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137 Educación Social 53 Intercambio La participación social y su impacto en los procesos de cohesión social en el barrio La Coma El artículo realiza un análisis de la vida cotidiana del barrio La Coma, un territorio ex- cluido del desarrollo, que desde su propio vientre propone alternativas para cambiar su realidad. Se han llevado a cabo proyectos de intervención comunitaria y se ha convivido con los vecinos, participando en sus espacios de acción y decisión social. Lo local es el escenario por excelencia donde se puede enriquecer la vida cotidiana de las colectivida- des, a través de la promoción de modos interactivos de hacer estrategias participativas. Para lograrlo se deben incluir a todos los actores locales, integrando la diversidad y los múltiples puntos de vista para fortalecer y legitimar el desarrollo. El barrio La Coma, aunque ha dado algunos pasos en estas búsquedas, dista mucho de constituirse como un escenario que estratégicamente contribuya a la sostenibilidad local, desde sus cualidades y fortalezas. Palabras clave: Proyecto colectivo, Comunidad, Intervención comunitaria, Desarrollo, Diversidad Resumen La participació social i el seu impacte en els processos de cohesió social al barri La Coma L’article fa una anàlisi de la vida quotidia- na del barri La Coma, un territori exclòs del desenvolupament, que des del seu propi cor proposa alternatives per canviar la seva reali- tat. S’han dut a terme projectes d’intervenció comunitària i s’ha conviscut amb els veïns, participant en els seus espais d’acció i de- cisió social. L’espia local és l’escenari per excel·lència on es pot enriquir la vida quoti- diana de les col·lectivitats, a través de la pro- moció de maneres interactives de fer estratè- gies participatives. Per aconseguir-ho s’han d’incloure tots els actors locals, integrant la diversitat i els múltiples punts de vista per en- fortir i legitimar el desenvolupament. El barri La Coma, tot i que ha fet passes en aquestes recerques, és lluny de constituir-se com un es- cenari que estratègicament contribueixi a la sostenibilitat local, des de les seves qualitats i fortaleses. Paraules clau: Projecte col·lectiu, Comunitat, Intervenció co- munitària, Desenvolupament, Diversitat Social Participation and its Impact on Social Cohesion Processes in the Neighbourhood of La Coma The article analyses the everyday life of the neighbourhood of La Coma, an area bypassed by development, where alternative proposals for changing conditions are coming from wi- thin the local community. Various community intervention projects have been carried out, with the residents actively participating in their spaces of action social and decision- making. The local context is the paradigm scenario for the enriching of the daily lives of communities through the fomenting of interac- tive modes of implementing participatory stra- tegies. For this to be achieved it is necessary to include all of the local people, embracing diversity and multiple points of view in order to strengthen and legitimize development. Although the neighbourhood of La Coma has taken some steps in this direction, it is still a long way from constituting a scenario that contributes strategically to local sustainability through its qualities and strengths. Keywords: Collective project, Community, Community in- tervention, Development, Diversity Cómo citar este artículo: Méndez López, Á. J. (2013). “La participación social y su impacto en los procesos de cohesión social en el barrio La Coma” Educación social. Revista de Intervención Socioeducativa, 53, p.137-150 Ángel Joel Méndez

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    Educación Social 53 EditorialEducación Social 53 Propuestas metodológicas en la formación de competencias de los educadores/as socialesEducación Social 53 Intercambio

    La participación social y su impacto en los procesos de cohesión social en el barrio La ComaEl artículo realiza un análisis de la vida cotidiana del barrio La Coma, un territorio ex-cluido del desarrollo, que desde su propio vientre propone alternativas para cambiar su realidad. Se han llevado a cabo proyectos de intervención comunitaria y se ha convivido con los vecinos, participando en sus espacios de acción y decisión social. Lo local es el escenario por excelencia donde se puede enriquecer la vida cotidiana de las colectivida-des, a través de la promoción de modos interactivos de hacer estrategias participativas. Para lograrlo se deben incluir a todos los actores locales, integrando la diversidad y los múltiples puntos de vista para fortalecer y legitimar el desarrollo. El barrio La Coma, aunque ha dado algunos pasos en estas búsquedas, dista mucho de constituirse como un escenario que estratégicamente contribuya a la sostenibilidad local, desde sus cualidades y fortalezas.

    Palabras clave: Proyecto colectivo, Comunidad, Intervención comunitaria, Desarrollo, Diversidad

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    La participació social i el seu impacte en els processos de cohesió social al barri La Coma

    L’article fa una anàlisi de la vida quotidia-na del barri La Coma, un territori exclòs del desenvolupament, que des del seu propi cor proposa alternatives per canviar la seva reali-tat. S’han dut a terme projectes d’intervenció comunitària i s’ha conviscut amb els veïns, participant en els seus espais d’acció i de-cisió social. L’espia local és l’escenari per excel·lència on es pot enriquir la vida quoti-diana de les col·lectivitats, a través de la pro-moció de maneres interactives de fer estratè-gies participatives. Per aconseguir-ho s’han d’incloure tots els actors locals, integrant la diversitat i els múltiples punts de vista per en-fortir i legitimar el desenvolupament. El barri La Coma, tot i que ha fet passes en aquestes recerques, és lluny de constituir-se com un es-cenari que estratègicament contribueixi a la sostenibilitat local, des de les seves qualitats i fortaleses.

    Paraules clau: Projecte col·lectiu, Comunitat, Intervenció co-munitària, Desenvolupament, Diversitat

    Social Participation and its Impact on Social Cohesion Processes in the Neighbourhood of La Coma

    The article analyses the everyday life of the neighbourhood of La Coma, an area bypassed by development, where alternative proposals for changing conditions are coming from wi-thin the local community. Various community intervention projects have been carried out, with the residents actively participating in their spaces of action social and decision-making. The local context is the paradigm scenario for the enriching of the daily lives of communities through the fomenting of interac-tive modes of implementing participatory stra-tegies. For this to be achieved it is necessary to include all of the local people, embracing diversity and multiple points of view in order to strengthen and legitimize development. Although the neighbourhood of La Coma has taken some steps in this direction, it is still a long way from constituting a scenario that contributes strategically to local sustainability through its qualities and strengths.

    Keywords: Collective project, Community, Community in-tervention, Development, Diversity

    Cómo citar este artículo:

    Méndez López, Á. J. (2013).“La participación social y su impacto en los procesos de cohesión social en el barrio La Coma”Educación social. Revista de Intervención Socioeducativa, 53, p.137-150

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    y Aproximación al concepto de desarrollo comunitario

    Una comunidad de ciudadanos activos debe incrementar las formas asocia-tivas para desarrollar objetivos concretos que se fusionen con abordajes más generales. Este incremento de las propuestas asociativas debe darse comple-mentariamente en cada uno y en todos los escenarios de la vida cotidiana, legitimando los derechos y aspiraciones ciudadanas, al igual que ampliando los márgenes a la dación de políticas concretas, efectivas, donde se sinteticen las aspiraciones humanas en las áreas de salud, vivienda, cultura y educa-ción. Todo ello visualizado desde una perspectiva integral de la comunidad en estrecha conexión con los restantes espacios territoriales.

    La construcción de caminos válidos para poder funcionar como proyecto co-lectivo implica la integración de una sumatoria de experiencias que traigan como resultante la configuración de superiores estrategias de intervención a nivel de praxis cotidiana. Para ello es fundamental llenar los espacios cívicos e inducir acciones cambistas; pero para inducir acciones es necesario estar, encontrar y encontrarnos en los disímiles espacios sociales habilitadores de sentido. Sabemos que cuesta dotar de vida a los espacios sociales, pero hay que crearlos y confiar en sus potencialidades para el cambio.

    Los criterios que nos da la experiencia nos permiten moldear las relaciones entre los sujetos, ser más consientes de las consecuencias e integrar caminos de aprendizajes nuevos. Los espacios del conocimiento necesitan convertir-se en espacios de y para la innovación social. Ello es más importante aun en contextos que, como La Coma, necesitan reinventarse constantemente para seguir avanzando y es que la parte de potencia y creatividad está en lo nuevo, sin renunciar a lo viejo, que ha sido aportativo hasta hoy.

    Esto implica cambiar la perspectiva de hacer comunidad de sentidos, de ha-bilitar construcciones y estructuras conjuntas y de sobrepasar confrontacio-nes personales, colocando los compromisos en función de la aportación y conquista colectiva en materia de dignidad humana. Las energías posibilita-doras del desarrollo local precisan estar acompañadas de vías y estructuras más vitales, más constructivas a los fines de promover participación comuni-taria, inclusión social, cohesión social y fortalecimiento comunitario; deben abrazar más la diferencia cultural, convocando a la unidad de acción e im-plementando un modelo de participación ciudadana que permita compartir poder y colmar de contenido social las instancias administrativas.

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    Ya en la Carta de participación ciudadana del Ayuntamiento de Paterna (mu-nicipio al que pertenece el barrio de La Coma) en el año 2001 se reconocía que “la participación ciudadana debe entenderse como el derecho de las per-sonas a intervenir en el proceso de toma de decisiones en el ámbito local y constituye una parte inseparable de la sociedad democrática y uno de los derechos fundamentales de los ciudadanos que les permite participar en la gestión y en las determinaciones adoptadas en el ámbito municipal”.

    Una democracia avanzada implica necesariamente de elevados niveles de participación ciudadana, como mecanismo para la defensa de los derechos humanos y esas conquistas solo se alcanzan en los niveles más cercanos a lo local.

    Hablar de lo local como espacio para afrontar las exclusiones con todos sus satélites significa al menos tres cosas. En el interior de una sociedad exclu-yente, la participación social, como derecho y como deber, se despliega en energías sociales que perforan las fronteras de la marginalidad; en frenos de emergencia ante la inhumanidad y en círculos virtuosos mediante la cons-trucción de cortafuegos. Son las tres grandes metáforas que ha construido el siglo xx para canalizar la participación social. En primer lugar, la participa-ción local funciona como energías sociales para que los pueblos caminen y puedan salir adelante; en segundo lugar, la participación local actúa como frenos de emergencia para evitar conducir la sociedad a la deriva y, en tercer lugar, la participación social activa cortafuegos, proponiendo la construc-ción de diques donde se defienda el futuro de la vida y donde sea posible liberarnos de la destrucción. (García Roca, 2004: 213-214)

    Las mayores opciones de efectividad del proceso de participación social se dan en los espacios territoriales de pequeña escala, escenarios autenticadores de la plena democracia participativa, que posibilitan adentrase en lo concreto y en lo local como entornos más directos para enriquecer la cotidianeidad. El marco de lo local se presenta como el más óptimo para consolidar, al máximo de lo posible, los procesos de participación social con sentido li-bertario y, por consiguiente, para hacer emerger el despliegue de la cohesión social. Es esta la lógica de actuación que soporta el análisis en el presente artículo, en el que se construyen alternativas concretas, conjuntamente con la población de La Coma, para dotar de nuevos sentidos su praxis social, enriqueciéndola en los cauces de la dignificación y el desarrollo sostenible.

    El barrio no es un experimento de laboratorio, es un espacio de actuación matizado por múltiples enunciaciones a través de las cuales se sintetiza la vida y los proyectos de muchas personas. El desarrollo comunitario del barrio La Coma pasa por la propuesta de panoramas diversos, donde salga a la luz un nuevo horizonte de prospección que busque equilibrios ante tan-tas desigualdades de base, de partida, en la dación plena de nuevos sujetos constitutivos.

    Las mayores opciones de efecti- vidad del proceso de participación social se dan en los espacios territoriales de pequeña escala

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    El desarrollo de la cohesión social del barrio tiene que pasar por el fortale-cimiento de las capacidades a través de un involucramiento actuante y de la potenciación de la participación social de las culturas diversas, en lo que puede concebirse como un proceso de incorporación activo, de respeto di-námico, mutuo, con voz propia, que establezca conexiones a partir de la experiencia, desbordando la praxis social hacia construcciones culturales cualitativamente superiores.

    No es un camino de rosas lograr la participación social de las diversidades culturales del barrio, no es tarea sencilla imponerse a los múltiples signos predatorios que matizan las relaciones culturales de la comunidad; ahora, no cabe la menor duda de que se impone crear espacios de concertación de nuevas voces en contra de las segregaciones abiertas y del ocultamiento (o de la pretendida invisibilización) del otro cultural, se impone desbancar los prejuicios, estigmas y estereotipos enraizados, los juegos de las identidades fijas y también se impone dar opciones de figurar y de poder expresarse, de buscar empatía y propiciar el altruismo, así como potenciar movimientos contra la intolerancia que se asienten en una ideología del amor, del encuen-tro, del respeto, de la convivencia democrática e intercultural.

    La convivencia intercultural en la comunidad debe ser gestionada con efecti-vidad y necesita legitimar con su consecución todas las redes interculturales posibles, que permitan no sólo la compartición de un mismo espacio físico, sino la compartición en igualdad de condiciones y de oportunidades, de to-dos los escenarios posibles en planos culturales y sociales. Estas ideas, que son centrales a la hora de superar la exclusión de los grupos culturalmente diversos, se tejen con una impronta sólida en la lógica viabilizadora de la cohesión social.

    En síntesis, lo que se propone es construir otras tentativas a favor de la con-vivencia, de la aceptación, de la armonía y de la justicia social en La Coma, en un despertar reflexivo de la comunidad, donde los procesos socioeducati-vos se nutran de la cultura, como expresión profunda de núcleos intercultu-rales clave. La investigación de la que se nutre el presente artículo muestra carencias en este sentido; aún perduran prejuicios y estereotipos bien en-raizados que limitan empatizar con el otro; los prismas de la diferencia no están bien reconocidos, el proceso educativo se valora como muy limitado, y sin educación en su máxima expresión no hay interculturalidad posible, no existe desarrollo comunitario real, ni sostenido en el tiempo.

    Sólo integrando las capacidades de todos, cohesionados a través de proyec-tos endógenos y colectivos, se puede contribuir a la transformación social. Sólo el contacto con la realidad permite conocer, y este conocimiento es el primer camino para energizar el cambio nutricio; solo la convergencia de nuevos requerimientos podrá contribuir a que amanezca una necesaria e intercultural comunidad.

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    No es posible construir horizontes de futuro, si las personas y los grupos sociales no se sostienen unos a otros, y para lograrlo es importante encontrar sujetos rehacedores del barrio, con una proyección más solidaria y coope-rante, que sean capaces de alcanzar una vocación de acogida en una lógi-ca de ideario superior que permita pulir el desarrollo compartido, superar estereotipos y prejuicios, haciendo desaparecer las fronteras entre culturas, fortaleciendo la convivencia, generando solidaridad activa y próxima, en un espacio-tiempo donde prima un abanico de culturas y donde la participación social se convierta en ejercicio pleno de la emancipación. De forma que el desarrollo del barrio se convierta en contribución a que las personas, desde sus potencias, motivaciones, ánimos y proyectos, puedan aprender a vivir dignamente.

    La participación social en el barrio La Coma*

    Es la participación social quien vertebra el equilibrio democrático de la co-munidad, permitiendo aperturas a nuevas formas expresivas de desarrollo te-rritorial, a través de la propuesta de proyectos que se nutran de los saberes y capacidades humanas hacia un enriquecimiento de lo local, en la lógica de construir nuevas relaciones de asociación con las organizaciones y movimien-tos sociales, cooperando e implicándose en salidas colaborativas, que fortalez-can vínculos más horizontales en el fortalecimiento de lo comunitario y de la cohesión social. Aquí lo local implica apertura, reafirmación de la diferencia y de la individualidad que caracteriza a cada grupo humano concreto.

    Por ser la administración local la primera con la que entran en contacto las personas en el ejercicio y la construcción de su/la ciudadanía, es en este es-cenario donde se debe contribuir lo antes posible a favorecer la integración verdadera de la población, en sus múltiples búsquedas de autorrealización humana. Sin embargo, en la praxis concreta, estas son alternativas incomple-tas e insuficientes, que no permiten el acercamiento a formas organizativas renovadas y, por consiguiente, no dan respuestas eficaces a las múltiples necesidades que la diversidad galopante de los últimos años ha impuesto a la sociedad española. La ciudadanía se ve fracturada, dislocada y en declive, si centramos las disímiles contradicciones que en la praxis cotidiana la mar-can. Por todo ello, se hace urgente garantizar la transparencia en materia de civilidad, lo que implica fraguar y restaurar la esencia real de la ciudadanía, en los planos teóricos y a nivel de praxis social.

    La construcción de la ciudadanía implica un compromiso recíproco entre el poder público y las personas; implica, además, un nexo fecundo de los indi-viduos entre sí. La participación social, como soporte de la cohesión social y de la legitimación política, no puede dejar de lado, so pretexto de la urgencia

    * Las citas que hay a lo largo del artículo son transcripciones literales de opiniones emitidas por personas implicadas en el proceso comunitario del barrio.

    Lo local implica apertura, reafirmación de la diferencia y de la individualidad que caracteriza a cada grupo humano concreto

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    o lo emergente, el fortalecimiento de una ciudadanía que se entienda y actúe prospectivamente; nos referimos a una participación efectiva de los sujetos individuales y colectivos en los asuntos de relevancia pública. Esta doble vertiente de la participación social es fundamental para afrontar con efecti-vidad el deterioro de la cohesión social en los espacios españoles.

    “En España no ha habido un proceso sostenido para promover la participa-ción popular y cuando éste se ha hecho, la solución de los conflictos ha sido dolorosa. Hay un sentido común de miedo incrustado a participar que, aun-que ha cambiado en los últimos años, aun se ve mucho […]. En el territorio del barrio La Coma específicamente, el pozo histórico es de miedo, las expe-riencias de participación no son sostenibles en el tiempo […], se enfrentan con viejos métodos problemas nuevos […]. Aunque España está cambiando en este sentido, hace falta asumir más tiempo en las experiencias”, como for-ma de afrontar la “discriminación de la sociedad de acogida, las experiencias fallidas, la falta de educación en lo intercultural, la falta del asociacionismo y el individualismo extremo que se acentúa con la creciente crisis económica actual”. A ello se le suma la “ausencia de referentes asociativos positivos que trae el que viene, porque no hay experiencias [de este tipo] en sus países de origen”.

    En el afrontamiento de esta situación, resulta necesario generar atmósferas de innovación en los municipios desde lo empresarial, lo social, lo cultural y lo tecnológico, dando respuestas integrales a los problemas que tienen en su base una dinámica compleja de procesos interinfluyéndose. Para pensar en el desarrollo local hay que encontrar y propulsar todas las fuerzas internas del territorio y de esta forma dotar de sentidos alternativos la comprensión enriquecida de la realidad.

    Cuando se habla de participación social en España, el fomento del asociacio-nismo ha constituido otra línea de actuación desde las corporaciones locales, aunque llama la atención la diferencia entre la importancia proclamada del tema, con relación a los recursos y a las actuaciones más bien modestos que se han dedicado a consolidar en la práctica el mismo. Este fomento del asociacionismo se ha concretado como apoyo al surgimiento, consolidación y actividad de organizaciones de colectivos excluidos mediante fórmulas como la cesión de locales, subvención de algunas actividades y formas con-cretas de reconocimiento (la inclusión en el consejo municipal, participación en determinados programas, etc.).

    En todos los escenarios españoles deben proponerse estrategias integradas para consolidar el fomento de la cohesión social desde un concepto pleno de potencialidad, propositivo, de acciones planteadas y soportadas en el com-promiso, la participación y el debate crítico, que permita colocar a la comu-nidad como sujeto central de transformación en las búsquedas de nuevas formas de vida y de una organización societaria más profunda. “Lamentable-mente en el barrio [de La Coma] es pobre la participación y al Pueblo Gitano

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    se le han truncado las estructuras de participar […]; las formas tradicionales de participación se han decaído y los nuevos modelos de asociacionismo no se adecuan a los valores de los gitanos, que son una gran mayoría de los ha-bitantes del barrio, así no podemos pensar en ningún desarrollo ni del barrio, ni de la localidad, ni del municipio, ni nada parecido”.

    Al decir de uno de los implicados del proceso de acción comunitaria en el barrio: “es imposible que se logre el desarrollo de la cohesión social en estos momentos, porque no hay centros de coordinación en el barrio, entonces no hay movilizaciones que tengan impactos más allá de nuestra narices […]; el Ayuntamiento antes participaba desde una visión de potenciar lo local, ahora no […]; hay menos diálogo entre los grupos sociales […]; antes se parti-cipaba más de la sociedad, había otras líneas de trabajo, ahora hay mucha distancia […]. El factor central de la crisis de participación en la comunidad y de la localidad pasa por ver los intereses de quién tiene las riendas y estos intereses van cambiando con los cambios de poderes”.

    El destino fundamental de toda propuesta de participación social, vista ésta como un derecho constitucional patrimonio de la humanidad, es el logro de la democracia local, democracia que se nutre de la libertad, aceptación, igualdad de oportunidades, tolerancia con sentido y solidaridad. Sin embra-go, estos valores no se encuentran presentes en el espacio comunitario: “cada uno tira de su carro […], el camino a nivel intercultural debe hacerse en una misma mesa e integrarnos en un caldo intercultural, pero estamos lejos de lograrlo […], hay personas sin educación, sin cultura del respeto y la tole-rancia y sin educación formal, no hay respeto por el otro, la solidaridad y el apoyo son círculos muertos o cerrados […], hay mucha comodidad por parte de las personas y no hay implicación [y] a pesar de que hay necesidades y a veces oportunidades, éstas no se aprovechan”.

    En La Coma prevalecen las contradicciones, lo situacional, lo emergente y lo impredecible. Se han desarrollado experiencias para contribuir al forta-lecimiento de la cohesión social partiendo de algunas potencialidades del barrio. “Se han usado fórmulas como el Plan Integral, que tuvo sus conquis-tas, se ha innovado, se han impartido cursos de líderes comunitarios y no sólo para personas del barrio, pero eso se ha quedado en el pasado […[. La Escuela-Taller Itaca es una experiencia muy positiva de vinculación entre la formación y la cultura profesional y de la cual se benefician muchas perso-nas de diversos lugares, pero en diciembre cerrará como experiencia práctica porque no hay dinero, nunca hay dinero para los pobres […]. Hay muchos sabores amargos en las soluciones y somos consientes de la mala racha, pero eso nos ayuda a estar preparados para el cambio social” .

    “Se destruye lo tradicional, se oferta un nuevo asociacionismo con poco éxi-to y no hay organización en el barrio, que les permita a la gente defender sus derechos […]. Los partidos de derecha tienen otra idea del asociacionismo para jugar al golf y buscan las soluciones de los problemas cerrando jaulas

    El destino de toda propuesta de participación social es el logro de la democracia local

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    […]. Se desarrolla una capacidad asociativa solvente si se puede cohesionar la sociedad, de lo contrario es imposible […]; para integrar a las minorías culturales debe transcurrir tiempo, si no es imposible la integración verdade-ra […]. En una sociedad del miedo, la gente tiene miedo a asociarse y solo cuando te asocias es que pierdes ese miedo”.

    Se advierte sobre la necesidad de trascender la cosmovisión barrial tradicio-nal del desarrollo comunitario y de actuar en una cotidianeidad re-significa-da, lo que requiere de mejoras en las cualidades participativas comunitarias de las personas y de los agentes colectivos en su nueva y superior constitu-ción como sujetos de cambio.

    Lo local es el escenario por excelencia donde se puede enriquecer la vida cotidiana de las colectividades, a través de la promoción de modos interacti-vos de hacer estrategias participativas y participadas. Para lograrlo se deben incluir a todos los actores locales, integrando la diversidad y los múltiples puntos de vista para fortalecer y legitimar el desarrollo. El barrio La Coma, aunque ha dado algunos pasos en estas búsquedas, dista mucho de consti-tuirse como un escenario que estratégicamente contribuya a la sostenibilidad local, desde sus cualidades y fortalezas.

    Tal y como se ha explicitado por partícipes del proceso: “es multicausal la no participación, la desmotivación, la falta de expectativas y el agotamien-to de determinado modelo […]. No hay acciones transversales hoy, es una debilidad que parte del propio Ayuntamiento para el desarrollo del territorio y que lo descohesiona” porque, entre otras cosas, “desde las instituciones autonómicas se ve el barrio como un barrio-reciclaje, la gente llega en situa-ciones precarias a un medio deprimente y si consigues trabajar lo que haces es salir de ese medio y subir en la escala social […]. Hay falta de arraigo de la población del barrio, las cuales están condicionadas en que sus viviendas nunca serán propias y esto genera falta de sentido de pertenencia y entonces no se involucran, ni se implican en las soluciones […]. Hay en la frente una pegatina de que eres pobre, eres excluido y la gente se va en lugar de involu-crarse e intentar cambiar las cosas […]. De esta forma, es imposible aspirar al desarrollo local”.

    Por otro lado, pero igualmente impactante, “el tema de las ayudas sociales es un beneficio y a la vez un lastre. Bienestar social ayuda a quien llora y las ayudas sociales van hacia un solo colectivo mínimo [los gitanos], que son los dueños y amos de las subvenciones en el barrio”. Al decir de uno de los participantes del proceso, “el papel de los Servicios Sociales en La Coma es muy importante, sigue siendo un barrio de acción preferente, con un trato de discriminación positiva, con mayor dotación de insumos e incre-mentos financieros que, sin embargo, en la práctica se han perdido, aunque continúan estando legislados”; y según otro de los sujetos partícipes, esto no se logra concretar en la realidad práctica porque “no interesa el barrio desde las estructuras gubernamentales, a ninguna instancia, porque genera

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    muchos gastos, debido a la gran cantidad de ayudas económicas, los pisos son viviendas de protección oficial y eso no es rentable para el gobierno […]. Se han abierto un montón de expedientes y no es por falta de pago, sino por otras cuestiones donde entra a jugar su papel la subjetividad del que valora. El barrio antes era algo totalmente malo, ahora su ubicación geográfica no es del todo mala y eso cambia mucho el sistema, los planteamientos y de este modo cambian los intereses de quienes dirigen, o de quienes se benefician con las decisiones”.

    Del análisis empírico se desprende la necesidad de que la gobernabilidad efectiva en el marco concreto de actuación debe conducir al mejoramiento de la calidad de vida de las personas y para ello deben apoyarse en la ciencia y en la técnica. En síntesis y como idea concreta de uno de los sujetos del proceso investigativo, “la ciencia debe acompañar a la política” en el camino de conducirse hacia un cambio cultural profundo, que priorice lo creativo, la innovación, lo productivo sobre el consumismo y que pueda movilizar en la localidad todo lo que pueda servir en la potenciación de lo posible produc-tivo. Sin embrago, “el barrio aleja los estudios científicos serios, tal vez por sus estigmas, los prejuicios o por su historia negra. […] Hasta el histórico Colegio Mayor del barrio La Coma ha sido cerrado”.

    En la comprensión del desarrollo local no se puede perder ni subvalorar nin-guna arista del problema. Un desarrollo local sostenible no puede dejar a un lado el enfoque político de cada fenómeno y debe usar la ciencia en función del cumplimiento de las estrategias de desarrollo del municipio. La ciencia debe ir acompañando cada vez más a la actividad gubernamental. El gober-nante concretamente necesita de la ciencia para que de forma conjunta se visualicen las prioridades. En los polos que conforman el proceso de comu-nicación de los gobernantes y la actividad científica existen contradicciones, retos, roles e intereses que deben ser descubiertos, trabajados y analizados críticamente.

    Conclusiones de la investigación

    La recuperación del sentido de pertenencia de las personas a la sociedad, la restauración de la identidad como propósito colectivo y el reconocimiento de la solidaridad como valor imprescindible en la construcción de la cohesión social, destacan la importancia crucial de fomentar lazos de comunicación y cooperación desde el Estado, pero también y fundamentalmente desde una sociedad civil en estado de flujo, de renovación y de revitalización.

    Una sociedad política burocratizada no se puede articular auténticamente con la sociedad civil y, a su vez, la sociedad civil debe ser capaz de conver-tirse en sujeto del desarrollo local, implicándose y asumiendo riesgos para

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    poder avanzar. El desarrollo local implica que la sociedad política se infiltre en la sociedad civil y viceversa, llenando de civilidad la política, politizan-do con sentido la civilidad, reconstruyendo y revitalizando los valores de civilidad y politización. La burocratización del Estado se supera cuando se genera en las comunidades una democratización sociopolítica profunda. Se hace referencia a un Estado de nuevo tipo que no se divorcie de la sociedad a través de la construcción de un nuevo modo de participación popular, inclu-siva, bien concebida, que viabilice la cohesión social y la democratización de la sociedad.

    “Lamentablemente en el barrio, ni el Ayuntamiento ni la policía funcional bien […]; estamos en el cuarto mundo y los políticos tienen poco interés real en el desarrollo de la comunidad, por lo que el futuro inmediato es de mucha dificultad, porque no te dan lo que te prometen y uno se cansa de que siempre sea lo mismo; hay que luchar pero todo se queda en un juego” y eso conduce a que “en el barrio hay[a] poca motivación […]. El concejal del barrio vino 4 ó 5 veces y ya no ha venido más, para las votaciones si venían y ahora se olvidaron del barrio, no se nos informa de nada, hay dos barrenderos para todo el barrio [y] el Ayuntamiento se implica muy poco, además de incum-plir con su palabra […]. En estas condiciones, el proceso de participación y de integración es más tortuosa aún”.

    Es un imperativo ético construir relaciones fluidas y multisignificantes con los gobiernos, por ser éstos un medio e instrumento clave del desarrollo lo-cal. La democracia tiene formas directas e indirectas de concretarse, pero el diálogo gobernante y comunidad es necesariamente uno de mutualidad y de integración en las formas de actuar.

    Entre los aspectos y recomendaciones que se proponen como más necesarios y urgentes para conducir hacia un desarrollo superior al barrio La Coma, se encuentran los siguientes:

    • La prioridad básica del barrio continúa siendo la creación de empleo, rei-vindicación histórica de la comunidad que nunca ha logrado redimirse. Para ello se hace necesaria una política activa de empleo por parte de la administración, además de la motivación y la implicación consiente de la población en pleno. Reducir la situación actual requiere necesariamen-te mayores oportunidades de empleo a una escala sin precedentes, más ahora que la crisis ha catapultado a la inactividad al setenta por ciento de la población juvenil del barrio, cifra escalofriante y de consecuencias impredecibles a nivel de vida cotidiana. Esta estrategia deberá basarse en una política voluntarista en materia de empleo y exigirá una visión radi-calmente nueva de toda la gama de instrumentos disponibles que pueden influir en el entorno del empleo.

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    • El barrio necesita la consolidación de un tejido económico productivo. Para crear las condiciones que lo favorezcan, se ha de contar con el apo-yo de las administraciones públicas, que estimulen el surgimiento de nuevas empresas y actividades económicas, sobre todo en el ámbito de la economía social. Las estrategias más adecuadas en la actualidad serán la promoción de nuevos emprendedores, empresas de inserción y el estí-mulo a iniciativas industriales. El Ayuntamiento debe asumir con mayor responsabilidad los espíritus de cambio social y habilitar espacios para su consecución efectiva.

    • Será decisivo para el desarrollo local los aspectos educativos y formati-vos, que girarán en torno a la realización de cursos de formación para el empleo, talleres de inserción para personas con especiales dificultades (parados de larga duración, primer empleo...), orientación para generar empleo y desarrollo de la formación profesional. Sólo una educación ciu-dadana soportada en la adecuada redistribución del poder puede facilitar la integración y la cohesión social de la comunidad, proporcionando ba-ses superiores de entendimiento intercultural.

    • Resulta imprescindible crear plataformas sociales y redes dialógicas que permitan concretar nuevas manifestaciones del protagonismo social de todas las diversidades socioculturales que coexisten en el barrio. Un im-perativo sería adecuar las estrategias de desarrollo múltiples a las di-versidades culturales, donde se empodere a cada una de las partes de la comunidad como un todo sinérgico y cohesionado.

    • Sería oportuno establecer relaciones y tender puentes entre todos los colec-tivos que forman parte del proceso de movilización popular. No se puede trabajar con grupos monolíticos si se quiere generar participación social auténtica, interculturalidad, organización comunitaria y cohesión social.

    • Es impostergable distanciarse de las retóricas políticas vacías de conteni-do práctico emancipatorio y llenar con otros matices la consolidación de la participación social de las diversidades culturales del barrio. La comu-nidad debe abrirse hacia nuevos emergentes de lo intercultural, donde se resignifique lo singular y lo heterogéneo, creando comunicabilidad con sentido entre los grupos culturalmente diversos y avanzando en el reco-nocimiento mutuo como expresión humanamente genuina para construir interculturalidad.

    • Resulta clave fortalecer la capacidad de los sujetos históricos colectivos concretos y de los nuevos sujetos emergentes, para construir un actuar in-terlógico fecundo, capaz de inspirar arquitecturas subjetivas más plenas que devengan en un proceso superior de desarrollo comunitario.

    No se puede trabajar con grupos monolíticos si se quiere generar participación social auténtica, interculturalidad, organización comunitaria y cohesión social

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    • Resignificar el actuar de la vida cotidiana del barrio, transfundiendo flu-jos sanguíneos generadores de interculturalidad, convivencia y reorde-namiento social, es un imperativo para garantizar la estabilidad barrial, aportar en coherencia y planificación hacia la búsqueda de nuevos grados de dignificación humana.

    • Es importante facilitar el proceso de integración a pequeña y gran escala, donde se reduzca al máximo las distancias entre culturas, entre personas, entre asociaciones, entre movimientos sociales, entre proyectos bases de vida y que a la vez permitan dinamizar nuevas experiencias de cohesión social, capaces de enriquecer los lugares comunes en la gestación de lo comunitario.

    • Se deben construir nuevos cursos de esperanza, en la búsqueda de una transición democrática donde quepan todos, iguales y diferentes, creando articulaciones necesarias en un mundo diverso, donde no sólo es impor-tante conocer al otro, sino reconocerse en la diversidad, en el intervínculo fecundo con ese otro.

    • Sería necesario configurar un panorama de intervenciones múltiples y articuladas, para restablecer el sistema sociocomunitario que ha perdido gran parte de su impacto.

    • Resulta imprescindible apostar por proyectos educativos integrales que contribuyan a gestar una comunidad culturalmente activa, más cohesio-nada y empoderada.

    Algunas de las principales vías de acción propuestas por los sujetos partíci-pes del proceso, con el metaobjetivo de fortalecer la cohesión social de las estructuras comunitarias son las siguientes:

    • Transformar las representaciones sociales que aún prevalecen en los habitantes de La Coma, caracterizadas éstas por la subvaloración o el fatalismo, y co-construir paulatinamente una subjetividad comunitaria plena y actuante, como aliciente y fuerza-motor en la estructuración de proyectos futuros de desarrollo.

    • Potenciar el diálogo intercultural profundo, como imperativo para aban-donar y superar miedos, prejuicios, estereotipos y el desconocimiento recíproco. Este diálogo debe a su vez buscar mayor balance y equilibrio entre géneros, posibilitando la entrada activa y decidida de las mujeres en los más disímiles espacios sociales. Se propone “buscar alternativas de participación de las mujeres […], creando empresas de inserción”; en fin, “realizando acciones con un planteamiento también de género” que les permita “emanciparse de/en su realidad” y alcanzar “desarrollos más concretos” en su modo y en su proyecto de vida.

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    Educación Social 53 EditorialEducación Social 53 Propuestas metodológicas en la formación de competencias de los educadores/as socialesEducación Social 53 Intercambio

    • Se deben utilizar todas las fortalezas posibles en el camino de que el barrio se autogestione a sí mismo, lo que en el momento actual debe ha-cerse a través de la “integración de todas las minorías que conforman una gran mayoría excluida del desarrollo y de sus bondades […]. El efecto del paternalismo es que las personas esperan que les vengan a resolver sus problemas”, entonces “no se juntan y nada cambia”.

    • Potenciar todas las formas y vías de empleo posible, lo que debe tener de fondo una potenciación de los procesos formativos y culturales, haciendo uso de las formas negociadoras constructivas y estableciendo alianzas estratégicas entre los diversos grupos sociales y “alianzas humanas que nos acerquen como multiculturalidad” e interculturalidad.

    • Promover al máximo todos los espacios de sociabilidad y desarrollo lo-cal, con el metaobjetivo de crear y recrear espacios de acercamiento y compenetración intercultural, intergeneracional, intergéneros, capaces de fortalecer la comunicación, el diálogo y la convivencia constructiva dentro del barrio. Estas acciones deben encaminarse también hacia la mejora de la autoimagen y el sentimiento de identidad, compromiso y autodeterminación del mismo.

    Ninguna de estas propuestas puede cobrar sentido si no se potencia la par-ticipación social y la involucración sostenida de las diversas asociaciones, organizaciones, movimientos y actores sociales del barrio, en la búsqueda sostenible de su pleno desarrollo y de su máxima cohesión social posible.

    Ángel Joel Méndez LópezDinamizador de participación ciudadana

    Doctor en Cooperación al Desarrollo Investigador asociado al Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local,

    miembro del área de investigación “cohesión social”[email protected]

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    Crear y recrear espacios de acercamiento y compenetración intercultural, intergeneracional, intergéneros

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