en 1985, recibi laOrden de la Independencia Cultural Rubn Daro. Cultiv tambin, de manera sobresaliente, lapintura y la escultura.

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    Mara Teresa Snchez es una de las grandes poetas intimistas de nuestra literatura. Su poesa,un canto que alcanza gran altura lrica y emotiva, tiene un sello muy personal y una reconocida cali-dad. En ella predominan los temas del amor, la pesadumbre, la tristeza y la soledad:

    "sumergida en un inmenso mar de saudades;estanques grises de mis noches de insomnioy como gigantes tomos destrozan mis palabras".

    "todo lo que tena, lo que amaba, se alej, se perdi"."Nada tengo. Nada es mo. Slo mi suprema tristeza"

    "el vaco desmedido conmovindome de vivir slo de recuerdos".

    "Hoy he pensado en qu parte del mundo ubico mi tristezaporque para olvidarlo, ni dormir quisiera, para no soarlo".

    "soy una perfecta husped del olvido".

    Tambin el desencanto con los polticos y la realidad que le rodea da motivos a su inspira-cin:

    Pertenezco a este siglo desgarrado y desgarradorMe toc nacer en este pas de golpes de Estado.

    Slo la salva de la consternacin y el desaliento su fe en Dios:

    La muerte no es el finalsobre el pasado se alza esplendorosoun reventar de vida.

    Jorge Eduardo Arellano, en su Diccionario de Autores Nicaragenses, hace la siguiente valo-racin del conjunto de la obra de Mara Teresa Snchez: Su obra potica, vacilante en Sombras(1939) y Oasis (1943), prosigui su vocacin sin desprenderse de ecos ajenos en Cancin de los ca-minos (1949), para madurar hacia una interioridad plena, concisa, cargada de hondos sentimientosen Canto amargo (1958). Posteriormente, con la salvedad de unos devotos Poemas agradeciendo a

    Dios (1964), concret casi lapidariamente- las circunstancias de su soledad y el dramatismo de suvida, por ejemplo en Nunca hubo tiempo, quizs su mejor poema. Como cuentista, aport un li-bro muy apreciable: El hombre feliz y otros cuentos (1957) en el cual, segn Mariano Fiallos Gil, seadentra con feliz resultado por los vericuetos de psiquis de personajes. Y no slo eso: gestado almargen del regionalismo dominante de la poca, contiene tres cuentos representativos y antolgicos(El ciudadano, Juan Turn y el que da ttulo al volumen). Como dariana dej una biografa de

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    Rafaelita Contreras y como antloga compil una fuente que en su momento fue reveladora y com-prensiva, y hoy til e insustituible.

    El Centro Nicaragense de Escritores, para rescatar del olvido a esta fi-gura clave de la literatura nicaragense public, bajo el ttulo: Husped del olvi-

    do, una breve coleccin de composiciones en verso y en prosa, escritas en losltimos aos de su vida, tan prdigos en tristeza y abandono, dominados por elinevitable presentimiento de la muerte. Se agregaron a esta coleccin los poemasincluidos en las antologas publicadas por la propia Mara Teresa y por DaisyZamora, a fin de ofrecer a las nuevas generaciones al menos una muestra repre-sentativa de la poesa de quien inaugur tantos caminos lricos y culturales parala mujer nicaragense.

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    http://www.escritorasnicaragua.org/publicacion/2
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    La Universidad Del Futuro De Carlos Tnnermann Bernheim

    por Isidro Rodrguez Silva

    La La Universidad del futuro (HISPAMER-2011) del Dr. Carlos Tnnermann Bernheimvine a cerrar o complementar un ciclo temtico del pensamiento universitario latinoamericano, queinici con otro libro de igual embargadora a como es La Universidad necesaria para el siglo XXI(HISPAMER-UPOLI, 2007). En ambos libros, me atrevo asegurar, son los dos polos en que cami-nan de un extremo al otro, su pensamiento pedaggico universitario, transitados tambin por losejes transversales temticos, conceptuales, de una nueva filosofa educativa, que nos lleva a una vi-sin sicopedaggica de lo que debe de constituir la universidad latinoamericana del futu-

    ro.

    No es gratuito que el primer captulo de su primer libro, que lleva por ttulo: Los desafo de

    la universidad del siglo XXI, inicie y complemente con su ltimo libro: Los desafos de la Univer-sidad en el siglo XXI y la Universidad del futuro. Vuelve entonces, a hablarnos desde una nuevaperspectiva, de Pertinencia y calidad de la Educacin Superior, que tiene relacin con Equidad ycobertura educativa. Si en el primero trata de: Un concepto vivo: la autonoma universitaria, en elsegundo, Las Implicaciones de la Autonoma Universitaria para el siglo XXI .Esto para citar algu-nos ejemplos, en cuanto ambos libros tienen un sola relacin umbilical y definitoria en su pensa-miento universitario. Tambin debemos agregar que expone nuevos temas como: la importancia de

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    las humanidades y de la educacin general en la educacin superior contempornea; las Conferenciasregionales y mundiales sobre educacin superior de la UNESCO y su impacto en la educacin supe-rior de Amrica Latina y tendencias actuales en el diseo curricular y su importancia en los procesosde transformacin universitaria.

    Como puede verse, todos ellos son temas de gran actualidad que estn presentes en la agen-da del debate nacional e internacional sobre la educacin superior. Por eso, el Dr. Tnnermann es-pera que las reflexiones y propuestas incluidas en su obra ayuden a los dirigentes universitarios ensus esfuerzos por introducir en las instituciones de educacin superior las transformaciones que ase-guren su sobrevivencia.

    La Universidad del futuro se compone de diez captulos que tienen como eje la preocupa-cin por identificar esas transformaciones claves, que son las que estn dando, paulatinamente, unnuevo perfil a la Universidad del Futuro. Afirma Tnnermann: Frente a los desafos provenientesdel conocimiento contemporneo, de la sociedad global y de la revolucin de las comunicaciones yla informacin, es urgente estructurar las respuestas de las instituciones de educacin superior. El

    imperativo del cambio implica una Universidad al servicio de la imaginacin y la creatividad, y nonicamente al servicio de una estrecha profesionalizacin como, desafortunadamente, ha sido hastaahora entre nosotros. La educacin superior, de cara al siglo XXI, debe asumir el cambio y el futurocomo consubstanciales de su ser y quehacer.

    Cul es la visin que tiene el Dr. Carlos Tnnermann de esta universidad del futuro? l laconcibe como una universidad que mantenga estrechas relaciones de coordinacin con el Estado, lasociedad civil organizada y el sector productivo y empresarial; que forme parte de un Proyecto Na-cional de Desarrollo Endgeno, Humano y Sostenible y, contribuya, mediante su visin prospectiva,a configurar los proyectos futuros de sociedad; un centro donde se contribuya a conservar, defender,acrecentar y difundir los valores culturales propios, se fortalezca la identidad nacional, y se promue-

    van la interculturalidad, la cultura de paz y la cultura ecolgica; una institucin que forje, de ma-nera integral, personas y ciudadanos conscientes y responsables; profesionales, especialistas, investi-gadores, artistas y tcnicos formados interdisciplinariamente, dotados de una cultura humanstica ycientfica, capaces de seguirse formando por s mismos, durante toda su vida, de adaptar sus cono-cimientos a los rpidos cambios que se producen en su campo profesional, laboral y cientfico; delocalizar la informacin pertinente, evaluarla crticamente, juzgarla y tomar las decisiones adecuadas.Los trabajos recopilados en este volumen tienen como hilo conductor afirma el Dr. Carlos Tn-nermann- la preocupacin por identificar las transformaciones que necesitan hacer las institucionesde educacin superior para responder adecuadamente a los retos y desafos de la sociedad contem-pornea.

    Con el respaldo de ms de medio siglo de vida acadmica; con una experiencia acumulada atravs de su participacin como asesor principal en los procesos de cambio de varias universidadesde Amrica Latina y el Caribe, que le han merecido varios Doctorados Honoris Causa, ms sus aosde vinculacin con la UNESCO que le permitieron participar activamente en la organizacin de lasgrandes conferencias regionales y mundiales sobre educacin superior convocadas por la UNESCOen los ltimos aos, el Dr. Tnnermann Bernheim seala, en el prlogo de su importante libro quela pertinencia, calidad y equidad de los sistemas educativos, y particularmente del nivel superior de-

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    termina, en muy buena medida, el lugar que cada pas ocupa en el nuevo contexto internacional y susposibilidades de lograr una insercin beneficiosa. Para que la educacin superior desempee este roltan importante requiere de innovaciones profundas, que hagan temblar los cimientos de nuestrossistemas educativos, tan ligados a la tradicin. Y esas innovaciones no pueden seguir siendo pura-mente episdicas: deben consistir en un proceso permanente.

    El Dr. Carlos Tnnermann Bernheim fue reconocido por la Unin de Universidades deAmrica Latina (UDUAL), como Maestro de la Universidad Latinoamericana, al otorgarle, en elao 2004, el Premio Continental Carlos Martnez Durn, por sus extraordinarias contribuciones aldesarrollo y transformacin de las universidades en nuestra regin. La sntesis de su libro La Univer-sidad del futuro, la encontramos en sus propias palabras: La inercia, la resistencia a los cambios,pueden propiciar la aparicin de nuevas instituciones que vengan a sustituir por su desactualizacin,a la institucin ms representativa de la inteligencia humana.

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    Julio Y Tomn, o de los Sentidos

    (Nuevo dilogo Platnico)

    por Eduardo Zepeda-Henrquez

    Uno viva en el tiempo; el otro, en el espacio. Para comunicarse, tenan una mquina que lesserva de intrprete, y que grababa lo que el ciego deca de viva voz, transmitindolo por seas alsordomudo, a travs de una pantalla de televisin. O, al revs, la mquina filmaba, en el lenguaje delas manos, la respuesta de ste ltimo, y la transmita de palabra al invidente.

    Se comunicaban lentamente, con el ritmo del agua de aquel lago, en su orilla granadina, juntoal paseo ajardinado o maleconcito que lo bordeaba. Algunos das caminaban a la orilla del agua, cuyoritmo cansino conoca uno de los dos amigos por el odo, y el otro, por la vista y el tacto. El segundo

    de ellos poda, adems, apreciar el color de ese ritmo, que era de un azul clarsimo.

    -No entiendo del todo el antes ni el despus quejbase el poeta Julio Mayo, alias Calenda-rio, ante su amigo Tomn Manzana, artista plstico-. Slo s que el pasado no es lo anterior aadaen tono convincente-, ni es posterior el futuro.

    Mayo era un poeta sin ojos, igual que Homero, pero tambin sin tacto en las manos, y el o-do le supla casi con creces la falta de esos sentidos.

    -El antes y el despus se demuestran fcilmente, como el andar responda el amigo pintor yescultor-. Tampoco mi apellido Manzana continu, requiere demasiadas pruebas, puesto que co-rresponde a una realidad mensurable.

    Vease a la legua que se trataba de un artista plstico, y hasta Tomn, su nombre, no era undiminutivo de Toms, segn crea todo el mundo, sino una voz de origen rabe, y la denominacinde una medida de peso.

    -Pero la vista puede engaarte replicaba el poeta Mayo-, porque el antes y el despus sonconceptos relativos.

    -El odo es todava ms engaoso se defenda Manzana, agitndose todo, como si se ahoga-se dentro de una campana neumtica-. Yo no tengo tiempo para nada deca l mismo, como rema-

    tando- y, sin embargo, he creado objetos bellos que se palpan, y que son, por supuesto, comproba-bles a primera vista.

    -Mi fuerza, en cambio, es la palabra argumentaba el otro-, y an ms, el silencio.

    El poeta call por unos instantes, aclarando enseguida:

    -En msica, por ejemplo, son a veces ms importantes los silencios que las notas.

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    Tu problema -precisaba Tomn Manzana- es que crees en el futuro y en los vates o adivinos.Yo, al contrario, he sido educado en un mtodo tan prctico como el arte de ensear a los sordomudos,del benedictino Fr. Pedro Ponce, y...

    -No fastidies! le interrumpi Julio Mayo, y yo tambin lo fui en el de ensear a los ciegos, ex-

    puesto por el maestro Alejo de Venegas, en su Tratado de ortografa. Y, por aadidura, en ese sistemapositivo por excelencia que es el alfabeto en relieve, de Braille, y el cual yo usaba con soltura antes deachicharrarme las palmas de las manos. Pero hablabas de creer en el futuro y, en mi caso no esta-mos ante una creencia, sino ante una inteleccin; como tampoco creo en el pasado, sino que llamoevocacin a la idea que me hago del mismo cuando lo estudio.

    -Por el contrario, lo que yo anticipo argument el artista plstico, en son de triunfo- no sonlos tiempos del tiempo, sino una imagen de la eternidad.

    -Te vuelve a engaar la vista repuso el poeta amigo- por razn de que lo emprico no seconcilia con lo eterno, ni siquiera en broma. T no usas reloj ni calendario, pero eres un esclavo de labscula y de las mediciones.

    -Yo no cumplo aos, sin embargo...-observ Tomn Manzana, midiendo bien sus seas ex-presivas-.

    -T eres apenas simultneo, mas nunca eterno contest rotundamente Julio Mayo-.

    Y l tambin fue quien dijo:

    T, amigo mo, a pesar de ver, no eres capaz de saber dnde estoy en cualquier momento.

    As discurrieron ambos durante un buen rato, hasta que decidieron poner fin a ste dilogo,por haberse dado cuenta de que ellos eran complementarios, y de que no necesitaban la mquinapara entenderse. Lo cierto es que las piezas encajaban, y que no eran dos personas, sino una con

    nombres diferentes. Julio y Tomn, desde aquel da, ya fueron un solo hombre; un hombre verdade-ro, sencillamente.

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    Novelas de las dos primeras dcadas del siglo XX(Captulo del libro en preparacin: 100 novelas nicaragenses)

    por Jorge Eduardo Arellano

    DURANTE LAS dos primeras dcadas del siglo XX, las novelas de autores nicaragensessumaron veinte: diecisiete publicadas en libro, una aparecida incompleta en un diario de Buenos Ai-res (El oro de Mallorca), otra completa en una revista ilustrada (Primavera en el hospital) y la ltimaconcluida, pero indita (El tesoro oculto). Adems, en su mayora resultaron intrascendentes. Tal vezno podra decirse lo mismo de las recreaciones autobiogrficas, Un matrimonio desgraciado, de Julio Je-rez Castro, y Una historia dolorosa, de Guadalupe Briceo, de las cuales apenas se tienen noticia. Am-bas se publicaron en Rivas: la primera a principios del siglo y la segunda en 1921, en dos volmenes,cuyo subttulo era significativo: Historia de un hombre escrita por l mismo. Como curiosidad, vale la penarecordar que a Jerez Castro lo felicitaron por su obra en Espaa, tanto Alfonso XIII como el nove-

    lista en boga Vicente Blasco Ibez. 1

    Aparte de Jerez Castro, Briceo y Rubn Daro ejecutor una de la novela ms consisten-te, hay que agregar nueve autores: J. Trinidad Gutirrez, Anselmo Fletes Bolaos, Pedro J. CuadraCh., Manuel Antonio Zepeda, Hernn Robleto, Gustavo Alemn Bolaos, Federico Silva, PedroJoaqun Chamorro Zelaya y Juan Felipe Toruo. Doce en total.

    Ego Sumy su anecdotario estrambtico

    Todava no se daban condiciones materiales para el desarrollo del gnero, excepto para cier-tos intentos ficcionales aparecidos en folletos, como los de J. Trinidad Gutirrez (1867-193?). Aludoa los tituladosMargarita. Novelaromntica de actualidad(1910); La Hija del Esclavo(1911),El Corazn deuna Madre(1912), Los celos de la Camila(1912),Amores de Don Pedro (1913) y Benditas sean las mujeres(1914).2

    1Vase el peridicoJuvencia, Rivas, nm. 2, 3 de diciembre, 1933. Por su lado, Julio Linares, en sus Letras nica-ragenses(Managua, Editorial San Jos, 1966, p. 30), dedica un parrafito a las obras de Jerez Castro nieto deMximo Jerez y Briceo.

    2He aqu sus datos bibliogrficos:Margarita/Novela romntica de / actualidad. / Granada, Nic.-C.A. / Managua/ Tip. Gutemberg de Alfredo Krger / 1910. 46 p.; La Hija del / Esclavo(La accin pasa en Hispanoamrica./ Tomo I. Granada, Nic., A.C. / Tipografa Managua de Guerrero & Bravo / 1911. [2] 58 p.; El corazn / deuna Madre. / (El primer captulo es histrico y pasa en Te- / gucigalpa, repblica de Honduras). / Granada,Nic. A.C. / 1912 / Tip. de El Centro-Americano. iv, 42 p.; Los celos / de / Camila(Drama en siete actos). /Granada, Nicaragua, A.C. / 1912 / Tipografa Modelo-Managua, xi, 80 p.; Amores / de / Don Pedro / (Novelade costumbres). /1913 / Granada, Nicaragua, C.A. / Tipografa Prez-Managua. xiv, 51 p.; Benditas sean lasmujeres(novela para damas). / Granada, Nic. A.C. / 1914 / Tip. Comercial-Managua. 78 p.

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    Margaritaera una reducida y deficiente imitacin de la decimonnicaMargarita Roccamare, cu-yo autor Gustavo Guzmn se neg prologar. Su argumento es simple. La protagonista, una jo-ven francesa que odiaba cualquier conversacin que no fuese de literatura, es entregada en matri-monio por sus padres (doa Juana, una dama aristocrtica y don Carlos un anciano venerable) alvizconde Jupenete, un espaol que se librara de un complot anarquista para asesinarlo. La pareja no

    funciona: se odia; pero un curita la reconcilia y los dos corazones se entendieron y vivieron en paz.El cuentecillo, ms que una novelita, termina con la muerte de don Carlos.

    Ingenuo pero tenaz, Gutirrez se autocenceba humilde emborronador de cuartillasy estaba cons-ciente de supropaganda literaria.As denomin la labor de editar, cada seis meses, un folleto de milejemplares que venda en las poblaciones conectadas por el Ferrocarril del Pacfico, logrando obte-ner lectores, especialmente femenino. Por eso afirmaba que sus producciones contenan lecturaamena, sensata y recreativa, especificando queAmores de Don Pedropersonaje inspirado en donJuan Tenorio poda disfrutarlo desde la ms soberbia seorita que lleva mantilla hasta la mshumilde mengala que pasa el da en una mquina.3

    Careciendo de capacidad narrativa, el autodidacta y tipgrafo en Granada durante variosaos que era Gutirrez, ms conocido por su seudnimoEgo Sum, no dejaba de entretener a sus lec-tores con un anecdotario estrambtico. Fue el caso del rey Felipe II, a quien hace matar a su primerministro durante su habitual cacera en los bosques de Sevilla y Zaragoza; o el argumento deElCorazn de una Madre, resumido con sus propias palabras: cmo un mal hijo, en Honduras, le quita la vida ala autora de sus das. Luego suprmele el corazn, se lo entrega a una hermana, que indignada ante la presencia deaquel horroroso asesinato, se vuelve loca.4

    La ltima calaverada: primera novela epistolar

    Otro tipgrafo y tambin granadino como Gutirrez fue Anselmo Fletes Bolaos(1878-1930), quien elabor la primera novela epistolar en Nicaragua: La ltima calaverada(1913).5Con una segunda edicin, corregida y aumentada del mismo ao, esta novela corta se enmarca de-ntro del costumbrismo picaresco del autor. gil en sus dilogos, consta de diecisiete cartas escritas yenviadas a su amigo leons Carlos por el nico narrador, Alberto sobrino carnal y heredero delacaudalado Cura N entre el 15 de enero y el 20 de junio de 1890.

    La trama tiene lugar en Granada y se inicia con el regreso de Alberto tras ocho aos deausencia, procedente de Estados Unidos y Europa. Donjuanesco, Alberto seduce a Carmen, so-brina tambin del Cura N y prometida de Ernesto; enamorndose de ella, le ensea a escribir y

    3Trinidad J. Gutirrez:Amores de Don Pedro, Op., cit., p x.

    4Trinidad Gutirrez:El corazn de una madre, Op., cit., p 11.

    5Anselmo Fletes Bolaos: La ltima calaverada(Novelita de costumbres). Ilustraciones de A. N. Campos, 2ed. corregida y aumentada. Granada, Tipografa Guerrero, 1913. 64 p.; y en Libro del mes, Revista Conservadoradel Pensamiento Centroamericano, nm. 87, diciembre, 1967, pp. 43-52.

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    otras cosas. Al final, se entera que Carmen, realmente, es su hermana de madre (producto de infide-lidad). Impresionada, la muchacha (dieciocho aos, triguea, pelo negro, crespo y abundante, caritaredonda, boca pequea, ojos lindsimos, ms alta que baja y ms gruesa que delgada) fallece; enconsecuencia, Alberto decide tomar los hbitos en el Seminario de Len. Hoy en da anot Ur-bina La ltima calaveradanos resulta sumamente machista y simple, y su argumento es tan ordinario

    que no creo que despierte mayor suspenso en los lectores. No obstante, la obra en s es un preceden-te importante del gnero epistolar.6

    Vida nueva: novela de tesis de un caballero catlico

    Ms edificante que la anterior result la primera de cuatro novelas cortas, escritas y difundi-das por el director deEl Diario Nicaragense, de Granada: Pedro J. Cuadra Ch. (1887-1955). Me refie-ro a Vida nueva(1923), publicada con su anagrama y seudnimo Juan P. Cerrado D. Con la impronta

    del ensayista, esta novela de actualidadsegn el subttulo no trascenda la mentalidad de un caba-llero catlico, dispuesto a narrar la crisis econmica que experimentaba, identificndose con el co-merciante Francisco Arteaga, hombre de 40 aos, esposo fiel de Mara, de la primera sociedad, bellay virtuosa, padres de tres hijos.

    La accin es lenta y la lectura tediosa a lo largo de sus 146 pginas. En el ltimo captulo (elXII) se incluye una conversacin sobre Daro. Mara, la abnegada esposa, le pregunta a Juan P. Ce-rrado D., autor de la novela, si ha pensado escribir una obra en verso, lo que le da pie para extender-se y opinar sinceramente:Nuestro Rubn Daro naci poeta y poeta de genio; pero ni disciplin [] su fantasaintelectual, ni abrev bien en la Fuente Castalia de la Poesa, la Fuente del Bien, la Belleza y la Verdad, que esDios. No sin llamarle sublime ignorante, Cerrado coincide con Cuadra Ch. en su mentalidad catlica:

    [Daro] naci en mala poca, en poca de errores radicales, y aunque conserv entre cenizas la fe, no la hizo savia fe-cunda y vital de su poesa. Sin embargo, a pesar de sus defectos, Daro puede considerarse un clsico,y en realidad esmaestro porque supo expresar la vida que vivi, con bro y majestad.7

    Tras no pocas dificultades, los Arteaga salen adelante en su vida nueva de privaciones y sa-crificios, conservando lo que hace dichoso al hombre: tranquilidad econmica y trato social. Unatesis se plantea:El hombre honrado y laborioso, que gasta menos de lo que produce y gana, que conoce el difcil artede conservar, ese, a consecuencia de sus virtudes, llega a ser rico, y en l el dinero es una noble ejecutoria de hombra debien, premio de su actividad y de su ahorro.8

    No obstante su sostenida mediocridad, Vida nueva fue elogiada en Espaa por Jos Castelln:Juan P. Cerrado tiene ese sentido de ternura que es gala de nuestro Emiliano Ramrez ngel [1883-

    6Nicasio Urbina: La estructura de la novela nicaragense. Managua, anam Ediciones, 1995, p. 133.

    7Pedro J. Cuadra Ch.: Vida nueva.Novela de actualidad. Con un prlogo de Pedro Joaqun Cuadra Ch. Gra-nada, Nic. Tipografa El Centro-Americano, 1923, pp. 138-139; vase tambin Daro en mi novela Vidanueva (Pedro J. Cuadra Ch.: Rubn Daro, Granada, Tipografa de El Centro-Americano, 1943, pp. 125-142).

    8Pedro Joaqun Cuadra Ch., Vida nueva, Op., cit., p., 127.

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    1928]: el novelista de la vida gris. Con singular maestra, ha presentado una vida toda de amor y dedolor, y entre el tejido de esa novela surge como una rica flor la idea de que para ser felices es preci-so observar una vida modesta, humilde.9Por su parte, las restantes novelas cortas de Cuadra Ch.no tuvieron eco alguno; con un comn trasfondo de prdica cristiana, se titulan Las dos mujeres o elarma de la buena esposa,10El Manto de Jess,El Gobierno del Hijo Prdigoy Los Tres Azotes del Diablo.11

    Las fantsticas El tesoro ocultoy De mi viaje a Pars

    Tampoco repercutieron en los lectores dos fantsticas obras del narrador Manuel AntonioZepeda:El tesoro oculto, una novela; y De mi viaje a Pars, crnicas imaginarias de la Primera Gran Gue-rra. En su libro de cuentos y estampas, Tonalidades del trpico(192?), Zepeda anuncia la primera califi-cndola de histrico-fantsticay resumindola: Aventuras yanquis en Nicaragua en busca de un tesoroque dejaron escondido los piratas ingleses y atraen la ambicin de un poder formidable. Pronto sale

    a luz. Contiene datos preciosos.

    12

    No se public, pero su autor ya la haba elaborado y planeaba difundirla, por suscripcin, en

    dos o tres cuadernillos mensuales, hasta completarla; cada cuadernillo contena un episodio, a saber:la primera expedicin que fracasa, la de William Walker con su fin conocido, la oficial de los EstadosUnidos a travs de la compaa canalera, una cuarta: tambin norteamericana y secreta, detectadapor espas japoneses y la surgida con la llamada Revolucin de Octubre(de 1909). Llegan periodistas deEstados Unidos a tomar informes aade Zepeda. Nicaragenses, japoneses norteamericanosluchan por el tesoro en el cerro de Maipita, en las riberas del ro Rama. Corre la sangre en una ca-verna. Descubren indicios de la existencia de otro tesoro Fracasada la compaa, en 1911 se formaotra en Bluefields y origina una revolucin para independizar la Costa Atlntica. Al fin, el tesoro es

    encontrado y enriquece a una norteamericana que radica en Bluefields; el encuentro del tesoro fuecasual y cost la vida de dos hombres y dio locura a otro. 13

    Un ao despus de concluida la Primera Gran Guerra, se edit en la Imprenta Nacional deManagua, De mi viaje a Pars, volumen de 193 pginas que ficcionaliza ese acontecimiento de repercu-

    9 Jos Castelln: Juicio sobre la novela Vida nueva, en Josefa Toledo de Aguerri: Enciclopedia nicaragense.Tomo II, Managua, Imprenta Nacional, 1932, p. 228; reproducido en Orlando Cuadra Downing: Seudnimos yapodos nicaragenses. Managua, Editorial Alemana, 1967, pp. 196-197 (originalmente, apareci en la revistaUnin, de Sevilla).

    10Pedro J. Cuadra Ch.: Las dos mujeres o el arma de la buena esposa. Novela nicaragense. Granada, Nic. EdicindeEl Diario Nicaragense, 1925.11Pedro J. Cuadra Ch.: Novelas cortas () Granada, Nic. Edicin de El Diario Nicaragense, 1927. 144 p.Contiene: El Manto de Jess, pp. 1-60; El Gobierno del Hijo Prdigo, pp. 61-93 y Los Tres Azotes delDiablo, pp. 95-144.

    12Manuel Antonio Zepeda: Tonalidades del Trpico. Managua, Tipografa La Managua, 1923?, p. 125 sin nume-rar.

    13Ibid., p. 128 sin numerar.

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    sin mundial. Sorprende en Zepeda su voluntad de referir, como un vido cronista los hechos queconmovieron hasta lo ms hondo la estructura social y los modos de pensar. l slo dispona de dia-rios, revistas ilustradas, boletines oficiales y, sobre todo, de su imaginacin. Viaja a Pars en su fanta-sa para trasmitir las emociones, la crueldad y la miseria desatadas por la hecatombe, anticipndose aobras de mayor trascendencia como las publicadas en 1928:Quinta de 1902, de Ernesto Glaeser; Los

    generales mueres en la camade Charles Yale Harrison yEl Blocaode Jos Daz Hernndez; e incluso lanotable Sin novedad en el frente (1929) de Erich Mara Remarque.

    Como en esas ficciones testimoniales, en De mi viaje a Parsel narrador escribe en primerapersona. El dos de mayo de 1915 vi por primera vez los terribles efectos de los gases asfixiantes,inicia una de sus 34 crnicas. Otras se titulan El preludio de las batallas, Lo que llaman camou-flage, Un combate en aeroplano, El homenaje pstumo, Los tres soldados, La retirada ale-mana, Una batalla matinal, La bravura americana, El armisticio y El regreso.

    El oro de Mallorca: novela autobiogrfica, existencial, moderna

    Pasando a novelas de nicaragenses aparecidas en el extranjero, conviene destacar tres:El orode Mallorca (1913-14) de Rubn Daro, Primavera en el hospital (1923) de Hernn Robleto y La factora(1925) de Gustavo Alemn Bolaos (1886-1960), todas excepcionales tanto por su desvinculacindel folletn romntico y del realismo costumbrista como por sus valores intrnsecos. DeEl oro de Ma-llorcase publicaron seis captulos en el diario bonaerense La Nacin, entre el 4 de diciembre de 1913 yel 13 de marzo de 1914. Aos ms tarde, Allen W. Phillips los recogi.14Posteriormente, Ivn A.Schulman rescat un captulo ms, aparte de revalorar la obra.15De hecho,El oro de Mallorcaes unmaduro ejemplo de autobiografismo existencial e intimista. Daro se identifica con un msico, Ben-

    jamn Itaspes, que navega de Marsella a la isla mediterrnea de Mallorca, con el objeto de pasar unatemporada de reposo y terapia en casa de un amigo. Caracteriza a Itaspes, describe los paisajes, retra-ta a los anfitriones, resume la historia de la mansin donde se hospeda alczar, castillo, monaste-rio, refiere lecturas y transcribe conversaciones sobre los amores que all vivieron Chopin y sumujer George Sand Anderson Imbert anota:

    En las ltimas lneas del captulo IV parece que, por fin, la novela va a empezar, con lallegada de un automvil en el que vienen amigos, entre ellos una elegante dama parisiense: laescultora Margarita Roger. Pero el captulo V, que es una exposicin de los antecedentes deMargarita y su divorcio, termina cuando Margarita e Itaspes se citan para comer juntos. Itas-pes cuenta a Margarita su primer amor, su desencanto y su alejamiento a otras tierras, etc.

    Termina la primera parte [captulo VI] deEl oro de Mallorcacuando Itaspes besa a Margarita,

    14Allen W. Phillips: El oro de Mallorca: textos desconocidos y breve comentario sobre la novela autobiogrficade Daro. Revista Iberoamericana, nm. 65, julio-diciembre, 1967, pp. 449-492.

    15Ivan A. Schulman: El oro de Mallorca: novela inconclusa?, enEl proyecto inconcluso / La vigencia del moder-nismo. Mxico, Siglo XXI Editores, 2002, pp. 93-200, reproducido en Boletn Nicaragense de Bibliografa y Do-cumentacin, nm. 124, julio-septiembre, 2004, pp. 13-20.

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    pero ella prefiere que sean amigos, no amantes, y entonces Itaspes llama un coche y se va a laCartuja.16

    Margarita Rger es una chueca, es decir, descendiente de judos conversos, a quienes se dis-

    crimina en Mallorca. Haba conocido en Pars a un joven espaol, mallorqun para ms seas, de ciertotalento, de excelente carcter y bastante adinerado, que supo primero jugar al amor con ella, y luego casarse ()Laseparacin haba venido, no por incompatibilidad de carcter, ni por heridas, ni razonamientos de amor propio, sinopor ir a vivir a su ciudad natal, Palma de Mallorca, en donde su mujer haba de pasar momentos de angustias, devergenza, de sufrimiento.17

    El primer captulo de la tercera parte, rescatado por Schulman, supone la redaccin de la se-gunda cuyas pginas desaparecieron para siempre y varios hechos, entre ellos la ida de Margari-ta de Mallorca. Los das siguientes fueron para Itaspes de relativo reposo. Se dedicaba a la msica, apasear, a observar a los valdemosinos en sus faenas cotidianas. Un da se encuentra con el PadreMerz, su amigo y mdico del alma. Alternan profundamente. Itaspes retorna a la mansin donde

    se aloja, a su cuarto, pasa a la biblioteca y toma, al azar, un libro: el texto de las pginas donde loabre le impresiona: una manifiesta advertencia de lo invisible Estar, pues, condenando a volver a la lucha delas miserias entre las manadas de los lobos sociales. Habr de seguir soportando el contacto de viscosas alimaas. Ten-dr que defenderme de mis propios nervios con su habitual droga funesta, que a su vez continuar siendo la ms temi-ble de las enfermedades. Sufrir el horror de la muchedumbre, la tirana del rostro humano, los efluvios hostiles que sedesprenden de cada bpedo lobo que pasa cerca de m. Atacar mi sensibilidad olfativa el demonaco odor di fminay seguir obsesionado por toda suerte de fantasas carnales y pecaminosas, yo que a cada instante estoy tentado a creeren la no existencia del pecado18

    SiEl hombre de orocorresponde a la etapa triunfal del modernismo,El oro de Mallorca al post-modernismo: al Daro angustiado, acosado por pasiones conflictivas y preocupaciones religiosas ymetafsicas. Por tanto, se concentra en el autoanlisis psicolgico y sentimental que hace Itaspes des mismo, de sus dolencias fsicas y espirituales, de su propia vida. Al respecto, Ramn Luis Acevedoapunta: La novela no sugiere solucin alguna del dilema planteado y el protagonista, hroe plena-mente moderno, queda preso de sus contradicciones.19

    En realidad,El oro de Mallorcano fue una novela inconclusa. Francisco Huezo, en su testi-monio sobre Daro y sus das preagnicos, da la impresin de que se trataba de una obra concluida. 20

    16Enrique Anderson Imbert: La originalidad de Rubn Daro. Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina,1967, p. 175.

    17En Allen Phillips: El oro de Mallorca: textos desconocidos y breve comentario sobre la novela autobiogrfi-ca de Daro, art., cit., p. 484.

    18En Ivan Schulman: El oro de Mallorca: novela inconclusa?, art., cit., pp. 204-205.

    19Ramn Luis Acevedo: La novela centroamericana. Ro Piedras, Puerto Rico, Editorial Universitaria, 1982, p.197.

    20Francisco Huezo: ltimos das de Rubn Daro. Managua, Academia Nicaragense de la Lengua, 1962, p. 44:Minutos despus me pidi [Daro] los originales de su novelaEl oro de Mallorcaque das antes me diera para

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    Mucho antes del hallazgo de su ltimo captulo conocido, Mario Cajina Vega la estimaba un proyec-to suficientemente acabado; opinin ajena a las de sus ocho editores: desde el primero, Alberto Ghi-raldo, hasta el ltimo: Luis M. Fernndez Ripoll. 21En ese sentido, comparto la valoracin de Schul-man: Novela fragmentada en que, sin embargo, podemos leer los signos irruptivos de una primige-nia vanguardia enunciada en la estrategia del discurso: la inestabilidad narrativa, los cambios abrup-

    tos del escenario, la movilidad del protagonista y la hibridacin de tcnicas ficticias que ensanchanlos lmites narrativos. Por espacios ampliados, mediante procesos textuales reservados histricamen-te para el diario, el tratado filosfico, en ensayo de especulacin religiosa, el documento mdico o lacrnica de viaje, se filtra, racionalizada, la experiencia del sujeto traumatizado y alienado por las con-tradicciones de la experiencia moderna.22Agrega el scholarnorteamericano: Novela orquestada entres partes, de las cuales slo hemos podido conocer la primera hasta la fecha; narracin heterodoxa,anrquica, en consonancia con la catica vida finisecular: cortes, suspensiones, superposiciones eincursiones intertextuales.23

    Primavera en el hospital: novelita de la compasin

    Por su importancia en la carrera literaria de Hernn Robleto (1892-1969), es oportuno con-signar su primera obra de ficcin: Primavera en el hospital(Mxico, Ediciones de La Semana Ilustra-da, 1923), la cual tuvo xito como novelita semanal en el mbito periodstico donde se haba esta-blecido su autor desde 1917. A sus 31 aos, pues, elevaba a rango narrativo su talento reporteril queluego ejercitara en otra novela corta inserta como folletn deEl Universal Ilustrado: La Matlaciguay en la serie de Crmenes clebres, crnicas recogidas en volumen.

    Primavera en el hospital, plenamente urbana, tiene el mrito tambin de ser la primera ficcin de

    un nicaragense aparecida en Mxico. Segn la reproduccin de su texto en Managua, con ilustra-ciones de Chilo, haba sido juzgada por la crtica de Mxico, Cuba y Argentina como la obra mssignificativa en su gnero de los jvenes literatos centroamericanos. 24Ambientada en la capitalmexicana, durante los primeros das de mayo, cuenta la historia de Emilio Anguiano, estudiante de

    conocerla. Y se la devolv. Es una novela original, de trascendencia, del gnero romntico con su bravo hroeBenjamn Itaspes, artista genial y de sangre.

    21Alberto Ghiraldo (Santiago de Chile, 1937); Allen W. Phillips (Pittsburg, 1967); Enrique Anderson Imbert(Buenos Aires, Marymar, 1966); Luis Maristany (Barcelona, La novela corta, 1978); Antonio Piedra (Madrid,1990); Arturo Ramoneda (idem, 1991); Carlos Meneses (idem, Devenir / El otro, 1991) y Luis FernndezRipoll (Palma de Mallorca, Terra incgnita, 2001). En cuanto a la crtica ms reciente, cabe citar los trabajosde Ignacio Campos Ruiz: El cronotopo del camino a la expiacin: entre el miedo, el gozo y la gloria enEl orode Mallorca (Lengua, nm. 28, febrero, 2004, pp. 118-131) e Isolda Rodrguez Rosales: Intertexto y angustiaexistencial enEl oro de Mallorca. Boletn Nicaragense de Bibliografa y Documentacin, nm., 124, julio-septiembre,2004.

    22Ivan. A. Schulman: El oro de Mallorca: novela inconclusa?, art., cit., pp. 193-194.

    23Ibid., p. 194.

    24De acuerdo con su presentacin en La Noticia Ilustrada, Managua, 1926.

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    medicina que alquila un cuarto en una casa de huspedes y es discpulo predilecto del doctor Amiel,anciano bondadoso, sin presuncin, que trataba a los enfermos de hijitosy a los estudiantes de com-paeros. El narrador en tercera persona logra describir la vida cotidiana del estudiante y la del hospi-tal donde labora, incluyendo sus exteriores, especialmente el jardn. Todo reverdeca. Los rbolestranspiraban oxgeno. Piaban las avecillas, tranquilas. El sol se colaba por entre el ramal, dibujando

    arabescos sobre el csped o sobre el cemento de las callejuelas.

    Amiel y Anguiano atienden un caso de reumatismo crnico poliarticular: el de una jovencitade quince aos procedente del estado de Sonora. Jovita Henrquez es su nombre y ocupa el cuarto31 del pensionado. Mientras la examina, entra su hermana Margot y se inicia una relacin admirableentre los tres. Emilio y Margot se desviven por la salud de Jovita quien no tiene curacin de sumal y entre ellos nace el amor Tal es el argumento de esa pequea obra sencilla que anunciabaun narrador de fuste.

    La factora: incursin autodiegtica en el capitalismo

    Otra novela, ms extensa y valiosa esta vez editada en Guatemala fue La factora (1925)de Gustavo Alemn Bolaos (1886-1960). Respondiendo al subttulo, es la novela de un amrico-hispanoen Nueva Yorko, para ser ms especficos, una incursin autodiegtica en el capitalismo norteameri-cano. Auntodiegtica, es decir, cuando el narrador, participando dentro de la accin, es el hroe. Lanovela, escrita en 1920, apareci inicialmente al ao siguiente como folletn del Diario del Salvador,segn la nota previa en que se recomienda su lectura como una silenciosa y sencilla epopeya perso-nal.25

    Y, realmente, lo es; pero su experiencia la comparte el narrador-protagonista con otros dos

    personajes, obreros como l en la fbrica de bolsas, propiedad de unos empresarios judos. Me refie-ro a la joven rubia de Rumania, Ana y a un joven ruso: Alto, fornido, sin ser atltico, de faccionesfuertes y denotaciones, de mirada soadora y escrutadora, de pelo lacio y abundante, es el espcimendel hijo de Rusia que conocemos en las novelas. Se llama Nicols, Nicolai en su lengua, como elpobre Zar asesinado!26Con ellos integra un tringulo no el Tringulo de que ironizan en la so-ciedad norteamericana, unidos por el instinto, por la fraternidad, por la necesidad la alta del es-pritu y la baja de la materia con Ana, la polar de los sexosque se atraen, y con Nicols, el libera-lismo, el libertarismo mejor dicho, que es pensamiento y que es necesidad implicativa de cohe-sin.27

    Mucho ofrece esta novela moderna que se lee de un solo tirn por su gil compactividad na-

    rrativa. Entre otros, estos elementos la configuran: una conciencia del hombre-mquina, alusiones a

    25Gustavo Alemn Bolaos: La factora. Novela de un amrico-hispano en Nueva York. Guatemala, Snchez& de Guise, 1925, p. 7.

    26Ibid., p. 53.

    27Ibid., pp. 133-134.

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    la novela que se est escribiendo, agudas observaciones sobre el proceso de produccin, vvidas escenas neoyorquinas, el rechazo patritico a otro trabajo en una casa bancaria que negocia leonina-mente con Nicaragua, un incendio en la fbrica, el liderazgo y la enfermedad de Nicols, etc. Todotranscurre durante varios meses, rpida, intensamente; pero tienen su fin: el narrador recibe un tele-grama en que se le pide retornar, con urgencia, a su pas. As termina esta historia de esfuerzo, de

    amor y de dolor, el de este romance en que los protagonista

    -

    s fueron un obrero ocasional y una po-bre mu

    -

    fire!, good morning, laundrys, men, moving picture, nothing, record, sandwichs, shake hands, tickets y workman.

    Caf y guerra civil: contexto deJacinta

    nticia, titulado La novela del da.30Slo se conservan en dos

    bibliote

    u

    strocuartel

    chacha condenada al trabajo pesado y constante.28

    Aunque en La factorase advierte una protesta contra la deshumanizacin capitalista y ciertasimpata hacia el socialismo y sus luchas, no es una novela condenatoria del sistema: si yo tengo elorgullo de ser obrero en este gran pas la inventiva de estos hombres, los yanquis, es prodigiosa29

    confiesa el narrador autodiegtico. Su mrito consiste en la recreacin pormenorizada de la fbri-ca, en la trama que se suscita en ella y en la lcida capacidad del narrador que, por otro lado, considera imprescindible el recurso de locuciones y vocablos en ingls: all right!, boss, bull dog, excuse me!,

    Volviendo a las novelas publicadas en el pas, pasar a valorarJacinta(1927), con la cual suautor, Federico Silva, inaugur dos corrientes temticas: la del caf y la de la guerra civil. De Silvacasi nada se sabe. Nadie da cuenta de l, y de su novela no quedaron ejemplares en el pas, pese a uanuncio aparecido en el diario La No

    cas de los Estados Unidos.31

    Con todo, esta novela verdica que parece cuentocomo reza el subttulo, no carece de inters

    y se lee fcilmente. En su Explicacin, el narrador comienza diciendo que, debido a prdidas en scasa de negocios, decidi realizar un viaje acompaado de varios amigos a San Juan de Telpa-neca, en busca de tierras para el caf, cultivo del cual tena conocimientos prcticos. Llevbamosprovisiones suficientes para no experimentar dificultades en nuestra peregrinacin por aquellas re-giones, para mi hasta entonces desconocidas, y adems, bamos a hospedarnos o a establecer nue

    general, en la finca de uno de nuestros compaeros, buen amigo y excelente persona.32

    En ese escenario, o comarca de Quibuto, conoce a Miguel Lpez, caficultor originario deCholuteca, Honduras, quien le cuenta su vida desde su traslado a Ocotal. Iniciada diecisiete aos

    28Ibid., p. 133.29Ibid., p. 117.

    30La novela del da / JACINTA / Por Federico Silva. A 50 centavos el ejemplar se vende en / la Tipogra-fa Prez, Librera Gregorio / S. Matus, J. Andrs Garca E., y en / la tienda del Mercado Viejo frente / aSols Bermdez. Managua, Nic., La Noticia, 19 de octubre, 1928.

    31En la del Congreso, Washington obsequiada por el autor y en la Pblica de Nueva York.

    32Federico Silva:Jacinta. Novela verdica que parece cuento. Managua, Tipografa Prez, 1927, p. 6.

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    atrs, en el contexto de la llamada Revolucin de la Costa(octubre, 1909-agosto, 1910), esta narracinocupa la mayor parte de la novela, desarrollando varias historias. La principal es la del amor de Mi-guel y Jacinta, obligada por sus padres a casarse con otro y desaparecida misteriosamente. Al cabo delos aos, Jacinta regresa con una jovencita, Justina, que resulta hija de Miguel. Jacinta muere a mande su marido al dispararle ste dos tiros de revlver. Entonces Miguel guarda silencio y el narra-

    dor, prosiguiendo su novela, conoce a Justina. Luego en el Eplogo puntualiza que el 30 de juniode 1927 la co

    os

    lumna liberal del mexicano Escamilla asalta la casa en Ocotal de Miguel y lo mata juntocon su

    a-

    an sin trabajo; sin medios para hacer ningnnegocio q

    ntral: Pajarillo, pajarillo, / yote doy mi adis postrero, / todo acaba en este mundo, / slo el dolor queda entero.34

    Entre dos filos: mximo ejemplo del realismo costumbrista

    ove-

    hija.

    Sin embargo, Una carta de don Miguel fechada en su hacienda El lamo el 16 de ju-nio del mismo ao, catorce das antes de su asesinato constituye el verdadero final de la obra. Endicha carta, el narrador comparte las opiniones polticas de su amigo, lesivas para la administracinconservadora por adoptar el sistema econmico implantado bajo la base de la moneda americana. / La nacinentera se ha sentido bamboleante en sus cimientos y ha quedado por ltimo totalmente destruida, impotente para rencer de sus cenizas, porque el mismo inadecuado sistema la mantiene atada al poste de la impotencia y la miseria. /Grandes masas de hombres en todos los pueblos de la Repblica se hall

    ue les proporcione la subsistencia y a merced de los vicios33

    No exenta de tardos resabios romnticos,Jacintaprevalece por su estructura narrativa y suvinculacin directa, aunque somera, con la realidad sociopoltica. Es una novela intradiegtica: el na-rrador es parte de la historia y le da la palabra a un personaje, Miguel Lpez, quien a su vez le narraun cuentecillo, Una parbola romntica, a Jacinta. Ese texto termina con una cuarteta octoslabaque, posteriormente, el primer narrador asume para resumir la historia ce

    El mismo ao deJacinta, pero meses despus exactamente el 29 de noviembre de 1927apareci en la Imprenta Nacional una novela importante:Entre dos filos, de Pedro Joaqun ChamorroZelaya (1891-1952), tambin granadino, periodista y conservador de ideas y praxis polticas como sutocayo Pedro J. Cuadra Ch. Precisamente, ste quien se gloriaba de haber sido el primero en nlar sobre nuestra vida ordinaria defendiEntre dos filosde la embestida literaria de los jvenes van-guardistas de Granada argumentando que tena mucho de lo nacionalpor su perspectiva y ambiente,tal como lo entendemos nosotros.35Y agregaba: Cualesquiera que sean sus defectos como obra de

    lordre. / Ante el movimiento vanguardista de Granada.de El Centro-Americano, 1932, p. 52.

    33Ibid., p. 158-159.

    34Ibid., pp. 58 y 152.

    35Pedro J. Cuadra Ch.: Puntos de Literatura. / Rappel aGranada, Tip.

    34

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    arte, no ,

    u pueblo, de tu calle, de tu casa, todos ellos entran y salen, y van yvuelven

    y

    rca la evocacin idlica de la hacienda patriarcal, elretrato

    la agudeza de su ingenio) es tambin abogado y tiene una hija: Angeli-ta. lva

    se puede negar, sin notoria prevencin, que tiene pasajes excelentes para cualquier literaturay Nicaragua ha hecho con ella una magnfica adquisicin. 36

    No en vano, contrario aJacinta,Entre dos filoshaba tenido alguna recepcin tanto en el pascomo en el extranjero. Jos Andrs Urtecho, el mismo Pedro J. Cuadra Ch., enEl Diario Nicaragen-

    se, Justo Pastor de la Rocha y Azaras H. Pallais figuraban entre los primeros; C. Bayle, la Revista Cat-licade El Paso, Texas; el guatemalteco Rafael Arvalo Martnez y el espaol ngel Dotor entre lossegundos.37Pallais se refiri a sus personajes, todos ellos, sin faltar uno, son de tu tierra, de tu raza,de tu lengua, de tu mundo, de t

    , y se mueven no con la tiesa rigidez de los tteres y maniques sino con la espontnea natura-lidad de las personas vivas.38

    Novela extensa 419 pginas,Entre dos filosfue escrita en Managua entre marzo de 1924agosto de 1925; contiene un Vocabulario de nicaraganismos 27 palabras y su estructura essimple: lineal y confirma Nicasio Urbina un tanto rudimentaria y simplona. 39No obstante,constitua un monumento de literatura viejay meritorio esfuerzo de la misma. Mejor dicho: un mxi-

    mo ejemplo de realismo costumbrista. En efecto, Chamorro Zelaya se consagra como valioso de-positario de una Granada que ya no existe, de una ideologa recalcitrante y reaccionaria, con un ojoen Cervantes y otro en Pereda.40Su pluma aba

    del taller de las imprentas viejas y del dueo oportunista, la descripcin de velorios, pleitossangrientos en las cantinas y fiestas patronales.

    El narrador es omnisciente. De ah que controle los hechos. Se inicia presentando la escuelapblica del barrio Palmira de Granada escenario de la novela donde la maestra, doa PnfiliaVilches, imparte una cmica leccin sobre los elefantes. Ella tambin es alcahueta y, como tal, recibeuna visita de Robustiano Robles, quien le dona cien crdobas segn gacetilla del peridico local: LaVoz de Granada. Propietario de la hacienda Santa Brbara, Robles (en quien tena ms parte la eco-

    noma rayana en avaricia quero Carvajal la pretende, pero Robles se obstina en oponerse a la relacin por antiguas renci-

    llas con el padre de lvaro.

    Robustiano, viejo usurero, se enfrenta a Carvajal, joven dueo de la hacienda de cacao SanJacinto, prxima a Nandaime, cuyo mandador Tano Montes, mozo de veinticinco aos, de buenporte, msculos recios y corazn blando, serva a sus patrones con la abnegacin y fidelidad de un

    llais: Pala-, Hispamer, 2009, pp. 390-391.

    gense, entre ellas la impresa en libro Al primer vuelo (Granada, Tipografa de El Centro-

    36Ibid., p. VI

    37Vanse sus comentarios en Juicios sobreEntre dos filos, enEl ltimo filibustero,pp. finales sin numeracin.38Azaras H. Pallais: Entre dos filos. La Noticia, 29 de enero, 1928; reproducido en Azaras H. Pabras evangelizadas. Prosas. Edicin de Jos Argello Lacayo. Managua

    39Nicasio Urbina:Estructura de la novela nicaragense. Op., cit., p. 68.

    40Ibid., p. 122. Sin duda, Chamorro Zelaya haba ledo varias novelas de Pereda, publicadas como folletinesde El Diario NicaraAmericano, 1910).

    35

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    perro listo siempre hasta dar la vida por ellos. 41Pero antes recurre a su to, el tendero Manuel Salinas, amigo de Ro

    -bles, para gestionar que ste abriese las puertas de su casa al sobrino, pero Salinas

    fracasa debido a la dureza de Robles y a la debilidad de su hija. Entonces Carvajal denuncia a Roblescomo falso protector de las jvenes del pueblo a quienes seduca y engendrador de un hijo bastar-do. Todo ello o

    imita al

    Pues ay ver ust, patrn Yo supe que ust se haba casado, y entonces yo le dije a sta: pues,s; si vos quers nos damos viaje Y sta, que es muy resuelta, me dijo: pues,

    i-

    menos que de doce millones de dlares que la gran nacin americana, madre desinteresada de la libertad y de losdbiles, con abnegacin que la eleva de toda bajeza humana, esa amiga y aliada de Nicaragua y de los pueblos peque-os que buscan en ella una madre, enva a nuestra nacin, no como regalo ciertamente, que eso sera un insulto paraun puebl ncia-tori

    -

    -

    as que slo ellos entienden: yo te doy, tu me dars; yo estoy obligado, tu me debes; la comisinaqu, el gasto all, los sueldos acull, total, daca el gallo, toma el gallo, quedan las plumas en la mano, me

    casiona su muerte. Al mes, lvaro y Angelita contraen matrimonio. Tano Montes

    patrn:

    Ros, nosotros no somos menoni, lo que soy yo estoy lista y as es que anoche nos ech la bendicin el Cura de la Merc y aqu es-tamos para servirles como siempre42

    Joaqun Pasos identific el anterior esquema argumental, desplegado en medio de una pas-

    mosa monotona, como la eterna y tonta y estpida triquiuela de la vida burguesa.

    43

    Pero Cha-morro Zelaya no slo capta el ambiente provinciano de la ciudad de Granada en los aos veinte, sno que formula una crtica, literariamente rescatable, a la diplomacia del dlar. As, en gran parte delcaptulo XIX (Un baile), caricaturiza hasta el ridculo a su agente, mister J. W. Witless, quien traeun emprstito de doce millones, llamado por otro de los personajes dos semillones. Seoresempez elAlcalde[] Un gran acontecimiento se espera para Granada mejor dicho para Nicaragua entera Se tratanada

    o digno, sino como generoso auxilio.44Y prosigue el narrador, ya en tercera persona, denuo:

    Indudablemente que el muy honorable Mr. T. H. K. Witless, cuando sali de su pas, vena muy per-suadido de que el nuestro era uno de esos por conquistar, donde se cazan las fieras como en el frica del Centro, con la diferencia adems que aqu se podran echar las bases de un emprstito colosal en que el prestamis-ta habla de millones, de obras ferrocarrileras, de establecimiento de adelantos, toma a su cargo, para mayorgaranta, la administracin de todas las rentas del pas, distribuye empleos entre sus paisanos ad honoremen el trabajo, pero con sueldos fabulosos como por ac no se conocen ni en sueos, y a la hora de dar, presentan unas cuent

    Chamorro [Zelaya]. Vanguardia / El Co-

    o Zelaya:Entre dos filos. Op., cit., p. 267.

    41Pedro Joaqun Chamorro Zelaya:Entre dos filos. Managua, Imprenta Nacional, 1927, p. 40.

    42Ibid., p. 418.

    43Joaqun Pasos: Por qu es nociva la literatura de Pedro Joaqunrreo, Granada, 24 de agosto, 1932.

    44Pedro Joaqun Chamorr

    36

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    deben tanto, si no pagas, aprieto la tuerca y en paz. No, en paz no, yo sigo administrando hasta que thay

    o Zelaya, pues, atribuye la crisis de la diplomacia del dlar y a sus agentes, pero, almismo tiempo, desechaba el ideal de una Nicaragua americanizada, oponindole el concepto de na-cin como una c fami-lia hacendada.46

    ienes slo en caso de contraer matrimo-nio con

    vi-uencia modernista. En algunos pasajes agrega Palacios se da a conocer la historia de la

    fundaci

    as pagado? Quiz, hasta que te noticiemos que necesitas de otro emprstito en las mismas ventajosascondiciones.45

    Chamorr

    omunidad tradicional endgena e idlica, construida sobre la base de una gran

    La mariposa negra: una incipiente novela anacrnicamente romntica

    Antes de concluir la dcada de los veinte, otro periodista nicaragense, Juan Felipe Toruo(1898-1980), public en Ahuachapn, El Salvador, una incipiente novela: La mariposa negra(1928),cuya temtica retomara como se ver enEl silencio(1935). Jos Eduardo Zomar es el protago-nista: melanclico, taciturno y enfermizo