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EI impacto agrario de la Agenda 2000 y la P AC La Agro-Agenda 2000: ^en defensa de un modelo agrario europeo? El autor analiza las propuestas de la Agenda 2000para la agricultura europea y la supuesta dei^ens^t por parte de la Comisión de un "modelo de agricultura europeo". Para el autor, si no somos capaces de des- conectar, paulatinamente pero sin pausa, subvenciones y producción, será imposible llevar a cab^^ cl modelo planteado y la intervención pública en la agricultura europea perderá legitinlidad social. • Albert Massot Martí. Dirección General de Estudios del Parlamento Europeo. División de Agricultura. (*) on la presentación por la Co- misión Europea, en el mes de marzo de 1998, de las pro- puestas reglamentarias para la reforma de la Política Agrí- cola Común (PAC) inscritas en la denominada Agenda 2000, ŝe ha iniciado un profundo debate en el seno del sector agrario de los Quin- ce sobre su futuro y, en fin, sobre los per- files del "modelo europeo de agricultu- ra" para el siglo XXI. Así al mcnos lo ha vendido la Comisión, fundándose en las Conclusiones del Europeo de Luxembur- go de diciembre de 1997, y sentando yue el epicentro de este "modelo" es la defen- sa de la «multifuncionalidad de la agricul- tura, su papel a la vez económico, medio- ambicntal, y territorial (y) la ncccsidad de mantener, por esta razón, una activi- dad agrícola en el territorio curopco y dc preservar la renta de los agricultores». Sin embargo, mucho es de temer yue con las propuestas de la Agro-Agenda 2000 estamos aún lejos de romper con el modelo productivista dc la PAC tradicio- nal, en tanto que persiste el ligamen auto-

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EI impacto agrario dela Agenda 2000 y la PACLa Agro-Agenda 2000: ^en defensa de un modelo agrario europeo?

El autor analiza las propuestas de la Agenda 2000para la agricultura europea y la supuesta dei^ens^t porparte de la Comisión de un "modelo de agricultura europeo". Para el autor, si no somos capaces de des-conectar, paulatinamente pero sin pausa, subvenciones y producción, será imposible llevar a cab^^ clmodelo planteado y la intervención pública en la agricultura europea perderá legitinlidad social.

• Albert Massot Martí. Dirección General de Estudios del Parlamento Europeo. División de Agricultura. (*)

on la presentación por la Co-misión Europea, en el mes demarzo de 1998, de las pro-puestas reglamentarias parala reforma de la Política Agrí-cola Común (PAC) inscritasen la denominada Agenda

2000, ŝe ha iniciado un profundo debateen el seno del sector agrario de los Quin-

ce sobre su futuro y, en fin, sobre los per-files del "modelo europeo de agricultu-ra" para el siglo XXI. Así al mcnos lo havendido la Comisión, fundándose en lasConclusiones del Europeo de Luxembur-go de diciembre de 1997, y sentando yueel epicentro de este "modelo" es la defen-sa de la «multifuncionalidad de la agricul-tura, su papel a la vez económico, medio-

ambicntal, y territorial (y) la ncccsidadde mantener, por esta razón, una activi-dad agrícola en el territorio curopco y dcpreservar la renta de los agricultores».

Sin embargo, mucho es de temer yuecon las propuestas de la Agro-Agenda2000 estamos aún lejos de romper con elmodelo productivista dc la PAC tradicio-nal, en tanto que persiste el ligamen auto-

m^ítico entre apoyo y volumende producción (vía precios, ovía ayudas en función de losrendimientos o el númcro decaberas) y, complementa-riamente, sc mantiene el prin-cipio de la compensación delas rcducciones de precios me-diante ayudas directas (o en-foquc de 1992). De esta guisase incentiva la producción,otorgando la mayor parte delapoyo a las explotaciones demayor capacidad de produc-ción, las yue, precisamente,menos lo necesitan, al mismotiempo yue se agudizan los de-scquilifirios socio-territoria-les. En este marco se ha deasumir más pronto que tardeque si no somos capaces dedesconectar, paulatinamentepcro sin pausa, apoyo y pro-ducción, será imposihle haceruna política congruente con la"defcnsa del modelo europeode agricultura". Y si no somoscapaces de crigir esta nuevapolítica, la intcrvención públi-ca supranacional en el campuperdcrá legitimidad social ynos vcremos abocados a la re-nacionaliración de la primerapolítica comunitaria. En última instancia,es la propia construcción comunitaria laque está en juego con la reforma de laPAC y, en delinitiva, la sociedad del bie-neslar europea sobre la que se sustcnta cLmodelo agra ŝ-io multifuncional, garantedel principio de cohesión econcímica y so-cial y capar dc responcler a las nuevas exi-gencias sociales (en cuanto a la creaciónde cmpleo, garantía de la salud pública,defensa del medio ambiente, preserva-ción dc la ordcnación tcrritorial, mayorh-ansparencia y participación, ete.).

En este contex[o, invocar cl "modelode agricultura europeo" como hace laComisión en la Agenda 2000 ticne más decoartada ideoló^ica que de base real paralas propuestas que presenta. Una coarta-da que es probable que sustituya progre-sivamente en su función a la tradicional"agricultura familiar" que se dcrivó de laConfcrcncia dc Mcssina, en la etapa de lafundación de la PAC, en tanto que res-ponde más adecuadamente a la realidaddel campo y a las nuevas demandas yue ledirigc una sociedad post-industrial. Enrcalidad, lo yue ha hecho la Comisión eseseoger el camino m^is facil, no porquesea el mejor, sino por obligación, antc laincapacidad cíecisoria que atenaza hoypor hoy al conjunto dc la construcción co-munitaria. Ravmond Barre escribió que

«Europa sólo sabe hacer una cosa a lavez». En contrastc, hoy cl proyccto de in-tegración se ve acuciado por el solapa-miento de procesos y calendarios: intro-ducción del euro; ratificación del Tratadode Amstcrdam; próximas adhesiones; de-finición de nuevas perspectivas financie-ras plcn-ianuales; reforma de los FondosEstructurales; nueva Ronda de nego-ciación en la Organización Mundial deComercio (OMC); aplicación y revisiónde los compromisos comcrcialcs cn vigor(Convenio de Lomé, Acuerdos Eurome-diterráncos, nuevo Sistema de Preferen-cias Generalizadas...); y, en fin, progresi-va extensión del re^ionalismo abierto porparte de la UE (con la Agenda Trasatlán-tica, con el MERCOSUR, con M^xico...).

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s^ ^^ Algunos aspectosde las propuestas de la

Agenda 2000 tienen efectossin duda negativos sobre

determinados sectores de laagricultura española

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Una coyuntura, cicrtamente,nada favorable a la toma degrandes decisiones de camhio,que cuestionen los delicadosequilibrios tejidos en el Conse-jo (especialmente presupues-tarios), sobre todo si, implícitao explicitamente, se encucntraya definida la prirn^idad máxi-ma: la realización de la UEM.Aunque ello equivalga a ralen-tizar el progreso de las dem^íspolíticas y de no avanzar cn laUnión Social y Política, talcomo evidencia el fracaso de laCumbre de Amsterdam.

Una estrategia a cabalbael reelismo y la falta aeai11^MC1Ói1

La Comisión argumenta ensu favor que: a) qui^íis la Agro-Agenda 2O00 sea lenta peroprofundiza en el buen camino,con la aproximación de los pre-cios internos a los mundiales,la introducción del principiode los umbrales de ayuda, lasimplificación,.y e-n la paulati-na convcrsión del FEOGA-Garantía en cm Fondo a favordel mundo rural; h) como sigue

el enfoque de 1992 y afecta practicamen-te a los mismos sectores de entonces, tra-baja sobre mccanismos conocidos y pue-de obtener la aprobación global del Con-sejo; c) la flexibilidad due se propone enLa gesticín, a favor de los Estados, respon-de al principio de subsidiariedad v ahrew^ campo de pruebas (en materia de mo-dulación sobre el empleo; criterios deaplicación de las primas ganaderas: con-tenido de programas agroambientales yen zonas desfavorecidas...) sobre el que laComisión podrá profundizar en el futuro;y d) facilita la toma dc nucvas decisionesen próximos años, cuando lo imponganlas circunstancias (sca la OMC, sean lasadhesiones). En suma, se da una inlerpre-tación contextual y dinámica dc la Agen-da ?000 que, sin embargo, plantea seriasdudas sobre su viahilidad cstrat^^Tica:

- 1) La Comisión, al no plantear conamhición los problcmas de fondo dc undiseño de una nueva política en defensade] modelo europeo de agricultura, conlas propuestas sectoriales presentadasaboca al Consejo a una simple pugna porla distribución de las a,yudas en jucgo en-trc los Estados. No nos dchcr^í extrafiarentonces quc. llc<^^r^io c^l prin^cr sen^estrede ] 9<)9. cuanclu se adopte el payuctc de laAg^nda 2000, los resullados scan sustan-cialmente distintos a las propuestas pre-

VIDA RURAL/15 DE SEPTIEMBRE 1998/25

sentadas y, paradójica-mcnte, en vísperas delinicio de una nueva Ron-da multilateral, apenascontemos con elementosque aportar a la nego-ciación.

- 2) Cabe preguntarseen consecuencia si la UEno está adoptando unapostura excesivamentedefensiva, como ya nosocurrió en la RondaUruguay, dcjando comoresultado la iniciativa dela reforma de las políti-cas agrarias mundiales alos Estados Unidos que,no lo olvidemos, ya hainiciado el proceso decambio con su FederalAgricultural Improve-ment and Reform Act(FAIR), de 1995. Una reforma que, porlo demás, impone la propia lógica internadel marco multilaterla pactado en Marra-yuesh, como reconoció la propia Comi-sión en su Comunicación estratégica de1995, dando por sentado que el actualmodelo de PAC no era sostenible a me-dio plaio.

- 3) Y cabc, finalmcnte, cuestionarse sise es conscientc de la lentitud y servidum-bres de que adolece el proceso decisoriocomunitario, que sólo pueden salvarsecon debates de fondo y con el adecuadocalendario. Bajo esta premisa la Agro-Agenda 200U constituye, ante todo, unaoportunidad perdida. Aunquc hay quien(maquiavclicamente) entiende que la fal-ta de ambición de la Comisión denota laconsciencia de que sólo será posibleadoptar un cambio en profundidad en elConsejo bajo una presión externa insos-layable, como puede ser la de la OMC, ola dc los nuevos adherentes. En este con-texto, el Ejecutivo comunitario habríahecho suya la máxima de Cesare Pavese:«Esperar es también hacer alguna cosa».

Los ejes de la Agro-Agenda 2000

Ahora bien, que la Agro-Agenda 2000no cubra las expectativas creadas, no sig-nifica que estŝ vacía de contenido. De he-cho, tiene unos claros ejes vertebradores,que en ocasiones esconden ciertas posibi-lidades de dcsarrollo y, en otras, eviden-tes peligros, y que vale la la pena desen-trañar.

- 1) Régimen de (des)intervención vsrégimen de (des)estabilización de losprecios. Siguiendo el enfoque de 1992 sereducen los precios de intervención enlos tres principales sectores: vacuno

(30%), herbáceos (20%) ylácteos (15%).Pero en este apartado la gran novedad ra-dica en que, además, se propone la desa-parición de la intervención pública en al-gunos sectores (vacuno de carne y aceitede oliva). Lo que plantea la cuestión decómo defender el mercado interior de lainestabilidad de los mercados mundialesen un marco cada vez más abierto. Espe-rando a las negociaciones de la OMC, nohay respuesta.

EI girasol será uno de los cultivos más afectados.

- 2) Estabilización de la producción vslibertad dE producción. La disminuciónde los precios se acompaña con un pro-gresivo relajamiento de los mecanismosde control de la oferta: en los herbáceosse fija una tasa del 0% de retirada obliga-toria, desaparece el abandono cxtraordi-nario por superación de la superficie cul-tivada, y se deroga la Superficie MáximaGarantizada (SMG) de las oleaginosas;

para cl accitc dc olivase incrementa la Canti-dad Máxima Garanti-zada (CMG), para Es-paña hasta 625.210 t.,aunyue, a cambio, scpropone su nacionali-zación; en vino se ahan-donan las produccio-nes de referencia parael cálculo dc las destila-cioncs ohligatorias(oricntándosc hacia unsistema basado cn dcs-tilaciones y arranyucsvoluntarios); y, cn fin,aumentan las cuotaslácteas, cn un 4,1`%,para España, a favorprioritariamentc dc losjóvenes agricultores ylas ronas des[avorcci-das. En suma, cstamos

aún lejos de la libertad de producción, gc-neralizada a partir de 1996 en los EstadosUnidos y, de momcnto, lo quc ayuí scapimta es que los exccdentes sc comhati-rán con medidas de liheraliración anlcsque con mecanismos cuantitativos dccontrol de la oferta: cn otras palahras, rc-ducción de precios y(como novcdad)dcsconcxión. Lo quc ponc cn cucslión clfuturo de los sistemas de control dc laproducción en vigor y muy cspccialmcntcel de las cuotas lecheras, yue sólo tiencnformalmentc garantirada su cxistcnciahasta cl año 20Ofi.

- 3) LCompensación i^s dcsconcxión'lEl inicio de un (tímido) procesu de desco-nexión del apoyo respecto a la produc-ción es sin duda uno dc los aspcclos clavcde la Agenda 200U, quc se rcflcja en: cl cs-tablecimiento dc la misma ayuda para loscereales, las oleaginosas y el lino no textil,la fijación dc un único rcndimicnto paratodos los hcrbáceos cn regadío, la aholi-ción de rendimicntos propios para maíz yoleaginosas, y mantcnicndo la rctiradavolunlaria. En dcfinitiva, se trata de apo-yar la renta dc los agricultores posihili-tando que luego ellos dccidan su cspecia-liración productiva cn función dcl mcr-cado, y, además, de facilitar la negocia-ción en la OMC, en la mcdida quc las ayu-das dcsconectadas enlran dcntro de suCaja Vcrdc. Y esto aún cuando comportcla caída de produccioncs (prcvisiblc parael girasol o el maíz). Pero no se ha dc per-der de vista que estamus apcnas ante unapunte de desconexión, cn tanto yuc: a)no sc abandona el sistcma dc cálculo dclas ayudas en función de los rendimicntoso cabezas y, por el contario, se incremcn-tan las ayudas dc la Caja Azul dc la OMC(quc cn EE.UU. está ya cn trancc dc dc-

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saparecer); se manticnen los suplemen-tos específicos a proteaginosas y trigoduro; no se igualan las primas al ganadovacuno; la nueva prima a la vaca lechera(virtual) se calcula dividiendo la cuota in-dividual por el rendimiento medio comu-nitario, lo que favorece a las explotacio-nes más productivas; siguen las ayudas ala producción (al menos durante tresaños) en el aceite de oliva; y, finalmente,se deja intacto un sector crucial como esel del azúcar, áun basado exclusivamenteen un régimen de precios.

- 4) Garantía de la renta vs estabilidadde la renta. Por otro lado,desaparece la noción depagos compensatorios,siendo sustituidos por lanoción de ayudas direc-tas (a la renta), que seconsolidan a costa de losprecios. Y esto ocurre notanto porque desaparez-ca el principio de com-pensación, como ya hasido dicho, sino más bienporque esta compensa-ción con la Agenda 2000es siempre parcial (entreun 50% y un ^0%). Conlo que la garantía de larenta abre paso al objeti-vo de la cstabilidad de larenta, con una conse-cuencia adicionaL apa-rece en primer plano eltema de la legitimaciónsocial del apoyo o, enotras palabras, su modu-lación.

- 5) Umbrales (virtua-les) vs flexibilidad en la gestión. Otra delas (grandes) novedades es la instaura-ción de una modulación horizontal, me-diante un umbral degresivo de ayudas in-dividual a partir de 100.000 ecus (algomenos de 17 millones de pesetas). Estapropuesta se ha impuesto en el seno de laComisión no tanto por sus virtudes comopor las dificultades de aplicación con quese topaban otras modalidades de modu-lación de las ayudas (v.g. por tipo de ex-plotación o por el empleo), por la falta deuna noción jurídica comunitaria de ex-plotación y/o activo, y la imposibilidad decontrolar su número. Por otro lado, conlos umbrales elegictos, su efecto redistri-butivo apenas scrá perceptible: sus aho-rros se calculan en 400 millones de ecus,de los que dos terceras partes se ubicanen los Lander dcl Este de Alemania.Pero, en la perspectiva de la Comisión,de lo que se trata hoy no es tanto de mo-dular resueltamente el apoyo como de in-troducir este principio en la PAC, a la es-

pera de que las próximas adhesiones im-pongan una progresiva caída de los um-brales. Y para asegurar su adopción porel Consejo se propone, además, yue losahorros obtenidos queden en cada Esta-do, en base a la denominada flexibilidad,que de esta guisa se convierte en el pilarcomplementario de la (parca) propuestade modulación.

- 6) Flexibilidad vs subsidiariedad (^,oincapacidad de decisión?). Con la Agen-da 2000, la flexibilidad, antaño asentadaen las medidas estructurales y rurales, seeonvierte en un concepto central dentro

de la política de mercados, adoptando di-versas formas. Tenemos en primer lugar,la flexibilidad en La modulación horizon-tal: a falta de una opción comunitaria, demodulación de los mecanismos en sí mis-mos, se propone que los Estados modu-len en función del empleo hasta un 2U°/ode las ayudas de la PAC; e, igualmente, esposible que los Estados tengan en cuentael papel de preservación de las zonas ru-rales (discriminando, p.e., a los propicta-rios rurales no residentes, o no profesio-nales). Otro tipo de tlexibilidad aparcceen materia medioamhiental, que intentasuplir la falta de propuestas dc ecocondi-cionalidad en la concesión de las ayudasque padece la Agenda 2000: así, los Esta-dos pueden utilizar los ahorros derivadosde la modulación para reforzar sus pro-gramas agroambientales, y, al unísono, sepermite que refuercen las ohligacionesambientales, en función de las necesida-des y características de las zonas. Perodonde la flexibilidad tiene un mayor cala-

do es en la gestión de las ayudas sccloria-les (modulación vertical): aparccen eni^c^-luppes nacionales de primas adicionalespara el vacuno (de carne y de lechc), has-ta e130% del total, que podrán ser concc-didas por hectárea de pasto, o corno su-plementos por cabeza de ganado. Estaapuesta por la flexibilidad, más yuc su co-herencia con el principio de suhsidiaric-dad, denota una incapacidad para dcfinirun tratamiento conwn, yuc se resuclvc(?) traspasando el problema a un nivcl in-terno, con los consecuentcs conflictos(sindicales y políticos) quc comportará su

aplicación (cspccial-mente en Estadoscompuestos comoEspaña). Pcro, ade-más, cahe prcguntar-se si la salida includi-ble al camino dc laflexibilidad no scrá ladC la I'CnelClOnallLíl-ción. En este contex-to, algunos Estadosya han plantcado queun 20% dc las ayudasdc la PAC sean na-cionales. En scntidocontrario, hay yue sc-ñalar quc Francia consu nncva (y sngesti-va) Lcy dc Oricnta-ción, yuc tnás adelan-te comcntamos, aho-ga por la flcxihilidaden tanto yuc sus"conlralos lcrriloria-les de cxplotación",yue sometcrán unapartc dcl apoyo pú-

blico a una serie de condiciones, cuentancon beneficiarse de los recursos romuni-tarios que se deriven de ayuella.

- 7) El desarrollo ruraL continente v.ccontenído. A falta de una Política RuralIntegrada, noción que la Comisión di-fundió desdc 1995 y quc ya no consta cnla Agenda 2000, se posibilita quc el FEU-GA-Garantía se convierta en un FondoRural sohre la doble basc dc quc: a) sc in-cluyen en su seno prácticamcnte todas lasmedidas estrueturales y rurales (exceptolas correspondientes a las Rcgioncs delObjetivo 1); y b) de que existe un margcnfinanciero sin destino comprometido(que aseiende hasta u q l6% de l^> ,^^^^iclc^lrne en el 2006) para quc se consolidcn.Tendrernos con ello pues cl contincntc, ala espera de contenido que, en última ins-tancia, dependerá de que las autoridadesinternas (estatales y regionales) scan ca-paces de presentar programas rcgionalcsy zonales de desarrollo rural con ampli-tud de miras. Loable objetivo yuc, sin

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emhargo, comporta la consolidación dela coPinanciación en este ámbito, la muer-te por inanicibn del FEOGA-Orie^nta-ción, y, en fin, una pugna despiadada de laagricullura para obtener un hueco res-pecto a otros sectores en el seno del nue-vo Objetivo 2 de los Fondos Estructura-les. Podría ocurrir incluso que, a causa delas crecientes dificultades financieras conque se encuentran las administracionesde las zonas rurales más deprimidas deEuropa (y, entre ellas, las CC.AA espa-ñolas), la condición de la cofinanciaciónse convirtiera en insuperable, no pudie-ran aprovechar las oportunidades abier-tas y que, finalmente, por paradójico quepucda parecer, fueran otros Estados y re-giones más desarrollados, los que se be-neficiaran de los cambios registrados enel ámbito del desarrollo rural.

Una vez vistos los siete principales ejesde la Agenda 2000 en materia agraria, elsiguiente paso es conocer su posible im-pacto en las muy diversas agriculturas es-pañolas, lo que comporta tres niveles deanálisis: 1) cl estrictamente sectorial; 2) elrela[ivo a lo que significa para el propiodesarrollo de la PAC'; y en fin 3) lo quecomporta para las políticas y las adminis-traciones agrarias intcrnas.

EI impacto sotxe los sectOresa(grarios de 18S CC.AA

Algunos aspectos de las propuestaspresentadas tienen sin duda efectos nega-tivos sobre determinados sectores de laagricultura española, en especial: a) la eli-minación de la intervención en el aceitede oliva y el vacuno, sobre todo para esteúltimo en la medida que viene acompaña-da de una radical bajada de los precioshasta practicamente armonizarlos con losmundiales; b) la fuerte caída de las ayudasyue se preven para el girasol y el maíz; y elestablecimiento de una CMG nacionalpara el aceitc de oliva, así como el mante-nimiento de las mezclas de aceites.

Pero, a su vera, la Agro-Agenda tam-bién esconde elementos positivos a) enprimer término se consolidan las ayudascomo mecanismo de apoyo y estabilidada la renta agraria (que, recordemos, hovya eyuivalen a casi un 34% de los ingresosde las explo[aciones europeas: véase cua-dro I) y se diluye la incertidumbre sohresu futuro; b) en segundo lugar hay que fe-licitarse de la entrada del desarrollo ruralen el FEOGA-Garantía, por su carácterestratégico, aunquc su contenido finaldependerá de la respuesta de las autori-dades internas; y, en fin, c) el relajamien-to de los controles de la oferta (y espe-cialmente, el incremento propuesto de lacuota láctea).

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CUADRO 1. UNA PAC DESEQUILIBRADA: MACROMAGNITUDES COMPARADAS

País (a) (b) (c) (d) (e) (f) (g) (h) (i) G) (k) (I)

%VAB %SAU %PFA %UTAs %FEOGA- VAN/UTA FEOGA-G./ %FEOGA-G/ %30CM/ ESP/SAU %ESP/ ESP/UTA

/PIB UE-15 UE-15 UE-15 Garantía (000) UTA(000) VAN FEOGA-G. (000) PFA (000)

A 1'1% 3% 2% 2% 3'1% 12'7 8'6 67'6 48'3% -

B 1'3% 1% 3% 1% 2'9% 30'0 14'5 55'7% 60'7% 1'59 32'8% 25'2

D 0'8% 13% 15% 10% 15'4% 18'0 8'9 49'2% 84'5% 0'78 39'4% 16'S

DK 2'6% 2% 3% 1% 3'5% 37'6 16'1 43'0% 80'6% 1'02 42'1% 26'8

E 3'0% 20% 13% 15% 10'3% 17'3 3'9 22'7% 42'6% 0'39 36'1% 8'8

F 2'0% 22% 21% 15% 24'4% 24'9 9'3 37,2% 81'3% 0'72 44'1% 18'7

flN 1'1% 2% 1% 3% 1'7% il'5 3'6 52'3% 52'0% - - -

GR 7'3% 3% 4% 9% 7'2% 12'5 4'7 37'7% 17'2% 0'92 43'0% 4'6

I 2'7% 11% 16% 24% 10'8% 12'5 2'5 20'0% 59'1% 0'70 25'5% 5'6

IRL 4'8% 3% 2% 3% 4'3% 12'8 7'6 77'5% 87'9% 0'79 83'3% 14'2

L 0'9% - - - 0'1% 22'8 4'2 18'4% 89'3% 0'90 67'0% 19'7

NL 2'9% 2% 8% 3% 3'9% 27'1 6'9 25'4% 79'6% 1'61 20'1% 14'4

P 2'0% 3% 2% 8% 1'7% 5'1 1'1 22'1% 51'5% 0'37 38'2% 2'4

RU 1'0% 13% 8% 6% 8'9% 23'5 8'8 37'5% 78'8% 0'68 51'7% 22'9

S 0'4% 2% 2% 1% 1'6% 11'4 7'1 62'6% 85'9% - - -

UE-15 1'7% 100 100 100 100 16'S 5'6 33'8% 68'1% - - -

Notas: (a) °k VAB de la agricultura en el PIB estatal en 1996; (b) %de la Superficie Agraria Utilizada de la UE-15 en

1996; (c) %de la Producción Fnal Agraria de la UE-15 en 1996; (d) %de Unidades de Trabajo Anuales de la UE-15 en

1996; (e) %del total del gasto ejecutado deI FEOGA-Garantía en 1996; (f) Valor Añadido Neto (renta agraria) a coste

de los factores por UTA en 1996 (en miles de ECUS); (g) Gasto ejecutado del FEOGA-Garantía por UTA en 1996; (h) %

del FEOGA-G en el VAN (renta agraria) al coste de los factores; (i) %de las 3 OCM reformadas (herbáceos, vacuno, y

teche) en las transferencias totales del FEOGA-G. ejecutadas en 1996; Q) Equivalente de subsidio a la produccibn

(transferencias de contribuyentes, vía FEOGA, y consumidores, vía precios) por Ha de SAU en 1994, en mifes de

ECUS, en los Doce; (k) %del Equivalente de subsidío a ta produccibn respecto a la PFA en 1994 de la UE-12; (I) Equi-valente de subsidio a la producción por UTA, en miles de ECUS, en 1994, en los Doce

Fuerrte: MASSOT, A. (1998): "La Agro-Agenda 2000: )en defensa de un modelo agrario europeo?", Infórrnación Téo-

nica Económica Agraria (ITEA), Volumen Extra, NE 19 (1998), a partirde las ^(X Jomadas de Estudio de la Aso-

ciación Interprofesional para el Desarrollo Agrario (AIDA), organizadas en Zaragoza, en Mayo de 1998.

De todos modos quizás el impacto sec-torial sea menos trascendente de lo que.pucda parecer, ya que, con la propuestade la Comisión en la mano, el Consejoestá abocado a un pacto global, de míni-mos, que lime las principales aspereraspara el conjunto de los Estados. Bajo esta^^remisa es previsible que: a) la reducciónde las ayudas al girasol y al maíz sea al fi-nal sustancialmente infcrior a la propues-ta; b) se olvide la abolición de la interven-ción pública del vacuno, así que sea me-nor la caída de sus precios; y c) también esposible que se mantenga la intervenciónen el aceite de oliva, e, incluso, que se in-crementc su CMG (aunque fuera a cam-bio de menos ayudas). Habrá que esperaral primer semestre de 1999 para tener larespuesta a cstos interrogantes.

EI impacto sobre el modelo de PAC

Mucho más relevante es sin duda el se-gundo nivel de impacto de la Agenda2000, el relativo al modelo de PAC que dcella se desprende. Parece evidente que.en la medida que siguen primándose losvolúmenes, y hay un diferentc trato se-

Qún los sectores, pcrvive una PAC dese-quilibrada y anti-cohesión, sin correspon-dencia entre el apoyo y el número de acti-vos, la superfície agraria, cl peso de laagricultura, o la distribución de la rentaindividual, como muestra el cuadro I.

Basta pensar que la Agenda 2(x)0 apli-ca sistemáticamente cl principio de com-pensación a las producciones continenta-les más importantes, que incrementanpor consiguiente su apoyo: de esta guisalos herbáceos pasarán de 16.t^50 mecus enel 2U00 a 19.2^0 en el 2006; la carne de va-cuno de 4.700 a 7.930 en el mismo perío-do; y los lácteos de 2.780 a 4.550. En con-traposición, a otras producciones más tí-picas del Sur se les impone la neutralidadpresupuestaria (al aceite, en torno a los2.3^0 mecus; a} tabaco, con 1.020; y alvino, con 800). De este modo, las grandesbeneficiarias de la PAC seguirán siendolas cxplotaciones de mavor dimensión, ysus tres sectores prioritarios (herbáceos,vacuno y leche), que hoy representan el68'1`% del FEOGA-Garantía ( cuadro I-c^^lumna i). continuarán pesando estemismo porccntaje tras la Agenda 2000.

Si cl an^ílisis de impacto socio-econó-

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mico se efectúa por regiones, se manifies-ta de nuevo el carácter anti-cohesivo de laPAC: England East Region, Picardie, Ilede France, Scotland, England North Re-gion, England West Region, Haute Nor-mandie, o Nord Pas de Calais, en definiti-va, las zonas de Gran Bretaña y Franciamás especializadas en vacuno y cereales,y con estructuras más eficaces, son lasque hoy más recursos perciben de] FEO-GA por explotación y consolidarán suprivilegiada posición. Si utilizamos elESP (Equivalente de Subvención a laProducción), un indicador más completoque el del FEOGA, porque incluye tantoel apoyo de los contribuyentes, vía ayu-das, como cl de los consumidores, vía pre-cios, llegamos a conclusiones similares:hoy por hoy las regiones con el ESP/UTAmás alto son, por este orden, Lorraine,Champagne-Ardenne, Picardie, y HauteNormandie, con unos índices que masque duplican la media irlandesa, que tri-plican o cuadriplican la media española,que multiplican por siete la media deGrecia, y ^por catorce! la de Portugal(cuadro I - columna 1).

Una situación que no podrá justificar-se eternamente ante la ciudadanía euro-pea y que en este sentido puede llegar aponer en peligro el futuro de una políticasupranacional para el campo. Un hechoque hoy acepta incluso el Gobierno fran-cés, del Estado con la agricultura yue,hoy por hoy, más se beneficia de la PAC(cuadro I- columna e) y yue, sin embargo,con su nueva Ley de Orientación, asumeformalmcnte que: a) la OMC obligará acambiar el modelo de apoyo a la produc-ción agraria; b) la sociedad no aceptaráque se continúe ligando automaticamen-

te producción y apoyo; c) que, en conse-cuencia, hay que desconectar progresiva-mente el apoyo y retribuir los servicios deinterés general que realizan los agriculto-res sin ser remunerados por el mercado; yd) hay que dar un enfoque contractual yterritorial a las políticas agrarias, lo queen Francia se plasmará en "contratos te-rritoriales de explotación", que subordi-narán una parte del apoyo público alcumplimiento de una serie de condicio-nes, un apoyo yue se pretende explicita-mente que sea financiado en parte con re-cursos comunitarios, de la mano del prin-cipio de flexibilidad. En este sentido essignificativo observar que existe unanada casual complementariedad entre lanueva Ley francesa y la Agcnda 2000.

EI impacto sobre las políticas yadministraciones ag^arias i^ernas

La Ley de Orientación francesa nosconduce al tercer y último nivel de i^npac-to, el dc los efectos que debería tener laAgenda 2000 en las políticas y adminis-traciones agrarias del Estado español yde las CC.AA. Un tema trascendental ala luz de la nueva noción dc flexibilidadque introduce la Agenda 2000, agravadopor las preocupantes tendencias que sedibu,jan en las CC.AA., a la sazón admi-nistraciones únicas agrarias en la mayorparte de los casos tras las últimas transfc-rencias y encomiendas de gestión efec-tuadas en materia de política de merca-dos por parte de la Administración Cen-tral.

En este contexto, para optimizar laPAC que se avecina, parece convenienteque: a) q uestras Administraciones auto-

nómicas abandonen de una vez por todasel modelo agrarista, fundado sobre losejes de los antiguos IRYDA e ICONA(que perviven con otros nombres), hagansuyas las nuevas exigencias sociales alcampo (en materia alimentaria, medioambiente, servicios...), y se conviertan,hasta sus últimas consecuencias, cn ges-tores del Medio Rural; b) que asuman lanecesidad de diseñar políticas propias(agroambientales, de rcestructuraciónsectorial, en materia de servicios, de pro-moción comercial...), con imaginación,programas bien elaborados, medios sufi-cientes, y la participación activa dc losagentes (rurales) implicados; c) que,complementariamente, dejen de ser me-ras gestoras de las ayudas del FEOGA-Garantía, y de aplicar, mim ŝ ticamente,las líneas estructurales quc les vienen im-puestas por Bruselas y Madrid; y d) qucasuman que los espacios rurales precisanrecursos financieros, tanto más impor-tantes cuanto mayor sea el grado de cofi-nanciación que formalice la PA(', y yuelas crecientes restricciones financieras nopueden ser excusa para negarsclos cuan-do en general más de la mitad de los Pre-supuestos (liquidados) dc los Dcparta-mentos de Agricultura autonómicos scdedican al mantenimiento de Adminis-traciones mastodónticas, sin parangón ^^I-guno con las tendencias quc se dibujancara el futuro ( reducción ininterrumpidadcl número de agricultores; ayudas a larenta desconectadas; crecientc aperturacomercial; consolidación dc las cmpresasde servicios, incluso de carácter coopcra-tivo o sindical; introducción dc la socic-dad de la información en cl campo...).

En este contexto, la Lcy dc Oricnta-ción francesa no es más que un cjemplode cómo la Agenda 2000 puedc ser utili-zada para revitalizar las políticas intcr-nas. Y, siguiendo su modelo, no parcccdescabellado proponer que en España seelaboren sim^lares Leyes-marco: una anivel estatal, que, como mínimo, actuali-ce el marco fiscal, dc seguridad social, dearrendamientos rústicos, y de organiza-ción interprofesional y mcrcantil pat'^i elmundo rural; y otras por las respectivasCC.AA., en función de sus cstruct uras cs-pecíficas, que regulen: las explotacioncsprioritarias ( vía contra[os territorialcs),las modalidadcs de agricultura ^^sociativay de scrvicios, la política de calidad ali-mentaria, y, en fin, el marco a favor delmedio natural y los bosques. 'I'cncmoshasta el año 2U00 para haccrlo. n

(*) Las opiniones expresadas en este artí-culo son responsabilidad del autor y no com-prometen a la Institución en la que trabaja.

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