EDITORIAL - alexandresanttos.com.br · José Luis Balcárcel (Guatemala), Rubén Bareiro in...

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EDITORIAL

¡SEAMOS REALISTAS PIDAMOS LO IMPOSIBLE!

Esa pinta en los muros de París durante mayo de 1968, tiene sin duda gran significado. En el número 18-19 de Archipiélago (julio-octubre 1998) conmemoramos los 30 años del Movimiento Estudiantil, que sacudió a varios países y que en México tuvo un trágico desenlace con la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco. Y en el número 61 (julio-septiembre 2008), la conmemoración fue de los 40 años de dicho Movimiento. En esta edición número 101 (julio-septiembre 2018), además de celebrar los 26 años del proyecto Archipiélago, que promueve la integración cultural de Nuestra América, conmemoramos los 50 años de aquel acontecimiento que nos cimbrara a todos los participantes y a innumerables testigos presenciales.

Siendo estrictos, habría que recordar que el primer Movimiento Estudiantil significativo de la patria grande aconteció en 1918 en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina –hace 100 años–, gestándose en él una Reforma Universitaria con propuestas tan interesantes como la democratización de la enseñanza, el carácter científico de la educación y la autonomía, que los estudiantes mexicanos de la Universidad Nacional de México conquistarían una década después con la huelga de 1929, estallada en un país sacudido todavía por los estertores de la Revolución. A partir de entonces dicha casa de estudios se llama Universidad Nacional Autónoma de México.

En el editorial de ese número 18-19 de Archipiélago rememoramos el tiempo en que los jóvenes estudiantes recorrían como viento huracanado las calles y plazas de diversas ciudades, lanzando consignas en contra de una sociedad banal, consumista, intolerante, represiva, inequitativa, injusta, en la que privaban las ríspidas aristas del autoritarismo, la corrupción, la impunidad, la desinformación y el poder mediático del capital. Un profundo anhelo de cambio los animaba.

Temas tan candentes como la guerra de Vietnam, que estaba entonces en su apogeo, el racismo y el despertar del poder negro y el hispano en los Estados Unidos –este año conmemoramos también el 50 aniversario del asesinato de Martin Luther King–, se combinaban con la presencia de la Revolución Cubana y las luchas emancipadoras de los pueblos del Tercer Mundo. Las mujeres, con el movimiento feminista, combatían por su dignidad social como género. La amenaza atómica se cernía sobre el planeta. Eran los costosos juegos de la guerra fría en que se mantenían enfrascadas las potencias, mientras gran parte de la humanidad permanecía postrada en el subdesarrollo.

El desconcierto se apoderó de las clases dominantes de la sociedad de aquel tiempo, profundamente conservadoras, cuando advirtieron la internacionalización de la protesta. Ninguna ciudad parecía escapar a la furia contestataria, lo que aumentaba más aún la confusión. De Berlín a París, de Praga a Berkeley, de Nueva York a Córdoba (Argentina), de Bologna a México... En esta última capital latinoamericana, a diferencia de París, donde el rector de la Sorbona mandó llamar a la policía para que desalojara la universidad, el rector de la UNAM, de nombre Javier Barros Sierra, entabló los reclamos por la violencia policíaca y militar que había irrumpido en los planteles universitarios y politécnicos. Su discurso del 31 de julio en Ciudad Universitaria y la marcha multitudinaria del 1 de agosto que encabezó no se olvidan. El Movimiento Estudiantil mexicano había detonado. La realidad social, política y económica del país sería puesta a crítica de inmediato.

Las expresiones culturales de ese entonces eran ricas y variadas. Del Sur subían los cantos de Violeta Parra y Víctor Jara, de Atahualpa Yupanqui y Mercedes Sosa, del flaco Zitarrosa, de Ali Primera, entre otros, para fundirse con los de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y la nueva trova cubana, con los del Topo y Roy Brown en Puerto Rico, los de Óscar Chávez en México y con los aires de libertad que a través del Atlántico entonaban Joan Manuel Serrat, Paco Ibáñez, Ana Belén y Víctor Manuel, hartos ya de la mojigata dictadura franquista. George Moustakis le cantaba en París al meteco, al extranjero, presagiando las oleadas de inmigrantes que pronto desbordarían el mundo. Bob Dylan, Joan Baez y los Beatles dejaban su impronta en el ambiente sin fronteras que hermanaba a los jóvenes y los volvía flechadores de estrellas. El arte, la literatura, la ciencia, la cultura toda, era permeada por la crítica al establishment y el deseo de un mundo mejor para todos.

El tiempo pasa. En Archipiélago somos realistas y pedimos ahora lo posible (a diferencia de aquella pinta parisina). Un buen mundo para todos. El sismo del pasado 19 de septiembre en México nos mostró una dramática y contradictoria realidad. Debe destacarse, por su impacto y trascendencia, la respuesta solidaria que se generó en la población, independientemente de su condición social, edad o género. “El pueblo salva al pueblo”, se decía en las destrozadas calles, en donde destacaba una juventud valerosa, intrépida y altruista. Un profundo anhelo de cambio los animaba. La cuarta transformación del país. El espíritu de aquellos estudiantes rebeldes del Movimiento del 68 estaba presente.

CVPR / JULIO 2018

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CONCEPTO EDITORIALAlonso Aguilar Monteverde in memoriam (México), Fernando Aínsa (Uruguay), Ricardo Alegría in memoriam (Puerto Rico), Rodolfo Alonso (Argentina), Salvador Altamirano (México), Federico Álvarez in memoriam (México), Victor Arias (México), Manlio Argueta (El Salvador), Oscar Arze Quintanilla (Bolivia), Félix Báez-Jorge (México), José Luis Balcárcel (Guatemala), Rubén Bareiro in memoriam (Paraguay), Luis Ramiro Beltrán in memoriam (Bolivia), Javier Bolaños (Costa Rica), Guadi Calvo (Argentina), Tomás Calvo Buezas (España), Julio Carrasco (México), Susy Castor (Haití), Horacio Cerutti (Argentina), Jorge Cervantes (México), Javier Covarrubias (México), Alfonso Chase (Costa Rica), José Luis Dicenta (España), Theotonio dos Santos in memoriam (Brasil), Efraín Enríquez Gamón (Paraguay), Roberto Fernández Retamar (Cuba), Carlos Flores Marini in memoriam (México), Laura Fuentes (Costa Rica), Galo Galarza (Ecuador), Patricia Galeana (México), Eduardo García Aguilar (Colombia), Felipe Garrido (México), Juan Hadatty in memoriam (Ecuador), Alberto Híjar (México), Saúl Ibargoyen (Uruguay), Waldo Leyva (Cuba), Alirio Liscano (Venezuela), Jorge Mansilla (Bolivia), Pablo Maríñez (República Dominicana), Ricardo Melgar (Perú), Estela Morales (México), Gustavo Moré (República Dominicana), Agustín Navarro (México), María Salvadora Ortíz (Costa Rica), Vicente Quirarte (México), Eduardo Reyes Langagne (México), Roberto Reyes Mazzoni (Honduras), Angel Rodríguez Kauth (Argentina), Fernando Salinas in memoriam (Cuba), Vania Salles in memoriam (Brasil), Adalberto Santana (México), Alexandre Santos (Brasil), José Saramago in memoriam (Portugal), Roberto Segre in memoriam (Argentina), José Steinsleger (Argentina), Luis Toledo Sande (Cuba), Jorge Turner in memoriam (Panamá), Gustavo Vargas in memoriam (Colombia), Gustavo Vega Delgado (Ecuador), Carlos Véjar Pérez-Rubio (México), Gustavo Viniegra (México), Lauro Zavala (México)

DIRECTOR GENERALCarlos Véjar Pérez-Rubio

EDICIÓN Sylvia Morales, Virginia Salvatierra y Yanna Hadatty

DISEÑOIsrael Barroso Salgado. Palabra en Vuelo, S.A. de C.V.

ADMINISTRACIÓN Kaarina Véjar Amarillas

PROMOCIÓN Bernardino Arana, Germán de la Vega, Jesús González Aguilar, Mario Casasús y Cristóbal León

ASESOR JURÍDICO Guillermo de la Rosa

ARCHIPIÉLAGO en red electrónicae-mail: [email protected]: www.revistas.unam.mx; www.archipielago.com.mx

Corresponsales: Adriana Almada (Paraguay), Luis Bedoya (Costa Rica), René Capriles (Brasil), Juan David Cupeles (Puerto Rico), Milena Hadatty (Alemania), José Kameniecki (Argentina), Leo Lobos (Chile), Rubén López Rodrigué (Colombia), Floriano Martins (Brasil), Alfredo Mora Witt (Ecuador), Héctor Pablo Pereyra (EUA), José Marcial Ramos Guedez (Venezuela), Efer Arocha, Liz Urdanivia-Wong y Mario Wong (Francia), Manuel Zárate (Panamá).

ARCHIPIÉLAGO. Revista Cultural de Nuestra América Revista publicada por Archipiélago A.C. Oficinas: Torre II de Humanidades, Piso 1, Cubículo 9, Ciudad Universitaria - UNAM, C.P. 04510, Ciudad de México. Tels.: (55) 5622 1904 / (55) 5277 8182Todos los derechos reservados. Certificado de Licitud de Contenido No. 5512 otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 001949/94 otorgado por la Dirección General de Derechos de Autor. Certificado de circulación, cobertura y perfil del lector folio 00612-RHY emitido por y registrado en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la SEGOB.Impresión: ActiPrint, S.A. de C.V. 5 de Febrero 444, Ciudad de México. Tels: 5519 1335/5519 6518ISSN-1402-3357 / Número de ejemplares: 2,000

Número 101 / Año 26 / julio-septiembre 2018 / 26 aniversario 1 EDITORIALSeamos realistas, pidamos lo imposible

4 PENSAMIENTO México en Nuestra América: identidad y pertenenciaVíctor Hugo Morales Meléndez (México)Nuestra América comienza en México Arnoldo Mora Rodríguez (Costa Rica)México: la nueva democracia se cuece en el horno del pueblo Ricardo Melgar Bao (Perú)Nuestra América unidaCristóbal León Campos (México)

12 MEMORIAImperios y cangrejos ayer y hoyCarlos Véjar Pérez-Rubio (México)“Mi viaje al sur” de Hostos: 150 años despuésMarcos Reyes Dávila (Puerto Rico)Parrandeando a NicanorGastón Cornejo Bascopé (Bolivia)Allá lejos y hace tiempo: anglos, natives, pájaros, escuerzos…Fernando Sorrentino (Argentina)

23 CIENCIA Y TECNOLOGÍANanorobots: la siguiente frontera en medicina Carlos Polanco, Jorge Alberto Castañón González y Miguel Arias Estrada (México)Cuba, ejemplo de la investigación biotecnológica en la saludLisandra Fariñas Acosta (Cuba)

25 LETRASAire sin humos de la consciencia verdadera Enriqueta de la Cruz (España)Los hombresIleana Garma (México)Entre árbolesMarta Aragón Rodríguez (México)EnigmaEdmundo Torrejón Jurado (Bolivia) La conjunción entre el poeta y el artista visualFrancisco Véjar (Chile)

38 AUDIOVISUALIDADLos primeros andares del cine bolivianoClara Patricia Muñoz Quintero (México)1968-2018: Cincuenta años del Movimiento Estudiantil en México

46 ARTES ESCÉNICASCésar Rengifo en el teatro afrovenezolanoJosé Marcial Ramos Guédez (Venezuela)

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Esta publicación, que constituye un instrumento importante de integración cultural latinoamericana cuenta con el respaldo de la

representación de la UNESCO en México

Archipiélago es una coedición del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe - CIALC de la

Universidad Nacional Autónoma de México

Dr. Enrique Graue WiechersRector

Dr. Domingo Alberto Vital DíazCoordinador de Humanidades

Mtro. Rubén Ruiz Guerra Director del CIALC

Nuestra Portada. Diseño de Manuel Díaz Reyes y Naandeyé García de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM

48 MÚSICATrovadores: lenguaje y naciónRodolfo Alonso (Argentina)

50 TRADICIONESLa historia de Manuel Alexandra Desachy Rangsimarangrak (México)

52 AMERINDIASalimos del mar y soñamos el mundoBoletín de prensa: CCHDP2018

53 AFROAMÉRICAA Josefina BakerIldefonso Pereda Valdés (Uruguay)

54 LATINOAMÉRICAEl pensar latinoamericano: historia, identidad y emancipaciónSofía Reding Blase (México)

58 HUMORDebatiendoRogelio Naranjo Ureño (México)

59 AMBIENTALIDADArquitectura y escultura prehispánicas en Mesoamérica Sergio Chávez Dominguez (México)

62 ARTES PLÁSTICASSeñales ocultas. Exposición de José Grinberg (México)Silvia Cherem S. (México)Edvard Munch y su expresionismo como herencia altermundistaJulio Carrasco Bretón (México)

68 CONFINES LATINOAMERICANOS

69 CONVOCACIÓN LATINOAMERICANA

70 SUMARIO/SUMÁRIO/ABSTRACT/SOMMAIRE

74 TEJIENDO LA RED

78 ARCHIPIÉLAGO EN LOS LIBROS

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PENSAMIENTO

Víctor Hugo Morales Meléndez

México se concibe como un país bisagra entre el Norte y el Sur, entre Occidente y Oriente, con una realidad geográfica que lo sitúa en la parte septentrional del continente americano y un devenir histórico y de desarrollo que lo ubica en Mesoamérica, más aún, una identidad cultural que lo define latinoamericano.

La nación mexicana se entiende por su composición étnica mayoritariamente mestiza, producto de la población originaria y la presencia europea; también por sus fronteras que lo unen indisolublemente a Centroamérica, al Caribe y a América del Norte; sin olvidar una relación secular con el Pacífico asiático.

Desde los albores de su vida independiente, México apostó por un acercamiento con el sur, ante el expansionismo estadounidense y las amenazas de las viejas potencias coloniales, consciente que dicha aproximación y relacionamiento podría fortalecer su independencia. Don Lucas Alamán concibió, bajo la inspiración bolivariana, un proyecto de integración regional1; por ello en 1830 nombró a Juan de Dios Cañedo como enviado plenipotenciario de México en las diez naciones independientes sudamericanas, con el fin de lograr un acercamiento y un proceso de unidad; proceso frustrado por factores como la inestabilidad política en la región, la distancia que se alargaba por la débil infraestructura, la precariedad de los medios de transporte y la lentitud de las comunicaciones.

Como heredero del Virreinato de la Nueva España, México fue desde el inicio de la vida independiente un referente para los demás países surgidos del proceso de separación de las potencias iberoamericanas, fue lo mismo un país de ensueño que de desafección, pero siempre una referencia de pertenencia, de un estar ahí y ser parte de.

Recordemos el valor y la entereza de Juan Lindo, presidente de Honduras, que en 1847 emitió una proclama de solidaridad en defensa de México ante la invasión

1 Antonio Gómez Robledo, “Frustración hispanoamericana” en Política Exterior de México, 175 años, tomo II, México, SRE, 1985, pp.178-187.

estadounidense2, única en todo el continente, cuyos gobiernos en realidad vieron con cierto desdén lo que sucedía. Y recordemos también al poeta y diplomático peruano Manuel Nicolás Corpancho, quien se opuso a la intervención francesa y, durante el mismo periodo, al general argentino Germán Edelmiro Mayer, quien se involucró en la lucha contra el emperador Maximiliano, actitudes a contracorriente a la asumida por el entonces imperio brasileño; sin olvidar tampoco al diplomático chileno Anselmo Hevia Riquelme, personaje de todas las confianzas del Presidente Francisco I. Madero, a quien le encargó salvaguardar la vida de su familia; la mediación de los representantes diplomáticos de Argentina, Brasil y Chile (bloque ABC) tras el Golpe de Victoriano Huerta y el desembarco de los marines estadounidenses en 1914; así como el despliegue de ayuda –masivamente latinoamericana– luego de los sismos de 2017 que dañaron severamente a México.

Ha habido situaciones de distanciamiento, como la ruptura de relaciones diplomáticas con Venezuela en 1923, derivada de la creciente tensión política entre ambos gobiernos y el repudio a la dictadura gomecista3; con Ecuador en 1928, por reclamos ante las opiniones vertidas por el cónsul general de México4; con Perú en 1932 como producto del malentendido ocasionado por las actividades de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) y la relación de su dirigente, Raúl Haya de la Torre con México5; el rompimiento con la dictadura pinochetista en 1973. Más recientemente, el enfriamiento de las relaciones con Venezuela en 2005, derivado de posiciones divergentes en materia comercial, que devino en el retiro de los embajadores de ambos países.

Decía Alfonso Reyes que la primer lectura de Rodó le hizo comprender que hay una misión solidaria en los pueblos,

2 Rafael Heliodoro Valle, “La adhesión de Honduras a México”, en Revista de la Cancillería de Honduras, enero-junio de 2008, No. 12, Tegucigalpa, p. 95.3 D.F. Maza Zavala, “Historia de medio siglo en Venezuela: 1925-1975”, en Pablo González Casanova (coord.) América Latina: historia de medio siglo, vol. 1, 3a. ed., México, Siglo XXI, 1982, p. 484.4 Guillermo Palacios, Historia de las Relaciones Internacionales de México 1821-2010, América del Sur, tomo 4, México, SRE, 2010, p. 225.5 Fabián Herrera, México y Perú, historia breve de una relación en maduración, en imprenta, p. 27.

MÉXICO EN NUESTRA AMÉRICAIDENTIDAD Y PERTENENCIA

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que dependemos de todos los que dependen de nosotros6. Por ello, no puede olvidarse la solidaridad y fraternidad mexicana hacia la región, entre ella, la ayuda a Chile tras la devastación provocada por el sismo de 1939; el apoyo brindado a Bolivia, en los años 40 del siglo XX, para su desarrollo agrícola, con la construcción de la presa México en Cochabamba; la generosa acogida de perseguidos políticos centroamericanos y caribeños a lo largo del siglo XX; la batalla diplomática en contra de la exclusión de Cuba de la OEA en los años 60; el recibimiento abrumador del exilio argentino, uruguayo, chileno y brasileño de la década de los años 70 del siglo pasado; el decidido apoyo a Centroamérica tras el paso del huracán Mitch en 1998 y a Haití por el sismo de 2010; también el respaldo diplomático para que Paraguay no quedase aislado tras los sucesos de 2012.

A pesar de los signos de amistad y distanciamiento, de solidaridad y tensiones que han marcado por igual la historia de los vínculos de México con América Latina, ha prevalecido en el pueblo mexicano un sentimiento de pertenencia e identidad con la región. Nuestra América, ese monumental escrito de José Martí, vio la luz en el norte, primero en Nueva York y luego en la Ciudad de México, corría el mes de enero de 1891; desde ahí irradió su proclama y sentimiento hacia el sur, una proclama de unidad de los pueblos y un sentimiento de identidad. México fue, por tanto, el primer país de Nuestra América en recibir ese llamado.

Desde entonces, México tiene el imperativo moral de concebirse, sentirse y actuar como un país latinoamericano, más aún, de impulsar un liderazgo en la región que le dé voz, trascendencia e influencia, como fue la iniciativa que motivó la creación de la primera zona densamente poblada del planeta libre de armas nucleares y que ha pasado a la historia como Tratado de Tlatelolco. La aportación mexicana a la conformación de la conciencia latinoamericana ha sido históricamente relevante: la lucha por la preservación de los valores republicanos con Juárez; el aprecio por la democracia con Madero; la reivindicación agraria y campesina con Zapata y el posicionamiento del nacionalismo con Cárdenas; sin olvidar la influencia cultural que desde México ha irradiado al resto de los pueblos latinoamericanos.

Existen, sin embargo, voces que sitúan a México fuera de Nuestra América, como una nación latinoamericana que no lo es más, en ocasiones por desconocimiento del dique que ha sido como frontera cultural para preservar la identidad subregional; en otras, por percepciones que confunden decisiones estrictamente comerciales con identidad histórica, comunidad de intereses y afinidades culturales; otras más que han llevado a algunos a intentar separar lo

6 Alfonso Reyes, Un hijo menor de la palabra. Antología, FCE, México, 2015, p. 429.

que de suyo es inamovible, la unidad latinoamericana desde el Río Grande a la Tierra del Fuego.

México, siendo un país profundamente mestizo, reivindica su pertenencia latinoamericana, consciente que todo latinoamericano es –culturalmente– mestizo. Hablar de latinoamericanidad es hablar de la cultura que nos une e identifica, es hablar de identidad compartida, que viene de una historia y una memoria colectiva comunes. Ha sido sobre todo la población mexicana la que ha creado espacios de latinoamericanidad –junto con otras muy relevantes comunidades– en suelo estadounidense, lo que explica en parte la fuerte reacción y las políticas del actual gobierno de ese país. En América Latina –en Nuestra América– es donde está la identidad mexicana, es ese su espacio de identidad y de oportunidades, al que pertenece y en el que por vocación cultural, afinidad de intereses e historia está llamado a afianzar su presencia e influencia.

El país tiene el desafío de superar las percepciones –aún prevalecientes en algunos círculos de opinión– de que está alejado de América Latina; es parte de ella y es una de sus naciones más relevantes por su fuerza cultural y su trascendencia en política exterior. Tiene además el reto de darle sentido geoestratégico a su pertenencia latinoamericana. Es este un buen momento.

La influencia cultural ha irradiado desde México al resto de los pueblos

latinoamericanos

Víctor Hugo Morales Meléndez. Internacionalista mexicano por la UNAM, diplomado en estudios latinoamericanos, posee un Master en Geopolítica y Seguridad Global por la Universidad de Roma. Es profesor universitario y diplomático de carrera. Actualmente es Director General en la Subsecretaría para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.

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Arnoldo Mora Rodríguez

La modernidad, entendiendo por tal el fin de la Edad Media y el inicio de la hegemonía mundial del Occidente cristiano, comenzó en México con la conquista en 1521 de Tenochtitlan, la más poblada y bella ciudad del mundo de la época, batalla épica y magistralmente narrada por el escritor costarricense José León Sánchez. Esta histórica batalla fue ganada por el conquistador español Hernán Cortés a los aztecas, pueblo originario de lo que hoy es México.

Los aztecas habían creado el más poderoso, militarmente considerado, imperio entre las culturas del continente americano. Producto de esta conquista militar, toneladas de metales preciosos, a las que se alude cuando se habla “del oro de América”, terminaron en manos de los banqueros de Europa; lo cual dio origen a lo que Marx llamó “la acumulación primitiva de capital”. En base a ello, la Cristiandad Occidental pudo crear, por primera vez en la historia de la humanidad, un imperio realmente planetario; hasta el punto de que el Emperador Carlos V podía vanagloriarse diciendo que “en sus dominios no se ponía el sol”… ¡Y no exageraba!

Durante la era colonial, que duró tres siglos y medio, México formó parte del Imperio español y a su estructura de poder se le denominó Virreinato de la Nueva España, a la cual pertenecían también lo que hoy son las repúblicas de Centro América. En 1810, como repercusión local de las convulsiones que sacudieron el mundo y dieron origen a la Edad Contemporánea, como fueron la Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico, se inició el proceso de independencia del Virreinato de la Nueva España, a partir de la insurrección popular lanzada por dos curas del bajo clero y de pensamiento ilustrado, Miguel Hidalgo y José María Morelos. El intento de prolongar las estructuras de dominación imperial incoadas por Agustín de Iturbide pronto abortó; pero su rechazo por parte de las élites ilustradas sirvió para que nuestros pueblos se manifestaran por primera vez en forma soberana y pusieran las bases de lo que, a lo largo del siglo XIX, les permitiría ir conformando el Estado nacional de inspiración básicamente liberal. A lo largo del siglo XIX México se convierte en una nación soberana, donde destaca la figura de Benito Juárez; pero por razones geográficas e ideológicas, también México se ha convertido en la

conflictiva frontera Norte –la única frontera territorial del continente– que nos separa y nos une a la otra América, aquella que no es la nuestra, como diría José Martí. Nuestra América se lanza en los meandros del siglo XX con la Revolución Mexicana, el acontecimiento histórico más importante de la historia política de nuestra región durante la primera mitad del siglo XX.

De nuevo ahora, Nuestra América se lanza al siglo XXI político en México gracias al triunfo arrollador de las fuerzas progresistas encabezadas por el dirigente popular Andrés Manuel López Obrador. Heredero y portavoz de los más auténticos valores patrióticos de la dramática historia de su pueblo, AMLO y su triunfo están llamados a convertirse en un salto cualitativo en las luchas de nuestros pueblos por la defensa de sus recursos naturales y en la construcción de una zona de paz, capaz de resolver sus problemas, tanto domésticos como regionales, sin injerencia de los poderes imperiales y de sus aliados locales.

México es el país de habla española y de cultura mestiza más poblado del mundo, con sus 120 millones de habitantes; es también la gran potencia económica de la región, al lado del otro gigante latinoamericano, Brasil. Sin embargo, la Revolución Mexicana, que causó un millón de muertos y más de dos decenios de turbulencia, sólo fue capaz de llevar al poder a un gran dirigente patriótico, como fue el General Lázaro Cárdenas –Presidente de la República de 1934 a 1940–, a pesar de haber tenido líderes salidos de sus entrañas populares que hicieron historia por sus legendarias hazañas, como fue Emiliano Zapata. Desde entonces, México no ha tenido una sola elección verdaderamente democrática; sus presidentes y muchos gobernadores han asaltado el poder gracias al fraude y al soborno; la corrupción se ha hecho proverbial.

El régimen priista comenzó su declive, lento pero irreversible, a partir de la masacre de Tlatelolco en 1968. Los dos triunfos posteriores del PAN, un partido político más retrógrado pero no menos corrupto que el PRI, no hizo sino deteriorar la situación. México se convirtió en un estado fallido, donde los poderosos carteles del narcotráfico han infiltrado las instituciones republicanas, tanto locales como federales. El Tratado de Libre Comercio con los vecinos del Norte no ha hecho sino

NUESTRA AMÉRICA COMIENZA EN MÉXICO

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agravar la ya tradicionalmente precaria situación del campesino, todo para favorecer a los productores agrícolas de Estados Unidos –farmers–. De ahí la migración masiva de braceros hacia el Norte y la respuesta brutal del Imperio que ha convertido su frontera Sur en una de las regiones más sangrienta del mundo.

En los últimos diez años el pueblo mexicano ha vivido en un virtual estado de guerra civil, que ha dejado como saldo 200 mil muertos y 50 mil desaparecidos, debidos no sólo a la acción mayoritariamente impune de los carteles de la droga, sino también a la complicidad directa de políticos y terratenientes locales y de sus cuerpos de policía y del ejército. Por desgracia, una situación similar se vive en los vecinos del Sur, como Guatemala y Honduras.

Pero el grito grávido de esperanza del heroico pueblo mexicano no se ha hecho esperar esta vez y ha dicho presente en el mensaje del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, heredero legítimo de Morelos y Juárez, de Zapata y Cárdenas. Al igual que Lula en Brasil, AMLO no es un político tradicional, sino que surge de las luchas sociales, si bien su formación académica es superior a la del brasileño, curtido éste último en las luchas sindicales. López Obrador luchó durante tres campañas electorales por la presidencia de la república; las tres las ganó, pero las dos primeras le fueron arrebatadas por el fraude, igual que le había sucedido a su antecesor Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del presidente Lázaro Cárdenas. Ante el deterioro generalizado del país, a las clases dominantes no les ha quedado más remedio que cederle la palabra al pueblo, quien ha elegido a AMLO por amplia mayoría, dándole igualmente cómoda mayoría en las gobernaciones de cinco estados y en las dos cámaras del Congreso.

Frente a la grave situación impuesta por las oligarquías locales en países ampliamente influyentes en el continente, como es el caso de Brasil, México se convierte a partir de ahora en un rayo de luz y esperanza para los sectores tradicionalmente empobrecidos y marginados. Uno de los méritos mayores de AMLO es haber devuelto al pueblo la confianza en la democracia, confianza que había perdido por tantas décadas de fraude y corrupción. Desde el punto de vista de las relaciones intercontinentales, la lucha por hacer realidad que nuestra región sea una zona de paz y la acción de una diplomacia firme en los foros internacionales será de capital relevancia, lo mismo que su clamor para que se haga realidad el respeto irrestricto a los principios del derecho internacional, lo cual se notará como un cambio henchido de dignidad y humanismo. Tenemos la firme convicción de que el amplio triunfo de AMLO constituirá el inicio de una nueva era para nuestros pueblos. Porque Nuestra América comienza en México. Por hoy sólo nos cabe gritar: ¡Gracias, hermanos mexicanos! ¡Gracias AMLO y su movimiento MORENA!

Arnoldo Mora. Filósofo costarricense, profesor e investigador del Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional (UNA) en Heredia, Costa Rica. Es autor de importantes obras en el campo de la filosofía y de la cultura universal. Fue Ministro de Cultura y Deportes de Costa Rica.

México se convierte a partir de ahora en un rayo de luz y esperanza

para los sectores tradicionalmente empobrecidos y marginados de

Nuestra América

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Ricardo Melgar Bao David Alfaro Siqueiros en uno de sus murales representó la imagen fuerte de lo que llamó la Nueva Democracia colocando en el centro a una imponente mujer libertaria emergida de un muy conocido volcán. Rompe las cadenas políticas y levanta con su mano derecha una rosa aurea y en su mano izquierda una antorcha de la que brota el fuego vivo de la esperanza. De sus labios entreabiertos quizás salga con voz tonante un solidario grito liberador. Esta alegoría se aproxima a lo social, cultural y políticamente vivido desde ayer. La contundente derrota electoral infligida por MORENA al PRI y al PAN, signa un importante hito en la historia política post-revolucionaria. No es casual que haya sido motivo de celebración festiva por aquella mayoritaria ciudadanía que ha adherido a una opción alternativa al fallido sistema bipartidista de las derechas de filiación neoliberal. Sumé mi voto y me regocijé del resultado de los comicios, al igual que muchos de mis colegas y amigos. Considero que ayer también fueron derrotados: los arcaicos sistemas clientelares y la manipulación política del miedo auspiciado por el gobierno, el PRIAN y el duopolio de medios de comunicación: Televisa y Azteca. Fue muchas cosas: un rechazo a la violencia y la tolerancia cómplice del sistema policial, judicial y carcelario. El triunfo de Morena representa un rotundo revés de las fuerzas e intereses acostumbrados a moverse entre la despatrimonialización de los bienes de la nación mexicana y el autoritarismo represor y excluyente. La impunidad, la renuncia a la soberanía nacional, la corrupción y las promesas incumplidas suscitaron un ostensible hartazgo ciudadano. No me queda la menor duda de que el voto a favor de Andrés Manuel López Obrador y Morena atrajo como imán ese descontento mayoritario de la

ciudadanía mexicana. Lo refrenda su propia heterogeneidad. Si bien es cierto que la esperanza de un cambio reina en el imaginario de los sufragantes y adherentes de Morena, quedan por atender muchos retos: los candados jurídicos tanto nacionales como internacionales lesivos a los intereses de la nación, la fuerza de costumbre de la corrupción cultivada por la burocracia estatal, amparada en materia laboral por una generosa ley a su favor. Pero además, contarán las propias diferencias y contradicciones políticas existentes en el seno de Morena, cuyo tratamiento no será fácil de atender, cuando de reparto de cargos públicos y gestión de programas y planes financiados se trata. La vigilancia, la transparencia, la rendición de cuentas de los funcionarios públicos debe ser reforzada desde abajo y desde arriba. La amenaza no solo viene de fuera, habrá que cuidar el frente interno de este gobierno de centro izquierda, bajo cuyo paraguas protector se incubarán otras fuerzas renovadoras y nuevos liderazgos generacionales. En México, la mayor parte de su ciudadanía tiene esperanza de un futuro libre de excrecencias. En América Latina se ve con buenos ojos este giro político extraordinario y positivo que inicia uno de sus más importantes países. Por último, prueba que en Nuestra América el llamado giro neoconservador no es tan arrollador como se pretendía. Otro México se reinventa, otro continente es posible y deseable.

LA NUEVA DEMOCRACIASE CUECE EN EL HORNO DEL PUEBLOMÉXICO

Ricardo Melgar Bao (Perú, 1946). Antropólogo e historiador peruano, residente en México desde 1977. Es investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Ha dirigido el Colegio de Estudios de Estudios Latinoamericanos (1990) y el Departamento de Estudios Latinoamericanos (1993-1995) de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde impartió las cátedras de Historia de las Ideas en América Latina e Historia de la Cultura Latinoamericana. Entre sus libros, cabe citar El movimiento obrero latinoamericano (Madrid, 1988) y Mariátegui y las crisis civilizatorias de Occidente (Lima, 1995). Es miembro del Concepto Editorial de Archipiélago.

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Cristóbal León Campos

I

Utopía nuestra es la unidad y la integración de nuestros pueblos en una sola congregación compuesta por la raíz compartida, desde el río Bravo hasta la Patagonia, fronteras difusas de una identidad común. Nuestras naciones nacieron hermanadas en la tragedia de la historia, forjaron patria quienes con su vida y sus actos dieron rumbo a los ideales de próceres que soñaron con el mejoramiento humano, la independencia como bandera y guía de la esperanza. Nuestra América tiene su génesis en la dignidad de las mujeres y hombres de piel multicolor, en el esfuerzo diario por ser como somos sin condicionamientos ni condicionantes, libres, siempre libres, porque las cadenas apresan los cuerpos pero las ideas surcan los cielos sin presidio, la libertad y la independencia son la sangre que recorre nuestras venas, si la utopía es soñar, soñamos despiertos con los pies descalzos andando los senderos de la dignidad.

La colonia es el trauma que aún vivimos, continúa existiendo en la república como advirtió José Martí, nuestros pueblos padecen el letargo lacerante del pasado, las manifestaciones de soberbia y desapego al sentimiento original dan forma a las lejanas maneras de gobernar, hay esperanza en Nuestra América, claro que la hay, pero también nos siguen habitando las formas coloniales de dominación, mirar al norte es ideal perpetuo en las mentes que olvidan o desdeñan la raíz profunda de la geografía humana que nos compone, las formas autóctonas han demostrado ser el sendero por el cual debemos andar, nuestra historia es la enseñanza más clara de que en nosotros está el venidero presente, la utopía nuestra vive con la misma fuerza con que se soñara. Simón Bolívar y José Martí conducen el imaginario hecho realidad en los pueblos liberados, en las manos alzadas pidiendo pan, tierra, justicia y libertad, sus plumas plasman las constituciones que habremos de redactar. Nuestra América unida es nuestra utopía necesaria.

II

La decisión del Consejo Mundial “José Martí” de la UNESCO de celebrar cada 30 de enero el Día de la Identidad Latinoamericana y Caribeña, no sólo es una

acertada realidad, sino que en estas horas es una urgente necesidad de extender y profundizar, ahora que el soberbio imperio pretende desdeñar nuestra dignidad. Hacer de la integración latinoamericana la vertiente que proporcionará el vigor de las naciones nuestras se convierte en la esperanzadora razón de las acciones, resistir es inherente a nuestra forma de vivir, construir realidades nuevas partiendo de las experiencias propias, “la conquista de la belleza”, como augurara José Carlos Mariátegui, se cimienta en el pan diario de la cultura viva que explica en sus formas varias el hecho de ser comunes. “Nuestra América” el ensayo magistral que publicara Martí, el 30 de enero de 1891 en el periódico El partido liberal, habiéndose publicado veinte días antes por primera vez en La Revista Ilustrada de Nueva York, es la síntesis de nuestra historia escrita y descrita desde lo profundo del espíritu libertario, que da forma a las miles de voces que reclamaban una segunda independencia. Hoy, 126 años después, las mismas voces demandan el establecimiento de otro orden social y continental: el reclamo por su derecho a ser, el grito rebelde de la mujer que se reconfigura a sí misma desde nuevas perspectivas autogestivas, el campesino despojado, el jornalero sobre-explotado, el obrero vilipendiado, el estudiante excluido de los debates nacionales, los niños hambrientos y los ancianos olvidados sin importar cuánto dieron a la patria… la voz martiana encauza el grito de esperanza, crítica y proposición, análisis y programa. El ensayo “Nuestra América” reúne lo más significativo de las necesidades y proyecta lo más urgente de nuestras obligaciones; “hacer es la mejor manera de decir”, sentenciaba Martí en tiempos de grandes discursos y pocas acciones. Estas palabras resuenan en lo profundo de los corazones que laten empujando el deseo irrenunciable de construir nuevas realidades en libertad, la cultura latinoamericana y caribeña es única porque retoma lo más universal y lo suscribe en forma originaria.

III

En 1791 comenzó en la colonia francesa de Saint Domingue una insurrección de esclavos negros que terminaría convirtiéndose en la guerra de independencia de Haití, nombre último que adoptarían los libertadores en reconocimiento al origen indígena del país, tal como lo refiere Roberto Fernandez Retamar en su libro Concierto para la mano izquierda. Esa flama primera de dignidad, se

NUESTRA AMÉRICA UNIDA

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extendería por todo el continente aún dominado por el imperialismo europeo, la llama de la independencia latinoamericana tomaría forma para ir procreando a sus naciones como hijos, el carácter autóctono de los ideales sumados al flujo universal de los derechos de la humanidad, dieron luz a la necesaria libertad del pensamiento, las cadenas coloniales comenzaron a resquebrajarse al momento en que se reconoció la existencia de un pensamiento propio, vivo y vigente que explica y proyecta nuestras realidades con la mirada puesta en la raíz, alejado del deslumbrado pensamiento occidental, y es que la filosofía latinoamericana existe al igual que la más universal de las filosofías. Sin embargo, a pesar de que la independencia llegó durante el siglo XIX para la mayoría de los países de Nuestra América, hay que reconocer que la descolonización ha sido un proceso lento y doloroso, pues no bastó con ganar las guerras y ascender al poder, la cultura y el pensamiento en su mayoría siguieron inscritos en la dependencia, la ruptura de la hegemonía de la razón occidental ha tardado siglos y se arrastra como un pesar.

América fue una utopía, Nuestra América es nuestra utopía, la canción propia no será ceniza, es fuego, es luz, Nuestra América es la unidad de los pueblos cuyo pasado entrelaza las historias presentes, la cultura e identidad recorre en lo mestizo las particularidades de lo autóctono, hay en Latinoamérica y en el Caribe tantos colores como esperanzas, hay danzas y comidas que alimentan las almas que sueñan con volar en libertad, Nuestra América es la vida que a diario se levanta para luchar, resistencia y persistencia, la integración no puede concebirse únicamente en términos económicos cuando los pueblos se hermanaron mucho antes de poseer tesoros materiales, y es que el mayor tesoro lo resguardan en el fondo de los seres que la reconfiguran con su quehacer, la riqueza mayor es la identidad delineada por los recuerdos como memoria viva, memoria que no olvida pero que continúa atesorando, se incrementa porque se transforma para reafirmarse a sí misma, el cambio es su motor y la identidad su expresión.

Nuestra América renace con cada sol y nosotros la reproducimos en cada acto.

IV

¿Cuándo hablaremos de nuestras historias en las aulas escolares? La enseñanza de la historia sigue teniendo una curricula colonizada, la ausencia de nuestra esencia es evidente, la permanencia de los resabios coloniales en la enseñanza se refleja en la mira puesta en occidente como eje del saber, el proceso descolonizador requiere de la producción de saberes propios, no se trata de negar lo universal, se trata de hacer universales los saberes originarios, se requiere tomar las ideas y expresar las nuestras. “Ni calco, ni copia”, como dijera Mariátegui, la filosofía es creación propia de Nuestra América, es su ser el alma enunciada con palabras. Leopoldo Zea trabajó durante décadas para integrar un conjunto de reflexiones que dieron forma a lo que hoy reconocemos como filosofía latinoamericana, sus esfuerzos se encaminaron a la articulación de los saberes, las ideas y los proyectos de unidad, integración, identidad e historia que expresan la cultura y la cotidianeidad en los países latinoamericanos. Zea es impulsor de la lucha por el reconocimiento de nuestra filosofía como una corriente más de la filosofía universal.

La interrogante permanente que le hizo reflexionar fue la misma siempre: ¿es posible hablar de una filosofía latinoamericana? Respuesta afirmativa que tiene explicación histórica, las verdades válidas de cada momento histórico delimitan los temas que la propia filosofía latinoamericana trata, la reflexión sobre nuestra condición como humanos responde a la negación utópica de los conquistadores. La filosofía latinoamericana sigue siendo desdeñada en muchos de los llamados “centros del saber”, se le burla como el arrogante adinerado se mofa del humilde campesino, mas olvida el pretencioso burlesco que las manos morenas y llagadas del sencillo son las mismas que cultivan las praderas para que abunde el

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alimento que en su mesa costosa y extranjera come para saciar el hambre, así, la filosofía latinoamericana nutre la esencia al florecer de las entrañas de los suelos en la geografía marcada por el nosotros. Nuestra América ha tenido que explicarse a sí misma, para reconocerse y ser reconocida, el trauma colonial continúa negando la existencia, por tanto, el racismo, la discriminación y la desigualdad no únicamente son temas materiales, son ante todo ideas implantadas en la colectividad como justificante de dominación, la filosofía latinoamericana es respuesta a la hegemonía occidental, es resistencia en el campo de las ideas frente a la cultura que se asume como superior, el crisol nuestro es diverso como lo es la realidad. La filosofía se asume también como instrumento para la liberación de los pueblos.

V

El contexto actual latinoamericano deja en claro la importancia de retomar los esfuerzos de integración y unidad, el presente exige la reflexión crítica para encontrar salidas humanas a los proyectos de terror que nuevamente amenazan la existencia en el mundo, el debate de ideas es urgente, los espacios donde los ideales libertarios de los próceres nos ofrezcan luz inicial para la utopía venidera, profundizar en el estudio y divulgación de la filosofía latinoamericana como elemento de identidad, pero también como aliciente de ilusión para nuestros pueblos, somos los pueblos quienes nos salvaremos a nosotros mismos.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es uno de los esfuerzos actuales, debemos ser participes de las acciones. Las amenazas del imperialismo no afectan solamente las decisiones diplomáticas, lastiman la vida diaria de los seres humanos. Hermanadas las culturas latinoamericanas responderemos con autodeterminación, Bolívar y Martí advirtieron del peligro que significaban los Estados Unidos de Norteamérica

Cristóbal León Campos (México, 1979). Mexicano, historiador por la Universidad Autónoma de Yucatán. En 2010 editó los libros Textos de la revolución en su Centenario y La Escuela Racionalista. Doctrina y Método de José de la Luz Mena, con el doctor Carlos E. Bojórquez Urzáiz; y en 2017 salió publicado su más reciente libro, En voz íntima (Editorial Disyuntivas, México). Participa en los proyectos “Ilustres Maestros de Yucatán” y “Mi escuela en el Centenario” con el apoyo de la SEGEY. Forma parte del equipo de trabajo de la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán. Escribe en el periódico Por Esto! y colabora en diversas revistas y páginas web. Es profesor de Historia y Antropología a nivel medio superior. Actualmente es Secretario de la Red Literaria del Sureste. Es miembro del grupo promocional de Archipiélago.

mientras continuaran siendo un imperio, hoy ese imperio está extendiendo sus alas para perpetuar la dominación. En nosotros los pueblos recae la necesidad de hacerle frente y salir fortalecidos, la unidad latinoamericana y caribeña es utopía porque es realidad. Nuestra América enfrenta la disyuntiva de poner fin a la hegemonía imperialista cristalizando el sueño bolivariano y martiano, construyendo la América libre, justa, autónoma, con una real autodeterminación, o padecer las lacerantes atrocidades que la historia registra y siguen repitiéndose; las dictaduras, la desigualdad, el despojo, la explotación, podrían profundizarse aún más, la disyuntiva es la humanidad frente a la barbarie.

VI

La semilla de nuestra identidad florece en el quehacer humilde y descalzo de los pueblos, la cultura refleja la grandeza del ser latinoamericano con una filosofía propia y universal, Nuestra América es la utopía que nos mueve al porvenir, la unidad e integración son sueños necesarios y es que estamos integrados con una identidad, fortalecerla y protegerla es parte de la militancia de la vida en las geografías nuestras, la esperanza sobrevive en estas tierras al perjurio y la soberbia, la dignidad nos hace ser virtuosos y útiles para la humanidad. La América nuestra vive en la memoria de nuestros pueblos, vive en nosotros ahora que la honramos celebrando su identidad.

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MEMORIA

Carlos Véjar Pérez-Rubio

Terminada la Guerra de Reforma en diciembre de 1860 con la derrota de los conservadores en los llanos de Calpulalpan, y restaurado el orden constitucional y el gobierno liberal del presidente Benito Juárez, la Francia de Napoleón III iniciará su aventura imperial en México, el 16 de abril de 1862. El Fondo Monetario Internacional de aquella época, es decir, los bancos europeos, habían puesto el pretexto: Inglaterra, España y Francia enviaron sus tropas al puerto de Veracruz para exigir al gobierno juarista el pago de los préstamos que los gobiernos conservadores habían negociado anteriormente. Después de las negociaciones que tuvieron lugar, los dos primeros países aceptaron las propuestas mexicanas y retiraron sus fuerzas; no así Francia, que decidió invadir el territorio a mediados de abril y avanzar hacia la capital. El 5 de mayo esta potencia imperial sufrirá una costosa derrota en la ciudad de Puebla, de la cual tardará un año en recuperarse y, con los refuerzos llegados de la metrópoli y las reagrupadas fuerzas conservadoras, derrotar a las tropas republicanas juaristas.

En octubre de 1863 —hace 155 años—, los conservadores mexicanos ofrecerán al archiduque austriaco Maximiliano de Habsburgo, hermano del emperador Francisco José, la corona del Segundo Imperio Mexicano, que se proclamaría con el apoyo militar de Francia y la bendición de la iglesia católica. Otro proyecto de nación cobraba forma. El país, partido en dos, con el gobierno de Juárez peregrinando por las regiones más inhóspitas y remotas de su geografía, en donde existían fuerzas leales que le brindaban protección, arderá unos años más. El efímero Segundo Imperio tendrá abrupto fin en 1867, al ser derrotado su ejército por las fuerzas liberales republicanas en la ciudad de Querétaro y ser fusilados Maximiliano y los dos principales generales conservadores, Miguel Miramón y Tomás Mejía, en el Cerro de las Campanas. El grueso de las tropas francesas hacía tiempo que se había marchado, la emperatriz Carlota con ellas.

Una lección más de la historia de Nuestra América. Guillermo Prieto, destacado poeta y político liberal, plasma en las siguientes estrofas aquel ambiente enrarecido, que bien merece nuestras reflexiones a poco más de siglo y medio de distancia. El tiempo no pasa en vano, hay que estar conscientes de ello.

IMPERIOS Y CANGREJOS AYER Y HOY

Jorge Tamez Batta, Atrapando

Jorge Tamez Batta, Dos

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Carlos Véjar Pérez-Rubio (Ciudad de México, 1943). Arquitecto mexicano, Maestro en Historia del Arte y Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM. Fue investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) y profesor de la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Autor de siete libros individuales, los más recientes de ellos Las danzas del huracán. Veracruz y La Habana en los años treinta (Conaculta, CIALC-UNAM, 2014) y Amanecer en las islas. Rutas y retos de la integración de Nuestra América (CIALC-UNAM, 2015). Es Director General de Archipiélago. Revista Cultural de Nuestra América.

Los cangrejos (Himno contra los conservadores)Guillermo Prieto (1818-1897)

Casacas y sotanasdominan donde quiera;los sabios de monterafelices nos harán.Cangrejos a compás,marchemos para atrás¡Zis, zis, y zas!Marchemos para atrás.

¡Maldita federata!¡Qué oprobios nos recuerda!Hoy los pueblos en cuerdase miran desfilar.Cangrejos, a compás,marchemos para atrás.

Si indómito el comanche,nuestra frontera asola,la escuadra de Loyolaen México dirá:Cangrejos, a compás,marchemos para atrás.

Horrible el contrabando,cual plaga lo denuncio;pero entretanto el Nunciorepite sin cesar:Cangrejos, a compás,marchemos para atrás.

En ocio, el artesanose oculta por la leva,ya ni al mercado llevael indio su huacal.Cangrejos, a compás,marchemos para atrás.

(Estrofas ¿de otra mano?, 1861)

Al sable y al boneteel pueblo les dirá:en las revolucionespararse es ir atrás.Rompí ya mis cadenas,brilló la libertad;

que marchen los cangrejos,que marchen al compás.

Murió la tiranía,ya sólo imperaráde la Constituciónla excelsa majestad.Por eso al que pretendead libitum mandar,el pueblo grita airado¡cangrejos, para atrás!

Si progreso y reformapalabras son no más,y tras ellos no marchanhonor y probidad;si sólo es ilusiónla santa Libertad,no hay duda que marchamos,cangrejos, para atrás.

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Marcos Reyes Dávila

A despecho de algunas reservas relacionadas con el mareo y el frío intenso, hice recién una travesía que me obligó a recordar persistentemente ese famoso “viaje al sur” de Hostos, que realizó a plazos cómodos a principios de los años setenta (siglo XIX). Entonces se viajaba en barcos de vapor. Hostos emprendió el viaje desde Nueva York desilusionado con el liderato cubano-puertorriqueño que disolvía sus energías en insolubles polémicas “revolucionarias”, que giraban en torno al afán de buscar a la vez la independencia y la posterior anexión a los Estados Unidos.

Mientras se desarrollaba en Cuba la guerra por la independencia que inició Céspedes y morían cada día cubanos y otros antillanos, Hostos consideró que era más útil y acaso posible promover la causa de libertad de las Antillas en los países de la América que llamaba colombiana, pues sobrevivían algunos héroes que generaron al mando de Bolívar, de San Martín y otras personalidades dignas de imperecedera gratitud, en posición política de primera línea, o gozando de un prestigio impune en sus países. Creyó que aun reinaba en

sus corazones el ideario emancipador y el recuerdo imponderable de Simón Bolívar.

Pasó, fundamentalmente, por Colombia y Panamá, Perú y Chile, y Argentina, con otras paradas quizá de menor importancia. Logró impactar con su prédica a muchos, incluso, a algún presidente. Intentó revivir el sueño bolivariano de una América unida a través de convocatorias del más alto nivel y proponiendo la creación de instrumentos mutuamente útiles entre los países que pudieran relacionarlos, acercarlos, y hacerlos participar de proyectos colaborativos.

Su viaje no cayó en el abismo oscuro del olvido y los empeños fracasados, si bien no obtuvo todo lo deseado. Tuvo impacto observable en muchos de esos países y aun en otros como la República Dominicana, Cuba, España y, seguramente, tanto en la ruta preconcebida del dominio norteamericano en Puerto Rico, como en la visión puertorriqueña de nuestra propia precariedad. El Hostos que emerge de esta travesía, su travesía por el sur, fue un Hostos transformado, el definitivo, paladín de una libertad concebida más allá de la independencia y principal gestor de algunas de sus instrumentalidades. El viaje al sur maduró su personalidad y su figura.

La referencia frecuente al “viaje al sur” nos llega en gran medida a través de la edición de las Obras completas, publicadas a propósito del centenario de su natalicio. Uno de sus volúmenes se presenta ante los ojos del porvenir con ese título acertado –“Mi viaje al sur”–, aunque no se trate de una obra concebida por Hostos en esos términos. En realidad, es una recopilación de trabajos distintos redactados durante su travesía, o poco después, a propósito de diferentes motivos convergentes. Algunos caen como anillo al dedo a la concepción que los editorializó, pues su intención es la de observar, describir y estudiar desde la topografía y geología de los países que visita, hasta los paisajes que vislumbra y lo deslumbran, e incluso la antropología y sociología de comunidades y sociedades. La curiosidad de Hostos era incansable, vasta, de mirada múltiple. También comprometida. De modo que su viaje no se limitó a la propaganda, sino también al estudio de los países que visitó. Tratándose de él, no podía ser de otra manera.

“MI VIAJE AL SUR” DE HOSTOS 150 AÑOS DESPUÉS

Eugenio María de Hostos

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Hostos recorrió, a caballo y en tren muchas zonas del Perú –del Callao a Lima y hacia la sierra andina–, de Chile –hacia el sur araucano y la sierra–, de Argentina, hasta Mendoza, Córdoba, la Pampa y Rosario. En Perú observó y estudió los tipos humanos, las instituciones políticas, las socio-culturales y las político-económicas. No le faltó desarrollar proyectos y promover iniciativas de alcance nacional. En Chile, como bien se sabe, desarrolló sus tesis sobre la educación de la mujer y, a través de la Exposición nacional de logros económicos y sociales de Chile, analizar y valorar las instituciones, proyectos, ambiciones y logros del país. En Argentina propuso iniciativas culturales, económicas y sociológicas, incluido su famoso tren transandino, la navegación de los ríos del centro-norte y la creación de una especie de Mercosur. No le faltó tampoco, como se ve, desarrollar proyectos y promover iniciativas de alcance continental.

Mi viaje de sólo dos semanas no podía aspirar a mucho. En realidad, más que a la estrechez del tiempo, a la diferencia obvia de capacidades. Pero no pude evitar mantener a lo largo de toda la ruta la memoria del puertorriqueño que alcanzó las proyecciones y los logros más grandes y vastos. Pasé de Bogotá a la populosa ciudad de Buenos Aires. De allí a Montevideo a través del Río de la Plata. Luego las Islas Malvinas azotadas por vientos helados. Vislumbré la majestuosa entrada al estrecho de Magallanes, de cuyo tránsito no faltan observaciones en el citado volumen de Hostos. Disfruté de la epopeya visual de parajes insólitos y de extrema belleza en los nevados fiordos chilenos y sus glaciales azules; sufrí los mareos de la travesía por el Cabo de Hornos; conocí Puerto Montt y Puerto Varas, y, además de Santiago de Chile, capital que ya había visitado en dos ocasiones, retorné a la espléndida vista cromática de Valparaíso.

Comprobé con insospechados asombros no sólo la mencionada belleza de los paisajes, sino el riquísimo desarrollo de capitales vigorosas y modernas. Estuve en el

Marcos Reyes Dávila (Puerto Rico, 1952). Escritor puertorriqueño, con Maestría en Literatura Iberoamericana de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es Catedrático de Lengua y Literatura en la Universidad de Puerto Rico en Humacao y Director-editor de la Revista EXÉGESIS. Fue director del Instituto de Estudios Hostosianos (UPR-Río Piedras). Entre sus libros, cabe citar: Pájaros de invierno (1978); Goyescas (1980); Estuario (1981); Hasta el final del fuego. Guajana: treinta años de poesía (1992), Hostos, las luces peregrinas (2004), y Una lluvia tan grande de campanas (Compilación de seis libros, 2002).

departamento interior de San Luis, Argentina, próximo a Mendoza. Vi allí iniciativas de desarrollo urbano espléndidas que transforman la región. En las Malvinas, amén de un viento antártico que hiela hasta el hueso, contemplé parajes desolados de piedra, sin arbustos siquiera, y pingüinos que no saben qué hacer. Usuhaia es un paraíso escondido en la zona habitada más al sur del planeta, ubicado a orillas del mar de los fiordos y elevada hacia una cordillera de cerros nevados que abrazan la ciudad.

Visité nuevamente las tres residencias en la tierra que parecen esperar aún el regreso de Neruda, y abracé amigos entrañables en Buenos Aires, Montevideo y Santiago de Chile, donde con un poco de empeño conseguí hallar en lecho de enfermo a un poeta que conoció la obra de Hostos desde niño y que ha vigilado y sufrido, además de los propios, nuestros desaciertos como pueblo disminuido y paupérrimo. Recorrí nuevamente las calles de Valparaíso sin olvidar que Hostos acudió justamente allí a visitar la tumba de su entrañable amigo Segundo Ruiz Belvis, “el olvidado”. Tanto Ruiz como Hostos acudieron a Chile para combatir una miseria que, entonces como hoy, le debe más al coloniaje que a los huracanes.

Cerca de 150 años después de su visita –y salvando algunos nombres y distancias–, sobrevive en lo alto del cerro el eco de aquel Hostos que clamaba por la presencia del amigo de sus ideas. El eco que reclamaba luz para desvanecer el olvido. Ese olvido ataca también su recuerdo. Y esa luz, que bien podría alumbrarlo, de seguro alumbraría además nuestros caminos de hoy.

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Gastón Cornejo Bascopé

El martes 18 de enero falleció a los 103 años un gran poeta, Nicanor Segundo Parra, conocido universalmente como el anti-poeta, único en su género. Tenía la vibración de los grandes: Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Gonzalo Rojas, Guillermo Teillier y pudo haber sido agraciado en vida con el Nóbel. Logró el premio Cervantes para su patria, Chile, la tierra de la poesía.

Nació en un pueblito sureño próximo a las orillas del Bio-Bio, en Concepción, donde el caudaloso río ingresa al mar Pacífico en forma esplendorosa; allí el paisaje es soberbio en belleza. Un colega, cirujano y poeta, me condujo a ver el espectáculo desde una altura conveniente; quedé maravillado y comprendí el por qué la motivación poética de sus seres naturales. De familia de notables artistas, fue Nicanor el mayor de nueve hermanos; una fue la inolvidable Violeta Parra, aquella que a pesar de sus pesares compuso la canción de trovadores: Gracias a la Vida. Ella sí tuvo motivación para amar la vida y su hermano cantó con voz ronca pero en lenguaje sublime de fina ironía.

Cuando asistí a un congreso de cirugía en Valdivia, luego de conocer el Calle-Calle quise hacer mío el río paralelo de Concepción; aproveché el viaje para llegar a Talcahuano donde se encuentra anclado con cadenas, prisionero, desde 1879, nuestro entrañable buque de guerra, el “Huáscar” del heroico Almirante Grau cercado en el mar boliviano de mejillones. En ese ambiente nació el anti-poeta, a 120 km de la ciudad penquista, límite norte de la Araucanía. Más tarde leí sus anti-poemas y me adherí a su postura definitivamente pro-boliviana contra el enclaustramiento.

Su homenaje agrega un valor turístico a la costa santiaguina: Isla Negra de Neruda, San Antonio de Huidobro y Las Cruces de Parra. El mar acaricia con sus olas, en un infinito recitativo musical, la poesía chilena. Por similitud las estrofas del anti-poeta evocan el ethos íntimo y el ingenio literario de un artista que fue nuestro, el poeta y cirujano Dr. Washington Vargas Fano, de Cochabamba, Perú y Bolivia.

Un libro de Parra me sorprendió, lo adquirí en San Diego: “Psicoanálisis parra nada”. Siete psicoanalistas, filósofos, literatos y maestros de elevada intelectualidad comentaron su obra.

Selecciono al azar un pensamiento suyo: La misión del anti-poeta consiste en aprender a hablar. El ser capaz de construir una frase que se sostenga por sí misma. En hacer brotar un mundo de la nada. No por razones religiosas sino por abusar de la paciencia.

Parra irreverente recuerda una canción infantil que se tocaba en las vitrolas de la época: En una mesa te puse / un ramillete de flores / María, no seas ingrata. / Regálame tus amores. La anti-estrofa cantada por el Nicanor era esta otra: En una mesa te puse / un plato de chicharrones / María, no seas ingrata. / Y bájate los calzones.

A los psiquiatras cuestionó: En nombre del principio del placer está la respuesta del Oráculo: Hagas lo que hagas te arrepentirás.

Nicanor Segundo Parra, insigne en la creación poética, murió el martes pasado, pero… aseguró: ¡Voy y vuelvo! Sí, está con nosotros. El mundo de los poetas maravilla. Gracias a la Vida, gracias a Nicanor Parra, eterno y resurrecto.

Gastón Cornejo Bascopé. Boliviano, médico cirujano, escritor y político. Autor de varios libros, fue presidente de la Sociedad de Escritores de Bolivia y senador de la república del Movimiento al Socialismo – MAS, por el departamento de Cochabamba.

PARRANDEANDO A NICANOR

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Fernando Sorrentino

Antecedentes

En 1827 se concretó en Boston el casamiento entre Daniel Hudson y Catherine Kemble, ambos estadounidenses. Diez años más tarde el matrimonio se estableció a unos cuarenta y cinco kilómetros al sudeste de la ciudad de Buenos Aires, en la localidad llamada hoy Ingeniero Allan, que pertenece ahora al partido de Florencio Varela y pertenecía entonces al de Quilmes. Aquí adquirieron una pequeña estancia, llamada Los Veinticinco Ombúes, donde se dedicaron a la cría de ovejas y a diversos trabajos de índole rural.

El matrimonio pertenecía a la Iglesia Metodista, una rama, al parecer, originada en el anglicanismo, y en aquel culto fueron bautizados sus seis hijos: cuatro varones y dos mujeres. El cuarto hijo fue William Henry Hudson, que nació el 4 de agosto de 1841; falleció en Worthing (Inglaterra) el 18 de agosto de 1922. Como se sabe, este es autor de una extensísima obra en su faceta de naturalista. Se le deben asimismo textos de ficción como las novelas The Purple Land that England Lost (1885)1 y Green Mansions: A Romance of the Tropical Forest (1904), y otros libros de narrativa. Pero, con respecto a la Argentina, es autor de un libro de recuerdos titulado Far Away and Long Ago - A History of My Early Life, publicado por primera vez en 1918.

En 1938 Fernando Pozzo y Celia Rodríguez de Pozzo realizan la primera traducción al español, con el título de Allá lejos y hace tiempo – Relatos de mi infancia. Esta publicación fue reeditada muchas veces. Hay otras traducciones,2 pero la que yo utilicé fue la del libro que, desde tiempo inmemorial, está en casa: Buenos Aires, Ediciones Peuser, 1945, 368 págs.; lleva “Prólogo” de

1 “La tierra púrpura que Inglaterra perdió” resulta ser la República Oriental del Uruguay. Jorge Luis Borges dedicó a esta novela un laudatorio artículo (“Sobre The Purple Land”, Otras inquisiciones, 1952) donde reproduce —ignoro si en broma o en serio— un juicio de Ezequiel Martínez Estrada en el que este cultor del disparate solemne afirma, entre otros despropósitos: “Nuestras cosas no han tenido poeta, pintor ni intérprete semejante a Hudson. Hernández es una parcela de ese cosmorama de la vida argentina que Hudson cantó, describió y comentó…” (Tal vez a algún lector le interese conocer el trabajo que, sobre uno de los desatinos de Martínez Estrada, publiqué, años ha, en http://www.ucm.es/info/especulo/numero32/enletura.html.)2 Caterina Calafat, en su trabajo “Far away and long ago: William Henry Hudson vs. Guillermo Enrique Hudson”, Oceanide 4, 2012, enumera algunas (aunque yerra, al principio, y luego enmienda, la fecha de la primera —Pozzo y Rodríguez de Pozzo—, que no es 1948 sino 1938).

Robert Cunninghame Graham3 e ilustraciones de Franco Mosca. De manera que todas las citas han sido tomadas de esta versión y confrontadas por mí con el original de Far Away and Long Ago, sin que haya considerado necesario agregar a este trabajo los pasajes originales en inglés.

Hudson vivió en la Argentina desde su nacimiento hasta el año 1874: los primeros tiempos en el partido de Florencio Varela (hasta su edad de cinco años) y luego, más al sur, en la zona de Chascomús, donde la familia estableció una pulpería de campaña, a unos 127 kilómetros de Buenos Aires; asimismo conoció otros lugares del país. En 1874 abandonó esta parte del mundo y se radicó en Inglaterra, donde permaneció hasta su muerte.

El libro en cuestión

Como ya dije, el libro consta de recuerdos escritos por Hudson cuando él se encontraba, en su estadía definitiva,

3 Robert Cunninghame Graham (1852-1936), político y escritor escocés (aunque nacido en Londres). Amigo y admirador de Hudson, en su “Prólogo” lleva su devoción hasta la siguiente hipérbole: “Muy bien conocía a los hombres con quienes pasó su juventud ‘hasta el caracú’, como ellos mismos, seguramente, le habrían dicho. Escribió de ellos, no desde el punto de vista de un observador, sino como ellos lo habrían hecho si hubieran dejado el lazo y tomado la pluma. Ni Ascasubi, ni Hernández, ni el que compuso la visita de los ‘compadres’ al teatro Colón [Estanislao del Campo, Fausto], tan repleta de agudeza e ideas curiosas, jamás produjeron nada más verdaderamente argentino que el ‘Story of a Piebald Horse’ (Cuento de un caballo overo)”. Estos conceptos —tan delirantes como autoritariamente británicos—, citados por Borges en la nota 1 de este artículo, se hallan en sintonía con las ligerezas disfrazadas de tremebundas cavilaciones a que era tan afecto Martínez Estrada.

ALLÁ LEJOS Y HACE TIEMPO

ANGLOS, NATIVES, PÁJAROS, ESCUERZOS…

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en Inglaterra. Muchas de tales reminiscencias pueden corresponder a la realidad, aunque es bien sabido que el placer de fabular es posiblemente el que constituye el vicio más maravilloso que aqueja a los inventores de ficción (entre cuyos pecadores me permito incluirme). De manera que, según entiendo, algunos de esos recuerdos están, sin duda, embellecidos por la pluma del autor, y otros, directamente, tergiversados o imaginados por él.4 Travesuras que no me parecen mal, pues corresponden a los derechos inapelables de todo narrador.

En el “Prólogo” citado, Cunninghame Graham expresa: “Aunque extranjero de sangre, era argentino en todo lo esencial, ya que el ambiente siempre influye más en la vida que la raza.”

Sin intentar analizar qué significa el vocablo “raza”, lo cierto es que rechazo en absoluto esta aseveración. Para empezar, no creo que Cunninghame Graham —al fin y al cabo, un ciudadano británico— estuviera en condiciones de establecer qué es ser “argentino en todo lo esencial”, abstracción indefinible incluso para quienes —como, por ejemplo, yo— tenemos nuestras raíces muy hundidas en la paradójica y contradictoria comarca triangular que se extiende por el sur de la América del Sur.

Afirmar —como lo hace el binomio Cunninghame Graham–Martínez Estrada—que un libro hecho de recuerdos casuales, sin orden alguno, carente de cohesión argumental y despojado de la mínima tensión dramática es superior al Martín Fierro constituye, por lo menos, un audacísimo ejercicio de la imaginación más desenfrenada e irracional. Por otra parte, no puedo concordar con la idea

4 Tal, por ejemplo, el episodio del capítulo 2, en que Mr. Trigg representa e imita a una anciana escocesa sin que la familia Hudson advierta la impostura. Lamento decir que no logro creer tan evidente patraña.

de conferir a Hudson un puesto dentro de la literatura argentina. Y no me refiero a un “puesto importante”; opino que no merece puesto alguno, ni importante, ni mediocre, ni despreciable.

En primer lugar, para ser un escritor argentino es necesario escribir en español, y Hudson escribió exclusivamente en inglés. Y, aunque, en algunas de sus obras, el ambiente sea argentino, su mirada es siempre angloestadounidense y, por añadidura, bastante despectiva. Él se consideraba parte central del ámbito “civilizado” de Anglosajonia, y veía a estas tierras y a sus habitantes como pertenecientes a la más primitiva barbarie (cosa que bien podría ser verdad, pero que no lo habilita, ciertamente, para formar parte del elenco de escritores argentinos).

(Para agregar un símil grotesco… Si alguien dedicara su vida a escribir sobre problemas de geometría, eso no lo convertiría, por ejemplo, en un triángulo o en un círculo. Nadie ha considerado a Rudyard Kipling escritor indio o a Henry Rider Haggard escritor sudafricano, a pesar del ámbito geográfico en que discurren muchas de sus historias. Entonces, ¿por qué convertir en argentino a Hudson debido al hecho de ocuparse, alguna que otra vez, de esta geografía y de sus poblaciones…?)

Además, la familia Hudson desarrollaba su vida social en una suerte de microclima anglohablante, escindido en cuanto fuera posible del contacto con los natives. Si nos guiáramos por las menciones de las personas que aparecen en el libro, surgiría la falsa estadística de que ingleses, escoceses, irlandeses, galeses y estadounidenses formaban la mayoría poblacional en la provincia de Buenos Aires y que los argentinos sólo constituían un núcleo numéricamente menor.

A continuación señalaré algunos de los pasajes en que el dulce naturalista “argentino” muestra el duro metal de Anglosajonia con que estaba constituido.

Orgullosa de pertenecer a una “raza inferior”

El pequeño Hudson intenta jinetear un perro, pero cae y se rompe una pierna. A continuación compara la actitud del perro con la expresión de “una de esas negras fieles y ancianas, encargadas de un montón de revoltosos chicos blancos, ¡tan orgullosa y contenta de cuidar a los hijos de una raza superior!” He aquí el pasaje completo:

Felizmente, esos huesos quebradizos y pequeños rápidamente se sueldan, no tardando mucho en quedarme curado de los efectos de este accidente. Sin ninguna duda, mi corcel canino quedó tan disgustado como cualquiera de nosotros con lo sucedido, y aun me

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parece ver al inteligente compañero, sentado en la curiosa posición que había adquirido para hacer descansar su pata enferma, con la boca abierta en una especie de inmensa sonrisa y mirándonos con sus ojos castaños y benevolentes, reflejando la misma expresión que pone una de esas negras fieles y ancianas, encargadas de un montón de revoltosos chicos blancos, ¡tan orgullosa y contenta de cuidar a los hijos de una raza superior! (p. 27).

Lo cierto es que, si yo fuera una negra fiel y anciana, no me sentiría “orgullosa y contenta” de cuidar niños evidentemente anglosajones. Más bien lo experimentaría como un inmerecido castigo.

Españoles o natives: gente indolente y descuidada

El mencionado sitio había estado durante varios años en poder de una familia española o criolla, gente indolente y descuidada, confiada en la buena suerte (p. 42).

Mr. Trigg, el maestro de los niños: mirada de secreto disgusto y desconfianza hacia los natives

A caballo, con sus alforjas detrás, viajaba a través del país, visitando a todos los pobladores ingleses, escoceses e irlandeses, ovejeros en su mayoría, y evitando cuidadosamente las casas de criollos. Con éstos no podía establecer afinidad; no comprendiendo su idiosincrasia y siendo verdaderamente incapaz de entenderlos, los miraba con secreto disgusto y desconfianza (p. 46).

Daniel Hudson convertido en el tío Tom

Cuando se acercaban miré con asombro al jinete que iba adelante: un negro alto, en mangas de camisa,

desconocido para mí. “¿Quién será este negro?”, me pregunté asombrado. De pronto oí que me gritaban en inglés: “¡Hola, hijo! ¿qué estás haciendo aquí?” Estupefacto oí la voz de mi padre. ¡Una hora de lucha con las llamas, entre la nube de negras cenizas, bajo el ardiente sol y el viento, habíalo transformado en un africano de pura raza! (p. 91).

Lamento expresar, nuevamente, que no creo en la veracidad de esta anécdota. Agregaré que el original inglés dice negro y no africano, como erróneamente —prefiriendo lo genérico a lo específico— expresaron los traductores.

El joven porteño que, a diferencia de los demás natives, se divierte matando pájaros

Lo seguí por algún tiempo, aumentando mi asombro y curiosidad, al ver a un ser, que parecía tan superior, ocupado en semejante pasatiempo. Porque es un hecho que los argentinos no persiguen a los pajaritos. Al contrario, ellos desprecian a los extranjeros que en el país los matan y atrapan (p. 125).

Aunque los benévolos traductores consignaron “argentinos”, Hudson había escrito natives.

Para destacar: los natives no aborrecen a los niños extranjeros y herejes

Paulatina experiencia me persuadió de que la gente se mostraba invariablemente amistosa y gentil con los niños, aunque éstos fueran hijos de extranjeros y herejes (p. 158).

En caso de que se diera la situación inversa: la gente anglosajona y protestante ¿sería amistosa y gentil con los niños, aunque éstos fueran hijos de extranjeros y herejes?

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El gaucho que tiene la audacia de formular un reproche al niño anglosajón

Muchas horas pasé, durante varios días consecutivos, persiguiendo a las bandadas con mi petiso, lanzándoles las boleadoras, sin lograr agarrar más que un pájaro. […] La última vez que invertí mis vanos esfuerzos en conseguir atrapar algún chorlo, sucedió que un tremendo gaucho barbudo, con el sombrero echado a la nuca, que venía de la casa montando un caballo grandote y pasaba a una distancia aproximada de treinta metros, de repente detuvo su cabalgadura y volviéndose, vino hacia mí al galope, hasta que ya muy cerca, me gritó: “¿Por qué venís aquí, inglesito, a asustar y espantar a los pajaritos de Dios? ¿No sabés que no dañan a nadie y está mal herirlos?” Y con esto, se alejó.

Yo quedé furioso por haber sido retado por un gaucho ignorante y ruin, quien, como la mayor parte de los de su clase, diría mentiras, trampearía en el juego, robaría, además de otras cosas malas, sin ningún remordimiento. También me pareció divertido oír que al chorlo, que yo quería para comer, le llamaran “pajarito de Dios”, como si fuera reyezuelo, golondrina o colibrí, o el querido y pequeño picaflor de los juncales. Experimenté vergüenza, no obstante, y abandoné la caza (p. 200).

Hudson no conoce al “tremendo gaucho barbudo”: es la primera vez que lo ve. Sin embargo, al instante lo caracteriza intelectual y moralmente: es “ignorante” y es “ruin”. Y, sin duda, infiere el ecuánime naturalista, este gaucho “diría mentiras, trampearía en el juego, robaría, además de otras cosas malas, sin ningún remordimiento”. Está muy seguro de la justicia que implica tal condena, aunque no aporta ninguna prueba que la fundamente. Está indignado: ¿cómo un gaucho ignorante y ruin pretende privar a un impecable, impoluto y metodista anglosajón del placer de matar pájaros?

(Y, aun dando por sentado que este gaucho estuviera estigmatizado por los defectos que le atribuye Hudson, también es verdad que nunca formó parte de bandas de filibusteros o piratas, ni de gavillas de traficantes de esclavos, y que jamás integró ejércitos que, movidos por sórdidos intereses comerciales, invadieron sin piedad comarcas débiles o indefensas.)

Los exterminadores de escuerzos reales (y de potenciales salvajes afroasiáticos)

William Henry y uno de sus hermanos deciden emprender una expedición punitiva con el objeto de exterminar escuerzos.

En esos días había él [el hermano de William Henry] estado leyendo un tratado de historia antigua, y excitado

Fernando Sorrentino (Buenos Aires, 1942). Escritor argentino, autor de una vasta y variada obra, la más reciente: La venganza del muerto (cuento para niños, 2011); Paraguas, supersticiones y cocodrilos (Verídicas historias improbables) (cuento, 2013); Sanitarios centenarios (novela, 2000-2008); El forajido sentimental. Incursiones por los escritos de Jorge Luis Borges (ensayo, 2011); Siete conversaciones con Adolfo Bioy Casares (entrevista, 1992-2007); y Ficcionario argentino (1840-1940). Cien años de narrativa: de Esteban Echeverría a Roberto Arlt (antología, 2012). Es profesor de Lengua y Literatura.

con la relación de guerras, en las cuales se peleaba cuerpo a cuerpo, abandonó fusiles y pistolas, poniéndose con frenético celo a fabricar viejas armas: arcos y flechas, picas, hachas y jabalinas. Estas últimas eran palos, como de dos metros de largo, hechos con esmero, de madera de pino —no hay duda de que había sobornado al carpintero para que se los hiciera—, teniendo en la punta viejas hojas de cuchillo, de unos quince centímetros de largo, terriblemente afiladas. Tan formidables armas no se precisaban para nuestro objeto. Habrían sido útiles si hubiéramos ido contra los feroces y poderosos chanchos de don Anastasio, pero así lo mandaba él y, para su alocada y belicosa imaginación, los animales en forma de sapo significaban guerreros de alguna tribu hostil, que se nos enfrentaba, no recuerdo si de Asia o África, y a la que debíamos exterminar.

Tan pronto como nos introdujimos en nuestro largo bote, de armazón tosca, se volcó y caímos todos al agua. Fue ése el primero de una docena de trastornos y nuevos baños que sufrimos durante el día. Sin embargo, conseguimos navegar alrededor de la laguna y cruzarla dos o tres veces de lado a lado, matando a chuzazos setenta u ochenta de nuestros enemigos (pp. 202-203).

Sin prestar mayor atención al asesinato de los escuerzos mediante lanzazos, gozado muy anglosádicamente por ambos hermanos, es notable cómo éstos los identifican con “guerreros de alguna tribu hostil, que se nos enfrentaba, no recuerdo si de Asia o África, y a la que debíamos exterminar”. Aunque los guerreros “afroasiáticos” de dicha tribu hostil fueran —en teoría— las personas más crueles y sanguinarias de la creación, es seguro que estas batallas no tendrían lugar en el territorio del Reino Unido, de manera que no habrían ocurrido si los exterminadores no hubieran invadido el país donde vivían tan abominables guerreros.

Conclusión

Que yo sepa, hasta ahora nadie señaló la presencia de estas flores —por otra parte, tan evidentes— que, en el famoso libro de William Henry Hudson, se prodigan por doquiera.

Debo creer, entonces, que tal tarea le estaba destinada a quien redactó este trabajo, es decir: Fernando Sorrentino, a native of Buenos Aires.

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CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Carlos Polanco, Jorge Alberto Castañón González, y Miguel Arias Estrada

La manipulación de la materia a escala nano (10-9 m) no es algo novedoso, los procesos de fusión y fisión nuclear dan testimonio de esta manipulación. Lo que si resulta novedoso es el esfuerzo científico para incorporar las nano máquinas moleculares que la naturaleza construye en los microdispositivos electrónicos con aplicación médica. El Ribosoma es un ejemplo de máquina molecular, está construido con casi 300 proteínas, y se ocupa de la producción de proteínas, aspecto crucial en todo organismo vivo. A estos nuevos dispositivos que incorporan máquinas moleculares, se les llama nanorobots, serán tan minúsculos que podrían llegar a medir 1/80,000 del diámetro de un cabello, e impactarán en forma cotidiana la vida de todos nosotros en la próxima década. ¿Cuál es el avance en esta área?, ¿de dónde obtendrán primariamente su energía?, ¿cuál será su papel en el combate a las enfermedades?

La Nanorobótica surge del impulso que promovió Richard Feynman (1957) para aprovechar las máquinas moleculares. Su frase ante la audiencia es hoy, ya icónica: “Hay mucho espacio ahí abajo”, y si bien todas las disciplinas científicas se beneficiarán de estos nanorobots, los retos a superar aún son muy complejos. Los científicos hoy deben aprender a encender o apagar, cambiar la dirección, hacer responder al contacto a esas máquinas moleculares desde los microdispositivos electrónicos. En otras palabras, en el Mundo Nano todo se debe replantear, y verificarse, sin posibilidad alguna de que el ojo humano pueda verlo.

Su fuente primaria de energía provendrá de materiales piezoeléctricos, que son cristales que tienen la propiedad de generar carga eléctrica en su superficie cuando se les somete a tensión mecánica (movimiento). Esta importante propiedad fue observada por primera vez en el cuarzo por Pierre y Jacques Curie (1881). Hoy se estudian varios materiales entre los que destaca el grafeno, el cual provee un voltaje elevado y estable; y también se estudia un nuevo

material compuesto de silicio, boro y nitrógeno (elementos muy abundantes en la Tierra), con propiedades similares al grafeno. Estos materiales serán la base sobre la cual se construirán los nanogeneradores que proveerán de energía ilimitada a los nanorobots.

El papel que desempeñarán en el combate a las enfermedades será crucial, considerando que un nanorobot por su tamaño se podrá incorporar a los organismos vivos sin afectación alguna a su salud, y sin causar molestias. El nanorobot podrá medir información biométrica útil como la temperatura corporal, la presión arterial, o ritmo cardiaco, así como identificar la presencia de proteínas en el organismo y transmitir esa información en forma inalámbrica a dispositivos externos. Toda esa información tendrá fines diagnósticos, terapéuticos y de pronóstico para beneficio de los pacientes, así como para monitorizar la salud de la población.

Nuestra generación es afortunada, es testigo de esta revolución tecnológica, y será la primera beneficiaria de sus potenciales aplicaciones médicas.

Carlos Polanco nació en la Ciudad de México en agosto de 1958, es Matemático y Profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Desde el año 2007 se ha enfocado en el desarrollo de modelos estocásticos predictivos orientados a: epidemiología matemática, y proteómica computacional.

Jorge Alberto Castañón González nació en la Ciudad de México en octubre de 1957, es Profesor de Medicina e Investigador en la Unidad de Cuidados Intensivos y Medicina Crítica del Hospital Juárez de México. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

Miguel Arias Estrada nació en la Ciudad de Guanajuato, Gto., es Investigador del departamento de Ciencias Computacionales del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Desde el año 2010 se ha enfocado en la construcción y desarrollo de algoritmos que aceleran procesadores computacionales GPU-CUDA con aplicación en Bioinformática.

NANOROBOTSLA SIGUIENTE FRONTERA EN MEDICINA

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Lisandra Fariñas Acosta

El grupo empresarial BioCubaFarma tiene hoy 393 proyectos de investigación y desarrollo, de los cuales 101 son biotecnológicos, y de estos un gran porcentaje se concentra en la oncología; en concordancia con las tendencias de la biotecnología mundial.

De los 101 proyectos, 76 son innovadores y de patente cubana, y el 26 % de los mismos son primeros en su clase, lo cual significa que el mecanismo que actúa en ellos no está presente en otros medicamentos. Se concentran en su mayoría en el cáncer y los desórdenes neurológicos, expuso el académico de mérito de la Academia de Ciencias de Cuba, Rolando Pérez Rodríguez, durante la presentación de la ponencia “Las investigaciones biotecnológicas en la Salud. Actualización, retos y oportunidades en la integración en América Latina y el Caribe”, en la más reciente reunión de la Comisión de Salud del Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatino).

Pérez Rodríguez destacó la experiencia de Cuba en esta área y calificó a BioCubaFarma como una industria de excelencia que tributa al Sistema Nacional de Salud. Asimismo, sostuvo que el reconocimiento a la biotecnología cubana desde los años 80, cuando despuntó bajo el empuje de Fidel, se debe a la idea que ha defendido de trabajar en ciclo cerrado: no sólo la investigación, sino convertir los descubrimientos en productos de impacto para el sistema de salud.

“El motor de la estrategia de desarrollo científico de nuestra industria son los principales problemas de salud de la población cubana”, enfatizó el académico, quien refirió que se trabaja de manera estrecha con el Ministerio de Salud en áreas como la epidemiología, promoción, diagnóstico temprano, especializado y terapéutica, para dar respuesta a programas integrales dirigidos a enfermedades como el cáncer, las crónicas no transmisibles, hereditarias;

1 Este artículo fue publicado originalmente en el periódico Granma, de La Habana, el 20 de junio de 2018.

la detección de malformaciones congénitas, y la prevención de enfermedades infecciosas, entre otras.

El experto destacó la transferencia tecnológica que como parte de la cooperación sur-sur se ha impulsado desde la industria biofarmacéutica cubana en países como Brasil, Venezuela, Vietnam, China, Argelia, India, Irán y Sudáfrica.

Lisandra Fariñas Acosta. Periodista cubana. Graduada de Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en el año 2011. Se desempeña como redactor reportera de prensa en el periódico Granma, especializándose en temas relacionados con la salud, la ciencia y tecnología y las ciencias sociales. Colabora además con otros medios de prensa como la revista digital Cubahora y la revista Salud Vida, en temáticas similares. Ha asistido a varios cursos de postgrado en el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, relacionados con el estudio de la sociedad cubana.

EJEMPLO DE LA INVESTIGACIÓN BIOTECNOLÓGICA EN LA SALUD1CUBA

empresas componenBioCubaFarma

34

facilidades productivas61

trabajadores+de20,000

paises tienen susproductos

53

registros de medicamentosaprobados en el mundo

+de 700

objetos de invención167

patentes+de 1,000

En cifras

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LETRAS

Enriqueta de la Cruz

Comienza un poeta… a darse a la luz. Armando Silles McLaney pare este primogénito poemario, lo hace nacer en busca de “aire verdadero” en un contexto irrespirable social y humano, que nos asfixia como género, como naturaleza. El título nomina, determina, centra la esencia de la esencia. No oculta intenciones.

Armando Silles McLaney es, además de poeta, profesor de literatura. Es madrileño. Desde hace años está vinculado al mundo poético mediante la participación en múltiples recitales, programas de radio o la publicación en revistas. Hasta la publicación de Aire verdadero, su obra estaba en su mayor parte inédita, aunque ha participado en antologías de poesía actual, como Aldea Poética, en sus ediciones IV (SXO), V (Poesía infantil y dadaísta) y VI (Hortera), o en la antología colectiva Haikurrelatos. Es también, como él mismo indica, “agitador cultural”: organizador de conciertos, recitales de poesía, programas radiofónicos, lecturas, etc.

Es la suya una poesía contemporánea comprometida y vivencial, que partiendo de influencias diversas: los más antiguos pensadores y sabios, los más clásicos, los vanguardistas, y hasta los poetas malditos, consigue una singularidad, una voz propia, el sello original de un artista culto de lápices amueblados y deseos logrados de originalidad creativa. Poesía, pues, de referencias amplias, necesaria en tiempos de alienación del yo, de aturdimiento ante el mundo, de insolidaridad ante los otros, de egoísmos y ceguera, de falta de cariño y cobardías.

Son estos poemas de Aire verdadero creaciones para sentarse a leer y releer, tomarse tiempos y descansos para la reflexión; para jugar a adivinar lo no dicho y desplegar sus repliegues de suprema aparente sencillez que penetra en las fragilidades del ser, en la preguntas intimas cuyas respuestas a veces el creador sentencia como maza y otras, deja en inquietud, despertando siempre la dormida preocupación. Son poemas de sabor múltiple, de juego de contrastes, en este todo poliédrico que es la propia esencia de la vida.

El poemario de Armando Silles McLaney, que cuenta con una magnífica cubierta creada y realizada por el dibujante

Juan Kalvellido, es sólido, directo, sincero, austero, emocionante, profundo, es también dialéctico: no se pliega en sí mismo, sino que nos reta a completarlo, a acabar en nosotros o empezar más y recomenzar en el consiguiente e inevitable despliegue y desorden de su trabajado orden, misión de todo lector y, por lo tanto, crítico y co-constructor, hasta llegar a nuevas síntesis…

Es reto como guante lanzado para la libertad, que podemos tomar o no, escuchar o no. Pero reto lanzado por el poeta como hombre que, rememorando, tal hace él mismo, a Goytisolo, canta, satiriza o ama, al hombre, su reino. Y es, por tanto, una obra humanista. Lo analiza, al ser humano, desde su experiencia propia y mantiene las distancias y precauciones respecto al otro, que no acaba de implicarle siempre, aunque le complete y le explique.

Poeta de diversas resonancias como queda dicho, Armando devuelve con su obra a nuestra consciencia adormecida el pensamiento huido. Poeta de tornasoles que sacuden nuestra indiferencia cotidiana, nos lanza al vacío y nos recoge en un abrazo cariñoso, en una sonrisa, en una mirada que nos proyecta nuestro verdadero yo, para finalmente, sin comprometernos, lanzarnos al viaje y al

AIRE SIN HUMOSDE LA CONSCIENCIA VERDADERA

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camino. Esta lectura nos sobrecoge y marca y rememoramos versos, palabras que nos hacen otro.

“Viaje es la gran metáfora de la curiosidad humana –nos dice el autor–, de su ansia por el contacto con el otro, de la relación de amor y odio simultáneos hacia sí y hacia los demás”. “Para viajar no hace falta salir de casa o las fronteras, pero sí salir de uno mismo, arriesgarse en paisajes hasta entonces desconocidos y quizá por ello hostiles, pero que siempre te hacen ser otro”. Es lo que nos propone, es lo que consigue. Diferentes etapas de la vida del autor, experiencias y sentimientos, pasean a sus anchas por este poemario que, pretendidamente circular, ha querido conformarse en espirales, ya libre de las manos del componedor.

La soledad, el vacío, el desgaste, la verdad por encima de eufemismos y paños calientes: “estamos solos, y nos contamos un cuento”, asegura el poeta… La vida hostil o cierta; inconformismo, miradas desde la penumbra, desnudos descargados de sentimentalismos en pro de la comunicación poética pura de un ser que se adivina reservado pero ha necesitado salir a contar, a explicarse, a mostrar su compromiso con otros seres, su crítica al ajeno

que destruye… Y sus obsesiones. Sentimientos y sentido, rebeldía “alegre” y asombro de la vida; canto a la libertad. Armando S. M., con este poemario nos muestra y ordena y desordena el mundo, nos sirve introspección, consciencia del ser, y los grandes temas universales vistos desde una perspectiva única, a tramos inquietante.

El poeta, no como esos “poetas locos” que él cuenta y a los que canta, sino muy cuerdo y autoconsciente, nos concentra la atención al modo del drama de Beckett, en instantes. Sentimientos descarnados, aspiraciones, dudas o intensas máximas, en escenas, en momentos, en instantes. Telar o urdimbre, recorrido sordo a los ruidos necios de falsas implicaciones que confunden nuestros caminos. Firme en su determinación del libre máximo, del “albedrío libérrimo”.

La construcción y el artífice

En una secuencia de pronombres, empieza el poeta por mostrarnos su yo más carnal y descarnado, desasosegado por la imposible certeza, por la insoportable levedad del ser que ya nos mostrara Kundera en su obra con este título. Comienza por confesarse a modo russoniano, algo que no abandonará de un modo u otro a lo largo de las páginas, un recurrente en adelante, para poder comprender y desnudar otros pronombres que le complementan: los ciertos, los ancestrales, los anteriores, los actuales, los carnales, los fantasmas, los que esperan el encuentro con estos versos para los que ha utilizado los mimbres de palabras justas, precisas…

Con cadencia musical que recuerda a Satie, con esos tonos de aparente sencillez que ocultan la complejidad de la composición y del mundo, nos habla el poeta con descaro de lo feo y de lo bello y el armónico de algunos de sus versos aparentemente plácidos, se rompe en otros llenos de claroscuros, de sombras, de “estancias vacías” y de interrogantes de porvenires.

Poeta de miradas, iluminador de detalles, traslada la escena-vida desde distintas perspectivas a la manera del Micromegas volteriano o el inquieto profesor del Club de los poetas muertos que provoca en sus alumnos la pasión de subirse a las mesas, leer (acto revolucionario donde los haya) y practicar honesta y vivamente el Carpe diem de Horacio.

Pero con calma. Es Armando S. M. poeta de calmas y no de prisas: “matices delicados, de colores, de luces y de

Armando Silles McLaney lanza su primer poemario:Aire Verdadero. En pos de la Utopía

Armando Silles McLaney

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sombras íntimas”, desde “privadas estancias, miradas calladas” que “sutiles, invitan a otra vida”. No le gustan al poeta sino las “sombras deleitosas”, el aire leve de ligero perfume. Los flashes, el sol deslumbrante, le impiden ver.

Su poesía es premeditada, trabajada, sin mucha concesión al azar, a la improvisación, que no se deja expresar en sinrazones emocionales, en emociones primarias más que cuando la primavera de su sangre o la contemplación de risas y el sonido de llantos infantiles o el amor a los suyos, le desborda. Entonces acaricia la palabra con la brisa de sus vuelos espontáneos.

Es Armando un poeta que reclama en sus inspiraciones los referentes de la infancia, su patria lejana omnipresente, su picardía inocente, su pequeño ser de niño cumplido de mil ojos despierto que observaban ya la vida con mirada de verso. Es poeta que se siente el héroe superviviente del roce con sus semejantes, que tras cruzar por “peligros y por tiempos, por hielos y calles oscuras” sigue con su “mirada cándida”, su “sonrisa abierta”, “los miembros mutilados”, “dolido”, pero “amante, sensible”: “sonrío y sigo”, nos dice.

Es poeta y hombre capaz de superar el vértigo de la mirada en el espejo, donde aún se reconoce. Hombre que pisa tierra pero hombre de búsqueda, que, sin ilusiones de eternidad, espera el definitivo complementario, la comprensión del todo en su recomenzar al final del camino: “cuando rebosado de mí y repleto de mis neuras, esté nuevo y puro, entonces vendrás tú”. Y entonces, resurgir desde todos los combates de la vida y tras abrir todas las puertas de lobo estepario, respirar el aire verdadero de uno de sus poetas referentes, José Agustín Goytisolo, que da nombre a este poemario.

Armando se muestra en estas páginas un hombre complejo que ama, sin embargo, los placeres sencillos de hombre, que comprende la esencia, que se resiente del daño y que guarda celosamente secretos únicos, reservas, ya que pese al pretendido desnudo que supone una obra creativa y más, poética, solo nos muestra pinceladas de sus complejos caminos, como si este completo libro abierto, sea apenas un prólogo de lo que aún nos tiene que contar.

Son las estancias de este poemario habitaciones íntimas que invitan a saber más, reflexiones originales y propias que quieren ser completadas aunque parezcan cuestiones cerradas, inflexibles en lo importante: lo eterno humano donde apenas muestra dudas, solo asombro y un seguir constante, consciente y consecuente. Obstinado en sus leit motiv: la libertad, las certezas, la comprensión del tiempo que le atenaza y de la vida entera que comprende trágica alegría, dualidad, incertidumbre desasosegante, nos ofrece dilemas y profundidades, abismos a los que debemos asomarnos si queremos comprender.

Vivir, seguir, sufrir, disfrutar los momentos antes de que se consuman en la nada. Lo demás es una incógnita. No existen más seguridades que éstas ni más posibilidades que militar en la denuncia de lo podrido, ser parte de la rebeldía frente a peligros y otras locuras que nos amenazan.

La denuncia, la rebeldía y el vértigo

La comprensión de la esencia de la vida, la mirada efímera como gota de lluvia clara, calan en este racimo de poemas multicolor y sonoro de este poeta que ama los mapas y el viaje, le importa la escuela, la esperanza y los orientes, que no es taxativo en la imposición de nada, que es de sutilezas y no de machamartillo, que odia la estupidez de la “España chabacana” que le repugna y a la que dedica un poema, de los muertos de las cunetas, que no olvida. Que denuncia y escupe la indecencia de dejar a medio mundo atrás para “avance” miope del otro medio, “gente que ignora la otra mitad” que dijera Lorca y tal como Armando cita, pues él también observa triste e indignado esta realidad y es el denunciante esas oficinas con sus luces frías, donde “se roban realidades, se abren expedientes, se organizan los despidos…”, se trueca la realidad por otra...

Espacios vacíos de humanidad, llenos de explotación del hombre por el hombre, esos compañeros del camino consumido ya o en el horizonte. Voz auténtica de militancia poética lorquiana en estos versos el poeta, con reminiscencias de otros narradores críticos y sociales como Sampedro o Saramago. Voz contra los abusos y los vacios de nuestra sociedad de capitalismo predador y tétrico, asesino.

El desasosiego y el peligro inútil suicida de ese género irracional que es el género humano, género de la naturaleza que no respeta, que se sirve de muerte nuclear para vivir un rato sin pensar en las huellas estúpidas que deja tras de sí, que es humillación que ya hizo mella y se cobró a dentelladas de monstruo creado, carne y esperanzas, el no control. Son temas que desesperan al poeta.

Hermetismo y provocación se dan la mano en su obra; notas de homenaje a los poetas malditos sin sucumbir al vértigo de la vida bohemia y trágica, autodestructiva, donde apunta el autor maneras y modos que indican que haya podido hacer incursiones exploratorias, pero donde no se queda, pues puede la razón de lo que comprende claramente: la paz, la calma, el sosiego, los placeres mundanos ancestrales, el disfrute carnal, las características de sus arcadias particulares que pisan tierra, acotan los peligros, temen desbordarse, o evitan los deslumbramientos excesivos, simplemente turbadores.

Transgrede el poeta y, al tiempo, dualmente, acata las normas establecidas, como la evolución de sus versos

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muestra, esa resignación en el seguir: no puede hacer otra cosa. Pero el poemario, con el pretendido círculo o la redondez que alcanza, que consigue, no cierra la puerta a nuevas contradicciones e incursiones, a otros abismos a los que el poeta haya de asomarse desde el renacimiento, antesala de lo próximo, esas nuevas exploraciones machadianas.

En Armando se dan las preguntas de Heráclito en su búsqueda, no importa que tenga que entrar en el río revuelto de la existencia, para asirla como pez escurridizo y procurar interrogarse una y otra vez sobre si son las mismas aguas o distintas las que le-nos bañan, aun sabiendo la respuesta, quizá, como todos, que no queremos ver…

Sabe de antemano de la armonía de los opuestos que le construyen, que el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia, armonía y unidad de las cosas que andan dispersas, desasosegadas, en búsqueda de la reunión y el reposo. Por eso espera. Pero no es un esperar pasivo. Mientras, la búsqueda constante, el caminar, la confirmación única de cada hombre, sus conclusiones, asomándose a esos lugares, simas de vértigo, que constituyen al creador, al artista, al constructor de espacios poéticos. Plácidas estancias íntimas llenas de amor y desamor, de sorpresas y también, esos vacíos que deja cualquier experiencia profunda al cumplir su misión esencial del terminar eterno o la espera en la duda. Tiempo y vida, palabras especiadas de sabores y dudas, y certidumbres que no consuelan. Carnalidad, fotografía, partos, mutaciones, chispas de futuro, pero, sobre todo, concentrar preguntas y respuestas profundas, algunas de éstas, sin cerrar.

Caminante machadiano

Continúa la obra con sus pensamientos de quien camina sin certezas de finales de senderos, interesado como don Antonio Machado en ser recordado humildemente por la determinación de quien intenta y sigue. Continúa para adentrarse más tarde en su rebeldía, los “asuntos malolientes” y el peligro de la ingenuidad del ser que tranquilamente espera sentado encima de un polvorín creyendo que “todo está bajo control”. Sabor orwelliano y de cronista de época al modo galdosiano de hoy, en estos versos de poesía social, de crítica rotunda y mordaz, como la que representan sus reflexiones sobre los peligros de las centrales nucleares.

Más adelante, el poemario, este Viaje a Oriente particular cede un espacio a “los poetas locos” y hasta malditos, que cumplen sus curiosas características hasta las últimas consecuencias. Y con reminiscencias de otros insomnes, nos adentra en oscuros tan ciertos como la certeza del hombre despierto que no puede más que ser comprometido

y resistente, combatiente por todas sus costuras, hasta tanto que el propio poemario nos muestra ello, eso, con ese afán de toda creación que implica asomarse a abismos.

Y cierra con un “Epílogo”: “Arcadias”, tan filosófico como rotundamente mundano, resolutivo a lo Rabelais, de Gargantúa y Pantagruel. Hombre de pocas psicodelias, de búsquedas de paraísos perdidos de infancia, de mares de interrogantes donde bucear calmo, seguro… intérprete de la armonía visible de los orígenes, Armando se muestra finalmente como un degustador de la vida, un hombre que pese a todo ya sabe y ha probado mundos y respira lo que es en realidad la piedra filosofal, la alquimia más pura, la fuente de la sabiduría y, en definitiva, el aire verdadero.

Buscador de certezas inabarcables que se hunde en desencuentros, resiente el engaño y los fuegos artificiales de esta complejidad mundo y nos muestra un final aparentemente conclusivo. Pero deja un reto al lector, al que se dirige como si hablara consigo mismo: “Elige”.

Círculo, Elipse, reconfirmaciones, renaceres y resilencia constante de un poeta que no se llama a engaño, pero que es capaz de sorprendernos e ir en pos de nuevas razones a lo irracional eterno, a lo imposible, como es la certeza, la locura, como es el amor. En pos de la Utopía.

Frente a sus certezas: estos paraísos del humano vivir que nos atraen como imán, que nos atrapan y nos calman: el mar, el libro, los besos, una buena comida, una siesta, una copa… Armando S. M. es también el hombre que no se para. Nuevos asombros de nuevas experiencias del camino que le llaman, constituirán, sin duda, materia para nuevas creaciones que podremos disfrutar en adelante.

El poeta continuará, como todos los locos poetas que pese a las amarguras y consciencias quieren cambiar el mundo con las espadas más poderosas: la palabra, la belleza y la pluma que las ordena, y aún esperan que alguien escuche, lea, comprenda, esos que están destinados a ser eternos. Y hasta el término medio de Confucio, Goethe desde la tumba, les dice: “amo a los que sueñan con imposibles”.

Enriqueta de la Cruz. Escritora y periodista española. Reside en Madrid. Autora de las novelas: El Testamento de la Liga Santa, Nada es lo que parece, Memoria Vigilada, y El amor es de izquierda. Prepara su quinta novela y un libro de reflexiones filosóficas y políticas del doctor César Navarro, psiquiatra y gran conocedor de Latinoamérica. La última obra publicada es la biografía en forma de conversación y repaso histórico del presidente del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid: César Navarro, vida y testimonio de un Francmasón. El hombre enamorado de la libertad. Colabora en Crónica Popular. Es miembro de su Consejo de Redacción, en Radio Rebelde Republicana, Radio Utopía, Radio Vallecas y Rebelion.org.

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Ileana Garma

Existen mujeres calladas, mujeres que entran al día como a una condena impuesta por el sol, y para ellas, las horas no son esas que los demás aceptan en el reloj de mano, porque el tiempo interno es mucho más lento, más agotador, y hablar cansa, mirar cansa, perseguir cansa.

Yo soy una de esas mujeres. Desde pequeña me di cuenta de que prefería callar y hacer lo que mi madre me pidiera, los sacrificios a los que me obligaba mi padre en pro de mis seis hermanas pequeñas, con tal de no tener que hablar. Amaba cuidar pájaros, amaba criar pájaros, pero no para recibir su canto matutino, ya sabía desde niña que ellos cantaban por hambre o por vicio, como también nosotros hablamos siempre para conseguir algo, para saciar nuestros deseos, por ambición y por costumbre.

Así criaba pájaros, como pude criar cerdos o pavos. Criaba pájaros para ganar dinero, antes de dar de comer a mi padre, a las pequeñas, y de haber permanecido junto a mi madre y asegurarme de que no guardaría comida debajo de la almohada, para fingir que el perro se la había arrebatado y obligarme a darle más.

Entre nada y nada, ¿qué puede haber?, y ¿qué puede significar tener cuarenta años o quince? Entre nada y nada, sólo el canto de los pájaros, los que nacen, los que están a punto de morir, las oxidadas jaulas en la terraza, las diez jaulas de gorriones, el huevo revuelto, los frijoles en la comida, el sueño antes de las diez, mis hermanas y yo en una sola recámara, mientras mi padre hacía de guardia en el almacén de conservas y mi madre sacaba debajo de la almohada sus reservas de comida. Entre nada y nada, apareció Bruno.

Todos los miércoles y los sábados de verano, el tiempo de los gorriones, llegaba a las doce del día, puntual, aquel viejo que nos compraba pájaros para venderlos en el mercado. Siempre me preguntaba qué clase de personas compran pájaros. Nosotros los criábamos porque nos procuraban una entrada de dinero, segura y mezquina, pero que daba de comer a nuestra inmensa madre y a las pequeñas. Al medio día yo había terminado de lavar los platos, alimentar al perro, había limpiado ya la cocina y la terraza, los pájaros tenían ya un periódico limpio, alpiste y agua para todo el día, había bañado a mi madre. Mi padre dormía en el cuarto

vacío que ocupaba con mis hermanas por la noche, y estaba a punto de comenzar a lavar la ropa. Si era miércoles o sábado, esperaba a que llegara el viejo, hacíamos un intercambio de mercancía, me entregaba sonriendo los billetes, que yo sin sonreír repartiría según las necesidades de la casa. Y por fin volvía a quedarme sola, callada. Y comenzaba a trabajar de nuevo, incansablemente, para no pensar, para no hablar, para no escuchar a los gorriones que estaban listos para partir, y lo sabían.

Entre la nada y la nada apareció Bruno. Era sábado, porque mis hermanas que descansaban estaban jugando lotería en el comedor, riendo bajito para no despertar a papá. Yo las odiaba en ese instante. Más que nada, me molestaba el hecho de no poder lavar las sábanas, porque el viejo no llegaba, ya casi iban a dar la una, y yo me había atrasado sobremanera. Las sábanas no estaban limpias, el pescado crudo esperaba en el congelador, mi madre comenzaría a gritar en cualquier momento, mi padre se despertaría y ellas, las pequeñas, escaparían de casa rumbo al cinema, mientras los pájaros cantaban, mientras los pájaros cantaban antes de partir. Yo sólo quería sumergir los brazos en las cubetas de agua helada, sumergir y levantar una y otra vez las sábanas blancas, las espesas sábanas blancas que más que polvo, guardaban el sudor lechoso de las mujeres que duermen juntas, de las mujeres que no se van. Quería humedecerme la piel, la ropa, tener un pretexto para andar húmeda en medio día, en el patio, y que el viento agitara las sábanas mojadas y que éstas me golpearan el rostro mientras intentaba tenderlas, eso quería, y justo cuando estaba a punto de introducir los brazos a una cubeta, llamaron.

Era Bruno. Bruno era de esa clase de hombres que sonríen y parecen tristes, preocupados, parecen guardar una enorme historia en los ojos, una historia de exiliados, de fugitivos o de amor, pero que al hablar te demuestran que si llevan esa historia, la tienen de nacimiento, pues nada recuerdan, crecieron como todos los niños, fueron a la escuela, se decidieron por un trabajo, trabajan y eso es todo. Bruno era el ayudante del viejo. Me pidió disculpas por el retraso, dijo que no había podido encontrar fácilmente la casa, que su patrón estaba enfermo, que a partir de ahora él se haría cargo de la compra de los gorriones.

¿Y qué? Yo acababa de cumplir treinta años, mis hermanas pequeñas ya tenían novio, dos de ellas ya estaban planeando casarse. Cuando él se fue remojé las manos en

LOS HOMBRES

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la cubeta de agua helada, y pensé en sus ojos de un verde sucio, tristes, como pájaros que caen sin fuerza, con las pestañas espesas y largas. Pensé en esos ojos mientras mis brazos se iban helando, mis hombros se helaban y los pezones se crisparon.

Y una tarde él apareció por la casa, se quedó unos minutos en la reja, esperando, observando la tranquilidad que las aves dibujaban, los árboles del jardín, la fachada alta y oscura, y yo, a mis treinta años moviéndome de un lado a otro, como una quinceañera a la que no dejan salir de casa. Sólo sé que olvidé la cubeta roja en el piso y le abrí la puerta. Nos sentamos en las mecedoras blancas, sucias. Era delgadísimo y moreno, parecía un gitano que acababa de regresar del desierto, de innumerables desiertos, parecía que venía a contarme una historia trágica, pero sólo era el tercero de nueve hermanos, casi un cuarentón, que desde hacía más de veinte años trabajaba en el mercado, como ayudante aquí y allá, que vivía todavía con sus padres, ya viejos, y que odiaba cada tarde el tener que regresar a casa.

De todo esto me enteré poco a poco, después de muchas tardes en las que vino a visitarme, porque a los dos nos gustaba el silencio, nos gustaba el rumor del aire revolviendo las pequeñas hojas secas que caían del tamarindo. El parloteo constante del refrigerador, los ventiladores de la casa prendidos todo el día, los carros que pasaban una y otra vez, que también eran una especie de pájaros, una especie de pájaros que rompían la tarde; y los gorriones, el estremecimiento de sus alas sobre los recipientes de agua, su canto. Yo sabía que en cualquier momento me pediría matrimonio. Y lo acepté mucho antes que me lo propusiera, acepté sus manos, sus duras manos morenas, su bigote ya canoso, el agua verde de su mirada, su descuidada manera de vestir, sus zapatos bien lustrados,

impecables, que contrastaban con su sonrisa sucia, a la que le hacían falta algunos dientes.

Nos casamos entonces, en la casa mi foto de boda fue la primera en instalarse, luego vinieron otros cuadros, las bodas de mis hermanas, en la iglesia, con los vestidos puritanos siempre hasta el cuello y de manga larga, encajes transparentes sobre los hombros y los brazos, pero en todos los cuadros mis hermanas sonreían junto a su pareja, y yo no sé porqué el único recuerdo de mi boda, es esa foto donde estoy, con el vestido de novia carísimo comprado en una tienda elegante, saliendo del carro, sin sonreír, sola. No sé por qué mi foto de boda no es como la de todas mis hermanas, frente al altar, con mi esposo.

Nos fuimos a vivir a una pequeña casa en las afueras de la ciudad. Y todos los días no hacía más que preguntarme por la vida que llevaría ahora mi inmensa madre, y mi padre muerto de sueño tras su trabajo de vigilante en la bodega de conservas. Me preguntaba por mis hermanas pequeñas que apenas estudiaban. ¿Qué hacía yo tan lejos de ellos, preparando un espagueti aguado para Bruno, que llegaría por la tarde, comería silencioso, sin mirarme, y luego me llevaría hasta la cama para abrirme las piernas? No lo soportaba, no toleraba que se sentara a mirar televisión, que la tristeza en sus ojos poco a poco comenzara a diluirse, que engordara con rapidez, no podía vivir yo en una casa sin pájaros, necesitaba a los pájaros que chillan antes de partir. Y aunque Bruno llevó un gorrión a la casa, nunca logré sentirme a gusto. Yo no quería lavar su ropa, no quería cocinarle, no quería abrir las piernas, las piernas que terminaban sucias, pegajosas, malolientes. Eso no podía permitirlo.

A veces, los domingos, veíamos una película y luego almorzábamos en aquel sitio de comida italiana que tanto le gustaba. Recuerdo mi cuerpo blanco y delgado que él sujetaba por la cintura, tensando mi vestido de flores de tela corriente. Yo no servía para esto. No, no era posible. Y aquella noche mi estómago comenzó a inflamarse. Poco a poco a inflamarse, día a día a inflamarse.

Él trabajaba más y más y llegaba ya tarde a casa. Se molestaba porque no le lavaba las camisas, porque la casa estaba sucia, porque en el fregadero se amontonaban los platos de porcelana, los regalos de boda que él abría para no tener que lavar los trastos acumulados, llenos de moscas. Yo permanecía el día entero sobre la cama, como mi madre, y comía todo el día, hora tras hora, y se me iban las fuerzas en apretar los botones del control remoto. Ya no me preocupaba por mi aspecto, me quedaba desnuda, con los senos abriéndose sobre mi pecho, desparramándose, y él venía cada vez más tarde, cenaba afuera, levantaba mis piernas y me tomaba, hasta que una noche le dije que eso no podría continuar, que me lastimaba, que lastimaba al bebé, que iba a regresar con mis papás porque él no sabía cuidar de mí.

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Y regresé a los pájaros. Mamá parecía mucho más gorda. Papá estaba muy cansado y delgadísimo, su piel se había convertido en pellejo; ahora se dormía en la mesa, antes de desayunar. Bebía y bebía y había que llevarlo cargando hasta la recámara. Dos de mis hermanas se habían casado también, vivían ya con sus esposos y apenas visitaban la casa. Mis otras hermanas se dividían el trabajo de los pájaros, estudiaban, trabajaban, y tenían novios que las iban a visitar por las tardes. Todas ellas querían casarse y salir, no entendían por qué yo había regresado. Yo no respondía a sus preguntas. Recibieron a la misma hermana mayor, callada, inaccesible, y poco a poco volví a hacerme cargo de la casa, a ocupar el mando.

Me deshice del perro para que mamá no inventara que éste se había llevado su pieza de pollo o su jamón, procuré que papá durmiera en lugar de beber, lavé toda la ropa y las sábanas con aquel inconfundible olor a leche de las mujeres que aún duermen juntas y solas, di de comer a los pájaros, madrugué para darles el alpiste y el agua, para escuchar su canto hambriento, cotidiano.

Bruno venía algunas tardes, me daba dinero, me traía sus camisas para que las lavara, se quedaba a comer. Mis hermanitas se fueron encariñando con él, y hablaban en voz baja de lo mal que lo trataba. En ese momento volvía a odiarlas, por hablar bajito, porque no se iban, porque parecía que nunca iban a terminar de largarse.

A las cinco de la mañana nació Renato, tenía que llamarse como mi padre, Renato. Nació débil y fue directo a la incubadora, parecía un pequeño pájaro sorprendido por la fría luz de la existencia. Sus grandes ojos verdes lo observaban todo. No pudo conmoverme. Bruno y yo lo miramos a través del cristal, inválidos, como si alguna parte de nosotros hubiera desaparecido para que Renato estuviera ahora ahí, débil, despierto. Algo dijo Bruno acerca del futuro; yo nunca lo había visto tan vulgar, tan mediocre, nunca lo había sentido tal cual era, un simple ayudante de mercado, un pordiosero al que su familia, por caridad, le había regalado una casa. No llegaría a ningún lado con él, no podía permanecer a su lado.

Regresé con Renato a casa de mis padres. Bruno nos visitaba una vez a la semana, puntualmente, al medio día, llevaba dinero y leche, a veces algunos regalos para el bebé, hasta que Renato comenzó a enfermarse. Primero fue la fiebre, cada tres días la fiebre, luego cada dos días la fiebre, hasta que la fiebre no pudo abandonarlo. Las diarreas, los vómitos, yo iba a buscar a Bruno al mercado, detestaba que no pudiera responderme, que su miserable trabajo no fuera suficiente para comprar las medicinas. Mi padre sacó de sus ahorros para pagar médicos, mis hermanas abandonaron un tiempo sus estudios para ayudarme, y Bruno era lo que era, un ayudante de mercado, cuarentón fracasado, un imbécil.

Una mañana, desesperada por la enfermedad de Renato, fui a buscarlo, le dije que vendería la casa, que vendería todas nuestras cosas, lo tomé de la camisa, lo sacudí, le di de bofetadas. Él, sin perder la paciencia, cual pájaro que no comprende los conflictos humanos, me entregó las llaves. Yo vendí la casa amueblada. No me arrepiento, no me arrepiento de nada, pero no por esto Renato se salvó.

Lo enterramos justo a un año de su nacimiento, los pájaros seguían cantando aquella mañana y quizá alguien se levantó con la ilusión de comprar un gorrión, porque las personas se levantan todos los días felices de estar vivos, y sólo el que tiene a su lado un cadáver no escucha el rumor constante de los aparatos eléctricos, de los ventiladores, de los carros que atraviesan el día y el canto de los pájaros. Bruno no se apareció durante el funeral. Desapareció de la faz de la tierra durante años.

Yo seguí cuidando de la casa, de papá y mamá, de las hermanas que aún quedaban, de las que volvían para no volverse a marchar. La vida no cambió mucho. Procuraba el desayuno, las sábanas limpias, la entrada segura con la venta de los pájaros, que podrían ser también cerdos o pavos, hasta que un día alguien me habló de Bruno, lo había visto salir del cine con una chica a la que tomaba de la cintura, parecía cansado, viejísimo, ausente.

Ileana Garma (Mérida, 1985). Mexicana, diplomada en Literatura, Protocolo y Periodismo por la editorial Santillana. Egresada de la escuela de Creación Literaria de la Sociedad General de Escritores Mexicanos. Estudió la Licenciatura en Artes Visuales en la Escuela Superior de Artes de Yucatán. Premio Estatal de Poesía Jorge Lara 2005. Becaria en el 2005 del Programa de Fomento a la Creación y Desarrollo Artístico de Yucatán. Ha obtenido, entre otros reconocimientos, el Premio Estatal de Poesía Jorge Lara 2005, el Premio Nacional de Poesía Francisco Javier Estrada 2008 y el Premio de Poesía Caza de Letras 2012. El Ayuntamiento de Mérida le publicó en 2006 el libro de poesía Itinerario del agonizante. Ha sido considerada en diversas obras colectivas.

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Marta Aragón R.

La luna resplandecía entre las hojas que se mecían por la brisa nocturna; un vientecillo, que traía bajo el brazo el penetrante aroma de resinas boscosas, juguetón, colmaba al bosquecillo de rumores. Era plenilunio. Las sombras se habían vuelto azulosas y se esparcía una luz difusa que llenaba el ambiente de misterio y magia; de esa magia que despoja a la noche de su aspecto ordinario, da vida a lo inanimado, y voces al eterno silencio de piedras y árboles. Esa noche, en el cauce seco del arroyo del Cañón de Doña Petra, al que se llega por el camino en que desemboca la calle Ruiz de la ciudad de Ensenada, un enorme y añoso encino conversaba con un aliso alto, esbelto y de tronco retorcido:

—Parece que ahora sí podremos conversar tranquilos sin que nadie nos interrumpa.

—Así es. No creo que alguien venga ya armado de palas, barras y picos, a buscar el tesoro.

—Que creen que aquí se encuentra, ¿no? Hasta la fecha nunca has querido sacarme de la duda, contándome la historia de la que sospecho fuiste testigo.

Un enorme suspiro del encino estremeció la totalidad de hojas de su fronda y rumor como de cascabeles se esparció por el ambiente.

—Mmm… Soy el único que sabe la verdad por ser el más viejo del lugar. Soy el único testigo viviente de esta leyenda.

—¿Leyenda?

—Es una leyenda, amigo aliso.

—Entonces es mentira, ¿no es así?

—Las leyendas se basan en hechos reales; pero la gente, con el paso del tiempo, las transforma dándoles tintes mágicos.

—¡Hasta pareces profesor! ¿Por qué mejor no me cuentas todo? Estoy seguro que nadie vendrá a interrumpirnos. Llevo

ENTRE ÁRBOLES

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mucho tiempo esperando escuchar la historia. Los años pasan y el número de hoyos excavados aumenta, y hasta la fecha, no he visto que nadie encuentre el ansiado tesoro.

—La noche es larga y callada, qué mejor que revivir esa vieja historia.

—Tenlo por seguro. Hasta las lechuzas que anidan en tu copa estarán encantadas de oírla; igual los matorrales y todos sus ramajes, las piedras del aguaje, las higueras que sembró el difunto Juan Murillo hace muchísimos años. ¡Todos!

—Bueno. Ante la insistencia de público tan selecto y conocedor, empezaré a contar el relato del Tesoro del Cañón de Doña Petra:

Hace muchísimos años, cuando apenas yo era un arbolillo recién salido de mi bellota madre, llegaron unos hombres exactamente al lugar en el que brota el pequeño aguaje que aún nos sustenta. Era una tarde próxima a volverse noche. En el cielo se veía la luna enrojecida por el sol lejano. Los ruidos del bosquecillo indicaban que los animales diurnos se preparaban para el descanso y que las aves nocturnas ya habían despertado, pero cesaron su movimiento cuando sintieron que cinco hombres se acercaban por una vereda. La luz mortecina de la tarde me permitía verlos con claridad. Eran hombres de tez negra y elevada estatura. Cargaban, por las argollas, un enorme cofre de madera que debía pesar mucho porque los portadores jadeaban del esfuerzo. Los acompañaban otros tres hombres de raza blanca. Uno pelirrojo, otro rubio y el tercero tenía la cabellera oscura. Los tres con el greñero largo y el rostro barbado. El que parecía jefe vestía una casaca vieja y roja, usaba parche en el ojo izquierdo, sombrero negro de tres picos y la reluciente espada balanceándose de la faja que enrollaba su cintura; por el lado contrario traía un revólver que dejaba ver las cachas de madera. Le pendía del pecho una sarta de cadenas de oro y una gran arracada dorada brillaba entre sus cabellos oscuros. Los otros dos vestían pantalones anchos y botas con gran doblez; camisas de mangas bombachas, la cabeza cubierta por pañolones rojos, espadas relucientes y grandes arrancadas de oro en las orejas. El pelirrojo tenía una pata de palo, y el rubio una cicatriz que le cruzaba la cara desde la frente hasta el inicio de la barba en el lado izquierdo, y cargaba un látigo terciado a la espalda. El aspecto de los tres hombres era fiero y cruel. Se adivinaba en ellos la costumbre de segar vidas sin el menor remordimiento de conciencia.

—¡Alto! —gritó el jefe. Hasta aquí llegamos. Parece buen lugar. Jimmy Red Shadow, dile a los negros que pongan en

el suelo el cofre. Blondie Pete, ayudarás a los hombres a cavar un pozo al pie de ese encino viejo. Pero antes bebamos un buen trago de ron para tomar fuerzas. Mientras escarban, anotaré las señas del sitio para saber dónde buscar cuando regresemos.

—Hace falta un buen trago, hay frío, ¿no, Red Shadow?

—Nos vendrá muy bien. Pero a los negros que les den agua solamente.

—Quieres todo el ron para ti, bribón; pero hay que darles un trago a los negros; les toca cavar y necesitan que se les caliente la sangre. Anda, Blondie Pete, saca la garrafa y dame de beber a mí primero.

El capitán Kirk tomó la garrafa por la oreja y se empinó un largo trago que le gorgoteó por el gaznate. Siguió Blondie Pete, luego Red Shadow, y por último los negros que se encontraban tirados en el suelo por el cansancio.

Las paladas de tierra caían cerca de mí. Los negros cavaban y Blondie Pete los azuzaba para que hicieran rápido su trabajo. La noche avanzaba, el bosquecillo se llenó de sombras y estremecimientos de hojas, porque de los cerros vecinos bajaba una brisa ligera que llenaba de rumores el ambiente. Las paladas se volvieron acompasadas, igual que los jadeos de los pobres negros que se apuraban por el temor de ser azotados por Red Shadow.

—Espero que estemos de camino antes del amanecer para poder levar las anclas del Southern Wind y regresar a la ruta de la Nao de China; de seguro traerá un buen cargamento de barras de oro para llevarlo a Las Filipinas.

—¡Apura a los negros, Red Shadow; la noche camina rápido y tenemos que regresar!

—Son unos lerdos estos hijos de perra; pero les sacaré fuerzas a punta de latigazos.

Los azotes reverberaron en la noche acompañados por los gritos de los negros. Alcancé a percibir ahogados sollozos que brotaban de sus gargantas. Un gran montículo de tierra impidió que siguiera viendo lo que sucedía a la luz de la luna llena que diluía las sombras de la noche. Tuve que conformarme con los ruidos que provenían del sitio de marras. Jadeos, voces, arrastrones, pujidos y azotes de látigo. Un gran golpe y un estremecimiento me hicieron suponer que el cofre había caído al fondo del hoyo. Siguieron las paladas de tierra para cubrir el agujero. Al poco escuché los golpes planos de las palas para comprimir el gran montículo que quedó encima del tesoro.

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—Dignos piratas de la reina de Inglaterra. El oro español llenará nuestras arcas porque son unos malditos perros avorazados que no merecen quedarse con las riquezas del Nuevo Mundo. ¡Salud a nuestra soberana! ¡Dios salve a la reina!

—¡Dios salve a la reina!

—Blondie, saca la garrafa para brindar por esta empresa y por Elizabeth I.

Hasta mí llegaron las voces jubilosas y el canto de los tres hombres que se encontraban embebidos en aquella celebración.

—Ahora, ¡mata a los negros y entiérralos aquí junto! ¡Serán la señal! ¡Sus huesos apuntando al norte, serán la clave!

Red Shadow soltó una carcajada que se esparció entre los árboles. No cabía duda que le encantaba matar gente; era un asesino contumaz y despiadado. Escuché el chillido del filo de la espada cuando salió de la funda. No iba a matarlos a tiros. Los degollaría o les llenaría de piquetes el cuerpo. Pero lo que el pirata no imaginaba era que los negros habían huido sigilosos hacia al norte, cuando los piratas cantaban y bebían ron.

—Blondie… ¿En dónde están esos malditos bastardos?

Los tres hombres, desesperados, buscaban entre las oscuras sombras del bosque; fue en vano, los negros huyeron rápido y sin hacer ruido; se habían perdido entre los densos matorrales y pedruzcos que rodeaban a la arboleda.

Casi amanecía cuando el capitán Kirk dijo a sus hombres:

—No busquen más. Esos malditos no sobrevivirán a estas tierras desérticas. Regresemos al Southern Wind para dibujar el mapa cuando estemos a bordo. Les recuerdo que está próxima a salir de Acapulco la Nao de China y hay rumores que viene repleta de barras de oro y plata. Ya vendremos de regreso a buscar este cofre.

Hasta mí llegaron las voces y los cantos de los piratas que se alejaban. Al poco regresó el silencio que se rompió con los ruidos de la vida que despertaba al amanecer. Palomas, codornices, ardillas y conejos, bajaron a abrevar al aguaje y a buscar el primer alimento del día que pronto volvió a la normalidad. Sólo yo estaba en situación precaria, casi enterrado por la tierra sacada del pozo. Para mi fortuna, una lluvia temprana vino a salvarme. Fui prosperando con lentitud, tal y como lo hacemos los encinos, hasta volverme corpulento y frondoso como estoy en estos días.

Marta Aragón Rodríguez (Ensenada, B. C. 1948). Escritora y artista plástica mexicana. Docente retirada con más de cuarenta años de servicio, ha incursionado en las letras desde el año de 1986 participando en diversos talleres literarios. Ha participado en algunas antologías del grupo Onirios, los Champiñones y del grupo Tirant lo Blanc. En el año 2004 ganó los Juegos Florales que instituyó en Ensenada el profesor Luis Pavía López. Ilustró el Diccionario Práctico de la Lengua Kiliwa del Sr. Arnulfo Estrada y la Sra. Leonor Farlow Espinoza, el libro infantil Mar Océano de Adán Echeverría y el cuento infantil José y el Cóndor de Alma Preciado R. En el grabado fue iniciada por el profesor Adalberto Pérez Meillón, quien la invitó al grupo de grabadores de La Morera, taller de grabado de CEARTE. Ha participado en exposiciones colectivas en la Casa de la Cultura Miguel de Anda Jacobsen, en el Museo del Vino y en CEART.

—¿Y qué pasó con esos hombres? ¿Regresaron?

—Jamás. No volví a saber de ellos, ni pájaros ni vientos ni tormentas volvieron a mencionarlos. Se esfumaron. Y sólo existen en mi memoria.

—¿Y los negros? ¿Qué sucedió con ellos?

—Se salvaron. Una brisa de abril me contó que anduvieron vagando mucho tiempo. Sobrevivieron con raíces y animales del campo hasta que una tribu de kumiays los acogió. Contaron lo que sabían, pero para los nativos un tesoro enterrado no significaba nada y no hicieron caso. La historia pasó a formar parte de sus cuentos; a la larga dejó de contarse, hasta que un día fue escuchada por un hombre blanco que se asentó en lo que hoy es Ensenada. Vino a buscarlo, pero ya no había ningún rastro del tesoro. Cavó inútilmente.

—Entonces, hermano, la leyenda tiene parte de verdad, ¿no es así?

—Claro. Se ha deformado tanto, que atribuyen el tesoro a un tal Joaquín Murrieta que vino a enterrar sus ganancias a este lugar. Pero no es cierto. El tal Murrieta no enterró nada. Aquí sólo existe el cofre de los piratas; que a estas alturas sólo consta de una gran cantidad de doblones de oro iguales que los que cayeron al mar cuando excavaron el cerro El Vigía para rellenar el muelle de Ensenada. Pero ése es otro relato que me contaron las gaviotas que vienen hasta aquí.

—¿Encontrarán ese oro algún día?

—No lo creo. Es dificilísimo que den con él, casi imposible.

—¿Por qué razón?

—Mmm... Muy sencillo. Mis raíces crecen en la misma proporción que mis ramas y con el tiempo el cofre quedó dentro de las infinitas ramificaciones de mi raíz. El oro forma parte de mí. Para encontrarlo, tendrían que tumbarme a mí, y eso a nadie se le ha ocurrido.

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Edmundo Torrejón Jurado

Hoy, viernes de inventarios, de luto enaltecido.

Doliente Ginebra de preguntas.

Distantes, Incallacta y los Sertones.Lejanos, Popol Vuh y la Araucana.

Ay!, Borges de las dudas:

Encontré en las nieves del destierrola estirpe de tu voz tañendosu postrer laúd al bucanero.

Descalza roca gris.¡Las grutas de Calvino!

Bienestar insaciable que abjura las nostalgias.

(Sutiles laberintos de báculo y soberbia).

Los Alpes que ignoraron el vibrar de un galope,no son vientos que nutran a un Martín Fierro sencillo.

¡Ay! Maestro de la espera.

Sacerdote supremodel ritual de la búsqueda.

Hoy poso mi homenaje al pie de tus pirámides,e invento un árbol noble para algún peregrino.

El supremo sendero de algún americanoque no porte raíces al sacro Macchu Picchu, quien sabe entre lo ajeno podría transmigrarse ¡en un altar sin dioses!

Ginebra, primavera de 1998

Edmundo Torrejón Jurado (Tarija, 1945). Médico y escritor boliviano. Fue Presidente de la Sociedad de Escritores de Bolivia (SODESBO). Fue también Secretario de Relaciones Internacionales de la misma organización. Su obra poética ha sido traducida al inglés, francés, italiano, polaco y árabe. Ha sido invitado a dictar conferencias y presentar sus textos en América, Medio Oriente y Europa. Obtuvo el I Premio PEN Bolivia - Poesía, con su libro Mesones del alba.

ENIGMA

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Francisco Véjar

A Leo Lobos lo conozco desde hace muchos años, a través de otro gran amigo, Jorge Teillier (1935-1996). A fines de los años ochenta fue ese primer encuentro. Ahí nació una amistad que dura hasta el día de hoy. Siempre bajo el hechizo de la poesía. Recuerdo conversaciones en la Sociedad de Escritores de Chile; época de utopías que más tarde serían rápida hojarasca. Pero como lo poético es una emoción para ser recordada en la tranquilidad, citaré de inmediato un poema de Nieve, libro publicado recientemente por Mago Editores y que ahora presento. Su título: Starting-gate. Allí dice: “Aquí estoy en la puerta de salida / ni caballo / ni caballero / leyendo un libro de un tiempo / al cual no tendrás acceso / El corazón es un cazador solitario / que nada en el acuario / de la imaginación / un solitario reflejo a plena luz / Seré el último en saltar / a la pista / en esta carrera / en donde todos quieren llegar / en primer / lugar / Sabes / Me consuelo mirando los pájaros / que se perderán como todo en la niebla / de una tarde cualquiera”.

Estos cadenciosos versos están dedicados a Carson McCullers, la gran novelista norteamericana del deep south junto a Truman Capote y Tennessee Williams, entre otros. Específicamente el hablante lírico del poema, hace alusión aquí a la célebre novela de McCullers, titulada El corazón es un cazador solitario. Lo que demuestra que el autor de este libro tiene lecturas atípicas y finísimas. Y este texto lo escribió Leo en Campinas, Sáo Paulo, Brasil, marzo de 2006. Y haciendo una digresión, con respecto al poema citado anteriormente, haré un breve resumen de su experiencia en Brasil. No en vano, gracias a él hemos leído a Hilda Hilst en castellano. Asimismo, conocimos al mítico Roberto Piva y sus historias vanguardistas. También a Claudio Willer y Tanusi Cardoso, entre muchísimos otros creadores brasileños.

Recuerdo días y días hablando de Piva y su vínculo con la “beat generation” o las historias de la obra inolvidable de Hilda Hilst. Nuestro amigo había estado antes al sur de Francia, becado, entre el 2002 y 2003. Como también tiempo atrás estuvo en Nueva York. Y siempre con un cuaderno para tomar notas y dibujar. Por lo mismo, se hace necesario decir que Leo Lobos es además, artista visual que ahora está exponiendo sus pinturas, en el Taller Siglo

XX Yolanda Hurtado, junto a Roberto Hoppmann, Verónica Baeza y María Eliana Herrera.

Pero lo que nos reúne ahora es Nieve, que coincide con el título de una novela del escritor turco y Premio Nobel de Literatura, Orhan Pamuk. Leo también lo cita en uno de los textos al interior de esta nueva obra poética. Una tarde, en Santiago de Chile asistí a una charla de Pamuk y recuerdo algo que tiene relación con este “álbum de toda especie de poemas”, pues dijo que si vemos caer la nieve, cada copo que cae es distinto uno de otro y van tramando en su constante caer, todo un universo por descubrir. He ahí el misterio de la poesía.

Y como dice la poeta chilena, Anita Montrosis: “Este libro, es un viaje hacia diferentes lugares. Es un éxodo a múltiples ciudades y países, dedicado a los amigos vivos y también a los amigos muertos, a aquellos artistas ligados a la palabra y a las otras artes. La mano del escritor tiene adherida la capacidad de observación y la musicalidad de vaciar los pinceles en el tablero, porque este libro tiene una gama de cuadros, todos de diversa temática, pero al mismo

LA CONJUNCIÓNENTRE EL POETA Y EL ARTISTA VISUAL

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tiempo rehilados, como si se rememorara el más íntimo átomo del cuerpo. Un cuerpo que todo lo siente, que todo lo vive y que todo lo dimensiona, entonces la palabra se vuelve una imagen en el crepúsculo y la nieve que de pronto todo lo cubre, queda buscándose en la luz o tal vez en la tormenta”.

Estas lúcidas palabras el lector tendrá las herramientas suficientes para habitar los significativos universos que propone este compendio de variada invención. El poeta aquí parece haber aprendido la lección del poeta surrealista francés Paul Eluard, cuando sentenció: “El objeto del poema es dar a ver”. Es decir, fijar con la palabra, lo que los demás no alcanzan a vislumbrar, pues en estos tiempos la ceguera es total, pues las personas agonizan de una alegría artificial y ni siquiera pueden hallar aquella luz que estalla donde no hay ningún sol.

En Vida y Arte, Lobos escribe: “Portales abiertos a espacios desconocidos / en dirección de la música de las esferas / tan fácilmente penetrables / que nos mantienen fuera y nos envuelven / ¿Puede ser algo más tranquilo? / Bien distante de la agitación del arte contemporáneo / del frenético atropello del ahora / esto no es sobre el ahora / es lo duradero / sentimos pasar las eras / ser llevados por portales / que se abren a los tesoros de la eternidad / para sentir la rudeza de llegadas y partidas / entradas y salidas /

Francisco Véjar (Viña del Mar, 1967). Poeta chileno, antologador, crítico literario. Ha publicado más de ocho libros de poesía a lo largo de su vida. También ha sido seleccionado en diversas antologías, tanto en Chile como en el extranjero. En 1998 trabajó como seleccionador de textos, notas y prologuista de la antología “Imágenes Quebradas” del poeta Armando Uribe. Fue coordinador del libro “El Molino y la Higuera” y seleccionador de textos de “Hotel Nube”, en “El mudo corazón del bosque” y “Lo soñé o fue verdad” del poeta Jorge Teillier. Asimismo, en 1999 edita la Antología de la joven poesía chilena. Más tarde. En 2002, publica Georg Trakl, homenaje desde Chile en coautoría con Sven Olsson y Armando Roa Vial. Sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano, catalán, portugués y croata. En la actualidad es columnista del diario El Mercurio y colabora con la revista Clarín de España.

nacimientos y muertes / útero, tumba y todo lo demás”. El final de este poema, me recuerda al poeta expresionista alemán, Gottfried Benn, quien escribió: “Todos poseemos el amor, el cielo y la tumba”.

En Nieve, hay viajes, color, profundidad, citas de otros poetas o escritores. En fin, es una obra que viene para despertarnos y para que veamos junto a él esa realidad secreta que sólo los verdaderos poetas son capaces de construir. Y con el escritor francés André Gide, le diré: “Ya que todo está escrito, pero nadie está dispuesto a oír, es necesario empezar de nuevo”. Es lo que logra Leo Lobos.

Con todo, esto es sólo un botón de muestra ante la inmensidad y espesor poético que contiene Nieve de Leo Lobos que ya es “una viva moneda que jamás se volverá a repetir”.

Roberto Hoppmann y Leo Lobos

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AUDIOVISUALIDAD

Clara Patricia Muñoz Quintero

En el caso de Bolivia, la historia del cine ha sido poco documentada en comparación con Chile, Argentina o Brasil, pero no por ello es menos importante. Para entrar en contexto, podemos decir que el cine llegó a Bolivia en 1897, cuando los representantes de la Casa Lumière, A. Jobler y Jorge de Nissolz, proyectaron cintas traídas desde Chile y Perú en el Teatro Metropolitano, en La Paz. Sin embargo, fue hasta principios del siglo XX cuando se materializaron las primeras filmaciones en territorio nacional. La primera película boliviana1 de la que se tiene conocimiento es Retrato de Personajes Históricos y de Actualidad, de la compañía Marine & Monterrey, cinta que data de 1904 y fue presentada el 15 de agosto de ese mismo año. Dicha obra mostraba el cambio de mando del presidente saliente José Manuel Pando al presidente Ismael Montes, quien tomó posesión días antes (6 de agosto de 1904).2

1 En este momento no se puede hablar de una película, las cintas eran más bien fragmentos grabados individualmente, denominados vistas. 2 Carlos Mesa, La aventura del cine boliviano, 1952-1985, Editorial Gisbert, Bolivia, 1986, p. 8.

De 1904 a 1911, diferentes empresarios aventureros intentaron consolidar el cinematógrafo. Por ejemplo, en 1905 llegó a Bolivia el biógrafo3 parisiense Iris, por encargo del empresario Enrique Casajuana.4 Así, desde italianos hasta estadounidenses intentarían consolidarse en este nuevo espectáculo. Para 1921, Bolivia fue incorporada al círculo mundial de exhibición de películas, controlado por la industria fílmica estadounidense, que había desplazado a la europea en la Primera Guerra Mundial. Hollywood empezaba a dominar la exhibición, así como los canales de distribución cinematográfica en Bolivia y el resto de los países de América Latina.

Durante años la industria cinematográfica boliviana vivió decorosamente, pues se filmaron en el país un número bastante decente de películas, si se considera la poca infraestructura con que se contaba en ese entonces. Fue entre 1933 y 1936, durante la Guerra del Chaco, cuando este hecho se apoderó de la cinematografía boliviana, dado que diferentes directores plasmaron su visión sobre el encuentro bélico entre Paraguay y Bolivia. Las otras películas filmadas antes de los 70 mostraban historias sobre los Andes o los antiguos incas. Trataban de rescatar el pasado glorioso, exponiendo someramente las problemáticas en torno a la identidad indígena y la realidad de ese momento.

El necesario nacimiento de una verdadera cinematografía boliviana emanada del Estado tiene que ver con dos aspectos que se insertan en la Revolución de 1952: cultura y política. Si la Revolución había buscado en sus líneas de acción el desplazamiento de ciertas clases en el poder, la inserción en la realidad nacional de casi dos millones de indígenas mediante la reforma agraria y el voto universal, el control de la economía por el Estado, y la creación de una sociedad capaz de encarar el proyecto revolucionario modernizador, también planteó (al menos en teoría) una nueva plataforma en la cultura y los medios de

3 Se conocía como Biógrafos a las compañías de espectáculos de variedades que a finales del siglo XIX y principios del XX incluían en sus programas la presentación de “vistas”, que por lo general presentaban a personajes y acontecimientos de la época.4 Cf. Manuel González Casanova, “De cómo, cuándo y dónde llega el cine a Nuestra América”, Boletín del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, UNAM, México, 2003.

LOS PRIMEROS ANDARES DEL CINE BOLIVIANO

El fusilamiento de Alfredo Jáuregui, 1927

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comunicación.5 El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) consideraba que no era posible encarar un proyecto de nacionalismo revolucionario sin la transformación de los valores conservadores que habitaban en el pensamiento y en la cotidianidad de la sociedad. Por primera vez se planteó como propósito oficial encontrar la identidad y la resignificación de lo nacional con el funcionamiento de un órgano estatal que facilitara la transmisión de nuevas ideas. La trasformación y el nuevo desarrollo político necesariamente estaban ligados a la transformación cultural y el uso que el gobierno le daría a los medios de comunicación. Por consiguiente, nos ofrecerán luz para entender el papel del cine en el proceso de búsqueda de los nuevos discursos de lo nacional y lo identitario.

El 20 de marzo de 1953, por Decreto Supremo, el gobierno del presidente Víctor Paz Estenssoro, líder del Movimiento Nacionalista Revolucionario , creó el Instituto Cinematográfico Boliviano (ICB). La formación de esta entidad tuvo principalmente motivos políticos, pues el MNR, alimentado por ideas de intelectuales como José Fellman Velarde,6 no sólo valoró el poder del cine como medio de difusión, sino también el de la radio (Radio Illimani) y la prensa escrita (diario La Nación). Para realizar este proyecto comunicacional, uno de los primeros pasos del MNR fue crear el Ministerio de Prensa y Propaganda (1952), que contemplaba un Departamento Cinematográfico. Este organismo desapareció rápidamente y cedió su lugar a la Secretaría de Prensa, Informaciones y Cultura (SPIC), que

5 Cf. Carlos Mesa, Op. Cit., p. 34. 6 Novelista, cuentista y político. De formación autodidacta, fue militante activo del MNR y ocupó altos cargos públicos tras la Revolución de 1952: secretario privado del presidente Víctor Paz en su primer período (1952-1956); Ministro de Prensa e Informaciones (1952-1956 y 1958-1960), de Educación y Bellas Artes (1960-1962) y de Relaciones Exteriores y Culto (1962-1964). Fue el primer presidente del Consejo Nacional de Arte, entidad estatal supuestamente destinada a fomentar la actividad artística (1960).

dependía directamente de la Presidencia de la República, desde donde más adelante vería su nacimiento el ICB.7

Como se menciona en su Artículo 1° del Decreto fundacional, la nueva entidad tendría como objetivo central –según palabras de Antonio Gumucio– hacerse cargo de la “filmación de películas de carácter informativo, cultural, educativo y otras de índole que el instituto considere necesario realizar para su proyección dentro y fuera del territorio de la República”. El Artículo 2º decreta que la entidad funcionará con carácter semi autónomo y estará regida por

un Consejo Consultivo compuesto por un representante de la Presidencia de la República que, a su vez, tendrá funciones de Gerente General, un representante del Ministerio de Educación y otro de la Contraloría de la República. El Artículo 3° habilita al ICB para conformar sociedad con otras empresas productoras; el 4° libera al ICB de todo tipo de impuestos, y el 5° define las fuentes de financiamiento del Instituto: una subvención estatal de 16 millones de bolivianos para la compra de equipos de cine y un impuesto de cuatro bolivianos sobre todas las entradas de cine vendidas en el país. Asimismo, se considera como fuente de financiamiento el alquiler y venta de las películas del ICB, así como el alquiler de sus instalaciones a terceras personas o empresas.

En los primeros años de trabajo estuvieron en las filas de la institución 30 personas, como Waldo Cerruto (primer presidente del organismo y cuñado del Presidente de la República), Enrique Albarracin, Celso Peñaranda Quiroga, Pastor Fuentes y Oscar Vargas del Carpio. Se sumaron paulatinamente Gustavo Medinacelli, Oscar Soria, Jorge Sanjinés, Jorge Ruiz, Hugo Roncal, Augusto Roca, Nicolás Smolij, Ricardo Rada y Juan Miranda, entre otros. En la

7 Cf. Carlos Mesa, El cine en Bolivia, Cinemateca de la Paz, Editorial Gisbert, La Paz, Bolivia, 1976.

Wara Wara, 1930

La Guerra del Chaco, 1936

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primera etapa, entre el Departamento Cinematográfico y el ICB produjeron 15 noticieros de cortometraje, de los que no se tiene mayor información en el archivo de la Cinemateca Boliviana. A partir de mayo de 1953, el ICB terminó de elaborar sus estatutos y comenzó a funcionar de manera más orgánica, presentando el 12 de mayo el noticiero No. 16, que incluye notas sobre diversos aspectos: a) una misa celebrada en la Plaza Murillo en memoria de los caídos de la Revolución del 9 de abril (un año antes), b) la Comisión de Reforma Agraria, c) el Concurso Folclórico, d) el agasajo a visitantes extranjeros en el Palacio de Gobierno, e) el desfile cívico y f) un discurso de Paz Estenssoro analizando el primer año de su gobierno.8

Es de resaltar que este Instituto fue el único intento de apoyo estatal al cine con el objetivo de desarrollar y promover la cinematografía en Bolivia. El Instituto tendría un carácter semi autónomo para sus acciones, las cuales deberían estar coordinadas con organismos estatales, como el Ministerio de Educación y la Contraloría de la República. Al mismo tiempo, a lo largo de su existencia, el ICB cumplió con dos tareas fundamentales: la primera, dejar testimonio histórico de lo ocurrido en la Revolución Nacional por medio de cientos de documentales y noticieros; la segunda, hacer coincidir a aquellos creadores cinematográficos que tiempo después fueron protagonistas de la etapa más elocuente del cine boliviano.

Los noticieros mencionados representaban una plataforma de propaganda política y un medio idóneo para visualizar el espíritu revolucionario del gobierno nacionalista. Cada edición incluía notas sobre temas diversos: acontecimientos oficiales, actos del Presidente y los ministros, la “apertura” de Bolivia al exterior (visitas de personalidades extranjeras y convenios internacionales), sucesos importantes en los departamentos de Bolivia, eventos culturales y deportivos, etc. Es muy notorio que los comentarios hacían hincapié en que ese clima de evolución, de “agilización” de la vida nacional, era resultado de la Revolución del 9 de abril. Debemos señalar que a pesar de la exacerbada propaganda de los noticieros y de su extremo culto a la personalidad de los principales dirigentes del proceso, no cabe duda de que los noticieros son importantes, por el hecho de registrar y conservar imágenes privilegiadas de momentos sustanciales que vivió el país.

Hasta mediados de 1954 (más de un año después), se habían realizado sesenta noticieros semanales, salvo en algunas ocasiones en que se realizaban quincenalmente debido a que no se lograba procesar todo el material. Cada uno estaba acompañado de un afiche realizado por el dibujante Ciclón. Todo el procesado se hacía en Buenos Aires. En el marco de ciertos convenios internacionales se

8 Cf. Carlos Mesa, Op. cit. p. 45.Vuelve Sebastiana, 1953

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intercambiaban notas, por ejemplo, con el noticiero dominical español NO-DO. La producción de noticieros continuó en forma regular a lo largo del período 1953-1956. Presumiblemente, llegaron a realizarse 150 noticieros de 10 minutos, en blanco y negro, esos años.

Además de los noticieros, el ICB produjo una serie de cortometrajes, como Amanecer indio, a cargo de Juan Carlos Levaggi, Nicolás Smojil, Enrique Albarracín y Pastor Fuentes. Este cortometraje mostraba una gran concentración campesina en La Paz, en homenaje al Día del Indio (2 de agosto), establecido por el Gobierno del MNR. Cerca de 20,000 campesinos llegaron de todas las provincias del departamento de La Paz y del interior del país. El comentario de la película hacía énfasis de lirismo sobre las imágenes de la cordillera, del Altiplano y de los campesinos. La concentración se reunía frente al Palacio de Gobierno, y desde el balcón, Paz Estenssoro emitía un discurso al pueblo. Otros cortometrajes destacados fueron Potosí Colonial, La Leyenda de la Kantuta, Illimani, La ciudad de los cuatro nombres (el cual contiene muchas vistas de Sucre).9

9 Cf. Pedro Susz K., Cronología del Cine Boliviano (1897-1997), Cinemateca Bolivina/Goethe Institut/Notas Criticas, Número 61, Año XXII-noviembre, La Paz, Bolivia, 1998.

Es de destacar la filmación de varios documentales que trataban de mostrar la otra cara del Potosí, entre ellos El escorial de América, que centra su historia en La Casa de Moneda y sus problemáticas, y La montaña de plata, evocación de la historia de la Villa Imperial y las riquezas de la montaña, así como un recordatorio del trabajo de miles de hombres que dejaron su vida en las minas. Con el auspicio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, el ICB realizó el documental Petróleo, que es una descripción de los trabajos de perforación y extracción de la empresa estatal. Una segunda película bajo este auspicio fue Estaño, tragedia y gloria. Por primera vez, se hacía un acercamiento a la realidad del trabajador minero, mediante una cámara que descendía a la mina y filmaba el trabajo de éste. Por otra parte, la película fue la primera en reconstruir, aunque de manera improvisada, escenas de las masacres por parte del ejército, en un intento de interpretar la historia por medio de los actores históricos.

Asimismo, debemos mencionar la publicación de la revista Warawara, editada en 1954 por el ICB. Su importancia radica en que, además de marcar un precedente para las revistas de este estilo en el país –que fue difícil de retomar en años posteriores–, sus publicaciones resguardan la mayoría de la información que se posee sobre el trabajo del ICB en sus primeros años de vida. La forma de la revista se asemeja a la de un libro (la primera edición consta de más de 200 páginas) y está compuesta por varias notas sobre los cortos y los noticieros del ICB, además de una pequeña compilación

AKAMAU, 1966

Pueblo chico, 1974

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fotográfica. También aparecen pequeños comentarios sobre las contadas cintas producidas en Bolivia, como Warawara de Velasco Maidana, que inspiró el nombre de la revista.10

Después de Waldo Cerruto, Jorge Ruiz se hizo cargo del Instituto Cinematográfico Boliviano de 1957 hasta 1964. Bajo su dirección, el Instituto continuó la producción de noticieros, pero de forma menos regular, fijando en ellos una tendencia más hacia lo documental, especialidad de Jorge Ruiz como creador cinematográfico. Una de las aportaciones de Ruiz en la dirección del ICB fue plantear un cine más social por medio de La Vertiente (1958), su primer largometraje. El argumento de la cinta se basa en la problemática de agua potable que se vive en una zona llamada Rurrenabeque. En el filme, Ruiz logra reunir de manera creativa dos ejes que se complementaron muy bien en la pantalla: la historia amorosa (donde se mueven los personajes protagonistas, la maestra y el cazador de caimanes) y la historia documental (donde se logra captar a la población y sus esfuerzos por abrir un canal de agua potable desde un manantial hasta el pueblo). Es importante destacar la doble función de La Vertiente: apoyar la apertura del canal de agua potable (ya que los pobladores eran actores y realizadores al mismo tiempo) y difundir un mensaje desde la propia comunidad (una función más cinematográfica). La Vertiente concluía con un discurso político que obviamente manifestaba las intenciones del gobierno del MNR en su política de desarrollo rural; no obstante, la película no era abiertamente propagandística.

10 Cf. Cuaderno de Proyección Cultural, Taller de Cine UMSA, Núm. 1, I Simposio de Cine, Diciembre 1982.

Los años que siguió bajo su dirección, el Instituto continúo dedicándose a la filmación de noticieros o reportajes con fines propagandísticos. Muy pocas fueron las películas grabadas en esta época, la mayoría de Jorge Ruiz, el único cineasta boliviano activo en aquel momento. Algunas de ellas fueron Los Primeros (1960), que obtuvo el Miqueldi de Plata (2º premio) en el I Certamen Internacional de Cine Documental de Bilbao, en la Sección Concurso entre Naciones, por su exposición del tema del petróleo; y Las montañas no cambian (1962), un largometraje filmado por los diez años de la Revolución del 9 de abril, que en lugar de mostrar los logros de la Revolución a manera de catálogo, destaca su influencia sobre el hombre boliviano, el campesino, el obrero y el minero. En ambas cintas Ruiz mezcla ficción y documental.

Ahora bien, el ICB, a pesar de su nombre, nunca desempeñó una función formativa desde el punto de vista académico; más bien era un centro de producción, y su primer trabajo fue la elaboración de informativos gubernamentales semanales de diez a quince minutos para su difusión en las principales salas del país. La estructura de esos espacios noticiosos era la convencional, contaba con cuatro o cinco notas informativas sobre política, economía, geografía, folclor, deportes, o bien, alternaba alguno de esos temas con información concerniente al gobierno (la Reforma Agraria o la muerte de la esposa del Presidente).11 A pesar de ello, el simple hecho de que el

11 La revisión en el Archivo de la Cinemateca Boliviana nos muestra que, en su gran mayoría, los noticieros estaban construidos con la misma fórmula, es decir que no existió la experimentación necesaria para dar paso al documentalismo en Bolivia desde un período más temprano.

Yawar mallku, 1969

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Clara Patricia Muñoz Quintero. Mexicana, candidata a Doctora dentro del Programa de Posgrado en Estudios Latinoamericanos de la UNAM. Licenciatura y Maestría en Estudios Latinoamericanos en la UNAM. Investigadora invitada del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica, de la Cinemateca de Cuba en La Habana Cuba y de la Escuela Internacional de Cine y TV en San Antonio de los Baños, Cuba. En Bolivia realizo investigaciones en la Cinemateca Boliviana y en la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz. Las investigaciones que desarrolla se enfocan en la historia social del cine latinoamericano en países como Cuba, Bolivia, México, Nicaragua y Ecuador. Actualmente está empezando una investigación sobre un análisis comparativo entre los cines contemporáneos de Mexico y España en torno a la supervivencia de las imágenes del racismo.

Estado contara con un organismo de este tipo financiado y respaldado por la liberación de importaciones para el material que los cineastas necesitaran, fue un primer impulso que permitió, por primera vez en Bolivia, que se pudiera pensar en cine y se vislumbrara una función político-social del mismo.

Sin embargo, no debemos dejar pasar que la operación del ICB no consolidó una industria cinematográfica nacional, ni realizó largometrajes, ni edificó un documentalismo serio y cuestionador de la realidad, ni creó un cine de ficción (a excepción de La Vertiente de 1958 y Ukamau de 1966). La suma de esas insuficiencias creativas se dio porque el gobierno no llegó a valorar el papel del cine más allá de propaganda y no dimensionó su poder en comparación con Cuba y Nicaragua. La realidad fue que el Instituto construyó la paradoja de ser un nuevo aliento para el cine boliviano y, al mismo tiempo, parte de una frustración.

En el ICB se mezclaba el culto a la personalidad de los líderes del MNR con la repetición de frases sobre el proceso y sus éxitos, propaganda personal y partidaria más que de la Revolución. Un acento triunfalista, sofocante en imágenes y textos. La repetición desmedida de inauguraciones, actos oficiales, visitas de personalidades internacionales, etc., en contraste con el desinterés en otros temas inherentes al proceso revolucionario, como el desarrollo social, la formación cultural, etc., fue un síntoma que expresaba un manejo poco profesional desde el punto de vista institucional. Uno de los mayores problemas creativos (inseparable a la concepción básica de los noticieros) era la voz en off del narrador que sobresaturaba el metraje de las notas informativas con textos largos y relegaba a la imagen a un papel de acompañamiento.

En medio de esas notas informativas, el populismo se logró expresar a plenitud. Las constantes imágenes de movimientos de masas, la repetición del discurso sobre el poli clasismo como secreto del éxito de todo movimiento político, la recuperación de los valores nacionales, la inclusión de manifestaciones culturales de diferentes regiones del país, el énfasis en la grandeza del Tiahuanacu y en los incas como símbolo de un pueblo que recuperaba sus tierras, etc. Todo un lenguaje, un horizonte sociopolítico de la realidad y una fórmula de pensamiento se insertaban en esos noticieros, claras expresiones de las necesidades inmediatas de algunos cuantos en esa época. Fueron esos años en los que la palabra revolución perdió

12 Lo importante era producir, testimoniar los acontecimientos, registrar la historia. Las preocupaciones estéticas y de lenguaje no fueron la motivación principal. El carácter de este cine, por sus propios objetivos y la fuerza de la realidad, era la urgencia. Tendrían que pasar diez años para que el sentido político y la interpretación, más o menos consciente del fenómeno, se transformaran en películas cuyo nivel creativo superara la mera testificación de esos hechos.13 Cf. Marcos Kavlin, “Historia del Cine en Bolivia y su desarrollo nacional”, Revista Khana, Numero 7, junio 1985.

su valor, al enfrentarse a una repetición infinita que terminó por devaluar la profunda significación que se encontró en las medidas de los dos primeros años del triunfo revolucionario.12

Desafortunadamente, este proyecto gubernamental no tuvo el éxito que se esperaba, ya que, como mencionamos, se dedicaba principalmente a la producción de documentales y noticieros de promoción revolucionaria. Luego de 1964, la distribución se centraría en la proliferación de filmes enfocados al turismo y a la creación de una imagen folclórica boliviana hacia el exterior. Finalmente, en 1968 se disolvió este programa, cediendo su patrimonio al canal 7, Empresa Nacional de Televisión.

Para comprender la historia del cine boliviano y su importancia en la cultura nacional es importante referirnos al hecho de que la construcción de una política cultural en ese país, anterior a la llamada Revolución Nacional, tuvo una tendencia segregacionista, de aplastamiento de las culturas originarias y de culto hacia todo lo extranjero (del españolismo de la Colonia a la copia de lo norteamericano en el siglo XX, pasando por el afrancesamiento de finales del siglo XIX). En 1952, se trató de improvisar una política cultural que apoyó principalmente a la literatura (cuento y novela) y la pintura (muralismo); el cine solamente sirvió como plataforma para la transmisión repetitiva de las glorias revolucionarias y de muy poco cine independiente.

En noviembre de 1969 se dio una “reapertura democrática” con la coalición formada por las fuerzas armadas revolucionarias y la nueva generación política de intelectuales. El Ministerio de Educación y Cultura se interesó en la redacción de una política cultural acorde a las necesidades de la población, para erradicar el analfabetismo y, a su vez, rescatar las expresiones artísticas y culturales en favor del desarrollo social. Dicha política está expresada en la Declaración del Gobierno Revolucionario sobre política educacional, cultural y científica –fechada en enero de 1970–, en la cual no se menciona el papel del cine en la sociedad boliviana, pero sí la creación de la Cinemateca, donde se depositaría y exhibiría la producción cinematográfica del país con valor documental, así como las obras clásicas del mundo.13

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1968 - 2018CINCUENTA AÑOS del MOVIMIENTO ESTUDIANTILen MÉXICO

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1968 - 2018

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ARTES ESCÉNICAS

José Marcial Ramos Guédez

“…César Rengifo es portador de una dramaturgia bastante compleja, socialista, popular, revolucionaria, pero además

encuadrada en nuestra propia historia y en la cultura venezolana de todos los tiempos. Donde los personajes

encarnan al pueblo anónimo, que ha sido invisibilizado por una historia escrita por las élites para cultivo de élites…”

Saúl Rivas Rivas1

Nuestro dramaturgo, artista plástico y poeta, César Rengifo, nació en la ciudad de Caracas el 14 de mayo de 1915 y murió en la misma urbe el 2 de noviembre de 1980. Sus padres fueron Ángel María Rengifo Goita y Felícita Cadenas de Rengifo. Realizó estudios en la Academia de Bellas Artes de Caracas (1930-1935), en donde se especializó en dibujo, pintura y escultura. Posteriormente viajó a Chile (1936), donde incrementó sus conocimientos sobre las técnicas y enseñanzas de las artes plásticas y entre 1936-1937 lo encontramos en México, país donde se puso en contacto con la pintura de los muralistas. Se le considera sin duda como “…un nombre fundamental del teatro venezolano y latinoamericano contemporáneos. Dramaturgo, director teatral, pintor, muralista, profesor y periodista…”2

Apreciamos que en casi todas las obras dramáticas de Rengifo, de carácter histórico-social, aparecen personajes vinculados a los esclavizados originarios del continente africano y sus descendientes: negros, mulatos y zambos, grupos étnicos que en los momentos actuales son

1 Cf. “Robo del pasado, secuestro de la contemporaneidad histórica y represión de la identidad cultural para hipotecar el futuro”. En: Política exterior y soberanía, Caracas, Enero - Junio 2010, pp. 91-92. 2 César Rengifo, Obras: Teatro, Tomo I, Mérida, Universidad de Los Andes, Dirección de Cultura y Extensión, 1989.

identificados como afrodescendientes. Sin negar sus numerosas obras teatrales, de artes plásticas y poéticas, donde la temática de los indígenas ocupa un papel fundamental, asimismo, los tópicos relacionados con el petróleo, las acciones del imperialismo, la vida en las áreas urbanas, el pensamiento mágico-religioso y muchos otros. Al respecto, destacamos las dos siguientes piezas dramáticas de César Rengifo: Manuelote (Drama en un acto) (1950) y Los hombres de los cantos amargos (Drama en tres actos) (1959).

Con relación a Manuelote, observamos que su acción ocurre en la ciudad de Caracas, en una casa vieja de sus afueras, en el año de 1814, y entre sus personajes se menciona a Menuelote (negro esclavo), Petrona (mujer de Manuelote), Don Martín (un criollo insurgente), Roso (oficial insurgente, primo de Don Martín), bando y voces.3 En síntesis, César Rengifo rememora la acción trágica del esclavizado Manuelote, quien decide matar a su mujer Petrona, para evitar que ella obtenga una suma importante de dinero al delatar ante las tropas de José Tomás Boves a su amo Don Martín, quien estaba herido y escondido en su casa de Caracas. La acción solidaria de Manuelote permitió que su amo Don Martín pudiera huir hacia Curazao y no caer en las cruentas manos de Boves o en las de sus más cercanos colaboradores. En el contexto de lo antes mencionado, Rengifo nos señala que “…Manuelote, como presa de una resolución y reteniendo en una mano la pistola, abre el baúl y saca de él un viejo sombrero raído que se coloca en la cabeza, después toma una cobija muy usada y se la echa en el hombro comenzando a caminar con lentitud, pero resueltamente hacia el fogón. Allí toma el machete y va hacia la puerta, antes de llegar a ella se vuelve y mira tristemente la estancia, bajando la vista a la

3 Ibídem, p. 353.

CÉSAR RENGIFO EN ELTEATRO AFROVENEZOLANO

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pistola. Manuelote: (Habla con lentitud y gravedad): ¡Debe haber algo por lo cual mueren y se sacrifican tantos! ¡Debe ser algo grande! (Abre la puerta, pero siempre mirando la estancia). ¡Me iré a esa Guerra! ¡Quizás hay un puesto para mí junto a esa gente que manda Bolívar!”4 En la obra aludida vemos la participación de un esclavizado en la lucha por nuestra emancipación nacional, pues se solidariza con su “amo patriota” y decide incorporarse como soldado en el ejército que dirige Simón Bolívar.

En la pieza teatral Los hombres de los cantos amargos (Drama en tres actos) apreciamos que la “…acción tiene lugar en la casa del Señor Secretario de Gobierno, calle Caracas, hacienda cacaotera de los Valles del Tuy, campamento en las montañas de Capaya. Época: 1854-1855”.5 Personajes: el Señor Secretario de Gobierno, Doña Gertrudis (Esposa del Secretario de Gobierno), Doña Hortensia Llaguno (esposa del Presidente), Banquero, Hacendado, Aprovechador I, Aprovechador II, Capataz de la hacienda, Birongo, Mindiola, Tilingo, Ganga, Pascualón, Popo (la curandera), Guiomar (esposa de Tilingo, está embarazada), otros negros, voz del amo y otras voces. El tema central de esta obra es la promulgación del Decreto de la Abolición de la Esclavitud en Venezuela durante el año de 1854, el cual fue aprobado por el general José Gregorio Monagas y tuvo el apoyo de muchos banqueros y hacendados, quienes consideraron que mantener para ese momento la esclavitud en Venezuela significaba una carga y pérdidas económicas para los amos. Al respecto, veamos la opinión del Banquero: “…Pero, señores, los números son los números;

4 Ibídem.5 César Rengifo, Obras – Teatro, Tomo II, Mérida, Universidad de Los Andes, Dirección de Cultura y Extensión, 1989, pp. 95, 96. 6 Ibídem, p. 96.7 Ibídem, p.135.

José Marcial Ramos Guédez (Caracas, 1950). Venezolano, doctor en Historia, es jubilado de la Universidad Simón Bolívar y actualmente ejerce la docencia en la Universidad Pedagógica Experimental. Es corresponsal de Archipiélago en Venezuela.

y nos están demostrando que el mantenimiento de esclavos está siendo ya una carga onerosa para los hacendados y para el movimiento financiero general […] En cuanto a los manumisos las pérdidas son igualmente crecidas”.6 A continuación, el Hacendado destaca lo siguiente: “Los argumentos del señor banquero no admiten discusión. El sostenimiento de esclavos está conduciendo a la ruina a muchos amos de haciendas. Utilizar peones resulta más barato. ¡Peones, peones, los exige el progreso!...”7 Luego, el escritor y dramaturgo Rengifo reelabora una situación conflictiva y de carácter violento, que ocurrió en algunas haciendas y casas de familia, donde después de abolida la esclavitud no se le quería dar trabajo ni comida a los antiguos esclavizados y a los manumisos. Todo ello desencadenó numerosas protestas y la muerte de varias personas. Al respecto, dice Pascualón: ¡Sé donde conseguir unos machetes, iré a buscarlos! Birongo afirma: ¡Cogeremos las montañas arriba, desde ellas bajaremos a atacar las haciendas donde tanto hemos sufrido. Mindiola dice: ”¡Y pelearemos cantando, pero no canciones alegres, sino amargas, como tenemos la sangre! (A Pascualón): ¡Vamos a buscar los machetes!”

Podemos señalar por último que las injusticias de los antiguos amos desencadenaron acciones violentas realizadas por esclavizados y manumisos, liberados por la Ley de Abolición de 1854.

Puesta escena de Los hombres de los cantos amargos

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MÚSICA

Rodolfo Alonso

En 1863 Rosalía de Castro ve publicado su libro Cantares Gallegos. Era la primera vez, después de muchos siglos, que la vieja lengua que había oído hablar desde niña a sus paisanos cobraba nuevamente forma literaria. Quizás, ni ella misma tenía entonces clara conciencia de que a partir de ese libro suyo iba a comenzar el Resurgimiento, no sólo de la literatura sino también de la identidad social y cultural del pueblo gallego. Y tampoco podía imaginar que, mucho tiempo después, la fecha del 17 de mayo, con que aparece allí datada su dedicatoria a Fernán Caballero, iba a ser erigida anualmente como Día de las Letras Gallegas.

Un día que hoy puede ser de alegría y de celebración pero que, mientras duró el sometimiento y la censura, fue con toda justicia una jornada de protesta y de lucha. Porque, aunque sin duda lo intentaron, gracias a ese mismo pueblo gallego que la mantuvo viva durante largos siglos, no pudieron destruir a aquella que Manuel Curros Enríquez llegaría a bautizar, tan gráficamente, “Cristo de las lenguas”. (Algo que ya había previsto, en 1952, desde Buenos Aires, el poeta argentino Francisco Luis Bernárdez: “Ni el imperialismo castellano del siglo XV, ni todo cuanto intentóse luego, a través de siglos, para eliminar el habla de Galicia, pudieron desarraigarla. Proscripta de la literatura durante centenios resurgió tan honda y vibrante como en las primitivas cantigas”.)

Hizo muy bien, entonces, la Real Academia Gallega en dedicar el Día de las Letras de 1998 a recordar uno de los momentos de más alto esplendor del idioma de Galicia: el inagotable encanto de Martín Codax, Mendiño y Xoan de Cangas, esclarecidos trovadores de la ría de Vigo. Porque si con mucho criterio, a partir de la bienvenida recuperación de la democracia y de la autonomía después de la muerte del dictador, se viene poniendo allí merecidamente el acento en los hombres y mujeres que, desde el Resurgimiento, y a través de muy difíciles etapas históricas, defendieron con sus obras literarias la presencia de una identidad cultural gallega, acaso había llegado ya el tiempo de recordar a los antiguos, a los que pusieron los cimientos y plantaron las raíces del árbol inmenso.

Pero, siendo también que esa identidad, por la inmigración y por el exilio, está esparcida por el mundo, no podemos

TROVADORESLENGUAJE Y NACIÓN

dejar de verla en una perspectiva más rica, más múltiple y variada. Invitado precisamente a un seminario internacional sobre la inmigración gallega en América Latina, que se llevó a cabo en la brasileñísima y mágica ciudad de Bahía (que su Jorge Amado bien llamó “la Roma negra”), no dejó de sorprenderme la activa participación de muchos jóvenes universitarios del Brasil entero, aunque no todos tuviesen sangre gallega en sus venas. Para ellos, las raíces comunes de su literatura se encontraban en los llamados trovadores galaico-portugueses.

Lo que no deja de ser tan comprensible como asombroso. En los tiempos en que la península no había delimitado geopolíticamente sus identidades nacionales, la lengua viva fluctuaba por encima de las futuras fronteras. Y quien lo reconoce es un historiador de Portugal, José Mattoso: “No deja de ser curioso verificar que el primer movimiento cultural de cierta amplitud y efectivamente identificable con el país es el de los trovadores gallego-portugueses. ” Pero eso no es todo. Otra investigadora lusitana, como Esther de Lemos, añade que “la primitiva poesía en gallego-portugués no pertenece exclusivamente a nuestra literatura nacional, no es aún estrictamente literatura portuguesa.” ¿Y por qué? Porque, según ella: “En Galicia... parece haber florecido, ya mucho antes de la fundación de la nacionalidad portuguesa, una poesía de inspiración tradicional, folklórica, cultivada sobre todo por los juglares.” Y, para el caso de que quedaran dudas, insiste la misma: “Los juglares gallegos habrían tenido así el mérito de recoger, aprovechar, difundir y por fin fijar para la forma escrita esa tradición oral primitiva, venida del fondo del tiempo y de la eterna alma femenina”.

Y si durante 1998 festejamos también –con justicia y alborozo– el centenario del nacimiento de Federico García Lorca, no puedo dejar de recordar dos citas que Eduardo Blanco Amor incluyó, lúcidamente, ya en su prólogo a aquella primera edición, realizada en Santiago de Compostela durante 1935, de los nítidos Seis poemas galegos del gran poeta andaluz. “Non ha mucho tiempo cualesquier dezidores e trovadores de estas partes, agora fuesen castellanos, andaluzes o de la Extremadura, todas sus obras componían en lengua galaica o portuguesa”, escribió en el siglo XVI nada menos que el Marqués de Santillana. Pero aún hay más. Cuatro siglos después, una

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autoridad tan hispánica como Menéndez y Pelayo afirmó sin dudas: “No se puede desconocer que el primitivo instrumento del lirismo peninsular, no fue la lengua castellana, ni la catalana tampoco, sino la lengua que, indiferentemente para el caso (en aquella época eran la misma) podemos llamar gallega o portuguesa.”

O sea que si los gallegos de hoy quisieran superar –elaborar diríase desde un punto de vista freudiano– los ultrajes históricos del viejo poder castellano, no tienen más que acordarse de haber sido los primeros en escribir gran poesía en la península. Y, al hacerlo, como bien lo sabía sin duda el rey Alfonso X el Sabio que, sin serlo de nación, eligió en el mismo siglo XIII escribir en gallego, no pueden dejar de tener muy presentes a trovadores como los que se celebró con justicia en aquel Día de las Letras Gallegas de 1998.

De entre sus luminosas creaciones, para mi gusto las más bellas son las de Martín Codax, no sólo por ser las únicas de humanísimo carácter profano sino por el grado de esplendor alcanzado en su lenguaje. Y aquí nos aguarda todavía una última sorpresa. La belleza entera de esa poesía, que como se sabe no es sólo texto sino también música (recuperada casi intacta en el Pergamino Vindel, descubierto en 1914), revivió hace un tiempo en la voz y en los instrumentos de un calificado grupo de jóvenes universitarios brasileños. En su excelente disco compacto Cánticos de amor e louvor, más que bellamente interpretado por el conjunto de Música Antigua de la Universidad Federal Fluminense, de Niterói, y producido por el Núcleo de Estudios Gallegos de la misma casa de estudios, que dirige inteligentemente María do Amparo Tavares Maleval, podemos gozar de una insólita y tocante experiencia estética de altísimo nivel.

Y también podríamos, si quisiésemos, comprender que esa riqueza viva que es la lengua del pueblo gallego, no sólo

produjo la primera gran poesía de España, sino que se encuentra asimismo en los fundamentos de la cultura portuguesa y, como consecuencia, es amada, estudiada y apreciada tanto en el inmenso Brasil como en los otros países lusófonos. Son las compensaciones que a veces producen los dolores de la historia. Ese bello idioma negado y disminuido que su pueblo supo mantener vivo a pesar de la opresión y de la injuria, no sólo llegó al exigente nivel de la poesía mayor sino que también, como los mismos gallegos, desde el inmenso esplendor de sus trovadores se esparció por el mundo para fecundarlo y hacerlo florecer.

Addenda: Algunos años después de que estas palabras llegasen a ser escritas, a comienzos de 2002, no sin emocionada alegría me encontré con unas justísimas ideas del fraterno poeta portugués José Augusto Seabra, un alto ejemplo de intelectual, que de alguna manera coincide, ilumina o al menos acompaña lo que yo intenté enunciar. Y que no quiero dejar de señalar, así sea en pequeña medida, a mis lectores de hoy. Bien dice así: “La lengua poética gallego-portuguesa no estaba, entretanto, en sus orígenes, limitada al territorio de Galicia y después de Portugal, sino que era la lengua propia de un “género” poético –el lírico– cultivado en toda el área centro-occidental de la Península Ibérica. Esta lengua iba a volverse, más tarde, una lengua nacional –el portugués– pero continuaría siendo la lengua lírica peninsular por excelencia, como el castellano lo era para la poesía épica y la narrativa. Los juglares se trasladaban de corte en corte, trovando en gallego-portugués.” Quod erat demonstrandum. Vale.

Rodolfo Alonso (Buenos Aires, 1934). Poeta, traductor y ensayista argentino, de padres gallegos.. Fue el primer traductor de Fernando Pessoa en América Latina. Tiene más de 25 libros publicados. Premio Nacional de Poesía, Orden “Alejo Zuloaga” de la Universidad de Carabobo (Venezuela), Palmas Académicas de la Academia Brasileña de Letras, Premio Único de Ensayo Inédito de la Ciudad de Buenos Aires, Premio Festival Internacional de Poesía de Medellín (Colombia). Es miembro del Concepto Editorial de Archipiélago.

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TRADICIONES

Alexandra Desachy Rangsimarangrak

Nací en las montañas de Guerrero, en el centro de México. Guerrero es un lugar donde hay muchos capos de la droga, y no dejan que la gente se gane la vida plantando sus propios cultivos. Quieren que trabajemos para los cárteles de la droga, y si no lo hacemos, te secuestran y te matan. Por eso es tan difícil sobrevivir en Guerrero.

No aprendí a hablar español hasta que tenía 13 años. Crecí hablando el dialecto de mi comunidad, mixteco. Mi madre se fue con otro hombre, y su nuevo marido no quería que yo viviera con ellos. Así que me quedé con mi padre. Mi padre era un alcohólico, y tuvo otras mujeres y otros hijos, así que me dejó con mi abuela. Mi abuela se ganaba la vida recogiendo leña del bosque. Todo el día caminábamos recogiendo leña, cargando enormes pilas sobre nuestras espaldas, todo el camino de regreso al pueblo.

Creo que es por eso que soy tan chaparrito, porque tuve que cargar todo ese peso desde que era un niño pequeño. Vivíamos en una pequeña cabaña hecha de materiales de desecho y piso de tierra. La mayoría de las veces nuestra comida sólo consistía en tortillas con chiles y frijoles,

cuando los había. Amo a mi abuela. Le prometí que algún día podría ir al mercado y comprar cualquier cosa que quisiera comer. Soy un hombre de palabra.

Cuando tenía 15 años, mi padre me mandó llamar. Él había ido a los Estados Unidos a trabajar, desde hacía varios años. Nunca envió dinero, al menos no a mí. Pero me mandó llamar y pagó a un coyote para que me llevara de contrabando por el desierto. Eso fue lo único que mi padre hizo por mí desde que nací. Fue entonces cuando conseguí mi primer par de zapatos, y una vez que me los puse, supe... ¡iba a poder ir a cualquier lado y hacer cualquier cosa que me propusiera! ¡Tenía zapatos!

No hablaré sobre cruzar la frontera, porque eso es para otro momento. Pero llegué hasta una granja lechera en Vermont. Tenía un primo trabajando allí, y me dijo que el jefe probablemente me daría un trabajo. Pero cuando el jefe me vio, comenzó a reírse de mí. “¡Mira qué tan bajo eres! ¡Eres el mexicano más bajo que he visto en mi vida! ¡Y también eres el más gordito! Seguí diciéndole que sólo necesitaba una oportunidad para probarme a mí mismo. Pero él siguió riendo. Me dijo que fuera y aprendiera de los demás, tal vez podría ser de ayuda para ellos, pero que no había trabajo para mí. Aprendí todo lo que pude, y un día el jefe me dio el trabajo de cuidar a los terneros. Seis meses después, supervisaba todo el hospital de las vacas. Cuidé a las vacas cuando se enfermaron, cuando estaban embarazadas, y cuidé a todas las crías recién nacidas. A veces las vacas tienen a sus bebés solas, nadie las ve. Las crías caen en el excremento a su alrededor, yo las recogía y las ponía sobre mis hombros, y me las llevaba cargando y las limpiaba.

La primera vez que obtuve un cheque de pago no sabía bien cómo contar el dinero, pero estaba seguro de que mi abuela podría comprar todo lo que quisiera en el mercado por un año con tanto dinero. Le construí una pequeña casa, con techo de tejas y hasta ventanas. Ya no tendrá que volver a cargar leña nunca más. Y le pedí que me perdonara, porque nunca más volvería a vivir con ella.

Pasaron cinco años para mí en esa granja. Desde que tenía 15 hasta que cumplí 20 años. Nadie podía salir de la granja. Una señora venia y tomaba nuestra lista de cosas

LA HISTORIA DE MANUEL

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que necesitábamos y luego nos traía el mandado. Teníamos miedo de salir porque la patrulla fronteriza siempre estaba cerca. Estaba mi hermano con el que podía hablar, y otros dos camaradas. A los estadounidenses realmente no les importaba hablar con nosotros, además, no sabíamos cómo. Pero en Navidad y en días como esos, nos sonreían más y la esposa del jefe nos hacia panecitos. Mi jefe estaba muy contento con mi trabajo y seguía diciéndoles a todos que yo era un tipo duro. Nunca había visto una sola tienda o cosa fuera de la granja. Todos los días era lo mismo, si estaba aburrido, trabajaba. Si estaba enfermo, trabajaba. Cuando caía lluvia, mucha nieve, mi trabajo era mi orgullo y mi esperanza.

Después de cinco años decidí irme e ir a ver qué más había allí afuera. Tenía primos que trabajaban en restaurantes en Manhattan, seguían diciendo que había mucha gente y tiendas allí, y mujeres con las cuales salir. Mis primos viven en el Bronx. Hay muchas personas como nosotros allí. Me sorprendió que puedas caminar por las calles e ir a donde quieras, nadie parece estar avergonzado o asustado aquí. Quiero decir, todos somos ilegales, ¿verdad? No tuve que caminar con la cabeza hacia abajo, escondiéndome. Pero tenía miedo de los negros, porque son muy altos y grandes y se ven enojados todo el tiempo. Me robaron dos veces en las calles, ni siquiera pude correr.

Empecé a trabajar en un restaurante con mis primos en New Jersey. ¡Todas las noches, después del trabajo, íbamos a salir y beber y festejar! Fue muy diferente, tuve que trabajar 80 horas a la semana lavando platos. Y luego me iba a tomar y salir con mis amigos. Realmente no tuve tiempo para dormir en ese momento. No ahorré dinero tampoco. Eso comenzó a ser un problema. Un día pensé, tengo que parar o voy a morir! Entonces, dejé a mis primos.

Alguien dijo que necesitaban trabajadores en una fábrica maderera. No sabía lo que era, pero fui con dos amigos. ¡Fue el trabajo más doloroso y peligroso de todos! Los trabajadores estadounidenses son altos, mucho más altos, y sus manos son grandes. Pero cuando llega el momento de trabajar, nos reímos de ellos porque no tienen fuerza. A mis camaradas y a mí nos gusta mirarlos fingir que están trabajando, especialmente cuando aparece el jefe. Se cansan fácilmente y buscan descansos... o nos dejan el trabajo. Ese era el caso allí, estos enormes troncos de árboles tenían que ser divididos en estas grandes máquinas, pero teníamos que cargarlos y eran realmente pesados, y luego rebotaban y teníamos que usar nuestras piernas y brazos para equilibrarlos, era realmente malo. Nuestras piernas y brazos estaban negros y azules por todas partes. Empezamos a levantar pesas para fortalecernos, las hicimos con latas de cemento. Pero los árboles eran demasiado pesados para nosotros.

Nos escapamos una mañana con la ayuda de una amiga que conocimos, su nombre es Laura.

Nunca me di cuenta de que estaba avergonzado de comer delante de otras personas, hasta que Laura me llevó a comer comida china un día. Ella estaba sentada frente a mí y yo no podía comer. Me di cuenta de que me sentía avergonzado de comer enfrente de alguna persona porque me sentía culpable de lo mucho que teníamos que trabajar mi abuela y yo sólo para tener que comer. Ahora he comido muchas cosas diferentes, me gusta la pizza, la comida china y las hamburguesas. No voy a ser como mi padre. Yo sé que si comienzo a beber, no puedo parar, así que ahora busco trabajos donde no puedo conseguir ninguna cerveza. La única forma en que volvería a México es si tengo dinero para comprar una camioneta bien grande, con bocinas potentes, con la que conduciría por la ciudad. Todos quedarían impresionados, especialmente las chicas.

Ahora que estoy aquí, muchas chicas de mi comunidad quieren salir conmigo. Me envían mensajes todo el día en Facebook. Una prometió casarse conmigo si volvía. Pero, ¿me amaría si no tuviera dinero? Le envié dinero para abrir una pequeña tienda de juguetes. ¡Le fue bien en Navidad! Pero luego dijo que estaba enamorada de un hombre y que no podía seguir esperándome. Así es como son las cosas. Ahora no quiero ninguna novia de larga distancia.

Mi padre fue deportado no hace mucho, probablemente porque estaba ebrio en las calles. Él sigue pidiéndome dinero, y sigo enviándolo, pero él solo lo usa para emborracharse. Mis amigos saben que pueden contar conmigo. Después de construir la casita para mi abuela, la mayor parte del dinero que gano lo presto a mis amigos para ayudarlos. Descubriré quién es realmente mi amigo, el día que necesite ayuda.

Soy un hombre de palabra. Puede que sea chaparro, pero soy un hombre y un hombre de palabra, ¡y puedo demostrarlo! Mi nombre es Manuel. Y todo lo que necesitaba era un par de zapatos y una oportunidad de probarme a mí mismo.

Alexandra Desachy Rangsimarangrak (Ciudad de México, 1971). Educadora y activista mexicana, de madre tailandesa y padre mexicano, con residencia actualmente en Nueva York. Fungió como secretaria ejecutiva de la Embajada de México en Tailandia. Ha sido profesora de inglés en la Universidad Iberoamericana, en la Universidad Autónoma de Chiapas y en el Instituto Tecnológico de Tuxtla Gutiérrez, donde comenzó su dedicación a la causa de los indígenas marginados, como consecuencia del levantamiento zapatista. Su labor en defensa de los trabajadores hispanos del campo se inició hace más de 18 años en Estados Unidos, al trabajar como maestra de inglés y trabajadora social para el programa federal de educación MEOP (Migrant Education Outreach Program), el cual da apoyo educativo a los trabajadores del campo menores de edad y a sus familias. También se ha destacado por sus obras pictóricas al óleo, y su trabajo se ha mostrado en galerías del estado de Nueva York. Hoy en día se dedica a dar asesoría y entrenamiento a dueños de negocios que emplean hispanos, fomentando la comunicación, eficacia, salud y bienestar de los trabajadores y sus familias.

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AMERINDIA

La vasta riqueza cultural de México sería inconcebible sin el legado de la cultura huichol, su presencia en los estados de Nayarit, Jalisco, Durango y Zacatecas los han situado como un grupo originario que suscita particular interés entre las diversas comunidades de estudio sociológico cultural, debido a sus abundantes tradiciones y leyendas, como es el caso de la narración oral del mito de la creación del mundo, uno de los relatos más sublimes que atesoran y que ahora son el tema central de la obra infantil: Salimos del mar y soñamos el mundo.

“Dicen los Huicholes que en el principio no había nada más que agua. Y que en medio de ese mar infinito y oscuro vivían tres dioses: Takutsi, Maxacuaxi y Kauyumari, que no hacían nada más que nadar y flotar… hasta que se aburrieron. Entonces, cerraron los ojos y comenzaron a imaginar. Cuentan que así fue como se creó este mundo. Ahora estos tres dioses tendrán que recorrer espacios desconocidos para descubrir el verdadero significado de sus sueños, vencer a los miedos que los persiguen y aprender que en este nuevo mundo, todo lo que puedes soñar, lo puedes crear”.

La dirección de Nora Manneck en Salimos del mar y soñamos el mundo, pretende que el público tenga una sensación de inmersión en el entorno de los dioses de forma lúdica, que advierta su colorido a través de la capacidad interpretativa de los actores, apoyados con el diseño de vestuario de Yolotzin García, que surge de una combinación de elementos de la estética Huichol con mecanismos electrónicos y bordados con hilos de LED; así

1 Boletín de prensa: CCHDP2018/02. Ciudad de México, miércoles 10 de enero del 2018.

como la proyección de animaciones en tres pantallas

y piso a efecto de crear unión entre la tecnología y el teatro,

para así contar el nacimiento del mundo a través de los ojos de la

cosmogonía huichol.

Los actores que dan vida a este proyecto son: Asur Zágada, María José Vargas, Erick Israel Consuelo, Juan Acosta, Bruno Benítez, Bernardo Benítez, Adrián Alarcón, con suplencias de Alejandro Herrera y Uriel Ledezma. La obra cuenta con música original diseñada cuidadosamente para este montaje inspirada en los ritmos wixáricos mezclados con música electrónica. Yannick Menchaca, Abraham Urquiza y Atza Urieta, son los intérpretes a cargo. La dramaturgia es de Felipe Rodríguez, el diseño y realización de pantallas corresponde a Edgar Sánchez, el diseño de iluminación a Tenoch Olivare, la musicalización es de Yannick Menchaca, la coordinación general de animaciones la realiza Mariano Romero y José Carlos Mondragón, el videomapping Ismael Gimate, el diseño de imagen corresponde a Rogelio Valdés, la asistencia es de Ángel Pérez Salazar, la coordinadora de producción es Patricia Hernández Mendoza, la asistencia de producción Francisco Hernández Castelán y Georgina Cueto, la producción la realiza Adrián Alarcón, Cortejo Producciones y Eloy Hernández. Salimos del mar y soñamos el mundo fue galardonada con “La dama de la victoria” que otorga la Agrupación de Críticos y Periodistas de Teatro (ACPT), como mejor obra de teatro para niños y jóvenes.

Obra inspirada en el mito de

la creación del mundo de la

cultura huichol

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AFROAMÉRICAAFROAMÉRICA MÉXICO, A.C.La Tercera RaízLuz María Martínez MontielPresidente

Los buques negreros transportaron con los hombres, mujeres y niños africanos, sus dioses, creencias y tradiciones, que configuraron

LA TERCERA RAÍZ DE AMÉRICA

Con este poema de 1929 concluye la sección “Poemas de negros”, que recoge las composiciones de la autoría del poeta uruguayo Ildefonso Pereda Valdés. Este poema consiste de un homenaje a la gran vedette norteamericana, en el que se destaca la belleza de su negritud, en franco desafío a la estética tradicional que únicamente reconocía atributos físicos apreciables en la mujer blanca. Es el primer poeta del Negrismo nuestro en rendir tributo a un personaje célebre de la raza negra que, en este caso, no pertenece a la cultura hispana, sino anglosajona. Su testimonio se articula de esta manera:

Tu piel como el color del café brasileño,tus ojos, Josefina, bailan como tus pies. Cuando te ríes tus dientes forman rondade blancos corderitos en las encías rojascomo sandías.

Como en los días primeros de los hombres,cuando árboles gigantes y animales montañassurgían de las selvas de un trópico eternal,venías bajando por un edén de ramaspara danzar la “danza salvaje”, rotación de tu cuerpo con ritmo de tán tán.

Oh Josefina, yo te amo cuando eres bien negra, una negrita ingenua de la rumba cubanacon aire de marimbay ritmo de danzón,cuando tus movimientos indolentes y calmosponen a África a tus pies.

1 Este texto fue tomado del libro El negro en la poesía cubana, de Jorge María Ruscalleda Bercedóniz (Editorial Mester, Aguadilla, Puerto Rico, 2001).

“A JOSEFINA BAKER”1

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LATINOAMÉRICA

Sofía Reding Blase

Quisiera presentar los grandes rasgos del pensar latinoamericano. Y digo “pensar” (en infinitivo) porque no es una tarea terminada; pensadores y filósofos del subcontinente americano apuntan a reinterpretar la historia para contribuir a responder preguntas tales como: ¿quiénes y cómo somos?, ¿podemos ser de otra forma?, ¿podemos vivir en libertad?, ¿podemos vivir juntos?

Dichos temas de reflexión nos conducen hacia 1492, cuando naves ondeando estandarte español llegaron al Caribe; acontecimiento que Leopoldo Zea consideró “tropezón” y no “encuentro de dos mundos” como lo sostuvieron los organizadores del quinto centenario del descubrimiento de América.1 En efecto, Cristóbal Colón quería a toda costa inaugurar una nueva ruta hacia la pimienta y el oro del Asia pero, a despecho de su sueño, se encontró con personas desnudas y gentiles que imaginó estaban agobiadas por los soldados del Gran Kan, emperador de los mongoles. Ellas habrían de servir para ilustrar un gran número de libros sobre las exploraciones y también sobre la explotación de las riquezas escondidas a los ojos europeos desde el origen de la historia.

Es así como nació una invención, es decir, un producto de la imaginación colombina que otorgó una significación a América como siendo la prolongación de Asia y, por tanto, algo ya conocido. Edmundo O’Gorman (La invención de América: el universalismo de la cultura de Occidente, 1958) dedicó varios estudios al respecto, es decir, a la invención del ser latinoamericano primero como una calca de Asia y más tarde como una copia de España, lo que explicaría por qué estas tierras se llamaron Indias Nuevas con zonas delimitadas y nombradas a modo de remedo: Virreinato de la Nueva España, Nuevo Reino de Granada, Reino de Galicia, etc.

La imagen del buen salvaje encuentra aquí su fecha de origen. Vespucio, gracias a su mirada renacentista, pudo

1 “Este no esperado encuentro, este gigantesco tropezón, cambiaría la historia, no sólo de Europa, sino de la misma Asia buscada anhelosamente y, por supuesto, la escondida historia del continente, que de esta forma entraba a una Historia en la que no había existido a lo largo de los siglos”. Leopoldo Zea, “¿Qué hacer con quinientos años?”, Cuadernos Americanos, núm.11, año 2, vol. 5, septiembre-octubre de 1988, pp.127-128.

constatar la novedad de los territorios, no descubiertos sino encubiertos, enmascarados por imágenes medievales que empañaban el verdadero paisaje natural y humano.2 También es cierto que Vespucio (o alguien que se hacía pasar por él) trazó el camino para desembocar en la imagen de un salvaje harto espantable: el caníbal, ícono de la trasgresión de todo lo que nos hace ser seres humanos. Esas dos imágenes, la del buen salvaje y el caníbal, van a acompañar la acción conquistadora de América Latina, pero también su rechazo, porque por una parte el canibalismo –a menudo imaginado, pero jamás constatado– hubo de servir como pretexto para destruir las Indias y, por otra parte, para salvarlas a través de leyes que protegían los cuerpos de los indios, tenidos como fuerza de trabajo y receptáculos de la prédica religiosa.

La historia de la colonización de América Latina es el punto de arranque de una labor de de-colonización, es decir, de eliminación de esas imágenes que permitieron la servidumbre y la destrucción de las Indias, como lo decía el Procurador de Indios, Bartolomé de Las Casas. La reflexión sobre la circunstancia latinoamericana no puede ignorar las discusiones que tuvieron lugar en la España del siglo xvi para responder a la pregunta antropológica surgida del hecho de la colonización: ¿es justa la presencia de los españoles o acaso niega la soberanía de los indios? Pregunta a la cual contestó Las Casas dando una respuesta muy moderna, diciendo que los españoles no tenían ningún derecho sobre los territorios americanos y menos aún sobre los cuerpos de los indios, a los cuales se les daba un tratamiento injusto e inhumano. E incluso si se decretaron leyes para proteger a los indígenas americanos y para justificar la presencia española en América, es claro que lo que en derecho parecía justo, no lo era de hecho.3

Hubo que esperar más de 250 años para que Bolívar escribiera nuestra historia desde otro punto de vista, y a partir de entonces se compromete en una guerra para la independencia del cono sur del continente, motivado por los haitianos, los primeros en querer conquistar los

2 Roberto Levillier, Mundus Novus, Santiago, Anales de la Universidad de Chile, núm. 3, 1957, p. 6.3 De regia potestate o derecho de autodeterminación, 1571.

EL PENSAR LATINOAMERICANO HISTORIA, IDENTIDAD Y EMANCIPACIÓN

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derechos que, en 1789, fueron proclamados en exclusiva para los franceses.4

Sin embargo, más allá del hecho histórico de la independencia, el sueño bolivariano de una sociedad igualitaria no pudo superar el desafío de la diversidad porque ella misma llevaba a problemas de orden cultural, tales como la diversidad religiosa y la desigualdad establecida por un sistema de castas que dividía a la sociedad con base en la buena o mala “calidad humana”, según el grado de mestizaje. En efecto, más se era mestizo, y más se estaba cerca de las bestias. Ahí donde mezcla era verdaderamente intensa, las categorías por las cuales se le llamaba eran intensamente ridículas: “tente en el aire”, “no te entiendo” o “ahí te estás” son los ejemplos más extremos.5

Atreverse a soñar con un diálogo intercultural sería, en ese contexto, una utopía. Dicho de otra manera, la construcción de una sociedad establecida en ningún lugar, como lo dicta la etimología. Retomo las ideas de Bolívar que se quejaba de nuestra condición de dependencia en estos términos:

[…] se nos veja con un gobierno que además de privarnos de esos derechos que son nuestros, nos deja en una especie de infancia permanente en todo cuanto se relaciona con los negocios públicos. Nuestra condición es tan negativa que nada puedo hallar que la iguale en otras sociedades civilizadas, a pesar de que he consultado la historia de todos los tiempos y las instituciones de todas las naciones. […] ¿Acaso no es un ultraje, una violación de los derechos de la humanidad, pretender que sea meramente pasiva una nación tan felizmente constituida, tan extensa, rica y populosa? […] Pero, ¿acaso seremos capaces de mantener en su verdadero equilibrio la difícil carga de una república?6

¿Qué modelo seguir para terminar con esa situación? Copiarlo o inventarlo, a riesgo de errar, como lo sostenía Simón Rodríguez, preceptor del Libertador, en sus Sociedades Americanas de 1828. Riesgo que no avizoró José Martí porque él estaba seguro que el modelo no podía ser el norteamericano, que consideraba más bien bárbaro y opuesto al de Nuestra América, imaginada como una trinchera de ideas, inventadas y no copiadas de americanos o franceses.

4 Carta de Jamaica, 1815.5 Véase mi texto “De sangre y piel: reflexiones sobre el racismo”, en Hernán G. H. Taboada y Sofía Reding Blase (coords.), Debates contemporáneos en torno a una ética intercultural. Propuestas a partir de las realidades de América Latina y el Caribe, México, cialc-unam, 2011, pp. 19-46.6 Citado por Gustavo Vargas Martínez, Simón Bolívar. Semblanza y documentos, México, fce, 1998, pp. 66, 67 y 74.

Estaba claro que, frente a la civilización devastadora, como llamó Martí a la norteamericana7 –y eso mismo pensaron Eugenio María de Hostos y Rubén Darío–, se imponía la unión latinoamericana. Sería José Vasconcelos quien afirmaría enseguida que, además del mestizaje y su fuerza creadora, América Latina debía ser parte de la cultura universal. Así, además de defender la especificidad americana y el lugar que le corresponde, se abría la posibilidad para que esta América Nuestra pudiera exponer su pensamiento al resto de la humanidad. Contra Hegel, Vasconcelos se proclamaba a favor de América Latina, una América mestiza a través de la cual se expresarían los componentes culturales de todas las “razas”.8

Los liberales del siglo xix no pudieron poner fin al prejuicio racista; por el contrario, la herencia colonial se reforzó a través de la división en clases sociales, muy a menudo asociada al color de la piel, y no solamente a la propiedad privada. Sería al final de la Revolución mexicana de 1910 cuando se quiso superar los prejuicios a partir de un mestizaje concebido como sostén de la Nación. Forzar al mestizaje quería decir, en ese momento, forjar Patria y, de alguna manera, hacer real la utopía bolivariana de una Patria Grande, idea retomada por Vasconcelos y fijada en el lema de la Universidad Nacional: “Por mi raza hablará el espíritu”.

El indigenismo, como política de Estado, se estableció para gestionar la diversidad cultural pero, lejos de significar un proyecto de respeto por las poblaciones indígenas, rápidamente se reveló como solución al así llamado “problema indígena”; solución final que no pasaba por el genocidio sino por otro crimen, el etnocidio, que conlleva acabar con el espíritu de un pueblo. No es difícil ver, en este indigenismo, un autoritarismo que detonó las críticas por parte de los sujetos implicados en el proceso de aculturación: los “indios”, aunque también los profesionales de la antropología aplicada.

Los filósofos latinoamericanos también contribuyeron con postulados estremecedores, puesto que recuperaron la imagen del caníbal, pero en tanto metáfora de un Estado “etnofágico” que devora las culturas no occidentalizadas,9 es decir, las culturas no hispanohablantes, no mestizadas o integradas a los proyectos nacionales. A esta voluntad de Poder, de devorar las culturas indígenas para folklorizarlas, los filósofos opusieron el personaje shakespeariano de Calibán, que podemos encontrar en la obra La Tempestad (1611). El esclavo Calibán, quien después de haber sido acusado de ser un bárbaro –en el sentido de no ser capaz de hablar correctamente la lengua de su amo– responde a

7 José Martí, “Los códigos nuevos” (1877), en Obras completas, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1975, tomo vii, p. 98.8 La raza cósmica, 1925.9 Héctor Díaz-Polanco, Elogio de la diversidad: globalización, multiculturalismo y etnofagia, México, Siglo xxi, 2006.

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la acusación con una maldición, es decir, con una mala dicción. Ni buen salvaje ni caníbal, el Calibán de Shakespeare es la metáfora del colonizado que quiere vivir en paz, sin que se le moleste por su manera de ser, sin que se le devore a causa de una identidad singular.

Todo ello habrá que verlo en el contexto de un problema que no lo es. En efecto, el “problema indígena” es hoy concebido como una pregunta, una interrogante que nos obliga a plantear otras: si el mestizaje forzado no es la solución es debido a que la identidad latinoamericana es diversa y, entonces, hay que establecer un derecho a la diferencia. No es ni la autoridad de Próspero, el mago invasor de la isla de Calibán, ni Ariel, el espíritu que el mago libera de un sortilegio para después atraerlo a su lado, quienes pueden dar cuenta de una identidad marcada por un pasado colonial y constantemente atraída por los encantamientos del Poder nordatlántico.

Es necesario, si adherimos a los postulados de Edmundo O’Gorman, de Zea, de Fernández Retamar y muchos más, pensar con la ayuda de categorías más precisas, sin eufemismos, para analizar la realidad latinoamericana. Por ejemplo, es claro que el término “descubrimiento” tiene una connotación eurocéntrica y que nos distrae del significado de “encubrimiento” que fue lo que en verdad se dio, y que los resultados del análisis podrían o no, incluir el impacto del hecho histórico a partir del cual quedaron asimétricamente conectados el Viejo y el Nuevo Mundo.Varios filósofos latinoamericanos han utilizado aquellos personajes de ficción para recordarnos una urgencia del pensamiento: cómo defender la igualdad al tiempo que se salvaguarda la diversidad. Un nuevo humanismo es en efecto necesario: un humanismo que tome en cuenta la “cuestión indígena” que nos permite, ella misma, plantearnos constantes preguntas acerca de las vías más justas para poder vivir en paz. Un acercamiento intercultural querrá entonces decir una visión más amplia, que se instala en diversos loci de enunciación, para incluir los mundos que tienen el derecho de existir así como el deber que tienen otros de respetarlos.

La convivencia no se da, por cierto, sin dificultades y ambigüedades. Los primeros días de la vida independiente habían estado marcados por el pluralismo religioso y la diversidad de concepciones del Bien, todas con pretensiones de universalidad. Y aunque se haya instalado una religión civil, siempre acompañada de símbolos alusivos a la Patria, las diversas matrices culturales no desaparecieron; en consecuencia, el mirador no puede ni debe ser unívoco, pues esta actitud siempre conduce a la violencia física, tanto como a la simbólica.

Así, Calibán como metáfora no de deformidad sino de plasticidad, se revela como alegoría de la victimización

pero también de liberación. Fue a causa de su eficacia simbólica por la que varios pensadores eligieron ese personaje no sólo para que sirviera de recuerdo de nuestro pasado colonial, sino también, y sobre todo, como plataforma de una filosofía que se hace en los márgenes, evitando un “pensar de prestado”, como diría Leopoldo Zea. Dicho esto, el pensamiento latinoamericano se proyecta como la actividad de un espíritu situado en circunstancias particulares, y teniendo por objetivo la emancipación del pensamiento.

En esta misma línea de razonamiento, Enrique Dussel subraya la importancia de situarnos éticamente, simétricamente en relación al otro, y no al modo de la filosofía moderna que esconde una estructura de dominación, montada sobre un mito sacrificial que exculpa al verdugo al tiempo que culpa a la víctima de su propio dolor: es así como el primer sistema-mundo se edificó.10 La justificación post-factum, nos dice Arturo Andrés Roig, obliga a pensar el Descubrimiento como un acto siempre acompañado por la Conquista.11 Y no hay que equivocarnos: el descubrimiento no refiere solamente al siglo XV, puesto que los argumentos coloniales continúan siendo utilizados para intervenir en la vida de las comunidades autóctonas, en especial cuando se trata de integrarlas a una economía más individualista y a costa del mejoramiento colectivo de la vida. Detectar el contenido colonial de los modelos de asimilación cultural, nos permite visualizar el escenario propicio al diálogo intercultural, así como intracultural.

Llegamos pues a una de las más importantes temáticas: ¿cómo ajustar cuentas con nuestro pasado colonial? Pregunta que encontró una respuesta en la acogida recibida que muchos inmigrantes españoles experimentaron, cuando la Guerra Civil que se desarrollaba en su país los lanzó a América Latina, donde pudieron rehacer su vida al amparo de un territorio que se mostraba abierto, y que se enriqueció por ese exilio que llevó a José Gaos a decirse “transterrado”, más que expatriado. Con él, como con numerosos inmigrantes de diversas nacionalidades, se amplió el patrimonio cultural latinoamericano, sin dejar un sentimiento de pérdida o de aquello que los vencidos aztecas expresaron en una frase harto dolorosa: “déjenos ya morir, déjenos ya perecer, pues nuestros dioses han muerto”.

Si el legado colonial es pesado, ¿cómo superarlo?, ¿de qué manera podríamos desplazarnos de un mundo a otro, sin que corra la sangre? Fue José María Arguedas, el escritor peruano, quien empujó a una reflexión sobre la identidad en gran parte de sus novelas: Los ríos profundos, Todas las

10 Enrique Dussel, 1492. El encubrimiento del otro. Hacia el origen del mito de la Modernidad, Madrid, Nueva Utopía, 1992.11 Arturo Andrés Roig, “Descubrimiento de América y encuentro de culturas”. Fuente electrónica: https://www.ensayistas.org/antologia/XXA/roig/culturas.htm

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sangres, El zorro de arriba y el zorro de abajo. Sus ideas sobre la identidad cultural adquirieron forma en esas novelas cuyos títulos nos dicen mucho sobre las identidades múltiples, muy a menudo en tensión unas contra las otras. Ahí está el punto débil del multiculturalismo: no llegar, por impotencia o por desinterés, a poner fin a la desigualdad, puesto que en todo contexto intercultural persiste una restricción para acceder al poder que queda en manos de quienes lo heredaron.

Si la filosofía europea ha desestimado las expresiones de la condición humana de otros pueblos, la filosofía latinoamericana no debe hacerlo: el compromiso frente al otro así como la obligación de responder por él, ha sido un elemento central en la obra de Leopoldo Zea. Asumiendo su carácter circunstancial, la filosofía latinoamericana afirma la humanidad de los habitantes de esta región, y propone soluciones a problemas que nos conciernen. Y, en principio, se filosofa desde su condición de orfandad. De ahí debe partirse para construir la memoria histórica, para rehacer la historia no a partir de arquetipos occidentales, sino de categorías temáticas que den cuenta de nuestra realidad.12 Por consiguiente, vemos perfilarse lo que serán las categorías propias del pensamiento latinoamericano, según Zea: identidad, dependencia, libertad e integración.

Se hace posible desarrollar algunas ideas, guiadas por un enorme sentido de responsabilidad que se explica por el hecho de que la filosofía propuesta por Zea, es la de una praxis teórica –una acción que envuelve la reflexión– que intenta inventar una solución a nuestros problemas, así como la posibilidad de ofrecer a otros pueblos que se encuentran en una situación semejante a la nuestra, dependientes y huérfanos, nuestra experiencia. En este sentido, la filosofía tiene una obligación histórica de solidaridad, lo que es casi heroico, pero no en el sentido del heroísmo occidental moderno, más interesado en ideales individualistas como la conquista y el éxito personal.

En esta perspectiva, la liberación es superación de la experiencia trágica de la dominación que lleva a asumir con mayor claridad, dirá Miró Quesada, la conciencia del valor de la condición humana.13 En este sentido, la liberación es la de todos los hombres, incluyendo al dominador. De ahí se sigue que la cuestión de la independencia sea tan querida al filósofo latinoamericano. Para Zea, eco de Alfonso Reyes, esta autonomía del pensamiento nos da el derecho a la ciudadanía que

12 Cf. Leopoldo Zea, “Autopercepción intelectual de un proceso histórico”. Fuente electrónica: https://www.ensayistas.org/antologia/XXA/zea/zea2.htm13 Francisco Miró Quesada. “Conquista y reconquista de América”, en Leopoldo Zea (comp.) El descubrimiento de América y su sentido actual, México, fce, 1988, p. 90.

presupone la responsabilidad del adulto. La irresponsabilidad, por el contrario, es producto de un complejo de inferioridad que impide la vecindad del hombre con sus semejantes así como con aquellos que le son lejanos, en el horizonte. Henos aquí en presencia del punto fuerte de Reyes: un cosmopolitismo, efecto de la inteligencia que camina hacia una vida en común.

¿Qué hallamos en el horizonte latinoamericano? Diversas identidades, a menudo olvidadas a causa del racismo. Su ausencia de la escena social denota la existencia de dos Américas latinas: una profunda, la de los pueblos originarios y afroamericanos, y otra imaginaria, alienada, que pone en duda el ser latinoamericano, presentándolo como impreciso e inacabado. Si la meta del pensar latinoamericano es poder vivir juntos en la diversidad, entonces hay que tener en cuenta las demandas de los pueblos originarios así como de los afroamericanos, de suerte que comprendamos que el ser latinoamericano no se agota en el mestizaje.

Esta última idea es un soplo de esperanza frente al programa monocultural de la globalización, que hace de nuestro planeta el patio trasero de intereses injustos y ajenos. Desde el mirador filosófico latinoamericano que aspira a hacer de todo hombre un centro, es tiempo de consolidar un pensar abierto a los diversos mundos pero atento a las circunstancias particulares, una filosofía que Leopoldo Zea quería que sirviera para descolonizar sin tropezar con el provincialismo; una filosofía, en fin, sin más.

Sofía Reding Blase (Monterrey, 1967). Mexicana, antropóloga social por la enah. Maestra y Doctora en Estudios Latinoamericanos por la unam. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Especialista en ética y diversidad cultural. Entre sus libros destacan: Ética e interculturalidad en América Latina (2012), El buen salvaje y el caníbal (2009), Diversidad y Democracia. Aportes de la hermenéutica analógica al diálogo intercultural (2007), Párrocos y misioneros (1997), Antropología y analogía (1997). Autora de varios capítulos de libros y artículos diversos. Es investigadora del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la unam.

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HUMOR

Rogelio Naranjo Ureño (Morelia, 1937 - Ciudad de México, 2016). Caricaturista mexicano, reconocido por sus cartones políticos publicados en diversos periódicos y revistas. Colaboró solidariamente con Archipiélago desde los inicios del proyecto. Esta caricatura pertenece a su libro Alarmas y distracciones.

DEBATIENDO

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AMBIENTALIDAD

Sergio Chávez Dominguez

Mesoamérica se define por estar localizada en una zona geográfica diversificada por la presencia de selva tropical, montaña, estepa y costa marina, sin embargo, la obra arquitectónica, pese a dichos contrastes, es homogénea, sus edificaciones diversas manifiestan un tronco común realizado por más de mil años con dignidad, hasta la exaltación.

Periodos culturales se suceden, encauzados por sociedades que participan en colectivo con satisfacción. Seguidores fervientes de sus creencias religiosas, los pobladores son capaces de generar propuestas dignas realizadas siempre con un concepto claro de la orientación astronómica y su secuencia en el espacio exterior, donde se congregan multitudes. A partir de 900 a. de C., con un patrón cultural homogéneo, todas estas regiones, en grados distintos pero identificables, tuvieron una historia propia. Se admite la existencia de tradiciones culturales distintivas y una relación general en el proceso evolutivo, de una teocracia a una organización política en una nación-estado, hasta la conquista militar y la formación de pequeños a grandes imperios.

El logro en el conocimiento astronómico les permite avances significativos, lo cual se manifiesta en los glifos labrados en las estelas de piedra, en las que se registran también los finales de periodos de tiempo, a manera de calendarios públicos.

Su arquitectura se inicia en Teotihuacan, ciudad generadora de la planificación y el logro de un patrón urbano en el espacio abierto, que se manifiesta en centros ceremoniales y edificios para diversas actividades. La imaginación esplendorosa es evidente en la zona maya, que destaca en la arquitectura monumental de todos sus palacios. Un sincretismo religioso y un potencial humano creativo se desarrolla en el arte mexica, que culmina en grandiosidad impresionante en la gran Tenochtitlan, hoy sólo vestigios. La arquitectura es erigida principalmente con material pétreo y estuco, se desconoce con precisión el manejo de herramientas, todo ello está aún en proceso de investigación.

La escultura parte de la necesidad del barro como utensilio diario, hasta la necesidad de mayor presencia dentro de la cerámica y el color, posteriormente se advierte una sobresaliente escultura en las estelas monolíticas en piedra, tableros murales combinación de piedra y estuco. Muchas de estas obras escultóricas son dedicadas con fines específicos, en otras no se tiene el conocimiento pleno de su fin, quedan en hipótesis, como en los templos en los que en sus basamentos aparecen esculpidos en relieves obras de indudable factura, que en su dedicación son símbolos que pretenden ser logros de ritmo y expresión, de gran valor estético.

En las culturas mesoamericanas es común la construcción de centros ceremoniales dentro del espacio urbano. Es a partir de la observación meticulosa astronómica de los puntos cardinales que se puede identificar en sus edificaciones el concepto geométrico de la recta, el ángulo, el circulo y llevar el trazado de ejes en sus planificaciones, ordenándose las volumetrías con variantes en alturas y los espacios abiertos en armónica relación de edificio y plaza. Es el ritmo que aparece con el rectángulo y el cuadrado y con ello la abstracción geométrica en la superposición de paramentos y relieves de los basamentos de los templos, como en las esculturas, donde se combinan formas del naturalismo con símbolos abstractos.

ARQUITECTURA Y ESCULTURA PREHISPÁNICAS EN

M E S O A M É R I C A

Plataforma de los tigres

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Mesoamérica abarca desde el Valle de México

hasta el extremo sur de nuestro país: Yucatán,

Chiapas, Tabasco, Oaxaca, con zonas de

Guatemala, El Salvador y Honduras

Teotihuacán

Arquitectura en El Tajín

La cripta El observatorio

Arquitectura en Tollan (Tula)

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Sergio Chávez Domínguez. Arquitecto y artista plástico mexicano, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es profesor del Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, ciudad donde radica desde hace varias décadas. Publicó en 2006 el libro Arquitectura de Al-Andalus, herencia de un arte (Talleres Gráficos del Gobierno del Estado de Chihuahua). Las acuarelas aqui presentadas son de su autoría.

Arquitectura en Labna

Templo del sol

Arquitectura en Mitla

Templo de Quetzalcóatl

Escultura mexica

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ARTES PLÁSTICAS

Silvia Cherem S.

José Grinberg (Ciudad de México, 1942), quien solía pintar con colores estruendosos la energía del caos, en esta nueva exposición limpia su paleta privilegiando el blanco, ese tono en sordina que le permite abrir ventanas, desempolvar sombras, liberar ritmos ocultos e inmortalizar el silencio.

Connotado arquitecto y pintor, en esta cuarta muestra individual Grinberg busca un diálogo con el espectador a través de cuarenta cuadros de gran formato, en su mayoría de nueva factura, en los que entre tachas de blanco vela símbolos y referencias periodísticas cotidianas. Si bien su gesto es abstracto, en sus cuadros blanquecinos transparenta el caos.

Están ahí las notas alusivas al pasado sismo del 19 de septiembre, otro maldito 19 de septiembre que dejó a su paso pérdidas, rescates y amplia solidaridad; las referencias a la violencia criminal que nos circunda y a las machaconas impertinencias del presidente Donald Trump con su muro y sus vetos migratorios. Gestos y calamidades, razones y arrebatos, que dibujan el rostro citadino.

José Grinberg construye ejes arquitectónicos en alta tensión. En ellos incorpora por igual a Pina Bausch, bailarina alemana precursora de la danza contemporánea, a Walt Disney con sus creaciones de proyección masiva y, como lo hizo el propio Andy Warhol, mezcla los brochazos de acrílico con patrones tipográficos, con esos símbolos y grafías que son simiente del lenguaje, letras que dan significado a la cultura y a las páginas de mayor frivolidad.

Su formación es de arquitecto, estudió la carrera en la década de 1960 en la UNAM, en aquellos años en que deslumbraban el rigor, las perspectivas y los dibujos de Mies van der Rohe, Frank Lloyd Wright y Le Corbusier.

Alumno de Arnold Belkin, Pepe, como lo conocemos, manifestaba una bulliciosa pulsión por el trazo, la perfección espacial y el uso del color. Admiraba entonces a José Luis Cuevas y a Juan García Ponce, quienes como parte del grupo que se denominaría La Ruptura, enfrentaban con garra a los muralistas, tratando de combatir la visión única de la Escuela Mexicana de Pintura, que pugnaba por un arte doctrinario en paredes y monumentos históricos.

Culto, melómano, viajero y lector, Grinberg ha combinado durante décadas la arquitectura con la pintura, convirtiendo esta última pasión en un secreto de introspección creativa. En lienzos de gran formato pinta planos superpuestos en los que prevalecen las cuadriculas, los laberintos, las escaleras, las manchas y grafitis que sostienen la estructura, el descontento y la búsqueda de libertad.

Con una paleta de negros, sienas y colores de tierra quemada mezclada con ocres, usando pinceles y un desarmador, su “lápiz favorito”, logra dibujar un equilibrio en la anarquía. Sus collages, acrílicos sobre tela en los que forma y fondo colman la totalidad del espacio, contienen ritmo y acordes, melodías y silencios, compases y cantos alternados, estridencia y delicadeza, señales de madurez formal, un desorden armónico que dialoga con el tiempo.

SEÑALES OCULTAS

Nuestras calles, técnica mixta, 1.50 x 1.50 m

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Señales SX-18, técnica mixta, 1.50 x 1.50 m

Señales 9-S, técnica mixta, 2 x 2 mSeñales A-Z, técnica mixta, 1.50 x 1.50 m

Señales T-18, técnica mixta, 0.50 x 1.50 m

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Silvia Cherem S. Periodista mexicana, Premio Nacional de Periodismo. Entre sus libros, cabe citar Examen final: La educación en México (2000-2006), 2 tomos, México: Centro Regional para la Educación de los Adultos en América Latina y el Caribe/El Equilibrista; y Por la izquierda, Editorial Khálida, 2010.

Ventana azul, técnica mixta, 1.50 x 1.50 m

Señales 5P, técnica mixta, 1.50 x 1.50 m

Pina, técnica mixta, 1.50 x 2.30 m

Señales TL, técnica mixta, 1.50 x 1.50 m

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Julio Carrasco Bretón

Si queremos referirnos a un artista noruego universal, inmediatamente viene a la memoria la figura enigmática de Edvard Munch. Algunos criticos lo consideran más como un artista del siglo XIX que del XX. Yo discrepo de esta opinión, no sólo por ser pintor tambien, sino porque basta profundizar en su vida y obra para darse cuenta que él fue un pintor conocido, seguido y aplaudido en el siglo XX, tanto en Alemania como en Francia y Noruega, principalmente, aunque en el país germano algunas de sus obras fueron confiscadas durante el nazismo por ser consideradas como “arte degenerado”.

Edvard Munch nace el 12 de diciembre del 1863 en Loten, Hedmark, en Noruega, cuando esta nación dependia politicamente de Suecia, pues su independencia la obtiene hasta 1905. Se le relaciona con la generación de jóvenes artistas como Van Gogh, que se sobreponen a los avatares del fin del siglo XIX con la revolucion industrial por la fuerza interior que los lleva a sublimar sus depresiones y sufrimientos crónicos, en el caso de Edvard Munch el haber tenido una infancia ligada a la pobreza, su padre era un doctor profundamente religioso, asi que muchas veces no recibia una paga adecuada por sus servicios médicos porque ejercia la caridad, en una nación de tres millones de habitantes donde la mayoria eran granjeros y campesinos pobres. Asi que en 1864 la familia se traslada a Oslo, que en aquel tiempo se llamaba Cristiania. De hecho, que la capital se llamara así nos da una idea de la influencia y del peso de la religión en ese siglo en Noruega.

En 1868 muere su madre y su hermana asume el papel materno, pero nueve años después también fallecerá de tuberculosis. Ambos sucesos marcarán su vida y permananecerán como expresiones constantes en su obra plástica. En 1879 decide estudiar ingenieria, carrera que abandona al año siguiente, para dedicarse a la pintura. Tan pronto ingresa a la escuela de diseño vende sus dos primeros cuadros, esta suerte le acompañará toda su existencia, misma que no se extendió al terreno psicológico y amoroso.

Christian Krhog, reconocido pintor noruego que fue maestro de Munch, descubrió en este último su gran talento; del mismo modo que el cuñado de Gauguin, quien le compró y le patrocinó su primer viaje a Paris en 1885, lo que le permitió visitar el Louvre, los salones de pintura y entrar en contacto con los impresionistas. Al regreso de París pinta sus famosos cuadros “La joven enferma”, “El dia despuès” y “Pubertad”, los cuales exhibió en el Salón de Pintura de Oslo en 1866.

Pero curiosamente, un año màs tarde, al exhibir seis cuadros en el correspondiente salón, fue criticado por sus colegas conservadores, por la prensa y el público en general. Dos años despuès el Gobiernoo Noruego le concede una beca, pero ese mismo año moriria su padre, lo que significaria para Munch el fin de la historia familiar; hecho que lo haría decidirse a emigrar a Paris. La pérdida de su padre le provocó un cambio psicológico que se tradujo en dejar el naturalismo como corriente pictórica y adentrarse en el simbolismo, corriente que estaba en su apogeo entre los pintores de París. Por cierto, en esta ciudad trabajó en la escuela de arte de Bonnat, habiendo realizado varios cuadros, de los cuales expuso 10 en Cristiania; como consecuencia obtuvo la renovación de la beca y su retorno a Francia, con un percance inicial, pues se vió afectado por la fiebre reumática que lo llevó a internarse en un hospital del puerto de Le Havre por dos meses. En el mismo lapso de tiempo recibe 750 coronas como indemnización de cinco cuadros destruidos por el fuego en la bodega del Salón de Cristiania.

En 1891 hace varios viajes entre Niza, Paris, Noruega y Münich, en esta ùltima ciudad tiene su primera exhibición individual en Alemania, posteriormente realizarà la de Berlin, que provocó un escándalo que lo hízo saltar a la fama de un dia para otro, propiciando nuevas exhibiciones en Dresden, Múnich, Copenhagen y Berlín habiendo vendido con éxito sus obras. En 1893 se concentra en una serie de cuadros que bautizó el “Friso de vida”, inspirados en sus 30 años de vida transcurridos. Cabe resaltar qua para él, el hecho de completar esta serie de cuadros tenía o tuvo un profundo significado de sublimación psicológica, como Gustav Jung lo formuló conceptualmente. Es decir, Munch sólo podía cerrar la etapa permanente de sufrimiento y obsesión por la muerte de sus familiares a travès de “sacarlos a flote” por medio de la pintura. Tan evidente fue, que sus obras posteriores, en gran parte, reflejaron preocupaciones sociales, como lo apreciamos en las pinturas dedicadas a los trabajadores, campesinos y gente sencilla.

Durante 1894 Munch frecuentó el bar “El Cerdo Negro” en Münich, habiendo cultivado una gran amistad con August Strindberg y Stanislaw Przibysweski. Es menester señalar que dos años màs tarde Ambroise Vollard lo invitó a realizar unas xilografias en las que se incluyó la pieza intitulada el miedo, en el mismo período también ilustra una edición de “Las Flores del Mal” de Charles Baudelaire, así como la realización de los retratos de Hamsum, Strindberg y Mallarmé.

EDVARD MUNCHY SU EXPRESIONISMO COMO HERENCIA ALTERMUNDISTA

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En 1897 tiene tal éxito en la muestra de sus cuadros simbolistas en Bruselas, que pudo comprar una casa en Asgardstrand en Noruega, quizás como una acción premonitoria del “culto al nido”, pues al siguiente año conoce a Tulla Larsen, con quien viviría cuatro años y que al final esta relación le provocaría su segunda gran crisis psicológica, cuya depresión le provocó romper con sus viejas amistades, ya que éstas se pusieron del lado de Tulla. Edward Munch de nuevo vive una gran soledad, que contrasta con el éxito de sus exhibiciones y solicitudes para participar en ilustraciones de libros. En este período realiza una serie de autorretratos y se interesa por la fotografia, como lo hicieron tambien los pintores Pierre Bonnard y Edouard Vuillardí. El año clave del segundo cambio de capítulo en la pintura de Edward Munch se da al inicio del siglo XX y lo confirma el hecho de haber exhibído su “Friso de vida”, integrado por 27 pinturas, en 1902 en Berlín y en Praga en 1905.

Para 1906 Edvard Munch realiza una serie de retratos en los que incluye al filósofo que màs admiraba, Nietzsche, incluso utilizó la fotografía como recurso para realizar estos retratos. Un año después, Jacob Ibsen le solicita seis cuadros escenogràficos para sus obras de teatro. Y en 1908 su éxito se acrecenta, inversamente proporcional a su condición psicológica, a tal grado que fue internado en una clínica. Al salir de este período, Munch inicia un tercer cambio existencial y artístico, pues a pesar de que nunca se libró de sus depresiones, se interesó vivamente por el desarrollo científico, particularmente por el comportamiento de la luz como partícula y onda, yo creo que Munch se adelantó a Louis de Broglie con su postulado, cuando realizó el primer cuadro “El Sol”, elaborado entre 1912 y 1913, obra que pude contemplar en la exposición del Centre Pompidou este invierno. Edward Munch, como muchos artistas, se maravilló por el descubrimiento de los rayos X, las ondas electromagnéticas, los conceptos de frecuencia de longitud de onda. A su vez, es un amateur del cine, existe un corto realizado por él sobre París con una duracion de cinco minutos, que rodó antes de que le ocurriera una hemorragia en el ojo derecho a los 67 años; es curioso, porque a partir de este percance se dedica a pintar pacientemente de nuevo sus prímeros cuadros, es decir, se copia a sí mismo cinco o seis veces. La exposición en el museo Pompidou exhibe algunas de estas obras repetidas y permite observar la diferencia de su visión, antes y después del derrame ocular.

Pero retornando al año de 1908, su alcoholismo le provoca alucinaciones, como el delirio de persecusión, además no se nos olvide que fue víctima de aquellos tratamientos salvajes que consisten en aplicar electroshocks; después de estas recaídas se recupera y su trabajo tiene un viraje, pues la mayoria de sus pinturas estaban dedicadas a los trabajadores del campo, la ciudad o personajes. En 1909 completa su poema con ilustraciones intitulado “Alfa y Omega” y para 1910 inicia el diseño del mural para la Universidad de Oslo, que sería inaugurada hasta 1916. En 1922 realiza los

murales para el comedor de la fábrica de chocolates Freia. En los albores de 1937 sus obras, como las de otros artistas, se consideran parte del “Arte degenerado” por los nazis, y algunas de éstas son confiscadas. El fantasma de la Segunda Guerra mundial aparece en su psique en la forma de una depresión que lo sumirá en una angustia permanente; se refugia en su casa de Ekely, en Skoyen, Noruega, aislado del mundo social y artístico. Sin embargo, Pola Gauguin y otros amigos le celebran sus 80 años, aunque muere días después como consecuencia del pánico que le provoca el estallido de un depósito de municiones, hecho que lo lleva a refugiarse en la fría cava de su casa, cuyo enfriamiento le produjo una pulmonía fulminante, pero a ciencia cierta no se sabe si fue un suicídio premeditado o inconsciente se deja morir, la verdad es que fallece el 23 de enero de 1944.

Hoy recorre el fantasma de Edvard Munch el mundo entero con la repulsa globalizada contra el neoliberalismo y el sistema financiero imperante. Muchos manifestantes del movimiento planetario de “Los indignados”, en más de 900 ciudades del mundo han tomado la imagen de “El grito” para disfrazarse o bien enarbolar sus pancartas de protesta. Ese famoso cuadro, pintado varias veces por Edvard Munch, con el tiempo se convertiría en el símbolo universal del miedo, la angustia, el horror y el pánico. Esta obra fue inspirada por un atardecer en el que Munch paseaba con dos amigos cerca del puente y el cielo se cubrió de pronto de tonos rojizos sanguinolentos, como producto de la refracción de los rayos de un sol en despedida, como había acontecido poco antes con la ceniza de la erupción del volcán Krakatoa, el 23 de agosto de 1923. Munch se impresionó ante ese espectáculo nunca visto, sus amigos se fueron y él se quedó paralizado contemplando ese bizarro firmamento.

Julio Carrasco Bretón (Ciudad de México, 1950). Mexicano, artista plástico. Ingeniero químico por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios de maestría en Filosofía. Estudió pintura en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. Ha realizado 65 murales en México, Canadá, España, Cuba, Francia, Hungría, Colombia, Bulgaria y Ginebra. Participó en 60 exposiciones individuales y 160 exposiciones colectivas en 18 países. Es fundador de la Sociedad de Artistas Lúdicos y Presidente de la Sociedad de Muralistas por la Cultura Universal. Tiene publicados dos libros de poesía: Raíces sembradas en nubes de luna y Fragmentos de un Poemario y uno de ensayos, El otro laberinto. Es miembro del Concepto Editorial de Archipiélago.

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CONFINES LATINOAMERICANOS

Roatan

Islas de la bahía

Honduras

Roatán es la isla más grande del Caribe hondureño (casi 83 km2), pertenece al Departamento de las Islas de la Bahía (junto con Guanaja y Utila). Históricamente es el archipiélago adonde arribó en su cuarto y último viaje Cristóbal Colón, en 1502. Roatán tiene paisajes paradisiacos y cuenta con aproximadamente 45 mil habitantes. En diversos momentos el Reino Unido se apoderó del territorio insular, pero el 1° de junio de 1861 finalmente retornó a la República de Honduras. Su capital es Coxen Hole y otra destacada población es French Harbour. Roatán posee una riqueza de lenguas (español, inglés y misquito) y una diversidad étnico-cultural (afrocaribeños, misquitos y mestizos). En los últimos tiempos se ha convertido en un paraíso para el turismo internacional, por la conservación de sus riquezas naturales y la seguridad que brindan los habitantes de esa hermosa isla de nuestra América.

Adalberto Santana (México)

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CONVOCACIÓN LATINOAMERICANA

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SUMARIO Carlos Véjar Pérez-Rubio

MÉXICO EN NUESTRA AMÉRICA: IDENTIDAD Y PERTENENCIAEl internacionalista mexicano Víctor Hugo Morales Meléndez reflexiona en este artículo sobre la identidad de la nación mexicana, la cual, nos dice, “se entiende por su composición étnica mayoritariamente mestiza, producto de la población originaria y la presencia europea; también por sus fronteras, que la unen indisolublemente a Centroamérica, al Caribe y a América del Norte; sin olvidar una relación secular con el Pacífico asiático.” El carácter latinoamericano surge desde los albores de su vida independiente, cuando apuesta por vincularse con el Sur… Bolívar presente.

NUESTRA AMÉRICA COMIENZA EN MÉXICO Los recientes acontecimientos políticos que cimbraron a México, con el triunfo arrollador de Andrés Manuel López Obrador y su partido MORENA en las elecciones, que preludia la cuarta transformación del país, son tratados en este artículo por el filósofo costarricense Arnoldo Mora Rodríguez, quien hace un esbozo histórico de la nación mexicana, centrándose en los últimos años, en los que la corrupción, la impunidad, la desigualdad, el narcotráfico y la violencia la han asolado. Y considera que el triunfo de AMLO constituirá el inicio de una nueva era para nuestros pueblos.

“MI VIAJE AL SUR” DE HOSTOS: 150 AÑOS DESPUÉSMarcos Reyes Dávila, escritor puertorriqueño, rememora en este artículo el viaje que realiza a los países del sur del continente Eugenio María de Hostos, uno de los grandes impulsores de la independencia de Puerto Rico, para promover la causa de la libertad de las Antillas. El prócer estaba desilusionado con el liderato cubano-puertorriqueño en Nueva York, perdido en polémicas seudo-revolucionarias que giraban en torno al afán de buscar a la vez la independencia y la posterior anexión a los Estados Unidos, mientras en Cuba se desarrollaba la guerra por la independencia.

PARRANDEANDO A NICANOREl martes 18 de enero falleció a los 103 años el gran poeta chileno, Nicanor Segundo Parra, conocido universalmente como el anti-poeta, único en su género. Gastón Cornejo Bascopé, médico y escritor boliviano, le rinde un homenaje en el texto que aquí publicamos, recordando que Nicanor tenía la vibración de los grandes poetas paisanos suyos, como Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Gonzalo Rojas, Guillermo Teillier y desde luego, su hermana Violeta Parra, aquella que a pesar de sus pesares compuso la célebre canción de trovadores: Gracias a la Vida.

TROVADORES: LENGUAJE Y NACIÓNLa lengua de Galicia en España ha estado sujeta desde tiempos ancestrales al menosprecio y la marginación. El escritor argentino Rodolfo Alonso, de padres gallegos, reflexiona sobre esa arbitraria situación en este artículo, en el cual destaca la publicación en 1863 del libro de Rosalía de Castro, Cantares Gallegos. Fue la primera vez que la vieja lengua que la escritora había oído hablar desde niña cobraba nuevamente forma literaria. A partir de ese libro comenzaría el Resurgimiento, no sólo de la literatura, sino también de la identidad social y cultural del pueblo gallego.

CUBA, EJEMPLO DE LA INVESTIGACIÓN BIOTECNOLÓGICA EN LA SALUDLisandra Fariñas Acosta, periodista cubana, expone en esta nota la información proporcionada por el académico de mérito de la Academia de Ciencias de Cuba, Rolando Pérez Rodríguez, en la más reciente reunión de la Comisión de Salud del Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatino). En ella destaca la labor del grupo empresarial BioCubaFarma, el cual tiene hoy 393 proyectos de investigación y desarrollo, de los cuales 101 son biotecnológicos, y de estos un gran porcentaje se concentra en la oncología, en concordancia con las tendencias de la biotecnología mundial.

SUMÁRIO Mariela Andrade

MÉXICO NA NOSSA AMÉRICA: IDENTIDADE E PERTENCIMENTO O internacionalista mexicano Víctor Hugo Morales Meléndez reflete neste artigo sobre a identidade da nação mexicana, que, segundo o autor, “é entendida por sua composição étnica predominantemente mestiça, produto da população originária e da presença europeia; também por suas fronteiras, que a unem indissoluvelmente à América Central, ao Caribe e à América do Norte; sem esquecer de relação secular estabelecida com o Pacífico asiático.” O caráter latino-america-no emerge do alvorecer de sua vida independente, quando ele aposta em sua vinculação ao Sul... Bolívar presente.

NOSSA AMÉRICA COMEÇA NO MÉXICO Os recentes acontecimentos políticos que abalaram o México, com a esmagadora vitória de Andrés Manuel López Obrador e de seu partido MORENA nas eleições, o que antecipa a quarta transformação do país, são tratados neste artigo pelo filósofo costa-riquenho Arnoldo Mora Rodríguez. O autor faz um esboço histórico da nação mexicana com foco nos últimos anos, época em que foi atormentada pela corrupção, pela impunidade, pela desigualdade, pelo tráfico de drogas e pela violência e conclui que o triunfo de AMLO marcará o início de uma nova era para os nossos povos.

“MINHA VIAGEM AO SUL” DE HOSTOS: 150 ANOS DEPOISMarcos Reyes Dávila, escritor porto-riquenho, recorda neste artigo a viagem feita aos países do sul do continente por Eugenio María de Hostos, um dos grandes promotores da independência de Porto Rico, para promover a causa da liberdade das Antilhas. O herói estava desiludido com a liderança cubano-portoriquenha em Nova York, perdida em polêmicas pseudo-revolucionárias que giravam em torno do desejo de busca por independência e subsequente anexação aos Estados Unidos, enquanto em Cuba se desenvolvia a guerra por independência. FESTEJANDO POR NICANOR Faleceu na terça-feira, 18 de janeiro, o grande poeta chileno Nicanor Segundo Parra, universalmente conhecido como o anti-poeta, o único em seu gênero. Gastón Cornejo Bascopé, médico e escritor boliviano, faz uma homenagem a ele no texto que aqui publicamos, lembrando que Nicanor tinha a vibração dos seus grandes poetas rurais, como Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Gonzalo Rojas, Guillermo Teillier e, posteriormente, de sua irmã Violeta Parra, aquela que, apesar de seus sofrimentos, compôs a famosa canção dos trovadores: Gracias a la Vida.

TROVADORES: LINGUAGEM E NAÇÃOA língua da Galícia na Espanha tem sido desprezada e marginalizada desde os tempos ancestrais. O escritor argentino Rodolfo Alonso, que possui pais galegos, reflete sobre essa arbitrária situação neste artigo, que destaca a publicação realizada em 1863 do livro de Rosalía de Castro, Cantares Gallegos. Foi a primeira vez em que a velha língua que a escritora ouvia falar desde a infância possuía novamente forma literária. A partir desse livro começaria o ressurgimento, não só da literatura, mas também da identidade social e cultural do povo galego.

CUBA, EXEMPLO DE PESQUISA BIOTECNOLÓGICA EM SAÚDELisandra Fariñas Acosta, jornalista cubana, expõe nesta nota as informações fornecidas pelo acadêmico de mérito da Academia de Ciências de Cuba, Rolando Pérez Rodríguez, na mais recente reunião da Comissão de Saúde do Parlamento Latino-Americano e do Caribe (Parlatino). Destaca o trabalho do grupo empresarial BioCubaFarma, o qual possui hoje 393 projetos de pesquisa e desenvolvimento, dos quais 101 são biotecnológicos, sendo que grande parte deles está concentrada em oncologia, seguindo as atuais tendências em biotecnologia global.

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SOMMAIRE Christiane Ramonbordes

LE MEXIQUE DANS NOTRE AMERIQUE: IDENTITE ET APPARTENANCE Le mondialiste mexicain Victor Hugo Morales Meléndez mène une réflexion dans cet article sur l’identité de la nation mexicaine, qui, nous dit-il, “se comprend par sa composition ethnique, majoritairement métisse, produit de la population originelle et de la présence européenne; également par ses frontières, qui l’unissent de manière indissoluble à l’Amérique Centrale, aux Caraïbes et à l’Amérique du Nord, sans oublier une relation séculaire avec le Pacifique asiatique.” Le caractère latino américain apparait dès les origines de sa vie indépendante, quand elle mise sur son lien avec le Sud... Bolivar présent.

NOTRE AMERIQUE COMMENCE AU MEXIQUELes récents évènements politiques qui ont secoué le Mexique, avec le triomphe écrasant d’Andrés Manuel López Obrador et de son parti MORENA aux élections, qui présage de la quatrième transformation du pays, sont traités dans cet article par le philosophe costaricien Arnoldo Mora Rodríguez, qui donne un aperçu historique de la nation mexicaine, en se concentrant sur les dernières années, où la corruption, l’impunité, l’inégalité, le narco trafic et la violence l’ont isolée. Et il considère que le triomphe de AMLO va constituer le début d’une nouvelle ère pour nos peuples.

“MON VOYAGE AU SUD” DE HOSTOS: 150 ANS APRÉSMarcos Reyes Dávila, écrivain portoricain, rappelle dans cet article le voyage qu’Eugenio Mario de Hostos, l’un des plus grands promoteurs de l’indépendance de Porto Rico, a effectué dans les pays du sud du continent, pour promouvoir la cause de la liberté des Antilles. Le personnage était déçu du leadership cubano-portoricain à New York, perdu dans des polémiques pseudo révolutionnaires qui tournaient autour de la quête de la recherche à la fois de l’indépendance et du rattachement ultérieur aux Etats Unis, tandis qu’à Cuba se déroulait la guerre pour l’indépendance.

FETANT NICANORMardi 18 janvier, le grand poète chilien Nicanor Segundo Parra, connu universellement comme l’anti-poète, unique en son genre, est mort à l’âge de 103 ans. Gaston Cornejo Bascopé, médecin et écrivain bolivien, lui rend hommage dans le texte que nous publions ici, rappelant que Nicanor possédait la vibration des grands poètes de son pays comme Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Gonzalo Rojas, Guillermo Teillier et bien sûr de sa soeur, Violeta Parra, qui malgrè ses peines composa la célèbre chanson de troubadours: Gracias a la Vida.

TROUBADOURS: LANGAGE ET NATIONLa langue de Galice en Espagne fait l’objet depuis des temps ancestraux de mépris et de mise à l’écart. L’écrivain argentin Rodolfo Alonso, de parents galiciens, mène une réflexion sur cette situation arbitraire dans cet article, dans lequel il met en avant la publication en 1863 du livre de Rosalie de Castro, Cantares Gallegos. C’était la première fois que la langue ancienne que l’écrivaine avait entendu parler depuis son enfance, prenait de nouveau une forme littéraire. A partir de ce livre commencera le Resurgimiento, non seulement de la littérature, mais aussi de l’identité sociale et culturelle du peuple galicien.

CUBA, EXEMPLE DE LA RECHERCHE BIOTECHNOLO-GIQUE DANS LE DOMAINE DE LA SANTÉLisandra Farinas Acosta, journaliste cubaine, expose dans cette note l’information donnée par l’académicien de renom de l’Académie des Sciences de Cuba, Rolando Pérez Rodriguez, lors de la dernière réunion de la Commission de Santé du Parlement latino américain et caribéen (Parlatino). Elle y met en avant le travail du groupe entrepreneurial BioCubaFarma, qui a actuellement 393 projets de recherche et dévelop-pement, dont 101 sont biotechnologiques, et parmi ceux-ci un grand pourcentage se concentre sur l’oncologie, en concordance avec les tendances de la biotechnologie mondiale.

ABSTRACTSilvia Elguea Véjar y David Stea

MEXICO IN OUR AMERICA: IDENTITY AND BELONGINGMexican Internationalist Víctor Hugo Morales Meléndez reflects in this article on the identity of the Mexican nation, which, he says, “is understood by its mostly mestizo product of the original population and the European presence; also by its borders, which unite it indissolubly to the Caribbean and North America, without forgetting a secular relationship with the Asian Pacific.” The Latin American characteristic of the dawn its independent life, when he bets to link with the South… Bolivar is present.

OUR AMERICA BEGINS IN MEXICOThe recent political facts that shook Mexico, with the overwhelming triumph of Andrés Manuel López Obrador and his MORENA party in the elections, that preludes the country´s fourth transformation, are treated in this article by the Costa Rican philosopher Arnoldo Mora Rodriguez, who makes a historical outline of the Mexican nation focusing on recent years, in which corruption, impunity, inequality and drug trafficking has plagued the country. He believes that the triumph of AMLO will mark the beginning of a new era for our people.

“MY TRIP TO SOUTH” OF HOSTOS: 150 YEARS AFTER Marcos Reyes Dávila, Puerto Rican writer, recalls in this article the trip made to the south of the continent by Eugenio María de Hostos, one of the great promoters of the independence of Puerto Rico, to promote the cause of freedom of the Antilles. The hero was disillusioned with the Cuban-Puerto Rican leadership in New York, lost in pseudo-revolutionary revolved around the desire to seek both independence and subsequent annexation to the United States, while in Cuba the Independence was unfolding.

PARANATING NICANOROn Tuesday, January 18, the great Chilean poet, Nicanor Segundo Parra, who is universally known as the anti-poet, the only one of his kind, died at 103 years old. Gastón Cornejo Bascopé, Bolivian doctor and writer, pays homage to him in the text that we publish here, recalling that Nicanor had the vibration of his great country poets, such as Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Gonzalo Rojas, Guillermo Teillier and then, his sister Violeta Parra, the one who, in spite of her sorrows, composed the famous song of troubadours: Gracias a la vida.

TROVADORES: LANGUAGE AND NATIONThe language of Galicia in Spain has been subjected from ancestral times to contempt and marginalization. The Argentinean writer Rodolfo Alonso, of Galician parents, reflects on that arbitrary situation in this article, which highlights the publication in 1863 of the book by Rosalía de Castro, Cantares Gallegos. It was the first time that the old language the writer had heard since childhood was again literary. From that book would begin the Resurgence, not only of literature, but also of the social and cultural identity of the Galician people.

CUBA, EXAMPLE OF BIOTECHNOLOGICAL RESEARCH IN HEALTHLisandra Fariñas Acosta, Cuban journalist, exposes in this note the information provided by the academic of merit of the Academy of Sciences of Cuba, Rolando Pérez Rodríguez, in the most recent meeting of the Health Commission of the Latin American and Caribbean Parliament (Parlatino). It highlights the work of the business group BioCubaFarma, which today has 393 research and development projects, of which 101 are biotechnological, and of these a large percentage is concentrated in oncology, in accordance with the trends of global biotechnology.

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Teji

en

do la red

París, Francia, 5 de abril 2018

Querido amigo. Estaría en México entre el 10 de julio y el 20 de julio. Hace poco salió mi nuevo libro de poemas en prosa: El poeta y la soledad. No sé si se podría hacer una presentación de mis libros en la universidad o dar una conferencia de literatura. A ver si me aconsejas algún hotel en un lugar tranquilo, desde donde pueda moverme para visitar las pirámides y la catedral de Guadalupe. Gracias y un abrazo,

Porfirio Mamani

Ciudad de México, México, 8 de abril 2018

Buen día: Le mando este correo para pedirle su apoyo para la difusión de nuestro nuevo proyecto Eco-turístico en la zona lacustre de Xochimilco: “Axólotl y la aventura del cacao perdido”. Esta es su primera temporada y quisiéramos que su apoyo nos impulse para que no sea la única. Esta cordialmente invitado a la función de prensa el día 27 de abril. Esperamos sea parte fundamental de este proyecto apoyándonos con la difusión. Le enviamos un cordial saludo.

Liliana Luna

San Juan, Puerto Rico, 8 de abril 2018

Amigo y hermano Carlos: Gracias por enviar las revistas, ya las repartí entre los íntimos amigos y otros nuevos para que la conozcan. En este correo te estoy enviando un ensayo que escribió María Beatriz Balcázar Trujillo, relacionado con la obra de Jorge Luis Borges y otros escritores y filósofos. Mira a ver qué posibilidad hay de publicarlo en algún número de la revista. Te voy a adjuntar también un artículo que ha escrito un amigo que estudió en México, Luis Torres, quien narra muchas de las cosas que se vivieron aquí con el Huracán María, para que consideres si es posible asimismo publicarlo. Te estoy enviando su correo y si necesitas comunicarte con él, para otra información, ya lo tienes. Los amigos que te conocen te envían saludos y preguntan cuando has de venir a presentar uno de los últimos números de Archipiélago, que pronto llegará al 100, debes estar organizando tremenda fiesta. Sigo pensando ir en el verano, julio o agosto. Un saludo a los amigos de siempre.

David Cupeles

Ciudad de México, México, 23 de abril 2018

Querido Carlos: Quisiéramos agradecerles el habernos acompañado en la inauguración de la exposición “Señales ocultas”. Te adjuntamos a la presente 10 imágenes con sus fichas técnicas y el texto de Silvia Cherem. Es un privilegio inesperado el poder ser parte de la publicación de tu estupenda revista. Abrazos,

Pepe Grinberg y Sarita Topelson

Madrid, España, 26 de abril 2018

Querido amigo Carlos: Te escribo para presentarte un poemario de un compañero periodista y profesor de literatura que creo merece su lectura y darlo a conocer. Bertha ha hecho un texto que bien sirve de crítica académica y te agradecería si puedes publicarlo en Archipiélago. Te lo envío junto con una reseña larga mía y una nota de prensa. Junto a ello te remito las fotos del libro y autor y todo el poemario para que lo disfrutes, puedas leerlo. Acá está teniendo muy buena acogida. Recibe un fuerte abrazo desde Madrid.

Enriqueta de la Cruz

Ciudad de México, México, 3 de mayo 2018

Carlos Véjar Pérez Rubio: De acuerdo con nuestra conversación telefónica le envío mi Currículum así como algunas imágenes de mis trabajos hechos con la Técnica de Encáustica, una Técnica muy antigua que tuvo su origen en Grecia. Espero que mis trabajos sean interesantes para la Revista Archipiélago que con gran éxito dirige usted. Con atentos saludos,

Rubén Amaro

Guanajuato, México, 4 de mayo 2018

¿Qué tal? Me permito hacerles llegar algunos poemas de mi creación, esperando puedan tener posibilidad de publicación en su medio. En otro archivo, va una semblanza curricular mía. Sin más que esperar una posible oportunidad de ustedes, quedo muy atentamente, con mis mejores deseos para su proyecto editorial.

Aleqs Garrigóz

Buenos Aires, Argentina, 4 de mayo 2018

Hola, Carlos: Te mando un artículo que acabo de escribir sobre aspectos “invisibles” de un famosísimo libro de William Henry Hudson. Como siempre digo: sin el menor compromiso de tu parte. Si te sirve para Archipiélago, me sentiré muy contento; si no, sólo debes destruirlo, y seguiremos tan amigos. Muchas gracias y un cordial saludo,

Fernando Sorrentino

Ciudad de México, México, 6 de mayo 2018

Buen día Carlos, acabo de abrir mi correo y de verdad me da mucha emoción el que pueda entrar mi dibujo en la revista, voy a estar al pendiente de la publicación. Te mando saludos.

Paulino García

Ciudad de Panamá, Panamá, 8 de mayo 2018

Estimado Carlos: Muchas gracias por tan amable mensaje, por darme la bienvenida y por llamarme colega. Ana Luisa me contó sobre la revista Archipiélago con mucho cariño y entusiasmo, despertando inmediatamente mi interés. ¡Gracias por el ejemplar No.99 que me has enviado! Lo leeré y espero que las propuestas de colaboración que enviaré serán de tu agrado. Saludos cordiales desde Panamá,

Katti Osorio

Buenos Aires, Argentina, 12 de mayo 2018

Carlos: ¡Qué hermosa noticia! ¡Muchas gracias! Es un honor para mí estar en Archipiélago para esta oportunidad. ¡Un golazo! No te olvides mandarme algún ejemplar del Nº 100 cuando salga. Me causó tanta alegría esta noticia que desde ya voy a tratar de juntar plata para visitar México, no solo para conocer ese gran país, sino principalmente para volvernos a encontrar. Un abrazo,

Germán Cáceres

Querétaro, México, 25 de mayo 2918

Estimado Carlos: Nos vemos el 13 de junio por la tarde, para que me entregues unos 10 ejemplares. Yo salgo a París el 14 de junio. Un abrazo, y mil felicidades por esos 100 cumpleaños de Archipiélago, intentaré celebrarlos con Efer Arocha y los demás amigos en París.

Jesús González Aguilar

San José, Costa Rica, 25 de mayo 2018

Querido amigo: Espero estés muy bien y siempre escribiendo cosas bellas e interesantes. Siempre ha habido algo que me une a México y a los mexicanos. No sé si en Archipiélago publicas poesía. Tengo algunos poemas que me

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gustaría publicar, sobre todo ahora, que pronto veré un libro mío publicado en España por la editorial Torremozas. Avísame si es posible para enviártelos.

Roxana Pinto

Ciudad de México, 27 de mayo 2018

Querido Carlos: Muchas gracias por la invitación. Estaré atento a la publicación del número del centenario. Felicitaciones por todo el esfuerzo individual y colectivo. Un abrazo,

Lauro Zavala

Xalapa, Veracruz, 28 de mayo 2018

Estimado Carlos. Muchas gracias por la invitación y felicidades por este número tan particular. Te deseo muchos aniversarios más. Haré todo lo posible por estar. Un afectuoso abrazo.

Yolanda Juárez H.

La Paz, Bolivia, 28 de mayo 2018

Saludo muy cordial amigo Carlos! Agradezco tu invitación y te envío mis parabienes por el número 100, de la mejor revista cultural de Latino América. Reitero mis felicitaciones. Me tomaré un tequila aquí en La Paz, a tu nombre.

Raúl Omar Pino-Ichazo

Barranquilla, Colombia, 28 de mayo 2018

Querido Carlos: La Archipiélago 100 es verdaderamente muy valiosa. Los temas de interés de política internacional y las temáticas históricas permiten comprender el panorama internacional actual (mira el resultado del G7). Se preservan los valores culturales de México y de América Latina y el Caribe. Me siento halagada de hacer parte de este ejemplar. Te felicito por esta labor tan necesaria e importante y claro, por los criterios que maneja la revista al permitir que diversas temáticas sean parte de la consolidación de estudios para el aporte tanto regional, como mundial. Celebro también que siempre guarde su profundidad en las gratas lecturas que nos permiten vernos y compartirnos como latinoamericanos para el mundo. Archipiélago es multiplicadora de escenarios de investigación y creatividad desde una posición profundamente social y crítica. Abrazos,

Claudia Barrera

Toronto, Canadá, 29 de mayo 2018

Querido Carlos: Tengo dos temas que me gustaría compartir contigo. Uno es que quiero escribir una pieza de divulgación sobre NAFTA, migración y la protección de las monarcas, una especia transfronteriza. ¿Te interesaría algo así para publicar en Archipiélago? El segundo tema es que fui a una conferencia de antropología en Santiago de Cuba y quede en contacto con los antropólogos que dirigen una revista digital de antropología llamada Batey y quienes necesitan ayuda para fortalecer su difusión e indexarla a más sitios latinoamericanos. Pensé que sería interesante escribir una reseña de ese congreso canadiense/cubano o de los editores mismos y hablar sobre Batey para ayudarlos a tener más difusión. ¿Crees que alguna pieza así podría ser de interés para Archipiélago? ¿Alguna idea de cómo ayudarlos? Un fuerte abrazo.

Columba González Duarte

Ciudad de México, México, 29 de mayo 2018

Buenas tardes Carlos: Pilar y yo te damos las gracias por la invitación al 25 Aniversario de la revista Archipiélago, que tú dignamente diriges. Te felicitamos por el encomiable y arduo trabajo que has realizado durante estos años, tendiendo puentes entre los pueblos latinoamericanos, tan necesarias sus voces llenas de contenidos, que buscan un espacio como Archipiélago, para compartir y aportar a la cultura mundial... Ahí estaremos acompañándote.

Jaime de la Vega

Ciudad de México, México, 4 de junio 2018

Querido amigo, no podré estar con ustedes, los archipiélagos, en el día de celebración más que simbólica. Fue un honor para mí haber participado en la fundación, junto a ti y Minerva Salado, de tan infrecuente proyecto. Fuera de dificultades y etapas complejas, la orientación de la revista, más el conjunto de personalidades de diversos países que, de diversa manera, dieron su apoyo y fueron fieles colaboradores en varias disciplinas, más un equipo de trabajo eficazmente organizado, dio nítidas muestras de fidelidad a la integración latinoamericana. Médula ideológica que creció al margen de banderías políticas, insertándose en la problemática total de Nuestra América, la América Magna, el sistema artiguista, hasta transformarse en un vocero activo que nunca dejó de invocar nuestras tradiciones independentistas que, más temprano que tarde, nuestros pueblos culminarán derrotando a las oligarquías vende patrias y al imperialismo de Estados Unidos en su momento de proteccionismo nacionalista y agresivo. ¡Felicitaciones a toda/os y abrazos grandes!

Saúl Ibargoyen

Bogotá, Colombia, 12 de junio 2018

Querido maestro Véjar: Hace algún tiempo no coincidimos, creo que desde un seminario de exilio en los Consejos Académicos. Pero lo he tenido presente. Durante mi estancia en Bogotá hice dos poemas, uno político y otro lírico. Creo que independientemente del resultado de la elección en Colombia lanzo ahí una consigna a que los connacionales se involucren más. ¿Será que Archipiélago puede darles hospedaje? Le mando un abrazo afectuoso,

David Noria

Buenos Aires, Argentina, 20 de junio 2018

Hola, ¿qué tal? Les escribo porque me gustaría hacerles llegar un artículo que escribí sobre la domesticación de los cuerpos de las mujeres, a lo largo de la historia. Considero pertinente enviárselos porque la cuestión de la emancipación de los cuerpos femeninos atraviesa al pensamiento y las expresiones culturales y artísticas en toda América Latina y Centroamérica. En caso de que sea posible hacer el envío, les agradecería que me indiquen cómo debo hacerlo (además de la información que veo disponible en la página web). Muchas gracias. Saludos,

Carola Sporn

Buenos Aires, Argentina, 26 de junio 2018

Hola a tod@s. Aquí les comparto un informe que elaboramos con el equipo CELAG (Tamara Lajtman y Aníbal García) acerca del modo en que los Think Tanks estadounidenses intervienen en la formulación de agenda y opinión pública sobre lo que sucede en América Latina en temas clave, como Venezuela, procesos electorales, migraciones, etc. Se trata de un aporte para comprender por qué en América Latina prevalecen algunas ideas en lugar de otras, cómo se logra tejer un consenso a favor o en contra de determinados gobiernos, procesos políticos, etc. Agradezco si pueden ayudarnos con la difusión. ¡Abrazo grande!

Silvina Romano

Ciudad de México, México, 26 de junio 2018

David Cupeles, hermano: Te informo que estoy muy contento porque te quería dar la sorpresa pero me comió el tiempo, ¿recuerdas la estampa que te envié sobre el sismo? Pues bien, se la envié también a Carlos Véjar y ¿qué crees?, la publicó en el número 100 de la revista Archipiélago, me invitó a la presentación de la misma y ahí me encontré con Bety y con Jesús Serna, después te envío las fotos. Te sigo agradeciendo todo el apoyo que Bety y tú me brindan y ahora también Carlos. Saludos y abrazos hermano, espero verte por acá en poco tiempo.

Paulino García

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ARCHIPIÉLAGO EN LOS LIBROS

Kaarina Véjar Amarillas

Héctor Manjarrez nos presenta Historia: Cuentos reunidos 1967-2016 (Ediciones Era, México, 2018), donde habitan algunos de los personajes más insólitos y apasionados de la literatura mexicana, los cuales confiesan las aventuras asombrosas, sensuales o tenebrosas que desearían comprender, aunque estén resignados a nunca agotar el misterio de lo real. La misión de estos cuentos es averiguar los impulsos que mueven a los seres humanos. En esta obra, en versiones más pulidas por el tiempo, se reúnen las historias extrañas, pero naturales, que supieron sacudir y seducir a los lectores de Acto propiciatorio, No todos los hombres son románticos, Ya casi no tengo rostro, Anoche dormí en la montaña y Los niños están locos. Ofrecen, como sugiere José Ramón Ruisánchez, “uno de los relatos de historia íntima más completos, más complejos, más conmovedores con los que contamos”.

Coreografía del desencanto (F&G Editores, Guatemala, 2018), del escritor Marlon Meza Teni, está integrado por veinte cuentos trasatlánticos que tienen por escenario París, Barcelona y Guatemala. Fue el libro ganador de la edición 2018 del hoy desaparecido Certamen BAM Letras. En su fallo, el jurado concluyó que: “Los cuentos que integran Coreografía del desencanto están bien estructurados. Escritos a partir de un buen manejo del lenguaje, ofrecen una mirada fresca e interesante, vinculada a espacios geográficos diversos, aunque la presencia de Guatemala es una constante. Algunos de los relatos manejan con solvencia el sentido lúdico, la ironía, las obsesiones y el absurdo de la vida. Tienen una integración temática y muestran una preocupación por el manejo del ritmo y el tono poético. Retratan la vida contemporánea sin recurrir al drama, mostrando relaciones humanas de cierta complejidad”.

Sofía Casanova: género y espacio público en la Gran Guerra (Plaza y Valdés, Madrid, 2017) es el libro más reciente de Pedro Ochoa Crespo. Sofía Casanova fue testigo, entre 1861 y 1958, de los grandes movimientos políticos, culturales y sociales que marcaron el devenir de las sociedades modernas. Su vida transcurrió entre la Polonia rusa y España, hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial. Sus crónicas en el diario ABC relataron su experiencia como enfermera de la Cruz Roja, madre, escritora y abuela, en el mayor conflicto bélico conocido hasta la fecha. La guerra la llevó a San Petersburgo, en el marco de las revoluciones rusas que desembocaron en el nacimiento de la Unión Soviética. A través de un análisis histórico, y con una perspectiva de género, Pedro Ochoa nos presenta un relato que nos permite observar las formas en las que Casanova, desde su conservadurismo social, fue capaz de trascender los límites marcados por las normas, potenciando su voz política y social.

La escritora mexicana Emanuela Fornari nos presenta Líneas de frontera (Gedisa, México, 2018). En los últimos veinte años del siglo XX, una revisión radical y desestabilizadora convulsionó los presupuestos etnocéntricos del pensamiento antropológico, filosófico y político de Occidente. Estaba cambiando la

geopolítica del planeta, y comenzaba a vacilar la proyección sobre las demás culturas de nuestras categorías de subjetividad, historia, soberanía, ciudadanía, universalidad o emancipación. El ensayo de Emanuela Fornari constituye probablemente el primer reconocimiento completo en clave filosófica. No hay línea de fractura o desplazamiento de fronteras disciplinares que escape a su análisis reconstructivo. En la conciencia de que no todo es transferible de una cultura a otra, y de que es preciso salvaguardar aquel coeficiente de intraducibilidad ante el cual solo es posible un silencio a varias voces.

En Ida y vuelta. Entrevistas (Ediciones Era, México, 2017), Elena Poniatowska reúne quince de sus más notables entrevistas. La escritora nos da una lección del mejor periodismo, pero también de la humanidad compartida para involucrarse con sus personajes, ya sea en la cárcel de Lecumberri donde conversa con Siqueiros, en su cuarta estadía en la prisión, o con Mario Vargas Llosa, en París, donde nos explica las historias que confluyen en sus dos primeras novelas: La ciudad y los perros y La casa verde. La autora se entiende muy bien con escritores como García Márquez, Vicente Leñero, Augusto Roa Bastos, Eduardo Galeano, Gustavo Sainz o Juan Rulfo. La obra se enriquece también con pintores y escultores de la talla de Tamayo, Goeritz y Ángela Gurría. Además, Jaime García Terrés nos habla de su amistad con Pound, Seferi y Robert Lowell, y Alejandro Jodorowski revive sus dotes de chamán y psicomagia, de cómics y teatro pánico, leyéndole a quien lo requiera sus cartas de tarot en cafés y ayudándoles a superar traumas y enfermedades.

Ángel Adalberto Juárez Rodríguez y Mario Magallón Anaya nos presentan La teología política y la filosofía de la liberación de nuestra América (Editorial Torres Asociados, México, 2017). Los autores parten de que Centroamérica es una región donde se han protagonizado fuertes batallas de liberación ante la opresión económica y la represión política; nos presentan un análisis del papel que han jugado distintos sujetos históricos en este mundo cada vez más globalizado, como las mayorías empobrecidas salvadoreñas, quienes desde su religiosidad cristiana lucharon por acercarse un poco a la utopía de la Iglesia de los pobres, el reino de Dios; así como de los aportes filosófico-políticos de Ignacio Ellacuría y Héctor Samour.

En El otro laberinto. Ensayo sobre la psicología del mexicano en el nuevo siglo (Cenzontle, México, 2018), Julio Carrasco Bretón nos sorprende con un ensayo en el que nos comparte, como él mismo lo dice, sus largas reflexiones sobre las condiciones actuales en que se encuentra México en casi todos los órdenes. Tristemente, dice el autor, porque ha dejado de ser lo que se esperaba: un país con un futuro promisorio, a causa del surgimiento “del vandalismo sexenal de los gobiernos y las castas que integran los grupos plutócratas nacionales y trasnacionales infiltrados en la economía”. A partir del trabajo del entonces joven Octavio Paz, El laberinto de la soledad, Julio Carrasco reflexiona sobre el subconsciente colectivo nacional, en su tiempo analizado por el Nobel mexicano, que hoy se hace necesario actualizar.

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