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El ABC de la inversión en acciones
Los fundamentos que todo novel debe conocer para entrar al mercado de capitales
NOTA IMPORTANTE: Si tienes este informe entre tus manos es porque has
decidido cambiar tu vida. Hoy comenzarás a recibir una serie de e-mails con temas
relacionados a las finanzas personales. Hablaremos de economía e inversiones y lo que
más te importa en este momento, como son técnicas y estrategias para invertir
correctamente en acciones y de esta forma incrementar tu patrimonio.
Federico Tessore,
Director Ejecutivo de Inversor Global.
***
Estás leyendo esto porque anhelas tu independencia financiera.
Algo te dice que puedes y debes tomar el control de tus finanzas.
La Bolsa es una opción, pero te parece arriesgado. Piensas que no tienes ni el
dinero ni el tiempo para operar con estos instrumentos. Crees que se trata de
un mundo hecho para grandes inversionistas, para personas de mucho dinero.
No es así.
La Bolsa está a tu alcance y es una oportunidad que puede llevarte a cumplir
tus metas. Sólo te hace falta Educación Financiera. Puedes comenzar ahora,
dando un pequeño gran paso, como entender de qué se trata el mercado
bursátil y la operatoria con las acciones.
Las acciones no son un videojuego
Para muchos inversionistas invertir en acciones es algo parecido a jugar
PlayStation. Te sientas un par de minutos a ver el gráfico del índice o título de
moda que recomiende alguna famosa corredora, y si las “lucecitas” se ponen
rojas, vendes, y cuando pintan verde, compras.
Esto es fatal.
Lamentablemente esta conducta se repite entre la mayoría de los inversionistas
primerizos.
Comprar barato y vender caro. La instrucción es clara, pero es más fácil decir
que hacer. Esto ocurre porque olvidamos lo primordial, dejamos a un lado el
significado de invertir en una empresa, y nos guiamos por la vorágine del
mercado.
Partamos por lo básico: la empresa detrás de la acción. Este negocio comenzó
cuando una persona o un grupo de personas reunieron dinero, trabajo y capital
para forma una entidad. El porcentaje que corresponde a cada socio está en
función de la cantidad de dinero aportado. Es así como surgió una organización
de carácter privado con fines comerciales.
Cuando ésta alcanza un cierto tamaño, los socios necesitan financiamiento, y
para ello venden fracciones de su participación al público.
Así nacen las acciones, que no son otra cosa que un pequeño porcentaje de la
propiedad de la empresa.
Al comprar una acción, te conviertes en propietario de una parte de la empresa.
A largo plazo el valor de esa participación aumentará y disminuirá en función
de la evolución del negocio. Mientras mejor vaya el negocio, mayor valor
tendrá su participación.
La posesión de una acción refleja un derecho de propiedad y control de un
determinado porcentaje del total de la empresa. Dependiendo de la legislación
y las prácticas comerciales de cada país, las acciones son títulos que
representan derechos económicos y políticas sobre una empresa.
En Chile, las empresas que venden participación al público se llaman emisores
de valores de oferta pública. Son principalmente sociedades anónimas abiertas
que emiten acciones y títulos de deuda.
También son emisores de valores los bancos e instituciones financieras, los
fondos de terceros, los Fondos de Pensiones (AFP) y el Estado a través del
Banco Central, la Tesorería y el Instituto de Previsión Social.
¿Por qué las acciones?
Ante otros instrumentos de inversión como bonos (que no son otra cosa que
deuda, ya sea de una empresa como de una entidad pública) o mecanismos
mixtos y diversificados como los fondos mutuos, las acciones permiten obtener
mayores rentabilidades. A largo plazo no hay ningún otro tipo de inversión que
pueda ofrecer mejores resultados.
¿La desventaja? Es la inversión más volátil. En el corto plazo una inversión en
acciones puede hacerte perder mucho dinero si no tomas las medidas
adecuadas.
La volatilidad es un concepto financiero que te indica cuán variable puede ser
el comportamiento de la cotización de un activo financiero.
Un ejemplo. Si hubieses invertido US$100.000 en 1994, habrían crecido hasta
US$637.939 de haberlo hecho todo en acciones. Mientras, habrías acumulado
menos de la mitad si hubieras invertido todo en bonos.
Mira este gráfico:
Este gráfico señala los retornos anuales y el riesgo medido por la llamada
desviación estándar, una medida estadística que muestra cuánto varía ese
retorno promedio en el tiempo, es decir, su volatilidad. Cuánto más alta esta
desviación, más arriesgada es la inversión.
Y si bien las acciones brindaron mayor retorno, también fueron las más
arriesgadas: tuvieron una desviación de 15% versus una desviación de menos
de 4% para los bonos.
Sin embargo, es importante que tengas algo muy claro. Nadie puede garantizar
que obtendrás una rentabilidad positiva al invertir en acciones.
Aunque a nadie le gustar perder dinero, los errores están a la orden del día y
pueden tener origen en un descuidado estudio de la acción o por un
“encandilamiento” con un papel, ocasionado por resultados pasados
espectaculares o especulación.
Si decides convertirte en un inversionista activo es necesario que asumas esta
responsabilidad. Estudia el mercado de valores, aprovecha la información
pública disponible y lee con ojo crítico todo informe de recomendación.
Cómo comprar y vender acciones
Las corredoras de Bolsa son los intermediarios ineludibles, dado que son los
únicos legalmente facultados para comprar-vender acciones y otros
instrumentos financieros en las Bolsas de valores.
(Ver imagen en la página siguiente.)
Fuente: Superintendencia de Valores y Seguros.
Si bien tú eres quien compra y vendes tus activos a otras personas, es la
corredora es la entidad a cargo de “unir a las partes” y cerrar las operaciones.
Por supuesto, el trabajo que realizan no es gratuito. De hecho, el negocio de
estas entidades no es dar buenas recomendaciones de inversión y ayudar a sus
clientes a ganar dinero, sino que sus clientes realicen la mayor cantidad de
compras y ventas posible, y obtener comisiones por ello.
A más operaciones, más comisiones.
Cada vez que quieras realizar una operación de compra o venta, muchas veces
le pagarás a la corredora un monto fijo que suele promediar los $5 mil.
Además, la corredora te cobrará una comisión que se aplica sobre el monto
invertido, que en Chile tiene una media de 0,62%.
Un ejemplo: si decidieras invertir $2.000.000 en acciones de una empresa
determinada, y considerando que la corredora que empleaste está cobrando la
media descrita más arriba, estarían llevándose $12.400 sólo por concepto de
comisión, sin contar el cargo fijo o derecho a bolsa que esta corredora además
cobre.
La comisión que cada entidad financiera cobra puede llegar a tener un fuerte
impacto en el dinero que termines recibiendo, dado el caso de que tus
inversiones hayan resultado, efectivamente, ganadoras.
La diferencia entre una comisión de 0,2% y una de un 1% puede parecer
menor, pero recuerda que mientras más inviertas (tanto en volumen como en
frecuencia, pero sobre todo en frecuencia), significa una suma de dinero mayor
que debes pagar a la corredora.
Éste es el secreto de las comisiones, y conocerlo que te permitirá obtener las
mayores ganancias si escoges a la corredora más conveniente de acuerdo a tu
perfil de inversión.
Invertir no es especular
Invertir es una actividad que requiere estudiar detalladamente el desempeño
financiero y económico de la empresa a través del tiempo, previendo futuros
panoramas bajo unos razonables supuestos, que permitan conservar el capital
invertido y asegurar la obtención de un rendimiento.
Esto es totalmente aparte del juego especulativo o el trading. Contar con la
tecnología más potente o aprovechar las informaciones en tiempo real es un
comportamiento típico del trading.
Pero el trading puede traer consecuencias perjudiciales para quién lo realiza.
Primero, las comisiones pueden erosionar rápidamente las rentabilidades. Por
otra parte, hay costos operativos como el diferencial entre el precio de compra
y el precio de venta que existe en cada momento.
El estudio de las acciones
El análisis del mercado de valores se suele descomponer, tradicionalmente, en
dos grandes vertientes, cada una con sus propios principios y técnicas
empleadas. No obstante, si el inversionista lo desea puede basar su
investigación en el uso de ambas.
1. Análisis Técnico
Es una de las técnicas más utilizadas por los inversionistas/especuladores para
decidir qué comprar y cuándo comprar.
Permite prever, con cierta probabilidad de éxito, cuál será el próximo
movimiento de los precios, tras estudiar su evolución en el pasado. El analista
técnico trabaja con probabilidades. El análisis técnico se divide en dos
disciplinas: análisis chartista (el estudio de la formación de los precios) y análisis
cuantitativo (el estudio de indicadores matemáticos que se pueden desprender
del precio).
Uno de los pilares más importantes de esta vertiente de análisis es la Teoría del
Dow, que establece que la cotización de precio refleja las fuerzas de los
mercados, por tanto contiene toda la información posible. El resultado es que
las cotizaciones se mueven según tendencias (alcistas, laterales o bajistas)
fáciles de identificar y siguiendo unas pautas reconocibles y repetitivas.
Ejemplo: en el gráfico puedes apreciar que la tendencia de la acción de Endesa
Chile es alcista. Las líneas verticales representan a las velas japonesas; verdes,
cuando se da un alza, y rojas, cuando ocurre una baja.
Fuente: Bolsa de Comercio de Santiago.
En consecuencia, según el postulado de Dow, el precio y el valor son lo mismo.
La principal ventaja de este enfoque es que sólo se necesitan datos
relacionados con el historial de precios. Todas las bolsas de valores cuentan con
información del precio en tiempo real.
Actualmente el análisis técnico puede incluso ser realizado sin contar con la
presencia permanente del especulador, ya que se puede programar un
algoritmo que ejecute las operaciones establecidas por el trader, detectando
señales de entrada y salida de mercado.
Las herramientas del análisis más conocidas son: el estudio de las velas
japonesas, de las formaciones chartistas de cambio o continuidad de la
tendencia, el estudio de indicadores y osciladores, las ondas de Elliot o el
estudio de los impulsos de Fibonacci.
2. El Análisis Fundamental
El análisis fundamental examina el valor de una compañía para establecer si el
precio refleja el valor de la compañía o está infravalorada o sobrevalorada en el
mercado.
En caso de llegar a la conclusión de que el precio no refleja el “valor real” de la
empresa y está infravalorada, compraríamos. Si creemos que está
sobrevalorada, venderíamos, esperando que el precio baje para buscar el valor
que asignamos a dicha empresa cotizada.
El análisis fundamental establece que el precio es una cosa y el valor de la
firma otra. Su estipulado es que el mercado no es eficiente y eso provoca que
el valor real de una compañía esté alejado del valor con que cotiza.
Lo complejo es calcular o estimar el valor que hay que otorgar a la compañía y
saber cuánto tardará el mercado en poner a la empresa en el precio que
estimamos “correcto”. Muchos analistas establecen precios “objetivos” en los
valores cotizados, aunque en realidad, el precio es bastante subjetivo, ya que
depende del analista.
Benjamin Graham estableció los pilares de la disciplina. Sus principales
herramientas se centran en los fundamentos del estudio económico como el
cálculo de múltiplos: PER, BPA, EBITDA, rentabilidades por dividendo, y uso de
técnicas de valoración de empresas.
Asimismo, es imprescindible el análisis de la estrategia empresarial, la calidad y
fiabilidad de la contabilidad, considerar el comportamiento de los
competidores, eventos corporativos, introducción de nuevos productos,
previsiones de variables macro financieras, información económica general y
todo lo que pueda afectar al valor de una acción.
Como desventaja, este análisis no tiene en cuenta el tiempo de entrada, no
establece cuál sería el mejor punto de entrada, y es más laborioso porque
puede llevar muchos días realizarlo. Pero quizás el problema más serio es que
se trabaja sobre datos pasados. Las empresas cotizadas presentan resultados de
forma trimestral y son los datos que llegan al gran público.
El análisis fundamental entrega buena información para valorar, pero el análisis
técnico es mejor definiendo cuándo entrar y cuándo salir del mercado.
Entrar y salir de la bolsa
¿Cuándo Comprar?
La investigación de valores requiere saber en qué invertir, y por supuesto,
cuándo realizar la operación de compra. La estrategia tradicional consiste en
comprar cuando las acciones estén baratas.
Sin embargo, cuando inviertes tiendes a pensar que un precio es bajo, y por
tanto, es un precio barato.
No es así. Las acciones siempre pueden bajar o subir más allá del precio actual.
Es decir, puede que consideres que las acciones estén baratas. Pero al
comprarlas el precio puede que baje o suba.
Quiero ser enfático: debes esperar a que el mercado esté barato y comprar en
ese momento. Cuando se ponga caro, vende las acciones, y nunca al revés.
Fuente: Bolsa de Comercio de Santiago.
Fíjate en el gráfico anterior. Hay muchas líneas de colores y barras. De todas,
tienes que preocuparte sobre todo cuando la línea azul, el rendimiento de la
acción, pase la línea estocástica (indicada con ST).
Si el estocástico está por debajo de la línea negra inferior (20), el
mercado está barato. Es un buen momento para comprar, como lo indica
la vela verde.
Si el estocástico está por encima de la línea negra superior (80), el
mercado está caro. Es un buen momento para vender.
Entre las líneas es mal momento para comprar o vender, tengas o no
tengas acciones. No hagas nada.
¿Cuándo vender?
Para finalizar con éxito tu operación de inversión, debes saber cuándo es
momento de vender. En muchas ocasiones tendrás que realizar una venta de
acciones por diversas razones. Entre ellas:
Cotización por encima de su valor intrínseco: No existe una regla de
oro que diga cuándo debes dejar de ganar dinero por la apreciación de
tu acción, pero si no tienes la suficiente precaución, podrías a enfrentarte
a fuertes bajas en el precio de la cotización. A veces es bueno no ser tan
ambicioso.
Existencia de mejores oportunidades de inversión: Puede que
descubras una acción con mejor potencial de apreciación, y si no cuentas
con el dinero suficiente para ampliar tu cartera con el nuevo valor, podría
convenirte vender la acción más antigua.
Ajustes en la cartera de inversión: Una acción que cumplió con su
porcentaje de apreciación, y que ha comenzado a experimentar períodos
de bajas.
Aumento del riesgo en la empresa: La entrada de nuevos competidores,
el endurecimiento de la regulación del mercado, o algún otro evento
desfavorable para la compañía que elimine sus ventajas competitivas,
incrementa el riesgo de la compañía y disminuye su valor intrínseco.
Necesidades personales: Esto es similar a la “pana del tonto”. Te
quedaste sin efectivo y algún imprevisto sale al camino. No queda otra
que liquidar tu posición en los valores invertidos y lo más probable es
que no sea ni el tiempo ni el precio indicado.
Armando el Portfolio de Acciones
Básicamente existen tres tipos de inversionistas: los agresivos, los moderados, y
los conservadores. Para conocer cuál es tu perfil, te recomiendo hagas este test
gratuito preparado por el Equipo de IG, al que puedes acceder aquí.
El Agresivo está dispuesto a tomar riesgos altos para obtener ganancias
extraordinarias de muy corto plazo. Esto es lo que se conoce como la actividad
de trading, comprando y vendiendo activos financieros en plazos relativamente
cortos.
Busca sacar siempre provecho de los desequilibrios temporarios de los
mercados.
Generalmente utiliza la herramienta del análisis técnico (estudio de una serie de
precios pasados para predecir precios futuros) como su “Biblia” para proceder
con sus operaciones. Está atento a las señales que dan los gráficos, comprando
cuando una acción respeta el soporte y vendiendo cuando no puede quebrar
una resistencia.
Sus acciones preferidas son las acciones en crecimiento, de sectores
tecnológicos o altamente cíclicos.
En el extremo opuesto está el inversionista Conservador. Literalmente no tiene
estómago para la volatilidad de corto plazo y diseña una estrategia para un
período de tiempo relativamente largo.
Se sustenta en los fundamentos económicos de una acción, que espera
prevalezcan en el largo plazo. Nada quieren saber con la “especulación” para
sacar réditos extraordinarios.
No toma atajos, tiene mucha paciencia, y espera su retribución a través de la
valorización en el precio de la acción y la distribución de dividendos.
Sus acciones preferidas son aquellas consideradas “de valor”. Fruto del estudio
minucioso logra identificar aquellas empresas consolidadas, con una fuerte
marca, o como diría Warren Buffett: “con una cuota de mente en las personas”.
Debe poseer ventajas competitivas establecidas. Estos inversionistaes se centran
en la búsqueda de acciones subvaloradas con gran potencial de apreciación.
Finalmente, está el inversionista Moderado. Toma lo mejor de los otros dos
perfiles, tiene un portafolio balanceado entre instrumentos muy riesgosos y
otros de refugio.
Este inversionista es cauteloso con sus decisiones, pero está dispuesto a tolerar
un riesgo moderado para aumentar sus ganancias. Procura mantener un
balance entre rentabilidad y seguridad.
Como podrás darte cuenta, el perfil del inversionista es el resultado del binomio
rentabilidad-riesgo.
En ese sentido es necesario que hagas un examen de conciencia y seas sincero
contigo, para no equivocarte en la configuración de tu portafolio de inversión
en acciones.
Factores de éxito en la inversión
A la fecha no existe un hombre con más éxito en la inversión en acciones que
el “Oráculo de Omaha”: Warren Buffett. De acuerdo a la índic Bloomberg, el
octogenario inversionista acumula una riqueza de US$73.700 millones.
Y para seguirlo, te dejo un listado con las 21 máximas que explican su filosofía
de inversión:
1. Nunca invierta en un negocio que no pueda entender, como tecnologías
complicadas.
2. Si no puede ver caer un 50% su inversión sin pánico, no invierta en el mercado
de valores.
3. No intente predecir la dirección del mercado de valores, la economía, las tasas
de interés o las elecciones.
4. Compre compañías con buen historial de beneficios y posición dominante de
mercado.
5. Sea temeroso cuando otros son codiciosos y viceversa.
6. El optimismo es el enemigo del comprador racional.
7. La capacidad de decir "no" es una enorme ventaja para un inversionista.
8. Gran parte de éxito puede atribuirse a la inactividad. La mayoría de los
inversionistas no resiste la tentación de comprar y vender constantemente, pero
la piedra angular debe ser el letargo, bordeando la pereza.
9. Las oscilaciones salvajes de precios están más relacionadas al comportamiento
de los inversionistas que a los resultados empresariales.
10. Un inversionista necesita hacer muy pocas cosas bien si evita grandes errores.
No es necesario hacer algo extraordinario para conseguir resultados excelentes.
11. No tome seriamente los resultados anuales, sino los promedios de cuatro o
cinco años.
12. Céntrese en el retorno de la inversión (no en las ganancias por acción), el nivel
de endeudamiento y los márgenes de beneficio.
13. Invierta siempre a largo plazo.
14. Es absurdo el consejo de que "nunca se quiebra tomando un beneficio".
15. Recuerde siempre que el mercado de valores es maníaco-depresivo.
16. Compre un negocio, no “arriende” las acciones.
17. Busque empresas con mercados amplios, fuerte imagen de marca y
consumidores fieles, como Gillete o Coca Cola.
18. También son interesantes algunas compañías con marcas consolidadas pero
que están infravaloradas por dificultades transitorias. Para buscar estas
oportunidades, deben aprovecharse los mercados bajistas.
19. Busque compañías con gran capacidad de generación de efectivo y que, una
vez en marcha, no necesiten grandes reinversiones.
20. Mientras más absurdo sea el comportamiento del mercado, mejor será la
oportunidad para el inversionista metódico.
21. En Estados Unidos aseguran que de todas estas reglas, la más exitosa para
Buffett fue la del "value investing": comprar compañías infravaloradas (pero
con buen historial, ventajas competitivas e imagen de marca consolidada) y
esperar hasta que crezca nuevamente su patrimonio.
Esto es un primer pantallazo. A partir de ahora, estate atento a nuestros
consejos y estrategias. Si las sigues con atención, en poco tiempo podrás
gozar de esa tan anhelada libertad financiera
Sergio Pérez Acevedo.
Analista Senior de Inversor Global Chile.
PD: Hemos descubierto una técnica de inversión oculta por los
grandes bancos y casas de inversión, y que te permite
multiplicar tu dinero casi sin esfuerzo. Si estás interesado en ir un paso más allá en la inversión en acciones, entonces no te
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