Manuel Triana Ortiz

Hans-Georg Gadamer: Una vida universitaria

EL arte de comprender consiste seguramente y ante todo en el arte deescuchar. Sin embargo, a eLLohay que añadir Laposibilidad de que eL otropueda tener razón.

Gadamer se llamaba a sí mismo "un herma-no mayor del siglo" (1985a: 19). Fue un testigoexcepcional de la historia y la cultura alemanadel siglo XX no solo por haber nacido con él, y,haberlo sobrepasado dos años, sino además porel lugar privilegiado desde donde lo vivió, y des-de donde pudo tomar distancia para verJo: la aca-demia.

En efecto, su vida estuvo marcada a partir desu más tierna infancia por la institución universi-taria'. También su adolescencia, la temprana ju-ventud y en fin acontecimientos importantes de suvida. Procuramos presentar en los siguientes pá-rrafos aspectos biográficos relevantes en corres-pondencia con las universidades donde los vivió.

Bresleau

Vive sus años de niñez y adolescencia entreMarburgo y Bresleau, dependiendo de dondeejerciera su padre la docencia universitaria. EnBreslau su familia habita durante algún tiempoen el mismo instituto donde su padre trabaja.

Como otros pensadores importantes del si-glo XX (Gabriel Marcel, Sartre, Ricoeur) Gada-mer pierde a su madre en su infancia. Y, como enotros casos, el padre encuentra pronto esposa, pe-ro sobretodo madre para sus hijos.

H. G. Gadamer (1993: 219)

A pesar de la insistencia de su padre, científi-co natural, para que evitara los estudios "palabre-ros", se orienta por las letras desde la secundaria''.No quiere esto decir que Johannes Gadamer fueradesconocedor de las humanidades. Citaba con fa-cilidad a los clásicos de memoria (1977: 375).

Entra al ámbito de la filosofía de maneramás bien oblicua: en sus inicios de estudianteuniversitario encuentra entre los profesores de fi-lología germánica", uno que pretende hacer unaintroducción a la literatura alemana explicando laCrítica de la razón pura. Lleva luego dos cursoscon Honigswald, filósofo kantiano.

La lectura de escritores y poetas que realizaen pequeños círculos de estudiantes universita-rios, le acerca a autores como Lessing (Europa yAsia), Spengler (La decadencia de Occidente),Thomas Mann (Consideraciones de un apolíti-co), quienes contrarrestan el auge de las cienciasnaturales (1977: 376; 1985: 20). Estas lecturasencausan una generalizada sensación de descon-cierto que invade la vida intelectual e invitan a re-lativizar la fe en el progreso.

Marburgo

Al llegar a Marburgo, a sus 19 años, encuen-tra una serie de pensadores que, alejándose del

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XL (100), 155-160,2002

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neokantismo se orientan en diversas direcciones.Natorp, uno de los más influyentes, se inclina porla mística y el arte; Hartmann que inducido por elScheller de la ética material da un giro hacia elrealismo ontológico. Es el tiempo de la crítica deBarth a la teología histórica; cuando se comienzaa descubrir la filosofía de la vida de Nietzsche.Es también el tiempo de asimilación de la críticaque Kierkegaard hace del idealismo hegeliano; yel tiempo de la fenomenología de Husserl. Porotra parte, la influencia del poeta Stefan Georgees también muy notoria entre los miembros delcírculo que seguían sus versos y la fuerza de supersonalidad. La reflexión sobre esta influenciale depara la inquietud por la importancia del artepara la filosofía, descuidada después del roman-ticismo por la filosofía universitaria.

Gadamer trabaja en su tesis doctoral a Pla-tón. El acercamiento al filósofo-poeta desdeaquel momento lo marca para el resto de su vida.Habla de sí mismo posteriormente como su "dis-cípulo permanente" (1977: 400).

Además de los aspectos académicos, Mar-burgo es importante en la vida de nuestro autorpor dos motivos personales que se relacionan: seenferma de poliomielitis y se une en matrimoniocon Frida Kratz. El matrimonio comportaba cier-ta dosis de solución al problema de atención alenfermo convaleciente, pensado por los espososHartmann, quienes le guardan especial cariño",

Es en Marburgo donde Gadamer conoce aHeidegger. Éste le hace ver cómo es posible "re-petir la filosofía de los griegos", no por sus doc-trinas, sino por los problemas que enfrentan y laspreguntas que se plantean (1977: 380). Gracias almaestro descubre que ellos podrían ser orienta-dores para el presente de su mundo. En sus pala-bras: "Permanecer próximo a los griegos, aunsiendo consciente de su heterogeneidad, descu-brir en su diferencia unas verdades que quizás es-taban olvidadas y quizá siguen influyendo demodo incontrolado, fue para mí el leitmotiv máso menos expreso de todos mis estudios" (1977:382). En tales estudios aborda durante algunosaños la influencia de los griegos en la cienciamoderna. El intento de estudiar a Aristóteles ba-jo la perspectiva heideggeriana lo marca en su vi-da intelectual. Descubre en la filosofía práctica

aristotélica una forma de saber riguroso pero nonecesariamente científico, ni de aplicación deuna teoría en forma técnica, desde la cual poderjustificar una toma de distancia de la ciencias, locual retornará en Verdad y método (1977: 381).

Aunque es su asistente, Heidegger no encuen-tra en Gadamer un filósofo. Así se lo hace ver. Es-to le decepciona, y le lleva a dedicarse a estudiarfilología clásica". Hizo los estudios completos.Hasta llegó a pensar en dedicarse a ser profesor degriego, lo cual le significaría trabajo seguro. Sinembargo, la profundidad que adquiere, gracias aestos estudios le reivindica ante Heidegger'',

Lleva una vida económicamente estrecha yademás muy dependiente de quienes tuvieran po-der, tanto dentro como fuera de la universidad. Susestudios se orientaron entonces en un terreno neu-tral, evitando "cuidadosamente los sistemas de sig-nificación política" para obedecer a una "ley de au-toconservación" (1977: 385). Por ello se podría in-terpretar beneficiosa para él la suspensión de profe-sores judíos por el régimen nazi en distintas univer-sidades desde el año 1934, por cuanto se le abríanopciones de trabajo, como de hecho ocurrió en lasuniversidades de Kiel (al norte de Alemania), y enMarburgo. Pero esta situación la pensaba él transi-toria. Sólo hasta 1938 se hace evidente la políticanazi que obligó a exiliarse a cuanto profesor judíopudo salir de Alemania. Hasta ese momento, si bienmuchos profesores habían sido suspendidos de suscátedras, se habían quedado a vivir en el territoriogermano. Gadamer no pierde ni perderá el contac-to con los profesores judíos amigos suyos.

Leipzig

En 1939 Gadamer acepta una invitación a laUniversidad de Leipzig para dictar un curso allí.Este hecho le representa una ventaja, cuando esemismo año se define el candidato a la cátedra defilosofía, en un extraño ajedrez, en el que los pro-fesores nazis no fueron nombrados, y más bienpesa tanto que el rector hubiese estudiado en elcolegio del Espíritu Santo de Breslau, así comoque Heisenberg se interesara por los estudios so-bre la influencia de los griegos en la ciencia mo-derna adelantados por Gadamer.

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En Leipzig se siente bien acogido. La filoso-fía es tenida allí como la disciplina humanísticamás importante. Ello motiva a que Gadamer con-tinúe con su reflexión sobre la impronta que ca-racteriza a las humanidades y las distingue fren-te a las ciencias naturales. En estas reflexiones vecómo el arte llega a expresar mejor esta impron-ta, todo lo cual confluirá luego en su obra capital,Verdad y método.

Hay momentos en Leipzig en los que vivelos efectos de la guerra hasta el punto de llevarloa sentirse acorralado. Un episodio que le hace vi-vir de cerca la amenaza se da en momentos demayor angustia para el régimen, y, por consi-guiente cuando las sospechas y la sensibilidad esmayor, hasta el punto de que abundaban las acu-saciones de "actuaciones desmotivantes": unadiscípula de Gadamer es acusada de proferir afir-maciones contrarias al régimen. Corre peligro deser sentenciada a la pena capital. No es así, perosí debe ir a un campo de concentración. Fortuita-mente tampoco llega a ir al campo. El nombre deGadamer podía figurar entre los documentos deesta estudiante, pero no es así. Su nombre: KateLekebusch, años después la segunda esposa denuestro pensador.

En el período de posguerra tiene que vivir enLeipzig en una situación doblemente sensible;por una parte, en el marco de la desnazificaciónde las universidades, y, por otra, en un ambientede reconstrucción material y moral en el que sedebe dar sentido al trabajo académico. Como siesto fuera poco, viene luego la separación defini-tiva de las dos Alemanias, y la nueva lucha queplantean los rusos a propósito del rumbo políticoque querían darle a las universidades. En esteambiente Gadamer fue elegido rector, merced asu imagen entre el profesorado de persona nego-ciadora; además se piensa que sus estudios sobreHegel le permiten una mayor comprensión delmarxismo para entablar diálogo con los rusos.

Probablemente las habilidades de Gadamersurten efecto para la reapertura de la Universi-dad, antes negada por autoridades", A los rusosles atrae sus planteamientos de una renovaciónde las universidades alemanas. Con el tiempo seve que él y los rusos se refieren a renovacionesdiferentes.

Los 20 meses de rectorado de Gadamer enLeipzig son de constante ocupación en asuntosadministrativos ante una burocracia lenta y difí-cil, de mucho juego diplomático. En varias opor-tunidades tiene que enfrentar acusaciones de pro-cedencia oscura pero certera, que le demandanmucho esfuerzo para defenderse. Su labor filosó-fica se ve menguada. Todo esto influye para irseapenas tiene oportunidad al oeste, y ésta llega alser nombrado catedrático en la Universidad deFrankfurt. Allí se traslada en 1947.

Frankfurt

La época de Gadamer en esta gran ciudadestuvo marcada por situaciones personales. Es eltiempo del divorcio de su primera esposa, y delmatrimonio con su antigua discípula de Leipzig.Con ella funda una revista filosófica que prontoadquiere el estatus de ser una de las más impor-tantes. También es tiempo de reencuentro conHeidegger. Algunos de sus trabajos de esta épocaestán dedicados a él. Otros versan sobre él. Entrelos últimos destaca la edición de un libro de ho-menaje en el que contribuyen antiguos discípulosdel maestro -algunos con un carácter crítico-.Otras ediciones en las que trabaja Gadamer sontextos de filósofos a los que se da difusión, algu-nos traducidos y comentados por él mismo.

Heidelberg

En 1949 su prestigio se impone, incluso, so-bre la reacción más bien negativa del mismo KarlJaspers para sucederle en su cátedra. Ciertamen-te Gadamer no era un estudioso dedicado al pen-samiento de este psiquiatra y filósofo, pero le co-noce y tiene una relación cordial con él, que datade tiempo atrás.

Durante la década de los años cincuenta, tie-ne la oportunidad para concentrarse en la escriturade una serie de trabajos con los que constituirádespués su gran obra Verdad y método, grande entamaño, en doctrina y en influencia. En ella reco-ge y sistematiza las grandes líneas de su pensa-miento. Como en muchos de sus escritos, en esta

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obra se plasman ideas surgidas en diálogos man-tenidos con discípulos y amigos, y antiguos maes-tros, entre los que destaca Rudolph Bultmann.

Verdad y método es la obra culmen de Gada-mer, y un libro clave para entender la filosofíahermenéutica. No es sólo un planteamiento dehermenéutica filosófica, que lo es también, por-que no se limita a dar lineamientos para definiruna hermenéutica que sea filosófica, sino quemuestra cómo la interpretación es la función dellenguaje de la filosofía, y cómo este subyacetambién en las humanidades. Gadamer en estaobra trasciende entonces la propuesta de Diltheypor cuanto ve en la hermenéutica algo más queun método para las ciencias humanas. Gracias ala función interpretativa del lenguaje presente enlas humanidades, se puede dar sentido y signifi-cado, personal, social y político a las ciencias.No se trata, insistimos, en un ataque a las cien-cias, sino una confrontación a la actitud con quese les asume en buena parte del siglo XX. Gada-mer no duda del aporte de conocimiento rigurosoy útil para la humanidad que dan las ciencias, pe-ro muestra también que en la filosofía y el arte,así como en les ciencias humanas, hay búsqueday posibilidad de verdad, en forma tal que no de-penden necesariamente de los métodos de lasciencias naturales.

Los años sesenta fueron años de diálogo consu maestro, ahora bajo la condición de filósofoque tiene un aporte propio. Así lo reconoce elmismo Heidegger. Aunque a decir verdad, éste noexpresa mucha simpatía por la nueva hermenéuti-ca. Hay quienes, como Grondin (1999: 392), pro-curan una explicación de este hecho en cuantoque Heidegger fue siempre filósofo del proyecto,del comienzo radicalmente nuevo, de la supera-ción de la época, por lo que no aceptaba que la fi-losofía de un discípulo suyo revalorara y jystifica-ra el pasado y los valores presentes en la tradi-ción, y particularmente en la tradición humanista.

La década siguiente a Verdad y Método lepermite entrar en contacto con numerosos auto-res, entre ellos algunos de sus mismos exalumnos,quienes toman posición frente al libro. Al final delos años sesenta, cuando la revuelta estudiantildomina la escena universitaria, toma auge unaorientación filosófica que en alguna medida no es

ajena a la hermenéutica gadameriana. Nos referi-mos a la crítica de las ideologías. En estos años ylos siguientes, se promueve una oposición entrelas dos corrientes. Se pretende simbolizar en éluna actitud conservadora y en Habermas (a quienGadamer había hecho nombrar profesor en Hei-delberg) una progresista. Si bien nuestro filósofoen un momento dado pasa a responder a las inter-pretaciones de quienes identifican necesariamen-te la importancia que concede a la tradición fren-te a una actitud revolucionaria de los pensadoresque se agrupan en la crítica de las ideologías, Ga-damer no se limita a ser un autor que pasa a pro-mover o defender una doctrina. En más de unaocasión es más bien crítico de su obra. Pero no esesta tampoco la dirección que cobra su trabajo.Sus publicaciones siguen en la línea de discipli-nas muy queridas por él, la historia del pensa-miento, y la reflexión filosófica sobre el arte.

Después de su jubilación Gadamer sigue co-mo profesor emérito en Heidelberg, donde conti-núa enseñando de forma más libre. También fun-ge como profesor invitado en varias universida-des de Estados Unidos, especialmente la Univer-sidad Católica de Washington, la de Siracusa y lade Hamilton, y en el Boston College. Cuando susalud hizo que fuera recomendable limitar susviajes (de los que gustaba muchísimo), recibió enHeidelberg durante algún tiempo a muchos estu-diantes norteamericanos.

Otro país que le da especial acogida es Italia.Particularmente se desplaza a Nápoles anualmen-te, donde es un conferencista principal en el Ins-tituto para los estudios filosóficos, además perso-na muy apreciada por la prensa y los políticos.

***Bresleau, Marburgo, Kiel, Leipzig, Frank-

furt, Heidelberg, más las instituciones que le aco-gieron en EEUU y en Italia; infancia, adolescen-cia, juventud, madurez, vejez, primera y segundaguerras mundiales, matrimonios, amistades, lu-gares, eventos, vida familiar, y épocas todas liga-das a la academia, en fin, a la Universidad, hacende Hans-Georg Gadamer, como señalaba al co-mienzo, un testigo excepcional, por el palco pre-ferencial que le da esta ubicación institucional,

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ante el espectáculo de un siglo vertiginoso comoes el siglo XX. Pero Gadamer no fue sólo espec-tador. En la institución universitaria también fueprotagonista, y desde allí deja un legado valioso,tanto por sus obras como por la forma como bus-có interpretar su papel. Grondin, uno de sus bió-grafos recurre a una imagen que quiero recogerpara cerrar estos párrafos:

el desafío que había significado esquiar para Heidegger ... co-rrespondía a lo que para Gadamer era el tenis. Mientras queal primero le importaba poder imponerse, tras reiteradas as-censiones de Sísifo, en el solitario y veloz descenso por lascurvas heladas de las empinadas laderas ...• a Gadamer le im-portaba aguardar el tiro del otro y construir. pacientemente.su respuesta ... (Grondin, 1999: 414).

Notas

l. La mayor parte de la información sobre la vida deGadamer procede del excelente libro de leanGrondin: Hans-Georg Gadamer: Una biografía.Versión al español. editada por Herder de Barce-lona en 1999. También se recogen datos de susautobiografías. Mis años de aprendizaje, versiónal español del original alemán de 1975, igualmen-te traducida por Herder, y Autopresentaci6n , tex-to recogido en Verdad y método ll, cuya traduc-ción al español fue editada por Sígueme de Sala-manca en 1994. Por otra parte, el pensador ale-mán suele referirse a su vida a la hora de hacerilustraciones sobre los temas de que habla. espe-cialmente en sus últimos escritos. a los cualestambién se hará algunas referencias.

2. Tuvo una buena formación humanista desde la es-cuela. Desde allí aprendió el francés, del cual se pre-ciaba de hablarlo sin acento (Gadamer, 2000: 34).

3. También adelanta estudios de Historia y de Histo-ria del arte (Gadamer, 1977: 375).

4. Al referirse en sus escritos a Nicolai Hartmann,incluso tomando distancia de su pensamiento. ha-bla de él como de su maestro y amigo. (Cf, p. ej.1995: 31).

5. A propósito afirma Gadamer: "En realidad estu-dié filología clásica por esto. porque tenía la sen-sación de que la superioridad de este pensamien-to me asfixiaría si no conquistaba un terreno pro-pio en el que asentarme quizá con más fuerza queeste prodigioso pensador [se refiere a Heideg-ger]" (1986: 146).

6. Gadamer tuvo un éxito memorable al hacer una crí-tica muy bien fundamentada que cambió la concep-ción jaegeriana de Aristóteles, la autoridad indiscu-tible en su momento sobre los griegos (Grondin,1999: 170; ver también Aubenque, 1963: 30). Porotra parte. en sus escritos el discípulo no pierdeoportunidad de señalar las diferencias de interpreta-ción que tiene con su maestro. Por ejemplo a pro-pósito de si la identidad se constituyera o no el te-ma central del Poema de Parménides, como lo sos-tuvo algún tiempo Heidegger, Gadamer no estabade acuerdo, argumentando una razón filológica. Re-firiéndose a la interpretación del maestro añade que"...el propio Heidegger en sus últimos trabajos. hareconocido que esto era un error. una ilusión, y queno se podía sostener que Parménides anticipase al-go de su filosofía." (Gadamer, 1995: 121).

7. A propósito de estas habilidades, en una confe-rencia suya dictada en 1990 se refirió a ello conlas siguientes palabras: "Cuando tuve que nego-ciar con los rusos como rector de Leipzig, apren-dí que lo importante no era convencer a mi inter-locutor ruso con mis propios argumentos, sino ga-nar al intérprete para mi causa." (1990: 126)

Bibliografía

Escritos de Hans-Georg Gadamer citados por susreferencias auto biográficas:

1960 Verdad y método l. (Se cita de la traducción al es-pañol publicada por Sígueme de Salamanca, 1977).

1977 "Autopresentación", En: Verdad y Método l/. Sa-lamanca: Sfguerne, 1994, pp. 375-402.

1984 "Oír - ver - leer". En: Arte y verdad de la pala-bra. Barcelona: Paidós, 1993, pp. 69-81.

1985 "La diversidad de Europa. Herencia y futuro."En: La herencia de Europa. Barcelona: Penínsu-la. 1990. pp. 19-40.

1986 "Sobre los que enseñan y los que aprenden." En:La herencia de Europa. Op. cit. pp. 145-150.

1990 "La diversidad de las lenguas y la comprensión delmundo." En: Arte y verdad de la palabra. Op. Cit.

1993 "Europa y la 'oikoumene'." En: El giro herme-néutico. Madrid: Cátedra, 1998, pp. 211-237.

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1995 El inicio de la filosofía occidental. Barcelona,Paidós, 1995.

2000 La educación es educarse. Barcelona, Paidós, 2000.

Otra bibliografía consultada de Gadamer:

1975 Mis años de aprendizaje. Barcelona: Herder, 1990.

1993 Mito y razón. Barcelona: Paidós, 1997.

Bibliografía de otros autores citados:

Aubenque, Pierre. La prudencia en Aristóteles. Barce-lona: Crítica, 1999.

Grondin, lean. Hans-Georg Gadamer. Una biografía.Barcelona: Herder, 2000.

Hahn, Lewis Edwin (ed.). The Philosophy 01 Hans-Georg Gadamer. Open Court (The Library of Li-ving Philosophers), 1997.

Manuel Triana OrtizEscuela de Filosofía, U.C.R.