EDITORIAL Lo que está en juego...1 day ago  · vitales para las personas que vivimos en la Unión...

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REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: C/ Desengaño 12, 1º3-A 28004 Madrid TEL: 91 522 23 56 [email protected] www.informacionobrera.org SUPLEMENTO ESPECIAL N.º 6 23 de abril de 2020 Apoyo 0,5 € EDITORIAL Lo que está en juego Hace 45 días que la OMS declaró la pan- demia, y 42 días desde que se declaró el Estado de Alarma. Pero, todavía, los tra- bajadores de la salud siguen yendo a lo que el Gobierno ha llamado “frente” sin la protección necesaria, los mayores de las residencias sufren una altísima mor- talidad en centros que no tienen personal ni reúnen condiciones para atender a pa- cientes de COVID-19, pero que obtienen pingües beneficios, los trabajadores en general temen volver al trabajo sin me- dios de protección o perder su empleo, los estudiantes no saben si van a perder el curso, millones de familias no tienen con qué llegar a fin de mes… Nos hablan de una nueva renovación del confinamiento, una medida medieval para controlar la epidemia, en cualquier caso se exigen otras medidas, realización masiva de pruebas al personal sanitario, a los internos y personal de las residencias, a los que han pasado la enfermedad, a to- dos los casos sospechosos para poder ata- jar los contagios, y aislamiento selectivo. Mientras eso pasa en el mundo real, todo el mundo “oficial” se felicita del principio de acuerdo con el PP para que participe en una “Mesa por la reconstruc- ción”, que se desarrollará en una comi- sión parlamentaria en el Congreso. Medida exigida por el PP para tomar protagonismo en el control del Gobierno, arrinconando a otras formaciones. Los medios de comunicación, propiedad de grandes grupos empresariales en su in- mensa mayoría, se felicitan de esa noticia porque sus amos temen que la indigna- ción de los trabajadores y la población se traduzca en acciones masivas, cuando ya ven los signos de resistencia que surgen desde abajo en los centros sanitarios y los centros de trabajo, a todos los niveles... y se apresuran a cerrar todas las vías con propuestas de pacto. Ahora bien, como recogen nuevas entrevistas que publicamos en este perió- dico, muchos se preguntan, legítimamen- te, si un pacto con los representantes de los especuladores puede ser la base para defender y reforzar la sanidad pública. O si un pacto entre responsables de las contrarreformas laborales y los ata- ques a las pensiones puede garantizar la defensa de los derechos sociales. O si un pacto con los enemigos de las libertades, partidarios acérrimos de la ley Mordaza, que el Ministro del Interior aplica a diestro y siniestro, puede servir para reforzar la democracia. O si un pacto con la CEOE y los em- presarios, a los que sólo les interesa vol- ver a producir para tener beneficios, pue- de garantizar la vida y los derechos. Muchos se preguntan: ¿se sacrifica- rán, en bien de ese pacto, las promesas de derogar las reformas laborales y de pensiones, la LOMCE, la ley Mordaza, el artículo 315.3 del Código Penal? Quienes defienden ese pacto cierran los oídos a todas estas legítimas pregun- tas. Porque detrás de la búsqueda de ese pacto, no está la preocupación por los intereses y aspiraciones de la población trabajadora, sino la enorme preocupación de que esta crisis no sólo acabe con el actual “personal político”, como decía un comentarista, sino que cuestione todas las instituciones del Estado que ufanamente dan el parte cada día en la televisión. Es esto lo que está en juego, y lo sa- ben... Desde lo más profundo de la clase trabajadora, de la juventud, de los pue- blos, la indignación busca cómo conver- tirse en acción política, en la alianza ne- cesaria entre trabajadores y pueblos para exigir responsabilidades y obtener las reivindicaciones más sentidas, de acabar con los recortes y contrarreformas, para abrir camino a la soberanía del pueblo, de los pueblos. Un movimiento que sólo tiene una salida viable: la República. Catástrofe en las residencias El gobierno debe actuar para detener la ola de muerte y angustia que azota a las personas dependientes en las residencias de mayores A 19 de abril han muerto 13.944 usuarios de residencias de mayores. Los fallecidos en las residencias, con sín- tomas compatibles con el COVID-19, supo- nen el 68% del total notificado oficialmente por el Ministerio de Sanidad. Los focos más importantes están en Madrid, Cataluña y Castilla y León. Estamos asistiendo al fracaso del modelo de colaboración publica/privada consagrada en la ley de la dependencia. Ésta fue un reclamo para cubrir el déficit de plazas públicas con la inicia- tiva privada, fondos buitres y grupos multina- cionales, que montaron el negocio perfecto: una clientela segura pagada con fondos públicos. Por eso es un clamor el que se levanta desde los afectados y familiares. Rechazo del negocio privado en el cuidado de los mayores dependientes Los recortes acumulados en dependencia en el Presupuesto del Estado en base al RD-Ley 20/2012 asciende a 5.864 millones de euros. Y estos recortes tienen efecto directo en las con- diciones de vida y trabajo de las residencias y en la carencia de medios materiales necesarios para la atención de los mayores. Así cogidos entre estas restricciones presupuestarias y la avaricia de los especuladores, explota en sistema y lo pagan los mayores los trabajadores. Faltan medios materiales preventivos y per- sonal para cubrir bajas por infección La necesidad de medios materiales preventi- vos, mascarillas, EPI, test para los residentes y el personal para poder separar a los infecta- dos en otros centros y trasladarlos a los hospi- tales si es necesario; así como la exigencia de contratación de más personal tal como han planteado familiares, plataformas de pensio- nistas, sindicatos, colegio de médicos. Nada cambia de rumbo y la rutina de dolor y muerte no se detiene. Ni el gobierno central, ni ningún gobierno autonómico pueden mirar para otro lado Es urgente que el Gobierno con todos los me- dios necesarios apoyándose en los sindicatos, trabajadores de las residencias y en las familias afectadas, proceda a la intervención de las re- sidencias, estudiando la nacionalización del servicio y apartando todos los obstáculos que impidan o retrasen la aplicación de soluciones. Juan Miguel Fernández

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REDACCIÓN y ADMINISTRACIÓN:C/ Desengaño 12, 1º3-A

28004 MadridTEL: 91 522 23 56

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SuplementoeSpecial

n.º 623 de abrilde 2020

Apoyo 0,5 €

EDITORIAL

Lo que está en juegoHace 45 días que la OMS declaró la pan-demia, y 42 días desde que se declaró el Estado de Alarma. Pero, todavía, los tra-bajadores de la salud siguen yendo a lo que el Gobierno ha llamado “frente” sin la protección necesaria, los mayores de las residencias sufren una altísima mor-talidad en centros que no tienen personal ni reúnen condiciones para atender a pa-cientes de COVID-19, pero que obtienen pingües beneficios, los trabajadores en general temen volver al trabajo sin me-dios de protección o perder su empleo, los estudiantes no saben si van a perder el curso, millones de familias no tienen con qué llegar a fin de mes…

Nos hablan de una nueva renovación del confinamiento, una medida medieval para controlar la epidemia, en cualquier caso se exigen otras medidas, realización masiva de pruebas al personal sanitario, a los internos y personal de las residencias, a los que han pasado la enfermedad, a to-dos los casos sospechosos para poder ata-jar los contagios, y aislamiento selectivo.

Mientras eso pasa en el mundo real, todo el mundo “oficial” se felicita del principio de acuerdo con el PP para que participe en una “Mesa por la reconstruc-ción”, que se desarrollará en una comi-sión parlamentaria en el Congreso. Medida exigida por el PP para tomar protagonismo en el control del Gobierno, arrinconando a otras formaciones. Los medios de comunicación, propiedad de grandes grupos empresariales en su in-mensa mayoría, se felicitan de esa noticia porque sus amos temen que la indigna-ción de los trabajadores y la población se traduzca en acciones masivas, cuando ya ven los signos de resistencia que surgen desde abajo en los centros sanitarios y los centros de trabajo, a todos los niveles... y se apresuran a cerrar todas las vías con propuestas de pacto.

Ahora bien, como recogen nuevas entrevistas que publicamos en este perió-dico, muchos se preguntan, legítimamen-te, si un pacto con los representantes de los especuladores puede ser la base para defender y reforzar la sanidad pública.

O si un pacto entre responsables de las contrarreformas laborales y los ata-ques a las pensiones puede garantizar la defensa de los derechos sociales.

O si un pacto con los enemigos de las libertades, partidarios acérrimos de la ley Mordaza, que el Ministro del Interior

aplica a diestro y siniestro, puede servir para reforzar la democracia.

O si un pacto con la CEOE y los em-presarios, a los que sólo les interesa vol-ver a producir para tener beneficios, pue-de garantizar la vida y los derechos.

Muchos se preguntan: ¿se sacrifica-rán, en bien de ese pacto, las promesas de derogar las reformas laborales y de pensiones, la LOMCE, la ley Mordaza, el artículo 315.3 del Código Penal?

Quienes defienden ese pacto cierran los oídos a todas estas legítimas pregun-tas. Porque detrás de la búsqueda de ese pacto, no está la preocupación por los intereses y aspiraciones de la población trabajadora, sino la enorme preocupación de que esta crisis no sólo acabe con el actual “personal político”, como decía un comentarista, sino que cuestione todas las instituciones del Estado que ufanamente dan el parte cada día en la televisión.

Es esto lo que está en juego, y lo sa-ben...

Desde lo más profundo de la clase trabajadora, de la juventud, de los pue-blos, la indignación busca cómo conver-tirse en acción política, en la alianza ne-cesaria entre trabajadores y pueblos para exigir responsabilidades y obtener las reivindicaciones más sentidas, de acabar con los recortes y contrarreformas, para abrir camino a la soberanía del pueblo, de los pueblos. Un movimiento que sólo tiene una salida viable: la República.

Catástrofeen las residenciasEl gobierno debe actuar para detener la ola de muerte y angustia que azota a las personas dependientes en las residencias de mayoresA 19 de abril han muerto 13.944 usuarios de residencias de mayores.

Los fallecidos en las residencias, con sín-tomas compatibles con el COVID-19, supo-nen el 68% del total notificado oficialmente por el Ministerio de Sanidad. Los focos más importantes están en Madrid, Cataluña y Castilla y León.

Estamos asistiendo al fracaso del modelo de colaboración publica/privada consagrada en la ley de la dependencia. Ésta fue un reclamo para cubrir el déficit de plazas públicas con la inicia-tiva privada, fondos buitres y grupos multina-cionales, que montaron el negocio perfecto: una clientela segura pagada con fondos públicos.

Por eso es un clamor el que se levanta desde los afectados y familiares.

Rechazo del negocio privado en el cuidado de los mayores dependientesLos recortes acumulados en dependencia en el Presupuesto del Estado en base al RD-Ley 20/2012 asciende a 5.864 millones de euros. Y estos recortes tienen efecto directo en las con-diciones de vida y trabajo de las residencias y en la carencia de medios materiales necesarios para la atención de los mayores. Así cogidos entre estas restricciones presupuestarias y la avaricia de los especuladores, explota en sistema y lo pagan los mayores los trabajadores.

Faltan medios materiales preventivos y per-sonal para cubrir bajas por infecciónLa necesidad de medios materiales preventi-vos, mascarillas, EPI, test para los residentes y el personal para poder separar a los infecta-dos en otros centros y trasladarlos a los hospi-tales si es necesario; así como la exigencia de contratación de más personal tal como han planteado familiares, plataformas de pensio-nistas, sindicatos, colegio de médicos. Nada cambia de rumbo y la rutina de dolor y muerte no se detiene.

Ni el gobierno central, ni ningún gobierno autonómico pueden mirar para otro ladoEs urgente que el Gobierno con todos los me-dios necesarios apoyándose en los sindicatos, trabajadores de las residencias y en las familias afectadas, proceda a la intervención de las re-sidencias, estudiando la nacionalización del servicio y apartando todos los obstáculos que impidan o retrasen la aplicación de soluciones.

Juan Miguel Fernández

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La unidad de acción es la única solución viableJoan Barrachina, delegado UGT de l’HospitaletInformación Obrera: Se habla de la necesi-dad de un gran pacto para reconstruir el país. Se hacen referencias al Pacto de la Moncloa dando a entender que se necesita un gran acuerdo entre “izquierdas” y “de-rechas”. ¿Cómo lo ves?Joan Barrachina: Realizar un gran pacto de Estado entre izquierdas y derechas, cuando la definición propia de izquierda o derecha tiene poco sentido ideológico en la actuali-dad y cuya aplicación práctica se basa en la economía de escala, en la globalización del capitalismo y en la paupérrima situación de la clase trabajadora, cuando menos sería, a mi entender, un ejercicio absurdo.

Si además entendemos que los gestores y ejecutivos de los diferentes gobiernos que hasta este momento han estado en los luga-res de decisión son y han de ser los mismos que proponen y van a realizar ese posible PACTO, pues no creo que haga falta decir nada más. Será un paripé que blindará según qué intereses de los lobbies y que en el caso de los de abajo (los trabajadores/as) no ob-tendremos, presumiblemente, más que liber-tades coartadas, control social, miedo, po-breza, paro y hasta hambre.

¿Que ha pasado con la ley mordaza y las reformas laborales que desde 2010 han ate-

nazado aún más a la clase trabajadores y a la sociedad. ¿Qué ha pasado y pasará con el control de telefonía por geolocalización?

Un pacto sólo sería válido si el interés fuera único y unívoco, sin deslealtades ni intereses partidistas o rentabilidades no so-ciales. Tendría que ser un pacto cuya ideo-logía fuera la defensa de las libertades y de la economía social, la defensa de los servi-cios públicos que justamente ahora han que-dado en evidencia a base de los recortes que durante años se han ido realizando.

Me temo que ese tipo de pacto, éticamen-te corresponsable, moralmente limpio y des-interesado no es ni será posible. Y volver a los antiguos «pactos de la Moncloa» (como ejemplo) no sería el mejor ejemplo ni la me-jor situación para la clase trabajadora, ya lo hemos vivido y tenemos constancia.

IO: ¿Crees necesario, ante esa eventualidad, que las organizaciones que se reclaman de los trabajadores, establezcan un pacto de unidad de acción para garantizar que todos los recursos van para la sanidad, los puestos de trabajo, la protección social, los derechos, etc.?JB: Respecto a la UNIDAD de ACCIÓN, creo que, a día de hoy, es la única solución

viable o, por lo menos, el inicio del camino más necesario. O realmente empezamos a cambiar el mundo, desde donde siempre, desde abajo, o difícilmente tendremos un futuro con un estado del bienestar social a todos los niveles.

Claro que esa unidad de acción tiene que disponer de una confianza importante y de una lealtad muy alta entre las organizaciones que estén dispuestas a llevarlo a cabo y, en todo caso, siempre con unos objetivos bien medidos y que se puedan ir consiguiendo y valorando o evaluando, de forma temporal y recurrente, para reconducir los sesgos y la consecución real de los mismos tanto a cor-to cómo a largo plazo.

La clase trabajadora estamos dando la caraElena Ferrero, de Avalots, jóvenes de UGT, CataluñaAnte la situación creada por la pandemia, desde el Gobierno se viene planteando la necesidad de llegar a un gran acuerdo, un Pacto de Estado, que permita reconstruir el país. Aunque no se ha concretado todavía en nada, ha levantado un cierto resquemor en-tre los trabajadores. Nadie duda que es ne-cesario unir esfuerzos, especialmente ante el espectáculo de unos y otros atribuyendo responsabilidades e incompetencias a los demás, sin reconocer las propias. La cues-tión es ¿unidad para defender qué?

Hemos recogido algunas reacciones de sindicalistas y militantes.

«Los pactos con la derecha siempre son muy peligrosos –nos dice Elena Ferrero, secretaria general de Avalots, joves de la UGT de Catalunya– (...) somos la clase tra­bajadora, una vez más, la que estamos dan­do la cara, la que estamos saliendo a la calle a ayudar a otras personas a través de eso que llaman servicios esenciales, muchos de ellos hasta ahora menospreciados».

Y añade «creo que ha quedado suficien­temente demostrado que necesitamos estar unidas y entre todas hacernos fuertes. Espero que esto que estamos viviendo sea un punto de inflexión y que aprovechemos

esta situación para acabar con el capitalis­mo salvaje en el que vivimos, como sociedad tenemos que poner a las personas por enci­mas de todas las cosas».

A n t e u n p o s i b l e « p A c t o d e e s t A d o » : p r i m e r A s r e A c c i o n e s

¡Los intereses económicos juegan con nuestra salud!Makro plantea un ERTE hasta el 31 de diciembre. Entrevistamos a una de sus trabajadorasInformación Obrera: Os han situado como héroes por trabajar en plena pandemia... ¿Cuál es vuestra realidad, la de los héroes, la tuya?Trabajadora de Makro: Es cierto que la sociedad nos trata como héroes, cosa con la que no me identifico. Los aplausos por ello se reciben como apoyo, y en la cara

B, los intentos de destierro de algunos vecinos que nos estigmatizan como «con-tagiadores». Sí que es cierto que estamos como otros sectores al pie del cañón, co-mo la rama de los sanitarios por ejemplo, para que a la gente no le falte de nada exponiéndonos al contagio. Es nuestro trabajo y estamos dándolo todo. Los EPI

llegaron tarde. Pero la reducción de jor-nada de inmediato.

IO: Makro vendía solo a autónomos y em-presas, ahora al público. Es decir, más be-neficios... ¿Y para los trabajadores, que supone?

(Continúa en la página siguiente)

2ESPECIAL Nº 6 / ABRIL DE 2020DEBATE

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¡Un sector público fuerte, unos salarios justos!Joseba Izaga Urrutia, UGT en la Administración VascaInformación Obrera - Pedro Sánchez pro-pone unos nuevos Pactos de la Moncloa. ¿Qué opinas?Joseba Izaga - No tienen ninguna razón de ser, este nuevo ataque a las vidas y la eco-nomía de los trabajadores y los sectores populares procede de un sistema moribun-do, eso sí, dispuesto a morir matando, de modo que la recuperación de derechos, sueldos, plantillas la debe costear el capital. Su avaricia, ineptitud y su extrema insoli-daridad han producido esta tragedia.

No pueden recuperarse la vida y la salud perdidas. El coste económico y la responsabi-lidad son del gran capital, es hora de frenarlo.

IO - Como sindicalista, ¿qué crees que deberían proponer los sindicatos u otras organizaciones?JI - Deberían presentar y sostener una pro-puesta social que no solo se defienda en los centros de trabajo, sino que debe ser la ba-se de la confrontación política y social con los elementos sociópatas de las derechas

españolas que constituyen un verdadero peligro para la sociedad y para la vida. Su desmantelamiento corrupto y planificado del sector público ha mostrado de manera descarnada que en esta tragedia los médi-cos, enfermeras y enfermeros, personal celador o de limpieza despedidos han in-crementado su capital de sangre en las vi-das perdidas en residencias y hospitales. La derecha se nutre de la sangre de los sectores populares, esta es la conclusión de este mo-mento de horror y muerte.

IO - ¿Qué te parecería un acuerdo de las organizaciones obreras y democráticas para evitar que los trabajadores y las ca-pas populares paguemos la crisis?JI - La salida es esta: sobre todo, poner en el centro del debate público la necesi-d a d d e u n s e c t o r p ú b l i c o f u e r t e , profes ional mente capaci tado, unos salarios justos que permitan vivir y garantizar a través de la mayoría social que los sociópatas de las derechas

españolas nunca más tengan acceso al dinero público y a la venta del patrimonio de la vivienda social, como han hecho los Aznar, Rajoy y las bandas de lacayos que se han acercado a su sombra para ofrecerse c o m o c ó m p l i c e s e n s u s m ú l t i p l e s operaciones especulativas. Sin unidad, la derrota de la izquierda llevará al poder a los Ayuso, González, Aznar o Rajoy.

La unidad con un programa de clase es la base de la razón de combate de los sec-tores populares, no lo olvidemos jamás.

El Gobierno Vasco apuesta por el tejido empresarial descuidando la vida Marta Macho, médica anestesista de Osakidetza

Información Obrera. ¿Cómo estáis viviendo esta crisis por el coronavirus en el País Vasco?, ¿han sido suficientes los medios de protección de los que habéis dispuesto?Marta: Sumado a la crisis sanitaria, en el País Vasco vivimos una situación de escasa pro-tección de los trabajadores sanitarios. Los EPI han escaseado y el acceso a ellos es restricti-vo por parte de algunas direcciones. También hemos vivido un trato diferencial entre los diferentes estamentos, una vez más, agravan-do la brecha entre los distintos trabajadores.

La manipulación de datos por las insti-tuciones, y la estimación de recursos por encima de lo real, deja patente nuestra condición de «recurso humano» y el hecho de que el juego por el poder sigue para los

responsables del Gobierno Vasco, que apuestan fuerte por el tejido empresarial descuidando la vida como tal.

IO: El Gobierno de Pedro Sánchez ha pro-puesto un «Pacto de la Moncloa» y constituir una Mesa de Reconstrucción con todas las fuerzas políticas para sacarlo adelante. ¿Qué puede suponer esto para la Sanidad?Marta: Tengo poca esperanza puesta en los «pactos de la Moncloa» mientras haya un interés superior, el capital. Es muy bonito pensar en un posible acuerdo que favorezca a los más precarios, a mí me gustaría ver un apoyo a las plataformas sociales para favo-recer a los más precarios, apoyo y promoción de las iniciativas surgidas desde los barrios,

poniendo la vida en el centro y salvaguar-dando los servicios públicos para todas. Exigiendo esfuerzos a los poderosos, a las multinacionales. Cambiando los modos de consumo, pensando en un decrecimiento, en una política feminista y ecosocialista.

Joseba Izaga con un cartelde agradecimiento a los limpiadores/as

A n t e u n p o s i b l e « p A c t o d e e s t A d o » : p r i m e r A s r e A c c i o n e s

(Continúa la entrevista con la trabajadora de MAKRO)

T: Es cierto. La empresa vive en su mayoría de la hostelería. Estando cerrada esa activi-dad por el decreto de alarma, Makro se ha reinventado para seguir teniendo beneficios. A los trabajadores no nos influye respecto al volumen de clientes que, evidentemente, ha disminuido, pero a la vez que la empresa se reinventa, a nosotros, el último eslabón de la cadena, nos plantean un ERTE hasta el 31

de diciembre. Reducción de jornada en el mejor de los casos, con la consiguiente re-ducción salarial. «Héroes yendo al frente» a 2 horas diarias para aumentar sus cifras de negocio.

IO: ¿Os planteáis o habéis planteado a los sindicatos algún medio de resistencia? ¿Crees que sería factible hacerlo?

T: Los sindicatos, todos, ya que hay uni-dad sindical en este momento, se reúnen a diar io para que es to no suceda. Seríamos el primer centro de distribu-ción alimenticia que presente un ERTE. Los intereses puramente económicos chocan con los nuestros, los trabajado-res, jugando directamente con nuestra salud. Por eso seguiremos luchando pa-ra que esto no pase.

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Con estas recetas, no saldremos nunca de esta crisisPaco Figueroa, de CCOO, SevillaInformación Obrera: Se habla de unos nue-vos “pactos de la Moncloa”. ¿Qué opinas?Paco Figueroa: Se ha puesto de moda la idea de buscar un acuerdo interclasista pa-ra reactivar la situación socioeconómica tras el coronavirus. Hay muchas cosas que analizar si queremos de verdad corregir todas las debilidades que el COVID-19 ha sacado a nuestro sistema socioeconómico y de vida.

Durante la crisis del 2008, muchos tra-bajadores se refugiaron en sectores preca-rizados o en la economía irregular. Salir de la situación del coronavirus no le va a su-poner recuperar sus ingresos, ni siquiera las ayudas que el Gobierno ha aprobado les va a llegar.

Otra realidad que ha aflorado ha sido la deslocalización industrial. No teníamos dónde producir elementos vitales indispen-sables (mascarillas, respiradores, camas articuladas...). Toda la industria estaba en los países asiáticos.

Otra «vergüenza» ha sido el desmante-lamiento progresivo de los servicios públi-cos esenciales. Los recortes en sanidad, se han transformado dramáticamente en falta de medios para los sanitarios, UCI desbor-dadas, falta de respiradores y medios.

IO: ¿No haría falta un pacto para salir de la crisis que ha provocado el coronavirus?PF: Un pacto para resolver los errores del pasado. Un pacto por la industria, un cam-bio radical de la política fiscal que nos permita modernizar y adecuar los servicios públicos. Un pacto para facilitar el acceso a una vivienda para todos.

Un pacto, para cohesionar nuestro mo-delo de Europa, que recoja un salario mí-nimo europeo, el derecho a la negociación colectiva o el establecimiento de mínimos vitales para las personas que vivimos en la Unión Europea.

Si es así, pongámonos manos a la obra, si es un intento para salvar una economía liberal que se ha demostrado mortal no pa-rece que sea el camino.

IO: ¿No opinas que habría que repartir los esfuerzos para salir de la crisis?PF: La pandemia nos ha puesto ante los ojos una dicotomía, economía liberal o economía planificada. Las salidas de las crisis cíclicas del capital en el siglo XX o la de 2008, se han soportado en un mo-delo liberal, con mayor flexibilidad y abaratamiento de costos en lo laboral, disminución de la intervención del Estado, y de la regulación de sectores pro-ductivos («el mercado manda»). Se ha reducido la renta de la mayoría de traba-jadores/as de nuestro país, con una depen-dencia altísima de sectores muy volátiles, con poco valor añadido o altamente de-pendientes como el turismo.

Con estas recetas fracasadas, que han significado un fracaso global, no saldremos nunca de esta crisis, sólo volver a empo-brecer a los ciudadanos para hacer más ricos a unos pocos. Sólo se puede salir con una planificación a medio/largo plazo de los sectores productivos, entendiendo la necesidad de tener un sector industrial pro-pio que produzca elementos esenciales pa-ra el consumo interno, y sobre todo unos

salarios que sean realmente el motor de la economía junto con unos servicios públi-cos mejor dotados.

IO: Como sindicalista de CCOO, ¿qué debería proponer el sindicato ahora?PF: Ganar en modificaciones legales que cambien radicalmente el panorama que las sucesivas reformas laborales han dibujado es importante y es obvia la actitud positiva de algunos ministerios y el excelente tra-bajo de gran parte de la dirección de CCOO en este sentido. Pero los cambios que se necesitan no van a lograrse sólo con esta estrategia, hay que seguir reforzando la presión en las empresas y en la calle para evitar que los lobbies del liberalismo vuel-van a imponer sus viejas fórmulas caducas y fracasadas.

A n t e u n p o s i b l e « p A c t o d e e s t A d o » : p r i m e r A s r e A c c i o n e s

Lo que pedimos es dignidad para los trabajadores del campoMaría José, representante del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras del Campo (SAT) Información Obrera: Un decreto del Gobierno regula las condiciones de trabajo de los trabajadores del campo. ¿Qué opinas?María José: Este decreto de poco sirve a los trabajadores del campo. Lo tienen todo aga-rrado y solo está hecho pensando en los intereses empresariales. Lo venden como que vamos a poder cobrar el subsidio y el salario pero hay que aclarar que nosotros no queremos subsidios. Queremos un trabajo y un salario decente.

Lo primero que hay que exigir es que se respeten las condiciones de los trabajadores del campo. En Huelva, que es donde desem-peño mi labor sindical, no se cumple el con-venio en muchas de las explotaciones agra-rias. Es muchos casos los trabajadores por razón de su situación legal, viven en condi-ciones infrahumanas en chabolas. Sin agua,

sin mascarillas, sin guantes. Sin medios de subsistencia, sin recogida de basura. Para las personas indocumentadas es un desastre es-ta situación. Por eso pedimos dignidad. No limosnas.

IO: Lo que hacen al pagar salario y seguir cobrando el subsidio es facilitar que los empresarios tengan mano de obra bara-ta…MJ: Claro, porque además no es verdad lo que dicen. No vamos a trabajar y nos pagan además el subsidio. Nos inscribimos en el Inem y te-nemos que aceptar la propuesta que nos hacen. No podemos elegir. Y a partir de ahí te vas a 50 o a 500 km de tu casa. Lo que exigimos es que se garantice que se cumplen las condicio-nes salariales y sociales. Y que donde vayas a trabajar haya vivienda en condiciones.

IO: ¿Y sobre los emigrantes?MJ: La situación es desastrosa. Son mano de obra que por su situación es explotada aún más. Van los empresarios a buscarlos a las chabolas y les pagan lo que quieren. Llevamos denunciando esta situación desde hace 20 años. No los tratan como personas.

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5ESPECIAL Nº 6 / ABRIL DE 2020TRIBUNA LIBRE

El jefe de la Guardia Civil, General Santiagopide defender “las instituciones de TODO el Estado”El jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil ha precisado este martes 21 de abril en su parte diario en TVE que la misión de la Guardia Civil era la defensa “de las institu-ciones de TODO el Estado”. Se corregía a sí mismo cuando declaró dos días antes que la misión del cuerpo era “perseguir noticias falsas para minimizar ese clima contrario a la gestión de la crisis por parte del Gobierno”.

Enmienda hecha, nadie puede dudar de la importancia de estas declaraciones. A ello se suma la declaración oficial de que la Guardia Civil “es uno de los garantes prin­cipales de la libertad de expresión”. Hay cosas que no merecen comentario, por tanto nos lo ahorraremos.

Esta semana los medios oficiales cele-bran el acuerdo del Gobierno con el PP para constituir la “Mesa del diálogo para la reconstrucción”, eso sí en una comision par-lamentaria. Incluso el ultramontano Vox se ha apuntado a esta comisión. ¡¡Algo grave debe de estar ocurriendo!!

En nombre de esta grave situación, el Gobierno ha asumido que mandos militares y otros no elegidos tomen responsabilidades ejecutivas al frente del país: el ejército, la Policía Nacional, la Guardia Civil, todas ellas herencia del régimen pasado y que, como se ve, dictan instrucciones antidemocráticas.

Antoni Bassa, periodista preclaro del periódico en catalán Ara, escribía el 20 de abril que “el gobierno español puso los mi­litares delante de las cámaras para darse una imagen de Estado”. Es probable que el comentario de Bassa sea ingenuo, la opera-ción, a nuestro modo de ver, tiene otro significado, más bien un doble significado.

Mucha prisa para conseguir un pactoA veces los días parecen años, todo se ace-lera... Sí, todos los poderes económicos y fácticos tienen prisa. Hay que cerrar la bre-cha abierta entre la inmensa mayoría de la población y las instituciones que dicen re-presentarla. A pesar del confinamiento, los signos de rabia son explícitos en este sema-nario, en las semanas anteriores hemos dado los ejemplos de este profundo malestar, pero incluso la prensa oficial está obligada a re-flejarlo. Algunos insinúan que esta indigna-ción es peligrosa cuando falta “lo que va a venir”, un hundimiento económico y social como el que el capital financiero exige para que los pueblos le paguen su crisis.

Quieren, en el mundo oficial, obtener un pacto y que ninguna fuerza politica quede fuera (es preferible que meen dentro, como decía aquel general norteamericano).

El editorial de El País del 19 de abril pon-tificaba: “El país necesita que la música y la

letra de un gran acuerdo político coincidan, para que no se deteriore la confianza de los ciudadanos en las instituciones, y también pa­ra que éstas mantengan intacta su legitimidad a la hora de exigir nuevos sacrificios”…

Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, afirmaba: “no nos gustaría que al­gunos quisieran aprovechar la crisis para cambiar el modelo de Estado” Al Sr. Gara-mendi no le parece un mal cambio del Estado que la Guardia Civil dicte a los pueblos nor-mas antidemocráticas.

La ministra portavoz del Gobierno, señora Montero, informando hoy de las decisiones del Consejo de Ministros, entre ellas de la solicitud de un nuevo periodo hasta el 9 de mayo del Estado de Alarma, decía que la comisión par-lamentaria se reuniría los próximos días y que el jueves 23 a las 11 de la mañana en la Moncloa el Gobierno ha convocado la Mesa de Diálogo Social con CEOE, CEPYME, y CCOO, UGT... Sin duda alguna el señuelo de la “renta mínima” se utilizará como reclamo social para “exigir nuevos sacrificios”.

Por si alguien lo dudaba, en contra de sus declaraciones de soberanía de los pueblos, al-gunos dirigentes catalanistas no han dudado en afirmar que... “por eso y para ser parte de la solución, los republicanos catalanes estamos y estaremos sentados en la mesa” (Pere Aragonés, coordinador de ERC, El País 20 de abril).

El temor y la incógnitaLa prensa francesa anuncia hoy que, a pesar del confinamiento, numerosos disturbios han esta-llado en barrios periféricos de París... En efecto, parecía olvidada la enorme movilización que partiendo de los Chalecos Amarillos se prolon-gó entre los trabajadores contra la reforma de las pensiones, pero solo estaba dormida.

Y nadie olvida que aquí la movilización desde hace dos años de los pensionistas está en la misma situación, la actividad larvada NO se ha detenido, y busca enlazar no solo con el personal sanitario sino con todos los sectores de la población, con la mayoría, que temen ser los perdedores de la crisis. Esto sería más im-portante aún si a partir de las decisiones que la UE sancione se exigiera a los pueblos que paguen una deuda millonaria, que muchos entienden es la deuda de los bancos.

Taponar el camino hacia una explosión social es la gran preocupación de la patronal, de las instituciones del Estado, TODAS, em-pezando por la Monarquía cercenada por la corrupción, y el propio gobierno, consciente de estar en la cuerda floja.

Esperando a BruselasNo es casual que la Ministra de Economía, Nadia Calviño centre sus esperanzas en el Consejo de Europa que se reúne este jueves. Como dice Enric Juliana hoy en La Vanguar­dia, “La partida principal se juega en Bruse­las. Si hay pacto en la UE para evitar una catástrofe económica y social en España, Portugal e Italia, habrá pacto en Madrid”.

El empeño de los principales dirigentes de las centrales sindicales de ‘calmar el juego’ choca cada día con la voluntad no solo de los afiliados, sino de una buena parte de los res-ponsables, de organizar la resistencia. Éstos están alarmados porque perviven las contra-rreformas que impiden a la mayoría defender-se, y algunos también por la interferencia de poderes no elegidos en la gobernación. Está en juego el porvenir de la clase productiva y con ella de la mayoría de la población.

21 de abril de 2020Andreu Camps

Pascua Militar de este año

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Frente a la pandemia de despidos y recortes salariales

Es urgente derogar las reformas laboralesLa pandemia del COVID 19 está provocan-do una verdadera pandemia laboral que se cobra cientos de miles de puestos de traba-jo en forma de despidos y que está atacan-do duramente a los salarios y a las condi-ciones de trabajo. Ahora se evidencia más que nunca la necesidad que tenemos los trabajadores y el movimiento obrero de que estén derogadas las reformas laborales y se restauren plenamente las libertades sindica-les, con la derogación del artículo 315.3 del Código Penal.

Airbus en Getafe ya ha retomado su actividad y tiene la mayor parte de la fábri-ca trabajando con unas medidas de seguri-dad frente al COVID 19. Sin embargo, quedó pendiente la discusión acerca del plan de ajuste sobre el empleo que se plan-teó hace unos dos meses en la división mi-litar y al parecer en la división de aviones civiles es muy posible que se discuta un nuevo ajuste ante la caída de pedidos de aviones comerciales. Esto ya está teniendo consecuencias en la industria auxiliar del sector aeronáutico. Por ejemplo, en el Grupo Aeronáutico Zona Centro con una planta en Getafe, se ha planteado un ERTE de 6 meses para toda la plantilla sin com-pensar, es decir que pasarán a cobrar del SEPE durante ese periodo y perderán un 30% de su salario.

En John Deere, ya se ha incorporado al trabajo la mitad del personal de fábrica, el personal de oficinas continua en teletra-bajo. El resto de personal de fábrica está de regulación en un ERTE anterior que no su-ponía merma salarial. Las medidas de pre-vención mejoraron bastante al hacer una paralización de la actividad por riesgo gra-ve e inminente los delegados de salud labo-ral el 16 de marzo. CCOO también ha de-nunciado a la Inspección de Trabajo que la empresa está vulnerando los descansos mínimos de los trabajadores al haber plan-

teado la dirección la realiza-ción de horas extraordinarias y haber algunos trabajadores que han superado los 14 días seguidos trabajando.

En Corrugados. La única siderúrgica que queda en Madrid y que fabrica barras corrugadas de acero para la construcción, la dirección ha planteado al comité de empre-sa un ERTE de 3 meses de suspensión, de manera que cobrarán el 80% del salario y el 70% de las pagas extraordi-narias.

Es muy grave que llegados a una situa-ción tan extrema, las reformas laborales aún en vigor permitan que las empresas presen-ten los expedientes sin necesitar ni el acuer-do de los comités, ni tampoco el visto bue-no de la autoridad laboral, que tan sólo los recepciona y tramita a través del SEPE que se encuentra totalmente colapsado. La re-presentación legal de los trabajadores, en los centros donde esta constituida por los sindicatos, puede hacer una presión muy limitada en estos momentos tan complica-dos, cuando es difícil hacer asambleas y movilizar a las plantillas y aún hay muchos trabajadores de baja, en cuarentena o en casa por ser personal sensible al COVID 19.

Los comités de empresa solo pueden denunciar y llevar a juicio a las empresas en los casos en que detecten algún elemen-to de fraude, dolo o mala fe, o básicamente algún incumplimiento del procedimiento o defecto de forma. Normalmente las empre-sas suelen no escatimar a la hora de pagar eficientes abogados y asesores para impedir que ocurra esto. Y eso, para llevar a juicio a la empresa en un proceso que durará me-ses si no pasa de un año, y mientras el ex-pediente empieza ya a aplicarse.

Por otro lado, el Gobierno ha limitado la capacidad de intervención de la Inspección de Trabajo ante las denuncias y las paralizaciones de actividad que plantea-ban los sindicatos en algunas empresas. De alguna manera el Gobierno ha atado de pies y manos a la Inspección de Trabajo, impo-niendo de facto una no aplicación plena o un estado de excepción de la ley de preven-ción de riesgos laborales, en nombre de unos supuestos criterios sanitarios que jus-tificaban que el COVID 19 es una cuestión de salud pública y no tanto o también de salud laboral, y por tanto responsabilidad de los empresarios.

Por todo esto es urgente exigir al Gobierno desde nuestros sindicatos que sean derogadas las reformas laborales y se pongan todos los medios para garantizar los puestos de trabajo y los salarios, prohibien-do de verdad los despidos y tomando las medidas necesarias para que los trabajado-res no paguemos la crisis que provoca el COVID 19, ya que las empresas anteponen sus intereses económicos y de producción a la salud de los trabajadores y sus familias.

Pablo García Cano, sindicalista de CCOO Industria

6ESPECIAL Nº 6 / ABRIL DE 2020MOVIMIENTO OBRERO

Xabier Arrizabalo, Isabel Cerdá, Manuel Cuso, Juan Miguel Fernández, José Gallego, Mikel González, Blas

Ortega, Josep Antoni Pozo, Ángel Tubau.

Información Obrera, tribuna li-bre de la lucha de clases, abre

sus páginas a todos los que quie-ran reflejar y ayudar al combate de los trabajadores y trabajado-ras, la juventud, los pueblos, los sectores oprimidos de la socie-dad, por sus reivindicaciones so-ciales, políticas y democráticas. Este combate tiene como objeti-vo la emancipación de la clase trabajadora para acabar con la

dominación del capital financie-ro y las instituciones a su servi-c io (Monarquía, FMI, OTAN, Unión Europea...)

Promueve una información li-bre, basada en el debate demo-crático, ayudando a los trabaja-dores a preservar sus sindicatos, como organizaciones indepen-dientes del Estado. Queremos ayudar a levantar una represen-tación política fiel a la clase tra-

bajadora, que se apoye en la mo-vilización y la acción común.

La impulsan militantes de orí-genes diversos que colaboran en el Comité por la Alianza de los Trabajadores y los Pueblos (CA-TP). Nuestra independencia polí-tica parte de la independencia económica. Nos sostenemos con el esfuerzo militante y las apor-taciones de los lectores. No pedi-mos ni aceptamos subvenciones.

Nuestra acción es internacio-nal, porque la suerte de la clase trabajadora y los pueblos es co-mún. Participamos en el Acuerdo Internacional de los Trabajadores y los Pueblos. (AITP)

Nos proponemos ayudar a au-nar fuerzas para abrir camino a la República, basada en el derecho de autodeterminación. Propugna-mos la unión libre y fraternal de repúblicas de los pueblos.

C/ DESENGAÑO 12, 1º3A 28004 MADRIDTLF: 91 522 23 56

[email protected]

Comité de RedaCCión

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7ESPECIAL Nº 6 / ABRIL DE 2020JUVENTUD

Un clamor democrático ante el abuso en las denuncias,¡derogación inmediata de la Ley Mordaza!En 2015 el gobierno del PP impuso la mal llamada Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana. Mal llamada porque en realidad provoca una gran inseguridad para el ejerci-cio de derechos democráticos, como el de manifestación. Por eso se conoce como Ley Mordaza. Tanto el PSOE como Podemos e Izquierda Unida se comprometieron a su derogación. Incluso el actual vicepresidente segundo del gobierno, Pablo Iglesias, se di-rigió al Consejo de Europa en estos térmi-nos: “La Ley Mordaza contraviene todas las resoluciones internacionales sobre los dere­chos de reunión y manifestación”. Hoy esta ley antidemocrática sigue vigente. Y aplicán-dose masivamente.

El Ministerio de Interior ha anunciado que en los primeros 36 días de vigencia del Estado de alarma las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han elevado 667.437 propuestas de sanción amparándose en esa ley. Este da-to equivale a más de un 1,4% de la población. Tan sólo en la Comunitat Valenciana, infor-ma el diario Levante el 21 de abril, “en 36 días se han impuesto 100 veces más denun­cias por la ‘ley mordaza’ que en todo 2018. La Delegación del Gobierno ya ha empeza­do a tramitar las 90.152 sanciones propues­tas durante el Estado de alarma”.

“Una grave situación de inseguridad jurídica”El ministro Grande-Marlaska, fuertemente criticado por su reaccionaria trayectoria pre-via como juez, ha emitido una instrucción

que contradice otra suya de octubre de 2018, en la que se exigía oposición física para mul-tar por desobediencia y resistencia a la au-toridad. Ahora exime a las policías y la tam-bién mal llamada Guardia Civil (oficialmen-te es un cuerpo de naturaleza militar) de dicho requisito para imponer multas, de como mínimo 600 euros. Ni siquiera es ne-cesario que hagan a la persona un requeri-miento previo, lo que está siendo denuncia-do por numerosos juristas. Por ejemplo, Manuel Maroto, profesor de la Complutense, para quien “vulnera el principio de legalidad sancionadora, además (…) de generar una grave situación de inseguridad jurídica”. O Carlos Brito, del Colegio de Abogados de Madrid, quien afirma que “no solo se ha li­mitado la libre circulación de personas, sino que se han generado mecanismos coercitivos en contra de quienes, a criterio de las Fuerzas de Seguridad, incumplan estas me­didas con poder discrecional”.

Cuando el Estado de alarma ya llevaba casi dos semanas en marcha, las direcciones de la Policía Nacional primero y de la Guardia Civil después emitieron órdenes instando a los agentes a aplicar preferente-mente los artículos de la Ley Mordaza. El gobierno recurre a esta ley reaccionaria que se había comprometido a derogar, porque es “más ágil”. Efectivamente los procedi-mientos democráticos son engorrosos… para toda intención autoritaria. Además, se pide a los agentes que describan la “actitud

del denunciado”: sólo si es “resig-nada” no se reflejará nada en la propuesta de sanción. Pero si hay, a su juicio, “menosprecio, jactan­cia o mala educación”, debe con-signarse, lo que eleva la sanción mínima a 2.000 euros. Difícil en-contrar sindicalistas o jóvenes, por ejemplo, que no hayan conocido, directamente o en sus círculos cer-canos, actitudes de menosprecio, jactancia o mala educación por par-te de la Policía o la Guardia Civil. Incluso en ocasiones simplemente por tener nombres o apellidos vas-cos, etcétera. En estas semanas

hemos visto actitudes arbitrarias incluso violentas por parte de los agentes policiales en controles.

¿Un estado de excepción encubierto?Incluso añaden que, si hay “actividades en común, festejos, celebraciones, etc.”, la mul-ta será de 10.500 euros. Puede resultar razo-nable en casos ostentosos de fiestas de rica-chones, pero, ¿podemos descartar que se aplique a cualquier reunión sindical, realiza-da sin embargo con todas las medidas de protección conocidas? El profesor de Universidad de Castilla-La Mancha Nicolás García Rivas apunta que “se está haciendo un estado de excepción encubierto”. Procedimiento de infaustos recuerdos para la clase trabajadora.

Sólo tres semanas antes de la declaración del Estado de alarma el ministro dijo que “el gobierno tiene como prioridad derogar la llamada ‘Ley Mordaza’, una ley fallida”. Curiosa prioridad ésta, curiosa forma de de-rogarla, exprimiendo su aplicación. Y había alternativas, desde la promulgación de una nueva norma específica hasta la que plantea-ba la abogada general del Estado, Consuelo Castro, en su informe del 2 de abril, de apli-car la Ley de Salud Pública (aunque para eso, claro, se requerirían más inspectores de sa-nidad, que no policías). Incluso la Ley de Protección Civil, aunque el estado de alarma regido por el Real Decreto definido en una ley orgánica de 1981 lo dificulta.

El gobierno debe cumplir su compromi-so y proceder a la inmediata derogación de la Ley Mordaza. Poner en marcha nueva normativa para la gestión de la crisis en curso, si es preciso, o recurrir a la legisla-ción vigente, pero siempre con pleno res-pe to a los de rechos democrá t i cos . Sindicatos, partidos, asociaciones juveniles y democráticas en general deben unirse en este clamor. Nos va en ello parte importan-te de la vida democrática.

Xabier Arrizabalo

¡Respeto a los derechos sindicales en la universidad y en todos los sectores!En continuidad con la nota del pasado nú-mero titulada “Respeto a la representación sindical en la universidad”, nos hacemos eco de la posición de CCOO en la Complutense. En ella se explica que tras más de un mes de estado de alarma y cons-tatando la enorme labor de los trabajado-res y trabajadoras de la universidad, la actuación del rectorado se ha caracteriza-

do por no tener en cuenta ni a los órganos de representación ni a los sindicatos y asociaciones estudiantiles.

El comunicado concluye diciendo que “la UCM necesita una agenda com­partida, clara y contundente, para el desarrollo de este curso y el siguiente, sin que nadie se quede atrás, ni profe­sorado ni estudiantes, en la que se ga­

rantice la equidad, la calidad, el em­pleo y los recursos”.

Desde Información Obrera insistimos: el estado de alarma no puede transformarse en estado de excepción. Los derechos sin-dicales deben seguir plenamente vigentes. Ninguna penalización académica ni econó-mica para ningún estudiante ni trabajador.

XA

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8ESPECIAL Nº 6 / ABRIL DE 2020ENSEÑANZA

Un clamor en la comunidad educativa madrileña: restablecimiento inmediatode la financiación de las escuelas infantilesEl pasado 10 de marzo, un día después de anunciar la suspensión de toda acti-vidad académica presencial en la Comunidad de Madrid, el gobierno re-gional emitió una orden anunciando la rescisión unilateral de los convenios para la financiación de escuelas infan-tiles y casitas de niños. El día siguiente lo comunicó a las empresas y más tarde a los ayuntamientos, aunque con carác-ter retroactivo, desde el día 10 y hasta que se retome la actividad presencial-mente.

Esta suspensión de contratos públi-cos afecta a más de 8.000 trabajadores y trabajadoras, así como a unos 33.000 niños y niñas de pr imer c ic lo de Educación Infantil de estas escuelas de titularidad pública y gestión indirecta. Como ha señalado CCOO en un comu-nicado, este gobierno “continúa con la irresponsable línea de ser el motor de destrucción de empleo”, atentando con-tra el derecho a la educación del alum-nado. Anuncia además el sindicato que “emprenderá acciones legales y llama

a las corporaciones locales a mantener el servicio para, posteriormente, recla­mar a la Consejería de Educación”. UGT por su parte ha criticado que “ha suspendido todos los contratos, pero sin aportar ninguna solución”.

La actividad educativa se ha mantenido según las directrices del Real Decreto de estado de alarma. Como explica el comu-nicado de rechazo del grupo municipal Compromiso por Getafe, “los profesiona­les han continuado preparando activida­des, orientando a las familias, elaborando informes y documentos, organizando reu­niones de claustro, como el resto de etapas del sistema educativo adaptado a las ca­racterísticas de esta etapa”.

Nos unimos desde Información Obrera a la exigencia de retirada de la orden y la restitución de los contratos tal y como es-taban. Instamos a las organizaciones sindi-cales, políticas y sociales en general a re-doblar esta exigencia, en defensa del dere-cho a la educación en todos los niveles educativos y del empleo digno.

Isabel Pizarro

Denuncia contra la Comunidad de Madrid por los menús escolares de “comida rápida”La Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado Francisco Giner de los Ríos (FAPA) ha presentado la denuncia, junto con una queja al Defensor del Pueblo, planteando que estos menús no cumplen los requerimientos nutritivos básicos. Tras el inicio del confinamiento, el gobierno ma-drileño rescindió los contratos con las em-presas que servían a los comedores escola-res. A la vez, para los 11.500 estudiantes de familias con Renta Mínima de Inserción concedía la contrata a una gran empresa de este tipo de comida, concretamente a Telepizza, a la que luego se añadió Rodilla y después Viena Capellanes.

En Madrid padecemos gobiernos del PP desde hace veinticinco años, ahora con Ciudadanos y el apoyo de Vox. Y este mismo gobierno sigue desviando el presupuesto pú-blico en favor de las grandes empresas, apro-vechándose para ello del dantesco cuadro sanitario del que es responsable por sus pri-vatizaciones. Es urgente, hay que articular la más amplia unidad para echar abajo estas políticas, para echar abajo este gobierno.

Redacción

¡Basta de atropellos a la educación pública madrileña!Eliminación ya de la sobrecarga laboral del profesorado

La Consejería de Educación madrileña ha bloqueado el llamamiento de interinos duran-te el confinamiento, obligando así a que el alumnado afectado por la situación de baja laboral sea atendido por el resto de profeso-rado del centro. Esta medida, además de re-dundar de manera negativa en la calidad del proceso educativo, añade más presión al pro-fesorado, que ha visto sobrecargada su jorna-da laboral habitual como consecuencia de la suspensión de las actividades presenciales.

Conviene aclarar algunas peculiarida-des de la jornada laboral docente ya que

tiene una composi-c i ó n c o m p l e j a . Además de la docen-cia directa, que en el caso madrileño as-ciende a 20 periodos lectivos semanales y que actualmente se mantiene a través de medios virtuales, se requiere que el profe-sorado permanezca hasta un total de 30 horas semanales en los centros educativos realizando otra serie

de tareas (coordinación con compañeros, colaboración con el equipo directivo, aten-ción a padres,…) que actualmente se están desarrollando de manera telemática. El res-to hasta completar las 37,5 horas que reali-za cualquier empleado público queda reser-vado para tareas de corrección, preparación de materiales, formación, etc. La situación actual ha requerido un esfuerzo adicional por parte del profesorado para elaborar dis-tintos tipos de recursos que se adapten a las nuevas metodologías requeridas por el con-finamiento. Asimismo, también se ha visto

intensificada la labor de corrección de las actividades propuestas. A todo ello hay que añadir la sobrecarga burocrática, lo que im-plica que, si en condiciones normales la jornada efectiva supera a la reconocida for-malmente, en la situación actual este desfa-se se haya agravado aún más.

Ha de considerarse que, según datos de la OCDE, la jornada lectiva habitual de los docentes en secundaria es superior al prome-dio europeo (un 6% en la secundaria obliga-toria y un 8% en postobligatoria). Además, el peso de la docencia directa sobre la jorna-da laboral también es más elevado, redun-dando así de manera negativa sobre la cali-dad del proceso educativo.

Por todo ello, se debe eliminar el bloqueo en la contratación del profesorado interino de manera inminente, para que la pandemia no sirva como coartada para debilitar la ca-lidad de la educación pública y deteriorar aún más las condiciones laborales del profe-sorado. Además, de cara al próximo curso, se debería reducir hasta 18 el número de horas de docencia directa, de tal manera que el profesorado pudiera atender en mejores condiciones el resto de tareas.

Javier Murillo (CCOO) y Pepi Afonso (CCOO)

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Movilizaciones de los repartidores de Glovo

Los riders llevan años peleando para de-nunciar las condiciones impuestas por em-presas como Glovo o Deliveroo. No son pocas las batallas ganadas para ser consi-derados como trabajadores asalariados y no como autónomos, sentenciando los tribuna-les el fraude en su contratación y dando la razón a trabajadores y sindicatos, pero los frentes se multiplican. «Su estrategia es perder juicios, mientras se siguen llenando los bolsillos». Habla Felipe Díez, a quien su experiencia como repartidor le ha lleva-do al frente de la plataforma Tu respuesta sindical, de la mano de UGT.

Cuando empezó el Estado de Alarma hubo una reducción importante de la de-manda, fundamentalmente en Glovo, Deliveroo y Uber. En consecuencia, las empresas de reparto han ido introduciendo modificaciones que obligan a los trabajado-

res a estar más tiempo en la calle. Los em-pleados ganan en fun-ción de cada pedido entregado y el jueves 16, Glovo anunció una bajada en la tarifa base, que pasaría de 2,50 eu-ros a 1,20 por pedido. Las tarifas se nutren de diversos elementos: la tarifa base por pedido, el suplemento por kiló-metros y otros que «pueden darse depen-diendo de si hay lluvia o de alguna promo-ción». Recordemos

que los repartidores cobran por pedido, pero su salario también depende de la eva-luación interna hecha por la empresa, que tiene en cuenta parámetros como la valora-ción del cliente final o la disponibilidad del repartidor.

Con esa dinámica, el repartidor «espera en la calle los pedidos que le tocan y si no hace ninguno no cobra nada». Bajar la ta-rifa base «es una forma de seguir en la línea que siempre se ha tenido de bajar el coste por parte de la empresa en detrimento del trabajador». Los riders deben «pasar mu-cho tiempo en la calle esperando a que les llamen para trabajar».

Al final lo que «demuestran es desdén hacia los trabajadores y falta de escrúpulos».

Ana Ercoreca es Inspectora de Trabajo y preside el Sindicato de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social (SITSS). Está

recibiendo un goteo de consultas constante en materia de prevención, impago de sala-rios, despidos o falta de material. A su juicio, quienes están más desprotegidos son «los falsos autónomos, los más vulnerables», a quienes recomienda denunciar en primer lu-gar esta condición. Para Díez, es importante mantener la «estrategia de la denuncia» y se vale de las «muchas sentencias» a su favor. Pero la justicia es muy lenta, lamenta, así que las empresas «han seguido haciendo lo que han ido queriendo».

Y es que, a pocos días de decretarse el Estado de Alarma, la Ministra de Trabajo anunciaba que se estaban estudiando ya medidas para legislar de forma clara en re-lación a los «falsos autónomos», pero todo quedó frenado en seco.

Pero el Estado de Alarma no ha conse-guido frenar a los repartidores. El jueves 16 de abril se movilizaron inmediatamente con una reacción instintiva de cólera e indigna-ción ante las oficinas de Glovo en Madrid y convocan movilizaciones a nivel nacional e internacional, apoyados por UGT. Por eso debemos seguir reivindicando que se ponga fin a este fraude en la contratación, y que se doten de los recursos suficientes, tanto económicos como de profesionales, para que esto sea posible.

Los abusos contra los riders son un ejemplo más de que intentan costear esta crisis precarizando nuestras condiciones laborales y que pueden ser tan brutales si no frenamos al capital.

Silvia Martínez, secretaria general de Upta-Euskadi

¿Renta Mínima en mayo?Tras muchas dudas y debates, el gobier-no anuncia la instauración de una renta mínima a partir de mayo. Nadie va a oponerse a que toda la población nece-sitada, que no tiene o que ha perdido su empleo, tenga algún ingreso, pero hay que medir según con las condiciones y la cuantía del mismo.

Por ejemplo, el ministro Escrivá (y los defensores de una “renta básica”) defienden que se trate de una medida “estructural” y no coyuntural. El go-bierno anuncia que, además, sea com-patible con cualquier trabajo. Ahora bien, se habla de un subsidio de alrede-dor de 460 euros mensuales. Nadie pue-de vivir con eso. En la práctica, los que lo cobren tendrán que buscarse un em-pleo que complemente esa cantidad. Es una invitación a coger cualquier em-pleo, a someterse a la sobreexplotación,

en “blanco “o en “negro”. Por tanto, una medida que supuestamente iba a ayudar a los trabajadores más desfavo-recidos se convierte en una ayuda a los patronos más explotadores.

En particular, la medida puede ser perjudicial para las mujeres trabajado-ras, para quienes un mínimo subsidio puede ser la tentación para quedarse en casa cuidando a los hijos o para aceptar cualquier subempleo a tiempo parcial.

Tendremos que esperar el decreto. Pero hay tres cuestiones a plantear ya:

Si la renta mínima vital (RMV) que se anuncia es compatible con un trabajo, su vocación es la de trasladar esa renta al empresario, que podrá despedir y em-plear a un perceptor de la RMV pagán-dole un salario mucho más bajo del que paga actualmente. Lo que implica a cor-to plazo una bajada general de salarios.

Si continúan los recortes en las pres-taciones por desempleo, la RMV tende-rá a sustituir el seguro por desempleo.

Por último, ¿Quién y con qué se va a financiar la RMV?

Lo que necesitamos es un subsidio de desempleo de duración indefinida, vinculado a la búsqueda de empleo y la formación, y suficiente para sobrevivir. Y verdaderos planes de empleo público.

Luis González y Blas Ortega

9ESPECIAL Nº 6 / ABRIL DE 2020TRIBUNA LIBRE

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La defensa de los derechos de mayoresy trabajadores de las residenciasLa crisis sanitaria del coronavirus ha puesto de manifiesto la contradicción entre los de-rechos de los residentes y empleados de las residencias con los intereses patronales. Contradicción que aparece igualmente entre la CEOE, defendiendo el beneficio empre-sarial sin asumir el coste de la defensa de la salud, y los trabajadores

obligados a la reanudación del trabajo. Es la contradicción implícita del sistema ca-pitalista que a cada paso pone de manifiestos intereses contrapuestos.

El gobierno de la derecha hizo que los pensionistas, los trabajadores de los hospi-tales y residencias, con todos los trabajado-res, paguen las consecuencias de las políticas de recortes. En estos días, pagan los que asumen el reto de dominar la enfermedad: según datos oficiales 37.700 sanitarios han sido infectados por el virus.

¿También ahora las consecuencias de la crisis económica en marcha deben pagarlas los trabajadores?

En lo inmediato son necesarias medidasurgentes y defender los derechosTodavía no se ha solucionado la escasez de material de prevención y de pruebas de de-tección de la infección; tampoco se ha con-tratado aún el personal necesario.

Los Comités de Seguridad y Salud y los delegados sindicales de prevención deben ocupar todo su lugar en la vigilancia y con-trol del cumplimiento de la legislación pro-tectora de la salud.

Los trabajadores no pueden verse obli-gados a trabajar, sin las garantías a la salud en el trabajo establecidas en la legislación que con tantos años de lucha se ha ido arran-cando a la patronal.

La crisis de las instituciones que ha pues-to de manifiesto la epidemia no puede utili-zarse como excusa para rebajar la seguridad

en el trabajo, el cumplimiento de horarios, los días establecidos de descanso, el pago de las horas extras y su cotización. La crisis no puede utilizarse para modificar las condicio-nes de trabajo.

Apoyar a los trabajadores de las residencias que luchan por su convenio colectivoLos trabajadores de las residencias y las fe-deraciones de UGT y CCOO de la Depen-dencia, sector que agrupa a más de 250.000 trabajadores, sobre todo mujeres, llevan me-ses combatiendo por un convenio marco estatal. La propuesta sindical es la subida salarial a 1000 euros mensuales en 14 pagas. La patronal rechaza la negociación, ralentiza todo el proceso y no hace ninguna propues-ta. Las condiciones laborales obligan a los trabajadores y sus sindicatos a continuar la lucha.

La actividad sindical, las reivindicacio-nes, no deben a ser anuladas por la crisis sanitaria. Lo que une a los trabajadores es la lucha por las reivindicaciones. Ningún acuerdo de las cúspides políticas podrá de-tener la acción reivindicativa y la indepen-dencia de la acción sindical.

Desde los ámbitos sindicales se exige la derogación del Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas que garantizan la estabilidad presupuestaria a costa del retro-ceso de la dependencia.

Igualmente, desde los Comités de Seguridad y Salud debe plantearse el reco-nocimiento de la enfermedad por el corona-virus como enfermedad profesional del per-sonal de la sanidad y las residencias.

Ni la pandemia ni la crisis económicapueden llevar al olvido de las reivindicacionesAl contrario, conducen a su reafirmación y defensa. Los diagnósticos del futuro inme-diato, integrando millones de parados, quie-

ren cambiar la agenda establecida de recu-peración de derechos, la exigencia de la derogación de la reforma laboral, la deroga-ción de las reformas de pensiones, la subida de salarios y la recuperación de derechos erosionados desde la época de Rajoy.

Para eso se echó a Rajoy: para derogar sus políticas de destrucción de derechos. ¿Acaso lo que se quiere ahora, pactando con el PP y Cs, es pasar página y asumir la he-rencia de Rajoy, limando a lo máximo algu-nos de sus aspectos secundarios?

El derecho a la dependenciase ha debilitado con las reformasA 31 de diciembre de 2019 un total de 1.385.035 personas eran beneficiarias con derecho a las distintas prestaciones del INSERSO. Tales como teleasistencia, ayuda a domicilio, centros de día/noche, cuidados familiares, etc. La “atención residencial” la reciben 170.785 dependientes en residencias públicas y concertadas.

Del análisis de la gestión del total de be-neficiarios, un 65% mujeres, resulta:

• Esperando para ser valorados y eventual-mente tener derecho a algunas de las prestaciones por dependencias había a 31 de diciembre un total de 159.193 perso-nas.

• El número de personas con derecho re-conocido a alguna de las prestaciones y que estaban en lista de espera de atención era de 266.000 personas. 20.000 más que diciembre del año anterior.

• Se stima en 31.000 las personas con de-rechos reconocidos que estando en lista de espera murieron sin haber podido ejercitar su derecho.

• El recorte acumulado de los Presupuestos del Estado tras el RD-ley 20/2012 as-ciende a 5.864 millones de euros, que tuvo que ser compensados con recursos de las comunidades y el COPAGO de los dependientes.

• El gobierno incumple la ley cuando im-posibilita que los asuntos judicializados en materia de dependencia pasen al or-den social, lo que obliga a la reclamación en la jurisdicción contencioso-adminis-trativa, que es lenta y costosa.

Ciertamente, se trata de deficiencias que, en buena parte, vienen de atrás. Pero los afec-tados, sus familias, sus asociaciones de de-fensa, y las organizaciones obreras, estás legitimados para exigir al Gobierno y a las autoridades regionales el cumplimiento de la ley, la reparación del daño y las medidas administrativas y políticas necesarias para solucionar el desastre.

Juan Miguel Fernández.

10ESPECIAL Nº 6 / ABRIL DE 2020ACTUALIDAD SOCIAL

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El último intento de la Unión EuropeaEn el momento en que cerramos la edi-ción de este semanario obrero especial, se está celebrando la Conferencia de Jefes de Estado o Gobierno de los 27 países de la Unión Europea.

Recordemos que el día 10 de este mes tuvo lugar el encuentro de los ministros de Finanzas del Eurogrupo que decidió el arti-lugio financiero de emitir préstamos por un valor de 500.000 millones de euros, présta-mos reembolsables y la mayoría con condi-ciones de rescate.

¿Qué debe decidir la cumbre europea? Teóricamente fondos para la «reconstruc-ción». El gobierno español pretende la crea-ción de un fondo de reconstrucción a fondo perdido de un billón o billón y medio. Prácticamente elevar el techo de gasto de la UE del 1,2% actual del PIB total al 2%. Esta propuesta choca abiertamente con los inte-

reses de la burguesía alemana y de otros países, que procuran desbloquear fondos para apoyar a «sus» empresas.

Todos los gobiernos europeos tienen dos cosas en común: proteger a los empresarios y protegerse de la indignación de la pobla-ción que crece por momentos. En todo lo demás sus intereses son contradictorios, así como los de las multinacionales a las que protegen.

Toda la miseria de la Unión Europea apa-rece, producto de la incapacidad del capital para unir a Europa. La propiedad privada, la búsqueda del beneficio en momentos de cri-sis extrema, como el actual, hace estallar todas las contradicciones.

Volveremos la semana próxima con los resultados de la cumbre de este Consejo de Europa.

Angel Tubau, 23 de abril

México, editorial de El Trabajo (extractos)

El Consejo General de Salud presentó el 14 de abril lo que llamó «Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica», en la que ordena a los doctores que combaten la enfermedad y trabajan en los centros hospitalarios la forma de proceder ante la posible escasez de me-dios (ventiladores pulmonares, etc.).

En la guía se indica (ordena) al médico que, en caso de falta de recursos, si hay dos pacientes, se debe preferir a uno tomando como referencia «la edad, riesgos de comor-bilidad y en caso de empate, el azar».

El país tiene recursos para enfrentar la pandemia, para disponer de ellos es necesa-rio suspender el pago de los enormes intere-ses de la deuda pública.

Los señores del CGS basan su «ética» en la presunción (falsa) de la escasez de recur-sos, tratan ante todo de defender los criterios del presupuesto federal que tiene como prio-

ridad entre otras cosas, el pago de los enor-mes intereses de la deuda pública creada por los gobiernos anteriores, corruptos y entre-guistas, y mantener los bajos impuestos de las multinacionales... Es una ética que res-peta los intereses del capital.

La proposición de López Obrador de «pri-mero el pueblo y después el pueblo» será sometida a la prueba de los acontecimientos.

Nosotros decimos: «¡No a la guía bioéti-ca que es un lineamiento contra el pueblo!».

Usted, señor presidente, puede echar abajo esa guía «ética» y sus concepciones y reivin-dicar la defensa de la libertad de los médicos para actuar conforme a los intereses de los pacientes. Ninguna política administrativa pue-de imponer criterios a los médicos para atender a las pacientes sin tutela de las autoridades.

Extractos del editorial de “El Trabajo”, del 20 de abril de 2020

Los palestinos golpeadospor un doble azoteLas medidas impuestas de confina-miento y toque de queda impiden a los palestinos agruparse para ma-nifestarse contra los atropellos y robos de los colonos.

Regularmente y bajo protección mi-litar, los colonos intervienen directa-mente acosando a la población palestina local. Los abusos de los colonos consis-ten frecuentemente en la destrucción de tierras agrícolas palestinas (esparcen aguas residuales sobre los campos, arrancan olivos...) y en el robo puro y duro de tierras. Además de la violencia y las provocaciones recurrentes del ejér-cito israelí, la crisis del coronavirus impone a los palestinos un doble confi-namiento: el de la ocupación, con su política cotidiana de acoso, y el impues-to por razones sanitarias para proteger-se de la propagación de la pandemia. Es el confinamiento dentro del confina-miento, un aislamiento añadido en una prisión a cielo abierto.

Con una de las mayores densidades del mundo en las zonas habitadas, en la situación sanitaria sumamente precaria que conoce, a causa principalmente del bloqueo y de la destrucción de parte de las clínicas y hospitales por los bombar-deos israelíes, la franja de Gaza teme muy especialmente la propagación de la pandemia. A ello se añaden cortes del suministro eléctrico diarios y prolonga-dos y un material médico imposible de renovar y en su mayoría obsoleto. Solo el levantamiento inmediato e incondicional del bloqueo de la franja de Gaza, coges-tionado por Egipto, puede dar respuesta urgente a la población de Gaza, con el envío masivo de todo el material médico necesario. Cuando la pandemia no hace sino agravar las ya insoportables condi-ciones de la ocupación de los territorios de 1967, miles de trabajadores palestinos, autorizados a trabajar dentro del Estado israelí, son devueltos a sus casas en Cisjordania, naturalmente sin realizárse-les pruebas, con el riesgo de propagar a su vez la enfermedad en sus hogares.

En el Estado israelí, donde los pa-lestinos (que tienen la ciudadanía israe-lí y representan el 20% de la población total) sufren racismo y discriminación, los sectores de mayoría árabe padecen una clara agravación de la pandemia. Hasta comienzos de abril, se han reali-zado test a 6.500 «ciudadanos árabes» y a 80.000 residentes judíos.

François Lazar

Ver artículo completo en http://www.informacionobrera.org/no-a-la-guia-bioetica/

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La realidad de la situación en AlemaniaAlemania parece el país menos tocado, 4.642 muertos... Se organizaron desde enero test masivos y hay 28.000 camas con respiradores. Sin embargo, Alemania no es un paraíso sanitario, al revés. Antes del tsunami del virus hubo el tsuna-mi de los recortes y existía ya la crisis del sistema capitalista, también en Alemania.

Desde 1990, año de la reunificación, se han suprimido 150.000 camas. Así el tiempo me-dio de hospitalización pasó de 14 días a 7 días …. Y con la «Agenda 2010» de Schröder (SPD) y después con la gran coalición entre el SPD y la CDU con Merkel se han organi-zado olas de privatizaciones de hospitales enteros, externalizaciones de partes enteras, se bloquearon los salarios en el sector públi-co y se bajaron en las partes que privatizaron y donde los trabajadores están fuera del con-venio colectivo del sector público (TVÖD).

Finalmente, con el cierre de las fronte-ras, se han ido unas 200.000 ayudas a do-micilio de Polonia y Rumania que cuidaban a unos 500.000 enfermos en casa, lo que amenaza otro sector con una crisis sanita-ria. Se puede decir que el sector de sanidad es un polvorín y así Merkel, menos triun-fante, ha explicado la semana pasada que si el factor «R» (el número de personas que un enfermo podría contagiar) pasa del 0,8 actual al 1,2 «los hospitales estarán total-mente desbordados ya en junio».

Los alemanes utilizan una palabra para caracterizar esta situación en la sanidad: «kaputtsparen», que se podría traducir como «recortes hasta el colapso». La situación es tan mala que en los últimos dos años había muchísima resistencia en los hospitales, in-cluso muchas huelgas: Essen, Düsseldorf, Saarbrücken, Berlín …. En Berlín, en el hospital más grande de Alemania, Charité, hubo hasta el confinamiento una huelga pa-ra reintegrar las partes externalizadas y por la reincorporación del personal en el conve-nio colectivo del sector público (TVÖD).

Ya antes de la crisis actual, el personal hospitalario, junto con su sindicato Verdi, ha calculado, hospital por hospital, que en todo el país hay que contratar por lo menos 162.000 enfermeros y médicos. ¿Y qué ha-ce en esta crisis el gobierno de Merkel, de la CDU con el SPD? ¿Satisfacer las reivin-dicaciones? Sí, pero no de los hospitales,

sino de la patronal: dan hasta 700.000 millones para «salvar» las empresas (las mismas 100 grandes que dan a sus accio-nistas 44.000 millones de dividendos en 2020) y casi nada para el hospital, apenas 100.000 millones.

Hay carencia de todo, como en otros países: mascarillas, batas... y crece la in-dignación y la rabia. Los representantes del comité de empresa de unos 60 hospi-tales en Baja Sajonia, junto con los sin-dicatos locales de Verdi, han escrito al go-bierno del Land: «No somos héroes» y exigen mascarillas, batas, «incluso requisi-ción de empresas para producirlas en interés de la sociedad», contratación de personal, derogación de las externalizaciones y priva-tizaciones y cobertura por el convenio co-lectivo, una gratificación excepcional de 500 euros por mes…. Cartas similares han escri-to hospitales en Baviera y en el Este, en Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia y orga-nizan la resistencia desde abajo.

Enfrente hay un gobierno con su minis-tro de Sanidad, Spahn, que quiere lo contra-rio, en plena crisis del virus apoya el «plan Bertelsmann» que prevé reducir el total de los hospitales de 1.400 hoy hasta 400.

Quiebras de fábricas, rebeliones, revolucionesVirus y crisis. Crisis ya había antes, y no solo en la sanidad, el virus la ha acelerado al extremo. El corazón de la industria ale-mana es el sector del automóvil. Hay sobre-producción, el mercado mundial está satu-rado, hay una guerra comercial. Con el pretexto del «automóvil limpio» (eléctrico) se anunció una primera ola de 300.000 des-pidos. Todo eso con una presión tremenda sobre los sindicatos para entrar en la «unión nacional» con los que organizan los despi-dos y la destrucción del hospital público. La dirección nacional del DGB y del IG Metall lo han aceptado, por lo menos hasta ahora, practican la tregua y apoyan al gobierno.

Pero poco a poco, desde abajo, desde los hospitales, los institutos y también en la me-talurgia la resistencia busca camino. ¿Tregua? En Baviera, los dueños quieren cerrar una fabrica metalúrgica con 500 tra-bajadores por falta de «rentabilidad». Los últimos días los trabajadores, con su sindi-cato IG Metall, han realizado una votación para organizar una huelga indefinida en de-fensa de sus puestos de trabajo. Participación 100%, votos a favor 98%… Los militantes de Verdi en los hospitales en el Este, ya men-cionados, exigen también en su resolución la derogación del cambio del derecho labo-ral que permite jornadas de hasta 12 horas. También en el Este, en Sajonia, la Comisión Obrera del SPD (AFA) exige la misma de-rogación. Es verdad, en el Este de Alemania tienen una experiencia particular para en-frentarse desde abajo al poder, incluso para destituirlo…

Nadie sabe cómo va a desarrollarse esta crisis, que es en realidad la crisis del capi-talismo. La situación es compleja. Pero des-de abajo, los enfermeros, médicos, trabaja-dores de la basura, del transporte, de los supermercados, también los profesores, to-dos estos «héroes» que se están enfrentando cada día al virus, a la enfermedad y a la muerte, están también en primera línea hoy para organizar la resistencia. Y eso lo tienen en común con los trabajadores de Francia, de Italia, de España.

Frank Arnold

En la web de Información Obrera puedes encontrar un artículo completo sobre la situación que atraviesa Bulgaria por las consecuencias de la pandemia pro-vocada por el coronavirus, COVID-19.

Ven artículo completo en http://www.informacionobrera.org/cuando-la-crisis-es-la-normalidad/

Artículo sobrela situación de Bulgaria