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    EDIFICANDO A LA IGLESIA

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    Edificando a la IglesiaGino Iafrancesco V. - 1992

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    Carrera 41A # 23-68 - Barrio El Recuerdo, Localidad de Teusaquillo

    Telfono 2680742BOGOT D. C., COLOMBIA

    Los derechos son del autor. Se permite la reproduccin total y la distribucin gratuita del

    presente tomo, siempre que se cite la fuente, a fin de guardar la fidelidad y la autenticidad deltexto.

    GINO IAFRANCESCO V.

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    EDIFICANDO

    A LA

    IGLESIA

    1992

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    INDICE

    Captulo Pgina1. La comunin del Espritu Santo ............................................................................................... 7

    2. La plenitud de Cristo .............................................................................................................. 173. La unidad del Espritu, y la unidad de la fe y delconocimiento del Hijo de Dios ............................................................................................ 29

    4. La unanimidad alrededor del Seor ....................................................................................... 375. Los aspectos universal y local de la Iglesia ........................................................................... 496. Cmo aplicar el inmutable principio bblico de un candelero

    por localidad en la regin del Distrito Capital Santafde Bogot ........................................................................................................................... 61

    7. La espiritualidad de la Iglesia ................................................................................................. 738. La inclusividad y receptividad de la Iglesia ............................................................................ 819. El mosquito y el camello ......................................................................................................... 89

    10. El contenido de la Iglesia ................................................................................................... 105

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    11. Qu es la obra y qu es la iglesia local .............................................................................. 10912. La Cena del Seor ............................................................................................................. 125

    13. La confesin de Pedro ....................................................................................................... 14114. Qu pas en feso? ........................................................................................................ 14915. Normalidad de una iglesia bblica ...................................................................................... 16116. La disciplina en la iglesia .................................................................................................... 213

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    Captulo I

    LA COMUNIN DEL ESPRITU SANTO1

    La comunin de la TrinidadEl deseo de Dios es que el hombre participe corporativamente de la comunin de la Trinidad.

    Para eso dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y seoree...(Gnesis 1:26a). En la esencia nica de la Divinidad subsisten tres personas: el Padre, el Hijo y elEspritu Santo. Estas tres Divinas Personas viven en una perfecta comunin. Fue del agrado delPadre que en el Hijo habitase toda plenitud.2Y todo lo que es del Padre es del Hijo, y todo loque es del Hijo es del Padre (Jn. 17:10). Entre el Padre y el Hijo existe una comunin tan perfecta,tan plena y tan divina, que el Divino Amor as compartido resulta ser el Espritu Santo, que

    procede del Padre y del Hijo.

    1Enseanza a la iglesia en la localidad de Teusaquillo, Santaf de Bogot D.C., mayo 22 de 1992.

    2Ver Colosenses 1:19

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    Jesucristo estableci la comunin de la Trinidad como virtudy como modelopara la comunin

    de la Iglesia, la cual es la comunin del Espritu Santo. En su oracin sacerdotal or as: Mas noruego solamente por stos, sino tambin por los que han de creer en m por la palabra de ellos, para quetodos sean uno; como t, oh Padre, en m, y yo en ti, que tambin ellos sean uno en nosotros; para que elmundo crea que t me enviaste"(Juan 17:20,21). Cuando Jess dijo: comot, oh Padre, en m, y yo enti, con ese comoestableci el modelo. Y cuando dijo: que tambin ellos sean uno en nosotros,

    establece la virtudnica sobre la cual es posible esa unidad y comunin. No se trata de cualquiertipo de unidad, ni de cualquier tipo de comunin, sino de la comunin de la Trinidad, la comunindel Espritu Santo, que es la plenitud divina procedente del Padre y del Hijo hacia nosotros, paraincorporarnos en la unidad y la koinonao comunin que Dios ha establecido para que se viva enla tierra. Lo que Dios ha establecido es que la comunin del Espritu Santo se viva en esta tierra

    por la Iglesia delante del mundo, para que ste crea. Personas sern libradas del mundo eincorporadas a esta comunin por el testimonio de la Iglesia.La comunin de la Trinidad comienza a ser vivida como la comunin del Espritu Santo.

    Precisamente esa era la carga del apstol Pablo respecto de la Iglesia. Escribi a los corintios: Lagracia del Seor Jesucristo, el amor de Dios y la comunin del Espritu Santosea con todos vosotros.

    Amn (2 Co. 13:14). Menciona primeramente la gracia del Seor Jesucristo, puesto que es laprimera cosa que nos llega para hacernos participantes del amor de Dios. El amor de Dios semanifest para nosotros mediante la gracia del Seor Jesucristo; y es la experiencia de la graciaen Cristo la que nos demuestra ese amor. El amor de Dios debe ser recibido a travs de la graciade nuestro Seor Jesucristo. El efecto de haber recibido esa gracia y ese amor, es que somosintroducidos en la comunin del Espritu Santo, que es la tercera en ser mencionada. En el amor

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    del Padre, la gracia del Hijo y la comunin del Espritu Santo, tenemos el dispensarse del Dios

    trino a la Iglesia, en lo universal y en cada localidad; en el caso de la epstola citada, Corinto.Que la comunin del Espritu Santo sea con la Iglesia de la localidad o poblacin, es la carga delcorazn apostlico. La primera carga es que en la localidad se reciba la gracia del Seor

    Jesucristo, pues ella es la que nos pone en contacto con el amor de Dios; pero ya estando una vezall, la carga es que la comunin del Espritu Santo sea con cada uno de los miembros de la

    iglesia de la poblacin, con toda la iglesia local corporativamente y con todo el cuerpo de Cristoen general, pues entonces tambin las iglesias de las poblaciones podrn tener entre ellas lacomunin debida del Cuerpo de Cristo.

    La comunin no es simple compaerismo

    Los apstoles son administradores de la gracia de Dios (Efesios 3:2), y por eso la carga delcorazn apostlico es que por efecto de esta gracia por ellos administrada, segn fueronenviados por Jesucristo para esto mismo, como ministros de reconciliacin, que entonces seproduzca la experiencia prctica de la comunin del Espritu Santo entre todos aquellos que, porla gracia de Cristo, han recibido el amor de Dios. La comunin del Espritu Santo manifestada

    en la iglesia de cada poblacin, es aqu en el verso citado, la carga del corazn apostlico. Diosquiere que ese tipo de comunin sea el que se d en cada localidad de la tierra, mediante laiglesia. Si hablamos de tipos de comunin, es porque entre los hombres existen varias clases decompaerismos y varias clases de unidades. Por tanto es necesario ser bien especficos cuandonos referimos a la comunin del Espritu Santo, la cual no es necesariamente lo mismo que otras

    unidades de otro tipo, ni que otros tipos de compaerismo. Aqu hablamos de la comunin del

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    La Comunin del Espritu Santo 11

    Espritu Santo. Quiere decir, por una parte, que esta comunin est exclusivamente restringida a

    las personas que tienen el Espritu de Cristo. San Pablo ensea por el Espritu que "...si alguno notiene el Espritu de Cristo, el tal no es de l(Romanos 8:9b). O sea que en la comunin del EsprituSanto participa quien tiene el Espritu de Cristo.

    Por otro lado, la comunin del Espritu Santo implica abarcar a todos los que s tienen elEspritu Santo. La comunin del Espritu Santo llega hasta donde llega el Espritu de Cristo. La

    participacin con el Espritu de Cristo es el lmite de la comunin del Espritu Santo. El Espritude Cristo es, pues, el elemento propio que torna posible esta comunin. De manera quecualquier tipo de ecumenismo que pretenda incorporar en la comunin algo distinto a lo que espropio del Espritu de Cristo mismo, no es la comunin del Espritu Santo, sino otro tipo decomunin o compaerismo cuya virtud no es Cristo, y por lo tanto est expuesta a ser utilizada

    por el espritu del anticristo, para facilitar los propsitos hegemnicos de Satans. Algunospretenden mezclar el Cristianismo bblico con el Judasmo, y aun con el Islamismo,pretendiendo que todos tenemos al mismo Dios de Abraham. Pero Jesucristo y los apstoles sonbien claros en declarar que quien no tiene al Hijo, no tiene tampoco al Padre; quien no recibe alHijo, no recibe tampoco al Padre; y quien no honra al Hijo, no honra tampoco al Padre (2 Juan

    1:9; 1 Juan 2:23; Juan 5:23; 15:23). As que algunos pueden aparecer como apstoles delecumenismo, mas eso no significa que son apstoles de Jesucristo. Por el contrario, Jess dijoque quien no le recibiese a l, recibira a otro (Juan 5:43). Por eso existe peligro en otropretendido compaerismo que no sea exclusivamente alrededor del nombre de Jesucristo, yrealmente en Su mismo Espritu. La comunin del Espritu Santo est restringida a los lmites dela participacin con el Espritu de Cristo. Mas a veces, cuando no se peca por exceso, se peca por

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    defecto. Por una parte, algunos, abierta o encubiertamente, pretenden dirigir al pueblo de Dios a

    un tipo de comunin ms all de los lmites permitidos. Esto, porque su elemento no es Cristo,sino que est relacionado a otros intereses detrs de su diplomacia. Por otro lado, algunospretenden estrechar sectariamente los lmites de la comunin, impidiendo a legtimos hermanosen Cristo tener plena comunin entre s. Esto lo hacen porque tampoco su elemento decomunin ni su centro es Cristo, sino alguna organizacin inferior al Cuerpo mismo de Cristo, o

    alguna tendencia exclusivista. As que algunos incorporan elementos extraos a Cristo,mezclando a la Iglesia con el mundo. Y otros dividen la Iglesia en tendencias y organizacionesque constituyen divisiones, pues su principio de comunin no es la comn participacin con elEspritu de Cristo, sino alguna estrechez de tipo sectario. Esta tampoco es la comunin delEspritu Santo. Ese es uno de los problemas del denominacionalismo. Que no son

    necesariamente todos los que estn, y que efectivamente no estn todos los que s son.

    La comunin del Espritu descarta el ecumenismoLa comunin del Espritu Santo es aquella en la que, por principio, son todos los que estn,

    por un lado; y por otro lado, est abierta, por principio, a la plena comunin con todos los que s

    son de Cristo, en virtud de l. Esta plena comunin implica el desarme de los sectarismos, y ensu lugar tener la prctica, en principio, de la comunin de una sola familia, la de Dios, encomunin plena como una sola iglesia en cada poblacin en lo local, y un solo Cuerpo en louniversal.

    Por otra parte, se da el fenmeno hbrido de aquellos que, en su diplomacia ecumnica,

    fabrican una comunin cuyo elemento no es Cristo, al mismo tiempo que, en su estrechez,

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    Testamento, entonces gracias a esto, por el Espritu entramos en la comunin con el Padre y con

    Su Hijo Jesucristo, de la cual resulta que participamos tambin de la comunin apostlica, quees esta misma. Esta es la comunin del Espritu Santo. La comunin establecida por Dios en latierra, y a la cual nos debemos todos los creyentes en Jesucristo, es la comunin con el Padregracias a Jesucristo, y es la comunin tambin con Jesucristo mismo resucitado mediante elEspritu Santo.

    La comunin de los santosPara tener esta comunin con el Padre y con Su Hijo Jesucristo, necesitamos recibir

    plenamente la fundamental doctrina de los apstoles, tal como sta se encuentra en el NuevoTestamento. Entonces participamos de la comunin que tuvieron los apstoles entre s en el

    Padre y en el Hijo. Entonces tenemos comunin con los apstoles en Dios y Cristo. Entoncestenemos la comunin de los apstoles perteneciendo al Cuerpo de Cristo y teniendo por esacausa y esa virtud unos con otros, la comunin de los santos, la comunin del Espritu Santo. Ysi participamos con los apstoles en la obra del ministerio, participamos tambin de la gracia ycomunin del evangelio (Filipenses 1). Es la doctrina de los apstoles conforme al Nuevo

    Testamento lo que produce la comunin en Cristo de unos con los otros, la comunin de lossantos, la comunin del Cuerpo de Cristo. Por qu? Porque la doctrina de los apstoles es elanuncio de la comunin con el Padre y con Su Hijo Jesucristo. Cuando creemos en tal anuncio yrecibimos a Dios por Jesucristo, por la fe, recibimos el don del Espritu Santo, el cual nosintroduce en la comunin. Es la comn participacin con el Espritu de Cristo aquello que noshace participantes de la comunin del Espritu Santo. De la comunin de la Trinidad surge la

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    respectiva localidad, donde debe manifestarse la comunin del Espritu Santo, en completa

    unidad de espritu, doctrina y administracin. Cuando se establecen otros tipos de comunin ycompaerismo, distintos a la plena comunin del Espritu Santo en la iglesia de la poblacin olocalidad, y entre las iglesias locales universalmente, y en lugar de eso se establecenorganizaciones divididas menores que el Cuerpo y la iglesia de la poblacin o localidad,entonces se est cometiendo el pecado de divisin y sectarismo. Este tipo de comunin no es

    aquella del Espritu Santo, pues separa a los hermanos en Cristo en diversos partidos, comoaquellos de tipo denominacional. Por lo tanto, todos los hermanos no tenemos otra opcin que,andando en el Espritu de Cristo, conforme a la doctrina de los apstoles en el NuevoTestamento, practicaren nuestros respectivos municipios y poblaciones, y en el mundo entero,la plena comunin del Espritu Santo, con todos nuestros hermanos en Cristo, como una sola

    Iglesia, universal y localmente. Mientras dependa de nosotros, estamos abiertos a la plenacomunin en Cristo con todos nuestros hermanos. En Cristo, obviamente. No tenemos otracomunin que la del Espritu Santo, la de los apstoles conforme al Nuevo Testamento, la de lasangre y el cuerpo de Cristo. No somos otra cosa queLa Iglesia, universalmente hablando, y laiglesia en nuestro respectivo municipio o localidad, incluyendo a todos nuestros hermanos,aunque algunos de ellos se rehsen a obedecer la Palabra y a dar testimonio de unidad. LaIglesia es una sola universalmente, y es una sola en la localidad, y tiene la doctrina de losapstoles, el Espritu de Cristo, la comunin del Espritu Santo, y tambin su disciplina propiaen lo moral y doctrinal. Las iglesias locales son varias, mas solamente una por localidad, en elsentido de poblacin, municipio o ciudad. Cada una representa a la Iglesia universal en sulocalidad. Toda comunin cuyos lmites sean diferentes a los del Espritu Santo, no es la

    comunin del Espritu Santo, pues se basa en otra cosa, y est bajo un control diferente al de la

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    La Comunin del Espritu Santo 17

    Cabeza por el Espritu de la Palabra. Cualquier otro control que sustituya al de la Cabeza,

    Jesucristo, en el Espritu de la Palabra, y que separe a los que son de Cristo, o que mezcle lo deCristo con lo del mundo, esa tal no es la direccin del Espritu Santo. Quien no practica lacomunin del Espritu Santo dentro del nico Cuerpo de Cristo, conforme a la doctrina de losapstoles segn el Nuevo Testamento, entonces no est bajo la jefaturade Cristo, sino bajo elcontrol o influencia de otro espritu.

    La comunin en la iglesia localUn legtimo hijo de Dios puede caer en el error de desobedecer al Espritu de la Palabra de

    Dios y someterse a la influencia de otros espritus, perjudicndose a s mismo. Pero puede sercorregido por la verdad en espritu de mansedumbre. Los compaerismos sectarios estorban la

    plena comunin del Espritu Santo, porque sus lmites no son el Espritu de Cristo, y por nosujetarse a la Palabra de Dios, estn bajo otro control. No es la comunin de Babel, donde seconcatenan estructuras divisivas alrededor de otro centro diferente al Cristo de las Escrituras, lacomunin que Dios quiere, sino la comunin del Espritu Santo, en la cual todos los santos enCristo, comprados por Su sangre y regenerados por Su Espritu, son uno, y se renen como una

    sola iglesia en su respectiva polis, ya sea en uno o varios lugares, mas juntos y unnimes en lalocalidad, y en comunin en Cristo con las dems iglesias de otras poblaciones. Todos nosotrossomos llamados a andar a la altura del supremo llamamiento en Cristo Jess, y no podemosseguir satisfechos con el estado de divisin o de mezcla practicado por muchos en el pueblo deDios.La Trinidades la virtud y el modelo de la comunin del Cuerpo de Cristo, para que seavivida delante del mundo en este tiempo, para que el mundo crea y vea que Dios envi a

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    Jesucristo y que nos ha amado como a l. Guardar la unidad del Espritu en un mismo Cuerpo

    requiere solicitudy diligencia, puesto que a todos los hijos de Dios se nos ha dado a beber delmismo Espritu. Se nos pide solamente guardar la unidad del Espritu, que ya es un hechodivino. Todo aquel que tiene el Espritu de Cristo participa de la unidad del Espritu y delCuerpo. El Espritu es uno desde la eternidad. Si permitimos que sea el Seor el que se expreseen nosotros, entonces se manifestar la comunin del Espritu Santo.

    Dios no cre la tierra en vano, ni para entregarla definitivamente al diablo, sino paramanifestar en ella Su Divina Economa. La Biblia nos habla de un solo Cuerpo de Cristo; por lotanto, debemos tener comunin con todos aquellos a quienes el Seor ha recibido como hijos,pues son nuestros hermanos, no importa quin les haya predicado, o qu misin los hayaevangelizado. Si realmente fueron siervos de Dios quienes los llevaron a Cristo y no a s mismos,

    debern permitir que el Cuerpo, y no algo menos, se encargue de ellos conforme a la direccinde la Cabeza segn las Escrituras. Si bien, tambin el Seor reparte las labores en el Cuerpocomo l quiere. Por otro lado, no podemos tener comunin espiritual con quien el Seor notiene comunin. Nuestra comunin no debe ser ni mayorni menorque aquella que Dios quiere.No debemos guiarnos por nuestras afinidades naturales, sino conforme a la disposicin delEspritu de Dios conforme a las Escrituras. Todo lo que proviene de Adam debe pasar por lacruz, para que reconciliados en Cristo al otro lado de ella, nos podamos encontrar como un soloCuerpo. El Evangelio se anuncia para introducir precisamente a las personas en la comunin delEspritu Santo bajo la jefatura de Cristo, y no para que se conviertan en proslitos de algo menorque el Cuerpo de Cristo y bajo una direccin diferente a aquella del Seor conforme a SuPalabra. Es la doctrina de los apstoles la que produce la comunin apostlica. Si otra cosa fuere

    sembrada, otra cosa ser producida. Las sociedades secretas tambin tienen ritos y pactos para

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    La Comunin del Espritu Santo 19

    ligar a las personas, como se hace en la prctica sectaria, mas lo que producen no es la comunin

    del Espritu Santo en la tierra, ni la edificacin del Cuerpo de Cristo. Cuando los apstolesfundaban las iglesias, una por localidad segn el Nuevo Testamento, no las dividan en sectasministeriales, una porcin para cada uno en la localidad, sino que todos trabajaban en funcindel Cuerpo ntegro. En Corinto no se deba permitir una iglesia de Pablo, y otra de Apolo, yotra de Cefas, sino apenas la iglesia en Corinto con todos los santos en Cristo en comunin

    como un solo Cuerpo, el candelerode la ciudad. Tampoco vemos en Jerusaln la "iglesia dePedro, ni de Andrs, ni de Toms, etctera, sino simplemente la iglesia en Jerusaln, todos juntos yunnimes. Lo mismo en Antioqua y en el resto del Nuevo Testamento. Esa es la comunin de losapstoles, del Cuerpo de Cristo, del Espritu Santo, de la Trinidad, incorporando en unoa todoslos legtimos hijos de Dios en Cristo. Colaborar realmente con el negocio del Padre como lo hizo

    Jesucristo, implica morir a nosotros mismos y vivir por el Espritu de Cristo conforme a ladoctrina y comunin de los apstoles. No debemos engaarnos con las apariencias, sino juzgarcon justo juicio y discernir espiritualmente las cosas del Espritu de Dios, tales como laverdadera comunin del Cuerpo de Cristo.

    Captulo II

    LA PLENITUD DE CRISTO3

    3Enseanza a la iglesia en la localidad de Teusaquillo, Santaf de Bogot D.C., mayo 29 de 1992.

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    El Cristo corporativo

    Junto al concepto clave de koinona, que significa comunin, debemos considerar otro conceptoclave que le est estrechamente relacionado, y que es el concepto de plroma, que significaplenitud, tal como ste es usado en la Biblia, especialmente en el Nuevo Testamento.Indudablemente, el concepto de plenitud est relacionado a Dios, a Cristo y a la Iglesia, y por lotanto tambin a la comunin entre stos. El Nuevo Testamento nos habla de la plenitud de Dios

    (Efesios 1:23; 3:29; Colosenses 1:19; 2:9), y de la Plenitud de Cristo (Juan 1:16; Efesios 4:13),generalmente relacionado a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo....Agrad al Padre que en l (Cristo)habitase toda plenitud (Col. 1:19)....en l (Cristo)habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad (Col. 2:9)....la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo" (Efesios 1:23).

    "...que seis llenos de toda la plenitud de Dios (Efesios 3:19b)."...hasta que todos lleguemos ... a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Efesios 4:l3b)....de su (de Cristo)plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia (Juan 1:16).

    Una exgesis detenida de estos versos nos permite ver que Dios el Padre entreg todaplenitud a Cristo el Hijo, y a su vez, el Hijo entrega toda plenitud a la Iglesia, que es Su Cuerpo.

    Dios, el Padre, es Aquel que todo lo llena y ha de llenarlo todo, y a l le agrad que en el Hijohabitase toda plenitud. Pero adems le entreg a Su Hijo una esposa, la Iglesia, que es SuCuerpo. Y por lo tanto, ste ltimo es el complemento de la plenitud de Cristo. El Cristo de laplenitud es, pues, un Cristo corporativo que se ha incorporado con la plenitud de Dios dentro dela Iglesia para llenarla de S y expresarse por medio de ella.

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    La iglesia es el cuerpo de Cristo

    En el texto griego, la palabra plenitud, cuando se refiere a la de Dios y a la de todas las cosas,esplroma; pero cuando se refiere a la plenitud de Cristo, como en Efesios 4:13 y en Juan 1:16, es

    plermatos. Ambas provienen del verbopleroo, que significa llenar, cumplir, henchir. Lo cual nosindica el deseo de Dios de llenar consigo mismo a la Iglesia mediante Cristo. Por lo cual dice

    Jesucristo: "Yo en ellos, y t en m, para que sean perfectos en unidad..."(Juan 17:23a). Y antes haba

    dicho: "La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, as como nosotros somos uno (Juan17:22).De modo que la plenitud est relacionada a la unidad, y la unidad a la comunin. Todo lo que

    es del Padre, lo es del Hijo igualmente, pues el Padre le ha entregado todas las cosas (Juan 16:15;Mateo 11:27; 28:18). Ahora bien, puesto que lo que el Hijo recibi del Padre, el Hijo lo ha

    entregado a la Iglesia, por eso se ve a la Iglesia como el Cuerpo de Cristo, o el Cristo corporativo.Hablamos del Cristo corporativo porque de l nos habla la Biblia. En la primera epstola a losCorintios escriba el apstol Pablo:

    Porque as como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo,siendo muchos, son un solo cuerpo, as tambin Cristo(1 Corintios 12:12).

    Claro est que se refiere a la Iglesia, pero Pablo por el Espritu Santo dice: as tambin Cristo.Es decir, que Cristo es como un cuerpo que tiene muchos miembros. A esto es a lo que llamamosel Cristo corporativo.

    Es necesario comprender el misterio de Cristo como el cuerpo de Cristo (Efesios 3:3-6), o sea,el Cristo corporativo (1 Corintios 12:12), para entender mejor lo que significa la plenitud de

    Cristo, y entonces ver tambin sus implicaciones. En Efesios 1:10 se nos dice que el propsito de

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    Dios es reunir en Cristo todas las cosas en los cielos y en la tierra, en la economa del

    cumplimiento de los tiempos. Pero en el verso siguiente se ve que este Cristo alrededor del cualDios quiere reunirlo todo, es el Cristo corporativo, pues dice: en l asimismo tuvimos herencia...(Efesios 1:11). De modo que la plenitud de Dios y la plenitud de Cristo estn ntimamenterelacionadas a la Iglesia, colocando sobre ella las responsabilidades propias de lo que implicansus privilegios.

    Dios se ha dispensado a la Iglesia en Cristo por el Espritu para que la Iglesia le contenga y leexprese corporativamente; es decir, en sus relaciones, en su unidad y en su comunin. Laplenitud de Cristo implica la plenitud de Dios, pues en l habita corporalmente toda la plenitudde la Deidad. Tambin implica la plenitud de Cristo la incorporacin divina en todos losmiembros de Su Cuerpo. Por eso, cuando se define lo que es la Iglesia, en este sentido, se la

    declara el Cuerpo. Colosenses dice que el Cuerpo de Cristo es la Iglesia (Colosenses 1:24), yEfesios dice que la Iglesia es el Cuerpo (Efesios 1:23). La Iglesia se define como el cuerpo, y elcuerpo se define como la Iglesia. No otra cosa es, pues, la Iglesia, sino la plenitud de Aquel quetodo lo llena en todo.

    "22(Dios) someti todas las cosas bajo sus pies (de Cristo), y lo dio por cabeza sobre todas las cosas ala iglesia, 23la cual es su cuerpo, la plenitud de Aqul que todo lo llena en todo(Efesios 1:22-23).En la expresin paulina su cuerpo, la plenitud de Aqul...", podemos ver a Dios, a Cristo y a la

    Iglesia unidos como un solo organismo. Por eso la expresin cuerpo. As que Dios se relaciona aCristo, Cristo se relaciona a la Iglesia, la Iglesia se relaciona a cuerpo, y cuerpo se relaciona aplenitud. Tenemos entonces que tambin la plenitud de Cristo es la plenitud de Dios en laIglesia. La Iglesia, pues, debe tomar conciencia de s misma en Cristo y en Dios, y actuar en

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    La Plenitud de Cristo 21

    consecuencia. Lo cual trae muchas implicaciones para su unidad, comunin y ministerio

    corporativo.

    Tres implicaciones prcticasTres implicaciones prcticas debemos ver por ahora:1. La Iglesia como cuerpo, la plenitud de Aqul que todo lo llena en todo, implica contener

    todo lo que es de Dios y Cristo en cuanto a riquezas de naturaleza, logros, revelacin yexperiencia.

    2. La Iglesia como cuerpo de Cristo, o como el Cristo corporativo, implica a todos losmiembros del Cuerpo de Cristo. Es decir, a todos los hijos de Dios, a todos los comprados con lasangre de Cristo y regenerados por Su Espritu.

    3. La Iglesia como cuerpo de Cristo implica a cada miembro en la plenitud de su funcin enCristo por el Espritu.

    Slo entonces tendremos a la Iglesia en plena propiedad, si bien ella ha estado aqu durantetoda su historia. Ser Iglesia indica, pues, ser un vaso corporativo para la plenitud de las riquezasde Cristo. Todo lo que es de Dios y Cristo, en el Espritu, debe ser recibido, contenido, vivido y

    expresado por la Iglesia. Dios mismo, el Espritu mismo, son contenidos de la Iglesia. Tambintoda su obra y toda su doctrina, todos sus dones y ministerios, sus diversas operaciones. Nopuede haber algo que sea verdaderamente de Cristo que la Iglesia rechace, pues sta es SuCuerpo. Por lo tanto no debe dividirse la Iglesia por asuntos de ministerios, ni de dones, ni decontenidos bblicos, ni de prcticas bblicas. La Iglesia, para serlo verdaderamente, y no

    deslizarse al sectarismo, debe aceptar todas las doctrinas bblicas, todos los dones bblicos, todos

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    los ministerios bblicos, todas las prcticas bblicas. Todo lo bblico y espiritual, todo lo que

    proviene de Cristo, debe ser admitido en la Iglesia y debe vivirse en ella, as sea tan slo poralgunos de sus miembros. Pero es un grave error desechar algo de Cristo. Cuando algo de Cristoes desechado, quien desecha se coloca en lugar de la cabeza, Cristo, y convierte a sus seguidoresen secta. La Iglesia, como el cuerpo de la plenitud de Aqul que todo lo llena en todo, le implica,pues, recibir, contener, vivir y expresar todo lo que legtimamente es de Cristo.

    El sectarismo consiste tambin en desechar algo de Cristo, o en reunirse parcialmente sloalrededor de alguna parte de Cristo. La plenitud implica el todo de Cristo en la Iglesia en susdos sentidos, el universal y el local. Cualquier grupo cristiano que deseche algo de Cristo, nopuede pretender no ser sectario, y tampoco puede pretender estar expresando la realidad de laIglesia. Es una divisin, un bando, una secta.

    El contenido de la iglesiaEn cuanto a contenido, todo lo de Cristo, todo lo de Su Santo Espritu, todo lo bblico

    apropiadamente trazado, es lo propio de la Iglesia. La Iglesia debe caracterizarse, pues, tambin,por su contenido de plenitud en Cristo, puesto que es Su mismo Cuerpo. Si slo queremos

    ciertos ministerios, o slo ciertos dones y rechazamos otros, si slo queremos ciertos aspectos dela doctrina y rechazamos o descuidamos otros, si slo queremos ver una cara de ciertos asuntoscuando estos en realidad, bblicamente hablando, tienen ms de una cara, ngulo y aspecto,como los querubines, entonces estaremos teniendo una actitud sectaria, y no la actitud propia dela Iglesia como cuerpo de la plenitud de Aqul que todo lo llena en todo. Sectarismo significapartidismo, seccionar la verdad. La Iglesia, para ser consecuente con su propia realidad en

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    cuento cuerpo de la plenitud de Cristo, debe permitir que en su seno todos los hermanos en

    Cristo puedan sostener, vivir y expresar todo aquello que es de Cristo y que se encuentra en lasSagradas Escrituras, una vez que stas sean trazadas adecuadamente. Si se les prohbe a ciertoshermanos practicar algo que s es bblico, entonces se estar mutilando un aspecto de Cristo.

    Respecto a esta implicacin presente, las Sagradas Escrituras dicen claramente: "...la iglesia, lacual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo(Efesios 1:23). Por lo tanto, todo lo de

    Dios y Cristo, todo lo legtimo del Espritu Santo, y todo lo correctamente bblico en su trazoapropiado, debe hallarse en la Iglesia, permitirse en la Iglesia, ser testimonio de la Iglesia. Deotra manera, tal testimonio no ser el propio de la Iglesia, sino apenas el propio de un partido,de un bando, de una secta, de lo que la Biblia llama, en el idioma griego, una hereja. Si todos loshermanos en Cristo entendemos esto y actuamos consecuentemente, entonces las divisionescomenzarn a ser conjuradas. Ya no dividiremos a los hermanos por distintos ngulos de unadoctrina menor, ni tampoco alrededor de diferentes ministros, ni por asuntos de prctica o no deciertos dones, etctera.

    Tampocodebe la Iglesia aadira la plenitud de Cristo otras cosas extraasa l, a Su Esprituy a las Escrituras, porque entonces obligarn a los santos fieles a mantener distancia de talescosas por cuanto son extraas. No podemos pretender, con la excusa de la plenitud de Cristo,introducir cosas extraas a Cristo mismo. Su plenitud noincluye los elementos extraos a sunaturaleza y a su Palabra.

    Personas que implica la iglesiaPero no solamente contenidos espirituales y prcticas bblicas corresponden a la plenitud de

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    Cristo. Tambin personas. El cuerpo de Cristo, como la plenitud de Aquel que todo lo llena en

    todo, implica tambin, en segundo lugar, la acogida completa de todos los hermanos en CristoJess en cuanto estn en l. El cuerpo de Cristo est formado por todas aquellas personas quehan sido de hecho redimidas por Cristo, que le han recibido efectivamente en su vida y han sidoregeneradas por su Santo Espritu.

    Todos los miembros de Cristo pertenecen al Cuerpo de Cristo. Si alguien ha nacido

    efectivamente de nuevo en virtud de Jesucristo, y Su sangre le ha redimido, entonces es unmiembro de Cristo mismo, y por lo tanto tambin de Su Cuerpo. La receptividadde la Iglesia nodebe ser mayor ni menor que la de Dios en Cristo. Es decir, que si el Padre, gracias a Cristo, hatomado como hijo a una persona, nosotros, todo el Cuerpo de Cristo, estamos obligados arecibirlo como hermano. O si no, entonces estamos desechando a la Cabeza y constituyndonosnosotros mismos en cabeza, con lo cual dejamos de actuar como Su Cuerpo y nos convertimosen una secta de nuestra propia confeccin y gusto.

    Todos los hijos de Dios son nuestros hermanos mediante Jesucristo. Tambin, por otra parte,slo el Cuerpo de Cristo mismo es el Cuerpo de Cristo. Si bien la parte puede representar eltodo, sin embargo no sustituye a ese todo. Si, por una parte, Dios no ha recibido a una personacomo hijo, la Iglesia tampoco puede considerarlo como hermano en ese sentido, pues dejara deactuar como el Cuerpo de Cristo e introducira en su comunidad a personas solamente delmundo. A quien Dios todava no recibe en ese sentido de hijo por efectiva regeneracin,tampoco la Iglesia puede considerarlo uno de sus miembros.

    Pero, por otro lado, a todos, todos, los que el Seor ha recibido como hijos, nosotros, la Iglesia,debemos recibir como miembros propios del cuerpo de Cristo. Y si vive en nuestra misma

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    localidad, poblacin o municipio, aldea o ciudad, pertenece entonces con pleno derecho a la

    nica iglesia de tal poblacin, la cual debe incluir a todos los miembros del cuerpo en surespectiva localidad.Una iglesia local bblica normal es aquella que en su poblacin, aldea o municipio respectivo,

    recibe a todos los santos en Cristo Jess que estn en su jurisdiccin. Vase, por ejemplo, aFilipenses 1:1: ...todos los santos en Cristo Jess que estn en Filipos.... Ningn hermano

    legtimo en Cristo Jess debe ser rechazado. De otra manera, estamos actuando como secta. Lasecta no incluye a todos los que Dios s incluye, sino solamente a sus partidarios, dejando porfuera a legtimos hijos de Dios en Cristo Jess. El Cuerpo de Cristo significa: todos los miembrosde Cristo. Este aspecto puede verse, por ejemplo, en la siguiente expresin bblica:

    17Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que arraigados y cimentados en amor,18

    seis plenamente capaces de comprender con todos los santoscul sea la anchura, la longitud, laprofundidad y la altura, 19y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento,para queseis llenos de toda la plenitud de Dios"(Efesios 3:17-19).La anchura de Cristo incorpora y comprende a todos los hijos de Dios en l. Y para

    comprenderla, como tambin a todas las medidas de Cristo, es necesario hacerlo con todos lossantos. La plenitud de Dios tiene como vaso contenedor a todos los santos en la unidad orgnicade un solo cuerpo. De modo que cualquier grupo cristiano que pretenda excluir de su comunina alguno de los santos miembros de Cristo, est actuando como secta y no est dando eltestimonio del Cuerpo de Cristo, pues que all la Cabeza dej de ser Cristo Jess, y pas a serlaaquel que decide en contra de Jesucristo la exclusin de los que Cristo s incluye en su Cuerpo.

    Claro est que esto no significa incorporar a la Iglesia todos los pecados, errores y sistemas no

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    bblicos que tienen los hijos de Dios, pues la Iglesia tiene su propia disciplina conforme a la

    Palabra escrita de Dios. Pero, todas las personas regeneradas en Cristo Jess, deben serreconocidas en la Iglesia como miembros del Cuerpo de Cristo y tener parte plena en la iglesiade su respectiva poblacin, localidad, aldea o municipio. Una cosa es la persona, y otra elpecado, el error, el sistema. A veces debemos corregir los pecados, los errores y los sistemas,pero sin desechar a la persona, si sta es de Dios.

    La disciplina apunta a liberar su persona para la plena comunin normal del cuerpo de Cristo,en la santidad, en la verdad y en los principios bblicos de conducta eclesial. Si algn grupocristiano pretende conducirse sectariamente, es decir, sin contar con todos los hijos de Dios ensu respectiva poblacin, su actitud no es la propia de la iglesia, ni su testimonio el del Cuerpo deCristo, si bien todos los hijos de Dios pertenecen a ese Cuerpo. La iglesia en su respectivapoblacin o localidad o municipio o aldea debe actuar como tal, mediante una actitudinclusivista respecto de todos los hijos de Dios. Si algunos hijos de Dios no quieren participar deesa comunin amplia, sino que la restringen a algo menos que el Cuerpo de Cristo, y si quierenretener sus grupos sectarios, en vez de incorporarlos a la comunin plena de la Iglesia en louniversal y en lo respectivo a su propia poblacin o localidad o municipio, entonces la Iglesiasigue siendo ella misma, pues no es su culpa, como Iglesia, sino que lo es de quienes se resisten a

    la comunin e integracin plena de todos los hijos de Dios como una sola Iglesia en lo universaly en cada respectivo municipio o poblacin o localidad en lo local.

    Las personas se excluyen ellas mismas de la comunin plena de la Iglesia en lo universal y enlo local, pero la Iglesia misma en cuanto tal s incluye en su actitud y principiosa todos losmiembros del Cuerpo de Cristo. No es su culpa, como representacin de la Iglesia, si algunos de

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    Captulo III

    LA UNIDAD DEL ESPRITU, Y LA UNIDAD DE LA FE Y DEL CONOCIMIENTO DELHIJO DE DIOS4

    Las falsas unidadesSe hace necesario considerar concienzudamente el asunto referente a la unidad. Hoy en da se

    escucha mucho acerca de la unidad. Sin embargo debemos atender al hecho de que no todo tipode unidad es la unidad de que nos hablan las Sagradas Escrituras. La Iglesia, el Cuerpo deCristo, es verdaderamente deudora a la unidad legtima por la que or el Seor Jess antes departir a la cruz (Juan 17:20-23). As que debemos examinar el tema bblico de la unidad, para nocorrer el riesgo de ser engaados en este asunto. Es bien sabido que Satans tambin busca unaunidad, pero alrededor de s mismo, y no alrededor de Dios y Su Cristo. La Torre de Babeltambin fue el resultado de una unidad, pero no alrededor de Dios, sino del hombre, en abierta

    4

    Enseanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Santaf de Bogot, D.C., junio 5 de 1992.

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    rebelin a Dios. Existen, pues, ciertos tipos de unidad que son contrarios y rivales a la verdadera

    unidad del pueblo de Dios que l desea. El querubn cado, padre de la mentira, concibi en sucorazn sentarse en el monte del testimonio, junto a las estrellas del norte, y hacerse semejante alAltsimo (Isaas 14:13-14; Ezequiel 28:14-19). De modo que, siendo esa an su intencin, hacersepasar por Dios, utiliza fraudulentamente muchos conatos de unidad, pretendiendo enajenar ellugar que slo le corresponde al Seor. Las profecas bblicas nos hablan claramente de laglobalizacin a la que ira entrando el mundo, cada vez ms bajo el control satnico, en losdiversos campos: el poltico, el econmico, y aun el religioso, etctera.

    Con la ayuda de un poder pseudo cristiano, el anticristo reunir a su alrededor a ingentescantidades de moradores de la tierra. Ciertos tipos de ecumenismo, no son sino la antesala deese movimiento religioso globalizante que pretender reunir alrededor del dragn, la bestia y elfalso profeta, a las gentes del mundo.

    La unidad del EsprituPor lo tanto debemos aprender a diferenciar espiritualmente cul es la unidad de que nos

    hablan las Sagradas Escrituras para el pueblo cristiano, y cules son otros tipos de unidad nobblica. Nos interesa, pues, primeramente, la unidad desde el punto de vista de las Sagradas

    Escrituras. La Biblia nos habla, a su vez, de varios aspectos legtimos de la unidad. Ella noshabla, por ejemplo, de la unidad del Espritu, de la unidad de la Fe y del Conocimiento del Hijode Dios, de la unanimidad alrededor del Seor, de la unidad administrativa de la iglesia en cadalocalidad. Estos diversos aspectos deben ser examinados y acatados a la luz de las SagradasEscrituras. Uno es fundamento del otro. Es decir, la unidad administrativa de la iglesia en cada

    localidad depende en gran parte de la unanimidad alrededor del Seor; y sta a su vez se

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    La unidad del Espritu, y la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios 31

    consolida a medida que se alcanza la unidad de la Fe y del Conocimiento del Hijo de Dios. Por

    su parte, esta ltima se consigue gracias al hecho divino de la unidad del Espritu provista porDios. De manera que consideremos ms lentamente, para esta ocasin, la unidad del Espritu, yla unidad de la Fe y del Conocimiento del Hijo de Dios; ambas expresiones netamente paulinasen su epstola a los Efesios, y dentro de un mismo captulo, el cuarto, con pocos versos dediferencia. Se trata de los versos 3 y 13. El apstol Pablo en su epstola a los Efesios, en elcaptulo 4:1-16, nos habla de estos distintos aspectos de la unidad, aunque estrechamenterelacionados. De los versos 1 al 6, nos habla de la unidad del Espritu, y del 7 al 16 nos habla dela unidad de la Fe y del Conocimiento del Hijo de Dios. Veamos la primera seccin del captulo:

    1Yo, pues, preso en el Seor, os ruego que andis como es digno de la vocacin con que fuisteisllamados, 2con toda humildad y mansedumbre, soportndoos con paciencia los unos a los otros enamor, 3solcitos en guardar la unidad del Espritu en el vnculo de la paz; 4un cuerpo, y un Espritu,

    como fuisteis tambin llamados en una misma esperanza de vuestra vocacin; 5un Seor, una fe, unbautismo, 6un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos(Efesios 4:1-6).Como es habitual en el estilo del apstol Pablo, l fundamenta una declaracin con

    explicaciones posteriores. La exhortacin de los primeros dos versos del captulo 4, que trata decosas que se refieren a lo relativo a la unanimidad, se fundamenta en el resto del captulo donde

    se trata de la unidad del Espritu a guardar, y la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo deDios por alcanzar. Puesto que la intencin del Seor es edificarnos como un Cuerpo, entoncesprovee inicialmente los elementos de la unidad del Espritu. Para captar mejor la diferencia deestos dos aspectos, el de la unidad del Espritu, y el de la unidad de la fe y del conocimiento delHijo de Dios, observemos los distintos verbos con que Pablo relaciona cada aspecto. Por unaparte, cuando se refiere a la unidad del Espritu, Pablo, por el Espritu Santo, dice: ...guardarla

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    unidad del Espritu.... Por otra parte, al referirse a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo

    de Dios, dice:"hasta que todos lleguemosa la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios.De modo que la unidad del Espritu ya es un hecho presente que existe, el cual debemos

    guardar. En cambio, la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, es una meta poralcanzar, hasta que todos lleguemos. Los verbos guardar y llegar, tienen significados bastante

    diferentes. La secuencia, en este lugar, es, pues, guardar para llegar. Guardar primero, parapoder alcanzar. Claro est que guardar implica haber recibido antes algo fundamental. Entonces,pues, qu guardar? Si primero se debe guardar para poder llegar, entonces la unidad delEspritu que debe guardarse, debe anteceder a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo deDios, a la que debemos llegar. Eso no significa que pueda haber una unidad del Espritu sin la fefundamental, pues es precisamente esta fe la que permite recibir el Espritu para entonces s

    guardar su unidad. As que hay una fe por la cual empezar, y en la cual seguir creciendo. La feinicial es para salvacin, y entonces recibir el Espritu. La fe madura y el conocimiento del Hijo deDios, se van adquiriendo poco a poco con el crecimiento y la formacin de Cristo en nosotros,individual y corporativamente.

    Las bases de la unidadEl Espritu se recibe por la fe (Glatas 3:14), y la fe por el or, y el or por la Palabra de Dios

    (Romanos 3:17). Cuando Dios habla produce el or que nos trae a la fe por la que recibimos lapromesa del Espritu. De modo que existe una primera Palabra fundamental acerca de Dios,Cristo y Su obra de salvacin, la cual constituye lo bsico de la fe que una vez fue dada a los

    santos. Esa fe se refiere fundamentalmente a la revelacin de Dios en Cristo, a la identidad de

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    La unidad del Espritu, y la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios 33

    Jesucristo como el Hijo de Dios y el Mesas, a su muerte expiatoria y a su resurreccin, y al

    perdn de pecados por Su Sangre con arrepentimiento de nuestros pecados. Tambin a lapromesa del Espritu y a la vida eterna. El centro de esa fe es Jess, el Hijo de Dios, el Cristo,resucitado de entre los muertos tras su muerte por nosotros, y hecho Seor, esperado desde loscielos para librarnos de la ira venidera. El apstol Juan escribe: "Todo aquel que cree que Jess es elCristo, es nacido de Dios...(1 Juan 5:1a).

    Y tambin en su evangelio: "Mas a todos los que le recibieron (a Jesucristo), a los que creen en sunombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios(Juan 1:12). Por su parte, el apstol Pablo escribe:Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jess (Glatas 3:26), y el que se une al Seor, unespritu es con l (1 Co. 6:17). Esta es la "una fe" que caracteriza a la unidad del Espritu en lomnimo fundamental. Toda persona que tenga sinceramente esta legtima fe, ha nacido de Diosgracias al Espritu, y por tal Espritu est unido al Seor y al Padre. Por la fe, pues, se recibe el

    Espritu.Quien no tiene el Espritu de Cristo, no es de l (Romanos 8:9b). Pero quien haya recibido al

    Seor, es un solo espritu con l, de manera que el Espritu de Cristo mora en el espritu de esecreyente verdadero. Ha sido regenerado. Por el Espritu t has sido bautizado en un solo Cuerpo(1 Corintios 12:13). Ya se encuentra en el terreno de la unidad del Espritu.

    A todos los legtimos hijos de Dios se nos dio a beber del mismo Espritu de Dios y Cristo, y porlo tanto, el mismo Espritu, que es uno solo, mora en todos los legtimos hijos de Dios, no importasu raza, nacionalidad, sexo, clase social, nivel cultural. Por lo tanto constituimos un solo Cuerpo,el de Cristo. El mismo Espritu nos ha bautizado en el mismo Cuerpo, hacindonos uno, gracias as mismo. El Espritu es el elemento constitutivo de la unidad. Puesto que el Espritu es uno solo

    en s mismo, por lo tanto, todos los que participamos del l, habindonos unido a Dios y a Cristo

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    por la fe, somos hechos un solo Cuerpo, gracias a la unidad del Espritu. Nosotros no hacemos

    uno al Espritu, sino que el Espritu nos hace uno a nosotros. Por lo tanto, la unidad del Espritues un hecho divino ya provisto por Dios gracias a s mismo, y entonces no necesitamos fabricar launidad del Espritu, sino simplemente guardarla con solicitud. Solcitos en guardar la unidad delEspritu en el vnculo de la paz"(Efesios 4:3).

    Las caractersticas de la unidadAhora bien, el apstol Pablo contina con su tono explicativo, desglosando las caractersticasque identifican la unidad del Espritu, las cuales son: un cuerpo, un Espritu, un Seor, una fe, unbautismo, una misma esperanza, un mismo Dios y Padre sobre todos, por todos y en todos(Efesios 4:4-6). Quienes compartimos estos items bsicos en su sentido fundamental,participamos de la unidad del Espritu y tan slo se nos pide guardarla. El Cuerpo de Cristo es,

    pues, la esfera donde se guarda la unidad del Espritu. El Cuerpo de Cristo ntegramente es laesfera de la comunin del Espritu Santo; el Cuerpo de Cristo es el vaso corporativo para laplenitud de Cristo. Estos son los requisitos mnimos que identifican a los participantes de launidad del Espritu. Pero, a la vez, nadie puede exigir otros adicionales para reconocer laexistencia de esa unidad, so pena de convertirse en sectario. El asiento primario del Espritu de

    Dios en los legtimos hijos de Dios regenerados, es primeramente el espritu humano, la partems ntima de nuestro ser, el lugar santsimo del templo de Dios. El espritu humano es la sedede la conciencia, de la intuicin o percepcin espiritual, y de la comunin directa con el Espritude Dios. El Espritu de Dios es vida y paz en nuestros espritus.

    La comunin del Espritu Santo trae confort a nuestros espritus. El elemento que determina la

    pertenencia al Cuerpo de Cristo, es la comn participacin con el Espritu de Cristo. Lo cual

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    7Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. 8Por lo cual

    dice: Subiendo a lo alto, llev cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.9

    Y eso de que subi, ques, sino que tambin haba descendido primero a las partes ms bajas de la tierra? 10El que descendi, esel mismo que tambin subi por encima de todos los cielos para llenarlo todo. 11Y l mismo constituy aunos, apstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12a fin de

    perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificacin del cuerpo de Cristo, 13hasta quetodos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varn perfecto, a la medida

    de la estatura de la plenitud de Cristo; 14para que ya no seamos nios fluctuantes, llevados por doquierade todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engaar emplean con astucia lasartimaas del error, 15sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es lacabeza, esto es, Cristo, 16de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre s por todas lascoyunturas que se ayudan mutuamente, segn la actividad propia de cada miembro, recibe su

    crecimiento para ir edificndose en amor(Efesios 4:7-16).Adems, pues, de la unidad del Espritu, y sin contradecirla, existen tambin distintas medidasdel don de gracia, diversos ministerios, perfeccionamiento de los santos, edificacin del Cuerpode Cristo, seguimiento de la verdad, crecimiento, concertacin, unin de coyunturas, etctera. Eneste concepto es donde se encuadra la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios.

    Niveles espiritualesEl apstol Juan, junto con Pedro y Pablo, nos habla de distintos niveles espirituales entre los

    hijos de Dios: bebs recin nacidos, hijitos, jvenes, padres y ancianos (l Pedro 2:2; 1 Juan2:12-14; 1 Pedro 5:1; Hechos 20:17). Es apenas obvio que el nivel espiritual de toda esta gama noes homogneo, y por lo tanto motivo de diversos puntos de vista en las cosas del Seor, aunque

    L id d d l E it l id d d l f d l i i t d l Hij d Di

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    no en lo mnimo bsico. Puesto que no todos estn en el mismo nivel de entendimiento, por eso

    algunos juzgarn como nios, pero otros sern ms maduros en su modo de pensar. Adems, eltrasfondo de los hijos de Dios en su vida privada es diferente, como diferentes son sustemperamentos, sus culturas, sus circunstancias, sus inclinaciones y preferencias, sus estudios,etctera. Eso hace que exista diversidad en la consideracin y aplicacin de los items msavanzados de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios.

    Para superar tal situacin y perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para laedificacin del Cuerpo de Cristo, el Seor ascendido constituy dentro del ministerio a variostipos de ministros, para que colegiada y coherentemente lleven al Cuerpo de Cristo a la unidadde la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varn perfecto, a la medida de la estatura de laplenitud de Cristo. Los nios son fluctuantes y se renen en facciones engaosas; pero es laresponsabilidad del ministerio, especialmente del apostolado, perfeccionar, concertar y unir por

    coyunturas, y edificar en amor siguiendo corporativamente la verdad. Todos los ministroslegtimamente dados por el Cristo ascendido mediante la operacin del poder del don de gracia,a la Iglesia, estn bajo la responsabilidad de llevar a todos los santos del Cuerpo de Cristo a launidad de la fe y del conocimiento del Hijo, a la plenitud de Cristo. Si el Espritu Santo,mediante el apstol Pablo, estableci un hasta, ese hasta debe ser perseguido por la Iglesia en el

    sentido de extenderse hacia l para alcanzarlo. Escrito est: Hasta que todos lleguemos a la unidadde la fe y del conocimiento del Hijo de Dios...(Efesios 4:13).El hasta de Dios no es utpico, puesto que es el plan de Dios, y Dios mismo es su garanta.

    Nosotros, la Iglesia, cada uno de los santos, tiene el deber de apersonarse ese hasta de Dios ytrabajar en ese rumbo. El ministerio es el primer responsable de tender hacia el hasta de Dios,la unidad de la fe y del conocimiento. Por eso son necesarias las reuniones ministeriales para

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    tratar asuntos doctrinales y espirituales, adems de orar y tener comunin. El concilio de

    Jerusaln en Hechos de los Apstoles es un buen ejemplo. Reclquese que la fe y elconocimiento, meta de ste aspecto de la unidad, son los del Hijo de Dios mismo. No se trata deun eclecticismo teolgico, filosfico o religioso, sino de crecimiento en la revelacin de Jesucristoy en la configuracin a Su plenitud. La plenitud de Cristo es el contenido de este aspecto de launidad. Nada extrao a Cristo tiene parte en esta unidad. Y esto lo decimos, para terminar, paraque nadie se engae con remedos ajenos a Cristo mismo, a su Espritu y a Su Palabra.

    Captulo IV

    LA UNANIMIDAD ALREDEDOR

    DEL SEOR5

    La unidad en nuestros espritusCuando se escudrian por las Sagradas Escrituras los diferentes aspectos de la unidad que el

    5Enseanza a la iglesia en la localidad de Teusaquillo, Santaf de Bogot D.C., junio 12 de 1992.

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    amonestacin, libertad, vida y paz.

    El alma humana es el pivote de nuestra personalidad, de nuestro propio yo; es la sede denuestros pensamientos, de nuestras emociones, de nuestra voluntad. Lo propio de la mente, delos sentimientos y de las voliciones humanas pertenecen al mbito de nuestra alma. Nuestraalma es la que conoce, la que siente, la que quiere. Con ella tenemos conciencia de nosotrosmismos, de nuestra propia existencia como personas particulares. El alma debe interpretar,por una parte, la guianza y percepcin espiritual; y por otra parte, tambin debe organizar lasinformaciones que le llegan a travs de los sentidos corporales. Adems ella debe decidir.

    El cuerpo, que corresponde al Atrio del templo, como el Lugar Santo al alma y el LugarSantsimo al espritu, es el asiento de nuestros sentidos y aparatos, por medio de los cualesinteractuamos con el mundo exterior y material.

    Cuando el Espritu de Dios viene a nuestro espritu humano, entonces somos regenerados yrecibimos el testimonio interior de ser hijos de Dios, pues el que se une al Seor un espritu es[con l] (I Corintios 6:17). Tambin est escrito:

    "El Espritu mismo da testimonio a nuestro espritu, de que somos hijos de Dios"(Romanos 8:16).Y antes haba dicho Pablo por el Espritu Santo, que los que son guiados por el Espritu, stos

    son hijos de Dios (Romanos 8:14). De manera que todos los legtimos hijos de Dios tenemos alEspritu Santo morando en nuestro espritu humano, y por lo tanto, todos los hijos de Dios, sinexcepcin, participamos de la unidad del Espritu. La regeneracin de nuestro espritu se dacuando el Espritu de Dios llega a nuestro espritu; entonces se cumple la promesa de Dios deque nos dara un nuevo espritu (Ezequiel 36:26). Es entonces cuando recibimos de una vezpara siempre la vida de Dios.

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    La unanimidad en nuestras almasPero las Sagradas Escrituras no nos hablan tan slo de la mera unidad del Espritu, en elmbito de nuestros espritus humanos; tambin nos hablan ellas de la unidad en el mbito denuestras almas. Y esto porque es perfectamente posible que aun participando del mismo Seory del mismo Espritu en nuestros espritus, sin embargo nuestra alma sea desobediente o almenos insensible a la guianza del Seor, y entonces, aunque somos verdaderos hijos de Dios, sinembargo en ciertos aspectos no estamos de acuerdo con nuestras legtimos hermanos, por causade los estados de nuestras respectivas almas; es decir, por causa de ciertos pensamientos, oemociones, o decisiones a veces obstinadas y egostas.

    La unanimidad es, pues, un tipo de unidad ms avanzada que se va logrando paulatinamenteen el mbito de nuestras almas, y que se sustenta, obviamente, en el trabajo de Dios en nuestro

    ser a partir de la regeneracin que nos introduce a la unidad del Espritu. Es ms fcil launidad del Espritu en cuanto hecho divino dado a la Iglesia para ser guardado, que la unidadque requiere de una fuerte disciplina sobre nuestras almas; es decir, sobre nuestra manera depensar, de sentir y de decidir. La unanimidad requiere, pues, de una profunda disciplina y deun profundo tratamiento de parte de Dios. Ella no se da de un da para otro de una manera

    simple, sino que es el resultado de caminar por largo tiempo bajo la mano de Dios. El EsprituSanto est interesado tambin en producir en medio de Su pueblo, la unanimidad alrededor delSeor y de Sus soberanas disposiciones. Nos dicen las Sagradas Escrituras:

    "...perseverando unnimes...(Hechos 2:46).Y la multitud de los que haban credo era de un corazn y de un alma(Hechos 4:32).

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    "Todos stos perseveraban unnimesen oracin y ruego(Hechos 1:14).

    Cuando lleg el da de pentecosts, estaban todos unnimes juntos(Hechos 2:1).Alzaron unnimesla voz a Dios(Hechos 4;24).Y estaban todos unnimesen el prtico de Salomn(Hechos 5:12).Unnimesentre vosotros(Romanos 12:16).Pero el Dios de la paciencia y de la consolacin os d entre vosotros un mismo sentir segn

    Cristo Jess, para que unnimes, a una voz, glorifiquis al Dios y Padre de nuestro SeorJesucristo(Romanos 15:5,6)....oiga de vosotros que estis firmes en un mismo espritu, combatiendo unnimespor la fe del

    evangelio"(Fil. 1:27).Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unnimes, sintiendo una

    misma cosa"(Filipenses 2:2).En fin, estas y otras Escrituras nos hablan del plan de Dios de que Su pueblo no slo sea unoen el Espritu, sino que adems se conduzca unnimemente segn el sentir de Cristo, comoleamos en Romanos 15:5, un mismo sentir segn Cristo Jess. Es muy fcil pretender amoldara todos los dems a nosotros mismos, a nuestro capricho, a nuestros intereses, a nuestrasmaneras. Pero la unanimidad, el mismo sentir, debe ser segn Cristo Jess; es decir,conforme a Su Espritu y conforme a Su Santa Palabra en las Sagradas Escrituras. No debeexigirse unanimidad alrededor de nosotros mismos, sino que todos debemos estar atentos ysensibles para percibir por dnde se est moviendo el Seor, segn la revelacin divina, que esla credencial de la autoridad espiritual. Hacia donde se mueve la nube de gloria, hacia alldebe moverse el campamento. No debemos ir en contra va de la historia de la salvacin, que

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    avanza de gloria en gloria, y de triunfo en triunfo, demostrando cada vez ms profunda y rica la

    Palabra del Seor.Unanimidad significa en un mismo nimo, en una misma alma; como dice la Escritura, "unsolo corazn y un alma". Eran multitud los creyentes en la iglesia de Jerusalem, pero a partirde los apstoles, alrededor de la guianza del Seor por Su Espritu y Palabra, estaban juntos yunnimes, siendo de un corazn y un alma. La unanimidad debe, pues, comenzar por losapstoles alrededor del Seor, de Su Espritu y de Su Palabra.

    Creyentes pneumticos y creyentes psquicosEl apstol Pablo hace una clara diferencia entre el hombre psquico, almtico o natural, y el

    hombre pneumtico o espiritual (1 Corintios 2:14, 15). El hombre meramente natural oalmtico, al que Pablo llama en griego, psquico, es aquel que se gobierna por el antojo de sualma, siguiendo, a veces desbocadamente, sus propias ocurrencias y deseos. El hombremeramente natural, psquico, almtico, no percibe las cosas que son del Espritu de Dios y no lospuede entender, porque est en sus propias fuerzas, a veces defendiendo los intereses de sustatus quo egosta, incapaz de discernir lo espiritual, lo cual slo puede ser discernidoespiritualmente. Desde la cada del hombre, al quedar ste separado de la vida del rbol de

    vida, entonces se acostumbr a andar por s mismo, gobernado por su gana, vagando en suspropios pensamientos, incontrolado en sus emociones, terco y obstinado en su voluntad, ciegocomo Balaam al ngel de Dios que le estorbaba el paso; el ego se convirti en el gobernanteesclavo de los intereses de la carne, semejante a un potro indmito. Por eso el Seor necesitatratar nuestras almas y traer nuestros pensamientos, sentimientos y voliciones, a estar sujetos alos pies de Cristo dentro de la comunin del Cuerpo de Cristo, guiado por el Espritu segn las

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    Sagradas Escrituras.

    "No seis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestroy con freno, porque si no, no se acercan a ti(Salmo 32:9).El alma humana est, pues, como un potro indmito, acostumbrada a guiarse por sus propios

    sentimientos incontrolados, a pensar y a hacer lo que le da la gana. Pero el Espritu Santo escomo el jinete que desde nuestro espritu humano, y a travs de las circunstancias de nuestravida, est domando ese potro salvaje. Puesto que nuestra alma se desboca con facilidad, elSeor necesita sujetarla al Espritu conforme a Su Palabra, utilizando, si es necesario, Su santadisciplina. Es el propsito de Dios controlar nuestros sentimientos, gobernar nuestrasemociones y darnos el mismo sentir que hubo en Cristo Jess. Traer nuestros pensamientossujetos a Cristo y darnos un mismo pensar y un mismo hablar unnime segn Cristo Jess. Sindivisiones, ni envidias, ni celos, ni disensiones. Es el sentir de Cristo, el pensar de Cristo, o sea,

    la mente de Cristo, el hablar de Cristo, el que debe ser representado por la unanimidad de laIglesia.

    La regeneracin de nuestro espritu se da rpidamente cuando recibimos al Seor, y SuEspritu en el nuestro; pero la formacin de Cristo en nuestro ser requiere de dolores de parto.La intencin de Dios es que representemos como Cuerpo a nuestra cabeza en la cual vamos

    creciendo y que se forma en nosotros.

    El sentir que hubo en CristoNuestras emociones deben ser configuradas a las de Cristo, de manera que fielmente las

    representemos. Hemos ledo que est escrito:

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    Haya, pues, en vosotros, este sentir que hubo tambin en Cristo Jess(Filipenses 2:5).

    Jons se enojaba cuando Dios tena misericordia de Nnive. Sus emociones no eran en esemomento unnimes con las del Seor. Moiss golpe dos veces la roca cuando Dios quera quesimplemente le hablara. Sal perdon a Agag y a lo gordo de las ovejas cuando Dios queraque representara su juicio. Todo esto es no representar al Seor en Su sentir, sinodistorsionarlo a travs de nuestra personalidad rebelde, engreda y egosta. Eso es lo que traedivisin a la Iglesia. Escrito est tambin:

    "Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Seor Jesucristo, que hablis todos unamisma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estisperfectamente unidos en unamisma mente y en un mismo parecer(1 Corintios 1:10).Aqu no se trata de la mera unidad del Espritu, de la que ya participamos todos los hijos de

    Dios al poseer Su Espritu y vida desde el da de nuestra regeneracin. Aqu se trata en cambio

    de algo ms profundo y trabajado relacionado ms profundamente con la unidad de la fe y delconocimiento del Hijo de Dios. Aqu se trata tambin del corazn, del alma. La unanimidadalrededor del Seor implica sujecin a Su autoridad acreditada de la Palabra por el Espritu. Launanimidad implica adems de comn participacin de la naturaleza divina, tambinmanifestacin de sta en el mbito colectivo de nuestras almas, con un mismo sentir, el de Cristo

    Jess; una misma mente, la mente de Cristo; con un pensar y un mismo parecer; por lo tantotambin un mismo hablar. Porque lo que est en juego es el Nombre del Seor. El Seormerece la unanimidad de la Iglesia, segn l mismo. Os ruego... por el nombre de nuestro Seor

    Jesucristo, que no haya entre vosotros divisiones. Por el Nombre del Seor! El sentir de Cristo, lamente de Cristo, el hablar de Cristo, son las Sagradas Escrituras, vivas por el Espritu de Dios.La unanimidad es, pues, alrededor del Seor, y no la extorsin de las mayoras desobedientes, ni

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    la dictadura de manipuladores personalistas.

    Si bien las iglesias en Apocalipsis difieren una de la otra, no lo hacen en lo que respecta alSeor, sino en lo que respecta a sus errores particulares; en eso difieren. Pero en lo que respectaal Seor, todos los candeleros son de oro y tienen la misma forma, la de Cristo Jess, en cuantotestimonio suyo que son.

    Es suficiente la unidad del Espritu para participar de la comunin del Espritu Santo en elnico Cuerpo de Cristo. Si tenemos el Espritu de Cristo ya somos de l y estamos bautizadosen un mismo Cuerpo. Pero, para el combate de la Iglesia contra las puertas del Hades, senecesita ms que la unidad del Espritu en los meros espritus de los creyentes. Se necesitaadems la unanimidad en el mbito de nuestro corazn y alma. Por eso est escrito:

    "Combatiendo unnimes por la fe del evangelio(Filipenses 1:27).La Iglesia, adems de ser el Cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo

    (Efesios 1), adems de ser el nuevo hombre, la familia de Dios, Su templo y morada en elEspritu (Efesios 2), adems de ser el misterio de Cristo (Efesios 3), adems de estar destinada ala medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Efesios 4), adems de ser la esposa delCordero, carne de Su carne y hueso de Sus huesos (Efesios 5), es tambin el guerrero de Dios(Efesios 6).

    Los guerreros de DiosTodo lo anterior desemboca en esto. La Iglesia en unanimidad debe permanecer firme en

    lugares celestiales en la victoria de Cristo, retenindola unnime contra las asechanzas deldiablo, contra los dardos del maligno, contra principados y potestades, prevaleciendo contra las

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    puertas del Hades. Por ello se nos habla tambin en trminos de ejrcitos. Para ser hijos basta

    la unidad del Espritu, pero para ser ejrcito de Dios se necesita adems la unanimidad. Loshijos andan en el Espritu siendo guiados por l; pero los soldados no slo andan, sino quetambin marchan unnimes. Por una parte est escrito:

    "Por tanto, de la manera que habis recibido al Seor Jesucristo, andad en l(Colosenses 2:6).Pero por parte dice:

    O qu rey, al marchar a la guerracontra otro rey, no se sienta primero y considera si puedehacer frente con diez mil al que viene contra l con veinte mil?(Lucas 14:31).Pablo no solamente trata de hijo mo a Timoteo, sino que tambin le exhorta:

    "3T, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 4Ninguno que milita se enreda enlos negocios de la vida, a fin de agradar a Aquel que lo tom por soldado(2 Timoteo 2:3,4).

    Dios en Cristo no slo nos tom como hijos, sino tambin como soldados. Como hijosandamos en la unidad del Espritu, pero como soldados marchamos a la guerra combatiendounnimes. Somos soldados de Jesucristo, no nos hagamos, pues, esclavos de los hombres.

    La Iglesia es, pues, tambin el ejrcito de Dios. Podemos seguir siendo hermanos estandoan divididos, sintiendo, pensando y hablando diferentes cosas, con tal de haber nacido denuevo en Cristo Jess, pues de todas maneras, segn las Escrituras, tambin existen nios enCristo, contenciosos, celosos, etctera. Pero no podemos luchar efectivamente contra laspuertas del Hades sin tener un mismo sentir en Cristo, sin pensar y hablar una misma cosa,conforme a la Palabra del Seor, sin combatir unnimes. De otra manera seremos puestos porel diablo unos contra otros de la manera que ha acontecido. Jess dijo: Un reino divididocontra s mismo, no puede prevalecer(o permanecer) (Mateo 12: 25, 26).

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    En el libro del Gnesis encontramos los orgenes del plan de Dios, las primeras semillas yprimeras pistas, el terreno para la edificacin de Dios. En el libro de xodo encontramos laliberacin del pueblo de Dios mediante la sangre del cordero y la salida para edificar a Dios unsantuario. En el libro de Levtico encontramos el vivir santo y el servicio santo y coordinadoalrededor del tabernculo de reunin. Pero es en el libro de Nmeros, cuando ya lo anterior hasido establecido, cuando encontramos la organizacin del ejrcito de Dios alrededor de Dios ySu santuario nico en el que se sirve en santidad y coordinacin. Nmeros significa orden.

    All el pueblo es censado y organizado por tribus, bajo sus respectivas banderas y autoridades.El pueblo de Dios, que haba salido desordenado de Egipto, en las jornadas descritas enNmeros aprende bajo severas disciplinas a ser prudente, respetuoso de la autoridad,coordinado, unnime. En el desierto se corrigen las murmuraciones de Myriam, las envidias yrebeliones de Datam, Cor y Abiram, los conflictos en contra de la autoridad de Dios, y otros

    desrdenes. Nmeros es el libro donde se aprende la unanimidad, la sujecin, la disciplina, laordenacin del ejrcito, la marcha para la guerra, la manera apropiada de trasladar elcampamento, y todo lo necesario para la lucha. Entonces en Deuteronomio se recapitula lonecesario y se prepara el ejrcito coordinado para tomarse la tierra y establecer el Reino. En ellibro de Josu se toman la tierra por ciudades conforme a las disposiciones de Dios, y se castiganlas desobediencias y anatemas. En Jueces se ven los efectos de las desobediencias y lamisericordia de Dios ayudando. En Samuel, Reyes y Crnicas se conquista la tierra y losmateriales para la Casa de Dios, se edifica y se aprende el efecto de la idolatra, de la impericia,de la divisin. En Esdras, Hageo, Nehemas y Zacaras se ven los principios de restauracin dela Casa y la ciudad de Dios. Entonces llegamos al Nuevo Testamento, donde esta casa que es laIglesia es verdaderamente edificada.

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    Lecciones de unanimidadEl libro de Nmeros es, pues, el especial para ensearnos las lecciones de la necesidad de launanimidad. Es el libro que muestra la mano de Dios poniendo orden en Su pueblo. De launidad del Espritu, primero, y de la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,despus, se escala ms y ms hacia la unanimidad alrededor del Seor. Cuando la Iglesia seaverdaderamente edificada conforme al plano de Dios, la constitucin del Reino, las SagradasEscrituras, entonces s estar lista para prevalecer contra las puertas del Hades. La Iglesia esedificada para una lucha corporativa, para tomarse la tierra en nombre del Seor, como Israel setom Canan que estaba plagada de gigantes, y estableci el reino. Para el combatecorporativo se necesita la unanimidad alrededor del Seor y de Sus disposiciones. El Seor esla verdadera autoridad y el Capitn Supremo, pero l tambin delega autoridad a quienes se

    niegan a s mismos y le dan lugar a l. La seal de la autoridad delegada es la revelacin. Lasautoridades delegadas no pueden llevar a la gente a s mismos, sino al Seor mismo, para quetodos sean gobernados por la visin celestial.

    Unanimidad implica, pues, un mismo sentir en Cristo Jess, una misma mente y un mismoparecer, un mismo hablar conforme al hablar de Dios, que es la Palabra de Dios en las Sagradas

    Escrituras, humildad, paciencia, valor, esfuerzo. Esto se aprende en el plano del alma, denuestros pensamientos, emociones, decisiones, individualismo. La unanimidad se aprende enla colegialidad, y sta se aprende en la visin y prctica del Cuerpo de Cristo, siguiendo laverdad en amor. Un solo corazn y una sola alma es el efecto de la unanimidad entre loscreyentes, gracias al Seor, a Sus disposiciones, a Su Espritu y a Su Palabra. Dios gobierna porel Espritu de Su Palabra, mostrndonos la visin celestial para que la obedezcamos en

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    comunin y coordinacin.

    Para lograr estas ltimas, Dios utiliza Su Palabra, Espritu y disciplina. Nuestra mente,emocin y voluntad, son tratadas por Dios para que aprendamos a conducirnosordenadamente. La guerra requiere de un ejrcito, y el ejrcito requiere de la unanimidadalrededor del Seor y Sus santas y soberanas disposiciones. La unanimidad significa seguiruna misma regla conforme a la revelacin de Dios. Est escrito:

    "15As que todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sents, esto tambinos lo revelar Dios. 16Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamosuna misma cosa(Filipenses 3:15, 16).Por eso Pablo rogaba a los santos en Filipos:

    2Ruego a Evodia y a Sntique que sean de un mismo sentir en el Seor. 3Asimismo te ruegotambin a ti, compaero fiel, que ayudes a estas que combatieron juntamente conmigo en el

    evangelio, con Clemente tambin y los dems colaboradores mos, cuyos nombres estn en el libro de lavida(Filipenses 4:2, 3).Es necesaria la unanimidad de la Iglesia alrededor del Seor y Sus disposiciones para

    combatir y prevalecer en el nombre del Seor.

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    Captulo V

    LOS ASPECTOS UNIVERSAL Y LOCAL

    DE LA IGLESIA6

    Los dos sentidos de la IglesiaA la unidad del Espritu, a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, y a la

    unanimidad alrededor del Seor, debiera seguir el complemento relativo a la unidadadministrativa de la iglesia en cada localidad, conforme a las Sagradas Escrituras. Sinembargo, se hace necesario antes asegurarnos de que la Palabra del Seor nos muestra dosaspectos de la Iglesia: el universal y el local. Todos debemos atenernos a las disposiciones de laCabeza de la Iglesia respecto de ella segn las Escrituras, que son la voz de Cristo. Cristosignifica ungido; es decir, l es el Administrador encargado de la economa divina. Por lo tanto,la Iglesia debe atenerse a las disposiciones de Su administracin, tal como estas aparecen en laBiblia. Lo que la Iglesia en su historia haya tergiversado de la normatividad divina escrituraria, noes de derecho divino, y por lo tanto debe corregirse, regresando a la normatividad bblica.

    6Enseanza a la iglesia en la localidad de Teusaquillo, Santaf de Bogot D.C., junio 19 de 1992.

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    T t b d l S J C b d l I l i b d S t t l

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    Tanto en boca del Seor Jess, Cabeza de la Iglesia, como en boca de Sus santos apstoles,en las Sagradas Escrituras, la Iglesia aparece tanto en su sentido local, como en su aspecto

    universal. La Biblia nos habla de la Iglesia universal, y tambin de la iglesia en cada localidad.Estos dos aspectos son los nicos que ntidamente aparecen en las Escrituras, como normas dela Cabeza para el Cuerpo. Esos dos aspectos, el universal y el local, son determinacionesadministrativas, adems de vitales, dispuestas por el Seor, inspiradas por el Espritu Santo,hechas normativas por las Sagradas Escrituras, y testificadas por la doctrina y prcticaapostlicas. Las nicas iglesias bblicamente legtimas son la Iglesia universal, y su testimonioen cada localidad como iglesias locales, una por localidad. Otra disposicin eclesisticadiferente a estas no tienen respaldo bblico, sino apenas tolerancia histrica corregible y siempresujeta a la debida reforma en acatamiento a la normatividad bblica.

    El uso de ekklesa entre los griegos

    Definamos un poco la palabra iglesia. El trmino iglesia proviene de la palabra griegaekklesa. Tal palabra era un trmino comn utilizado en todo el mbito donde se hablaba lalengua griega. El trmino es anterior a Jesucristo, en Su peregrinar histrico en Palestina. Por lotanto, el Seor Jess tom este trmino comn y le dio, a partir de l, un sentido propio. Entre losgriegos, "iglesia significaba algo as como una asamblea de personas, no necesariamenteordenada. Lucas, en su libro de los Hechos de los Apstoles, utiliza esa palabra griega comn,

    ekklesa, para referirse no necesariamente a las comunidades cristianas, lo cual tambin hacemayormente, sino tambin a una asamblea popular o reunin de personas, a veces inclusodesordenadas. En el texto griego del Nuevo Testamento aparece tal uso por parte de Lucas deltrmino comn aplicado a reuniones o asambleas no necesariamente cristianas.

    Por ejemplo, en Hechos 19:32, donde la revisin de 1960 de la versin bblica espaola

    Reina-Valera, dice: "Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrenciaestaba

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    confusa y los ms no saban por qu se haban reunido La palabra concurrencia referida a

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    confusa, y los ms no saban por qu se haban reunido . La palabra concurrencia referida alos efesios seguidores de la diosa Artemisa, incitados por los plateros liderados por Demetrio de

    feso, es en el griego de Lucas, ekklesa. Es decir, iglesia en el griego comn fue tomado en elsentido de concurrencia, desordenada incluso en este caso, como consta en el contexto bblico.En el texto griego bblico dice: Halloi men oun hallo ti hekrazon. En gar he ekklesasygkejymne... Ms adelante, Lucas, en el mismo captulo, vuelve a usar la palabra iglesia" delgriego comn para referirse a una asamblea, en boca del escribano: "Y si demandis alguna otracosa, en legtima asamblea se puede decidir" (Hch. 19:39). Legtima asamblea, ennomoekklesa, iglesia en norma. Igualmente en Hechos 19:41: Y habiendo dicho esto, despidi laasamblea". Lucas, pues, utiliza el griego comn ekklesa, lo cual Reina-Valera/60 traduce"concurrencia" y asamblea para referirse a la desordenada reunin de los plateros de Artemisa;como tambin traduce igualmente asamblea para referirse a las legtimas asambleasacostumbradas a llevar a cabo por los griegos. Una asamblea, la de los plateros de Artemisa,

    por lo visto no era legtima, lo cual se explica por las palabras del escribano; la otra, la por lpropuesta, si sera una asamblea legtima y ordenada. Sin embargo, Lucas en Hechos de losApstoles, en los dos casos, la ordenada y la desordenada, utiliza el griego ekklesa.

    Tambin en Hechos 7:38, Lucas usa la palabra iglesia" en un contexto no cristiano, sinoisraelita. Dice: Este es aquel Moiss que estuvo en la congregacin en el desierto con el ngelque le hablaba en el monte Sina, y con nuestros padres, y que recibi palabras de vida que

    darnos. Tal uso de la palabra "ekklesa, aqu traducida congregacin", pertenece a Esteban,en la apologa recogida por Lucas. En Hebreos 12:23, como en 2:12, ekklesa es traducidacongregacin por Reina-Valera 1960, tal como en la apologa de Esteban. Iglesia,ekklesa,significa, pues, fundamentalmente asamblea. La palabra ekklesa" proviene de dos racesgriegas que son ek" y kalo. Ek es el prefijo que se traduce: a, de, por, y si se dibujara seracomo una flecha saliendo de un crculo. De all provienen nuestras races espaolas "ex, que se

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    usan en exterior externo xodo etctera Por su parte klesa" viene del verbo kalo que

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    usan en exterior, externo, xodo, etctera. Por su parte, klesa viene del verbo kalo , quesignifica normalmente llamar, y a veces se traduce tambin como convocar. Ek-klesa, pues,

    da la idea de un grupo de personas que ha salido por llamamiento o convocacin para formaruna asamblea. Iglesia sera, pues, etimolgicamente, la asamblea de los llamados oconvocados a salir fuera.

    Del uso comn al propio

    Ahora bien, de ese uso comn sac el Seor Jess la palabra iglesia para darle un uso propio.Cuando el Seor habl de mi iglesia", ya no se trataba de cualquier concurrencia, asamblea ocongregacin, sino de la asamblea exclusiva de Jesucristo, formada por los llamados por l; laasamblea de Su Reino. Desde Cristo, entonces, la palabra iglesia se refiere al pueblo deJesucristo, a los redimidos, llamados del mundo para reunirse alrededor de Su Seor Jess.Jesucristo habl de la iglesia Suya en dos sentidos, en el universal y en el local. Ningn otro de

    los evangelistas sino tan slo Mateo, registra el uso por el Seor Jess de la palabra iglesia;una vez en su sentido universal, en Mateo 16, y otra vez en su sentido local, en Mateo 18.Veamos las citas. Dice en Mateo 16:18:

    "Y yo tambin te digo, que t eres Pedro, y sobre esta roca edificar mi iglesia; y laspuertas del Hades no prevalecern contra ella.En este contexto el Seor Jess habla de Su Iglesia universal; es decir, de la suma de todos

    Sus redimidos, desde el primero hasta el ltimo, de todos los tiempos y lugares. El Padre lehaba revelado a Simn quin es Jess, el Cristo, el Hijo del Dios Viviente. Y esa revelacin fueconfesada por Simn bar-Jons. Entonces Jesucristo le dijo: Bienaventurado eres, Simn hijode Jons (nombre propio circunscrito a una sola persona; nada se dice aqu de sucesores),porque no te lo revel carne ni sangre, sino mi Padre que est en los cielos.Esa revelacin

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    proveniente directamente del Padre celestial acerca de Su Hijo Jesucristo y confesada por

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    proveniente directamente del Padre celestial acerca de Su Hijo Jesucristo y confesada porSimn bar-Jons, es la roca sobre la que Jesucristo edifica a su Iglesia. Y puesto que Jesucristo,

    revelado a nosotros por el Padre, y confesado, es la roca sobre la que se edifica a la Iglesia,entonces Simn lleg a ser Pedro, piedra para esa edificacin. Y el mismo Pedro ensea:

    "Este Jess es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a sercabeza del ngulo"(Hechos 4:11).Y en su primera epstola ensea: 4Acercndoos a l, piedra viva, desechada ciertamente por

    los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,5

    vosotros tambin, como piedras vivas, sededificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espiritualesaceptables a Dios por medio de Jesucristo(1 Pe. 2:4-5). Esta casa espiritual, este sacerdociouniversal de los creyentes en Cristo, es la Iglesia de Jesucristo, mi iglesia segn dijo l, laIglesia en su sentido universal. Y puesto que la Iglesia universal de Jesucristo que incluye atodos los redimidos de todas las pocas y lugares en cuanto edificacin multisecular en todo el

    orbe terrqueo, es una sola, entonces no necesita ningn nombre distintivo, pues essimplemente la Iglesia, la Iglesia de Jesucristo, la Iglesia de Dios. No se trata del nombre deninguna denominacin, sino de la Casa nica que el Hijo le edifica al Padre segn las profecasbblicas.

    El Cuerpo de CristoLa Iglesia universal es el Cuerpo de Cristo en general, de todas las pocas y lugares; tanto los

    redimidos que estn en la tierra hoy, como tambin los que ya descansan en Cristo por haberdormido en l. A este Cuerpo pertenecen todos los que el Seor ha llamado a S, y que han sidolimpiados con Su preciosa sangre, y regenerados por Su Espritu Santo. De la Iglesia en susentido universal es que nos hablan las epstolas paulinas a los Efesios, a los Colosenses, y

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    otros pasajes bblicos Aparte de Mateo los dems evangelistas aunque no mencionan la

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    otros pasajes bblicos. Aparte de Mateo, los dems evangelistas, aunque no mencionan lapalabra iglesia en boca de Jess en sus evangelios, sin embargo s se refieren a la Iglesia con

    otras palabras, por ejemplo en las parbolas y discursos del Seor Jesucristo. Pablo habla dela Iglesia universal en estos trminos:

    22(Dios) lo dio (a Jess)por cabeza sobre toda las coses a la iglesia, 23la cual es sucuerpo..."(Efesios 1:22b-23a)

    10Para que la multiforme sabidura de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la

    iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales.

    21

    A l sea gloria en laiglesia en Cristo Jess por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amn. (Ef.3:10,21).

    24As que, como la iglesiaest sujeta a Cristo... 25As como Cristo am a la iglesia, y seentreg a s mismo por ella, para santificarla, habindola purificado en el lavamiento delagua por la palabra, 27a fin de presentrsela a s mismo, una iglesia gloriosa... 32Grande es

    este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia"(Ef.5:24a,25b-27a,32)."18Y l es la cabeza del cuerpo que es la iglesia... 24Y cumplo en mi carne lo que falta a las

    aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia(Colosenses 1:18, 24).Para que si tardo, sepas cmo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del

    Dios viviente, columna y baluarte de la verdad(1 Timoteo 3:15).

    Esta Iglesia universal, que es la esposa a la cual Cristo cuida (Efesios 5:29), aparece en laesposa de Apocalipsis:"7Gocmonos y alegrmonos y dmosle gloria; porque han llegado las boda